PLIEGO

La noticia siempre es urgente y ha de movernos a una actuación también urgente. El buen periodismo

ha de ser veraz, claro, transparente y respetuoso con la dignidad humana. Junto a los profesionales

de los medios, hemos de colocar también la responsabilidad de los usuarios. Próximos a una nueva Jornada Mundial

de las Comunicaciones Sociales –que celebraremos el domingo 17 de mayo, solemnidad de la Ascensión

del Señor–, he aquí una panorámica, en base al abecedario, para contemplar el paisaje de los medios de comunicación

social y para valorar sus grandezas y posibilidades.

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓNSOCIAL de la A a la Z

ANTONIO GIL MORENOSacerdote y periodista

2.940. 9-15 de mayo de 2015

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Informar, formar, orientarcomunicación social juegan un papel importantísimo. Los periodistas, por su propia misión, se presentan ante la sociedad como “buscadores de la verdad”: “Saber lo que pasa, por qué pasa lo que pasa y por qué no pasa lo que tiene que pasar”. Pero no lo tienen fácil en la actual coyuntura cultural, donde la mentira con apariencia de verdad se ha instalado en muchos ámbitos de poder y donde “el comunicar” se ha visto reducido a distribuir noticias, a expresar opiniones y a atraer millonarias audiencias.

Los medios de comunicación son hoy los grandes altavoces de la sociedad, o como los llamara Juan Pablo II, los “nuevos areópagos” de la humanidad.

Con aire de síntesis, y siguiendo las letras del abecedario, ofrecemos aquí una panorámica de lo que significan, representan y desempeñan las comunicaciones sociales en la marcha de la sociedad y de los pueblos, describiendo algunas de sus principales características y adentrándonos en lo que hoy se llama “la Pastoral de los Medios”.

A de AREÓPAGO

Hace ya más de 20 años, en su encíclica Redemptoris Missio, el papa Juan Pablo II señalaba: “El primer areópago del tiempo moderno es el mundo de la comunicación, que está unificando a la humanidad y transformándola en ‘una aldea global’, de modo que los medios de comunicación son el principal instrumento informativo y formativo, de orientación y de inspiración para los comportamientos individuales, familiares y sociales”.

Ante ello, la Iglesia debe actuar y reaccionar. Su acción evangelizadora ha de insertarse decididamente en los medios, asumiendo su lenguaje, su ritmo, su presencia. La comunidad eclesial ha de apoyar, de modo efectivo, a los medios católicos.

San Juan Pablo II nos ha dejado hermosos textos sobre los medios y la relación de la Iglesia con los medios: “La Iglesia desea la amistad con los medios, consciente de que toda forma de cooperación será beneficiosa para todos y puede salvar a la cultura de la fugacidad de la noticia, que nos trae la comunicación moderna, del olvido que corroe la esperanza; los medios, en cambio, pueden ayudar a la Iglesia a proclamar el Evangelio en toda su perdurable actualidad, en la realidad de la vida de las personas. La cultura de sabiduría de la Iglesia puede salvar a la cultura de información de los medios de convertirse en una acumulación de hechos sin sentido, y los medios pueden ayudar a la sabiduría de la Iglesia a permanecer alerta ante los impresionantes nuevos conocimientos que ahora emergen. La cultura de la alegría de la Iglesia puede salvar a la cultura de los medios de convertirse en una fuga desalmada de la verdad y la responsabilidad”.

B de BUENA NOTICIA

Hace más de veinte siglos se produjo la Gran Noticia de todos los tiempos, que dividió a la historia en dos mitades: el nacimiento de Jesús, la llegada de Dios a la tierra, en un portal, en la primera Nochebuena del mundo. Esa Gran Noticia nos traía en sus pliegues la Buena Noticia: la salvación de la humanidad, como se nos dice hermosamente en el pasaje evangélico de los encuentros de Jesús de Nazaret con Nicodemo, en la alta madrugada palestina: “Tanto amó Dios al mundo, que envió a su Hijo Único para salvarlo”.

Desde entonces, esa Buena Noticia ha de entremezclarse, iluminar y dar sentido a todas las noticias. Es el propio Jesucristo el que nos anticipa el horizonte de los medios de comunicación social y la necesidad de utilizarlos en los afanes apostólicos:

PÓRTICO

Cada año nos llega, puntual a la cita, la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que nació al calor y a la preocupación del Concilio Vaticano II por los medios de comunicación social. Tiene como objetivo principal dirigir nuestra mirada al apasionante mundo de los medios como “instrumentos de la Nueva Evangelización”, que proclamara san Juan Pablo II, sintetizada en una fórmula breve pero clarificadora: “Nuevo ardor, nuevos métodos, nuevas expresiones”.

