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“Los cañaris y paltas: una interpretación comparativa sobre la descripción de los viajeros S.XVI-XVII” Cáp. I . Aspecto Geográfico-Temporal 1 1.1 Localización 1.2 Recursos naturales y Climas 1.3 Población Cáp. II. Aspecto Político, Económico y Religioso 12 2.1 Aproximación a su organización política y económica 2.2 Ritos y Religión Cáp.III. Vida cotidiana 20 3.1 Vivienda 3.2 Vestimenta 3.3 Gastronomía 3.4 Enfermedades y medicina natural 3.5 Música Bibliografía

Los cañaris y paltas una interpretacion comparativa sobre la descripcion de los viajeros sXVI al XVII

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“Los cañaris y paltas: una interpretación comparativa sobre la

descripción de los viajeros S.XVI-XVII”

Cáp. I . Aspecto Geográfico-Temporal 1

1.1 Localización

1.2 Recursos naturales y Climas

1.3 Población

Cáp. II. Aspecto Político, Económico y Religioso 12

2.1 Aproximación a su organización política y económica

2.2 Ritos y Religión

Cáp.III. Vida cotidiana 20

3.1 Vivienda

3.2 Vestimenta

3.3 Gastronomía

3.4 Enfermedades y medicina natural

3.5 Música

Bibliografía

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Renata Távara R. 1

Capítulo I

Aspecto Geográfico-Temporal

1.1 Localización

Hacia el siglo XVI y XVII los cañaris y paltas vivieron dos cambios

radicales importantes dentro de su proceso histórico. El primero acaecido a los

inicios del siglo XVI, el cual representa la incorporación de sus territorios al

Imperio Incaico a través de las figuras de los incas Tupac Yupanqui y siendo ya

definitivo con Guayna Cápac. Y el segundo estuvo constituido por la incursión

y conquista por parte de los españoles, liderado por Sebastián de Benalcázar.

Del primer acontecimiento comenta Felipe Guaman Poma de Ayala en

su crónica Nueva Coronica y Buen Gobierno:1

El Inca cuando peleaba con los enemigos lo hacía sin abandonar sus andas, lanzando proyectiles de oro fino; así, durante la conquista de Quito desde su Pillcorampa, anda colorada, peleó con sus contrarios Apo Pinto y Guayna Pinto, jefes enemigos, logrando conquista las provincias de Quito, Cayambe, Siccho, Latacunga, Guancabilca, Cañari, Chachapoya Cico y Chupaycho, pueblos que fueron sometidos a la época del Inca Huayna Cápac.

Es por esta razón que anterior a la conquista inca, el pueblo cañari se

ubicaba, según lo confirma el cronista Cieza de León, desde Tiquizambi (Tixán)

actual cantón de Alausí ubicado en el sur del Ecuador, hasta el valle de los

Jubones, es decir hasta la frontera natural con el río Jubones, llamado así ya

que en tiempos de la Colonia su corriente se llevó un cargamento de jubones.2

1 Díaz-Plaja, G., Cronistas de Indias, Pág. 95 2 Ayala Mora, E. ;Nueva Historia del Ecuador, Págs. 96-97

En la indumentaria masculina el jubón era una prenda interior que se vestía sobre la camisa, y durante el

reinado de Felipe II y III esta prenda y las calzas fueron las dos prendas obligadas en todos los

guardarropas masculinos. En la indumentaria femenina se utilizaba sobre los cuerpos o faldas interiores y

adicionalmente la basquiña.

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Otro informante sobre la presencia de cañaris en Tiquizambi es la

relación del licenciado Salazar de Villasante hacia el año 1570,3 en la cual el

corregidor de Quito determina la distancia que había desde Quito hasta dicha

localidad. Según su testimonio eran 320 leguas y a unas pocas 12 leguas de

ésta se encontraba Tomebamba, uno de los tres asentamientos cañari más

resaltantes de la época incaica. Los otros dos son mencionados por Cieza de

León como Hatun-Cañar y Cañaribamba. Estos tres correspondían a las hoyas

de los ríos Cañar, Paute 4 y Jubones respectivamente. Adicionalmente Cieza

de León menciona:5

[…] Saliendo de Tumibamba, por el gran camino, hacia la ciudad de Cuzco, se va por toda la provincia de los cañaris hasta llegar a „Cañaribamba‟ y otros aposentos que están más adelante. Por una parte y por otra se ven pueblos desta misma provincia y una montaña que está en la parte de Oriente, la vertiente de la cual es poblada y discurre hacia el Marañón […]

Por la parte de la vertiente oriental, que se extiende hacia el Marañón

puede compararse con el valle de los jíbaros o de los jubones. A pesar de

haberse establecido en ricos valles interandinos, algunos indios cañaris se

vieron en la necesidad de trasladarse por distintas razones hacia otros lugares

no tan cercanos. Es el caso de la presencia de éstos en el Cuzco. 6

En un inicio fue enviada una cantidad de cañaris por órdenes del Inca

Huáscar para servir como yanaconas para su servicio personal junto con otros

cuatro pueblos conquistados, como por ejemplo: los chachapoyas. Éste hecho

lo expresa Juan de Santa Cruz Pachacuti, con lo cual tomando la cronología de

gobierno de los incas se logra alcanzar el tiempo aproximado en que Huáscar

entraría a cargo del Imperio ,hacia 1520 ó 1521,7

Ante esta realidad este pueblo se encontró en la obligación de retirarse

hacia distintos destinos –voluntaria e involuntariamente-, y antes que cualquier

3 Ponce Leiva, P.; Relaciones histórico-geográficas de la Audiencia de Quito, V.1 Págs. 96-97 4 Paute proviene de la palabra quichua PAU, que quiere decir “hola”, la terminación ti ó te viene de la

paulatina modificación de esta durante la época colonial, la cual se conocía como "PAUTl" ó "PAUTE". 5 Jaramillo Alvarado, P.; Historia de Loja y su provincia, Pág.35 6 Consultar demás estudios del historiador y antropólogo Udo Oberem. 7 Oberem, Udo; Indios cañaris de la Sierra Sur del Ecuador en el Cuzco del siglo XVI, Págs. 118-122

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otra opción era protegerse, como resultado de la violencia que sufrieron

durante las guerras de sucesión entre Huáscar y Atahualpa, pues ya que desde

un comienzo apoyaron a Huáscar durante los conflictos de sucesión. El apoyo

brindado a Huáscar se vio expresado por la toma de armas al formar parte su

ejército.8

Atahualpa no dudó en tomar represalias contra sus captores después de

la batalla en Tomebamba, (un grupo de cañaris) de tal manera que delegó en

manos de sus generales Challcuchima y Quizquiz la persecución de todos

aquellos que apoyaron a su opositor.9

De la misma manera el historiador Udo Oberem,10 ha logrado localizar

dentro de la crónica de Santa Cruz Pachacuti otro hecho de gran relevancia

dentro de la visión que se tiene hasta nuestros días de los cañaris como

traidores –según la perspectiva indigenista. El cronista cuenta que al retirarse

Manco Inca hacia el valle de Yucay, Pizarro le envió indios y negros como

mensajeros, mas los partidarios de Manco Inca les dieron muerte. Por lo que

Pizarro ordenó que se matara a una mujer de este inca –la cual tenía

prisionera. Dentro del relato se los presenta a algunos cañaris como ejecutores

de la orden, y se afirma los privilegios que recibieron junto con su pueblo a

cambio, demostrados en el mandato de ser eximidos del tributo y de trabajos

forzados.

