Loiolaetxea. Memoria 2011 (castellano)

MEMORIA 2011“Loiolaetxea, un proyecto para

la inclusión social desde las comunidades de solidaridad”.

3LOIOLA ETXEA 2011

¿Dónde estamos?

Calzada Vieja de Ategorrieta 34San Sebastián – DonostiaTel. 943 285 676Fax 943 270 725loiolaetxea @hotmail.comwww.loiolaetxea.org

ÍNDICE

Carta de Bienvenida 04Presentación: “Loiolaetxea, un proyecto para la inclusión social desde las comunidades de solidaridad” 082011 en cifras: • Memoria de las Áreas de Convivencia e Intervención 16• Memoria del Área de Incidencia 24• Memoria de la Dimensión de Inspiración – Espiritualidad 28• Memoria de Recursos Económicos y Humanos 35

4 LOIOLA ETXEA 2011 5LOIOLA ETXEA 2011

Carta de bienvenida

Manu Arrue, SJDirector de Loiolaetxea

Queremos recoger en estas líneas que en los tiempos que corren hoy, la vida sigue siendo más fuerte que la muerte, que el crecimiento del bosque hace menos ruido que un árbol que se cae. Y que las per-sonas que las solidaridades que se tejen y las personas que pelean su vida, tienen más dinamismo que el egoísmo presente en nuestras vidas.

No podemos ocultar tampoco esa otra parte de la realidad que des-truye la fraternidad: recortes sociales, no asistencia médica para los inmigrantes y para quienes no cotizan a la seguridad social, las faltas de solidaridad institucional de cooperación al desarrollo: del 0.42 al 0,24; los sueldos de espanto para ejecutivos y … vivimos en ese equi-librio inestable, y muchos quedan en el camino, recogidos por el Dios de la vida. Y otros siguen en la arriesgada lucha para la vida rebrote.

Loiolaetxea nos situamos en este dinamismo de vida social y en la vida de la propia comunidad de Le por la presencia variada y mul-ticolor de hombres y mujeres, musulmanes y cristianos-as, laicos-as y religiosos-as, privados-as de libertad y libres, con arraigo social y sin él, procedentes de aquí o de allí,... y ello con un equipo de volun-tarios cada vez con más deseos de aprender y situarse mejor en el proyecto.

Este año en especial, porque además de lo que teníamos entre manos, se ha afianzado otra unidad convivencial de familias y co-munidades religiosas que consiste en varias posibilidades: acoger a personas, por dos meses por ejemplo, en sus casas hasta que consiga un alojamiento más definitivo, ser una referencia con la que comer semanalmente o ayudar en trámites de empadronamientos, contratos…

Hemos seguido estableciendo relaciones con otros proyectos comuni-tarios de jesuitas, ejemplo con las comunidades de Uretamendi, Duran-go, Tudela…y con otros más lejanos: Pueblos Unidos en Madrid, tam-bién en Girona, ó con la Casina Asturias, … o con otros que se quieren formar en Irlanda o en EEUU. Y queremos recoger la labor callada de tantas comunidades y familias acogedoras, de los que apenas se conoce, pero están labrando una callada fraternidad.

Y por fin nos situamos Loiolaetxea, en los cambios más estructurales que está efectuando la Compañía de Jesús para situarse en el tiempo presente, plataformas apostólicas locales. Y también en los cambios que está dando Sargi, asociación de la mayoría de los grupos socia-les de Gipuzkoa y Hedatzen, la patronal de dichas asociaciones sin ánimo de lucro.


Es la ocasión de agradecer a quienes han hecho posible esa vida, los-as que deciden vivir una vida nueva al salir de la prisión o de la calle, los-as que han optado permanentemente por vivir y/o trabajar en una comunidad, los-as voluntarios que han decidido poner en jue-go una parte importante de su vida.... y dar gracias a Dios que sigue dando vida a todo el que se coloca en su sintonía.

También es el tiempo de agradecer a todos-as aquellos-as que calla-damente, bien sea como personas, familias, comunidades religiosas, grupos sociales o de Iglesia hacen posible que la vida sea vida, que se pueda soñar con que este mundo se parezca a la familia humana que estamos llamaos a ser poniendo nuestro granito de arena de acogida y nuestras actitudes de verdad y misericordia, al servicio de quienes más lo necesitan.

Un infinito agradecimiento también a las instituciones públicas: Dipu-tación Foral de Gipuzkoa, al Gobierno Vasco y cómo no al apoyo in-condicional de la Compañía de Jesús, con los que podemos conseguir que la solidaridad se afiance en proyectos de vida concretos a través de los apoyos económicos, materiales y de personal recibidos.

También es el momento de parar a los que juegan con las finanzas y los mercados y la especulación haciendo la vida imposible para

tantos. Y es la hora de motivar a tantos otros, la mayoría silenciosa, con el ejemplo y la palabra para que salgamos de nuestros intereses mezquinos que hacen que las situaciones permanezcan invariables a pesar de tantos buenos deseos de tantas personas. Y por supuesto es la hora de sumarnos a tantos grupos inquietos que nos despiertan la esperanza como los que han aparecido esta primavera en nuestros entornos.

Para aquellos que sueñen sueños de fraternidad, de la mesa com-partida entre diferentes y estén dispuestos a poner esos sueños en práctica, nuestra casa modestamente quiere ser una aportación y una pequeña referencia. La Vida tiene la última palabra.


