23
LOS ARARÁS EN CUBA (1) Una rica historia encontré durante mi búsqueda de rices cubanas, se las comparto, para entender un poco más de nuestra realidad Cuatro siglos de ignominia, donde se destruyeron los más altos valores del espíritu, conformaron el tiempo de la esclavitud, que fomentara las bases materiales de la sociedad capitalista y cuya maternidad engendrara la práctica descarnada del racismo. En nuestra Isla, la historia de aquel período fue demostrativa de todo lo que significó la esclavitud en abandonos, injusticias v crueldades ;y nos muestra cómo las raíces destrozadas lograron matizar aspectos de la nacionalidad cubana en gradual proceso de transculturación. El "mosaico étnico" que es Cuba –según don Femando Ortiz- se logró con "la soldadura completa de ambas razas. Mestizaje que señala Guillen "no siempre sale a piel" pero que es el color de nuestro espíritu. Al mediar el siglo XIX, se podían hallar en nuestro país ejemplares de todas las razas del occidente de África y hasta esclavos traídos del oriente negro. Pero olvidaron los esclavistas que en los barcos de la trata "no sólo venían hombres, sino también espíritus". Y con el dolor y la muerte se asentaron las costumbres, las creencias, los mitos; la poderosa magia del modo de vivir de aquellos seres convertidos en bestias por la desmedida ambición. Fueron estos rasgos, inherentes a la cultura de esos pueblos, los que no pudieron ser dominados. Eran firmes los cimientos y muy alta la dignidad de los que lucharon por la supervivencia de su mundo. Sobre el látigo inclemente crecieron los helechos de Yebú y maduraron las naranjas de Ochún. (1) El interés por el personaje central que vertebra toda la atmósfera que hemos pretendido detener en estos apuntes provocó el natural recelo entre los posibles informantes. Sin embargo, vencidos los obstáculos, ofrecieron su valiosa ayuda. Martínez Furé señala en sus Diálogos imaginarios sobre los ararás, que "es tradicional la reserva que caracteriza a los sectores de nuestro pueblo que conservan este patrimonio nacional", y reconoce que "algunos miembros de la conocida familia Zulueta -en Perico y Jovellanos, provincia de Matanzas- son considerados como grandes conocedores de la cultura arará". A través de una individualidad enmarcamos el espíritu de esa cultura, cuyos rasgos perviven más allá de un tiempo miserable. La grafía de las voces del habla arará -receptadas en muy difíciles condiciones- obedecen a su concepción fonética. Estos vocablos, en muchos casos, constituyen sólo

LOS ARARÁS EN CUBA

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: LOS ARARÁS EN CUBA

LOS ARARÁS EN CUBA (1)

Una rica historia encontré durante mi búsqueda de rices cubanas, se las comparto, para entender un poco más de nuestra realidad

Cuatro siglos de ignominia, donde se destruyeron los más altos valores del espíritu, conformaron el tiempo de la esclavitud, que fomentara las bases materiales de la sociedad capitalista y cuya maternidad engendrara la práctica descarnada del racismo.

En nuestra Isla, la historia de aquel período fue demostrativa de todo lo que significó la esclavitud en abandonos, injusticias v crueldades ;y nos muestra cómo las raíces destrozadas lograron matizar aspectos de la nacionalidad cubana en gradual proceso de transculturación. El "mosaico étnico" que es Cuba –según don Femando Ortiz- se logró con "la soldadura completa de ambas razas. Mestizaje que señala Guillen "no siempre sale a piel" pero que es el color de nuestro espíritu.

Al mediar el siglo XIX, se podían hallar en nuestro país ejemplares de todas las razas del occidente de África y hasta esclavos traídos del oriente negro. Pero olvidaron los esclavistas que en los barcos de la trata "no sólo venían hombres, sino también espíritus". Y con el dolor y la muerte se asentaron las costumbres, las creencias, los mitos; la poderosa magia del modo de vivir de aquellos seres convertidos en bestias por la desmedida ambición. Fueron estos rasgos, inherentes a la cultura de esos pueblos, los que no pudieron ser dominados. Eran firmes los cimientos y muy alta la dignidad de los que lucharon por la supervivencia de su mundo. Sobre el látigo inclemente crecieron los helechos de Yebú y maduraron las naranjas de Ochún. (1)

El interés por el personaje central que vertebra toda la atmósfera que hemos pretendido detener en estos apuntes provocó el natural recelo entre los posibles informantes. Sin embargo, vencidos los obstáculos, ofrecieron su valiosa ayuda. Martínez Furé señala en sus Diálogos imaginarios sobre los ararás, que "es tradicional la reserva que caracteriza a los sectores de nuestro pueblo que conservan este patrimonio nacional", y reconoce que "algunos miembros de la conocida familia Zulueta -en Perico y Jovellanos, provincia de Matanzas- son considerados como grandes conocedores de la cultura arará".

A través de una individualidad enmarcamos el espíritu de esa cultura, cuyos rasgos perviven más allá de un tiempo miserable. La grafía de las voces del habla arará -receptadas en muy difíciles condiciones- obedecen a su concepción fonética. Estos vocablos, en muchos casos, constituyen sólo sonidos onomatopéyicos, que la nasalización del habla original hace más complejos aún. No fue posible ofrecer una traducción al español de los cantos insertados en el texto, pues la misma es desconocida hasta por los propios practicantes. La correcta utilización de estos cantos dentro del ceremonial arará, no supone el conocimiento de una versión a nuestra lengua. Como se ha señalado es más poderosa la tradición oral que la palabra escrita. Los propios fundadores se abstenían frecuentemente de dar a conocer a los descendientes criollos muchos aspectos de su sabiduría tradicional. También han desaparecido físicamente quienes pudieran obviar este impedimento.

Page 2: LOS ARARÁS EN CUBA

Florentina, polvo ya de nuestra tierra, es un momento, un aire tal vez que se ha quedado entre nosotros. Como símbolo lo representamos. Su triste destino impuesto se vuelve historia. La historia de la Princesa dahomeyana de Perico.

Ena de domijú o de éfina do demijú de áofido a bi di ga game jué deofido o mi ca ca (2)

TOLO-ÑO , NA-TEGUÉLa Costa de Oro comenzaba en el Cabo Apolonia y finalizaba en el Volta. Cerca de las orillas del Volta, el gran río del África occidental, está Dahomey. Descendían los fundadores de este reino de los ewé, habitantes de la actual región de Togo ,los que sometieron a los fon, establecidos allí. El pueblo fon de Dahomey tenía conexiones con los yorubas de Ifé. Numerosos aspectos de sus culturas se identifican a través de un profundo sincretismo religioso, logrado por el panteón yoruba al difundirse a los pueblos fronterizos, adentrándose en territorio dahomeyano y en su vecino Aradá o Ardrá, que lo absorbió más profundamente. Es por lo que para muchos los ararás son una especie de lucumís. Se ha sugerido la existencia de una familiaridad étnica entre yorubas y adjás. Se sitúa a los ararás dentro del contexto geográfico del Dahomey. Proceden del reino de la costa oriental , entre el Volta y el Benin , fundado en el siglo XVII, que tuvo por capital a Abomey. Los dahomeyanos durante muchos años, fueron súbditos del Alafin de Oyó (monarca yoruba), hasta su liberación en 1835, en que lograron una poderosa unidad militar que le valió a Dahomey el calificativo de "la pequeña Esparta negra".