Un buen número de pobladores cañaris emigraron por imposición de los

Incas y posteriormente de los españoles. Otros lugares hacia donde partieron

fueron: Pujilí- provincia de Cotopaxi, en donde se registraron durante el siglo

XVII y XVIII gran cantidad de caciques de origen cañar; 11 Angamarca;12

Quito13; Cotocollao; el Quinche y hacia la provincia del Chimborazo.14

8 Ponce Leiva, P. op.cit. ,V.1 Pág. 375 9 de las Casas, Bartolomé, De las antiguas gentes del Perú, (Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes). 10 Oberem, Udo; op.cit. , Pág. 124 11 Allí había una parcialidad con los siguientes caciques: Agustín Cañar (1614), Tito Hacho Francisco,

llamado Señor de los Cañaris (1628), Joaquín Chigrasela, cacique de los cañaris (1727), entre otros. 12 Localidad gobernada por el cacique Lorenzo Chumisela (1667-1688) 13 Hacia 1677 existían 717 tributarios identificados como cañaris en Santa Bárbara, probablemente para el

trabajo o guarda de las minas explotadas en dicha provincia. Además, Diego Cañar se encontraba a cargo

como cacique de estos indios.

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Por su parte El inca Gracilazo de la Vega en sus Comentarios Reales

hace referencia más específica sobre los repartos de los cañaris ubicándolos

de la siguiente manera:

[…] Tquizambi : Quinas, Jubales, Zulas, Pzhilig, Chalaguan. Lausí: Alausí, Achupallas, Chanchán, Chumbi, Cibambe, Fungas, Guasuntos, Pumallacta, Gonzol, Chunchi. Cañar: Chorocopte, Gualleturo, Sisad, Juncal, Quilloac, Gun, Suscal, Socarte, Secicay, Chontamarca, Shaya, Narrío, coyuctor, Culebrillas, SIlante, Chuichún, Dabondeleg. Pueleusí: Abgna, Ayancay, Burgay, amba, Guapán, Tatay, Pendeleg, Déleg, Chuquipata, Mangán, Biblián, Upar, Zhalao. Guapondeleg: Cumbis, Molleturos, Sayausies, Pacchas, Tarques, Sinincay, Quingeo, Jidcay, Narancay, Chica, Gualalcay, Gordeleg, Multizapa. Gualaxio: Aroxapa, chordeleg, Chaucán, Chunccari, Jadán. Paute: Pirincay, Bulán, Burín, Cabug, Dugdug, Chigte. Girón: Carahuiña, Yunguilla, Chumblín, Aroxhune, Pucucan. Cicce: Piruncay, Pucundeleg, Zhima, Ludo, Cutchul, Güel, Chobshi, Callaucay, Aguarug, Cnadeleg, Zhiña […]

Eran un total de 94 pequeños pueblos o tribus con sus respectivos jefes que

conformaban toda la nación cañari. La opinión del historiador Gonzáles Suarez

difiere con el cronista pues afirma que sólo eran 25 tribus cañaris y que cada

una de ellas estaba distribuida en 25 pueblos.15 Lo ya expuesto se resume en

palabras del arzobispo de Quito:16

[…] Parece que, sin grave error, pudiéramos determinar los límites que tenía la nación al tiempo de la conquista de los incas, señalando al Norte el Nudo del Azuay, que lo separaba de los cacicazgos de Alausí y Tiquizambi; al Mediodía se encontraban las tribus de los Paltas; al Oriente la Cordillera de los Andes dividía a los cañaris de los indios salvajes conocidos hasta ahora con el nombre general de Jíbaros; por el Occidente no se le pueden señalar los términos fijos, pues parece que el territorio de los cañaris, por aquella parte, se extendía hasta las costas del pacífico pobladas entonces por los Huancavilcas […]

Dentro del parágrafo citado ya se nos presenta un dato sobre la relación

territorial de cercanía entre la nación cañari y la de los paltas. Que al igual que

el arzobispo de Quito, Cieza de León señala su proximidad e indica la

existencia de abundante piedra utilizada en la construcción de tambos y

fortalezas desde Tumbes hasta Quito bajo el dominio inca. 17 Él mismo cronista

asegura que los españoles identificaban el territorio Palta entre la zona de

Saraguro y hacia el sur con la frontera del río Calvas, al oeste hasta Zaruma y

14 Aparece en una Cédula real expedida en 1540 sobre un pueblo de cañaris que se dice llamar Yuruqui,

cuyo cacique era Carchibisa en los Puruhaes. 15 Iglesias, Angel M., Los cañaris, Aspectos historicos y culturales, Pág. 34 16 Domínguez Ochoa, Miguel E., Raíces provinciales. Aportes para la Historia de la provincia del Cañar,

Págs.18-19 17 Jaramillo Alvarado, P. , op.cit., Págs. 35-36

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al este tampoco lo pudieron determinar.18 Así lo confirma Juan de Salinas,19

quien dijo estaban asentados en Loja, Cumbinamia, Valladolid, Loyola y

Zamora. El historiador Paul Rivet menciona algunos datos al respecto

presentes en la crónica de Garcilaso de la Vega:20

Al sur de los cañaris vivían los paltas, que según Garcilaso de la Vega, […] sus tribus más septentrionales ocupaban, […] la región montañosa, donde nacen los afluentes de la izquierda del Río León. En la región interandina habitada, además del curso superior del Zamora, hasta el lugar donde éste franquea la Cordillera Oriental; el alto Catamayo, donde se hablaba el simple dialecto palta; el Malacatos, y por fin, los nacimientos del Río Tumbez, hacia el Este, el límite del territorio Palta es muy difícil determinar.

21

Sin embargo, cuando el inca Tupac Yupanqui, en palabras de los

cronistas Montesinos y Cabello de Balboa,22 los dominaron, a pesar de haber

sido conquistados de manera pacífica aquel inca temía aún de ellos por lo cual

envió algunos millares de ellos hacia el Collao, y así ocurrió con el territorio en

donde habitaban los cañaris; se pobló estas zonas con mitimaes provenientes

de diversas provincias del Imperio.

