Los Condenados de La Ciudad[1]

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    ITraduccin deM AR CO S M AY ER

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    LOS ONDEN DOSDE L I UD DGueto periferias Estado

    po rLoc Wacquant

    sigloveintiunoeditores

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    Siglo veintiuno editores Argentina s aTUCUMN 1621 7 N (C10SOAAG), BUENOS AIRES, REPBLICA ARGENTINA

    Siglo veintiuno editores s a de c vCERRO DEL AGUA 248, DELEGACiN COYOA CN , 0 43 10 , MXICO, D. F.

    Siglo veintiuno de Espaa ed itores s aCIMEN NDE Z P IDA L, 3 B IS (28036) MADRID

    Wacquant, LoicLos condenados de la ciudad. Gueto, periferias y Estado. ed. Buenos Aires: Siglo XXI Editores Argentin a, 2 007.376 p. ; 21x14 cm (Sociologa y Poltica)Traduccin de Marcos MayerISBN 978-987-1220-98-4l. Sociologa. 2. Clases Marginadas. 1.Marcos Mayer, trad.II Ttulo.

    CDD 305.56Ttulo original: Parias urbains. Ghetto, banlieues, tat; publicado po rditions La Dcouverte en 2006

    Portada de Peter TjebbesImagen de tapa: Camilo Vergara: Nort h Lawndale on Chicagos Wes t S ide, 1988

    2007, Siglo XXI Editores Argentina SAISBN 978-987-1220-98-4

    Impreso enArtes Grficas DelsurAlmirante Soler 2450, Avellaneda,en el mes d e julio de 2007

    Hecho eldepsito que marca la ley 11.723Impreso en Argenti na - Made in Argentina

    A m i m ad re , p or h ab er me e ns e ad oel se ntido de la justicia social.

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    I LOS CONDENADOS DE LA CIUDAD. Sin embargo, esta poltica de abandtrvode los negros pobres exple 1 ono yencauzamiento pun-d ' a c aramente qespues de su creacin y ms de d ' ue, cerca de un sigloabortada la dl,Idosamente bautizada ~,~decadas luego de que fuerada por el gobierno federal, el eto uerra a ~apobreza anuncia-para US;tuna frase premonit ~ d estadou~ldense sigue siendocomisin Kerner (Kerner e on~. el prefacIO del informe de l~d d ommlsSlon 1968 1988; ~ e exammar las causas e irn lic .' , ; xx), encarga-bIOSraciales de 1964-1968 1 P aCI~~es de los grandes distur-. , , a encarnacIOn de 1 -nacIOn, de su fracaso ms profu d d a verguenza de estan o, y e su mayor desafio .

    3. El precio de la exclusin racial y socialen Bronzeville

    Tras un largo eclipse, el gueto tuvo un regreso espectaculara la escena poltica y la conciencia colectiva norteamericanas demediados de la dcada de 1980. Hay que remontarse, en efecto,a las postrimeras de los disturbios de los veranos calientes de1964 a 1968 (Fogelson, 1971) para ver que los negros llamen tantola atencin conjunta de los medios, de los universitarios y de losresponsables polticos.El aumento de la pobreza duradera (sobre todo entre las muje-res y los nios) y de la criminalidad, la desagregacin de lafamiliapatriarcal, el deterioro sin fin de la vivienda social y de las escue-las pblicas, la erosin sbita del equilibrio fiscal de las ciuda-des afectadas por vastos guetos y los dilemas de la gentrificacin,las desilusiones de las fuerzas progresistas respecto del Estado deBienestar y la ofensiva poltica en todas direcciones de la nuevaderecha, todos estos factores han convergido para reubicar a losresidentes del corazn segregado de las grandes ciudades en elcentro del debate pblico (Wilson, 1987). Pero, a raz de la hege-mona creciente de la ideologa neo conservadora en los EstadosUnidos, las discusiones sobre la funesta suerte de los negros delgueto han sido reformuladas en trminos individualistas y mora-lizantes: los pobres son presentados como un agregado informede casos patolgicos, cada uno con su lgica y sus causas propias,como las criaturas de una cultura tnica nociva, o incluso comolos beneficiarios de un Estado de Bienestar dispendioso, que man-

    1 Por ejemplo. Kornblum (1984); Holdt (1985). DanzigeryWeinberg (1986).Chicago Tribune (1986). Brewer (1987). Harris y Wilkins (1988). YWilson (1989).Gephart yPearson (1988) revisan las investigaciones surgidas por la rernodelacindel gueto y de su poblacin a cargo del Social Research Council, en prepara-cin de un nuevo programa de investigaciones sobre la underclass, que marcarla dcada de 1990.

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    11 8 LOS CONDENADOS DE LA CIUDADtiene la miseria que se supone debe combatir, al recompensar lapereza y el vicio.f

    Desconectadas de los cambios estructurales y de las luchascolectivas que las han determinado, las dislocaciones sociales queasolan el gueto son descriptas como un fenmeno espontneo,autoinfligido y automantenido. Esta visin marginalista de la mar-ginalidad urbana ha encontrado su expresin ms acabada en losretratos escabrosos del subproletariado negro que han florecidoen las pginas de las revistas populares, las audiencias parlamenta-rias y los programas de televisin consagrados al seguimiento delsurgimiento de una supuesta under class, caracterizada por sus com-portamientos antisociales y que vendra arrasando el corazn dela metrpolis estadounidense. Las descripciones y explicacionesdel impasse en que se encuentra atrapado este grupo insisten sobrelos atributos individuales de sus presuntos miembros y sobre lainfluencia supuesta de una cultura de la pobreza, reactualizadabajo el trmino de pobreza moral o de cultura de la dependen-cia (Himmelfarb, 1994).En oposicin a esta visin moralista e individualista, este cap-tulo desmenuza los rasgos especficos de la estructur a so ci a l rela -cionada dentro de la cual evolucionan y se esfuerzan los habitan-tes del gueto, a pesar de la acumulacin de los obstculos, por(sobre)vivir y, en la medida de lo posible, escapar a la terriblemiseria y a la degradacin personal que son su destino cotidiano.Para lograr esto, se trazar el perfil sociolgico de los negrosque viven dentro del permetro despreciado de la inne r city de Chi-cago o, para ser ms precisos, se analizar la condicin social delos habitantes del corazn del gueto histrico del South Side y elWest Side (formado en los aos 1920-1940), Yla de los residentesde los barrios negros inmediatamente limtrofes (que se desarro-llaron durante la posguerra yluego fueron reforzados por el influ-jo del movimiento por los derechos civiles). Ms all de su aporte

    2 Se encontrar un excelente panorama de conjunto de los recursos, par-metros y lmites del debate que renaci alrededor de la pobreza, la asistenciasocial y la divisin racial en la dcada de 1980, en Katz (1989, captulo 4).3 Vanse Wilson (1988), para una diseccin de los retratos sensacionalistasde esta nueva categora tremendista en los medios masivos, y Wacquant (1996),para una crtica terica y emprica.

    DEL GUETO COMUNITARIO AL HIPERGUETOsociogrfico, el argumento central de este captulo es que el vagoy moralmente pernicioso neologismo de la un der clas s esconde, enrealidad, un fenmeno de orden macroestructural: el gueto paspor una crisis no porque las microestructuras de la familia y delas conductas individuales se hubieran derrumbado de repente,o porque un ethos del asistencialismo (w elfa re eth os) se hubieraapoderado misteriosamente de sus habitantes, sino porque el des-empleo y la exclusin econmica, al alcanzar niveles muy agudossobre el fondo de una rgida segregacin racial, desencadenaronun procesq de hiperguetizacin, en el sentido de exacerbacinde la lgica excluyente del gueto.'En efecto, los sectores precarizados del proletariado negro delas ciudades de hoy difieren de sus homlogos de pocas anterio-res y de los blancos pobres en que estn cada vez ms concentra-dos en los decadentes enclaves territoriales que son el receptculoy la concrecin paroxstica de la marginacin racial y socioecon-mica. As, en Chicago, la proporcin de negros pobres que resideen zonas de extrema pobreza (o sea en las circunscripciones delcenso en las cuales la poblacin incluye ms de un 40% de hoga-res que vive por debajo de la lnea oficial de pobreza) ha subido

    4 En las postrimeras de las revueltas de Lo~ngeles en mayo de 1992, el vice-presidente de los Estados Unidos, Dan Quayle, declar en un discurso que resultclebre (fustigaba a la serie televisiva Murphy Brown reprochndole presentarbajo una mirada favorable el hecho de ser madre soltera, causa de todos los malesde la poca): La anarqua social y criminal a la que hemos asistido est vinculadaa una decadencia de la estructura familiar, de la responsabilidad personal y delorden social en dem~siados sectores de nuestra sociedad. Para los pobres, la situa-cin resul~ exacerbada por un ethos del asistencialism~ (weifare ethos) que impidea los individuos elevarse en la sociedad y que limita su capacidad para aprove-char las oportunidades que ofrecen a todos los Estados Unidos. [... ] Duranteel perodo de progreso (despus de las revueltas de los aos 1960), hemos desa-rrollado tambin una cultura de la pobreza -algunos la llaman tambin unaunderclass- que es mucho ms virulenta y de la cual es muy duro salir pues hayalluna generacin. [ ... ] La pobreza intergeneracional que nos preocupa tantohoyes principalmente una pobreza de valores. Nuestras inner citiesestn repletasde nios, de personas que no son capaces de sacar provecho de las posibilidadeseducativas , de personas intoxicadas por los estupefacientes y por la droga del uel-[are. Este galimatas de falsas ideas sobre la nueva pobreza urbana se encuentra,con algunas pocas varian tes, en las notas periodsticas, los trabajos universitarios ylos debates sobre poltica pblica de mediados de la dcada de 1980.

