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CAPITULO I Los PRIMBROS SIGLOS: PRELUDIOS AL TEMA 1. Epoca indigena Una cuesti6n que asoma cuando abordamos el tema del cultivo del genero dramatico -en Puerto Rico es la ausencia de pruebas que denoten que hubo expresi6n indfgena del genera. basamento que en- contramos en la historia del teatro de otros pafses hispanoamerica- nos. En los lugares donde se asentaron las civilizaciones maya. que- chua y azteca se ha comprobado que eel teatro procolombino no es una entelequia sino que es una realidad tangible y palpitantelt. 1 EI pueblo maya-quiche. establecido en Centroamerica. donde ac- tualmente es1im las republicas de Guatemala y Honduras y el sur de Mejico. desarro1l6 una extraordinaria cultura indigena y las repre- sentaciones teatrales fueron una de sus manifestaciones: ePeri6dica- mente representaban piezas en que se relataban sus tradiciones reli- giosas 0 sus hechos hist6ricos y se seiialaban sus fines pedag6gicoslt. 2 El baile de los gigantes esta considerada como 11Ila obra maestra del teatro maya y la expresi6n mas importante del teatro mesoameri- canO, tanto por su contenido como por su antigiiedad. 3 Esta pieza se continUa representando en la aldea de Tisipe por los choms. Su sobrevivencia se atribuye a que en apariencia se acerc6 al cristianis- mo. y la tradici6n india se sustituy6. 0 mejor. ese asimil6 a la lucha entre Goliat y David. este Ultimo llamado Gavite por los indfgenas. y por otra parte con el degiiello del dfa de San Juanlt. Se representa- ba con anterioridad a la Era Cristiana por los pueblos maya-quiches cuando estaban juntos.· Ejemplo del estilo de comedia es El gueguense 0 macho raton. .I' pero que ya en el siglo XVI se contamina con elementos hispamcos. Del repertorio maya es tambien El rabinal achE. conocido tambien 1. Jose Cid P6"ez y Dolores Marti de Cid, Teat TO indio pTecolombino, p. 350. 2. Ibid., p. 100. 3. Vease Rafael Girad, Una obTa rntUStTa del teaTto maya, Cuademos Hispa- noamericanos. Nov. Die. 1947, pp. 157-188. 4. Jose Cid Perez y Dolores Marti de Cid, opus cit., p. 102.

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CAPITULO I

Los PRIMBROS SIGLOS: PRELUDIOS AL TEMA

1. Epoca indigena

Una cuesti6n que asoma cuando abordamos el tema del cultivo del genero dramatico -en Puerto Rico es la ausencia de pruebas que denoten que hubo expresi6n indfgena del genera. basamento que en­contramos en la historia del teatro de otros pafses hispanoamerica­nos. En los lugares donde se asentaron las civilizaciones maya. que­chua y azteca se ha comprobado que eel teatro procolombino no es una entelequia sino que es una realidad tangible y palpitantelt.1

EI pueblo maya-quiche. establecido en Centroamerica. donde ac­tualmente es1im las republicas de Guatemala y Honduras y el sur de Mejico. desarro1l6 una extraordinaria cultura indigena y las repre­sentaciones teatrales fueron una de sus manifestaciones: ePeri6dica­mente representaban piezas en que se relataban sus tradiciones reli­giosas 0 sus hechos hist6ricos y se seiialaban sus fines pedag6gicoslt.2

El baile de los gigantes esta considerada como 11Ila obra maestra del teatro maya y la expresi6n mas importante del teatro mesoameri­canO, tanto por su contenido como por su antigiiedad.3 Esta pieza se continUa representando en la aldea de Tisipe por los choms. Su sobrevivencia se atribuye a que en apariencia se acerc6 al cristianis­mo. y la tradici6n india se sustituy6. 0 mejor. ese asimil6 a la lucha entre Goliat y David. este Ultimo llamado Gavite por los indfgenas. y por otra parte con el degiiello del dfa de San Juanlt. Se representa­ba con anterioridad a la Era Cristiana por los pueblos maya-quiches cuando estaban juntos.·

Ejemplo del estilo de comedia es El gueguense 0 macho raton. .I' pero que ya en el siglo XVI se contamina con elementos hispamcos.

Del repertorio maya es tambien El rabinal achE. conocido tambien

1. Jose Cid P6"ez y Dolores Marti de Cid, TeatTO indio pTecolombino, p. 350. 2. Ibid., p. 100. 3. Vease Rafael Girad, Una obTa rntUStTa del teaTto maya, Cuademos Hispa­

noamericanos. Nov. Die. 1947, pp. 157-188. 4. Jose Cid Perez y Dolores Marti de Cid, opus cit., p. 102.

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2 ANGELINA MORFI

como El baile del tun. No obstante tener una accion lenta. detenida par danzas frecuentes y formulas de cortesia. se juzga una verdadera pieza dramatica.s Es un ejemplar del antiguo teatro amerindio que no tiene apariencia de haber side contaminada por el afan proseli­tista de los colonizadores.

Los indios mexicanos se dedicaban con entusiasmo a la literatura siempre que la guerra les daba lugar. Del teatro nahuatl hay ejem­plos de obras de caracter religioso, epico-historico y comico costum­brista que no explican la mutacion de las escenas. 10 que no repre­senta un impedimento para su clasificacion generica. Respecto al teatro epico. nos dicen Jose Cid Perez y Dolores Marti de Cid 10 siguiente:

Las obras de caracter epico heroico estan bien representadas. Hay una que trata de la guerra de Tecayehuatzin. senor de Huexotzinco. contra los de Tlascala. Es un canto en que se altera la verdad his­tarica. Intervienen tres personajes: el cantor. el rey Moctezuma y un embajador de Tecayehuatzin. EI di81ogo entre estos llltimos es complicado y oscuro, corresponde a un estilo demasiado preciosista.6

Esta comprobado que los incas tambien cultivaron el teatro y tenian dos generos perfectamente diferenciados. MUltiples veces ha side citado Garcilaso el Inca en la informacion que provee al efecto de que las tragedias se inspiraban «en hechos militares de triunfos y victorias, de las hazaiias y grandezas de los reyes pasados y de otros heroicos varones». De las comedias infonna que tenian argu­mentos sobre da agricultura de haziendas. de cosas caseras y fami­liares».' Ejemplo del teatro quechua en el primer caracter es el drama Atahualpa.

cuyo espfritu es netamente quechua. responde a manifestaciones de aquella sociedad. a sus formas de vida y basta a sus peculiaridades en el arte literario... No se encuentra en el estado de pureza --en euanto a la autenticidad se refiere- de El rabinal AchE. pero en su medula, en su entraiia y en sus cualidades externas es un exponente del teatro de raigambre quechua. que empaiiado a veces por influen­cias forlineas, ba podido. sin embargo, subsistir como un especimen de la raza que con toda pujanza fue capaz de organizar el imperio de mayor armonia social y poUtica de la tierra.s

Con los datos anteriores hemos deseado indicar que existio un teatro precolombino en algunos paises de Arne'rica. perc no podemos

5. Vease de Eduardo Croema. HistoriD de la literatura Centro y Sudameri­cana desde la epoca precolombina 1ulsta la vEspera de la emancipacidn. p. n.

6. Jose Cid Perez y Dolores Marti de Cid. opus cit.• p. 98. 7. Garcilaso de la Vega, el Inca, Comentarios reales; Parte I Cap. XXXVII

p.192..

HISTORIA CRfTICA DE UN SIGLO DE TEATRO PUERTORRIQUBNO J

decir que ocurriera 10 mismo en la isla de Puerto Rico. No hay cons­tancia en las cronicas ni en los descubrimientos arqueologicos de que nuestros indios tainos llevaran a cabo representaciones como las que se verificaron en las cortes de Tenochitlan y Cuzco.

Sin embargo, participaba la colectividad en una actividad de carac­ter cultural conocida como areito. Fernando Ortiz nos dice que «era la maxima expresion de las artes musicales y poeticas de los indios antillanos» y «era como un conjunto de musica. baile y pantomima aplicado a las liturgias religiosas. a los ritos magicos, a las narraciones epopeyicas, a las historias tribales y a las grandes expresiones de la voluntad colectiva».9

Veamos como Gonzalo Fernandez de Oviedo nos describe el areito:

Tenian estas gentes una buena y gentil manera de memorar las cosas passadas y antiguas y esto era en sus cantares y bayles. que ellos llaman arreytos. que es 10 mismo que nosotros llamamos baylar can­tando... EI eual areyto hadan de esta manera. Quando querian aver placer. celebrando entre ellos alguna notable fiesta. 0 sin ella, por su pasatiempo. juntabanse muchos indios e indias (algunas veces los hombres solamente. y otras veces las mujeres por si); y en las fiestas generales. assi como por una victoria 0 vencimiento de los enemigos. 0 casandose el cacique 0 rey de la provincia. 0 por otro caso en que el placer fuera comunmente de tOOos para que hombres y mujeres se mezclassen y por mas extender su alegria y regocijo. tomabanse de las manos. algunas veces. y tambien otras tratabanse brazo con brazo ensartados y assi dos muchos en rengle (0 en corro assi mesmo). y uno de ellos tomaba el oficio de guiar (ora fuese hombre 0 mujer). y aquel daba ciertos passos adelante y atras. a manera de un contrapas muy ordenado. y 10 mesmo (yen el instante) bacen tOOos y assi andan en tomo. cantaDdo en aquel tone alto 0 baxo que la gufa los entona, y como 10 hace y dice. muy medida y concertada la quenta de los passos. y palabras. y orden; y en tanto que Ie responden. la gufa calla aunque no cese de andar el contrapas. Y acabada la respuesta. que es repetir 0 decir 10 mismo que el guiador dijo. procede encontinenti. sin intervalo la gufa a otro verso y palabras. el corro y tOOos toman a repetir y assf sin cesar. les tura esto tres 0 cuatro horas y mas. hasta que el maestro 0 guiador de la danza acaba su historia. y a veces les tura desde un dfa basta otro. Algunas veces junto con el canto mezclan un atambor. que es hecho en un madero redondo. hueco. concavado. y tan gruesocomo un hombre y mas 0 menos. como 10 quieren hacer; y suena como los atambores sordos que hacen los negros. pero no Ie ponen cuero sino unos agujeros y rayos que trascienden a 10 hueco, por do re­bomba de mala gracias. Y assi, con aquel mal instrumento 0 sin el en su cantar (cual es cantares relatan de la manera que murieron los caciques passados. y quantos y quales fueron. y otras cosas que ellos quieren que no se olviden. Algunas veces se remudan aquellas

9. Fernando Ortiz. Preludios etnicos de la musica afrocubana, p. 37.

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4 ANGELINA MORFI

gufas 0 maestros de la danza; y mudando el tone y el contrapas, prosiguen en la misma historia 0 dice otra (si la prlmera se acab6) en el mismo son u otro. Esta manera de cantar en esta y en otras islas (y au.n en muchas partes de la Tierra Firme.) es una efigie 0 historia 0 acuerdo de las cosas passadas assi de guerra como de paces, porque con la continuaci6n de tales cantos no se les olvidan las hazaiias y acaes­cimientos que han passado. Y estos cantares les quedan en la me­moria, en lugar de libros de su acuerdo, y por esta forma rescitan las genealogias de sus caciques y reyes 0 senores que han tenido, y las obras que hicieron, y los malos 0 buenos temporales que han passado 0 tienen; y otras cosas que ellos quieren que los chicos y grandes se comuniquen 0 sean muy sabidas y fijamente esculpidas en la memoria y para este efecto continfum los areitos, porque no se olviden en especial las famosas victorias por batallas. En tanto que turan estos sus cantares y los contrapases 0 bayles, andan otros indios e indias dando de beber a los que danzan, sin separar alguno de beber, sino meneando siempre los pies 0 tragando 10 que les dan. Y esto que beben son ciertos brevages que entre elios se usan, y quedan, acabada la fiesta, los mas de ellos y dellas embriagados y sin sentido, tendidos por tierra muchas horas. Y assi como alguno cae boodo, Ie apartan de la danza y prosiguen los de­mas, de forma que la misma borrachera es la que da conclusion al areito. Esto quando el areyto es solemne y fechos en bodas 0

mortuorios 0 por una batalla, 0 senalada victoria y fiesta; porque otros areytos hacen muy a menudo sin se emborrachar. Y assi unos por este vicio, otros por aprender esta manera de musica, todos saben esta forma de historia y algunas veces se inventan otros cantares y danzas semejantes por personas que entre los indios estan tenidos por discretos y de mejor ingenio en tal facultad.l°

Puede verse en las anteriores explicaciones del Cronista Mayor de Indias Ia funci6n religiosa, magica, terapeutica, belica y recreativa del areito. El canicter ceremonial de base religiosa nos parece indis­cutible. Fernando Ortiz ha seiialado los estados de desdoblamiento psiquico y su posible efecto de catarsis en la colectividad para sus tensiones crfticas. Aiiade que «probablemente el brujo usaba lengua­jes esotericos, voces ins6litas, falsetes, gangosidades, gritos y ulutatos para simular el habla de los seres misteriosos... 11 Tambien indica que cIa m.fmica jugaba un gran papel en la coreografia antillana. Toda danza primitiva de canicter ritual es pantomimica y con frecuencia se desarrolla en forma de mimodrama».12

En torno al areito podrlamos plantearnos el siguiente problema: ,Podrfamos ver en su caracter cultual y mimodramatico, una rudi­mentaria representaci6n dramatica, tal como vemos que sucedi6 con los ditirambos que los vendimiadores entonaban en Grecia en honor

10. Gonzalo Fern8ndez de Oviedo, Historia general de las Indias, pp. 73-74. 11. Fernando Ortiz, Op. cit., p. S. 12. Ibid., p. 77.

