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NUM. 61. 24 DE DICIEMBRE DE 1846. SEGUNDO AÑO. lili !!• M i'l-'niittMtt I el LA FACULTAD. ^S3£24>2/2<B«{> <S23'¿t-132£.3 S2í33>2<B¿¡>3<, CLISE FACULTATIVA. Contra nuestra costumbre hemos fallado á la puntualidad , con la que hasta ahora habíamos cumplido por lo tocante á la "pu- blicación de nuestro periódico. En quince meses que llevamos de existencia una sola vez hemos dejado de dar el periódico el dia previamente señalado. Esperamos que nues- tros constantes suscritores nos habrán he- cho la debida justicia por una falla, la que por lo mismo que es única, debe ser espli- cada por lodo menos que por nuestro poco celo \j religiosidad en lo prometido al pú- blico. El interés vivísimo con que miramos nuestra probidad y reputación de hombres intuiros nos conduce ó hacer una manifes- tación, por la cual quede sin efecto el daño que haya podido cansamos en el ánimo de nuestros suscritores. una falta de exactitud que no ha sido nuestra. /.os que han impreso algo, sin tener im- prenta propia , taítén lo f-ecuenles que son ciertos ¡icrcanccs, y qtíe pormurhos que sean los deseos de los autores de una obra reía- FOLLETIN. tivamenle al cumplimiento de sus promesas, es muy fácil que agenas culpas le hagan quedar mal. Esto es lo que nos ha sucedido. No es del caso enterar al público de porme- nores que por otra parte tal vez no le in- teresarían; mas quede consignado que no ha sido por culpa nuestra, sino de cir- cunstancias que nos han comprometido. A estas horas tienen nuestros suscritores los números correspondientes á lo que lle- vamos trascurrido desde el principio del se- gundo año de suscricion. Si ha habido al- gún relardo ; si la impresión no ha salido tan correcta como era de desear; si ha ha- bido tanto en la colocación de las viñetas como de los artículos algún desarreglo, atri- buyase á la precipitación y alropellamiento con que suceden las cosas , cuando se mu- da de, imprenta y no se han podido tomar todavía todas las precauciones. Nos consuela la idea de que hemos lomado ya todas aque- llas medidas que nos han parecido mas con- ducentes, para evitar en lo sucesivo la repe- tición de semejantes percances. Aprovechamos esta ocasión para anun- ciar á nuestros stiscritores una reforma Comamos y bebamos ¡ ma- ñana moriremos. (San Pa- blo en no te qué epístola). «Esta noebe es Noche Buena y no es noche de dormir, que está la Virgen de parto y esta noche ha de parir.» Asi van cantando alegres niñas de cuerpo gentil, al son de las castañuelas de la guitarra y violin. Las chicharras, las zambombas las panderetas ois, que atronando van las calles de la villa de Madrid. Su plaza Mayor no es plaza es concierto cencerril, y en Santa Cruz hay tal bulla que casi raya en motin. Pueblan las calles los pavos y por do quicr voces mil al gastrónomo provocan y al bebedor van á herir. En los soberbios palacios, en la choza pastoril, en cuartos bajos, primeros, en altos zaquízamís, reina la misma barbulla, la misma zambra y tragin; que es Noche llucna y las gentes no piensan mas que en vivir. También en mi hogar tranquilo j desventurado de mí 1 se introdujo la jarana como achaque del pais. Invadido mi despacho por una gavilla hostil de hijitosy sobrinitos terribles por su berrín. Que como si no bastase su destemplado gañil me piden para chicharras y otras delicias así. ¿ Cómo queréis suscritores, que mi aturdido magin en medio de esa balumba pueda dar nada de sí? El ejemplo es contagioso, ya no estoy para escribir ; mi estómago se pronuncia ¡ á comer hijos del Cid! Vengan pavos y besugos, Champaña , Burdeos, Rlnn, con Jerez y Pajarete vengan dulces del Gcníl. Dadme turrón de Gijona de Alicante ó de Alcañiz, y emborrachémonos todos que hoy la Virgenvá áparir. ¿Qué me pides tú . zoquete? qué dices de folletín? come y calla que hoy es día de mascar y de engullir. Deja á mi médico preso en poder de un zascandil 3 ue él saldrá, sí Diosle ayuda c su apuro, el infeliz. ¿Y tú qué quieres?—La higiene del pobre que siga.—Sí? pues ya estás fresco , á buena hora te acuerdas del galopín. No señor; pues hoy no es dia de pensar y discurrir, notable que hemos pensado introducir en el modo y forma de nuestro periódico. Desde el principio de nuestra publicación varios suscritores nos han pedido que adoptábamos olra forma mas reducida, mas fácil de en- cuadernar y mas manejable, ya porque asi se coloca mejor en una biblioteca, ya porque por correos se recibe mejor acondicionado el periódico. Deseosos de que esto fuese la es- presion de la generalidad, hemos dejado trascurrir mucho tiempo, y hasta ahora que mudamos de impresor no nos hemos re- suelto á introducir en nuestro periódico esta variación. Desde el primer jueves del año 1847 sal- drá la Facultad en otra forma. El mismo pliego de papel pero plegado en octavo, y en vez de tener ocho planas tendrá diez y seis de á dos columnas. El material será apoca diferencia el mismo, y la marcha de la re- dacción de lodo punto análoga. Nuestros suscritores de provincia recibirán los núme- ros con una cubierta, á fin de que les lle- gue limpio y conservado. Esta innovación no altera en nada las condiciones de suscri- cion , ni el fondo de los conocimientos que yo no escribo , yo devoro, ¡ periodiquitos á mí! Cerrado está mi despacho ¡al comedor, á vivir! haced vosotros lo propio, roí noble ejemplo seguid. Ved que la vida se exhala como el olor del pensil, ved que los dias que fueron no vuelven ya á trascurrir. Consejo fué de un grande hombre de aforístico decir, que es útil de cuando en cuando salirse del buen carril. Ser un poco calavera, esto es, quitarse el esplín, ya en encopetados bailes ya en los bailes de candil. Ir del figón á la fonda, del gran café al cafetín, zambullirse en las tabernas y armar camorras allí. Largarse luego , acoslarse, á pierna suelta dormir, roncar como gruñe un cerdo ó como brama un rocín. i Que hay una turca ? corriente, no pasará eso de aquí; i que hay un empacho? en buen hora, venga Kermes ó Turbit. Hipecacuana ó ruibarbo, lavativas, dieta en fin: así Hipócrates lo dijo y hay que ejecutarlo así. Divertios pues, lectores, Comed, bebed y dormid, que esta noche es Noche Buena y no es día de escribir.

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N U M . 6 1 . 24 D E D I C I E M B R E D E 1846. S E G U N D O A Ñ O .

lili !!• M i'l-'niittMtt I el

L A FACULTAD. ^S3£24>2/2<B«{> <S23'¿t-132£.3 S2í33>2<B¿¡>3<,

CLISE FACULTATIVA.

Contra nuestra costumbre hemos fallado á la puntualidad , con la que hasta ahora habíamos cumplido por lo tocante á la "pu­blicación de nuestro periódico. En quince meses que llevamos de existencia una sola vez hemos dejado de dar el periódico el dia previamente señalado. Esperamos que nues­tros constantes suscritores nos habrán he­cho la debida justicia por una falla, la que por lo mismo que es única, debe ser espli-cada por lodo menos que por nuestro poco celo \j religiosidad en lo prometido al pú­blico. El interés vivísimo con que miramos nuestra probidad y reputación de hombres intuiros nos conduce ó hacer una manifes­tación, por la cual quede sin efecto el daño que haya podido cansamos en el ánimo de nuestros suscritores. una falta de exactitud que no ha sido nuestra.

/.os que han impreso algo, sin tener im­prenta propia , taítén lo f-ecuenles que son ciertos ¡icrcanccs, y qtíe pormurhos que sean los deseos de los autores de una obra reía-

FOLLETIN.

tivamenle al cumplimiento de sus promesas, es muy fácil que agenas culpas le hagan quedar mal. Esto es lo que nos ha sucedido. No es del caso enterar al público de porme­nores que por otra parte tal vez no le in­teresarían; mas quede consignado que no ha sido por culpa nuestra, sino de cir­cunstancias que nos han comprometido.

A estas horas tienen nuestros suscritores los números correspondientes á lo que lle­vamos trascurrido desde el principio del se­gundo año de suscricion. Si ha habido al­gún relardo ; si la impresión no ha salido tan correcta como era de desear; si ha ha­bido tanto en la colocación de las viñetas como de los artículos algún desarreglo, atri­buyase á la precipitación y alropellamiento con que suceden las cosas , cuando se mu­da de, imprenta y no se han podido tomar todavía todas las precauciones. Nos consuela la idea de que hemos lomado ya todas aque­llas medidas que nos han parecido mas con­ducentes, para evitar en lo sucesivo la repe­tición de semejantes percances.

Aprovechamos esta ocasión para anun­ciar á nuestros stiscritores una reforma

Comamos y bebamos ¡ ma­ñana moriremos. — (San Pa­blo en no te qué epístola).

