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Trabajo Fin de Grado
Alumno: Luis Cánovas Sánchez
ENERO, 2019
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LOS JÓVENES EN EL
MERCADO LABORAL
ESPAÑOL
2
RESUMEN:
El presente trabajo es un análisis sobre la situación de los jóvenes ante el mercado
laboral español. Para realizar esta labor he detallado dicha problemática en distintas
partes. Primeramente, he decidido empezar indagando los contextos económico y social
en los que viven los jóvenes. Aquí cabe destacar tanto la evolución de la formación
como de la tasa de emancipación. Posteriormente, en un segundo bloque, paso a
examinar la participación laboral de los jóvenes. Dicho examen lo he realizado en dos
partes, la primera sobre el cambio a nivel europeo de dicha participación y el segundo
sobre las características del empleo español para los jóvenes. Después en la tercera parte
de este estudio, paso a comentar las principales políticas que se están llevando a cabo
desde las instituciones. Finalmente, acabo con las conclusiones principales de cada uno
de los apartados anteriores.
PALABRAS CLAVE: Juventud, formación, desempleo, precariedad y
temporalidad.
ABSTRACT:
The present work is an analysis about the situation of young people in the Spanish labor
market. To carry out this task I have detailed this problem in different parts. First of all,
I have decided to start by investigating the economic and social contexts in which
young people live. Here we must highlight both the evolution of training and the
emancipation rate. Later, in a second section, I will examine the participation labor of
young people. I have done this exam in two parts, the first on the change at European
level of this participation and the second on the characteristics of Spanish employment
for young people. Then in the third part of this study, I will comment on the main
policies that are being carried out by the institutions. Finally, I finish with the main
conclusions of each one of the previous sections.
PALABRAS CLAVE: Youth, training, unemployment, precariousness and
temporality.
3
LOS JÓVENES EN EL MERCADO LABORAL ESPAÑOL
ÍNDICE:
INTRODUCCIÓN ........................................................................................................... 4
CAPÍTULO 1. CRISIS DE EMPLEO EN ESPAÑA: LA POBLACIÓN JOVEN .... 5
1.1. Contexto socio-económico ................................................................................... 5
1.1.1. Crecimiento sostenido pero con empleo más desigual .............................. 5
1.1.2. La población joven, crisis demográfica ..................................................... 7
1.2. Contexto social de los jóvenes ............................................................................. 9
1.1.3. Evolución de la formación de los jóvenes españoles (2007-2017) ........... 9
1.1.4. Emancipación residencial de los jóvenes españoles ................................ 12
CAPÍTULO 2. LA PARTICIPACIÓN LABORAL DE LOS JÓVENES ................ 16
2.1. Cambio en la participación laboral de los jóvenes ............................................. 16
2.1.1. El desigual desempleo juvenil en la UE .................................................. 17
2.1.2. La temporalidad y el empleo a tiempo parcial como nuevas realidades del
mercado laboral de los jóvenes europeos .................................................... 17
2.2. Características del empleo de los jóvenes .......................................................... 23
2.2.1. Situación laboral de los jóvenes en España: activos, ocupados y parados.
............................................................................................................................. 24
2.2.2. La temporalidad y el empleo a tiempo parcial como paradigma de la
precariedad ........................................................................................................... 26
2.2.3. Desempleo juvenil ..................................................................................... 29
2.2.4. Jóvenes desempleados: deseos y aspiraciones ........................................... 31
CAPÍTULO 3. POLÍTICAS ORIENTADAS A LOS JÓVENES ............................. 36
3.1. Políticas y programas de juventud en el ámbito europeo: Estrategia de la UE
para la juventud ................................................................................................. 36
3.2. Políticas y programas de juventud en España ................................................... 37
3.2.1. Plan de Acción de la Estrategia de Juventud 2020 .................................. 37
3.2.2. Plan de Choque por el Empleo Joven 2019-2021 ................................... 40
CAPÍTULO 4. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES ................................ 39
4.1. Los jóvenes españoles ....................................................................................... 43
4.2. La educación y la formación ............................................................................. 43
4.3. Condiciones de vida y autonomía ..................................................................... 45
4.4. Situación laboral de los jóvenes españoles en el mercado de trabajo ............. 45
4.5. Las políticas de empleo ..................................................................................... 46
BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................................... 48
4
INTRODUCCIÓN
La principal motivación de este trabajo ha sido analizar la difícil situación que tienen
mucho jóvenes para acceder al actual mercado laboral español. La actual crisis
económica ha resultado totalmente devastadora para este colectivo, el cual podemos
decir sin ambages que es el más afectado. Eso sí, lo más preocupante resulta que aunque
la crisis ha tenido una clara incidencia negativa, existen ciertos indicios que nos hacen
pensar que el aumento de la vulnerabilidad e incertidumbre en el empleo juvenil viene
de mucho más atrás. Por tanto se deviene necesario un análisis concreto y
pormenorizado de todas las causas que pueden haber ocasionado esta pérdida de
condiciones laborales. Nuestra intención en todo caso es poder ofrecer esa visión
completa y genérica de una generación que puede ser la primera en vivir peor que sus
padres.
Con esta motivación bien presente conviene que fijemos los principales objetivos de
este análisis. Estos objetivos se resumen básicamente en encontrar y analizar las
distintas causas que originan la discriminación de este colectivo. En esta búsqueda ha de
primar no solo los datos estadísticos más esenciales sino las propias expectativas y
ambiciones de los jóvenes. Sin pretender conseguir una solución definitiva del problema
pretendemos lograr un análisis que aclare toda la problemática.
Este análisis presenta una estructura dividida en tres partes argumentales y una cuarta de
conclusiones. En la primera de estas partes se hace un análisis de los contextos tanto
económico como social. En ella veremos tanto los aspectos demográficos como
económicos que muestran los síntomas de la crisis de la crisis de la juventud española.
Después analizaremos de una forma más cercana la realidad de los jóvenes respecto de
su formación y autonomía.
Visto lo anterior, en la segunda parte del análisis, se entra en materia analizando el
objeto de este estudio, la participación laboral de los jóvenes en el mercado laboral
español. Aquí nos detendremos a detallar los principales datos estadísticos tanto a nivel
europeo como nacional que muestran el serio desbarajuste que sufren los jóvenes en
este país. Terminaremos el mismo analizando los deseos y aspiraciones de este
colectivo para poder apreciar que la juventud española está lejos de ser apática y
demanda soluciones.
En la tercera parte se observan las distintas políticas en el ámbito europeo y nacional
que pretenden paliar y resolver los efectos adversos de esta situación. Partiremos desde
la Estrategia europea para la Juventud hacia los planes españoles que la llevan a cabo: el
Plan de Acción de la Estrategia de Juventud 2020 y el Plan de Choque por el Empleo
Joven 2019-2021.
Por último vendrán las conclusiones, las cuales están pensadas para cada uno de los
apartados anteriores y que pretenden ser una especie de resumen y valoración. En ellas
sondearemos las principales causas de la injusta situación de este colectivo aportando un
poco de luz en este entramado.
Finalmente respecto de las fuentes de información hay que precisar ciertas
singularidades que presenta este trabajo. El período objeto de análisis ha sido el
comprendido entre el año 2007 y el 2017. El gráfico 1.3 difiere levemente de este
5
periodo pues empieza en 2008 debido a la falta de datos de años anteriores. Idéntica
situación se encuentra en los gráficos 1.5, 2.4 y 2.11, pues los periodos no coinciden
plenamente al faltar datos de toda la serie. Pese a ello hemos decidido incluirlos pues
creemos que su información es muy reveladora y muestran claramente los objetivos de
este trabajo. Escenario distinto se plantea en el apartado 2.2.4, donde en dichas páginas
se aborda el tema de las expectativas y deseos de los jóvenes. Estas aspiraciones han
sido recogidas en una serie de encuestas realizadas por el Instituto de la Juventud
Española (INJUVE) en su informe sobre la juventud de 2016 y que pese a que su límite
temporal es el 2016 hemos considerado que muestran una información vital para las
metas y objetivos de este trabajo.
CAPÍTULO 1. CRISIS DE EMPLEO EN ESPAÑA: LA POBLACIÓN JOVEN
1.1. Contexto socio-económico
Actualmente podemos decir a 2018 que la economía española que había sufrido una
grave recesión iniciada con la crisis económica de 2007 ha ido recogiendo relevantes
tasas de crecimiento que podrían estar marcando el inicio de la recuperación económica.
Evidentemente esta mejora en las distintas magnitudes económicas ha repercutido en
una mejora en el empleo, pues la cifra de ocupados continua su ascenso mientras que la
tasa de desempleo sigue descendiendo. En conclusión, todo parece marcar un clima de
relativo optimismo.
No obstante, conviene hacer un análisis más detallado de las particularidades sociales y
económicas que presenta esta etapa. Importantes indicadores de la salud del mercado
laboral como son la temporalidad y los bajos salarios continúan siendo una constante
que empeora la de por sí difícil circunstancia del empleo juvenil que sigue sin remontar
y las desigualdades entre hombres y mujeres y a nivel territorial.
1.1.1. Crecimiento sostenido pero con empleo más desigual
Cuando en el año 2007 explotó la burbuja de las hipotecas subprime en Estados Unidos
repercutió en una crisis inmobiliaria y financiera que devastaron la economía mundial y
muy concretamente la española. Esto conllevó a los peores niveles de desempleo de
nuestra historia. Después de un breve repunte en 2010 la economía española se resintió
con más fuerza disparándose su prima de riesgo de tal manera que España estuvo al
límite del rescate, finalmente dicho rescate solo fue financiero.
No sería hasta finales del 2013 cuando el PIB empezó su dura remontada. Ya entrados
en el 2014 comenzó la fase de recuperación de la economía española, que duraría hasta
el año 2017 donde específicamente se superaron las cifras registradas en el 2008, por lo
que el PIB español de 2017 fue el más alto de su historia.
6
GRÁFICO 1.1.- EVOLUCION DE LA TASA INTERANUAL DE CRECIMIENTO DEL PIB, 2007
- 2017 (%)
Fuente: INE (2017). Elaboración propia.
Pese a todo, este ascenso del PIB tiene todavía bastantes obstáculos. En 2017 volvió a
crearse empleo, concretamente 490.300 personas más trabajando que en 2016, de
acuerdo a la EPA. Este crecimiento del empleo proviene de 2014, es decir, son cuatro
años los que lleva la economía española generando empleo. Pese a todo todavía sigue
habiendo un millón y medio menos de ocupados que en 2008.
Para comprender esta situación hay que entender que la continuidad e intensidad de los
puestos de trabajo creados brilla por su ausencia. La precariedad laboral es alarmante,
siendo la parcialidad del trabajo y la temporalidad del mismo sus principales
culminaciones. Según los datos del INE en el año 2017 el 14,77% de los que tienen
contrato es a tiempo parcial y un 26% temporal. Aunque se están reduciendo ambos
porcentajes lo hacen mucho más despacio que el conjunto de la economía.
Lo que es realmente relevante es la desigualdad que se encuentran en la evolución de la
tasa de paro entre hombres y mujeres. De manera que si la crisis afectó en mucho mayor
medida al empleo masculino, esta recuperación está demostrando que las desigualdades
tradicionales se mantienen y las líneas entre hombres y mujeres vuelven a separarse de
nuevo.
El propio FMI en su informe anual de 2017 admitía es su página 29 que aunque la
recuperación era algo patente: “Buena parte del crecimiento creado ha sido en sectores
de baja cualificación y baja productividad, donde los incentivos para invertir en los
trabajadores resultan bajos”.
En definitiva, España ha conseguido superar un importante bache en su economía pero
no sin dejar un puñado de problemas pendientes de resolver. En el futuro conviene
resolver dichos problemas y más aun sabiendo que todas las previsiones son favorables
al crecimiento económico. De ello dependerá en buena medida el papel de las nuevas
políticas que al final son las últimas responsables de resolver las desigualdades
existentes.
7
1.1.2. La población joven, crisis demográfica.
La población española está inmersa en un proceso de envejecimiento continuado,
causado en parte por los cambios en la natalidad y la esperanza de vida los cuales han
impulsado un mayor peso absoluto y relativo de la población envejecida a costa de la
población joven. Esto se puede apreciar de forma clara en la pirámide poblacional
española a 2017.
