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7/17/2019 Los Papalagi (Spanish) http://slidepdf.com/reader/full/los-papalagi-spanish 1/13 DrscuRsos DE TUlNll nr TID§¡E§ rEFE sAMoANo eos DeDeLrcN LOS HOMBRES BLANCOS) Reunidos por Erich Scheurmaun Con los dibujos de Joost Swarte integral

Los Papalagi (Spanish)

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Los Papalagi es una colección de discursos que el jefe samoano Tuiavii de Tiavea dirige a su pueblo y donde interpreta la cultura occidental

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7/17/2019 Los Papalagi (Spanish)

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DrscuRsos

DE

TUlNll

nr

TID§¡E§

rEFE

sAMoANo

eos

DeDeLrcN

LOS

HOMBRES

BLANCOS)

Reunidos

por

Erich

Scheurmaun

Con los

dibujos

de

Joost Swarte

integral

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7/17/2019 Los Papalagi (Spanish)

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#T'ffiffi Et

MEIAI.

PEDONDC

lutli(,ifiu

Y

EI-

PAPEI-

TO§CO

t,i:{iiil.i:l.#

scuchadrne

con mente

abierta,

mis

más

sensibles

hermanos. y

estad

agra-

decidos

de no

conocer

los

pecados

y

horrores

del

hombre

blanco.

Todos

vosohos

sois

mis

testigos

de

que

elmisionero

di-

jo:

"Dios

es

amor».

Un

buen

ctistianoha

de man-

tener

siempre

la imagen

del

amor

ante

sus

ojos.

Esta

es

la raz6n,

según

é1,

por

la

que

el

hombre

sóloreza

alGran

Dios.

Hermanos, élnos

ha

men-

tido

y

nos

ha

estafado;

él

fue sobomado

por

los

Papalagi

para

conducimos

por

elmismo

camino

con las

paiabras

delGran

Esp-nitu.

Porque

elios

adoran

el

papel

tosco

y

el

metal

redpndo,

invo-

can

al dinero

como

a un Dios.

\

Cuando hablas

a

un

Ewopeo

sobre

el

Dios

del

Amor,

sonríe

y

pone

cam

divertida.

Sonríe por

A

\w/

¡

I

D

if$¡,fffi

'tt

Page 3: Los Papalagi (Spanish)

7/17/2019 Los Papalagi (Spanish)

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tu estupidez.Pero tan

pronto

como

le

muestes

unapiezade

metal

redondo

y

brillante

o una

ho-

ja

de

papeltosco,

entonces

sus ojos

se iluminan

y

la saliva empieza

a

babear

por

sus

labios.

Di

nero es

su único amor,

eldinero

es

su

Dios.

Es-

to

es en lo

que

todos

los

blancos

piensan,

inclu-

so

cuando duermen.

Hay

algunos cuyas manos

se

han

vuelto

retorcidas

y

han

tomado

la apa-

riencia

de las

patas

de una

termita,

como

resul-

tado

delcontinuo

esfuerzo por

obtener

el metal

y

el

papel.

A

otros se les han

vuelto

ciegos

sus

ojos

de

tanto contar

el dinero.

Existen

aquéllos

que

han

dado

su

alegría a

cambio

de dinero,

su

risa,

su

honor,

su aima, su

felicidad

sÍ, incluso

'

su

esposa

y

niños.

Casi

todos

ellos

han

dado su

salud

por

dinero. Lo

lls¡an consigo

en sus

tapa-

rrabos,

doblado

junto,

entre

duras

pieles.

Por la

noche

lo

ponen bajo

su

enwelve-c¿mas,

de

mo-

do

que

nadie

pueda

llevárselo.

Piensan

en

él no-

che

y

da,

cada hora,

cada minuto.

Y todo

elmun-

do

¡todo

el mundo

¡los

niños tambiár

Se Io lie-

van

a casa.

Sus madres

se

lo

enseñan

y

lo

ven

de

sus

propios padres.

Cuando caminas

por

las

grietas

de

Siornonisl,

oyes

gritar

por

todas

par-

tes.

¡mark

Y

un

momento

después

ofra vez

¡marklEn

todas

partes

oyes

este

grito,

ya

que

es elnombre local

del

metalredondo

y

del

papel

tosco.

En Fafaliz,

se le llama

franc,

en

Peletanié,

shilling, y en

Italia,

lira.

Mark,

franc,

shilling,lira,

todo es lomismo.

Todo

significa

di-

nero,

dinero, dinero.

Dinero

es eli¡r-rico

Díos ver-

dadero

de

los Papalagi,

al

menos

si

consideras

que

Dios

es lo

que

más

amas.

Y asi

en la tierra

de

los blancos

es

imposible

estar

sin

dinero,

ni siquierapor

un

morrlento,

ente

el

amanecer

y

el

ocaso,

¡sin

nada

de dinero

No

podrías

satisfacer

tu hambre,

tu sed,

serías in-

capaz

de encontrar

una

estera

para

la

noche.

Te

encerrarían

en la

más sombría

pfu¡-pfut y

difa-

marían tu

nombre

en

muchos

papeless,

porque

no

tienes

dinero.

Tienes

que

pagar, que

significa

dar dinero,

por

e suelo

en el

que

permaneces

de

pie,

por

elpunto

donde

quieres

conskuir

tu

ca-

baña,

por

la

estera

pam

la noche.

por

la

luz

que

brilla

en

el

interior

de

tu cabaña.

Cuando

quie-

Íes cazar

al

gorrión

o

ir a

un sitio

an

el

que

la

gente

se

diüerte,

donde

cantan

y

bailan,

o

si

quie-

res

pedir

consejo

a

tu

hermano, debes

pagar

por

todo. En todas

partes

tu

herrnano

p€rrr¡anece

con

una

mano ectendida

y

te despreciaráy

maldeci-

si

la

dejas

sin

llenar.

Una sonrisa

de excusa

18

o

una

mirada

amistosa

no

ayudan

a

ablanda¡

su

corazón.

En

lugar

de esc abrirá

su'boca

y

te

grl-

tará:

«¡Granuja,

huesos-

gandules,

rnendigolr,

que

significa

todo

lo

mismo

y

está

considerado

co-

mo

un

grave

insulto.

Incluso

para

nacer

tienes

que

pagar

y,

o:ando

muaes,

tu aigodebe

pagar,

puesto

que

estás

muato

y

debes

pagar

para

obtener

permiso

para

dqositar

tu

cuerpo

en

la

üerra

y

por

la

gran piedra

que ponen

encima

de

tu tumba

como

recordatorio.

He

descubierto

una única

cosa

por

la

que

no

se

pide

dinero

y

de la

que

todo

elmundo puede

tomar

tanto

como

quiera:

el

atre

para

respirar.

Pero

sospecho

que

eso

ha

escapado

meramen-

te

a

su

atención

y

no

dudo en

decir

que,

si

mis

palabras

pudiaan

ser

oída.s

en

Europa,

furmedia-

tamente

pedirían

metal

y

papel

tosco

por

eso

tam-

bién. Porque cada europeo siempre está

a

la bús-

queda

de una

raz6n

para

pedir

continuamente

más

dinero.

