Legislación constitucional del Perú desarrolladaPRIMERA
EDICIÓN
MAYO 2016
Lex Soluciones S.A
Revisión y confrontación: Lex Soluciones S.A.
Diseño de carátula: Silvano Gozzer
© 2016 Lex Soluciones S.A.C.
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PRIMERA EDICIÓN........................................... Mayo
2016
Este libro es una publicación electrónica y está disponible en
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Abreviaturas abr.________________________________Abril
C. de los N. y A.________________________________Código de los
Niños y Adolescentes
C. de P.P.________________________________Código de Procedimientos
Penales
C. P. C.________________________________Código Procesal Civil
C.P.P.________________________________Código Procesal Penal
C. P.________________________________Código Penal
C.T.________________________________Código Tributario
Comp.________________________________Competencia
Complementaria, Transitoria y Final
D. L.________________________________Decreto Ley
D. Leg.________________________________Decreto Legislativo
D. S.________________________________Decreto Supremo
Edit.________________________________Editorial
L. E.________________________________Libreta Electoral
L. M.________________________________Libreta Militar
L.G.S.________________________________Ley General de
Sociedades
L.O.T.C.________________________________Ley Orgánica del Tribunal
Constitucional.
PFDCP________________________________Protocolo Facultativo del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
PNP________________________________Policía Nacional del Perú
Preámbulo
CAPÍTULO I.—Derechos fundamentales de la persona
CAPÍTULO II.—De los derechos sociales y económicos
CAPÍTULO III.—De los derechos políticos y de los deberes
CAPÍTULO IV.—De la función pública
TÍTULO II.- Del Estado y la Nación
CAPÍTULO I.—Del Estado, la Nación y el territorio
CAPÍTULO II.—De los tratados
TÍTULO III.- Del Régimen Económico
CAPÍTULO I.—Principios generales
CAPÍTULO III.—De la propiedad
CAPÍTULO IV.—Del régimen tributario y presupuestal
CAPÍTULO V.—De la monedad y la banca
CAPÍTULO VI.—Del régimen agrario y de las comunidades campesinas y
nativas
TÍTULO IV.- De la estructura del Estado
CAPÍTULO I.—Poder Legislativo
CAPÍTULO III.—De la formación y promulgación de las leyes
CAPÍTULO IV.—Poder Ejecutivo
CAPÍTULO VI.—De las relaciones con el Poder Legislativo
CAPÍTULO VII.—Régimen de excepción
CAPÍTULO VIII.—Poder Judicial
CAPÍTULO X.—Del Ministerio Público
CAPÍTULO XI.—De la Defensoría del Pueblo
CAPÍTULO XII.—De la Seguridad y de la Defensa Nacional
CAPÍTULO XIII.—Del Sistema Electoral
CAPÍTULO XIV.—De la Descentralización
TÍTULO V.- De las garantías constitucionales
TÍTULO VI. De la reforma de la Constitución
Disposiciones finales y transitorias
CAPÍTULO I.—Derechos protegidos
CAPÍTULO I.—Derechos protegidos
TÍTULO V.- Proceso de cumplimiento
TÍTULO VI.- Disposiciones generales de los procesos de acción
popular e inconstitucionalidad
TÍTULO VII.- Proceso de acción popular
TÍTULO VIII.- Proceso de inconstitucionalidad
TÍTULO IX.- Proceso competencial
TÍTULO X.- Jurisdicción internacional
TÍTULO XI.- Disposiciones generales aplicables a los procedimientos
ante el tribunal constitucional
TÍTULO XII.- Disposiciones finales
CAPÍTULO II.—Magistrados del Tribunal Constitucional
TÍTULO II.- Del personal al servicio del Tribunal
Constitucional
TÍTULO III.- Del Centro de Estudios Constitucionales
REGLAMENTO NORMATIVO DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
TÍTULO I.- Del Tribunal Constitucional
TÍTULO II.- De las atribuciones del Tribunal Constitucional
TÍTULO III.- De los magistrados
TÍTULO IV.- Del presidente y del vicepresidente del tribunal
TÍTULO V.- Del pleno
TÍTULO VII.- De las sesiones
TÍTULO VIII.- Del recurso de queja ante el Tribunal
Constitucional
TÍTULO IX.- Del plan de trabajo
TÍTULO X.- Del personal
COLECCIÓN HISTÓRICA DE CONSTITUCIONES
CONSTITUCIÓN PARA LA REPÚBLICA DEL PERÚ DE 1920
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL PERÚ DE 1860
CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA PERUANA DE 1856
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA PERUANA DE 1839
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA PERUANA DE 1834
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA PERUANA DE 1828
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL PERÚ DE 1826
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL PERÚ DE 1823
CONSTITUCIÓN DEL ESTADO NOR PERUANO DE 1836
CONSTITUCIÓN DEL ESTADO SUD - PERUANO
DECRETO QUE ESTABLECE LA CONFEDERACIÓN PERÚ - BOLIVIANA
LEY FUNDAMENTAL DE LA CONFEDERACIÓN PERÚ - BOLIVIANA
Fecha de Publicación de Normas CONSTITUCIÓN POLÍTICA
Const. de 1993 Octubre 31, 1993
AÑO 1995
AÑO 1997
AÑO 2000
AÑO 2002
AÑO 2004
R. Adm. 095-2004-P/TC Octubre 02, 2004
AÑO 2005
R. Adm. 034-2005-P/TC Abril 23, 2005
AÑO 2006
R. Adm. 016-2006-P/TC Enero 01, 2006
R. Adm. 031-2006-P/TC Marzo 02, 2006
AÑO 2007
AÑO 2008
R. Adm. 096-2008-P/TC Agosto 14, 2008
AÑO 2009
AÑO 2010
D. Leg. 1095 Setiembre 01, 2010
R. Adm. 065A-2010-P/TC Junio 26, 2010
R. Adm. 071-B-2010-P/TC Julio 25, 2010
AÑO 2011
D. S. 010-2011-JUS Julio 27, 2011
R. Adm. 143-2010-P/TC Enero 10, 2011
R. Adm. 001A-2011-P/TC Enero 12, 2011
R. Adm. 028-2011-P/TC Marzo 24, 2011
AÑO 2012
AÑO 2014
AÑO 2015
R. Adm. 076-2015-P/TC Junio 28, 2015
R. Adm. 091-2015-P/TC Julio 24, 2015
R. Adm. 132-2015-P/TC Setiembre 26, 2015
R. Adm. 138-2015-P/TC Octubre 14, 2015
Normas Publicadas Constitución Política del Perú
Preámbulo
Art. 205 Art. 206
1ra. Disp. Final y Trans. 2da. Disp. Final y Trans.
3ra. Disp. Final y Trans. 4ta. Disp. Final y Trans.
5ta. Disp. Final y Trans. 6ta. Disp. Final y Trans.
7ma. Disp. Final y Trans. 8va. Disp. Final y Trans.
9na. Disp. Final y Trans. 10ma. Disp. Final y Trans.
11ra. Disp. Final y Trans. 12da. Disp. Final y Trans.
13ra. Disp. Final y Trans. 14ta. Disp. Final y Trans.
15ta. Disp. Final y Trans. 16ta. Disp. Final y Trans.
Declaración
1ra. Disp. Trans y Especial 2da. Disp. Trans y Especial
3ra. Disp. Trans y Especial
Código Procesal Constitucional - Ley 28237
Art. I T.P. Art. II T.P. Art. III T.P.
Art. IV T.P. Art. V T.P. Art. VI T.P. Art. VII T.P.
Art. VIII T.P. Art. IX T.P.
Art. 1° Art. 2° Art. 3° Art. 4°
Art. 5° Art. 6° Art. 7° Art. 8°
Art. 9° Art. 10 Art. 11 Art. 12
Art. 13 Art. 14 Art. 15 Art. 16
Art. 17 Art. 18 Art. 19 Art. 20
Art. 21 Art. 22 Art. 23 Art. 24
Art. 25 Art. 26 Art. 27 Art. 28
Art. 29 Art. 30 Art. 31 Art. 32
Art. 33 Art. 34 Art. 35 Art. 36
Art. 37 Art. 38 Art. 39 Art. 40
Art. 41 Art. 42 Art. 43 Art. 44
Art. 45 Art. 46 Art. 47 Art. 48
Art. 49 Art. 50 Art. 51 Art. 52
Art. 53 Art. 54 Art. 55 Art. 56
Art. 57 Art. 58 Art. 59 Art. 60
Art. 61 Art. 62 Art. 63 Art. 64
Art. 65 Art. 66 Art. 67 Art. 68
Art. 69 Art. 70 Art. 71 Art. 72
Art. 73 Art. 74 Art. 75 Art. 76
Art. 77 Art. 78 Art. 79 Art. 80
Art. 81 Art. 82 Art. 83 Art. 84
Art. 85 Art. 86 Art. 87 Art. 88
Art. 89 Art. 90 Art. 91 Art. 92
Art. 93 Art. 94 Art. 95 Art. 96
Art. 97 Art. 98 Art. 99 Art. 100
Art. 101 Art. 102 Art. 103 Art. 104
Art. 105 Art. 106 Art. 107 Art. 108
Art. 109 Art. 110 Art. 111 Art. 112
Art. 113 Art. 114 Art. 115 Art. 116
Art. 117 Art. 118 Art. 119 Art. 120
Art. 121
7ma. Disp. Final
R. M. 010-93-JUS
Art. 418 Art. 419
Art. 21 Art. 22
Única Disp. Derog.
Ley 28390
Art. Único
Art. 5°
AÑO 2008
Ley 29248
Art. 13 Art. 14 Art. 15
1ra. Disp.Compl. Final 2da. Disp. Compl. Final
3ra. Disp. Compl. Final 5ta. Disp. Compl. Final
Única Disp. Compl. Trans.
R. Adm. 065A-2010-P/TC
1ra. Disp.Compl. 2da. Disp. Compl.