GRÁFICO 1.2.- PIRÁMIDE DE POBLACIÓN DE ESPAÑA, 2017 (MILLONES HAB)
Fuente: INE (2017). Elaboración propia.
Aunque no siempre fue esta la tónica en España. Durante los años 1950 al 1980 España
gozó de un espectacular crecimiento económico que tuvo un efecto muy positivo en el
concurrente crecimiento demográfico. Esta situación provocó un exceso de juventud
que puso en muchas dificultades al mercado laboral. El contingente de jóvenes era
bastante mayor que el de adultos a reemplazar, dicha generación es la conocida como
generación “baby boom”. A este hándicap hay que añadirle las sucesivas y recurrentes
crisis que ha sufrido la economía española y que nos hacen hablar de una escasez
crónica del empleo en este país.
En décadas posteriores, en concreto de finales del siglo XX a inicios del XXI la
situación vuelve a cambiar. Será el número de jóvenes el que empiece a reducirse
mientras que la generación de esos jóvenes del “baby boom” empieza a llegar a edades
avanzadas e incrementando considerablemente el número de personas mayores de 65
años. Si la situación es grave per se, en el año 2008 estalla la crisis económica actual. Es
entonces, cuando se empieza a hablar de que por primera vez en nuestra historia, una
crisis de empleo va a coincidir con una reducción del colectivo juvenil. Situación que a
priori debería ser ventajosa, pues se podría haber atenuado el grave problema del
desempleo juvenil y la inserción laboral. Pero que muy a nuestro pesar no tuvo ese
alcance y podemos hablar de que estamos ante la mayor crisis de empleo juvenil de
nuestra historia. Los motivos y las causas de todo esto será el objeto central de este
análisis.
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GRÁFICO 1.3.- POBLACIÓN DE 65 Y MÁS AÑOS, 2007 – 2017 (HABITANTES)
Fuente: INE (2017). Elaboración propia.
Desde mediados de los años 1990 hay un fenómeno nuevo en España que influye en el
volumen de las cohortes: el aumento significativo de los inmigrantes. Durante esta etapa
la población joven experimenta un gran cambio, la diversidad. Durante mediados de los
noventa hasta principios del siglo XXI existe en España una fase de crecimiento
económico que motiva la llegada de muchos inmigrantes. Evidentemente estas personas
llegaron siendo jóvenes, por lo que a partir de mediados de los años 2000, la España
urbana se convierte en una sociedad con amplia diversidad, nacional, cultural e incluso
étnica. A pesar de ello, la llegada de la crisis económica cambio de rumbo el panorama
y alrededor de 110.000 jóvenes extranjeros han abandonado el país en búsqueda de un
futuro mejor.
Y es que el otro fenómeno demográfico a tener en cuenta es la emigración juvenil.
Desde el inicio de la actual crisis, España ha vuelto a experimentar importantes flujos de
emigración al exterior.
GRÁFICO 1.4.- SALDO MIGRATORIO CON EL EXTRANJERO, 2008-2017 (PERSONAS)
Fuente: INE (2017). Elaboración propia.
A tenor de la gráfica podemos observar como a partir del año 2008 con el inicio de la
crisis el saldo migratorio era muy positivo pero posteriormente la crisis demuestra un
9
efecto devastador, teniendo en el 2013 el año donde más saldo negativo hubo. En
concreto fueron 200.000 personas más las que se fueron del país de las que entraron.
En definitiva, demográficamente podemos decir que el colectivo juvenil ha sufrido los
cambios más rápidos y radicales de la historia lo que ha conllevado que este colectivo
difiera mucho de su pasado. Por ello este análisis pretende llegar a ciertas conclusiones
que nos hagan entender mejor la mala adaptación de este colectivo al actual mercado
laboral y viceversa.
1.2. Contexto social de los jóvenes
Los jóvenes presentan características sociodemográficas que los distinguen. En este
trabajo estamos abordando el tema de cuál es la situación de los jóvenes en el mercado
laboral español. Por este motivo conviene seleccionar los indicadores
sociodemográficos más relevantes para dicha tarea, estos van a ser la educación por un
lado y la situación de los jóvenes en sus hogares. Con esto en mente, conviene apuntar
que el perfil formativo de los jóvenes españoles ha ido evolucionando hacia un modelo
de mayor formación teórica que presenta algunas dificultades para adaptarse
convenientemente al mercado laboral. Por otro lado, parece que el aumento del nivel
formativo no ha conseguido verse correspondido con un nivel de emancipación
adecuado.
1.2.1. Evolución de la formación de los jóvenes españoles (2007-
2017)
Desde la generalización de la escolarización el nivel de estudios en España se ha ido
elevando sucesivamente. Tanto es así que los niveles de estudios medios o superiores
han tenido un incremento muy notable aunque sin llegar a generalizarse y dependiendo
siempre de diversos factores.
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GRÁFICO 1.5.- EVOLUCIÓN DEL NIVEL DE FORMACIÓN DE LA POBLACIÓN ADULTA (25–64
AÑOS) (2006, 2016) (%)
Fuente: INE (2017). Elaboración propia.
En el gráfico queda patente este aumento del nivel educativo del país. El aumento del
porcentaje de titulados superiores llega a alcanzar hoy el 19,2 % del total, lo que supone
que 7.487.686 personas de 16 años o más poseen estudios de tercer grado. Conviene
destacar el papel fundamental que ha tenido la mujer en este proceso, pues incluso ha
llegado a superar en casi tres puntos al número de hombres que cursan estos estudios
superiores. Según el Ministerio de Educación en la página 7 y siguientes de su Informe
sobre el panorama de la educación “Indicadores de la OCDE” del 2017: “durante el
periodo 2006-2016, el porcentaje de población adulta española (25-64 años) que ha
alcanzado la primera etapa de Educación Secundaria (ESO en España) o estudios
inferiores se ha reducido en casi 9 puntos porcentuales, pasando del 50,3% al 41,7%. Al
mismo tiempo, contribuye a la mejora del nivel educativo, en ese mismo periodo, el
aumento del porcentaje de población adulta española con educación superior, pasando
del 28,8% al 35,7%, y en menor medida el de la población con segunda etapa de
educación secundaria, del 20,9% al 22,5%”.
Dicha transformación parece seguir un patrón que se guía por las expectativas que se
tienen de lograr un puesto de trabajo más rápido y de mayor calidad con un nivel de
estudios superior. Estas expectativas se reflejan en el siguiente gráfico.
11
GRÁFICO 1.6.- PARADOS SEGÚN NIVEL DE FORMACIÓN ALCANZADO, 2017 (%)
Fuente: INE (2017). Elaboración propia.
El propio Ministerio de Educación en la página 34 y siguientes de su Informe sobre el
panorama de la educación Indicadores de la OCDE del 2017 vuelve a inquirir que:
“Alcanzar un mayor nivel educativo incrementa las perspectivas laborales. En España,
la tasa de empleo entre jóvenes adultos con estudios superiores es del 76%, en
comparación con el 68% de aquellos con titulaciones de educación secundaria superior
o post-secundaria no superior, y solo el 60% para aquellos que no han completado la
educación secundaria superior. En los países OCDE estos promedios corresponden al
83%, 76% y 59%, Las personas con las cualificaciones educativas más bajas presentan
un mayor riesgo de desempleo. En España, la tasa de desempleo para los jóvenes
adultos que no han completado la educación secundaria superior es del 30%, frente al
20% de aquellos que sí lo han hecho y el 16% de aquellos que tienen educación
terciaria. Un mayor nivel educativo alcanzado revierte en retribuciones salariales más
elevadas. En España, los adultos de 25 a 64 años con estudios terciarios finalizados
presentan una ventaja salarial del 53% sobre los que han completado estudios de
educación secundaria superior. Aquellos con un nivel educativo inferior tienen una
desventaja salarial del 29%. En los países OCDE los porcentajes son del 56% y el 22%
respectivamente”.
Es una realidad que la búsqueda de un futuro más abierto y prometedor supone el mayor
estímulo para que la población joven continúe con sus estudios. Sin embargo, al alargar
el período de formación se genera otra realidad que conviene destacar y que se va a
tratar en el punto siguiente.
12
1.2.2. Emancipación residencial de los jóvenes españoles
En este apartado abordaremos el tema de la emancipación residencial de los jóvenes y la
influencia de diversos factores que están retrasando la edad en la que dichos jóvenes
consiguen esta emancipación. Sin duda, la emancipación residencial, es decir, la
constitución de un hogar propio independizándose del hogar familiar, supone un paso
inevitable en la vida de los jóvenes para poder entrar en la edad adulta. En las actuales
sociedades occidentales es un elemento fundamental y necesario para la propia
identidad de la persona, por eso es verdaderamente preocupante el proceso que se ha
vivido en estos últimos años donde la edad de emancipación se ha retrasado de forma
muy significativa.
A través de la Encuesta de Población Activa (EPA), elaborada por el INE, vamos a
extraer el primer indicador para analizar los procesos de emancipación residencial en
España. Este primer indicador será la proporción de jóvenes de 16 a 29 años que viven
fuera del hogar de origen respecto del total de personas de su misma edad. En el
informe Juventud en España del INJUVE se dice respecto a este indicador: “El
porcentaje de jóvenes emancipados de 16 a 29 años (tasa de emancipación residencial),
según la EPA, aumenta en torno a 10 puntos porcentuales desde comienzos de la década
de los 2000 (19,4%) hasta el año 2008 (29,5%), momento a partir del cual se produce un
continuo descenso hasta alcanzar el 22,4% en 2015”. Queda patente que la crisis
económica del 2008 frenó de forma drástica el crecimiento de la tasa de emancipación,
comenzando desde entonces un rápido retroceso que todavía en el 2015 no parecía
haber tocado fondo. Sin embargo, este retroceso iniciado en el 2008 no ha sido tan
fuerte como el crecimiento anterior, por lo que se ha mantenido la tasa de emancipación
en los valores de inicio de siglo.
La siguiente conclusión importante que hemos de sacar del gráfico es la diferencia
existente entre hombres y mujeres. Aunque las pautas de crecimiento o retroceso son las
mismas, crecimiento hasta 2008 y fuerte declive a partir de ese año. En todo ese periodo
la tasa de emancipación de las mujeres es mucho mayor. En efecto, estos datos vienen a
corroborar que son las mujeres jóvenes quienes abandonan primero el hogar familiar en
detrimento de los hombres. Esta situación podría devenir bien de una mayor incidencia
del desempleo en los hombres o bien de que las expectativas de formar una familia a
una edad más temprana estén más presentes en el sexo femenino.
13
GRÁFICO 1.7.- EVOLUCIÓN DE LA TASA DE EMANCIPACIÓN RESIDENCIAL DE LOS JÓVENES DE
16 A 29 AÑOS SEGÚN GÉNERO, 2007-2017 (%)
Fuente: INE (2017). Elaboración propia.
Para completar esta noción de que en los últimos años ha existido un importante
retroceso en la tasa de emancipación debemos ver el mismo gráfico pero esta vez
añadiendo la edad como una variable a tener en cuenta. Con los datos de este gráfico se
puede apreciar que son las generaciones más jóvenes las que tiene una mayor dificultad
para emanciparse, y esto sucede antes y durante la crisis.
GRÁFICO 1.8.- EVOLUCIÓN DE LA TASA DE EMANCIPACIÓN RESIDENCIAL DE LOS JÓVENES DE
16 A 29 AÑOS POR GRUPOS DE EDAD, 2007 - 2017 (%)
Fuente: INE (2017). Elaboración propia.
Este fenómeno habría que analizarlo profundamente para obtener las distintas causas
que originan el retroceso en la tasa de emancipación. En primer lugar están los factores
formativos. El efecto de la educación parece tener una clara relación directa con la
emancipación, de forma que a mayor nivel de estudios mayor retraso de la tasa de
emancipación.
En primer lugar, hemos de decir que este comportamiento parece obedecer a las
expectativas y enfoques diferentes de cuál es el momento perfecto para emanciparse
residencialmente, y por lo tanto, crear un hogar propio. Por lo que debemos tener en
14
cuenta que los jóvenes que finalizan sus estudios antes, deben buscar un trabajo que les
acaba otorgando cierta independencia económica lo que a su vez les permite
emanciparse a edades más tempranas. Sin embargo los jóvenes que desean adquirir un
nivel de estudios más alto en búsqueda de mejores condiciones laborales y salariales al
acabar, deben quedarse más tiempo en el hogar familiar pues por ellos mismos no
pueden pagarse sus estudios y no gozan de la independencia económica que les facilite
la emancipación.
