163
Esta obra está bajo licencia 2.5 de Creative Commons Argentina. Atribución-No comercial-Sin obras derivadas 2.5 Documento disponible para su consulta y descarga en Memoria Académica, repositorio institucional de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FaHCE) de la Universidad Nacional de La Plata. Gestionado por Bibhuma, biblioteca de la FaHCE. Para más información consulte los sitios: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar http://www.bibhuma.fahce.unlp.edu.ar Ducid, Manuel Lucha obrera, conflicto sindical y organización armada: El caso de la Juventud Trabajadora Peronista de Propulsora Siderúrgica (1973-1976) Tesis presentada para la obtención del grado de Licenciado en Sociología Director: Tortti, María Cristina CITA SUGERIDA: Ducid, M. (2014). Lucha obrera, conflicto sindical y organización armada: El caso de la Juventud Trabajadora Peronista de Propulsora Siderúrgica (1973-1976) [en línea]. Trabajo final de grado. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. En Memoria Académica. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.976/te.976.pdf

Lucha obrera, conflicto sindical y organización armada: El caso de

  • Upload
    hadien

  • View
    220

  • Download
    2

Embed Size (px)

Citation preview

Esta obra está bajo licencia 2.5 de Creative Commons Argentina.Atribución-No comercial-Sin obras derivadas 2.5

Documento disponible para su consulta y descarga en Memoria Académica, repositorioinstitucional de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FaHCE) de laUniversidad Nacional de La Plata. Gestionado por Bibhuma, biblioteca de la FaHCE.

Para más información consulte los sitios:http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar http://www.bibhuma.fahce.unlp.edu.ar

Ducid, Manuel

Lucha obrera, conflicto sindical yorganización armada: El caso dela Juventud TrabajadoraPeronista de PropulsoraSiderúrgica (1973-1976)

Tesis presentada para la obtención del grado deLicenciado en Sociología

Director: Tortti, María Cristina

CITA SUGERIDA:Ducid, M. (2014). Lucha obrera, conflicto sindical y organización armada: El caso de laJuventud Trabajadora Peronista de Propulsora Siderúrgica (1973-1976) [en línea].Trabajo final de grado. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades yCiencias de la Educación. En Memoria Académica. Disponible en:http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.976/te.976.pdf

1

UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATAFACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA

LICENCIATURA EN SOCIOLOGÍA

TRABAJO FINAL // TESINA

Lucha obrera, conflicto sindical y organización armada.

El caso de la Juventud Trabajadora Peronista de Propulsora Siderúrgica

(1973-1976)

Alumno: Manuel DucidLegajo: 93995/0 Correo electrónico: [email protected]: María Cristina TorttiCodirector: Adrián CelentanoFecha: 26 de marzo de 2014

2

Publicación web de tesina de grado

Planilla de registro y verificación de datos

Nota: Las filas en gris se completarán una vez aprobada la tesina de grado. Al completar este

formulario, por favor elimine las indicaciones de la segunda columna resaltadas en cursiva.

Título de la tesis Lucha obrera, conflicto sindical y organización armada. El caso de la Juventud

Trabajadora Peronista de Propulsora Siderúrgica (1973-1976)

Autor Ducid, Manuel

Correo electrónico del autor [email protected]

Grado académico al que opta Licenciatura

Nombre de la carrera Licenciatura en Sociología

Director de tesis Tortti, María Cristina

Co-director de tesis Celentano, Adrián

Fecha de aprobación

Calificación

Idioma Español

Palabras claves en castellano Juventud Trabajadora Peronista, frente de masas, nueva izquierda, burocracia

sindical.

Palabras claves en inglés Juventud Trabajadora Peronista, mass front, new left, trade-union bureaucracy.

Resumen 1 El presente trabajo aborda el caso de la Juventud Trabajadora Peronista en la

empresa Propulsora Siderúrgica de la localidad de Ensenada en el período

1973-1976, constituyendo éste un período clave en la historia política argentina

en tanto significó el retorno del peronismo al poder luego de dieciocho años de

proscripción legal.

Enmarcada en la extensa constelación de experiencias de la ‘nueva izquierda’

que irrumpe con fuerza en Argentina a partir de fines de los años sesenta, y

específicamente en la amplia experiencia de las fuerzas peronistas

revolucionarias dentro de ella, la Juventud Trabajadora Peronista aparece

como un espacio político-sindical especialmente rico para el estudio y análisis

en el campo de la historia reciente argentina y dentro de ella de las prácticas

sindicales radicalizadas.

Fundada en 1973, la JTP nace como frente de masas sindical de la

organización armada Montoneros. Fundada en el contexto histórico, político y

social de retorno de Perón al país y de crisis del gobierno peronista, ésta será

1 Si el autor lo desea, puede agregar palabras claves y resumen en algún otro idioma además del castellano e inglés

3

parte de la emergencia de particulares formas de vínculo social en el que se

entrecruzan elementos ligados a la práctica de los militantes obreros, sus

agrupaciones sindicales, el proceso de radicalización general del período y la

singular participación de las organizaciones armadas peronistas.

Contemplado el entrecruzamiento entre organizaciones armadas

revolucionarias, organizaciones sindicales combativas y la radicalización de

sectores de la clase trabajadora, nuestro trabajo enfatiza la capacidad política

obrera para imponer condiciones al capital, al gobierno y a sectores

burocráticos del sindicalismo. Es en estos tres frentes de combate en los que

se verán inmersos los sectores radicalizados de la clase obrera argentina que

buscamos poner en un primer plano a lo largo de esta investigación.

Resumen en inglés This paper addresses the case of Juventud Trabajadora Peronista in

Propulsora Siderúrgica company of Ensenada during the period 1973-1976.

This moment constitutes a key period in the political history of Argentina as the

peronism returns to power after eighteen years of legal proscription .

Framed in the vast constellation of experiences of the ' new left ' that emerges

in Argentina since the late sixties, and specifically on the extensive experience

of the revolutionary peronist organizations within her, JTP is a specially

appropriate subject for the study and analysis in the field of Argentina 's recent

history and the radicalized practices of worker unions..

Founded in 1973, the JTP born as masses front of the armed organization

Montoneros. Founded in historical, political and social context of the return of

Peron to Argentina, and in the middle of Peronist government crisis , this will be

part of the emergence of particular forms of social relationships that are linked

to the practice of labor activists elements intersect , their union groups , the

overall process of radicalization and the participation of peronist armed

organizations.

Referred interbreeding between revolutionary armed organizations , militant

unions and the radicalization of sections of the working class, our work

emphasizes the political ability workers to impose conditions to capital ,

government and bureaucratic sectors of trade unionism. Is these three

battlefronts where the radical sections of the working class in Argentina

immersed what we are looking forward to emphasize along this research.

4

Índice

Presentación 5

Introducción 7

Primera parte: Propulsora Siderúrgica 12

Contexto económico general 12

La rama siderúrgica en la economía argentina 16

La consolidación del gran capital monopólico en Argentina: el caso del

Grupo Techint 18

El sueño de una acería integrada: el proyecto de Propulsora Siderúrgica 20

Una empresa, dos sindicatos: la Unión Obrera Metalúrgica y la Asociación

de Supervisores Metalúrgicos de la República Argentina 24

Segunda parte: Montoneros y los frentes de masas 34

El proyecto 34

Nace la Juventud Trabajadora Peronista 40

Tercera parte: la Juventud Trabajadora Peronista en Propulsora Siderúrgica 48

Una lucha en tres frentes: la burocracia, la patronal y el gobierno 48

El caso de Propulsora Siderúrgica 53

‘Llegan los muchachos’: La Agrupación Peronista de Propulsora 56

Los primeros pasos de la JTP en Propulsora: de la APP a la Lista

Blanca (1973) 67

Entre la legalidad y la legitimidad: la huelga larga (1974) 82

La disputa eterna de la JTP y la Lista Blanca: el sindicato y las

Coordinadoras Interfabriles del Gran Buenos Aires (1975) 125

La JTP en la Lista Blanca de Propulsora Siderúrgica 134

Conclusión _____________ 149

Bibliografía 154

5

Presentación

El presente trabajo aborda el caso de la Juventud Trabajadora Peronista en la

empresa Propulsora Siderúrgica de la localidad de Ensenada en el período 1973-1976,

constituyendo éste un período clave en la historia política argentina en tanto significó el

retorno del peronismo al poder luego de dieciocho años de proscripción legal.

