Los Oficios en La Religión Mexicana Jacqueline de Durand Forest

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    LOS OFICIOS EN LA RELIGIN MEXICANA*

    JACQUELINEDEDURAND-FORESTCentro Nacional de Investigacin Cientfica de Pars

    Exposiciones peridicas, obras de arte ms y ms difundidas, como lapublicacin de un nmero cada vez ms importante de manuscritos

    pictogrficos, son testimonios del gran desarrollo artesanal y del altonivel artstico alcanzado por las civilizaciones de Mesoamrica. Aun-que sigue siendo un conjunto parcial y modesto comparado con lo quenos dicen las maravillosas crnicas espaolas el trmino no es exa-gerado por una riqueza y una suntuosidad que, en varios aspectos,no le era inferior en nada a las producciones ms refinadas de las civi-lizaciones europeas de la misma poca.

    Hasta en los objetos de uso corriente, desafortunadamente des-aparecidos con tantos otros an ms prestigiosos se manifiestan lahabilidad e incluso la maestra de una artesana que fue la admira-cin de los conquistadores. (Tenemos como pruebas las Cartas de Rela-cin de Corts a Carlos V, la Historia Verdadera de Bernal Daz delCastillo o los propsitos de Motolina alabando las raras facultades deimitacin y de asimilacin de los indios ante las nuevas tcnicas).1Lostestimonios escritos los ms explcitos conciernen esencialmente, almundo azteca. No obstante y desde hace mucho tiempo, la arqueolo-ga permite, cada ao con un detalle ms grande, dar a este arteuna profundidad histrica ms considerable y reconocerle los orge-nes diversos y complejos.

    Incluso si bien puede ser estudiada en s, sobre el plan puramentetecnolgico o esttico, esta artesana slo puede ser verdaderamente com-prendida en su contexto histrico, geogrfico y econmico. Se notan deinmediato los lazos muy estrechos que mantiene, no slo con la socie-dad, sino tambin, est dems decirlo, con la religin y la mitologa.

    Los ltimos en llegar sobre el Altiplano Central, fueron los aztecas,nmadas cazadores recolectores que tuvieron la inteligencia de recupe-

    *Traducido del francs por Jacqueline Galvez1Fray Toribio de Benavente Motolina,Memoriales. Mxico: Luis Garca Pimentel, Pars:

    Donnamette, Madrid: Librera de Gabriel Snchez, 1903, cap. 59, p. 179; cap. 60; p. 181-182.

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    rar la herencia cultural y artstica de las brillantes civilizaciones que lesprecedieron. Es as cmo manteniendo la preeminencia de su dios tribalHuitzilopochtli, supieron integrarse con las grandes divinidades de sus

    predecesores y reservarles un lugar de primer plano en lo que, a falta deun trmino ms apropiado, llamaremos el Panten. Es entonces que alos aztecas, en tanto que depositarios de las tradiciones mesoame-ricanas, al que consagraremos lo esencial de nuestro anlisis, sin em-bargo nos permitiremos algunas incursiones en pocas anteriores.

    Estudiaremos sucesivamente las divinidades artesanales y el lugar queellas ocupan en el Panten azteca, y en seguida la posicin de diversosgremios en la sociedad azteca y el prestigio que gozaban.

    Segn Ixtlilxchitl, cronista de Tetzcoco, ciudad rival y luego alia-da de Mxico, situada en la ribera oriental de la laguna, contabilizaba

    ms de treinta tipos de artesanos, en los tiempos del soberanoNezahualcyotl (1418-1472).2Por nuestra parte, hemos contado mso menos lo mismo solamente para la ciudad de Mxico-Tenochtitlan,al momento de la conquista.

    En lo referente a estos oficios, se conocen slo diecisiete divini-dades protectoras: once dioses y seis diosas; aunque ellas conciernena slo ocho gremios.