Martínez Furé señala que "La presencia de los araras en nuestra Isla se remonta a los albores de nuestra historia . Los ewé-fon fueron introducidos en Cuba bajo las denominaciones de arará agicón, arará magino, arará abopá, arará cuatro ojos, arará cuévano, arará sabalú, arará nezeve, arará dajomé y minas.

Entre nosotros los negros ararás son los mantenedores del culto dahomeyano. 

No es posible precisar el año en que, por el infamante comercio humano, llegaron ararás a nuestra Isla. Pero ya durante el siglo XVI -Archivo de Protocolos y Libro Baraja de la Catedral- aparecen ararás entre los esclavos traídos a Cuba. Don Fernando Ortiz señala, en la lejana fecha de 1691, la existencia en La Habana de un cabildo arará magino. Esta etnia no tuvo gran representatividad dentro de las dotaciones esclavas como sucedió con los yorubas, congos o carabalíes.

De aquella hermosa tierra la trata desembarcó cientos de hombres en nuestras costas. Llegaron desnudos, maldispuestos, agónicos. En abyecta condición de esclavos. Florentina fue uno de ellos.Dos pueblos donde vivió, pero la misma tierra. En cada uno de ellos tuvo una consagración religiosa. Había venido a territorio dahomeyano desde tierra lucumí. Fueron dos nombres que se engendraron entre el gris amoroso de los nidos y el abismo espumoso de los árboles. Primero fue Tolo-Ño, con sus peces exaltados, límpidos, ingrávidos. Después Na-

Page 3: LOS ARARÁS EN CUBA

Tegué, hecho de luna y frondas; de soplo y piedras. Música de antiguos atabales los marcaron en la distancia. Eran los dos hermosos nombres de Florentina Zulueta cuando la apresaron. Los nombres africanos que permanecieron inviolables en el tiempo de la muerte.

Sólo recordaba la caravana bajo el fuerte sol ecuatorial. Con tiras de piel de buey se ataban por el cuello los condenados. Iban quedando atrás las altas sombras humedecidas, los tambores que llamaban y los lamentos de la madre. Lejos; la costa, donde los barcos esperaban. Cuando cayó la noche, entró al mar como a la muerte.No supo en qué momento brotó el canto. La apremiaban inquietas mordeduras. En su cuerpo, huesos y tojosas en vibración desordenada. Sólo el mar, la vasta espuma y el silencio fijo.

Entonces, la voz se ofreció:Enagua nu miGua gua mi guaEnagua o no na llea.Enagua nu miGua gua mi guaEnagua o no na llea.(3)

Las escotillas del bergantín negrero eran cuidadas por feroces perros que no permitían a los esclavos acercarse a ellas.

Enjaulados, en afrentosas condiciones, la travesía pudo calificarse de infernal.

De noche llegaron a las costas. La Isla recibía el cargamento en medio de una aplastante soledad. Como brumas le asaltaban a Na-Tegué los recuerdos: impacientes, despeñados, convulsos. En nombre de Sechemé (4) se había unido la noble muchacha a Gesu, el rey (5) .De su pequeño trono fue princesa, y creció en el amor junto á la tribu que la respetaba.

Tuvo conciencia cuando la calimbaron; cuando la marcaron con un hierro caliente distintivo del amo comprador. Se habían sellado los requisitos. Valdría sobre doscientos cincuenta pesos. Tenía 15 años de edad.

La noche se deshacía. Sólo el vuelo de algún pájaro perdido o el sostenido, continuo, invariable chasquido de la resaca. Los infelices negros mostrábanse asustados, impacientes; presos al más incierto destino .

Una madre, en franco enajenamiento, golpeaba a su pequeño hijo contra el maderaje del barco, desesperada porque no viviera, porque terminara para él aquella muerte lenta, cruel. De un salto Na-Tegué se lo arrebató, apretándolo contra su pecho. Con las manos, limpió la sangre que brotaba en hilillos violáceos, indetenibles. Dulcemente lo arrulló:

Era cheguela teA cae teE no manó nóEra cheguela teA cae teE no ma nó.(6)La noche se aquietaba sobre el inmenso mar.(7)

Page 4: LOS ARARÁS EN CUBA

FLORENTINA ZULUETAEl que sería el amo de Florentina, Julián de Zulueta y Amondo, Marqués de Álava, era un reconocido mercader de esclavos. Estaba el peninsular entre los que manejaban el contrabando humano del Caribe y del sur de Estados Unidos. Sus intereses se expandían. Tenía oficinas en Nueva York, el sur de la Florida y una agencia en Londres. Este negrero era a la sazón Coronel de Voluntarios y ostentaba la Gran Cruz de Carlos III, la que llevaba anexo el tratamiento oficial de Excelentísimo Señor. Uno de sus principales intereses era el arrendamiento de negros, lo que suponía una fuerte actividad lucrativa. Era de una implacable ferocidad, y se menciona como uno de los primeros esclavistas de Cuba.

Durante la década del 50 del siglo pasado, Zulueta se incorporó al negocio de importar niños esclavos. Y no podemos dejar de consignar que fue uno de los promotores del tráfico de chinos.Verdaderamente impresionante era la actividad de este hacendado, quien llegara a fomentar una de las más sólidas fortunas del país. Moreno Fraginals señala la importancia de estos inescrupulosos comerciantes afirmando: "Si hay un personaje capaz de simbolizar la primera mitad de nuestro siglo XIX, éste es el negrero".

Durante la década del 60 de ese definidor siglo, Zulueta adquiere dos caballerías de la hacienda "Altamisal" (partido de las Jíquimas), para fundar, en tierras de lo que hoy es el Municipio de Perico, el ingenio "Arguedas", que fuera una rústica edificación industrial. Muy cerca se levantó el barracón de los esclavos, con paredes de cantería, techo de tejas y piso de tierra.En 1863 dio cobijo al primer asentamiento arará.

Este año se inserta dentro de la segunda etapa de la sociedad esclavista, en la cual decrecen los factores que la caracterizaron . Es el momento en que Julián de Zulueta es un verdadero monopolista azucarero, forma parte de la dirección de la Junta de la Deuda del Tesoro, y más tarde, preside el Círculo de Hacendados . Por esta fecha el presidente Lincoln proclama la abolición de la esclavitud en Estados Unidos.

Entre las altas cañas y el dulzor de las mieles fue bautizada la princesa dahomeyana que formaba parte de la dotación. Na-Tegué no comprendió la ceremonia, pero el nombre blanco le durmió las manos.

Sería para siempre, Florentina Zulueta.

EL INGENIO “ ARGUEDAS “Al Avemaría (8) los esclavos formaban en silencio. El nuevo contramayoral (9), Catalino Miranda -proveniente del ingenio "San Martín"- era uno de esos hombres detenidos en el más salvaje primitivismo. De mano dura; abusos y desmanes lo tuvieron siempre por padrino. Con sus ojos cervales, el mulato Catalino vigilaba cada movimiento de la dotación. Sonreía estúpidamente mientras jugaba con su "cascara de vaca"(10) . La tarde anterior se había cebado con Luisa Yebú." Antes lo había hecho con Francisca Agua-Ti.(12)

Estaba seguro el hombre de confianza de Zulueta que había nacido para mandar. Pero lo que no podía comprender Catalino Miranda era el porqué los negros inclinaban ligeramente

Page 5: LOS ARARÁS EN CUBA

la cabeza al encuentro con Florentina. Para él todos eran iguales: negros esclavos. El respetuoso gesto ante su princesa escapaba a este grotesco personaje.

