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Contacto y Suscripción virtual [email protected] http://elblogdeletraviva.blogspot.com Nos hemos reunido personas de distintas actividades, ámbitos y áreas de conocimiento, dirigentes sociales y de organizaciones solidarias, y hemos concluido en la necesidad de enfrentar la catástrofe del 27 de febrero unidos, para construir de una manera nueva, justa y digna nuestras vidas. Deseamos un encuentro que permita sentirnos más unidos y unidas, un encuentro para hacer lazos de amistad, para compartir nuestros problemas y sus soluciones. Queremos un encuentro de autogestión del que nazcan, con la suma de nuestros conocimientos y capacida- des, soluciones concretas y demandas necesarias. Sentimos que debe superarse la ayuda asistencialista, que no basta para dar respuesta a los problemas que nos han dejado los sucesos desde el 27 de febrero. El asistencialismo dejará las cosas como esta- ban y seremos otra vez indefensos ante los hechos naturales, ante los males de una sociedad desorganizada y desmoralizada, o bajo el apetito voraz de unos pocos. Las soluciones que necesitamos darnos tienen que mirar al futuro y plantear nuestras aspiraciones en conjunto. El principal y verdadero problema ha sido la ausencia de una sociedad organizada, capaz de protegerse y construir en comunidad. Pensamos que vamos hacia un cambio de mentalidad. Hasta ahora ha imperado una forma ajena a nuestras vidas reales. Las prioridades de una vida individualista y consumista están lejos de nuestra felicidad, porque la felicidad se construye con nuestras propias manos, con nuestros sentimientos verdaderos y las profundas esperanzas. En la medida que nos encontramos, hacemos comunidad y autocuidado. También sabemos del centralismo, del olvido de las regiones y provin- cias, lo que hace más necesario todavía lo que hagan las comunida- des, en este caso, las zonas directamente perjudicadas. Eso significa recuperar el tejido social, la organización vecinal y laboral, la agrupa- ción de nuestros científicos y nuestras científicas, de profesionales y artistas locales, de nuestros trabajadores y nuestras trabajadoras, para fortalecer esta red humana. Los habitantes de las regiones podemos tomar decisiones y debemos exigir la consideración debida del país a través del Estado. Esperamos la respuesta de un Estado que sea presente, que escuche a su gente, que cuide los intereses de su pue- blo ante todas las cosas. El Estado es responsable del bienestar del país todo. Pero los nego- cios y el lucro gobiernan más que la gente, en un país repleto de valio- sos recursos, con ricas tierras y abundante mar, con posibilidades para todos y todas. Debe ser el Estado el que intervenga con decisio- nes más justas. Eso exigimos soberanamente como gente trabajadora que construye con sus manos este país: más Estado para los proble- mas sociales y menos para los negocios de unos pocos. Queremos la construcción de condiciones de seguridad para todos y todas, para nuestras familias, para nuestros barrios. Queremos la estabilidad y la posibilidad cierta de mejorar, es decir, queremos - digámoslo así- un hogar para todos y todas, que es posible. Vemos la necesidad de unirnos, de reconocernos, porque a pesar de ser diferentes, tenemos mucho en común y, todavía más, podemos ser uno en hermandad solidaria, para conseguir esa casa grande de todos y de todas La catástrofe nos ha enseñado de esta necesidad y nos mueve a or- ganizarnos para esta construcción. Muchos y muchas han perdido ayer demasiado, muchos y muchas siguen perdiendo aún más. Sin embargo, podemos levantarnos. No nos sirve para ello la soledad ni el egoísmo que nos impone el actual sistema económico, porque este país es suficientemente rico para crear, crecer y compartir. Vemos, como ustedes, que nos falta encontrarnos y sentirnos juntos. Estos momentos de crisis nos abren los ojos y deben abrir ahora los corazones de todo un pueblo. RED-CONSTRUYENDO BOLETÍN INFORMATIVO DE LA RED DE ESTUDIANTES Y CIUDADANOS POR LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE (REDESCHILE) ABRIL 2010 AÑO 2, N° 6 Letra Viva Publicación fundada el 1 de abril de 2009 en Santiago de Chile. Advertencia: nadie nos paga por hacer esto, de hecho, estudiamos y/o trabajamos igual que ustedes. No recibimos influencia de grupos o partidos políticos. Si quieres enviar cartas, denuncias, avisos de actividades o lo que se te ocurra, escríbenos a nuestro correo, blog o a los grupos de Facebook. LEE, APRENDE, ORGANÍZATE… Y ACTÚA…!! LLAMADO AL ENCUENTRO RED-CONSTRUYAMOS INICIATIVA REGIONAL, VECINAL Y POPULAR

Letra Viva N° 6

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Boletín de la Red de Estudiantes y Ciudadanos de Chile por la Asamblea Constituyente (REDESCHILE)

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Page 1: Letra Viva N° 6

Contacto y Suscripción virtual

[email protected]

http://elblogdeletraviva.blogspot.com

Nos hemos reunido personas de distintas actividades, ámbitos y áreas de conocimiento, dirigentes sociales y de organizaciones solidarias, y hemos concluido en la necesidad de enfrentar la catástrofe del 27 de febrero unidos, para construir de una manera nueva, justa y digna nuestras vidas.

Deseamos un encuentro que permita sentirnos más unidos y unidas, un encuentro para hacer lazos de amistad, para compartir nuestros problemas y sus soluciones. Queremos un encuentro de autogestión del que nazcan, con la suma de nuestros conocimientos y capacida-des, soluciones concretas y demandas necesarias.

Sentimos que debe superarse la ayuda asistencialista, que no basta para dar respuesta a los problemas que nos han dejado los sucesos desde el 27 de febrero. El asistencialismo dejará las cosas como esta-ban y seremos otra vez indefensos ante los hechos naturales, ante los males de una sociedad desorganizada y desmoralizada, o bajo el apetito voraz de unos pocos. Las soluciones que necesitamos darnos tienen que mirar al futuro y plantear nuestras aspiraciones en conjunto. El principal y verdadero problema ha sido la ausencia de una sociedad organizada, capaz de protegerse y construir en comunidad.

Pensamos que vamos hacia un cambio de mentalidad. Hasta ahora ha imperado una forma ajena a nuestras vidas reales. Las prioridades de una vida individualista y consumista están lejos de nuestra felicidad, porque la felicidad se construye con nuestras propias manos, con nuestros sentimientos verdaderos y las profundas esperanzas. En la medida que nos encontramos, hacemos comunidad y autocuidado. También sabemos del centralismo, del olvido de las regiones y provin-cias, lo que hace más necesario todavía lo que hagan las comunida-des, en este caso, las zonas directamente perjudicadas. Eso significa recuperar el tejido social, la organización vecinal y laboral, la agrupa-ción de nuestros científicos y nuestras científicas, de profesionales y artistas locales, de nuestros trabajadores y nuestras trabajadoras, para fortalecer esta red humana. Los habitantes de las regiones podemos tomar decisiones y debemos exigir la consideración debida del país a

través del Estado. Esperamos la respuesta de un Estado que sea presente, que escuche a su gente, que cuide los intereses de su pue-blo ante todas las cosas.

El Estado es responsable del bienestar del país todo. Pero los nego-cios y el lucro gobiernan más que la gente, en un país repleto de valio-sos recursos, con ricas tierras y abundante mar, con posibilidades para todos y todas. Debe ser el Estado el que intervenga con decisio-nes más justas. Eso exigimos soberanamente como gente trabajadora que construye con sus manos este país: más Estado para los proble-mas sociales y menos para los negocios de unos pocos. Queremos la construcción de condiciones de seguridad para todos y todas, para nuestras familias, para nuestros barrios. Queremos la estabilidad y la posibilidad cierta de mejorar, es decir, queremos -digámoslo así- un hogar para todos y todas, que es posible. Vemos la necesidad de unirnos, de reconocernos, porque a pesar de ser diferentes, tenemos mucho en común y, todavía más, podemos ser uno en hermandad solidaria, para conseguir esa casa grande de todos y de todas

La catástrofe nos ha enseñado de esta necesidad y nos mueve a or-ganizarnos para esta construcción. Muchos y muchas han perdido ayer demasiado, muchos y muchas siguen perdiendo aún más. Sin embargo, podemos levantarnos. No nos sirve para ello la soledad ni el egoísmo que nos impone el actual sistema económico, porque este país es suficientemente rico para crear, crecer y compartir.

Vemos, como ustedes, que nos falta encontrarnos y sentirnos juntos. Estos momentos de crisis nos abren los ojos y deben abrir ahora los corazones de todo un pueblo.

RED-CONSTRUYENDO

B O L E T Í N I N F O R M A T I V O D E L A R E D D E E S T U D I A N T E S Y C I U D A D A N O S P O R L A A S A M B L E A C O N S T I T U Y E N T E ( R E D E S C H I L E )

ABRIL 2010

AÑO 2, N° 6

Letra Viva

Publicación fundada el 1 de abril de 2009 en Santiago de Chile.

Advertencia: nadie nos paga por hacer esto, de hecho, estudiamos y/o trabajamos igual que ustedes. No recibimos influencia de grupos o partidos políticos.

Si quieres enviar cartas, denuncias, avisos de actividades o lo que se te ocurra, escríbenos a nuestro correo, blog o a los grupos de Facebook.

LEE, APRENDE, ORGANÍZATE… Y ACTÚA…!!

LLAMADO AL ENCUENTRO RED-CONSTRUYAMOS INICIATIVA REGIONAL, VECINAL Y POPULAR

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La Soberanía del Pueblo por sobre cualquier otra soberanía El Pueblo es el único e irrevocable soberano de su destino, por lo que ningún grupo de perso-nas puede pasar a llevar el derecho inherente de las sociedades humanas a su libre autode-terminación. La participación del pueblo en las decisiones del país debe ser algo natural y el pueblo ha de defender este derecho. La Constitución Política ha de ser redactada y aprobada bajo la ejercitación de la Soberanía del Pueblo. El Amor y la Fraternidad Universal como motor de toda Revolución La búsqueda del cambio y la renovación política y social que persigue el movimiento debe tener una visión que de dirección a sus acciones Revolucionarias. La sociabilidad nacional basada en la Fraternidad y el Amor debe ser la meta máxima de toda organización que bus-que el cambio de las estructuras viejas y caducadas hacia la construcción de un mejor futuro El Bienestar del Pueblo por sobre cualquier interés personal Quienes participen en la dirección y organización de los movimientos que han de liberar las cadenas que oprimen al pueblo, han de demostrar un desinterés total en la obtención de be-neficios personales, familiares o económicos. La dirección y participación activa en estos mo-vimientos debe guiarse por la Voluntad de ayudar y el Amor a una causa superior a cualquier interés personal. La Unidad y el Respeto a todos, por sobre la separatividad y la imposición La Unidad de todos los integrantes y participantes de un movimiento dependerá absolutamen-te del Respeto entre todos quienes lo integran: el respeto a la diversidad. Esto incluye todo aspecto de diversidad humana: de pensamiento, de capacidades, de nivel cultural, social, económico, sexual, étnico, etáreo, etc. Nadie podrá imponer su voluntad y la actividad que cada uno realice será por motivación propia. La Unidad será lo más importante por lo que han de velar los que integran un movimiento: la Unidad por sobre las diferencias. Solo en la Uni-dad se encontrará la Victoria. La Libertad, Justicia e Igualdad Estos tres principios han sido siempre violados por quienes, en vez de velar por la felicidad y bienestar de sus pueblos, los oprimen y dominan para beneficio personal. Y han de ser fuego inspirador de toda movilización y acción revolucionaria. La Libertad de pensamiento y acción, la Justicia e Igualdad social deben ser defendidas y promovidas tanto por quienes gobiernan como por el Pueblo. En caso de que se violen estos principios, el Pueblo tiene el derecho y el deber de manifestarse en exigencia y defensa de éstos hasta que se respeten.