    ARTESANOS DIOSES DIOSAS

    Plumajeros Tepoztcatl Xilo

    Coyotlinaual XiuhtlatiTizauaMacuiloclotlMacuitochtli

    Orfebres Xipe Ttec

    Lapidarios Cintotl Chiconahui ItzcuintliMacuilcalliNaualpilli

    Pintores Chicomexchitl

    Estereros NappatecuhtliBordadoras y tejedoras de arte Xochiqutzal

    Salineras Uixtochuatl

    Resineros Tzapotlatena

    2Fernando de Alva Ixtlilxchitl,:Obras histricas, publicadas y anotadas por Alfredo Chavero.2 vol. t. IRelaciones; t. II:Historia Chichimeca. Mxico, Editora Nacional, 1952. VerRelaciones, p.317 y Jacqueline de Durand-Forest: lArtisanat aztque et ses survivances dans le Mexique contemporain.Thse de Doctorat de Illme Cycle. E.P.H.E. V Section. Paris, 1965. Jacqueline de Durand-Forest,:Los artesanos mexicas, Revista Mexicana de Estudios Antropolgicos, Mxico 1984-1988, t. XXX.

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    En cambio, no conocemos nada sobre las divinidades que patroci-naban los gremios tan importantes en la economa y en la religin az-teca como los de los escultores, carpinteros, ceramistas o alfareros, por

    ejemplo. Por razones que indicaremos ulteriormente, es poco proba-ble que un conocimiento ms preciso de los manuscritos pictogrficosconservados nos permitan identificar una o varias de esas divinidades.

    El conjunto de las divinidades conocidas se reparten en tres gran-des categoras:

    divinidades puramente profesionales,

    divinidades artesanales que pueden ser asimiladas a divinidadesimportantes del Panten azteca,

    divinidades mayores que hacen, adems, el papel de divinidadescorporativas.

    Aparecen en el primer grupo, Uixtochuatl (la mujer de la sal),diosa de los salineros; Tzapotlatena (la madre de Tzapotlan, un lu-gar), diosa de los preparadores de terebentina, substancia utilizadacomo ungento medicinal; Xiuhtlati (la que esconde las turquesas),diosa de los plumajeros.

    Entre las divinidades artesanales del segundo grupo que es posi-ble asimilar a las divinidades importantes, citemos Coyotlinaual (el que

    tiene por doble el coyote), segundo dios de los plumajeros, segnSahagn, a propsito del cual volveremos, y Naualpilli, tercer dios delos lapidarios. La palabra significa prncipe nagual, dicho de otramanera prncipe brujo.3Ahora bien, se encuentra que es uno de losttulos dado a Tlloc, en un cntico que le es consagrado, el dios de lalluvia es invocado como el que hace nacer las gemas.

    En el tercer grupo, se distinguen Nappatecuhtli y Cintotl. El pri-mero cuyo nombre significa cuatro veces seor, es uno de losTlaloque, uno de los dioses de la lluvia. Pasaba por haber inventado elarte de hacer las esteras de caa.4En cuanto a Centeotl o Cintotl(dios de la espiga de maz) , era no solamente, como su nombre loindica, el dios del maz nuevo, y tambin un dios de los lapidarios.

    3Jacqueline de Durand-Forest et douard-Joseph de Durand: Nagualisme et chamanis-me. In:Actes du 38me Congrs International des Amricanistes . Stuttgart-Mnchen, 1968. vol. II,p. 339 345.

    4Florentine Codex ou Codex de Florence(dsign C. F.). General History of the things of NewSpain. Fray Bernardino de Sahagn. Traduccin y comentarios de Charles Dibble y ArthurAnderson, publicado por the School of American Research and the University of Utah.Monographs of the School of American Research. Santa F, New Mexico. 12 vol. publicadosentre 1950 y 1969. Ver Book I-Part II, 1950, p. 44.

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    Cuando Naualpilli-Tlloc hace nacer las gemas, y vigila, por su parte,si estn maduras, ya que las piedras preciosas son consideradas comoproductos de la tierra, lo mismo que las plantas. Es preciso recordar

    que casi en la misma poca, Ronsard desarrollaba, a propsito de la na-turaleza del origen de las piedras preciosas, teoras bastante similares ensu poema El gato, dirigido a su amigo Rmy Belleau, el mismo tra-ductor de Fenmenos de Aratos.

    Sin embargo, para volver al sujeto de nuestra exposicin, notamosque, algunas veces, la relacin entre la divinidad es evidente, como esel caso de Nappatecuhtli: en tanto que el dios de la lluvia, hace crecerlos juncos utilizados por los estereros.