HISTORIA CIUTICA DE UN SIGLO DE TEATRO PUERTORRIQUENO 5

a Baco? Diferentes estudiosos del teatro estan de acuerdo en que sus origenes estan en el culto religioso.U Ya hemos visto que en Ia ceremonia del areito hay elementos coincidentes del teatro. Pero. a diferencia del ditirambo, en que los te6ricos del teatro griego pueden trazar su desembocadura en el genero aut6nomo, ya desenlazado de las heces del vino, por raz6n de la drastica desaparici6n de Ia raza indigena del suelo boriquense, ninguna comprobaci6n ulterior es posible. Asi es que, aunque afirmemos que par sus caracteres el areito pudiera considerarse como una rudimentaria representaci6n drama­tica, no podrfamos ir mas alla de Ia afirmaci6n. Unas aclaraciones. sin embargo, podrian ser pertinentes, basados en el hecho de que en el «teatro» que hacia el indio la mascara estaba adherida al rostro. El desdoblamiento psiquico no da la distancia requerida por el teatro para contempIarse en otro. El buhiti, por ejemplo. es el cemi. Un caso interesante para comparar es el del interprete Juan Gonzalez, el espanol que se enmascara, que se disfraza de indio para obtener in­formacion de planes de rebeli6n de los indios y pasarla a los coloni­zadores. Juan Gonzcilez sabe que el esta pintado, disfrazado como el otro, que el no es el otro. El indio tenia que caminar una distancia que no pudo lograr debido a la liquidaci6n de su cultura en una etapa temprana. De hecho, aventuramos la hip6tesis de que, aparte del conocimiento del lenguaje y la habilidad para transformarse que tenia el interprete, se Ie hizo facH pasar desapercibido en el areito. porque en Ia mentalidad primitiva del indio no cabia la idea de trans­

13. Distintos estudiosos del teatro han expresado sus ideas en, tomo al teatro griego y su origen cultual. Algunas de estas visiones las encontramos en El teatro en la antiguedad de Jose Valverdu, Historia del teatro de Javier Farias, «Tragic Drama of the Greeks» de A. E. Haigh, A Handbook Of Classical Drama de Philip Whaley Harsh y La poetica de Arist6teles, entre otros.

Seguiremos la discusi6n del problema partiendo del origen cultual del drama. Consultese, para una visi6n diferente del origen del drama, EI teatro en la vida de Nicolas Evreinov. Cree que el teatro como instituci6n permanente ha surgido del instinto de teatralidad, y no de la religi6n, la coreografia, la estetica 0 cual­quier otro sentimiento. Encuentra que psicol6gicamente tan s610 hay un paso de la cmascarada» del hombre primitivo en su vida cotidiana, al teatro en el sentido estrecho y tecnico de la palabra. Se pregunta: clAcaso no es natural, que el hombre, quien para adornar la monotonia de su existencia organiza es­pectaculos bajo pretexto de bodas, muerte, justicia, etc., organice igualmente espectaculos sin otro pretexto que el del placer del espectaculo mismo 0 de su puesta en escena? ..» Cree, ademas, que el instinto de transfiguraci6n en el hombre 10 lleva a oponer a las imagenes recibidas desde fuera, las imagenees arbitrarias creadas desde dentro; el instinto de transmutar las apariencias ofre. cidas por la naturaleza en algo distinto. Su esencia es la teatralidad. Ve que el instinto teatral determinaba la conducta individual y social del hombre miles de aDos antes de los comienzos del teatro propiamente dicho. Este instinto 10 ve tambien en vegetales y animales muy lejos de formular un pensamiento que tuviera la menor relaci6n con la estetica. Se puede observar la represen­taci6n de un papel en el empleo de la mascara en el acto de defensa. Asi hay Plantas que se disfrazan en otras plantas y de insectos.

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6 ANGEUNA MORFI

formacion deliberada que a un espanol del siglo XVI Ie era tan natu­ral y podia lograr sin dificultad.

Robert Poignare afirma que la mascara, como asombrosa objeti­vacion del ardor mcigico mistico, es el instrumento de la metamorfo­sis que aparece en la base del misterio teatral}· «Por medio de la m3scara se fija en la danza el contenido representativo que la con­vierte en dramaa. Sin embargo, no creemos que el tonG mAgico de las creencias del indio se hubiese debilitado, que estuviese presto a arrancar la mascara burda de 10 sobrenatura.l; tal como nos describen los cronistas que observaron el areito, el rito no aparece con seiias de desgaste. Vale recordar a Roger Caillois, quien asegura que los pueblos entran en la historia y en la civilizacion en el momenta que arrojan la mascara, que la repudian como vehiculo de pmnco intimo o colectivo, que la destituyen de su funcion institucional.1S

Tomando en cuenta las anteriores consideraciones, podemos indi­car que en el areito hubo elementos que pudieron ser afIuentes del genero dramAtico si la cultura taina hubiese podido desarrollarse en la historia. Desgraciadamente, clos indios murieron con su Ultimo areito y se llevaron consigo su secretoa.16

2. Los siglos XVI, XVII, YXVIII: Ausencia de una tradicicm dramdtica

Las condiciones rudimentarias en que se encontraba la Isla en el siglo XVI son de por sf evidencia de la imposibilidad que tendrian sus residentes de emplearse en actividades cultura.les. AI terminar el siglo, solamente habia dos poblaciones de consideracion: San Juan, que era la principal, pero que tenia solamente ciento setenta vecinos y catorce ch~rigos; y San German, que luego de grandes vicisitudes en que tuvo que defenderse de ataques de franceses, caribes y enfermeda­des, logra establecerse finahnente en las lomas de Santa Marta. Coamo y Arecibo eran aldeas con veinte y diez familias, respecti~ente.

La parte oriental de la isla estaba completamente despoblada.J7 La construccion de viviendas y muraIlas, el trabajo de las minas

con el consecuente adiestramiento de indios y esclavos,la aclimata­cion de plantas y animales y el reconocimiento de terrenos y rios, entre otras actividades, deben haber absorbido las principales ener­gias de los colonizadores.

La base economica aparece sin ninguna estabilidad, inici3ndose con la yuca y la mineria como ptincipales fuentes de riqueza durante la epoca que va de Juan Ponce de Le6n a Lando y Bastidas; luego cambia a azUcar y reses, y para la decada de los quinientos noventa se despJaza a jengibre y cueros".

14. Robert Poignari, Historia del teatro, p. 10. 15. Roger Caillois, Medusa y Cia., p. 132. 16. Fernando Ortiz, Op. cit., p. 94. 17. Paul G. Miller, Historia de Puerto Rico, p. 93. 18. Salvdaor Perea, Histor/ia de Puerto Rico, 1537-1700, p. U17.

IIISTOiUJ\ ClUTICA DE UN SIGW DE TEATRO PUERTORRIQtJENO 7

Como eco del acontecer de la peninsula, recibia ataques de los enemigos de Espana: franceses e ingleses merodearon y atacaron la isla. Tambien los caribes atacaron con brio, y cuando los nativos tuvieron su acto de rebeldia, los colonizadores dieron su respuesta guerrera.

Aiiadase al cuadro anterior, las disensiones entre los colonos, el empeiio de nipido enriquecimiento, las noticias que procedian de otras tierras descubiertas, como Mejico y Peru, en relatos de riquezas fabulosas que incitaban a la emigracion,·9 y el panorama entonces explica la ausencia de una minima noticia en relacion aI genero dra­matico en el siglo. En una epoca en que Europa disfrutaba de un momento de plenitud cultural, apenas si la colonia iniciaba un tfmido perfil poblacional.

Si bien durante el siglo XVII los azares de la colonizacion continua­ban impidiendo un rapido desarrollo de la isla, el contomo desdibu­jado de la colonia va adquiriendo mas vigor. Los habitantes comercian con el jengibre, los cueros y el azUcar; el contrabando con ingleses y holandeses se verifica impunemente, los productos agrfcolas van enriqueciendo la dieta. La importancia estrategica de Puerto Rico se va demostrando con la existencia de 300 soldados de guamicion en San Juan. Por otra parte, el situado que hacia nuestra supervivencia dependiente en un fondo anual provisto por la tesoreria de Mexico, era constantemente apresado por corsarios y piratas. Ya fray Damian LOpez de Haro, en su notoria carta a Juan Dfaz de la Calle,» expresa que, por estar sitiados de enemigos, en la isla, «no se atreven a salir a pescar porque los coge el holandesa. Este mismo obispo abunda sa­bre el estado de pobreza insular:

Tambien me dijeron en esa corte preguntando si ha'bfa medico y botica, que nos se trataba de eso porque todos estaban sanos y ma­rian de biejos, con que yo juzque que benfa al Paraiso, pero eI mes pasado enterramos mas de cincuenta y ha abido muchos enfermos, y estoy persuadido a que no se han muerto tanto de mal curados como de mal comidos, porque el sustento de los miserables es la vaca y el carei, esto ha faltado muchos dias y nos tememos que ha de faltar en los que vienen; los animales de cerda que tanto abun­daba esta isla, con la tempestad del 42 murieron las mAs y se reti­raron a Ia espesura del monte, en tanto grado, que habiendose bus­cado para mi un lechoncillo, en tres meses no se ha podido des­cubrir...21

Igua1mente tiene expresiones que nos dan cuenta de que el mes­tizaje se va iniciando y el elemento criollo esta particularizado, aun­que los caracteres que resalte sean negativos:

19. Vease mas infonnaci6n at respecti en Salvador Brau, La coloniVJciOn de Puerto Rico, pp. 444-445.

20. Vease Carta a Juan rnez de la Calle, en Biblioteca hist6rica de Puerto RiJ:o, Alejandro Tapia y Rivera, pp. 449-457.

21. Ibid., p. 452.

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9 8 ANGELINA MORFI

La gente es muy caballerosa y los que no vienen de la casa de Austria descienden del Delfin de Francia 0 de Carlo-Magno: la ve­cindad del lugar no lIega a 200 vecinos. pero hay quien diga que de solo mugeres con negras y mulatas hay mas de 4,000 y estas tan encerradas que aun no salen a Misa que si bien se atribuye mucho al encogimiento de las criollas. 10 mas cierto es por la miseria y pobreza de la tierra. porque las mas de elIas no alcanzan para mantos y vestidos y son tan altivas. que dandoselos de limosna un obispo porque no perdiesen la Misa. muchas no los quisieron recibir y algunas que 10 recibieron no usaron de ellos por ser de anascote•...22

A pesar de que las noticias de pobreza continUan y las poblacio­nes van surgiendo lentamente. el horizonte cultural se va percibien­do. Por el ataque holandes a Puerto Rico en el ano 1625. se da a conocer que el obispo D. Bernardo de Balbuena. poeta y novelista. autor de El Bernardo 0 La victoria de Roncesvalles, cuyo pr610go escribio en Puerto Rico. tenia una rica biblioteca que fue liquidada par el fuego del enemigo.

De interes en relaci6n con nuestro tema hay algunos datos escue­tos. Don Emilio Pasarell nos informa que en 1640 se detuvo en la isla. de paso para Mejico. el arzobispo Palafox. El dia de Corpus Christi. que 10 pasaron en Puerto Rico. no faltaron representaciones de come­dias ecomo era costumbre».23

La siguiente noticia la tenemos en la citada carta de fray Damian LOpez de Haro. quien tambien informa sobre la representacion de comedias en la isla:

Yo fui recibido no solo con todas las prevenciones que dispone el ceremonial Romano. sino com muchas demostraciones de singular alegria. con danzas y comedias. toros y canas. que casualmente estaban prevenidas para la fiesta de dicho San Antonio. a quien al ilia siguiente dijimos la misa.24

Nos dice Pasarell que este mismo fray Damian LOpez de Haro nos dejara en las Constituciones sinodales aprobadas en 1645. inequivoca constancia de la antigua costumbre de la representaci6n de comedias. Existe una prohibici6n terminante a las Cofradias de mezclar la iglesia con las diversiones del pueblo. Se les prohibe en la Constitu­cion I ehacer fiestas profanas. comedias. ni banquetes. ni correr toros con las limosnas de la Cofradia. ni que se recogieran entre los fieles»; en la LVII ese prohibe a los clerigos de orden sacro que representen comedias, ni autos. aunque sean a 10 divino». Veamos su contenido al respecto:

22. Ibid. 23. Emilio J. Pasarell. Conjunto literario. p. 51. 24. Damian L6pez de Haro. Op. cit.. p. 151.

HISTORIA CIUTICA DE UN SIGLO DE TEATRO PUERTORRIQUENO

No se debe permitir en ninguna manera que los Sacerdotes y Mi­nistros de Dios tengan ocasi6n de distraerse un punto. ni faltar al recogimiento y modestia interior y exterior que deben profesar por sus obligaciones, y en todo. y por que todo esto 10 pierde 0 menoscaba. cuando. aunque sea con poca devoci6n y fiestas espiri­tuales se entrometen a representar en las comedias y autos publicos. Por 10 tanto. mandamos que ninglin cIerigo de orden sacra de este obispado represente ni entre en comedias. autos. danzas. fiestas. musicas. ni regocijos. ni mascarar 0 vestirse de humarracho aunque tales fiestas sean el dia de Corpus Christi 0 de otras solemnidades de la Iglesia 10 cual asi cumplan sopena de excomuni6n mayor. y de un mes de carcel. y de seis pesos por la primera vez. y reincidiendo se procedeni contra el inobediente. como hubiere lugar de derecho.2S

La Constitucion I especificaba 10 siguiente:

Con las limosnas que se juntaren entre los fieles. ordenamos que ninglin cabildo. 0 cofradia. aunque sea con titulo de voto. pueden correr toros. no hacer comedias. ni fiestas profanas. porque nada de esto es del servicio de Dios. ni de honra de sus Santos.