3ra. Disp. Compl. 4ta. Disp. Compl.
Única Disp. Final
1ra. Disp.Compl. Final 2da. Disp. Compl. Final
3ra. Disp. Compl. Final 4ta. Disp. Compl. Final
5ta. Disp.Compl. Final 6ta. Disp. Compl. Final
7ma. Disp. Compl. Final 8va. Disp. Compl. Final
9na. Disp. Compl. Final 10ma. Disp. Compl. Final
11ma. Disp. Compl. Final
Const.
PREÁMBULO.—El Congreso Constituyente Democrático, invocando a Dios
Todopoderoso, obedeciendo el mandato del pueblo peruano y
recordando el sacrificio de todas las generaciones que nos han
precedido en nuestra Patria, ha resuelto dar la siguiente
Constitución:
TÍTULO I
CAPÍTULO I
Const.
ART. 1°.—La defensa de la persona humana y el respeto de su
dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado.
JURISPRUDENCIA. —El principio de dignidad de la persona supone el
respeto del hombre como fin en sí mismo. “(…) 17. Partiendo de la
máxima kantiana, la dignidad de la persona supone el respeto del
hombre como fin en sí mismo, premisa que debe estar presente en
todas los planes de acción social del Estado suministrando una base
constitucional a sus políticas, pues en el Estado social el respeto
a la dignidad se refiere esencialmente a lograr una mejor calidad
de vida de las personas.
En razón de ello, en sede jurisdiccional ningún análisis puede
desarrollarse sin verificar el respeto a la dignidad del hombre,
tanto en la actuación del Estado como en la de los
particulares.
18. Este tribunal considera erróneo el argumento de la defensa del
Estado cuando señala que el derecho a la salud y la política
nacional de salud
constituyen normas programáticas que representan un plan de acción
para el Estado, más que un derecho concreto. Debe recordarse,
entonces, que toda política pública nace de obligaciones objetivas
concretas que tienen como finalidad primordial el resguardo de
derechos tomando como base el respeto a la dignidad de la persona,
y que en el caso de la ejecución presupuestal para fines sociales,
esta no debe considerarse como un gasto sino como una inversión
social.
Por esta razón, sostener que los derechos sociales se reducen a un
vínculo de responsabilidad política entre el constituyente y el
legislador, no solo es una ingenuidad en cuanto a la existencia de
dicho vínculo, sino también una distorsión evidente en cuanto al
sentido y coherencia que debe mantener la Constitución (Morón Díaz,
Fabio. La dignidad y la solidaridad como principios rectores del
diseño y aplicación de la legislación en materia de seguridad
social. Anuario de Derecho Constitucional. CIEDLA. Buenos Aires
2000. Pág. 668)”. (T. C., Exp. 2945-2003-AA/TC, abr. 20/2004. S. S.
Alva Orlandini)
JURISPRUDENCIA.—El principio de dignidad irradia en igual magnitud
a toda la gama de derechos. “(…) 19. El principio de dignidad
irradia en igual magnitud a toda la gama de derechos, ya sean los
denominados civiles y políticos, como los económicos, sociales y
culturales, toda vez que la máxima eficacia en la valoración del
ser humano solo puede ser lograda a través de la protección de las
distintas gamas de derechos en forma conjunta y coordinada.
20. Bajo este principio, el Estado no solo actuará con respeto de
la autonomía del individuo y de los derechos fundamentales como
límites para su intervención –obligaciones de no hacer–, sino que
deberá proporcionar, a su vez, los cauces mínimos para que el
propio individuo pueda lograr el desarrollo de su personalidad y la
libre elección de sus planes de vida – obligaciones de
hacer–.
21. El Tribunal Constitucional ya ha señalado anteriormente que no
hay posibilidad de materializar la libertad si su establecimiento y
garantías formales no van acompañados de unas condiciones
existenciales mínimas que hagan posible su ejercicio real (García
Pelayo, Manuel. Las transformaciones del Estado contemporáneo.
Madrid: Editorial Alianza. 1980, pág. 26), lo que
supone la existencia de un conjunto de principios que
instrumentalicen las instituciones políticas (Roberto Nesta Brero y
más de 5,000 ciudadanos contra la Presidencia del Consejo de
Ministros, N° 0008-2003-AI/TC) y que sirvan de garantía para el
goce de los denominados derechos económicos, sociales y
culturales”. (T. C., Exp. 2945-2003-AA/TC, abr. 20/2004. S. S. Alva
Orlandini)
JURISPRUDENCIA.—El respeto por la persona se convierte en el
leitmotiv que debe informar toda actuación estatal. “(...) el
tribunal debe destacar que, de conformidad con el artículo 1° de la
Constitución, la defensa de la persona humana y el respeto de su
dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado. En ese
sentido, el respeto por la persona se convierte en el leit motiv
que debe informar toda actuación estatal. Para tales efectos, la
Constitución peruana no distingue a las personas por su opción y
preferencias sexuales; tampoco en función del sexo que pudieran
tener. Se respeta la dignidad de la persona.
El carácter digno de la persona, en su sentido ontológico, no se
pierde por el hecho de que se haya cometido un delito. Tampoco por
ser homosexual o transexual o, en términos generales, porque se
haya decidido por un modo de ser que no sea de aceptación de la
mayoría. Como lo ha sostenido la Corte Suprema Norteamericana,
‘Estos asuntos, relativos a las más íntimas y personales decisiones
que una persona puede hacer en su vida, decisiones centrales para
la autonomía y dignidad personal, son esenciales para la libertad
[...]. En la esencia de la libertad se encuentra el derecho a
definir el propio concepto de la existencia, el significado del
universo y el misterio de la vida humana. La creencia sobre estos
asuntos o la definición de los atributos de la personalidad no
pueden ser formados bajo la compulsión del Estado’ [Planned
Parenthood of Southeastern v. Casey, 505 US 833 (1992)]. Pero si no
pueden ser formados bajo la compulsión del Estado, tampoco pueden
considerarse ilícitos desde el punto de vista del derecho, a no ser
que con su ejercicio se afecten bienes jurídicos. Forman parte de
aquello que el derecho no puede regular”. (T. C., Exp.
2868-2004-AA/TC, nov. 24/2005. Pres. Alva Orlandini)
JURISPRUDENCIA.—La protección constitucional de la dignidad humana
tiene una doble dimensión y rige también sobre las personas
jurídicas.
“(...) La Constitución se refiere en su artículo 2°, inciso 7, al
derecho fundamental de toda persona ‘al honor y la buena reputación
[...]’. De este modo, la Constitución hace referencia a dos
dimensiones de protección de la dignidad humana, la primera
referida a la persona en tanto que individuo dotado de inmunidad
frente a cualquier agresión a su autoestima y su dignidad
objetivada como ser libre e igual a los demás; la segunda como ser
que forma parte de un grupo social y se relaciona cotidianamente
con sus semejantes. Mientras que la dimensión del honor individual
se refiere a un derecho personalísimo indelegable, en su dimensión
de buena reputación, el honor se expande como una posición ius
fundamental que puede también ampliar sus efectos para proteger
posiciones similares no solo de personas naturales, sino incluso en
los entes que, amparados en alguna manifestación de personalidad
jurídica que les confiere el sistema jurídico, actúan en la
sociedad proyectando una imagen o un nombre o una ‘razón social’
(...)”. (T. C., Exp. 03696-2011-PA/TC, set. 11/2011. S. S. Vergara
Gotelli)
JURISPRUDENCIA.—El derecho a la presunción de inocencia nace en el
principio-derecho de dignidad humana. “(...) el fundamento de este
derecho se halla tanto en el principio-derecho de dignidad humana
(artículo 1° de la Constitución) así como en el principio pro
homine. Y es, en efecto, a partir de esta declaración, que se llega
a afirmar que la presunción de inocencia no es un derecho absoluto,
sino relativo, motivo por el cual, en nuestro ordenamiento, se
admiten determinadas medidas cautelares personales (como la
detención preventiva o detención provisional), sin que ello
signifique su afectación, siempre, claro está, que tales medidas
sean dictadas bajo criterios de razonabilidad y proporcionalidad.
Es importante señalar, además, que parte de esa relatividad del
derecho a la presunción de inocencia se vincula con el hecho de que
dicho derecho incorpora una presunción iuris tantum y no una
presunción iure et de iure o absoluta, de lo cual se deriva, como
lógica consecuencia, que la presunción de inocencia puede ser
desvirtuada o destruida mediante una mínima actividad probatoria”.
(T. C., Sent. del Pleno - Exp. 0026-2006-PI/TC, mar. 08/2007. S. S.
Landa Arroyo)
JURISPRUDENCIA.—El derecho a un medio ambiente adecuado y
equilibrado y la dignidad de la persona. “En ese sentido, se ha
establecido
que dicho derecho fundamental está configurado por: 1) el derecho a
gozar de un ambiente equilibrado y adecuado, y 2) el derecho a la
preservación de un ambiente sano y equilibrado.
En su primera manifestación, comporta la facultad de las personas
de poder disfrutar de un medio ambiente en el que sus elementos se
desarrollan e interrelacionan de manera natural y armónica. La
intervención del ser humano no debe suponer, en consecuencia, una
alteración sustantiva de la indicada interrelación. En suma, se
debe tutelar del ambiente adecuado para el desarrollo de la persona
y de su dignidad (artículo 1° de la Constitución). De lo contrario,
su goce se vería frustrado y el derecho quedaría, así, carente de
contenido.
Sobre el segundo acápite, se ha establecido que el derecho a la
preservación de un ambiente sano y equilibrado entraña obligaciones
ineludibles para los poderes públicos de mantener los bienes
ambientales en las condiciones adecuadas para su disfrute.
Evidentemente, tal obligación alcanza también a los particulares,
particularmente a aquellos cuya actividad económica incide, directa
o indirectamente, en el ambiente.