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    aceleradamente, pasando del 24% en 1970 al 47% en 1980. Paraesa fecha, el 38% de todos los negros pobres, que vivan en las diezmayores ciudades del pas, ocupaba zonas de extrema pobreza,Contra el 22% de una dcada antes y menos del 6% de blancospobres (excluidos los hispanos). 5

    Esta creciente concentracin espacial y social de la pobrezaextrema crea un entramado indito de dificultades y obstculospara los centros de laciudad en bancarrota. Como habr de verse,la estructura social del gueto posindustrial ha quedado radical-mente recompuesta por la destruccin masiva de los empleosobreros y por el xodo de los hogares asalariados, tanto comopor el rpido deterioro de la vivienda, las escuelas, el comercio,los equipamientos para el ocio y otras organizaciones del barrio.Este proceso involutivo ha sido fuertemente amplificado y exa-cerbado por las polticas gubernamentales de laissez f ir indus-trial y urbano que han canalizado una parte desproporcionadade los recursos federales, estatales y municipales hacia las clasesy los barrios ms acomodados (Squires et al., 1987). El tapneconmico y social aportado por lapresencia de una clase obrera

    negra estable y por una clase media visible (aunque reducida),que amortizaban el impacto de los ciclos econmicos recesivos yvinculaban a los residentes del gueto al mundo del trabajo duran-te las dcadas de fordismo triunfante, ha desaparecido casi porcompleto. Yal igual que el tejido de las instituciones locales, lasredes sociales de parientes, amigos yvecinos se han resquebrajadoY vaciado de recursos. Al final, los habitantes del gueto contempo_rneo se encuentran ante una estructura de oportunidades cerrada,desprovistos del apoyo de las instituciones que suelen asegurar laestabilidad y la movilidad sociales.

    El objetivo de este captulo es arrojar alguna luz sobre estadimensin propiamente sociolgica de la evolucin de la margi-nalidad en el corazn histrico del cinturn negro de Chicago.Los datos de una investigacin basada en una extensa muestraaleatoria estratificada de los residentes de los barrios pobres de5 Un anlisis detallado de las tendencias de la economa, de la morfologasocial y de la pobreza y de su concentracin en esas diez ciudades se encontraren Wacquant y Wilson (1989).

    DEL GUETO COMUNITARIO AL HIPERGUETO

    los habitantes del hipergueto contem-la ciudad, muestran que b tculos nicos a causa de lasd b enfrentar a o s 6 S'porneo se e en . 1 rxima que integran. m,. d la estructura SOCiap . , .caractersticas e . , onviene u-azar el trasfondo histricoembargo, como precauc~~niacde radacin acelerada del guet? dePresentando un esbozo 1 g., de las dislocaciones SOCiales1 1 acumu aCIOn ,Chicago, que reve a a Sid n los sacudones de la econorruaen el South Side y el West 1 ~ ~o das que siguieron al final de lade la ciudad durante las tres ecaSegunda Guerra Mundial.

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    o d trializacin e hiperguetizacinesm us. . . n los uetos de las metrpolis d~lLas condiciones SOCialeseU g 'd s no fueron jams envi-.d t de los Estados m onoreste y del MI wes. 1970) pero hoy alcanzan enormesdiables (Clark, 1965; Ral~w~ter, El 'tado del corazn segregado

    . . , frimiento. es hpicos de pnvacIOn y su ,. d los cambios sociales que ande Chicago resulta emblemtico e . , n en esos barrios. Como. lid d la desesperacisembrado lamargma 1 a ~ ltades sociales golpean a las comu-loindica el cuadro 1, las dificu th S.d el West Side de la ciudadnidades afroamericanas del Sou 1 E y la lnea de los disturbios. id d in precedentes. ncon una mtensi a . SI ca ital del Midwest (y cuyo puntoraciales que sacu~leron a la ncfo del asesinato de Martin Lutherms alto se alcanzo tras el anu . 1 han conocido un aumentoclaves racia esKing en 1968), estos en tai de familias pobres, una' del porcen ajevertiginoso del numero y d clase obrera estable y claseemigracin masiva de los hogares e, o rovienen de una encuesta por cu~stio-6 Los datos utilizados en este captul ~. los barrios pobres de Chicagonario realizada entre 2.400 adultos que ha itan e1~86y 1987 para el U r ba n F a mily.. R ch Center entre '1 ) Lor el National Opinin esear, (di igida por WiIliamJulius WI son, a' id d d Chicago Ir I d 377Life Pr oject de la UI11VerSIa e e obtenida al azar entre los residentes emuestra de las encuestas a negros fu I les las tasas de pobreza eran de al

    circunscripciones (tmets) del, c,enso en :t: ~~:enso de 1980), Estuvoestratifica~amenos el 20% (la media municipal dura d las cuales el 35% resida en cir-' l '1 184encuestas, e hpor esta tus parental e me uyo r. deci zonas en las que las tasas de po rezacunscripciones de menor pobreza (e;1 3e1c~,n zonas de gran pobreza (3o..3?,9%)se situaban entre el 20% yel 29,9%), breza (el 10% de las circunscripciones,el 30% habitaba en zonas de extrema po~on tasas de pobreza superiores al 50%),

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    LOS CO DENADOS DE LA CIUDADmedia, un estancamiento (en realidad, una verdadera regresin)de los ingresos, y niveles rcord de desempleo. Segn el censo de1990, la desocupacin sobrepasaba el 27% en North Lawndale eEast Garfield Park, y se acercaba a un tercio en Washington Parky Grand Boulevard, con un pico del 45% en Oakland. La tasa depobreza rozaba e150% en el West Side yexceda habitualmente el60% en el South Side; dos tercios de lasfamilias. que vivan en esasdos zonas devastadas tenan como jefa de hogar a una mujer sola.Ms de la mitad de sus poblaciones dependa de la ayuda pblica,estando la mayora de los adultos sin trabajo, y slo una minsculaminora de ellos (alrededor del 3% en la mayora de los sectores)haba cursado estudios superiores.

    Cuadro 1:Algunas caracterfsticas de los barriosdel gueto de Chicago. 1970-1990

    Familia bajo Tasa Hogar Ingreso Residentela lnea de de m onoparental por c/universit

    Sector pobreza ( ) desempleo mujer ( ) farnllla compl.( )7 8 9 7 8 9 7 8 9 7 8 9 7 8

    Wes tSideNe arWest Side 35 47 52 8 16 21 37 56 60 6.0 7.5 10 .3 13**EastGar fie ldPark 32 40 46 8 21 28 34 SS 61 6.4 9.7 14 .3 2No rth Law ndale 30 40 44 9 20 27 33 52 60 7,0 9 ,9 14 ,2 2We st G ar fieldPark 25 37 36 8 21 27 29 49 SS 7,5 10 ,9 17,1 2Sou th SideO a k lan d 44 61 70 13 30 45 48 74 77 4,9 5,5 5,9 2Gran dB oulevard 37 SI 64 10 24 34 40 60 72 5,6 6,9 8 ,4 2 3W ashingtonPark 28 43 57 8 21 31 35 57 70 6,5 8, 1 9 ,1 2 3NearSouthS ide 37 43 61 7 20 25 41 71 75 5,2 7,3 7.6 S 9* En miles de dl ares anua les .** Au men tad o a ca usa de la gent r ifica cin de alguno s se cto res .FUENT ES:hica go Fac t B o ok C o ns o rtium , Lo cal Comm unity Fa ct Baok : Ch icago M etrop olitan A rea (ChicagoRe vi ew P re ss , 1 9 84 ), e i de m , L o ca l C om mu ni ty F ac t B oo l< :Ch ica g o M e r op al i a n A re a 1 9 90 (ibid., 1995).