Hacia 1592, después de la visita del virrey Toledo, se ordenó un mayor

aprovechamiento de las minas lo cual requería de una mayor participación de

mano de obra indiana. De tal manera se recurrió a la ayuda de diversas etnias

cercanas a la mina de Zaruma y Santa Bárbara como eran las ubicadas en

Cuenca (cañari), Loja (paltas y malacatos), Chimbo, Riobamba (paltas),

Otavalo (otavalos), Quito (quixos) a que acudieran a dicho cerro de Zaruma

como mitayos para alcanzar por lo menos alrededor de 2200 indígenas.23

Esta situación se presentó, como dio testimonio el licenciado Francisco

de Auncibay en su Relación de Zaruma V, en ocasiones en que se preparaban

y dictaban las órdenes para enviar indios de distintos repartimientos como

mitayos a las minas. Para tal propósito, se cometían mil y un malabares de

parte de los encomenderos en alianza con los administradores de justicia de

18 Ayala Mora, E., op.cit., Págs. 101-102 19 Ponce Leiva, P., op.cit V.1., Pág. 123 20 Jaramillo Alvarado, P., op.cit., Págs. 44-45 21 Loc.cit. 22 Gonzáles Suárez, F. Historia General de la República del Ecuador, Págs. 44-45 23 Ponce Leiva, P. op.cit. V.1, Págs. 495-505

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las ciudades para que los naturales no cumplieran con dicho mandato y sirvan

en los obrajes o en las haciendas de los encomenderos como yanaconas.24

1.2 Recursos Naturales y Clima

Estos dos pueblos tienen varios recursos en común que la naturaleza les

brindó para la realización de diversas actividades dentro de ambos desarrollos

regionales. En principio, el material que les permitió la construcción de diversos

monumentos que ha permitido que perduren hasta nuestros días fue la piedra.

En mayor proporción en las regiones más cálidas la madera de árboles como:

cedros, alisos, nogales, morochos y sauces fueron fuente esencial

complementaria a la piedra.

Recurso escaso en la zona septentrional de los paltas era la sal. Podían

obtenerla a través de actividades comerciales con las zonas costeras, ya sea

con la isla de la Puná en el caso de los cañaris, o con el puerto de Paita en el

caso de los paltas. Sin embargo estos últimos según descripciones en las

Crónicas de Indias tenían salinas cercanas a los ríos que rodeaban Loja.

Hacia el siglo XVI los paltas ubicados en Zamora estaban rodeados por

3 importantes ríos: Catamayo, Zamora y Riobamba, los cuales les

proporcionaban abundante pescado para el consumo diario. De manera similar

Fray de los Ángeles captó la predilección de los cañaris por la actividad

pesquera antes que las de poseer algún tipo de granjería. Las dos especies de

río que consumían en el asentamiento de San Francisco de Paccha eran: el

guingeo y la payama. Estas especies diferían de sus escamas y cueros del

pescado de España, de acuerdo con el conocimiento de Juan de Salinas en su

Relación de Loja25. En Cuenca mas bien el pescado era el bagre ya sea de 2 ó

3 libras.

El cronista Salinas menciona al igual los frutos que logró identificar en la

provincia de Loja que crecían silvestres. Los dichos eran: uvillas(moras), paltas,

24 Ídem. Págs. 534-535 25 Ponce Leiva, P. , op.cit., v.1,Pág. 138

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peras, lúcumas, guabas, guayabas, zapotes, tumbos, granadillas. Los árboles

frutales que trajeron los españoles y se adecuaron muy bien fueron: naranja,

lima, uva, granada, higo, melón.

En la provincia de Cuenca Cieza de León anotó en su crónica con el

título de Palacios que había en los asientos de Tumebamba que había

abundacia de: venados, conejos, perdices, gallinas, palomas. Por lo pronto la

fauna del territorio habitado por los paltas hacia inicios del siglo XVI era: osos –

en las montañas, leoncillos, tigres, venados, palomas, tórtolas bravas, pavas,

garzolas, apangoras –parecidas a los cangrejos, y abejas castradas.26

En la provincia de Valladolid Salinas logró obtener el inventario de las

siguientes especies: patatas, ñames –de los que hay en Guinea, yuca boniata –

distinta de las islas Canarias, piñas, caymitos, peras, aguacates, anonas, maní,

camotes, nueces, entre otras.

Otro recurso que los españoles apreciaron con mayor ansia fueron las

minas. El cronista Cieza de León establece el año que las minas de oro de

Santa Bárbara, cercanas a la ciudad de Cuenca, fueron descubiertas: 1544. Y

eran tan abundantes los minerales –azufre, oro, plata y mercurio- que muchos

de los vecinos e indios permanecían con bateas cerca de los ríos y “era tanta la

cantidad que había deste metal, que muchos sacaban en la batea más oro que

tierra”.27

Fue también muy importante durante el establecimiento de los españoles

en territorio cañar hallar minas de azogue. En Relación del Pueleusi del Azogue

escrita por el franciscano Fray Gaspar Gallegos hacia 1580 menciona lo

siguiente: 28

Es esta tierra y su comarca de muchos minerales metales. Hace hallado media legua de aquí -cerro de Huayzhun- una mina de azogue. Hay minas y vetas de plomo descubiertas y hay una veta de alumbre, y hay mucha noticia de que hay mucho oro

26 León, Luis A., Compilación de crónicas, relatos y descripciones de Cuenca y su provincia. Primera

parte, Pág. 56 27 Domínguez Ochoa, M.; op.cit., Págs. 27-28 28 Ídem. Pág. 75

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en esta comarca, y plata-cerro de Pilzhun-, que por falta de servicio no se saca, y de hombres, que no se dan a ello.

Es de esa manera que eran las minas de azogue muy necesarias para el

trabajo de la plata, que en su mayor parte era extraída en el antiguo territorio

palta, en las minas de Zaruma. Todo lo que extraían de las minas de oro y plata

lo exportaban a Nueva España, estoe hecho es mencionado en la relación de

Salazar de Villasante (1570-1571). 29

Y el recurso más importante era el agua. Cuenca era una ciudad

privilegiada, (ver ANEXO 1) poseía abundantes lagunas, las que los cronistas

identifican como pacarinas o lugares sagrados de los cañaris (ver punto 2.3).

Esta conclusión se toma en base a la leyenda de la guacamaya y la serpiente.

Aquellas fuentes de agua que se han podido identificar en las Relaciones

Geográficas de Indias recopiladas por Jiménez de la Espada son:

Guagalzhume, Culebrillas, Busa y de Jacarín.30 Junto al agua obtenida por

lagunas, Salazar Villasante también menciona la presencia de aguas termales

con propiedades medicinales, localizadas de la misma manera en la provincia

de Zaruma31 (ver punto 3.4)

En su mayoría los cronistas mencionan el excelente clima de las zonas

ocupadas por los paltas y cañaris. Ambos tenían climas templados y geografía

compleja.32 El inca Guayna Cápac, según relato de los distintos cronistas

expresa su amor por estas regiones; el inca “holgaba mucho estar en esa

provincia” pues tenía buen temple.33 En palabras de Salazar Villasante: “ni frío

ni calor”.