Sin embargo. la Constitucion LXXI refleja tolerancia a la repre­sentacion de autos y comedias, si se hacen dentro de los requisitos estipulados:

Por quanto para regocijar y solemnizar la gran fiesta del Corpus Christi. otras fiestas que nuestra madre la Iglesia este ano celebra. hay costumbre de hacer y representar comedias y autos. permiti­mos y toleramos la tal costumbre. con tal que los autos y comedias que en tales dias se representaren estando en la Iglesia patente el Santisimo Sacramento. sean a 10 divino y vistas y ,aprobadas por Nos. 0 nuestro Provisor Vicario. y con tal que no se hagan dentro de las Iglesias.

En torno a las Constituciones sinodales de fray Damian Lopez de Haro. comenta don Emilio Pasarell:

AI agudo Fray Damian L6pez de Haro, que ya al desembarcar en 1644 not6 el desorden profano durante los dias de San Antonio. debi6 parecerle impropia tal costumbre y aprovechando el sinodo. trat6 de suprimir 0 aminorar el exceso. Por eso. la Constituci6n LXXVIII toleraba las comedias siempre que las representaciones fueran de asuntos divinos y no hubiera mezcla deshonesta, entremeses 0 bailes, y que no tuvieran lugar dentro de las iglesias. De este modo queda establecida en Puerto Rico una clase de censura teatral ejercida por el clero.26

25. La informaci6n sobre las Constituciones sinodales en esta y las siguien­tes citas ]a hemos obtenido de Emilio J. Pasarell, Origenes y desarrollo de la aficidn teatral en Puerto Rico. pp. 2-5.

26. Ibid.

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11 10 ANGELINA MORFI

Alrededor de las anteriores noticias relacionadas con el teatro en el siglo XVII, podriamos llegar a algunas conclusiones por deducci6n 16gica y conjeturar respecto a cuestiones que no aparecen evidentes. Resulta claro, por ejemplo, que si se alude a la representaci6n de comedias con la frase adverbial «como era costumbre_, la actividad tenia que remontarse a una fecha anterior a la consignada por el documento; que se representaban obras de cankter religioso y de cankter profano; que las festividades religiosas como la de Corpus Christi y la del dia de San Antonio eran ocasiones propicias para celebrarse con la representaci6n de comedias, ademas de otras acti­vidades; que los cIerigos participaban en la representaci6n aunque las obras fuesen de caracter profano; y finalmente que habia gusto por la representaci6n de comedias, pues se utilizaban limosnas de las cofradias para ello.

Sin embargo, no hay un solo punto de luz que aclare, aparte de su genero religioso 0 profano, nada sobre 10 siguiente: la naturaleza de esas comedias; si eran de autores espanoles, como veremos que eran las que un siglo mas tarde se representan en ocasi6n de la jura de Fernando VI; si hubo alg6n clerigo y otro habitante culto que escribiese alguna de elIas; si se improvisaban entremeses en torno a la figura del dignatario religioso homenajeado; en fin, no podemos asegurar que se cultivase el genero dramatico en la isla por falta 'de documentos que 10 revelen. Veamos, sin embargo, la opini6n que emite la Dra. Maria Cadilla en torno a las representa­ciones aludidas:

Creemos que el teatro religioso, el que vio en 1644 el obispo Fray Damian L6pez de Haro, representado al publico en la Isla en la fiesta de San Antonio, dio a conocer en ella a los Autos de Pasi6n que en la Espana de aquellos tiempos eran representados durante la Semana Santa, en que se ponian en escena hasta en las mismas iglesias los que escribieran autores como G6mez Manrique, Lucas Fernandez y otros.T1

La situaci6n varia un poco en el siglo XVIII. Terminado el primer lustro, nos encontramos de nuevo con noticias similares a las que vimos en las Constituciones sinodales del siglo XVII, 10 cual puede indicarnos que se evadia el cumplimiento de sus prohibiciones. Fray Pedro de la Concepci6n Urtiaga hace visitas pastorales a las parro­quias de Arecibo en 1702, y a la de Ponce en 1712. Su carta al Consejo de Indias revela la situaci6n. Veamos del informe de Arecibo 10 queinteresamos:

Tenemos noticias, que en las fiestas que hacen en este pueblo a el Sor San Felipe su Patron, y en otras, se hacen gastos excesivos en comedias y festejos profanos...

27. Marfa CadiIIa de Martinez, Costumbres y tradiciones de mi tierra, p. 45.

IIISTORIA CR1TICA DE UN SIGLO DE TEATRO PUERTORRIQUBNO

... y rogamos y encargamos a los Mayordomos que son, y en ade­lante fueren, que apliquen 10 que habrfan de gastar en comedias, comidas, etc., en bien y aumento del culto divino.

En 10 relativo a Ponce:

... Quieren en sus fiestas, que solo se componen de una misa, gastar las pocas limosq.as de las Cofradlas y Parroquias, en comedias, dan­zas y otras cosas en que se ocasionan muchas culpas... Mand6 que se usaran en el culto divino y no en comedias, danzas y profani­dades.. .28

Pero ya hacia mediados de siglo, en 1746, muere Felipe V y ascien­de al trono su hijo Fernando VI, por 10 cual en la isla se baeen actividades para celebrar el ascenso al trono del nuevo monarca. El gobernador Juan Jose Colomo ordena una relaci6n de las mismas. En 1747, el autor an6nimo ~ Relacion veridica en la que se da noticia de 10 acaecido en la I$la de Puerto Rico a fines de ana 46 y principios del 47 can motivo de llorar la muerte de.nuestro Sefior Don Felipe Quinto y celebrar la exaltacion de la Corona de nuestro senor DOll Fernando Sexto y Noticia cierta de la fiestas que se hicieron en esta Ciudad e Isla de Puerto Rico en celebracion de la exaltacion al trona real de nuestro Sres. D. Fernando de Borbon y dona Maria Bdrbara de Berganza, nos informa de cuatro comedias que se representaron, y aparece documentado el titulo de las mismas. Ademas, se nos da una descripci6n del tablado donde se hacia la representaci6n. Hecho curioso que se revela es la separaci6n de profesiones y razas en la organizaci6n de la festividad. Cada gropo presentaba su espectaculo en dias diferentes. Veamos la aportaci6n de cada gl1lpo:

... Los familiares de habito talar representaron la comedia intitu­lada £1 conde Lucanor, con grande aceptaci6n de todo el concurso, y en el intermedio de las jornadas se dieron abundantes refrescos, dulces, y bebidas, con un particular esmero y declarada bizarrfa.

A las tres horas de la tarde prosiguieron su funci6n los mercaderes, y blancos, saliendo de mascaras la mayor parte con los comediantes que habian de representar a la noche, vestidos todos como debieron salir al Tablado. A las nueve horas de la noche se comenz6 la co­media intitulada Los espaiioles en Chile, que representaron los de esta c1ase sobre un teatro, tan vistoso de pinturas, espejos y luces, y tan simetricamente adornado que se equivocaba con los Coliseos de Halia...

• •• '0' •••••• ,'0 .0 •• 0 •• 0 •••• eo •• 0' •• 0 •• 0 ••••• 0 .0 ••••• 0 •••• eO' ,'0 .

28. Emilio J. Pasarell, Op. cit., p. S.

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Entrada 1a noche comenzaron a disparar abundancia de fuego de manos, y a las nueve de ella se comenz6 la comedia (representada por ellos mismos) institulada £1 villano del Danubio y el buen ]uez no tiene Patria, que la ejecutaron con grande acierto y aplauso de los circunstantes. sobre un Teatro que a este fin hicieron muy cu­rioso, adomado de pinturas. espejos y luces. y en el intermedio de cada jornada daban dulces y bebidas con abundancia. disparando al fin de dicha comedia muchos fuegos de mano. que uno y otro se acab6 cerca de las dos de la manana. en que se retir6 a su casa dicho senor Gobemador. Pasaron a ella tOOos los pardos y comediantes vestidos en la misma forma que estaban en el Tablado. acompafiando a las pardas don­cellas ricamente vestidas. con hachas en las Manos.

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... Sigui6se a esto mucho fuego de manos que dur6 basta las nueve. A esta hora representaron dichos oficiales la comedia titulada Pri­mero la Honra. sobre un Tablado que a este fin dispuso el refe­rido Capitan de Artillerfa Don Benito de Lisle. Estaba con una particular iluminaci6n acompaiiada lucidamente de espejos, luces. colgaduras. que todo bacia un particular adomo; se represent6 con grandisimo aplauso de los oyentes, que decfan no poderse hacer mejor con los que tienen de profesi6n el ser farsan­tes. TOOos salieron vistosamente vestidos. y los que hacian papeles de damas. con ricos trajes y costosfsimos aderezos...29

Como podemos ver por la relaci6n, tanto los familiares del habito ta1ar que representaron £1 conde Lucanor. de Calder6n de la Barca. como los mercaderes y blancos que representaron Los espanoles en Chile, de Gonzalez de Bustos, los pardos libres que representaron El villano del Denubio y El buen juez no tiene patria, de Hoz y Mota, y los militares que bajo el comando del capitan de artillerfa esco­gieron ]a obra Primero es la honra. de Moreto. demuestran un gusto selecto y un conocimiento de autores cultos que cia Iugar a que surjan interrogantes. Para esta epoca se ha cerrado ]a vendimia dramatica mas rica que haya tenido la historia del teatro espanol y, por las selecciones de los participantes. vemos que la isla en este momento no estaba desvinculada del acontecer cultural de la metro. polio Tambien en la relaci6n se menciona a don Lorenzo de Angulo diciendo de repente un medio entremes. Nos preguntamos: ,Sena el el autor? lSena posible que en esta epoca hubiese alguien que ejer­citara sus facultades de dramaturgo en estas festividades y que no haya lIegado a nosotros el hecho porque no se consignase en docu­mentos? De expresiones poeticas se dan bastantes muestras y cabe pensar que, como el teatro gozaba de tanta predilecci6n, tambien se cultivara, pero debido al hecho de que no disfrutabamos del invento

29. Cayetano eon y Toste, Boleti" histdrico de Puerto Rico, V, pp. 148-193.

H ISTORIA CRiTICA DE UN SIGLO DE TEATRO PUERTORRIQUENO 13

de la imprenta, se hizo dificil conservar alguna muestra de ese teatro para la posteridad. Pero no hemos salido del campo de las supo­siciones...

Pasado el medio siglo del XVIII, no tenemos mas noticias basta 1770, Y otra vez son religiosos los participantes y motivo de censura:

... En 1770, los frailes de San Francisco. hicieron figurar entre los festejos en honor de su santo patron una comedia que se representO en la sala de su convento. EI Cabildo Catedral prohibi6 en 1770 la asistencia de eclesiasticos y extendi6 la prohibici6n a toda co­media y baile que ocurriesen en adelante.30

Luego, en la jura de Carlos IV, en 1789, 1a Relaci6n de las fiestas que en la Proclamaci6n del senor Rey Don Carlos IV ha Celebrado La Ciudad de San JUiln de Puerto Rico En los Dias 17, 18, 19 y Si­guientes Hasta e128 de octubre de 1789, se informa 10 siguiente:

En los dias 20 hasta el 28 hubo fuegos artificiales. y corridas a caba­llo por las tardes; se representaron quatro comedias que causaron suma diversi6n. costeadas por el Regimiento de Napoles. Estudian­tes, mayordomo de entradas del Real Hospital. y Gremios, quienes presentaron al Sr. Gobemador un victor de plata...31

Y hasta aqui las noticias que hemos podido acopiar del «siglo de las luces- en relaci6n al teatro y que, como en los siglos anterio­res. tampoco demuestran prueba del cultivo del genero en el pais. De la poderosa cultura de los siglos aureos recibimos un debil reflejo en las obras representadas para la celebraci6n de la jura de Fernando VI. Sin embargo. la precariedad en las notas cUlturaJrs durante el periodo de la Casa de Austria, no es tan grande durante el periodo de la dinastia de los Borb6n. Las obras documentadas de la Isla awnen­tan en este periodo, destacandose la de fray HUgo Abad y Lasierra (1745-1813), Historia geogrdfica, civil y natural de la isla de San Juan Bautista de Puerto Rico, que el conde de Floridablanca Ie encomienda por encargo del rey Carlos III. Se siguen criterios del Despotismo Ilustrado que. siguiendo las corrientes progresistas culturales del XVIII dan muestra del interes por conocer mejor las colonias para mejorar su condici6n. La estetica neoclasica que desde 1737 se impone en Es­pana con la Poetica de Luzan se nos muestra en este siglo a traves de fray Inigo Abad y Lasierra. Veamos al respecto el juicio de la doctora Isabel Gutierrez del Arroyo:

EI estilo sobrio y recto de Fray lingo acusa al escritor neoclasico. Escribe precisamente en ese momenta pendular en la historia de la cultura humana en que se ha oscilado del polo de la exuberancia

30. Emilio J. Pasrell. Op. cit., pp. 7-9. 31. Ibid., p. 13.

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barroca aI de la severidad y sencillez propias del espiritu nco­1.1.-=-32C-..u;u.

