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EL CONFICTO ARMADO
EN COLOMBIA
LUISA FDA GARCIA ECHAVARRIA
11°5
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INDICE
1. El conflicto armado en Colombia y los jóvenes …………………………………………………………………….. 3
2. Jóvenes y la guerra………………………………………………………………………………………………………………… 4
3. Reclutamiento………………………………………………………………………………………………………………………. 5
3.1 ¿Por qué los reclutan? ………………………………………………………………………………………….. 5
3.2 Métodos……………………………………………………………………………………………………………….. 6
3.3 Voluntario o Forzado …………………………………………………………………………………………….. 7
3.4 Zonas de alto riesgo……………………………………………………………………………………………….. 7
4. La juventud desplazada ………………………………………………………………………………………………………… 8
4.1. Consecuencias………………………………………………………………………………………………………. 9
5. Desmovilización y Reinserción………………………………………………………………………………………………. 9
5.1 Objetivos………………………………………………………………………………………………………………… 9
5.2 Etapas…………………………………………………………………………………………………………………….. 10
5.3 Perfil de la población desmovilizada………………………………………………………………………. 11
5.4 Tipo de vinculación………………………………………………………………………………………………… 11
5.5Causas…………………………………………………………………………………………………………………….. 12
5.6 Modalidad de salida ………………………………………………………………………………………………. 12
5.7 Inversión del estado ………………………………………………………………………………………………. 12
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1. EL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA Y LOS JÓVENES
El desplazamiento forzado, el secuestro y la desaparición forzada; las ejecuciones extrajudiciales, el reclutamiento forzado por parte de grupos armados ilegales y la utilización por parte de las Fuerza Pública en operativos militares hacen parte de la cotidianidad de muchos niños y jóvenes en diversas regiones de Colombia. Lo preocupante es que no existen las suficientes herramientas normativas y jurídicas para proteger los derechos de la niñez y la juventud de los efectos del conflicto armado colombiano. los jóvenes reflejaron que el conflicto armado persiste y la violación a los derechos
humanos y al Derecho Internacional Humanitario (DIH) por parte de grupos armados
ilegales y agentes del Estado continúan presentándose en muchas regiones, afectando su
desarrollo social y personal.
Junto a esto, también se planteó la necesidad de replantear las políticas públicas existentes dirigidas a la protección de la niñez y la juventud y en abrir espacios de participación efectivos, donde su voz sea escuchada, valorada y respetada. “También se evidencia que en muchas ciudades, el joven no es escuchado, no es tenido en cuenta, es visto como un enemigo y es perseguido y atropellado por las autoridades oficiales” Y es precisamente respeto por sus visiones de mundo y sus elecciones personales, políticas, culturales y sociales es lo que más reclaman la juventud del país. La exposición hecha por jóvenes bogotanos sobre la Objeción de Conciencia, que coincidencia mente conmemoraba su día clásico este 15 de mayo, fue un claro ejemplo de ello. Julián Ovalle es un joven de Bogotá que hace cuatro años se declaró objetor de conciencia frente al militarismo. Su relato mostró el hastío que sienten muchos jóvenes por la guerra. “Simplemente no quiero hacer parte de ningún ejército, sea legal o ilegal. No estoy de acuerdo con la guerra”, señaló Julián, quién espera que algún día, esta opción sea legitimada desde lo constitucional.
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2. JÓVENES Y LA GUERRA
Una constante, a lo largo de la historia, es el uso de los jóvenes en la guerra: ellos han
conformado los contingentes de los ejércitos regulares, los grupos irregulares y los
'gatillos' de bandas delincuenciales que disputan territorios en zonas de pobreza de las
ciudades. Detrás han estado los ideólogos, gobernantes, estrategas, generales,
libertadores, revolucionarios y criminales que necesitan muchachos dispuestos a entregar
sus vidas por un ideal (usualmente ajeno), la necesidad de pertenecer a algo o la mera
supervivencia.