En esos métodos y expresiones entra de lleno el uso de los medios de comunicación para ofrecer la Buena Noticia de la salvación de Dios. Si volvemos la vista atrás a los más recientes paisajes de la historia, nos encontramos con un siglo XX que, en su primer tercio, estuvo marcado por el existencialismo, que llevaba en sí la huella del drama humano vivido durante las dos guerras mundiales. En el segundo tercio, hacen su aparición el nacionalsocialismo alemán y el totalitarismo comunista del Este, que luego se exportará a otras naciones europeas. Los años posteriores serán los de “la guerra fría” y el miedo a la amenaza nuclear. Con la caída del Muro de Berlín y la crisis ideológica que conlleva, toma cuerpo la “postmodernidad”; y con ella surge una sociedad no ya postcristiana, sino anticristiana. Para la Iglesia católica, el siglo XX lleva el sello de la sangre de los mártires y el acontecimiento deslumbrante que supuso el Concilio Vaticano II.

Ahora, en nuestro siglo XXI, predomina la cultura del relativismo moral, social, cultural y religioso que, acaso sin darnos cuenta, va minando los cimientos de la fe, tanto en su origen como en relación a su meta. Junto al relativismo, el laicismo desbocado. Ante este panorama, los medios de

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“Lo que os digo de noche, decidlo en pleno día; y lo que escucháis al oído, pregonadlo desde la azotea”.

El propio Jesús nos invita a “anunciar”, a “proclamar” su Evangelio desde los mejores estrados, con los más potentes altavoces. Y, así, los primeros altavoces o púlpitos fueron la sinagoga judía, el areópago ateniense o el foro romano. Fue también san Juan Pablo II el que definió al universo de los medios como “el ágora de los tiempos modernos”.

C de COMUNICACIÓN

Ha sido el papa Francisco el que nos ha ofrecido esta hermosa visión sobre la comunicación: “La comunicación contribuye a dar forma a la vocación misionera de toda la Iglesia; y las redes sociales son hoy uno de los lugares donde vivir esta vocación redescubriendo la belleza de la fe, la belleza del encuentro con Cristo. También en el contexto de la comunicación sirve una Iglesia que logre llevar calor y encender los corazones”.

El Papa ha puesto especial énfasis en sus homilías. El pasado 10 de febrero se presentó el nuevo Directorio Homilético, elaborado por la Congregación para el Culto Divino, con el plácet papal, que viene a ser como una Nueva guía de la predicación. Este documento plantea desde el inicio cuatro coordenadas:1ª. Poner la Palabra en el centro de la

propia vida espiritual. El predicador, decía Joseph Ratzinger, jamás debería hablar en nombre propio, ni siquiera como encargado de una comunidad particular o de un solo grupo;

habla siempre en nombre y por cuenta de la Iglesia.

2ª. Conocer bien a su pueblo y reflexionar sobre los sucesos del tiempo. La predicación nace, pues, del amor a Dios y al pueblo. Hemos de ser, como dice el papa Francisco, “contemplativos del pueblo”, y solo así podremos comprender cuáles son sus necesidades, sus dudas o fatigas; qué salvación es la que esperan.

3ª. Desarrollar aquellas habilidades que nos ayudan a predicar de modo apropiado. No podemos reducir la predicación a meras técnicas retóricas, pero tampoco podemos caer en un falso espiritualismo que ignora que, sin preparación, se termina por traicionar irresponsablemente a nuestro pueblo.

4ª. Invocar al Espíritu Santo como modelador de los corazones. “La recta predicación, dice también Joseph Ratzinger, es siempre un don, algo que no se puede conseguir mediante una teoría, es un regalo que nos es dado, pero que también podemos rechazar. La presencia de una verdadera predicación, en efecto, significa una nueva presencia de Pentecostés, porque los hombres comienzan a comprenderse los unos a los otros y encuentran que la palabra del otro está dirigida a ellos mismos, escuchan la Palabra de Dios en las palabras de un hombre”.Junto a la palabra hablada está

la palabra escrita o proclamada por las imágenes, difundida a través de los medios de comunicación. Tanto las palabras como los medios tienen como hilo conductor la “comunicación”, “transmitir” algo que interesa y que es recibido.