Presentación

“Loiolaetxea, un proyecto para la inclusión social desde las comunidades de solidaridad”

Loiolaetxea somos una propuesta comunitaria de presencia alternati-va en la sociedad, donde se trabaja la integración con el objetivo de impulsar una sociedad inclusiva.

Somos un espacio comprometido con la apuesta por la inclusión de personas y colectivos en situación de exclusión social severa prefe-rencialmente en Gipuzkoa, ofrecemos una experiencia de acogida y acompañamiento mutuo, donde también se pretende visualizar las causas justas que los protagonistas de nuestro proyecto aportan a la humanización del conjunto de nuestra sociedad y aportamos un diálogo creativo con una realidad que es cambiante, por la que nos sentimos convocados.

Estamos convencidos de que la integración social pasa por la auto-nomía afectiva y personal, y por ellos queremos que nuestra vida institucional y comunitaria se reconozca como una fraternidad humana entre personas con distintas experiencias humanas y espirituales pero donde todas se sientan acogidas, acompañadas y respetadas en sus procesos vitales.

Es por esto que Loiolaetxea nos sentimos llamados a mostrar profética-mente las posibilidades que otros modelos sociales de inclusión y de lucha contra la exclusión son posible. Para ello intentamos tener como

referencia un “nuevo estar en familia” y establecer cauces de acogida y acompañamiento de personas e instituciones que están en proceso de búsqueda y de formulación de proyectos de vida inclusivos.

Loiolaetxea somos un proyecto residencial donde convivimos un grupo de personas dentro de un estilo y experiencia de vida que a unos permite afrontar sus heridas personales y entrar en una inserción so-ciolaboral, favoreciendo una estabilidad emocional y una autonomía personal, y a otros posibilita una transformación personal en línea de un corazón incluyente. La dinámica relacional que une a todos los que participamos de la experiencia de Loiolaetxea es el acompañamien-to mutuo, en diferente grado, estilo y orientación, pero con una lógica compartida de solidaridad.


La principal riqueza y recurso con el que contamos en Loiolaetxea son las personas que la componemos, constatándose la inmensa potencia-lidad de lo que cada uno puede aportar. Los instrumentos que a lo largo de estos años han ido haciendo de Loiolaetxea una Comunidad de Solidaridad abierta e inclusiva son el acompañamiento, la formación, la gestión positiva de la diversidad, la potencialidad de lo grupal y la corresponsabilidad del colectivo, y la presencia de una comunidad de base estable que permite hacer emerger sus potencialidades al máximo.

Loiolaetxea es un proyecto impulsado por la Compañía de Jesús, en la Provincia de Loyola, con la que comparte su misión de trabajar por “una justicia que brota de la fe”. Es por esto que reconocemos que Loiolaetxea aporta una espiritualidad de la inclusión que parte desde una experiencia vivida de muy diferentes maneras donde se vive la plausibilidad de la lectura y el compromiso creyente con la realidad, una lectura y un compromiso que son capaces de dialogar, reflexionar y transformar la realidad.

Así mismo, en Loiolaetxea aspiramos a ser parte activa de una red de solidaridad que denuncia situaciones de injusticia e impulsa alternati-vas y proyectos para superar la exclusión social y favorecer la inclusión de las personas empobrecidas de nuestra sociedad.

Es por esto que en este proceso creemos fundamental establecer tres Áreas Operativas de Trabajo (Convivencia, Intervención e Incidencia) que se encuentran interrelacionadas transversalmente dentro de una Dimensión Básica de Referencia (la Inspiración – Espiritualidad).

ÁREA OPERATIVA DE CONVIVENCIA

Loiolaetxea quiere ser ese contexto humano, social y cultural donde renazcan o se recuperen las referencias vitales y familiares de las per-sonas en riesgo o situación de exclusión que se acercan a ella, relacio-nes que muchas veces no se han tenido, o que se han perdido a lo largo de los distintos procesos personales.

En esta pretensión, Loiolaetxea no se configura como un albergue o una pensión, sino como un hogar, donde además de compartir los espacios físicos hay la pretensión de recrear los lazos de una familia, donde cuidamos y respondemos unos de otros.

Cuando a un compañero le preguntaban qué le aportaba el vivir en esta comunidad decía: “yo sé que cuando llego a casa hay alguien que me espera”. Es por esto que creemos que la mejor aportación que en Loiolaetxea podemos hacer para con nuestros compañeros / as, es que se sientan aceptados y queridos como son.

Loiolaetxea quiere impulsar relaciones horizontales, de igual a igual. En este sentido, es una comunidad que es emancipatoria, porque per-mite adquirir mayor autoestima, llegando a reconocernos dignos para uno mismo y los demás. Permite crecer en humanidad.

ÁREA DE OPERATIVA DE INTERVENCIÓN

La Comunidad de Acogida ayuda, pero es la decisión personal de cada uno de los miembros la que emancipa. Por eso, acompaña-mos a que cada uno haga su proceso personal, que reconfigure la vida en diversos aspectos (psicológico, relacional y trascendental),


tomando a la persona en su totalidad, y así adquiera tanto la posibi-lidad de una completa autonomía como la posibilidad de establecer relaciones de verdad con los demás.