«Esta noebe es Noche Buena y no es noche de dormir, que está la Virgen de parto y esta noche ha de parir.»

Asi van cantando alegres niñas de cuerpo gentil, al son de las castañuelas de la guitarra y violin.

Las chicharras, las zambombas las panderetas ois, que atronando van las calles de la villa de Madrid.

Su plaza Mayor no es plaza es concierto cencerril, y en Santa Cruz hay tal bulla que casi raya en motin.

Pueblan las calles los pavos y por do quicr voces mil al gastrónomo provocan y al bebedor van á herir.

En los soberbios palacios, en la choza pastoril, en cuartos bajos, primeros, en altos zaquízamís, reina la misma barbulla, la misma zambra y tragin; que es Noche llucna y las gentes no piensan mas que en vivir.

También en mi hogar tranquilo j desventurado de mí 1

se introdujo la jarana como achaque del pais.

Invadido mi despacho por una gavilla hostil de hijitosy sobrinitos terribles por su berrín.

Que como si no bastase su destemplado gañil me piden para chicharras y otras delicias así.

¿ Cómo queréis suscritores, que mi aturdido magin en medio de esa balumba pueda dar nada de sí?

El ejemplo es contagioso, ya no estoy para escribir ; mi estómago se pronuncia ¡ á comer hijos del Cid!

Vengan pavos y besugos, Champaña , Burdeos, Rlnn, con Jerez y Pajarete vengan dulces del Gcníl.

Dadme turrón de Gijona de Alicante ó de Alcañiz, y emborrachémonos todos que hoy la Virgenvá ápar ir .

¿Qué me pides tú . zoquete? qué dices de folletín? come y calla que hoy es día de mascar y de engullir.

Deja á mi médico preso en poder de un zascandil

3ue él saldrá, sí Diosle ayuda c su apuro, el infeliz.

¿Y tú qué quieres?—La higiene del pobre que siga.—Sí? pues ya estás fresco , á buena hora te acuerdas del galopín.

No señor; pues hoy no es dia de pensar y discurrir,

notable que hemos pensado introducir en el modo y forma de nuestro periódico. Desde el principio de nuestra publicación varios suscritores nos han pedido que adoptábamos olra forma mas reducida, mas fácil de en­cuadernar y mas manejable, ya porque asi se coloca mejor en una biblioteca, ya porque por correos se recibe mejor acondicionado el periódico. Deseosos de que esto fuese la es-presion de la generalidad, hemos dejado trascurrir mucho tiempo, y hasta ahora que mudamos de impresor no nos hemos re­suelto á introducir en nuestro periódico esta variación.

Desde el primer jueves del año 1847 sal­drá la Facultad en otra forma. El mismo pliego de papel pero plegado en octavo, y en vez de tener ocho planas tendrá diez y seis de á dos columnas. El material será apoca diferencia el mismo, y la marcha de la re­dacción de lodo punto análoga. Nuestros suscritores de provincia recibirán los núme­ros con una cubierta, á fin de que les lle­gue limpio y conservado. Esta innovación no altera en nada las condiciones de suscri­cion , ni el fondo de los conocimientos que

yo no escribo , yo devoro, ¡ periodiquitos á mí!

Cerrado está mi despacho ¡al comedor, á vivir! haced vosotros lo propio, roí noble ejemplo seguid.

Ved que la vida se exhala como el olor del pensil, ved que los dias que fueron no vuelven ya á trascurrir.

Consejo fué de un grande hombre de aforístico decir, que es útil de cuando en cuando salirse del buen carril.

Ser un poco calavera, esto es, quitarse el esplín, ya en encopetados bailes ya en los bailes de candil.

Ir del figón á la fonda, del gran café al cafetín, zambullirse en las tabernas y armar camorras allí.

Largarse luego , acoslarse, á pierna suelta dormir, roncar como gruñe un cerdo ó como brama un rocín.

i Que hay una turca ? corriente, no pasará eso de aquí; i que hay un empacho? en buen hora, venga Kermes ó Turbit.

Hipecacuana ó ruibarbo, lavativas, dieta en fin: así Hipócrates lo dijo y hay que ejecutarlo así.

Divertios pues, lectores, Comed, bebed y dormid, que esta noche es Noche Buena y no es día de escribir.

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484 L A F A C U L T A D .

por medio de nuestro semanario reciben | nuestros apreciables suscritores. Al fin de cada mimero irá un resumen de lo conteni­do en él, con el objeto de facilitar la lectu­ra de aquellos artículos que después de al­gún tiempo se necesite.

Para que nuestros suscritores que tienen la colección de los números hasta aqui pu­blicados , gocen de igual ventaja , publica­remos á la brevedad posible un índice gene­ral que comprenda todo lo inserto desde el número primero hasta el presente.

En este número empezamos á publicar los nombres de los suscritores actuales con sus números correspondientes, y remitimos las papeletas que les han de servir de garan­tía para los premios. Como se han ido lle­nando á proporción que han renovado su su suscricion , algunos tendrán los números variados.

A la primera lotería moderna, de 40000 billetes que se sortee, se pondrá en suerte el primer premio trimestal del segiindo año.

Rogamos á los Sres. suscritores de pro­vincia, cuya suscricion concluye el 31 de diciembre, que se sirvan renovarla antes de concluir el mes. á fin de no esperimentar re­traso en la remisión de los números.

MAS SOBRE LUNA CALDERON.

Ageno es de nuestro carácter, y mas ageno todavía de nuestro periódico, el ocupar la atención de nuestros lectores en artículos enteramente estériles para la ciencia. Por esto, siempre que en algún otro periódico leemos algún escrito mas personal que científico, por mas que nos sintamos con fuerzas y razón para llevar la mejor parte de la contienda, preferimos guardar silencio y dedicar nuestra pluma á otros objetos. En el público hay siem­pre nn buen número de personas impar­ciales que saben hacer justicia, y esas per­sonas son precisamente las que nosotros deseamos como jurado de nuestro compor­tamiento.

Esta regla que hemos seguido ya en mas de un caso, y que sentimos no haber­la seguido siempre, sufrirá hoy y solo hoy una pequeña infracción, puesto que contra nuestra costumbre, nos propone­mos contestar á un artículo comunicado que ha dado á luz el Bolttin de Medicina y Cirugía con su correspondiente nota, acerca de la suscricion <¡ue hemos tenido la honra de proponer á favor de un com­profesor desdichado. No por nosotros, por el infeliz difunto , cuyo nombre se quiere dar á entender que hemos comprometido con lo que el articulista llama escesico ce­lo , y los hombres del lioletin indiscretas provocaciones, vamos á dedicar cuatro l í­neas á tan desagradable asunto.

Nosotros hemos propuesto una suscri­cion para dar un nicho al cadáver de don Nicolás de Luna Calderón, y celebrar sus exequias de un modo decoroso. Y porqué? porque supimos que este infeliz profesor, reducido á la última miseria, habia sido

enterrado sin mortaja y sin ataúd, en la huesa común , como el mas indigente de los hombres. A no ser la tierra donde le echaron el campo Santo , su entierro hubiera sido igual al de una bestia. Esto nos hirió profundamente , nos espantó: nuestra imaginación nos presentó á un médico octogenario , á un individuo que habia hecho algo para la ciencia, que la habia cultivado, un profesor, en fin, miembro de una corporación social para la cual jamás nos parecen bastantes la con­sideración y la dignidad, y le vimos sin ataúd, sin mortaja , pobremente vestido y echado al suelo pronto á desaparecer pa­ra siempre en la noche de la eternidad. Esto nos pareció indigno de los médicos: saber que un profesor es víctima de este rigor de la suerte y no evitarlo en lo po­sible nos hubiera sido angustioso. La con­ciencia nos hubiese reconvenido por ello. En lo que permitían nuestras fuerzas, dis­pusimos que el cadáver de Calderón fuese exhumado y colocado en un nicho. Asi se hizo , y yace ya en determinado punto; donde, si algún día hay lugar á hacerle jus­ticia, se encontrará fácilmente. La eterni­dad todavía no ha tendido sobre sus restos ese velo que oculta todos los vestigios de un hombre. No le dimos ningún monu­mento suntuoso; no le elevamos ningún mausoleo; sino una modesta tumba; un ni­cho sencillo donde sus restos se encuentran separados de los demás, para que su des­graciada hija sepa dónde descansa en paz el perdido autor de sus dias, y en medio de la orfandad y abandono en que se lament i, disfrute de este placer todo nacido del co­razón y tan grato á las almas reconocidas y tiernas.

Pero este acto nos pareció que seria mas hermoso si no fuese un solo compio-fesor el que le realizase; nos pareció que debía ser obra de alguna corporación.

