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EXTRACTO DE ALEMANIA PARA ALEMANIA Año 03 • Núm.31 • Noviembre 2011 ENTREVISTA A DANIEL GOLDHAGEN MARLENE DIETRICH ACH, DU LIEBER DE HESSE A SEBALD MIRADAS COMPARTE Y RECICLA PRECIO AL PÚBLICO 15 PESOS ¡ Uf, los alemanes ¡ Uf, los alemanes Sichten Sichten Descubre más contenido

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EXTRACTO DE ALEMANIAPARA ALEMANIA

Año 03 • Núm.31 • Noviembre 2011

ENTREVISTA ADANIEL GOLDHAGEN

MARLENE DIETRICH ACH, DULIEBERDE HESSEA SEBALDMIRADAS

COMPARTE Y RECICLA

PRECIO AL PÚBLICO 15 PESOS

¡Uf, los alemanes!¡Uf, los alemanes!

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ALEMANIA VISTA DESDE AFUERASi preguntásemos a una agencia de publicidad nor-teamericana por Alemania, nos respondería que tiene un problema de imagen. Un problema que no se remonta simplemente a los tiempos de ese Adolf que tanto se parecía a Chaplin, pues lo cierto es que la imagen de los alemanes era pésima desde mucho antes. Ya en tiempos de Shakespeare, se les consideraba unos borrachos que llenaban sus barri-gas de cervezas y el aire de rudas canciones. En la época de Goethe, sin embargo, el mundo descubrió la literatura, las universidades y la erudición alema-nas; entonces fue cuando los alemanes consiguieron dar la imagen más amable de sí mismos, centrada en la figura del erudito, ese personaje medio chiflado que en una universidad de provincias se entregaba a especulaciones ajenas al mundo y esbozaba capri-chosos sistemas metafísicos de una incomprensible originalidad; […]. Su heredera sería la imagen tópica del alemán como un mad scientist, un cliché que de-bía parte de su fuerza a la popularidad alcanzada por el personaje de Fausto […]. Esta imagen se transformó radicalmente con la fun-dación del imperio alemán por parte de Prusia y con el militarismo ejercido por Guillermo II antes de la I Guerra Mundial. El alemán se convertía ahora en un individuo con monóculo y voz ronca, en un temible hombre-máquina, uniformado y con casco de punta, a quien la instrucción militar le había arrebatado todo sentimiento y en quien el lenguaje humano se redu-cía a la voz de mando y al saludo militar. […] Los nazis añadieron además a esta imagen el ele-mento demoniaco, una pizca de locura que se ponía de manifiesto en el fuerte contraste existente entre la más fría crueldad y una enorme sensibilidad mu-sical. […] En esta imagen tradicional del alemán hay tres elementos que han permanecido invariables, la tendencia a la locura, la rudeza provinciana y el ele-mento de brutalidad y machismo que en la época de Guillermo II adoptó la forma de militarismo. […] De ahí la “primera regla” que ha de observar un alemán: en tu trato con los extranjeros, eleva la dosis de amabilidad hasta encontrarla exagerada. Lo que tú crees exagerado, tu interlocutor lo con-siderará normal.

Extracto tomado del libro La cultura. Todo lo que hay que saber, de Dietrich Schwanitz, edi-tado por Taurus.

No. 31 Tema: ALEMANIA

EDITORIAL

NOV 11NOV 11

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Directora GeneralYara Vidal

Director Creativo yDirección de ArteManuel Muguira Casanova

Coeditor yCoordinador EditorialJorge Vázquez Ángeles

DiseñadorVictor Baca Vargas

Consejo editorial Alberto AcharJorge Lebedev

Editor responsable: Yara Beatriz Sánchez De la Bar-quera Vidal, Avenida Coyoacán 1874-501. Colonia Del Valle. C.P.03100, México D.F. Información: 52 11 92 66. mail: [email protected] Presidenta: Yara Beatriz Sánchez De la Barquera Vidal. Adminis-tración: Héctor Valdéz. Ventas Publicidad: Yara Vidal, Cel. 04455 54 13 03 97 Tel. 52 11 92 66. Correo electró-nico: [email protected] Distribución: Li-brerías Gandhi, S.A. de C.V. Benjamín Franklin 98, Piso 1 y 3, Escandón, Delegación Miguel Hidalgo, 11800, Mexico, D.F. Tiraje: 50 mil. Número de Reserva al Título ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2009-051820092500-102. Cer-tificado de Licitud de Título No. 14505 y Certificado de Licitud de Contenido No. 12078 expedidos en la Comi-sión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Registro Postal EN TRÁMITE. Preprensa e impresión: Transcontinental de México. Democracias 116. Colonia San Miguel Amantla. Azcapotzalco. C.P. 02700, México D. F.Queda prohibida la reproducción parcial o total, direc-ta e indirecta, por cualquier medio o procedimiento, del contenido de la presente obra, sin contar con la autorización previa, expresa y por escrito del editor, en términos de la legislación autoral y, en su caso, de los tratados internacionales aplicables, la persona que infrinja esta disposición se hará acreedora a las sancio-nes correspondientes. El contenido de los artículos es responsabilidad de los autores. Hecho en México.

NERD PLUSAUF WIDERSEHEN P.5Por Bernardo Fernández, BEF

ESTE MES¡UF, LOS ALEMANES! P.6Por Lobsang Castañeda

DE HESSE A SEBALD P.8 Por Akire Arevlo

MIRADAS P.10Por Ingrid Solana

ENTREVISTA ADANIEL GOLDHAGENPeor que la guerra P.12Por Staff Leemás

MÚSICAHANSA RECORDS P.16Por Diego Herrera O.

PARA NO OLVIDARPINK FLOYD REMASTERIZADO P.20Por Daniela Covarrubias

CINEALEMANIA: EL CINE DE SIEMPRE P.25Por Erick Estrada

¡NIÑOS A LEER!ALEMANIA EN EL CORAZÓN P.26Por Rodrigo Morlesin

INSOMNIOCABEZA DE TURCO P.28Por Diego Rabasa

FRASE NAPALMMARLENE DIETRICH P.30Por Staff Leemás

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POR BERNARDO FERNÁNDEZ, BEF

LA COLUMNA DE BEFDibujante de cómics y novelista.Su último libro es la novela Hielo negro.Nunca ha estado en Alemania.