Este proceso, donde cada uno va tomando la decisión de crecer como persona, es acompañado de manera profesional por personas con-tratadas / liberadas y se realiza en tres programas:

a. Programa de valoración

Se realiza bien en el centro penitenciario de Martutene, con acompañamiento personal o grupal 2 veces por semana, para prepararse para vivir en Loiolaetxea; o bien a través de la deri-vación de la Diputación Foral de Gipuzkoa, para lo que tanto de una forma como de la otra, la dinámica relacional que se establece permite corroborar la idoneidad de Loiolaetxea como proyecto fa-cilitador del proceso de la persona interesada.

b. Programa residencial

Un período temporal variable que suele ser en torno a un año, y en el que se realiza un proceso en las diferentes facetas de la persona, que le permitan una competencia no sólo laboral o eco-nómica sino también relacional, emocional y psicológica que le po-sibiliten una posteior emancipación.

c. Programa de transición

Una vez llegado a este momento se hace una valoración general de los objetivos planteados, los alcanzados, los no conseguidos y los que aún quedan pendientes. Y a partir de esta valoración se daría una propuesta de transición individualizada. Se pueden dar diversidad de casos, en función de las capacidades y limitaciones de cada persona.

ÁREA OPERATIVA DE INCIDENCIA

La sociedad en la que vivimos es muchas veces como un tren desbo-cado que va dejando en la cuneta a los que no pueden agarrase

al vagón: así van quedando muchas personas sin techo, sin trabajo, sin papeles, sin afecto,… además las consideramos como “los desper-dicios, las heces sociales” y las despreciamos. Pero son precisamente esas personas, quienes tienen una dimensión fundamental que aportar a esta sociedad: decirnos que algo va muy mal y que la solución para toda la sociedad pasa por un cambio importante en la manera de vivir, no sólo de ellos, sino de nosotros también. Estas

personas nos impulsan a buscar un modo de vida que no produzca estas deshumanizaciones, y fomentar unas prácticas sociales que permitan recuperar lo excluido y despreciado y crear dinámicas de inclusión.

Para ello, queremos construir una cultura de justicia conjunta y es lo que nos lleva a participar junto con otras asociaciones y grupos, de re-des, plataformas e iniciativas que impulsan causas justas y humanizan al conjunto de nuestra sociedad.

En este sentido también reconocemos una responsabilidad social de cara a formar una ciudadanía crítica y emancipatoria, para lo que


hacemos uso de los medios de comunicación social, o mediante la colaboración con instituciones académicas.

Buscamos también una expansión de Loiolaetxea. Pero no una ex-pansión en cuanto a extensión, sino en cuanto a profundidad. Así nos vamos complementando con otros proyectos e iniciativas que van en esta línea. Así mismo también planteamos los cauces para ofrecer nuestra propuesta a quien la pueda llevar adelante en otros luga-res, teniendo como referencia “un nuevo estar en familia”.

MAPA CONCEPTUAL LOIOLAETXEA

DIMENSIÓN DE INSPIRACIÓN – ESPIRITUALIDAD

Loiolaetxea como obra de la Compañía de Jesús, comparte su misión de ser testigos de Jesucristo y su Reino, promover la justicia, acompa-ñar a las personas en su crecimiento humano espiritual y estar en las fronteras, tendiendo puentes de reconciliación y diálogo.

Nuestra actividad es consecuencia de esa motivación. Está inspirada en una experiencia personal y comunitaria de fe-justicia y abierta a perso-nas con otras sensibilidades que intentan trabajar por una sociedad re-conciliada donde los/as excluidos/as sociales, sientan que tienen sitio.

Somos un grupo de Iglesia, la cual es una realidad poliédrica, que ofrece muchos matices en los proyectos de fraternidad y justicia. No-sotros somos uno de ellos.

Para nosotros la dignidad humana es el punto de partida con el que queremos caminar conjuntamente: “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad, y dotados como están de razón y con-ciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros“ (Art.1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos).


Lo primero que cabría decir es que consideramos conjuntamente estas dos áreas operativas por estar íntimamente interrelacionados y de for-ma muy especial entre sí en tanto influyen más estructuralmente a los procesos vitales de los miembros del proyecto, convirtiéndose en el so-porte y retroalimentación del resto de Áreas, Dimensiones y Estructuras.

Una primera aproximación a lo que supone la realidad de la expe-riencia de Loiolaetxea durante el presente año pasa por hacer una serie de consideraciones acerca de las características de las personas que componen dicha experiencia.

Lo primero que cabría preguntarnos sería acerca de la distribución por género de lo que es este proyecto. Es un elemento significativo el hecho que esta experiencia arrancara como una iniciativa colaborati-va entre una congregación religiosa masculina y un grupo de laicos y laicas, que tienen como objetivo prioritario en un comienzo una reali-dad muy masculinizada como es el del entorno penitenciario. En cierta forma, esto puede parecer un condicionante pero como podemos ver por las cifras, en muchas ocasiones, y esta es una de ellas, la realidad se impone de una forma a veces no tan predecible.

En la actualidad, se puede decir que hay una cierta feminización del paisaje de Loiolaetxea, especialmente por lo que tiene que ver con una apertura de este proyecto a nuevos espacios de exclusión social,

Memoria de las Áreas de Convivencia y de Intervención

ya que si tenemos en cuenta que la desviación que supone que la etapa de valoración se haga principalmente a través del CP de Mar-tutene de Donostia, donde la relación hombre – mujer es cercana del 20 a 1, vemos como la presencia de mujeres es superior al tercio en las otras dos fases del proyecto.