GRÁFICO 1.9.- EDAD DECLARADA POR LOS JÓVENES EMANCIPADOS (15-29) DE ABANDONO DEL
HOGAR DE ORIGEN, SEGÚN EL NIVEL DE ESTUDIOS TERMINADO, 2017 (AÑOS)
Fuente: INJUVE (2017). Elaboración propia.
El segundo factor determinante para el proceso de emancipación residencial de los
jóvenes es el empleo. El INJUVE en la página 230 de su informe Juventud en España es
muy claro al respecto: “El acceso a un puesto de trabajo por el que se obtiene una
remuneración económica, puede significar la obtención de la tan deseada independencia
económica. La relevancia de poseer un trabajo en condiciones dignas en los procesos de
emancipación residencial es clave a la hora emprender la transición a la vida adulta”. El
ingreso de los jóvenes en el mercado laboral es un proceso que se ha dilatado en el
tiempo por lo que cuando la economía atraviesa ciclos adversos los jóvenes tienden a
refugiarse en el sistema educativo o en la familia.
De igual manera, parece ser transcendente la experiencia de los jóvenes ante el empleo
pues es la que termina configurando sus expectativas sobre la constitución de un hogar
familiar propio. La actual crisis económica ha sido devastadora para la emancipación
residencial. Según datos de la EPA, el porcentaje de emancipados varía de forma
considerable en función de si el joven está ocupado o parado o inactivo, como bien
muestra el siguiente gráfico.
15
GRÁFICO 1.10. EL ESTADO DE LA EMANCIPACIÓN DE LOS JÓVENES DE 15 A 29 AÑOS EN
RELACIÓN CON LA ACTIVIDAD, 2017 (%)
Fuente: INJUVE (2017). Elaboración propia.
Conviene destacar fundamentalmente que más de la mitad de los jóvenes que trabajan
se encuentran emancipados. Sin embargo, aquellos jóvenes que solo estudian optan en
su mayoría por quedarse en el hogar familiar. Son estos jóvenes estudiantes los que
muestran mayor porcentaje de no emancipación seguiros por los parados y los que
combinan estudios y trabajo. Resulta evidente la diferencia entre trabajar y no trabajar a
la hora de emanciparse. Es el trabajo otra cuestión clave para entender la dinámica de la
emancipación en este país.
Ahora bien, dentro de las causas laborales que retrasan o incentivan la emancipación
tenemos que destacar la naturaleza o tipo de contrato de los ocupados. Sin lugar a dudas
el contrato temporal se encuentra en una mayor proporción en los jóvenes que en el
resto de la población trabajadora. Esto supone una situación de desventaja y que la crisis
no ha hecho más que agravar. Esta situación empeora las condiciones de vida de los
jóvenes y retrasa esa deseada independencia económica que parece ser el mayor
impulso para la emancipación residencial.
16
GRÁFICO 1.11.- ESTADO DE LA EMANCIPACIÓN RESIDENCIAL DE LOS JÓVENES DE 16 A 29
AÑOS SEGÚN TIPO DE CONTRATO DE LOS OCUPADOS, 2017(%)
Fuente: INJUVE (2017). Elaboración propia.
No cabe duda de que la temporalidad es una clara causa del retraso en la emancipación.
Como bien muestra el gráfico anterior, la proporción de emancipados aumenta entre los
jóvenes que poseen un contrato indefinido (52,7%) en detrimento de los que tienen
contrato temporal (34,5%). De igual manera, aquellos jóvenes con contrato permanente
(53,2%) tienen una mayor tasa de emancipación que aquellos que trabajan a tiempo
discontinuo (32,1%). Para resumir, nuestra teoría en este apartado es que desde el año
2007 la tasa de emancipación residual de los jóvenes ha vivido un retroceso brutal. Este
retroceso estaría provocado por distintas causas o factores, que dividíamos en dos:
formativas y laborales. Las consecuencias de este retroceso parecen no tener nada que
ver con las preferencias de los jóvenes de manera que podemos decir que los factores
formativos y laborales son de una fuerza mayor que impide a los jóvenes unir sus
deseos o expectativas con la realidad.
En definitiva, los jóvenes necesitan de la tan ansiada autonomía económica para poder
emanciparse. Dicha autonomía parece cada vez más difícil de encontrar en un mercado
laboral que parece no encontrar mecanismos eficaces para que los jóvenes encajen en él
con garantías. Por ello en el siguiente capítulo abordaremos la situación de los jóvenes
en este mercado y cuáles son las limitaciones que producen estos desajustes que van
más allá de lo estrictamente económico y llegan a afectar el propio ritmo de vida de toda
una generación.
CAPÍTULO 2. LA PARTICIPACIÓN LABORAL DE LOS JÓVENES
2.1. Cambio en la participación laboral de los jóvenes
Hemos visto cómo los jóvenes españoles han aumentado su formación de forma
exponencial, en búsqueda de una mejores condiciones laborales que parecen poder
conseguir a través de esta mayor formación, Sin embargo, este aumento del nivel de
estudios ha repercutido junto a la crisis y otras causas laborales en un retraso en tasa de
emancipación residencial. Para seguir con el análisis vamos a abordar ahora la situación
17
de los jóvenes en el mercado laboral, por lo que conviene empezar observando la
posición global de los jóvenes europeos para después centrarnos en las particularidades
propias del mercado español.
La idea fundamental de este capítulo es que en términos generales, los jóvenes se
encuentran inmersos en un mercado de trabajo que tiende al aumento de la precariedad.
Esta situación se ha agravado de manera exponencial por la crisis económica del 2008,
sin perjuicio de que ya se vislumbraban los fallos del propio sistema. No obstante, dicha
crisis ha sacado a relucir que un elevado desempleo está afectando de sobremanera a las
generaciones más jóvenes. Este brutal desempleo está originado por tres condicionantes:
el incremento de la flexibilización del mercado laboral; el aumento de la temporalidad
en el empleo; y la precarización de los salarios de los jóvenes.
En líneas generales, en todos los países de la Unión Europea registran un mayor
desempleo en los tramos de edad correspondientes a los jóvenes. Esto es en cierta
medida bastante explicable, pues por un lado muchos jóvenes a esas edades están
estudiando, o compaginando estudios y trabajo o probando opciones en el mercado
laboral. Sin embargo, esto no nos puede distraer que una continua situación de elevado
paro juvenil puede enmascarar deficiencias estructurales del mercado debido a su propia
incapacidad de generar trabajo. Numerosas investigaciones parecen decantarse por esta
última conclusión, así autores cómo: Moreno, A. (2012); Bernabeu, A. (2013); Henar,
L. y Segales, M. (2015), sostienen que la juventud europea se enfrenta actualmente a un
mercado laboral falto de regulación y precario que en nada tiene que ver con el mercado
laboral en el que peregrinaron sus padres. Todo ello fruto de un contexto laboral que
tienen en la economía globalizada la principal culpable de estas nuevas formas de
relacionarse.
En cierto modo, cuando se compara la situación existente en unos países europeos y
otros, y se profundiza en las pautas por género, edad o educación, se observan
diferencias y matices que tienen que ver en buena parte con las singularidades ins-
titucionales, tanto en el terreno económico como en el político.
2.1.1 El desigual desempleo juvenil en la UE
Si empezamos un análisis por grupos de edad podemos concluir que la destrucción del
empleo para nada ha sido homogénea. En el gráfico 2.1 se evidencia que el tramo de
edad de 15 a 19 años es el más perjudicado por la crisis.
18
GRÁFICO 2.1.-EVOLUCIÓN DE LA TASA DE DESEMPLEO JUVENIL EN LA UNIÓN EUROPEA, POR
GRUPOS DE EDAD, 2009 - 2017 (%)
Fuente: Eurostat (2017). Elaboración propia.
Si atendemos al sexo de los jóvenes, vemos como en general el desempleo es
ligeramente superior en los hombres que las mujeres. Situación que se reproduce la
mayoría de los países salvo Italia y Grecia.
GRÁFICO 2.2.-TASA DE DESEMPLEO JUVENIL EN DISTNTOS PAÍSES EUROPEOS, SEGÚN SEXO,
2017(%)
Fuente: Eurostat (2017). Elaboración propia.
Este gráfico resulta verdaderamente clarificador como análisis de las diferencias del
desempleo en los distintos países de la Unión Europea. De manera que se pone de
manifiesto el dispar desempleo, pues países mediterráneos como España, Italia y
sobretodo Grecia tienen unos valores muy elevados de paro juvenil que contrastan con
los valores muy inferiores de países como Alemania, Reino Unido o Austria.
Para completar el análisis de las diferencias de desempleo debemos recurrir a una nueva
variable, el desempleo de larga duración, para ello analizamos el siguiente gráfico.
19
GRÁFICO 2.3.-EVOLUCIÓN DE LA TASA DE DESEMPLEO JUVENIL DE LARGA DURACIÓN (MÁS
DE 12 MESES) EN LA UNIÓN EUROPEA, 2007 - 2017 (%)
Fuente: Eurostat (2017). Elaboración propia.
El mismo revela las debilidades estructurales de la economía así como el impacto que la
crisis está teniendo en los jóvenes. Para el conjunto de la UE la tasa de jóvenes de 15 a
29 desempleados de larga duración desciende desde el 6% a comienzos de la década de
los 2000 al 3% en 2008, para a continuación aumentar progresivamente hasta alcanzar
máximos en el 2013 con un 7% (gráfico 2.3.). En este sentido pues, el efecto de la crisis
es claro. Y vuelven a ser los países mediterráneos los que sufren el mayor impacto de la
crisis sobre el desempleo juvenil.
2.1.2. La temporalidad y el empleo a tiempo parcial como nuevas
realidades del mercado laboral de los jóvenes europeos.
La temporalidad o número de trabajadores esporádicos es un indicador muy eficiente
para hablar sobre las condiciones y la estructura del sistema laboral de los jóvenes.
Históricamente la temporalidad se ha asociado con la juventud, pues este colectivo rota
mucho más en el empleo, además de que se encuentran en pleno proceso formativo y
están probando las distintas opciones laborales. Sin embargo, siguiendo lo dicho por
Henar, L. y Segales, M. (2015); el siguiente gráfico viene a confirmar la precarización
en Europa de las condiciones laborales del colectivo juvenil con el paso de los años,
tanto que la tasa de empleos temporales (15 a 29 años) ha aumentado desde el 25.5 % al
32.1%. Sin perjuicio de que se ha de destacar que la temporalidad obedece de forma
determinante a la edad, de forma que a mayor edad menor tasa de temporalidad y a la
inversa.
20
GRÁFICO 2.4.-EVOLUCIÓN DE LA TASA DE EMPLEOS TEMPORALES ENN JÓVENES DE LA
UNIÓN EUROPEA, 2007 -2017 (%)
Fuente: Eurostat (2017). Elaboración propia.
Según la línea marcada por Moreno, A. (2012) podemos hablar de que la desigual
incidencia de la temporalidad en los distintos países de Europa es consecuencia de
diversos factores. A destacar entre todos ellos la configuración de los mercados
laborales y de las políticas en el ámbito laboral adoptadas por cada país. En caso de que
dicha temporalidad esté unida a elevadas tasas de desempleo juvenil estaríamos ante un
caso de clara precariedad, lo que sin duda puede incrementar el riesgo de
marginalización y exclusión de los jóvenes, a la vez que se dispara la incertidumbre
sobre su futuro.
El segundo indicador a tener en cuenta es el empleo a tiempo parcial. Este tipo de
empleo es muy discutido aunque hay quien lo defiende usando el modelo alemán de los
“mini-jobs” como referencia. El trabajo a tiempo parcial es cierto que se manifiesta
como una forma eficaz de combinar el trabajo con otras actividades, como la formación,
pero también representa un tipo de trabajo basado en empleos de baja calidad que los
jóvenes se ven a menudo obligados a aceptar para poder introducirse en el mercado
laboral. Sin duda podemos decir que como mínimo representa un tipo de trabajo que
proporciona rentas menores al empleo a tiempo completo.