NERD PLUS5

“No me dejes”, murmuré a tu oído en medio de la Hauptbahnhof. Tuve que pararme de puntitas para que mis labios alcanzaran tus orejas. Yo era joven aún, igual que el siglo.A nuestro alrededor cientos de viajeros descendían de sus trenes o se di-rigían a abordarlos. El sol se ocultaba tras las nubes. El otoño languidecía y con él escapó el último rastro de calor del verano.Minutos atrás, mientras caminábamos por las calles de Berlín, nuestras palabras escapaban de los labios en forma de fugaces nubes de vapor que me hicieron pensar en los globos de un cómic. Mi nariz estaba helada. Me pregunto si estaría tan roja como tus mejillas.“¿Eres francesita?”, te preguntó mi tío Abel cuando te conoció en un aeropuerto francés apenas unas semanas antes. “No”, contestaste y te echaste a reír.A mí nunca me confunden con europeo. Me han preguntado si soy egip-cio o turco. Una vez en Puerto Vallarta un vendedor de tiempos compar-tidos me habló en inglés pensando que era un cholo de Los Ángeles. Lo que queda claro es que provengo de algún lugar del tercer mundo.Por ello mi miedo a caminar por Berlín. Por aquella convención de neonazis que había inundado la ciudad de jóvenes rapados vestidos con ropa militar. Avanzaban siempre en grupo, gritando. Insultando a los turcos que barrían las banquetas. Ladrándole a todo aquél que tuviera la cabeza negra. Como yo.“No me dejes”, repetí en un murmullo apenas audible por encima de la voz que anunciaba alguna llegada o salida de tren. Imposible distinguir las palabras entre la estática y el acento alemán que, según decía Don Félix, alias El Papayo, mi profesor de literatura en tercero de secundaria, era apropiado para gritarles a los caballos.Todo el tiempo que estuve en Alemania no pude dejar de pensar en los bombardeos de Dresde. “¿Es lejos Dresde?”, “¿Cuántas horas de viaje se hacen a Dresde?”, preguntaba todo el tiempo. Nunca fui.Apenas unas semanas atrás habíamos estado en Tánger siguiendo el rastro de William Burroughs. Pero el viento del desierto había borrado cualquier rastro que el viejo beatnik depravado hubiera dejado a su paso por el souq.En Tánger me ofrecieron seis camellos por ti.Ahora, en esa estación de trenes al norte de todo, el calor del Saha-ra parecía lejano, el pasaje fugaz de una novela comprada en un ae-ropuerto. Como el ejemplar de Snowcrash de Neal Stephenson que traía en mi mochila.Quise pensar en nuestros mejores momentos juntos, pero sólo era capaz de recordar a la mujer que en Madre noche, de Kurt Vonnegut, grita a los aviones aliados que detengan el bombardeo. “¿Qué quieren que haga-mos? Sea lo que sea, ¡díganlo y lo haremos!”, aúlla desde el matadero 5 del rastro de la ciudad.“¿Qué quieres que haga?”, quise decir, “¡Dilo y lo haré!”, pero sólo fui capaz de murmurar frases inconexas, mi mente lejana, pensando en bom-barderos B-29 vomitando bombas sobre la Alemania derrotada.“Las películas siemprre nos mostrraban como tontos”, solía decir don Klaus, elusivo profesor de música de la secundaria. Igual que el Papayo, era un hermano marista que llegó a México huyendo de la guerra. Él, de la segunda grande, el Papayo de la civil española. Klaus era veterano de la Wehrmacht, pero nunca hablaba de su pasado militar. Sólo remataba enigmático “...pero no érramos tan tontos.”Pensaba en todo esto y en Heinrich Böll. En Las opiniones de un payaso. En El tambor de hojalata, de Günter Grass, y las canciones desgarradas de Nina Hagen. En todas las sinfonías de Beethoven grabadas por Von Karajan con la Filarmónica de Berlín, escuchadas mil veces en la XELA en la casa de mi abuela. En Lola corriendo por todo Berlín al ritmo de música techno. Pensaba en Bertolt Brecht y en la Bauhaus. En la tipografía Futu-ra diseñada por Paul Renner a partir de formas geométricas simples, y en las salchichas de ternera rociadas de cerveza durante octubre.Pensaba en todo eso, pero era incapaz de pensar en ti y en mí juntos.“Se va mi tren, Auf Wiedersehen”, dijiste suavemente. Me diste un beso en la mejilla. Diste media vuelta y desapareciste de mi vida sacudiendo la mano desde la ventana.Nunca volví a verte. +

EL TAMBORDE HOJALATA

Günter GrassALFAGUARA

THE BEST OFNina Hagen

CD

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Como todo estudiante de filosofía que se respete, en mis moceda-des quise aprender alemán, empresa en la que, por supuesto, fraca-sé. Soñaba con alcanzar la verdad sondeando gélidas y polvorientas bibliotecas repletas de telarañas y de vetustas ediciones de Kant, Hegel o Schopenhauer impresas en gótico. Al principio la cosa iba bien y ya me veía con la lupa en la mano, reclinado sobre el escrito-rio, interpretando mensajes nacidos de la lucidez y el rigor intelec-tual. Pero llegaron las malditas declinaciones y con ellas se esfumó la esperanza de gobernar tan confusa y flexiva lengua. Lo bueno fue que, luego de zozobrar dos años entre palabras kilométricas y poe-mas infantiles que nunca pude descifrar con suficiencia, comencé a frecuentar una parcela de la literatura que hasta ese momento me había estado vedada. Con más necedad que talento me convertí en un germanófilo de segunda, pues sin saber alemán no leía nada que no fuera literatura alemana.Mucho más apto para la germanía que para el germano, sólo gracias a un puñado de estupendos traductores —entre los que destacan José María Valverde, J. R. Wilcock, Adan Kovacsics, Joan Fontcuberta, Mi-guel Sáenz y Juan José del Solar— he logrado mantener el vínculo inquebrantable que desde mis años universitarios me une a los teu-tones. Todavía recuerdo la fruición con la que devoré Amok, novela de Stefan Zweig, auténtico dandy del estilo para el que no tengo más que aplausos y alabanzas. O el oscuro desasosiego que me causaron las novelas y el libro Relatos de Thomas Bernhard, ese little bastard de las letras austríacas, rabioso y resentido como el que más, dueño de una prosa de “mírame y no me toques”, obsesiva y sofocante, en la que los personajes, siempre a punto de despeñarse, ostentan mejor las torturas que se infligen a sí mismos. De hecho, Bernhard ha sido, junto con Elias Canetti y Fiodor Dostoievski, una presencia perdura-ble en mis juicios sobre lo que es o debería ser la literatura: la crónica indubitable de las corrupciones humanas.Pero si de exploradores del alma se trata, nadie como Robert Musil, hijo predilecto de Kakania (también conocida como Imperio austro-húngaro) que, dicho sea de paso, ha dado tantos y tan buenos escri-tores como el gran Joseph Roth (autor de por lo menos cinco obras maestras: Hotel Savoy, Fuga sin fin, Job, La marcha Radetzky y La leyenda del santo bebedor), el fino Arthur Schnitzler (precursor del monólogo interior con su novela La señorita Else), el mordaz Karl Kraus (quien tuvo la desfachatez, primero, de escribir su propia revista duran-te quince años y, segundo, de redactar una obra de teatro que, según él, sería representable sólo en el planeta Marte) o el extático Hermann Broch (del cual quedé prendado tras devorar La muerte de Virgilio).

RELATOSThomas Bernhard

ALIANZA EDITORIAL

Y es que en su novela Las tribulaciones del estudiante Törless Musil consigue retratar, de la mano de algunos sucesos cotidia-nos de importancia menor, la vida espiritual de un puñado de púberes internados en un colegio militar. En efecto, resulta ad-mirable la capacidad de abstracción de Musil para lograr en sus personajes esa comunión entre las palabras y las cosas, las pa-siones y las acciones, la ira y la ternura o la indolencia y el asom-bro. Viaje al corazón de la adolescencia, la obra musiliana es una suerte de engranaje mayor cuyo movimiento pone en marcha la maquinaria completa de lo que bien podríamos llamar una “me-tafísica de la juventud” o, como dijera mi padre, “el puesto de la chaviza en el cosmos”. Otro escritor notable es, sin lugar a dudas, Peter Handke, tam-bién dramaturgo de vanguardia, guionista y director de cine. Ade-más de sus bitácoras de escritura (Historia del lápiz, Fantasías de la repetición) libros como La mujer zurda o El miedo del portero al penalty siguen complaciendo a los lectores que gustan de la literatura cuyo tema principal es la soledad y el hastío existencial. En esta última novela, por ejemplo, el guardameta retirado Josef Bloch, después de perder su trabajo como mecánico, se enfrenta a una especie de angustia en la que nada parece suceder pero en la que todo se percibe gris, insignificante, lánguido. Experimen-tando cada pedazo de la realidad como un prurito insoportable, Bloch quedará a expensas del sueño y el cansancio como formas de la clarividencia, y recurrirá al recuerdo de sus años bajo la portería para tratar de sobrellevar su desencanto. Acabo de leer, por primera vez, al suizo Peter Stamm y algo similar ocurre con los personajes que habitan sus cuentos. Los voladores es un compendio de amantes del miedo que buscan a como dé lugar ocupar los huecos que el propio devenir va de-jando tras de sí. Zombies fascinados por los lugares inhóspitos, espesos, intocados e insondables de la vida cotidiana, no buscan el abrazo sangriento o el mordisco brutal sino la reclusión abso-luta, la sombra, el lado oscuro de la existencia. Para mi buena o mala fortuna la lectura del libro de Stamm me ha hecho patente la capa de melancolía con la que están recubiertas todas las co-sas, incluyendo, por supuesto, las asquerosas tardes de domingo. Como escribo esta nota justo en una tarde de domingo pienso que debo terminarla con una frase pesimista pero no se me ocu-rre ninguna. Tal vez si hubiera aprendido alemán tendría más herramientas sintácticas para urdir un cierre a la altura de las circunstancias. Arschloch! +

EL MIEDO DELPORTERO AL PENALTY

Peter HandkeALFAGUARA

LOS VOLADORES Peter Stamm

ACANTILADO

¡UF, LOS ALEMANES!

