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410 2007 ENERO 05 ENERO DE 2007 Los límites de la satisfacción / I Según W. Leiss prevalece confusión creciente sobre nuestras necesidades La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente William Leiss es un autor poco conocido. Sin embargo, como discutí en la entrega anterior de Economía Moral, la base de la polémica que vengo sosteniendo con Ruth Levitas (en torno a las distinciones entre necesidades y apetencias o deseos; necesidades inferiores y superiores; y necesidades y satisfactores) se deriva de las ideas que ella toma del libro de Leiss Los límites de la satisfacción 1 . Además, abonan por su importancia dos destacados autores que hablan bien del libro: Ivan Illich, quien en Hacia una historia de las necesidades, señala que "está en deuda" con el libro de Leiss, y Patricia Springborg quien, en su importante libro El problema de las necesidades y la crítica de la civilización, dedica el último capítulo a analizar el libro de Leiss y empieza señalando que éste representa "quizás la más penetrante y sofisticada de las críticas recientes de la civilización". 2 Por tanto, debemos tomar en serio a este autor y analizarlo con cuidado. Debo admitir que sus ideas quedaron fuera de mi tesis de doctorado, pero pienso que estoy a tiempo para enmendar esta omisión para el libro que, con base en dicha tesis estoy preparando, y analizar su obra con cuidado y polemizar con él. En el prefacio a la primera edición, Leiss señala su propósito y adelanta una de sus ideas centrales: "En este ensayo he examinado el problema de las necesidades humanas en el mercado de alta intensidad de las sociedades industrializadas contemporáneas, que promueve un estilo de vida dependiente del incremento continuo del nivel de consumo de bienes materiales. He intentado mostrar que en el proceso social que consagra este estilo de vida como el propósito más alto del empeño humano, los individuos son llevados a malinterpretar la naturaleza de sus necesidades y a malentender la relación entre ellas y las vías de su satisfacción". (p. x). En el prefacio a la edición de 1979, Leiss hace comentarios sobre cinco obras publicadas después de la primera edición de su libro, sobre las que conviene detenerse porque, al hacer dichos comentarios, desarrolla ideas centrales al tema en discusión y porque las obras enriquecen la discusión del tema. Leiss cita, con aprobación, a Robert Heilbroner, quien se refiere al "vacío presente en el centro de la civilización de los negocios" como

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2007

ENERO

05 ENERO DE 2007

Los límites de la satisfacción / I

Según W. Leiss prevalece confusión creciente sobre nuestras necesidades

La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente

William Leiss es un autor poco conocido. Sin embargo, como discutí en la entrega anterior de Economía Moral, la base de la polémica que vengo sosteniendo con Ruth Levitas (en torno a las distinciones entre necesidades y apetencias o deseos; necesidades inferiores y superiores; y necesidades y satisfactores) se deriva de las ideas que ella toma del libro de Leiss Los límites de la satisfacción1. Además, abonan por su importancia dos destacados autores que hablan bien del libro: Ivan Illich, quien en Hacia una historia de las necesidades, señala que "está en deuda" con el libro de Leiss, y Patricia Springborg quien, en su importante libro El problema de las necesidades y la crítica de la civilización, dedica el último capítulo a analizar el libro de Leiss y empieza señalando que éste representa "quizás la más penetrante y sofisticada de las críticas recientes de la civilización".2 Por tanto, debemos tomar en serio a este autor y analizarlo con cuidado. Debo admitir que sus ideas quedaron fuera de mi tesis de doctorado, pero pienso que estoy a tiempo para enmendar esta omisión para el libro que, con base en dicha tesis estoy preparando, y analizar su obra con cuidado y polemizar con él.

En el prefacio a la primera edición, Leiss señala su propósito y adelanta una de sus ideas centrales:

"En este ensayo he examinado el problema de las necesidades humanas en el mercado de alta intensidad de las sociedades industrializadas contemporáneas, que promueve un estilo de vida dependiente del incremento continuo del nivel de consumo de bienes materiales. He intentado mostrar que en el proceso social que consagra este estilo de vida como el propósito más alto del empeño humano, los individuos son llevados a malinterpretar la naturaleza de sus necesidades y a malentender la relación entre ellas y las vías de su satisfacción". (p. x).

En el prefacio a la edición de 1979, Leiss hace comentarios sobre cinco obras publicadas después de la primera edición de su libro, sobre las que conviene detenerse porque, al hacer dichos comentarios, desarrolla ideas centrales al tema en discusión y porque las obras enriquecen la discusión del tema. Leiss cita, con aprobación, a Robert Heilbroner, quien se refiere al "vacío presente en el centro de la civilización de los negocios" como

 

  

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consecuencia del "reemplazo universal de las relaciones interpersonales por relaciones pecuniarias impersonales y de la degradación del trabajo a sólo un medio para obtener ingresos, sin satisfacción intrínseca". Se refiere también a un libro de Stuart Ewen que cuenta la historia de un "descubrimiento central para el desarrollo del capitalismo: que los individuos ordinarios pueden hacer una doble tarea para la economía, primero trabajando arduamente y segundo consumiendo". Pasa entonces al libro de Tibor Scitovsky The Joyless Economy (La economía sin alegría) en la cual el autor "sostiene que la teoría (vigente) es no científica en su caracterización de la psicología humana"; que el paradigma dominante "desestima la posibilidad que las mismas influencias que modifican nuestros gustos puedan también modificar nuestra habilidad para derivar satisfacción de las cosas que atienden nuestros gustos". El intento de Scitovsky, dice Leiss, es explicar por qué la correlación esperada entre aumentos en el ingreso real y mayor felicidad no ocurre". Scitovsky encuentra que la felicidad depende más del lugar que se ocupa en la sociedad y mucho menos del nivel absoluto de nuestro ingreso. Estos hallazgos de Scitovsky los interpreta Leiss certeramente cuando señala que el contexto que les da sentido es la sociedad de mercado o sociedad orientada a las mercancías: "La mayor parte de la actividad individual se dirige al aumento del ingreso que sirve para la compra de bienes y servicios... (y) deprecia el valor de actividades que no sirvan a este objetivo, incluyendo las satisfacciones intrínsecas... de la creatividad en el trabajo o de relaciones interpersonales informales" (p. xiv).

El siguiente libro que aborda Leiss en este prefacio es el de Fred Hirsch titulado Social Limits to Growth (Los límites sociales del crecimiento). En él se sostiene que una vez que la mayoría ha satisfecho "las necesidades materiales básicas" en una economía de mercado, hay una competencia intensa por lo que él llama 'bienes posicionales'. Son bienes, explica Leiss, que definen diferencias de estatus social entre individuos; su valor estriba, sobre todo, en que algunas personas los poseen y otras no. Es el caso de las playas solitarias o de vivir en un suburbio no hacinado. En todos estos casos, los bienes pierden todo su valor una vez que el acceso se generaliza: la playa se hacina y el suburbio pierde su ventaja de fácil acceso y belleza del entorno. Pero un ejemplo mucho más importante (y menos conocido como bien posicional) es el de la educación. Es un hecho bien conocido, dice Leiss:

que los requerimientos educacionales para los puestos de trabajo han estado aumentando constantemente y que, en la mayor parte de los casos esto tiene poca o ninguna relación con las habilidades requeridas para el puesto. La proporción de posiciones 'altas' en la sociedad se mantiene más o menos constante, pero más y más personas compiten por ellas. Los requerimientos educativos más altos constituyen uno de los mecanismos para cribar competidores. La misma proporción lo logra, pero la sociedad paga el enorme costo de instalaciones educativas más grandes para todos los competidores (p.xv).

Esta visión de la educación (o al menos de la educación a partir de cierto nivel) como un bien posicional, derrumba absolutamente el planteamiento del programa Oportunidades. La inversión en becas educativas aumentaría el número de competidores para los mismos puestos de trabajo, generando un enorme desperdicio.

Leiss avala la crítica del antropólogo social Marshall Sahlins (cuyo libro es el último que presenta Leiss en este prefacio) a Marx por haber asumido que tanto las necesidades como las utilidades (debería decir valores de uso) son datos objetivos que pueden ser

 

  

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especificados sin ambigüedad. Cita a Sahlins cuando éste dice que para Marx la mercancía, como valor de uso "es perfectamente inteligible: satisface necesidades humanas". Para Sahlins, en cambio:

"todas las utilidades son simbólicas. En la medida en la que 'utilidad' es el concepto de 'necesidad' apropiado para un cierto orden cultural, debe incluir una representación, a través de propiedades del objeto, de las relaciones diferenciales entre personas como contrastes de color, línea o tela entre la ropa de hombres y mujeres simboliza la valoración cultural de los sexos. El 'sistema de necesidades' ha de ser siempre relativo, no explicable como tal por la necesidad física, por ello simbólico por definición".

Leiss asume esta idea de la omnipresencia de lo simbólico ("todas las utilidades en todas las culturas son simbólicas") y sostiene que la constitución simbólica de la utilidad es indispensable para una crítica de la conducta del consumidor en una sociedad industrial avanzada.3 Una primera observación que conviene hacer a Leiss (y a Sahlins) es que es muy diferente decir que los valores de uso (la utilidad) contiene elementos simbólicos o que están normados culturalmente, y otra muy diferente que son simbólicas. Leiss aclara más adelante en el libro que todas las mercancías incorporan una dualidad material-simbólica.

Leiss argumenta que:

"lo que llamamos satisfacción de necesidades es cada vez más ambigua a medida que el desventurado consumidor persigue la quimera de la gratificación a través de la jungla de mercancías... Los objetivos personales buscados en la actividad frenética del mercado son más y más obscuros" (p.7)

Leiss describe una sociedad que racionaliza cada vez más su capacidad productiva (excepto por sus consecuencias en el medio ambiente), pero que consume cada vez de manera más irracional. Re-expresa así la crítica de Horkheimer y otros a la razón que ha pasado a ser sólo instrumental: racionalidad de los medios e irracionalidad de los fines. Define, en consecuencia, el tema central del libro es "que entender la interacción entre necesidades y mercancías provee una manera de desentrañar el problema de la expansión interminable de necesidades en un mercado de alta intensidad", al que define como una economía de mercado en la que hay una cantidad muy grande de mercancías disponibles para una gran cantidad de personas, y en el cual muchas mercancías son el resultado de procesos de producción industriales muy complejos que involucran conocimientos científicos y tecnológicos sofisticados". Las mercancías las define como cosas materiales y servicios ofrecidos a la venta en el mercado y comprados presumiblemente porque proveen algún tipo de satisfacción. Además de este tema central, el libro aborda dos temas complementarios, dice su autor. Uno es mostrar la inadecuación de abordar el carácter de las necesidades humanas sin hacer referencia explícita a los modos actuales y cotidianos de satisfacer las necesidades en sistemas sociales particulares. En las teorías de las necesidades la discusión gira alrededor de principios muy abstractos, como la distinción entre las dimensiones fisiológica y psicológica, sostiene Leiss. He tratado de mostrar, continúa, que el problema de las necesidades puede ser clarificado al examinarlas en su interacción dinámica con formas específicas socialmente organizadas de satisfacción. El segundo tema complementario es mi intento por ubicar la discusión contemporánea de las necesidades en un contexto ecológico.

 

  

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Al presentar el contenido de las tres partes en las que se estructura el libro, Leiss esboza de manera articulada sus tesis centrales. En la primera parte, explora los rasgos críticos del proceso social que son responsables de la creciente confusión sobre nuestras necesidades. Esta confusión se expresa en dos niveles: 1) la manera en la que usamos palabras como escasez, insaciabilidad de las apetencias y conquista de la naturaleza; 2) los dilemas cotidianos que experimentamos como consumidores. La fuerza subyacente que está detrás de ambas expresiones es la orientación sistemática de todas las necesidades hacia la esfera de las mercancías. La segunda parte presenta la teoría sobre la interacción entre necesidades y mercancías en el mercado de alta intensidad: la fragmentación de las necesidades individuales en elementos cada vez más pequeños está relacionada con la fragmentación progresiva de las mercancías (como objetos mediante los cuales intentamos satisfacer nuestras necesidades) en conjuntos de atributos y mensajes. La interacción entre ambos procesos introduce una doble ambigüedad en la actividad de consumo y explica por qué experimentamos confusión creciente acerca de nuestras necesidades, satisfacción y bien-estar. La tercera parte sugiere algunos caminos para reconsiderar nuestras necesidades que puedan ayudar a superar las tendencias potencialmente peligrosas de nuestras prácticas presentes y a salirnos del círculo vicioso de la productividad creciente y las crecientes apetencias

1 William Leiss, The Limits to Satisfaction. An Essay on the Problem of Needs and Commodities, Mc Gill Queen's University Press, Kingston y Montreal, 1976/1979/1988.

2 Ivan Illich, Toward a History of Needs, Pantheon Books, Nueva York, 1977/1978, p. 3; Patricia Springborg, The Problem of Human Needs and the Critique of Civilisation, George Allen & Unwin, Londres, 1981, p. 221.

3 Las obras que cita Leiss en el prefacio de 1979, son: Robert Heilbroner, Business Civilization in Decline, Norton & Co., Nueva Cork, 1976; Stuart Ewen, Captains of Consciousness: Advertising and the Roots of the Consumer Culture (sin lugar, ni editorial, ni fecha); Tibor Scitovsky, The Joyless Economy: An Inquiry into Human satisfaction and Consumer Dissatisfaction, Oxford University Press, Nueva york, 1976; Fred Hirsch, Social Limits to Growth, Routledge & Kegan Paul, Londres, 1976/1978 (hay traducción al español, Fondo de Cultura Económica, 1984); Marshall Sahlins, Culture and Practical Reason, Universidad de Chicago, Chicago, 1976.

 

  

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12 ENERO DE 2007

Los límites de la satisfacción/ II

Para los ricos, bienes abundantes, pero escaso tiempo

La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente

El título de la entrega de hoy, segunda parte de una serie iniciada el 5 de enero, es también el título del libro de William Leiss (WL de aquí en adelante) que vengo comentando como parte de un debate con Ruth Levitas, de la Universidad de Bristol en Gran Bretaña, sobre la distinción entre necesidades y apetencias (wants) que a mí me parece central y que ella rechaza basándose en WL. En la entrega anterior presenté las principales ideas de cada una de las tres partes del libro de WL y me referí a cinco obras que contienen ideas relacionadas y que WL comenta en el prefacio a la segunda edición. Hoy analizo la primera parte de Límites de la satisfacción1, que se titula "Examen".

El problema de las necesidades humanas en el mercado de alta intensidad, dice WL, debe examinarse al nivel de la experiencia cotidiana concreta en la cual el individuo es confrontado por una variedad creciente de bienes y servicios, todos los cuales se supone están relacionados con sus necesidades o deseos. Obviamente, continúa, debe elegir entre ellos de acuerdo a sus medios e interpretando sus necesidades. Sostiene que debemos enfocar el asunto de manera fresca, con el único supuesto de que "el individuo debe reinterpretar continuamente sus necesidades en el contexto de un conjunto rápidamente cambiante de bienes y servicios" (p. 13). Adelantemos algo que WL sólo aclara (a medias) en la tercera parte del texto cuando deja entrever que su planteamiento se refiere sólo a una pequeña proporción de la población del planeta: "La conducta de la minoría opulenta en las naciones desarrolladas es vista en este ensayo como un 'tipo ideal'2 del estilo de vida de alto consumo" (p. 100).

Pero el autor parece estar hablando hasta antes de la página 100 de la mayoría de los consumidores de los países desarrollados y la aclaración citada es tardía. Así, define como su objeto de estudio las necesidades o apetencias en el mercado de alta intensidad, que entiende como "una economía de mercado en la cual hay una gran cantidad de mercancías disponibles para un gran número de consumidores" (p. 7). O más claro aún: "la tecnología moderna y la productividad industrial... permiten a todos (everyone) modular sus apetencias de acuerdo con las notas producidas por el diapasón del mercado" (p. 14). Este es un asunto crítico porque no parece válido negar la utilidad y pertinencia de la distinción entre necesidades y apetencias con base en un tipo ideal que sólo es aplicable a la "minoría opulenta de los países desarrollados".3 Una conclusión tan fuerte requeriría que se tratase de un fenómeno generalizado. En segundo lugar, el supuesto citado equivale a una petición de principio, puesto que las tesis centrales del autor (como la confusión del consumidor sobre sus necesidades y los medios de satisfacerlas) depende centralmente de dicho supuesto: que el individuo se vea obligado a reinterpretar continuamente sus necesidades.

 

  

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A pesar de la supuesta abundancia para todos, WL sostiene que surgen cuatro problemas "significativos y profundamente enraizados": A) la inadecuación del conocimiento individual y de los juicios de sentido común sobre la composición de los bienes; B) el peligro de daños fisiológicos y sicológicos por el uso de los productos; C) el deterioro en la calidad de las decisiones debido a la escasez del tiempo; y D) la confusión en los objetivos de las apetencias mismas de la persona.

A) En el mercado de alta intensidad los individuos son estimulados a orientar sus necesidades hacia los tipos de satisfacciones que están incorporadas en el conjunto creciente de mercancías, sostiene WL. En la vida cotidiana, por tanto, el individuo tiene que ser capaz de juzgar la idoneidad de diversas mercancías en relación con la percepción de sus necesidades, continúa. "Si estos juicios no han de ser del todo arbitrarios, el individuo debe tener algún conocimiento sobre las calidades o características de las cosas mediante las cuales sus necesidades han de satisfacerse. Sin embargo, cualquier intento de obtener información en el presente parecería estar lleno de dificultades" (p. 14). WL observa que el conocimiento adecuado para juzgar la calidad es el del tipo que poseen los artesanos: un conocimiento íntimo de los materiales usados, del que obviamente carece el consumidor. Por tanto, en su lugar deben conocer las afirmaciones de los anunciantes o de otros consumidores y decidir aceptar un conjunto de ellas, de manera provisional y arbitraria. Tal "elección", continúa WL, equivale a algo más que someter el cuerpo y mente a un gran experimento en el mercado para poder determinar si alguna de las cada vez más estrafalarias afirmaciones sobre los productos resulta ser válida (p. 15).4 En este contexto, el estilo de alto consumo da lugar a la paradoja de la indiferencia de las apetencias específicas a la par de un monto creciente de tiempo y recursos dedicados al consumo en conjunto (p. 16).

B) WL repasa algunos de los daños a la salud de dietas con altos contenidos de alimentos procesados, dependencia de fármacos, alcoholismo, etcétera. Buscando avalar con información empírica los daños sicológicos cita algunos estudios que, en mi opinión, contradicen la muy alta importancia que su libro concede a los mensajes publicitarios: "algunos estudios han mostrado que no hay variaciones significativas en los patrones de compra entre aquellos que desconfían de los mensajes y mantienen que no son influenciados por ellos y quienes encuentran credibilidad en ellos y se consideran personas que son persuadidas con facilidad" (pp. 17-18). Los fabricantes, señala, clasifican a los consumidores en pioneros (los que se aventuran a conocer nuevos productos) y borregos. Presumiblemente añade WL cada uno de nosotros tiene cierto espíritu pionero, lo que de manera agregada "mantiene todo el rebaño en movimiento" (p. 18). Como riesgo sicológico central, sostiene que "cada aspecto de las necesidades de una persona tiende a fragmentarse en partes componentes cada vez más pequeñas, y que por tanto se vuelve cada vez más difícil para la persona integrar los componentes en un conjunto coherente de necesidades y una estructura de personalidad coherente" (Ibid.). Ejemplifica esta fragmentación con la necesidad de respeto propio, para responder a la cual los individuos cultivan ciertas disposiciones internas o rasgos de personalidad5 y también ajustan su apariencia externa de acuerdo con cambiantes normas sociales. WL continúa así:

"Actualmente la necesidad de una apariencia externa aceptable está fragmentada en asociación con la proliferación de productos para satisfacerla. Los individuos tratan sus propios cuerpos como objetos formados por diversos componentes, cada uno de los cuales tiene sus propias demandas. Pelo, cara, boca, ojos, manos, axilas, cuello, entrepierna, piernas y pies, todos requieren la aplicación de mezclas químicas distintas y

 

  

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específicas, que en conjunto hacen del propio cuerpo algo agradable para otros y, por tanto, un medio de ganar su preferencia. Cada una de estas necesidades (sic)6 específicas puede, a su vez, pasar por permutaciones infinitas en relación con la prestidigitación tecnológica incorporada en las mercancías... Esta fragmentación de necesidades es sólo otro nombre para la fragmentación de la personalidad: bajo presión creciente de estímulos externos nuevos, el 'centro no se puede mantener'. O, de manera más precisa, la identidad personal se convierte en un molde flexible y es vuelta a formar todos los días según la mezcla de mensajes" (p. 18).

C) Esta fragmentación requiere que el individuo dedique más y más tiempo a las actividades de consumo. WL cita The harried leisure class ("La preocupada clase ociosa"; Columbia University Press, 1970, Nueva York) de Staffan Linder, libro en en el cual su autor "explora las implicaciones de dos hechos elementales ambos obvios y en general ignorados que consumir bienes toma tiempo y que el tiempo de un individuo es limitado" (p. 19). La mayor implicación, continúa WL, es la creciente escasez de tiempo en una economía de alto nivel de consumo, que contradice la noción común que, a medida que crece la productividad industrial y del trabajador, aumenta el tiempo libre disponible". Según Linder, el consumo ha ido aumentando en intensidad de bienes utilizados. Al aumentar la productividad y tener acceso los individuos a una mayor cantidad de bienes, y puesto que el uso de los bienes comprados requiere tiempo, en la búsqueda del disfrute la tendencia será que las actividades que requieren el uso de objetos excluirán aquellas que no los involucran. "Los bienes se volverán más baratos y el tiempo más caro." En el caso del disfrute de la naturaleza, dice Linder, más bienes no aumentarán el placer obtenido sino que, por el contrario, lo disminuirán.7

D) Los anteriores problemas, explica WL, dan lugar a la confusión de los individuos acerca de la naturaleza y objetivos de sus apetencias que no puede ser explicada solamente por la influencia de la publicidad, aunque ésta constituye un factor decisivo. Las imágenes utilizadas en la construcción de los mensajes publicitarios con frecuencia incorporan un conjunto de ambigüedades acerca de las apetencias y sus objetivos, dice WL. Es evidente que WL percibe como sumamente débiles a los individuos (lo que es coherente con las observaciones anotadas respecto a la visión de los consumidores como portadores del carácter mercantil descrito por Fromm) y como muy poderosa a la publicidad. WL termina esta sección de la primera parte describiendo agudamente la simulación de la experiencia que suponen los paquetes turísticos y los campamentos organizados. Sin embargo, no se percata de que los paquetes turísticos hacen exactamente lo opuesto a la fragmentación antes descrita, ya que integran para el consumidor, en un único acto de compra, gran diversidad de bienes y servicios cuya oferta es una oferta fragmentada. Continuaré examinando esta apasionante y contradictoria obra de Leiss.

1 William Leiss, The Limits to Satisfaction. An Essay on the Problem of Needs and Commodities, Mc Gill Queen's University Press, Kingston y Montreal, 1976/1979/1988.

2 Por "tipo ideal" WL se refiere al concepto de Max Weber de una simplificación que permite hacer a un lado rasgos secundarios para poder analizar la situación en sus rasgos más esenciales.

3 De hecho sólo a los miembros de la clase opulenta de carácter mercantil, como veremos.

 

  

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4 En estas condiciones aplica perfectamente la observación de Peter Penz: "Apetencias basadas en la ignorancia son epistémicamente irracionales". Consumer Sovereignity and Human Interests, Cambridge University Press, 1986.

5 Aquí WL parece asumir como el comportamiento humano normal lo que Fromm ha llamado el carácter mercantil y que caracteriza en los siguientes términos: "La orientación del carácter que está enraizada en la vivencia de uno mismo como mercancía y del valor propio como valor de cambio. En nuestro tiempo, la orientación mercantil ha venido creciendo rápidamente al mismo tiempo que se ha desarrollado el 'mercado de la personalidad'. En el mercado de personalidades, sin embargo, más que las habilidades pesan las características de la personalidad. El éxito depende básicamente de qué tan bien una persona se vende a sí misma en el mercado, qué tan bien logra transmitir su personalidad, qué tan agradable 'paquete' es la persona... Su autoestima depende de condiciones fuera de su control. Si tiene éxito, es valioso; si no lo tiene, no vale nada. El grado de inseguridad resultante de esta orientación difícilmente puede ser sobreestimado". (Véase Psicoanálisis de la sociedad contemporánea, FCE) Fromm considera este carácter como la deformación más grave que en la personalidad humana causa el capitalismo. Como la personificación de la alienación misma. Leiss, en cambio, parece asumir ese consumidor de manera acrítica. Además supone que todos los individuos reaccionan así, mientras para Fromm sólo reaccionan así las personas dominadas por el carácter mercantil. Véase el capítulo 4 de mi tesis doctoral para una discusión sobre las evidencias empíricas acerca de la existencia del carácter mercantil en Estados Unidos. (Ampliar la mirada. Un nuevo enfoque de la pobreza y el florecimiento humano, CIESAS Occidente, abril de 2005.)

6 Es evidente que no son necesidades, sino satisfactores. Pero Leiss va a afirmar más adelante que la distinción entre necesidades y satisfactores (fines y medios) también desaparece en el mercado de alta intensidad, conclusión también adoptada por Levitas.

7 Leiss no vio que la muy aguda percepción de Linder sobre la creciente escasez del tiempo a medida que aumentan los bienes de consumo provee el argumento faltante para sostener la vieja y abandonada idea de la utilidad marginal decreciente del ingreso, sustento fundamental para las ideas igualitaristas. Podemos sustituir el concepto de utilidad por el de satisfacción objetiva de las necesidades y la base se vuelve aún más sólida.

 

  

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19 ENERO DE 2007

Los límites de la satisfacción/ III

Leiss parece asumir carácter mercantil (Fromm) en todos los consumidores

La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente

Avanzando en la lectura del libro de William Leiss (WL), Los límites de la satisfacción,1 en la entrega anterior de Economía Moral (12/1/07) examiné los cuatro problemas en la esfera del consumo que identifica ese autor: la inadecuación del conocimiento individual sobre los bienes, el peligro de daños personales derivados de su uso, la escasez creciente de tiempo para el consumo ante la masa creciente de bienes, y la confusión en los objetivos de las apetencias.2 WL continúa su análisis abordando la supuesta insaciabilidad de las apetencias de los consumidores. La insaciabilidad es un axioma de la teoría neoclásica del consumidor3, pero también parece ser un hallazgo empírico entre los estudiosos del comportamiento del consumidor.4 Si aceptáramos esta proposición -argumenta WL nos enfrentaríamos a un dilema irresoluble, puesto que sin importar qué tan rica y productiva pueda volverse nuestra sociedad, siempre requeriríamos niveles más altos de producción y de bienes (p. 24). La falla mayor de la argumentación sobre la insaciabilidad de las apetencias afirma es que no intentan clarificar la ligazón que establece la mercancía entre el impulso y su objetivo (la satisfacción del mismo). Las discusiones contemporáneas sostiene no logran explorar los problemas que enfrentan los individuos que, ante la expansión de la economía de mercado, se ven obligados a una reinterpretación constante de sus necesidades.

WL pone el ejemplo de los alimentos y la obesidad para mostrar cómo los individuos malinterpretan las relaciones entre sus necesidades y los medios de satisfacción. Sin embargo, se apoya en argumentos de la sicología social, según los cuales la obesidad se relaciona con estados de ansiedad y depresión "que se piensa están enraizados en el fracaso individual para alcanzar satisfacción de las necesidades de aceptación, aprobación y logro". Hasta aquí parece seguir las ideas de los sicólogos sociales y estar muy cerca de autores como Maslow. Pero interpreta la frase previa de la siguiente manera:

"La desviación y distorsión de estos patrones de interacción social hacia el sobre-consumo de alimentos significa que el obeso deja parcialmente de responder a los determinantes fisiológicos de la necesidad de alimentos y reacciona en cambio primariamente a claves externas del medio. Aquí tenemos un caso extremo de personas que malinterpretan sus necesidades y se dañan en consecuencia."

Aquí parece que la obesidad se explicaría por la confusión que se crea en los consumidores por el cambio constante de las mercancías ofrecidas en el mercado. Es decir, que la obesidad sería explicada por la "teoría" de WL. Sin embargo, continúa así: "la persona obesa queda fijada en un conjunto de apetencias [nótese el cambio de término] e interpreta todos los mensajes, claves y estímulos de su medio en términos de una única e

 

  

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imperiosa forma de satisfacción" (p. 25). A pesar del cambio de necesidades por apetencias, Freud pensaba que la fijación en la etapa oral de la libido explica la búsqueda imperiosa en algunas personas de satisfacción por esa vía. Algo similar postula Fromm con su concepción del carácter receptivo. Maslow sostiene que las personas que no logran satisfacer necesidades deficitarias ("aceptación, aprobación y logro", citadas con aprobación por WL, son elementos de la necesidad de estima de Maslow) quedan ahí atrapadas y no pueden avanzar a las necesidades de crecimiento.5

El ejemplo de la obesidad no es favorable para la causa de WL, porque la idea de la confusión del consumidor ante el cambio continuo de productos y mensajes del mercado de alta intensidad requeriría ejemplos en los cuales la mayor parte de la población (o al menos de la clase alta) se vea afectada, lo que no es el caso de la obesidad, cuya incidencia es creciente, sobre todo entre personas de las clases media baja y baja, y está asociada sobre todo a una dieta (casi fija y no cambiante como cree WL) de azúcares y carbohidratos, y a la vida sedentaria del homo videns. Pero tampoco es favorable porque obliga a WL a reconocer la existencia de impulsos fisiológicos y de necesidades como aceptación, aprobación y logro que no pueden considerarse apetencias porque la frase "las apetencias de aceptación, aprobación y logro" no tiene sentido, reafirmando la importancia (e inevitabilidad) de distinguir entre apetencias y necesidades.

En el siguiente párrafo, WL acude a otro ejemplo: el de los aromas artificiales con los que cubrimos los personales naturales. Sostiene que el individuo que esparce

"... un único aroma en todo su cuerpo será estimado menos que el que selecciona la combinación correcta de spray para el cabello, loción para después de afeitar, enjuague bucal, talco, colonia y varios desodorantes. Aún más, dependería de dichas claves [sociales] para saber, primero, cómo variar la combinación de acuerdo a la ocasión... y, segundo, para saber cuando los gustos sociales cambiantes dictan ampliar la variedad o reemplazarla con productos mejorados" (p. 26).

Es evidente que WL asume, como señalé en Economía Moral del 12/1/06, que todos los individuos, los que "estiman" y los que buscan "ser estimados", son personas cuya orientación caracterológica es la que Fromm llama mercantil y, además, personas muy inseguras. (Recordemos la frase de Fromm: "El grado de inseguridad resultante de esta orientación mercantil difícilmente puede exagerarse".) Esto se pone de manifiesto aún más claramente cuando WL añade:

"El estado patológico de la conducta del consumidor, por ejemplo el sobre-consumo de alimentos, resulta de refractar todos los estímulos interpersonales y del mercado a través de una fijación particular. El estado normal es la habilidad de reajustar la distribución de satisfacciones esperadas de manera regular de acuerdo con cambios en la cantidad, variedad e importancia relativa de las mercancías. Puesto que la satisfacción es un asunto privado y por ello no puede medirse, debe haber un estándar público de normalidad y racionalidad para la conducta en el mercado; el cambio de apetencias dentro de ciertos parámetros a medida que aparecen nuevas mercancías ofrece el estándar" (p. 26).

Me siento como marciano cuando me entero, por este texto, que no estoy en el "estado normal" que postula WL, pues carezco de la habilidad y el interés de reajustar mis satisfacciones esperadas de acuerdo con los cambios en las mercancías disponibles.

 

  

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Supongo que ello se debe a que mi personalidad no corresponde con la del carácter mercantil y que, por tanto, no me vivo a mí mismo como mercancía, como debe ser el caso de centenares o miles de millones de personas en el primer y en el tercer mundo, que no serían normales para Leiss. Quien tiene un propósito vital claro usa las mercancías como apoyo para lograrlo y no estará ansiosamente tratando de captar cuáles son ahora los gustos sociales para adaptarse a ellos en su búsqueda de aprobación.

WL probablemente se percata de que hablar de estado patológico supone, en estos temas, partir del concepto fuerte de necesidades, lo que obligaría a distinguir explícitamente necesidades de apetencias, y trata de encontrar una salida, misma que encuentra en la idea citada de un estándar público de normalidad y racionalidad, según el cual seremos normales y racionales sólo en la medida en la cual cambiemos nuestras apetencias a medida que aparecen nuevas mercancías. Si sigo comiendo tacos a pesar de la proliferación, en los últimos 25 años, en México, de oferta de hamburguesas y pizzas, soy un ser anormal e irracional.

WL, quien no rechaza la proposición sobre la insaciabilidad de las apetencias, la considera ambigua, porque la relación entre necesidades y mercancías en nuestra sociedad es muy ambigua. En esta situación dice resulta muy difícil saber qué se quiere decir con el término satisfacción de apetencias. Leiss sostiene que las mercancías producidas en las sociedades industriales son cosas muy complejas que contrastan agudamente con las mercancías del siglo XVIII que él supone eran todas simples (lo que es evidentemente falso). Sostiene que ahora son "unidades inestables compuestas de muchas características, cualidades y mensajes".

Una triple complejidad caracterizaría a los mercados de alta intensidad, según WL: la complejidad de las mercancías, la de los estados emocionales incorporados en las apetencias, y la complejidad de la interacción entre ambas. Por ello le parece muy simplista la descripción convencional de este proceso, según la cual nuevas apetencias surgen como resultado de la satisfacción de las previas. En cambio, sostiene que:

" (...) las apetencias se vuelven menos y menos coherentes y sus objetivos menos claros y más difíciles de identificar, a medida que los individuos reinterpretan continuamente sus necesidades en relación con la economía de mercado en expansión... Con la fragmentación de necesidades en componentes cada vez más pequeños y el reajuste continuo de estos componentes en deseos momentáneos o estados de sentimiento que son descargados en la actividad de consumo, la determinación del grado de satisfacción de las apetencias en cualquier momento, se vuelve problemática" (p. 27).

La expresión deseos momentáneos me parece muy afortunada, pero el autor no parece darse cuenta de que esas efímeras apetencias no pueden ser equiparables a las necesidades humanas y que, por tanto, han de distinguirse ambos conceptos. El autor cierra la discusión sobre la insaciabilidad de las apetencias así:

"Nuevas mercancías que aparecen continuamente y en grandes números prometen la satisfacción de apetencias y, simultáneamente, promueven un sentimiento de insatisfacción respecto al conjunto de mercancías preexistentes. La vertiginosa pirueta de apetencias y mercancías le presenta al individuo un conjunto siempre cambiante de satisfacciones e insatisfacciones en términos de las cuales no hay resolución, sino sólo un movimiento continuo...[que estimula al individuo] a cambiar su conjunto de satisfacciones

 

  

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e insatisfacciones continuamente de uno menor a uno mayor de mercancías (o a conjuntos de mercancías con características más elaboradas). El colosal sistema productivo cuyo ímpetu se deriva de esta interacción entre necesidades y mercancías aparece a primera vista como una clase de esfera hermética auto-inflable: uno debe buscar cuidadosamente un lugar de entrada que le permitiera a uno distinguir claramente los objetivos deseados de las apetencias que están entremezcladas con una variedad increíble de objetos materiales. Las teorías contemporáneas de necesidades y de conducta del consumidor no han intentado desarrollar una perspectiva crítica de este sistema. La teoría de la interacción entre necesidades y mercancías que se presenta en la segunda parte tiene este objetivo" (pp. 27-28).

Esta teoría la analizaremos en la próxima entrega.

1 William Leiss, The Limits to Satisfaction. An Essay on the Problem of Needs and Commodities, Mc Gill Queens University Press, Kingston y Montreal, 1976/1979/1988.

2 Mientras la satisfacción de necesidades siempre puede verse como un medio para evitar el daño que derivaría de la insatisfacción o para crear las condiciones del florecimiento humano, y por tanto resulta evidente que éstos son sus objetivos, en muchas apetencias (wants) es imposible encontrar objetivos ulteriores. Si se me apetece un helado, el objetivo de esta apetencia es satisfacer la apetencia misma, por lo cual no es evidente a qué se refiere el autor cuando habla de "confusión de los objetivos de las apetencias".

3 El axioma de la no saciedad lo enuncian Deaton y Mullbauer como "La función de utilidad es no decreciente en cada uno de sus argumentos, y para todas las q [todos los bienes] en el conjunto de elección es creciente en al menos un argumento" (Angus Deaton y John Mullbauer, Economics and consumer behavior, Cambridge University Press, Cambridge, Reino Unido, p.28). Para una discusión y crítica detallada de la teoría neoclásica del consumidor, véase mi artículo "El rechazo al concepto de necesidades humanas", Mundo Siglo XXI, revista del CIECAS-IPN, N° 3, invierno 2005-2006, pp.37-57.

4 WL (p.24) cita al sicólogo George Katona: "El estadunidense, confiado en su propio poder para mejorar su bienestar, eleva sus apetencias a un ritmo igual, o incluso mayor, que sus logros".

5 El obeso constantemente siente el impulso de ingerir alimentos. No malinterpreta sus necesidades porque, como lo ha mostrado el filósofo David Wiggins, necesitar es un verbo involuntario, mientras malinterpretar supone un proceso conciente. El obeso sólo siente hambre y no sabe por qué. No malinterpreta nada. Está atrapado en su oralidad.

 

  

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26 ENERO DE 2007

Los límites de la satisfacción/ IV

Rechazo necesidades vistas como impulsos vueltos deseos conscientes

La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente

En la parte 2 del libro que da título a esta serie de entregas1, William Leiss (WL) presenta la crítica de las teorías sobre necesidades y "los fundamentos de una teoría más adecuada" en la materia porque, a diferencia de las existentes, analiza "el proceso de las necesidades en relación con modos específicos, socialmente organizados de satisfacción" (p. 51). Advierte que su argumentación parte de un supuesto central: "que el ideal de alto consumo tiende a orientar todos los aspectos del esfuerzo personal en busca de la satisfacción hacia el ámbito de las mercancías" (p. 50).2 Repite la afirmación que ya he analizado en las entregas previas de esta serie de que "la percepción de nuestras necesidades se vuelve cada vez más confusa bajo las circunstancias actuales" (p. 51). El meollo del ensayo, dice WL, es la interacción entre necesidades y mercancías en un mercado de alta intensidad, pero es necesario antes explorar el horizonte del problema para identificar aspectos de las necesidades y atributos de las mercancías asociados con el carácter problemático de la satisfacción. Así, empieza señalando que:

"En la interacción social intensiva que siempre ha caracterizado a las sociedades humanas, los hombres y las mujeres interpretan colectivamente, reflexionan e integran los impulsos, que de otra manera serían espontáneos, a los que nos referimos como la lucha por la auto-preservación de la especie. Los impulsos son mediados o transformados por formas culturales en necesidades, esto es, expresiones conscientes de deseos que se congelan en patrones de socialización transmitidos de una generación a otra. La transformación cultural, simbólica o reflexiva de los impulsos rompe la interacción directa entre los impulsos instintivos y los medios de su gratificación... El desarrollo de herramientas es una de las expresiones más comunes de la transformación reflexiva de los impulsos a la gratificación...[que] son controlados y conscientemente dirigidos a un campo ampliado de satisfacción." (p. 51)

Se trata de un texto denso, lleno de ideas importantes, pero también de problemas. Contiene implícita la siguiente definición de necesidades: "impulsos instintivos, relativos a la auto-preservación de la especie, transformados a través de la interpretación, reflexión e integración colectiva, en expresiones conscientes de deseos y transmitidos de una a otra generación". Nótese que WL reduce las necesidades a las relacionadas con la preservación de la especie, a las de sobrevivencia. Una rápida revisión de las concepciones de los estudiosos de las necesidades humanas muestra que prevalecería entre ellos un desacuerdo con esta definición. El filósofo David Wiggins, muy influyente en este campo, ha sostenido que una de las diferencias entre necesitar y querer (o desear) es que necesitar no es un verbo intencional (mientras querer y desear sí lo son) y, por tanto, puede ser inconsciente. Doyal y Gough (autores de la más importante teoría contemporánea de necesidades humanas) coinciden e ilustran con el diabético que quiere

 

  

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azúcar, pero necesita (sin saberlo) insulina, y al adicto que quiere un cigarrillo, pero que necesita dejar de fumar. Maslow (el autor de la teoría de necesidades más influyente, escrita en 1943) pensaba que en la persona media las necesidades suelen ser inconscientes. La idea de una reflexión colectiva que lleva a interpretar, reflexionar e integrar los impulsos, si fuese verdadera, haría de todos los pueblos círculos de filósofos.

La idea de la ruptura de la interacción directa entre los impulsos instintivos y los medios de su gratificación está asociada a la idea de Marx sistematizada por György Markus de que el ser humano se distingue del animal porque su actividad vital, el trabajo, se orienta de manera mediada a la satisfacción de necesidades (ser que fabrica herramientas), lo cual produce la ruptura de la fusión animal de sujeto (necesidades) y objeto (satisfactor), dando lugar a la conciencia y la autoconciencia humanas. Tanto Maslow como Fromm han sostenido como elemento esencial del ser humano la ruptura del dominio total del instinto. El primero concibió las necesidades humanas como instintoides, ya que de los tres elementos del instinto (impulso, actividad, objeto) el hombre sólo hereda el primero y debe aprender los otros dos. El segundo argumentó que, en un cierto punto de la evolución, la vida adquirió conciencia de sí misma y la vida dejó de estar determinada por instintos. En mi tesis doctoral sostuve que hay una coincidencia entre esta ruptura del dominio total del instinto y la definida por Marx, ya que la "fabricación de herramientas" es una actividad no instintiva y que en las tres visiones la ruptura (esencialmente la misma) supone un gran salto en términos de libertad y resulta clave para entender la esencia humana. La ruptura de la que habla WL es, me parece, la misma ruptura planteada por Marx, pero WL ha remplazado el trabajo por la transformación cultural, simbólica y reflexiva de los impulsos, como causa central de la ruptura, y ha convertido la fabricación de herramientas en expresión de tal transformación reflexiva. Al círculo de filósofos que ha decidido transformar sus impulsos instintivos en deseos conscientes, les parece buena idea expresar tal transformación mediante la fabricación de herramientas. No es, como sostienen los paleoantropólogos, que los homínidos que precedieron al ser humano, cuando fueron forzados a cambiar de hábitat (y bajar de los árboles) hayan tenido que desarrollar las herramientas so pena de extinguirse.

Mal comienzo para quien aspira a formular una nueva teoría de las necesidades humanas. Continuando con su planteamiento, e introduciendo una definición explícita de necesidades, WL señala que "una de las características destacadas del desarrollo humano es la reducción de la dependencia, para la satisfacción de necesidades, de la provisión espontánea de la naturaleza... [mediante] una creciente intervención y administración de los procesos ambientales, inaugurando una interacción recíproca entre los impulsos simbólicamente mediados (necesidades) y las técnicas organizadas para aprovisionarlas". Aunque este autor no explicita lo que entiende por impulsos simbólicamente mediados (en una frase previa había señalado: "Somos animales sociales con una gran capacidad para desarrollar aquellas representaciones simbólicas que se sintetizan en el término cultura"), por el contexto parece referirse a la misma "interpretación, reflexión e integración colectiva" ya referida. En el área del consumo, una corriente de pensamiento que Terrail llama enfoque diferencialista de los hechos de consumo, entiende por simbólico los signos de distinción o estatus de clase.3

Para sorpresa del lector, que pensaba que habiendo definido necesidades, el autor dejaría de identificarlas con apetencias o deseos, ello no es así:

 

  

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"En lo precedente he usado los términos apetencias, necesidades y deseos de manera intercambiable de manera deliberada para mantenerme fiel a las diferencias terminológicas en las fuentes que he estado examinando.4 Al poner juntas contribuciones a la teoría de las necesidades de campos como la antropología, la economía, y la sicología, uno puede percibir el papel que las diferencias terminológicas desempeñan en inhibir un estudio crítico del problema de la satisfacción. Aunque las diferencias no pueden clasificarse de manera estricta en líneas disciplinarias, hay algunos patrones generales... La sociología y la sicología social humanista usan con frecuencia la palabra necesidades; la economía apetencias, elecciones y deseos. Y algunos filósofos las distinguen todas de preferencias... la variación en los conceptos usados hacen muy difícil desarrollar una perspectiva integrada sobre la situación social en el mercado de alta intensidad. Aún más, en la mayor parte de los estudios se establece una dicotomía básica. El conjunto completo de necesidades y apetencias (o cualquier otra designación) se agrupa de acuerdo con las categorías opuestas de natural vs. cultivada, inmediata vs. derivada,... físicas vs. simbólicas, verdaderas vs. falsas, objetivas vs. subjetivas, básicas vs. discrecionales, e inferiores vs. superiores. Y entonces (para completar la confusión)... las necesidades y las apetencias se ordenan de acuerdo a un esquema de importancia relativa. (pp.52-53)

Aquí expresa WL su confusión ante tal variedad de enfoques. Alguna vez me ocurrió algo similar en un universo ¡de un autor! Al leer La teoría de las necesidades en Marx, de Agnes Heller (Península, Barcelona, 1978), quedé abrumado por los diferentes términos (y sus contradicciones) que dentro de la obra de Marx va develando la autora.

WL utiliza el término dicotomía para referirse a los pares de conceptos que enuncia. Como hemos visto en las entregas anteriores de esta serie, él ha atacado las distinciones necesidades/apetencias y necesidades/satisfactores, pero no las ha llamado dicotomías. Parece conveniente aclarar ambos conceptos. Hilary Putnam (The Collapse of the Fact/Value Dichotomy and other Essays, Harvard University Press, 2002) en su formidable ataque a la dicotomía hechos/valores ha considerado necesario "explicar las diferencias entre una distinción ordinaria y una dicotomía metafísica" (p. 60). Añade: "Cuando la distinción se vuelve una dicotomía típicamente se hace acompañar por un conjunto altamente contencioso de aseveraciones metafísicas..." (p. 61). Relata así una de sus líneas de ataque a la dicotomía hechos/valores: "... argumenté que la imagen de nuestro lenguaje en el que nada puede ser un hecho y estar cargado de valores es totalmente inadecuado y que gran cantidad de nuestro vocabulario descriptivo es y tiene que estar "embrollado" (pp. 61-62). Algunos de los ataques de Leiss tendrían sentido si se refirieran a dicotomías (si dijeran: "la dicotomía necesidades/apetencias es inapropiada"), pero en mi opinión no lo tienen al estar formuladas en términos de distinciones. Una de las características de las dicotomías (cuyos términos se conciben como agudamente distintos y casi siempre como opuestos) es que no pueden tolerar la existencia de términos que compartan rasgos de ambos opuestos o que no se puedan clasificar en ellos. Una de las diferencias entre una distinción ordinaria y una dicotomía metafísica es que las primeras tienen rangos de aplicación y uno no se sorprende si descubre que no siempre son aplicables. Putnam sostiene que es válido distinguir entre hechos y valores, pero es inválido postularlos como una dicotomía. Aplicando esta lección al campo que nos ocupa, podemos afirmar que los autores que respaldamos la validez de las diferencias entre necesidades y apetencias, y entre necesidades y satisfactores, las concebimos como distinciones simples y no como dicotomías metafísicas. Es decir, aceptamos que puede haber casos difíciles que, sin embargo, no pondrían en duda el valor de la distinción que se seguiría aplicando en general.

 

  

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1 William Leiss, The Limits to Satisfaction. An Essay on the Problem of Needs and Commodities, Mc Gill Queens University Press, Kingston y Montreal, 1976/1979/1988.

2 Mientras Leiss plantea esto como una tendencia real, los teóricos de la pobreza, como he mostrado en "Elementos para la crítica de la economía política de la pobreza", Desacatos, N° 23 (en prensa), y en mi tesis doctoral, el enfoque convencional de la pobreza reduce el bienestar al que se deriva del consumo de mercancías, mostrando su carácter de conocimiento enajenado.

3 Para Jean Baudrillard, dice J.P. Terrail, "No se puede captar su racionalidad [del consumo] en la relación del consumidor 'con el objeto de consumo', sino a través de la relación del sistema (estructurado) de los consumidores (las relaciones de clases) con el sistema estructurado de los objetos. El objeto no es consumido en su materialidad, sino en su diferencia; al convertirse en signo (de la diferencia de clase) se convierte en objeto de consumo... La emergencia y generalización de la 'forma-objeto' sobre la cual, explica el autor, vienen a converger valor de uso, valor de cambio y valor-signo, reclama la elaboración de una nueva teoría, la 'economía política del signo'..." ("Necesidades, consumo y ocultación de las relaciones de producción", en J.P. Terrail y otros, Necesidades y consumo en la sociedad capitalista actual, Grijalbo, México, 1977, p. 276.) Leiss dice deslindarse de Baudrillard cuando señala que "el sistema humano de necesidades en todas las culturas es una unidad indisoluble de elementos materiales y simbólicos" (p. 64).

4 Si el lector lee la definición de necesidades (implícita) en WL como si fuese la de apetencias verá que el resultado es un sinsentido.

 

  

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FEBRERO

02 FEBRERO DE 2007

Los límites de la satisfacción/ V

Polémica sobre las relaciones entre necesidades y valores

La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente

William Leiss1 (WL) encuentra tres patrones recurrentes en las teorías sobre las necesidades: 1) la distinción entre necesidades biológicas y culturales; 2) el enfoque de las jerarquías o prioridades relativas de necesidades; y 3) la diferencia entre las perspectivas conductistas y las críticas. Hoy abordo el primero. Describe cómo en la confección de listados de necesidades humanas básicas suele empezarse con las fisiológicas (lo biológico), se añade a veces alguna rudimentaria dimensión sicológica, como el cumplimiento de papeles, y todas las demás necesidades (que no enumera) son vistas como derivaciones culturales. Critica este enfoque por ser "muy abstracto" y porque la "actividad simbólica o cultural de los seres humanos es tan intensa y compleja que la dicotomía biológico-cultural nunca está presente en la vida cotidiana de los grupos sociales" (p. 54). La expresión "nunca está presente" parece referirse a que las personas involucradas no están conscientes de la diferencia (no dicen "ahora vamos a pasar a satisfacer nuestras necesidades biológicas"). Si la validez de una teoría se pusiera a prueba por la conciencia de los individuos, como pretende WL, ninguna teoría pasaría la prueba. Ilustra su postura con la alimentación. Se pregunta qué podría ser más básico que el impulso a la nutrición y añade que, a pesar de ello, "las actividades humanas de seleccionar y preparar las sustancias naturales que pueden servir de base de la nutrición están inmersas en un conjunto increíblemente intrincado de prácticas culturalmente determinadas". A esta afirmación, descriptivamente correcta, añade otra de carácter extremo, que no documenta, según la cual "ciertos individuos se suicidan al privarse de los bienes necesarios para la supervivencia para mantener la integridad del grupo social"; de ambas afirmaciones derivan consecuencias teóricas muy discutibles: "la evidencia en este punto parece apoyar la aseveración de Dorothy Lee de que 'son los valores y no una serie de necesidades, lo que está en la base de la conducta humana'. De acuerdo con Lee las necesidades son derivadas, no básicas". El argumento de Lee sostiene que cada cultura tiene un conjunto fundamental de valores, por el cual se mantiene la cohesión social mediante un proceso autoritario de socialización que gobierna la interpretación individual de las necesidades. Sobre este aspecto regresaré más adelante.

De lo dicho, concluye WL que "las dimensiones biológica y cultural están tan estrechamente entretejidas que, cuando se separan en categorías distintas, el resultado no hace justicia a la unidad concreta de la conducta humana en las situaciones cotidianas prácticas" (Ibid.). Esta apelación "a la unidad concreta de la conducta humana" resulta paradójica en un autor que ha dicho, como cité en la entrega II de esta serie (Economía Moral, 12/1/07), que un conjunto de problemas del consumo en un mercado de alta intensidad "dan lugar a la confusión de los individuos acerca de la naturaleza y objetivos

 

  

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de sus apetencias" y que "cada aspecto de las necesidades de una persona tiende a fragmentarse en partes componentes cada vez más pequeñas, y por tanto se vuelve más difícil para la persona integrar los componentes en un conjunto de necesidades y una estructura de personalidad coherentes".

WL señala que "las deficiencias de la noción de necesidades humanas básicas y de la distinción biológico-cultural que con frecuencia se le asocia puede verse más claramente cuando las siguientes consideraciones se toman en cuenta" (p. 55). (Note el lector que Leiss, que venía criticando la distinción biológico-cultural ahora arremete contra el concepto mismo de necesidades humanas básicas). Las consideraciones se refieren al argumento que los animales sociales no sólo comparten las mismas necesidades fisiológicas que los humanos, sino que comparten

"muchas, si no todas, de las llamadas necesidades superiores tales como afecto, aprendizaje, cooperación, seguridad. Sus rasgos de sociabilidad, transmitidos intergeneracionalmente a través de experiencias de socialización intensivas, son simplemente las precondiciones necesarias para la existencia de todos los animales sociales, para los leones, los simios, así como para la humanidad."

Seguridad y afecto son consideradas necesidades inferiores por Maslow; las otras dos no están en su esquema, aunque aprendizaje podría considerarse un elemento instrumental de las necesidades cognitivas. De lo dicho, WL concluye: "No hay nada exclusivamente humano ni en los requerimientos fisiológicos ni en los socio-sicológicos que usualmente componen la lista de necesidades humanas básicas" (p. 55). Todo este argumento era, recordemos, para mostrar las deficiencias de la noción de necesidades humanas básicas y de la distinción biológico-natural, pero WL lo cierra sin haberlas mostrado, pues termina criticando una cuestión completamente distinta:

"Desde luego no estoy sugiriendo que no haya diferencias entre las necesidades humanas y las de otros animales sociales. Lo que quiero sostener es que las formulaciones usuales de la distinción biológico-cultural y de las necesidades humanas básicas no han provisto muchos insights sobre las características únicas de la necesidad humana. Lo que en verdad diferencia en este aspecto a los seres humanos de otros animales sociales es la rica complejidad de la experiencia humana de necesitar, la diversidad fascinante de la expresión cultural de la necesidad observable en los registros antropológicos" (p. 55).

Aunque es muy limitado este intento de WL de encontrar la diferencia específica de las necesidades humanas, y daría para una amplia discusión, volvamos a su tesis, apoyada en Lee, que son los valores lo que está en la base de la conducta, mientras las necesidades son derivadas. Llevada al extremo, es una tesis absurda que se formularía así: "Los pueblos todos del mundo coincidieron que para mantener la cohesión social un valor muy importante es la alimentación, y de ahí derivaron la necesidad humana de alimentarse". En formulaciones menos extremas se plantea el importantísimo tema de la relación entre necesidades y valores. Para continuar nuestro debate/diálogo, Ruth Levitas (RL) me envío un escrito suyo2 que se apoya en las tesis de WL. En él sostiene:

"No estoy argumentando solamente que la experiencia de privación o que la percepción de las necesidades básicas son socialmente relativas; estoy más bien sosteniendo que no es posible definir un conjunto de necesidades humanas básicas a la satisfacción de las

 

  

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cuales, entonces, la utopía pueda diseñarse. El problema de distinguir necesidades básicas de otras, o necesidades de apetencias, ha sido mejor expuesto por Leiss... [quien señala que] 'la disputa sobre las necesidades básicas... surge cuando éstas son trasladadas a necesidades de tipos particulares de alimentos, en cantidades específicas, con calidades específicas, y lo mismo para ropa [... etc.], [y que] los seres humanos nunca experimentan sus propias necesidades o las del prójimo al primer nivel [muy alto] de abstracción".3 La mayor parte de los escritores utopistas se involucran con la satisfacción de las necesidades. La buena sociedad es aquélla en la cual las necesidades verdaderas son satisfechas y que no permite la intrusión de "falsas" necesidades que creen insatisfacción. [De lo dicho se desprende que] parecemos estar enfrentados a un serio dilema. O bien afirmamos la existencia de necesidades humanas básicas o bien parecemos carecer de criterios para evaluar sociedades más allá del grado de ajuste que logran entre necesidades que construyen [debería decir apetencias] y los medios que proveen para su satisfacción. La última postura se percibe intuitivamente como insatisfactoria. Sin embargo, el dilema está mal planteado. Apelar a las necesidades es ideológico en la medida en que la atribución de naturalidad es usada para evitar, disfrazar o negar la necesidad de elegir entre formas de organización social con base en valores, en oposición a una medición objetiva de su virtud.

Hay aquí un planteamiento muy importante sobre la relación entre necesidades y valores. RL tiene razón al decir que para huir de los juicios de valor muchos autores se refugian en la naturalidad de las necesidades, como ocurre con la socio-biología. La discusión remite, por una parte, a la naturaleza de las necesidades. Al respecto, en mi tesis doctoral, al debatir las críticas de Ross Fitzgerald, crítico positivista de Abraham Maslow, sostuve, que:

"los conceptos de pobreza, florecimiento humano, necesidades humanas, esencia humana, son conceptos embrollados, en los cuales la descripción (los hechos) dependen de la evaluación (valores); que apoyarse en valoraciones no significa renunciar a la evidencia empírica; por el contrario, como hechos y valores están embrollados, sólo manejándolas de manera integral se puede avanzar en el conocimiento y en la definición del deber ser... Necesidad es un concepto tanto empírico (un asunto de hecho) como normativo (valores), donde ambos elementos están embrollados. El concepto de grave daño que resulta de la insatisfacción de una necesidad es empírico, pero de un empírico embrollado. Por ejemplo, para observar las neurosis y sicosis que resultan de la insatisfacción temprana de ciertas necesidades se requiere una mezcla de evaluación y descripción". La pretensión de universalidad de (casi) todas las teorías sobre las necesidades humanas se basa en la unidad del género humano".

Es decir, que según esta concepción, la relación entre necesidades y valores es una relación interna al propio concepto de necesidades. En varias teorías de las necesidades esto queda explícito. Doyal y Gough (autores de la más destacada teoría de las necesidades contemporánea) rechazan la concepción de las necesidades como impulsos y adoptan la de propósitos. Maccoby (alumno de Fromm) ha formulado su concepción de las necesidades sin usar este término, sino impulsos-valores. Maccoby ha dicho que "Un enunciado de necesidad siempre puede transformarse en un enunciado de valor". Incluso la necesidad de sobrevivir expresa el valor universal de la vida". Para Levitas parecería que los valores pueden estar al margen de las necesidades, que pueden postular incluso la negación (represión) de las necesidades y, aunque ello ha ocurrido históricamente en muchas sociedades, particularmente con la necesidad sexual, la postura de Maslow y de

 

  

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Fromm es siempre la de unir valores y necesidades. Lo anterior se complementa con la visión de Márkus quien (en su libro Marxismo y "antropología") sostiene que:

"El principal criterio de desarrollo histórico es para Marx la medida en la cual se constituyen los presupuestos de un desarrollo irreprimido y rápido de las fuerzas esenciales humanas capacidades y necesidades y del despliegue de la individualidad humana libre, multilateral, o sea la medida en la cual se actúan esos presupuestos, la medida en la cual se realiza el "ser humano" [la esencia humana] en la existencia individual concreta",

y se apoya en esta tesis para exponer una concepción radical de los valores:

"Sólo así es posible estimar de un modo universalmente válido, y al mismo tiempo ético-axiológico, las varias épocas y manifestaciones de la historia, no sobre la base de un orden axiológico suprahistórico, trascendente, sino de acuerdo con una caracterización objetiva, histórico-inmanente y al mismo tiempo universalmente válida de la evolución humana. Marx considera valores humanos los momentos de la evolución humana que expresan y promueven subjetiva u objetivamente ese despliegue y esa realización del ser humano".

Los valores no se pueden postular al margen de las necesidades. Sólo pueden ser valores permanentes si están sincronizados con necesidades humanas. Los derivados son los valores, no las necesidades.

1 En esta serie de entregas venimos examinando el libro The Limits to Satisfaction. An Essay on the Problem of Needs and Commodities, Mc Gill Queens University Press, Kingston y Montreal, 1976/1979/1988, de William Leiss.

2 "Need, Nature and Nowhere", en Peter Alexander y Roger Gill (eds), Utopias, Gerald Duckworth, Londres, 1984, pp. 19-30. El diálogo/debate entre la profesora Levitas y yo (narrado en la entrega de Economía Moral del 29/12/07) fue lo que originó la necesidad de la serie sobre Leiss.

3 Si así fuese no existiría la palabra necesidad, ni las palabras para necesidades específicas; la frase "tengo hambre" carecería de sentido. WL basa todo su discurso en las clases altas de los países desarrollados y por ello ignora la visión del hambriento que Marx ha descrito con crudeza en la siguiente frase de los Manuscritos de filosofía y economía (1844: 150): "El sentido preso en la cruda necesidad práctica tiene un sentido mezquino. Para el hombre hambriento no existe la forma humana de la comida, sino sólo su abstracta existencia de comida: lo mismo le daría que se la presentaran cruda, y no se ve en qué la correspondiente actividad se diferencia de la animal".

 

  

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09 FEBRERO DE 2007

Los límites de la satisfacción/ VI

Jerarquía de necesidades y Ley de Engel

Autorrealiación alienada

La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente

De los tres patrones "recurrentes en las teorías sobre las necesidades" que analiza William Leiss (WL)1, en la entrega anterior de esta serie (Economía Moral 02/2/06) abordamos la distinción entre necesidades biológicas y culturales. Hoy abordo el segundo, el enfoque de las jerarquías. En este patrón, señala, las necesidades son clasificadas en varios grupos que, se dice, tienen diferentes grados de urgencia e importancia, lo que determina el orden en el cual debemos atenderlas". Según él, "hay muchos ejemplos de este patrón" y "en tiempos recientes el más influyente ha sido la jerarquía de necesidades de Abraham Maslow" (p. 55). No da referencias, sin embargo, de los "muchos ejemplos". Aunque su exposición de Maslow es inexacta en varios aspectos, conviene seguirla (en notas al pie notaré sus inexactitudes):

Maslow estableció las siguientes categorías de necesidades: físicas (es decir, fisiológicas); seguridad (orden, predictibilidad, seguridad del medio); amor, afecto y pertenencia; autoestima; autorrealización.2 Esta ordenación procede de lo más a lo menos inmediato, de manera que las necesidades representadas en cada categoría sucesiva aparecen sólo en la medida en la cual las previas han sido satisfechas en un grado adecuado. Los primeros tres niveles son necesidades básicas o "deficitarias, en el sentido que la insatisfacción de ellas deriva en enfermedad fisiológica o sicológica; las otras dos son necesidades derivadas, cuyo despliegue es el camino a una personalidad desarrollada.3 En los intentos de satisfacer las primeras se busca eliminar la tensión, mientras las segundas son actividades positivas con fines abiertos. Hay también un ímpetu interno en la sucesión, pues son sólo los niveles finales los que definen la condición específicamente humana que constituye, por tanto el propósito adecuado del esfuerzo individual. Un juicio ético y una concepción de salud sicológica también son incorporados en este esquema". (p. 56)

La exposición es lúcida en general y sus inexactitudes las he hecho notar en las notas al pie. Antes de proseguir veamos "otro ejemplo" posible de concepción de la jerarquía de necesidades humanas. J. P. Terrail ("Necesidades, consumo y ocultamiento de las relaciones de producción", en J. P. Terrail et al. Necesidades y consumo en la sociedad capitalista actual, Grijalbo, México, 1977, p. 267) señala lo siguiente refiriéndose a una obra de M. Halbwachs de 1912: "el estudio sucesivo de los efectos del nivel de ingresos y del tamaño de la familia sobre la organización del presupuesto familiar muestra la coherencia de los comportamientos de consumo obreros; su regularidad obliga a considerar la realidad social concreta de una escala de valores y de una jerarquía de las necesidades". La famosa Ley de Engel (formulada por E. Engel en 1895) sobre la

 

  

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proporción descendente del gasto en alimentos en el gasto total del hogar a medida que subimos en la escala de ingresos, está en el mismo registro. Esta ley se ha comprobado empíricamente en decenas de países y en diferentes momentos del tiempo (como seguramente lo hizo Halbwachs). Esta regularidad es una evidencia fuerte a favor de la existencia de una jerarquía de necesidades (que expresa el "orden en que atendemos las necesidades") que se manifiesta en la asignación de los presupuestos. Un ejemplo sobre México muestra que en 2005 los indigentes dedicaron 39.2 por ciento de su gasto total a alimentos, y que este porcentaje va bajando a 37.4 por ciento entre los muy pobres, a 33 por ciento entre los pobres moderados, a 27.4 por ciento en el estrato "con satisfacción de requerimientos de ingreso, tiempo y necesidades básicas", a 22.3 por ciento en la clase media y a sólo 17.3 por ciento en la clase alta (Araceli Damián, "Foxilandia se esfuma", El Financiero, 29/1/06; p.20). Es probable que WL se refiriese a estas evidencias económicas (y a las consecuencias de ahí derivadas) de la existencia de una jerarquía.

Terminada su exposición, WL asume una postura: "Lo que resulta aparente en una primera mirada es que Maslow ha adaptado la distinción biológico-cultural en su conceptualización de niveles sucesivos que tienen un carácter tanto temporal como ontológico. Las necesidades biológicas son las más urgentes y deben ser atendidas antes, y las demás se siguen en consecuencia si la sociedad está organizada apropiadamente para que esto ocurra". Me parece que no resulta obvio que la seguridad sea "más biológica" que la pertenencia, el afecto y el amor, y sin embrago Maslow la considera más prepotente o urgente, por lo cual WL no podría explicar el orden de estas dos necesidades en la jerarquía con los argumentos esgrimidos. Continúa: "la sucesión es al mismo tiempo ontológica; esto es, las etapas posteriores representan estados más elevados del ser, o los dominios más apropiados de la existencia humana como tal". Ahora empieza la crítica propiamente dicha:

"Ni la idea de la sucesión temporal ni la del desarrollo ontológico son convincentes, sin embargo. En primer lugar, la ordenación de Maslow refleja la organización específica de la vida en una sociedad tecnológicamente avanzada, donde hay un alto grado de especialización entre funciones y actividades. Esta clasificación de necesidades parece mucho menos aplicable al patrón general de sociedades tempranas; actividades que pueden asociarse con los cinco niveles pueden ser ahí localizadas, pero ellas están fuertemente entretejidas unas con otras y en mi opinión no emergen serialmente como una sucesión de requerimientos individuales o de grupo. ¿Es el esquema de Maslow al menos útil para entender el desarrollo de la conducta humana en sociedades tecnológicamente avanzadas? En este contexto, el marco organizado para la satisfacción de las necesidades es provisto por intercambios extensivos de mercado que involucran una gran variedad de mercancías. Maslow sugiere que este nivel de actividad debe ser trascendido por cada individuo para alcanzar el nivel de actividades de autorrealización que no están relacionadas con el intercambio de bienes. Pero las tendencias conductuales en los mercados de alta intensidad son muy diferentes. La esfera del intercambio material no es trascendida, sino más bien extendida de manera más profunda hacia los dominios sicológicos. Las necesidades de autoestima y autorrealización son expresadas y perseguidas a través de la compra de mercancías, que no son simples objetos materiales, sino cosas que conllevan un conjunto complejo de significados o 'mensajes'. En este marco social hay poco estímulo para que los individuos trasciendan su fijación en el mundo de objetos... El mensaje predominante sobre el mundo entero de mercancías en este contexto el tema unificador en los muchos mensajes sobre diversas cosas es que la autorrealización o 'individualidad' es el propósito del consumo, y que la individualidad se logra al reunir una colección única de mercancías" (pp. 56-57).

 

  

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Es un párrafo notable. Es el canto a la alienación humana, su legitimación. El autor lo sabe y por eso añade inmediatamente: "Desde la perspectiva de Maslow uno podría objetar que ésta es una forma pervertida de autorrealización", Describe en qué consiste la autorrealización para Maslow con términos tomados sobre todo de las descripciones que éste hace de las experiencias cumbre, que no son la autorrealización, sino ventanas de duración muy breve que pueden permitir a cualquier ser humano ver cómo es la autorrealización: momentos creativos, insights intelectuales, intuiciones místicas. Maslow, en cambio, la define (además de la definición proporcionada al final de la nota al pie número 3) como: "Este término se refiere a los deseos de hacer real (realizar) lo que potencialmente es. El deseo de volverse más y más lo que uno idiosincrásicamente es, volverse lo que uno es capaz de ser". Como se aprecia en ambas definiciones, la autorrealización es un sinónimo del florecimiento humano. Para contratacar, WL dice que el concepto de autorrealización de Maslow "rígidamente separa la esfera no material de la esfera material de la vida e implícitamente denigra a la segunda". Y entonces santifica lo existente igualando la vida consumista estéril con la autorrealización y consagrando una forma notable del fetichismo de las mercancías: "Pero si muchos individuos interpretan sus experiencias cumbre en relación con el consumo, si estos refinados sentimientos están corporizados en mercancías, todos los sermones dominicales acerca de la prioridad de las cuestiones espirituales y todos los escritos de sicólogos sensibles permanecerán en la periferia de las preocupaciones sociales dominantes". Con esto concluye su examen y crítica de Maslow. Revisemos el asunto más despacio. La crítica que se refiere a la aplicabilidad de la teoría de Maslow a sociedades preindustriales, con el argumento que hay en ellas actividades que pueden asociarse con los cinco niveles de necesidades, está fuera de lugar. Algunas actividades son satisfactores de necesidades y, como argumentan Max Neef et al. (Desarrollo a escala humana. Una opción para el futuro, Development Dialogue, Número especial, 1986, Cepaur y Fundación Dag Hammarskjöld, Santiago de Chile) hay algunos satisfactores sinérgicos (el mejor ejemplo es la lactancia materna) que satisfacen simultáneamente varias necesidades (alimentación, seguridad, afecto) en cualquier sociedad. La idea de que las actividades de autorrealización no están relacionadas con el intercambio de bienes, que WL atribuye a Maslow, no la he encontrado en su obra y Leiss no cita la fuente. Sin embargo, en un trabajo reciente4 he identificado que a medida que nos movemos de las necesidades inferiores a superiores, el tipo de satisfactor principal dominante va cambiando de las mercancías a las relaciones y de éstas a las actividades del sujeto y las habilidades/conocimientos, pero que las mercancías siguen presentes como satisfactores secundarios (computadora, libros y revistas que apoyan la actividad del investigador; el restaurante, el cine, los anticonceptivos que requiere la relación de la pareja). Maslow no habla de trascender el intercambio de mercancías. Todo depende del trabajo objetivado (en una sociedad mercantil en mercancías) de otros. Pero sostener, como hace WL que la autorrealización se persigue a través del consumo, y que se alcanza la individualidad (que con trampa iguala, en la cita, a la autorrealización) al poseer un conjunto único de mercancías, es convertir la colección única de vestidos de Martha Sahagún en el camino de la autorrealización humana. El concepto de autorrealización de Maslow no divide las necesidades en materiales y no materiales. No es tan burda su teoría; ni siquiera usa el término material. La seguridad y el afecto tampoco son materiales. WL confunde los hechos (el consumidor alienado) con los valores asociados a las necesidades. Confunde el ser con el tener.

1 William Leiss, The Limits to Satisfaction. An Essay on the Problem of Needs and Commodities, Mc Gill Queens University Press, Kingston y Montreal, 1976/1979/1988,

 

  

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2 Los cinco niveles anotados son, en términos generales, correctos y conforman todas las necesidades que Maslow incluye en su jerarquía; pero éste identifica también las necesidades cognitivas (saber y entender) y las estéticas que no incluye en la jerarquía. Además, el cuarto nivel no es autoestima, sino estima, que Maslow divide en: bases de la autoestima (logros) y reputación.

3 Maslow nunca habla de "necesidades derivadas". Además, la clasificación presentada es incorrecta. La necesidad de estima es también deficitaria y sólo la autorrealización es necesidad de crecimiento según Maslow. En efecto, en El hombre autorrealizado. Hacia una psicología del ser (Kairós, Barcelona, 1972/1995, p.50) dice éste: "Quiero ahora someter a discusión algunas de las diferencias observadas por mí entre las vidas motivacionales de las personas sanas y las de otras, es decir, de las personas motivadas por necesidades de desarrollo en contraste con aquéllas motivadas por necesidades básicas. Por lo que se refiere al estado motivacional, las personas sanas han satisfecho suficientemente sus necesidades básicas de seguridad, entrega, amor, respeto y autoestima, de tal modo que ahora se sienten motivadas primordialmente por tendencias conducentes a la autorrealización (definida como realización creciente de las potencialidades, capacidades y talentos; como cumplimiento de la misión o llamada, destino, vocación; como conocimiento y aceptación más plenos de la naturaleza intrínseca propia y como tendencia constante hacia la unidad, integración o sinergia internas".

4 Julio Boltvinik, "Elementos para la crítica de la economía política de la pobreza", Desacatos, N° 23, enero-abril de 2007 (en prensa)

 

  

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16 FEBRERO DE 2007

Los límites de la satisfacción/ VII

Teoría crítica, cinismo y distinción entre necesidades y apetencias

La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puedeequilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente

El tercer patrón en el análisis de las necesidades que William Leiss1 (WL) aborda es la bifurcación que se produce al responder a la pregunta sobre la existencia de formas distorsionadas de expresión y satisfacción de las necesidades: por un lado, la corriente conductista (Katona) adopta un enfoque descriptivo de acciones observables sin emitir juicio alguno sobre si son o no distorsionadas, y por el otro lado el enfoque crítico (Fromm, Marcuse) que busca establecer un estándar objetivo (como la enfermedad física y mental) que permita distinguir las necesidades objetivas de las necesidades/apetencias artificiales creadas a través de presiones sociales como la publicidad. La corriente conductista responde que se trata de una distinción injusta porque todas las apetencias surgen de un condicionamiento social en todas las culturas. En una primera afirmación cínica WL añade: "Mientras la mayor parte de las personas continúen funcionando dentro de parámetros aceptados de normalidad no hay bases para sostener que el proceso está inculcando falsas necesidades" (pp. 58-59).

El nivel tan masivo de publicidad en las sociedades capitalistas modernas parece darle un aire de plausibilidad a la distinción entre falsas y verdaderas necesidades, porque si no fuese así, ¿para qué habría de ser necesario un esfuerzo de persuasión tan intensivo?, señala WL y utiliza un argumento del propio Marcuse para darle la vuelta a esta rotunda verdad: si el proceso de socialización es tan intenso que los imperativos de la economía capitalista (expansión constante de las mercancías) "son internalizados como profundas necesidades sentidas en la experiencia de los individuos, como ha argumentado Marcuse", se pone en duda que puedan describirse como falsas necesidades y se refuerza la hipótesis conductista. Pero añade que entonces sería posible sostener que el "todo es falso", que todo el sistema de necesidades frustra el desarrollo de individuos autónomos, autorrealizadores". Y con una segunda afirmación cínica contesta: "Bien puede ser un sistema inherentemente auto-destructivo, pero sólo su colapso general verificaría la hipótesis" (p. 59). Con este cinismo podría decir lo mismo de Un mundo feliz, de Huxley: "si no se colapsa, si funciona, está bien". Abundando en la misma línea argumental pone en duda aseveraciones como la de Fromm de que el "estudio del hombre" proveerá los criterios objetivos para juzgar la autenticidad de las necesidades sentidas, con el argumento de que "los filósofos morales autoritarios, especialmente en sus variantes religiosas, tenían la misma pretensión", y que los propios autores críticos reconocen que "no hay un estándar objetivo universalmente aplicable". Sin embargo, WL no da pruebas de este supuesto reconocimiento que no he encontrado en mis lecturas de Fromm. Por otra parte, es claro que no podemos igualar la actitud abierta del sicoanálisis humanista a la (usualmente) cerrada y dogmática de las religiones.

 

  

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Pero WL quiere que se le considere parte de la teoría crítica y por ello matiza sus cínicas declaraciones, señalando que la "fortaleza del punto de vista crítico consiste en su examen detallado del proceso de condicionamiento". Añade que "las apetencias no son condicionadas socialmente en un vacío", sino "resultado de los intereses diferenciales de clase y de las relaciones de poder". Si antes había dado señales de coincidir con el pensamiento conductista, ahora recula y pone en duda el argumento central de éstos (que marqué con cursivas en el primer párrafo de esta entrega): "Señalar solamente que todas las apetencias son socialmente condicionadas no nos dice nada" (p. 60). La contribución valiosa, continúa, de la perspectiva crítica es su insistencia en que la formación de necesidades sólo puede ser entendida como el resultado de la interacción dinámica entre la sicología individual y los intereses socioeconómicos".

Con estos matices pasa a cerrar su valoración de los tres patrones recurrentes de las teorías de las necesidades: salvo la perspectiva crítica, los demás enfoques no son útiles para "evaluar el problema de la satisfacción en el mercado de alta intensidad". Dicho esto define su postura afiliándose a la perspectiva crítica de la que en mi opinión está muy lejos: "El enfoque del problema de las necesidades que he adoptado en este ensayo es una modificación de la perspectiva crítica", que consiste en reemplazar la distinción entre necesidades reales y falsas (o apetencias) por el estado de confusión de las personas sobre sus necesidades.

Dicho esto, examina la distinción entre necesidades y apetencias (wants). Presenta como argumento central de los defensores de la misma que "necesitar es un estado objetivo del ser y apetecer un sentimiento subjetivo". En una nota cita la siguiente frase de W. D. Hudson (La filosofía moral contemporánea, Alianza Editorial, Madrid, 1975/1987): "cualquier cosa (lógicamente) puede ser apetecida por sí misma; pero ninguna cosa puede (lógicamente) ser necesitada por sí misma". Esta afirmación está muy cerca del siguiente comentario que hice en la tercera entrega de esta serie (19/2/07): "Mientras la satisfacción de necesidades siempre puede verse como un medio para evitar el daño que derivaría de la insatisfacción o para crear las condiciones del florecimiento humano... en muchas apetencias (wants) es imposible encontrar objetivos ulteriores. Si se me apetece un helado, el objetivo de esta apetencia es satisfacer la apetencia misma..." WL se percata de la fuerza del argumento de Hudson y, como no puede refutarlo, se sale por la tangente: "No estoy persuadido que este tipo de distinciones formales pueda ayudar a resolver el problema social práctico que ha sido esbozado en este ensayo" (p. 140). Al no poder ganar la discusión central, si la distinción entre necesidades y apetencias es válida (Hudson demuestra que es una distinción lógicamente necesaria), cambia de terreno y pone en duda la utilidad de la distinción para un propósito específico. Suponiendo, sin conceder que tuviese razón sobre este último asunto, no se puede invalidar una distinción por ello. Añade otro argumento a favor de la distinción: "puesto que las apetencias surgen de nuestros estados internos de sentimientos, presumiblemente siempre sabemos lo que queremos; pero puesto que las necesidades son requerimientos objetivos es posible que no sepamos lo que necesitamos" (p. 61), lo cual coincide con la postura de David Wiggins (Needs, Values, Truth, Clarendon Press, Oxford, GB, 2002), quien ha sostenido que necesitar, a diferencia de apetecer, es un verbo involuntario.

WL no refuta ninguno de los argumentos precedentes; en cambio, busca un flanco por el cual atacar y encuentra la siguiente línea argumental. Se refiere a los requerimientos fisiológicos para sostener que:

 

  

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"...el nivel de abstracción vuelve el argumento trivial. Lo que el organismo individual objetivamente requiere es una ingesta nutricional mínima, condiciones apropiadas para retener o disipar calor corporal, y experiencias de socialización para mantener la cohesión social en animales sociales como el hombre. Estas son las 'necesidades existenciales' de todos.... [y] pueden satisfacerse de la manera más eficiente en un marco brutalmente simplificado y organizado para tal propósito... [como] en la famosa novela antiutópica We (Nosotros), de Zamyatin, en la cual se asegura a todos los nutrientes necesarios y el refugio para sostener la vida. El único nutriente es un derivado del petróleo, sin embargo, y el refugio consiste en un cubículo pequeño de paredes de vidrio amueblado de manera idéntica para todos. Las 'necesidades' de todos son así satisfechas y el proceso de condicionamiento...asegura que ninguna apetencia emerja que las trascienda" (p. 62).

Nótese que las "necesidades existenciales" se reducen sólo a las fisiológicas más y a la necesidad grupal de cohesión social; y que en la ilustración antiutópica, las necesidades son sólo las fisiológicas. Necesidades humanas tan básicas, como el amor, pueden ser eliminadas socialmente no sólo en la fantasía, sino en la realidad (no sin grave costo). Así lo ilustran Margaret Mead y Gregory Bateson que en Bali encontraron una población que a base de prácticas de socialización brutales desde la primera infancia extirpa las necesidades emocionales, instiga en las personas el miedo a las emociones reales y las sustituye con su teatralización (Balinese Character. A Photographic Analysis, Nueva York, 1942). WL se equivoca al pensar que en la sociedad imaginaria de We sólo se impide que emerjan apetencias; una sociedad así reprime también muchas necesidades, como en Bali.

Una vez expuesto su ejemplo, WL se da cuenta de las objeciones que pueden hacérsele, trata de rebatirlas y concluye así su argumento contra la distinción entre necesidades y apetencias:

"la ilustración puede ser considerada injusta, una simple reducción al absurdo. No creo que lo sea porque muestra que el problema real sobre la satisfacción de las necesidades humanas surge sólo cuando abandonamos las categorías abstractas de alimento, ropa y refugio... cuando estudiamos cómo las necesidades objetivas de la existencia humana son filtradas por los procesos simbólicos de la cultura y por las percepciones individuales... en la zona nebulosa en la cual las dimensiones objetiva y subjetiva se encuentran. Es trivial calcular la necesidad de alimento en términos de requerimientos nutricionales mínimos... La cuestión importante es: qué clase de alimentos, en qué formas, con qué calidades... Si intentamos contestar estas preguntas, la distinción entre necesidades como requerimientos objetivos y apetencias como estados subjetivos se viene abajo... Lo que es perjudicial acerca del intento de demarcación entre necesidades y apetencias es que nos hace mirar la esfera de las necesidades básicamente como un problema cuantitativo: cada persona necesita un cierto monto de nutrientes, refugio, espacio, y servicios sociales... [lo que] se refleja en algunas de las políticas del estado de bienestar existente: alimentos a granel para los pobres, la gris uniformidad de los proyectos públicos de vivienda...

Si el método aplicado en el ejemplo de We fuese válido para demoler la distinción necesidades/apetencias, podríamos también aplicarlo para demoler la distinción pobres/no pobres utilizando como caricatura (tristemente real) la línea de pobreza (LP) del Banco Mundial (BM), que, en el mejor de los casos, permite la adquisición de una dieta casi tan monótona (aunque no tan repulsiva) como la de We, pero no permite satisfacer

 

  

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ninguna otra necesidad. La reducción al absurdo es en ambos casos la misma. Lo que logra la LP del BM es desacreditar el concepto de pobreza, como We logra desacreditar el concepto de necesidades. Pero las malas aplicaciones de un concepto no lo hacen desaparecer ni fusionarse con otro. Por otra parte, la uniformidad de los satisfactores provistos por los estados de bienestar no es atribuible a la distinción entre necesidades y apetencias. Una diferencia adicional (estrechamente vinculada con la frase de Hudson) entre necesidades y apetencias es que mientras la frase "quiero un helado" tiene mucho sentido, la frase "necesito un helado" no la tiene porque el helado se apetece por sí mismo. El concepto de necesidades, dado que es abstracto (si lo queremos concretar demasiado pierde todo sentido, como en la frase del helado), requiere ser complementado con el de satisfactores, que es más concreto (y aun como apuntan Max Neef y coautores en Desarrollo a escala humana, en muchos casos con el de bienes y servicios específicos). En cambio las apetencias son siempre concretas: son apetencias de bienes u otros satisfactores concretos. Es en los satisfactores donde reside, en gran medida, la calidad que WL cree que abandonamos cuando hablamos de necesidades; pero él rechaza la posibilidad de distinguir necesidades de satisfactores. Al especificar los satisfactores es cuando definimos la calidad de la satisfacción.

1 The Limits to Satisfaction. An Essay on the Problem of Needs and Commodities, Mc Gill Queens University Press, Kingston y Montreal, 1976/1979/1988. En las dos entregas previas de esta serie he analizado los otros dos patrones: el que distingue necesidades biológicas de culturales (2/2/06) y el que establece una jerarquía de necesidades (9/2/06).

 

  

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23 FEBRERO DE 2007

Los límites de la satisfacción/ VIII

Leiss prefiere la subjetividad de la utilidad a la objetividad del valor de uso

La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente

Después de haber analizado y criticado las tendencias de las teorías sobre las necesidades humanas, y antes de abordar lo que identifica como el carácter dual del necesitar humano, William Leiss1 recuerda que sus conclusiones sobre el primer aspecto se centran en su rechazo de: la distinción entre necesidades biológicas y culturales; la existencia de una jerarquía de necesidades; la distinción entre necesidades y apetencias; y la formulación de una lista de necesidades auténticas para nuestra sociedad.

Para entender el problema de la satisfacción en el mercado de alta intensidad sólo necesitamos, continúa el autor, la hipótesis del dualismo del necesitar humano: todas las necesidades tienen un "correlato" (dimensión) material y uno simbólico. Sin embargo, parece percatarse de las dificultades en que se mete al postular que todas las necesidades tienen una dimensión material ("intercambio constante de sustancias orgánicas e inorgánicas gobernado por la estructura de la naturaleza") y recurre a la siguiente pirueta verbal creyendo salir airoso: "Incluso si uno concibiese, por ejemplo, la contemplación espiritual entre las necesidades de la humanidad, uno debe reconocer que esta necesidad sólo puede expresarse en una relación intrínseca con todo el 'sistema de necesidades'" (p. 64).

Explica el "correlato" simbólico así: "los intercambios materiales de la vida son mediados (esto es, interpretados a través de la transformación cultural o reflexiva de los impulsos) mediante elaborados patrones de interacción social". Y añade, correctamente, que ninguno de los dos correlatos puede ser reducido o colapsado en el otro; y que tampoco, en su opinión (y en contra de autores como Baudrillard), pueden ser separados de manera que se pudiera identificar un orden simbólico divorciado de la esfera de la economía política.

En el marco de una reflexión sobre la evolución a largo plazo de la humanidad señala: "la complejidad del necesitar humano es inherente a los orígenes de la especie humana; no es en sí misma el resultado del desarrollo histórico o cultural, sino que es la presuposición necesaria para dicho proceso" (p. 65). Esta percepción parece compatible con una visión universalista de las necesidades humanas en las que éstas son radicalmente distintas de las apetencias. Sin embargo, para Leiss lo inherente, lo innato a la especie, no son tanto las necesidades sino la capacidad simbolizadora del cerebro humano. Esta capacidad la convierte, entonces, en el motor de la historia (invirtiendo a Marx) y explica desarrollos de las fuerzas productivas como la construcción, las artesanías, la agricultura, como aplicaciones instrumentales de tal capacidad simbolizadora. Con esta visión recorre el desarrollo de las sociedades humanas desde la cacería-recolección hasta el mercado de alta intensidad de nuestro tiempo. Señala que la mayor especialización del trabajo y del

 

  

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intercambio de mercancías y el incremento en los bienes tiende a cambiar el ámbito de la mediación de necesidades del dominio no material (mitos, leyendas, tabúes) al dominio material (objetos físicos) (p. 66). Así Leiss llega a una paradoja de la que no se percata: la dualidad material-simbólica del necesitar (en la cual lo simbólico es la transformación cultural de los impulsos materiales) ahora ha quedado incorporado en los bienes materiales mismos. Esto llega a su punto máximo en la economía de mercado actual, en la cual la tendencia es "incorporar exclusivamente en objetos materiales la red de mediaciones simbólicas que le dan forma al carácter del necesitar humano (o de manera más precisa, orientar las necesidades totalmente hacia mercancías)".

Más adelante reafirma la paradoja al señalar: "las mercancías son cosas destinadas a satisfacer las necesidades, y por tanto la dualidad de correlatos materiales y simbólicos está incorporada en ellas, junto con el carácter ambiguo del necesitar asociado con ella que se intensifica en la economía de mercado de gran escala (p. 67).

Leiss vuelve sobre las mercancías y señala que éstas no son simplemente cosas materiales, sino entidades material-simbólicas, es decir, cosas que incorporan conjuntos complejos de mensajes y características. Los mensajes incorporados, añade, ofrecen sugerencias a los compradores sobre lo apropiado de las mercancías para sus necesidades. Sostiene que la teoría de las mercancías que se desarrolló del siglo XVIII al XX gradualmente logró mayor claridad sobre el funcionamiento de este proceso, lo que no coincide con la visión crítica de la teoría neoclásica dominante. Aborda asimismo la evolución del pensamiento económico en torno a la distinción entre valor de uso y valor de cambio. Citando a Walter Weisskopf, quien sostiene que los economistas clásicos concibieron que el valor de cambio era el concepto central de un orden económico en el cual la gente debe esforzarse al máximo para acumular capital y en el cual la satisfacción de necesidades es un propósito incidental; y que, en cambio, el valor de uso estaba enraizado en una época pasada, pues presuponía la existencia de estándares objetivos para evaluar lo apropiado de una cosa para las necesidades de las personas y que, por ello, el concepto de valor de uso recibió menos y menos atención en la economía neoclásica durante el siglo XIX (pp. 74-75). Está aquí implícita la diferencia entre la utilidad (subjetiva) atribuida a un bien por cada individuo y el valor de uso (propiedades objetivas de los bienes en relación con las necesidades objetivas de los individuos). Vista así la evolución de la economía neoclásica no es la evolución hacia una mayor claridad, como cree Leiss, sino la fuga a lo subjetivo particular que el permite eludir los valores.

Señala que Marx no estuvo de acuerdo en que el concepto de valor de uso pudiese ser rechazado sumariamente. Después de un largo pasaje sobre la visión de Marx sobre el desarrollo de la producción de mercancías en el capitalismo que resalta el carácter paradójico de éste, que por un lado desarrolla al ser humano y por otro lo aliena, critica al autor de El capital por "subestimar la importancia de las mediaciones simbólicas", lo que lo habría llevado a "atribuir una cualidad inequívoca e intrínseca al valor de uso de los bienes" (p. 77). Pero la percepción de la utilidad de las cosas relacionadas con las necesidades como alimentación y vestido, dice Leiss, "está condicionada por mediaciones culturales o simbólicas; si esto es correcto, entonces ninguna mercancía tiene un carácter objetivo, inequívoco, que surja solamente de sus atributos materiales" (p. 77). Esta es, sin duda, una tesis central de todo su libro: negar la objetividad de los valores de uso. Olvida que los valores de uso son producidos por el ser humano. Que los vasos son producidos por los seres humanos para que en ellos se beban líquidos y sirven inequívocamente para beber líquidos, al igual que las sillas sirven para sentarse. Que si la carne de res, por creencias religiosas no es aceptable para el consumo humano en India, no se produce ni

 

  

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se pone a la venta, pues no existe la mercancía carne de res en dicho país. Evidentemente los atributos materiales de un bien no bastan para hacer de él un valor de uso: tiene que ser apto para satisfacer las necesidades en una cultura determinada que establece ciertas prohibiciones y delimita lo que es aceptable y no aceptable.

Leiss insiste en separar utilidad de valor de uso. Dice que un resultado del desarrollo de la economía neoclásica fue la negación explícita que la utilidad o carácter útil sea una propiedad intrínseca de las mercancías mismas. Y cita a Jevons, uno de los fundadores de la teoría neoclásica: "En primer lugar, la utilidad, a pesar de ser una cualidad de las cosas, no es una cualidad inherente. Se describe mejor como una circunstancia de las cosas que surge de su relación con los requerimientos del hombre". Jevons establece en la cia, como acepta Leiss, que la utilidad es una relación. En efecto, el vaso sólo se convierte en tal cuando se le usa para beber. Es evidente que, en esta cita, Jevons no adopta una postura subjetivista total, lo que Leiss le reclama cuando añade que desarrollos posteriores (sin especificar cuáles, pero seguramente refiriéndose a los de la propia teoría neoclásica del consumidor) mostraron que concebir la utilidad como una relación entre personas y cosas todavía no hacía justicia a las sutilezas involucradas en la articulación y satisfacción de necesidades" (p. 78). Pero Leiss se pregunta por qué Jevons dice que la utilidad es una cualidad, aunque no sea inherente, de las cosas y contesta eliminando toda propiedad de los valores de uso y transformándolo en un asunto del deseo: "la respuesta es que cualquier cosa puede tener el atributo de utilidad adscrito dependiendo de las circunstancias" (la medicina y el placebo son lo mismo). Y añade, mostrando su rostro neoclásico: "Cualquier cosa que es deseada tiene utilidad (en un grado decreciente y en proporción relativa a otras cosas deseadas)... No le corresponde al economista juzgar sobre las peculiaridades del deseo..." (p. 78).

Introduce el concepto de características objetivas de los bienes (de los alimentos, por ejemplo, las centrales son los nutrientes), desarrollado por Kelvin Lancaster, quien sostiene que los consumidores no buscan conjuntos de bienes, sino de características, sólo para sostener que esta teoría puede ser modificada y concebir la mercancía como una unidad compleja de características objetivas e imputadas (las que los consumidores creen que están presentes en los bienes y que surgen de los mensajes múltiples de la publicidad y de las opiniones de otras personas). Estos mensajes constituyen, añade, los aspectos de los bienes que son determinados simbólica o culturalmente. Esto lo lleva a concluir que las mercancías no son "objetos" simples u obvios, sino más bien colecciones temporales de características objetivas e imputadas -es decir, complejas entidades material-simbólicas (pp. 81-82). Al final tenemos que la mediación simbólica es la publicidad. Los mensajes publicitarios se incorporan en los bienes y las personas consumen fantasías de los diseñadores de la publicidad.

Leiss explica que en el mercado de alta intensidad hay una tendencia inherente a que los individuos desarrollen una fijación exclusiva en los objetos materiales y en los servicios asociados (la identificación completa de necesidades y mercancías) a expensas de una mezcla más equilibrada de intercambio mercantil por un lado, y por el otro relaciones interpersonales no mediadas a través de procesos de mercado. Además muestra que esto se refleja en lo que escriben los teóricos y ejemplifica con un estudio que sugiere que las interacciones familiares y los arreglos maritales pueden ser concebidos como una actividad de mercado, en el cual los conceptos de utilidad y ordenamiento de preferencias son utilizados para entender las relaciones entre los servicios proveídos y requeridos por cada miembro de la familia.

 

  

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Concluye esta sección preguntando si los consumidores influidos por la publicidad que asocia sentimientos de felicidad a productos tan pedestres como jabones o grasa para calzado revelan así un estado patológico de objetivación del deseo (la aceptación de burdas exageraciones de la importancia de tantas mercancías para la satisfacción de las necesidades). Su respuesta es cínica: si los individuos siguen funcionando no tenemos bases para atribuir tal patología (pp. 84-85).

1 William Leiss, The Limits to satisfaction. An Essay on the Problem of Needs and Commodities, Mc Gill Queens University, Kingston y Montreal, 1976/1979/1988.

 

  

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MARZO

02 MARZO DE 2007

Los límites de la satisfacción/ IX y último

Leiss: necesidades y satisfactores se fusionan y pierden su identidad

La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente

n el espacio final de su libro dedicado al tema que nos ocupa, William Leiss (WL) sostiene que ha reformulado la perspectiva crítica, sustituyendo la idea de las falsas necesidades por la de la confusión sobre la adecuación de los bienes para la satisfacción de las necesidades. Califica de estado patológico de la objetivación del deseo al hecho (supuesto pero no probado) que las imágenes fantasiosas de la publicidad, que asocian productos tan pedestres como jabón para la ropa o grasa para el calzado, con sentimientos de felicidad, desempeñen un papel significativo en la conducta de los consumidores. Pero advierte que un crítico amistoso nos recordaría que el énfasis puesto en este libro sobre la dimensión simbólica de las necesidades parece inconsistente con este juicio, pues si la mayoría de los individuos responden positivamente a estos mensajes y continúan funcionando efectivamente en este contexto, ¿dónde están las bases para atribuir tal patología? (pp. 85-86)1. A esta hipotética objeción, Leiss responde que la crítica puede describir los aspectos negativos de la economía de mercado basándose en la tesis de la transformación de muchas mercancías en entidades ambiguas. Antes de presentar tales aspectos menciona algunos rasgos del modo de producción capitalista, incluyendo la alienación y la explotación, y advierte que con la creciente riqueza y productividad lograda en el siglo XX estos rasgos no cambiaron, que lo nuevo fue: a) la necesidad de estimular y administrar el crecimiento de la esfera del consumo mediante la publicidad y el crédito al consumidor; b) el creciente número y complejidad de los bienes disponibles; c) la interpretación individual creciente del bien-estar exclusivamente en términos de niveles más altos de consumo. El propósito de este ensayo, señala, ha sido definir un marco adecuado para entender qué efectos tienen estos cambios, aislando los aspectos negativos de la circulación intensificada de mercancías de la explotación y la alienación del trabajo. Es un examen de los siguientes problemas (o efectos negativos) que surgen cuando el esfuerzo de satisfacción de necesidades se orienta sólo al ámbito del consumo: 1) fragmentación y desestabilización de las categorías del necesitar; 2) la dificultad de acoplar las cualidades de las necesidades con las características de los bienes; 3) creciente indiferencia respecto de la dimensión cualitativa de las necesidades; y 4) un creciente riesgo ambiental para los individuos y la sociedad en su conjunto. Examinemos cada uno.

1) Cuando los bienes se vuelven colecciones cambiantes de características, se desestabiliza los juicios de los individuos sobre el acoplamiento entre bienes y necesidades. Las características de los bienes, argumenta, son distribuidas y redistribuidas entre categorías de necesidades, experiencias y objetos. Por ejemplo, añade, se dice que el sabor de menta en un cigarrillo es 'como' la llegada de la primavera

 

  

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y la adquisición de un cierto automóvil 'como' adquirir una nueva personalidad.2 De aquí deriva WL, como si lógicamente se desprendiera de las premisas anteriores, lo que no ocurre, lo siguiente: "Por tanto, la expresión de la necesidad misma es progresivamente fragmentada en pedazos más y más pequeños, que son entonces recombinados en respuesta a las claves del mercado en patrones que son temporales, fluidos e inestables" (p.88). Todo lo anterior hace muy difícil o imposible que los individuos desarrollen un conjunto coherente de objetivos para sus necesidades y, por tanto, que juzguen sobre la adecuación de bienes particulares para ellos, concluye.

Ni los ejemplos publicitarios anteriores ni los que provee más adelante (que muestran imágenes tradicionales de felicidad: de lo rural, de la vida familiar, de habilidades artesanales) se asocian con la fragmentación de las necesidades sino más bien con su mistificación. WL toma, además, los mensajes publicitarios como si fuesen de cumplimiento obligatorio: características imputadas a los bienes que los consumidores tuviesen que adoptar como guía de su comportamiento: fuman cigarrillos de menta para sentirse en la llegada de la primavera y compran el automóvil para tener una nueva personalidad. En la segunda entrega de esta serie (Economía Moral 12/01/07) presenté otra línea argumental de WL para fundar su aserto sobre la fragmentación de las necesidades mucho más verosímil, derivada de la proliferación de productos y que ejemplifica con los asociados a lograr una mejor apariencia (y mejor aroma): "Pelo, cara boca, ojos, manos, axilas, cuello, entrepierna, piernas y pies, señala WL, todos requieren la aplicación de mezclas químicas distintas y específicas, que en conjunto hacen del propio cuerpo algo agradable para otros y, por tanto, un medio de ganar su preferencia" (p.18). Aunque es mucho más sólida esta referencia a la producción, su aplicabilidad podría no ser general (la solución a la necesidad de transporte está dominada por el automóvil), y puesto que WL quiere argumentar que todas las necesidades se fragmentan, ello podría explicar que abandone dicha línea argumental a favor de esta que supone la atribución de poderes supremos a la publicidad.

2) El éxito de la ética de consumo promovida depende de la desestabilización de las categorías del necesitar, sostiene WL. Los mensajes de la publicidad asocian imágenes de bienestar (con frecuencia vinculadas con ambientes naturales, familiares y artesanales ya casi desaparecidos) con productos sin relación alguna con ellas, para tratar de transferir los sentimientos positivos al producto. Los mensajes juegan con la ambigüedad de deseos contradictorios: las imágenes tradicionales y los productos modernos. Pero WL vuelve sobre la fragmentación de necesidades y señala que ésta mina el sentido de bienestar estable inducido por las imágenes tradicionales. El bien-estar, que surge del acoplamiento entre necesidades y características del objeto (como se perciben en la situación social dada y no las características objetivas, según WL, con lo cual los placebos son igualmente eficaces para generar bien-estar como los medicamentos) se hace cada vez más difícil en las circunstancias actuales (p.89). Nuevamente, todos los ejemplos publicitarios enunciados por WL, lejos de fragmentar parecerían transmitir un único mensaje: el consumo produce la felicidad. Pero además, cuando añade que "cada una de las características de los bienes es distribuida entre categorías muy dispares de bienes", queda claro que ya sólo está hablando de las características imputadas en los mensajes publicitarios y no de las características objetivas de los bienes (no se pueden atribuir características nutricionales a los automóviles). Como los consumidores no viven en un mundo virtual, tienen experiencias de consumo que les permiten percatarse que ni al fumar un cigarrillo de menta sienten la llegada de la primavera, ni al comprar el auto anunciado adquieren otra personalidad.

 

  

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3) Esta gran ambigüedad impele a los individuos a buscar la satisfacción más extensivamente, pero ésta sería inalcanzable según WL pues dicha búsqueda es la representación adecuada de la insaciabilidad de las apetencias. Seríamos testigos de un auto-experimento masivo por parte de los individuos. Pero la expansión de las apetencias se enfrenta con dos elementos escasos: la información sobre los bienes y el tiempo de las personas3, que obligan al consumidor a poner menos y menos atención a cada objeto. El individuo se vuelve más y más indiferente a los matices de las apetencias y de los objetos. La intensidad del necesitar sufre ante la extensión de la búsqueda. Pero la indiferencia respecto de las cualidades de los objetos, y la insignificancia de nuestro apego a ellos es sólo el otro lado de la frivolidad y trivialidad creciente de nuestras necesidades, concluye WL. (p.90) Como se aprecia es una crítica severa y certera que, sin embargo, entra en contradicción con la insistencia de Leiss que no podemos distinguir necesidades de apetencias. ¿Desde qué marco normativo sería posible entonces calificar de frívolas y triviales sus apetencias insaciables?

4) Asistimos además a un auto-experimento masivo de las sociedades industrializadas, que juegan con el medio ambiente, juego que puede dañar el futuro biológico de la especie humana. Todo ello por satisfacer necesidades frívolas, dice WL. En esto último se equivoca: el propósito que se persigue no es la satisfacción de apetencias, sino la acumulación de ganancia y capital.

A diferencia de la estabilidad de la interpretación de necesidades y del significado de los objetos que se establecen a través de los patrones de socialización en las sociedades tradicionales, en las cuales prevalece un conjunto unificado de mediaciones simbólicas, en la economía de mercado, sostiene WL, el mercado es tanto el agente principal a través del cual las mediaciones simbólicas son canalizadas como el marco de referencia principal que define el modelo de conducta racional para los individuos. Aquí ya no hay unidad de mediaciones simbólicas, pero a pesar del carácter crecientemente azaroso de las decisiones individuales éstas no están desestructuradas, pues la "cohesión del todo se mantiene a través del patrón de socialización dominante que estimula a las personas a interpretar sus necesidades solamente como necesidades de mercancías" (p.92). Y vuelve al asunto de la fragmentación de las necesidades, pero ahora para derivar una tesis muy fuerte:

La fragmentación de necesidades está en relación recíproca con la disolución de las mercancías como objetos determinados. Ambos lados de esta relación han sido siempre inherentemente inestables;... (pero) en el ritmo furioso de los intercambios diarios (en el mercado de alta intensidad) cada lado tiende a colapsar en el otro y perder su identidad independiente. La esfera de las necesidades se vuelve idéntica al rango de posibles objetos, mientras la naturaleza del objeto mismo pasa a ser en gran medida función del estado sicológico de quienes lo desean. Surge así la posibilidad de la simulación extensiva de la experiencia a través de la manipulación de mensajes sobre las cosas. (p.93)

En las palabras que he marcado en cursivas está la tesis de Leiss sobre la imposibilidad de distinguir entre necesidades y satisfactores de las necesidades, lo cual equivale a la no distinción entre el sujeto (que vive las necesidades) y el objeto (que puede satisfacerlas). La propia crema para el cuello sería la portadora de la apetencia de la crema para el cuello. El cuello y la crema serían la misma cosa. En esta confusión, uno se pregunta ¿quién untaría la crema? ¿o más bien si la crema es untable en el cuello o el cuello es

 

  

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untable en la crema? El libro de Leiss está lleno de contradicciones, pero su lectura es muy estimulante. Logra una crítica severa de la sociedad de consumo pero la lleva a cabo poniendo en duda las distinciones de necesidades/apetencias y necesidades/satisfactores.

1 El libro de WL que venimos examinando es The Limits to satisfaction. An Essay on the Problem of Needs and Commodities, McGill Queens University, Kingston y Montreal, 1976/1979/1988. En la entrega anterior de esta serie (Economía Moral, 23/02/06), por un error atribuí la afirmación del crítico amistoso a Leiss y la califiqué de cínica. Pido una disculpa al lector y a Leiss.

2 El término características de los bienes lo toma WL de la aportación de Lancaster a la teoría neoclásica del consumidor, que se refiere a las características objetivas de los bienes, por ejemplo a los contenidos nutricionales de los alimentos, o a las características de protección, estabilidad y comodidad de la vivienda. Lancaster sostuvo que los consumidores no buscan bienes sino características y los bienes son proveedores de características. Pero como señalé en la entrega anterior de esta serie WL modifica esta teoría y sostiene que las mercancías son unidades complejas de características objetivas e imputadas, siendo las segundas las que los consumidores creen que están presentes en los bienes y que surgen de los mensajes de la publicidad y de las opiniones de otras personas.

3 Nótese que WL no menciona la escasez de ingresos como freno de esa búsqueda frenética de satisfacción. Esto se explica porque en realidad todo su análisis se refiere, como ya lo hice notar en una entrega previa de esta serie, a la clase opulenta de los países desarrollados "que es concebida en este ensayo como un tipo ideal del estilo de vida de alto consumo" (p.100).

 

  

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09 MARZO DE 2007

Necesidades humanas

Concepto central, empírico y valorativo para la izquierda

La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente

La importancia del concepto de necesidades humanas en las políticas públicas y en la lucha por una sociedad mejor, difícilmente puede exagerarse. Sin embargo, el concepto es rechazado por la teoría neoclásica dominante y minimizado por la mayor parte de los economistas Marxistas. Para fundamentar las necesidades humanas es necesario reflexionar sobre la esencia humana. György Márkus (véanse todas las referencias al final del artículo) ha sistematizado la visión de Marx al respecto: el ser humano se distingue del animal porque su actividad vital, el trabajo, se orienta de manera mediada a la satisfacción de necesidades (animal que fabrica herramientas con las cuales produce otras herramientas o sus satisfactores), lo que convierte al hombre en ser natural universal, capaz de transformar en objetos de sus necesidades y de su actividad toda la naturaleza, al hacer lo cual desarrolla sus necesidades y capacidades humanas (fuerzas esenciales humanas) y se hace a sí mismo (ser histórico-universal). El trabajo da lugar a la ruptura de la fusión animal de sujeto (necesidades) y objeto, haciendo posible la conciencia y la auto-conciencia humanas, que tienden a la universalidad (ser conciente universal). En el trabajo (pero no sólo en él) están dadas las condiciones del ser humano como ser social (no puede llevar una vida humana más que en su relación con los demás): el trabajo es social porque los hombres trabajan los unos para los otros con medios y capacidades producidos por las generaciones anteriores (ente social universal). También es un ser libre que puede realizar en su vida las posibilidades objetivas, generadas por la evolución social, con base en su decisión conciente. La libertad debe ser entendida tanto en el sentido negativo: libertad de determinaciones y relaciones, como en el sentido positivo: dominio sobre las fuerzas naturales y desarrollo de la creatividad humana, de las fuerzas esenciales humanas. En síntesis, los rasgos esenciales del ser humano, ligados entre sí, son: a) su actividad vital es el trabajo; b) es un ser conciente; c) es un ser social; d) es un ser que tiende a la universalidad, lo que se manifiesta en los tres rasgos anteriores y que lo constituyen como ente: natural-histórico-universal, social-universal y con conciencia universal; y e) es un ser libre.

Según Maslow las necesidades humanas son instintoides, ya que de los tres elementos del instinto (impulso, actividad, objeto), el hombre sólo hereda el primero y debe aprender los otros dos. Según Fromm, en un cierto punto de la evolución la vida adquirió conciencia de sí misma y la acción dejó de estar determinada por instintos. Esta ruptura del dominio por el instinto presente en ambos autores coincide con la ruptura que supone el trabajo como actividad mediada, ya que la 'fabricación de herramientas' es una actividad no instintiva. Son dos aspectos de la misma ruptura que supone un gran salto en términos de libertad y resulta clave para entender la esencia humana.

 

  

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Según Marx, las necesidades (salvo las biológicas originarias) son históricas, tan producidas como los productos y las capacidades; la producción no sólo crea el objeto de consumo, sino el modo de consumo, el impulso de consumo y el consumidor mismo. "La génesis del hombre es en el fondo la génesis de las necesidades", ha dicho Agnes Heller. Podríamos añadir que el desarrollo del ser humano es el desarrollo de sus necesidades y capacidades. El carácter histórico de las necesidades se manifiesta en la humanización de las biológicas y en la creación de nuevas necesidades sin raíz biológica: aprendizaje y necesidades estética y científica. Esta visión contrasta con la dominante o neoclásica que sostiene que la producción cumple una función meramente instrumental al servicio del consumidor soberano y sus preferencias preexistentes (Jerome Rothenberg). Wiggins ha distinguido entre necesidades y apetencias o deseos, y ha definido rigurosamente lo necesitado (satisfactores) y las necesidades. En los tres párrafos siguientes expongo sus ideas y hago concurrir la de otros autores.

Sobre la distinción entre necesidades y deseos. Wiggins sostiene que las necesidades no son deseos (o preferencias) fuertes o inconcientes, ya que mientras necesitar no es un verbo intencional y no depende del pensamiento, desear es un verbo intencional que sí depende del pensamiento. Así, si necesito algo porque es F, tiene que ser realmente F sin importar que yo crea o no que es F, mientras que si uno quiere algo porque es F, uno cree o sospecha que es F (sin importar que lo sea en realidad). Doyal y Gough (DyG) distinguen entre necesidades objetivas, concebidas como propósitos universalmente ligados a evitar el serio daño y apetencias subjetivas que no lo son.

Sobre necesidad y daño a los seres humanos. La fuerza especial del término y el carácter normativo de las necesidades (no instrumentales, sino absolutas o categóricas) viene del carácter fijo, no controversial, y que no requiere ser explicitado, de su propósito: evitar el daño a los seres humanos, señala Wiggins, quien distingue entre necesidades instrumentales (vg. necesito dos mil pesos para comprarme un traje) y las categóricas o absolutas (vg. necesito alimentos). DyG adoptan el concepto similar de serio daño pero aclaran que también podrían haber definido las necesidades en términos del concepto positivo de florecimiento humano y añaden el rasgo de universalidad de las necesidades con el que concuerdan Erich Fromm y Max Neef et al.: "Si aceptamos que todos los seres humanos tienen la misma capacidad para sufrir serio daño o para florecer, concluiremos que todos los individuos tienen necesidades humanas objetivas básicas concebidas como propósitos universalizables". Fromm y Maslow definen el daño como enfermedad física o mental, mientras DyG lo definen como estar fundamentalmente incapacitado para perseguir lo bueno (como la pérdida de la salud física o de la autonomía). Fromm, por ejemplo, identifica en el narcisismo, que en sus formas extremas es la locura (pérdida de contacto con la realidad), el daño que resulta de la insatisfacción de la necesidad de relaciones íntimas.

Sobre la definición de lo necesitado y las necesidades. Lo necesitado lo define Wiggins de la siguiente manera: "una persona necesita X absolutamente, si y sólo si, ante cualquier escenario aceptable en el periodo relevante, resultará dañada si carece de X". Define las necesidades como estados de dependencia (con respecto a no ser dañado) cuyos objetos son lo necesitado. A esta distinción entre necesidades y satisfactores concurren múltiples autores y Max Neef et al. han ido más lejos y distinguen necesidades, satisfactores y bienes: "Los satisfactores no son los bienes económicos disponibles sino que están referidos a todo aquello que, por representar formas de ser, tener, hacer y estar, contribuye a la realización de las necesidades humanas". Otro desarrollo al respecto es la elaboración de tipologías o listas de satisfactores. DyG adoptan tres tipos de satisfactores:

 

  

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objetos, relaciones y actividades. Partiendo de los rasgos de la esencia humana antes discutidos, he derivado la siguiente tipología de satisfactores, que tiene sólo dos diferencias con la anterior al distinguir bienes de servicios e incluir conocimientos y teorías: 1) objetos externos (bienes); 2) servicios; 3) actividades del sujeto; 4) relaciones; 5) información, conocimientos, teorías. A partir de la amplia gama de satisfactores que manejan Max Neef et al. en su "Matriz de necesidades y satisfactores", y previo tamiz crítico, añadí a la tipología anterior: 6) capacidades y 7) instituciones. Estas tipologías contrastan con el hecho que casi todos los economistas, incluido A.Sen, sólo consideran los bienes y servicios.

Como vimos, según Wiggins el término necesidades tiene un carácter normativo. Me parece que ésta es una visión correcta pero insuficiente, pues las necesidades son tanto normativas como factuales. Es decir, constituyen lo que Hilary Putnam ha llamado "conceptos éticos gruesos" en los que la descripción y la valoración se encuentran embrollados o entretejidos, como 'cruel' o 'justo'. Este planteamiento lo ha hecho Putnam como parte de la demolición que ha llevado a cabo de la dicotomía hechos/valores, pilar central del positivismo lógico, y que sirve como freno de la discusión y del pensamiento mismo. "Para usar estos términos con alguna discriminación, dice Putnam, uno tiene que ser capaz de identificarse con imaginación con un punto de vista evaluativo. Es decir, que incluso en el uso descriptivo, estos conceptos dependen de la evaluación."

Al sostener que la descripción factual y la valoración deben estar embrolladas, Putnam derrota las críticas frecuentes que pretenden descalificar un discurso científico porque incorpora valores, con consecuencias enormes. Ilustremos el asunto con dos casos. Primero, la crítica de Ross Fitzgerald a Maslow por incorporar juicios de valor en su discurso científico queda invalidada. Cuando dice: "Hablar de la necesidad de autorrealización es o tautológico o inequívocamente normativo" (es decir, no es sintético o falsificable), se sitúa en la clasificación tripartita de todos los juicios que llevan a cabo los positivistas lógicos: 1) sintéticos o falsificables; 2) analíticos (falsos o verdaderos sobre las bases de la lógica solamente, es decir tautológicos); y 3) sin significado cognitivo (juicios éticos, metafísicos y estéticos). Es decir, sostiene que la afirmación sobre la existencia de la necesidad de autorrealización se ubica en las categorías 2 o 3. Uno de los campos de aplicación más importantes del concepto de necesidades es el del estudio de la pobreza (comúnmente definida como insatisfacción de necesidades o como incapacidad para satisfacerlas). Los economistas defensores de la dicotomía hechos/valores, positivistas lógicos que además rechazan el concepto de necesidades humanas objetivas, y lo sustituyen con el de preferencias, dominan el campo de estudio de la pobreza. Como suponen, como todo positivista lógico, que en materia de valores no puede haber nada racional, suponen que la definición del umbral de pobreza, tarea cargada de valores, es un acto arbitrario del investigador y no puede ser de otra manera, facilitando así la tarea para que el BM y otros de su ralea, que buscan reducir la pobreza medida al mínimo posible, logren su objetivo. Enemigos de los juicios de valor, se mueven de manera muy incómoda en el campo del estudio de la pobreza y lo han empobrecido de la misma manera en la cual Putnam describe que empobrecieron el de la economía del bienestar.1

1 Las referencias bibliográficas citadas en esta entrega son: G. Márkus, Marxismo y 'antropología', Grijalbo, Barcelona, 1974; Abraham Maslow, Motivation and Personality, Addison-Wesley, Nueva York, 1987 (tercera edición); Erich Fromm, Psicoanálisis de la sociedad contemporánea, Fondo de Cultura Económica, México, 1956; Karl Marx, Introducción a la crítica de la economía política (1857), en Elementos fundamentales para la crítica de la economía política, Siglo XXI editores, México, 1971; A. Heller, Teoría de las

 

  

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necesidades en Marx, Península, Barcelona, 1978; J. Rothenberg, "Soberanía del consumidor", Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales, Volumen 3, Aguilar, Madrid, 1974; David Wiggins, Needs, Values, Truth. Essays in the Philosophy of Value, Clarendon Press, Oxford, 2002; Len Doyal y Ian Gough, A Theory of Human Need, MacMillan, Londres, 1991; Manfred max Neef et al. Desarrollo a escala humana. Una opción para el futuro, Número especial de Developemnt Dialogue, Cepaur y Fundación Dag Hammarskjöld, santiago de Chile, 1986; julio Boltvinik, "Elementos para la crítica de la economía política de la pobreza", Desacatos. Revista de antropología social, N° 23, enero-abril, 2007; H. Putnam, The Collapse of the Fact. Value Dichotomy and Other Essays, Harvard University Press, Cambridge, Massachussets, 2002; Ross Fitzgerald, "Abraham Maslow's Hierarchy of Needs-An exposition and Evaluation", en R. Fitzgerald (editor), Human Needs and Politics, Pergamomn Press, Australia, 1977.

 

  

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16 MARZO DE 2007

El capital en su laberinto

La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente

Diálogo con Armando Bartra sobre la persistencia del campesinado

Armando Bartra (AB), referencia obligada en cualquier análisis sobre el campesinado en México, ha reunido y publicado, en una soberbia coedición de Itaca con dos importantes instituciones nuevas: la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria de la Cámara de Diputados, sus ensayos sobre el campesinado y otros temas del agro mexicano escritos a lo largo de 30 años, en el libro El capital en su laberinto. De la renta de la tierra a la renta de la vida. Sin embargo, la portada nos informa de otro subtítulo distinto y menos formal: Ensayos rústicos sobre perversiones agrarias. Aunque la obra circula desde 2006, fue presentada en la feria del libro en el Palacio de Minería el 4 de este mes. Invitado a comentarla, inicié ahí mi parte de un diálogo con AB que continúo hoy en este espacio. La pregunta central de este diálogo es: ¿por qué sobreviven, en (casi) todo el mundo, los campesinos?, ¿por qué no han sido aplastados por el poderoso capitalismo como muchos han vaticinado desde hace más de un siglo?

La respuesta de AB se basa en la renta de la tierra. En la "Presentación" ("De rústicos debates") dialoga con Blanca Rubio, quien en Explotados y excluidos. Los campesinos latinoamericanos en la fase agroexportadora neoliberal sostiene que el neoliberalismo mundial ha erradicado la renta de la tierra. Comenta AB:

"Para quienes pensamos que en los procesos analizados bajo el concepto de renta de la tierra está... el origen de una de las contradicciones básicas y terminales del modo de producción absolutamente mercantil, el anuncio de la muerte de la renta es un acontecimiento trascendente. Veamos por qué. La renta primaria es la diferencial; más aún, la propia renta absoluta es en verdad diferencial, pues se paga en proporción a los rendimientos. Y la renta diferencial es insoslayable cuando de manera regular se venden a un mismo precio bienes iguales pero de costos diferenciados, disparidades que se originan en la diversa respuesta productiva de los recursos naturales. Claro está que esto sucede siempre y cuando la magnitud de la demanda sea tal que haga escasas las calidades más favorables de dichos recursos y obligue a trabajar también en condiciones menos productivas, pues entonces los costos mayores de estas cosechas se impondrán como precios reguladores del mercado y asignarán un sobrepago o renta diferencial a los productores que operan en mejores condiciones. Así entendida, la renta diferencial es consustancial al capitalismo y... privilegia a quienes controlen la producción agropecuaria a costa del resto de los capitales" (pp. 20-21).1

La desaparición de la renta de la tierra la explica AB al señalar que la revolución biotecnológica ha transformado la producción agropecuaria de tal modo que hoy, gracias a la intensificación y los altos rendimientos, la oferta depende mucho menos que antes de

 

  

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las cosechas aportadas por las áreas marginales, por lo cual la renta diferencial está sujeta a una irreversible tendencia decreciente (p. 23).2 AB explica así su afirmación sobre la trascendencia de la muerte de la renta de la tierra, entrando a la pregunta central de nuestro diálogo: "Y es que es ahí, en las perversiones propias de la renta, donde se encuentra una de las razones estructurales de la permanencia y reproducción de la economía campesina en el capitalismo avanzado: el que los productores domésticos puedan ser forzados a trabajar por debajo de la ganancia media y en ocasiones en el simple punto de equilibrio" (p. 21). La tesis se hace más explícita en el siguiente pasaje:

"Y en una agricultura hipertecnificada, de productividades que propenden a la homogeneidad, salen sobrando los pequeños productores capaces de operar en desventaja sacrificando utilidades. Porque si no hay renta diferencial no hay campesinos, pues en la medida en que se pueda abastecer la demanda sin apelar a cosechas de rendimientos estructuralmente desiguales ya no será necesario contrarrestar las onerosas rentas agrícolas a través de productores mercantiles no capitalistas que operan en las peores tierras..." (p. 23)

En las dos últimas citas se expresa claramente la tesis de AB: los campesinos son indispensables como mecanismo amortiguador de la renta de la tierra. Ello es así porque los campesinos, productores mercantiles simples, no persiguen la obtención de utilidades y pueden, por tanto, funcionar y reproducirse con precios menores a los que requeriría una unidad capitalista en las mismas tierras, disminuyendo, por ende, el monto de la renta diferencial.3 Esta función de la economía campesina explicaría su sobrevivencia.

Asimismo aborda con lucidez otro rasgo central de la agricultura:

"la contradicción entre la discontinuidad en los procesos de trabajo agropecuario y la reproducción salarial de la mano de obra, problema que el sistema de mercado absoluto es incapaz de superar, cuando menos de manera ortodoxa. Y es que el capitalismo, que funciona bien con procesos especializados y continuos que hacen rentable el empleo de los medios de producción y la fuerza de trabajo, pasa aceite cuando su consumo es por fuerza sincopado como sucede en la agricultura, sujeta a ciclos naturales y donde los requerimientos de mano de obra se concentran en siembras y cosechas. La estrategia empresarial consiste en externar la contradicción reclutando jornaleros temporales. Pero el sistema no admite exterioridades, y si empleador directo no retribuye más que el tiempo trabajado, la sociedad como un todo tendría que asumir la gravosa reproducción integral de los asalariados estacionales. Por fortuna para el capital global, ahí está la economía doméstica para sustentar mediante la producción de autoconsumo a los jornaleros de tiempo parcial. Al abaratar los costos de las cosechas comerciales, la economía de autoabasto que soporta a los jornaleros estacionales no sólo beneficia a los empresarios del campo; también le resuelve un grave problema al sistema capitalista global" (p. 25).

Y aquí abrió el diálogo conmigo (p. 25): "tan importante es la discontinuidad laboral propia de los cultivos que el economista Julio Boltvinik ubica ahí parte de las asimetrías existentes entre campesinos y agroempresarios, pues mientras los primeros, dice, tienen que asumir los costos de los días no trabajados los segundos no (Economía Moral, La Jornada, 14 de junio de 2002)". AB omite señalar que las ideas desarrolladas en dicha entrega son parte del esbozo de una teoría de la pobreza campesina. Hay un elemento que se le escapa (a pesar de que lo tiene a la vista todo el tiempo): que la sobrevivencia de la economía campesina se explica más por la función de proveedor de mano de obra

 

  

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temporal (estacional) y barata, sin la cual el capitalismo en la agricultura es inconcebible, que por suavizar la renta diferencial de la tierra.

En el capítulo "Marx, necesario pero insuficiente", AB pone lado a lado las contradicciones en el mercado de productos agropecuarios, ocasionadas por los distintos rendimientos con que se obtienen diferentes porciones de una misma clase de bienes (lo que da lugar a la renta diferencial de la tierra), y las "contradicciones que genera en el mercado de fuerza de trabajo y en las condiciones de reproducción de los jornaleros rurales la marcada discontinuidad de la demanda laboral en casi todos los cultivos". (p. 187). Sostiene que en las sociedades precapitalistas el carácter fluctuante y estacional de los requerimientos laborales, propio de actividades sometidas a ciclos naturales, fue enfrentado mediante la diversificación de la actividad económica, lo que contrasta con el hecho de que la moderna sociedad capitalista exige especialización, como se muestra en las plantaciones. "Desde el punto de vista de la unidad de producción empresarial capitalista nada hay de irracional en contratar y despedir cíclicamente a una gran masa de trabajadores, pero en perspectiva global, el consumo a tiempo parcial de la fuerza laboral agrícola supone una serie de contradicciones... si el empresario individual sólo paga los días laborados la sociedad tendrá que generar, de algún modo, el resto del ingreso necesario para la subsistencia del empleado estacional..." (p. 187) El autor pasa a discutir el carácter de clase del campesinado y señala: "esta clase, que llamaré campesina, ha sido definida con base en una doble articulación con el capital: la producción mercantil simple y la reproducción de la fuerza de trabajo parcialmente asalariada" (p. 188). Después añade: "A diferencia del proletariado, el campesinado constituye una clase sometida a relaciones de explotación múltiples y complejas en las que se combinan la extracción del excedente a través del intercambio desigual en el mercado y la obtención de plusvalía por medio del trabajo asalariado a tiempo parcial". (p.189). Como se aprecia, AB considera que el desempeño de trabajo estacional es parte de la naturaleza de clase del campesinado.

En el capítulo "La explotación del trabajo campesino por el capital", discute las formas de explotación del campesino. Identifica como la más importante la del intercambio desigual de productos (al respecto cita un dicho campesino: "Es la ley de San Garabato: comprar caro y vender barato"), pero también analiza, entre otras formas de explotación, la que se realiza a través del trabajo asalariado. Al explicar esta venta señala que el campesino vende una parte de su fuerza de trabajo porque sus ingresos como productor directo no le bastan para garantizar la simple reproducción" (p. 266), pero no se pregunta por qué es insuficiente este ingreso. Argumenta, en cambio, que como el ingreso que el campesino busca en el trabajo asalariado es sólo un complemento del ingreso de la parcela, está dispuesto a trabajar por un salario menor al valor de su fuerza de trabajo. De esta manera la sobrexplotación del trabajo asalariado campesino puede sostenerse de manera permanente, con lo cual el campesino puede subsidiar al capitalista. La "superexplotación de la fuerza de trabajo campesina es la situación 'normal' que genera el mercado peculiar donde se articula la producción campesina con el capital" (p. 270). Estas diferentes formas de explotación campesina son, en mi opinión, minúsculas ante la explotación fundamental: al absorber el campesinado el costo total de la estacionalidad agrícola (un rasgo derivado de la naturaleza misma), incluso si no existiesen otras formas de explotación, se le condena a la pobreza permanente y se le obliga a ser itinerante en búsqueda de la subsistencia.

Mi tesis en el punto fundamental del diálogo es: sin la oferta campesina de mano de obra estacional, la agricultura capitalista sería imposible. No habría (casi) nadie dispuesto a trabajar sólo durante las cosechas. Por tanto, la permanencia de la agricultura campesina

 

  

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hace posible el agrocapitalismo. Dadas las reglas del juego ("trabajas y te vas") y dada la formación de los precios en mercados en los que concurren productores campesinos y capitalistas en los que prevalece la regla mencionada, sólo los días trabajados se incorporan como costos de producción y, por tanto, se reflejan en los precios agrícolas. Por ello, el productor campesino obtiene un ingreso de su parcela aproximadamente igual al valor de su fuerza de trabajo por los días efectivamente trabajados. Como él y su familia tienen que comer todos los días, queda obligado a buscar complementar sus ingresos volviéndose pobre itinerante. El capitalismo puro, concluyo, es imposible en la agricultura.

1 Mientras la renta absoluta de la tierra es la porción de la renta que corresponde a cualquier unidad, la diferencial es la que se asocia a los rendimientos agrícolas determinados por la diversa fertilidad de la tierra. En la medida en que estas diferencias no se puedan superar, los precios de venta deben fijarse a un nivel que hagan rentable la producción en las tierras menos fértiles, generando así la renta diferencial. Los diferenciales de productividad en la industria, en cambio, son atribuibles a diferencias tecnológicas que mientras duran generan una plusvalía extraordinaria, que desaparecerá al generalizarse la tecnología más productiva. Si los productores agropecuarios en las mejores tierras son también propietarios de éstas, la renta diferencial se les aparecerá como una tasa de ganancia más alta, mayor a la de los capitales de otras ramas, interfiriendo así con la tendencia a la igualación de la tasa de ganancia entre capitales. Quizás por eso dice AB que el privilegio de los capitalistas agropecuarios es en prejuicio del resto de los capitales.

2 AB se manifiesta en contra de la tesis de la muerte de la renta de la tierra con argumentos ecológicos. Esta apasionante polémica queda fuera, sin embargo, del núcleo de mi diálogo con él.

3 AB discute, con mucho detalle, en el capítulo "Racionalidad intrínseca de la economía doméstica" (pp. 281-324), la lógica de funcionamiento de la Unidad Socieconómica Campesina.

 

  

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23 MARZO DE 2007

Hacia un estado de bienestar en México

La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente

Bases conceptuales para una estrategia en la materia para la CND

De manera reiterada, Andrés Manuel López Obrador ha planteado el objetivo de crear un auténtico Estado de Bienestar (EB) en México. En el Gobierno Legítimo una de las carteras es la Secretaría para el Estado de Bienestar, confirmando la importancia y vigencia del planteamiento. Pero no se ha especificado en qué consistiría dicho EB. Es necesario discutir e ir consensuando entre las fuerzas democráticas qué queremos decir cuando hablamos de un EB para México y qué tipo de EB queremos crear. El EB se puede entender, dice Esping-Andersen (EA), "en un sentido estrecho como el terreno del mejoramiento social: transferencias de ingresos y servicios sociales con alguna mención de la cuestión de la vivienda", o entenderse de manera amplia en términos del papel del Estado en la organización y administración de la economía", comprendiendo también (además de lo 'social') "cuestiones de empleo, salarios y de conducción macroeconómica"; se concibe la materia del EB como el Estado Keynesiano de Bienestar".1 Sólo la visión amplia conlleva, por tanto, la articulación entre la política económica y la social y es la que concuerda con la postura de izquierda que caracteriza a la Convención Nacional Democrática (CND), al Gobierno Legítimo y al FAP. En el centro de toda concepción de izquierda del EB está la extensión de los derechos sociales, los que pueden verse también con la perspectiva de la desmercantilización,2 que permite, dice EA, que el nivel de vida se independice de las fuerzas del mercado. Los "derechos sociales disminuyen el estatus de mercancía de las personas, añade (p.3). La pregunta central para la izquierda es si "las desigualdades y las divisiones de clase producidas por el capitalismo pueden ser revertidas por la democracia parlamentaria", dice EA (p.11). Históricamente la política social se hizo posible y necesaria cuando el capitalismo destruyó los mecanismos solidarios de reproducción social pre-industriales (la familia, la iglesia, la solidaridad gremial y las normas que obligaban a los nobles a ser generosos). Como "el mercado sólo atiende a quienes tienen la habilidad para desempeñarse en él" (p.15), la función de bienestar sólo podría ser apropiada por el estado-nación, aunque para que ello ocurra es necesaria la democracia y la movilización de las clases trabajadoras.

¿Cómo saber si un Estado es un EB? Según narra EA, Goran Therborn sugiere que un EB auténtico es aquél en el cual la mayor parte de sus actividades rutinarias diarias están dirigidas a atender las necesidades de bienestar de los hogares. Al aplicar este criterio, muchos estados autoproclamados como EB no lo serían. Otra forma de respuesta deriva de la distinción de Richard Titmuss entre EB residuales e institucionales. Mientras en los primeros el Estado sólo asume la responsabilidad cuando familia o mercado fallan y restringe sus compromisos a grupos sociales marginales y 'merecedores' (niños, mujeres, ancianos), en el segundo se atiende a todos, es universalista y prevalece un compromiso institucionalizado con el bienestar, por lo que las acciones se extenderán a todas las

 

  

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áreas vitales para alcanzarlo. Aunque EA no lo dice, la respuesta lógica siguiendo a Titmuss sería que un EB residual no es EB.

EA identifica tres principios del EB: 1) La ciudadanía social propuesta por T.H. Marshall constituye la idea central. Esta ciudadanía implica, ante todo, el otorgamiento de derechos sociales. "Si a los derechos sociales, señala, se les otorga el estatus legal y práctico de los derechos de propiedad, si son inviolables, y si son otorgados sobre la base de ciudadanía y no de desempeño, implicarán la desmercantilización (dM) del estatus individual. 2) El EB involucra la estratificación social. 3) Es necesario entender las interrelaciones entre las actividades del Estado y los roles de aprovisionamiento del mercado y la familia. Es a medida que los mercados se vuelven universales y hegemónicos que el bienestar de los individuos se vuelve totalmente dependiente del vínculo monetario. Al despojarse la sociedad de las instituciones que garantizaban la reproducción social fuera del contrato laboral, la gente se volvió mercancía. La vigencia de derechos sociales significa disminuir el estatus de mercancía. La desmercantilización ocurre cuando un servicio es prestado como derecho y cuando una persona puede sostener su vida sin depender del mercado. La presencia de asistencia social o seguridad social no desmercantiliza al individuo si no lo emancipa de la dependencia del mercado. La dM ha estado rodeada de fuertes disputas en el desarrollo del EB: promovida por los trabajadores para fortalecer su solidaridad, ha sido resistida por los empleadores pues debilita su autoridad absoluta. Los derechos se han desarrollado de manera desigual entre tipos de EB. En los dominados por la asistencia social, los derechos no están ligados al desempeño en el trabajo sino a la demostración de carencias. Tener que probar éstas y los magros beneficios frenan el efecto dM. Un segundo modelo, el de seguridad social obligatoria, tampoco avanza mucho en la dM porque los beneficios dependen de las contribuciones y, por tanto, del empleo y del trabajo. Un tercer modelo, el tipo Beveridge o de beneficios ciudadanos puede, a primera vista, parecer el que más avanza en la dM, señala EA. Ofrece un beneficio básico igual para todos sin considerar sus ingresos, contribuciones o desempeño previo. Es más solidario pero no necesariamente avanza mucho en la dM puesto que los beneficios ofrecidos casi nunca han sido de un nivel tal que ofrezcan una verdadera opción a no trabajar. Identifica un cuarto modelo, el EB desmercantilizador (países Escandinavos) que permite a los ciudadanos, sin pérdida potencial de trabajo, ingreso o bienestar general, optar con libertad por suspender el trabajo cuando lo consideren necesario por razones de salud, jubilación, maternidad, cuidado de menores, estudio y desempleo, con trámites y requisitos mínimos. (pp.22-23)

Generalmente se ha supuesto que el EB crea una sociedad más igualitaria. Sin embargo, EA aclara que el EB no es sólo un mecanismo para intervenir y posiblemente corregir la estructura de la desigualdad, sino que es, en sí mismo, un sistema de estratificación social. Vg. la asistencia a pobres previa prueba de carencias, estigmatiza a los receptores y promueve el dualismo social. El modelo de seguridad social promovido por Bismarck fue también, explícitamente, una forma de política clasista que buscaba promover las divisiones entre asalariados estableciendo diferentes programas para diferentes clases y grupos, con privilegios especiales para la burocracia. En los países donde la seguridad social nunca se extendió a todos los trabajadores, como México, su efecto en la desigualdad es todavía más evidente. EA narra que los socialistas cuando formaron gobierno en diversos países impulsaron reformas universalistas basadas en derechos (niveles de beneficio) uniformes para todos financiados con impuestos. Aunque resultan más solidarios, añade, éstos se basan en la presunción de una estructura de clases en la cual la inmensa mayoría son las 'pequeñas personas' que consideran adecuado un beneficio igualitarista modesto. Pero cuando ello no es así, como ocurrió en la posguerra

 

  

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con la prosperidad de las clases trabajadoras y el aumento de las medias, los niveles uniformes (y bajos) de beneficios promueven el dualismo social porque los mejor situados acuden a los seguros privados y a la negociación de beneficios laborales adicionales. Cuando ello ocurre (como en Canadá y Gran Bretaña) el "espíritu maravillosamente igualitario del universalismo se convierte en un dualismo similar al de la asistencia social: los pobres dependen del estado y los demás del mercado. (pp. 24-25)

Todos los EB tuvieron que confrontar este dilema del cambio en la estructura social pero la respuesta fue variada. El modelo corporativista de seguridad social era el mejor equipado para enfrentar las más altas expectativas ya que podía ser ajustado para otorgar mejores beneficios. En cambio, en los países con regímenes de asistencia social o de universalismo tipo Beveridge, en la mayoría se preservó un modesto universalismo y se dejó al mercado la atención de los estratos altos. El dualismo emergente incluyó subsidios impositivos para los planes privados de bienestar. El resultado político fue la pérdida de apoyo de los estratos medios a un sistema cada vez menos universalista. Otra alternativa (adoptada en Suecia y Noruega) mantuvo el universalismo y adecuó los servicios a las expectativas más altas pero a costa de introducir desigualdades en algunos beneficios pero logró bloquear al mercado y retuvo el consenso político requerido para mantener los altos niveles impositivos del modelo.

En síntesis, dado el acercamiento entre el modelo liberal residual y el universalismo tipo Beveridge que no ajustó sus beneficios hacia arriba, EA tipifica tres conglomerados de EB: 1) El liberal o residual, en el que predominan la asistencia social vía prueba de medios, o las transferencias modestas universalistas, o los planes de seguridad social modestos, dirigidos a trabajadores de bajos ingresos. Normas liberales de la ética del trabajo mantienen bajos los beneficios para que no alcancen el nivel en el cual la población podría optar por no trabajar. Sus efectos de dM son muy pequeños y genera una estratificación con igualdad relativa entre beneficiarios y una diferenciación de mercado entre los demás. 2) El modelo corporativista conservador, que promueve valores familistas y el principio de subsidiariedad y reproduce las desigualdades del mercado, logró elevar las prestaciones y dejó fuera al sector privado. 3) El modelo social-demócrata promovió la igualdad a los niveles más altos exigidos por las clases medias. Aunque dejó así afuera a los particulares, aceptó la desigualdad de ciertos beneficios. Es el EB más desmercantilizador. Estimula la independencia de jóvenes y mujeres y la libertad de elección de éstas entre el trabajo y el hogar.

Algunas lecciones para un proyecto de EB promovido por la izquierda son: A) Se confirma que el modelo residual que han venido promoviendo el PAN, el PRI y el Banco Mundial, y que tiene como prototipo el programa Oportunidades, es inaceptable. B) Un modelo universalista de bajos beneficios puede ser igualmente promotor del dualismo social. Aunque tiene muchas ventajas sobre el modelo estrictamente residual, particularmente la no necesidad de la prueba de carencias y, por tanto, la universalidad efectiva de los beneficios entre los 'de a pie', la pérdida de apoyo social y la privatización indirecta que se producen pueden ser graves. C) El modelo de seguridad social obligatorio sigue siendo una opción atractiva porque evita la privatización de los servicios, pero como está atado al empleo, cuyas perspectivas no son muy favorables, tendría que resolverse mediante opciones no contributivas para importantes grupos de la población. D) El modelo social demócrata, que mantiene el universalismo a un alto nivel de prestaciones y avanza en la desmercantilización, es el mejor.

 

  

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1 Gosta Esping-Andersen, The Three Worlds of Welfare Capitalism, Polity Press, Oxford, 1990, pp. 1-2. En el resto de la entrega tomo ampliamente de este libro y cito entre paréntesis las páginas.

2 El concepto de desmercantilización lo desarrollé como parte de los estudios sobre las necesidades esenciales en México de Coplamar, y lo convertí en elemento de la estrategia para la satisfacción de las necesidades esenciales en México. Véase Coplamar, Necesidades esenciales y estructura productiva en México, Presidencia de la República, México, octubre de 1982, p. 74; y Julio Boltvinik, "Satisfacción desigual de las necesidades esenciales en México", en Rolando Cordera y Carlos Tello (coords.), La desigualdad en México, Siglo XXI, México, 1984, p.61. EA desarrolló el mismo concepto (véase nota 1), basándose según relata, en Karl Polanyi, y lo ha llevado más lejos, puesto que él lo aplica no sólo como yo a sacar de la lógica del mercado satisfactores básicos, sino también a la fuerza de trabajo misma: crear las condiciones para que las personas no se vean forzadas a vender su fuerza de trabajo.

 

  

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30 MARZO DE 2007

Laberinto de la pobreza campesina

Diálogo con A. Bartra sobre la depredación capitalista de sujeto y objeto

La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente

El 20 de marzo en La Jornada, en su artículo "El campesino en su laberinto", Armando Bartra (AB) replica a los contenidos de la entrega de Economía Moral del 16/03/07 en la cual yo había contrapuesto algunas de las tesis de su libro El Capital en su laberinto (Itaca, 2006) con la tesis central de mi ensayo "Hacia una teoría de la pobreza campesina", una síntesis del cual apareció en la entrega de esta columna del 14/06/02. Debo decir, ante todo, que me siento honrado por el privilegio de sostener este debate con Armando. Que el debate tenga lugar en las páginas de La Jornada expresa, además, que la importancia de nuestro periódico se proyecta, como siempre, en la discusión de altura de los problemas nacionales. Para dar mayor transparencia al debate, permítaseme reproducir mi tesis central:

La pobreza campesina está determinada por la estacionalidad de la agricultura y por el hecho que en el capitalismo los precios incorporan (como costos) sólo los salarios de las jornadas efectivamente laboradas y pagadas. Al concurrir los productores campesinos con empresas capitalistas en los mismos mercados, y actuar en ellos como tomadores de precios, los precios de sus productos sólo pueden remunerar los días efectivamente trabajados. Es decir, que el costo social de la estacionalidad es absorbido por los campesinos con un sufrimiento humano altísimo y la pobreza permanente. El campesino debe buscar ingresos adicionales fuera de la parcela. Si la economía campesina no compitiera con la economía capitalista, podría trasladar al consumidor, vía precios, los costos de manutención familiar durante todo el año. Esto explica los subsidios agrícolas en los países desarrollados mediante los cuales el costo social de la estacionalidad es trasladado a toda la sociedad, expresando con ello el reconocimiento social del derecho de las unidades económicas familiares (campesinos y farmers) a un nivel digno de vida. Esto evita que tengan que degradar su estatus alquilando temporalmente su fuerza de trabajo de manera itinerante. Cuando este derecho no se reconoce, se condena a los campesinos a la pobreza permanente. La política correcta para los países del tercer mundo, si quieren abatir la pobreza campesina no es combatir los subsidios agrícolas de los países del primer mundo, sino también subsidiar a sus campesinos y protegerlos de los precios (subsidiados) del exterior.

En la entrega del 16/03/07, discutiendo con AB, extendí este planteamiento a la tesis que la sobrevivencia del campesinado (contra los vaticinios de tirios y troyanos), se explica porque el capitalismo no puede existir en forma pura en la agricultura: sin la oferta campesina de mano de obra estacional, la agricultura capitalista sería imposible. No habría (casi) nadie dispuesto a trabajar sólo durante las cosechas. Por tanto, la permanencia de la agricultura campesina hace posible el agrocapitalismo. De la regla impuesta al jornalero agrícola ("trabajas, cobras y te vas") se deriva la regla de formación

 

  

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de los precios en mercados en los que concurren productores campesinos y capitalistas: sólo los días trabajados se incorporan como costos de producción y, por tanto, se reflejan en los precios agrícolas. Así, el productor campesino obtiene un ingreso de su parcela aproximadamente igual al valor de su fuerza de trabajo por los días efectivamente trabajados. Como él y su familia tienen que comer todos los días, queda obligado a complementar sus ingresos volviéndose pobre itinerante. La regla que opera es "produces, vendes y te vas a buscar trabajo". Esto se contrapone a la tesis de AB que sostiene que:

si no hay renta diferencial no hay campesinos, pues en la medida en que se pueda abastecer la demanda sin apelar a cosechas de rendimientos estructuralmente desiguales ya no será necesario contrarrestar las onerosas rentas agrícolas a través de productores mercantiles no capitalistas que operan en las peores tierras..."

AB hace tres comentarios que él mismo numera: En primer lugar, señala que la explotación del campesino es polimorfa como su existencia es plurifuncional. Es explotado no sólo porque absorbe los costos de la estacionalidad del trabajo agrícola (el elemento central de mi teoría de la pobreza campesina) sino porque es explotado cuando vende su fuerza de trabajo y cuando migra. Naturalmente no se pueden negar estas otras formas de explotación. En "Hacia una teoría de la pobreza campesina" sostuve que

"En México, la pobreza de los productores familiares es abismal por: 1. sus niveles de productividad muy por debajo de sus competidores: los productores capitalistas del país y los productores norteamericanos y canadienses; 2. porque la fuerza de trabajo está subvalorada en el país, sobre todo en el medio rural; y 3. porque el costo de la estacionalidad lo pagan, casi exclusivamente, los campesinos".

Hay una diferencia que es necesario resaltar: cuando digo que los campesinos absorben todo el costo de la estacionalidad, no sostengo que sean explotados de esta manera por el capital, sino en primera instancia por la sociedad en su conjunto: ésta paga precios más bajos por los alimentos y, por tal razón, recibe un subsidio de los campesinos. Los campesinos son pobres porque nos subsidian a todos. Si subsidiamos a los campesinos (y sólo a ellos, ya que la agricultura capitalista no necesita estos subsidios pues no absorbe el costo de la estacionalidad) la sociedad en su conjunto absorbería este costo por la vía fiscal. Si intervenimos en la formación de precios podríamos hacer que fuesen los consumidores los que absorbieran dicho costo en la forma de precios relativos más altos de los alimentos, como los que prevalecen en el primer mundo (Dicen que en Japón es más caro un filete que una DVD; sea o no cierto, transmite claramente la idea).

En segundo lugar, AB señala que la diferencia más importante entre su planteamiento y el mío no está en el diagnóstico sino en las soluciones: mientras yo planteo la vía de subsidios, él sostiene que si bien el subsidio no está mal, la verdadera solución vendría por el lado de la diversificación agrícola. AB ejemplifica con el (casi) monocultivo azucarero en Cuba. Es un buen ejemplo en un doble sentido. Por una parte, porque lleva el argumento al extremo. Las plantaciones constituyen un tipo de agricultura que lleva al extremo el monocultivo y, por tanto, agudiza las variaciones estacionales de la demanda de mano de obra. Pero por otra parte porque los cultivos típicos de plantaciones, sobre todo cuando se requiere un proceso industrial de transformación del producto, como la caña de azúcar, el algodón y el café, sobrepasan la escala de la unidad familiar y conllevan serias dificultades para la autonomía de la agricultura familiar. La inversión en

 

  

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un ingenio azucarero no tendría sentido si no se garantiza el abasto de caña de azúcar, lo que lleva (dado el peso del costo de transporte) a fuertes presiones para que las tierras de la zona de influencia se destinen a dicho cultivo. Pero una familia campesina que cultive caña en una extensión de 2 o 3 hectáreas se verá rebasada en la zafra por los requerimientos de mano de obra. Por eso en México los campesinos de las zonas azucareras se convierten con frecuencia en rentistas-asalariados: el ingenio contrata la siembra, cosecha, transporte e industrialización, mientras el campesino renta su parcela y vende su fuerza de trabajo. La industria azucarera es un ejemplo de los límites (u obstáculos) que puede enfrentar la tesis de la diversificación. Cuba llevó esto al extremo al depender de dicha industria para captar divisas. Pero si se busca la soberanía alimentaria es difícil desmantelar toda la producción de azúcar. Otro ejemplo de estos límites es el impuesto por la tecnología: si se quieren utilizar cosechadoras mecánicas, por ejemplo, las economías de escala llevan al monocultivo. La diversificación es altamente deseable para una unidad campesina, pero habría que preguntarse por qué la tendencia va en sentido contrario: por qué cada vez son menos diversificadas las explotaciones campesinas; por qué está desapareciendo la milpa. En las unidades diversificadas se diversifican las dificultades de comercialización, crédito y conocimientos requeridos. En las unidades capitalistas predomina el monocultivo o unos pocos cultivos. Los europeos, japoneses y norteamericanos han optado por subsidiar a sus productores sin exigirles o imponerles la diversificación. Tiene razón Armando, la diversificación conlleva no sólo la utilización más plena de los recursos humanos y, con frecuencia, de la tierra (como la combinación frijol-maíz en la cual el primero fija el nitrógeno que utiliza el segundo), sino enormes ventajas ecológicas. Dado que AB no rechaza la vía de los subsidios, ni yo rechazo las ventajas y bondades de la diversificación, la diferencia es sólo de énfasis: mi tesis es que el instrumento principal de política sería el subsidio; AB centra la solución en la diversificación. La verdadera solución de fondo; sin embargo, es la erradicación del capitalismo que es incompatible con la agricultura.

En tercer lugar, AB aclara que él no sostiene que haya llegado el final de la renta de la tierra y con ello de la razón de ser de los campesinos. Yo había entendido que, en la discusión del libro de Blanca Rubio (véase mi entrega del 16/03/07), AB aceptaba esa conclusión. Bienvenida la aclaración. Aprovecho para pedirle, en beneficio del debate, que profundice en los argumentos que ligan la existencia de la renta diferencial con la necesidad capitalista de la existencia de la economía campesina. AB aclara que el capitalismo cree haber realizado su sueño de transformar la agricultura en una rama más de la industria (donde no hay renta de la tierra o es irrelevante) y que, al pasar del latifundio a los transgénicos -de la renta de la tierra a la renta de la vida (a través de la apropiación de la vida como propiedad industrial patentable)- el "capitalismo pone en riesgo la sobrevivencia humana". Al respecto, en su libro El capital en su laberinto, AB señala que:

El mayor peligro de que se patente la vida no está en las enormes ganancias que arrojaría ese monopolio. La mayor amenaza radica en la condición desechable que adquieren los ecosistemas naturales cuando de lo que se trata es de someter la producción agrícola al empleo de semillas manipuladas. El riesgo está en que, privatizadas ex situ las muestras de tejidos y los códigos genéticos, sale sobrando la biodiversidad in situ -la naturaleza en cuanto tal... hoy es el uso interesado e irresponsable de transgénicos lo que amenaza a la biodiversidad y atenta contra la sobrevivencia humana (p.24).