    En otros casos, la relacin entre la divinidad tutelar y el gremio esde orden histrico, es decir que antes de ser corporativa, la divinidad

    tena que ser adorada por los grupos tnicos algenos, que con elloshaban trado sus tcnicas.Que los orfebres hayan adorado a Xipe Ttec, no era por casuali-

    dad. Xipe Ttec se cuenta entre los grandes dioses de Mesoamrica;se piensa que incluso se encontraron representaciones en la antiguacivilizacin olmeca. Sus atributos son varios, preside al renacer de la

    vegetacin por medio del maz nuevo o de la lluvia que lo hace madu-rar. En un cntico nhuatl que le dedican es calificado de Yoallavana,el bebedor nocturno, y se sabe, en efecto, que el embriagamiento noc-turno estaba hecho para provocar las lluvias. Lamentablemente, se le

    atribua tambin las enfermedades de la piel, de los ojos y los absce-sos. Pero se sabe igualmente que Xipe Ttec era adorado, entre otros,por los yopis tlappaneca, poblacin de origen zapoteca, establecidaen las vertientes del Pacifico de Mxico, es decir en la regin mixteca,de donde, precisamente, es originaria la orfebrera.

    En el canto ya citado, se dirige al dios en estos trminos:

    Xi ya quimotlatia = Inmlate ahorateucuitlaquemitl = oh! traje de orochalchiuhtla noyollo = mi corazn es una jadeitaateucuitlatl nocon ya ittaz = ver el oro del agua.5

    El traje de oro, el oro del agua, tanto como la piel de la vctima,con la cual se vesta el sacerdote de Xipe Ttec, simbolizan segura-mente la lluvia. Pero no se pudiera ver igualmente, en las dos prime-ras frmulas, una imagen del metal en fusin, con que los orfebres se

    5Veinte Himnos Sacros de los Nahuas. Traduccin y comentarios de Angel Mara Garibay.Fuentes indgenas de la cultura nhuatl. Informantes de Sahagn: 2. Mxico, UNAM. Insti-tuto de Historia: 1958, p. 175 y siguientes.

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    servan para cubrir los objetos que fabricaban? Ese metal, que est enfusin o en vena en la tierra, es como anlogo a la savia y a la sangre.

    Existe igualmente otro tipo de relacin entre el oficio y su divini-

    dad tutelar, que es originario esta vez de la mitologa. Es el caso de losAmanteca o plumajeros y de su principal dios Coyotlinaual el deldisfraz de coyote. Un texto en nhuatl nos cuenta cmo, en tiemposantiguos, los amanteca haban escogido a Coyotlinaual al cual adora-ban y llevaban con ellos, ste se puso a aconsejarles.6

    Tendramos la tendencia a creer que esta veneracin era el resul-tado de una seleccin deliberada de parte de un grupo tnico, cuyadenominacin, toponmica al origen, termin por cubrir una especifi-cidad tcnica.

    Sin embargo, un mito nos revela, la existencia de una relacin ms

    sutil entre la divinidad y los plumajeros. En este mito, Coyotlinaual noses presentado como un plumajero que logra con astucia hacer desapa-recer a Ce Topiltzin Quetzalcatl el venerado seor Serpienteemplumada, el rey-sacerdote de Tula, la capital de los toltecas.7

    Ahora bien, otros relatos muestran que es, en efecto, el mismoTezcatlipoca, quien acude a toda clase de supercheras para engaar aQuetzalcatl y obligarlo a dejar el reino. Tocamos aqu un punto neu-rlgico si se puede decir, y es la tendencia mexicana muchas veces sub-rayada por J. Soustelle, de proyectar los hechos histricos sobre unplano teolgico-mitolgico.8Tezcatlipoca es el dios de los semi-brba-

    ros venidos del norte, los chichimecas, futuros pobladores de Tula. Esun dios astral, el dios de la Osa Mayor y del cielo nocturno, represen-tado a menudo por un pie con un espejo coronado por una voluta dehumo, de ah se sac el nombre de el espejo humeante.9

    Segn ciertas tradiciones, es con Tezcatlipoca que fueron instaura-dos los sacrificios humanos. Su culto es antagonista con respecto al delos nonoalca, los depositarios de las grandes culturas, al contacto de lascuales los toltecas se civilizaron. Los nonoalca veneraban efectivamen-te a Quetzalcatl, cuyosegundo rey tolteca Ce Topiltzin Quetzalcatltrat de imponer su culto a sus sbditos.10

    6Cf., op. cit., Book 9-Part X, 1959, ch. 18, p. 83 y siguientes y Leonhard Schultze-Jena,:Gliedering des altaztekischen Volks in Familie, Stand und Beruf. Kohlhammer V. Stuttgart,1952, p. 113 y siguientes.

