Libro ....OPopinpubl Crespi

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  • 7/29/2019 Libro ....OPopinpubl Crespi

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    ArielComunicocin Irving CrespiEl proceso de opinin pblica

    Cmo hablala gente

    Traduccin, Prlogo y notasa la versin espafiolaMARA GMEZ y PATIO

    EditorialAfie/, S.A Barcelona

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    Diseo cubierta: Nacho SorianoTtulo original: The Public Opinion Process 1997: Lawrence Erlbaum Assocates, Ine.Traduccin deMARIA GoMFZ y PATIO1.' edicin: septiembre 2000Derechos exclusivos de edicin en espaolreservados para todo el mundoy propiedad de la traduccin: 2000: Editorial Ariel, S. A.

    P r o v e n ~ a , 260 - 08008 BarcelonaISBN: 84-344-1281-0Depsito legal: B. 35.176 - 2000Impreso en EspaaNinguna parte de esta publicacin, incluido el diseo de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningn medio, ya sea elctrico, qumico, mecnico, ptico, de grabacin o de fotocopia, sin permiso previo del editor.

    LI8RO PROPIEDAO EXCLUSIVA DEL GOBIERNO FEDERAL CONflNES OIOCTlCOS y CUtl1JRAlES. PROHIBIDA SU VENTA OREPRODUCCIN TOTALOPARCIAL CON FINES DE LUCRO. AL QUEINfRINJA ESTA DISPOSICiN SE LE APLICARN LAS SANCIONESPREVISTAS EN lOS ARTlcutOS 367, 368 BIS. J68, TER y DEMsAPLICABLES DEL CDIGO PENAL PARA EL OISTRITO fEDERAL ENMATERIA COMN: Y PARA TODA LA REPBllCAEN MATERIAfbOEr:w.

    NDICEAgradecimientos del autor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9Agradecimientos de la traductora ....................... . 11Introduccin a la versin espaola ...................... . 13IntroduccinCAPTULO 1.CAPTULO 2.CAPTULO 3.CAPTULO 4.CAPTULO 5.ticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .CAPTULO 6. La opinin pblica en democracias .......... 163CAPTULO 7. Los sondeos y el proceso de opinin pblica . . . 205CAPTULO 8. Un proceso calidoscpico .................. 225Referencias bibliogrficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 233ndice onomstico .............. ............. " ............... . 247ndice temtico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251

    . . . , . , . . . . . . . . . . . . " , . . " " " . . . . . 17Un modelo de opinin pblica ..... . ....... . 27 La aparicin de las opiniones individuales .... . 39 La opinin colectiva como fuerza social . ..... . 85 Los efectos de la tecnologa de la comunicacin . . 121 La opinin pblica en sociedades no democr- 145

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    INTRODUCCIN A LA VERSIN ESPAOLAEn el mundo acadmico, cuando un a persona comienza acrear su trayectoria, a labrarse un provenir, a hacerse un a carrera,o, como en la jerga universitaria se dice, a hacer currculum,pone todo su empeo en demostrar que est muy documentado,que ha ledo mucho, que est preparado a fondo (esto lo hemoshecho todos). No sucede as con el profesor Irving Crespi. Porqu? Porque l ya no tiene que demostrar nada, lo ha demostradotodo, y a estas alturas de su trayectoria tanto acadmica, profesional, como personal, hay muy pocas cosas que le resulten nuevas, que tenga que experimentar o que demostrar. Es un maestro.sta es la gran diferencia. Eso es lo que yo, como traductora, hevenido sintiendo a lo largo de toda la obra: su maestra y su sabidura. Esta sensacin no es, claro est, la de un a traductora generalista, que debido a su dominio de la lengua inglesa es capaz detraducir lo mismo una novela, que un manual de instrucciones.No, mi impresin procede de algo ms concreto, como es la docencia de esta materia, precisamente, la Opinin Pblica, durantealgunos aos, en la Facultad de Ciencias de la Informacin de laUniversidad Europea-CEES.En este mismo sentido, recuerdo las palabras de un acadmi

    co, querido para m, hablando de estos mismos temas: Mara, yono necesito citar a este o a aquel autor para dar autoridad a miscomentarios, ya que yo, como sabes, puedo almorzar con ellos.Efectivamente, cuando uno est a un nivel determinado, la necesidad de documentar y justificar cada cosa que se dice est fuerade lugar, o al menos, no es necesario.Cuando un o descubre que un a buena parte de la supuestaapoyatura acadmica viene de lo que Irving Crespi ha dado en llama r comunicacin persona!, o correspondencia persona!,qu se puede aadir?Creo que nada. Lo ms elegante sera decir: de acuerdo,qu, si no?

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    14 15L PROCESO DE OPININ PBUCAMi abuela tena un a expresin ms plstica para esto. Enrealidad, las abuelas son siempre muy expresivas y muy plsticas,porque ya ha n perdido esa estpida timidez de los ms jvenes.Pues bien, ella sola decir: una cosa - h i j a - es saborear el cal-do y otra, muy distinta, estar en l. Pues bien, Irving Crespi nonecesita saborearlo, porque est en l. Su intervencin directaen los procesos de la opinin pblica americana le facultan y ha-

    bilitan para opinar libremente sobre todo el proceso. No obs-tante, ya pesar de todo lo expuesto, cuando cita a alguno de suscolegas o conocido de la misma disciplina lo hace como dejn-dolo caer, no como una pieza fundamental de su argumentacin,sino algo dicho como de pasada, como que efectivamente tam-bin ste o aquel autor han dicho cpsas al respecto con cuyaesencia construye su discurso. No es eso una prueba de cono-cimiento y respeto por lo otros? Demuestra co n ello tener ungran nmero de colegas, y amigos que estn involucrados en elestudio y en la prctica de la opinin pblica yeso les hace in-contestables.El trabajo es muy denso, pero est resuelto con gran natu-ralidad. Se citan muchos de los fenmenos y de las teoras dela opinin pblica, sin necesidad de especificar o de detallar to-das sus posibilidades, y siempre selecciona la esencia de las co-sas que resuelve de una forma absolutamente lgica. De hecho,sus planteamientos pueden parecer dictados po r la espontanei-dad, cuando lo que sucede es que su gran experiencia hace queresuelva los mayores problemas de la disciplina con total natu-ralidad.Lo que yo ahora siento, despus de haber ledo, y en ocasio-nes, estudiado diversos manuales de Opinin Pblica, monogra-fas, ensayos y todo tipo de aproximaciones tericas, es que tene-mos en nuestras manos un libro quintaesenciado, sntesis de todaun a vida dedicada a la Opinin Pblica desde sus dos vertientes,la teora y la prctica.De un a forma gil hace repaso a los procesos de opinin p-blica tanto en los regmenes democrticos como en los autorita-rios, con especial incidencia en el proceso que ms conoce y ha vi-vido en primera persona, tanto como sujeto activo como pasivo: elproceso norteamericano.Como deca antes, despus de haber estudiado distintos tra-bajos sobre este tema, yo dira que ste es el libro imprescindible,clara sntesis de todo lo que se ha venido produciendo en el m-bito de la Opinin Pblica.

    INTRODUCCIN A LA VERSIN EspmoLAPrueba de ello es que en un texto tan breve, como el que te-nemos entre nuestras manos, se revisa el concepto de Opinin P-blica de autores clsicos como Platn o Aristteles, resueltos en unpar de pginas, hasta llegar a Tocqueville, o a los autores ms re-cientes de la dcada de 1990. Cronolgicamente no se puede se rms sinttico, pero es que incluso geogrficamente, la evolucinde la Opinin Pblica est igua lmente resuelta. Revisa de un a for-

    ma especfica el caso de la Espaa de Franco, o la Europa comu-nista del Este, la Unin Sovitica de Gorbachev, la Primavera dePraga checa, o el Portugal de Salazar, analizando sus similitudesy sus diferencias.Para m, como docente, sta es la mejor sntesis que he utili-zado, y no precisamente porque haya sido yo quien la haya tra-ducido. En realidad, sa fue una de las razones para traducir laobra: su capacidad sinttica.As que, si yo fuera estudiante de Opinin Pblica, y slo pu-diera comprarme un libro sobre el tema, sin duda, ste sera el queyo adquirira. Por supuesto, es ya uno de los libros de referenciaimprescindibles en esta rea profesional.MARA GMEZ y PATIO

    Madrid, primavera del ao 2000

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    INTRODUCCINQu es la opinin pblica? Cmo podemos estudiar la mejor?Este volumen presenta un modelo del proceso de opinin p-blica que responde a estas dos preguntas definindola de tal for-.ma que al mismo tiempo conduce a una aproximacin de su estudio. El modelo se ocupa de la opinin pblica como un fenmeno interactivo, multidimensional, y continuamente cambiante,cuyos diversos aspectos constituyen sus pautas causalmente interrelacionadas. Esto contrasta con la idea de que la opinin pblica debera ser estudiada como un estado de consenso o de disenso pblico, sobre aspectos que enfrentan a la gente en distintosmomentos, simultneamente, como po r ejemplo, los sondeos deopinin pblica. El modelo integra la teora de la ciencia socialgeneral establecida mediante: a) lo que se sabe de la investigacinemprica sobre distintos aspectos del proceso de opinin pblica;

    y, mediante: b) las teoras de rango medio existentes.La necesidad de una def'micin de opinin pblica

    La opinin pblica es un fenmeno de inters para todo tipode personas. Tanto los polticos, como los investigadores y periodistas polticos, as como los filsofos sociales, se ocupan de laopinin pblica como una parte esencial de la vida poltica de laspersonas. La opinin pblica es, asimismo, objeto de estudio extensivo por parte de los investigadores sociales que estn interesados en saber cmo se generan las opiniones de los individuos,cmo se convierten en una fuerza colectiva de importancia, y qurelacin tiene todo esto con el funcionamiento del gobierno, especialmente en sociedades democrticas.Como continuacin a los escritos ms especulativos de siglospasados, durante el siglo xx, los investigadores sociales empricos,representantes de todas las disciplinas posibles, han generado ungran cuerpo de conocimiento en torno a la opinin pblica.