Declaración de Principios de la Red de Estudiantes y Ciudadanos por la Asamblea Constituyente (REDESCHILE)

Estos simples principios guiarán la acción de REDESCHILE y sus caracte-rísticas de organización. El grado de responsabilidades que asuma cada integrante dependerá del grado de compromiso, disponibilidad personal, y de respeto a estos principios. No existe ninguna influencia partidista en la configuración y dirección de esta organización, ni ha de tenerlo. Toda persona que quiera participar puede hacerlo, sin importar su ideología y actividad externa mientras respete los princi-pios anteriormente señalados

“...Quienes participen en la dirección y

organización de los movimientos que han de liberar las cadenas

que oprimen al pueblo, han de demostrar un desinterés total en la

obtención de beneficios personales, familiares o

económicos…”.

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LETRA VIVA

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“Los niños se ahogaron, pero no pasó más que eso” ”

José Antonio Viera-Gallo, ex Ministro Secretario General de Gobierno y Coordinador de Asuntos Indígenas, refiriéndose a un allanamiento de la Policía con uso de gas la-crimógeno a una escuela rural Mapuche, en cuyo interior habían 32 niños ———————————— "Los padres, familiares y amigos de los hermanos Vergara Toledo tienen todo

el derecho a 'celebrar'... o recordar su muerte".

Sebastián Piñera, a propósito de la conmemoración del Día del Joven Combatiente. 29 de marzo de 2010.

———————————— Sebastián Piñera: Este terremoto no estaba dentro de los planes de mi gobierno Periodista: Señor, un terremoto no esta en los planes de ningún gobierno...

Las Frase del Mes (enero-abril):

Un año se pasa volando, y en cierta forma la celebración de un año de este boletín no se debe tanto a su calidad como al hecho de que el año que tiene de vida ha pasado más rápido que las ganas y tiempo para editarlo y darle forma.

Aprovecho la ocasión para agradecer a todos quienes han colaborado en los ya seis bo-letines que han salido a la luz: sin ustedes, el proyecto no se entiende: estamos para es-cuchar, no para censurar, plagiar ni reírnos de lo que piensan, sino todo lo contrario.

El actual escenario en nuestro país está envuelto en dos grandes noticias: la llegada al poder político de la derecha y su modelo neoliberal y reproductor de desigualdades y el terremoto geológico y social que ha vivido nuestra sociedad. Quizás no sea coincidencia que se hayan dado juntas: ambos son desafíos para que nos despertemos y repensemos el modelo de sociedad que queremos vivir.

La lucha por la constitución democrática sigue al margen de los nuevos escenarios: espe-ramos que se produzca a través de nuevas voces, nuevas visiones de país… y para ello, nuestro esfuerzo seguirá para que sean quienes lean este boletín quienes tengan esa opinión y mirada para refundar el país.

A ustedes, los verdaderos dueños de “Letra Viva”, le es dedicado esta tribuna.

Ed i tor ia l : ed ic ión an iversar io

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AÑO 2, N° 6

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“...es interesante anali-zar como la responsabi-lidad de educar a la nue-va generación de ciuda-danos/as chilenos/as radica en el capital cul-tural, social y económico de sus padres, madres y apoderados/as… “

S egún la Constitución Política de 1980, el Derecho a la Educación tiene como propósito fundamental “…el pleno desarrollo de la persona

en las distintas etapas de su vida.” Sin em-bargo, esta responsabilidad recae en los padres, madres y apoderados/as, puesto que “…tienen el derecho preferente y el deber de educar y de escoger el establecimiento de enseñanza para sus hijos/as…”; correspon-diéndole al Estado otorgar “especial protec-ción” al ejercicio de los mismos.

Asimismo, se estipulan como obligaciones estatales “…promover el acceso gratuito a la Educación Parvularia y garantizar el financia-miento fiscal al Segundo Nivel de Transi-ción…” Además, se manifiesta que la Educa-ción Básica y Media son obligatorias, por lo que se debe financiar un sistema gratuito para tales efectos, y asegurar su acceso a la comunidad nacional. De este modo, al Esta-do le corresponde “…fomentar el desarrollo de la educación en todos sus niveles, estimu-lar la investigación científica y tecnológica, la creación artística, la protección e incremento de nuestro patrimonio cultural.” Por su parte, la comunidad debe contribuir al desarrollo y perfeccionamiento de la educación.

Además, se explicita la libertad de enseñan-za, es decir, el derecho de abrir, organizar y mantener establecimientos educacionales, “…una libertad que no tiene otras limitacio-nes que las impuestas por la moral, las bue-nas costumbres, el orden público y la seguri-dad nacional.” Y la guinda de la torta, “…la enseñanza reconocida oficialmente no podrá orientarse a propagar tendencia político parti-dista alguna.” Finalmente, este texto mani-fiesta que una Ley Orgánica Constitucional establecerá los requisitos mínimos, las nor-mas, aplicaciones y exigencias para la Ense-ñanza Básica y Media. Como también, para el reconocimiento oficial de las instituciones educativas, donde “…el Estado debe velar por este cumplimiento.”

Este marco jurídico deja atrás o sepulta el modelo del “Estado Educador, Benefactor o de Compromiso”, que durante el siglo XX desarrolló, fortaleció y legitimó, a lo largo de todo Chile, un sistema público de escuelas primarias, secundarias e instituciones forma-doras de docentes. Por el contrario, esta Constitución de inspiración neoliberal, instala un régimen económico fundado en el predo-minio del capital… entiéndase como un ele-mento fundamental para producir, acumular, acrecentar y/o concentrar las riquezas, dine-ros o valores en algunos sectores de la co-munidad… En consecuencia, esta Constitu-ción sienta las bases para la transformación del rol del Estado, e inaugura un conjunto de políticas subsidiarias o suplementarias, que tienen como prioridad proteger y regular el funcionamiento del Sistema Nacional de Educación.

Si bien esta visión no desestima el Derecho a la Educación, es interesante analizar como la responsabilidad de educar a la nueva ge-neración de ciudadanos/as chilenos/as radi-ca en el capital cultural, social y económico de sus padres, madres y apoderados/as… Este capital refiere a los bienes materiales y simbólicos aportados de manera sistemática por los/las progenitores/as, tutores/as o me-jor dicho, “por los/las consumidores/as de los bienes, servicios y productos educacionales”. Los que por una parte, están disponibles en el mercado, y por otra, fluctúan o evolucio-nan según las ofertas y demandas del mis-mo… En este sentido, la Educación como cualquier otro sector económico responde a las operaciones comerciales de los inversio-nistas privados. Aplíquese a las personas que invierten su capital en un negocio para obtener ganancias, utilidades o intereses… una actividad lucrativa que ofrece, vende, compra o permuta “productos de cierta cali-dad para un grupo determinado de consumi-dores/as”.

(Continúa en la página 5)

El Derecho a la Educación según la Constitución Política de 1980

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LETRA VIVA

Escribe:

Verónica Alejandra Lizana Muñoz

[email protected]

“Que no seas capaz de escribir sobre cualquier tema es un buen indicio, no un motivo de des-aliento… No creas en los que escriben sobre cualquier cosa... Las obsesiones tienen sus raíces muy profundas, y cuanto más profundas menos numerosas son. Y la más profunda de todas es quizá la más oscura pero también la única y todopoderosa raíz de las demás, la que reaparece a lo largo de todas las obras de un creador verdadero… porque no te estoy hablando de los fabricantes de historias, de los fecundos fabricantes de teleteatros o de best-Sellers a medida, esas prostitutas del arte. Ellos si pueden elegir el tema… Cuando se escribe en serio, es al re-vés: es el tema que lo elige a uno…” (Sabato, Abaddón, 2006: 104)

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Por lo tanto, no es extraño que el patrimo-nio sociocultural y el poder adquisitivo de las familias; los niveles de escolaridad de los padres, madres y apoderados/as; y las (in)capacidades para acceder, permanecer y egresar de una institución educativa se entiendan como “variables predictivas del éxito o fracaso escolar”. Cuando estos antecedentes se analizan de manera aisla-da, es decir, sin considerar las condiciones materiales y simbólicas que estipulan las políticas públicas sobre Educación… implí-citamente se está aceptando que el Dere-cho a la Educación pertenece al orden de las responsabilidades individuales y/o fa-miliares, donde el Estado no tiene injeren-cia, ni participación en éste.

Ahora bien, si analizamos que “…el Esta-do debe promover el acceso gratuito y garantizar el financiamiento fiscal de la Educación Parvularia, Básica y Media puesto que son obligatorias…”, estas polí-ticas subsidiarias se desentienden de sus responsabilidades con la educación públi-ca. Estamos hablando de “un sistema gra-tuito”, que actualmente alberga a los sec-tores de la población con altos índices de vulnerabilidad y concentra los peores re-sultados académicos. Estos estableci-mientos educacionales, “altamente estig-matizados, desprestigiados y ad portas de desaparecer por falta de estudiantes…” encierra un conjunto de problemáticas complejas. Las que se relacionan princi-palmente con las dificultades estructura-les, normativas y administrativas de las Municipalidades y Corporaciones Munici-pales sin fines de lucro. Como también, con las proyecciones personales, acadé-micas, profesionales y sociales de los ac-tores educativos.

Asimismo, la Constitución Política de 1980 explicita la importancia de la libertad de enseñanza… entiéndase como una facul-tad para vender y comprar sin estorbo alguno, pero las prácticas pedagógicas están condicionadas a las limitaciones que impone la moral, las buenas costumbres, el orden político y la seguridad nacional. Una libertad bastante curiosa, puesto que los/las docentes deben reproducir el dis-curso oficial y “…no podrán orientar o pro-pagar sus tendencias político partidistas.” De este modo, las prácticas de enseñanza y los procesos de aprendizajes se conci-ben como experiencias apolíticas, asépti-cas y neutrales. Y las instituciones educa-tivas deben propiciar un ambiente “libre de

contaminaciones ideológicas u opiniones políticas”, ya que éstas constituyen un agravio para el orden y la seguridad nacio-nal. Por fortuna, las elecciones de presi-dentes/as, diputados/as, senadores/as y alcaldes/as se realiza en periodo de vaca-ciones…

Estas ideas retrógradas me interpelan como profesora, puesto que entiendo la libertad como una facultad para actuar de manera responsable… un derecho para profesar, manifestar, defender y propagar mi ser, hacer, decir, pensar, conocer y convivir… una libertad de conciencia, espí-ritu y pensamiento para enfrentar mi ejerci-cio profesional, puesto que las condiciones materiales y simbólicas de la Educación siempre están comprometidas con una visión de mundo y de ser humano… Ade-más, me gustaría recordar que el Gobier-no de Chile ha ratificado los acuerdos in-ternacionales sobre el Derecho a la Edu-cación… una obligación fundamental de los Estados Latinoamericanos, que asegu-ra la igualdad de oportunidades, y mejora de manera sustantiva y significativa, las condiciones de vida de los/las ciudadanos/as…

Vamos a cumplir 30 años, que Augusto Pinochet Ugarte impuso este marco jurídi-co mediante un plebiscito bastante irregu-lar. Esta consulta pública fue ampliamente cuestionada por la comunidad nacional e internacional, puesto que no existían los Registros Electorales; estaban prohibidas las campañas políticas; estaba restringida la libertad de expresión y la de reunión, entre otras imposiciones arbitrarias.

La Constitución Política de 1980 constitu-ye una herencia obsoleta y reaccionaria de la Dictadura Militar, que ofende nuestro espíritu democrático; vulnera nuestros compromisos con la equidad de clase, género y etnia; y menoscaba nuestros proyectos personales, académicos, profe-sionales y sociales… Por ello, comparto plenamente las declaraciones de los movi-mientos ciudadanos que exigen una Asamblea Constituyente… una instancia representativa, democrática y pluralista, donde podamos dialogar, de manera adul-ta y responsable, sobre nuestros derechos y deberes constitucionales.