5. El derecho al ambiente equilibrado y adecuado participa tanto de
las propiedades de los derechos reaccionales –libertad negativa (de
no dañar el medio ambiente)– como de los derechos prestacionales
–libertad positiva (evitar, proteger y/o reparar los daños
inevitables que se produzcan)–. En su faz reaccional, se traduce en
la obligación de los particulares y del Estado de abstenerse de
realizar cualquier tipo de actos que afecten al ambiente
equilibrado y adecuado para el desarrollo de la vida humana. En su
dimensión prestacional, impone a los particulares y al Estado
tareas u obligaciones destinadas a conservar el ambiente
equilibrado, las cuales se traducen, a su vez, en un haz de
posibilidades. Esto no sólo supone tareas de conservación, sino
también de prevención y evidentemente de reparación o compensación
de los daños producidos. Debe enfatizarse que la prevención y,
desde luego, la realización de acciones destinadas a ese fin tienen
especial relevancia, ya que siempre es preferible evitar el daño
(principio de prevención y principio de precaución) a tener que
indemnizar prejuicios que pueden ser sumamente costosos para la
sociedad. Y es que, de lo contrario, abusar del principio
contaminador-pagador, podría terminar por patrimonializar
relaciones y valores tan caros para el derecho constitucional. En
este sentido, si el Estado no puede garantizar a los seres humanos
que su existencia se desarrolle en un ambiente sano, estos sí
pueden exigir del Estado que adopte todas las medidas necesarias de
prevención que lo hagan posible”. (T. C., Exp. 03343-2007- PA/TC,
feb. 19/2009. S. S. Vergara Gotelli)
JURISPRUDENCIA.—El derecho a la dignidad se niega si se impide el
acceso al agua potable. “(...) el impedimento del goce de este
elemento no sólo incide en la vida y la salud de la persona, sino
que lo hace en el propio derecho a la dignidad. En efecto, existen
determinados bienes cuya imposibilidad de acceso, en atención al
valor supremo de la persona, puede resultar absolutamente
incompatible con las condiciones mínimas e indispensables en las
que ella debe estar. Se trata de condiciones cuya ausencia
atentaría y negaría radicalmente la condición digna de la persona.
La ausencia de estas condiciones mínimas contradice el valor
supremo de la persona en una magnitud ostensiblemente grave y, de
esa forma, el principio fundamental de dignidad de la persona
(Arts. 1° y 3°, Const.).
11. Dentro de estos elementos ‘mínimos’ se encuentra el agua y, en
especial, el agua potable. La ausencia o la imposibilidad de acceso
a este elemento tiene consecuencias en la vida de la persona
incompatibles con el valor supremo de la persona. Constituye
elemento vital de ingestión, de preparación de alimentos, de aseo.
Sin estas actividades, no puede considerarse que se tenga un mínimo
de condiciones adecuadas al estatus valioso de la persona.
12. En atención a lo expuesto puede concluirse en que el
impedimento del goce de agua potable representa una afectación de
intensidad ostensiblemente grave del derecho a la salud y del
derecho a la dignidad de la persona. Desde esta perspectiva,
estipulaciones contractuales como la analizada son ostensiblemente
contrarias a estos derechos fundamentales. (...)”. (T. C., Exp.
06534-2006-PA/TC, nov. 15/2007. S. S. Mesía Ramírez)
JURISPRUDENCIA.—El Estado tiene el deber de respetar, proteger y
realizar el derecho al agua. “El agua constituye un elemento
esencial para la salud básica y el desarrollo de toda actividad
económica, por lo que resulta vital para la supervivencia de todo
ser humano. Así, se ha comprobado que los
servicios deficientes de agua y saneamiento son la causa directa
del deterioro de las condiciones de salud, así como causa
importante de enfermedades originadas en el medio ambiente.
7. Por ello, se reconoce en los ciudadanos el derecho al agua, que
impone en los estados los deberes de respetar, proteger y realizar
tal derecho. El deber de respeto supone que los estados aseguren
que las actividades de sus instituciones, agencias y representantes
no interfieran con el acceso de las personas al agua; el deber de
protección frente a terceros manifiesta la implementación de
medidas a fin de evitar la contaminación y que aseguren el
abastecimiento, la seguridad y la accesibilidad del agua para la
población; y el deber de realizar implica implementar políticas que
posibiliten progresivamente el acceso de la población al agua
potable segura y a instalaciones de saneamiento”. (T. C., Exp.
2064-2004-AA/TC, jul. 04/2005. S. S. Alva Orlandini)
JURISPRUDENCIA.—La defensa y el desarrollo de la persona humana son
finalidades más altas y primordiales que la conservación del
matrimonio. “Que si bien la finalidad de la conservación del
matrimonio que contiene el artículo 337 del Código Civil es
legítima, no debe preferirse ni sacrificarse a la consecución de
ésta, otras finalidades también legítimas y constitucionales,
referidas a la defensa y desarrollo de la persona humana como tal,
pues, a juicio de este tribunal, los derechos humanos citados
tienen mayor contenido valorativo y constituyen finalidades más
altas y primordiales que la conservación del matrimonio.
El tribunal no considera legítima la preservación de un matrimonio
cuando para lograrla, uno de los cónyuges deba sufrir la violación
de sus derechos fundamentales, derechos que son inherentes a su
calidad de ser humano”. (T. C., Sent. del Pleno - Exp. 018-96-I/TC,
abr. 29/1997. Pres. Nugent)
JURISPRUDENCIA.—La dignidad humana es el fundamento esencial de
todos los derechos fundamentales. “Conforme a la Constitución
Política del Perú, la dignidad del ser humano no sólo representa el
valor supremo que justifica la existencia del Estado y de los
objetivos que éste cumple, sino que se constituye como el
fundamento esencial de todos los derechos que, con la calidad de
fundamentales, habilita el ordenamiento. Desde el artículo 1°
queda manifiesta tal orientación al reconocerse que ‘La defensa de
la persona humana y el respecto de su dignidad son el fin supremo
de la sociedad y del Estado’, y complementarse dicha línea de
razonamiento con aquella otra establecida en el artículo 3°, que
dispone que ‘La enumeración de los derechos establecidos (...) no
excluye los demás que la Constitución garantiza, ni otros de
naturaleza análoga que se fundan en la dignidad del hombre (...)
Existe, pues, en la dignidad, un indiscutible rol de principio
motor sin el cual el Estado adolecería de legitimidad, y los
derechos de un adecuado soporte direccional. Es esta misma lógica
la que, por otra parte, se desprende de los instrumentos
internacionales relativos a derechos humanos, que hacen del
principio la fuente directa de la que dimanan todos y cada uno de
los derechos del ser humano (...). De este reconocimiento de la
dignidad humana en el derecho constitucional e internacional, se
deriva la naturaleza de sus alcances jurídicos, en tanto, sustrato
axiológico y soporte estructural de la protección debida al
individuo”. (T. C., Exp. 2273-2005-PHC/TC, abr. 20/2006. S. S.
García Toma)
JURISPRUDENCIA.—Las actividades que una persona realiza en la
habitación de un hotel están protegidas por el derecho a la
inviolabilidad de domicilio y por la intimidad. “Como el Tribunal
Constitucional ya ha señalado, las actividades realizadas por una
persona en la habitación de un hotel se encuentran protegidas por
el derecho a la inviolabilidad de domicilio (STC 6712-2005-HC/TC,
fundamento 43). Del mismo modo, y al margen de que la grabación se
había efectuado irrumpiendo abruptamente en la habitación del hotel
donde se encontraban los recurrentes, la referida grabación también
suponía la violación del derecho a la intimidad de los recurrentes,
dado que suponía el ingreso y la captación de imágenes en un
espacio donde se llevan a cabo actividades evidentemente íntimas de
la persona; por lo que, al margen de que se denuncie la comisión de
una falta administrativa derivada de los hechos llevados a cabo en
dicha habitación, la captación de escenas íntimas y su difusión a
través del correo institucional del Ministerio Público han supuesto
una invasión injustificada de la intimidad de los recurrentes. Si
bien el órgano emplazado ha dispuesto el archivamiento del
procedimiento disciplinario seguido de oficio contra los
recurrentes, mediante Resolución 14-2011-MP-ODCI-Puno, aceptando
que el
video que sustenta la denuncia es ilícito, pues se ha obtenido con
violación del derecho a la intimidad, dicha decisión posterior no
enerva el hecho de que la violación del derecho a la intimidad y a
la inviolabilidad de domicilio se produjo con la apertura misma del
proceso disciplinario, dado que se sustentaba exclusivamente en la
existencia de una prueba ilícita que no podía producir efecto legal
alguno”. (T. C., Exp. 03485-2012-PA/TC, mar. 10/2016. S. S. Blume
Fortini)
Const.
ART. 2°.—Toda persona tiene derecho:
1. A la vida, a su identidad, a su integridad moral, psíquica y
física y a su libre desarrollo y bienestar. El concebido es sujeto
de derecho en todo cuanto le favorece.
2. A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por
motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición
económica o de cualquiera otra índole.
3. A la libertad de conciencia y de religión, en forma individual o
asociada. No hay persecución por razón de ideas o creencias. No hay
delito de opinión. El ejercicio público de todas las confesiones es
libre, siempre que no ofenda la moral ni altere el orden
público.
4. A las libertades de información, opinión, expresión y difusión
del pensamiento mediante la palabra oral o escrita o la imagen, por
cualquier medio de comunicación social, sin previa autorización ni
censura ni impedimento algunos, bajo las responsabilidades de
ley.
Los delitos cometidos por medio del libro, la prensa y demás medios
de comunicación social se tipifican en el Código Penal y se juzgan
en el fuero común.
Es delito toda acción que suspende o clausura algún órgano de
expresión o le impide circular libremente. Los derechos de informar
y opinar comprenden los de fundar medios de comunicación.