Con base en este fuerte argumento sugiere que nuestro diálogo se extienda al tema ecológico que yo no he abordado, ya que la "persistencia del campesinado como herencia

 

  

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viva, como recreación capitalista y como utopía no remite tanto a fenómenos económicos derivados -la renta de la tierra, el costo de la mano de obra de consumo estacional- como a la radical contradicción entre el gran dinero y la reproducción de la naturaleza; un antagonismo terminal señalado por Marx, retomado por Polanyi y enfatizado por los ecologistas modernos". Estoy totalmente de acuerdo con la tesis sobre el carácter depredador de la naturaleza del capitalismo, pero no sólo en la agricultura: baste recordar el cambio climático para tenerlo presente. No estoy de acuerdo, en cambio, en la minimización de la importancia de mi tesis sobre la pobreza rural con la que concluye el artículo de Armando: "Que al operar el capitalismo en el agro se distorsione el mecanismo de la formación de los precios es asunto menor..." No puede ser menor porque esa 'distorsión' explica la pobreza de miles de millones de campesinos. La depredación de la naturaleza no es la única que lleva a cabo el capitalismo. Depreda brutalmente, ahora que está mundializando la pobreza con más fuerza que nunca, la propia reproducción humana, depreda a la especie misma. Es decir, el capitalismo depreda al sujeto y al objeto, lo que hace de su abolición una tarea urgente que, sin embargo, parece inalcanzable. Lamentablemente es probable que ocurra sólo después de un largo periodo de cataclismos naturales y sociales cuya monstruosidad no podemos siquiera imaginar.

 

  

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ABRIL

06 ABRIL DE 2007

Florecimiento humano: ¿teoría crítica o utopía?/ I

Desacatos, revista del CIESAS, dedica su número 23 al tema

La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente

Como resultado de la tesis de doctorado Ampliar la mirada. Un nuevo enfoque de la pobreza y el florecimiento humano, que presenté en el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social Occidente, en abril de 2005, recibí la invitación de Virginia García Acosta, directora del CIESAS, y de Jorge Alonso, editor de Desacatos. Revista de Antropología Social, que mucho agradezco, para preparar un número sobre los temas de mi tesis. Después de muchos meses de trabajo mío y de muchas otras personas (autores, traductores, corrector de estilo, formadora, asistente editorial y editor) han salido de imprenta los primeros ejemplares del número 23 de Desacatos titulado: De la pobreza al florecimiento humano: ¿teoría crítica o utopía? El número está bellamente ilustrado con fotografías de Rodrigo Moya, de su libro Foto insurrecta. Le agradezco la oportunidad de unir el arte con la reflexión.

El material temático incluido es largo y denso. Cubre un amplio espectro temático de reflexiones que comparten como preocupación central el futuro de la humanidad. Contiene trabajos de tres destacados autores y autoras de otros países: György Márkus (Hungría-Australia), Ruth Levitas (Gran Bretaña) y Des Gasper (India-Holanda), así como ensayos de autoras y autores mexicanos: Araceli Damián, Paulette Dieterlen, Luis Arizmendi y Julio Boltvinik. Hoy reseño, en términos muy generales, la presentación y los artículos de la sección Saberes y Razones.

Después de la presentación del número (a mi cargo), los ensayos temáticos dan inicio con mi artículo sobre la crítica de la economía política de la pobreza. Aunque está basado en mi tesis de doctorado, fui más allá al consolidar y sistematizar los elementos de crítica al paradigma dominante, crítica en la que he buscado fundar un nuevo paradigma para el estudio de la pobreza que la une al florecimiento humano. A continuación se incluye el artículo de Levitas "Florecimiento humano: ¿una agenda utopista?" en el cual sostiene que "el florecimiento humano es intrínsecamente una agenda utopista en tanto que se enfoca, más allá del presente, a un orden social transformado como condición necesaria de dicho florecimiento". De este artículo se ha derivado una polémica entre la autora y yo, una parte de la cual se incluye en la sección "Un debate con mirada utopista" de mi presentación, y otra parte la desarrollé en la serie de 9 entregas de Economía Moral tituladas: Límites de la satisfacción (de la primera de enero a la primera de marzo de este año) en las que debatí las ideas del libro del mismo nombre de William Leiss, en las que Levitas se basa para rechazar tres distinciones que considero centrales: distinguir necesidades de satisfactores, necesidades de apetencias, y necesidades bajas de superiores.

 

  

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El número continúa con el ensayo de Luis Arizmendi (director de otra revista -espléndida como Desacatos-, Mundo Siglo XXI, del Centro de Investigaciones Económicas, Administrativas y Sociales del Instituto Politécnico Nacional) sobre la mundialización de la pobreza que concluye con una sección en la que ubica el enfoque de mi tesis doctoral (y sus antecedentes) como mirador iconoclasta de dicha mundialización. Caracteriza la fase actual del capitalismo, de mundialización de la pobreza, por tres dispositivos (que analiza en detalle) implementados para contrarrestar su tercera gran crisis: la derrota de los monopolios defensivos del tercero y segundo mundos; la configuración neoliberal del Estado, y la revolución tecnológica. Arizmendi sostiene lúcidamente que: a) el lugar estratégico que la pobreza ocupa desde 1990 en la agenda del Banco Mundial (BM) es un complemento de la configuración neoliberal del capitalismo y que el propósito de la agenda no es la superación de la pobreza, sino contener a los pobres para neutralizar riesgos de inestabilidad; y b) que las funciones reales del umbral de pobreza que define el BM (que reconoce como pobre sólo a quien ni siquiera puede adquirir los alimentos crudos mínimos) van más allá de minimizar la magnitud real de la pobreza mundial y consisten en revelar que la sociedad global de ningún modo puede ni debe ofrecer acceso al bienestar a las mayorías, sino que debe admitir como inevitable la polarización radical y garantizar a los excluidos exclusivamente el derecho a la sobrevivencia animal. Así Arizmendi conecta la definición de líneas de pobreza con un rasgo central de esta época que "el mirador del BM sintetiza": la mundialización capitalista cínica. Cínica porque admite sin vacilaciones sus efectos depredatorios contra el proceso de reproducción social y se formula su funcionalización opresiva.

El ensayo de Araceli Damián, "El tiempo necesario para el florecimiento humano. La gran utopía", con el que continúa Desacatos aborda críticamente este aspecto central de las condiciones necesarias para el florecimiento humano. Además, plantea la pregunta crucial de si es posible el florecimiento humano en el marco de las relaciones capitalistas de producción. Concluye que la eliminación de las clases sociales es condición indispensable del florecimiento humano, ya que en la sociedad de clases la alienación invade no sólo el trabajo sino también el tiempo libre. El análisis de la alienación en el tiempo libre de Damián, que se apoya en Gianni Toti, es complemento fundamental del análisis de la alienación del trabajo. El carácter elitista del florecimiento humano posible en el capitalismo le da mucho sentido a las preguntas que formula la autora: si esto es prueba de que no están dadas las condiciones para el florecimiento de la mayoría, si el tiempo libre puede conducir al florecimiento humano, y por qué éste no ha alcanzado a una proporción mayor de la población a pesar de la reducción de la jornada de trabajo. A partir de estas preguntas, define los propósitos de su artículo: abordar la determinación de la duración de la jornada laboral en el capitalismo, incluyendo las luchas obreras; la forma cómo el capitalismo transforma la vida del trabajador, produciendo una escisión entre el tiempo de trabajo y el tiempo libre; cómo la fragmentación del proceso productivo conlleva un desencanto por el trabajo en el obrero (o sensación de vacío), que se traslada al tiempo libre. Su artículo termina con pesimismo al señalar que cada día parece más remota la posibilidad de que el trabajador trascienda la alienación y encuentre el camino al florecimiento humano. Siguiendo a Marx y Markus plantea dos condiciones necesarias: la transformación de las relaciones sociales de producción, para que las fuerzas productivas dejen de ser fuerzas del capital independizadas frente al trabajador y en contraposición a su propio desarrollo, y la abundancia que permita al ser humano la indiferencia hacia los problemas de la propiedad de los medios de producción.

En mi opinión sería necesario añadir la transformación del trabajo en trabajo creativo. Es éste el aspecto, derivado de la revolución científico-técnica, que más destacan Radovan

 

  

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Richta et al. en La civilización en la encrucijada.1 Porque complementa los trabajos temáticos del número de Desacatos, en el cual no se trata de manera sistemática la dimensión tecnológica2, a pesar de su papel central en los temas discutidos, y por su mensaje esperanzador, en la presentación del número expuse las ideas centrales de esta obra. Richta sostiene que el proceso de automatización "elimina completamente la actividad del hombre en la producción directa y la traslada a las etapas preproductivas: a la preparación tecnológica, a la investigación, a la ciencia, a la preparación del hombre". Esta obra contiene una respuesta, sumamente elaborada y muy consistente, al dilema arriba planteado sobre las posibilidades de la des-alienación y el florecimiento humano. Establecido un muy duro diagnóstico sobre el carácter del trabajo en el sistema industrial, Richta afirma que sólo la superación de las condiciones de trabajo, la reducción y la modificación sensible del trabajo industrial, es la llave de los cambios sociales y técnicos, sin los cuales el círculo de la civilización contemporánea queda cerrado. Richta y coautores afirman y presentan evidencias de que algunos aspectos de la alienación seguían presentes en el socialismo de los años sesenta De ahí derivan la fuerte tesis de que el socialismo es incompatible con el sistema industrial. Pero la revolución científico técnica abre la gran esperanza, puesto que mientras el "tipo predominante de obrero en la producción industrial mecanizada es el del obrero-operario manejando máquinas o atrapado en el engranaje de la cadena, la automatización compleja libera al hombre de su participación directa en el proceso de producción... de su papel de simple 'engranaje' y le ofrece, como contrapartida, el de promotor, creador y dirigente del sistema técnico de producción..." (p. 135). Es decir, la gran esperanza es descrita como realización en el trabajo: "una vez que el hombre cesa de producir las cosas que las mismas cosas pueden producir en su lugar, se abre ante él la posibilidad de consagrarse a una actividad creadora que movilice todas sus fuerzas,...que tienda a la investigación de vías nuevas, a la expansión de sus capacidades".

Saberes y razones concluye con la discusión de Paulette Dieterlen ("Cuatro enfoques sobre la idea del florecimiento humano") de los contenidos temáticos del número, que organiza en cuatro secciones: el liberalismo igualitario, las teorías comunitaristas, el "enfoque de florecimiento propiamente dicho", y el enfoque de Martha Nussbaum (MN). En la primera aborda las ideas de John Rawls y la crítica que le hace Sen por no tomar en cuenta la diversidad humana. En mi opinión, habría que unir a MN con Rawls para que el enfoque liberal igualitario se refiera al florecimiento humano. En la segunda analiza la crítica de los comunitaristas que han dicho, entre otras cosas, que el sujeto que maneja el pensamiento liberal ignora el contexto social en que éste se encuentra y las ideas de estos autores. En la tercera agrupa a los autores del número de Desacatos como defensores del paradigma del florecimiento humano basado en un cambio radical en las instituciones políticas y económicas. En la última sección aborda el enfoque de MN, cuya postura, basada en el liberalismo y el comunitarismo, contrasta con la mayor parte de los autores del número de Desacatos que ubica "dentro de una tradición fiel al pensamiento de Marx", frase que suscribiría excepto por la palabra fiel. Por último, pone en duda la afirmación de mi artículo que Sen está atrapado en una visión economicista de la pobreza. Recuerda el compromiso de Sen con la libertad positiva, cita la definición de Isaiah Berlin y se pregunta si no es ésta una idea muy similar a la de florecimiento humano. La definición de Berlin se acerca, en mi opinión, más a la idea de autonomía que a la de florecimiento humano. La crítica al enfoque de capabilities de Sen es la materia de la sección 5 de mi artículo sobre la crítica de la economía política de la pobreza que abordaré en otra ocasión. Dieterlen termina resaltando la importancia del número 23 de Desacatos. Cuando se pregunta si encontraremos un sistema político en el que todos podamos ampliar la mirada para concebir la pobreza desde un ángulo diferente, subraya

 

  

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la intención de la primera parte del título del número: De la pobreza al florecimiento humano. Al final pone de relieve un elemento de la segunda parte del título (¿Teoría crítica o utopía?): "Lo que este número de Desacatos nos muestra es que no podemos abandonar la utopía si queremos vivir en un mundo mejor".

1 La civilización en la encrucijada, Artiach Editorial, Madrid, 1972, pp. 35-38. Edición original en checo, 1968. Hay otra edición en español (con otra traducción) de Siglo XXI Editores.

2 Arizmendi aborda la teleinformática y la biotecnología como armas de dominación del capital, pero no analiza los efectos de la automatización.

 

  

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13 ABRIL DE 2007

Florecimiento humano: ¿teoría crítica o utopía?/ II

Posibilidaddelateoríacrítica(Márkus);funcionesdelutopismo(Levitas)

Laeconomíamoralesconvocadaaexistircomoresistenciaalaeconomíadel"libremercado":elalzadelpreciodelpanpuedeequilibrarlaofertaylademandadepan,peronoresuelveelhambredelagente

En la entrega anterior de EconomíaMoral (06/4/07) presenté el número 23 deDesacatos.RevistadeAntropologíaSocial,titulado"Delapobrezaalflorecimientohumano¿teoríacríticao utopía?" Reseñé el contenido de la presentación y de la sección Saberes y Razones. HoycomplementolareseñadelosmaterialestemáticosdelnúmeropresentandoloscontenidosdelasseccionesTestimoniosyLegados.En laprimerasepresentaelensayodeGyörgyMárkus(GM),titulado"Sobrelaposibilidaddeunateoríacrítica"1(traduccióndelcapítulo5,yúltimo,de la parte II y última de su libro Language and Production. A Critique of the Pradigms,precedidodemipresentacióndelmismo).

Dada ladificultadquesuponelalecturadeuncapítuloaislado,sobretodosieselúltimo,deunaobra tancompleja comoéstadeGM, resultónecesarioque su texto fueseprecedidodeunapresentación.Enellahablounpocodelautor, citandoaunexalumnodeMárkus, JohnGrumley, quien en su introducción al libro Culture and Enlightenment. Essays for GyörgyMárkus2muestrasuconocimientoprofundodelaobraydelapersonalidaddeMárkus.Dice,entremuchasotrascosas:"Quiereconjurarlaperplejidad,sacudirnuestraspreconcepcionesynuestra complacencia, pero finalmente dejarnos un poco más sabios que antes". GM,actualmenteprofesoreméritodefilosofíadelaUniversidaddeSydney,formópartedelcírculoasociadoaGyörgyLukácsconocidocomolaEscueladeBudapest.SeexiliódeHungría(juntoconAgnesHelleryFerenczFéher),cuandoen1978larepresióndelaquefuevíctimadurantemuchosaños,porhaberseatrevidoacriticaraMarx,afectódirectamenteaunodesushijos.

Elgruesodemipresentaciónesunasíntesisdeloscapítulos1a4delaparteIIdesulibro.Deesta manera, leyendo la presentación y el ensayo de Márkus, el lector del número 23 deDesacatos tieneaccesoa la totalidadde laparte II (lamás importantey larga)deLanguageand Production, libro no disponible en español y agotado en inglés. El lector de EconomíaMoralyaconocelasideasdeMárkusenestaobra,puestoqueenlaseriedesieteentregas(del06/10/06aladel17/11/06),tituladas"Markusyelparadigmadelaproducción",reseñéendetalle los contenidos de su parte II. Hoy recuerdo algunas ideas esenciales del final delensayotraducidoenDesacatos.

La "radicalización" del paradigma de la producción que, para superar sus inconsistencias,proponeGM,significapartirdelosproblemasteóricosylasexigenciasprácticasdelpresenteparareconstruir las"intencionesoriginales"deMarx:elsignificadoobjetivodesu"ruptura"contradicionesteóricasanteriores.Tambiénsignificaquelaprecondicióndelaposibilidaddelateoríacríticaeslarealidadempírica"vivida"denecesidadesradicalesquetrascienden,ensucontenido, el presente, apuntan hacia una nueva organización social, y condicionan elcontenido conceptual de la teoría, puesto que la distinción entre "condiciones materiales"

 

  

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(fuerzas productivas) y "relaciones sociales" sólo se puede trazar en función de dichasnecesidades. Las primeras son los elementos sociales que en relación con las necesidadesrepresentanunaprecondiciónnecesaria de la vidahumana,unaobjetividad indiscutible (novalorativa);mientraslassegundas(queregulanlareproduccióndedichoselementos)puedensercambiadasyporellotienesentidocuestionarlas.Lateoríacríticapuedevolverimaginableun futuro alternativo, dando así voz a lamiseriamuda del presente y transformándola enaspiracionesradicalesconcientes3,sostieneGM.Lateoríacríticacomoatalayadelhistoricismoradicalde la finitudhumana,diceGM,alanalizarelpresentedesdeelpuntodevistadeunaalternativa de futuro basada en necesidades radicales definidas, ha de probar su carácteruniversal:sucapacidaddeconducirlaunificaciónprácticadelgénerohumano.Peroenvezdelaunicidad del sujeto radical acepta su pluralidad inevitable. Si la pluralidad de valores seplantea como valiosa en si misma, entonces la unidad del género humano ya no se puedepensarnibajolacategoríadeunagenteúnicodetransformaciónradicalnibajolanocióndeunconsensoalcanzado;se tendríaqueentendercomodiálogo ininterrumpido,basadoen lasolidaridadprácticaylatoleranciacreativa,entrediferentesculturasyformasdevida.

GMconcluyesuobraconreflexionesmagistralessobrelafilosofíaysusconceptosbásicos:Lafilosofía sólo puede sobrevivir si se asume como actividad que nos recuerda algo que yaconocemosen laprácticade lavida ‐elentretejimiento indisolublede los 'hechos'y las 'reglas'como fundamento incuestionable de la racionalidad humana.El paradigma de la producciónsostiene la unidad indisoluble de hechos y reglas en la constitución del mundo vital comorealidadmaterial humana. GM aclara que la distinción que tiene sentido hacer no es entrehechosdesnudosy reglasdesencarnadasderivadasdeconvenciones, sinoentredoselementos,dos constituyentes de la realidad, ambos constituidosmediante reglas, pero de distinto tipo:reglas 'técnicas' y reglas en sentido estricto sociales, distinción que es siempre relativa almomento histórico, a la situación vital de los sujetos sociales que la trazan. Continúa así: laacciónracionalsóloesposiblesiunopuededistinguir,porunlado,entresuscondicionesylosmediosdisponiblesquesehandetomarencuentayutilizar,yporelotro,losobjetivosyfinesquehandeelegirseytratardealcanzar.Cuandolaactividadsocialdejadeserdirigidaporlatradición, cuando su carácter poiético (creativo) se vuelve un problema conciente, surgeentonceslatareadeestablecerestadistincióndemanerasistemática,generalyjustificada.

EnTheConceptofUtopia,RuthLevitas(RL)analizalasideasdediversosautoresenrelacióncon el utopismo, entre ellos: Marx, los socialistas utópicos, Karl Mannheim, Ernst Bloch,HerbertMarcuseyWilliamMorris.EnlasecciónLegadosdeln°23deDesacatossetraduceelcapítulo5:"Laeducacióndeldeseo:elredescubrimientodeWilliamMorris".RLseñalaquelarelación entreMarxismo y utopía también es examinada, como en la obra de Bloch, en lasdiscusiones sobre Morris; que ambos intentaron integrar Marxismo y romanticismo, ycompartieronelinterésenlasuperacióndelaalienaciónyenlacentralidaddelarte.LaobramásconocidadeMorrisessunovelautópicaNoticiasdeningunaparte(1890),quepintaunasociedad artesanal desmonetizada, en la cual han sido superadas las separaciones entre elcampo y la ciudad y entre trabajo manual e intelectual. "Es mucho más que una ficciónreaccionariaymedievalista",sostieneRL.ParaMorrislatransformacióndeltrabajo(abolirelmercado que lo gobierna, superar su carácter alienado, volverlo placentero y permitir queasuma su papel como el terreno de la autorrealización humana) es el corazónmismo delsocialismo.ParaMorriscomoparaBloch,lasuperacióndelaalienacióninvolucraalarte;peromientras Morris, artista creativo, pone el acento en la producción artística, Bloch, críticocultural, enfatiza el lado receptivo, la experiencia del momento de plenitud. RL relata larehabilitacióndeMorris(quevinoacontrarrestarlosmitosquelotildabandeburguésodemencheviqueantiMarxista)comenzóconlapublicacióndetreslibrosenladécadadelos50

 

  

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entreloscualesdestacaeldelbrillantehistoriador(creadordelconceptodeeconomíamoral)E.P. Thompson (EPT), que atribuye a Morris la enriquecedora síntesis entre Marxismo yromanticismo y que califica la novela como una "utopía científica". RL dice que larehabilitacióndeMorris implica reivindicar la funciónutópica: arriesgarse a irmás allá. Laediciónde1977dellibrodeEPTcontieneunpostscriptumenelcualdebateconlaobrasobreMorrisdeMiguelAbensour.RLdistinguelafunciónheurísticayaxiológicadelautopíadesufunciónsistemáticaquebuscadiseñarmaquetasdetalladasdeunasociedadfuturaycoincideconEPTenquela importanciadeNoticiasdeningunaparteradicaenquecorporizavaloresalternativos en un modo de vida alternativo, pero cuya función central no es ofrecer unmodelode sociedad sino subvertir elpresente.RL cita la ideadeAbensourqueda título alcapítulo: "enunaaventuraasí,elsentidocomúnde lasociedadburguesacaeendesordenyentramos al espacio propio y novedoso de la utopía: la educación del deseo... se trata deenseñarle al deseo a desear, a desearmejor, a desearmás y sobre todo a desear demaneradistinta" y la complementa: Noticias de ninguna parte "nos invita a experimentar lo quesignificaríaestarenplenaposesióndenuestrahumanidad"4RLnarralasconclusionesalasquellegaEPT:1)elMarxismotardíoapagólaimaginaciónutópicayrecayóenelutilitarismodelcrecimiento económico; 2) reivindicar a Morris reivindica al utopismo mismo para querecorraelmundodenuevosinvergüenza;3)elMarxismo,reinodelconocimiento,ylautopía,reinodeldeseo,soncomplementarios, loquecoincide‐añadeRL‐conla ideadeBlochdelacorrientecaliente(pasión)ylafría(análisis)delMarxismo.

Lafuncióndelautopíaconllevalapostulacióndeunaescaladevaloresradicalmentedistintaquepermiteun"saltofueradelreinodelanecesidadhaciaunreinodelibertadimaginadoenelcualeldeseopuederealmente indicareleccioneso imponersecomonecesidad",diceEPTcitadoporRL,quienañadebrillantementequesi "la funciónde lautopíaes laeducacióndeldeseo,lafuncióndelaeducacióndeldeseoeslarealizacióndelautopía".RLcitaladistincióndeRaymondWilliamsentreutopía(transformacióndeliberada)ycienciaficción(transformaciónsurgidadeuncambiotecnológicoodelascircunstancias).5LoqueleparecevaliosoaWilliamsenlautopíadeMorrises,señala,el"reconocimientodellargoprocesodedesarrollodenuevasnecesidades, condiciones y relaciones sociales".6 Destaca la conciencia de Morris: "Esimposible construir un esquema para la sociedad del futuro pues nadie puede de verdadsustraersementalmente de su propio tiempo". Las obras de EPT y Bloch han debilitado eltradicionalrechazoMarxistaalautopía.Lasfuncioneseducativaytransformadoradesoñar,transformación cuyo objetivo es superar la alienación, el papel del arte tanto enprefigurardichaexperiencia(Bloch)comoensurealización(Morris)sontodaspretensionesdelautopíaque si no estuvieran contenidas en elMarxismo son almenos compatibles con él y son sucomplemento indispensable, concluye RL. Levitas y Márkus (la utopía y la teoría crítica)buscanporcaminoscercanoselmismopropósito:elflorecimientohumano.

1Setratadelatraduccióndelcapítulo5delaparteII("Sobreelparadigmadelaproducción.el materialismo Marxista y el problema de la constitución del mundo social") del libro deMárkusLanguageandProduction.ACritiqueof thePradigms,D.ReidelPublishingCompany,Dordrecht,PaísesBajos,1986,190pp.

2EditadoporJohnGrumley,PaulCrittedenyPaulineJonson,Ashgate,Aldershot,ReinoUnido,2002.

3HayaquíunagrancercaníacondiversasexpresionesdeRuthLevitas(véaseadelante)sobreelpapeldelpensamientoutopista.Enparticularconla"educacióndeldeseo".

 

  

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4 Son varias las asociaciones con otros elementos discutidos a lo largo del número 23 deDesacatos(ademásdelayamencionadarespectoaGM):laeducacióndeldeseoyeldesarrollodelasnecesidadessonideascercanas; larealizaciónhumanayel florecimientohumanosonconceptosgemelos,ylosmomentosdeplenitudsonsimilaresalasexperienciascumbrequeMaslowsostienequetodospodemosexperimentaryquemuestran,enesemomento,loqueeslaautorrealización.

5 Se abriría aquí, peroRLno lohace, el temadel cambio tecnológicoy lautopía. El cambiotecnológico derivado de la revolución científico‐técnica es elemento central en lasposibilidadesdesuperacióndeltrabajoalienado,sinlocualunelementonegativocentraldelcapitalismo no podría ser superado excepto a costa, como en Morris, de una vuelta a latecnologíapreindustrial.(VéaseEconomíaMoraldel06/4/07)

6 Muy interesante que Williams hable del desarrollo de necesidades en Morris y no de laeducacióndeldeseo.

 

  

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20 ABRIL DE 2007

Florecimiento humano: ¿teoría crítica o utopía?/ III

AnálisisdelaobradeMarthaNussbaum;destacapapeldeficciónypoesía

Laeconomíamoralesconvocadaaexistircomoresistenciaalaeconomíadel"libremercado":elalzadelpreciodelpanpuedeequilibrarlaofertaylademandadepan,peronoresuelveelhambredelagente

En Economía Moral del 6 y 13 de abril reseñé los contenidos de las secciones "Saberes yRazones","Testimonios"y"Legados",delnúmero23de larevistadeantropologíasocialdelCIESAS,Desacatos, que con el títuloDe lapobrezaal florecimientohumano: ¿teoríacríticaoutopía?haempezadoacircular.HecomentadotrabajosdeGyörgyMárkus,RuthLevitas,LuisArizmendi, Araceli Damián, Paulette Dieterlen y míos. Hoy termino la presentación de loscontenidos temáticos comentando el ensayo bibliográfico de Des Gasper (DG) sobre elenfoquedelascapabilities1(EC),deMarthaNussbaum(MN).2ElECdeMNescomentadoenDesacatosporPauletteDieterlenypormí.DGserefierealenfoquedeMNavecescomoéticadeldesarrollohumano,perspectivaintegraldeldesarrollohumano,yavecescomoEC,peroaclaraqueéstelequedacorto,yqueelmásadecuadoseríahumanismocosmopolita.Sostieneque ver sólo algunos aspectos (como la lista de capabilities humanas centrales) podríaconduciraconclusioneserróneas.PorellointentaponerenclarolavariedaddepropósitosylacorrespondientegamademétodosutilizadosporMN;abordaademáslosdebatesentornoasuenfoqueycómoellaha idorespondiendoa lascríticasymodificandosuenfoque;evalúasus métodos, su compromiso, con amplio espectro de evidencias, y analiza su discurso decosmopolitismoético.

DGseñalaqueelenfoquedeMNnosereduce(comoeldeSen)alaevaluacióndeventajasysudistribución entre la población, sino que como teoría del desarrollo humano debe buscarentenderlaconductayexplicarlacapacidaddeactuar(agency).Defineseisáreasesencialesen el trabajo sobre desarrollo humano (especificación de los valores éticos que debendefinirloyconducirlo;suscausasyobstáculos;laoperacionalizacióndelenfoque,incluyendolamedición; un programa de investigación y de acción; una amplia base de compromiso einterés públicos; amplia observación y evidencia) y sostiene que la visión integral de MNincluyecasitodasesasáreasinterconectadas.Enumeraloqueasujuicioinvolucrasuenfoque:una lista de prioridades específicas para las vidas humanas; una manera de percibir conapertura y afinidad; la utilización de una amplia y rica gama de evidencias, que incluye laficción,lapoesía,lasautobiografías,lasentrevistasabiertasylaobservación;unacomprensiónmásprofunda,queusaricasimágenesdelamente,delconceptodepersona,delasemocionesydellenguaje;yunestiloqueexploraelsentidohumanodeesaevidencia.

EncontrasteconelenfoquemásdelgadodeSen,laéticadeMN,segúnDG,hablaentérminosdegenterealyproporcionaunaricaimagendeloqueesunavidahumanaplena.Mientrassustrabajos del periodo 1988‐1995 generaron cortos circuitos en el debate que se buscabadesarrollar, debido a un estilo aristotélico demasiado enfático, DG estima que en sus doslibrosmásrecientes,Lasmujeresyeldesarrollohumano(Herder,Barcelona,2000)yFrontiersofJustice3,seofreceunapresentaciónintegradaypráctica,másprofundaymesurada.Enellos

 

  

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lonuevoestá constituidopor "elduro razonamientoprácticodelderecho", suadopcióndelliberalismopolíticodeJohnRawlsquenoimponeunaéticaexhaustivaenparticular,sinoqueabre las opciones, los resultados de sus visitas periódicas de investigación a India; laincorporación del comunitarismo sin caer en el relativismo; y la demostración de que hayposibilidadesparalavariaciónculturalalponerenoperaciónlascapabilitiescentrales.VieneenseguidauncomentariodeDG,paradójicoenelcontextodelnúmerodeDesacatos:apruebaque MN busca ahora más que una lista exhaustiva de requerimientos sugeridos para elflorecimiento humano, especificar los criterios de unmínimo social decente con base en unconjunto limitadodecapabilitiesmásbásicasencontrasteconunamás larga listapreviadefunctionings (logrosen lasdimensionesdelserydelhacer)requeridosparaunabuenavidahumana.Bajólamiradayseleaplaudeennombredelconsensoydeevitarlapercepcióndeimperialismocultural,peroelcostoesalto,comoelpropioDGharánotaradelante.

LalistadecapabilitiesprioritariasdeMN4debeserentendidacomounmétodo‐indicaDG‐,yaque ella busca alcanzar una lista ampliamente consensuada de capabilities de prioridaduniversal.Lalista(queproporcionaríaunfundamentoparaunacartadederechos,comopartedeunaconstituciónpolítica)estáabiertaaldebate,relaboracióneinterpretaciónlocales.Sinella se deja el asunto demasiado abierto a la interpretación de quienes detentan el poder,sostieneMN. En opinión de DG el criterio deMN (una vida humana decente) es vago y suaplicaciónintuitiva,ylalistapareceunpocoartificiosa,loquecontrastaríaconDoyalyGough,queutilizancriteriosmásprecisos,yunmétodomásexplícitoyestructurado.5MNformulalalistadiciendoqueresultasiempreracionalquerertodaslascapabilitieshumanascentralesalmargendecualquierotracosaqueunoquiera,loquecriticaDGapoyándoseenelejemplodela sexualidad de los religiosos célibes, respecto de los cuales MN ha insistido que ellosracionalmente desean las oportunidades sexuales, pues sólo así adquiere significado suabstinencia. Con el argumento de la no universalidad, Doyal y Gough dejaron fuera de lasnecesidades intermedias el "sexo con otras personas". Al respecto comenté en mi tesisdoctoral: "este criterio es demasiado restrictivo y provoca que las minorías imponganrestriccionesalosdemás".DGadoptalaposturadeéstosylesugiereaMNreducirlalistayreconsiderarunpapelmenosprotagónicoparalamisma,paraque"loselementosvaliososdelenfoqueintegraldecapabilities"noseanpuestosenpeligroporsureduccióna"unabúsquedadeunaespecificaciónperfectadeesteelementoindicativo".

Elcosmopolitismo‐apuntaDG‐esclaveenlaobradeMN,quienenFrontiersofJusticecriticaelenfoque de contrato social de John Rawls porquemargina o ignora a los discapacitados, alanimalnohumano,yaldébildeotrospaíses(lostrestemasqueconstituyenlasfronterasdelajusticiaquedansentidoallibrodeMN).ElcosmopolitismoéticoliberalquedefiendeMNsefunda en la visión de que uno puede relacionarse con personas de todo el mundo comocompañeroshumanosiguales,conllevauntratoigualitarioatodosellosyobligacioneséticasmásalláde las fronterasnacionales(solidaridadinternacional).Sinembargo,DGhacenotarquecuandolosprincipiosdelamoralglobalsonlasleyesdellibremercadoelcosmopolitismoliberaldejadeserliberador.

Enumera,entreotras,estasnovedadesdellibro:1)críticasistemáticadelateoríadelcontratosocial, 2) afiliación categórica al enfoque de derechos humanos, 3) mayor claridad en laafiliacióndeMNal liberalismopolíticoy laaplicacióndeésteaescalaglobal.Encuantoa lasegunda novedad, MN concibe el EC como una de las especies del enfoque de derechoshumanos al que proporciona una base teórica, pues los derechos humanos deben serentendidosencorrespondenciaconlasnecesidadesfundamentales,estipuladasenlaformade

 

  

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unconjuntodecapabilities.EstafraseconfirmaríaqueelECdeMN,igualqueeldeSen,noesindependientedelconceptodenecesidadeshumanas.

Losmétodos que emplea MN ‐señala DG‐ se centran en la reflexión detallada de casos del"tamañodelavida"queinvolucrandemanerareconocibleapersonasreales, incluyendolasdelacreaciónliteraria(quesesometenaanálisistextualprofundo).Describeelrangodesusfuentes: además de los materiales convencionales de filosofía y economía, ficción, poesía,autobiografías,entrevistas,observacióndirecta,elementosdelaleyylasicología,yeltrabajodecampo.DGanalizacómosepuedederivar"comprensiónéticaapartirde lasnarracioneshumanistas de textura densa", lo que ejemplifica con Tiempos difíciles, de Dickens, queMNanalizaendetalle.

La atención a las emociones (sobre todo compasión) es una virtud deMN, opina DG. Parainfluir en una cultura,MN y Sen han dicho, relata, que no se puede esperar aceptación depaquetesde ideas"arrojadosenparacaídas";que loquehayquehaceresconstruirengranmedidaapartirdefuentesintelectualesyrecursosinternosdecadacultura.DGcriticaaMNpor llevar a veces la conciliación con las prácticas locales demasiado lejos (los costos delconsensoalosquemereferíantes),comocuandohajustificadoqueenIndianosecumplanlasleyessobreeducaciónobligatoriaytrabajoinfantil.

DGexplicaqueMNbuscadesarrollarunaconcepciónde la cooperaciónsocial apartirde laideadequelasrelacioneshumanasformanunaseriedecírculosconcéntricos:laempatíaesmás fuerte con personas que están cerca de nosotros y se va volviendo más abstractamientrasmássealejauno.MNsostienequehayquecrearconcentricidadenvezdedibujarlalíneaydemonizarloquequedafuera.DGmuestraquelastransaccionescotidianasimplicanquereconocemosquelosotrossonagentesysujetos,porloquenoesconsistenteborrarestereconocimiento durante la discusión de las interconexiones éticas. MN no aboga por unEstadomundial,porlabajaprobabilidadquetuvieraunniveldecentederendicióndecuentasa sus ciudadanos, por lo cual la estructura institucional a nivel global debería permanecerdelgada. Sobre las posibles rutas al cambio MN prefiere la que empieza por el cambio devalores: los filósofos siembran las semillas, la sociedad civil las diseminan y cultivan, ypresionaaquienestomanlasdecisiones.DGseñalaqueelcosmopolitismodesdearribaestávacíosinlaexperienciarealdecompañerismomundialabajo.Concluyequelauniónentreelre‐pensamiento y la fuerzade losmovimientos sociales es fundamental para el cambio.DGvalora de manera amplia el enfoque de MN: su horizonte temporal de largo plazo; y suatencióna lasbasesdel interésen losotros;yterminadiciendo:vemos lapertinenciadesuconcentraciónenelanálisisy laeducaciónde lasemociones,especialmente lacompasión.Apesar de sus fuertes diferencias, el enfoque de MN se vincula, al mirar hacia delante yprocurarlaeducacióndelasemociones,alutopismoyalateoríacrítica.

1 En el número deDesacatos, igual que enmi tesis doctoral (Ampliar lamirada.Un nuevoenfoquedelapobrezayelflorecimientohumano,CIESAS‐Occidente,2005)seadoptóelcriteriodenotraducirlostérminoscapabilitiesyfunctioningsqueusantantoAmartyaSencomoMN.Larazónesquecualquiertraduccióntransmitiríaunsentidoerróneorespectodelverdaderosignificadodeestostérminos,sobretodoenlaobradeSenenlaquecapabilitiesserefieremása oportunidades económicas derivadas de los recursos que se poseen que de capacidadeshumanas. Debe aclararse, sin embargo, que en MN el término recobra el significado decapacidadeshumanas,aunquedeformaambigua.

 

  

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2DesGaspernacióenIndia,crecióyseeducóenGranBretaña.Desde1989formapartedelInstitutodeEstudiosSocialesdeLaHaya,dondetrabajasobredesarrollohumanoyéticadeldesarrollo.UnodesusmásimportanteslibrosesTheEthicsofDevelopment.FromEconomismto Human Development (Edinburgh University Press, 2004). Conoce la obra de MN comonadie.

3MarthaNussbaum,Frontiersof Justice.Disability,Nationality,SpeciesMembership,HarvardUniversityPress,Cambridge,Massachussets,2006.(Nohaytraducciónalespañol.)

4 La lista abreviada de capabilities deMN es: 1. vida (nomorir prematuramente); 2. saludcorporal;3integridadcorporal(incluyendooportunidadesdesatisfacciónsexual);4.sentidos,imaginaciónypensamiento;5.emociones;6.razónpráctica;7.afiliación(A.sercapazdevivirconyhacia otros; yB. lasbasesdel respetopropio);8. otras especies;9. juego;10. controlsobresumedioambiente(A.político;B.material).

5SerefiereallibroATheoryofHumanNeed,deLenDoyalyIanGough(Macmillan,Londres,1991).Paraunanálisisdetalladoycríticodeesteimportantelibro,véaseelcapítulo6demitesisdoctoral.

 

  

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27 ABRIL DE 2007

Inegi: autonomía cancelada

AlianzaPAN‐PRI:madrugueteparaaprobarleyanticonstitucional

La autonomía del INEGI, anhelo compartido por muchos, quedó plasmada en 2006 en elapartadoBdelartículo26constitucional,queestableceque"elEstadocontaráconunSistemaNacional de Información Estadística y Geográfica" (sistema) normado y coordinado por un"organismoconautonomía técnicaydegestión"(INEGI),"con las facultadesnecesariaspararegular la captación, procesamiento y publicación de la información". Define un organismoconstitucionalautónomoy"condientes".Suautonomíaserefuerzaeneltransitoriocuartodeldecretodereformaconstitucional(Decreto):"surégimenpresupuestariodeberágarantizarlalibre administración, la no transferencia y la suficiencia de recursos públicos". El decretoestablecequeelsistemadeberábasarseen"losprincipiosdeaccesibilidada la información,transparencia,objetividad e independencia". El decreto es inequívoco: crear un sistema quefuncioneconindependenciayobjetividad,normadoyreguladoporunorganismoautónomoconsuficientesfacultadesyconunrégimenpresupuestarioquehagaposibleloanterior.

Para hacerse efectiva, la reforma requiere una ley reglamentaria. Se presentaron dosiniciativasalrespecto:unafirmadaporvariossenadores,peroelaboradaporGilbertoCalvilloVives,presidenteactualdelINEGI,yotraquepresentésiendodiputado.EstemarteselPRIANaprobóenelSenado,conelvotoencontradelPRD,lainiciativaoficialconalgunoscambios,yestáintentando,conCalvilloalacabeza,unmadrugueteparaque,sindiscusióneignorandolainiciativaBoltvinik, se apruebe la oficial en la Cámara de Diputados. Es una iniciativamuyregresiva.Susmásgravesdefectosson:1)Revierte,enloshechos,laautonomíadelINEGI.2)No desarrolla el sistema como exige el decreto. 3) No traduce la programación enpresupuestos para su realización cabal. 4) Deja almargen a las entidades federativas (EF).Veamos.

1.LaautonomíadelINEGIsecancela:a)Enlonormativo,porquequedasubordinadoalBancode México (BM), que "determinará las normas relativas a la información que produzca yrequieraparalaconduccióndelapolíticamonetaria"(artículo33)(serefierealosíndicesdeprecios,actividadexclusivadelINEGI,yalabalanzadepagosqueseguiríaenelBM).Así,violaladisposiciónconstitucionalqueledaalINEGIlafacultaddenormarelsistema.Deorganismonormativo pasa a normado. Algo similar ocurre en relación con las demás unidades delsistema:elINEGI(artículo57)sólonormapordefaultcuandolaunidadrespectivaseaomisa,debe someter la norma a consideración del comité ejecutivo, y sólo tiene facultadesnormativasdecaráctergeneral(artículo58).b)Laautonomíatambiénsemenoscabacuandoen materia presupuestal se degrada la calidad de organismo constitucional autónomo alsometerlo a la regla que la Ley de Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendariadefineparalosorganismosdescentralizadosensuartículo5°fracciónIIincisoa),envezdelaquecorresponderíaalINEGIcomoorganismoconstitucionalautónomo(fracciónIIincisoa)dedicho artículo). La diferencia significa que el INEGI, lejos de la autonomía presupuestaria(sujeta únicamente a la determinación de la Cámara de Diputados) queda sujeto comocualquierentidadodependenciaaltechopresupuestalquelaSHCPdecidaponerle,violandolagarantíadesuficienciaderecursospúblicos.

 

  

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2.Elsistemanofuncionacomotal.PorfaltadeatribucionesdelINEGIparafungircomoórganocentralyporquesuspropiastareashanabsorbidocasitodasucapacidadyrecursos(siemprelimitados por la SHCP, lo que lo ha llevado a incumplir tareas centrales como los censosagropecuarios, o a pasar la charola para realizar otras, como las encuestas de ingresos ygastosdeloshogares)hadesarrolladoescasamentelasfuncionesnormativas,decoordinaciónyderegulacióndelsistema.Cadasectordelaadministraciónpúblicafederal(APF)generalainformaciónquequiereconnulanormatividaddelINEGI.Envezderemediaresto,lainiciativaoficialloempeora,comohemosvisto,alotorgarfacultadesnormativasexplícitasalasdemásunidadesyminimizarlasdelINEGI.Seconcibeunsistemadescentralizadoenlanormatividadyenlaoperaciónyatomizadoenlapresupuestación.Loqueserequiere,comoseplanteaenmi iniciativa, para que la información sea confiable e integre de verdad un sistema, es undiseñocentralizado.

3.La iniciativaoficial incluye una programación en tres etapas (programa estratégico a 24años, nacional a seis y programa anual) para todo el sistema, pero no la traduce en unpresupuestosistémico,dejandoalINEGIylasdemásunidadesproductorasconpresupuestosatomizados, sometidos a la tijera de la SHCP. Lo que se requiere (como prevé la iniciativaBoltvinik)esunpresupuestohorizontalintegrado(unnuevoramopresupuestario)queincluyatodaslasactividadesenlamateriadelaAPF,asícomolosapoyosqueel"INEGI"otorgaríaalasEFparasuspropiasactividades.

4.LasEFsonprácticamenteinexistentesenlainiciativaoficial.SupresenciasereduceaunarepresentaciónrotativaporregionesenelconsejoconsultivoNacional,cuyasfacultadessondeopinión,loquecontrastaconlainiciativaBoltvinik,queincluyealas32EFcomomiembrosdelacomisiónnacionalconfacultadesprogramáticas,presupuestariasydedecisión.Tambiénseotorgana lasentidadesfederativasfacultadesparaelaborarsuspropias leyesycrearsusinstitutoslocalesenlamateria.Tiempodecanallas.

 

  

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MAYO

04 MAYO DE 2007

Seguridad social en el neoliberalismo

Hoy:resistenciaantelaleydelISSSTE

Mañana:ingresociudadanouniversal

¿PorquénienChile(enladictaduramilitarquefundólasreformasneoliberalesenelmundo),ni enMéxico, se aplicó lamisma reformade la seguridad social (del sistema solidario a lascapitalizaciones individuales) a losmilitares? Respuesta simple: son aliados indispensablesparaladerecharepresivaynoselesquiereperjudicar.PoresoaelloslesaumentóCalderóndrásticamente suspercepciones. Losdemásno importamosnada, sobre todo ahora que losvotosnoimportan.Comopartedesudiscusiónde"ladictaduradelosmercadosfinancieros",AndréGorz(importantecolaboradoryseguidordeJeanPaulSartre)señalaquela"tendenciaa reemplazar los sistemas de protección social por seguros privados y cajas de jubilaciónprivadas (por capitalización) se inscribe en la misma lógica: reemplazar la redistribuciónfiscalporelseguroprivado;sustituirlaadministraciónsocialdelaprotecciónsocialporpartedelpoderpolíticoporunaadministraciónprivadaporpartedelpoder financiero" (Miseriasdelpresente,riquezadeloposible,Paidós,BuenosAires,1997,p.30).

Lasprotestas,bloqueosyparosdel2demayoencontradelareformaneoliberalalaLeydelISSSTE pueden entenderse, otra vez siguiendo a Gorz, como "la defensa de un principio, asaber:paraelpoderdelcapitalhaylímitesinfranqueablesenlopolítico,límitesinfranqueablesparalosderechosdeloeconómicosobrelasociedad.Laredefinicióndelaprotecciónsocialnoesaceptablemásquesobrelabasedelreconocimientodeesteprincipio...(loque)implicayexige...quelassociedadesrecuperenelpodersobresímismas,poniendofin...alpoderqueelcapitalfinancierohaadquiridosobreellas"(Ibid).

La regresiva reforma a la Ley del ISSSTE (enmi caso, la pensión a la que tendré derecho,inclusorechazandolasnuevasreglasyacogiéndomealartículotransitorio10delanuevaLey,severádisminuidaentre20porcientoy30porcientoencomparaciónconlaqueobtendríacon la Ley anterior) es parte de la reforma neoliberal de la política social. Aunque estacorriente de reformasdederecha en lo social ha sidomuy fuerte y ha afectado a lamayorparte de los países de América Latina (AL), no es la única opción. Como lo ha mostradoEvelyneHuber(EH),destacadaestudiosadelaspolíticassociales,enlosnoventasedistinguendostiposdeevolucióndelestadodebienestarenAL:1)individualizaciónyprivatizacióndelas pensiones aunada a una política social focalizada, en lamayoría de los países, incluidoMéxico; y 2) universalización de los beneficios y mantenimiento de la responsabilidad delEstado,loquesóloocurrióenCostaRicayUruguay.Estasdiferenciasseexplican,segúnEH,por el balance de poder entre los promotores de las reformas neoliberales (burguesíainternacional, profesionales altamente calificados del sector privado, tecnócratas) y losopositores (burguesía orientada a la producción doméstica, sindicatos y movimientossociales).

 

  

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EnEuropalosefectosdelaglobalizaciónenlaspolíticasdeprotecciónsocialfuemuchomenorque enAL, lo que EH explica por las siguientes diferencias: 1) la globalizaciónmodificó enmayorgrado laseconomíasdeAL;2)elEstado, las institucionesdemocráticasy las fuerzasinternas que apoyan el objetivo universalista de las políticas sociales de protección socialtuvieron menos fuerza en AL; 3) los partidos políticos, y en especial los democráticos deizquierda,sonmuchomásdébilesenAL;4)lossindicatostienenmenospesoysedebilitaronmáscon lascrisisy,enMéxicoyArgentina,estáncooptadospor lospartidosque llevaronacabolasreformasneoliberales;5)dadaslasdiferenciasenelniveldeendeudamientoyenlosproblemas para enfrentar los pagos, los países europeos estaban en mejor posición paradiseñarporsímismossuspolíticasdeausteridad.(EvelynHuber,"GlobalizaciónydesarrollodepolíticassocialesenLatinoamérica",enJ.BoltvinikyA.Damián,LapobrezaenMéxicoyelMundo.RealidadesyDesafíos,SigloXXI,México,2004).

EHdicequeenalgunospaísesdeALprevalecela"democraciadelegativa":el"comportamientodelPoderEjecutivoautoritarioqueseconsideradepositariodelavoluntadnacionalypiensaque el cuerpo legislativo es un obstáculo para la búsqueda efectiva y eficiente de lasmetasnacionales".(p.231).EHconsideraqueelMéxicodeDelaMadridydeSalinasperteneceríaaestacategoría"siestuviéramosdispuestosaclasificarlocomounademocracia,conloquenoestoydeacuerdo"(p.232).Elatropelloalaleyporpartedelosgobiernosfederalespanistasrefleja que siguen percibiendo que la ley es un obstáculo para sus fines, que no son'nacionales'.Estecarácterdelegativoseconvierteenunimpedimentoparaquelaresistenciapopular a la privatización, a la individualización y al deterioro de los servicios públicos secanaliceatravésdecuerposlegislativoscapacesdeinfluirenlaformacióneimplementacióndelaspolíticas.

La ALDF demostró que se pueden alcanzar objetivos que muchos creían imposibles: elreconocimiento legal de las parejas homosexuales y la despenalización del aborto sinmásrequisito que la voluntad de la mujer. La batalla por la seguridad social consiste hoy enresistir.Peroamedianoplazodebemostenermirasmásradicales:másquepensionesjustas,elingresociudadanouniversal(ICU).ComodiceGorz:"loqueelcapitalismohaconfundidodemaneraartificialpodríaserdenuevodisociado:elderechoauningresosuficienteyestableyanotendríaquedependerdelaocupaciónpermanenteyestabledeunempleo"(p.83).

 

  

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11 MAYO DE 2007

El fin del trabajo y el ingreso ciudadano

ElICacabaríaconellátigodelhambre

AbrahamMaslow,autordelateoríadelajerarquíadenecesidades,señalaquelaexperienciapuede revalorar las necesidades más prepotentes (las fisiológicas): "un hombre que harenunciado a su trabajo por conservar el respeto a sí mismo, y que pasa hambre por seismeses,puedeestardispuestoavolverasutrabajoaunalpreciodeperdersuautorrespeto".Apesardelcaráctermonótonodeltrabajoydelashumillacionesqueleimponen,elproletarionopuederenunciarasutrabajoporqueestádominadoporellátigodelhambre.

RobertHeilbronerhamostradoqueenlahistoriadelahumanidadhaytresformasderesolverelproblemaeconómicofundamental,quedefinecomolamovilizacióndelaenergíahumanahaciaeltrabajo:latradición,lacoerciónolátigoliteral,yellátigometafóricodelhambre.LamaldiciónqueJehováimponealossereshumanosexpulsadosdelparaíso:"ganaráselpanconel sudorde tu frente", simboliza elmundode la escasez en el que siempreha vivido el serhumano.

Las condiciones para superar estamaldición están dadas desde hacemedio siglo. RadovanRichta,encabezandounampliogrupomultidisciplinariodecientíficoschecoeslovacos,afirmóen1968,enLacivilizaciónen laencrucijada,que laautomatización"eliminacompletamentelasactividadesdelhombreenlaproduccióndirectaylatrasladaalasetapaspreproductivas:a la preparación tecnológica, la investigación, la ciencia, la preparación del hombre". Laautomatizaciónhaceposibleeliminarelarduotrabajofísico:ganarseelpansinelsudordelafrente. Distinguen, brillantemente, entre necesidad externa e interna: "Por el hecho que laactividadsocialmenteútilenformadetrabajonoconstituyeparaloshombresunanecesidadinterna, sino solamente una necesidadde subsistencia externa, las necesidades del hombreestánmanifiestamentecontenidasenlaesferaprivada".

Delarevolucióncientífico‐técnicasurgetambiénlagranesperanzadesuperarlaalienaciónyrecuperar el carácter creativo de la actividad humana: "una vez que el hombre cesa deproducir las cosas que las mismas cosas pueden producir en su lugar, se abre ante él laposibilidad de consagrarse a una actividad creadora que movilice todas sus fuerzas, a laexpansióndesuscapacidades.Ladifusióngeneraldeestetipodeactividadhumanamarcarádehecholasuperacióndeltrabajo.Lanecesidadexterna...cedesulugaralanecesidadinternadelhombre...entoncesdesaparecelacontradicciónabstractaentreeltrabajoyelplacer,entreeltrabajoyeltiempolibre:laactividadhumanaseconfundeconlavida".

Peroestaesperanzaparecenopoderalcanzarseenelcapitalismo.Elsistemasalarial,esenciadel capitalismo, se comprime al extremo con la automatización total porque los robots noperciben salarios ni necesitan consumir. El desempleo se hace generalizado. No haysuficientes compradores a quien vender los bienes producidos, que pueden crecerexponencialmente.

 

  

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Eldesarrollode las fuerzasproductivascompatibleconelcapitalismoparece llegarasu fin.Esta contradicción fue percibida desde el interior del sistema, por instituciones y personasinteresadas muchomás en la reforma del capitalismo que en su eliminación. Sobresale, alrespecto,eleconomistaRobertThoeobald,unodelosprecursoresdeladiscusióndelingresociudadano(IC).

Enun libroquecompiló(Elsueldoasegurado,Paidós,BuenosAires,1968)nosdaaconocerque el concepto de sueldo asegurado (fraseado como "garantía absoluta a la subsistenciaabundante") aparece, "quizás por primera vez" en la novela utópica de Edward Bellamy,Looking Backward, publicada en 1888, que demuestra "el modo en que un ingresogarantizado, unido a otras reformas, permitiría la eliminacióndenumerososmales socialescontemporáneos".

EsinteresantequelanovelautópicadeWilliamMorris,Noticiasdeningunaparte,fueseescritacomo respuesta al libro de Bellamy que pinta una sociedad socialista centralizada. Sinembargo,continúaTheobald,el interés"porelconceptodeingresogarantizadodesaparecióde la discusión a principios de siglo", pero la "inminente realidad de la abundancia hadeterminado que renaciese el interés durante la década de 1960 y se ha afirmado que elmismo es el métodomás apropiado de que dispone para impedir nuevos deterioros de lajusticiasocialylalibertadindividual".

Añade que uno de los factores que ha estimulado la discusión es la conclusión de que "elpermanenteinflujodelatransformacióntecnológicaimpedirádarempleoatodoslosquelosolicitan", loque llevaráa lanecesidaddeencararalgunas transformaciones fundamentalesdel actual sistema socioeconómico que funciona satisfactoriamente sólo cuando laabrumadoramayoríadelosquebuscanempleopuedenhallarlo".

Theobaldabordaotrocambiofundamentalqueelsueldoaseguradotraeríaenlacondicióndelser humano: "eliminaría muchas relaciones institucionales que facilitan el control y ladireccióndelindividuo".Seríaunfrenoformidableaquienesbuscanobligar"aloshombresaactuarconelfindeservirlosinteresesegoístasdeotros".

Elmecanismodel trabajo,queahorasirveparacontrolaralossubordinados,empleadosyalconjuntode la población, perdería (casi) totalmente tal función. Erich Fromm, en elmismovolumen,resaltaqueelsueldogarantizado"porprimeravezpodría liberaralindividuode laamenaza del hambre, lo haría auténticamente libre e independiente de las amenazas decarácter económico, nadie tendría que aceptar condiciones de trabajomovido simplementeporeltemordelhambre,lamujerpodríaabandonaralesposo,eladolescenteasufamilia".

 

  

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18 MAYO DE 2007

Disociación deseable de ingreso y trabajo

Ingresocontinuoportrabajodiscontinuo,partedeunanuevavidamultiactiva

LaculturadeltrabajovallegandoasufinFoto:Reuters

ElINEGIanuncióunaumentode150milenelnúmerodepersonasdesempleadasenelprimertrimestrede2007.Almargende la política económica recesivaque los neoliberales siguenimponiendo, este tipo de noticias será cada vez más dominante en todo el mundo. Laautomatización determina inexorablemente la reducción creciente del tiempo de trabajorequeridoparalaproduccióndevolúmenescrecientesdebienesyservicios.Lasociedadylaculturadeltrabajo,lasociedadsalarial,vanllegandoasufin.Eslahoradedistinguir,comolohahechoAndréGorz(AG)enMiseriasdelpresente,riquezade loposible,Paidós,1997,entre"la necesidad imperiosa de un ingreso suficiente y estable" y la "necesidad de actuar, demedirse con los otros, de ser apreciado por ellos". Pero el capitalismo confunde ambasnecesidadesyfundasobreellassupoder,explicaAG.

Pero "lo que el capitalismo ha confundido podría ser de nuevo disociado: el derecho a uningresosuficienteyestableyanotendríaquedependerdelaocupaciónpermanenteyestabledeunempleo;lanecesidaddeactuar,deserapreciadoporlosotrosyanotendríaqueadoptarlaformadeuntrabajoencargadoypagado...Eltiempodetrabajodejaríadesereltiemposocialdominante". Más allá de la sociedad salarial se dibujan así los contornos de una nuevacivilización que corresponde a la aspiración mayoritaria a una vida multiactiva y a unaautonomíaquevamásalládelaquemuchasempresashandebidoconcederalostrabajadoresparasuperarelfordismo‐taylorismo".

Estemodelode organización, segúnBenjamínCoriat (BC), se caracteriza por producción engran escala de productos estandarizados, especialización de funciones, fragmentación detareas,medición de tiempos ymovimientos, y transportaciónmecánica de piezas sujetas atareassucesivas(Eltalleryelrobot,SigloXXI,1992).Laresistenciaobreraauntrabajocada

 

  

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vez más alienante, la diferenciación creciente y la obsolescencia acelerada de los bienes,hicieronqueesterígidomodelosevolvierainviable.

Elpostaylorismoquelosustituyedescansa,diceBC,entresprincipios:distribuireltrabajoenislotes de trabajadores en vez de puestos individuales; transformar las líneas de montajeunidimensionalesenunareddeminilíneas,yremplazarlabandatransportadoraderitmofijoporcarretillasconritmosflexibles.Enestenuevomodelo,diceAG,"resultaindispensableunagranproporcióndeautogestiónobrera"paralograrmayorflexibilidadymayorproductividad.Laautonomíaque,contalfin,fueconcedidaalostrabajadorestuvosumejormomentoenlaplanta de Volvo en Udevalla. Sin embargo, fue cerrada porque el poder obrero sobre laproducciónparecióal finalpeligroso. La globalización y el desempleopermitieron al capitalejercersupodersincompartirlo.

Laaspiracióna lamultiactividadexpresaunacapacidaddeautonomíaquevamásalláde lanecesidadempresarial,señalaAGyañade:"elconflictodepoderremite,portanto,alestatutode esta autonomía, su amplitud, suderecho sobre símisma: al derecho de las personas a símismasysobresímismas;alaautonomíadelaautonomía".AGilustraesteconflictocondosfórmulas de multiactividad sometidas al debate público en Francia: una "patronal" queconsideralaautonomíacomomediodeaumentarlaflexibilidadyproductividaddesutrabajo;y otra radical (del Centrode JóvenesDirigentes, CJD) que tiende a que el trabajo con fineseconómicosocupeunlugarsubordinadoenlavidaalasegurarelderechoalingresocontinuoporun trabajodiscontinuoqueelpropiociudadanodefineconbaseensuderechoaltiempoelegido, lo que inducirá otrosmodos de participación en la vida colectiva. La sociedad deltrabajo será remplazada por la sociedad de la multiactividad, cambio necesario para lasupervivencia (o reconstitución) de una sociedad en la cual personas y empresas puedandesarrollarsesacandopartidode lanuevanaturalezade las fuerzasproductivasyen lacuallasformasdeempleoflexibles,discontinuas,evolutivas,lejosdesermotivodedesintegraciónsocial, den nacimiento a nuevas formas de sociabilidad y de cohesión. Esta sociedad de lamultiactividadydeltiempoconvenidodebeimponerse,diceAG,enrazóndelasaspiracionesporlascualeslasindividualidadesricasyautónomas,delasquetienenecesidadlaempresa,trasciendensufunciónproductivayseconviertenenirreductiblesaella.

La reflexión del CJD, citada por AG, vamás allá: "el valor tiene hoy en día su fuente en lainteligencia y la imaginación. Se encarnaen lo inmaterial.El saberdel individuocuentamásqueeltiempode lamáquina.Elhombre,alllevarsupropiocapitalsaber,tieneunapartedelcapitalde laempresa.Lapropiedaddel capital sedisociaráprogresivamentede laempresaquedeberáestardotadadeunapersonalidaddiferentedelasociedaddecapital".AGconcluyequelasociedaddelamultiactividadesotrasociedad,queeltrabajoasalariadoyelcapitalismodebendesaparecer.Añadequeparadesarrollarlamultiactividadseráprecisoquelasociedadse organice a tal fin por medio de un conjunto de políticas específicas que dispongan elespacioyeltiemposocialesdemaneraquetodosesperendetodosqueacumulenoalternenunapluralidaddeactividadesydemodosdepertenencia.AGplanteapolíticas tendientesa:garantizar a todos un ingreso suficiente; combinar la redistribución del trabajo con lareapropiación individual y colectiva del tiempo; y favorecer el florecimiento de nuevassociabilidades,nuevosmodosdecooperacióneintercambio.

 

  

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25 MAYO DE 2007

Teoría del valor del trabajo en el laberinto campesino

Estacionalidadagrícolaysobrevivencia:problemasnoresueltos

ContinuandonuestrodiálogoenLaJornada,ArmandoBartra(AB)respondióel15deabrilalaentregadeEconomíaMoral(30/3/07).ABestablece"tresdiferencias‐noantagónicas‐"entrenuestrasposicionessobreyalrededordelapreguntadeporquésobrevivenloscampesinos(por qué esta formadeproducciónno capitalista sobrevive en el senodel capitalismo): lascausasdelapobreza/explotacióndeloscampesinos,lasimplicacionesdelarentadiferencialdelatierrayelpapeldeladiversificaciónagropecuaria.Sóloabordohoylaprimeradiferenciasobre la cual señala que su "búsqueda se dirige a las causas de la explotación, no de lapobreza,yquesielpreciodesuscosechasnoretribuyealcampesinolosdíasmuertos(derivadodel carácter estacional de los requerimientos de trabajo en la agricultura), éste empobreceperoeltrabajonoejercidonoesexplotado(comonosufreexplotacióneldesempleado,aunquetambién él tenga derecho a un subsidio)". De esta afirmación de AB se puede inferir ladiferencia de interpretación teórica entre ambos que se refleja en nuestras respectivasrecomendacionesdepolítica.

El campesino típico cultiva una parcela con el trabajo familiar; una parte de la cosecha ladestina a la venta y otra al autoconsumo, pero el ingreso (monetario y no monetario asíobtenido) no le alcanza para sobrevivir, por lo que debe vender su fuerza de trabajo en laagricultura o fuerade ellaparaobtener ingresos adicionales. El carácterdual deproductorindependientey trabajadorasalariadode temporal loconsideraABcomoparteesencialdelcarácterdeclasedelcampesinado.Hacenotarlainsuficienciadeingresos,peronovaalfondodelporquédeella.Esevidentequesetratadeunaanomalía.Durantemilenios,laagriculturahasidolabasedelacivilizacióny,contecnologíasmenosavanzadasquelasdisponibleshoy,sirvió para alimentar a los productores y generar enormes excedentes. ¿Cómo es posible,entonces,quealcampesinoactualnolebasteelingresodesuparcelayque,parasobrevivir,debacomplementarlocontrabajoasalariado?Partede laexplicaciónes,desde luego,que lamayorpartedeloscampesinostienenaccesoasuperficiesmuypequeñas,de"tierrasmalasyremontadas", como dice AB, de talmanera que la cosecha es en algunos casos insuficienteparalasubsistenciafamiliar inclusosisedestinasetodaalautoconsumo.Perolosalimentosrepresentanentreloshabitantesruralesmáspobresalrededorde50porcientodelgastodeconsumo, lo que significa que los campesinos que no obtuvieran ingresos extra parcelariosestaríanobligadosavenderalrededordelamitaddesucosecha.

AB utliza las categorías de la economía política Marxista. Si las aplicamos tal cual, losproductosagrícolastendríanunvalor igualal tiempodetrabajosocialmentenecesarioparasu producción. ¿Será ello, por tanto, signo inequívoco que, en efecto, la teoríaMarxista delvalor "avala" la práctica vigente de formación de los precios agrícolas que consideranúnicamentelosdíasefectivamentetrabajados?Consideremostambiénelvalordelafuerzadetrabajo(FT).Comomercancía,suvaloresigualala"cantidaddeterminadadetrabajomediosocialobjetivadaenella" (KarlMarx,ElCapital,Tomo I,vol.I,p.207,SigloXXIeditores).Laproducción doméstica familiar sin vínculos mercantiles en la agricultura consistiría en la(re)produccióncontinua,díacondíadeFTqueseaplicaríaalaagricultura(casi)sóloenlos

 

  

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periodosdesiembraycosecha(60díasdetrabajoanualenelcasodelmaíz;P=C+V365;Peselvalordelaproducción;V,elcapitalvariableovalordelaFT, igualalvalordelosmediosdesubsistenciapor365días,yC,capitalconstante:mediosdeproducciónytierra).Sinembargo,cuandoestehogarvendesucosecha,recibeporellanolos365díasinvertidosenlaFTsinosólo los60efectivamente invertidosen laproducción,ynopodrásobrevivirhastaelsiguientecicloagrícola(enestecasoP=C+V60).

Marxformulósuteoríadelvalortrabajopensandoenlaindustria,loqueseapreciacuandoalexplicarelprocesodeconsumodelafuerzadetrabajoempiezadiciendo:"Elobrerotrabaja..."(op. cit., p. 224).Marx no enfrentó los problemas que las peculiaridades estacionales de laagriculturaplanteanasuteoríadelvalor.Apesardepercibirconlucidezesteproblema,enlafrase citada alprincipiodeesta entregaABasumequeasí es, quenohayexplotaciónen elpagode60díasporunafuerzadetrabajoquerequieremediosdesubsistenciapor365días.Mipostura,encambio,esqueestehechoconllevaunsubsidiodelcampesinoalasociedad,quecompraalimentosbaratos(valuadosconV60envezdeV365)yqueelloconstituyeunaformadeexplotación(todosexplotamosaloscampesinosyalhacerlolospauperizamos)quedebesercompensadaconsubsidioscomolohacenlaUE,JapónyEU.

ABnorechazalossubsidios,peronolegustasubsidiarelmonocultivo,preferiríasubsidiarladiversificación.Nocompartemi ideaquedichossubsidiossonsolamenteunacompensaciónparaqueseamostodoslosquepaguemoslaestacionalidadagrícolaynosóloloscampesinos.En rigor, la palabra subsidio es inadecuada. Lamejor solución sería, para los campesinos ypara todos, el Ingreso Ciudadano Universal (ICU) que garantizaría a todos (eliminando lanecesidaddelcampesinodeconvertirsupobrezaenitinerante)unniveldevidadigno.HabríaqueempezarlaintroduccióndelICUconloscampesinos.

 

  

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JUNIO

01 JUNIO DE 2007

Requisitos del ingreso ciudadano universal

Sinoessuficienteeincondicionalresultaríacontraproducente

Concebida por André Gorz (AG) como requisito de la sociedad de la multiactividad (quesustituiríaa ladel trabajo), la ideadel ingresociudadanouniversal (ICU)hadado lugara laformación de una amplia red internacional. La rama mexicana de ella se encuentra enformación.LaUACMylaSecretaríadeDesarrolloSocialdelGobiernodelDistritoFederalhanorganizadoelprimerSeminario Internacional sobreel ICU (6de junioapartirde las11.30horas en San Lorenzo 290, colonia del Valle) en el cual podremos aprender de destacadosexpertosdeotrospaíses.

ElICU,señalaAGenMiseriasdelpresente,riquezadeloposible(Paidós,BuenosAires,1997,p.91)debereunirdoscondiciones:sersuficienteparaevitar lapobreza yser incondicional.Lagarantíadeuningresoinferioralmínimovitaleslaposturadelosneoliberalesfriedmanianosque buscan obligar a desempleados a aceptar empleos con salarios recortados para hacerrentablespuestosde trabajoqueahorano losonycrearunsegundomercadodetrabajoalmargendelasdisposicionesdelderechodeltrabajo.

EnestacategoríaubicaAGelworkfare,queasociaelderechoaunaasignacióndebasemuybaja(elwelfare)conlaobligacióndetrabajarsinpagooconpagomínimo.Lapropuestadeun"ingresodeexistencia"(notanbajocomoelanterior)buscaríaincitaraltrabajointermitente,peroAGadviertequepuedeconvertirseenunasubvencióna losempleadorese impulsar ladesregulación,precarizaciónyflexibilizacióndeltrabajo(p.93).

Encambio,laasignaciónatodociudadanodeuningresosocialdebasesuficiente

"no apunta a forzar a quienes lo reciben a aceptar cualquier trabajo ... [más bien] debepermitirles negarse a las condiciones de trabajo indignas, y [debe darles] la posibilidad dearbitrarentreelvalordeusodesutiempoysuvalordecambio,esdecirentrelas'utilidades'que puede comprar vendiendo tiempo de trabajo y las que puede producir por laautovalorizacióndeesetiempo...Debedarlesmediosacrecentadosparahacersecargodesuvida.Nodebedispensarde todo trabajo sino,porel contrario, volverefectivoelderechoaltrabajo: no al 'trabajo' que se tiene porque a uno se lo 'dan' para hacer, sino al trabajoconcretoquesehacesinqueseanecesarioqueaunolepaguen..."(p.93)

AGevalúalasdiferentespropuestasdelICUenfuncióndesiacercanoalejanlaposibilidaddelasociedaddelamultiactividad(p.94).Relataasíquedurantemuchotiemporechazó"laideade un ingreso social que permita 'vivir sin trabajar'" por motivos inversos a los de losdiscípulosdeRawls,paraquienesel trabajoesunbieny como taldebe serdistribuidoconequidad, ya que para él el trabajo no es un bien, sino una actividad necesaria ejercida apeticióndelasociedad,queotorgaalaspersonaselsentimientodequesoncapacesdehaceraquellodeloquelasociedadtienenecesidad,yrecibirelreconocimientosocial.

 

  

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Además, el trabajo es un dominio de sí y del mundo necesario para el desarrollo de lascapacidades humanas. Pero amedidaque el pesode lanecesidaddel trabajodisminuye, laequidadexigequedisminuyaen lavidadecadaunoyque(elquequeda)searepartidoentretodosconequidad.

Por eso, dice, en obras precedentes "yo aspiraba a que la garantía de un ingreso plenoestuviera ligada al cumplimiento por parte de cada persona de la cantidad de trabajonecesarioparalaproduccióndelasriquezasalasquesuingresoledaderecho".

Sostienequesibienestafórmulaeracoherenteconlaperspectivadelaextincióndeltrabajoasalariado (el ingreso social garantizado no era ya un salario) y con la de apropiación ydominiodeltiempo,noloeraconlasperspectivasabiertasyloscambiosintroducidosporelposfordismo (pp. 94‐95; véase en EconomíaMoral del 18/5/07 una discusión del fin delmodelo fordista‐taylorista). Analiza también losmotivos por los cuales rechazó su posturaanterioryaceptólaideadeuningresosocialquepermita"vivirsintrabajar":

1)Cuando la inteligenciay la imaginaciónseconviertenen laprincipal fuerzaproductiva,eltiempodetrabajodejadeserlamedidadeltrabajo.

2)Laincondicionalidaddelderechoauningresodebasesuficiente levantaobjecionesinclusoentre partidarios liberales y socialistas del ICU: ¿no va a producir una masa creciente deociososquevivendeltrabajodelosdemás?

Estaobjeciónenfrentaladificultaddequécontenidodarlealtrabajoobligatorioexigidocomocontrapartidade la asignacióndebase.Algunas respuestas, que tratarondeevitarqueestetrabajocompitieraconeltrabajoregular,terminaronproponiendoelabsurdodeconvertirelICUenlaremuneracióndeltrabajovoluntarioobligatorio.

AGcriticacondurezaestaspropuestasyconcluye:"measocioentoncesconlaposicióndelospartidariosdeunaasignacióndebasesuficiente(nomínima)ydeincondicionalidadfuerte.Veoaquí la única formula que preserva el voluntariado y que ‐al volverlo accesible a todos‐sustrae a actividades 'que valen por símismas como su propio fin' de la socialización y laeconomización".

3) El ICU es lo que mejor se adapta a una evolución que hace del nivel general de losconocimientoslafuerzaproductivaprincipal,yaqueunadesusfuncioneseshacerdelderechoal desarrollo de las capacidades de cada uno el derecho a una autonomía que trasciende sufunciónproductivayexisteporyparaellamisma.

4)ElICUincondicionalcorrespondemejoralaeconomíaquesevaconfigurandomásalládelcallejón sin salida en la cual se interna la evolución actual y que entraña un excedente detrabajoydecapital.

QuedaporexaminarlapreguntasobreelorigendelosrecursosparafinanciarelICU.

 

  

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08 JUNIO DE 2007

Ingreso ciudadano: hacia la sociedad deseada

ElfindelICUesellibredesarrollodelaspersonas

Esta semana la UNAMy laUACM se llenaron intelectualmente con la discusión del IngresoCiudadano Universal (ICU) con la presencia de importantes expertos de España, Brasil yArgentina.AndréGorz (AG), en su discusióndel ICUquehe venido analizando en entregasanteriores,señalaqueéstecorrespondemejoralaeconomíaquesevaconfigurandomásalládelcallejónsinsalidaenlacualseinternalaevoluciónactualyqueentrañaunexcedentedetrabajoydecapital.

AG señalaque para frenarel éxododel capital losestadosotorganexoneraciones fiscalesalcapitalquepauperizalasfinanzaspúblicas,llevaalaprivatizacióndeserviciospúblicosyalareduccióndelasprestacionessociales,comovieneocurriendoenMéxico.PorellodicequelaobjecióndeloscríticosdelICU(¿dedóndevanasacareldinero?)poneeldedoenelcallejónsinsalidaenelcualseinternaelcapitalismodebidoaquemientraseltiempodetrabajohayadejadodeserlamedidadelariquezacreada(yaquelafuerzaproductivaprincipalesahoralainteligenciayelsaber),siguesiendolabasededistribucióndelosingresos.

Alrespecto,citaaLeontieff:"Cuandolacreaciónderiquezasnodependamásdeltrabajodeloshombres,éstosmorirándehambreen laspuertasdelParaíso, amenosque se respondapormediodeunanuevapolíticade ingresoa lanueva situación técnica" (Miseriasdelpresente,riqueza de lo posible, Paidós, 1997, p. 99). Se plantea así la consecuencia extrema de lacontradicción entre desarrollo de las fuerzas productivas (automatización) y las relacionessocialesdeproducción,quesuponenqueeltiempodetrabajosigasiendolabasedelingresodelamayoría.

La evolución actual, manifiesta AG, vuelve caduca la "ley del valor" y exige una economíadistinta en la cual los precios ya no reflejen el costo del trabajo inmediato, cada vez másmarginal,contenidoenlosproductos,yenlacuallospreciostendránqueserpreciospolíticosqueexpresaránlaelecciónsocialdeunmodelodeconsumo,decivilizaciónydevida.

Explica también lasconsecuenciasúltimasdeun ICUsuficiente, indicandoqueequivaleaunapuestaencomúndelasriquezassocialmenteproducidas.ParafrasealosGrundrissedeMarx:amedida que el trabajo inmediato de transformación es remplazado como fuerzaproductivaprincipalporelnivel generalde la cienciay suaplicacióna laproducción, entoncesel libredesarrollo de las individualidades por la reducción al mínimo del trabajo necesario, y laproduccióndevaloresdeusoenfuncióndelasnecesidades,seconviertenenlosfines.

AunquepiensaquelareivindicacióndeunICUincondicionalysuficiente,queseinscribeenestaperspectiva, no es realizablede inmediato, sostienequedebe serpensaday activadadesdeahora,pues:

Tieneunvalorheurístico:extraeelsentidomásaltoposiblesobreelcualseabre laevoluciónpresente. Inversamente,ponederelieveelsinsentidodeunsistemaquerealizaeconomíasde

 

  

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tiempo de trabajo sin precedentes, pero hace del tiempo así liberado una calamidad. Haceaparecer la apropiación individual y colectiva del tiempo que ha quedado disponible, y laaptituddesacarpartidodeéste,dellenarlodegoceydesentido,comovirtudcardinal.Remiteaesaotrasociedadquesediseñaenlaprolongacióndelastendenciasvigentes(p.101).

Eltérminoúltimo,continúaAG,alqueremiteelICUeseldeunasociedaddondelanecesidaddetrabajonosehacesentirmáscomotalporquetodos,desdelainfancia,sonsolicitadosporunaabundanciadeactividadesartísticas,deportivas,tecnocientíficas,políticas,etcétera,yllevadosaellas,donde losmediosdeproducciónydeautoproducciónsonaccesiblesatodos;dondelosintercambiossonantetododeconocimientos,nodemercancías,yyanoson,enconsecuencia,mediadosporeldinero;dondelainmaterialidaddelaformaprincipaldetrabajodeproduccióncorresponde a la inmaterialidad de la forma de capital fijo (el saber humano aplicable a laproducción)quehadejadodeserpotenciaseparadayautonomizada(p.102).

EnesesentidohayqueentenderlaobservacióndeMarx,continúaAG,deque"eltiempolibre,el tiempo para el pleno desarrollo del individuo [...] puede considerarse desde el punto devista del proceso de producción inmediata como producción de capital fijo, ese capital fijobeingmanhimself".

Esdecir,eltiempolibrepermitealosindividuosdesarrollarcapacidades(deinvención,creación,concepción,intelección)quelesconfierenunaproductividadcasiilimitada,yesedesarrollodesucapacidadproductiva,asimilableaunaproduccióndecapitalfijo,noestrabajo.

Ese "tiempo liberado para su propio desarrollo" es lo que permite tomar como fin el "libredesarrollodelasindividualidades",su"formaciónartística,científica,etcétera"(Marx).Yesedesarrollolibredelasindividualidadesesloquereapareceenlaproduccióncomocapacidadde crear una variedad ilimitada de riquezas con un gasto muy pequeño de tiempo y deenergía.Elaumentodelacapacidadproductivadelosindividuoseslaconsecuenciaynoelfinde su pleno desarrollo. El pleno desarrollo de las fuerzas productivas permite hacer de laproducciónunaactividadaccesoria.

La productividad gigantesca que la tecnociencia confiere al trabajo humano tiene comoconsecuenciaqueelsentidoyelfininmanentedelarazóneconómicaseamaximizareltiempo(libre) disponible, y no ya la producción. Lleva a la eliminación del trabajo como formadominantedeactividadylaremplazaporlaactividadpersonal.Estoesloquehayquequererpolíticamenteyvolvertangiblepormediodecambiosrealizablesdesdelaactualidad,concluyeAG.

 

  

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15 JUNIO DE 2007

Ampliar la mirada y proyectarla al futuro

Eldesarrollodelasnecesidadesunificateoríacríticayutopismo

PrecariedadenunacoloniadelaciudaddeMéxicoFoto:RobertoGarcíaOrtiz

Cuando decidí romper los marcos estrechos de los estudios convencionales de pobreza yamplié la mirada para ver al ser humano completo, uniendo pobreza con florecimientohumanoydistinguiendopobrezaeconómicadepobrezahumana,tareasquellevéacaboenmitesisdoctoral,1nomepercatéplenamentequelaampliacióndelamirada(ylaradicalizaciónasíimplicada)ibanecesariamenteunidaalaproyeccióndelamiradaaunfuturoenelcualelflorecimientohumano fuese una realidad generalizada, lo cual requeriría la transformaciónsocial radical. Pero lo intuía y por ello al planear el número 23 de Desacatos. Revista deAntropología Social2, en torno a los temas de mi tesis, convoqué a dos 'futurólogosnormativos', cuya labor no consiste enpronosticar el futuromásprobable sino analizar lascondicionesdelfuturodeseable.SetratadeGyörgyMárkus(Hungría‐Australia),GM,quienhaanalizadocomonadielosfinosmaticesdelaconcepcióndeMarx,susproblemasinternos,susinconsistenciasylosretosqueenfrentaenelmundoactual,ydeRuthLevitas(GranBretaña),RL,quienhaanalizadoafondoelpensamientoutopista,tantoeldelosutopistasmismoscomoel de quienes han reflexionado sobre la materia (Marx, los socialistas utópicos, KarlMannheim, Ernst Bloch, HerbertMarcuse,WilliamMorris entre otros). Son dosmiradas alfuturo de carácter diferente, teoría crítica y utopismo, pero con un mismo propósito, elflorecimientohumano.ComodicePauletteDieterlen:"LoqueestenúmerodeDesacatosnosmuestraesquenopodemosabandonarlautopíasiqueremosvivirenunmundomejor".Heidentificadoelsiguientepuntodeunióncentralentreambasmiradasyentreellasylademitesisdoctoral:

1.ParaGM larealidadempíricavividadenecesidadesradicales,definidascomoaquellasquesegeneranenelcapitalismoperoquenopuedensersatisfechasenél,por lomenosparalamayoría, (vg. las necesidades de actividad creativa y de autorrealización) son condición deposibilidaddelateoríacrítica(puesdeotramaneranohabríalamotivacióntransformadora)y desempeñan un papel central en la distinción fundamental del Marxismo entre fuerzasproductivasyrelacionessociales,entreaquelloaloque"nuncarenuncianlossereshumanos"

 

  

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(Marx)y loquedebecambiarse.3La teoríacrítica,concluye,queanalizaelpresentedesdeelpuntode vistadeunaalternativade futurobasada ennecesidades radicalesdefinidas, ha deprobar su carácter universal, su capacidad de conducir la unificación práctica del génerohumano. Se aprecia aquí la centralidad de las necesidades y el hecho que las necesidadesradicaleshandedesarrollarse,noestándadasdemaneranatural(porelloGMserefiereasuexistencia empírica). Esto coincide con el concepto de desarrollo de las necesidades (y lascapacidades) que he postulado como el elemento constitutivo del eje de florecimientohumano.

2.EnelcapítulosobreWilliamMorrisdellibrodeRLencontramoslaideadeMiguelAbensourde la educación del deseo, quien añade: "se trata de enseñarle al deseo a desear, a desearmejor, a desearmás y sobre todo a desear demanera distinta". RL señala queNoticias deningunaparte,lanovelautópicadeMorris,"nosinvitaaexperimentarloquesignificaríaestarenplenaposesióndenuestrahumanidad".CitaaRaymondWilliams,quienencuentravaliosoen la novela de Morris el "reconocimiento del largo proceso de desarrollo de nuevasnecesidades, condiciones y relaciones sociales". Aunque sólo es Williams el que utiliza losmismostérminos:desarrollode(nuevas)necesidades,laeducacióndeldeseoesmuycercanaaaquélla: ambas son formas de alcanzar la riqueza humana en la concepción deMarx, paraquienlapersonaricaeslaquenecesitamuchoyhadesarrolladoampliamentesuscapacidades.

Vemosquetantoenlomejordelateoríacríticacomodelpensamientoutopistaresultacentralel conceptodedesarrollode lasnecesidades, loqueme lleva a la conclusiónque el enfoquedesarrollado enmi tesis doctoral no sólo es adecuadoparaampliar lamirada sino tambiénpara proyectarla al futuro. Lo bueno es el florecimiento humano y, por tanto, la sociedadbuena es la que promueve y alienta el desarrollo y satisfacción de las necesidades y eldesarrollo y aplicación de las capacidades, esencia de dicho florecimiento. Al parearcapacidades y necesidades, el aspecto activo de las primeras complementa el pasivo de lassegundas.

La primera parte del título del número 23 de Desacatos, "De la pobreza al florecimientohumano", refleja la ampliación de lamirada desde la pobreza económica y su eliminación,hacialapobrezahumanaysusuperación,oseahaciaelflorecimientohumano.Perotambiénrefleja la inmensidad de la tarea que esta generación y las siguientes tenemos enfrente:superar la pobreza económica y estimular el florecimiento de todos. Por lo antes dicho, lasegundapartedeltítulo,"¿teoríacríticaoutopía?"debióhabersido"teoríacríticayutopía",loquecoincidiríaconE.P.ThompsonquehadichoqueelMarxismo,reinodelconocimiento,ylautopía, reino del deseo, son complementarios, y con la idea de Ernst Bloch decomplementariedadentrelacorrientecaliente(pasión)ylafría(análisis)delMarxismo.

1 Ampliar lamirada. Un nuevo enfoque de la pobreza y el florecimiento humano, CIESAS‐Occidente,abrilde2005.

2DesacatosespublicadoporelCIESAS.SepuedeadquirirenalgunaslibreríasoconsultarybajarenelportalelectrónicodelCIESAS:http://www.ciesas.edu.mx/

 

  

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29 JUNIO DE 2007

Hacienda quiere más poder

LareformadeCarstensotorgaalaSHCPeldominiodelaevaluación

LuisMaira,ex embajadordeChileenMéxico, solíadecirqueenAméricaLatinadeberíamosvotarporlossecretariosdeHacienda,quienesunavezelectosdesignaríanalpresidentedelaRepública, expresando con ello quiénes son los verdaderos jefes de gobierno. José LópezPortillodijoquedecidiócrearlaSecretaríadeProgramaciónyPresupuesto(SPP),dividiendoelpoderenormedelaSHCP"porquequieroseryoelquegobierne".Sabíadeloquehablaba:eldedazoloungiócandidatoalapresidenciasiendoSecretariodeHacienda.SalinasdeGortaridesapareciólaSPPydevolvióaHaciendatodosupoder.

En el paquete fiscal enviado por Agustín Carstens al Legislativo se incluyen cambios enmateriadeevaluacióngubernamentalquebuscanaumentar,muchomás,elpoderdelaSHCP.En el paquete de iniciativas de Carstens se sustituye el Coneval (Consejo Nacional deEvaluacióndelaPolíticadeDesarrolloSocial),creadoenlaLeyGeneraldeDesarrolloSocial(LGDS),porunConsejoNacionaldeEvaluacióndelasPolíticasPúblicas(CNEPP).

Carstens argumenta que "la reforma fiscal no se orienta únicamente a aumentar larecaudaciónpara dotar demayores recursos al gobiernopara quepuedadestinarmayoresrecursosalosprogramaspúblicos",sinoa"garantizaralosciudadanosquelosrecursosserándestinados a los fines para los cuales han sido recaudados". (¿Cuáles serán éstos? ¿LasvaguedadesdelPlanNacionaldeDesarrollo?);"quesegastendelamaneramáseficienteyselogrenresultadostangiblesparalapoblación"(incluidoslosbanquerosysimilares),"asícomo(para)queserindacuentasalospropioshabitantessobrelaaplicacióndedichosrecursos".Esdecir,setratade"establecerunpresupuestoconenfoqueenel logroderesultados;que losórganos públicos fijen los objetivos que se lograrán con los presupuestos, y el grado decumplimientodedichosobjetivosseaefectivamenteverificado,conbaseenindicadoresymetasespecíficas". Ello trae como consecuencia que "la información sobre el desempeño de laspolíticas y los programas públicos se considerará para retroalimentar el procesopresupuestarioparaelsiguienteejercicio".

Unviejo sueño neoliberalha sidoeliminarprogramasquenocorrespondencon suenfoque,quesólo justificaelgastopúblicosocialsiestá focalizado(dirigidosóloa)pobresextremos.Conestoscambioslegalesseacercalarealizacióndelsueño.InstitucionesoprogramascomoFonart,DiconsaoLiconsa,queensusreglasdeoperaciónsonforzadosadeclararqueestánfocalizadosalapobrezaextremaporqueenelilegalReglamentodelaLGDS(enControversiaConstitucionalinterpuestaporlaCámaradeDiputadosdesdehace14meses)seestableceesaobligación,alserevaluadosconbaseenlospropiosobjetivosdeclaradospodránsercerradosporquenocumplenconellos.Aúnmásgravequeelcanibalismoquepuededesatar laSHCPdentro de la administración pública federal es el que puede soltar contra gobiernos deentidadesfederativas(incluidoelDistritoFederal)ydemunicipios.Enefecto,enelpaquetede reformas se incluye la modificación del artículo 134 de la Constitución para que losprogramas realizados con fondos federales sean incluidos en el sistema de evaluación delgobierno federal (dirigido por la SHCP, aunque la caramás visible será el CNEPP). Esto se

 

  

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traduceenreformasalaLeydeCoordinaciónFiscalpara"hacerextensivalaevaluacióndelosresultados a la aplicación de los recursos públicos federales que son transferidos a losórdenesdegobiernolocalesparasuejercicio".

Con la LGDS se había avanzado en materia de institucionalidad para la evaluación deldesarrollo social más allá de la precariedad o inexistencia de la materia en el resto de laadministraciónpública.¿NodeberíaporellodarselabienvenidaalaampliacióndetareasdelConeval para que incluya todas las actividades que reciban financiamiento de recursosfederales?

En 2006 propuse que la plataforma electoral del PRD incluyese la creación del InstitutoNacionaldeEvaluacióndelDesarrollo(INED),queevaluaríaelconjuntodelaadministraciónpúblicafederal.¿Nodebería,portanto,regocijarmequeCarstensretomelaidea?No,porqueapesar de las apariencias, se trata de ideas radicalmente opuestas. Al INED lo concebí comoarmacentralenlaluchacontralasubordinacióndelosocialaloeconómico;comoorganismoconstitucionalautónomocuyacontraparteseríaelGabinetedeDesarrolloSocial,mecanismocolectivoquedefiniríaelpresupuestofederalsocialrestandoenormepoderaHacienda.

ElpoderdelaSHCP‐quelasreformasdiseñadasporCarstenselevanalmáximo‐eselsímbolode la subordinaciónde lo social (yde lopolítico)a loeconómico.EldiseñodelCNEPP,quedependerá de la SHCP, supone un retroceso grave en términos de autonomía respecto alConevaldiseñadoen laLGDS.Tendrá la funcióndereforzarelpoderdeHacienda, loqueesexactamente opuesto de lo que perseguía la propuesta del INED: un mayor equilibrio defuerzasentreloeconómicoylosocial.

Además,lasreformasasociadasalaevaluaciónseríansólolalegalización,siseaprobaran,delo ya realizado por la SHCP, la Secretaría de la Función Pública y el Coneval al emitir los"LineamientosGeneralesparalaEvaluacióndelosProgramasFederalesdelaAdministraciónPúblicaFederal"(DiarioOficial,30demarzo)yelprogramaAnualdeEvaluación2007(30deabril).Aplicaciónradicaldel "principio"quesostieneque la leyessólo la legitimaciónde loexistente.

 

  

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JULIO

06 JULIO DE 2007

Derechos sociales: de la retórica a los hechos

Reto central de la reforma social del Estado

En la consulta pública para la reforma del Estado en materia de garantías sociales, realizada en Acapulco esta semana, numerosos participantes pusimos el dedo en la llaga: los derechos sociales (DS) no se cumplen. Llamarle garantías sociales, dijo Muñoz Ledo, resulta paradójico, ya que los DS no están garantizados. Resumo las ideas centrales de mi intervención.

Como los DS estipulados en la Constitución, en instrumentos internacionales suscritos por México y en la legislación, no se cumplen, en materia social el reto central de la reforma del Estado no es continuar perfeccionando los DS escritos. Tampoco convertirlos en exigibles (que un juez pueda ordenar al Ejecutivo que atienda a determinada persona), tema sobre el que versó la intervención de Alfonso Oñate Laborde, funcionario de la Suprema Corte de Justicia, quien pidió modificar la Ley de Amparo para hacer exigibles los DS. En ambos casos puede y debe avanzarse. Pero el meollo del cambio requerido es pasar de la retórica a los hechos y hacer realidad los DS vigentes.

Para transformar las aspiraciones contenidas en los DS en realidades cotidianas, es preciso: 1. Definir con claridad los sujetos obligados, incluyendo mecanismos institucionales de decisión y coordinación. 2. Definir con precisión las tareas a que están obligados dichos sujetos. 3. Precisar la temporalidad de las metas. 4. Asegurar que los fondos necesarios sean canalizados año con año, para lo cual es central incluir entre los sujetos obligados a la SHCP. Muñoz Ledo relató que el FAP (Frente Amplio Progresista) propuso añadir la reforma hacendaria a la temática de la reforma del Estado, pero que ello fue rechazado por el PRIAN, dejando a la reforma del Estado sin el brazo financiero. La mejor manera de abordar este conjunto de tareas es por grupos de derechos en cuerpos legales coherentes. Ejemplifico con mi iniciativa de "nueva" Ley General de Desarrollo Social (NLGDS), presentada en agosto de 2006, que está sin dictaminar.

Para hacer efectivos los DS contenidos en la LGDS vigente (que se precisan en la NLGDS) se definen como sujetos obligados los tres órdenes de gobierno. Las tareas a que están obligados son: aplicar políticas, realizar programas y asignar recursos en tres modalidades de intervención: a) Universalista (para hacer realidad los derechos universales); b) Superación sostenible de la pobreza (para hacer realidad el derecho condicionado a estar en situación de pobreza); c) Protección del riesgo de pobreza (para prevenir la caída de las personas en la pobreza).

En cada modalidad de intervención se precisan las tareas a través de los componentes obligatorios que configuran un auténtico Estado de bienestar, cuyo desarrollo es postulado como uno de los seis objetivos de la política nacional de desarrollo social (DeSoc) en la NLGDS:

 

  

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A) Universalista, 14 componentes obligatorios dirigidos a todos: educación pública gratuita desde prescolar hasta preparatoria (menores y adultos); salud pública; servicios de salud para todos con pago de módica cuota; pensión universal adultos mayores; crédito universal para vivienda; acceso universal infraestructura social básica (agua, drenaje, electricidad, recolección de basura); fomento del desarrollo de necesidades y capacidades; crecimiento económico y generación de empleos; recuperación salarial; cuidado de menores; economía popular; desarrollo regional; cobertura universal de la seguridad social.

B) Superación sostenible de la pobreza, 9 componentes obligatorios dirigidos a los pobres: asistencia social; apoyo alimentario; abasto social; libros de texto, útiles, uniformes y alimentos escolares; becas a estudiantes; albergues escolares; exención de la cuota de salud definida en A; subsidio vivienda; becas discapacitados.

C) Protección riesgos de pobreza, seguridad social más 5 componentes obligatorios adicionales dirigidos a todos para prevenir la pobreza: promoción de ahorro-crédito; protección de patrimonio familiar; promoción de seguros de vida; política de protección de ocupaciones inestables; fiscalización de evasión de obligaciones laborales.

Estos 28 componentes obligatorios configurarían un auténtico Estado de bienestar que garantizaría la superación total de la pobreza. En artículo transitorio se establece la temporalidad de las metas: alcanzar la cobertura total de todos los componentes en 10 años. Se establece también la obligación del Ejecutivo Federal (SHCP) de llevar a cabo las reformas fiscales y de fiscalización necesarias para financiar esta trayectoria. Así tendría sentido una reforma fiscal, que, como dijo Muñoz Ledo, tiene que ser una reforma espejo de la social.

Cuando los sujetos obligados son diversos, como en este caso, son centrales los mecanismos interinstitucionales de coordinación y decisión. En el DeSoc la multiplicidad de sujetos no sólo se explica por la presencia de los tres órdenes de gobierno (la mayor parte del gasto social lo realizan estados y municipios financiados por las aportaciones federales), sino también porque el DeSoc es un campo horizontal del quehacer público que involucra prácticamente a todos los sectores.

En la NLGDS se asume plenamente este carácter multisectorial del DeSoc y se elimina la contradicción central de la LGDS vigente, que consiste en poner a cargo de una tarea multisectorial a una secretaría coordinadora de un sector. Esto se logra transformando la Comisión Intersecretarial de DeSoc en Gabinete de DeSoc encabezado por el Presidente y dotándola de las atribuciones centrales: coordinación, formulación del programa y presupuesto, y la facultad de adoptar "medidas para hacer compatibles las decisiones de política económica con las de DeSoc", contribuyendo con todo ello a revertir la subordinación de lo social a lo económico (objetivo añadido en la NLGDS).

 

  

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13 JULIO DE 2007

El proyecto humano y su futuro

CongresointernacionaldefilosofíaenArgentina

EnlazonavitivinícoladeArgentina(excelentesvinos),alnortedeMendoza,enSanJuan,unapequeña ciudad, se ha celebrado esta semana el segundo Congreso InternacionalExtraordinariodeFilosofía.Hasidounaexperiencianotablepresenciarunauditoriogrande(desumodernoCentrodeConvenciones)repletodejóvenes,perotambiénconmuchosviejos(los filósofosargentinosparecenser casi todosviejos)escuchandoen total silencioaAgnesHeller(elsilencioylaatenciónsonelmejoraplauso),quiendurantemásdeunahoraleyóconfluidez y lucidez impresionante, a sus75 años, en su inglés con acentohúngaro, unadensaponencia sobre Hegel, en la cual terminó diciendo (cito dememoria) que el mercado y latecnologíasonelementosesencialesdelamodernidadyque,portanto,nopodemosrenunciaraellossinoqueremosrenunciaralamodernidad.

Unodelosgrandesmaestrosdelafilosofíaargentina,ArturoRoig,de85añosdeedadyaúnenplenalucidezyproductividad,presentóunadisertaciónsobre"Lapluma",instrumentoúnicodelaescrituradurantetantossiglos(sustituidaahoraporelteclado),yaunqueelobjetodelaponenciaparecíademasiadoconcreto,terminóenlasalturasdelareflexiónsobreelproyectohumano porque eligió a Cervantes (y su Quijote), así como a JoséMartí, para hilvanar susreflexiones.

Dio un dato sorprendente: 80 por ciento de los ejemplares del Quijote se vendieron enAmérica Latina, lo que se explica porque en España el Quijote era visto como colección dehistoriasjocosas,mientrasenLatinoaméricaseleconcibiócomonarrativalibertaria.

RoighizonotarqueenelQuijotenohayningunamuerteviolentaenagudocontrastecon lasangrientaconquista.TambiénnarróunintercambioepistolarentreRubénDaríoyUnamuno;ésteledicequeensusescritosparecensalirplumasdebajodelsombrero,enobviaalusiónasuorigenmestizo;Daríolecontestaqueconunadeesasplumasleestáescribiendoahora.

En el simposio de ciencias sociales (nombre pomposo para lo que en México llamaríamossimplemente una mesa redonda) presenté una ponencia sobre mi nuevo enfoque de lapobreza y el florecimiento humano que se inserta directamente con el tema central delcongreso.EnesamesatambiénestabanManuelAntonioGarretónyJuanEnriqueVega,amboschilenos,ydosponentesmás.

ManuelAntonioGarretón es un personaje sorprendente, como lo fue su frase, que arrancóaplausos espontáneosdel público (otra vezmuchos jóvenes ybastantes viejos en elmismoauditorio):"lapobreza, lamiseria,destruyevidas individuales, ladesigualdaddestruye lavidade lasociedad".Aunque la frasenonecesariamenteescierta (amenosqueentendamospordestrucción algomás bienmetafórico, pues nuestras sociedades latinoamericanas han sidodesigualesdesdesiempre)resaltaladimensiónsocialdeladesigualdad.

 

  

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Garretónempezóvinculándoseexplícitamenteal temadelCongresoalpreguntarsededóndesacamos un concepto de realización humana que no sea impositivo (que no incurra en elimperialismo cultural, podríamos añadir). En entrevista para una estación de radio (elcongresodefilosofíahasidotemaimportanteenlosmediosdecomunicaciónlocales)señaléquemiconcepciónde florecimientohumano(desarrollode las fuerzasesencialeshumanas:necesidades y capacidades) es suficientemente amplio como para eludir el problema de laimposición, yaquequedanabiertasquénecesidadesy capacidadeshabrándedesarrollarsemás.

Otrosconceptosquemanejóconhabilidadfueroneldemododeproducciónindustrialymodode producción del conocimiento; así como el contraste entre igualdad y equidad. En laredistribuciónquereconstruyalacomunidaddebaseGarretónencuentraelcaminoaseguir,perohacenotaragudamentequeenlaeradelconocimientoloquehayqueredistribuirnoesya solamente la propiedad, sino los conocimientos, las capacidades, lo cual no resulta tansencillo, pues como él mismo mostró, los sistemas escolarizados lejos de combatir ladesigualdadlaagudizan.

En todo caso, para hacer viable la redistribución se necesita un estado fuerte y, en nuestraépoca, los estados nacionales tienen que formar agrupaciones regionales para adquirirsuficientepoderdenegociación.

JuanEnriqueVegaensuintervencióndestacóque"lasregionessonpropuestaspolíticas".Portanto,añadió,eslegítimopreguntarsesiexisteAméricaLatina.

Argentinaestambién (apartedel tango,el futbol, lacarneyelvino)unpaísde libros.Pocasciudadesenelmundotienentantas,ytanbuenas,libreríascomoBuenosAires(ytantasytanbuenaseditoriales).

Headquirido,en consecuencia,muchos libros (ymehanobsequiadootros).Unodeellos,Elrecreo de la infancia. Argumentos para otro comienzo (Siglo XXI, Buenos Aires, 2007), deEduardoBustelo,unode lospensadores latinoamericanosmásprofundos(ycríticos)en lostemas sociales. En el prólogo, EmilioGarcíaMéndezdice, ymeparecequeno exagera: "Notengoduda‐quisieradecirlodesdeuncomienzoysinningunaambigüedad‐dequeellectorseencuentra aquí frente a un texto extraordinario, verdadera ruptura epistemológica queincursionaenterritorioshastahoyinexploradosconesteniveldeespecificidad.

"Elrecreode la infancia constituye,enrealidad,un lúcidoymuypoco frecuente intentopordesentrañarcríticamentealgunasrazonesdelmalestarsocialcontemporáneo".Asídefrágilesla cosa (Norma, Bs. Aires, 1999) es un libro de aforismos de Martin Hopenhayn, sermultidimensionalquees funcionariode laCEPALy filósofo.Vayandosminiaforismoscomoejemplodelapoesíadeestesingularlibro:"Contactonohaycontacto";"Siempreesposibletomar atajos. Pero en esas economías de paisaje el alma puede acabar bebiendo su propiased".

 

  

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20 JULIO DE 2007

Abrirán todas las rosas que necesitamos

ElmásrecientelibrodeAMLOayudaanoolvidar

Andrés Manuel López Obrador durante la presentación de su libro Lamafia nos robó laPresidenciaFoto:CarlosRamosMamahua

Lamafia nos robó la Presidencia, el nuevo libro de Andrés Manuel López Obrador, es unaautobiografía escrita enun estilodirecto y sencilloquedice loquepiensa sin rodeos. Cadacapítulo aborda una etapa de su quehacer político: Tabasco, el liderazgo en el PRD, elGobierno del Distrito Federal y, finalmente, la lucha por la Presidencia y la resistencia yorganización posteriores al fraude electoral. El libro es, como el Gobierno Legítimo, laConvenciónNacionalDemocrática,elFrenteAmplioProgresista,lasgirasdeAMLOportodoelpaís, un instrumento de lucha. La lectura masiva de la obra ayudará a mantener viva lamemoria,anoolvidar.

Sólome referiré al último capítulo que ayuda a entendermejor la operacióndeEstadoqueimpidió que AMLO sea hoy el presidente legal (y no sólo el legítimo). De la lectura nosenteramos,porejemplo,quealgunospotentados leofrecieronmontos ilegalesdedinero,enbilletesdemildólares,queélnoaceptóporquenoqueríallegaralaPresidenciaconlasmanosatadas; que a Azcárraga Jean alguien le hizo llegar un apócrifo decreto, supuestamenteredactadoporAMLO,paraexpropiarTelevisa,yqueeljuniormillonariolemostróenreclamopensandoqueera legítimo;queBernardoGómez(segundoenTelevisa) lo llamóeldíadelaelección para decirle que había ganado la Presidencia; que en casi todas las encuestas desalida (confirmando lo indicado por las últimas encuestas electorales, tanto las publicadascomo las que se levantaron un día antes de la elección y que ya no se podían publicar)aventajó a Calderón por varios puntos; que Fox le pidió al niño verde que se uniera encoaliciónconelPAN;queRobertoHernándezlereclamóaAMLOporsuscríticassobreelnopagode impuestosen laventadesubanco(Banamex);de la cercaníaentreHernándezy laGordillo(incluyendolatrascripcióndesutelefónicaenel2003);quesegúnGóngoraPimentel(exministrode laSCJN), en increíblederrochede cinismo los empresariosdeMonterrey leconfesaronnosólonocreerenlasleyendasnegrassobreAMLO,sinoqueelloslasfabricabanparamantenersusprivilegios;quelaSHCPretuvorecursospresupuestalesyparticipacionesfederalesalosgobernadoresquesenegaronacederalaspresionesdeFoxparaqueapoyaranalcandidatodeladerecha;ynosenteramosdemuchasotrascosas.Lecturafascinante.

 

  

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El libroaporta datos importantes sobre el fraude electoral. Elmásnovedosoy central paraprobar laexistenciadel fraudeelectoralesqueen lasmásde9milcasillasen lasquehubouna aparente participación ciudadana, que rebasó la media del distrito electoralcorrespondiente en10por cientoomás, violando las reglaselementalesde laprobabilidad(yaqueparticipaciónelectoral ypreferenciapartidaria, sobre todoenunaelección cerradasonvariablesindependientes),43.3porcientodelosvotosfueronparaelPANysólo28.7porciento para AMLO (casi 15 puntos de ventaja), cuando los datos nacionales muestran unadiferencia de 0.6 por ciento. Aún peor, en 28 de las 32 entidades federativas, incluyendoalgunasdondearrasó,entodaslascasillasconmayorparticipaciónciudadana,elcandidatodelPANtuvounporcentajemásalto,yAMLOunomenor,quesusporcentajespromedioen losdistritos. Esto es imposible estadísticamente, demostrando que una parte de la supuestamayor participación fueron votos falsos añadidos a Calderón, que muestran el fraudeelectoral. laobrapresentaestosdatosporentidadfederativa.EnNuevoLeón,elPANganaaAMLO por 66.3 por ciento contra 12.4 por ciento en las casillas con alta participación,mientras en la entidad lo hace por 48.9 por ciento contra 16 por ciento. La votación porAcción Nacional aumenta en 17.4 puntos y por AMLO disminuye en 3.6 puntos en dichascasillas,ampliandolabrechaen21puntos.

AMLO concluye: "Esas casillas con [aparente] alta votación a favor del PAN fueronprácticamente tomadas por delincuentes electorales que falsificaron los verdaderosresultados".Estaevidenciasecomplementaconlahistoria(pococonocida)delosobstáculosdelIFEenlosdistritosparaevitarelregistrodelosrepresentantesdelacoalición,afectandosupresenciaen25porcientodelascasillas.

DecíaHegelquelaverdadeseltodo.Unadelasgrandesvirtudesdeestecapítuloesque,porsucaráctersintético(miraelbosqueynosepierdeenlosárboles)nospermitevereltodoy,portanto,laverdad:atodacostaseimpidióqueunlíderindependientedegrancarisma,deizquierda, sin compromisos de sangre o económicos con la elite, que había anunciadoreiteradamente el fin de los privilegios, llegara a la Presidencia. Desde el post desafuerofracasado hasta la validación de las elecciones por el TEPJF, pasando por la propagandamasivadeFox,laspresionesdeésteagobernadores(ylaanuenciademuchos)paraapoyaraCalderón, las presiones ilegales de empresarios a sus trabajadores, la guerra sucia, lasomisionesyactosilegalesdelIFE(comolaaperturadepaqueteselectoralesylamanipulaciónelectrónicade la información), facilitandoyhaciendoel fraude, la alianzade losmedios (latelevisión comprada con la leyTelevisa), todo ello ymuchas cosasmás que el libro analizaconformanlavisióndeltodoquenospermiteverlaverdad:el2de juliode2006y losmesesque le siguieron, hubo un incruento golpe de Estado enMéxico. Por eso el 2 de julio no seolvidaránunca.

AMLOes,sinduda,unhombrefeliz:porelloLamafianosrobó laPresidencia finalizaconunfragmento de un poema de Carlos Pellicer lleno de esperanza: algún día se eliminarán elhambre(elmaízserádetodos)ylainjusticia,ylabellezaserádetodos:abriránrosasnuevas,másrosas,todaslasquenecesitamos.

 

  

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27 JULIO DE 2007

Un primate con apetito epistémico TrabajoymentecausalesnoshicieronhumanosLargocaminohastaelhomosapiens"Medeclarocontinuistatambién"

http://www.jornada.unam.mx/2007/07/27/index.php?section=opinion&article=026o1eco

Cráneos humanos encontrados en una tumbamasiva, producto de la Guerra de los TreintaAños,cercadelpueblodeScharfenberg,alnortedeBerlín.Elepisodiocomenzóen1618enelcentrodeEuropa(principalmenteenterritorioalemán)yconcluyóen1648Foto:Reuters

Capacidadprensilderivadadelaoponibilidaddelpulgar,dominanciadelsentidodelavistayno del olfato y bipedestación (caminar erguido en dos extremidades) son elementosconstitutivosde loshomínidos (primatesbípedos),mientrasenel génerohomo seañade latendencia al crecimiento del cerebro. Así comienza la reciente ponencia de Aura Ponce deLeón(APL),queda títuloaestaentrega1yquereflexionasobreelpapeldel trabajoyde lamentecausal(queseorientaapercibir,comprenderyutilizarlacausalidad)enelprocesodehominización.ApartirdelaconstitucióndelgénerohomoenAfrica,hace2.5millonesdeaños,con la fabricación de rudimentarias herramientas de piedra, seguidas de otras máselaboradas, del uso probable del fuego y del entierro de losmuertos, la historia natural seentremezclaconlacultural,señalaAPL.

Laautorasostienequenofueunimpulsoparticularosaltocríticoelqueinicióelprocesoquellevó al homo sapiens, sino la conjunción de diversas variables. A los rasgos humanosdistintivos ya enumerados añade: adecuación del hábitat, vida social, cuidado parentalprolongado,incipientedivisióndeltrabajo,ladistinciónentreelbienyelmal,lenguajeyarte.APLdestacalaimportanciadellenguajecomomecanismodealmacenamientodeinformaciónextrasomático,sinelcualunaherenciaculturaltanvastanohabríapodidotransmitirse,yladeltamañodelcerebro,yaqueunamayorcantidaddeneuronasposibilitaneldesarrollodecapacidades como la comunicación y el trabajo. La autora añade que todos estoscomportamientos pueden encontrarse en forma rudimentaria y en ocasiones sofisticada enotrosanimales.Enumeraalgunosanimalesconstructoresyañadelacuriosidaddelosgatos,laastuciadelzorro,lainteligenciadelcuervoyellenguajedelosdelfines.Deloschimpancés(elanimal más cercano a nosotros) destaca la inteligencia maquiavélica, la autoconciencia, lafabricaciónyutilizacióndeinstrumentosyarmas,lasexualidaddisociadadelareproducciónylacapacidaddeaprendizajedellenguajedeseñas.

 

  

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Concluyeque los rasgosque "consideramosquemásnos caracterizannoconstituyen,por sísolos,unarupturacompletaconotrosanimales.Esunacuestióndegradoydeconjunción".Yañade loqueconsideraunavariableclave: lamentecausal,queconcibecomo"lacondiciónqueantecedióaltrabajoyloposibilitó".Afirmacióndiscutible.Muestracómolahabilidaddehacer y manipular utensilios nos convirtió en la más adaptable de todas las criaturas, yargumenta que la diferencia con otros animales capaces de crear instrumentos estriba ennuestramayorpremeditaciónyprevisióndefuturo,elpensamientoconceptualylacapacidadinventiva.Concluye,deaquí,queeltrabajo,lacapacidaddemodificarnuestroentorno,esunadelasprincipalescaracterísticasdenuestrogénero.

Porconsiderarlaunarevisiónconceptualprofundadeloqueeltrabajoesalaesenciahumana,APLrevisaacontinuaciónmilibroenpreparación,Ampliarlamirada:unnuevoenfoquedelapobreza y el florecimiento humano. Identifica tres fuentes y tres partes integrantes de miconcepciónsobrelaesenciahumana:laconcepciónfilosóficadeMarxatravésdelalecturadeGyörgyMárkus(Marx‐Márkus), lasteoríasde los instintosyde lasnecesidadeshumanasdeMaslow,y lastesissobre lasnecesidadespeculiarmentehumanasdeFromm.APLconsideraque mi recreación del planteamiento de Marx‐Márkus sobre los rasgos esenciales del serhumano(trabajo,queseorientademaneramediadaalasatisfaccióndesusnecesidadescomosu actividad vital; ser social y consciente, que tiende a la libertad y a la universalidad)contribuyearecuperarelverdaderopapeldeltrabajodelosorígeneshumanos.Deestavisiónderiva una crítica a la paleoantropología, la cual, dice, sobredimensionó el hecho que otrosprimatestambiénfabricanyusanherramientas,yminimizó"elenormehechodenuestracunahistórica, posibilitada sólo por el trabajo y por la retención y transmisión de sus éxitos yproductosacadanuevageneraciónquerecibeasíunaherenciacadavezmásricaycompleja".

APL señala: "Boltvinik juzga que es en el trabajo y los elementos asociados a él donde seencuentra la ruptura entre las formas previas y la aparición del hombre. Yo matizaría.Encuentro en el reino animal innumerablesmuestras de trabajo, sociabilidad y conciencia,tantopresentesindividualmenteendistintasespecies,comojuntas,presenteslastresenunasola especie, como los chimpancés. Sin embargo, cualquiera que sea nuestra postura en unhipotéticodebateruptura‐continuidad,enelcualyomesitúocomocontinuista,nodisminuyeen absoluto la relevanciade la aportacióndeBoltvinik en cuanto a volver a llamarnuestraatenciónsobrelaimportanciacrucialdeltrabajoenlaaparicióndenuestraespecieysobrelarelaciónderetroalimentaciónqueseestablecióenelserhumano,entresuscapacidadesysusnecesidades".

Creo queme ha convencido:me declaro continuista también. APL analiza la concepción deDavidHume,segúnlacuallamentecausalestaríapresentetambiénenlosanimalesyplanteaqueestamentesemagnificóenelserhumano.Concluyesuprofundoensayoconpreguntasmuy sugerentes que pueden abrir rutas de investigación transdisciplinaria: ¿Tenemos uninstintodecausa?¿Estribaaquíunadenuestrascausasoriginarias?¿Cómoabordardesdelapaleoantropología la dupla necesidades‐capacidades para comprender mejor el círculovirtuosoquenoshizo,noshace,humanos?

1AuraPoncedeLeón,"Unprimateconapetitoepistémico.PensandolaevoluciónconHumeyBoltvinik",ponenciapresentadaenelcoloquioMente,CulturayEvolución,Taxco,12y13dejulio,INAH.

 

  

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AGOSTO

3 DE AGOSTO DE 2007

Bolívar Echeverría y el Homo Legens

Planteaeladvenimientodela"neobarbarie";elsernoseextinguirá

EnelnúmeromásrecientedeDesacatoshayundiálogoMarxistadealtura

"Creoque esta discusión entreMarxistas que no están sometidos a la idea de que hay unaautoridad que definirá cuál de los dos tiene la razón, que esta posibilidad de discutir, esjustamente algo que se abre en revistas comoDesacatos. En este sentido,me complacemiparticipación en esta presentación". "Decidir sin tutela, a partir del juicio propio: estepostuladokantianodelcomportamientoquedeberíaserpropiodel individuoilustrado,sólosevuelverealmenteposibleconelapogeodelHomolegens,sobretodoapartirdelsigloXVIII."Estas dos citas, que valoran altamente la autonomía del individuo, provienen del mismoautónomoautor:BolívarEcheverría(BE).Laprimeraesdesuintervenciónenlapresentacióndel número 23 de la revista Desacatos (del CIESAS), que se titula: "De la pobreza alflorecimientohumano:¿teoríacríticaoutopía?",en laquedialogócríticamentecon lastesisdeGyörgyMárkus(GM)contenidosensutexto"Sobrelaposibilidaddeunateoríacrítica".Lasegunda cita proviene de su libroVueltade siglo (Era, 2006) por el cual el autor acaba derecibirelPremioLibertadoralPensamientoCrítico,otorgadoporelgobiernodeVenezuela.Distinción,comoveremos,muymerecida.

Ensuprofundo comentario,queaunadoalexcelentecomentariodeEnriqueSemo,convirtiódichapresentaciónenunseminariodealtura,BEdestacólaautonomíaintelectualdeGyörgyMárkus,quienjuntoconAgnesHelleryotrosformaronlaEscueladeBudapest"queintentabaseguir los planteamientos de György Lukács, criticarlos y actualizarlos. Que trataba demantener,dentrodelimperiosoviético,lavigenciadeunMarxismocrítico.Loqueincluyeun

 

  

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Marxismo capaz de autocriticarse y de desarrollarse para ser capaz de discutir con otrosplanteamientos teóricos del siglo XX". BE describe cómo el gobierno satélite de Hungríareprimióalosintegrantesdelgrupo,loquefinalmentelosobligóaexiliarseenAustralia.Contodoelloestablece, con fuerza, elvigordelpensamientoautónomodeMárkus, realzandoelvalorenormedelacitaconlaqueabrehoyEconomíaMoral.EnlapresentacióndeDesacatoshablédespuésdeBEydije,sinexagerar,queeldiálogo(virtual)queacabábamosdeescuchareraentredosdelosmásgrandesMarxistasvivosdenuestrotiempo.

Homolegens,diceBEenVueltadesiglo,noessóloelserhumanoquepracticaallectura,sinoaquél"cuyavidaenteracomoindividuosingularestáafectadaesencialmenteporelhechodela lectura; aquél cuya experiencia directa e íntima del mundo" tiene lugar a través de laexperienciaindirecta"queadquieredelalecturasolitariadeloslibros";"elqueleeporpuroplacer", para quien la lectura es un fin en sí misma. Aunque BE no se refiere al libro deGiovanniSartori,Homovidens.Lasociedadteledirigida(Taurus,1997),esevidentelautilidaddecontrastarambas"especies":paraelHomovidenslapalabraestádestronadaporlaimagen,esalguien"incapazdecomprenderabstracciones,deentenderconceptos".

BEnoconsideraqueelHomolegensseaunaespecieenpeligrodeextinciónporquelabasedesuexistenciaesel tipode individuosingular instauradopor lamodernidadcapitalista cuyasupervivenciaestáasegurada.Estetipodeindividuosurgióde"unadevastaciónirreversible"que lo dejó "desprovisto de la identidad arcaica o tradicional de sus antecesores, losindividuoscomunitarios,peroqueestácondenadoabuscarunaconfiguraciónconcretaparasuconvivenciacon losotros".Eldestinonegativodel libroy la lectura indicaríamásbieneldestronamiento,lapérdidadepoder,deunciertousodeellos.Loquesetambalea,añade,esel uso tradicional, canonizador y jerarquizante de los libros y la lectura, que estaría siendosustituidaporunalecturadesordenada,caótica,peroelHomolegensnoestaríaenpeligrodeextinción.

Sinembargo,BEplanteaconlucidezquela"minimizaciónoaislamientodelaaltacultura"quecaracteriza nuestro tiempo, lleva a la "ruptura del circuito vertical que la conectaba con lacultura baja o espontánea, circuito que era esencial para ambas y constitutivo de la vidacultural moderna". Se trata de un asunto gravísimo: "de un hecho que implica unextrañamiento de la sociedad respecto de su propia herencia cultural, una incapacidad deentenderla y apreciarla; que implica, en definitiva, el advenimiento de una especie de"neobarbarie'".Setrataríadelamuertedelaculturaengeneralysusustituciónporeventosdediversión.

Desde aquí plantea una pregunta que, me parece, es otra manera de plantearse la posibleextinción delHomo legens: ¿pero la barbarie de la 'industria cultural', de la 'cultura' de losmassmedia,vaenverdad,fatalmente,aterminarporsustituiralacultura?"BErespondequeeste destino sería inevitable si no hubiese resistencia a la aniquilación de lo humano quecaracteriza la figura capitalista de la modernidad, pero añade que esta resistencia no eserradicable de la sociedad porque la fuerza creativa de la sociedad no le pertenece alcapitalismo,sinoque,comoparásito,lausayladomina,peronopuededestruirla.Surgiríaasíunproyectodemodernidadalternativaalacapitalistaenlacuallaaltaculturasereconectaríaconlaculturabajaoespontánea,peronoalamaneraverticalydiscriminatoriaqueprevalecióhastahacepoco,sinodeunamanerahorizontal,incluyente.

 

  

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Por lo pronto, lector, si usted se identifica como Homo legens habrá sentido una brechaenormeconquienesustedidentificacomoHomovidens,ysabráloquesignificapertenecerauna minoría cada vez más pequeña

 

  

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10 DE AGOSTO DE 2007

Buscar la verdad de la pobreza

Eselmomentoparaunareflexiónsistemáticaalrespecto

La semana pasada el Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de DesarrolloSocial)emitióunboletínconlosresultadosdeaplicaralosdatosdelaENIGH2006(EncuestaNacionaldeIngresosyGastosdelosHogares,2006)elmétododemedicióndelapobrezaquela Sedeso adoptó como oficial en el sexenio pasado. Ya que estemétodo dejó de ser oficialdesdeel21deenerode2004alentrarenvigorlaLeyGeneraldeDesarrolloSocial(LGDS),elConevalseñalóensuboletínlosiguiente:

"Los datos reportados se basan únicamente en el ingreso corriente per capita, uno de losindicadores que, de acuerdo con la LGDS, debe ser empleado para calcular la pobreza. ElConeval está desarrollando actualmente trabajos con especialistas nacionales einternacionalesparadiseñaryestablecer lamediciónoficialde lapobrezaenMéxico que,deacuerdo con la LGDS, debe ser multidimensional y considerar los siguientes indicadores:ingresocorrientepercapita;rezagoeducativopromedioenelhogar;accesoalosserviciosdesalud; acceso a la seguridad social; calidad y espacios de la vivienda; acceso a los serviciosbásicosenlavivienda;accesoalaalimentación,ygradodecohesiónsocial."

DadoqueelConevalestáalabúsquedadeunmétodoparacumplirconlaLGDSmedianteelconcursodeungrupodeexpertos, esunbuenmomentopara reflexionar sistemáticamentesobre el tema (ya que todo puede estar sujeto a cambio). En esta entrega y las siguientesquierocontribuiralrespectoabordandoalgunosaspectosdeladinámicadeloshogaresqueno se han reflejado en los ejercicios de medición y que podrían explicar una parte de ladiscrepanciaentre lapercepciónciudadanadequeseguimosempeorandoy (casi todas) lasmedicionesdepobrezaporingresosquereportanmejoríasrápidas.

Los elementos que me propongo analizar complementan la ruta de análisis que hasistematizadoAraceliDamiányqueserefierealadudosacomparabilidaddelaENIGH2002yposterioresconlasprevias,asícomoalasseriasfallasdeestimaciónenlasENIGHdealgunosparámetros altamente determinantes de la pobreza (como tamaño del hogar y número deocupados).1

La LGDS establece como primer indicador para medir la pobreza el ingreso corriente porpersona,queeselúnicoqueutilizaelmétodo"antesoficial".Peroésteesun indicadormuydeficiente del nivel de vida, ya que las necesidades humanas cambian con la edad. Al ircreciendoloshijosaumentansumasacorporalysusrequerimientosdeenergíayproteínas.Portanto,conelmismoingresoporpersonaestaráenmejorsituaciónunhogarcondoshijospequeñosqueunocondosadolescentes.Y,comobienlosabenlospadresdeéstos,tambiénsurgennuevasnecesidades.

Lapoblacióndelpaís,yconellaelhogarpromedionacional,havenidoenvejeciendo:12.3porcientodelosintegrantesdelhogarpromediodelpaíseranbebés(hasta4años)en1989,yen2006estacifrahabíabajadoa9.9porciento; losmenoresde15añosdisminuyeronde38.7

 

  

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porcientoa31porcientoenelmismoperiodo;ylaspersonasdelaterceraedad(mayoresde65años)pasaronde4.6porcientoa6.6porcientodeltotal.Cuandocontamospersonasnosecaptanestoscambiosyseintroduceconellounadistorsiónquepuedeafectarelsentidodelaevolución de la pobreza al usar el número de personas como denominador del ingreso delhogar.

Enuncálculopreliminardelosrequerimientosnutricionalesdelapersonapromedionacionalenformacomparativaentre1989y2006,encuentrounaumentodeellosde2.58porcientocomoconsecuenciadelenvejecimientodelaestructurademográfica,loquesignificaríaqueelcostode lacanastanormativadealimentos,sincambioen ladietanien losprecios, tendríaquehaberaumentadoenesaproporcióny, en consecuencia,deberíanhaberaumentado laslíneasdepobreza(LP)entérminosreales.EstaactualizaciónnofuerealizadaporelConeval.Igualmente,eltamañopromediodelhogarhavenidodisminuyendorápidamente.Mientrasen1989erade4.93personas,en2006yaeradesólo3.95,siempresegúnlasENIGH,que,comoveremos en futuras entregas, suelen errar fuertemente la magnitud de los cambios. En elprocedimientodecálculoporpersona,elingresodeunhogarde5miembrosdebeserigualomayor a 5 veces la LP para no ser pobre; mientras un hogar unipersonal necesitaría uningresoigualomayoraunaLP.Estoesincorrecto.Cuandoaumentaeltamañodelhogarsusrequerimientos de ingresos, derivados del aumento cuantitativo de sus necesidades, creceperomenosqueproporcionalmente, loqueseexplicaporqueen loshogareshayeconomíasdeescala(v.g.:elhogarde5personasnonecesita5cocinasni5televisiones).

Hahabidomuchos intentos de tomar en cuenta a través de unidades equivalentes, tanto eltamañocomolaestructuradeedaddelosmiembrosdelhogar.UsandolafórmulaalrespectodelaOCDE(OrganizaciónparalaCooperaciónyelDesarrolloEconómico),enlacualelprimeradultoenelhogarcuentacomo1unidadequivalente,losadicionalescomo0.7ylosmenorescomo0.5,ycomparandoelresultadode1989conelde2006queseobtieneconella,conelqueresultadelprocedimientoporpersona,observamosqueelcostodevidapromedioalnivelnormativo (o LP del hogar promedio) habría bajado en 19.9 por ciento en los 17 años delperiodoencuestiónconelprocedimientoporpersona,perosóloen13.9porcientoconeldelaOCDE.Esdecir,queelprimerprocedimientosobrestimaríaen6puntosporcentuales(43por ciento) la baja en la LP del hogar promedio, sobrestimando así la disminución de lapobrezaenelpaís.

1 Véase Araceli Damián, "Los problemas de comparabilidad de las ENIGH y su efecto en lamedicióndelapobreza",PapelesdepoblaciónN°51,pp.111‐146.

 

  

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17 DE AGOSTO DE 2007

Buscar la verdad de la pobreza/II

Fórmulaquecalculalíneasdepobrezaporfamilia,tipoyeconomíasdeescala

La gráfica ilustra la ideadeeconomíasdeescala en loshogares.Al aumentar elnúmerodeadultos varones, desde 1 a 6, aunque el costo total aumenta, lo hace menos queproporcionalmente,porlocualelcostopromedioporadultobajarápidamente

En la entrega anterior de esta columna (10/08/07) me referí a dos características de ladinámicadelapoblaciónnacionalqueinfluyenenelniveldenecesidadesaconsiderarenloscálculosdelapobreza.1)Mostrécómoelenvejecimientodelaestructuradeedades(menorproporcióndeniñosymayordeadultos) conllevaunaumentode lasnecesidadesy calculéque,sóloporelaumentode losrequerimientosnutricionales,habríahabidounaumentode2.58porcientoen la líneadepobreza.Para tomarencuenta lasdiferenciasdenecesidadesentre grupos de edades y sexos se usa el concepto de unidades adulto equivalente (AE).AlejandroMarín, basándose en los requerimientos normativos de la Canasta Normativa deSatisfactoresEsenciales(CNSE)deCoplamar,1queconsideratodoslossatisfactoresesencialesrequeridosporunhogar,determinólossiguientescostosequivalentesaldeunvarónadultoque cuenta como la unidad:mujer adulta 0.81, niño0.58, niña 0.54, bebémasculino 0.43 ybebéfemenino0.43.Tambiénmostrécómoelcálculodelosrequerimientosdeingresosdeunhogara travésdelprocedimientodel ingresoporpersona(enelcualelcostodevidadeunhogarde5personases5vecesmásaltoqueeldeunhogardeunapersona),alignorarnosólolasequivalenciasadulto,sinotambiénlaseconomíasdeescaladelhogar(salemásbaratovivirjuntos),ademásdedistorsionarlaidentificacióndeloshogarespobres(tiendeasubestimarlapobreza de los hogares pequeños y sobrestimar la de los hogares grandes), distorsiona laevolucióndelapobrezaeneltiempocuando,comoocurreahoraenMéxico,eltamañomediodelhogarestádisminuyendorápidamente,yaquesobrestimamucholadisminucióndelcostodevidadelhogarpromedio.EstoúltimoloilustrécuantitativamenteconlafórmulaqueusalaOCDE (1+0.7A+0.5M, la unidadpara el primer adulto, 0.7 cada adulto adicional y 0.5 cadamenor)paracalcular la líneadepobreza(LP)decadahogaryquetomaencuentatantolasequivalenciasentregruposdeedades(nodistingueporsexos)comoeltamañodelhogar.

 

  

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Unamejoropción,tantoporestarbasadaenunacanastanormativacomoporhacerexplícitaslas diferencias entre bienes individuales (BI) y bienes familiares (BF), se deriva de laclasificación de los rubros de la CNSE en estas categorías realizada por Marín. Los BI sonaquéllosenlosqueelusoporunapersonaexcluyeelusoporotra(nadiemáspuedeponerselacamisaquetraigopuesta).LosBFpermitenelusocolectivosimultáneoosecuencial(latv,elbaño)y sondedos tipos: los fijos (BFF),que sinaumentarpuedenatenderaunnúmerocrecientedepersonas(cocina,sala)ylosvariables,cuyousocrececonelnúmerodepersonas,peromenosqueproporcionalmente(gas,electricidad).MaríndeterminóelcostodelosBIdelosseisgruposantesmencionados,elcostodelosBFF,yenunatablacalculóelcostodelosBFVparahogaresdesde1hasta10personas.PeronollegóaunaecuaciónsintéticacomoladelaOCDE.Tampocoennuestroartículoconjuntollegamosaella.

AjustandounaecuacióndelínearectaasutabladeBFV(CBFV=16,232+5,637p,dondepeselnúmerodepersonasenelhogarylosvaloresnuméricossonpesosporaño)logrésuperarelobstáculoqueloimpedía.Paraunhogarconppersonasyaeunidadesdeadultoequivalente,laLPserá:LPH=a+(b)p+(c)ae.Esdecir,laLPHeslasumadetreselementos:1)ElcostodelosBFF(10,498pesosanuales)máselelementoconstantedelaecuacióndelosBFV(16,232),iguala26,730pesosanuales,quesesimbolizacomoa.2)Elelementovariabledelaecuaciónde BFV, igual a 5,637 pesos anuales por persona, simbolizado como b. 3) Otro elementovariable(c)quedependedelnúmerodeadultosequivalentesenelhogar(ae)ydelcostodelosBIdeunvarónadulto(17,773pesos).Todoslospesosanterioressondefebrerode2000.Alactualizarlaajuniode2007resulta:LPH=37,184+7,842p+24,724ae.Siaunhogarde4personas: 1 hombre, 1 mujer, 1 niña y 1 bebé varón, le aplicamos los coeficientes adultoequivalenteobtenemos2.78ae(1+0.81+0.54+0.43),quemultiplicadospor24,724pesosnosdaelcostodelosBI:68,732.Almultiplicar7,842porlas4personas,obtenemos31,368pesos.Alsumarestasdoscantidadesyelprimer término(37,184),obtenemosunaLPde137,284pesos anuales o 11, 440 mensuales para nuestra familia de 4 personas, equivalente a 7.5salariosmínimosvigentesenelDistritoFederal.Paraunvarónadultoviviendosolo,laLPesde 69,750 pesos, 50.8 por ciento de la LP de la familia de 4 personas, mostrando laseconomíasdeescalayel fuertecontrasteconelprocedimientodepobrezaporpersonaquepondríaestaproporciónen25porciento.CabeadvertirqueMarínrevisóhaciaarribaelcostodelaCNSEdefinidaenCoplamarenalrededordel20porcientoconmuybuenasrazones.

Laecuaciónfinalexpresaquesondoslasvariablesquedeterminanelcostoentrediferenteshogares: elnúmerodepersonas (que reflejaqueen ciertasnecesidades loque cuentaes elnúmerodepersonasynosusedadesosexos)yeldeadultosequivalentes(quesintetizaenunnúmerolamagnituddelasnecesidadesindividualesconsiderandoeltamañoylacomposicióndemográfica del hogar). Esto se suele olvidar y, al abandonar el indicador de número depersonasselesustituyetotalmenteporeldeadultosequivalentes.

1 La CNSEpuede consultarse en Coplamar,Macroeconomíade lasnecesidades esenciales enMéxico, Siglo XXI, México, 1983. Los principales resultados del trabajo de Marín puedenconsultarse en Julio Boltvinik y Alejandro Marín, “La canasta normativa de satisfactoresesencialesdelaCoplamar.Génesisydesarrollosrecientes”,ComercioExterior,vol.53,núm.5,mayode2003,pp.473‐484.

 

  

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24 DE AGOSTO DE 2007

Macroeconomía de las garantías sociales

SeminariointernacionalenelcontextodelareformadelEstado

ElcongresodelaUniónyelSeminariodelaCuestiónSocialdelaUNAM,quecoordinaRolandoCordera,hanorganizado,enelcontextodelareformadelEstado(supuestamente)enmarcha,el Seminario Internacional sobre Garantías Sociales. La primera conferencia, cuyo títuloencabezaestacolumna,constituyeundobleacierto,porhaberelegidoalmaestroDavidIbarra(DI), economista ilustre, incisivoy claridoso comopocos, ypor abrirun seminario sobre lareformasocialdelEstadoconelpapelde laeconomíaenelbienestarysobre lasrelacionesentreloeconómicoylosocial.

Sin rodeos,DI señaló que "progreso económico, democracia y equidad se exaltan como lospilares constitutivos, imprescindibles, de la vida civilizada y de la legitimidad de losgobiernos", e identificó una doble función de la política social: erradicar los riesgos queenfrenta la población (función preventiva) y compensarlos cuando se han materializado(función "curativa" o compensatoria). Esta es la retórica, pero la realidad, aclara, suele serdistintayaquesubsisten"interesesybarreras infranqueablesa laarmonizaciónconsensualdelaeconomíaconlajusticiasocial".

Además, continúa, "durante el último cuarto de siglo el paradigma económico neoliberalcircunscribiólasmetaseconómicas(ydepasolassociales)alaestabilizacióndepreciosydelas cuentas públicas, con claro descuido del crecimiento y del resguardo de la igualdadcolectiva", por lo que la "política social ha quedado coja, cuando no degradada. Ahora sufunciónse constriñeapaliar,quenoerradicar, las fallasyefectosnegativosde laspolíticaseconómicas".

DI identificadosmudanzasparadigmáticasenlas intervencionessobrelosocial:1)Afinalesdelosaños50se"relegóalolvido"lamodificacióndirecta"deladistribucióndelariqueza,elingreso o el poder (como la reforma agraria y los impuestos progresivos al ingreso) paradescansar medularmente en los efectos percoladores del crecimiento se refiere al famosogoteo hacia abajo)". La segundamudanza, señala, lleva a la política social "a la tarea, máslimitadaeinmediata,deabatirlossíntomasdelapobreza".

Enunsolotrazo,comolosmaestrosdelapintura,describelanuevapolítica:"Sebuscallevaralivioalosmásdesprotegidoseindigentes,másquecorregirlasfuerzasquelossumergenenesa situación".Y añade loque consideraeldefectomás seriodeestamaneradeabordar lacuestión social: se confina a emprender proyectos microsociales, lo que equivale, en suopinión, a "encubrir y validar la separaciónde lasdemandasdeunademocracia incluyentecon respecto a los objetivos ahora estrechos de la política económica". Identifica así la"desarticulaciónmedulardelaspolíticaspúblicas",loquecalificadeserioporque"sedejandelado las metas del empleo, el crecimiento y la distribución, pilares insustituibles desustentacióndelbienestar".

 

  

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Cuandosostienequelasupresióndesubsidiosgeneralizadosylafocalizacióndelgastopúblicorepresentanunaumentoenlaeficiencia,surgemiprimerdesacuerdo.Lafocalizaciónparecemás eficienteque el subsidio generalizado (p.ej. a la tortilla) cuando se consideran sólo loserroresdeinclusión(beneficiaraquiennolonecesita)peronolosdeexclusión(dejarfueraaquienlonecesita),yaquelafocalizacióndisminuyeelprimererror,peroaumentaelsegundo.

Veamos lo que ocurre en Oportunidades: identificados los hogares en "pobreza decapacidades"(supoblaciónobjetivo)aplicandoalaEncuestaNacionaldeIngresosyGastosdelos Hogares (ENIGH) del 2005 el "método oficial", resulta que sólo 40 por ciento de ellosreciben los beneficios del programa y que 60 por ciento de los hogares en pobreza decapacidadesestánexcluidosdelprograma.Elerrordeinclusióntambiénesalto:41porcientodeloshogaresbeneficiariosnosonpobresdecapacidades.

DIesconscientedellimitadoefectodeestosprogramasque,"envezdecombatirlaapariciónde la pobreza (la prevención) sólo pretenden atemperar algunas de sus consecuencias" (lacuración). Con su aguda capacidad crítica añade que son "programas funcionales a lasestrategiasestabilizadorasenbogaalsubordinarcualquierarreglosociala lasposibilidadesdelosllamadosfundamentoseconómicos".Describelaprivatizaciónindirectadelosserviciossociales,mostrandoqueelgastoprivadoensaludesyamásaltoqueelpúblico.Estetipodeprivatizaciónselograpauperizandolosserviciossocialespúblicosylimitandosucrecimiento,loqueempujaamáshogaresaacudiralosserviciosprivados.

Sintetiza:"sehalogradounamacroeconomíasaludableenmateriadeestabilidaddepreciosyunamacroeconomíaenfermaen términosdelmercadode trabajoy la equidadsocial".Estoúltimoloilustracondatosdelaprecarizacióndelmercadodetrabajoydelaemigración(eldatoqueproporciona,400milanualeshasidoyarevisadoporConapoquemanejaahora600milanuales,cifratambiénsubestimada).

TambiénestoyendesacuerdoconDIcuandoaceptalosdatosoficialesdebajaenlapobrezaenMéxico.DifieroporlanocomparabilidaddelasENIGHdelperiododeFoxconlasprevias,porsucadavezmenorconfiabilidad,yporquemispropiosresultados,conmimétodoylascifrasdelasENIGH,arrojanunestancamientodelaincidenciadelapobrezaen75porcientodelapoblación.

ElmaestroIbarraconcluyemagistralmente:"lasituacióndescritasevienetraduciendoenelcrecimientoexplosivodelsectorinformal,enpobrezacrónica,eneldesaprovechamientodelbono demográfico, en la emigración, en el empleo corruptor del narcotráfico y del crimenorganizado". Propone que, para ganar la batalla contra la injusticia social y los rezagoseconómicos, es necesario un contundente golpe de timón en dos frentes: 1) prioridad acrecimientoyempleo;y2)darcontinuidadyhacerexigibleslosprogramasmicrosociales".

 

  

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31 DE AGOSTO DE 2007

Cuarto de siglo / I

Delanacionalizaciónbancariaydelaseriedenecesidadesesenciales

Mañana se cumplen 25 años de la nacionalización bancaria y del control de cambiosdecretadosporLópezPortilloensusextoInforme.Lamedidaprodujopasmo,irayrencores.Amparo Espinosa Rugarcía declaró que ese día sintiómiedo por primera vez (ElUniversal,30/08/07),seguramentedeconvertirseenciudadanadeapie,yayerpublicóenLaJornadaundesplegadoquemuestraquelossentimientosquelecausólaexpropiacióndeBancomer,del que era accionista mayoritario su padre (Manuel Espinosa Iglesias), siguen vivos. Lanacionalización fue paradójica: un acto estatista que simboliza el comienzo de la eraneoliberal.Miguelde laMadrid, entoncespresidenteelecto, daríaprontoelprimerpasodereversión (participación privada en los bancos estatales), que habría de seguir con lareprivatización(CarlosSalinas),elrescatebancarioyFobaproa(ErnestoZedillo),yfinalmenteconlaextranjerizacióndelabanca(VicenteFox).Eltránsitodelabancapúblicaalaextranjerasimbolizalatransicióndelaautodeterminaciónnacional,alaquealgunavezaspiramos,ala

 

  

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subordinación global que es el principio rector de los tecnócratas neoliberales aliados delcapitalapátrida.

Al anunciarse la nacionalización bancaria, el equipo de trabajo de la Dirección General deEstudios Socioeconómicos de Coplamar (Coordinación General del Plan Nacional de ZonasDeprimidasyGruposMarginadosdelaPresidenciadelaRepública),acargodeArturoCantú(q.e.p.d.), concluía el penúltimo de los libros que publicaría: Necesidades esenciales yestructuraproductivaenMéxico,quesepublicófueradelconvenioconSigloXXIqueincluyóseis volúmenes, cinco que ya estaban en esemomento en prensa y que conforman laSerienecesidades esenciales enMéxico: alimentación, educación, vivienda, salud, yGeografía de lamarginación,yMacroeconomíade lasnecesidadesesenciales,quefuepublicadoporSigloXXIen 1983. Estos seis volúmenes siguen estando a la venta en nuevas ediciones, cumplentambién un cuartode siglo. Elmérito básico de la formación de este equipo fue de ArturoCantú.YoeraeldirectordeNecesidadesEsenciales.Esunbuenmomentopararecordar loscontenidos.Nosóloporlos25años,sinoporque,comoseñaléenlasentregasdel10y17deagosto de esta columna, el Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política deDesarrolloSocial)hapuestoenmarchalastareasparadefinirelmétodomultidimensionaldemedicióndelapobrezaquehaceobligatoriolaLeyGeneraldeDesarrolloSocial(LGDS),quedebeutilizaralmenosochoindicadoresahíenumerados,yquesustituiráalquefueoficialenel gobierno de Fox. Siete de los ocho indicadores fueron abordados en detalle en lainvestigacióndeCoplamar.Miremoscómosehizo.

Hoycomentoel indicadorde ingresoscorrientesdelhogar,enelcualCoplamardefinióunaCanastaNormativadeSatisfactoresEsenciales,formadapor306rubrosespecíficosdebienesy servicios que el hogar tendría que satisfacer por la vía del consumo privado (es decirexcluyendotransferenciasgubernamentalesenespecie),agrupadosenlasnecesidadesde:1.alimentación(alimentosyartículosparaprepararlosyconsumirlos);2.vivienda(incluyepagode servicios de agua, electricidad y predial, muebles y accesorios, y blancos); 3. salud(comprende sólo productos medicinales menores y artículos para la higiene del hogar ypersonal, ya que se supuso que los servicios de salud se atenderían vía transferenciaspúblicas);4.educación(porlamismarazón,incluyebásicamentelibrosyartículosescolares);5.culturay recreación (materialde lectura, gastosendiversiónyesparcimiento, aparatosyartículoseléctricos);6.transporteycomunicaciones;7.vestidoycalzado;8.cuidadopersonalyotrasnecesidades (artículos y servicios para tal fin, artículos auxiliares en el hogar, y otrosgastos). El costo de estos rubros constituye la línea de pobreza (LP) contra la cual ha decompararse el ingreso de los hogares para determinar cuáles son pobres de ingresos. Alingresode loshogares captadospor laENIGH (EncuestaNacional de Ingresos yGastos)de1977selehicierondoscorrecciones:seajustaronacuentasnacionalesporquelasencuestaslosubestiman,ysededujodecadahogarsugastoeneducaciónysaludquenoestánincluidosenlaCNSE.

Resultópobredeingresosel58porcientodelapoblaciónen1977,18.5puntosporcentualesporarribadelúnicootrodatodisponibleparadichoaño:de laCepal (39.5porciento),quetambién ajusta a cuentas nacionales pero calcula la LP multiplicando el costo de la CNA(canastanormativaalimentaria,quesóloincluyealimentos)porunfactorquedeberíaserelinverso del porcentaje del gasto destinado a alimentos, llamado coeficiente de Engel (E),observado enun grupo de referencia, pero que la Cepal convirtió endos númerosmágicosparatodaslasáreasurbanas:2,yrurales:1.75,deAméricaLatina.EnlaCNSEelinversodeEimplícitoesmuchomásalto:3.4,loqueexplicaladiferenciaenlosporcentajesdepobres.La

 

  

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diferenciadefactoressignificaqueelmontodisponibleparanecesidadesnoalimentariasesmásdeldobleenlaCNSEqueenCepal.

Estoscontrastescobranunaenormevigenciaporqueelmétodo‘oficial’delsexeniopasadoessimilaraldelaCepaly,apesardequeenlapropuestaoriginalelComitéTécnicoqueformólaSedesoparaproponerelmétodooficial,definióloquellamólaLP3conunfactorde2.5enelmediourbano,estaLPfueeliminadaporSedesoysustituidaporunacalculadaconunfactorde2enelmismomedio (quees laqueseconocecomopobrezapatrimonial,LPP). ¿Fueronexageradas lasdefinicionesdesatisfactoresesencialesen laCNSEdeCoplamar,oCepaly laLPP los subestiman? ¿Al definir elmétodomultidimensional que la LGDS le exige, Conevalusará la LPP o la CNSE u otra definición para el indicador de ingresos? ¿Retomará la LP3eliminadaporSedeso?

 

  

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SEPTIEMBRE

7 DE SEPTIEMBRE DE 2007

Cuarto de siglo / II

De la definición de necesidades de vivienda y sus servicios

Además de una definición minuciosa, lograda mediante la construcción de una Canasta Normativa de Satisfactores Esenciales (CNSE), de lo que adquirimos a través del ingreso corriente (véase la entrega del 31/08/07), los estudios de Coplamar, que cumplen un cuarto de siglo en estos meses, incluyeron definiciones conceptuales y operacionales de los mínimos de satisfacción de las necesidades de alimentación, educación, salud y vivienda (y sus servicios). Hoy abordo esta última. El capítulo 2 del volumen Vivienda de la Serie Necesidades Esenciales en México (Siglo XXI), referido a este tema, señala que “desde un punto de vista conceptual, el mínimo en materia de vivienda sería el límite inferior al que se pueden reducir las características de la vivienda sin sacrificar su eficacia como satisfactor de las necesidades habitacionales de sus ocupantes”; y añade: “La condición necesaria y suficiente para definir una calidad mínima de vivienda es que cumpla –en forma satisfactoria y permanente– con las funciones de protección, higiene, privacidad, comodidad y funcionalidad, localización y seguridad en la tenencia”.

La protección es la “capacidad de la vivienda para aislar a sus ocupantes en forma suficiente, permanente y regulable a voluntad, de agentes exteriores potencialmente agresivos”, de origen climático (calor, frío, lluvia, vientos), residual (polvo, ruido) producidos por catástrofes (inundaciones, sismos, tormentas) o de la agresión directa de animales y especialmente de gérmenes patógenos”. Distingue protección activa, cuando la vivienda es directamente el agente protector, y protección pasiva que se refiere a las instalaciones dispuestas para que los ocupantes de la vivienda se protejan, sobre todo en términos de higiene del hogar y personal. El primer tipo de protección requiere: un correcto diseño y una adecuada selección y aplicación de los materiales constructivos.

“Toda vivienda debe ofrecer condiciones de higiene suficientes, continúa el volumen, para reducir las probabilidades de que sus ocupantes contraigan enfermedades imputables a la casa habitación” y distingue la función higiénica activa y la pasiva. Para cumplir con la función higiénica activa, la vivienda debe contar con: a) Espacio suficiente para evitar el hacinamiento, entendido como “proximidad obligada y persistente entre los ocupantes que propicia una constante interferencia y se traduce en mayores probabilidades de transmisión recíproca de enfermedades como en daños afectivos probables”. b) Ventilación adecuada y posibilidad de “asoleamiento directo de todos los locales habitables en dosis que aseguren la acción microbicida de los rayos ultravioletas y un adecuado calentamiento interno de la vivienda”. c) Capacidad de atenuar los efectos potencialmente nocivos de temperaturas extremas y corrientes no controladas de aire frío. d) Capacidad de controlar el acceso y reproducción de fauna nociva. e) Seguridad de diseño e instalación para reducir los accidentes domésticos.

La función higiénica pasiva radica sobre todo en el ciclo hídrico, de cuya calidad depende en buena parte la incidencia de enfermedades gastrointestinales, y que comprende las

 

  

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siguientes etapas públicas: captación, depuración, potabilización, almacenamiento y distribución; las etapas domésticas de almacenamiento, canalización, uso doméstico y evacuación; y nuevamente las etapas públicas de digestión y disposición de efluentes. Cuando se eliminan algunos pasos de esta secuencia se genera un alto riesgo de contaminación del agua. Cuando se pasa de la captación directamente al almacenamiento y uso doméstico, el agua no tiene ninguna garantía de higiene. Cuando se cumplen las etapas públicas pero la distribución se hace vía hidrantes públicos “se introduce un punto de potencial contaminación durante el acopio y acarreo, que por lo general se realiza en recipientes abiertos”. Por ello “se considera que en el semiciclo higiénico el mínimo está constituido por la toma domiciliaria”. En el caso del acceso directo a la fuente (pozos, por ejemplo), “el acceso a los depósitos es manual, por lo que cada apertura de los mismos y el uso de recipientes o mangueras para extraer el agua trae consigo la posibilidad de contaminación”. Cuando se eliminan las etapas de digestión y eliminación de efluentes, las aguas negras entran en contacto directo con cauces de aguas superficiales o –por infiltración al terreno– con mantos de agua subterráneas. “Por esta razón se estima que la letrina tradicional, si bien supone una mejoría respecto al fecalismo al aire libre debe considerarse por debajo del mínimo desde el punto de vista sanitario” (p.19).

Las instalaciones adecuadas son apenas una condición necesaria pero no suficiente, porque el “uso es el punto clave del ciclo. Si el usuario no sabe, no puede o no quiere usar el sistema con higiene, de nada sirve que otras características sean correctas”, por lo cual la “educación sanitaria de la población es un componente imprescindible del sistema” (p.20).