Un siguiente elemento a tener en cuenta es el propio lugar de origen de las personas que componen dicho espacio. Loiolaetxea nace con una clara vocación de cercanía a aquellas personas que, dentro del entorno penitenciario, no tuviesen redes sociales de apoyo o las mis-mas se encontraran en situación precaria, dentro del entorno territorial

DISTRIBUCIÓN POR SEXOS

VALORACIÓN RESIDENCIA TRANSICIÓN

HOMBRES MUJERES


Esto quiere decir que Loiolaetxea depende en buena manera de otros espacios e instituciones, que actúan como “mediaciones” para contactar con las personas susceptibles de participar del espacio de Loiolaetxea.

Una vez más se constata el carácter dinámico de esta situación en tanto que, Loiolaetxea al ir ampliando la percepción de cuál es su misión, va ampliando el espectro del perfil de procesos que pueden tener cabida en dicho espacio y se va configurando como un recurso social más dentro de la red social de apoyo de la Diputación Foral de Guipúzcoa, repartiéndose ésta junto con el CP de Martutene de Donostia el ser las principales entidades derivantes.

Algunos otros datos que ayudan a caracterizar la realidad diversa y plural de las personas que comparten el espacio de Loiolaetxea como compañeros tiene mucho que ver con las condiciones perso-nales o “itinerarios de vida” de los mismos, y que en la mayoría de las ocasiones van a explicar o justificar su presencia en Loiolaetxea, ya sea entendida ésta como espacio de sanación o como recurso social.

Dentro de los elementos que creemos más importantes a la hora de destacar tienen que ver principalmente, en primer lugar, con realida-des asociadas a la falta de recursos que imposibilitan un acceso o el

de Guipúzcoa y por extensión, del resto de los territorios de Euskadi de una forma preferencial. Esto, en buena medida, marcará la ten-dencia que las personas compañeras (residentes) propias del Estado Español sea principalmente oriundas o residentes del País Vasco. Sin embargo, el fenómeno de la inmigración, especialmente extracomuni-taria y con principal foco en el norte de África y África Subsahariana, y la apertura a los países de la Europa del Este marcarán un cambio de rumbo en un doble sentido. En un sentido indirecto, en la medida en la que la población de los centros penitenciarios se va engrosan-do y ocupando la situación de mayor precariedad que hasta ese momento habían ocupado personas oriundas o residentes del Estado español. Pero este cambio de perfil también tiene que ver con un hecho más directo, que es que, más allá del entorno penitenciario que hasta el momento había sido el punto focalizado de atención de Loiolaetxea, la situación de fuerte exposición y precariedad de la población inmigrante no regularizada se incorpora también como objetivo de atención prioritaria de Loiolaetxea.

Es por estos motivos que, tal y como muestra el grafico la distribución de la población residente de Loiolaetxea sea predominantemente la siguiente:

Una de las constataciones básicas que se desprendían del Documen-to de reflexión elaborado con motivo del 10º Aniversario del proyec-to Loiolaetxea era que “Loiolaetxea es un espacio al que se va”.

PROCEDENCIA DE LA DEMANDA


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mantenimiento de una estructura de apoyo mínima que les posibilite una vida y una autonomía normalizada. No por casualidad la rea-lidad económica de los que se acercan al proyecto de Loiolaetxea se caracteriza especialmente por la dependencia, tal y como se puede ver en el siguiente gráfico.

Este nivel de dependencia es en muchas ocasiones la explicación para el alto porcentaje de concurrencia con actividades delictivas o tipificadas como tales, a las que se ven en cierta forma empujadas estas personas.

En segundo lugar, habría que hablar de las realidades que cur-san con dinámicas terapéuticas, donde predominan notablemen-te las que tienen que ver con el consumo de substancias drogo-dependientes (en sus diferentes variaciones), y trastornos psico – psiquiátricos de diverso alcance y calado.

Esto conlleva que el mayor porcentaje de intervenciones serán orien-tadas hacia compensar estas carencias y disfunciones de una forma òptima.

Si consideramos que Loiolae txea es un espacio de tránsito en el que se busca la normalización de la vida de las personas que en este

La falta de recursos imposibilitan un acceso o el mantenimiento de una estructura de apoyo mínima que les posibilite una vida y una autonomía normalizada.

DIAGNOSTICO SOCIAL


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espacio residen, no podemos sino hacer mención del momento en el que la persona afronta la salida de dicho espacio, las condiciones en lo que lo hace y, en cierta manera, una valoración de la consecución o no de los objetivos que se establecen para cada uno de sus procesos.Tal y como se puede ver en la siguiente tabla:

Nos encontramos con que el proceso de normalización de los procesos vitales de los residentes presenta una cumplimiento en más del 75 %

de los casos, lo que viene a confirmar en buena medida que la op-ción adoptada por Loiolaetxea es la correcta.

Esta opción tiene mucho que ver con el carácter metodología marca-damente convivencial, sistémico y relacional que tiene como centro a la persona, por una antropología claramente emancipatoria de la misma y por la experiencia fundante de la corresponsabilidad entre los diferentes miembros de Loiolaetxea. En palabras de algunos “sería cuestión de de-dicar tiempo, y tiempo de calidad, a las personas, de unos para otros”.

Estas palabras podrían contrastarse con los siguientes datos, donde las cifras arrojan luz sobre hasta qué punto se cree que el verdadero secreto de este proceso es el de estar junto a las personas.