Fray Domingo de los Ángeles hizo una descripción más detallada de los

cambios que sufría Cuenca y sus provincias de la siguiente manera:34

29 Ponce Leiva,P., op.cit., v.1 Págs. 96-97 30 Domínguez Ochoa, M,; op.cit., Págs. 28-29 31 Ponce Leiva, P., op.cit., v.1 Pág. 129 32 Ayala Mora, E., op.cit., Págs. 101-102 33 González Suarez, F. , op.cit., Págs. 56-57 34 Ponce Leiva, P., op.cit., v.1, Pag. 373

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De clima ni muy frio ni muy caliente, Cada año alrededor de Junio, Julio y Agosto, el tiempo cambia y se producen heladas arruinando las plantaciones de maiz y trigo. Además durante esta época corre un viento muy frío y seco, que viene del Norte; los cuales se originan de unas sierras nevadas y lagunas

35 que están a 23 leguas de la

ciudad. Luego estos vientos se regularizan hasta Octubre, que cambia de Sur a Norte, pasa por las tierras calientes y montuosas hasta salir a tierra rasa por una provincia que se dice Cañaribamba y luego a Tarque, atraviesa 2 ríos […]

36

Por esta razón es que muchos españoles que llegaron hacia estas zonas

se enfermaban de tos y distintas alteraciones respiratorias. Mientras que los

indígenas al estar ya adecuados y poseer ropajes bastante gruesos

confeccionados con lana de auquénidos no sufrían estos males.

1.3 Población

Cronistas y funcionarios españoles registraron en distintas relaciones el

número exacto de indígenas de las diversas etnias en los distintos lugares de la

provincia actual de Cañar y Azuay como consecuencia del descubrimiento de

las minas. Este inventario fue de modo bastante estricto, por razón que la

corona requería de suficiente mano de obra para su aprovechamiento.

De dicha forma los administradores de doctrina lograron colaborar con la

Corona Española a informar todo dato valioso para la economía pensinsular,

esta alianza se ha dado en un ejemplo presente en la Relación sumaria de la

que envio el Obispo de Quito al Consejo, de las doctrinas y doctrineros de todo

aquel obispado y de las prebendas de aquella Iglesia y de las calidades de los

prebendados, de 1572, escrito por Fray de la Peña.37

35 Actual Parque Nacional de Caxas, existen en él 232 lagunas bien definidas ubicadas sobre sus extensos

valles; entre las más importantes están Lagartococha, Osohuaycu, Mamamag ó Taitachungo,

Quinoascocha, La Toreadora, Sunincocha, Cascarillas, Ventanas y Tinguishcocha. Esta gran cantidad de

lagunas regula y conserva a los riachuelos de la zona a través de su drenaje; ríos como el Tomebamba, el

Mazán, el Yanuncay y el Migüir nacen en el Cajas y abastecen de agua potable a la ciudad de Cuenca;

son, a la vez, principales aportadores del Complejo Hidroeléctrico Paute, que provee de electricidad a casi

todo el Ecuador.

37 Ponce Leiva, P., op.cit., v.1 Págs. 176-177

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En la Relación que envio mandar a su Majestad se hiciese de esta

ciudad de Cuenca y de toda su provincia (1582) se registra en la localidad de

Tremzambi junto con la de Alausí el número de 2000 indios cañaris, en

Hatuncañar se reunían 1000, en Cañaribamba 1500 y en la misma ciudad de

Cuenca o Tomebamba alrededor de 1200. Todos daba un total un poco menos

de 6000 indios cañaris, tomando en cuenta que algunos huían o se

encontraban como forasteros en otras provincias. Por ello la cifra pudo haber

sido mayor. 38

Sin embargo, Hernando de Pablos fue por encargo del corregidor de

Cuenca Ganoso quien registró un total de “12 000 ánimas”. Pero acota que

anteriormente a las luchas civiles entre Huáscar y Atahualpa la población era

mucho mayor.39 En palabras del cronista cito:

[…] porque en el tiempo de Atabalipa y Huascar con las guerras y rebeliones que hubo en esta provincia, murieron todos los cañares, que de 50 000 que había, no habían quedado más que 3000, que fue al tiempo que vinieron los españoles; y de entonces acá hay 12 000 ánimas, por estar como están muy sobrellevados y libres y no tan sujetos como lo estaban en tiempo de su señor el Inga […]

A últimos versos del parágrafo es de notar la intención de los cronistas

españoles por defender la conquista y explotación de la población indígena,

reflejando en sus líneas la mala situación en que los dichos indios pudieron

encontrarse al anexarse sus naciones al Imperio Incaico a fines del s. XIV e

inicios del XVI.

En toda la provincia de Loja el número de población identificada como

palta son en total 2500. Esta cifra se toma de la suma de los indígenas de

Calvia (2000 indios tributarios), Pocol (no determinado), Zaruma y Loja (aprox.

500 indios tributarios). Hacia el oriente de Loja se ubicaba Zamora, allí Juan de

Salinas reduce los indígenas repartidos de cada 20 entre los 35 vecinos,

generalmente conquistadores, esto daba un total de 8000 indios tributarios.

Antonio de León en su Relación de los pueblos de españoles que hay en

la provincia del Perú que caen en el distrito de la Audiencia Real de la Ciudad

38 Ídem. Págs. 175-176 39 Ídem. Pág.374

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de San Francisco de Quito,40 reportada hacia 1567 cifras mayores a los

cronistas anteriormente citados. En la ciudad de Cuenca calcula 6000 indios

cañaris tributarios, en la ciudad de Loja (Ver ANEXO 2) 9000 indios paltas y en

Zamora 8000.

La baja demográfica de los cañaris en relación con los paltas lo atribuye

Cieza de León y demás cronistas a la masacre cometida por las huestes de

Atahualpa. Es por dicha razón que había mayor cantidad de mujeres que de

hombres. Por tanto era precisa mayor gente para el trabajo de los obrajes y

para servir en las mitas mineras durante la Colonia.

40 Ponce Leiva, P., op.cit., v.1 Pág. 57

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Capítulo II

Aspectos Político, Económico y Religioso

2.1 Aproximación a su organización política-económica

Según los cronistas como Cieza de León y Garcilaso de la Vega

plantean que los cañaris eran una unidad de distintos pueblos que vivían en

constante conflicto. Por lo general los motivos de dichas peleas eran

ocasionados por asuntos personales de los caciques o principales de cada

pueblo, muchos de estos entraban en disputa por el robo de sus mujeres o

deshonra de sus familias. Al igual que el historiador Ochoa comparto la idea

que no eran guerras en el sentido completo de la palabra, sino que eran

ejercicios militares y las luchas entre caciques que tenían un carácter ritual.