Las espigas de lipia se ofrecían al vuelo de las abejas.El burdo vestido de esquifación (13) no impedía la serena dignidad. Movíase como una brizna más, abandonada. La halagaba el zureo de la rabiche, el aire entre las cañas. La tez de un bermejo puro, estaba hecha del aceite de la madrugada; y se había perfilado entre vuelos de mariposas y pétalos y fibras y cantos enardecidos.

Cerca de las argollas de cobre, las marcas tribales de los ararás: una raya ancha a ambos lados de la mejilla, dos más pequeñas en las sienes, y tres, verticales, en los hombros. Pero eran los ojos emboscados lo que más impresionaba. En los ojos de Florentina Zulueta hacían noche los más altos jazmines que la lluvia permitiera. Copiaban frondas, humos, ráfagas. Habían detenido el tiempo, las lágrimas, los largos silencios. En ellos todo el misterio de aquella mujer a quien los esclavos llamaban “mama” .

Entre altas yerbas de guinea y cercados de piñón , estaba el cementerio del potrero . Allí descansaban los negros . Muchos se enterraban con su vieja frazada , sin otra caridad . Dicen que el primero en inhumarse allí fue Simón Tote-Gué (14) . Los esclavos aseguraban que por esa razón se había convertido en un espíritu poderoso .

Tal vez lo más triste del ingenio era ese lugar , donde la calma presidía hasta las tardes en que llegaban los mayitos . Sin cuidarlas , campanillas moradas se esparcían , recibiendo solamente la savia nutricia de los ararás

DASOYIA la sombra de la chirimoya o en la tierra sembrada de apasote regusto descansar el humilde llagado. Por antiguos caminos se muestran sus pantalones de saco, su camisa de sarasa (15) y los varios colores del chal en la cintura. Mueve el ajá (16) con la misma mano que bendice a sus hijos. Médico y guerrero, Dasoyi es la fuerza principal de la Regla Arará. Se le invoca con profundo respeto:

San ó ecum pa éOguiso.Má de de má.Son ó ecum pa éOguiso.Má pe de má (17)

Cuenta Dasoyi con diez y siete caminos para manifestarse Aggidai, el mensajero, es uno de los más importantes.

También Dasoyi puede ser Agrosometo, Osumayayá, Daida, Ofido, Adrapete, Emergundé y Agramano. También es Son-Ponná.En Matanzas se le nombra Azoyi;y en el asiento de los Baró en Jovellanos, es conocido por Alúa, y también como Ojundegara

Sin embargo, en esta localidad matancera, en la Casa-Templo de Marcos Zulueta, se le designa como Afrimaye Ganayú. Algunos viejos practicantes del culto en Perico le dicen Azojano Otra deidad identificada con Dasoyi es Omolú. También este fodú puede ser Awó Aggrónica o Sódyi.

Page 6: LOS ARARÁS EN CUBA

El culto popular a San Lázaro, el de los perros y las muletas tiene sus raíces en esta poderosa deidad arará, venerada por los yorubas bajo la advocación de Babalú Ayé; por los viejos lucumís como Yonkó o Sánalo(18); por los bantúes, como Coallende (19) ; y con el nombre de Yerbé por los gangás y mandingas.

Todos los fodunes como amiguó, que se hace cocinando los frijoles negros hasta que queden secos, muy espesos y cuya única sazón consiste en abundantes ruedas de cebolla blanca y mucho aceite .

En las fiestas tradicionales del 30 de abril, en el poblado del Roque, Municipio de Perico, se ofrece esta típica comida de origen arará, y tiene verdadera aceptación popular.(20)Con la misma mano que se humillara, alzóse el machete. Ya no sería más la sombra suplicante. Ahora, en la merecida libertad, ofrecería su vida por la causa de Cuba.

En un ingenio azucarero, en la región oriental, se proclamo la igualdad de todos los hombres, en una mañana donde los misterios más puros del alma se cumplieron(21) . Pero al occidente la emancipación no pudo llegar. En el "Arguedas” , Catalino Miranda continuaba "meneando el guarapo"(22); mientras en la terrible oscuridad, Florentina Zulueta pedía a Mase (23) por la suerte de los esclavos. .

El 13 de febrero de 1880 el Rey Alfonso XII firmaba el decreto que, en su artículo primero, determinaba el cese de la esclavitud en la isla de Cuba. "La forma más ruin y desvergonzada de avasallamiento del hombre" -según Carlos Marx- fue virtualmente liquidada seis años después.

En 1894 Martí avisoraba proféticamente: "Pero institución como la esclavitud es tan difícil desarraigarla de las costumbres como de la ley. Lo que se borra de la constitución escrita, queda por algún tiempo en las relaciones sociales". 

Por algún tiempo los negros siguieron constituyendo la principal fuerza de trabajo del país. Muchos de los que fueron esclavos permanecieron en los ingenios. Sus vidas estaban hechas. A su alrededor fue creciendo la infamante discriminación, el desprecio. Señalaba Cepero Bonilla que "la desaparición de la esclavitud no liquidó el racismo" y que "el odio de razas fue un factor actuante en nuestro proceso histórico” .

Las raíces de "la patria perdida"(24) se iban a ahondar en la nueva patria. Habría que esperar por la luminosa primavera.Parte considerable de los ararás del "Arguedas" se asentaron en el hoy Municipio de Perico. (En aquella zona, durante la Guerra de los Diez Años, se estableció un cuartel muy cerca de la bodega de Perico; quien, asesinado en 1874 dejó su nombre en herencia al lugar) Allí fundaron -en 1887- la Sociedad Africana de los ararás, bajo la advocación de Nuestra Señora de las Mercedes, y Florentina Zulueta era la cabeza principal . Fue necesario adoptar, como patrón, algún santo católico afín a la deidad africana, para burlar la prohibición de las autoridades coloniales de formar cabildos.

La Sociedad Africana, como muchas organizaciones de esta naturaleza, no sólo constituía un baluarte del culto para sus celebraciones religiosas, sino que conformaba un instrumento de socorro y ayuda económica para financiar situaciones imprevistas de cualquiera de sus miembros. Existía un ejecutivo y los gastos se sufragaban con las recaudaciones obtenidas Fueron entidades que enfrentaron un medio francamente adverso.

Page 7: LOS ARARÁS EN CUBA

Cuando fallecía un miembro de la Sociedad, sobre su féretro se colocaba una bandeja para depositar dinero. Éste sufragaría los gastos del entierro y ayudaría a la familia del difunto.En esta Sociedad se tocaba y bailaba arará, lucumi y francés ".(25) Fue asiento de todos los africanos, que la tuvieron como un verdadero santuario.

Todavía sobreviven los restos de este cabildo colonial convertido en simple "Casa de Santos", donde se ejecuta la música arara, se baila y se reverencian sus fodunes. Según Martínez Furé, allí se conforma una subcultura que se diluye "en el gran cauce de lo nacional".