Estar

en Europa

sin dinero

es

como

ser

un

hombre

sin

cabeza,

sin miembros,

un

cero.

De-

bes tener

dinero.

Necesitas

dinero

como

necesi-

ta

la

comida,

beber

y

dormir.

Cuanto

más

dine-

ro

tienes

más

fácil es

la

vida.

Cuando

posees

di-

nero

puedes

cornprar

tabaco,

anillos

y

hermosos

taparrabos.

Puedes

comprar

tanto

tabaco,

ani-

llos

y

taparrabos

como

quieras,

tanto

como tu

dinero

te

permita.

Si

tienes

mucho

dinero,

pue-

des

comprar

muchas

cosas. Por

consguiente

to-

do

el mundo

quiere

más delque

tiene

el

oto. Por

eso

todos

r¡an

tras el

dinero

y

Ios

ojos

de todo

el

mundo

lo

persiguen

constantemente.

Cuando

tiras

una

pieza

de metal redondo

en

la

arena,

los

niños se

arrojan

detrás

y

luchan

por

é1,

y

el

que

1o

coges

es el

vencedor

y

está muy

fdiz.

Sin

em-

bargo

no se

tiran

regularmente

piezas

de

dinero

en

la

arena.

¿De

dóndetieneeldinero?,

¿Cómo

puedes obtener mucho?

Oh,

de

todas las

formas,

fácil

y

difícil.

Cuando

cortas

el

cabello

a tu her-

mano,

cuando

quitas

la suciedad

de

enfrente

de

su casa,

cuando vas

en una canoa

por

el

agua

y

cuando

tienes

un

gran

pensamianto.

Sí,

en es-

te

documento

debe mencionarse

que

no

sólo

se

pide

el

metal

redondo

ynel

papel

tosco

para

casi

todo;

iambiérl

puedes

obtenerlo

haciardo

casi na-

da. Lo

único

que

tienes

que

hacer

es realizar

una

acción

que

en

Europa

es

llamada

.,tabajo,.

..Tra-

baja

y

tend¡ás

dineror,

es la norma

mmún

euro-

pea. Existe,

sin embargo, una gran

injusticia

que

el

Papalagi

tiende

a

ignorar,

y que

no considera-

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7/17/2019 Los Papalagi (Spanish)

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É

porque

significaría

[email protected]

injusticia.

No

toda

la

gente

que

üene

mucho

dinero

también

ka-

baja

mucho.

(Naturalmente

a todo

el mundo

le

gustaría

tener

mucho

dinero

sin

tener

que

baba-

jar

por

ello).

Así

es como

funciona;

tan

pronto

como

un

blanco

tiene

suficiente

dinero

para

su

comida,

su cabaña

y

su

estera, y

un

poco

para

ahorrar,

por

ese

poco

deja

a

su

herm¿mo

baba-

jar

con

él.Enpieza

dejándole

hacer

eltaba¡o

que

pone

sus

manos

toscas

y

sucias.

Le de¡aque

lim-

pie

la

suciedad

que

él

hace.

Y

si es

una

mujer,

alquila

una

muchacha

para

hacer

el

traba;o

por

ella.

La

chica

debe limpiar

las

esfems

sucias, los

utensilios para

la

comida

y

las

pieles

de los

pies.

Debe

remendar

los taparrabos

rasgados

y

no

pue-

de

hacer

nada

que

no sea

agradable

o útil

a la

señora.

De

este

modo

é1o

ella

ganan

tiempo

pa-

ra

hacer

un

tabajo

mayor, más

importante

o

más

agradable,

porel

que

reciben

más

dinero

y

no

tie-

nen

que

ensuciarse

las

manos

o fatigar

sus

mús-

culos.

Si

él es un

constuctor

de botes,

ellos

tie-

nen

que

ayudarle

a

construir

botes.

Del

dinso

que

él

gana

con

el

traba¡o

de

ofuo

hombre,

dine-

ro

que

con

todo

derecho

debiera

per-.te;rtera

a

este

hombre,

aparte

la mayor

parte y

tan

pronto

co-

mo

puede,

alquila

a

ofuo

hombre

para

trabajar

por

él

y

más tarde

a

un

tercero;

más

y

más

her-

manos

están

construyendo

botes

para

é1,

algu-

nas

veces

hasta más

de

cien. Finalmente ya

no

'hace

nada más

que

tumba¡se

en

su

estera,

be-

bet

kaua

europea

y quernar

esas

cañas

humean-

tes.

El

da

los

barcos

cuando

están

listos

y

recibe

elmetal

redondo y

el

papel

tosco,

que

los

otros

ganaron

por

é1.

La

gente

dice

que

es rico.

Todo

elmundo

leenvidia,

Ie

adula,

Ie

habla

de un

mo-

do

amistoso.

Porque

en

la

tierra

de

los

blancos

un

hombre

no

es respetado

por

su

nobleza

o su

valor,

sino

por

la

canüdad

de dinero

que

tiene,

cuánto

gana

€n

un

dÍa

y cuánto

puede r@oEer

en sus cajas

fuertes

de

hisro,

que

son

tan

pesa-

das

que

ni

siquiera

un terremoto

p'tdemenearlas.

Hay

muchos

blancos

que

ahorran

todo

el

di-

nero

que

los

ohos

ganan

para

ellos; entonces

1o

llevan

a un

sitio

donde

está

muy bien

guardado-

Siempre llevan

más

dinero alli

hasta

que

ni

si-

quiera

necesitan

ya

a los otros

para

hacer

el

ha-

bajo

por

ellos,

porque

el

dinero

hace

el babajo

por

solo.

Cómo

una

cosa

así

es

posible,

sin

nada

en

absoluto

de hechicerÍa,

nunca

me

resul-

del

todo

claro, pero parece que el

dinero

lla-

ma aldinero;como

las

hojas

creciendo

en

un

ár-

bol,

así un

hombre

se va

haciendo

cada

vez

más

rico,

incluso

cuando

está

dormido.

Ni

siquiem

cuando

alguien

tiene

mucho

dine-

ro,

mucho

más

del

que

la

mayoía

de

gente

tie-

ne,

tanto que

cientos

de

miles

de habajadores

podrían

reducir

con

él

su aflicción

,

cdenada

de

é1.

Cubre el metal redondo

con

sus

manos

y

se

sienta

sobre

elpapeltosco;

avaricia

y

avrdez

ar-

den en

sus

ojos-

Y

cuando

le

preguntas

qué

pro-

yerta

hacer

con

todo

ese dinero,

dándote

cuen-

ta

de

que

no

puedes

hacer

mucho

más

en la

tie-

rra

que

vestirte

y

saciar

tu

hambre

y

tu

sed,

en-

tonces

no

sabe

qué

decir o

contesta;

"Quiero

ganar

más

dinero,

siempre

más

y

másr-

Enton-

ces

pronto

te

percatas

de

que

el

dinero

le

ha vuel-

:

to

enfermo,

que

su

sentido

común

ha

escapado

ante la

enfermedad

del dinero.