(Viene de la página 4)

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de los/las procesados/as o investigados/as. Si bien, se explicita “…que ninguna persona será juzgada por comisiones especiales, sino por los tribunales de justicia competentes…” Lo interesante es analizar la diferencia que se establece con los/las integrantes de las Fuer-zas Armadas, y de Orden y Seguridad Pública, puesto que “…este derecho se regirá en lo administrativo y disciplinario, por las normas pertinentes de sus respectivos estatutos…”

Entonces, en qué quedamos… Si los/las ciuda-danos/as chilenos/as somos iguales ante la ley… ¿Por qué estos/as funcionarios/as públi-cos/as cuentan con normas especiales y esta-tutos exclusivos para procesarlos/as o investi-garlos/as…? Si nuestro sistema jurídico no puede establecer diferencias arbitrarias, puesto que en territorio nacional no hay personas ni grupos privilegiados… ¿Por qué estos/as em-pleados/as fiscales cuentan con condiciones excepcionales y procedimientos propios al mo-mento de investigar su desempeño administra-tivo y disciplinario…? ¿Cuáles son las razones que podrían justificar o explicar estas diferen-cias…? Y lo más insólito… ¿Por qué se explici-ta el paralelismo entre la justicia civil y la militar en nuestra Carta Fundamental…?

Por otra parte, nuestra Constitución Política explicita que la vida privada, la honra personal y familiar, y las formas de comunicación de los/las ciudadanos/as chilenos/as se respetarán y protegerán… Sin embargo, “… el hogar podrá allanarse… las comunicaciones y documentos privados interceptarse, abrirse o registrarse en los casos y formas determinados por la ley…”

Según la Ley Antiterrorista, Artículo Nº 14, “… durante la audiencia de formalización e investi-gación, el Ministerio Público podrá pedir al juez de garantía decretar las siguientes medidas… recluir al imputado/a en lugares públicos… establecer restricciones al régimen de visitas… e interceptar, abrir o registrar sus comunicacio-nes telefónicas e informáticas, y su correspon-dencia epistolar y telegráfica…” Y la guinda de la torta: “… en ningún caso estas medidas po-

E n el año 2005, el Gobierno de Chile introdujo varias modificaciones a la Constitución Política de 1980. Entre éstas, se releva “…la eliminación de

los/las senadores/as designados/as y vitalicios/as; la facultad de remover a los/las comandan-tes en jefe; la reforma a las atribuciones del Consejo de Seguridad Nacional; y la entrega de la ciudadanía chilena a los/las hijos/as de pro-genitores/as chilenos/as, nacidos/as en el exte-rior…”

Nuestra Carta Fundamental explicita que “las personas nacen libres e iguales en dignidad y derecho…” Entendiéndose que nuestro Estado de Derecho está al servicio de los seres huma-nos… sus deberes están orientados a promover el bien común; crear las condiciones sociales para que la comunidad se realice espiritual y materialmente; proteger la seguridad nacional; e integrar a todos los sectores de la población, de modo que aseguren el derecho a la partici-pación ciudadana y la igualdad de oportunida-des ante las instituciones socialmente estableci-das.

En materia de derechos y deberes constitucio-nales, se explicita que “los/as ciudadanos/as chilenos/as somos iguales ante la ley…” es decir, en territorio nacional “…no hay personas ni grupos privilegiados…”. Del mismo modo, “…las leyes y autoridades no podrán establecer diferencias arbitrarias…”, quedando prohibida la aplicación de todo apremio ilegítimo. En otras palabras, se trata de impedir toda forma de vio-lencia, esto es, torturar, agredir, maltratar, abu-sar, acosar, negar y/o discriminar a los/las inte-grantes de la comunidad nacional, por razones de clase, género o etnia.

Al respecto, nuestro Estado de Derecho garanti-za “…la igualdad ante ley…” mediante el aseso-ramiento legal, la defensa jurídica y las garantí-as procesales… Aplíquese a las instancias, procedimientos e investigaciones, que deben establecer condiciones racionales, justas y pú-blicas dentro de un debido proceso…. y a los/las operadores/as de justicia, que no pueden presumir, ni suponer la responsabilidad penal

¿Los/las ciudadanos/as chilenos/as somos iguales ante la ley…?

Escribe:

Verónica Alejandra Lizana Muñoz

[email protected]

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LETRA VIVA

“… como señaló Camus: uno/a no puede ponerse del lado de quienes hacen la historia, sino al servicio de quienes la padecen… El/la escritor/a debe ser un/a testigo insobornable de su tiem-po, con coraje para decir la verdad, y levantarse contra todo oficialismo que, enceguecido por sus intereses, pierde de vista la sacralidad de la persona humana…”

(Antes del fin… Sabato, 1998: 73)

“...¿Para quiénes está pensada esta ley… quié-nes podrían ser sus posi-bles destinatarios/as… a quiénes podrían aplicar-les o imponerles estas medidas…? …”

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drán adoptarse en contra de los/las Ministros/as de Estado, subsecretarios/as, parlamenta-rios/as, jueces/as, los miembros del Tribunal Constitucional y del Tribunal Calificador de Elecciones, el Contralor General de la Repúbli-ca, los Generales y los Almirantes...”

Estas disposiciones inquisitivas no se condicen con lo declarado en nuestra Carta Fundamen-tal, puesto que en ella se dice claramente que se respetará y protegerá nuestro derecho a la integridad física y psíquica, libertad de concien-cia e igualdad ante la ley… Esto devela varias situaciones problemáticas… Si nuestro sistema jurídico debe garantizar un debido proceso, que no presume ni supone la responsabilidad penal de los/las procesados/as o investigados/as, entonces… ¿Por qué la Ley Antiterrorista esti-pula que se podrán decretar medidas especia-les, restrictivas, cautelares… e incluso, violar la privacidad individual y familiar, o encarcelar a una persona mientras está siendo procesada o investigada…? Y lo más curioso… nuevamente nos encontramos con excepciones, puesto que estas medidas, en ningún caso, podrán ser aplicadas a los miembros del poder legislativo, ejecutivo y judicial… o a las autoridades políti-cas y militares… Por lo tanto, ¿Para quiénes está pensada esta ley… quiénes podrían ser sus posibles destinatarios/as… a quiénes po-drían aplicarles o imponerles estas medidas…?

Asimismo, el Artículo Nº 15 de la Ley Antiterro-rista, señala que “…en la investigación, el Mi-nisterio Público dispondrá de medidas especia-les de protección para los/las testigos… y para su cónyuge, ascendientes, descendientes, her-manos/as o personas ligadas por relaciones de afecto…” Al respecto, los/las operadores/as de justicia podrán solicitar “… que no conste en los registros, sus nombres, apellidos, profesión u oficio, domicilio, lugar de trabajo o algún otro dato que sirva para su identificación…” Para las notificaciones y citaciones, “…su domicilio será fijado en el tribunal, órgano encargado de hacerlas llegar reservadamente a su destinata-rio...” Durante este procedimiento, los/las testi-gos o peritos protegidos/as, “…deberán compa-recer a un lugar distinto donde funciona la fis-calía, cuya ubicación no se dejará constancia en el registro respectivo…”

Idea reafirmada en el Artículo Nº 16, puesto que se podrá decretar “…la prohibición de re-velar la identidad o los antecedentes que con-duzcan a la identificación de los/las testigos protegidos/as...” Como también, queda prohibi-do fotografiarlos/las o captar su imagen a tra-vés de cualquier otro medio. Las personas que proporcionen esta información serán sanciona-das “…con la pena de reclusión menor en su

grado medio a máximo…” Y si esta informa-ción es difundida en algún medio de comuni-cación social, “…a su director/a se le impon-drá una multa de diez a cincuenta ingresos mínimos…”

Y como si fuera poco… el Artículo Nº 19 ex-plicita que estas medidas de protección “…podrán ir acompañadas de medidas comple-mentarias, como proveer de recursos econó-micos suficientes para el cambio de domici-lio…” El Artículo Nº 20 señala que después del juicio “…el tribunal podrá autorizar a los/las testigos protegidos/as a cambiar de identi-dad…” Y el Artículo Nº 21 estipula que “…el Ministerio Público podrá disponer, que deter-minadas actuaciones, registros o documentos sean mantenidos en secreto… disposiciones que podrán ampliarse hasta por un total de seis meses...” Las personas que revelen es-tos antecedentes “… serán castigadas con presidio menor en sus grados medio a máxi-mo…”.

Por lo tanto, la Ley Antiterrorista implementa un sistema inquisitivo, abusivo y despropor-cionado… En primer lugar porque presume o supone la responsabilidad penal de las perso-nas mientras son procesadas e investigadas, las que podrán ser privadas de su libertad, es decir, recluidas o encarceladas. Incluso, se podrá decretar la restricción de sus visitas, e interceptar o registrar todas sus formas de comunicación… En segundo lugar porque impide el legítimo derecho a la defensa, ya que dispone de medidas de protección, espe-ciales y complementarias, para los/las testi-gos, personas que podrán inculpar, denun-ciar, incriminar o atribuirle un delito terrorista a otra, sin revelar su identidad… Y en tercer lugar porque impone el secreto sumario, aplí-quese a las actuaciones, registros o docu-mentos mantenidos en secreto, cuyas dispo-siciones prolongan de manera excesiva la duración de los procedimientos e investiga-ciones… Por consiguiente, esta ley se opone a los principios básicos y condiciones necesa-rias de un proceso racional, justo y público, y le otorga competencias exageradas a los/las operadores/as de justicia.

Para finalizar me gustaría agregar que nues-tra Carta Fundamental señala: “Chile es una república democrática…”. Aplíquese a un Estado de Derecho que respeta y protege los Derechos Humanos, quedando objetado todo sistema de dominación que intenta imponer la superioridad de un grupo por sobre otro. Una situación bastante paradójica, puesto que nuestro sistema jurídico no se aplica de ma-nera igualitaria a todos/as los/las integrantes

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de la comunidad nacional… y en nuestro contexto democrático sigue vigente la Ley Antiterrorista, cuyos aspectos orgánicos, sus-tantivos y procedimentales fueron heredados de la Dictadura Mili-tar.

Me gustaría recordar que la aplicación de la Ley Antiterrorista…

Ayer… significó más de 3000 opositores/as muertos/as, centenares de torturados/as, presos/as, relegados/as y exónerados/as políticos/as, detenidos/as, desaparecidos/as, exiliados/as, quemados/as, etc. Esta asociación ilícita implementó una política de exterminio, permanente y sistemática, hacia todo intento de oposición. Estamos en deuda con estas personas, puesto que nos mostraron los principios básicos y las condiciones necesarias que subyacen en una república democrática…

Hoy… significa dirigentes, organizaciones y comunidades mapu-ches asediadas por la progresión de la violencia, una escalada de muertos/as, heridos/as, procesados/as, investigados/as, encarcela-dos/as, perseguidos/as… Hoy se aplica la Ley Antiterrorista a nuestros indígenas… a los/las descendientes de las agrupaciones humanas que existen en nuestro territorio nacional desde tiempos precolombinos… Una situación vergonzosa, puesto que un Estado de Derecho debe garantizar los derechos sociales, políticos, eco-nómicos y territoriales de los grupos originarios, adoptando medi-das adecuadas y pertinentes para devolverles sus tierras…

Mañana… nos aplicarán esta ley a todos/as aquellos/as que defen-damos nuestros derechos fundamentales o denunciemos nuestras inequidades de clase, género y etnia…

La patria son quienes adivinan tarea para ese gran salto, Tian An Men y Paris, todo junto, son los que la pondrán en el firmamento nacional, ese que enorgullecerá nuestros libros escolares nuestros sellos y emblemas, hombres de la talla de Camilo Henríquez, Carrera, Rodríguez, Balmaceda, Allende. Los liberales sean de las variantes que sean, terminan siendo combatidos y aislados. Por definición, ese modelo daña a la nación, está diseñado por el afán de controlar acopiar y despreciar actores dentro del desarrollo productivo. Quien quiera conducir tan sentidos destinos, deberá de ser un patriota que entienda que el fin de los regímenes esclavos está cerca de una vez, o tarde o temprano según el énfasis lo re-quiera.