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    18 19L PROCESO DE OPININ PBLICAInfinidad de departamentos de Ciencia Poltica, Sociologa,Psicologa y Comunicacin ofrecen cursos de Opinin Pblica, yaquellos que no lo hacen, habitualmente incluyen la Opinin P-blica como tema en cursos de ms amplio alcance. En las bibliotecas se le dedica un gran espacio al tema y existen revistas especializadas en Opinin Pblica. De hecho, los artculos sobre diversos aspectos de Opinin Pblica constituyen el men estndaren muchas otras revistas de ciencia social.Con tanta atencin prestada a la opinin pblica, po r otrostantos tipos de personas a lo largo de tanto tiempo, es lgico asumir que debe de existir un acuerdo general sobre ello. Sin embargo, y a pesar de las muchas definiciones que se ha n ofrecido durante aos, todava no hay consenso. El comentario de Sir HenryMaine (citado en Lowell, 1926: 21), Vox Populi puede que sea VoxDei, pero resulta muy evidente que no existe acuerdo sobre lo quesignifica Vox, o Populi sigue siendo tan acertado, hoy como cuando lo hizo, hace ms de 100 aos.La ausencia de acuerdo se debe, en buena parte, a la comple

    jidad del fenmeno, observacin hecha po r Bryce hace unos 100aos cuando buscaba respuesta a la pregunta: Qu es la opininpblica? Se dio cuenta de que algunos respondan a la cuestinen trminos de la existencia y el tamao de la opinin de la mayora; otros en trminos de la opinin prevalente o d ominante, sinconsiderar el nmero; y aun otros, po r los medios u rganos atravs de los cuales se expresan las op iniones (Bryce, 1891).La bsqueda de un a respuesta a la pregunta de Bryce ha sidoun tema recurrente a lo largo del siglo xx. En 1924, la dificultad dealcanzar un a definicin consensuada condujo a un grupo de cientficos sociales a recomendar que no se utilizara el trmino (Childs,1937). Diez aos ms tarde, revisando los intentos de alcanzar unconcepto comn, Childs (1937: 327) observ que hay tantas definiciones como estudios en la disciplina. An ms recientemente,Key (1961: 8) escribi: Hablar con precisin de la opinin pblica es un a tarea no muy distinta de encontrar el Santo GriaL Coneste mismo espritu, en su revisin subsiguiente del concepto deopinin pblica en la International Encyclopedia of the Social Scien-ces, Davison (1968: 188) hizo la siguiente observacin: No existeninguna definicin aceptada de un a forma generalizada de la opinin pblica. Posteriormente, Donsbach (1994: 6) hizo referenciaa la pregunta centenaria de Bryce en su revisin del panel celebrado dentro del Congreso de 1994 de la World Association of PublicOpinion Research (WAPOR) sin ser capaz de ofrecer un a respues-

    INTRODUCCINta a la misma: Qu es la opinin pblica? sta es un a preguntapara la que muchos querran poder tener un a respuesta, tanto dentro como fuera de la WAPOR. Lamentamos decir que Joohoan Kim(uno de los panelistas) tampoco la tuvo.Las diferentes perspectivas desde las que se ha estudiado laopinin pblica impidieron llegar a un acuerdo comn que aceptaran la mayor parte de los observadores y los analistas de la opinin pblica. Comprensiblemente, los polticos a la bsqueda decargo, las autoridades del funcionariado gubernamental, y los filsofos, en sus esfuerzos po r justificar -- o atacar- la implicacinpopular en la gestin de gobierno, tienen intereses muy distintos alconsiderar la opinin pblica. Incluso al reflexionar sobre la complejidad de la opinin pblica, los investigadores de Opinin Pblica proceden de muchas disciplinas, en su mayor parte de laCiencia Poltica, de la Sociologa, de la Psicologa, y de la Comunicacin. Cada uno tiende a focalizar aspectos distintos del fenmeno y a su funcionamiento. Como resultado, el estudio de la opirtin pblica se caracteriza por un cmulo de conceptos y teorasderivadas de diferentes, y, en ocasiones, enfrentadas tradiciones.Afortunadamente, la ausencia de un concepto aceptado de un aforma generalizada de lo que queremos decir po r el trmino opi-nin pblica no ha impedido su estudio po r parte de lo s cientficos sociales. Durante la segunda mitad de siglo, la investigacinemprica ha generado un extenso cuerpo de informacin y de conceptos, apoyado en diversos aspectos del fenmeno. Es ms, se haproducido cierta convergencia, de forma que -a pesar de la ausencia de consenso sobre lo que es la opinin pblica- hasta ahora existe un considerable cuerpo de conocimientos y teoras derango medio en las que s existe un acuerdo considerable. El modelo del proceso presentado aqu sirve, po r lo tanto, como un a solucin a la continua controversia en cuanto a lo que es realmentela opinin pblica, ya que construye un nuevo marco de referencia, de lo que hasta ahora no era ms que un a coleccin de ideasy de hechos malamente relacionados entre ellos.Un proceso multidimensional

    El punto de partida de nuestro modelo del proceso es la asuncin de que no se puede restringir cualquier teora operativa de laopinin pblica a un a perspectiva unidimensional. El rigor intelectual requiere un modelo terico que defina la opinin pblica

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    20 21L PROCESO DE OPININ PBLICAde una forma que incorpore su multidimensionalidad. No existeninguna otra forma de que, intereses tan dispares de tan diferen-tes disciplinas, puedan estudiar la opinin pblica de una formasatisfactoria.Un modelo multidimensional del proceso nos permite evitar eldoble obstculo del reduccionismo y de la reificacin, de tal for-maque integra los resultados de medio siglo de investigacin em-prica. Al reconocer el doble inters de los aspectos individuales ycolectivos del proceso de la opinin pblica no nos sentimos obli-gados, por una parte, a explicar los fenmenos colectivos nica-mente como la consecuencia de los procesos de nivel individual,ni, po r otra parte, a asumir la existencia de un nivel colectivo derealidad independiente de esos procesos. Nuestro objetivo es rela-cionar estas dimensiones entre ellas y no explicar una, asumiendoque slo la otra representa la realidad subyacente.Desacuerdo pblico y disenso social

    El nico punto de la definicin en el que hay consenso es quela opinin pblica tiene que ver con el conflicto el desacuerdo encuanto a cmo deberan se r resueltos los asuntos pblicos. Esteconsenso existe entre los estudiantes de Opinin Pblica, cuyaspercepciones suelen ser, frecuentemente, muy diferentes. Blumer(1939: 245) haca referencia a un grupo de personas ... que ha-biendo sido confrontadas por un tema... [y] que estn divididasen sus ideas sobre cmo afrontar el tema; F. Allport (1937: 13)se refiere a la opinin pblica como conflicto entre individuosde posiciones opuestas; mientras que Doob (1948: 36) hizo queconflicto entre personas resultara esencial para su definicin.Desde una perspectiva muy distinta, Lippmann (1946: 7) estable-ci que los smbolos de la opinin pblica .. estn sujetos al con-trol, a la comparacin y a la argumentacin y que el simbolis-mo de la opinin pblica habitualmente comporta [ .. ) este equi-librio de intereses. De acuerdo con este consenso, el modelo delproceso excluye de la consideracin todo el espectro de opinionesque la gente tiene acerca del mundo que les rodea, y en cambiose centra en cmo se debera resolver un asunto pblico. Es ms,el modelo del proceso, no slo se ocupa de las opiniones indivi-duales que surgen cuando hay desacuerdo sobre algn asunto p'-blico, sino que de igual forma se ocupa del colectivo que juzga loque sucede con el asunto.

    INTRODUCCINEl modelo rechaza igualmente la nocin de que la opinin p-blica es preeminentemente una forma de control social, un meca-nismo para forzar la conformidad social y para reducir el disensosocial. En lugar de esto, nuestro inters reside en el juicio -individual y colectivo- que se produce cuando hay desacuerdo sobreasuntos de inters pblico. Por lo tanto, el modelo se ocupa de

    cualquier funcin de control social como resultado del procesode opinin pblica ms que como su esencia.La idea del proceso

    La idea de que la opinin pblica puede estudiarse mejorcomo proceso que como una condicin o un estado poltico hapervivido durante un largo perodo de tiempo. Sin embargo, seha prestado muy poca atencin a la necesidad de una teora com-prensiva de opinin pblica como proceso basado e integrado enla teora de la ciencia social aceptada. El modelo del proceso pre-senta tal teora.Hace casi un siglo, Cooley (1918) formul explcitamente elprincipio de que la opinin pblica debera ser entendida comoproceso y no como un estado de acuerdo, un principio que hoyest casi universalmente aceptado. Un efecto difuso de este prin-cipio es que ha servido como correctivo contra los estudios estti-cos sobre lo que piensa el pblico acerca de determinados asuntospuntuales, estudios que hacen poco ms que correlacionar opi-niones con diferentes variables independientes, sin investigar losprocesos causales subyacentes. Un efecto ms especfico ha sidogenerar inters al describir los estadios por los que pasa la opininpblica, desde la aparicin de un asunto mediante la cristaliza-cin de un consenso sobre qu hacer, hasta su eventual desaparicincomo preocupacin pblica. Mientras que se ha conseguido unconsiderable xito en la descripcin de los estadios del proceso, hahabido mucho menos progreso al identificar los componentes deese proceso como un todo articulado. Ms concretamente, ha ha-bido muy poca continuidad en el pensamiento de Bryce cuandodeca que un estadio ms alto de desarrollo implicara una transi-cin del nivel de opinin individual al nivel colectivo (V. Davison,1958 y Bryce, 1891).Cualquier teora aceptable de la opinin pblica como proce-so debe reunir los siguientes criterios:

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    22 23L PROCESO DE OPININ PBLICA1. La teora debe especificar los componentes del proceso y laforma en que se relacionan unos con otros, y no basta la afirmacin general del principio de que la opinin pblica es un proceso.2. Los componentes del proceso deben referirse a la teora de

    la ciencia social en lugar de se r formulaciones ad hoc que sean relevantes slo, o sobre todo, para la opinin pblica.3. La teora debe estar basada en un gran cuerpo de conocimientos empricos y teoras de rango medio que han sido desarrolladas durante la primera mitad de siglo.4. La teora debe abarcar la dimensin individual, colectiva ypoltica del proceso de opinin pblica, en lugar de centrarse sloen una de ellas.

    Una teora que rena estos criterios resultar tan familiarcomo desconocida. Concretamente, estar compuesta por los conceptos habituales y por los hallazgos de la investigacin que se encuentren en cualquier tratado de opinin pblica. No obstante, laarticulacin de estos detalles - la forma en que estn organizadosy relacionados entre ellos- diferir significativamente, de algunaforma, de lo que se puede encontrar en los tratamientos estandarizados. Por estas razones, aunque el modelo del proceso de opinin pblica se basa en la investigacin y en la teora de la ciencia social, su organizacin se desva de la prctica comn.Datos de encuestas, datos histricos y filosofa poltica

    Inevitablemente, la mayor parte de nuestro examen del proceso de opinin pblica se basa en datos de encuestas. El mtodo deencuesta ha dominado la investigacin emprica de la opinin pblica a lo largo de la primera mitad del siglo xx, de tal forma quegran parte de lo que conocemos sobre la opinin pblica est basado, casi exclusivamente, en lo que hemos aprendido de las encuestas.A pesar de que el empirismo nos exige confiar slo en los resultados provenientes del anlisis cuantitativo de los datos de lasencuestas, si lo hiciramos as estaramos ignorando las fuentes his-tricas de informacin relativas al proceso de opinin pblica, ascomo a la informacin sobre fenmenos tales como la organizacininstitucional de personas, qu e han sido escasamente tratadas en lasencuestas sobre opinin pblica. Consecuentemente, en algunos temas depositamos nuestra confianza en datos histricos no cuanti-

    INTRODUCCINtativos. Este contraste en las fuentes de los datos es inevitable si elmodelo del proceso ha de ser explicado en su totalidad. Sin emba rgo, no es nuestra intencin, en ningn momento, pre sentar una historia de cmo ha funcionado la opinin pblica a lo largo del tiempo. Nuestra intencin es, ms bien, utilizar cualquier posible datoque sea relevante para desarrollar el modelo del proceso, tanto si setrata de datos de encuestas como de archivos histricos.