    7Cdice Chimalpopoca,Anales de Cuauhtitln y Leyenda de los Soles , Mxico, UNAM, Institu-to de Historia, 1954, p. 8-10.

    8Jacques Soustelle,: Confrences 1E.H.E.S.S.9Su pie fue arrancado por el monstruo terrestre. En ciertas pocas del ao, en Mxico,

    la ultima estrella de la Osa Mayor no es efectivamente visible, porque se encuentra bajo elhorizonte.

    10Chimalpahin Quauhtlehuanitzin: Das memorial Breve acerca de la fundacin de la ciu-dad de Culhuacan und weitere ausgewahlte Teile aus dem Diferentes historias originales

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    La lucha que sigui se termina con la marcha del rey y de sus fie-les. Se dice que desapareci por el Tlillan Tlapallan, el lugar delrojo y del negro, que quiere decir el pas de la escritura, el Oriente,

    por donde volvera en el ao 1 Caa, fecha precisamente de la llega-da de Corts.En el mito ya citado, el rey-sacerdote llegando por la cuesta, se

    visti con los ornamentos hechos de plumas confeccionadas por elplumajero Coyotlinaual. Estos tomaron fuego de inmediato y lo mata-ron.11Su cuerpo se transform entonces en la Estrella de la noche yde la maana, es decir en el planeta Venus.12

    Segn Michel Graulich, los mitos que conciernen a Quetzalcatlse traduciran en trminos solares a la ascensin y a la decadencia delimperio tolteca antes de la llegada de los aztecas. Al cuarto sol de

    Quetzalcatl, sucedi el quinto, el de Tezcatlipoca-Huitzilopochtli.13En todo caso, entre la divinidad y el personaje histrico del mis-mo nombre, se cre en seguida una confusin, tanto que Quetzalcatl,personificacin de la muerte y de la resurreccin, vino a encarnar tam-bin al hroe civilizador mesoamericano. Simboliza el toltecyotl,la toltequidad, que quiere decir una era de prosperidad y de ri-queza extraordinarias donde las piedras y las plumas preciosas abun-dan tanto como el algodn y el cacao de diferentes colores. Pasabapor ser, adems, l mismo muy gran artfice, gran artesano, perono se sabe en qu precisamente, ya que el relato se interrumpe con

    esas palabras.14Tolteca vino despus a designar, particularmente la poca azte-

    ca, la habilidad manual, y sobre todo la artesana de lujo, a saber laplumajera, la orfebrera y la lapidaria, con la cual se le atribua, sinrazn, el origen de los toltecas, ya que se encuentran rastros enTeotihuacan e incluso entre los olmecas (en Teotihuacan, por lo me-

    (ms.mex.num. 74, Paris), traduccin de Walter Lehmann und Gerdt Kutscher W. Kohlhammer,Stuttgart, 1968, p. 14.

    -Wigberto Jimnez Moreno,:Historia antigua de Mxico. Publicaciones de la Sociedad deAlumnos de la Escuela de Antropologa e Historia, Mxico, 1953, p. 24 y las siguientes.

    -Es conveniente recordar que en su estudio sobre los toltecas, Nigel Davies emite dudasrespecto de la divisin de los habitantes de Tollan en dos grupos opuestos, uno adorador deTezcatlipoca y el otro de Quetzalcatl. Por sus races que se remontan lejos en el pasado,Tezcatlipoca no es un dios nuevo. Adems, se encuentra inextricablemente ligado a Quetzal-catl. Cf. Nigel Davies, The Toltecs until the fall of Tula, University of Oklahoma Press, Norman,1977, p. 365 y 390.

    11Cdice Chimalpopoca, op. cit., p. 11 y Soustelle, Conferencias en el E.H.E.S.S., aos 1971-1972.

    12Cdice Chimalpopoca, p. 8.13Michel Graulich,:Montezuma, Fayard, Pars, 1994, p. 21-22.14Cdice Chimalpopoca, op. cit. , p. 8.

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    nos desde la fase Tlamimilolpa, entre 200 y 450 despus de J.C.).15Esa una innegable antigedad a la que hacen referencia los mitos queacabamos de evocar, y que nos trajeron los aztecas.

    Antes de interesarnos en los artesanos aztecas, haremos una lti-ma observacin concerniente a las divinidades artesanales. Raramen-te son representadas, ya sea en los cdices o en las esculturas y cuandolo son, poco o nada de los elementos de sus trajes o de su parafernaliarecuerdan que patrocinan los oficios manuales, a quienes se les atri-buye a veces la invencin.