Enmarcada en la extensa constelación de experiencias de la ‘nueva izquierda’

que irrumpe con fuerza en Argentina a partir de fines de los años sesenta, y

específicamente en la amplia experiencia de las fuerzas peronistas revolucionarias

dentro de ella, la Juventud Trabajadora Peronista aparece como un espacio político-

sindical especialmente rico para el estudio y análisis en el campo de la historia reciente

argentina y dentro de ella de las prácticas sindicales radicalizadas.

Fundada en 1973, la JTP nace como frente de masas sindical de la organización

armada Montoneros. Fundada en el contexto histórico, político y social de retorno de

Perón al país y de crisis del gobierno peronista, ésta será parte de la emergencia de

particulares formas de vínculo social en el que se entrecruzan elementos ligados a la

práctica de los militantes obreros, sus agrupaciones sindicales, el proceso de

radicalización general del período y la singular participación de las organizaciones

armadas peronistas.

Contemplado el entrecruzamiento entre organizaciones armadas revolucionarias,

organizaciones sindicales combativas y la radicalización de sectores de la clase

trabajadora, nuestro trabajo enfatiza la capacidad política obrera para imponer

condiciones al capital, al gobierno y a sectores burocráticos del sindicalismo. Es en

estos tres frentes de combate en los que se verán inmersos los sectores radicalizados de

6

la clase obrera argentina que buscamos poner en un primer plano a lo largo de esta

investigación.

7

Introducción

Esta investigación es la síntesis de un estudio sobre la experiencia de la Juventud

Trabajadora Peronista en la fábrica Propulsora Siderúrgica. S.A., situada la localidad de

Ensenada, durante los agitados años transcurridos entre 1973 y 1976.

En esta empresa convivieron un importante desarrollo de diversas

organizaciones sindicales y una activa movilización del conjunto de la fuerza obrera

empleada. Analizaremos el proceso de constitución de la JTP, frente de masas sindical

de la organización armada Montoneros, su relación con las diversas agrupaciones de la

fábrica, la perspectiva que de ella tenían los trabajadores y otros actores sociales

presentes en el entorno de la fábrica y su participación en los diversos conflictos que se

desarrollaron en la planta entre 1973 y 1975. Todos estos elementos serán contemplados

en el marco del particular vínculo establecido entre la Juventud Trabajadora Peronista y

el gobierno constitucional que precedió a la última dictadura militar.

El contexto social, político y económico en que se inscribe este análisis

constituye uno de los momentos más interesantes en la historia argentina para observar

el desenvolvimiento del conflicto social y la regresiva capacidad de las instituciones

democrático-liberales para contenerlo en determinadas coyunturas. En el año 1973 el

peronismo volvía a desempeñarse como dirección del gobierno nacional argentino.

Durante dieciocho años el máximo líder del movimiento se había encontrado en el

exilio y el Partido Justicialista no había podido desarrollar actividades legalmente. A

partir de la autodenominada Revolución Argentina la participación política del

justicialismo se había canalizado principalmente a través de las dirigencias sindicales

las cuales, organizadas en las 62 Organizaciones Peronistas, mantenían una importante

hegemonía sobre las estructuras gremiales nacionales. Algunos sectores políticos del

8

movimiento buscaron sus propios caminos para participar del juego político argentino,

aunque en el período observado no pudieron igualar la capacidad de incidencia política

desarrollada por los jerarcas sindicales. Tal fue el caso de los partidos neoperonistas.

Desde la instauración del régimen encabezado por el General Onganía en el año

1966 la hegemonía de los dirigentes gremiales en las estructuras sindicales argentinas

había comenzado, sin embargo, a ser cuestionada. Poco a poco fue emergiendo un

sindicalismo de base que dio sus primeros pasos fuertes en el interior del país. De todos

modos no sería sino hasta principios de 1973 cuando ese cuestionamiento se extendiera

y consolidara sólidamente en el Área Metropolitana de Buenos Aires.

Paralelamente a partir de 1970, en un contexto de radicalización política general,

surgieron junto a movimientos sindicales combativos y democráticos, organizaciones

juveniles que bregaban por la lucha armada. La más grande de ellas, Montoneros,

irrumpió en la escena pública con una acción que le daría una notoriedad pública sobre

la que construiría, velozmente, una verdadera tendencia política en el seno mismo del

Movimiento Peronista.

Como parte de su disputa por la conducción del peronismo, y adaptándose al

nuevo contexto de legalidad institucional que se abría con la llegada de Cámpora a la

presidencia de la República, Montoneros daría impulso y buscaría desarrollar un

conjunto de organizaciones de masas con vocación de verdadera disputa hegemónica.

Entre ellas se encontraba la Juventud Trabajadora Peronista.

Siendo el movimiento obrero la columna vertebral del Movimiento Peronista, la

JTP tendría el ambicioso objetivo de disputar y ganar los órganos de representación

político-sindicales del país. Su espacio de inserción excedía a sindicatos, federaciones e

incluso a la misma central obrera, buscando en paralelo la ocupación de espacios de

9

poder dentro del brazo sindical del Partido Justicialista: las 62 Organizaciones

Peronistas.

Como reconocen diversos autores, la situación política y económica del país en

1973 difería profundamente del contexto de surgimiento del peronismo a mediados de

la década del ’40. Desde comienzos de los ’70, con el retorno de Perón, se profundiza

una intensa disputa entre el viejo líder y las aspiraciones políticas de la organización

Montoneros por el control de la dirección del movimiento justicialista.

Desde el gobierno de Cámpora, y ratificado por Perón a su regreso, el Pacto

Social se consolida como una de las principales políticas impulsadas desde el gobierno.

Las medidas de congelamiento salarial y de precios que éste pacto contemplaba

significaban un retroceso en los niveles de vida de la clase trabajadora, a la vez que

dependían de una mayor centralización del poder y de los recursos dentro de los

sindicatos. La tensión que recorría este escenario político se agravaría a partir del

asesinato atribuido a Montoneros de José Ignacio Rucci, líder de la Confederación

General del Trabajo y uno de los hombres fuertes de Perón en ese momento. En este

marco el sueño de Perón de subordinar a la Tendencia Revolucionaria se mostraría

rápidamente utópico.

Es este complejo contexto de protesta, movilización obrera, toma de fábricas,

enfrentamientos sindicales y acciones de organizaciones armadas en el que se

encontraron los militantes de la Juventud Trabajadora Peronista de Propulsora

Siderúrgica.

La reconstrucción de los nexos establecidos en el seno de la fábrica entre la

lucha obrera, estructura sindical y organizaciones armadas constituye el problema

principal que aborda nuestra investigación. La militancia de la Juventud Trabajadora

10

Peronista en Propulsora Siderúrgica es el objeto de estudio elegido para iluminar dicha

problemática.

Esta reconstrucción de los hechos y de los fenómenos que intentamos abordar se

realizó a partir de fuentes escritas contrastadas con fuentes orales y periodísticas.

En cuanto a fuentes orales recurrimos a la realización de entrevistas a militantes

que fueron protagonistas de un modo más o menos directo de los hechos en cuestión. Si

bien todos ellos fueron activos partícipes de los sucesos, mantuvieron distintos grados

de compromiso político con las organizaciones sindicales y armadas que estudiamos.

Las fuentes escritas incluyen periódicos de la época, fundamentalmente el Diario

El Día, de La Plata, y el Diario Noticias, de Buenos Aires, así como los periódicos que

pertenecían a la organización Montoneros y que se encuentran disponibles en el Centro

de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas en Argentina (CeDINCI).