5. A solicitar sin expresión de causa la información que requiera y
a recibirla de cualquier entidad pública, en el plazo legal, con el
costo que
suponga el pedido. Se exceptúan las informaciones que afectan la
intimidad personal y las que expresamente se excluyan por ley o por
razones de seguridad nacional.
El secreto bancario y la reserva tributaria pueden levantarse a
pedido del juez, del Fiscal de la Nación, o de una comisión
investigadora del Congreso con arreglo a ley y siempre que se
refieran al caso investigado.
6. A que los servicios informáticos, computarizados o no, públicos
o privados, no suministren informaciones que afecten la intimidad
personal y familiar.
7. Al honor y a la buena reputación, a la intimidad personal y
familiar así como a la voz y a la imagen propias.
Toda persona afectada por afirmaciones inexactas o agraviada en
cualquier medio de comunicación social tiene derecho a que éste se
rectifique en forma gratuita, inmediata y proporcional, sin
perjuicio de las responsabilidades de ley.
8. A la libertad de creación intelectual, artística, técnica y
científica, así como a la propiedad sobre dichas creaciones y a su
producto. El Estado propicia el acceso a la cultura y fomenta su
desarrollo y difusión.
9. A la inviolabilidad del domicilio. Nadie puede ingresar en él ni
efectuar investigaciones o registros sin autorización de la persona
que lo habita o sin mandato judicial, salvo flagrante delito o muy
grave peligro de su perpetración. Las excepciones por motivos de
sanidad o de grave riesgo son reguladas por la ley.
10. Al secreto y a la inviolabilidad de sus comunicaciones y
documentos privados.
Las comunicaciones, telecomunicaciones o sus instrumentos sólo
pueden ser abiertos, incautados, interceptados o intervenidos por
mandamiento motivado del juez, con las garantías previstas en la
ley. Se guarda secreto de los asuntos ajenos al hecho que motiva su
examen.
Los documentos privados obtenidos con violación de este precepto no
tienen efecto legal.
Los libros, comprobantes y documentos contables y administrativos
están
sujetos a inspección o fiscalización de la autoridad competente, de
conformidad con la ley. Las acciones que al respecto se tomen no
pueden incluir su sustracción o incautación, salvo por orden
judicial.
11. A elegir su lugar de residencia, a transitar por el territorio
nacional y a salir de él y entrar en él, salvo limitaciones por
razones de sanidad o por mandato judicial o por aplicación de la
ley de extranjería.
12. A reunirse pacíficamente sin armas. Las reuniones en locales
privados o abiertos al público no requieren aviso previo. Las que
se convocan en plazas y vías públicas exigen anuncio anticipado a
la autoridad, la que puede prohibirlas solamente por motivos
probados de seguridad o de sanidad públicas.
13. A asociarse y a constituir fundaciones y diversas formas de
organización jurídica sin fines de lucro, sin autorización previa y
con arreglo a ley. No pueden ser disueltas por resolución
administrativa.
14. A contratar con fines lícitos, siempre que no se contravengan
leyes de orden público.
15. A trabajar libremente, con sujeción a ley.
16. A la propiedad y a la herencia.
17. A participar, en forma individual o asociada, en la vida
política, económica, social y cultural de la Nación. Los ciudadanos
tienen, conforme a ley, los derechos de elección, de remoción o
revocación de autoridades, de iniciativa legislativa y de
referéndum.
18. A mantener reserva sobre sus convicciones políticas,
filosóficas, religiosas o de cualquiera otra índole, así como a
guardar el secreto profesional.
19. A su identidad étnica y cultural. El Estado reconoce y protege
la pluralidad étnica y cultural de la Nación.
Todo peruano tiene derecho a usar su propio idioma ante cualquier
autoridad mediante un intérprete. Los extranjeros tienen este mismo
derecho cuando son citados por cualquier autoridad.
20. A formular peticiones, individual o colectivamente, por escrito
ante la autoridad competente, la que está obligada a dar al
interesado una
respuesta también por escrito dentro del plazo legal, bajo
responsabilidad.
Los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional sólo
pueden ejercer individualmente el derecho de petición.
21. A su nacionalidad. Nadie puede ser despojado de ella. Tampoco
puede ser privado del derecho de obtener o de renovar su pasaporte
dentro o fuera del territorio de la República.
22. A la paz, a la tranquilidad, al disfrute del tiempo libre y al
descanso, así como a gozar de un ambiente equilibrado y adecuado al
desarrollo de su vida.
23. A la legítima defensa.
24. A la libertad y a la seguridad personales. En
consecuencia:
a. Nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda, ni impedido
de hacer lo que ella no prohíbe.
b. No se permite forma alguna de restricción de la libertad
personal, salvo en los casos previstos por la ley. Están prohibidas
la esclavitud, la servidumbre y la trata de seres humanos en
cualquiera de sus formas.
c. No hay prisión por deudas. Este principio no limita el mandato
judicial por incumplimiento de deberes alimentarios.
d. Nadie será procesado ni condenado por acto u omisión que al
tiempo de cometerse no esté previamente calificado en la ley, de
manera expresa e inequívoca, como infracción punible; ni sancionado
con pena no prevista en la ley.
e. Toda persona es considerada inocente mientras no se haya
declarado judicialmente su responsabilidad.
f. Nadie puede ser detenido sino por mandamiento escrito y motivado
del juez o por las autoridades policiales en caso de flagrante
delito.
El detenido debe ser puesto a disposición del juzgado
correspondiente, dentro de las veinticuatro horas o en el término
de la distancia.
Estos plazos no se aplican a los casos de terrorismo, espionaje y
tráfico ilícito de drogas. En tales casos, las autoridades
policiales pueden efectuar la detención preventiva de los presuntos
implicados por un término no mayor
de quince días naturales. Deben dar cuenta al Ministerio Público y
al juez, quien puede asumir jurisdicción antes de vencido dicho
término.
g. Nadie puede ser incomunicado sino en caso indispensable para el
esclarecimiento de un delito, y en la forma y por el tiempo
previstos por la ley. La autoridad está obligada bajo
responsabilidad a señalar, sin dilación y por escrito, el lugar
donde se halla la persona detenida.
h. Nadie debe ser víctima de violencia moral, psíquica o física, ni
sometido a tortura o a tratos inhumanos o humillantes. Cualquiera
puede pedir de inmediato el examen médico de la persona agraviada o
de aquélla imposibilitada de recurrir por sí misma a la autoridad.
Carecen de valor las declaraciones obtenidas por la violencia.
Quien la emplea incurre en responsabilidad.
LIBERTAD RELIGIOSA
Ley 29635.
ART. 1°.—Libertad de religión. El Estado garantiza el derecho
fundamental de toda persona a la libertad de religión reconocido y
amparado por la Constitución Política del Perú y por los tratados
internacionales ratificados por el Estado peruano. El ejercicio
público y privado de este derecho es libre y tiene como único
límite tanto la protección del derecho de los demás al ejercicio de
sus libertades públicas y derechos fundamentales como la protección
del orden, la salud y moral públicos.
REGLAMENTO DE LA LEY DE LIBERTAD RELIGIOSA
D. S. 010-2011-JUS.
ART. 1°.—Aprobación de Reglamento de la Ley N° 29635. Disponer la
aprobación del Reglamento de la Ley N° 29635, Ley de Libertad
Religiosa, consistente en cuatro capítulos, veintinueve artículos,
tres disposiciones complementarias finales y una única disposición
complementaria transitoria; cuyo texto forma parte integrante del
presente decreto supremo.
Ley 29635.
ART. 2°.—Igualdad ante la ley. Toda persona natural es igual ante
la ley. Se prohíbe toda acción u omisión que discrimine a una
persona en razón de sus creencias religiosas. El Estado reconoce la
diversidad de las entidades religiosas. En igualdad de condiciones,
gozan de los mismos derechos, obligaciones y beneficios.
Ley 29635.
ART. 3°.—Ejercicio individual de la libertad de religión. La
libertad de religión comprende, entre otros, el ejercicio de los
siguientes derechos: a. Profesar la creencia religiosa que
libremente se elija y cambiar o abandonar la que se tenga en
cualquier momento, conforme al procedimiento propio de cada
iglesia, confesión o comunidad religiosa. En todo caso, se respeta
la libertad religiosa individual. b. Practicar de forma individual
o colectiva, en público o en privado, los preceptos religiosos de
su confesión, sus ritos y actos de culto. c. Recibir asistencia
religiosa por su confesión. Las instituciones públicas competentes
adoptan las medidas y normas necesarias para facilitar la
asistencia religiosa en el ámbito de las Fuerzas Armadas y de la
Policía Nacional del Perú, en las prisiones, en los centros
públicos hospitalarios, asistenciales y otros bajo su dependencia.
d. Elegir para sí o para los menores o los incapaces sujetos a su
patria potestad, dentro y fuera del ámbito escolar, la educación
religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.
e. Reunirse o manifestarse públicamente con fines religiosos y
asociarse para desarrollar comunitariamente sus actividades
religiosas. f. Conmemorar las festividades y guardar el día de
descanso que se considere sagrado en su religión, debiéndose
armonizar los derechos de los trabajadores con los de la empresa o
administración pública para la que labore, y de los estudiantes con
las instituciones educativas, conforme al reglamento de la presente
ley. g. Prestar juramento según sus propias convicciones religiosas
o abstenerse de hacerlo, pudiendo acogerse a la alternativa
promisoria. h. Recibir sepultura de acuerdo con las tradiciones y
ritos de la propia confesión religiosa, respetando en todo caso las
normas vigentes sobre salud e higiene públicas.
Ley 29635.
ART. 4°.—Objeción de conciencia. La objeción de conciencia es la
oposición de un individuo al cumplimiento de un deber legal, en
razón de sus convicciones morales o religiosas. Se ejerce la
objeción de conciencia cuando alguien se ve imposibilitado de
cumplir una obligación legal por causa de un imperativo, moral o
religioso, grave o ineludible, reconocido por la entidad religiosa
a la que pertenece.