    Finalmente, un examen completo del proceso de opinin pblica debe tener en cuenta lo que los filsofos polticos ha n dichosobre el tema. Sin embargo, debemos poner nfasis en destacarque nuestro objeto de examen es ampliar el anlisis del proceso deopinin pblica y no evaluar la correccin de las filosofas rivales. Por todas estas razones, el modelo del proceso, tal como sepresenta en este volumen comprende un examen de datos provenientes de encuestas, de documentos histricos y de la filosofa poltica.Plan de la obra

    El plan de este volumen, su contenido y su organizacin, segua por el modelo del proceso de opinin pblica propuesto. Elmodelo, tal como se presenta en el captulo 1, consta de tres dimensiones: una, relacionada con los fenmenos de nivel individual; una segunda, relacionada con los fenmenos colectivos, yuna tercera, con los fenmenos polticos. Se identifica el subproceso que define cada dimensin, sus componentes y la forma derelacin entre ellos. El modelo se compara con otros intentos y serevisan sus ventajas. El resto de los captulos, no son ms que eldesglose, en detalle, de la dinmica de cada dimensin del modelo propuesto.Una caracterstica clave de modelo es que las tres dimensionesson interactivas, sin que nin guna de ellas tenga ninguna priorida dterica o emprica sobre las otras. Por lo tanto, el hecho de seleccionar una dimensin como punto de partida para nuestra exposicin, en cierta medida, no es ms que una decisin arbitraria. Noobstante, y dada la tendencia habitual de la metodologa de la investigacin de las encuestas y su predominio en la investigacin emprica, es conveniente comenzar con fenmenos de nivel individual.El captulo 2, por lo tanto, se centra en las opiniones individuales, sus fuentes y su dinmica como una dimensin del pro..:ceso de opinin pblica. Las opiniones se discuten como un

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    EL PROCESO DE OPININ PBUCAproducto de las transacciones del individuo con el mundo enque l o ella vive. Un aspecto crucial de esta discusin es la dis-tincin entre los sistemas actitudinales, como variables intervi-nientes en aquellas transacciones y las opiniones como resulta-dos o productos finales.Un anlisis transaccional de las opiniones individuales por ssolas no puede explicar cmo se combinan para convertirse enuna fuerza colectiva importante. Para explicarlo, el captulo 3 tra-ta de la segunda dimensin del proceso de opini n pblica, es de-cir, la forma en que aparece la opinin colectiva a travs de la co-municacin, como una fuerza social empricamente demostrable,que es ms que la suma de opiniones individuales. En este marcose discute el conocimiento comn, la participacin en universosde discurso compartido, y el liderazgo de opinin.Aunque la tecnologa de la comunicacin es exgena al mode-lo del proceso, ha de ser tratada necesariamente, ya que las rela-ciones interactivas con el ambiente social influencian el alcance,la amplitud y la estructura de la opinin colectiva. Sin olvidaresto, y utilizando ms los datos histricos que los procedentes deencuestas, el captulo 4 rastrea la aparicin de la imprenta, el in-cremento de las telecomunicaciones de masas en el siglo XIX y eldesarrollo de los medios electrnicos del siglo xx.Los dos captulos siguientes se ocupan de la dimensin polti-ca del proceso de opinin pblica, siendo el subproceso central elgrado aceptado como base legtima para el gobierno. El captulo5 se centra en los estados autoritarios y totalitarios. Dada la dis-persin de los datos de encuestas de tales estados, predominan lasfuentes histricas y anecdticas. Con respecto al autoritarismo, sepresentan dos ejemplos del rol de la opinin pblica bajo el fas-cismo. El comunismo se analiza mediante los archivos histricoscomplementados con material obtenido directamente de los en-cuestadores que trabajaron en pases con gobiernos comunistas.El captulo 6 trata del rol poltico de la opinin pblica en lasdemocracias. Se contrasta la oposicin filosfica entre las con-cepciones elitistas y las populistas de lo que debera se r el rol le-gtimo de la opinin pblica. Se arroja luz, se discute y se revisala controversia en la investigacin de la ciencia social reciente entorno a legitimidad de las relaciones contemporneas entre el go-bierno y la opinin colectiva.Se han propuesto los sondeos de opinin pblica como unanueva forma de unir la opini n colectiva a las instituciones polti-cas en las democracias. En el captulo 7 volvemos al desarrollo de

    INTRODUCCINlos sondeos de opinin pblica como influencia, tanto positivacomo negativa, en la cohesin democrtica de la opinin colecti-va y el gobierno.El captulo final, y resumen, trata brevemente las implicacio-nes del modelo. El resultado del proceso de la opinin pblica noes un a situacin esttica, como en las elecciones y en los sondeos,que pueda ser resumida en unas pocas cifras. Es ms bien un mo-vimiento calidoscpico sin fin. Las implicaciones del modelo delproceso estn sintetizadas desde este punto de vista.

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    CAPTULO 1UN MODELO DE OPININ PBLICA

    La opinin pblica, si deseamos verla como es, debera ser considerada como un proceso orgnico, y no simplemente como un estadode consenso sobre alguna cuestin de actualidad (Cooley, 1918: 378).Un sistema interactivo tridimensional

    En temas concretos, la opinin pblica aparece, se expresa ydesaparece como parte de un proceso tridimensional (3-D), en elque las opiniones individuales se forman y cambian. Estas opiniones individuales surgen y se movilizan en una fuerza expresivacolectiva de juicios colectivos, y esa fuerza se integra en el sistemarector de un pueblo. Asociado a cada dimensin, aparece el correspondiente subproceso: a) transacciones entre los individuos ysus ambientes, b) comunicacin entre los individuos y las colectividades que les acogen, y c) la legitimacin po/(tica de la fuerzacolectiva emergente.Estos tres procesos son aspectos interactivos de un procesoms amplio y continuo cuya importancia ha de ser entendida enla relacin entre ellos. Esta conceptualizacin de la opinin p-blica como un proceso interactivo multidimensional sirve comoun modelo analtico para estudiar la opinin pblica.Llegados a este punto, existen tres caractersticas de este mo-delo de opinin pblica como proceso que se deben explicitar:

    1. Ninguna de las tres dimensiones de la opinin pblica esinherentemente anterior a ninguna otra.2. Las tres dimensiones forman un sistema interactivo queno se caracteriza por un flujo c ausal unidireccional.3. Cada dimensin se modela a s misma en torno a las interacciones relacionadas con la dinmica transaccional, comunicativa y legitimizadora de la opinin pblica, respectivamente.

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    28 29EL PROCESO DE OPININ PBLICACada un a de estas tres dimensiones puede se r descrita consi-

    derando la forma en que el subproceso asociado con l relacionaun nmero concreto de variables, a saber:

    1. Transacciones: Este subproceso tiene que ver con las in-teracciones entre sistemas actitudinales (consistente en creencias,estados afectivos, valores/intereses), contextos situacionales con-trovertidos, Y universos percibidos de la realidad que conducen ala aparicin de opiniones individuales.2. Comunicacin: Este subproceso, que crea opinin colec-tiva como una fuerza social desarrollando un conocimiento co-m n de las opiniones de los otros, implica las interacciones entreel lenguaje utilizado en el discurso pblico y en contextos grup a-les y los roles relacionados con ese discurso.3. Legitimizacin: Este subproceso establece el rol polticode la opinin colectiva a travs de interacciones entre los princi-pios que establecen si la opinin colectiva es polticamente legti-ma y los vnculos de la opinin colectiva con el gobierno.

    LEGITIMACINRol poltico de la \+- Principioopinin colectiva legitimador

    . . . . . , ~ -

    Reltiones conelgobiemo ....- Opinincolectiva+Conocimiento COMUNICACINcomnemergente

    r tContexto Y roles del grupoMedia ! .... lenguaje del discurso,..., , ~ r

    Sistemasde actitud ,Muoooo d, l. I ~ r " I--110 reahdad individualesContextos de percibidasituaciones

    c o n t r o v e r t i ~ TRANSACCIONESFIG. 1. El Proceso de la opinin pblica.

    UN MODELO DE OPININ PBLICALa figura 1 sirve de modelo para esta nocin de la opinin pblica como proceso ms que como condicin de decisin de un asociedad. Obsrvese que el proceso de opinin pblica, tal comose describe en dicha figura, crea un sistema interactivo y no un asecuencia de causalidad unida a los estadios de desarrollo. A t tu-lo de ejemplo, parte de los contextos situacionales de los que sur-

    gen las opiniones individuales en las democracias contemporneas son las opiniones colectivas que lps individuos experimenta n- tanto po r medio de contactos polticos como no polticos- y lasexpectativas de que la opinin debera tener, y de hecho tiene, unrol legtimo en la vida poltica de una sociedad. Ms que se r ca-ractersticos de un estadio particular, estos dos elementos afectanal proceso de opinin pblica en todos los estadios.