La misión urgente es recuperar la convicción en cada uno de nosotros para encontrar a esos hombres y mujeres de verdad que deben conducir este proceso, tal vez mas de unos cuantos es carne de estatua, pero ahora es cuando resulta indispensable que los asuntos del país, sean abordados por quienes siempre debieron.

Se ha terminado un camino que muchos piensan doloroso, algunos `porque visualizan pena y desastre, otros decepción porque vieron luz en el final del camino pero algo, siempre muy conveniente, se los apagó. Necesitamos un largo periodo, (sino eterno) de gobiernos de-centes, destacados, verdaderos atletas del desarrollo, no por su gimnasia financiera, sino por su gimnasia social, necesitamos hombres y mujeres que quieran hacer la dura tarea de directores técnicos de un gran equipo, donde quepan todos por antonomasia, no por inte-rés; gente que por sus tareas y obligaciones, arrase a su paso con la miseria, la abulia de la explotación, la ignorancia. Necesitamos hombres y mujeres que nos guíen a la liberación. Mientras más pronto prohombres, así como Evo Morales, se hagan cargo de sus territorios, mas pronto controlaremos y desplazaremos de nuestras tierras al neoliberalismo, o libera-lismo duro. Mas rápido aflorará nuestro universo creador, nuestra sabia Chilena, nuestro sello de crecimiento popular y sostenido como lo soñaron tantos como Allende.

¿Dónde está la Patr ia Grande?

Escribe:

Opare Mun

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Escrben: Ana Dall`Orso Sobrino y Ed-gardo Condeza Vaccaro [email protected]

E l 46% de la energía sísmica del planeta es liberada por Chile. El terremoto de Valdivia, en 1960 (9.6 de la escala Richter), ha sido el mayor del mundo. Investigadores de Chile, Francia Bulgaria (2), de la Universidades de Chile y de Concepción en los años 2007, 2008 y 2009 advirtieron que debía producirse un terremoto en nuestra zona, sin una fe-cha precisa.

Ante el terremoto del año 1939, rápidamente, el Presidente de la República Aguirre Cerda, creó la Corporación de la Reconstrucción y Auxilio además de la CORFO y el Presidente Jorge Alessandri el Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción. Con la función principal: atender la recons-trucción de las zonas devastadas por el terremoto de 1960. Esa comprensión de que ante situacio-nes excepcionales era indispensable destinar y canalizar recursos extraordinarios, a través de Insti-tuciones específicamente destinadas a ello, permitió levantar y reconstruir las zonas comprometi-das en el corto y mediano plazo.

Es urgente una Institución Nacional de Reconstrucción, descentralizada, con sede en Concepción o Talcahuano. Que incluya investigadores especialistas.

Pero no basta reconstruir lo caído. Se trata también de aprovechar esta situación para mejorar o cambiar lo existente en las ciudades, áreas verdes, caminos, puentes, agua potable, electricidad, comunicaciones, mayores recursos para Bomberos, Carabineros y Policía de Investigaciones, en ocasiones con nuevos planes urbanos, etc. Que permita mejorar la calidad de vida de sus habitan-tes. En todo lo anterior es muy importante la opinión y la participación ciudadana.

Después del terremoto de Talca del año 1928 nace en Chile la Ingeniería Sismo-Resistente y se dicta la Ordenanza General de la Construcción.

Luego y durante mucho tiempo, el Ministerio de la Vivienda y el de Obras Públicas proyectaron con sus especialistas las obras y se licitaba la construcción. Los Inspectores de Obra revisaban todo su desarrollo. Por ejemplo, revisaban que cada fierro correspondiera al existente en el plano, antes de que sobre ellos se vertiera el hormigón.

Las Municipalidades por medio de ingenieros, independientes del negocio inmobiliario, revisaban los proyectos de cálculo y obligaban a cumplir las normas antisísmicas para ser aprobados. A partir del año 1980, se estableció que la responsabilidad de hacer cumplir las normas era de los ingenie-ros calculistas contratados por las empresas inmobiliarias.

Solamente en el año 2005 esto se cambió, sin efecto retroactivo y en forma insuficiente: la revisión de los planos debía ser realizada por un ingeniero independiente seleccionado de un registro públi-co.

Sería conveniente revisar los cálculos de las construcciones de esos 25 años. A lo menos las de uso público como colegios, hospitales y las vulnerables como las viviendas económicas...

Hay que retomar el principio que las municipalidades se obliguen a examinar los proyectos de cál-culo, revisar e inspeccionar los edificios durante su construcción. En Chile existirán nuevos terre-motos. Hay hacer más exigentes las normativas estructurales y sísmicas.

Los suelos inestables amplifican las ondas sísmicas. Es necesario que las municipalidades tengan mapas de microzonificación sísmica y de las características principales de los suelos para construir en forma segura.

Los concejales Olea y Calderón han propuesto que exista un Registro Nacional de Viviendas que incorpore el historial de daños y los cambios en sus estructuras. Estamos de acuerdo con aquellos arquitectos e ingenieros que estimaban que no debía construirse en altura más de 8 pisos, en Con-cepción.

Muchos daños y dolor podrían haberse evitado.

Chile, un país de ter remotos y la constr ucción.

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Q uizá uno de los momentos más determinantes dentro del llamado proceso de ‘transición’ ha sido el del día 23 de agosto de 1992,

cuando el ya fallecido empresario ultradere-chista Ricardo Claro apretó la tecla play de una radiograbadora Kioto, desatando uno de los escándalos más bochornosos y complica-dos de la etapa post-Pinochet. Si destaca-mos la veracidad de las investigaciones del periodista Ascanio Cavallo, este destaca, en un excelente Capítulo de su libro La Historia Oculta de la Transición (“Dos huachitos y un general”), todo el proceso interno vivido tras el llamado ‘Piñeragate’. Para recordar, se trata del hecho referido a cómo el ahora electo presidente-empresario trató de boico-tear a su entonces correligionaria RN Evelyn Matthei, a través de la intervención del eje-cutivo Pedro Pablo Díaz, en la entrevista que la entonces diputada daría en el progra-ma ‘A eso de…’, con la conducción de Jor-ge Andrés Richard; y de cómo los militares (encabezados por el tirano) interceptaron la conversación entre el multimillonario y Díaz, desatando un huracán que enterró –por mientras- la precandidatura presidencial de Piñera y –para siempre- la de la Matthei. Pero, Cavallo sacó entonces dos detalles tanto o más relevantes que dicho suceso, y que cobrarían relevancia con el reciente pro-ceso electora; por un lado, la itinerante vida electoral del derechista, quien logra grandes dividendos durante la tiranía militar (al alero del saqueo de los grandes grupos económi-cos, que tan bien retrata la periodista María Olivia Monckeberg, como hermano del ex ministro del trabajo de la tiranía y también ex presidenciable -en 1993- José Piñera), quien gracias a los vínculos DC de su familia (el arzobispo y ex Presidente de la Conferencia Episcopal Bernardino Piñera, tío suyo, es cercano a dicha colectividad), formando parte de la campaña del No al tirano en 1988, y tratando de trascender apuntalando en 1989 (vaya paradoja) la candidatura presidencial del entonces no tan conocido Eduardo Frei Ruiz-Tagle, fracasada por el liderazgo inter-

no de Patricio Aylwin (y la ‘maquinaria’ par-tidista de la que sería víctima el propio Ga-briel Valdés), tras lo cual Andrés Allamand le disuade de llevar sus millones a la derecha y apoyar la candidatura del ex ministro de hacienda del tirano, Hernán Büchi Buc. Y el segundo hecho, de un Piñera que, al tratar de llegar a fondo en la investigación de la oscura mano tras su delación, es amenazado por los sectores más fascistoides de la dere-cha y del militarismo, tras el no tan simulacro de secuestro de su hijo Juan Cristóbal por presuntos ex CNI. Entonces, el ambicioso millonario entiende que se enfrenta a la dis-yuntiva de títere: tiene el dinero de sobra y la imagen pública de pertenecer al sector más ‘liberal’ de Allamand y no del pinochetismo, pero detrás de su figura siempre va a domi-nar la línea política del sector más reacciona-rio del país. Otro ejemplo. El año pasado se aprobó, de-ntro de la legislación nacional, el Estatuto de Roma de 1998, que regula la Corte Penal Internacional (CPI), institución que implica todo un avance en materia de derechos humanos, al ser la primera que pone en prác-tica la aceptación de la persona humana co-mo sujeto de Derecho Internacional, al san-cionar a los particulares que sean responsa-bles de violaciones a los derechos humanos, a través del cometimiento de delitos como el ‘genocidio’, ‘crímenes de lesa humanidad’, ‘crímenes de guerra’, y ‘crímenes de agresión’. El 11 de septiembre de 1998, el entonces ministro del Interior José Miguel Insulza firmó en Roma, a nombre del gobier-no nacional, el mencionado Estatuto; pero, como establecía entonces el numeral 1 del artículo 50 del remedo que tenemos por Constitución Política, el del Congreso Na-cional la atribución exclusiva de aprobar o desechar los tratados internacionales que presente el Presidente de la República para su ratificación. Desde 1998 hasta el 2009, la derecha se negó sistemáticamente a entre-gar sus votos en el Parlamento para la inclu-sión de Chile como miembro del sistema

(Continúa en la página 11)

El Neopinochet ismo (o de cuando la democracia duele)

“desde ahora, el tiempo apremia en

exigir decisiones para poder formular

y concretar una plataforma paralela, mediante la cual el Chile verdadero, el

que está maniatado a un orden jurídico-

institucional-económico que

parece consolidarse, pueda

encontrar nuevas alternativas”...

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LETRA VIVA

Escribe:

Bernardo Toro J.