Hemos recurrido también a volantes publicados por las organizaciones sindicales y

armadas que formaron parte de los sucesos y al archivo de la Dirección de Inteligencia

de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA), hoy en día bajo cuidado de la

Comisión Provincial por la Memoria.

La investigación está ordenada en tres partes. En la primera abordamos desde

una perspectiva de historia de empresas la construcción de Propulsora Siderúrgica como

parte de un proyecto más ambicioso del grupo económico Techint. En este segmento

dedicaremos un apartado a considerar los actores sindicales que se harán presentes en la

fábrica y su inscripción en la dinámica política argentina.

En un segundo momento analizaremos el surgimiento de los frentes de masas de

la organización Montoneros, prestando especial atención al caso de la Juventud

Trabajadora Peronista.

11

Desarrollados estos puntos podremos dedicar una tercera parte al estudio de la

experiencia de la JTP en Propulsora Siderúrgica entre los años 1973-1975. Este tramo

de la investigación contemplará en primer lugar el proceso de conformación de la

agrupación montonera en la planta. Luego analizaremos el conflictivo período

mencionado en una secuencia histórica que aborda en tres momentos la participación

de la JTP en el proceso de movilización obrera en Propulsora: la conformación de la

Lista Blanca en 1973, el conflicto de la denominada ‘huelga larga’ de 1974, y la

participación en las Coordinadoras Interfabriles de La Plata, Berisso y Ensenada en

1975. Daremos cierre a este trabajo con un apartado en el que condensamos reflexiones

que intentan interpretar algunos nudos que se desarrollan a lo largo de todo el período

estudiado.

Como ‘frente de masas’ de una organización armada en un contexto de

radicalización y polarización política, la Juventud Trabajadora Peronista se presenta

como un nucleamiento de base especialmente idóneo para el estudio de la radicalidad

adquirida por algunos sectores de las clases subalternas argentinas, y la manera en que

dicha radicalidad se expresaba en las relaciones sociales e identidades políticas que se

hacían presentes en el contexto de la fábrica.

Creemos que el estudio realizado permitirá reconstruir un capítulo clave en la

historia obrera de la región, historia que guarda estrechos contactos con la

radicalización de sectores estudiantiles, intelectuales y religiosos que, en conjunto,

dieron lugar al fenómeno de la ‘nueva izquierda’ en Argentina. Asimismo permitirá

identificar de modo privilegiado algunas de las tensiones que hicieron necesario, desde

el punto de vista de las clases dominantes locales, el recurso a un golpe de Estado que

impuso a sangre y fuego la desmovilización de los sectores populares argentinos.

12

Primera parte: Propulsora Siderúrgica

1. Contexto económico general

Desde comienzos de la década de 1930 la mayoría de las economías del mundo

se vieron sumidas en un profundo proceso de transformación estructural que sentaría las

bases materiales de la dinámica social desarrollada posteriormente durante décadas. Las

consecuencias de carácter mundial del crack de Wall Street en 1929 respondieron al

grado de inserción que el gigante norteamericano tenía sobre los sistemas económicos,

sociales y políticos del resto de los países del mundo, fundamentalmente del hemisferio

Occidental. En Argentina, tras la crisis del ’30, se vivió una profundización de una

tendencia originalmente iniciada en la década de 1920 en cuanto a los elementos

estructurales de su economía. Esto implicó la progresiva implementación de un modelo

de industrialización por sustitución de importaciones (ISI) que garantizó la producción

local de bienes hasta ese momento importados. En la interpretación construida por el

militante e historiador trotskista Milcíades Peña sobre esta etapa en la historia

económica argentina, jugó un papel central la reinversión en sectores industriales del

excedente producido por el capital agrícola. Esta mirada evitaba caer en análisis que

consideraban la existencia de dos burguesías nacionales escindidas: una agraria y otra

industrial.2

La industrialización por sustitución de importaciones se mostraría como un

proceso extendido en el tiempo, evidenciando diversas características estructurales en

distintos momentos históricos:

2 Véanse los artículos de Milcíades Peña en Revista Fichas de Investigación Económica y Social, 1964-1966.

13

El aumento del nivel de la actividad económica expandió la demanda interna y

creó nuevos incentivos a la inversión. Por lo menos en una primera etapa, el

proceso se realimentó y desarrolló, aunque condicionado por la continuidad de

la política estatal, que se prolongó obligatoriamente por la guerra de 1939-

1945. El proceso de sustitución se mantuvo aceleradamente hasta 1943,

prosiguiendo luego con menor ritmo de desarrollo hasta 1950. La ley de

radicación de capitales marcó, en 1953, el agotamiento y el fin de esta

coyuntura.3

Como vemos, el modelo sustitutivo puede ser analíticamente dividido en dos

períodos, culminando el primero como enuncian los autores a mediados de la década del

’50. Hasta ese momento el crecimiento industrial local tendía a favorecer a las industrias

de bienes de consumo, liderando el crecimiento la rama textil.4

Esta situación cambio paulatinamente. Un suceso importante en este viraje lo

constituyo la sanción de la Ley de Inversiones Extranjeras en el año 1953. El modelo

económico que impulsaba el primer peronismo ya mostraba sus límites externos y

buscaba caminos para facilitar la entrada de divisas al país. A partir de la

autodenominada Revolución Libertadora la Argentina decidió su ingreso al Fondo

Monetario Internacional y comenzaron a desaparecer los controles de cambio. El nuevo

gobierno encabezado por Arturo Frondizi desde 1958 profundizó las relaciones con el

organismo crediticio internacional y flexibilizó aún más las restricciones a la remisión

de utilidades al exterior, una de las principales trabas al ingreso de inversión externa:

Estas medidas, que representaban un giro completo de la situación hasta

entonces vigente, promovieron importantes inversiones exteriores,

especialmente de Estados Unidos, que en 1965 había provisto mas del 50% de

las radicaciones de capitales efectuados en los últimos diez años. Las

3 Rofman, Alejandro y Romero, Luis; Sistema socioeconómico y estructura regional en la Argentina. Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1973, p. 155.

4 Rofman, A. y Romero, L., op. cit. p. 165.

14

inversiones, atraídas por las franquicias especiales y por el mercado que había

creado la política proteccionista, provinieron en general de un reducido número

de grandes corporaciones monopólicas que se orientaron básicamente a la

inversión industrial directa y a la extracción petrolera, acentuando la tendencia

posterior a la crisis del ‘30 de abandonar las inversiones en infraestructura y los

préstamos al Estado. El destino de las mismas fue fundamentalmente la

petroquímica, la industria automotriz, la siderurgia y la electrónica, sectores

básicos que dirigían el crecimiento industrial y cuyo desarrollo permitiría

superar el estancamiento del proceso de sustitución.5

Las empresas monopólicas a las que hicimos referencia se caracterizaban, a

rasgos generales y en oposición a las industrias más propias del primer período de la

ISI, por los siguientes elementos: innovación tecnológica, mayor composición orgánica

del capital, utilización de fuerza de trabajo calificada, mayores salarios, deslocalización

de la planta productora de bienes del centro técnico-administrativo. Existen además

otras características de este tipo de unidades productivas que repercuten de manera

general en el resto de la sociedad en lo que se refiere a localización espacial y a la

articulación con otros sectores productivos de menor envergadura.

En cuanto al primer punto la necesidad de amplios espacios físicos para instalar

los grandes emprendimientos propios de sectores económicos dinámicos, el acceso a

vías de comunicación fluvial y/o terrestre, el acceso a grandes cantidades de agua y

energía, la necesidad de acceder a grandes áreas de depósito y de eliminación de

desechos sitúan a puntos alejados de las densas urbes como más propicios a la

instalación de algunas de estas fábricas. Tal es el caso del cordón industrial que se

conformó sobre las orillas del río Paraná.