Más que suficientes violencias para una sociedad incapaz de ofrecer a sus nuevas
generaciones la oportunidad de una educación de buena calidad que conduzca al
desarrollo de valores ciudadanos sólidos y un empleo digno. Es apenas comprensible que
los problemas de inseguridad en campos y ciudades se vuelvan inmanejables cuando se
incrementa la población juvenil en pie de guerra. Y también es comprensible que un
gobierno que ha apostado todo a la seguridad democrática y que pretende reelegirla,
como sea, sienta la angustia de haber fracasado ante este monstruo de mil cabezas.
Una cosa es desmovilizar bloques de paramilitares, con miles de jóvenes sin presente y sin
futuro, y otra cosa es ofrecerles alternativas reales de hacer cosas distintas en la vida.
Sin embargo, el fin del fin sigue demorado, a pesar de los billones de pesos invertidos en
el aparato militar y los miles de jóvenes reclutados legítimamente para convertirse en
héroes de la patria.
Pero nada de esto justifica el despropósito del señor Presidente de incorporar a otro
contingente de informantes remunerados. Al principio el requisito era que fueran
estudiantes. Después, al caer en la cuenta de que la vinculación de menores al conflicto no
era elegante, se aclaró que además de estudiantes debían ser mayores de edad.
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3. RECLUTAMIENTO
Para responder a la pregunta de cuántos niños y niñas han sido reclutados por las FARC, el ELN y las Autodefensas Unidas de Colombia, revisamos las bases de datos de 10.732 desmovilizados ADULTOS pertenecientes al ELN, las FARC y las AUC, y comparamos la edad avalada por la Registraduría General del Estado Civil durante el acto de entrega con el tiempo de militancia al interior del grupo armado. No existen aproximaciones, ni ejercicios Sistemáticos conocidos por ponderar la proporción de niños y niñas usados por los grupos armados ilegales y las bandas criminales que cumplen labores de inteligencia, transporte, logística y Comunicaciones o se desempeñan a nivel de milicia, cooperación y ayudantía desde las comunidades, ni aquellos que trabajan bajo sus órdenes en la siembra de coca o la explotación ilegal de recursos. En particular, es bastante precario el intento por entender el impacto que ha tenido el crecimiento exponencial de las bandas criminales (BACRIM) en el reclutamiento de los niños, niñas y adolescentes. Los resultados de ese ejercicio son concluyentes al señalar que: el 52,3% de los combatientes adultos afiliados al ELN ingresó a las filas de este grupo armado siendo jóvenes. El 50,14% de los combatientes ADULTOS en las FARC ingresó a las filas de este grupo armado Siendo jóvenes. El 38,12% de los combatientes ADULTOS en las Autodefensas Unidas de Colombia ingresó a las filas de este grupo armado siendo jóvenes. Las AUC habrían reclutado menos jóvenes debido a que contaban con un mejor acceso a una mano de obra adulta para la vinculación en cuanto disponían de los medios económicos para pagarla.
3.1 ¿PORQUÉ LOS
RECLUTAN?
En primer lugar, es fácil extraer a los jóvenes de sus hogares pobres, apremiados por la supervivencia. Estos jóvenes no cuentan con redes extensas de apoyo, en su mayoría ya han abandonado la escuela y están buscando un oficio o están vinculados a la economía ilegal. “Son jóvenes abandonados a los que se les hace un Favor”, señalan sus reclutadores.