Un hecho significativo que se revela en Ia llistoria gtrogrdfica, civil y natural de 14 isla... es el contorno preciso que adquiere el perfil erlollo. La distancia entre el peninsular y el isleiio se hace obvia. Fray Iiiigo nos retrata en un pintoresco cuadro de costumbres, del acriso­Iamiento etnico, psicologico y social de tres siglos. Y de Ia historia, este cuadro pasani a Ia Iiteratura en el siglo XIX, y con un intento humorfstico adquirirll dinamismo en el teatro costumbrista. Una vez el pueblo adquiere contomos definidos, va ahondando sus rasgos, y al adquirir madurez animica y contemplarse, ya no hay mas que un paso para Ia voluntad de recrearse en Ia escena.:n

32. Isabel Gutit!rrez del Arroyo, Estudio pre1imilUlT de la Histori4 geogrd­fial, civil y PUlIural de la isla de San Juan Bautista de Puerto lUco. p. LXXV.

33. AI escribir esta tesis no me foe posible leer la de Myrna Casas, di­rectora del Teatro Universitario, quien indudablemente arrojani luz soble la producci6n dramatica del siglo xvm y comienzos del XIX en Puerto Rico, lema que debiera ser abordado pOr otros estudiosos basta el momenta actual. SegUn informaei6n obtenida a travt!s del Instituto de Cultura Puertornqueiia que piensa publicar la obra su titulo es ThelJtrical Production in Puerto lUco from 17()().J824 (The Role of the Government and the Roman Catholic Church).

CAPITULO II

EL TBATRO EN LA PRIMBRA MITAD DEL SIGLO XIX

1. Condiciones culturales de la Isla

La introduccion de Ia .imprenta en 1806 es un acontecimiento faus­to para el desarrollo de Ia cultura puertorriqueii.a en diversos aspec­tos. Para conocer el panorama culturaI de Ia isla en los siglos ante­riores teniamos que acudir a las cronieas, memorias, relaciones, y a Ia historia desde Ia segunda parte del siglo XVllI. Frente a estos ins­trumentos de investigacion historica, Ia perspectiva se amplfa con Ia aparicion del peri6dico desde los comienzos del siglo XIX.! Aparecen Ia Gaceta de Puerto Rico (1806), portavoz del gobierno, y Ie siguen EI Diario Economico (1814-15), fundado por el intendente Alejandro Ramirez, cuya orientacion era economico-sociaI, y EI Cigarr6n (1814), de tendencia reaccionaria, pero que desaparece pronto suprimido por Ia censura inquisitorial. En un Iapso de seis aiios no se fundan nue­vos peri6dicos pero en el cIima del nuevo periodo censtitucional de 1820-1823 tenemos Ia aparicion de EI Investigador (1820), donde se publican lAs copl4s del Jibaro, antecedente mas lejano conocido de El Jibaro de Manuel A. Alonso. Surgen tambien EI Diario Liberal y de Variedades de Puerto Rico (1821-22), que en uno de sus editoria­les aboga por Ia construccion de un teatro para la capital; Piedra de Toque (1822); EI Eco (1822-23) y, unos aiios mas tarde, EI Boletfn Instroctivo y MercantiI, que en su primer nu.mero tiene un editorial tituIado La imprenta y los periddicos, que sirvio de hondo estimulo para el desarrollo de Ia cultura del momento.2 Veamos parte del contenido del editorial en que se demuestra la preocupacion por el

1. Comp8I'ese la ~ tardfa en que tenemos imprenta en Puerto Rico con su introducci6n en otros pafses hispanoamericanos. Mt!jico, par ejemplo, cuenta con ella desde el siglo XVI; Cuba, el siglo XVIII.

2. Antonio S. Pedreira en su horo El periodismo en Puerto Rico, infonna que en 1843, en manos de Don Ignacio Guasp, el peri6dico perdi6 su epfgrafe de instIUetivo. Sigui6 llamhdose Boletfn Mercantil de Puerto Rico, acogiendo colaboraciones, pero los artfculos pOliticos fueron sustituyendo los Iiterarios basta que, finalmente, se convirti6 en 6rgano de los reaccionarios 0 espaiioles.

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desarrollo cultural del pais y 1a exhortaci6n a salir de la apatia que se vive en el ambiente:

Hace tiempo que nos animaba el mas vivo deseo de ver establecido en nuestra Isla un peri6dico que a la vez nos sirviese de instrucci6n, de utilidad y de reereo. Una ojeada bacia la madre Patria, la Fran­cia, Inglaterra, Alemania, los Estados Unidos y aUn la Isla de Cuba, nos llenaba de amargura al comparar su riqueza literaria con nues­tra estrema pobreza. ,Serfamos capaces de aplicarnos los inmensos beneficios que la Imprenta ba brindado a los pueblos? EI amor patrio ardia en nuestras venas, y aunque respetando tan grandiosa empresa nos lisongeabamos. que los primeros esfuerzos por debiles que fuesen, despertarian mayores conatos y que despues de felices tentativas, Puerto Rico asegurase uno de los medios mlis poderosos y eficaces que se conocen para el adelanto de la civilizaci6n y las mejoras sociales. Amaneci6 en fin el dia tan ardientemente suspirado, y nos congra­tulamos que este ligero ensayo prometa mcis tarde producciones de mayor calidad y precio. Si es licita la comparaci6n: asf los debiles arroyos imperceptibles en su origen se bermanan y se adunan en­groscindose sucesivamente en su curso, basta que degeneran en ma­jetuosos rios. ... Para desempenar nuestra tarea nos bemos asegurado un acopio de materiales utiles e inocentes. Las ciencias y las artes; la industria, el comercio, la agricultura, la economfa rural, la historia... nos brin<iap. un vasto campo que ojalci pudieramos cultivar con un exito conforxne a· nuestros votos. EI bienestar de la isla serci nuestro norte. jOjalci pudiesemos· contribuir a multiplicar la suma de sus goces! ... jOjalci nuestro. peri6dico sea una chispa eIectrica que encienda el noble ardory exite [sic.] el entusiasmo de nuestra juventud por las· letras! jOjala desarrolle la emulaci6n con esos pueblos en que brilla el saber al lado de las conveniencias y fricciones que solo la riqueza engencfra! Ojalci nos baga despertar de la apatia en que boy yace. Pero todo nos promete felices resultados. EI Gobierno que tan gene­rosamente ba aplaudido nuestra empresa. ba dado ya mas de una prueba del vivo interes que Ie inspira la marcba estacionaria de nuestra ilustraci6n. Quiz3.s no estci lejos el momento en que se erijan Ccitedras de ciencias. Nuestra posici6n geogrcifica en medio de uno y otro continente descollando entre las grandes y pequeiias Antillas. nos designa como el centro donde refluyen los movimientos comer­ciales y cientfficos de la vasta e inmensa periferia que nos circun­da. y la docilidad y el despejo que son las dotes de nuestro clima. nos son prendas seguras de que un dia se realizarcin alhagueiias [sic.] esperanzas. jPuedan no frustrarse tan ardientes votos: pueda nuestra Isla elevarse al rango a que la Hevan sus altos destinos. y pueda cabernos la dulce satisfacci6n de contribuir a su felicidad. consagrcindole estas debiles primicias de nuestras plumas!S

3. Boletin Instructivo y Mercantil de Puerto Rico, sabado. 2 de mana de 1839, Dum. I. p. 1.

HISTORIA CRiTICA DE UN SIGLO DE TEATRO PUERTORRIQUENO 17

Es en la prensa peri6dica donde apareeen nuestras primicias lite­rarias. As!, 1a investigadora puertorriquena Eloisa Rivera ha estudia­do en los peri6dicos 1a poesia puertorriquena antes del Aguinaldo puertorriquefio (1843), nuestro primer hito literario importante.4 1..0 mismo podria hacerse con el cuento y otros tipos de narraciones. Sin embargo, no podemos haeer 10 mismo respecto al teatro. En nuestra afanosa busqueda por los peri6dicos de la primera parte del siglo que, como veremos mas adelante, es tan escaso de biblio­grafia dramcitica, no hemos encontrado ninguna pieza de teatro. Este hecho quiza se justifica por el pequeno formato de los peri6dicos: una poesia 0 un cuento rec1aman menos espacio que una pieza dra­matica. Ademas su particular estructura y requerimientos para vaciar el contenido demandan un riguroso planeamiento de la obra que 1a naturaIeza del peri6dico, con su afan circulatorio y practico, no inspira.

Sin embargo, a traves de los peri6dicos de esta primera parte del siglo, se puede constatar que el teatro formaba parte de la diver­si6n del pueblo. Como en siglos anteriores, no faltaban las represen­taciones de comedias en 1a celebraci6n de sucesos oficiales, como enlaces de monarcas y ascensos al trono. Veamos la reseiia que apa­rece en la Gaceta de Puerto Rico el miercoles 5 de febrero de 1817• procedente de Caguas, y ejemplo de las que tantas veces aparecieron del mismo tenor:

Inmediatamente que lleg6 a este pueblo la gaceta de Gobierno nu­mero 73. en donde estaba inserto el acuerdo del Ilustrlsimo Cabildo EcIesicistico. tenido en 28 de diciembre Ultimo. con motivo de la fausta noticia de baberse realizado en 28 de septiempre anterior, el feliz y deseado enlace de nuestro Cat6lico Monarca el Senor Don Fernando VII con la serenisima Senora Infanta de Portugal, la Reyna Ntra. Senora Dona Marfa Isabel. y el del Serenfsimo Senor Infante D. Carlos Maria con la Serenisima Senora Infanta. tambien en Portugal. Dona Marfa Francisca. EI venerable cura presbftero D. Jose Manuel Perez. inflamado de amor bacia las personas de nuestro Cat6lico Monarca. y Heno de la prosperidad del estado. con­servaci6n y aumento de la religi6n de nuestros padres. determin6 celebrar en aqueHa Santa Iglesia parroquial las mismas solemnes funciones que en esta capital. de Salve a Maria Santfsima con Te Deum. patente su Divina Majestad. Senalados los dias 19 y 20 del corriente para estas demostraciones de publico reconocimiento al Todopoderoso convocadas las autoridades del partido; invitados sus primeros vecinos. e instruidos el Sr. Gobernador y Capitcin General por oficio del mismo venerable cura de las manifestaciones de alegrfa que estaban preparadas en obsequio del enlace de Nuestro Soberano; se hicieron en efecto las funciones de Iglesia con toda la pompa y solemnidad correspondiente. sin faltar cosa alguna de quanto pueda contribuir al ornato y magestad de tales actos, y sin

4. Eloisa Rivera, La poesfa en Puerto Rico 4ntes de 1843.

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que se echasen de menos todos aquellos adminicu10s de que regu­larmente se carece en los pueblos distantes de 1a capital...