ESTE MES 6

¡UF, LOS ALEMANES!

POR LOBSANG CASTAÑEDAPETER HANDKE

Ach, du lieberAch, du lieber

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PETER HANDKE

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OPINIONES DEUN PAYASOHeinrich Böll

SEIX BARRAL

VÉRTIGOW.G. Sebald

ANAGRAMA

EL LOBO ESTEPARIOHermann Hesse

ALIANZA

ESTE MES 8POR AKIRE AREVLO

Es frecuente que cuando pensamos en Alemania venga a nues-tra mente, antes que otra cosa, una imagen fría y rígida de la que surgen sonidos golpeadores, de elevado volumen, capaces de poner a cualquiera en estado de alerta. Sin embargo, basta con explorar un poco su amplia gama de textos, —y por textos quiero decir toda clase de manifestaciones culturales como libros, pelí-culas, canciones, etc.— para darnos cuenta de que el pueblo ger-mano tiene mucho que compartirnos.

Alemania cuenta desde hace siglos con una gran tradición de “contadores de historias”. Desde Till Eulenspiegel (Juglar que se desplazaba principalmente en el territorio norte de Alemania), Goethe y los hermanos Grimm, hasta Günter Grass, Michael Ende y Herta Müller, por mencionar sólo a algunos. En su mayoría, los autores alemanes plasman en sus narraciones la cosmovisión e identidad de su pueblo. Poseen gran maestría para contemplar el mundo e introyectarlo, para después plasmarlo a través de un lenguaje basto, con una técnica impecable y crear bellos paisajes y figuras, provocar la más estruendosa de las carcajadas o bien estreme-cernos, sorprendiéndonos a nosotros mismos reflejados en las reflexiones de los personajes, de manera que quede constancia de las lecciones que su gente ha tenido que aprender, para poder levantarse una y otra vez y seguir forjando ese temple que los ca-racteriza. No es en balde que hasta la fecha son diez los escritores alemanes que se han hecho acreedores al Nobel de Literatura. Para ilustrar la diversidad y riqueza de la literatura alemana, ha-blaremos de cuatro libros que no pueden faltar en ninguna bi-blioteca personal:

El lobo estepario (1927)- Hermann Hesse Sin duda, una de las piezas más representativas de la literatura alemana. Una aventura que envuelve al lector, que se lleva a cabo precisamente en el horizonte entre la realidad y la fantasía. En esta novela filosófica de Hermann Hesse, no podría quedar mejor ex-puesta la naturaleza humana: la vida es EL JUEGO en el que debe-mos mostrar la mejor destreza. Todos somos lobos esteparios, en búsqueda de la verdad, deslumbrados muchas veces por brillos ba-nales. Todos somos locos, nadie somos cualquiera y muchas veces la entrada a algunos capítulos de nuestras vidas puede costarnos la razón; es el riesgo de estar vivos, ser simplemente tan raros o tan normales. El reto está en acomodar correctamente las piezas en nuestros tableros y guardarnos en el bolsillo aquellas con las que simplemente no nos conviene jugar.

El elegido (1951)- Thomas Mann Basada en una epopeya medieval, se trata de la historia del papa Gregorio V, recreada en una Europa del Siglo X, donde el peso del destino es expuesto magistralmente. Con la dosis justa de humor, a través de la ironía, Mann hace una serie de reflexiones incisivas acerca de la sociedad y el poder que la moral y la religión ejercen sobre ella, mediante un narrador que legitima a través de la dicoto-mía que habita en cada ser humano: el implacable crítico y el que de ninguna manera comulga con el ejemplo, y no obstante tiene las agallas para reconocerlo. Es un divertido relato, con una estructura perfecta, lleno de elementos que situarán fácilmente al lector en aquella Roma, que impregnó a todo el continente europeo y por supuesto, también a Alemania.

Opiniones de un payaso (1963)- Heinrich Böll¿Existe narrador más empático que un payaso venido a menos? (Seguramente, más de alguno se ha sentido alguna vez así.) Habla-mos de un oficio del cual podríamos asegurar que está integrado por un gremio de los mejores observadores del mundo: capaces de registrar fielmente todo cuanto acontece a su alrededor, y ponde-rar los puntos álgidos de cualquier situación, ya sea para arrancar una risotada, señalar culpables o darle un giro inesperado a las his-torias, siempre manteniendo el interés constante del espectador, aun si su corazón está completamente destrozado. Böll ofrece una inteligente crítica de la sociedad alemana de la posguerra, ya recu-perada y que se debate entre la moral y la realidad de la práctica de la vida cotidiana. A través de los ojos de un joven payaso, ateo, que ha sido abandonado por su amada para irse a los brazos de un cató-lico, es posible conocer la serie de problemáticas que enfrenta un pueblo en un periodo de transición, con aristas muy particulares, pero también de carácter universal, tan complejas, bellas y atroces a la vez, como la propia naturaleza humana.

Vértigo (1990)- W.G. SebaldTrepidante es el ritmo de esta novela. Además del exquisito recorri-do a través de bellísimas y poéticas descripciones, por parte de Ita-lia, Austria y Alemania, se trata también de un viaje introspectivo: vertiginoso y en espiral, cuyo destino es el encuentro con uno mis-mo. En parte autobiográfico, enriquecido con imágenes a manera de collage para ilustrar el viaje del protagonista, este relato ofrece intertextualidad con las historias de vida de predecesores a quie-nes el autor admira, como Kafka y el mismo Thomas Mann. Sebald ofrece al lector una reflexión sobre sus orígenes y la reconciliación con todo aquello que conforma nuestra identidad, como individuos y como sociedades.

Y es que desde el corazón de Europa, ¡cuántas historias pueden ser observadas, vividas y contadas…! +

HERMANN HESSE

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DE HESSE A SEBALDDE HESSE A SEBALD

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ESTE MES 10

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LA MUJERDEL MEDIODÍA

Julia Franck TUSQUETS

DESEO Elfriede Jelinek

BOOKET

EN TIERRAS BAJASHerta Müller

SIRUELA

En gustos se rompen géneros y la literatura alemana escrita por mujeres no es la excepción. De ahí que escritoras tan disímiles como Herta Müller, Elfriede Jelinek, Julia Franck e Inka Parei den suficiente tela para cortar. Deseo, de Jelinek, novela que produjo un escándalo debido a los temas que trata (violencia sexual, frus-tración materna, consumismo), es una caja explosiva donde la literatura revienta: un prodigio implacable. El lenguaje de Jelinek es corrosivo; una zarza que nos hiere con cada palabra. Para estar en alta tensión la autora utiliza imágenes rotundas que develan un contexto enfermizo en el que la supuesta liberalidad sexual, sobre todo de la mujer, es cuestionada en cada acto: “Qué malicioso es el sexo débil, que encima se esfuerza en ser hermoso. El hombre decide exigir a la mujer la observancia del contrato conyugal. Le tapa la boca con la mano…, cubre a la mujer con la oscuridad de la noche, pero le enchufa su conexión eléctrica en el trasero…” La maternidad, otra de las grandes proezas femeninas, además del sexo, es puesta en cuestión a través de la crítica descarnada que la autora ofrece contra la familia de clase media: una mujer utilizada como objeto que sólo sacia a su marido e hijo con comida y sexo. Esta novela nos quita las máscaras y nos hace hurgar en nuestra profundidad desgarrada. Contra el consumismo y los hábitos de las familias modernas que descuidan todo lazo afectivo, en busca de diversión y una posición económica estable, Jelinek pone en duda la existencia de supermercado y destroza cada uno de los cimientos que parecen constituir al ser humano moderno. Repleta de frases contundentes, Deseo nos noquea. No podemos ganarle, es infinita-mente más fuerte que nosotros.