    Junto a este modelo de opinin pblica, como proceso, aparece intrnseca la constatacin de que la opinin pblica no es niun aspecto grupal, ni institucional, ni estructural de una socie-dad, ni tampoco son estados mentales distintos de una serie deindividuos. Hace referencia, m s bien, a las continuas interaccio-nes y resultados. Davison (1958: 93) se refera a la accin o a ladisponibilidad para la accin con relacin a un asunto determi-nado por parte de los miembros de un pblico que reaccionancon la esperanza de que otros miembros del pblico estn igual-mente orientados hacia el mismo asunto. Contrastaba esta perspectiva con la idea de que la opinin pblica es la visin mayori-taria (por ejemplo, tal como se refleja en un sondeo), las ideas quedominan las comunicaciones pblicas, o que actan como agen-tes de control social. Para mostrar la opinin pblica como proceso, en lugar de describir un estado determinado de opinin pblica, Davison rastreaba una secuencia de estadios, a saber: laaparicin de un asunto pblico, el rol del liderazgo para atraerla atencin pblica, el establecimiento del debate y la discusinpblica, el intercambio continuo de opiniones individuales, lo queconduce al conocimiento y a las expectativas concernientes a lasopiniones de otros, que, a su vez, pueden concluir en un cambiode opinin, y finalmente, la desaparicin del asunto del pensamien-to pblico. Nuestro modelo aade, a la descripcin de Davison, laidea de que en cada estadio de la evolucin existe un a interaccin multidimensional de elementos psicolgicos, sociolgicos ypolticos.El modelo acomoda las teoras de rango medio derivadas dedistintas disciplinas sin reducir los mltiples aspectos de la opi-nin pblica a un a dimensin. Los elementos individuales del

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    30 31EL PROCESO DE OPININ PBLICAmodelo presentado aqu representan los resultados contrastadosde la investigacin emprica. La contribucin del modelo sirvepara estructurar, explcitamente, las dimensiones separadas delproceso de opinin pblica y los elementos que lo componendentro de un fenmeno multidimensional, integrado y dinmico.De esta forma, el modelo resuelve la vieja y estril controversiasobre si la opinin pblica no es ms que un agregado de opi-niones individuales, o si es un fenmeno colectivo que se reflejaen las opiniones individuales. El modelo tambin nos ayuda aexaminar las interrelaciones entre las dinmicas psicolgicas, so-ciolgicas y polticas del proceso de opinin pblica. Con ello seevita la doble falacia del reduccionismo y de la reificacin.Antes de volver a los detalles de las tres dimensiones del mo-delo parece til revisar brevemente cmo afecta el modelo la for-ma de ver la opinin pblica.La importancia de la multidimensionalidad

    Existe desde hace tiempo un a controversia teortica referida aqu atributo, o qu cualidad, define la esencia de la opinin pbli-ca, por ejemplo, si es la posicin mayoritaria o la opinin domi-nante (Lang y Lang, 1983). Bajo tal controversia subyace la asun-cin unidimensional de que existe un a cualidad central que definelo que es verdaderamente la opinin pblica, si esa cualidad se re-fiere a las opiniones individuales, a un tipo de estructuracin co-lectiva de las opiniones individuales, o al rol poltico de las opinio-nes. Junto a esta asuncin de la unidimensionalidad aparece la ideade si funciona un flujo causal simple, de forma que no importa locompleja que pueda ser la opinin pblica, siempre ser posibleidentificar un factor causal subyacente, o un conjunto de factores,que expliquen el nacimiento y la evolucin de la opinin pblica.Como contraste, surge la estipulacin multidimensional deque la opinin pblica existe simultneamente en varios niveles dela realidad, cada uno de ellos caracterizado po r procesos causalesdistintos. Esta idea se basa en la constatacin de que la opininpblica no existe meramente como un sumatorio de opinionessino que es un proceso en constante evolucin imprevisible. Unaexpresin temprana de esta constatacin es la descripcin de Bry-ce (1891) de los estadios por los que la opinin pblica debe pa-sar antes de que la opinin comience a afectar al gobierno. Estosestadios proceden de a) un a forma rudimentaria caracterizada

    UN MODELO DE OPININ PBLICApo r expresiones de opinin individual qu e de alguna forma son re-presentativas del pensamiento general sobre un asunto; b) un es-tadio en el que las opiniones individuales cristalizan en un a fuer-za colectiva; c) un tercer estadio en el que, despus de la discusinyel debate, se consideran las posiciones definitivas; y despus, d)el estadio final donde hay que pasar a la accin, habitualmentecomo un miembro de algn grupo, o faccin.

    Nuestro modelo de proceso multidimensional va ms all dela formulacin de Bryce en la qu e no se asume una secuenciade pasos fija y unidireccional. En su lugar se reconoce que operaun complejo conjunto de procesos activos en cada estadio y queestos procesos son interactivos ms que unidireccionales. El reco-nocimiento de este hecho incorpora los hallazgos de los investiga-dores de la opinin pblica que han estudiado fenmenos ta n dis-tintos como la relacin de la opinin con las creencias latentes ylos valores; las posiciones socioeconmicas y el liderazgo poltico;el impacto de los eventos y las comunicaciones en el movimientode la opinin; la socializacin poltica; la interaccin entre los lde-res de opinin y sus seguidores; el rol de los medios de comuni-cacin en la formacin de la agenda; y las formas personales eimpersonales de comunicacin. Sin renunciar a la nocin de queexiste un a historia de vida de opinin pblica sobre cualquiertema concreto, el modelo del proceso multidimensional nos obligaa pensar en todos estos fenmenos presentes en cada estadio.Aspectos individuales y colectivos de la opinin pblica

    Un problema inherente al trmino opinin pblica es la formade diferenciar entre sus aspectos individuales y colectivos, para re-conciliados posteriormente. Un impedimento para la resolucinsatisfactoria de este problema ha sido la tendencia a cosificar elconcepto de opinin pblica, o lo que es lo mismo, a conceptuali-zar la relacin del proceso de opinin pblica a la accin colecti-va, de forma que convierte el proceso en un ser o algo que actapo r s mismo, separado de los individuos que componen la colec-tividad. Esta propensin a reificar el proceso de opinin pblicaprocede del hecho de que aunque las opiniones son sostenidas po rindividuos, siempre existe un a sensacin de que el proceso tieneque ver con algo ms que el pensamiento y la conducta de los in-dividuos y que existe un a realidad social ms all de las actitu-des individuales (Back, 1988: 278).

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    32 33EL PROCESO DE OPININ PBLICALos cientficos sociales han sido sensibles durante mucho tiempo al peligro que implica afirmar que la opinin pblica, ms quea las opiniones individuales, puede conducir a la falacia de mente grupa!, con la opinin pblica personificada como un tipo de

    ser que habita, en o sobre, el grupo, y que manifiesta su sentir sobre diferentes asuntos a medida que aparecen (F. Allport, 1937: 8).Es especialmente importante que, los que mantienen que la opinin pblica relaciona fenmenos colectivos con una realidad distinta de la de los individuos, reconozcan que esto no significa quela opinin pblica sea un ser distinto que, de una forma significativa, pueda decirse que piensa, siente, decide, o acta. Discutir elproceso de opinin pblica como si se tratara una entidad viva desva la atencin de su complejidad real como fenmeno colectivo.La realidad es que existe un flujo sin fin donde el equilibrio entrelas opiniones individuales y las coaliciones de opiniones se desplaza de atrs hacia delante, un flujo en el que la relevancia y la importancia de diferentes temas cambia continuamente. Reificar elproceso de opinin pblica confunde nuestra comprensin de larealidad, incluso si, al ser presionados, nos apresuramos a reconocer la falacia de la cosificacin.En aras a la claridad es necesario reconocer que cuando decimos: La opinin pblica ha surgido, la opinin pblica ha hablado, o la opinin pblica ha otorgado su mandato, estamosutilizando poco ms que una metfora periodstica o literaria. Peroaun siendo un a metfora periodstica, reificar la opinin pblicapuede tener efectos perniciosos que conduciran a una interpretain errnea de la realidad poltica. Esto es claramente evidenteen los anlisis del significado de los resultados de las elecciones, encuanto a lo que el mandato ha determinado. La realidad no es queel electorado, como una unidad corporativa, haya alcanzado unnuevo consenso en asuntos de actualidad, sino que se ha producido un nuevo equilibrio de poder poltico. Los que han perdido laselecciones, como miembros de un corporativo ms amplio, no hancambiado sus opiniones. Pueden reconocer el hecho de que no estn en el poder, pueden cambiar sus estrategias y sus tcticas, perocon toda probabilidad, la mayor parte de ellos continan promoviendo las mismas polticas bsicas que tuvieron en el pasado.El hecho de que los resultados de las elecciones puedan tenerun impacto significativo en la forma en que se gobierne una democracia no significa que las segmentaciones basadas en los valores e intereses en conflicto se hayan resuelto, ni siquiera temporalmente. Se mantienen, aunque ocasionalmente, con formas dis-

    UN MODELO DE OPININ PBLICAtintas. Adems, aunque los perdedores no desaparezcan en eltiempo, ganar y perder unas elecciones particulares podra afecta rla habilidad de los partidos contendientes para persistir comofuerzas polticas viables. No se deberan permitir referencias metafricas de que la opinin pblica ha tomado una decisin, queconfundieran la forma de pensar sobre estos temas.Desafortunadamente, la constatacin de que la opinin pblica no es un actor superindividual, con frecuencia conduce a la falacia opuesta del reduccionismo, o lo que es lo mismo, a analizarlos aspectos colectivos del proceso de opinin pblica slo en trminos de sus componentes individuales. El hecho de que durantems de 50 aos de investigacin emprica haya sido dominada porla metodologa de investigacin de las encuestas significa que hacontribuido a la perspectiva reduccionista en el estudio de la opinin pblica. Como observ Back (1988: 278), ste es un mtodoorientado de un a forma muy individual, que suma la opinin individual para alcanzar una caracterstica societaria y que corresponde con nuestra sociedad individualista. Aadi que este individualismo extremo ha obstaculizado el desarrollo de una definicin general de opinin pblica que no est restringida a la sociedad contempornea americana y europea.Prueba de la aproximacin reduccionista del estudio de laopinin pblica es esta definicin:

    La opinin pblica se refiere a las actitudes de las personas hacia un temacuando son miembros del mismo grupo social. [ .. La palabr a clave psicolgicaen est a definicin es l a de actitud [ .. ] (es decir), la respuesta interna socialmente significativa, que las personas tienen ante los estimulos (Doob, 1948: 35).Aunque esta definicin reconoce que se r miembro de un grupo es un aspecto de la opinin pblica, no hay ninguna duda de

    que la esencia de la opinin pblica, tal como Doob la ve, resideen la expresin de las actitudes individuales.F. Allport (1937: 11) dej abierta la posibilidad de que puedaexistir un producto superior de interaccin grupal, pero no obstante, afirm que si existe tal producto emergente, desconocemosdnde est, o cmo puede ser descubierto, identificado o probado,o por qu tipo de estndar debe ser juzgado su valor. De acuerdo con este punto de vista, Allport estableci un listado de 13 puntos como constituyentes del fenmeno que deba ser estudiadobajo el trmino de opinin pblica. De los 13 puntos, 7 se refierenexplcitamente al individuo, aunque en algunos casos se puede reconocer un contexto colectivo:

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    34 35L PROCESO DE OPININ PBLICASon comportamientos de individuos humanos.Estn realizados por [ .. ] much os individuos.El objeto o la situacin que les preocupa es importante para muchos.Frecuentemente son realizadas siendo conscientes de que los otros reacciona-rn ante la misma situacin de una forma similar.Las actitudes o la opinin que les pr eocupa son expresadas o [ .. ] [. .. ] r. ..1 in-dividuos que estn predispuestos a expresarlas.Los individuos que tienen estos comportamientos, o que estn dispuestos a te-nerlos, puede que estn, o no, en presencia de otros.Siendo esfuerzos hacia objetivos comunes, frecuentemente tienen el carcterde conflicto entre individuos alineados en lados opuestos (F. Allport, 1937: 13,cursivas aadidas).Aunque los otros seis puntos de Allport no resaltaban tan ex-plcitamente que la opinin pblica se refera a los pensamientosy al comportamiento de los individuos, se referan a fenmenos in-

    dividuales, tales como la verbalizacin y la accin o la predisposi-cin a la accin.Incluso cuando los pensamientos y las acciones individuales seexaminan al manifestarse en agregados, la nocin reduc cionista dela opinin p blica excluir la posibilidad de que las cualidades co-lectivas puedan aparecer y comprometer ms que los pensamien-tos, los sentimientos y el comportamiento individual CE AHport,1937). Lo que sigue es un ejemplo de esta perspectiva:No quiero sugerir que el pblico sea algo ms que la suma de todas suspartes. Obviamente, como en cualquier conglomerado de gente, como en unareunin urbana, algunos sentirn que el asunto es irrelevante, y que al notener opiniones no pueden participar. En tales casos, la opinin pblica es laopinin de aquellos que tienen preferencias y eligen participar. El punto msdestacado del asunto para un individuo determinado es que su intensa partici-pacin podra hacer que su opinin pesara ms en algunos procesos de cohe-sin (Luttbeg, 1974: 1).

