Libertad a mujer Hay que escaparse en los brazos de una mujer, en atento silencio, seguir cada una de las palabras que por su boca se escapan en deliberada fuga, perderse en la silueta de su cuerpo, desvanecerse en su s onrisa, embriagarse de sus besos, hallarse como un explorador en búsqueda de su esencia, dejarse impregnar, hasta lo más hondo, por su femenil aroma, a pasión, a belleza a la sabiduría de cada uno de sus recuerdos, a deseo, a idealización y realidad. Hay que escaparse en los brazos de una mujer, hacia la libertad poetizada en la cárcel de dos cuerpos. Juan Manuel Caro A Elizabeth Du rante Por mostrarme la bella libertad que obtiene un alma del silencio en la ruidosa atmósfera de las pasiones. “¿Juan, Algún día podrás dejar de escuchar todo?”
Hay que escaparse en los brazos de una mujer, en atento
silencio, seguir cada una de las palabras que por su boca se
escapan en deliberada fuga, perderse en la silueta de su cuerpo,
desvanecerse en su sonrisa, embriagarse de sus besos, hallarse como
un explorador en bsqueda de su esencia, dejarse impregnar, hasta lo
ms hondo, por su femenil aroma, a pasin, a belleza a la sabidura de
cada uno de sus recuerdos, a deseo, a idealizacin y realidad. Hay
que escaparse en los brazos de una mujer, hacia la libertad
poetizada en la crcel de dos cuerpos.Juan Manuel Caro
A Elizabeth Durante Por mostrarme la bella libertad que obtiene
un alma del silencio en la ruidosa atmsfera de las pasiones. Juan,
Algn da podrs dejar de escuchar todo?