    El vector ms fuerte de la pauperizacin econmica y la margi-nacin social de enormes segmentos de la poblacin instalada enel corazn segregado de Chicago es un conjunto de transforma-ciones espaciales e industriales mutuamente reforzadas en la eco-noma poltica y urbana del pas, que convergieron en las dcadas

    DEL GUETO COMU ITARIO AL HIPERGUETO

    de 1960Y1970 para minar los fundamentos materiales del gueto,privndolo de su papel tradicional de reservorio de mano de obrano calificada. 7Entre los cambios estructurales aparecen la reubicacin delas fbricas (comenzada en la Primera Guerra Mundial pero

    que conoci una brusca aceleracin luego de 1950) y la fuga deempleos industriales hacia el exterior, hacia los estados del Sunbelto a suburbios prximos o lejanos, mientras que los negros seguanemigrando en masa a las ciudades-centro del Rustbelt; la descon-centracin de las economas metropolitanas y su transicin hacialos sectores y los empleos terciarios, estimuladas por la separacincreciente entre la banca y la industria; el crecimiento del sectorfinanciero y el surgimiento de formas postayloristas de organi-zacin de la produccin; en fin, la ofensiva generalizada de lasgrandes empresas contra los sindicatos (que se tradujo, entre otrascosas, en despidos masivos, fuertes recortes salariales y expansinde sistemas de remuneracin y evaluacin en dos etapas), que haintensificado la competencia por los empleos y provocado unaexplosin de trabajo subremunerado yde tiempo parcial. Se siguede esto que incluso formas relativamente moderadas (en conso-nancia con la historia de la ciudad) de discriminacin etnorracialtuvieron un impacto ms fuerte sobre aquellos que se hallabanatrapados en lo bajo de las estructuras urbanas de clase. Dado elcontexto de una superabundancia de mano de obra en las dcadaspasadas, el debilitamiento de los sindicatos y el abandono de laspolticas de reduccin de desigualdades raciales han endurecido lasegmentacin del mercado de trabajo no calificado segn criteriostnicos (vanse, por ejemplo, Wintermute, 1983; Fainstein, 1987;Williams, 1987), que marcan a un nmero creciente de negroscon el sello de la obsolescencia econmica.

    7 No tenemos lugar para hacer ms que una rpida mencin de las princi-pales transformaciones de la economa estadounidense que pesan sobre la com-posicin y la trayectoria del gueto. Se pueden consultar anlisis en profundidadde la desorganizacin sistemtica de las economas y de los Estados capitalistasavanzados, y del impacto, real o potencial, de las tendencias posindustrialesy de la especializacin flexible en las ciudades y sus mercados de trabajo, enLash y Urry (1987), Offe (1985), Block (1987), Hicks (1985), Bluestone y Harrison(1988), YPiore y Sabel (1984).

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    12 4 LOS CONDENADOS DE LA CIUDADEn 1954, Chicago an se hallaba cercano al apogeo de supoder industrial. Ms de 10.000 establecimientos fabriles opera-ban en el permetro de la ciudad, y empleaban a no menos de616.000 asalariados, de los cuales casi medio milln eran obreros

    de produccin. En 1982, el nmero de fbricas haba cado a lamitad y no ofreca ms que 270.000 empleos, de los cuales menosde 162.000 eran para operarios (una prdida del 63% en clarocontraste con el crecimiento global del empleo industrial en elpas, que sum casi un milln de empleos productivos en el cuartode siglo iniciado en 1958). Cinco aos ms tarde, la ciudad sloContaba con 4.377 fbricas para 135.000 obreros de produccin.8Este resquebr

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    es

    126 LOS CONDENADOS DELA CIUDAD

    En 1980, el ingreso promedio por familia haba cado en elSouth Side y en el West Side, respectivamente, a un tercio y a lamitad de la media del municipio, mientras que haba alcanzadodos tercios en un caso, y una casi paridad en el otro, treinta aosantes. En el intervalo, ciertos barrios blancos yburgueses de la ciu-dad y de los suburbios acomodados mostraban ms del doble de lacifra municipal. As, en 1980, la mitad de las familias de Oaklanddeban arreglrselas para vivir con menos de 5.500 dlares an~al~smientras la mitad de las familias de Highland Park (en la penfenanorte de la ciudad) gozaba de ingresos superiores a los 43.000dlares por ao.Un estudio etnogrfico sobre los cambios sociales que afec~ona Kenwood, uno de los sectores ms desheredados del South Side,daba cuenta con precisin del acelerado descalabro fisicoy social delgueto, yvale la pena citado en extenso (Duncan, 1987: 18y ss.):

    En los aos sesenta, la calle 47segua siendo el centro de lavida social de la comunidad negra del South Side. Los ojosde Sue se iluminan cuando cuenta que, para esa poca, lacalle estaba repleta de negocios, de cines y locales nocturnosdonde podan escucharse grupos dejazz hasta muy tarde porla noche. Sue recuerda la calle como algo pleno de espritu(soulfulj. Hoy sela describira en cambio como desprovista dealma (soulless). Un puado de negocios y de currenry exchangesy algunos bares y despachos de alcohol sobreviven a lo largode la arteria. Pero, cuando uno sepasea por ella, loque sacu-de es la muerte antes que la vida de la calle. La destruccinliteral de lavida humana esalgofrecuente en la calle 47. Porlo que queda de los edificios, por los n~merosos come.rciosabandonados o protegidos con chapas. CIertasconstruccionespresentan cortinas metlicas y estn cerradas al pblic?, perono se hallan vacas; son usadas, de modo un tanto discreto,por los habitantes que se dedican a actividades ilegales. Otroslargos tramos de la calle sehan transformado en terrenos bal-dos. Todos los edificios construidos all hace tiempo que noexisten. Yanadie construye en la calle 47. [ ... ] A lo largo delos aos, los inmuebles de apartamentos fueron condenadosunos tras otros y demolidos por la ciudad. Hoy numerosaszonasde casasmuestran la apariencia de Berln bombardeadaluego de la Segunda Guerra. Kenwood est desfigurado por

    DEL GUETO COMUNITARIO AL HIPERGUETO 127inmensos tramos en ruinas, cubiertos de malezas, de ladrillosy botellas rotas.

    . Duncan cuenta que la,desaparicin de los negocios y la prdi-da de alojamientos han estimulado el flujo de las drogas y de lasempresas criminales que, en compensacin, han minado elfuertesentimiento de solidaridad que reinaba en otros tiempos en elbarrio. Dado que no queda yaninguna actividad ni ninguna orga-nizacin capaz de reunidos y representados como colectivo, tras elxodo de la mitad de la poblacin en quince aos, los habitantesque quedan, de los cuales algunos se refieren a North Kenwoodcomo el Salvaje Oeste , parecen estar embarcados en una perpe-tua bel lum omnium contra omnes por la simple supervivencia cotidia-na. Un informante lo expresa de modo sucinto:

    Se ha vuelto mucho peor. Han demolido todos los edificios,destrozado el barrio. Todos los muchachos debieron irse.Te separan de tus mellahs (amigos cercanos). Ya no es ms unbarrio, por decirlo as (citado por Duncan, 1987: 21; el desta-cado es mo).El futuro del sector se muestra muy comprometido, dada laamenaza permanente de la gentrificacin. En efecto, una buenaparte de Kenwood est compuesta de parcelas de primera seleccinabandonadas al borde del lago Michigan que rendiran beneficiosimportantes en caso de poder convertirse en reas de construccin

    de inmuebles de copropiedad y en complejos de departamentos delujodestinados a la clientela adinerada del barrio limtrofe de Hyde,Park. Un antiguo habitante explica:Quieren amontonar a todos los negros en los HLM (sobrela State Street, un gigantesco complejo de viviendas socialesdegradadas en pleno corazn del gueto, muy cerca de all).llQuieren construir todo para los ricos aqu y nada para noso-tros, los pobres. Tratan de que todos nos vayamos. Dentro

    11 Para una descripcin detallada de la historia, la economa informal y lavida cotidiana en el gran conglomerado de Robert Taylor Homes en los aosnoventa, vase Venkatesh (2000).