    Tlazoltotl diosa de la inmundicia, divinidad terrestre y lunarque patrocina el amor carnal y la confesin, lleva a menudo unos hu-sos pinchados en el algodn no cardado que constituye su tocado. Esteelemento asocia a la diosa a la vez con la Huasteca regin producto-

    ra de algodn al hilado y al tejido.16Si Xochiqutzal, flor-pluma preciosa, diosa de las tejedoras y delas bordadoras aparece a veces teniendo en la mano el tzotzopaztli,el cuchillo para tejer, la diosa terrestre Ciuacoatl, mujer-serpiente,tiene uno a veces igualmente en ciertas representaciones.17

    En el manuscrito maya Tro-Cortesianus, la diosa Ix Chebel Yax ovieja diosa roja de los cdices figura varias veces tejiendo o hilando.18

    Por lo que se sabe, slo una tabla de los Cdices Matritenses, consagra-dos adems a un rito de la fertilidad, nos muestra a Xochiqutzal enesta actividad.19

    Que se trate de dioses puramente profesionales u otros, no se pre-sentan nunca en el desempeo de sus funciones particulares. A lo sumoalgunos elementos de sus trajes o de sus ornamentos cambian. Si nosreferimos a Xipe Ttec, por ejemplo, notamos que lleva varias joyas yun escudo de oro, como dios de los orfebres, pero, en sus atribuciones

    15Urbanization at Teotihuacan: Mxico. Edited by Ren Millon vol. 1: The TeotihuacanMap. Part one: Text. University of Texas Press. Austin & London, 1973, p. 58 y siguientes. Eltrabajo de la obsidiana aparece ya en la fase Tzacualli ( I-150 despus J. C.).ibid., p. 53.

    16J. de Durand-Forest,: Tlazoltotlin Smoke and mist.Mesoamerican Studies in memory ofThelma Sullivan, edited by J. Kathryn Josserand and Karen Dakin. BAR International Series402, 1988, p. 191-215, cf. p. 194.

    17Cdice Telleriano-Remensis, pl. XXX, 19 Trecena: 1 guila y Cdice Ixtlilxchitl.Ms.Mex.65-71. Facsmile, comentario de J. de Durand-Forest. Akademische-Druck-u-Verlagsanstalt;Graz, 1976. Ver el 17 mes Tititl, Facsmile p. 102 y comentario p. 25.

    18J. Eric Thompson,:Maya History and Religion. The Civilization of the American IndiansSeries. University of Oklahoma Press, Norman 1972, p. 206 y siguientes y Ferdinand Anders,:Das Pantheon der Maya. Akademische Druck-u-Verlagsanstalt. Graz, 1963, p. 110. Y CdiceTro-Cortesianus Cdice de Madrid. Museo de Amrica. Madrid. Introduccin de F. Anders. C-dices Selecti, vol. 8. Akademische Druck-u-V. Graz, 1967, p. 79 y 102.

    19Cdices Matritenses de la Historia General de las Cosas de la Nueva Espaa de Fray Bernardinode Sahagn. Editado por Manuel Ballesteros Gaibrois. Madrid, Ediciones Jos Porra Turanzas,1964, lminaVI, Coleccin Chimalistac de Libros y Documentos acerca de la Nueva Espaa. 20.

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    mayores, lleva otros ornamentos, en particular cuando es regente dela 14 Trecena: Ce Itzcuintli 1 Perro del Calendario Divinatorio oTonalpohualli.

    Xochiqutzal es igualmente regente de un conjunto de trece das,la 19 Ce Quauhtli, 1 Aguila, mientras que la diosa de los lapidariosChiconaui Itzcuintli, 9 Perro, preside la 18 Trecena: Ce Ehcatl,1 viento.20

    Pero no es evidente que el ttulo de esas divinidades eran venera-das por los artesanos y que las fiestas religiosas les eran consagradas,sea durante las 18 fiestas anuales del Calendario Solar, o en el mo-mento de las fiestas movibles regidas por el Calendario Adivinatorio.Es as, por ejemplo, que las bordadoras y las tejedoras honraban aXochiqutzal y los pintores a Chicomexchitl, 7 flor, durante la se-

    gunda fiesta mvil.21Los plumajeros, en cambio, festejaban sus diosesdos veces al ao, durante el 9 y el 15 mes.22

    Las ofrendas que los artesanos hacan en esta ocasin, les permi-tan establecer una especie de jerarqua entre los oficios, fundada notanto sobre el prestigio sino sobre el grado de facilidad que ellas reve-laban . Si bien los pintores y las bordadoras llevan a sus respectivasdivinidades solo inciensos o codornices, los plumajeros, los orfebres,los lapidarios, los estereros, los salineros y los resineros ofrecan ensacrificio uno o varios esclavos.