HEBIOSO, EL GUERREROHebioso, el guerrero que dominaba el trueno y el rayo, era el fodú que Florentina asentaba en su cabeza. En su consagración hubo de recibir el nombre de Troñó, que quiere decir: "todo lo tiene” . Relucía el dueñoo de los tambores con su hacha roja de doble filo. Después de la oración (36) en el oscuro barracón, los ararás lo llamaban:

Sungo maro fireEnaganó dina nomiraTonio maro FireEnaganóEnando lo maroguere(27)

Hebioso o Changó, es el rey de Oyó y de Ulcumí; rey de los Ararás y de los Congos; rey de África y del Mundo. Tiene las coronas de Akrombé y de Ayrá. Fue criado por Nan-Nú, un fodú parecido a Yemayá. En Perico, a Hebioso también se le llama Oluoso. En Jovellanos, tanto en casa de los Baró como en casa de Marcos Zulueta se le nombra Hebioso Ana Má. También este fodú, en los ritos del vodú dahomeyano puede ser Zaká o Ibó .Para los iyesás es Aramufe o Alami. Puede resurgir como Dambalá. Otros caminos de esta deidad son Ajokéi, Akrifoddú Akodá,Fedyú Okundayo,Alabáloke y Janú Yemoró. Otra forma de rendirle culto a esta fuerza es por el camino de Oramfe.

Para los ararás, el Hebioso mayor es Daddá Maggalá. Hebioso está hecho de fuego. Le pertenecen el pino, la caoba y el mamey .Se le ofrecen plátanos, carneros y gallos. Embriaga a las mujeres con zumo de flores de framboyán.

En el panteón yoruba desciende de Orungán (el mediodía) y nació en Takua. Para los ritos de origen congo, es Siete Rayos ; y para los cultos mandingas, Mamba. Es una de las figuras más populares de la santería cubana y se identifica con Santa Bárbara.Su fiesta principal es el 4 de diciembre.

Las características de este fodú de ser hermoso, valiente, mujeriego, dueño de la música y buen bailador, han dado lugar a que varios estudiosos determinen su influencia en la psicología del cubano.

La bandera de la nación de Florentina era de color morado con una estrella amarilla en el centro. En los días de fiestas se colocaba junto a la bandera cubana en la entrada de la Sociedad Africana, en la calle Clemente Gómez número 183, entre Maceo y Julián

Page 8: LOS ARARÁS EN CUBA

Domínguez. Con respeto, Florentina besaba las dos banderas.

En la Casa-Templo de Justo Zulueta, el respetado Ordu-Aremó(28), se han mantenido hasta la actualidad los fundamentos de religión de aquel hombre a quien todos estimaban. Justo recibió de su madrina, Virginia Zulueta, arará de nación, las deidades que aún permanecen y que, a su muerte, recibieron sus descendientes, los que las atienden en la misma calle Álvarez número 65, entre Camilo Cienfuegos y Bernal, donde siempre vivió.

Los festejos del 24 de septiembre se han convertido en una verdadera tradición popular. Ese día, en casa de Justo Zulueta, se toca y baila arará, con los antiguos tambores rituales de la Sociedad Africana que fundara Florentina Zulueta.

Mari lle no i cuba corasú no duáe.Mari lle no i cuba corasú no duáe.Evo co che vaVi tina de viti.(30)

Entre los miembros más destacados de la Sociedad Africana Nuestra Señora de las Mercedes, se encontraba el matrimonio formado por Ma Fausta y Ño Blas(31), ararás de nación, que vivían en la unión de las calles Daniel y González.

Ma Fausta veneraba a Yewá Afirimako, divinidad de la muerte y los desamparados; madre del orisha Changó y verdadera dueña del cementerio; y Ño Blas había recibido en su cabeza a Nana Burukú(32) , poderosa deidad de origen magino y firme puntal de la Regla Arará. Los maginos provenían de una pequeña región del Dahomey septentrional. Es posible que No Blas fuera de origen arará magino.

ACHIBIRIKÍ , ACUTORIO , SOMADDONUDicen que huele a acero el dueño de los metales. Para los ararás es Acutorio;para los yorubas es Oggún; el mismo Sarabanda de los congos y el Noy de los gangás. También lo llaman Achibirikí, identificado con San Miguel Arcángel. Otros nombres para el guerrero son Alailúo y Gamu-Gamu. Se le canta:

Ya no maro a no á.A ni ná ná mi no á.Ya no maro a no á.A ni ná ná mi no á.(33)

Acutorio es dueño del monte. En el vodú dahomeyano puede ser Oggou Ibó u Oggou Bátala. También son oggunes: Togó ,Ibo Búa, Ibo Cui y Gambúa. Hay más de ciento setenta oggunes asociados a este fodú. El más temido es Criminal, un espíritu de esta familia. En otras interpretaciones Hebioso y Acutorio se fusionan en una entidad, muy bien definida. Soslayando la tradicional rivalidad entre ambos. Existe un Oggún, Balindjo qué posee el fuego y se sincretiza con San Jacobo el Mayor. Su culto es muy respetado en Haití.

A Somaddonu, Ojosí o Juguerdá -Padre y Madre de todos-, fodu que dio al hombre el pensamiento y es dueña de todas las cabezas, los ararás le cantan:Ya ya a mi vaYa si yo yo be

Page 9: LOS ARARÁS EN CUBA

Ma si yo yo beYo yo be.(34)

Somaddonu viene a ser la Obatalá arará. Se le conoce también como Aguema, Elefún, Alayé e Ikalambo. Puede ser Obalalú u Obanla. Viejos creyentes la llaman Ochalufon, que es el Santísimo. Son caminos suyos Obamoo y Oosa Ogiyán. Tiene veinticuatro caminos para manifestarse; en doce como hombre y en doce como mujer. Se le ofrecen palomas blancas y arroz, y se le ponen torres de algodón y merengue. Se sincretiza con Nuestra Señora de las Mercedes. Cuéntase que un día, borracho, creó a los albinos y a los ciegos. Tiene a las lagartijas como mensajeras.

De origen dahomeyano es el culto a Erzili o Erzulie, identificada con este fodú. También es Metré Silí en otra advocación.

Más de ocho décadas atrás se veneraba a Metré Silí en tres casas de Perico: con Justo, Goyita, a la que apodaban "Macutú", y con Coromba Zulueta, cuyo verdadero nombre era Apolonia, aunque también respondía por Bulé.

Para los yorubas, esta deidad representa al Todopoderoso; y en este panteón, junto a Oloffí e Ibaibo, forman una sola persona; lo que recuerda el principio de la Santísima Trinidad del culto católico, que tiene la misma concepción. Los gangás la mencionan como "La Vieja" y en la Regla de Palo -de origen bantú- es la prenda "Tiembla Tierra".

LA CAJA , LA MULA Y EL CACHIMBOEn su soledad tuvo el negro al tambor. Juntos recibieron ofensas y latigazos. Juntos vieron parir estrellas en las noches angustiadas de mayo. Juntos transitaron por los lejanos caminos donde las leonas paren a sus hijos. Y se hermanaron. Hablaban lostambores por las negras manos de los ararás.

De madera dura, cuero de res y cáñamo, el cuerpo. La Caja, La Mula y El Cachimbo, los nombres. Son los tambores del rito tradicional dahomeyano. Se bautizan y se les da de comer la sangre de un gallo; el resto del animal es para los tamboreros. Una campana de metal y una maruga hecha con una güira seca rellena de perdigones conforman los otros instrumentos musicales. A la campana se le sopla aguardiente; y a los otros tambores, vino seco.