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    12 8 LOS CONDENADOS DE LA CIUDADde cuatro o cinco aos todos nos habre . .Duncan, 1987: 28). mas Ido (citado porLos sacudan es de la organizacin de 1 '.avanzada de los Estados Unid h d a economla capItalistaos an esencad do presiones centrfugas que se c bi ena o IrresIstiblesd om maron con el erechos civiles para resqueb . 1 mOVImIentode losrajar a estruct .del gueto y desencadenar un P d' ura socal tradicionald . roceso e bio ero u ti . ,ucrr este nuevo trmino 1 . l gue uacum. Al intro-, o que se quiere ndsu funcin econmica de reservo . d Icar es que al perder

    tambin se ha quedado sin su ea ;~~dadeoman~de .obra industrialtener y proteger a sus habita ~ 1 . :gallIzacIOnal para con-b I ntes. as glesas y 1~a an la armadura simblica d 1 B . a prensa, que for-siglo xx, siglo en el cual seg De ~ ronzeVIlle de mediados delbaron como agentes d~ unifi:ac:~ne y Ca~t~n (1945), se derrum-cotidiana ya no se encu tr y aCCIOncolectivas. La vida. en a estructurada dsocal paralelo y relativamente t entro de un espacio e au onorno que' .mlenor, la estructura ins';t' 1 irmte, aun a un niveluUCIona de la so . d dsus habitantes de los recu . CIe a global yprovea a. rsos necesanos pa d 1tegas de reproduccin o de Td ra esp egar sus estra-de una estructura trunca d mloVI1 ad social (aunque sea dentrodi . e c ases negras) y1 1tra ICIOnalmente asociad 1 . os ma es socialesU . os a a pobreza segr d d 1nIdos -la criminall'd d . 1 ega a e os Estadosa VIOenta el trflas reas de vivienda c 'd' a co yconsumo de drogasonverr asen barri ,de las familias el fracas 1 arnos baJOS ,la dislocacin, o esco ar y el d .Ycomercial_ han alcan d ~tenoro del tejido asociativorentes y se han arti 1 dza o proporcIOnes cualitativamente dife-cu a o en una nueva fi . ,cada uno de ellos de un : con guracion que dota aEl historiador : u un I;pacto ms devastador que antes.distincin entre lo anll pear (1968) ha incorporado una tilque ama el guer fsi .material de exclusi'd o ISICO SImple estructuramantiene a los n n naci a de la hostilidad de los blancos y quevado y el gueto ~gr~s se.parados en un espacio cerrado y reser-, mstItucIOnal 1tivas y culturales 1 b ' o sea a red de formas organiza-e a oradas po af .reaccin al viol r os roamencanos urbanos enento ostracismo causado por los blancos.F Segn

    12 El .surgImiento de una nu lido a l desarrollo del e ev a eHe de clase media est estrechamente Iiga-gu to negro de Chicago. La hostilidad de los blancos y el

    DELGUETO COMUNITARIO AL HIPERGUETO 9este esquema, la hiperguetizacin del perodo posindustrial sepuede entender, en parte, como una regr esin al gueto f sico, que setraduce en una intensificacin de la exclusin pues asocia desdeahora la fractura racial y la segmentacin de clase sobre un fondode desproletarizacin que ya no es compensado por un abanico deinstituciones comunitarias fuertes. Si el gueto organizado (o ins-titucional) de mediados del siglo xx, descripto con entusiasmoy precisin por St. Clair Drake y Horace Cayton ([1945] 1993),impona un costo colosal a los negros como colectividad, el guetodesorganizado o el hipergueto de finales de siglo implica unprecio an ms elevado.P Desde entonces, no slo estn some-tidos sus residentes, como en otros tiempos, a las decisiones delas fuerzas externas que dominan el campo del poder (la eliteeconmica y poltica blanca, los bancos y agentes inmobiliarios,los responsables de la burocracia estatal de control social), sinoque su posibilidad de control sobre los servicios pblicos e insti-tuciones privadas es ampliamente inferior a la de la sociedad glo-bal, pese a que dependen estrechamente de ellas en el da a da.Los habitantes del hipergueto contemporneo componen casi enexclusividad los sectores ms vulnerables y ms marginados de lacomunidad negra. Habiendo perdido sus cimientos econmicos yloesencial de la armazn de organizaciones y de actividades colee-crecimiento de la poblacin negra se han combinado para crear elgueto fsico enel South Side. Luego, la respuesta de los dirigentes de la comunidad negra cre elgueto institucional. Entre 1900y 1915, los lderes negros de Chicago generaronun complejo de organizaciones comunitarias, de asociaciones y de empresas quehicieron del South Side no slo una simple zona de concentracin negra sino unaciudad dentro de la ciudad (Spear, 1968: 91).

    13Subrayemos que el contraste analtico ent re el gueto comunitario o tradi-cional y el hipergueto contemporneo no implica juicio alguno de valor moralni una celebracin nostlgica del gueto de antao. Si este ltimo estaba estructu-ralmente integrado, no era a causa de una libre eleccin sino bajo el yugo de unasubordinacin total de los negros y bajo la amenaza permanente de violenciasraciales, di rectas y abiertas. El gueto organizado surgi comouna necesidad, bajoelefecto de la presin, como una respuesta creativa pero limitada a la implacablehostilidad de los blancos. A la inversa de los barrios tnicos transitorios en loscuales vivan los inmigrantes de origen europeo, el separatismo de los negrosnunca fue una eleccin voluntaria sino una proteccin contra lasinflexibles pre-siones del exterior, como lo muestra bien Spear (1968) en su historia de la gnesisdel gueto primitivo de Chicago.

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    tivas que permitieron a las generaciones precedentes de citadinosnegros sostener a sus familias y (re) producirse como colectividadfrente a las dificultades econmicas y a una subordinacin racialinflexible, la Bronzeville de finales del siglo es producto de unaradical ex clus in raci al y de clas e . La segunda parte de este captuloest dedicada a trazar una sociografia de esta exclusin.

    Elprecio de la vida en el hiperguetoPara comprender mejor el medio cercano en el cual evolucio-nan los habitantes del hipergueto contemporneo, procederemosa comparar la estructura social de los barrios del corazn histricode la Bronzeville de Chicago, solidificada durante el perodo 1910-

    1930,con la de las zonas de poblacin negra que seampliaron a lolargo de su contorno luego de las sublevaciones de los aos sesen-ta. Se percibe que esta distincin se acerca a la que existe entrelos ba rr ios neg ro s de extrema pobreza , o sea, los sectores de la ciudaden donde ms del 40% de los habitantes vive debajo de la lneade pobreza, y los barr ios neg ro s de po brez a moderada, que compren-den entre el 20% y el 30% de personas pobres, representativosdel barrio negro medio de Chicago, pues la tasa de pobreza de lacomunidad afroamericana de la ciudad se eleva a un tercio. Dehecho, casi la totalidad (97%) de los encuestados de esta segundacategora reside fuera del permetro histrico del cinturn negromientras que ms del 82% de los encuestados de zonas de extremapobreza habita en el West Side y el South Side de la ciudad, Yotro13% vive en los sectores inmediatamente adyacentes. As, cuan-do nos detenemos en las zonas de extrema pobreza y aquellas demenor pobreza, se puede comparar bien el corazn histrico delgueto, nacido en la era industrial, con su entorno posindustrial.Aunque esta comparacin se basa en un espectro trunco de tipos

    14 No existen barrios blancos de extrema pobreza en Chicago ni en ningunade las grandes ciudades estadounidenses. La miseria urbana intensa es un fen-meno que afecta en exclusiva a los afroamericanos (y,en segunda instancia, a lospuertorriqueos que representan un fenotipo cercano), prueba de que las formasparticulares alcanzadas por la marginalidad urbana en los Estados Unidos sonindisociables de la divisin etnorracial especfica de esa sociedad.

    DEL GUETO COMUNITARIO AL HIPERGUETO

    de barrio, revela un contraste sistemtico y pronunciado entre elhipergueto y los barrios negros adyacentes (donde se refugi laburguesa afroamericana) .15Sealemos que esta distincin entre barrios del corazn y delcontorno del gueto, o de pobreza extrema y pobreza moderada,no es una simple distincin analtica o estadstica, sino que apre-

    hende claramente las diferencias percibidas por los propios agen-tes sociales. En principio, la categora nativa de gueto designa,en Chicago, al South Side y el West Side, y no solamente a todazona de poblacin negra dentro de la aglomeracin. Los usos,habituales del trmino en la vida y la cultura cotidianas de la ciu-dad implican claramente un referente sociohistrico y espacialque sobrepasa la dimensin estrictamente racial. En consecuen-cia, los habitantes de la Bronzeville histrica tienen una opininsobre su barrio muy diferente -y claramente ms negativa- dela de los residentes de las zonas negras que la rodean. Apenas el16% de sus habitantes considera que su sector del corazn delgueto es un lugar bueno o muy bueno para vivir, comparadocon el 41 entre los habitantes de zonas de menor pobreza; en elcorazn del gueto, casi un encuestado de cada cuatro juzga quesu barrio es malo o muy malo , contra uno de cada diez entresus homlogos del contorno del gueto. En resumen, la oposicinentre las zonas de pobreza extrema de laBronzeville histrica y lasdems, donde la pobreza sigue siendo moderada, es socialmentesignificativa para sus habitantes.