[email protected]

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internacional penal de derechos humanos (hasta el momento de su aprobación, Chile era el único país latinoamericano que no era parte del Estatuto de Roma), bajo el pretexto de que era violatorio a la ‘soberanía nacional’, concepto caduco en el Derecho moderno, bajo el pretexto de que mermaba la competencia propia de los tri-bunales nacionales en la persecución de los delitos; argumento falaz, toda vez que el propio Estatuto de Roma establece como principio de competencia de la CPI el del Juez Natural: sólo conoce cuando no ha existido sentencia previa o capacidad de juzgar por parte de un tribunal del país don-de se cometió el crimen o donde el sujeto que se acusa es nacional. Estos ejemplos reales, mencionados como dos puntuales (pero muy simbólicos) ejem-plos, dejan bastante que decir respecto de cuál es la intención verdadera de la derecha en cuanto a la conducción protagonista de los destinos de Chile. Por un lado, cuando se busca realmente informar de qué ocurre en el país cuando los poderes fácticos actú-an, recurren a la amenaza o sencillamente al matonaje (basta recordar la actitud de Chilevisión, canal del candidato triunfante, respecto del periodista Iván Núñez cuando éste pretendió preguntar a Piñera sobre sus acciones en LAN y la incompatibilidad de su futuro papel de Presidente de la República); por otro, torpedean toda posibilidad que Chile se inserte plenamente en el respeto amplio y práctico de los derechos humanos. Cuando el UDI Jovino Noboa, en sus pri-meras declaraciones como miembro del comando político vencedor en las Presiden-ciables, señala que “después de 30 años, mantener procesos abiertos sin un resulta-do final no satisface ni el interés de la justi-cia ni el interés de las víctimas y de alguna forma también perjudica la imagen de las instituciones”, muestra la real cara de la derecha, la que ha sido respaldada para volver a La Moneda y ‘blanquearse’. Por eso, el temor real de retroceso de la ‘seudodemocracia’ nacional pareciera tomar cariz real. Como muchos, creo firmemente

en la democracia, la misma que creo se debe impulsar a través de procesos claros y abiertos como la Asamblea Nacional Consti-tuyente. Pero, dicho proceso idealizado pretende ampliar los caminos de los dere-chos humanos en nuestro país, y de ningu-na forma retrotraerlos. Y cuando la demo-cracia permite también la llegada de secto-res que la desprecian, duele en realidad. Los próximos meses tendremos nuevo gabi-nete, y quizá nuevos actores irrumpiendo en el protagonismo desde el Ejecutivo. Sobrará tiempo para concluir porqué la misma dere-cha que fue derrotada en 1988, la misma ultraderecha, está a punto de ceñir la banda tricolor con la piocha de O’Higgins en uno de los suyos. Pero desde ahora, el tiempo apremia en exigir decisiones para poder formular y concretar una plataforma parale-la, mediante la cual el Chile verdadero, el que está maniatado a un orden jurídico-institucional-económico que parece consoli-darse, pueda encontrar nuevas alternativas para lograr los espacios que, por lo pronto, parecen volver a cerrarse, como en esa muy oscura y larga noche de 17 años. Notas: 1-Estudiante de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). 2-Autor de, entre otros libros, La Historia Oculta del Régimen Militar, con Óscar Sepúlveda y Manuel Salazar. 3-Editorial Grijalbo, Santiago de Chile, 1998. Originalmente, dicha investigación salió en capítulos coleccionables de la ex-tinta revista Hoy, entre 1997 y 1998. 4-Páginas 171 a 183. 5-Cavallo, Ascanio, La Historia Oculta de la Transición, p. 173. 6-Ibíd., p. 182. 7-Ley N° 20.352, de Reforma Constitucio-nal, que autoriza al Estado de Chile para

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(Continúa en la página 12)

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AÑO 2, N° 6

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Reconocer el Estatuto de Roma, que crea la Corte Penal Internacional, publicada en el Diario Oficial de 30 de mayo de 2009.

8-“Cualquiera de los actos (…) perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal” (inciso 1° del artículo 6° del Estatuto de Roma).

“9-Cualquiera de los actos (…) cuando se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ata-que” (numeral 1 del artículo 7° del Estatuto de Roma).

“10-Infracciones graves de los Convenios de Ginebra de 12 de agosto de 1949, (… y) Otras violaciones graves de las leyes y usos aplicables en los conflictos armados internacionales dentro del marco del derecho internacio-nal” (literales a y b del numeral 2 del artí-culo 8° del Estatuto de Roma).

11-“Se entiende por ‘ratificación’, ‘aceptación’, ‘aprobación’ y ‘adhesión’, según el caso, el acto inter-nacional así denominado por el cual un Estado hace constar en el ámbito internacional su consentimiento en obligarse por un tratado” (literal b del artículo 2° de la Convención de Viena sobre el De-recho de los Tratados).

12-“La Corte no procesará a nadie que haya sido proce-sado por otro tribunal en razón de hechos también prohibidos en virtud de los artículos 6, 7 u 8 a menos que el proceso en el otro tribunal:

a) Obedeciera al propósito de sustraer al acusado de su responsabilidad penal por crímenes de la competencia de la Corte; o

b) No hubiere sido instruida en forma independiente o imparcial de conformidad con las debidas garantías procesales reconocidas por el derecho internacional o lo hubiere sido de alguna manera que, en las circunstan-cias del caso, fuere incompatible con la intención de someter a la persona a la acción de la justi-cia” (artículo 20 del Estatuto de Roma).

13- La Nación, miércoles 20 de enero de 2009. Versión digital: www.lanacion.cl.

(Viene de la página 11)

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LETRA VIVA

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F rei y Piñera son las dos caras de un mismo puñado de maricones represores, privatizadores, saqueadores de los recursos naturales, dueños de todo hasta de las almas (Mercurio, Copesa, canales de TV), ejecutores de las políticas impuestas por el FMI, el Banco Mundial y ahora la OCDE contra los trabaja-

dores del planeta. Fariseos del vaticano y del opus dei (imagínate lo que sería el uni-verso si fuera dirigido por ellos!) Promotores del lucro insaciable base y principio del sistema capitalista (ahora “neoliberal”); qué importa la crisis del clima! Qué importan los bosques, el fondo marino, el agua, la diversidad de semillas (verdadera cultura). Que siga la fiesta; la banca chilena obtuvo utilidades históricas en plena crisis a costa de la usura; estrujando a los miles de estudiantes que sueñan con terminar una carre-ra mientras estos maricones estudiaban gratis en las prestigiosas Universidades chile-nas (que sí eran universidades y prestigiosas) de los años 60! Estrujando a los traba-jadores con sus malditas tarjetas de crédito con intereses más elevados por ser “grupos de mayor riesgo” estrujando a las PIMES (incluido el Banco del Estado). Estos maricones compraron empresas estatales utilizando información privilegiada a precio de huevo con dinero del Banco del Estado que nunca devolvieron! Ahora la caracterís-tica de estos capitales (que crecieron exponencialmente desde los años 80) es que son especulativos (no productivos); se multiplican ilusoriamente creando burbujas que producen crisis financieras como la actual (que todavía nadie ha podido ponderar) y que hay que paliar con el dinero de los contribuyentes mundiales. Estos maricones desmantelaron la salud pública y ahora una simple enfermedad deja endeudada hasta a los descendientes de los trabajadores cuyo sueldo no alcanza hasta fin de mes. Es-tos maricones crearon una nueva constitución (ojo no pongo mayúscula a esta pala-bra) inmodificable que perpetúa sus privilegios y no fue ratificada por el Soberano y declaran el fin de la transición. Estos maricones entregaron los recursos naturales chi-lenos a las trasnacionales y a sus compinches criollos (royalty: 3%) patriotas de paco-tilla! Si el aire fuera comercializable ya estarían vendiéndolo (pero me disculpo por el exceso porque eso ya está en el terreno de la especulación y no es un hecho “objetivo”).

Basta de silencio cómplice ante estas alternativas; la del que se aferra todavía a sus negocios estando a punto de ser presidente o la del que salva al dictador ladrón y san-guinario de las manos de la justicia internacional. La del dueño de todas las tarjetas de crédito o la del privatizador del agua y los recursos naturales cuando su padre asesi-nado había nacionalizado el 50% del cobre chileno? La del mentiroso que ahora habla de reforma tributaria para encantar a los cándidos adherentes de MEO o la del que ahora se cree de izquierda y habla de asamblea constituyente? Tendremos una vez más que optar entre el servilismo y la nada? Vienen cuatro años más de sufrimiento pero para los que soñamos con reconstruir el movimiento popular es nada porque no hemos cambiado la utopía por la ponchera, el vino tinto por el whisky en Cancún, la solidaridad por la competencia, la limosna (bonos) por la dignidad.

Paz y amor para los que sufren y aman; para los que recuerdan en esta fecha a Aquel Que Vino de mundos superiores donde se ha superado la codicia y el egoísmo y se ha comprendido el Amor.

Escribe: Ariel [email protected]

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AÑO 2, N° 6

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Santiago con ojos ajenos

P ara los que vivimos fuera de Chile, la realidad cotidiana del país nos llega con cuenta gotas: la vamos a buscar al Internet, le preguntamos a

la familia y a los amigos, o en algunas oca-siones la prensa internacional se hace eco de un determinado suceso, y ahí entonces tenemos otra vez a nuestra tierra, en los noti-ciarios o en los diarios del mundo entero. Cuando oí hablar del Transantiago, no entendí muy bien “para dónde iba la mi-cro”, pero a lo largo de las semanas y los meses me fui armando un panorama con opiniones de todos lados. En general, la ma-yoría eran negativas sin embargo, ¿sería verdad o estarían exagerando? El año pasado -luego de seis años de ausencia- regresé a nuestro país y disipé dichas incógnitas y constaté otras verdades. Confieso que el aspecto de nación emergente que ofrece la Concertación, tras casi veinte años de post-dictadura, me hizo pensar que las poblaciones callampas y las casuchas al lado del río Mapocho ya no exis-tían, pero a menos de dos horas de haber aterrizado en Santiago, mis ojos rebobinaron las imágenes captadas en la juventud, y las compararon con esas visiones que rauda-mente desfilaban al ritmo del cuentakilóme-tros, del auto de mi amigo… Santiago desve-laba su lado pobre y dolorido para recibirme, para decirme que casi nada había cambia-do, que todo era un maquillaje: autopistas con peaje electrónico, gigantescos centros comerciales, ostentosos parkings, modernos buses y mucho color verde.

Con curiosidad observé como en estos años, la ciudad se había expandido y nuevas construcciones asomaron sus venta-nales, jardines y garajes, en lugares que an-tes eran peladeros o barrios residenciales, de la misma manera que el servicio de transpor-te subterráneo se extendió hacia los 4 puntos cardinales.

¡Vamos señora, muévase! Oiga no me empuje, ¿cree que soy de plástico? ¡Señorita, cuidado póngase detrás de la línea amarilla! Córrase un poquito p’allá, por favor

Así podría enumerar las incontables frases que durante 14 días escuché y pro-nuncié en diferentes trayectos en el Metro de Santiago, en distintos horarios. No puedo negar que me asombró

Escribe: Rossana Cárcamo [email protected]

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LETRA VIVA

tanta modernidad, que me costó acostumbrar-me a tener siempre conmigo la tarjeta BIP, y sobretodo a cargarla en esas filas que nunca avanzaban. Que no entendía lo del metro Ex-press y la línea verde y la roja, hasta que como en los chistes de “Humbertito”, una amiga me explicó todo lo necesario para sobrevivir en ese enjambre de rieles, túneles, puentes, escaleras y vallas de contención. En un par de ocasiones -con la natura-lidad que me caracteriza- pregunté a las perso-nas que esperaban como yo en el andén, si esto era así antes del Transantiago, y todas las respuestas fueron en tono de quejas: _No señorita, todo cambió desde que pusieron la cuestión esta de los buses. _!Chii! uno tiene que levantarse más temprano pa’ llegar a la pega _En la escuela no creen que uno llega atrasado porque el Metro viene lleno y no puede subirse _Si ahora hace calor, ni le cuento en el verano… _Aquí todos los días alguien sufre un accidente, a uno lo empujan, lo pasan a llevar con las mochilas, los maletines… Viajar en la pisadera de los buses es-taba tan remoto en mi memoria, que experimen-tar nuevamente esa sensación de riesgo, no me dejó indiferente. Pasar de mano en mano, des-de el fondo del pasillo, la plata del boleto, hasta llegar al chofer, ya no era necesario porque ahora ellos gozan de un sueldo fijo. No obstan-te, varias veces me quedé esperando el si-guiente recorrido, pues simplemente las micros, no paraban en el paradero. ¿Me encontrarían muy gorda, para hacerme un huequito entre los otros pasajeros?, ¿iban atrasados?, ¿la ley de tránsito les impone un límite de personas a bor-do? En fin vaya usted a saber. Lo que si me consta, es que no capté rostros felices, percibí el estrés de extensas jornadas laborales, y la obediencia con que se acata lo que dicen los cuidadores de las vías del Metro. Me entristeció corroborar que un uni-forme o un chaleco reflectante, hace que un ser humano se sienta superior a otro, aunque gane un sueldo miserable. Para ser honesta me chocó sentirme como ganado, caminado a paso corto y apreta-do entre rejas de metal, avanzar en fila india o en formación militar, para aguardar el turno de

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subir a un vagón. Me dio asco que me llega-ran esas gotas de agua, que enormes venti-ladores soplaban en los andenes o en las escalinatas. Fue molesto soportar los alien-tos, los olores, el sudor propio y el ajeno; hacer equilibrio con las piernas para no caerme en cada frenada, sino quería apo-yarme en las otras personas. Esa odisea la soporté dos semanas –el tiempo que duró mi viaje a Chile- pero ¿cuánto tiempo más resistirán los Santiaguinos?, ¿será que la costumbre se impuso a la razón?, ¿o segui-rán creyendo que la alegría ya viene y pron-to habrá una solución? Hace bien volver al terruño aunque sea por poco tiempo, para palpar en carne propia los avances y las zancadillas que cada gobierno de la Concertación les ha dado a sus ciudadanos. Pero por desgra-cia, no todos los chilenos que viven en el extranjero pueden hacer lo mismo, pues todavía existen muchos compatriotas que son castigados con el flagelo del exilio, apli-cado sorprendentemente por un país que se dice democrático. ¿Será acaso, porque ellos no tienen derecho a usar el Transantiago? ¡Señoras y señores pasajeros ten-gan ustedes un muy buen viaje!