Que un médico cuide de que un com­profesor, c> n el cual no le ligaban mas la­zos que los de la ciencia , sea enterrado con decoro, no pasa de ser una obra bue­na que creemos honra á quien la hace! pero que sean varios comprofesores los que esto hagan , ya parece que es co­sa de corporación ; la fraternidad se ha­ce mas notoria; y el desdichado que la necesita tiene mas consuelo , porque una obra buena de un particular la facilita la suerte; una obra buena de corporación tiene mas garantía porque no es casual; todos los desdichados pueden contar con ella. Del entierro de Calderón hecho por nosotros solos, se hubiera dicho es una obra de caridad. Del entierro de Calderón hecho por un número de profesores y alumnos se dirá, es un bello acto de fra­ternidad y filantropía médica. Los m é d i ­cos saben apreciarse unos á otros; en el borde del sepulcro saben desplegar sen­timientos tiernos.

Tal lué el móvil de nuestros pasos. Una sociedad de jóvenes , filantrópica por esencia y destino, respondió , como no podia menos de esperarse, á nuestro lla­

mamiento con entusiasmo. La junta direc­tiva de la Sociedad de socorros Mutuos de alumnos médico cirujanos no solo contri­buyó con numerario, sino consagrándose celosa y ardiente á realizar la suscricion teniendo que sufrir por quien menos era de esperar, ciertos desaires, los que si no fueron bastantes para apagar su sensibili­dad, lo fueron para rasgarles algunas ilu­siones. Los resultados de la suscricion por nosotros abierta prueban que no fueron solo esos jóvenes los que supieron inter­pretarlos sentimientos que nos han anima­do en este asunto.

La Gaceta Médica, redactada por jóve­nes, se presto también. Muchos catedrá­ticos de la Facultad de Medicina, varios profesores y alumnos hicieron otro tanto. Un desgraciado profesor , obligado á bus­carse la subsistencia con otru trabajo, por serle infructuosa la carrera , contribuyó con lo que tal vez le fallo para sus peren­torias necesidades , y los practicantes del hospital general, faltos de todo, no quisie­ron pasar sin participar de esa satisfacción profunda que causa siempre el hacer una obra de caridad.

Hemos conseguido lo que deseábamos. Hoy el entierro de Calderón no es ya la obra de un solo hombre compasivo. Ej la obra de una porción de profesores qne no han querido saber si el difunto para quien se pedia un alaud y una sepultura particular, era sabio ó ignorante , si cu­raba la tisis con sangrías ó con medica­mentos : si luchó con estos ó ¡iquellos in­dividuos; si hizo ó no esposiciones; si deseó tener ó no tener empleos de 40000 rs. etc. etc., sino que, viendo un miembro déla familia médica, liarlo desconsiderada y ofendida, reducido ala miseria v arroja­do al campo Santo del modo mas indigno, se han dicho : ((honremos á este infeliz, no como se honra á una celebridad, aun que tal vez lo merecía , sino como se hon­ra á un individuo cualquiera, por poco que sus obsequios sirvan para realzar la dig­nidad de la clase á que pertenecía.»

Si esto ha sido escesivo celo, nos damos el parabién por tal esceso; si oslo es una itidisircta provocación, nos compadecemos de la sequedad de corazón del que tal cosa nos diga. Hemos querido hacer y que otros hicieran por Calderón lo que hubié­ramos hecho y estamos dispuestos á ha­cer por cualquier otro comprofesor, cuya miseria y entierro sean iguales á los de aquel médico malogrado. No hemos visto en ello á un hombre tal ni cual; no hemos visto sino á un médico infeliz enterrado de un modo indigno.

Con esto conocerá el articulista del Bo­lean cuan equivocado anduvo, suponiendo que abríamos una suscricion para levan-lar al desdichado Luna un obelisco ó una pirámide , y cuan fuera de lugar han es­tado todas sus reflexiones contra el profi­láctico de Calderón y el uso quede su des­cubrimiento habia hecho ; reflexiones que hubiera podido hacer con mas nobleza an­tes que la guadaña de la muerte liubicse

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r PERIODICO D E CIENCIAS MEDICAS. 485

paralizado la mano ó la lengua de Calde­rón. Antes de morir este desventurado profesor escribió algunos artículos en nuestro periódico, muy distantes de mere­cer ese desprecio con que nuestro colega ha tratado la pluma de un comprofesor respetable, siquiera por su memoria á na­die ingrata, y nadie se tomó la pena de rebatirle ni de decirle lo que con tanta crueldad se escribe ahora encima de su se­pulcro.

Con esto conocerá también , si la pasión no le ciega, nuestro colega el Boletín, cuan injusto ha sido en su nota, cuan poco ge­neroso se ha mostrado, tratando de hacer menos sensible la pérdida de Calderón y de retraerá los que, movidos de caridad y com­pasión , quisieron darle un ataúd y una se­pultura , con decir ó estampar que solo le conocia por su grande atrevimiento en que­rer curar la tisis con pequeñas sangrías, lo cual arruinó en Madrid su reputación médica (1) por sus artículos contra perso­nages poderosos, que nadiequeriainsertar, porsuproyeclodeladiscusion universal,por querer ser director de un periódico con 40000 rs de sueldo, y por su negativa á re­producir las esperiencias (los esperimentos diríamos nosotros los que hablamos mal el castellano y escribimos en francés) acerca de h eficacia de su preservativo contra la sífilis. No era ocasión de ofender así la me­moria de un difunto; mal sientan estos car­gos con las protestas de veneración y respe­to á los finados. Dos meses atrás Calderón hubiera contestado, y victoriosamente sin duda, sobre cada uno de esos puntos; al­gunos de ellos ya lo están en los escritos que dicho profesor publicó; los otros los contestaremos por él.

Quisiéramos que nos dijeran los hom­bres del Boletín, con qué curan ellos la ti­sis , si ha habido tiempos en que las san­grías se han proclamado como el método curativo mas eficaz, puesto que los tubér­culos se tenían por producto de la flogo­sis , si por ahí anda alguna traducción en la que las evacuaciones sanguíneas , el sis­tema de Broussais se considera como el mas a propósito contra la tisis; si hay hoy dia alguna obra de mérito en la cual se habla de las pequeñas sangrías contra la tisis en ciertos casos, como de un medio al menos igual en eficacia á otros muchos, algunos de los cuales emplearán los re­dactores del Boletín, creidos que con ellos no han de arruinar su reputación médica en Jfadrtd. Quisiéramos , en fin , que nos dijera nuestro colega cómo tomaría, si la desdicha le condujese á ser tirado como Calderón, sin ataúd ni mortaja en el hoyo común , que alguno de sus comprofesores viendo á otros dispuestos á darle esa mor­taja y ese ataúd , les dijese: dejadle á ese que curaba la tisis con pequeñas san­grías , que escribió contra la junta supre­ma etc.?

En cuanto á lo de las esperiencias de nuestro purísimo hablista , respondere­mos que Calderón hizo bien en no repro­ducirlas como las habia hecho en París. Siendo , como son , auténticos los espe­rimentos á que con noble sacrificio en fa­vor de la ciencia se sujetó, la cuestión quedó para siempre resuelta. Quien pide mas pruebas de hecho no es filósofo , no tiene lógica. Hemos llamado á nuestros adversarios á la discusión científica sobre este punto ; respóndannos con razones, con ciencia, no con chocarrerías ni vul­garidades, agenas de todo hombre que se estime, y nos encontrarán.

(1) ¿ Conque Luna tuvo reputación médica en Madrid 1 Es evidente; puesto que fué arruinada por lo de las pequeñas sangrías. Vamos!

PARTE PINTORESCA.

O b s t e t r i c i a .

DIFERENTES ESPECIES D E VERSIOH.

De la versión en general.—Esta palabra es­presa el cambio de situación que el facultativo hace sufrir al feto con objeto de poner una de sus estremidades, es decir , la cabeza ó los pies, con el orificio de la matriz; por consi­guiente hay dos especies de versión , una para obligar á descender la cabeza , y otra los pies. La versión es de necesidad ó por parte de la madre, ó por parte del niño: en cuanto á lo primero la exigen accidentes ó enfermedades de la madre; en cuantoá lo segundo,una mala situación con relación al orificio de la matriz y al estrecho superior de la pelvis; la salida prematura, la compresión, la rotura del cordón umbilical; utio ó muchos fetos contenidos en el útero y que dificultan mutuamente su sali­da. Exigen la versión, una hemorragia debida á la implantación de la placenta en el orificio de la matriz, la cesación de las contracciones del ú tero , una oblicuidad muy pronunciada de esta viscera, su descenso , su rotura etc., etc. Cuando la bolsa de las aguas está sin romper y el cuello no está bien dilatado, conviene es­perar : pero una vez desgarradas las membra­nas no se debe perder tiempo. La posición de la muger es variable según los casos, pero en general debe ocupar la de un enfermo que se va á operar de la fitotomía subpubiana.