Herta Müller hace una literatura igual de violenta que Jelinek pero más simbólica. A diferencia de la heredera de Thomas Bernhard y de otros alemanes violentos, la literatura de Müller explota las frases largas que se quedan; la dulzura de un lenguaje que esconde el pensamiento de un lobo. En Tierras bajas se lee la alucinante visión de una niña que revisa las profundidades de sus recuerdos y desmenuza imágenes oníricas repletas de crisantemos y amapolas, de oscuridades. Los conflictos heredados, las taras familiares, el universo de una familia suaba rodeada de símbolos peculiares, nos sumergen en un sueño. Müller hurga en su pasado infantil como si

buscara en una canasta de fresas y sacara los frutos mostrándolos con la elegancia de una mirada profundamente singular y aguda. Tierras bajas no es, en absoluto, el conjunto de relatos ingenuos narrados por una niña, sino la transformación de esa voz en una panorámica que tiene la virtud de moverse en distintos ángulos para mirar las cosas. El pueblo de Müller, su supuesta marginali-dad, nos hacen volcarnos en una ola de emociones universales; ésa es su virtud. Leyéndola regresamos a ese mundo atrapado en los laberintos de la vida y de la muerte, de la pérdida y el fracaso. Allí donde los recuerdos familiares nos confrontan con nuestros miedos, con ese pueblo único que abandonamos y al cual se re-gresa a través de la escritura. Es verdad que la literatura se nutre de la experiencia pero ella alcanza su punto máximo sólo cuando ésta logra recrearse en un lenguaje propio. Como sucede con Je-linek, la literatura de Müller es excepcional precisamente porque noquea, porque no es complaciente, porque nos confronta y no transita por las vías fáciles. Cada una de ellas exploró su manera de narrar y siguió por su sendero, y he ahí cómo lo literario alcan-za su verdadera autenticidad.

Julia Franck, a su vez, hace una novela anecdótica; La mujer del me-diodía relata los fantasmas de la juventud y sus pérdidas. Es una novela que explora el recuerdo de dos hermanas, marcadas por un contexto de guerra y abandono. La autora da preeminencia al carácter, su obra se nutre de la carne, de ahí que los temas sean los más importantes por encima del lenguaje con el que los recrea. Inka Parei a su vez, usa, en El principio de la oscuridad, la lentitud a través de la mirada de un anciano. La novela de Parei es breve, tien-de a la reflexión, se estanca en la visión y el grosor de su personaje. Todas estas autoras nos ofrecen una visión muy peculiar de contor-nos definidos. La literatura está hecha de palabras, de frases, el len-guaje revienta en el espacio literario; la soledad de un escritor es, precisamente, su excepcionalidad, su diferencia. Siempre es grato encontrar una literatura nacional enriquecida por los más disímiles puntos de vista, por las más discordantes voces, la literatura ale-mana escrita por mujeres, nos entrega esa variedad, cada una de las autoras que aquí aparece ha encontrado su peculiaridad al na-rrar, su específica forma para decir. En gustos se rompen géneros, así que en cada una de estas escritoras nos encontraremos y nos apropiaremos de su mirada convirtiéndola en la nuestra. +

MIRADASMIRADAS

HERTA MULLERPOR INGRID SOLANA

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MIRADASMIRADAS

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ENTREVISTA A DANIEL JONAH GOLDHAGEN 12POR STAFF LEEMÁS

Daniel Jonah Goldhagen (1959) es autor de dos libros controvertidos sobre la Alemania nazi, que escribió a partir de las experiencias sufridas por su padre, un so-breviviente del Holocausto judío. Peor que la guerra, su más reciente libro, explora los terribles mecanismos que propician genocidios, que en palabras del autor, resultan más devastadores que cualquier conflicto bélico. Tomar la decisión de escribir un libro como Peor que la guerra no debe ser fácil. ¿Qué lo motivó a hacerlo?Los asesinos eliminacionistas han matado a más de 100 mi-llones de personas durante el último siglo, muchas más de las que han muerto debido a operativos militares conven-cionales. Consideré imperativo contribuir a que los líderes públicos y políticos comprendieran la naturaleza de este enorme problema y proponer una serie de políticas claras y factibles que podrían reducir fácil y sustancialmente la incidencia y el alcance del asesinato masivo en el futuro.

¿Podría establecerse un proceso, por así llamarlo, “evolu-tivo”, que ejemplificara cómo nace, crece, se desarrolla y muere un genocida?El aspecto crítico que hay que conocer acerca de un geno-cida es que existen condiciones políticas como la impuni-dad, que permiten que los líderes políticos y sus seguido-res actúen en consecuencia de cualquier creencia o pasión eliminacionista o genocida que puedan tener, pero iniciar un asesinato masivo es siempre una decisión consciente de dichos líderes. El genocidio siempre es evitable, así como la decisión de iniciar una guerra. Para prevenir que los geno-cidios comiencen es preciso crear instituciones y políticas que persuadan a los líderes políticos de que esto no vale la pena o que no tendrá ningún éxito iniciar un genocidio. Así, tendrán que encontrar formas más pacíficas de atender los problemas políticos, reales o imaginarios, que propician el deseo de eliminar a ciertos grupos de gente.

En la conciencia del pueblo alemán contemporáneo, ¿qué tan fuerte sigue siendo el impacto del tercer Reich de Adol-fo Hitler? Alemania es hoy en día una democracia consolidada, es-table. La gente ahí, exceptuando ciertos márgenes de la sociedad, mira con el mismo horror que el resto del mun-do a Hitler y los asesinatos masivos que perpetró con la ayuda o el apoyo de sus padres o abuelos, o incluso ya sus bisabuelos. La construcción de la sociedad liberal demo-crática alemana, surgida de las ruinas de este terrible ré-gimen, es a un tiempo milagrosa y un ejemplo del que hay que aprender. Con el apoyo internacional adecuado, con los incentivos internacionales adecuados, con la creación de instituciones democráticas fuertes y la educación del pueblo conforme a la democracia, los países pueden cons-truir democracias benéficas, funcionales y sociedades de manera relativamente rápida.

¿Cómo puede un pueblo sobrevivir política y moralmente a un genocidio? Recoger las piezas rotas después de un genocidio es una de las cosas más difíciles que un país y su gente pueden hacer. No hay manera de revivir a los muertos. No hay una completa curación de las graves heridas físicas, psicológi-cas y emocionales de los supervivientes. No hay manera de revivir a los seres queridos. Es simplemente una catástrofe. Y el problema de qué hacer con las legiones de perpetra-dores es también cualquier cosa menos insoluble. Está cla-ro que una medida de justicia es crítica. Así que los líderes políticos que desataron el genocidio, sus subordinados en altos mandos y los encargados de dirigir a aquellos que lo llevaron a cabo, deben ser llevados a juicio. Seguir adelante es realmente, definitivamente, imposible para las víctimas, no importa cómo pueda parecer visto desde fuera. Pero lo que puede hacerse es crear nuevas estructuras políticas, principalmente aquellas de la democracia, con apoyos in-ternacionales que reduzcan las posibilidades de recurrir al asesinato. Y cuando esto se lleva a cabo, es un gran logro. +

KriegKrieg

PEOR QUE LAGUERRA

Daniel Jonah GoldhagenTAURUS

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POR DIEGO HERRERA O.

Hace unas décadas, antes de que la grabación y masterización musical estuviera al alcance de cualquier persona —por medio de una computadora y software DAW (Digital Audio Workstations)—, los estudios de grabación eran imprescindibles para los músicos que deseaban ser escuchados. Grabar en el lugar correcto, con el productor correcto, era un gran golpe de suerte y los estudios mismos, así como los productores y los ingenieros de audio, se convirtieron en protagonistas de su propia mitología.

Como ejemplo basta con mencionar a los estudios Electric Lady en Nueva York, Sun Studios en Memphis, Abbey Road en Londres, Compass Point en las Bahamas, el estudio de King Tubby en Jamai-ca y Hansa Records en Berlín.

Hansa Musik Produktion o Hansa Records, fue fundada en la capi-tal de Alemania del Este en 1961, en un edificio de principios del si-glo XX que fue construido originalmente como sala de conciertos. Los estudios son parte integral del movimiento cultural y epicentro musical de Berlín, donde se gestaron piezas fundamentales en el rock como Low y Heroes de David Bowie, así como The idiot y Lust for life de Iggy Pop. Ubicado en el número 38 de la calle Köthener, también fue la base de operaciones de muchas bandas de rock gótico y electro industrial como Einstrürzende Neubauten.La fama de estos estudios se debe a figuras como el productor Gareth Jones y los ingenieros de audio Edu Meyers y Tom Müller, este último estuvo a cargo de las consolas de grabación de 1971 a 1989, y supervisó la producción de muchos discos muy aprecia-

dos en la historia de la música contemporánea, de Nina Hagen a Depeche Mode, pasando por Bonnie Tyler, Siouxsie and The Banshees, Milli Vanilli, Boney M, Modern Talking, Alphaville y La Bouche, entre muchos otros.