Aviso importante: A partir de esta edición, se encuentra disponible en Internet el nuevo blog del boletín Letra Viva, a fin de que puedan publicar sus artículos, opinar, informar de actividades, etc. etc. etc.

La dirección es:

http://elblogdeletraviva.blogspot.com

Como el sitio está recién empezando, todas las sugerencias son bien-venidas. Artículos más opinados y valorados serán publicados en la edición de junio de este boletín.

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Escribe Luis Reyes Konnig Texto completo, referencias incluídas, en http://estudioshistoricos. o r g / e d i c i o n _ 3 / r e y e s -konings.pdf

Una reflexión en torno al significado de la Democracia en el proceso de formación del Estado en la Historia de Chile.

¿Qué se enseña por democracia? A modo de presentación.

E n un texto de estudio entregado hace un par de años por el Mine-duc para el desarrollo del progra-ma de Historia y Ciencias Socia-

les de Primer año de Enseñanza Media en todo el país, se podía leer la siguiente defi-nición de “Democracia”: “La palabra demo-cracia significa literalmente <poder del pue-blo>”.

En esta definición, como podemos apre-ciar, este manual no se alejaba mucho de la definición más simple y clásica de Democra-cia, aquella que ha sido conocida y memori-zada prácticamente por todos quienes han pasado por el sistema formal de educación en nuestro país.

Sin embargo, más adelante el texto seña-lado intentaba de alguna manera “modernizar” el concepto, complementándo-lo con variados elementos de distinta natu-raleza, a los que se les otorgaba el carácter de “indispensables”.

De esta manera, el texto señalaba: “Toda democracia posee algunos

atributos o características permanen-tes (sin ellos no existe la democracia como tal). Estos son: en el ámbito de los valores: la dignidad, libertad e igualdad de las personas; en el ámbi-to de los principios: la autodetermina-ción de los pueblos y el respeto, pro-moción y garantía de los derechos humanos; en el ámbito de las leyes: el gobierno de las mayorías con res-peto a los derechos de las minorías, el pluralismo político e ideológico, la constante búsqueda pacífica de solu-ción a los problemas, las elecciones libres y periódicas de las autorida-des, y la existencia de un Estado de Derecho (con espeto por la Constitu-ción y las leyes)”.

Finalmente, y para matizar semejante con-

ceptualización (casi ideal) de Democracia, el texto de estudio agregaba ciertos atributos “variables” de la misma, los que representa-rían instrumentalmente un “dato cualitativo” de la “implementación de la democracia en la realidad”. Estos elementos variables co-rresponderían a: “La Intensidad y frecuencia de la participación ciudadana, la representa-tividad de las estructuras de poder, los me-canismos de control hacia las autoridades,

“… Desde entonces, queda por preguntar qué tipo de Estado tenemos en Chile, y hacia cuál Estado queremos apuntar...”

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LETRA VIVA

los mecanismos que garanticen el respeto a los derechos humanos y la posibilidad efectiva de organización y expresión de las minorías".

Un primer elemento que podemos concluir de la conceptualización entregada por el Esta-do de Chile para la enseñanza y el aprendizaje de la democracia, es que aquella sobrepasa los ámbitos meramente políticos o de las elec-ciones de ciertas autoridades, y se debe com-plementar con variadas dimensiones sociales, como los valores y principios, la participación efectiva de todos, no sólo de las mayorías, el control activo de la ciudadanía hacia sus auto-ridades, entre otras.

Sin embargo, más interesante aún, desde nuestra perspectiva, es el hecho que se reco-nozcan y distingan ciertos elementos propios de un sistema democrático como “permanentes” y otros como “variables”.

Existiría por lo mismo un reconocimiento implícito de dos dimensiones del concepto de Democracia. Habría una dimensión conceptual – teórica, y existiría paralela una dimensión práctica.

De este modo, surge una inquietud por revi-sar y reflexionar acerca de cómo se ha produ-cido la relación, o tensión, entre ambas dimen-siones (la teórica y la práctica) en el desarrollo histórico de nuestro país.

Las breves páginas que siguen correspon-den a un intento por plantear alguna duda acerca del carácter democrático de la historia de nuestro país, carácter que incluso ha sido catalogado (y repetido innumerables veces) como “ejemplar” en el contexto sudamericano.

En este punto vale señalar que, si bien se está en la convicción que no sólo Chile ha sido etiquetado de país “democrático” estando en la realidad bastante lejos de aquello, sino que en gran parte de los países de América del Sur sucedería algo similar, se ha decidido acotar este ensayo al ámbito de nuestro país por, principalmente, dos motivos: por una razón “subjetiva” (nuestro interés personal está más cercano a la historia de Chile que en el plano sudamericano en general, razón por la cual nos sentimos más preparados y seguros en este plano de análisis) y por una razón que podríamos catalogar como “objetiva” (esto es, nuestra mayor accesibilidad a textos y referen-cias para la historia de Chile).

Nuestro foco de atención estará puesto en la primera de las tres coyunturas significativas del siglo XIX (las otras dos corresponden al movimiento reformista de 1848 y a la crisis oligárquica de fines de siglo) en cuanto a ins-tauración o intento reformador de un régimen político en particular se refiere, esto es, nos concentraremos en el proceso de Independen-

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cia y organización del Estado nacional. La “excepcionalidad” chilena. No corresponde a una novedad de nin-

gún tipo afirmar que tras el colapso del sistema colonial de la monarquía española, a comienzos del siglo XIX, en todas las nacientes repúblicas americanas siguió una etapa de reorganización y búsqueda de un ordenamiento político adecua-do. Sobre este punto existe un relativo consenso historiográfico.

Esta organización política correspondía, ade-más, a un proceso simultáneo o paralelo de rear-ticulación económica, donde se debían dejar atrás, entre otras cosas, los gastos incurridos por las guerras propias de la emancipación. Así lo han señalado, por ejemplo, Thomas Skidmore y Peter Smith al señalar que: “En la década de 1820, las nuevas repúblicas hispanoamericanas se enfrentaron con enormes problemas mientras se embarcaban en la independencia, la violencia física de las guerras causó el desastre económi-co”.

Ahora bien, un poco más polémica, y definitiva-mente más discutible (aunque no lo fue durante largo tiempo) es una corriente de análisis que afirma, entre otras cosas, que en ese contexto de búsqueda y organización nacional inmediata-mente posterior a la Independencia, nuestro país habría sido algo así como un “ejemplo excepcio-nal”, donde rápidamente, mucho antes que en el resto de los nacientes países americanos, se impuso un orden político y un régimen democrá-tico, que ordenando al país bajo una Constitu-ción y unas leyes apropiadas, logró alejar a Chile de la “anarquía” característica de sus países vecinos.

Así por ejemplo, Alberto Edwards reconoce que Chile vivió aquella etapa que denomina co-mo anarquía, pero que se debe considerar como un “remedo de aquel orden de cosas netamente sudamericanas”, pues ésta se habría desarrolla-do sólo “durante los siete años que transcurren entre la caída de O’Higgins y la revolución de 1829”, y sería en realidad un periodo de “Gobiernos “sin forma””, una etapa de nuestra historia donde, a pesar de no producirse un ex-cesivo “derrame de sangre”, sí debe reconocerse que “la desorganización social y política se pre-sentaba de día en día más alarmante”. Tanto enfatiza Edwards esta impresión, que llega a calificar el periodo como de “universal desorden”.

Jaime Eyzaguirre, por su parte, también se refiere a este periodo caracterizándolo como un “contraste con el desorden endémico de los de-más países hispanoamericanos”, en cuyo esce-nario nuestro país presentaría “una sorprendente estabilidad política”.

En otra obra, el mismo autor realiza una dura crítica al periodo de la “anarquía”, señalando que “en todas partes el caudillaje y la opresión se ensañan sobre los pueblos emancipados y mien-tras más se pronuncian las palabras libertad y democracia, más escarnio se hace de ellas en la

vida práctica”. Más reciente, Bernardino Bravo Lira recoge

esta idea señalando que nuestro país “no se ahorró la anarquía (…) Pero, a partir de 1830 logró escapar a este sino y esto, sin contar con el respaldo de una casa reinante. Se con-virtió así en el único, entre estos países, que logró restablecer el Estado de derecho y el primero que lo hizo bajo formas republica-nas”.

Es en esta dirección hacia adonde apunta el historiador conservador Simon Collier cuando señala que “la historia del siglo XIX chilena fue, realmente, una excepción notable respecto al modelo más común en Hispanoa-mérica”, y llega a calificar a Chile como “el modelo de república de Latinoamérica”.

Para Collier, el periodo de desorden político institucional llevado a cabo desde la abdica-ción de Bernardo O’Higgins hasta el triunfo pelucón en Lircay, sería una exageración de la historiografía nacional, y señala que “la “Anarquía” (…) fue muy limitada en compara-ción con la confusión que por entonces reina-ba en el otro lado de los Andes”. Para este historiador, se debería tener en consideración que “políticamente, las luchas que siguieron a la independencia reflejaban desacuerdos en el conjunto de la clase alta más que profun-dos conflictos en el cuerpo social global. Los campesinos pobres permanecieron pasivos durante el periodo y también posteriormente”.

De esta forma, dentro de un contexto de cierta armonía social, Chile habría logrado “la estabilidad política” inaugurada en los años treinta del siglo XIX, y con ello “una de las más remarcables creaciones del siglo XIX latinoamericano”.

Esto correspondería al llamado “Estado en forma” planteado por Edwards y que se con-vertiría, según la interpretación de Gabriel Salazar, en “un axioma “oficial” que han debi-do respetar, aprender y asumir todos los chi-lenos”.

Dentro de la perspectiva conservadora, es en este contexto de orden político, institucio-nal y también social, dentro de un esquema donde una elite debía asumir el deber de dis-ciplinar y educar al resto de la sociedad, don-de destacaría la Constitución de 1833 como un hito e ícono no sólo del orden mencionado anteriormente, sino que además como guía legal para el desarrollo democrático de nues-tro país.

Así lo manifestaba por ejemplo Antonio Huneeus al celebrarse un siglo de la promul-gación de dicha carta fundamental: “La cons-titución de 1833 ha culminado en la doble misión propia de un código político. Consolidó el derecho; y educó a las generaciones en hábitos de democracia y disciplina”.

El punto de partida de Huneeus es aquel

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“...El estallido de la ‘burbuja Madoff’, y la

actual crisis económica mundial,

pareciera haber dejado claro hasta dónde el

mercado, literalmente, especula con los seres

humanos…”

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LETRA VIVA

que define desde el plano político a la “anarquía” como “Adolescencia política”, y que socialmente presupone que “la gran masa de nuestro pueblo era en 1833 completamente inculta”. De esta manera, el orden político establecido en 1833 sería democrático pues “a medida que asciende la marea de la gene-ral cultura, el núcleo ancestral que otrora nos dio libertad, leyes y gobierno, comparte el poder político con el electorado libre”.