D de DECÁLOGO (DE LA PRENSA CATÓLICA)

En el último Congreso Mundial de la Prensa Católica, celebrado en Roma, en el que participaron 230 directores o representantes de periódicos católicos y publicaciones eclesiales encargadas de la comunicación, así como profesores universitarios, en representación de 85 países, se dieron a conocer, en forma de decálogo, los principales destellos de una prensa humanista cristiana, con un claro perfil católico:1. La prensa católica se nos presenta

como una realidad cercana, capaz de acompañar la vida, de percibir las preocupaciones, deseos y proyectos de las personas que son sus lectores.

2. La Iglesia también es “experta en humanidad”, a pesar de las conocidas y dolorosas vicisitudes de los escándalos sexuales a los que la prensa ha dado tanto eco.

3. La misión de la prensa católica es más necesaria que nunca para dar una información religiosa rigurosa y correcta, sobre todo, cuando la ofrecida por buena parte de la prensa laica es hoy poco objetiva y, a veces, crea confusión.

4. El nuevo contexto en el que se mueve la prensa católica es el de una “dictadura del relativismo”, que intenta reducir la acción de la Iglesia y la religión a un hecho privado, sin importancia pública, deslegitimándola como enemiga del hombre, de su libertad y de su dignidad, en esta época de las “pasiones tristes”.

5. La prensa católica debe mantener viva la búsqueda de sentido y asegurar el espacio a la búsqueda del infinito.

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responder al derecho a la información que tienen los ciudadanos, y a la misión que tienen los periódicos y los periodistas, ejerciendo de ‘contrapoder’. Elogiar al poder cuando el poder acierta; criticar al poder cuando el poder se equivoca; denunciar al poder cuando el poder abusa”.

G de GRANDEZA

El panorama de los medios de comunicación en el momento actual es infinito. Sus soportes técnicos han avanzado y continúan avanzando por momentos de una forma vertiginosa: desde aquella radio de galena, en las cavernas de la información, hasta las poderosas redes de Internet, alcanzando simultáneamente a millones de seres humanos de todas las culturas. Las consecuencias para la religión y para la Iglesia son enormes. Además, cada medio representa la realidad con las características propias de su técnica:◼ La radio, por su inmediatez,

da la noticia.◼ La televisión la muestra en sus

imágenes.◼ El periódico la analiza en sus páginas.◼ El cine la divulga en películas de tesis

o mensajes.◼ Internet tiene el poder de “fabricarla”

y de “servirla” rápidamente.Y todo ello, entrelazado por el

subjetivismo, el poder de elección y las posibilidades de manipulación de la realidad. Nos encontramos así, por una parte, con la grandeza de los medios, altavoces potentes de la humanidad; y, por otra parte, con la grandeza de los usuarios que pueden elegir el medio que garantice mejor su derecho a la información.

H de HISTORIA

“Pregonad el Evangelio desde las azoteas”, dijo Cristo a sus discípulos. “Lo que os digo de noche, decidlo en pleno día; y lo que escucháis al oído, pregonadlo desde las azoteas” (Mt 10, 27). La Buena Noticia que ha de ser pregonada por todos los discípulos del Maestro ha culminado en el acontecimiento que celebra la Iglesia

F de FUTURO

¿Cuál es el futuro del periodismo? El empobrecimiento que nos invade lo hace a tal velocidad que las urgencias cotidianas impiden una reflexión adecuada sobre lo que acontece. El debate público se ha envilecido y a la escasez económica se suma la penuria de ideas. Los medios de comunicación, que durante siglos han sido el vehículo natural de ese debate, se enfrentan ahora no solo a la crisis general, sino que deben asumir también el profundo cambio tecnológico que la sociedad digital implica. En medio del tsunami, decenas de miles de periodistas de todo el mundo han perdido su empleo en los últimos años y centenares, miles, de publicaciones han echado el cierre. Los editores se preguntan, con razón, cuál es el modelo de negocio en la Red, habida cuenta del profundo deterioro de los medios tradicionales, especialmente en lo que se refiere a la inversión publicitaria.

Convendría que, antes de responderse, prestaran atención a la demanda, a veces angustiada, que muchos periodistas se hacen, al margen de la preocupación por el mantenimiento de sus puestos de trabajo: ¿cuál es el futuro del periodismo? Si somos capaces de contestarnos, el modelo de negocio quedará resuelto. Según el periodista Luis María Anson: “Ese futuro deberá

6. Las crisis en la Iglesia muestran la necesidad de una prensa católica.

7. Para el presidente del Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales, el arzobispo Claudio Maria Celli, “el futuro dependerá de la capacidad de los periódicos y revistas católicas para ser fieles a su misión”.