    Por contraste, otros que insisten en que son slo los indivi-duos los que piensan y tienen un comportamiento, y no las co-lectividades, puede que todava reconozcan la realidad de una di-mensin colectiva en el proceso de opinin pblica. Lasswell(1927: 27) rechaz explcitamente la idea de que las actitudescolectivas se refieran a una entidad superorgnica que existeen un plano aparte de la accin individual, pero argument

    UN MODELO DE OPININ PBLICAque para evitar confusiones necesitamos un concepto que con-note la uniformidad de conducta sin que implique una unidadbiolgica o metafsica. Opt por tomar prestado el trmino an-tropolgico pattern con el fin de designar la uniformidad en ladistribucin de los actos individuales al discutir las actitudes co-lectivas. Lamentablemente, a pesar de la utilidad del trmino pat-tern, resulta demasiado esttico para analizar adecuadamente laforma en que las opiniones individuales agregadas pueden crearopinin pblica como un a potente fuerza social y poltica. Se ne-cesita un concepto ms dinmico.

    Gran parte de la atencin ana ltica de los estudios pioneros so-bre conducta del voto que se llevaron a cabo en las dcadas de1940 y 1950 por la Oficina de Investigacin Social Aplicada de laUniversidad de Columbia (Columbia University's Bureau of Ap-plied Social Research) y ms tarde en el Centro de Investigacinde Encuestas de la Universidad de Michigan (University of Michi-gan's Survey Research Center) se centr en procesos psicolgicosindividuales. Por ejemplo, los estudios de Columbia investigaronla activacin y el refuerzo sobre las car actersticas existentes de losvotantes individuales y el efecto de las presiones cruzadas genera-das por las ca ractersticas conflictivas en las decisiones de voto in-dividual (Lazarsfeld; Berelson y Gaudet, 1948), mientras que elimpacto motivacional en la eleccin del votante de la identifica-cin del partido, la orientacin de los temas y la orientacin delcandidato, y la importancia de las actitudes individuales como efi-cacia poltica fueron el centro de atencin de los primeros estu-dios de Michigan (Campbell, Gurin y Miller, 1954).

    No obstante, en aquellos primeros estudios tambin se re-conoca el rol de los factores colectivos. La estructura del entor-no institucional, el modelo de socios grupales, y las identifica-ciones fueron variables analticas en los estudios de Sandusky,Ohio y Elmira; y Nueva York dirigidos por la Oficina de Investi-gacin Social Aplicada (Bureau of Applied Social Research). Po rcomparacin, en el primer estudio nacional dirigido po r el Cen-tr o de Investigacin de Encuestas (Survey Research Center), losfactores superindividuales fueron especificados como variablesexgenas, permitiendo centrar la atencin en el nivel individualde causalidad, sin ignorar la importancia del nivel colectivo. Lacuestin de si la opinin pblica ha de se r tratada como un fe-nmeno individual o colectivo no es vlida. La verdadera cues-tin es cmo integrar los aspectos individuales y colectivos de laopinin pblica.

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    36 37L PROCESO DE OPININ PBLICADe lo que se ha venido adoleciendo es de la aplicacin siste-

    mtica y coherente de la teora existente sobre la sociedad, comoun fenmeno emergente, cuya naturaleza es ms que la suma desus partes. A veces se ha olvidado la necesidad de utilizar esa teora,como cuando la opinin pblica se ha definido como la suma oe! Fesultado de opiniones individuales, de forma que dos nocio-nes muy distintas han sido tratadas como equivalentes (p. ej.,Smith, 1947: 507, cursiva aadida). El problema no reside tantoen la imposibilidad de conseguir un a teora aplicable, sino msbien en el error de aplicar la teora existente a fenmenos socialescomo si surgiesen de la comunicacin entre individuos y gruposde individuos. El modelQ del proceso de opinin pblica trata deremediar este error, aceptando el postulado de la comunicacincomo un subproceso asociado con la dimensin colectiva de laopinin pblica.

    Para el modelo de proceso multidimensional resulta impres-cindible trabajar con los aspectos individuales y colectivos de laopinin pblica como aspectos distintos pero interrelacionados.No puede ser cuestionada la relevancia de los aspectos tradicio-nales de la psicologa individual como el aprendizaje, la percep-cin y la motivacin para estudiar cmo evolucionan y cambianlas opiniones individuales. Ignorar estos aspectos no permitiracomprender el proceso de opinin pblica. y lo mismo sucede conlos factores superindividuales, objeto de preocupacin de la so-ciologa y de la ciencia poltica, tales como la cohesin y el con-flicto de grupo, la aceptacin y rechazo de los estndares de con-ducta grupal, los modelos de liderazgo y de autoridad, y el rol delpoder en el gobierno, que obviamente ha n de tenerse en cuenta encualquier anlisis que explique cmo afecta la opinin pblica ala sociedad. Dejando a un lado, o incluso asumiendo que estos fac-tores deben se r adecuadamente recogidos po r los procesos psico-lgicos, esto no funciona.Mas all de la cosificacin y el reduccionismo

    Existe una propensin comn, tanto a las perspectivas reifi-cadoras como reduccionistas, a pensar que la opinin pblica esel producto de un ser que acta. En el primer caso, la opinin p-blica es el resultado de algn tipo de actor supraindividual y enel segundo, el de un agregado de actores individuales. Por el con-trario, el modelo del proceso rechaza la nocin de que la opinin

    UN MODELO DE OPININ PBLICApblica sea el producto de ningn tipo de actor o actores. Encambio, conceptualiza la opinin pblica como presente en losprocesos transaccionales, comunicativos y legitimizadores seala-dos. Cuando esos procesos se expresa n a travs de organizacionessociales -que pueden ser grupos informales o comunitarios,como la vecindad o redes de amigos, o grupos corporativos for-males, como partidos polticos o asociaciones de voluntariado-les obligan a actuar. Es decir, el proceso de opinin pblica es laenerga movilizadora de la actividad corporativa y no el actor po rs mismo.El error de hacer explcita la distincin entre la opinin p-blica como proceso y la opinin pblica, como actor, es bastanteresponsable de la confusin que ha n caracterizado los intentos dedefinir lo que es realmente la opinin pblica. No es un a voluntadgeneral acorporal; tampoco es un constructo estadstico compues-to de elementos de datos individuales. Es una expresin de ener-ga social que integra a los actores individuales en agrupacionessociales que afectan al gobierno. Esta nocin extrae el conceptode opinin pblica de la metafsica y, po r lo tanto, no permite se restudiada empricamente y, al mismo tiempo, evita se r reducidaa un conjunto de observaciones individualizadas distintas que nopueden ser tenidas en cuenta para su significacin sociopolticaglobal.Con esta nocin, pasaremos a continuacin a una detalladaconsideracin de las tres dimensiones del proceso de opininpblica.

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    CAPTULO 2LA APARICIN DE LAS OPINIONES INDIVIDUALES

    Las OpInIOneS individuales son los resultados enjuiciados de lastransacciones entre individuos y los ambientes en los que viven. Paradiscutir la aparicin de las opiniones individuales, por lo tanto, se hacenecesario definir el proceso transaccional. Una vez hecho, debemos es-pecificar ms ampliamente lo que queremos decir con el trmino opi-nin, cmo se relacionan las opiniones y las actitudes, y lo que implicaque las opiniones individuales cambien. Entonces estaremos preparadospara discutir asuntos relacionados con la calidad de las opiniones indi-viduales. Esa discusin prepara el escenario de nuestra consideracin,en el prximo captulo, sobre la forma en que las opiniones individua-les se convierten en una fuerza social.

    Los universos de la realidad y las transaccionesLas personas son agentes activos que piensan y sienten, cuyapercepcin y comprensin del mundo en que viven estn siempresujetas a cambios como consecuencia de la forma en que experi-mentan el universo externo, que a su vez est sujeto a cambios. Laaparicin de las opiniones individuales, y cualquier cambio subsi-guiente en ellas ha de ser considerado en estos trminos.Al observar el proceso de transformacin se aade un a pers-pectiva transaccional a las formulaciones interactivas estndar, olo que es lo mismo, la continua y comn configuracin y reconfi-guracin de las variables internas y externas (H. Cantril, 1958,1988). Adoptar esta perspectiva no significa que sustituyamos lascualidades, pobremente definidas, po r variables mensurables, peros nos exige ser muy sensibles al nivel de complejidad que, con fre-cuencia, se ignora. Los individuos piensan, sienten y se comportan de acuerdo con el mundo que perciben - sus distintos uni-versos de realidad- y no slo como reaccin a los estmulos ex-ternos objetivamente definibles.

