LEYENDA SOBRE DUENDES

En la sierra del Per se cree mucho en los duendes, seres pequeos, semidesnudos y con el vientre abultado que lo utilizan y lo hacen sonar como si fuera un tambor.

Existe una leyenda que dice as:

Era una mujer que viva cerca de un ro donde todos los das, luego que su esposo se iba a trabajar, llevaba la ropa para lavarla. Los duendes que generalmente viven cerca de brazos de agua, la vio y se enamor de ella.

Esperando que el esposo se fuera a trabajar, el duende convertido en un apuesto galn se acercaba y enamoraba a la seora. Un buen da le propuso que se fuera con l, pero ella se opuso rotundamente. Acto seguido el duende saco un pauelo de su bolsillo y lo agit tres veces, el ro se sec y en el fondo se vio una puerta, que era la entrada de la casa del duende; este a la fuerza se llev a la mujer.Pasaron los das y la mujer se mora de tristeza de no ver a su querido esposo, adems la comida que ella preparaba para el duende no saba a nada pues no haba sal en la casa. Un buen da cuando el duende sali de la casa ella not que se haba olvidado el pauelo, enseguida lo agit 3 veces y el ro se seco y la puerta se abri, pudiendo asi ella escapar.

Al llegar a su casa encontr un hombre viejo que le conto que haca aos que su esposa haba desaparecido, ella se identific con el hombre que era su esposo -en la casa del duende el tiempo casi no haba pasado, pero afuera si- era por eso que el esposo haba envejecido y ella no.

Ella le cont todo lo sucedido e idearon un plan. Al atardecer se vio venir al duende siempre convertido en un apuesto galn, hacia la casa llamndola. En cuanto estuvo cerca de la casa; el esposo -que ya haba adivinado que era un duende y estos no resisten la sal- le empez a echar montones de sal encima, el duende explot desapareciendo para siempre.

LOS DUENDES

Duende es un trmino con un contenido tan amplio que parece imposible definir claramente a qu seres se refiere.

Se caracterizan por su aficin a convivir con los humanos. Los duendes que han pasado a la historia por aparecer en relatos de tradicin oral, en cuentos e "historias de viejas"Eligen vivir en rincones escondidos de las casas, normalmente las bodegas, las cuadras o el desvn. Personajes traviesos, buenos y malos, que intervienen en la vida de los humanos con sus pesadas bromas.

Son traviesos pero no hacen dao y quienes con viven con ellos aseguran que los ven, los escuchan y hasta les sacan fotos cmaras especiales.