    La estr: -ctu.rade clases~~ el corazn y el contorno del gu.etoLa primera diferencia importante entre el corazn histricodel gueto y sus mrgenes se debe a su estructura de clase (vasefigura 1). Una amplia mayora de los habitantes de las zonas peri-fricas del cinturn negro est integrada a la economa salarial15 Dado que el procedimiento de muestra excluye laszonas de censo quemuestran tasas de pobreza inferiores al 20%, la encuesta deja de lado a losbarriosnegros burgueses que reforzaran an ms el contraste entre el corazn histrico

    del gueto y la nueva clase media negra.

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    13 2 LOS CONDENADOS DE LA CIUDADregular: dos tercios cuentan con un em 1corresponde a profesiones d 1 P ~o, de los cuales el 11. e c ase medIa y el 5501 ficinpo obrero mientr . 10 a o CIOSde, as existe apenas un tercio que no trabaja. 16

    Figura 1: Estructu ra de cl ases negras en el corazn y Ien e contornodel gueto de ChicagoClase me dia

    Contorno del gueto Coraz6n elguetoo Proporcin deper sonas que no han terminado susestudios secundariosFUENTE Urb an Fam Iy Ufi p , I e raJea . Universityof Chlcago, 1988.

    Estas proporciones son .del gueto, donde ms del 6~~c~a~entedlasl Inver~as.en el corazno e os a u tos esta SInempleo, unl6 La -s categonas de clase se han definido - ,profesin actual del/la e;~uestad de Ia s . rapldamente sobre la base de lad l ' o a e a sIgUIente mane .Ia : l 'pren e os dlrectivos los adrni ist rar l ra: a c ase meda com-

    o ,mIS anvos os prof , al lila clase obrera incluye a la l esron es Iberales y los tcnicos'vez a os operarios ( t 'obreros especializados y manufactureros) ar es~nos y ~breros calificados,(empleados del comercio la ad X a los admInIstratIvos no diplomados, mlnlstraclOn y los icios)~esocupados\caen todos aquell . servICIOS; en la categora de. os que no tuvieran ern l lVIsta (cualquiera fuera su prof h bi , P ea a momento de la entre-1- resion a itual SIes terrmea de divisin entre la clase di l ' que eruan alguna), Nuestrade cuello blanco est de acuemde la y la clas~ obrera, que divide las profesiones, r o Con as reciente t - . oea de las clases sociales (por eie l Ab ,s eonas e mvestIgaciones acer-, l :J mp o, ercrornbis y Urry 1983 W' hcon as percepciones contemp - d ,; ng t, 1985) Y \ 1 : oraneas e las clases de tr di'anneman y Cannon Weber 1987 _ n o e a cornurridarl negrah ' ,capItulo 10) La cate - d ,muy eterognea la identidad de l . dd' gona e sin empleo es. ' os m IVIuos sin - .ambIgua y est mal definida en l lid d mi pOSIClOnsocoprofeslons esd . a rea I a rrnsrna In la acuva de un empleo (la mitad d l h .unc uye a personas en bsque-e os ombres y un ier d 'personas en el hogar 13m d l h b a mujer e cada diez) las/0 e os orn resy619t de Ias mu encuestados que siguen un curso educativo ,o e as mu~eres), y un grupo dede los hombres 14010 de las m' ) U de tIempo parcial o completo (16%,1< LUeres na m' - d 'declar fisicamente no apta 1 mona e encuestados sin empleo separa e trabajo 601 d h b:J /0 e om res, 3% de mujeres).

    DEL CUETO COMUNITARIO AL HIPERCUETO 133tercio tiene un puesto obrero y apenas el 6% goza de un estatu-to de clase media. As, para aquellos que residen entre los vesti-gios de Bronzeville, la desproletarizacin es de lejos la situacin mscomn y el hecho de tener un trabajo en la economa salarial esla excepcin. El examen de las diferencias entre sexos no afec-ta este contraste pero pone en evidencia la mayor vulnerabilidadeconmica de las mujeres, que duplican el nmero de hombressin empleo. Los hombres de las dos clases de barrios presentanuna distribucin de clase ms favorable a causa de su mejor tasaglobal de empleo (78% en el contorno del gueto y66% en el cora-zn). Aunque a menudo las mujeres estn menos empleadas (42%Y69%, respectivamente, no trabajan), su acceso en conjunto escomparable -es decir, severamente limitado- al estatuto de clasemedia. En los dos tipos de barrio, slo alrededor del 10% de ellasposee empleos asalariados que requieren un diploma terciario.Estos datos nada tienen de sorprendente. Nos recuerdan conbrutalidad que el desempleo y la miseria son dos caras de la mismarealidad en la ciudad estadounidense. Cuanto ms pobre es elbarrio, ms expandido est el desempleo y ms baja es la distri-bucin de clase de sus residentes. Pero estos resultados revelan,tambin, que el grado de exclusin observada en el gueto duranteel perodo de recesin de fines de los aos setenta se ha acentuadouna dcada despus, a pesar de un perodo de expansin econ-mica de los ms intensos de la historia reciente del pas.Como era de esperarse, existe una estrecha asociacin entre laposicin de clase y los ttulos educativos: casi todos los miembrosde la clase media (93%) han terminado sus estudios secundarios;cerca de los dos tercios de los negros de clase obrera tambinobtuvieron su diploma al trmino del colegio; pero menos de lamitad (44%) de los desocupados termin sus estudios secunda-rios. Tomando como punto de partida el nivel educativo, se mues-tra que el 15% de nuestros encuestados instruidos (es decir queal menos hayan terminado el colegio) ha alcanzado la lnea de laclase media asalariada. Por comparacin, las personas cuyo nivelde estudios es inferior al terminal se distribuyen de la siguien-te manera: 2% en la clase media, 38% en la clase obrera, y unaenorme mayora del 60,5% en la indefinida categora de los sinempleo. En otro~ trminos, para los negros de Chicago un diplo-ma de estudios secundarios es un ttulo indispensable para entrar

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    13 4 LOS CONDENADOS DE LA CIUDADen el mundo del trabajo, sin hablar del empleo estable general-mente reservado a la clase media. No terminar los estudios secun-darios es sinnimo de obsolescencia econmica y abre el caminoa la desproletarizacin.

    En conjunto, los residentes del corazn del cinturn negrohan cursado menos aos de estudio que los habitantes de losbarrios situados en su contorno, loque es efecto, en parte, de sucomposicin de clase ms obrera, pero tambin del nivel escolarmucho ms modesto de los desempleados; menos de cuatro per-sonas sin empleo de caada diez en el South Side y elWest Side hanterminado sus estudios secundarios, comparados con cerca de seissobre diez en los mrgenes del gueto. Se sealar al pasar que laeducacin es uno de los escasos terrenos en donde las mujeres noquedan peor paradas que los hombres; tienen lasmismas posibili-dades de obtener un diploma escolar en Bronzeville (50%) y esasposibilidades son mayores en la zona de pobreza moderada (69%contra 62%).

    Por otra parte, los habitantes del corazn del cinturn negrotienen orgenes de clase globalmente inferiores, si se toma encuenta el patrimonio econmico de su familia de origen y el nivelde estudios de sus padres (slo un 36% de los residentes del cora-zn del gueto tiene un padre que tenga al menos el nivel terminal,comparado con el 43% de los que viven a su alrededor). Menosde cuatro residentes de Bronzeville de cada diez provienen de unafamilia que era propietaria de suvivienda y seisde cada diez tienenpadres que no posean nada (ni domicilio ni empresa ni terreno).En las zonas perifricas del gueto, el 55% de los habitantes crecidentro de familias propietarias de su casa y slo el 40% careca depatrimonio alguno en la generacin precedente.

    Tanto en el centro como en el contorno del gueto son menoslas mujeres que provienen de una familia que posea vivienda ocualquier otro bien (46% Y37%, respectivamente). Esta diferenciaen el origen de clase se registra tambin en las tasas desiguales departicipacin en los programas de ayuda social durante la infan-cia: la proporcin de encuestados cuyos padres recibieron ayudasocial durante su infancia es del 30% en los barrios de alrededordel gueto contra el 41% en su centro. Las mujeres de las zonas dela Bronzeville histrica son las que ms provienen de .una familiaque ha recurrido a la ayuda social.