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    40 41L PROCESO DE OPININ PBLICAEstos universos de la realidad son los productos psicolgicosde un proceso de involucracin de variables interdependientes, unproceso que no ser debidamente abarcado si slo pensamos enlas interacciones entre variables independientes. Los individuosse relacionan creativamente con el mundo que les rodea, de for-ma que los ambientes psicolgicamente significativos en los queviven no consisten simplemente en variables externas y objetivas;curiosamente, esos ambientes estn compuestos po r percepcionesinterpretativas de esas variables externas. Simultneamente, lascaractersticas de las cualidades psicolgicas y neurofisiolgicasde los individuos que influencian las percepciones de sus entor-nos no son simplemente el resultado de mecanismos biolgicosinternos sino ellos mismos, configurados, en parte, po r las fuer-zas del ambiente.Las opiniones surgen de la influencia recproca y creativa deun conjunto fuerzas internas y externas. Estas fuerzas inclu-yen a) las circunstancias en las que se encuentran los individuos(incluyendo su posicin social, relaciones con otros, estructura ycultura de los grupos de pertenencia, etc., as como las circuns-

    tancias especficas que rodean la controversia); b) cualidades ycaractersticas individuales (como creencias, valores e intereses,sentimientos, aspiraciones, estndares de juicio, etc.), y c) la mo-delacin de interacciones de todas estas variables que configurany moldean el mundo ta l como uno lo siente. En lugar de pensaren un tema concreto, que la opinin resulta de interacciones en-tr e variables especficas tales como la propia afiliacin grupal, lasrelaciones interpersonales, las creencias y dems, lo que hacemoses sustituir la idea de que la opinin es el resultado de la formaen que el proceso de modelacin de interacciones de todas estasvariables pone en movimiento un proceso de cambio continuo yde evolucin.Correlacin entre la opinin y los contextossituacionales y demogrficos

    La perspectiva transaccional aparece cuando se interpretan lascorrelaciones entre la opinin, po r una parte, y los contextos si-tuacionales o las variables demogrficas, po r otra. Para entenderlas opiniones individuales tenemos que ver a la gente real tras lascategoras en las que la colocamos. Esto exige tener en cuenta elcontexto situacional particular en el que se emite la opinin y la

    LA APARICIN DE LAS OPINIONES INDIVIDUALESposicin social del individuo, ya que hace relacin a esa situacin.Los contextos situacionales ayudan a explicar po r qu, a veces, losindividuos expresan opiniones aparentemente contradictorias. Po rejemplo, po r razones humanitarias: los individuos contrarios a laayuda externa pueden apoyar las ayudas que alivien a las vctimasde terremotos e inundaciones. De forma similar, los promotorespacifistas de ayuda a las fuerzas democrticas en otros pases pue-den oponerse a la intervencin armada para llevar a cabo un a po-ltica diseada para ayudar a estas fuerzas.La naturaleza del compromiso de un individuo con un tema esuna influencia adicional en la formacin de la opinin. Algunaspersonas que estn en contra del aborto legalizado, como princi-pio general de la poltica pblica, podran apoyarlo, permitiendoexcepciones circunstanciales despus de un a experiencia que lesimplicara a ellos mismos o a un miembro de su familia. A menosque los efectos de las circunstancias situacionales, tales como s-tas, hayan sido tenidas en cuenta, las opiniones expresadas pue-den ser, a menudo, incorrectamente interpretadas como irracio-nales o carentes de significado.

    Con relacin a las variables demogrficas, a pesar de su apa-rente objetividad, pueden ser ambiguas en sus significados. Con-secuentemente, las correlaciones entre datos demogrficos yopi-niones en s mismas, habitualmente no tienen otro valor que eldescriptivo. Para comprender las asociaciones entre los datos de-mogrficos y las opiniones se deben considerar tambin los signi-ficados sociopsicolgicos de tales datos demogrficos. La edad, laformacin, y los ingresos son tres de las variables en cuestin.La edad es un dato diferenciador entre los individuos que sos-tienen opiniones diferentes. Sin embargo, un a vez que un a dife-rencia en la opinin ha sido identificada po r la edad, ya slo nosresta averiguar si sta es un a diferencia de la edad de cohorte o degrado. sa es la razn po r la que cuando existen diferencias deedad nos preguntamos, po r ejemplo, si hay diferencias entre lageneracin silenciosa de la dcada de 1950; la generacin Viet-nam de los ltimos aos de 1960 y los primeros de los setenta; yla generacin yuppie de los ochenta. O estn relacionadas conel paso del tiempo y con los cambios en la situacin de la vida amedida que un o se hace mayor?Esta pregunta es muy importante, no slo para la interpreta-cin de las diferencias de edad en un punto dado en el tiempo,sino incluso ms importante an, para analizar las tendencias enla opinin a lo largo de dilatados perodos de tiempo (Evan,

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    42 43L PROCESO DE OPININ PBLICA1959). Entre otras cosas, las tendencias a largo plazo son, habi-tualmente, m s el resultado de la sustitucin de la cohorte, conun a generacin mayor que va desapareciendo y que va siendoreemplazada por una generacin ms joven, que de los cambiosen la opinin individual. El anlisis de Davis de tendencias du-rante un perodo de veinte aos ofrece un a demostracin espe-cialmente rica para este fenmeno, as como un a til revisin dela literatura existente (Davis, 1992).Las diferencias de opinin po r el nivel de formacin alcanza-do, entre los que han estudiado en la universidad y que mantienenopiniones diferentes de los que no lo ha n hecho, es otro hallazgofrecuente de las encuestas. Pero a qu se debe este rasgo distin-tivo de los que ha n asistido a la universidad? Es debido a la con-secuencia intelectual de haber asistido a un centro de enseanzasuperior; al origen de la mayora de los estudiantes universitarios,predominantemente clase media y alta; a correlaciones de ocupa-cin e ingresos con la formacin; o a la socializacin dentro deuna subcultura universitaria? Las diferencias de opinin dentro delos que ha n asistido a la universidad, po r ejemplo, entre artesberales y especialistas en administracin de empresas, o entre losgraduados po r las universidades de la Liga Ivyl (Ivy League), o en-tre las universidades pblicas aumentan la importancia de estacuestin. En cualquier caso, el nmero de aos de enseanza for-mal por s misma siempre ha limitado la utilidad explicatoria delanlisis de causalidad.

    Por un a razn similar, el valor explicativo de los ingresos noreside slo en su objetividad interna sino que, con igual impor-tancia, tambin en su utilidad como indicador de roles y signifi-cados sociales y estados subjetivos asociados con esos roles. Escierto que tener unos ingresos anuales de 50.000 dlares tiene unimpacto directo en la adquisicin de poder y, po r lo tanto, un a re-lacin directa con los intereses financieros que pueden afectar a laopinin. Pero los intereses financieros relacionados con los50.000 dlares son muy distintos para un director comercial de ni-vel medio, casado, cuya esposa no trabaja fuera de casa y tiene unnio; o para una familia de un trabajador manual con dos ingre-sos y tres nios, y para un abogado, recin licenciado y soltero. En

    1. The lvy League consta de ocho universidades privadas y destacadas: Har-vard, Yale, Princeton, Columbia, Pennsylvania, Comell, Brown y Dartmouth, fun-dadas entre los siglos xvm y XIX. Se considera que esta Liga incluye las universida-des ms prestigiosas del pas, tanto acadmica como socialmente. (N. de la l.)

    LA APARICIN DE LAS OPINIONES INDIVIDUALESel mismo sentido, las ayudas para las transferencias de pagos dela seguridad social a familias con ingresos bajos no estn relacio-nadas solamente con los ingresos, sino con los impuestos y sus im-plicaciones en la combinacin de ingresos y edad (Ponza, Duncan,Corcoran y Groskind, 1988). Para entender cul es la relacin en-tre la formacin del proceso de opinin y las variables demogrfi-cas debemos ir m s all, analizando sus correlaciones con la opi-nin y trabajar con sus interrelaciones y los procesos psicolgicos.Las opiniones como producto de la reflexin

    Las opiniones individuales son el resultado de un juicio refle-xivo y de procesos psicolgicos complejos en los que se conside-ran los pros y los contras de las ideas opuestas (Albig, 1956).Cuando deseamos conocer la opinin de un individuo sobre unasunto hacemos preguntas para descubrir qu posicin ha toma-do, o qu conclusin ha alcanzado sobre ese asunto. Responderque no se tiene un a opinin al respecto implica que no se ha re-flexionado, quiz porque nunca se haba odo hablar del tema, oporque no se ha pensado mucho sobre ello, o porque no se ha sidocapaz de alcanzar una conclusin.En una conversacin informal podramos hacer una preguntageneral tal como: Qu piensa sobre .. ? Mientras que en una en-cuesta podramos formular la pregunta as: Est usted a favor oen contra de ... ?, Cree que es un a buena o un a mala ideaque ... ?, Aprueba o desaprueba... ?. Valora favorable o desfa-vorablemente... ?, y Con quin se siente ms de acuerdo o endesacuerdo... ?. Para definir completamente la opinin a la que seha llegado podemos hacer preguntas adicionales sobre aspectosespecficos de la controversia. Por ejemplo, en un sondeo sobre laaprobacin de la gestin de un presidente en su cargo, una pre-gunta sobre la gestin general podra ser seguida por preguntassobre la forma en la que el presidente est tratando diversasreas problemticas, tales como la poltica exterior, la economanacional, las relaciones interraciales, y as sucesivamente, o sobretemas especficos en cada rea (p. ej., la situacin en el OrienteMedio o la amenaza de la inflacin). Se necesita una batera depreguntas como sta cuando la complejidad de un tema puedeconducir a opiniones complejas.Las respuestas a las preguntas de opinin, tanto si es un acomo si es un a batera de ellas la que se ha formulado, rara vez

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    44 45L PROCESO DE OPININ PBLICAnos da suficiente informacin como para comprender la razn porla que se mantienen tales opiniones. No nos dicen mucho, si esque nos dicen algo, sobre el proceso reflexivo que se sigui paraformar la opinin. A pesar de la frecuente y aparente simplicidady finitud de las expresiones individuales de opinin, el proceso reflexivo comprende un a compleja red de sentimientos y pensamientos. sta es la razn por la que las mediciones en profundidad que intentan i r ms all del clculo numrico de opiniones individuales deben mostrar los elementos de estos procesos. Talesmediciones intentan descubrir qu experiencia personal ha tenidoel individuo co n el tema, la informacin que tiene el individuo (ono tiene) sobre la controversia; si el individuo considera la controversia importante o no, o las razones po r las que lo cree, ascomo investigar las motivaciones individuales, los temores, las expectativas y las aspiraciones. stos son asuntos que van muchoms all de la posicin que un individuo ha adoptado frente a unasunto per se. De esta forma, se convierten en algo ms que ensondeos de opinin, son ms bien investigaciones de las transacciones que conducen a la formacin de opiniones.

    Por ejemplo, un sondeo del New York TImes, de junio de 1994,y del Canal 2 de la WCBS-TV que recoga las opiniones de los residentes de la ciudad de Nueva York, con relacin a la importancia de la delincuencia y el servicio de las fuerzas policiales de laciudad hacan tambin las preguntas siguientes:Comparado con el ao pasado, ve ms agentes de polica caminando porsu barrio, menos, o aproximadamente el mismo nmero?En la zona en que vive, ha visto gente vendiendo drogas durante los ltimos meses?Desde el ao pasado, ha hecho usted algo especial para protegerse a usted mismo o a su familia de la delincuencia, o no?Al pensar sobre usted mismo y la delincuencia, qu clase de delito creeusted que es ms probable que le ocurra?Cuando le preocupan sus hijos, qu le preocupa ms, que sean vctimasde un delito o que se compliquen con drogas?