L a operación puede tener tres tiempos: 1.° introducir la mano en el útero: 2.° ejecutar la versión del feto: 3.° verificar su estraccion. La elección de la mano no es una cosa indife­rente , pues muchas veces depende el éxito de la que se introduce. Cuando la posición es du­dosa se usa la misma mano que en las posicio­nes mas frecuentes: si se encuentran dificul­tades se varía de mano. Para las presentaciones de la cabeza y de las nalgas que no exigen la estraccion por los pies, se debe preferir la mano izquierda siempre que la parte desviada corresponda á uno de los puntos de la mitad de la pelvis; se usa la mano derecha en las inclinaciones opuestas, é indiferentemente una ú otra si la desviación tiene lugar directamen­te hacia atrás ó hacia adelante; en las presen taciones de pies ó rodillas, se maniobra con la izquierda cuando el plano posterior del feto mira el lado izquierdo del derecho; y la mano derecha en las posiciones opuestas ; cuando en las posiciones ocípito-iliaca izquierdas se van á buscar los pies se usa de la izquierda; en las presentaciones de hombros se opera con la mano del lado que se presenta. La mano se reduce á poco volumen aproximando los dedos entre s í , de modo que forme una especie de cono; en esta disposición penetra en la vagina siguiendo la dirección del eje del estrecho in ferior: para penetrar al través del cuello se

elige el momento en que no hay contracción; se desplegan los dedos para acomodarse mejor á la parte que hay en el centro, y se deslizan por entre ella y las paredes del útero; á veces hay necesidad de introducir uno tras otro loi dedos y volver á formar el cono; se tiene cui­dado de detenerse á cada dolor y de obrar en sentido del eje del estrecho superior; aquí don-de se necesita obrar con mas delicadeza, se­parando los dedos que forman el cono'. La mano que queda fuera se aplica sobre el hipo­gastrio para sostener la matriz é inclinarla hacia atrás si es necesario. Cuando la base de los dedos ha pasado, el resto de la mano entra ya sin dificultad en la cavidad uterina. Antes de ir mas adelante es necesario enterarse de las partes que se tocan, y no confundir, por ejemplo, las piernas con los brazos; reconocer dónde tienen su asiento los pies; evitando no llevar la estremidad de los dedos sobre las sutu­ras, las fontanelas, el addomen y los lados del tórax.

FIGURA 1.a

Versión en la posición occipito-iliaca izquier­da.—-En esta se debe obrar con la mano iz ­quierda, puesta en pronacion en la vagina y se desliza sobre la cara anterior del sacro pene­trando en el orificio; se abraza toda la cabeza poniendo el índice sobre la sien ó la base del parietal derecho, y los otros dedos mas ó me­nos separados se aplican sobre la cara y la sien del lado opuesto; hecho esto se lleva el borde de esta parte arriba y adelante; se le empuja hacia la fosa iliaca izquierda, favoreciendo es­te movimiento con la mano derecha, que colo­cada sobre el hipogastrio sostiene el fondo del útero y le inclina mas ó menos hacia atrás y á la derecha. E n seguida se buscan los pies, s i ­guiendo por el plano del niño directamente á las rodillas, ó bien guiándose por los muslos. Hay una maniobra que parece mas segura, y consiste en colocar sobre la oreja izquierda to­dos los dedos unos al lado de otros para que ocupen menos espacio, y haciéndoles recorrer todo el plano lateral izquierdo, deslizándose por el cuello, hombro, el pecho, hasta llegar á la nalga. A l mismo tiempo se sostiene la frente para que no caiga en el estrecho. Si los miem­bros pelvianos están en flexión natural, se pro­cura pasar la mano de plano por encima y de­trás de las nalgas, poniéndola mas y mas en pronacion: si están de otra manera, se cogen los dos, ó el que esté mas cerca del plano pos­terior de la matriz, abrazándole en su raiz con el pulgar que se coloca en la ingle, y los otros dedos puestos en la cara posterior del muslo. Cuando uno de los pies ha llegado á la vagina ó la vulva se le sujeta con un lazo para ir á buscar el otro. Cuando se han llegado á esten­der los miembros pelvianos, se coloca el índice entre ellos por encima de los maleólos, mien­tras que el pulgar y los otros dedos abrazan su cara esterna, de modo que los talones estén sobre la palma de la mano; si la cabeza opri­mida por la matriz ó mal sostenida por la ma­no , se ha aproximado demasiado al orificio, se

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ÌSO­ LA l ' A i l'I. l ' A i ) .

debe, antes de tirar de los pies y sin a !ua l i ­ñarlos, empujarlos Inicia la fosa iliaca con la eminencia thonar. En esta maniobra una po­sición izquierda de vértice se ha convertido en una directa de pies, teniendo cuidado de obrar con la mano en sémi-prbháción. Luego que han salido los muslos se averigua si el cordón es bastante largó'; y si nó lo es se tira de sti por­ción placentaria. Cuando llega el momento de estraer la cabeza, si hay dificultades, se pro­cura bajar la mandíbula con uno ó dos dedos, para procurar así la introducción del aire en los pulmones.

FIOIRA 2.a

la mano que Oliera , la cual se desli/.a sobri' ci lado esterno del mienihro pelviano quo mira al sacro, para abrazar la parte anterior de las piernas.

Versión en la posición ce falo-iliaca izquierda (dorso pubiana del hombro derecho).—Se in­troduce la mano izquierda, tomando el pulgar punto de apoyo en la liarte anterior del hombro ó en el esternón; los otros se deslizan por detrás de la escápula y el dedo pequeño permanece vuelto hacia el occipucio del niño. Se lleva la mano en semisupinacion, en supinación ó en pronacion, según que el vértice está aproxima­do á la sinfisis pubiana, al ángulo sacro-verte-brál , ó á la fosa iliaca : se levanta el hombro haciendo que el plano anterior del feto mire un poco hacia abajo, y la cabeza se lleva hacia el medio de la fosa iliaca: en seguida el pulgar se coloca al lado del índice, y se sigue la ma­niobra como en el caso anterior.

FIGURA 3.a

Posición de nalgas. También aqui se pre­fiere la mano izquierda copio en la posición de pies , siempre que el dorso esté vuelto hacia la izquierda: en la posición opuesta se emplea la derecha. Estando el niño doblado, con los muslos y las piernas contra el abdomen , si las nalgas han franqueado el orificio , ó el es­trecho inferior, se toma la ingle (pie mira ha­cia atrás con uno ó dos dedos, mientras que sobre la cara esterna de la otra se aplica el pulgar; se tira, v si seesperimenta resistencia se puede sustituir al pulgar algunos dedos de la otra mano : se alargan los miembros , y es un parto de pies. Se hace un movimiento que lleve la pelvis hacia la fosa iliaca, correspondiente á

SSCCIOK NEUTRAL.

Como lo habíanlos previsto, el coniuni-cadodel Si ' . ()la\ ide ha dado t u g a r á una con­testación, v algo violenta. Sentimos en el alma haber sido una vez condescendientes; a ti m il ido el primer comunicado, hemos tenido que admitir el segundo: pero lo declaramos desde ahora, no volveremos á admitir en nuestro periódico i i ingun c o ­municado de nadie siempre que no verse sobre asuntos ciejilílieos y siempre que haya en él personalidades y frases que las­timen el buen nombre de cualquiera de nuestros comprofesores. Nosotros quere­mos que la Facultad sea un palenque cien­tífico; no el rastro. Quédese para los que gnslan de esa miseria la triste gloria de constituirse en vehículo ó maragato de cuanto ar t ículo insolente le ocurra redac­tar á todo carác te r rencoroso y atrabil ia­rio ; nosotros no ambicionamos semejante glor ia . De semejantes polémicas no r e ­porta la profesión ventaja alguna ; quien las fomenta y protege es enemigo de la dignidad del arte.

SEÑOR R E D A C T O R D E L A F A C . I L T A D . . • .- !• - •• . i , . .» s í . c i i i j r . i n v v ,

Muy señor inio: con el mayor asombro, con la mayor sorpresa he visto en su ap eciable pe­riódico un comunicado suscrito por el Sr. Ola-vide, en el que se desfiguran los hechos en tal conformidad, que no los conocerían las personas á quienes se dirigen si no conocieran bien de cerca al que lo suscribe.

Lo estoy viendo y no me puedo convencer que haya hombres de tal desfachatez, que es­criban en un periódico tales inexactitudes, es-poniéndose á ser desmentidos con hechos que no podrá contrarestar.

Enemigo acérrimo de polémicas entre pro­fesores , no entraría en la presente á no ver un cumulo de falsedades, como las que se citan, y que merecen el desprecio de los hombres sen­satos.