Él

está

enfermo

y

posddo,

porque

su

alma

ha

sido

atapada por

el metal

redondo

y

el

papel

tos-

co,

y

ya

nunca parará

de acumular tanto

como

sea

posible.

Nunca puede

razonar:

quiero

dejar

éste

mundo

sin

haber hecho

ninguna

maldad

y

sin

llevar

lasfue

alguno,

porque

asf es como

el

Gran Espíritu

me

envió

al mundo,

sin metal

re-

dondo

o

papel

tosco.

De

este

hecho

sólo

unós

pocos

se

dan

cuenta.

[a rrayoría

perrnanecen

en-

fermos

para

siempre,

nunca

vuelven

a estar

sa-

nos

de

corazón

otavezy

sólo

se

complacen

en

el

poder

que las

enorrnes

cantidades

de dinero

les

proporcionan.

Se

hinchan

con

orguilo,

como

la

fruta bopical

tas

un

chaparrón.

Con

júbilo

de-

jan

a

sus

hermanos

ejecutar la

labor

pesada,

mienkas

ellos

crecen

gordos

y

echan

cames.

Ha-

cen

eso

sin

entar

en

conflicto con

su concien-

cia.

Muy

orgullosos,

miran sus

dedos limpios,

que

nunca volverán

a

ensuciarse

ofua vez.Elconoci-

miento

de

que

continuamente

roban la

fuerza

de

los

ohos

para

añadiria

a

la

suya

pro,pia,

no les

preocupa

o

les

roba el

sueño

por la noche.

No

entra

en

sus

mentes

compartir

con

los

otros

el

dinero

para

aliüar

su carga.

Por

eso

hay

dos

ciases

diferentes

de

gente

en

Europa:

elprimer

tipo tiene

que

tabajar

duro

y

el segundo

tabaja

sólo un

poco,

o

nada

en

ab-

soluto.

Un

grupo

nunca

tiene

tiempo

para

sen-

tarse

al soi,

mientras

que

ios

otros no hacen

na-

da más.

El

Papalagi

díce:

"No

toda

la

gente

pue-

detener tanto

como

tienen

algunosr.

En

este

re-

frán

basa

el

derecho

a

ser cruel

cuando trafica

con dinero.

Su

corazón

es

como

una

piedra

y

su

sangre es

ftía.

Sí,

élengana,

miente,

y

es siempre

_^.

@

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7/17/2019 Los Papalagi (Spanish)

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deshonesto y peligoso

cuando

sus

manos

van

a

conseguir

dinero.

Ocurre

a

menudo

que

un Pa-

palag

mata

a

oho,

sólo

por

dinero.

O

le

mata

con

el veneno

de

sus

palabras

o

Ie

droga

para

despojarle

después

de

todo.

Usualmente

es ésta

laraz1npor

la

que

uno no

conffa en

el oto;

to-

dos ellos conoc€n

su

debilidad. También

por

eso

es imposible

averiguar

si

un hombrre

con

mucho

dinero

tiene también

buen coraz6n.

Es

posible

que

sea muy

malo.

Nr¡nca

puedes

averiguar

có-

mo

y

dónde

ha amasado sus

riquezas.

Pero

por

esta misma

tuzón,

un

hombre

rico

nunca

sabe

si los honores

que

se

le

hacen

son

por

su

metal redondo

o

por

él;

normalmente

es

por

su metal

redondo.

Por consiguiente,

tampo-

co

entiendopor

qué

las

personas

que

no

poseen

metal

redondo

y

papeltosco

se

sienten

avergon-

zadas

y

envidian

a las

ofuas, en

lugar

de

delar

a las

obas enüdiarlas

a

ellas. Porque

no

es ni

honorable

ni bueno

lla¡ar muchos

cordeles

con

conchas.

Tampoco

es bueno ser

bendecido

con

tanto

ciinero.

Deja a la

gente

sin

aliento

y

estor-

ba los

moümientos

natuales

del

cuerpo.

Pero

ni un

simple Papalagi

osa

despreciar

el

dinero.

Aquellos

que

no arrran

el

dinero

son ridi-

culizados,

son ualeé. Riqueza

es tener

mucho

dinero,

es ser

feliz,

esto es

lo

que

elPapalagi

di-

ce.

Ytambién

dice:

elpás

másricoes

dmásfda-

Mis

hermanos

de

piel

luminosa,

todos

noso-

hos

somos

pobres.

Nuestra tierra

es la

más

po-

bre de

todas

las

tierras

bajo

el

sol. No tenemos

su{iciente

metal

redondo

o

papel

tosco

para

lle-

na¡

ni

siquiera

un cofre.

De

acuerdo

con las

nor-

mas

de los

Papalagi

somos desdichados

mendi-

gos.

Y

todavía,

cuando

miro

a vueshos

ojos

y

los

comparo

con

aquéllos de los

ricos

alh,

encu€n-

to

los

suyos cansados,

mortecinos

y

perezosos,

mientras

que

los vuestos

brillan como

la

gran

luz, emitiendo rayos de

felicidad,

fuerza,

üda

y

salud.

Sólo

he visto

ojos

como

los

vuesbos

en

los

niños

de

los

Papalagi,

antes

de

que

puedan

habla¡.

Porque

antes

de esa época

no

tienen

to-

davía

conocimiento

deldinero.

¡Qué

poderosa

es

la

gracia

del

Gran

Espíritu,

que

nos

protege

de

ese

aitu EIdinero

es

un oifu,

porque

todo

lo

ha-

ce

malo

y

a todo

el

mundo

hace

malo.

Incluso

si

sélo tocas el dinero,

caes

bajo

su

hechizo

y

aquél

que

lo

ama debe

servirlo

y

consagrarle

to-

da

su

fuerza

durante el

resto

de su

üda Ame-

mos

nuesbas

formas

nobles

y

despreciemos

al

hombre

que

pide

una afold

u

."-bio

de su

hos-

pitalidad

o

por

cada.fnfo

que

te

da

Respetemos

nuestas

nornas

que

no

perrniten

a uno

tener

mu-

cho

más

que

a

oho,

o

a

alguien

tener

mucho

y

al

obo

no

tener

nada

en

absoluto.

Así

no

llega-

remos

a ser

como lcs

Papalagi

y

no

estaremos

felices

y

contentos

cuando

nuesfuo

hermano,

al

lado,

se sienta

nfeliz y

tiste.

Pero,

sobre

todo,

pongámonos

a salvo

deldi-

nero.

Los

Papalagi

también

agitan

el

metal re-

dondo

y'elpapel

tosco delante

de

nuestos

ojos,

para

despertar

nuesta

codicia.

Declaran

que

nos

f,*ár,

más

ricos

y

felices.

Muchos

de

ente no-

sohos

hemos

sido casi

tocados

y

cegados por

esta

espantosa

enfermedad.