Así, en una interpretación organicista de la sociedad y marcadamente idealista frente a lo que fue el desarrollo de la historia de Chile en el siglo XIX, el autor termina por concluir que “la constitución nos dio para ilimitado porvenir, libertad, orden público y paz social. (…) Y por eso, a su sombra, se desarrolló nuestro país en progreso creciente a través de un siglo en todas las direcciones de la cultura humana”.

Es importante tener presente que este autor escribe en las primeras décadas del siglo XX, momento en el cual en ciertos grupos sociales aún es muy marcada esta visión de que la política constituye lo que Enrique Fernández, para esta coyuntura, ha denominado “el de-porte de la oligarquía”, y que se basaba en la convicción que “debido a su superioridad mo-ral y a la debilidad intrínseca del “roto”, las oligarquías debían, ante todo, ser ejemplo y guía”.

Las interpretaciones críticas. Un autor que hemos estado siguien-

do señalaba, como motivo de orgullo, acerca de la Constitución de 1833 que “de todas las constituciones que en 1910 rigieron en el mundo sólo cedía en antigüedad a las de In-glaterra y Estados Unidos”.

Pues bien, hemos señalado ya que uno de los indicadores, dentro de una interpre-tación conservadora, de la efectividad del sis-tema político establecido por Chile en las pri-meras décadas del siglo XIX, fue su orden y estabilidad, el que habría permitido una paula-tina y creciente incorporación de diversos gru-pos sociales a la discusión política y que final-mente, habrían terminado por “democratizar” el sistema en su conjunto, todo gracias a la “guía y orientación” de los grupos o elites diri-gentes.

La respuesta y crítica frente a tales líneas de interpretación la fundamentaremos siguiendo a Gabriel Salazar, quien afirma que “la mera duración de un sistema es (…) una “cosa” sin contenido de valor”.

Para Salazar, interpretar y valorar positiva-mente el sistema político instaurado a partir de la década de 1830 en Chile, correspondería a

una simplificación de la historia, lo mismo que una exclusión de actores relevantes, sino fun-damentales, de la misma. Así, frente a quienes apologizan el “Estado en forma” aludiendo a su durabilidad, o las cualidades superiores de su gestor, la respuesta de Salazar es contunden-te:

“La “eficiencia” de un orden político no puede reducirse a la relación entre una acción creadora individual y la durabili-dad sistémica de la creación. Reducir el análisis histórico y político al círculo cerrado que une la genialidad del “estadista” a la durabilidad de su “obra” es ignorar por completo la presencia o ausencia de un gran convidado de pie-dra, tercer gran actor involucrado en ese círculo de poder: la sociedad civil y/o la soberanía ciudadana”.

De esta manera, para Salazar, sería necesa-

rio incluir algunos de los factores que comple-mentaron la primera definición de democracia que citamos al comenzar esta revisión. Es de-cir, no sólo se debe someter a crítica el sistema en sí, sino también el modo en que dicho siste-ma fue instaurado y los resultados que el mis-mo entrega en relación al cuerpo social en su totalidad. En palabras del autor:

“¿De qué modo un orden político es o puede ser eficiente con relación al “tercer actor” (esto es: la ciudadanía)? La observación histórica señala que, al menos, hay dos modos fundamentales: 1) según haya sido la participación de los ciudadanos en el proceso de cons-trucción e instalación del orden de que se trate y 2) según el grado de desarro-llo social, cultural y económico que ese orden efectivamente genere para todos los sectores de la sociedad civil”.

Más aún, en otra obra, el mismo autor recha-

za la supuesta “estabilidad” de que tanto se presume en ciertas tendencias de interpreta-ción historiográfica, y explica que la estabilidad no se explica en relación al “orden”, sino al “equilibrio” de las contradicciones. En conse-cuencia, gracias al racional uso de la violencia, el sistema se puede perpetuar con “apariencia” de estable. Gabriel Salazar lo explica en los siguientes términos:

“La percepción historiográfica actuali-zada no constata la estabilidad del sis-tema político nacional como una intrín-seca “virtud estructural” que atraviesa toda la historia del país, sino, más bien,

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como ciclos o momentos de estabilidad equilibrándose sobre una tensa inestabili-dad fundamental de largo plazo. De modo que, desde esta perspectiva, la estabili-dad puede verse como un factor de ines-tabilidad; e incluso, de violencia política”.

Es en este punto del relato donde debemos

referirnos a aquellos factores que, en conflicto con las interpretaciones más conservadoras, nos permiten cuestionar el supuesto “afán democrati-zador” del sistema político predominante en Chi-le a lo largo del siglo XIX.

Dos autores citados más arriba destacan por ejemplo, las disputas entre los poderes centrales y locales, además de un marcado caudillismo en ciertos países, donde incluyen a Chile:

“Durante este periodo, surgió un movi-miento para consolidar y centralizar el poder, habitualmente con intentos dictato-riales más que con el consenso popular. Así, las primeras dos décadas que siguie-ron a la independencia contemplaron la aparición de “hombres fuertes” reales o en potencia, como Diego Portales en Chi-le y Juan Manuel Rosas en Argentina, que impusieron su voluntad sobre sus países y, de este modo, fortalecieron el poder del Estado. La lucha entre el poder local y los centralizadores, ya fuesen mili-tares o civiles, se convirtió en un tema fundamental en la vida política de las nuevas naciones”.

Así, vemos que el supuesto “consenso social”

no tenía el carácter absoluto o unánime con que algunos investigadores lo han interpretado.

Para Hernán Ramírez, por ejemplo, el nuevo sistema representaría la manera en que la aristo-cracia, como grupo de clase organizado y en cuidado de sus intereses en tanto que tal, violen-tamente marginó de la participación política a los demás sectores sociales.

Ramírez sostiene que la aristocracia, debido a “su conciencia de clase coherente y

clara le había dado una concepción unita-ria de sus intereses, concepción que aspi-raba a realizar mediante la construcción de un régimen centralizado, autoritario, capaz de ser expresión genuina de su condición de clase verdaderamente diri-gente. Por lo mismo, no aceptaba ni tole-raba ninguna forma de poder marginal o autónomo – ni siquiera el religioso – pro-visto de capacidad para discutir o amagar lo que consideraba su natural e irrefutable supremacía. Por ellos deseaba controlar

todos los órganos del Estado (…) Se-gún su concepción realista y pragmáti-ca de las cosas”.

Así, la aristocracia chilena, en el sistema

político instaurado en la primera mitad del siglo XIX, habría logrado situarse en una “situación de hegemonía completa”.

Matizando un poco la comparación anterior entre los casos chileno y argentino, y entrando ya en el tema de la legitimidad del nuevo sis-tema, y en sus mecanismos de apoyo y pre-sión social, es necesario acotar lo señalado por François Chevalier, quien sostiene que

“al cabo de una época de desorden, y que se veía con frecuencia en varios países, en el decenio de 1820 Chile evitó la fase argentina del verdadero caudillismo. En efecto, si de 1830 a 1837 Portales puso fin a la anarquía de las primeras constituciones utópicas con la restauración de un Estado cen-tralista y autoritario, lo hizo por la vía legal, a la manera del “dictador de jure” de la República Romana, designado para un periodo limitado. Era un régi-men más pragmático, que se apoyaba en la iglesia, ciertamente conservador pero de tipo republicano y constitucio-nal. Aunque poco democrático, se ubi-có en la nueva lógica de la nación so-berana, es decir, en la de una legitimi-dad radicalmente diferente del Antiguo Régimen”.

Por otro lado, y ya desde una perspectiva

abiertamente crítica, podemos mencionar lo señalado por Gabriel Salazar, cuando afirma que el régimen establecido en 1833 se basó en el trabajo conspirador de Portales, instala-do en la violencia, con una fuerte negación de la participación ciudadana, basado en un po-der central que arrasa con los “poderes loca-les” y asociado con los mercaderes externos en calidad de dependencia.

En otra obra ya Gabriel Salazar había sido tremendamente crítico del llamado régimen portaliano, señalando que

“se constata también que fue un régi-men excluyentemente controlado por las élites mercantiles nacionales y ex-tranjeras (…), socialmente discrimina-torio (los pobres no podían ser ciuda-danos activos), altamente militarizado, y políticamente autoritario. La moderni-zación mercantil que este régimen im-pulsó por doquier generó violentas des-

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igualdades sociales y económicas, sin parangón en la historia anterior y poste-rior del país. Sintomáticamente, también, ha sido el único régimen que incubó y experimentó varias guerras civiles (…) También ha sido el único que involucró al país en guerras exteriores. Además, en su bajo fondo social fue incesantemente asaltado por hordas de rebeldía popu-lar…”.

Finalmente, quizás sea oportuno que recorde-

mos que Waldo Ansaldi quien trabaja sobre el tema de la profunda distancia existente entre la teoría y la práctica democrática en los países latinoamericanos en el contexto histórico que estamos tratando aquí. Para Ansaldi, lo que operó efectivamente fue una “lógica liberal con una praxis autoritaria”.

Así, y a pesar que “la expresión (…) “democracia” aparece temprano en el lenguaje de los grupos criollos aspirantes al poder”, sería un concepto poco practicado, en cuanto “el largo y tortuoso proceso de construcción de los Esta-dos y las sociedades latinoamericanas posterga y/o resignifica el ideal de la democracia política”. De esta forma, “el liberalismo es entendido en América latina como expresión de la modernidad superadora del antiguo régimen y apunta, implí-cita o explícitamente, al establecimiento de la democracia política”. Pero Ansaldi advierte que “el enunciado o precepto legal no se correspon-de con su observancia práctica. En ese desfase reside, precisamente, una de las claves de la cuestión de la democracia en América Latina”.

Para terminar, Ansaldi incorpora un concepto que nos ayudaría a entender esta diferencia o distancia entre el discurso democrático y la prác-tica autoritaria: el de revolución pasiva. En pala-bras del autor:

“La revolución pasiva es un entramado de continuidades y cambios, de persis-tencias y rupturas en el conjunto de la sociedad, que la modifican (modernizan) sin transformarla radicalmente. La revolu-

ción pasiva es un proceso de transforma-ción capitalista que resulta del acuerdo entre las clases o fracciones dominantes (…) con exclusión de las clases subalter-nas y de los sectores “jacobinos”, con em-pleo sistemático de la violencia o coerción y con una decisiva intervención del Esta-do”.

Para terminar. Sólo un par de palabras para cerrar esta

breve reflexión. Como se ha visto, en nuestro país, con

patrocinio de sus instituciones y autoridades com-petentes en educación, se enseñan y trabajan en clases una serie de características de los regíme-nes democráticos.

Ahora, sobre si dichas características son apre-ciables en el siglo XIX chileno, o particularmente en su proceso de organización republicana, la discusión está lejos de terminar.

Desde nuestra perspectiva, un régimen que, como hemos visto, generó tan fuertes dife-rencias sociales, con un nivel de desigualdad so-cial y económica tan pronunciado, con tan alto grado de conflictividad (interna y externa), entre otras características, no nos parece que pueda acreditar para ser considerado como democrático.

Por otro lado, creemos que la discusión demo-crática no puede basarse exclusivamente en las condiciones objetivas de un sistema, también se hace necesario incorporar un elemento subjetivo, de percepción de la realidad, el cual, para el caso analizado aquí, nos lleva a pensar o percibir una sociedad más conflictiva y autoritaria, que demo-crática participativa.

Por lo mismo, manifestamos nuestro total acuer-do con Gabriel Salazar, cuando señala que “sin la práctica real de verdaderos valores cívicos, un sistema político puede perdurar por largo tiempo y hasta autodenominarse democrático, pero en esencia no puede ser otra cosa que una cáscara normativa sostenida por valores espurios, garanti-zada por la misma fuerza armada que le dio ori-gen y equilibrada sobre una masa ciudadana in-crédula, desmotivada y marginal”.