La historia de Hansa está repleta de anécdotas. El sonido del grupo alemán Tangerine dreams (creado por el ingeniero Edu Meyers) fascinó de tal forma a David Bowie que prolongó lo más que pudo su estancia en los estudios, tanto que la influen-cia creativa del krautrock y el electro alemán se refleja en su álbum de 1977.

Otro caso es el séptimo álbum de U2, Achtung baby!, en el que la influencia de la música industrial, electrónica y dance es más que evidente. La banda irlandesa se estableció en Berlín a fi-nales de 1990 buscando inspiración en la víspera de la reunifi-cación alemana. En Hansa grabó una serie de tortuosas sesio-nes, repletas de problemas técnicos. Tras semanas de tensión, el grupo se dividió en dos bandos creativos, debido a ciertas diferencias por las influencias musicales que cada uno de ellos escuchaba entonces y por el tipo de letras que componían, provocando un lento proceso durante las grabaciones y que la banda, por primera vez, pensara en disolverse.

Eventualmente la banda regresó a Hansa para terminar las gra-baciones inconclusas y trabajó en Dublín al año siguiente para terminar lo que se convertiría en Achtung baby!, uno de sus discos más exitosos. Cabe mencionar que el título del álbum significa “Atención, baby” y es una frase que utilizaba el inge-niero de sonido, Joe O’Herlihy, cuando quería tener la atención de la banda durante las sesiones de grabación.

A pesar de que a mediados de los ochenta Hansa fue adquirida por BMG y fusionada con otras disqueras como Ariola Records para formar BMG-Ariola —que después sería parte del consor-cio internacional Sony BMG Music Entertainment—, el estudio sigue activo, es la fuente de interesantes propuestas y lugar preferido de muchas bandas, como R.E.M., quienes grabaron allí su más reciente disco, Collapse into now. + Ro

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KÖTHENER 38KÖTHENER 38

BRIAN ENO

Hansa RecordsHansa Records

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Los cuatro muros más famosos del mundo nos dicen mucho sobre nuestra condición humana: la religiosa, representada en el Muro de las Lamentacio-nes; la económica, en Wall Street; la política, en el extinto Muro de Berlín y la artística, plasmada en The Wall (1979), uno de los discos más importantes del grupo británico Pink Floyd. Estos dos últimos muros guardan una relación que tiene su origen en la Segunda Guerra Mundial. El primero nació no sólo para dividir a una ciudad sino al mundo entero en dos bandos; el disco se remonta a un accidentado concierto de Pink Floyd, donde un espectador de primera fila se la pasó molestando a Roger Waters al grado de que éste, harto de las imper-tinencias del fanático, le escupió en la cara. De ese arranque Waters imaginó un hipotético escenario donde conforme la banda interpretara sus canciones un muro fuera construyéndose hasta separar por entero a la audiencia del gru-po. Si ya antes el concepto de The dark side of the moon giraba en torno a la locura, el dinero y la alienación, en The Wall Waters se sumergiría en sus más hondos traumas infantiles, explotándolos al máximo a través de un protago-nista de nombre “Pink”, quien pierde a su padre durante el conflicto bélico y cuya madre sobreprotectora lo orilla a refugiarse dentro de un muro interior. Como ocurre con las grandes bandas que agrupan a varios genios, The Wall selló el destino del grupo; podría decirse que fue su última obra maestra ya que posteriormente se agravarían las diferencias entre David Gilmour y Roger Waters, al grado de que los tribunales debieron decidir los derechos de ex-plotación del nombre de la banda y del catálogo discográfico. La leyenda dice que, al preguntarle si alguna vez volverían a tocar juntos, Waters, enfático, res-pondió: “Cuando se caiga el muro de Berlín”. Durante muchos años Pink Floyd y Roger Waters prosiguieron sus actividades. Y un día sucedió lo impensable: el muro berlinés se derrumbó la noche del 9 y 10 de noviembre de 1989. Roger Waters cumplió su palabra: acompañado por Scorpions, Sinéad O’Connor, Van Morrison, entre otros, el 21 de julio de 1990 el muro se levantó de nuevo.El 26 de septiembre de 2011 la disquera EMI lanzó a la venta los 14 discos de estudio de Pink Floyd, totalmente remasterizados, incluyendo The Wall, ese famoso muro que a diferencia de los otros tres, sí podemos tener en casa. +

PARA NO OLVIDAR20 POR DANIELA COVARRUBIAS

PINK FLOYDPINK FLOYDRemasterizadoRemasterizado

ILUSTRACIÓN DE GOLPEAVISA.COM.MX

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LOS +VENDIDOSHISTORIAS SOBRE EL FIN DEL MUNDO

Y OTRAS PATRAÑASTrino

TUSQUETSTrino (Guadalajara, Jalisco, el 20 de agosto de 1961). Cursó todos sus estudios con jesuitas, de la primaria a la licenciatura en ciencias de la comunicación. Aunque su primer cartón de humor publicado a nivel nacional apareció en el diario UNOMÁSUNO, en realidad se dio a conocer a través de La croqueta humor perro, una columna de humor semanal que publicaba en La Jornada, junto a Jis y Fal-cón. Más tarde, en colaboración con Jis, invento las tiras cómicas El Santos contra la Tetona Mendoza y La chora interminable, que se

publicaron en La Jornada durante varios años.

CIEN AÑOS DE SOLEDADGabriel García Márquez

ALFAGUARACien años de soledad, convertida en corto tiempo en un clásico de la moderna literatura en castellano, ofrece una aventura de lectura insustituible. Proyectada como una des-cripción de la vida familiar de la casa donde transcurrió la in-fancia de García Márquez. Poco a poco, se convierte en una fabulación mágica, en morada de unos personajes ya legen-darios inscritos en los mitos profundos de la cultura universal.

ALEPHPaulo Coelho

GRIJALBO MONDADORI Durante una gira como escritor con su equipo editorial, Pau-lo Coelho conoce a una impertinente y a veces molesta chica que se empecina en seguirlo a todos lados. Coelho permite que la joven viaje con él y con sus acompañantes en un reco-rrido en tren por Rusia. Hay un punto mágico del universo que existe en ese vagón del tren, y al cual puede acceder sólo a través de la mirada de la irritante chica: el Aleph: A través del Aleph, Coelho puede llegar a sus otras vidas, donde descu-bre el papel tan importante que jugó la joven en esta travesía.

EL JEFE MÁXIMOIgnacio Solares

ALFAGUARAHacia el final de su vida, completamente solo, Plutarco Elías calles busca un consuelo, descubrir un trozo de verdad que le permita morir en paz, aunque lo espere un espantoso purgatorio donde tenga que confrontarse con cada una de las personas a las que mandó matar: francisco serrano, el padre Agustín pro, Álvaro Obregón… cualquier horror es preferible a la nada, la disolución total, en la que, por alguna extraña razón, Elías Calles nunca había podido creer, y ahora, luego de volverse asiduo asistente a sesiones espiritistas, ha vislumbrado otro

mundo y es continuamente visitado por fantasmas.

TOKIO BLUESHaruki Murakami

TUSQUETSUna historia de amor triangular que se convierte en el relato de una educación sentimental pero también de las pérdidas que im-plica toda maduración. Toru Watanabe, un ejecutivo de 37 años, escucha casualmente mientras aterriza en un aeropuerto euro-peo, una vieja canción de los Beatles, y la música le hace retro-ceder a su juventud, al turbulento Tokio de finales de los sesenta.

FICCIÓN NO FICCIÓNEL PAÍS DE UNODenise DresserAGUILARDenise Dresser, entrega un diagnóstico audaz y demoledor de la si-tuación política y social que impera en nuestro país, denuncia la co-rrupción de nuestras instituciones, la voracidad de los monopolios, la nociva parcialidad de las televisoras con el manejo de la información... Una denuncia a los Salinas y sus pactos siniestros; a los Romero Des-champs que exhiben su riqueza con cinismo; a los Montiel que pasean su impunidad por el mundo; a la maestra y su ejercicio cuestionable del poder; a los Fox con su presunción de ineptitud; a los políticos que encubren a pederastas, a los legisladores que mienten sin escrúpulos...

EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDOViktor FranklHERDEREn esta obra, Viktor E. Frankl explica la experiencia que le llevó al descubrimiento de la logoterapia. Prisionero, durante mucho tiempo, en los desalmados campos de concentración, él mismo sintió en su propio ser lo que significaba una existencia desnuda, ¿cómo pudo él que todo lo había perdido, que había visto destruir todo lo que valía la pena, que padeció hambre, frío, brutalidades sin fin, que tantas veces estuvo a punto del exterminio, cómo pudo aceptar que la vida fuera digna de vivirla?

PEQUEÑO CERDO CAPITALISTASofía MacíasAGUILAR¿Realmente quieres sacarle el mejor provecho a tu dinero? No im-porta si eres músico, poeta y loco; doctor en ciencias ocultas, bo-hemio, activista, amante de la naturaleza, cirujano, arquitecto de tu propios destino, floricultor, psicoanalista… no importa si no tie-nes idea de finanzas personales, tienes grandes nociones o crees que eres un experto. Con Pequeño cerdo capitalista tendrás las herramientas más efectivas para saber ahorrar, invertir y repartir de la mejor manera tus ingresos.

LOS CUATRO ACUERDOS:UN LIBRO DE SABIDURÍA TOLTECAMiguel RuizEDICIONES URANOUn libro de sabiduría tolteca, una guía práctica para la libertad per-sonal. El conocimiento tolteca surge de la misma unidad esencial de la verdad de la que parten todas las tradiciones esotéricas sagradas del mundo. Hace miles de años los toltecas eran conocidos en todo el sur de México como mujeres y hombres de conocimiento. Los an-tropólogos han definido a los toltecas como una nación o una raza, pero de hecho, eran científicos y artistas que formaron una sociedad para estudiar y conservar el conocimiento espiritual.

MANUAL PARA NO MORIR DE AMORWalter RissoNORMAEl libro contiene 10 principios de supervivencia afectiva: 1. Si ya no te quieren, aprende a perder y retírate dignamente. 2. Casar-se con el amante es como echarle sal al postre. 3. Evita el sacri-ficio irracional: no te anules para que tu pareja sea feliz. 4. ¿Ni contigo ni sin ti? ¡Corre lo más lejos posible! 5. El poder afectivo lo tiene quien necesita menos al otro. 6. No siempre un clavo saca a otro: a veces, los dos quedan adentro. 7. Si el amor no se ve ni se siente, no existe o no te sirve...

Nota de paso

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[…] Vale das Eiras, 3 de enero de 1990

El primer pescado del nuevo año, con guarnición de verduras —tomate, calabacín, pimiento, cebolla y ba¬tatas—, está en el horno. Comprado en Lagos. No hay ningún periódico alemán a mano, salvo el Bild Zeitung. Éste lleva como titular de Año Nuevo: «¡Locura!», una palabra que sobreabunda desde que se abrió la frontera interalemana; ¿o anuncia, como un conjuro, una nueva y auténtica locura?... Malos presagios.

El trabajo en el discurso de Frankfurt me fuerza a volver la vista hacia mí mismo en las Juventudes Hitlerianas. Desde luego no era un fanático riguroso, pero tampoco me asediaban las dudas. ¿Una persona intercambiable con otras, desde entonces? Sin duda, en lo que concierne a la for¬mación ideológico-política del pensamiento y la acción; pero la obstinación juvenil en grandes proyectos, casi épicos, como la elaboración de tablas históricas e histórico-cultu¬rales (presagio del «itinerario cultural» de Stein), me resulta familiar. Este ego temprano ha experimentado en todo caso correcciones, puli-mentos y plasmaciones profesionales, sin cambiar en lo fundamental.

Ayer, conversación con Ute hasta mucho después de medianoche sobre mis propósitos de Año Nuevo para este año: desde finales de febrero hasta septiembre, quie¬ro visitar la RDA, desde Rügen hasta Vogtland, todos los meses, a intervalos más o menos largos, para ver con mis propios ojos los cambios que siguen al gran cambio polí¬tico y revolucionario. El plan prevé también una estancia en la cuenca carbonífera, en los alrededores de Spremberg. Allí fui herido en el 45 (el 20 de abril). Allí quiero dibu¬jar el paisaje explotado. Ute sólo estará de vez en cuando. Así que compraré un saco de dormir sólo para mí.

Quizá es demasiado pronto para hacerme una idea del profesor Alexander Reschke. Sea como fuere, enseña en la Uni-versidad de Essen algo que aún no tiene nombre. Probablemente Historia. Un antiguo intelectual de izquier¬das, al que los cambios en Alemania ponen de un humor nacional-sentimental, aunque con un quiebro irónico. Ella, la viuda Halina Piątkowska, es pediatra. Entre finales de noviembre del 89 y mayo del 90 hay un activo intercam¬bio epistolar entre viudo y viuda, que da cada vez más cuen¬ta de su proyecto común, de cómo poco a poco va cobrando forma hasta la primera compra de terrenos: tres hectáreas y media de territorio al sur de Brentau, que abarca un trozo de bosque, es montañoso y puede ser ampliado pos¬teriormente en dirección a Ramkau. También hay una suma en dólares en una cuenta de ahorro, que podría bas¬tar para comprar una finca del mismo tamaño a las afueras de Vilna (Vilnius). Ninguno de los dos, viuda y viudo, se habría creído capaz de tanto sentido práctico.

He empezado un dibujo para Madera muerta. Y, para aumentar lo positivo hasta la locura, hoy un tercer árbol ha sido plan-tado en su agujero en la ladera sur: un nespereira, es decir, un níspero, que promete frutos jugosos y ácidos. Ojalá que el suelo no esté demasiado húmedo, con estas lluvias persistentes.

Vale das Eiras, 4 de enero de 1990

Desde fin de año (hasta anteayer) he estado leyen¬do la novela La contravida, de Philip Roth, un libro que estimula la con-tradicción y se rebate continuamente a sí mismo, y que abusa del judaísmo y el antisemitismo para responder de manera prolija a la pregunta, en realidad banal, de si un autor puede explotarse a sí mismo y a otros (su familia), es decir, para res-ponder como estaba previsto que sí. Pero quizá este libro no me gusta porque no apre¬cio especialmente a los autores que convierten de forma permanente su propia persona en tema. Incluso allá don¬de el autor descubre los manejos del ficticio narrador con deslumbrantes y certeros argumentos, el esfuerzo apenas merece la pena; no sorprende que el capítulo sobre Israel, «Judea», resulte pálido comparado con el libro de entre¬vistas periodísticas de Amos Oz En la tierra de Israel. ¿Por qué Jurek Becker me recomendó este libro hace poco (la noche del congreso del SPD en Berlín)? Le preguntaré.

El tiempo sigue turbio, con tendencia a continuar lloviendo. Hoy sólo he plantado cinco matorrales de rome¬ro y tres de lavanda. Un creciente disfrute: la falta de tele¬visión y teléfono. Sobre un boceto del año pasado hay algo que ahora podría estar bajo el título Malos presagios, y que tiene por título de trabajo A paso de cangrejo. Sea cual sea su título, debería con-vertirse, por malo que sea el curso germano-polaco que tome todo esto, en una historia diabólico-cómica: viuda y viudo, en su tonta humanidad, tendrían madera para eso. Habría que introducir con cui¬dado las acciones secundarias, por ejemplo la venta por partes de los astilleros Lenin. Ambos gozan de excelente salud, aunque Reschke es hipocondríaco. +

Günter Grass es uno de los escritores alemanes más reconocidos del mundo. En 1999 obtu-vo el Premio Nobel y el premio Príncipe de Asturias. En De Alemania a Alemania, el escritor lleva a cabo uno de los ejercicios literarios más interesantes e íntimos: la escritura de un diario, costumbre que hoy en día continúa realizando. EXTRACTO 23

Diario, 1990Diario, 1990

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ADIÓS A LENINWolfgang Becker

ZIMA

LAS ALAS DEL DESEOWim Wenders

ZIMA

Alemania:Alemania:

NOSFEARTU EL VAMPIROWerner Herzog

TARANTULA

+PARA VER Y ESCUCHAR

VARIOSEl gusto, 40 años de son huasteco.DISCOS CORASONLa soprano Sonia Medrano nos entrega su segundo disco, una recopilación con lo mejor de la canción mexicana de to-dos los tiempos, un bello recorrido por la auténtica música popular de nuestro país que con más de un siglo de existen-cia persiste en la memoria del pueblo.