Hay que decir que la presencia de empleo a tiempo parcial entre los jóvenes europeos
está muy condicionada a atributos demográficos como pueden ser la edad y el sexo. Es
más que evidente el incremento paulatino en Europa de empleos a tiempo parcial entre
el colectivo juvenil, a partir de 2008 se incrementó más si cabe. A tenor del gráfico 2.5
se comprueba la regla de que a menor edad la tasa aumenta y a la inversa, en las
cohortes de edad más avanzadas la tasa es menor.
21
GRÁFICO 2.5.-EVOLUCIÓN DE LOS EMPLEOS A TIEMPO PARCIAL RESPECTO DEL TOTAL DE
EMPLEOS DE LOS JÓVENES EN LA UE, SEGÚN GRUPOS DE EDAD, 2007 - 2017 (%)
Fuente: Eurostat (2017). Elaboración propia
En cierta medida, el verdadero hecho a destacar en este análisis del empleo parcial en
Europa es la incidencia de este tipo de contratos en las jóvenes europeas. Y es que
aunque la presencia es notaria en los jóvenes en general, en las mujeres presenta una
mayor incidencia si cabe. De forma que si observamos el gráfico 2.6 el porcentaje de
empleos a tiempo parcial aumenta en los dos sexos pero lo hace de una forma bastante
desigual, tanto que la diferencia entre hombres y mujeres llega a representar hasta casi
15 puntos porcentuales entre hombres y mujeres durante toda la serie estudiada.
22
GRÁFICO 2.6.-EVOLUCIÓN DE LOS EMPLEOS A TIEMPO PARCIAL RESPECTO DEL TOTAL DE
EMPLEOS DE LOS JÓVENES EN LA UE, SEGÚN SEXO, 2007 - 2017 (%)
Fuente: Eurostat (2017). Elaboración propia.
Dentro de las posibles razones de que este tipo de contrato tenga mayor incidencia en
las mujeres podemos encontrar:
Las mujeres a estas edades están compatibilizando trabajo y estudio.
Las mujeres acceden a este tipo de empleos como una forma para
compatibilizar su vida laboral y familiar.
Sin embargo, estos datos nos informan sobre todo de la mayor precariedad que
tiene el empleo femenino frente a su homólogo masculino, que se resume en
mayor dificultad para acceder a trabajos estables y de calidad.
En resumen, la evolución del empleo parcial entre los jóvenes en la Unión Europea ha
experimentado un incremento significativo desde el año 2000, afectando en mayor
medida a las cohortes de edad más jóvenes y a las mujeres. Y de igual manera, las
diferencias entre países son evidentes. En concreto para España, el incremento de
jóvenes de 15 a 29 años con contrato a tiempo parcial que afirman no encontrar un
empleo a tiempo completo es espectacular, tal y como se aprecia en el siguiente gráfico:
desde el 31,9% en 2000 y el 37,3 % en 2008 ha pasado a representar el 68,5% en 2014.
23
GRÁFICO 2.7.-PORCENTAJE DE LOS JOVENES CON EMPLEOS A TIEMPO PARCIAL PORQUE NO
ENCUENTRAN TRABAJO A TIEMPO COMPLETO EN DISTINTOS PAÍSES DE LA UE, 2007 - 2017 (%)
Fuente: Eurostat (2017). Elaboración propia.
Como podemos ver en este breve análisis de la realidad de los jóvenes europeos en el
mercado laboral se sospecha que estos jóvenes tienen una condición laboral distinta que
les sitúa a menudo en una situación de vulnerabilidad y precariedad ante el empleo.
Dicha condición o estructura laboral estaría marcada por elevadas tasas de desempleo,
gran incidencia de empleos a tiempo parcial y elevadas tasas de temporalidad, que la
crisis de 2008 no hizo más que agravar, sacando a relucir las debilidades de este
colectivo. Además si analizamos la situación de España como país mediterráneo
podemos apreciar que es bastante más complicada. Indudablemente podemos hablar de
la existencia en Europa de realidades contrapuestas pues mientras el norte y centro
europeos parecen controlar estos condicionantes adversos, en el sur las tasas de
desempleo, temporalidad y parcialidad se disparan hasta límites insospechados.
2.2. Características del empleo de los jóvenes españoles.
Tras analizar la situación de los jóvenes en el mercado laboral europeo y compararla
con la situación española, toca centrarse exclusivamente en la realidad de este país.
Analizando en detalle las causas y efectos del innegable deterioro de la situación laboral
de los más jóvenes. Para ello conviene que seamos conscientes de que nos moveremos
en un doble plano analítico, pues muchos de los rasgos que iremos describiendo ya
estaban presentes antes de la crisis de 2008, sin embargo esta los acabó agravando y por
lo tanto también se ha de tener en cuenta su efecto.
Por tanto el argumento principal que se sostiene en este apartado sigue la línea de la
tesis del capítulo. Es decir, que la situación actual del mercado de los jóvenes muestra
indicios de una preocupante precarización estructural que viene ligada al capitalismo
global y a las políticas neoliberales. Fruto de este contexto la crisis de 2008 sólo ha
hecho agravar y por tanto evidenciar las fallas estructurales que presentaba este
mercado.
24
2.2.1. Situación laboral de los jóvenes en España: activos, ocupados y
parados.
En el primer capítulo analizamos la situación demográfica que estaba pasando España,
donde establecimos que la reducción del número de jóvenes en la población total tiene
un claro impacto en el mercado laboral. La propia Encuesta de Población Activa (INE)
muestra cómo mientras el conjunto de la población en edad de trabajar aumenta en
España cerca de 8 millones desde comienzos de los noventa hasta el 2014, la población
joven disminuye. Serrano, L., y Soler, A. (2015) De igual manera sucede esto cuando
analizamos a las personas que son parte en el mercado laboral, es decir, la población
activa y la población ocupada. La población activa de 16 a 29 años ha disminuido desde
2006 en 1,9 millones de personas, mientras que el resto de población activa, más de 30
años, aumenta en ese mismo periodo de tiempo en torno a 3 millones, siguiendo datos
de las EPA.
GRÁFICO 2.8.- EVOLUCIÓN DE LA PRESENCIA DE LOS DISTINTOS GRUPOS DE EDAD EN LA
POBLACIÓN ACTIVA ESPAÑOLA, 2007 – 2017 (PERSONAS)
Fuente: INE (2017). Elaboración propia.
Si repasamos las tasas de actividad de los jóvenes veremos cómo habían mostrado una
clara tendencia alcista hasta la llegada de la crisis. Para entender este comportamiento
debemos analizar lo sucedido paralelamente con los inactivos. Este colectivo
experimentó un crecimiento enorme, y como ya hemos expresado anteriormente, dicho
crecimiento quizás se deba a causas como el alargamiento del periodo de formación de
muchos jóvenes, o bien porque han vuelto a los estudios ante la imposibilidad de
encontrar un trabajo.
En el siguiente gráfico podemos apreciar más allá de los efectos de la crisis económica,
las diferencias existentes por grupos de edad y sexo. Se vuelve a repetir la lógica de a
mayor edad mayor tasa de actividad. En el caso de jóvenes de 25 a 29 años, la tasa
alcanza valores entre 80-90% dependiendo si el joven es hombre o mujer. En el
extremo opuesto encontramos a los jóvenes de entre 16 y 19 años los cuales muestran
tasas bastante menores. La formación tiene que tener mucho que ver con esta
disparidad. Sin embargo, es imposible no darse cuenta que para estas mismas edades
entre el período de 2006 a 2008 las tasas de actividad alcanzaron valores superiores al
25
30% en hombres y al 25% en mujeres. Coincidiendo con el período donde hubo un gran
abandono escolar prematuro.
GRÁFICO 2.9.- EVOLUCIÓN DE LAS TASAS DE ACTIVIDAD POR SEXO Y EDAD DE LOS JÓVENES,
2008 – 2017 (%)
Fuente: INE (2017). Elaboración propia.
Pero si se ha de elegir un indicador que muestre la paulatina pérdida de importancia de
los jóvenes en el mercado laboral español ha de ser la tasa de ocupación. Si la población
mayor de 30 años aumenta en medio millón de personas en los últimos 10 años pese a la
crisis económica. La población joven ocupada, de 16 a 29 años, desciende en 2,5
millones de personas, un 50% en términos relativos.
CUADRO 2.1.- EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN JOVEN OCUPADA POR GÉNERO Y EDAD, 2014 –
2017 (MILES DE PERSONAS Y PORCENTAJE RESPECTO DEL TOTAL DE CADA SEXO)
Fuente: INE (2017). Elaboración propia.
26
Estos datos vienen a mostrar lo la progresiva pérdida de importancia y participación del
colectivo juvenil en nuestro mercado laboral. Además de que apuntan la existencia de
un comportamiento diferente de los jóvenes frente a los colectivos de más edad. Los
jóvenes parecen marcados por una mayor vulnerabilidad y dificultad para la inserción
laboral que la crisis de 2008 ha terminado de agravar.
Sucede en la ocupación la misma lógica que con la actividad, es decir, varía
considerablemente con la edad. A medida que subimos en el rango de edad, aumenta
tanto el número absoluto como la tasa de empleo (Cuadro 2.1). En palabras del propio
INJUVE en la página 139 de su informe Juventud en España (2016) esto se puede
explicar porque “existen pautas estandarizadas en relación con la actividad económica
que tienden a seguir los jóvenes en sus recorridos vitales. A los 16-19 años la
dedicación principal de hombres y de mujeres es el estudio y la formación, a partir de
los 20 años comienza el tránsito del sistema educativo al mercado de trabajo y los y las
jóvenes o son ocupados o desempleados. De 25 años en adelante, la inserción laboral es
mucho mayor e, independientemente del efecto del desempleo, existe un predominio de
la ocupación”.
Para completar el análisis de la ocupación, debemos apreciar la actividad desempleada
por los ocupados. Así atendiendo al cuadro siguiente podemos extraer que aunque existe
una pérdida de empleo juvenil en casi todas las ramas de actividad desde el 2008, esta
pérdida es realmente significativa en los sectores de la construcción (caída del 84%),
actividades financieras (66%) y la industria manufacturera (61%).
Actualmente, las ramas de actividad donde más se emplean los jóvenes de nuestro país
son: el comercio, la hostelería y la industria manufacturera. Sin embargo, aquellas
ocupaciones menos elegidas son las actividades relacionadas con organismos y
organizaciones extraterritoriales, industrias extractivas, actividades inmobiliarias o
suministros. Por lo tanto se puede decir que existe una dependencia directa entre el
empleo juvenil y el modelo productivo español, el cual empleó a los jóvenes en etapas
de bonanza económica en determinados sectores. De manera que se empleó a los
jóvenes en sectores que fueron muy perjudicados por la crisis económica, como la
construcción, la industria manufacturera o el comercio.
2.2.2. La temporalidad y el empleo a tiempo parcial como paradigma
de la precariedad.
Cómo vimos en el análisis anterior del mercado laboral de la juventud europea uno de
los aspectos distintivos y definitorios de la mayor fragilidad e inseguridad del colectivo
juvenil ante el empleo es la precariedad estructural asociada, por un lado, a la mayor
incidencia de la temporalidad y de empleos a tiempo parcial, por otro, al menor poder
adquisitivo como consecuencia del menor salario percibido por el trabajo desempeñado.
27
GRÁFICO 2.10.- EVOLUCIÓN DEL TOTAL DE ASALARIADOS JÓVENES CON CONTRATOS
TEMPORALES Y CONTRATOS A TIEMPO PARCCIAL, SEGÚN SEXO, 2007 – 2017 (MILES DE
PERSONAS)
Fuente: INE (2017). Elaboración propia.
El gráfico 2.10 muestra como tanto para el conjunto de la población asalariada como
para los jóvenes aumenta el porcentaje de contratos a tiempo parcial, respecto al resto
de contratos. Aunque aumente en todas las edades, es realmente significativo que en el
colectivo juvenil lo haga con mucha mayor incidencia. En el mismo gráfico podemos
apreciar la evolución y estado actual de la temporalidad, ratificando que la
concentración de contratos temporales en los jóvenes es un hecho. Y es en plena crisis,
cuando las tendencias del conjunto de la población asalariada y juvenil empiezan a
seguir rumbos inversos, que todavía se mantienen. La mayor incidencia de la
temporalidad en los jóvenes no es un fenómeno exclusivo de la crisis económica, sino
que muy al contrario está revelándose como un fenómeno estructural de nuestros
mercados laborales.