Se percuten con baquetas de madera o con un palo al que llaman aguidafi; con excepción de La Caja que se toca también a mano. Sólo pueden acercarse a ellos los hombres; y las mujeres, cuando no menstruan.

Estos tambores africanos del tipo de los ahuecados se afinan por pequeños troncos de madera que se fijan al cuerpo con ataduras que tensan la membrana. Se decoran pintándolos de fondo azul con motivos en rojo y blanco; en algunos casos, son simples figuras geométricas, básicamente rombos. La base del tambores blanca con algunas franjas azules. Los tambores una vez en descanso deben situarse hacia donde sale el sol .

Los tambores ararás de la Sociedad Africana estaban asignados al fodú Malé. La pertenencia de estos instrumentos rituales trajo consigo numerosas controversias con la propia deidad, que defendía el derecho a su posesión. En una ocasión, muy molesto, Malé hubo de sentarse sobre La Caja y paró el toque. Demostró que el dueño de los tambores era

Page 10: LOS ARARÁS EN CUBA

él.

La música de origen dajomé tiene varios ritmos sucesivos o “viros” , los cuales se presentan en la interpretación litúrgica por parte de los tambores . Los bailes ararás están caracterizados por una poderosa pantomima ; y, aunque el ritmo de estos toques difiere del yoruba y su influencia en Cuba no ha sido tan importante , no deja de constituir un hecho cultural trascendente.

OSAÍNPara las creencias africanas el monte representa el mayor santuario natural donde residen las fuerzas más poderosas de sus religiones. Así en la Regla de Ocha el verdadero dueño del monte es Osaín Agguénniye, que de la tierra de Oyó pasó a la tierra de los ararás. Ellos lo mencionan como Yebú o simplemente como Osaín. Este espíritu salió de la tierra; no es hijo de nadie. Aparece como un ente tuerto, cojo y manco. Tiene un pie, el derecho; un brazo, el izquierdo; y posee una oreja muy grande y una muy chiquita. Por esta última es que lo oye todo. Da saltos para caminar apoyándose en un bastón de raíces tejidas. No se le entiende casi lo que habla. No desea mujeres, no las necesita. Tiene a Hebioso como su gran amigo.

Puede habitar Osaín en un güiro al que se dibuja con yeso una cruz y se adorna con varias plumas de distintos pájaros. A Osaín le gustan las mariposas amarillas. Él es el gran poder de las yerbas; el gran curandero. En su mundo viven varias fuerzas como son Eléko, los Iwis, los Yyandó, los Ibayés; así cómo animales sobrenaturales como Kiama, Kolofo y Aróni.

Detrás de la puerta de la Sociedad Africana hablaba Osaín. Florentina perdonaba siempre a los muchachos que por curiosidad se acercaban a oírlo.

La lengua adjá -de la gran familia sudanesa-, determina las raíces del habla arará entre nosotros. Así el canto arará fue recreado por algunas voces que le brindaron especial resonancia. Entre esas primeras voces estuvieron las de Masima y Mañaña Oguó, ararás que personalizaron el canto matizándolo de acentos característicos.

Pequeña, con un sombrero de guano, hace casi un siglo Marcelina Zulueta hubo de ser considerada una de las más grandes cantadoras. Coronada su cabeza por Male(35), era negra de nación, una arará pura. Fue el tercer gallo(36). Su casa estaba situada en la misma esquina donde hoy convergen la calle San Juan con la Carretera Central. Años después, Vicenta Zulueta, nieta de Marcelina, se convirtió en una destacada cantadora.

Se recuerda, por su voz, a Coromba Zulueta, de origen congo, que tenía hecho a Juguerdá. Vivía en la propia Sociedad Africana y fue criada por Florentina. Con los años hubo de enfermar Coromba; hasta tener momentos en que perdía la razón; entonces, en esas crisis, cantaba sin cesar, días y noches. Hijo de Coromba es Emiliano Menéndez Zulueta, "Quito", actual cantador del Grupo Dahomey Arará, que es el quinto gallo, y el último hasta ahora.

Cuando muere un practicante del rito arara, se le acuesta sobre una estera y se le corta un poco de pelo. Este se pone en una jícara. Se le añade quimbombó seco o hilo fino de coser y

Page 11: LOS ARARÁS EN CUBA

se tapa con un paño blanco y negro.

La ceremonia fúnebre continúa después, cuando suena el joba pakututó, que es un platón de agua y aguardiente donde se pone una jícara grande virada boca abajo, la que se toca con dos palitos. Entonces, entonan los cantos de muertos, que son como cincuenta.(37)

Cerca de noventa años tiene Ramona Peraza Zulueta (para la religión africana Obá Tolá), quien es dueña de la palabra:"Florentina era mujer muy dulce. Le gustaban los niños, aunque la vida no se los dio. Crió a Digna, la madre de Victoria Zulueta. Hablaba un español clarito. No era muy chiquita ni muy delgada. Usaba medias y argollas. Tenía mucha ropa de guinga con vuelos y plisados. 

"El esposo de Florentina se llamaba Ta Facundo, también arará, cuyo santo era Malé. El primero de enero celebraban fiesta."A Florentina se le saludaba con los brazos cruzados e inclinando la cabeza; entonces ella besaba la frente."Su figura, de verdad, recordaba a una princesa".

ESHÚ AFRÁ , ORIBODÉ , TOCOYO YONÓUna de las más respetadas deidades del mundo religioso africano es el dueño de los caminos y las puertas, el mensajero de los dioses y quien posee las llaves del destino. Todos estos atributos, así como el de abrir y cerrar cualquier celebración, pertenecen, para los yoruba, a Elegguá, con su rostro de piedra y sus ojos de caracoles; a Lucero para los cultos de origen congo; y al Geguá de los mandingas. En lucumí antiguo es Elégbara. También en algunas advocaciones es Eshú, ya sea Eshú Abaile, Eshú Baraiña o Eshú Okú Boró. Algunos viejos creyentes le llaman Jundajó. También lo mencionan como Barbajureco Topó Yayino. Esta deidad es quien puede unir a dos enamorados o hacer que no se vean más. En todos estos cultos se presenta como un niño que viste de rojo y negro, usa garabato de palo de guayaba y sombrero, y gusta de los caramelos y los papalotes. Son caminos suyos Olankia Barakikeño; así como Marimoyé. El que vive detrás de las puertas es Oribodé. Para el rito vodú, con poderosa influencia dahomeyana, es Attibón Legbá.

En la Regla Arará, Tocoyo Yonó reúne las mismas características; y, en algunos casos, vive fuera de la casa en una pieza antigua en forma de bocina que se utilizaba en los viejos ingenios para cristalizar el azúcar. Hubo de adaptarse el respetado fodú al proceso de asimilación cultural impuesto. También se le conoce como Makéno o por Ogguiri Elú. Se le menciona como Kenene. Existe un Elegguá (Afrá) que viste de rayas azules y blancas con ribetes en rojo y baila con dos garabatos de piñón de botija, en vez de uno, y al que hay que tratar con mucho cuidado pues es muy violento. Gusta este Elegguá de la comida cruda.

En lo que era la Sociedad Africana de los ararás se le denomina Eshú Afrá. También otros religiosos lo mencionan como Afraní y lo sincretizan con el Santo Niño de Atocha.En la portada que da al patio de la casa de Armandito Zulueta, en San Juan esquina a González en Perico- y debajo de una mata de piñón- está enterrado un Tocoyo Yonó que sirve de guardiero a aquella Casa-Templo.