CHICAMOLEHuapango en Wi-FiDISCOS CORASONEl son huasteco se sigue heredando de generación en ge-neración y más que mostrar huellas de desgaste u olvido, se revitaliza con nuevas agrupaciones como Chicamole, dán-dole todavía más vida a uno de los géneros más populares y gustados de México.

SERGENT GARCÍAUna y otra vezSONY DADCEcléctica y versátil, así podemos catalogar la música de Ser-gent García, un pionero en cuestiones de la fusión musical; ritmos latinos, world music, rock, ska y un poco de todo, han dado a García un lugar privilegiado en la escena mundial.

TONY BENNETDuets IIUNIVERSAL MUSICUna leyenda de la música popular norteamericana, que siempre ha destilado estilo y categoría, ahora se hace acom-pañar de grandes luminarias.

WYNTON MARSALIS / ERIC CLAPTONPlay the blues, live from Lincoln CenterWEADos talentos, dos genios unidos en una presentación de an-tología que queda registrada en este disco; por un lado un genio y figura del jazz, por el otro, un ícono del blues y el rock en una sesión única y que quedará para el recuerdo.

LOS PILARES DE LA TIERRADir. Sergio Mimica-Gezzan

CINE, VIDEO Y T.V.Adaptación en formato miniserie de la famosa novela de Ken Fo-llett. En la Edad Media, en una fascinante época de reyes, damas, caballeros, luchas feudales, castillos y ciudades amuralladas, el amor y la muerte se entrecruzan vibrantemente en este tapiz cuyo centro

es la construcción de una catedral gótica.

TRIUNFO A LA VIDADir. Stephen HerekCINE, VIDEO Y T.V.

Glenn Holland (Richard Dreyfuss) ve como su trabajo actual como músico en fiestas privadas no da para mucho, mientras sueña con componer su gran obra. Cuando se decide a cambiar de trabajo y se convierte en profesor de una destartalada es-cuela, descubre su verdadera vocación; enseñar a los jóvenes a

entender la vida a través de la música.

DANTE 01Dir. Marc Caro, Pierre Bordage

QUALITY FILMSEl film narra la historia de una prisión espacial de alta seguridad (llamada “Dante 01“) que orbita un planeta llamado Dante, y adon-de sólo envían a los psicópatas más peligrosos, pero no para ence-rrarles de por vida entre rejas, sino para utilizarles como cobayas humanas en extraños y terribles experimentos. Hasta que un día, César (Dominique Pinon), uno de los reclusos allí, decide liderar una rebelión que acabe con todo lo llevado a cabo en ese lugar, hasta que llega Saint Georges (Lambert Wilson), un misterioso prisionero poseído por una fuerza secreta que, cuando aprenda a controlar, empleará para acabar con la hostilidad de sus compañe-

ros presos y liberarlos de la maligna atracción de Dante.

HONOR Y CARÁCTERDir. Ryan Little

QUALITY FILMSLa película presenta al clásico chico rebelde Rick Penning (Sean Faris) es el típico chico rebelde y conflictivo, pero juega al rugby en el equipo dirigido por su padre. Tras ganar un parti-do y pasar una noche de juerga, él y su novia sufren un acciden-te automovilístico. Como no es la primera vez que le ocurre, es condenado a cumplir una pena en el Centro de Detención Juvenil en Salt Lake City, por ser considerado un peligro para sí

mismo y para la sociedad.

OPERACIÓN DELFÍNDir. Brook Aitken

DISTRIMAXOperación delfín es un documental del 2009 que muestra la matanza de más de 23.000 delfines en una cala en Taiji, Waka-yama (Japón). El filme fue dirigido por el antiguo fotógrafo de National Geographic Louis Psihoyos, y fue grabado secretamen-te durante 2007 empleando micrófonos submarinos y cámaras de alta definición camufladas como rocas. Ganó el Premio de la Audiencia de los Estados Unidos en el Festival de Cine de Sun-

dance anual número 25, en Park City, Estados Unidos.

DVD CD

Y ESCUCHARNota de paso

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Vanguardia. El cine de Alemania, por razones que merecen un análisis mucho más a fondo, varias veces le ha dicho al cine del resto del mundo hacia dónde voltear para contar historias.Habría que empezar describiendo la importancia de estilo de sus directores más famosos. Allá cuando su propuesta cinematográfica alcanzaba las fronteras del cine mismo, durante el valioso periodo del Expresionismo, los nombres de Friedich Willheim Murnau, Robert Wiene, G. W. Pabst, Paul Wegener y al final de ese periodo el de Fritz Lang, demostraron al mundo el poder del encua-dre, el potencial del montaje y, sobre todo, la posibilidad de segundos, terceros o hasta cuartos ni-veles de lectura usando las herramientas elementales del cine y su gramática. Fueron los alemanes quienes dieron al cine los primeros villanos humanos, por más vampirescos que resultaran a la vista. Están ahí para comprobarlo El gabinete del Dr. Caligari (1919), Las manos de Orlac (1924), La caja de Pandora (1929), El Gólem (1920), El estudiante de Praga (1913), Secretos de un alma (1926) -una delicia para los amantes del psicoanálisis-, Nosferatu (1922), Fausto (1926) y por supuesto Metrópolis (1927).Después, una mujer demostró efectivamente que al unir vanguardias se podía alcanzar nive-les estéticos sorprendentes a pesar, incluso, de un discurso monstruoso. Leni Riefenstahl traba-jó para el nacional-socialismo, pero la armonía de sus encuadres y la efectividad de su montaje en El trinunfo de la voluntad (1935) y Olimpia (1938) merecen ser comprendidos por separado.El final de la Segunda Guerra mundial dio a Alemania su propio periodo neo realista donde tene-mos que hablar de las reflexiones a través del drama de autores como Wolfgang Staudte y Wolfgang Liebeneiner. Luego llegaron dos décadas en que los alemanes hablaban de Alemania, cuestionando su patriotismo en la gran guerra y el papel de los civiles, produciendo tantas películas que su burbuja los hizo caer duro en los sesenta.Después se colocaron otra vez a la vanguardia y un “nuevo cine alemán” tomó al mudo por sorpresa con golpes al abdomen firmados por Rainer Werner Fassbinder, Alexander Kluge, Volker Schlön-dorff y por supuesto, Werner Herzog, declarando, igual que los chicos franceses de la Nueva Ola, que el cine tenía que renacer. A diferencia de Godard y sus secuaces, los alemanes voltearon for-malmente al futuro en lugar de volver al pasado para narrar sus historias. El resultado es un cine más vinculado al arte, pero también al sistema de producción propio del cine de Estados Unidos. El ecléctico resultado les dio oportunidad de reflexionar sobre Alemania desde puntos de vista tan abiertos como variados, y si agregamos a Wim Wenders a esta musculosa lista, veremos que nuevamente la pauta mundial estaba dictada desde los estudios alemanes. Las amargas lágrimas de Petra Von Kant (1972), El matrimonio de María Braun (1979), Lili Marleen (1981), la maratónica Ber-lin Alexanderplatz (1980), El tambor de hojalata (1979), El honor perdido de Katharina Blum (1975), Angst essen Seele auf (1974), Aguirre, la ira de Dios (1972), Nosferatu el vampiro (1979) -revisando al expresionismo-, Fitzcarraldo (1982), Las alas del deseo (1987). Alemania estaba nuevamente en boca de todos, pero especialmente, en la lista de países a los que los cinéfilos seguían con religiosa dedicación, incluyendo, a nivel masivo, nombres como Uli Edel, Wolfgang Petersen o Doris Dörrie.El siglo XXI mantiene vivos y punzantes los nombres de Herzog o del infalible Michael Haeneke (que en los ochenta afiló en la televisión el colmillo con el que hoy nos desgarra el cuello). Pero también ha dejado que gente nueva como Tom Tykwer, Wolfgang Becker o el otro infalible Fatih Akin, surjan al frente de un cine que, curiosamente, explora la propuesta de los maestros, Her-zog quizá el más solicitado.Solamente estudiando al pasado, como lo han hecho desde siempre los directores alemanes, se puede estar en el futuro, en la vanguardia. +