8. Los medios católicos, como los demás, están llamados a informar y formar, pero deben también a contribuir “al anuncio de Cristo y a la apertura de la sociedad a Dios”.

9. Los periodistas católicos deben buscar la verdad con mente y corazón apasionados, pero también con la profesionalidad de operadores competentes y dotados de medios adecuados y eficaces.

10. “Vuestra tarea –dijo Benedicto XVI a los periodistas católicos– es ayudar al hombre contemporáneo a orientarse hacia Cristo, único Salvador, y a mantener encendida en el mundo la llama de la esperanza, para vivir dignamente el presente y construir adecuadamente el futuro”. Se trata, sin duda, de una tarea sagrada, que conlleva una gran responsabilidad y que hemos de afrontar con rigor y con ilusión.

E de ÉXITO

¿Podemos hablar de cómo conseguir el éxito en los medios de comunicación social? Habría que explicar el sentido de la expresión. Cada medio conseguirá éxito si cumple con fidelidad y encanto la misión que tiene encomendada. Y, en este sentido, no podemos olvidar que la “materia prima” de los medios es la “noticia”. Ni olvidemos tampoco la definición de lo que es “noticia”, ofrecida en los viejos manuales de las antiguas escuelas de periodismo: “Noticia es lo que interesa a más de cinco mil personas”. El interés no reside en el periodista, sino en los oyentes, los televidentes o los lectores. Es a ellos a los que debe interesar lo que ofrecemos. Ahí reside, quizás, el escaso interés que muchas personas muestran hacia los medios de comunicación de carácter religioso: “No les llama la atención lo que publicamos ni supone para ellos un gran atractivo”.

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de forma solemnísima en las fiestas de la Pascua de Resurrección: ¡Jesucristo ha resucitado verdaderamente! “Ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre Él”.

Cada época tiene su lenguaje, sus medios e instituciones.

San Agustín aplicará a la comunicación de la fe los principios de la retórica clásica. San Gregorio Magno recomienda a los predicadores los principios de la comunicación humana como parte esencial de su tarea pastoral, aconseja adaptarse al carácter y a las necesidades de la propia gente, y así recomienda a los pastores que, en su “cura de almas”, sepan guardar silencio con discreción y hablar cuando es útil, de tal modo que “nunca digan lo que se debe callar ni dejen de decir aquello que hay que manifestar”.

San Juan Pablo II denominó al universo de los medios “el ágora de los tiempos modernos”. ¿Cómo hacer resonar ahí la Buena Noticia del Evangelio, siendo fieles a la misión recibida? San Pablo fue a anunciarla a los atenienses en el areópago. Allí, la predicación del Apóstol de las gentes fue, simultáneamente, bien acogida y rechazada.

Los viejos sermones de antaño han sido sustituidos por las homilías pronunciadas en las eucaristías dominicales y festivas. El día 10 de febrero de 2015, el cardenal Robert Sarah presentaba en el Vaticano el Directorio Homilético, elaborado por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. El texto ha recibido el visto bueno del papa Francisco para su publicación.

Juan Pablo II llamó a la proclamación litúrgica de la Palabra de Dios, “el diálogo de Dios con su pueblo”. Y el papa Francisco dice que “la homilía es un retomar ese diálogo que ya está entablado entre Dios y su pueblo”. Es decir, la homilía ha de propiciar, nunca

enturbiar, el diálogo de Dios con su pueblo. Más aún, como en todo diálogo, ha de predisponer para que la Palabra de Dios alcance el centro de la vida del predicador y del pueblo. Para conseguir ese diálogo del Señor con su gente, la homilía ha de ser: “Sencilla, clara, directa y acomodada”. La sencillez y la claridad son notas fundamentales, ya que suponen dominio de lo que se predica y de cómo hay que transmitirlo: “La claridad es la primera virtud de la elocuencia”.

I de IGLESIA

La Iglesia nace del acontecimiento comunicativo del Hijo Unigénito, el Verbo encarnado que habita entre los hombres y reúne a sus discípulos en virtud de la escucha de la Palabra y de la palabra del Padre, enviándolos después como sus testigos y anunciadores en medio de las gentes.