En la calle de la Magdalena Baja1 esquina á la plaza de Antón Martin, vive una.señora viuda, que acostumbra á padece1-abundantes epistasis en las entradas de primavera y otoño. Esta se­ñora se vio acometida de dicha enfermedad en el p. p. mi', ieiiibre, y avisó al Sr. Olavide, quien en compañía de otro profesorde cirugía la prac­ticó los remedios que tuvieron por oportunos, mas siendo estos infructuosos avisaron al limo, señor don Bonifacio Gutiérrez, quien entre otras cosas prescribió el taponamiento de las fosas nasales; mas como este no se hiciera por el Sr. Olavide, según el arte prescribe, dispu­so dicho señor se buscara quien lo supiese ha­cer, sin especificar tal ó cual sugeto. Asi (tasa­ron cuarenta y ocho horas sin que el Sr. Olavide cuidase de tal señora , hasta que visto semejan­te abandono y que la señoru se desangraba po­co á poco , mandó se buscase de su orden á un señor tio político, don Francisco Atareos «pues para casos tales los maestros tienen oficiales.» Dicho mi señor tio no se encontraba en casa, y urgiendo sobremanera el practicarla operación me puse en marcha para hacerla, á lo que la se­ñora no accedió, y me tuve que volver Béttün hábiá ido. Varias' fueron las idas y venidas,

en busca de mi señor tio , y todas con la ÓM del señor decano de la Facultad; mas col" apir i se hallase en un parto que no podía aba!" doinir, la operación no se pudo practicar hasta el dia siguiente por la tarde, á cuva hora tan/ poco habla parecido el Sr. Olavide", y habia te­nido una entrevista mi referido señor tio co" el ilustre decano, en la que le ordenó pasaseá practicarla.

Como fuéramos de paso á hacer una visitao¿ las que no plagiamos, y deseosa in¡ persona di' adquirir conocimientos prácticos , nos persona­mos n i la habitación, y previo el mandato de mi señor tio, preparé lo^ tapones de diferentes tamaños, y .pasé a ejecutar la operaciqn.. Mas ¡cuál fué mi sorpresa al destaparla ventana de ta nariz y encontrarme con una mecha de hilas' que á manera de torcida de velón , v de la |i,n-uitud de media vara Labia sido introducida haciendo la torsión con la mano y no con | | sonda de Belloc! Creo que esta sola idea, con­vencerá á Y . , señor redactor, (pie ni el tapona­miento se verificó según se recomienda, ni I» compresión se baria en debida forma introdu­cida la mecha de la manera dicha. Por último hecho el taponamiento tal y como se debe \ conseguido cohibir el flujo, se presenta el se­ñor Vinaja, profesor de rirujía, y por dicho so-ñor supimos (pie se hallaban visitándola los di* en unión del profesor citado. Acto continuólos -sobrinos exigieron la permanencia de un prole-sor en la casa , y como el citado Sr. Vinaja il¡-gera que se hallaba ocupado en un parto y rj'ú> rio podía1, nos suplicaron que quedase el profesor (pie lo hizo.

Tales son los hechos, sin comentarios de ninguna especio, y apelo al testimonio del ilus-ti señor don Bonifacio y demás persona? de la casa, que creo no me dejarán mentir. Pnr de contado que me a Intenso de hablar de la? maneras groseras y bruscas con que trató á la paciente el Sr. Olavide, esponiéndola á ma­yores compromisos, y si se quiere hasta oca­sionar la repetición del ataque.

De todo lo dicho se deduce fácilmente; que nosotros humos Ido en virtud de orden del se­ñor de Gutiérrez; que practicamos el lapona-mieutu ignorando que existieran profesores,que como el señor Olavide, llenaran tan nial el de­ber de su ministerio; que tuvieran tan poca pericia facultativa; que no dieran una vuelta en

! tres ilias con el (dijeto de ver si el tapón seguía puesto con la debida exactitud y precisión; que si se quedó algún profesor de los que íbamos, fué porque el Sr. Vinaja no accedió á las sú­plicas (pie se le hicieron ; y por último, quesi el Sr. Olavide hubiera hecho el taponamiento tal y como se aconseja y se practica , no se hu­biera espuesto á que le fueran á enmendar la plana profesores que en ningún tiempo ni por ninguna circunstancia tienen que bajarle la cerv iz.

Bor lo demás, la moral médica puede mu; bien aprenderla el orgulloso profesor, pues ya la he estudiado por principios, lo que él nota hecho , y quizás, quizás me atreva á asegurar que rio conoce los autores que hablan de ella: y con respecto á la ley de la Junta Suprema, creo que esta no consienta (pie se dejara pere­cer á una señora, por impericia del que la apli­caba los remedios.

Creo haber contestado á los puntos que abra­za el comunicado, prometiendo no volverlo á hacer siempre que el Sr. Olavide no trate la--cosns con la altanería propia de su educacii".

Siento hayan sorprendido, como lo han he cho, esa redacción, y espero que se tómela mo­lestia de poner esta contestación franca y lea' en el número próximo de su apreciable periódi­co , A lo que les quedará, sumamente agradeció su comprofesor y S. S. Q . B . S. M .

GREGORIO U R I A R T E Y CASTELLAKOI.

Madrid 19 de diciembre de 1846.

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P E R I O D I C O D E C I E N C I A S M E D I C A S . 487

ACTOS DEL GOBIERNO.

MINISTERIO D E L A GOBERNACIÓN D E L A P E -N 1 W L A .

Sección de instrucción pública. — Negocia­do núm. 1."

Varios rectores lian hecho presente la ne­cesidad de dar mas ostensión al capítulo del re­glamento que trata de la disciplina escolástica, fijando las atribuciones respectivas de los cate­dráticos, gefes y consejos de disciplina en pun­to tan importante; y S. M . , en vista de las ob­servaciones hechas por los mismos, se lia ser­vido mandar que se guarden las disposiciones siguientes:

Articulo 1.° Los castigos á las faltas ó es-cesos que cometan los estudiantes se impon­drán por los catedráticos, el gefe del estable­cimiento ó el consejo de disciplina.

Art. 2." Corresponde á los catedráticos, decanos , rectores y directores castigar:

1. ° La desaplicación. 2. ° Los actos de inquietud y travesura. 3. ° L a falta de decoro y compostura en el

aula- ó de respeto á los gefes y catedráticos. 4. ° La insubordinación hacia los bedeles y

demás empleados. 5. " Las injurias y ofensas leves hechas á

otros estudiantes. {>.•' Las palabras deshonestas. Art. 3." Estas faltas se castigarán con las

penas siguientes: ..' 1.° Aprender de memoria , copiar ó tradu­cir cierto número de páginas de los autores que sirvan de testo.

2. " Estar de plantón en la clase , pero sin postura violenta ó ridicula.

3. " Reprensión privada por el gefe del es­tablecimiento.

í . ° Reprensión ante el claustro de cate­dráticos,- ;;,.,! , (n,l¡] ,.}¡f.)fa-jfo i.'l

;')." Encierro dentro del edificio, no pu-diendo pasar de tres dias, y siendo en paraje claro, aseado y con buena ventilación

ti." Recargo en el número de faltas, de asistencia, no pasando de cinco: esta pena no podrá imponerse cuando el recargo complete el número de faltas necesarias para perder curso.

Art. 4.° Se prohibe toda pena de golpes ó malos tratamientos El gefe ó catedrático que cometa este esceso incurre en responsahilid d, y se formará acerca de ello espediente guber­nativo, para queS. M . resuelva lo conveniente.

ArL 5.° En las reincidencias se duplicará la pena: y si aun asi no se corrigiese el alum­no, se llevará la queja al consejo de disciplina.

Art. 6.° E l gefe del establecimiento no po-, drá relevar al alumno d • la pena impuesta por el profesor; pero tendrá facultad de rebajar una tercera parte 6 conmutarla por otra iule-rior, siempre que hubiere circunstancias ate­nuantes.

Art. 7.° Cuando el gefe crea oportuno dar liarte al padre ó encargado del alumno de las faltas cometidas por él y de las penas en que hubiese incurrido, lo hará por medio de pape­leta, que un bedel entregará en propia mano á dicho padre ó encargado. Si estos no se en­contraren , quedará el alumno borrado de la matrícula.

Art. 8." Corresponde al consejo de dis­ciplina conocer de los escesos siguientes :

1. ° Los casos de tercera reincidencia de que habla el artículo 5.»

2. ° Las ofensas é injurias graves hechas á otros estudiantes.

3. ° Las palabras deshonestas, cuando sean habituales en el alumno.

4. ° Las blasfemias y ofensas á la religión. 5. ° La insubordinación hacia los catedrá­

ticos y gefes del establecimiento. 6. ° E l desacato ó resistencia á las órdenes

del gobierno y á lo prevenido en el plan de es- \ reglamentos formados para la reunión proyec­tada, y que le serán remitidos por conducto y con informe del rector ó director del establecí-" miento. La misma prohibición se impone á los estudiantes para obrar colectivamente , y pre­sentar ó publicar escritos con el mismo carác­ter. Los que contravinieren á cualquiera de estas disposiciones, no solo perderán curso, sino que no podrán ser matriculados en la misma escuela para él año siguiente; sin per­juicio también de las penas á que se hicieren acreedores, ya en el orden académico, ya en-el círculo de la jurisdieion ordinaria.

De real orden lo digo á V . S. para su inteli­gencia y efectos correspondientes. Dios guarde á V . S. muchos años. Madrid 24 de noviem­bre de 1816.—Pidal.—Señor rector déla uni­versidad de

tudios 7. " L a perturbación del orden y disciplina

escolástica. 8. ° Los motines y asonadas. Art. 9.° Las penas que podrán, imponerse

á dichos escesos son: 1. ° La amonestación pública en dia que se

confieran grados, perdiendo curso el alumno si no se presentare para eludir esta pena.