GRADO DE CONSECUCIÓN DE OBJETIVOS


CUMPLIMIENTO DE OBJETIVOS CUMPLIMIENTO

PARCIAL NO SE ALCANZAN

ASISTENCIA PRESTADA


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Memoria del Área de Incidencia

Hacer una valoración de lo que ha supuesto el trabajo del Área de Incidencia precisaría previamente de haber tomado contacto con las premisas básicas o constataciones básicas que a lo largo del presente año se han ido clarificando en las diferentes Áreas y Dimensiones del proyecto, y muy especialmente en la de Inspiración - Espiritualidad, ya que entendemos que la una se orienta y se nutre de la otra a la misma vez que la segunda se hace coherente, en su dimensión transpersonal, en los trabajos dedicados a la primera. Es por ello que podemos hablar de una “Espiritualidad de la Acción Social” y de una “Acción social que se ve alentada por el Espíritu en su encuentro per formativo con la realidad”. Sin embargo, para dar una mayor claridad y coherencia a la lectura del presente texto, lo vamos a hacer de una manera diferenciada, colocando esas constataciones básicas en un epígrafe posterior.

La mirada sobre el trabajo de esta área necesariamente tendría que ser de carácter más reflexivo que cuantitativo ya que no sería tan importante en sí, aunque también, los logros conseguidos o el número de actividades desarrolladas sino también las constataciones alcan-zadas así como las líneas argumentales que han ido orientando el proceso de trabajo.

Sería bueno hacer constar que ésta área, por su propia naturaleza, se caracteriza por mantener una mayor dinámica de diálogo con la

realidad, trazando puentes con la misma, y es la encargada de servir de correa de transmisión entre lo que se vive dentro del proyecto de Loiolaetxea y la luz que puede reflejar a la hora de construir socieda-des más humanas, más justas y de carácter más inclusivo.

Esta experiencia nos da consistencia y conciencia de la necesidad de generar incidencia externa y para ello se hace imprescindible el trabajo colaborativo mediante redes y plataformas ya sea dentro del Tercer Sector en general como con otras instituciones de carácter académico o la utilización de los medios públicos de incidencia… La Actividad de este año ha estado centrada en:


1. Participar en 3 investigaciones: 2 de ellas promovidas desde la universidad de Deusto y que se encuentran en curso en este mo-mento, y una tercera, promovida por la UPV y el Instituto Vasco de la Muer Emakunde y que ya se encuentra finalizada. El centro de interés de estas investigaciones ha estado en el proceso de inclu-sión del colectivo penitenciario utilizando en una la clave de origen o etnicidad y una segunda, la de género.

2. Participación activa en redes: Sargi, Hedatzen, Consejo de Inclusión Social del Centro penitenciario de Martutene en Donostia, Consejo de Inclusión Social de la Diputación Foral de Gipuzkoa, Coordina-dora de Inmigrantes Harresiak Apurtuz…

3. Participación y colaboración en campañas y jornadas de sensibi-lización: Semana de la Pobreza, Gipuzkoa Solidaria, Altzako Soli-daritza Taldea, Arroces del Mundo, Martxa antirrumores sobre las migraciones,…

4. Participación en la grabación de la película documental “Murmu-rioak”, que se espera pueda visionarse en el próximo festival de cine de Donostia 2012.

5. Generado un consorcio con Alboan para el curso 2012-2013, poten-ciando cauces de solidaridad desde “Munko Txokoa”

6. Pensar en el crecimiento de Loiolaetxea hacia una implicación de familias y Comunidades religiosas que se conviertan en referentes y acogedoras para personas en han pasado por “casa” y que siguen necesitando en su etapa emancipada cauces de inclusión a través de relaciones “familiares” .

El ámbito de la reflexión para Loiolaetxea son las personas en proce-sos de inclusión, o de lucha contra la exclusión; población penitencia-ria, patologías duales, toxicomanía y enfermedad mental, colectivos inmigrantes en situación de vulnerabilidad,… y el ámbito de la inciden-cia, se direcciona hacia las políticas sociales cuyas competencias están más cercanas al ámbito de presencia de Loiolaetxea. Presentando en positivo a los colectivos en lucha por la inclusión en el espacio social, evitando la victimización o todo tipo de acercamiento al morbo. Espe-cialmente fortalecer su posición de actores sociales a través de la con-vocatoria o apoyo a colectivos y asociaciones propias, a la participa-ción en otras ya existentes. Fomentando la línea de empoderamiento de estos colectivos de buen gobierno y gobernanza.


En esa espiritualidad que alimenta la acción, que la orienta y le da soporte, nos encontramos que durante el presente año se han ido asentando una serie de intuiciones básicas. Estas intuiciones tendrían que ver con la identificación de una serie de rasgos básicos que ca-racterizarían la espiritualidad vivida en Loiolaetxea y que sirve como motor al proyecto.

1. El primer rasgo sería la ACOGIDA:

El estilo de esta acogida sería el que nos muestra Mt 25:” tuve hambre y medisteis de comer…”.

Todos necesitamos un hogar (lugar donde crecemos). En tiempos pasa-dos decían a la hora de poner centros de apoyo a los empobrecidos: que los lleven a su casa. Nosotros, Loiolaetxea, optamos por traerlos

Memoria de la Dimensión de Inspiración – Espiritualidad

a nuestra casa, para vivir juntos. El hogar es el lugar donde pueden renacer y se pueden recuperar las referencias vitales y familiares.