EL PELIGROSO ENCANTO DE LOS DUENDESLos conoca por cuentos de hadas, por caricaturas de libros de mitologa, por raptos de la imaginacin: de nio, solitario y fantasioso, tengo el recuerdo vagabundo de uno -siempre al costado de un rbol- con cuello de boxeador, orejas de luchador, cabeza reducida y orqudeas en las rodillas... que me instrua en el idioma de los perros; hasta que se esfum cuando deb partir a las jaulas del colegio. Veinte aos despus, regresando de un viaje a Choquequirao, tras once horas de caminata, volv a ver uno como un fastuoso gorgojo: un duende de ojos aviesos, primitivo como un dragn de Komodo, pero huidizo y plomizo como un conejo de la suerte. Aquel fue uno de los destinos -esta palabra es precsima- que ms he amado. Llegar a Choquequirao, el santuario de los incas de la resistencia, entre el Cusco y Abancay, fue demoledor. Aunque una vez all, la recndita pcima que experiment es inenarrable: es tan grande y embelesador como Machu Picchu, con la ventaja de que todava no ha sido explorado del todo, llegan pocas personas y la magia esta a flor de luna. Pero como las jaulas siempre llaman de vuelta -esta vez las del trabajo- no me pude quedar a vivir. El camino de regreso se me hizo sencillo, abstrado, extasiado y solo con mi fiel mochila. Por eso, no me alegr mucho cuando el ltimo arriero que vi me dijo que solo faltaba media hora para llegar a Cachora, el primer pueblo luego de tres das entre las fuerzas de la naturaleza. Pasaron algunos minutos y en un recodo con una piedra en medio, mir de repente al duende por un cuarto de minuto. No me sobresalt, retroced a cuando tena 5 aos y solo re y re... Los duendes juegan, construyen y destruyen las cosas, caminos y sosiegos en todas las tradiciones del mundo, sin excepcin: aunque su imagen ms popular provenga de la antigedad celta y escandinava. Pero por mitologa comparada se sabe que han existido y coexistido en las cosmovisiones egipcias, hindes, chinas, africanas; con distintos nombres, pero en esencia con el mismo 'espritu de cuerpo'.Son parte de los llamados seres elementales de la naturaleza como las hadas y los elfos; pero asociados a la tierra, a los ambientes naturales apartados, las cuevas, las minas y casas por las que sienten apego. Uno puede verlos en estados ampliados de conciencia (ellos pueden traspasar dimensiones y manejar la magia ferica), con la sensibilidad que brinda la meditacin, la pureza de un nio o ciertas facultades que estn latentes en todos nosotros, pero que obturamos por la racionalidad que nos imponen desde pequeos. Pueden ser peligrosos (es la justa razn por la que no son accesibles) y se cuenta de brujos que tienen tratos con los ms malficos y caticos. Hay que recordar, sin embargo, que en el orden de la creacin los hombres estamos por encima y pactar con sus poderes sera como alquilar el alma a un diablillo. (Una vez vi a un seudochamn de sampedro posedo por uno y huyendo; con este asunto no se puede jugar y menos con plantas psicoactivas). Es mejor ser un "buen vecino" con ellos. En el Per los duendes ms famosos son el selvtico chullachaqui, que tiene los pies al revs y que extrava en lo orondo de la selva a los desafortunados, y el minero muqui, que en los socavones de la sierra central tiene un pene como cobra y sus heces son oro en duro; y que recuerda a los koboldes, los enanos mineros germnicos y a los knockers, los diminutos mineros de Gran Bretaa con sus picos ureos. Hay duendes para cada suceso oculto de la vida: estn esos asiticos que te roban la energa en sueos; los korreds galos dedicados a la msica y la danza; los cluricauns que viven en las tabernas emborrachndose de whisky; los britnicos pixies que son espritus de nios no bautizados (lo mismo que se cree aqu en Etn); los escoceses brownies asociados a los huertos y las granjas y tan susceptibles que de ser molestados se convierten en furibundos boggart; los monachielli o "pequeos frailes" que, vestidos de monje, tocan campanas y le pellizcan el trasero a las virtuosas damas puritanas. Con el dominio de la tecnologa surgieron los sajones grenlims, que sabotean las mquinas y aparatos electrnicos. El duende que vi hace dos aos en Choquequirao estaba descalzo, tena un color venoso, el ombligo salido como una fosa nasal, los cabellos como garras y las manos de ardilla. Y yo solo rea recordando mi niez cuando desapareci y segu caminando, pensando en que nadie me iba a creer. Re una hora entera, media hora ms... cuando ya caminaba dos horas y media mi boca estaba entumecida. Media hora ms tarde encontr a un hombre en mula y le grit: "Seor, me dijeron que solo faltaba media hora para Cachora y ya llevo caminando tres...". Hizo un rictus indiferente: "Cachora est a tu espalda, te ests regresando a Choquequirao". Con el tiempo he tenido efmeros contactos con duendes buenos y con otros intermedios. Ahora ltimo llegu hasta la inhspita Laguna de los Cndores, en Chachapoyas, y a mitad de la congelante madrugada escuch una voz de clida mujer que deca mi nombre con valiente amor. Pero antes de que me hipnotizara, el gua ya haba salido a advertirme: "Es una ave que imita la voz de un ser querido o de quien t ms desees y te hace perderte en el bosque de niebla". Los colonos llamaban a esa ave: el duende. Y ustedes han vivido alguna experiencia con "el pueblo menudo"? Si han conocido duendes buenos respondan escuchando esta cancin: Fiesta Pagana. Y si han sido malos con esta otra: Astaroth.