2. ° E l aumento de faltas de asistencia sin que lleguen al número necesario para perder curso.

3. " E l encierro hasta por 15 dias dentro del establecimiento.

4. ° La pérdida de los derechos de matrícula. o: u La pérdida del curso. 6. " L a espulsion del establecimiento por

uno ó mas cursos ó para siempre, publicándo­se en el Boletín oficial de instrucción pública.

7. " La prohibición de continuar sus estu­dios en ningún establecimiento del reino por uno ó mas años, haciendo la misma publi­cación.

Tanto esta pena como la anterior deberá ser confirmada por el gobierno.

Art.. .10. i Las penas impuestas, por el con­sejo de disciplina se pondrán siempre en cono­cimiento de los padres ó encargados, y se ano­tarán muy particularmente en la hoja de estudios del cursante.

Art. 11. Las mismas penas se impondrán en virtud de juicio verbal del consejo, formán­dose de las decisiones de este las correspon­dientes actas, que, firmadas por los vocales, se custodiarán para los efectos que puedan con­venir.

Art. 12. Si además de los hechos, cuya calificación y juicio definitivo se cometen al consejo ile disciplina, resultasen otros, que por su naturaleza pertenezcan á la clase de de­litos comunes, y estén por lo tanto sujetos á la acción judicial, el rector ó director, reu­niendo los datos y noticias convenientes, dará parte al juzgado ordinario para que proceda con arreglo a derecho.

Art. 13. Si ocurriese en alguna cátedra desorden grave ó desacato al profesor, y no [ludiere saberse desde luego cuáles son los pro­movedores del esceso, el catedrático suspen­derá la lección , dando parte al jefe del estable­cimiento para que adopte las medidas oportu­nas. Si el desorden se repitiese en las lecciones subsiguientes, los alumnos todos, ano señalar los culpados , perderán los derechos de matr í ­cula y el curso aquellos que en el término de 15 dias no hubieren satisfecho nuevos dere­chos, todo sin perjuicio de las medidas mas rigurosas que se juzgue conveniente adoptar contra los que notoriamente fuesen tenidos por mas díscolos ó desaplicados.

Art. 14. Si con el objeto de adelantar las vacaciones por efecto de instigaciones políticas ú otras causas graves, hubiere en los estable­cimientos públicos de enseñanza alborotos con algún carácter de generalidad., amenazando turbar el orden público, los jefes políticos, oyendo previamente al rector ó director, po­drán cerrarlos hasta tener la seguridad de que los estudiantes no se apartarán de la línea de sus deberes. En estos casos e' curso se proro-gará tantos dias cuantos sean los que la escue­la hubiere estado cerrada.

Art. 15. Se prohibe á los alumnos tomar la palabra en el aula, no siendo preguntados por el profesor. El que incurriere en esta falta sufrirá tres rayas de recargo, sin perjuicio de las demás penas á que hubiere lugar por la gravedad del eseeso. Si álgun estudiante tuvie­se dudas sobre las esplicaciones, podrá acer­carse al catedrático después de la lección, ó dirigirse á él por escrito.

Art. 10. Se prohibe igualmente á los cur­santes de una ó mas facultades formar entre sí asociación alguna, de cualquier especie que sea, sin permiso de la autoridad, la cual lo da­rá ó negará con presencia de los estatutos ó oo «oóv.íTur'H eol 'Aioijci onp el «S ,eimtfi)&: |

Sanidad Militar.

Reales órdenes.

11 de diciembre. Negando pension á doña María Josefa y doña Teresa, huérfanas del con­sultor don Buenaventura Godall.

Id. id. Concediendo cuatro meses de licen­cia para permanecer en esta corte al vice-direc­tor supernumerario, consultor efectivo, don Fernando Bastarreche.

Id. id. Negando al 2." ayudante médico, don Juan Antonio Riesgo, próroga á la licen­cia que disfruta.

15 id. Concediendo licencia para contraer matrimonio á don Lucas Coronel, facultativo del segundo batallón del regimiento infantería de Navarra.

REVISTA

D E P E R I O D I C O S N A C I O N A L E S

Instituto médico de e m u l a c i ó n .

SESION L I T E R A R I A Y PUBLICA D E L 25 D E N O ­VIEMBRE DE 1846.

Presidencia del Sr. Calvo.

Abierta á las ocho continuó el Sr. Martínez su discurso , presentándolo escrito en forma de memoria, y después de haber dado en la sesión anterior la historia de la enfermedad desde la mas remota antigüedad, y resuelto varias cuestiones difíciles pertenecientes á di­cho objeto , trató en esta de la monomanía ho­micida, suicida y demás, concluyendo su me­moria con las proposiciones siguientes:

1. a E l estado de las visceras puede dar lu­gar á cambios intelectuales, independientes de una afecion primitiva del cerebro , como lo prueban las autopsias de los mismos locos, el cambio moral-á consecuencia de las enfer­medades hipocondría , histerismo, tisis y apo-plegia.

2. a Las alucinaciones son enfermedades del juicio , dependientes de la influencia de las opiniones é ideas , y por consiguiente una lo­cura del entendimiento.

3. a Las ilusiones de los sentidos son locu­ra de la imaginación , y mientras no se Cam­bie el estado de las sensaciones, ó mejor de los sentidos , no se puede corregir el juicio.

4. a Las monomanías son muy limitadas.y no deben considerarse como tales las que se deciden ó producen por pasiones populares, y las que aparecen sin delirio.

5. a L a locura es una enfermedad orgánica material, y no un cambio del principio psico­lógico.

6. a E l tratamiento debe ser fisico-moral, científicamente combinado.

y i

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Quedó pendiente la discusión, debiendo usar la palabra el señor Ataide en la sesión próxima, levantándose esta á las nueve y me­dia.—José Mondejar, secretario.

REVISTA

D E HOSPITALES ESTRANGEROS.

H o t e l D i e u .

L A F A C U L T A D .

te con la aplicación del linimento olea-calcáreo y encima algodón en rama, como si se tratase de una herida ordinaria.

Mordedura de la víbora curada con el amo­niaco.—Un célebre anatómico de París ha sido mordido por este reptil haciendo esperimentos con él. Se cauterizó al instante con el amonia­co, se puso una fuerte ligadura mas arriba de la mordedura, usó del amoniaco en bebidas y en fricciones; se hinchó todo el brazo, luego tuvo grandes sudores , la tumefacción bajó, y á los cuatro dias estaba curado casi del todo.

~~\ tenidos de esta operación. Ha hecho 266 apli­caciones de su método, y ha obtenido 259 cu! raciones; la mayor parte de los enfermos eran ancianos; solo habia 5 niños. De 79 calcule-jo» que reclamaron sus cuidados y que no estabaa en condiciones favorables para la litotricia su-frieron 28 la talla, y se salvaron 17; los otros han conservado su piedra, y la mayor parte han sucumbido á consecuencia de los progresos ó complicaciones de la enfermedad.

De la gastrotomia. M. Sedillot remite un» memoria sobre este asunto, manifestando loi esperimentos que ha hecho para asegurarse de si la nutrición se alteraba en la gastrotomia-con este objeto ha disminuido la cantidad de' alimentos inyectados en el estómago de un perro que hacia cuatro meses alimentaba por tu boca estomacal, y el animal se fué demacran-do; pero aumentada de nuevo la cantidad de alimentos volvió á recobrar exactamente sus perdidas; por lo tanto, la nutrición se \critica de una manera completa y sin obstáculo.

Elementos característicos del tequio fíbro

(dástico. Según una memoria de M. M. Car­os Robin y Marcha!, este tegido comprende el

glóbulo übro plástico, y la libra libro plástica. El glóbulo se compone de una masa pálida, es­férica ú ovoidea de 15 milímetros de diámetro, de un núcleo oval, pocas veces redondo, también pálido, fácil de distinguir por sus contornos, ue son muy marcados, negros, regulares 6 entados, con nucieolillofl de uno á cuatro. La

libra es alargada, fusiforme, de tres á cuatro milímetros de longitud con un núcleo siempre colocado al nivel de su parte abultada, y suele contener uno ó cuatro granulitos mas linos que los núcleos.

El elemento libro plástico se halla en los tu­mores siguientes: en los blandos, rojos y vas­culares de la conjuntiva; en los fibrosos sim­ples del pecho; en los del tegido celular subcutáneo de los miembros, délos intersti­cios musculares; en los tumores fibrososadhe-rentes al periostio, en los fungus de la dura­madre; en los condilomas y en algunos otro». La memoria termina por estas conclusiones: Hay dos elementos anátomo-patológicos; el homaeomorfo, y el heteromorfo; estos últimol, ó son producto de una alteración local, ó ge­neral de la nutrición; en ellos jamás hay célu­la al rededor del núcleo: la induración escir-rosa está formada casi en totalidad de elementos l i b r o plásticos.

VARIEDADES.