    DEL CUETO COMUNITARIO ALHIPERCUETOClase sexoy trayectoria de asistencia en el corazny las orillas de Bronzeville

    Aunque es mayor la cantidad de los que se han criado en unhogar que recibi ayuda social durante su infancia, los habitantesde Bronzeville tienen muchas ms posibilidades de haber depen-dido o de depender actualmente de la asistencia a los despose-dos. Las diferencias de clase, gnero y barrio seacumulan en cadaesquina de la trayectoria de asistencia para producir niveles cla-ramente ms altos de recursos entre la poblacin del corazn delgueto (cuadro 3)..En las zonas perifricas de menor pobreza, apenas un residen-te de cada cuatro reciba ayuda pblica al momento de la encues-ta, mientras que cerca de la mitad de los habitantes jams habarecibido personalmente asistencia alguna. Por contraste, en elcorazn del gueto, ms de la mitad de sus habitantes son benefi-ciarios actuales de la ayuda social y cuatro de cada cinco recibie-ron subsidios en el pasado. Estas diferencias se corresponden conloque se sabe gracias a los censos yotros estudios empricos: desde1980, cerca de la mitad de los hogares de la mayora de los barriosdel South Side y del West Side reciba ayuda social, mientras quelos barrios negros obreros y burgueses situados ms lejos al sur dela ciudad, como South Shore, Chatham o Roseland, mostrabantasas de apelacin a la proteccin social que iban del 20 al 25porciento.

    Ninguno de los encuestados de clase media que vivan en lascircunscripciones de la periferia del gueto estaba inscripto en laayuda social al momento de la entrevista, y slo uno sobre cincohaba recibido ese subsidio en el pasado. Entre los habitantes per-tenecientes a la clase obrera, slo el 7% depende actualmente dela ayuda social y ms de la mitad jams recibi we lJ ar e. La mismarelacin entre la posicin de clase y el recurso a la ayuda social seencuentra entre los residentes del corazn del gueto histrico,pero con niveles de participacin claramente ms elevados paratodas las clases: e112% de los habitantes que pertenecen a la claseobrera se encuentra actualmente en los registros de ayuda social yel 39% recibi subsidios en el pasado; no llega al 9% el porcentajede negros de clase media que recibe all una ayuda pblica y ape-nas un tercio alguna vez recibi subsidios, contra los tres cuartos

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    q~e lohan hecho dentro de laszonas e .diferencia ms fuerte se da tr 1 d rifencas del gueto. Pero laen e os esemple d d 1el contorno de Bronzeville: ms del 86 d 1 a os e corazn yen el permetro del gueto histrico d: e aspersonas que vivenayuda social y apenas el 701 . pende actualmente de la70 no recurri jam 11con el 62% y 20 01 resnecti s a e a, comparados70 especnvamente entr .alrededores. ' e qUIenes viven en los

    Cuadro 3: Incidencia de la apelacin a la a uda social .entre los residentes del cor ~ I Ya la aslstencia alimentariaazon y e contorno del guetoen Chicago (en porcentajes)

    Recibi ayudadurante la infanciaRecibe ayuda

    Todos losencuestados HombresCo ntorno Co raz n

    MujeresContorno Co raz n Co ntorno Co raz n

    41,4 30.5 36.4 26.3 43.8 33.5

    57.6 25.2 31.8 13.4 68.9 32.4

    22.0 45.9 44.5 68.6 11.9 31.3

    29.5 52.9 56.6 75.0 25.0 46.121.1 9,4 13.0 5.0 22.0 10.8

    60.2 33.5 39.1 22.2 70.0 40,4

    actualmenteJams recibi ayudasocialSe espe ra q ue s igarec ib i endo ayuda*:

    menos de un aoms de cinco aos

    Recibe cupones dealimentosRecibe al menosuna entre cincoformas de asi stenciaalimentaria** 85.2 59.61.1 51.1 45.0 378 . regunta planteada nicamen te a b en eficiarios actuales de la a yuda p' br~~. u~c inco formas referidas son: establecimiento de . .programas pblicos de distribucin de superprod i c ar idad a limentarla (pantry) u ollas populares'programa especial de suplemento alimenta i ulccl n agrlcola; cupones alimenticios de ayuda social:refacci r o para as mujeres nios d h ones gratuitas o a precios reducidos ofrecid l' e p ec o y nios en general (WIC)'a s por as escuelas. FUENTE' U rb an Fa '/ y Ur. mi ,e rojea. University of Chicago, 1988.

    DEL GUETO COMUNITARIO AL HIPERGUETOLas diferencias entre barrios en la incidencia del recurso a laayuda se mantenan entre los dos sexos, presentando las mujerestasas claramente ms elevadas que los hombres en las dos zonasy para todas las clases.17 Es ms numerosO el grupo de mujeresnegras de clase media que reside en el corazn del gueto y quedeclara haber recibido una ayuda mayor en el pasado, sise lo com-para con sus homlogos masculinos (un tercio contra un dcimo) .Entre los obreros encuestados, los niveles actuales del recurso a

    la asistencia son similares para ambos sexos (5% Y8,5%, respec-tivamente), mientras que la frecuencia del recurso en el pasadoconfirma una vez ms la mayor vulnerabilidad econmica de lasmujeres (una de cada dos ha recibido una ayuda anteriormente,contra un hombre sobre cinco). Esta diferencia de gnero resultaun poco atenuada en la Bronzeville histrica por el predominiogeneralizado de la dependencia de la ayuda social, dado que dostercios de los hombres se encuentran desocupados Ynueve des-empleados de cada diez reciban algn subsidio al momento dela encuesta.La elevada insistencia Yla fuerte persistencia del desempleo Yla apelacin a la ayuda social dentro del hipergueto, que refleja ladesaparicin de opciones viables en el mercado de trabajo, hacenpagar un alto precio a los beneficiarios del welfare, al amputar demanera significativa su esperanza subjetiva de encontrar un caminohacia la autosuficiencia econmica. Mientras una leve mayora delos subsidiados sociales que viven en los barrios de menor pobreza,en los mrgenes de Bronzeville, espera poder atender sus necesida-des de aqu a un ao, y slo una pequea minora prev tener querecurrir a la ayuda social por ms de cinco aos, en los barrios des-heredados del gueto, por contraste, menos de un beneficiario de laasistencia pblica de cada tres cuenta con no tener que apelar a ellaen el ao siguiente Yuno de cada cinco estima que tendr nece-sidad de ayuda durante ms de cinco aos. Esta diferencia en e

    17 Este desfase traduce el desvo maternalista del sector asistencial del Estado norteamericano (Gordon, 1940): los principales programas de ayuda a lopobres estn destinados a las madres con nios pequeos (es el caso de Aid Families with Dependent Children, el subsidio ms habitual hasta su abolicin, luegde la reforma de la ayuda social avalada por Clinton en 1996), con el objetivo dreproducir la estructura establecida de las relaciones familiares Yde gnero.

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    perfil de los logros aumenta entre los desocupados de ambos sexos:por ejemplo, las mujeres sin empleo del corazn del gueto son do.svecesms numerosas que las mujeres sin empleo de las zonas pen-fricas que piensan que seguirn dependiendo de la ayuda por msde cinco aos, y dos veces menos numerosas en anticipar su salidadel sistema de asistencia en el curso de ese ao.As, si la probabilidad de estar inscripto en la ayuda socialaumenta claramente cuando se atraviesa la frontera entre emplea-dos y desocupados, se ve que, a cada nivel de la estructura de cla-ses, la apelacin a la asistencia es claramente ms frecuente en losbarrios del corazn del gueto histrico que en su contorno, y estadiferencia resulta particularmente marcada entre los encuestadossin empleo y entre las mujeres. Aqulla es una brecha confirmadapor los datos acerca de la frecuencia del recurso a la asistenciaalimentaria presentados en el cuadro 3 y sugiere que aquellos que,en los mrgenes del gueto, no logran obtener un empleo, dispo-nen de medios econmicos y sociales que les permitan evitar caera la lnea de los asistidos, un apoyo del que carecen sus homlogosdel corazn del gueto, a causa de que estos ltimos estn rodeadospor subproletarios desprovistos de recurso alguno. El primero deestos apoyos es el patrimonio econmico y financiero.