Pero

vosotros

creéis

las

palabras

de

vuesfuo

humilde y

sabéis

que

cuento

la

verdad

cuando

digo

que

el dinero

no

hace

nunca más o

menos

feliz,

sino

quelanzaelcorazón

a la

confusión

in-

finita,

que

con

dinero nadie

es nunca

ayudado

por

símisrrn,

gue

no

os

hará

más contentos,

más

fuertes,

más

felices;

odiad

el

metal redondo y

el

papel

tosco,

del mismo

modo

que

odiáis

a

vues-

fuo

peor

enemigo.

(1)

Alernania

(2)

Francia

(3)

Inglaterra

(4)

Cárcel,

prisión

(5)Periódicos

(6)Est¡pido

(7)

Regalo

o

recompensa

20

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7/17/2019 Los Papalagi (Spanish)

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ruM [O§ PAPATAGI

§ON

PCDPE§

ffi

A CAU§A

DE

§U§

MUCI]A§

COSAS

Ut4

ambién

podás

reconocer

al

Papalagi

por

su deseo

de

hacemos

sabios

y

por-

gue

nos

dice

que

somos

pobres

y

des-

dichados

y

que

estamos

necesitados

de

su

ayuda

y

compr€nsióñ,

porque

no

posee-

mos nada.

Permitidme

explicaros,

hermanos

queridos

de

las

muchas

islas,

qué

es

UNA COSA.

Un coco

es

una cosa; un

matamoscas,

un tapa-

rrabos.

ia

concha, elanillo del dedo.

el recipien-

te

para

la comida

y

el tocado,

todo ello

son

co-

sas. Pero

hay dos clases de

cosas.

Hay

cosas

hechas

por

el

Gran

Esp-uitu

sin

que

lo

veamos

y

que

nosobos,

los niños de

la

tierra,

no

tene-

mos

dificultad

en obtener.

Como,

por

ejemplo,

el

coco,

la

bananay

la

concha

de

mar- D,

* * ¿m

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7/17/2019 Los Papalagi (Spanish)

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hay

cosas

hechas por

la

gznte

a

base

de

mucho

trabajo

y

privación,

cosas

como

anillos

para

los

dedos,

matamoscas

y

recipientes

de

comida.

Pues

bien, los olii

piensan

que

tenemos

necesi-

dad

de las cosas

hechas

por

sus

manos,

porque

ciertamenteno

piensan

en las

cosas

con las

que

elGran

EspÍ.,ifu

nos provee.

Porqug

¿qulán

puede

ser

más

rico

que

nosotos?

y

¿quián

puede

po-

seer rnás cosas

del

Gran Esp-uitu que

justamen-

te

nosotros?

l-anzad

vuestros

ojos

al

horizonte

más lejano,

donde

elancho

espacio

azul

descansa

en

el borde

del

mundo-

Todo

está

üeno

de

gran-

des

cosas:

la

selva,

con

sus

pichones

salvajes,

colibús

y

loros;

las

lagunas,

con

sus

pepinos

de

mar,

conchas

y

vida

marina; la

arena,

con

su

ca-

ra

brillante

y

su

piel

suave;

el agua

crecida, que

puede

encoleiza¡se como

un grupo

de

guerreros

o

sonre-r¡

como

una

Taopou;

y

Ia

amplia

cúpula

azul

que

cambia

de

color

cada

hona

y

trae

gran-

des

flores

gue

nos

bendicen

con

su luz

dorada

y plateada.

¿Por

qué

ser

tan

locos

corno

para

pro-

ducir más

cosas,

ahora

que

tenemos

ya

tantas

cosas notables

que

nos han

sido dadas

por

el

mis-

mo

Gran

Esp-rÍiu?

De cualquier

form4

nunca

se-

remos capaces

de mejorar

sus babajos,

porque

nuestro

espíritu

es

débil

y

endebie,

y

el

poder

del

Gran

Esp-uitu es

enorrne; comparadas

a

sus

enor-

mes

y

omnipotentes

manos,

las nuestas

son

pe-

queñas y

débiles.

Las cosas

que

pueden

hacer

22

son

endebles

y

no

vale

la

pena

hablar

de

ellas_

Podemos

hacer

más largo

nuesto

brazo

con

un

palo

y

agrandar

el hueco

formado por

nuestras

manos

con

un

tanoat

pero

todavía

no

ha

habi-

do un

samoano

o

un Papaiagi que

tiunfara

en

hacer

una

palmera

o una

planta

de kaua.

Actualmente

esos

Papalagi

piensan

que

pue-

den hacer

mucho

y que

son tan

fuertes

como

el

Gran

Esp-uitu.

Por

esarazón,

miles

y

miles

de

manos

no

hacen

nada más

que

producir

cosas,

delamanecer

al

crepúsculo.

El hombre

hace

co-

sas,

de

las

cuales

no

conocemos

elpropósito

ni

Ia

belleza.

Y

los

Papalagi

inventan

cada

vez

más

cosas.

Sus manos

arden,

sus

roshos

se

vuelven

cenicientos y

sus

espaldas

están

encorvadas

,peo

todavía

revientan

de

felicidad

cuando

han

triun-

fado

haciendo

una

cosa

nueva.

Y,

de

repente,

todo

el

mundo

quiere

tener

tal

cosa;

la

ponen

fren-

te

a

ellos,

la

adoran

y

le

cantan

elogios

en

su len-

guaje.

¡Oh,

hermanos ,

confirmad

mis

creencias

por-

que

he

observado

ai Papalagi

y

he

üsto

sus in-

tenciones

tan

claras

como

si

las

iluminase

el sol

del

mediodía.

Porque

él destruye

todas

las

co-

sas

del

Gran Espíritu.

Donde

quiera

que

vaya,

quiere

volver

a la üda

de

nuevo,

por

su

propio

poder,

aquellas

cosas

que

primero

ha

matado,

y

quiere luego

considerarse

a

mismo

el Gran

Espíritu porque

produce

tantas

cosas.

Hermanos,

tratad

de imaginar gue

en

este

mis-

mo

momento

se levantase

una tormenta

y

arra-

sara

todas

las'selvas

y

montañas,

que

también

las

conchas

y

cangrejos

fuesen

arrastrados

de

la

laguna y

ni

siquiera

quedase

una

flor

de

hibisco

para

que

nuestras

chica's

la llevasen

en

el

cabe-

llo,

tratad

de

imaginar que

todo

lo

que

vemos

a

nuestro

alrededor

desapareciese

repentinamen-

te,

de modo

que

nada

quedase

y

la

arena

y

la

tierra

llegasen

a

ser

como

la

palma

de

nuesba

mano

o la

colina

sobre la

que

el

magma

se

ha

deslizado.

Entonces

tendríamos

gue

llorar

a la

palmera,

a

las

conchas

y

a

la

seh¡a,

tendríamos

que

afligimos

por

todo.