LA COLUMNA DE ERICK ESTRADA Director editorial del portal dedicado al cine www.cinegarage.com

ADIÓS A LENINWolfgang Becker

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EL CINEDE SIEMPREEL CINEDE SIEMPRE

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TARANTULA

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POR RODRIGO MORLESIN

EL PATO Y LA MUERTEWolf ErlbruchBARBARA FIORE EDITORA

Ahhh... ¡Alemania! Todos dicen que los alemanes son fríos, sin sentimientos...Mucha gente piensa que no hay chiste tan bueno ni drama tan conmovedor que saque una expresión de un rostro alemán. Yo no conozco Alemania ni a ningún alemán, pero conozco sus libros para niños, muchos de estos, montones de estos. Estoy segurísimo que los alemanes tienen grandes sentimientos, que son sensibles y amables; que bajo esa fama de fríos, su corazón late tan o más rápido que el de cualquiera.

¿No me crees? Te voy a dar cuatro muy buenas razones para convencerte, cuatro grandes libros que hablan de amor, valor, amistad y hasta muerte, clásicos de la literatura proveniente de un país frío y de corazones cálidos.

YOPhilip WaechterGRUPO EDITORIAL NORMA

SELMAJutta BauerFCE

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SENTIMIENTOS TAMAÑO OSO¿Cómo eres? ¿Qué te da miedo? ¿Qué te gusta? Este libro tiene magia, como todos los de Philip Waechter, quien con maestría dibuja sentimientos en forma de oso. ¿De qué tamaño es tu corazón?

LA VIDA SEGÚN JUTTA BAUERSi pudieras cambiar tu vida ¿qué harías? Si tuvie-ras más dinero ¿qué harías? Si tuvieras todo el tiempo del mundo ¿qué harías?Si dudas un poco sobre qué responder, me gustaría presentarte a Selma, una ovejita que sabe exacta-mente qué responder, porque tiene muy claro qué es la felicidad.

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PERO... ¿CÓMO ES LA MUERTE? Un día el pato nota que alguien lo sigue... es la muerte que ha estado cerca de él desde que nació, ahora la ve y la reconoce, así que deciden pasar un buen rato juntos. Este libro es un verdadero poe-ma, sutil pero contundente, con ilustraciones que por su sencillez resultan asombrosas.

EL ÁNGEL DEL ABUELOJutta BauerLÓNGUEZ

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EL ABUELO CERCANOLas historias que el abuelo cuenta de cuando era joven están llenas de valor, no le temía a nada, dice que tuvo suerte... aunque no nos demos cuenta, el abuelo siempre está cerca...

Alemania en el corazónAlemania en el corazónHerzHerz

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SELMA

EL ÁNGEL DEL ABUELO

HerzHerz

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CABEZA DE TURCOLA COLUMNA DE DIEGO Editor, columnista y, por si fuera poco, americanista.

La empatía, la capacidad para situarnos en los zapatos del otro o la otra, es una de las características esenciales para la vinculación afectiva. Sin embargo, el ejercicio empático necesariamente transita el filtro de nuestra conciencia, que sesga todo análisis al someterlo a un proceso hermenéutico inevitable a través de las categorías preconcebidas de nuestra mente. Es tan difícil ponerse en los zapatos del otro que incluso una de las claves del periodismo tradicional radica justamente en arrancar la experiencia del observador de las consideraciones personales para na-rrar desde un plano neutral: la empatía en un estado total se asume como un estado quimérico inalcanzable, por lo que preferimos la imparcialidad a la comprensión cabal. Esto es lo deseable, a no ser que el ejercicio pe-riodístico se ejerza en un grado tan extremo como el del escritor alemán Günter Wallraff que conmocionó a su país en 1985 con la publicación de Cabeza de turco, uno de los ejercicios periodísticos y literarios más asombrosos que jamás haya visto. Wallraff entendió que la única forma de poder narrar en su entera dimensión, crudeza y dureza el indigno e inhumano estado en el que vivían millones de inmigrantes turcos en su país era convirtiéndose, literalmente, en uno de ellos. Así que mandó a hacer unos lentes de contacto negros, compró una peluca hecha de pelo real, se adhirió un bigote falso y durante un año asumió la identidad de Ali, un inmigrante turco que tenía que trabajar día a día para sobrevivir con su muy rudimentario alemán. A pesar de que las condiciones en las que se llevó a cabo el experimento de Wallraff describen una Alemania que no es la de hoy, el flagrante atropello al que eran sometidos esta clase de hom-bres descastados y desposeídos, nos habla de una realidad infernal que padecen millones de hombres en el mundo. En algunos países, como en el nuestro, el racismo y dominio de clase sucede incluso entre compatriotas y las castas se marcan por el tamaño del músculo económico.

El delirante viaje de Wallraff lo llevó a trabajar en el escalafón más bajo de una constructora alemana que evadía millones de marcos en impuestos explotando a trabajadores ilegales que vivían, literalmente, rodeados de mierda, y eran tratados peor que esclavos; a trabajar como dependien-te de un McDonald’s donde vio prácticas tan divertidas como cuando un compañero suyo fue obligado a destapar el baño del patrón y no tuvo más remedio que usar la espátula con la que volteaba las hamburguesas; a pre-senciar un partido de futbol Alemania-Turquía en el que por error terminó en una tribuna de jóvenes neonazis; a intentar en decenas de parroquias convencer a sacerdotes de que conocía todos los dogmas del catolicismo para obtener un bautizo que le fue siempre rechazado por su aspecto y su condición de lumpen, e incluso, para retratar un mundo que redimensiona la capacidad de soportar humillaciones por parte del ser humano, se hizo pasar por un militante de la extrema derecha turca y se tomó fotografías con altos dirigentes de un reaccionario partido alemán que entonaba en sus mítines consignas abiertamente xenófobas.

Hace apenas un mes me tocó ver una exposición en el MoMa de Nue-va York que mapeaba los movimientos migratorios en el mundo en una pantalla gigante. Un punto verde en movimiento representaba el des-plazamiento de un millar de personas de un punto a otro. Cascadas de pequeños puntos verdes se desplazan año con año de países miserables en busca de oportunidades dignas de vida para ellos y sus familias. Las realidades con las que muchos de ellos se topan no difieren mucho de los miles de sufrimientos por los que tuvo que pasar Ali, el alter ego del periodista alemán. Nos horrorizamos todos los días por la hecatombe so-cial por la que atraviesa nuestro país culpando a esos “bárbaros” que han tomado por asalto al Estado mexicano, pero pasamos por alto un orden social y económico cuyas bases y cimientos son igual de crueles y despia-dados que las prácticas más criminales de los sicarios que tanto tememos. Libros como Cabeza de turco son pequeños haces de luz que tratan de hacerse visibles en la espesa niebla de la conciencia humana, que en ge-neral alcanza a ver tan lejos como la distancia que media entre ella y los objetos de su insaciable deseo onanista y autocomplaciente. +

CABEZA DE TURCOGünter Wallraff

ANAGRAMA

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28 INSOMNIOPOR DIEGO RABASA GUNTER WALLRAFF

CABEZA DE TURCO

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CABEZA DE TURCOGUNTER WALLRAFF

CABEZA DE TURCO

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FRASE NAPALM FRASE DE MARLENE DIETRICH (1901-1992) Sobre ella se pueden decir muchas cosas: que fue una célebre actriz y cantante alema-na que en Hollywood le hizo sombra a la mismísima Greta Garbo, encarnando como nadie la imagen de femme fatale. Pero indiscutiblemente fueron sus famosas piernas, aseguradas en un millón de dólares, las que la convirtieron en un icono del siglo XX.

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GLAMOUR ESLO QUE VENDO.ES MI VALOR EN EL MERCADO.

GlanzGlanz

Marlene Dietrich. Latinstock / Corbis

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Marlene Dietrich. Latinstock / Corbis

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