En lo que se refiere al segundo punto existió, entre las grandes empresas

monopólicas dinámicas y las pequeñas y medianas empresas, un eslabonamiento que, si

5 Rofman, A. y Romero, L., op. cit. p. 192.

15

bien implicaba para estas últimas una posición subordinada, cerraba un circuito entre

proveedores de bienes salario, materias primas y/o insumos por un lado y productores

de bienes finales por el otro.

Sobre la demanda de mano de obra calificada como fuerza de trabajo de las

industrias que lideraron la segunda fase del modelo sustitutivo entre mediados de la

década del ’50 hasta 1975 (momento en que el Plan Rodrigo dio el puntapié inicial para

la instauración del neoliberalismo en la Argentina) constituye para algunos autores un

fenómeno que merece un especial énfasis. Como sostiene Mónica Peralta Ramos

el nuevo modelo de desarrollo industrial generó un mercado de trabajo

crecientemente heterogéneo y una progresiva estratificación de la clase obrera.

(…) La clase obrera se vio crecientemente estratificada de acuerdo con el

sector de la producción en el cual estaba insertada y con el tamaño de la

empresa en que trabajaba. Se generó así una elite obrera, ubicada en las ramas

más capital intensivas, cuyo nivel de vida tendió a contrastar cada vez más con

el de los obreros vinculados a la producción de bienes salario.6

En 1966 el derrocamiento de Arturo Illia y la instauración del régimen de la

Revolución Argentina implicaron, en el plano económico, lo que podemos entender

como el comienzo de un segundo momento dentro de la segunda fase del modelo

sustitutivo. El gobierno encabezado por el general Onganía saldó rápidamente el

relativo “empate hegemónico” que desde 1955 se evidenciaba entre las fracciones del

capital dominante local a favor de la preeminencia del sector industrial y en detrimento

de la gran burguesía agropecuaria. A través de diversos mecanismos se buscó transferir

la mayor cantidad posible de ingresos hacia las ramas modernas y dinámicas encarnadas

fundamentalmente en el gran capital monopólico extranjero. Si el sector agropecuario

6 Peralta Ramos, Mónica; La economía política argentina: poder y clases sociales (1930-2006).Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2007, p. 114.

16

“aportó” su parte a través de retenciones a las exportaciones de materias primas junto a

nuevos impuestos a la propiedad de la tierra y a la renta, el trabajo hizo lo suyo a través

del bloqueo a los convenios colectivos de trabajo. Este último elemento fue válido para

todos los sectores del mercado de trabajo, sin distinciones entre aquellos que se

desempeñaban en la producción de bienes livianos y los que lo hacían en las industrias

más pesadas.

2. La rama siderúrgica en la economía argentina

Enmarcada en el proceso sustitutivo la rama siderúrgica comenzó a desarrollarse

en el país desde principios de la década del ’40. En 1943 Acindar emplaza su primera

fábrica en Rosario para luego ampliar su producción a Villa Constitución con la

construcción de una segunda planta entre 1949 y 1951.

En 1947 el Grupo Techint se instala por primera vez en el país en la ciudad de

Campana creando Dálmine – Siderca, una fábrica de tubos sin costura para oleoductos.

Es necesario desatacar que el impulso a la producción siderúrgica no provenía

únicamente de la iniciativa privada, sino más bien todo lo contrario. Como señala María

Julia Soul

de esta etapa datan los proyectos estatales de participación en la producción

siderúrgica, con el objetivo de lograr el autoabastecimiento, plasmados en la

Ley Savio Nº 12987 que establece el ‘Plan Siderúrgico Argentino’. Uno de los

núcleos de dicho Plan era la construcción de una planta siderúrgica integrada,

que se materializará a principios de la década del ’60 con la entrada en

operaciones de SOMISA. El Estado se constituye así en uno de los principales

actores en la estructura del sector siderúrgico, tanto en términos de regulación

como de producción. (…) interesa fundamentalmente el rol de SOMISA como

abastecedora de productos semi-terminados y, por lo tanto, como pieza central

17

de una lógica de regulación que tendía a la conformación de un mercado

protegido para los productos siderúrgicos nacionales.7

Debemos precisar, además, que entre el Estado y estos capitales existía una

estrecha relación. Si por un lado la iniciativa privada era incentivada por el Estado vía

subsidios y exenciones impositivas, el Grupo Techint ganó licitaciones públicas y se

hizo cargo, por ejemplo, de la construcción del gasoducto Comodoro Rivadavia-Buenos

Aires entre 1947 y 1949. De esta manera el naciente grupo económico aprovechaba la

nueva demanda surgida como consecuencia de una política económica de

autosuficiencia energética impulsada en un primer momento por Juan Domingo Perón

durante su primera presidencia. La inserción del Grupo Techint dentro de la matriz

productiva nacional es detalladamente descripta por Claudio Castro. En su trabajo

desarrolla el análisis sobre la modificación del paradigma energético nacional y la

manera en que el grupo económico fundado por Agostino Rocca logra satisfacer parte

de la nueva demanda generada por esta nueva situación. En sus palabras

conformando un nuevo paradigma tecnológico, la economía de la posguerra

necesitó el despliegue de una infraestructura sobre el territorio que pudo

realizarse por el desarrollo de dos nuevas capacidades tecnológicas: la

ingeniería en materia de gas y petróleo y la fabricación de tubos de acero para

su transporte. Ambas actividades fueron el núcleo de negocios de la

Organización Techint. La firma se dedicó a cubrir las complementariedades en

materia de infraestructura y siderurgia que exigió la nueva matriz energética.8

7 Soul, M Julia; Transformaciones de las estrategias sindicales en contextos de ReconversiónProductiva. Un estudio de caso en la Industria Siderúrgica. Informe final del concurso: Transformaciones en el mundo del trabajo: efectos socio-económicos y culturales en América Latina y el Caribe. Programa Regional de Becas CLACSO, 2006, p. 5.

8 Castro, Claudio; Paradigma tecnológico, empresa y transformaciones cualitativas, 2010, pp. 3-4.

18

3. La consolidación del gran capital monopólico en Argentina: el caso del Grupo

Techint

“Compagnia Tecnica Internazionale”, pronto denominada TECHINT por su

abreviatura telegráfica, surgió en 1945 como compañía internacional. Su fundador fue

Agostino Rocca, ingeniero, gerente y empresario innovador, activo partícipe en el

desarrollo de la industria metalúrgica italiana de los años 30.9

De esta manera se presenta a sí misma ante el público la empresa de capitales

originalmente italianos. Agostino Rocca, fundador y presidente del Grupo Techint hasta

1975, arribó de Italia a la Argentina en 1946. Ingeniero con vasta experiencia previa en

la asesoramiento y dirección de empresas siderúrgicas y habiendo incluso trabajado para

el Estado fascista italiano en la coyuntura crítica generada a partir de la crisis del ’30,

decidió comenzar una carrera como inversor privado en América Latina.

Las primeras actividades Techint en Argentina fueron de carácter comercial.

Agostino Rocca, tras años de desempeño en la rama siderúrgica, había logrado hacerse

con un importante capital social que le permitió una rápida inserción en el mercado

local. Pronto, en 1947, ganó la licitación para la construcción del gasoducto Presidente

Perón, primera obra de envergadura de la flamante empresa. En un primer momento los

insumos para esta construcción fueron importados de las mismas fábricas en las que

Rocca había trabajado en Italia. Luego estas mismas compañías aportarían capital,

tecnología y personal capacitado a los futuros emprendimientos del ingeniero.

Percibiendo la política de autosuficiencia energética que impulsaba Perón,

Techint comenzó a proyectar lo que luego sería Dálmine-Safta en Campana. Este primer

9 Información extraída de la pagina web del Grupo Techint, www.techint.com

19

emprendimiento productivo que se puso en marcha en 1954 se encargaría de la

fabricación de los tubos de acero necesarios para la ampliación de las redes de

transporte de gas, petróleo y combustibles.