Donde

se congregan

to-

das las

chozas

que

ellos

llaman

una ciudad,

allí

ia

üena

está tan

desnuda

como

la

palma

de

vues-

tra mano y

ésta

es

una

de las razones

por

las

que

a los

Papalagi

se

les

han

ablandado

los

se-

sos

y

juegan

a ser

el

Gran

Esp-uitu

€n

persona:

para no

pensar

en todas las cosas

que han per-

dido. Porque

están

despojados

y

porque

su

tie-

rra se

ha vuelto

tan

histe

que

coleccionan

co-

f11rllt

1

"

?11

Page 8: Los Papalagi (Spanish)

7/17/2019 Los Papalagi (Spanish)

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sas

como

un

loco

colerciona

hojas

muertas

y

lle_

na

su

cabaña

con

ellas

hasta

que

todo

espacio

libre

queda

ocupado.

Ésta

es

larazónde

que

nos

enüdie y

eqsrehacemos

tan

pobres

como

éles.

Es

signo

de

Ean

pobrezaque

alguien

necesite

muchas

cosas,

porque

de

ese.rroáo

demuestra

que carece de las

cosas

del Gran Espidtu. Los

Papalagi

son

pobres

porque

persiguá

hs

cosas

como

locos.

Sin cosas

no

pueden

üvir.

Cuando

han

hecho

delcaparazlnde

una tortuga un

ob_

jeto para

aneglar

su

cabello,

hacen

un

pellejo

para

esa herramienta,

y

para

elpellejo

hacen

una

ca-

ja,

y

para

la

caja,

una

caja

más

grande.

Todo

Io

envuelven

en

pellejos

y

cajas.

Hay

cajas

para

ta-

parrabos,

para

telas

de

aniba y

para

telas

de

aba_

jo,

para

las

telas

de la

colada, para

las

telas

de

la

boca

y

obas

clases

de

telas.

Cajas para

las

pie_

les

de las

manos

y

las

pieles

de los

pies,

para

el

metal

redondo

y

el

papeltosco,

para

su

comifla

y

para

su

libro

sagrado, para

todo

Io

que

podáis

imaginar.

Cuando

una

cosa

serÍa

suficiente,

ha_

cen

dos.

Si

enbas

en

una

cabaña

europea

para

cocinar,

ves

tantos

recipienies

pam

la

comida y

herramientas

que

es imposible

usarlos

todos

a

la vez.

Y

por

cada plaio

hay

un

tanoa

distinto:

uno

para

el

agua

y

otro

para

ei kaua

europeo,

uno

para

los

cocos

y

oho para

las

uvas.

Hay

tantas

cosas

dento

de una

choza

euro_

pea,

que

si

cada

hombre

de un

pueblo

samoano

se

llevase

un

brazado,

la

gente

que

vive

en

ella

no

sería

capaz

de

llevarse

elresto.

En

cada

cho_

zahag

tantos ob;etos

que

los

caballeros blancos

emplean

muchas personas

sólo

para

ponerlos

en

el

sitio que

les

corresponde

y

para

limpiarles

la

arena.

Incluso

las

taopu

de

alta

cuna

emplean

gran

cantidad

de

su tiernpo

en

contar,

rearreglar

y

limpiar

todas

sus

cosas.

Todos

vosotros

sabéis,

hermanos,

que

cuen-

to

la

verdad que

he

üsto

con

mis

propios

ojos,

sin

añadir

a

mi historia ninguna

opinirSn.

por

eso

creedrne

cuando

os

cuento

que

hay

gente

en

Europa que

presionan

un

palo

de

fuego

en

sus

frentes

y

se

matan, porque

preheren

no

vivir

a

üvir

sin

cosas.

Los

Papalagi

turban

de

todos

los

modos posibles

sus

mentes

y

enloquecen

pen_

sando que

el

hombre

no

puede

üvir

sin

cosas,

como

no

puede

vivir

sin

comida.

También

por

eso,

nunca

he

sido

capazde

en-

confuar

una

choza

en

Eurcpa

donde

pudiera

des-

cansar

delmodo

apropiado

en

mi

estera, sin

na_

da

que

estorbara

mis

miembros

cuando

querÍa

estirarme.

Todas

aquellas

cosas

lanzan

destellos

de

luz

o

gritan

chillonarnente

con

las

voces

de

sus

colores,

de tal

modo que

no

podía

cerrar

mis

ojos

en

paz-

Nunca

hallé

el verdadero

reposo

allí

ni fue

mayor

mi nostalgia

por

mi

cabaña

samoa-

na;

esa

cabaña

en

la

que

no

hay

nada

más

que

una

estera para

dormir

y

un

envuelve-cama,

y

donde

nada

te

h¡rba

salvo

la

suave

brisa dei

mar.

Los

que

tienen pocas

cosas

se llaman

a

sÍmis-

mos

pobres

o

infelices.

Nngún

papalagi canta

o va

por

la

üda

con

un

destello

en su

mirada

cuando

su

única

posesión

es un

recipente

de

co-

mida

como

hacemos

nosokos.

Si los

hombres

y

mujeres

del

mundo

de

los

blancos

residieran

en

nueskas

cabañas,

se lamenta¡ían

y

afligirían,

e irían

a

buscar

rápidamente

madera

de

los

bos-

ques

y

caparazones

de

tortuga,

üdrios,

fuerte

alambre

y

llamativas

piedras

y

mucho,

mucho

más.

Y

move¡ían

sus

manos

de la

mañana

has-

ta

la

noche,

hasta

que

Ia choza

samoana

estu-

viese

llena de

objetos

enorrnes

y

pequeños

que

se

rompen

fácilrnente

y

son destructibles

por

el

fuego

y

Ia

lluvia.

y que

por

esto

deben

sustituirse

todo

el

tiempo.

Cuantas

más

cosas

necesitas,

mejor

etlropeo

eres.

Por

esto

las

manos

de

los

papalagi

nunca

están quietas.

siempre

hacen

cosas.

Ésta

es

la

razón por

Ia

oue

los

rosiros

de ia

garte

blanca

parecen

a menudo

cansados

y

iristes

y

la

causa

de

que

pocos

de

ellos puedan

hallar un

momen-

to

para

mirar

las

cosas

del

Gran Esy'nitu

o

jugar

en la

plaza

delpueblo.

componer

canciones

feli-

ces o

danzar

en Ia

luz

de

una

fiesta

y

obtener

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7/17/2019 Los Papalagi (Spanish)

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placer

de

sus

cuerpos

saludables,

como

es

posi-

ble

para

todos

nosotros2.

Tienen

que

hacer

cosas.

Tienen

que

seguir

con

sus

cosas.

Las

cosas

se cierran

y

reptan

sobre

ellos, como

un

ejácito

de

diminutas

hormigas

de

arena.

Ellos

cometen

los más

honibles

crímenes

a

sangre fría, sólo para obtener más cosas.

No

hacen

la

guena

para

saüsfacer

su orgullo

mas-

culino

o medir

su fuerza,

sino

sólo

para

obtener

cosas.