La ventaja de una acogida en espacios más familiares, es que permi-te una experiencia de contemplación de las realidades humanas de estas personas de una forma cercana, profunda y encarnada.

2. El segundo rasgo sería el ENCUENTRO:

Este ambiente comunitario es capaz de posibilitar encuentros. Encuen-tros donde descubrimos a las personas en situación de exclusión, que son supervivientes y en sus historias vitales se concentran todas las ex-periencias humanas de la forma más intensa, presentando heridas y circunstancias que los hacen cautivos, pero también rasgos que aportar para hacer de realidad un mundo mejor donde todos tengan cabida.

También son espacios donde nos descubrimos a nosotros mismos, por-que en el fondo, unos y otros compartimos una misma base y una misma realidad. En el fondo, unos y otros nos vemos como una imagen especular de la misma realidad.

En el encuentro mutuo, se va dando esa experiencia de Dios que nos permite descubrir la esperanza en la desesperanza, en ese encuentro se van poco a poco forjando de nuevo los rostros que van tomando la


semejanza del rostro de Cristo, los de todos, quizás más intensamente los de los acogidos.

Este encuentro es un encuentro prolongado en el tiempo, ya que la convivencia pide permanencia. En el caso de Loiolaetxea es vivir 24 horas al día, 365 días/año, viviendo los extremos de una forma intensa, e intentando encontrar un equilibrio. Por eso tratamos de nor-malizar el cariño: es decir tratar de ser un lugar donde descubrir que somos personas, donde nos quieren y queremos.

3. El tercer rasgo es que es una experiencia que TRASCIENDE NUES-TRA ACTIVIDAD:

En Loiolaetxea, el largo plazo familiar es el lugar donde se forjan las vinculaciones, donde se puede recuperar la autoestima, donde pueden adquirir de nuevo referencias para adelante. En este sentido Loiolaetxea es una comunidad que emancipa, porque permite adqui-rir mayor autoestima, y respeto, llegando a reconocernos dignos para uno mismo y los demás.

Este proceso se realiza a través de relaciones horizontales, de relacio-nes humanizadas, el reconocimiento mutuo y la reciprocidad. Tanto más nos aportaremos mutuamente cuanto más maduramente vivamos nuestra vida diaria. Ese es el secreto de la convivencia. Y en ella el reconocimiento. Es la frase con la que Jesús de Nazaret nos dice, ”Tu fe te ha salvado”.

Y en esta dinámica es importante estar abierto a la sorpresa de los procesos, ya que raramente las cosas ocurren según nuestros criterios puramente humanos. Es por ello que se hace imprescindible abrirse a la transcendencia. Lo que sale de algunas intervenciones es mucho más de lo que nosotros-as conseguimos con nuestra acción. Nosotros-as ponemos algo pero Dios hace su proceso con las personas.

Y por fin, también es importante que la persona vaya ganando mayo-res espacios de autonomía, hasta pasar de relaciones de dependen-cia hasta otras de reconocimiento mutuo y autonomía.

4. El cuarto rasgo tendría que ver con la RESPONSABILIDAD y con la CONFIANZA EN DIOS:

La comunidad ayuda pero es la decisión personal de cada uno la que emancipa y libera. Por eso acompañamos a que cada uno-a haga su proceso personal que reconfigure la vida en diversos aspec-tos: psicológico, relacional y trascendental, tomando a la persona en su totalidad hasta adquirir una autonomía personal que decíamos líneas más arriba.

Tendría mucho que ver con la espiritualidad que emana de las Bien-aventuranzas. En Lucas, el hecho de ser pobre, de estar en inferioridad de condiciones, en ser oprimido….es el motivo de la cercanía espe-cial de Dios. En Mateo son dichosos los pobres de espíritu, es algo que tiene que ver también con su responsabilidad personal, con la capacidad de responder a lo que uno ha recibido en vida: cariño, capacidad de querer, inteligencia, dinero, capacidad organizativa, paciencia,…

Se trata pues de irse capacitando para vivir en el tejido social normali-zado. Habría, además, que hacer un hincapié especial en el aspecto


religioso. En nuestra sociedad tenemos tendencia a esconder el senti-do de la vida. Se habla poco o nada de él, casi se lo oculta. Pero el vivir la vida con sentido, es la posibilidad de mantenernos en vida, es la posibilidad de saber para qué vivimos. Porque el vivir con confianza la vida, el tener unas raíces, un suelo sobre el que sustentarnos, y así poder asumir lo que vivimos y los malos momentos de la vida, es tan importante como (casi más importante que) comer.

La experiencia de Loiolaetxea favorece este desarrollo. Favorecemos la experiencia religiosa para que así la persona viva la confianza en Dios y desde esta experiencia sea capaz de dar sentido a lo que hace y de vencer tantas soledades que le pone la vida y sobre todo las especialmente duras.

5. El quinto rasgo tendría que ver con la forma de GESTIONAR EL CONFLICTO y el FRACASO.

La vivencia coherente de la espiritualidad de la que venimos hablan-do precisa de una acción que altere la situación que vivimos, y esto va a suponer enfrentamiento, el conflicto es inevitable.