    Aunque las preguntas que se acaban de plantear estn claramente relacionadas con la delincuencia, no nos permiten deducirestas opiniones.Los individuos con percepciones similares sobre la incidenciade la venta de drogas o sobre la polica en su comunidad de veci-

    LA APARICIN DE LAS OPINIONES INDMDUALESnos podran sostener opiniones drsticamente diferentes sobre lacalidad del trabajo de la polica o sobre lo que debera hacersepara reducir la delincuencia. Lo que las respuestas a estas preguntas pueden hacer es ayudarnos a entender el proceso mentaldel que provienen las opiniones.De un a forma similar, para comprender la opinin de un individuo sobre la decisin del Tribunal Supremo sobre el caso Roecontra Wade que estableci la base constitucional para el abortolegal, ayuda el descubrir si la aprobacin o la desaprobacin deesa decisin vara cuando el aborto se produce en el primero, elsegundo o el tercer trimestre; si la aceptabilidad del aborto varaen contextos diferentes: si la vida de la madre est en peligro, sies un caso de violacin, si el feto es deforme, si los padres so nadolescentes solteros, si el padre se opone al aborto, si la mujerya tiene dos nios y no quiere ms, y as sucesivamente. Inclusopara un mejor entendimiento de la opinin sobre el aborto se debera tratar de averiguar las creencias sobre el momento en quecomienza la vida o cundo empieza a experimentar dolor el feto.En otras palabras, vamos ms all de preguntar a qu conclusinha llegado - lo que es nuestra opinin- e investigamos los procesos mentales que conducen a una persona a sostener un a opinin particular.Como respuesta a las crticas sobre las limitaciones de los sondeos que no aclaran tales asuntos y que se limitan a medir merasopiniones, Gallup (1947) propuso un a estrategia de entrevista quel denomin el diseo de pregunta pentadimensional.2A pesar de que este diseo de pregunta nunca fue utilizado po rl o po r nadie ms, de un a forma generalizada para este tema, representa un raro esfuerzo metodolgico para relacionar el sondeode opinin con el proceso de formacin de opinin, y por lo tanto merece la pena ser revisado, si bien brevemente. Cualesquieraque sean las limitaciones que el diseo de pregunta pentadimensional pueda tener, marca muy claramente un a diferencia entre lasmediciones de opinin per se y los aspectos del proceso mental queconducen a las posiciones de opinin.Gallu p . 1947) postul c inco caractersticas para la medicin,cada un a de ellas asociada con una pregunta-prototipo:

    2. Gallup's quintamensional question design es el trmino original utilizadopara este diseo de cinco preguntas, que ha sido traducido por pentadimensional,y que se explica con detalle en el texto. (N. de la

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    46 47L PROCESO DE OPININ PBLICA1. La base de informacin para una opinin, o lo que es lomismo, si la persona entrevistada ha dedicado algn pensamientoo atencin po r un tema y lo que sabe de l. De acuerdo con Gallup, la (s) pregunta(s) a formular seran : Ha odo o ledo algo sobre (el tema)? y Qu puede decirme sobre (el tema)>>?2. Los puntos de vista o perspectivas importantes que establecen el contexto en el que se han formado las opiniones. Para

    este propsito se deberan formular preguntas abiertas o no estructuradas tales como: Qu le parece que debera hacerse en (eltema)?3. La posic in sobre el tema, por ejemplo, un a reaccin positiva o negativa a propuestas especficas. Con el fin de acotar lasrespuestas relativas a temas complejos deberan haber sido desglosadas en preguntas separadas que interrogaran por cada componente del tema. Se deberan formular preguntas sobre opiniones estndar como las que acabamos de citar.4. El razonamiento subyacente para sostener una opinin:las razones por qu?. Una pregunta tpica podra ser: Por qucree eso? (referido a la posicin apoyada en el paso 3).

    5. Intensidad del sentimiento o el compromiso con la opinin propia. Se debera formular un a pregunta cerrada y estructurada, como por ejemplo: Con qu firmeza cree que... ?Desde una perspectiva transaccional, la estrategia de preguntas propuesta por Gallup puede ser descrita como un intento deoperacionalizar la distincin entre la opinin como resultado (out-put) y alguna de las variables de entrada (input) que deben tenerse en cuenta, si queremos comprender los procesos por los que lasopiniones aparecen. Ms que permitirnos conceptualizar la opi

    nin como poco ms que una expresin patente de actitudes latentes, la perspectiva transaccion al nos exige pensar en el procesomental q ue interviene y que vincula las condiciones externas, conlas variables psicolgicas preexistentes y la opinin que aparece.Opiniones y actitudes

    Lamentablemente, es frecuente conceptualizar OpInIOneS yactitudes como fenmenos prcticamente equivalentes (Price,1992, para un resumen de cmo las opiniones y las actitudes sehan diferenciado en el transcurso del tiempo). En repetidas ocasiones, o no ha n sido diferenciadas, o, en la mayor parte de los ca-

    LA APARICIN DE LAS OPINIONES INDIVIDUALESsos, han sido tratadas como clasificaciones basadas en diferentesformas de mirar la misma cosa. McGuire (citado en Keissler, Collins y Miller, 1969: 4) defendi que la distincin entre la actitud yla opinin es una situacin que utiliza nombres buscando unadistincin, ms que una distincin que busca una terminologa.De una forma similar, al rastrear la historia de la investigacin delas actitudes, McGuire (1986) trat la opinin y la actitud comoconceptos intercambiables.Thurstone (1928), uno de los primeros en intentar una diferenciacin precisa entre opiniones y actitudes, defini las actitudes como estados psicolgicos latentes que no pueden se r observados directamente, sino que han de ser inferidos de opiniones ycomportamientos patentes y verbalizados. Sin embargo, Flemingignor repetidamente incluso esta pequea distincin, y con frecuencia us el trmino actitud cuando sus propias percepcionesrequeran el de opinin (citado en Price, 1992). Anlogamente, incluso cuando G. AUport reconoci un a diferencia entre opinin yactitud, discuti, sin embargo, la medicin de la opinin comoun a forma de medir la fuerza y la naturaleza de las actitudes personales (G. Allport, 1967). Rokeach sigui en buena medida la lnea de Thurstone al definir la opinin como la verbalizacin de lasactitudes, sentimientos y valores (Rokeach, 1968). Una distincinms sustantiva describe las actitudes como orientaciones globalesduraderas, en contraste con la especificidad puntual de las opiniones (Wiebe, 1953; Hovland, Janis y Kelley, 1953). Otra distincin enfatiza el contenido afectivo de las actitudes como contraste con la cualidad ms cognitiva de la opinin que implica juiciosconscientes (Fleming, 1967).Aunque la verbalizacin, la especificidad de la situacin y lacualidad cognitiva pueden ser caractersticas muy significativas dela opinin, al se r usadas de una forma descriptiva, lo cierto es quecontribuyen muy poco a la comprensin de cmo se generan lasopiniones. En cambio, la perspectiva transaccional conduce a quedistingamos entre la opinin emergente y las variables de actitudes anteriores que se centran en su desarrollo. Sin embargo, paraestablecer esa distincin ha de se r clarificada nuestra definicinde las actitudes.Se ha dicho que el concepto de actitud es el concepto msdistintivo e indispensable en la psicologa social americana contempornea [ ... ] De hecho, varios autores [ .. ] definen la psicologa social como el estudio cientfico de las actitudes (G. Allport,en Fishbein, 1967: 3; vase tambin Green, 1954). Sin embargo, las

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    48 EL PROCESO DE OPININ PBLICAactitudes ha n sido definidas de muchas formas, frecuentementeconflictivas. Existe un acuerdo general en el significado de lastitudes con respecto a una caracterstica, que es su efecto persistente (tono de sentimiento): Las actitudes hacen referencia a estadospsicolgicos persistentes y afectivamente cargados, que permitena los individuos relacionarse con su entorno y con los objetos(personas y/o cosas) comprendidos en sus ambientes, de formaque construyen su coherencia conductualll (G. Allport, 1967: 3;vanse tambin G. Allport, 1954; Beninger, 1987: 3 5 2 ~ 3 5 3 ; Doob,1948: 39; Fishbein y Raven, 1967: 183-189; Green, 1954: 335-336;Krech y Crutchfield, 1948: 152; Rosenberg, 1960: 230; Rosenbergy Hovland, 1960: 3; Sherif, Sherif y Nebergal, 1965: 4; Thomas yZnaniecki, 1958: 23-24). Adems, muchas de las definiciones queha n sido propuestas pueden ser insertadas, con una distorsin mnima, en un continuum behaviorista/cognitivo-funcional.

    En el polo behaviorista de este continuum est la idea de quelas actitudes son estados de buena disposicin aprendidos, mentales o neuronales, que predisponen al individuo a comportarse deformas especficas (p. ej., F. Allport, 1954; Doob, 1947). As definidas, las actitudes son comportamientos latentes, mientras que lasopiniones son poco ms que verbalizaciones patentes de tales latencias. En ese caso, el anlisis de la opinin individual se convierte, finalmente, en un caso especial del anlisis de las actitudes.Sin embargo, si se adopta la conceptualizacin behaviorista,las actitudes son prcticamente indistinguibles de otras formas de

    conducta aprendida, punto ste que ha conducido a algunos acomendar el abandono total del concepto (Doob, 1947; vase tambin Chein, 1948). Pero todava es ms perturbadora la investigacin que demuestra la tenue y reiterada relacin entre las actitudes medidas y la conducta subsiguiente (p. ej., Festinger, 1964).Obviamente, la posicin behaviorista no ofrece un marco tericoutilizable para investigar la formacin de la opinin individual,como enjuiciamientos sobre los temas.Contrariamente, resulta evidente en nuestra posterior discusin que la conceptualizacin de las actitudes simplifica la tareade relacionar la opinin con los procesos psicolgicos subyacentes. En el polo funcional del continuum, las actitudes son conceptualizadas como tendencias evaluativas persistentes y no comopredisposiciones del comportamiento. De esta forma, en la tradicin funcionalista, una definicin sucinta de la actitud es que: Laactitud se define, en el plano individual, como la forma de organizacin especfica de sentimientos y creencias, con la que un a

    LA APARICIN DE LAS OPINIONES INDIVIDUALESpersona determinada evala un objeto o smbolo, positiva o negativamente (D. Katz, 1960; Krech y Crutchfield, 1948; Rokeach,1968: 18; Rosenberg y Hovland, 1960; vase tambin Blumler yKatz, 1974). Por lo tanto, adoptar la perspectiva funcional conduce a pensar en los sistemas de modos de respuestas constituyentesde las actitudes, ms que en una predisposicin al comportamiento que nosotros llamamos una actitud.De acuerdo con lo que se ha dicho hasta ahora, no usamos eltrmino actitud po r s mismo (excepto cuando citamos a otros).En su lugar, lo su stituimos po r la frase sistema actitudinal, y definimos los sistemas actitudinales compuestos po r cuatro tipos decomponentes:

    1. Marcos evaluativos de referencia (valores e intereses).2. Cognicin (conocimiento y creencias).3. Afecto (sentimientos). Como muchos usan el trmino actitud referido slo, o primariame nte, al modo afectivo mientras que otros lo usan de un a forma ms general, adoptaresta nomenclatura tiene una ventaja aadida y es que evita confundir la respuesta afectiva con el sistema completo.4. Aspecto conativo (intenciones referidas al comportamiento).