No

obstante

se

dan

cuenta

del

gran

derroche

que

es

su

üda

o no

habría

tantos

Papalagi

de

alta

posición

que

no

hacen

durante

su

existen-

cia nada más

que

sumergir cabellos

en

zurnos

co-

loreados

y

con

ellos formar

bellas

representacio-

nes-espejo

sobre

esteras blancas.

Escriben

todas

las

buenas

paJabras de

Dos,

tan

brillantes y

lle-

nas de

color corno

pueden.

También

moldean

gente

con

arcilla

blanca,

sin

ningún

taparrabos;

muchachas

de movimientos

libres,

encantadoras

como

lataopou

deMatatrtu

e

imágenes

de hom-

bres,

blandiendo

garrotes

y

acechando

alpichón

salvaje

en

el

bosque.

Gente hecha

de

piedra,

pa-

ra la

que

los Papalagi

construyen

€norrnes

caba-

ñas festivas,

a las

que

la

genteviaja

desde

enor-

mes

distancias

para

disfrutar

de

su

gracia

y

be-

lleza.Perman@en

de

pie

enfrente

de ellas,

apre-

tadamente

cubiertos

con

sus

taparmbos

y

tiri-

tando.

Yo

he

visto

a los

Papalagi

lamentarse

cuando

admiraban

labelleza que

ellos mismos

habían

perdido.

Ahora

elhombre

blanco

quiere

hacemos

ricos

trayéndonos

todos

sus tesoros,

sus

cosas.

Pero

esas

cosas

son

como flechas

envenenadas, que

matan

a

aquéllos

en

cuyo

pecho

se han

inhodu-

cido. Una vez

o't,

por

casualidad,

decir

a un hom-

bre

que

conoce

bien

nuestas

islas:

"Vamos

a

for-

zar

nuevas

necesidades

en ellos".

¡Las

necesida-

des

son

cosas Y

aquel

sabio

d¡o más:

..Enton-

ces

podemos

ponerles

a trabajar

también

fácil-

mente».

QuerÍa

decir

que

tend¡íamos

que

usar.

la

fuerza

de

nueshas

manos

para

hacer

cosas,

co-

sas

para

nosofuos

mismos,

pero principalmente

cosas

para

los Papalagi.

Debemos

estar

también

cansados,

encor.¡ados

y

grises.

Hermanos

de

muchas

islas,

debemos

mante-

ner

nueshos

ojos

muy

abiertos,

porgue

las pala-

bras

dé bs

Papalagi

saben

como los

dulcei

plá-

tanos,

pero

están

llenas

de

flechas

escondidas

que

saldrán

para

matar

toda

ia

luz

y

alegría que

hay

en

nosohos-

No

olvidemos

nunca

eso.

Aparte

de

lo

que

nos ha

dado

el

Gran Esp-nitu,

precisa-

mos

muy

poco.

Él

nos dio

ojos

para

ver

las

co-

sas,

pero

necesitáis

más

que

todo

eltiempo

de

nuestra

üda

para verlas

iodas. Y

nunca pasó ma-

yor

mentira

por

los labios

de un ser humano

co-

mo cuando

el hombre

blanco

nos

dice

que

las

cosas

del

Gran

Esp-nitu tienen

muy

poco

valor,

pero que

las

cosas

que

ellos

producen

son

más

útiles

y

valiosas.

Sus

propios

ob¡etos,

son

nume-

rosos,

resplandecientes y

brillantes, lanzan

mi-

radas

seductoras

a

nuestro sistema

de

üda

y

se

nos

imponen,pero

nunca

hacen

el

cuerpo

de un

Papalagi

más

bello, sus

ojos más b¡illantes

o sus

mentes

más

agudas. Ésta es

otra razón

por

la

que sus cosas

tienen poco valor

y

las palabras

que

pronuncian

y

fuerzanüolentamente

nuesta

consciencia,

sor

pensamiantos

empapados

de ve-

neno,

las

eyacuJaciones

de

un

esp-nitu

maligno.

(1)

Recipimte

de

madera

de

3

o

4

patas

,

usado

para

ia

prqa-

ración

cie la

bebida

nativa.

(2)

Muy

a menudo,

ios samoanos

van

a

jugar

y

bailar

juntos.

Aprenden

a

baila a

muy

temprana edad.

Cada

pr:eblo

tiene

sus

canciones

i/

poetas.

Por

la noche

se

puede

o'lr

cantar

dento

de

cada cabaña.

El

canto

es

melodioso,

principainrente

porque

el

idioma

es

muy

rico m

vocales.

pero

también

a causa

del

delica.

do

"buen oídon

de los

isleños.

24

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7/17/2019 Los Papalagi (Spanish)

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ffilo§

PApA[AGilffi

]]ACTN

PCDPE

A

DIC§

tlii,.''.;+

os

Papalagi tienen

una

manera

exta-

ñamente

confusa de

parsar.

Siempre

se

están

devanando los

sesos,

para

sa-

car

mayores

provechos y

bienes

de

las

cosas,

y

su consideración

no es

por

humanidad,

sino

sólo

por

el interés de

una

simple persona,

y

esa

persona

son

ellos mismos.

Cuando

alguien dice:

oMi

cabezame

pertene-

ce a mí

y

a nadie más

que

a

mír, tiene

mucha

razón

y

nadie

puede

decir nada

en

contra

de

es-

to. En

este aspecto

el

Papalagl

y

yo

comparti-

nos

puntos

de

vista.

Pero cuando él continúa:

ula

palmera

qs

mía,,

sólo porque

e*.

ér¡bol

cre-

ce delante

de su

cabaña,

entonces se compofca

@

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7/17/2019 Los Papalagi (Spanish)

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como si él

mismo

hiciera

clecer la

palmera.

Pero

esa

palmera

no

pertenece

a

nadie.

¡A

nadie

Es

la

mano de Dios

la

que

nos

la

ha

proporcionado

del suelo.

Dios

tiene muchas

manos.

Cada

ár-

bol,

cada

hoja

de

hierba,

el mar,

el

cielo

y

las nu-

bes

que

flotan

en

á,

todos son las

rrr¿¡nos

de

Dos.

Podemos

usarla para

nuesto

placer,

pero

nun-

ca

podemos

decir:

ula

mano

de

Dos

es

mi

ma-

no".

Sin

embargo esto

hacen los

Papalagi.

En

nuesho idioma

"lou"

significa

«mío»,

p€ro

también

significa

utuyor.

Es casi la misma

cosa.

Pero

en

el idioma

de

los

Papalagi

es dificil

en-

contrar

dos

palabras que

difieran tanto

en

sign

ficado

como

«mío>,

g

"tuyor.

Mo,

significa

que

algo me

psrtqtecepor

entero arrí.

Tuyo,

signifi-

ca

que

algo

pertenecepoÍ

entero

a

otro.

Es la

razánpor

la

que

el Papalagi

llama

a

todo

lo

que

está cerca

de

su

casa «mío».

Nadie tiene

dere-

cho

a ello

más

queél.