El texto añade el requerimiento de un correcto almacenamiento de la basura, su recolección en el medio urbano, y el enterramiento o uso de biodigestores en el rural. Aborda las funciones de privacidad externa e interna (la segunda de las cuales requiere muros divisorios internos), las de comodidad, funcionalidad, localización (que determina la accesibilidad a los servicios de educación, salud, recreación, así como los tiempos de los desplazamientos) y orientación geográfica (que determina el asoleamiento). Finaliza la discusión conceptual del mínimo de vivienda con la seguridad de la tenencia. Aborda después el mínimo operacional para fines de diagnóstico que veremos en futura entrega.

 

  

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14 de septiembre de 2007

Avance crucial de la política social del DF

Se crea el Consejo de Evaluación del Desarrollo Social de la capital

En lo que va del año, el Gobierno del Distrito Federal ha mostrado que no está, como su equivalente federal, paralizado. Ha puesto en marcha nuevas obras, promovido intensamente el uso de la bicicleta, y en materia social ha tomado dos decisiones importantísimas: becar a todos los estudiantes de bachillerato y crear el Consejo de Evaluación del Desarrollo Social del DF (llamémosle Evaluar-DF en espera del acrónimo oficial). El Decreto que lo crea está redactado y firmado, y en estos días será publicado en la Gaceta Oficial del Distrito Federal. Fue presentado a los medios el viernes pasado. Es un paso muy importante para desatar el desarrollo de la cultura de la evaluación en el DF y en su diseño hay algunos avances sustanciales respecto al Consejo Nacional de la Política de Desarrollo Social (Coneval), creado por la Ley General de Desarrollo Social. El más importante es el carácter vinculatorio de sus recomendaciones con un mecanismo de apelación y decisión final. Las recomendaciones del Coneval carecen de fuerza porque la dependencia evaluada no está obligada a acatarlas.

En algunos aspectos el Decreto sigue el modelo del Coneval. Por ejemplo, al igual que éste Evaluar-DF contará con un órgano (central en las decisiones de carácter sustantivo) de carácter ciudadano, que se llama Comité de Evaluación y Recomendaciones, que será presidido por el titular de la Secretaría de Desarrollo Social e integrado además por seis consejeros ciudadanos que serán propuestos por un organismo previsto en la Ley de Desarrollo Social del DF, la Comisión Interinstitucional de Desarrollo Social, integrada por los titulares de las secretarías del ámbito social y económico y de las 16 delegaciones, previa convocatoria pública, y designados por el jefe de Gobierno. Los consejeros ciudadanos deben contar con experiencia en el tema, y cuatro de ellos deben ser miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI). En el Coneval todos deben pertenecer, o haber pertenecido, al SNI, y quien elige es la Comisión Nacional de Desarrollo Social, en este caso sin intervención del titular de Sedeso o del presidente de la República. Tengo la impresión que en el Decreto que crea Evaluar-DF tampoco se supera, como ocurre en el Coneval, la ambigüedad entre las tareas de estos consejeros ciudadanos y las de la estructura administrativa del organismo descentralizado.

Igual que el Coneval, Evaluar-DF llevará a cabo la evaluación de las políticas públicas y medirá la pobreza, pero con algunas particularidades en ambos casos. Se distinguen explícitamente las evaluaciones externas (al organismo ejecutor) y las internas en los términos de la Ley de Desarrollo Social del DF. Las externas son las que están a cargo de Evaluar-DF. En términos de medición, se incluye no sólo la de pobreza, sino también la de desigualdad, la del “grado de desarrollo socioeconómico de las unidades territoriales del DF” y la “evaluación del “avance en el cumplimiento de los derechos sociales”.

Evaluar-DF cuenta con otras funciones, la más importante es la elaboración de “un informe anual sobre el estado de la cuestión social en el DF”. Éste puede ser un detonador de otra manera de hacer las cosas. Puede dar lugar a amplios debates sobre

 

  

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las orientaciones básicas de la política social y coadyuvar a una nueva manera de rendir cuentas.

Las evaluaciones, el informe anual y las diversas mediciones generan necesidades de información que rebasan la que pueden proporcionar las dependencias ejecutoras. Se hará cada día más evidente, a medida que funcione Evaluar-DF, la necesidad de un Instituto de Información Estadística del DF (un INEGI local).

Un mérito del Decreto es orientar la evaluación no sólo al significado estrecho de desarrollo social, entendido, según suele ocurrir en el gobierno federal, sólo como focalización de programas para atender sólo a la población que vive en pobreza extrema, sino hacia la política social en su conjunto. En los considerandos del Decreto se señala que “se recupera el concepto de desarrollo social en su sentido más amplio, como un mejoramiento continuo de las variables económicas y sociales ligado a la capacidad de las personas de ejercer a plenitud su ciudadanía, y compromete al Estado a garantizar el cumplimiento de los derechos individuales, económicos y sociales, a disminuir la desigualdad social, revertir los procesos de exclusión y segregación socio-territorial en la ciudad, impulsar políticas y programas contra la pobreza en el contexto de las políticas contra la desigualdad, e implementar acciones que busquen la plena equidad social y de género…” Y concluye así este clarificador pasaje: “Se trata de una política social incluyente, que fomenta la cohesión social y promueve el ejercicio de ciudadanía”. Esto se refleja en el artículo 1 del Decreto que define a Evaluar-DF como un organismo público descentralizado que “tiene a su cargo la evaluación externa de la política social de la Administración Pública del Distrito Federal y de los programas sociales que ejecuta”.

El carácter vinculatorio de las recomendaciones de Evaluar-DF es el más grande avance. Con base en las evaluaciones, Evaluar-DF emite recomendaciones; la dependencia a quien van dirigidas tiene dos opciones: las acepta y aplica, o apela y argumenta en contra. La decisión final la toma la Comisión Interinstitucional de Desarrollo Social: “Las recomendaciones del Consejo de Evaluación serán obligatorias, en su caso, una vez agotado el procedimiento ante la Comisión Interinstitucional de Desarrollo Social, quien resolverá en definitiva” (artículo 19). En todos los casos, Evaluar-DF dará seguimiento a la puesta en práctica de las recomendaciones. Habrá que seguirle los pasos a esta nueva institución que ya le hacía mucha falta al DF.

 

  

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21 DE SEPTIEMBRE DE 2007

Marxismo crítico en México

Importante libro de Gandler sobre Sánchez Vázquez y Bolívar Echeverría

http://www.jornada.unam.mx/2007/09/21/index.php?section=opinion&article=030o1eco

El escritor Bolívar Echeverría Foto: María Luisa Severiano

http://www.jornada.unam.mx/2007/09/21/index.php?section=opinion&article=030o1eco

El filósofo Adolfo Sánchez Vázquez Foto: Cristina Rodríguez

El próximo miércoles 26 será presentado en la librería del Fondo de Cultura Económica, situada en Miguel Ángel de Quevedo, el importante libro de Stefan Gandler (SG), Marxismo crítico en México: Adolfo Sánchez Vázquez y Bolívar Echeverría (FCE, 2007, 621 pp.). A pesar de su enorme extensión, y de la densidad de los temas que aborda, se lee con fluidez y placer. Está muy bien escrito y traducido (del original en alemán). SG es un joven (43 años) filósofo alemán residente en México. La obra es una versión revisada de su tesis doctoral en filosofía en la Universidad Goethe de Frankfurt, ciudad filosóficamente famosa por la Escuela de Frankfurt (Horkheimer, Adorno, Benjamín, Marcuse, Fromm y Habermas) que ostenta la “titularidad” histórica de la “teoría crítica”. El autor del prólogo, Michael Löwy, sintetiza la esencia del libro al señalar que SG “aporta la demostración de que la ruptura con el eurocentrismo es una condición indispensable para una verdadera universalización de la teoría crítica”. Es un texto sobre el Marxismo crítico, en el cual SG analiza con admiración, pero con actitud crítica a los dos grandes pensadores mexicanos por adopción, y en donde el prologuista hace lo mismo respecto al autor, logrando, por la vía del ejemplo, un homenaje al pensamiento crítico.

 

  

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La tarea que lleva a cabo SG para su tesis doctoral es formidable (ahora afortunadamente disponible en español). No sólo analiza el pensamiento de ambos autores, tarea titánica en sí misma, sino que elabora completísimas biografías y bibliografías de ambos. Para la biografía y el pensamiento de Bolívar Echeverría (BE) el autor se apoyó en amplias entrevistas que le hizo. Al leer el libro uno va conociendo las vicisitudes de la vida de ambos filósofos (uno nacido en España, el otro en Ecuador) y su desarrollo intelectual. También sabe algo de la vida de SG (conocedor a fondo del nazismo), quien llegó a México por primera vez el año que cayó el muro de Berlín (1989) para hacer su tesis doctoral.

En su prefacio a la edición en español (en alemán se publicó en 1999) SG dice algo que, aunque polémico, a veces se nos olvida: “a pesar de todo, México tiene el privilegio de ser uno de los pocos países del mundo que no ha tenido un gobierno fascista o criptofascista en el siglo XX”. La lucha de SG contra el eurocentrismo recorre todo el libro, y señala en este prólogo:

“Toda la crítica, explícita o implícita en las páginas que siguen, al eurocentrismo… se queda corta en relación con lo que hoy día pensamos… los años que el autor ha vivido en México… le han llevado a una visión sobre el eurocentrismo mucho más radical que la expuesta en este libro… A contracorriente de lo que, aun en México mismo se piensa, estamos profundamente convencidos que el eurocentrismo ‘filosófico’ y general, es una de las razones principales del actual desastre que vive la humanidad a nivel mundial. Mientras no se supere la autolimitación existente en la llamada periferia en lo que concierne al derecho y, sobre todo, la obligación de criticar, analizar el mundo en su totalidad, y denunciar, así como atacar, directamente desde aquí los fatales errores del llamado centro, mientras esto no suceda, no hay razón alguna para tener esperanza” (p. 22).

SG añade que se “trata ya no de reclamar nada más lo propio como algo que debe también existir, sino retomar la responsabilidad universal que tienen los habitantes fuera del falsamente nombrado ‘primer mundo’…”. Y todavía: “mientras la edición alemana quería convencer a los lectores germano parlantes de que son mucho menos ‘centro’ de lo que piensan, la edición mexicana quiere, desde esta nueva perspectiva, dejar constancia que la razón, si tuviera algún lugar físico preferido, estaría aquí mismo, en el ombligo de la luna”.

En la Introducción, denominada “Del Marxismo eurocéntrico al Marxismo periférico”, SG hace algo insólito y fascinante: enuncia “la ley secreta que cada uno lleva dentro” y manifiesta que el libro pretende violarla. Esta ley está formada por un preámbulo, siete “mandamientos” y dos normas penales. El preámbulo es: “Toda razón parte del poder. Donde no hay poder no hay razón”. Los primeros dos mandamientos se refieren a evitar “pensamientos” que no estén aliados al poder reinante y a ningún poder. Los cinco siguientes se refieren a cuidarse y alejarse de pensadores que no estén aliados al poder reinante, a ningún poder, que no ambicionen estarlo (N° 5), que no puedan hacerlo aunque quisieran (N° 6), y que ni siquiera vivan en los centros del poder (N° 7). Las dos penalidades se refieren a quienes violen los mandamientos 5 y 7 (pena máxima), y 6 y 7 (doble de la pena máxima). SG considera la violación del mandamiento 6 de ocurrencia casi imposible. Por esta razón y por “el miedo a lo inimaginable del doble de la pena máxima”, en su libro impulsa sólo hasta la violación de 5 y 7, lo que supone naturalmente la violación de los anteriores (excepto el 6) y del preámbulo. SG formula una tipología de

 

  

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pensadores según cuáles mandamientos violan y cuáles no. Su libro, dice, pretende violar el 7 y el 5 simultáneamente, analizando pensadores no únicamente por ser del tercer mundo, sino en tanto que “aportan algo de importancia universal que tal vez en el primer mundo no se había podido pensar”. La obra “pretende ser una aportación a la discusión filosófica del Marxismo” con el “doble objetivo de huir tanto del dogmatismo como del eurocentrismo”. Ha sido el esfuerzo de ruptura radical con la ley secreta lo que ha llevado a SG, según narra, a ocuparse de dos Marxistas no dogmáticos de México. No es casual la elección de este país y de dos autores nacidos fuera, ya que “la política del gobierno posrevolucionario abrió a innumerables exiliados la posibilidad de vivir y trabajar” aquí. Un libro para aprender, disfrutar y reflexionar. Un estímulo enorme para leer a Sánchez Vázquez y a Bolívar Echeverría.

 

  

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28 DE SEPTIEMBRE DE 2007

Gandler critica a Bolívar Echeverría

Se presentó en el FCE Marxismo crítico en México

El libro de Stefan Gandler (SG), que también aborda la obra de Adolfo Sánchez Vásquez (SV), se presentó este miércoles en una librería del Fondo de Cultura Económica, la editorial que lo publica. El texto se divide en cuatro partes. En la primera se presentan vida y obra de los autores. En la segunda, se discute la obra de SV, sobre todo el concepto de praxis y su relación con la teoría. En la tercera parte, la más larga e importante, se abordan las complejas ideas de Bolívar Echeverría (BE), quien ha buscado hacer aportaciones originales para el desarrollo del Marxismo crítico, sobre todo los dos aspectos que forman el “meollo de la filosofía social echeverriana”: valor de uso y ethos (ethos se refiere a las cuatro maneras de soportar en la vida cotidiana lo insoportable de las relaciones capitalistas reinantes).

En la cuarta parte, el autor evalúa el libro en torno a los dos objetivos que en él se propuso: 1) mostrar que también fuera del llamado primer mundo hay filósofos que merecen ser estudiados, incluso por habitantes de las supuestas metrópolis de la filosofía; 2) a partir de la discusión con los autores seleccionados, introducir en Alemania debates relevantes como aportación al desarrollo de la filosofía social. En torno al primer objetivo, dice haber privilegiado la exposición de las filosofías de SV y BE en lugar de la crítica a las mismas. Por lo que se refiere al segundo objetivo, aborda tres temas (la afirmación o crítica de la praxis, la determinación conceptual de cultura y naturaleza, y la crítica filosófica al eurocentrismo) en los que relaciona y pone en juego, además de los autores que son su objeto de estudio, a Alfred Schmidt, distinguido filósofo y tutor de Gandler para su tesis doctoral. Me referiré sólo al primero, en el cual SG señala que una de las

 

  

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diferencias decisivas entre los dos autores reside en el distinto modo de referirse a la praxis humana. Se pregunta si es correcta la crítica de BE que sostiene que SV tiene una postura demasiado optimista, incluso apologética, de la praxis humana, que contrasta con la suya que critica el mito de la revolución: la idea que todas las relaciones de la vida humana podrían subvertirse mediante una revolución, por ser una mala copia de presunciones burguesas.

Gandler establece: 1) Apoyándose en la lectura que SV hace de Marx, que “no toda actividad es al mismo tiempo praxis, sino sólo la realizada en forma consciente y reflexionada”, que el concepto de praxis ya contiene su relación íntima con la teoría. 2) Que, por tanto, en las relaciones sociales existentes apenas hay praxis en estricto sentido, ya que la reproducción social es caótica, no reflexionada, incluso anárquica; que nunca como ahora hubo tan poca conciencia colectiva e individual sobre el proceso de reproducción. 3) Rechaza la manera en la cual Bolívar utiliza el concepto praxis: “Cuando BE habla de una ‘praxis monstruosa’ de la sociedad actual, es evidente que no se refiere a la praxis en el sentido radicalmente crítico anteriormente expuesto, sino que iguala ‘praxis’ a ‘actividad’, que deben diferenciarse con exactitud”. 4) Sostiene que esto “guarda relación con el hecho de que la conciencia, en la cual consiste justamente la diferencia precisa entre ‘actividad’ y ‘praxis’, no es captada por BE de manera crítica”. Y añade que BE ha llegado a su concepto de ethos histórico (crítico del eurocentrismo) sólo al precio de mermar el impulso Marxiano de crítica de la ideología. 5) A pesar de las contribuciones, contradictorias en su opinión, de BE a desarrollar un enfoque no eurocéntrico dentro de la discusión Marxista, para que realmente se pueda avanzar en ese intento de superación del eurocentrismo… se requiere una crítica persistente de las mencionadas limitaciones de Echeverría. Para ello, son necesarios los conceptos Marxianos de praxis e ideología elaborados de nuevo, tarea que realiza SV con singular empeño.

Los cinco puntos parecen una crítica contundente que supone un rechazo casi total a las concepciones de praxis y de ideología de BE por parte de Gandler. Pero éste termina con una afirmación paradójica: sostiene que la crítica de BE al optimismo exagerado de la concepción de praxis de SV es “pertinente y es fundamento de algunas de sus principales aportaciones para el desenvolvimiento de una teoría crítica Marxista (su teoría del ethos histórico como elemento central de una teoría no eurocéntrica de la cultura)”, pero al “mismo tiempo su reproche es desacertado y debe entenderse como consecuencia de su mayor limitación filosófica; a saber, la tendencia a simplificar la problemática de la ideología para poder hacer algo correcto en el plano de lo falso existente. Ahí se da una singular oscilación entre un limitarse a describir determinadas formas sociales de los cuatro ethe de la modernidad capitalista, como tipos ideales, y un fijarlos de modo idealista, más allá de investigaciones materiales de suficiente envergadura” (p. 474).

En cambio, SG dice a favor de SV y de Schmidt: “Contra toda primera apariencia, el concepto de praxis de los dos autores no es un concepto de confianza absoluta –proveniente de la tradición burguesa progresista– en la capacidad humana para la transformación del mundo y su conocimiento, sino que, al mismo tiempo y en mayor medida, es un concepto que brota de la indignación por la praxis humana vivida [se refiere sobre todo al fascismo que ambos sufrieron]. El conocimiento que acompaña a la praxis no es un conocimiento en el sentido de los pensadores de la Ilustración, que hace brillar el mundo cada vez más a la luz de la verdad, sino un conocimiento del horror”. Las críticas a BE son muy controversiales. Espero poder expresar mi opinión en próximas entregas. Muchas gracias a Stefan Gandler por este maravilloso e importante libro.

 

  

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OCTUBRE

5 DE OCTUBRE DE 2007

André Gorz (1923-2007)

Su partida nos empobrece, pero nos queda su obra

André Gorz y su esposa Dorine

En 1964, siendo estudiante en la Escuela Nacional de Economía (UNAM), leí con una fascinación, una avidez y un efecto transformador, que han quedado grabados en mí desde entonces, el libro de André Gorz (AG) Historia y enajenación (FCE, 1964). Muchos años después descubrí por qué se lee como si hubiera sido escrito originalmente, y muy bien, en español: fue traducido por la mano maestra de Julieta Campos (q.e.p.d.). En el libro conocí el concepto de enajenación y el análisis crítico del capitalismo. Fue como perder la inocencia. Ahora, 43 años después, muerto ya AG (él y su mujer se suicidaron juntos hace unos días), tomo el texto en mis manos y leo:

“Hay enajenación cuando se ha invertido toda la libertad en un trabajo, para descubrir a fin de cuentas que el resultado, nutrido de las propias angustias y del propio esfuerzo, es otra cosa, es cosa de otros; que el acto propio y libre es la trampa que nos entrega la dominación del Otro; que nuestra objetivación libre es el objeto de una objetivación que nos niega y que hace de nuestra libertad el instrumento de nuestro sometimiento”.

Una conferencia de Víctor Flores Olea (VFO) en la Escuela de Ciencias Políticas y Sociales, en la cual explicó cómo Marx había girado 180 grados la dialéctica idealista de Hegel, también en ese tiempo, tiene en mi memoria una presencia similar. Hace unos meses, conversando con él sobre el pensamiento de Gorz, nos contó de la amistad que los unió durante un tiempo y lamentó haber perdido, desde hace mucho, todo contacto con AG. (Ambos fueron coautores, con Fromm, Horowitz y Marcuse, de La sociedad industrial contemporánea, Siglo XXI, 1967.) En esos días yo había estado estudiando uno de los libros más recientes de AG, Miserias del presente. Riqueza de lo posible, Paidós, 1997 (véanse las entregas de Economía Moral del 4,11 y 18 de mayo y del 1° y 8 de junio de este año para un análisis de las principales ideas de esta importante obra), y tenía la

 

  

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esperanza de lograr un intercambio epistolar con Gorz. Prometí a Víctor buscar el correo electrónico de AG para que él pudiera recontactarlo. Falté a mi promesa. Lo lamento, Víctor.

La periodista y crítica cultural alemana Ulrike Baureithel (UB), colaboradora de Freitag, semanario alemán de izquierda, contextualiza la terrible noticia de una manera muy hermosa. Después de analizar la obra teórica de Gorz, desde Adiós al proletariado (1980), hasta Conocimiento, valor y capital (2004), dice que su último y “más hermoso libro: Carta a D. Historia de un amor (2006) es una postergada declaración de amor a su mujer Dorine. En él refleja la incredulidad de Gorz de que la hermosa británica que conoció en Lausana en 1947 hubiera reparado en él, “el judío austriaco sin posibilidades”. UB cita el final del libro: “Desde hace cincuenta y ocho años vivimos juntos, y ahora te quiero más que nunca. Hace poco he vuelto a enamorarme de ti, y se ha abierto de nuevo en mi pecho ese vacío voraz que sólo el calor de tu cuerpo en el mío consigue llenar”. UB explica el doble suicidio: “Estaban de acuerdo en que ninguno de los dos tenía que ver al otro bajar a la tumba, de modo que –gravemente enfermos ambos desde hacía tiempo– se quitaron de consuno la vida en su casa de Vosnon, en la campiña francesa”.

Gorz, cuyo nombre original fue Gerhard Hirsch, y que en sus escritos periodísticos usó el seudónimo de Michel Bosquet (asignado, como él dice, por su primer patrón), nació en Viena en 1923. Encuentro en Internet una entrevista que concedió en 1999 a Michel Klotowsky, cuando había recién aparecido Miserias del presente... Tenía 75 años y Klotowsky lo describe como muy flaco, casi seco. Al hablar de sus estudios, AG muestra que era un personaje muy fuera de serie. Dice que mientras cursó ingeniería química, profesión que nunca ejerció, pero que puede ayudar a entender cómo un filósofo se mete al taller de producción y estudia minuciosamente lo que ahí ocurre, como hizo en varios de sus libros, estudiaba (al parecer por su cuenta) sicología y filosofía. Y añade: “Hice algunos cursos de filosofía en la universidad durante un semestre. Me pareció tan grotesco que me burlaba públicamente de los profesores. Nunca volví.” Cuenta cómo su descubrimiento de Jean Paul Sartre no estuvo basado en sus obras filosóficas, sino en las novelas La náusea y El muro: “Las compré, las leí, las releí, me parecieron fantásticas. Era exactamente lo que yo podía sentir, lo que podía gustarme, lo que podía seducirme intelectualmente”. Sigue diciendo: “En 1943 apareció El ser y la nada. Ensayo de ontología fenoménica. Siempre me había interesado la fenomenología. La estudié durante tres meses. La asimilé totalmente. Fui, creo, el primer sartreano convencido e incondicional”. Note el lector que AG tenía entonces 20 años y no tenía estudios formales de filosofía. Gorz cuenta que después escribió un libro de 600 o 700 páginas, que era la continuación de El ser y la nada, que habría de tardar 20 años en publicarse con el título de Fundamentos para una moral.

Hijo de madre antisemita, según dice él mismo, y un padre judío despojado de sus propiedades por los nazis, decide residir en Suiza, pero en una ciudad de habla francesa, Lausana, lo que explica diciendo que en la escuela secundaria decide romper (por lo que le hicieron a su padre) con todo lo que era germano, y añade: “Yo había nacido bastardo, en una condición en que no era ni alemán, ni austriaco, ni católico, ni judío, aunque había sido bautizado. Por lo tanto, me pareció que tenía la posibilidad de estar al margen de cualquier identidad y ser libre de elegir… Después de la derrota de Francia de 1940, decidí ser francés, pertenecer al pueblo vencido por lo que consideraba la barbarie germana. Como vencido podía identificarme con los vencidos. Desde entonces, no practiqué el alemán por 44 años”.

 

  

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Murió con la misma fuerza de decisión, escogiendo cuándo, cómo y con quién morir. Con su amada de toda la vida. Su partida nos empobrece

 

  

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12 DE OCTUBRE DE 2007

Un fundamento contra la desigualdad

Crecientes bienes, sin tiempo para consumirlos, no generan más bienestar

Hilary Putnam (HP), en su importante libro sobre el colapso de la dicotomía hechos-valores1, hace una crítica radical de la teoría económica neoclásica y de su expresión normativa, la llamada “economía del bienestar”. Relata que hacia finales del siglo XIX, los economistas neoclásicos (Jevons, Marshall) adoptaron el concepto de utilidad, supusieron que podía ser cuantificado y dibujaron curvas de utilidad cuya forma estaba determinada por la Ley de la Utilidad Marginal Decreciente (LUMD), según la cual la utilidad marginal (la derivada de la última unidad consumida) disminuye al aumentar el consumo. Añade que en 1920 Pigou en su libro Economía del bienestar argumentó que también el dinero y el ingreso están sujetos a la LUMD y de ello derivó la tesis de que la disminución de la desigualdad del ingreso aumenta el bienestar, ya que la utilidad (o felicidad) social total aumentaría si se le quitaran mil dólares a un millonario y se le entregaran a un indigente.

Tesis tan subversiva, sin embargo, no podría durar en la academia (que tiende siempre a la apología de lo existente). HP relata que Lionel Robbins (LR) convenció a todo el mundo de que las comparaciones interpersonales de utilidad carecen de cualquier significado (1938) y mantuvo que la discusión racional es imposible en la ética y que, por tanto, las cuestiones éticas deben mantenerse totalmente fuera de la teoría económica. Así, de un solo golpe, se rechazó la idea que el economista podía y debía preocuparse por el bienestar social en un sentido evaluativo. La dicotomía entre hechos y valores fue llevada al absoluto en palabras de LR: “No parece lógicamente posible asociar los dos estudios [ética y economía]. La economía trata de los hechos; la ética de la valuación y las obligaciones”.

HP continúa diciendo que los economistas, convencidos por estas ideas de LR, lejos de abandonar la disciplina de la Economía del Bienestar, en lugar de ello buscaron (por raro

 

  

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que parezca) un criterio que fuese neutral, en términos de valores, del funcionamiento económico óptimo, y lo encontraron en la noción del óptimo de Pareto. Este óptimo, dado que está fundado en la imposibilidad de comparar la utilidad entre personas, sólo puede afirmar que ha habido mejoría social cuando, por ejemplo, algunos son beneficiados, pero nadie es perjudicado. Por tanto, HP dice:

El óptimo de Pareto es, sin embargo, un criterio terriblemente débil para evaluar condiciones socioeconómicas. Derrotar a la Alemania nazi en 1945 no puede ser considerada un óptimo de Pareto, por ejemplo, porque al menos un agente –Adolfo Hitler– fue movido a una superficie de menor nivel de utilidad.

El resultado de este pequeño pedazo de historia es, concluye HP, que si ha de haber una materia como Economía del Bienestar, y si esa materia debe abordar problemas de pobreza, entonces no puede evitar cuestiones éticas sustanciales.

En la idea de la LUMD hay un símil con la ley de la productividad marginal decreciente de la propia teoría neoclásica. Ésta, sin embargo, se refiere a aumentos de un factor de la producción cuando al menos uno de los demás factores se mantiene constante. El ejemplo clásico es la agricultura donde el factor fijo es la tierra y al varíar algunos insumos (semilla, fertilizante) aumenta la producción, pero la productividad marginal va decreciendo. Aunque la LUMD podría sustentarse en el caso de bienes específicos sin recurrir a la presencia de un factor fijo, basándose en el concepto de saciedad, éste no permite sustentar la vigencia de la LUMD para el ingreso en su conjunto.

Staffan B. Linder (SL) escribió en 1970 un libro2 que arroja luz al respecto. SL señala que los economistas han supuesto siempre, de manera más bien implícita, que el consumo ocurre instantáneamente, que el consumo no consume tiempo, lo que es falso. Una vez que el tiempo de consumo es considerado, y que el proceso de consumo se considera resultado de la conjunción de tiempo personal y bienes y servicios (disfrutar de una obra de teatro supone tanto pagar los boletos como asistir a la función, dedicar tiempo). Así, descubre que el tiempo no es sólo un recurso para la producción sino también para el consumo. El tiempo es un recurso muy especial: el tiempo personal total no puede ser aumentado ni ahorrado ni acumulado, y se distribuye igualitariamente.

Con el crecimiento económico, o la opulencia familiar, las personas tienen acceso a más bienes y servicios: el tiempo se va volviendo cada vez más “escaso” y los bienes más abundantes. Puesto que el consumo supone la combinación de tiempo y bienes, cada vez menos tiempo será dedicado a cada bien de consumo y, en cambio, aumentará la intensidad de bienes del consumo; por tanto, aumentará el “rendimiento del tiempo”, mientras “el grado de utilización del acervo de capital representado por los bienes de consumo, declinará”. Es decir, disminuirá el rendimiento de los bienes y, con ellos, el rendimiento del ingreso.

Está aquí la respuesta buscada: la LUMD del ingreso se fundamenta en la existencia del factor fijo tiempo ante un aumento del acceso a bienes y servicios. Una de las consecuencias es, señala SL, que los placeres tradicionales están bajo presión. Que comer se vuelve una actividad inferior, que deja de ser un placer primario con dimensiones sicológicas profundas y se convierte en una función de mantenimiento. El amor sexual, dice SL, toma tiempo y la presión para ahorrarlo hace que las aventuras

 

  

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sexuales, que requieren mucho tiempo, se vuelvan menos atractivas, que se reduzca el tiempo dedicado a cada encuentro sexual y que su frecuencia decline.

1 Hilary Putnam, The Collapse of the Fact /Value Dichotomy and Other Essays, Harvard University Press, Cambridge, Massachussets, 2002. Las citas del texto están tomadas del capítulo 3 referido al pensamiento de Amartya Sen (pp.46-64).

2 Staffan Burendam Linder, The Harried Leisure Class, Columbia University Press, 1970

 

  

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19 DE OCTUBRE DE 2007

Seguro de desempleo en el Distrito Federal

Paso histórico que apunta hacia un SD universal en el futuro cercano

Vivienda precaria en un municipio de Guanajuato Foto: Martín Diego Rodríguez

Ha empezado a circular el libro ¿Cuáles son las reformas estructurales que necesita México? de la Fundación Heberto Castillo, que dirige con gran tino doña Teresa Juárez de Castillo. Araceli Damián (de El Colegio de México), quien coordinó la mesa redonda de la que derivó la obra, escribe la introducción y un capítulo sobre las reformas económicas en las que cita, entre otros autores, lo señalado por José Luis Calva en dicho acto; Gabriela Bensusan (de la UAM) aborda la reforma del mundo del trabajo; Asa Cristina Laurel (secretaria de Salud del “gobierno legítimo”) analiza las reformas en materia de salud y seguridad social, y yo escribo un artículo llamado “Una reforma social para la izquierda”, centrado en la iniciativa de nueva Ley General de Desarrollo Social que presenté al Congreso de la Unión.

El texto proporciona respuestas desde la perspectiva de la izquierda a la pregunta que le da título. Bensusan plantea una transformación a fondo (una reforma estructural) de dicho mundo, uno de cuyos ejes busca lograr una nueva combinación de flexibilidad, productividad y protección social, en la cual los “trabajadores no resulten afectados en sus condiciones de vida y de trabajo por la inestabilidad de los mercados laborales”, lo cual supone un cambio en el “principio de la defensa a ultranza del puesto de trabajo para asegurar en su lugar una protección inmediata y más efectiva del individuo”, mediante la creación de seguros de desempleo (SD) y de la calificación de la fuerza de trabajo. Un SD financiado con recursos fiscales tiene, al menos, beneficios de tres tipos: socializa una parte de los costos del desempleo, puede aumentar la competitividad de las empresas, y evita la pauperización económica y la pérdida de autoestima del desempleado.

Esta semana comenzó el registro de solicitudes para el programa de seguro de desempleo (SD) del Gobierno de la ciudad de México, al que saludo con entusiasmo. Se ha publicado ya en la Gaceta Oficial del Distrito Federal la convocatoria a “las trabajadoras y trabajadores del Distrito Federal que hayan perdido su empleo a partir del 5 de diciembre de 2006” y las reglas de operación del programa. En éstas se señala: “Un seguro de desempleo de carácter tutelar, universal y solidario, bajo la responsabilidad del Estado, debe convertirse en un derecho de todas y todos los mexicanos que se queden

 

  

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sin ocupación, como un sistema de protección ante la contingencia de la pérdida del empleo, cuando sin culpa del trabajador, puede llevarlo a la destrucción personal y la de su familia”.

En muchas discusiones académicas y políticas se suele considerar al SD como algo imposible de alcanzar en México, como una utopía, aunque sea realidad en los países capitalistas centrales desde hace más de 70 años (y que también exista en algunos países periféricos). La instauración del SD es el primero en la materia en nuestro país y, aunque puede ser criticado por sus limitaciones, debe valorarse como un paso en la dirección correcta que tendrá efectos positivos y que apunta hacia un SD universal en el futuro cercano. Veamos estos efectos positivos. Alrededor de 60 mil personas recibirán cada año el beneficio de mil 500 pesos mensuales (un salario mínimo) durante seis meses (una transferencia total por desempleado de 9 mil pesos). La primera prueba de la necesidad del SD son las filas que se han formado para inscribirse en él. Cada año 60 mil familias (240 mil personas) recibirán un apoyo que les ayudará a sortear la crisis que genera la pérdida del empleo de uno de sus miembros. A muchos les ayudará, como han mostrado las ferias del empleo, a conseguir un nuevo trabajo, ya que el programa obliga al GDF a desarrollar bolsas de trabajo más eficientes y programas de capacitación que, a muchos, les ampliarán sus horizontes ocupacionales potenciales. Muchos no recuperarán el empleo formal, pero el pequeño colchón de los 9 mil pesos (y el significado simbólico que el GDF entiende su problema y los quiere ayudar) puede significar un respiro y un aliento que evite que caigan en un estado depresivo, facilitando así que encuentren otra actividad que les permita recuperar su flujo de ingresos y su dignidad.

Las limitaciones del SD implantado son diversas y podrán irse superando con la experiencia que se vaya acumulando. El SD sólo considera desempleados a los que tuvieron empleo formal por al menos seis meses y lo perdieron por causa ajena a su voluntad. Quedan entonces excluidos: los despedidos que laboraban en el sector formal mediante mecanismos informales o de evasión legal (contratos cortos renovables o pago por honorarios), los asalariados informales, los vendedores ambulantes evacuados de la calle donde trabajaban, los jóvenes que buscan empleo por primera vez. Además, el monto del seguro es muy bajo y está desconectado del nivel salarial previo.

En los círculos de estudio, de los muchos que se han formado en la ciudad a raíz del fraude electoral, a los que he sido invitado a impartir charlas sobre pobreza, he preguntado a los asistentes (casi todos de estratos de ingresos bajos), cuál es el ingreso mensual mínimo que una familia de cuatro personas necesita para vivir dignamente (no ser pobre): la respuesta ha fluctuado entre 10 y 15 mil pesos. Así, el monto del SD es sólo una pequeña fracción de los requerimientos familiares para no ser pobre y, con mucha mayor razón, resulta muy bajo como mecanismo de protección de hogares no pobres (como son la mayoría que trabaja en el sector formal), ya que entre ellos los pagos de renta, de hipoteca, de mantenimiento del condominio, de agua, gas y luz, pueden por si solos, llegar o superar fácilmente los mil 500 pesos.

El dilema es claro: diseñar programas ajustándolos a la recaudación fiscal actual o llevar a cabo la reforma fiscal que Andrés Manuel no quiso hacer. El espacio para aumentar la recaudación es gigantesco: por ejemplo los pagos de predial y agua en estratos medios y altos en el Distrito Federal son ridículamente bajos.

 

  

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26 DE OCTUBRE DE 2007

Desnutrición femenina Pérdidas por menstruación y maternidad exponen a la mujer a la anemia

Dudosa percepción. La anorexia, un desequilibrio sicológico

Según la Encuesta Nacional de Nutrición (ENN) de 1999 sólo 1.7 por ciento de las mujeres en edad reproductiva (12 a 49 años de edad) sufren en México de desnutrición (1.5 por ciento en el medio urbano y 2.1 por ciento en el rural), mientras 51.8 por ciento padecen sobrepeso u obesidad. La situación resulta muy contrastante con la situación de los menores de cinco años (prescolares), entre quienes el indicador de baja talla para la edad (desmedro) afecta a 17.8 por ciento, según la ENN99. El problema alimentario de las mujeres entre 12-49 años de edad parecería ser, por tanto, de exceso de ingesta. El cálculo del estado nutricio de las mujeres se lleva a cabo según el Índice de Masa Corporal (IMC) que se obtiene dividiendo el peso entre la estatura elevada al cuadrado (IMC= kgs/m2). La ENN99 considera que la desnutrición se presenta con un IMC menor a 18.5, el sobrepeso con uno mayor a 25 y la obesidad con uno igual o mayor a 30. El rango de IMC considerado normal va de 18.5 a 24.9. Una mujer de 1.50 metros y 50 kilos tiene un IMC de 22.2, que estaría en el rango de nutrición adecuada. El umbral del cual pasaría a ser considerada desnutrida es de 41.6 kilos. Las lectoras pueden comparar sus estaturas y pesos y, aplicando la fórmula, determinar si están o no desnutridas o si están en sobrepeso u obesidad. En mi opinión, una mujer de 1.50 metros que pesa 42 kilos tiene el aspecto de víctima de una hambruna o anoréxica, pero sería considerada con nutrición adecuada con estos parámetros. No es extraño, por tanto, que resulte tan baja la proporción desnutrición. Debo decir que son parámetros que se usan en todo el mundo. Sin embargo, en una gráfica que reproduce Partha Dasgupta, 35 por ciento de los bebés de mujeres con IMC entre 17 y 18.5 son de bajo peso (menos de 2.5 kilos) proporción que sólo baja a 30 por ciento cuando la IMC es entre 18.5 y 20. Como dice Dasgupta, para la madre desnutrida el bajo peso al nacer es una forma de adaptación benéfica (reduce los riesgos obstétricos), pero no para el bebé.1 Sin embargo, en México las proporciones de bajo peso al nacer, según la ENN1999 son sólo de 8 por ciento, muy por debajo de los niveles mínimos en la gráfica referida.

 

  

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Peter Svedberg2 señala que el mínimo de IMC utilizado por la FAO se ha ido reduciendo: de 22.2 a 20 y a 18.5. Concluye respecto al último nivel que no hay evidencia de que los riesgos a la salud cambien de manera importante a partir de 18.5. Además señala el papel del sobrepeso como mecanismo de seguro ante riesgos de caídas de peso por enfermedades o crisis económicas: nos recuerda que el límite inferior del IMC compatible con la vida humana es de 12. Podríamos concluir que las mujeres son gordas porque son pobres: acumulan grasa como protección contra los malos tiempos. Su pobreza también se refleja en su anemia. Su desnutrición general y su anemia están subestimadas.

La presencia de anemia (identificada por niveles menores de 120 gramos de hemoglobina por litro de sangre en mujeres no embarazadas y 110 en embarazadas, ajustado por altitud sobre el nivel del mar) muestra un panorama muy diferente: la proporción de anémicas es de 20.2 por ciento (26.2 por ciento en embarazadas y 20 en no embarazadas). Se da entonces la paradoja que en una población caracterizada dominantemente por el sobrepeso y la obesidad se presente una carencia tan seria en una quinta parte de ella. La anemia es una afección en la cual los glóbulos rojos no suministran suficiente oxígeno a los tejidos corporales (la hemoglobina es el “medio de transporte del oxígeno”), lo cual afecta el desempeño de las actividades físicas y mentales. Aun así, los datos pueden estar otra vez subestimados, tanto si los comparamos con los de África (2/3 de las mujeres embarazadas y 50 por ciento de las no embarazadas según Dasgupta) como con la percepción de un destacado hematólogo del Instituto Nacional de Nutrición, para quien casi todas las mujeres en edades reproductivas (85 por ciento) padecen anemia, debido a que el hierro que se pierde por los sangrados menstruales, los embarazos y la lactancia no es fácilmente recuperable en la dieta. Piensa, por ello, que todas las mujeres en edades reproductiva deberían ingerir hierro en cápsulas. Otra vez, las mujeres están menos mal situadas que los menores de cinoc años, 27.2 por ciento de los cuales padece anemia según la ENN.

La incoherencia en el panorama nutricional de las mujeres mexicanas en edad reproductiva se hace aún mayor con la información sobre sus ingestas de nutrientes. En efecto, las medianas3 de calorías, carbohidratos, grasas, hierro, representan porcentajes de adecuación, respecto a la norma fueron de: 67.5 por ciento, 63.1, 66.4 y 53, respectivamente. Otra vez la paradoja: mujeres excedidas de peso a pesar de que ingieren dosis inadecuadas de calorías, carbohidratos y grasas (más de 30 puntos porcentuales debajo de las normas) y que ingieren menos de la mitad del hierro de la norma y, sin embargo, sólo una de cada cinco padece anemia. Esto último está agravado porque, tal como reconoce la ENN99 los “vectores generados para calcular el porcentaje de adecuación de hierro no diferencian el tipo de hierro (hem y no hem, es decir, que se puede o no asimilar sin dificultades por el organismo) por lo que “los resultados, sobre todo para las localidades rurales, pueden subestimar el problema dietético”. Una distinción similar tendría que hacerse según la calidad de las proteínas, pero no la hace la ENN99, por lo cual sus datos no parecen correctos y los he excluido. Mientras las proteínas ideales (leche, huevo, carne) son asimilables al 100 por ciento, las de origen vegetal sólo se aprovechan parcialmente.

1 Partha Dasgupta, An Inquiry into Well-Being and Destitution, Clarendon Press, Oxford, 1993. p. 415. 2 Peter Svedberg, Poverty and Undernutrition. Theory, Measurement and Policy, Oxford University Press, 2000, pp. 116-117. 3 La mediana es el valor que separa en dos grupos del mismo tamaño (por arriba y por debajo) a una población

 

  

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NOVIEMBRE

2 DE NOVIEMBRE DE 2007

Reflexionar sobre la necesidad de transformar el mundo

El número más reciente de Desacatos aborda el florecimiento humano

En El Colegio de México se presentó anteayer el número de la revista de antropología social Desacatos que se titula “De la pobreza al florecimiento humano: ¿teoría crítica o utopía?” Los comentaristas fueron Víctor Flores Olea (VFO), Armando Bartra (AB), Stefan Gandler y Aura Ponce de León. En junio se llevó a cabo una primera presentación en la cual los comentarios estuvieron a cargo de Enrique Semo y Bolívar Echeverría.

Desacatos es un proyecto editorial del CIESAS (Centro de Investigación y Estudios Superiores de Antropología Social) que, a diferencia de casi todas las demás revistas académicas, tiene en cada número un contenido temático central. Este carácter fue descrito por la directora general del CIESAS, Virginia García Acosta (VGA) y elogiado por VFO, quien dijo que la los 23 números publicados forman una verdadera enciclopedia analítica y que Desacatos ocupa un lugar único en la inteligencia mexicana. VGA explicó que la edición del número 23 está agotada por lo que para esta ocasión se requirió un tiraje adicional. En ambas presentaciones varios comentaristas se refirieron “al libro”, reflejando así el valor que otorgan a Desacatos.

Hubo consenso en que la disyuntiva en la segunda parte del título (teoría crítica o utopía) debe sustituirse por la unión: teoría crítica y utopía, ya que la síntesis entre ambas es necesaria. VFO señaló que la postulación de valores posibles es la esencia de la utopía; éstos, al combinarse con la teoría crítica o el aspecto científico del análisis otorgan a la utopía el carácter de realizable. Coincido con esta idea y así lo expresé en la entrega de Economía Moral del 15/06/07: “La segunda parte del título debió haber sido ‘teoría crítica y utopía’, lo que coincidiría con E. P. Thompson, que ha dicho que el Marxismo, reino del conocimiento, y la utopía, reino del deseo son complementarios, y con la idea de Ernst Bloch de complementariedad entre la corriente caliente (pasión) y la fría (análisis) del Marxismo”.

VFO destacó el concepto de florecimiento humano, central en el número. Se refirió a mi labor como coordinador en términos muy generosos, enfatizando que he “saltado las trancas de la técnica económica”, que me atrevo a abordar asuntos morales y filosóficos, que de la pobreza he saltado a las perspectivas de la sociedad. Asimismo vio con claridad la esencia de la reflexión en esta entrega: “la cuestión no es abstracta, sino muy concreta: el orden social actual, el sistema-mundo actual capitalista resulta precisamente (no sólo) el obstáculo por definición al ‘florecimiento humano’, sino que es el causante de la pobreza y de las subordinaciones y alienaciones que vive la sociedad contemporánea”. Destacó al respecto algunos elementos de los artículos de Luis Arizmendi (en particular los conceptos de fase cínica del capitalismo y de mundialización de la pobreza) y de Araceli Damián (la escisión del tiempo de trabajo y el tiempo libre).

AB expuso que el número es un suculento manjar intelectual, pero que el disfrute de leerlo se torna angustia cuando uno emprende la imposible tarea de tratar de presentar con

 

  

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cierta solvencia el masivo y especioso volumen. Decidió abordar, por ello sólo tres desafíos intelectuales: el supuesto papel liberador del desarrollo de las fuerzas productivas; el determinismo económico que lleva a un fatalismo liberador y, por último, la necesidad de la utopía. Sobre el primer aspecto dijo que las guerras, el armamentismo, el catastrófico deterioro del ambiente, desfondan la visión del papel liberador de las innovaciones productivas. Coincide con el planteamiento central del ensayo de György Márkus, incluido en la revista, en que “las fuerzas productivas son también, y en sí mismas, relaciones de producción”, lo que pone en cuestión, de manera radical, su papel liberador. Esto lo expresa AB con su proverbial ironía: “el embarnecimiento de las virtuosas fuerzas productivas tarde o temprano romperá las costuras de las viles relaciones capitalistas de producción (con una manita de sus amigos proletarios, claro está)”. Coincide plenamente con la crítica de Márkus al determinismo finalista de Marx y cierra su comentario sobre Márkus cuando, siguiéndolo, acepta que la posibilidad de radicalizar el Marxismo, sacándolo del determinismo teleológico y la fetichización del sujeto, pasa por reconocer la existencia de necesidades humanas radicales hoy negadas (por cuanto el uso de los objetos está determinado por relaciones sociales expoliadoras), y tiene su premisa en el hecho de que en esta materialidad heredada existe la posibilidad de otros usos. Pero va más allá y añade que es necesario asumir que las posibilidades contenidas en las cosas no podrán desplegarse y ponerse al servicio de necesidades humanas radicales sin que se rediseñen, subviertan y se revolucionen las fuerzas productivas, porque, como señala Márkus, las fuerzas productivas son al mismo tiempo relaciones de producción.

AB concluye que concuerda con la reivindicación de la utopía que hace Ruth Levitas en Desacatos, ya que “en un orden así el filo de la pobreza puede ser más o menos cortante, pero el real florecimiento humano es ilusorio pues se mira en el espejo del general marchitamiento humano. Entonces la realización del hombre será utópica o no será”. Se me ha acabado el espacio y no podré abordar los interesantes comentarios puntuales de Stefan Gandler (quien defendió a Marx de las críticas de Márkus y de AB) ni la glosa que de todos los ensayos del número presentó Aura Ponce de León, quien concluyó con una crítica, desde la perspectiva del florecimiento humano, al sistema educativo nacional y propuso algunos caminos para impulsarlo desde ahí.

Parece que el número 23 de Desacatos está logrando impulsar una reflexión colectiva sobre la necesidad de transformar el mundo y nuestro país.

 

  

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9 DE NOVIEMBRE DE 2007

Bancarrota moral del capitalismo salvaje mexicano

Asociación delictuosa gobierno-empresa detrás de la tragedia de Tabasco

Los culpables directos, por omisión y comisión, de la tragedia de Tabasco no serán castigados como no lo fueron los de Pasta de Conchos ni lo serán los de la accidentada plataforma Usumacinta.

Calderón (FCH) se apresuró (sonriente entre foto y foto, cargando cajitas de ayuda, cómodamente protegido con botas altas en lugares de baja inundación) a diagnosticar que es el cambio climático el que explica la tragedia, anunciando la vigencia ininterrumpida y total de la impunidad. Los agudos caricaturistas de La Jornada y El Universal ironizaron asociando este nuevo diagnóstico con el de gastritis crónica con el que explicó la muerte de Ernestina Ascensio. Pero FCH se apresuró, además, a anunciar a la gente que no tiene dónde estar, mucho menos lugar para dormir, ni qué comer, una amnistía fiscal, reflejando que lo que de verdad le preocupan son los negocios, no las personas. Esto también lo recogieron los caricaturistas: al que lucha por no ahogarse, el sonriente Calderón que rema una lancha le ofrece borrón y cuenta nueva fiscales (Naranjo, El Universal, 06/11/07).

Caricaturas y fotos destacan la sonrisa de FCH. ¿De qué se ríe? Para Helguera (La Jornada, 05/11/07) se ríe porque cree que su presencia en el lugar del desastre, y sus comerciales impulsando la solidaridad social, le dotan de un poco de legitimidad. Por ello le habrá caído como bomba la nota de El Universal (05/11/07) que muestra un aumento estruendoso en la proporción de la población que reprueba su “trabajo”. Por otra parte, tardó mucho en pasar de la cifra miserable de 200 millones de pesos a la de 7 mil millones que acaba de divulgar en estos días como desembolso federal para la reconstrucción de Tabasco y Chiapas.

Pero la inundación de proporciones bíblicas tiene detrás dos oscuros asuntos: 1) Ramírez Acuña declaró con certeza que las obras hidráulicas requeridas después de la inundación de 1999 no se hicieron. ¿Por qué?, ¿no se asignaron los recursos?, ¿fueron insuficientes o se asignaron, pero las obras no se hicieron (es decir, como Ahumada en el DF, alguien cobró pero no hizo las obras que cobró)? 2) Tal como ha denunciado el FAP (Frente Amplio Progresista) parece haber una responsabilidad muy grave de la CFE por el manejo doloso del agua en la presa Peñitas.

Manuel Andrade, ex gobernador de Tabasco a quien puso ahí Roberto Madrazo, trató de negar la realidad del primer oscuro asunto. En un comunicado dice (para Ripley: aunque usted no lo crea) que “las obras están a la vista y que mostraron su utilidad ante esta contingencia” (Ciro Pérez Silva, La Jornada, 08/11/07), pero pasa la pelotita a los gobiernos federales panistas al hablar de “los esfuerzos que realizó para que el gobierno federal invirtiera los recursos necesarios para concluir el Programa Integral contra

 

  

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Inundaciones en el periodo 2001-2007”, insinuando que si no se concluyó dicho programa fue responsabilidad del gobierno federal.

La CFE “se lavó las manos” al decir que “la presa Peñitas aportó sólo 3 por ciento del agua que se acumuló en la planicie tabasqueña”, negando así su responsabilidad en la tragedia (Roberto González Amador, La Jornada, 08/11/07). Pero AMLO replicó de inmediato que la CFE miente, que para empezar, “el cálculo de 3 por ciento se obtiene relacionando las aguas descargadas con el agua de lluvia que ha caído sobre 20 mil km2 equivalentes casi a la totalidad de la extensión de Tabasco” (24 mil 578 km2), cuando habría que calcularla sobre una extensión relacionada con la cuenca del Grijalva en la zona inundada de ella.

Además, y aquí viene lo más grueso, tanto en la réplica de AMLO como en la denuncia del FAP y en el artículo (Proceso 04/11/07) de Granados Chapa (quien se apoya en un Comité de Nacional de Estudios de la Energía formado por expertos en el tema) se denuncia algo que rebasa la circunstancia de la inundación y que reflejaría, de ser cierto, una suerte de asociación delictuosa entre CFE y gobierno federal por una parte, y los inversionistas extranjeros en generación de electricidad, por la otra. La historia que narran es que para garantizar a estas empresas privadas el máximo nivel de ganancia posible (se quejaban, pobrecitas trasnacionales, de ganancias menores a las esperadas), la CFE (aunque usted no lo crea) dejó de “turbinar” (dejar caer el agua de la presa por las turbinas para generar electricidad, agua que después cae al río Grijalva y continúa su curso hacia Villahermosa y hacia el mar) 70 por ciento del tiempo durante septiembre y octubre y acumuló un enorme caudal de agua en la presa Peñitas. Al aumentar las lluvias, la CFE tuvo que abrir las compuertas (para evitar que se rebasara o tronara la cortina de la presa) haciendo salir durante tres días 2 mil M3 por segundo (7 mil 200 M3 por hora y 518 mil 400 M3 en los tres días).

Habría en esto dos grupos de delitos: 1) un daño brutal, gigantesco, a una importante proporción de las personas y de los bienes de Tabasco; y 2) un delito económico equivalente al fraude genérico: dejar de producir en una empresa del Estado para generar ganancias a empresas privadas equivale a transferir a éstas montos enormes no autorizados por el Congreso de la Unión. El primer grupo de delitos se habría derivado, como consecuencia imprevista ante las enormes lluvias, del segundo grupo. Es probable que éstos se repitan silenciosamente en otras presas del país. Es, como dice Granados Chapa, “trocar el interés particular por el intenso e inmenso daño colectivo”, y expresa la bancarrota moral del capitalismo salvaje mexicano que o bien cree que el bien de la patria depende de mantener, a toda costa, elevada la tasa de ganancia de las trasnacionales, o bien (más realista) por debajo del agua hay un flujo de recursos monetarios que engorda el bolsillo de algunos mal llamados servidores públicos.

 

  

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16 DE NOVIEMBRE DE 2007

Las huellas del fraude 2006

Nuevo libro identifica rastros en todas las fases de la elección

En estas semanas dos importantes testimonios de lo ocurrido en las elecciones presidenciales del año pasado nos brindarán la posibilidad de recordar y profundizar en ese gran trauma: la película de Luis Mandoki, Fraude México 2006, que hoy se estrena. Mucho menos conocido, está circulando, con dificultades, el libro de Pedro Antonio Martínez (PM), Las huellas del fraude (edición ciudadana, 2007, 234 pp.). PM es uno de los integrantes del grupo de “matemáticos” que el año pasado presentamos un grupo de trabajos analíticos ante el TEPJF (Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación) como prueba del fraude. Además del último capítulo del más reciente libro de AMLO (La mafia nos robó la Presidencia, Grijalbo, 2007) donde se presentan importantes datos (y otros elementos) y que comenté en Economía Moral del 20/07/07 y del n° 24 de Desacatos (“México 2006: elecciones y polarización política”, CIESAS), el texto de PM es el primero con análisis sistemáticos sobre el tema.

La obra consta de cuatro capítulos: 1) llenado de las actas en las casillas; 2) el PREP (Programa de Resultados Electorales Preliminares); 3) los cómputos distritales; y 4) el TEPJF. En el prólogo se hace un sucinto relato de todas las ilegalidades y suciedades que ocurrieron antes, durante y después de la elección. En el capítulo 1 se muestran ejemplos de actas (con fotos) en las cuales: se disminuyeron los votos por AMLO, hay confusiones y errores, se sumaron los votos por presidente con los de diputados y senadores, y se le inventaron votos al PAN. El autor optó por dar ejemplos de 42 casillas (0.6 por ciento de un universo de 6 mil 600 con irregularidades similares), más que por el análisis sistemático de datos. Logra con ello transmitir que más que errores hubo dolo en muchos casos. Concluye que si se hubiesen corregido esas casillas la diferencia real entre el PAN y la CBT (Coalición por el Bien de Todos) disminuiría en 3 mil 142 votos (85 votos por casilla en una elección en la cual la diferencia se podría explicar por un solo voto de AMLO transferido al PAN en cada casilla).

 

  

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En el capítulo 2, PM señala que el PREP “fue manejado para distorsionar la percepción que el público tenía del resultado”, para “propagar la idea de que el PAN ganaba de principio a fin”. Pero eso, dice, dejó múltiples huellas. En el capítulo 3, sostiene que, concluido el PREP, “tocaba ahora a los funcionarios del IFE sostener a cualquier precio la ventaja ilegítima del PAN”. El capítulo 2 inicia analizando las “actas prematuras” del PREP, extrañas actas que tienen fecha de recepción en los lugares de captura del 1° de julio, día anterior a las elecciones, (73 actas) y mil 455 actas del 2 de julio, pero hora de recepción anterior al cierre de casillas. La ventaja del PAN en el primer grupo es enorme (52 por ciento vs 21 por ciento de AMLO). PM supone que no son errores, ya que el propósito era que el PREP mostrase desde el principio que el PAN ganaba y para ello era necesario que hubiera algunas actas preparadas favorables a Acción Nacional desde antes del inicio del programa.

A lo largo de la captura (y difusión) del PREP se utilizaron varios estratagemas o algoritmos, dice PM, que en conjunto buscaron afectar la percepción del electorado. Así, las casillas capturadas hasta las 8 de la noche, cuando empezaron a hacerse públicos los datos, provenían sólo de 46 distritos de 18 entidades de las cuales 11 se inclinarían al final por el PAN y sólo 7 por AMLO (si no hubiese habido algoritmo, se esperaría que la proporción fuese similar a las 16 entidades ganadas por cada uno). Esto lo lleva a concluir que hubo una maniobra orquestada desde antes de la elección, es el hecho que el mismo sesgo a favor del candidato del PAN se presenta en casi todos los estados, lo que según PM no puede ser explicado por la diferencia entre el medio urbano y el rural en las preferencias y las horas de llegada de la información. Aunque la complejidad de este capítulo requeriría análisis detallados que rebasan el espacio disponible, recordemos el grave asunto de las 11 mil actas inconsistentes (8.5 por ciento del total) en las cuales gana López Obrador y el PAN queda en tercer lugar y que se ocultaron (ya cerrado el PREP) hasta que AMLO denunció su ausencia.

Muy interesante resulta la clasificación en 5 fases de los datos del PREP que lleva a cabo PM, de las cuales el PAN gana 2, AMLO 2 y el PRI 1. Concluye este capítulo diciendo: “Hemos mostrado las huellas de la serie de mecanismos que se organizaron alrededor del PREP, para que la mayoría de las actas donde ganaba el PAN (gracias a votantes o a funcionarios de casilla) llegaran rápidamente a los centros distritales y fueran capturadas de inmediato, mientras que muchas actas donde ganaba la CBT fueran capturadas lentamente (¿serían los capturistas o el programa de captura?)”.

Dicho esto, anuncia que en el capítulo 3 se verá cómo “le tocaba ahora a los funcionarios del IFE sostener a cualquier precio la ventaja ilegítima del PAN: se hicieron de la vista gorda ante actas con votaciones notablemente ilegales favorables al PAN; recontaron casillas donde había votos que beneficiaban a la CBT (o donde el PAN tenía votos ‘de menos’) o capturando dolosamente los votos de la CBT, mientras que agregaban votos inexistentes al PAN”. Al concluir este apartado señala que se constató cómo funcionarios distritales del IFE no corrigieron el error o el dolo observado en las casillas e incluso lo certificaron en ciertos casos; cómo algunas actas fueron sustituidas y cómo la captura distrital contribuyó a aumentar falazmente la diferencia (en total, 97 votos en cada una de las 41 casillas usadas como ilustración). Libro interesante que habré de seguir analizando junto con la película de Mandoki y el número 24 de Desacatos. El libro sólo puede adquirirse en la librería Morgana (Colima 143A, colonia Roma) y Foro Shakespeare (Zamora 7, Col. Condesa). ¡2 de julio no se olvida!

 

  

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23 DE NOVIEMBRE DE 2007

La democracia traicionada No. 24 de Desacatos critica con dureza el papel del IFE en las elecciones de 2006

La “Convocatoria para la Integración del Consejo General del IFE”, que ha puesto en marcha ya la primera fase de sustituciones de consejeros ciudadanos del IFE, se deriva de la reforma constitucional más importante en mucho tiempo (cambios en nueve artículos constitucionales), publicada en el Diario Oficial el 13 de noviembre pasado, que entre otras cosas parece acabar con los ‘espots’ pagados y con la propaganda gubernamental en épocas electorales, disminuyendo notablemente el negocio para las televisoras y estaciones de radio, lo que llevó a éstas a una cuasi-sublevación y a grotescos espectáculos. En el artículo transitorio del decreto de reforma constitucional se dispone que en diciembre deberán ser nombrados un nuevo consejero presidente en lugar de Ugalde, y dos nuevos consejeros adicionales. Tres serán sustituidos en agosto de 2008 y los últimos tres en octubre de 2010. Esta sustitución escalonada fue impuesta por el PAN como condición para aceptar la reforma electoral.

Al conocer que sería expulsado (con los demás consejeros) de su muy bien pagado hueso, Ugalde señaló que hacer eso equivalía a declarar que las elecciones fueron fraudulentas. Si no, ¿por qué correr a un equipo que la hizo tan bien? En la entrega pasada (16/11/07) comenté el libro de Pedro Martínez (Las huellas del fraude) y anuncié que abordaría la película de Mandoki y el n° 24 de Desacatos coordinado por Aziz Nassif. Hoy abordo éste y me centro en la conducta del Consejo General del IFE en las elecciones del 2006. El artículo de Jorge Alonso, aunque referido a Jalisco contiene muchos elementos de interés general y el título de su artículo lo he adoptado hoy para esta columna.

José Antonio Crespo (JAC), destacado analista político-electoral, señala que “como parte de la evaluación del proceso electoral y su baja calidad, está el cómputo de los votos por parte del IFE y la posterior calificación por el TEPJF. En ambos casos hubo deficiencias, errores, contradicciones, omisiones y, en general, un comportamiento que, al menos, puede fácilmente aparecer como parcial a favor del PAN” (p.188). Aunque JAC supone

 

  

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que la no aclaración del IFE que el PREP no contenía las 11 mil casillas inconsistentes pudo no haber sido de mala fe, en cambio señala con dureza:

“Menos disculpable es la postura del IFE durante su conteo oficial del 5 de julio, cuando por ley tenía que haber recontado aquellos paquetes cuyas actas registraban anomalías aritméticas, es decir, alguna diferencia entre la columna de ciudadanos registrados, las boletas encontradas en las urnas y la suma total de votos a los partidos y los anulados (o emitidos por candidatos no registrados). Cerca de la mitad de las actas registraba alguna anomalía de ese tipo, por lo que, por ley, tenían que haber sido recontadas por el IFE el 5 de julio” (p.188).

JAC narra que sólo se abrió el 5 por ciento de los paquetes que deberían haberse abierto y recuerda que la primera sentencia (5 de agosto) del TEPJF reiteró que, de acuerdo con el artículo 247-c del Cofipe el Consejo Distrital está obligado de oficio a realizar de nueva cuenta el escrutinio y cómputo de los paquetes en esa situación. Pero recuerda que los consejos distritales no actuaron solos, que un comunicado del Consejo General del IFE a todos ellos les “advertía del riesgo de abrir paquetes en exceso, pues existía el precedente en Tabasco de anulación de la elección a gobernador (de 2000) porque la autoridad electoral había abierto cierto número de paquetes sin que hubiera justificación legal para ello”. Pero JAC dice certeramente que en este caso no “había tal peligro, toda vez que la ley establecía que el recuento era no sólo posible sino obligado”, y añade que este comunicado fue usado por los representantes del PAN para inhibir la apertura de los paquetes con la ayuda, en algunos casos, de los vocales ejecutivos del IFE”.

Rafael Loyola Díaz (RLD) en su artículo pone mucho énfasis en el origen viciado del Consejo General del IFE. La decisión quedó en manos del PRI y el PAN, con el desplazamiento del PRD no sólo del acuerdo, sino de la posibilidad de sugerir integrantes. También añade, con razón, que no se cumplieron requisitos para ser consejero ciudadano como los de conocimiento del tema, prestigio y no pertenencia a algún partido político. En consecuencia, concluye, los elegidos se caracterizan por haber sido cercanos, de haber estado comprometidos o haber trabajado para el PRI o el PAN”. Además explica que la búsqueda de un grupo así “no fue fortuita; en el ánimo de los partidos pesaba la independencia con la que había operado el Consejo saliente. Particularmente les incomodaban las multas que se les aplicaron específicamente al PAN y al PRI…” Se podía añadir algo que RLD no escribe, pero que está en la punta de su pluma: se designaron peleles para que no les volvieran a hacer lo que los independientes les habían hecho, al PRI no sólo la multa por el Pemexgate, sino sobre todo haber dejado que les arrebataran la Presidencia de la República. Concluye así RLD un texto que debieran leer y meditar con cuidado los diputados, sobre todo los integrantes de la Junta de Coordinación Política, en cuyas manos estará la designación de tres nuevos consejeros (incluido el Presidente):

“La manera como se resolvió la integración del Consejo General del IFE pesaría en la certidumbre del proceso y explicaría los desaciertos y torpezas con los que condujo el proceso…el principal problema que se ocasionó fue la vulneración de la independencia y legitimidad que debió haber conservado el Consejo… Por otra parte se puede señalar el costo político que tuvo para el país el descuido de los partidos y de los diputados en la conformación de un órgano, el Consejo General, que había sido fundamental para construir la incipiente democracia electoral…al no hacerse… se ensució lo poco avanzado

 

  

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y se construyó un escenario de ilegitimidad del proceso y de quien fue ungido como presidente constitucional” (pp.61-62).

 

  

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30 DE NOVIEMBRE DE 2007

Fraude: México 2006

Pacifismo, hilo conductor de la nueva película de Luis Mandoki

El director Luis Mandoki en una sala de cine de la capital Foto: Francisco Olvera

Continuación lógica y síntesis de los cuatro DVD titulados ¿Quién es el señor López?, Fraude: México 2006 se diferencia de los anteriores porque se exhibe en cines, en muchos cines, lo que constituye un triunfo enorme de Luis Mandoki y de Federico Arreola (el productor), aunque según parece el periodo y amplitud de exhibición serán recortados por razones políticas. La ventaja del cine es que la pantalla grande y el altísimo volumen del sonido hacen que, por decirlo de alguna manera, las imágenes y las ideas entren directo a la sangre. La desventaja, el carácter socialmente excluyente por el altísimo costo de un boleto: 50 pesos, igual al salario mínimo diario en el Distrito Federal. Los más pobres, que constituyen el grueso de los más de 15 millones de votos que AMLO obtuvo, no la verán en salas.

De todas maneras, el impacto es miles de veces mayor al que tendrán el libro de Pedro Martínez (Las huellas del fraude) y el número 24 de Desacatos (México 2006: elecciones y polarización política), que analicé en entregas previas de Economía Moral, que aspiran a vender, cuando mucho, mil ejemplares. Será incluso mayor que el del libro de AMLO (La mafia nos robó la Presidencia) con sus varios miles de ejemplares vendidos. Con la versión en DVD de Fraude se podrá llegar, si el precio es suficientemente bajo, a un público todavía más amplio.

Una entrevista a AMLO le da sentido narrativo de continuidad al filme. Comienza con imágenes del fraude electoral de 1988, cuando Salinas de Gortari se autoimpuso como presidente, y del bombardeo del Palacio de la Moneda en Chile (1973), parte del golpe de estado que puso fin al gobierno electo democráticamente de Salvador Allende. Estas imágenes se enmarcan con la observación de AMLO respecto a que la derecha está dispuesta a todo (literalmente a todo, dicen las imágenes) para defender sus privilegios. AMLO destaca el pacifismo de Allende, que contrasta radicalmente con la violencia brutal de la derecha chilena, y dice que es él el personaje que más admira (y más le conmueve), lo que sorprende a quienes pensábamos que era Benito Juárez.

Esta admiración cobra enorme sentido cuando el pacifismo se convierte en el hilo conductor de Fraude. AMLO explica que el plantón resultó necesario, a pesar de las

 

  

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enormes molestias, críticas (y desafiliaciones, habría que agregar) que generó, porque se necesitaba una medida radical, pero pacífica, que encauzara la enorme ira acumulada en la gente, evitando que ésta se fuera por la vía violenta (como ocurrió, habría que agregar, después del 68, que se formaron decenas de grupos guerrilleros urbanos y rurales). La credibilidad de este argumento se refuerza mucho cuando AMLO muestra los resultados de una encuesta nacional posterior a las elecciones y al fraude, en la cual 13 por ciento de los mexicanos adultos (casi 10 millones) declaran que están dispuestos a optar por la vía armada. En agudo contraste, AMLO antepone el plantón, donde, como ha dicho muchas veces, no se rompió un solo vidrio, y lo que está haciendo en 2007: sus giras por todos los municipios del país que él concibe como una revolución en las conciencias: como una revolución pacífica.

AMLO confiesa en Fraude que cometió el error de no cuidar el voto; que por dedicarse tanto a promoverlo, olvidó cuidarlo. No le había oído tal confesión y me parece muy importante que reconozca sus errores. Ojalá más rápido la próxima vez.

El filme reaviva la ira que AMLO busca encauzar, pues hace desfilar ante nuestros ojos todo lo que la derecha (y su séquito de peleles que la acompaña a cambio de limosnas, algunas muy generosas, sobre todo en los medios electrónicos) hizo para evitar que se cumpliera la voluntad popular que quería que AMLO fuese no sólo el “presidente legítimo”, sino también el legal: desde los videos en la tv mostrando corrupción de personajes cercanos a AMLO (ya confirmamos que sí fue complot gracias al libro de Castañeda y Aguilar), su desafuero, la guerra sucia, incluyendo los terribles espots en los cuales la gente lo pierde todo y se derrumban sus casas, Hildebrando (el cuñado útil) y su posesión del padrón electoral (muy útil para rasurarlo porque, entre otras cosas, incluye la preferencia electoral de muchos ciudadanos), hasta las miles de trampas en el llenado de actas, en el PREP (aparecen dos del grupo de los “matemáticos” mostrando lo imposible de las secuencias de la información de éste), en los conteos distritales, en la apertura subrepticia de paquetes y sobres electorales en los locales distritales, y en el dictamen final del TEPJF avalando la elección. Vemos el desfile de caras de los del IFE, del TEPJF, de panistas, de Fox, de Calderón: todas muestran cinismo, pero en algunas asoma la vergüenza.

Algunas de los mejores escenas de la película están basadas en filmaciones de militantes durante los conteos distritales: hacen patente el complot por parte de los representantes del PAN y del PRI, así como de los consejeros distritales del IFE, para no abrir paquetes electorales con graves inconsistencias (donde sobran o faltan centenares de boletas). También muestran una evidencia abrumadora: al abrir los paquetes para el recuento parcial ordenado por el TEPJF se aprecian paquetes de supuestos votos sin doblez alguno ¡a pesar de que no se pueden introducir boletas a las urnas sin doblar! Ambos grupos de imágenes son de las que abren los ojos incluso de los que no quieren ver, de las que llenan de ira los corazones de los más contenidos.

Fraude contribuye de manera muy importante a afianzar la percepción de que la guerra sucia no les alcanzó para ganar y tuvieron que acudir a la alquimia electoral en varios niveles. Que no sólo fue una elección cochina, sino fraudulenta. Que AMLO ganó las elecciones. Que el apoyo popular que ha tenido y sigue teniendo es gigantesco y muy entusiasta.

 

  

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DICIEMBRE

7 DE DICIEMBRE DE 2007

10 años de gobierno del PRD en el DF

GDF: universalismo social vs gobierno federal: neoliberalismo social

Este miércoles se cumplieron 10 años de gobiernos del PRD en el Distrito Federal. El 5 de diciembre de 1997, al tomar posesión como jefe de Gobierno, Cuauhtémoc Cárdenas (CC) dijo: “La ciudad de México será la ciudad de todos y para todos: segura, productiva, de educación y cultura, de vida digna, solidaria y democrática” (10 años de gobierno de izquierda en el DF, suplemento especial de La Jornada, 05/12/07). AMLO escribe, en el mismo suplemento, que lo más trascendente de su gobierno en el DF fue su política de desarrollo social, e introduce un matiz al universalismo ya más explícito: “Desde el principio sostuvimos que íbamos a atender a todos, pero que la preferencia la iban a tener los más humildes, los desprotegidos de la ciudad. El lema de mi campaña fue ‘Por el bien de todos, primero los pobres’”. Con la pensión a adultos mayores ilustra su concepción de universalismo. Afirma que es un derecho universal y explica lo que esto quiere decir: “Que es para todos, independientemente de la situación económica”. El suplemento también incluye un discurso reciente de Marcelo Ebrard en el cual el universalismo y su contraste con la política federal son más explícitos: “Nosotros nos hemos ido por una línea universalista, el gobierno federal sigue con políticas focalistas”. Ebrard retoma también la idea de desarrollar un Estado de bienestar que AMLO propuso con fuerza en su campaña y donde la idea del universalismo se redondea: “Nuestra estrategia esencial es construir en la ciudad de México un Estado de bienestar en el que todos tengan acceso a salud, educación, vivienda, empleo y recreación”.

Precisemos cuál es la diferencia entre la política social del DF y la federal. Este lunes fue presentado el Programa de Desarrollo Social 2007-2012 del DF (Prodes-DF). Es el primer programa en la materia que intenta ir más allá de lo sectorial (es decir, de las responsabilidades de la Secretaría de Desarrollo Social) y abarcar el desarrollo social (DS) en su conjunto, tanto en el DF como en el país en general, y tendremos mucho que

 

  

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hablar de él en futuras entregas. Por lo pronto, veamos cómo se caracteriza a sí mismo el Prodes-DF y cómo distingue la política de DS del DF de la federal:

“El programa tiene un carácter rector, estratégico, intersectorial, transversal… En él se concreta una concepción de política social sustentada en el ejercicio pleno de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales. El GDF, a diferencia de las políticas federales, asume que la política social tiene por propósito garantizar, reconocer, ampliar, profundizar y hacer exigible el goce de los derechos [vigentes]. No es, por ende, una política de oportunidades, sino de derechos. No es una política de programas focalizados y condicionados de superación de la pobreza extrema, sino de combate a la desigualdad, promoción de la equidad y la inclusión social a través de políticas universalistas… Es una política que adopta criterios universales, combinados con criterios territoriales y con la identificación de grupos sociales específicos que requieren atención prioritaria.” (Prodes-DF, p. 8.)

En agudo contraste, la doctrina neoliberal en la que se han basado los últimos cinco gobiernos federales del PRI y del PAN concibe la libertad y la igualdad de oportunidades como los dos valores centrales. La libertad se maximizaría por conducto del mercado que llevaría al óptimo social. Pero la existencia de pobres extremos que (por desnutridos e ignorantes) no pueden jugar el juego del mercado, nulifica el segundo valor. Por ello en esta doctrina la intervención del Estado sólo se justifica para: proveer bienes públicos (policía, defensa nacional) y para apoyar a los pobres extremos. Las únicas necesidades humanas que se reconocen son las biológicas y la educación básica, y el único derecho social que se acepta es el de no ser pobre extremo para poder jugar el juego del mercado. Por tanto, la política social neoliberal pura debiera consistir sólo en apoyar a los pobres extremos a través de programas focalizados que tienen un enfoque curativo de la pobreza extrema, que no la “previene”.

En agudo contraste con el modelo neoliberal, los modelos de Estado de bienestar que prevalecen en Europa parten del reconocimiento de, al menos, los siguientes elementos: a) Los seres humanos se caracterizan por sus amplias necesidades que rebasan con mucho las biológicas. b) El mercado no lleva al óptimo social, sino a profundas desigualdades y a la insatisfacción de necesidades, lo que supone un daño humano con frecuencia irreparable. c) Se requiere, por ello, la intervención del Estado y la garantía legal de que, independientemente de su fortuna en el mercado (recordemos que los bebés no pueden jugar el juego del mercado), todos los individuos podrán satisfacer sus necesidades básicas, lo que supone un régimen de derechos diversos, múltiples y generosos, que a nivel internacional se expresa en acuerdos y declaraciones internacionales sobre los derechos humanos. El Estado se convierte en garante de tales derechos aplicando políticas universalistas que se pueden interpretar como “prevención de la pobreza”. En vez de la subsidiariedad, se aplica el principio de los derechos universales respaldados por la obligación del Estado.

En México se ha conformado una lucha de modelos sociales de la cual incluso la mayor parte de los militantes de izquierda no son conscientes. Con su modelo social universalista, el DF niega en los hechos, de manera radical, el carácter de modelo social único que los prianistas le han querido dar a su modelo neoliberal focalizado. Esta negación es una de las razones que explica, aunque desde luego no justifica, las múltiples agresiones que el DF ha recibido del gobierno federal y del Congreso de la Unión en estos 10 años de gobiernos de izquierda. La confrontación continuará porque los

 

  

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neoliberales, aunque dicen ser pluralistas, no toleran la diferencia que el GDF les ha venido marcando.

 

  

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14 DE DICIEMBRE DE 2007

El Programa de Desarrollo Social del Df 2007-2012

Una ciudad de derechos, tolerante, para todos, con prioridad a los pobres

El Programa de Desarrollo Social (DS) del DF (PDS-DF), dado a conocer la semana pasada, no es el programa de la Sedeso del Gobierno del DF (GDF) sino el de la Comisión Interinstitucional de DS integrada por 16 dependencias del GDF y por las 16 delegaciones, y presidida por el jefe de Gobierno. Es un programa especial, tipo “paraguas”, en el cual deben basarse de manera congruente los programas sectoriales y específicos, según la Ley de DS del DF. El PDS-DF se deslinda radicalmente de la política de DS federal, cuya focalización a ultranza es negada por el universalismo de la política del gobierno del GDF. Esta focalización mostró su carácter absurdo, cuando la titular de la Sedeso federal insistió que sólo los pobres extremos (entre todos los damnificados de Tabasco) recibirían apoyo para recuperar sus enseres domésticos destruidos.

El capítulo 1 del PDS abre con una afirmación tajante: “el DS es la razón fundamental de ser de un gobierno de izquierda y socialmente comprometido”, y añade que en los 10 años de gobiernos del PRD, ha habido un “proceso virtuoso de acumulación de derechos con recursos y de recursos con derechos”, que puede interpretarse como la articulación virtuosa de la política recaudatoria (y de austeridad) con la de DS orientada a hacer efectivos los derechos sociales. El propósito del actual GDF, continúa, es consolidar los logros acumulados y profundizar el rumbo, ampliando el goce de los derechos sociales a través de mayor cobertura y mejor calidad de los servicios sociales. Se define el principal desafío: lograr un adecuado nivel de vida para todos y disminuir las desigualdades; una obligación central del GDF: invertir en la gente y ampliar sus posibilidades de desarrollo, y una importante prioridad: combatir las causas de la pobreza y la exclusión.

En la formulación de esta prioridad, el PDS-DF parecería caer en la visión sesgada de la teoría del capital humano que sostiene que la educación es suficiente para lograr el desarrollo y abatir la pobreza, al sostener que para combatir tales causas se dotará a los excluidos de herramientas para que adquieran las capacidades que les permitan superar las adversas condiciones económicas y sociales. Sin embargo, más adelante añade el compromiso de promover actividades económicas generadoras de empleos dignos,

 

  

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superando así el riesgo de caer en dicho sesgo. Más aún, añade: el sello del DF ha de ser una dinámica de prosperidad económica que difunda sus beneficios para todos.

Sin embargo, el papel de la articulación virtuosa entre la política económica y la social en el DS, está todavía insuficientemente identificado y resuelto en el PDS-DF. Hay dos razones que dificultan tal tarea: los escasos instrumentos de política económica de que disponen los gobiernos de las entidades federativas, y la división del trabajo de planeación: se trata sólo del PDS-DF y no de del Programa General de Desarrollo del DF.

El proyecto de ciudad, utopista en el mejor sentido del término, utopismo sin el cual no se puede transformar la realidad, se expresa así: construir un régimen y un Estado social de derechos como parte medular del proyecto de ciudad al que aspiramos, una ciudad incluyente, de derechos, de libertades, diversa, tolerante, progresista, humanista, para todos, con prioridad en los pobres, donde la elevación del bienestar incremente la cohesión social y la calidad de la convivencia; donde florezca una cultura de la equidad, se supere la actual segmentación socio-territorial, y vuelva a ser un espacio de encuentro social horizontal, que genere y regenere tejido y cohesión social, que promueva el respeto de los derechos de todos, que busque la recuperación de lo público, esto es, lo que es de todas y todos, los referentes que nos dan identidad, apropiación y pertenencia.

El capítulo 1 cierra señalando que la política social adopta una perspectiva de derechos para construir ciudadanía social, por ello los derechos son universales y deben ser exigibles. Que no son servicios que se adquieren en el mercado (que no son mercancías) sino derechos a los que se accede mediante instituciones públicas financiadas con contribuciones generales. Y que, por tanto, esta política tiene un propósito garantista y desmercantilizador.

A partir del PDS-DF se deberán formular cuatro programas transversales (equidad de género; participación ciudadana; no discriminación; y reordenamiento territorial y recuperación de espacios públicos); seis programas sectoriales (salud; educación; vivienda; trabajo, empleo y seguridad social; alimentación; y asistencia social); los 16 programas delegacionales, y 12 programas específicos (como infancia, juventud, adultos mayores). Este esquema de planeación (un programa paraguas del que se derivan los demás de DS) es justificado en el PDS-DF al decir: “porque los derechos son indivisibles, la política social es una sola y tiene un carácter transversal en el conjunto de la administración pública de la ciudad”. Una precisión: lo que obliga a una política social unificada es más bien la indivisibilidad del sistema de derechos, que a su vez se deriva de la indivisibilidad del ser humano y, por tanto, de sus necesidades.

El capítulo 3 describe el impresionante marco legislativo que en materia social se ha desarrollado durante los 10 años de gobiernos de izquierda. Este marco legal crea las bases para lo que se suele llamar una política de Estado en la materia: una política con alto grado de estabilidad. Por ello, el PDS-DF después de enumerar las 19 fracciones del artículo 1 de la Ley de DS que definen el objeto de la ley, concluye: “Lo anterior expresa la mirada amplia de lo social que prevalece en la ciudad de México y que la ley obliga a dar cumplimiento, lo cual nos proponemos profundizar y redoblar con este programa”. El capítulo IV es un diagnóstico de la situación social del DF y los desafíos que ello impone. Destaca que más de la mitad de la población vive en pobreza.

 

  

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21 DE DICIEMBRE DE 2007

Desarrollo Social DF: realidades, tendencias, retos y objetivos

Su programa dibuja exitosamente la sociedad que se busca alcanzar

El Programa de Desarrollo Social del DF (PDS), del cual analicé en la entrega anterior de Economía Moral (14/12/07) los tres primeros capítulos notando que es un programa paraguas de carácter utopista (en el buen sentido del término) que se propone construir un Estado social de derechos (universales) como parte del proyecto de ciudad progresista, para todos.

El Cap. 4 analiza la situación social del DF, sus tendencias estructurales y los desafíos derivados: a pesar de su alto nivel de ingresos, su enorme concentración explica que más de la mitad de la población (54.5 por ciento) del DF viva en la pobreza. Pero la desigualdad es multidimensional y se manifiesta también en la calidad del empleo; en el salario social (educación, salud, etcétera); en la vivienda; entre géneros y etnias; y en segregación territorial que crea, podríamos añadir, guetos económicos.

El PDS identifica como el principal desafío económico del DF el de encontrar un nuevo perfil productivo que “reemplace a la ciudad fordista propia del modelo de desarrollo de sustitución de importaciones”, que revierta el proceso de pérdida de importancia económica del DF y construya nuevos motores de desarrollo económico. Añade que es crucial la recuperación del mundo del trabajo: por una parte generación de empleo asalariado de calidad con seguridad social y salarios dignos y, por la otra, “frente a la realidad de bajas tasas de crecimiento económico” (determinadas por la política económica federal que el GDF tiene que asumir como un hecho) la “expansión de una economía popular, social y solidaria”.

El PDS identifica elementos del reto demográfico del DF: 1) Enfrentará una población juvenil creciente y el proceso de envejecimiento, por lo cual las demandas de jóvenes y adultos mayores serán crecientes. 2) La reducción del tamaño de los hogares significa que, aun sin crecimiento demográfico, crecerá el número de viviendas necesarias. 3) La realidad de mujeres incorporadas al mercado de trabajo y de callejarización y abandono de los menores, obligan a proveer servicios para la infancia. En la dimensión ambiental-

 

  

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territorial el PDS identifica dos desafíos: 1) Garantizar el derecho a la ciudad (revertir y superar la segregación socio-espacial y recuperar los espacios públicos). 2) Superar las insuficiencias de la coordinación metropolitana, encontrando un nuevo arreglo jurídico-político-administrativo para la Zona Metropolitana.

El Cap. 5 enuncia los objetivos a 20 años, y el 6 los objetivos al 2012, mientras en el Cap. 11 se enumeran 50 metas para el 2012. Los 44 objetivos a 20 años cubren desde distribución del ingreso y pobreza, exigibilidad de los derechos y desarrollo de la democracia participativa, hasta agua y medio ambiente, pasando por cuestiones laborales, educación, salud, vivienda, género, infancia; son muy ambiciosos en lo individual y mucho más en conjunto. Configuran una sociedad del bienestar y la equidad: distribución del ingreso “equivalente a la de un país desarrollado” (objetivo impreciso pues la desigualdad es mayor en EU que en Europa); no habría “pobreza absoluta” (impreciso porque introduce una categoría no usada en el diagnóstico); democracia participativa desarrollada; no habría trabajo precario ni infantil; universalización del seguro de desempleo, de la seguridad social y del derecho a la salud; 15 años de estudio para todos los jóvenes; y muchos más. Es decir, viviríamos en un estado de bienestar pleno.

¿Son estos objetivos posibles? La respuesta sólo puede darse si se problematizan los objetivos, se analizan las restricciones, se identifican cuáles dependen más de políticas del gobierno federal que del DF, y se calculan los requerimientos de recursos. A pesar de que el PDS no lleva a cabo estas tareas, dibuja exitosamente la sociedad que se busca alcanzar, sin lo cual no hay ruta a seguir y la política se vuelve circunstancial y pragmática. Para que tengan algún valor, sin embargo, los objetivos tienen que tomarse muy en serio, lo que probablemente no ocurrirá en todas las dependencias del GDF involucradas, porque, además la multiplicidad de conceptos similares (objetivos a 20 años y al 2012, metas al 2012) puede crear confusión.

Al 2012 se enuncian un objetivo general y 17 específicos agrupados temáticamente. El general resume los elementos centrales del PDS: política de DS tendencialmente universal, integral, transversal, participativa y territorializada diseñada para avanzar en el cumplimiento de los derechos humanos, abatir la desigualdad y construir un estado social de derechos. Las relaciones entre los objetivos a 20 años, los fijados al 2012 y las metas para este año, no son muy claras, lo cual puede ilustrarse con educación. Mientras los primeros especifican 15 años de instrucción garantizada para todos los jóvenes y duplicar el número de habitantes con estudios superiores, el objetivo específico al 2012 está expresado en términos no cuantitativos: “ampliar la cobertura en los niveles medio superior y superior”. Sin embargo, en las metas al mismo año, se señala: “eliminar la deserción escolar en el nivel medio superior y que la totalidad del grupo de edad de 15 a 19 años acceda a este nivel educativo”, lo que implica que todos los jóvenes terminen la preparatoria, igualando la meta al 2012 con el objetivo a 20 años. Cuando se fijan dos plazos temporales resulta deseable el trazado de trayectorias, lo que no se hizo en el PDS. Para poder fijar metas y objetivos viables para el 2012 el proceso de planeación-programación requiere haber pasado ya por la formulación de los programas específicos, por lo cual el PDS debería revisarse, en estos aspectos, una vez que los programas específicos hayan sido formulados. Como está, el PDS es una excelente guía para la formulación de los programas específicos, pero la formulación de éstos debe retroalimentarlo.

 

  

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28 DE DICIEMBRE DE 2007

Reflexiones al finalizar 2007

Otro mundo es posible y necesario, pero no será capitalista

La rebelión de las oligarquías en Bolivia contra las políticas nacionalistas y de transformación de Evo Morales recuerdan que, como ocurrió durante el gobierno de Allende en Chile, la burguesía está dispuesta a todo, incluso al golpe de Estado para proteger sus intereses, como hizo también en Venezuela contra Chávez. La supuesta vocación democrática de las clases dominantes se esfuma apenas sus intereses se ponen en peligro. Incluso la vigencia de las garantías individuales se cancela mediante copias de la Ley Patriota de Bush (como la reforma judicial en México) para controlar la resistencia popular y garantizar las ganancias capitalistas.

El principio nodal de la democracia: cada persona un voto es profundamente subversivo, iguala a un campesino pobre con un miembro de la lista de Forbes, y contrasta agudamente con la lógica de los mercados en los que todos se expresan, pero cada quien de acuerdo con su poder adquisitivo: un voto ponderado.

Por ello, podemos interpretar los espots negros del Consejo Coordinador Empresarial y del PAN contra AMLO, así como la ira de Azcárraga, de Salinas Pliego y los demás súper ricos ante la reciente reforma electoral, como la defensa a ultranza del principio no escrito, pero vigente, de la democracia de mercado, que sostiene que si bien todos pueden votar, el voto es, como en el mercado y en las asambleas de accionistas, un voto ponderado. En el fondo, éste significa que quien vota no es la persona, sino su bolsillo o su participación en las acciones de la empresa o en la riqueza nacional. Que el poder político emana del poder económico y no del pueblo. Pero como las reglas electorales escritas establecen la otra democracia: la de cada ciudadano un voto, los dueños del país se arrogan el derecho de recurrir a todas las marrullerías posibles para hacer valer su mayoría ponderada: uso de sus medios para manipular a la población; guerra sucia electoral, incluyendo todo tipo de espots; compra del voto; presiones ante el IFE y el TEPJF; y si fuesen necesarias, acciones más radicales: es decir, no sólo el fraude patriótico, sino la violencia patriótica.

De lo dicho se deriva que las transformaciones económicas, sociales y ambientales posibles a través de la vía electoral y las modificaciones legislativas son, en general, limitadas. Entre quienes han llegado a conclusiones similares hay dos tipos de respuestas: la de quienes sostienen que los cambios sólo pueden alcanzarse mediante la toma violenta del poder, que son cada vez menos, y de quienes sostienen que hay que hacer las transformaciones desde abajo, desde lo local, que por la influencia paradójica del EZLN (que se dio a conocer con una insurrección armada) son cada vez más.

La tarea que tenemos que enfrentar como humanidad, y de la cual depende nuestra supervivencia como especie, es la transformación completa del capitalismo. Es indispensable sustituir la depredación de la naturaleza y del ser humano, inevitables en el capitalismo, que al ubicar como principio supremo la acumulación de valores mercantiles,

 

  

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de ganancias, sacrifica todo en su nombre, por un sistema social que ubique como principio supremo el desarrollo pleno de las potencialidades humanas en armonía con la naturaleza. Esta tarea rebasa las posibilidades de la transformación desde abajo, por lo cual esta vía, que debe impulsarse ampliamente, debe combinarse con acciones a escala nacional y global.

Hay dos razones por las cuales esta tarea tiene que hacerse pronto. Una es la destrucción del planeta. El capitalismo se resiste a adoptar las medidas que resultan indispensables para frenar el signo más dramático de destrucción planetaria: el cambio climático. La otra razón es que el capitalismo está llegando a su fase terminal. Sé que esta frase tiene poca credibilidad porque la han dicho los Marxistas una y otra vez desde hace más de un siglo. La relación central del capitalismo, entre el capital y el trabajador asalariado, fuente única de la plusvalía y, por tanto de la acumulación de capital, está en vías de extinción porque la revolución científico-técnica de nuestro tiempo permite ya sustituir el trabajo humano por la robotización.

Aunque el capitalismo resiste la robotización plena porque presiente que cava su propia tumba, todos los días somos testigos de la robotización de los servicios (la de la industria no es tan visible). Por dar dos ejemplos, ahora los análisis clínicos están totalmente robotizados en al menos una empresa del ramo en México; los estacionamientos de centros comerciales y otros lugares muy concurridos han sido robotizados: uno le paga a un robot que incluso da cambio, mientras otro robot lee el ticket que el primero marcó y permite a los autos la salida, autos producidos total o casi totalmente por robots. Esto explica que ya no haya trabajo de tiempo completo y razonablemente bien pagado para todos los que quieren trabajar. La producción crece sin crear nuevos empleos. Los que no consiguen buenos empleos sobreviven en la economía informal. Sin embargo, su poder adquisitivo es muy bajo y no pueden adquirir los bienes y servicios que los robots pueden producir. Las economías tienden a la sobreproducción y a la crisis. El crédito y algunos instrumentos de la bolsa estimulan artificialmente la economía llevando el poder adquisitivo de los consumidores del sector formal más allá de su capacidad real, lo cual tiende a crear crisis periódicas como la actual del sector inmobiliario en EU. Estas contradicciones serán cada vez más agudas.

En este escenario, la tarea central parecería hacerse más fácil porque el capitalismo se debilitará, pero al mismo tiempo será cada vez más difícil porque en sus intentos de sobrevivencia se hará cada vez más violento. Otro mundo es posible, pero ese otro mundo no será capitalista. Este otro mundo es el único posible. El que conocemos ya no es posible.

 

  

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2008ENERO 

enero 4, 2008 

Julio Boltvinik

Crisis del modelo social en México

Evidencias contundentes de la ineficacia de Oportunidades

Desde hace 10 años el programa Progresa, hoy Oportunidades (PO), es emblema del

modelo neoliberal de desarrollo social vigente y concentra la mayor parte de los recursos

etiquetados como lucha contra la pobreza extrema. Pero el PO está en crisis, y con él el

modelo social que simboliza. En 2004 el PO llegó a la “meta” de cobertura de 5 millones

de hogares que la Sedeso, con el apoyo de su Comité Técnico para la Medición de la

Pobreza (CTMP), le fijaron: atender a los “pobres de capacidades” (eufemismo de pobres

extremos): 5 millones de hogares. De manera “coherente” con su filosofía social que

estipula atender sólo a pobres extremos, una vez alcanzada tal meta, la cobertura no se

ha modificado. Así, año con año se atiende casi a los mismos 5 millones de hogares, ya

que la llamada “re-certificación” arrojó que en 2006 sólo 20 mil hogares habían “superado”

la pobreza.

Pero la pobreza no es una condición estable; los hogares entran y salen de ella (más

rápido cuando la pobreza se mide por el ingreso por persona ya que, por ejemplo, al

nacer un hijo muchos hogares se vuelven pobres), de tal manera que entre dos años

aunque el total de hogares pobres no cambiara, una parte de los hogares incluidos en ese

total sí habría cambiado. Si 5 por ciento fuesen nuevos pobres y otro 5 por ciento

superaran la pobreza, cada año el universo de pobres mostraría 10 por ciento de

diferencias con el padrón (casi) estático, haciendo que después de varios años uno y otro

dejasen de parecerse. Esto ha estado ocurriendo en el padrón del PO.

El único argumento a favor de los programas focalizados a los pobres extremos es el de

hacer más eficiente el uso de recursos públicos al, supuestamente, evitar otorgar

beneficios a quien “no necesita la ayuda porque no es pobre extremo” (de otra manera

siempre serían preferibles los programas universales). Pero si el padrón se va alejando

año con año de la realidad de la pobreza extrema, el PO se hace más y más ineficiente y

niega su razón de ser.

 

  

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La medición oficial de la pobreza, que sigue siendo por ingresos, muestra que la pobreza

de capacidades habría disminuido de 5.09 millones en 2004 a 4.27 en 2006 (en otra

entrega discutiré la verosimilitud de estos datos). Para ser coherente con sus principios, el

PO debería haber disminuido su cobertura en poco más de 800 mil hogares, puesto que

ya no son pobres extremos. Al no hacerlo baja su eficiencia pues, según sus propios

principios, aumenta el número de beneficiarios que no necesitan el PO.

Hasta aquí he argumentado como si la selección original de hogares (digamos la

alcanzada en 2004) coincidiese con el universo de pobres de capacidades, lo cual está

muy lejos de la verdad porque: 1) El método usado por la Sedeso/CTMP para medir

pobreza, del que se derivó la meta de 5 millones, es diferente al que usa el PO para

identificar a sus beneficiarios (la Sedeso ha sido incapaz de uniformar la medición de la

pobreza en su propio sector: cada programa identifica a los pobres como quiere), que es

multidimensional. 2) Las distribuciones de los pobres de capacidades según la

Sedeso/CTMP entre el medio urbano y rural, y entre entidades federativas, son muy

diferentes a las distribuciones respectivas de la cobertura del PO. 3) Como he mostrado

en entregas previas, el padrón (incluso si se juzga con el procedimiento del PO) empezó

sesgado y se ha ido sesgando más a medida que envejece, pues es estático ante una

realidad dinámica. Los nuevos pobres, así sean mucho más pobres que los

empadronados, como algunos damnificados de Tabasco, no caben en el PO cuyas

puertas están cerradas.

Hace algunos meses en una mesa redonda en El Colegio de México hice notar que a la

velocidad de 20 mil hogares por año el PO superaría la pobreza de los 5 millones de

hogares que atiende en 200 años. Su coordinador me respondió que el PO no es un

programa de lucha contra la pobreza sino de formación de recursos humanos. En

realidad, el PO es un programa de reducción intergeneracional de la pobreza: su diseño,

basado en la teoría del capital humano, apostó a que el mayor nivel educativo que los

jóvenes alcanzarían se traduciría en su menor pobreza al formar un nuevo hogar.

Pero esta apuesta entra en crisis cuando se pone en evidencia: 1) Que el impacto de las

becas del PO en la educación primaria es insignificante. 2) Que aun cuando este impacto

aumenta en secundaria, sigue siendo pequeño. 3) Que cálculos del Banco Mundial (BM),

que muestran que al comparar en un año dado los ingresos de los ocupados de acuerdo

con su nivel educativo, la diferencia significativa empieza en preparatoria y es mayor en

educación superior, fueron los que llevaron a Fox a incluir las becas para este nivel en el

PO; además, aparentemente las becas en este nivel sí tienen un gran impacto en la

 

  

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matrícula de los becarios. Por tanto, se seguiría que sólo las becas para preparatoria

serían efectivas en el abatimiento intergeneracional de la pobreza, pero el grueso de las

becas del PO son para primaria y secundaria. 4) Que, sin embargo, tal como lo reconoció

recientemente el subsecretario de educación media superior de la SEP (quien en el

sexenio pasado fue subsecretario de Planeación en Sedeso), al dar a conocer el

programa sexenal de dicho nivel, el problema de la preparatoria en México es la falta de

oferta de espacios educativos públicos. Por tanto, las becas no pueden aumentar la

asistencia nacional total a preparatoria. Si logran aumentar la de los becarios será

necesariamente a costa de desplazar a alguien, probablemente un joven en pobreza

extrema excluido del PO o un joven en pobreza no extrema. Esto invalida la efectividad de

las becas de preparatoria en la reducción intergeneracional de la pobreza, haciendo

evidente la crisis del PO.

En próxima entrega abordaré otro elemento adicional de la crisis del enfoque de capital

humano del PO: la visión de la educación como un bien situacional.

 

  

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enero 11, 2008 

Oportunidades: diseño basado en falsa teoría

La educación no es un bien absoluto sino posicional (relativo)

Alumnos de la escuela primaria Gabriel Márquez de la

colonia Covadonga de Chalco, estado de MéxicoFoto: José Carlo González

La idea de que todos nuestros males, incluida la pobreza, se resuelven con más

educación es un lugar común compartido por los que diseñaron y los que operan el

Programa Oportunidades (PO). Para que el PO tuviera los efectos previstos por sus

diseñadores en la disminución de la pobreza de la siguiente generación tendrían que

darse dos condiciones necesarias: 1) elevar sustancialmente la matrícula escolar de la

población beneficiaria sin disminuir la de la no beneficiaria; y 2) que elmayor nivel

absoluto de educación alcanzado se tradujese en empleos bien pagados. En la entrega

de Economía Moral del 04/01/08 argumenté que la primera condición no se cumple en

primaria (el aumento de matrícula es insignificante), que en secundaria es mayor, pero

aún relativamente pequeño, y que en preparatoria, dado que el problema es de

insuficiencia de lugares para los que quieren inscribirse, el estímulo a la demanda de las

becas del PO agrava dicha insuficiencia. La segunda condición, que depende de la

generación de empleos bien pagados, la abordo hoy con base en un libro olvidado: Los

límites sociales al crecimiento, de Fred Hirsch (FH) (Fondo de Cultura Económica, 1985).

FH parte de los conceptos de riqueza democrática y riqueza oligárquica desarrollados por

Roy Harrod, autor muy conocido en un trabajo casi desconocido, cuyo propósito central,

dice FH, es el concepto desaciedad económica y en el cual habría mostrado que las

apetencias que constituyen la riqueza oligárquica no podrán ser satisfechas por todos

incluso con crecimiento prolongado. Este tipo de riqueza se manifiesta en tener sirvientes

(que es por definición excluyente: los sirvientes no pueden tener sirvientes); y en tener

acceso a bienes que son escasos en un sentido absoluto (como un cuadro de Frida Kahlo

o una playa de uso exclusivo). La riqueza democrática es la que puede potencialmente

 

  

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llegar a todos aumentando la productividad; la oligárquica no puede llegar a todos o sólo

puede hacerlo deteriorando su calidad.

A partir de estos conceptos FH acuña los de economía material (producción susceptible

de ser aumentada mediante la productividad y potencialmente accesible a todos)

y economía posicional que se refiere a “todos los aspectos de los bienes y servicios y

posiciones de empleo que son escasos en un sentido absoluto de carácter físico o

socialmente impuesto, o que están sujetos a congestión cuando su uso se extiende”. En

general, la demanda de bienes posicionales aumenta más rápido que el ingreso y, dada la

relativa o absoluta inflexibilidad de su oferta, tienden aumentar de precio, lo que cancela

el exceso de demanda.

En los casos de congestión hay dos maneras de asignar los bienes escasos aminorando

la congestión. En una carretera saturada (la despejada es el bien posicional que se

deteriora al saturarse), las cuotas aminoran el problema al excluir a los que no pueden

pagar. En otros casos (un puesto de trabajo) la solución se suele encontrar, dice FH,

“aumentando las credenciales educativas requeridas”. “El empleo antes accesible para

graduados de preparatoria ahora requiere un grado universitario.” Esta forma de solución

involucra “desperdicio social potencial de recursos”, igual que el congestionamiento no

atendido, mientras el ajuste vía precios conlleva exclusión social. Como se aprecia, los

bienes posicionales representan un severo problema en una sociedad capitalista en la

que las decisiones individuales aisladas producen resultados indeseables para todos. La

mano invisible, al buscar su propio interés, provoca el malestar de todos, al contrario de lo

que pensaba Adam Smith.

“Como por razones de administración eficiente las jerarquías organizacionales tienen

forma de pirámide, el número de puestos disponibles de los niveles altos está limitado a

una fracción del número de posiciones inferiores. En este sentido, los puestos de

cualquier nivel de la jerarquía por arriba del nivel más bajo, deben ser concebidos

como bienes posicionales cuya disponibilidad absoluta está limitada”, dice FH. Continúa

argumentando que el crecimiento de la economía no genera ninguna tendencia a

aumentar la proporción de empleos superiores. Pero como al mismo tiempo suele

aumentar la proporción de recursos canalizados a la educación, la proporción de la fuerza

de trabajo preparada para puestos más altos aumentará, generando un desequilibrio entre

la estructura de los empleos disponibles y la estructura de la fuerza de trabajo, que se

suele resolver aumentando los requisitos para un puesto dado, como vimos, lo que

 

  

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conlleva que, para un nivel educativo dado, la remuneración vaya disminuyendo aunque

quede igual la del puesto. Para quedarse en el mismo lugar es necesario correr.

Todos los argumentos de FH se ven agravados en una economía como la mexicana que

casi no crece, no genera nuevos empleos bien remunerados, y en la cual se presenta un

deterioro generalizado del nivel medio de los puestos de trabajo disponibles como

consecuencia de la conversión de una parte de la economía en una economía

maquiladora y la transformación de otra parte en economía informal. FH dice que

conseguir el empleo para el que uno forma fila no depende sólo del propio nivel educativo,

sino del de los demás que están en la fila. Habría que añadir: y del tamaño de la fila en

relación con el número de puestos disponibles.

Si los demás están rápidamente mejorando su nivel educativo, como ha ocurrido en

México en las últimas décadas, una mejoría absoluta del nivel educativo no basta para

sacar a nadie de la pobreza; se requiere una mejoría más rápida que la de los demás: si

quiero ver en una multitud y me paro de puntas, no servirá de nada si los demás se paran

en zancos. Aun si mi nivel educativo mejora más rápido que el mejoramiento promedio, no

habría garantía por el deterioro de la economía.

La promesa del Oportunidades está basada en una teoría, la del capital humano, que,

como demuestra Fred Hirsch brillantemente, es falsa.

 

  

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enero 18, 2008 

Ley del INEGI (a punto de aprobarse) viola la Constitución /I

Un estudio del Instituto de Investigaciones Jurídicas (UNAM), la prueba

La página web del Banco de México (BdeM) sostiene que el aumento en el INPC en 2007 llegó a 3.76 por ciento y que el de la tortilla fue de (aguanten la risa, por favor, o las ganas de golpear a G. Ortiz) de 5.8 por ciento. Un kilo de tortilla costaba $6 en enero de 2007, por lo que con ese aumento hubiera costado $6.35 a fin de año, según el BdeM contradiciendo los $8.00 que usted y yo teníamos que pagar y que representan un aumento de 33 por ciento, no de 5.8 por ciento. Mientras el BdeM siga siendo juez y parte del control de la inflación no conoceremos la inflación real. También los datos del INEGI, presidido por un empleado al cual el Presidente de la República puede correr cuando le plazca, son cada vez menos confiables. Por ejemplo, al comparar las encuestas nacionales de ingresos y gastos de los hogares (ENIGH) de 2005 y 2006 resulta un incremento del ingreso promedio per cápita de los hogares de 9.7 por ciento en un año en el cual el PIB per cápita creció sólo 3.8 por ciento. Este cálculo explica el milagro de una supuesta baja espectacular de la pobreza entre 2005 y 2006 (véase la página web del Coneval). Como algo similar ocurre desde hace muchos años, ambas estimaciones interactúan para generar el milagro foxista-calderonista de abatir la pobreza sin crecimiento económico: por una parte, es muy probable que la evolución del ingreso nominal per cápita de los hogares esté sesgada hacia arriba en las ENIGH recientes. Por la otra, para actualizar el costo de la canasta alimentaria el Coneval aplica la tasa de inflación oficial del BdeM en dichos productos. Mientras menores sean, mayor será el aumento del ingreso real y menor la pobreza. La autonomía del INEGI ha sido un anhelo compartido desde hace varios lustros. Por lo dicho, la asunción por parte de un INEGI plenamente autónomo de los cálculos de todos los índices de precios, es indispensable y urgente. Parecía que hacia allá íbamos, pues la autonomía del INEG (como debe llamarse ahora que la informática ya no le compete) quedó plasmada en 2006 en el apartado B del artículo 26 constitucional que crea un organismo constitucional autónomo “con las facultades necesarias para regular la captación, procesamiento y publicación de la información” y para normar y coordinar el Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica. En 2006 hubo dos iniciativas de ley reglamentaria de dicho apartado B, una formulada por el ITAM a petición de Calvillo, presidente del INEGI, pero presentada por un grupo de senadores; y otra que presenté en mi calidad de diputado. En abril de 2007 el Senado aprobó, con el voto en contra del PRD, el dictamen de la iniciativa Calvillo-ITAM con muy pocos cambios, uno impuesto por el BdeM. La iniciativa prevé, entre las facultades exclusivas del INEG, elaborar y difundir los índices nacionales de precios. Es decir, quita al BdeM el carácter de juez en la materia. Pero altos funcionarios de ese organismo y de la SHCP en una reunión de trabajo de las comisiones encargadas de elaborar el dictamen de la iniciativa con manotazos lograron que se añadiera en el artículo 33: “El BdeM determinará las normas relativas a la información que produzca y requiera para la conducción de la política monetaria”, con lo cual convirtieron al INEG en maquilador al servicio del BdeM. Bonito papel para un organismo constitucional autónomo. Pero la interferencia del BdeM sólo vino a empeorar una iniciativa que ya violaba abiertamente el apartado B del 26 constitucional al que reglamenta, como hice notar en Economía Moral el 27/4/07. La minuta del Senado fue aprobada, sin cambiar una

 

  

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coma, por las comisiones unidas de Hacienda y Gobernación de la Cámara de Diputados (CdeD), con el voto en contra del PRD, el 4 de julio de 2007. Unos días antes expuse, ante la mesa directiva del PRD en la CdeD mis opiniones al respecto. Javier González Garza, su coordinador, fue muy receptivo. Si bien el PRD no pudo evitar ser planchado por elPRIAN en comisiones, González Garza convenció a la Junta de Coordinación Política (JCP) de la cámara que había serias dudas de su constitucionalidad por lo cual antes de subir el dictamen al pleno convenía solicitar la opinión al respecto del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM. Así se hizo y el 5 de noviembre de 2007 el IIJ entregó a la JCP el “Estudio sobre la constitucionalidad del dictamen de la Ley del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica” (93 pp.). Se trata de un espléndido análisis que con gran solidez jurídica y lógica demuestra las numerosas violaciones en que incurre el dictamen. En la introducción se señala: “Después de un examen minucioso del dictamen en comento, así como de las tesis jurisprudenciales relevantes aplicables, el IIJ-UNAM ha concluido que existen varios artículos que violan tanto la letra como el espíritu del apartado B del artículo 26 constitucional”. Y añade que existen tres áreas donde hay inconsistencias entre el dictamen y el texto constitucional que supuestamente reglamenta: “A) Violaciones a la autonomía constitucional del INEG, así como de los principios de objetividad e independencia”. B) Violaciones a la organización coherente, unificada y federal del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica. C) Violaciones a los principios de transparencia y accesibilidad de dicho sistema. A pesar de la contundencia del estudio, en los últimos días del periodo final de sesiones de 2007 se presentó el dictamen en primera lectura al pleno de la CdeD, y se teme que se someta a votación en los primeros días del periodo que inicia en febrero. Se consumaría así una gravísima imposición que destruiría las esperanzas de un INEG autónomo, no sometido a la voluntad del Ejecutivo federal. El BdeM y el INEGI seguirán inventando “calderolandia”. Conviene analizar el estudio del IIJ con más profundidad.

 

  

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enero 25, 2008 

Ley del INEGI (a punto de aprobarse) viola la Constitución/ II

Niega las autonomías de gestión y presupuestaria, así como la rectoría del instituto

El Estudio sobre la constitucionalidad del dictamen de la Ley del INEG del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM identifica violaciones al apartado B del artículo 26 de la Constitución (que otorga la autonomía al INEG y lo reorganiza). El estudio ratifica con fuerza que el INEG es un organismo constitucional autónomo, ya que cumple con las cuatro características esenciales de este tipo de organismos identificadas por la SCJN: a) está establecido directamente por la Constitución; b) mantiene relaciones de coordinación con otros órganos del Estado; c) cuenta con autonomía e independencia funcional (autonomía técnica y de gestión, personalidad jurídica y patrimonio propio), y financiera (libre administración, no transferencia y suficiencia de los recursos públicos); d) atiende una función primaria u originaria del Estado (la información estadística y geográfica) sin estar adscrito a ninguno de los tres poderes. Concluye: “En consecuencia el artículo 26, apartado B convierte al INEG en el cuarto organismo constitucional autónomo del Estado mexicano, al lado del Banco de México (BdeM), el IFE y la CNDH. La redacción del nuevo apartado B no deja lugar a dudas. No estamos ante un nuevo organismo descentralizado o desconcentrado, para lo cual no hubiera hecho falta una reforma constitucional, sino ante un organismo con autonomía plena de los tres poderes de la unión equivalente al BdeM, el IFE y la CNDH” (pp. 8-12). Hecho esto, el estudio identifica y analiza (entre otros) los siguientes artículos del dictamen que violan la Constitución: Artículo 67: “De entre los miembros de la Junta de Gobierno (JdeG), el Ejecutivo Federal nombrará al presidente del Instituto...” Esto viola el texto constitucional que sólo prevé la mecánica de integración de la JdeG (sus 5 miembros son designados por el Ejecutivo federal con la aprobación del Senado), pero no la forma de designación de su presidencia. El estudio señala que el principio de división funcional de poderes se desarrolla en la Constitución mediante la atribución de competencias expresas a los órganos superiores del Estado; y que este principio limita la actuación de las autoridades, pues todo aquello para lo que no están expresamente facultadas se encuentra prohibido. Ergo, como la Constitución no otorga al Ejecutivo federal la facultad de nombrar al presidente del INEG, y en cambio otorga autonomía de gestión al INEG, de acuerdo con ella es la JdeG la que debe designar, entre sus miembros, a su presidente. Artículo 74: “Compete a la JdeG dictaminar sobre la existencia de las causas de remoción [de uno de sus miembros] debiendo hacerlo a solicitud del Presidente de la República o de cuando menos dos de sus miembros… El dictamen… será enviado al Ejecutivo federal para su resolución definitiva”. Señala el estudio: “Si el Ejecutivo federal cuenta con la facultad de elaborar la solicitud de remoción de los miembros de la JdeG, entre ellos el presidente del Instituto, y si la resolución definitiva es sólo del ejecutivo federal, es obvio que dicho presidente se encuentra bajo la disciplina del ejecutivo federal, menoscabando la independencia y autonomía del INEG. Esto viola la autonomía de gestión del INEG y le otorga al jefe del Ejecutivo federal un poder discrecional y unipersonal para remover un integrante de la JdeG (pp.44-46). b) Artículo 83: “De conformidad con lo dispuesto en la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria (LFPRH), para su tratamiento presupuestario el Instituto: 1. Aprobará su proyecto de presupuesto y deberá enviarlo a la SHCP para su integración al proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), observando los criterios

 

  

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generales de política económica y los techos globales de gasto establecidos por el Ejecutivo federal”. Al incluir estos techos, se trata al INEG como organismo descentralizado y no como organismo constitucional autónomo, de acuerdo con las categorías establecidas en la propia LFPRH, violando la Constitución. El estudio señala que la SCJN ha establecido que la autonomía presupuestal es un requisito esencial para que los organismos constitucionales autónomos puedan cumplir sus funciones, y que sus presupuestos de egresos deben ser incluidos sin modificaciones por parte del Poder Ejecutivo en el PEF, siendo sólo la Cámara de Diputados la que puede modificarlos. C) Artículo 57: “El Instituto deberá elaborar y someter a consideración del comité ejecutivo correspondiente las normas técnicas y las metodologías que sean necesarias para realizar las actividades estadísticas y geográficas de alguna materia o sector, cuando la Unidad que corresponda no las proponga oportunamente o éstas no tomen en cuenta los estándares nacionales e internacionales”. Artículo 33, último párrafo: “El Banco de México determinará las normas relativas a la información que produzca y requiera, para la conducción de la política monetaria”. Señala el estudio: “A partir de una lectura literal del texto constitucional, la determinación de las normas que regulan el Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica no puede quedar en manos de un organismo diferente al determinado por la norma constitucional, como se establece en ambos artículos”. Concluye: El Congreso de la Unión viola el principio de la rectoría del Sistema que el artículo26 constitucional le otorga al INEG, al permitir que una Unidad del Sistema, el BdeM, determine las normas relativas a la información relacionada con la política monetaria. La reforma constitucional instituye al INEG como la máxima autoridad en la materia, con lo que sus facultades no pueden ser disminuidas por el legislador federal al aprobar una Ley Reglamentaria, ya que se trata de un organismo que cumple con las características de los órganos constitucionales autónomos (p.59). Es urgente detener este horror legislativo.

Nota: manifiesto mi repudio total a la agresión sufrida por Martí Batres, secretario de

Desarrollo Social del GDF, en su comparecencia en la Asamblea Legislativa. Debe

investigarse si hubo intereses políticos detrás.

 

  

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FEBRERO

febrero 1,2008 

Emigración internacional y pobreza en México

Nueva evidencia muestra débil asociación entre ambos fenómenos

En la opinión pública existe la creencia generalizada de que el alto monto de nuestros

emigrantes internacionales (casi todos hacia EU) está asociada, y se explica, por la

pobreza prevaleciente. Los expertos sostienen que como la emigración conlleva costos de

traslado, y en el caso de la ilegal (que es la mayor parte) pagos a los polleros que pasan

al emigrante del otro lado, no podrían ser los más pobres los que emigran al exterior. Para

salir de dudas, he aprovechado dos fuentes importantes de información que permiten

asociar pobreza y migración internacional: el Censo de Población de 2000 y las encuestas

nacionales de ingresos y gastos de los hogares (ENIGH). En ambos casos Araceli

Damián y yo hemos clasificado los hogares del país en 6 estratos sociales (desde

indigentes hasta clase alta). En el censo es posible asociar tal clasificación con los datos

sobre miembros del hogar que se fueron a vivir a otro país (es decir, se convirtieron en

emigrantes internacionales). En el caso de la ENIGH la asociación se establece con las

remesas que reciben algunos hogares. La estratificación de la población la realizamos, en

ambos casos, con el Método de Medición Integrada de la Pobreza (MMIP). Con ello me

propongo identificar, sin lugar a dudas, si son o no son los pobres (y dentro de ellos los

indigentes) los que más migran. Hoy comienzo un somero análisis de los resultados

obtenidos, poniendo el énfasis en la distinción entre población indigente (que se define

como la que cumple con menos de la mitad de las normas de ingresos, tiempo y

necesidades básicas).

El Censo de 2000 identificó 1.623 millones de personas que se fueron a vivir a otro país

entre enero de 1995 y enero del 2000 (una media anual de 325 mil). De ellos, 47.2% eran

indigentes y 52.8% no eran indigentes, lo que casi coincide con las proporciones que

 

  

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estos grupos dicotómicos representan en la población nacional (46.6% y 53.4%). Dicho de

otro modo, se encuentra que las probabilidades de migración entre indigentes y no

indigentes (calculada como el porcentaje que representan los emigrantes internacionales

respecto al total de población remanente en los hogares a los cuales pertenecían) son

muy similares a nivel nacional: de 1.70% para los indigentes y de 1.66% para los no

indigentes, lo que significa que debe rechazarse la idea de una fuerte asociación entre

mayor pobreza y mayor tendencia a emigrar.

Al desagregar las probabilidades de emigración internacional entre los medios urbano y

rural (localidades mayores y menores de 15 mil habitantes), manteniendo la distinción

entre indigentes y no indigentes, encontramos que éstas son mucho más altas en el

medio rural que en el urbano en ambos grupos, pero que el contraste es mucho mayor

entre los no indigentes (3.4% rural vs. 1.3 urbano) que entre los indigentes (2.1 vs. 1.1).

En total, las probabilidades de emigrar al exterior son exactamente el doble en el medio

rural que en el urbano, apuntando a que la explicación debe buscarse más entre ámbitos

geográficos (y actividad agrícola y no agrícola) que entre estratos del nivel de vida.

Nótese que entre los cuatro grupos que se forman del cruce de ámbito urbano rural e

indigencia-no indigencia, el que tienelas más altas probabilidades migratorias es el de los

no indigentes del medio rural (3.44%). Nótese también que en ambos medios las

probabilidades de migrar son mayores entre los no indigentes, pero por un efecto

composición casi se igualan a nivel nacional.

Al analizar las probabilidades de migrar de cada uno de los 6 estratos en que se ha

clasificado a la población, se observa que entre los estratos de pobres, la probabilidad de

migrar (medida como lo venimos haciendo, por el número de migrantes entre la población

remanente de los hogares) es muy similar (baja de 1.70 entre los indigentes a 1.68 entre

los muy pobres y a 1.61 entre los pobres moderados), llega a su mínimo (1.46) en el

estrato con necesidades básicas satisfechas, NBS, que se encuentra ligeramente arriba

de las normas, sube con la clase media a 1.75 y alcanza su máximo con la clase alta en la

cual es de 2.56 %. Sin embargo, si calculamos también el porcentaje de hogares en los

que se reportó uno o más emigrantes, hay un ligero cambio: aunque la forma de la curva

es casi idéntica, el porcentaje es más alto entre los indigentes que en la clase alta y todos

los estratos de pobres tienen un nivel superior al de la clase media (véase gráfica). La

explicación de este contraste radica en la diferencia de patrones migratorios: mientras los

hogares indigentes expulsores de migrantes expulsan a uno de cada 4 miembros (26.7%),

este valor va aumentando al subir por la estratificación social hasta que en la clase alta

estos hogares expulsan a casi la mitad de sus miembros (43.8%).

 

  

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En las ENIGH se pueden identificar los hogares que reciben remesas y que, por tanto, se

presume que expulsaron al exterior uno o más miembros en el pasado. Al relacionar esta

variable con la clasificación de pobreza en la ENIGH2006, se corroboran, en general, los

resultados anteriores. En efecto, aunque un porcentaje ligeramente mayor de hogares

indigentes reciben remesas que los hogares no indigentes a nivel nacional (7.5% vs.

6.9%), la diferencia es muy pequeña y se explica otra vez por un efecto composición,

porque tanto en el medio urbano como en el rural son mayores los porcentajes de

hogares no indigentes receptores que el correspondiente a los hogares indigentes: 3.7%

vs. 3.2% en el medio urbano y 15.5% vs. 9.9% en el rural. En este último medio, 29.5% de

los hogares de clase alta recibe remesas.

Ambas fuentes confirman que no hay una asociación positiva entre mayor pobreza y

mayor migración internacional. Migran personas de todos los estratos socales. El análisis

regional que presentaré en la próxima entrega mostrará de manera coherente que no son

siempre los estados más pobres los que mayor emigración generan.

 

  

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febrero 8, 2008 

Emigración internacional por regiones y pobreza

El análisis regional confirma la no asociación entre emigración y pobreza

Buscando la respuesta de si son los más pobres los que tienen mayor tendencia a volverse emigrantes internacionales, en la entrega anterior (Economía Moral, 01/02/08) analicé la relación entre estrato social y probabilidades migratorias, concluyendo que no hay tal asociación. Este análisis se complementa con el que busca observar si son las entidades con más población indigente y pobre las que tienden a expulsar a más personas al exterior. Al desagregar entre medio rural y urbano el análisis de las probabilidades migratorias entre los seis estratos del nivel de vida que en la entrega anterior analicé a nivel nacional, y comparar las curvas de probabilidades migratorias por personas del medio urbano y rural entre sí, y las de ambas con la nacional, se encuentra que: 1) La curva urbana se encuentra por debajo de la nacional en todos los estratos, mientras la rural se encuentra muy por arriba de ambas, denotando las mucho más altas probabilidades migratorias de los habitantes del medio rural. 2) En ambos medios el estrato con menor probabilidad migratoria es el de los indigentes, y el de más altas probabilidades es la clase alta. 3) La curva urbana es totalmente ascendente, mientras la rural casi lo es. 4) En ambos medios los indigentes pasan de ser el estrato de más altas probabilidades emigratorias entre los pobres a ser, de los seis estratos, el de menores probabilidades migratorias. Estas evidencias muestran que la calidad de ruralidad pesa más que la de indigencia en la emigración al exterior. La curva de hogares que asocia las probabilidades que un hogar sea expulsor de migrantes internacionales a su estrato de pertenencia, que a nivel nacional (véase Economía Moral 01/02/08), tenía forma de U adopta en el medio rural la de un azadón y en el rural la de un cucharón invertido. Los hogares indigentes dejan de ser los de mayores probabilidades de ser expulsores de migrantes al exterior, como resultaba en el análisis nacional, aunque en el medio urbano se mantiene como el de las probabilidades más elevadas después de la clase alta, pero muy por debajo de ella. La probabilidad de un hogar urbano de ser expulsor desciende suavemente desde los indigentes hasta el estrato con necesidades básicas satisfechas (con NBS), aumenta levemente en la clase media que queda; sin embargo, debajo de los indigentes y de los muy pobres, y sube bruscamente en la clase alta que queda casi un punto y medio por arriba de los indigentes. En el medio rural las probabilidades de ser expulsor aumentan entre los hogares pobres a medida que pasamos de la indigencia a la pobreza moderada,

 

  

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descienden en “con NBS” y suben mucho entre la clase media y alta, alcanzando en ésta un altísimo 10.7 por ciento. Las probabilidades en el medio rural son aproximadamente el doble de las del medio urbano. Estos datos permitirían sostener la tesis que mientras mayor es el nivel de vida mayor es la tendencia de las personas a emigrar al exterior. Los resultados paradójicos a nivel nacional, en el cual los indigentes tienen de las más altas probabilidades de emigrar o de ser hogares expulsores, se explican por un efecto de composición de las realidades de ambos medios. Pasemos al análisis por entidad federativa. Jalisco, Michoacán y Guanajuato ocupan los tres primeros lugares, en ese orden, en los números absolutos de emigrantes que dejaron sus hogares entre 1995 y 2000 para ir a vivir a otro país, con magnitudes muy similares entre ellos (172 mil, 167 mil y 166 mil respectivamente), seguidos por el Estado de México, Veracruz, DF y Guerrero. En estas siete entidades se genera el 53.7 por ciento de los emigrantes del país. Si se añaden los tres siguientes en el orden, Puebla, Zacatecas y San Luis Potosí, se alcanzan las dos terceras partes entre 10 entidades federativas (menos de la tercera parte de ellas). En cambio, al ordenar las entidades federativas por probabilidad migratoria (personas emigrantes en el periodo 1995-2000 entre habitantes en el año 2000) Zacatecas resulta la entidad con la probabilidad migratoria más alta (5 por ciento, lo que significa que una de cada 20 personas de la entidad se fueron del país en el periodo 1995-2000) seguido de Michoacán (4.2 por ciento) y Guanajuato (3.6 por ciento), y ya con probabilidades más bajas, entre 2 y 3 por ciento, se sitúan en orden descendente Durango, Morelos, Nayarit, Aguascalientes, Hidalgo, Jalisco, San Luis Potosí, Guerrero y Colima. Dadas las enormes diferencias de tamaños poblacionales entre entidades federativas, no es de extrañar que las ordenaciones absolutas y relativas de emigración sean muy diferentes. Para analizar la asociación entre pobreza e indigencia, en la Gráfica anexa se muestran los rangos que ocupan las entidades federativas al ordenarlas por dos criterios: el número absoluto de emigrantes brutos en el periodo 1995-2000 y el número de personas que viven en la indigencia. En el eje de las abscisas las entidades se han ordenado por valor descendente del número absoluto de personas que emigraron al exterior. Si la indigencia fuera determinante principal de la emigración internacional, las dos ordenaciones serían iguales. Sin embargo, como se aprecia, los rangos de indigencia difieren, por arriba o por debajo, del rango que la gráfica expresa en el eje de las ordenadas. Michoacán, por ejemplo, segundo en emigración internacional, es el lugar 6 en indigencia. Casos extremos de desviación son el de Chiapas, que se encuentra entre las siete entidades federativas con menos emigración (número 26) cuando es el lugar 4 en indigencia, y el de Tabasco, que es el 29 (antepenúltimo) en emigración a pesar de que es el 13 en indigencia. Con una desviación en sentido contrario se encuentra Zacatecas que es el 9 en migración a pesar de su lugar mucho más abajo en materia de indigencia (17). Así, el análisis regional ratifica que no hay una asociación entre pobreza y emigración al exterior.

 

  

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febrero 15, 2008 

Pobreza y emigración internacional: otras visiones  

Nuevo libro del CIESAS sobre el tema aporta miradas originales He recibido algunos comentarios que quiero difundir sobre mis entregas previas sobre pobreza y emigración internacional. Guillermo Ramos (GR), emigrante residente en California, me escribió: “Soy un lector asiduo de La Jornada. Actualmente vivo en California, y leyendo su artículo del día de hoy, me extrañó la frase de: “los expertos sostienen que la emigración conlleva costos de traslado...entre los emigrantes ilegales (por lo que) no podrían ser los más pobres los que emigran”. Visto el problema de primera mano (acá), me pregunto qué clase de expertos son los que pueden afirmar eso. Generalmente, quien paga los costos del traslado (pollero), son los familiares de acá, que incluso tienen que pedir prestado, esperando que una vez en estas tierras, el pariente empiece a trabajar y les pague poco a poco. Así es como funciona.” El 7 de febrero presenté una ponencia sobre este tema en el primer encuentro “Lo Bueno de la Migración” organizado por la Universidad Michoacana del Oriente (UMO), de Zitácuaro (localidad de acceso a los santuarios de la mariposa monarca, sorprendente fenómeno natural de belleza estremecedora). Relaté a los presentes lo que me escribió GR, lo que suscitó una ronda de comentarios entre varios estudiosos de la migración que validaron lo dicho por él y que afirmaron que además lospolleros fían: prestan sus servicios y cobran en abonos: “migre ahora, pague después”. También recibí un comentario de Agustín Escobar (AE), Profesor-investigador del CIESAS Occidente (Guadalajara), quien me mandó el texto del libro, que estará circulando muy pronto, Pobreza y migración internacional, publicado por el CIESAS, del cual él es compilador y autor de varios capítulos. Señala que el libro: Tiene un capítulo de René Zenteno sobre marginación, pobreza y migración, y hay otro de Janssen y mío que estima el “costo de oportunidad” de la migración, es decir los ingresos que los migrantes tendrían si se quedaran en sus pueblos. El punto de René es el tuyo, es decir que los más pobres no migran, y el punto de Janssen y mío es que sin emigración habría menos desigualdad de ingreso en México. Además me adelanta conclusiones de un nuevo trabajo: La tasa más alta de emigración internacional se concentra en una población que está entre los percentiles [centésimas partes] 8-25 (de abajo para arriba) de la distribución del ingreso… Si lo analizas por marginación municipal, es un grupo de población que está en marginación media y marginación alta, pero no en muy alta. El punto que hay que recordar es que las tasas más altas siguen siendo de zonas rurales, y que el 77 por ciento de la población es urbana… el hecho es que la gran mayoría del flujo proviene del cuartil [cuarta parte] más bajo de la población de México. Los resultados dependen de que el análisis tome en cuenta o no el tamaño de la población. Si simplemente se hace una regresión estadística [análisis de asociación de variables], los más pobres no migran. Si se analiza por el peso demográfico del grupo que migra, la tasa más alta está en un grupo que es bastante pobre, aunque no el más pobre. Sólo de esta manera se llega a entender que… la mayor dependencia de remesas se ubica en los hogares más pobres (una vez más, no el 5 por ciento más pobre). Pero las mayores remesas, y las mayores posibilidades de usarlas en proyectos productivos, se concentran en el quintil [quinta

 

  

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parte]más alto. Son los quintiles medios los menos tocados por el fenómeno. Sabemos muy poco de la emigración de los altamente calificados y de los ricos…” AE y los otros autores del libro analizan las relaciones entre el ingreso de los hogares, o su ubicación en municipios según el grado de marginación de éstos, con la emigración. En cambio, yo asocio emigración con pertenencia a estratos del nivel de vida, definidos con el Método de Medición Integrada de la Pobreza (MMIP). También hay diferencias de fuentes y periodos. Aunque hay muchos puntos de coincidencia: la mayor tendencia a emigrar de los habitantes del medio rural, la menor importancia de ciertos estratos medios, las diferencias de método, fuentes y periodos, explican que nuestras conclusiones no sean iguales. Un elemento que yo encontré, y que Escobar no destaca, es que el análisis tiene que hacerse separando el medio urbano del rural porque la ruralidad parece explicar más la emigración que la pobreza. De hecho, de los cuatro grupos que se forman clasificando los hogares y sus miembros en indigentes y no indigentes en ambos medios, son los no indigentes rurales los que mayor probabilidad tienen de emigrar, aunque en mis cálculos son el grupo menos numeroso, por lo cual, a pesar de que su tasa migratoria es con mucho la más alta, son menos numerosos que los migrantes indigentes del medio rural y que los migrantes no indigentes del medio urbano. Como se ve, tiene razón AE al señalar que es muy importante tomar en cuenta el tamaño absoluto de la población de cada grupo. En la Introducción sintetiza así los hallazgos centrales del libro (cito de manera libre): A pesar de que los pobres mantienen relaciones sociales de solidaridad y de pertenencia grupal particularmente fuertes, ello no basta para compensar la escasez de sus recursos materiales, lo que explica el escaso éxito de su migración (medido en términos de los ingresos netos producidos por un ciclo migratorio completo), y sus bajas tasas de emigración. Esta conclusión general no expresa la compleja trama de fuerzas que modelan la migración de los pobres, formada por cinco factores principales: • Capital social. Mientras más sólidas sean las relaciones sociales del grupo, mayor será la base de seguridad local que permite a los individuos asumir riesgos, y es más probable que los que ya han migrado ayuden a otros miembros del grupo. • Oportunidades locales. Aunque ofrezcan ingresos bajos, las oportunidades locales fijan a los pobladores. No hay razón más elocuente para migrar que el dicho muchas veces repetido: “aquí no hay nada”. • Relaciones verticales. Las relaciones de dependencia y patronazgo atrapan a los miembros de la clase baja en obligaciones y derechos que hacen difícil la migración, mientras la ausencia de tales relaciones y la distancia social con las clases altas mueve a cuestionar el orden local y a buscar alternativas. • Opresión institucional. Para indígenas, mujeres y jóvenes, la migración es una manera de escapar de grupos opresivos. Aunque haber migrado no aparta totalmente al individuo de su grupo, sí le permite renegociar su pertenencia, y sus mayores ingresos normalmente redefinen su estatus dentro del mismo. • Los sucesos catastróficos empujan a las personas a migrar para pagar deudas, reconstruir activos, buscar oportunidades destruidas en la localidad. Un libro importante para profundizar en la dinámica migratoria.

 

  

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febrero 22, 2008 

La información estadística cuestionada

Evaluar la calidad de los datos: central para conocer la realidad social

Para conocernos como país y saber cómo evolucionamos, los datos demográficos,

sociales y económicos que genera el INEGI (y otras instituciones públicas de manera

complementaria) son indispensables. Pero si el dato es problemático, poco confiable, se

puede producir una crisis en la autoconciencia nacional. Para la confiabilidad del dato dos

cuestiones resultan indispensables: la autonomía de quienes lo generan (de manera

cruda: su capacidad de decir no al político que le pide “cocinar” los datos para que reflejen

las bondades de su gestión, como en las fotos recolocadas todas las mujeres son

hermosas) y la capacidad crítica de la sociedad respecto del dato y los métodos para su

generación.

Sobre el riesgo que la autonomía constitucional del INEGI se vea revertida al aprobarse

(por la coalición gobernante del PRIAN), la ley reglamentaria de la reforma al artículo 26

constitucional, lo que está próximo a ocurrir en la Cámara de Diputados, y ya ocurrió en la

de Senadores, he escrito en varias entregas de Economía Moral (18 y 25 de enero

pasados). Hoy me quiero referir a la capacidad crítica de la sociedad, empezando por los

llamados usuarios de los productos del sistema de información estadística nacional. De

todos los usuarios somos los académicos los que no tenemos excusa alguna para eludir

nuestra obligación de mirar críticamente la información estadística.

 

  

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Por ello saludo el nuevo libro del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y

Ambientales (CEDUA) de El Colegio de México, titulado: El dato en cuestión. Un análisis

de las cifras sociodemográficas, coordinado por Beatriz Figueroa. Se trata de un grueso

volumen de más de 800 páginas en el cual más de 30 especialistas abordan los

problemas de las fuentes estadísticas. El espíritu del libro en su conjunto se revela en la

introducción que escribe su coordinadora y que señala que, a pesar de los avances en las

capacidades de recolección y procesamiento de la información, que se reflejan en la

celeridad con la que se hace disponible la información del registro civil (nacimientos y

muertes, sobre todo), de censos y encuestas, “el análisis y evaluación de la calidad de la

información no ha sido tan sistemático ni ha ido a la par de la recolección. Muchas de las

encuestas no han sido evaluadas en cuanto a su calidad y cobertura ni tampoco

completamente los censos y las estadísticas vitales” Añade: “pareciera que nuestros

esfuerzos se han centrado más en la obtención de datos”. Este descuido de la evaluación

motivó la organización de un seminario en 2004, del cual el libro que hoy se publica es la

memoria (el desfase entre el seminario y el libro muestra la lentitud de la producción

libresca no sólo en el Colmex, sino en casi todo el país). La profesora Figueroa narra el

consenso de los participantes en que “la información tiene que verse de forma abierta y

cuestionándola, no creer ciegamente en todas las cifras que se publican”.

Araceli Damián y el autor de esta columna hemos venido haciendo este cuestionamiento

desde hace varios años respecto de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los

Hogares (ENIGH) en la cual se basan casi todos los estudios de pobreza y distribución del

ingreso en México. La profesora Damián es autora del capítulo “La construcción del dato

de pobreza” en la nueva obra del Colmex, en el cual muestra las razones por las cuales

se debe dudar de la comparabilidad de la ENIGH 2002 con las anteriores, análisis que ha

ampliado para incluir la ENIGH 2004 en su artículo “Los problemas de comparabilidad de

las ENIGH y su efecto en la medición de la pobreza” (Papeles de Población, año 13, N°

51, enero-marzo de 2007). En las últimas semanas Damián ha actualizado estos análisis

también a las ENIGH2005 y 2006. Estos cálculos inéditos confirman lo que ya había

mostrado en sus trabajos anteriores, que se debe poner seriamente en duda que las

ENIGH reflejen la evolución real del ingreso y de las condiciones de vida, y por tanto de la

pobreza, en el país entre 2000 y 2006.

Si creyésemos ciegamente en los datos de las ENIGH, en el periodo 2000-2006 de bajo

crecimiento del PIB por persona (7 por ciento en todo el periodo), el conjunto de los

hogares nacionales habrían visto aumentar su ingreso corriente total neto por persona

(ICTNPP: neto porque los regalos recibidos se consideran como ingresos del hogar pero

 

  

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se deducen de éste los regalos que otorga a otros hogares) en 15.3 por ciento, más del

doble que el crecimiento del PIB por persona. Todavía más increíble, en un periodo en el

cual el PIB agropecuario creció (14.9 por ciento) casi lo mismo que el total (14.1 por

ciento), el ICTNPP en el medio rural creció 64.1 por ciento, ritmo que supone más que

duplicar el ingreso cada 10 años, mientras en el medio urbano el ICTNPP habría crecido,

más realistamente, pero todavía por arriba del PIB por persona, en 9.8 por ciento. Un dato

aún más sorprendente: los ingresos por salarios crecieron en los hogares rurales, por

persona, 83.4 por ciento en el sexenio de Fox (casi se duplicaron), aportando mucho más

a la explicación del milagro rural creado por las ENIGH, que el aumento en las remesas.

La reducción medida por el Coneval a partir de esos datos en la llamada pobreza

patrimonial (y en las otras dos pobrezas del método oficial durante el foxismo) fue, por

tanto, muy fuerte (14.5 puntos porcentuales) en el medio rural (de 69.2 por ciento a 54.7

por ciento), mientras en el medio urbano fue mucho menor (8.1 por ciento), de 43.7 por

ciento a 35.6 por ciento. Nótese que el milagro rural que está detrás de estas cifras es de

tal magnitud que la proporción de pobres en este medio en 2006 (54.7 por ciento) es casi

igual a la que prevalecía a nivel nacional en 2000 (53.6 por ciento). A ese ritmo, en 4.5

años más, para principios de 2011, la pobreza patrimonial rural se habrá reducido a 43.7

por ciento, nivel que tenía la pobreza urbana en 2000 y, para finales de 2011, habrá

bajado a los niveles de pobreza que el país tenía en 2006.

Ciertamente el dato debe ser cuestionado a fondo y los milagros dejárselos a los dioses,

las vírgenes y los santos. Seguiré ahondando en estas cifras.

 

  

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febrero 29, 2008 

Cambios estructurales inesperados e inverosímiles

Crecimiento chino en el medio rural y recesión en el semiurbano

Un paradigma que hasta ahora no había sido puesto en duda es la existencia de una

asociación muy fuerte entre tamaño de la localidad y nivel de vida de sus habitantes; que

las peores condiciones de vida (ingresos y satisfacción de necesidades básicas) se

encuentran en las localidades de menor tamaño y que a medida que pasamos a mayores

tamaños éstas van mejorando. Los contrastes urbano-rurales han sido destacados desde

hace mucho, tanto desde la perspectiva de los índices de marginación como de los

contrastes en la satisfacción de las necesidades específicas (Véase la Serie Necesidades

Esenciales en México, Coplamar-Siglo XXI, 1982-1983 (6 volúmenes). Con un espectro

de tamaños de localidades más detallado, encontré que en 1989 (a partir de la base de

datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, ENIGH, de 1989

ajustada a cuentas nacionales), la proporción de población en pobreza1 desciende a

medida que pasa uno de localidades menores a mayores. Igualmente Araceli Damián y yo

encontramos, a partir de la ENIGH1996 sin ajuste a cuentas nacionales, una fuerte

asociación entre tamaños de localidad, todavía más desglosados, y la menor incidencia

de la indigencia (la más extrema de las pobrezas)2, cuyos valores fueron: rural: 78.1 por

ciento; 2 mil 500 a 15 mil (semiurbanos): 57.4 por ciento; 15 mil a 100 mil: 43.1 por ciento.

Toda la evidencia, vieja y nueva, sostiene que este paradigma se basa en realidades

estructurales que cambian muy poco.

Sin embargo, al comparar la evolución del ingreso y las condiciones de vida según las

ENIGH de 2000 y 2006, enfrentamos un fenómeno inesperado. Al desagregar en dos

grupos las localidades de menos de 15 mil habitantes (límite urbano-rural oficial), el de

menos de 2 mil 500 (en adelante medio rural, MR) y el de 2 mil 500 a 15 mil (en adelante

medio semiurbano, MSU), se encuentra una evolución 2000-2006 que contradice dicho

 

  

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paradigma y que tiende a eliminar las diferencias entre ambos, y en ocasiones revertirlas,

provocando un cambio estructural inesperado e inverosímil, cuyos rasgos se analizan a

continuación (véase cuadro):

Evolución opuesta de la población. Como se apreciará, esta evolución se mueve en

sentido opuesto a las demás. Mientras la población rural decrece en 2.8 por ciento,

la semiurbana crece en 6.9%. El crecimiento demográfico suele ser resultado del

crecimiento económico y el descenso de la población de la crisis (la gente se traslada

adonde hay empleos y huye de donde no hay), por lo cual estos datos (si fueran los

únicos que tuviéramos) nos harían pensar que habría habido crecimiento económico y

mejoría en las condiciones de vida en el MSU y estancamiento o empeoramiento en el

MR. Pero según las ENIGH fue exactamente al revés. Veamos.

Evolución radicalmente opuesta de los ingresos. El ingreso por persona en el MR crece a

un ritmo semejante al de la economía China: 62.6 por ciento en el sexenio (un incremento

anual simple promedio mayor a 10 por ciento). En contraste, el ingreso del

MSU decrece en 20.9 por ciento. Se asocia así el crecimiento del ingreso al

despoblamiento y el descenso del ingreso al crecimiento demográfico.

Evolución dispar de la pobreza alimentaria. En 2000, la incidencia de la ‘pobreza

alimentaria’ del método oficial, era de 52.9 por ciento en el MR y de 22.8 por ciento en el

MSU. Más del doble en las primeras que en las segundas. Pero el milagro chino del

crecimiento del ingreso rural redujo esta pobreza a sólo 27.4 por ciento (casi a la mitad: el

dato de 2006 es sólo 51.8 por ciento del de 2000), mientras la pobreza semiurbana bajó

sólo tres puntos y terminó en 19.7 por ciento. Se redujo así la distancia en la incidencia de

la pobreza entre ambos medios de 30 puntos a sólo 8. La pequeña baja de la pobreza

semiurbana, a pesar de la reducción del ingreso promedio por persona, se explica porque

ésta sólo ocurre en los cuatro deciles superiores, mientras hay aumentos en los demás.

Es decir, se produjo una mejoría sustancial de la distribución del ingreso en este medio, lo

que no ocurrió en el rural, donde el ingreso de todos los deciles aumentó de manera

similar.

Ordenación invertida en el tamaño del hogar. Una explicación parcial de los movimientos

opuestos en el ingreso por persona en ambos medios, es la evolución contrapuesta en el

tamaño del hogar (número de integrantes), que disminuye notablemente en el MR (de

4.61 a 4.13) y aumenta en el MSU (de 4.24 a 4.34), produciendo con ello la inversión en la

ordenación de tamaños entre ambos medios, siendo en 2006 mayores los hogares

semiurbanos que los rurales, cuando eran mucho más pequeños en 2000. Un cambio

 

  

574

estructural inesperado e inverosímil, y falso porque según el Conteo de Población de

2005, los hogares semiurbanos son más pequeños que los rurales.

Se invierte el orden en la tasa de dependencia económica (TDE). En el 2000 la TDE era

de 1.97 en el MR, es decir, había 1.97 dependientes por cada ocupado, contra 1.78 en el

MSU, pero al bajar mucho esta relación en el primero (a 1.66) y mantenerse casi igual en

el segundo (1.72), se invirtió el orden: ahora es más alta la TDE en el MSU. Lo ocurrido

en el MR es un auténtico milagro: los hogares se hacen más pequeños, pero el número

de ocupados permanece igual y sólo disminuyen los dependientes. Esto explica que el

ingreso por persona derivado de salarios crezca, en el MR, en 83.4 por ciento mientras en

el MSU decrecen en 3.6 por ciento.

Inversión o reducción drástica de brecha en acceso a satisfactores del hogar. Como se

aprecia en el cuadro, el MR ha alcanzado condiciones de vida casi iguales y, en dos

casos mejores, que el MSU.

Con esto se completan los cambios estructurales sorprendentes, pero desgraciadamente

inverosímiles y, en algunos casos, ya sabemos que falsos.

1Véase el capítulo, de mi autoría, “Incidencia e intensidad de la pobreza en México”, en

Julio Boltvinik y Enrique Hernández Laos, Pobreza y distribución del ingreso en México,

Siglo XXI, 1999).

2 “La pobreza en México en 1996”, elaborado para el Centro de Promoción Social, AC, en

1999.

 

  

575

MARZO

marzo 7, 2008 

Julio Boltvinik

■ La SCJN falla otra vez en favor del gobierno/ I

En sesiones del 28 de febrero y 3 de marzo, el pleno de la Suprema Corte de Justicia de

la Nación (SCJN) falló en contra de la Cámara de Diputados (CdeD) en la controversia

constitucional contra el Reglamento de la Ley General de Desarrollo Social (LGDS). El

ministro ponente, José Ramón Cossío, propuso: 1) declarar inconstitucional el artículo 72

del reglamento (RLGDS) y 2) declarar infundados los argumentos esgrimidos por la CdeD

para impugnar 30 artículos adicionales del mismo y, por tanto, validar su

constitucionalidad. Después de una raquítica discusión, en la cual los ministros en general

se vieron muy inseguros y convencionales, el ponente ganó completo el punto 2 (con un

voto minoritario en contra y algunos cambios de redacción aceptados). El punto 1 lo

perdió ganando. Aunque la votación fue 6 votos a favor de la ponencia y 4 en contra, el

artículo 105 de la Constitución establece que en controversias como la que nos ocupa se

requieren al menos 8 votos a favor.

El hecho positivo más destacable (hubo muchísimos negativos) de las sesiones del pleno

de la SCJN es la impecable postura adoptada por el ministro Góngora Pimentel sobre la

impugnación más importante de la controversia: la referida al artículo 15 del reglamento

que establece un modelo social único en contra del pluralismo vigente en la LGDS.

Góngora Pimentel dijo:

… los artículos 14 y 19 de la Ley… establecen las vertientes mínimas que debe

comprender la política nacional de desarrollo social… se advierte que la superación de la

pobreza es sólo una de [ellas]… mientras que los programas dirigidos a las personas en

 

  

576

condiciones de pobreza, marginación o en situación de vulnerabilidad [en adelante,

focalizados], son sólo unos de los que la Ley considera como prioritarios o de interés

público... el legislador realizó una elección clara… en cuanto a las vertientes mínimas que

la política de desarrollo social debe contener, y en cuanto al tipo de programas que

tendrán carácter prioritario y de interés público… en ningún momento dejó al arbitrio del

Ejecutivo… la posibilidad de elegir entre algunas de las vertientes… ni de adoptar

únicamente uno de los programas prioritarios y de interés público…

… el artículo 15 del RLGDS señala: “Los programas de la administración pública federal…

relativos al desarrollo social, incluirán, según sea el caso, las materias previstas en los

artículos 14 y 19 de la Ley, y atenderán a los grupos y personas identificados en situación

de pobreza, marginación y vulnerabilidad”. El precepto… remite a los artículos 14 y 19 de

la Ley para definir el contenido material de los programas; pero luego restringe su ámbito

de aplicación al establecer… que sólo atenderán a los grupos y personas identificados en

situación de pobreza, marginación y vulnerabilidad; con ello, el Ejecutivo Federal está

reduciendo los programas prioritarios y de interés público a los señalados en la fracción III

[de un total de 9 fracciones] del artículo 19 de la Ley… Si éste establece una lista de los

programas prioritarios y de interés público, entre los que se encuentran los [focalizados]

… es claro que, para el legislador, los restantes programas necesariamente comprenden

un ámbito de aplicación más amplio…; por tanto, considero que el artículo 15 del

Reglamento, al establecer que los programas de la administración pública federal… sólo

se dirigirán a las personas en condición de pobreza, marginación o en situación de

vulnerabilidad, indebidamente restringe el contenido mínimo de la política nacional de

desarrollo social que la Ley delimita; por lo que estimo que debe declararse su

inconstitucionalidad…

Lo anterior… significa que, de acuerdo con la Ley, las dependencias y entidades…

pueden [también, aparte de los programas focalizados] implementar programas de

educación obligatoria, de prevención de enfermedades… y todos los demás a los que se

refiere el artículo 19 de Ley, sin que estos programas necesariamente estén focalizados…

[pero estos] programas estarían excluidos por el artículo 15 del Reglamento impugnado.

Mi postura no deriva de una orientación o preferencia teórica, sino de la premisa básica

de que la Ley ocupa una posición de primacía directiva respecto del Reglamento…que

obliga [a éste] a ceñirse estrictamente a los contornos legales, lo que no ocurre en estos

casos.

 

  

577

A este contundente planteamiento (que se sintetiza en el cuadro) siguió una ronda de

intervenciones a favor de la ponencia. Valls Hernández argumentó que el artículo 15 no

viola las disposiciones sobre derechos sociales de la Constitución, apoyándose en el

proyecto de Cossío, por lo que expresa también la opinión de éste:

“La materia de derechos sociales contenidos en la Constitución es un complejo entramado

normativo que conjunta las obligaciones prestacionales del Estado con la concurrencia y

coordinación de sus facultades en materia financiera y presupuestal, tal como lo señala el

proyecto... que los derechos sociales deban tener un alcance general, no significa

necesariamente universalizar en la instrumentación todos y cada uno de los mismos; ya

que de prever el acceso a la totalidad de los derechos sociales, haría impracticable e

insuficiente la política pública del Estado en relación con los grupos más marginados de la

sociedad… su apoyo podría reducirse a prácticamente nada. En ese orden de ideas, es

claro que la intención constitucional no es garantizar tales derechos a todos y cada uno de

los integrantes del Estado, sino permitir que éste lleve acabo una estrategia de planeación

para la atención a las necesidades y requerimientos de la población…”

A este planteamiento, que equivale a derogar la Constitución y la LGDS en todo lo que se

refiere a derechos sociales (que son sustituidos por la planeación focalizadora), y que

esgrime la restricción de recursos como argumento metaconstitucional, se sumaron todos.