Ya durante el gobierno de Arturo Frondizi un nuevo contexto de incentivo a la

industria siderúrgica llevaría al emplazamiento, junto a Dálmine-Safta, de una acería

eléctrica. Ambas se fusionarían bajo el nombre de Dálmine-Siderca, que comenzaría a

producir a partir de 1964. De este modo el Grupo Techint se convertía en el grupo

inversor privado más grande del país dentro de su rama, sólo superado por la estatal

SOMISA.

Junto a Acindar, SOMISA y Techint existían en el país otras empresas que

conformaban el sector siderúrgico nacional. TAMET, La Cantábrica y Siam eran

empresas que contaban ya con una trayectoria en la rama. Habían sido beneficiadas por

la política oficial del gobierno peronista y orientaban su producción a bienes finales. La

instalación de una empresa como Dálmine-Safta las amenazaba en la medida en que una

industria local protegida productora de insumos generaría, lógicamente, un aumento en

sus costos de producción. Surgen así algunas tensiones que evidencian fracciones dentro

de la burguesía industrial local. Hacia 1964 SOMISA lideraba la producción de acero

con 630.000 toneladas anuales, seguida por Siderca (150.000 t.), La Cantábrica (76.000

t.), Acindar y TAMET (60.000 t.), Santa Rosa (50.000 t.).10 Con la creación de Siderca

y más adelante de Propulsora Siderúrgica el Grupo Techint se erigiría como uno de los

máximos productores de acero a nivel local.

En relación directa con las empresas siderúrgicas se encontraban las

automotrices que comenzaron a instalarse en el país a partir de la sanción en 1953 de la

ley de inversiones extranjeras (tal es el caso de Kaiser y de Mercedes Benz) y con

10 Castro, Claudio; op. cit., pp. 21-22.

20

mayor fuerza a partir de la política desarrollista de Arturo Frondizi. Ford, Fiat, Citroen,

Renault, constituyeron un sector de la economía de capitales privados que se

eslabonaron directamente con la rama siderúrgica como consumidores de bienes

intermedios para su propia actividad productiva. Junto con las necesidades del

desarrollo de infraestructura energética, las automotrices se convirtieron en la otra

fuente de demanda de la rama siderúrgica local.

4. El sueño de una acería integrada: el proyecto de Propulsora Siderúrgica

A partir de 1961 Rocca comenzó a esbozar un proyecto para construir una nueva

fábrica con capacidad para producir los insumos que requerían las plantas laminadoras.

Se trataba de una acería integrada que sería construida en la localidad de Ensenada, en

las afueras de la capital provincial de Buenos Aires. Se proyectaba una producción

anual de 1.100.000 toneladas de palanquilla. Techint desarrollaba esta propuesta con el

afán de satisfacer una demanda que en el momento debía ser satisfecha en el mercado

externo, situación que al país le costaba una importante fuga de dólares cada año.

Según Claudio Castro existió por parte de la Dirección General de Fabricaciones

Militares una actitud corporativa que buscó por todos los medios bloquear el proyecto

de Rocca, con el fin de defender la posición de la estatal SOMISA en el mercado de

productos siderúrgicos. Así, el proyecto privado presentado originalmente a fines de

1961 se concretó recién Diciembre de 1969, luego de dos años y medio de construcción,

momento en el cual Propulsora Siderúrgica S.A. comenzó a funcionar. Su producción se

limitaría a productos laminados en frío, viéndose impedida de fabricar laminados en

caliente al serle negado el permiso para la instalación de un alto horno que le

21

posibilitaría erigirse como una acería integrada con capacidad de proveerse a sí misma

de los insumos necesarios para la producción de acero.11

Cómo mencionamos más arriba el ciclo de producción propio de las empresas

capital intensivas hacen de la localización geográfica de las plantas una decisión

sumamente estratégica. Tal es así que Techint decidió instalar Propulsora Siderúrgica en

Ensenada, una localidad que le otorgaba dos recursos fundamentales: acceso marítimo

directo y cercanía al mercado de consumidores de acero. Al encontrarse esta ciudad en

la costa del Río de la Plata permitía una conexión directa con el comercio ultramarino,

desde donde llegarían los insumos necesarios para la producción, además de ser un

punto estratégico para la exportación, característica central de la producción siderúrgica

de la nueva planta del grupo italiano. Por otro lado los cincuenta mayores consumidores

de productos siderúrgicos se encontraban en las cercanías de la zona. Un último punto a

considerar es el acceso a mano de obra abundante y calificada, garantizado ampliamente

por la cercanía a los grandes centros urbanos formados en torno a Capital Federal y la

ciudad de La Plata.

Es preciso destacar el rol que la radicación de Propulsora en Ensenada jugó

sobre el conjunto de la economía nacional. Desde un punto de vista geográfico ‘Techint

jugó un papel clave en la consolidación del frente fluvial La Plata-Rosario como espacio

industrial. Como proveedora de laminados para la industria automotriz, restó fuerza a la

radicación industrial en Córdoba, en la medida que algunas firmas del ramo encontraron

mas ventajas instalándose en su cercanía.’12

11 Ver Castro, Claudio; “Política industrial y empresa. El fracaso de Propulsora como polo siderúrgico integrado, 1961-1976”, Revista del Instituto de Estudios Históricos Prof. Carlos Segretti, Córdoba, 2005.12 Castro, Claudio; Paradigma tecnológico, empresa y transformaciones cualitativas. Techint y el desarrollo energético en la Argentina de posguerra. Trabajo presentado en el V Coloquio Anual de Historia de Empresas, Universidad de San Andrés, 2006, p. 23.

22

Por otro lado como proveedor de insumos básicos para la producción de bienes

intermedios y de consumo durables como automóviles, calefones, cocinas, heladeras,

adquiriría un papel preponderante dentro del esquema productivo propio de la segunda

fase de la segunda etapa de la industrialización por sustitución de importaciones. Para

1972, a sólo tres años de inaugurada la fábrica, ésta ya cubría casi la mitad del mercado

interno y, dentro del mercado automotor, un 70% de la demanda. Este rol estratégico

pudo haberse profundizado si Propulsora hubiese obtenido el visto bueno por parte del

Ejecutivo Nacional para la producción de insumos hasta el momento importados.

En cuanto a la organización del proceso productivo Propulsora Siderúrgica se

estructuraba en varias etapas, vinculadas entre sí, a través de las cuales el insumo básico

que ingresaba en la planta era transformado hasta encontrarse listo para su venta.

La producción funcionaba de manera constante, con tres turnos rotativos de 8

horas cada uno que permitían un trabajo continuo. Las operaciones que permitían la

laminación en frío se realizaban en distintas secciones. La primara de ellas, denominada

Decapado, constituía la sección de la fábrica donde se iniciaba el proceso de laminado.

Allí se desenrollaban las bobinas laminadas oxidadas que constituían la materia prima

del proceso, se las pasaba por ácido y agua para quitarles el óxido, y eran nuevamente

enrolladas antes de pasar a la segunda sección, Tandem. Allí se desenrollaban

nuevamente las bobinas y eran laminadas en plano por rodillos que a presión disminuían

el grosor de las chapas de acuerdo al producto deseado. A partir de allí las láminas

destinadas a la industria automotriz eran derivadas a la sección Temper, a donde se le

daba maleabilidad a la chapa, mientras que las destinadas a hojalata iban hacia la

sección Recocido. El siguiente paso era la Línea de Corte, donde se cortaba la chapa en

planchas de 2 a 3 metros de longitud según los pedidos. Finalmente existía una sección

de Inspección final y Embalaje donde la producción concluía su recorrido. En paralelo

23

funcionaba un grupo de Mantenimiento y Pool que garantizaba las reparaciones y las

operaciones de todas las secciones que por alguna razón no estuvieran funcionando de

manera normal.13

El tipo de actividad descripta, que implicaba la utilización de tecnología

avanzada y procesos técnicamente complejos, requería de personal con un nivel de

calificación elevado. Si bien, como vimos, desde la década del ’40 existía la producción

siderúrgica en Argentina, esta rama no tenía un desarrollo tal como para que abundase

la mano de obra calificada, sumado esto al hecho de que la maquinaria utilizada en

Propulsora era particularmente avanzada en relación a sus competidores locales. Esto

implicó un primer desafío en materia de capacitación de mano de obra que la empresa

pudo superar originalmente. Manteniéndose coherente con una manera de concebir la

producción de manera tal que pudiese autoabastecerse de insumos, el Grupo Techint

decidió abandonar la estrategia de contratación de mano de obra calificada de acuerdo a

antecedentes, y dedicó recursos a la capacitación propia de fuerza de trabajo para los

cargos que así lo requiriesen.14 En otras palabras la empresa decidió encargarse de la

formación de sus propios cuadros técnicos y gerenciales. Éstos ingresaban a la empresa

siendo aún jóvenes no calificados y hacían carrera toda su vida como empleados del

Grupo Techint, llegando a ocupar importantes puestos directivos.