Cuando

visihs

a un Papa-

lagi

y

ves

also a[i un

árbolo una fruta,

madera,

agua

o un montón

de basura,

siemprehay alguren

alrededor

para

decir:

uEs

mío

y que

no te

coja

tomando

algo

de

mi

propiedadr.

Incluso

si tocas

algo empezar

á a

berrear

y

te

llamará

ladrón.

És-

ta

es

la

peor

rrnldición

que

conoce.

Y solamen-

te

porque

te has ahevido a

tocar

el

«sugo>

de

otro

hombre.

Su amigo

y

los criados

del

jefe

vend¡án

corriendo,

te

pondrán

cadenas,.te echarán a

la

más

sombña

pfui-pfuí

y

la

gente

te

despreciará

durante el resto

de tu

üda.

Actualmente

para

impedir

que

la

gente

toque

cosas

que

alguim

ha

declarado suyas,

se

ha

pre-

sentado

una ley

que

concrete

qué

es

suyo

y

qué

es

mío.

Y hay

gente

en

Europa

que

gasta

su vi-

da entera

prestando

atención a

que

no se

quie-

bre

esa

ley,

que

no se

quite

nada

al Papalagi

que

ha declarado

que

aquello es suyo.

De

esa

mane-

ra,

los

Papalagi

quieren

dar

Ia

impresión

de

que

tienen

derecho real sobre esas cosas,

como

si

Dios

hubiem

regalado

sus cosas

para

siempre.

Como

si

las

palmeras,

iai flores,'los

á¡boles.

el

mar,

el ave

y

las

nubes

fueran

realmente

de su

propiedad.

Los

Papaiagi

tienen necesidad

de

ieyes

que

guarden

su mio,

porque

de oho modo,

la

gente

con

poco

o

nada

de

rrío,

se las

quitaría.

Porque

si

hay

gente que

pide

mucho

para

misma, hay

muchos otros

abandonados

que

permanecen

de

pie

con las manos vacías.

No

todo

el mundo

co-

noce las

tretas y

señales

escondidas con

las que

se

puede

ácumular

mucho

mío,

y

también

se ne-

30

cesita

una

especie de

ralor,

que

tiene

poco

o

na-

da

que

ver

con lo

que

nosotos

llamamos

respe-

to

y

puede

que

aquellos

Papalagi

que

están

con

las

manos

vacías,

porque

no

querÍan

robar

o in-

sultar

a Dios, sean los mejores

de su tibu.

Pero

no

existen

muchos Papalagi

como

esos.

La

mayorÍa

de ellos

roban

a

Dios

sin

un ápice

de vergüenza

siquiera.

No

conocen nada

mejor.

No

se

dan cuenta

de

nada-mal-hecho;

todo

el

mundo

Io

hace

y

nadie

ve

nada extaño

o

se

sien-

te

mal

por

ello.

Muchos también

reciben su

mon-

tón

de

míopr

nacimiqito,

de

sus

pa&es.

Y Dios

no ha

dejado casi

nada,

porque

la

gente

lo ha

tomado

y

tansformado

en mío

y

tuyo.

Su sol,

he¡ho

para

todos

nosohos,

no

puede

ser iguali-

tariamente

diüdido nunc4

porque

uno

pide

más

que

oto.

En

los hermosos

espacios abiertos

don-

de

el

sol

brilla en todo

su

esplendor,

sólo unos

pocos

están

sentados, mientras una muchedum-

bre

entera

tata

de

aJcanzu

un

pálido

rayo

de luz

sentados

en

las

sombras; Dios no

puede

alegrarse

con

todo

su

corazón, porque

él ya

no

es

el

alii

sílí1,

en

su

prcpia

casa. Los

Papalag le

niegan

al decir

que

todo

es

suyo.

Pero

nunca llegarán

a

ese discemimiento,

por

muy üfercnte

que

pien-

sen.

Por

el

contario, ellos consideran sus actos

jus-

tos

y

honestos.

Pero

a

los

ojos

de

Dios

son

in-

justos

y

deshonestos.

Si

ellos

hicieran uso de su

sentido

común,

sín

duda

comprenderían

que

nada

de

io

que

no

po-

demos

retqter nos

pertenece

y que

cuando

la

marcha sea dura

no po&emos

llevar

nada.

En-

tonces

tambiá'l empezuian

a darse

cuenta

de

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7/17/2019 Los Papalagi (Spanish)

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que

Dibs

hace

su

casa

tan

grande,

porque

quie_

re

que

haya

y

felicidad

para

todos.

y

en

verdad

se¡ía

suficientemente

E?nde

para

todo

el

mun_

do,

para

que

todos

enconkáramos

un

lugar

so-

leado,

una

pequeña

porción

de felicidad,

*u,

po

cas

palmeras

y

ciertamente

un

punto

en

el

iue

los

dos

pies

se

apoyaran,

justo

como

Dos

que_

rÍa

y

deseaba que

fuera. ¿Cómo

po&ía

Dios

ol_

vidar

siquiera

a

uno

de

sus

propios

niños?

Pero

todavíahay

muchos

buscando

febrilrnente

ese

pequeño,

diminuto

punto

que

Dios

les

ha

re_

servado.

Porque

los

Papalagi

no

quieren

escuchar

Ia

pa-

labra

de Dios

y

empiezan

a

hacer

leyes por

su

propia

cuenta.

Dios

les

envía

muchas

cosas que

amenazan

su

propiedad.

Envía

calor

y

lluüa

pa_

ra

destruir

su

mío,

lo

envqece,

demrmba y

pu_

dre.

Dios

también

da

a

Ia

torinenta

y

al

fuego

po_

der

sobre

su

mÍo.

Y

lo

peor

de

todo:

inhoduce

miedo

en los

corazones

de los

papalagis.

Miedo

es

la

cosa

principai

que

ha

adquirido-

EI

suerlo

de

un

Papalagi

nunca

es

tranquilo,

porque

tiene

que

estar

alerta

todo

el

tiempo,

para

que

las

co-

sas

que

ha

amasado

durante

el

da,

no

le

sean

robadas por

la

noche.

Sus

manos y

sentidos

tie-

nen

que

estar

ocupados

todo

eltierr¡po

agaran_

do

su

propiedad.

Y

durante.todo

el

dÍa,

su mío

le

importuna

y

se leríe

enla

cara,

le

grita

porque

ha

sido

robado

de

Dios, le

tortura

y

Ie

propor-

ciona

mucha

desdicha.

Pero

Dios

ha

impuesto

un

casügo

más

pesa_

do

que

el

miedo

a

los

Papalagi:

ha

creado

la

lu-

cha enüe

aquálos que

tienm

pocoo

nada

y

agué-

llos

que

lo

üenen

todo.

Esta

batalla

es

dura

y

üo-

lenta,

yhacc,

esfuagos

día

y

noche-

Es

una

dis-

puta

que

todo

el

mundo

sufre

y

que

devora

ia

alegúa

de

üvir.