El día 19 del corriente á la una de la tarde se verificó públicamente en la Faoultad de me­dicina de esta corte la oposición para la adju­dicación de dos grados de licenciado en medi­cina , que según se anunció en la Gacela de 25 de octubre último, debían disputarse entre los alumnos mas sobresalientes. Componían el tri­bunal el limo. Sr. decano presidente: D. José María López, D. José Lorenzo Pérez, D. Juan l»i uní. nt y D. Joaquín Hisern.

Este acto se verificó con cuantos requisitos marca el reglamento, habiendo merecido por unanimidad el pirmer grado D. José Fernan­dez Vilches, natural de Alcaudete, provincia de Jaén, alumno interno de dicha Facultad , y «' segundo D. Nicolás de Avila y Toro, por cua­tro votos contra uno.

En la clínica deM. Blaudin se ha presentado un sugeto con dolores y debilidad en la pierna derecha á consecuencia de grandes ejercicios; el dolor y la tumefacción seguían la dirección de los vasos hasta la ingle; á los pocos días todo el miembro se presentó con un edema considerable acompañado de sensibilidad pero no de rubicundez de la piel. Se tuvo la enfer­medad en vista de estos fenómenos por una flebitis espontánea de la vena-femoral, pero de la que Cruvellier llama adesiva , es decir, que no produce pus, y por consiguiente la menos grave ie todas. Las sanguijuelas, las cataplas­mas , los ligeros purgantes, y además las fric­ciones mercuriales produgeron la curación.

C l í n i c a d e M . R o s t a n .

Una joven atacada de un hipo histérico per­tinaz ha sido curada por la compresión en el epigastrio, ejercida á beneficio de una pelota sostenida con un resorte y un vendaje. La en­ferma que no se habia podido curar con nin­gún medio, que no podia comer ni dormir, y que estaba muy demacrada, recobró su salud y se vio curada como por encanto.

Cuerpos estraños hallados en la región su­blingual.—El doctor Stanski, operando en la región sublingual para estraer un presunto cálculo, estrajo un cuerpo duro, blanco, redon­deado y algo liso; al dia siguiente reconocien­do el fondo de la herida se vio y se estrajo otro cuerpo también duro y alargado, que se reco­noció ser una pequeña muela; entonces se examinó el primer cuerpo y se vio que era un diente , y sin embargo, el enfermo tenia todos sus dientes.

Retención de orina intermitente curada con el sulfato de quinina.—Un enfermo ha sido ob­servado por M. Thys, afectado de retención de orina, que empezó por escalofríos, síntomas febriles, dolores en el bajo vientre y algunos otros fenómenos generales; se creyó que seria una inflamación de la vejiga, y se sondó al en­fermo sometiéndole á un plan anti-flogístico; hubo un calor en la piel seguido de un sudor copioso, y quedaron remitidos los síntomas y quitada la retención; pero á los cinco dias todo se volvió á reproducir. Vuelve el mismo trata­miento á emplearse y cede la enfermedad; pero se presentó de nuevo. Envista de esto se usó la copaiba, la tintura de cantáridas, pero sin embargo, la enfermedad seguía apareciendo y desapareciendo con periodicidad. Entonces se empleó el sulfato de quinina; después el coci­miento de quina y valeriana, y todo quedó cu­rado.

Una muger en quien los sinapismos habian producido una fuerte vesicación que no cedia ni alas cataplasmas emolientes, ni al cerato de Saturno ni á otros medios, curó rápidamen-

RE VISTA

D E SOCIEDADES ESTRANGERAS.

A c a d e m i a d e c i e n c i a » d e I » a r i » ,

Sobre muchas reacciones químicas que inte­resan á la higiene pública de las ciudades po­pulosas. Sobre este asunto ha presentado M. Chevreu una memoria cuyo resumen es como sigue: En todas partes donde hay aguas priva­das del contacto del aire con sulfatos alcalinos y ciertas materias orgánicas, hay formación de un sulfuro; de lo cual deduce la infección de algunas aguas de París que contienen sul­fato de cal, y lo mismo las encerradas en to­neles de encina para uso de los marineros etc. De la alteración de las materias orgánicas y de su acumulación en el suelo de ciudades gran-des, se infiere la causa de su insalubridad, y aun de la infección que este suelo y las aguas de los pozos pueden manifestar al cabo de cierto tiempo. Según esto, los restos de ani­males sepultados en la tierra, las materias que se desprenden de las letrinas, las orinas ver­tidas en la via pública, las materias orgánicas que de nuestras habitaciones van al suelo, las materias en estado líquido que se escapan de los conductos de gases, véase el origen de las materias orgánicas alterables que tienden á establecer la insalubridad y la infección en las capas terrestres donde penetran; añadamos á esto la formación de los azoatos de potasa, de magnesia, y sobre todo deca í ; y tendremos cuerpos que con las materias orgánicas produ­cirán efectos de insalubridad y de infección, que sin ellos no tendrían lugar; sobre todo el sulfato de cal es de influencias mas perjudicia­les en las aguas.

El autor habla de los medios preventivos de salubridad sin añadir nada nuevo: entre los medios para combatir la insalubridad ya desar­rollada, recomienda la acumulación de oxígeno atmosférico y de luz donde haya materias or­gánicas susceptibles de descomponerse: la construcción de pozos en gran número, y co­locados de modo que el agua se renueve con frecuencia: el establecimiento de arbolado que se apodera para su crecimiento de las materias que causan la insalubridad.

Influencia de la sal sobre la nutrición. El químico Boussingault ha hecho varios esperi­mentos que le conducen á creer que la sal to­mada en gran cantidad en los alimentos no au­menta el peso del individuo que la usa; que sí desarrolla el apetito, y por consiguiente los que la tomen en abundancia comerán mas; y asi es como esplica su influencia sobre la nutrición que es como se indirecta.

Jithotrkia. M. Civiale dirige una nota á la / ¿ademia, en la que espone los resultados ob-

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10 i l 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 a s 89 CO 61 62 63 64 G5

Bartolomé Obrador de 1 á 40 Joaquin Hysern. , 41 80 Juan Pou 81 120 Juan Drumen 121 160 Domingo Pérez Gallego 161 200 Manuel Giménez 201 240 Biblioteca de la Facultad de Madrid. 241 280 Acad. de medicina de Valladolid. . 281 320 Sres. del Ateneo 321 360 Academia Quirúrgica 361 400 José Bernardo Alonso 401 440 José Alegría 441 480 Faustino Antoñano 481 520 Haiinni Antonio Armada 521 560 José Arenas 561 600 Antonio Amart 601 640 Plácido Alvarez Builla 641 680 José Requé 681 720 Pedro de Arostegui.. . . . . . . . 721 760 Francisco Atareos 761 800 José Arribas 801 840 José Aguirre de Aguirre 841 880 José Asaña y Navarro 881 920 Angel Andrés 921 960 Dámaso Aguado 901 1000 José Alegre 1001 1040 Joaquin Amuátcgui 1041 1080 Vicente de Abajo Chalrasca. . . . 1081 1120 José Kamon de Arzuaga 1121 1160 Diego Aulló y Tomás 1161 1200 Hilario Antón 1201 1240 Juan Antonio Alonso., 1241 1280 Miguel Ardesin 1281 1320 Juan Amich 1321 1360 Santiago Arratia 1361 1400 Jacinto Arredondo 1401 1440 Agustín Andreu y Sabater 1441 1480 Eugenio Alar 1481 1520 Giués Amorós 1521 1560 Luis Alonso 1561 1600 Domingo Agustí 1601 1640 Antonio Arpón 1641 1680 José Manuel Aguilar 1681 1720 Francisco Aliz . 1721 1760 Escolástico Aparicio 1761 1800 J o s é A l e g r e t 1801 1840 Ramón Alvarez Lorenzana 1841 1880 Estevan de Arci 1881 1920 Roque Benito Aguirre 1921 1960 Saturio Andrés 1961 2000 Ignacio Amellér 2001 2040 Patricio Alonso 2041 2080 Ramón Alies 2081 2120 Juan Antonio Abarcón 2121 2160 Aniceto de Arandia 2161 2200 Ildefonso de Balsa 2201 2240 Raimundo de las Ballinas 2241 2280 Ramón Barbolla 2281 2320 Pascual Vareta 2321 2360 José de Boluniburo 2361 2400 Manuel Benito y Ortiz 2401 2440 Pedro Bravo 2441 2480 Joaquin Bochs 2481 2520 llamón Barriuzo 2521 2560 José Bermejo 2561 2600

66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99

100 101 102 103 104 105 106 107 108 109 110 111 112 113 114 115 116 117 118 119 120 121 122 123 124 125 126 127 128 129 130

Angel Bercero. . . Fernando del Busto.

Anastasio Caballero Tomás Corral

N .

Francisco de Calera.

Antonio del Campo y Llanos.