El Evangelio se difunde inicialmente a través de la palabra de los apóstoles, encargados por Cristo resucitado y ascendido al cielo, con la fuerza del Espíritu Santo; el testimonio de los doce apóstoles se extiende desde Jerusalén a todos los territorios vecinos y al mundo griego y latino, sobre todo, gracias a la extraordinaria obra de san Pablo.

Ahora, en el siglo XXI, predomina la cultura del relativismo moral, social, cultural y religioso, que, acaso sin darnos cuenta, va minando los cimientos de la fe, tanto en su origen como en relación a su meta. Ante este panorama, los medios de comunicación social tienen un papel importantísimo. Los medios, aunque pueden ser ególatras protagonistas, reflejo del materialismo económico y del relativismo ético del momento, también, vistos positivamente, pueden ser instrumentos al servicio de un futuro más humano y pacífico.

Esta alternativa se alcanza cuando la profesión y el mismo periodista están empeñados en escudriñar lo más noble que hay detrás de cada acontecimiento: verdad, bondad y belleza. La comunicación programada como un espacio comunitario de búsqueda de la verdad genera bienestar en la sociedad, salva los conflictos sin añadir dramatismo, huye de la mordacidad y se sitúa con actitud de respeto hacia las personas y las instituciones.

J de JUVENTUD

La noticia siempre es joven, porque una noticia vieja deja de ser noticia para convertirse en un dato más, en uno de los millones de hechos o dichos que pueblan la tierra. Los viejos manuales de las antiguas escuelas de periodismo ofrecían esta definición de lo que es noticia: “Lo que interesa a más de cinco mil personas”. O, con otras palabras, lo que, al transmitirse, causa:

� Sensación.� Impacto.� Admiración.� Búsqueda.� Estremecimiento.� Alegría.� Esperanza.Por todo esto, una noticia transmite

siempre novedad y, en su nacer, en su transmisión, hay como un “comienzo” de vida –o quizás de muerte–, pero que se recibe como un latido recién nacido en la cuna de los medios.

L de LENGUAJE (DE JESÚS)

El lenguaje es básico en el mundo de la comunicación, sobre todo, en la religiosa. Como telón de fondo, el verdadero comunicador religioso siempre ha de tener ese lenguaje de Jesús cuando hablaba a las gentes. He aquí sus principales características:◼ Sorprende. Seguramente, Jesús

conocía la regla para sorprender y la practicaba. Su manera de presentarse en público causaba sorpresa. Todos se preguntaban: “¿Quién es este?”. “¿Qué es esto?”. “Jamás hemos visto cosa igual”.

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ayudar a suplir las carencias que padece la sociedad y contribuir a generar criterios a partir del conocimiento de la realidad. Pero no sabrá hacerlo si rehuye el debate sobre sí mismo, sobre su naturaleza, eficacia y capacidad para hacer frente a los numerosos retos que tiene planteados. Son retos que hemos de afrontar con responsabilidad.

N de NOVEDAD

Estamos asistiendo a una verdadera “revolución” de las comunicaciones. Internet ha puesto en manos de cada ciudadano dos periódicos.◼ Uno, el que puede leer en todo

momento los periódicos de todo el mundo, ya que, a lo largo de las 24 horas, van renovando las noticias y ofreciendo sus portadas.

◼ Dos, la posibilidad de “fabricar” –escribir y editar– desde su ordenador o desde su móvil, cada ciudadano, lanzándolo después a las redes sociales.Benedicto XVI reclamaba que los

medios sean “servidores de los grandes valores que definen a la persona y que son necesarios para el bien común”. Pero, en este momento de la historia, ¿los medios tienen como meta suprema los grandes valores de la humanidad? “Es indispensable –escribió el papa emérito Benedicto XVI– que los medios defiendan celosamente a la persona y respeten plenamente su dignidad”.

O de LA OJD

La OJD controla la difusión de los medios de comunicación social, su alcance en la sociedad y su influencia en la opinión pública. La crisis económica y el cambio de modelo de negocio han dejado al descubierto qué medios ofrecen garantías de futuro. En el caso del periodismo, el secreto está en:

� Las informaciones en exclusiva.� Los reportajes de investigación.� Las firmas de primera fila.He aquí los últimos datos de la OJD

sobre los más importantes periódicos españoles:→ El Mundo alcanza una difusión total

de 153.826 ejemplares.

el lenguaje digital en nuestra praxis pastoral, litúrgica, apostólica”.

Los medios se han abierto a un mundo casi infinito en la comunicación. Por eso, con buen criterio, el padre Silvio pedía “repensar las nuevas formas de evangelización”, sobre todo, teniendo en cuenta las posibilidades del lenguaje digital.