Para esta conclusión cito al cura doctrinero de Peleusí, Gallegos:

Solían ser gobernados cada tribu de un cacique principal, y este cacique principal que se llamaba Puezar, traía siempre guerra con la provincia de Atún Cañar, questá cuatro leguas de aquí […] y algunas veces los caciques iban siempre a pelear los unos con los otros, y tenían sus términos señalados cada pueblo, y cuando iban los de aquí a dar batalla a los de Atún Cañar, salían ellos al encuentro a los términos de sus pueblos […]

Sin embargo, junto con los pueblos paltas que conformaban su propia

etnia ambos vivían en pleno contacto pues temían la invasión de los jívaros

antes de la conquista inca, incluso planeaban estrategias para combatirlos en

caso se aproximen a sus territorios.

Hay diversos caciques que aparecen como gobernantes cañari, el más

resaltante es Duma, cacique de Sígsig que hizo resistencia a la invasión del

Inca Tupac Yupanqui. Debido a esa unidad del pueblo cañar es que convocó a

los señores de Macas, de Quizna y De Pumallacta según el cronista

Montesinos para ejercer resistencia.

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Estos tres caciques que lucharon contra Tupac Yupanqui fueron: Pizar

Capac, Cañar Capac y Chica Capac. Según Gaspar Gallegos el primero estaba

a cargo de Peleusí, el segundo de Atún Cañar y el tercero de lo que hoy se

conoce como Checa. Partiendo con el cronista Cabello de Balboa estos tres

jefes recibieron la muerte al resistirse.

Como lo asegura Jiménez de la Espada, los cañaris debían dar tributo a

sus caciques en forma de alimentos y bebidas. No se menciona en ninguna de

las crónicas consultadas respecto al uso de las “hacha monedas” como parte

primordial de movimiento económico monetario.41

Al tener que tributar, las mujeres cumplían un rol muy importante. Cieza

de León se sorprendió por la distribución de las tareas agrícolas hacia ellas.

Mientras que los hombres realizaban otro tipo de oficios manuales como hilar y

tejer, o si no eran esas dos actividades preparaban el filo de sus armas o las

perfeccionaban.42 No sólo se restringe la mujer al trabajo de campo, sino

también al servicio del inca, cerca de 200 vírgenes cañaris servían en el templo

de Ingapirrca. Y es demostrada esa confianza del inca para con el pueblo

cañari al delegarle a muchos de los naturales de esta etnia de la guarda de las

mamaconas (mayordomos). 43

Juan de Santa Cruz Pachacuti cuenta que, después de la coronación

Huáscar eligió a 1200 cañaris –y chachas- como guardias para los portales

exteriores de su palacio. Se llega a la conclusión por este acontecimiento que

dicha etnia cumplió un rol importante dentro de la participación en su ejército.44

Luego de la incorporación al Virreinato surgieron diversas actividades a

las que se dedicaron, ya sea como mano de obra dentro de las encomiendas o

en las fabricas o granjerías que mantenían los funcionarios españoles. En la

ciudad de Cuenca indios cañaris se dedicaban a la producción de bizcochos y

41 Ayala Moran, E., op.cit., Págs. 98-99 42 Ídem. Págs. 96-97 43 Para asegurar la seguridad de las mamaconas, estos cañaris que las vigilaban se les castraba, según

Cieza de León en: [et.alt] Cronistas Coloniales. V.2. Pág. 77 44 Oberem, Udo, op.cit., Pág. 118-122

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harinas para ser trasladadas a Guayaquil y abastecer a esta localidad. Un

ejemplo de esta afirmación es el trabajo registrado por Fray Antonio Vázquez

de Espinoza45 sobre la ciudad de Loja. Allí trabajan indios mitayos en la

fabricación de harina y jamón. Dichas fábricas abastecían a los mitayos de las

minas de San Antonio de Zaruma. Actividad prolongada hasta actualidad fue la

fabricación de licor, confites y azúcar de caña de azucar. Estos productos eran

comercializados también en Guayaquil46.

Otros cañaris y paltas fueron repartidos a la explotación de metales

como el oro, plata y azogue, industria que les permitía la exportación de dichos

recursos a Nueva España. 47 El excesivo trabajo y la distancia que debían

recorrer los mitayos para llegar a las minas dieron resultado enfermedades en

los naturales, por lo general respiratorias y epidemias por el poco presupuesto

para la explotación de éstas. Ello abismó una baja demográfica indígena:48

Mining was not a major economic activity in colonial Ecuador, but for a brief period in the second half of the sexteenth century the gold mines of Zaruma yielded about 200.000 pesos a year[…] Work in the mines involved mitayos travelling up to 20 to 25 leagues across rugged terrain that was dissected by deep valleys whose rivers in winter were often swollen with rain and Indians often drowned.

49

Dentro de la administración española en el Virreinato del Perú es

importante resaltar los privilegios que mantuvieron hasta poco tiempo después

de la visita del virrey Toledo esta etnia en relación con las demás. Esto esá

presente en distintos momentos de la vida colonial. Como por ejemplo:

[…] Cuando Tupac Amaru, el último neo inca fue llevado al lugar del suplicio por las calles del Cuzco, le rodearon 400 yndios cañares con sus lanzas ehiestas en las manos y fue también un cañari el que actuó de verdugo […]

50

[…] Asimismo, los cañaris amplían servicios militares; por ejemplo, 150 „yndios

cañares con sus lanzas‟ formaban parte del séquio del oidor Juan de Matienzo en la

45 [et.alt] Cronistas Coloniales, v.2. Pág. 574 46 Íbidem. 47 Ponce Leiva, P., op.cit., v.1. Págs. 96-97 48 Anda Aguirre, A., Indios y Negros Bajo el dominio español en Loja, Págs. 65-68; 122-126 49 Newson, Linda, Patterns of Indian depopulations in early colonial Ecuador, Pág. 146 50 Ibidem.

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entrevista con el „neo-inca‟ Titu Cusi en 1565. Cuando en 1571 el virrey Toledo envió a fray Diego de Oviedo a entablar negociaciones con el „neo-inca‟, le acompañaron también cañaris del Cusco […]

51

Antonio de Calandria en su Cronica Moralizada de 1638 menciona

ejemplos de cómo formaban parte del servicio administrativo como

persecutores de negros fugitivos e indios vacos bajo el mando de Francisco

Chinchima en el Cusco. O como cuidadores de las minas de Potosí o de la

prisión. También cumplían la función de patrullar la ciudad y servir como

mensajeros en las reuniones de cabildo.52

Durante las guerras de sucesión entre Huáscar y Atahualpa el cronista

Cabello de Balboa afirma que los paltas apoyaron en las huestes apoyando a

Huáscar junto con los cañari, cito a Anne- Christine Taylor:

Cabello de Balboa affirme enfin ques des palta et des Guyacundo furent

enrôlés aux côtes des Cañar par Huascar lors des guerres de succession dynastique,

anvant d‟ être repris en main par Atahualpa […]53

Los paltas la segunda mitad del siglo XVI prestaban servicios para la

construcción civil o para realizar algún tipo de labranzas, por lo general estaban

a cargo de ganado vacuno o caprino. La visión que daban los cronistas

españoles en su mayoría para justificar la obligación hacia el trabajo en las

minas o como yanaconas paltas y cañaris al servicio de la Corona lo

sustentaban con expresiones como “son vagos o delincuentes u holgazanes y

sólo gustan de beber y bailar”. 54

Ejemplo de dichas expresiones despectivas se observa líneas abajo en

palabras de Salinas55 Otro ejemplo es la descripción que hace Hernando de

Pablos sobre los cañaris “los indios de esta provincia son ociosos, poco

trabajadores y se beben el maíz del tributo.”56

51 Oberem, Udo, op.cit., Pág. 126 52 Ídem. Pág. 128 53 Taylor, Anne-Christine, Les palta-les jivaro andins précolombiens à la lumiere de l’ethnographie

contemporaine, Pág. 453 54 Gonzáles Pujana, L., Minería y trabajo indígena en los Andes, Guamanga y Zaruma, Pág. 121 55 Ponce Leiva, P., op.cit., v.1, Pág. 124 56 Ídem. Pág. 378

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Lo naturales asentados en Loja eran muy hostiles, más que todo asaltaban a los españoles que pasaban hacia Quito, es por ellos que los españoles debían viajar en grupos grandes.

Sin embargo hay una predilección por los cañaris antes que los paltas.

Salinas considera que incluso los paltas eran de poco entendimiento y control,

mientras que los cañari poseían mayor habilidad e inteligencia para los

trabajos, por tanto tomaban las tareas con empeño.57

Hacia 1572 las ordenanzas del virrey Toledo estipulaban que los cañaris

del Cusco debían tributar en plata o especies así como lo hacían la gran parte

pueblos sujetos. De esa manera de debía parar definitivamente con los

privilegios brindados desde Pizarro a este pueblo, con lo cual podría

interpretarse con el miedo a que esté emergiendo una clase privilegiada

“sospechosa”, adicional a los encomenderos,–que ya de por si se deseaba

limitar o por la crisis económica peninsular. 58

2.2 Ritos y Religión

El origen de los cañaris se remonta según el mito cañare al diluvio

Universal que el franciscano Vicente Solan y Vargas Machuca cita sobre el

Génesis. Este mito se ha transmitido de manera oral y llega a oídos de los

cronistas Cristóbal Molina, Bernabé Cobo y Sarmiento Gamboa. Que es

relatado de manera siguiente:

[…] después que la culebra entró y escondió en la laguna [Culebrillas]. Lluvió tanto que los montes más altos fueron sepultados, no así el monte que crecía a medida que subían las aguas y en el cual salvaron dos hermanos […] Donde dicen huyeron del diluvio y otras supersticiones […] acabado el diluvio, dos hermanos, Ataorupagui y Cusicayo acabándoseles la comida, salieron por los cerros y valles a buscar de comer y que hicieron una muy pequeñita casa en que se metieron a do se sustentaban a raíces y yerbas, pasando grandes trabajos y hambre, y que un día, habiendo ida a buscar de comer, cuando a su casilla volvieron hallaron hecho de comer y para beber chicha, si saber de donde ni quien lo hubiese hecho ni allí traído; y que esto les acaecío como diez días, al cabo de los cuales trataron entre sí querer ver y saber quien les hacía tanto bien de tanta necesidad; y así el mayor dellos acordó quedarse escondido y vio que venían dos aves que llaman aguaque por otro nombre llaman torito y en nuestra lengua las llamamos guacamayas […]

57 Ídem. Pág. 138 58 Oberem, Udo, op.cit., Pág. 128

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La cita no alcanza para abarcar el extenso mito de las guacamayas.

Pero de éste se puede partir para entender la tabla de dioses y lugares

sagradas relacionados con dicho relato.

Pachacámac, el dios supremo y hacedor del Universo según Garcilaso

de la Vega era adorado por la tribu cañari, juntamente con el culto a la Luna;

he de allí que en la laguna de Culebrillas hacia los bordes habían una especie

de escalinatas y rampas. Posiblemente tenga relación con la fuente presente

en el palacio de Tschudi en el complejo arqueológico de Chan-Chan, la cual

pudo haber tenido un carácter mágico-religioso, pues a través de ella se

lograba ver la luna y las diversas posiciones que ésta tomaba al rotar. Es por

esta razón que María Matovelle tiempo después dio la hipótesis que la luna

también era otra divinidad principal de los cañares:

[…] Creen la inmortalidad del ánima, á lo que entendemos dellos, y conocen que hay Hacedor de todas las cosas del mundo; n tal manera, que contemplando la grandeza del cielo y el movimiento del sol y de la luna y de las otras maravillas, tienen que hay Hacedor destas cosas, aunque, ciegos y engañados del demonio, creen que el mismo demonio en todo tiene poder, […] y mas le obedecen por temor que por creer que en él haya deidad […]

59

En la cita anterior extraída de la crónica de Cieza de León se vislumbra

la idea de justificación de la conquista española sobre estos pueblos. Los

cronistas por lo general relacionan los ritos de los naturales con prácticas

demoníacas o que invocaban a los malos espíritus. Todo esto expresado para

impresionar, a las demás monarquías o probablemente para la posteridad,

sobre la labor civilizadora de la Corona Española.

Aquellas tribus cañaris, según los cronistas de Indias, cercanas al valle

de los jubones tenían como deidad al leopardo, las demás tribus ubicadas en

los valles interandinos y páramos decían haber descendido de la copulación de

la culebra y la guacamaya según el mito cañar. 60

59 [et.alt.] v.2., Pág. 66 60 Véase transcripción de Ochoa del mito de las guacamayas, en: Raíces provinciales Aportes para la

Historia de la provincia del Cañar.

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Además adoraban a cerros muy altos, lagunas, sacarinas, árboles. Los

primeros eran huacas, lugares donde ser daban ofrendas o eran sepulturas o

según expresiones de clérigos de la época “casas del diablo”.61

Acerca de los paltas Luis de Salinas comenta lo siguiente,62 descripción

bastante parecida a la religión de los cañaris:

La adoración general era al sol y la luna, y a estos hacían sus sacrificios así de ovejas como de unos que llaman cuyes, que parece conejos, que cría en sus casas; y lo mismo quemando maíz y mantenimientos, que ellos tienes. También tenían guacas o oratorios a quien ofrecían oro y plata y de todo lo que tenían, especialmente una hierba que se dice coca, de mucha estima entre ellos; lo cual ya no lo hacen sino es escondidas, porque se les ha advertido de la ofensa que hacen a Dios en adorar las criaturas, y por miedo del castigo con que se les ha prevenido […]

Al parecer la adoración al Sol era más una influencia inca, en tierra

cañari. Como ejemplo Guayna Cápac mandó hacer construir un templo del sol

muy parecido a los edificados en el Cusco (Coricancha) para ser un

observatorio hacia esa deidad, éste fue Tomebamba.