Eso va a suponer en muchos casos correr riesgos institucionales (apues-tas de este tipo hacen que uno se juegue la institución, el dinero de las subvenciones, los puestos de trabajo,...) y personales, y esto conlleva implícitamente llevar a cabo la pregunta acerca de cómo vi-vimos espiritual – místicamente este conflicto y desde qué plano nos disponemos para elegir, ya que en los conflictos es importante poder decidir bien, lo mejor posible y es preciso poner en marcha una espiri-tualidad que ayude al sujeto a elegir, que lo capacite para ello, que le haga efectivamente disponible para elegir. Para ejemplificar esto podríamos utilizar las palabras de Darío Mollá

“Para elegir lo primero es estar disponibles. Porque generalmente es-tamos apegados a cosas, personas, puestos, reconocimientos, … y va perdiendo libertad para poder elegir en verdad. Elegir pide libertad para escoger limpiamente aquello que más me ayudará a mí o que

más ayudará al otro. Elegir libremente supone escoger sin condiciones previas y con disponibilidad a dejar aquello que parezca que se debe dejar por más útil que me haya sido en algún momento. Eso exige, en ocasiones, renunciar a seguridades, a bienes adquiridos, incluso a determinados afectos... y eso no es fácil hacerlo. Es más fácil hacer “trampa” en la elección”

El contexto en el que nos movemos, el fracaso es algo permanente y continuo. Quien vive en este mundo es bueno que lo asuma y lo acepte como algo normal. Si no lo hace no podrá vivir en esta rea-lidad. Estos fracasos pueden ser personales (tanto de los “excluidos” como de aquellos que afrontamos acompañarlos), como instituciona-les, donde encontramos incoherencias e incongruencias o del propio sistema en el que nos vemos insertos, donde asistimos a inmovilismos y resistencias para el cambio.

En estas situaciones es donde encontramos el contexto idóneo para hacernos la pregunta acerca de dónde fundamentamos nuestras op-ciones y qué es lo que verdaderamente las sostiene y nos sostiene, cuál es el verdadero motor de nuestros proyectos y nuestras vidas y dónde ponemos realmente nuestras esperanzas.


6. El sexto y último rasgo sería el relacionado con el ABANDONO y el PERDON.

No es lo mismo fracasar porque la causa no triunfa, pero sigo fiel hasta el final, que fracasar porque abandono la causa. Lo peor no es fracasar, lo peor es tirar la toalla, abandonar, fallar a los compañeros, a los empobrecidos, al equipo…

No es raro que nuestra implicación sea fuerte, incluso que nos ha-yamos jugado cosas importantes por los excluidos, por nuestra impli-cación con ellos. Que nos hayamos purificado muchas intenciones... Les hemos acompañado en situaciones que convierten a los excluidos en definitivamente perdedores. Y estas situaciones las podemos vivir como desgracia o las podemos vivir unidos a la Pasión de Cristo. Y en relación con estas dificultades externas pueden llegar también las internas.

Pero nuestra esperanza es que la vida, desde Dios, no tiene una úni-ca oportunidad. Esperemos que también desde los abandonos de esta historia tampoco. Quizás todos tengamos que contar, que no estuvimos a la altura. O que nos dieron otra oportunidad o... Esta es la manera de Jesús de acercarse a los que le han fallado: “Paz a voso-tros” y esta es la manera como se acerca a nosotros y como estamos llamados a hacerlo con los demás “recibid el espíritu Santo, a quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados…. Este espíritu de ser perdonados y de perdonar es lo que nos permite seguir adelante en toda situación de nuestra vida.

Estas constataciones básicas son las que dan soporte a una línea de actuación y de incidencia interna que para Loiolaetxea se considera fundamental, mediante una reflexión y la puesta en marcha de inicia-tivas de motivación, concienciación, apoyo y trasladar esa experiencia místico – vivencial a la transformación de la realidad.

Loiolaetxea combina una lógica de servicio social con una lógica más comunitaria.

Por una parte, la Asociación Loiolaetxea para la Integración Social, es un servicio a la sociedad. Se trata de un espacio que cubre una necesidad social en el ámbito de la exclusión originada por la expe-riencia penitenciaria y otras. Esta labor de Loiolaetxea es apoyada por la Administración pública, concretamente por la Diputación Foral de Gipuzkoa, con quien mantiene un convenio.

Por otra parte, lo que nosotros podemos aportar de novedoso, nuestro valor añadido, es el vivir juntamente con las personas exclui-das para hacer un mundo reconciliado y fraterno. Esta es la lógica familiar.

Nuestra estructura de funcionamiento responde pues, no sólo al ca-rácter de servicio social de Loiolaetxea, sino también a su carácter familiar, de hogar. Y en función de ambas lógicas, planteamos las estructuras y las responsabilidades.

No se puede omitir en la valoración de la actividad realizada a lo largo de este 2011 el papel imprescindible que tiene ese grupo humano, o “Comunidad de Acogida, Comunidad apostólica”, que desde diferentes roles y con diferentes responsabilidades asumen el reto y la responsabi-lidad de constituirse en andamiaje para el proyecto Loiolaetxea.

Memoria de Recursos Humanos y Económicos


Dentro de este grupo humano, en primer lugar, tendríamos que ha-blar de la Comunidad de Acogida y que bien se podría definir como el grupo humano, motor que encarna las inspiraciones y aspiraciones con las que surge la experiencia de Loiolaetxea en su triple vertiente espiritual; experiencial – convivencial y de intervención – transforma-ción de la realidad.