M de MANDATO

El Evangelio que hemos de anunciar al mundo –en todos sus areópagos, públicamente– es Buena Noticia de lo que Dios ha obrado en la Pascua de su Hijo por la salvación del hombre, y noticia del hombre salvado por el agua del Bautismo: “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. No es fácil ese anuncio en el momento actual. Requiere, por una parte, la fogosidad de Pablo, “el tener algo que decir y llevarlo en las entrañas”; y, por otra, saberlo decir, conforme a las exigencias de la comunicación actual.

Al final, en el momento de la despedida, Cristo enviará a sus apóstoles con un mandato claro: “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio, bautizando a todas las gentes en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.

El mandato de Cristo, que ha hecho suyo la Iglesia, ha de servirse de los cánones periodísticos. Los periodistas creyentes han de saber bien en qué consiste la esencia del verdadero periodismo: el periodismo profesional tiene, entre otras tareas, la de explicar la realidad al público y la de vigilar al poder. Ha de hacerlo desde el pluralismo, pero aplicando y respetando el rigor en las informaciones y la transparencia en los argumentos. El periodismo profesional puede y debe

◼ Dice una sola cosa. ¿Y qué es lo que dice? “Amaos unos a otros” (Jn 15, 17).

◼ Suscita emociones. No deja a nadie indiferente. La mujer grita entre la multitud: “Dichosa (sea) tu madre” (Lc 11, 27). Los fariseos y los escriban salen de la sinagoga llenos de rabia e intentan hacerlo callar.

◼ Es sencillo, pero no vulgar. Su sencillez es desconcertante. Dice las cosas más altas con las palabras más sencillas. Todos le entienden y, cuando topa con los que no quieren entender, con sus parábolas hace que no entiendan nada. Al leer los evangelios se tiene la impresión de escuchar el lenguaje de hoy. La parábola del buen samaritano, por ejemplo, es una joya de la sencillez comunicativa: no explica, hace reflexionar.

◼ Rompe las normas. Aunque reacciona siempre frente a los escribas, los fariseos y sumos sacerdotes, en cambio, delante de Herodes no dice una palabra. Tal vez fuera Jesús el que inspiró el dicho que tanto gusta a los comunicadores: “Si basta una palabra, no pronuncies un discurso; si basta un gesto, no digas una palabra; si basta el silencio, no hagas un gesto”. Jesús es un Maestro incluso en la comunicación.

◼ Tiene el don de la cercanía a todos, especialmente a los más sencillos.

LL de LLAMADA

Silvio Sassi, el que fuera superior general de la Familia Paulina, poco antes de morir, en el XXXII Encuentro de los Gobiernos Generales de la Familia Paulina, afirmó: “Con la Iglesia también nosotros hemos sentido la llamada a repensar las nuevas formas de evangelización, asumiendo con decisión

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→ ABC alcanza una difusión de 128.717 ejemplares.

→ El País alcanza una difusión de 250.843 ejemplares.

→ La Razón alcanza una difusión de 100.628 ejemplares.

→ La Vanguardia alcanza una difusión de 148.292 ejemplares.

→ El Periódico alcanza una difusión de 92.549 ejemplares.

→ Marca, del grupo Unidad Editorial, alcanza una difusión de 172.413 ejemplares.

→ As, del Grupo Prisa, se sitúa en 149.672 ejemplares.

→ Mundo Deportivo alcanza una difusión de 64.903 ejemplares.

→ Sport se sitúa en 56.021 ejemplares.→ Expansión, de Unidad Editorial,

alcanza los 28.408 ejemplares.Así lo reflejan los datos

correspondientes al mes de septiembre de 2014, dados a conocer por la Oficina de Justificación de la Difusión (OJD).

P de PABLO

En el ancho campo de la comunicación social hemos de evocar la silueta de Pablo de Tarso. Pablo comunica el Evangelio con una predicación que no se sirve de hábiles razonamientos ni de un lenguaje erudito:

� Ni brillantez de argumentos.� Ni elaboración retórica en su

exposición.San Pablo, por opción, predica a

Cristo muerto y resucitado con palabras comunes y discursos sencillos. 1. Muy consciente de que el apóstol y

su modo de predicar pueden influir en el contacto que se establece entre Cristo muerto y resucitado y los que lo escuchan o lo leen, san Pablo elige el camino de la debilidad, dejando al “poder” de Dios el valor y el resultado de la incapacidad humana.