Además, el análisis del tipo de contrato de los jóvenes según edad (en el año 2015)
evidencia que a menor edad, mayor es la temporalidad y menor el porcentaje de
contratos indefinidos y viceversa (Cuadro 2.2.).
28
CUADRO 2.2.- DISTRIBUCIÓN DE LOS ASALARIADOS JOVENES SEGÚN TIPO DE CONTRATO, POR
SEXO Y POR GRUPOS DE EDAD, 2017 (MILES DE PERSONAS)
Fuente: INE (2017). Elaboración propia.
De esta manera podemos concluir que mientras que los contratos temporales en los
jóvenes de 25 a 29 años suponen un 45,9%, el porcentaje aumenta progresivamente has-
ta situarse en el 86,5% para aquellos jóvenes asalariados que tienen entre 16 y 19 años.
Por el contrario, el peso relativo de la contratación indefinida es mayor para los jóvenes
de 25 a 29 años (54,1%), disminuyendo a medida que desciende la edad (31,4% para los
jóvenes de 20 a 24 años y 13,5 % para los jóvenes asalariados de 16 a 19).
El INJUVE se muestra tajante con estos datos: “la posición de desventaja laboral del
colectivo juvenil y su mayor precariedad respecto al conjunto de la población se debe,
en primer lugar a una mayor presencia de empleos a tiempo parcial y de temporalidad
en los contratos. Dicha precariedad endémica, como se verá a continuación, también
responde a un menor poder adquisitivo como consecuencia del menor salario medio
percibido por el trabajo desempeñado. Pero el menor nivel de ingresos de los jóvenes
respecto a la población total tampoco es un fenómeno reciente o consecuencia exclu-
sivamente de la actual recesión económica, sino más bien se trata de un hecho
estructural que se deriva de la naturaleza del mercado laboral. Y no solo aquí, en
España, sino también en el conjunto de la Unión Europea. Lo que sí es consecuencia de
la actual crisis económica es el pronunciado descenso del poder adquisitivo de los
jóvenes asalariados debido a la disminución del salario medio anual percibido”. El
siguiente gráfico es revelador de esta realidad.
29
GRÁFICO 2.11.- EVOLUCIÓN DEL SALARIO MEDIO ANUAL DE LOS JOVENES Y DEL TOTAL DE
POBLACIÓN, 2008 – 2015 (€)
Fuente: INE (2017). Elaboración propia.
Las conclusiones que podemos sacar del gráfico son por un lado que a lo largo de toda
la serie el salario medio anual bruto de los jóvenes está muy por debajo del salario del
total de la población asalariada. Por otro lado, esta disparidad salarial resulta más
evidente cuando en el año 2012, son los salarios de los jóvenes los que disminuyen
aumentando más si cabe la diferencia. Es sin duda un indicador clave para entender el
deterioro de las condiciones laborales de los jóvenes en los últimos diez años. Pues
mientras el salario total de los ocupados de este país ha aumentado levemente incluso
con la crisis, el salario de los jóvenes desciende, entre otras causas por el aumento del
trabajo a tiempo parcial, cómo se ha visto anteriormente.
2.2.3. Desempleo juvenil.
Si hasta ahora hemos estado hablando de dimensiones como la temporalidad o el
empleo parcial como causas inequívocas del deterioro de las condiciones laborales de
los jóvenes. Deterioro que tiene como nombres propios la vulnerabilidad y precariedad
del empleo como principales efectos. Sin embargo, existe un efecto aún más devastador,
y este es el desempleo. En estos últimos años la principal señal que se ha tenido del
colapso del mercado laboral de la juventud ha sido el espectacular aumento del
desempleo en este tramo de edad. Aunque no se puede negar, que este elevado
desempleo juvenil es un fenómeno a nivel europeo es en España junto a Grecia donde
ha sido más devastador, con tasas altísimas. En palabras del INJUVE: “Puede que el
problema del desempleo juvenil en nuestro país sea endémico y que esté ligado a los
problemas de desajuste entre oferta y demanda de mano de obra que la economía
española arrastra desde hace más de treinta años, sin embargo, la relación entre el paro
30
de los jóvenes y el desempleo del conjunto de la población activa ha empeorado clara-
mente desde el año 2008 en adelante. El efecto de la crisis en la destrucción de empleo
juvenil es evidente”.
Esta destrucción de empleo juvenil no es homogénea, factores como el género o la edad
vuelven a resultar decisivos. A tener del siguiente gráfico podemos apreciar como la
evolución de la tasa de paro por edad evidencia que los más jóvenes, menores de 25, son
los más afectados. Se repite la regla de que a menor edad mayor tasa de desempleo.
GRÁFICO 2.12.- EVOLUCIÓN DE LA TASA DE PARO JUVENIL POR GRUPOS DE EDAD, 2007 –
2017(%)
Fuente: INE (2017). Elaboración propia.
Si vemos el desarrollo de la tasa, apreciamos como las diferencias entre cohortes
aumentan claramente a partir de 2008, siendo la cima el año 2013. Para ese año la tasa
de paro de los jóvenes de 25 a 29 años alcanza el 33,3 % pero la tasa sube hasta 18,5
puntos porcentuales en el tramo de edad anterior y se dispara hasta los 41 puntos de
diferencia en el tramo de 16 a 19 años. A partir de 2013 las tasas de paro descienden
pero aun así son cifras muy preocupantes.
Siguiendo los datos de la EPA desde el año 2000 hasta la actualidad, son las mujeres las
que presentan una mayor tasa de desempleo, al menos hasta el año 2012 (Informe
Juventud en España 2012). Las causas posiblemente se encuadren en la incorporación
masiva de la mujer al conjunto de la población activa en las últimas décadas per
también refleja un hecho incuestionable, tienen mucho más difícil encontrar un empleo.
Pero a partir de 2012, y ya en el año 2015, la tasa de paro juvenil es mayor en varones,
tanto para el conjunto de ellos (38%), en comparación al total de ellas (35,4%), como
para los grupos de edad de 20 a 24 y de 25 a 29, tal y como se puede apreciar en el
cuadro 2.4.
31
CUADRO 2.3.- TASAS DE PARO DE LOS JÓVENES SEGÚN EDAD, SEXO Y NACIONALIDAD, 2017 (%)
Fuente: INE (2017). Elaboración propia.
De estos datos podemos extraer que la mujer ha podido aguantar mejor los funestos
efectos de la crisis económica en la mayoría de los grupos de edad. Del mismo modo
conviene recordar que ellas partieron desde comienzos del 2000 con tasas de paro
mayores a las de los varones.
2.2.4. Jóvenes desempleados: deseos y aspiraciones
Cómo hemos visto en el apartado anterior la situación laboral de los jóvenes de este país
no presenta las mejores condiciones. La inestabilidad y la vulnerabilidad del empleo son
a menudo incógnitas a despejar en la ecuación del empleo juvenil. Sin embargo, existe
un colectivo que se ha de tener en cuenta para poder hacer un análisis completo del
mercado laboral juvenil de España. Dicho colectivo no es otro que los jóvenes
desempleados o no empleados. Este englobaría tanto a los jóvenes que bien han
trabajado antes y que en la actualidad están en paro, o bien aquellos que están buscando
empleo, así como los que están desempleados por otras razones.
Para poder realizar esta labor debemos acudir de nuevo a los datos suministrados por el
IJE el encargado de realizar encuestas a jóvenes no empleados acerca de sus inquietudes
laborales.
CUADRO 2.4.-RELACIÓN CON LA ACTIVIDAD DE LOS JÓVENES NO EMPLEADOS SEGÚN SEXO Y
GRUPOS DE EDAD, 2016 (%)
Fuente: IJE (2017). Elaboración propia.
Si analizamos los datos desde la perspectiva según el sexo vemos que el porcentaje de
“estudio y además busco trabajo” es mayor entre las mujeres que en los varones.
También tienen un porcentaje mayor en la categoría de buscar un primer trabajo. Sin
embargo, la cifra de jóvenes parados sin cobrar prestación es muy parecida tanto en
hombres como mujeres.
32
Si pasamos a la edad vemos una clara tendencia de que a mayor edad menor porcentaje
de jóvenes que estudian y siguen buscando trabajo. Por supuesto también es mayor la
cifra de jóvenes que buscan su primer trabajo en menores de 24 años. A pesar de ello,
el dato destacable está en los jóvenes de 25 a 29 años que están cobrando el subsidio por
desempleo en mayor porcentaje que los demás grupos de edad, lo que sugiere que en
principio estos jóvenes han perdido empleos remunerados en mayor mediad que los
jóvenes de menor edad. Al igual debemos destacar el escalofriante dato de que casi la
mitad de jóvenes de 25 a 29 años, el 44,7%, está en paro sin cobrar subsidio.
Llegamos ahora a la tercera variable a tener en cuenta, el nivel de estudios. Esta resulta
una variable clave para entender las posibilidades que tiene la juventud de cara a este
mercado laboral. El porcentaje de jóvenes no empleados que afirman estar en paro (co-
brando o sin cobrar la prestación por desempleo), es inferior en los jóvenes con estudios
de secundaria post-obligatoria, es decir, bachillerato y FF1. Porcentaje que se reduce
más todavía en los jóvenes con estudios superiores. Resumiendo, el porcentaje de
población joven desempleada con estudios de secundaria post-obligatoria se sitúa para
2017 en torno al 59% y en los jóvenes con estudios superiores alrededor del 39%, por el
contrario aquellos jóvenes que solo alcanzaron la primera etapa de secundaria o menos
caen a un porcentaje de hasta el 69%.
No obstante, lo realmente destacable son las diferencias existentes entre los jóvenes que
afirman buscar su primer trabajo según su nivel educativo. De forma que dicha
búsqueda se ve a menudo retrasada por el alargamiento de la formación. Esto nos da una
primera fotografía de un contexto y mercado cada vez más exigente y flexible.
GRÁFICO 2.13.- RELACIÓN CON LA ACTIVIDAD DE LOS JÓVENES NO EMPLEADOS, SEGÚN
NIVEL DE ESTUDIOS, 2016 (%)
Fuente: IJE (2017). Elaboración propia.
Pérez, S., González, A. y Pérez, E. (2013) en su informe un futuro sin generación
perdida concluyen que muchos jóvenes están utilizando una estrategia basada en
33
estudiar hasta edades cada vez más avanzadas, para así poder preparase mejor para
determinados puestos cualificados del mercado laboral. Por otro lado son los jóvenes
con un nivel de estudios inferior los que antes acceden al mercado laboral ocupando
puestos de trabajo menos cualificados. Si nos fijamos en el gráfico anterior parece
confirmarse esta hipótesis. Pues son justo los que tienen estudios superiores los que
presentan una mayor proporción de jóvenes que afirman estar buscando su primer
empleo (24,1%). Sin embargo, del total de jóvenes de 15 a 29 años con estudios de
secundaria, el porcentaje de jóvenes en búsqueda de su primer trabajo es del 14,4%, el
menor de todos.
A su vez el nivel de estudios se releva como un factor clave pare reducir el tiempo que
los jóvenes están en paro o buscando trabajo. Esta conclusión se extrae de los resultados
obtenidos por el INJUVE que parecen corroborar que un menor nivel de estudios
implica más tiempo en situación de desempleo o buscando trabajo.
GRÁFICO 2.14.- NUMERO MEDIO DE MESES QUE LOS JÓVENES DECLARAN LLEVAR EN PARO O
BUSCANDO TRABAJO, SEGÚN NIVEL DE ESTUDIOS, 2016 (%)
Fuente: IJE (2017). Elaboración propia.
Así, mientras que los jóvenes de 15 a 29 años con estudios de secundaria, es decir,
bachillerato y FP1, el tiempo medio es de 12,1 meses. En los jóvenes de 15 a 29 años
con estudios superiores es de 12,2 meses. Y en último lugar estarían los jóvenes con
estudios de primera etapa de secundaria o menos que declaran llevar 14,2 meses de
media en paro o buscando trabajo.
Vista la importancia que tiene el nivel educativo en las posibilidades laborales de los
jóvenes. Conviene centrar ahora el análisis en la importante cuestión de la crisis
económica sufrida por este país desde el 2008. La actual crisis ha tenido una clara
incidencia en el tiempo medio en que los jóvenes o bien están en paro o bien están
buscando trabajo. Pero además de estas causas evidentes, existen otras subyacentes
como son el cambio en las expectativas de futuro y en las motivaciones para encontrar
empleo.