La mayoría de los trabajadores eran jóvenes, en una franja etaria que iba de los

20 a los 30 años en promedio, y provenían de las localidades de la zona. Berisso y

Ensenada constituían un área con amplia tradición industrial y podían satisfacer esa

demanda. Los salarios, tratándose de obreros calificados y de un trabajo altamente

riesgoso, eran relativamente altos en relación con el resto de los trabajadores. La

13 La reconstrucción general del proceso productivo se tomó de De Santis, Daniel; La lucha obrera en Propulsora Siderurgia y las Jornadas de Junio y Julio de 1975. La Plata, 1990.14 Castro, Claudio; Paradigma tecnológico, empresa y transformaciones cualitativas. Techint y el desarrollo energético en la Argentina de posguerra. Trabajo presentado en el V Coloquio Anual de Historia de Empresas, Universidad de San Andrés, 2006, p. 24.

24

jornada laboral era de ocho horas pero, debido a la realización de horas extra que se

pagaban el doble, se extendía frecuentemente a más de medio día.

El conjunto de la fuerza de trabajo empleada podía clasificarse en dos grandes

grupos. De un total de alrededor de 1200 a 1300 empleados, 1000 componían la planta

de trabajo directo, mientras que el resto del personal lo componían los supervisores,

técnicos y trabajadores administrativos.

El trabajo en la empresa era presentado como un empleo de por vida. Como

mencionamos, los trabajadores eran formados en la misma fábrica, tenían un trabajo

estable (prácticamente la totalidad de la planta era permanente), salarios relativamente

altos y posibilidades de ascenso laboral. Todo ello pretendía ser aprovechado por la

empresa para generar entre ella y sus obreros una relación ‘familiar’ que buscaba

generar una idea de pertenencia y lealtad a la empresa.15

En este punto queremos señalar una distinción en la composición del cuerpo de

trabajadores empleados en la fábrica. A grandes rasgos creemos necesario considerar

dos grupos o sectores de empleados que, por otro lado, se encontraban sindicalizados de

manera separada. Por un lado los trabajadores que podemos denominar “de planta” se

encargaban de las tareas directamente en contacto con el proceso productivo cotidiano.

Éstos se encontraban sindicalizados en la Unión de Obreros Metalúrgicos (U.O.M.). Por

otro lado los empleados con cargos jerárquicos, que controlaban el proceso de manera

integral, se enrolaban en la Asociación de Supervisores de la Industria Metalúrgica de la

República Argentina (A.S.I.M.R.A.). Dedicaremos la próxima sección a la presentación

de ambas organizaciones gremiales.

15 Ver Rodríguez, Florencia; Conflicto obrero en AMBA entre 1969 y 1976. Estudio del caso de Propulsora Siderúrgica, en Memoria de XII Jornadas Interescuelas y departamentos de Historia CD ROM, San Carlos de Bariloche, 2009, pp. 168-169 y Esponda, Alejandra; La carpeta negra de MamáPropulsora. La reestructuración productiva desde la experiencia de los trabajadores, Tesis de Licenciatura. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Departamento de Antropología Social, Universidad Nacional de Misiones, 2007

25

5. Una empresa, dos sindicatos: la UOM y ASIMRA en Propulsora Siderúrgica

Para analizar estas organizaciones sindicales debemos contextualizarlas a partir

de dos planos: uno económico y uno político.16

Existe una fuerte relación entre el modelo económico imperante en un

determinado momento histórico y el desarrollo de las organizaciones de trabajadores en

general. Así como durante los primeros años del siglo XX el modelo agroexportador

otorgó una centralidad al transporte ferroviario de los productos agropecuarios que tuvo

su correlato en la consolidación de la Unión Ferroviaria como el sindicato más fuerte en

el país, el mayor desarrollo de la industria metalúrgica en el contexto de la segunda

etapa del modelo sustitutivo de importaciones le permitió a la UOM, organismo que

nucleaba a los trabajadores de dicha rama, erigirse como ‘vanguardia’ del movimiento

obrero argentino, realidad que se reflejó en los cargos que los cuadros provenientes de

sus filas ocuparon durante esos años: mientras se mantuvo la proscripción del

peronismo, una fuerte conducción de los sindicatos a través de las 62 Organizaciones

Peronistas y de la Confederación General del Trabajo; legalizado el justicialismo a

partir de 1973 esa presencia se ampliaría a cargos públicos: gobernaciones, bancas

legislativas, ministerios, secretarías. Si tenemos en cuenta que las características

productivas de la rama siderúrgica demandan una mayor cantidad de fuerza de trabajo y

otorgan, además, mayores salarios promedio, podemos ver la fuente material del poder

de la Unión Obrera Metalúrgica. Pero resta contextualizar políticamente a la

16 Para una revisión general del sindicalismo argentino durante la segunda etapa del modelo sustitutivo ver James, Daniel; Resistencia e Integración, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2010. Para un análisis general del rol de la UOM en la dinámica política nacional ver Torre, Juan Carlos; “El lugar de la UOM en la trayectoria del sindicalismo”, en Ensayos sobre el movimiento obrero y peronismo, Siglo Veintiuno Editores, Buenos Aires, 2012.

26

organización para poder tener una mejor comprensión de su papel en la sociedad

argentina.

En términos generales los sindicatos argentinos adquirieron un impulso y una

centralidad política inusitada a partir de la irrupción del peronismo en 1945. Base

fundamental del poder de Perón, el líder popular fomentó el crecimiento y

consolidación de sindicatos fuertemente centralizados que pudieran constituirse como

un instrumento políticamente fuerte y controlable a la vez. Como sostienen algunos

autores la tarea de los sindicatos, dentro del armado estratégico de Perón, era no tanto

expresar ante el capital y el Estado la opinión de los trabajadores sino expresar, ante los

trabajadores, la opinión de Perón.17 En un discurso pronunciado en 1945 el naciente

líder popular sostenía:

las masas obreras que no han sido organizadas presentan un problema peligroso,

porque la masa más peligrosa es la masa inorgánica. La experiencia moderna

demuestra que las masas obreras mejor organizadas son, sin duda, la que pueden

ser dirigidas y mejor conducidas en todos los órdenes18

Si bien este esquema organizativo se estructuró fuertemente en el país, no

impidió la emergencia de disidencias internas en los sindicatos. Durante el primer

período de gobierno peronista las comisiones internas y los cuerpos de delegados habían

sido fuertemente cuestionados tanto por el capital como por el propio Perón durante las

infructuosas negociaciones del Congreso de la Productividad del año 1954 y durante el

poderoso plan de lucha metalúrgico desarrollado el mismo año.19

17 Torre, Juan Carlos; Op. cit., p. 236.18 Discurso de J. D. Perón del 25 de Agosto de 1945 en la Bolsa de Comercio, citado en Del Campo, H., Sindicalismo y peronismo, CLACSO, Buenos Aires, 1983, pp. 152-153.19 Ver Bitrán, Rafael; El Congreso de la Productividad. La reconversión económica durante el segundo gobierno peronista. Buenos Aires, El bloque editorial, 1994, Cap. 5, Fernandez, Fabián; La huelga metalúrgica de 1954. Cuaderno de Trabajo Nº51. Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, Buenos Aires, 2005 y Schiavi, Marcos; ‘Clase obrera y gobierno peronista: el caso de la huelga

27

Los sindicatos peronistas se vieron ante una nueva situación durante el período

que se inició luego del derrocamiento del gobierno justicialista. A lo largo de los

dieciocho años de de proscripción del Partido Justicialista aparecieron como el actor

político que más legítimamente expresaba al pueblo peronista. En este período se

convirtieron en un factor de poder por el cual ningún gobierno podía gobernar de

manera estable sin otorgarle algún reconocimiento concreto en la distribución del poder

social. Teniendo esto presente, el peso que en términos generales tenía la UOM como

principal sindicato de la CGT sobre la dirección que tomase la sociedad argentina es

determinante al momento de realizar cualquier análisis político, histórico o sociológico

del período en cuestión. Por ello la importancia del estudio de caso que realizamos.