2. Una segunda característica en la comunicación de san Pablo es la “pasión”. Fácilmente se puede descubrir en Pablo una comunicación “apasionada”; no en el sentido de fanatismo, sino como una implicación emotiva de toda la persona.

3. La relación que se establece en la comunicación del Evangelio entre Pablo y los cristianos de las diversas

comunidades fundadas por él es una relación “cálida”, como la que se da entre padre, madre e hijos.

4. La comunicación de Pablo implica el compromiso de asemejarse a Cristo. “Adherirse” a Cristo no se reduce a formar parte de un grupo que se identifica con ideas y proyectos de alguien, sino que la fe cristiana involucra en una “relación interpersonal”, mantenida por el compromiso de asemejarse a Cristo, en todo.En síntesis, las características de san

Pablo en su predicación son:� Sencillez.� Pasión.� Calor.� Compromiso.

Q de QUERENCIA

La querencia es ese “apego espontáneo” a cosas y personas, que brota de la cercanía o del uso continuado. Es lógico que esa “querencia” se despierte también hacia determinados medios de comunicación. En concreto:◼ Compramos y leemos nuestro

periódico.◼ Sintonizamos una emisora de radio o

de televisión concreta.◼ Nos suscribimos a determinadas

revistas.La querencia es buena siempre que

nos haga ver la realidad, las luces y las sombras de los medios que utilizamos para nuestro “saber y entender” de lo que pasa en el mundo.

R de REDES SOCIALES

Podemos preguntarnos: ¿cuál es el papel de la Iglesia en la “revolución mediática” que vivimos?

No podemos hablar todavía de conclusiones definitivas, sencillamente, porque las redes sociales todavía se están desarrollando. En una primera conclusión, podemos afirmar que, de entrada, el hecho no ha pasado desapercibido, aunque el “relumbrón” del primer momento va dando paso a actitudes más equilibradas.

El mensaje del actual papa emérito para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales del año 2009 llevaba como título: Nuevas tecnologías, nuevas relaciones. Promover una cultura de respeto, de diálogo y amistad. Y, por primera vez, estaba dirigido a la llamada generación digital. En él, reconoce que: “Las nuevas tecnologías digitales están provocando hondas transformaciones en los modelos de comunicación y en las relaciones humanas” y valora su “extraordinario potencial”, cuando se usan “para favorecer la comprensión y la solidaridad humana”.

Asimismo, Benedicto XVI advierte del “nuevo auge” que ha adquirido el concepto de amistad y hace un llamamiento a los jóvenes para que lleven a este espacio el testimonio de su fe: “Así como en los primeros tiempos de la Iglesia esta tuvo que estar atenta a la cultura y a las costumbres de los hombres, a los jóvenes os corresponde de manera particular la tarea de evangelizar este continente digital”.

S de SABER

Los ciudadanos, en general, y los creyentes cristianos, en particular, tienen obligación de “saber” y “conocer” técnicas, funcionamiento, engranajes, pequeños secretos sobre el ancho campo de las comunicaciones sociales. Y así deben saber, por ejemplo:◼ Que a los periodistas les atrae más lo

interesante que lo importante (o, al menos, lo que juzgan interesante para sus lectores).

◼ Que a las empresas les preocupan más los datos económicos que los datos humanos.

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Católicos, que tanto impulsara don Ángel Herrera, periodista, sacerdote y cardenal. Desapareció durante la época de la Transición, después de vivir etapas turbulentas. Nosotros empleamos ahora la palabra para proclamar la “urgencia que siempre reclaman los medios de comunicación social”. La noticia tiene el sello de la rapidez. Si pasan unas horas, ya no vale. Por eso, la Pastoral de los Medios es una pastoral urgente, que hay que planificar, desarrollar y realizar desde el estribo de la actualidad palpitante.

La urgencia afecta a los profesionales del periodismo, pero también a los usuarios de los medios. No podemos quedarnos cruzados de brazos, sino que:

� Hemos de captar la realidad.� Analizarla.� Descubrir las posibilidades de acción.� Lanzarnos manos a la obra.El mundo de hoy es un mundo de

prisas, que avanza vertiginosamente hacia metas ciertamente luminosas y creativas, pero también hacia abismos peligrosos que hablan de destrucción, de violencia, de guerras y de muerte.

Z de ZAPPING

Valga la palabra para hacer alusión a la “sobrecarga informativa”. De ahí brota la necesidad de buscar, de cambiar constantemente de canales, de “picotear” aquí y allá, sin saber bien lo que queremos.