Desde la humilde cama donde reposa los muchos años vividos, Evarista Juara,"Cunda" hace memoria y recuerda a Florentina:"Yo me acuerdo de ella. Hablaba muy suave, calladito. Su ropa siempre estaba almidonada. Tenía marcas en la cara; marcas de allá-de su tierra. Era una persona de mucho respeto .”

Page 12: LOS ARARÁS EN CUBA

Hace silencio Sus ojos buscan en la oscuridad de siempre.

“Se me pierde. Sí... se me pierde. Yo conocí a Florentina Zulueta “.Justa Carol y Ayllón -por fuerza de látigo los apellidos aristocráticos- ha visto un siglo desde su nacimiento en el rincón matancero de Recreo .“Ma Florentina era una africana que cuando se subía de su santo era algo muy grande. Tenía un vestido rojo para su fiesta. Cuando murió le tocaron tambor todo el día y se le cantó. Ma Florentina es como un santo. Sí..., como un santo.”

Con esfuerzo se ajusta el pañuelo amarillo a la cabeza. Toda su sangre conga se apoya en el bastón. Camina...

La figura de Florentina de pie, parecía una ligera sombra inmóvil .Roja, la amplia saya terminaba en mariposas de encaje .Se habían posado después de un largo viaje por caminos y silencios . Donde conocieron el tiempo. Después de las alas, los pies que sufrieron el monte, cuando machete en mano lo desbrozaba. Ahora, entre pequeñas flores bordadas, se acostumbraban a las zapatillas.

En los brazos hermosos caracoles donde el mar y el viento encerrábanse en un vuelo indetenible. Firme el rostro ,dominaba el breve espacio.Sólo las marcas de su tribu y Ia mirada lejana, en un perdido sueño. Detrás, la majestuosa salvadera en espléndido abismo.

La única fotografía de Florentina Zulueta hubo de perderse. En el recuerdo de su hija de crianza permanecieron el momento, las mariposas de encaje y los caracoles hechizados."Ma Florentina fue vecina mía. Yo le decía Abuelita .Usaba vestidos anchos, muy lindos. Tenía su altar y su bandera. Todos Íos africanos iban allí a verla. Me recuerdo que quería mucho a Victoria.”

Ya no quedan negros que hablen . Todos se han muerto ... “Los noventa y nueve años de Celestina Pedroso , “Minga” , nacida en “La Angelita” , bautizada en “Guamutas” , parecen dispuestos a continuar la lucha ; a pesar de sus ojos tristes como un mar de invierno .

IGGI-OLORUN

En la concepción religiosa africana la ceiba es un Dios-Árbol. Los ararásrespetan al gigante de nuestros campos, pues consideran que en ella viveArému, un fodú muy identificado con la Obatalá lucumí. A su lado pernoctaYemmú.

Para nuestros informantes la ceiba fue el único árbol que el diluvio respetó. Por eso le llaman Iggi-Olorun, o sea, "Árbol de Dios" El primer morador de la ceiba fue Changó, el Hebioso arará. Otro fodú que vive en la ceiba es Bóku. Otros creyentes afirman que Obbá-Lomi, una diosa muy antigua, es habitante de este árbol. En ritos congos se le conoce como Congo Azueca. También los ararás estiman a Loko -en dajome-, que es lroko, quien tiene a la ceiba por su casa. Este último fodú está siempre acompañado de la diosa Asabá.Los ararás consideran que quien dañe o corte una ceiba tendrá el castigo eterno de Oloffi. En el "Arguedas" existía una ceiba llamada Afimaye donde se depositaban las ofrendas del culto arará. Un mensajero las llevaba hasta el pie del árbol. Los tambores y los cantos no cesaban hasta que regresara el mensajero; al que se le tranquilizaba por medio de rezos y

Page 13: LOS ARARÁS EN CUBA

"limpiezas sobre su persona, con las yerbas artemisa, albahaca morada y vencedor.

LOS GEMELOSLos ararás rinden culto a las potencialidades mágicas de los gemelos . Consideran que el nacimiento de dos hermanos en un parto preserva a las familias de posibles desdichas.El creyente ewé-fon los representa en dos muñecos, vestidos de rojo y negro o de rojo y blanco, a los que se le ofrecen comidas y dulces. Para los ararás ellos provienen de Zoun, la tierra de los muertos. Se adornan con llaves, medallas y monedas. Nacieron en el río y no le temen a nada sobre la tierra.

Generalmente todos los conocen con el nombre nigeriano de los Ibedyis. Dicen que son hijos de Mase y de Hebioso, que los ama entrañablemente. Se sincretizan con los santos católicos San Cosme y San Damián.

En la Casa-Templo de Armandito Zulueta existen dos jimaguas llamados Marassa que pertenecen al culto de los negros franceses y que fueron heredados de su madre Teresa La I.Concepción Parovani une a sus noventa años de edad, una dulce manera, un aire firme.

"La Sociedad Africana era una ideología. Todo allí era respeto, bienestar y grandeza. Era un lugar de fundamento. Yo era muy pequeña y vivía en Reglita; no podía entrar en la Sociedad salvo el día que festejaban a los niños. Era la Sociedad Africana la más importante Casa de Santo que había. También estaba la de los gangas, con los Diago. “

"Mi abuela se llamaba Ma Casimira y fue esclava de la finca 'Palestina' y era hija de lucumí con gangá. Los bisabuelos, Ma Teresa y Ta Bonifacio, fueron esclavos también, de nación carabalí. Mi otro abuelo era mandinga. Así es la mezcla que tengo. “

"En sueños, una vez, se me presentó don Julián Zulueta. Lo vi como un hombre de bastante estatura, elegante, muy presentable; vestido de blanco, con botas altas, muy limpias, y montado en un caballo moro. Me dijo que había que darle de comer a la laguna del central. Se le veía como avergonzado de todo lo que le había hecho a los negros. Más tarde hablé con Elizarde, un negro arará, muy viejo, que había conocido a Zulueta y me dijoque era así mismo como el sueño me lo trajo".

El sol se detiene en la pared. Descubre varias imágenes y objetos religiosos; un San Antonio sosteniendo guano bendito; una Santa Lucía; un ojo en constante acecho; un Cristo agónico dentro de una copa de agua, nueve vainas de framboyán secas y una berenjena.(38) 

Concepción se acerca, con su pelo blanco de algodón y luna, relucientes los corales de su collar, para añadir:"Mi nombre de santo es Adeniqué. Tengo a Ochún en mi cabeza hace muchos años..."(39)

Cerca del cardón, donde el patio de la Sociedad Africana terminaba en lo que fue el humilde vara en tierra de Ma Coleta, estaba el pozo. Mas allá, aislada, una pequeña casita de madera, donde vivía Agró.(40) . .

Piedras antiguas como de un mar abuelo, misterioso, conformaban el ennegrecido brocal, donde el musgo desbordante barnizaba su aparente reposo. Se perdía la luz bajo la fronda de la útil baria. Entonces, el gran ojo, silencioso, daba la impresión de una muerte apacible. En lo alto suaves tintes naranjas anunciaban la caída de la tarde. Era el momento en que

Page 14: LOS ARARÁS EN CUBA

despertaba el galán y las gallinas alcanzaban el limonero.