Del resto de las noticias que se dan en tomo a estas celebracio­nes de esponsales regios, el parrafo siguiente nos da la informaci6n concemiente al teatro:

Ueg6 pues, el momento en que compitiendo el pobre con el rico, se notase en las mas tristes chozas y en los albergues mas humildes, la misma emulaci6n que en las casas mas principales, para celebrar la grandiosa causa de la atenci6n publica. Excitados todos del mis­mo espiritu y de los mismos deseos, se empeiiaron a una en ador­nar e iluminar sus habitaciones, basta aquel punta en que era com­patible con sus facu1tades. Pero no pararon aqui las demostraciones de jubilo con que el partido de Caguas ha tratado de manifestar sus sentimientos. Diez y seis piezas dramaticas, de las mas selectas, fueron sucesivamente representadas en un teatro capaz, fonnado con este solo fin, por los sugetos y las senoritas mas visibles de la poblaci6n. Todas elIas se anunciaban al publico con 1a anticipaci6n conveniente, precediendo y resonando entre vivas los nombres de nuestro Cat6lico Monarca, y de su tierna Esposa, a euyo honor se dirigia compuesta tambien una Loa expresamente para el caso y alu­siva del tOOo a las citeunstancias, en que el mismo partido de Caguas, personificado en una joben [sic.] obtenia en competencia con otras deidades el triunfo de una corona decretada por Jupiter; corona que tenia el honor de ofrecer el Soberano quando se descu­bria su efigie en cierto tiempo de la escena bajo la mas brillante decoraci6n fue repetido por tres veces por aclamaci6n del mismo publico, observl1ndose siempre los efectos de amor y de respeto que producia en el la vista de aquel acto. No hubo en fin diversiones a que no se entregasen aquellos vecinos y otros muchos que coneurrieron de diversas partes de 1a isla; pero sin excederse un solo punta de las reglas de orden y regularidad que han coadyubado tanto a 1a decencia de estas fiestas coronadas en fin con un baile publico y un ambigU a que asistieron con la mayor cireunspecci6n tOOos los militares existentes en el partido, unifonnados sus principales vecinos, y senoras mas visibles. Asi 1a Isla de Puerto Rico realza siempre mas y mas el caracter que la ha distinguido, y asi puede con raz6n vanagloriarse de ser un mOOelo de fidelidad a su rey y de amor a la naci6n de que depende. Puerto Rico 30 de enero de 1817. P. T. C.s

Las fiestas que se celebran con motivo de la proclamaci6n de la reina Isabel II tambien dan oportunidad para que el pueblo disfrute de la representaci6n de comedias.6 De interes particular resuIta una

5. Gaceta de Puerto Rico, miercoles 5 de febrero de 1817, p. 3. 6. Vease, entre otros niuneros de la Gaceta del Gobierso de Puerto Rico,

el del martes 18 de febrero de 1834, niunreo 1716. vol. 3, Fol. 709 y el del jueves 26 de junio de 1834, niunero 231, vol. 3, Fol. 929. Interes particular ofrece El Eco del 6 de enero de 1823 que anucia III representaci6n de Los amantes cons-

HISTORIA CRfTICA DE UN SIGLO DE TEATRO PUERTORRIOUEfiio

carta aparecida en La Gaceta del sabado 28 de junio de 1834. Dirigida al redactor del peri6dico, demuestra el entusiasmo con que se recibian las representaciones teatrales en la sociedad puertorriquena:

Muy Sr. mio: no siendome posible entrar a hablar artisticamente de ]a funci6n teatral ejeeutada el 20 en obsequio de la publicaci6n del Estatuto Real, ni hacer de ella una imparcial critica, como desearia, encomiando 10 que me gust6, y expresando los pocos lunares que acaso hubo para los mas inteligentes, por carecer de los conocimien­tos que se requieren al efecto, si es que ha de hacerse con propie­dad, a ]0 menos permitale usted a mi ansia de hablar del asunto, que diga una palabra de] pensamiento elevado de nuestro General de intercalar aquella clase de funci6n de aficionados, y hacerla eje­cutar en el Gran Teatro de la Ciudad, convertido en una sala parti­cular por medio del convite de una sociedad escogida, aunque nu­merosa entre los festejos con que acabamos de celebrar un aconte­cimiento el mas plausible, el mas digno que ocurrirle pudiera a la Naci6n espanola en su crisis actual: acontecimiento que han hecho necesaria las circunstancias, y que con tanto acierto ha sabido pre­parar la mana diestra de la inmortal y benefica Reina que hoy rige nuestros destinos. Puertorriquefio sumamente celoso del buen nombre de mi pais, y amigo de 10 bello y de 10 culto, no he podido ver sin el mas alto interes que en las fiestas de la Capital de la Isla se mezclen demos­traciones que ennoblecen las artes, que animen el estudio, que fo­mentan el buen gusto, que suavizan y corrigen las costumbres, y que proporcionan reunirse y acercarse a tOOo el vecindario de una clase con cierto tono al mismo tiempo de decoro y de familia, y que prueban incontestablemente la ilustraci6n y la finura; creciendo mi satisfacci6n al ver una porci6n de personas distin~das teniendo a su cabe7.a a la Exma. Sra. Capitana generala encargarse con tanto gusto y vehemencia de desempenar esta parte de las funciones, sin arredrarlas el temor del trabajo, necesario para conseguir su lauda­ble objeto, y ejecutarla efectivamente con tanto propiedad, con tan buen exito, y con tan unanime aprobaci6n publica. En cualquier otro local que los aficionados hubiesen hecho su re­presentaci6n, ni hubieran podidt> verificarla con 1a pompa y magni­ficencia que proporciona mucho mas facilmente nuestro hermoso Teatro, y que ciertamente demandaba el alto objeto que han desea­do, ni hubiera tenido el brillo y lucidez que hemos visto, ni habrian podido satisfacer la curiosidad, y contentar los deseos mas que de un cortisimo nUmero de personas, cuando el ansia con que la funci6n era deseada, ha hecho acudir el Teatro tOOo 10 mas florido de la poblaci6n, convidado a ella por esquelas de rigurosa etiqueta. Hay mas todavfa en mi concepto; sin embargo, de la prudente cir­cunstancia y reserva del Exmo. Sr. Capitl1n General que no deja traslucir ciertas razones de alta conveniencia que mueven su animo para la mayor parte de sus disposiciones, no hemos dejado de adi­

titucionales, El juramento de la Constitucion y Triunfo de la libertad Que de­muestran el clirna de libertad poUtica del momento.

2.

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vinar que fija siempre y constantemente la vista de S. E. en un mismo fin, que el vecindario de la Ciudad, como el de toda la Isla respectivamente, tenga ocasiones frecuentes de reunirse, de rozarse entre sf y de acercarse con motivos gratos, para fomentar las rela­dones amistosas, la uni6n al Gobiemo, la buena armonfa, en una palabra, este tono de familia, que felizmente reina en Puerto Rico, y que hace que vivamos bien unos con otros, alejando aquella se­paraci6n fatal, aquel aislamiento, aquel desvfo que a veces causan las pasiones humanas, algUn chisme, una palabra imprudente, cual­quiera cosa sembrando el tedio, el disgusto, y la amargura entre los habitantes. No hay dudas, el interes y el tes6n con que S. E. ha insistido en que se realizase esta funci6n de la manera que se ha hecho, ha descubierto su sistema poniendo de manifiesto el plan benefico que se proponfa. Por otra parte, privados hace mucho tiempo de representaciones dramaticas, a que hay tanta afid6n en esta Ciudad, por falta de una compafiia regular, y desean de S. E. proporcionar a 10 menos a la clase distinguida del vecindario, una diversi6n que Ie es tan agrada­ble, amenizando al mismo tiempo las fiestas del Estatuto Real, para variar en algo 10 que se ha hecho en otras ocasiones con motivos tambien plausibles, se decidi6 por una cosa que 10 reunia todo, e iba a complacer sobremanera de los espectadores, como en efecto ha sucedido. En fin, cuando por peri6dicos de Madrid sabemos que en el Real Conservatorio de Cristina se ejecutan con frecuencia por los alumnos del establecimiento representaciones asi de decla­maci6n como de canto, a que se digna asistir muchas veces S. M. la Reina Gobemadora con su Corte, y cuando los mismos decretos soberanos proclaman oficialmente la abolici6n de las preocupaciones que oprimian el Teatro. y la alta protecci6n que real y positivamen­te les dispensa la ilustre Regenta de Espana, fomentando por todos medios sus progresos, se me hace mas evidente que nuestro Gefe [sic.] continuando su no interrumpida marcha sigue el impulso dado por el Supremo Gobiemo, copiando sus pasos en 10 esencial como en 10 secundario, en 10 necesario como en 10 conveniente, y en 10 util como en 10 agradable, manteniendo en todo reunida la opini6n, estrechando las relaciones amistosas de las familias y eslabonando los vinculos de la Sociedad. cuyo encadenamiento trae consigo la dulzura y la felicidad de la vida. Bajo de estos puntos de vista miro yo como noble y elevado el pensamiento' de la funci6n dada por nuestro General, y segUn las conversaciones que he oido a muchas personas de merito, crea U., Sr. Redactor, que esta mismaes la opini6n del muy juicioso y e ilustrado publico de la Capital de la Isla, cabiendome' a mi una gran satisfacci6n al poder expresarlo a U., en desahogo de mi aprecio por la persona del General, y de mi pasi6n al Teatro. Es de U. muy atento y segura servidor Q. B. S. M. Un Puertorri ­queno.7

En la Gaceta tambien se aborda el tema del romanticismo. Para el 9 de abril de 1839 aparece un articulo firmado por A. L. que, entre

7. Gaceta del Gobiemo de Puerto Rico, sabado 28 de junio de 1834.

HISTORIA CRITICA DE UN SIGLO DE TEATRO PUERTORRIQUENO

otras cosas y en relaci6n con las obras romanticas, afirma que clos que se compJacen en ver horrores, costumbres patibularias, crimenes y suicidios, los que se extasian al oir invectivas contra los reyes y los sacerdotes, los que se creen jueces por el precio del billete, de las generaciones pasadas, presentes como reos en el tribunal de la escena cometen un anacronismo. Debieron haber nacido en la epoca de ROo bespierre y de Marat».8

Mejor pulso de la situaci6n en torno al teatro y la estetica roman­tica que va imponiendose, la ofrece el Boletin Instructivo y Mercan­til. Veamos de una carta dirigida al editor y firmada con las inicia­les S. G. B., como el prestigio que gozaba la preceptiva clasica im­pone reservas ante una obra romantica:

Senor Editor: En uno de mis viajes a esa Capital, en que el teatro se hallaba abierto, tuve el gusto de oir discurrir a varios j6venes acerca de las piezas dramaticas. Se representaba una trajedia [sic.] traducci6n del frances, que se atribuia a uno de los autores mo­demos, y ella sirvi6 de testo [sic.] a la discusi6n. A uno solo de ellos, vi sostener que la pieza en acci6n, aunque no estaba sujeta a una estricta observancia de las reglas recomendadas por los auto­res, contenia un hermoso asunto que en la escena producia un efecto verdaderamente tnijico [sic.]. Los demas por el contrario, si bien confesaban este efecto que ellos mismos sentian, sostenfan con calor que el desviarse de los preceptos era un crimen en el teatro trltjico y faltar a 10 que tantos hombres ilustres han esta­blecido. Estranjero en mi propia patria, no me fue permitido intro­ducirme en el circo y correr en auxilio del que se hallaba solo con tantos adversarios; tantos adversarios; tuve pues, el disgusto de ver que estas opiniones lIevadas al estremo [sic.] estraviaban [sic.] el buen jukio de j6venes que no careciendo de luces, 10 esperaban todo del arte, olvidando la naturaleza.9

Otro articulo, tambien de 1839, titulado Los Romdnticos, recuerda vivamente el que Mesonero Romanos escribe en 1837 titulado El rOo

manticismo y los romdnticos.1o Gracias al periodico se puede consta­tar que aqui habia llegado a tiempo la estetica romantica.1I La critica a los personajes romanticos, los argumentos, los recursos teatrales, el sentimentalismo exacerbado; en fin, la actitud romantica en la literatura y en la vida se desarrolla en un tono ironico y humoristico

8. Gaceta del Gobiemo de Puerto Rico, martes 9 de abril de 1839. 9 Boletin Mercantil. 10 de abril de 18339, p. 91. 10. Ram6n de Mesonero Romanos, El Romdnticismo y los romdnticos en

Escenas matritenses, pp. 601~18. 11. Para 1836 tuvo la compaiifa dramatica de Dona Rosa Peluffo y de Annen­

ta una segunda temporada en la Isla representando, de Martinez de Ia Rosa: Las cortes de Castilla, La viuda de Padilla y Edipo; tambien, El trovador de Garcia Gutierrez. Vease Emilio J. Pasarell, Origenes de la clficion teatral en Puerto Rico, p. 79.

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que nos'demuestra, con las explicaciones y alusiones, la impresi6n de 10 ridiculo que Ie parece. EI conservador neocIasico se adivina claramente tras las observaciones y los juicios. Para demostrarnos la ridiculez de las actitudes y modas romanticas, nos presenta dos ena­morados. La descripci6n que nos haee de la mujer demuestra que esta pasando por la fiebre romantica. Veamos:

... Hligase cargo que el descubierto cuello de este angel no esta adomado de zafiros y collares de oro, rancio clasicismo de ahora dos aiios, sino que pende de el un sencillo com6n negro, 0 en 50

defecto una cinta del mismo color, en cuya estremidad [sic.] se ve un frasquillo, 0 por hablar t&:nicamente, un pomito, no de esencia de rosa 0 bergamota, (3Otiguallas abolidas), sino un activo ~

tico 0 un violento veneno. Observe U. la estraiia [sic.] revoluci6n que ha operado en su cahem ese capricho, esa divisi6n desigual y ese peinado a1in mAs caprichoso. Agregue U. aquel hablar medida­mente afectado, aquel mirar Imguido y estudiado, aquella inclina­ci6n estraiia y violenta bacia adelante, aquel 3Odar, si no natural, al menos gracioso y compasado, aquella aflicci6n de so rostro, efec­to sin duda de la absorci6n en que esta continuamente sumida y tendra U. una ronmntica observada a primera vista en la iglesia, en el paseo, 0 en el teatro. ... Es preciso confesar que todo es admirable en las Romlinticas, y que poseen un grande talento. ElIas han sabido formarse un nuevo Diccionario en que aboliendo todos los nombres comunes, se da a las cosas y a las personas otros mAs sonoros, euf6nicos y re­tumb3Otes. Un amante se llama un Trovador 0 un apuesto doncel. Los nombres, por ejemplo, demasiado triviales de .Juan 0 Pedro han sido sustituidos por los de Arturo, Rujiero, 0 Eletwod. A mi me llama mi amante y sus amigas Manrique; y bien a mi pesar tengo yo que llamarlas Leonor, Laura y Elvira, aunque el cora de la Pa­rroquia las bautiz6 con otros nombres. jSi U. las oyera conversar! IQlre encanto! Pero no, U. eminentemente cl3sico no entenderfa discursos tan eminentemente romlinticos. Vaya un rasgo para que yea Ud. que no exagero. Ayer iba yo a casa de mi prometida, como de costumbre; entro, la saludo y no me con­testa: Ie pregunto si tenia alg1in enfado conmigo, su respuesta foe un copioso llanto, no se si natural 0 fingido. At6nito y 'estupefacto no sabia que decirle, cuando ella exclam6 con enfatica ternura:

... Uorando, si. Yo para llorar nad, mi negra estre1la enemiga, mi suerte 10 quiere asf; Despreciada, aborrecida, del que amante idoJatre; lque es ya para mf la vida? Y el crey6 que envilecida vendiera a otro amor mi fe. No, jam4s; Ja pompa, el oro, guardelos el Conde alIa,

H ISTORIA CRiTICA DB UN SIGLO DB TBATRO PUERTORRIQlJBNO

yen Trovador, y mi 1Ioro te dim como te adoro y mi angustia te dim.