    Diferencias de capital econmico y financieroUn sobrevuelo por el estado del patrimonio econmico yfinanciero de los residentes de los barrios negros pobres de Chi-cago (cuadro 4) revela el increble grado de privacin y preca-riedad econmicas a las que se enfrentan da a da.18 El cuadroresulta siniestro en laszonas perifricas del gueto; dentro de Bron-zeville, la situacin roza la desposesin total. En 1986, el ingresoanual promedio de las familias negras a nivel nacional se elevaba a18.000 dlares contra 31.000 entre las familias blancas. Los hoga-res negros que viven alrededor del gueto histrico tienen ingre-

    18 Destaquemos una vez ms que nuestra comparacin excluye por defin.icina los barrios de clase media y alta afroamericanos que florecieron en Chicagoluego de que se suavizaran las relaciones raciales durante los aos sesenta. BartLandry (1987) recapitula el desarrollo de esta nueva clase media negra.

    DELGUETO COMUNITARIO ALHIPERGUETO 13 9sos semejantes, con un 52% que declara ms de 20.000 dlares, anuales. Por contraste, quienes residen en el corazn del guetono disponen ms que de una parte de ese monto: la mitad delos encuestados de Bronzeville vive en hogares que disponen demenos de 7.500 dlares anuales, contra un cuarto de los residentesde los barrios del contorno del cinturn negro que se encuentranen ~amisma situacin. Las mujeres sitan a sus hogares en franjasde mgresos claramente diferentes en ambas zonas, pues menos deuna de cada tres en los mrgenes, yuna de cada diez en el corazndel gueto gozan de ms de 25.000 dlares anuales. Incluso quie-nes trabajan declaran ingresos sensiblemente inferiores dentro deBronze~lle: l~proporcin de hogares de clase obrera ymedia quecaen bajo la lmea de los 7.500 dlares en el South Side y el WestSide (respectivamente, 12,5% y 6,5%) es del doble que la de losdems barrios negros, mientras que una importante mitad de losencuestados sin profesin en las zonas de extrema pobreza noalcanza el lmite inferior de los 5.000 dlares. Entonces, no sor-prende que los habitantes del gueto declaren con menor frecuen-cia que la situacin financiera de su hogar haya mejorado en losltimos aos, estando las mujeres en la posicin menos envidiable.Las cifras reflejan tambin claras diferencias de clase: el 42% delos encuestados negros de clase media y el 36% de clase obreraregistran mejoras financieras, contra el 13% de los desocupados.Dado.lo frgil e irregular de sus ingresos, los negros pobresse ven pnvados del acceso a los servicios bancarios y financierosque la mayora de los norteamericanos disfruta. Apenas un terciode los residentes del contorno del gueto dispone de una cuen-ta corriepte_p_er:sonal (que implica siempre gastos de fun~miento); slo uno de cada nueve puede decir lo mismo dentrodel gueto, donde casi tres personas de cada cuatro no declaranningn ~Jen pi aI9r:..PQ.ap:cieroen una lista de seis alternativaspO,sibles,y slo el 8% posee al menos tres de esos seis productos(veaseel cuadro 4). Aqu tambin, lasfronteras de clase yde barrioestn claramente trazadas: en las zonas de menor pobreza de lasfronteras de Bronzeville, el 10% de los desocupados y el 48% delos negros de clase obrera poseen una cuenta corriente, contra el3%y el 37%, respectivamente, dentro del gueto histrico, pero laproporcin para los miembros de la clase media es similar (63%)en las dos zonas.

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    140 LOS CONDENADOS DE LACIUDADCuadro 4: Patrimonio econmico y financiero de los habitantes del corazn

    y del contorno del gueto (en porcentajes)Todos losencuestados Hombres Mujeres

    Contorno Coraznontorno Corazn Contorno CoraznI n gre so anual del hogarMenos de 7.500 US 27,2 51,1 16,1 33,6 34,S 59,0Ms de 25.000 U S 34,1 14,3 41,4 22,7 29,8 10,5Mejora las finanzas 35,7 23,42,3 21,1 30,4 20,1Patri mo n io f inancieroUna cuenta corriente 34,8 12,2 33,3 17,6 36,4 9,9Una caja de ahorro 35,4 17,8 40,4 26,6 33,1 14,1Ninguno de los se isproductos financieros* 48,2 73,6 40,7 63,1 52,6 78,3Al menos tres d e los s ei sproductos financieros* 23,3 8,3 26,8 13,5 21,3 5,8Ninguno** 78,7 96,6 75,6 93,7 80,S 98,0B ienes mater iales del hogarPropietario de vivienda 44,7 11,S 49,7 . 41,S9,8 7,8Posee un vehculo 64,8 33,9 75,9 51,4 57,7 25,7los seis productos enumerados son: cuenta corriente .retire [ ind ivi dual r e ur em e nt accaunt] I d h personal, calade ahorros, cuenta individual de y . .p an e a orro de reuro aecion blizaciivienda,comercio o terreno. ' es y o rgaciones.y sepelio prepago.

    FUENTE : U rba Fa '/y U' P .mI , e r oJ ea.University ofChieago, 1988.

    El sueo american . . . .im osible o de la VIVIendapropIa SIgue siendo casipa;tiCUlar :~~:~ gr~nlmayor~a de nuestros encuestados negros,cada diez os e corazon del gueto, donde apenas una deper~onas pertenece a un hogar propietario contra cua-~~ ~e cada diez en lo~alrededores de Bronzeville, y esta diferen-muc~:e ~n pronunciada cuando se considera el sexo. El sueo. ~as modesto de poseer un automvil tarda tambin en~::~~Ia~Izarse~ara los residentes del gueto, de los cuales slo unnes UVIveen ,ogares que disponen de un vehculo en condicio-dif . n~ vezdmas, esta cifra resulta de una acumulacin de fuertesuerencias e clase yde b . 17901arno: e 70 de los encuestados de clase

    DELGUETO COMUNITARIO AL HIPERGUETOmedia y el 62 de los negros de clase obrera tienen un automvilen su hogar, contrastando con apenas el 28 de los desocupa-dos. Pero, dentro de Bronzeville, slo el 18 de los desempleadostiene acceso domstico a un vehculo (34 para los hombres y13 para las mujeres).Nunca se insistir demasiado en las consecuencias sociales dela indigencia de los ingresos y los patrimonios de los negros delgueto. Pero, del mismo modo que la carencia de reservas financie-ras o el hecho de no poseer vivienda propia representan una des-ventaja crucial cuando no se logran encontrar ms que empleosprecarios ymal pagos o cuando se ha perdido el trabajo, la ausen-cia de bienes y reservas econmicas fuerza literalmente a los msdesposedos a recurrir a la ayuda social. De la misma manera, elhecho de no poseer vehculo restringe severamente sus posibilida-des de postularse a los empleos disponibles que no estn prximoso que resultan poco accesibles con el transporte pblico.. Entre los recursos a los que puede apelar cualquier individuopara llevar a la prctica sus estrategias de reproduccin y de movi-lidad sociales figuran aquellas potencialmente aportadas por supareja, su familia, sus vecinos y sus amigos, as como por los con-tactos desarrollados en las asociaciones formales a las que perte-nece; en suma, los recursos a los que tiene acceso en virtud desu integracin social a grupos, redes u organizaciones solidarias,lo que Pierre Bourdieu (1986) llama capital social.19Los datosde nuestra encuesta indican que no slo los residentes del cora-zn del gueto tienen vnculos sociales menos densos y ms laxos,sino que tienden a mantener relaciones de menor valor social, talcomo semide en el estatus socioprofesional de sus parejas, padres,hermanos, hermanas ymejores amigos, por ejemplo. En resumen,los negros de Bronzeville poseen volmenes de capital social bas-tante ms exiguos.Vivir en el hipergueto implica un mayor aislamiento social:cerca de la mitad de los residentes de Bronzeville careca de pare-

    19 Carol Stack (1974) describe el crucial papel social jugado por los padres,amigos y parejas en las estrategias de supervivencia cotidiana dentro de la claseobrera negra urbana. Sobre la gestin de las relaciones personales y la influenciade los amigos en el gueto ms especficamente, vanse Liebow (1967), Hannerz(1969). Anderson (1978) yWilliam y Kornblum (1985).