34
En relación a esto último, en el IJE 2016, al igual que sucedía en 2012 y 2008, preguntó
a los jóvenes sexo si están o no buscando trabajo. De esta encuesta se dieron resultados
inusitados, pues si bien con anterioridad podría pensarse, dado el alto nivel desempleo y
la elevada duración del tiempo que los jóvenes llevan en paro o buscando trabajo se
desanimasen. Todo lo contrario, contrastando la información correspondiente a 2008 y
2016, podemos afirmar que la actual crisis económica ha incentivado a los jóvenes en la
búsqueda de empleo respecto a 2008 (gráfico 2.15).
GRÁFICO 2.15.- EVOLUCIÓN DEL GRADO DE INTENSIDAD EN LA BÚSQUEDA DE TRABAJO DE
LOS JÓVENES NO EMPLEADOS, 2008 - 2016 (%)
Fuente: IJE (2017). Elaboración propia.
Como vemos los jóvenes que buscan trabajo de manera activa, han pasado a representar
del 36,6% en 2008 hasta el 54,8% en 2016. Un incremento espectacular al que se la ha
de añadir la disminución del porcentaje de población joven que afirma no buscar
trabajo. Evidentemente estos datos demuestran que a pesar de la crisis el colectivo
juvenil no se encuentra desmotivado ni despreocupado por su situación, sino todo lo
contrario, los jóvenes españoles luchan por mejorar su estado y contexto mediante la
búsqueda activa de empleo.
Ahora bien ¿Cuáles son las expectativas de los jóvenes desempleados? Para contestar
esta pregunta debemos fijarnos en el tipo de empleo que están buscando. En primer
lugar, respecto a 2016, es destacable que la mayoría de jóvenes (58,1%) aceptaría
cualquier tipo de trabajo, un dato muy significativo que nos habla de la situación en la
que se encuentran los jóvenes de este país. A pesar de ello, si ponemos este dato en
evolución respecto a 2008 vemos como a su vez ha aumentado el porcentaje de jóvenes
que buscan un empleo relacionado con su formación, concretamente del 13,7% al
16,3% en detrimento de la opción de cualquier tipo de trabajo.
35
GRÁFICO 2.16.- EVOLUCIÓN DEL TIPO DE TRABAJO QUE LOS JÓVENES NO EMPLEADOS ESTÁN
BUSCANDO, 2008 - 2016 (%)
Fuente: IJE (2017). Elaboración propia.
Ahora que abordamos el tema de las expectativas con respeto al trabajo buscado,
conviene precisar que dichas expectativas están estrechamente relacionadas con el
tiempo que llevan los jóvenes en situación de desempleo. Como bien se puede apreciar
los jóvenes que llevan más tiempo en paro son más proclives a conformarse con
cualquier tipo de trabajo.
GRÁFICO 2.17.- TIPO DE TRABAJO QUE SE BUSCA Y MÚMERO MEDIO DE MESES QUE LOS
JÓVENES DECLARAN LLEVAR EN PARO O BUSCANDO TRABAJO, 2016 (%)
Fuente: IJE (2017). Elaboración propia.
En todo este análisis sobre las expectativas de los jóvenes frente al empleo podemos
apreciar que la educación o formación juega un papel decisivo. Si bien una gran parte de
los jóvenes anhela poder encontrar un trabajo relacionado con su formación y no es
hasta que se encuentran desesperados cuando se conforman con cualquier otro trabajo.
No podemos obviar que la percepción de encontrar un empleo en el plazo de un año
tiene una relación directa con el nivel de estudios. Por consiguiente, la probabilidad
mejora en los jóvenes con estudios superiores mientras que al contrario, cuanto más
bajo es el nivel de estudios, peor será la probabilidad de encontrar un trabajo.
36
Precisamente en el colectivo de aquellos jóvenes con un nivel de estudios de primera
etapa de secundaria, el porcentaje que afirma no saber qué sucederá es el mayor, 17,6%.
GRÁFICO 2.18.- PERCEPCIÓN DE PROBABILIDAD DE LOS JÓVENES NO EMPLEADOS DE
ENCONTRAR UN TRABAJO EN EL PLAZO DE UN AÑO, SEGÚN EL NIVEL DE ESTUDIOS, 2016 (%)
Fuente: IJE (2017). Elaboración propia.
En definitiva, los jóvenes desempleados se relevan como un colectivo más vulnerable y
en una situación de mayor incertidumbre todavía que los ocupados. Sin embargo, parece
ser la educación un factor clave para mejorar las opciones de este colectivo. Las razones
detrás de esto parecen estar en el cambio de paradigma en el mercado laboral juvenil.
Dicho mercado se ha vuelto más exigente y flexible, lo que a su vez exige de jóvenes
mejor formados para puestos con unas condiciones laborales muy inferiores a dicho
nivel formativo. Esto se sostiene por la alta competencia existente en un mercado que
intenta sacar la mayor rentabilidad de sus recursos humanos.
CAPÍTULO 3. POLÍTICAS ORIENTADAS A LOS JÓVENES
3.1. Políticas y programas de juventud en el ámbito europeo: Estrategia de
la UE para la juventud.
El conjunto de estas medidas y en concreto esta estrategia deviene de un contexto
basado en una marcada crisis económica cuyas consecuencias han sido muy negativas
para los ciudadanos europeos y sobre todo los más jóvenes. Estos han sido las primeras
víctimas de la falta de inversión en cultura, educación, desempleo o simplemente por los
recortes en servicios sociales. Como hemos visto anteriormente, los jóvenes han sentido
como se les daba de lado en beneficio de los intereses económicos.
A pesar de ello, la recuperación sigue en curso y la economía europea vuelve a sentirse
cada vez más fuerte para afrontar el reto de disminuir la tasa de desempleo. Si bien, no
conviene olvidar que este importante reto tiene otros condicionantes como son el
aumento de la desigualdad y el riesgo de pobreza que parece afectar de una forma más
elevada a este colectivo. En definitiva, hoy la juventud se ha convertido en una
prioridad para la Unión, y de esta manera, se han puesto en marcha determinadas
37
iniciativas que luchen contra el tremendo leviatán del desempleo juvenil a la vez que
hagan aumentar la participación política y social de los jóvenes, fomenten la inclusión y
promuevan el voluntariado.
Es en este contexto cuando surge la denominada estrategia de la UE para la juventud.
Creada por los ministros de la Unión Europea vino fijada con un margen de actuación
que va desde el año 2010 al 2018. En este margen de tiempo se debían cumplir los
objetivos de mejorar las oportunidades de los jóvenes en educación y mundo laboral,
potenciando a su vez la igualdad a la vez que se animara a este colectivo a participar
activamente en la sociedad.
Los tan ambiciosos objetivos de esta estrategia se pretenden conseguir en base a
distintas iniciativas. En primer lugar estarían las iniciativas específicas para la juventud,
las cuales irían dirigidas a fomentar el aprendizaje no formal, el voluntariado, trabajo
con jóvenes, la movilidad y la información. En segundo lugar se hallan las iniciativas
intersectoriales de integración, las cuales están enfocadas en garantizar que se tengan en
cuenta los principales problemas de la juventud a la hora de formular, aplicar y evaluar
las distintas políticas en los ámbitos políticos que tienen una repercusión directa en la
vida de este colectivo. Estamos hablando de materias tan importantes como la
educación, el empleo, la salud y el bienestar.
Evidentemente existe una gran cantidad de iniciativas propuestas para los diferentes
campos de acción. Sumado a un complicado e ineficaz mecanismo para el
establecimiento de prioridades políticas en el marco del método abierto de coordinación
(MAC). Da como resultado que la definición de los objetivos quede difusa y por
consiguiente los objetivos generales se convierten más en consignas generales.
3.2. Políticas y programas de juventud en España.
3.2.1. Plan de Acción de la Estrategia de Juventud 2020.
La Estrategia de Juventud 2020 es una iniciativa interministerial impulsada por el
Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e igualdad que a través del Instituto de la
Juventud trata de estar en sintonía con los objetivos de la Estrategia 2020 de la Unión
Europea. Así pues, dicha estrategia que fue aprobada por el Consejo de Ministros el 12
de Septiembre de 2014, pretende ser el modelo a seguir para las futuras políticas y
servicios a los jóvenes. Potenciado los distintos ámbitos relacionados con la juventud,
como pueden ser el empleo, la participación, asociacionismo, voluntariado, ocio y
tiempo libre, etc.
Respecto a su contenido conviene precisar que recoge las distintas actuaciones en
materia de juventud que debe poner en marcha la Administración General del Estado.
Por tanto, la Estrategia conlleva un diagnóstico de la situación y las opiniones de los
jóvenes a la vez que un análisis de las tendencias de dichos jóvenes año a año, hasta el
2020.
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¿Cómo pretende la Estrategia Juventud 2020 implementarse? Muy sencillo, a través de
tres planes de acción distintos que incluirán actuaciones en materia de juventud de los
distintos ministerios. Dichos planes son:
•Plan de Acción 2014-2016.
•Plan de Acción 2016-2018.
•Plan de Acción 2018-2020.
El Plan de Acción 2014-2016 de aproximadamente 3.000 millones de euros que irán
destinados a 211 medidas y 6 ejes de actuación, de los cuales se pretenden cumplir 14
objetivos. Pasamos ahora a analizar cada uno de estos ejes.
1) Educación y formación.
Este primer eje cuenta con tres objetivos claros: aumentar la empleabilidad y
emprendimiento del sector joven, impulsar el sistema de formación no formal e
identificar y fomentar nuevos nichos y yacimientos generadores de empleo a través de
la formación. Para poder llevar a cabo dichos objetivos se han designado determinadas
actuaciones. En primer lugar estarían los programas relativos a la oferta educativa de
enseñanzas de idiomas a distancia, nuevos ciclos de formación profesional básica,
formación profesional dual, con los cuales se pretende mejorar la empleabilidad y
emprendimiento juvenil. Posteriormente vendría el impoluso del sistema de formación
no formal en sintonía con el segundo objetivo. Y por último encontramos el programa
Inngamesy dirigido a formar profesionales digitales, emprendimiento digital, e-
learningy las tecnologías emergentes y por tanto a cumplir el tercer objetivo.
2) Empleo y emprendimiento.
En el segundo eje de esta estrategia se encuentran recogidos otros tres objetivos. El
primero de ellos habla de potenciar la creación de oportunidades de empleo joven.
Dicho objetivo tiene a su vez unas directrices que marcan que ha de cumplirse
impulsando la inserción de los jóvenes en el mercado laboral. Así como a aquellos que
quieran establecerse como autónomos y/o potenciar la creación de empresas por jóvenes
de 30 años. Los siguientes objetivos son los de fomentar una cultura emprendedora y
promover la implantación del sistema de garantía juvenil.
Al igual que el eje anterior para el cumplimiento de los objetivos se tienen previstas una
serie de actuaciones al respecto. Estas actuaciones irían desde medidas de carácter
fiscal, medidas en el ámbito de la contratación, subvenciones con cargo al IRPF hasta
los programas de fomento del emprendimiento como el Certamen Nacional de Jóvenes
Emprendedores, así como guías de recursos y aplicaciones digitales que faciliten el
emprendimiento. Y por último la implantación del sistema de garantía juvenil en
España.
39
3) Vivienda.
En este eje el objetivo principal es aumentar la tasa de emancipación juvenil. Como
vimos anteriormente dicha tasa está en un preocupante retroceso el cual esta estrategia
se plantea paliar con ayudas al alquiler de viviendas para facilitar el acceso y la
permanencia en una vivienda en régimen de alquiler; el mantenimiento de las
desgravaciones fiscales por arrendamientos y el fomento del parque público de vivienda
de alquiler.
4) Prevención y salud.
En el cuarto eje encontramos como objetivos la promoción de actuaciones encaminadas
a fomentar hábitos de vida saludables y la disminución del consumo de drogas y
estupefacientes. Las actuaciones que llevarán a cabo dichos objetivos son por un lado, la
Estrategia de Promoción de la Salud y Prevención en el SNS, programas para promover
hábitos de vida saludable, fomentar la práctica del deporte, y la concienciación en el
ámbito de la seguridad vial. Y por otro lado, los programas de prevención consumo de
drogas y reducción de riesgos consumo y sus daños. Planes de concienciación social y
campañas informativas.