En cuanto a ritos mortuorios, normalmente hacían sepulturas en los

cerros o en el llano donde es colocado el cadáver con sus mejores vestidos,

joyas de oro y plata armas y sus mujeres.63 Éste penúltimo rasgo es esencial

en la visión guerrera que los cronistas le atribuyen a los cañari. Según Cieza de

León días posteriores al entierro prosiguen días donde las mujeres que no han

sido sacrificadas se cortan la cabellera y lloran por casi un año.

61 Domínguez Ochoa, M., op.cit., Pág. 29 62 Ponce Leiva, P., op.cit., v.1, Pág. 138 63 Las mujeres eran obligadas a ser enterradas vivas, a menos que se ofrecieran voluntariamente a ir hacia

el otro mundo con su acompañante. Ver en: Crónicas de Indias ,loc.cit., Pág. 65

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Capítulo III

Vida Cotidiana

3.1 Vivienda

Los distintos cronistas coinciden en este aspecto. Las casas de los

cañari eran construidas en piedra rodada, unidas con argamasa de lodo y

paja.64 Girolamo Benzoni resaltó en su Historia del Mondo Novo, (ver ANEXO

3) la propiedad de este tipo de piedra, era “livianísima” y que en Italia se le

conoce como “piedra pómez”. 65

De la relación de Hernando Pablos se puede concluir la utilización de la

piedra, barro y adobes para los soportes; y de palmas y tejas para las cubiertas

–esta última por influencia europea. Normalmente el techo era a dos aguas

sobre unos postes gruesos y una planta rectangular; todo colocado sobre una

base redondeada. 66 (ver ANEXO 4)

Para la descripción de la vivienda palta los materiales difieren, por su

mayoría son construcciones con soportes en madera y cubiertas de paja o de

barro. “En el medio colocan 2 ó 3 estantes atando a estos varas y encima

colocan la paja”. No suelen decorar sus viviendas, solamente mantienen

vasijas y cantaros de todo tamaño en el interior de la casa –para la preparación

de la “chicha” o de la comida. Y lo esencial que debían conservar en la casa

eran el algodón y lana. Las casas por lo general estaban rodeadas de

algodonales por tanto la casa era el lugar para el almacenamiento de la

materia. Y al criar ganado auquénido también requerían de un lugar donde

conservarlo, la vivienda se prestaba para tal propósito. 67 (ver ANEXO 5)

64 Ayala Mora, E., op.cit., Págs. 97-98 65 León, Luis A., op.cit., v.1, Pág. 65 66 Yañez Moreno, S.; Los grupos étnicos prehispánicos del sur del Ecuador según las fuentes

etnohistóricas, Pág. 69 67 Ponce Leiva, P. , op.cit., v.1 Pág. 139

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Estas conclusiones se han logrado obtener por las descripciones de

Juan de Salinas sobre los naturales de Zamora y Loja. Cito al cronista:68

[…] Las casa y edificios son pocos, y los edificios son los dichos y de adobes algunas casas y la cobija la dicha. Y que cada día se van mejorando los edificios. Que los edificios son casi de una forma y manera y no hay ningunos que sean muy aventajados. Los materiales es de madera en grande abundancia y muy buena, y piedra también; los demás materiales no se han dado hasta ahora.

69

Mas no sólo era el hogar el lugar donde guardan los alimentos y

materias primas para hilar y confeccionar textiles, sino también el cobijo donde

descansar luego de un arduo trabajo. Juan de Salinas expresa que dormían en

hamacas ubicadas dentro de la vivienda. (Ver ANEXO 6). No solían usar

mesas ni manteles, sino que comen en cuclillas.

Benzoni en su Historia del Mondo Nuevo, presenta un dibujo de casas

de madera con techo de palma y bohíos redondos con caña y palma

entretejida, con el cual se puede alcanzar la conclusión que eran bastante

similares a los descritos por los paltas.

3.2 Vestimenta

Los ropajes paltas eran una especie de camisetas hasta la altura de las

rodillas. Poseían unas aberturas a los costados por donde sacan los brazos.

Cubriendo esta especie de vestido iban unas mantas o capas.70 El material

para su fabricación era; algodón, en las zonas más cálidas; y lana para

aquellos que habitaban las zonas más frías. Pero el rasgo más distintivo de

esta etnia según Cieza de León eran sus llautos o coronas. Sin embargo no da

detalles sobre éstas. (Ver ANEXO 7)

68 Ponce Leiva, P., op.cit., v.1 Págs. 106-109 69 Loc.cit. 70 Ídem. Pág. 380

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Hay un dato peculiar que también distinguía a los paltas según la

crónica de Garcilaso de la Vega:

"Esta nación traía por divisa la cabeza tableada que, en naciendo la criatura, le ponían una tablilla en la frente y otra en el colodrillo y las atavan (sic) ambas, y cada día las ivan (sic) apretando y juntando más y más, y siempre tenían la criatura echada de espaldas y no le quitavan (sic) las tablillas hasta los tres años; sacavan (sic) las cabezas feísimas; y así, por oprobio, a cualquiera indio que tenía la frente más ancha que lo ordinario o el cogote llano le dezía(n) (sic) Palta uma, que es cabeza de palta"

Sus vestidos no eran monocromos, para pintarlos utilizaban

hierbas y palos de todos los colores. Otro recurso que los naturales de la

provincia de Loja utilizaban como tinte era la cochinilla.71 Las mujeres cañari

por su parte también vestían la manta larga que las cubría del cuello a los pies,

en la cintura ciñen su figura con una especie de faja, la cual le llamaban

chumbe.72 Puesta encima llevan otra manta delgada sobre los hombros, la cual

llaman líquida y cubre casi toda su espalda hasta la altura de los tobillos. Ésta

prenda la unen al vestido con unos alfileres de oro o plata grandes llamados

topos. (Ver ANEXO 8)

Para la fabricación de calzado se utilizaba la cabuya, de las fibras de

esta planta se hacían las suelas, y con las mismas fibras recubrían el empeine

de tal manera que resultaban, a visión de Juan de Salinas, muy parecidas a las

alpargatas. No era solamente este tipo de calzado, al respecto describe:

[…] y también los pescuezos de ovejas adobados cortados al propio talle del cuello del pie; y los unos y los otros calzados se venían a ligar y atar con cuerdas de diferentes colores y vueltas, y aprovechándose también de zapatos y alpargatas que ellos hacen en general […]

Los cañares eran al instante reconocidos por sus cabellos largos. En el

caso de los hombres Cieza de León comenta que luego que se daban una

vuelta con el cabello alrededor de la cabeza colocaban encima una corona

redonda de palo “tan delgada como haro de cedazo”. Las mujeres por lo

contrario tenían el cabello mucho más largo pues debían darle dos vueltas y

71 Ídem v.2, Pág. 345 72 Extraído de la crónica de Cieza de León compilada en :[et.alt.], Cronistas Coloniales, Págs. 61-62