Pero nadie intentó siquiera refutar sus argumentos (como se ve en la cita) refutar a

Góngora. La ministra Luna Ramos aceptó que el artículo 15 del reglamento particulariza

los programas “en ese sentido” (el de la focalización), pero dijo que ello encuentra una

“justificación plenamente constitucional y legal” porque “resulta imposible

universalizarcomo lo dice el proyecto”. Así acepta que violar la primacía de la ley sobre el

reglamento se justifica porque no hay recursos. Azuela, cómplice de Fox en el desafuero,

repitió mal lo anterior, pero fue más allá y estableció un nuevo principio

jurídico: reglamentar es focalizar.

Góngora no planteó la universalización, ni tampoco es éste el argumento central de la

demanda de anticonstitucionalidad contra el artículo 15 del RLGDS por parte de la CdeD,

sino que se dejarán abiertas todas las opciones de los artículos 14 y 19 de la LGDS y no

se redujera todo a programas focalizados contra la pobreza. Triste país con esa SCJN.

 

  

578

marzo 14, 2008 

■ La SCJN falla otra vez a favor del gobierno/ II

■ El ponente Cossío sujeta los derechos sociales a la política presupuestaria

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) falló en contra de la Cámara de

Diputados (CdeD) en la demanda de controversia constitucional que ésta presentó contra

el reglamento de la Ley General de Desarrollo Social (RLGDS). En la entrega anterior

(07/03/08) analicé el punto central de la controversia: la imposición de un modelo social

único (focalización a ultranza a la pobreza extrema) en el reglamento, lo que contraviene

el pluralismo de la LGDS, que incluye vertientes como desarrollo regional y seguridad

social, y prioridades como programas de educación obligatoria y de abasto social (que por

definición no pueden ser focalizados), y cuyo artículo primero declara que su objeto

esgarantizar el pleno ejercicio de los derechos sociales y señalar las obligaciones del

gobierno.

Lo más sorprendente fue que, en su afán por refutar a la CdeD, la SCJN fue más allá

y derogó la vigencia de los derechos sociales en la Constitución y en la LGDS. El autor

principal de este desaguisado fue el ministro ponente Cossío. Su planteamiento completo

está en su proyecto al que no hay acceso público, que sólo existe para el “problemario”

(resumen). En él se señala que, “por razones metodológicas se hace un estudio

constitucional general donde se analizan las facultades de planeación nacional en la

materia de desarrollo social y se entra al estudio de la LGDS como materia de

planeación y su reglamento”. Hay aquí una petición de principio. La LGDS no es una

materia de planeación como no lo son la Ley General de Salud o la Ley General de

Educación. Son leyes sustantivas referidas a aspectos de la realidad que se trata de

regular y no sólo de planificar.

 

  

579

El ponente acepta que la LGDS es plural, pero interpreta mal este carácter: como

opciones entre las que puede elegir el Ejecutivo, y no como obligatoriedad de adoptar las

múltiples vías estipuladas en la LGDS (en efecto, como bien dijo el ministro Góngora, el

legislador “en ningún momento dejó al arbitrio del Ejecutivo… la posibilidad de elegir entre

algunas de las vertientes… ni de adoptar únicamente uno de los programas prioritarios”).

El artículo 14 a que se refiere Góngora establece la obligatoriedad de las cinco vertientes

que enumera, no son alternativas, ya que el texto de este artículo dice: “la Política

Nacional de Desarrollo Social debe incluir, cuando menos, las siguientes vertientes”:

superación de la pobreza, seguridad social y programas asistenciales, desarrollo regional,

infraestructura social básica y fomento del sector social de la economía.

Cossío insiste no sólo en que el fundamento de la facultad legislativa en materia de

desarrollo social se deriva de los artículos 25 y 26 constitucionales, sino que la

LGDS debe ajustarse al marco normativo de la Ley de Planeación y de ahí deriva la tesis

antes mencionada que la LGDS es una materia de planeación. Esto, que ya impugné

antes, se va a utilizar al abordar el tema del modelo social único. En primer lugar, Cossío

declara tajantemente que los derechos sociales no significan universalizar:

“Que la Constitución establezca que los derechos sociales deben tener un alcance

general no significa universalizar en la implementación de todos y cada uno de los

mismos1. La pretendida obligación de prever el acceso universal a la totalidad de los

derechos sociales con exclusión de las políticas focalizadas haría impracticable la política

pública del Estado en relación con los grupos más marginados de la sociedad. Llevado al

absurdo, el argumento haría superflua la definición misma de pobreza, ya que no

solamente los derechos de aplicación universal, sino la totalidad de los programas de

desarrollo tendrían que ser para todos sin poder distinguir entre grupos o personas para

su asignación”.

He aquí la derogación en los hechos de los derechos sociales por la SCJN (ya que como

comenté en la entrega anterior, esta tesis fue apoyada por todos los ministros excepto

Góngora). Desde luego nadie, ni Góngora, ni la demanda de controversia

constitucional, pretende excluir los programas focalizados(véase cuadro), por lo cual esta

frase es una simple mentira (poner en boca de la CdeD argumentos que no esgrimió) e

invalida lo que sigue. Es exactamente al revés: lo que se impugnó del artículo 15 del

reglamento es que, como dijo Góngora, éste “está diciendo que solamente habrá

programas focalizados, y eso, indudablemente va en contra de lo que dispone la Ley”.

 

  

580

El problemario conecta la planeación con la negación de los derechos sociales (véase

Cuadro) en una interpretación que expresa, como en muy pocas ocasiones es dable oír,

una formulación ideológica delcapitalismo cínico que pone los derechos sociales en

manos del secretario de Hacienda:

La Constitución en materia de derechos sociales es un complejo entramado normativo

que conjunta las obligaciones prestacionales del estado con la concurrencia y

coordinación de sus facultades en materia financiera y presupuestal, lo cual si bien no

vacía de obligatoriedad los derechos sociales ya que los mismos mantienen su

exigibilidad frente al ciudadano, sí permite que se jerarquice y se establezcan prioridades

para su asignación en materias específicas, dependiendo de las necesidades particulares

de los ciudadanos para alcanzar un nivel general de bienestar al cual se encuentra

obligado el Estado.

Todo lo que sigue después de la palabra presupuestal no cambia la esencia del párrafo: la

supeditación de los derechos sociales a la política financiera y presupuestal. Por eso el

ministro Valls Hernández dijo, apoyándose en este párrafo, que la intención

constitucional no es garantizar tales derechos a todos y cada uno de los integrantes del

Estado, sino permitir que éste lleve a cabo una estrategia de planeación para la atención

a las necesidades y requerimientos de la población.

1 ¿Solamente en los que diga Cossío o Carstens?

 

  

581

marzo 21, 2008 

■ La SCJN falla otra vez a favor del gobierno/ III

Tal como he analizado en las dos entregas previas (07 y 14/03/08), la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) al fallar en contra de la demanda de controversia constitucional del reglamento de la Ley General de Desarrollo Social (LGDS), de paso derogó los derechos sociales al supeditarlos a la política presupuestaria y financiera. Para hacerlo, asoció la LGDS a los artículos 25 y 26 de la Constitución (que establecen la economía mixta, la rectoría del Estado y el sistema de planeación del desarrollo), declaró que la LGDS es una materia de planeación, y que la “intención constitucional no es garantizar tales derechos [los sociales] a todos y cada uno de los integrantes del Estado, sino permitir que éste lleve a cabo una estrategia de planeación para la atención a las necesidades…” Así ratificó, elevando el reglamento de la LGDS por encima de la Ley Suprema de la nación, como modelo social único el de la focalización a la pobreza extrema.

Pero los artículos 25 y 26 vigentes fueron introducidos en marzo de 1983, 66 años después de la vigencia de la Constitución. Lo que la SCJN hizo equivale a interpretar estos artículos, a pesar de que no hay en ellos ninguna palabra que justifique tal interpretación, como si condicionaran los derechos sociales. Como si a partir de 1983 hubiese cambiado el sentido de los derechos sociales de nuestra Carta Magna. Además, ya para marzo de 1983, los derechos sociales vigentes en México eran amplios, sobre todo cuando se considera que, como establece el artículo: “Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión… y todos los tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el presidente de la República, con aprobación del Senado, seránla Ley Suprema de toda la Unión”. El carácter jurídico de los tratados es incluso superior, como ha afirmado la tesis jurisprudencial LXXVII/99 de la propia SCJN, a todo el derecho federal y al locali. (Para una definición sencilla de derechos sociales, tomada de Wikipedia, véase el recuadro.)

Los derechos sociales establecidos en la Constitución de 1917 fueron sólo los de educación (artículo 3°), los derechos agrarios (artículo 27) y los laborales (artículo 123). Incluso el artículo 3°, aunque establecía la laicidad y la gratuidad, no postulaba el derecho a la educación, que fue introducido hasta 2002. Dejando de momento a un lado la Declaración Universal de Derechos Humanos (ONU, Asamblea General, 1948), porque no estoy seguro de que forme parte de la Ley Suprema, en 1981 México se había adherido al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PDESC), que se convirtió por tanto en integrante de la Ley Suprema, y que establece los siguientes derechos no contemplados en la Constitución entonces vigente: a la seguridad social; a un nivel de vida adecuado, a la protección contra el hambre; a participar en la vida cultural; y a gozar de los beneficios del progreso científico.

A principios de 1983, cuando se reformaron los artículos 25 y 26 constitucionales estaban vigentes estos derechos del PDESC y los de la Constitución entonces vigente, y no hay nada en los artículos que establecen tales derechos (ni en el 25 y 26 como se dijo) que los condicionen a la política financiera y presupuestaria del gobierno federal. La reinterpretación de la SCJN, expresada en la frase del ministro Cossío (“la Constitución en

 

  

582

materia de derechos sociales es un complejo entramado normativo que conjunta las obligaciones prestacionales del Estado con la concurrencia y coordinación de sus facultades en materia financiera y presupuestal”) carece de sustento, y además, por basarse, según su propia argumentación, en los artículos 25 y 26, es una reinterpretación retroactiva.

La ministra Margarita Beatriz Luna Ramos aceptó que el artículo 15 del reglamento de la LGDS (impugnado en la controversia constitucional) particulariza los programas hacia la focalización, pero añadió que ello encuentra una “justificación plenamente constitucional y legal” porque “resulta imposible universalizar como lo dice el proyecto”. No es sólo ella quien lo dice, sino el mismo proyecto de Cossío aprobado por la SCJN.

Es evidente que los derechos sociales requieren recursos para su cumplimiento y que éstos pueden ser, en algún momento, insuficientes en relación con las necesidades expresadas por los derechos. Pero justamente el centro de la disputa (no por cierto la de la controversia) histórica en múltiples países ha sido entre la prevalencia de los derechos sociales o la del mercado en la determinación de las condiciones de vida de la población. Esta disputa se ha resuelto en la creación de los estados de bienestar basados en derechos sociales cuando la fuerza política de los trabajadores y de otros grupos populares fue suficientemente fuerte; cuando ello no ha sido así han prevalecido el mercado y los programas focalizados; es cuando triunfa la declaración que es imposible universalizar y que los derechos sociales son una quimera. Cuando prevalecen las necesidades humanas y los derechos sociales que las expresan, la sociedad se propone captar y distribuir los recursos necesarios para hacer realidad los derechos; en cambio, cuando prevalecen los intereses de los privilegiados, se declara que no se puede recaudar más y que, por tanto, es imposible universalizar.

Contrástese este no puedismo con la actitud decidida, de cumplir por todos los medios (incluso mediante reformas fiscales), sin desconocer las limitaciones temporales de recursos, del PDESC que, recuerde el lector, es parte de la Ley Suprema de la Unión y ha sido también “derogado” por la SCJN:

“Cada uno de los Estados partes en el presente pacto se compromete a adoptar medidas…especialmente económicas y técnicas, hasta el máximo de los recursos de que disponga, para lograr progresivamente, por todos los medios apropiados, inclusive en particular la adopción de medidas legislativas, la plena efectividad de los derechos aquí reconocidos.” (Artículo 2)

i Gerardo Pisarello y Miguel Carbonell, “La aplicación de los tratados internacionales de derechos humanos en el derecho interno: modelo para armar”, en Derecho internacional de los derechos humanos. Textos básicos, Porrúa y Comisión Nacional de los Derechos Humanos, México, 2002.

Derechos sociales

De Wikipedia, la enciclopedia libre

● Los derechos sociales son los que garantizan universalmente, es decir, a todos los ciudadanos por el hecho de serlo, y no como mera caridad o política asistencial, el acceso a los medios necesarios para tener unas condiciones de vida dignas.

● Serían el equivalente a los denominados derechos humanos de segunda generación (los económicos, sociales y culturales), propios del Estado Social de Derecho, que

 

  

583

aparece históricamente, como superación del Estado de Derecho liberal en la Constitución de la República de Weimar, aunque tengan precedentes anteriores.

● Los derechos sociales son los que humanizan a los individuos, sus relaciones y el entorno en el que se desarrollan. Son garantías de la igualdad y la libertad reales, pues la libertad no es posible si es imposible ejercerla por las condiciones materiales de existencia.

● Enumerándolos, los derechos sociales serían: el derecho a un empleo y a un salario, a la protección socia en casos de necesidad (jubilación, seguridad social, desempleo, bajas laborales po enfermedad, maternidad o paternidad, accidentes laborales), a una vivienda, a la educación, a la sanidad, a unmedio ambiente saludable, al acceso a la cultura y a todos los ámbitos de la vida pública

 

  

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marzo 28, 2008 

■ Ingreso Ciudadano Universal

■ Sale primer libro sobre el tema en México

Acaba de publicarse el primer libro escrito en México sobre el Ingreso Ciudadano

Universal (ICU) o Renta Básica (RB): Derecho a la existencia y libertad real para todos:

Ingreso Ciudadano Universal (UACM, GDF y Grupo Promotor del ICU-México, 278 pp.). El

libro fue coordinado por Pablo Yanes, a quien Marcelo Ebrard acaba de designar director

general del Consejo de Evaluación del Desarrollo Social del DF, organismo recientemente

creado. La convocatoria para quienes deseen postularse como candidatos al Comité de

Evaluación y Recomendaciones de dicho organismo, que será el corazón del mismo,

puede verse en www.sds.gob.mx .

El libro es la Memoria del Primer Seminario Internacional sobre el tema realizado en junio

de 2007 en la UACM. El Grupo Promotor del ICU cuenta con una página web

(www.icu.org.mx) y en junio próximo la sección México será aceptada en la Basic Income

Earth Network, la red internacional en la materia. Como dice Yanes en la Introducción,

con el Seminario se inicia en nuestro país el debate sobre una innovadora propuesta para

construir “el nuevo derecho social a la existencia, de fuerte contenido redistributivo y

libertario. La propuesta del ICU viene a refrescar el horizonte programático de las fuerzas

sociales y políticas adscritas a la transformación del orden social injusto que padecemos y

nos permite escapar al achicamiento de la discusión de la cuestión social en que tanto la

academia como la administración pública se han encajonado bajo el influjo de políticas

sociales cortadas con las tijeras del Consenso de Washington”.

El libro fue presentado el 6 de marzo pasado. Los comentaristas fueron Alicia Ziccardi,

Miguel Concha, Martí Batres, Luisa Mussot, José Olvera y José Robles Malouf. Ziccardi

reseñó el contenido del libro. Los siguientes son extractos de su presentación:

Daniel Raventós, presidente de la Red RB de España, ofrece una explicación clara de los

contenidos y alcances del concepto de ICU. El ICU hace referencia a un ingreso

incondicionalmente garantizado por el Estado a todos los ciudadanos.1 Es una forma de

ingreso mínimo2 que se caracteriza porque: 1) es universal, 2) se recibe

independientemente de otras fuentes de ingresos y 3) no requiere contraprestación

alguna. Además encierra un fuerte componente de igualdad de género, como afirma

María Julia Bertomeu (Argentina) en otro artículo del libro, ya que permite a las mujeres

 

  

585

ganar una cuota de independencia, de autonomía necesaria para acercarse a un ideal de

libertad. Estas características indican que esta propuesta es un antídoto contra la

pobreza, exclusión y la desigualdad, pero también contra la discriminación y el

clientelismo político de que son objeto las clases populares...

David Casassas (Oxford) ve la importancia del ICU en que constituye una base mínima

para mejorar las condiciones de vida y elevar la capacidad de negociación de los

asalariados y sus posibilidades para emprender sus proyectos de vida en libertad. Ante

esto, desde una perspectiva más bien filosófica, Boltvinik hace notar que el ICU es

favorable al florecimiento humano al contribuir a abatir la mercantilización del trabajo

mediante una existencia material garantizada, al permitir recuperar la unidad entre la vida

y el trabajo, y al revalorar el trabajo manual frente al intelectual.

Fue fundamental la presencia en este Seminario del senador brasileño Eduardo Suplicy,

auténtico promotor de esta propuesta, quien expuso el caso de Alaska, en el que se

otorga una renta anual de 2000 dólares a unas 700 mil personas... También expuso el

caso de Brasil, en que el presidente Lula promulgó la ley que creó el Ingreso Básico

Ciudadano a partir de 2005, la cual se aplicará gradualmente hasta alcanzarse

plenamente a partir de 2010. Enrique del Val califica al ICU como un proyecto alternativo

e importante frente a las políticas neoliberales y a la pésima distribución del ingreso. Para

del Val el ICU podría enfrentar la falta de cobertura efectiva de esos programas

[Oportunidades] y sus limitados resultados… Propuso que los recursos de estos

programas podrían ser canalizados a iniciativas como el ICU.

Martí Batres señala que un antecedente importante del ICU es la pensión universal para

adultos mayores de 70 años que ya abrió brecha a pesar de que durante varios años fue

ideológicamente criticada, sin que fuese sometida a una evaluación seria y rigurosa sobre

sus fundamentos, sus objetivos, sus alcances, sus costos y sus resultados. Asimismo deja

claro que en la ciudad de México hay espacio para impulsar el Ingreso Ciudadano…

En síntesis este libro sobre el Ingreso Ciudadano señala un posible camino para avanzar

en la construcción de una sociedad más igualitaria…

En su comentario, Miguel Concha enriqueció los contenidos del libro presentado y del

debate al citar ampliamente un trabajo de Gerardo Pisarello, quien dice sobre el ICU:

“A diferencia de las intervenciones selectivas, esta vía de actuación legislativa en tutela de

los derechos sociales permitiría una reconstrucción en sentido sustantivo, y no sólo

formal, del principio de generalidad de la ley. Y aunque aparentemente más costosa, ya

 

  

586

que su financiación exigiría evidentes reformas tributarias en un sentido progresivo, bien

podría resultar más legítima y eficaz que las prestaciones selectivas, en virtud

precisamente de su alcance universal… porque permitiría ampliar la autonomía individual

y colectiva de las personas… conjurando los elementos de estigmatización, humillación y

clientelismo que suponen las prestaciones sociales supeditadas a pruebas de recursos

(means tested benefits). De otra, porque al simplificar la gestión de las prestaciones

sociales… contribuiría a moderar la corrupción y a minimizar los costos globales de la

mediación técnico-burocrática”.

Por donde se le vea, un libro importantísimo que deberían leer todos los interesados en

las políticas sociales y en el futuro de la humanidad.

1 Aquí la palabra ciudadano hay que entenderla en sentido amplio: todas las personas y

no sólo los mayores de 18 años que tengan la nacionalidad del país donde residen.

2 Si es muy bajo, deja de cumplir su función libertaria y puede convertirse en un subsidio

a los empleadores.

 

  

587

ABRIL 

abril 4, 2008 

■ Contaminación acústica

■ Festival musical de la delegación Tlalpan amenaza a la salud

En los considerandos de la norma oficial mexicana NOM-081-ECOL-1994, que establece

los límites máximos permisibles de emisión de ruido de fuentes fijas, se parte de dos

hechos: 1) el ruido daña al ser humano y 2) la gravedad del daño depende de la

frecuencia con la que se rebasan los límites máximos permisibles de ruido que esta

norma estableció en 68 decibeles (dB) en el día y 65 dB en la noche. La norma en el

Distrito Federal reduce estos límites a 65 y 62 dB respectivamente. En el artículo en

Internet “Ruido y Salud Humana”, de Paco Calderón, experto mexicano en problemas de

ruido, se profundiza en los dos hechos de los que parte la norma oficial mexicana.

Basándose en las Guías para el Ruido Urbano publicadas por la Organización Mundial de

la Salud (OMS) describe los siguientes grupos de daños:

1. Trastornos del sueño, tanto primarios (insomnio, interrupción del sueño y alteración en

su profundidad y como consecuencia cambios en la presión arterial, arritmia cardiaca,

vasoconstricción, variación en el ritmo respiratorio) como secundarios al día siguiente

(fatiga, depresión y reducción del rendimiento). Si estas situaciones se prolongan por

días, el equilibrio fisio-sicológico se verá seriamente perturbado.Para tener un descanso

apropiado el sonido no debe exceder de 30 dB para el ruido continuo de fondo ni de 45dB

el producido por fuentes fijas individuales (para ubicar los niveles sonoros, una

conversación a un metro de distancia ocurre a 50-55 dB y un concierto de rock a 110 dB).

2. Efectos sobre las funciones fisiológicas. La exposición al ruido puede tener un impacto

permanente sobre las funciones fisiológicas de los trabajadores y personas que viven

 

  

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cerca de aeropuertos, industrias y calles ruidosas. Después de una exposición

prolongada, los individuos susceptibles pueden desarrollar efectos permanentes, como

hipertensión y cardiopatía.

3. Interferencia con la comunicación oral. El ruido interfiere en la comunicación hablada,

llega a constituir una seria limitante social y a generar problemas de personalidad y

cambios en la conducta. Los grupos particularmente vulnerables por interferencias

auditivas son las personas de la tercera edad y los niños en el proceso de adquisición de

la lengua.

4. Efectos sobre la audición. “La deficiencia auditiva o pérdida progresiva de la audición

es el riesgo más grave que puede sufrir el ser humano expuesto a elevados niveles de

presión acústica”. (Me parece que las enfermedades cardiovasculares, que matan a

mucha gente, son aún más graves).

Lo anterior establece el daño a la salud y a las actividades cotidianas que causa el ruido.

Ello se refleja, aunque de modo insuficiente, en la legislación vigente. Como puede verse

en el cuadro, son varias las disposiciones legales, federales y locales del DF, que

prohíben generar ruido que pueda afectar a los demás y que, además, prohíbe los

espectáculos públicos en “la vía pública, parques o espacios públicos”. Las autoridades

delegacionales y del GDF, al ser los principales responsables del cumplimiento de la Ley

en el DF, debieran ser los primeros en cumplirla al pie de la letra, predicando con el buen

ejemplo. Además es necesario recordar el principio general de derecho que establece

que, a diferencia de las personas, que pueden hacer todo excepto lo que les está

expresamente prohibido, las autoridades sólo pueden hacer aquello para lo cual les

faculta la ley, y todo lo demás les está prohibido (véase cuadro).

Sin embargo, la autoridad delegacional se ha convertido en los alrededores del Bosque de

Tlalpan en la fuente más grave de contaminación acústica especialmente (pero no sólo)

durante el periodo del Festival Ollin Kan, que dura un mes (abril-mayo). En el

estacionamiento del Bosque (alrededor del cual hay 11 mil viviendas) se realizan varios

conciertos a la semana, de intensidad sonora similar a los de rock (110 dB), que duran

hasta 12 horas (más los ensayos) y que terminan muy avanzada la noche, y que invaden

nuestras viviendas y nuestras personas. En efecto, como ha dicho la revista virtual

Teorema Ambiental, “El ruido actúa sobre los órganos del oído y sobre los sistemas

nervioso central y autónomo. Al sobrepasar determinados límites, produce sordera y

efectos patológicos en ambos sistemas nerviosos”. El ruido es tan intenso que hace vibrar

los vidrios y la estructura misma de nuestras edificaciones y que ningún tapón de oídos

 

  

589

puede mitigar. Su presencia impide o dificulta seriamente nuestras conversaciones,

escuchar la música de nuestra elección, oír el radio o la televisión, o concentrarnos en la

lectura o en el trabajo intelectual y, desde luego impide el sueño y el descanso,

provocando con ello todos los daños a la salud documentados antes.

No se trata de oponerse al acceso de la población a la cultura. Al contrario, debe

impulsarse el acceso universal de la población a todas las expresiones culturales y hacer

realidad el derecho a la cultura. Un festival de la calidad del Ollin Kan merece otra suerte

que el de convertirse en un daño a la salud de muchos. Los hermosos conciertos del

Festival Ollin Kan pueden y deben seguirse llevando a cabo, pero sin afectar a terceros,

realizándose en locales cerrados o en espacios abiertos en zonas no habitacionales. El

disfrute de algunas personas (incluso si son muchas, e incluso si son muchas más que las

afectadas) no puede justificar la falta de respeto a los derechos de otros (incluso si son

una minoría). Sostener otra cosa equivale a negar la vigencia del estado de derecho.

Por el bien de todos, el respeto al derecho ajeno. No puede justificarse la falta de respeto

al derecho fundamental consagrado en el artículo 16 de nuestra Constitución: “Nadie

puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones….”. ¿O no

es la invasión acústica una forma, y muy grave, de ser molestado en “su persona, familia

y domicilio”?

 

  

590

abril 11, 2008 

■ Experimentos, tortura y teorías acústicas en el arte

■ Autoridad y contaminación acústica

A

En El huevo de la serpiente (1977), una de las obras maestras del cine de Ingmar

Bergman, Hans Vergérus, quien lleva a cabo experimentos médicos con seres humanos,

muestra al protagonista del filme uno de ellos: una “voluntaria”, en buen estado de salud

física y mental, acepta quedar encerrada con un bebé que padece un daño cerebral y que

no cesa de llorar día y noche. Las primeras 12 horas la mujer conserva sus facultades y

ánimo e intenta consolar al nene. Pero hacia las 24 horas entra en un estado de angustia

y depresión y lo desatiende. Siente impulsos de matarlo, pero resiste durante seis horas y,

finalmente, lo asfixia.

Camino a Guantánamo (2006), película basada en relatos de ex presos de dicha cárcel,

muestra el trato que reciben los “terroristas”. Viven en jaulas de zoológico y antes de los

interrogatorios se les lleva a recintos totalmente cerrados, se les coloca en una posición

en cuclillas en la que los brazos quedan atados a las piernas con esposas, y el lugar se

inunda de música a muy alto volumen. La tortura posicional asegura que los presos no

podrán taparse los oídos con las manos para tratar de aminorar la tortura acústica. Los

prisioneros gritan de desesperación.

La novela de historia-ficción de Matilde Asensi sobre los incas, El origen perdido, gira en

torno al poder de las palabras, que habría alcanzado su punto más alto con la lengua

 

  

591

perfecta, el aymará, sobre todo el hablado por los yatiris (grupo que se constituyó en

guardián de la sabiduría antigua y, ante la inminente llegada de los españoles, se

escondió del mundo). La autora pone en boca de un personaje, la doctora Bigelow, que

forma parte de la expedición que va a la selva boliviana en busca de los yatiris, lo

siguiente que constituye una explicación científica (la primera parte) y esotérica (la

segunda), del cómo los sonidos (y el aymará en particular) afectan al ser humano:

“Se han realizado grandes avances en el estudio del cerebro humano… la inmensa

actividad eléctrica del cerebro emite infinidad de tipos de ondas que provoca que las

neuronas emitan ciertas sustancias químicas (neurotransmisores) que controlan nuestros

estados de ánimo y sentimientos y, por lo tanto, los comportamientos provocados por los

mismos. Estos neurotransmisores [dopamina, noradrenalina, endorfinas y otros] pueden

operar en lugares bastante específicos con resultados muy diferentes…. Si la dopamina

circula por su cerebro, usted sentirá placer… tanto el miedo como el amor, la timidez, el

deseo sexual, el hambre, el odio, la serenidad, etcétera, nacen porque hay una sustancia

química que se activa por una pequeña descarga eléctrica. Hay una clase especial de

neurotransmisores, los peptídicos, que trabajan de una manera mucho más precisa y que

pueden hacer que cualquiera de nosotros odie el color amarillo, tenga ganas de escuchar

música o de leer un libro. Si mi teoría es cierta, y es lo que quiero descubrir con este viaje,

el aymará, que es la lengua más perfecta… es un vehículo perfecto para bombardear el

cerebro con sonidos. ¿Han visto la típica escena de película en la que una copa de cristal

estalla cuando se produce cerca un sonido muy fuerte o muy agudo? Pues el cerebro

responde de la misma manera cuando se le bombardea con ondas sonoras… Resuena.

Responde a la vibración del sonido. Estoy convencida de que lo que hace el aymará es

propiciar que un determinado tipo de ondas puedan ser producidas por los órganos

fonadores de la boca y la garganta y que lleguen al cerebro a través del sonido

disparando los neurotransmisores que provocan tal o cual estado de ánimo o tal o cual

sentimiento. Y si lo que activa son los neurotransmisores peptídicos, entonces puede

conseguir casi cualquier cosa.”

En nuestra sociedad ha venido aumentando la conciencia de los efectos negativos en la

salud de la contaminación general del aire y de la provocada por los fumadores. Así en el

DF los automóviles deben verificarse y la nueva “Ley para la Protección de los no

Fumadores” prohíbe fumar en lugares cerrados. Una autoridad exigente que cuida a los

particulares para que no contaminen el aire que respiran los demás. Pero esa misma

autoridad, en el caso de la delegación Tlalpan con mucha frecuencia contamina

acústicamente el aire (con conciertos al aire libre en volúmenes de sonido de 110

 

  

592

decibeles), lo que ha llegado a extremos increíbles en el Festival Ollin Kan. Este festival,

de enorme calidad musical para quien está en el concierto y quiere oírlo (pero que es

ruido puro y simple para quien está en su casa y no quiere escucharlo), ha programado en

el estacionamiento del Bosque de Tlalpan 10 conciertos en cuatro fines de semana (uno

menos que el año pasado) empezando el 25 de abril. El programa del festival indica a qué

horas empiezan los conciertos, pero no a qué hora acaban, aun así podemos calcular que

habrá entre 26 y 32 horas de ruido los primeros tres fines de semana. Pero a esto hay que

añadir los ensayos (muchas horas a lo largo de la semana), de manera que el total de

horas de ruido semanal puede llegar a 50 (casi 33 por ciento de las 168 horas de una

semana), muchas más que las requeridas para que la mujer de los experimentos de

Vergérus matara al bebé, y muchas veces más que las horas a las que se somete a la

música voluminosa a los presos de Guantánamo. Supongo que el delegado de Tlalpan y

los otros servidores públicos que organizan el festival ignoran (de otra manera tendría que

suponer maldad de su parte) que esos estímulos acústicos serán respondidos por el

cerebro de cada una de las casi 50 mil personas que vivimos alrededor del

estacionamiento del Bosque de Tlalpan, que cada uno de ellos emitirá descargas

eléctricas durante 50 horas, las que activarán diversos neurotransmisores que producirán

toda clase de efectos negativos en la salud mental y física, así como cambios

imprevisibles en la conducta de todos nosotros. Nosotros no lo ignoramos y nos estamos

organizando para resistir.

 

  

593

abril 18, 2008 

■ Reforma petrolera calderonista lleva al antidesarrollo

■ Conduce a la atrofia de capacidades

http://www.jornada.unam.mx/2008/04/18/index.php?section=opinion&article=031o1eco ‐ 

#

La reforma petrolera de Calderón, además de ser violatoria del artículo 27

constitucional conduce al antidesarrollo. Veamos qué es el desarrollo. Japón logró su

rápido crecimiento, a pesar de su arribo tardío al capitalismo, porque nunca fue colonia,

siempre fue país independiente,autodeterminado. Los países exitosos recientes son los

que han definido de manera autónoma su agenda de desarrollo. Corea y Taiwán no

crecieron abriéndose a las compañías trasnacionales, sino creando empresas

propias y rechazando las tesis del Consenso de Washington, que postulan la

privatización.

Lección contundente: la autodeterminación (que supone la desobediencia al poder

externo) es condición necesaria del desarrollo. No es extraño que ocurra lo mismo a nivel

individual. En menores sobreprotegidos, se produce la atrofia de su desarrollo.

La autodeterminación es el primer elemento para un concepto sólido de desarrollo.

Las personas y los pueblos aprenden a hacer lo que tienen que hacer. Maslow sostiene

que hay una tendencia innata en los individuos a crecer. Fernando Hiriart contaba cómo

enfrentó el país la construcción de la nueva infraestructura hidráulica en los años 30: un

pequeño grupo de ingenieros, con unos pocos libros, sin experiencia previa ni asesoría

externa, acometió la tarea de diseñar y calcular las nuevas represas. Era la única

posibilidad y se hizo. Tenemos aquí un segundo elemento para un concepto sólido de

desarrollo: la necesidad.

 

  

594

Nacía entonces un proyecto de autodeterminación nacional que fue sustituido a partir de

1983 por uno de subordinación global. A pesar de la necesidad urgente de transformar

Pemex, el gobierno panista actual, ubicado en la subordinación global, no quiere ni puede

aprovechar este reto para desarrollar las capacidades petroleras nacionales, sino que, por

el contrario, quiere darle el toque final a la atrofia deliberada de dichas capacidades (y

muchas otras) que inició hace 25 años un gobierno priísta, dejando que lo hagan todo las

trasnacionales: exploren, exploten y refinen, que transporten, que almacenen el petróleo,

y que Pemex quede reducido al papel de administrador de proyectos y de vendedor del

producto final.

Podemos definir el desarrollo centrándonos en los conceptos de necesidades y

capacidades humanas, a las que Marx denominó las fuerzas esenciales humanas. Como

ser activo, el ser humano sólo puede satisfacer sus necesidades mediante el desarrollo de

sus capacidades. La persona rica es la que necesita mucho (cualitativa y

cuantitativamente) y ha desarrollado sus capacidades en profundidad y en extensión (se

ha apropiado ampliamente de las capacidades generadas por las generaciones

precedentes). Esta riqueza constituye el florecimiento humano. A nivel social esto se

expresa en el concepto de progreso social que György Márkus concibe como la creación

de las condiciones para un desarrollo irreprimido y rápido de las fuerzas esenciales

humanas. Podemos definir desarrollo económico como un subconjunto de progreso

social: como la creación de las condiciones para el desarrollo irreprimido y rápido de las

capacidades productivas (capacidades para generar, adaptar y asimilar tecnologías,

incluyendo las avanzadas, y para crear y gestionar empresas propias que operen esas

tecnologías, las capacidades empresariales). Aunadas a las capacidades productivas van

las capacidades científicas e intelectuales.

Cuando Repsol o Exxon construya y opere refinerías en México, o cuando la primera

perfore pozos en aguas profundas, ello no conllevará el desarrollo de ninguna de las

capacidades mencionadas en el país. Como la empresa será 100 por ciento extranjera no

habrá desarrollo empresarial mexicano. Si no hay (lo más probable) participación de la

ingeniería nacional, no habrá desarrollo de capacidades tecnológicas.Lo peor de todo en

el caso de las refinerías es que se trata de tecnología muy conocida, que el Instituto

Mexicano del Petróleo (IMP) y Pemex dominan plenamente. El país estará creando

las condiciones para una atrofia irreprimida y rápida de las capacidades productivas y

empresariales: la definición delantidesarrollo económico.

 

  

595

En su folleto El desmantelamiento de Pemex, David Ibarra señala la necesidad

de reconstruir la capacidad de administrar y gestionar grandes proyectos por parte de

Pemex (destruida a propósito) y subraya el debilitamiento deliberado del IMP (pp. 26-27).

El diagnóstico petrolero contenido en la exposición de motivos de las reformas a la Ley

Reglamentaria del artículo 27 constitucional sólo pinta los aspectos negativos del Pemex

actual, sin mencionar siquiera que han resultado de la “descapitalización brutal a que se le

ha sometido de manera sistemática y deliberada desde hace tres o cuatro lustros” (Ibarra)

y que, en el caso del IMP, la atrofia se “logró” mediante el expediente de dejar de usar sus

servicios, sustituyéndolos por servicios de consultorías privadas extranjeras. El

contratismo que genera las anheladas comisiones.

Una perla de la exposición de motivos de la iniciativa de reformas a la Ley Reglamentaria

del 27 constitucional:

El Ejecutivo Federal considera que es congruente con los intereses nacionales… el

que las actividades de refinación del petróleo [continúen] como hasta hoy, siendo un área

exclusiva y reservada a la Nación, a través de Pemex, haciendo explícita la facultad de la

empresa de contratar servicios asociados a la refinación de petróleo que realice la

empresa.

O sea: las actividades de refinación siguen siendo exclusivas de Pemex, pero se

permite que una empresa privada realice las actividades de refinación y que para ello

construya y opere refinerías. Hacer toda la refinación se define como servicios asociados

a la refinación. Con juegos de palabras no engañarán a la nación. El sindicato de Pemex

tendría mucho que decir al respecto. Es el mismo engaño que está en toda la iniciativa de

reforma.

 

  

596

abril 25, 2008 

■ ¿El retorno de la economía moral?

■ Alza de precios de alimentos desata protestas

Una nota de Ap en Internet señala: “Si ve que los precios de los comestibles suben, no

piense que lo suyo es algo aislado. Desde los campesinos ecuatorianos que subsisten a

base de arroz hasta los magnates que piden los platos más refinados en Francia, en todo

el mundo están aumentando los precios de los alimentos como resultado de una

combinación letal de factores”. En otra nota se dice que la UNESCO advirtió sobre una

inminente “explosión social desatada por el alza de precios de los alimentos si los países

agrícolas no reforman sus políticas” y describe la explosión social en marcha: “Los precios

de los básicos han subido fuertemente en los últimos meses, lo cual desató protestas

violentas en naciones como Egipto, Camerún, Costa de Marfil, Haití, Mauritania, Etiopía,

Madagascar, Filipinas e Indonesia”

¿Se trata del retorno de la economía moral? El historiador británico E.P. Thompson, quien

acuñó el término economía moral, señala que lo orientó a las confrontaciones en los sitios

de mercado sobre los derechos o titularidades a los alimentos básicos; que lo concibió

como el conjunto de creencias, usos y formas asociadas con la comercialización de

alimentos en tiempos de escasez. Las emociones profundas estimuladas por ésta, las

exigencias que la multitud hacía a las autoridades en tales crisis, y la indignación

provocada por el lucro durante emergencias que ponían en peligro la vida, le daba una

carga “moral” particular a la protesta. Años atrás E.P. Thompson había señalado que:

“Las revueltas eran provocadas por precios al alza, por prácticas indebidas de los

comerciantes, o por hambre. Pero todo ello operaba dentro de un consenso popular sobre

lo que eran prácticas legítimas e ilegítimas, consenso que a su vez estaba cimentado

sobre una visión tradicional consistente de las normas y las obligaciones sociales, las que

 

  

597

vistas en su conjunto, puede decirse que constituyen la economía moral de los pobres. Un

atropello de estos supuestos morales, tanto como las privaciones experimentadas, era la

ocasión para la acción directa. El término describe la manera en la cual, en comunidades

campesinas e industriales tempranas, muchas relaciones ‘económicas’ eran reguladas de

acuerdo con normas no monetarias. Por un tejido de costumbres y usos existentes hasta

que son amenazadas por racionalizaciones monetarias, y se hacen conscientes como

economía moral. En este sentido, la economía moral es convocada a existir como

resistencia a la economía del ‘libre mercado’.”

El lector verá que no puede haber una vuelta a la economía moral, porque se ha perdido

el consenso sobre lo que constituye las normas y obligaciones sociales, porque se han

adelgazado enormemente las normas no monetarias, porque vivimos en la época del

triunfo casi absoluto de las “racionalizaciones monetarias”, de las reglas del mercado. Las

multitudes actuales protestan sin saber bien a bien qué pueden y deben exigir, porque ya

no hay claridad sobre las normas y obligaciones sociales, incluyendo las del gobierno.

Porque se han creído el cuento de las fuerzas anónimas de los mercados.

La Cepal emitió ayer una declaración de Machinea, su secretario ejecutivo, en la cual: 1)

señala que en los últimos 12 meses los precios internacionales de los alimentos han

aumentado en más de 50 por ciento, siendo mucho mayores para maíz, trigo, arroz y

algunas oleaginosas. 2) En consonancia, los índices de precios al consumidor de

alimentos en los países de AL han aumentado entre 6 por ciento y 20 por ciento y, en

promedio, en 15 por ciento (en México el Banco de México logra milagros que la Cepal

confunde con políticas para contrarrestar tales aumentos: el índice es sólo de 6.5 por

ciento, el más bajo de la región). 3) Estos aumentos castigan más a los más pobres que

destinan una mayor proporción de su ingreso a alimentos y, sobre todo, a alimentos

básicos que han aumentado más. 4) Con el supuesto de aumento de los ingresos de 5

por ciento, la Cepal estima que tanto el número de personas en pobreza como en

indigencia han aumentado en los últimos 12 meses en 10 millones en AL, ello sin tomar

en cuenta el aumento de precios en otros bienes básicos, como el transporte, asociado al

incremento en precios del petróleo. 5) En cuanto al qué hacer Cepal sugiere eliminar

impuestos a la importación y al consumo de alimentos, para frenar el alza de los precios

(receta poco útil para México, donde no hay IVA a alimentos y los aranceles son muy

bajos o nulos); aumentar los subsidios focalizadospara aumentar los ingresos (sólo

ayudaría a los beneficiarios de Oportunidades); y aumentar la ayuda alimentaria

internacional (otra vez, poco importante en México). Nótese que Cepal descarta los

subsidios generalizados como opción de política.

 

  

598

Es evidente que no sólo las multitudes que protestan han perdido claridad de hacia dónde

moverse, sino también los organismos internacionales y los gobiernos que parecen

confundidos en torno a los orígenes del problema. Mientras el director de la FAO volvió a

criticar los subsidios a la agricultura en los países ricos, asociándolos a las alzas recientes

de precios, Alemania y Francia rechazaron cualquier conexión entre ambos fenómenos,

en mi opinión de manera correcta. Hasta donde se sabe, hay cuatro factores disparadores

de estas alzas: 1) el aumento general de costos de producción y transporte asociados al

alza de los precios del petróleo; 2) el fuerte aumento en la demanda de alimentos en

China e India; 3) el desvío de una parte de los alimentos para producir etanol; y 4) la

disminución de las reservas alimentarias en los países desarrollados.

Debe advertirse, sin embargo, que los precios internacionales reflejan el nerviosismo de

los especuladores que controlan los mercados corrientes y de futuros: “El mercado está

muy inquieto y reacciona a cualquier noticia de mal tiempo”, dijo la economista Abbassian

(nota de Ap). Ello hizo que una sequía en Australia e inundaciones en Argentina, ambos

importantes productores de leche industrial y mantequilla, derivasen en un aumento de 37

por ciento en la mantequilla en Francia entre 2006 y 2007.

 

  

599

MAYO

mayo 2, 2008 

■ Vivir Mejor / I

■ Lavándole la cara a la privatización petrolera

Calderón ha dejado de tomarse la foto con los militares y los policías federales y ahora se

la toma con los indígenas, los más pobres de México. El anuncio formal de la nueva

etiqueta mercadológico-electoral llamada Vivir Mejor (VM), a la cual algunos le llaman

estrategia, pero coinciden en que no es un programa, tuvo lugar en el Museo Nacional de

Antropología (el mismo sello indígena que las nuevas giras presidenciales) el lunes

pasado.

Hermanado por la ilegitimidad de su acceso a la silla presidencial con Carlos Salinas de

Gortari, repite los pasos que éste dio en su intento por legitimarse: 1) golpear duro para

demostrar que es un presidente fuerte y decidido (Salinas encarcela a La Quina, Calderón

lanza la guerra al narcotráfico); 2) lanzar un gran “programa” nacional para mostrar que

gobierna para todos, especialmente para los pobres (Salinas, el Programa Nacional de

Solidaridad, Calderón, el VM); 3) enviar y, mediante la alianza PAN-PRI, aprobar una

andanada de reformas legislativas neoliberales (Salinas, entre otras, la reforma que

convirtió la tierra ejidal en mercancía vendible y canceló la reforma agraria, y una ola

privatizadora sin precedentes; Calderón, la reforma judicial que cancela garantías

individuales básicas y endurece al aparato represivo, y la privatización petrolera) que

dejan contentos a los verdaderos dueños del poder: los grandes capitalistas, locales y

trasnacionales.

 

  

600

Pero Calderón se queda atorado año y medio en el primer paso en el cual fracasa: no

logra convertirse en el superhéroe vencedor del narcotráfico (éste es invencible: mientras

sea un negocio tan lucrativo siempre habrá empresarios osados que remplacen a los

encarcelados o ejecutados), con lo cual retrasa el segundo, y en él no tiene las

perspectivas de éxito que Salinas logró con Solidaridad. La diferencia principal es que

ahora se trata de más de lo mismo, de la continuidad casi total de una estrategia

neoliberal (que arranca con Zedillo y se mantiene con Fox) de dádivas (poco generosas)

focalizadas sólo hacia los pobres extremos que la autoridad selecciona (no a todos),

mientras Solidaridad arrancó, después del vacío social que Miguel de la Madrid creó al

desmantelar (casi todo) Coplamar (Coordinación General del Plan Nacional de Zonas

Deprimidas y Grupos Marginados) y todo el SAM (Sistema Alimentario Mexicano); es

decir, sin precedente muy cercano lo que le daba novedad, y con un enfoque hacia la

comunidad y no hacia hogares individuales seleccionados como Oportunidades, lo que le

confería mayor impacto. Hay que recordar que el éxito electoral que Salinas obtuvo, al

parecer gracias a Solidaridad y su enorme campaña publicitaria, fue enorme: el PRI

arrolló en las elecciones federales de 1991.

Calderón anunció VM después de enviar al Congreso las iniciativas legales para privatizar

(fingiendo lo contrario) casi todas las actividades petroleras, con lo cual desató una crisis

política nacional que continuará, por lo menos, durante todo este año, y que puede jugar

un papel importante en las elecciones federales de 2009. Por ello el lanzamiento de VM

desempeña una doble función: lavarle la cara, que no es una cara muy limpia, a su intento

privatizador y tratar de repetir en 2009 la hazaña electoral de Salinas en 1991. Vivir Mejor,

que no es un programa, sino una etiqueta (más parecida por ello al Contigo de Fox que al

Oportunidades) es, por tanto, una etiqueta electorera que ya tiene logotipo y marca el

inicio de la campaña electoral del PAN en 2009, encabezada por Calderón.

En su discurso del lunes, Calderón comenzó con una frase en apariencia sorprendente

para un neoliberal:

“Vivir Mejor parte de la premisa de que el mercado por sí mismo es incapaz de generar

condiciones de vida digna para la gente, y por eso se requiere la acción rectora y

rectificadora del estado, una acción igualadora que permita corregir las terribles

condiciones de marginación que padecen millones de mexicanos y que les cancela la

oportunidad de un desarrollo genuinamente humano.”

Sin embargo, tal declaración es fiel a dos principios fundamentales que comparten el

neoliberalismo y la doctrina social cristiana a las cuales es fiel Calderón: el principio de

 

  

601

subsidiariedad (el Estado sólo debe intervenir cuando fallan el mercado y la familia) y el

de igualdad de oportunidades. Las palabras que he marcado con cursivas en la cita lo

resaltan: “por eso”, porque falla el mercado, debe intervenir el Estado; lo que finalmente le

preocupa es que se le cancele a la población la oportunidad de una vida digna y no la

realidad de una vida digna, ya que en esta concepción lo que importa es la igualdad de

oportunidades y se repudia la igualdad de resultados. Es por ello también que se refiere

sólo a quienes viven en terribles condiciones de marginación (los pobres extremos) y no a

todos, ya que en el credo que profesa la igualdad de oportunidades sólo se pierde cuando

se es pobre extremo.

Calderón enumeró lo que parecen ser los cinco principios de VM, en el primero de los

cuales estableció (no se le fueran a asustar los poderosos) que la política económica no

va a cambiar, que sus objetivos centrales seguirán siendo mantener los equilibrios

macroeconómicos (no que la gente viva mejor) y evitar la crisis:

“1. Tenemos que mantener condiciones económicas estables, porque es la mejor manera

de garantizar que el trabajador tenga un salario con poder adquisitivo (sic) y que el pobre

pueda salir adelante. Cuando hay crisis los más afectados son quienes menos tienen.”

Los otros cuatro principios son: 2. El desarrollo de las capacidades y su aprovechamiento

(una novedad del planteamiento respecto a Zedillo y Fox) como condición de crecimiento

económico sostenido. 3. El trabajo es la puerta más grande para salir de la pobreza. 4. Se

fortalecerá el mercado interno y el crecimiento económico. 5. VM, que es política

económica y política social, parte de la premisa que ambas deben ser armónicas con el

medio ambiente. Veremos en la próxima entrega que mantener sin cambios la política

económica hace inviable el planteamiento de VM. Como ocurre desde 1992 (véase

gráfica) la seguridad social no se promoverá en VM.

 

  

602

mayo 9, 2008 

Vivir Mejor / II

■ Derechos: ausentes; igualdad de oportunidades: 14 menciones

Aunque Calderón (FCH) ha señalado que la política social será el eje central de lo que

resta de su gobierno, resulta evidente, como lo mostré al final de la entrega anterior de

Economía Moral (02/05/08), al presentar los cinco principios de la etiqueta o estrategia

Vivir Mejor (VM), que la política social seguirá subordinada a la política económica, a

pesar de las declaraciones en contra de Calderón (citaré su discurso del 28 de abril

cuando anunció el VM) y del documento oficial (DO) del VM. FCH dice que VM

“concentra los programas y acciones que integran la política social del Gobierno Federal”.

Es decir, en lugar de definir una política social a partir de la cual se habrían de definir las

medidas de política y los programas que la instrumentarían, se procede al revés: dado lo

que están haciendo, se escribe un documento y éste constituye VM. Pero si es una

etiqueta de política social, ¿dónde queda la política económica? En el discurso de FCH

(D) y en el DO encontramos lo siguiente:

Ambigüedad constante respecto al ámbito de VM. Por ejemplo, cuando FCH explica cómo

se hizo VM: “he ordenado a todas las áreas del Gobierno federal que articulasen en una

sola estrategia el conjunto de acciones y programas que integran la política social de

mi Gobierno (sic) y, en general, la política pública” (D). En síntesis, el director de orquesta

le ordenó a la orquesta que, con las partituras que cada músico tuviese a la mano,

compusieran y ejecutasen una obra musical (al aparecer sin que él dirigiese ni estuviese

presente, por ello conjuga el verbo articular en tercera persona del plural). Esta

ambigüedad explica que sólo un par de páginas más adelante FCH diga que “la política

social de mi Gobierno (sic) busca combatir a fondo y poder erradicar en el mediano plazo

la pobreza extrema” (D). Aparte del reduccionismo neoliberal que reduce la población

 

  

603

objetivo a la pobreza extrema (PE), nótese que la erradicación de la PE es objetivo sólo

de la política social.

La política económica aparece en D en la cuarta línea de acción del VM. Las tres primeras

son: atender el problema alimentario, fortalecer la ampliación de capacidades, consolidar

una red de protección social para enfrentar contingencias. La cuarta es “el establecimiento

de puentes que vinculen en forma efectiva la política social y la política económica”. En el

DO las cuatro líneas se reducen a tres (las 2 primeras se fusionan bajo el rubro

capacidades) y en la, ahora tercera línea, se habla de “puentes comunicadores hacia un

desarrollo económico sostenido y sustentable”.

La metáfora de puentes dice mucho que sus autores quisieran decir. Puesto que sólo

tiene sentido tender puentes entre dos elementos que están separados (como dos orillas

de un río), con ello confiesan públicamente que han separado la política económica de la

social. Al respecto escribí hace varios años que: “la política social en el país padece de

dos problemas nodales: a) la operación insular de las entidades públicas, y b) la

separación tajante entre la política económica y la social, y la subordinación de la

segunda a la primera”. Y añadí: “En el primer campo está prohibido pensar en

intervenciones con objetivos sociales directos. Esta separación y la prevalencia

automática de los objetivos de equilibrio económico sobre cualquier otro, han llevado a la

política social a una existencia solitaria y a la política económica a una insensibilidad

social total”. La metáfora de los puentes implícitamente acepta esta separación tajante y

busca no articularlas plenamente al fijarles los mismos objetivos sino sólo establecer

algunos vínculos.

La manera que FCH aborda el asunto de los puentes es de no creerse: “Por eso

buscamos que haya unapolítica económica (sic), y que toda la política económica del

Gobierno (sic) tenga sentido social… quetoda política social tenga un sólido fundamento y

racionalidad económica, para que pueda ser una política pública verdaderamente eficaz.

Puede ser que FCH no sepa lo que está diciendo, pero lo que la segunda frase en

cursivas dice es que quiere someter a la política social a la lógica del valor y la

acumulación (ésta es la racionalidad económica del capitalismo; no hay otra) y además

cree que sólo la lógica del valor lleva a la eficacia. No señor, la lógica de la política social

debe ser, y ha sido, la de necesidades humanas y valores de uso que permiten su

satisfacción, y esta relación debería (aunque no siempre ha sido así) estar fundada

en derechos sociales vigentes para todos. (Por cierto que el verdadero carácter de VM se

refleja en el hecho que en todo su discurso FCH nunca habla de derechos sociales, ni

 

  

604

siquiera menciona la palabra, mientras repite 14 veces la expresión o referencia

a igualdad de oportunidades). La primera frase en cursivas es un lapsus en el que

confiesa que no hay política económica (¿o será una errata?). Su afirmación de que toda

la política económica del gobierno debe tener sentido social es o bien hipocresía o bien el

reflejo de su concepción en la cual lo fundamental es que los empresarios (los grandes,

que son los que cuentan) estén contentos, porque ellos son los que invierten y crean los

empleos que permitirían que los mexicanos salgan de la pobreza por la puerta más

grande (“El trabajo es la puerta más grande para salir de la pobreza”), por lo cual sería no

sólo una política económica con sentido social, sino la única posible con esa

característica. Olvida, o no sabe, o no quiere saber, que en la inmensa mayoría de los

hogares pobres en México se trabaja y se trabaja muy duro, por salarios miserables que

los hunden en la pobreza debido a la política neoliberal de desvalorizar el trabajo (véase

gráfica).

¿Cuáles son los dichosos puentes? A esto tendré que dedicar la próxima entrega porque

el espacio se me ha agotado. Baste por ahora señalar que se trata de puentecitos que

mantienen la subordinación de la política social a la económica y aisladas una de la otra.

 

  

605

mayo 16, 2008 

En marcha, la evaluación en el DF1

■ Se instaló el Comité de Evaluaciones y Recomendaciones

Alfonso Reyes pidió el latín para la izquierda, lo que en sentido metafórico y amplio se

refiere a los elementos intelectuales que nos permiten hacer mejor lo que sea que

hagamos: desde pensar hasta gobernar. Hoy somos testigos (y cómplices en el sentido

en que usa este término Benedetti) de la decisión del gobierno de izquierda de la ciudad

de México de hacerle caso a Alfonso Reyes de una manera rotunda al haber creado, para

apoyarlo críticamente y con independencia, el Consejo de Evaluación del Desarrollo

Social del Distrito Federal, cuya responsabilidad es desplegar el latín de la evaluación, de

la medición, de la investigación y la reflexión. Hoy, al instalarse su Comité de Evaluación y

Recomendaciones, del que me siento muy honrado en formar parte, se pone en marcha

este despliegue.

El gobierno del DF puede sentirse orgulloso de haber resistido la moda neoliberal y haber

desarrollado en estos 10 años y medio de gobiernos de izquierda una política social

fundada en los derechos sociales, de vocación universalista, antitética de la política social

neoliberal predominante en el gobierno federal, que se expresa en la focalización

creciente de los programas sociales sólo hacia la población que vive, según sus

mezquinos criterios, en pobreza extrema. Los ciudadanos del DF nos sentimos orgullosos

de tener un gobierno así.

Ha llegado la hora de apoyarnos en este latín metafórico para asegurarnos que, a la

orientación general, corresponda una instrumentación adecuada, que estemos

haciendo todo lo que debemos hacer (y que lo estemos haciendo bien) para que la

 

  

606

orientación general se convierta en realidad: para que en el DF prevalezca la ciudadanía

social.

En el diseño de Evalúa DF (acrónimo que propongo para la nueva institución) hay algunos

avances sustanciales respecto al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de

Desarrollo Social (Coneval), entre los que destaca el carácter vinculatorio de sus

recomendaciones, con un mecanismo de apelación y decisión final, que contrasta con la

carencia de fuerza de las recomendaciones del Coneval, ya que la dependencia ejecutora

no está obligada a acatarlas. Así no se corrigen los errores de diseño e instrumentación.

Evalúa DF, como el Coneval, llevará a cabo la evaluación de las políticas públicas y

medirá la pobreza, pero en ambos casos ampliará la mirada. Evaluará no sólo los árboles

(los programas) sino también el bosque (la política). Medirá no sólo la pobreza sino

también la desigualdad, el grado de desarrollo socioeconómico de las unidades

territoriales, y el avance en el cumplimiento de los derechos sociales. Además,

elaborará un informe anual sobre el estado de la cuestión social en el DF, tarea que

puede dar lugar a amplios debates (incluso nacionales) sobre las orientaciones de la

política social.

El carácter vinculatorio de las recomendaciones de Evaluar-DF impone a todos los

involucrados una grave responsabilidad. La dependencia a quien van dirigidas las

recomendaciones puede aceptarlas y aplicarlas, o apelar. La decisión final la toma la

Comisión Interinstitucional de Desarrollo Social que, por ello, se convertirá en un foro de

discusión a fondo de la política social.

Las políticas y programas públicos deben evaluarse siempre desde la perspectiva del todo

social y ambiental. Así como desde la perspectiva pública no podemos evaluar una

empresa por la obtención de ganancias, tampoco podemos valorar cada política o

programa solamente por los objetivos tal como hayan sido enunciados. Por ejemplo, si un

programa de lucha contra la pobreza define como su objetivo mejorar las condiciones de

vida de sus beneficiarios, no por ello en su evaluación debemos dejar de lado los posibles

efectos negativos del programa en los no beneficiarios. También puede haber efectos

negativos como consecuencia de reacciones no previstas de los beneficiarios. Por ello, la

evaluación debe hacerse siempre en términos de los resultados últimos (por ejemplo,

disminuir la desnutrición) y no de los resultados intermedios (ingesta de alimentos en la

escuela).

 

  

607

La evaluación puede ser una actividad medular si el evaluador es independiente y la

dependencia ejecutora participa activamente. Los miembros del Comité de Evaluación y

Recomendaciones hemos sido elegidos con base en nuestra experiencia y conocimientos.

No llegamos con la idea (hablo por mí, pero sé que expreso lo que los demás piensan) de

ser leales a servidores públicos particulares, sino con la de contribuir a mejorar las

condiciones de vida de los habitantes del DF, ejerciendo nuestra independencia con total

responsabilidad y sin concesiones. Para la participación plena de las dependencias

ejecutoras, es necesario pero no suficiente, que las recomendaciones de Evalúa DF sean

vinculatorias (lo que ayuda a que sean tomadas en serio), pero la condición suficiente es

el impulso al desarrollo de la cultura de la evaluación hasta hacerla parte intrínseca de la

actividad de gobernar.

Evaluar programas no es suficiente. No podemos quedarnos, como el Coneval, en los

árboles. Es necesario ver el bosque en su conjunto y el entorno que lo rodea. Es

necesario, por ello, evaluar la política social y el desarrollo del DF. Este último debe

medirse con base en el desarrollo de lo que Marx llamó las fuerzas esenciales humanas:

las necesidades y las capacidades de sus habitantes, es decir, el florecimiento humano.

El gobierno del DF ha sabido reaccionar a cambios externos. Pero éstos a veces no son

visibles a simple vista. Por ello considero que Evalúa DF tendrá que usar el microscopio y

el telescopio de la investigación para agudizar la vista, y tendrá que generar

información cuando no esté disponible, o cuando la disponible sea de dudosa calidad,

para iluminar lo que queremos ver: las condiciones de vida del ciudadano del DF.

1 Resumen del texto leído en la ceremonia de instalación del Comité de Evaluación y

Recomendaciones del Consejo de Evaluación del Desarrollo Social del DF, el martes 13

de mayo.

 

  

608

mayo 23,2008 

Vivir Mejor / III

■ ‘Puentecitos’ sin cambio entre política social y económica

El tercer grupo de líneas de acción de Vivir Mejor (VM), la nueva etiqueta o estrategia del

actual gobierno (depende de la perspectiva con la que se mire), se refiere a la vinculación

entre la política social y la económica, que acepta implícitamente que están tajantemente

separadas (véase Economía Moral del 09/05/08), empieza con este párrafo lleno de

perlas:

En el marco de la política social, se insertan los “puentes” o herramientas que permitirán

unir y potenciar las capacidades de la población con las oportunidadespara el desarrollo

económico. Dichos puentes se extienden en ambos sentidos: desde la política social,

como mecanismos de potenciación del capital humano, y desde la política económica,

como los mecanismos para insertar a los individuos en el desarrollo económico.

El lenguaje usado hace evidente que se concibe a los ciudadanos no como sujetos del

desarrollo, sino como capital, como objetos que hay que insertar en un proceso que

ocurre al margen de ellos. Los autores parecen estar jugando mecano o lego, donde

insertan puentes e individuos. Pero veamos cuáles son esos puentes de un solo sentido.

De la política social a la económica, al primer puente se le denomina capacidades

productivas que se funda en que:

“el desarrollo de capacidades básicas de las personas es una condición necesaria pero no

suficiente para asegurar su integración plena en actividades productivas y

económicas. Se requieren también políticas que incrementen y mejoren las habilidades y

capacidades técnicas para el trabajo y el autoempleo…”

 

  

609

La primera frase es un reconocimiento (casi explícito) que el modelo del programa

Oportunidades es erróneo, ya que supone que el desarrollo de las capacidades básicas

(supongo que son las que proporciona la educación básica) es no sólo condición

necesaria sino también suficiente para su integración plena en las actividades productivas

y, por tanto, para la superación de la pobreza. El gobierno, por tanto, impulsará:

“un mayor acceso a educación media superior y superior, y fomentará la capacitación

para el empleo, la certificación de competencias, el acceso a capacitación y apoyos

monetarios para proyectos productivos…”

Como se ve, la solución se encuentra en una mezcla de 1) desarrollo de capacidades

distintas a las básicas: superiores a través de la preparatoria o la educación superior, y

productivas a través de la capacitación; y 2) el crédito para proyectos productivos. Según

el primer punto, el error del Oportunidades habría sido quedarse en las capacidades

básicas y no incluir las superiores y productivas; según el segundo punto, el error de

política habría consistido en no apoyar suficientemente a las microempresas. Por ningún

lado asoma la incapacidad macroeconómica de generar suficientes empleos, lo que se

manifiesta dramáticamente en la expulsión anual de 800 mil personas a EU en busca de

empleo.La falla que VM identifica sigue siendo individual, no del mercado ni de la política

económica (excepto la insuficiencia de apoyo a las microempresas).

El segundo puente se denomina inserción en el mercado laboral y, aunque empieza con

una fuerte afirmación (“La transformación del mercado laboral es el principal mecanismo

para la reducción estructural de la pobreza al permitir a la gente obtener un empleo

remunerado y de calidad”), que parecería anunciar la reforma laboral neoliberal (más y

más flexibilidad laboral y menos y menos derechos de los trabajadores), como la llave

maestra para superar la pobreza, al parecer hubo una decisión política de no hacerlo, y el

texto se limita a lugares comunes y repetitivos como capacitación e información laboral,

aunque introduce aquí algo importante: los servicios de guarderías y estancias infantiles.

El programa de estancias infantiles es una de las escasas novedades en materia social

del presente gobierno, pero al parecer es un programa con un diseño inadecuado, que

deja a los menores al cuidado de mujeres sin capacitarlas previamente y, al parecer

también, sin supervisar su trabajo. Además, el programa ha arrancado con coberturas

muy bajas. Pero su análisis sería materia de otra entrega. La lógica, sin embargo, es la

misma de la de promover el desarrollo de las capacidades básicas y productivas como vía

básica para “vivir mejor”: son las circunstancias de los individuos las que explican sus

 

  

610

problemas de inserción en una economía de mercado que se supone que funciona

perfectamente bien.

Los puentes tercero y cuarto desde la política social (infraestructura productiva

social; y mejorar las condiciones de vida en las comunidades) no parecen comunicar lo

social con lo económico a pesar del calificativo “productiva social”: El tercer ‘puente’ se

refiere a que la “infraestructura social básica debe ser de tal calidad que no sólo permita

condiciones de vida dignas, sino también el desarrollo de la actividad económica”, por una

parte y, por otra, que las obras de infraestructura siendo “intensivas en mano de obra”,

“elevarán el nivel de vida en las regiones”. El segundo ‘puente’ se refiere a una temática

clásica de las políticas sociales territoriales y tiende un puente, en todo caso, con la

política ambiental y no con la económica.

Los puentes desde la política económica son, como los anteriores, puentecitos: a) mayor

facilidad de acceso al mercado laboral; b) acercar los mecanismos de ahorro a las familias

en pobreza; c) generación de empleo a través de obras de infraestructura; d) acciones

para el desarrollo regional; y e) certeza jurídica y seguridad pública.

Como se ve, el intento (real o fingido) de vincular ambas políticas (económica y social) es

fallido. No podía ser de otra manera, puesto que la política social sigue estando

subordinada a la económica, que impone los objetivos nacionales y deja a la social una

función sólo compensatoria. Porque no se pretende superar la pobreza, ni siquiera la

extrema, sino tan sólo administrarla. Porque el gobierno federal está al servicio de

quienes financiaron la campaña de Calderón e hicieron la guerra sucia contra López

Obrador.

 

  

611

mayo 30, 2008 

Crisis alimentaria mundial / I

■ Calderón subsidia la gasolina mucho más que los alimentos

La semana próxima habrá una reunión cumbre en Roma, convocada por la FAO

(Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas) en la cual, según

el diario The Guardian (Gran Bretaña), se tratará de definir la ayuda inmediata a países

amenazados por la malnutrición, creando un fondo alimentario mundial, así como elaborar

estrategias para aumentar la producción de alimentos y fijar algunas reglas para la

producción de biocombustibles como el etanol. Este diario ha estado presentando esta

semana una serie sobre la crisis alimentaria global que puede consultarse en la página

electrónica de dicho diario.

Entre muchos políticos y comentaristas reina la confusión y los lleva a proponer medidas

no relacionadas con las causas de los aumentos que, según señala acertadamente la

edición del 27 de mayo del mismo diario, son las siguientes: a) Aumento de costos

agrícolas, derivados del alza en los precios de los fertilizantes, pesticidas y combustibles,

asociados a los muy altos precios del petróleo. b) Aumento muy fuerte en la demanda

derivada de granos para engorda animal, dado que la demanda de carne, productos

lácteos y huevos ha crecido en las economías dinámicas como China e India. El tema de

laganaderización y la ineficiencia alimentaria que conlleva (pérdida absoluta muy alta de

nutrientes) fue abordado en México (1979-1982) al formularse la estrategia de

autosuficiencia alimentaria llamada Sistema Alimentario Mexicano (SAM). c) Algunas

sequías han dañado las cosechas en los últimos años y las reservas de granos están en

un nivel muy bajo. d) Los biocombustibles están compitiendo con los alimentos por la

tierra cultivable. Cerca de 30 por ciento de la cosecha de maíz en EU este año se

destinará a biocombustibles. e) El comercio especulativo de granos ha crecido

dramáticamente. Varios bancos de inversión han entrado a este negocio buscando salida

 

  

612

para sus fondos ante la crisis inmobiliaria en EU. El resultado ha sido, dice The Guardian,

enormes fluctuaciones en los precios de mercado que no parecen estar relacionados con

la oferta y la demanda.

Para resaltar la importancia de esta última causa, conviene retomar el análisis que en la

edición del 28 de mayo hace The Guardian sobre el mercado internacional del arroz, el

alimento cuyo precio internacionalmás ha aumentado: de 327 dólares la tonelada hace un

año, a mil dólares la semana pasada. Ello a pesar de que no hay una seria escasez de

arroz: la producción y el consumo globales están casi equilibrados. Añade que el arroz

difiere de otros granos como maíz, trigo y soya, porque sólo una muy pequeña proporción

(7 por ciento) de la producción mundial se comercia internacionalmente, para concluir que

justamente porque el mercado internacional es tan delgado es que

pequeños shocks pueden llevar a una gran volatilidad. Al subir el precio internacional, los

países importadores como Filipinas, son los más afectados, porque no tienen más

remedio que comprar en ese mercado tan delgado. En cambio, India que es

autosuficiente en arroz, ha prohibido su exportación, justamente para evitar ser

contaminados por el alza internacional que tiene mucho de artificial, de especulación

financiera. Los precios nacionales (que varían en un rango muy amplio) no tienen casi

nada que ver con los internacionales (véase gráfica).

Estas evidencias reivindican la importancia de la autosuficiencia alimentaria sostenida

como objetivo principal del SAM, y que los neoliberales descalificaron tan pronto tomaron

el poder en México en diciembre de 1982. Al respecto dice The Guardian que algunos

países africanos “se volvieron importadores significativos de arroz, y más dependientes de

las importaciones de alimentos en general, cuando liberalizaron sus mercados agrícolas

como condición de los préstamos del FMI/BM” (28/05/08).

No sólo ha aumentado el precio del arroz, sino también el del trigo. En Egipto, según The

Guardian, 55 millones de egipcios, dos terceras partes de la población, comen un pan

subsidiado de baja calidad del cual pagan sólo el 4 por ciento del costo (el gobierno

absorbe el 96 por ciento). Al aumentar el precio internacional del trigo, población que

antes no compraba el pan subsidiado lo hace ahora y el gobierno añadió 17 millones al

padrón de beneficiarios. Por eso se forman colas desde las 3 de la mañana y, a veces, en

ellas surge la violencia. Ha aparecido también el mercado negro y otras formas de

corrupción. Egipto es importador neto de trigo, lo que se ha agravado por la insistencia del

gobierno de cultivar frutas para la exportación. Hosni Mubarak, que lleva 27 años en el

 

  

613

poder, ha reprimido a los que protestan. Hay un dicho en Egipto: la “gente desaparece

detrás del sol. La gente está furiosa pero también asustada”. (The Guardian, 27/05/08)

México no es inmune a la crisis alimentaria global y Calderón anunció al principio de esta

semana cómo la enfrentará el gobierno: 1) apertura total a la importación de alimentos,

como si los aranceles causaran los altos precios; 2) subsidios canalizados a través de

transnacionales como Cargill para impedir el alza al precio de la tortilla; esta forma de

intervención, que al parecer ha estado operando desde 2007, viola dos preceptos

neoliberales: los subsidios deben ser a la demanda y no a la oferta; y deben ser

focalizados y no universales (para no subsidiar a quien no lo necesita); 3) un pacto con la

Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio, que si no funcionó el año pasado, no se

ve porque habría de funcionar en esta ocasión; 4) un aumento a la ayuda alimentaria del

Oportunidades que, ese sí, es un subsidio focalizado y es a la demanda, es decir que

respeta plenamente los principios neoliberales. Pero el subsidio más grande (casi 200 mil

millones de pesos según anunció Calderón, contra alrededor de 9 mil millones para

subsidiar la tortilla y el apoyo adicional vía Oportunidades) y regresivo es el que se está

otorgando a los consumidores de gasolina justificado falsamente porque “permitirá a la

industria alimentaria reducir sus costos de producción y mejorar los precios al

consumidor”.

 

  

614

JUNIO

junio 6, 2008 

Crisis alimentaria mundial / II

■ Fin del neoliberalismo

■ Surgimiento de una nueva economía moral

Santiago Levy escribió hace tiempo un artículo en el que “demostraba” que era irracional

que en México se cultivara maíz. Que, por tanto, deberíamos importarlo y exportar frutas y

legumbres. Concibió elProgresa (ahora Oportunidades) como una manera de hacer

realidad su recomendación, ya que al elevar los niveles educativos de los jóvenes rurales

se aceleraría su emigración a las ciudades o al exterior, vaciando el campo. Las ideas de

los neoliberales como Levy, vueltas política oficial del Banco Mundial (BM) y del FMI, han

llevado al abandono de las políticas de desarrollo agropecuario en los países pobres, ya

que los alimentos vendrían, a precios muy bajos, de los países ricos. En México se

desmantelaron las instituciones de fomento agropecuario: banca de desarrollo rural,

instituciones de investigación y extensión agropecuarias, Conasupo y sus tareas de

estabilización de precios y administración de subsidios. Como resultado, cada vez

importamos una proporción mayor de los alimentos que consumimos. Este año, según

predice el BM, el déficit comercial de alimentos será 2.5 veces mayor que en 2006: casi 5

mil millones de dólares (La Jornada, 04/05/08).

The Guardian, diario de Gran Bretaña, al cerrar su serie de cinco notas sobre este tema,

señaló en coincidencia con lo antes dicho:

 

  

615

“La crisis alimentaria mundial es una tragedia prevista con frecuencia y pasión. Durante

muchos años los expertos en alimentos advirtieron que la subinversión crónica (de

gobiernos y donantes) en la agricultura de los países en desarrollo, algún día se traduciría

en desastre. Ese día ha llegado” (31/05/08).

Esta subinversión se refleja en que la proporción que se destina a la agricultura de la

ayuda de los países ricos a los países pobres, cayó desde 20 por ciento en 1986 a 3 por

ciento ahora; y en que los países africanos dedican 5 por ciento del gasto público al

sector. Añade The Guardian:

“La venta a muy bajos precios de las cosechas excedentes (dumping) por parte de

Occidente, combinada con las políticas de ajuste estructural durante los años 80 y 90,

llevaron a eliminar los esquemas de comercialización agrícola gubernamentales que

garantizaban estabilidad de precios, succionando de la agricultura africana casi toda la

vida que le quedaba.”

Lo anterior, así como la conclusión central de la entrega de Economía Moral del 30/05/08

en cuanto al papel central de la especulación en la crisis alimentaria, coincide con lo que

declaró el movimiento campesino internacional Vía Campesina con motivo de la cumbre

de Roma:

“… la actual crisis alimentaria es el fruto de décadas de ‘liberalización’ del comercio y de

integración vertical de la producción, el procesamiento y la distribución por las grandes

empresas agrícolas. Desde hace décadas se viene obligando a los gobiernos a abrir sus

mercados e importar alimentos. Los países han perdido la capacidad de autoalimentarse.

A eso se deben, en parte, las recientes revueltas del hambre en varias partes del mundo.

Bajo el principio del ‘libre comercio’ los alimentos son considerados ahora mercancías

iguales a cualquier otra, sujetas al afán de lucro y a los juegos financieros. Las alzas

actuales de los precios se deben principalmente a la especulación de grandes

comerciantes e inversores, porque ahora la producción de alimentos compite con la de

agrocombustibles. Además, los gobiernos han desmantelado las políticas agrarias que

apoyaban la producción de alimentos y en cambio apoyan a las compañías

transnacionales para que sigan fortaleciendo su control de la cadena alimentaria.”

Quienes han destruido la capacidad agrícola de nuestros países son parte central de la

cumbre de Roma y con su usual cinismo vuelven a recomendarnos más libre comercio:

quieren impedir la prohibición a la exportación de alimentos que han establecido países

como India. Como señaló Alejandro Nadal:

 

  

616

“desde 1982 los programas de ajuste y reformas estructurales dictados por los sabios del

FMI, el BM y la OMC han perseguido los mismos objetivos que tuvo el régimen colonial

inglés en India: 1. Destruir las bases de la producción de alimentos para ‘explotar las

ventajas comparativas’. 2. Perturbar las redes locales de comercialización para

entregarlas a grandes conglomerados trasnacionales. 3. Eliminar la intervención de

agencias públicas que permitía estabilizar precios mediante la administración de

inventarios. El objetivo es claro: entregar el mercado mundial de alimentos a unos cuantos

conglomerados trasnacionales. Hoy el saldo de la globalización es que 850 millones de

personas están en peligro de morir de hambre, un holocausto que empequeñece al de

Bengala hace 60 años” (La Jornada,04/06/08).

La crisis alimentaria puede señalar el final del auge neoliberal y la vuelta de una nueva

economía moral, ya que como lo señalé en la entrega del 25/04/08 de esta columna, el

retorno a la economía moral descrita por E. P. Thompson y que prevaleció en los siglos

XVII y XVIII es imposible, por los argumentos ahí esgrimidos. Sin embargo, las

organizaciones de la sociedad civil han venido desarrollando en los últimos decenios

ideas bastante claras al respecto que podrían socializarse todavía más hasta hacer que

las multitudes las hagan suyas, como hacían con el concepto del precio justo en los siglos

antes referidos. La más radical de todas las ideas que circulan en tales organizaciones

(que está implícita en lo citado de Vía Campesina) es que los alimentos no son una

mercancía común y corriente, e incluso que no deberían ser mercancías. Esta idea ha

sido más explícita en el caso del agua. Pero si de ambos, agua y alimentos, depende la

reproducción de la vida de manera directa, es evidente que el acceso a ellos no debería

depender de la relación mercantil fortuita entre el poder adquisitivo de los salarios y los

precios de los alimentos. Por tanto, uno de los rasgos de la nueva economía moral podría

ser ladesmercantilización de los alimentos, empezando por los cereales y la leche.

 

  

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junio 13, 2008 

Pobreza de niños y pensionados crece en Gran Bretaña, debido, en

parte, al método relativista de medición

La noticia central del diario The Guardian (11/6/08) es que entre 2006 y 2007 aumentaron

la pobreza de los niños y de los pensionados, así como la desigualdad del ingreso en

Gran Bretaña (GB). Son datos del informe reciente del Departamento de Trabajo y

Pensiones (DTP) denominadoHogares con ingreso inferior al promedio nacional. Un

análisis de la distribución del ingreso 1994/95-2006/07. En GB es el DTP, una oficina

gubernamental, la que mide la pobreza y, al parecer, lo hace con gran independencia

política respecto del gobierno del que forma parte (¿virtudes del viejo servicio civil de

carrera de este país?). Se trata de un informe que se publica anualmente (desde hace 19

años) con base en la Encuesta de Recursos Familiares (ERF).

De las tres malas noticias, la de mayor impacto político es la del aumento en la pobreza

infantil porque es el segundo año en fila que ocurre y porque el gobierno laborista, desde

1998 fijó la meta de reducir para 2010 a la mitad el número de niños en pobreza, y

eliminarla totalmente en 2020. Entre la encuesta del 99/00 y la de 04/05 el número de

niños que viven en hogares pobres había bajado en 15 por ciento. Así, aunque este

número aumentó de 2.8 a 2.9 millones entre 2005/06 y 2006/07, y la proporción que

representan del total de niños pasó de 21.9 por ciento a 22.7 por ciento, estas cifras están

por debajo de las prevalecientes en 1996/1997 (3.4 millones y 26.8 por ciento), pero se

han alejado mucho de la tendencia necesaria para alcanzar la meta para el 2010/11 de

bajar el total a 1.7 millones.

Los pensionados pobres aumentaron levemente en números absolutos desde 1996/97,

pero disminuyeron en términos porcentuales. Sin embargo, las perspectivas son muy

 

  

618

malas para ellos porque los precios de los alimentos y del combustible para calefacción,

dos bienes centrales en su reducido estilo de vida, han estado subiendo y seguirán

haciéndolo. Aunque el gobierno incluyó en el presupuesto actual un gasto para subsidiar

el combustible de los pensionados, la mitad de los “pobres de combustible” son

pensionados, según The Guardian. En términos de la distribución del ingreso, sin

embargo, la situación de hoy es peor que la de 18996/1997, ya que desde entonces los

cuatro quintiles (quintas partes de la población) de más bajos ingresos han perdido casi 2

puntos porcentuales del ingreso total de los hogares que ha ganado el quintil más rico.

En GB, como en el resto de Europa, lo que se mide es la pobreza relativa que se calcula

comparando el ingreso de los hogares con una línea de pobreza que es igual a 60 por

ciento o a 70 por ciento de la mediana del ingreso de todos los hogares. (La mediana del

ingreso es el valor de éste que divide a la población exactamente en dos: los que están

por arriba y por debajo de ese valor.) Por tanto, se trata de una línea de pobreza que se

mueve con la mediana del ingreso. De esta manera, si el ingreso de todos los hogares

subiera en la misma proporción de un año para otro, la mediana subiría también y la

pobreza no cambiaría, a pesar de que el nivel de vida de todos hubiese mejorado, ya que

en esta forma de medición sólo cuenta la posición relativa.

A esta manera de medir la pobreza la he calificado como una medición no normativa que

mide la desigualdad más que la pobreza. No obstante, se ha impuesto en Europa (es la

norma oficial de medición en la Unión Europea y en la OCDE) como resultado de la

derrota conceptual que Peter Townsend logró infligir a los seguidores del concepto

absoluto de pobreza. Con ello la concepción relativista de la pobreza (que la concibe

como la incapacidad de las personas y hogares de participar en las costumbres y estilos

de vida predominantes en su propia sociedad) se impuso plenamente. Sin embargo, la

traslación de esta sabia concepción a la medición de la pobreza de ingresos ha sido

mecanicista y lleva al absurdo en situaciones extremas. Amartya Sen la ha criticado

severamente señalando que, con este método, la hambruna que sacudió a Holanda al

término de la Segunda Guerra Mundial, habría hecho desaparecer casi totalmente la

pobreza, ya que la línea de pobreza (LP) habría caído estrepitosamente. También es

dudoso el aumento de la pobreza observado ante una LP que se va moviendo hacia

arriba. Con una LP fija, incluido el cálculo en el propio reporte, la pobreza sería hoy

mucho más baja que en 1995/96.

En el informe hay una innovación metodológica importante, pero aplicada solamente a la

pobreza infantil. Se trata del método desarrollado por la escuela que formó Townsend y

 

  

619

que ahora encabezan David Gordon, Ruth Levitas y Christina Pantazis en la Universidad

de Bristol, equipo en el cual todavía participa activamente Townsend a pesar de su

avanzada edad. Se trata de una mirada más amplia, que incluye, además del ingreso, la

captación de información sobre la participación (o no) de la población en las costumbres y

el estilo de vida predominante en la sociedad, para identificar privaciones específicas. Sin

embargo, he criticado este método porque termina usando esta nueva información como

filtro adicional para identificar, en términos de sus propios practicantes, a la población

“verdaderamente pobre” a la que se le exige, para ser pobre, que además de tener

ingresos bajos sufra privaciones específicas, lo que se traduce, necesariamente, en

niveles más bajos de pobreza. En el informe se señala que si bien entre 2005/06 y

2006/07 la pobreza relativa de ingresos aumentó en los hogares con niños, “el número y

proporción de niños que viven en hogares que se caracterizan tanto por tener bajos

ingresos como por sufrir privaciones específicas, disminuyó”. Es decir, el requisito

adicional no sólo baja la incidencia de la pobreza en un año dado, sino que puede

producir una inversión de las tendencias. Además, exagera la importancia de la pobreza

infantil en los hogares uniparentales (véase gráfica). El método de medición de la pobreza

cuenta y cuenta mucho.

 

  

620

junio 20,2008 

La academia y la pobreza infantil

■ Las teorías de la justicia no consideran la ciudadanía de la niñez

Peter Townsend (PT), uno de los más importantes estudiosos de la pobreza del siglo XX,

sigue impartiendo clases y realizando investigación tanto en la London School of

Economics como en la Universidad de Bristol. En el mismo mes en que cumplió 80 años

(04/08) publicó un folleto en el que propone formar un Fondo de Inversión de las Naciones

Unidas para el Apoyo a la Infancia, financiado por un impuesto a la compra-venta de

divisas, retomando la propuesta de 1972 de James Tobin, pero destinando todos los

recursos a la infancia1. En el folleto muestra que la pobreza mata niños: cada año 7

millones de menores mueren en los países en desarrollo de causas prevenibles y

curables (desnutrición, neumonía, diarrea, sarampión y paludismo). En el año 2010, dice,

la cuarta parte de los niños de África serán huérfanos a consecuencia del VIH/SIDA.

Muestra también que en India, en África Subsahara y en América Latina (AL), los niños

más afectados por la desnutrición crónica (que se identifica por baja estatura para la edad

o desmedro), por la falta de vacuna de sarampión y por mayores tasas de mortalidad

entre menores de 5 años, son los que pertenecen a 20 por ciento de hogares más pobres.

En AL los contrastes entre el 20 por ciento más pobre y el 20 por ciento más rico son más

fuertes que en las otras regiones: el desmedro es 9 veces mayor, la mortalidad infantil y

prescolar 2.3 veces, y la proporción de no inmunizados contra el sarampión 2.1 veces.

En la escuela de pensamiento formada alrededor de PT, el investigador más importante

es David Gordon (DG), prolífico autor que acaba de publicar Niñez, políticas públicas y

justicia social2 en el cual sitúa las actuales políticas para la infancia en Gran Bretaña (GB)

en la historia del Partido Laborista (PL). Explicita los principios que están detrás de estas

políticas, mostrando el abandono reciente (con Blair) del ideal de la igualdad de

resultados y su sustitución por el de igualdad de oportunidades. Comenta también que

 

  

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una concepción de vieja data, que ve a la niñez como víctima y amenaza social, tiñe de

ambigüedad la política laborista y la lleva a fijar una agenda de justicia distributiva basada

en necesidades al lado de un aumento significativo de la legislación penal orientada a

reducir la amenaza que representan los niños.

Pero lo más novedoso de este escrito de DG es su análisis de las posturas del

pensamiento académico sobre la justicia social hacia la infancia. La conclusión a la que

llega es tajante: “la bibliografía académica al respecto es totalmente inadecuada”. El autor

revisa el pensamiento filosófico de la Grecia antigua, el cual sostenía que las mujeres y

los niños, dada su “imperfecta” razón, deberían ser gobernados por los varones, y cita la

crítica de Adam Smith al hecho de que los griegos permitían el asesinato de los recién

nacidos. Reseña el pensamiento económico mostrando que en la teoría neoclásica la

niñez sólo aparece como inversión en capital humano y que en autores como Gary Becker

es tratada como una propiedad de la familia, aunque con alguna influencia en las

preferencias de la misma. Lo que falta de manera absoluta en la bibliografía de teoría

económica, sostiene Gordon, es el concepto de los niños como individuos y agentes que

demandan a los adultos reivindicaciones de justicia distributiva independientes. Lo más

sorprendente, añade, es que la bibliografía económica feminista también “carece del

concepto político que los niños tienen derecho a suficientes recursos económicos para

satisfacer sus necesidades y que éste es un requerimiento fundamental de una sociedad

justa”.

DG también analiza las ideas de la filosofía política al respecto y sostiene que ésta no

pone más atención a la niñez que la economía. En su célebre Teoría de la justicia, John

Rawls establece que quienes establecen el contrato social son sólo los jefes de familia.

Una ausencia similar ocurre en la teoría de Nozick. Ante las críticas feministas, Rawls

abordó, años después, los derechos de mujeres y de niños, pero a éstos los vio sólo

como futuros ciudadanos que derivan derechos sólo de ese futuro y no como ciudadanos

actuales por propio derecho.

DG aborda el enfoque de capabilities,3 de Amartya Sen (AS), para lo cual retoma el

debate de los años 80 entre AS y PT, del cual a muchos nos quedó la impresión de que lo

había ganado AS, y trata de modificar el resultado con dudoso éxito. Sostiene que la tesis

central de AS, que la pobreza es absoluta en términos de capabilities, pero relativa en

términos de bienes y recursos, es no-sociológica: es decir, supone que

las capabilities pueden ser interpretadas al margen de la sociedad en la que viven.

Recuerda que PT ha sostenido siempre que cualquier definición operacional de pobreza,

 

  

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incluso las “absolutas”, sólo tienen significado en relación con sociedades específicas. Por

tanto, si esto es correcto –concluye DG–, la tesis central de Sen “se puede entender de la

misma manera que se entienden los conceptos de unicornios, hadas y de un dios

amoroso”.

El autor termina citando a D. A. Clark, quien señala que la lista de capabilities de Martha

Nussbaum y los ejemplos de Sen no reconocen la importancia del tiempo libre, el

descanso y la recreación, y concluye que la academia no parece estar preocupada por la

justicia social, por derecho propio, para la niñez, quedando con ello muy atrás de la

política y de los organismos internacionales. Como se aprecia, es necesario continuar en

el tema de pobreza.

1 Peter Townsend, The Abolition of Child Poverty and the Right to Social Security: A

Possible UN Model for Child Benefit?, London School of Economics y Townsend Centre

for International Poverty Research, Universidad de Bristol, abril del 2008, 52 pp.

2 G. Craig, T. Burchardt y D. Gordon (Eds.), Social Justice and Public Policy. Seekinmg

Fairness in Diverse Societies, Policy Press, Bristol, GB, 2008.

3 Traducir capabilities, cuyos significados básicos son más bien los de oportunidades

económicas y de libertad de elección, como capacidades según suele hacerse,

distorsiona lo que escribe. Por ello no lo traduzco.

 

  

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27 de junio de 2008

Federalismo olvidado

■ ENORME DEPENDENCIA DE ESTADOS RESPECTO DE FONDOS FEDERALES

¿Por qué ha salido el tema del federalismo de la agenda pública? ¿Por qué la Conago (Conferencia Nacional de Gobernadores) ya no tiene el protagonismo que tuvo hacia la mitad del periodo de Fox? Parece necesario volver a recordar que el sistema de coordinación fiscal, por tocar sólo este aspecto nodal del federalismo, es sumamente asimétrico y que ello es la base del presidencialismo, del que no nos podremos desprender mientras la Federación se siga reservando el grueso de los recursos fiscales (incluidos derechos) que se recaudan en el país. En 2006 las entidades federativas dispusieron de 101,202 millones de pesos por recursos propios y financiamiento (87.4 por ciento del total), mientras que por concepto de recursos federales recibieron ingresos siete veces más altos: 703,937 millones de pesos (12.6 por ciento). Por su parte, los municipios (las delegaciones carecen de ingresos propios) percibieron 66,319 millones de ingresos propios (65.5 por ciento del total y 126,049 millones de recursos federales (y marginalmente) estatales. Entre ambas instancias perciben ingresos propios, llamémosle ingresos locales propios, por 667,521 millones, y perciben 829,986 millones de recursos federales para un total de 997,507 millones (casi un billón) entre ambas instancias.

En agudo contraste, el gobierno federal (GF) tuvo un ingreso de 1,558,808 millones de pesos (1.56 billones) en 2006, de los cuales transfirió como participaciones, a entidades federativas y municipios, 329,337 millones, y por aportaciones federales (ramo 33) y convenios 421,235 millones a éstas y 54,465 millones a municipios. Al restar estas tres cifras, el GF queda con un ingreso disponible para sus programas de 753,771 millones (0.75 billones), cifra que representa 75.6 por ciento del total del que disponen entidades federativas y municipios. No debe extrañar el enorme poder que una cifra así otorga al

 

  

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Presidente de la República. Además, en la medida que administra y controla los 829,986 millones que los gobiernos locales (municipios, estados y DF) reciben como participaciones, aportaciones y convenios, maneja una cifra de 1.6 billones. Añádase a esto los ingresos de los organismos y empresas bajo control presupuestario, que en su mayoría dependen del GF, y que manejan ingresos por 0.67 billones, se verá que el poder que deriva del manejo de recursos por parte del Ejecutivo federal es gigantesco y supera al de los 31 gobernadores, un jefe de gobierno y alrededor de 2 mil 500 presidentes municipales.

Esta asimetría está en el texto mismo de la Ley de Coordinación Fiscal que, en su artículo 2 establece que el Fondo General de Participaciones se constituirá con 20 por ciento de la recaudación federal participable, que es la que proviene de todos los impuestos federales y de los derechos sobre la extracción del petróleo y de minería. Leyó usted bien, sólo se distribuye en este sesgado pacto federal, la quinta parte de lo recaudado. Las aportaciones federales surgieron del proceso de descentralización (del GF a los estados y al DF) de muchos programas sociales y de infraestructura, proceso que comenzó durante el gobierno de Zedillo. Al transferírsele la obligación de operar clínicas y escuelas a los gobiernos locales, era lógico que se les transfirieran los recursos para operarlos.

Pero volvamos atrás y veamos la estructura de los ingresos de las entidades federativas (EF), así como la enorme desigualdad que prevalece entre ellas. En la gráfica anexa se muestran los ingresos anuales por persona de los gobiernos de las EF, ordenados desde el más alto al más bajo. Como se aprecia, Tabasco, Campeche y Baja California Sur tienen un ingreso fiscal por habitante muy por arriba de las demás EF (más de 15 mil pesos las dos primeras y más de 13 mil la tercera). Se sitúan en el otro extremo Puebla y Guanajuato con menos de 6 mil pesos. Pero la gráfica muestra además que, como vimos antes para el conjunto, en prácticamente todas ellas los fondos federales superan con mucho a los propios.

Contrasta al respecto el DF, donde los recursos propios representan más de 40 por ciento del total (los federales 58.8 por ciento), mientras en Tabasco, Aguascalientes y Chiapas, la proporción de fondos federales ronda 95 por ciento. No debe extrañar que el DF, que además de contar con más de 40 por ciento de recursos propios, casi no recibe aportaciones federales (recursos etiquetados), por lo cual alrededor de 85 por ciento de los recursos del DF son de libre disposición por parte de su gobierno, cuente con una política social independiente del GF. Ello se explica por la concurrencia de dos factores: estar gobernado por el PRD desde 1997 y, de manera central, tener autonomía casi total en el uso de sus recursos.

Si nos concentramos en las aportaciones federales (ramo 33) uno esperaría que los fondos cumplieran con los principios de suficiencia, equidad compensatoria y estímulo a la eficiencia en el uso de los recursos. Sin embargo, el capítulo V de la Ley de Coordinación Fiscal (LCF) no garantiza ninguno de estos principios. En entregas anteriores de Economía Moral he analizado las disposiciones de la LCF y he analizado las asignaciones

 

  

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por entidad federativa por persona que debiera ser atendida (por ejemplo, la población no derechohabiente de la seguridad social en el caso de la salud) y he concluido que, en general, las entidades peor situadas reciben menos recursos que las mejor situadas, con lo cual estos fondos tienden a agravar las desigualdades regionales. Entre las causas de tan desastrosa situación ubiqué la carencia en muchos fondos (educación, sobre todo), de mecanismo alguno de compensación en la LCF y, en el caso de salud, que los criterios de la LCF no se estaban aplicando. Recientemente, en diciembre de 2007, como parte de la reforma fiscal aprobada ese año, se publicaron algunas reformas a la LCF. Una incorpora fórmulas para la asignación del fondo de educación básica (FAEB) que consideran el rezago del gasto en la materia, reforma que habrá que analizar en próxima entrega. Por otra parte, a partir de la puesta en marcha del llamado Seguro Popular, los fondos de salud se han estado asignando más con criterios de la Ley General de Salud que los de la LCF. El asunto amerita acordarnos del federalismo, a pesar de la ausencia de la Conago y de otros agentes interesados en el tema.

 

  

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JULIO

04 julio de 2008

“Buenas intenciones, malos resultados”

■ LIBRO DE SANTIAGO LEVY CULPA AL SEGURO POPULAR DE LA INFORMALIDAD

Durante el gobierno de Fox, Santiago Levy (SL) fue director general del IMSS, al cual renunció en octubre de 2005 por causas no aclaradas. Levy pasó un par de años en el Wolfenshon Center de la Brookings Institution, institución de investigación (think tank) de Washington DC. Actualmente es vicepresidente del BID. En su paso por Brookings SL escribió y publicó dos libros. En el primero, del que se dispone de traducción al español que se puede bajar del portal electrónico de la institución: Pobreza y transición democrática en México. La continuidad del Progresa Oportunidades (P-O), el autor defiende a capa y espada este programa del que se concibe como arquitecto principal (p.171):

“Los programas que transfieren ingresos en efectivo [a los pobres extremos, habría que precisar] y que condicionan explícitamente el otorgamiento de beneficios a ciertas conductas que parece conveniente promover –conocidos como programas de transferencias condicionadas– pueden contribuir de manera importante a la lucha contra la pobreza … son más eficientes y eficaces que el conjunto heterogéneo y descoordinado de subsidios alimentarios, distribuciones de bienes en especie, controles de precios…”

En el nuevo libro, cuyo título encabeza esta entrega (sólo disponible en inglés), SL pasa de la auto-apología a la posible razón de su renuncia al IMSS. SL cita aprobatoriamente las optimistas cifras oficiales de reducción de la pobreza extrema en México, en un libro que anuncia malos resultados desde el título. Si el programa principal de lucha contra la pobreza, del que él es el “principal arquitecto” funciona tan bien y la pobreza ha estado bajando tan rápido después de la crisis del 94-96, ¿por qué hablará SL de malos resultados? Según la presentación del libro en el portal de Brookings, la respuesta es que:

 

  

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A pesar de varios esfuerzos de reforma, México ha tenido estabilidad económica pero poco crecimiento. Hoy más de la mitad de todos los trabajadores mexicanos trabajan en la informalidad y uno de cada cuatro son pobres [sic].

SL no podría contestar la pregunta ¿para qué queremos crecimiento más alto si con bajo crecimiento se está reduciendo la pobreza rápidamente? A menos que crea que el crecimiento es un fin en sí mismo o que, sin decirlo, desconfíe de las cifras de pobreza extrema que cita. Aunque enumera una serie de razones que explican nuestro lento crecimiento y que considera válidas, señala que el objetivo del libro es argumentar que hay otra razón más que contribuye al lento crecimiento del PIB y del empleo formal en México: “una política social (de la que excluye “la educación, agua potable y otras políticas orientadas a mejorar el bienestar de los hogares”) incoherente que proporciona… a las empresas incentivos para invertir en proyectos privadamente rentables pero socialmente subóptimos” (p.2).

SL parece estar reaccionando, ante todo, a la puesta en marcha del llamado Seguro Popular de Salud (SP). En efecto, cuando era director general del IMSS hizo declaraciones sobre el efecto negativo en la seguridad social de la puesta en vigor del SP, ya que en su opinión impulsa la evasión de la ley del IMSS, al proporcionarle al empresario la vía más barata del SP para proteger a sus trabajadores. El libro en su conjunto parecería ser una continuación de sus declaraciones contra el SP. El SP, que en la Ley General de Salud se llama Protección Social en Salud, entró en vigor el primero de enero de 2004 y, en octubre del año siguiente Levy renunció al IMSS. En la introducción no usa nunca habla del SP, pero habla constantemente de la contradicción entre seguridad social y protección social, término que sólo se usa en México para el SP. Así dice:

“argumento que el diseño de la política social en México es fallido y que muchos de los programas introducidos en los últimos años han agravado el problema… las diferencias en la naturaleza de los beneficios y en el financiamiento de la seguridad social y la protección social, resultan en un impuesto al trabajo asalariado y un subsidio al trabajo no asalariado la fuerza de trabajo se segmenta en un sector formal, que tiene cobertura de la seguridad social, y un sector informal que tiene cobertura de la protección social

El asunto le debe parecer gravísimo: con el SP no sólo se habría boicoteado la incorporación al IMSS sino que se habría dañado la esencia misma de la criatura favorita de Levy: el P-O:

...los incentivos de los programas de protección social y de seguridad social en México son particularmente dañinos para los trabajadores pobres y pueden revertir los efectos positivos de un programa de transferencias directas como el P-O…los jóvenes pobres que entrarán a la fuerza de trabajo en los próximos años después de haberse beneficiado del P-O tienen muy pocas probabilidades de encontrar trabajo en el sector formal que ofrece cobertura de la seguridad social…bajo las condiciones actuales, el P-O no podrá romper la transmisión intergeneracional de la pobreza (que es su objetivo principal]… porque los

 

  

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incentivos para los trabajadores pobres y las empresas que los contratan, generados por la interacción entre los programas de seguridad social y de protección social no están alineados en la dirección de aumentar la productividad y los salarios reales. El capital humano de los trabajadores pobres puede ser aumentado por P-O, pero su productividad en el mercado de trabajo no aumentará (p.4).

En pocas palabras, el SP explicaría la creciente informalidad de la economía y el fracaso del P-O. Levy no se da cuenta de la contradicción entre lo que dice y su aceptación de las cifras optimistas oficiales de baja en la pobreza. Pero además lo que dice no coincide con la evolución de los asegurados permanentes en el IMSS que se estancaron a partir de 1992 y no de 2004, cuando entra en vigor el SP (véase gráfica).

Agradezco a Alejo Martínez Vendrell haberme alertado sobre la existencia del libro.

 

  

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11 JULIO DE 2008

■ 2006: las actas dicen: no hay ganador, debió anularse la elección

■ J. A. CRESPO MUESTRA QUE CALDERÓN NO ES PRESIDENTE LEGÍTIMO

Fraude es, según el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), “acción contraria a la verdad y a la rectitud, que perjudica a la persona contra quien se comete”. Si algo hace el nuevo libro de José Antonio Crespo (JAC): 2006: hablan las actas es mostrar que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y el Instituto Federal Electoral (IFE) actuaron, durante la elección de 2006, de manera contraria a la verdad y a la rectitud en perjuicio de los 15 millones de mexicanos que votamos por AMLO. Sin embargo, apenas salió el libro los periodistas que atacan todo el tiempo a AMLO y al PRD exclamaron gozosos que JAC demostraba que eso del fraude en 2006 era un mito y se apoyan en dos textos, sacados de contexto:

“… el estudio estadístico de tales errores [aritméticos, en 63 por ciento de las casillas] no permite arrojar la conclusión de que se trató de un fraude orquestado… pues las inconsistencias están equitativamente distribuidas entre las casillas que ganaron FCH y AMLO” (p. 167)… “el ‘mito del magno-fraude electoral’ sostenido por los obradoristas (sic) no puede ser inferido del contenido de las actas”… (p.171)

Pues bien, la segunda frase va precedida de la afirmación: “En este sentido se puede hablar de dos mitos, no sólo de uno” y se complementa con la especificación del segundo: “El ‘triunfo inobjetable e inequívoco de Calderón’ se convierte también, a la luz de lo que dicen las actas, en otro mito” (p.171). El párrafo que precede a esta frase da título al libro:

“…al ‘preguntar’ a las actas electorales ¿quién ganó?, éstas no respondieron que triunfó FCH. Tampoco responden que ganó AMLO. Lo que afirman es “lógica y aritméticamente no es posible saber quién ganó” (p.171).

 

  

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JAC argumenta con fuerza a lo largo de la obra (mostrando los errores e inconsistencias del TEPJF) que, puesto que no sabemos quién ganó, la elección debió ser anulada. No lo dice, pero el corolario ineludible es que FCH no debería vivir en Los Pinos, que es un presidente ilegítimo. JAC trata de ser muy cauto. La contraportada del libro lo anuncia como “uno de los primeros con objetividad e imparcialidad” sobre el tema. El autor sabe muy bien que las actas (lo único que analiza) son sólo uno de los elementos que hay que estudiar. Por eso añade sobre el supuesto fraude que “eso quizá podrían decirlo los paquetes electorales, si es que su contenido no corresponde a lo que registran las actas, como muchos temen”. No se explica que siendo tan cauto, tan objetivo e imparcial, se haya equivocado al descalificar la posible existencia de fraude al calificarlo de mito, con base en un análisis tan parcial.

El argumento de que no hubo fraude orquestado porque las casillas con inconsistencias aritméticas se distribuyen equitativamente entre casillas que ganaron AMLO y FCH es ingenuo. Como bien demuestra en el texto, la elección presidencial no se define por el número de casillas ganadas, sino por el número de votos. Por ello, restarle 10 o 100 votos a AMLO (o sumarle 10 o 100 a Calderón) en una casilla en la que de todos modos gana AMLO, contribuye a reducir su suma de votos (o a aumentar el de FCH) y, por tanto, al fraude. Es decir, se puede hace fraude a favor de FCH también en casillas que gana AMLO.

Veamos cómo mucho de lo que dice JAC prueba que en la elección presidencial del 2006 hubo “acción contraria a la verdad y a la rectitud”, es decir, fraude. En diferentes partes de las conclusiones JAC dice: 1) “Una elección que arroja un resultado muy cerrado requiere ser absolutamente pulcra, transparente, equitativa e imparcial para que el resultado goce de certeza y resulte creíble para la gran mayoría”. 2) El TEPJF interpretó en su primera sentencia (5 de agosto) que el IFE debió haber abierto y recontado de oficio –es decir, aunque nadie lo solicitara– todos los paquetes electorales con alguna inconsistencia aritmética. 3) El IFE abrió (en el cómputo distrital) sólo 3.5 por ciento de los paquetes inconsistentes, como resultado de una orden dada desde las oficinas centrales del IFE [y habría que añadir, de la alianza de casi todos los partidos contra la CBT durante el conteo distrital]. 4) Al señalar esa omisión del IFE, el TEPJF, en aras de la transparencia y la certeza, pudo subsanarla, pero sólo ordenó el recuento de 15 por ciento, poco representativo, de las casillas con actas inconsistentes. 5) Las decisiones del IFE y del TEPJF se aproximaron más a la “estrategia” del PAN de no abrir los paquetes que a la de la CBT (sí abrirlos). Lo que las autoridades electorales debían haber hecho no era favorecer una estrategia o la otra, sino aplicar puntualmente lo estipulado por la ley. Sin embargo, 82 por ciento de los paquetes que por ley debían ser abiertos y recontados quedaron sin ser revisados ni por el IFE ni por el TEPJF. 6) En su dictamen final, el TEPJF señaló que la mayoría de las inconsistencias aritméticas quedaban justificadas por error de emisión (colocar el voto en una urna errónea) o por la tesis que los votantes se llevaron la boleta a sus casas y que, por tanto, el número de votos irregulares no justificados no opacaban la certeza del veredicto, que daba por ganador a FCH. Sin embargo, ninguna de esas conclusiones se deriva del análisis de las actas, pues los votos

 

  

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irregulares injustificables en los 300 distritos son 633 mil, que casi triplican la diferencia de votos a favor de FCH (234 mil). 7) Ante la incertidumbre prevaleciente, lo lógico [más que eso lo apegado a la verdad y a la rectitud] hubiera sido declarar nula la elección con base en la causal de nulidad abstracta. 8) Pero los magistrados determinaron que las irregularidades detectadas no habían sido determinantes en el resultado. En otras palabras, “la verdad aritmética contenida en las actas electorales difiere en este punto de la “verdad jurídica” determinada por el TEPJF en su dictamen final, lo cual pone en duda la credibilidad de éste.

Lo anterior hace evidente que JAC demuestra cabalmente que las acciones del IFE y del TEPJF fueron contrarias a la verdad y a la rectitud y que perjudicaron a AMLO y a sus seguidores y que, por tanto, pueden ser calificadas correctamente de fraude (aunque él diga lo contrario).

 

  

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18 JULIO DE 2008

■Camino novedoso para definir normas de pobreza / I

■ BASADO EN EL ENFOQUE DE PRESUPUESTOS FAMILIARES DE LARGA HISTORIA

Se suele reconocer a los británicos Charles Booth y Seebhom Rowntree como los pioneros en la medición de la pobreza. Booth midió ésta en Londres en 1886-1889 y S. Rowntree en 1899-1901 en York, usando el enfoque de presupuestos familiares. Christopher Deeming (CD) en su tesis doctoral1 cuenta que la investigación de este último puede ser considerada una secuela de la que llevó a cabo su padre Joseph Rowntree, quien quería mostrar que el gasto en alcohol dejaba a los trabajadores recursos insuficientes para adquirir alimentos y otros bienes necesarios para una vida sana. Esto explicaría por qué el hijo consideró dos conceptos de pobreza: pobreza primaria cuando los ingresos estaban por debajo de la línea de pobreza (LP) calculada para mantener la “eficiencia física”, y pobreza secundaria que se presentaba en hogares que no alcanzaban la eficiencia física por causa de, en palabras de Rowntree: “la bebida, las apuestas, el juego, una administración del hogar descuidada o basada en ignorancia, y otros gastos imprudentes”.

La Fundación Joseph Rowntree, dedicada a promover la investigación sobre la pobreza y temas relacionados, ha publicado (2008) el importante estudio Una norma de ingreso mínimo para Gran Bretaña,2 que establece un camino nuevo para fundamentar la norma o LP, consistente en combinar el consenso de la población con los conocimientos de los expertos para definir el presupuesto normativo cuyo costo es la LP. Antes de presentar este nuevo procedimiento y sus resultados, lo que haré en próximas entregas, relataré con base en la tesis de CD, el papel que los estudios de presupuestos familiares han jugado en la medición de la pobreza a lo largo del tiempo, de tal manera que el lector pueda apreciar mejor el valor de la nueva propuesta.

CD pone en evidencia que el uso de los estudios de presupuestos familiares para el conocimiento y medición del nivel de vida y la pobreza empezaron muchos años antes de Booth y Rowntree: William Petty (que buscaba identificar lo que hoy llamaríamos pobreza alimentaria), Gregory King y otros los usaron como instrumento para el análisis de los

 

  

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niveles de vida en el siglo XVII. Sin embargo, añade que la observación sistemática de los gastos familiares se inicia en el siglo XVIII. CD muestra cómo de los estudios presupuestales se fueron derivando propuestas de política. La primera que menciona es de David Davies, quien en 1795 propuso, basándose en los resultados de presupuestos típicos de familias obreras, una ley de salarios mínimos ligados al precio del trigo. Durante los años 40 del siglo XIX hubo hambrunas en GB. En esos años el estadístico Farr atribuyó 63 muertes al hambre y calculó que la dieta del hogar obrero proveía sólo tres cuartas partes de los requerimientos nutricionales.

Entre los muchos personajes que CD menciona, sobresale el dietista Edward Smith (ES), quien en su primer estudio (1862) encontró que, durante la hambruna, muchos comían “pan y melaza en vez de comidas cocinadas y carne, y que muchas de las dietas eran deficientes en energía”. Al año siguiente llevó a cabo lo que puede considerarse la primera encuesta nacional de alimentación y nutrición entre trabajadores urbanos y rurales, de la que concluyó que la cantidad de alimentos ingerida era insuficiente para la salud y la fortaleza. CD cita algún autor que sostiene que ES inventó el concepto de “nivel mínimo de subsistencia” 30 años antes de Booth y Rowntree. Más notable: aunque el hogar fue su unidad de observación, “sugirió que la familia no compartía un nivel de vida único y que las mujeres participaban desproporcionadamente menos de los recursos”.

Henrietta Barnett formuló el primer presupuesto normativo o LP en 1886 como el mínimo para lograr el mantenimiento del cuerpo, algo muy parecido a la eficiencia física que usaría Rowntree después. Desfilan por el texto de CD algunos personajes famosos y otros poco conocidos: Ernst Engel, quien analizando presupuestos familiares formuló la ley que lleva su nombre, y que sostiene que mientras más pobre es un hogar, mayor proporción de su ingreso se dedica a alimentos y, en general, al sostenimiento físico; Alfred Marshall, que expresó su propia concepción de lo que debería contener una canasta de satisfactores mínimos, incluyendo “un poco de educación y de recreación”; Henry Mayhew, quien describió a los pobres de Londres durante los años de la hambruna del siglo XIX; Henry Higgs, el cual, basado en un estudio de presupuestos de familias obreras, recomendó que los salarios mínimos se indizaran al costo de la vida, proposición que fue rechazada; en cambio, Booth propuso e hizo campaña a favor de establecer pensiones estatales, que se instauraron en 1908.

Aunque el número de hogares estudiados por Rowntree parece muy pequeño (41 familias) hay que considerar que sólo incluía hogares de trabajadores y que al ama de casa se le solicitaba que registrara los ingresos y los gastos en alimentos en algunos casos hasta por dos años (la mayoría por al menos tres semanas). Rowntrre definió un presupuesto familiar normativo que incluía los últimos conocimientos sobre requerimientos nutricionales y “cálculos cuidadosos de gastos necesarios para renta, combustible y ropa”. Basado en esa LP, Rowntree calculó los niveles de pobreza primaria y secundaria en York. Los fabianos Sydney y Beatrice Webb participaron en un estudio de presupuestos e hicieron campaña por el establecimiento del salario mínimo, habiendo logrado que en 1909 se fijaran para algunas industrias y ocupaciones específicas.

 

  

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Continuaré analizando la tesis de CD en la próxima entrega antes de entrar al análisis del nuevo método propuesto por Bradshaw y coautores.

1 “Significado y medición de la pobreza: Determinación de líneas de pobreza alimentaria semi-normativas para una vida sana y participativa”, tesis de doctorado, Escuela de Estudios de Política, Universidad de Bristol, Gran Bretaña, 2008.

2 Jonathan Bradshaw et al., A Minimum Income Standard for Britain, Joseph Rowntree Foundation y Universidad de Loughborough, York, GB, 2008.

 

  

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25 JULIO DE 2008

■Camino novedoso para definir normas de pobreza / II

■ CENTRALIDAD DE LAS NORMAS (O LÍNEAS DE POBREZA) EN LOS ESTUDIOS DEL TEMA

Continúo reseñando, para enmarcar el nuevo enfoque para la definición de normas de pobreza emprendido por J. Bradshaw et al., la historia de los estudios de presupuestos familiares (EPF) y su relación con la medición de la pobreza, con base en la tesis doctoral de C. Deeming (véase Economía Moral 18/07/08).1 En 1912, M. P. Reeves concluyó de su propio EPF que cuando el ingreso cae se reduce el gasto en alimentación, mientras la renta y el gasto en combustibles son fijos, por lo cual basta una baja pequeña en el ingreso para generar hambre. El primer EPF con muestreo aleatorio lo llevó a cabo A. Bowley en 1912 y contrastó los resultados con su línea de pobreza (LP), similar a la de Rowntree. Bowley realizó otros EPF y comparó, quizás también por primera vez, resultados de dos fechas distintas buscando responder a la pregunta de si la pobreza había bajado. En coautoría con Allen, este autor proporcionó la primera fórmula empírica para la Ley de Engel (que sostiene que la proporción del gasto dedicada a alimentos en los hogares declina cuando el ingreso aumenta). Deeming comenta que en los EPF de Bowley y de otros autores durante la década de 1930, la LP sólo proveía para renta, alimentación, combustible, iluminación, ropa y materiales de limpieza, pero no incluía casi nada para la vida social.

Richard Titmuss, destacado pensador de la política social, hizo notar el alto número de niños en pobreza y lo relacionó con el hecho de que los salarios no están relacionados con el tamaño de la familia. En su segundo estudio de pobreza en York (1936), Rowntree aplicó dos LP: la de pobreza primaria, que había usado en el primer estudio, y una más alta a la que llamó de “necesidades humanas (lo que implícitamente califica a la primera como de necesidades “no humanas” o “animales”), obtuvo resultados que muestran la centralidad del nivel del umbral: 6.8 por ciento de población en pobreza con la primera LP, y 31.1 por ciento con la segunda (¡casi cinco veces más!). (Véase gráfica).

William Beveridge, quien proporcionó las bases teóricas para la instauración del Estado de Bienestar en Gran Bretaña, usó hallazgos de varios EPF para argumentar a favor de la

 

  

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seguridad social (lo que se logró en 1946) y para definir una norma de ingreso mínimo que se aplica en ella. Deeming señala que se trata de una norma de subsistencia y no social. Ésta actualmente se llama Norma de Apoyo al Ingreso.

Pronto, en esta historia de EPF independientes, empiezan a aparecer los estudios gubernamentales. A finales del siglo XIX miembros del gobierno habían reconocido la necesidad de medir el costo de la vida y monitorear los efectos de los cambios de precios en la vida de las familias, por lo cual en 1904 se llevó a cabo el primer EPF oficial que proveyó los ponderadores requeridos para el Índice del Costo de la Vida. En 1940 se estableció una Encuesta Alimentaria en Tiempos de Guerra, precursora de la Encuesta Nacional Alimentaria (FNS por el nombre en inglés que recibió en 1945 al alcanzar cobertura nacional), que es similar al componente alimentario de la ENIGH (Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares) de México, excepto que la FNS se centra en las cantidades de los alimentos y no en el gasto, lo que permite conocer la ingesta alimentaria familiar y convertirla (a través de tablas del contenido nutricional de los alimentos) en ingesta de nutrientes para identificar la desnutrición. Deeming hace notar que en la FNS, para evitar conteo doble, se excluyen los regalos de alimentos recibidos por un hogar y pagados por otros, lo que contrasta con las ENIGH, donde esta precaución no se adopta. Cuando ya el énfasis de la FNS se había vuelto el gasto y los aspectos nutricionales eran abordados por otras encuestas, se fusionó (2001) con la encuesta de gastos familiares (FES, por sus siglas en inglés).

Por su parte, la FES evolucionó lentamente a partir del primer EPF oficial de 1904 antes relatado. Empezó en 1957 como una encuesta continua pequeña, periodo en el cual se estableció la confiabilidad del periodo de registro de los gastos en el hogar durante dos semanas. La FES provee los ponderadores para el Índice de Precios al Menudeo que sustituyó al Índice del Costo de la Vida. Aunque esta encuesta nació siendo de gastos, después captó también ingresos. Al institucionalizarse los estudios oficiales, los independientes se volvieron una excepción, ya que los estudiosos de la pobreza y la desigualdad empezaron a hacer sus cálculos ahora con base en la FES. En parte como resultado de los requerimientos de la investigación sobre pobreza (en la cual destacaban Townsend, Abel-Smith y Atkinson, entre otros) en 2001 se fusionaron la FNS y la FES, dando lugar a la actual EFS. Otra encuesta asociada fue la llamada originalmente Censo de Ingresos a cargo de la oficina de impuestos, que parece haber sido descontinuada.

Nuestro autor termina el capítulo que he reseñado en ésta y la anterior entrega, haciendo notar que los EPF recientes en Gran Bretaña no han sido utilizados para medir la pobreza. Recuperar esta función para los estudios de presupuestos familiares, mediante un nuevo procedimiento para la fijación de la norma o línea de pobreza, es uno de los propósitos del trabajo de Bradshaw y coautores que examinaré a partir de la próxima entrega.

Nota: El 21 de junio en Dublin, en el contexto de su decimosegundo congreso se celebró la Asamblea de Socios de la BIEN (Basic Income Earth Network), y en ella, por

 

  

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aclamación, fue aceptada la sección mexicana denominada Ingreso Ciudadano Universal-México, AC, de la cual es presidente Pablo Yanes.

1 C. Deeming, “Significado y medición de la pobreza: Determinación de líneas de pobreza alimentaria seminormativas para una vida sana y participativa”, tesis de doctorado, Escuela de Estudios de Política, Universidad de Bristol, Gran Bretaña, 2008; y Jonathan Bradshaw et al., Una norma de ingreso mínimo para Gran Bretaña, Fundación Joseph Rowntree y Universidad de Loughborough, York, GB, 2008

 

  

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AGOSTO

1 DE AGOSTO DE 2008

Camino novedoso para definir normas de pobreza/ III

■ MEZCLA RECOMENDACIONES DE EXPERTOS CON OPINIONES DE LA POBLACIÓN

El informe de investigación Un estándar mínimo de ingreso para Gran Bretaña,1 que si bien no mide la pobreza sí determina una norma de ingreso mínimo (NIM) o línea de pobreza, es una culminación de la historia de las relaciones entre los estudios de presupuestos familiares (descriptivos y normativos) y la medición de la pobreza, que reseñé en las entregas del 18 y 25 de julio. El informe busca responder la pregunta “¿qué nivel de ingreso se necesita para permitir un nivel de vida aceptable?” Para ello combina dos enfoques para la determinación de presupuestos normativos practicados recientemente en Gran Bretaña (GB): recomendaciones de expertos de la Universidad de York y el consenso de la población de la Universidad de Loughborough. En esta combinación radica su carácter de camino novedoso.

“La mezcla de las metodologías permite reconciliar los puntos de vista de los expertos con los de la gente común, permitiendo que los presupuestos (normativos) basados en el consenso social sean puestos a prueba con el conocimiento y la investigación de los expertos” que realimenta en etapas sucesivas los consensos formados, señala el informe. La norma fijada se apoya en tres sustentos: a) el consenso de la gente común sobre los bienes y servicios que todos debieran poder pagar en GB, generado en grupos de discusión; b) el conocimiento de expertos sobre los requerimientos básicos de la vida; y c) los patrones de gasto observados. La NIM fijada especifica un “ingreso suficiente para alcanzar un nivel de vida mínimo aceptable, que la política social aspira que todos alcancen” para cada tipo de hogar: va más allá de tener suficiente alimento, calefacción y vivienda, incluye suficientes recursos para participar en la sociedad y mantener la dignidad humana, consumiendo aquellos bienes y servicios considerados hoy como

 

  

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esenciales en la GB. La NIM busca excluir los rubros “aspiracionales”: se trata de satisfacer necesidades, no apetencias”. El informe sostiene que la disponibilidad de NIM robustas para diversos tipos de hogares puede ser usada para juzgar beneficios, créditos fiscales y salarios mínimos, y que tendrá relevancia directa en las políticas públicas al contribuir a los debates sobre la pobreza en GB. Aunque no supone que vaya a convertirse en la manera central de medir la pobreza, “ayudará a anclar (las otras medidas) en una estimación informada de cuánto ingreso necesitan los hogares para evitar privaciones”. Las consecuencias en los niveles de pobreza de la NIM se ilustran en la gráfica.

Para generar el consenso entre la población se formaron grupos de discusión en seis ciudades del centro de la GB. Cada grupo estuvo formado por 6 a 8 personas pertenecientes a un mismo tipo de familia (unipersonales, parejas sin hijos o con hijos, uniparentales, pensionados, etcétera) mezclando en cada grupo diversos estratos sociales, evitando grupos formados sólo por pobres porque ello, sostienen acertadamente, limitaría el espectro de rubros que se incluirían en la canasta normativa. Se formaron grupos en 5 etapas, entre las cuales hubo tareas de sistematización y de realimentación de los expertos y del equipo de investigación, lo que arroja un total de 8 etapas en la investigación:

1. Grupos de orientación, que discutieron y acordaron una definición del “mínimo aceptable” y que esbozaron un estudio de caso basado en una persona hipotética del tipo de familia del grupo, que fue completado por el equipo de investigación en consulta con el Grupo Asesor del Proyecto (GAP: los expertos) y que se utilizó en las etapas siguientes para lograr que los participantes se alejaran de sus propias circunstancias y se concentraran en las necesidades del individuo hipotético. 2. El equipo partió de lo que dijeron los grupos sobre el mínimo y, consultando a los expertos, llegó a una definición operacional del concepto de mínimo nivel de vida aceptable.

3. Grupos de trabajo que funcionaron como talleres por un día completo en el cual revisaron cada área del presupuesto para acordar la lista esencial de rubros que requeriría el individuo hipotético, así como sus cantidades y las tasas de consumo o remplazo, y lugares de compra. En temas como transporte, cuidado de la salud, participación cultural y social, la discusión giró más bien sobre los montos requeridos de gasto semanales, mientras en alimentación se les pidió que construyeran menús para un día, distinguiendo patrones alimentarios de días hábiles de los de fin de semana. Cada grupo anotó también los rubros donde no logró acuerdo. El diseño inicial del presupuesto se hizo para 15 tipos de individuos. 4. Costeo, consulta y verificación, a cargo del equipo de investigación, con asesoría de expertos en alimentación y combustible.

5. Grupos de verificación que revisaron los presupuestos para ver si cumplían con la definición operacional del mínimo nivel de vida aceptable. En general, los grupos aceptaron los cambios propuestos por los expertos. 6. El equipo combino, cuando procedía, los presupuestos individuales para formar presupuestos familiares,

 

  

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incorporando la “decisiones de los grupos sobre economías de escala”, y tomando en cuenta la opinión de expertos sobre economías de escala sobre alimentación y combustible.

7. Grupos finales de negociación. El equipo revisó los presupuestos para resolver problemas pendientes de costeo y anomalías de los patrones presupuestales y comparó las NIM con los patrones de gasto observados. Los grupos compararon subgrupos de NIM entre sí y con patrones observados de gasto por área del presupuesto. En este último caso se les pidió explicar las diferencias o modificar la sección del presupuesto normativo. 8. Grupos regionales para verificar la validez nacional de las NIM.

1 Jonathan Bradshaw, Sue Middleton, Abigail Davis, Nina Oldfield, Noel Smith, Linda Cusworth y Julie Williams, A Minimum Income Standard for Britain, Joseph Rowntree Foundation, York, Gran Bretaña, 2008, 57 pp. Traduzco standard a veces como norma y a veces como estándar

 

  

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8 DE AGOSTO DE 2008

Camino novedoso para definir normas de pobreza/ IV

■ DESCRIPCIÓN DEL NIVEL MÍNIMO DE VIDA ACEPTABLE GUÍA FORMULACIÓN DE CANASTAS

El punto de partida para los grupos de trabajo que definieron las listas de bienes y servicios (y sus cantidades) para conformar la canasta normativa para cada tipo de hogar, en el camino novedoso para describir normas de pobreza emprendido en Gran Bretaña (GB), fue la definición del concepto de “nivel de vida mínimo aceptable” (NMVA).1 Los grupos de orientación con los cuales se inició el proceso recibieron como principal encargo explicar este NMVA. Como estímulo para la discusión, recibieron dos definiciones para comentarlas: 1) extracto de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos, que determina el mínimo como “cosas que son necesarias para el bienestar físico, mental, espiritual, moral y social de una persona”; y 2) descripción del Estándar Familiar Prevaleciente realizada por el Comité de Expertos para la Revisión de los Presupuestos Familiares en EU:

Un estándar que permite oportunidades plenas para participar en la sociedad contemporánea y en las opciones básicas que ésta ofrece. Es moderado en el sentido de que se encuentra por arriba de los requerimientos de sobrevivencia y decencia y bien por debajo de los niveles de lujo.

El informe describe los contenidos comunes del NMVA al que llegaron los grupos de orientación: a) se encuentra más allá de los requerimientos de alimentos, cobijo y ropa para la sobrevivencia, incluye los medios para la participación social y cultural, redes informales de apoyo, y empleo para aquellos que pueden trabajar; b) apariencia personal y del hogar “socialmente aceptable”; c) ser capaz de involucrarse en el tipo de actividades desempeñadas por los pares; c) la posibilidad de elegir qué se come, qué se pone uno y qué hace. Apoyado en estos elementos el equipo de investigación llegó a la siguiente definición “operacional” del NMVA:

 

  

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Incluye pero es más que sólo alimentos, ropa y vivienda. Es sobre tener lo que uno necesita para tener las oportunidades y elecciones necesarias para participar en sociedad.

En los grupos subsecuentes, cuya tarea central fue definir los rubros y las cantidades de la canasta normativa, se pidió a los participantes que “consideraran” esta definición. El informe relata que, en las tareas de estos nuevos grupos, fue necesario aclararles que: a) diferenciaran entre necesidades y apetencias (wants) y que los presupuestos normativos se refieren a las “necesidades mínimas esenciales” que todo mundo tiene independientemente de su ingreso; y b) que, aunque distintas personas y hogares gastan de manera distinta, de lo que se trata es de prever lo suficiente para que la gente pueda elegir.

Los presupuestos normativos desarrollados representan una norma de ingreso mínimo (NIM) para Inglaterra, Gales y Escocia. Para estos dos últimos países y para Londres, el estudio formó grupos para verificar si lo obtenido en el centro de Inglaterra resultaba adecuado también en estas áreas, lo que resultó positivo por lo cual los autores consideran que la NIM obtenido es válida para toda GB.

El proyecto encontró que los costos que más varían regionalmente son la vivienda y el cuidado de menores, por lo cual los presupuestos normativos se presentan con frecuencia sin incluir estos dos rubros, para que su costo real para hogares específicos pueda añadirse. Sin embargo, hay que notar que esto dificulta la utilización inmediata de la NIM como línea de pobreza y su uso en la medición. En los demás rubros, la similitud de precios fue construida por decisiones metodológicas del proyecto, ya que al menos 90 por ciento de los rubros fue costeado en cadenas de tiendas con cobertura nacional que manejan los mismos precios en toda GB.

El informe sostiene que una única NIM no puede, por definición, tomar en cuenta la diversidad de las necesidades de las personas, destacando que no se cubren los mayores requerimientos de los incapacitados, los gastos asociados al empleo, como herramientas o ropa de trabajo, las necesidades especiales de salud (no cubiertas por el Servicio Nacional de Salud) o dietéticas. Sin embargo, la necesidad diferencial más fuerte, que depende de la participación laboral de los progenitores, la del cuidado de menores, sí está presente y representa el rubro de más alto costo para los hogares con hijos menores, lo que marca una enorme diferencia con los costos de la canasta normativa en México (véase gráfica). El acceso de los habitantes del medio rural a oportunidades y servicios, señala el informe, sólo puede lograrse a través del automóvil, mientras en las ciudades el transporte público es suficiente, lo que establece una fuerte diferencia entre las canastas normativas del medio urbano y del rural. También el informe encontró que en el medio rural se depende más de Internet para información y compras de bienes y servicios que en la ciudad, donde se definió como necesario sólo para los estudiantes. (El texto no deja claro si estas diferencias se reflejan en los presupuestos normativos rurales, e incluso si éstos existen.)

 

  

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La interacción entre el conocimiento de los expertos y el consenso de los grupos se dio solamente en alimentación y calefacción. Los grupos diseñaron menús que les parecieron sanos, prácticos para el estilo de vida y acordes con los gustos, mismos que examinó un nutricionista para asegurar que fueran nutricionalmente adecuados y que cumplieran con los lineamientos gubernamentales de una alimentación sana. A algunos menús se les adicionaron porciones de frutas y verduras. El nutricionista especificó, entonces, los menús en términos de cantidades suponiendo que los individuos desempeñaban actividades con gastos de energía promedio y los convirtió en canastas de alimentos (listas con cantidades) tomando en cuenta el desperdicio. Las canastas fueron, entonces, costeadas en una cadena de supermercados. Previamente los grupos habían especificado la calidad y, en su caso, la marca de los alimentos.

1 En la entrega anterior comencé la descripción de la metodología seguida por Jonathan Bradshaw et al., A Minimum Income Standard for Britain, Fundación Joseph Rowntree, York, 2008, 57 pp. Hoy continuó el análisis de este informe de investigación del cual están tomadas todas las citas.

 

  

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15 DE AGOSTO DE 2008

Camino novedoso para definir normas de pobreza /V

Describí, en la entrega anterior (8/8/08), una parte del procedimiento y de los resultados alcanzados por Bradshaw y coautores al definir presupuestos familiares normativos, apoyándose de manera novedosa tanto en el consenso de la población como en la opinión de los expertos en Gran Bretaña (GB)1. Hice notar que la interacción con los expertos (lo novedoso), sin embargo, se limitó a alimentación y calefacción, mientras en el resto fue sólo la opinión de los grupos de la población lo que definió la norma (procedimiento consensual). En cuanto a los presupuestos familiares normativos obtenidos, destaqué el altísimo peso que tienen en los hogares con menores en los que ambos padres (o uno en los monoparentales) trabaja de tiempo completo, los pagos por su cuidado (30% del total). En la gráfica que elaboré (y que por un error editorial no fue incluida en la entrega anterior, y que ahora se repone) comparé la estructura por rubros de la canasta normativa de una familia con dos adultos y dos menores en GB con la definida en Coplamar en 1982 para un hogar de estructura similar. Como puede observarse en la gráfica, es tal el peso del cuidado de menores en GB que hace aparecer muy pequeñas las proporciones del costo total que representan los demás rubros. La lección inicial es que en la canasta mexicana hay una omisión grave que es necesario reparar incluyendo este gasto en el grupo adecuado de hogares. Para comparar mejor la importancia de los demás rubros entre México y Gran Bretaña he incluido una tercera columna (sin cuidado de menores en Gran Bretaña). Parece razonable, como se ve en la gráfica, que en México la norma le dé un mayor peso a los rubros básicos (alimentación, ropa y calzado, y vivienda), y que en GB tengan más peso los bienes y servicios personales y la participación socio-cultural. El asunto requiere, sin embargo, más análisis.

El informe compara la norma de ingreso mínimo (NIM) con los gastos observados en los hogares en encuestas especializadas. De ahí se derivan las siguientes conclusiones que, aunque el reporte no califica de incidencia de la pobreza (de gasto), a eso se refieren: una tercera parte de los hogares unipersonales en edad de trabajar gasta menos que la NIM (es pobre); en los hogares de parejas pensionadas y en parejas con dos niños, la proporción de pobres baja a una cuarta parte, pero sube a la mitad en los hogares uniparentales con menores. En cuanto a la pobreza de ingresos, el informe sólo proporciona datos que muestran que la manera actual de calcularla en GB (y en toda Europa) comparando el ingreso familiar con 60 por ciento de la mediana del ingreso subestima la pobreza porque la NIM es, para la mayor parte de los tipos de hogar,

 

  

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cercana a 80 por ciento de dicha mediana. El informe es muy cauto y no sugiere que la NIM debería ser usada para medir la pobreza. Sin embargo, “alguien que vive debajo de este ingreso podría decirse que se encuentra en la pobreza en el sentido de no tener suficientes recursos para participar plenamente en la sociedad, pero no puede mostrarse que todos los que viven debajo de este nivel (la NIM) pasan por penurias” (p.49) (Esta última observación es válida para cualquier medición de pobreza de ingresos). El informe también compara la NIM con los beneficios gubernamentales (BG) provistos a personas sin empleo y concluye que los BG representan las siguientes proporciones de la NIM: para personas solas sólo 42 por ciento; para familias con niños dos terceras partes; y para parejas de pensionados 105 por ciento.

El informe derivó escalas de equivalencia (normativas) que expresan cuál es la NIM mínima para cualquier tipo de hogar comparado con una pareja (no pensionada) a la que se le da el valor 1.0. Estas escalas reflejan los costos individuales diferentes por grupos de edad y sexo (el costo relativo de un niño varón comparado con el de una mujer adulta, por ejemplo), así como las economías de escala que en algunos bienes familiares se generan en los hogares grandes. El informe describe las escalas de equivalencia usadas en GB, en la UE y en la OCDE: la McClemens, llamada así por el nombre del economista gubernamental británico que la derivó, mediante análisis econométrico, de la información de gasto de los hogares; la que venía usando la OCDE (que según el informe sólo fue una solución de compromiso entre las escalas usadas por los gobiernos), la recientemente adoptada por la misma OCDE por recomendación de la EUROSTAT (la oficina de estadística de la UE), que baja el costo de los menores y que también se ha adoptado en GB; una fórmula muy simplificada (la raíz cuadrada del número de personas) que, como las de la OCDE, no tienen base científica alguna. La escala de equivalencia basada en la NIM cuando se incluyen gastos de cuidado de menores, genera un costo relativo de 2.05 para una familia con niños (en comparación con 1.00 de la pareja), mientras que sin considerar este rubro el costo relativo es de 1.44. En la CNSE de COPLAMAR revisada por Alejandro Marín el valor, sin cuidado de menores, es de 1.47, muy similar al de GB, que no es muy lejano de las otras escalas de equivalencia (todas dan 1.4), pero la que usaba la OCDE daba un valor más alto, de 1.58.

Está claro que los hogares con menores, cuando todos los adultos del hogar trabajan de tiempo completo, requieren de un ingreso monetario mucho más alto en países como la GB y México donde no hay un sistema de cuidado infantil gratuito del Estado de amplia cobertura. También es evidente que tal omisión de la política tiene como propósito desincentivar la participación femenina en la fuerza de trabajo.

El informe concluye que la nueva escala de equivalencia adoptada en la OCDE y en GB subestima (levemente) la pobreza de los hogares unipersonales en edad de trabajar y (también levemente cuando no se incluyen gastos en cuidado de menores, pero muy fuerte cuando sí se incluyen) las de parejas con menores.

1Jonathan Bradshaw et al., A Minimum Income Standard for Britain, Fundación Joseph Rowntree, York, Reino Unido, 2008, 57 pp.

 

  

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22 DE AGOSTO DE 2008

La tierra no es una mercancía /I

■ “LA TIERRA NO PERTENECE AL HOMBRE”: JEFE PIEL ROJA, 1855

La crisis alimentaria mundial es un buen momento para volver a plantear algunas preguntas fundamentales. Empecemos por la propiedad de la tierra de la que obtenemos nuestros alimentos y su conversión en mercancía. Hay tres posturas posibles para pensar en su propiedad: defender la propiedad privada; rechazarla pero reafirmar la colectiva o común; y rechazar todo tipo de propiedad sobre la tierra. Hoy ilustro la tercera postura citando lo que ha sido calificado, con justa razón, como “la declaración más hermosa y profunda que jamás se haya hecho sobre el medio ambiente”. Se trata del discurso, dirigido al hombre blanco, que el jefe Noah Sealth de la tribu Swonish (piel roja) del noroeste de Estados Unidos dirigió, en 1854, al presidente de EU, Franklin Pierce, en respuesta a la oferta de compra de la tierra de su tribu. El subtítulo de esta entrega lo he tomado del título que se ha dado al discurso1. El jefe Sealth empieza diciendo: “El Gran Jefe en Washington manda decir que desea comprar nuestras tierras…vamos a considerar su oferta, pues sabemos que, de no hacerlo, el hombre blanco podrá venir con sus armas de fuego y tomarse nuestras tierras”. Inmediatamente después entra de lleno en materia poniendo en duda la aplicación del concepto básico del capitalismo, la mercancía, a la naturaleza, a la tierra: “¿Cómo se puede comprar o vender el firmamento, ni aun el calor de la tierra? Dicha idea nos es desconocida. Si no somos dueños de la frescura del aire ni del fulgor de las aguas, ¿cómo podrán ustedes comprarlo? Deberán saber que cada parcela de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada hoja resplandeciente, cada playa arenosa, cada neblina en el oscuro bosque, cada claro y cada insecto con su zumbido, son sagrados... La savia que circula por las venas de los árboles lleva consigo las memorias de los pieles rojas…Somos parte de la tierra y asimismo ella es parte de nosotros. Las fragantes flores son nuestras hermanas; el venado, el caballo, el águila majestuosa son nuestros hermanos. Las escarpadas peñas, los húmedos prados, el calor del cuerpo del caballo y el hombre, todos pertenecemos a la misma familia”. Por todo ello, continúa el Jefe Sealth, “cuando el Gran Jefe en Washington nos envía el mensaje de que quiere comprar nuestras tierras, es mucho lo que pide. También el Gran Jefe manda decir que nos reservará un lugar para que podamos vivir cómodamente entre nosotros”. Y aquí insinúa (sin abundar al respecto) la situación de dependencia a la que quedarán sometidos: “Él será nuestro padre y nosotros seremos sus hijos”. El Jefe Sealth

 

  

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vuelve de inmediato a la relación estrecha que guardan con la naturaleza: “Mas ello no será fácil, dice, porque estas tierras son sagradas para nosotros…Los ríos son nuestros hermanos y sacian nuestra sed; llevan nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos”. Y le hace al hombre blanco una recomendación que hasta ahora no ha seguido: “Si les vendemos nuestras tierras, ustedes deben recordar y enseñarles a sus hijos que los ríos son nuestros hermanos y también los suyos, y por lo tanto, deben tratarlos con la misma dulzura con que se trata un hermano”. Quizás conciente de que está pidiendo un imposible, añade retratando fielmente la ignorancia del depredador de la naturaleza: “Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestro modo de vida. Él no sabe distinguir entre un pedazo de tierra y otro…la tierra no es su hermana, sino su enemiga…Trata a su madre, la Tierra, y a su hermano, el firmamento, como objetos que se compran, se explotan y se venden como ovejas o cuentas de colores”. Profético, remata diciendo: “Su apetito devora la tierra, dejando atrás sólo un desierto”. Después compara los modos de vida de ambas culturas: “No sé, pero nuestro modo de vida es diferente al de ustedes. La sola vista de sus ciudades apena la vista del piel roja…No existe un lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ni hay sitio dónde escuchar cómo se abren las hojas de los árboles en primavera o cómo aletean los insectos…El ruido de la ciudad parece insultar nuestros oídos. Y ¿qué clase de vida es cuando el hombre no es capaz de escuchar el solitario grito de la garza o la discusión nocturna de las ranas al borde de un estanque?” Me salto muchas frases igual de profundas y hermosas por restricciones de espacio. para llegar a donde vuelve a considerar la oferta presidencial: “Consideraremos su oferta de comprar nuestras tierras. Si decidimos aceptarla, yo pondré una condición: el hombre blanco deberá tratar a los animales de esta tierra como sus hermanos”. Me vuelvo a saltar otros pasajes para terminar con algunas frases de la parte final, en la cual el Jefe Sealth pone en ridículo el antropocentrismo del hombre blanco y anuncia nuestro destino común: “Enseñen a sus hijos lo que nosotros hemos enseñado a los nuestros: que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra le ocurrirá a los hijos de la tierra. Cuando los hombres escupen al suelo se escupen a sí mismos. Esto sabemos: la tierra no pertenece al hombre, el hombre pertenece a la tierra. El hombre no tejió la trama de la vida; él es sólo un hilo. Lo que hace con la trama se lo hace a sí mismo. Ni siquiera el hombre blanco… queda exento del destino común… también los blancos se extinguirán, quizás antes que las demás tribus. Contaminan sus lechos y una noche morirán ahogados en sus propios desperdicios... ustedes caminarán hacia su destrucción, rodeados de gloria… Ese destino es un misterio para nosotros, pues no entendemos por qué se exterminan los búfalos, se doman los caballos salvajes… ¿Dónde está el espeso bosque? Desapareció. ¿Dónde está el águila? Desapareció. Termina la vida y empieza la supervivencia”. Hasta aquí la sabiduría de Sealth que tanto necesitamos ahora que estamos llegando a nuestra autodestrucción. 1 El discurso lo publicó con este título la revista Nueva Crónica de La Paz, Bolivia en el N° 7 enero de 2008. Siento que al seleccionar mutilo el texto. El lector puede consultar el texto completo en www.institutoprisma.org (p. 17) y recuperar su belleza y profundidad enormes.

 

  

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29 DE AGOSTO DE 2008

La tierra no es una mercancía /II

■ HENRY GEORGE: DERECHO UNIVERSAL E INALIENABLE AL USO DE LA TIERRA

Henry George (HG) fue un hombre blanco contemporáneo del jefe piel roja Noah Sealth a cuyas ideas me referí en Economía Moral del 22/08/08.1 HG publicó en 1879 Progreso y pobreza.2 En la edición del 25 aniversario del libro, su hijo explica cómo fue que éste fue escrito: caminando en 1869 por Nueva York, adonde se había trasladado desde San Francisco,

“George se iba llenando de asombro ante las manifestaciones de la vasta riqueza, fortunas privadas que rivalizaban con las de Monte Cristo. Pero al lado de los palacios de la riqueza principesca, estaba para ser vista una pobreza y una degradación, una carencia y una vergüenza, que enfermaba el corazón del joven hombre. ¿Por qué en una tierra bendecida por la abundancia, con más que suficiente para todos, debería haber tal desigualdad de condiciones? ¿Tal riqueza abundante entrelazada con tal carencia profunda y envilecedora? ¿Estaba esto establecido en el orden de las cosas? No, él no podía creerlo. Y de repente, en plena luz del día, le llegó un pensamiento quemante, un llamado, una visión. Cada nervio de su cuerpo se estremeció e hizo una promesa solemne: que no descansaría hasta encontrar la causa y el remedio para esta pobreza cada vez más profunda en medio de la creciente riqueza. En 1879, después de hacer pasar penurias a la familia para poder escribir su libro, luego de haber escrito la última página, en medio de la noche, estando solo, Henry George se echó de rodillas y lloró como un niño. Había cumplido su promesa solemne”.

HG describe así la causa de la pobreza en medio de la creciente riqueza:

“La razón por la cual, a pesar del incremento del poder productivo los salarios tienden a un mínimo que permite apenas vivir, es que con el aumento del poder productivo la renta [de la tierra] tiende a aumentar todavía más, produciendo así una tendencia constante a deprimir los salarios.”

 

  

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Añade, después de describir los avances del poder productivo del trabajo: “Pero el trabajo no puede cosechar los beneficios que así trae la civilización en marcha porque son interceptados. Siendo necesaria la tierra para el trabajo y estando ella bajo propiedad privada, cualquier incremento en el poder productivo del trabajo sólo incrementa la renta, el precio que el trabajo debe pagar por la oportunidad de utilizar sus poderes; y así todas las ventajas ganadas en la marcha del progreso son para los propietarios de la tierra y los salarios no aumentan” (p. 283). Más interesante que este diagnóstico (que ignora el papel central del capital) es su postura respecto a la propiedad privada de la tierra, que es el hecho:

“que en última instancia determina la condición social, política y consecuentemente intelectual y moral de un pueblo. Y tiene que ser así. Pues la tierra es la habitación del hombre, el almacén del que obtiene para todas sus necesidades. En la tierra nacemos, de ella vivimos y a ella regresamos –somos hijos del suelo tanto como lo son el pasto y la flor del campo”.

En este pasaje se acerca a la visión del jefe Sealth, pero mientras éste rechaza que la tierra pertenezca a la humanidad, HG sólo rechaza la propiedad privada. Enuncia el remedio prometido: “para extirpar la pobreza debemos sustituir la propiedad individual por la común. Nada más irá al fondo de la causa del mal, en nada más hay la menor esperanza”. Resulta muy interesante el análisis que el autor hace de la injusticia de la propiedad privada de la tierra. Señala que la base legítima de la propiedad es, primariamente, el derecho de un hombre a sí mismo, al uso de sus poderes, al disfrute de los frutos de su propio esfuerzo, respecto de los cuales hay, por tanto, “un derecho claro e indisputable a la posesión y al gozo exclusivos que es consistente con la justicia”. No puede haber otra fuente de la propiedad privada que el esfuerzo propio, señala, pues “la naturaleza no reconoce ninguna propiedad o control en el hombre salvo los que resultan del esfuerzo. De ninguna otra manera pueden ser extraídos sus tesoros, controladas y utilizadas sus fuerzas”. Y concluye de manera contundente que, por tanto,

“Nadie puede tener derecho legítimo a la propiedad de ninguna cosa que no sea producto de su trabajo…; el reconocimiento de la propiedad privada de la tierra es un mal, pues el derecho al producto del trabajo no puede ser disfrutado sin el derecho al libre uso de las oportunidades ofrecidas por la naturaleza, y admitir el derecho a la propiedad de estas oportunidades equivale a negar el derecho de propiedad de los productos del trabajo. Cuando los no productores pueden reclamar como renta una porción de la riqueza creada por los productores, el derecho de los productores a los frutos de su trabajo es, en esa medida, negado”.

De manera positiva sostiene entonces que:

“El derecho igual de todos los hombres al uso de la tierra es tan claro como su derecho igual a respirar el aire, es un derecho proclamado por el hecho mismo de su existencia. Éste es un derecho natural e inalienable del que viene investido todo ser humano al entrar al mundo. No hay en la tierra ningún poder que pueda legítimamente otorgar un derecho

 

  

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de propiedad exclusivo a la tierra. ¿Pues qué somos sino inquilinos por un día? ¿Hemos acaso hecho la tierra, que podamos determinar los derechos de los inquilinos que vendrán después de nosotros?”

Pero George no quiere afectar a los arrendatarios actuales de la tierra, que la mejoran y la hacen productiva, por lo que propone como camino para hacer común su propiedad, confiscar la renta de la tierra, suponiendo que ésta refleja el “monto exacto que el individuo debería pagar a la comunidad para satisfacer los derechos iguales de todos los demás miembros de la comunidad”. Propone eliminar todos los demás impuestos y convertir el impuesto a la tierra en el único impuesto. En próxima entrega analizaré esta propuesta.

1 Recibí varios correos agradeciéndome por dar a conocer un texto “tan hermoso y estremecedor” y dos que apuntan dudas sobre la paternidad del texto, que yo desconocía. En Internet pueden encontrarse éstas.

2 Henry George, Progress and Poverty. An Inquiry into the Cause of Industrial Depressions and of Increase of Want with Increase of Wealth. The Remedy, Robert Schalkenbach Foundation, 1942, Nueva York, 571 pp. (Edición original 1879.)

 

  

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SEPTIEMBRE

5 DE SEPTIEMBRE DE 2008

La tierra no es una mercancía / III

■ GEORGE REFUTA TEORÍA DEL NIVEL SALARIAL BASADA EN EL FONDO DE SALARIOS

Henry George (HG), como vimos en la entrega anterior (29/08/08), proclama la universalidad del derecho de todos a la tierra, la injusticia de su propiedad privada a la que atribuye la pobreza reinante en medio de la abundancia, y propone abolirla confiscando la renta.1 En primer lugar (Libro VII), examina la postura de algunos autores que, apoyando la abolición de la propiedad privada de la tierra (PPT), sugieren compensar a los actuales dueños, arguyendo que muchos la adquirieron con recursos legítimos. Cita a Herbert Spencer, el filósofo evolucionista, quien “ha demostrado tan claramente la invalidez de cualquier título que reclame la posesión exclusiva de la tierra”, pero que considera la necesidad de compensar. Después cita a John Stuart Mill quien, aunque percibía la injusticia esencial inherente en la PPT, sólo propuso que los aumentos en los valores futuros de la tierra no debidos a mejoras de los propietarios fuesen apropiados por el Estado.

HG rechaza ambas propuestas pues “es imposible salvar mediante una contemporización la diferencia radical entre el bien y el mal” y porque comprar la tierra es sólo cambiar de forma sus titularidades, preservando su injusta ventaja. Dice que la postura de J:S. Mill se explica por su aceptación de la doctrina vigente que “el capital es la fuente de los salarios” y que [el crecimiento de] “la población constantemente los presiona hacia el nivel de subsistencia”, lo que le “impidió ver los plenos efectos de la apropiación privada de la tierra”. Esta afirmación obliga a revisar la polémica que el autor establece con la economía política dominante sobre los determinantes del nivel de salarios en el Libro I:

“¿Por qué, a pesar del incremento en el poder productivo, tienden los salarios a un mínimo que apenas permite sobrevivir? La respuesta de la actual economía política es que los salarios están fijados por el cociente entre el número de trabajadores y el monto de capital dedicado a su empleo [fondo de salarios] y constantemente tiende al nivel

 

  

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mínimo porque el aumento en el número de trabajadores tiende naturalmente a ser mayor que cualquier aumento del capital”.