Simon

2601 2640 2641 2680 2681 2720 2721 2760 2761 2800 2801 2840 2841 2880 2881 2920 2921 2960 2961 3000 3001 3040 3041 3080 3081 3120 3121 3160 3161 3200 3201 3240 3241 3280 3281 3320 3321 3360 3361 3400 3401 3440 3441 3480 3481 3520 3521 3560 3561 3600 3601 3640 3641 3680 3681 3720 3721 3760 3761 3800 3801 3840 3841 3880 3881 3920 3921 3960 3961 4000 4001 4040 4041 4080 4081 4120 4121 4160 4161 4200 4201 4240 4241 4280 4281 4320 4321 4360 4361 4400 4401 4440 4441 4480 4481 4520 4521 4560 4561 4600 4601 4640 4641 4680 4681 4720 4721 4760 4761 4800 4801 4840 4841 4880 4881 4920 4921 4960 4961 5000 5001 5040 5041 5080 5081 5120 5121 5160 5161 5200

Page 8: lili !!• LA FACULTAD. - Biblioteca Virtual de Andalucía

490 L A F A C U L T A D .

131 132 133 134 135 130 137 13S 139 140 141 142 143 144 145 146 147 148 149 150 l a i 152 I M O

154 l o o 156 157 158 159 160 161 162 103 164 165

166 167 168 169 170 171 172 173

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Pedro Cano 520J f ™ , Joaquin Capdevila ^82?f T*on Gabriel l lamón Carrion 5281 » ¿ r j Narciso Cátala 532 5360 Domingo Cano 5361 5400 Francisco Cátala 5401 5440 José Corbella B # l » 4 8 0 Joaquin Maria Cano ggj JgJ Bartolomé Cearrote 5 j - 1 a £¡>" JoséCirugeda 5561 JfSX José Casals.. 560 B¿£0 Antonio Conesa 5641 5,680 Santiago Cardenal • • 568 5720 José Camacho 5721 5760 Andrés de las Cuevas 5761 o800 Ramon Coll 5801 5840 Narciso Coderch. . . . . . . . . 5841 5S.S0 Vicente Caries 5881 5920 Luis Carrasco y Vazquez 5921 5960 José Cisternas 5961 6000 Tomas Coli v Malas G001 60*0 JuanCarpena 6011 6080 José Coli 6081 6120 Nicolás Carrion 0121 6160 Joaquin Cirera 6161 6200 Soleriano de Diego , 6201 6240 Julian Deleito 6241 6280 Francisco Delgado. . 02SI 6320 Antonio Dieguez. . 6321 6360 Carlos Deulzurrun 6361 6400 Domingo Delgrás 6401 6*40 José Derromocea 6441 6480 Agapito Diaz Lopez. 64S1 6520 Rafael Diaz Lizana 6521 6560 Sr. Director del Hospital de S. Juan

de Dios de Granada 6561 6600 Ramon Duran 6601 6p40 Antonio Domas 6641 60X0 Rafael Díaz. 6681 (¡720 Andres Dayesten 6721 6760 Nicolás Dana • • 6761 68Ò0 Nicolás Dato Rosiqui OSO I OS i0 Pedro Duque 6841 6880 Sr. Decano de la Facultad de Medi­

cina de Cadiz • 6881 6920 José Ramon de Eguía 0921 0900 Eugenio España . 0 9 0 1 7000 Pedro Espiga 7001 7040 Benito Elices , • 7041 7080 José Escalona 7081 7120 Felipe Esquerra 7121 7160 José de Erostarve. . . . . . . . 7161 7200 Andrés Evangelista 7201 72 Í0 Joaquin Enei-o 7241 7280 Julian Antonio Espiga 7281 7320 JuanEsteves 7321 7360 Pedro Estivili 7361 7400 Antonio Fernandez. . . . . . . 7401 7440 Ramon Fernandez. 7441 7480 JuanFourquet • • 7481 7520 Nicolás Frago y Villa. . . . . . 7521 7560

190 191 192 193 194 195 i 96 197 198 199 200 201 202 203 204 205 20(¡ 207 208 209 210 211 212 213 214 215 216 217 21S 219 220 221 222 22:; 224 22.. 226 227 22S 229 230 231 232 233 23 í 23:; 236 237 238 239 240 241 242 253 244 245 246 247 248 249 250

Andres Fernandez . 7561 Francisco Fajardo 7601 Cayetano Figarola 7641 Ulpiano Fernandez. . . . . . . . 7681 Nicolás Fernandez 7721 Antonio Fernandez 7761 Roque Fernandez Arroyo 78Ò1 Jesus Fernandez 7841 Lorenzo Fernandez 7881 Facundo de la Fuente 7921 José Fernandez 7961 Francisco Folcii. . 8001 Mariano F"ranco 8041 Francisco Ferriz 8081 Joaquin Font S121 Juan Francas S l(¡ 1 Furtian Fen 8201 Francisco Javier Forn. . . . . . . S2 i l Tomás Fornaguera 8281 Antonio Framis 8321 Antonio Forluny y Romero. . . . 8361 Pedro Gonzalez Velasco 8i(ll Juan José Gonzalez S i i I José García. . Sí-Nl Juan Martin Garcia Escalonilla. . . SJ21 José Eduardo Garcia 8561 Antonio de Gainez 8601 Francisco Gomez Monge 86 î I Toribio Gâallar 8681 Cándido García Cierra 8721 Angel Gaitero S7(il Manuel García Malicíanos 8801 Isidro Gutierrez y Diego SSV1 Francisco Guillen 8881 José Galvache 8921 José Gil v Andrés 8961 Eustaquio Goizueta 9001 Ramon Guerra. 90 í l Francisco Gonzalez 90s I Francisco Garcia. 9121 Miguel Gonzalez Sarmiento. . . . 9101 Pedro Gomez Bernal 9201 Francisco Gonzalez Conde. . . . 92il Ramon Giménez 92S | Narciso García. . 9321 José Giraldo Rergás. . . . . . . 93l>l Manuel Gonzalez Alonso 9401 Ambrosio García 9141 Pedro Gutierrez Escolar 9481 Manuel Garrido 9">21 Siro Guzman 9561 Pedro Gimeno 9601 Bernardino María García 9641 Joaquin María Gomez 9681 José Giménez de Bagues 9721 Benito María Gomez 9761 Santiago Gomez 9801 Mariano Gaspar 9841 Manuel Giménez 9881 Antonio García Solís 9921 Antonio Guillen Flores 9961

7600 7(140 7080 7720 7700 7800 7810 7NN0 7920 79G0 8000 8Ô40 8080 8120 81 IÍII

8200 8240 8280 S320 8360 sino 8140 8480 8620 8500 8000 8040 8080 8720 STliU 8800 8840 8880 8920 8000 9000 9040 908O 9120 91 OH 920(1 0240 9280 9320 9300 9 MIO 9440 9480 9520

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PONTOS DE SUSCRICION. Se admiten suscriciones por menos de un a ñ o , y el pago podrá hacerse todos los meses á razón de 6 rs. en Madrid . y P mestres en provincia á razón de 7 rs. al mes. Los míe adelantasen el pago de un semestre , solo pagarán en Madrid 3 i rs., y en provincia 40. Los que afleian el ano entero , pagarán en Madrid 66 rs. y en provincia 78.-E1 año de suscricion empezó en octubre de 1845, y terminará en setiembre de 1846. Para los pn_ grandes se admitirán suscriciones en cualquiera mes y dia, bajo la condición de satisfacer en el acto, ademas del mes corriente el valor correspondiente ai os i {

trascurridos del ano, como si. la suscricion se hubiese hecho en 1.» de octubre. Esta últ ima clase de suseritores no recibirá los números del periódico amen la fecha de la suscricion, sino en el caso detenerlos sobrantes la Empresa.-Hoy los hay sobrantes desde el primer número inclusivc.-El susentor que dejase uc r g a m ^ ^ c S ^ 0 Í > . r , C

I , Í L ^ l b . i r c l P e r " i d i c ° . no entrará en suerte para los premios hasta que se satisfaga lo que hubiese dejado de pagar pn rfer(o¿»

PUNTOS DE SUSCRICION. M A D R I D . — En la iMmÓM&a •• n„L„;,^ L\ „„, , /„/; , .„ /nii* He Atne.h» n ú m e r o tlfi. cuarto nrincinal de la izquierda.-i <>«". ,_ M A D R I D . En la Dirección y Redacción del periódico , calle de Atocha , número t*6, cuarto principal de la i/.qu, t . . .-. - . . lo Facultad de medicina fantes Colegio de San Carlos).-Monier, Carrera de San Gerón imo .—Por te r ía de la Facultad de Farmacia—/

A?'o6ít"7P„r¡a,>-maceutieo de García, calle de Atocha , número 5W.-.p BoviNClAí.-Barcelória, Sauri, calle Ancha. - Cádiz, librería tk Voseh, calle de la Verónica. -Valencia, areu, tarmacéut ico . - -Sant iago, Portería de la Vnivorsidad.—En las librerías principales y administraciones de Correos. C o r r c 0 (

En cualquier punto de la Península que se desee el periódico, se recibirá á domicilio, remitiendo á favor del director, franca de porte, una libranza contrae por ei valor de un trimestre, semestre, ó de la suscricion de un a ñ o , según lo arriba cspucsto.-No se admiten cartas no franqueadas. —

Madrid. Í B Í G . - I m p . de DUCAZCAI-