Dicen que allí, junto al pozo, aparecía un negro corpulento, vestido con pantalón de saco, sosteniendo un largo bastón cubierto de conchas y caracoles; con unas manazas poderosas, donde las venas, en desordenada geografía, mostraban las huellas de profundos, abismales, lejanos ríos.

Turbaba la altivez del apuesto visitante. Seguro el dueño del pozo, imaginamos; el señor que gobierna los seres que viven allí: varios ofidios de flamante piel y ojillos inconmovibles, pero todos "respetuosos caballeros".

A esa hora. Florentina recogía a los muchachos y los encerraba en un cuarto. Entonces, el canto que le brotaba era una dulce razón para convencer al negro del bastón y de las venas para que desapareciera.

Ya el lucero descansaba en lo alto de la protegida ceiba.

DAÑE , SABORISSÁ , TOKUNOLa diosa de la centella, el viento y las tempestades es, para los ararás, Dañé.La misma Oyá Yansá de los yorubas y la Centella de los congos.

La tierra de Dañé es Otá, aunque también se menciona a Tapa. Un camino de Dañé es Naé. Así la reverencian los iyesás. Ella vive en las tumbas junto a los muertos. Posee plumero de cola de caballo, que todos los consagrados que asisten a los funerales pasan por el féretro del religioso fallecido. Para ellos es simplemente "pasar el rabo ".

Dañé usa collar de cuentas carmelitas rayadas en blanco y negro. Fue mujer de Hebioso y lo sigue a todas partes. Es muy hermosa y no le gustan los niños. Se sincretiza con Nuestra Señora de la Candelaria y con Santa Teresa de Jesús.

Otro culto arará es Saborissá, el oricha Argayú, padre de Hebioso. Un camino suyo es Onirán. Es el dueño de los campos y de los volcanes. Viste de rojo y se asienta en los hombros, no en la cabeza. Saborissá es más fuerte que el hierro y puede más que los recuerdos y la tristeza. La palma real le sirve de bastón. Cuando se empina, ve a todo el mundo. Está sincretizado con el culto católico de San Cristóbal.

Otra fuerza reverenciada por los ararás es Tokuno, fodú que todo lo descubre. En cada momento es capaz de lograr lo que es necesario. Si no existe lo necesario, lo inventa.

Vestida de cañamazo azul,(41) pañuelo blanco, sin zapatos, con sus dientes mellados, Ma Bónquiri fue una de las primeras ararás que vivió en la hoy calle de Clemente Gómez, al cesar la esclavitud. En el cuello llevaba una sarta de caracoles y colmillos de perros y cuidaba de Orichaoco(42). Dicen que Ma Bónquiri era de Oyanga, una tribu de Dahomey, y formó parte de un grupo de negros grafé y yopás que vinieron como esclavos. Su pequeña casita de madera y cartón, donde el piso de tierra mostraba el abandono, era el refugio de aquel ser callado, huidizo, misterioso, al que no se le entendía lo que hablaba. Sólo prestaba atención a los cuidados de Florentina. Su vida fue una ráfaga, un desamparo. Más allá de su existencia, el mar y la nada. De su memoria sólo quedan el viejo mamoncillo y el espacio de su noche irrepetible.

Ma Inés, arará de nación, vendía bollitos de fríjol de carita y empanadas de carne, que

Page 15: LOS ARARÁS EN CUBA

fueron creando un gusto por estas comidas. Tenían el sabor especial que los negros le daban. Así desde hace más de cien años.

Hoy en día, en las fiestas del Carnaval o en la Semana de la Cultura, se ofertan estas comidas. Las preparan descendientes de aquellos africanos. Con ello, aseguran la continuación de esa costumbre, que forma parte de nuestra cultura como pueblo.

Llegaron los apellidos por el camino del tráfico negrero. José E. Angarica fue dueño de los ingenios "El Colombia" y "Desempeño", en Colón, y mostraba una sólida posición en los ferrocarriles de Cárdenas y Jaruco, en el Banco Industrial y Alumbrado de Gas. Le impuso la seña paterna. La familia Diago, hacendados dueños de los ingenios "Santa Elena", "Ponina" y "Tinguaro", figuras principales de la burguesía esclavista-industrial, le ofreció el sello materno. Arístides Angarica Diago, que recibió su consagración religiosa bajo el nombre de Lori-Obá, es uno de los tamboreros arará de mayor oficio.

Desde los quince años domina los tambores; pero en La Caja hubo de encontrar su mejor disposición, la que toca con palos, logrando el poderoso ritmo que señorea en todo su diapasón sonoro.Ñuco, como lo conocemos, aprendió el tambor de su padre Cuito, y es nieto de Victoria Zulueta. Fue criado en la Sociedad Africana, de donde las profundas raíces se le han adentrado en sus firmes manos que lastiman o acarician, percuten o sacuden el cuero resonante, logrando el soberano misterio del mensaje africano.....

PATASOLAEn casi toda el A frica occidental se mantienen creencias que consideran el alma de un ser inmaterial depositaría en un animal. El llamado "culto ofiolátrico dahomeyano" que nos señalara don Femando Ortiz, tiene raíces muy antiguas en esa cultura. Podemos señalar que esta influencia entre los ararás está muy profundamente arraigada. Muchos de sus entes taumatúrgicos poseen estas características. Así lo demuestra este sujeto sobrenatural que los ararás reverencian como Patasola.

Terso el cuerpo cilíndrico. Lustroso, como aceitado. Los ojos dispersos en toda su extensión descubren varios matices fulgurantes. La cabeza enhiesta, minúscula, empotrada como a la fuerza, destruye el orden vital del ofidio. Ésta es la impresión del insólito ser que se identifica con San Silvestre. En el culto a este fetiche se imponen baños azucarados de "limpieza", con frescura, salvadera y rompezaragüey, con el fin de evitar posibles inconsecuencias.El día final de año a Patasola se le ofrecen dulces y golosinas en una jícara y se le pide por que la paz reine en el hogar el nuevo año que se avecina.Gilberto Hernández Zulueta, "el Diablo", es, en la religión africana, Ewin-Dina. Sus vivencias se narran matizadas de ese don generoso que es la simpatía."En la Sociedad Africana había muchos viejos a los que teníamos que ir diariamente a pedirles la bendición; porque de no hacerlo y enterarse nuestros mayores, el regaño era en grande. Cuando allí plantaban la fiesta, los muchachos quedábamos de orilla. La disciplina era muy grande. Había dos colas para entrar, una de hombres y otra de mujeres. Y las fiestas duraban varios días.”"Si le hacían algo malo a algún miembro de la Sociedad, ellos cogían una jícara, con no sé que cosa dentro, y a las doce del día en el patio, la levantaban en alto, pedían y después la dejaban caer al suelo Una vez a Ma Justa, una negra arará de la Sociedad le robaron una gallina; y el ladrón, al día siguiente de tirar la jícara, se le empezó a hinchar el brazo. De esta forma y ante aquel fenómeno ,el que cogió la gallina se denunció a la dueña pidiéndole