Ley 29635.
ART. 5°.—Entidad religiosa. Se entienden como entidades religiosas
a las iglesias, confesiones o comunidades religiosas integradas por
personas naturales que profesan, practican, enseñan y difunden una
determinada fe. Estas entidades cuentan con credo, escrituras
sagradas, doctrina moral, culto, organización y ministerio propios.
Las entidades religiosas no tienen finalidad de lucro. No se
consideran religiosos los fines o actividades relacionados con
fenómenos astrofísicos, sicológicos, parasicológicos, adivinación,
astrología, espiritismo, difusión de ideas o valores puramente
filosóficos, humanísticos, espiritualistas u otro tipo de
actividades análogas. Las entidades dedicadas al desarrollo de
ritos maléficos, cultos satánicos o análogos se encuentran al
margen de la presente ley. El Estado respeta y garantiza las
expresiones religiosas de los pueblos andinos, amazónicos y
afroperuanos, así como su derecho de ejercerlas de manera
individual o colectiva.
Ley 29635.
ART. 6°.—Dimensión colectiva de las entidades religiosas. Son
derechos colectivos de las entidades religiosas debidamente
inscritas, entre otros, los siguientes: a. Gozar de personería
jurídica civil, así como de plena autonomía y libertad en asuntos
religiosos, pudiendo establecer sus propias normas de organización,
régimen interno y disposiciones para sus miembros, sin perjuicio de
los derechos y libertades reconocidos en la Constitución Política
del Perú. b. Crear fundaciones y asociaciones para fines
religiosos, educacionales y
de asistencia social conforme a la legislación nacional. c. Formar,
designar o elegir libremente a sus ministros de culto, dirigentes
religiosos y establecer su propia jerarquía, según sus normas
internas. La condición de ministro de culto se acredita con
documento auténtico expedido por la autoridad competente de la
entidad religiosa. d. Ejercer libremente su ministerio, practicar
su culto, celebrar reuniones relacionadas con su religión y
establecer lugares de culto o de reunión con fines religiosos. e.
Divulgar y propagar su propio credo. f. Solicitar, recibir y
otorgar todo tipo de contribuciones voluntarias. g. Mantener
relaciones con sus propias organizaciones o con otras entidades
religiosas, sea en territorio nacional o extranjero.
Ley 29635.
ART. 7°.—Dimensión educativa de las entidades religiosas. Las
entidades religiosas, inscritas en el registro al que se refieren
los artículos 13 y 14, pueden crear y dirigir autónomamente sus
propios centros de formación para el ministerio religioso y para
estudios teológicos. El reconocimiento oficial de los títulos
académicos expedidos por estos centros puede ser objeto de convenio
entre el Estado, a través del Ministerio de Educación, y la
correspondiente entidad religiosa, siempre que esta cumpla con los
requisitos académicos establecidos por la Ley Núm. 29394, Ley de
Institutos y Escuelas de Educación Superior. Asimismo, aquellas que
cumplen con los requisitos de la Ley núm. 23733, Ley Universitaria,
pueden acceder a entregar dichos títulos.
Ley 29635.
ART. 8°.—Exoneración del curso de religión. Las instituciones
educativas, en todos sus niveles y modalidades, respetan el derecho
de los alumnos a exonerarse de los cursos de religión por motivos
de conciencia o en razón de sus convicciones religiosas sin verse
afectado su promedio académico. En los casos de los menores de
edad, la exoneración procede siempre y cuando así lo expresen los
padres o quien tenga la tutela de los mismos.
Ley 29635.
ART. 9°.—Protección del ejercicio de la libertad religiosa. El
Estado garantiza a las personas, de manera individual o asociada,
que desarrollen libremente sus creencias y actividades religiosas,
en público o en privado. No hay persecución por razón de ideas o
creencias religiosas, debiéndose garantizar lo siguiente: a. Nadie
puede ser obligado a manifestar su convicción religiosa. b. Los
ministros de culto tienen derecho a guardar el secreto sacramental,
ministerial o religioso. Ninguna autoridad o funcionario público
puede obligar a revelarlo. c. Nadie puede ser obligado a participar
en actos de culto, a recibir asistencia religiosa o a prestar
contribuciones económicas o en especie a entidades
religiosas.
Ley 29635.
ART. 10.—Patrimonio de las entidades religiosas. El patrimonio de
las entidades religiosas se encuentra constituido por los bienes
adquiridos conforme a ley. Asimismo, por el patrimonio histórico,
artístico y cultural que se haya creado, adquirido o esté bajo su
posesión legítima, en la forma y con las garantías establecidas por
el ordenamiento jurídico. En todo caso se respeta su prevalente
función de servicio al culto sagrado. El Estado, a través de las
instituciones públicas competentes, puede prestar cooperación
técnica y/o económica para el mantenimiento y conservación del
patrimonio histórico, artístico y cultural de las entidades
religiosas.
Ley 29635.
ART. 11.—Donaciones y beneficios tributarios. Las entidades
religiosas gozan de las donaciones y beneficios tributarios
existentes siempre que cumplan con los requisitos previstos en el
ordenamiento jurídico nacional.
Ley 29635.
ART. 12.—Destino del patrimonio en caso de disolución. En caso de
disolución de una entidad religiosa, por acuerdo interno o por
mandato de la ley, su máxima autoridad acuerda a qué entidad, de
fines similares, es destinado el patrimonio resultante. En caso de
omisión, lo determina el Ministerio de Justicia.
Ley 29635.
ART. 13.—Registro de Entidades Religiosas. A partir de la vigencia
de la presente ley, el registro creado en el Ministerio de Justicia
por Decreto Supremo Núm. 003-2003-JUS pasa a denominarse Registro
de Entidades Religiosas y tiene como finalidad principal el
reconocimiento de la personería jurídica civil de las entidades
religiosas, así como facilitar sus relaciones con el Estado. La
inscripción en el mencionado registro es voluntaria. Las entidades
religiosas inscritas son personas jurídicas de derecho privado sin
fines de lucro. Su organización, funciones, atribuciones y
representación se rigen por esta ley y su reglamento, así como por
sus propias normas y estatutos. Las entidades religiosas no
inscritas en el registro continúan como asociaciones civiles.
Ley 29635.
ART. 14.—Requisitos para inscripción de entidades religiosas. Para
inscribirse en el Registro de Entidades Religiosas, se presenta una
solicitud en la que consta fehacientemente lo siguiente: a. Su
fundación o establecimiento en el Perú, con indicación del número
de fieles mayores de edad, lugares de culto y cuantos datos se
consideren relevantes a efectos de poner de manifiesto su
implantación. b. Su denominación y demás datos de identificación,
los estatutos donde se señalen sus bases de fe, actividades
religiosas, régimen de funcionamiento, esquema de organización y
órganos representativos con expresión de sus facultades y de los
requisitos para su válida designación. Tienen acceso al registro
aquellas entidades religiosas que, por su trayectoria, ámbito,
número de creyentes y/o desarrollo de actividades
benéfico-asistenciales o educativas, ofrecen garantías de
estabilidad y permanencia. La inscripción requiere prueba, por
cualquier medio admitido en derecho, del ejercicio constante de
actividades religiosas propias, que determine la creación,
fundación y presencia activa de la confesión en el Perú, por un
período no menor de siete (7) años, así como de un número de
fieles, mayores de edad, no inferior a lo que determine el
reglamento. La inscripción en el registro conlleva el
reconocimiento de la personería
jurídica, que se otorga cuando se acreditan debidamente los
requisitos exigidos y no se vulnera algunos de los preceptos de la
presente ley o del ordenamiento jurídico general. La denegación de
la inscripción no impide su actuación en el marco de las libertades
reconocidas en la Constitución Política del Perú ni el ejercicio de
los derechos que se reconocen en la presente ley. La cancelación de
los asientos relativos a una determinada entidad religiosa solo
puede llevarse a cabo a petición de sus representantes legales,
debidamente facultados, o mediante resolución judicial.
Ley 29635.
ART. 15.—Convenios de colaboración. El Estado peruano, en el ámbito
nacional, dentro de sus competencias, amparado en el artículo 50 de
la Constitución Política del Perú, puede suscribir convenios de
colaboración sobre temas de interés común, de carácter legal, con
aquellas entidades religiosas que, estando inscritas en el registro
a que se refieren los artículos precedentes, hayan adquirido
notorio arraigo con dimensión nacional y ofrezcan garantías de
estabilidad y permanencia por su número de miembros y actividades.
Los convenios, para ser aprobados como norma legal, deben tener el
informe favorable del Ministerio de Justicia y del Ministerio de
Economía y Finanzas.
Ley 29635.
Primera Disposición Complementaria Final.—Sanción por impedir el
ejercicio de la libertad religiosa. La persona natural o jurídica
que, por acción u omisión, impida el ejercicio de la libertad
religiosa en los términos recogidos en esta ley o en los tratados o
acuerdos internacionales ratificados por el Perú es sancionada
según las normas penales o administrativas vigentes.
Ley 29635.
Segunda Disposición Complementaria Final.—Sobre el tratado aprobado
por Decreto Ley Núm. 23211, que aprueba Acuerdo entre la Santa Sede
y la República del Perú. La presente ley, su reglamento y cualquier
otra norma complementaria no afectan lo dispuesto en el tratado
aprobado por
el Decreto Ley Núm. 23211, que aprueba Acuerdo entre la Santa Sede
y la República del Perú, y las normas, protocolos o notas que se
deriven del mismo. La personería y capacidad jurídica de la Iglesia
Católica y las entidades religiosas erigidas o que se erijan
conforme a lo establecido en el Acuerdo entre la Santa Sede y la
República del Perú, de 19 de julio de 1980, se regulan por lo
establecido en el citado tratado.