En este marco cobran particular importancia las instituciones de los cuerpos de

delegados y las comisiones internas. En una estructura organizativa del tipo presentado,

fuertemente verticalista y centralizada, las figuras de los delegados de fábrica y las

comisiones internas se convierten en el espacio de máxima condensación de tensiones al

ser el punto de contacto concreto entre las bases y las direcciones nacionales. Si, por un

lado, estas figuras responden unilateralmente a los secretariados nacionales se exponen

a la deslegitimación ante las bases.

El caso extremo contrario lo constituye el escenario en el cual los delegados

electos por las bases responden unilateralmente a ellas, constituyéndose en un elemento

autónomo respecto de la conducción nacional dentro del sindicato, la cual tiene la

atribución de intervenir la seccional y designar nuevas autoridades.20 Las seccionales

locales de sindicatos nacionales o bien las conducciones de sindicatos por fábrica se

constituían en el principal espacio disruptivo respecto del sindicalismo burocrático, el

metalúrgica de 1954’, en Schneider, Alejandro (Comp.); Trabajadores. Un análisis sobre el accionar de la clase obrera Argentina en la segunda mitad del siglo XX, Herramienta, Buenos Aires, 2009.20 Por supuesto este esquema no implica negar la posibilidad de que las bases legitimen activamente a las conducciones nacionales y a las estructuras sindicales intermedias (cuerpo de delegados y comisión interna), evitándose así las tensiones que mencionáramos.

28

capital y el Estado en la medida en que dependía directamente del voto de los

trabajadores.

Ahora bien, para tener una imagen más acabada de la realidad del sindicato

metalúrgico de la República Argentina debemos sintéticamente describir su historia y su

estructura organizativa (determinante sobre la manera en que el poder se distribuye

hacia dentro de la organización).

El acta fundacional de la Unión Obrera Metalúrgica fue firmada en 1943 a partir

de una escisión del Sindicato de Obreros de la Industria Metalúrgica (SOIM), fundado

éste y conducido históricamente por cuadros del Partido Comunista Argentino.21

Rápidamente introducido en el contexto del primer régimen peronista su estructura

interna se vio fuertemente determinada por la concepción que el General Perón tenía

sobre el rol que las organizaciones profesionales debían jugar en la dinámica política

nacional. Como los demás sindicatos, se convirtió en una sólida maquinaria con un

fuerte poder central con las prerrogativas suficientes como para controlar la totalidad de

la vida interna de la organización. Esta centralización se basaba en las atribuciones que

el Secretariado General tenía sobre las seccionales locales. Esto implica,

fundamentalmente, un control sobre la totalidad de los aportes de los afiliados a nivel

nacional, el manejo sobre las obras sociales y la posibilidad de intervenir las seccionales

designando nuevas autoridades. A esto debe agregarse la particularidad de tratarse de un

sindicato de alcance nacional pero de primer grado. Es decir que no se trata de una

estructura federativa que nuclea sindicatos provinciales, sino de una estructura de tipo

unionista que nuclea seccionales locales.22

21 Ver Camarero, Hernán, A la conquista de la clase obrera. Los comunistas y el mundo del trabajo en la Argentina, 1920-1935. Siglo XXI, Buenos Aires, 2007.22 Sobre este tema y la reforma de la Ley de Asociaciones Profesionales de 1974 ver Aguirre, Pedro, “La reforma de la Ley de Asociaciones Profesionales”, en Revista Pasado y Presente N 2/3, Jul-Dic, 1973.

29

Durante el periodo posterior a la Revolución Libertadora la mayor importancia

que los sindicatos adquirieron como un actor político determinante encontrándose Perón

en el exilio tuvo su correlato en una relativa autonomización de las cúpulas sindicales.

La figura paradigmática del sindicalismo de esta época es sin duda Augusto Timoteo

Vandor, líder indiscutido de la UOM durante los años sesenta. Una de las obras de

referencia insoslayable sobre las características del tipo de sindicalismo encarnado en

Vandor es ‘¿Quien mató a Rosendo’, libro en el que Rodolfo Walsh expone su visión de

la burocracia sindical sintetizada en el principio ‘El que molesta en la fábrica molesta en

la UOM, el que molesta en la UOM molesta en la fábrica.’23

Desde la llegada de Onganía al poder en 1966 la hegemonía del sindicalismo

vandorista comenzó a ser amenazada por un movimiento sindical combativo y de base

que se extendió rápidamente. A partir del Cordobazo en 1969 este movimiento aceleró

su crecimiento, alimentando las condiciones históricas que dieron lugar al surgimiento

de poderosas organizaciones armadas con un fuerte componente juvenil y nacionalista.

Si bien los primeros intentos de impulsar organizaciones de este tipo se remontan a la

década del ’50, será a partir de 1970 que éstas tomarán un mayor impulso y se

convertirán en un actor político imposible de subestimar. Montoneros, las Fuerzas

Armadas Revolucionarias, las Fuerzas Armadas Peronistas y el Ejército Revolucionario

del Pueblo serán las que alcanzaran un mayor grado de desarrollo.

Ante esta situación, y como respuesta estratégica a ella, la centralización de la

UOM en particular, y de los sindicatos en general, se vio aun más profundizada durante

el último gobierno de Juan Domingo Perón. El programa de gobierno del antiguo líder

popular, que Maristella Svampa interpretó como un ‘populismo imposible’24,

23 Ver el apartado “El aparato” en Walsh, Rodolfo, “Tercera parte: el vandorismo”, en Quién matoa Rosendo, Ediciones de la Flor, Buenos Aires, 1994.24 Svampa, Maristella,; “El populismo imposible y sus actores, 1973-1976” en Nueva Historia Argentina Vol. 9, Buenos Aires, Sudamericana, 2003.

30

contemplaba una institucionalización del conflicto social a través de la firma del

Acta del Compromiso Nacional para la Reconstrucción, Liberación Nacional y la

Justicia Social. Informalmente denominado ‘Pacto Social’, este acuerdo pretendía ser

acompañado por las clases fundamentales de la sociedad, quienes se suponía serían

representadas por medio de dos estructuras corporativas: la Confederación General del

Trabajo (por parte de la clase obrera) y la Confederación General Económica (por parte

del capital). Dejando de lado los obstáculos y las limitaciones que dicho programa tuvo,

lo importante para nosotros es remarcar que dentro de esta estrategia de gobierno la

capacidad de las direcciones sindicales nacionales para controlar a sus bases obreras

tomó una importancia inusitada. La reforma de la Ley de Asociaciones Profesionales en

el año 1973, hecho sobre el que volveremos más adelante, demuestra justamente esto.