En segundo lugar, el desarraigo y la Precaria formación emocional hacen más fácil deshumanizarlos y someter su consciencia al discurso sectario: desmontar el pudor, la vergüenza, el miedo o el sentido de la solidaridad, el reconocimiento del otro, de la condición humana de sus víctimas. Los jóvenes soportan mejor los rigores de las largas caminatas, el esfuerzo físico intenso, del desgaste de huir y la mala alimentación que reciben. Tienen mejor alcance visual, mejores reflejos y se enferman con menos frecuencia. En tercer lugar, están los argumentos Económicos: Los jóvenes no 100% de ellos excombatientes de guerrillas reportó no recibir salario, el 86% de los jóvenes desvinculados de las AUC reportó algún tipo de remuneración que no era equivalente a la de los adultos). Además, se adaptan más rápido a las condiciones difíciles, es más fácil alienarlos, intimidarlos y oprimirlos hasta la obediencia absoluta. En ocasiones les ofrecen pequeñas recompensas, muy útiles para elevar su
interés.
Y en cuarto lugar, están los argumentos estratégicos: el secuestro y la extracción violenta de jóvenes de las comunidades va en aumento y hace parte de una agresiva adaptación a las dinámicas del conflicto. Las exitosas operaciones
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de las Fuerzas Armadas en los últimos años han conseguido infiltrar los círculos de la jerarquía máxima de estos grupos armados ilegales. Como parte de un proceso de adaptación, el reclutamiento de jovenes parece una opción segura, por cuanto se sabe que las Fuerzas Armadas no pueden usarlos para infiltrarlos. Entre más jóvenes, son menos Sospechosos.
3.2 METODOS
Se trata de un proceso de vinculación gradual, metódico y selectivo. El 71% de los jóvenes reporta haber cumplido con algún tipo de función al nivel de milicia o haber realizado tareas para el grupo armado antes de vincularse como combatiente. Los grupos armados ilegales y las Bandas Criminales (BACRIM), según el relato de las víctimas, no son percibidos como fuerzas oscuras y periféricas, que amenazan el orden y la convivencia de la comunidad, sino como miembros habituales de la cotidianidad. El 8% de los jóvenes reporto haberse Vinculado con el fin de „cobrar una venganza‟ o porque consideraba el ingreso a un grupo armado ilegal como la mejor opción laboral disponible. Estos casos, desde la perspectiva de este informe tampoco confirman voluntad, sino que, por el contrario, exponen la profunda y reiterada victimización que produce el conflicto. En una alta proporción, manifestaron tener por lo menos un familiar o amigo en las AUC (18%), las FARC (39%) o el ELN (14%), o conocidos en redes o bandas criminales (6%), lo que reitera que el 78% de los jóvenes y sus familias ya estaban en los márgenes de la violencia cuando fueron reclutados. El reclutamiento es una función específica en la distribución de los rangos de los grupos armados ilegales. Los reclutadores reciben incentivos por cada recluta y por aumentar y mantener bajo control las bases de apoyo que se
distribuyen en su zona de operación. Los testimonios revelan suficientes indicios de que el proceso de reclutamiento y entrenamiento se tramita por ciclos diferenciados (98,8%), especializados (99%) y estandarizados (98%). Durante el primer ciclo (ingreso) se produce un proceso de confianza, en el que los jóvenes reciben pequeñas recompensas. Progresivamente, el reclutador aumenta el nivel de responsabilidad en las tareas: les ordena hacer mandados, bajar remesas, llevar razones y hacer llamadas. Con el tiempo, adquieren más responsabilidades que se concentran en el manejo y transporte de minas y explosivos (55%), el ensamblaje e instalación de minas antipersonal (31%), labores de inteligencia (93%), logística (67%), milicia (43%) y transporte de víveres y alimentos (32%). Es una función tan sofisticada, que se produce material “pedagógico” como canciones con instrucciones precisas para ensamblar explosivos y minas antipersona, superar controles y „reforzar‟ los „valores del combatiente‟. Estos métodos les permiten superar el obstáculo del analfabetismo. Las minas antipersona usadas por grupos irregulares en Colombia son de manufactura artesanal. Se trata de una tarea que se asigna específicamente a los jóvenes. Según lo explicaban los reclutadores, la inestabilidad de estos explosivos y la alta probabilidad de accidentes en su manipulación, los ha llevado a usar mano de obra infantil para proteger la vida y la integridad de combatientes adultos. Un argumento similar se utilizo cuando se les pregunto por qué estaban usando jóvenes en la primera fila de combate y como dispositivos humanos para la detonación de cargas explosivas al paso de tropas.