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Escribe: Opare mun

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N ada de lo que haga piñera, lo dejó de hacer la concertación y viceversa, insisto, esto no pasa por una expre-sión de deseos, es una constatación

de la realidad. No por el trabajo y el voto anti-naufragio o por abstención o anulación cam-biará el escenario que tenemos en nuestras puertas. Es el resultado de gobernar 20 años; la alternancia liberal, la capitalizó la concerta-ción en su interna, Lagos se la tocó a Frei, Frei se la tocó a Lagos y despejaron en el ultimo minuto en la Bachelet que se guarda para la alternancia de las próximas grandes ligas, el 2014. La concertación sabe que Frei corrió "ñato (que iba a perder) tal vez no imaginaba tal paliza en primera vuelta pero la suerte ya está echada.

Si volver a las luchas por la organización y una constitución es un retroceso, debiera despren-der que en estos 20 años hemos avanzado, por lo que también sería absurdo o mágico entregar las herramientas si se vienen hacien-do bien las cosas.

En mi opinión, no hemos avanzado desde el 88 y con la diferencia que ahora no contamos con el capital político ni las promesas de ale-gría de la socialdemocracia.

Concluyo casi siempre en lo mismo, el repe-chaje es un saludo a la bandera, la verdadera competencia, será derrotar a la alianza parla-mentaria derecha- concertación para encajarle una asamblea de notables, en donde no se quede nadie afuera, desde los mapuches has-ta los no inscritos. No hay que esperar nada, hay que analizar menos y trabajar más. Esta-mos correlativamente hablando, igual como el año 66, en términos de convocatoria y credibili-dad, lo malo es que no avizoro a ningún Salva-dor Allende que dirija la pega, parece que en esta ocasión vamos a tener que trabajar en serio.

Con las etnias, los ecologistas, los descolga-dos, los marginados, ellos serán el germen de la nueva constitución. Si en algo tenía razón el MEO, es que los políticos y la política de cúpu-las no calienta a nadie, ni con cien ni doscien-tas estadísticas ni buenas intenciones. Se sobregiraron y ahora los están buscando, les pasa a los que siempre hacen lo que les con-viene

Los que votan nulo, Hace rato que vienen di-ciendo que aborrecen esta Constitución, no por casualidad marcarán su voto con asam-blea Constituyente, No creo en la concerta-ción, no creo en sus acuerdos, no creo en sus 20 años, no creo en la constitución del 80, La sociedad entera está fracturada y estas elec-ciones son el escáner de ese daño, los no inscritos y los que votan nulo tienen algo mas

que decir y parece, todo indica que se avecinan esos tiempos.

Para el que quiera seguir creyendo que Frei será distinto a Piñera porque se abraza con Tellier, es porque no dimensiona el tamaño del quiebre político que tenemos en la puerta. La concertación es un pez que está en el muelle dando sus últimos brincos y para mediatizar esa agonía le abrió la puerta al PC para encarnizar la oposición, cosa que no es mala, pero esa pelea de parlamentos va a ser ahogada por una asamblea constituyente que ya se cierne como aclamación, el que llegue al sillón, igual va durar lo que las movilizaciones y progreso de la orga-nización social se lo permita. Con un tercio abo-rreciendo, el otro tercio haciendo oposición, no se si alguien mas pueda resistir otro periodo. Sea quien sea. Los dos están en el muelle, es-tán a punto de entrar en el canasto. El mar ya no lo vuelven a ver.

Solo constato realidad, vea las calles en mani-festación, vea el cerco del territorio mapuche. Las movilizaciones son a la represión como carne para avispas. Pero la exposición es inevi-table, no vamos a concentrarnos ni movilizarnos solo por facebook, no es eficiente. Las marchas por la asamblea constituyente es cuestión de tiempo, y cuando brotan el deseo de cambio de constitución, a la larga los pueblos siempre ter-minan con una nueva. Tal vez no lo perciba en el ambiente pero ese estadio se va a acelerar con el triunfo autoritario ultraliberal, eso traerá concentraciones, y ojalá fuera un proceso corto masivo e incruento, pienso, es lo que deseamos todos, pero la historia no se detiene, está ahi para que usted o yo la contemos.

La asamblea Constituyente es un instrumento que solo le sirve a quienes están siendo arras-trados, manipulados o explotados por el actual régimen, o sea, algo mas de un tercio, contando los no inscritos, los transitoriamente MEO, los nulos de Arrate, que calculo, serán el 5% históri-co de toda la vida, en realidad, la izquierda y las minorías etnicas y marginales es a quienes les interesa y le sirve una nueva constitución, lo mas propio es que no solo parezca que queda solo equivocarse, sino que, la opción que persis-ta; es espacio propicio para ( hacer la pega), muchas movilizaciones, para eso ya estamos acostumbrados, no tenemos que desempolvar nada, es cosa de ver el uso de nuestras calles en manifestación o el sitio militar en territorio mapuche.

Tal vez lo que perdura y asegura la liberación, es lo primitivo. Será la asamblea constituyente el inicio definitivo de nuestro avance?

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E l sol aplastaba el horizonte de forma imponente atrapando todas las miradas sospechosas que rodeaban el lugar.

La sensación de pureza abordaba en el ambiente, cerveza y pitos a los pies del gran monstruo azul que consumía lentamente el imponente sol, le otorga-

ban a la naturaleza uno de sus mejores escenarios.

El sonido estruendoso del cañón de un revolver desataba la histeria colectiva del lugar quedando por el suelo la sensación de estar en el paraíso, la sangre empezó a correr por el cuerpo de los inmensos cactus que perdían la alegría y aumentaban la paranoia, más de cien disparos de un alma desenfrenada azotaban la tranquila playa, dejando surfistas, pescadores, un lobo de mar, una pareja de pulpos y la gran cantidad de especies que la necesidad de ser atrapados por la naturaleza les terminaba pasando la cuenta.

E l temor al encierro no es suficiente si el deseo y el sabor de lo ilegal consume tus pensamientos, todo esto guiado por la inmensa tristeza que abunda en el alma y hace de los actos más peligrosos un juego de niños.

El transportar grandes cantidades de droga se vuelve una rutina, el fuerte con-sumo personal y la necesidad de dinero aumenta las ansias y el valor que se necesita para apaciguar el estado mental que por momentos se vuelve incontrolable.

Pero estar jugando con fuego, está siempre presente en la mente, pero no logra contra-rrestar la lujuria y el poder que transforman a un personaje en un dealer.

Ni la policía, ni tu familia te pueden sacar del camino ilegal, el poder del dinero se hace más fuerte, pero sin duda los más importante es que tienes la medicina en casa y volver a la realidad se vuelve muy complicado.

Lo único que puede atacar tu mente y sacarte del negocio es el maldito amor, que se apodera de tu alma y se vuelve el dueño de tus pensamientos y se transforma en la mejor droga que puedes probar.

Puesta de sol

Escribe: TOR [email protected]

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Talón de Aqui les

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A firmado en un par de muletas macheteaba para saciar su rostro sediento por unas gotas de tinto, no se podía dejar pasar tanta expresión alcohólica, esas muletas escondían mucha historia de los suburbios porteños.

Sin dudar ni un segundo me acerque a pasarle un par de monedas una es-trechada de manos cargada de energía fue la señal para que mi cabeza empezara a pensar que esta iba a ser una noche de aquellas, lejos de la urbe alejado de las lu-ces, una noche de verdad.

Empezamos a caminar sin cruce de palabras la sed era más fuerte y mi intriga por descubrir la vida del hombre de las muletas ya no tenía limites, la velocidad aumenta-ba se acercaba el momento, una frenada en frente de una antigua casa porteña, fue la entrada al umbral de un mundo paralelo, el universo de las narices rojas, en el am-biente rondaba la soledad era el lugar donde las penas y amarguras se ahogaban en un mar de copete, al levantar la mirada y volver mi lucidez vino la sorpresa que jamás paso por mi cabeza, el cantinero del universo de las narices rojas era mi querido abuelo que había desparecido y dado por muerto en el golpe militar, era tal el motivo de alegría que merecía un brindis con buen bigoteado con mi abuelo y el señor de las muletas en el mundo de las narices rojas.

Nar ices Rojas

Edukas ion super ior

U n saco de guea no para de hablar y las ganas de dormir ya no se soporta, el saco de guea sigue cacareando información de la que se siente muy seguro de manejar, pero al escucharlo no da una gota de interés y credibili-dad, su postura de imbécil no puede pasar desapercibida, lo peor es que

estas pagando por escuchar a este estúpido personaje que se hace llamar profesor.

Al observar a los demás alumnos la cara de lata en sus expresiones va en aumento, algunos haciendo dibujos en sus cuadernos otros mandando mensajes de texto y el resto bostezando, hacen más insoportable esta maldita situación.

Miro la hora y todavía queda una larga espera para terminar la tortura de escuchar la mierda de información que balbucea el pelmaso.

Se escucha un fuerte grito de una mujer, ya no soporto mas dice este imbécil agoto mi paciencia, desde el interior de su cartera la chica saca un revolver y le da tres ba-lazos en la cabeza y termina con la larga agonía de todo una clase.

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¿Por qué es importante cambiar la Constitución de 1980?

Y LO MAS IMPORTANTE... ES UNA CONSTITUCION CREADA SIN EL APOYO DE LA MAYORIA, ENTRE CUATRO PA-REDES, POR PERSONAS DESIGNADAS POR UNA JUNTA MILITAR Y RATIFICADA EN UN PLEBIS-CITO FRAUDULENTO

[email protected]

Facebook: Red de Estudiantes y Ciudadanos por la Asamblea Constituyente

Editor irresponsable: Patricio Bravo A

La Constitución es más que una ley que se invoca de vez en cuan-do en tribunales o en los medios de comunicación; es el acto por el cual una sociedad funda un Estado, en base a los principios que estima conve-niente, sin más limitaciones que las que ella misma se imponga. Asuntos tan importantes como Salud, Educación, Vivienda, Trabajo, Designación de autoridades, Medio Ambiente y otros pueden ser protegidos y asegurados por la Constitución, texto al cual deben someterse todas las leyes y decre-tos en el país.

Una Asamblea Constituyente es un organismo pluralista e integra-dor, cuyos miembros son elegidos por todo el pueblo, y su objetivo es crear este texto conforme a lo que establecen las bases que los eligen.

Tú puedes hacer tu aporte. Organízate y haz tus propuestas… la Asamblea Constituyente la armamos entre todos y es una forma efectiva y real de crear una nueva visión sobre lo que queremos para el Chile del siglo XXI.

B O L E T Í N I N F O R M A T I V O D E L A R E D D E E S T U D I A N T E S Y C I U D A D A N O S P O R L A

A S A M B L E A C O N S T I T U Y E N T E ( R E D E S C H I L E )

1.– Ampara un modelo capitalista - neoliberal.

2.– No permite una representación pluralista en el Parlamento.

3.– No asegura una protección efectiva al medio ambiente frente a la depredación económica.

4.– Desconoce a los pueblos originarios y a su derecho a tener territorios propios para vivir.

5.– No otorga derechos políticos a los Chilenos que viven en el exterior.

6.- Impide la elección de las autoridades regionales, provinciales y judiciales.

7.– No asegura mecanismos de protección a todos los derechos que señala reconocer, sólo a algunos.

8.- Desliga al Estado de su deber de cubrir las necesidades básicas de la población y permite delegarlas a empresas privadas, que obtienen ganancias por ello.

9.- No permite que los ciudadanos presenten sus propias iniciativas de ley, ni permite bloquear leyes perjudiciales aprobadas por el Parlamento.

10.- No prohíbe la instalación de bases militares extranjeras en territorio chileno.

10 motivos para cambiar la Constitución:

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