5) Participación, voluntariado, inclusión e igualdad
Los objetivos de este eje son bastante claros: fomentar la actividad voluntaria de los
jóvenes, especialmente la vinculada a las TIC; luchar contra la exclusión social de los
sectores más desfavorecidos de la población juvenil; luchar contra cualquier tipo de
violencia de discriminación y promoción de la igualdad. Para tan excelsos objetivos
son necesarias unas actuaciones que estén a nivel. Por ello se cuenta con el programa
del Servicio de Voluntariado Europeo, la lucha contra la exclusión de personas con
discapacidad, programas socios sanitarios, de empleo e inserción socio-laboral. Así
como las importantes medidas para la Promoción de la igualdad de oportunidades y de
género, de educación en colectivos vulnerables, de voluntariado corporativo, de apoyo
para profesores y educadores de menores con medidas judiciales financiadas con cargo
a las subvenciones del IRPF.
6) Cooperación institucional.
Por último encontramos a la cooperación institucional como el sexto eje del plan. El
objetivo único de este eje sería el impulso de la colaboración entre administraciones
públicas, organismos nacionales e internacionales y entidades juveniles cuyas
actuaciones inciden sobre la juventud, a través de los ámbitos de cooperación juvenil.
La cual está prevista fundamentalmente a través de los órganos y mecanismos
existentes:
•El Consejo Interterritorial de Juventud.
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•La Comisión de Deportes, Juventud y Ocio de la FEMP.
•El Consejo de la Juventud de España
•El Grupo Juventud de la UE
•El Comité Director Europeo de Juventud del Consejo de Europa
•La Organización Iberoamericana de Juventud Objetivos Principales actuaciones
En definitiva, la Estrategia Juventud 2020 equivale a 211 medidas y 3.000 millones de
euros para marcar como prioridad del gobierno ofrecer oportunidades a los jóvenes. Que
dentro de esa prioridad hay que otorgarle una relevante importancia a los programas y
actividades para generar empleo joven. Es por tanto una estrategia integral y coordinada
por el Gobierno que aglutina un gran espectro de actuaciones en favor del colectivo
juvenil.
3.2.2. Plan de Choque por el Empleo Joven 2019-2021.
El Plan de Choque por el Empleo Joven surge desde el Ministerio de Trabajo,
Migraciones y Seguridad Social para, en sus propias palabras, contribuir al desarrollo de
un nuevo modelo productivo con estrategias a largo plazo que impulsen medidas de
apoyo estratégico a la innovación aplicada a sectores o ramas concretas. En definitiva,
se pretende que este nuevo modelo productivo sean los jóvenes los protagonistas de su
desarrollo y renovación.
El plan cuenta con tres metas y ocho objetivos principales, a los que se le añaden una
serie de objetivos cuantitativos. Todo ello ha de llevarse a cabo a través de seis ejes que
articulan el plan y que suman entre ellos 50 medidas y 2.000 millones de euros.
En primer lugar, las tres metas principales del Plan de Choque por el Empleo Joven
serían:
La búsqueda de una mejor competitividad y valor añadido de la estructura
productiva española.
El compromiso con la formación integral y con la cualificación de las personas
jóvenes.
Y el desarrollo de iniciativas que complementen la formación de los jóvenes en
emprendimiento, sindicalismo o asociacionismo empresarial.
De estas tres metas nacen los siguientes objetivos que nos limitamos a enumerar:
1. Establecer un marco laboral de calidad en el empleo y la dignidad en el trabajo.
2. Hacer protagonistas a las personas jóvenes de su proceso de inserción laboral y
cualificación.
41
3. Incrementar la cualificación y la inserción laboral a las personas jóvenes dotándolas
de más competencias profesionales, superando la brecha tecnológica y la segregación,
tanto en la selección de itinerarios formativos como en el mercado laboral.
4. Favorecer el desarrollo de un nuevo modelo económico basado en la sostenibilidad
social, la productividad y el valor añadido.
5. Prestar una atención adecuada e individualizada dotando a los Servicios Públicos de
Empleo de los medios y recursos.
6. Eliminar la segregación horizontal y la brecha salarial de género para lo cual es
necesario desarrollar una formación específica en igualdad de oportunidades entre
mujeres y hombres para eliminar sesgos de género.
7. Combatir el efecto desánimo de las personas jóvenes que no buscan empleo porque
creen que no lo van a encontrar.
8. Se prestará especial atención a colectivos especialmente vulnerables (migrantes,
parados larga duración, abandono escolar, personas con discapacidad, etc.).
A su vez como forma de control de estos objetivos principales se han establecido una
serie de objetivos cuantitativos:
Reducir la tasa de paro juvenil hasta el 23,5%.
Incrementar la tasa de actividad hasta el 73,5%.
Reducir en un 20% la actual brecha de género.
Incrementar cada año un 15% el número de contrataciones indefinidas
celebradas con personas jóvenes.
Conseguir que, al menos, un 43% de las personas jóvenes inscritas como
desempleada y sin título de ESO, adquieran mediante programas de formación
las competencias clave en Lengua y Matemáticas.
Formar, al menos, un 30% de personas jóvenes en competencias lingüísticas.
Lograr que 225.00 de las personas jóvenes se formen en competencias digitales,
el 75% en competencias básicas y el 25% en competencias superiores.
Formar a un 25% de las personas jóvenes en competencias de sectores
estratégicos.
Para poder hacer frente a todos estos objetivos el Plan de Choque de Empleo Joven se
ha articulado en seis ejes: Orientación, formación, oportunidades de empleo, igualdad
de oportunidades en el acceso al empleo, emprendimiento y mejora del marco
institucional.
El primer eje, que trata sobre la orientación aborda las actuaciones que tienen que ver
con información, orientación profesional, motivación, asesoramiento, etc. Dicho eje
quiere potenciar la intermediación de una forma activa y personalizada y es por ello que
se ha marcado una serie de objetivos. El primero trata sobre la orientación profesional y
la atención personalizada donde se ha de destacar un programa de orientación dotado de
42
una red de 3.000 personas técnicas responsables de orientación. En el segundo objetivo
se plantea la relación con los agentes del mercado de trabajo y se aboga por una mayor
colaboración de las universidades, los servicios sociales y las lanzaderas de empleo. Por
último el tercer objetivo versa sobre la gobernanza de las medidas de orientación, cuya
medida estrella es la apertura de una ventanilla única para jóvenes.
En el siguiente eje, encontramos la formación como la principal herramienta. Se
incluyen en este eje todas las actuaciones de formación profesional para el empleo, la
recualificación o el reciclaje profesional. Dos son sus objetivos básicos, primeo mejorar
la competitividad de las empresas a través de la cualificación de las personas. Y
segundo mejorar su empleabilidad con objeto de facilitar sus transiciones desde y hacia
el empleo.
El eje tercero, sobre las oportunidades empleo, recoge las actuaciones que tienen por
objeto incentivar la contratación, la creación de empleo o el mantenimiento de los
puestos de trabajo. Todo ello sin perder de vista que son los jóvenes los que están
sufriendo de una mayor precariedad y por tanto han de ser los beneficiados de las
medidas contempladas en el Plan Director por un Trabajo Digno. En todo caso el
objetivo único de este eje es la creación de un marco de contratación laboral que dote de
una mayor calidad las relaciones laborales. Dentro de las medidas que marcan este
objetivo podemos destacar las apuestas por las Escuelas taller, los convenios entre
PYMES y MICROPYMES y la creación de una Red de apoyo y acompañamiento.
El cuarto eje habla sobre la igualdad de oportunidades en el acceso al empleo. Aquí se
desarrollan las actuaciones que promueven la conciliación de la vida personal, familiar
y laboral además de la igualdad entre mujeres y hombres jóvenes en el acceso,
permanencia y promoción en el empleo.
En el quinto y penúltimo eje se aborda la cuestión del emprendimiento y como tal se
aglutinan las actividades dirigidas a fomentar la iniciativa empresarial. Este eje presenta
distintos objetivos, el primero pretende fomentar la iniciativa empresarial, el trabajo
autónomo y la economía social de las personas jóvenes. El segundo quiere promover
dentro de las políticas de activación e inserción la iniciativa empresarial, el trabajo
autónomo y la economía social de las personas jóvenes. El tercero trata sobre la
formación y asesoramiento a emprendedores. El cuarto sobre medidas encaminadas a la
generación de empleo. Y el quinto establece los marcos de colaboración con sectores
productivos y entidades territoriales.
Y por último el sexto eje, con un carácter transversal intenta abordar las actuaciones
dirigidas a la mejora de la gestión, colaboración, coordinación y comunicación dentro
del Sistema Nacional de Empleo y el impulso a su modernización. El único objetivo
fijado para este eje se refiere a la mejora de la gobernanza del sistema nacional de
garantía juvenil. Esta mejora comprendería desde la simplificación del registro hasta el
reforzamiento de las actuaciones de seguimiento, control y evaluación.
43
CAPÍTULO 4. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
4.1. Los jóvenes españoles.
En el actual contexto demográfico la juventud ha experimentado un cambio
significativo. Por un lado ha de señalarse su paulatina pérdida de importancia dentro de
la población en su conjunto. Y por otro lado se ha de destacar también su diversidad,
fruto de las importantes corrientes de inmigración que ha transformado sin lugar a dudas
toda la estructura familiar.
A tenor de lo visto en el capítulo primero de este trabajo podemos llegar a la conclusión
de que evidentemente la juventud española está inmersa en un proceso de continuo
declive. En algo más de veinte años, contando desde 1995, se ha reducido el número
absoluto de jóvenes (15-29 años) en tres millones de personas. Cómo se veía en la
pirámide de población, este increíble declive ha llevado aparejado la situación de que
hoy por hoy los jóvenes sean bastante menos numerosos que los mayores a los que
tienen que remplazar.
La nota disonante la ha puesto una importante corriente de inmigración en la primera
década del siglo XXI que ha originado una mayor diversidad de la existente en nuestro
país. Tanto que un 15% de los jóvenes ha nacido fuera de nuestras fronteras. También
aportó esta corriente de inmigración un repunte en las tasas de natalidad muy positivo.
Sin embargo, la actual crisis económica truncó este avance pues desde su inicio han
emigrado un número importante de jóvenes españoles, algunos investigadores hablan de
hasta 218.000 jóvenes desde 2008.
En definitiva, podemos decir que a tenor de los datos demográficos hay motivos más
que suficientes para preocuparse por el envejecimiento progresivo que estamos
experimentando. Más aún cuando apreciamos que fenómenos tan importantes como la
inmigración, que podría ayudar a combatir el envejecimiento, están muy sujetos a las
fluctuaciones económicas.
4.2. La educación y la formación.
La educación se ha mostrado como un factor constante en todo este análisis. Es una
variable clave para el desarrollo vital y laboral de los jóvenes a todos los niveles. Sin
embargo, podemos sacar varias conclusiones respecto a las trayectorias educativas de
nuestros jóvenes.
En primer lugar se ha de destacar que existe un evidente alargamiento del periodo de
estudios de todos los jóvenes. Y esta prolongación de los estudios parece haber
repercutido en el desempleo juvenil. La causa de esta relación directa parece estar en la
actual crisis económica, la cual no ha afectado de la misma forma a todos, podemos
decir sin ambages que las variaciones más importantes surgidas por la crisis las
experimentan las mujeres y un grupo de jóvenes que acabaron sus estudios nada más
comenzar la crisis.
44
Las mujeres jóvenes, sobre todo las mayores de 20 años, han soportado las peores
consecuencias de la crisis, pues cuando se produce la misma la mayoría había entrado
ya en el mercado laboral. Las más jóvenes sin embargo, han conseguido esquivarla al
prolongar sus estudios. Sin embargo, la crisis se ha cebado más con aquellas mujeres
que no estudiaron. No obstante, muchos jóvenes hombres se han refugiado en los
estudios para evitar el desempleo. De hecho, los jóvenes de 20-24 años lo han hecho en
mayor proporción que las mujeres. Esto ha sido una regla general en todo este periodo,
los jóvenes de 16-19 años han reaccionado a la crisis aumentando su tiempo de
formación. De forma que son los más mayores que ya estaban en el mercado laboral los
que han sufrido toda la virulencia de la crisis en forma de desempleo.