Y volviendose luego bacia mi, me dijo como si no me hubiese visto: Manrique, leres m? .. mas lsi alguien entrar te vio?.. ique buscas aqui? (lb. esc. 4). Fuerza que era responder romanticamente yechan­do mano del primer cuademo amarillo que encontre sobre la mesa; 10 abri por donde quiera, y empece mi tumo tambien a declarar:

jO encanto de mis sentidos, cuya imagen placentera quizas por la vez postrera yeo! jNosotros unidos! lQue decis? Bajo esas naves ojala mi desposada af pie de mi tumba helada no llore sus penas graves Una voz, por cuyo acento mis acciones determino, me revela mi destino; es la muerte, ya la siento; si, pronto reposare en ese lugar sagrado, o en el fUnebre cercado que algo mas alIa se ve.

La apreciacion de la atmosfera romAntica, los adminiculos que la acompaiian, la nueva apariencia, se observan claramente en los si­guientes comentarios: ¥

Estoy hecho un verdadero romantico, siendo mi primer paso, ro­mantizar mi cuarto, acercandolo cuanto es posible al de Leonor. Ya no se yen sobre mi mesa cadenas ni relojes, botones ni alfileres; seria iniitil buscar en mi tocador aguas de olor, cepillos ni navajas de afeitar que para nada me servirf3O, pero en su lugar se encuen­tran una calavera sobre dos canillas, un puiial, y diferentes pomos de veneno, a los retratos de Mis padres han sustituido los de Victor Hugo y Garcia Gutierrez, y en mi libreria ocup3o el lugar de Feij06; Saavedra y el Padre Scio, una completa colecci6n de las obras de Soulie, Dumas y Balzac, amen de los autores ya citados.

Mi vestido consiste ahora en un estrecho p3Otal6n que ajustandose tenazmente a mis piemas designa claramente sus musculosas for­mas; un redingotillo, cuyas faldas han quedado reducidas a so menor expresi6n y que 1Ievo siempre abrochado basta la garganta, que en vez de corbatines envuelve ahora un paiiuelo negligente­mente 3Oudado; y un sombrero de fatidica fonna que se introduce basta las cejas, cual el casco del amante de Fernan Perez. EI chaleco

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es un adorno SUperfluo y embarazoso; Ie he abolido por esta raz6n. Los guantes ocultarian el anillo emponzoiiado que cual prenda de su pasion me ha regalado Leonor; por eso los he desechado. Los cuellos desdicen de la seriedad romantica: de consiguiente tampoco los uso. Me he abierto el cabello por el medio como un nazareno, y cuelga en dos guedejas sobre mis mejillas ocultando enteramente las orejas. Me he dejado crecer el bigote, la barba y las patillas, en terminos que apenas se distingue en mi cara mas que mis lividos y cardenos labios, mis ojos tetricos y sepulcrales, y una parte de mis descoloridas y cadavericas mejillas. Porque ha de saber U com­padre, que estar palido y flaco es de esencia en el romanticismo, y tanto es uno mas romantico, cuanto mas delgado y descolorido se halla. Para obtener ambos estremos [sic.] se ha descubierto un remedio singularisimo; que es tomar abundantes y repetidas por­ciones de vinagre puro. Cuando I..eonor me aconsejo su uso, resisti largo tiempo a ponerlo en practica, temiendo algunas funestas re­sultas, pero habiendo asegurado que ella y todas sus amigas 10 usaban, y que solo a merced de este brevaje se puede obtener el tinte romantico, me he determinado a tomarlo, aunque con parsi­monia, esto es, tres 0 cuatro veces diarias; y en realidad, compadre, es admirable su virtud; pues segUn el testimonio de I..eonor, y su amiga Alais, parezco ya un bulto siniestro, 0 un fUnebre cadaver.1z

Las citas anteriores son testimonio del interes que despertaba el genero dramcitico en la isla; sin embargo, la evidencia de obras dra­mciticas en la primera mitad del siglo es bastante escasa. Razones de orden politico, educativo y cultural concurren a explicar esta situa­cion. Aunque disfrutamos de dos periodos constitucionales, en 1812­1814 Y 1820-1823, Y Puerto Rico, en solidaria conciencia colectiva, exige sus derechos por mediacion de su primer representante en cortes, D. Ramon Power, y logra reformas econ6micas, como la isla era eco oscuro del acontecer de la metr6poli y campo propicio a las ejecuto­rias omnimodas de sus gobernantes, nuestro desarrollo cultural se

.hacia casi contra la corriente. Recordemos que en los comienzos del siglo XIx Espana vive momentos de grave inestabilidad con la invasion napole6nica y la gesta emancipadora de las colonias hispanoamerica­nas. Si bien el pueblo espanol logra levantarse contra el invasor y restaurar a Fernando VII al trono, una era absolutista y represiva opac6 el liberalismo politico que nacia al influjo de las ideas del En­ciclopedismo frances. Medidas de cautela con los ultimos reductos coloniales en el hemisferio llevan a una rigurosa inquisici6n aduanera. Victima de esa censura es Manuel A. Alonso, a quien Ie retienen E1 gibaro en la aduana s6lo por haber escrito algunas palabras de rebel­dia en el poema E1 sa1vaje, publicado en E1 dlbum puertorriquerw de 1844, y Alejandro Tapia, a quien la censura Ie impide que iniciara su labor de dramaturgo en las postrimerias de la primera mitad del

12. EI autor del escrito se finnaba Manrique. Boletin Instructivo y Mercantil, 17 de agosto de 1839, p. 412.

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siglo, at oponerse a que se representara 0 publicara su drama Rober­to D'Evreux porque, como argumentaba el funcionario oficial, y seglin palabras del propio Tapia, «en estas provincias de America no debia permitirse la impresi6n ni representaci6n de obras en que, como pa­saba en la mia, se humanizase a los reyes; y que yo pintaba a una reina freneticamente enamorada... hasta el punto de hacer morir por celos a su amante... ».13 A 10 largo del siglo nuestros mas preclaros in­genios se vieron impedidos de ejercer sus plenas facultades creadoras por una censura hostil y punitiva.14 Los logros politicos se hacian cada vez mas dificiles. Despues que muere Fernando VII, durante el perfodo de la Regencia de Maria Cristina, un levantamiento mili­tar, insatisfecho con el Estatuto Real de 1834, la obliga a restaurar la Constituci6n del ano 12, pero los liberales de la peninsula no pro­curaron aliviar la situaci6n de Puerto Rico, a quien gobernaba el general Miguel de la Torre «con las facultades extraordinarias que las ordenanzas militares cOIl,fieren a los gobemadores de las plazas sitiadas». Unas leyes especiales pretendian apaciguar las ansias de justicia. La larga espera por la aplicaci6n de las leyes llevaron a Ma­nuel A. Alonso a crear el personaje de Perico Paciencia en 1865, cuan­do finalmente el ministro don Antonio Canovas del Castillo presenta a la reina Isabel II un decreto llamando a Madrid comisionados de Cuba y Puerto Rico en relaci6n a las leyes especiales prometidas des­de 1837. Sin embargo, no se restituia a los antillanos el derecho a representaci6n en Cortes, por 10 cual el decreto era en esencia colo­nialista. Nuestros comisionados deliberaban, pero la decision finalla tenia el Parlamento espanol. No obstante, se considera que se abre una brecha, y un separatista como Segundo Ruiz Belvis acepta for­mar parte de la comisi6n. Pero el resultado fue desalfntador.1S

Podriamos afirmar que las clases humildes recibian el impacto mas humillante y asfixiante del sistema. La instituci6n de la escla­vitud era denigrante para un porciento de los habitantes islenos: reglamentaciones arbitrarias como los Bandos de Policia y Buen Gobiemo limitaban la vida del pueblo. El gobemador L6pez de Banos, por ejemplo, declar6 jornalero a ,toda persona que no tenia propie­dad, profesi6n u oficio, obligandola a colocarse con alglin propieta­riO.16 Durante el gobiemo de Juan de la Pezuela se dieron instruccio­

13. Alejandro Tapia, Mis memorias, pp. 160-161. 14. EI caso de Daniel de Rivera, autor del poema Agueynaba el bravo, cuya

publicaci6n en el peri6dico EI Ponceiio Ie cost6 la carcel por diligencia del gobernador D. Fernando de Norzagaray, es otro ejemplo tipico de la intransi­gencia de la censura.

15. Vease Jose A. Gautier Depena, Trayectoria del pensamiento liberal puer­torriqueno, pp. 27-39.

16. Esta divisi6n de la poblaci6n entre propietarios, y jornaleros no aparece antes de 1837, segUn Salvador Brau (Disquisiciones socio16gicas, p. 140). Las claseseras dos: libres y esc1avos. Con el Bando de L6pez de Banos aparece una nueva subdivisi6n, trazandose una visible linea entre el propietario capitalista y el obrero labrador, de condici6n libre como aqu~l.

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nes para el mejor regimen de los jomaleros y se fundo el oprobioso sistema de las libretas, interviniendo desp6ticamente en el trabajo libre. Las autoridades locales ternan registrados todos los trabajado­res de la edad de dieciseis aDos en adelante. EI duefio de la finca anotaba en la libreta del jornalero la conducta que este observaba y podia castigarlo si no la llevaba consigo. Uno de los castigos era trabajar por ocho dias en obras publicas a medio jomal. Constante­mente embrollados en las tiendas de sus patrones, se les bacia practi­camente imposible buscar mejores oportunidades de trabajo, cons­tituyendo el apelativo «jomalero libre.. una esclavitud disfrazada.

Si la oportunidad de reivindicaci6n de las masas descansa en gran manera en la instrucci6n, que ayudaria a crear conciencia de los problemas que las sojuzgan y la voluntad para eliminarlos, pocas fa­cilidades tenia el jornalero puertorriquefio de mejorar en el momenta que nos ocupa. I,.os afortunados que podian obtener una instruccion primaria que estaba practicamente reducida a la iniciativa eclesias­tica y a alguna que otra aislada, como la del maestro Rafael Cordero a la cual asisti6 Alejandro Tapia, luego tenian dificultades para con­tinuar estudios superiores. Veamos la critica que hace Salvador Brau en su memoria Las clases jornaleras de Puerto Rico de la situacion que imperaba en el pais al respecto:

... Cuando se contempla a todo un Capitan General entretenido en disponer en que forma debian limpiarse los gallos, estirarles los de·· dos y el pescuezo, y c6mo era necesario tomarlos por la cola para ser careados pico a pico; cuando se viene en conocimiento de que tan interesante disposici6n fue expedida el dia 14 de marzo de 1825, y se sabe, porque 10 ha dicho oficialmente el Gobierno de la MetrO­poli, otro Gobernador General, que hasta el aDo de 1845 no empren­di6 directamente la Autoridad Superior la organizaci6n de la ense­fianza primaria; cuando todo esto se sabe, y no se echa en olvido que hasta junio de 1865, no vino a acordarse, en el memorable Decreto organico del General Messina, el establecimiento, en algunos barrios rurales, de escuelas elementales incompletas, desempefiadas por ad­juntos 0 pasantes, y este con el canicter de temporada: 10 que equivale a decir que la instrucci6n de los jugadores de gallos mereci6 ser atendida por los Capitanes, 40 aDos antes que la instrucci6n de los pobres jornaleros campesinos, que forman la gran masa de la poblaci6n de nuestro pais; no cabe otra cosa que bendecir a la Providencia que nos ha hecho vivir en dias mas felices que aquellos, formulando en 10 mas intimo del alma votos sinceros porque no vuelvan jamas a reproducirse en Puerto Rico tan sensibles, tan incalifica.bles aberraciones.J7

Don Alejandro Tapia y Rivera tambien demuestra su desilusion por la oposicion del gobernador don Juan de la Pezuela a establecer un

17. Salvador Brau Las clases jornaleras de Puerto Rico en Disquisiciones sociologicas, p. ISO.

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colegio central en la capital que por entonces podia suplir la falta de universidad 0 institutos especiales:

En fin, el pais acogi6 con jubilo el proyecto del Colegio Central, y se apresur6 a contribuir para formarlo. No contaba con la hues­peda ni con que cada auriga maneja las riendas con distinto pulso. Lo poor esta en hallarse atenido al criterio personal de los gober­nadores absolutos. Es natural que cuanto pasa los aturda. Lo Unico que suelen saber de America, es que Espana la posey6 casi toda y se perdi6 no por intolerancia, porque los autores que han lefdo no conceden nunca que fueron desofdas con frecuencia sus aspiraciones, ni gobernadas con despotismo; sino por la libertad que imprudentemente se les concedi6 por las debilidades de los gobernantes y las complacen­cias de la Metr6poli; ivease que absurdo! Por 10 pronto, llegan no como simples oficiales generales sino como los antiguos virreyes. EI ruido del caii6n les atenta, el eco de las musicas marciales les marea, el homenaje de tanto cocinero les pierde. Estan en tierra de Conquista, donde hay que mantener muy alto el principio de autoridad, gobernar mucho y muy fuerte, 0 mejor diria: no gobernar sino mandar; 10 que entienden mejor como soldados. Esto les parece muy d.cil. iNo 10 han aprendido en los cuarteles? iHay c6digo mas eficaz que la ordenanza? iNada mejor que la obediencia pasiva? EI que manda, manda, y cartuchera en el caii6n. Esta doctrina es 10 que siempre di6 los mejores resultados, segUn eUos. Desde luego, aprenden por 10 que oyen a sus muchos aduladores, todo el valor de su posici6n y a mirar con desden 10 que se manda desde Madrid, cual si fuese hecho por gentes que ~r no haber estado en Ultramar no saben 10 que se pesca. Materia en donde, se­gUn afirman con cierta jactanciosa pedanteria, sabe mas cualquiera que haya estado en estos paises, 0 tenga en ellos algunos intereses, etcetera. Por eso, no es extraDo, que segUn se contaba del Gobernador Me­lendez, dijese este un dia al hacerle alguno ciertas observaciones, en junta de autoridades, acerca 'de 10 que el como Gobernador se tomaba, cMec... en el Rey...