Aquéllos

que

tienen

mucho

de-

beñan

dar una

parte,

pqo

no

quieren

hacerlo.

los

que

no

üenen quieren

también

algo, pero

no

con_

siguen nada.

Además, raravez

son

guereros

de

Dios.

Están

formados

principalmentJpor

la

gente

que

llegó

dernasiado

tarde

cuando

el

botín

esta-

ba siendo

diüdido,

o

por

aquéllos que

fueron

de_

masiado

torpes

o

no

tuüeron

la

oportunidad

de

agarar

algo.

Que

ellos

están

robando

a Dios,

no

entra

en

la

mente

de

nadie.

y

sólo

alguna

vez

un üejo

hombre

sabio

se levanta

y

apremia

a la

gente

para

que

lo

devuel,¡a

todo

a las

manos

de

Dios.

¡Hermanos , ¿cuál

es vuesha

opinión de

un

hombre

que

tiene

una

gran

casa,

suficientemen-

te

grande

para

alojar

a

un

pueblo

samoano

en

su

totalidad

¡

que

no

permite

a

un

üajero

pasar

la

noche

bajo

su

techo?

¿eué

pensaríais

de

un

hombre

que

tiene

un

manojo

entero

de

plátanos

en

sus

manos

y

que

no

está

dispuesto

a

dar

ni

sr-Ouila

una

simple

fruta

al hambriento

que

Ie

im_

plora?

Puedo

ver

la

ira

fi.rlgurando

en

vuestros

ojos

y

el desprecio que

üene

a vuesbos

labios-

Sabed

eritonces,

que

el

papalagi

actúa

de

este

modo

cada

hora,

cada

día.

Incluso

si tiene

cien

esteras,

no

dará

siquiem

una

a

su

hermano

que

no

tiene

ninguna.

No;

él

incluso

reprocha

a

su

hermano por

no

tener

ninguna.

Si

su

choza

está

rqleta

de

comida

hasta

el

techo,

tanta que

él

y

su

oígo

no

se la

pueden

comer

en

años,

no

bus-

ca¡á

a

su

hermano

que

no

tiene

nada para

co.

mer

y

se

ve

páido

y

hambriento.

y

hay

muchos

Papalagi

pálidos

y

hambrientos.

la

palmera,

al

madurar,

dela

caer

hojas

y

fru-

tas.

Los

Papalagi

viven

como

las

palmeras

que

retienen

sus

hojas y

frutas

y

dicen:

«son

rrúas».

a

t

o\

)/

l/

/r

\\

,1,

\\

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7/17/2019 Los Papalagi (Spanish)

http://slidepdf.com/reader/full/los-papalagi-spanish 13/13

¿Cómo

podría

un árbol

como

ése ni tan

siquiera

producir nueva fruta? las

palmeras

son

más

sa-

bias

que

los

Papalagi.

Enhe

nosohos también

existen

aquéllos

que

tienen

más

que

ohos

y

respetamos

al

¡efe,

que

tienen

muchas

esteras

y

cerdos.

Pero

elrespeto

sólo

se

aplica a

esa

persona

y

no

a sus

esteras

y

cerdos,

porclue

fuimos nosotos

mismos

quie-

nes

se las dimos,

para

moshar

nuesta

felicidad

y pam

rendir

honor

a su

gran

sabidtuía

y

valor.

Pero los Papalagi

respetan

a

sus

hermanos por

sus

muchos

cerdos

y

esteras,

y

nunca

conside-

ran su sabidu¡Ía.

Un Papalagi

sin cerdos

o

este-

ras rara

vez

o

nunca

es respetado.

Como

los

cerdos

y

esteras

no

caminan

por

mismos hacia

los

pobres

y

necesitados,

el

Pa-

palaE

no ve

la

raz6n

por

la

que

debería

él

mis-

mo llevarlos

a

sus

hermanos.

Porquepor

su

her-

mano

no tienerespeto,

sólo

por

sus

esteras

y

cer-

dos,

y

pre{ewía

quedárselos.

Si él

arnara

y

res-

petara

a

su

hermano, y

no

üviem

en

conflicto

sobre

lo

tuyo

y

lo

mío, entonces

le

llevaría

sus

esteras

para

diüdirlas

y

disñutar

s.r

gran

mío

jun-

tos,

compartiría

su

prcpia

estera,

en

lugar

deWr-

seguirle

en la

oscura

noche.

Pero los Papalagi

no

se

dan

cuenta

de

que

Dos

nos ha

dado

palmeras,

plátanos

y

nueshos

pre-

ciosos taro, los

pájaros

del

bosque

y

todos

los

p,;ces

delmar,

para

la felicidad y

disfrute

de to-

do elmundo.

Y no sólo

para

unos

pocos,

mien-

has

el resto

sufre

penalidades

y

necesidades.

Aquálos

qrre

han

sido

bendecidos

por

Dios

a

ma-

nos

llenas,

deberían

compartirlo

con sus

herma-

nos;

de

ofuo

modo

la fruta

en sus

manos

se

pu-

drirá.

Porque

Dios

extiende

su multitud

de ma-

nos

a

todo

el

mundo.

Él no qulere

que

uno

tenga

mucho

más

que

otro,

o

que

alguien

diga:

uEstoy

de

pie

bajo

un

rayo

de sol

y

tu debes

pennane-

cq enla

sombrar.

Todos nosotos

paterrecerrros

al rayo

de sol.

Cuando

Dios

guarda

todo

en

sus manos,

no

hay

disputas

y

no hay necesidad.

¡Ahora

los

in-

geniosos

Papalagi

quiaen

hacernos

creer

que

na-

dapatenerea

Dios

¡Cualquier

cosa

que

podás

agarrar

con vuestras

manos

os

pertanecel

Pqo

cerremos

nuesfras

orejas

a talcharla sin

sentido

y

aferrémonos

al

sentido

común: todo

pertene-

ce

a Dios-

(1

)

Gobernante,

soberano.

NOTA:

Todo el

que

sepa

que

los

sa¡noanoo

viven

en

una

so

ciedad

de

propiedad

cqmunal,

entenderá

su

desprecio

por

nues-

tras

leyes

sobre la

propiedad.

EI

concepio

míohtyo

e

simple-

mente desconocido

para

ellos. D¡ante

todos mis viajes,

los na-

tivos

siempre

cdnpartieron

conmigo

su cabañ4 estera,

comida

y

todo,

sin

siquiera

p:nsarlo

dos

veces.

Las

primeras

palabras

dichas

por

un

jde

de

poblado,

a

modo

de saludo,

serían:

otodo

lo

que

es

rrioteperteneeo.

El

concepto

de robotambién

es

des.

conocidopara

los isleños. Todo

pertenece

a todos

y

todo

per-

tenece

a

Dios.

'

b,rr,^.

Ar* r'

'

t{rlr*

¡r;[,.l^'..:

os l,+v"-¿

(tur.l¿(Hoax-)

:

P¿varau

lpteor¡.e

,

/q

t

§.

32