Ley 29635.
Tercera Disposición Complementaria Final.—Seminario Evangélico de
Lima y Seminario Bíblico Andino. El Seminario Evangélico de Lima,
fundado en 1933 y reconocido por el Decreto Supremo 048-85-ED, y el
Seminario Bíblico Andino, fundado en 1935 y reconocido por Decreto
Supremo 001-90-ED, se gobiernan por su propio estatuto; tienen la
autonomía, los derechos y los deberes de las universidades y
pertenecen al sistema universitario. Los grados y títulos que
expidan deben ser inscritos en el Registro Nacional de Grados y
Títulos de la Asamblea Nacional de Rectores (ANR) para los fines
pertinentes, bajo responsabilidad del director general o de quien
haga sus veces.
Ley 29635.
Ley 29635.
Única Disposición Complementaria Transitoria.—Plazo para
reinscripción en el registro. En un plazo de trescientos sesenta
(360) días útiles, las entidades religiosas inscritas en el
Registro de Confesiones Distintas a la Católica deben reinscribirse
en el registro al que hace referencia el artículo 13. El
incumplimiento de esta disposición da lugar a la cancelación de su
inscripción. La cancelación de la inscripción no impide el
ejercicio de los derechos constitucionales correspondientes,
conforme al párrafo último del artículo 13.
LEY DE PROTECCIÓN DE DATOS PERSONALES
Ley 29733.
ART. 1°.—Objeto de la ley. La presente ley tiene el objeto de
garantizar el derecho fundamental a la protección de los datos
personales, previsto en el artículo 2° numeral 6 de la Constitución
Política del Perú, a través de su adecuado tratamiento, en un marco
de respeto de los demás derechos fundamentales que en ella se
reconocen.
Ley 29733.
ART. 2°.—Definiciones. Para todos los efectos de la presente ley,
se entiende por: 1. Banco de datos personales. Conjunto organizado
de datos personales, automatizado o no, independientemente del
soporte, sea este físico, magnético, digital, óptico u otros que se
creen, cualquiera fuere la forma o modalidad de su creación,
formación, almacenamiento, organización y acceso. 2. Banco de datos
personales de administración privada. Banco de datos personales
cuya titularidad corresponde a una persona natural o a una persona
jurídica de derecho privado, en cuanto el banco no se encuentre
estrictamente vinculado al ejercicio de potestades de derecho
público. 3. Banco de datos personales de administración pública.
Banco de datos personales cuya titularidad corresponde a una
entidad pública. 4. Datos personales. Toda información sobre una
persona natural que la identifica o la hace identificable a través
de medios que pueden ser razonablemente utilizados. 5. Datos
sensibles. Datos personales constituidos por los datos biométricos
que por sí mismos pueden identificar al titular; datos referidos al
origen racial y étnico; ingresos económicos, opiniones o
convicciones políticas, religiosas, filosóficas o morales;
afiliación sindical; e información relacionada a la salud o a la
vida sexual. 6. Encargado del banco de datos personales. Toda
persona natural, persona jurídica de derecho privado o entidad
pública que sola o actuando conjuntamente con otra realiza el
tratamiento de los datos personales por encargo del titular del
banco de datos personales. 7. Entidad pública. Entidad comprendida
en el artículo I del Título
Preliminar de la Ley 27444, Ley del Procedimiento Administrativo
General, o la que haga sus veces. 8. Flujo transfronterizo de datos
personales. Transferencia internacional de datos personales a un
destinatario situado en un país distinto al país de origen de los
datos personales, sin importar el soporte en que estos se
encuentren, los medios por los cuales se efectuó la transferencia
ni el tratamiento que reciban. 9. Fuentes accesibles para el
público. Bancos de datos personales de administración pública o
privada, que pueden ser consultados por cualquier persona, previo
abono de la contraprestación correspondiente, de ser el caso. Las
fuentes accesibles para el público son determinadas en el
reglamento. 10. Nivel suficiente de protección para los datos
personales. Nivel de protección que abarca por lo menos la
consignación y el respeto de los principios rectores de esta ley,
así como medidas técnicas de seguridad y confidencialidad,
apropiadas según la categoría de datos de que se trate. 11. Persona
jurídica de derecho privado. Para efectos de esta ley, la persona
jurídica no comprendida en los alcances del artículo I del Título
Preliminar de la Ley 27444, Ley del Procedimiento Administrativo
General. 12. Procedimiento de anonimización. Tratamiento de datos
personales que impide la identificación o que no hace identificable
al titular de estos. El procedimiento es irreversible. 13.
Procedimiento de disociación. Tratamiento de datos personales que
impide la identificación o que no hace identificable al titular de
estos. El procedimiento es reversible. 14. Titular de datos
personales. Persona natural a quien corresponde los datos
personales. 15. Titular del banco de datos personales. Persona
natural, persona jurídica de derecho privado o entidad pública que
determina la finalidad y contenido del banco de datos personales,
el tratamiento de estos y las medidas de seguridad. 16.
Transferencia de datos personales. Toda transmisión, suministro o
manifestación de datos personales, de carácter nacional o
internacional, a una persona jurídica de derecho privado, a una
entidad pública o a una persona natural distinta del titular de
datos personales. 17. Tratamiento de datos personales. Cualquier
operación o
procedimiento técnico, automatizado o no, que permite la
recopilación, registro, organización, almacenamiento, conservación,
elaboración, modificación, extracción, consulta, utilización,
bloqueo, supresión, comunicación por transferencia o por difusión o
cualquier otra forma de procesamiento que facilite el acceso,
correlación o interconexión de los datos personales. El reglamento
de esta ley puede realizar un mayor desarrollo de las definiciones
existentes.
Ley 29733.
ART. 3°.—Ámbito de aplicación. La presente ley es de aplicación a
los datos personales contenidos o destinados a ser contenidos en
bancos de datos personales de administración pública y de
administración privada, cuyo tratamiento se realiza en el
territorio nacional. Son objeto de especial protección los datos
sensibles. Las disposiciones de esta ley no son de aplicación a los
siguientes datos personales: 1. A los contenidos o destinados a ser
contenidos en bancos de datos personales creados por personas
naturales para fines exclusivamente relacionados con su vida
privada o familiar. 2. A los contenidos o destinados a ser
contenidos en bancos de datos de administración pública, solo en
tanto su tratamiento resulte necesario para el estricto
cumplimiento de las competencias asignadas por ley a las
respectivas entidades públicas, para la defensa nacional, seguridad
pública, y para el desarrollo de actividades en materia penal para
la investigación y represión del delito.
Ley 29733.
ART. 4°.—Principio de legalidad. El tratamiento de los datos
personales se hace conforme a lo establecido en la ley. Se prohíbe
la recopilación de los datos personales por medios fraudulentos,
desleales o ilícitos.
Ley 29733.
ART. 5°.—Principio de consentimiento. Para el tratamiento de los
datos personales debe mediar el consentimiento de su titular.
Ley 29733.
ART. 6°.—Principio de finalidad. Los datos personales deben ser
recopilados para una finalidad determinada, explícita y lícita. El
tratamiento de los datos personales no debe extenderse a otra
finalidad que no haya sido la establecida de manera inequívoca como
tal al momento de su recopilación, excluyendo los casos de
actividades de valor histórico, estadístico o científico cuando se
utilice un procedimiento de disociación o anonimización.
Ley 29733.
ART. 7°.—Principio de proporcionalidad. Todo tratamiento de datos
personales debe ser adecuado, relevante y no excesivo a la
finalidad para la que estos hubiesen sido recopilados.
Ley 29733.
ART. 8°.—Principio de calidad. Los datos personales que vayan a ser
tratados deben ser veraces, exactos y, en la medida de lo posible,
actualizados, necesarios, pertinentes y adecuados respecto de la
finalidad para la que fueron recopilados. Deben conservarse de
forma tal que se garantice su seguridad y solo por el tiempo
necesario para cumplir con la finalidad del tratamiento.
Ley 29733.
ART. 9°.—Principio de seguridad. El titular del banco de datos
personales y el encargado de su tratamiento deben adoptar las
medidas técnicas, organizativas y legales necesarias para
garantizar la seguridad de los datos personales. Las medidas de
seguridad deben ser apropiadas y acordes con el tratamiento que se
vaya a efectuar y con la categoría de datos personales de que se
trate.
Ley 29733.
ART. 10.—Principio de disposición de recurso. Todo titular de datos
personales debe contar con las vías administrativas o
jurisdiccionales necesarias para reclamar y hacer valer sus
derechos, cuando estos sean vulnerados por el tratamiento de sus
datos personales.
Ley 29733.
ART. 11.—Principio de nivel de protección adecuado. Para el flujo
transfronterizo de datos personales, se debe garantizar un nivel
suficiente de protección para los datos personales que se vayan a
tratar o, por lo menos, equiparable a lo previsto por esta ley o
por los estándares internacionales en la materia.
Ley 29733.
ART. 12.—Valor de los principios. La actuación de los titulares y
encargados de los bancos de datos personales y, en general, de
todos los que intervengan con relación a datos personales, debe
ajustarse a los principios rectores a que se refiere este título.
Esta relación de principios rectores es enunciativa. Los principios
rectores señalados sirven también de criterio interpretativo para
resolver las cuestiones que puedan suscitarse en la aplicación de
esta ley y de su reglamento, así como de parámetro para la
elaboración de otras disposiciones y para suplir vacíos en la
legislación sobre la materia.
Ley 29733.
ART. 13.—Alcances sobre el tratamiento de datos personales. 13.1.