Cita al respecto a Mill y a McCulloch y afirma que todos los “economistas estándar” suscriben esta teoría que se deriva de la premisa de que el capital es la fuente de los salarios, que HG refuta cuidadosamente y afirma que la fuente de los salarios es el propio producto del trabajo. Que el fondo de salarios es creado por el propio producto del trabajo. HG argumenta que el capital no adelanta los salarios a los trabajadores, sino que el salario es pagado después que el trabajo ha sido ejecutado, refutando así la teoría del fondo de salarios:

“el pago de los salarios por el capital presupone una producción de capital por el trabajo al cual se pagan los salarios. Y como el empleador generalmente obtiene una ganancia, el pago de salarios es desde el punto de vista del empleador el regreso al trabajador de una porción del capital que aquél ha recibido de éste.”

Volvamos a la discusión de cómo abolir la propiedad privada de la tierra en el Libro VII, no sin apuntar que HG estaba en esta cita muy cerca de una teoría de la explotación, que no quiso o no pudo ver. Su polémica con Mill y Spencer la remata al criticar, al primero, por su inconsistencia al proponer pagar a los propietarios el valor de la tierra expropiada y al mismo tiempo sostener que la tierra de cada país pertenece a su pueblo. El segundo retrocede en la historia para encontrar los primeros que robaron la tierra al apropiársela, y dice que si lidiáramos con ellos entonces sí habría que resolver el problema de un golpe. HG le contesta que el robo de la tierra es un robo que se renueva todos los días, pues la renta actual no es sustraída de la producción del pasado sino de la del presente, por lo cual hay que terminar el problema de un solo golpe hoy, con los poseedores actuales.

HG define de donde se deriva la renta de la tierra:

“No surge espontáneamente de la tierra; tampoco se explica por algo que los propietarios hayan hecho. Representa un valor creado por toda la comunidad. Dejemos que los terratenientes obtengan de la posesión de la tierra todo lo que ésta les daría en ausencia del resto de la comunidad. Pero la renta, que es la creación de toda la comunidad, necesariamente pertenece a ésta.”

En el Libro III sobre las leyes de la distribución, HG adopta, sobre la renta, la posición dominante entre los economistas estándar. Por una parte, la define como la “participación en la riqueza creada que el propietario obtiene por su derecho exclusivo al uso de las capacidades naturales”; es decir la “renta es el precio del monopolio que surge de la reducción a propiedad individual de los elementos naturales que el esfuerzo humano no puede producir ni aumentar”. Por otra parte, el nivel de la renta de la tierra “está determinada por el exceso de su producto sobre aquel que la misma aplicación obtendría en la tierra menos productiva en uso”. Es decir, toda renta es renta diferencial, producto, por tanto, de toda la comunidad. Mientras más crece ésta y demanda más bienes, tendrán que usarse tierras menos y menos productivas, elevando así la renta de todas las demás, sin que los beneficiarios hayan hecho nada para merecer tal recompensa.

En el Libro VIII, HG aborda la aplicación del remedio, pero antes refuta una objeción más: la creencia que la propiedad privada de la tierra es necesaria para su uso apropiado y que, hacerla propiedad comunal sería destruir la civilización.. Refuta el asunto mostrando

 

  

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que, lo que requiere el usuario de la tierra para poder hacer mejoras en ella, no es la propiedad absoluta sino la seguridad de cosechar los frutos de las mejoras. Por el contrario, la propiedad de la tierra conduce a su frecuente desperdicio. Reitera su propuesta de que, para no afectar a los ocupantes actuales que han hecho mejoras, el camino que él propone no es expropiar toda la tierra y luego arrendarla al mejor postor, sino confiscar la renta de la tierra a través de un impuesto único que sustituiría todos los vigentes.

1 Henry George, Progress and Poverty, publicado originalmente en 1879 en Nueva York. No he podido identificar si hay traducción al español. Una edición actual es la de Cosimo Classics, Nueva York, 2005. En la entrega anterior cité una edición, de mejor calidad, de 1842.

 

  

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12 DE SEPTIEMBRE DE 2008

La tierra no es una mercancía /IV

George: el impuesto al valor de la tierra es el mejor y más justo de todos

La propuesta de Henry George (HG) de abolir todos los impuestos y sustituirlos por uno sobre el valor de la tierra que confiscase la renta de ésta como forma menos disruptiva de expropiar la propiedad de la tierra que, para él, es un derecho inalienable de toda la humanidad, está cimentada en su creencia de que el origen de la pobreza en medio de la abundancia se explica por la apropiación privada de tierra y, por tanto, de la renta de ésta. También está fundada en su creencia de que no hay un antagonismo real entre trabajadores y capitalistas, de tal manera que una vez eliminados los impuestos al trabajo y al capital, y financiado todo el gasto público con el impuesto a la tierra, la prosperidad resultante la compartirían ambas clases sociales.1

Antes de proseguir, conviene recordar que en el Manifiesto del Partido Comunista, Marx y Engels, que la primera medida en la lista de diez medidas que se podrían adoptar una vez instaurado el dominio político del proletariado en los países avanzados, reza así: “1. Expropiación de la propiedad territorial y empleo de la renta de la tierra para los gastos del Estado”. Es decir, que la propuesta de HG, sin toma del poder del proletariado, sino dentro del capitalismo, coincide con esta famosísima obra.2

HG decide poner a prueba su propuesta bajo los cánones de la tributación y le dedica al asunto el Capítulo III del Libro VIII. Enumera así las condiciones que deben reunir los mejores impuestos: 1. que afecte lo menos posible la producción para que no impida el crecimiento del fondo del cual se han de pagar los impuestos y mantener a la comunidad; 2. que su recaudación sea fácil y de bajo costo; 3. que genere certidumbre para evitar la tiranía o la corrupción; y 4. que incida de manera equitativa entre todos los ciudadanos. Sobre el primer punto, HG esgrime tres argumentos: 1) que un impuesto que disminuya la recompensa del productor disminuye el incentivo para producir; 2) que los impuestos que gravan el trabajo en tanto que se esfuerza, y a la riqueza en tanto que es usada como capital, tenderá a desincentivar más la producción que los mismos impuestos aplicados a los trabajadores sin importar que trabajen o no, y a la riqueza sin importar que se use o no productivamente; 3) que el tipo de impuestos que no interfieren con la producción son los que se aplican a los monopolios cuyas ganancias son en sí mismas una forma de monopolio. HG considera que todos los demás monopolios son triviales comparados con el monopolio de la tierra que se expresa en su valor. Los impuestos al valor de la tierra no

 

  

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pueden impedir el crecimiento de la producción, puesto que este valor depende del crecimiento de la comunidad y no expresa recompensa a la producción. Los impuestos a este valor tienden incluso a aumentar la producción al destruir la renta especulativa y al estimular la compactación de los asentamientos permitirían al trabajo y al capital producir más con el mismo esfuerzo.

HG concluye que, por lo que se refiere a la producción, “el impuesto al valor de la tierra es el mejor impuesto que puede ser establecido”. Es también el mejor en cuanto al segundo punto, puesto que es el más fácil y barato de recaudar, ya que el valor de la tierra puede determinarse fácilmente y la tierra no puede esconderse o llevarse a otro lugar. Pero nuestro autor argumenta también que el impuesto al valor de la tierra no es trasladable porque “no aumenta los precios y es, por tanto, pagado por las personas en las que recae” a diferencia de la mayoría de los demás impuestos que si se trasladan vía precios.

HG niega explícitamente que el impuesto se pudiera trasladar al arrendatario de la tierra, con el plausible argumento de que la oferta de tierra no disminuiría, sino, por el contrario, aumentaría, porque los propietarios de tierra ociosa se verían obligados a ofrecerla en renta. También considera este impuesto el que mayor certidumbre proporciona y, en contraste, describe la corrupción de las aduanas y la evasión del impuesto sobre la renta en tales términos que parecería estar hablando del México actual. Por último, respecto a la equidad, empieza citando a Adam Smith, quien abogó por la proporcionalidad entre impuestos e ingreso y añadió que los impuestos que sólo gravan la renta, o los salarios o los intereses, son inequitativos. La respuesta de HG es la siguiente:

“La naturaleza da al trabajo y sólo a éste. En un auténtico jardín del Edén, un hombre moriría de hambre sin su propio esfuerzo. Si dos hombres tienen igual ingreso: uno derivado del ejercicio de su trabajo, el otro de la renta de la tierra, ¿debieran ambos contribuir con el mismo monto a los gastos del Estado? Evidentemente no. El ingreso del primero representa riqueza que él crea y añade a la riqueza general del Estado; el ingreso del segundo representa riqueza sustraída del acervo general a cambio de nada.”

George concluye este análisis señalando:

“El impuesto al valor de la tierra es, por tanto, el más justo y equitativo de todos los impuestos. Recae sólo en aquellos que reciben de la sociedad un beneficio valioso y peculiar, y recae en ellos en proporción al beneficio que reciben. Es la apropiación por la comunidad, para uso de la comunidad, de un valor creado por la comunidad. Es la aplicación de la propiedad común a usos comunes. Cuando toda la renta de la tierra sea apropiada por la tributación para las necesidades de la comunidad, se alcanzará la igualdad decretada por la naturaleza”.

1 En la entrega anterior de Economía Moral señalé que no había identificado una traducción al español del libro de HG Progress and Poverty. Recibí, sin embargo, un correo del estudiante José Luis Chávez Calva, conocedor de la obra de George, que me proporcionó los siguientes portales para bajar su libro en español www.henrygeorge.org/spanish/pmlink.htm y http://alfaepsilon.com.ar/proggreso-y-miseria-dehenry-george/ con el título de “Progreso y miseria”.

2 Cito la p. 42 del volumen I de las Obras Escogidas de Ediciones en Lenguas Extranjeras, Moscú, s.f. En la segunda medida, sin embargo, aparece la diferencia, Marx y

 

  

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Engels proponen un fuerte impuesto progresivo (se entiende que al ingreso o a la riqueza de las personas).

 

  

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19 DE SEPTIEMBRE DE 2008

Recuerdos del movimiento estudiantil de 1968 / I

■ MOVIMIENTO SUBVERSIVO PORQUE MOSTRABA QUE LA DEMOCRACIA ES POSIBLE

Escribo1 el 18 de septiembre, día que hace 40 años debe haber transcurrido para mí como todos los días de esos intensos meses del 68: hacia las 12 horas, asamblea en El Colegio de México (Colmex), donde estudiaba la maestría en economía; ahí se informaba de los acuerdos del Consejo Nacional de Huelga (CNH), se discutían temas para votar y decidir para llevar al CNH en la noche, y se acordaban las tareas internas inmediatas. Después, casi siempre redacción y reproducción de volantes, volanteo y mítines relámpago durante las horas de luz restantes. Nos subíamos en parejas a los autobuses urbanos y mientras una persona repartía volantes y boteaba (pedía cooperación en un bote-alcancía), la otra improvisaba un brevísimo discurso. En cuanto acababa el reparto de volantes, descendíamos del autobús. La brevedad estaba dictada por la amenaza de aprehensión. A muchos, cuando hacíamos eso, nos temblaban las piernas. El mitin relámpago se hacía en grupos de 10 o más personas: nos encontrábamos en algún lugar, nos parábamos y, tomados de la mano en línea o círculo, gritábamos algunas consignas, pronunciábamos un brevísimo discurso, repartíamos volantes y nos dispersábamos.

El 18 de septiembre se festeja la independencia de Chile y mi novia era chilena. Al atardecer fuimos al festejo en la embajada de Chile, donde tomamos vino tinto y comimos empanadas. Después me fui a CU, al Auditorio de Medicina, donde sesionaba desde varias semanas atrás el CNH. Sólo habían pasado cinco días de la Gran Marcha del Silencio (13 de septiembre) que había sido impactante y había demostrado la capacidad organizativa, la disciplina y el gran poder de convocatoria del movimiento estudiantil. Con la sesión en marcha, hacia las 10:30 de la noche, Tomás Cervantes Cabeza de Vaca, representante de Chapingo, entró al auditorio gritando que el ejército tenía completamente rodeada CU. Como ya antes habíamos recibido avisos semejantes, pedí que una comisión se encargara de verificar si era cierto, a lo que respondió Cabeza de Vaca que “yo los vi y están muy cerca de aquí”. Se levantó la sesión del CNH con la recomendación que no opusiéramos resistencia y nos dejásemos aprehender si no había otro remedio, pero lejos del auditorio de medicina para que no nos identificasen como miembros del CNH. Alguien sugirió que caminásemos hacia la explanada de rectoría. Eso hicimos Miguel Ángel Rivera Villaseñor, también estudiante de economía, y yo, representantes de turno del Colmex ante el CNH esa noche (nos turnábamos con Guillermo Palacios y Jorge Aguilar Mora, estudiantes de historia y de lingüística respectivamente). Cuando estábamos cerca de la explanada nos confrontó un primer soldado que nos exigió que levantáramos las manos y camináramos hacia la explanada. Al llegar ahí ya había muchos detenidos. Nos hicieron recostar en el piso boca abajo y con las manos en la

 

  

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nuca. Tiempo después el cansancio me hizo levantar el torso y en ese momento sentí un golpe seco en la espalda que me obligó a volver a la posición original. Un soldado me había golpeado con la bayoneta. Después veía las bayonetas con mucha curiosidad: no estaban afiladas, lo que me explicaba que el golpe no me hubiese causado herida alguna ni haya rasgado mi ropa. Nos llevaron en numerosos autobuses urbanos a la cárcel de Lecumberri que sería mi residencia por los próximos 40 días. Después supe que a algunos otros detenidos los habían llevado, primero, a la Procuraduría.

40 años después me sigo preguntando cómo fue posible que los estudiantes del Colmex, todos becados y de tiempo exclusivo, casi todos estudiantes de posgrado, parte de la elite estudiantil del país, declarásemos la huelga y enviásemos representantes ante el CNH. Cuando lo hicimos, a principios de agosto, el primer y difícil paso fue solicitar y lograr que nos prestasen el auditorio de El Colegio para convocar una asamblea. Se lo solicitamos a Omar Martínez Legorreta que era el secretario general. Se puso pálido y tembloroso ante lo insólito de la petición: los estudiantes del Colmex querían el auditorio para debatir lo que estaba pasando en el país. Dijo que tenía que consultarlo con Víctor L. Urquidi, presidente de la institución. Lo demás fue relativamente fácil. No recuerdo que hayamos convocado a los profesores, pero los recuerdo debatiendo con nosotros en una o dos ocasiones. Los estudiantes votamos a favor de la huelga sin pensar siquiera en la posibilidad de que nos suspendiesen la beca, no nos importaba. Era tal la fuerza de lo que estaba pasando que nos arrastraba a todos. Éramos agentes casi involuntarios de una fuerza social gigantesca. Vivimos en plena libertad, en el seno de una sociedad represiva, como militantes políticos de tiempo completo durante menos de dos meses.

La organización del movimiento estudiantil era una forma de democracia en dos niveles: asambleas de escuelas y la asamblea del CNH, formado por dos representantes de cada escuela. Las decisiones, antes de votarse en el CNH se llevaban, en general, a las asambleas, de tal manera que los representantes éramos realmente delegados. Una estructura así permitía la participación de todos en el proceso de toma de decisiones. ¿Alguna vez las instituciones de este país funcionarán así? La UNAM, el Poli, el Colmex siguen encabezadas por Juntas de Gobierno que no representan a los miembros activos de la institución y que nombran directores, rectores, presidentes. Se ha dicho, con razón, que el movimiento estudiantil fue una lucha por las libertades democráticas en un país asfixiado por la dictadura casi perfecta. También se ha dicho que el punto más importante de nuestro pliego petitorio fue el de diálogo público con el que el movimiento quiso evitar los acuerdos en lo oscurito donde prevalecen los sobornos o la coerción. Me parece que lo más subversivo de todo era nuestra forma de organización democrática que, con el ejemplo, criticaba hasta la raíz a las organizaciones autoritarias que dominaban y siguen dominando de manera casi absoluta a este pobre y deshecho país.

1 Interrumpo la serie “La Tierra no es una Mercancía” para dar espacio a algunas colaboraciones sobre el 68.

 

  

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26 DE SEPTIEMBRE DE 2008

Recuerdos del movimiento estudiantil de 1968/ II

■ PAPEL DE LAS AUTORIDADES UNIVERSITARIAS. ¿DEMOCRACIA O PIRÁMIDE?

Concentración estudiantil en la Plaza de las Tres Culturas en 1968

El pasado lunes tuvo lugar, con una nutrida concurrencia, el “Recordatorio del movimiento estudiantil de 1968 (ME68) y El Colegio de México (Colmex)”, en las instalaciones de esta institución, en el cual algunos de quienes fuimos activistas hace 40 años compartimos algunos recuerdos de nuestra participación personal en el ME68. Además de los militantes, en la mesa estuvieron dos invitados, Salvador Martínez della Rocca (El Pino), y Sergio Zermeño. También hubo participaciones del público, entre ellas las de varios profesores actuales del Colmex. Varios señalaron que los estudiantes no estábamos solos: tuvimos el apoyo de profesores, intelectuales y de algunas autoridades universitarias. Se resaltó el destacado papel del rector de la UNAM, Javier Barros Sierra (JBS), en los acontecimientos. Zermeño señaló que ante la brutalidad del adversario (PRI-Gobierno-Presidente de la República) resultaba importante la alianza con la clase media. La postura de defensa de la autonomía universitaria por parte de JBS (bandera a media asta, participación en marchas y mítines) le dio respetabilidad al movimiento e hizo posible su alianza con la clase media, lo que se expresa, entre otras cosas, en la participación activa de la Universidad Iberoamericana y del Colmex.1

Varios de los entonces activistas del Colmex analizamos también el papel de Víctor Urquidi, a la sazón presidente de la institución. Isabel Molina señaló que Urquidi nos dejó hacer y no nos suspendió las becas, pero que tenía mucho miedo, lo cual se debe haber visto agravado cuando la fachada del Colmex (Guanajuato 125, colonia Roma) fue ametrallada una madrugada y varias balas penetraron en su oficina. Añadí que su comportamiento fue ambiguo, lo que ejemplifiqué con la forma en que me trató. Fui el único militante del Colmex al cual se le dictó auto de formal prisión. Me apoyó pagando un abogado para que me defendiera. Cuando salí de Lecumberri 40 días después (en libertad bajo fianza), me dio facilidades para presentar exámenes atrasados, lo que me permitió terminar a tiempo, en 1969, la maestría en economía. Sin embargo, me vetó para

 

  

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seguir trabajando en el Colmex. Antes de estudiar la maestría estuve casi dos años como ayudante de investigación. Me mantuvo mi sueldo de ayudante durante toda la maestría, pero no respetó el acuerdo de que me reincorporaría a la investigación una vez terminados los estudios. Es decir, me despidió. Urquidi continuó durante muchos años como presidente del Colmex. A la institución le fue bien durante el gobierno de Echeverría: edificio propio nuevo y decreto presidencial otorgándole la autonomía. Hasta que dejó de ser presidente pude volver a la institución como profesor-investigador en 1992.

Algunas participantes (Isabel Molina y Margit Frenk) expresaron que aquella era la primera vez que participaban en un movimiento político, y que la experiencia del ME68 les cambió la vida. Margit Frenk, profesora emérita del Colmex, narró el enorme miedo que prevalecía que, sin embargo, no impidió que la gente participara: era ya entonces profesora del Colmex y contó que, cada vez que salía para ir a una marcha le dejaba a sus hijas dinero por si no regresaba.

Relaté mi participación en la marcha del silencio. Recordé que al final de la manifestación del 27 de agosto (lleno completo en el zócalo, que durante cuatro horas continuó recibiendo contingentes) Sócrates Campos Lemus se hizo del micrófono y arengó a la multitud para que permaneciesen en plantón permanente hasta el día del Informe. El plantón facilitó la represión esa misma noche e hizo que los medios resaltasen ésta, opacando el enorme éxito de la marcha. Cuando en el Consejo Nacional de Huelga (CNH), días después, se planeaba la manifestación del silencio (13/09/68) propuse que para evitar otro desaguisado similar hubiese un control férreo del micrófono en el mitin del zócalo. Fui nombrado maestro de ceremonias para tal mitin con el encargo de ceder el micrófono sólo a los oradores programados. Era tal mi temor de no poder cumplir cabalmente la misión, que en lugar de caminar con el contingente del Colmex me instalé en el camión del Poli desde el museo de Antropología y me apoderé del micrófono desde ahí. Ya en el zócalo, arriba del camión, narré el lleno total que alcanzábamos y la entrada continua de contingentes, leí los comunicados que llegaban previa revisión de que fuesen de buena fe, anuncié a los oradores y les pasé el micrófono, y di por concluida la manifestación, pidiendo a todos que se dispersasen. No hubo sorpresas que lamentar. Todos los análisis del ME68 coinciden que fue el momento más alto de éste. Cinco días después el ejército invadió la Ciudad Universitaria. Fui uno de los cientos de apresados.

En el Recordatorio, Zermeño puso en duda el carácter ejemplarmente democrático de la organización del movimiento estudiantil que yo sostuve, señalando que la tendencia a reproducir la pirámide (la formación de un pequeño grupo dirigente en la cúspide) fue tapada por la represión del 2 de octubre. No dudo que se estuviese formando una elite. Pero las palabras de Pablo Gómez (y de otras personas) citadas en Memorial del 68 (UNAM-GDF, 2007) sobre la organización del CNH; avalan mi postura:

“El CNH no era un pequeño grupo, no era un caudillo: no había posibilidades de que semejante cosa se produjera. Ese parlamento llamado CNH estaba formado por los

 

  

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delegados de cada escuela, y esos delegados eran elegidos en asamblea. Los delegados, los miembros del Consejo, iban a consultar a sus asambleas…en las asambleas se discutían y volvía otra vez el punto de vista de las asambleas sobre lo que se estaba discutiendo. Era un procedimiento totalmente democrático y parlamentario, en el que los parlamentarios estaban obligados a consultar a sus electores antes de tomar una decisión” (pp. 74 y 76).

Creo que Pablo Gómez se queda corto: era una red de parlamentos con dos niveles. ¿Puede haber una mecánica más democrática que esa?

1 Guillermo Palacios, militante del Comité de lucha del Colmex, declaró a Memorial del 68 (UNAM-GDF, 2007, p. 65) que la manifestación del rector le dio al ME68 “un halo de institucionalidad” que animó a muchos profesores reacios a participar en él.

 

  

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OCTUBRE

3 DE OCTUBRE DE 2008

Recuerdos del movimiento estudiantil de 1968/ iii

■ LA EXPERIENCIA DE LA CÁRCEL Y EL VALOR DE LA LIBERTAD

Asistentes a la conmemoración del 40 aniversario de la matanza de estudiantes, en la Plaza de las Tres Culturas Foto: Carlos Cisneros

La tarde y noche de la matanza de Tlatelolco algunos se salvaron de la muerte porque en la ruleta rusa de la balacera cruzada y de las bayonetas al acecho (el Estado Mayor Presidencial disparando al Ejército para exacerbar su furia y atacase con fuerza a la multitud) no les tocó. Otros, como Cervantes Cabeza de Vaca y yo, nos salvamos porque ya estábamos presos. Yo estaba en la crujía M de Lecumberri. Cuando llegamos ahí había sólo dos presos, dos venezolanos asaltabancos que fueron muy amables con nosotros. Yo compartía la celda con dos presos más jóvenes que yo: con El Chihuahua que venía de dicho estado, y un estudiante de una vocacional del Poli. Era mi primera experiencia carcelaria y sigue siendo la única.

Estar encarcelado puede ser una experiencia terrible pero puede tener, cuando la compañía es adecuada, su lado luminoso. Como dice Cabeza de Vaca: “Con casi tres años en esas circunstancias sí era un ambiente que hicimos bueno. No era bueno, lo hicimos bueno a fuerza…nada más por afinidades se hacen grupos adentro de la cárcel. Se sigue escribiendo, pintando, leyendo, discutiendo.” (Memorial del 68, UNAM-GDF, 2007, p.157). Los de la M, en la cual el huésped más distinguido era Eli de Gortari, íbamos al campo deportivo una vez al día, un par de veces a la semana podíamos ir al baño de vapor. La familia o los amigos nos llevaban comida todos los días y así nos liberábamos de la terrible comida de Lecumberri (lo único bueno eran los deliciosos, y muy frescos, bolillos que hacían los presos). Juntábamos la comida de varios y hacíamos una especie de buffet. Comíamos de más y engordábamos.

Leíamos varios periódicos al día, sobre todo el Excélsior. Jugábamos ajedrez, pero lo mejor eran las conferencias sobre historia de México de Eli de Gortari. Yo sabía que era

 

  

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un filósofo muy destacado, experto en lógica dialéctica, pero no sabía que fuese también un experto en historia de México. Lo escuchábamos atónitos, en un silencio impresionante. Más tarde llegaría a esa crujía José Revueltas, quien fue apresado en noviembre cuando yo ya había sido liberado. Hubiese sido una gran oportunidad para continuar aprendiendo de él. Durante el movimiento había conocido a Manuel (El Pelón) Aguilar Mora. Con él fui un par de veces a una oficina en CU a conversar largamente con José Revueltas. Fue una experiencia inolvidable. Revueltas y El Pelón discutían de la circunstancia política del momento a un nivel que yo ni siquiera sabía que fuera posible, y me dieron documentos muy densos al respecto.

En Lecumberri casi no leí, salvo periódicos y revistas. La familia y los pocos amigos y amigas que nos visitaban, tenían miedo de llevarnos libros muy políticos, especialmente de Marxismo. Una amiga me llevó El Quijote, del cual no leí una sola página. Al llegar los periódicos en la mañana se leían en voz alta las notas principales. Hablábamos sobre el movimiento buena parte del día. En la sala de defensores teníamos visita casi todos los días. Estando en Lecumberri me sorprendió la existencia en las cárceles mexicanas de la visita conyugal (agudo contraste para alguien que, como yo, devoraba películas de todo tipo y le encantaban las de cárceles, casi todas de Hollywood, en las que había aprendido que en ellas la abstención, la masturbación o la homosexualidad eran las únicas opciones para los presos). La visita conyugal, además, era muy liberal: la mujer que visitaba no tenía que demostrar ser esposa del preso. Me entero ahora, sin embargo, que las compañeras presas en Santa Marta Acatitla no tenían este derecho ni estaban en crujías reservadas para presas políticas (declaraciones de Nacha en Memorial del 68, p. 159). Me entero también, por declaraciones de mi amiga Teresa Juárez de Castillo a Memorial del 68, que el gran luchador y destacado científico Heberto Castillo, liberado bajo fianza en mayo de 1971, nunca fue a firmar al juzgado. Y pensar que yo fui durante más de dos años y medio, todos los lunes, a firmar a los juzgados federales que estaban en Bucareli. ¡Lo que es el miedo de volver a perder la libertad!

El 3 de octubre (jueves) nos enteramos de la matanza por los periódicos (nadie de la crujía tenía televisión ni radio). Fue un cubetazo de agua fría. No podíamos creer que hubieran disparado contra la multitud y, desde luego, sabíamos que eran mentiras oficiales las versiones que atribuían a los estudiantes los primeros disparos. Fue una angustia espantosa la que vivimos en los siguientes días, sin saber quién estaba muerto, quién desaparecido, y si el movimiento podría continuar. En esos momentos el aislamiento de la cárcel fue durísimo.

A lo largo de los 40 días que pasé en Lecumberri, la pregunta más angustiante, que aparecía cuando me quedaba solo o con mis compañeros de celda, era cuánto tiempo íbamos a estar presos. Mi auto de formal prisión, como el de todos, era por muchos delitos, lo que hacía pensar en muchos años de cárcel. La idea de envejecer ahí era terrorífica. Como dice Antonio Pérez Sánchez: “Podías estar vacilando todo el día y albureando y haciéndole bromas a los vecinos y compañeros, pero llegaba un momento en que te quedabas solo y decías ya tengo un año aquí, ¿cuánto nos falta? Entonces te

 

  

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deprimías, era lo que se conoce como el carcelazo”. Fausto Trejo, uno de los profesores más queridos del 68, lo explica así: “El carcelazo es, ni más ni menos, cuando los domingos somos visitados por nuestra familia: comer con ellos, el apapacho, el intercambio, y ya que se van se siente aquí el golpe. ¿Cuál es la sensación? Pues aquello que es el origen, la fuente más tremenda de la ansiedad, de la angustia: la soledad”. (Memorial del 68, pp. 160-161).

Como dice Luis Hernández Navarro: “Se equivocan quienes se despiden ya del 68. Los 40 años del 68 son campo de batalla en contra del autoritarismo y momento de celebrar su victoria cultural” (La Jornada, Suplemento Especial 1968-2008, 02/10/08, p. 15). Dos de octubre no se olvida. Tampoco los 131 días que duró el movimiento estudiantil y que

 

  

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10 DE OCTUBRE DE 2008

Hacia una nueva economía moral

■ PROPUESTA DEL INGRESO ALIMENTARIO CIUDADANO UNIVERSAL

A grandes males, grandes remedios. La crisis será severa y la población sufrirá enormemente. Las aspirinas como la anunciada ayer por el gobierno federal no resuelven el problema. Tenemos que transitar hacia un Estado social que se responsabilice por la vida y la salud de todos sus habitantes. En la entrega del 25/04/08 describí las protestas violentas ocurridas en varios países por el alza en los precios de los alimentos y me pregunté si era el retorno de la economía moral. Contesté que ello no puede ocurrir porque se han adelgazado mucho las normas no monetarias, porque vivimos en la época del triunfo casi absoluto de las racionalizaciones monetarias, de las reglas del mercado. Añadí que las multitudes actuales protestan sin saber bien a bien qué pueden y deben exigir, porque ya no hay claridad sobre las normas y obligaciones sociales, incluyendo las del gobierno. Porque todos se han creído el cuento de las fuerzas anónimas de los mercados. Sin embargo, sostuve que las organizaciones de la sociedad civil han desarrollado en los últimos decenios ideas muy claras al respecto, la más radical de las cuales es que el alimento no es una mercancía común y corriente, e incluso que no debería ser mercancía. Esta idea ha sido más explícita en el caso del agua. Pero si del agua y los alimentos depende de manera directa la reproducción de la vida, es evidente que el acceso a ellos no debería depender de la relación mercantil fortuita entre el poder adquisitivo de los salarios y los precios de los alimentos.

Por tanto, el rasgo esencial de la Nueva Economía Moral sería la desmercantilización de los alimentos, la cual resulta difícil porque, a diferencia de educación y salud, el productor principal no es, y no podría ser, el sector público. Por ello, el único camino disponible es el que parte del hecho que los alimentos se seguirán produciendo como mercancías y busca que su carácter mercantil se elimine en el camino.

Para avanzar en esta dirección propongo aprobar y promulgar el derecho a la alimentación para toda la población en la Constitución (congelado en la Cámara de Diputados) y que el Ingreso Alimentario Ciudadano Universal (IACU) sea el instrumento

 

  

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para hacerlo realidad a través de su ley reglamentaria. El IACU garantizaría a todos los habitantes un ingreso suficiente (en efectivo o en vales impresos o electrónicos) para adquirir alimentos crudos y los medios para cocinarlos (de aquí en adelante alimentos) que le permitan nutrirse bien. En la opción de vales queda más claro el carácter desmercantilizador de la propuesta. Cada persona recibe un monto mensual de vales para alimentos que retira de las empresas que participan en el esquema. Por dar cifras fáciles, digamos que son 100 millones los derechohabientes y que se otorga a cada uno 700 pesos al mes. El monto mensual del IACU sería de 70 mil millones de pesos al mes y de 840 mil millones al año. El lector se preguntará de dónde salen recursos de este tamaño. Abajo exploro algunas vías para ello. Por su enorme magnitud, el IACU tendría que empezar por una cobertura parcial e irla ampliando gradualmente hasta hacerla universal. Habría que trazar una estrategia para su implantación y expansión que garantizara que nadie pase hambre durante la crisis que se avecina.

Los beneficios de un programa así se agigantarían si el gobierno (y el Congreso) lo asumen no como transferencia monetaria para aumentar y estabilizar la demanda, sino como la compra por parte del gobierno de alimentos que éste distribuye igualitariamente a toda la población. La operación consiste en que el gobierno compra las mercancías-alimentos (puestas en lugares y periodos específicos) y entrega alimentos desmercantilizados, valores de uso, a la población derechohabiente del derecho a la alimentación. La alimentación básica se desmercantiliza y el derecho a la alimentación se hace realidad.

El gobierno negocia precios con los productores y comisiones de intermediación con los comerciantes. A los oligopolios como Bimbo, Lala, Bachoco, etcétera, el gobierno opondría su enorme poder de compra. Los precios de los alimentos se abatirían sustancialmente. Una vez convertido el gobierno en un comprador de este tamaño, va obligando a los productores a mejorar la calidad de los alimentos eliminando de ellos, por ejemplo, las sustancias químicas que dañan la salud, y va desarrollando nuevos proveedores (vg. asociaciones de productores).

El programa se financia, entre otras, de las siguientes fuentes: a) eliminación de programas que se vuelven redundantes por el IACU, vg. las pensiones a adultos mayores y las transferencias monetarias del Oportunidades. b) ahorros por reducción de los sueldos de los altos funcionarios del sector público, eliminación de gastos de publicidad gubernamental en medios electrónicos, eliminación drástica de viajes al exterior, etcétera; c) reforma fiscal centrada en el impuesto predial (urbano y rural) y en el impuesto a las rentas monetarias (intereses y ganancias de capital en bolsa), complementada con reformas al ISR para hacerlo muy progresivo.

El impuesto predial se elevaría radicalmente. Sería una función creciente del valor del suelo (lo que lo haría sumamente progresivo) y estaría alineado con la renta de la tierra de tal manera que significaría la expropiación de esta (indebida) renta ya que, siguiendo a Henry George, el planeta es de todos y nadie tiene el derecho a apropiarse algo que no

 

  

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produjo. Será quizás la fuente principal de financiamiento del programa. Con los cambios legislativos necesarios, la recaudación del predial se destinaría totalmente al IACU. Los municipios serían compensados asegurando que en ningún caso disminuyeran sus ingresos. El planteamiento sobre los demás impuestos queda pendiente igual que el posible carácter tripartita del programa (federal-estatal-local).

Con este ingreso alimentario ciudadano universal (IACU) se lograría garantizar a todos una alimentación básica financiada con los ingresos provenientes de rentas y ganancias muy altas, haciendo realidad el derecho a la alimentación.

 

  

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17 DE OCTUBRE DE 2008

Hacia una nueva economía moral /II

■ EL INGRESO ALIMENTARIO CIUDADANO UNIVERSAL (IACU) ERRADICARÍA EL HAMBRE

La propuesta de IACU como respuesta radical a una crisis radical, presentada en la entrega anterior (10/10/08) fue recibida con interés por varios lectores que me enviaron comentarios. Unos entusiastas, otros expresando dudas muy válidas que trataré de resolver a medida que profundice en la propuesta. Gracias a todos. Hoy preciso las cifras que di la semana pasada como mera ilustración. El IACU, por su carácter universal, cubriría no a 100 sino a 106.8 millones de personas que es la población del país a agosto de 2008, según las proyecciones más recientes del Consejo Nacional de Población (Conapo).

Por otra parte, la cifra de 700 pesos por persona al mes para cubrir la necesidad alimentaria está desactualizada. Si tomamos la canasta alimentaria formulada para el medio urbano por el estudio INEGI-Cepal en 1992 (que es la que usó la Sedeso durante el sexenio pasado para medir la pobreza ‘alimentaria’ urbana), que es una canasta alimentaria razonablemente bien formulada, y actualizamos su costo persona/mes a agosto/2008, obtenemos la cifra de 941.83 pesos. Sin embargo, esto representa sólo el costo de los alimentos crudos, mientras el costo monetario de la alimentación debe incluir también el costo de los insumos, equipos e implementos requeridos para cocinarlos y consumirlos, de los cuales rubros como gas, estufa, refrigerador, comedor, son los más costosos. Naturalmente, en el caso de los bienes durables lo que se incluye es el costo anual de depreciación dada una estimación razonable de la duración del mismo. Aplicando la experiencia de Coplamar, estos gastos (sin incluir detergentes para el lavado de trastes, vajilla y cubiertos, ni el costo de transporte para realizar las compras de alimentos), representan el 10.2 por ciento del costo de los alimentos crudos. Al adicionar este costo, el IACU requerido llega a 1,037.90 pesos por persona/mes. Por carecer de base de sustento y por tratar a los habitantes del campo como ciudadanos de segunda, es necesario desechar la diferencia entre el medio urbano y el rural de INEGI-Cepal (utilizada también por Sedeso) que minimiza las necesidades de los habitantes rurales y, sin base alguna, supone que pagan precios más bajos por los alimentos, lo que lleva a que el costo de la canasta rural sea sólo el 73.9 por ciento de la urbana (la rural costaría hoy 767 pesos). Por tanto, adopto el cálculo del costo urbano del IACU como válido para todo el país.

 

  

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El presupuesto requerido para otorgar a cada una de las 106.8 millones de personas residentes en el país 1,037.9 pesos mensuales por concepto de IACU, que habría sido establecido en la Ley Reglamentaria del Derecho Constitucional a la Alimentación (por aprobarse todavía), sería de 110.9 miles de millones de pesos mensuales y 1.33 billones de pesos anuales. Por ser una cifra absoluta muy alta, conviene ubicarla en relación a algunas magnitudes macroeconómicas y de finanzas públicas. Según el portal electrónico del INEGI, el PIB generado en el segundo trimestre de 2008 equivale a un PIB anual de 12.25 billones de pesos. Es decir, el IACU equivaldría a 10.9 por ciento del PIB. No parece un costo excesivo para garantizar alimentación básica y adecuada a toda la población.

Cuando se compara, sin embargo, con las capacidades financieras actuales de las finanzas públicas, se vuelve mucho mayor el peso relativo de la cifra. En 2008 los ingresos del gobierno federal serán de alrededor de 2.4 billones de pesos, a los que habría que añadir alrededor de 100 mil millones de pesos de ingresos propios de los estados, alrededor de 50 mil millones de pesos de ingresos propios de los municipios y otro tanto de ingresos propios del Gobierno del DF. Si mis cuentas son aproximadamente correctas, se trata de ingresos por alrededor de 2.6 billones de pesos. Es decir, que la propuesta del IACU representa alrededor del 50 por ciento de los ingresos públicos actuales, lo que parecería hacerlo inviable sin una reducción drástica de la evasión fiscal y sin una reforma fiscal a fondo. En 2001 estimé la evasión fiscal en México en 700 mil millones de pesos, de tal manera que esta fuente puede ser muy importante: ¿quién podría objetar el IACU si se financia, en buena medida, reduciendo la evasión fiscal?

Como se trata que la puesta en vigor del IACU, que haría vigente el derecho a la alimentación, sea complementado con la vigencia del derecho a la educación, la salud y la vivienda, el grueso de los recursos para el IACU (salvo unos 200 mil millones que podrían obtenerse de un programa de austeridad) tendría que venir de captación tributaria nueva (por reducción de la evasión y cambio en la legislación). Sin embargo, todos (o casi todos) los programas de transferencias y, en general, la mayor parte de los programas de la Sedeso, podrían ser eliminados (se volverían redundantes como Liconsa), así como muchos programas de becas, por lo cual al costo del IACU habría que restarle alrededor de 150 mil millones de pesos. Esto reduciría el costo adicional de su implantación a 1.18 billones.

La llamada carga fiscal, la participación de los impuestos en el PIB, ha sido siempre muy baja: 10.7 por ciento entre 2000 y 2005 (véase gráfica). Los estudiosos del tema sugieren que la carga tributaria debería ser del doble, lo que coincide con los recursos necesarios para financiar el IACU.

El IACU erradicaría de tajo, y para siempre, el hambre y la desnutrición, la pobreza extrema prácticamente desaparecería para siempre, mientras la pobreza no extrema disminuiría muy sustancialmente. Para próxima entrega presentaré algunos cálculos para precisar estos últimos impactos.

Volviendo a la estrategia para su implantación, que permita irla acompasando con la recaudación fiscal (sin buscar el déficit fiscal igual a cero mientras dure la recesión), los primeros pasos deben consistir en implantar el IACU para todos los de 65 años y más, y para todos los menores hasta de 5 años, y luego ir cubriendo los demás grupos de edad. Así se haría más difícil la corrupción y el clientelismo que preocupan a un lector.

 

  

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24 DE OCTUBRE DE 2008

Principios de medición multidimensional de la pobreza (MMP)

■ EN 2009 HABRÁ DOS MMP EN EL DISTRITO FEDERAL

Después de casi 29 años de trabajar en la medición de la pobreza volví al principio: a reflexionar sobre los principios que deben guiar la medición multidimensional de la pobreza (MMP). Con el mismo título de esta entrega, presenté una podenca en el seminario “Las concepciones contemporáneas de la pobreza”, que dio inicio el miércoles 22 en el Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la UNAM y concluye hoy.

La MMP cobrará importancia en la escena nacional puesto que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) pondrá en práctica durante 2009 (con datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, ENIGH, de 2008), por primera vez de manera oficial a nivel nacional un método multidimensional de medición de la pobreza (MMMP). Esto lo hará el Coneval por mandato de la Ley General de Desarrollo Social (LGDS) que, en su artículo 36, establece una lista mínima de ocho indicadores que deberán utilizarse en la medición de la pobreza. En realidad esto debió ocurrir antes. A principios de 2006 empezó a funcionar el Coneval y para cuando, a mediados de 2007 estuvieron disponibles los datos de la ENIGH2006, después de más de un año de funcionamiento, el organismo podría haber ya dispuesto del MMMP y haberlo aplicado a dichos datos. Sin embargo, no fue así. En vez de ello, volvieron a aplicar el método unidimensional (que sólo toma en cuenta el ingreso de los hogares, pero no los otros siete indicadores establecidos en la LGDS) que figuró como oficial durante el gobierno de Fox. A mediados de 2007 el Coneval empezó consultas para definir tal MMMP. Por otra parte, el Coneval y el INEGI han puesto en marcha el levantamiento de la ENIGH2008 que con una muestra de hogares sustancialmente ampliada permitirá contar con datos representativos a nivel de entidad federativa. Con ello da cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 37 de la LGDS que estipula que las mediciones de pobreza deben hacerse cada dos años a nivel de entidad federativa.

 

  

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Estas mediciones incluyen, evidentemente, al Distrito Federal. Lo menciono porque en mayo de este año se creó el Consejo de Evaluación del Desarrollo Social (Evalúa DF) con atribuciones similares para la ciudad de México a las que tiene Coneval a escala nacional. Evalúa DF tiene a su cargo la medición de la pobreza (y la desigualdad) en la metrópoli. Aunque nació dos años después que Coneval, y aunque la Ley de Desarrollo Social del Distrito Federal no define una lista de indicadores para la medición de la pobreza, Evalúa DF ha decidido ya, al poco tiempo de su creación, adoptar un MMMP: la versión ampliada del Método de Medición Integrada de la Pobreza (MMIP) que mide también el riesgo de pobreza. Debe añadirse que el gobierno de la ciudad decidió, desde finales de la administración pasada, medir la pobreza utilizando el MMIP (la versión ampliada no existía aún). La medición de la pobreza con datos de la ENIGH2004 (en ese año el Distrito Federal pagó una sobremuestra al INEGI para ampliar y hacer representativa la muestra para la ciudad de México), realizada por El Colegio de México (a cargo de Araceli Damián y Julio Boltvinik) está desde finales de 2006 en la página electrónica de la Secretaría de Desarrollo Social del DF (véase gráfica).

Habrá entonces, hacia mediados de 2009, dos mediciones oficiales de pobreza para el Distrito Federal. También podrá haber dos mediciones (aunque sólo una oficial) para el resto de las entidades federativas y para el país en su conjunto si investigadores independientes (o el propio Evalúa DF) deciden aplicar el MMIP ampliado para fines comparativos en todo el país.

No conozco aún el MMMP que utilizará el Coneval porque éste no lo ha dado a conocer. No obstante, en el seminario al que hice referencia al inicio de esta entrega, uno de los ponentes señaló que la semana próxima habrá en el CIDE un seminario internacional en el cual el Coneval recibirá comentarios a su propuesta de MMMP. Es bueno saber que están avanzando y que ya cuentan con una propuesta. Sería mucho mejor que fuese pública para que recibieran comentarios más amplios. Los asuntos públicos deben ser públicos (abiertos y transparentes), aunque se trate de un borrador.

En este contexto, la discusión de los principios de la MMP cobra importancia. Por tanto, inicio hoy, con la intención de continuar en próximas entregas, la presentación de los principios que he desarrollado. La MMP enfrenta (entre otros) el problema de la heterogeneidad aparente entre dimensiones del bien-estar, lo que se deriva de la multiplicidad de las necesidades humanas, satisfactores y fuentes de bien-estar, que está asociada a los límites del mercado, al hecho de que los valores de cambio no son universales, que no todo lo valioso para el bien-estar humano se puede comprar, que no todo tiene precio.

Para enfrentar el problema enunciado (y otros) y guiar la MMP he formulado el siguiente conjunto de principios (que no son exhaustivos, puede haber algunos más): 1. Principio de Totalidad (como dijo Hegel: “la verdad es el todo”), que se expresa en “todas las necesidades”, “todos los satisfactores”, y “todos los recursos o fuentes de bien-estar”. 2. Principio de comparabilidad del bien-estar (los indicadores deben re-expresarse en

 

  

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términos de bien-estar objetivo para ser comparables). 3. Principio del bien-estar marginal decreciente y de la existencia de un bien-estar máximo. 4. Principio del mínimo error (minimizar errores inevitables en mediciones complejas). 5. Principio de cardinalización completa replicable (transformar a indicadores cardinales o métricos los indicadores ordinales mediante la dicotomización generalizada). 6. Principio del carácter embrollado del concepto de pobreza (son embrollados los conceptos en los cuales la descripción no se puede separar de la valoración, los hechos de los valores). 7. Principio de la dignidad como criterio central para la fijación de umbrales que separan población carenciada de no carenciada. 8. Principio de la pobreza como parte del eje de nivel de vida, que busca evitar valorar las condiciones de vida de “ciudadanos de segunda con criterios de segunda”, pues parte de la premisa de que todos somos ciudadanos de primera.

 

  

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31 DE OCTUBRE DE 2008

Principios de medición multidimensional de la pobreza (MMP) / II

■ EL PRINCIPIO DE TOTALIDAD EN SUS TRES DIMENSIONES

Probablemente el más importante de todos los principios de la MMP enunciados en la entrega anterior (24/10/08) es el de totalidad que se expresa así en los tres elementos conceptuales fundamentales del estudio de la pobreza: todas las necesidades (N), todos los satisfactores (S) y todos los recursos o (aun mejor) todas las fuentes de bien-estar (FBE).1

Al referirlo a las N, el principio establece que debemos partir del ser humano completo, con toda sus N, que está vedado el recorte de N, que no podemos cercenar del ser humano el cerebro, el corazón y los genitales para quedarnos con un ser (muy cercano al ganado) reducido a su estómago. El principio de totalidad en la perspectiva de la calidad, diversidad y cantidad de los S requeridos significa que no podemos reducir los S: 1) a bienes y servicios, excluyendo otros tipos de S como relaciones y actividades; y 2) a S de carácter animal, precarios (o una cantidad submínima): reduciendo la alimentación a alimento balanceado que, además, sólo cubra calorías; la vivienda a refugio; la atención a la salud al nivel de la atención primaria, etcétera. Esta doble reducción lleva a aberrantes líneas de pobreza como las del Banco Mundial y del gobierno de Fox. El principio de totalidad aplicado a las FBE significa que hay que considerarlas todas para identificar las restricciones que explican la insatisfacción de N. Desde 1990 he calificado como parciales y sesgados a los métodos de línea de pobreza y de necesidades básicas insatisfechas ya que consideran sólo parte de las FBE.

Enunciado el principio, en lo que sigue defino S y N y fundamento y presento tipologías de N, S y FBE, pasando del principio abstracto a su especificación concreta. David Wiggins define el S de una N así: una persona necesita X [absolutamente] si y sólo si resulta dañada si carece de X. Distingue así lo necesitado de lo apetecido por el daño resultante. La N la define “como estados de dependencia (con respecto a no ser dañado), que tienen como sus objetos apropiados las cosas necesitadas”.

Para definir la tipología de S parto de la concepción de Marx del ser humano (SH), el cual, como todo ser vivo, requiere objetos externos para reproducir su propia vida. Necesita objetos externos (bienes). El SH es también un ser activo que (como especie) sólo puede satisfacer sus N a través de su actividad vital, el trabajo, que se dirige de manera mediada

 

  

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a la satisfacción de N. Puesto que sin el trabajo el SH no es tal, el trabajo se transforma en su N central. El SH humano necesita su propia actividad. También necesita actividades de otras personas que le benefician (servicios). El SH es además un ser social. Para Marx, el “hombre” no puede llevar una vida humana más que en su relación con los demás y a consecuencia de esa relación. Por tanto, el SH necesita relacionarse con otros seres humanos. Necesita relaciones. Por último, el ser humano es también un ser consciente. Su actividad vital consciente lo diferencia de la actividad vital animal, dice Marx. Por tanto, el SH necesita información, conocimientos, teorías. De la anterior reflexión de antropología filosófica Marxista complementada con dos tipos de S: capacidades e instituciones, tomados de Max-Neef et al., he llegado a la siguiente tipología de S de las N: 1) objetos externos (bienes) y actividades de otras personas que nos benefician (servicios); 2) actividades del sujeto; 3) relaciones; 4) capacidades; 5) instituciones; 6) conocimientos y teorías.

En Ampliar la mirada (mi tesis doctoral) analicé las teorías de las N de diversos autores (Marx, Márkus, Maslow, Fromm, Maccoby, Max-Neef, Doyal y Gough. y Nussbaum). Concluí que si pudiésemos interactuar con estos autores en un proceso que llevase a eliminar sus diferencias puramente taxonómicas, si bien no habría consenso en cuanto a la teoría de la jerarquía de N de Maslow, salvo las N estéticas sí habría consenso sobre el resto de su lista de N: fisiológicas; de seguridad; afectivas (amor, afecto, pertenencia); de estima (que divide en dos: los logros que forman la base de la autoestima, y la reputación); de autorrealización; y las N cognitivas, con su propia jerarquía: saber y entender.

Desde hace mucho he sostenido que el bien-estar de los individuos y de los hogares depende de las siguientes FBE directas: (1) ingreso corriente; (2) activos básicos; (3) activos no básicos y capacidad de endeudamiento del hogar; (4) acceso a bienes y servicios gratuitos; (5) tiempo libre; y (6) habilidades y conocimientos de las personas. Las dos últimas FBE no son concebidas como medios para la obtención de ingresos, sino como S directos de N. (En la gráfica muestro resultados de un método de medición de la pobreza que considera todas las FBE.) Las tres primeras FBE representan recursos económicos privados (flujos o acervos); la cuarta categoría representa el flujo de recursos económicos públicos (el “salario social”). En conjunto, estas cuatro categorías representan los recursos económicos convencionales (que se pueden expresar en dinero, no transformar en él). La quinta y sexta categorías tienen sus propias unidades de medida y no se pueden expresar, mucho menos reducir, a valores monetarios. Estas fuentes pueden evolucionar de manera diversa, incluso contrapuesta, debido a que sus factores determinantes son distintos. Algunos economistas ortodoxos han desarrollado un enfoque cercano al de FBE, que reconoce la insuficiencia del ingreso corriente como indicador de la disposición de recursos, y busca superarla a través de “indicadores compuestos del estatus económico de los hogares”.

Han sido especificados los componentes de la totalidad. En la próxima entrega mostraré sus interrelaciones y el reduccionismo de los enfoques dominantes.

1 Escribo bien-estar con guión para expresar su sentido objetivo (well-being en inglés) y distinguirlo del subjetivo. Luis Arizmendi (“El florecimiento humano como mirador iconoclasta ante la mundialización de la pobreza”, Desacatos, N° 23, 2007) analiza mi trayectoria intelectual utilizando también, entre otros principios, el de totalidad.

 

  

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NOVIEMBRE

7 DE NOVIEMBRE DE 2008

Principios de medición multidimensional de la pobreza (MMP) / III

■ LAS NECESIDADES SUPERIORES DEPENDEN MENOS DE LA PRODUCCIÓN

http://www.jornada.unam.mx/2008/11/07/index.php?section=opinion&article=024o1eco

En la entrega anterior (31/10/08) enuncié el principio de totalidad: “tomar en cuenta todas las necesidades (N), todos los satisfactores (S) y todas las fuentes de bienestar (FBE) o recursos); definí N y S, y fundamenté y presenté tipologías de N, S y FBE. Hoy interrelaciono estas tres dimensiones y muestro el reduccionismo de la Economía Política de la Pobreza (EPP).

Los S principales de las N fisiológicas y de seguridad (como alimentación, refugio y seguridad), son objetos (bienes y servicios: alimentos, vivienda y servicios de seguridad), e instituciones (familia y seguros), mientras los S secundarios son actividades como comprar, cocinar, limpiar. Las FBE principales requeridas para acceder a estos S son las agrupadas como recursos económicos convencionales: ingreso corriente, activos básicos y no básicos, y acceso a bienes y servicios gratuitos, y son FBE secundarias el tiempo (disponible) y los conocimientos/habilidades. (Véase gráfica sobre uso del tiempo). Típicamente, los alimentos y los seguros privados se compran con recursos monetarios derivados del ingreso corriente o de los activos no básicos; la vivienda suele ser activo básico propio; los servicios de seguridad suelen ser bienes públicos proporcionados gratuitamente por el Estado; la seguridad social se paga por anticipado con financiamiento tripartito o bipartito.

La satisfacción de las N cognitivas (saber, entender) depende de dos S principales: actividades del sujeto (leer, investigar), y conocimientos/teorías; y del satisfactor secundario objetos (servicios educativos, libros). Las FBE principales para acceder a estos S son el tiempo (dedicado a la lectura, etcétera) y conocimientos/habilidades requeridos; desempeñan el rol de FBE secundarias: los recursos monetarios para adquirir objetos como libros y computadoras, y el acceso a bienes y servicios gratuitos (BSG) (como servicios educativos y bibliotecas).

 

  

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Para la S de las N emocionales (amistad, amor, pertenencia) y de estima (reputación), el S principal son las relaciones, mientras las actividades con pareja o amistad, las capacidades emocionales y profesionales asociadas, y los objetos (como espacio privado, anticonceptivos, restaurantes) son S secundarios. La FBE principal para las relaciones es el tiempo personal dedicado a su cultivo y los conocimientos/habilidades asociados. Los recursos monetarios para el acceso a los objetos requeridos como S son FBE secundaria. Por último, para las N de crecimiento (donde he ubicado los logros que forman la base de la autoestima y de la autorrealización) los S principales son las actividades y capacidades del sujeto. Estas actividades requieren objetos que son S secundarios (como instrumentos musicales, computadora). Las FBE principales son el tiempo y los conocimientos/habilidades, desempeñando los recursos monetarios el papel de FBE secundaria. Hasta aquí la descripción de las interrelaciones entre los tres elementos que intentan aproximar la totalidad en sus interrelaciones.

Fuera de las N fisiológicas, donde el papel de S principal lo desempeñan los objetos y el de FBE principal los recursos económicos convencionales, en los otros grupos de N son otros los S principales (actividades y relaciones, sobre todo) y otras las FBE principales (tiempo y conocimientos/habilidades). Cuando el S dominante es un objeto, las FBE principales son los recursos económicos convencionales (ingreso corriente; activos básicos; activos no básicos; acceso a bienes y servicios gratuitos). En cambio, cuando los S principales son relaciones o actividades, las FBE principales son el tiempo (requerido para cultivar la relación o realizar la actividad) y los conocimientos/habilidades (que se ponen en juego en ambos casos). En todas las N se requiere tiempo personal que puede ser secundario (comer o a ir al médico), cobrar mayor centralidad (abasto y preparación de alimentos y cultivo de relaciones), o ser totalmente determinante (actividades que sustentan la autoestima, el desarrollo cognitivo y la autorrealización). Estas asociaciones no son casuales: se trata de un sistema de N-S-FBE que funciona de manera integrada. A medida que ascendemos en la escala de las N, los objetos van perdiendo importancia como S; la satisfacción de las N superiores depende menos de la “producción material” y más de la socialidad y del tiempo de libertad: en el futuro la economía será marginal.

Los enfoques convencionales de N1 sólo toman en cuenta las N fisiológicas y, parcialmente, las cognitivas. Reconocen sólo N como alimentación y vivienda. Algunos reconocen la N de educación, pero como medio para aumentar el capital humano (y los ingresos) y no como N cognitiva. Es decir, cercenan el corazón y una parte del cerebro del ser humano: cercenan sus dimensiones de ser social, intelectual y artístico, violando el principio de la totalidad en materia de N. Reconocen sólo los objetos (bienes y servicios) como S, y como única FBE los recursos económicos convencionales o, aun peor, sólo el ingreso corriente. Por tanto, incluso dentro de las N fisiológicas suelen desconocer que se requieren actividades (cocinar, abastecer, leer, estudiar) y no sólo objetos para satisfacerlas y, por tanto, que se requiere de los recursos tiempo, y conocimientos/ habilidades. Este triple reduccionismo de la EPP está estructuralmente interrelacionado, ya que omiten: 1) las N emocionales y de crecimiento (y con frecuencia las cognitivas); 2) excepto los ‘objetos’ todos los demás tipos de S: ‘relaciones’, ‘actividades’, etcétera asociados con las N omitidas; y 3) las FBE ‘tiempo’ y ‘conocimientos/habilidades’, asociados con los S omitidos. Son enfoques “mecanicistas” que conciben al ser humano como robot o ganado.

1 En Elementos para la crítica de la economía política de la pobreza (EPP) (Desacatos N° 23, 2007), distingo tres enfoques dentro de la EPP 1) el convencional de necesidades; 2) las búsquedas fallidas de un nuevo enfoque, que intentaron sustituir N por otros

 

  

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conceptos (Sen, por capabilities, Townsend, por estilos de vida); 3) el economicista dominante, que rechaza las N.

 

  

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14 DE NOVIEMBRE DE 2008

Principios de medición multidimensional de la pobreza (MMP) /IV

■ PRINCIPIO DE COMPARABILIDAD DEL BIEN-ESTAR

Los seres humanos somos criaturas de múltiples necesidades (N) que satisfacemos mediante diversos satisfactores (S) y, para poder tener acceso a ellos, necesitamos toda una gama de fuentes de bien-estar (FBE) o recursos. A la luz de esta multidimensionalidad, los indicadores naturales (v.gr. kilogramos o litros) resultan inútiles. La medición de pobreza de ingresos ‘resuelve’ esto suponiendo que la pobreza puede medirse comparando el ingreso observado del hogar con una línea de pobreza que es igual a: S1p1+ S2p2+ …+Snpn , donde las S son las cantidades requeridas de cada S y las p son sus precios, que actúan como ponderadores y se suponen adecuados.

Ésta es la solución monetaria que implica, al menos, los siguientes supuestos (no siempre explícitos), algunos de los cuales ya se comentaron al discutir el principio de totalidad (entregas del 31/10/08 y 07/11/08): 1) Sólo cuentan las N ‘materiales’, olvidándose, si seguimos a Maslow, de las N cognitivas, emocionales, de estima, autorrealización y estéticas. 2) Los bienes y servicios (ByS) son los únicos S, excluyendo relaciones, actividades, teorías, instituciones y capacidades. 3) El ingreso es la única FBE, dejando fuera los activos (básicos y no básicos), el acceso a ByS gratuitos, el tiempo y los conocimientos/habilidades. 4) Los mercados son universales: todo se satisface a través de ellos, todo se puede comprar. 5) El ingreso es un indicador ‘natural’ del bien-estar. 6) El bien-estar es directamente proporcional al ingreso (aunque este supuesto es a veces sustituido por funciones de bienestar que suponen bienestar marginal decreciente del ingreso, esto no ocurre en los estudios de pobreza). Los primeros tres supuestos constituyen el reduccionismo de los enfoques convencionales de N, e implican ignorar, incluso dentro de las N ‘materiales’, que la mayoría de los hogares compra alimento crudo y lo cocina, lo que requiere, como S, actividades como cocinar y limpiar, y FBE como el tiempo y las habilidades (v. gr. para cocinar).

 

  

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El reconocimiento de los límites del mercado (negación del 4º supuesto) supone que no todo puede valorarse mercantilmente, pues no todo tiene precio. El punto de vista de que el ingreso es un indicador ‘natural’ del bienestar (5º supuesto) es atacado por Foster y Sen: “La métrica del valor de cambio… no está diseñada para darnos –y de hecho no puede darnos– comparaciones interpersonales de bienestar o ventaja” (Anexo a Economic Inequality. Expanded Edition, Oxford University Press, 1997, p.208). El 6º

supuesto va en contra de la vieja tradición de la utilidad marginal decreciente del ingreso y en contra de la percepción de sentido común que una unidad adicional de ingreso es muy importante para el pobre, y de nula importancia para el muy rico. El rechazo de los supuestos 4 a 6 significa que el ingreso no es el único indicador requerido para evaluar el bien-estar y que no pueden ser usados sin modificación para tal fin.

La afirmación de Foster (Informe sobre pobreza multidimensional, julio 2007, trabajo elaborado para el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, Coneval) que ciertas dimensiones pueden no ser inherentemente comparables, puede significar una de dos cosas: 1) que no se relacionan en el sentido de que no tienen el mismo propósito (el de una es el bien-estar y el de la otra no); o 2) que están en espacios analíticos distintos, en el sentido que da Sen a este término: por ejemplo, una está en el espacio de las FBE, la otra en el de los S. Si uno quiere construir un índice multidimensional integrado de bien-estar, tiene que asegurarse de partir de un conjunto de indicadores en el cual todos sean indicadores de bien-estar, hecho lo cual ya no podrían ser considerados no comparables en el primer sentido. Pero, mientras que los indicadores directos (típicamente los de Necesidades Básicas Insatisfechas) pertenecen al espacio de S de N, el ingreso pertenece al espacio de FBE. Por tanto, no son comparables en el sentido de que pertenecen a espacios diferentes. Pero ninguno de estos dos espacios, FBE o S, es el espacio adecuado para nuestro propósito. Por ello, en todos los casos los indicadores deben transformarse en indicadores de otro espacio: el del bien-estar. Las FBE se utilizan para tener acceso a S y éstos para satisfacer N, produciendo así bien-estar objetivo. Así que, estemos en el espacio de las FBE o en el de los S, tenemos que movernos hacia el espacio del bien-estar. En ningún caso podemos interpretar los indicadores o variables originales como expresión directa del bien-estar. Por lo tanto, la aparente no comparabilidad entre los indicadores de bien-estar es resultado del hecho que su naturaleza común, ser indicadores de bien-estar, no se ha hecho explícito, porque no han sido re-expresados como indicadores objetivos de bien-estar.

El bien-estar no tiene una escala de medición ‘natural’. Tiene que ser construida. Un punto de partida para asegurar una comparación operativa completa es definir tres puntos conceptuales de referencia para cada indicador: el estándar normativo, que divide bien-estar de privación en la dimensión específica (para lo cual pueden ser útiles las encuestas de percepciones, véase gráfica), el mínimo absoluto o práctico, y el máximo conceptual. Los tres son conceptos difíciles y embrollados (donde la descripción no puede ser independiente de la evaluación), donde los valores tienen que hacerse explícitos. Definidos estos tres puntos de referencia, la escala de bien-estar puede normalizarse de tal manera que el rango sea el mismo en todas las dimensiones y el estándar normativo esté en el mismo punto. Esta estandarización es un paso inicial que se complementa con los tres principios siguientes, que expondré en próximas entregas: el del bien-estar marginal decreciente, el de la existencia de un bien-estar máximo, y el del mínimo error.

 

  

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21 DE NOVIEMBRE DE 2008

Principios de medición multidimensional de la pobreza V

■ PRINCIPIO DEL BIEN-ESTAR MARGINAL DECRECIENTE

El filósofo de la ciencia Hilary Putnam relata que hacia finales del siglo XIX los economistas neoclásicos (Jevons, Marshall) adoptaron el concepto de utilidad, supusieron que podía ser cuantificado y dibujaban curvas de utilidad, cuya forma estaba determinada por la Ley de la Utilidad Marginal Decreciente (LUMD), según la cual la utilidad derivada de cada unidad adicional consumida disminuye al aumentar el consumo. Añade que en 1920 Pigou argumentó que también el dinero y el ingreso están sujetos a la LUMD y de ello derivó la tesis de que la disminución de la desigualdad del ingreso aumenta el bienestar social, ya que la utilidad (o felicidad) social total aumentaría si se le quitaran mil pesos a un millonario y se le entregaran a un indigente. Tesis tan subversiva, sin embargo, no podría durar en la academia (que tiende a la apología de lo existente). Putnam relata que en 1938 L. Robbins convenció a los economistas de la corriente principal de la economía de que las comparaciones interpersonales de utilidad carecen de cualquier significado y que las cuestiones éticas deben mantenerse fuera de la teoría económica.

Convencidos por estas ideas de Robbins, los economistas, lejos de abandonar la disciplina de la Economía del Bienestar, buscaron un criterio que fuese neutral, en términos de valores, del funcionamiento económico óptimo, y lo encontraron en la noción del óptimo de Pareto. Este óptimo, dado que está fundado en la imposibilidad de comparar la utilidad entre personas, sólo puede afirmar que ha habido mejoría social cuando algunos son beneficiados, pero nadie es perjudicado. Por tanto, Putnam dice:

El óptimo de Pareto es, sin embargo, un criterio terriblemente débil. Derrotar a la Alemania nazi en 1945 no puede ser considerada un óptimo de Pareto, por ejemplo, porque al menos un agente –Adolfo Hitler– fue movido a una superficie de menor nivel de utilidad.

El resultado de esta historia, concluye Putnam, es que si ha de haber una materia como Economía del Bienestar, y si esa materia ha de abordar la pobreza, habría que añadir, entonces no puede evitar cuestiones éticas sustanciales.

 

  

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En la idea de la LUMD hay un símil con la ley de la productividad marginal decreciente de la propia teoría neoclásica que se refiere a aumentos de un factor de la producción cuando al menos uno de los demás factores se mantiene constante. El ejemplo clásico es la agricultura donde el factor fijo es la tierra y al variar algunos insumos (semilla, fertilizante) aumenta la producción, pero la productividad marginal va decreciendo. Aunque la LUMD podría sustentarse en el caso de bienes específicos sin recurrir a la presencia de un factor fijo, basándose en el concepto de saciedad, éste no permite sustentar la vigencia de la LUMD para el ingreso en su conjunto. Pero S. B. Linder arrojó luz al respecto al señalar que los economistas suponen que el consumo ocurre instantáneamente, que el consumo no consume tiempo, lo que es falso. Una vez que el tiempo de consumo es considerado, el proceso de consumo se considera como el resultado de la conjunción de tiempo personal más bienes y servicios (disfrutar de una obra de teatro supone tanto pagar los boletos como asistir a la función, dedicar tiempo). Así, sostiene que el tiempo no es sólo un recurso para la producción, sino también para el consumo. Pero el tiempo es un recurso muy especial: el tiempo personal total (diario o semanal) no puede ser aumentado, ahorrado, ni acumulado, y se distribuye igualitariamente.

Con la opulencia, las personas tienen acceso a más bienes y servicios: el tiempo se va volviendo cada vez más ‘escaso’ y los bienes más abundantes. Puesto que el consumo supone la combinación de tiempo y bienes, cada vez menos tiempo será dedicado a cada bien de consumo. Disminuirá el ‘rendimiento’ de los bienes y, con ellos, el del ingreso. El crecimiento económico se asocia erróneamente con una opulencia total y no con una parcial, debido a la falta de conciencia que el consumo requiere tiempo.

Está aquí la respuesta buscada: la LUMD del ingreso se fundamenta en la existencia del factor fijo tiempo ante un aumento del acceso a bienes y servicios. Una de las consecuencias es, señala Linder, que los placeres tradicionales están bajo presión. Que comer se vuelve una actividad inferior, que deja de ser un placer primario con dimensiones psicológicas profundas y se convierte en una función de mantenimiento. De ahí la tendencia al predominio del fast food. El amor sexual, dice Linder, toma tiempo y la presión para ahorrarlo hace que las aventuras sexuales, que requieren mucho tiempo, se vuelvan menos atractivas, que se reduzca el tiempo dedicado a cada encuentro sexual y que su frecuencia decline. Predominio del fast-sex, podríamos añadir. La subversiva idea de Linder, que revive la tesis de Pigou y la fundamenta, ha sido, naturalmente, ignorada por la ortodoxia económica que así pone en evidencia al servicio de quién y qué está.

De estos antecedentes derivo el principio de la utilidad marginal decreciente del bien-estar (UMDBE) por arriba del umbral normativo ante incrementos sucesivos de satisfactores. Dado el carácter finito del tiempo disponible, satisfactores como relaciones y actividades del sujeto, que requieren del recurso tiempo, sólo pueden aumentarse dentro de rangos estrechos. En cambio, la posesión de objetos no parece tener límites, aunque no se usen o se usen poco. La aplicación de este principio se puede expresar en la aplicación de una función de bien-estar adecuada, como son las desarrolladas por Atkinson (véase gráfica). Este principio se complementa con el principio derivado (o asociado) de la existencia de un máximo de bien-estar, tanto en cada dimensión de las necesidades humanas como en el agregado, más allá del cual el bien-estar marginal derivado de adiciones de satisfactores es cero o, en algunos casos como los alimentos, negativo.

 

  

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28 DE NOVIEMBRE DE 2008

Principios de medición multidimensional de la pobreza/ VI

■ PRINCIPIOS DEL MÍNIMO ERROR Y DE LA DICOTOMIZACIÓN GENERALIZADA

Algunos autores (vg. el comité técnico para la Medición de la Pobreza de la Sedeso) argumentan que no incluyen dimensiones distintas a las del ingreso en sus medidas de pobreza, o que no transforman en cardinales (números que indican cantidad, como 1, 2) indicadores ordinales (que indican lugar ocupado en conjuntos ordenados, como primero, segundo), porque sus ponderadores o sus puntajes les parecen difíciles de definir. Así que, aunque reconocen la importancia de las otras dimensiones de bien-estar, llevan a cabo sólo mediciones de pobreza de ingresos, ignorando el hecho que al hacerlo están asignando a esas otras dimensiones un ponderador igual a cero, que es (muy probablemente) el error más grande posible. La aplicación del principio del mínimo error implica superar en todos los casos estas dificultades porque uno sabe que no hacerlo implica (muy probablemente) incurrir en el máximo error. Aplicarlo implica atreverse a formular juicios de valor cuando resulte necesario.

Muchas dimensiones originales están formuladas en términos de soluciones alternativas de una necesidad (sistemas de suministro de agua, materiales usados para la construcción de la vivienda, tipo de servicios de salud, etcétera.), por lo que están constituidas por palabras (que describen la situación), no por números. El primer paso es ordenar tales variables nominales de peor a mejor (en términos del nivel de bien-estar objetivo que proveen), convirtiéndolas en variables ordinales. El segundo paso necesario será convertirlos en variables cardinales de bien-estar. Muchos autores realizan implícitamente el primer paso y, con respecto al segundo, optan por la dicotomización (otorgar sólo valores 0 y 1), la cual es una forma de cardinalización que implica fuerte pérdida de información. En ella, las soluciones intermedias entre la peor (que recibe el puntaje 0 en la escala de logros) y la solución normativa (que recibe el puntaje 1) recibirán todas el valor 0 (las soluciones B y C en la gráfica) aunque merecerían valores intermedios que reflejasen el hecho de que implican un privación parcial, no total, y que, como se refleja en su ordenación de dichas soluciones, unas son menos malas que otras. Las soluciones superiores a la norma (E a G en la gráfica) recibirán el mismo puntaje 1,

 

  

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perdiendo información adicional ya que sabemos que son mejores y debieran recibir valores más altos. Estas pérdidas de información repercuten en la clasificación final de algunos hogares como pobres/no pobres y en la medición de la intensidad de la pobreza de todos los hogares, negando el principio del mínimo error.

El procedimiento de cardinalización plena que aplico en el Método de Medición Integrada de la Pobreza (MMIP) ha sido criticado (Vg. por James Foster) en algunas ocasiones por las dificultades para su replicabilidad (es decir, por carecer de procedimientos estandarizados que casi cualquier persona pueda seguir). Enseguida presento un procedimiento estandarizado para la cardinalización completa, que supera esta crítica.

La dicotomización generalizada en lugar de adoptar, como la dicotomización usual, un umbral único, adopta todos los lógicamente posibles (en la gráfica los umbrales B a G), construye una dicotomía con cada uno, obtiene los puntajes dicotómicos (0,1) y la suma de estos puntajes para cada una de las soluciones alternativas de la necesidad (lado izquierdo de la gráfica), y la estandariza dividiéndola entre el puntaje del umbral verdadero (lado derecho de la gráfica). Este valor estandarizado constituye el valor cardinal final de cada solución.

Recapitulando, los pasos de este ejercicio son: 1) Ordenar las soluciones de la necesidad en cuestión de peor a mejor en términos del bien-estar objetivo que proveen. 2) Definir n-1 dicotomías usando en cada una como umbral una solución diferente (sólo se excluye la peor porque con ella nadie resultaría carenciado). 3) Definir cuál solución representa el “umbral verdadero” que expresa la solución mínimamente satisfactoria en condiciones de dignidad culturalmente definida. 4) Obtener la matriz de puntajes de logro 0,1 para cada una de las n soluciones (A a G) y n-1 dicotomías (B a G), otorgando valor 0 a las soluciones inferiores al umbral y 1 a las soluciones iguales o mejores al umbral. 5) Obtener la suma de los puntajes obtenidos por cada solución en cada una de las dicotomías. Como se observa en el ejemplo de la gráfica las sumas van desde 0 hasta 6, y la suma para el umbral verdadero es igual a 3. 6) Para estandarizar la suma de puntajes en todos los indicadores se asigna el valor 1 al umbral verdadero, lo que se logra dividiendo la suma de puntajes entre 3 (la suma de puntajes de la solución que constituye el umbral verdadero). Los valores de los puntajes estandarizados van ahora desde 0 hasta 2 y el umbral verdadero se sitúa en 1 (lado derecho de la gráfica). 7) Estos puntajes estandarizados son los valores cardinalizados del indicador de logro para cada solución.

La aplicación completa de la dicotomización generalizada es equivalente a la cardinalización completa. El resultado obtenido es una cardinalización equidistante (la distancia entre los valores de las columnas en la gráfica es siempre la misma), la cual tiene una larga tradición en las ciencias sociales. Este procedimiento será preferido por quienes dan más valor a la replicabilidad que a la flexibilidad de juicio. Los resultados empíricos de ambas opciones son, sin embargo, casi idénticos. Así concluimos que la cardinalización completa puede replicarse fácilmente y que sus beneficios son gigantescos. Con un procedimiento muy simple, la cardinalización completa replicable o dicotomización generalizada, uno pasa de un procedimiento de medición muy precario a uno completamente desarrollado donde todas las medidas agregadas de pobreza se pueden calcular. Con respecto a la dicotomización, la dicotomización generalizada siempre reduce los errores involucrados.

 

  

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DICIEMBRE

5 DE DICIEMBRE DE 2008

Principios de medición multidimensional de la pobreza/ VII y último

■ VIOLACIÓN DEL PRINCIPIO DE TOTALIDAD POR EL MÉTODO OFICIAL (FOX)

La medición de la pobreza no puede ser una actividad enteramente ‘científica’ (si se entiende por tal una actividad sin juicios de valor) porque involucra la comparación de las condiciones observadas en los hogares (tarea descriptiva que puede estar cerca de este criterio de cientificidad) con los niveles normativos o umbrales que son juicios de valor del investigador, de alguien más, o juicios de valor sociales sistematizados por el investigador. Hilary Putnam ha dicho que el embrollamiento de hechos y valores se vuelve obvio cuando se estudian términos como cruel y crimen, que son contraejemplos a la idea que existe una dicotomía absoluta entre hechos y valores. Para usar estos conceptos con alguna discriminación, dice Putnam, uno tiene que ser capaz de identificarse con un punto de vista evaluativo. Y añade que en estos casos incluso la descripción depende de la evaluación. Esto es exactamente lo que pasa con el término pobreza: la descripción de la pobreza no puede llevarse a cabo a menos que uno la haya evaluado (comparando hechos con normas), en lo cual los valores están siempre presentes. En esto consiste el principio del carácter embrollado del concepto de pobreza. Como dice Putnam, la privación económica “no puede abordarse responsablemente mientras no estemos dispuestos a tomar seriamente los argumentos morales razonados”.

Faltan por enunciar dos principios. Uno es el principio de la pobreza como parte integrante del nivel de vida que establece que la pobreza es la parte del nivel de vida que se encuentra por debajo de un umbral normativo de éste sin recortar ninguno de sus elementos constitutivos. Contradice la postura de Amartya Sen y otros que separan nivel de vida y pobreza como si perteneciesen a ejes conceptuales distintos. Para Sen la pobreza se refiere a un conjunto pequeño de capabilities (término que se ha traducido como capacidades pero que se refiere más bien a potencialidades económicas)

 

  

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elementales, mientras nivel de vida lo hace a un conjunto mucho más amplio. La pobreza se referiría a humanoides, el nivel de vida a humanos.

El principio de la dignidad humana como criterio central para definir los umbrales que identifican la pobreza se deriva de una concepción amplia del ser humano y de sus potencialidades, y de los derechos económicos, sociales y culturales. Se contrapone a las tendencias minimalistas impulsadas por el Banco Mundial (ejemplificadas en su humillante línea de pobreza de un dólar por persona al día) y lamentablemente reflejadas en las Metas del Milenio.

Termino esta serie de entregas mostrando la aplicación del principio de totalidad a la crítica de las metodologías de medición de la pobreza que, como la oficial del gobierno de Fox, compara lo requerido para satisfacer una parte de las necesidades con todo el ingreso del hogar, violando así el principio de totalidad que, desde el punto de vista de la capacidad financiera del hogar, sostiene que ésta es una capacidad unitaria para el conjunto de sus necesidades.

La LP más alta, de las tres adoptadas por Sedeso, es la Línea de Pobreza Patrimonial (LPP), llamada LP2 por el comité técnico (CT), mientras que la LP más alta definida por éste, la LP3, fue rechazada por el gobierno. La LP3 se asocia, pero la LPP no, a un concepto completo de pobreza en el sentido de que se refiere a los bienes y servicios requeridos para satisfacer todas las necesidades humanas, aunque sólo establece normas para los alimentos. Por el contrario, la LPP y las otras dos líneas oficiales, la línea de pobreza alimentaria (LPA) y la de capacidades (LPC), son líneas de pobreza truncadas. De acuerdo con el CT, la LPP mide la capacidad del hogar para satisfacer sólo seis necesidades: alimentos, vestido, vivienda, transporte público, salud y educación; la LPA mide esta capacidad sólo con respecto a alimentos y la LPC con respecto a alimentos, educación y salud. Cada uno de estos subconjuntos de necesidades recortadas cercena las necesidades no incluidas. El procedimiento adoptado para medir pobreza con las tres LPs truncadas, padece de lo que he llamado el problema de asimetría.

En la gráfica se explica este problema ejemplificándolo con la LP3 y la LPP. El criterio general de pobreza de ingresos es: un hogar es pobre si su ingreso total por persona es menor que la línea de pobreza (LP) por persona. Este criterio se puede expresar como una ecuación (o desigualdad). En la gráfica esto se ve al comparar la línea del ingreso total por persona (LITP) con la LP3. A medida que nos movemos hacia la derecha la LITP va aumentando. Cuando llega al nivel de la LP3 se identifican (en el eje horizontal) como personas pobres las situadas a la izquierda del punto P, ya que sus ingresos son menores que la LP3. Las personas a la derecha de P tienen ingresos más altos que LP3 y son no pobres.

El error conceptual y algebraico aparece cuando se compara esta misma LITP con la LPP (como se hace en el método oficial) que sólo cubre el costo de 6 necesidades (es decir, que no expresa el costo de satisfacer todas las necesidades). Se compara todo el ingreso

 

  

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con sólo una parte de lo que debe financiar. Esto arroja un nivel de pobreza igual a PP (bastante menor que P). El paso de LP3 a LPP equivale a restar de la LP3 el costo de las necesidades no incluidas y así obtener LPP. Como lo sabe cualquier estudiante de secundaria, cuando se resta algo de un lado de una ecuación es necesario hacer lo mismo del otro lado para mantener la igualdad (o la desigualdad). Esto no lo hizo el CT ni la Sedeso. Por tanto, subestimaron la pobreza. Al usar una LP truncada (la LPP) tendrían que haber restado del ingreso del hogar el costo de las otras necesidades no incluidas (o lo gastado en ellas) obteniendo así el ingreso disponible por persona (IDP). Esto se muestra en la gráfica con la línea del IDP que corta la LPP en el punto PPc que está a la derecha de PP. La distancia entre PP y PPc es la subestimación de la pobreza a la que conduce el método aplicado, que viola el principio de totalidad al incurrir en la asimetría de comparar el todo (el ingreso total) con una de las partes (la LPP que sólo representa el costo de 6 necesidades).

 

  

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12 DE DICIEMBRE DE 2008

José Revueltas, el movimiento del 68 y la autogestión académica

■ PLANTEÓ NECESIDADES RADICALES DE DEMOCRACIA CABAL Y COGNOSCITIVA

José Revueltas en su estudio Foto: Renata von Hanffstengel

Dice Roberto Escudero (líder del 68) en el prólogo al libro de José Revueltas (JR), México 68: juventud y revolución (Era, 1978/2008), que JR “se integró al movimiento desde el primer día, que todo lo compartió como uno más de sus miembros y que jamás, ni aun en la cárcel, exigió o aceptó siquiera los pequeños privilegios que los estudiantes le ofrecían”. Rescata una idea clave de JR: “cualquier movimiento revolucionario, incluido el de 1968, es socialista porque las necesidades de democracia cabal que plantean sólo pueden ser satisfechas cuando el proletariado… se libere a sí mismo y a la sociedad en su conjunto”. Esta idea es la misma contenida en el concepto que Ágnes Heller y György Márkus (los dos miembros más importantes de la Escuela de Budapest) han sistematizado a partir del pensamiento de Marx: las necesidades radicales, que definen como aquellas que genera pero no puede satisfacer el capitalismo. La democracia cabal, planteada por el movimiento estudiantil, es una necesidad radical. La diferencia con JR es que éste concebía al proletariado como la clase revolucionaria única, mientras para ellos los agentes del cambio son todos aquellos que cobran conciencia de sus necesidades radicales. Otras necesidades radicales son: tiempo libre, oportunidades para la creatividad y la autorrealización, y la de dejar de ser burgeois y transformarse en citoyen. Las experiencias personales transformadoras que vivieron en el 68 Margit Frenk e Isabel Molina y relataron en el Recordatorio realizado en septiembre de este año en el Colmex (y que decenas de miles vivimos también), las podemos reinterpretar a través del concepto de necesidades radicales: ser citoyen es superar la visión egocéntrica y egoísta del burgeois y convertirse en el zoon politikon que todos somos potencialmente. JR estaba movido, sin duda, por necesidades radicales.

 

  

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Otro planteamiento profundo de JR durante el movimiento del 68, coherente con la necesidad radical de democracia cabal, fue el de la autogestión académica que tuvo muy poco eco. Su propuesta, polémica porque parece poner fin a la huelga, la formuló como: “se mantiene la protesta, se reanudan los estudios”. Pero añade que hay que mantener el estado de huelga e instaurar la autogestión académica. Esta aparente contradicción se explica porque la reanudación de estudios sería en condiciones muy diferentes: una vez que los estudiantes hubiesen comprendido qué es la autogestión académica, se elegirían los comités de autogestión en cada facultad o escuela y, a partir de ellos, el consejo de autogestión. “El objetivo ideológico fundamental de la autogestión académica, dice JR, sería el de establecer el concepto y la práctica de la democracia cognoscitiva como instrumento de la lucha por la libertad y como la libertad misma del futuro”. No se trata de una utopía para la torre de marfil universitaria: el concepto de democracia cognoscitiva “aplicado a la realidad universitaria no hace sino ceñirse a la naturaleza objetiva en que la Universidad se sitúa a sí misma como caldo de cultivo donde las más diversas clases sociales –incluso el proletariado– nutren y desarrollan los cuadros que integrarán su conciencia organizada”.

Al menos dos experiencias posteriores al 68 habrían de seguir esta senda trazada por JR, quizás sin saberlo. Por una parte, los estudiantes de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), estaban manejando la escuela en co-gobierno con las autoridades y estaban buscando un profesor de Marxismo y, por extraños caminos, terminé siendo el elegido. Aunque el curso se llamó oficialmente Economía y Sociedad, y lo impartí dos veces, en 1970 y 1971, se decidió colectivamente que fuese un Seminario de El Capital. Fue un reto enorme para mí y una experiencia formidable para todos. Al tratar de explicar las sutilezas de las formas del valor y del fetichismo de las mercancías descubrí que se aprende enseñando. El asunto se amplió y se incorporaron otros maestros, entre ellos Bolívar Echeverría. Por otra parte, se implantó en la hoy Facultad de Economía un nuevo programa de estudios en el cual el pensamiento económico de Marx cobró gran presencia. Hoy hay una contraofensiva que amenaza con reducir aún más la enseñanza de la economía Marxista (ya hubo una reforma que la redujo). Me parece que ambas experiencias apuntan en la dirección de la democracia cognoscitiva propugnada por JR: al conformar escuelas en las que tanto la clase dominante como el proletariado nutren y desarrollan los cuadros que integrarán su conciencia organizada. Sin estas experiencias, la universidad que tendríamos, por lo menos en las ciencias sociales y las humanidades, sería una dictadura cognoscitiva al servicio de la clase dominante, como la que prevalece en las escuelas de economía del ITAM, del CIDE y de otras instituciones, muchas lamentablemente públicas.

JR define la autogestión como el automanejo y la autodirección de las actividades académicas por los colegios de profesores y alumnos. Propone una reforma radical de la educación y plantea la aspiración utopista, pero justamente por ello muy importante, de la abolición de las especializaciones:

 

  

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“Desde el punto de vista de la enseñanza, la autogestión funciona como una metodología más dinámica que los precedentes sistemas pedagógicos basados en conferencias y lecciones desde la cátedra que convertían al alumno en un costal de conocimientos y fórmulas vacías. La autogestión comienza por abolir la enseñanza ex-cátedra y el libro de texto. Se propone que maestros y estudiantes recorran y descubran juntos la misma aventura que el pensamiento tuvo que recorrer en el proceso del acto creador de las ideas cardinales... se trata de abolir las especializaciones para encontrar tras de cada disciplina particular la esencia del hombre desenajenado y el anuncio de su libertad. (pp. 101-102)

JR concluye ampliando la perspectiva de la autogestión a las actividades productivas y a la vida social como un todo, expresando con toda su fuerza la necesidad radical de democracia cabal:

De la autogestión académica deberá trascenderse a la autogestión social. Autogestión de las masas del pueblo, de los trabajadores de las fábricas, de los campesinos, por medio de los comités de lucha y los consejos populares de lucha” (p.102).

 

  

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19 DE DICIEMBRE DE 2008

Mercancías ficticias, hombre de hierro y economía moral /i

■ TRABAJO, MERCANCÍA FICTICIA: SÓLO LA ECONOMÍA MORAL PUEDE DEFINIR SU PRECIO

Armando Bartra, durante una entrevista sobre su libro El hombre de hierro Foto: Carlos Cisneros

En La gran transformación (Fondo de Cultura Económica, 2003) Karl Polanyi (KP) sostiene que nunca antes de nuestro tiempo fueron los mercados algo más que elementos accesorios de la vida económica, que como regla el sistema económico estaba absorbido por el sistema social. Donde los mercados fueron más desarrollados, como en el sistema mercantilista (siglos XVI a XVIII), estuvieron bajo el control de la autoridad central, añade. Mercados y regulación crecieron juntos.

En agudo contraste, la sociedad de mercado es un sistema económico controlado, regulado y dirigido por los precios de mercado: la producción y distribución de bienes se deja en las manos de este mecanismo autorregulado basado en la persecución de ganancias monetarias máximas. El sistema requiere que la producción esté controlada por los precios, puesto que las ganancias de quienes dirigen la producción dependerán de ellos; y de otros precios (salarios, renta de la tierra e intereses) que forman los ingresos de las personas, dependerá la distribución de los bienes entre ellas. La autorregulación supone que toda la producción es para la venta y que todos los ingresos derivan de ella, por lo cual debe haber mercados para todos los elementos de la actividad económica, no sólo para bienes (y servicios) sino también para el trabajo, la tierra y el dinero. Si todas las condiciones anteriores se cumplen, todos los ingresos se derivarán de las ventas en el mercado y los ingresos serán exactamente suficientes para comprar todos los bienes producidos, concluye KP. Además, nada debe permitirse que inhiba la formación de mercados, o que los ingresos se formen de otra manera distinta a la venta. Ni los precios, ni la oferta ni la demanda deben ser fijados o regulados.

 

  

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El cambio de mercados regulados a mercados autorregulados representó una transformación completa de la estructura social, ya que estos últimos demandan la separación institucional de la sociedad en una esfera económica y una política, así como que la sociedad esté sometida a los requerimientos de la economía: una economía de mercado sólo puede existir en una sociedad de mercado. Ello es así porque la economía de mercado debe comprender todos los elementos de la industria, incluyendo el trabajo, la tierra y el dinero. Los dos primeros son nada menos que los seres humanos que constituyen la sociedad y su entorno natural. Por tanto, incluirlos en el mecanismo del mercado significa subordinar la sustancia de la sociedad misma a las leyes del mercado, concluye KP. Nuestro historiador va más allá y señala que siendo elementos esenciales de la industria deben ser organizados en mercados,

Pero es obvio que el trabajo, la tierra y el dinero no son mercancías [objetos producidos para la venta en el mercado]. El trabajo es sólo otro nombre de una actividad humana que forma parte de la vida misma y que no es producida para la venta, ni puede esta actividad separarse del resto de la vida, o almacenarse; la tierra no es más que otro nombre de la naturaleza, que no es producida por el ser humano… Su descripción como mercancías es enteramente ficticia. Sin embargo, es con ayuda de esta ficción que los mercados reales de trabajo, tierra y dinero son organizados… la ficción mercantil, por lo tanto, provee un principio organizativo vital para la sociedad en su conjunto: que no debe permitirse ningún arreglo o conducta que pueda impedir el funcionamiento del mecanismo de mercado (p.77, edición en inglés, Beacon Press, Boston).

KP señala que este principio no puede sostenerse para el trabajo y la tierra pues dejar que fuese el mecanismo del mercado el director único del destino de los seres humanos y de su ambiente natural, resultaría en la demolición de la sociedad. Los seres humanos perecerían. Ninguna sociedad podría soportar los efectos de tal sistema ni siquiera por un periodo breve. KP dice que los efectos de la revolución industrial en la vida de las personas fueron espantosos y que la sociedad humana habría sido aniquilada si no hubiese sido por contra-movimientos protectivos. Concluye: “La historia social del siglo XIX fue el resultado de un doble movimiento: la extensión de la organización del mercado por lo que hace a las mercancías genuinas y su restricción en relación con las ficticias”.

Partiendo de este texto de KP y de Marx, Armando Bartra (AB), en El hombre de hierro. Los límites sociales y naturales del capital (Itaca, 2008) señala que la catástrofe anunciada por KP está implícita en un modo de producir que necesita tratar como mercancías a lo que no lo es. Que la necesidad del capital de acciones extraeconómicas para hacer viable su reproducción se expresa en el modo como se definen el salario y la jornada de trabajo, que conlleva según Marx un elemento ‘moral’. Añade que la batalla por la paga mínima y por la duración de la jornada de trabajo es parte de la historia de la lucha de clases pero también mecanismo permanente en la reproducción del capital, el cual de otro modo no podría definir ni el precio ni la magnitud de la mercancía fuerza de trabajo que no se produce de manera mercantil. Así el movimiento de los proletarios por establecer un grado de explotación compatible con su reproducción se muestra como un

 

  

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momento interno y a la vez externo al sistema económico, pues es ahí donde el capital negocia socialmente su acceso al factor trabajo; al hombre de carne y hueso sin duda subordinado pero en última instancia irreducible al hombre de hierro. AB cita el capítulo sobre la jornada de trabajo de El Capital y resume:

Fronteras morales, necesidades espirituales, nivel de cultura; categorías metafísicas en una perspectiva economicista que… aparecen aquí como única forma de fijar una magnitud decisiva en la reproducción del capital: la duración e intensidad de la jornada de trabajo… Así cuando menos en lo tocante al trabajo…resulta que al autómata mercantil hay que imponerle desde fuera candados sociales…y estos límites surgen de confrontaciones y pactos sociales traducidos en normas (p.127).

AB concluye que la economía moral y ecológica cruza por el centro mismo del modo de producción mercantil por excelencia. (p.134). Seguiré interconectando a ambos autores: Bartra y Polanyi.

 

  

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26 DE DICIEMBRE DE 2008

■ mercancías ficticias, hombre de hierro y economía moral/ II

■ EL FRACASO DE LA IMPLANTACIÓN DEL DERECHO A LA VIDA EN 1795

Trabajador en una estructura vial de la ciudad de México Foto: José Carlo González

En La gran transformación, después de explicar cómo el capitalismo necesita crear mercados para las mercancías ficticias trabajo, tierra y dinero para hacer posible el funcionamiento pleno de la economía de mercado (Economía Moral, 19/12/08), Karl Polanyi (KP) explora las resistencias que enfrentó este proceso. Empieza con el siglo XVIII, señalando que la sociedad de ese siglo

“… resistió inconscientemente cualquier intento de convertirla en un mero apéndice del mercado. Ninguna economía de mercado era concebible sin un mercado de trabajo; pero establecer ese mercado, especialmente en la civilización rural de Inglaterra, implicaba nada menos que la destrucción del tejido social tradicional. Durante el periodo más activo de la revolución industrial, de 1795 a 1834, la creación de un mercado [nacional] de trabajo en Inglaterra fue impedido por la Ley Speenhamland” (p. 81, edición en inglés, Beacon Press, Boston, 1957/2001; edición original: 1944; hay edición en español del Fondo de Cultura Económica).

Este dilema llevó a que se estableciera una regulación de un nuevo tipo para proteger al trabajo del funcionamiento mismo del mecanismo del mercado, dentro de las cuales desempeñó una posición estratégica la Ley Speenhamland (LS) de 1795, continúa KP. Previamente se había impedido la formación de un mercado nacional de trabajo, cuando ya existía para la tierra y el dinero, mediante restricciones legales a su movilidad física,

 

  

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atando al trabajador a su parroquia (Ley de Asentamiento de 1662). Aunque ésta fue eliminada en 1795, con lo cual se hubiese logrado crear el mercado nacional de trabajo, en el mismo año se estableció el “sistema de subvenciones” o LS que tendía a reforzar poderosamente el sistema paternalista de organización del trabajo heredado de los Tudor y los Estuardo1, afirma KP. La LS consistía en

“subsidiar los salarios de acuerdo a una escala dependiente del precio del pan, de manera que asegurase un ingreso mínimo [en términos reales calculados con el precio del pan] a los pobres independientemente de sus entradas monetarias (earnings). La famosa recomendación de los magistrados rezaba: ‘Cuando la hogaza de pan de un galón de una determinada calidad costase 1 chelín, entonces cada persona pobre e industriosa tendrá para su sostén personal 3 chelines a la semana, ya sea procurados por su trabajo personal o familiar o bien provenientes de una subvención de los impuestos para los pobres, y para el sostén de su esposa y de cada uno de los miembros de su familia, 1 chelín y 6 peniques’… se volvió la ley en la mayor parte del campo e, incluso, de una forma muy diluida en algunas ciudades-fábrica. Introdujo, ni más ni menos que la innovación social del ‘derecho a la vida’ y hasta su abolición en 1834, previno el establecimiento de un mercado laboral competitivo. Dos años antes, en 1832, la clase media forzó su acceso al poder, en parte para eliminar este obstáculo a la nueva economía capitalista. En verdad, nada podía ser más obvio: el sistema salarial demandaba imperativamente el retiro del “derecho a la vida”–en el nuevo régimen del hombre económico, nadie trabajaría por un salario si podía vivir sin hacer nada (o poco más que nada) (p. 82)

Como apreciará el lector, la LS constituyó, ni más ni menos que un ingreso ciudadano universal, al menos en la interpretación de KP.2 Aunque duró sólo 39 años, habría prevalecido de manera amplia en Inglaterra. Pero los resultados de su vigencia, según KP, fueron desastrosos: el derecho a la vida probó ser una trampa mortal para los asalariados mismos:

“La paradoja era sólo aparente. Bajo la Ley Isabelina los pobres eran forzados a trabajar a cualquier nivel de salarios que pudiesen obtener y sólo quienes no pudiesen obtener ningún trabajo tenían derecho a recibir apoyo y no se otorgaba apoyo para complementar los salarios. Bajo la LS un hombre recibía apoyo incluso si estaba trabajando, siempre que sus salarios fuesen menores al ingreso familiar estipulado en la escala. Por tanto, ningún trabajador tenía ningún interés financiero en satisfacer a su empleador, pues su ingreso sería el mismo independientemente de los salarios que percibiese, excepto si los salarios pagados eran superiores a la escala, evento que no era la regla en el campo porque el empleador podía obtener trabajo casi a cualquier nivel de salarios: cuan poco fuese lo que pagara, la subvención traería el ingreso al nivel de la escala... A la vuelta de algunos años, la productividad del trabajo empezó a descender… el trabajo se volvió mera simulación para mantener las apariencias… La extensión del apoyo sin reclusión [en las casas del trabajo], la introducción de apoyo complementario a los salarios, con subvenciones separadas para la esposa y los hijos… significó una dramática vuelta, por lo

 

  

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que se refiere al salario, del principio regulativo [paternalismo] que estaba siendo rápidamente eliminado en la vida industrial como un todo.” (p. 83)

El argumento de KP se centra en los incentivos negativos que la LS habría significado para la productividad del trabajador, ya que el pago no estaba relacionado con ésta y, si perdía el empleo seguiría recibiendo el mismo pago. Esto habría impedido que lo que era un subsidio al salario, que le permitía al empresario pagar muy bajos salarios, fuese aprovechado por éste para obtener altas tasas de ganancia y expandir sus actividades. Lo que pasaba puede sintetizarse parafraseando lo que se dice en México con respecto a algunos puestos de la burocracia: “el empresario hace como que les paga; los trabajadores hacen como que trabajan” y el que paga es el sistema de subvenciones. Sin embargo, KP señala que ninguna medida fue tan popular como ésta. Le llama “paraíso de los tontos” y dice que sus lecciones no fueron nunca olvidadas. Añade que si la reforma de 1832 (que no explica) y la nueva ley de pobres de 1834 son concebidas como el comienzo del capitalismo moderno, ello se debe a que “pusieron fin al reinado del terrateniente benévolo y su sistema de subvenciones. El intento de crear un orden capitalista sin un mercado de trabajo había fallado estrepitosamente” (p. 84).

Las lecciones para el hoy y el aquí son enormes. Las intervenciones en una economía (y sociedad) de mercado deben diseñarse con mucho cuidado, so pena de producir efectos contraproducentes. En particular, es una lección importante para el diseño del Ingreso Ciudadano Universal (ICU) y otras transferencias similares.

1 La primera familia reinó entre 1485 y 1603; la segunda entre 1603 y 1714.

2 La visión de la LS de Verónica Villarespe (Pobreza: teoría e historia, UNAM-Juan Pablos, 2002, pp.35-37) es mucho más limitada. En primer lugar, porque relativiza el ingreso suplementario al señalar que era común a otros sistemas de apoyo a los pobres, y en segundo lugar, porque dice que sólo se implantó en el sur de Inglaterra. La autora, que no cita a KP, hace una revisión exhaustiva de las leyes de pobres.

 

  

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200902 ENERO 2009

Mercancías ficticias, hombre de hierro y economía moral / III ■ EL CAPITALISMO COMO ECONOMÍA MORAL, SEGÚN ARMANDO BARTRA

En la primera entrega de esta serie (19/12/08), asocié la concepción de las mercancías ficticias (trabajo, tierra y dinero) de Karl Polanyi, con la visión del capitalismo como economía moral de Armando Bartra (AB) que desarrolla en su excelente libro El hombre de hierro. Los límites sociales y naturales del capitalismo (Itaca, 2008, 213 pp.). El significado del título del libro puede transmitirse con dos frases, una del capítulo introductorio “Tiempo de carnaval”: “La subsunción (‘subordinación’ en lenguaje cotidiano) en el capital es universal y con ella la alienación a la máquina económica. Al autómata mercantil que envilece las relaciones entre nosotros y de nosotros con la naturaleza” (p. 25); y la otra frase del capítulo “Del luddismo1 utópico al luddismo científico”: “Como las factorías inglesas, el laboratorio del Dr. Frankenstein es una obscena cámara de torturas tecnológicas de la que salen hombres rotos, tasajeados, envilecidos. Tal como salen obreros quebrantados y embrutecidos de las fábricas textiles. Para Mary Shelley [autora de Frankenstein], como para los ludditas, las máquinas engendran monstruos” (p.36). El sentido del subtítulo del libro lo explica AB en el Preámbulo: “El subtítulo del libro es mi cuota de optimismo: el hombre y la naturaleza serán el muro insalvable con que se tope el hombre de hierro, un límite que no puede trascender sin destruirnos a todos y a sí mismo, una cota que no le dejaremos cruzar simplemente porque en ello nos va la vida” (p.15). El capítulo 3 (“El reino de la uniformidad”), empieza aclarando que la ciencia no es algo esotérico sino terrenal: “La ciencia tiene la huella de su tiempo: lleva la marca de las relaciones económicas y sociales donde se desarrolla, y la lleva no sólo en sus aplicaciones sino también en sus valores, estructura y objetivos” (p.73). Hacia el final del capítulo cita a Claudio Napoleoni para mostrar que la tecnología y la ciencia en que se apoya no es neutral, que sí hay una tecnología del capital, que las máquinas tal como las conocemos son el fruto de una tecnología y de una ciencia que ha sido pensada sobre la premisa del trabajo enajenado, persiguiendo la ganancia capitalista, habría que añadir. Concluye AB que “para cambiar el sistema no basta que la tecnología cambie de manos y propósitos; si otro mundo ha de ser posible, también han de serlo otra ciencia y otra tecnología” (p.88). El capítulo 4 (“Perversiones rústicas”) aborda como “La diversidad de origen agrario resiste [a la uniformante industrialización]. Pero la heterogeneidad de los agrosistemas es perversa para la economía del gran dinero por lo que desde hace más de doscientos años el capitalismo está tratando de sustituirla por la llamada ‘agricultura industrial’”. (p. 94). El capítulo finaliza identificando el campo central de esta batalla: La uniformidad productiva necesaria para que el mercado funcione bien choca con la terca diversidad de sus premisas: el hombre y la naturaleza. Contradicción que arrecia en la periferia del sistema, entendida ésta como el conjunto de actividades que por su propia índole son resistentes al modelo productivo de la gran industria pero también como los territorios ecológicamente más pródigos, complejos y frágiles que por lo mismo son el reducto de la diversidad biológica y cultural. Así el combate decisivo contra el hombre de hierro es el que se libra en los trópicos. (p.120)

 

  

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El capítulo 5, “El capitalismo como economía moral” comienza citando a Rosa Luxemburgo, quien dice que el “capitalismo necesita, para su existencia y desarrollo, estar rodeado de formas de producción no capitalistas”. AB sugiere generalizar la sugerencia de Claude Faure –que “la agricultura puede ser el punto de partida para una reflexión sobre el funcionamiento de todo el orden social justamente porque está al margen”– extendiéndola a todo aquello que sucede en las orillas, que aparece como no esencial y que, sin embargo, oculta la clave de un “orden contrahecho” (p.121). Aclara que lo que está en los márgenes no es únicamente la agricultura y otras relaciones ‘precapitalistas’ sino la restauración de las condiciones de la producción (hombre y naturaleza) que no pueden ser producidas como mercancías. Dice AB que así como en el capítulo sobre la jornada de trabajo del libro primero de El Capital Marx muestra al sistema del gran dinero como una involuntaria pero obligada ‘economía moral’, también podemos entenderlo como una forzada pero insoslayable economía ecológica, y añade que ambas heterodoxias sólo existen gracias a la resistencia social (p.125). Marx añade que la jornada de trabajo “tropieza con ciertas fronteras de carácter moral. El obrero necesita una parte del tiempo para satisfacer necesidades espirituales y sociales cuyo número y extensión dependen del nivel general de la cultura” (citado por AB, p.126). Sin embargo, el propio Marx apunta que “en su impulso ciego y desmedido el capital no sólo derriba las barreras morales, sino que derriba también las barreras puramente físicas de la jornada de trabajo”. AB cita la espeluznante cifra de 500 mil tejedores manuales fallecidos en la primera mitad del siglo XIX en Inglaterra como consecuencia de las jornadas extenuantes, los salarios por debajo del límite fisiológico y el desempleo. Al final, la implantación de la jornada normal de trabajo, reglamentada en detalle en la ley, será el fruto de largas luchas de clases. Al capital, dice AB, “hay que imponerle, desde fuera, candados sociales; sin resistencia, el capital acaba con sus propias premisas, sin contrapesos sociales la locomotora capitalista descarrila”. Concluye: La economía moral y ecológica cruza por el centro mismo del modo de producción mercantil por excelencia. El capitalismo realmente existente ha sido y es una economía política que restringe, controla o suple al mercado. Una producción y una distribución intervenidas por criterios extraeconómicos: valores que se imponen mediante la lucha, expresan correlaciones de fuerzas sociales, cristalizan en leyes y son aplicados por el Estado” (p.134) 1El luddismo fue un movimiento de resistencia (rompían máquinas y quemaban fábricas) al maquinismo de la revolución industrial que encabezó el general Edgard Ludd. Dice AB que las máquinas simbolizaban el fin de la economía moral.

 

  

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09 enero 2009 

Crisis del capitalismo mundial/ I ■ ORIGEN INMEDIATO: COLAPSO INMOBILIARIO Y FINANCIERO

Toda crisis es también oportunidad de transformación. Resulta central, por ello, para todos aquellos que nos hemos declarado en resistencia ante el capitalismo salvaje, comprender la presente crisis mundial. Tenemos que contestar muchas preguntas, como: ¿Es esta crisis diferente de las anteriores? ¿Cuáles son sus características? ¿Cuál es la relación entre ellas? ¿Es ésta una crisis de la modalidad del capitalismo neoliberal o una crisis del capitalismo como tal? ¿La superación de la crisis requerirá transformaciones de fondo o sólo cosméticas? ¿Salidas a la crisis económica sin cambios fundamentales y drásticos del patrón tecnológico, y de las relaciones entre la economía real y la financiera, pueden ser algo más que parches temporales? Inicio esta serie con la intención de apoyarme en los mejores escritos presentes de autores nacionales y extranjeros (pero también en los autores del pasado que han iluminado el camino (como Marx, Sweezy, Keynes, Galbraith). Lo primero que hay que entender claramente es por qué el capitalismo genera crisis cíclicas. En segundo lugar hay que dilucidar si los ciclos económicos actuales son similares a los del siglo XIX y primera mitad del XX. Antes de entrar a las explicaciones de las crisis, describamos los orígenes y el desarrollo de la crisis actual, para lo cual seguiré a Arturo Guillén (AG): “La crisis inmobiliaria y la recesión global”, ponencia presentada en el Coloquio Internacional “América Latina: escenarios del nuevo siglo”, Buenos Aires, octubre 22-24, 2008. AG señala que la crisis inmobiliaria que comenzó a manifestarse a comienzos de 2007 provocó una crisis financiera de grandes proporciones y el inicio de una recesión de alcance global. Recuerda que durante los años noventa la economía estadunidense vivió “la expansión cíclica más larga de su historia moderna” asociada a tres factores: el ascenso de la nueva economía –informática, Internet, telecomunicaciones–, la globalización y la ‘burbuja’ financiera, de la cual fue parte la burbuja inmobiliaria que, entre otros elementos, se manifestó en aumentos muy acelerados de los precios de las viviendas (véase gráfica). Aunque la expansión llegó a su fin en 2000, la recesión fue benigna (y la recuperación rápida) en gran medida por la continuidad del boom

 

  

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inmobiliario que sustituyó (como factor de continuidad del crecimiento del consumo privado) al auge de la nueva economía, los valores de cuyas acciones se habían desplomado. AG cita a Samuelson: “El boom inmobiliario salvó la economía (…) Hartos del mercado de acciones, los estadunidenses se volcaron en una orgía de bienes raíces”. El valor de la propiedad (de la vivienda) poseída por los estadunidenses se elevó de 10 billones (trillions) de dólares a 20 billones entre 2000 y 2005, continúa AG quien destaca que, hacia el final del “boom inmobiliario, al saturarse el mercado, es cuando entran en escena los llamados préstamos subprime [o de segunda] concedidos a grupos de bajos ingresos, bajo condiciones leoninas, riesgosos y sin garantías”. Añade que la burbuja inmobiliaria fue alentada por la política monetaria laxa seguida por la FED [la banca central de EU] y que la ‘financiarización’ [que AG designa más adelante como régimen de acumulación con dominación financiera] de la economía fue respaldada por la desregulación financiera implementada desde los años ochenta y fortalecida en 1999. También AG explica que los mínimos de capitalización exigidos a los bancos por el Banco de Pagos de Basilea llevaron a éstos a mover sus negocios hacia intermediarios no bancarios. En 2005 concluyó el auge inmobiliario en EU, explica AG: la venta de casas nuevas y usadas empezó a disminuir y la “cartera vencida de los créditos subprime comenzó a crecer como la espuma”. El impacto de estos fenómenos fue muy amplio porque las deudas hipotecarias habían sido bursatilizadas (transformadas en bonos hipotecarios cotizados en la bolsa de valores) con lo cual “los riesgos se diversificaron entre una cadena de intermediarios financieros (bancos de inversión, fondos institucionales, aseguradoras, etcétera”), explica AG, quien añade que las agencias calificadoras, “alcahuetes del capital financiero”, se prestaron cómodamente a esta economía casino, mediante la asignación de altas calificaciones a tales bonos hoy convertidos en basura. A partir de julio (y sobre todo de octubre) de 2007 las bolsas de valores empezaron a resentir los efectos de la crisis inmobiliaria. La crisis inmobiliaria, hace notar AG, no es sólo de EU sino que afecta “también a las mayores economías del mundo y a las emergentes” por dos razones: 1) el auge inmobiliario abarcó a muchas economías: por ejemplo, los precios inmobiliarios se duplicaron o triplicaron en países como Irlanda, Gran Bretaña, España y Sudáfrica (véase gráfica); 2) debido a la globalización financiera los tenedores de los bonos hipotecarios (y otros instrumentos asociados) se ubican en numerosos países. La crisis es global, continúa, no sólo por su cobertura geográfica sino porque afecta a toda la estructura financiera: de las hipotecas subprime la crisis pasó a los mercados de crédito (contracción aguda del crédito) con repercusiones en la economía real. Las hipotecarias y las principales compradoras de hipotecas entraron en quiebra (o están al borde de entrar). Algunas fueron nacionalizadas. Los bancos de inversión quebraron, muchos de los bancos comerciales del mundo se encuentran envueltos en la crisis, señala AG y explica este hecho porque “el régimen de acumulación con dominación financiera, constituido a partir de la crisis de la deuda de 1982, es una estructura piramidal en cuya cúspide se encuentran los grandes bancos comerciales”. AG termina esta sección (“El desarrollo de la crisis financiera”) analizando la reacción de las autoridades monetarias de EU y Europa ante la crisis financiera: baja drástica de la tasa de interés de referencia hasta, en EU, hacerla negativa en términos reales (lo cual, comenta, abre la puerta a un círculo vicioso de corte deflacionario como el de Japón en los años noventa); compra de cartera chatarra; abandono de una “política basada en principios” por otra “decidida en el vuelo”. Continuaré analizando, en la próxima entrega este importante trabajo de Arturo Guillén, quien en la siguiente sección hace una “interpretación teórica de la crisis”.

 

  

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16 enero 2009 

Crisis del capitalismo mundial /II ■ INTERPRETACIÓN TEÓRICA DE LA CRISIS

Habiendo descrito en la entrega anterior (Economía Moral, 09/01/09) el origen de las manifestaciones externas de la crisis en la ruptura de la burbuja inmobiliaria y la consecuente crisis financiera, siguiendo de cerca a Arturo Guillén (AG), conviene tratar de entender su trasfondo tratando de explicar por qué en el capitalismo se producen recurrentemente crisis periódicas y las características específicas de esta crisis en particular. AG (“La crisis inmobiliaria y la recesión global” ponencia presentada en el Coloquio Internacional “América latina: escenarios del nuevo siglo”) al abordar la interpretación teórica de la crisis se remonta, en primer lugar, a la crisis estructural de los años setenta del siglo pasado, que “señaló el fin del largo periodo de estabilidad estructural del capitalismo iniciado en la posguerra”. AG identifica cuatro hechos que se pueden calificar como determinantes de dicha crisis, dos de los cuales me parecen centrales: la baja de la tasa de ganancia y la crisis del sistema monetario financiero internacional de Bretton Woods (que implicó el fin del patrón oro-dólar y del régimen de tipos de cambio fijos). Esta crisis, continúa nuestro autor, “desencadenó un conjunto de procesos de destrucción-restructuración de los sistemas productivos, así como de las instituciones y de las políticas económicas de los gobiernos”. Éstos y los segmentos más poderosos del capital impulsaron un conjunto de transformaciones entre las que enumera: a) El lanzamiento de una ofensiva de gran envergadura del capital contra el trabajo, que aún continúa, con el fin de contrarrestar la caída de la tasa de ganancia y que incluyó el incremento de la intensidad del trabajo; flexibilización de las normas laborales; desmantelamiento de la seguridad social y de los sistemas de bienestar, recorte de empleos, subcontratación, etc. b) Búsqueda de salidas en los mercados externos ante la contracción de los internos (aceleración del comercio exterior, de la inversión extranjera directa y de los movimientos de capital de portafolio). c) La liberalización y desregulación de los mercados de bienes y de activos financieros. d) la instauración de un régimen de acumulación con dominación financiera, en la cual las finanzas privadas imponen su lógica de operación a todo el sistema económico. AG, siguiendo a autores de la escuela “regulacionista” (M. Aglietta, F. Chesnais) ahonda en el último punto: “La implantación de un régimen de acumulación con dominación financiera implicó un cambio cualitativo en la lógica de la reproducción del capital”, en la cual la “esfera financiera predetermina la economía real” y somete las formas de gestión de las corporaciones a las necesidades de rentabilidad de corto plazo. Las firmas se financiarizan, añade, lo que importa ahora es el valor accionario [es decir, en bolsa] de la corporación y aumentar sus ingresos mediante la participación activa de sus tesorerías en los mercados financieros. La rentabilidad de las empresas y los ingresos de sus directivos

 

  

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pasan a depender crecientemente del valor de sus acciones en bolsa, en la cual los inversionistas institucionales cobran gran presencia. La gestión de las corporaciones, que se basaba en sanciones a posteriori lo hace ahora con base en restricciones y normas a priori, lo que modifica en profundidad sus objetivos y sus modos de gestión. A esto, añade AG que también hay una profunda transformación en el funcionamiento de los sistemas financieros donde predominan ahora los mercados de obligaciones y los bancos de inversión. Las corporaciones emiten sus propias obligaciones, dependiendo menos de los bancos, los cuales ahora emiten también sus propios títulos en el mercado de obligaciones. Ello va acompañado de un proceso de diversificación e innovación constante de los instrumentos financieros, incluyendo los llamados derivados, creados para disminuir riesgos En síntesis, concluye AG, el “régimen de acumulación con dominación financiera subordina toda la lógica de la reproducción del capital a las necesidades de valorización del capital financiero” y plantea una pregunta central: si este régimen de acumulación con dominación financiera elevó la fragilidad y los riesgos sistémicos de la estructura financiera. Me parece que la pregunta es más amplia y que debemos referirnos a la fragilidad de la economía en su conjunto. La opinión de AG es que sí aumentó la fragilidad porque la nueva estructura, al fragmentar los riesgos entre una amplia cadena de intermediarios, aumenta el riesgo sistémico. Citando la revista The Economist, AG proporciona, entre otros, los siguientes datos sobre la economía de EU que refuerzan algunas de las tesis comentadas: a) las ganancias financieras, como porcentaje del total de ganancias corporativas pasaron del 10% en 1980 al 40% en 2007; b) la participación de las acciones de sociedades financieras en el valor total del mercado accionario pasó en el mismo periodo del 6% al 19%; c) un portafolio de acciones, bonos y otros instrumentos rendía, antes de la crisis inmobiliaria, 14% anual, casi cuatro veces más que en el régimen financiero anterior; d) en 1980 la deuda del sector financiero era sólo el 10% de la deuda corporativa no financiera, y ahora representa la mitad. Estos serían algunos rasgos del capitalismo del presente según AG y los autores en los que se apoya. Es este capitalismo el que está en crisis mundial hoy día. Me parece que la descripción de AG de este capitalismo no puede dejarse de lado al analizar la crisis actual. La gran duda, sin embargo, es si estos cambios introducen una diferencia esencial o no en la dinámica capitalista que conduce a las crisis. AG señala más adelante que lo que se vive ahora es una crisis de deuda-deflación como son todas las grandes crisis financieras del capitalismo, pero que no es un receso cíclico estándar si no una recesión pos-burbuja inmobiliaria. La pregunta fundamental es si podemos o no explicar esta crisis, como el propio AG explica la del decenio de los años 70, por una baja en la tasa de ganancia, alrededor de la cual gira la explicación fundamental de las crisis capitalistas para Marx y sus seguidores, y también (de alguna manera) para Keynes y los keynesianos. La baja cíclica en la tasa de ganancia está ligada a la ley sobre la tendencia de dicha tasa a descender inevitablemente a largo plazo a medida que se mecaniza y automatiza la producción (véase gráfica). Fuente: elaboración propia a partir del cuadro 36 (p. 173) de J. Steindl, Maturity and Stagnation in American Capitalism, Basilm, Blackwell, Oxford, Gran Bretaña, 1952

 

  

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23 enero 2009 

Crisis del capitalismo mundial / iii ■ TEORÍA DE LAS CRISIS DE MARX, SEGÚN JOHN STRACHEY

En la historia del pensamiento económico hay dos autores que sobresalen por su contribución al entendimiento de las crisis capitalistas: Karl Marx y John Maynard Keynes. Ahora que enfrentamos la crisis mundial más grave después de la de 1929 es necesario volver a ellos para tratar de entender la crisis actual. Entre los divulgadores del pensamiento de Marx sobre las crisis sobresalen John Strachey (JS), Maurice Dobb y Paul Sweezy. Como señalé en la entrega anterior (16/01/09), la teoría Marxiana (calificativo que se usa para lo referido a Marx mismo, mientras Marxista se usa para referirse no sólo a Marx sino a Engels y a los seguidores de ambos) de las crisis se deriva, en lo fundamental, de la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia (G’), aunque Sweezy (Teoría del Desarrollo Capitalista, Fondo de Cultura Económica, 1945) distingue entre crisis relacionadas con esta ley y crisis de realización, distinción que convendrá abordar en próxima entrega. Dicha ley establece que, como el trabajo vivo es el único creador de valor (y de plusvalía: P), a medida que la producción se mecaniza, se automatiza, cada trabajador está dotado de más y mejores medios de producción (trabajo muerto), para lo cual el capitalista tiene que invertir cada vez más una mayor proporción del capital en dichos medios (capital constante: C) y una menor en trabajo vivo (capital variable: V), haciendo que aumente la proporción del capital constante en el total [C/ (C+V)], a la que Marx llama la composición orgánica del capital (O)1. Dice JS que no hay ninguna duda que O ha subido, está subiendo y tiene que seguir subiendo, pues esta alza es la esencia del progreso técnico. La tasa de ganancia [G’=P/(C+V)] aumenta con el aumento de la tasa de plusvalía [P’=P/(C+V), donde P es la masa de plusvalía] y disminuye con el aumento de O, de donde, dada la tendencia de O a aumentar, se desprende la ley citada.2 JS en su libro La naturaleza de las crisis capitalistas (Fondo de Cultura Económica, 1939, capítulo XVI) sostiene que la tendencia decreciente de G’ es un hecho observado y aceptado por “economistas capitalistas” como Lionel Robbins y Friedrich von Hayek, pero que sólo el análisis de Marx provee una explicación racional de dicha tendencia. JS se pregunta en qué medida es compatible el capitalismo con esta tendencia a la baja de G’ y contesta señalando que el propósito de la producción capitalista es el aumento del monto absoluto de ganancia, lo que puede ser alcanzado, a pesar de la baja en la tasa de ganancia(G’), aumentando suficientemente rápido el monto de capital total para que sobre-compense la baja en G’, lo que significaría que el monto de V (capital invertido en fuerza de trabajo) aumente3.

 

  

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JS señala que para Marx la tasa mínima de acumulación necesaria para el funcionamiento del capitalismo es la que logra esto. A esto le denomina la ley de las dos caras (en las traducciones al español de El capital esta expresión se traduce, del alemán, como ley de doble filo o ley bifacética) según la cual tanto la baja en G’ como el aumento en el monto absoluto de P son condiciones del funcionamiento del capitalismo. A estas dos condiciones Marx agregaría la del ejército industrial de reserva (porción desempleada de la fuerza de trabajo) que permita el crecimiento de V. JS cita El capital: El número de obreros empleados por el capital, es decir, la masa absoluta de trabajo que éste pone en movimiento, por ende la masa absoluta del plustrabajo que ha absorbido, por consiguiente la masa del plusvalor que ha producido, y por lo tanto la masa absoluta de la ganancia que ha producido, puede aumentar entonces, y hacerlo en forma progresiva a pesar de la baja progresiva de la tasa de ganancia. Éste no sólo puede ser el caso. Debe serlo –al margen de fluctuaciones transitorias– sobre la base de la producción capitalista. El proceso capitalista de producción es, esencialmente y a la vez, un proceso de acumulación. (Edición en español de Siglo XXI editores, Tomo III, vol. 6, p. 277; cursivas de Marx.) De aquí deriva JS el dilema básico del capitalismo: el dilema entre ganancias o abundancia que se puede describir diciendo que “los salarios son al mismo tiempo demasiado bajos para causar un exceso de oferta y demasiado altos para disminuir el ritmo de acumulación. Strachey añade que es la existencia de este dilema el que hace que las crisis capitalistas sean inevitables. Ahora podemos entender, continúa, por qué Robbins y Hayek recomiendan disminuir salarios, pues buscan eliminar todos los obstáculos para una tasa máxima de acumulación. Y mientras sólo Marx puede explicar el porqué, hay acuerdo que la tasa máxima de acumulación es condición esencial de la existencia del capitalismo. Concluye JS: “Éste es el diablo dentro del capitalismo que lo empuja hacia adelante. Ésta es la ley que industrializó el mundo. Ésta es la ley que hoy está empujando a los capitalistas a buscar nuevas áreas de explotación por todo el planeta. La ley de las dos caras se ha convertido, por otra parte, en una ley de guerra”. JS cambiaría parcialmente de opinión ante el influjo de las ideas de Keynes. 1 Aunque la composición orgánica del capital, O, se suele expresar como (C/V) o a la inversa como V/C, como lo hace JS), es más preciso expresarla, como lo hace notar Sweezy, de la manera que se hace en el texto. Sólo así la fórmula de la tasa de ganancia (G’) que se presenta en el siguiente pie de página, se puede derivar matemáticamente de las definiciones de P’ y de O. Marx en el Capítulo XIII del Libro Tercero de El Capital (obra que dejó inconclusa) no expresa algebraicamente O, ni la fórmula de G’ en términos de O, desarrollando el argumento con base sólo en ejemplos. 2 La fórmula de la tasa de ganancia, G’, es: G’ = P’(1-O) (Sweezy, op. cit. p. 91). Nótese que 1-O es igual a [V/(V+C)], por lo que G’ se puede expresar, como lo hace Marx en el Capítulo III del Libro Tercero de El Capital, así: G’ = P’ [V/ (C+V)], o sea que G’ varía en el mismo sentido en que lo hace la tasa de plusvalía (P’) y la proporción entre V y (C+V). 3 Hace aquí JS una distinción importante. Mientras para el capitalista individual lo que importa es la tasa de ganancia sobre su capital, pues esto es lo que lo guía sobre cómo debe usarlo (por ejemplo, si debe o no moverse a otra rama de actividad), para la clase capitalista en su conjunto lo que importa, en una última instancia, es el monto (y no la tasa) de ganancia. Es necesario aclarar que para Marx esta Ley predice sólo una tendencia y no un hecho inevitable porque hay un conjunto de causas contrarrestantes que analiza en el capitulo XIV del Libro Tercero de El capital. JS también las analiza.

 

  

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30 enero 2009 

Crisis del capitalismo mundial /IV ■ INEVITABILIDAD DE LAS CRISIS Y ESENCIA DEL CAPITALISMO

Carlos Marx Foto: Archivo Boeing, AT&T, AOL, Starbucks, son algunas de las empresas mundiales que el día de ayer anunciaron recortes de personal para contrarrestar la caída en sus ganancias. Recordemos con Marx, la esencia y misión histórica del capitalismo: La tasa de ganancia es la fuerza impulsora de la producción capitalista, y sólo se produce lo que se puede producir con ganancia y en la medida en que ésta puede obtenerse. De ahí el temor de los economistas ingleses a la disminución de la tasa de ganancia. El hecho de que la mera posibilidad inquiete a Ricardo, demuestra precisamente su profunda comprensión de las condiciones de la producción capitalista… El desarrollo de las fuerzas productivas del trabajo social es lo que constituye la misión histórica y la razón de ser del capital. Es así precisamente como crea, sin proponérselo, las condiciones materiales para una forma de producción superior. Lo que desasosiega a Ricardo es que la tasa de ganancia —acicate de la producción capitalista, condición y motor de la acumulación—se vea en peligro por el propio desarrollo de la producción. Y en este caso, la proporción cuantitativa lo es todo. Hay algo más profundo escondido en este punto, que Ricardo sólo vislumbra. Se revela aquí de un modo puramente económico…, desde el punto de vista de la producción capitalista misma, su limitación, su carácter relativo, el hecho de no ser un modo de producción absoluto, sino sólo un modo de producción histórico, correspondiente a cierta época de desarrollo limitado de las condiciones materiales de producción. (El Capital, Libro Tercero, capítulo XV)1 Habiendo citado este párrafo, John Strachey (JS), en su libro sobre las crisis escrito en 1935 en plena depresión, JS interpretó equivocadamente (como otros Marxistas) el significado de ésta: “ahora es claro que la época de desarrollo limitado, en la cual el capitalismo podía cumplir su misión ha terminado. La fuerza productiva del trabajo social ha sido desarrollada al grado supremo al que puede ser desarrollada por el capitalismo”. Meghnad Desai sostiene en un libro (Marx’s Revenge, Verso, 2002) escrito 67 años después, cuando el socialismo realmente existente se había derrumbado, que Marx se vengó de críticos y distorsionadores al hacerse evidente que el capitalismo sigue cumpliendo su misión histórica y que el ‘socialismo’ instaurado en la URSS resultó prematuro2, validando así la famosa frase del prólogo de la Contribución a la Crítica de la Economía Política (Siglo XXI editores, 1980): “Una formación social jamás perece hasta tanto no se hayan desarrollado todas las fuerzas productivas para las cuales resulta ampliamente suficiente, y jamás ocupan su

 

  

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lugar relaciones de producción nuevas y superiores antes de que las condiciones de existencia de las mismas no hayan sido incubadas en el seno de la propia antigua sociedad”. Las crisis capitalistas se manifiestan siempre, dice JS siguiendo a Marx, como trabajadores desempleados al lado de capital ocioso (véase gráfica). Si se usase ese capital la tasa de ganancia (G’) caería a niveles demasiado bajos. El capitalismo sólo se podría estabilizar si, maximizando el ritmo de acumulación, manteniendo bajos los salarios, produjese más máquinas que produjesen más máquinas que produjesen más máquinas, pero como en algún momento esto se tiene que traducir en más bienes de consumo, enfrenta el hecho de salarios demasiado bajos para absorber la creciente producción. Si de todas maneras lograse estabilizarse en ese ritmo máximo, lo que Marx no creía posible, de todas maneras tarde o temprano enfrentaría un aumento salarial por el aumento en la demanda de fuerza de trabajo por arriba del crecimiento de la población trabajadora, y ello haría caer las tasas de plusvalía (P’) y G’ de manera estrepitosa. Es decir, se reduciría a cero el “ejército industrial de reserva” Así el alza de los salarios reales que ocurrió en los países centrales en el periodo dorado de la 2ª posguerra, si bien hicieron algo para evitar los excedentes de producción, tuvieron un efecto negativo en G’. Los periodos de auge asociados con alza en los salarios reales, decía JS en los años 30, siempre terminaban en crisis por la caída en G’. Por ello Marx (en el siglo XIX) que estos períodos eran heraldos de la crisis. La población es, entonces, el factor limitante último de las posibilidades del desarrollo capitalista, dice JS. Para sobrevivir tiene que encontrar nuevas fuentes de abastecimiento de fuerza de trabajo explotable. Pero aun así, el siguiente límite es aquél en el cual nueva inversión resultaría en una masa de ganancia menor, porque se deprimiría G’ de todo el capital (el nuevo y el preexistente). Sea que la crisis se provoque por la incapacidad de vender una masa aumentada de bienes de consumo o por el aumento en los salarios, las consecuencias inmediatas son las mismas. En ambos casos la siguiente etapa de acumulación se vuelve imposible porque no generaría utilidades. Los nuevos capitales generados por la plusvalía se mantienen ociosos. Se atesoran en los bancos. Hay sobreproducción de capital. La competencia entre los capitalistas para evitar que su capital no sea el que permanece ocioso, genera codazos nacionales e internacionales (la guerra). La crisis (desempleo del capital y de la fuerza ed trabajo) se manifiesta en la destrucción física de capital y, sobre todo, en su desvalorización (que se refleja en la caída del valor de las acciones), así como en la caída en los salarios reales. Con ello se empiezan a dar las condiciones para la recuperación, porque ambas desvalorizaciones aumentan G’. El concepto básico de las crisis para Marx es el de sobreproducción de capital y también de mercancías, dice JS quien explica que no es sobreproducción en relación con las necesidades sino sobreproducción en términos de la generación de ganancias. Se cierra el círculo: el propósito del capitalismo es la producción de ganancias y es, en relación con ellas, que debe concebirse la sobreproducción. Cuando cumple cabalmente su propósito genera más capital (plusvalía) que el que puede ser invertido sin disminuir la masa de ganancias. 1 Es el último párrafo de la sección “Exceso de capital y exceso de población”. He combinado las traducciones al español publicadas por el Fondo de Cultura Económica y por Siglo XXI, así como la versión en inglés del párrafo, que cita John Strachey en The Nature of Capitalist Crisis (Covici Friede Publishers, Nueva York, 1935, p. 290). Versión en español: La naturaleza de las crisis capitalistas, Fondo de Cultura Económica, 1939) 2 Para un análisis detallado de las ideas desarrolladas en este libro véase las entregas de Economía Moral del primero, 8, 15 y 22 de julio del 2005.

 

  

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6 febrero 2009 

Crisis del capitalismo mundial / V ■ KEYNES MUESTRA QUE DESEMPLEO Y RECESIÓN SON

‘NORMALES’ Aunque sólo he abordado algunas de las ideas más generales de la teoría de las crisis de Marx (entregas de enero 23 y 30), dejo pendiente profundizar en su análisis y exploro a partir de hoy las ideas de John Maynard Keynes, el otro autor central en el esclarecimiento de las crisis. La teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, de Keynes, publicada en 1936, cambió radicalmente las concepciones de los economistas de la corriente dominante y sentó los fundamentos para un cambio drástico del papel de los gobiernos en la economía capitalista. Es muy importante entender que la experiencia de una depresión prolongada cambia, para todas las personas. muchas cosas por mucho tiempo. Quienes vivimos la larga depresión de la economía mexicana de los años 80, sabemos eso en carne propia. La experiencia traumática del mundo desarrollado durante la gran depresión de los años 30 ha sido captada por John Kenneth Galbraith en el capítulo “La psicosis de la depresión” de American Capitalism (1952 y 1956): La gran depresión de los años 30 nunca llegó a su fin. Simplemente desapareció en la gran movilización de los años 40 [provocada por la Segunda Guerra Mundial]. Para una generación entera se convirtió en la vida normal en tiempos de paz en EU: lo que hay que temer y esperar. Medida por su huella permanente en las acciones y actitudes, la depresión se sitúa junto con la Guerra Civil como uno de los dos eventos más importantes de la historia de EU desde la revolución [de independencia]. La depresión no sólo contribuyó profundamente a la inseguridad con la que los estadunidenses ven su economía, sino también tuvo una importante influencia en la conducta económica. Esta depresión podría haber quedado sólo como un accidente si las ideas no hubiesen situado la depresión como el patrón normal de comportamiento del capitalismo no administrado, continúa Kenneth Galbraith. Las ideas las proveyó Keynes, añade Kenneth, quien iguala la influencia de la Teoría general a las de la Riqueza de las naciones, de Adam Smith, los Principios, de David Ricardo, y El capital de Marx. Keynes destruyó los argumentos de la famosa Ley de Say que sostiene que la oferta crea su propia demanda, que los ingresos generados y distribuidos por la producción siempre permiten adquirir exactamente la producción, por lo cual la sobreproducción y las crisis son imposibles. Éste era el credo dominante entre los economistas neoclásicos en los

 

  

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años 30, a pesar de la evidencia empírica de las crisis y de que Marx había mostrado el absurdo de la Ley de Say en el capítulo III del Libro Primero de El capital en 1867 (¡69 años antes que la Teoría general!): “… lo que se pretende probar es que el vendedor lleva al mercado su propio comprador… Nadie puede vender si no hay quien compre. Pero no es necesario comprar inmediatamente después de haber vendido. La circulación [que utiliza el dinero como medio] derriba las barreras temporales, locales e individuales del intercambio de productos [trueque] y lo hace precisamente porque escinde, en la antítesis de venta y compra, la identidad directa existente aquí [en el trueque] entre enajenar el producto del trabajo propio y adquirir el del trabajo ajeno … Cuando cosas que por dentro forman una unidad, puesto que se completan recíprocamente, revisten al exterior una forma de independencia, y ésta se agudiza hasta llegar a un cierto grado, la unidad se abre paso violentamente por medio de una crisis… Por eso estas formas entrañan la posibilidad, aunque sólo la posibilidad, de crisis. Para que se convierta en realidad tienen que concurrir un conjunto de condiciones que no se dan todavía dentro de la órbita de la circulación simple de mercancías. (Combino las traducciones del Fondo de Cultura Económica y de Siglo XXI editores.) Marx distingue el trueque, la circulación simple de mercancías, que utiliza el dinero como medio, pero persigue el propósito de satisfacer necesidades, y la circulación capitalista de mercancías cuyo único sentido es el lucro. Las crisis corresponden sólo a esta última forma. Marx hace notar que James Mill, Say y, en general la “economía apologética” igualan las tres formas, ocultando sus diferencias y, por tanto, derivando la falsa conclusión de la imposibilidad de la crisis. John Strachey (El capitalismo contemporáneo, Fondo de Cultura Económica, 1960) dice que este pasaje de Marx contiene el germen del concepto de preferencia por la liquidez que Keynes utiliza para explicar las crisis en su aspecto monetario. Lo hizo así porque observó que la teoría monetaria había sido una parte insatisfactoria y separada de la economía ortodoxa, lo que estaba asociado a su incapacidad para explicar las crisis. En el modelo neoclásico el ahorro y la inversión se equilibraban a través de la tasa de interés. Si las intenciones de ahorro son más altas que las de inversión, la tasa de interés bajaría desestimulando el ahorro e incentivando la inversión, hasta que ambas se igualaran. Dice Kenneth Galbraith que Keynes proveyó una teoría de la tasa de interés que no la hace depender de la oferta y demanda de ahorros, sino que está basada en el deseo de mantener dinero líquido (la preferencia por la liquidez) y que, aunque esta nueva teoría de Keynes no es del todo plausible, al argumentar a su favor logró persuadir a muchos de que la teoría neoclásica era inadecuada. Y que fue este ataque el que destruyó la vieja fe en el equilibrio con pleno empleo. Rota la conexión entre la tasa de interés y los ahorros, explica, un aumento en el ahorro (que no se traduce en inversión) podría resultar en una insuficiencia del poder adquisitivo para comprar el volumen de bienes producidos. Keynes pensaba que al aumentar el ingreso subía la propensión a ahorrar y bajaba la propensión a consumir en las sociedades (véase gráfica). Otra razón por la cual la economía no necesariamente genera pleno empleo en su visión es la rigidez a la baja de los salarios nominales. Strachey explica cómo la dinámica de la crisis según Keynes se puede originar en una disminución en la propensión de los ricos a invertir (expectativas de ganancias a la baja serían la explicación); esta disminución desencadena los siguientes acontecimientos: aumenta la preferencia por la liquidez y una parte de sus ingresos de los ricos no se gasta ni en consumo ni en inversión, es decir, los ricos intentan atesorar. Pero esta operación se autoanula porque disminuyen la demanda y la producción, comienza una depresión y los ingresos caen a tal nivel que los ricos, que intentaban atesorar, ya no pueden hacerlo. Gastan en consumo o inversión su, ahora,

 

  

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más bajo ingreso. Se igualan ahorro e inversión, pero a un nivel más bajo de ingreso y empleo.

 

  

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13 febrero 2009 

Crisis del capitalismo mundial / VI ■ KEYNES: EL EMPLEO DEPENDE DE LA DEMANDA EFECTIVA, NO DEL SALARIO

Cuando el mundo vivió la gran depresión (1929-1939), la sabiduría convencional de la “ciencia económica” dominante, simbolizada por la Ley de Say (“la oferta crea su propia demanda”) estipulaba que las crisis eran imposibles. Después de la gran depresión y de la “revolución keynesiana”, dice Paul Krugman en su nuevo libro: “Puesto que los economistas han aprendido la lección, nada como la gran depresión puede volver a pasar. ¿O si puede? A finales de los años 90 un grupo de economías asiáticas –que producen cerca de una cuarta parte del PIB mundial– experimentaron una recesión con una horripilante semejanza a la gran depresión… como en los años 30 la medicina económica convencional mostró ser inefectiva, tal vez incluso contraproducente. Que algo así pudiera pasar en el mundo moderno debió haberle producido escalofríos a quien tuviese sentido de la historia, como fue mi caso... Vi la crisis asiática como un signo ominoso para todos, como una advertencia que los problemas de depresión económica no han desaparecido del mundo moderno. Es triste decir que tuve razón en estar preocupado. Cuando esta nueva edición va a prensa, buena parte del mundo, incluyendo Estados Unidos, está contendiendo con una crisis financiera y económica que se asemeja mucho más a la gran depresión que la crisis asiática…”1 La frase de Krugman marcada en cursivas muestra que la “ciencia económica convencional” ha perdido la brújula, si es que alguna vez la tuvo. Refuerza la importancia de volver a estudiar a Marx y a Keynes. En la entrega del 6 de febrero empecé el abordaje de Keynes, cuya Teoría general (1936)2 significó la derrota de la Ley de Say y ayudó a abrir una nueva época del capitalismo en la cual la política económica keynesiana, que promovía el pleno empleo, se combinó con el desarrollo de los Estados de Bienestar, que redistribuyeron masivamente el ingreso mediante tasas impositivas progresivas y muy

 

  

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elevadas a los ingresos altos para financiar servicios sociales públicos gratuitos de vocación universalista. Por las dificultades que la lectura de la Teoría general impone, diversos autores escribieron manuales o libros de texto para facilitar su comprensión. En ésta y sucesivas entregas me apoyaré en la que escribió A.H. Hansen3. Debo advertir que estas lecturas de Keynes no son inocentes: tratan de minimizar la ruptura entre este autor y la tradición neoclásica (que se suele llamar “clásica”) y tienden a volver estático su análisis dinámico. Keynes atacó la Ley de Say en la versión de Pigou que, según Hansen, sostiene que la “economía moderna” tiende a generar pleno empleo (todo desempleo observado es friccional), porque: “las tasas de salarios se ajustan de tal manera que estados diferentes de la demanda de mano de obra, una vez establecidos, tienden a asociarse con promedios similares de tasas de desocupación… [la desocupación que existe en cualquier momento] se debe totalmente al hecho de que ante cambios en las condiciones de la demanda las resistencias friccionales impiden que se hagan los ajustes apropiados en los salarios en forma instantánea”. (Pigou, Theory of Unemployment, 1933, citado en Guía de Keynes, p.27.)4 Keynes sostuvo que los trabajadores son renuentes a aceptar reducciones en sus salarios nominales, pero además mostró que su baja generalizada en lugar de llevar a un aumento de la ocupación, como creía Pigou, llevaría a su disminución porque, al bajar el ingreso de todos los asalariados, disminuiría el consumo y, por tanto, caería la demanda de trabajadores (que producen los bienes de consumo). El cambio paradigmático es profundo: la variable principal en la determinación de la ocupación no es el nivel salarial sino la demanda efectiva (suma del consumo, C, y la inversión, I). La demanda de trabajo es una demanda derivada de las decisiones de producción e inversión y no depende centralmente del nivel de los salarios. Por tanto, el salario deja de ser el precio cuyas fluctuaciones equilibran oferta y demanda de trabajo.5 La intersección entre la función de oferta global (el valor de toda la producción) y la demanda efectiva (C+I) es la que determina el nivel de ocupación como se muestra en la gráfica. La curva de oferta es la línea recta de 45° que sale del origen. La función consumo es la curva que sale del punto A. Como se aprecia, a mayores niveles de actividad económica, la brecha entre la función consumo y la oferta total se amplía. Es la tarea de la inversión cerrar la brecha. Pero si el consumo depende del ingreso corriente, la inversión depende, según Hansen, del cambio tecnológico y el crecimiento de la población a largo plazo y de las expectativas de ganancias a corto plazo. En algunos modelos keynesianos las expectativas se definen como dependientes del crecimiento del ingreso o crecimiento económico. En todos los casos podemos reinterpretar estos determinantes de la inversión en función de las oportunidades de inversión lucrativa que generan. La inversión es la variable determinante en todos los modelos de crecimiento económico keynesianos y el motor es la búsqueda de la ganancia. Como se aprecia en la gráfica, el equilibrio puede obtenerse a un nivel de empleo Na menor al empleo pleno N. No hay razón alguna, en ausencia de políticas específicas, para que haya una tendencia al pleno empleo: la Ley de Say fue derrotada por Keynes: el capitalismo no se autorregula. Las reformas neoliberales desreguladoras olvidaron esto y las grandes depresiones volvieron. 1 Paul Krugman, The Return of Depression Economics and the Crisis of 2008 (El regreso de la teoría económica de la depresión y la crisis del 2008), W.W. Norton, Nueva York, 2009, pp. 3-4. 2 John Maynard Keynes, Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, Fondo de Cultura Económica, cuarta edición, 2003/2006. 3 Alvin H. Hansen, Guía de Keynes, Fondo de Cultura Económica, 1953.

 

  

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4 El nivel de ceguera de Pigou (como el de sus colegas de entonces y de muchos de ahora) es tal que no ve nada especial en la mercancía fuerza de trabajo: no percibe que debajo de cierto nivel del salario el trabajador muere de hambre; que, por tanto hay un piso mínimo debajo del cual los salarios no pueden bajar. El libro citado lo publicó en plena gran depresión, cuando el desempleo en EU era de 25 por ciento de la población activa. 5 Este cambio paradigmático ha sido aplicado, hasta sus últimas consecuencias, por Fernando Noriega quien ha sostenido la “inexistencia del mercado de trabajo”: “Según esta teoría, dice Noriega, las empresas no demandan más trabajo cuanto más baratos se venden los trabajadores, sino cuanto más les requiere el mercado de aquello que producen. Por tanto, la relación inversa entre demanda de trabajo y salario real de la teoría neoclásica parece completamente alejada de estos resultados”. Macroeconomía para el desarrollo. Teoría de la inexistencia del mercado de trabajo, Mc Graw Hill, 2001, p. 67.

 

  

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20 febrero 2009

Crisis del capitalismo mundial/ VII KEYNES: CENTRALIDAD DE LAS EXPECTATIVAS DE GANANCIAS

El Libro Primero de El Capital nos enseña que no todo dinero es capital, que el dinero se vuelve capital cuando, de ser simple expresión de valor, se convierte en valor que se valoriza a sí mismo, en dinero que incuba más dinero. Por su parte, “como agente consciente de este movimiento, el poseedor de dinero se convierte en capitalista. El contenido objetivo de este proceso de circulación –la valorización del valor– es su fin subjetivo, y sólo actúa como capitalista, como capital personificado, dotado de conciencia y voluntad, en la medida en que sus operaciones no tienen más motivo propulsor que la apropiación progresiva de riqueza abstracta. El valor de uso no puede, pues, considerarse jamás como fin directo del capitalista. Tampoco la ganancia aislada, sino el apetito insaciable de ganar” (p. 109, edición Fondo de Cultura Económica.) Los capítulos 11 y 12 de la Teoría general, de Keynes, abordan el incentivo para invertir, elemento central del capitalismo. Hansen en su Guía de Keynes (Fondo de Cultura Económica, 1953) explica que el incentivo para invertir será fuerte si el “valor de un bien de capital adicional es mayor que su costo”. Esto equivale a que la tasa de ganancia esperada del bien de capital (a la que Keynes llama eficiencia marginal del capital1 o EMC) debe ser mayor que la tasa de interés para que haya incentivo a invertir. Por tanto, para Keynes el volumen de inversión en la economía estará determinado por la intersección de la curva de la EMC y la curva de la tasa de interés. Keynes supone que la EMC para cada tipo de bien de capital irá descendiendo a medida que aumenta la inversión en dicho bien porque el rendimiento probable bajará o porque la presión sobre las instalaciones que lo producen hará subir su precio. Nótese que esto supone que el último bien de capital invertido resulta en una ganancia neta (después de descontar los intereses) igual a cero. Con ello se maximiza la masa de ganancia, lo que coincide con el planteamiento de John Strachey de que en la teoría de Marx el conjunto del capital busca maximizar la masa y no la tasa de ganancia, como lo señalé en Economía Moral del 30/01/09. Con argumentos y bases teóricas muy diferentes, esta idea de Keynes sobre el descenso de la EMC coincide con la de Marx sobre la tendencia descendente de la tasa de ganancia, como lo he planteado en entregas anteriores de esta serie. Otra diferencia

 

  

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importante es que el planteamiento de Keynes está formulado en términos de expectativas y no en términos de valores observados, como parece ser el de Marx: “Notará el lector que la EMC se define aquí en términos de expectativa del rendimiento probable y del precio de oferta corriente del bien de capital. Depende de la tasa de rendimiento que se espera obtener del dinero si se invirtiera en un bien recién producido; no del resultado histórico de lo que una inversión ha rendido sobre su costo original si observamos retrospectivamente sus resultados” (Keynes, Teoría General, p. 147). Es la EMC esperada, y no la observada, la que determina la inversión. Keynes critica la teoría económica vigente (la neoclásica) por su carácter estático que no toma en cuenta las expectativas: La teoría usual de la distribución, donde se supone que el capital da en el presente su productividad marginal [como ganancia] sólo es válida en una situación estacionaria” (pp. 149-150). Keynes insiste en el papel de las expectativas y explica su accionar: “La confusión más importante respecto al significado e importancia de la EMC ha sido consecuencia de no haberse advertido que depende del rendimiento probable del capital y no solamente de su rendimiento corriente. Esto puede aclararse mejor señalando el efecto que tiene la expectativa de modificaciones en el costo previsto de producción sobre la EMC, bien sea que se esperen esos cambios como resultado de alteraciones en el costo del trabajo, es decir, en la unidad de salarios, o de invenciones y nueva técnica. La producción resultante del equipo producido en la actualidad tendrá que competir, mientras dure, con la producción del equipo producido después, quizá a un costo menor en trabajo, tal vez por un técnica mejorada… Más aun, las ganancias del empresario (medidas en dinero) procedentes del equipo, nuevo o viejo, se reducirán si toda la producción se hace más barata. En la medida en que tales desarrollos se prevean como probables, o aun como posibles, disminuye en proporción la EMC producido en la actualidad. (pp. 151-152) Y añade, ubicando la EMC como la variable clave de los ciclos económicos: “Es importante entender la dependencia que hay entre la EMC… y los cambios en las expectativas, porque es principalmente esta dependencia la que hace a la EMC quedar sujeta a ciertas fluctuaciones violentas que son la explicación del ciclo económico” (p.154). Al finalizar el capítulo 11 de la Teoría general Keynes dice que “la razón de que el futuro económico esté ligado con el presente se encuentra en la existencia de equipo duradero”. Y en el siguiente capítulo pinta un cuadro vivo sobre “lo extremadamente precario de las bases de conocimiento en las que han de basarse nuestros cálculos de los rendimientos probables” (p. 159). De esta afirmación, y de otras similares del capítulo 12 parten Foster y Madgoff: “Para que una economía capitalista funcione bien, el plusvalor que genera debe ser invertido en nueva capacidad productiva. Sin embargo, la inversión en el capitalismo moderno, argumentó Keynes, era en el mejor de los casos riesgosa, pues las decisiones de inversión que determinan el nivel del producto en el presente están basadas en las expectativas de ganancias de esta inversión durante varios años futuros. Bajo estas circunstancias, dominadas por la incertidumbre, la subinversión puede derivar de diversos factores, incluyendo la existencia de capacidades ociosas en planta y equipo, una sensación de que el mercado de bienes de consumo está o estará pronto saturado, una percepción de que la frontera externa para la expansión es limitada, etc. La recepción de la Teoría General en EU fue muy afectada por la recesión de 1937, en la que la economía de EU sufrió un cambio de tendencia a la baja muy fuerte, subiendo el desempleo del 14% al 19%... Los economistas se enfrentaron con el espectro de un estancamiento económico continuado. Alejándose de los modelos mecánicos en los que el tiempo está ausente, Hansen enfatizó las implicaciones de largo plazo del pensamiento de Keynes,

 

  

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presentando lo que se llamó la tesis del estancamiento”. (John Bellamy Foster y Fred Magdoff, The Great Financial Crisis, Monthly Review Press, Nueva York, 2009, pp. 12-13). 1 Lamentablemente la traducción al español de la Guía de Keynes, de Hansen (Fondo de Cultura Económica, 1953), traduce este término, correctamente traducido en la versión al español de la Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero (Fondo de Cultura Económica, 4ª edición, 2003), como eficacia marginal del capital.