Y el General Prim, tan liberal contest6, ante el Ayuntamiento de Mayagilez en 1848, a un respetable vecino y concejal, que Ie indicaba como digno de copiarse para esta Antilla un Reglamento Municipal de la Peninsula, cque no habia que hablarle de la Peninsula, que aquello era otra cosa y se gobernaba de otro modo y que nunca debia tratarse aqui de 10 que alli pasaba... ... Hasta en las formas lleg6 a manifestar Prim, que su liberalismo era algo postizo, habiendo mandado que se Ie tocase la marcha real cada vez que entraba 0 salla del teatro. Poco despues di6 el famosa Bando cruel, aut6crata e impolitico

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contra la raza africana, dandole interes comUn a todas sus varieda­des que confundfa en el mismo terror y en su residencia no pudo desvanecer los cargos que resultaron, bien que en esto debe tenerse presente 10 que sigue: Que el tal juicio de residencia era una farsa, que por tal e inutH debiera abolirse. Con este desaparece esta ineficaz antigualla colo­nial, s610 existente en las dos antillas y Filipinas.

Respecto a la actitud de Pezuela en torno al Colegio Central, dice:

Di6se luego, cuenta al Gobiemo Supremo para la aprobaci6n del Colegio, y a fines de Diciembre de 1848, seg(m acta de la Sociedad del elia 29, aquella aprobaci6n no habia recaido. Durante este tiempo vino don Juan de la Pezuela, y al presentarse la Comisi6n de la Econ6mica a rogarle activase con su gesti6n en Madrid la aproba­ci6n del Colegio, contest6 con alguna sequedad estas palabras poco mas 0 menos: «que la instrucci6n habia perdido las Americas y que debia por 10 tanto manejarse con tacto», (esto 10 anado yo suponiendo que algo debi6 decir, por pudor, y para atenuar seme­jante aserto) «que los que quisiesen estudiar fuesen a Espana». AI objetarle que la mayoria por pobre no podria hacerlo, quedando privada de desarrollar sus facultades y de ser utH a la naci6n y a la provincia; replic6 «que los pobres ternan bastante con aprender a leer, escribir, doctrina cristiana y un oficio, pues la Metr6poli queria sus colonias para su gloria y no para su perdici6n.» Los individuos que oyeron estas palabras, salieron haciendose cru­ces, como espantados de oir a un hombre que ternan por ilustrado, tales herejias, expresando alguno de ellos con cierta verdad, que habian oido decir que el General pezuela era un literato instruido y juicioso; pero no que fuese un calavera. Con efecto, no otra cosa que una calaverada podia ser tanta fran­queza, respecto de una polftica tan detestable ante una comisi6n oficial, perteneciente a una corporaci6n Hamada a estimar y querer a este pais y a proponer los medios de su ilustraci6n, como podrfa hacerlo cualquiera otra analoga de Espana. Muri6 el proyecto desde luego, y solicitando de los donantes que traspasasen sus cuotas a favor de la Sociedad Econ6mica para destinarlas a la compra de un edificio, donde establecer sus catedras y poner otras mas; algunos, aunque pocos contestaron con desaliento que habian resueIto destinar las sumas a otros objetos locales, 0 que ya que no se establecia el Colegio les hacia falta el dinero por el mal estado de las cosechas.t8

Las vivencias experimentadas por nuestros dos mas importantes dramaturgos del siglo XIX, Alejandro Tapia y Salvador Brau, ambos autodidactas, pilares de nuestra cultura por su voluntad ferrea y deseo de ser y hacer mas aHa de un sistema represivo y hurniHante, nos demuestran que, aunque se Ie ha Hamado el Siglo Aureo de Puerto Rico, su perfil patriarcal tiene muchos lunares oscuros. No

18. Alejandro Tapia, Mis memorias, pp. 141-1433 y pp. 147-148.

HISTORIA cRfncA DE T1N SIGLO DE TEATRO PUERTORRIQUENO

obstante, algunas claridades se vislumbran. Dona Antonia Saez nos sefiala las siguientes:

... Gracias a la libertad del comercio con los extranjeros empez6 a difundirse la ilustraci6n por el pais; las libertades que regian ha­cia 1820 y 23 despertaron la vida intelectual a mas de discusiones que alimentaba la prensa peri6dica. Este desarrollo cultural se inicia con el Intendente D. Alejandro Ramirez quien en 1814 fund6 El Diario Econ6mico, ya que desde el 28 de noviembre de 1811 las Cortes habian prescrito la fundaci6n de la Sociedad Econ6mica de Amigos del Pais para promover el desarrollo de la industria, tratico y agricultura y la propagaci6n de conocimientos titiles. Por el ano 1824 el Cabildo eclesiastico y su presidente previsor del obispo Licenciado D. Nicolas Alonso Andrade promovieron la crea­ci6n de varias catedras para la enseiianza de la juventud. y en febre­ro de 1825 se abrieron .en la casa de la Santa Iglesia Catedral las catedras siguientes: latinidad, filosofia, teologia moral. teologia dog· matica. derecho civil y derecho can6nigo. (Es justo hacer constar que desde la iniciaci6n de los servicios religiosos en Puerto Rico. a la sombra de la Iglesia se ofrecia instrucci6n en latin y doctrina cristiana a un ntimero reducido de j6venes y poco a poco estas ense· fianzas tuvieron mayor trascendencia, hasta tal punto, que la Iglesia controla la educaci6n en Puerto Rico desde los primeros elias de la colonia hasta 1820 en que las sociedades particulares ejercen su dominio.) EI 12 de octubre de 1831 el Excmo. Sr. Obispo D. Pedro Gutierrez de Cos fund6 el Seminario Conciliar de la isla, siendo su rector el sacerdote puertorriqueiio Fray Angel de la Concepci6n Vazquez, edu­cado en los claustros del convento de San Francisco de Caracas. Brau considera que influyeron en este movimiento cultural que se inicia en el siglo XIX las emigraciones de franceses y dominicanos que contribuyeron al desarrollo de ideas y procedimientos nuevos, favorables al progreso de la cultura. Tambien la inmigraci6n venezolana en 1821 trajo a Puerto Rico nuevos elementos de cultura, qqe influyen grandemente en la vida social y en la instrucci6n ptiblica. A pesar de las condiciones politicas el influjo de la corriente uni­versal de las ideas es grande, ya que la comunicaci6n con Santomas facilitaba el contrabando de libros, y los buques de Estados Unidos e Inglaterra que recorrian el litoral en solicitud de azUcar y miel, traian revistas y peri6dicos en ingles y en espanol que contribuian a mantener la actividad intelectual y revelaban las corrientes del pensamiento humano. EI interes por el estudio en las clases elevadas es grande. Muchos j6venes pudientes salen al extranjero a hacer estudios superiores y el Seminario Conciliar y el Instituto Civil son los centros que pre­paran a los j6venes que han de seguir estudios universitarios.19

19. Antonia Saez. £1 teatro en Puerto Rico, pp. 10-11.

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Por otro lade, se sabe que desde temprano en el siglo, al final de la primera d~da, visitaban la isla compafiias d.ra.m8ticas y de variedades y de 6pera. Por ejemplo, la que integraban Manuel y Mar­garita Olivares y Teresa Canal estuvo en el pais para septiembre de 1811 y permanecieron basta 1812. Tuvieron que enfrentarse a la opo­sici6n del obispo Arizmendi, acerrimo enemigo de la representacion de comedias las que consideraba perjudiciales a la moral del pueblo.2lI

La aprobaci6n del gobernador, y capitan general don Salvador Me­lendez y Bruna, sin embal"go, salv6 el impedimento, y en un teatro provisional formado en un corralon situado en la calle del Sol, entre San Jose y Cristo, representaron EI desden con el desden, de Moreto, y EI diablo predicador, de Belmonte, entre otras obras. Otras com­paiiias vienen; en 1824 y 1825 llega una encabezada por el andaluz Santiago Cimdamo que, ademas, escribia algunas de las obras que se representaban y entre ellas sainetes de sabor local; la Compaiiia de Rosa Peluffo, mencionada anterionnente, tiene dos temporadas en la decada del treinta. Para la misma epoca tambien visita la compaiiia de Bruno Martinez; la de Juan Garcia y la de Ana Ayala visitan en la decada del cuarenta, y asl continUan llegando a 10 largo del siglo. Tambien participaban en las representaciones teatrales artistas afi­cionados del pais.

En cuanto a la construcci6n de teatros para representaci6n de las obras, ya indicamos sobre el teatro provisional de la calle del Sol en 1811. En otros pueblos, como Ponce y Caguas, tambien se constru­yen teatros provisionales para 1817. El Teatro de Amigos del Pais se establece en San Juan en 1823 el cual daba facilidades de enseres y bastidores para representaciones al aire libre.

Despues de diversos proyectos que no se realizan, para construir un edificio de teatro en San Juan, por fin se logra el promulgado por el capitan general Miguel de la Torre y el secretario Pedro Tomas de COrdova. Bajo el nombre de Teatro Municipal, el conocido hoy como Teatro Tapia, se inaugura en 1832, siendo un estimulo grande para la visita de diversas compaiiias, especialmente espafiolas.Z1

Como ejemplo del interes que se despierta en la isla por el teatro, procedente de Arroyo y firmado como Eme, se expresa asf un ar­ticuIista:

Los preceptos que en diferentes nUmeros del Boletin se ban publi­cado sobre el arte de representar hanse recogido en Patillas con un ardor y emuIaci6n increfbles. Cuando se despliegan las alas de tanta altura y con el brio que he visto en Patillas 0 mis esperanzas son muy grandes 0 mis ilusiones dignas de lastima. Comoquiera que sea, page este tributo de elogio

20. Vease al respecto La pastoral del Obispo Arizmendi sabre las comedias por Arturo V. Davila en Revista del Instituto de Collura Puertornqueiia de julio-septiembre 1961, pp. Zl-32.

21 Vease Emilio Pasarell, Op. cit., pp. 38-46.

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a esa compafiia de aficionados que parecen nacidos no menos para interesar con el candor de sus inocentes costumbres para conmover con la fuerz.a de sus prendas oratorias. Felicito tambien a ese dicho­so pueblo: jOjala 10 imitara toda la isla! este serla el medio mas suave, pronto y eficaz para acabar de transfonnamos en una socie­dad culta y morigerada. jQue diluvio de gloria inundarla a las })elias y amables jibaritas de Patillas! Yo les doy mil parabienes y de elias y de los demas j6venes aficionados, soy con tanta admiraci6n y res­peto, humildisimo servidor.*

Podriamos seiialar que las condiciones objetivas y subjetivas eran adecuadas para que el cultivo del genero dramatico surgiese en la Isla. Aun las trabas ambientales podrian proveer material d.ramatico a las mentes capaces. Pero hay otros factores, que aunque dificiles de ponderar, creemos que retardaban el proeeso creativo d.ra.m8tico.