La siguiente conclusión que podemos apreciar es que existe una evidente dualidad en la
estructura educativa de este país. Por un lado, tendríamos a los jóvenes que se formaron
en la época de plena expansión económica y que vieron frustradas sus expectativas de
una inserción rápida en el mercado al producirse la actual crisis económica. Y por otro
lado, estarían los jóvenes que empezaron la formación en plena crisis, lo que les hace
prolongar su formación, ya sea como una estrategia de acumulación de capital humano
o como estrategia refugio.
Por otro lado existe un importante desnivel que polariza la estructura educativa de este
país. De forma que por un lado existe una cuarta parte de los jóvenes que ni siquiera
obtiene la ESO. Esto ha de combinarse con la realidad de que las tasas de titulados
superiores son de las más altas de Europa. Y a la vez España tiene una de las tasas más
bajas de jóvenes con formación profesional de grado medio. Puede decirse sin dudas
que no ha existido una correcta política educativa que adaptara el sistema educativo al
mercado laboral. Lo que ha producido esta triple realidad que deriva en que la estructura
educativa española esté polarizada conviviendo jóvenes muy formados con jóvenes con
muy escasa formación.
La última conclusión que llegamos aborda la cuestión de la transición escuela-trabajo.
Pues parece haber una relación entre el nivel educativo y el desempleo evidente. De
forma que cuanto más educado esté el joven menos posibilidades tendrá de estar
desempleado. Así lo atestiguan los números, los jóvenes que han finalizado los estudios
universitarios tienen tasas de desempleo e inactividad algo más altas (28%) que los
jóvenes con una formación profesional de grado superior (23%). En segundo lugar, hay
una mayor proporción de desempleados e inactivos entre los jóvenes con bachillerato
(34%) comparado con los jóvenes que tienen una titulación de un Ciclo Formativo de
Grado Medio (27%).
Respecto a la rotación de empleos conviene señalar que existe una pauta similar. Pues
aunque entre los jóvenes con estudios o sin estudios la rotación es muy similar, los
jóvenes con estudios superiores sí que consiguen ocuparse en mayores ocuparse en
mayores proporciones que los demás.
A pesar de todo, la mayoría de los jóvenes que están ocupados tienen unos ingresos que
no les permiten la vida autónoma e independiente. Y aunque, existen diferencias según
45
el nivel educativo, ni siquiera se puede decir que los universitarios tengan los recursos
necesarios para esa independencia.
4.3. Condiciones de vida y autonomía.
Autonomía e independencia son palabras que para muchos jóvenes suenan a utopía. A
menudo el camino para conseguirlas se convierte en una difícil odisea con un mercado
que no parece querer concederles las condiciones necesarias para poder conseguir tan
ansiado objetivo.
La tardía emancipación residencial todavía es uno de los rasgos diferenciadores de
España frente al resto de la Unión. Estos años de crisis además, parece que tan solo han
hecho agravar la situación pues solo uno de cada cinco jóvenes está en una situación de
independencia económica completa y tan solo un 16% en una independencia semi-
completa. De hecho, la crisis frenó un proceso de reducción de la edad de emancipación
iniciado en el 2004 y que en el 2010 volvió a repuntar.
Diversos factores o variables afectan de distinta manera a esta emancipación residencial.
El primero es el sexo, por regla general las mujeres se emancipan antes y cada vez más
lo hacen con mayor poder y autonomía. El segundo es el tipo de contrato, pues un
contrato indefinido parece ofrecer mayores garantías para la tan ansiada emancipación
(un 70% prefiere residir en una casa propia que en el hogar familiar). El tercero es el
nivel educativo, puesto que los jóvenes con menor nivel educativo tienden a abandonar
antes el hogar familiar. Pese a todas estas variables parece haber una tónica común, esta
es la independencia económica que es la razón fundamental para iniciar un proyecto de
vida autónoma.
4.4. Situación laboral de los jóvenes españoles en el mercado de trabajo.
Cómo hemos visto anteriormente la población joven ha experimentado un descenso
continuado, la principal consecuencia de esta realidad demográfica es la pérdida de
presencia de los jóvenes en el mercado de trabajo. A pesar de ello, la cuestión se centra
más en un mercado que parece no poder ofrecerle a los jóvenes soluciones factibles para
sus aspiraciones. Una nueva realidad está alzándose en oposición a las exigencias del
colectivo juvenil. Esta realidad es la de un mercado cada vez más flexible y exigente,
donde los jóvenes deberán tener una cualificación excelsa para poder obtener
condiciones similares a las que tuvieron sus padres.
Tres son los hechos diferenciales de este nuevo mercado laboral en el que están
inmersos los jóvenes: más temporalidad, menor poder adquisitivo y mayor desempleo.
En este nuevo mercado se ha de destacar el papel cada vez más protagónico del empleo
parcial que aumenta respecto al conjunto de la población asalariada pero que tiene en
los más jóvenes un verdadero filón. A esto he de sumarse la ya protagonista
temporalidad la cual sin duda es mayor entre los jóvenes, tanto que si a partir de 2010 la
evolución en el conjunto de la población asalariada fue reducir dicha temporalidad, en el
colectivo juvenil truncó en el camino inverso pues aumento de sobremanera.
46
Por su parte el poder adquisitivo de los jóvenes asalariados ha sufrido un espectacular
descenso debido a la disminución del salario medio anual percibido. Dicho salario se
sitúa muy por debajo del salario del total de población asalariada, con unas diferencias
en torno a los 8.000 y 9.000 euros.
Pero sin lugar a dudas el protagonista esencial en todo este panorama es el desempleo.
Convirtiéndose en el aspecto más relevante en el análisis de las transiciones laborales de
los jóvenes en España. Los grupos más jóvenes han sido los más afectados por la crisis
del empleo, con tasas cercanas al 75%, aunque también hay que tener en cuenta que en
su gran mayoría están dedicados a estudiar.
Y sin embargo, lo más preocupante son las conclusiones que sacamos acerca de la
experiencia laboral de los jóvenes, la cual cada vez más se caracteriza por la
inestabilidad y la inseguridad. Especialmente son las mujeres, los menores de 24 años y
los jóvenes de origen extranjero son los que presentan una mayor inestabilidad.
Teniendo en cuenta su mayor grado de temporalidad y su menor antigüedad en el puesto
de trabajo. Por su parte la inseguridad laboral es un sentimiento extendido en este
colectivo, que se ha visto agravada pues del 47% consideraba nada probable perder su
empleo, en 2016 solo lo pensaba el 26%.
A pesar de todo esto los jóvenes españoles no se desaniman y se sobreponen a las
dificultades manteniéndose activos y optimistas en la búsqueda de empleo. Tanto según
los datos de la EPA como los resultados de la encuesta del IJE 2016, La media de meses
que el joven desempleado dice estar en paro o buscando trabajo ha aumentado desde los
7,4 de 2008 a los 12,4 en 2016. A las jóvenes parece costarles más encontrar un nuevo
trabajo que a los varones. Y pese a esta coyuntura tan adversa, los jóvenes no se
desaniman, sino todo lo contrario. El porcentaje de los que dicen estar buscando empleo
se ha incrementado sustantivamente: solo el 6% dice no estar buscando trabajo,
mientras que el 55% lo estaría buscando intensamente.
En resumen, un mercado laboral cada vez más precario, flexible y exigente está
complicando el acceso de muchos jóvenes no solo a la vida laboral sino a la autonomía
y la autorrealización que toda persona busca. Por tanto este colectivo depende del buen
hacer de la sociedad en general y de los políticos en particular. De ellos depende que los
jóvenes cojan el testigo, y por ello son necesarias políticas activas que mejoren sus
condiciones de vida.
4.5. Las políticas de empleo.
En el capítulo tercero hemos visto las principales estrategias tanto de la Unión Europea
como de España destinadas a la juventud. Digamos que la UE ofrece un marco de
políticas las cuales España concreta mediante su Plan de Acción de la Estrategia de
Juventud 2020 y el actual Plan de Choque por el Empleo Joven. Sin embargo, estas
políticas se centran en la mayoría de los casos, en educación, trabajo y vivienda, y
obviamente es imprescindible que la educación sea un motor para que los jóvenes
accedan a todos estos derechos. Pero no podemos obviar que quizás se esté sacando de
47
la ecuación variables tan importantes como son los intereses, necesidades y expectativas
de los jóvenes.
De las políticas anteriormente citadas podemos sacar un mismo hilo conductor, que no
es otro que su afán porque los jóvenes superen esa fase de juventud. Me explico, el
objetivo fundamental de todas las políticas dirigidas a los jóvenes es que se conviertan
en un adulto con plenos derechos y deberes civiles. En España, se obtiene la mayoría de
edad a los 18 años y con ello obtiene de forma sobrevenida la facultad de ejercer sus
derechos civiles. Estos derechos civiles son por todos conocidos: votar, emanciparse,
casarse, asociarse, etc. No obstante, aunque legalmente puede ejercerlos en la práctica
un joven de 18 años tiene muchas dificultades de ejercerlos de una forma plena porque
depende de un amparo económico bastante importante. Como veíamos en el tema de la
emancipación residencial, la mayoría sostiene que solo con la independencia económica
se ve capaz de emanciparse. En definitiva, en nuestra sociedad los jóvenes de 18 años o
más no cuentan con las condiciones económicas o formativas necesarias para un
ejercicio de los derechos y deberes que les son propios.
Volviendo a las políticas que nos ofrecen las instituciones europeas y por ende
españolas. En todas estas políticas se incide de sobremanera en el papel fundamental
que tiene la educación y la formación para la mejora de las condiciones laborales de los
jóvenes. Es en teoría la mejor herramienta posible para las grandes adversidades que
encuentran los jóvenes en este mercado laboral. En todo caso, hay que admitir que la
educación es un elemento esencial en todo este proceso pero que a menudo sino
encuentra otra serie de actuaciones complementarias puede volverse inservible. Pues
como ya se está viendo, existen cada vez más jóvenes sobrecualificados que no
encuentran un trabajo que se adapte su formación anterior. Esto puede deberse a que la
dependencia de la formación alarga la juventud de sobremanera hasta que se encuentra
un “trabajo estable” o lo que es lo mismo la tan ansiada independencia económica. Se
ha de apostar por políticas que aúnen la educación con un desarrollo vital de la
juventud, que les ofrezca no solo la oportunidad de formarse sino de ejercer de manera
efectiva los derechos que le corresponden como ciudadanos.
Llegamos ahora a la segunda herramienta principal de las políticas dirigidas a los
jóvenes: las medidas económicas. Las políticas de juventud actuales, se han convertido
en políticas económicas, cuyo fin es la creación de empleo. Centrándose sólo en
objetivos económicos de los cuales están muy lejos de cumplir puesto que obvian un
panorama mucho más amplio compuesto por las demandas sociales, afectivas,
emocionales y del entorno familiar de los y las jóvenes. Dichas políticas están aupando
la idea de que son los jóvenes los únicos responsables de su futuro creando una
inseguridad e incertidumbre enormes. A la vez que calan estas ideas del
emprendimiento personal, las autoridades han aprovechado la actual regresión
económica para desligarse de las políticas de juventud y aplicar sus políticas de
austeridad.
48
Finalmente, nos atrevemos a decir que se necesita un cambio paradigmático en las
políticas de juventud, hemos visto que cada vez hay menos jóvenes pero son más
diversos, quizás ahí se encuentre la solución. Deben entenderse primero las necesidades,
expectativas y prioridades de los jóvenes, no desde lo homogéneo sino desde la
diferencia. De manera que se cambien las actuales políticas destinadas a cumplir
objetivos específicos por unas políticas que integren diagnósticos que favorezcan el
desarrollo de acciones inclusivas. De igual manera es necesario cambiar el papel que se
le da a la juventud en esta sociedad. Nos referimos a tratar a la juventud como una etapa
de transición, la juventud es más que un mero trampolín. Por ello los jóvenes merecen
tener su propio espacio en la sociedad y esto quiere decir que su voz se tenga en cuenta.
Debemos de reconocerles su realidad, su facultad de ejercer los derechos civiles e
individuales que les son propios más allá de intereses políticos o económicos. Al final
hablamos de otorgar con perspectiva políticas prácticas e inclusivas. Quizás así, la
autonomía personal, la inserción laboral y la realización como personas no sean deseos
utópicos sino anhelos cumplidos.
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