 

  

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27 febrero 2009

Crisis del capitalismo mundial/ VIII LA TEORÍA DEL ESTANCAMIENTO DEL CAPITALISMO MADURO

En The Great Financial Crisis, John Bellamy Foster y Fred Magdoff (FyM) citan un encabezado de la revista satírica The Onion: “Nación abrumada por la recesión solicita burbuja para invertir en ella”; comentan que la revista “acierta en el problema crucial del moderno capital monopolista-financiero: el estancamiento de la producción y el crecimiento de burbujas financieras como respuesta1. FyM se reconocen como herederos de una tradición: “Mucho más que otros, este libro resulta de ‘estar parados sobre los hombros de gigantes’ que a su vez estaban parados sobre los hombros de gigantes. Está construido sobre los fundamentos establecidos por Paul Baran, Paul Sweezy y Harry Magdoff, quienes a su vez se apoyaron en Marx, Veblen, Schumpeter, Keynes, Kalecki, Steindl y Minsky” (p.8). Estos autores habrían sentado las bases para el diagnóstico central del libro: “la Gran Crisis Financiera ha superado a todos [los shocks económicos que la precedieron a finales del siglo XX]. Tanto la economía de EU como la del mundo en su conjunto están en un estado de decadencia aguda, enfrentando lo que probablemente será un estancamiento prolongado” (pp.11-12). La explicación hay que buscarla en los mismos autores: A pesar de la prosperidad de los años 50 y 60 del siglo pasado, durante los cuales “los descubrimientos de Keynes fueron domesticados y reinsertados en el análisis neoclásico pre-keynesiano (a lo que la colega más joven de Keynes, Joan Robinson, llamó keynesianismo bastardo)”, “algunos economistas radicales, keynesianos y Marxistas, desafiando la visión dominante de la época, continuaron planteando el tema del estancamiento, sosteniendo que seguía siendo el problema central de la economía capitalista monopolista y que la prosperidad de los años sesentas dependía de estímulos de corto plazo insostenibles” (p.14). En El Capital Monopolista de Paul Baran y Paul Sweezy (1966), se señala que: “…no hay manera de evitar la conclusión que el capitalismo monopolista es un sistema auto-contradictorio que tiende a generar cada vez más excedente pero que no provee las salidas de consumo y de inversión requeridas para su absorción… Puesto que el

 

  

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excedente que no puede ser absorbido no será producido, se sigue que el estado normal de la economía capitalista monopolista es el estancamiento…lo que significa la sub-utilización crónica de los recursos humanos y materiales disponibles…En ausencia de fuerzas compensatorias que no forman parte de la ‘lógica elemental’ del sistema, el capitalismo monopolista se hundiría más y más en un pantano de depresión crónica…Estas fuerzas compensatorias existen…y se analizan en los siguientes tres capítulos” (p.108, edición original en inglés). Esas fuerzas compensatorias son elementos que estimulan la demanda: “La cuestión para el capital monopolista no es si estimular o no la demanda. Tiene que hacerlo so pena de muerte. La pregunta es cómo hacerlo” (p.113). Sólo serán promovidas formas de hacerlo compatibles con los intereses del capitalismo monopolista, como los esfuerzos de ventas (publicidad y mercadotecnia), gastos gubernamentales civiles y militares (véase gráfica que muestra que la prosperidad o la recuperación ha sido acompañada de gastos gubernamentales crecientes). El concepto de excedente fue desarrollado por Paul Baran en La economía política del crecimiento (Fondo de Cultura Económica, 1957): “El excedente económico real es la diferencia entre la producción real generada por la sociedad y su consumo efectivo corriente” (p.39), que es menor que la plusvalía (P), pues es sólo la porción de ésta que está siendo acumulada.2 En contraste, el “excedente económico potencial es la diferencia entre la producción que podría obtenerse (en un ambiente dado con la ayuda de los recursos productivos utilizables) y lo que pudiera considerarse consumo esencial”. Baran aclara que este nuevo concepto también difiere de P, pues no incluye el consumo esencial de los capitalistas ni el gasto gubernamental esencial que sí están en P, y al comprender la producción perdida a causa del desempleo que no está incluida en P (p.40). En El Capital Monopolista, Baran y Sweezy señalan que el análisis de Marx en El Capital supone una economía competitiva predominante en el siglo XIX, pero que ya no lo es. Que a pesar del énfasis de Hilferding y Lenin en la presencia dominante de los monopolios, este cambio no ha sido incorporado al análisis de los principios de funcionamiento y las leyes del movimiento de la economía capitalista monopolista, y que en el análisis económico Marxista sigue reinando El Capital. Los autores declaran que “el propósito radical de su libro es remediar esta situación empezando por reconocer que la competencia (pequeñas empresas que producen una fracción despreciable de una producción homogénea de su rama) ha dejado de ser la forma predominante de relaciones de mercado, lugar que actualmente ocupan las empresas grandes que producen una parte significativa de la producción de su rama de actividad, y que pueden controlar los precios y el volumen de su producción. No podemos abstraer esta forma dominante ni introducirla como un mero factor modificador: tenemos que incluirla en el centro mismo del esfuerzo analítico (p.6). En Teoría del desarrollo capitalista (Fondo de Cultura Económica, 1942), Sweezy manifestó su acuerdo con Hilferding quien dice que “la realización de la teoría de Marx de la concentración, de las fusiones monopolistas, parecen resultar en la invalidación de la teoría del valor de Marx”. Sweezy resume así los más importantes efectos del monopolio en el funcionamiento económico capitalista: 1) suben los precios de las mercancías monopolizadas; 2) la tasa de ganancia única de la competencia es sustituida por una jerarquía de tasas de ganancia; 3)aumenta, en general la tasa de acumulación y se acentúan las tendencias a la baja de la tasa promedio de ganancia y al subconsumo; 4) se bloquea la inversión en las industrias monopolizadas y se aglomera el capital donde hay mayor competencia, lo que lleva a que la tasa de ganancia pertinente para las decisiones de inversión sea más baja; 5) se fortalece el sesgo de la tecnología capitalista a ahorrar mano de obra; 6) Los costos de venta suben, lo que crea puestos de trabajo

 

  

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improductivo y lleva a la baja de las ganancias monopólicas extraordinarias, al aumento del consumo y a la baja de la tasa de acumulación. Lo anotado en el punto 6 tiende a compensar lo anotado en 3), 4) y 5), pero lo hace llevando no al desarrollo de las fuerzas productivas sino desviando los recursos a usos socialmente innecesarios y al desperdicio. 1 The Great Financial Crisis. Causes and Consequences, Monthly Review Press, Nueva York, 2009, p.7. 2 Hay aquí un pequeño error ya que la plusvalía acumulada no incluye los ahorros de los asalariados que sí están incluidos en la diferencia entre producción y consumo

 

  

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Marzo 

6 marzo 2009

Crisis del capitalismo mundial/ IX ABRAZO SIMBIÓTICO ENTRE TENDENCIA AL ESTANCAMIENTO Y

FINANCIARIZACIÓN

Expliqué en la entrega anterior (27/02/09) que John Bellamy Foster y Fred Magdoff (FyM) en su libro The Great Financial Crisis (Monthly Review Press, Nueva York, 2009) se consideran herederos de la tradición analítica de Paul Baran, Paul Sweezy y Harry Magdoff, que se puede englobar con el nombre de teoría del estancamiento del capitalismo monopolista financiero. FyM se apoyan en esta teoría (ya explicada en mi entrega de la semana pasada) y en el escasamente percibido planteamiento de Keynes sobre el papel contradictorio de las finanzas en la economía capitalista. El desarrollo de la corporación es inseparable del desarrollo de las finanzas modernas, incluyendo el mercado de valores industriales y un nuevo y más importante papel del crédito y la deuda en toda la economía. Añaden: “La bolsa de valores misma, sugirió Keynes, fue sobre todo un producto de los intentos de los inversionistas de reducir los riesgos asociados con la inversión productiva mediante la tenencia de derechos a la riqueza escriturados en papel y por tanto fácilmente transferibles. Pero una vez que esto ocurrió, el capitalismo adquirió crecientemente un aspecto dual reflejado en dos estructuras diferentes de formación de precios: la de los productos físicos y la de los activos financieros. Cada uno operado por separado. Al quedar convertidos los activos de largo plazo de las corporaciones en compromisos financieros de corto plazo, surge la posibilidad, argumentó Keynes, que la economía fuera más y más rehén de la especulación, generando más y más volatilidad e inestabilidad… Para Keynes, la estructura de las finanzas modernas propiciaba un desacoplamiento periódico entre el mercado de activos financieros y la producción, y la posibilidad de que las burbujas especulativas seguidas de su inevitable estallido pudieran desestabilizar el sistema en su conjunto” (FyM, p. 16).1 Citan aquí una famosa y profética frase de Keynes:: “los especuladores pueden no hacer daño cuando sólo son burbujas en una corriente firme de espíritu de empresa; pero la situación es seria cuando la empresa se convierte

 

  

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en burbuja dentro de una vorágine de especulación” (Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, Fondo de Cultura Económica, 4ª edición, 2003, p. 167). FyM relatan que el crédito de haber redescubierto y desarrollado estas agudas percepciones de Keynes corresponde a Hyman Minsky, quien postuló la hipótesis de la inestabilidad financiera. Para Minsky, dicen FyM: “El talón de Aquiles de un sistema financiero desarrollado es su dependencia de un flujo constante de ingreso en efectivo, en particular ganancias, para apoyar y validar la continua expansión. La inestabilidad del sistema financiero aumenta en el tiempo al apilarse deuda sobre deuda en una burbuja que estallará en cuanto se vuelva más lento el flujo de efectivo. La economía moderna, por lo tanto, se vuelve crónicamente dependiente de la función de prestamista de última instancia de los bancos centrales y de las tesorerías gubernamentales…”. (p. 17)2 Además, Sweezy y Harry Magdoff insistieron durante 30 años a través de las páginas de Monthly Review, dicen FyM, en las relaciones entre el estancamiento y lo que luego habría de llamarse financiarización (el remplazo, como centro de gravedad de la economía, de la producción por las finanzas). El argumento de Sweezy y Magdoff, continúan FyM, es que la tendencia al estancamiento crea las condiciones para un viraje mayor en el papel de las finanzas en el capitalismo estadunidense: de ayudante modesto a fuerza impulsora. La especulación financiera se convirtió en una segunda locomotora del crecimiento, dada la debilidad de la primera locomotora, la inversión productiva. Se aceleró el proceso de endeudamiento creciente que se convirtió en rasgo institucionalizado de la economía, presente todo el tiempo y no sólo durante las orgías especulativas que ocurrían históricamente en las cimas del ciclo económico (véase gráfica). El funcionamiento del sistema se volvió más y más dependiente de una serie de burbujas financieras cada una más grande que la anterior. Para Harry Magdoff y Sweezy, la esencia del dilema del capitalismo en su etapa monopolista se captura en el “abrazo simbiótico” entre el estancamiento y la financiarización. La economía no puede vivir sin la financiarización (y otros propulsores como el gasto militar), pero al final de cuentas no puede vivir con ella, dicen FyM. Añaden que el argumento central de su libro es que una evaluación realista de la historia económica reciente requiere centrarse en la interrelación entre la tendencia al estancamiento del capital monopolista y las fuerzas contrarrestantes, la más importante de las cuales es la financiarización, al grado que podemos hablar hoy del capital monopolista financiero. Por si hiciera falta FyM aclaran cuál es el problema de fondo y cuál el síntoma: “La explosión financiera en EU y otras economías capitalistas avanzadas desde los años sesentas es sintomática de la tendencia subyacente al estancamiento cuyas raíces se encuentran en el patrón de acumulación del capital monopolista financiero. Es este patrón y no la financiarización (o la crisis actual de la financiarización) la que constituye el verdadero problema. Marx explicó que las crisis resultan de la sobreproducción de capital. En efecto, Marx escribió que ‘la barrera real de la producción capitalista es el capital mismo’. El sistema se confronta ahora duramente contra esta barrera de múltiples maneras. No hay posibilidad que el sistema en esta etapa de su historia y con la estructura existente de desigualdad, pueda absorber vía la inversión productiva, el enorme excedente que ha alimentado la explosión financiera. Al mismo tiempo, el proceso de financiarización mismo está en crisis. El prospecto más probable, por tanto, es un estancamiento profundo y prolongado” (pp. 20-21). Las importantísimas conclusiones de este párrafo parecen irrefutables y sus consecuencias son gravísimas. Podemos entender la financiarización como un keynesianismo privado espontáneo que ha sido, aún más que el gasto militar y el publicitario, lo que ha mantenido a flote el capitalismo aunque sin superar la tendencia al

 

  

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estancamiento. Si la financiarización está en crisis, ¿cuál será la salida a ese enorme excedente que el sistema genera? ¿Podrá el presupuesto enviado por Obama remplazar, aunque sea parcialmente, esta función de la financiarización? El estancamiento profundo y prolongado del capitalismo, recordemos la historia de la primera mitad del siglo XX, puede llevar a fortalecer el fascismo y corrientes similares de ultraderecha en el mundo. 1 FyM se apoyan no sólo en la Teoría general sino también en los Essays in Persuassion (Ensayos de persuasión), de Keynes, publicados en 1932. 2 FyM citan un artículo autobiográfico de Minsky, escrito en 1992, e incluido en P. Arestis y M. Sawyer, A Biographical Dictionary of Dissenting Economists, (Edgard Elgar, 2000), así como el libro de Minsky: Stabilizing an unstable Economy (estabilizando una economía inestable), Yale University Press, 1986.

 

  

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13 marzo 2009

Crisis del capitalismo mundial/ X LÍMITES DEL CAPITALISMO Y TEORÍA DEL DERRUMBE DE GROSSMANN

Al final de la entrega del 06/03/09 señalé que la crisis de la financiarización (el reemplazo de la producción por las finanzas como centro de gravedad de la economía), que se había constituido en mecanismo central para posponer la tendencia al estancamiento del capitalismo monopolista financiero, volvía inevitable la pregunta de cuál mecanismo encontraría el capitalismo de hoy para intentar absorber los enormes excedentes que genera, y si el presupuesto de Obama cumpliría esta función al menos parcialmente. Joseph Stiglitz, premio Nobel de economía, declaró que el paquete de Obama, aunque mejor que el rescate de Bush, será insuficiente y que “la crisis será peor” (La Jornada, 12/03/09). La respuesta de Stiglitz nos puede llevar a concluir que la tendencia al estancamiento o incluso el derrumbe completo del sistema capitalista es una posibilidad hoy. El derrumbe, y los límites del capitalismo, han sido objeto de amargas controversias en la historia del Marxismo. En palabras de Henryk Grossmann (HG), “el problema que aquí tratamos es el problema central o, mejor dicho, el problema del capitalismo”. Añade: “Se investiga la cuestión de si el capitalismo plenamente desarrollado se halla en condiciones de extender, sin límite alguno, el proceso de reproducción sobre bases progresivamente más amplias, o si, por el contrario, esta extensión tropieza con barreras infranqueables” (La ley de la acumulación y del derrumbe del sistema capitalista, Siglo XXI, 1979; edición original en alemán, 1929, p.5). Más adelante señala que la “idea de que el modo de producción capitalista” no constituye “un orden natural imperecedero” sino histórico y, por tanto, transitorio, “ya había sido enunciado antes de Marx”, por Sismondi (p.7). A pesar del enorme desarrollo que las fuerzas productivas experimentan bajo el capitalismo. “El monopolio ejercido por el capital se convierte en traba del modo de producción que ha florecido con él y bajo él. La concentración de los medios de producción y la socialización

 

  

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del trabajo alcanzan un punto en que son incompatibles con su corteza capitalista. Se la hace saltar. Suena la hora postrera de la propiedad capitalista. Los expropiadores son expropiados. (K. Marx, El Capital, T. I, vol. 3, p.953,Siglo XXI, citado por HG). El carácter histórico, transitorio, del capitalismo, y la posibilidad de que sus propias contradicciones lo lleven al derrumbe, al colapso, están ambos relacionados con el tema fundamental del Marxismo: la transición al socialismo. ¿Ocurrirá esta transición porque el derrumbe obligará a los seres humanos a reorganizar radicalmente la economía? ¿Es ésta una visión teleológica, inaceptable desde la perspectiva de que la historia la hacen las mujeres y los hombres? Éste es el contenido político de la polémica que, en torno al derrumbe, y a la transición al socialismo se vivió dentro del Marxismo desde finales del siglo XIX hasta 1929 en que Grossmann publica su obra sobre el tema. HG cita a K. Diehl que dice, en 1898, que Marx nunca fundamentó sus principios socialistas a partir de la teoría del valor, sino de su concepción materialista de la historia de la cual deben derivarse las causas últimas del por qué el capitalismo se aproxima a su fin abriendo paso al socialismo, y lo refuta: “Esta concepción es del todo falsa. La ley del valor domina la totalidad del proceso económico del capitalismo, y puesto que su dinámica y las tendencias de su desarrollo sólo pueden ser comprendidas sobre la base de esta ley, su fin –el derrumbe– debe igualmente ser explicado a partir de la ley del valor. Esto es lo que Marx efectivamente hizo…La idea de que ‘la negación de la producción capitalista se produce a sí misma con la necesidad de un proceso natural’ fue enunciada en el tomo I de El capital sin que Marx dijera expresamente cómo esta tendencia a la negación se impone, o sea cómo habrá de sobrevenir ese derrumbe del capitalismo y cuáles son las causas inmediatas que provocarán el hundimiento económico del sistema”. (pp. 14-15) HG se muestra desilusionado que en el tomo III de El capital, al abordar la tendencia descendente de la tasa de ganancia, Marx no haya demostrado la tendencia al derrumbe de manera expresa. Se propone, en su libro, llevar a cabo dicha demostración. Sin embargo, la opinión tanto de Paul Sweezy (Teoría del desarrollo capitalista, Fondo de Cultura Económica, Cap. XI) como de M. C. Howard y J. E. King (A History of Marxian Economics, Vol. I, 1883-1929, Princeton University Press, 1989), es que su demostración tiene fallas lógicas evidentes. HG partió de un ejemplo numérico de cuatro periodos de la reproducción capitalista ampliada desarrollado por Otto Bauer y extendió el ejemplo a 36 periodos para demostrar que el proceso de acumulación no puede ser sostenido indefinidamente porque (en el ejemplo) no se produce suficiente plusvalía para permitir tanto la acumulación de capital como el consumo de los capitalistas. Para el año 35 el consumo capitalista se volvería negativo. El sistema se colapsa. Las críticas que reseñan Howard y King y la crítica de Sweezy señalan que los supuestos del ejemplo numérico son rígidos y exagerados: la fuerza de trabajo (capital variable, v) crece a 5 por ciento y el capital constante (c, maquinaria, materias primas, etcétera) a 10 por ciento, de tal manera que la composición orgánica del capital [c/ (c+v)] va aumentando. La plusvalía crece a 5 por ciento y, por tanto, crecientemente va siendo insuficiente para hacer crecer c a 10 por ciento y proveer al consumo de los capitalistas (véase gráfica). Sweezy es particularmente duro: “La teoría de Grossmann muestra en forma aguda los peligros del pensamiento mecanicista en las ciencias sociales” (p.259). En agudo contraste, HG según Bolívar Echeverría, es un pensador de altísimo nivel (aunque insinúa, como se ve al final de la cita siguiente, que está al tanto de las críticas que se le han hecho y que su justicia requeriría investigación adicional): “La obra de Grossmann representa, con respecto a la problemática económico-social de la discusión general que vertebra el gran debate de la II Internacional, lo que la obra del joven Lukács representa a la problemática filosófico-histórica de la misma. Constituye, pues, el gran intento, en verdad asombroso, de encontrar una respuesta diferencial y

 

  

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ortodoxa creativa capaz de armonizar y hacer efectivo el discurso crítico de Marx frente a los derroteros impuestos al proletariado del siglo XX” (“La discusión de los años veinte en torno a la crisis: Grossmann y la teoría del derrumbe”, en Pedro López Díaz (coord.) La crisis del capitalismo. Teoría y práctica, Siglo XXI, 1984, p.174). Después de esta alta valoración es necesario seguir estudiando a Grossmann.

 

  

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20 marzo 2009

Crisis del capitalismo mundial / XI UN SISTEMA SOCIAL ALTERNATIVO AL CAPITALISMO: NO HAY OTRO CAMINO

John Bellamy Foster y Fred Magdoff (FyM) citan a un par de autores de lo que en Estados Unidos se llama economía radical que sostienen la tesis inversa a la que ellos, siguiendo a Paul Sweezy y Harry Magdoff (padre, ya fallecido, de Fred) desarrollan en su libro The Great Financial Crisis (Monthly Review Press, 2009), tesis que sostiene que la tendencia crónica al estancamiento del capital monopolista, genera una masa de excedente que no encuentra oportunidades de inversión productiva y que se canaliza al sistema financiero buscando ganancias. Ante la oferta masiva de recursos, el sistema financiero fomenta el sobre-endeudamiento de todos los sectores de la economía, incluidos los hogares (la deuda global acumulada en Estados Unidos de hogares, empresas y gobierno era de 3.5 veces el PIB en 2007) y diseña nuevos instrumentos financieros, de traslado de riesgos y de aseguramiento de éstos. Todo ello da lugar a la financiarización de la economía (el traslado del centro de gravedad de la economía del sector productivo al financiero). Es decir, la tesis central es que la financiarización es un resultado de la tendencia al estancamiento. Thomas Palley al igual que Özgur Orhangazi sostienen la tesis opuesta: es la financiarización la que genera el estancamiento. Palley incluso atribuye a la financiarización el estancamiento de los salarios reales y la creciente concentración del ingreso. No hay duda, dicen FyM, que un estancamiento prolongado y profundo puede derivar del estallido de una burbuja financiera, como ocurrió en Japón después de la ruptura de la burbuja de los valores del mercado inmobiliario en 1990. Sin embargo, sostienen que esta enfermedad económica puede ser vista de manera más útil como una crisis de financiarización que, al atascarse, paraliza el crecimiento que había generado. Orhaganzi argumenta que las mayores oportunidades de ganancias financieras excluyen las inversiones productivas, al cambiar los incentivos de los directivos corporativos. Así, el estancamiento se explicaría porque el crecimiento de la inversión financiera genera, por exclusión, un crecimiento muy lento de la inversión productiva. FyM refutan a este autor señalando que la idea de que la inversión real es excluida por la inversión financiera hace muy poco sentido cuando se le sitúa en el contexto de una economía caracterizada por cada vez menos oportunidades de inversión productiva y una creciente capacidad ociosa: el promedio de capacidad utilizada en la industria manufacturera en los años 1960-1969 fue de 85 por ciento, y más bajo en el periodo 1972-2007: 79.8 por ciento. También

 

  

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presentan una gráfica que muestra la tendencia a la baja de la inversión neta fija no residencial (INFNR) y el bajísimo nivel absoluto al que llegó en 2006. (Véase gráfica). Continuando su argumento contra Orhaganzi agregan que, como hay un número limitado de salidas de inversión rentables en la economía real, y como, ante ello, el proceso de acumulación se atasca constantemente, y como el amontonamiento de más y más deuda se convierte en palanca poderosa del crecimiento, cualquier desaceleración en el inflado de la burbuja de la deuda se convierte en una amenaza a tal crecimiento. Está en la naturaleza del capital monopolista financiero el que tienda a volverse adicto a la deuda: más y más deuda se requiere sólo para mantener la máquina funcionando, añaden citando un libro de Paul Sweezy y Harry Magdoff de 1988. Y rematan: “lo anterior no debe cegarnos al hecho que el problema real está en otra parte. En todo el sistema de explotación de clase enraizado en la producción. En este sentido, la financiarización es sólo una manera de compensar la enfermedad subyacente que afecta la acumulación de capital misma”. Y nos recuerdan que Marx escribió: “La superficialidad de la economía política se muestra en el hecho que concibe la expansión y la contracción del crédito como la causa periódica de las alteraciones del ciclo industrial, cuando es un mero síntoma de ellas”. La bien intencionada crítica de Palley, Orhaganzi y otros en la izquierda está orientada a la re-regulación del sistema financiero (después de muchos años de des-regulación), creando una arquitectura financiera que estabilice la economía y proteja el trabajo asalariado, dicen FyM. “Pero si la argumentación previa es correcta, continúan, tales empeños para re-regular las finanzas probablemente fracasarán en su objetivo principal, puesto que cualquier intento serio de controlar el sistema financiero corre el riesgo de desestabilizar el régimen de acumulación en su conjunto, que constantemente requiere de la financiarización para elevarse a niveles cada vez más altos”. Los autores terminan el capítulo 5 de su libro que he venido reseñando, comentando que Sweezy señaló en una conferencia en 1994 que lo único que podría hacerse para estabilizar la economía sería expandir de manera muy acelerada el gasto gubernamental en áreas que beneficiaran realmente a la población y llevar a cabo una redistribución radical del ingreso y la riqueza. En este capítulo, escrito originalmente en abril de 2008 como artículo de la revista Monthly Review, antes de que Obama fuese electo presidente, señalan que ninguna de las propuestas de Sweezy está en la agenda. Sin embargo, sabemos ahora que el presupuesto enviado por el presidente Obama y ya aprobado por el Congreso, sí conlleva la aceleración del gasto público en algunas áreas de alto beneficio para la población, como servicios de salud. No incluye medidas de redistribución radical del ingreso y la riqueza pero sí de elevación de las tasas impositivas a los altos ingresos, que se habían venido desgravando, como parte de las políticas neoliberales, desde 1980. Los autores muestran su cara radical y su coherencia al cerrar el capítulo: “Si la meta es avanzar las necesidades de la humanidad como un todo, el mundo tarde o temprano tendrá que acoger un sistema social alternativo al capitalismo. No hay otro camino”.

 

  

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27 marzo 2009

Crisis del capitalismo mundial/ XII LAS BURBUJAS DE ALAN GREENSPAN

Como hemos venido discutiendo en varias entregas (27/02/09; 6 y 20/03/09), la financiarización (reemplazo de la producción por las finanzas como centro de gravedad de la economía) es el principal (y gigantesco) flotador del capitalismo monopolista financiero que evita que zozobre en el estancamiento crónico, según la visión neo-Marxista de los seguidores de Baran y Sweezy. Las burbujas financieras (y su estallido), están en el centro de lo que llamé keynesianismo privado espontáneo. Veamos como percibe esas burbujas el famoso economista Paul Krugman (PK). En su más reciente libro les dedica un capítulo cuyo título reproduzco en esta entrega1. Describe como Alan Greenspan (AG), presidente del Banco de la Reserva Federal durante 18 años, al retirarse en enero del 2006 fue vitoreado en el Congreso como un mesías monetario. “Tres años más tarde el nombre de Greenspan era lodo”, dice PK y añade que “la historia del ascenso y caída de la reputación de AG, es la historia de cómo los hacedores de la política económica se convencieron a sí mismos que tenían todo bajo control, sólo para descubrir, con horror, y el dolor de la nación, que no era así”. AG se volvió una leyenda porque presidió la Reserva Federal en un periodo de buenas noticias económicas, dice PK, que para los inversionistas financieros fue celestial: los precios de las acciones subieron más de 10 por ciento anual en promedio (¡durante 18 años!), desempeño en el cual la política monetaria tuvo muy poco que ver. PK compara el enfoque de Greenspan con el de W. C. Martin (presidente de la Reserva Federal entre 1951 y 1970), cuyo enfoque él expresaba con la frase que debería ser como el padre que “retira el jarrón de ponche en plena fiesta” adolescente, queriendo decir que se debe aumentar la tasa de interés en el auge para evitar la inflación. El enfoque de AG lo explica Krugman con un padre con diferente actitud: no detiene la fiesta (no se lleva el jarrón) pero está disponible para actuar como conductor designado al terminar la fiesta: para actuar AG esperó a que estallara la burbuja de la bolsa de valores en 2000, no subió las tasas de interés. En el periodo 1993 a 2000 la tasa de desempleo en EU disminuyó desde casi 8 por ciento a menos de 4 por ciento. La visión dominante era que, una vez que la tasa de desempleo es menor que 5.5 por ciento, la inflación se empieza a acelerar. Cuando eso ocurrió a mediados de los años noventa, AG resistió las presiones y no bajó la tasa de interés, argumentando que la productividad del trabajo había cambiado las

 

  

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relaciones entre nivel de empleo e inflación. En efecto, a pesar de la baja del desempleo a niveles no vistos en décadas, la inflación no repuntó. PK dice que, en cuanto a empleo, dejar el ponche en la mesa fue una buena política, pero que el “greenspanismo” no fue tan exitoso en cuanto a la burbuja de la bolsa de valores. En una gráfica muestra la secuencia entre la burbuja de la bolsa de valores, que revienta en el 2000 y la burbuja inmobiliaria que empieza a acelerarse casi al mismo tiempo. PK explica con gran claridad la dinámica de las burbujas y sus límites. Cuando los precios de las acciones suben y suben, todo el que compra acciones obtiene ganancias rápidas, lo que lleva a otros a hacer lo mismo, lo que acelera el alza de las mismas. Se crea una especie de esquema Ponzi (o pirámide financiera) que funciona mientras hay nuevos “bobos entrando” y poniendo más dinero. Cuando se acaban los bobos, la pirámide se desploma. Eso ocurrió en el verano de 2000. Las acciones perdieron 40 por ciento de su valor en dos años. Krugman explica también la burbuja inmobiliaria. Dice que en este caso se abandonaron los principios tradicionales de los préstamos inmobiliarios (el comprador debe dar un enganche sustancial y tener capacidad para hacer los pagos mensuales). Se hicieron préstamos sin enganche y a quienes carecían de la capacidad de pago. ¿Por qué los prestamistas relajaron los principios? PK da dos razones: 1) creyeron que el alza en los precios de la vivienda continuaría indefinidamente, en cuyo caso el comprador que no puede seguir pagando puede vender la casa y pagar la hipoteca; y 2) los prestamistas iniciales no asumían el riesgo, sino que lo trasladaban a inversionistas que compraban valores (emitidos sobre las hipotecas) y que, o no sabían lo que compraban, o recibían garantías de que los valores que compraban estaban clasificados por las agencias en la categoría AAA (la más alta). Para lograr que una parte de las hipotecas subprime (las peores) recibieran esta calificación, se introdujo una innovación financiera llamada “obligación de deuda colateralizada” (CDO, por su nombre en inglés) que creaba valores de distintas categorías, la preferente (senior) recibiría sus rendimientos primero. La pirámide continuó creciendo y los valores dando altos rendimientos en tanto los precios de las viviendas se mantuvieron al alza. Aunque algunos economistas, incluido PK, advirtieron que había una burbuja inmobiliaria cuyo estallido causaría serios riesgos a la economía, Greenspan negó la existencia de la burbuja y declaró que una baja sustancial en los precios de las viviendas era poco probable. Cuando Bernanke sustituyó en la Reserva Federal a AG, el greenspanismo continuó vigente, dice PK: se creyó que los efectos del estallido de la burbuja podrían controlarse, que Bernanke también serviría como conductor designado. La historia oficial de la recesión económica (que siguió a la caída de la bolsa en 2000) fue que duró sólo ocho meses. Muestra que el desempleo aumentó durante dos años y medio (véase gráfica), lo que llevó a AG (quien temía un deflación corrosiva: baja de precios con estancamiento, como la ocurrida en Japón en los años noventa) a seguir bajando la tasa de interés (hasta uno por ciento). Concluye PK: “Los cínicos dicen que AG había tenido éxito sólo al reemplazar la burbuja de la bolsa con la burbuja de la vivienda –y tienen razón”. Coincide así con Foster y Magdoff (véase entrega del 06/03/09) en que, sin burbujas, la economía monopolista actual tiende a la recesión. Seguiré analizando este interesante libro de Krugman, un economista “de la corriente principal” que parece abierto y pragmático. 1 Paul Krugman, The Return of Depression Economics and the Crisis of 2008, W.W. Norton, Nueva York, 2009. Los seguidores de Baran y Sweezy son John Bellamy Foster y Fred Magdoff, cuyo libro The Great Financial Crisis, Monthly Review Press, Nueva York, 2009, he analizado en las entregas mencionadas.

 

  

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Abril 

3 abril 2009

Crisis del capitalismo mundial/ XIII PAUL KRUGMAN Y EL SISTEMA BANCARIO SOMBRA

Los pánicos bancarios que se pueden representar con largas colas de cuentahabientes para retirar todos sus depósitos (lo que se llama una corrida bancaria), y que producía la bancarrota de los bancos afectados, le sirve a Paul Krugman, premio Nobel de Economía 2008, para hacer un símil y sostener que la crisis financiera de 2008 puede verse como un pánico del sistema bancario sombra que se representa, dados los cambios tecnológicos, ya no por largas filas sino por múltiples tecleos de mouse para retirar inversiones o vender valores. Para explicar qué es el sistema bancario sombra, empieza por explicar qué es el sistema bancario tradicional: una institución que recibe depósitos del público (originalmente para proteger sus valores), retirables en cualquier momento (como las cuentas de cheques), y presta una parte de los mismos cobijándose en la ley de los promedios que prevé que no todos intentarán retirar su dinero al mismo tiempo,1 salvo si hay rumores de que el banco está en problemas o a punto de sufrir una corrida bancaria. Estos pánicos bancarios eran contagiosos: cuando ocurría una corrida, los cuenta-habientes de otros bancos también entraban en pánico. En EU hubo pánicos bancarios en 1873, 1907 y en los años treinta. Como resultado del pánico de 1907, se creó en 1913 el Sistema de la Reserva Federal (la Fed), la banca central de EU, con atribuciones para obligar a los bancos a mantener reservas adecuadas. Pero no eliminó el peligro de corridas bancarias, que fueron numerosas en 1930, 1931 y 1933. La Ley Glass-Steagall fue la respuesta a estas corridas: separó los bancos en bancos de depósito (o comerciales) y bancos de inversión (que no recibían depósitos). Los riesgos que los primeros podían correr fueron fuertemente restringidos, se aseguraron los depósitos con cargo a recursos presupuestarios federales (función que en México cumple una institución de mala fama: el Fobaproa –Fondo Bancario de Protección al Ahorro–) y

 

  

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se abrió para ellos la ventanilla de descuento (crédito) de la Fed. Los bancos de inversión fueron mucho menos regulados porque se supuso que no estaban sujetos a corridas. Pero ante estas regulaciones fue surgiendo el sistema bancario sombra que se caracteriza por instituciones no reguladas, lo que les permite ofrecer mejores condiciones tanto a inversionistas como a deudores. El ejemplo que detalla Krugman es de los valores de tasa-subastada (auction-rate securities), inventado por Lehman Brothers en 1984, en los cuales los deudores reciben créditos de largo plazo, mientras los inversionistas, si bien invierten a largo plazo se pueden salir en subastas semanales, en las cuales nuevos inversionistas pujan por sustituir a los que quieren salirse. La tasa de interés fijada en esas subastas prevalece hasta la siguiente subasta. Como no están regulados, estos “vehículos” financieros no tienen que mantener reservas líquidas ni otros requisitos ni incurrir en algunos gastos de los bancos comerciales, por lo que pueden ser un gran negocio, pero carecen de la red de seguridad de la banca comercial. Estos valores llegaron a tener 400 mil millones de dólares, pero se colapsaron en 2008, cuando hubo muy pocos inversionistas dispuestos a remplazar a quienes se querían salir. Así, la inversión retirable a corto plazo se volvió de largo plazo, haciendo que menos y menos inversionistas quisieran entrar. Lo que le ocurrió a los valores de tasa subastada fueron una serie de corridas bancarias, concluye y procede a justificar por qué denomina sistema bancario sombra a ésta y otras instituciones que no son bancos, pero que actúan como tales: porque, a diferencia de los verdaderos, no operan a la luz del sol, sino en la sombra. Cita a Timothy Geithner, hoy secretario del Tesoro en el gobierno de Obama, quien en 2008 dijo que en los años del boom el sistema bancario sombra (o sistema financiero paralelo) creció hasta superar a la banca tradicional y que: La escala de activos riesgosos y no líquidos, financiados con pasivos de muy corto plazo, hizo que varios de los vehículos e instituciones en este sistema financiero paralelo fuesen vulnerables a un tipo clásico de corrida, pero sin las protecciones, como el seguro de depósitos, que el sistema bancario posee para reducir tales riesgos. En la búsqueda de culpables o causas de la crisis financiera, Paul Krugman señala que ha habido muchos señalamientos falsos de culpables, que en la izquierda se señala la desregulación, particularmente la derogación de la Ley Glass-Steagall en 1999, que liberó a los bancos comerciales para incursionar en el negocio de los bancos de inversión, aunque considera que la crisis tiene que ver con instituciones que nunca estuvieron reguladas. Concluye: “Éste es, yo argumentaría, el núcleo de lo que pasó. A medida que el sistema bancario sombra se expandió para rivalizar o incluso rebasar a la banca convencional en importancia, los políticos y los oficiales gubernamentales tendrían que haberse percatado que estaban recreando el tipo de vulnerabilidad financiera que hizo posible la Gran Depresión y tendrían que haber extendido la regulación y la red de seguridad financiera para proteger a las nuevas instituciones.” (p. 163) Todas las advertencias fueron ignoradas. El espíritu de los tiempos y la ideología de la administración de George W. Bush eran profundamente antirregulatorios, señala. Mientras tanto, quienes debieran haber estado preocupados por la fragilidad del sistema, sobre todo Alan Greenspan, estaban cantando loas a la innovación financiera. Así que los riesgos crecientes de una crisis del sistema financiero y de la economía fueron ignorados y la crisis llegó, finaliza Krugman. A pesar de su habilidad expresiva y su carácter didáctico, se queda en el análisis superficial que ve en la desregulación del sector financiero la causa única de la crisis; no busca las causas de fondo en la economía real. Más adelante confesará explícitamente: “no sabemos cómo ocurren las crisis”, reflejando de un plumazo el verdadero estado de la “ciencia económica”.

 

  

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1 Una vez que empiezan a prestar, los bancos así nacidos pueden prestar más allá de todos sus depósitos, pueden crear dinero. Dice John Kenneth Galbraith (El dinero, Ediciones Orbis, Barcelona, 1983): “El proceso de creación de dinero por los bancos es tan simple que repugna a la mente”. Cuando un banco presta el dinero que le ha sido depositado, los depósitos originales siguen vigentes, siguen siendo dinero (puedo emitir un cheque, por ejemplo). “De este modo se había creado dinero”, añade Galbraith. En México los depósitos en cuenta de cheques son más grandes que los billetes y monedas en circulación. La obra de PK que cito en esta entrega, como en la anterior (27/03/09), es The Return of Depression Economics and the Crisis of 2008, W,W. Norton, Nueva York, 2009.

 

  

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10 ABRIL 2009

Crisis del capitalismo mundial/ XIV “CRECIMIENTO DEPRESIVO” DE JAPÓN: AUGURIO DE LA CRISIS MUNDIAL

Se creía, hasta hace muy poco, que dado que los economistas y los hacedores de política aprendieron bien la lección de la gran depresión, algo parecido no podría volver a ocurrir, dice Paul Krugman, quien cita a Robert Lucas, Premio Nobel de Economía 1995, que en 2003 dijo que el problema central de prevención de las depresiones ha sido resuelto para todo fin práctico”. También cita a Ben Bernanke, actual presidente del Banco de la Reserva Federal (Fed), diciendo algo similar. “Viendo ahora hacia atrás... estas optimistas declaraciones suenan casi increíblemente petulantes”, concluye Krugman y añade que lo que más extraño acerca de este optimismo era el hecho de que durante los años 90 de hecho habían surgido problemas económicos reminiscentes de la gran depresión en algunos países, incluyendo Japón, la segunda economía del orbe.1 Lo que ocurrió a Japón en los 90 fue una tragedia y un augurio; a pesar de sus recursos humanos, tecnológicos y de capital, y de su estabilidad política, su economía estuvo estancada de 1991 a 2002, alternando periodos breves de crecimiento inadecuado con recesiones cada vez más severas (véase gráfica). Krugman nos recuerda que en 20 años (1953-1973), Japón se convirtió de una nación agrícola en el país con las mayores exportaciones de acero y automóviles y un alto nivel de vida. En la década de los 60 el PIB creció 9 por ciento anual en promedio. Pero en los años 70 el crecimiento económico del mundo avanzado se desaceleró y la tasa media de crecimiento del PIB japonés bajó a menos de 4 por ciento, aun por arriba del de otras naciones, comenta Paul Krugman. Una de las hipótesis para explicar su sorprendente éxito, señala, es que había logrado desarrollar una nueva y superior forma del capitalismo con fuerte dirección estatal y en el cual las empresas industriales se organizaban en torno a bancos, lo que les permitía planear a largo plazo y despreocuparse por su rentabilidad de corto plazo. Pero algunas de estas virtudes llevaron a calificar a Japón de capitalismo compinche. A principios de los 90, Japón era una economía burbuja: los precios tanto de las acciones como del suelo urbano se habían triplicado, sin que el crecimiento económico (de 4.6 por ciento anual promedio entre 1984 y 1990) lo justificase. Una muestra del nivel de sobre-valoración: el valor de capitalización (en bolsa) del conjunto de las acciones del Japón era, en 1991, mayor que el de EU, que tenía un PIB de más del doble que Japón. Krugman intenta explicar la enormidad de las burbujas japonesas señalando que los años 80 dieron lugar a fiebres especulativas similares en otras partes del mundo cuando la banca tradicional empezó a prestar fondos para fines especulativos. Detrás de ellos, dice,

 

  

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está el principio conocido como riesgo moral, que surgió cuando las aseguradoras empezaron a notar una tendencia entre los clientes plenamente asegurados a sufrir incendios destructivos. Agrega que la expresión riesgo moral terminó refiriéndose a una situación en la cual una persona toma la decisión sobre qué tanto riesgo correr, mientras es alguien más quien paga el costo si las cosas van mal. El nombre descriptivo sería riesgo transferido. Una razón para romper las reglas (de prudencia bancaria) es que el juego del riesgo moral es jugado a expensas del contribuyente, explica. Pero se le olvida que en el caso estadunidense no es el contribuyente de ese país el que asume el costo, sino los contribuyentes de los demás países, ya que EU puede imprimir billetes casi sin límites (que todos aceptamos como medio de pago y de reserva de valor) como muestra la evidencia del último año. Las reglas del juego solían ser distintas, pero la banca de depósito fue desregulada en la década de los 80 y surgió el sistema financiero sombra, que abordé en la entrega del 3 de abril pasado. La desregulación buscó dar más libertad a las instituciones financieras y generar más competencia entre ellas, olvidando, argumenta, que eso significaba aumentar los riesgos, lo que condujo a “una epidemia global de riesgo moral”. Japón estaba particularmente mal preparado para un régimen de libertad financiera y los bancos de este país se pusieron a prestar más que ninguno y con menos cuidado sobre la calidad del prestatario. Así, remata Krugman, inflaron la economía burbuja a proporciones grotescas. Pero, como se aprecia en la gráfica, en Japón se pasó de la burbuja (cuyo pico se alcanzó en 1988) a una economía estancada (a partir de 1991) con altibajos, pero no a una depresión o una recesión severa. Aunque Paul Krugman no lo dice así, al parecer ello se debió a que el Banco de Japón empezó a desinflar la burbuja antes de que estallara por su cuenta, a diferencia de la Fed en EU (Greenspan en el 2000 con la burbuja de la bolsa de valores; Bernanke en 2007/2008 con la inmobiliaria) que dejó estallar abruptamente ambas burbujas. Sin embargo, a diferencia de EU (donde surgió la burbuja inmobiliaria justo a tiempo para rescatar a la economía después del estallido de la burbuja de la bolsa de valores, en Japón no hubo una nueva burbuja que sustituyese a la anterior. Confirmando la tesis neoMarxista de la necesidad de las burbujas financieras para sacar al capitalismo monopolista de su tendencia al estancamiento, sin burbujas la economía del Japón sólo creció en el periodo 1991-2002 a una tasa promedio de 1.09 por ciento, menos de la cuarta parte del ritmo de crecimiento, con burbujas, de los años 80 (véase gráfica). Este periodo es caracterizado por Paul Krugman como crecimiento depresivo. La pregunta importante, dice, es por qué una vez desinflada la burbuja, la política económica no fue capaz de reactivar la economía japonesa, a pesar de que aplicaron todas las medidas recomendables para estas ocasiones: bajaron la tasa de interés hasta que quedó casi en cero; el gobierno incurrió en fuertes déficit y construyó infraestructura (el balance gubernamental pasó de un superávit de 2.9 por ciento del PIB en 1991 a un déficit de 4.3 por ciento en 1996). Sin embargo, hubo titubeos. En 1997 el gobierno se dejó vencer por la corriente de la responsabilidad fiscal, aumentó los impuestos y provocó la caída del PIB de 1998 y 1999 (véase gráfica). Otros sostienen que el país cayó en una trampa de la liquidez en la cual la gente prefiere mantener el efectivo, en parte por la debilidad bancaria, pero también por la deflación prevaleciente. En efecto, si los precios van a ser más bajos mañana que hoy, y la tasa de interés es casi cero, lo mejor es guardar el dinero, posponer las compras y atesorar. Pero, como se ve, la experiencia de Japón es muy importante. Si “París bien vale una misa”, Japón “bien vale dos entregas”. 1 The Return of Depression Economics and the Crisis of 2008, W.W. Norton, Nueva York, 2009. Estas citas son de la Introducción y del Capítulo 1. En lo que sigue me baso en el Capítulo 3.

 

  

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17 ABRIL 2009

Crisis del capitalismo mundial /XV DEFLACIÓN Y ESTANCAMIENTO ECONÓMICO EN JAPÓN

En el periodo de estancamiento de la economía japonesa (1991-2002) lo sorprendente, y preocupante, dice Paul Krugman, es que, a pesar de que se aplicaron las medidas usuales de política, se bajó la tasa de interés a casi cero y se pasó de superávit a alto déficit público (4.3 por ciento del PIB en 1996), la economía seguía estancada, como mostré en la entrega anterior (10/4/09). De manera muy tardía hubo un rescate bancario. Durante el auge de los años 80 los bancos prestaron descuidadamente y prevalecía una situación de pérdida de confianza en el sistema bancario, que le impedía a éste recaudar más fondos. Perplejo, Krugman se pregunta (mostrando la impotencia de la economía de la corriente principal”) si sería el envejecimiento de la población, o el nerviosismo sobre el futuro, pero Japón cayó en la temida trampa de la liquidez, concepto acuñado por Keynes, que significa que “el público” prefiere atesorar su efectivo: ni lo gasta en consumo, ni lo invierte. El titubeo que narré en la entrega citada, que llevó al gobierno a aumentar los impuestos en 1997, produciendo dos años seguidos de decrecimiento del PIB (véase gráfica de la entrega citada), estuvo motivado por la preocupación de que una población que envejece está generando compromisos de pagos futuros de pensiones y de mayores gastos médicos y, por tanto, debería estar ahorrando y no incurriendo en altos niveles de déficit. La vuelta al gasto deficitario en 1998 no reactivó la economía porque, en opinión de Paul Krugman, los inversionistas reaccionaron nerviosamente ante esta nueva política, agotando así el camino del gasto deficitario. Krugman da un dato clave que en su esquema conceptual no parece grave: la población en edad de trabajar (la fuerza de trabajo potencial) está declinando de manera continua en Japón, mientras crece rápidamente la población jubilada. En contraste, en la teoría Marxista de las crisis el monto de la fuerza de trabajo es determinante, ya que es sólo el trabajo vivo el que genera nuevo valor: plusvalía. Una economía con una fuerza de trabajo declinante está destinada al decrecimiento o, en el mejor de los casos, al estancamiento.1 Pero Krugman pasa a otra cosa. Antes de seguirlo veamos algunos datos demográficos

 

  

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del Japón que ilustran la importancia del punto: a) Mientras entre 1950 y 2009 la población aumentó de 82.8 a 127.2 millones, las proyecciones de Naciones Unidas prevén que de aquí en adelante declinará y que será de sólo 101.7 millones en 2050; b) entre 2005 y 2010 se prevé ya un estancamiento de la población: una tasa de crecimiento de 0.12 por ciento anual. c) la población ha venido y seguirá envejeciendo: la mediana de la edad, que era de sólo 22.3 años en 1950, aumentó a 32.6 en 1980 y a 44.4 en 2009, año en el cual fue ya la población nacional más vieja del planeta, y se prevé que será de 55.1 años en 2050; d) Japón es el país con esperanza de vida al nacer más alta del mundo: 82.7 años; e) sus tasas de mortalidad infantil (menores de un año) y de menores de 5 años son 3.0 y 4.2 por cada mil nacidos vivos, mientras en México los valores respectivos son: 20.5 y 24.7, casi 7 veces más altas; f) en 2009 el 35.8 por ciento de su población tiene 60 años o más y llegará a 44.2 por ciento en 2050. Cabe preguntarse si el problema económico del Japón no radica en su política migratoria, ya que a diferencia de otros países desarrollados, al parecer no cuenta con una inmigración significativa. Krugman dice que otra opción para que Japón superara el estancamiento crónico, sería hacer lo necesario para que hubiera un poco de inflación. Para situar esta afirmación he preparado la gráfica anexa sobre la inflación-deflación en Japón y la comento al final. Para explicar el papel de la inflación, vuelve al tema de la trampa de la liquidez. Dice que desde la gran depresión en EU, ninguna economía había entrado en tal trampa y que los economistas estaban muy mal preparados (y desinteresados) para lidiar con una situación así. “Continúo asombrándome sobre cuán pocos fueron los economistas del mundo que se percataron de lo importante que era la trampa del Japón como un asunto práctico y como un reto a nuestras doctrinas económicas.” La inflación es la solución para salir de la trampa de la liquidez, añade, ya que ésta “derrite, en el tiempo, el valor real del dinero”. De manera más precisa, continúa, la solución es la inflación esperada que desestimula a la gente a atesorar dinero. Una vez que se toma en serio la trampa de la liquidez, se llega a la conclusión de que la inflación puede ser algo bueno porque ayuda a salir de esta trampa. “Los promotores de la inflación, sin embargo, se enfrentan al fuertemente arraigado sentimiento que la estabilidad de precios siempre es deseable y que, por tanto, promover la inflación es crear incentivos perversos y peligrosos”. Concluye el capítulo sobre Japón diciendo que hacia 2003 ese país vivió una recuperación basada en el crecimiento de sus exportaciones a EU, y que la deflación se abatió un poco sin que hubiese aparecido la inflación. Que, por tanto, el escape es provisional y que es probable que vuelva a la trampa de la liquidez si la recesión es profunda. Las noticias sobre Japón muestran que, a principios de 2009, está sumido en una severa crisis y sus exportaciones abatidas drásticamente. La gráfica muestra la realidad de la deflación-inflación en Japón durante las tres últimas décadas. En los años 90 sólo hubo dos años de deflación (crecimiento negativo de los precios). En cambio, de los 9 años observados del presente decenio, en 5 la tasa es negativa, en 2 es igual a cero, y sólo hay dos años (2006 y 2008) con inflación positiva. De esta manera, organizando la información por subperiodos, tenemos los siguientes resultados de tasa de crecimiento media anual del PIB y de los precios respectivamente: a) 1981-1983: 2.44 por ciento y 3.18 por ciento; 1984-1990: 4.6 por ciento y 1.57 por ciento ; 1991-2002: 1.09 por ciento y 0.57 por ciento ; y 2003-2008: 1.88 por ciento y 0.16 por ciento . Como se aprecia, la tasa de inflación ha ido sistemáticamente a la baja, pero esa baja no ha sido acompañada por una baja correspondiente del crecimiento, que sube, baja y vuelve a subir. La explicación de Paul Krugman del papel de la deflación en el estancamiento japonés no es consistente con los datos, por lo cual el papel que atribuye a la deflación en la crisis se derrumba. 1 En la entrega III de esta serie, señalé: “Los periodos de auge asociados con alzas en los salarios reales, decía John Strachey en los años 30, siempre terminaban en crisis por la

 

  

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caída en la tasa de ganancia. Marx había señalado que estos periodos eran heraldos de la crisis. La población es, entonces, el factor limitante último de las posibilidades del desarrollo capitalista, dice Strachey. Para sobrevivir, el capitalismo tiene que encontrar nuevas fuentes de abastecimiento de fuerza de trabajo explotable.

 

  

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24 ABRIL 2009

Crisis del capitalismo mundial/ XVI LA CRISIS ASIáTICA DESCRITA POR KRUGMAN

La crisis asiática que comenzó en 1997 con la devaluación de la moneda tailandesa, el baht, provee un caso de estudio más a Paul Krugman (The Return of Depression Economics and the Crisis of 2008, W.W. Norton, Nueva York, 2009), que se viene a sumar al del estancamiento económico de Japón en los años 90 (que examiné en las entregas del 10 y 17/4/09) y al de las crisis en América Latina de los años 80 y 90. Los estudios de caso los aborda este autor buscando respuestas a la pregunta de por qué la economía mundial está nuevamente en una severa crisis global, si se suponía que ya sabíamos cómo combatirlas. Como en Japón y otros países, un elemento explicativo presente es el de riesgo moral: unos son los que invierten y reciben los beneficios si todo va bien y otros los que pagan los costos si la inversión resulta fallida (privatización de las ganancias; socialización de las pérdidas). El capitalismo pierde así una de las justificantes de la ganancia que sus apologistas suelen esgrimir: el riesgo. Si los riesgos los asume otro, el inversionista se despreocupa de la viabilidad de su inversión o préstamo y hace más inestable al de por sí cíclico capitalismo. En Tailandia, los inversionistas extranjeros se sentían protegidos porque las empresas financieras locales a las que prestaban eran propiedad de parientes de políticos encumbrados. Krugman relata que, en efecto, 9 de cada 10 inversionistas fueron rescatados a costa de los contribuyentes una vez estallada la crisis. Indica que algo similar ocurría en los otros países que fueron afectados por la crisis. El auge que vivía la economía tailandesa desde los años 80 fue impulsado originalmente por la inversión extranjera en plantas industriales y después también por inversión local inmobiliaria y en negocios. Al principio Tailandia era financieramente autosuficiente: no recibía créditos del exterior, pero a partir de la década de los 90 empezó a fluir capital monetario en búsqueda de tasas de interés más altas que en el primer mundo, donde la política monetaria las había bajado mucho para estimular sus economías. Estos flujos se dirigieron a todo el mundo, y después de la crisis mexicana de 1994-1995, se redireccionaron a Asia. Tailandia, Malasia, Indonesia y Corea del Sur empezaron a recibir fuertes flujos de divisas internacionales que aumentaron mucho las reservas de los bancos centrales y la oferta monetaria, lo que aceleró las inversiones y llevó al auge y a la especulación, tanto en bienes raíces como en la bolsa de valores. Este proceso llevó a estas economías a una burbuja similar a la que vivió Japón a finales de los 80.

 

  

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Los intentos por frenar el inflado de la burbuja fracasaron y, según Krugman, lo único que les quedaba hubiese sido dejar que el valor del baht se elevara ante la demanda enorme generada por las divisas internacionales entrantes que requerían cambiarse por moneda local para invertirse. Pero no se dejó que la moneda se revaluara porque ello habría restado competitividad a la economía. Pero el auge empezó a generar aumentos salariales, lo que hizo menos competitivas las exportaciones, a la par que las importaciones se disparaban por los mayores niveles de inversión y consumo, generando altos niveles de déficit en la balanza comercial que llegaron a 8 por ciento del PIB. Estos números, similares a los de México antes de la crisis del tequila (19994-95), dice Krugman, pusieron nerviosos a los inversionistas. Como la casa siempre termina venciendo a los apostadores, dice nuestro autor, un número de inversiones especulativas realizadas con fondos internacionales empezaron a fracasar, lo que frenó la disposición extranjera a trasladar su dinero al país. La confianza se vino abajo, empezaron a bajar los precios de los bienes raíces y de las acciones. La especulación contra el baht comenzó: los empresarios se protegían de la devaluación esperada comprando dólares. Y la devaluación llegó el 2 de julio de 1997. Las expectativas eran que, una vez devaluada la moneda, la economía se recuperaría rápidamente. Pero no fue así, entró en una profunda recesión y la crisis se contagió a varios países asiáticos. La caída (y muy rápida recuperación de la economía de Corea del Sur, así como su posterior menor ritmo de crecimiento, puede verse en la gráfica incluida). La explicación de la crisis que presenta Krugman tiene dos partes: 1) la mecánica, explicar cómo ocurrió, cómo fue posible que una devaluación en un pequeño país de Asia hubiese provocado un colapso de la inversión y la producción en un área tan amplia; y 2) ¿Por qué no pudieron los gobiernos prevenir la catástrofe? ¿Qué le pasó a la política macroeconómica? En cuanto al primer punto, Krugman dice que lo que pasó “fue un proceso circular –un circuito de retroalimentación devastador– de deterioro financiero y confianza declinante”. Esta explicación la plasma en un diagrama al que llama el “círculo vicioso de la crisis financiera”, según el cual son tres elementos los que se realimentan entre sí formando un circuito cerrado: 1. declinación de la confianza en la economía y en la moneda; 2. moneda devaluada, alza en tasas de interés y economía en recesión; y 3. problemas financieros de empresas, bancos y hogares. Aunque la historia de la crisis es muy parecida a la de México en 1994-95, sorprendió incluso a muchos que comprenden la interacción entre los tres elementos, pero no esperaban que la lógica circular fuese tan explosiva, dice Krugman. El contagio a Malasia, Indonesia y Corea del Sur lo explica señalando que “las inversiones se canalizaban a la región a través de ‘fondos de mercados emergentes’ que ponían a todos los países en el mismo saco. Cuando llegaron malas noticias de Tailandia, el dinero fue retirado de estos fondos y, por tanto, de todos los países de la región. El apetito de los inversionistas por la región había sido alimentado por la percepción de un milagro asiático. Cuando un país resultó no ser tan milagroso después de todo, sacudió la fe en todo los demás.” A la pregunta de por qué la crisis ocurrió justo en Asia y justo en 1997, si Asia había resistido shocks económicos más grandes antes, lleva a otra pregunta: ¿qué había cambiado en Asia (o en el mundo) de manera que las malas noticias dispararan una avalancha económica? Su respuesta es que se habían vuelto más vulnerables por haber abierto al exterior sus mercados financieros. En cuanto a la segunda parte de la explicación de la crisis, la referida a por qué la política económica no pudo prevenirla, la analizaré en la próxima entrega.

 

  

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Mayo 

8 mayo 2009

Crisis del capitalismo mundial/XVII LA INFLUENZA: OTRA DIMENSIÓN DE SU DESCOMPOSICIÓN TOTAL

Jehová expulsó del jardín del Edén a Adán y Eva después de que comieron el fruto del árbol de la sabiduría, lo que los hizo sabios, para impedir que también comieran del árbol de la vida, lo que los haría inmortales, con lo cual serían como dioses: sabios e inmortales. Una vida consciente de sí misma y del mundo, dotada del instrumento formidable de las manos para transformar el mundo, de postura erguida que le permitió ver más lejos, el Homo Sapiens, una vez que controló el fuego y dominó a las bestias de pieles gruesas, pudo poblar todo el planeta. Encender el fuego para calentar la cueva fue el comienzo de la emisión de gases a la atmósfera que hoy producen el efecto invernadero y el calentamiento global. Pero se requirió del desarrollo masivo de ciudades cada vez más grandes y pobladas, y la concentración de creciente población en ellas, para que las emisiones de gases de efecto invernadero crecieran de manera exponencial. Las megalópolis son producto del capitalismo industrial, pues la fábrica es la primera forma de producción permanente que requiere de fuertes concentraciones de seres humanos en espacios reducidos, y de formas nuevas de energía. Por ello la revolución industrial disparó la contaminación de suelos, agua, y atmósfera. El ser humano domesticó algunos animales que le eran útiles, pero el capitalismo, en su búsqueda insaciable de ganancias, generalizó el modelo industrial a la crianza de animales (cerdos, aves y reses). Los horrores de este sistema, aplicado por una trasnacional, en la cercanía de Perote, para la cría de decenas de miles de puercos hacinados viviendo literalmente en la mierda, narrados por Alejandro Nadal en La Jornada (06/5/09 y entregas anteriores), superan cualquier novela antiutópica. Hay fuertes indicios de que la influenza (o gripa) porcina (al igual que la aviar) expresan la Némesis animal que hoy amenaza la salud del ser humano1. En 2008, antes del estallido de la crisis financiera y económica, el planeta vivió una severa crisis alimentaria que, aparte del componente especulativo que tuvo una fuerte presencia, estuvo determinado, como lo será de aquí en adelante, porque el modelo agrícola (altos rendimientos por hectárea basados en monocultivos con altísimas dosis de

 

  

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agroquímicos que contaminan el suelo y el agua), al lado de la crianza animal industrial, está llegando a los límites de su productividad y está enfermando al ser humano directamente (al comer carne, leche y huevos de animales saturados de hormonas y medicamentos) e indirectamente a través de las influenzas aviar y porcina y la enfermedad de las vacas locas: Némesis alimentaria. ¿Quién podría imaginar que la aplicación del modelo industrial a la cría de aves y puercos habría de llevar a las autoridades al extremo de prohibir la realización de actividades docentes y (una parte) de las productivas para, así, reducir la cercanía y la interacción entre seres humanos y, con ello, tratar de parar la transmisión del virus de influenza porcina? En las dos semanas infernales que han pasado desde que se nos hizo saber (tarde y mal) que estábamos en crisis de salud, me encontré varias veces conversando sobre cómo parar la mayor parte de las actividades económicas sin dejar morir de hambre a los seres humanos, la mayoría de los cuales vive al día y sólo tiene ingresos cuando trabaja. Incluso pensando que sólo sobrevivirían quienes pudieran tener acceso a un pedazo de tierra que sembrar y cosechar. Cuando ocurren crisis tan extremas como ésta, se hacen transparentes, casi visibles y palpables, verdades fundamentales (y elementales) que, sin embargo, los “científicos sociales” al servicio del establishment niegan cínicamente: 1) Que del trabajo humano depende la generación de riqueza real (valores de uso) de los que, a su vez, depende la generación de valores monetarios y de ganancias capitalistas, ya que sin la presencia en las empresas de sus trabajadores y empleados (aislados por la influenza), éstas dejan de funcionar. 2) Que tampoco pueden seguir funcionando las empresas cuya clientela, por miedo al contagio, deja de “consumir sus productos” (restaurantes, cines, museos). 3) Que el consumo de casi todo se puede posponer, menos los alimentos, el agua y el gas para cocinar: se podría parar la economía, excepto la producción, transporte y comercialización de alimentos, el abasto de agua y gas, y los servicios de salud, así como de todos sus proveedores esenciales. 4) Que, por tanto, a largo plazo, la supervivencia de la humanidad depende de que se resuelvan las crisis alimentaria y ambiental y, desde luego la de salud, mucho más que la económica, ya que ésta pone en riesgo, más que a la humanidad, al capitalismo. 5) La salud es un bien colectivo y no sólo individual. Como brillantemente señala Asa Cristina Laurell, secretaria de Salud del Gobierno Legítimo, en La Jornada del día de ayer (p.3a), la “primera víctima de las reformas de salud bajo la lógica mercantil y de competencia, es la salud colectiva, la de la comunidad y con ello la seguridad sanitaria del pueblo”. 6) La seguridad sanitaria depende sólo del gasto público y, como se aprecia en la gráfica, la participación del gasto público en el gasto total en salud en México es el más bajo de todos los países de la OCDE (empatados con EU). Irresponsablemente, la gente se volcó, con la vuelta a la “normalidad”, sin tapabocas al Metro, el más hacinado de todos los lugares, mientras se exige a restaurantes, teatros y cines distancias enormes entre persona y persona, y “se hace teatro” desinfectando establecimientos escolares que estuvieron cerrados desde el 24 de abril (unos 12 días) cuando nos han dicho (quizás sin saber) que el virus se mantiene vivo en superficies lisas sólo durante 72 horas. Ojalá, ahora que la gente salió de nuevo a ganarse la vida, y muchos millones irán a clases el lunes, no haya un repunte de la epidemia. 1 Así explica Octavio Martínez el concepto de Némesis Médica que desarrolló Iván Illich (en su libro del mismo nombre) y que en esta entrega aplico a otros campos: “Para el hombre griego libre, la peor de las faltas humanas era la hybris o arrogancia de quererse igualar a sus dioses, de conocer y dominar sus poderes. La hybris despierta la furia de los dioses y como condena, los hombres han de arrostrar a Némesis, la venganza de los dioses. El ejercicio de la medicina, desde siempre y por siempre, estará signado por errores conceptuales y de acción por parte de médicos e instituciones de asistencia (“complejo médico-industrial”) en detrimento del paciente...” (“La promoción de la salud.

 

  

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Némesis Médica”, Revista Facultad de Medicina, Universidad Nacional de Colombia, 2003, 51(3): 158-163).

 

  

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15 mayo 2009

Crisis del capitalismo mundial/XVII BANCARROTA Y DEPENDENCIA DEL SISTEMA DE SALUD DE MÉXICO

Como consecuencia de la crisis de la influenza porcina, la población y los medios están descubriendo qué tan insuficientes, precarios e inequitativos son los servicios de salud en México y las graves consecuencias que de ahí se derivan. Imágenes de personas “hospitalizadas” sentadas en pasillos, narraciones de población no atendida o atendida con negligencia, se han vuelto frecuentes. (Un indicador de esta precariedad: la proporción de personas con baja agudeza visual que fueron tratadas exitosamente con lentes o pupilentes por entidad federativa, se presenta en la gráfica. Sólo se cubre, en el mejor de los casos, Distrito Federal, a poco más de la mitad de la población. En el peor, Oaxaca, a poco más de 20 por ciento, en algo tan elemental.) También ha salido a la luz la ominosa dependencia científico-tecnológica del país en asuntos tan esenciales para la salud como la identificación de virus y la producción de vacunas (véase el desplegado de la Academia Mexicana de Ciencias en La Jornada de ayer, que destaca esta dependencia y el raquítico presupuesto dedicado a la ciencia y la tecnología en el país: 0.33 por ciento del PIB). A los dos problemas anteriores (precariedad/insuficiencia y dependencia) se suma el de la creciente medicalización y mercantilización del modelo de atención a la salud, que ha dejado prácticamente en el olvido (en los hechos, aunque no necesariamente en la retórica) lo que se solía llamar salud pública o servicios de atención masiva o servicios no personales de salud (concepto que comprende desde el agua potable y el drenaje, la vigilancia epidemiológica, la prevención de accidentes, el control y regulación de: contaminación, agua, alimentos y medicamentos; orientación nutricional, y educación para la salud, entre otras actividades). Ésta ya era una distorsión grave antes de la crisis de la deuda de los años 80: El modelo medicalizado de atención a la salud vigente en la actualidad en los países desarrollados, donde la necesidad de algunos de los servicios no personales está totalmente satisfecha, ha sido trasplantada mecánicamente a los países pobres. La adopción en México del modelo medicalizado... que menosprecia las influencias ambientales y sicológicas en la salud y rechaza la importancia de las determinantes histórico-sociales en el proceso de salud-enfermedad, ha convertido al hospital en el centro estratégico de atención a la salud y ha impulsado una industria químico-farmacéutica de origen trasnacional... (J. Boltvinik, C. Santos-Burgoa, I. Almada Bay, R.

 

  

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Mendoza Toro y A.M. Chávez, Salud. Volumen 4 de la serie Necesidades esenciales en México, Coplamar-Siglo XXI editores, 1982, p. 133). A este panorama vino a sumarse, a partir de 1983, el “grave desfinanciamiento de todas las instituciones públicas, incluyendo la seguridad social como resultado de la política neoliberal de ajuste y cambio estructural adoptado por México con la crisis de 1982” (Asa Cristina Laurell, La Jornada, 07/5/09) y el predominio aún más tajante de una visión individualista-mercantilista y anticolectivista. La revisión de tres documentos sobre el sector salud de México, elaborados durante esta década, muestran que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) aborda el análisis y las recomendaciones del sector salud de nuestro país centrándose casi exclusivamente en los servicios personales de salud, evidenciando que incluso a nivel conceptual la medicalización se ha impuesto en este organismo (Estudios de la OCDE sobre los sistemas de salud. México. París, 2005). En cambio, los dos programas nacionales de salud (PNS) más recientes, el de 2001-2006 y el de 2007-2012, le otorgan una cierta presencia a los servicios no personales de salud o salud pública (el segundo de ellos los llama promoción de la salud y prevención de riesgos sanitarios y de ciertas enfermedades), pero ninguno plantea el objetivo de aumentar la seguridad sanitaria de la población y, al parecer, buena parte de lo señalado en ellos ha quedado como buenas intenciones no traducidas en hechos, y en la práctica el énfasis ha seguido en los servicios personales, como lo muestran los indicios recientes. Baste un ejemplo: entre las metas planteadas por el PNS 2007-2012 está la de “reducir 15 por ciento el número de muertes causadas por accidentes de tránsito de vehículos de motor en población de 15 a 29 años de edad”. Además de que el lector se preguntará por qué sólo se plantea tal reducción en ese grupo de edad, es evidente, casi dos años después de publicado el PNS, que no se ha hecho nada para hacer realidad tal meta. Los que entre 1974 y 1976 participamos en la formulación del Plan Nacional Indicativo de Ciencia y Tecnología en el Conacyt aprendimos que la dependencia científico-tecnológica se venía a sumar a la dependencia económica y que la superación de ambas era una tarea conjunta. Por ello, el objetivo global de la política de ciencia y tecnología quedó expresado en dicho plan como “el desarrollo científico, la autonomía cultural y la autodeterminación tecnológica”. Y a continuación se añadía: “Para lograr este objetivo, es menester que la política científica y tecnológica esté cabalmente integrada a la política general de desarrollo del país y que ésta tenga, a la vez, como uno de sus objetivos, el desarrollo de la ciencia y la tecnología nacionales” (pp.34-35). “La autodeterminación tecnológica no supone la autarquía en este campo, sino la libertad de decisión en la búsqueda, selección, negociación, utilización, asimilación, adaptación y generación de tecnología; esto es, el desarrollo de una capacidad para establecer relaciones tecnológicas sin dependencia” (p. 41). Aunque la Ley de Ciencia y Tecnología hoy vigente establece que debe destinarse uno por ciento del PIB como gasto en la materia, prevalece la misma proporción (un tercio de la marcada en la ley) que el plan en la materia que venimos citando calculó como el prevaleciente en 1976. Ello es así porque la autodeterminación tecnológica no está en la agenda de quienes ejercen el poder político en México. Los grupos políticos que se han apoderado del país están asociados con una burguesía maquiladora, comercial y de servicios para la cual la autodeterminación tecnológica no es un valor, sino sólo una mercancía más que el país puede comprar como se compra la publicidad o la asesoría financiera o legal. Los científicos, los auténticos, caracterizados por su autonomía y capacidad crítica, traen más problemas que soluciones. Como lo dijo explícitamente Fox: son gobiernos de empresarios para empresarios (habría que añadir solamente que son empresarios pequeños en muchos sentidos).

 

  

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22 MAYO 2009

Crisis del capitalismo mundial / XIX LA TEORÍA DE LA REFLEXIVIDAD DE GEORGE SOROS

La economía mexicana se encuentra hundida en una recesión muy grave (véase gráfica). Esto refuerza la necesidad de entender el origen de las crisis capitalistas. Hoy empiezo el examen del pensamiento al respecto de George Soros, conocido especulador multimillonario que se considera a sí mismo un filósofo y filántropo. Desde su primer libro: The Alchemy of Finance. (La alquimia de las finanzas, 1987), pasando por La crisis del capitalismo global (Plaza y Janés, 1999), ha venido sosteniendo que el funcionamiento social, particularmente el de los mercados financieros, no puede entenderse si se parte de una concepción de la relación entre pensamiento y realidad como la que se da en la física. Que ello es así porque, a diferencia de las partículas y de los astros, los seres humanos actúan intencionalmente para conocer y manipular la realidad. Que ello hace necesaria una nueva teoría, que él llama la teoría de la reflexividad. En su más reciente libro, The Crash of 2008 and What it Means (El derrumbe de 2008 y su significado, Nueva York, 2009), Soros dice estar convencido de que: “los conceptos de reflexividad y falibilidad hacen una contribución importante a nuestro entendimiento... porque pueden ser usados para identificar y refutar algunas concepciones erróneas ampliamente difundidas y muy influyentes. Una de éstas es la que llamo la falacia de la Ilustración, que supone que el propósito de la razón es producir conocimiento... ignorando la función de manipulación” (p.23). Antes, Soros había explicado que nuestro entendimiento del mundo en el que vivimos es inherentemente imperfecto porque somos parte del mundo que buscamos entender (falibilidad). Que interactuamos con la realidad buscando: 1) entender el mundo en que vivimos (función cognitiva), y 2) transformarlo para nuestra ventaja (función manipulativa o antes: función participativa).1 Si las dos funciones estuviesen aisladas una de la otra, nuestro entendimiento calificaría como conocimiento y nuestras acciones llevarían a los resultados deseados. Pero cuando ambas funciones están en operación al mismo tiempo, explica, pueden interferir una con la otra. Para que la función cognitiva produzca conocimientos tiene que considerar que los fenómenos sociales están dados de manera independiente, para que así califiquen como hechos respecto de los cuales los enunciados del observador puedan corresponder. De igual manera, las decisiones deben estar basadas en conocimientos para producir los resultados deseados. Pero cuando

 

  

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ambas funciones operan simultáneamente, añade, los fenómenos no sólo consisten de hechos sino también de intenciones y expectativas sobre el futuro. El futuro depende de las decisiones de los participantes. Por tanto, los participantes no pueden basar sus decisiones en conocimientos. En búsqueda de claridad, Soros vuelve a explicar lo anterior señalando que para que una función esté determinada de manera unívoca se necesita que una variable independiente determine el valor de la dependiente. En la función cognitiva el estado actual de cosas es la variable independiente y los puntos de vista de los participantes la variable dependiente; en la función manipulativa es al revés. Y añade: En situaciones reflexivas, cada función le quita a la otra la variable independiente que requiere para generar resultados determinados. A esta doble interferencia le he llamado reflexividad. Las situaciones reflexivas se caracterizan por una falta de correspondencia entre los puntos de vista de los participantes y el estado real de las cosas. Considérese el mercado de valores. La gente compra y vende acciones anticipando sus precios futuros, pero éstos dependen de las expectativas de los inversionistas. Estas expectativas no pueden ser calificadas como conocimiento, en ausencia del cual los participantes deben introducir un elemento de juicio o sesgo en su toma de decisiones. En consecuencia, los resultados pueden diferir de las expectativas” (p.5).2 Soros sostiene que: “los hechos sociales tienen una estructura diferente que los fenómenos naturales. Mientras en éstos hay una cadena causal que liga un conjunto de hechos con el siguiente, en los asuntos humanos no sólo están involucrados los hechos sino también los puntos de vista de los participantes [y, habría que añadir, sus intenciones]... hay una doble conexión entre los hechos y las opiniones: por una parte los participantes tratan de entender la situación (que incluye tanto hechos como opiniones); por otra parte, buscan influir en la situación (que otra vez incluye hechos y opiniones). La interacción entre las funciones cognitiva y manipulativa interfiere en la cadena causal de manera que ésta no lleva directamente de un conjunto de hechos al siguiente, sino que también refleja y afecta los puntos de vista de los participantes...La reflexividad puede interpretarse como una circularidad entre los puntos de vista de los participantes y el estado de cosas...Las dos funciones (cognitiva y manipulativa) no operan secuencialmente si no al mismo tiempo. Si la retroalimentación fuese secuencial, produciría una secuencia determinada que llevaría de los hechos a las percepciones, a nuevos hechos y entonces a nuevas percepciones, y así sucesivamente. Esta manera de ver la reflexividad será particularmente útil para entender el comportamiento de los mercados financieros...la interacción de doble vía es real. La circularidad no es un error de interpretación; por el contrario, es la negación de la circularidad la que constituye el error. La teoría de la reflexividad busca corregir ese error. Seguiremos explorando el original pensamiento de Soros, personaje que tiene varias semejanzas con Keynes. Éste también ganó dinero en la bolsa de valores y, como vimos en la entrega del 20/02/09, consideraba también centrales las expectativas y su interacción con la realidad en la explicación de las crisis. 1 Soros añade que los científicos ‘cognitivistas’ le llaman a ésta función ejecutiva y que Aristóteles le llamó razón práctica para distinguirla de la razón teórica, equivalente a la función cognitiva. 2 En el discurso económico usual se suele hablar de profecías auto-cumplidas: Si un número sustancial de inversionistas potenciales creen que las acciones de una empresa subirán de precio en el futuro, comprará acciones hoy, con lo cual, empujan al alza el precio de las acciones, pero si tal creencia está fundada en información falsa (por ejemplo, contabilidad fraudulenta de la empresa) o en rumores, o en la creencia de que seguirán subiendo simplemente porque han estado subiendo, las acciones en algún momento caerán abruptamente.

 

  

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29 MAYO 2009

Crisis del capitalismo mundial / XX SOROS Y SU HIPÓTESIS DE LA SUPERBURBUJA

George Soros considera que su teoría de la reflexividad (TR), que introduje en la entrega del 22/05/09, explica mejor la crisis actual que la teoría económica prevaleciente (que sostiene que todos los mercados, incluso los financieros, tienden al equilibrio). También sostiene que la TR no aspira a constituirse en una teoría científica” en el molde de la física, como ha pretendido la teoría económica, porque no puede predecir los acontecimientos, ya que la presencia de la reflexividad (circularidad entre creencias de los actores y la realidad), introduce una incertidumbre que hace imposible predecir el futuro. Por ello sostiene que los eventos de los mercados financieros tienen que interpretarse como una forma de historia. Pero la historia “está tan sobre-cargada que sería incomprensible a menos que los procesos y eventos singulares se puedan reducir a un número manejable” a través de una hipótesis. Ésta es la función que cumple, en su nuevo libro, la hipótesis de la superburbuja. (The Crash of 2008 and what it means, Public Affairs, Nueva York, 2009, p. 106). En esta larga serie de entregas sobre la crisis, he examinado el pensamiento de diversos autores que ponen atención a la financiarización (papel central de las finanzas y de las burbujas financieras en la economía). Paul Krugman (cuyo pensamiento examiné en las entregas XI a XVI) sostiene que el estallido de la burbuja inmobiliaria llevó a la crisis generalizada actual porque no hubo una nueva burbuja de reemplazo, aceptando implícitamente que el capitalismo actual necesita tales medios artificiales para funcionar bien. Foster y Magdoff cuyo pensamiento analicé en las entregas VIII y IX, coinciden con Krugman, pero van más allá pues conciben la financiarización y las burbujas como factores de contrapeso de la tendencia al estancamiento crónico del capitalismo monopolista. En contraste, Soros sostiene que la crisis actual se explica porque la ruptura de la burbuja inmobiliaria precipitó que la superburbuja de la expansión del crédito, que viene desde principios de los años 80, también se desinflara anunciando el fin de una era. Para él, las burbujas surgen de la interacción reflexiva entre una tendencia prevaleciente y una concepción errada. En la superburbuja la tendencia son los métodos cada vez más sofisticados de creación de crédito, y la concepción errada es la confianza excesiva en el mecanismo de mercado: el fundamentalismo de mercado” (p.93). Y añade: “Los mercados financieros no necesariamente tienden al equilibrio; dejados por su cuenta pueden pasar de extremos de euforia a los de desesperación. Por eso mismo no son

 

  

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dejados por su cuenta. Desde la Gran Depresión, las autoridades han sido muy exitosas en evitar una quiebra mayor en el sistema financiero internacional. Irónicamente, es este éxito el que ha revivido el fundamentalismo de mercado... bajo cuya influencia las autoridades financieras perdieron el control de los mercados financieros y se desarrolló la superburbuja” (p.94) La superburbuja combina tres tendencias centrales, cada una de las cuales contiene al menos un defecto, dice Soros: 1) La expansión del crédito que se explica porque las autoridades rescatan a las instituciones financieras cada vez que están en peligro, lo que da lugar a la distorsión conocida como riesgo moral (realmente es un traslado de riesgo de la institución financiera a la sociedad), que Krugman analiza detenidamente (entrega XIV de esta serie: 10/04/09) y que genera el primer defecto: un incentivo asimétrico a la expansión crediticia. 2) La globalización de los mercados financieros, tendencia que conlleva el segundo defecto: su estructura es asimétrica y favorece a EU y penaliza a los países menos desarrollados de la periferia. 3) Eliminación progresiva de las regulaciones financieras y el ritmo creciente de las innovaciones financieras, ambos basados en el tercer defecto: la creencia que los mercados financieros tienden al equilibrio (pp. 94-95). Mientras la primera tendencia viene desde los años 30, las otras dos se establecieron en los años 80, que es cuando se empezó a formar la superburbuja. La globalización de los mercados financieros fue un proyecto del fundamentalismo de mercado muy exitoso, señala Soros: “la libre movilidad internacional del capital financiero hace muy difícil para cualquier gobierno gravarlo con impuestos o regularlo, ya que se puede ir a cualquier otro lugar. Esto coloca al capital financiero en una posición privilegiada. Con frecuencia los gobiernos tienen que ponerle más atención a los requerimientos del capital internacional que a las aspiraciones de su propio pueblo. Por ello es que la globalización de los mercados sirvió tan bien a los objetivos del fundamentalismo de mercado. (p.97) Otra asimetría es que, dado que el dólar funciona como la divisa que aceptan todos los bancos centrales del mundo, EU ha podido poner en práctica medidas anticíclicas (imprimiendo billetes) mientras que los países en desarrollo, argumenta nuestro autor, fueron obligados a vivir sólo con sus propios medios (se les impuso el tabú del déficit, habría que agregar). Esto, explica, hizo más seguro mantener activos financieros en el centro que en la periferia y los ahorros del mundo fueron “succionados por el centro y redistribuidos de ahí. Además eso hizo posible, y necesario, que EU incurriera en un déficit crónico de la cuenta corriente de la balanza de pagos que llegó a 6.6 por ciento del PIB en el tercer trimestre de 2006. El consumidor norteamericano se volvió el motor de la economía mundial” (pp. 97-98), concluye Soros. (Véase en la gráfica el creciente papel del crédito en el consumo en EU). La desregulación del sistema financiero en EU acentuó la tendencia a la expansión del crédito. En su marco fue posible el diseño de nuevos instrumentos financieros y el apalancamiento de los bancos y de otras instituciones financieras. La hipótesis de la superburbuja señala que la crisis actual marca el punto de inflexión en la ampliación del crédito que se inició desde los años 80. Por eso la concibe como el fin de una era. La evidencia más fuerte en respaldo de esta hipótesis es el carácter generalizado de la crisis que abarca todo el mercado financiero y no sólo algún sector del mismo. Soros considera que la capacidad de las autoridades financieras de EU para estimular la economía enfrenta severas restricciones. Una de ellas es que, a pesar de la liquidez enorme inyectada por los bancos centrales al sistema bancario, ésta no está transfiriendo la liquidez al público porque está preocupada por reducir su exposición al riesgo. El libro de Soros aún tiene mucho que decir, lo que podremos explorar en próximas entregas.

 

  

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5 JUNIO 2009

Crisis del capitalismo mundial / XXI SOROS PROPONE UN PROGRAMA DE RECUPERACIÓN ECONÓMICA

Habiendo postulado la hipótesis sobre la superburbuja de expansión del crédito, que se habría acelerado a partir de 1980 y se habría desinflado después del estallido de la burbuja hipotecaria, lo cual analicé en la entrega del 29/05/09, Soros aborda otros temas en el libro The Crash of 2008 and What it Means (segunda edición ampliada, Nueva York, 2009) que vengo examinando; entre ellos: una historia financiera-económica vista desde su perspectiva de especulador exitoso; en tiempo real, analiza las finanzas entre el primero de enero y el 23 de marzo de 2008 (cuando envió la primera edición del libro a la imprenta); escribiendo ya en 2009 (segunda edición enviada a la imprenta en abril de 2009) analiza la recesión; esboza un programa de recuperación económica; y termina analizando las perspectivas para 2009 y el destino de su nuevo paradigma (de la reflexividad). Hoy comento el programa de recuperación económica (pp. 171-191). El estallido de burbujas, dice, causa contracción del crédito, deflación y destrucción catastrófica de riqueza, el peso de la deuda acumulada puede hundir al sistema bancario y empujar la economía a la depresión (en la gráfica se muestra la estrepitosa caída de la formación bruta de capital fijo estimada entre 2008 y 2009 por el FMI). Para evitarlo se requieren medidas heterodoxas y radicales de política, pues la única manera de escapar de la deflación y la recesión globales es induciendo su opuesto: la inflación, y luego reduciéndola. El paquete de recuperación comprende cinco elementos: estímulos fiscales; re-estructuración radical del sistema hipotecario; recapitalización (y reforma) del sistema bancario; innovativa política energética; y reforma del sistema financiero internacional. Abordo sólo algunos de ellos. Sobre el primer punto, dice que el paquete fiscal se encuentra ya bien avanzado.

 

  

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Se requiere un cambio sistémico en el sistema hipotecario, mismo que las condiciones actuales hacen necesario y posible. Reitera que la causa de la crisis hipotecaria de EU radica en la posibilidad que tiene quien otorga el crédito de trasladar totalmente el riesgo (riesgo moral), con lo cual predomina la motivación de maximizar el cobro de comisiones. Propone que se adopte el sistema danés en el cual el acreedor original retiene el riesgo crediticio sobre el principal y los tenedores de bonos hipotecarios sólo asumen el riesgo sobre los intereses.

Soros señala que no hay un modelo adecuado de sistema bancario (en realidad financiero) que invocar. El sistema financiero se volvió demasiado grande y rentable y en el futuro debe reducir su tamaño y estar bajo el control de las autoridades financieras. Hace notar una contradicción central de nuestro tiempo aunque no la llama así:

“Mientras los mercados financieros se volvieron globales, las autoridades siguieron siendo nacionales. Puesto que los mercados globales son benéficos, las autoridades deben volverse también más internacionales y las instituciones financieras internacionales deben servir los intereses de todos sus miembros de manera más equitativa”.

Soros critica el programa de rescate de activos problemáticos (TARP, por su nombre en inglés) puesto en marcha por la administración Bush. En un artículo de octubre de 2008 Soros propuso cómo usar mejor los 700 mil millones de dólares del programa: el gobierno compraría acciones preferenciales convertibles para capitalizar a los bancos hasta que alcanzaran los requerimientos de capital vigentes. Una vez recapitalizados los bancos, el requerimiento de capitalización sería reducido para estimularlos a otorgar créditos. Desatado el crédito y despertado el peligro inflacionario, los requerimientos de capital se elevarían por encima de los niveles hoy vigentes, para que el apalancamiento del sistema bancario se redujera, lo que es un objetivo deseable de largo plazo. Ante los errores de la pasada administración, la situación financiera se siguió deteriorando durante 2008 y se estima, cuenta Soros, que el monto ahora requerido para recapitalizar a los bancos es de 3.5 billones (millones de millones) de dólares, pero como su valor de capitalización en la bolsa de valores es de sólo un billón, capitalizarlos conllevaría nacionalizarlos, lo que en EU se considera de mal gusto.

Por tanto, Obama está limitado a usar lo que queda de los 700 mil millones para tratar de lograr algo en este tema: con 100 mil millones se propone crear un “banco agregador” que, usando la posibilidad de endeudamiento podría comprar un billón de activos tóxicos, comenta Soros. Un camino similar fue el que finalmente (posterior a la fecha de cierre del libro de Soros) adoptó Geithner, el secretario del Tesoro. Soros considera esta vía como un subsidio oculto a los bancos y piensa que haría muy difícil conseguir los fondos ulteriores requeridos para que los bancos empezaran a otorgar créditos. Señala un mejor camino: en lugar de remover los activos tóxicos de los balances generales de los bancos, ponerlos en una bolsa lateral como lo están haciendo los fondos de cobertura. En esas bolsas laterales quedarían congelados también los montos requeridos de capital. Con ello se limpiarían los balances generales y se crearían buenos bancos aunque descapitalizados. Con el billón de dólares que se va a dedicar a comprar activos tóxicos se podría, entonces, capitalizar a los bancos, mientras el resto del capital requerido podría provenir del sector privado. Una de las diferencias entre esta vía y la adoptada por la administración Obama es que ésta cede, otra vez más, ante el chantaje del capital financiero y mantiene viva la lógica del riesgo moral (“me arriesgo porque sé que tú me salvas si me va mal”), dejando sin resolver este problema estructural central.

 

  

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El sistema financiero internacional, lejos de proveer un campo de juego parejo, ha favorecido a EU en detrimento de los países de la periferia, que están sujetos a la disciplina dictada por el Consenso de Washington (de la cual EU está exento), y los ha forzado a llevar a cabo políticas procíclicas, señala Soros en un texto que muchos suscribiríamos. Las instituciones financieras internacionales se enfrentan ahora, agrega, a una nueva tarea: proteger a los países de la periferia de los efectos de la crisis originada en EU. Uno de los objetivos que habría que lograr, señala, es que puedan llevar a cabo políticas anticíclicas, para lo cual propone ampliar los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI, y que los países ricos prestaran, o mejor donaran, sus DEG a los países pobres. Para dotarlos de liquidez a corto plazo, sería necesario que: a) el FMI ampliara, a través de un fondo al que contribuirían los países con superávit crónico, la disponibilidad que otorgó a los países de poder girar hasta cinco veces sus cuotas anuales; y b) los bancos centrales de los países desarrollados amplíen líneas de swaps a los países en desarrollo, nominadas en las monedas de éstos.

 

  

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12 de junio 2009

Homenaje a Peter Townsend (1928-2009)/ I

El más importante investigador de la pobreza en la historia

Julio Boltvinik Alos 81 años de edad, después de una increíblemente larga y fructífera vida, Peter Townsend, el más importante estudioso de la pobreza2 que jamás haya habido, y luchador infatigable por su erradicación, falleció el domingo 7 de junio en su país natal, la Gran Bretaña. Economía Moral está de luto, como deberían estarlo todos los que en el mundo luchan contra la pobreza. El diario británico The Guardian publicó dos obituarios el 9 de junio. El firmado por Tom Clark, dice:

La muerte de Peter Townsend pone fin a una carrera que algunas veces parecía no iba a terminar nunca. Incluso después de problemas cardiacos y de una neumonía, Townsend continuaba investigando, enseñando y haciendo campaña, impulsado siempre por la convicción del poder de la verdad. Se volvió una figura pública en los años 603 cuando, con Brian Abel Smith, redescubrió la pobreza británica, un problema que, complacientemente, se discutía en tiempo pasado. Townsend luchó contra la estrechez de la vida académica moderna, cubriendo todo desde los derechos de la infancia a guarderías, algunas veces adoptando una perspectiva global y otras yendo al detalle... Un solo hilo conductor unía las diferentes facetas de su trabajo: la preocupación por la desigualdad. Townsend creció viviendo al día con su madre sola que trataba de ganarse la vida a duras penas como cantante (de ópera) durante los años 30, lo que le infundió un agudo sentido de lo que él llamó las asperezas de la vida, que influiría en su investigación.

Del obituario escrito por Kate Green, del Child Poverty Action Group (CPAG), institución dedicada a luchar contra la pobreza infantil, fundada por Townsend y de la cual fue presidente hasta su muerte, señala que éste todavía ocasionalmente se unía al debate interno y los urgía a pensar más radical y visionariamente. Con frecuencia sentía, dice, que Peter pensaba que no éramos suficientemente atrevidos; comenta que no es sorprendente que después de 40 años de lucha de CPAG contra los beneficios selectivos basados en la prueba de medios (focalización), y a favor del aumento de los beneficios universales para la infancia y de la provisión de más ayuda a los desempleados, discapacitados y progenitores solos, Townsend fuese impaciente para que nosotros fuésemos más rápido, pues estaba decidido a que no dejásemos que otra generación más de niños y niñas experimentaran el terrorífico daño de la pobreza.

 

  

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David Gordon, director del Townsend Centre for International Poverty Research, de la Universidad de Bristol, y el coautor contemporáneo más importante de Townsend, escribió recientemente, cuando aún vivía, destacando lo que ya había logrado hace más de 40 años:

Si hubiese cesado todo trabajo académico hace 40 años, aún sería reconocido hoy como uno de los más grandes científicos sociales del mundo. Hace 40 años, Peter ya había revolucionado nuestra comprensión teórica de la naturaleza de la pobreza (en dos artículos en el British Journal of Sociology) y, con Brian Abel-Smith, provisto de la prueba empírica de que la pobreza no había sido abolida. Hace 40 años, Peter ya había producido dos trabajos fundacionales sobre la tercera edad y su cuidado. Hace 40 años había argumentado exitosamente por el establecimiento de la Encuesta General de los Hogares (General Household Survey), la más usada en ciencias sociales, y había llevado a cabo la encuesta Pobreza en el Reino Unido, que se puede considerar el sondeo individual sobre la pobreza más importante de la historia. Todo esto hace 40 años. Y, sin embargo, la mayor parte de sus grandes logros académicos estaban por delante, incluyendo: la publicación de Poverty in the United Kingdom, que transformó el estudio científico de la pobreza; la publicación del Black Report que revolucionó el estudio de las desigualdades en salud; y cambiando la manera en que las Naciones Unidas, la Unión Europea y el gobierno de la Gran Bretaña definen y miden la pobreza.

Peter Townsend reproducida con la autorización de David Gordon, de la Universidad de BristolFoto reproducida con la autorización de David Gordon, de la Universidad de Bristol

Sin embargo, esta larga e impresionante lista de logros académicos, dice Gordon, no logra capturar la esencia de este hombre, pues lo más importante no fue que haya creado nuevo conocimiento, sino que después actuó basándose en él. Para parafrasear el adagio Marxista, no sólo entendió el mundo, sino que lo cambió. Hablando de su personalidad, Gordon señala:

Townsend era frecuentemente presentado como el más destacado científico social de la Gran Bretaña, descripción que lo hacía enrojecer. Era un hombre sorprendentemente modesto. Nunca lo oí referirse a sí mismo como professor, mucho menos presumir de sus logros, y había tantos logros sobre los que podría haber alardeado. La otra descripción de Peter, que hacían tanto académicos como el personal administrativo, es como el mejor jefe que he tenido. Hay muy pocas personas que logran este honor.

Una cita de un libro publicado en 1973 permite mostrar que estas valoraciones no están infladas por el dolor de la reciente muerte del autor:

No fue sino hasta el principio de los años 60 que el pequeño grupo de personas que habían mantenido consistentemente que todavía existía un serio problema de pobreza material [en la Gran Bretaña] empezó a tener un impacto significativo en la opinión pública. Tan pronto como 1952 [cuando tenía 24 años], Peter Townsend, el más distinguido y persistente estudiante de la pobreza contemporánea, planteó dudas sobre la validez de las conclusiones de Rowntree y Lavers [que calculaban la pobreza de la Gran Bretaña en 1951 en valores cercanos a cero]. Townsend puso en duda la validez de los umbrales de subsistencia de

 

  

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Rowntree, argumentando que la lista de rubros considerados como gastos necesarios era demasiado reducida y urgiendo a una evaluación más realista de los satisfactores necesarios. (Coates, K. y Silburn, S., Poverty: the forgotten Englishmen. (Pobreza: los ingleses olvidados), Penguin Books, 1973, p. 29.

Las definiciones y mediciones oficiales de la pobreza en toda Europa y en la OCDE derivan de aportaciones de Townsend. También una de las vertientes dominantes de concepción y medición de la pobreza, encabezada por David Gordon, es fruto derivado de ideas y procedimientos originalmente desarrollados por Townsend. Su bibliografía llena un libro de 70 páginas y cubre el periodo de 1948 a 2009, 61 años de vida creativa y de lucha social permanente. Hasta su muerte fue vicepresidente de la Sociedad Fabiana y miembro activo del Partido Laborista. Un ser humano completo. Una larga e intensa vida de la que todos debemos estar agradecidos. Su memoria es inmortal, como su obra. Y nos pertenece a todos.

1 La muerte de Peter Townsend me obliga a interrumpir la larga serie que sobre la crisis del capitalismo mundial venía escribiendo desde principios de este año.

2 Mientras Rowntree y Booth son los pioneros de los estudios de pobreza en Europa, el único autor que podría disputar el calificativo del texto con Townsend es Amartya Sen. Aunque en próximas entregas intentaré comparar ambos autores, que tuvieron una memorable polémica en la primera mitad de los años 80 sobre el carácter relativo o absoluto de la pobreza; la gran diferencia entre ambos es que, mientras Townsend generó una nueva definición y varios métodos operacionales de medición de la pobreza se han derivado de su trabajo, no ha ocurrido nada similar con Sen.

3 Clark se equivoca. Townsend estuvo en la vanguardia de los estudios de pobreza en Gran Bretaña desde los años 50. Véases las citas de David Gordon.

 

  

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19 JUNIO 2009

Homenaje a Peter Townsend (1928-2009)/ II EN LA POSGUERRA DEMUESTRA QUE PERSISTE LA POBREZA EN GRAN

BRETAÑA El artículo The meaning of poverty” (British Journal of Sociology, N° 8, septiembre 1962), del joven Townsend (véase foto), inicial y crucial sobre lo anunciado en el título de esta entrega, empieza y termina diciendo: “La creencia de que la pobreza ha sido virtualmente eliminada en la Gran Bretaña... ha sido reiterada en el parlamento y en la prensa, y ha derivado autoridad de una corriente de libros y artículos publicados por economistas, sociólogos y otros...” (inicio: p.210). “Desde luego somos más prósperos que lo que fueron nuestros abuelos... Ésta es una afirmación que puede hacer cada generación... pero es algo diferente que la eliminación de la pobreza. Así como no podemos proclamar la abolición de la enfermedad, tampoco podemos proclamar la abolición de las carencias. La pobreza no es un estado absoluto. Es privación relativa. La sociedad misma cambia constantemente e impone nuevas obligaciones a sus miembros, los que, a su vez, desarrollan nuevas necesidades... Nuestra teoría general, entonces, debe ser que viven en pobreza los individuos y las familias cuyos recursos, a lo largo del tiempo, se sitúan seriamente por debajo de los recursos comandados por el individuo o la familia promedio en la comunidad en la que viven...” (final: p.225).

La definición de pobreza contenida en la última frase fue ratificada, en 1979, en la obra magna de Townsend (Poverty in the United Kingdom, Penguin, GB) y su éxito fue tal que prevalece como la base de la medición de la pobreza en la OCDE y en la Unión Europea. Veamos los argumentos de Townsend en este fundacional artículo. Empieza examinando el tercer libro de Seebohm Rowntree, el fundador de los estudios modernos de medición de la pobreza. En la tercera encuesta calculó que sólo 1.5 por ciento de la población total de York vivía en pobreza en 1950, lo que significaba un descenso abrupto respecto al 18 por ciento que había encontrado en su segunda encuesta de 1936.1 Townsend cuestiona si esto refleja lo acontecido a nivel nacional. Para ello procesó una encuesta nacional de gasto de 1953 y encontró que, usando los criterios de Rowntree, 4.1 por ciento de la población vivía en pobreza (más del triple del nivel de York).

Pero más importante, Townsend pone en duda el enfoque de Rowntree, para quien “son pobres los hogares cuyos ingresos totales son insuficientes para obtener los satisfactores mínimos para el mantenimiento de la mera eficiencia física”. Rowntree hizo una lista (una canasta) de satisfactores necesarios y calculó su costo, fundando así el método de los presupuestos familiares (con perspectiva minimalista). Townsend critica el concepto de eficiencia física como guía para identificar la pobreza:

Una familia podría mantener su eficiencia física casi tan bien como en una vivienda municipal de tres recámaras, viviendo en una casa móvil, en una choza militar o incluso en la sala de espera de una estación de ferrocarril. Sus miembros podrían acostarse temprano y eliminar el gasto en electricidad... El proveedor podría del hogar aumentar su eficiencia física si camina al trabajo y ahorra los pasajes del tren. (p. 216)

 

  

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Señala que, sin embargo, se ha creído que los requerimientos de alimentos tienen más certeza científica. Destaca el gran logro de Rowntree, quien de “manera sagaz y original vio, hacia el final del siglo XIX, que el trabajo de los nutriólogos podría ser usado en encuestas sociales para conocer los niveles de vida de la población”. Townsend examina algunos vacíos de conocimiento de la nutrición humana, que restan precisión científica a la definición de requerimientos nutricionales. Pero añade que, una vez definidos éstos, las siguientes etapas son todavía más difíciles. Critica el enfoque consistente en buscar la dieta más barata que provea los nutrientes requeridos, ya que “es importante tomar en cuenta los hábitos dietéticos que han prevalecido durante generaciones”, y pone de relieve otras funciones de los alimentos distintas a la nutrición, ejemplificándolo con el té (cuyo valor nutricional es cero), que es una costumbre ampliamente difundida en Gran Bretaña y que satisface requerimientos sicológicos y de interacción social. Concluye, pues, que no se puede depender solamente de una interpretación estrecha de eficiencia física y de valor nutricional al escoger una lista de alimentos necesarios. 2

Townsend concluye, poniendo al centro el enfoque relativo de la pobreza que será su fama pública durante el resto de su vida:

“El estudio de la pobreza no se ha desarrollado teóricamente en este siglo. Un error ha sido reducir la mirada a la eficiencia física... y suponer que ésta puede divorciarse del

bienestar sicológico y de la organización y estructura de la sociedad. Otro error fue hacer una lista de satisfactores básicos, traducirlos en un cierto nivel de ingreso [requerido], y llamarle a esto subsistencia. Todos los estudiosos de la pobreza... han tendido a escribir como si sus estándares de subsistencia consistieran en una lista de satisfactores absolutos que pudieran aplicarse en cualquier tiempo y lugar... La pobreza es un concepto dinámico, no estático. El hombre no es un Robinson Crusoe que vive en una isla desierta. Es un animal social envuelto en una red de relaciones –en el trabajo, la familia y la comunidad– que ejerce presiones complejas y cambiantes a las que debe responder, tanto en su consumo de bienes y servicios como en cualquier otro aspecto de su conducta. Y no hay una lista de los satisfactores necesarios absolutos de la vida para mantener la eficiencia física o la salud que se aplique en cualquier tiempo y en cualquier sociedad...” (p. 219) Foto reproducida con la autorización de David

Gordon, de la Universidad de Bristol Para dejar claro que lo que sostiene no es nuevo, cita a dos de los más famosos economistas británicos: Adam Smith (1776) y Alfred Marshall (1890), al primero diciendo que “por satisfactores básicos entiendo no sólo las mercancías que son necesariamente indispensables para mantener la vida, sino también cualquier otra que la costumbre de un país haga que su carencia se vuelva indecente para las personas respetables incluso del orden más bajo”. A Marshall lo cita diciendo que “toda estimación de lo que necesario debe ser relativa a tiempo y lugar” y señalando que el consumo de alcohol, tabaco y de ropa de moda resultan “convencionalmente necesarios”.

 

  

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1 Primer libro: Poverty. A Study of Town Life, 1902; segundo y tercero, referidos a la encuesta de 1936: The Human Needs of Labour, 1937, y Poverty and Progress, 1941; tercero y último libro: (con G. R. Lavers), Poverty and the Welfare State, 1951.

2 Casi medio siglo más tarde, el Comité Técnico para la Medición de la Pobreza, de la Sedeso, calculó dos canastas alimentarias para México en las que no se toma en cuenta los hábitos dietéticos de la población y sólo se buscan las dietas más baratas que satisfagan requerimientos nutricionales. ¿No se leyó a Townsend, no se le entendió, o simplemente no les importó? Véase Cortés Cáceres et al: “Elaboración de una canasta alimentaria para México”, capítulo 11 de Miguel Székely (coord.), Números que mueven al mundo. La medición de la pobreza en México, Porrúa-Sedesol, diciembre 2005.

 

  

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26 JUNIO2009

Homenaje a Peter Townsend / Iii LA POLÉMICA ENTRE POBREZA RELATIVA Y ABSOLUTA: ENTRE TOWNSEND Y

SEN

El capítulo uno del monumental libro de Townsend (Poverty in the United Kingdom, 1979) empieza con la más famosa definición de pobreza jamás formulada: “La pobreza puede definirse objetivamente y aplicarse consistentemente sólo en términos del concepto de privación relativa... El término se entiende de manera objetiva y no subjetiva. Se puede decir que los individuos, las familias y los grupos de la población se encuentran en pobreza cuando carecen de los recursos para obtener los tipos de dieta, participar en las actividades y tener las condiciones de vida y las comodidades que se acostumbran, o que al menos son ampliamente promovidas o aprobadas, en las sociedades a las que pertenecen. Sus recursos están tan significativamente por debajo de los del individuo o la familia promedio que resultan, en efecto, excluidos de los patrones ordinarios de vida, costumbres y actividades”.

En su también muy famoso artículo “Pobre, en términos relativos”, Amartya Sen comenta que Townsend es pionero y ha hecho aportaciones de largo alcance al enfoque relativista sobre la pobreza (edición original en Inglés, “Poor, relatively speaking”, Oxford Economic Papers, N° 35, 1983; edición de extractos en español: Comercio Exterior, vol. 53, núm. 5, mayo de 2003) y cita un texto de Townsend que provee la base conceptual de su definición de pobreza:

 

  

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“Cualquier conceptualización rigurosa de la determinación social de la necesidad disuelve la idea de ‘necesidad absoluta’ y una relatividad total se aplica al tiempo y al lugar. Los satisfactores necesarios para la vida (necessities of life) no son constantes. Están siendo continuamente adaptados e incrementados en la medida que ocurren cambios en una sociedad y en sus productos. La creciente estratificación y una división del trabajo en desarrollo, así como el crecimiento de nuevas y poderosas organizaciones, crean y reconstituyen las necesidades”. (P. Townsend, “The Development of Research on Poverty”, Social Security Research: the Definition and Measurement of Poverty, Londres, 1979).

Sen lo critica por no distinguir el espacio (analítico) de las necesidades del espacio de los bienes y servicios (o satisfactores). Sostiene que la afirmación de Townsend que los satisfactores necesarios (necessities) no son fijos, está fuera de foco porque los “casos que normalmente se discuten en este contexto incluyen un conjunto diferente de bienes y servicios y un mayor valor real de recursos, que satisfacen las mismas necesidades generales.” Nótese, en abono de la postura de Sen, las palabras subrayadas con cursivas en la segunda cita de Townsend: lo que está cambiando, según ésta, son los satisfactores necesarios para la vida.

Sen sostiene en este escrito como lo había hecho en Poverty and Famines (Pobreza y hambrunas), que hay un núcleo irreductible en el concepto de pobreza. “Si hay hambre y ésta causa muertes –no importa cómo se vea la imagen relativa– es claro que hay pobreza”. Pero añade que dicho núcleo incluye también otros aspectos del nivel de vida, que no especifica. El hecho que un grupo tenga un nivel de vida más bajo que otros es prueba de desigualdad, pero no lo es de pobreza a menos que sepamos algo más sobre el nivel de vida de dicho grupo, continúa Sen. Quienes sólo tienen un Cadillac no son pobres porque haya quienes tengan dos. Las consideraciones absolutas no pueden ser inconsecuentes en la conceptualización de la pobreza, concluye. Es evidente que el ejemplo de los Cadillac no es aplicable a la definición de Townsend, para quien la desigualdad pertinente para identificar pobreza es respecto al individuo o la familia promedio.

Sen sostiene que la pobreza es un concepto absoluto en el espacio de las capabilities (un neoconcepto creado por él que se traduce al español generalmente como capacidades pero que, en rigor, se refiere a oportunidades económicas) pero “con frecuencia tomará una forma relativa en el de los bienes y servicios”. Esta tesis le permite, entonces, sostener que “no hay conflicto entre el elemento absolutista irreductible en la noción de pobreza (relacionado con el nivel de vida y las capabilities) y la relatividad total a la que se refiere Townsend, si ésta es interpretada como aplicable a bienes y servicios, y a recursos.

Townsend respondió (en el mismo número de Oxford Economic Papers en el cual Sen presentó su crítica) directamente algunas de las críticas de Sen, cuestionó el enfoque de capabilities y ventiló algunas implicaciones políticas del énfasis de Sen en la pobreza absoluta, pero no abordó el asunto de los espacios de análisis sin explicitar la razón. Mantiene, correctamente, que Sen dice algo diferente que otros defensores del enfoque absoluto, que adoptan una norma absoluta y la aplican en periodos subsecuentes actualizando sólo por inflación (es el caso, podríamos añadir, del Banco Mundial, de la Cepal y del Comité Técnico/Coneval en México), mientras Sen sugiere que una línea de pobreza absoluta puede cambiar en el tiempo (véase gráfica para las consecuencias en la

 

  

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pobreza que las líneas de pobreza varíen o no al variar el ingreso), de acuerdo con ciertas variables (sin decir cuáles). Lo que está claro es que el debate no es entre Townsend y el concepto absoluto, sino entre Townsend y la peculiar concepción de lo absoluto de Sen. Según Townsend, Sen no muestra que las necesidades sean absolutas, que es el punto en discusión.

Townsend encuentra totalmente inaceptable la frase de Sen “si hay muerte por hambre y hambre entonces –sin importar cual sea el panorama relativo– hay claramente pobreza”, ya que al incluir hambre (y no sólo muerte por hambre) Sen introduce un concepto que es “demostrablemente relativo y social”. Afirma que el enfoque de la pobreza absoluta de Sen lleva a:

“la subestimación de la importancia de las necesidades no alimentarias” y “conlleva la riesgosa implicación de que los exiguos beneficios otorgados a los pobres en los países industriales son más que suficientes para satisfacer sus necesidades (absolutas). El minimalismo del profesor Sen es, por lo tanto, preocupante, no sólo porque parece ignorar o subestimar la importancia de ciertas formas de necesidad social, sino porque esa indiferencia o subestimación trae implícita una recomendación de política...”

Termina su respuesta diciendo:

“Le doy la bienvenida a los pocos y cautelosos pasos de Sen en la dirección que él llama “relativismo derivado”. Sin embargo, la conceptualización de Sen no tiene suficientemente en cuenta la naturaleza social de la vida y necesidades de la gente. La suya es una adaptación sofisticada del individualismo que está enraizado en la economía neoclásica”.

Termino así mi narración del debate entre los dos autores más importantes en el tema de pobreza del siglo XX.

 

  

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Julio 

03 JULIO 2009

La “democracia” en los tiempos del tribunal electoral DE CIUDADANOS A “CONSUMIDORES POLÍTICOS”

En el capitalismo, la política tiende, como la vida toda, a mercantilizarse. De ciudadanos se nos quiere transformar en “consumidores políticos”: reducirnos, políticamente, al acto de elegir, de manifestar nuestras “preferencias”, entre los candidatos del oligopolio de partidos políticos, al igual que lo hacemos entre las marcas del oligopolio de refrescos o de detergentes, convirtiendo así el acto electoral (símbolo de la democracia liberal) en algo light. Los espots que “venden” las mercancías-candidatos son similares a los que venden mercancías comunes. Al igual que en la teoría económica dominante se supone (y se hace todo lo posible para que así sea) que todos somos seres egoístas guiados sólo por el interés propio. El “ser genérico”, que expresa los rasgos universales de la especie humana, motivado por el interés colectivo, desaparecería. Pero no lo logran del todo. Muchas personas se convierten en “seres genéricos”, desarrollan necesidades políticas las que, como toda necesidad, se identifican porque su insatisfacción se traduce en daño humano. Sufren por el estado de la cuestión política y social del país y del planeta, aunque dichas realidades no afecten sus intereses personales. Son los auténticos ciudadanos. La gran movilización ciudadana de 2006, encabezada por López Obrador, transformó a millones de consumidores políticos en verdaderos ciudadanos y ciudadanas que sufrimos enormemente con el fraude electoral, una forma institucionalizada de golpe de Estado, perpetrado por el IFE y el TEPJF (tribunal electoral), instituciones creadas por esperanzadas reformas político-electorales para la transición a la democracia. La paradoja de las elecciones de este 5 de julio es que la población que potencialmente votará, ciudadanamente más madura y herida por el crimen del fraude electoral, lo hará

 

  

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en el contexto de una degradación creciente del aparato gubernamental federal (y del de la mayoría de los estados), de los partidos políticos y del IFE y el TEPJF. La degradación política del país se expresa en tres decisiones consecutivas del TEPJF contra la izquierda independiente, que muestran que no es un árbitro neutro, sino militante contra dicha izquierda: 1) Designó a Calderón presidente en 2006 a pesar de que, según lo demostró José Antonio Crespo en su libro Hablan las actas, no hay evidencias de que haya ganado la elección. 2) Designó presidente del PRD a Jesús Ortega quien tuvo más votos que Alejandro Encinas sólo si se cuentan, como lo hizo dicho tribunal, los supuestos votos obtenidos en casillas que nunca se instalaron. 3) Otorgó la candidatura del PRD en Iztapalapa, ganada por Clara Brugada, a la esposa de René Arce (Silvia Oliva), primer delegado ahí electo, quien la heredó primero a su hermano Víctor Hugo Círigo, todos ellos de Nueva Izquierda (tribu mejor conocida como los chuchos). Para hacerlo, anuló casillas con un criterio (que haya habido uno o más personas en las mesas receptoras de votos que no fuesen militantes del PRD) que se había negado a aceptar en la demanda de Encinas contra Ortega. Vivimos en un país ‘gobernado’ por un presidente impuesto por la conjugación fraudulenta del IFE y el TEPJF, en el cual el principal partido de izquierda es encabezado por una persona impuesta por el TEPJF, y que tiene como candidata del PRD en la delegación más poblada del DF, a una persona designada también por el tribunal electoral. En pocas palabras, el TEPJF ha reemplazado a la ciudadanía que se atreve a votar por la izquierda independiente (y que no avala sus fraudes).

¿Qué debemos hacer este domingo los más de 15 millones de mexicanos que votamos por López Obrador en 2006? ¿Debemos anular nuestro voto para protestar contra este estado de descomposición política e institucional, como dicen que lo van hacer, y proponen que otros sigamos su camino, personajes muy disímiles pero casi todos unificados por sus críticas a la resistencia persistente de López Obrador? Como lo apuntaron sabiamente Octavio Rodríguez Araujo y Adolfo Sánchez Rebolledo en La Jornada el día de ayer, la agenda oculta de muchos de estos personajes es la configuración de un bipartidismo a la gringa: financiado con recursos privados y de la cual se excluye a la izquierda. Por ello proponen reducir, o de plano eliminar, la representación proporcional en el Congreso y reducir los recursos oficiales para los partidos políticos. Por ello desde la izquierda no debemos hacer caso de estos llamados.

La verdadera opción para la izquierda es si debemos abandonar o apoyar a AMLO, en esta elección intermedia en la que está en juego la supervivencia como partidos políticos del PT y de Convergencia, los únicos partidos que se han mantenido fieles a Andrés Manuel, quien ganó la elección presidencial en 2006 y es, por tanto el presidente legítimo de México. La supervivencia de estos dos partidos, o al menos de uno de ellos, definirá si AMLO tendrá manera de ser postulado como candidato registrado a la Presidencia de la República en 2012. Quizás la última oportunidad para la izquierda en mucho tiempo. El voto nulo o en blanco, el voto por PAN, PRI, Panal, PSD o PVEM, se inscriben en la opción que abandona a AMLO abiertamente. El significado de votar por el PRD, del cual AMLO será probablemente expulsado después del 5 de julio, depende de si los candidatos son chuchos (término que de sustantivo se ha convertido en adjetivo). Si son chuchos, un voto por ellos va también en contra de AMLO, y puede ser decisivo en las elecciones para diputados federales, que es la votación que define si un partido mantiene o no el registro. También porque es importante que PT y Convergencia tengan grupos parlamentarios numerosos en la Cámara de Diputados.

Por lo que precede, votaré el próximo domingo por el candidato del PT a diputado federal, abonando a que este partido mantenga su registro y a que aumente su número de

 

  

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diputados federales, sobre todo plurinominales. En las elecciones del DF votaré por el PT tanto para la asamblea legislativa como para delegado de Tlalpan, porque el candidato del PRD a la Asamblea, aunque no es chucho, mostró durante su gestión como delegado (2003-2006) una falta de respeto a la ciudadanía, ya que nos sometió (a quienes vivimos cerca del Bosque de Tlalpan) a una contaminación acústica sumamente dañina a la salud. Aunque el candidato a delegado por Tlalpan tampoco es chucho, por lo que sé, no votaré por él porque no se ha deslindado de la política del anterior delegado a cuyo grupo, al parecer, pertenece. (Como antecedente la gráfica presenta los partidos políticos con más votos en 2003 y la proporción de población indigente en cada entidad federativa).

 

  

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10 JULIO 2009

Ganadores y perdedores del 5 de julio

En la elección del domingo hubo muchos más perdedores que ganadores. Ganó la coalición electoral PRI-PVEM-Televisa; ganó la alianza de Andrés Manuel con el PT, Clara Brugada y Juanito en Iztapalapa; ganó Elba Esther; y ganó la campaña por el voto nulo. Perdieron Calderón, la guerra contra el narcotráfico como actividad central de gobierno, el PAN y su guerra sucia, el TEPJF y su intromisión en la vida interna del PRD, los chuchos y su seudoizquierda (que no nueva izquierda), René Arce y su reinado hereditario en Iztapalapa, el IFE, el PSD, la más reciente reforma electoral, los críticos de Andrés Manuel por su genial maniobra en Iztapalapa, y perdieron la democracia y el ciudadano de a pie. El triunfo del PRI es un triunfo pírrico. Por una parte, una proporción importante de sus votantes no votaron por él sino contra el PAN, contra Calderón. Fue el voto de castigo el que le benefició. Por eso sus peores resultados se presentan en las entidades federativas donde gobierna el PRD. Por otra parte, es indispensable no olvidar que algo similar ocurrió en 2003, cuando el PRI se convirtió en la primera minoría en la Cámara de Diputados (como ahora). Es una victoria pírrica porque está basada (al menos en parte) en la peor degradación de la política, que consiste en convertir a los candidatos en personajes sexy, en imágenes vendibles, y vendidas, en la tele: en mercancías, transformando así el nombre de la persona en marca. Es el caso de los gobernadores electos en Querétaro y Nuevo León y los alcaldes electos en Guadalajara, Tlaquepaque, Cuernavaca, Puerto Vallarta y Huixquilucan, todos varones (cuyo rango de edades va de 28 a 44 años) bien presentados y ‘blanquitos’ (y casi todos emparejados con mujeres hermosas o, al menos, elegantes). Émulos, pues, de Peña Nieto (véase El Universal del 7 de julio) al que AMLO le ha llamado “el barbie masculino”. Habría que comprobar si en efecto, las televisoras y periódicos locales se encargaron de construir su imagen, aunque esto aparece como altamente probable, dada la alianza PRI-Televisa. La pregunta, ahora que el PRI-PVEM tendrá mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, es si el pacto con Televisa incluye un compromiso del PRI de revertir la reforma electoral por la cual las empresas de televisión ya no pueden cobrar (legalmente) por los espots electorales. Granados Chapa hace notar la paradoja del superpartidazo dinosaúrico que en el DF no ganó ningún distrito electoral nacional ni local (de hecho obtuvo su porcentaje de votación más bajo a nivel nacional: 16.1%), mientras en el estado de México ganó 92 de 125 municipios y la inmensa mayoría de los distritos, con lo cual aumentará sus diputados locales de 22 a 39 y tendrá mayoría absoluta en el congreso local.

 

  

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La debacle de la izquierda se debió a dos factores: 1) la disputa interna en el PRD y en el extinto FAP (Frente Amplio Progresista) entre los bloques formados por López-Obrador, PT, Convergencia y las corrientes del PRD que apoyan a AMLO, y el formado por los chuchos (y otras corrientes de izquierda light), de tal manera que en la mayor parte del país concurrieron desunidos (y en Iztalapa se enfrentaron); 2) el crecimiento notable del voto nulo (sobre todo en el DF) se hizo a costa, sobre todo, del voto por la izquierda. Sobre el primer punto, véase la gráfica anexa, que muestra la evolución del voto en el estado de México, uno de los centros del desastre perredista (que perdió dos de los municipios más poblados del país: Ecatepec y Nezahualcóyotl y muchos otros). Se aprecia claramente que la mayor parte de la caída estrepitosa de la votación por el PRD se compensa con el aumento en la del PT y el PC (Convergencia). Nótese que el desastre de la izquierda no parece tanto en las cifras absolutas para diputados federales en el estado de México: la suma de PRD-PT-PC es de 26.8 por ciento: sólo 1.6 puntos por debajo del nivel de 2003 y superior en 4 puntos al PAN (22.2 por ciento). Con esa votación, si hubiesen participado plenamente unidos habrían ganado muchos más municipios y distritos (locales y federales).

En el estado de México el voto nulo no creció mucho y, de hecho, se situó por debajo del promedio nacional de 5.4 por ciento. En cambio, en el DF se disparó hasta 10.8 por ciento, superando la votación de todos los partidos pequeños y no muy lejos de la del PRI (16.1 por ciento). El movimiento por el voto nulo, a nivel nacional, habría elevado en 2 puntos porcentuales los votos nulos si suponemos que en su ausencia, el nivel de éstos habría sido igual al de 2003: de 3.36 por ciento. Un logro significativo: alrededor de 680 mil votos que, favoreció al PRI.

El desenlace en Iztapalapa (ventaja de 52 mil votos del PT) refleja al menos tres cosas: 1) El TEPJF se equivocó radicalmente: la gente quiere que Clara Brugada sea su delegada y lo quiso siempre; el resultado abrumador lo prueba de manera contundente y descalifica la intromisión militante del TEPJF contra la izquierda independiente. La magistrada Alanís, si le queda algo de dignidad, debe renunciar. 2) El peso enorme, en el DF, de Andrés Manuel, que en sólo dos semanas logró que la gente le hiciera caso y, para que ganara Clara Brugada, votara contra ella. 3) La madurez y disciplina política de la ciudadanía de Iztapalapa que derrotó la maniobra en contra de su querida candidata.

Calderón es el gran derrotado a nivel nacional. La gente no lo quiere y no quiere a su partido. Desde el ocupante de la Presidencia hasta sus presidentes municipales, pasando por sus gobernadores, han gobernado mal: son corruptos y sin oficio. Por eso perdieron la mayoría de las gubernaturas en juego y redujeron drásticamente los municipios que gobiernan. Las necesidades de la población no están relacionadas prioritariamente con la guerra al narcotráfico. La población necesita mejores empleos, y el “presidente del empleo” no sabe cómo generarlos; la población necesita mejores escuelas, clínicas y hospitales y Calderón no sabe, no quiere y no le importa proveerlas. Hubo voto de castigo y este voto fue masivo. Llenó su gabinete de improvisados. El único requisito para formar parte de él es formar parte del grupo compacto, ser leal a Calderón. Se equivocó con la guerra sucia contra el PRI. Se acabó su sexenio. El que mal empieza, mal acaba.

 

  

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17 JULIO 2009

Ganadores y perdedores en el DF el 5 de julio LA CAÍDA DE LA IZQUIERDA ES MENOS GRAVE DE LO QUE PARECE

Decía en la entrega anterior (10/7/09) que la caída en la votación total de la izquierda (para diputados federales) en el estado de México es mucho menor de lo que parece cuando sólo se consideran las cifras del PRD. En primer lugar quisiera aclarar que en el estado de México comparé las cifras de 2009 con las de 2003 y no con las de 2006 porque en el contexto de una elección presidencial las demás elecciones se modifican sustancialmente. En 2006 la votación para diputados federales y senadores de la Coalición por el Bien de Todos (PRD, PT y Convergencia) subió como las nubes por el efecto AMLO. Por ello, si los votos por la izquierda en 2009 se comparan con los de 2006, aparecería una baja estrepitosa, pero obviamente no refleja una tendencia real. Por ello, al analizar hoy los resultados electorales del DF el punto de comparación es también 2003. Tanto en la página electrónica del IFE como en la del IEDF, aunque parezca absurdo, sólo se pueden consultar los resultados electorales del PREP, pero no los resultados de los conteos distritales, que son los oficiales, con base en los cuales se otorgan las constancias de mayoría a diputados federales y locales.1 Por tanto, aunque ya fueron realizados los cómputos distritales, no queda más remedio que seguir manejando el PREP, que aunque funciona bien en general, en casos concretos da resultados falsos. Por ejemplo, en Milpa Alta el PREP (insisto, único dato disponible en la página del IEDF) arroja que el PRI ganó la elección (los diarios nos informaron que el que ganó fue el PRD).

Al comparar el PREP de 2009 con la estadística electoral definitiva de 2003 (eso quiere uno creer, pero empieza a dudar), observamos que los votos totales se mantuvieron casi iguales entre 2003 y 2009 (un aumento de menos de 50 mil) (véase gráfica). Los ganadores en orden del número de votos absolutos adicionales recibidos (en comparación con 2003) son el PT (276 mil votos más), votos nulos (211 mil), PRI (152 mil), Convergencia y PVEM (22 mil cada uno). Los perdedores son PRD (487 mil) y PAN (131 mil). Para conocer cómo operó la transferencia de votos, tendríamos que hacer una encuesta y preguntarles a las personas cómo votaron ahora y cómo lo hicieron en 2003. De todas las transferencias, la ocurrida en Iztapalapa es la más evidente. En la votación por delegado, Juanito obtuvo 180 mil contra 128 mil del PRD. Casi todos esos 180 mil fueron transferidos del PRD al PT. Pero el asunto no fue tan contundente en la elección a la Asamblea Legislativa, ya que la línea era votar por los candidatos no chuchos del PRD. Pero hubo un efecto indirecto, que explica que en los ocho distritos de Iztapalapa la votación por los diputados locales del PT fluctuase alrededor de 20 por ciento del total,

 

  

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mientras en los demás distritos del DF los valores son, la mayoría, menores a 10 por ciento. Es decir, una parte muy importante de la ganancia en votos del PT para diputados locales ocurrió en Iztapalapa y fue a costa de la votación del PRD. Pero además el efecto ocurrió en toda la ciudad, sólo que de manera menos intensa: en 2003 el PT tuvo una votación promedio de sólo 1.3 por ciento del total, en 2009 su porcentaje varió (fuera de Iztapalapa) desde 5.4 por ciento en el Distrito 20 (el mínimo) a 11.5 por ciento en el 35 (el máximo). Algo similar, pero en mucha menor escala, ocurrió con Convergencia.

El aumento en el voto nulo sólo pudo venir de la reducción en los votos del PAN y del PRD. Viendo lo que ocurrió en otras partes del país, donde la pérdida en el voto por el PAN se transfirió al PRI, podemos suponer que el grueso de la caída en la votación del PAN se debió a transferencias a favor del PRI (véase gráfica). La caída de la votación del PRD tuvo dos destinos: una parte de los votos fueron transferidos a PT-Convergencia y otra a los votos nulos. Si la caída porcentual de la votación por la izquierda (en la elección para la Asamblea Legislativa) se estima sólo por la del PRD, la evolución 2003-2009 es desastrosa: de 43.3 por ciento a 26.3 por ciento, 17 puntos porcentuales menos. Si ésta fuese la realidad de la ciudad, tendríamos que concluir que el gobierno del DF está haciendo las cosas mal y que hubo un voto de castigo. Pero en la ciudad muchos votamos por el PT-Convergencia (13.1 por ciento) y otros anularon su voto (10.8 por ciento). Por lo que hemos dicho antes, la mayor parte de los que anularon su voto deben de haber sido gente de izquierda (desilusionada). Entre ambos destinos, representan casi la cuarta parte de los votos emitidos.

Para medir mejor el peso relativo de la izquierda sumemos los votos del PRD con los del PT y Convergencia (para obtener los votos del FAP, Frente Amplio Progresista, que está queriendo resucitar) y eliminemos los votos nulos del total de votos emitidos, calculando así la votación efectiva (véase gráfica). Los votos efectivos absolutos bajaron en 164 mil entre 2003 y 2009. Los votos del FAP disminuyeron en 188 mil, cifra mucho menor que la del PRD, que perdió 487 mil. Esta caída, en términos porcentuales calculados sobre el total de votos emitidos, significaría una baja de 7 puntos porcentuales (de 46.4 por ciento a 39.4 por ciento) muy lejos ya de los 17 puntos porcentuales de la caída del PRD. Pero si la participación del FAP se calcula sobre el voto efectivo, pasa de 48.2 por ciento en 2003 a 44.1 por ciento en 2009, una pérdida ya de sólo 4.1 puntos porcentuales, pérdida leve y no el derrumbe estrepitoso que han visto muchos medios.

Pero estos cálculos sólo resaltan la importancia de la unidad de la izquierda. En el DF no hubo un desastre porque la derecha (PRI, PAN, PVEM y Panal) no está unida, pero en 2012 se pueden unir para apoyar a un personaje como Demetrio Sodi. Los partidos de derecha, sin contar el Panal, que no existía en 2003, pasaron juntos de 47 por ciento de los votos efectivos a 51.5 por ciento, ganando 3.5 puntos porcentuales. Si sumamos al Panal, llegan a 55 por ciento de la votación. Como se aprecia, mi intento por dar una nota optimista termina en un tono pesimista. La derecha, con tal de recuperar la ciudad, puede olvidar sus diferencias y postular un candidato de unidad. Si la izquierda no hace lo mismo para el DF, la batalla estará perdida.

1Además, en el IEDF la estadística histórica disponible en forma de tabulados, que sólo llega a 2006, se presenta en formato pdf que no permite copiar ni realizar análisis estadísticos, dejando así sólo para quienes pueden manejar bases de datos y tienen el tiempo para hacerlo el análisis completo de la estadística.

 

  

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24 JULIO 2009

Repunte (poselectoral) oficial de la pobreza LO CALCULÓ EL CONEVAL USANDO UN MÉTODO CONTRARIO A LA LEY

El Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía, antes también de Informática, al que, por tanto, ahora le sobra la I final), es una institución autónoma por mandato de la reforma constitucional que añade un apartado B al artículo 26 constitucional (2006) que establece que el Estado contará con un Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica” normado y coordinado por un “organismo con autonomía técnica y de gestión” (‘Inegi’), “con las facultades necesarias para regular la captación, procesamiento y publicación de la información”. La ley que reglamenta esta reforma, aprobada por el PRIAN con la oposición del PRD en ambas cámaras, y que está vigente, es una ley que revierte, en los hechos, la autonomía del Inegi al no otorgarle la autonomía presupuestaria que disfrutan otros organismos autónomos (para un comentario detallado, véase Economía Moral, 27/04/07). Sin embargo, al parecer el Inegi quiere mostrar en los hechos su autonomía y dio a conocer el 17 de julio los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del 2008 (ENIGH2008) que muestran un descenso de ingreso del conjunto de hogares del país y un aumento de la desigualdad. Es decir, el Inegi salió públicamente a decir que la sociedad mexicana se había empobrecido y se había vuelto todavía más desigual en los dos primeros años del ‘gobierno’ de Calderón. Esto daría una imagen de autonomía plena del Inegi: que ahora se atrevería a hacer pública una evaluación tan dura del desempeño del gobierno federal. Sin embargo, cabe preguntarse ¿por qué esperaron a que pasaran las elecciones para hacer públicas tan malas noticias que, al parecer el PAN no necesitó para su estrepitosa derrota? ¿Es este timing una expresión de falta de autonomía y, por tanto, desmentiría lo antes dicho?

Recordemos que en 2003, en vísperas de las elecciones intermedias, el Inegi (entonces no autónomo y presidido por Calvillo) dio a conocer los resultados de la ENIGH2002 que arrojaban (en medio de un estancamiento total de la economía), el insólito resultado que los ingresos de todos los deciles habían aumentado (excepto los del decil X) entre 2000 y 2002. Es decir, que habían disminuido tanto la pobreza como la desigualdad. Para hacer

 

  

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más agudo el contraste entre ambas situaciones (2003 y 2009), mientras entre 2000 y 2002 bajaba la pobreza enmedio de la recesión (leve, pero recesión al fin), el periodo entre las ENIGH del 2006 y el 2008 es un periodo de crecimiento del PIB y del PIB per cápita, si bien lento. También es preciso recordar la negra historia de la ENIGH2005, pagada enteramente por la Sedeso, en un año (non) en el que no correspondía levantar dicha encuesta (que se levanta en años pares), con el evidente propósito de darle a Fox y al PAN datos favorables para la campaña del 2006. Sin embargo, los resultados no fueron favorables y la ENIGH2005 quedó oculta hasta que alguien la filtró a Diario Monitor, medio que nos la hizo llegar, a Araceli Damián y a mí. Calculados los niveles de pobreza pudimos constatar que aumentaban la pobreza alimentaria y la pobreza rural. Hechos públicos los resultados, lamentablemente después de la elección, el Inegi y la Sedeso no tuvieron más remedio que divulgar los datos.

Divulgada la ENIGH2008, el Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social) publicó los cálculos de pobreza de ingresos a partir de la base de datos de dicha encuesta, a través de un boletín (fechado 48 horas después del boletín del Inegi: 16 y 18 de julio, respectivamente), haciendo evidente que contaban con la base de datos de la ENIGH con bastante anticipación. En la página electrónica del Coneval, que consulté el día 17 de julio, se informaba que el día 31 de julio se darían a conocer los cálculos de la pobreza de ingresos. Sin embargo, cambiaron de opinión y los dieron a conocer al día siguiente. Todo esto constituye un fuerte indicio que, antes de las elecciones, probablemente mucho antes, el Coneval tenía los cálculos de pobreza de ingresos listos y que, por ello, porque eran desfavorables a quienes ocupan el gobierno federal y al PAN, no se dieron a conocer antes de las elecciones. Por ahí del 16 o 17 de julio, cambiaron de opinión y adelantaron la fecha de su divulgación. Este no es un comportamiento correcto para una institución autónoma, como el Inegi, ni para una institución semi-autónoma como el Coneval. Las encuestas nacionales que realiza una institución autónoma del Estado mexicano, son propiedad de toda al nación y sus resultados deben ser conocidos simultáneamente por todos los usuarios potenciales. La fecha de su divulgación debe ser públicamente anunciada desde el día en que comienza su levantamiento.

El Coneval midió la pobreza en el 2008 utilizando un método contrario al establecido en la Ley General de Desarrollo Social (LGDS). Mientras ésta prescribe un método con al menos 8 dimensiones, el Coneval volvió a utilizar el método definido entre el Comité Técnico de Medición de la Pobreza de la Sedeso y el Subsecretario Székely en el 2002. Es decir, el Coneval volvió a incumplir con la LGDS, como lo había hecho al dar a conocer los resultados de las ENIGH 2005 y 2006. Si bien el Coneval está llevando a cabo tareas para medir la pobreza utilizando un procedimiento fiel a la LGDS, como me consta personalmente, el atraso ya es de 3.5 años, puesto que los 6 académicos que conforman el órgano central del Coneval, entraron en funciones en febrero del 2006. La conducta correcta a seguir hubiese sido dejar que otros usuarios hiciesen los cálculos con diversos métodos y dejar claro que el Coneval descontinuaba el uso de un método contrario a la letra de la LGDS y que, además, es un método muy defectuoso.

Una prueba de ello (adicional a las muchas que Araceli Damián y yo hemos aportado desde el 2002, es que, puesto que la actualización de la línea de pobreza (LP) de una encuesta a otra se hace sólo por el aumento en el precio de los alimentos, en años en los cuales los precios de los alimentos suben menos que el conjunto de los precios al consumidor, se produce un sesgo a la baja en la pobreza, porque la LP subirá muy poco. En cambio, en los periodos en los cuales los precios de los alimentos suben más rápido

 

  

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que el INPC, el sesgo es al revés: la pobreza tiende a subir porque la LP subirá mucho Esto se muestra en la gráfica anexa. En los periodos 2000-2002 y 2005-2006, el costo de la canasta normativa alimentaria (CCNA) urbana crece mucho más despacio que el INPC (Índice Nacional de Precios al Consumidor) y son años de baja sustancial de la pobreza, mientras en 2005-2005 y 2006-2008, el CCNA crece más rápido y la pobreza mostró tendencia a aumentar o aumentó.

 

  

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31 JULIO 2009

El Inegi, la Sedeso (Federal) y la pobreza en el DF CORDERO Y SU EQUIPO DAN PATADAS DE AHOGADO ATACANDO AL DF

Nota: Los estratos de pobreza por delegaciones están integrados por: Alta: Milpa Alta, Xochimilco, Tláhuac e Iztapalapa; Media: Magdalena Contreras, G.A. Madero y Tlalpan; Media baja: A. Obregón, V. Carranza, Iztacalco, y Cuajimalpa; Baja: Cuauhtémoc, Azcapotzalco, Coyoacán, B. Juárez, y M. Hidalgo. Fuente cálculos propios a partir de datos del Inegi y la estratificación de delegaciones definida en Julio Boltvinik y Jesús Estévez, “Pobreza y medio ambiente en la Zona Metropolitana” (inédito) El reconocimiento de la caída del ingreso de los hogares y el aumento de la desigualdad del ingreso y de la pobreza entre junio de 2006 y el mismo mes de 2008, por parte del gobierno federal, ha ido a la par de algunas expresiones del titular de Sedeso en el sentido de que si bien subió la pobreza, los programas a su cargo no sólo van bien, sino que su enfoque es el correcto y es el mejor posible. El señor Cordero y su equipo se han creído el mito de que la Sedeso es la responsable de combatir la pobreza. En efecto, en el dogma neoliberal que profesan, el Estado no debe intervenir en materia económica: es el mercado el que regula y determina el devenir económico. Sólo debe intervenir para la provisión de bienes públicos (aquellos de los cuales no es posible excluir a nadie: como la defensa nacional) y para habilitar a los pobres extremos para que puedan jugar el juego del mercado, evitando que su estado de desnutrición les impida salir a buscar trabajo y, por tanto, no gocen de la igualdad de oportunidades. Por tanto, en esta concepción, es sólo la Sedeso la responsable de combatir la pobreza, pero sólo debe combatir la pobreza extrema. Para estos feligreses, cualquier política social que no esté dirigida a los pobres extremos y sólo a los pobres extremos (es decir, que no sea focalizada), es un desperdicio de recursos, porque los pobres no extremos y los no pobres ya pueden jugar el juego del mercado. Para ellos, la seguridad social, las universidades públicas, la educación básica

 

  

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gratuita, subsidian a los no pobres extremos y, por tanto, son ineficientes y deberían desaparecer o privatizarse. La gratuidad de la educación básica debiera ser sólo para los más pobres, los demás debieran pagar colegiatura. No han llegado tan lejos porque no han tenido mayoría absoluta en el Congreso. Pero si pudieran lo harían.

En agudo contraste, en el DF se ha venido desarrollando desde 1997 un modelo universalista de política social fundado en derechos, que se manifiesta en algunos programas sociales y en la legislación que los convierte en derechos, como la pensión para adultos mayores, la atención universal gratuita (incluyendo medicamentos gratuitos) de salud para todos los no derechohabientes de la seguridad social, y otros. No son programas focalizados a los pobres extremos solamente, sino que están dirigidos a todos. Para el neoliberal, esto es aberrante: un gran desperdicio.

La historia reciente del mundo desarrollado, en cambio, demuestra que en los países de Europa, que tienen estados de bienestar universalistas, en los cuales toda la población es derechohabiente y, en esa calidad acceden a los servicios sociales de salud, seguridad social, seguro de desempleo, apoyos para vivienda, a la infancia y a la tercera edad, etcétera, tienen niveles de pobreza más bajos, entre 6 y 7 por ciento en los países escandinavos y Holanda, y entre 9 y 12 por ciento en los demás, después de todas las transferencias monetarias en efectivo, que en Estados Unidos (17 por ciento), que tiene un estado de bienestar precario y focalizado. Al mismo tiempo, la pobreza antes de dichas transferencias en casi todos ellos (excepto Holanda y Noruega) está por arriba (alrededor de 30 por ciento) de la de EU (26 por ciento)1.

La esencia del asunto radica en el carácter preventivo de la lucha contra la pobreza del universalismo: con una red amplia de servicios y transferencias, pocos caen en la pobreza, mientras que en el modelo focalizado, que adopta una estrategia curativa de lucha contra la pobreza, hay que esperar que la gente caiga en la pobreza para poderle ayudar. Naturalmente, en el enfoque preventivo la política económica desempeña un papel central: debe mantener el pleno empleo.

Dando patadas de ahogado, Cordero y su equipo han empezado a esparcir la especie de que la pobreza en el DF aumentó más rápido que en el conjunto del país, y que ello se debe a las diferentes políticas de lucha contra la pobreza de ambos gobiernos: eficiente la del federal e ineficiente la del DF.

En primer lugar, la evolución de la pobreza, señor Cordero y señores subsecretarios, en todo el país depende centralmente de la política económica que está en manos del gobierno federal. En segundo lugar, el método de medición de la pobreza con el cual usted pretende evaluar la evolución de la pobreza, sólo es pobreza de ingresos, y no toma en cuenta las demás dimensiones (educación, servicios de salud, vivienda, servicios de la vivienda, seguridad social) que la Ley General de Desarrollo Social, que usted y su equipo están obligados a cumplir, señala como los indicadores mínimos que deben incluirse en la medición de la pobreza. Por tanto, sus argumentos están teñidos de ilegalidad. En tercer lugar, es evidente que, a pesar de que el gobierno del DF pagó una sobre muestra al Inegi para que la ENIGH2008 fuese representativa para el DF, los errores muestrales son seguramente mayores en el DF que a nivel nacional, lo que requeriría pruebas de significación estadística cuidadosas al hacer la comparación. En cuarto lugar, la evolución de la pobreza que hay que comparar con el DF no es la nacional, ni la urbana nacional, sino la de otras metrópolis similares. En quinto lugar, el método de medición de la pobreza

 

  

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utilizado es tan defectuoso que sólo toma en cuenta la evolución del precio de los alimentos y no de los demás bienes básicos. Pero todavía peor, el índice de precios con el cual se actualiza la línea de pobreza es nacional, de tal manera que se pretende medir la pobreza en el DF, actualizando la línea de pobreza con un índice de precios nacional (de alimentos), con lo cual no se toma en cuenta, por dar sólo un ejemplo, que el Metro en la ciudad de México sigue costando 2 pesos, el transporte público urbano más barato del país. Sexto, como lo pone en evidencia la gráfica anexa, no parece descabellado pensar que la muestra (y los factores de expansión) de la ENIGH2008 en el DF pueda estar sesgada, ya que el crecimiento de la población en los dos estratos de delegaciones con más altos niveles de pobreza, entre 2005 y 2008, está por arriba de la tendencia de 2000 a 2005, mientras en los dos estratos con menor pobreza, la baja en la población está sobreestimada como se aprecia en la gráfica.

1 Para mayor detalle sobre estos datos, véase David Gordon, “La medición internacional de la pobreza y las políticas para combatirla”, en Julio Boltvinik y Araceli Damián (coords.), La pobreza en México y el mundo. Realidades y desafíos, Siglo XXI editores, 2004, pp. 45-75. La forma en que están medidas estas pobrezas (sólo por ingresos) subestiman las diferencias entre Europa y EU, ya que las diferencias en educación, salud, vivienda, y similares son todavía más fuertes.

 

  

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Agosto 

07 AGOSTO 2009

Lo peor del aumento de la pobreza está por medirse OPORTUNIDADES, JOYA DEL NEOLIBERALISMO FOCALIZADOR, FOCALIZA MAL

El aumento de la pobreza entre 2006 y 2008 dado a conocer por el Coneval, a pesar de su importante magnitud (5.1 puntos porcentuales, equivalentes a 5.9 millones de personas), no refleja sino muy parcialmente la recesión de la economía del país, porque ésta empezó en el cuarto trimestre del año pasado, mientras los datos de la ENIGH2008 (encuesta en la que se basan los cálculos), captaron el ingreso promedio de los hogares en los seis meses previos al día de la aplicación del cuestionario, que se levantó entre agosto y noviembre del 2008. Por tanto, en promedio, la encuesta refleja, sobre todo, los ingresos de junio y julio del 2008. Haciendo el PIB del tercer trimestre de 2006 igual a 100, el PIB del segundo y tercer trimestres de 2008 se situaban en 105.8 y 105.3, es decir 5 por ciento por arriba, e incluso el del cuarto trimestre quedaba por arriba: 104.4. Si descontamos el crecimiento poblacional de los dos años (1.8 por ciento), se obtiene un crecimiento del PIB per cápita de más de 3 puntos porcentuales. Por tanto, lo peor está todavía por medirse. La experiencia inmediata anterior es la crisis de 1994-1995. Haciendo el PIB del tercer trimestre de 1994 igual a 100, después de una fuerte alza en el cuarto trimestre donde alcanza 108.3, el PIB cae durante tres trimestres y toca fondo en el tercer trimestre de 1995, con 92 (8 puntos por debajo del nivel de un año antes). Pero para el tercer trimestre de 1996 había ya recuperado la mayor parte de la pérdida y se situaba en 98.5. Si añadimos el crecimiento poblacional, la caída del PIB per cápita habría alcanzado alrededor de 3.5 por ciento en los dos años. Sin embargo, el aumento de la pobreza, según el Coneval, entre los terceros trimestres de 1994 y 1996 fue de 17.7 puntos porcentuales (de 52.4 a 69 por ciento). La razón fundamental de este

 

  

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aparente sin sentido (leve caída del PIB pero fuerte aumento de la pobreza), es que en esos dos años hubo una devaluación brusca del peso (haciendo 100 el precio en pesos de un dólar en julio de 1994, éste pasó a 223.7 en julio de 1996) acompañada por una crisis bancaria y muy altas tasas de inflación (81 por ciento creció el INPC en los dos años). La pobreza creció, entonces, al aplicarse la receta neoliberal de enfrentar la inflación usando los salarios como ancla (mediante aumentos nominales a los salarios mínimos y contractuales muy por debajo de la inflación).

En la evolución ya medida de la pobreza 2006-2008 no hubo ni fuerte inflación, ni devaluación del peso. Éste se revaluó en 6 por ciento, mientras la inflación fue de 9.45 por ciento en los dos años. Sin embargo, el aumento de los precios de los alimentos fue mucho más rápido: 16.4 por ciento, lo que como expliqué en la entrega anterior (31/07/09) se exagera aún más porque el método empleado por el Coneval sólo toma en cuenta los precios de los alimentos. Además el gobierno federal actual ha mantenido la política de aumentar salarios por debajo de la inflación general, deteriorando el poder adquisitivo de la población lenta pero sostenidamente.

Por lo que respecta al año ya transcurrido desde junio de 2008 pero cuya pobreza no ha sido todavía medida, los indicadores son malos aunque no tan malos como los de 1994-1996. Por una parte, la recesión se ha traducido, en ausencia de una política anticíclica, en crecientes niveles de desempleo entre los asalariados y, muy probablemente, en menguada actividad económica por caída en las ventas entre quienes trabajan por cuenta propia o tienen negocios propios, todo ello agravado por la influenza y su impacto en restaurantes y turismo, así como por la caída de remesas del exterior. Pero además, en este año transcurrido sin medición, el peso se ha devaluado 29 por ciento y, aunque la inflación general no se ha disparado (5.74 por ciento), los precios de los alimentos han crecido todavía más rápido que en los años anteriores: 9.9 por ciento. Por lo dicho, mi predicción es que el aumento 2008 a 2010 (cuando se levantará la siguiente ENIGH), si bien no será tan fuerte como el ocurrido en 1994-1996 será entre 10 y 12 puntos porcentuales bajo el supuesto que la economía continuará en recesión o, en el mejor de los casos, estancada a un bajo nivel de actividad.

Mientras tanto, veamos qué podemos aprender en la ENIGH2008 sobre la joya del neoliberalismo focalizador que la Sedeso esgrime como el único camino racional para enfrentar la pobreza: el Programa Oportunidades. Según la ENIGH2008, en ese año 4.2 millones de hogares recibían los beneficios del Oportunidades, nuevamente (lo mismo ha ocurrido en todas las encuestas del Siglo XXI) por debajo del dato del padrón del Programa (según la página electrónica) de 4.89 millones en 2008. Oficialmente deberían ser 5.0 millones, cifra mágica a la cual el programa se quedó pegado desde 2004 cuando su cobertura igualó el número de hogares en pobreza de capacidades, supuesta población objetivo del mismo. Pero según la medición del Coneval, los hogares pobres de capacidades eran, en 2008, 5.38 millones y sólo 4.27 millones en 2006 (aumentaron más de un millón en estos dos años). Como se aprecia, el primer problema para la joya neoliberal es que no hay corrección de la cobertura en el tiempo. El puro paso del tiempo vuelve ineficiente un programa focalizado que decidió quedarse en un monto absoluto fijo. Si la pobreza baja, deberían desafiliar a aquellos hogares que dejaron de ser beneficiarios. Si la pobreza sube, deberían afiliar masivamente a los nuevos pobres. Pero las bajas por no re-certificación (hogares que dejan de cumplir los requisitos para ser beneficiarios del Programa) suelen ser muy pequeñas, del orden de 2 mil y fracción por bimestre.

 

  

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Para que los programas focalizados hacia la pobreza extrema pudieran pretender ser la forma óptima de combate a la pobreza, deberían cometer muy pocos errores de focalización, pero el Oportunidades comete muy grandes errores, tanto de inclusión (EINC) como de exclusión (EEXC), como puede verse en la gráfica. De los 5.38 millones de hogares pobres de capacidades, el programa sólo cubre a 2.05 millones (el 38 por ciento), y excluye a 3.34 millones (el 62 por ciento). Ello se debe, en gran medida, a que no focaliza correctamente, ya que según la ENIGH menos de la mitad de los 4.21 millones de sus beneficiarios (2.05 millones, el 48.6 por ciento) son pobres de capacidades, mientras más de la mitad (51.4 por ciento: 2.16 millones) no son pobres de capacidades. ¿Hay una pobreza de capacidades en el Oportunidades para identificar y dirigir correctamente sus beneficios a los pobres de capacidades? En realidad, algo similar le ocurre a todos los programas focalizados. La utopía negativa de la focalización perfecta es imposible. Los argumentos se desmoronan.