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3.3 VOLUNTARIO O PROPIO Cuando les preguntamos a los jóvenes desvinculados como se produjo su proceso de vinculación, en su abrumadora mayoría (81%) afirmaron que esta fue “voluntaria”. Tan solo una Fracción aseguro haber sido vinculada por la fuerza (18%). Sin embargo, cuando comparamos los testimonios de estas víctimas con el recuento general de su historia de vida, la historia familiar, las condiciones económicas y sociales de los municipios de origen y las dinámicas del conflicto armado en estas regiones, la conclusión es muy diferente. Los jóvenes no se vinculan a los grupos armados por su propia voluntad, ni cuentan con el criterio o la formación intelectual para tomar una decisión de ese resorte en total libertad. Tampoco ingresan a estos grupos armados ilegales porque les distinga un gusto especial por las armas y los uniformes, ni por causa de la pobreza en sus hogares, ni porque estén marcados por una naturaleza violenta. En ningún caso en el reclutamiento media la voluntad de los jóvenes . El reclutamiento, en naturaleza, se asimila en gran medida a los mecanismos usados por las mafias dedicadas al tráfico de personas. Es un acto de fuerza, facilitado por la vulnerabilidad social y económica de los afectados, pero que, de ninguna manera, tendría lugar sin la existencia de un conflicto armado, cuya violencia produce dinámicas que alienan todos los derechos y las libertades de las comunidades sometidas y arrastra consigo, especialmente, a los más vulnerables. Insistimos en esto con la fuerza y la convicción de nuestras observaciones y le consideramos uno de los aportes más importantes de este estudio: los Jóvenes ingresan a las filas de los grupos armados ilegales, en primer lugar, debido a la existencia de un conflicto armado. El orden violento en el que se produce el reclutamiento elimina cualquier consideración sobre este como un acto voluntario y consensuado. Estos jóvenes son reclutados, retenidos y
obligados a convertirse en victimarios. No tienen derecho ni a abandonar las filas ni a expresar sus opiniones.
3.4 ZONAS DE ALTO RIESGO
Se recluta activamente en 22 de los 32 departamentos del país. 15 de los 22 departamentos presentan una evolución especialmente desfavorable y se clasificaron como departamentos en situación de alto riesgo. Se identificaron un total de 123 municipios en situación de alto riesgo, 108 en situación de riesgo, 59 municipios altamente vulnerables y 106 vulnerables para un total de 231 municipios en riesgo y 165 vulnerables. Frente a observaciones anteriores, se identifica una evolución urbana del fenómeno, multiplicando la amenaza. Entre las ciudades capitales afectadas se encuentran: En alto riesgo, Medellin, Bogota, Florencia, Valledupar, Monteria, San Jose del Guaviare, Riohacha, Santa Marta, Cucuta, Bucaramanga, Sincelejo y Cali. En riesgo, Manizales, San Vicente del Caguan, Yopal, Popayan, Quibdo, Neiva, Villavicencio, Tumaco y Mocoa. El daño tiende a concentrarse en 18 de las 54 subregiones naturales: el Golfo de Uraba, el Magdalena Medio, la Montana Antioquena, el Piedemonte Amazónico, las Sabanas del Caribe, la Serrania del Baudo, los Valles Aluviales de los rios Atrato y San Juan, el Valle de los rios Sinu y Alto San Jorge, la Sierra Nevada de Santa Marta, la Sierra de la Macarena, el Nudo de los Pastos, la Fosa del Patía, el Catatumbo, las Llanuras Costeras del Pacifico, la Cordillera Central Meridional, el Valle del Cauca, el Piedemonte Amazónico y el Macizo Colombiano.