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    ja al momento de la encuesta (definida como una persona conla que estn casados, en concubinato o con la que mantienen unarelacin amorosa duradera) y uno de cada cinco acepta no tenera alguien a quien consideren como su mejor amigo , contra el32% Yel 12%, respectivamente, en los barrios limtrofes con elgueto. Esto significa tambin que los matrimonios perdurables sonbastante menos numerosos (cuadro 5). Son bastante menos loshombres desocupados que tienen alguna compaa en cada unade ambas zonas (62% en los barrios de menor pobreza y 44% enel permetro de extrema pobreza) . Hay mayores oportunidades deque lasmujeres negras tengan un compaero, y ese hombre tiene,a su vez, mayores posibilidades de haber terminado sus estudiossecundarios y de disponer de un trabajo regular si viveen la peri-feria del gueto histrico. Hay que decir que residir en Bronzevilleinfluye fuertemente sobre el estatus de clase de esos hombres: sonmenos las parejas de las mujeres que viven en el corazn del guetoy tienen un empleo estable que aquellos encuestados de la peri-feria (el 62% trabaja regularmente en el primer caso, comparadocon el 84% en el segundo).Los amigos juegan un papel crucial en la vida de todos al apor-tar un sostn moral y material, al participar de la construccinde la identidad y al brindar acceso a oportunidades que no seconcretaran sin ellos, sobre todo en el dominio del empleo. Seha comprobado que son ms los habitantes de Bronzeville des-provistos de amigos cercanos que los dems negros de Chicago.Por otra parte, para aquellos que tienen alguno, es menos proba-ble que su mejor amigo disponga de un empleo yh aya cursadoestudios prolongados y hay el doble de posibilidades de que l oella hayan recurrido a la ayuda social. Dado que las amistades tien-den a desarrollarse sobre todo en el mbito de cada sexo, y quelasmujeres presentan tasas claramente ms elevadas de exclusineconmica, son muchas ms las encuestadas, en comparacin conlos hombres, que tienen una mejor amiga que no trabaja yrecibealguna ayuda estatal. A su turno, estas dos caractersticas tiendena ser ms frecuentes entre las mujeres que residen en el corazndel gueto.

    DEL GUETO COMUNITARIO ALHIPERGUETO 143Cuadro 5: Capital social de los negros que viven en el corazn y el contorno

    del gueto en Chicago (en porcentajes)Todos losencuestados Hombres Mujeres

    Contorno Corazn Contorno Corazn Contorno CoraznPare ja ac tua lNo tiene pareja 32,4 42,0 23,3 39,1 38,0 43,1Est casado/a* 35,2 18,6 40,9 27,0 31,2 14,9El/la parej a t ien eestudios secundarioscompletos 80,9 72,1 83,8 83,0 88,4 71,S

    , El/la pareja ti ene unempleo estable 69,0 54,3 50,0 34,8 83,8 62,2El/la pareja recibeasistencia pblica 20,4 34,2 38,6 45,S 16,2 28,6M ejor am igo(a)No tiene mejor amigo/a 12,2 19,0 14,3 21,1 10,7 18,1Elmejor amigo/a t ie neestudios secundarioscompletos 87,4 76,4 83,7 76,3 87,2 76,3Elmejor amigo/a tieneempleo estable 72,3 60,4 77,2 72,8 65,6 54,8El mejor amigo/a rec ibeayuda social 14,0 28,6 3,0 13,6 20,S 35,3

    Y no separadola de su esposo/a.FUENTE: Ur ba n F amil y U ( e P r o je c t, University of Chicago, 1988.

    En los diferentes perfiles de participacin en las asociacionesse encuentra lamarca de estas diferencias de capital social.Aunqueformar parte de una organizacin formal (como un club de barrioouna asociacin comunitaria, un partido poltico, una agrupacinescolar, deportiva, fraternal o social) sea raro en reglas generales-con la notable excepcin de los negros de clase media, de loscuales dos tercios pertenecen almenos a una organizacin de estetipo-, son ms los residentes del gueto histrico (64% contra50% en las zonas perifricas), sobre todo entre las mujeres (64%

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    1 , LOS CONDENADOS DE LA CIUDADcontra 46%) tio , que no orman parte de nin un ,cuanto a la frecuentacio' dI' ,g a orgamzaclOn, End n e a guna gesa 1eclara no tener odo '1 ' a escasa mmona que, , musica para la religi ,sron de Max Weber es dos ' , n , segun la expre-, veces mas Importa t 'gueto que en su contorno 1201 n e en el corazon deld ro contra 5) Ecelaran tener una religI'o' idi o, ntre aquellos que1 , n, reSI Ir en Bronz 1 1 h 'Igeramente la frecuentacin de Iaesi eVI e ace dIsminuir37 asisten a los oficios al m e a Ig esia o el templo (2 9 contra

    d 1, enos una vez por s )o asmUjeres participan Con m ' emana, aun cuan-en ambas zonas En fin ayor regulandad que los hombres, , son menos los negro h bigueto histrico que conoce 1 ,s que a itan en eln a a mayona de 'compara Con sus homlogos de las zo sus vecmos, sise loseste entramado, la concentraci d 1 nas de menor pobreza, Engueto se traduce Conclarid d n e a pobreza en el corazn del1 a en una deval ' ,capital de quienes viven all. uaClOngeneralizada del

    Conclusin estru tur -, C aClOnsocial de la marginalidad

    Los extraordinarios niveles de ' ,cuItades sociales que cast rr~VaClO?eSeconmicas y difi-Chicago en los aos setent:garodn a cm,turon negro histrico deda siguiente, ms bien lo contr e,sceQndIerona lo largo de la dca-nano, ueda 1no ha obtenido el menor beneficio ~ ~o que Bronzevillela dcada de 1980 Las di del crecImIento de finales de, con iciones m t '1han seguido empeorando b a en~ es de sus habitantesasimtrica entre la econo~pru~ a de un VInculo de causalidad

    demuestra la necesidad urgIeaYtadPobreza dentro del gueto, quen e e estudiar 1que Tifractan su r ela ci n 20 L dif as est ructu ras socia les, as erenClas SIg ificar ,que hemos actualizado entr 1 ' m cauvas y SIstemticasCh e e corazon yelIcago son en lo esencia] u flei contorno del gueto de, n re eJOde su d'cienes de clase y del predominio de s ,~vergentes composi-permetro histrico del cinturz la excluslOn econmica en eluron negro,

    20 S ' .e qUIere Indicar con esto ue las . .empeoran fuertemente cuando l q _ condiCIOnes materiales en el guetoa economla entra .no regresan al sta tu q uo cuando . la si en un Ciclorecesvo, pero quetad l mejora a Situacin - .o, as fluctuaciones cclicas d l _ macroeconomlca. Como resul.d l di e a e conomla conde as lslocaciones sociales en el' _ ucen a un aumento en el nivel- cmturon negro (capitulo 8). retornaremos este punto en el

    , ..~- ~

    DELGUETO COMU ITARIO AL HIPERGUETOSe impone la conclusin de que los analistas de las relacio-nes entre divisin racial y pobreza urbana en los Estados Unidosdeben prestar una mayor atencin a los niveles extremos de priva-cin econmica y marginacin social revelados en este captulo,en lugar de resucitar y difundir las as llamadas teoras sobre

    el imperio de una cultura de la pobreza en el gueto que jamsse basaron en la menor prueba emprica.v' Los investigadores ycomentaristas que se han ocupado de aportar explicaciones mora-les, culturales, individualistas y conductistas para las dislocacionessociales que han asolado los barrios del cinturn negro a fina-les de siglo, han creado una divisin fisiolgica ficticia entre loscitadinos afroamericanos que, aunque se demostrara fundada (loque jams se ha establecido empricamente), no podra dejar deparecer ridcula ante l~fractura estructural objetiva que separa alos residentes del gueto de la sociedad global y de las presionesmateriales que pesan sobre ellos,22Al contrario de los gritos delos polticos, los periodistas y universitarios que han ofrendado algusto de moda el discurso victoriano que envilece a los pobres sinmrito , no es un ethos del asistencialismo sino una marginacinsocioeconmica forzada lo que resulta del juego dinmico entrela desi~c}.~g pe. clases, la segregacin racial y las diferencias degnero que, con el trasfondo de las perturbaciones del capitalis-m eSldounidense y de las polticas urbanas y sociales regresivas,explican el calvario de los negros del gueto de fin de siglo,

    21 Estas tesis no son ms que una traduccin bajo formas acadmicas del senotido comn nacional segn el cual la pobreza tiene sus races en las deficienciasmorales y psicolgicas de las pe rs on as po bres. Robert Castel (1978) ofrece un mor-daz anlisis crtico e histrico de las concepciones de la pobreza en el imaginariocolectivo y las polticas sociales de los Estados Unidos,22 No sugerimos aqu que las diferencias entre los pobres del gueto y lospobres de otros barrios se explica n por su lugar de residencia. En la medida en quelos procesos que distribuyen los hogares en el espacio son ellos mismos altamenteselectivos en lo social, no puede esperarse separar los efectos de barrio (aqu,el impacto especfico del lugar de residencia dentro de la Bronzeville histrica)de las fuerzas sociales que operan en conjunto o separadamente de estos ltimospor medio de controles estadsticos simples como los usados aqu con un fin des-criptivo, Sobre los arduos problemas metodolgicos y tericos planteados por esosefectos socialmente selectivos, vase Lieberson (1985: 14-43 el passim) .