    Entre los artesanos de lujo, los amanteca eran sin duda los ms apre-

    ciados, ya que se igualaban casi con los pochteca-oztomeca, los comer-ciantes a quienes se les concede papel decisivo en la expansin azteca.23

    20ParaXipe Ttec ver Cdice Telleriano Remensis , pl. XXXII, 14 Trecena. 1 Perro y CdiceBorbonicus, comentario de Karl Anton Nowotny. Descripcin codicolgica de J. de Durand-Forest. Cdices Selecti. Akademische Druck-u-V, Graz, 1974, Pl. 24; Cdice Borgia. Facsmiledel Cdice Borgia Messicano N 1 de la Biblioteca Vaticana. Comentario de Karl AntonNowotny. Akademische Druck-u-V. Graz, 1976. (Traduccin francesa de J. de Durand-Foresty E. J. de Durand, Club du Livre. Philippe Lebaud editor, Pars, 1977. Facsmile p. 67 y p. 34ed. francesa; Cdice Vaticanus N 3773 o Vaticanus B. Nueva edicin con comentarios del Dr.F. Anders. Akademische Druck-u-V. Graz, 1972, p. 68. Spranz, Bodo: Gttergestalten in denmexikanischen Bilderhand-schriften der Codex Borgia-Gruppe. Eine ikonographische Unter-suchung. Acta Humboldtiana. Franz Steiner Verlag. Wiesbaden, 1964, p. 291. Para Xochi-qutzal 19 Trecena: Iguila, ver Cdice Telleriano Remensis,P1. XXXy Cdice Vaticanusp. 10 yp. 61. Cdice Borgia p. 62 arriba y comentario ed. fr. p. 34. Spranz, op. cit., p. 33 y siguientes.Xochiqutzal es igualmente la patrona del 20 signo de los das. Para Chantico Quaxolotl,ver Cdice Borgia, comentario ed. fr. p. 34, 18 Trecena. 1 Viento, facsmile p. 63 arriba.

    21J. de Durand-Forest,Lartisanat aztque, op. cit., p. 48 y 51 y Sahagn, op. cit. , t. I, L. II,p. 133.

    22J. de Durand-Forest: ibid., p. 16 y 40-41.23Un texto en nhuatl habla de ellos: yehica achi moneviuilitiuia lo que significa:

    porque alcanzaban casi a igualarse (artesanos y comerciantes). Cf. Schultze-Jena, op. cit.,p. 116 y 120.

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    El dios de los comerciantes, Yiacatecuhtli, dios-gua y el dios de losplumajeros, Coyotlinaual, se representan juntos.24

    Adems, los amanteca compartan con los comerciantes el privile-

    gio de que sus hijos pudieran acceder al colegio religioso, elcalmecac. En la ocasin de su Gran Fiesta, los plumajeros consagra-ban sus hijos a sus divinidades tutelares; si era un nio, pedan que se

    volviese sacerdote, oncan Tlacamacaztiz, o que adquiriera yn ixtliyn yollotli yn toltecyotl: juicio, capacidad de maestra en su arte.25

    Si era una hija, deseaban que aprendiese a bordar y a teir plumas ypelo de conejo.

    Se puede suponer que la educacin recibida en el Calmcac per-mita a algunos hijos de amantecas pretender, ms tarde, ocupar unpuesto administrativo o un cargo religioso, pero si elega seguir las

    huellas de su padre, no por eso era menos respetado.Por otra parte, los oficios manuales eran practicados, ocasional-mente a ttulo de descanso, por miembros de las clases sociales mselevadas. Los sacerdotes fabricaban unas mantas y unos asientos du-rante el 6 mes del ao y los comerciantes, que iban a Tochtepec, ela-boraban esteras ante la estatua de Yiacatecuhtli.26