El papa Francisco nos ha hablado de esta “sobrecarga informativa”, evocando una imagen, la imagen del hombre-museo, que acumula información sin saber qué hacer con ella. Y contrapone esta imagen a la del hombre-sabio. Quien acumula datos sin saber qué hacer con ellos, “musealiza” su vida. Y subraya el Papa: “No tengamos la psicología de la computadora de creer saberlo todo. ¿Cómo es esto? Espera un momento y la computadora tiene todas las respuestas: ninguna sorpresa. En el desafío del amor, Dios se manifiesta con sorpresas”. Hoy nos encontramos bombardeados por las respuestas. El Papa nos insiste: “¡Déjate sorprender por Dios! No les tengas miedo a las sorpresas, que te mueven el piso, nos ponen inseguros, pero nos ponen en camino”.

Antes bien, ofrecen una inmensa y nueva oportunidad. Todos somos fruto de nuestros propios deseos y decisiones, y el futuro del periodismo será, al fin y al cabo, el que los periodistas mismos queramos labrarnos. Estoy seguro de que, dentro de otros 36 años, quienes sigan leyendo y escribiendo en El País lo demostrarán con lucidez.

U de ¿UNIFORMARNOS?

¿Nos uniforman los medios de comunicación social? El juicio del novelista Juan Manuel de Prada, en declaraciones a ABC (11 de octubre de 2014), es categórico: “Los medios de comunicación son nefastos para la variedad humana, nos uniformizan, nos obligan a encasillarnos”. En periodismo existe una norma clarificadora: “Los hechos son sagrados; las opiniones, libres”. Es importantísimo conocer lo que ha ocurrido, como lo es también la opinión sobre lo que ocurre; especialmente, si es emitida por grandes expertos en la materia. Pero no hemos de olvidar que se trata solo de una opinión personal, a la que se pueden oponer otras opiniones.

V de VATICANO II

El Concilio Vaticano II nos dejó el decreto Inter Mirifica, sobre la importancia de los medios de comunicación social. Y fue explícito en el tema: “Procuren todos los hijos de la Iglesia que los instrumentos de comunicación social:◼ Se utilicen sin la menor dilación y

con el máximo empeño, en las más variadas formas de apostolado.

◼ Tal como lo exigen las realidades y circunstancias de nuestro tiempo.

◼ Apresúrense los sagrados pastores a cumplir en este campo su misión, íntimamente ligada a su deber ordinario de predicar” (Inter Mirifica, 13).

Y de ¡YA!

El Ya era el título de la cabecera de un gran periódico nacional, nacido al calor de la Asociación de Propagandistas

◼ Que el periodismo ha de tener, al menos, estos principios básicos: la libertad de expresión, la justicia social, los grandes valores humanos que ensalzan y respetan la vida y la dignidad de la persona.

◼ Que el futuro de la comunicación en prensa se llama “periódico digital”.

◼ Que la Iglesia ha de potenciar y formar a buenos profesionales, ensanchando su libertad, para que edifiquen y construyan medios de comunicación o trabajen en ellos con sentido de responsabilidad.

◼ Que la Iglesia ha de tener sus propios altavoces, atrayentes, creíbles, convincentes, rebosantes de humanidad y cercanía a la sociedad de nuestro tiempo.

◼ Que la Iglesia ha de superar el concepto instrumental de uso de los medios de comunicación y pasar a un “diálogo cultural”: inculturar el mensaje cristiano en los medios, evangelizar una nueva cultura.

T de TAREAS

El periodismo profesional tiene, entre otras tareas, las de:

� Explicar la realidad al público.� Vigilar al poder.Ha de hacerlo desde el pluralismo, y

aun la confrontación de los medios, pero aplicando y respetando el rigor en las informaciones y la transparencia en los argumentos.

La actual crisis se caracteriza, entre otras cosas, por la ausencia de liderazgos, muy evidente en la clase política europea; pero también en el devenir cultural, en el que ya ni siquiera es distinguible el papel de las vanguardias. El periodismo profesional puede y debe ayudar a suplir esas carencias, contribuir a generar criterios a partir del conocimiento de la realidad. Pero no sabrá hacerlo si rehúye el debate sobre sí mismo, sobre su naturaleza, eficacia y capacidad para hacer frente a los numerosos retos que tiene planteados.

Las innovaciones científicas y tecnológicas, aunque afecten profundamente a la naturaleza de los procesos productivos, no nos encierran en un universo fatal e irremediable.

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