La Comunidad de Acogida, como grupo motor a lo largo de los años de experiencia va a reproducir, y a la misma vez encarnar y apor-tar, los matices de pluralidad y diversidad que antológica-mente constituyen a Loiolae-txea. Un claro ejemplo de esta característica va a ser su composición, donde se visuali-za que, Loiolaetxea, más allá de ser una obra promovida y dependiente de la Compañía de Jesús, tiene una idiosincra-sia muy peculiar que la lleva a entremezclar muy diversas opciones de vida, donde hay un fuerte acento en la dimensión laical, que polarizará algunas funciones, frente

a la dimensión religiosa, especialmente encarnada por religiosos jesui-tas, que suponen el núcleo convivencial de la comunidad.

La Comunidad de Acogida va a estar compuesto por un heterogéneo grupo de personas, que ya sea como laicos, liberados o consagrados, desarrollan actividades en las cinco áreas de las que hemos venido hablando.

Son un grupo muy heterogéneo, pero comparten la característica de que ponen a disposición de este proyecto, ya no sólo una cualifi-cación técnica y profesional de calidad, que por otro lado se hace imprescindible, sino una riqueza humana que apuntala y aporta un plus diferenciador al proyecto de Loiolaetxea.

Este grupo humano se ha compuesto este 2011 por un grupo humano tal y como sigue.

La Comunidad de Acogida se ve complementada por un grupo de profesionales, colaboradores y voluntarios que llevan a cabo activida-des de apoyo fundamental para el buen desarrollo del funcionamien-to del proyecto de Loiolaetxea, cubriendo aquellos espacios a los que la propia Comunidad de Acogida y aportando registros propios que contribuyen a ampliar la calidad humana del proyecto, cada cual desde su propia esfera.

La Comunidad de Acogida va a reproducir, y a la misma vez encarnar y aportar, los matices de pluralidad y diversidad que antológicamente constituyen a Loiolaetxea.

COMPOSICIÓN COMUNIDAD DE VIDA

JESUITAS4

LIBERADOS3

LAICOS6


Este capital humano, representa la parte moral y legal de la Sociedad a través de las relaciones en los diferentes servicios que prestan; Dar clases de apoyo, Acompañamientos, visibilización fotográfica, actuali-zación de la bilioteca,... Son personas que representan a la sociedad y a la vez generan prácticas de solidaridad incluyentes entre unos y

otros. Por ello, desde Loiolae-txea se cuida la comunicación y la formación con este grupo colaborador, más allá del ser-vicio voluntario que prestan.

Si anteriormente hemos ha-blado de los “recursos huma-nos” con los que cuenta el proyecto Loiolaetxea, enten-dido esto de una forma muy

especial como ya hemos ido comentando a lo largo de la presente memoria, también se hace necesario hacer una mención, aunque sea de una forma muy breve, al capítulo económico de este proyecto, porque no sería realista decir que un proyecto se sustenta sólo en su carácter ideológico – inmaterial sino que también necesita de un soporte material, del cual Loiolaetxea no está exento.

Las cifran que hablan de Loiolaetxea son las siguientes:

GASTOS 2011GASTOS DIRECTOS (Alimentación, Lavandería, Transporte, Salud)

41.778,43

GASTOS DE PERSONAL 115.573,59

GASTOS INDIRECTOS (Higiene y Limpieza, Serv. Profesionales, Arrendamientos, Suministros, Reparaciones y mantenimiento, Seguros, Comunicaciones, Mat. Oficina, Gastos financieros, Actividades derivadas de la práctica educativa, Otros,…)

268.242,30

Dotaciones para amortizaciones 1.347,82

TOTAL 426.942,14

Aunque pueda resultar un tanto chocante, tal y como se desprenden de las cifras, las partidas que precisan de una mayor cantidad de recursos son las que tienen que ver con las derivadas de la manu-tención de los componentes del proyecto así como del apoyo de infraestructuras, mientras que la relativa a la contratación de personal apenas llega al 25% del gasto general. Esto se explica por la nove-dosa metodología del proyecto que centra sus esfuerzos en estable-cer cauces relaciones que ayuden al sujeto, y no se concentran en una relación profesional – usuario, aunque se ve claramente necesario y se apuesta por la presencia de profesionales, que comprometidos con la misión –visión– valores del proyecto, ponen su cualificación profesional a disposición del proyecto.

Por otro lado, en el siguiente cuadro vemos cuales son las principales fuentes de financiación del proyecto:

INGRESOSDIPUTACION FORAL GUIPUZCOA 417.099,67

COMPAÑÍA DE JESÚS 1 casa, 2 pisos y Capital humano

USUARIOS 550

SUBVENCIÓN GOBIERNO VASCO 7500

TOTAL 425149,67

Este capital humano, representa la parte moral y legal de la Sociedad a través de las relaciones en los diferentes servicios que prestan.

GRUPO DE APOYO

COLABORADORES7

VOLUNTARIADO27

PERSONAL CONTRATADO4

40 LOIOLA ETXEA 2011

Terminamos esta memoria del año 2011 con una cita de Jone Donne que recoge Patxi Álvarez de los Mozos,sj en su libro Comunidades de Solidaridad, retocada en algunas formas:

“Ninguna persona es una isla, algo completa en sí misma; toda persona es un frag-mento del continente, una parte de un conjunto; la muerte de cualquier persona me disminuye, porque yo formo parte de la humanidad; por tanto, nunca mandes a nadie a preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti”.

Documents

Loiolaetxea. Memoria 2011 (castellano)