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4. JUVENTUD DESPLAZADA Parto de ver a los pobres, a los desplazados, a los excluidos, no como un problema sino como parte de la solución. Es un punto de vista realista y convoca al optimismo. Estas palabras son producto de un proceso de construcción colectiva donde han intervenido muchísimas personas y que invita a continuar esta construcción colectiva.
De los aproximadamente dos millones de colombianos, que huyen de la muerte anunciada o real, el 40 por ciento son jóvenes entre los 15 y los 25 años, es decir ochocientos mil son desplazados y de ellos casi quinientos mil son mujeres jóvenes.
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4.1 CONSECUENCIAS
Para los jóvenes que han sido desplazados por la violencia, son notorios los cambios que se presentan en su desarrollo social y en su cotidianidad. Mientras en el campo la educación primaria se puede estar terminando a los 13 o 15 años y se presenta un "normal" acceso a la producción agropecuaria, en la ciudad el joven enfrenta serios traumatismos tanto en el aspecto educativo como en lo laboral.
Los jóvenes desplazados por la violencia, en el mejor de los casos logran conseguir un trabajo que no es bien remunerado, sin seguridad social, con largas jornadas de trabajo y sin ninguna expectativa de progreso social y económico. Es entendible que estos jóvenes tienen que comenzar a desempeñar roles para los cuales nunca estuvieron preparados, dando paso a una nueva cultura urbana.
Los niños y niñas en situación de desplazamiento son sometidos a espacios físicos completamente diferentes a los que tenían antes. Las posibilidades de correr y jugar libremente se reducen, la habitación se comparte con toda la familia en condiciones de hacinamiento y se modifica drásticamente el entorno social y urbano. Para ayudar económicamente a sus padres, o a la mujer que es cabeza de familia, terminan vinculado al comercio informal o a trabajos como ayudantes de construcción. En el caso de las niñas, el servicio doméstico y, en algunas ocasiones, la prostitución se convierte en la única alternativa
5. DESMOVILIZACION Y REINSECCION
El concepto de reinserción se refiere al proceso mediante el cual se pretende el reintegro a la vida civil de los miembros de las organizaciones armadas irregulares que han decidido vincularse a un proceso de paz o de aquellas personas que han abandonado dichas organizaciones. La reinserción está relacionada con las medidas de orden legal, democrático, social y económico que se requieren para la reincorporación de dichas personas al seno de la sociedad.
5.1 OBJETIVOS Son tres objetivos básicos dentro de la reinserción, definidos así por las normas jurídicas vigentes. El primero, el democrático, que remite a la posibilidad de cambiar las armas por las urnas, trabajando en procesos políticos y democráticos, libres de las expresiones de violencia. El segundo objetivo, tiene que ver con garantizar condiciones de seguridad y convivencia, para poder permitir justamente esa reincorporación política y democrática, y el tercero, que tiene que ver con las políticas económicas que dan sustentabilidad para unas condiciones de vida digna de los desmovilizados. Y el tercero es el económico que busca el retorno de los excombatientes a la vida productiva
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5.2 ETAPAS Las etapas están definidas en las normas actuales: el decreto 128 del 2003 Allí hay que entrar a introducir unas variables, dependiendo de si se trata de niños o niñas, es decir, menores de 18 años o de personas mayores de edad. En unos casos, se ubican en centros especializados bajo la tutela del Icbf, en otros tienen ubicaciones distintas dentro del proceso de atención humanitaria. En ambos casos tienen unas situaciones jurídicas particulares: En el caso de los mayores de 18 años, las certificaciones de Comité de Dejación de Armas – CODA, y luego el otorgamiento de los beneficios de carácter económico, lo que en el caso de los niños no está reglamentado, porque se supone que se conceden a partir de la mayoría de edad, según las normas del decreto.