Es claro que nuestra vida estaba intimamente ligada en todos los ordenes a Espana. SeiiaIamos al efecto algunos hechos barto conoci­dos. Si damos una mirada a la producci6n d.ra.matica del siglo XVIII y el primer tercio del siglo XIX, vemos que, en relaci6n a la produc­cion dramatica del Siglo de Oro, resulta muy escasa y de limitado merito 10 que se escribe. Ahormado por las reglas, es Leandro Fer­nandez de Moratin el que mas logra destacarse en medio de una pro­ducci6n artificial y mediocre. Tambien logra lucirse en la tragedia Vicente Garcia de la Huerta con la obra La Raquel, y en el genero chico con sus sainetes don Ram6n de la Cruz. Pero no es basta el 1833, cuando muere Fernando VII, y con el un perfodo absolutista, con todo 10 que representa para el arte, que al regreso de los inte­lectuales desterrados el cultivo del genero dramatico aligerado de trabas, sigue el sturm und drang. Logra triunfar el roInanticismo con la nueva visi6n de la vida Y el arte, perc los resultados no los tenemos inmediatamente en la Isla, 0 al menos, no hay la evidencia de alguna obra que 10 demuestre. Mas adelante, Alejandro Tapia, Salvador Brau y otros dramaturgos de la segunda parte del siglo demostraran la influencia de la escuela.

2. Primeros datos sobre el cultivo del genero dramdtica en la Isla

Don Emilio Pasarell, ese infatigable investigador del teatro puer­torriqueiio, nos propicia el primer dato interesante sobre el cultivo del genero dramatico en la Isla. Es posible gracias a su hallazgo de una breve obra de poco merito literario. Veamos:

Por pura casuaIidad, que recuerda los inesperados haIlazgos de fragmentos de obras de la literatura medieval, encontramos Ias hojas de este drama en verso, pagina 17 a 34, formando parte de la

* Boletin Instructivo y Mercantil, mien:oles 13 de julio de 1842, p. 447

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encuadernaci6n a la rUstica del Manifiesto al pueblo de Venezuela por el Comisionado Regio Don Ignacio Cortabarria. residente en Puerto Rico. El manifiesto fue impreso en San Juan. en 1811. par D. Valeriano San Millan. Es pasible que el examen de las encua­dernaciones de otros ejemplares del Manifiesto. u otros impresos de San Millan del mismo aIio. permitan recuperar los perdidos comien­zos y final de la comedia.22

El ejemplar 10 consigui6 Pasarell en una libreria de Madrid. Con­tenia 16 paginas impresas insertadas en la portada y contraportada del Manifiesto al pueblo de Venezuela. Aunque el manifiesto fue im­preso en 1811. Pasarell cree que la pieza fue impresa entre 1808 y 1810. Encuentra que la letra sera cmuy parecida a la f usada entonces". segUn cotejo que verific6 «con la fotografia del Suplemento a la Gaceta del Gobierno de agosto de 1808" de la Historia de Puerto Rico de Salvador Brau.

El autor an6nimo situa la obra en Puerto Rico entre 1795 y 1805. momenta belico entre Espaiia y Francia contra Inglaterra.

Trata la obra sobre los apuros que pasa Fulgencio. espaiiol resi­dente en Puerto Rico. quien se casa con Casimira. teniendo esposa en Espana. Pronto se cansa de ella. como se ve en los siguientes versos:

Algunos meses poseo A Casimira. con nombre De Espasa. mas satisfecho El viI apetito y ya Ueno de remordimientos Terribles. dejo su casa. Huyo su trato y su lecho. Y en este quarto [sic.] sepulto mi infeliz y triste cuerpo.

Se siente sumamente preocupado. Dorsan. su esclavo liberto. oye "us cuitas y comenta en un tono moral y admonitorio tan del gusto de la comedia neoclasica:

jValgame Dios! jQue de yerros Hace cometer al hombre La concupiscencia! Empeiio Es el en que estais Os censura todo el pueblo Por vuestra separaci6n. Y yo mismo. no sabiendo Lo que ahora se. sentia Aquese alucinamiento Pues siendo amado en extrema Que poco favor os hace;

22. Emilio Pasarell. Op. cit., p. 14.

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De Casimira... iInfeliz!... Su desgracia compadezco. Vos. Senor. debeis temer El castigo que han impuesto Las justas y sabias leyes Contra aquellos que...

La situaci6n se complica con la llegada de una joven que supone­mos es la primera esposa del bigamo espaiio!. Se hospeda Adelaida en casa de CasiInira. noticia que recibe Fulgencio preocupado. pues aunque sabe que por el estado de guerra es dificil embarcar. sospecha que la joven es su esposa. Luego vemos a Adelaida y Casimira hablan­do y ya se aclara que es la esposa de Fulgencio. pues aunque no men­ciona su nombre se insinua que es su esposo. Se aprovecha el mo­mento hist6rico para aludir a la imposibilidad de enterarse de su primer enlace porque

.,. Ninguno pudo Escribirlo. Los correos Con dificultad consiguen Llegar a Europa; pues vemos Que los mas son apresados Por los ingleses...

Y luego una ligera pincelada de la condid6n del pais y de los inIni­grantes por la situaci6n de hostilidades que seguramente facilit6 la lIegada de la mujer:

. .. , A este miserable puerto lQue vendria a buscar? Tal vez. (Y sera sin duda cierto) Alguno de los Franceses Que a refugiarse vinieron Aquf. de Santo Domingo La habra trafdo.. : lSi el Cielo Ofendido justamente Por mi crimen y adulterios Castigarlos determina Ahora? No se que temo; No se que recela el alma. Si Adelaida... No. no debo Creer que en tiempo de guerra EI arriesgado proyecto Abrazase de emprender Un viaje tan expuesto A mil contingencias... Es Increible... pero el pecho No se que me vaticina Que conformarme no puedo

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Con ninguna raz6n. Todo , me llena de sentimientos.

lDorsan? No esta aquf; Solo en la Casa me YeO

lQu6 hare? lIr a averiguar Qui6n es la Dama? lA qu6 efecto Viene a esta Isla? Y despu6s Ver como buscar dinero Para ponerme en segura, Que es el designio mas cuerdo.23

Aunque hoy los recursos de la obra nos pueden parecer ingenuos, no deja de ser entretenida. Sus modelos estan en el Siglo de Oro y en la comedia moralizadora dieciochesca. La importancia en la histo­ria del teatro puertorriqueiio es indiscutible: basta hoy estas paginas son las iniciadoras de la bibliografia dramatica puertorriqueiia.

Un hecho clandestino de motivaciones polfticas viene a sumar una segunda obra escrita en el pais. En este caso el autor es conocido por su posici6n en las esferas gubemamentales; nos referimos al secreta­rio de Gobiemo y Capitania de Puerto Rico, Pedro Tomas de C6r­dova. EI hecho que 10 llev6 a convertirse en dramaturgo inesperada­mente fue la intercepci6n de la tragedia Rafael del Riego 0 la EspafuJ en cadenas, del cubano Felix Mejias, mientras se trataba de intra­ducir clandestinamente por Cabo Rojo, en 1824. Considerado como papel incendiario, quiso refutarlo haciendo resaltar la bondad y jus­ticia del Soberano. Para hacerlo, escribe Triunfo del trono y lealtad puertorriquena convirtiendose en virtud de su audacia literaria, en el primer autor dramatico de nombre conocido en la Isla.24

La obra de C6rdova es de mero valor bibliogrMico hist6rico. Su preocupaci6n es exclusivamente polftica; como oficial espanol com­prometido con el regimen, al autor Ie interesa destacar la lealtad puertorriqueiia al soberano. EI caracter improvisado de la obra la descalifica artisticamente.

Basandonos en los datos que ofrece Alejandro Tapia en Mis me­monas y los que ofrece Emilio Pasarell en Origenes y desarrollo de la aficion teatral en Puerto Rico, podemos convenir en que el actor, empresario y autor de origen andaluz, Candamo, represent6 sainetes escritos por el mientras estuvo en la isla en 1824. Tapia menciona Velorio en Ballajd y pendencia en culo Prieto. Junto a obras de auto­res como Velez de Guevara, Rojas Zorrilla, Lope de Vega, Calder6n de la Barca y don Ram6n de la Cruz, aparecen en sus programas sai­netes sin autor, alguno de los cuales podrfa corresponder a Canda­mo. Aun asf no sabdamos si sedan escritos en el pais 0 sobre alg6n

23. Las citas apareeen en las paginas 14, 15 y 23 del libro citado de Pasarell. 24. Ibid., pp. 36-37.

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asunto local, como la mencionada por Tapia que sf responde a estas dos condiciones.25

Las referencias posteriores al cultivo del genero dramatico en la primera mitad del siglo son muy parcas y, por otra parte, se trata de obras a las cuales no se tiene acceso. Antonio S. Pedreira consigna en su Bibliografia Puertorriquena la obra Mucen 0 el triunfo del patriotismo, de 1833, cuyo autor es Celedonio Luis Nebot. Jose Geigel Zen6n y Abelardo Morales Ferrer nos informan sobre Sim6n Romero y su obra La arrogante Gulleron, reina de Nangdn, de 1834. Se cali­fica como «gran tragedia china en tres actos», preparada en la im­prenta del Gobiemo a cargo de don Valeriano San Millan. Geigel y Morales nos dicen de la obra:

Esta dedicada a Don Francisco Garda del Fierro, auditor de guerra de esta isla. Tiene el corte y entonaci6n de la tragedia antigua, se haya escrita en verso libre, ofrece bastante incorrecci6n y desalifio, en el lenguaje y la acci6n es inverosimil. EI autor es puertorri­queiio.lll

De la investigaci6n efectuada por don Emilio Pasarell, amplia­mos la informaci6n:

La Gaceta del 4 de marzo de 1848 anunciaba que un joven de la ca­pital habia escrito una tragedia en cuatro actos y en verso titulada Sampiero de Bastelica y una pieza en un acto y en prosa titulada El Astronomo que se pUblicarian por suscripci6n de reunirse el suficiente nUmero de personas. Este autor se llamaba Romero Navarro. Habia publicado una tra­gedia china en tres actos y en verso, La arrogante Gulleron, Reina de Nangdn. Tambi6n escribi6 para el teatro en diver/as epocas las obras de Matilde de Groomer, El ultimo Agoenaba, la frenologia, Los novios sin camisa y El ensayo de una comedia entre aficio­nados que se han perdido, aunque llegaron a representarse, y a juz­gar por los titulos unas parecen de indole hist6rica y otras de jocosa o satirica tendenciaP

Deducimos, por 10 anteriormente citado, que Jose Sim6n Romero, o Romero Navarro es el Unico autor puertorriqueiio conocido que publicara obras dramaticas en esta primera parte del siglo. Es la­mentable la desaparici6n de los textos, 10 cual imposibilita una valo­raci6n directa de los mismos.

Como puede apreciarse, son muy po~s las evidencias bibliogrcifi­cas de la literatura dramatica en la primera mitad del siglo XIX en Puerto Rico. Pero la visita de companias dramaticas del exterior, el

25. Alejandro Tapia y Rivera, Mis memorias, p. 91; Emilio Pasarell, Op. cit., pp. 55-56.

26 Gegel Zen6n y Morales Ferrer, Bibliografia Puertorriqueiia, p. 209. 27. Emilio J. Pasarell, Op. cit., p. 121.

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entusiasmo de grupos aficionados del pais, la inauguraci6n del Teatro Municipal, la publicaci6n en los peri6dicos de noticias y articulos so­bre teatro, el contrabando de libros, el influjo del espiritu ilustrado yel disfrute de dos periodos constitucionales, se conjugan en un clima propicio para el cultivo del genero con mas empeno, 10 cual ocurrini en la segunda mitad del siglo XIX.

CAPITULO III

LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX: TAPIA y BRAU

La primera importante promoci6n de dramaturgos puertorrique­nos aparece en la segunda mitad del siglo XIX. Alejandro Tapia y Rivera es la figura que la inicia y es a la vez su exponente mas valio­so. Escribe Roberto D'Evrewc, su primicia dramatica, en 1848, pero una censura arbitraria, basandose en que Tapia humanizaba a los reyes,· Ie prohibe su publicaci6n 0 representaci6n. Espera basta 1855 para reescribirla, y al representarse en 1856 se convierte en la pri­mera obra de escritor puertorriqueno conocido que se representa en Puerto Rico. Comenzamos la segunda mitad del siglo XIX pisando fir­me en nuestra historia dramatica. Antes de iniciar el recorrido de esta producci6n seria conveniente ofrecer una visi6n, aunque sea somera, del humus cultural que la abona.

Cuando surge nuestra literatura dramatica ya Espana y el resto de Europa habian experimentado la eclosi6n romantica. Liquidado definitivamente el rigorismo de los preceptos neoclasic~, los signos romanticos senorean en la literatura y en la vida. En Puerto Rico, dentro de una tendencia preferentemente ecIectica, es la modalidad romantica la que inscribe mas rasgos. AI efecto, dice dona Antonia Saez:

EI teatro en Puerto Rico, al igual que las demas manifestaciones artisticas, tiene sus comienzos ~n la segunda mitad del siglo XIX, y aunque ya en Europa el movimiento romantico habfa terminado su evoluci6n; surge aquf el teatro con verdadero caracter romantico.2

Si recorremos algunos pasos de la trayectoria romantica en Euro­pa, encontramos que ya para el 1770 surge en Alemania una genera­ci6n de escritores que, inconformes con la preceptiva neocIasica y avidos de libertad artistica, inician un movimiento revolucionario denominado Sturm und Drang (Tempestad e impetu), nombre que toman de un drama de Maximilian Klinger (1752-1831). Con argumen­

1. Alejandro Tapia y Rivera. Mis Memorias, p. 125. 2. Antonia Saez, El teatro en Puerto Rico, p. 11.