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recien colocar la corona o se colocaban una cinta a manera de pañuelo la cual

es llamada vincha. 73

Ya durante la Colonia la vestimenta cañari sufre transformaciones. Las

mujeres llevan en vez de una corona un sobrero de color blanco muy peculiar

y colgando de éstos unas cintas de diversos colores. La manta por su parte

lleva bordados y son también de distintos colores. (Ver ANEXO 9)

3.3 Gastronomía

Sobre los platos paltas o cañaris no existe una descripción definida. Por

lo general los cronistas describen qué productos se consumían en la zona o se

cultivaban, mas no cómo se acompañaban unos con otros. El único ejemplo

que se encuentra en la relación de Juan de Salinas sobre la ciudad de Loja

expresa que es costumbre de los naturales comer una hortaliza peculiar, la cual

llaman guacamollo, de color verde, la cual se acompaña con vinagre y carne –

no especifica el tipo de carne, estimo será la de auquénido.74

El pescado era la base de la alimentación cañar y palta. Como ya se ha

mencionado (ver punto 1.2) el bagre se obtenía de las lagunas ubicadas a

pocas leguas de Cuenca. Los paltas consumían otro tipo de pescado, como ya

se ha especificado en puntos anteriores. Sobre las carnes rojas con los que se

alimentaban eran de: cordero, cerdo y vaca. Estas fueron introducidas durante

la Colonia.

La sal constituía un elemento esencial para la conservación del pescado

y la carne, además para darle sabor a los alimentos. Es por ello que se

esmeraban por conseguirla a través del comercio con la costa en la Isla de la

Puná o con el puerto de Paita –este último durante el Virreinato. Cuando esto

73 León, Luis A. op.cit., V.1, Pág.57 74 Ponce Leiva, P., op.cit., v.1 , Pág. 130

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no era posible cocían una agua salada, la cual Juan de Salinas no especifica,

cual es su modalidad alternativa de obtención.

La bebida típica era a base de yuca y maíz. Ésta se consumía en

ocasiones de guerras entre los diversos pueblos que constituían las naciones

paltas y cañari, o por la muerte de algún natural ilustre. 75 Además de esta

menciona el consumo en menor proporción de la chicha.

3.4 Enfermedades y medicina natural

A inicios del siglo XVI, transmitido por tradición oral se supo que

atacaron a estos dos pueblos epidemias de sarampión y viruela. Sin embargo

Hernando Pablos aseguraba que hasta casi finales del siglo continuaban estas

epidemias:

[…] y el día de hoy tienen sus enfermedades y manera de pestilencia por sus temporadas, como es sarampión y viruelas, por donde muere mucha gente […]

76

Adicionalmente en Zamora y localidades cercanas eran corrientes

calenturas y enfermedades respiratorias. Cuando éstas se presentaban eran

curadas con sangrías y purgas de plantas como el tabaco y aguacolla. Los

cañaris también utilizaban estas plantas, y adicionalmente la altamisa.

Los baños termales en Cuenca tenían propiedades curatorias según

Salazar Villasante, al respecto comenta:

[…] un cuarto de legua antes que se llegue, están unos baños, los mejores del mundo; yo dejé una gallina como media hora y se coció. No hay quien tenga la mano en el agua que sale de ella en cuanto se diga Ave María gratia plena, y no se puede más sufrir […] Yo quise hacer unos baños y aun se empezó a traer piedra, que fuera la mejor cosa para curarse de enfermedades, y cesó con mi ida. Un hombre de aquella ciudad me certificó que estaba manco de una mano, torcidos los dedos, de un humor, y que se fue allí y se lavó ciertas veces en aquella agua como salía, y que sanó y se le desencogieron los dedos y quedó bueno; y él me mostró la mano sana y otros me lo dijeron que lo habían visto tillido de ella y que sanó con el agua de aquellos baños; y sale en gran abundancia y por cierto manadero […]

75 Ídem. Pág. 109 76 Ídem. Pág. 374

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3.5 Música, bailes e instrumentos

Información sobre estos temas se han logrado recopilar gracias a los

músicos o los maestros de capilla durante la Colonia. Desde fines del s. XVI los

festejos de los cañaris durante el Inti-Laumi, cobraron solemnidad hasta

nuestros días –hoy en día esta festividad ha sido reemplazada con la fiesta del

Corpus Cristi. Esta fiesta está dividida en partes, a ser especificadas en el

siguiente parágrafo. Vale recalcar que no sólo se realiza de la manera que se

va a describir en la provincia actual de Cañar, sino también en Gualaceo,

Alausí y demás pueblos de la antigua nación cañari. 77

En un primer lugar los danzantes llevan un casco con cuernos de buey,

jubón blanco, ceñido con un cinturón, falda de color vistoso, ojotas y a los

tobillos cascabeles. Éstos, se ha llegado a la conclusión, que los pudieron

llevar puestos con la función de ahuyentar a los malos espíritus. En la mano

derecho llevan una espada de madera pintada, y en la izquierda un pañuelo y

una campanilla con la que acentúan el compás del baile. Sobre el busto llevan

una coraza de oropel rojo con adornos de lentejuelas y papel de diversos

colores. En la cabeza se colocan una peluca de largos cabello –vale recalcar lo

mencionado anteriormente acerca de la característica de los cañaris en cuanto

al tamaño de su cabellera.

Otros danzantes que sirven como antesala a la procesión son los

llamados vaqueros. Éstos utilizan; un pañuelo rojo que recubre su cabeza

como en forma de turbante, una camisa de lienzo bordada, una cushma negra

de lana, una faja larga con dibujos, zamarros de piel de cabra, ojotas, en el

busto un lazo y un chicote.

Los quipadores actuaban días antes de la festividad, no eran danzantes,

tocan las quipas o caracoles marinos grandes en las esquinas de Cañar. Ya

durante el día de la procesión tocan el instrumento en la puerta del templo. La

77 Moreno, Segundo L., Música y danzas autóctonas del Ecuador, Pág. 29-31

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primera es una nota grave y larga y la segunda va subiendo de tono poco a

poco de igual manera que el tono y ritmo.

Los segadores son jóvenes vestidos con: calzones bordados al extremo

inferior, cushma ceñida al cinto con una faja, llauto de madera o de cartón o de

cintas, y un haz de trigo que lo llevan en las manos. Es durante la procesión

que actúan realizando un simulacro de segar junto con cánticos en lengua

quechua, castellana y cañar.

Luego de los segadores prosiguen las cantoras, como su nombre lo dice

está compuesta por cantoras indígenas. Visten huallcas o collares dorados,

sobre la cabeza flores naturales, peinetas, cintas, entre otras cosas.

Los instrumentos que se han registrado son de percusión y de viento.

Los de cuerda fueron introducidos por los españoles, es el caso del arpa y el

charango (Ver ANEXO 10) .Entre los primeros tenemos: variedad de

tamborines; tambora y tamboril hechos con piel de cabrito o de cordero; y

cascabeles. Respecto a los segundos tenemos: el pingullo, el churo y la

chirimía. Ésta última poseía un sonido muy parecido al que emite la trompeta.

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