DIVULGACION
RECEPCION Y
ATENCION
HUMANITARIA
RESOLUCION DE LA
SITUACION JURIDICA
UBICACIÓN EN CENTROS
ESPECIALIZADOS
CERTIFICADO CODA
BENEFICIOS
ECONOMICOS
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5.3 FERFIL DE LA
POBLACION
DESMOVILIZADA
En relación con la edad de ingreso, según
el Departamento Nacional de Planeación,
se establece que el rango de edad entre
10 y 17 años representan el ochenta y
dos por ciento de la población vinculada
a grupos armados irregulares y el ocho
por ciento son mayores de 17 años, lo
cual demuestra, que la práctica del
reclutamiento forzado es cada vez más
común.
Hay una crítica importante a quienes hacen las cifras en Colombia y tiene que ver con que la ley establece que entre 14 y 26 años está la definición legal de joven, las estadísticas debían, justamente, tratar de establecer y consultar los rangos legales para poder hacerlas a partir de esa construcción.
5.4 TIPO DE VINCULACION
El tipo de vinculación, según la
Procuraduría General y la Defensoría del
Pueblo, la mayor proporción porcentual
está enmarcada en un ingreso
supuestamente voluntario, porque
alrededor de eso también hay un debate.
Hay unas tesis muy importantes que
sostienen que a pesar de las mismas
afirmaciones de los niños sobre su
ingreso voluntario a los grupos
irregulares, en realidad lo que esconden
es una situación de reclutamiento
forzado, porque si bien en algunos casos
pueden haber ingresado
„voluntariamente‟, después no pudieron
abandonar los grupos, y esto significa
que su permanencia se dio de manera
forzada. En otros casos, fenómenos
distintos como la intimidación, las
amenazas o las falsas remuneraciones
motivaron, en contextos rurales y
selváticos, decisiones que después fueron
por supuesto, objeto de controversia.
ENTRE LOS10 Y 17 AÑOS
MAYORES DE17 AÑOS
Voluntaria
Forzada
Engaños
No Responde
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5.5 CAUSAS
En relación con las causas de
desvinculación, el maltrato que reciben
los niños, niñas y los jóvenes en las
organizaciones irregulares, configura el
37 por ciento. Según la misma
investigación, existen otras causas que
tienen que ver con pérdida y menoscabo
de la identidad, la privación de libertad y
falsas promesas. En prácticamente todos
los casos, alrededor del 94 por ciento se
pudo establecer que hubo maltrato físico
en el seno de las familias de origen de los
niños desvinculados.
*Maltrato 37%
*Remuneración 19%
*Privación de libertad 17%
*Falsas promesas 16%
*Ns-Nr 11%
5.6MODALIDAD DE SALIDA
DE LOS JOVENES DE LOS
GRUPOS ARMADOS
5.7 INVERSION DEL ESTADO
La vinculación al régimen de seguridad
social de la población de reinsertados, en
ese caso al régimen subsidiado, tienen
atención psicoterapéutica, en este
momento a través de organizaciones no
gubernamentales en concurrencia con la
Iglesia Católica. Hay preguntas muy
grandes en relación con la especialidad
de los programas de salud,
particularmente en la rehabilitación física
o psicológica en razón de los combates y
de las afecciones que han sufrido en el
marco de la confrontación.
Con respecto a la educación, el programa
financia la educación básica media,
técnica o tecnológica, de aquellos que
están en condiciones o que desean
participar en procesos de enseñanza.
Tienen un proceso de alfabetización
dado por voluntarios vinculados a la
Iglesia Católica, en una etapa inicial de
tres meses para aquellos que lo
requieran.
La asistencia humanitaria, inicialmente
cuando todo el programa estaba basado
sobre deserciones a cuenta gotas, se
contó con hogares de acompañamiento,
en los que una familia recibía tres o
cuatro desmovilizados; en el siguiente
nivel, los albergues, que pueden recibir a
un número plural mucho más grande, y
posteriormente, estructuras de viviendas
para el desmovilizado y su familia.
DESERCION
CAPTURA
RETIRO
ENTREGA
S.I
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