 

  

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14 AGOSTO 2009

Crisis en el cuento foxista de la baja en la pobreza 2000-2006 DESCENSO DE LA POBREZA RURAL: ESPEJISMO MUESTRAL

De la clasificación de un pueblo, un rancho o una ciudad como localidad rural o urbana depende que en el método foxista” de medición de la pobreza (que sigue usando indebidamente el Coneval), se use una línea de pobreza (LP) más o menos baja: por ejemplo, en el caso de la pobreza de patrimonio, la LP por persona al día fue en 2008 de 63.50 pesos en localidades urbanas (que el Coneval define como las de 15 mil o más habitantes) y de sólo 42.70 pesos en las rurales (menos de 15 mil habitantes). Todos creemos saber en qué pueblo o ciudad (es decir en qué localidad) vivimos. Sin embargo, el habitante de Cholula, Naucalpan o Tlaquepaque nos miraría perplejo si le decimos que vive en el área urbana o en la zona metropolitana de Puebla, México o Guadalajara. El área urbanizada (calles, viviendas, otras edificaciones) de muchas ciudades se va expandiendo y envolviendo antiguos pueblos, convirtiéndolos (de hecho pero no necesariamente de derecho) en parte de aquéllas, en cuyo caso sus habitantes, de rurales, debieran reclasificarse a urbanos y, en el método foxista, habría que aplicarles ahora la LP más alta. Esto bastaría para que aumentara la pobreza medida. La única base de información de cobertura universal para estos fines son los censos y conteos de población, cuya definición de localidad es puramente administrativa: “Todo lugar ocupado por una o más viviendas habitadas... reconocido por un nombre dado por ley o la costumbre” (Censo 2000). En el censo de 2000 se cuantifican 480 localidades en el Distrito Federal: 31 mayores de 15 mil (urbanas bajo cualquier criterio) cuando en realidad se trata de una sola área urbana de más de 8 millones de habitantes). En el país había, en 2000, 199 mil localidades, de las cuales la inmensa mayoría eran muy

 

  

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pequeñas. Sobre muchas de ellas cabe la duda de si siguen siendo, funcionalmente, localidades independientes o se han fusionado con una mayor y, por tanto, han cambiado su lógica de funcionamiento (por ejemplo se han vuelto áreas puramente residenciales sin actividad económica propia). Sin mayores correcciones, la ENIGH adopta este criterio de localidad y, con base en ello, sin mayores correcciones, el Coneval clasifica la población en urbana y rural (con el límite de 15 mil habitantes) y, en función de ello les aplica la LP alta (urbana) o la baja (rural). En mi experiencia de medición de la pobreza he observado que el cambio importante en los niveles de vida se produce en 2 mil 500 habitantes, y no en 15 mil, por lo cual en lo que sigue adopto este límite urbano-rural.

De lo dicho se desprende que, en el universo así identificado de localidades rurales hay dos categorías: las que funcionan de modo independiente o localidades rurales verdaderas; y las localidades rurales falsas, que forman parte integral de un área urbana. Entre ambas categorías puede haber diferencias dramáticas: las rurales falsas, a las que se llega por una calle o una carretera principal, la densidad poblacional es mayor y tienen altas probabilidades de acceso a servicios como agua entubada, recolección de basura, gas LP y teléfono doméstico. En las verdaderas, tanto la densidad de población como la probabilidad de acceso a estos servicios es más baja. Sólo un trabajo muy minucioso de delimitación, con tecnología satelital y de fotos aéreas, permitiría discernir unas de otras y mantener la distinción actualizada. Nadie lo hace, al parecer.

La ENIGH no distingue entre ambos tipos de localidad y, por tanto, considera ambos como si fueran rurales verdaderas. Por tanto, no puede controlar, al diseñar la muestra, la inclusión de una u otra. Sin embargo, las presiones de no elevar los costos del levantamiento (recuérdese que el Inegi fue sometido durante el gobierno de Fox a muchas restricciones económicas, tantas que estuvo a punto de no levantar el Conteo 2005 y tuvo que eliminar el cuestionario ampliado del mismo y para levantar las ENIGH estuvo obligado a pasar la charola) pueden sesgar el diseño muestral hacia localidades más cercanas, más accesibles, lo que llevaría a aumentar el peso de las localidades rurales falsas en la muestra total. Este sesgo también puede resultar de una intención de minimizar la pobreza rural. La evidencia que enseguida muestro me lleva a sostener que esto fue lo que pasó en las ENIGH 2002, 2004 y 2006, y que dicho sesgo fue corregido parcialmente en la ENIGH2008.

1) El tamaño promedio del hogar rural descendió de 4.61 personas en 2000 a 4.13 en 2006 (casi media persona menos) para repuntar en 2008 a 4.33. 2) El ingreso promedio de los hogares rurales, que había aumentado en 0.8 por ciento de 2002 a 2004 y en 20.2 de 2004 a 2006, cayó 16.3 por ciento entre 2006 y 2008. 3) Algunas condiciones de vida que mejoraron con rapidez entre 2000 y 2006 cambiaron de tendencia y empeoraron entre 2006 y 2008: a) los hogares que tienen lavadora doméstica habían aumentado de 23.9 por ciento en 2000 a 43.9 en 2006 y cayeron a 27.7 por ciento, perdiendo 16 de 20 puntos ganados; b) el porcentaje de las viviendas que cuentan con agua entubada al interior, que se había más que duplicado (de 20.2 por ciento a 42.3) entre 2000 y 2006, cayó a 31.1 por ciento, perdiendo la mitad de lo ganado; c) las que cuentan con excusado con conexión de agua, que también se había más que duplicado (de 17.6 por ciento a 39.9) cayeron a 28.5 por ciento, perdiendo la mitad de lo ganado; d) las que utilizan gas para cocinar, como puede verse en la gráfica, que habían crecido de 46.2 por ciento a 76.9 (ganancia de más de 30 punto porcentuales) entre 2000 y 2006, regresaron casi al nivel de 2000 (48.1 por ciento), perdiendo 28.8 de 30.7 puntos que habían ganado. Es decir, en dos de cuatro casos se perdió casi todo lo ganado, y en los otros dos se perdió la mitad. 5) La llamada pobreza patrimonial (de ingresos) del Coneval (con una

 

  

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delimitación en 15 mil habitantes), había disminuido de 69.2 por ciento a 54.7 entre 2000 y 2006 y repuntó a 60.8 por ciento, perdiendo 6.1 punto porcentuales (no muy lejos de la mitad) de los 14.5 ganados.

Ni las instalaciones de agua entubada en el interior de la vivienda, ni la conexión de agua del excusado fueron arrancadas de las viviendas rurales, ni vendieron las lavadoras, ni las estufas de gas; ni el ingreso subió como la espuma y luego cayó; los procesos de mejoramiento y deterioro son ilusiones estadísticas (un juego de sesgos muestrales) como se aprecia visualmente en la gráfica, resultado del aumento desproporcionado (intencional o no) en la muestra clasificada como rural, de las falsas localidades rurales y su posterior, y probablemente parcial, corrección. Dado que en la evolución de la pobreza nacional tuvo un fuerte peso la baja de la rural (14.5 puntos porcentuales), mientras la urbana lo hacía sólo en 3.9 puntos porcentuales, el develamiento de la ilusión estadística sobre la pobreza rural, pone fin al mito del espectacular descenso de la pobreza durante el reinado de foxilandia.

 

  

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21 AGOSTO 2009

¿Cuál es el nivel correcto de la pobreza en México? EXPLORANDO LA ADECUACIÓN DE LAS NORMAS DE POBREZA

Como he comentado en las cuatro entregas precedentes, la medición de la pobreza que anunció el Coneval en julio no cumple con lo estipulado en la Ley General de Desarrollo Social (LGDS), porque sólo toma en cuenta los ingresos de los hogares para la medición y hace caso omiso de otros siete indicadores definidos como obligatorios en dicha ley. Desde 1994 vengo aplicando el Método de Medición Integrada de la Pobreza (MMIP) que desarrollé a finales de los años ochenta para medir la evolución de la pobreza en el país, culminando en 1992. Al igual que el método de la LGDS, se trata de un método multidimensional. Mientras con el método que ha aplicado el Coneval, y que fue desarrollado por el Comité Técnico para la Medición de la Pobreza (CTMP) durante el gobierno de Fox, que es una variante original, pero muy defectuosa, del método de Canasta Normativa Alimentaria que viene aplicando desde hace 30 años la Cepal para medir la pobreza en América Latina, en México 47.4 por ciento de la población (50.55 millones de personas) vivían en condiciones de pobreza a mediados de 2008, de acuerdo con el MMIP es 74.2 por ciento la que se encuentra en dicha situación (79.17 millones de personas). Mientras en un caso se identifica como pobre un poco menos de la mitad de la población, en el otro se identifica en esa condición a casi tres cuartas partes de ella. La diferencia es de 26.8 puntos porcentuales y de 28.62 millones). ¿Cuál es el nivel correcto?

Una respuesta inicial debe tomar en cuenta que si aplicamos la línea de pobreza 3 (LP3) que definió el CTMP y que fue eliminada por la Sedeso, la pobreza sería 58.6 por ciento y no 47.4. Todavía más, si se utiliza lo que Araceli Damián y yo hemos llamado la LP3 corregida (que calcula la LP con la ortodoxia de la Cepal), el resultado es 74.9 por ciento, unas décimas por arriba del cálculo del MMIP. Desaparece la diferencia. Las tres cuartas partes de la población nacional son pobres.

 

  

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Una vía de exploración consiste en comparar la norma fijada contra la realidad observada de los hogares. No estoy postulando que se convierta el es en el debe (lo cual, como lo sabe cualquier estudiante de filosofía, sería una aberración conceptual), sino simplemente aplicando la concepción relativa de la pobreza, que tanto debe a Peter Townsend, y que sostiene que las normas deben reflejar el estilo de vida ampliamente difundido o promovido en una sociedad. Cuando una norma queda muy lejos de la práctica de la inmensa mayoría de la población, pueden surgir dudas sobre su adecuación; en cambio, cuando la norma constituye, al mismo tiempo, la práctica de una proporción amplia de la población, la norma cobra mucho más certeza. Debe tomarse en cuenta que se trata de definir normas para uno de los países más desiguales del planeta, lo que dificulta enormemente la tarea.

Los cálculos de la pobreza del MMIP se basan en la combinación de tres dimensiones: pobreza de ingresos, pobreza de tiempo y NBI (necesidades básicas insatisfechas); mientras las dos primeras dimensiones están constituidas por sólo un indicador, la tercera se conforma con ocho: educación; salud y seguridad social; vivienda; agua y drenaje; bienes durables; manejo de basura; energía doméstica, y teléfono. Al combinarse los índices de estos ocho indicadores se obtiene el índice de NBI de cada hogar, que al combinarse con ingresos y tiempo permite obtener el índice integrado del MMIP para cada hogar, con base en el cual se clasifican los hogares en uno de seis estratos: indigentes, muy pobres, pobreza moderada, con satisfacción de necesidades básicas y requerimientos de ingreso-tiempo (sanbrit), clase media y clase alta.

Al observar los cuadros en los que se despliegan las proporciones de población en estos seis estratos en cada uno de los componentes y dimensiones, me pareció interesante analizar su distribución observando dos cosas: el estrato modal (es decir, el que tiene el más alto porcentaje de personas), y qué tanto la distribución encuentra sus valores más altos en los estratos que rodean la norma (uno por arriba y otro por debajo). Se trata de un primer ejercicio exploratorio que debe profundizarse. Tomo valores de los 11 indicadores del MMIP calculados sobre la base de datos de la ENIGH2008 para el total nacional. El ejercicio puede replicarse para la población rural, urbana y para cualquier subconjunto para el cual la ENIGH sea representativa, como el Distrito Federal. Los estratos alrededor de la norma son pobreza moderada (pobmod) y sanbrit.

En la dimensión de NBI, el estrato modal es el de pobmod (25.6 por ciento), adyacente por debajo a las normas, y la suma con el estrato adyacente por arriba (con sanbrit) es de 46.7 por ciento, lo que parecería mostrar que, en general, las normas de NBI no son demasiado lejanas de la realidad de los hogares. En ingresos, el estrato modal es el de indigentes (27 por ciento) pero los dos estratos adyacentes a la norma, como puede verse en la gráfica, representan el 44.9 por ciento del total. La posible duda sobre esta norma no surge, sin embargo, para la población urbana (el 78 por ciento de la nacional), en cuyo caso el estrato con sanbrit es el modal (28.8 por ciento), y sumado a la pobmod resulta en casi la mitad de la población (49.5 por ciento). En pobreza de tiempo, el estrato modal es pobmod tanto a nivel nacional (31.7 por ciento) como urbano (31.5 por ciento) y en ambos casos los dos estratos adyacentes a la norma rebasan el 40 por ciento (véase gráfica).

En cuanto a los componentes de NBI hay dos: salud y seguridad social (SSS), y vivienda, en los cuales los estratos modales son los indigentes. En SSS se trata de una distribución bimodal (con dos picos) en la cual la segunda frecuencia más alta (sanbrit) representa el 40.8 por ciento (mientras los indigentes son el 42.4 por ciento. A nivel urbano la

 

  

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distribución sigue siendo bimodal y la frecuencia más alta es la de sanbrit. En vivienda, en cambio, los indigentes son también la frecuencia bimodal a nivel urbano, mientras que en el Distrito Federal (y quizás en otras metrópolis para las cuales no tengo datos) es sanbrit la frecuencia modal. Como se aprecia en la gráfica, los dos estratos adyacentes representan menos de la tercera parte. ¿Significa lo anterior que en vivienda las normas son demasiado altas para la realidad nacional? ¿O más bien que siendo el satisfactor más caro, su satisfacción suele ir rezagada del de otras necesidades? El lector puede apreciar que en educación, teléfono, agua-drenaje, energía y manejo de basura otros componentes de NBI las parejas de estratos con la más alta frecuencia modales son las adyacentes a las normas (pobmod +sanbrit), mientras en manejo de basura y en bienes durables ya es la clase media+ clase alta la frecuencia más alta.

 

  

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28 AGOSTO 2009

Evolución de la pobreza integrada (MMIP) 2000-2008 COMPARACIÓN CON LA EVOLUCIÓN ANUNCIADA POR CONEVAL

Las fuertes diferencias entre los niveles de pobreza que identifican el método foxista y el MMIP (método de medición integrada de la pobreza) y que comenté en la entrega anterior para el año 2008 se manifiestan también cuando se analiza su evolución. En la gráfica se presenta la evolución 2000-2008 con ambos métodos. En ella resaltan las enormes diferencias en el porcentaje de población identificada en pobreza en ambos métodos en todos los años. Pero además, las diferencias cambian con los años: empiezan siendo (2000 y 2002) de alrededor de 23 puntos porcentuales, suben mucho en 2004, 2005 y 2006 (alrededor de 29 puntos) y bajan un poco en 2008 (casi 27 puntos). Cuentan, además, dos historias distintas: a) la versión foxista es la historia de un descenso espectacular y sostenido, encuesta tras encuesta, durante el gobierno de Fox (una reducción de 11 puntos porcentuales equivalente a 20.5 por ciento del dato inicial), seguido por un importante repunte en los dos primeros años del de Calderón (4.8 puntos porcentuales equivalentes a 11.3 por ciento del dato de 2006), que ubica el nivel de pobreza en 2008 (antes de la crisis), 6.2 puntos porcentuales por debajo del año 2000, un descenso relativo de 11.6 por ciento respecto del dato de 2000. Calderón habría perdido más de la mitad de lo ganado por Fox. Sin crisis, sin embargo, los gobiernos panistas habrían reducido la pobreza en el país significativamente. b) La historia del MMIP es que, durante el gobierno de Fox (2000-2006), hubo una reducción de la pobreza no espectacular y no sostenida, sino con fluctuaciones, de sólo 5 puntos porcentuales que equivalen a 6.5 por ciento del dato inicial, menos de la mitad de la reducción absoluta y menos de la tercera parte de la reducción relativa de la versión foxista. En pocas palabras una reducción lenta. El repunte durante los dos años de Calderón es también menos fuerte (un aumento de 2.8 puntos porcentuales equivalentes a 3.9 por ciento, poco más de la tercera parte del incremento relativo de la versión foxista). El periodo termina muy cerca de donde empezó en 2000: 2.2 puntos porcentuales abajo (74.2 por ciento contra 76.4 por ciento), equivalentes a sólo 2.9 por ciento del dato de 2000, menos de la tercera parte de la reducción relativa del procedimiento foxista.

Entre 2002 y 2004, la diferencia entre los dos métodos se magnifica, ya que el foxista muestra un descenso de la pobreza y el MMIP un aumento. Al descomponer el movimiento nacional entre urbano y rural entre esos dos años, aparece claro que el descenso nacional en la pobreza foxista se explica exclusivamente por un fuerte

 

  

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descenso en la pobreza rural (de 64.3 por ciento a 57.4 por ciento), ya que la urbana permanece sin cambio. En el MMIP, en cambio, la pobreza rural permanece constante entre ambos años y la urbana aumenta significativamente (de 66.8 por ciento a 71.2 por ciento). Ratificando lo que indiqué en la entrega del 14/08/09, el descenso espectacular en la pobreza rural que se habría logrado durante el gobierno de Fox es, sobre todo, un espejismo muestral, una ilusión estadística. Ahora añadimos que esta ilusión afecta más al método foxista de medición, en el cual la evolución de la pobreza depende sólo de dos variables: la evolución del ingreso nominal de ciertos grupos de la población y de los precios (sólo) de los alimentos. En cambio, la evolución de la pobreza en el MMIP depende de varias decenas de variables, entre ellas los movimientos de los precios de muchos bienes y servicios. Por lo que hace a las diferencias en el movimiento en la pobreza urbana, se requiere de un análisis detallado para explicarlas.

Las diferencias en los resultados, tanto de niveles como de evolución de la pobreza entre ambas mediciones, se explican por diferencias en la fijación de las normas mínimas (umbrales) que deben cumplir los hogares o personas para no ser considerados pobres (explicación central del nivel) y por diferencias de método (explicación principal de las diferencias en la evolución). En cuanto a las diferencias de nivel, éstas se eliminan a casi cero, como comenté en la entrega anterior (21/08/09), si en el método foxista se utiliza lo que Araceli Damián y yo hemos llamado la LP3 (línea de pobreza 3) corregida. La LP3 la recortó el entonces subsecretario de la Sedeso, Székely, y requiere corregirse porque en el procedimiento del Comité que la propuso hay un error. La LP3 estaba, en el año 2000, 85 por ciento por arriba de la LP de patrimonio (originalmente LP2 del Comité) y 48.4 por ciento por arriba de la LP3.

La importancia de los umbrales resalta, también, en las conclusiones a las que llegué en el ejercicio de simulación que realicé en 2007 consistente en comparar la medición de la pobreza del MMIP con la que resultaría de la reducción de prácticamente todos los umbrales en cada una de las dimensiones del método:

Los umbrales cuentan y cuentan mucho. No es el procedimiento el que produce, en lo fundamental, bajos o altos niveles de pobreza; por el contrario, son las condiciones de la realidad viviente y los umbrales seleccionados para identificarla, los que determinan sus niveles medidos. Casi cualquier incidencia de pobreza puede ser obtenida si uno modifica los umbrales. Pero los umbrales no son juguetes; no son irrelevantes. Si la política focalizada contra la pobreza en México pasase a ser mucho más dominante de lo que es ahora en la política social, los niveles de los umbrales serían determinantes del universo de personas que podrían tener alguna esperanza de mejoría. Entre más bajos los umbrales, menor será el número de personas que serían beneficiadas por los programas especialmente definidos para focalizarse a los pobres. Muchas vidas pueden perderse por la reducción irresponsable de algunos umbrales, reducción hecha con el fin de obtener un nivel calculado de pobreza en el país que sea aceptable para algunos grupos políticos y algunos intereses económicos. Esto es lo que Amartya Sen quería prevenir cuando, en Pobreza y hambrunas (1981) argumentó fuertemente contra la definición de política de la pobreza. Los pobres no son aquellos de los cuales un régimen político dado quiere (o puede) hacerse cargo: ésta es una realidad independiente de la capacidad o voluntad de los gobiernos para atenderla. Es irresponsable reducir la realidad a dicha capacidad (o voluntad). La lección aprendida es que la elección del método tiene que ser separada de la elección de umbrales y ponderadores. Cualquier método, con algún conjunto de umbrales y algún conjunto de ponderadores [en los métodos multidimensionales], puede producir cualquier nivel de pobreza” (Julio Boltvinik, Medición Multidimensional de la

 

  

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Pobreza. Una propuesta Metodológica para México de acuerdo a los requerimientos definidos en la Ley para el Desarrollo Social, en libro en prensa de El Colegio de México y Coneval).

Aunque, en efecto, diversos métodos pueden llegar a similares o iguales niveles de pobreza, serán diferentes los hogares identificados como pobres en uno y otro método y los métodos unidimensionales de ingresos identificarán un universo sesgado de hogares, pues como dijo Hegel, la verdad es el todo.

 

  

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Septiembre 

4 SEPTIEMBRE 2009

Aumento de la pobreza en el DF 2004-2008 SERÍA MENOR SI SE CORRIGE EL SESGO DE LA MUESTRA DEL DF

La pobreza aumentó a nivel nacional entre 2006 y 2008 según los datos de las encuestas nacionales de ingresos y gastos de los hogares (ENIGH), lo cual he venido analizando en las seis entregas precedentes (24 y 31 de julio, y 7, 14, 21 y 28 de agosto). En el DF, para el cual no se cuenta con datos representativos de 2006, la evolución que puede medirse con mayor grado de confiabilidad es entre 2004 y 2008, porque en ambos años (pero no en 2006) el gobierno del DF pagó al Inegi una muestra de mayor tamaño (más hogares encuestados) de la ENIGH que la que le sería aplicable para la muestra nacional. Hoy muestro, con algún detalle, los resultados de la medición de la pobreza 2004 a 2008 en el DF, con el Método de Medición Integrada de la Pobreza (MMIP), pero primero comparo tales resultados con los que se obtienen con el método foxista que el Coneval ha decidido mantener permanentemente (según comunicación verbal de Agustín Escobar, integrante académico del Coneval) al lado de la medición multidimensional que por ley está obligada a aplicar, lo cual no ha hecho todavía. Espero analizar en detalle este asunto en próximas entregas. La gráfica muestra la evolución 2004-2008 de la pobreza a nivel nacional, urbano-nacional, rural-nacional y en el DF, tanto por el método foxista como por el MMIP. Ahí se aprecia que el porcentaje de población que vive en pobreza en el DF aumentó entre 2004 y 2008 por ambos métodos (3.7 y 4.6 puntos porcentuales), mientras a nivel nacional la

 

  

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pobreza sólo aumentaba en dos décimas de punto porcentual en el método foxista, pero bajaba levemente en el MMIP. Estos resultados habrían derivado de movimientos contradictorios entre el medio urbano (cuya pobreza habría bajado por ambos métodos) y el rural (que habría subido en ambos).

Ambas mediciones usan las mismas bases de datos de las ENIGH, pero hay un sesgo en la muestra del DF, que se puede apreciar en el cuadro al comparar las ENIGH con el Conteo 2005, tomando en cuenta la tendencia observada entre 2000 y 2005. El sesgo aparece, sin embargo, desde la ENIGH2004, por lo cual sólo una parte del mismo afectaría la medición de la evolución 2004-2008. Sin embargo, resulta notable que el Inegi, habiéndose percatado del sesgo entre la ENIGH2004 y el Conteo 2005, no sólo haya dejado 32.3 por ciento que traía en 2004 para las delegaciones de pobreza alta (1.8 puntos porcentuales por arriba del dato del Conteo), sino que lo haya elevado a 33.1 por ciento (2.6 puntos porcentuales por arriba del Conteo; véase cuadro). La otra cara de la moneda de este sesgo es que, a pesar de que la proporción de población que vive en delegaciones de pobreza baja estaba ya subestimado en la ENIGH2004 en casi un punto porcentual respecto al Conteo 2005, se bajó todavía más, a 23.7 por ciento, quedando 2.5 puntos por debajo del Conteo.

Una opción para el Consejo de Evaluación del Desarrollo Social del DF (Evalúa DF) ante tal sesgo es corregir los factores de expansión en la base de datos, de tal manera que coincidan con una proyección adecuada de la población por delegaciones. Es probable; sin embargo, que el cambio que de ello resulte no altere en lo básico los resultados: es decir, que la pobreza en el DF suba menos que con los datos actuales, pero que de todas maneras aumente. Para que la comparación con la evolución al nivel nacional y urbano fuese aún más sólida, tendría que hacerse un análisis similar con la muestra nacional y, en su caso, aplicarse una corrección similar a los factores de expansión.

El MMIP tiene tres dimensiones: ingresos, necesidades básicas insatisfechas (NBI) y tiempo disponible o tiempo libre. NBI, a su vez, está conformada por ocho componentes: salud y seguridad social, vivienda (calidad de materiales y espacio), educación, condiciones sanitarias (agua y drenaje), energía doméstica (electricidad y combustible para cocinar), teléfono, bienes durables y manejo de basura. El indicador agregado de NBI para cada hogar es la media ponderada de los ocho indicadores individuales. Los ponderadores están basados en los costos sociales de satisfacción de cada componente, de manera que a los más costosos se le aplican ponderadores más altos: vivienda, 31.2 por ciento; salud y seguridad social, 26.9 por ciento y educación (22.5 por ciento); y a los menos costosos, los más bajos. Los indicadores de ingresos y tiempo se combinan bajo la premisa de que los hogares incurren en exceso de trabajo para obtener más ingresos. Por ello, el ingreso del hogar, antes de compararlo con la línea de pobreza se ‘castiga’ en aquellos hogares en los que hay exceso de trabajo, dando lugar a un índice compuesto ingresos-tiempo que es el que se combina con el de NBI. Aquí el sistema de ponderadores se basa también en el costo social. Los rubros que conforman la canasta normativa de satisfactores esenciales (CNSE), cuyo costo de satisfacción es la línea de pobreza (LP) que se utiliza para medir la pobreza de ingresos. Ingresos y tiempo reciben un ponderador de 62.6 por ciento y NBI uno de 37.4 por ciento.

Entre 2004 y 2008, la pobreza de NBI a nivel nacional disminuyó en 4.6 puntos porcentuales, mientras en el DF lo habría hecho en sólo 2 décimas de punto; la pobreza de ingresos habría disminuido a nivel nacional en 4 décimas de punto, pero habría

 

  

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aumentado estrepitosamente en el DF al pasar de 38 por ciento a 46.6; y por último, la pobreza de tiempo habría aumentado 2.5 puntos porcentuales a nivel nacional, y habría permanecido sin cambio en el DF. Como se aprecia, la explicación del aumento de la pobreza en el DF radicaría exclusivamente en el aumento de la pobreza de ingresos. ¿Realmente bajaron los ingresos de la población del DF entre 2004 y 2008? Las posibles respuestas las exploraré en próximas entregas. La otra pregunta es por qué no bajó la pobreza por NBI en el DF.

 

  

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11 SEPTIEMBRE 2009

El concepto de progreso social y su medición PROPUESTA: CONCEBIRLO COMO DESARROLLO DE LAS FUERZAS ESENCIALES

HUMANAS1

Parto de ideas de Marx que han sido sistematizadas (sólo) por György Márkus, las combino con el concepto de florecimiento humano que manejan algunos filósofos y los vinculo a una diferente concepción de la pobreza. Mi planteamiento central es que el progreso social lo debemos concebir como la creación de las condiciones para el desarrollo irreprimido y rápido de las fuerzas esenciales humanas, entendiendo por éstas las necesidades y las capacidades humanas. Por capacidades me refiero al sentido literal del término: lo que el ser humano sabe hacer, y no a capabilities (en el sentido de Amartya Sen: lo que puede hacer con los recursos de que dispone y que serían, en todo caso, capacidades económicas). Necesidades y capacidades tienen que ser concebidas como una unidad en la que las necesidades son el aspecto pasivo, y las capacidades el activo, con fuerte interacción entre ambas. Para satisfacer sus necesidades, el ser humano tiene que desarrollar sus capacidades. Además, la aplicación de las capacidades ya desarrolladas se vuelve una necesidad humana fundamental. Como dijo Maslow, el pintor necesita pintar. A nivel individual podemos evaluar el florecimiento humano de los individuos por el grado de desarrollo de sus necesidades y capacidades y por el grado de satisfacción de las necesidades efectivamente desarrolladas y el grado de aplicación de las capacidades efectivamente desarrolladas. Es decir, para que se complete el ciclo de florecimiento, al desarrollo de la necesidad y de la capacidad, ha de seguir la satisfacción de aquélla y la aplicación de ésta, porque sólo entonces se retroalimentan, ya que la satisfacción de las necesidades y la aplicación de las capacidades es lo que las sigue desarrollando y enriqueciendo. Como dice Marx, el oído cultivado necesita la buena música.

La noción de desarrollo de las necesidades es de uso poco común. Solemos hablar de necesidades como algo fijo, estático, y acostumbramos hablar sólo de su satisfacción o insatisfacción, suponiendo que todos los seres humanos tienen las mismas necesidades,

 

  

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sin considerar que algunas necesidades pueden estar latentes en algunos individuos. En cambio, para Marx, el hombre rico es el que ha desarrollado ampliamente sus necesidades: el que necesita mucho, no el que tiene mucho. Es un concepto muy profundo, bellísimo. Por ejemplo, el que necesita la buena música, la belleza, la ciencia, la interacción intensa y compleja con otros seres humanos, o alguno(s) de estos elementos, es el ser humano rico. En contraste, un ser humano pobre es el que no los necesita; puede ser un individuo alienado, dominado por la pasión de tener, que como dice Agnes Heller, predomina en el capitalismo.

Algo que resalta mucho Heller es que en la teoría Marxiana de los valores, el valor supremo, del cual se derivan todos los demás, es la riqueza humana, coincidiendo con Márkus. Si es el valor más alto, pues es lo que tenemos que poner en el centro del concepto de progreso social. Los argumentos para considerarlo como el valor más alto son muy fuertes, porque es ni más ni menos que el despliegue de las potencialidades humanas, el desarrollo del ser humano, su florecimiento, lo que constituye esa riqueza. Es difícil encontrar algo que pueda uno considerar como más valioso.

Con ello llegamos a una conceptualización coherente en la cual riqueza humana y pobreza humana son los polos. Ni Heller ni Márkus hablan del polo de pobreza humana, que yo explicito. Después hago una distinción entre pobreza humana del ser –referida a la condición ‘estructural’ de la persona en términos del desarrollo de las capacidades y necesidades– y pobreza humana del estar, la cual se refiere a la situación circunstancial, en la que una persona, aunque tenga ampliamente desarrolladas sus necesidades y capacidades, podría estar en la pobreza humana porque no puede satisfacer esas amplias necesidades y/o no puede aplicar esas grandes capacidades que ha desarrollado.

Hasta aquí he llegado, está pendiente la operacionalización de estos conceptos, lo cual tiene que hacerse a un doble nivel: societal e individual y, en cada uno, distinguir la dimensión del ser y la del estar. Lo que se busca es desarrollar a nivel individual una evaluación de cuatro dimensiones (véase gráfica), que definiría para cada persona si es rica o pobre humanamente, y si está en riqueza humana o en pobreza humana; hecho lo cual se pueden construir indicadores agregados del grado en que ambas situaciones ocurren a escala social. En la evaluación societal se mediría el progreso social como la presencia (y grado de ella) de las condiciones o presupuestos para que el desarrollo de las fuerzas esenciales humanas no tenga obstáculos, que no haya represión del mismo, sino estímulos y condiciones favorables, de manera que se pueda dar rápidamente. Progreso social son las condiciones positivas macrosociales, y florecimiento humano el aprovechamiento de esas condiciones favorables a nivel de los individuos.

Operacionalizar ambos niveles requerirá un enorme esfuerzo, por su novedad, ya que se trata de conceptos diferentes a los que usamos cotidianamente. Por el lado de necesidades tenemos muy buenas pistas en las conceptualizaciones de necesidades humanas de Maslow (personas atrapadas en las necesidades deficitarias vs. personas autorrealizadoras) y de Fromm (carácter productivo), aunque ambas son más útiles para el nivel individual que para el societal. En el camino por recorrer en materia de capacidades, no he encontrado pistas similares (sin desconocer lo penetrante de algunas nociones de Martha Nussbaum), por lo cual la búsqueda empezaría más atrás que en necesidades.

 

  

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La pobreza económica (que no he discutido aquí) tiene que superarse como condición necesaria del florecimiento humano; pero no es condición suficiente. Algunos factores muy importantes en el camino del florecimiento humano son la vida cívica y política; el ser humano que ya no piensa en sí mismo sino en el bien de su polis, de su ciudad. El florecimiento humano en gran medida consiste en desprenderse de sí mismo y ocuparse de objetivos externos que pueden ser cívicos, políticos, científicos, artísticos, humanitarios. William Morris y Ernst Bloch, ambos pensadores utopistas, le dan un papel central al arte en el proceso de liberación, en el florecimiento humano. Bloch lo ve desde el punto de vista del receptor de la obra artística, y Morris desde el punto de vista del creador. Ven en el arte un camino de salida de la enajenación.

1 Texto presentado en el seminario realizado el 2 de septiembre pasado, convocado por el proyecto Midiendo el Progreso de las Sociedades: Una Perspectiva desde México, que forma parte de la iniciativa global de la OCDE, Measuring the Progress of Societies, y que realizará un Foro Mundial en Busan, Corea del Sur, en octubre.

 

  

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18 SEPTIEMBRE 2009

La Jornada: un cuarto de siglo UN ANIVERSARIO DIGNO DE FESTEJARSE

Angel Guerra, Carlos Payán, José María Pérez Gay, Hugo Gutiérrez Vega y Pablo González Casanova, durante el foro sobre el 25 aniversario de La Jornada, organizado por Casa Lamm y este diario Foto Guillermo Sologuren En estos días en los que se han puesto en marcha los festejos por el bicentenario de la independencia, la pregunta evidente es: ¿qué independencia festejamos, si lo único que falta para hacer aún más patente nuestra dependencia total es que se instalen bases militares de EU en el país? Es evidente que dada la descomposición nacional, la presencia creciente de la violencia impulsada por la supuesta guerra contra el narcotráfico, la prevalencia cada vez mayor de un Estado de no derecho, que se vienen a sumar a la falta casi absoluta de autodeterminación nacional, éste es un aniversario que no merece festejarse porque suena a burla, a paradoja, que “nuestros gobernantes” festejen una gesta heroica que buscaba lograr lo que ellos todos los días se encargan de desmantelar. En agudo contraste, este año, y sobre todo esta semana, se festejan 25 años de circulación de La Jornada, cuya creación constituyó, y la circulación de cada número constituye, actos de independencia, por lo que se trata de un aniversario que sí vale la pena festejar. La independencia de La Jornada se expresa de manera evidente en su carácter crítico, ante todo del aparato del Estado, sobre todo del Poder Ejecutivo Federal. Mantener ese carácter crítico a pesar de que, como bien dice Luis Hernández Navarro (La Jornada, 15/

9/09), “el poder combinado de anunciantes y gobierno(s) tiene gran capacidad de presión sobre los contenidos informativos de la prensa”, es un enorme mérito, casi un milagro, cuya prueba más fehaciente es que se trata del único periódico de circulación nacional que mantiene sistemáticamente este carácter crítico.

 

  

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Pero no es ésta su única virtud. Comprometerse con causas sociales y políticas es quizás la más importante. Como también señala Hernández Navarro, La Jornada no esconde sus posturas como otros diarios que pretenden ser imparciales. Es un periódico que se compromete con las causas de los débiles, de los movimientos populares, de la izquierda social y de la izquierda política. Que no obedece consignas, como otros medios impresos. Así, mientras éstos actúan como si López Obrador no existiese y no hubiese recorrido en los dos últimos años todos los municipios del país, La Jornada le da plena cobertura a sus recorridos.

En la sección especial de su página web, creada para festejar su 25 aniversario, se lee:

“La Jornada da entrada en sus páginas a las más distintas expresiones de una izquierda política en grave crisis, aquí y en el mundo, y en ella cada autor es respetado en sus perspectivas dentro de esa amplia gama que incluye el pensamiento progresista y de izquierda, reformista y revolucionario. Si con esa libertad se cometen errores preferimos cometerlos, sin que pretendamos imponer nuestra verdad a los que consideramos que están en el error. Optamos por la guerra de las palabras y de los razonamientos”.

Pluralismo en el interior de las fuerzas “progresistas”.

Antes de nacer La Jornada, en su número “Bajo Cero”, se expresa que, en el acto de convocatoria para crear el diario, se hizo el siguiente diagnóstico de la realidad del periodismo nacional:

“Después de caracterizar el momento político que vive el país, los oradores del acto, celebrado en el Hotel de México de esta ciudad, señalaron la acusada derechización de los medios informativos a los que, con algunas excepciones, dominan “el conservadurismo ideológico y la estrecha lógica mercantil, cuando no la alianza extranacional. Dada esa situación, dijeron, es imprescindible un esfuerzo de información y crítica”.

Es evidente la actualidad del diagnóstico. Salvo La Jornada entre los periódicos nacionales, y algunas excepciones en revistas y en noticieros de radio, la derechización y la lógica mercantil siguen predominando. Así se describió cómo sería el nuevo diario en el número Bajo Cero:

“Un diario tabloide, de 32 páginas, que ofrecerá abundante información breve, así como reportajes y entrevistas, documentos y crónicas de contexto. El diario combinará la información con la reflexión de fondo sobre los problemas de la hora. La Jornada consignará en sus páginas el movimiento de la sociedad, la realidad diaria y anónima de personas y sectores. Un diario que dé voz a quienes no la tienen. Un diario moderno y plural, abierto en lo ideológico y en lo político. Un diario crítico..., atento a los procesos que marcan la realidad diaria del país y las condiciones internacionales...”

La Jornada de hoy es formato tabloide y, contando La Jornada de Enmedio, duplica el número de páginas planeadas originalmente. Que yo sepa, no existe un mecanismo de evaluación sistemático de La Jornada, pero en términos generales podemos decir que la visión del periódico expresada en este párrafo se ha cumplido cabalmente. Ha dado voz a los que no la tienen, al menos mediante tres mecanismos: a) El Correo Ilustrado, ejemplo extraordinario de auténtica voz pública; b) a través de sus reporteros que entrevistan y

 

  

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narran lo que dicen los sin voz; y c) a través de los espacios de opinión, muchos de los cuales son cubiertos por líderes de la sociedad civil o que, por razones de su actividad, están en continuo contacto con los sin voz. Como dijo José María Pérez Gay en Casa Lamm (La Jornada, 15/9/09): “podremos ver con orgullo que seguimos comprometidos y no hemos abandonado el proyecto original”. Esto no quiere decir que no se pudiera mejorar, como todo en la vida.

Desde este espacio (con el cual he tenido el honor de acompañar más de la mitad de los 25 años de nuestro periódico, desde febrero de 1995) he querido colaborar en lo que Hugo Gutiérrez Vega identificó (en Casa Lamm el lunes pasado), como un propósito de La Jornada: la lucha “contra la enajenación” y la apuesta “en favor de la inteligencia de nuestros lectores”, a través del análisis de la información empírica sobre la pobreza y otras dolorosas realidades del país, y a través de la discusión de ideas, conceptos y teorías económicas y sociales.

Sin La Jornada, sin sus moneros, sin sus reporteros, sin sus fotógrafos, sin sus comentaristas, sin sus dirigentes, sin sus trabajadores, sin El Correo Ilustrado, sin sus editoriales, sin La Jornada de Enmedio, sin sus suplementos, sin La Jornada toda, no toleraríamos la podredumbre nacional; sentiríamos que triunfaron el despotismo electrónico y el PRIAN; perderíamos toda esperanza; sentiríamos que sólo queda callar y obedecer, o tomar las armas. Protejamos, cuidemos, promovamos, apoyemos a La Jornada, colaboremos con ella, para que llegue a los 250 años.

 

  

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25 SEPTIEMBRE 2009

Pobreza de ingresos en el DF y a nivel nacional ¿SON CREÍBLES LAS DIFERENCIAS?

En la entrega del 4 de septiembre, analicé la evolución de la pobreza en el DF y a nivel nacional entre 2004 y 2008, aplicando tanto el método foxista de medición de la pobreza que sigue utilizando (indebidamente) el Coneval como el Método de Medición Integrada de la Pobreza (MMIP), que desarrollé a principios de los años noventa y que he venido aplicando (al igual que Araceli Damián) desde entonces. Concluí que de las tres dimensiones que conforman el MMIP, sólo la evolución de los ingresos es la que explicaría el alza de la pobreza integrada (las otras dos dimensiones, necesidades básicas insatisfechas, NBI, y tiempo disponible, permanecieron sin cambios). Dos preguntas quedaron en el aire: si la baja en los ingresos de la población del DF es real y por qué no bajó la pobreza de NBI en el DF como ocurrió a nivel nacional. Advertí, con datos, que la muestra en el DF está sesgada y que eso puede explicar, al menos en parte, la baja en el ingreso y, por ello, el aumento de la pobreza de ingresos en el DF. Hoy analizo la evolución de los ingresos por fuentes y deciles (décimas partes de la población ordenadas según su ingreso), tanto en el DF como a nivel nacional.

 

  

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En la gráfica se aprecia que entre 2004 y 2008 creció el ingreso corriente total (YCT) de todos los deciles a nivel nacional, mientras en el DF esto habría ocurrido sólo en la mitad de ellos. Aún más: se aprecia que a todos los deciles nacionales les habría ido mejor que a los del DF, lo que se refleja en que la curva nacional está siempre por arriba de la del DF. Los deciles; sin embargo, son posiciones relativas y cada decil del DF se ubica a niveles más altos de ingresos que su correspondiente nacional. En el cuadro se han ordenado los deciles tanto del DF como nacionales según su YCT mensual por persona en 2004. Como se aprecia, el decil I del DF tenía un YCT promedio cercano al del decil III nacional; mientras el decil II tenía un ingreso intermedio entre los deciles IV y V nacionales, por ejemplo. Por tanto, la baja de 111 pesos mensuales del ingreso por persona en el decil I del DF (véase gráfica) debería compararse con el alza de 30 pesos del ingreso del decil III nacional, y así sucesivamente. Las conclusiones no sólo no se alteran sino que se fortalecen al hacerse más agudos los contrastes. Por ejemplo, el decil V del DF, parecía haber experimentado poco más de la mitad del incremento de su contraparte nacional (61 contra 118; véase gráfica), pero ahora sabemos (por el cuadro) que su ingreso está entre los de los deciles VII y VIII nacionales, y por ello aparece experimentando entre la tercera y la quinta parte del incremento correspondiente nacional (al compararse con incrementos de 193 o 310 pesos).

¿Cómo se explican, según la propia ENIGH, estas fuertes diferencias en la evolución del ingreso entre el DF y el país, aparte del sesgo de la muestra ya comentado? Para acercarse a una respuesta, conviene analizar la evolución de las fuentes de ingreso en ambos niveles.

Entre 2004 y 2008, como se aprecia en la gráfica, el ingreso mensual por persona en el DF cayó (según las ENIGH) en (-) 134 pesos, mientras a nivel nacional aumentó en (+) 225 pesos. En el DF habrían caído tanto el ingreso monetario (-131 pesos) como no monetario (-3 pesos) por persona, en contraste con el país, donde habrían aumentado ambos (+179 y +46 pesos). Aumentaron tres de los cuatro rubros agregados que componen el ingreso monetario a nivel nacional: salarios (+79), negocios (+52) y transferencias (+54) y sólo bajó la renta de la propiedad (-7). En agudo contraste, en el DF sólo habrían aumentado los salarios (+145, como se aprecia, mucho más que a nivel nacional), mientras caían estrepitosamente los ingresos por negocios (-226), sustancialmente la renta de la propiedad (-30) y moderadamente las transferencias (-17). Como se aprecia, más de 100 por ciento de la caída en el ingreso se explica por la caída de los ingresos derivados de negocios, que constituye uno de los rubros, después de renta de la propiedad, que las ENIGH captan muy mal y que, por ello, tiene baja confiabilidad.

En general, las ENIGH subestiman fuertemente los ingresos de los hogares, de ahí que sea aconsejable ajustar los datos de ingresos de los hogares de las encuestas a los que proveen las cuentas institucionales (hogares) del sistema de cuentas nacionales (como lo hace la Cepal). En el año 2000, mientras la subestimación del ingreso total de los hogares fue del 51.2 por ciento (es decir que el ingreso de la ENIGH debe ser multiplicado por 2.05, su coeficiente de ajuste, para obtener el de cuentas nacionales), los ingresos que derivan de negocios, el coeficiente de ajuste fue de 4.4 en el año 2000. Es decir, la ENIGH 2000 captó sólo 22.5 por ciento del total de cuentas nacionales, y en el caso de renta de la propiedad (intereses y alquileres de tierras y terrenos) sólo 8 por ciento (el factor de ajuste es 12.3). Mucho más confiable resulta el dato de los ingresos derivados del trabajo, que “sólo” subestiman el dato de cuentas nacionales en 25 por ciento y que deben ser ajustados con un factor de 1.3.

 

  

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Con otra lógica totalmente distinta (la de las técnicas estadísticas), el INEGI estima el intervalo de confianza de cada fuente de ingresos. En la estimación realizada para 2004 (el INEGI sorprendentemente no ha publicado la de 2008), el intervalo de confianza de salarios (con una confiabilidad de 90 por ciento) es de más/menos 3.4 por ciento, es decir que al valor promedio de salarios por hogar le sumamos y restamos 3.4 por ciento del mismo y podemos afirmar (al 90 por ciento de probabilidades de acertar) que en ese intervalo se encuentra el valor real de los salarios promedio de los hogares, pero el de renta empresarial (o negocios propios) es del doble: más/menos 6.2 por ciento, y el de renta de la propiedad de más/menos 26.1 por ciento. No hay estimaciones similares para el DF.

En el DF, entonces, la única fuente de ingresos altamente confiable aumentó casi al doble que nivel nacional, mientras decrecieron las que explican casi 200 por ciento de la caída del YCT. Podemos concluir que la supuesta caída del ingreso 2004-2008 en el DF, y por tanto el aumento de la pobreza, están por demostrarse.

 

  

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Octubre 

2 OCTUBRE 2009

Baja en el ingreso en el DF: no significativa estadísticamente EL CONEVAL SIGUE PUBLICANDO CIFRAS INDEFENDIBLES

"La supuesta caída en el ingreso de los hogares entre 2004 y 2008 en el DF y, por tanto, el aumento de la pobreza, están por demostrarse”. Así concluí la entrega anterior de Economía Moral (25/09/09). En la semana transcurrida han aparecido evidencias adicionales que refuerzan esta conclusión. Por un parte, el Inegi publicó los intervalos de confianza de las variables de la ENIGH2008 y las del DF tanto para 2004 como para 2008. Por otra parte, el Coneval publicó resultados de pobreza por entidad federativa para un grupo de siete entidades federativas. Con base en la primera fuente se concluye que si bien el aumento del ingreso corriente total (YCT) de los hogares a nivel nacional entre 2004 y 2008 es significativo estadísticamente, la supuesta baja en los ingresos en el DF es, por el contrario, no significativa. Intuitivamente, esto se aprecia de la siguiente manera: para que una baja entre dos años sea significativa estadísticamente al nivel de probabilidad elegido (el Inegi ha elegido un nivel más bajo del usual: 90 por ciento, cuando lo usual es 95 por ciento), quiere decir que con una probabilidad de acertar de 90 por ciento, podemos afirmar que el dato verdadero se encuentra en el intervalo de confianza. Por tanto, para que una baja en el ingreso sea estadísticamente significativa, es necesario que los intervalos de confianza de los dos años comparados no se sobrelapen, sino que el intervalo más bajo sea más bajo en todos sus puntos que cualquier punto del intervalo más alto. Como se muestra en la gráfica, cuando se analizan los intervalos de confianza a nivel nacional eso es lo que ocurre, mientras en el DF se sobrelapan totalmente (es decir que son intervalos similares y no sólo que el nivel superior del intervalo bajo alcance al nivel inferior del otro, como se aprecia en la gráfica con la variable de salarios). En la gráfica también se muestra que el nivel de los ingresos corrientes por hogar es mucho más alto en el DF que a nivel nacional.

Paradójicamente, la fuente de ingresos que mejor aproxima el valor equivalente de cuentas nacionales, y que, desde esa perspectiva, es la más confiable: los salarios, muestra una variación no significativamente estadísticamente tanto a nivel nacional como en el DF, como se aprecia también en la gráfica, ya que en ambos casos los intervalos de confianza se sobrelapan parcialmente.

Lamentablemente, el Inegi reclasificó los rubros de ingresos por ganancias derivadas de cooperativas y de cuasi-sociedades, que en 2004 se incluyeron en ingresos por negocios (o como también se le llama: ingresos por trabajo independiente) y las ubicó en 2008 en renta de la propiedad. Esto explica que al comparar los cuadros de precisiones de 2004 y 2008 se produzca una leve caída de los ingresos por negocios a nivel nacional y una estrepitosa caída en el DF. Mientras la primera no es significativa estadísticamente, la segunda sí lo es, pero como un mero reflejo de la reclasificación. Si se analizan ambos rubros conjuntamente (y suponemos que el nuevo intervalo de confianza será también la suma de ambos intervalos), la caída en el DF deja de ser significativa y el aumento a nivel nacional sigue siendo no significativo. En la entrega anterior hice notar que las

 

  

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estimaciones de las ENIGH tanto de ingresos por negocios como por renta de la propiedad son muy poco confiables, no en el sentido estadístico del que venimos hablando (que depende sobre todo del tamaño de la muestra y la variabilidad de la variable), sino en el sentido mucho más grave de que no refleja, y ni siquiera aproxima, la realidad que da a conocer las cuentas nacionales. Con el ejemplo del año 2000, que refleja el orden de magnitud del problema de manera similar que cualquier otro año, mostré que la ENIGH sólo capta 22.5 por ciento de los ingresos que los hogares obtienen de negocios propios y sólo 8 por ciento. Estas dos fuentes de ingresos, que explicarían 200 por ciento de la supuesta baja en los ingresos en el DF tienen enormes intervalos de confianza en el DF: +/-15 por ciento en negocios y +/-24 por ciento en renta de la propiedad, contra +/- 4.5 por ciento en salarios.

La segunda información que se dio a conocer esta semana, proveniente del Coneval, es una información basada en fuentes inexistentes. La única información reciente comparable con la de 2008 para el DF es la de 2004, ya que en ambos años se levantó la ENIGH. Sin embargo, en la página electrónica del Coneval se comparan los datos de pobreza de las siete entidades federativas que pagaron al Inegi una sobremuestra de la ENIGH2008 (lo que permite que la muestra sea representativa para la entidad federativa) con supuestos datos de las entidades federativas en el 2005, año en el cual sólo (entre aquellos que también lo hicieron en 2008) Sonora pagó sobremuestra. Pero los datos no vienen de ahí sino del Conteo 2005, ¡que no incluyó ninguna pregunta de ingresos! Antes de proceder a una somera crítica de estos procedimientos que imputan datos ahí donde no se captaron, conviene señalar que el aumento de la pobreza de patrimonio que así estiman entre 2005 y 2008 para el DF es de sólo 0.3 por ciento, contra casi 4 puntos porcentuales entre 2004 y 2008. Pero el Coneval indica que todas las diferencias entre los tres niveles de pobreza de ingresos (alimentaria, capacidades y patrimonial) en todas las entidades federativas es no significativa estadísticamente, excepto la patrimonial en el estado de Sonora (que habría bajado 8.6 por ciento). En el DF ninguna de los tres aumentos (todos pequeños) es significativo.

La mejor manera de mostrar lo absurdo de querer deducir de datos de necesidades básicas insatisfechas (vivienda, agua, drenaje, educación, acceso a salud, etcétera), que son los que captó el Conteo 2005, los ingresos de los hogares, se presentará al levantar el Censo de Población del 2010. La población habrá visto reducir su ingreso significativamente por la crisis, pero esto no se reflejará en los indicadores mencionados: las crisis económicas no destruyen las viviendas, ni les retiran las tuberías de agua y drenaje. Justamente por ello la medición de la pobreza tiene que ser multidimensional, porque no hay correlación perfecta entre las variables de NBI con el ingreso, ni entre ellas, y porque ambos grupos de variables se comportan de manera muy diferente en las crisis y en las recuperaciones. Ya sería hora que el Coneval entendiera estas cuestiones tan elementales.

¡Dos de octubre no se olvida!

Para honrar la memoria de Peter Townsend, el más grande estudioso de pobreza de todos los tiempos, quien falleciera hace unos meses, se celebrará una mesa redonda el próximo jueves 8 de octubre a las 18 horas en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, San Lorenzo 290, colonia Del Valle. Todos están invitados.

 

  

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9 OCTUBRE 2009

Collage impresionista de la obra de Townsend/ I PRESENTACIÓN EN EL HOMENAJE A ESTE AUTOR (UACM-EVALÚA-DF, 08/10/09)

El universo de libros mostrados en la foto, así como algunos artículos son el material (pequeña muestra de sus obras completas, escritas a lo largo de casi 60 años, que llenan una bibliografía de más de 60 páginas) con el cual intento mostrar, de manera impresionista, la inmensidad de este gigante que nos abandonó hace algunos meses (7 de junio). Su obra escrita es sólo una faceta de su vida, en la que además luchó intensamente por la aplicación de las políticas que recomendó, fundó dos ONG y fue militante político, a través de la sociedad fabiana (social-demócrata) de la cual fue vicepresidente hasta su muerte. Proporciono el título (traducido) de la obra, cuando es artículo lo escribo entre comillas y si es libro con itálicas, y digo algo sobre ella. Están ordenadas cronológicamente entre 1962 y 2008 (hasta 1979 en esta primera entrega). Omito, por razones de espacio, la ficha bibliográfica completa. “El significado de la pobreza” (1962, art. seminal). “Prevalece la creencia que la pobreza ha sido virtualmente eliminada de Gran Bretaña (GB). Ha sido reiterada en el Parlamento y en la prensa, y respaldada por un arroyo de libros y artículos publicados en los años de la posguerra. La proposición descansa en tres generalizaciones que son aceptadas como hechos”: 1) que el pleno empleo, salarios reales más altos y un aumento en la participación de mujeres en empleos pagados, ha traído prosperidad para las mayorías; 2) que ha habido una fuerte redistribución del ingreso de los ricos a los pobres; y 3) que la introducción del estado de bienestar ha creado una red que evita a casi todos los enfermos, incapacitados, viejos o desempleados, caer debajo de un nivel civilizado de subsistencia. Critica la definición de pobreza de Seebohm Rowntree, el pionero de las mediciones de pobreza: “familias cuyos ingresos totales son insuficientes para obtener los satisfactores mínimos necesarios para el mantenimiento de la mera eficiencia física”, pues considera un error reducir la meta a la preservación de la eficiencia física y suponer que ésta puede separarse del bien-estar sicológico y de la organización y estructura de la sociedad. También considera un error calcular una canasta de satisfactores necesarios y suponer que el estándar de subsistencia que expresa es aplicable en 1900, 1930 o 1950, en York, Londres, Sicilia o Calcuta, pues la pobreza, para él es un concepto dinámico, no estático. El ser humano no es un Robinson Crusoe, sino un animal social embrollado en una red de relaciones, en el trabajo, la familia y la comunidad, que ejercen complejas y cambiantes presiones a las que debe responder, tanto en el consumo de bienes y servicios como en otros aspectos de la vida. Peter Townsend (PT) termina diciendo que el concepto de subsistencia es inadecuado pues carece de la objetividad científica que se le atribuye y es estático. Así como no se puede proclamar la abolición de la enfermedad, tampoco se puede proclamar la de las carencias. La pobreza no es un estado absoluto. Es privación relativa. La sociedad está cambiando continuamente y asignando nuevas obligaciones a sus miembros que, a su vez, desarrollan nuevas necesidades. Nuestra teoría general, dice, es que las familias cuyos recursos quedan muy por debajo de los de la familia promedio de la comunidad en la que habitan, están en pobreza.

Personas de edad avanzada en tres sociedades industriales (1968, con coautores). La preocupación básica de la gerontología social –dicen Friis, PT y Hannas en la Introducción– es si las personas de edad avanzada deben ser integradas o segregadas de la sociedad. Buscamos obtener, de la investigación empírica en Dinamarca, Gran Bretaña y EU, señalan, un rico corpus de datos que ayudara a mostrar en qué grado la gente de edad avanzada está integrada en la sociedad industrial.

 

  

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El concepto de pobreza (1970, editor). Dice PT, en uno de los dos artículos que escribe en el libro, aparte de la presentación: “La pobreza debe concebirse como una forma general de privación relativa que resulta de la mala distribución de los recursos”.

Sociología y política social (1975). Dice PT sobre los beneficios focalizados a los pobres (“mean tested benefits”): “Quizás la distinción básica sea entre la función formal de bienestar de satisfacer la necesidad y la función implícita del control social”.

La pobreza en el Reino Unido (1979, 1216 pp.). El Índice (27 capítulos y 13 apéndices) refleja la inmensidad de esta opus magna. Resulta de una encuesta nacional en GB, levantada en 1968-1969, cuyo cuestionario, de 40 pp. Indaga sobre vivienda, empleo, condiciones en el trabajo (calefacción, subsidios, pensiones) y prestaciones; ingreso corriente monetario, activos y ahorros, salud e incapacidad; acceso y uso de “servicios sociales” (transferencias en especie del gobierno), ingreso en especie (incluye transferencias privadas). estilo de vida (incluye percepciones de bien-estar y pobreza, causas y remedios de la pobreza, y mucho más). El Capítulo 1 (C1) discute los conceptos de pobreza y privación; el C2 aborda las teorías (sociológicas y económicas) sobre la pobreza. El C3 describe el cuestionario y el muestreo utilizados. El C4 analiza la pobreza entre 1938 y 1968 en GB. El C5 presenta la amplia concepción de recursos de PT que incluye (aparte del ingreso monetario) activos, el valor de los servicios públicos subsidiados y el ingreso en especie. El alcance, mecanismos y principios de distribución de cada sistema de distribución de recursos, dice, debe ser estudiado, pues la pobreza es en parte el resultado de la operación de estos sistemas. El C6, denominado “Tres medidas de pobreza”, es el más famoso del libro y dio lugar a la polémica con Piachaud que determinó el curso de los estudios de pobreza en GB. El C7 aplica las tres medidas de pobreza para calcular la pobreza. El C8 describe las circunstancias de 21 hogares pobres con base en testimonios captados. El C9 se refiere a los ricos y presenta también descripciones de 11 hogares. El C10 analiza las relaciones entre clase social y pobreza. El C13 aborda las privaciones (objetiva y subjetiva) y sus interrelaciones: encontró fuerte correlación entre ambas. Sostiene que el mito del pobre contento no es respaldado por la encuesta. Los C12 a C15 abordan la privación en el trabajo, en la vivienda y en el medio ambiente, mientras los C15 a C23 abordan campos temáticos específicos como áreas pobres, minorías sociales, desempleados, etcétera. Los C24 y 25 analizan las funciones y las fallas de los beneficios sociales sujetos a prueba de medios (focalizados) que, dice PT, existen tanto para controlar la conducta y conformarla a lo que se considera socialmente deseable, como para satisfacer necesidades. Los dos últimos C (26 y 27) son las conclusiones. En la próxima entrega analizo las obras posteriores a 1979, incluyendo las polémicas con Sen y Piachaud.

 

  

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16 OCTUBRE 2009

Collage impresionista de la obra de Townsend/ II PRESENTACIÓN EN EL HOMENAJE A ESTE AUTOR (UACM-EVALÚA-DF, 08/10/09)

En su artículo Problemas en la definición y medición de la pobreza”, escrito en respuesta a la opus magna de Peter Townsend (PT), La pobreza en Reino Unido, con el cual terminé la entrega anterior (09/10/09), David Piachaud sostiene que PT no distingue privaciones de preferencias, alegando que muchas de las que identifica como privaciones son, o pueden ser, sólo diferencias de gustos. Mack y Lansley (1985), para evitar esta crítica, desarrollaron el concepto de carencia forzada, que orientaría la investigación británica subsecuente. Piachaud también criticó el análisis estadístico de PT que lo llevó a identificar un umbral de ingreso debajo del cual la privación crece desproporcionadamente, que PT identificó como la línea de pobreza objetiva (véase gráfica), lo que dio lugar a un debate. Análisis Internacional de la Pobreza (1993)1. Colección de ensayos de PT y recuento de dos debates clásicos: con Amartya Sen (sobre pobreza absoluta/relativa) y con Piachaud (ya referido). El libro tiene tres partes: 1) Teoría y medición de la pobreza, con ensayos sobre: el panorama de la pobreza en el mundo; la conceptualización de la pobreza (traducido en Comercio Exterior, mayo de 2003); la identificación de la LP objetiva (con David Gordon, usando la técnica estadística del análisis discriminante); privación (reproducción del artículo comentado a continuación); teoría de la pobreza; los debates con Sen (sobre el carácter absoluto o relativo de la pobreza) y Piachaud; y sobre la necesidad de estadísticas más independientes sobre pobreza. (Para el debate con Sen, véase la entrega del 26/06/09). 2) El tercer mundo, con artículos sobre India y Kenya. 3) El primer mundo, con un artículo sobre la pobreza en la GB y otro sobre la política social europea.

“Privación” (1988). La privación puede ser objetiva, subjetiva colectiva y subjetiva individual, y las tres versiones son valiosas para el análisis social. La selección de indicadores ha sido muy pragmática y ha dependido del acervo estadísticos que se han desarrollado más con la aprobación política que con la científica. Se gastan enormes sumas en el análisis de un pequeño número de indicadores primitivos. Es como construir un maravilloso edificio con paja. La inversión en la tarea de desarrollar mejores y más

 

  

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duraderos indicadores resultará económica a la larga. En los indicadores de privación existe el peligro de tratar la edad, la etnicidad y la uniparentalidad como causas del fenómeno bajo estudio. En principio está mal considerar el ser negro o viejo, o vivir solo, o ser madre soltera, como parte de la definición de privación. Incluso si muchas personas de estos rasgos sufren privación, es su privación y no su status lo que ha de ser medido. Muchas personas que tienen ese status son demostrablemente no pobres.

El informe Black sobre la salud desigual (PT, coeditor). Estudio encomendado por el Parlamento a un grupo de trabajo en el que participó Townsend. Los autores encontraron mortalidad más alta en todas las edades en los grupos ocupacionales bajos que en los altos y una brecha creciente en el tiempo. Estimaron en 74 mil las muertes causadas por esta desigualdad (muertes evitables) en 1970-1972. Encontraron que buena parte del problema estaba fuera del Servicio Nacional de Salud (SNS, de cobertura universal), pues la salud es afectada por el ingreso, el trabajo, el medio ambiente, la educación, la vivienda, el transporte y el estilo de vida, siempre a favor de las clases altas. También encontraron que los miembros de las clases ocupacionales manuales usaban menos los servicios del SNS a pesar de que los necesitaban más. Recomendaron dar más énfasis a la prevención, a la atención primaria y a la salud comunitaria pero, sobre todo, mejorar radicalmente las condiciones de vida de los grupos más pobres mediante transferencias en efectivo y el desarrollo de centros de cuidado infantil diurno.

La Europa de subsistencia (Breadline Europe, 2000, coeditado con Gordon). Los editores indican que las bases del empeño por erradicar (sic) la pobreza del Banco Mundial, otras agencias internacionales y de un grupo creciente de países, necesita con urgencia una transformación completa. Añaden que, por ello, este libro tiene el propósito de proveer la mejor base científica para el análisis y la reducción de la pobreza. Para ellos, el libro demuestra que hay mucha más investigación importante del problema de la pobreza en Europa (incluyendo la del Este), que lo que agencias internacionales y gobiernos nacionales perciben o admiten.

Pobreza Mundial (2002, coeditado con David Gordon). El libro aborda las políticas contra la pobreza en los países ricos y pobres. Las contribuciones personales de PT se refieren: 1) a la necesidad de construir un Estado de Bienestar Internacional; y 2) propuestas de carácter internacional sobre derechos humanos internacionales. Estos dos capítulos se complementan con la conclusión del volumen (“Construyendo una estrategia antipobreza”, escrita por PT y Gordon, y con el apéndice que presenta el Manifiesto Acción Internacional para Derrotar a la Pobreza, textos traducidos al español en el libro de Boltvinik y Damián, La Pobreza en México y el mundo).

Pobreza infantil en el mundo en desarrollo (2003, con cuatro coautores). Definen la pobreza absoluta como sufrir dos o más privaciones severas (entre ocho indicadores: alimentos, agua para beber, instalaciones sanitarias, servicios de salud, vivienda, educación, información y servicios sociales básicos). Encontraron que 37 por ciento de los niños y niñas del Tercer Mundo (17 por ciento en América Latina, AL) viven en ella, mientras que los que tienen una o más privaciones severas son 56 por ciento (35 por ciento en AL). Se basa en un trabajo empírico gigantesco apoyado por UNICEF en el que se aplicó un cuestionario único a casi medio millón de hogares.

La abolición de la pobreza infantil y el derecho a la seguridad social (2008; traducido en la revista Mundo Siglo XXI). Propone una transferencia monetaria universal para todos los

 

  

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niños y niñas, implementable gradualmente y con variaciones entre países, así como una segunda transferencia para niñas y niños severamente discapacitados, ambas a ser financiadas con un impuesto (tipo Tobin) a las transacciones en divisas.

Espero que el panorama proporcionado en ésta y la entrega anterior, sumadas a las entregas del 12, 19 y 26 de junio pasado, le permitan al lector formarse una imagen general de la titánica obra de este formidable pensador y luchador social que murió en junio pasado a los 81 años de edad.

1 Como en la entrega anterior, cito las obras de PT traduciendo el título y sin la ficha bibliográfica completa. Escribo entre comillas los artículos y con cursivas los libros. Dejo que PT hable citándolo libremente.

 

  

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23 0CTUBRE 2009

Destruyendo empleos y precarizándolos GOBIERNOS PANISTAS CONTINÚAN LO INICIADO EN 1992 POR SALINAS DE

GORTARI

Nunca como hoy, desde que fue enunciada, en los primeros años de su gobierno, había sido tan descriptiva de la realidad la frase de Fox: gobierno de empresarios para empresarios”. Pocos días después de expedido el decretazo desapareciendo LFC, los colaboradores de Calderón hablan ya abiertamente de la licitación de fibra óptica de la liquidada empresa para que sea explotada por particulares (véanse las declaraciones de Rafael Del Villar Aldrich, miembro de Cofetel en La Jornada, 21/10/09, p.26), poniendo en evidencia lo que se sospechaba: la dirigencia del SME estorbaba sus “planes de negocios” que, como de costumbre, consisten en otorgar grandes beneficios a transnacionales o a grandes grupos nacionales a cambio de jugosas comisiones. Como no pudieron derrotarlo en la elección interna, decidieron desaparecer al sindicato, aunque para ello hayan tenido que desaparecer a la empresa. Desde luego, a la frase de Fox le

 

  

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sobra la primera parte, ya que ni él ni Calderón son empresarios, por lo cual la frase correcta es: “gobierno de lacayos para empresarios”. El daño humano directo a los electricistas y a sus familias (unas 200 mil personas) no lo toman en cuenta, son absolutamente insensibles ante el sufrimiento humano; tampoco les importa el agravamiento del desempleo y la crisis; y no parecen considerar tampoco el costo político. Derrotados, saben que les quedan tres años para engordar la cochinita y están apurados haciendo lo necesario para ello. Destruir de golpe y porrazo 40 mil empleos permanentes, sindicalizados, con contrato colectivo y seguridad social, es llevar al extremo lo que, según indicios que mostraré hoy, habría iniciado Salinas de Gortari en 1992, que consistió en detener el crecimiento de los trabajadores asegurados en el IMSS. Por aquellos años descubrieron que los pasivos del IMSS habían crecido más aceleradamente que las cotizaciones y que, por tanto, la institución tenía serios problemas financieros. Por ello, quizás, decidieron parar su crecimiento. Estoy conciente de que lo que estoy diciendo es sólo una hipótesis.

La gráfica 1 muestra las cifras de asegurados, tal como las publicaba el IMSS hasta hace unos años. Ahí se aprecia, con claridad, que tanto los trabajadores asegurados permanentes como los totales (la diferencia entre ambos la conforman los eventuales), crecieron muy rápido entre 1980 y 1992, de menos de 5 millones a 10 millones, más que duplicándose en 12 años; y que en los 14 años que van de 1992 a 2006 sólo aumentaron en un millón: 10 por ciento contra más de 100 por ciento en el periodo anterior. Con ello (y el estancamiento también de la población asegurada por el ISSSTE) la población trabajadora asegurada en el IMSS o ISSSTE bajó de 41.5 por ciento en 1991 a sólo 36.4 por ciento en 2003. No parece haber una razón macroeconómica que explique este estancamiento. Por ello la hipótesis de “decidieron parar el crecimiento del IMSS”, parece factible. Desde entonces, se tolera la evasión empresarial de la ley del IMSS, la subcontratación, la contratación permanente con contratos a 28 días, y otras formas de evadir la seguridad social. Simplemente, el funcionamiento de Wal-Mart en México, rabiosamente anti-sindical y evasor absoluto de la Ley del IMSS, sería inexplicable. Se precarizan sistemáticamente las condiciones de trabajo. Mientras los asegurados de ambas instituciones aumentaron sólo en 2 millones entre 1991 y 2003, los no asegurados por ellas lo hicieron en casi 8 millones.

Pero, al parecer, la posibilidad de que esta historia se pueda narrar les asusta. Durante el actual gobierno, muy probablemente por órdenes de Lozano, la historia se rehizo, como se aprecia en la gráfica 2. En ella se presentan dos series históricas para los trabajadores asegurados permanentes: la que he contado y a la que llamo “antes de Lozano” (Pre-L) y la que se rescribió probablemente bajo sus órdenes (Pos-L). En la nueva historia, ya no hay estancamiento en los asegurados permanentes, sino un razonable crecimiento: de menos de 9 millones en 1994 a más de 12 millones en 2006, un incremento de más de 3 millones, superior a 33 por ciento, mientras en al historia anterior el aumento era de sólo un millón o 10 por ciento. Stalin envidiaría, sin duda, las habilidades para rescribir la historia de Lozano-Molinar.

Naturalmente, habría que añadir, a todo lo anterior, el deterioro salarial sufrido por la población trabajadora a lo largo del periodo 1983-2009. Al desmantelamiento intencional de las protecciones al trabajo y al trabajador, se ha aunado ahora la severa crisis económica, a la que no atinan cómo reaccionar sino aumentando impuestos, con la complicidad del PRI, y el ataque directo contra los sindicatos que no se ponen al servicio de sus intereses.

 

  

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30 OCTUBRE 2009

Corea y el Foro Mundial de la OCDE sobre el progreso social ¿PUEDE COREA SERVIR DE GUÍA PARADIGMáTICA DEL PROGRESO SOCIAL?

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, o club de países ricos (OCDE) llevó a cabo en esta semana su tercer Foro Mundial en Busán, Corea del Sur (Corea en adelante), mismo que giró en torno al concepto y medición del progreso social. La OCDE, que preside el ex secretario de Hacienda de México José ángel Gurría, ha organizado un proyecto internacional cuyo objetivo último es adoptar un procedimiento para medir el progreso social. En el Foro en Busán, principal puerto de Corea y centro de la industria más próspera de este país –los astilleros donde se construyen gigantescos barcos petroleros y de carga de contenedores–, el tema central ha sido qué es el progreso social y cómo podemos medirlo. Al llegar a Busán (ciudad de 3.8 millones de habitantes), la persona que visita por primera vez Corea queda impresionada: la ruta que comunica el moderno aeropuerto con la zona hotelera incluye dos kilométricas y muy impresionantes obras de infraestructura: un puente y un túnel, por las que circula un parque automotor en el cual no existen las carcachas y en el que predominan los autos medianos y grandes, la inmensa mayoría de los cuales (90 por ciento según algunos) son de marca coreana y hechos en Corea: Hyundai, Dae woo, Samsung, Kya y otras marcas locales. A ambos lados de estas vías se observa una multitud (literalmente más que decenas o cientos) de edificios altos y modernos. El visitante tiene la impresión de que todo es nuevo en el país, que es un país nuevo (aunque sepa que es milenario). El presidente de Corea, quien participó junto con su homólogo de Eslovenia y con Gurría en la ceremonia inaugural del foro, señaló que su país se transformó en 40 años en un país desarrollado con un PIB per cápita que ha llegado a 20 mil dólares (más del doble que México), lo que le permitió pasar a formar parte de la OCDE (véase gráfica). Implícitamente reclamó que haya países miembros de

 

  

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esa organización con menos de 10 mil dólares, sin mencionar de nombre a México y a Turquía.

Resulta apropiado que la OCDE haya organizado un foro sobre el progreso social en un país que aparece como el más exitoso de toda la OCDE en la materia. ¿Puede la experiencia coreana servir de guía para la definición de progreso social? ¿Es el prototipo ideal?

Entre los aspectos más impresionantes del desarrollo de Corea durante los últimos 40 años destaca el alto grado de autodeterminación en la conducción de las políticas económica y científico-tecnológica. Antes de viajar a Corea, Enrique Valencia, estudioso de la política social y experto coreanista, me contó cómo los coreanos asimilaron la tecnología de construcción y operación de trenes bala: la primera línea de tren bala la hicieron con un concurso internacional en el cual la propuesta de la empresa concursante sobre su programa de transferencia tecnológica a Corea pesó mucho. Seis años después estaban construyendo un segundo tren bala con tecnología propia. Algo similar han hecho en campos como la electrónica, la construcción de barcos de carga y la automotriz, que les permite en muchos casos ser líderes a nivel mundial, como LG, que está ofreciendo ya el primer reloj de pulso que es al mismo tiempo teléfono celular, cámara y comunicador de Internet. Los coreanos decidieron hace muchos años que “sí se puede” y están pudiendo hacerlo muy bien. Lo mismo puede decirse en materia de política económica. Los coreanos no han obedecido el Consenso de Washington y han llevado a cabo, como ha reiterado continuamente Stiglitz, una política económica autónoma y pragmática que ha sido factor determinante, junto a la tecnológica, de su impresionante desarrollo.

Parece haber, sin embargo, también un lado muy oscuro. Los coreanos (y coreanas) son, y se comportan, como nuevos ricos. Todos parecen estar pegados a la tv y al celular y escuchan ambos a altísimos volúmenes. Casi no se ven coreanos leyendo. En términos del planteamiento que presenté en la entrega del 11/9/09 dedicada al progreso social y su medición, podríamos decir que han desarrollado, como nación, colectivamente, sus capacidades tecnológicas y de gestión de la producción, pero han desarrollado (sobre todo) sus necesidades de objetos, de tener, a costa de sus necesidades cognitivas, emocionales y de autorrealización. Se han convertido en homo consumens, en consumidores voraces y vulgares que consumen chatarra, sobre todo chatarra cultural, porque en materia de alimentación la comida chatarra parece estar presente en mucho menor medida que en México, lo que se refleja en menores niveles de obesidad. El síndrome Corea lo podríamos caracterizar como el desbalance entre el desarrollo económico y tecnológico, muy avanzado, y un desarrollo cultural que parece haberse rezagado severamente.

En las ponencias sobre el tema del progreso en el Foro Mundial predominaron los enfoques centrados en las estadísticas y mucho menos en la reflexión profunda, lo que se explica, en parte, porque la clientela de la OCDE son las oficinas nacionales de estadística. Incluso la ponencia de Stiglitz, conocido premio Nobel de Economía, quien coordina una comisión encargada por el presidente Sarkozy de proponer formas de medición del progreso social, al parecer de manera independiente de la iniciativa de la OCDE, se quedó en la superficie del problema, refiriéndose sobre todo a la mejoría de los indicadores de cuentas económicas nacionales y a la incorporación necesaria del medio ambiente en estas cuentas. La presentación coreana de Yee y Chang sobre el tema fue la más interesante de todas las que escuché y podría reflejar que en Corea hay también un

 

  

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vigoroso desarrollo del pensamiento en materia social. Los autores consideran que tenemos que definir en qué consiste la buena sociedad. Es decir, que la concepción del Progreso Social puede requerir la transformación de la sociedad y no sólo la mejoría de la existente. Escucharlos a ellos y a Pali Lehohla, de Sudáfrica (uno de los comentaristas de Stiglitz), reforzó en mí la convicción, que he venido desarrollando en los últimos cuatro o cinco años, de que el futuro del pensamiento social no puede venir de los países del primer mundo; que el pensamiento crítico, independiente, sólo podrá venir del tercer mundo. Para ello, sin embargo, los pensadores de este mundo tendremos que declarar, como lo hicieron los coreanos en materia económica y tecnológica, que “sí se puede”, que en el tercer mundo podemos desarrollar pensamiento autónomo y crítico, que podemos dejar de depender del pensamiento originado en el primer mundo, así como Corea dejó de depender de la tecnología generada en él.

 

  

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Noviembre 

6 NOVIEMBRE 2009

Agua y pobreza / I Acceso al agua: determinante de la pobreza y determinado por ésta

Las relaciones entre agua y desarrollo, y entre agua y pobreza, son múltiples. Toda existencia humana supone acceso al agua dulce (agua de aquí en adelante), sin la cual la vida de todas las especies resulta inviable. El agua, los alimentos y la protección (refugio y vestimenta) contra las inclemencias del tiempo son los satisfactores primarios de toda vida, sin los cuales el mantenimiento y reproducción de la vida humana resulta imposible. Tanto los pueblos cazadores como los agrícolas-pastoriles tuvieron que asentarse en función de la disponibilidad del agua. Las grandes civilizaciones se desarrollaron alrededor de grandes ríos. No fue sino hasta que el ser humano aprendió a trasladar el agua a grandes distancias (primero aprovechando la gravedad y después con la electricidad) que el ser humano se pudo asentar en lugares más distantes de las fuentes de agua superficiales. La agricultura, tanto en su modalidad de temporal como de riego, depende centralmente del agua. Según Conagua, 86 por ciento del consumo del agua en México es para fines agropecuarios. A pesar del impresionante desarrollo tecnológico que la humanidad ha alcanzado, seguimos dependiendo de los alimentos y del agua, de ésta directamente, para beber, e indirectamente para producir alimentos. Aunque el procedimiento para desalar el agua del mar es tecnológicamente muy sencillo (evaporación y condensación), y los procesos naturales lo llevan a cabo continuamente, al parecer el costo económico (y energético) sigue siendo muy alto, por lo cual el acceso a la mayor parte del agua del planeta azul, la de los mares, sigue siendo una posibilidad para el futuro. Las cantidades de agua a las que tiene acceso y su oportunidad son factores determinantes del nivel de vida que un productor agropecuario puede alcanzar. Aquí el agua es causa de la pobreza o no pobreza de los hogares. Se sabe que los ejidatarios y productores privados en distritos de riego obtienen rendimientos anuales muy superiores a los de temporal y pueden obtener, en algunos casos, dos o más cosechas anuales. Así,

 

  

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el acceso controlado al agua se añade al acceso a la tierra como el gran estratificador en la agricultura. El agua es aquí medio de producción.

En las ciudades, el agua es medio de producción en actividades industriales y en servicios. En el ámbito doméstico, el agua es tanto medio de producción como de consumo. Si hiervo agua y en ella cuezo frijoles, el agua es medio de producción que me permite transmitir el calor al alimento. Si como sopa o bebo agua, ésta es bien de consumo. Si lavo trastes y ropa, o trapeo pisos, el agua es medio de producción. Para entender esto claramente, es necesario, como lo hizo el premio Nobel de Economía Gary Becker, concebir el hogar también como unidad de producción y no sólo de consumo. Los bienes de consumo finales son ropa limpia y planchada, comida cocinada y servida a la mesa, etcétera. El agua está presente en varias de las actividades de producción de esos bienes de consumo final. También está presente en el aseo personal y en la eliminación de excretas.

Desde el punto de vista doméstico, el agua es, entonces, un elemento indispensable para saciar la sed; cocinar, mantener la higiene personal y del hogar, y eliminar excretas. Para esto último es necesario que las instalaciones del hogar estén conectadas a drenaje, fosa séptica u otra solución adecuada. La forma del acceso al agua, y su calidad, cantidad y periodicidad, determinarán las condiciones en las cuales se realizarán estas actividades, imponiendo, si no son adecuadas, riesgos sanitarios y de salud, y cargas adicionales de trabajo (como acarreo de agua).

La relación entre agua y pobreza suele ser, en estos casos, la opuesta a la observada en la agricultura, ya que es, en general, la pobreza la que determina la zona de la ciudad en la que se habita, y suelen ser las zonas pobres donde el agua se provee en menores cantidades por hogar o persona. Si las redes de agua y drenaje existen en la calle donde vive el hogar, suele ser la pobreza de éste el factor que limita llevar a cabo las conexiones e instalar los equipos para la utilización óptima del agua. La existencia de redes adecuadas de agua y drenaje y la circulación por ellas del fluido de manera continua, o al menos suficiente para proveer la posibilidad de un almacenamiento suficiente en cada vivienda, son condiciones mínimas para la valorización del suelo. La población no pobre se asienta siempre en áreas de valor medio y alto del suelo, en las cuales, como se dijo, es precondición el abasto suficiente y de calidad del líquido y la conexión al drenaje. Por tanto, la relación causal se invierte: es, en general, la pobreza la que explica que el hogar particular viva en zonas de abasto insuficiente del agua y/o de carencia de drenaje, y que su canalización y uso intradoméstico sea inadecuado. Pero si la pobreza determina el barrio en el que se vive (en el extremo obliga a vivir en tierras no urbanizadas y, por tanto, sin servicios) e impide aprovechar cabalmente la infraestructura social existente, ambos hechos se convierten, a su vez, en factores constitutivos de la pobreza, entendida como un conjunto de carencias o insatisfacción de necesidades humanas. A la pobreza inicial se añaden ahora las derivadas de la precariedad sanitaria de las viviendas.

El estudio empírico de las condiciones de acceso y uso del agua en las viviendas del país ha dependido en buena medida de las preguntas incluidas, al respecto, en censos, conteos y encuestas llevadas a cabo por el Inegi, aunque ha habido esfuerzos complementarios sobre todo en la academia. En los últimos años se han venido mejorando las preguntas en este tema y se ha venido ampliando, en consecuencia, la información con la que contamos. Por ejemplo, se ha añadido en censos y encuestas la pregunta sobre la frecuencia (número de horas por día y de días por semana) en la que

 

  

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llega el agua a las viviendas. La mayoría de las viviendas de Iztapalapa, en el DF, por ejemplo, tienen conexión de tubería dentro de la vivienda, pero dichas tuberías están casi siempre vacías, ya que el agua circula por ellas unas pocas horas a la semana. Si no se pregunta (como hacía antes el Inegi) o no se toma en cuenta esta frecuencia, aunque la capten las encuestas (como ha decidido hacerlo el Coneval para la medición multidimensional de la pobreza), se asume que, por tener la tubería (incluso bastaría para el Coneval que ésta estuviera en el lote, pero fuera de la vivienda), la necesidad de agua se considera satisfecha, eliminando, por falta de información, o por decisión arbitraria, la carencia del vital líquido en millones de viviendas en todo el país. En la gráfica se aprecia que 22 por ciento de las viviendas del país recibían en 2005 agua con insuficiente frecuencia (las dos primeras categorías).

 

  

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13 NOVIEMBRE 2009

Agua y pobreza / I ACCESO AL AGUA: DETERMINANTE DE LA POBREZA Y DETERMINADO POR ÉSTA

Las relaciones entre agua y desarrollo, y entre agua y pobreza, son múltiples. Toda existencia humana supone acceso al agua dulce (agua de aquí en adelante), sin la cual la vida de todas las especies resulta inviable. El agua, los alimentos y la protección (refugio y vestimenta) contra las inclemencias del tiempo son los satisfactores primarios de toda vida, sin los cuales el mantenimiento y reproducción de la vida humana resulta imposible. Tanto los pueblos cazadores como los agrícolas-pastoriles tuvieron que asentarse en función de la disponibilidad del agua. Las grandes civilizaciones se desarrollaron alrededor de grandes ríos. No fue sino hasta que el ser humano aprendió a trasladar el agua a grandes distancias (primero aprovechando la gravedad y después con la electricidad) que el ser humano se pudo asentar en lugares más distantes de las fuentes de agua superficiales. La agricultura, tanto en su modalidad de temporal como de riego, depende centralmente del agua. Según Conagua, 86 por ciento del consumo del agua en México es para fines agropecuarios. A pesar del impresionante desarrollo tecnológico que la humanidad ha alcanzado, seguimos dependiendo de los alimentos y del agua, de ésta directamente, para beber, e indirectamente para producir alimentos. Aunque el procedimiento para desalar el agua del mar es tecnológicamente muy sencillo (evaporación y condensación), y los procesos naturales lo llevan a cabo continuamente, al parecer el costo económico (y energético) sigue siendo muy alto, por lo cual el acceso a la mayor parte del agua del planeta azul, la de los mares, sigue siendo una posibilidad para el futuro.

 

  

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Las cantidades de agua a las que tiene acceso y su oportunidad son factores determinantes del nivel de vida que un productor agropecuario puede alcanzar. Aquí el agua es causa de la pobreza o no pobreza de los hogares. Se sabe que los ejidatarios y productores privados en distritos de riego obtienen rendimientos anuales muy superiores a los de temporal y pueden obtener, en algunos casos, dos o más cosechas anuales. Así, el acceso controlado al agua se añade al acceso a la tierra como el gran estratificador en la agricultura. El agua es aquí medio de producción.

En las ciudades, el agua es medio de producción en actividades industriales y en servicios. En el ámbito doméstico, el agua es tanto medio de producción como de consumo. Si hiervo agua y en ella cuezo frijoles, el agua es medio de producción que me permite transmitir el calor al alimento. Si como sopa o bebo agua, ésta es bien de consumo. Si lavo trastes y ropa, o trapeo pisos, el agua es medio de producción. Para entender esto claramente, es necesario, como lo hizo el premio Nobel de Economía Gary Becker, concebir el hogar también como unidad de producción y no sólo de consumo. Los bienes de consumo finales son ropa limpia y planchada, comida cocinada y servida a la mesa, etcétera. El agua está presente en varias de las actividades de producción de esos bienes de consumo final. También está presente en el aseo personal y en la eliminación de excretas.

Desde el punto de vista doméstico, el agua es, entonces, un elemento indispensable para saciar la sed; cocinar, mantener la higiene personal y del hogar, y eliminar excretas. Para esto último es necesario que las instalaciones del hogar estén conectadas a drenaje, fosa séptica u otra solución adecuada. La forma del acceso al agua, y su calidad, cantidad y periodicidad, determinarán las condiciones en las cuales se realizarán estas actividades, imponiendo, si no son adecuadas, riesgos sanitarios y de salud, y cargas adicionales de trabajo (como acarreo de agua).

La relación entre agua y pobreza suele ser, en estos casos, la opuesta a la observada en la agricultura, ya que es, en general, la pobreza la que determina la zona de la ciudad en la que se habita, y suelen ser las zonas pobres donde el agua se provee en menores cantidades por hogar o persona. Si las redes de agua y drenaje existen en la calle donde vive el hogar, suele ser la pobreza de éste el factor que limita llevar a cabo las conexiones e instalar los equipos para la utilización óptima del agua. La existencia de redes adecuadas de agua y drenaje y la circulación por ellas del fluido de manera continua, o al menos suficiente para proveer la posibilidad de un almacenamiento suficiente en cada vivienda, son condiciones mínimas para la valorización del suelo. La población no pobre se asienta siempre en áreas de valor medio y alto del suelo, en las cuales, como se dijo, es precondición el abasto suficiente y de calidad del líquido y la conexión al drenaje. Por tanto, la relación causal se invierte: es, en general, la pobreza la que explica que el hogar particular viva en zonas de abasto insuficiente del agua y/o de carencia de drenaje, y que su canalización y uso intradoméstico sea inadecuado. Pero si la pobreza determina el barrio en el que se vive (en el extremo obliga a vivir en tierras no urbanizadas y, por tanto, sin servicios) e impide aprovechar cabalmente la infraestructura social existente, ambos hechos se convierten, a su vez, en factores constitutivos de la pobreza, entendida como un conjunto de carencias o insatisfacción de necesidades humanas. A la pobreza inicial se añaden ahora las derivadas de la precariedad sanitaria de las viviendas.

El estudio empírico de las condiciones de acceso y uso del agua en las viviendas del país ha dependido en buena medida de las preguntas incluidas, al respecto, en censos,

 

  

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conteos y encuestas llevadas a cabo por el Inegi, aunque ha habido esfuerzos complementarios sobre todo en la academia. En los últimos años se han venido mejorando las preguntas en este tema y se ha venido ampliando, en consecuencia, la información con la que contamos. Por ejemplo, se ha añadido en censos y encuestas la pregunta sobre la frecuencia (número de horas por día y de días por semana) en la que llega el agua a las viviendas. La mayoría de las viviendas de Iztapalapa, en el DF, por ejemplo, tienen conexión de tubería dentro de la vivienda, pero dichas tuberías están casi siempre vacías, ya que el agua circula por ellas unas pocas horas a la semana. Si no se pregunta (como hacía antes el Inegi) o no se toma en cuenta esta frecuencia, aunque la capten las encuestas (como ha decidido hacerlo el Coneval para la medición multidimensional de la pobreza), se asume que, por tener la tubería (incluso bastaría para el Coneval que ésta estuviera en el lote, pero fuera de la vivienda), la necesidad de agua se considera satisfecha, eliminando, por falta de información, o por decisión arbitraria, la carencia del vital líquido en millones de viviendas en todo el país. En la gráfica se aprecia que 22 por ciento de las viviendas del país recibían en 2005 agua con insuficiente frecuencia (las dos primeras categorías).

 

  

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20 NOVIEMBRE 2009

Agua y pobreza / II EVOLUCIÓN DE LA COBERTURA DE AGUA ENTUBADA Y DRENAJE

El estudio empírico de las condiciones de acceso y uso del agua en las viviendas del país ha dependido en buena medida de las preguntas incluidas, al respecto, en censos, conteos y encuestas del Inegi, aunque ha habido esfuerzos complementarios, sobre todo en la academia. En los últimos años se han venido mejorando las preguntas en este tema y se ha venido ampliando, en consecuencia, la información con la que contamos. Por ejemplo, se ha añadido en censos y encuestas la pregunta sobre la frecuencia (número de días por semana) con la que llega el agua a las viviendas. La mayoría de las viviendas de Iztapalapa, en el DF, por ejemplo, tienen conexión de tubería dentro pero dichas tuberías están casi siempre vacías, ya que el agua circula por ellas unas pocas horas a la semana. Si no se pregunta (como hacía antes el Inegi) o no se toma en cuenta esta frecuencia, aunque la capten las encuestas (como ha decidido hacerlo el Coneval para la

 

  

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medición multidimensional de la pobreza que pronto anunciará), se considera que, por tener la tubería (incluso bastaría para el Coneval que ésta estuviera en el lote pero fuera de la vivienda, ahorrándose con ello 20 puntos porcentuales de carencias, como se muestra adelante), la necesidad de agua está satisfecha, eliminando, por falta de información o por decisión arbitraria, la insuficiencia de la cantidad del vital líquido en 23.5 por ciento de las viviendas (entre las que contaban con agua entubada) del país, que recibían en 2005 agua con insuficiente frecuencia (las dos primeras categorías en la gráfica). “Toda vivienda debe ofrecer condiciones de higiene suficientes –señala el volumen Vivienda de la serie Necesidades Esenciales en México (6 volúmenes, Siglo XXI Editores, pp. 17-24)– para reducir las probabilidades de que sus ocupantes contraigan enfermedades imputables a la casa habitación”, y distingue la función higiénica activa y la pasiva. Esta última radica sobre todo en el ciclo hídrico, de cuya calidad depende en buena parte la incidencia de enfermedades gastrointestinales. En la entrega del 7/09/07 reseñé la definición conceptual del mínimo en materia de vivienda, que comprende ambas funciones. Hoy me limito al mínimo operacional en lo que al componente hídrico-sanitario se refiere, mismo que se definió de la siguiente manera: 1) Agua potable: “toma domiciliaria de agua o agua entubada al interior de la vivienda. Éste es el mayor nivel de especificidad que permite la información censal. En rigor es insuficiente, pues se necesitaría saber, además, si el agua dotada es potable, si la cantidad es suficiente y si la vivienda cuenta con varias tomas independientes” (p.23). 2) Dotación de drenaje. “Se adoptó el concepto de censal de drenaje y albañal”. (p.24). No se incluyó, por falta de información, si la vivienda cuenta con excusado con conexión de agua corriente.

Esta definición operacional en materia hídrico-sanitaria arrojó, con datos censales de 1970, los resultados incluidos en el Cuadro 1, en el cual he añadido hacia adelante los derivados de los censos de 1980, 1990 y 2000, y del Conteo 2005 y (sólo para agua porque no hay información sobre drenaje) hacia atrás los de los censos de 1950 y 1960, utilizando la misma definición. Debe advertirse, antes de mostrar los avances en la materia, que la evolución mostrada por el cuadro exagera los avances alcanzados porque no incluye la frecuencia de llegada del agua (véase gráfica), que es una aproximación de la cantidad de agua disponible, ni su calidad, y porque tampoco incluye (como ya exigía el texto citado de Coplamar) las salidas independientes de agua.

El análisis del cuadro muestra que el país experimentó un crecimiento continuo del agua entubada al interior de las viviendas desde 1950 hasta 2005 (aunque a ritmos disímiles), que ha permitido pasar, en 55 años, de una situación en la cual menos de una de cada seis viviendas contaba con la instalación, a una en la cual más de las dos terceras partes está cubierta. En materia de drenaje la serie comienza en 1970, año en el cual 41 por ciento contaba con drenaje conectado a red pública o a fosa séptica, proporción que más que se duplica en 35 años, para llegar en 2005 a 85 por ciento. Como se aprecia, hasta 1990 la cobertura de drenaje y agua entubada al interior evolucionaron al mismo ritmo y tenían un nivel similar. Sin embargo, entre 1990 y 2000 la cobertura de drenaje crece espectacularmente (30 puntos porcentuales) y se despega 18 puntos porcentuales de la de agua entubada al interior. Entre 2000 y 2005 ambas crecen muy rápido (10 puntos porcentuales en sólo cinco años), lo que significa una fuerte aceleración respecto de las tendencias históricas. Es muy probable que la historia que se deriva de este cuadro refleje, en los años noventa, la inyección de recursos adicionales a la dotación de dichos servicios por parte, primero, del Pronasol, y después (y hasta la fecha) vía el ramo 33 del PEF (Presupuesto de Egresos de la Federación) a través del FAIS (Fondo de Apoyo a la

 

  

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Infraestructura Social), que se transfiere casi todo a los municipios para estos (y similares) fines.

La distancia entre ambas coberturas obedece, probablemente, a que la pobreza de los hogares se interpone como barrera para que puedan realizar la inversión de introducir al interior de la vivienda la tubería que ha sido dotada en el lote por los programas públicos. Un indicio es que, según el Conteo de 2005, la proporción de viviendas (con agua entubada en el lote o en la vivienda), representa 87.8 por ciento de las viviendas del país, por arriba de las que cuentan con drenaje, y 20 puntos porcentuales más que si sólo se consideraran las viviendas que cuentan con la tubería en su interior. Queda pendiente analizar la evolución de las coberturas cuando se incluyen indicadores adicionales, como la frecuencia de llegada del agua entubada y la presencia de excusado con conexión de agua.

 

  

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27 NOVIEMBRE 2009

Agua y pobreza/ III MINIMALISMO DEL CONEVAL EN SU MEDICIÓN MULTIDIMENSIONAL DE POBREZA

En la entrega anterior (13/11/2009) de esta columna, mostré que las normas hídrico-sanitarias (que deben cumplirse para no sufrir carencias) definidas en el volumen Vivienda de la serie Necesidades esenciales en México (Coplamar-Siglo XXI, 1982) incluye cinco elementos: toma domiciliaria (o agua entubada al interior), drenaje conectado a red pública o fosa séptica, calidad del agua, cantidad del líquido y al menos cuatro salidas independientes de agua en la vivienda (una para cada uso: lavado de ropa, lavado de manos, baño y eliminación de excretas). Es indispensable, si se quiere hacer una valoración adecuada del grado de satisfacción de las necesidades hídrico-sanitarias, avanzar en el análisis de los cinco aspectos. En la entrega previa mostré la evolución a nivel nacional de los dos primeros elementos. En censos y encuestas (casi) nunca se cuenta con valoración de la calidad del agua; en cuanto a la cantidad, se ha incluido recientemente la frecuencia de llegada a las viviendas que cuentan con agua entubada, que puede considerarse una aproximación de la cantidad disponible. En cuanto a las salidas independientes de agua se ha incluido la conexión de agua del excusado. Hoy muestro el nivel de satisfacción de la necesidad hídrico-sanitaria en el país cuando estas dos dimensiones adicionales disponibles se incorporan al análisis, y comparo esos resultados con los valores que resultan si se aplica la normatividad que Coneval ha incluido en la medición multidimensional de la pobreza (a la que la Ley General de Desarrollo Social lo obliga) y que ha anunciado que dará a conocer el 10 de diciembre. Como no se puede integrar una serie larga por ser estos indicadores recientes, me limitaré a datos de 2005. Al incorporar la variable de frecuencia del agua, lo que adelanté en la entrega anterior, observamos que en 2005 el 76.5 por ciento de las viviendas (de entre aquellas que

 

  

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cuentan con agua entubada al interior, único nivel que se considera satisfactorio, y que eran 68.2 por ciento del total) recibían agua todos los días (todo el día o parte del mismo), que deben considerarse las frecuencias normativas satisfactorias. Esto significa que sólo 52.2 por ciento de las viviendas (resultado de multiplicar los dos porcentajes 68.2 y 76.5) del país tenía agua entubada al interior y recibía el líquido todos los días. Dicho de otra manera, 47.8 por ciento de las viviendas tienen carencias de agua. Como se aprecia, al introducir esta dimensión de periodicidad, la cobertura de agua se reduce de más de dos terceras partes (considerando sólo contar con tubería dentro de la vivienda) a poco más de la mitad (contar con ambas).

En esta materia, el Coneval, en la metodología que dará a conocer en diciembre, define un solo requisito: agua entubada en el lote o dentro de la vivienda y, por tanto, presentará un dato de cobertura para 2008 muy similar al que arroja la ENIGH (Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares) 2005: 89.6 por ciento. Es decir, según el Coneval sólo 10 por ciento de los hogares sufre insatisfacción de la necesidad de agua, mientras, como hemos visto, se trata de 47.8 por ciento. Es decir, ignora totalmente la dimensión de periodicidad o cantidad del líquido vital. Según Coneval basta tener una llave de agua en el lote, aunque nunca salga agua de ella, para tener satisfecha la necesidad, en una regresión histórica sin precedentes que se aprecia al contrastarla con las definiciones normativas de Coplamar establecidas casi 30 años atrás. Algo similar se observa en otros aspectos del bienestar, como comentaré en próximas entregas.

En materia de drenaje, tanto las normas que derivan de Coplamar como las del Coneval son iguales y proporcionan una imagen de muy alta cobertura: 87.6 por ciento en 2005. Aquí tenemos un problema similar al de la calidad del agua: no se conoce la calidad del drenaje. En el foro El agua en la sociedad del conocimiento (IMTA-UNESCO), en el cual presenté éstos y otros datos, David Barkin hizo notar certeramente que el drenaje sólo es un buen medio de eliminación de excretas si están construidas y operan plantas de tratamiento (para que el agua se pueda verter a corrientes de agua o al mar sin contaminarlos o destinar para otros usos), pero, como añadió, una alta proporción de las plantas existentes no operan, están abandonadas. Por tanto, los sistemas de drenaje sólo alejan las aguas pero terminan contaminando otros cuerpos acuáticos o los mantos freáticos. No podemos, por tanto, decir que la inmensa mayoría de las viviendas tienen resuelta la eliminación no contaminante de excretas, como los datos parecerían indicar. A continuación muestro otro problema al que he denominado la funcionalidad del drenaje.

En cuanto a la disposición de excusado con conexión de agua, sólo 60.3 por ciento de las viviendas disponen de al menos un excusado de uso exclusivo con conexión de agua. Casi 40 por ciento o tiene excusado sin conexión de agua o éste es de uso compartido, o no dispone de excusado (sólo de letrina u hoyo negro). Coneval simplemente omite esta dimensión sanitaria. Nótese que la existencia de drenaje, si se carece de excusado que pueda canalizar las aguas negras hacia éste, no tiene mucho sentido (en el mejor de los casos se utilizaría para eliminar las aguas jabonosas). Esto hace todavía más grave la omisión de Coneval. Debo decir, sin embargo, que el carácter del excusado con conexión de agua como requisito para la utilización adecuada del drenaje no la he considerado en el Método de Medición Integrada de la Pobreza (MMIP) que utilizo desde hace casi 20 años. Por tanto, subestimo también la carencia hídrico-sanitaria. Para obtener el indicador final de esta dimensión, obtengo una media ponderada de los logros de agua, drenaje y excusado. Al hacerlo así no establecí la relación entre drenaje y excusado y, además, por su mayor costo, le di el ponderador más alto al drenaje (55 por ciento). Al final obtuve, con la ENIGH2005, que 39.3 por ciento de los hogares estaban carenciados en la materia

 

  

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contra 47.8 por ciento que había obtenido en agua, debido a la muy alta cobertura, aparente, del drenaje y a su alto ponderador. La gráfica muestra que si consideramos, siguiendo a Coplamar, que tanto agua como drenaje y excusado deben estar en el nivel normativo (dado que se trata del ciclo hídrico de la vivienda en su conjunto), sólo 46.8 por ciento satisface la necesidad y 53.2 por ciento no la satisface en diversos grados. Una subestimación de 7.5 puntos porcentuales que, sin embargo, palidece ante el minimalismo de Coneval. (Nótese que casi 21 por ciento de las personas viven en viviendas que sólo tienen drenaje, lo que muestra que no es un drenaje que funcione como tal para casi 22 millones de personas). En síntesis, la satisfacción de una necesidad tan esencial como lo hídrico-sanitario puede fácilmente ser sobrestimada si no se considera la interconexión de los indicadores y su carácter complementario.

 

  

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Diciembre 

4 DICIEMBRE 2009

Criterios de pobreza en métodos multidimensionales de medición MINIMALISMO DEL CONEVAL SE DARá A CONOCER EL 10 DE DICIEMBRE

La Ley General de Desarrollo Social (LGDS), vigente desde 2004, hace obligatoria la medición multidimensional de la pobreza al señalar que deberá utilizar la información que genere el Inegi al menos sobre los siguientes indicadores: I. Ingreso corriente per cápita; II. Rezago educativo promedio en el hogar; III. Acceso a los servicios de salud; IV. Acceso a la seguridad social; V. Calidad y espacios de la vivienda; VI. Acceso a los servicios básicos en la vivienda; VII. Acceso a la alimentación, y VIII. Grado de cohesión social”. (Art. 36). La LGDS encarga esta medición al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Cuando se utiliza un indicador único, por ejemplo, ingreso corriente per cápita (Ypc) del hogar, se adopta un método unidimensional de medición en el cual el criterio de pobreza (que indica cómo decidimos que un hogar y sus integrantes son o no son pobres) no es difícil de dilucidar, ya que se establece como umbral una línea de pobreza per cápita (LPpc), que separa pobres de no pobres, de modo que los hogares/personas) cuyo Ypc sea menor que la LPpc son considerados pobres. En los métodos multidimensionales es necesario definir, en cada dimensión, un umbral para distinguir la población carenciada de la no carenciada (por ejemplo, los hogares con rezago educativo). Pero como una proporción de los hogares sufre carencias en algunas dimensiones pero no en otras, surge la duda de cómo se decide qué hogar es pobre y cuál no.

Hay 3 criterios para tomar esta decisión (en la gráfica se presenta una aplicación de los criterios 2 y 3): 1) Criterio promedio. En cada dimensión se califica, con un número, a cada hogar; se obtiene el promedio (simple o ponderado) de estos puntajes y se define un criterio sobre qué valores promedio identifican la situación de pobreza. Un símil escolar

 

  

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ayudará a explicar los criterios. En cada materia el alumno recibe una calificación y con ellas se obtiene el promedio de calificaciones. El criterio para reprobar/aprobar el grado es, en esta opción, el promedio de calificaciones (el umbral puede ser seis u otro número). La esencia de este criterio es que situaciones por arriba del umbral en algunas dimensiones pueden compensar carencias en otras dimensiones (que un 9 y un 5 promedian 7). Que el millonario que no terminó la secundaria puede ser considerado no pobre. Es el criterio que se aplica en el MMIP (Método de Medición Integrada de la Pobreza, que aplico desde 1992). 2) Unión de los conjuntos. Según éste, es pobre quien está debajo de uno o más umbrales, sin importar lo que pase en los demás, lo que significa que no se aceptan compensaciones de ningún tipo. Que el millonario sin secundaria completa es pobre. Que el estudiante que reprueba una materia reprueba el grado. Tiende a sobreestimar la pobreza. Este criterio se aplica en la variante original del método de NBI (Necesidades Básicas Insatisfechas) en varios países de América Latina. 3) Intersección de los conjuntos. Es el criterio opuesto al anterior: para ser pobre hay que estar por debajo de todos los umbrales. Implica concebir la pobreza como una situación de carencias en todas las dimensiones. Para reprobar el grado habría que reprobar todas las materias: el niño que aprueba educación física pero reprueba todas las demás materias, aprueba el grado. Tiende a subestimar fuertemente la pobreza. Nunca antes del Coneval se ha usado en América Latina.

El próximo 10 de diciembre el Coneval dará a conocer la metodología multidimensional que ha adoptado (por fin, a casi un sexenio de vigencia de la LGDS). La metodología ha sido (casi) guardada en secreto, pero lo que he conocido me permite adelantar que procede de la siguiente manera: 1) Separan el indicador de cohesión social, correctamente, porque no es aplicable a nivel de hogar, y los otros siete indicadores, con los que se mide la pobreza, los agrupan en dos: ingresos y los otros 6 (indicadores II a VII o NBI). 2) Consideran carenciado en NBI a cualquiera que esté debajo de uno de los umbrales (definidos con un criterio sumamente minimalista y que ilustré en la entrega del 27/11/09 con el umbral de agua). Es decir, al interior de NBI adoptan un criterio de unión de los conjuntos que, como dije, tiende a sobreestimar la pobreza (en este caso, le llaman carencia) pero esta tendencia está sobre-compensada con umbrales muy bajos en cada dimensión. 3) Para calcular la “pobreza de ingresos” definieron dos canastas (alimentaria y no alimentaria) para cada medio (urbano y rural). La línea de pobreza (LP) es igual a la suma de costos de ambas canastas, y le llaman línea de pobreza extrema (LPE) al costo de la canasta alimentaria. 4) Consideran “pobres multidimensionales” sólo a quienes son pobres por ingresos y, además, tienen una o más carencias en NBI. Es decir, aquí aplican el criterio opuesto al aplicado al interior de NBI: el de intersección de los conjuntos que subestima la pobreza. Si el hogar es pobre extremo en ingresos y tiene una o más carencias, se le considera pobre extremo multidimensional. Nótese que así los pobres multidimensionales son, por definición, sólo una parte de los pobres de ingresos. Que, por tanto, si el cálculo de la pobreza de ingresos fuese la misma que dio a conocer el Coneval en agosto pasado, la pobreza multidimensional sería menor que la antes anunciada, lo que obviamente provocaría no sólo la incredulidad de la opinión pública, sino la burla. Por ello sospecho que no será así. Que buscarán terminar con niveles muy similares a los anunciados en agosto

El ejercicio realizado tiende fuertemente a la subestimación de la pobreza por tres razones: a) la adopción del criterio de intersección como criterio final de pobreza multidimensional; b) umbrales muy bajos en todas las dimensiones de “derechos sociales”; y c) una línea de pobreza muy baja. En la gráfica, utilizando datos del MMIP 2008, se puede ilustrar el efecto del primer elemento. He elegido hacerlo con cifras de

 

  

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indigencia (en un MMIP sin la dimensión tiempo), para acercarme un poco más a los niveles que suele usar el Coneval y a la lista de indicadores de la LGDS. La medición por LP arroja 30 por ciento de indigentes y la de NBI 22.5 por ciento. El criterio unión que es la envolvente de las dos elipses identifica a 37.4 por ciento como indigentes (la suma de 7.4 por ciento, 15.1 por ciento y 14.9 por ciento), que está por arriba de ambas mediciones parciales. El criterio intersección, en cambio, identifica sólo 15.1 por ciento como indigente, menos de la mitad del criterio anterior y casi exactamente la mitad de los indigentes por ingresos. Un cifra que está por debajo de ambas mediciones parciales. Con el criterio promedio que suelo aplicar al MMIP, obtengo (en este MMIP sin dimensión tiempo), 25.8 por ciento de indigentes, cifra intermedia entre ambas mediciones parciales. Podemos decir que el criterio intersección, por sí mismo, reduce en 10.7 puntos porcentuales (de 25.8) la indigencia (una reducción de 41.5 por ciento). Algo muy conveniente para la administración de Calderón.

 

  

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11 DICIEMBRE 2009

Coneval: nuevo método de medición baja la pobreza / I MUY DIFERENTE A LO QUE EL EVALÚA DF ANUNCIARá HOY

Independientemente de lo que trascienda en los medios y si eso lleva o no a debate nacional, entre ayer y hoy el Coneval y el Evalúa DF han presentado socialmente sus métodos de medición de la pobreza (ambos multidimensionales). Los contrastes son enormes. Hoy comentaré, en complemento a lo dicho en la entrega anterior (04/12/09), la metodología anunciada ayer por el Coneval y las nuevas cifras de pobreza anunciadas. Se confirma lo que había dicho en la entrega anterior sobre la metodología, pero debo decir que me equivoqué respecto a las cifras de pobreza. Creyendo en el buen tino político del Coneval y del entonces Secretario de Desarrollo Social (Ernesto Cordero, hoy flamante Secretario de Hacienda) que no creía que fuesen a anunciar cifras de pobreza más bajas que las dadas a conocer en agosto pasado cuando hicieron público el aumento sustancial de la pobreza entre 2006 y 2008, porque “ello provocaría no sólo la incredulidad de la opinión pública, sino la burla” Pues me equivoqué: ayer el Coneval anunció que la pobreza (ahora con apellido multidimensional) en el país afecta a sólo el 44.2 por ciento de la población (47.2 millones de personas) contra 47.4 por ciento anunciado en agosto (50.6 millones), reduciendo en más de 3 millones la pobreza en el país. Pero estas nuevas cifras son como los cometas: llevan cola: no se pueden entender si no se dice también que son complementadas con un nuevo concepto de dos caras que se llama población ‘vulnerable’, la primera cara por carencias sociales (33 por ciento de la población, 36 millones de personas) y la segunda: ‘vulnerable’ por ingresos (4.5 por ciento, 4.8 millones). Entonces, ahora tenemos 44.2 por ciento de la población en pobreza multidimensional y 37.5 por ciento en situación de vulnerabilidad. De ahí resulta que sólo el 18.3 por ciento de la población no es pobre multidimensional y tampoco es vulnerable (es decir, es población sin carencias sociales ni insuficiencia de ingreso). Gonzalo Hernández Licona, Secretario Ejecutivo del Coneval, al presentar la metodología y los

 

  

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resultados, dijo que esta población vulnerable también debe ser atendida, ya que el objetivo de las políticas públicas es llevar a la población hacia el grupo sin carencias para engrosar el 18.3 por ciento. Pero los vulnerables no son pobres multidimensionales, ni pobres a secas, sino vulnerables (¿algo así como semi-pobres que requieren semi-atención?). El enredo conceptual no termina ahí. Hay otras cuatro categorías: la población con al menos una carencia social, con al menos tres carencias sociales, la población con un ingreso inferior a la línea de pobreza, que ahora no se puede llamar así para no inducir la idea de que todos los que están debajo de ella son pobres, por lo que se llama línea de bienestar (pero no se vaya a creer que los que están debajo de ella están en el malestar, ya que en realidad están en la vulnerabilidad) y la población con un ingreso inferior a la línea de bienestar mínimo (antes línea de pobreza alimentaria).

En la entrega anterior señalé que el criterio de pobreza que adoptaron supone que, por definición, los pobres multidimensionales son menos numerosos que los pobres de ingresos y, habría que añadir, también menos numerosos que los pobres por NBI (necesidades básicas insatisfechas) a los que el Coneval llama con carencias sociales. Esto lo ilustré con una gráfica apoyándome en datos del MMIP (Método de Medición Integrada de la Pobreza) porque carecía de las cifras que ayer se dieron a conocer, con las cuales hoy rehago la gráfica. Ello me permite, además, informar sobre los niveles de población identificados por el Coneval en cada una de sus categorías de población. Identifico con cursivas el nombre que le da Coneval, entre paréntesis escribo su identificación en la gráfica e inmediatamente añado el porcentaje de población.

Con al menos una carencia social (NBI): 77.2 por ciento. Este muy alto nivel se explica, principalmente, porque casi dos terceras partes de la población carece, según el Coneval, de seguridad social, y porque 40.7 por ciento carece de acceso a servicios de salud. Este segundo indicador está subestimado porque el seguro popular se interpreta como si fuese equivalente a los servicios del IMSS y el ISSSTE, lo cual no es correcto, pues se trata de servicios de salud incompletos. Además se discrimina negativamente al DF ya que no se toman en cuenta su programa de servicios (y medicamentos gratuitos). En los demás indicadores en los que, como comenté en la entrega anterior, Coneval adoptó umbrales minimalistas las carencias son muy pequeñas: por ejemplo sólo el 12 por ciento carecería de agua y sólo el 11.4 por ciento de drenaje.

Población bajo la línea de bienestar (LP), 48.7 por ciento. Las LPs adoptadas para los medios urbano y rural son muy similares a las Líneas de Pobreza de Patrimonio (LPP) de la metodología oficial anterior, a pesar de que se llegó a ellas con otra metodología, lo que parece algo más que una casualidad. Mantienen una distancia enorme entre ambos medios: la LP rural es sólo el 62.6 por ciento de la urbana.

Pobres multidimensionales (NBI y LP), 44.2 por ciento. Ésta es la nueva definición de la pobreza. Es el enfoque intersección de los conjuntos (que expliqué en la entrega anterior), lo que se aprecia visualmente en la gráfica. Nótese como se minimiza la pobreza, de dos valores parciales de 77.2 por ciento y 48.7 por ciento resulta ahora 44.2 por ciento de pobres, es decir que se encuentra por debajo (en un caso sustancialmente) de ambas cifras parciales.

Con al menos una carencia social. (Pobres sólo por NBI), 33 por ciento. Se trata de 35.2 millones de personas excluidas del concepto de pobreza multidimensional (¿y por ello de todos los programas focalizados?) porque no cumple con los dos requisitos que, en este

 

  

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enfoque de los pobres de verdad, se le exige a una persona/ hogar para clasificar como pobre: tener carencias (como no mandar a sus hijos a al escuela porque tienen que trabajar), pero como todos trabajan alcanzan la LP y, por tanto, ya no califican como pobres.

Con ingreso inferior a la línea de bienestar. (Pobres por LP), 4.5 por ciento. Puede estar aumentando mucho en la crisis. Es un grupo que no come bien aunque no llega a clasificar en inseguridad alimentaria, conserva la seguridad social por algún miembro del hogar, conserva su vivienda peo no le alcanza para pagar la electricidad, la renta, ni las deudas. No es pobre en esta visión minimalista.

Hoy el Evalúa DF presentará la metodología de medición de la pobreza que ha adoptado y que se propone mejorar. Hay ahora dos porcentajes oficiales de pobreza en el DF. La del Coneval es la mitad de la que el Evalúa DF. Es más que una diferencia de método: una diferente concepción del ser humano y sus necesidades. La visión de la sobrevivencia enfrentada a la de la vida digna.

 

  

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18 DICIEMBRE 2009

El nuevo método de medición de la pobreza del coneval/ II ¿OTRA VEZ EL TRIUNFO DE LA CONVENIENCIA POLÍTICA SOBRE LA VERDAD

TÉCNICA?

La medición de la pobreza es un ejercicio que consiste en comparar, mediante un procedimiento previamente establecido (que incluye el o los criterios de identificación de la pobreza), un conjunto de indicadores de un hogar o una persona, con una serie de umbrales o normas que establecen el piso debajo del cual se considera que se presentan carencias humanas. Los indicadores observados parecen hechos objetivos, pero en realidad lo que vemos depende del cristal conceptual con el que se mira. Sin embargo, tienen un fuerte ingrediente de realidad. En cambio, la definición de umbrales es claramente una expresión de valores y constituye, por tanto, un ejercicio ético. En ellos se expresa la concepción de la vida humana que se considera todos y todas debieran poder vivir. Por otra parte, la medición de la pobreza, sobre todo (pero no únicamente) la oficial, es un ejercicio eminentemente político. Así concebida, la medición oficial de la pobreza es una actividad que mezcla lo técnico/científico, lo ético y lo político. Ésta es una mezcla de difícil manejo, sobre todo cuando sus responsables directos no gozan de plena autonomía, ya que pueden estar sujetos a toda clase de presiones que pongan incluso en riesgo sus nombramientos. Por esta razón, cuando allá por 1999 propuse la creación de lo que hoy conocemos como Coneval (al que le llamé de otra manera, pero al que desde el principio lo concebí como dotado de las facultades de evaluación y medición de la pobreza), propuse que fuese un organismo plenamente autónomo, como el Banco de México o el IFE, cuya creación se estableciese en la Constitución. Amartya Sen, en su muy famoso libro Poverty and Famines (“Pobreza y hambrunas”), señala que la definición política de la pobreza es aquella en la cual son pobres sólo aquellos que un Estado determinado puede o quiere atender, lo que lleva continuamente a la minimización de la pobreza. En algunos casos las tensiones entre técnicos (que proponen lo que consideran la verdad) y políticos (que buscan cifras cómodas para su carrera política) se conocen públicamente. Ello fue lo que ocurrió durante el gobierno de Fox: el CTMP (Comité Técnico para la Medición de la Pobreza), formado por académicos, propuso tres líneas de pobreza (LP1, LP2 y LP3), de las cuales la que establecía la distinción pobres/no pobres era la LP3, que arrojaba que casi dos tercios (64.6 por ciento) de la población vivía en pobreza en 2000. Esto le pareció excesivo a la Sedeso, la cual

 

  

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tomó la decisión de eliminar la LP3 y, cambiándole el nombre, convertir la LP2 del CTMP en su línea de pobreza patrimonial. Los técnicos doblaron la cabeza y aceptaron la decisión política que llevó los niveles de pobreza a 53.7 por ciento que, en 2008, era de 47.2 por ciento. Los integrantes del Coneval (seis académicos y el secretario ejecutivo) afirman con frecuencia que su trabajo es académico. La mujer que actuó como maestra de ceremonias en la presentación pública de la nueva metodología, calificó el evento como “espacio multidisciplinario”. En esta ocasión no ha trascendido que hubiera tensiones sobre los niveles de pobreza, pero las cifras anunciadas pueden leerse como un nuevo triunfo de la conveniencia política sobre la verdad técnica, pues como lo indiqué en mi entrega anterior, fue sorprendente que la medición multidimensional resultase en menos pobreza (44.2 por ciento en 2008) que la unidimensional anterior. Es también un indicio que, habiendo cambiado parcialmente la metodología de medición de la pobreza de ingresos (a la que el Coneval llama población con un ingreso inferior a la línea de bienestar) y habiendo eliminado algunos rubros del ingreso de los hogares, el resultado alcanzado sea 47.8 por ciento pobres de ingreso, muy cercano a 47.4 por ciento de la metodología anterior.

La auto-calificación sobre la transparencia total del Coneval en la medición de la pobreza, realizada en el evento y en el comunicado, no corresponde con el tono vago y general, y la falta de detalles en muchos casos, del documento metodológico, que debería dejar al lector sin dudas en cuanto a qué fue lo que hicieron pero no lo hace. ¿Cómo puede juzgar un lector la canasta no alimentaria si, en lugar de rubro por rubro se presenta agregada en sólo 12 rubros genéricos, de los cuales sólo se informa del número de rubros específicos que contienen?

¿Cómo debe uno tomar en cuenta un trabajo que miente abiertamente al decir: “La metodología oficial nos permite conocer la situación social de toda la población mexicana y el tipo de atención que requiere cada grupo de la población. Esta característica es única en la historia de la medición de la pobreza en México”. (Comunicado, p.2) ¿Es entonces, lector, un sueño lo que yo tantas veces he escrito desde 1995 en La Jornada dando cuenta de la evolución de la pobreza integrada? ¿Son sólo fantasías los cálculos del rezago educativo promedio del hogar, de la carencia de acceso a la salud y la seguridad social, de la pobreza de tiempo, de la de ingresos, y muchos indicadores que guían hacia el tipo de atención que la población requiere, en estas páginas y en más de un centenar de publicaciones académicas? La frase marcada en cursivas ni siquiera sería verdadera si se le añade (después de “historia”) la palabra oficial, puesto que el Gobierno del DF mantiene desde 2006 en la página de la Secretaría de Desarrollo Social (SDS) local, un estudio de medición de la pobreza integrada en el DF (de Damián y Boltvinik) y un segundo estudio desde hace varios meses (de Damián) en la página del Evalúa DF. Al ponerlos en sus páginas, la SDS y el Evalúa DF los han hecho suyos, los han hecho oficiales.

¿Cómo reaccionar a una afirmación tan grandilocuente como la que incluye el comunicado en su primera página?: “Con la publicación de esta metodología, México se pone a la vanguardia internacional en materia de medición de la pobreza multidimensional”. Si a la frase citada se le añadiera la palabra oficial, sería menos pretenciosa y menos lejana a la verdad. La metodología utilizada por el Coneval es una extraña mezcla del MMIP (Método de Medición Integrada de la Pobreza) en su variante original, que aplicó el Proyecto Regional (latinoamericano) para la Superación de la Pobreza, del PNUD, en 1990 y 1991 en diversos países de América Latina y lo que los británicos llaman el método de los “pobres de verdad”. Ambas metodologías son bastante

 

  

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viejas (de finales de los años ochenta) y no hay nada en la metodología del Coneval que signifique una innovación importante que la coloque a la vanguardia (Su más connotada innovación, el indicador de acceso a la alimentación, no parece funcionar muy bien, como se desprende en la gráfica de los raros lugares ocupados por Quintana Roo, Yucatán, Sonora, Sinaloa y Tabasco). La influencia del Coneval no sería por la metodología particular adoptada sino por ser una de las primeras metodologías oficiales multidimensionales, cuyo mérito pertenece al Congreso de la Unión que aprobó la Ley General de Desarrollo Social que dispone una metodología multidimensional.

 

  

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2010Enero 

08 DE ENERO DE 2010

Para comprender la crisis / I ARMANDO BARTRA Y EL SEXTO SOL

El seminario La crisis capitalista mundial actual, organizado por la Fundación Heberto Castillo (FHC), se propuso examinar, en tres mesas redondas celebradas en el primer trimestre de 2009, los orígenes, la especificidad y consecuencias (en México y el mundo) de la crisis mundial iniciada en 2007. La primera mesa redonda se propuso explorar los orígenes de la crisis y en ella fueron ponentes Arturo Guillén y Víctor Flores Olea. La segunda mesa redonda se diseñó con la intención de explorar la especificidad de esta crisis y analizar la validez actual de las explicaciones Marxistas. En ella participaron Armando Bartra, Luis Arizmendi y Julio Boltvinik. La tercera y última mesa se dedicó a explorar las consecuencias económicas y sociales de la crisis mundial en México. En ella participaron Gerardo Esquivel, Araceli Damián y Pablo Yanes. Me tocó a mí la coordinación del seminario y la preparación de las memorias (que pronto verán la luz). En la serie que hoy inicio, comentaré algunas ponencias tratando de destacar en qué nos ayudan a comprender la crisis. La brillante y original ponencia de Armando Bartra (AB), Sexto sol, tiene como trasfondo una bella cosmogonía prehispánica sobre los cinco soles que le sirve para enmarcar la idea del fin de época al que hemos llegado (y la necesidad

 

  

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de inaugurar el sexto sol), a lo cual nos resistimos por nuestra visión lineal del tiempo y el mito del progreso: “el devenir concebido como ineluctable marcha en ancas del desarrollo científico-tecnológico hacia un orden de abundancia total y certeza plena”. Por ello no nos percatamos de que vivimos una crisis civilizatoria inédita por sus múltiples dimensiones y su radical globalidad, que AB caracteriza así:

“...no es una crisis económica más, es un fin de fiesta, un cambio de época... los que se desfondaron no son sólo el entramado financiero, la producción y el mercado, también están exhaustos el modo de relacionarse con la naturaleza, los patrones de consumo y de urbanización, el modelo científico-tecnológico, el imaginario colectivo, la socialidad, la política, el Estado... Se esfuma igualmente el paradigma del progreso y con él la negación del pasado y la fetichización del porvenir... En un suspiro cósmico se consumió hasta la raíz nuestro modo de ser-en-el-mundo”.

AB aborda el pensamiento de Marx, de Baran-Sweezy y de Rosa Luxemburgo. Critica los abordajes endógenos (de los que exculpa sólo a Luxemburgo) porque:

“pecan de la misma unilateralidad economicista. Cojera que comparten con el sistema... Pero la crisis... es también y ante todo la crisis de una ruptura y una inversión por las que la esfera económica se autonomizó y se impuso sobre el resto de las relaciones sociales...es la crisis de la dictadura del valor de cambio sobre el valor de uso por la que hombre y naturaleza devinieron mercancías ficticias...es la crisis del avasallamiento del hombre de carne y hueso por el hombre de hierro. Y una crisis así demanda esclarecer las contradicciones endógenas del sistema económico en que se gesta, pero también y con más razón las exógenas... dar cuenta igualmente de los problemas que aquejan al valor de uso: la devastación capitalista del hombre y la naturaleza”.

A contrapelo de las tesis usuales, sostiene que la crisis actual es crisis de escasez y no de abundancia (lo que resulta muy polémico):

“Y es que el capitalismo contemporáneo no es un mundo de abundancia inicuamente distribuida sino un mundo de escasez extrema y generalizada, un mundo donde el agotamiento de los recursos naturales y sociales –incluyendo el espacio y el tiempo– ya no afecta sólo a los pobres sino también a los ricos, un mundo donde la amenaza de extinción pende sobre la propia especie humana.”

Bartra enumera seis “pústulas”, seis crisis: desorden climático, petróleo caro, guerras, hambruna, éxodo y depresión económica, que:

“remiten a la factura profunda –ontológica– del modo capitalista de producir; al pecado original del absolutismo librecambista consistente en que, como un Midas del código de barras, todo lo transforma en mercancía, incluso al hombre y la naturaleza –que proverbialmente no lo son– pero también al dinero que es un medio de cambio y no un producto entre otros”.

Bartra sostiene que, aparte de los seis flagelos, una fractura “mayor y transversal al sistema es el carácter progresivamente rentista del capitalismo”. Ejemplifica con el petróleo, la mayor parte de cuyo valor es renta, a la que define como “la forma que adopta en el mercado el beneficio económico que le genera al capital el empleo productivo de un bien natural escaso y diferenciado... tierra, agua, aire, biodiversidad, recursos del

 

  

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subsuelo, franjas del espectro electromagnético, ubicaciones privilegiadas”. Concibe la renta como “epifenómeno de la escasez, cuando ésta se presenta en el contexto de la producción capitalista”. Para reforzar su tesis de la escasez radical que produce el capitalismo, afirma que “hoy son escasos recursos naturales que hace 200 años parecían inagotables”. Sobre este punto analiza el pensamiento de David Ricardo, quien en su opinión desarrolló la concepción más penetrante sobre la renta. Concluye:

“La renta no es una perversión ocasional, un sobrelucro infrecuente y marginal. Estamos rodeados de rentas por todas partes...un sistema que debía sustentarse... en la acumulación de plusvalía generada por la inversión productiva, no sólo reproduce sino que amplía las fuentes de ingreso de raigambre precapitalista sustentadas... en la apropiación de recursos escasos... el capitalismo realmente existente se reveló como un sistema rentista donde la inversión productiva es un medio para realizar las rentas...”.

Ideas muy originales y sugerentes que, sin embargo, dejan fuera la renta más importante (como se apreció en las ponencias de Guillén y Boltvinik): la del dinero (Véase gráfica). Al final de su ponencia, AB mira hacia adelante:

“Necesitamos paradigmas alternos, necesitamos jubilar al capitalismo y despedir a sus acólitos, necesitamos desguazar al ‘autómata animado’ y fundir al ‘hombre de hierro’, necesitamos airear o de plano reinventar el Estado, necesitamos zurcir el tejido social... Y todo esto lo necesitamos no para ser libres, sabios, opulentos y felices sino simplemente para seguir vivos. Basta de prometer las perlas de la virgen al triunfo de ‘la revolución’; lo inmediato es parar el ‘molino satánico’ desbocado, después, ya veremos”.

En ese estilo informal que lo caracteriza, continúa diciendo:

“Todo indica que llegamos a un fin de capítulo en la gran narrativa histórica. Entre zapatazos y abucheos concluyó una de las fases más desmecatadas del capitalismo, y el mercantilismo absoluto está exhausto. La gran pregunta es quién pagará los platos rotos... Si el malcriado la libra con un zape, el costo correrá por nuestra cuenta y lo más probable es que vuelva a las andadas. En cambio, si se nos ocurre pronto un modo de producir que no se le hinque a las ganancias y nos animamos a ensayarlo, seguramente el precio será menor y el futuro más soleado”

Y en el párrafo final anuncia el Sexto Sol:

“Los de antes estaban en lo cierto: la historia es una narración integrada por capítulos sucesivos. Y el nuestro terminó. En cambio, me parece que los antiguos andaban errados al dejar en manos de los dioses la autoría de la novela... El sexto sol está a las puertas, pongámosle título al nuevo capítulo y empecemos a escribir...”

 

  

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15 DE ENERO DE 2010

Para comprender la crisis/ II ARIZMENDI: CAPITALISMO CÍNICO Y ESPECIFICIDAD DE LA CRISIS ACTUAL

Luis Arizmendi, en el Seminario de la Fundación Heberto Castillosobre la crisis que vengo reseñando en esta serie, presentó una ponencia llena de ideas y conceptos esclarecedores. Empieza señalando que la crisis contemporánea es la crisis más compleja, de mayores alcances y riesgos de la historia moderna” y que llegó “a contrapelo de la euforia que acompañó el crecimiento de fin del siglo XX y primeros años del XXI”, visto como “el símbolo de un nuevo capitalismo que, al globalizarse con el neoliberalismo, llegaba para vencer y dejar atrás la repetición cíclica de las crisis”. En el discurso convencional, agrega, el desarrollo del poder planetario, que depreda la naturaleza y la sociedad, se transfigura en “la ilusión de un progreso económico y social indetenible”. Arizmedi añade que la teoría crítica se vuelve imprescindible ante esta crisis radical, y subraya la vigencia de la formulada por Marx. En las crisis, de modo cada vez más esquizoide se entrecruzan progreso y devastación, dice Arizmedi, y podemos añadir que esto es aplicable al capitalismo incluso sin crisis. Hace explícito un rasgo del capitalismo implícito en la ponencia de Bartra (véase entrega del 08/01/10): “Sin dejar de ser efectivos los adelantos de la técnica moderna, otras trayectorias enteramente posibles de desarrollo tecnológico son bloqueadas” para hacer prevalecer las que sirven al poder planetario. Porque pone en riesgo los fundamentos sociales y naturales mismos de la civilización, la crisis actual es caracterizada, brillantemente por Arizmedi, como crisis epocal que se conforma, y en ello consistiría su especificidad, por tres crisis: 1) el colapso de la configuración neoliberal de la mundialización capitalista; 2) la cuarta gran crisis de la historia del capitalismo moderno; y 3) la crisis ambiental mundializada. Abordo sólo las dos primeras por razones de espacio.

Arizmedi sostiene que la configuración actual del capitalismo no es neoliberal, porque (siguiendo a Wallerstein) sostiene que la configuración liberal actuaba como contrapeso de la violencia económica anónima que conlleva el capitalismo, impulsando la elevación del nivel de vida de la población e introduciendo procesos electorales (no democracia, porque se trata de un simulacro para rotar el poder entre grupos de la clase política funcionales al poder empresarial). Por ello el nombre neoliberal le parece un eufemismo y lo sustituye por el de configuración cínica que es aquella que deja operar sin restricciones

 

  

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el dejar hacer, dejar pasar, para hacer del mercado la entidad que define los heridos y los muertos. Aunque para muchos de nosotros el dejar hacer, dejar pasar es el lema del liberalismo, la clasificación de configuraciones capitalistas que presenta Arizmedi(que incluye la fascista) es muy sugerente: “en la medida, dice, en que el cinismo constituyó una configuración que desmontó múltiples restricciones”, privatizando, subordinando a las naciones al mercado planetario, propició desregulaciones de tal alcance que impactaron negativamente el proceso de reproducción social que se expresa en la crisis mundial alimentaria y en la mundialización de la pobreza.

Tipifica tres configuraciones de la economía mundial alimentaria en el Siglo XX. La segunda de ellas, el predominio mundial de la agricultura de EU y subordinación y dependencia alimentaria del grueso de naciones, se basó en “el desfinanciamiento estratégico del campo” en muchos países subdesarrollados (incluido México), combinado con enormes subsidios a la producción cerealera en EU. La crisis alimentaria, concluye, es el tránsito de la vulnerabilidad al hambre, no porque estas naciones carezcan de la capacidad productiva para autoalimentarse, sino porque sus capacidades económicas son cínicamente refrenadas para garantizar ganancias extraordinarias para las transnacionales. La mundialización de la pobreza revela, dice Arizmedi, el profundo impacto generado por el cinismo histórico, lo que ilustra con cifras de un trabajo reciente de Hábitat (organismo de la ONU que se ocupa de la vivienda y su entorno) que muestran que el neoliberalismo ha incrementado la pobreza urbana en las cerca de 250 mil áreas urbanas hiperdegradadas (slums) existentes (véase gráfica). Arizmedi argumenta que la liberalización internacional de flujos de capital y mercancías (pero no de la fuerza de trabajo), llevó a una drástica reducción de los salariaos internacionales. Concluye señalando que los slums son la concreción histórica de la configuración cínica del capitalismo “porque incluso con crecimiento económico el capitalismo de la vuelta de siglo produjo el mayor ejército internacional de reserva de su historia”, lo que se agudizará con la crisis. Al concentrar la mirada en los slums, Arizmendi pone el dedo en la llaga del creciente desempleo y pobreza urbanas, pero deja fuera la creciente pobreza rural que su propio análisis de la crisis alimentaria y el de Bartra sobre la crisis del modelo capitalista en la agricultura, ponen de relieve.

Arizmedi identifica a la actual como la cuarta gran crisis del capitalismo, cuyo problema de fondo es que ante la “tendencia hacia la automatización total del proceso productivo, tiene que imponer una tendencia inversa” para mantener a los trabajadores en la producción y garantizar la generación incesante de plusvalía, “porque de otro modo padecería su muerte”. Por ello el capitalismo tiene, necesariamente, que “entremezclar progreso y devastación”. El decrecimiento económico, el aumento del desempleo mundial, la represión salarial, la disminución drástica de las remesas y el retorno de los migrantes, señala, constituyen efectos de la cuarta gran crisis que se vienen a sumar a la mundialización de la pobreza y a la crisis alimentaria, productos del capitalismo cínico. Explica la mundialización de la economía criminal por el altísimo nivel de desempleo juvenil mundial anterior a la crisis y la mundialización de la pobreza.

Al explorar críticamente la encrucijada de nuestro tiempo, abre la posibilidad de una transición que trascienda al capitalismo ya que, dice, en términos negativos la crisis ha puesto en el escenario la necesidad de un profundo cambio histórico, y en términos positivos existe hoy “la capacidad material para volver realidad medidas de respuesta inéditas ante la crisis”. Se requieren “formas de [lucha] anticrisis que hagan valer anti y transcapitalistamente principios de seguridad de la reproducción nacional e internacional”. Entre ellas destaca “el principio de la desmercantilización” y el proyecto del Ingreso

 

  

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Ciudadano Universal (ICU) que “garantiza la reproducción vital de la sociedad desestructurando la mediación del mercado” y que le quita el carácter obligatorio a la venta de la fuerza de trabajo: “para los dominados modernos, dice, el ICU instalaría un cierto grado de independencia económica”. Hubo aquí un amplio consenso en el Seminario de la Fundación Heberto Castillo, pues también en las ponencias de Damián, Yanes y Boltvinik se propone la puesta en práctica del ICU como salida anticrisis y como medida de transformación social

 

  

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2 DE ENERO DE 2010

Para comprender la crisis/ III GUILLÉN: CRISIS DEL RÉGIMEN DE ACUMULACIÓN CON DOMINACIÓN

FINANCIERA

Arturo Guillén presentó una ponencia1 en la que se propone analizar los orígenes, causas y repercusiones de la crisis mundial. Sintetiza así su planteamiento inicial:

“El boom inmobiliario acompañó al boom de la nueva economía de los años noventa. Al concluir éste con la caída del Nasdaq, el sector inmobiliario continuó su expansión. La recesión 2000-2001 fue suave, en gran medida... [porque] la ‘burbuja de la nueva economía’ fue sustituida por la ‘burbuja de la vivienda’. El mundo siguió financiando el déficit en cuenta corriente de Estados Unidos, lo que facilitó el sostenimiento del consumo y de la inversión [en este país]”.

Aunque aquí percibe con gran claridad el papel de las burbujas, Guillén no da el paso adicional: sostener que las economías capitalistas necesitan hoy estas burbujas, como lo hacen los neoMarxistas Foster y Magdoff, seguidores de Baran y Sweezy2. Describe cómo entre 2000 y 2005 se aceleró el ritmo de inflado de la burbuja inmobiliaria y presenta una cronología de la crisis inmobiliaria: el crecimiento en la cartera vencida de las hipotecas subprime, la caída en la venta de viviendas, en el mercado de bonos y derivados vinculados al mercado inmobiliario, y en la bolsa de valores que se había venido inflando por influjo de la burbuja inmobiliaria. Explica que el auge artificial había impregnado todo el sistema financiero y que, por ello, fue afectado en su totalidad por el estallido de la burbuja inmobiliaria; explica también el carácter internacional de su inflado y estallido y, por ende, el carácter mundial de la crisis. Advierte que las bruscas bajas en las tasas de interés decretadas por la Fed (banco central de Estados Unidos) y por otros bancos centrales, conllevan el riego de deflación (baja de precios: lo opuesto a la inflación) como la que vivió Japón en los noventas.

Guillén busca “las causas de fondo” de ésta, la más severa de las crisis desde la Gran Depresión, en la explicación que la escuela regulacionista (Aglietta, Chesnais y otros) fórmula de la crisis de los setenta: como crisis del modo de regulación y del régimen de acumulación fordista. Guillén concibe también como una crisis asociada a la baja de la tasa de ganancia y que llevó, como reacción, a un conjunto de transformaciones

 

  

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impulsadas por los segmentos más poderosos del capital y por los gobiernos, para “hacer frente a los problemas de valorización del capital”, entre ellas “una ofensiva de gran envergadura del capital contra el trabajo que aún continúa y que se acentúa con la crisis global con el fin de contrarrestar la baja en la tasa de ganancia”. Entre las medidas de esta ofensiva incluye la “instauración de un régimen de acumulación con dominación financiera” (o financiarización), que en la ponencia de Boltvinik aparece no como algo deliberado sino como una forma espontánea de keynesianismo privado. Guillén explica que la financiarización significa que la esfera financiera somete a la economía real a sus necesidades; que el valor de mercado de las acciones pasa a ser el criterio de rentabilidad de la empresa; y que ésta queda ahora sometida a los accionistas mediante controles a priori y ya no sólo a posteriori. En la esfera financiera la financiarización se expresa, añade, por la bursatilización, el papel creciente de la banca de inversión, los fondos institucionales y otros fondos privados. Sin embargo, lejos de brindar mayor estabilidad estructural, el régimen de acumulación con dominación financiera elevó la fragilidad y los riesgos sistémicos de la estructura financiera, precisa.

Guillén sostiene que la crisis actual es una crisis de deuda-deflación “como lo han sido todas las grandes crisis financieras del capitalismo”, pero afirma que ahora la deflación abierta es contenida por la política monetaria y fiscal y se “manifiesta a través de periodos prolongados de estancamiento económico con la reproducción de estructuras financieras frágiles validadas con el uso de los mecanismos estatales anti-depresión”, como los programas de salvamento (compras estatales de bonos y derivados tóxicos). Sin embargo, añade, no siempre se logra contener la deflación abierta: en marzo de 2009 “los precios al consumidor registraron una declinación de 0.4 por ciento, la primera desde 1955” en Estados Unidos, y en agosto de 2009 “veintiún países registraron decrecimientos mensuales en los precios al consumidor”. Señala que, aunque a partir de marzo de 2009 se está inflando una nueva burbuja bursátil (que lleva ya un aumento acumulado de 64 por ciento en el índice mundial de bolsas, MSCI), “está por verse si es sostenible”, pues es bueno recordar, añade, que las “bolsas tuvieron durante la depresión de los años treinta episodios pasajeros de optimismo, por algunas semanas o meses, para volver posteriormente de nuevo a la apatía”, y que “algo semejante ocurrió en Japón durante los años noventa”. Por otra parte, señala que “la crisis inmobiliaria representa el colapso de la bursatilización y, en un sentido más amplio, de un régimen de acumulación dominado por las finanzas”. Concluye, por ello, que las posibilidades de que Estados Unidos repita la experiencia japonesa de estancamiento económico durante toda una década, están abiertas.

Describe lo que llama el “despliegue de la recesión generalizada” con datos del PIB hasta el tercer trimestre de 2009 y del desempleo hasta noviembre de 2009, para concluir que la actividad económica se ha paralizado en prácticamente todo el mundo con una sincronía sin precedentes. Oficialmente la recesión en EU tenía ya una duración de 20 meses, señala, haciendo de éste el ciclo depresivo más largo de la posguerra. En sus datos se aprecia que el PIB se contrajo durante cuatro trimestres consecutivos con un pequeño rebote en el tercer trimestre de 2009 y que la inversión fija lleva ya siete trimestres de contracción continua. Guillén identifica que al primer trimestre de 2009 se encontraban, con el criterio convencional, en recesión más de 20 países. La tasa de desempleo abierto en Estados Unidos más que se duplicó entre febrero de 2008 y noviembre de 2009 (de 4.8 por ciento a 10 por ciento) y en la Unión Europea aumentó en 50 por ciento: de 6.7 por ciento a 10 por ciento (véase gráfica) y todas las predicciones apuntan a que, aunque se recuperara la economía, el empleo no lo haría sino, en el mejor de los casos, mucho después. Guillén termina con una observación muy aguda:

 

  

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Si bien los programas anticrisis de los gobiernos han implicado la movilización de enormes sumas de capital para estabilizar los mercados financieros y para contener la recesión, pareciera partirse de la idea de que una vez controlada la crisis mediante mecanismos keynesianos, todo volverá a ser como antes y el orden neoliberal será reestablecido sólo mediante ajustes menores. Los bancos y las corporaciones vuelven a las andadas y reanudan el carrusel de la especulación. ¡Business as usual!

1 Continúo hoy el examen de las ponencias presentadas al seminario La crisis capitalista mundial actual, organizado en 2009 por la Fundación Heberto Castillo, y que ésta publicará en un libro. En las entregas del 8 y 15 de enero de 2010 reseñé las ponencias de Armando Bartra y Luis Arizmendi.

2 Para el análisis del pensamiento de Foster y Magdoff, véanse las entregas del 27/02/09 y 6 y 20/03/09.

 

  

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29 DE ENERO DE 2010

Para comprender la crisis / IV PABLO YANES: SALIDA POSCAPITALISTA DE LA CRISIS

Nuevamente los fantasmas de Keynes y de Marx recorren el mundo, dice Pablo Yanes en la ponencia que presentó en el seminario de la Fundación Heberto Castillo sobre la crisis. Es mucho lo que está en juego, señala: ya no sólo se trata de la resistencia a un modelo social en agonía, sino de las alternativas ante la crisis y la distribución de sus costos. La disputa es entre una nueva refuncionalización del modelo de dominación y explotación, o una salida popular y democrática a la crisis, posneoliberal y por qué no, poscapitalista. El fundamentalismo de mercado, que dominó el mundo los últimos 30 años, y las corrientes académicas que lo respaldaron con las ideas necesarias para justificarse y reproducirse, son hoy cada vez más impotentes y balbuceantes, añade. Igual que otros ponentes del Seminario, Yanes identifica con claridad que el keynesianismo fue la respuesta a una crisis de sobreproducción (la de 1929), mientras el neoliberalismo respondió a la crisis de los años setenta provocada por la baja en la tasa de ganancia.

Concibe así la característica central del keynesianismo: el trabajo como factor de la demanda y su explotación basada en aumentos sostenidos de la productividad en un contexto de pleno empleo y redes de protección e inclusión social. Pero este keynesianismo-fordista habría dejado de ser funcional para el capital que convocó a reemplazarlo, concibiendo al trabajo ahora como un costo de producción, que como cualquier otro debe ser abatido, y ya no como factor de la demanda. Fue la hora del neoliberalismo que el autor concibe como una ofensiva mundial para la reorganización de todo el orden social para subordinarlo a la lógica de la acumulación y de la ganancia, por lo cual la restructuración se centró en una ofensiva contra el trabajo, que lo desvalorizó y lo re-mercantilizó plenamente, eliminando toda barrera a su libre intercambio (excepto la

 

  

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migratoria internacional), lo cual significó una redistribución masiva del ingreso del trabajo en favor del capital a escala planetaria. Pero, sostiene Yanes, el neoliberalismo llevó en el pecado la penitencia: generó producción global sin consumo global, elevando a escala planetaria la contradicción irresoluble entre crecimiento mundial de la producción y caída mundial de los salarios reales que originó la Gran Depresión del 29.

La desvalorización mundial de la fuerza de trabajo ocurrió, señala Yanes, en el contexto de una revolución de las tecnologías de la información que hizo posible la desterritorialización de la producción. La explosión del crédito, el sobre-endeudamiento de las familias, particularmente en EU, que se convirtió en el consumidor de última instancia (dada su situación monetaria asimétrica, habría que añadir, que le permite aumentar su déficit comercial sin restricciones), pasaron a ser en el neoliberalismo los instrumentos principales de ampliación de la demanda, añade. El autor, sin embargo, deja fuera el hecho, documentado ampliamente en las ponencias de Guillén y Boltvinik, sobre los montos masivos de plusvalía que no se pueden absorber productivamente y que se canalizan a las burbujas financieras. (Véase gráfica).

Yanes sostiene que a cada régimen de acumulación corresponde un modelo de política social. Así como en los últimos 30 años se transformó radicalmente el régimen de acumulación, también se modificó el modelo de política social. Así como al régimen de acumulación fordista-keynesiano le correspondió un Estado de Bienestar corporativo o social-demócrata, en la tipología de Esping Andersen, al régimen de acumulación neoliberal le correspondió el residual-liberal, concluye el autor. Si bien se trata de una simplificación, porque durante el predominio del régimen fordista-keynesiano en EU prevaleció también, como ahora con el neoliberalismo, un modelo de política social residual-liberal, y en Europa al entrar en vigor el régimen de acumulación neoliberal, no se desmantelaron los estados de bienestar corporativistas o socialdemócratas (sufrieron de reformas regresivas, pero resistieron a fin de cuentas), la simplificación que hace Yanes es válida en términos ideales y, desde luego, en la ideología que sustenta cada modelo. Además, y todavía más importante, aplica perfectamente a lo que los países desarrollados y los organismos internacionales impusieron a los países débiles de la periferia. Es decir, los (y las) neoliberales hubiesen querido desmantelar los estados de bienestar preexistentes, pero por razones de rapport de forces no pudieron hacerlo, excepto parcialmente. Yanes caracteriza brillantemente los rasgos centrales del modelo neoliberal de política social: privatización y re-mercantilización de los satisfactores básicos protegidos por derechos sociales, la elevación de la focalización (originalmente una herramienta) en un principio estructurante de la política social, donde también se aplicó el principio de la primacía del mercado y lo privado sobre el Estado y lo público, y la minimización de la política social, reduciéndola a programas focalizados y condicionados de combate a la pobreza extrema, concebida y medida de manera minimalista. Para Yanes:

Es momento de plantear no sólo una nueva política económica, sino también una nueva política social y, por tanto, una política socio-económica que subordine las decisiones económicas a su impacto en el bienestar y la vigencia integral de los derechos. Es necesario formular una plataforma programática para construir una salida popular a la crisis que ponga en cuestión el régimen neoliberal de acumulación y el modelo liberal-residual de política social.

 

  

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Sus propuestas específicas las clasifica en tres grupos: a) medidas inmediatas de contención en lo social; b) componentes de una plataforma programática a mediano y largo plazos; y c) construcción del estado social de derechos. En el primer grupo propone evitar la privatización y mercantilización de los sectores sociales básicos; impedir una reforma laboral regresiva; y revertir el modelo de capitalización de las pensiones hacia un nuevo sistema de reparto con equidad social y solidaridad intergeneracional. En el segundo, propone revalorizar el trabajo como eje de la estrategia de crecimiento económico; reconstruir la banca pública, revisar el mandato del Banco de México, rearticulando la política fiscal y monetaria y dando prioridad al crecimiento económico y la justicia distributiva; y una reforma fiscal progresiva que eleve sustancialmente los recursos públicos. En el tercero, propone: universalizar el derecho a la salud superando la segmentación inequitativa actual; ampliar la oferta educativa pública y elevar su calidad y pertinencia; una estrategia nacional de vivienda centrada en la calidad, tamaño y ubicación adecuadas de las viviendas; ingreso ciudadano universal (ICU) para todos los habitantes del país; y red nacional de servicios sociales para atender las necesidades de grupos sociales específicos. El autor concluye: Es hora de pensar la sociedad que queremos y podemos construir después del neoliberalismo.

 

  

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Febrero 

05 DE FEBRERO DE 2010

Para comprender la crisis / V ARACELI DAMIÁN: LA CRISIS Y LA SITUACIÓN SOCIAL EN MÉXICO

Sustituir “las leyes que se dan las sociedades-Estado por las ‘leyes’ sin autor del mercado”, dice Araceli Damián en la introducción de la ponencia que presentó en el Seminario de la Fundación Heberto Castillo sobre la crisis que he venido reseñando en esta serie de entregas, citando a André Gorz1, es una consecuencia central del establecimiento del modelo neoliberal después de la crisis de los años setenta, provocada por la baja en la tasa de ganancia. La producción de volúmenes crecientes de riqueza, distribuyendo cada vez menos salarios y pagando menos impuestos, podía llevar a la humanidad a una debacle, había advertido Gorz desde los años noventa, y había percibido que el dinero se convirtió en un parásito que devora la economía, y el capital en un depredador que la saquea”, nos recuerda Damián. La actual crisis responde a la desvalorización de la fuerza de trabajo provocada por las políticas neoliberales, añade. En México, acota, la era neoliberal se ha caracterizado, además, por una falta de dinamismo económico provocada por la implementación de políticas pro-cíclicas.