Page 16: LOS ARARÁS EN CUBA

clemencia. Pero Ma Justa, muy seria, le contestó:” Ta hecho ya; no pué trá."Se ha transformado la vieja casona de la Sociedad Africana de los araras. La madera es sombra donde la cantería rema .El amplio patio, donde las grandes celebraciones se recuerdan conserva intacto el paraíso, la colonia, la salvadera. En triste pirámide de piedra y musgo el pozo se resiste a morir. Solo el cuarto principal es el mismo .Se han detenido las horas, se han nutrido de humo las ventanas; pero el deslumbramiento permanece. En esta habitación vivió Florentina Zulueta . Aquí yacen enterrados los secretos y prendas de fundamento de su religión. Aquí entregó sus últimos años a la vida . Permanecen en una esquina , cerca de la puerta que da al pasillo, los santos africanos y otros objetos del culto, atendidos discretamente. Aquí se conservan las huellas profundas que desde el mar llegaron a nosotros.Muy cerca de las tejas abandonadas, donde madura el gandul, hablamos de ella. Es el momento en que todo se despuebla de ruidos y Victoria Zulueta ordena sus palabras."Mi madrina me llamaba Agisteme, que en su lengua quiere decir:”los hijos no se compran porque si no yo te hubiera comprado” . Es el nombre con que los santos me conocen. Mi madre me puso en sus brazos y ahí quedé. Yo fui la hija de Florentina Zulueta. En su muerte recibí los secretos del fundamento.Era mujer de un trato muy dulce; muy educada en su forma de hablar, a pesar de que no sabia leer ni escribir. Todos los africanos la tenían como un gran juez que decidía entre sus problemas. Diariamente visitaba a los enfermos. Nunca le oí una palabra fuerte ni tuvo un gesto grosero con nadie.Aquí en la Sociedad Africana, se hacían las fiestas de todos los negros de nación, aunque fueran de otras razas y creyeran en otras cosas. Éste era un templo mayor para ellos.Sobre la esclavitud, Madrina no hablaba con los muchachos; pero yo le veía las marcas en el cuerpo como si estuviera cortada por cuchillos ; y oí algunas conversaciones con otros esclavos y siempre terminaban llorando .Florentina fumaba tabaco , pero no bebía. Desayunaba agua con azúcar . La comida que más le gustaba era el tapi-tapi, que es comida de Hebioso . Se hace el tapi-tapi moliendo el arroz, ya cocinado, y dándole una forma de pelota aplastada, como tortas, a las que se echaba quimbombó o caldo de gallina. Se comía con las manos.En las fiestas que se daban aquí , se tocaba también francés, que era un baile en parejas muy bonito. Yo conservo tres tambores sagrados de los ararás que tienen más de cien años y los collares de santo de Florentina.Cuando Madrina murió , muy viejecita, se le compró una caja, para enterrarla, que costó cien pesos, y la llevaron en hombros al cementerio. Fue un duelo para todo el pueblo.”Se esforzaba por hablar, pero había llegado a un limite preciso. Nos condujo a un rincón del cuarto, donde estaban las prendas más sagradas de su religión, y descubrió el gran pañuelo rojo y blanco que cubría a Hebioso. Era la primera vez que alguien no consagrado en el culto de los ararás enfrentaba al poderoso fodú. Afuera, entre galanes y luceros, crecía la noche. Victoria Zulueta formaba parte de aquella atmósfera sobrecogedora que nos envolvía. A los ciento cinco años de edad muere Florentina Zulueta. Con ella desaparecen; entre nosotros, las raíces más puras de su raza, a la que representaba con absoluta dignidad. Nuestra tierra, su tierra, hubo de recibirla un día de 1933.Con la misma humildad con que vivió hubo de enfrentar aquel suspiro en que se disolvieron todas las noches, los sueños todos. Florentina Zulueta regresaba, libre ya, como ella lo soñara, a su infinita tierra conmovida.Varias plantas se inscriben dentro del culto religioso de los ararás y son reverenciadas por sus poderes. La identificación de estos ejemplares de nuestra flora con el rito dahomeyano es otra manifestación del proceso de transculturación producido. No son las únicas para cada fodú, pero si las más importantes y utilizadas.

Page 17: LOS ARARÁS EN CUBA

Tocoyo Yonó: trébol, campanilla, peonía.Acutorio: almacigo, malva blanca, salvadera.Aggidai: rabo de gato, alacrancillo, hoja de guásima .Aferequete: lengua de vaca, salvia, berro.Somaddonu: piñón de pito, verbena cimarrona.Dasoyí: cundiamor, maravilla blanca, escoba amarga.Hebioso: platanillo, jobo, hoja de ceiba.Dañé: hoja de caimito o ciruela.Masé: orozuz, romerillo, lechuga.A la muerte de Florentina Zulueta, y como resultado del Ituto(43), los "fodú-caderiza”(44) no se fueron con ella. Fue necesario repartirlos entre algunos miembros destacados de la Sociedad Africana, para su mejor atención.Hebioso quedó con Victoria Zulueta, quien asumiría la dirección y el control de la Sociedad Africana. Sería, a partir de aquel momento, la cabeza mayor del culto arará. Somaddonu se ubicó en casa de Justo Zulueta (fallecido) y actualmente es Reinaldo Robinson quien la atiende. Malé quedó en casa de Felicia Zulueta (fallecida) y se le venera ahora en casa de Adelina Ferrín, "Melo". Tocoyo Yonó quedó con Felipa Zulueta (fallecida) y es Hilda Zulueta quien lo asiste. Dañé pasó a casa de Ernestina Zulueta (fallecida) y estaba al cuidado de Clara Angarica hasta su muerte ocurrida en 1989. Y finalmente Dasoyi tuvo como destino la casa de Octavia Zulueta (fallecida) y es, en la actualidad, prenda de Juana Zulueta, "Marule".

En estas Casas-Templos se conservan las tradiciones religiosas de los ararás. Música, cantos y costumbres de vida mantienen los valores auténticos que caracterizan la cultura de origen ewé-fon.A los ciento cincuenta años exactos del nacimiento de Na-Tegué, nuestra Florentina Zulueta, se incorporaron, como grupo folklórico, al Movimiento de Aficionados, a través del Ministerio de Cultura, varios descendientes de los ararás, incluyendo a Victoria Zulueta y otros practicantes del culto, con el objetivo de contribuir a la preservación de esos valores culturales y llevarlos al conocimiento de las nuevas generaciones. La respetuosa consideración forma parte de la política observada en el rescate de esos valores que integran el patrimonio espiritual del pueblo.El Grupo DahomeyArará de Perico, fundado en 1978, ha obtenido numerosas distinciones por su trabajo y es "Grupo Insignia" del Municipio. Esta agrupación es una de las pocas de tal etnia en Cuba que mantiene vigentes las antiguas tradiciones de la cultura arará. Al cumplir sus diez años de vida , este grupo hubo de recibir el reconocimiento de las autoridades culturales de la provincia matancera .Recientemente se constituyó un grupo infantil con el nombre de “Omo Laddé”, que significa más o menos “Niños Coronados” o “Niños de la Coronación”. Realizan los toques y bailes ararás, y , en su mayoría, están integrados por familiares de los compañeros del Grupo DahomeyArará ,lo cual ha despertado un marcado interés.El pequeño aire del cementerio se detiene en una humilde tumba donde el tiempo ha reposado. La tierra tiene el color de las sombras antiguas, de la lluvia cansada. Cruces indiferentes, impasibles, recuerdan nombres y fechas.Allá , en lo profundo -olvido lastimoso- los restos de aquella mujer ,princesa y esclava, que el destino hubo de marcar en una existencia desolada.Ya Florentina Zulueta es un poco de niebla; pertenece al polvo más callado. Pensábamos en ella cuando cruza, veloz , un hermoso