    Los mismos seores se iniciaban en las artes mecnicas durante sujuventud, no slo para completar su educacin, sino tambin para sercapaces ms tarde de ganarse la vida ya que los privilegios concebidospor su nacimiento deban ser confirmados por los mritos.27

    Es as, nos dicen, que los hijos del rey de Tetzcoco aprendieron alabrar las gemas y trabajar las plumas y los hijos de Motecuhzoma I(1440-1469), soberano de Mxico, que no reinaron, se dedicaron altrabajo de la madera y de la piedra.28

    Se sabe, que su descendiente Motecuhzoma II que reinaba enMxico al momento de la conquista, recompens generosamente a losTolteca, a quienes les hizo llamar varias veces, y les tuvo mucha con-sideracin.29

    24Ibid.25Miguel Len-Portilla,:La filosofa nhuatl. Mxico, Instituto Indigenista Interameri-

    cano, 1956, p. 202.26J. de Durand-Forest,Lartisanat aztque, op. cit., t. I., L. II, ch. 25, p. 161 y t. III, L. IX,

    ch. 11, p. 46.27J. Soustelle,:La vie quotidienne des Aztques la veille de la conqute espagnole. Hachette,

    Paris, 1955, p. 66.28Ixtlilxchitl;Historia Chichimeca, op. cit., ch. 67, p. 295. Fernando Alvarado Tezozmoc,:

    Crnica Mexicyotl, Mxico, Imprenta Universitaria; 1949, p. 113.29J. de Durand-Forest,:Lartisanat aztque, op. cit., p. 183, y Tezozmoc. Crnica Mexica-

    na. Mxico, Editorial Leyenda, 1944, cap. 102, p. 498-499, cap. 103, p. 500 y cap. 107,p. 519.

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    Sin duda, los artesanos correspondan la estimacin con la cuallos distinguan por la calidad y utilidad de sus productos. Que se tratede objetos lujosos destinados al culto o a las clases privilegiadas, o de

    objetos utilitarios respondiendo a las necesidades internas y externasde una sociedad en plena expansin, los artesanos contribuyeron a lapoltica de prestigio y a la prosperidad material del Imperio.

    El rito de la fertilidad a la cual hicimos alusin antes, nos parecesignificativa a ese respecto.30Se trata de la fiesta de Atamalcualiztli(consumo de tamales de maz hechos con agua), que se festejaba cadaocho aos. La lmina de los Cdices Matritenses que la representa, re-ne no slo a los dioses de la lluvia y de la fertilidad, sino tambin alas divinidades con las atribuciones corporativas. Adems deXochiqutzal, tejiendo, figuran Xilonen, diosa de las nuevas espigas

    de maz, cuyo doble Xilo, es la diosa de los plumajeros; Nappatecuhtli,dios de los estereros; Uixtochuatl, diosa de la sal, Totochtin, en fin,uno de los dioses del pulque cuyo escudo es el de Macuiltochtli, eldios de los plumajeros.

    La presencia de esas divinidades requiere una doble explicacin.Por una parte, en efecto, ellas patrocinan actividades indispensablesen la sociedad azteca al mismo tiempo que las que relevan de lasdivinidades de la lluvia y de la fertilidad, por otra parte, ellas repre-sentan igualmente un substrato religioso sin duda muy antiguo.

    Esas divinidades gozaban de un prestigio que no ha dejado de re-

    percutir en las artes manuales que protegan a los que las ejecutaban,pues, dioses protectores y artesanos se encuentran en una relacin dereciprocidad: muy importante era la divinidad y ms grande era elprestigio de sus fieles. Al contrario, una artesana de vanguardia debaconferir a sus divinidades tutelares facultades y competencias fuera delo comn, que ella sacaba, como una inclinacin natural, subrayadahace ya 40 aos por Georges Dumzil, a expensas de los dioses msconsiderados del Panten azteca. El polimorfismo divino, tan caracte-rstico de esta regin, se prestaba, podramos decir, a este juego de

    vasos comunicantes de la misma manera que favoreca esta tendenciageneral de los aztecas que sealbamos al principio, de atribuirse laherencia de sus predecesores para integrarla, en una visin polticacosmognica global. No faltaban sacerdotes que encontrasen en la mi-tologa todas las justificaciones indispensables y formalizarlas en el len-guaje teolgico refinado que nos hacen conocer los himnos recogidospor Sahagn o, bajo un aspecto ms singular, los grandes manuscritosde carcter religioso.

    30Ver nota (17).