Damián analiza el impacto en la pobreza del alza del precio de los alimentos y de la crisis. Los precios de los alimentos se empezaron a disparar en 2007 por diversas causas, destacadamente por la especulación en el mercado de futuros de granos, lo que sólo en 2007 habría aumentado en 100 millones el número de pobres en el mundo. En México, el aumento medido de la mal llamada pobreza patrimonial de 42.6 a 47.4 por ciento de la población entre 2006 y 2008, anunciado por el Coneval a mediados de 2009, se explica en parte por el aumento de los precios de los alimentos, pero sobre todo por la falta de comparabilidad de las encuestas de ingresos y gastos de los hogares (ENIGH) en las que se basan los cálculos. Como dice irónicamente la autora, estas encuestas, durante el foxismo, “provocaron que en el papel las zonas más atrasadas del país desaparecieran, pero la ENIGH 2008 viene a confirmar que siguen ahí, que sólo las habían sacado de la foto”. La autora analiza la evolución de la pobreza y del PIB en el periodo 2000-2008 y muestra la falta de correspondencia entre ambas dinámicas, lo que atribuye a los problemas de las ENIGH. En la gráfica se aprecia que hay dos periodos: 2000-2002 y

 

  

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2006-2008, curiosamente los inicios de los sexenios de Fox y Calderón, en los cuales el cambio en el PIB y el de la pobreza tienen el mismo signo (negativo o positivo) y no, como se espera, signos opuestos.

El efecto de la crisis económica se ha sentido, sobre todo, durante 2009 en el que la caída del PIB ha sido más alta que en la crisis de 1995, como consecuencia de la cual la pobreza patrimonial se disparó desde 52.4 por ciento en 1994 hasta 69 por ciento en 1996, señala, por lo que se esperaría que en 2009 hubiera habido un fuerte aumento en la pobreza. La autora hace notar, además, que en 2009 ha continuado el aumento de los precios de los alimentos por arriba de la inflación, lo que habrá contribuido también a aumentar la pobreza probablemente a niveles similares a los de 2000 (65 por ciento) con el umbral original del Comité Técnico para la Medición de la Pobreza (umbral rechazado por el gobierno federal). La autora analiza también dos factores adicionales que actuaron en 2009 para aumentar la pobreza: la caída en las remesas (y la disminución de la emigración hacia EU) y el aumento del desempleo de mexicanos tanto aquí como en EU.

La autora prevé que en esta crisis, como en la de los ochenta y la de los noventa, el mayor aumento de la pobreza se dará en las áreas urbanas, sólo que ahora las más afectadas serán las del norte del país, donde se concentran las manufacturas de exportación. El crecimiento de la pobreza extrema urbana es preocupante, señala, porque son las de menor cobertura del programa Oportunidades, por lo que prevé que, como en las crisis anteriores, los pobres urbanos serán abandonados a su suerte. Damián analiza con algún detalle lo que puede esperarse de las llamadas estrategias de sobrevivencia de los pobres, pues se tiene la idea de que, mediante éstas, los hogares tienen la capacidad de sobreponerse a las consecuencias más severas de las crisis, particularmente aumentando la oferta de fuerza de trabajo. Retoma datos de un libro suyo (Cargando el ajuste: los pobres y el mercado de trabajo en México, El Colegio de México, 2002) en el cual analizó el comportamiento de las tasas de participación económica estandarizadas (según el número de horas trabajadas) de la población en un periodo de expansión (1988-1994) y en uno de recesión (1994-1996), lo que le llevó a concluir que “el esfuerzo laboral efectivo se contrae en periodos de crisis, por lo cual las estrategias de sobrevivencia no permiten a los hogares sobreponerse a las consecuencias de las crisis”. El problema principal, dice la autora, es que el gobierno mexicano renunció, desde hace veintiséis años, a su papel de promotor de la actividad económica y del pleno empleo.

La ponente plantea un conjunto de propuestas para responder a la crisis y sus consecuencias. Examina el seguro de desempleo y el universalismo básico, uno de cuyos componentes es el Ingreso Ciudadano Universal (ICU), que recibiría toda persona de manera incondicional. Ante el escepticismo sobre la viabilidad financiera de esta medida, la autora, apoyándose en Evelyne Huber (“Un nuevo enfoque para la seguridad social en la región”, en Carlos Gerardo Molina ed. Universalismo Básico. Una nueva política social para América Latina, BID, 2006), muestra que los países con cobertura universal en seguridad social y con estados avanzados de bienestar (como Finlandia), cuando tomaron las decisiones que los llevaron a lo que ahora son, tenían niveles de ingreso per cápita inferiores a los que México tienen ahora. También citando a Huber, muestra la enorme diferencia que significa una política social avanzada, al comparar la pobreza de los hogares de madres solteras antes y después de las transferencias públicas en Suecia y Estados Unidos. También recuerda que hay varias iniciativas legislativas congeladas para cambiar el mandato constitucional del Banco de México y reformar la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, en el mismo sentido apuntado por Gerardo Esquivel. Propone una reforma tributaria progresiva que eleve la recaudación y disminuya la

 

  

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desigualdad. En materia de política social recomienda eliminar la focalización individualizada y eliminar las condicionalidades que afectan a las mujeres en el programa Oportunidades y ampliar su cobertura a las localidades más pobres que carecen de escuela o clínica. Termina diciendo: “la necesidad de implementar ayudas directas a los pobres urbanos es fundamental si queremos mantener la paz social”.

1 La obra de Gorz citada es Miserias del presente, riqueza de lo posible, Paidós, Buenos Aires, 1998.

 

  

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12 DE FEBRERO DE 2010

Para comprender la crisis/ VI FLORES OLEA: EU, LOCURA HISTÓRICA; ESQUIVEL: MÉXICO, PASIVIDAD

GUBERNAMENTAL

La ponencia de Víctor Flores Olea en el seminario sobre la crisis, que organizó la Fundación Heberto Castillo y que he venido analizando en esta serie de entregas, comienza caracterizando el periodo de G. W. Bush en Estados Unidos como uno de locura histórica. Señala que, en opinión de muchos, la crisis actual es tan seria o más que la Gran Depresión: la caída de Wall Street es al fundamentalismo del mercado lo que la caída del Muro de Berlín fue al comunismo, dice citando a Stiglitz. Sin embargo, Flores Olea expresa sus dudas que estemos ante el fin del fundamentalismo del mercado por las presiones de sus beneficiaros. Cita a Stiglitz, quien dice que no fue un error sino una cascada de equivocaciones las que condujeron a la crisis actual. Enumera y comenta las siguientes: a) La permisividad de Alan Greenspan, quien al mando de la Reserva Federal permitió oleadas de liquidez, se retiró de la vigilancia de las instituciones económicas y alentó dos burbujas financieras: la de los punto com y la de los bienes raíces. b) Malos préstamos, complicados instrumentos y trampas que convirtieron al sistema financiero en un casino, mientras las autoridades dejaron hacer, dejaron pasar. c) La desregulación, que partió de la falsa premisa que el mercado y las instituciones se autorregulan, permitió una economía fundada en la especulación y en el traslado de la riqueza a unas cuantas manos. Flores Olea expresa aquí la duda de si Obama, con un equipo integrado por varios funcionarios que estuvieron en el origen de la crisis, será capaz de controlarlos. d) La disminución de impuestos a los ricos, instrumentada porque se pensaba que favorecería la inversión productiva, resultó un ingrediente más para favorecer la crisis porque contribuyó a la especulación. e) La tolerancia al maquillaje (fraude) contable en muchas empresas. f) Caos en las decisiones de los últimos meses del gobierno de Bush, donde se practicó una discrecionalidad casi absoluta en el rescate de empresas. Después de esta enumeración, Flores Olea analiza una las condiciones para la recuperación, la nacionalización bancaria, señalando que la confianza perdida en los sistemas financieros será una de las mayores dificultades para la recuperación. Dice que tanto Stiglitz como Krugman ven la nacionalización de los bancos como tal vez la mejor medida que puede tomarse, pues es una forma de salvar al sistema financiero sin otorgarles un regalo gigantesco a sus accionistas.

 

  

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Gerardo Esquivel, después de una breve reflexión sobre el carácter inédito tanto de la crisis actual como de la respuesta de política económica en Estados Unidos, identificó en su ponencia, seis canales por los cuales la crisis se sentiría en México1: 1) afectaría las exportaciones mexicanas, sobre todo a 80 por ciento que van dirigidas al mercado de Estados Unidos, lo que disminuiría el empleo en los sectores que producen bienes exportables; 2) el turismo sufriría una caída importante, puesto que uno de los primeros ajustes al reducirse el ingreso de los hogares se da en las cuestiones de esparcimiento; 3) las remesas, que constituyen la principal fuente de divisas de la economía mexicana, se reducirían afectando a grupos poblacionales de menores ingresos concentrados en ciertas regiones del país; 4) la inversión extranjera se reduciría en todo el mundo, incluido México (véase en la Gráfica la caída de la inversión Bruta Fija Total), lo que se reflejaría en pérdida de empleos; 5) el precio del petróleo bajaría y ello afectaría los ingresos del sector público, lo que tendrá un costo en términos de gasto social y en infraestructura; 6) el peso se depreciaría. Todo lo anterior, dijo Esquivel, afectaría fuertemente la actividad económica y el empleo. Estimó una caída de hasta 6 por ciento en el PIB en 2009, hizo notar que sería similar a la de 1995, y pronosticó que la recuperación sería más lenta que en la crisis anterior por la falta de dinamismo de la economía mundial. Ahora sabemos que la caída fue todavía mayor (a pesar de que el pronóstico del autor casi triplicaba el del Banco de México en ese momento), mientras su vaticinio de una recuperación lenta sigue siendo acertado. Esquivel critica la actitud pasiva del gobierno mexicano y afirma que “a diferencia de lo que ocurre en otros países, en México las decisiones de política económica parecen responder a una lógica muy distinta a la de una situación de crisis”, lo que ejemplifica con la política del Banco de México de mantener altas tasas de interés, derivada de la percepción de que el riesgo inflacionario es todavía alto; y con la política de la SHCP que, en vez de plantear la necesidad de un estímulo fiscal importante que pudiera compensar al menos parcialmente el choque negativo externo, ha decidido que esto no es necesario y se ha empecinado en aumentar el precio de insumos clave, como la gasolina y el diesel.... El autor califica las medidas de política contra la crisis, anunciadas por el gobierno federal a principios de 2009, como notoriamente insuficientes para atender un problema de actividad económica y empleo como el que es previsible anticipar para el país.

Esquivel propone cinco medidas de política: 1) Enfrentar la crisis mediante una combinación acertada de políticas fiscales y monetarias expansivas, para lo cual es “necesario revisar el mandato del Banco de México...hacia un esquema con un objetivo dual (inflación y crecimiento). 2) Revisar la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria que, al establecer un Déficit Fiscal Cero, limita enormemente la capacidad del gobierno de realizar políticas contracíclicas... debería establecerse una Regla Fiscal Estructural que nos permita ahorrar recursos en época de bonanza, los cuales podrían ser gastados en épocas de crisis. 3) En ausencia de una reforma más general, debería establecerse un Seguro de Desempleo para los trabajadores formales que pueda ser el inicio de una verdadera reforma social y laboral en el país... [y que] tendría enormes beneficios para los trabajadores, además de que se volvería un programa anticíclico implícito en el diseño mismo de la política económica... [y] generaría incentivos muy importantes para que los trabajadores buscaran formalizarse...” 4) Debe revisarse a la baja la tasa del IETU, ya que este impuesto, diseñado como un impuesto de control en épocas de crecimiento, puede tener efectos perniciosos en un momento de recesión, al obligar a muchas empresas a pagar impuestos a pesar de que estén incurriendo en pérdidas. 5) Revisar a fondo el gasto público e implementar un verdadero programa de austeridad y eliminación de gastos superfluos, y destinar los recursos así ahorrados a gasto social y de infraestructura. Pocas medidas pero importantes y coherentes para

 

  

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establecer una política económica keynesiana y sustituir la neoliberal vigente. Araceli Damián, en su ponencia, coincide con las propuestas 1 y 2, y en la suya, Pablo Yanes coincide con la 1. Ambas propuestas han sido reiteradas por los partidos de izquierda.

1 Esta ponencia, escrita en los primeros meses de 2009, se refiere a algunos acontecimientos futuros cuyo desenlace, en enero del 2010, ya conocemos. A pesar de ello lo que dice es muy certero.

 

  

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19 DE FEBRERO DE 2010

El Coneval y la medición multidimensional de la pobreza /I EL CONSEJO ABDICÓ DE PARTE DE SU OBLIGACIÓN DE DEFINIR E IDENTIFICAR

LA POBREZA

Este miércoles (17/02/10) en el Seminario de política social que coordina Rolando Cordera en la UNAM, Gonzalo Hernández Licona (GHL), secretario ejecutivo del Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social) presentó la metodología de medición multidimensional de la pobreza adoptada por ese organismo en acatamiento de lo dispuesto por la Ley General de Desarrollo Social (LGDS). Aunque la presentación fue la misma que había hecho el 10/12/09 al dar a conocer a la nación dicha metodología, el público fue muy diferente (ahora no había prensa y predominaban los académicos) y después de la exposición hubo una interesante discusión, parte importante de la cual se centró en la afirmación de GHL de que la medición presentada demuestra que, para superar la pobreza, no bastan los programas focalizados, sino que se requieren también programas universalistas para, por ejemplo, cubrir al 100% de la población en seguridad social y en salud, con la que todos los que tomamos la palabra estuvimos de acuerdo, aunque Pablo Yanes (director general del otro consejo de evaluación, el de Desarrollo Social del Gobierno del DF) le hizo notar que dicha afirmación ha sido la postura de los gobiernos de izquierda en el DF desde 1997. Al tomar la palabra, resalté la posible contradicción entre esta importante afirmación y la práctica vigente en el gobierno federal, normada en el reglamento de la LGDS, que hace obligatorio que todos los programas de desarrollo social sean focalizados hacia la pobreza extrema y que, por tanto, para hacer posible la combinación tendría que reformarse dicho reglamento. Le

 

  

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recordé que en la Cámara de Diputados encabecé el grupo que presentó en 2006 controversia constitucional contra dicho reglamento, entre otras cosas por la imposición del modelo focalizado como el modelo social único. También señalé algunas de las cuestiones que escribí en las entregas del 27 de noviembre y del 4, 11 y 18 de diciembre pasados, resaltando cómo la combinación del criterio de pobreza multidimensional adoptado (que explico abajo) y la selección de umbrales muy bajos en prácticamente todas las dimensiones resulta en un ejercicio de minimización de los niveles de pobreza en el país.

Antes, Araceli Damián, de El Colegio de México, había destacado el uso de umbrales muy bajos en educación (sólo primaria para los mayores de 26 años), una canasta alimentaria más barata que la que venía usando antes el propio Coneval, sólo agua entubada en el lote (no dentro de la vivienda) y sin tomar en cuenta la frecuencia de disponibilidad del líquido. Pero cuando sintieron GHL y Ricardo Aparicio (director general adjunto de Análisis de la Pobreza del Coneval) que el alma se les iba al suelo, fue cuando Damián les mostró la aguda contradicción entre estas normas minimalistas y lo que la población consultada dijo en la Encuesta para la determinación de umbrales multidimensionales de pobreza 2007, financiada por Coneval (disponible en su página web): sólo 1.3% de las 2 mil 40 personas consultadas señaló primaria como el nivel mínimo de educación para vivir bien hoy en día, mientras 31.6% identificó el mínimo como preparatoria y 40.9% como educación superior o más. El 89.3% contestó que el mínimo de agua es agua entubada dentro de la vivienda, 93.9% que es necesario que el agua llegue todos los días a la vivienda y 89.1% que llegue durante todo el día.

En su intervención inicial, y en su respuesta a todos los comentarios y preguntas, GHL señaló que los umbrales se fijaron con base en las normas legales pero que, cuando las leyes no lo hacían, se había consultado a las dependencias encargadas del tema en el gobierno federal, y ejemplificó con la Conavi (Comisión Nacional de Vivienda) a la que Coneval le delegó la responsabilidad de fijar las normas de dos de los seis rubros de necesidades básicas: calidad y espacios de la vivienda, y servicios básicos de la vivienda. ¿Para qué entonces gastaron recursos públicos en una costosa encuesta que no tomaron en cuenta? En la metodología de medición publicada por el Coneval, se dice al respecto:

“El artículo 4° de la Constitución establece el derecho de toda familia a disponer de una vivienda digna y decorosa; sin embargo, ni este ordenamiento ni la Ley de Vivienda especifican las características mínimas que debe tener una vivienda. Por ello el Coneval solicitó a la Conavi su opinión respecto a esas características mínimas. Los criterios establecidos por la Conavi1 para el indicador de calidad y espacios de la vivienda consideran dos subdimensiones: el material de construcción de la vivienda y sus espacios”. (p.43) “De manera análoga, se solicitó la opinión de la Conavi sobre los servicios básicos indispensables de toda vivienda. Al respecto, la propuesta de la Conavi identificó cuatro subdimensiones de esos servicios básicos: acceso al agua potable, disponibilidad de servicio de drenaje, servicio de electricidad y combustible para cocinar” (p. 92)

Dicho lo anterior, el documento enuncia los criterios “establecidos por la Conavi”, que son absolutamente minimalistas, ya que hay carencia del rubro de calidad y espacios de la vivienda, sólo cuando el piso es de tierra, o el techo es de desecho o cartón, o los muros son de carrizo, bambú, láminas o material de desecho, o el hacinamiento es mayor que 2.5 personas por cuarto. En materia de servicios básicos de la vivienda, las variables aceptadas por la Conavi son sólo cuatro de las nueve que le propuso el Coneval.2 En el

 

  

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primer caso, todos los criterios son inferiores a los adoptados en Coplamar hace 28 años. En el segundo, la eliminación de cinco de las nueve variables que el Coneval le propuso a Conavi significan la abdicación, por parte del Coneval, de la facultad y obligación central que la LGDS le otorga en la materia: establecer los lineamientos y criterios para la definición, identificación y medición de la pobreza (art. 36), lo que incluye la definición de los umbrales contra los cuales se compara la situación del hogar en cada dimensión. Hizo lo mismo en materia educativa delegó la definición de los umbrales al INEE (Instituto Nacional de Evaluación Educativa). Con ello, el Coneval incumplió su responsabilidad legal. La minimización así lograda puede apreciarse en la gráfica en la cual he comparado los niveles de población carenciada en diferentes rubros, según Coneval, con los de un trabajo mío.

1 Para justificar por qué se delegó a la Conavi la facultad que la LGDS le otorga, el Coneval dice: “la Ley de Vivienda establece que la Conavi es la instancia encargada de formular, ejecutar, conducir, coordinar, evaluar y dar seguimiento a la Política Nacional de Vivienda”. Habría que añadir que, sin embargo, la Conavi no tiene facultades para definir, identificar y medir la pobreza, las cuales corresponden al Coneval.

2 Coneval señala que puso a consideración de la Conavi la inclusión de nueve indicadores (lista ya de por sí minimalista que excluye todo el paquete de comunicaciones, y los medios para calentar agua, y la vivienda en climas fríos), que son los cuatro que aceptó la Conavi más los siguientes cinco que rechazó: “frecuencia del agua”, disponibilidad de excusado”, “uso exclusivo del sanitario”, “admisión de agua en el sanitario” y “eliminación de basura” (pie de página, p. 44). Son tan absurdas estas exclusiones que me dejan mudo. No puedo imaginar las razones que un ser humano pueda esgrimir para no considerar la recolección de basura, o el excusado, o el flujo efectivo del agua por las tuberías, como servicios básicos de la vivienda. Lo grave es que el Coneval no se haya preocupado de fundamentar las razones de tal dictamen, sino que lo presenta como un acto autoritario: la Conavi habló y reveló la verdad. ¿No se atrevieron a pedir una explicación o no se atreven a publicarla por lo indefendible que resulta? Hasta la Suprema Corte de Justicia está obligada a fundamentar sus sentencias.

 

  

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26 DE FEBRERO DE 200

El Coneval y la medición multidimensional de la pobreza /II FANTASIOSA REINTERPRETACIÓN DE LA LEY GENERAL DE DESARROLLO

SOCIAL

La lectura de la parte de fundamentos y conceptos de la Metodología para la medición de la pobreza multidimensional de la pobreza en México” del Coneval transmite, entre otras, la percepción de que prevalece una actitud apologética del Coneval respecto a la Ley General de Desarrollo Social (LGDS). Esta actitud empieza siendo (p.2), sin embargo, de reclamo, pues la LGDS le exige al Coneval algo imposible, al imponerle la obligación de “efectuar mediciones multidimensionales de pobreza”, lo que plantea un problema cuya solución aún se discute en el ámbito académico. Sin embargo, el Coneval no se arredró ante lo imposible y finaliza la Introducción con un reconocimiento de un importante rasgo de la ley, y anunciando que harán su propia lectura de ella: “El enfoque analítico adoptado intenta recuperar el espíritu de una ley sustentada en un amplio consenso y legitimidad social” (p.4). En efecto, la LGDS fue aprobada por unanimidad en ambas cámaras. Del reclamo a la admiración de su legitimidad.

En el siguiente capítulo, “El concepto de pobreza en la Ley General de Desarrollo Social”, para identificar dicho concepto, el Coneval no acude al texto legal, ni a los dictámenes de ambas cámaras, ni a las iniciativas, ni a los discursos. En cambio, acude a autores que conforman la corriente dominante del pensamiento económico contemporáneo que defiende el utilitarismo, la teoría neoclásica, la de las expectativas racionales y otras de similar raíz ideológica; a la misma corriente que predicó e impuso el Consenso de Washington que llevó a la crisis mundial actual, aunque en paralelo también acude a algunos documentos sobre derechos humanos. Con esas bases, sostiene una fantasiosa reinterpretación de la Ley para que coincida con sus puntos de vista. De la admiración a la apología:

 

  

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“En consonancia con la discusión académica y el debate internacional [les faltó añadir basados en las referencias que hemos dado1] la Ley, en su Art. 36, establece que para la medición de la pobreza en México deben considerarse los derechos sociales y el bienestar económico. De esta forma, derechos y bienestar social, asociados al principio universal e inalienable de libertad individual, reflejan el espíritu de una Ley... (p.8)

Ni fue en consonancia con tales discusiones, ni el Art. 36 de la Ley establece lo que dice el Coneval. El texto del Art. 36 sólo señala que los criterios y lineamientos que establezca el Coneval para la medición de la pobreza son obligatorios para las dependencias y entidades que ejecuten programas de desarrollo social, y que deben utilizar la información que genere el Inegi sobre los ocho indicadores que enumera. No fue leyendo a Alkire, Foster, ni Kakwani, señores del Coneval, como se gestó el Art. 36, al que le imputan falsos contenidos. En un escrito presentado en un Seminario en el cual participaron dos de los seis integrantes académicos del Coneval, después de narrar que se presentaron seis iniciativas de LGDS, señalo:

“La lectura de las exposiciones de motivos de las diferentes iniciativas muestra que los autores partieron de planteamientos ideológicos y concepciones sociales diversas, en ocasiones opuestas. En general, mientras las iniciativas del PRD postulaban un papel importante para el Estado, las del PAN partían de las tesis de la subsidiariedad del Estado, derivadas del pensamiento social cristiano y del neoliberalismo. Mientras las primeras se fundamentaban en los derechos sociales, las segundas se apoyaban en ‘la dignidad del ser humano y su capacidad y responsabilidad para salir adelante’. La del PRI era absolutamente pragmática” (p.127)2.

Las únicas dos iniciativas que incluyeron el tema de medición de la pobreza, en la forma de un largo capítulo que definía indicadores, umbrales, fórmulas y ponderadores (el mismo en ambas), fueron las de la diputada Brugada y la de la senadora Burgos, ambas del PRD, que yo redacté y que transcribían los contenidos del Método de Medición Integrada de la Pobreza (MMIP) que desarrollé en 1990-1992. Como señalo en el libro citado, el ‘milagro’ político que explica que haya una LGDS se logró en el Senado en la 58 Legislatura (abril, 2003). De las dos iniciativas consideradas para el dictamen del Senado, sólo la de Burgos contenía definiciones en materia de medición de la pobreza. Lo aprobado en el Senado (casi el texto final de la Ley) en la materia

“está basado en el capítulo sobre medición de la iniciativa Burgos. Otorgar la responsabilidad de la medición de la pobreza a un organismo descentralizado, y no a la Sedeso, supone la aceptación de que si las mediciones han de ser objetivas, la responsabilidad de llevarlas a cabo no puede estar en las manos de la Secretaría responsable de su combate. Quienes cedieron en este caso fueron el PRI y el PAN que no querían originalmente que este tema estuviera en la Ley, ni que se asignara la responsabilidad a un organismo independiente. En la iniciativa Burgos se establecía un procedimiento detallado de medición de la pobreza. En la Ley aprobada esto quedó reducido a un listado de indicadores que deben usarse en ella. Si bien la mayor parte de los indicadores son los mismos que se usan en dicha iniciativa, se añadieron dos que resultan poco coherentes y uno de ellos muy problemático (grado de cohesión social)” (p. 136). [El otro es acceso a la alimentación que resulta redundante con el de ingreso corriente porque la alimentación se satisface adquiriendo bienes en el mercado o autoproduciéndolos, es decir con ingreso monetario o no monetario]”

 

  

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Estos dos rubros fueron aportados por la senadora Luisa María Calderón Hinojosa y, por más que la presioné para que aceptara su eliminación en las negociaciones bicamarales, la senadora se negó. Para no poner en riesgo la existencia de la ley, tuve que ceder. Hoy el Coneval se enfrenta a estas aportaciones de manera problemática. En cohesión social se ha visto obligado a señalar que “la naturaleza relacional del concepto impide que pueda ser considerado como parte del núcleo constitutivo de la pobreza a nivel de individuos o unidades domésticas, en la medida en que es un fenómeno que sólo puede observarse en un nivel de agregación mayor (p. 12)”. Es decir, cohesión social quedó excluida de la medición de pobreza. En materia de alimentación, el Coneval decidió usar un indicador de seguridad alimentaria que duplica la presencia del rubro alimentación, que ya está considerada en ingresos a través de la canasta normativa alimentaria.

Para dilucidar el concepto de pobreza en la LGDS no hay que buscar en la bibliografía anglosajona del siglo XXI, sino remitirse al MMIP y a la rica tradición en la materia en América Latina, así como a sus bases conceptuales en los clásicos del tema, de donde deriva. Ahí puede verse que ni ingreso corriente es el enfoque de bienestar, ni los indicadores de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) son el enfoque de derechos sociales. El concepto unificador es el de fuentes de bien-estar: ingreso corriente, activos básicos, activos no básicos, acceso a bienes y servicios gratuitos, conocimientos/habilidades, y tiempo libre. (Véase gráfica ilustrativa al respecto).

1 Probablemente los inhibió la incoherencia cronológica. Las referencias son todas posteriores a 2000 y varias posteriores a 2003, año en el cual se aprobó la Ley en ambas cámaras. Pero además las iniciativas de LGDS se empezaron a presentar al final de la 57 Legislatura (1997-2000).

2 Julio Boltvinik, “La Ley General de Desarrollo Social. Génesis, logros, limitaciones y riesgos”, en Gerardo Ordóñez et al. (Coords.), Alternancia, políticas sociales y desarrollo regional en México, El Colegio de la Frontera Norte, ITESO y UdeG, Guadalajara, 2006, pp.123-146.

 

  

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Marzo 

05 DE MARZO DE 2010

El Coneval y la medición multidimensional de la pobreza /III ¿POR QUÉ LA LEY GENERAL DE DESARROLLO SOCIAL DEFINE UN MÉTODO

COMBINADO?

Después de la frase en la que el Coneval enuncia lo que llamé, en la entrega del 26/02/10, su fantasiosa reinterpretación” de la Ley General de Desarrollo Social (LGDS): “en consonancia con la discusión académica y el debate internacional” la LGDS establece “que para la medición de la pobreza en México deben considerarse los derechos sociales y el bienestar económico” (p.8), elementos a los que a veces llama dimensiones, a veces enfoques, el Coneval cambia de opinión. Ya no le parece indispensable la combinación de las dos dimensiones (lo que había fundado correctamente al señalar que el fenómeno multidimensional de la pobreza “no puede ser aprehendido, única y exclusivamente, por los bienes y servicios que pueden adquirirse en el mercado”), y sostiene que “tanto el enfoque de bienestar como el de derechos humanos permiten disponer de una aproximación conceptualmente sólida al problema de la medición multidimensional de la pobreza”. Pero añade: “sin embargo, es posible adoptar un enfoque en el cual confluyan ambos enfoques”. Si el lector se encuentra confundido, sírvale de consuelo que yo también lo estoy, debido a que los autores del texto nos transmiten su propia confusión. Intentaré aclarar la naturaleza del método de medición de la pobreza definido en la LGDS y su fundamentación.

Haciendo a un lado el de cohesión social, los otros siete indicadores definidos en la LGDS configuran un método de medición multidimensional combinado, es decir que integra

 

  

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dimensiones tanto directas como indirectas (o vía el ingreso), tal como lo señaló Amartya Sen en un texto clásico:

Para identificar a los pobres, dado un conjunto de ‘necesidades básicas’, es posible utilizar por lo menos dos métodos. Uno consiste en determinar el conjunto de personas cuya canasta de consumo actual deja insatisfecha alguna necesidad básica. A éste se le puede llamar el método directo. En contraste, en el que puede llamarse el método del ingreso, el primer paso consiste en calcular el ingreso mínimo, o línea de pobreza (LP), en el cual todas las necesidades mínimas especificadas se satisfacen. El siguiente paso es identificar aquellos cuyo ingreso actual está por debajo de dicha LP... Los dos procedimientos no constituyen, en realidad, formas alternativas de medir la misma cosa, sino que representan dos concepciones distintas de la pobreza. El método directo identifica a aquellos cuyo consumo real no satisface las convenciones aceptadas sobre necesidades mínimas, mientras que el otro trata de detectar a aquellos que no tienen la capacidad para satisfacerlas... el segundo es un poco más refinado al trascender las elecciones observadas y llegar a la noción de capacidad... una persona pobre según este enfoque, es aquella cuyo ingreso no basta para cubrir las necesidades mínimas” 1

Nótese que Sen no concibe el método del ingreso como enfoque de bienestar, ni el directo como enfoque de derechos, como el Coneval pretende hacernos creer que es inevitable, sino que asocia ambos (mostrando su unidad) a la satisfacción de necesidades. Casi como expresión literal de lo que afirma Sen, en América Latina (AL) se han aplicado los métodos de LP o ingresos (MLP) y directo o método de Necesidades Básicas Insatisfechas (MNBI). En 1990 expliqué así el contenido, contrastes y limitaciones de ambos métodos, fundando la necesidad de un método combinado al que hoy llamo la variante original del Método de Medición Integrada de la Pobreza (VO-MMIP). La última frase contiene la primera versión de las fuentes de bienestar que expliqué al final de la entrega anterior:

Mientras el MNBI se refiere a la satisfacción fáctica de las necesidades básicas, el MLP apunta a la situación de satisfacción potencial de necesidades básicas. Aunque para arribar a la LP se requiere una definición normativa de cada necesidad básica, una vez definida la línea se deja al hogar en libertad absoluta, valga la expresión, para asignar su ingreso. Todas las necesidades básicas podrían quedar insatisfechas y el hogar seguiría siendo no pobre en tanto su ingreso o consumo sea igual o mayor a la LP. En contraste, el MNBI, sobre todo si verifica la (in)satisfacción de cada una de las necesidades básicas, le deja al hogar muy poca libertad para la asignación de sus recursos. El MLP sólo toma en cuenta el ingreso corriente pero no considera los servicios provistos gratuitamente por el Estado ni la inversión requerida para satisfacer ciertas necesidades (como vivienda y educación). En cambio, el MNBI pone énfasis en las necesidades asociadas con servicios del Estado (educación, agua, drenaje) o con inversión privada (vivienda y educación). De lo antes señalado se deriva la conclusión de que ambas mediciones son, en la práctica, complementarias (y no alternativas). Al aplicarse conjuntamente, en consecuencia, la población pobre resulta la unión de los conjuntos y no su intersección... Para satisfacer las necesidades básicas de sus integrantes un hogar requiere: i) un nivel de ingreso corriente para hacer frente a aquellos bienes y servicios que normalmente se atienden por el consumo privado corriente; ii) Derechos de acceso a servicios gubernamentales (agua, drenaje, atención médica, educación) o un ingreso adicional para adquirir los disponibles sobre bases mercantiles; iii) Propiedad (o derechos de uso) de activos que proporcionan servicios de consumo básico (vivienda, equipamiento doméstico); iv) Tiempo disponible para la educación, el descanso, la recreación y el trabajo del hogar; y v) Los activos que

 

  

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no proporcionan servicios de consumo básico permiten hacer frente a las necesidades básicas a través del desahorro.2

Con este fundamento, el Proyecto Regional para la Superación de la Pobreza en AL del PNUD adoptó en 1989 la VO-MMIP para medir la pobreza en AL. Algunos resultados para AL y para ocho países se presentan en la gráfica. Este método tiene varias similitudes con el ahora aplicado por el Coneval, pero su diferencia más aguda es el criterio de identificar como pobres a quienes se encuentran en la unión de los conjuntos de pobres (por NBI y por LP) mientras el Coneval usa el criterio opuesto: la intersección de los conjuntos. Si se hubiese aplicado este criterio en 1986 en AL, los pobres identificados hubiesen sido sólo los del primer segmento de cada barra. Para AL en su conjunto ello hubiese significado identificar, en lugar de 61.5 por ciento0 de pobreza, sólo 32 por ciento. Para ilustrar lo que esto significa en México en 2008, he añadido los datos del Coneval y, con una aplicación hipotética de la VO-MMIP.

En 1991-1992 desarrollé la variante mejorada del MMIP que supera algunas limitaciones metodológicas de la VO-MMIP, y añade la dimensión de pobreza de tiempo. Éste es el método que quedó plasmado (sin tiempo) en los rubros uno a seis de la LGDS vigente. Es esta historia la que explica por qué la LGDS propuso un método multidimensional combinado y no la fantasiosa reconstrucción del Coneval, con su extraña mezcla de neoliberalismo y enfoque de derechos. Aunque en la próxima entrega abundaré en su naturaleza, baste adelantar que aun cuando uno prefiera una concepción potencial de la pobreza, basada en recursos, como es mi caso, tiene que verificar ciertos satisfactores directamente, como la vivienda, los conocimientos y habilidades, el tiempo libre, la asistencia escolar y el acceso a servicios públicos básicos. Los métodos combinados son inevitables.

1 Amartya K. Sen, “Sobre conceptos y medidas de pobreza”, Comercio Exterior, vol. 42, núm. 4, pp.317-318. Este texto es una traducción de los capítulos 2 y 3 del libro Poverty and Famines. An Essay on Entitlement and Deprivation, OIT, Clarendon Press, Oxford, 1981.

2 Julio Boltvinik, Pobreza y necesidades básicas. Conceptos y métodos de medición, PNUD, Caracas, 1990, pp. 42-51.

 

  

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12 DE MARZO DE 2010

Otros mundos son posibles1 LA CREACIÓN DEL BANCO GRAMEEN O BANCO DE LOS POBRES

Leer el libro de Muhammad Yunus, Hacia un mundo sin pobreza (Andrés Bello, Barcelona, 1998) renciende la esperanza ante la creatividad humana orientada a aliviar el terrible sufrimiento de la pobreza. Narra de manera muy sencilla y profunda su propia vida centrada alrededor de la creación de una institución excepcional: el Grameen Bank en Bangladesh (antes Pakistán Oriental), que según Wikipedia es el país más densamente poblado del mundo. Y uno de los más pobres. A Yunus y al Banco Grameen les fue otorgado el Premio Nóbel de la Paz en 2006. Aunque rastrear la impresionante información de la página electrónica del Grameen podría transmitir al lector información más actual sobre el mismo, me interesa, sobre todo, el proceso por el cual se fue creando la institución. (En la gráfica, sin embargo, muestro la evolución de algunas variables.) El Grameen, dice Yunus, es un mundo al revés: observamos cómo lo hacían los bancos e hicimos lo contrario”. Esta frase me recuerda la de otro gran creador, Taiichi Ohno, quien, según describe Benjamín Coriat en Pensar al revés: trabajo y organización en la empresa japonesa (Siglo XXI Editores, 1992) es el creador del toyotismo u ohnismo que ha venido a sustituir en buena medida al taylorismo y al fordismo como paradigma dominante de la organización del trabajo industrial. El ohnismo es desde el principio “lo contrario, el revés, del sistema concebido en Estados Unidos por Taylor y Ford”. Volviendo a Yunus, éste empieza su narración con el efecto que le produjo la hambruna que devastó Bangladesh en 1974. Describe con gran sensibilidad y de manera dolorosa la muerte por hambre:

Se muere de muchas maneras, pero la muerte por inanición es la más inaceptable. Va tomando cuerpo con lentitud. Segundo tras segundo, el espacio entre la vida y al muerte se reduce inexorablemente. En un momento dado, la vida y la muerte están tan próximas que se tornan casi indistinguibles, y no se sabe si la madre y el hijo, postrados en el suelo,

 

  

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se encuentran todavía entre nosotros o ya se fueron al otro mundo. La muerte sucede a pasos tan sigilosos que ni siquiera la escuchamos arribar. Y todo esto por un puñado de alimentos. En los alrededores, el mundo come a placer, pero no ese hombre, no esa mujer. El bebé llora, y luego acaba por dormirse, sin la leche que necesita. Mañana, quizás, ya no tendrá fuerzas para gritar (p.18).

Yunus era entonces profesor de economía: “Comencé a cobrar conciencia de la vanidad de esa enseñanza. ¿Para qué servía, si la gente se moría de hambre en las calzadas y en los portales?” El campus de la Universidad de Chittagong donde era profesor estaba en la vecindad de la aldea de Jobra. Dice Yunus: “Decidí volver a ser estudiante. Jobra sería mi universidad; la gente de Jobra, mis profesores. Me sentía dominado por un sentimiento de impotencia ante el flujo creciente de hambrientos de Dhaka (la capital). No podría ayudar a mucha gente, pero sin duda podría ser útil por lo menos a uno de mis semejantes”. La primera conversación que relata es con una mujer, Sufia, que hacía taburetes con bambú proporcionado por un comerciante al que ella misma le entrega las piezas terminadas a cambio de una mísera ganancia. Yunus le pregunta si no puede pedir dinero prestado, comprar ella misma el bambú y vender los taburetes por su cuenta. Ella contesta que los prestamistas le exigirían muchísimo y cuenta que algunos cobran 10 por ciento de interés a la semana e incluso al día. Recuerdo en los años sesenta haber escuchado la descripción de los agiotistas de la merced que prestaban en la madrugada a los dueños de los puestos y regresaban al final del día a cobrar lo prestado más 10 por ciento. Comenta Yunus: “En Bangladesh los intereses usureros son moneda corriente. Se incorporaron de tal manera a los hábitos que ni siquiera el mismo prestamista advierte hasta qué punto el contrato es leonino” (p.22). Y añade en tono profético: “Toda sociedad tiene sus usureros. Mientras los pobres continúen al servicio de los prestamistas, ningún programa económico podrá revertir el proceso de alienación”. Lo que esta mujer ganaba era el equivalente a 2 centavos de dólar por una jornada de arduo trabajo. Dice Yunus que se quedó petrificado. Y de aquí derivó la sencilla idea de lo que sería el Grameen:

“De aquel estado de semiesclavitud Sufia no saldría jamás mientras no encontrara cinco takas (el costo del bambú). Su solución vendría con el crédito, que le posibilitaría revender sin compromisos sus productos en el mercado, obteniendo un margen bastante mejor entre los costos de los materiales y el precio de venta” (p.26).

Yunus le encargó a un estudiante, Maimuna, que hiciera una lista con toda la gente de Jobra que, como Sufia, se endeudaba con intermediarios y era así despojada del fruto de su trabajo. La lista resultó de 42 personas que habían pedido prestado, en conjunto, el equivalente a menos de 27 dólares entre todas. Dice Yunus: “¡Dios mío, tanta miseria en esas cuarenta y dos familias y todo porque les falta el equivalente de 27 dólares!” Añade:

“Desgraciadamente, no existía ninguna institución financiera que pudiera satisfacer las necesidades de los pobres en materia de crédito. El mercado del crédito, ante la ausencia de instituciones oficiales, estaba acaparado por los prestamistas locales, que arrastraban a sus clientes cada día más lejos en el camino de la pobreza. Esa gente no era pobre por estupidez o por pereza. Trabajaban el día entero, cumpliendo tareas físicas de gran complejidad. Eran pobres porque las estructuras financieras del país no tenían la vocación de ayudarlos a mejorar su suerte. Era un problema estructural y no un problema de personas. Le di a Maimuna los 27 dólares y le dije: ‘Préstales este dinero a las 42 personas de nuestra lista. Así podrán rembolsar a sus acreedores y vender sus productos donde les ofrezcan un buen precio’. La semana siguiente, de pronto, tomé conciencia de

 

  

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que no bastaba lo que había hecho. Se requería encontrar una solución institucional...” (pp. 27-28).

Había empezado el banco Grameen Bank en 1976, prestando 27 dólares. En 1997 había prestado 2 mil 300 millones de dólares. En 1993 Yunus fue invitado a hablar, por primera vez, al Banco Mundial (BM) en Washington y cuenta que ahí explicó por qué pensaba que “el crédito debería ser considerado uno de los derechos humanos y cómo puede desempeñar un papel estratégico en la supresión del hambre en el mundo”. Muestra sus desacuerdos de entonces con el BM y su espíritu enorme de independencia que, junto con su gran creatividad, son dos de sus rasgos fundamentales:

“Nosotros nunca quisimos ni aceptamos dinero del BM porque no nos gusta el modo en que ellos hacen sus negocios. Sus expertos y consultores terminan apoderándose de los proyectos que financian. No descansan hasta moldearlos a su modo. No aceptamos que nadie se inmiscuya en el sistema que hemos construido ni que nos dicte qué debemos hacer ni nos obligue a adecuarnos a sus puntos de vista” (p.30).

Habrá que seguir con este formidable hombre y con su criatura: el Grameen.

1 Interrumpo la serie sobre el Coneval y la Medición Multidimensional de la Pobreza, lleno de indignación ante el atropello consumado el miércoles 10, en el cual se impuso la relección forzosa de tres investigadores académicos en el Coneval. Si alguno pensaba que la alianza PRI-PAN estaba rota, se sorprenderá al ver que impusieron la violación a la ley y eligieron conjuntamente una planilla acordada en la cúpula de ambos partidos y grupos gobernantes. No podría escribir con serenidad y se reflejaría mi ira. Me traslado al mundo de los transformadores sociales, los que pueden crear instituciones insólitas que despiertan la esperanza de la humanidad, y no éstos que destruyen instituciones que representaban un avance modesto pero importante.

 

  

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19 de marzo 2010 

El Coneval, por decisión propia, se vuelve ilegítimo

Violó su ley madre e impuso la relección forzosa de tres integrantes

 

La Comisión Nacional de Desarrollo Social (CNDS) consumó el 10 de marzo pasado el atropello a la Ley General  de Desarrollo  Social  (LGDS),  al  aplicar  un  procedimiento  diseñado  por  el  Coneval, consistente en  imponer  la  relección obligatoria de  tres  investigadores académicos,  sobre  lo cual habíamos advertido dos días antes Clara Brugada y yo. Ambos fuimos  integrantes de  la Comisión de Desarrollo  Social  de  la  Cámara  de Diputados  en  la  59  Legislatura  en  la  que  se  aprobó  por unanimidad la LGDS (yo era secretario y Clara era la coordinadora de política social de la fracción parlamentaria  del  PRD),  y  que  Clara  Brugada  había  presentado,  en  la  57  Legislatura,  siendo entonces presidenta de dicha comisión,  la primera  iniciativa de LGDS en  la que se proponía ya  la creación del Coneval. En El Correo Ilustrado de La Jornada escribimos el 8 de marzo: 

“El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) está integrado, en lo fundamental, por seis investigadores académicos designados por la Comisión Nacional de Desarrollo Social (CNDS), conformada por representantes de los tres órdenes de gobierno y del Congreso de la Unión, por un periodo de cuatro años. La primera designación ocurrió a principios de 2006 y, por tanto, vence en estos días. El artículo 83 de la Ley General de Desarrollo Social (LGDS) señala que los investigadores académicos “podrán ser reelectos la mitad de ellos”. El sentido de esta frase no ofrece duda: poder es muy diferente de deber o tener que. Es decir, la ley no dice deberán (o tendrán que) ser relectos tres de ellos. Sin embargo, la convocatoria que emitió el Coneval el 15 de enero para la renovación de sus integrantes establece que: Primero, se resolverá la relección de tres de los seis investigadores y “Posteriormente cada miembro presente de la Comisión procederá a elegir tres investigadores académicos nuevos emitiendo hasta tres votos, uno por candidato”. Así, el secretario ejecutivo del Coneval, único responsable de la

 

  

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Convocatoria, viola la LGDS al convertir el podrá de ésta en un deberá; viola el principio de equidad al establecer un derecho de preferencia para los consejeros actuales; y, al apropiarse la facultad (de la que carece) de definir el procedimiento de elección en la CNDS, atropella las facultades de ésta. La CNDS está convocada para llevar a cabo la designación el 10 de marzo. Esperemos que prevalezca el estado de derecho. De no ser así, el Coneval quedaría en una situación de ilegitimidad que le haría mucho daño”.

Al día siguiente, la directora de Comunicación Social del Coneval contestó en El Correo Ilustrado diciendo que la convocatoria fue emitida respetando a cabalidad el artículo 83 de la LGDS, pero sin argumentar su afirmación. Y añadió que el “Coneval es una institución técnica, apartidista y al margen de coyunturas políticas”. Como apreciará el lector, no responde al argumento de la carta y sólo se dedica a los autoelogios institucionales.

A la reunión de la CNDS, el PRI y el PAN llegaron sin conciencia de la violación legal a que los empujaban, pero con línea (léase planillas) de por quién deberían votar. El mismo día que se despedazaban unos a otros en la Cámara de Diputados, llegaron con dos planillas previamente acordadas, una para los tres investigadores de relección forzosa y otra para los tres nuevos. El PRI, a uno de cuyos militantes Pablo Yanes y yo alertamos sobre la gravedad de la violación que se preparaba, aprovechó (como siempre) para negociar las planillas y le tuvo sin cuidado que se violara la ley.

Representando a la Secretaría de Desarrollo Social del Gobierno del DF, Pablo Yanes presentó en la reunión de la CNDS un documento en el cual expresa la postura de dicha secretaría: A) Manifiesta profunda preocupación por las irregularidades de la convocatoria firmada por el secretario ejecutivo del Coneval y procede a 1) Describir y criticar el procedimiento de votación en dos etapas establecido en la convocatoria, concluyendo que “se convierte así la relección de una posibilidad en una obligación”; 2) En la convocatoria el secretario ejecutivo hace suya la atribución de la CNDS de decidir sobre (el procedimiento) de elección de los investigadores académicos... (con lo cual) excede las facultades del secretario ejecutivo y por lo tanto limita las atribuciones de la CNDS. Dicho esto, concluye:

“La CNDS tiene la facultad de elegir libremente a los seis consejeros, entre los que pueden estar o no los consejeros actuales, y el procedimiento de elección debe garantizar la igualdad procesal de todos los candidatos y de ninguna manera puede establecer derecho de preferencia ni obligatoriedad de relegir a tres de ellos. No hay motivo ético ni fundamento legal para que se establezca esta diferencia y se cree un derecho de preferencia para los investigadores actuales”.

Propone en consecuencia que se declare inválida la base 6 inciso C de la convocatoria (que es donde se establece la relección obligatoria) y se modifique el procedimiento para elegir a las seis personas que obtengan el mayor número de votos, pudiendo estar entre ellas hasta tres de los actuales investigadores. Las propuestas no fueron consideradas porque, se dijo en la reunión, los estatutos de la CNDS impiden modificar el orden del día a menos que se solicite con varias semanas de anticipación (plazo, al parecer, mayor al que se usó para convocar la reunión misma de la CNDS) y, por tanto, no se podía alterar el orden del día que ordenaba pasar a votar de inmediato.

 

  

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Sin embargo, le dieron la palabra a Gonzalo Hernández Licona, secretario ejecutivo del Coneval, quien presentó una especie de informe de labores del Coneval, como diciendo qué buena tarea habían hecho los investigadores académicos y cómo merecían, por tanto, que se religiera la mitad de ellos de manera forzosa. También dijo que la convocatoria “reflejaba fielmente el espíritu de la LGDS”, a lo que la representante de Michoacán le gritó que no reflejaba su letra. Ante la imposición de la violación a la LGDS, los únicos dos representantes de gobiernos del PRD que asistieron a la reunión (del DF y Michoacán) se retiraron de la reunión para no avalar con su presencia el atropello.

¡Ni en los buenos tiempos del PRI el carro completo fue tan completo! De 25 aspirantes nuevos y seis que aspiraban a la relección (en total 31), recibieron votos sólo 10. Hubo también 31 votantes. Los tres relectos recibieron 88 votos (93.6 por ciento de los 93 emitidos). Dos de los relectos recibieron 31 votos de un total de 31 votantes (ciento por ciento). Los tres nuevos elegidos recibieron 84 de los 93 votos emitidos, 90 por ciento de los emitidos (véase gráfica).

La ilegitimidad impregna a la mitad de los investigadores académicos, ya que la otra mitad fueron elegidos de acuerdo con lo que señala la LGDS. Pero es mucha ilegitimidad para no contaminar al conjunto de la institución, sobre todo considerando que el responsable público de la convocatoria es el representante del organismo. Una paradoja es que, como lo muestran los resultados, no necesitaban violar la LGDS para ganar. Es igual de fácil cabildear una planilla de seis personas que dos planillas de tres. En un seminario en la UNAM, Hernández Licona insistió en que los del Coneval son diferentes del gobierno y de los políticos. Lamentablemente, acaban de demostrar lo contrario.

 

  

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26 de marzo 2010

Otros mundos son posibles / II

Claroscuros del pensamiento de Yunus, creador del Banco Grameen

Julio Boltvinik 

 

Entre  las percepciones agudas de Yunus,  fundador y director del Banco Grameen de Bangladesh 

(véase entrega del 12/03/10), están las referidas a los consultores y su contraste con la gente que 

Yunus contrata en el Grameen: 

“Todos sabemos hasta qué punto los países del tercer mundo han llegado a depender de donantes. Pero muy pocas veces se comprende hasta qué punto la burocracia donante ha llegado a ser dependiente de los consultores... Siempre me ha resultado muy complicado contratar gente con ‘experiencia’ para trabajar en Grameen. Cuesta mucho ‘desprogramarlos’. Preferimos gente sin experiencia. El supuesto tras el recurrir a consultores es que el país receptor necesita ser guiado paso a paso durante la identificación, preparación e implementación de un proyecto. Los donantes y los consultores propenden a asumir una actitud arrogante...y producen un efecto paralizante en el pensamiento y las iniciativas de los países receptores” (pp. 32-33).1

Yunus es un enemigo de la intervención estatal, faceta de su pensamiento que empieza a asomar cuando dice: En un mundo que proclama la superioridad de la economía de mercado y de la libre empresa, el dinero internacional de ayuda sirve para expandir el gasto público y suele actuar contra los intereses de una economía de mercado (p.36). Por otra parte, sostiene que toda ayuda internacional para el desarrollo debería tener como objetivo eliminar directamente la pobreza y que la noción misma de desarrollo debería referirse a un cambio concreto en la situación económica de la mitad más pobre de la población, que se

 

  

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mida el desarrollo económico según el ingreso real por habitante de la mitad más pobre de la población. (p.37). Su visión es que otorgar crédito a los pobres es buen negocio:

En el Grameen nunca dejamos de afirmar que los pobres son solventes; que es posible hacerles préstamos según una óptica comercial y generar beneficios, que los bancos pueden y deben estar al servicio de los desheredados de la tierra; y que dejando de lado toda forma de altruismo, pueden perfectamente hacerlo por interés. (pp. 41-42).

En el centro de su concepción de la vía para la superación de la pobreza está la autoasistencia y su oposición a toda forma de caridad individual, social e internacional. Se pregunta si uno debe dar dinero a los mendigos en la calle y contesta:

“Dar dinero dispensa, a fin de cuentas, de afrontar el verdadero problema. Al entregar una suma ridícula uno cree haber hecho algo y se siente bien. Pero se ha dejado intacto el problema. Dar limosnas no es ninguna solución; extenderle un billete es invitarlo a largarse para que nos deje tranquilos. Desde el punto de vista del beneficiario, la caridad puede tener efectos desastrosos. En muchos casos, desmotiva al mendigo, que ya no tiene la voluntad ni las ganas de salir adelante. En todos los casos, la mendicidad priva al hombre de su dignidad, incita a la pasividad. Este ejemplo a nivel individual ilustra perfectamente lo que ocurre a nivel mundial con la ayuda internacional. La dependencia de la ayuda crea un entorno favorable para los gobiernos que se han especializado en negociar cada vez mayores ayudas.

Yunus lleva estas ideas, fundadas en la ética del trabajo y que muchos en la izquierda comparten, a extremos que lo hacen rebasar a los neoliberales por la derecha. Por ejemplo, sostiene que las verdaderas soluciones para la atención a la salud y la educación son vía el mercado: “que cada uno tenga ingresos que le permitan acceder a cuidados médicos. La ‘gratuidad’ de las prestaciones sólo es una añagaza que nos aparta de los verdaderos problemas. Sin embargo, mientras los pobres no dispongan de medios suficientes, parece lógico que la educación y la salud estén asegurados mediante una cotización social” (pp.282-283). Pero no sólo cree que el mercado lo puede resolver todo, sino que ha llevado al Grameen por esa vía, creando un seguro de salud en el cual el afiliado paga 3 dólares por familia al año, menos de 3 centavos por consulta y precios reducidos en medicinas y estudios de laboratorio (es claro que no hay hospitales, ni cirugías, ni tratamientos costosos como quimioterapias). Dice Yunus que en los primeros tres años de operación recuperó 60 por ciento de los gastos erogados, pero que espera recuperar hasta 90 por ciento en los próximos años, y añade: Si podemos organizar este sistema como una mutual nacional (o internacional), podremos constituir una empresa poderosa, competitiva y viable, por completo al servicio de la población (282-284).

¿Es el Grameen una empresa capitalista o una cooperativa? Yunus señala que los banqueros comerciales, responsables sólo frente a sus accionistas, deben maximizar sus beneficios y que en el Grameen

también somos responsables frente a nuestros accionistas. Pero, con la excepción de 8 por ciento de nuestras acciones, que posee el gobierno (en febrero de 2010 ya era de 5 por ciento), nuestros accionistas son nuestros clientes. En este sentido nos parecemos más a una

 

  

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banque mutuelle de Francia o a una sociedad de crédito e inversión inmobiliaria del Reino Unido. Un banco comercial mide su éxito según sus beneficios y dividendos. Nosotros también nos preocupamos de garantizar un buen rendimiento a nuestros clientes-accionistas, pero se trata la mayoría de las veces de servicios materiales, en particular de vivienda y de mejoría de nivel de vida. Además podemos beneficiarlos con reducciones de nuestras tasas de interés (p.142). (Véase la página del Grameen: www.grameen-info.org).

En otro capítulo, Yunus muestra el carácter ambiguo del Grameen, que en parte es una sociedad anónima pero también en parte es una empresa del Estado, en el cual dice que, en 1997, había logrado que el consejo de administración nombrara al director general de la empresa (Yunus) pero no al presidente del consejo, puesto que seguía en manos del gobierno. No he podido verificar si esto ha cambiado. Del consejo de administración, formado por 13 miembros, nueve son representantes de los clientes, es decir son mujeres analfabetas, que para viajar y asistir a las reuniones del consejo deben romper la regla del Purdah (reclusión forzosa en su domicilio de todas las mujeres adultas, de prevalencia universal en Bangladesh). Hasta donde parece, el sistema de gobierno del Grameen es totalmente vertical y autoritario: Yunus decide todo. Es éste el rasgo que lo aleja de ser una cooperativa. Las auténticas cooperativas (no las falsas, como fue Excélsior durante mucho tiempo) están gobernadas democráticamente por sus propios trabajadores, que son sus propietarios. No es el caso de Grameen, porque no está gobernado democráticamente por sus trabajadores, que no son sus propietarios. Es una figura sui generis que podría asemejarse a una caja mutualista, pero que está presidido por su fundador, cuyos propósitos son, al parecer, auténticamente diferentes que la acumulación de riqueza. Yunus es una especie de filántropo liberal. El Banco Grameen obtiene importantes ganancias anuales, pero no parece ser éste el rasgo dominante del mismo. En la gráfica se aprecian dos cosas: la obtención casi continua (aunque con fuertes fluctuaciones) de ganancias y la solidez de su situación financiera, porque en casi todos los años sus préstamos están casi cubiertos por sus depósitos.

1 Todas las citas del pensamiento de Yunus están tomadas de su libro: Hacia un mundo sin pobreza, Editorial Andrés Bello, Barcelona, 1998.

 

  

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Abril 

02 DE ABRIL DE 2010

Otros mundos son posibles/ III COOPERATIVAS MONDRAGÓN: LA DEMOCRACIA ECONÓMICA ES VIABLE

Erik Olin Wright, destacado sociólogo izquierdista de EU, en la introducción del libro Emancipatory Real Utopias (Utopías reales emancipatorias, de muy próxima aparición) dice que hubo un tiempo en que:

“tanto los críticos como los defensores del capitalismo creyeron que ‘otro mundo era posible’. Generalmente se le llamaba ‘socialismo’. La mayor parte de las personas en el mundo de hoy, especialmente en las regiones desarrolladas, han dejado de creer en esa posibilidad. El capitalismo reina triunfante y el pesimismo ha remplazado el optimismo de la voluntad que Gramsci dijo una vez era esencial para transformar el mundo”.

Así introduce Wright el propósito de su libro: “contribuir a reconstruir el sentido de posibilidad del cambio social emancipatorio, investigando las posibilidades reales de instituciones radicalmente diferentes que puedan potencialmente adelantar los propósitos igualitarios históricamente asociados con la idea del socialismo”. Para ilustrar de qué se trata todo esto, el autor proporciona cuatro ejemplos de utopías reales: la presupuestación participativa de Porto Alegre, Brasil; Wikipedia; las Cooperativas Mondragón (CM), y el Ingreso Básico Incondicional. Dice que las CM demuestran la falsedad de la sabiduría prevaleciente de que “en una economía de mercado, las empresas cuya propiedad y administración está en manos de los trabajadores sólo son viables si son pequeñas y la fuerza de trabajo es homogénea. Podrán llenar nichos en la economía capitalista, pero no

 

  

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serán capaces de producir bie- nes complejos con tecnología intensiva en capital, para lo cual se requieren relaciones de poder jerárquicas y relaciones de propiedad capitalistas”. Lo marcado en cursivas se puede expresar también diciendo que, según la sabiduría prevaleciente, la democracia económica es incompatible con la producción industrial moderna.

Otro profesor universitario de EU, David Schweickart, que ha dedicado toda su vida intelectual a escribir sobre las alternativas al capitalismo, en After Capitalism (“Después del capitalismo”: Rowman & Littlefield Publishers, Nueva York, 2002) toma la Democracia Económica (DE) como el elemento central de lo que podrá ser la sociedad poscapitalista. Para Schweickart, la DE tiene tres elementos esenciales, el segundo de los cuales comparte con el capitalismo: 1. control democrático por los trabajadores de todas las empresas productivas; 2. el mercado como mecanismo principal de interacción entre empresas y de éstas con los consumidores; 3. control social de la inversión. Para mostrar la viabilidad del control de los trabajadores, Schweickart se refiere a las cooperativas de madera chapada en el noroeste de EU, a las 20 mil cooperativas de producción que existen en Italia, a las CM que son más productivas y más rentables que las empresas capitalistas, y a otras experiencias. Dice Schweickart que:

“No es sorprendente que las empresas autoadministradas por los trabajadores sean eficientes. Puesto que el ingreso de éstos está atado directamente a la salud financiera de la empresa, todos los trabajadores tienen un interés en seleccionar buenos administradores. Puesto que la mala administración no es difícil de detectar para quienes observan de cerca y sienten rápidamente sus efectos, la incompetencia no se tolera por mucho tiempo. Aún más, puesto que los individuos tienen interés de asegurarse que sus compañeros de trabajo trabajen eficazmente y en no aparecer ellos mismos como flojos, se requiere menos supervisión”.

El autor presenta la experiencia de las CM como la prueba empírica más cercana de que la DE funciona. Cuenta así la historia de lo que sucedió. En 1943, el “cura rojo” (José María Arizmendiarrieta) que apenas se salvó de ser ejecutado por Franco durante la guerra civil, consternado porque creía que Dios da a casi todos igual potencial pero ningún joven de clase obrera de Mondragón había llegado a la universidad, fundó en dicho pueblo (del País Vasco español) una escuela para niños de la clase obrera, estructurada para promover la maestría técnica y los valores sociales y espirituales. Once de sus primeros 20 estudiantes lograron graduarse de ingenieros. En 1956 cinco de ellos con otros 18 trabajadores establecieron, a instancias del cura, una cooperativa para fabricar estufas y calentadores. En 1958 se estableció otra cooperativa para fabricar máquinas-herramientas. En 1959, otra vez a instancias de Arizmendiarrieta, se estableció un banco cooperativo (Caja Laboral), lo que resultó ser una innovación decisiva, dice Schweickhart, pues el banco se convirtió en el punto central del sector cooperativo, proveyendo capital y experiencia técnica a las cooperativas que deseaban expandirse y a las que deseaban afiliarse. La Corporación Mondragón (su nombre oficial actual) se expandió más allá del pueblo, narra Schweickhart, y desarrolló una amplia gama de estructuras de apoyo: varias instituciones educativas, entre ellas una universidad técnica (Eskola Politeknoia), institutos de investigación (Ikerlan e Ideko), una organización de seguridad social (Lagun Aro) y una cadena de tiendas para el consumidor (Eroski). Schweickhart valora así el estado actual de CM:

 

  

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CM es hoy el poder económico dominante en la región vasca de España. Su división de bienes de capital es líder en máquinas herramientas de corte en toda España y en igual situación se encuentra la división que fabrica refrigeradores, lavadoras y lavavajillas. Ikerlan es la única empresa de investigación que cumplió las especificaciones técnicas de la NASA y, por tanto, pudo realizar un proyecto en el trasbordador espacial Columbia en 1993. La Eskola Politeknoia es considerada por muchos como el mejor instituto técnico de España. En pocas palabras, tenemos aquí una corporación comparable en tamaño y en sofisticación tecnológica a una empresa multinacional capitalista, pero que tiene una estructura interna radicalmente diferente. Esta corporación cooperativa, propiedad de los trabajadores y administrada por ellos, es en esencia una federación de cooperativas, cada una propiedad plena de sus trabajadores. Los trabajadores de cada cooperativa eligen, en la asamblea general anual, a su mesa directiva que a su vez nombra a los administradores y elige delegados al Congreso de CM, en el cual se evalúa el plan para las CM que, una vez aprobado, es obligatorio para todas las cooperativas. Éstas en lo individual pueden disolver su contrato de asociación con CM si así lo desean, pero ninguna lo ha hecho nunca, ya que las ventajas de pertenecer superan con mucho las restricciones impuestas a la autonomía de la cooperativa: escalas salariales, diferenciales de ingreso permisibles, porcentajes de las ganancias a ser reinvertidas en la corporación o en la comunidad (p.67).

Más allá de los impresionantes logros de CM (algunas cifras se presentan en la gráfica), importa destacar que en comparación con la “economía descalza” (para usar una expresión de Manfred Max-Neef) que promueve el Banco Grameen como vía para superar la pobreza más extrema (véanse las entregas del 19 y 26 de marzo), la vía de las Cooperativas Mondragón es una forma radicalmente distinta de superar la pobreza en general (no sólo la extrema) y además transformar el mundo. La experiencia de las CM deja en claro que la “economía controlada por los pobres” no tiene que ser una economía descalza que sólo produzca en condiciones precarias artículos de baja calidad para pobres. La evaluación más amplia de la experiencia de las CM la dejamos para la próxima entrega.

 

  

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09 DE ABRIL DE 2010

Otros mundos son posibles/IV QUÉ LOGRAN Y QUÉ NO LOGRAN LAS COOPERATIVAS MONDRAGÓN

Para entender por qué las Cooperativas Mondragón (CM), cuya historia y descripción inicié en la entrega anterior (2 de abril), han sido tan exitosas, David Schweickart (After capitalism, Rowman & Littlefield Publishers, Nueva York, 2002) dice que es necesario considerar los valores y la visión que inspiraron a José María Arizmendiarrieta (su creador). A éste, conocido como el cura rojo, profundamente involucrado con la justicia social y crítico del capitalismo y del socialismo soviético, le preocupaba el peligro de que la cooperativa se volviese un egoísta colectivo, interesada sólo en el bienestar de sus miembros. David Schweickart cita al cura rojo: Nuestro propósito es más que opciones simples para el mejoramiento individual. Si la empresa cooperativa no sirve para más, el mundo del trabajo tiene el derecho a escupir en nuestras caras. El objetivo externo más explícita y operativamente incorporado en las CM ha sido la creación de empleo, lo que contrasta con las empresas trasnacionales. Schweickart da el ejemplo de General Electric, que en los recientes 15 años triplicó ventas y ganancias al tiempo que reducía su empleo de 435 mil a 220 mil personas.

Para intentar responder a la pregunta sobre si las CM responden todavía al ethos de su fundador, y para no dar una imagen demasiado color de rosa, Schweickart acude a la bibliografía crítica de las CM, en particular al libro de Sharryn Kasmir, titulado el Mito de Mondragón.1 ¿Qué mito quiere destruir la autora?, se pregunta Schweickart y decide empezar por verificar qué es lo que no es mítico acerca de las CM. Kasmir no niega que éstas han sido económicamente exitosas incluso en periodos recesivos: entre 1976 y 1986, la Región Vasca perdió 150 mil empleos pero el de las CM aumentó en 4 mil 200. Incluso en la crisis de principios de los años 90, en la cual la tasa de desempleo abierto en la Región llegó a 25 por ciento, y en la cual el empleo industrial de las CM se redujo en

 

  

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2 mil personas, el empleo conjunto de las CM no se redujo. Casi nunca, dice Schweickart, algún miembro de las CM pierde su empleo. Por tanto, concluye, lo que no es mítico de las CM es su éxito económico y la seguridad laboral que provee. Tampoco es un mito que las CM son más igualitarias que sus contrapartes capitalistas (la gama de variación máxima de las percepciones en la mayoría de las empresas que forman las CM es de 4.5 a 1) o que sus miembros puedan ejercer algún control real sobre las condiciones que los afectan. Otra diferencia es que la inversión está mucho más atada a la Región que en una empresa capitalista, ya que los trabajadores no votarían en favor de trasladar las instalaciones a otra parte del mundo pues quedarían desocupados (sin embargo, véanse gráficas sobre empleo y plantas en otros países).

El mito que la autora quiere desmentir es la imagen de un lugar en el cual todos ven a los demás como sus iguales, donde los trabajadores están contentos con su trabajo y participan activamente en el proceso cotidiano de decisiones. En la amplia bibliografía sobre Mondragón hay una tendencia a transmitir esta imagen y a presentar las CM como alternativa a la lucha de clases y al socialismo, lo cual Kasmir objeta con razón, dice Schweickart. En su trabajo de campo, la autora encontró que 80 por ciento de los trabajadores contestó que no a la pregunta de si siente que trabaja como si la empresa fuese suya, pero sólo 10 por ciento dijo que preferiría trabajar en una empresa privada.

Mondragón no ha resuelto el problema del trabajo alienado, señala Schweickart, y añade que no podemos esperar que lo haga mientras siga siendo una isla cooperativa en un mar capitalista, cada vez más competitivo. La presencia de la alienación capitalista y de algunas prácticas que van contra la visión de Arizmendiarrieta (como la contratación de personal temporal y de tiempo parcial) no debe cegarnos a dos formidables lecciones que pueden derivarse del éxito económico de las CM, concluye Schweickart:

Primero, que las empresas, incluso las muy sofisticadas, pueden ser estructuradas democráticamente sin pérdida de eficiencia. Segundo, un sector eficiente y dinámico puede florecer sin capitalistas. No son capitalistas los que administran las CM. No son capitalistas los que proveen el talento empresarial. No son capitalistas los que proveen el capital para el desarrollo de nuevas empresas o la expansión de las existentes. Pero estas tres funciones son las únicas funciones que la clase capitalista ha desempeñado. La historia de Mondragón sugiere de manera fuerte que ya no necesitamos capitalistas...” (pp. 70-71).

Recibí un correo electrónico de José Remus Galván, profesor de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, especialista en el tema del cooperativismo, en el que me proporciona información muy interesante sobre Irízar, que era una de las cooperativas integrantes de las CM (y que se independizó recientemente; dice Remus: Tanto han rebasado el marco de las CM, que el año pasado se salieron del grupo) y sobre un libro que describe y explica su filosofía. Se trata de una larga entrevista a Koldo Saratxaga, creador de esta empresa autogestionaria, que desde su título plantea la dicotomía entre empresas gestionadas de manera jerárquica a modo de una orquesta sinfónica y empresas que funcionan como bandas de jazz, en las que sus componentes son capaces de tocar varios instrumentos y gozan de libertad para improvisar (Luxio Ugarte, ¿Sinfonía o Jazz? Koldo Saratxaga y el modelo Irízar: un modelo basado en las personas, Ed. Granica, Barcelona, 2004).

 

  

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Cedo la palabra a José Remus. Irízar fabrica autobuses de lujo y es uno de los líderes mundiales del ramo. Tiene una planta en Querétaro, amén de otras en China, India, Marruecos, etc. A Koldo no le gusta el término recursos humanos, ni siquiera el de trabajador: para él todos son personas a quienes hay que escuchar, y una de sus claves es mucha comunicación (incluso han modificado la planta física para crear espacios de reunión junto a la línea de ensamble), asambleas semestrales o anuales (que aprendió en el 68), que todos se sientan imbuidos y partícipes de un proyecto futuro. Trabajan con una pirámide de decisiones casi aplanada, pues son los equipos multidisciplinares autogestionarios los responsables y quienes toman muchas decisiones (a la manera en que toca un conjunto de jazz, más que un estilo de control por partituras), y por tanto relega a un papel secundario las herramientas administrativas. Koldo plantea que para repartir de manera equitativa los rendimientos anuales no se necesita ser cooperativa, sino basta que haya reglas internas que así lo enuncien. En Irízar no hay controles de asistencia ni de puntualidad ni reloj checador. Koldo es crítico de la gran mayoría de las cooperativas tradicionales de Mondragón, que en poco se apartan de la cultura empresarial capitalista. Se me acabó el espacio. Irízar es, en sí mismo, otro mundo posible.

1 The Myth of Mondragon: Cooperatives, Politics, and Working-Class Life in a Basque Town, Sunny Press, Albany, 1996.

 

  

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16 DE ABRIL DE 2010

Otros mundos son posibles/ V WRIGHT MUESTRA CRECIENTES ANTINOMIAS EN COOPERATIVAS MONDRAGÓN

En su extraordinario libro Visualizando utopías reales1, Erik Olin Wright explora diversas vías para superar el capitalismo. Una de ellas es la economía cooperativa de mercado. Dice que la visión emancipatoria alternativa al capitalismo más antigua es la de empresas propiedad de sus trabajadores. Ya que el capitalismo se inició expropiando a los trabajadores de sus medios de producción y contratándolos como trabajadores asalariados, señala, la forma más directa de deshacer esta expropiación es creando empresas propiedad de los trabajadores. En el siglo XIX, añade, el movimiento cooperativista estuvo animado por una ideología anticapitalista y constituyó la idea central de lo que Marx (se le olvida Engels) ridiculizó como corrientes del socialismo utópico. Marx, continúa, tuvo una actitud ambigua respecto del cooperativismo. Por una parte en el Manifiesto Comunista (1848, otra vez olvida a Engels) lo descalificó como “experimentos menores, inevitablemente abortivos”. En cambio, en el Manifiesto Inaugural de la Asociación Internacional de Trabajadores (1864), Marx considera el movimiento cooperativista como un triunfo obrero más importante que la reducción de la jornada de trabajo a 10 horas:

“Pero estaba reservado a la economía política del trabajo el alcanzar un triunfo más completo todavía sobre la economía política de la propiedad. Nos referimos al movimiento cooperativo y, sobre todo, a las fábricas cooperativas creadas, sin apoyo alguno, por la iniciativa de algunas ‘manos’ audaces. Es imposible exagerar la importancia de estos grandes experimentos sociales (ya no los califica como experimentos menores) que han mostrado con hechos, no con simples argumentos, que la producción en gran escala y al nivel de las exigencias de la ciencia moderna, podía prescindir de la clase de los patronos; han mostrado también que no era necesario a la producción que los instrumentos de trabajo estuviesen monopolizados y sirviesen así de instrumentos de dominación y de explotación contra el trabajador mismo; y han mostrado, por último, que lo mismo que el trabajo esclavo y el trabajo siervo, el trabajo asalariado no es sino una

 

  

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forma transitoria inferior, destinada a desaparecer ante el trabajo asociado que cumple su tarea con mano voluntaria, mente presta y corazón gozoso” (Carlos Marx y Federico Engels, Obras Escogidas, Tomo I, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Moscú, p. 395; he combinado esta traducción con la de inglés citada por Wright).

Marx pensaba que el poder capitalista mantendría al cooperativismo dentro de límites estrechos:

“Para emancipar a las masas trabajadoras, la cooperación debe alcanzar un desarrollo nacional.... Pero los señores de la tierra y los señores del capital se valdrán siempre de sus privilegios políticos para defender y perpetuar sus monopolios económicos. Muy lejos de contribuir a la emancipación del trabajo, continuarán oponiéndole todos los obstáculos posibles...la conquista del poder político ha venido a ser, por lo tanto, el gran deber de la clase obrera” (Ibid. p. 396)

Wright muestra la escasísima importancia de las cooperativas en Estados Unidos (véase gráfica para el mismo hecho en México) y procede a analizar la experiencia de Cooperativas Mondragón (CM), considerada la experiencia mundial más exitosa de cooperativas propiedad de los trabajadores, para valorar las perspectivas de las cooperativas en un mundo dominado por el capitalismo, advirtiendo de entrada que las cooperativas exitosas tienden a convertirse en empresas capitalistas convencionales, contratando trabajadores que no son miembros de la cooperativa. Wright describe la historia y la organización de Mondragón. (Al respecto véase Economía Moral del 2 y el 9 de abril, que aborda estos aspectos de CM.) En lo que sigue reseño el análisis crítico de este autor. La estructura de gobierno de CM es una mezcla de democracia representativa (los trabajadores eligen a los consejos directivos y a los administradores) y democracia directa (en asambleas se toman algunas decisiones estratégicas), mientras las cooperativas individuales están unidas en una confederación de unidades soberanas que pueden desvincularse de CM.

Como se podría prever, señala, esta organización “está cargada de contradicciones y tensiones; entre rendición democrática de cuentas a las bases y la autonomía de los administradores; entre las decisiones descentralizadas y la coordinación centralizada; entre los principios solidarios entre cooperativas y el interés de las cooperativas individuales; entre un compromiso, basado en una solidaridad social amplia, con las comunidades vecinas, y el bienestar corporativo de los miembros de las cooperativas”. Wright narra que, para los críticos de izquierda, dentro de cada una de estas antinomias Mondragón parece cada vez más una corporación capitalista, mientras sus defensores sostienen que, a pesar de estas tensiones, los trabajadores-propietarios siguen teniendo el control democrático de las estrategias generales.

Las dudas sobre la trayectoria a largo plazo de CM se han intensificado en los años recientes porque desde mediados de los años noventa CM adoptó una estrategia dinámica de expansión fuera de la Región Vasca, comprando empresas capitalistas e incorporándolas como subsidiarias, en España y en otros países. Los líderes de CM creen que por las presiones de mercado asociadas a la globalización, esta estrategia es necesaria para la sobrevivencia de CM, pero ello ha llevado a intensificar los componentes capitalistas de la corporación. En 2007, señala Wright, ya sólo 40 por ciento de los trabajadores eran miembros cooperativistas, y el resto eran asalariados, por lo cual los miembros propietarios de las cooperativas se han convertido colectivamente en

 

  

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empleador capitalista de los trabajadores de las empresas subsidiarias, generando una profunda tensión con los principios cooperativistas.

Wright termina su examen de CM explorando vías que, al resolver esta antinomia, le permitirían a Mondragón consolidarse como modelo de economía cooperativa de mercado: 1) convertir a los empleados de las subsidiarias en miembros-propietarios de CM, opción que líderes y miembros actuales no consideran muy factible por la ausencia de confianza y solidaridad (esenciales en una cooperativa) con los trabajadores extranjeros; 2) convertir las subsidiarias foráneas en cooperativas administradas por sus propios trabajadores, mismas que mantendrían una alianza estratégica con CM; Wright tampoco encontró opiniones favorables para esta vía; 3) estimular la formación de sindicatos fuertes en estas subsidiarias, solución que conllevaría reconocer, señala, el carácter híbrido de CM y las dificultades de una forma organizacional única en una corporación globalizada. Por lo pronto, dice Wright, CM ha adoptado una actitud bastante hostil hacia los sindicatos en sus subsidiarias. Es claro que Marx tenía razón sobre los estrechos límites del cooperativismo en un mundo capitalista.

1 Envisoning Real Utopias, Verso, Londres (en prensa, anunciado para junio próximo); el manuscrito completo se encuentra disponible en pdf en la página electrónica del autor: www.ssc.wisc.edu/~wright

 

  

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23 E ABRIL DE 2010

Homenaje a Peter Townsend en El Colegio de México1 DOS PUBLICACIONES RECIENTES PRESENTADAS DAN UN PANORAMA DE SU

OBRA

Fallecido en junio del año pasado a los 81 años de edad, Peter Townsend fue, sin duda, el científico social más importante del Siglo XX en los temas de pobreza y política social, además de un incansable luchador social en Gran Bretaña y en el mundo, por las causas de los condenados de la tierra (para usar la expresión de Franz Fanon). Su obra escrita es gigantesca, como se aprecia en la gráfica. Ayer en El Colegio de México se rindió homenaje a este ser humano ejemplar, con presentaciones de Armando Bartra, Luis Arizmendi, Araceli Damián y quien esto escribe. Para nuestras intervenciones, la mayoría de nosotros nos apoyamos en dos obras recientes que muestran la impresionante magnitud y la extraordinaria calidad de la obra escrita que Townsend nos legó. Por una parte, en el número 19 (Invierno 2009-2010) de la revista Mundo Siglo XXI (CIECAS-IPN), que dirige Luis Arizmendi, el cual dedica la mitad de su contenido a Townsend. Recoge trabajos del propio director, de Pablo Yanes, de Araceli Damián y de Julio Boltvinik, la mayor parte de ellos derivados del homenaje que se le rindió en la UACM en octubre pasado, e incluye la traducción de su artículo seminal “El significado de la pobreza” (British Journal of Sociology, 1962), en el cual desarrolla, por primera vez de manera sistemática, su concepción relativa de la pobreza que lo ha inmortalizado2. La otra obra presentada ayer es el Peter Townsend Reader (Policy Press, Gran Bretaña, 2010, 678 pp.), impresionante colección de 58 textos de Townsend que comentaré en la próxima entrega.

Pablo Yanes, en su artículo en Mundo Siglo XXI, comenta la propuesta de Townsend del ingreso infantil universal (IIU) y subraya algunas contribuciones contenidas en el Manifiesto internacional de acción contra la pobreza suscrito por Townsend y Gordon3.

 

  

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Yanes comenta que la propuesta del IIU, contenida también en el Manifiesto, la ha hecho ya realidad en Japón el gobierno del nuevo primer ministro Yukio Hatoyama, por la cual cada niño o niña recibirá desde su nacimiento hasta cumplir 15 años alrededor de 3 mil 200 dólares anuales. Yanes destaca también la propuesta de un impuesto a las transacciones monetarias internacionales que financiaría el IIU y la de regular internacionalmente a las empresas trasnacionales. En su artículo, Arizmendi sitúa a Townsend como el liberal más progresista del siglo XX, autor de la concepción y medición liberal de la pobreza más avanzada del debate mundial sobre el tema, que se contrapone al cinismo del Banco Mundial, y como el crítico liberal más serio del neoliberalismo. El autor aborda y analiza también su propuesta de IIU.

Araceli Damián hace una revisión crítica de los principales aportes metodológicos de Townsend en materia de pobreza y política social. La autora recupera (y comenta) muy interesantes materiales de Townsend incluidos en el folleto preparado por Alan y Carol Walker (él, compañero de lucha de Townsend en materia de discapacidad y especialista en gerontología social) para el servicio religioso fúnebre en honor de Peter Townsend celebrado en Londres el 19 de noviembre de 2009. Entre los materiales se incluyen extractos de su diario. Son textos que muestran a un Townsend más radical y más crítico que la imagen usual. Por ejemplo, dice la autora:

“Miembro de un Estado imperialista, estaba conciente de la injusticia provocada por la explotación de las colonias. En 1953 (a los 25 años de edad) escribió en su diario: “en la actualidad el nivel de bienestar en Gran Bretaña está subsidiado por la gente en nuestras colonias. ¿No deberían tener mayor consideración sus reclamos que los nuestros? El derecho a liberarse de la necesidad no tiene fronteras geográficas... pero hemos rechazado los derechos de los habitantes del este de áfrica, mientras pontificamos los nuestros”.

A finales de los años cincuenta, continúa la autora, Townsend advertía del error cometido por la izquierda al aceptar la tesis de que el crecimiento económico permitiría superar la pobreza sin tocar los privilegios de grupos económicos hegemónicos. La autora ahonda en las metodologías de medición de la pobreza desarrolladas por Townsend y critica el desenlace final de sus propuestas en un método absolutamente relativista de medición del ingreso, adoptado por la Unión Europea y la OCDE, que define la línea de pobreza como un porcentaje arbitrario de la media o mediana del ingreso de los hogares. La autora muestra que el propio Townsend criticó severamente este método por la arbitrariedad al elegir el porcentaje, al cual la autora añade que el método puede llevar a identificar una baja en la pobreza como resultado de una severa crisis y muestra que la aplicación de este método relativista a México llevaría a una línea de pobreza mucho más baja que la usada por el gobierno federal hasta el 9 de diciembre del año pasado. La autora también muestra las deficiencias (y el minimalismo) del método actualmente aplicado por los seguidores de Townsend (con la colaboración de él mismo), y que se ha llamado el método de los “pobres de verdad” porque identifica como pobres sólo a quienes, además de estar debajo de la línea de pobreza relativista, muestran privación en un número (arbitrario) de indicadores de estilo de vida.

Éste es el tema central de otro ensayo de mi autoría incluido en la revista, que analiza y discute el rumbo de la investigación sobre la pobreza en Gran Bretaña derivado de las aportaciones de Townsend. La última parte de este escrito es la traducción del texto leído en el homenaje a Townsend realizado en Londres el 20 de noviembre de 2009. Ahí les

 

  

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propuse, lo que causó cierta inquietud y generó un debate posterior por Internet, que corrigieran el rumbo de su investigación sobre la pobreza, para honrar la memoria de Townsend, mediante, al menos, lo siguiente: 1) Convertir el enfoque de presupuestos familiares normativos en la base de la definición de la línea de pobreza (abandonando el arbitrario e inconsistente procedimiento del 50 o 60 por ciento de la media o la mediana del ingreso). 2) Rescatar el amplio concepto de recursos de Townsend y añadirle el tiempo libre disponible. 3) Abandonar el criterio de intersección de la pobreza y sustituirlo por un índice integrado por hogar que considere tanto los recursos como la privación directa, en la cual la satisfacción de las necesidades depende de otras fuentes de bien-estar.

1 Suspendo por el momento la serie “Otros Mundos son Posibles” para dar espacio a este homenaje.

2 El lector puede leer este importante trabajo en la revista (que se vende en las librerías de La Jornada, Gandhi y la de Siglo XXI Editores) o una ficha sobre este trabajo incluida en mi “Collage impresionista de contribuciones de Townsend”, que antes de quedar incluido en la revista publiqué en Economía Moral del 9 y 16/10/2009.

3 La propuesta del IIU de Townsend puede verse en el número 15 de Mundo Siglo XXI (Invierno 2008-2009, pp. 5-22), que fue casi la última publicación del autor. El Manifiesto se puede leer en español en las pp. 427 a 430 de Julio Boltvinik y Araceli Damián (coordinadores) La pobreza en México y el mundo. Realidades y desafíos, Siglo XXI Editores, 2004.

 

  

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30 DE ABRIL DE 2010

Homenaje a Peter Townsend en El Colegio de México/ II CIRCULA YA VOLUMEN QUE RECOGE UNA PARTE DE SU PRODUCCIÓN

INTELECTUAL

Fotografía cortesía de Mundo Sigo XXI, Revista del CIECAS-IPN

Aunque no lo pude presentar con el detalle merecido en el homenaje a Townsend realizado en El Colegio de México la semana pasada, el Peter Townsend Reader (Policy Press, Bristol, Gran Bretaña, 2010, 678 pp.) es una colección de extractos seleccionados de su gigantesca y valiosísima obra escrita. Como mostré en la gráfica de la entrega anterior (23/4/10), la obra de Townsend, sin contar los escritos clasificados como “menores” en el folleto que contiene su lista completa de publicaciones, asciende a 461 escritos (libros, capítulos de libros y artículos), lo que arroja un promedio anual de 7.9 publicaciones sostenidas durante 59 años1. De esta manera, los editores del Townsend Reader (Reader en adelante), que publica extractos de 58 escritos escogidos en un único volumen, tenían el reto enorme de elegir de una biblioteca completa material para un volumen único. Esta desproporción explica la decisión de no incluir textos completos, sino extractos. Otro enorme problema deriva de la diversidad temática de su obra, pues no hay ya en el mundo enciclopedistas (como él lo fue en el campo de lo social) que conocieran a fondo toda su obra, por lo cual se decidió que fuese no uno, sino siete los editores. El Reader se empezó a planear en 2008, con motivo del cumpleaños 80 de Townsend, estando él vivo y contando con su participación activa. Alan Walker, autor de la (muy breve) introducción general al volumen y editor de dos de las ocho secciones en que se dividió el Reader, dice:

 

  

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Peter Townsend fue uno de los más grandes científicos sociales del mundo. Su carrera se extendió por siete décadas, en las cuales no sólo fue muy prolífico, sino que escribió en diferentes estilos para una amplia variedad de públicos: desde revistas científicas y libros hasta periódicos y escritos de campaña. Sin importar a qué público se dirigiese, escribió siempre con belleza, con claridad de cristal y sin asomo de vanidad. Este volumen reúne, por primera vez, una selección de sus escritos de todo el amplio espectro de su destacada carrera.

Los extractos de los 58 escritos incluidos se clasifican en ocho secciones: sociología y política social; del estado de bienestar al bienestar internacional; pobreza; desigualdad y exclusión social; políticas y desigualdad en salud; adultos mayores; discapacitados; y justicia social y derechos humanos. La lectura de las breves y excelentes introducciones escritas por los editores de cada sección, que seleccionaron los textos y los extractos de cada uno de ellos, proporcionan una excelente idea de las posturas y contribuciones de Townsend en cada uno de estos campos temáticos. Proveer un panorama general de toda esta amplia obra en Economía Moral requeriría muchas entregas. Me limitaré a transmitir algo de la muy profunda impresión que me ha causado leer uno de sus primeros escritos.

La sección sobre pobreza comienza con el artículo “Pobreza: 10 años después de Beveridge”, escrito por Townsend en 1952, a los 24 años de edad. El informe Seguridad social y servicios asociados, conocido como el Informe Beveridge por el apellido de su autor, publicado en 1942 por el Parlamento Británico, se proponía reforzar el desarrollo de la seguridad social y fijar los montos de sus pagos basándose en estándares de subsistencia. El muy joven Townsend no sólo muestra en este artículo aplomo y gran capacidad crítica, sino además un amplio conocimiento de escritos clásicos en campos disciplinarios distintos a los de antropología y sociología en que se formó. Así, cita la Riqueza de las naciones de Adam Smith (1776) para argumentar, desde sus 24 años, en contra de la idea de que es posible encontrar un estándar absoluto de subsistencia:

“Por bienes necesarios entiendo no sólo los que son indispensables para el sustento de la vida, sino todos aquellos cuya carencia es, según las costumbres del país, algo indecoroso para las personas de buena reputación, aun entre las clases más bajas.”

El joven investigador creía que el punto de partida para encontrar un estándar de subsistencia adecuado es “averiguar qué ha sido considerado como un estándar mínimo de consumo en alimentación, vestido y vivienda, y cómo los pobres realmente asignan sus ingresos en estos rubros”. Cita a Adam Smith intuitivamente, pero aún no ha desarrollado su concepto de estilos de vida socialmente acostumbrados como base de su concepto de pobreza y, por ello, a todo lo largo de este escrito insiste en que hay que observar cómo gastan sus ingresos los hogares de más bajos ingresos para poder definir los estándares de subsistencia. Aún no se percataba de que los patrones de gasto que determinan los estilos de vida acostumbrados son los de hogares no pobres (y no los de los pobres).

El escrito es el de un joven que piensa en múltiples direcciones, con enorme creatividad pero con ambigüedad. Por ello en la parte final del escrito se percata que el debe no puede derivarse del es, incluso si uno se mantiene en el concepto de subsistencia (en vez del de estilo de vida): “Saber lo que la gente realmente gasta no explica lo que debería gastar”, dice.

 

  

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Rompe sus dudas para proponer añadir algunos bienes y servicios que Beveridge no incluyó en el estándar de subsistencia:

“Hay un fuerte argumento para añadir algunos rubros como timbres postales, corte de cabello, lavandería, anticonceptivos, toallas sanitarias, algunas suscripciones, jabón y otros materiales de limpieza a la lista usualmente ya incluida en el estándar (vestido, combustible y gastos diversos del hogar), sobre la base de que ocupan un lugar consistente en el presupuesto familiar (de los hogares de bajos ingresos) y de que, de acuerdo con estándares convencionales, también pueden concebirse como necesarios.”

Y esta importante afirmación la complementa con la siguiente frase, que prefigura el enfoque de satisfactores necesarios socialmente percibidos actualmente dominante en la medición de la pobreza en Gran Bretaña: “En última instancia las decisiones deben basarse en puntos de vista contemporáneos acerca de las condiciones mínimas de vida que resultan tolerables en la comunidad”, es decir, de una valoración socialmente prevaleciente. En la cita en letra pequeña vemos que las dos condiciones mencionadas (presencia en el presupuesto de los hogares pobres y ser elementos convencionalmente necesarios) ocupan el mismo lugar, cuando sólo la segunda es una condición necesaria, puesto que algunos rubros considerados convencionalmente necesarios tendrían que estar ausentes en los hogares de bajos ingresos, pues de otra manera ninguno de ellos sería pobre. Entre este primer escrito y su obra magna (1979), Townsend avanzaría muchísimo, pero ya estaban aquí, en germen, las ideas que habría de desarrollar a lo largo de casi 60 años de su comprometida y enormemente creativa vida.

1 El folleto (67 pp) se titula Peter Townsend, Complete List of Publications, 1948-2008) clasifica la obra en “menores”, y al resto les llama “papers” y los clasifica, según su importancia, de cero a tres asteriscos. Aunque no es una bibliografía comentada, en algunas referencias se añade una nota (a veces larga). En www.bris.ac.uk/poverty/Background_files/townsend%20publications%2048-08.pdf se puede bajar en pdf.

 

  

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Mayo 

07 DEMAYO DE 2010

Otros mundos son posibles/ VI WIKIPEDIA: EJEMPLO DE IGUALITARISMO RADICAL DEMOCRáTICO

Entre las utopías reales que Erik Olin Wright describe en su libro1, incluye la de Wikipedia, La enciclopedia libre, disponible en www.wikipedia.org/ en 10 idiomas principales (con al menos medio millón de entradas) y decenas de otros idiomas, pero con amplitud de coberturas desiguales: la más amplia en inglés, con la impresionante cantidad de 3.3 millones de entradas o artículos, mientras en español es de 594 mil, en catalán de 240 mil y en aragonés de 21 mil. No sólo tienen diferente números de artículos, sino que los contenidos son diferentes: Wikipedia en español no es la traducción de Wikipedia en inglés. Compárense dichas cifras con una enciclopedia tradicional impresa, en la cual el número de entradas (por ejemplo la Enciclopedia Salvat en español que tiene 20 tomos), calculado de manera muy gruesa, es de alrededor de 160 mil. Un wiki es, según Wikipedia, un sitio web en el cual los usuarios pueden crear, modificar o borrar un mismo texto que comparten. (Véase gráfica.)

Wikipedia es quizás, dice Wright, el mejor ejemplo del potencial anticapitalista de la tecnología de la información en general y del Internet en particular. Los principios fundamentales de organización de Wikipedia no son simplemente no capitalistas, sino claramente anticapitalistas, insiste Wright, quien identifica cuatro:

1) Relaciones no mercantiles: contribuciones no pagadas y acceso gratuito. A nadie se le paga por escribir en Wikipedia e incluso mucho del trabajo técnico también es voluntario. A nadie se le cobra por el acceso a sus millones de entradas y no hay propaganda comercial en sus páginas, lo que significa que Wikipedia no percibe ingresos ni ganancias. Los gastos que se requieren para su operación provienen de la Fundación Wikimedia que se financia, en parte, de contribuciones de usuarios. Es decir, Wikipedia produce valores de uso gratuitos a partir del valor de uso de la fuerza de trabajo gratuita que moviliza.

 

  

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2. Participación plena, abierta e igualitaria. Wikipedia otorga derechos plenos de edición a cualquiera que desee unirse a la redacción o modificación de contenido. Quedan en pie de igualdad, dice Wright, una persona con doctorado que un estudiante culto de preparatoria. Se elimina el papel de los expertos credencializados, central en el proceso convencional de redacción y edición. El número de editores ha sido de centenares de miles.

3. Interacción directa y deliberativa entre colaboradores. Las contribuciones y la toma de decisiones las hacen directamente los editores voluntarios. Los artículos de Wikipedia, dice Wright, tienen un ciclo de vida: empiezan como una entrada minimalista y en el proceso de maduración se realizan una serie de ediciones que eventualmente convergen en un equilibrio en el cual el artículo permanece casi estático y completo. En la página de discusión anexa a los artículos se registra la interacción entre los editores y se puede reconstruir la historia de su escritura. En opinión de Wright, el esfuerzo de colaboración masiva de creación de un artículo es un proceso de formación de consenso. En la versión en inglés de Wikipedia el promedio de revisiones archivadas por artículo es de 90.

4. Gobernanza democrática y dictaminación. En su origen todos los wikipedistas (usuarios) eran administradores editoriales, pero debido a que el vandalismo y otras travesuras aumentaron con la notoriedad de la enciclopedia, se fue desarrollando una especie de cuasi-estructura administrativa en la cual los usuarios pueden adquirir diferentes niveles de responsabilidad organizacional. Comenta Wright que éste es uno de los más interesantes aspectos del desarrollo de Wikipedia como un diseño institucional de utopía real: la emergencia y evolución de mecanismos adecuados de control social y dictaminación.

Hay actualmente, continúa, cuatro niveles administrativos de usuarios: editores, administradores, burócratas y controladores, pero los privilegios asociados a estos niveles se refieren a la limpieza de la enciclopedia (pueden proteger y eliminar páginas y bloquear a otros editores), pero no a la producción de su contenido. El estatus de administrador se otorga a quien haya sido un colaborador activo por varios meses y esté familiarizado y respete la política de Wikipedia. Los administradores no son empleados de la fundación. Los burócratas se encargan de revisar los procesos de postulación y aprobación de candidatos a administradores y si hay consenso (al menos de 70 por ciento) de los usuarios, le adjudican el nombramiento. El nombramiento de burócratas y controladores se hace por procedimientos similares. Una de las funciones claves de estos niveles de administradores es resolver conflictos que se presentan, sobre todo en artículos cuya temática es polémica, como el conflicto árabe-israelí. Se promueve la resolución de los desacuerdos entre editores mediante el diálogo entre ellos. Si no se logra, se nombra un administrador neutral para mediar. Si persiste el conflicto, se lleva a la última instancia, que es el comité de arbitraje, cuyos miembros son nombrados por Jimmy Wales, cofundador de Wikipedia y presidente emérito de la Fundación Wikimedia, sobre la base de consultas a usuarios. Como comenta Wright: “A este último nivel de control, el proceso de Wikipedia contiene un elemento residual, pero importante, de poder no democrático”.

Las críticas a Wikipedia se centran en la supuesta baja confiabilidad de los artículos, lo que deriva, en primer lugar, de la inexactitud de artículos escritos por amateurs y del hecho que los debates los gane el argumento más ruidoso y no necesariamente el más razonado e informado. Pero también hay problemas en temas muy polémicos y cuando existe distorsión deliberada de la información para denigrar o enaltecer a alguien o algo, lo

 

  

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que incluye editores pagados por las trasnacionales para favorecer sus posturas. Dice Wright que, según algunos estudios, la frecuencia de errores en Wikipedia no es más alta que en otras enciclopedias más respetadas. Sin embargo, en respuesta a este problema (real o percibido), se han lanzado, narra Wright, otras enciclopedias en Internet, de las cuales las más interesantes, en su opinión, son el Citizendium creado por Larry Sanger, cofundador de Wikipedia, que busca introducir supervisión experta amable para dar más confiabilidad a artículos también contribuidos por voluntarios, y Knol, lanzado por Google, que busca generar ingresos con anuncios pagados de los cuales derivaría una retribución para sus autores. En un caso se pierde la democracia radical (al reinstalar la autoridad del experto) y en el otro se elimina el carácter voluntario del trabajo al ofrecerle la zanahoria de la retribución.

1 Envisoning Real Utopias, Verso, Londres (en prensa, anunciado para junio próximo); el manuscrito final se encuentra disponible en pdf en la página electrónica del autor: www.ssc.wisc.edu/~wright/

 

  

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14 DE MAYO DE 2010

Pobreza del pensamiento sobre la pobreza MESA REDONDA EN NORUEGA, EL PAÍS MáS RICO DEL MUNDO

Bergen es una pequeña ciudad (250 mil habitantes) en la costa del Mar del Norte de Noruega, en la famosa zona de los fiordos, definidos en Wikipedia como un valle excavado por un glaciar que luego ha sido invadido por el mar, dejando agua salada. Normalmente son estrechos y están bordeados por empinadas montañas que nacen bajo el nivel del mar. Se forman cuando un glaciar llega al mar y se derrite. Esto deja a su paso un valle, que queda inundado por el mar al retirarse el hielo. Suelen ser largos, estrechos y de gran profundidad. Además de los fiordos, Bergen es famosa por haber sido la cuna del más importante compositor Noruego, Edvard Grieg (1843-1907). Noruega, a su vez, es el país mejor clasificado en el índice de desarrollo humano (IDH) del PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) y lo ha sido desde que se calcula el índice y también cuando éste se calcula hacia atrás, a 1980. En los años recientes, sin embargo, este fenómeno se explica en gran medida por uno de los tres indicadores que conforman el IDH, el PIB por persona, rubro en el cual Noruega, por ser una potencia petrolera, está muy por arriba de casi todos los países. En cambio, no es el mejor situado (aunque sí uno de los mejores) en esperanza de vida al nacer y en educación (los otros dos indicadores del IDH). Pero no es sólo el tamaño del pastel Noruega (con Suecia, Japón y Dinamarca) tiene los niveles de desigualdad del ingreso más bajos del mundo: coeficientes de Gini de alrededor de 0.25, contra 0.48 en México.

Este miércoles tuvo lugar en Bergen, probablemente la ciudad más rica de éste, el país más rico del mundo, una singular mesa redonda sobre la pobreza con el título Pobre

 

  

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pensamiento: desafiando las narrativas dominantes de investigación sobre la pobreza, conducida por un reconocido periodista local con la participación del destacado filósofo Thomas Pogge, de la Universidad Yale; de Karen O’Brien, de la Universidad de Oslo; de Bob Deacon, de la Universidad de Sheffield; de Victoria Lawson, de la Universidad de Washington, y de quien esto escribe, de El Colegio de México. La mesa redonda fue convocada por CROP (acrónimo en inglés de Investigación Crítica sobre Pobreza), que es un programa de investigación internacional sobre la pobreza creado en 1992 por el Consejo Internacional de las Ciencias Sociales, vinculado a la UNESCO, y por la Universidad de Bergen. La misión de CROP es trabajar para construir conocimiento independiente, alternativo y crítico sobre la pobreza y políticas para prevenirla y erradicarla. Con una misión así, no debe extrañar el nombre con el cual fue convocada la mesa redonda. En el póster que la anunció se pregunta cuáles son las fallas de las narrativas dominantes sobre la pobreza y cuáles las alternativas, cuáles son los temas, perspectivas y marcos de referencia que pueden ayudar a cambiar los términos del debate.

Bob Deacon dijo, con gran lucidez, que:

en los 20 años perdidos de neoliberalismo global, en el contexto del desarrollo, la política social quedó relegada a un enfoque de red residual de protección. Esta política se focalizó sólo hacia los más pobres de los pobres trabajando con el supuesto erróneo de que la cuestión de la pobreza podría resolverse sin abordar la cuestión de la equidad, la inclusión social y el papel del Estado en la promoción de un desarrollo que beneficiara a todos los grupos sociales. En el contexto de la crisis económica se ha vuelto imperativo romper este paradigma de la política global sobre la reducción de la pobreza y (re)construir los estados de bienestar desarrollistas y un enfoque universalista de la política social.

Thomas Pogge, el filósofo convertido en luchador social, que entre otras muchas batallas ha librado una formidable contra las cifras de pobreza del Banco Mundial (BM), mostró que 1) La evolución de la pobreza en el mundo a largo plazo, entre 1981 y 2005, depende mucho de la línea de pobreza (LP) que se utilice. Si se usa la ‘oficial’ del BM de 1.25 dólares (de paridades de poder adquisitivo: ppa) por persona al día, la pobreza en los 25 años baja 27 por ciento; si se usa una LP de dos dólares, la pobreza aumenta en uno por ciento, y si usa una de 2.5 dólares, aumenta en 13 por ciento. Como se ve, tres diagnósticos totalmente diferentes según la LP utilizada: mientras más baja, más optimista el resultado y más favorable para el capitalismo neoliberal. En los tres casos la población total en pobreza sería, respectivamente, en 2005 de 1.38 miles de millones (mm); de 2.56 mm con la LP de 2 dólares y de 3.08 con la de 2.50. 2). Las LP oficiales del BM han venido bajando en términos reales, mientras se pretende dar la impresión opuesta: que han estado subiendo. La verdad es que en términos de poder adquisitivo de 2009, la LP original de un dólar, que se utilizó entre 1990 y 1997, era de 1.99 de hoy; la de 1.08, utilizada entre 2000 y 2008, era de 1.60 de hoy, y la de 1.25 que se usa ahora equivale a una de 1.37 hoy. Al bajar la LP real, el BM simula que la pobreza está bajando, con lo cual añade la mentira abierta y descarada al cinismo que, ya de por sí supone ofrecer a casi la mitad de la población del mundo una perspectiva apenas de sobrevivencia animal, que es para lo que alcanzarían tales líneas de pobreza paupérrimas.

En mi intervención, señalé que la concepción de la pobreza, su medición y las políticas recomendadas para combatirla por el BM reflejaban, todas, el título de la mesa redonda:

 

  

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la pobreza del pensamiento y la acción del BM sobre la pobreza. Señalé que, para empezar, la utilización de una sola variable, ingreso monetario, para concebir y medir un fenómeno de carácter multidimensional reflejaba el pauperismo intelectual de la institución. Ejemplifiqué con dos familias: una que manda a sus hijos a la escuela y tiene un ingreso por persona menor a la LP; la otra manda a sus hijos a trabajar a una mina y a sus hijas a un burdel y obtiene un ingreso por arriba de la LP. La primera es pobre y la segunda no, de acuerdo con la pobre manera de medir la pobreza por parte del BM. Expliqué que la pobreza es multidimensional y que sólo considerando todas sus dimensiones la podemos evaluar correctamente. Expliqué, por último, que la política de lucha contra la pobreza que el BM ha estado recomendando, y obligando a los países (a través de condicionantes a sus créditos y a los del FMI) a adoptar, que consiste en transferir recursos monetarios exclusivamente a los pobres extremos, a la que se refirió Bob Deacon, y que trata de minimizar las erogaciones públicas, ha mostrado durante ya mucho tiempo en muchos países del mundo que no funciona; que se cometen muchos errores de exclusión (dejar a pobres extremos sin la transferencia) y muchos errores de inclusión (otorgarla a quien no es pobre extremo); y que además rompe el tejido social al incluir a unos y excluir a otros, ya que estos últimos se sienten excluidos de la comunidad a la que pertenecían. Hubo preguntas muy elaboradas de un público adulto muy interesado y enterado, lo que dio lugar a otra vuelta de intervenciones por los integrantes de la mesa, que puso fin a esta insólita mesa redonda, en uno de los lugares más ricos del mundo, sobre la pobreza del pensamiento sobre la pobreza de instituciones tan ricas como el BM.

 

  

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21 DE MAYO DE 2010

Pobreza y permanencia del campesinado/ I EL CAPITALISMO AGRÍCOLA NECESITA A LOS CAMPESINOS

En sus diversos estudios sobre la pobreza rural en el mundo, el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (IFAD, por sus siglas en inglés) señala que alrededor de mil millones de habitantes del medio rural son pobres, aunque estas cifras claramente subestiman la pobreza como lo mostré con el análisis que hace Thomas Pogge de las cifras del Banco Mundial (similares a las del IFAD) en la entrega anterior (14/05/10).

Sabemos que la mayor parte de los pobladores rurales del mundo son pobres. Tenemos que explicar por qué la mayor parte de los habitantes del medio rural (que viven en hogares encabezados por campesinos o jornaleros rurales) son pobres. Las respuestas convencionales giran en torno de las graves limitaciones de recursos de los campesinos, lo que se traduce en bajos niveles de producción y, por tanto, en reducidos ingresos o bien en que están sujetos a diversas formas de explotación. Sin embargo, esta explicación convencional tendría dificultades para explicar por qué “1.7 millones de las 2.6 millones de granjas existentes en EU tenían ingresos inadecuados para un estándar de vida aceptable y cuya sobrevivencia dependía claramente de su acceso a ingresos de otras fuentes”.1 Además, estos campesinos y granjeros pobres han desafiado los vaticinios de izquierda y derecha que los desaparecían de la faz de la tierra como tales:

 

  

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“La concepción clásica del desarrollo del capitalismo en la agricultura sostiene que, al igual que en la industria, la estructura de clases del agro tendería a polarizarse; la producción mercantil simple tendería a desaparecer: se desarrollarían relaciones capitalistas de producción entre una burguesía agraria y un proletariado rural... el futuro agrario sería de grandes fincas manejadas por granjeros capitalistas que utilizarían métodos de producción intensivos en capital y emplearían trabajadores sin tierra. Casi cien años después, la historia ha falsificado esta noción: en Europa, las grandes fincas han decrecido en importancia. La unidad típica de hoy [1981] es la granja familiar. El proletariado rural ha decrecido, no sólo en número absoluto, sino como proporción de la fuerza de trabajo. En los seis países originales de la Comunidad Económica Europea en 1966-67, sólo 14 por ciento de la fuerza de trabajo era no familiar o contratada. En EU el porcentaje de la fuerza de trabajo en el empleo agrícola total ha fluctuado alrededor de 25 desde 1910 sin mostrar tendencia a crecer... el proletariado agrícola actual es básicamente de tiempo parcial: estudiantes, amas de casa, etcétera, llevados a la agricultura en periodos pico como las cosechas. El grupo de proletarios agrícolas de tiempo completo es sorprendentemente pequeño: por ejemplo era de sólo 670 mil personas en EU en 1972.”2

Éstos son los dos temas que me propongo abordar en esta serie de entregas: pobreza y sobrevivencia de las unidades familiares, campesinas en el tercer mundo y campesinas o granjeras en el primero. Dos fenómenos que plantean desafíos conceptuales y prácticos fundamentales. Revisaré para ello la bibliografía internacional y nacional pertinente. En el número 18 (otoño 2009) de la magnífica revista Mundo Siglo XXI, que dirige Luis Arizmendi y publica el CIECAS del Instituto Politécnico Nacional, publiqué el articulo “Esbozo de una teoría de la pobreza y la sobrevivencia del campesinado”, que justo aborda estos dos temas, el segundo de ellos en polémica con Armando Bartra. Esta polémica se desarrolló en las páginas de La Jornada en 2007 y la narro en el artículo mencionado. Desde la publicación del artículo de Mundo Siglo XXI, he leído trabajos que formulan explicaciones alternativas de la sobrevivencia campesina desde la perspectiva de obstáculos al desarrollo del capitalismo en la agricultura, que me propongo examinar. Mi esbozo de teoría tesis es:

La pobreza campesina está determinada por la estacionalidad agrícola que se manifiesta en requerimientos de trabajo desiguales en el año y concentrados en la siembra y cosecha (véase gráfica) y por el hecho que en el capitalismo los precios incorporan (como costos) sólo los salarios de las jornadas efectivamente laboradas y pagadas. Al concurrir los productores campesinos con empresas capitalistas en los mismos mercados, y actuar en ellos como tomadores de precios, los precios de sus productos sólo pueden remunerar los días efectivamente trabajados. Es decir que el costo social de la estacionalidad es absorbido por los campesinos con pobreza permanente que los convierte en proletarios errantes en busca de ingresos adicionales.

Si la predicción sobre la transformación y concentración de las unidades familiares agrícolas en unidades capitalistas se hubiese cumplido, no tendríamos que explicar ni la pobreza ni la sobrevivencia campesina: los campesinos habrían dejado de existir. Durante el debate con Armando Bartra fui descubriendo que la teoría que había formulado para explicar la pobreza campesina también daba cuenta de su sobrevivencia, lo que me llevó a la tesis radical de que “el capitalismo no puede existir en forma pura en la agricultura: sin la oferta campesina de mano de obra estacional [barata, habría que añadir] la agricultura capitalista sería imposible. No habría (casi) nadie dispuesto a trabajar sólo durante las cosechas. Por tanto, la permanencia de la agricultura campesina hace posible

 

  

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el agrocapitalismo” (p.39, artículo citado). Es decir, la agricultura campesina no sólo es funcional, sino indispensable para la existencia de empresas agrícolas capitalistas. Pero el campesino sólo se verá obligado a vender estacionalmente su fuerza de trabajo (y estará dispuesto a venderla barata) si es pobre: los granjeros ricos en EU se pueden pasar (y se pasan) bebiendo cerveza los periodos en los que no hay trabajo en la agricultura. Es decir, el capitalismo agrícola sólo puede existir en simbiosis con campesinos pobres, dispuestos a (y urgidos de) vender su fuerza de trabajo algunos días al año. Una teoría que explique la sobrevivencia campesina debe explicar también su pobreza. Mi tesis es, sin embargo, asimétrica: si bien los capitalistas no podrían vivir sin los campesinos, éstos mejorarían muchísimo sin los capitalistas. Ello es así porque, como dije antes, cuando están presentes empresas capitalistas en el mercado, los precios de los productos agrícolas sólo reflejan los costos de mano de obra efectivamente erogados. Para el capital la fuerza de trabajo es un costo variable: sólo paga los días contratados. Para la economía familiar campesina, en cambio, es un costo fijo: tiene que proveer siempre por la reproducción de la fuerza de trabajo familiar, trabaje o no. En un mercado agrícola donde todos los oferentes fuesen unidades familiares (o cooperativas con responsabilidad moral por la vida de sus integrantes y los familiares de éstos), los precios agrícolas reflejarían el costo de reproducción de la fuerza de trabajo durante todo el año y, por tanto, serían mucho más altos que los actuales. La causa más generalizada de la pobreza campesina en el mundo habría desaparecido.

1 Susan Archer Mann, Agrarian Capitalism in Theory and Practice, University of North Carolina Press, Chapel Hill, 1990. p. 142.

2 Göran Djurfeldt, “Classical Discussions of Capital and Peasantry: A Critique”, en John Harriss (Ed.), Rural Development. Theories of Peasant Economy and Agrarian Change, Routledge, Londres, 1992, p. 139.

 

  

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28 DE MAYO 2010

Pobreza y permanencia del campesinado/ II EL DEBATE SOBRE LA CUESTIÓN DE LA PERMANENCIA

Frank Ellis dice que el debate central en el trabajo teórico Marxista sobre el campesinado se refiere a la sustentabilidad o persistencia de las formas campesinas de producción dentro del modo de producción capitalista dominante” e identifica dos líneas opuestas de razonamiento sobre dicha persistencia. Por una parte, la posición Marxista clásica que planteó Lenin (1967) y que consiste en que

“las presiones que las relaciones capitalistas de producción ejercen sobre los campesinos resultarán, inevitablemente, en su desaparición como forma específica de producción... por la diferenciación social, los campesinos se desintegrarían en dos clases sociales: la de los agricultores capitalistas y la de los trabajadores asalariados rurales. Las razones de ello son múltiples: la adopción diferencial entre agricultores individuales de prácticas mejoradas de cultivo, el abandono forzado de sus tierras por parte de campesinos incapaces de competir en el mercado, la pérdida de la tierra por hipotecas vencidas y la creciente contratación de trabajadores asalariados por parte de los agricultores exitosos” 1

La línea de razonamiento opuesta, dice Ellis, es que la producción agrícola familiar, de la cual el campesinado es el principal tipo, tiene una lógica interna que le permite resistir las presiones de las relaciones de producción capitalista y reproducirse indefinidamente. Entre los componentes de esta línea analiza: a) la capacidad de los campesinos, dado su control sobre los medios de producción, especialmente la tierra, de proveer a sus

 

  

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necesidades de reproducción simple; b) las normas sociales de las comunidades campesinas centradas en la reciprocidad y no en la maximización individual de ganancias (el argumento de “economía moral” sostenido por James C. Scott); c) factores demográficos opuestos a la concentración de la tierra debido a su subdivisión en las herencias; d) la capacidad de los campesinos para sobreponerse a las presiones del mercado, aumentando la cantidad de trabajo invertido en la producción (o capacidad de los campesinos para la auto-explotación); e) rasgos, naturales o técnicos, específicos de la agricultura que la hacen poco atractiva para el capital (como la duración del ciclo productivo, la variabilidad del clima, riesgos más altos de fracasos productivos, dificultades de supervisión); f) ventajas funcionales para el capitalismo de dejar la agricultura en manos campesinas (por ejemplo, alimentos más baratos, menor riesgo), ligadas a las razones d) y e). (p. 52).

El autor señala que el modelo del muy famoso populista ruso Alexander Chayanov es una de las teorías no Marxistas de esta línea de razonamiento. A reserva de analizar con el cuidado que se merecen las ideas originales de este populista, anotemos que Ellis señala que Chayanov explica la ausencia de acumulación desigual entre campesinos por el hecho mismo que la acumulación está fuera de sus motivaciones, que se reducen a la satisfacción de necesidades de la familia y, por tanto, a la reproducción simple. Pero Ellis también encuentra en el pensamiento Marxista dos razones para la persistencia campesina consistentes con la lógica del capitalismo y del mercado. En primer lugar, la no acumulación en la economía campesina puede ocurrir no por la falta de motivación al respecto entre los campesinos, sino porque las relaciones de producción capitalistas empujan a los campesinos todo el tiempo a la reproducción simple a través de la captura (mediante diversos mecanismos) de cualquier excedente generado y por la desvalorización del trabajo campesino derivada de las innovaciones que disminuyen el precio de los bienes agrícolas. Ambos factores pueden describirse, siguiendo a Henry Bernstein, como un “estrujón hacia la reproducción simple” que el mercado impone a los campesinos. En segundo lugar,

“...se ha argumentado que algunos aspectos de la producción agrícola son incómodos para las relaciones de producción capitalistas, lo que desestimula el avance del capitalismo en la agricultura. El principal factor es la duración del ciclo productivo agrícola comparado con el tiempo en el cual el trabajo es empleado productivamente, lo que refiere al patrón estacional de uso del trabajo (que el trabajo del hogar es aplicado desigualmente a lo largo del año). Para la producción capitalista esto plantea el dilema de o bien pagar trabajo asalariado permanente que no se necesita todo el tiempo, o depender de las incertidumbres y la desorganización social del trabajo migratorio” (Ellis, op. cit. pp. 53-54).

En este párrafo Ellis cita un artículo de Susan Archer Mann y James A. Dickinson2 cuyos contenidos se conocen en la bibliografía como la tesis Mann-Dickinson y del cual, por su importancia, hablaré en detalle en esta serie de entregas. En un importante libro editado por John Harriss sobre desarrollo rural y economía campesina3, se cita este artículo así: “Mann y Dickinson han buscado explicar esto [la no prevalencia de las grandes unidades capitalistas de producción en la agricultura] en términos de la teoría Marxista del valor. En efecto, como veremos en próximas entregas, el artículo de estos autores se apoya principalmente en los libros II y III de El Capital y en los Grundrisse. Por lo pronto, veamos la concepción de Vergopoulos de la unidad agrícola familiar y sus relaciones con el capital:

 

  

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“la agricultura familiar es la forma más exitosa de producción para poner a disposición del capitalismo urbano el máximo volumen de trabajo excedente. También constituye la forma más eficiente de contener los precios de los productos agrícolas. El campesino que trabaja para sí mismo no necesariamente se considera a sí mismo un capitalista o un empresario cuyas actividades dependen de la obtención de una tasa positiva de ganancia. Por el contrario, a pesar de ser la cabeza de la unidad agrícola, se considera (la mayor parte de las veces) como un simple trabajador que tiene derecho a una remuneración que sólo le asegura su sustento. Aún más, en el contexto de la economía familiar no surge el problema de la renta de la tierra... Para los capitalistas, la agricultura familiar contemporánea no constituye un espacio económico que deba ser penetrado y conquistado, sino un todo ‘exótico’ que debe ser sometido como tal”. (K. Vergopoulos, “Capitalism and peasant productivity”, Journal of Peasant Studies, Vol.5, N° 4, 1978, pp. 446-465, citado en Harriss, op. cit. pp. 119-120).

Harriss pone en duda la validez general de las formas familiares de producción al hacer notar que en Asia y América Latina la mayor parte de las unidades familiares son unidades agrícolas marginales, a las cuales define como unidades que no son adecuadas para proveer al sustento de las familias que las operan. (En México ocurre lo mismo, véase gráfica en la que campesinos de infrasubsistencia equivalen a los marginales de Harriss.) Añade que estas unidades marginales pueden continuar existiendo y proveer la base para el profundo atrincheramiento del capital comercial y usurero (op. cit. p. 120). Note el lector que hay aquí una petición de principio en la forma en que define las unidades marginales, sin explicar por qué lo son. Justamente por ello sostuve (ver entrega 21/05/10) que pobreza y persistencia del campesinado tienen que explicarse juntas.

1 Frank Ellis, Peasant Economics. Farm Households and Agrarian Development, Cambridge University Press, 1996, pp. 51-52.

2 “Obstacles to the Development of a Capitalist Agriculture”, Journal of Peasant Studies, Vol.5, N° 4, 1978, pp. 466-481.

3 Rural Development. Theories of Peasant Economy and Agrarian Change, Routledge, Londres, 1992.

 

  

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Junio 

04 DE JUNIO DE 2010

Pobreza y persistencia del campesinado / III DJURFELDT DEBATE CON KAUTSKY

Djurfeldt dice que el no cumplimiento del pronóstico Marxista clásico consistente en que la agricultura se volvería totalmente capitalista, no debe ser considerado un golpe mortal para una versión no mecanicista, no determinística, del materialismo histórico. Debemos asumir el reto, añade, de confrontar el desarrollo estructural real de la agricultura occidental con tal pronóstico para encontrar los supuestos injustificados subyacentes en él, reemplazarlos con otros mejor fundados y derivar las consecuencias para un nuevo enfoque del materialismo histórico sobre la cuestión agraria. En el artículo que hoy reviso, Djurfeldt busca contribuir a renovar la discusión al respecto.1 Es dudoso, sin embargo, que Marx haya sostenido tal pronóstico incumplido (véase cita al final).

La expectativa clásica sobre la concentración de la tierra, señala, estaba fundada en las economías de escala supuestamente presentes en las grandes unidades. Esta concentración traería consigo una revolución en las fuerzas productivas que expulsaría de la producción a los campesinos y los convertiría en asalariados. A pesar de la capacidad de resistencia campesina, lo más que lograrían sería posponer el avance del capitalismo pero no lo podrían evitar. Sin embargo, esta tenacidad campesina no podría explicar, sostiene Djurfeldt, que desde finales del siglo XIX, las grandes fincas perdieran

 

  

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importancia, mientras las unidades medianas aumentaban la suya y las pequeñas se fragmentaban. A estas tendencias Djurfeldt añade una muy importante para esta serie de entregas:

...hay una tendencia en los grandes latifundios a dividir parte de su tierra en parcelas y asentar en ellas a sus trabajadores generando así sus propias colonias laborales. Este proceso tiene una contraparte en varios países, por ejemplo el British Small-holding Act de 18922 y similares en Dinamarca y Suecia. Ésta es una manera de disminuir el costo del trabajo en una empresa capitalista, que en tiempos más recientes ha sido el propósito específico de las reformas agrarias de varios países de América Latina. Cuando tienen su propia tierra, los trabajadores reproducen su fuerza de trabajo en ella (sic), y por tanto el capitalista no necesita pagarles el valor completo de su fuerza de trabajo3 (que es igual a sus costos de reproducción)4... En los términos más generales, podemos decir que una clase agraria (los campesinos pobres), quienes por definición poseen tierra insuficiente para reproducirse de manera independiente, y que por lo tanto se ven forzados a emplearse por un salario, está atada de esta manera a los campesinos ricos o a los latifundistas, mientras éstos dependen de la explotación de trabajadores asalariados o de aparceros (pp. 141-142).

Este magistral párrafo muestra que el capitalismo puro es imposible en la agricultura y, aunque Djurfeldt no lo hace explícito, el carácter estacional del trabajo agrícola es el hilo conductor implícito. También muestra que el capitalismo necesita campesinos pobres para que cumplan su función de proveedores de mano de obra barata y, habría que añadir, estacional. Aquí parecería estar ratificando la tesis que sostuve en la primera entrega de esta serie [21/05/10]: el capitalismo agrícola sólo puede existir en simbiosis con campesinos pobres, dispuestos a (y urgidos de) vender su fuerza de trabajo algunos días al año. Sin embargo, polemizando con Karl Kautsky (quien habría dicho que el problema para las grandes explotaciones es la escasez de mano de obra; véase adelante) sostiene que el campesinado pobre no es una parte integral del concepto de modo de producción capitalista en la agricultura, sino un indicador de un proceso de reproducción atípico (p. 142) que atribuye a la crisis en la agricultura europea desatada por la competencia en el mercado internacional de granos. Sería esta crisis la que explicaría, según Djurfeldt, que las granjas capitalistas no se pudieran reproducir con fuerza de trabajo asalariada libre y la que habría llevado a que los “agricultores le dieran la vuelta a la ‘libertad’ de los trabajadores y los hubiesen asentado en la tierra” (Ibid.). Pero veamos algunas de las afirmaciones de Kautsky, en La Cuestión Agraria5 donde sostiene implícitamente que el campesinado sí es parte integral del modo de producción capitalista en la agricultura, aunque por razones demográficas:

La expansión del mercado, la posesión de capitales, no bastan por sí solas para establecer una gran explotación capitalista: lo esencial son los trabajadores... La industria urbana en los países civilizados no tiene que temer la falta de obreros, porque el proletariado va en crecimiento y suministra al capital en aumento fuerzas de trabajo en progresión continua... En la agricultura no sucede lo mismo. El trabajo en las ciudades se efectúa en condiciones que hacen al obrero incapaz para trabajar la tierra. La agricultura hoy en día no puede llenar sus vacíos con el proletariado industrial de las ciudades. Tampoco la gran explotación agrícola puede, en las circunstancias actuales, producir los obreros necesarios y conservarlos a su servicio...[Mientras] en la industria moderna la administración doméstica y la gestión de la empresa son dos cosas distintas y el obrero puede crear un hogar sin necesidad de convertirse en patrón... la agricultura no se separa apenas de la administración doméstica, pues no hay explotación agrícola sin ésta, ni

 

  

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hogar campesino regular y estable sin explotación agrícola... [En el campo] el obrero que no posee nada, pero que vive en su casa es una excepción...Los braceros con hogar propio son, por lo general, agricultores independientes, con tierra propia o arrendada y que dedican parte de su tiempo al trabajo asalariado, parte al cultivo de su propia hacienda... Tal situación no favorece la multiplicación de obreros no propietarios en el campo. Los criados, por de pronto, se ven la mayor parte de las veces excluidos del matrimonio... No mucho mejor es la situación en que se encuentran para tener descendencia los asalariados libres sin casa propia. Sólo los arrendatarios o pequeños propietarios, que unen un hogar autónomo a una explotación agrícola autónoma, son quienes están en mejores condiciones para criar muchos hijos para el trabajo... Esta producción de fuerza de trabajo disminuye donde la gran explotación se expande a expensas de la pequeña. Expropiando a los labradores se agranda una explotación, pero disminuye el número de brazos destinados a cultivarla. Este hecho por sí solo hace que, no obstante su superioridad técnica, aquélla no llegue a reinar sola en un país... En el modo de producción capitalista no debemos esperar ni el fin de la gran explotación agrícola ni el de la pequeña. [Al respecto Kautsky cita un artículo de Marx de 1850 en el que éste dice]: la agricultura debe moverse continuamente en este ciclo de concentración y fraccionamiento de la tierra en tanto subsistan en general las relaciones burguesas (pp. 167-173; véase gráfica con cifras de Kautsky al respecto).

1 Classical Discussions of Capital and Peasantry: A Critique (Crítica de las discusiones clásicas de capital y campesinado), en John Harriss, Rural Development. Theories of Peasant Economy and Agrarian Change, Routledge, Londres, 1992, pp. 139-140.

2 Esta Ley (Act) forma parte de un proceso legislativo de reforma agraria cuyo propósito era el de revivir las pequeñas granjas en Inglaterra. Algo similar debió ocurrir en Dinamarca y Suecia.

3 En mi artículo Esbozo de una teoría de la pobreza y la sobrevivencia del campesinado. Polémica con Armando Bartra (Mundo Siglo XXI, N° 18, Otoño 2009, p. 31), señalo algo enteramente en línea con estas frases: que Luis Cabrera, autor del proyecto de Ley Agraria de 1912 (que usaba el seudónimo de Blas Urrea), apuntaba que la dotación de ejidos a las comunidades permitiría a las medianas y grandes explotaciones una amplia disponibilidad de mano de obra barata; es decir, que concebía como complementarias a las empresas agrícolas capitalistas y la economía campesina.

4 Esta frase pone en entredicho la coherencia interna (en el sector agrícola) de la teoría del valor de Marx, ya que si se interpreta como la reproducción por todo el año, puede significar que el valor de la fuerza de trabajo sea mayor que el valor (tiempo de trabajo) que su ejercicio incorpora en las mercancías agrícolas en los días trabajados del año. Espero tratar a fondo este problema en próximas entregas.

5 (Ediciones de Cultura Popular, México, 1974; escrito en alemán en 1898). El texto proviene de la sección Falta de fuerza de trabajo del Capítulo Límites de la agricultura capitalista.

 

  

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11 DE JUNIO DE 2010

Homenaje a Bolívar Echeverría (1941-2010) / I SU TEORÍA DEL VALOR DE USO COMPLEMENTA LA TEORÍA DEL VALOR DE MARX

Homenaje al filósofo Bolívar Echeverría en la editorial Siglo XXIFoto José Antonio López

La entrega del 3 de agosto de Economía Moral empezó así:

“Creo que esta discusión entre Marxistas que no están sometidos a la idea de que hay una autoridad que definirá cuál de los dos tiene la razón, que esta posibilidad de discutir, es justamente algo que se abre en revistas como Desacatos. En este sentido, me complace mi participación en esta presentación”. “Decidir sin tutela, a partir del juicio propio: este postulado kantiano del comportamiento que debería ser propio del individuo ilustrado, sólo se vuelve realmente posible con el apogeo del Homo Legens”. Estas dos citas, que valoran altamente la autonomía del individuo, provienen del mismo autónomo autor: Bolívar Echeverría.”

Hoy Economía Moral tiene que compartir con sus lectores el dolor y el luto por la muerte (el 5 de junio) de este autónomo autor, de creatividad extraordinaria y maestro impar de muchas generaciones. El martes 8 se llevó a cabo un homenaje a Bolívar Echeverría (Bolívar en adelante) en el Foro de Siglo XXI Editores con una asistencia multitudinaria que rebasó la capacidad del local. (Véase nota de ángel Vargas en La Jornada de Enmedio del día de ayer). En él, Diana Fuentes, su asistente, narró cómo era la lucha para entrar a las clases de Bolívar en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Llegar con mucha anticipación, hacer cola y colarse lo más rápido posible para tratar de alcanzar espacio, aunque sea en el democrático suelo. ¿Habrá alguien que pueda mantener clases de Marxismo crítico al nivel de Bolívar?, me he preguntado en estos días. Otra pregunta es si el altísimo nivel del Marxismo crítico al que llegó Bolívar podrá ser mantenido en México.

 

  

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Luis Arizmendi, uno de los ex alumnos más destacados y capaces de Bolívar (director de la revista Mundo Siglo XXI una de las mejores revistas de pensamiento crítico en México), presentó ideas centrales para la comprensión del pensamiento de Bolívar. Resumo, a base de extractos, no siempre textuales, el texto de su intervención en el homenaje:

La mejor manera de rendirle homenaje a Bolívar consiste en difundir la especificidad de su contribución para el Marxismo del siglo XXI. Tres coordenadas definen esta especificidad. La primera es: Bolívar es un hijo pródigo del 68. Su Marxismo es incompresible sin el 68: la primera respuesta global, anti autoritaria, al contrasentido que el capitalismo le imprime a la modernidad volviéndola devastación. Del 68 mundial, el más radical fue el 68 alemán en el cual Bolívar formó parte del grupo de Rudi Dutschke, quien lo dirigió. Ésta es la época de la que va a nacer Bolívar, quien, oponiéndose a ella, va a hacer estallar los marcos con los que el Marxismo en el siglo XX había sido absorbido y doblegado por el mito del progreso. Nada de que el capitalismo garantiza conducirnos a niveles de vida cada vez mejores y se va a convertir espontáneamente en socialismo. Ninguna aceptación de la historia como destino. Para Bolívar, la historia de la modernidad capitalista es en sí misma la marcha de una catástrofe. Pero si ve cómo se acumulan ruinas sobre ruinas, no lo hace para hundirse en el desaliento, sino desde un paradójico pesimismo activo o esperanzador. Ve en la historia moderna no el predominio del progreso sino de la barbarie. El suyo es un discurso que prepara el renacimiento del Marxismo en el siglo XXI. Si algo vuelve su erudita obra –no estoy exagerando– la contribución más importante para el Marxismo del siglo XXI es este doble movimiento que rebasa al Marxismo hecho mito del siglo anterior y a la vez forja una comprensión de la nuestra como una era cada vez más amenazada por la combinación de progreso y devastación. La segunda coordenada: su prolífica y peculiar lectura de El Capital de Marx como una odisea en la que la modernidad se torna devastación. En su obra [y en sus clases], la Crítica de la Economía Política es leída como la prueba de que la odisea de la modernidad capitalista es la combinación interminable de progreso y devastación. Desde el capítulo primero, introduce una teoría radical de la crisis que sustenta en su innovadora concepción del valor de uso que será posicionado como el fundamento de un nuevo Marxismo: desde él se van a medir los alcances de la devastación. Heredar a Bolívar exige desarrollar esta coordenada de su pensamiento. Nada de que el Marxismo murió en la noche posmoderna. La tercera coordenada: Bolívar, haciendo del trans-capitalismo fundamento de la trans-disciplinariedad, realizó una de las más eruditas contribuciones al debate mundial de frontera en las ciencias sociales y la filosofía. No buscó saltar sino romper las fronteras entre las más diversas disciplinas al conectar autores distintos e incluso contrarios entre sí: Marx, Heidegger, Weber, Braudel, Walter Benjamín, etcétera. No se negó a las más diversas y contrapuestas interlocuciones. No hermético, sí antidogmático, siempre buscó un diálogo múltiple y abierto: economía, filosofía, antropología, historia, política, sociología, semiótica y estética, todo esto estaba allí, pero desde un mirador en el cual lo que se indaga es la afirmación del sentido para la historia o el sujeto. El avance de la historia moderna como la encarnación de macro-fuerzas que nos subordinan, es incomprensible sin la responsabilidad del sujeto: la enajenación está allí, pero siempre es elección porque la elección puede ser desenajenación que detenga la catástrofe. En el siglo XXI, Bolívar Echeverría no fue, es un rayo de luz que intenta resistir que la modernidad sea convertida en una era de oscuridad; ahora nos toca a nosotros heredarlo para que ese rayo ilumine la transformación del porvenir.

En mi intervención, puse énfasis en una de sus más importantes contribuciones que Arizmendi ubica en la segunda coordenada. Sostuve que Bolívar formuló la teoría del valor de uso que complementa la teoría del valor de Marx, llenando así un hueco de casi

 

  

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150 años, al completar la visión de los dos lados de la forma elemental de la riqueza en las sociedades en las que impera el régimen capitalista de producción. En su ensayo clave al respecto (El valor de uso: ontología y semiótica, en su libro Valor de uso y utopía, Siglo XXI editores, 1998) Bolívar presenta la tarea emprendida (que califica como reconstrucción y no como formulación teórica) como necesaria ante la disimetría del discurso de Marx:

Las páginas que siguen parten de la idea que el aporte central del discurso de Marx a la comprensión de la civilización moderna está en el descubrimiento, la formulación y el análisis crítico... del comportamiento de trabajo y disfrute que el sujeto humano mantiene con la naturaleza, constituido como una realidad contradictoria: por un lado, como un proceso de producción y consumo de ‘valores de uso’ y, por otro, como un proceso de ‘valorización del valor mercantil’ de los mismos. En término estrictamente teóricos, una concepción de lo que son los objetos de la vida práctica en su forma fundamental o ‘natural’, en su presencia como ‘valores de uso’, precede y determina necesariamente la percepción que tiene Marx de aquello que viene a contradecir este modo de ser y esa presencia: del ser para la valorización y del estar como valores que se valorizan. Una concepción implícita que sostiene todo el edificio de la crítica de la economía política. Pensamos, sin embargo, que el aporte central de Marx a una comprensión crítica de la modernidad adolece de una disimetría o unilateralidad; que las amplias y penetrantes investigaciones del proceso de acumulación del valor capitalista —de uno de los dos lados del comportamiento económico contradictorio de la sociedad moderna— no se acompañan de investigaciones similares capaces de hacerles contrapeso en el terreno del otro lado de ese comportamiento, el del ‘valor de uso’ y su reproducción. Justificamos así nuestro trabajo, como un aporte a la reconstrucción de esa concepción de la ‘forma natural’ de las cosas como ‘valores de uso’, implícita en la crítica de la economía política y sin cuyo esclarecimiento ella queda incompleta y en muchos sentidos enigmática” (pp.154-155).

Bolívar explica por qué en la época de Marx no era posible emprender esta tarea: el problema de la naturalidad de las formas sociales y de las definiciones de valor de uso sólo aparece de manera enfática en la vida real cuando el desarrollo capitalista hace estallar... los milenarios equilibrios locales entre el sistema de necesidades de consumo y el de las capacidades de producción (p. 156)

 

  

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18 DE JUNIO DE 2010

Homenaje a Bolívar Echeverría (1941-2010) / II SU DEBATE DOLOROSAMENTE INCONCLUSO CON GYÖRGY MáRKUS

Bolívar Echeverría participó en la primera presentación del Nº 23 de Desacatos que coordiné, comentando el texto de György Márkus Sobre la posibilidad de una teoría crítica. Su comentario, una vez trascrito y editado, lo traduje al inglés y se lo envié a Márkus, quien escribió una réplica. La contra-réplica que Bolívar me había prometido, no llegará. Enterado de la muerte de Bolívar, Márkus se refirió al debate entre ellos como dolorosamente inconcluso. Es un debate central entre los dos Marxistas más importantes del presente y debe difundirse. El comentario de Bolívar, después de una introducción sobre Márkus y la Escuela de Budapest de la que formó parte, empieza señalando en qué está de acuerdo con él (cito con extractos y abreviando el texto por razones de espacio, en ésta y las demás citas): Sobre la posibilidad de una teoría crítica hace referencia al fundamento de una actitud teórica crítica, las posibilidades de una ciencia crítica. Plantea que el paradigma de la producción, tal como se encuentra desarrollado en el discurso crítico de Marx, no resulta suficiente para aprehender el conjunto de los fenómenos sociales e históricos de nuestra época y que es indispensable reformularlo, incuso de manera radical. Para ello, afirma, lo importante es volver sobre la veta central del discurso crítico de Marx como discurso de la producción, que según él sería la dialéctica de las fuerzas productivas y las relaciones de producción o, dicho en otros términos, la teoría del progreso. Márkus dice que la teoría crítica de Marx es una teoría del progreso planteada desde una perspectiva que se parece mucho a la de las ciencias naturales, en la cual dicha dialéctica sería como la descripción científica de un proceso orgánico en el que una masa, en principio amorfa, constituida por las fuerzas productivas, se va dando sucesivamente, como lo hacen los crustáceos, caparazones, que serían las relaciones de producción, que primero le ayudan, y después le estorban, para crecer y que, en esa medida, son desechadas una tras otra. Así, habría una especie de sustrato, de sustancia, de esencia humana que estaría permanentemente intentando crecer y progresar y, para ello, se daría relaciones de producción.

Márkus sostiene que la teoría crítica de Marx implica otro nivel diferente de teorización en el que la noción de progreso estaría planteada de una manera diferente. Nos dice, cito: la teoría del progreso humano no es la ciencia positiva de la historia, sólo tiene sentido como parte del esfuerzo histórico práctico para darle a la historia humana el significado de progreso, es decir, para crear condiciones bajo las cuales todos los individuos puedan participar de manera efectiva e igual en las decisiones sobre el marco socio-institucional de sus vidas para vivir mejor de acuerdo con sus propios valores y necesidades. Este planteamiento del progreso no es la constatación de un hecho empírico. No es que el progreso esté allí, sino que la perspectiva crítica intenta construir la coherencia de los datos empíricos en torno a la noción de progreso, proyectando la idea de que todo ocurre para darle un sentido de perfeccionamiento a la esencia humana.

Esta perspectiva implica una posición de valor, sostiene Márkus. La teoría crítica es una teoría valorativa y la elección de valor sólo puede justificarse finalmente en la práctica, al conducir el progreso del género humano. Para Márkus no hay garantías históricas ni de su éxito ni de su fracaso. No se puede decidir a priori si la asociación de productores

 

  

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libres, la sociedad buena, terminará por imponerse sobre su contrario, la sociedad de individuos unidimensionales.

Ésta es una aproximación de Márkus con la que sin duda podemos estar de acuerdo: para el discurso crítico no se trata de atenerse a la empiria. Más bien, conforma una teoría que otorga a esos hechos determinado orden científico en referencia a la historia de la emancipación humana.

Después, y con la misma profundidad, analiza su desacuerdo con Márkus:

Aunque coincido con este planteamiento de Márkus, hay algo que me parece criticable cuando habla del destino de esta teoría en la obra de madurez de Marx. Según él, en El Capital encontraríamos una especie de regresión. Marx se comportaría como si fuera un científico que lee en la empiria el sentido de la historia y descompondría esa totalidad científico crítica que estaba sobre todo en el joven Marx. Por eso, para Márkus, la radicalización del paradigma de la producción implica un retorno al joven Marx, al de los Manuscritos de 1844. Márkus intenta –y ésta es su propuesta de radicalización– fundamentar la validez del discurso crítico conectándolo con lo que podría llamarse la expresión teórica de la existencia, en la realidad empírica, como realidad vivida, de ciertas necesidades radicales. Lo que intenta es re-fundamentar el discurso crítico volviendo a la teoría del individuo como el núcleo del descenso de la necesidad de cambio al plano de la experiencia concreta de la necesidad de la revolución.

Bolívar EcheverríaFoto María Luisa Severiano

Lo que me parece criticable en la lectura de Márkus de El Capital es que no reconoce la potencialidad del concepto de enajenación presente en esta obra, donde esta apariencia de cientificidad, este intento de parecerse a Darwin, que hay sin duda en Marx, es, para mí, precisamente eso, una apariencia indispensable. Aquí lo que está en juego es aquello que decía Walter Benjamin, que el materialismo histórico tiene siempre la razón, pero ¿por qué? Su respuesta está en su alegoría del jugador automático de ajedrez. Dice: el materialismo histórico es como ese muñeco vistoso que vence a cualquier contrincante en

 

  

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el ajedrez, pero que está él mismo manejado por un enano impresentable, escondido debajo del tablero. Es decir, la virtud del materialismo histórico no está en su apariencia ilustrada, científica, en su capacidad de enfrentarse de tú a tú con los científicos burgueses, de documentar paso a paso empíricamente lo que afirma, que sería justamente la apariencia científica de El Capital, sino, por el contrario, en la teoría de la enajenación que no es presentable en términos científicos ilustrados. Es precisamente esta teoría la que fundamenta la validez del discurso crítico de Marx, del materialismo histórico. En este sentido, la lectura de Márkus de El Capital no atrapa el núcleo de la argumentación de Marx. Para Márkus, este núcleo está en el concepto de contradicción entre fuerzas productivas modernas y relaciones de producción anticuadas, capitalistas.

Sin embargo, una lectura más minuciosa y problematizadora ubica el concepto nuclear de contradicción más bien en la relación entre la forma natural y la forma de valor de la reproducción social. Dicho de otro modo, el concepto nuclear de contradicción es el que se refiere a la contradicción valor-valor de uso. La hipótesis básica de El Capital es la que describe el proceso de producción capitalista como la unidad contradictoria del proceso de trabajo, en su forma natural, y el proceso de valorización, en la cual el primero está actualizado solamente en abstracto, de manera cuantitativa y productivista. Ésta sería la gran contradicción del capitalismo, y no la que plantea Márkus.

Esta contradicción es muy importante para el discurso crítico porque muestra que la existencia humana en su conjunto en la sociedad capitalista está sometida a una doble lógica: la del valor de uso –cualitativa o social-natural– y la de la valorización del valor, y la de la valorización se encuentra venciendo permanentemente, una y otra vez, sobre la del valor de uso. Se despliega, dice Marx, un proceso de subsunción del proceso del trabajo bajo el proceso de valorización. Ésta es la clave, el fundamento, de toda la existencia social moderna que está penetrada por esta contradicción, presente en la experiencia individual y colectiva de los seres humanos. El colmo de este proceso de subsunción estaría descrito por el concepto de enajenación que hace referencia a un estado en el cual la valorización logra subsumir incluso al propio sujeto humano. Es decir, la sujetidad humana es absorbida por el capital, y el ser humano se convierte en espectador de una sujetidad que es suya en principio, pero que está siendo suspendida en él y cumplida en lugar suyo por el capital: El capital, el sujeto sustitutivo, es el verdadero dios de la modernidad capitalista, que impone su voluntad dictatorialmente. En este sentido, entonces, la contradicción entre la forma natural y la forma valor es una contradicción que está presente en todos y cada uno de los momentos de la modernidad capitalista. No es necesario, como plantea Márkus, ir a buscar esas experiencias individuales peculiares en las cuales se presentaría esa contradicción que él plantea entre fuerzas productivas y relaciones sociales de producción.

En la próxima entrega analizaré la respuesta de Márkus a esta profunda crítica.

 

  

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25 DE JUNIO DE 2010

Homenaje a Bolívar Echeverría (1941-2010) / III MáRKUS RESPONDE A LOS COMENTARIOS DE BOLÍVAR

Márkus respondió al comentario de Bolívar, sintetizado en la entrega del 18/06/10, que conoció a través de mi traducción, con un profundo texto titulado El legado de Marx. Una respuesta”. En esta entrega parafraseo y resumo su réplica. Márkus subraya que la pregunta sobre el significado y la importancia del legado de Marx es el objeto tanto de su texto que Bolívar comentó, como del comentario de éste, y que hay mucho más en común en sus enfoques y respuestas que diferencias. Que incluso lo que aparece como diferencia central de sus puntos de vista sobre el núcleo central de la teoría crítica de Marx, que Bolívar ubica en la enajenación, mientras Márkus sitúa en la dialéctica de las fuerzas productivas y las relaciones de producción, “es prima facie inválida”, ya que él ha argumentado (en Marxismo y ‘antropología’, Grijalbo, México, 1985) que la enajenación es la categoría orientadora fundamental de la concepción de la esencia humana en su historicidad. Dice que tampoco ha negado (como argumenta Bolívar) la “potencialidad del concepto de enajenación” en El Capital y que, por el contrario ha tratado de mostrar que es fundacional para el entendimiento Marxiano del lugar histórico del capitalismo. Sin embargo, dice Márkus, sí hay una diferencia en nuestras interpretaciones de El Capital y su lugar en la obra de Marx, pero aclara que el desacuerdo no tiene nada que ver con el supuesto cientificismo positivista de dicha obra y coincide con Bolívar en que se trata sólo de una apariencia externa, dándole así razón al símil de W. Benjamin narrado por Bolívar (ver entrega anterior). En El Capital, señala, la orientación de valor fundamental de la teoría crítica de Marx se descompone en una paradójica combinación de determinismo y finalismo, lo cual desarrolló en el texto publicado en Desacatos. Explica que, sin considerar que en El Capital hay una regresión (como sugiere Bolívar), “prefiere” los escritos tempranos de Marx en cuanto a que la orientación práctica y emancipatoria de valor es más explícita, concisa y coherente. La diferencia fundamental entre nuestros enfoques y puntos de vista, continúa, radica en el papel del sujeto colectivo en la teoría crítica. Esta diferencia la encuentra en la siguiente frase de Bolívar: “No es necesario, como plantea György Márkus, ir a buscar esas experiencias individuales peculiares en las cuales se presentaría esa contradicción que él plantea entre fuerzas productivas y relaciones sociales de producción”, frase que le parece problemática porque del hecho que toda experiencia es necesariamente la de un individuo, deriva la conclusión que toda experiencia es necesariamente personalista y estrecha. Esto lo considera injustificable porque los individuos con situación y posición similar comparten mucho en cuanto a lo que experimentan y en cuanto al efecto que tales experiencias tienen en sus vidas. Y aquí Márkus critica dura (y quizás injustamente) a Bolívar. Convoco a los conocedores a fondo de su obra, como Gandler y Arizmendi, a manifestarse al respecto): “Este rechazo de la importancia del problema de la experiencia social en general y, por tanto, de la cuestión sobre el carácter histórico de la experiencia colectiva de los productores, la mayoría explotada bajo las condiciones capitalistas, en mi opinión desdeña uno de los aspectos más estables y fundamentales de la teoría crítica. A todo lo largo del pensamiento de Marx las referencias a ese agente colectivo específico permanecen como un elemento orgánico decisivo del proyecto de emancipación humana que la teoría articula e intenta servir. Y este sujeto colectivo fue siempre caracterizado, y su potencial revolucionario justificado, en referencia a la naturaleza específica de sus experiencias sociales comunales, aunque la especificación categórica de estas

 

  

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experiencias prácticas fue cambiando: las necesidades radicales de los escritos tempranos fueron esencialmente reemplazadas en los Grundrisse por capacidades necesariamente despertadas pero irrealizables bajo condiciones capitalistas, y en El Capital por intereses (reales y potenciales). Como es bien sabido, el agente colectivo de la emancipación que Marx identificó fue la clase obrera de los países industriales desarrollados.

De lo anterior, Márkus concluye que, al margen de la validez de las dudas acumuladas históricamente sobre esta identificación, no hay teoría crítica, al menos en Marx, sin la especificación del sujeto colectivo capaz de superar en la práctica las contradicciones del capitalismo. Ésta es, dice, la razón por la cual la teoría de la enajenación, a pesar de su indudable importancia, no captura el meollo de la argumentación general de Marx. Su teoría crítica no es un lamento acerca de la devastación profunda e inhumana; como teoría de la emancipación orientada prácticamente, reclama intervenir en los conflictos sociales del presente, apoyando al agente social potencial de la emancipación a adquirir la autoconciencia de sus necesidades radicales, sus capacidades suprimidas o sus intereses latentes. Es justamente este punto de vista el que se expresa en el paradigma de la producción, articulado en la dialéctica de fuerzas productivas y relaciones de producción, pues el ser humano es la fuerza productiva principal. Sobre estas bases teóricas Marx caracteriza el lugar específico del capitalismo en la historia: la sociedad de la alienación universal es, también, el durchsgangpunkt, el punto de corte, de la historia humana. El entendimiento de este lugar y de la teoría de la enajenación depende del paradigma de la producción.

Márkus aborda críticamente la concepción Marxiana de valor de uso que tiene tanta importancia en su conversación con Bolívar. Para él, la discusión del valor de uso en la obra de madurez de Marx es ambigua y, a veces, incluso contradictoria. Marx define valor de uso como “un objeto externo, una cosa, que por sus propiedades satisface necesidades humanas de algún tipo” mediante una relación directa e inmediata. Márkus muestra la tendencia de Marx a naturalizar la relación entre el ser humano y los valores de uso, a pesar de que ambos están incrustados en la historia, lo cual enfrenta graves dificultades cuando se aplica al valor de uso de la fuerza de trabajo. De entrada, resulta aquí desafortunado que Marx adscriba valor de uso a las cosas. Pero de mayor importancia le parece la cuestión de si las habilidades de trabajo de algún individuo pueden ser útiles para otros individuos. Sostiene que entre hombre y hombre no pueden existir tales relaciones de “inmediatez natural”. Y en cuanto al valor de uso de un tipo particular de capacidad de trabajo, entendido como su “productividad” para otros, Marx mismo deriva la conclusión: su productividad “es una determinación del trabajo que no resulta de su contenido, ni de su resultado, sino de su forma social definida”. Márkus finaliza diciendo que:

“Para quienes los escritos de Marx no representan meramente unos textos clásicos de interés académico, sino que consideran que su legado es todavía vitalmente importante para el pensamiento crítico, tienen que enfrentar algunas de las dificultades aquí indicadas de su teoría. Para ello, sin embargo, en el espíritu mismo de la teoría crítica, es necesario reconocer y renovar las premisas teóricas y supuestos que constituyen su meollo. Y todavía pienso que es el paradigma de la producción, entendido como la dialéctica de las fuerzas productivas y las relaciones de producción, lo que constituye dicho meollo”.

 

  

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