    Finalmente, postulamos que los sistemas actitudinales influencian la conducta indirectamente, como un a variable interviniente que mediatiza la percepcin, estableciendo de este modopredisposiciones evaluativas (Beninger, 1987). .Esta nocin' funcional de los sistemas actitudinales suministraun a base terica para nuestra discusin anterior sobre las opiniones individuales como el producto de un juicio de las transacciones de un individuo con su mundo circundante. Los componentesdel sistema -valores e intereses, creencias, sentimientos e intenciones behavioristas- influencian la formacin de la opinin atravs de sus efectos interactivos sobre la forma en que el universo exterior es percibido y juzgado.Desgraciadamente, la distincin entre opinin y los componentes de los sistemas actitudinales se desvanece fcilmente. Unarazn para ello es que existen tcnicas similares de pregu ntas quese usan habitualmente para medirlo todo. Como ya se observ enla discusin previa sobre las opiniones como juicios, cuando las encuestas de opinin intentan ir ms all de la mera contabilizacinde las opiniones, invariablemente formulan bateras de preguntasque averiguan los valores, intereses, creencias y sentimientos junto

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    50 51L PROCESO DE OPININ PBLICAcon las opiniones relacionadas. Aunque difieren sustancialmente,las preguntas suelen ser estilsticamente similares, y se administrancomo parte de un instrumento comn. Sin embargo, para comprender el proceso de formacin de opiniones es esencial especifica r las diferencias entre los componentes del sistema y la forma enque interactan en los procesos de formacin de opinin.

    Valores e intereses. Lo que piensan los individuos es impor-tante, tanto intrnsecamente (valores), como instrumentalmente(intereses), ya que crea un marco de referencia para juzgar los temas. De esta forma, ayudan a definir los estndares de valoracinque se emplean para pensar sobre ciertos temas y formar opiniones (Cantril, 1941). Al alcanzar un a opinin sobre si el presupuesto militar de la nacin se debera aumentar o reducir tienemucha importancia si el marco de referencia es el miedo de laamenaza militar externa, la posibilidad de financiacin para losprogramas nacionales deseados, el deseo de reducir el dficit nacional, o la dependencia del propio puesto de trabajo en la produccin de armas.El sostener valores e intereses, aparentemente contradictorios,no es inherentemente irracional. Un individuo puede, simultneamente, estar preocupado tanto por amenazas militares como porprogramas de bienesta r nacional. En tales casos resulta decisiva laforma en que los individuos priorizan sus valores y sus intereses.sta es la razn po r la que dos individuos que coinciden en quese necesitara mayor presupuesto para los programas internos podran no obstante tener opiniones enfrentadas en cuanto a la conveniencia de reducir el presupue sto militar.Las prioridades pueden modificarse en circunstancias cam-biantes, tales como la relajacin de la tensin internacional al comienzo de la recesin econmica. y, a menudo, se da el caso de

    que un individuo puede respaldar valores enfrentados al mismotiempo, po r ejemplo, el principio de no matar y el derecho a ir ala guerra para resistir contra una nacin agresora. Las diferencias,al considerar qu marco de referencia es el apropiado en una situacin dada, subyacen en el conflicto de opinin relacionado conasuntos tales como la libertad de los miembros intolerantes de unaFacultad para expresar sus prejuicios en el campus y el derecho delos grupos tales como el Ku Klux Klan (KKK.) para desfilar en un acomunidad sudista el da del cumpleaos de Martin Luther King,Jr., o en una ciudad como Skokie, Illinois, que tiene una gran poblacin juda.

    LA APARICIN DE LAS OPINIONES INDM DUALESConocimiento. Las creencias (incluido lo que uno sabe, opiensa que sabe, la informacin errnea, y la ignorancia) puedenejercer una poderosa influencia en la formacin de opinin. Definen el campo perceptivo de forma que marcan el sentido de la direccin y establecen lmites al proceso de opinin. As, cuanta msinformacin tiene un sujeto sobre un asunto, y cuanto ms detallada es la informacin, ms probable es que el individuo se haya

    hecho un a composicin de lugar evaluadora sobre l (Einseidel,1994). Adems, en un estudio sobre la reaccin sobre los debatespresidenciales de 1980 Carter-Reagan, los votantes con menos conocimientos utilizaron los debates para obtener informacin yfueron los ms fcilmente influenciados por ellos. Por compara-cin, entre los votantes con ms conocimientos, su conocimientoprevio filtr las nuevas ideas incoherentes, de forma que los debates tuvieron escaso efecto en ellos (Lanoue, 1992). Desarrollaresta funcin, sin embargo, no quiere decir que las opiniones alcanzadas provengan directamente de las creencias. Por ejemplo,un a persona que cree que la vida comienza con la concepcin podra pensar, sin embargo, que los abortos en el primer trimestredeberan ser legales en casos de violacin o incesto.Una encuesta de Gallup, de junio de 1963 (realizada en unmomento de intenso activismo sobre los der echos civiles), i lustrael grado en que la opinin no puede ser predicha directamente porsus creencias. En respuesta a un a pregunta sobre la prevalenciadel trato discriminatorio a los afroamericanos en los arrenda-mientos, casi la mitad (48 %) tena la sensacin de que los negrosno tienen tan buenas oportunidades como los blancos para conseguir cualquier tipo de trabajo para los que estn cualificados, ensu comunidad, y el 43 % dijo que sus oportunidades eran las mismas. Pero estas creencias no eran en s mismas expresiones deapoyo a favor o en contra de la accin gubernamental para reduci r la discriminacin racial: el 41 % pensaba que la Administracin Kennedy estaba favoreciendo la integracin racial demasiadorpidamente; el 14 % tena la sensacin de que la administracinno lo favoreca lo suficientemente rpido; y el 31 % tena la impresin de que la promocin hacia la integracin era la adecuada(el 14 % no contest; Gallup, 1972b: 1828-1829).Por distintas razones, los individuos pueden llegar a mantenercreencias incoherentes o contradictorias. Cualquiera que sea la razn, un a tendencia a la coherencia se desarrolla como reaccina la tensin resultante. A pesar de que las cuestiones en relacin alos procesos especficos a travs de los cuales se puede llegar a la

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    52 53L PROCESO DE OPININ PBLICAcoherencia no ha n sido totalmente resueltas, parece claro que pue-den conducir al cambio de opinin (vase el apartado siguientepara una discusin ms amplia sobre la tendencia a la coherenciacomo va para el cambio de opinin). Por otra parte, la exposicinal conocimiento nuevo y potencialmente inductor de tensin, en smismo, no asegura el cambio de opinin. La exposicin selectiva,la percepcin y la retencin pueden inhibir la integracin de nueva informacin en los sistemas de creencias existentes, de ah lamilitancia contra el cambio (Klapper, 1960). Las campaas de in-formacin pblica que intentan influir en la opinin, a menudofracasan porque asumen que la exposicin a nueva informacinser por s misma lo suficientemente persuasiva como para cambiar la opinin.

    Afecto. Que nuestros sentimientos con relacin a algn comportamiento, persona, o cosas sean positivos o negativos representan un a papel decisivo en el proceso de formacin de opinin.Sin embargo, no es la direccin del sentimiento, considerado pors mismo, lo importante, sino la forma en que se asocia concreencias, valores e intereses relevantes. Slo entonces puede seradecuadamente entendida su influencia combinada en la formacin de opinin.

    Po r ejemplo, si uno aprueba o desaprueba un a propuesta le-gislativa para cambiar la forma de financiacin del sistema deSeguridad Social se ver influenciada, en principio, po r el hechode que a uno le guste o le disguste la Seguridad Social, en con-traposicin a otros medios que permitan obtener los ingresospara la jubilacin. Anlogamente, lo que uno siente, en general,hacia las personas o los partidos polticos que hacen las propuestas puede influenciar nuestro apoyo o nuestra oposicin, sinninguna otra razn que ese sentimiento. La forma en que unovive el objetivo del cambio propuesto -por ejemplo, si el objeti-vo es equilibrar el presupuesto federal, reforzar la financiacinde la Seguridad Social, o reducir la carga financiera sobre lasfuerzas activas del trabajo- tambin tiene importancia a la horade opinar sobre este tema.

    Sin embargo, la opinin de un individuo no es un a proyeccin directa del afecto asociado con un tema. Consideremos lasopiniones de tres individuos hipotticos en torno a lo que debera hacerse con las protestas que se produjeron tras la absolucin de cuatro agentes de polcia de Los ngeles en 1993 acusados de golpear injustificadamente a un afroamericano, Rodney

    LA APARICIN DE LAS OPINIONES INDIVIDUALESKing. Asumamos que dos de ellos estn de acuerdo con que eljurado estuviera equivocado y el tercero acepta el veredicto deljurado. Los dos que estn de acuerdo pueden diferir, sin embargo, de un a forma importante, en sus sentimientos sobre la absolucin y las revueltas que siguieron, y un o de ellos puede lle-ga r a un a opinin similar a la tercera persona. El primero puede estar profundamente impactado por el veredicto y tener lasensacin de que, independientemente de las protestas, las drsticas medidas para erradicar el racismo entre los agentes de polica debe tener la mxima prioridad. El segundo puede tener lasensacin de que, a pesar de lo equivocado que estaba el vere-dicto, la actuacin ms preocupante fue rechazar el procedimiento correcto y recurrir a la violencia ilegal. Po r esa razn, lasegunda persona podra estar de acuerdo con la tercera persona(quien tiene la sensacin de que el veredicto fue correcto) conque la prioridad ms importante debe ser prevenir cualquierotra repeticin de conflictos.

    El afecto difiere tanto en la fuerza como en la direccin. Seha n diferenciado cinco dimensiones de fuerza (Krosnick y Abel-son, 1994; Scott, 1968), a saber:

    1. Medida extrema: El grado de apoyo o de ausencia de l,por ejemplo, completamente favorable, o parcialmente favorable.

    2. Intensidad: La fuerza de los sentimientos, por ejemplo,sentimientos fuertes versus dbiles.3. Certeza: el grado de conviccin de que uno est en lo cier-to, por ejemplo, muy seguro versus no demasiado seguro.4. Importancia: el grado de compromiso personal, por ejem-plo, personalmente muy importante versus no tan importante.

    5. Complejidad: la cantidad de informacin que se tiene so-bre el asunto, po r ejemplo, bastante versus solamente un poco.

    Es evidente que el afecto no conduce directamente a la opi-nin. Por ejemplo, la fuerza relativa de nuestro compromiso hacia el derecho de libertad de expresin; y la libertad acadmicaversus nuestra oposicin hacia el racismo o la intolerancia reli-giosa; junto con la certeza con la que uno siente que est siendoamenazado cada valor definirn la importancia de los valores ylas creencias relevantes para llegar a un a opinin sobre asuntoscomo: permitir las manifestacin del KKK, garantizar la docenciaa los profesores racistas, o imponer sanciones contra los discursos racistas o incendiarios.

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    54 55L PROCESO DE OPININ PBLICAIntenciones de comportamiento. Las Opl1l10nes pueden serconsideradas anlogas a las intenciones de comportamiento en elsentido de que ambas son el resultado de las transacciones entreestados psicolgicos preexistentes y situaciones concretas. Las opi-niones difieren de