El tratamiento de datos personales debe realizarse con pleno
respeto de los derechos fundamentales de sus titulares y de los
derechos que esta ley les confiere. Igual regla rige para su
utilización por terceros. 13.2. Las limitaciones al ejercicio del
derecho fundamental a la protección de datos personales solo pueden
ser establecidas por ley, respetando su contenido esencial y estar
justificadas en razón del respeto de otros derechos fundamentales o
bienes constitucionalmente protegidos. 13.3. Mediante reglamento se
dictan medidas especiales para el tratamiento de los datos
personales de los niños y de los adolescentes, así como para la
protección y garantía de sus derechos. Para el ejercicio de los
derechos que esta ley reconoce, los niños y los adolescentes actúan
a través de sus representantes legales, pudiendo el reglamento
determinar las excepciones aplicables, de ser el caso, teniendo en
cuenta para ello el interés superior del niño y del adolescente.
13.4. Las comunicaciones, telecomunicaciones, sistemas informáticos
o sus
instrumentos, cuando sean de carácter privado o uso privado, solo
pueden ser abiertos, incautados, interceptados o intervenidos por
mandamiento motivado del juez o con autorización de su titular, con
las garantías previstas en la ley. Se guarda secreto de los asuntos
ajenos al hecho que motiva su examen. Los datos personales
obtenidos con violación de este precepto carecen de efecto legal.
13.5. Los datos personales solo pueden ser objeto de tratamiento
con consentimiento de su titular, salvo ley autoritativa al
respecto. El consentimiento debe ser previo, informado, expreso e
inequívoco. 13.6. En el caso de datos sensibles, el consentimiento
para efectos de su tratamiento, además, debe efectuarse por
escrito. Aun cuando no mediara el consentimiento del titular, el
tratamiento de datos sensibles puede efectuarse cuando la ley lo
autorice, siempre que ello atienda a motivos importantes de interés
público. 13.7. El titular de datos personales puede revocar su
consentimiento en cualquier momento, observando al efecto los
mismos requisitos que con ocasión de su otorgamiento. 13.8. El
tratamiento de datos personales relativos a la comisión de
infracciones penales o administrativas solo puede ser efectuado por
las entidades públicas competentes, salvo convenio de encargo de
gestión conforme a la Ley 27444, Ley del Procedimiento
Administrativo General, o la que haga sus veces. Cuando se haya
producido la cancelación de los antecedentes penales, judiciales,
policiales y administrativos, estos datos no pueden ser
suministrados salvo que sean requeridos por el Poder Judicial o el
Ministerio Público, conforme a ley. 13.9. La comercialización de
datos personales contenidos o destinados a ser contenidos en bancos
de datos personales se sujeta a los principios previstos en la
presente ley.
Ley 29733.
ART. 14. Limitaciones al consentimiento para el tratamiento de
datos personales. No se requiere el consentimiento del titular de
datos personales, para los efectos de su tratamiento, en los
siguientes casos: 1. Cuando los datos personales se recopilen o
transfieran para el ejercicio de las funciones de las entidades
públicas en el ámbito de sus competencias. 2. Cuando se trate de
datos personales contenidos o destinados a ser
contenidos en fuentes accesibles para el público. 3. Cuando se
trate de datos personales relativos a la solvencia patrimonial y de
crédito, conforme a ley. 4. Cuando medie norma para la promoción de
la competencia en los mercados regulados emitida en ejercicio de la
función normativa por los organismos reguladores a que se refiere
la Ley 27332, Ley Marco de los Organismos Reguladores de la
Inversión Privada en los Servicios Públicos, o la que haga sus
veces, siempre que la información brindada no sea utilizada en
perjuicio de la privacidad del usuario. 5. Cuando los datos
personales sean necesarios para la ejecución de una relación
contractual en la que el titular de datos personales sea parte, o
cuando se trate de datos personales que deriven de una relación
científica o profesional del titular y sean necesarios para su
desarrollo o cumplimiento. 6. Cuando se trate de datos personales
relativos a la salud y sea necesario, en circunstancia de riesgo,
para la prevención, diagnóstico y tratamiento médico o quirúrgico
del titular, siempre que dicho tratamiento sea realizado en
establecimientos de salud o por profesionales en ciencias de la
salud, observando el secreto profesional; o cuando medien razones
de interés público previstas por ley o cuando deban tratarse por
razones de salud pública, ambas razones deben ser calificadas como
tales por el Ministerio de Salud; o para la realización de estudios
epidemiológicos o análogos, en tanto se apliquen procedimientos de
disociación adecuados. 7. Cuando el tratamiento sea efectuado por
organismos sin fines de lucro cuya finalidad sea política,
religiosa o sindical y se refiera a los datos personales
recopilados de sus respectivos miembros, los que deben guardar
relación con el propósito a que se circunscriben sus actividades,
no pudiendo ser transferidos sin consentimiento de aquellos. 8.
Cuando se hubiera aplicado un procedimiento de anonimización o
disociación. 9. Cuando el tratamiento de los datos personales sea
necesario para salvaguardar intereses legítimos del titular de
datos personales por parte del titular de datos personales o por el
encargado de datos personales. 10. Otros establecidos por ley, o
por el reglamento otorgado de conformidad con la presente
ley.
Ley 29733.
ART. 15.—Flujo transfronterizo de datos personales. El titular y el
encargado del banco de datos personales deben realizar el flujo
transfronterizo de datos personales solo si el país destinatario
mantiene niveles de protección adecuados conforme a la presente
ley. En caso de que el país destinatario no cuente con un nivel de
protección adecuado, el emisor del flujo transfronterizo de datos
personales debe garantizar que el tratamiento de los datos
personales se efectúe conforme a lo dispuesto por la presente ley.
No se aplica lo dispuesto en el segundo párrafo en los siguientes
casos: 1. Acuerdos en el marco de tratados internacionales sobre la
materia en los cuales la República del Perú sea parte. 2.
Cooperación judicial internacional. 3. Cooperación internacional
entre organismos de inteligencia para la lucha contra el
terrorismo, tráfico ilícito de drogas, lavado de activos,
corrupción, trata de personas y otras formas de criminalidad
organizada. 4. Cuando los datos personales sean necesarios para la
ejecución de una relación contractual en la que el titular de datos
personales sea parte, incluyendo lo necesario para actividades como
la autentificación de usuario, mejora y soporte del servicio,
monitoreo de la calidad del servicio, soporte para el mantenimiento
y facturación de la cuenta y aquellas actividades que el manejo de
la relación contractual requiera. 5. Cuando se trate de
transferencias bancarias o bursátiles, en lo relativo a las
transacciones respectivas y conforme a la ley aplicable. 6. Cuando
el flujo transfronterizo de datos personales se realice para la
protección, prevención, diagnóstico o tratamiento médico o
quirúrgico de su titular; o cuando sea necesario para la
realización de estudios epidemiológicos o análogos, en tanto se
apliquen procedimientos de disociación adecuados. 7. Cuando el
titular de los datos personales haya dado su consentimiento previo,
informado, expreso e inequívoco. 8. Otros que establezca el
reglamento de la presente ley, con sujeción a lo dispuesto en el
artículo 12.
Ley 29733.
ART. 16.—Seguridad del tratamiento de datos personales. Para
fines
del tratamiento de datos personales, el titular del banco de datos
personales debe adoptar medidas técnicas, organizativas y legales
que garanticen su seguridad y eviten su alteración, pérdida,
tratamiento o acceso no autorizado. Los requisitos y condiciones
que deben reunir los bancos de datos personales en materia de
seguridad son establecidos por la Autoridad Nacional de Protección
de Datos Personales, salvo la existencia de disposiciones
especiales contenidas en otras leyes. Queda prohibido el
tratamiento de datos personales en bancos de datos que no reúnan
los requisitos y las condiciones de seguridad a que se refiere este
artículo.
Ley 29733.
ART. 17.—Confidencialidad de datos personales. El titular del banco
de datos personales, el encargado y quienes intervengan en
cualquier parte de su tratamiento están obligados a guardar
confidencialidad respecto de los mismos y de sus antecedentes. Esta
obligación subsiste aun después de finalizadas las relaciones con
el titular del banco de datos personales. El obligado puede ser
relevado de la obligación de confidencialidad cuando medie
consentimiento previo, informado, expreso e inequívoco del titular
de los datos personales, resolución judicial consentida o
ejecutoriada, o cuando medien razones fundadas relativas a la
defensa nacional, seguridad pública o la sanidad pública, sin
perjuicio del derecho a guardar el secreto profesional.
Ley 29733.
ART. 18.—Derecho de información del titular de datos personales. El
titular de datos personales tiene derecho a ser informado en forma
detallada, sencilla, expresa, inequívoca y de manera previa a su
recopilación, sobre la finalidad para la que sus datos personales
serán tratados; quiénes son o pueden ser sus destinatarios, la
existencia del banco de datos en que se almacenarán, así como la
identidad y domicilio de su titular y, de ser el caso, del
encargado del tratamiento de sus datos personales; el carácter
obligatorio o facultativo de sus respuestas al cuestionario que se
le proponga, en especial en cuanto a los datos sensibles; la
transferencia de los datos personales; las consecuencias de
proporcionar sus datos personales y
de su negativa a hacerlo; el tiempo durante el cual se conserven
sus datos personales; y la posibilidad de ejercer los derechos que
la ley le concede y los medios previstos para ello. Si los datos
personales son recogidos en línea a través de redes de
comunicaciones electrónicas, las obligaciones del presente artículo
pueden satisfacerse mediante la publicación de políticas de
privacidad, las que deben ser fácilmente accesibles e
identificables.
Ley 29733.
ART. 19.—Derecho de acceso del titular de datos personales. El
titular de datos personales tiene derecho a obtener la información
que sobre sí mismo sea objeto de tratamiento en bancos de datos de
administración pública o privada, la forma en que sus datos fueron
recopilados, las razones que motivaron su recopilación y a
solicitud de quién se realizó la recopilación, así como las
transferencias realizadas o que se prevén hacer de ellos.
Ley 29733.
ART. 20.—Derecho de actualización, inclusión, rectificación y
supresión. El titular de datos personales tiene derecho a la
actualización, inclusión, rectificación y supresión de sus datos
personales materia de tratamiento, cuando estos sean parcial o
totalmente inexactos, incompletos, cuando se hubiere advertido
omisión, error o falsedad, cuando hayan dejado de ser necesarios o
pertinentes a la finalidad para la cual hayan sido recopilados o
cuando hubiera vencido el plazo establecido para su tratamiento. Si
sus datos personales hubieran sido transferidos previamente, el
encargado del banco de datos personales debe comunicar la
actualización, inclusión, rectificación o supresión a quienes se
hayan transferido, en el caso que se mantenga el tratamiento por
este último, quien debe también proceder a la actualización,
inclusión, rectificación o supresión, según corresponda. Durante el
proceso de actualización, inclusión, rectificación o supresión de
datos personales, el encargado del banco de datos personales
dispone su bloqueo, quedando impedido de permitir que terceros
accedan a ellos. Dicho bloqueo no es aplicable a las entidades
públicas que requieren de tal
información para el adecuado ejercicio de sus competencias, según
ley, las que deben informar que se encuentra en trámite cualquiera
de los mencionados procesos. La supresión de datos personales
contenidos en bancos de datos personales de administración pública
se sujeta a lo dispuesto en el artículo 21 del Texto Único Ordenado
de la Ley 27806, Ley de Transparencia y Acceso a la Información
Pública, o la que haga sus veces.
Ley 29733.
ART. 21.—Derecho a impedir el suministro. El titular de datos
personales tiene derecho a impedir que estos sean suministrados,
especialmente cuando ello afecte sus derechos fundamentales. El
derecho a impedir el suministro no aplica para la relación entre el
titular del banco de datos personales y el encargado del banco de
datos personales para los efectos del tratamiento de estos.
Ley 29733.
ART. 22.—Derecho de oposición. Siempre que, por ley, no se disponga
lo contrario y cuando no hubiera prestado consentimiento, el
titular de datos personales puede oponerse a su tratamiento cuando
existan motivos fundados y legítimos relativos a una concreta
situación personal. En caso de oposición justificada, el titular o
el encargado del banco de datos personales, según corresponda, debe
proceder a su supresión, conforme a ley.
Ley 29733.
ART. 23.—Derecho al tratamiento objetivo. El titular de datos
personales tiene derecho a no verse sometido a una decisión con
efectos jurídicos sobre él o que le afecte de manera significativa,
sustentada únicamente en un tratamiento de datos personales
destinado a evaluar determinados aspectos de su personalidad o
conducta, salvo que ello ocurra en el marco de la negociación,
celebración o ejecución de un contrato o en los casos de evaluación
con fines de incorporación a una entidad pública, de acuerdo a ley,
sin perjuicio de la posibilidad de defender su punto de vista, para
salvaguardar su legítimo interés.
Ley 29733.
ART. 24.—Derecho a la tutela. En caso de que el titular o el
encargado del banco de datos personales deniegue al titular de
datos personales, total o parcialmente, el ejercicio de los
derechos establecidos en esta ley, este puede recurrir ante la
Autoridad Nacional de Protección de Datos Personales en vía de
reclamación o al Poder Judicial para los efectos de la
correspondiente acción de hábeas data. El procedimiento a seguir
ante la Autoridad Nacional de Protección de Datos Personales se
sujeta a lo dispuesto en los artículos 219 y siguientes de la Ley
27444, Ley del Procedimiento Administrativo General, o la que haga
sus veces. La resolución de la Autoridad Nacional de Protección de
Datos Personales agota la vía administrativa y habilita la
imposición de las sanciones administrativas previstas en el
artículo 39. El reglamento determina las instancias
correspondientes. Contra las resoluciones de la Autoridad Nacional
de Protección de Datos Personales procede la acción
contencioso-administrativa.
Ley 29733.
ART. 25.—Derecho a ser indemnizado. El titular de datos personales
que sea afectado a consecuencia del incumplimiento de la presente
ley por el titular o por el encargado del banco de datos personales
o por terceros, tiene derecho a obtener la indemnización
correspondiente, conforme a ley.
Ley 29733.
ART. 26.—Contraprestación. La contraprestación que debe abonar el
titular de datos personales por el ejercicio de los derechos
contemplados en los artículos 19, 20, 21, 22 y 23 ante los bancos
de datos personales de administración pública se sujeta a las
disposiciones previstas en la Ley 27444, Ley del Procedimiento
Administrativo General. Ante los bancos de datos personales de
administración privada, el ejercicio de los derechos mencionados se
sujeta a lo dispuesto por las normas especiales sobre la
materia.
Ley 29733.
ART. 27.—Limitaciones. Los titulares y encargados de los bancos de
datos personales de administración pública pueden denegar el
ejercicio de los
derechos de acceso, supresión y oposición por razones fundadas en
la protección de derechos e intereses de terceros o cuando ello
pueda obstaculizar actuaciones judiciales o administrativas en
curso vinculadas a la investigación sobre el cumplimiento de
obligaciones tributarias o previsionales, a las investigaciones
penales sobre la comisión de faltas o delitos, al desarrollo de
funciones de control de la salud y del medio ambiente, a la
verificación de infracciones administrativas, o cuando así lo
disponga la ley.
Ley 29733.
ART. 28.—Obligaciones. El titular y el encargado del banco de datos
personales, según sea el caso, tienen las siguientes obligaciones:
1. Efectuar el tratamiento de datos personales, solo previo
consentimiento informado, expreso e inequívoco del titular de los
datos personales, salvo ley autoritativa, con excepción de los
supuestos consignados en el artículo 14 de la presente ley. 2. No
recopilar datos personales por medios fraudulentos, desleales o
ilícitos. 3. Recopilar datos personales que sean actualizados,
necesarios, pertinentes y adecuados, con relación a finalidades
determinadas, explícitas y lícitas para las que se hayan obtenido.
4. No utilizar los datos personales objeto de tratamiento para
finalidades distintas de aquellas que motivaron su recopilación,
salvo que medie procedimiento de anonimización o disociación. 5.
Almacenar los datos personales de manera que se posibilite el
ejercicio de los derechos de su titular. 6. Suprimir y sustituir o,
en su caso, completar los datos personales objeto de tratamiento
cuando tenga conocimiento de su carácter inexacto o incompleto, sin
perjuicio de los derechos del titular al respecto. 7. Suprimir los
datos personales objeto de tratamiento cuando hayan dejado de ser
necesarios o pertinentes a la finalidad para la cual hubiesen sido
recopilados o hubiese vencido el plazo para su tratamiento, salvo
que medie procedimiento de anonimización o disociación. 8.
Proporcionar a la Autoridad Nacional de Protección de Datos
Personales la información relativa al tratamiento de datos
personales que esta le requiera y permitirle el acceso a los bancos
de datos personales que
administra, para el ejercicio de sus funciones, en el marco de un
procedimiento administrativo en curso solicitado por la parte
afectada. 9. Otras establecidas en esta ley y en su
reglamento.
Ley 29733.
ART. 29.—Creación, modificación o cancelación de bancos de datos
personales. La creación, modificación o cancelación de bancos de
datos personales de administración pública y de administración
privada se sujetan a lo que establezca el reglamento, salvo la
existencia de disposiciones especiales contenidas en otras leyes.
En todo caso, se garantiza la publicidad sobre su existencia,
finalidad, identidad y el domicilio de su titular y, de ser el
caso, de su encargado.
Ley 29733.
ART. 30.—Prestación de servicios de tratamiento de datos
personales. Cuando, por cuenta de terceros, se presten servicios de
tratamiento de datos personales, estos no pueden aplicarse o
utilizarse con un fin distinto al que figura en el contrato o
convenio celebrado ni ser transferidos a otras personas, ni aun
para su conservación. Una vez ejecutada la prestación materia del
contrato o del convenio, según el caso, los datos personales
tratados deben ser suprimidos, salvo que medie autorización expresa
de aquel por cuenta de quien se prestan tales servicios cuando
razonablemente se presuma la posibilidad de ulteriores encargos, en
cuyo caso se pueden conservar con las debidas condiciones de
seguridad, hasta por el plazo que determine el reglamento de esta
ley.
Ley 29733.
ART. 31.—Códigos de conducta. Las entidades representativas de los
titulares o encargados de bancos de datos personales de
administración privada pueden elaborar códigos de conducta que
establezcan normas para el tratamiento de datos personales que
tiendan a asegurar y mejorar las condiciones de operación de los
sistemas de información en función de los principios rectores
establecidos en esta ley.
Ley 29733.
ART. 32.—Órgano competente y régimen jurídico. El Ministerio de
Justicia, a través de la Dirección Nacional de Justicia, es la
Autoridad Nacional de Protección de Datos Personales. Para el
adecuado desempeño de sus funciones, puede crear oficinas en todo
el país. La Autoridad Nacional de Protección de Datos Personales se
rige por lo dispuesto en esta ley, en su reglamento y en los
artículos pertinentes del Reglamento de Organización y Funciones
del Ministerio de Justicia. Corresponde a la Autoridad Nacional de
Protección de Datos Personales realizar todas las acciones
necesarias para el cumplimiento del objeto y demás disposiciones de
la presente ley y de su reglamento. Para tal efecto, goza de
potestad sancionadora, de conformidad con la Ley 27444, Ley del
Procedimiento Administrativo General, o la que haga sus veces, así
como de potestad coactiva, de conformidad con la Ley 26979, Ley de
Procedimiento de Ejecución Coactiva, o la que haga sus veces. La
Autoridad Nacional de Protección de Datos Personales debe presentar
periódicamente un informe sobre sus actividades al Ministro de
Justicia. Para el cumplimiento de sus funciones, la Autoridad
Nacional de Protección de Datos Personales cuenta con el apoyo y
asesoramiento técnico de la Oficina Nacional de Gobierno
Electrónico e Informática (ONGEI) de la Presidenci