Como respuesta a ello las principales organizaciones armadas del país

recurrieron a una estrategia de eliminación física de los principales dirigentes del

sindicalismo tradicional. Más allá del poco éxito que demostraría esta política una vez

implementada, es indudable que la ejecución de importantes figuras políticas tuvo

consecuencias significativas sobre el desarrollo de las tensiones entre los distintos

grupos que se disputaban la conducción de la sociedad. El asesinato de José Ignacio

Rucci en Septiembre de 1973, adjudicado a Montoneros, es el caso más emblemático en

este sentido. Central y estratégico aliado en el juego político de Perón, su desaparición

significará un importante momento en la escalada de violencia y distanciamiento

político que caracterizó a la relación del viejo caudillo con las organizaciones armadas

en general, y con la Tendencia Revolucionaria del peronismo en particular.

31

Este es el contexto general en que los obreros de Propulsora Siderúrgica se

encontraban, en relación a su sindicato, en el periodo que nos interesa estudiar, entre

1973 y 1975.25

Queda, por otro lado, hacer una reseña sobre el sindicato que nucleaba en

Propulsora a los empleados con posiciones jerárquicas en el proceso productivo, la

Asociación de Supervisores de la Industria Metalúrgica de la Republica Argentina.

ASIMRA fue la primera organización gremial de supervisores de toda América.

La iniciativa surge en el año 1957 por parte de un grupo de activistas y empleados

‘intermedios’ de la industria metalúrgica que ‘sujetos a distintas situaciones conflictivas

propias de la recepción de directivas y su correspondiente implementación, resuelven

constituirse en los verdaderos defensores de sus propios derechos laborales y

profesionales.’26 A pesar de ello la nueva organización obtendría su personería jurídica

cinco años mas tarde, en 1962.

La franja obrera que comenzó a representar incluía ‘capataces, subcapataces o

encargados, técnicos de todas las especialidades, encargados administrativos y personal

de vigilancia de la industria metalúrgica.’27 Según consta en esta misma fuente sobre

Capital Federal y el Gran Buenos Aires existían 4.500 trabajadores que se incluían en

este estrato.

Si bien esta organización representaba a un grupo de trabajadores que ocuparon

una posición estratégica en la industria metalúrgica nacional durante el periodo de

mayor peso de esta rama en la economía, no existen trabajos que se hayan centrado en

su desempeño, su relación con el Estado, con las patronales y con los otros gremios, sus 25 Para un análisis comparativo sobre la relación entre seccional y secretariado general dentro de la Unión Obrera Metalúrgica, para el caso de Acindar y de SOMISA, ver Soul, Maria Julia; Transformaciones de las estrategias sindicales en contextos de Reconversión Productiva. Un estudio de caso en la Industria Siderúrgica. Informe final del concurso: Transformaciones en el mundo del trabajo: efectos socio-económicos y culturales en América Latina y el Caribe. Programa Regional de Becas CLACSO. 2006. 26 Ver www.asimra.org.ar27 Ibídem.

32

luchas y métodos de protesta y su legitimidad ante sus bases. Intentaremos reconstruir

parte de esta historia descuidada respondiendo a los interrogantes recién planteados a lo

largo de esta investigación.

La UOM y ASIMRA se repartían la representación de un total de entre 1300 y

1500 trabajadores en Propulsora Siderúrgica, la mayoría en situación de dependencia.

Eran pocos los empleados contratados. Provenientes de la zona de Berisso y Ensenada,

como ya mencionamos, la edad promedio de la fuerza de trabajo de Propulsora se

ubicaba alrededor de los 25 años, constituyendo así un grupo etario joven, con mediana

y alta calificación, algunos con estudios secundarios realizados y otros con formación

en escuelas industriales. En el mercado laboral esto redundaba en un alto salario,

respaldado y regulado por los Convenios Colectivos de Trabajo firmados por la UOM.

La organización sindical en la fábrica giraba en torno a una comisión interna,

elegida a través de un cuerpo de delegados, los cuales designados a través de elecciones

directas por los trabajadores de la planta. Tanto el cuerpo de delegados como la

comisión interna formaban parte de la seccional local y su legalidad, una vez realizadas

las elecciones con participación de las bases, quedaba supeditada a la decisión de la

Comisión Directiva de La Plata, la cual tenía la prerrogativa de designar interventores si

lo considerase necesario, además de tener las facultades para expulsar del sindicato a

cualquiera de sus afiliados y de poner fecha para las elecciones que constituían el

formalmente un nuevo cuerpo de delegados. Según los estatutos para el caso de la UOM

éste cuerpo contaba con treinta y tres miembros los cuales, a su vez, debían designar

una comisión interna con cinco delegados.

En la seccional platense el secretario adjunto de la Unión Obrera Metalúrgica era

Rubén Diéguez, quien por otro lado se desempañaba como secretario general local de la

33

CGT.28 Además de dirigente sindical Diéguez ocupaba una banca como diputado en la

legislatura provincial. Como veremos será este un dirigente que utilizará todas las

ventajas de su posición política y sindical para intervenir en la dinámica sindical en

Propulsora.

Al fundarse la fábrica el Cuerpo de Delegados quedó originalmente a cargo de

miembros de la Lista Azul Rosendo García, agrupación que respondía directamente a la

línea de la seccional local y, por medio de esta, a la dirección nacional del gremio.

Desde principios de los ’70 hubo, por otro lado, una inserción de organizaciones

sindicales que podemos denominar como antiburocráticas, entre ellas la Juventud

Peronista, el Partido Comunista y el Peronismo de Base, además de delegados

independientes, con posiciones ‘democráticas y combativas’.29

En el caso de ASIMRA el cuerpo de representantes en la fábrica no superaba los

diez integrantes y, como veremos, su protagonismo en los hechos analizados será

fuertemente reducido frente al poder que representaba en la planta la Unión Obrera

Metalúrgica. Sin embargo la dinámica que adquirirá el conflicto en Propulsora será la

base para una particular articulación entre los trabajadores representados por ambos

gremios. Este será uno de los problemas que abordaremos más adelante.

28 El Secretario General de la UOM en La Plata era Héctor Dateo, pero durante el período que estudiamos será Rubén Diéguez quien manejará de hecho la seccional del gremio metalúrgico. 29 De Santis, Daniel; La lucha obrera en Propulsora Siderúrgica… p. 2.

34

Segunda parte: Montoneros y la experiencia de los Frentes de Masas

1. El proyecto

Como ha sido demostrado por Lucas Lanusse, Montoneros nace de la

confluencia de pequeñas células y grupos armados que comenzaron a operar a fines de

los años ’60 y que, paralelamente, entablaron conversaciones entre sí con el fin de

construir una herramienta político-militar que tuviera alcance nacional.30 Esta

confluencia fue “bautizada” operativamente con el secuestro y ejecución del ex

presidente de facto Pedro Eugenio Aramburu entre el 29 de Mayo y el 1 de Junio de

1970. Pasarían alrededor de dos años para que, durante la campaña del ‘Luche y

30 Lanusse, Lucas; Montoneros: El mito de sus 12 fundadores. Buenos Aires, Ediciones B, 2005.

35

Vuelve’, Montoneros pudiera consolidar una capacidad de movilización de masas que

superara a la poderosa Confederación General del Trabajo.31

El ámbito de conexión entre el aparato militar y las organizaciones de la

sociedad civil fueron los denominados frentes de masas. De conjunto constituirían la

Tendencia Revolucionaria del Movimiento Peronista. En un corto período de tiempo

surgía así una de las corrientes que disputaría, con posibilidades reales de éxito, la

conducción y hegemonía del peronismo. Considerando que entre 1973 y 1976 este

movimiento popular argentino condensaría internamente las tensiones de las distintas

fracciones sociales y sus correspondientes proyectos de país, la posición de poder

ocupada por la Tendencia Revolucionaria no puede dejar de ser observada en un análisis

político de la época.

El contexto histórico y político argentino se había visto profundamente

modificado a partir de la ola de movilizaciones y puebladas que culminó, luego del

Viborazo, con la renuncia del general Levingston y la asunción como presidente de

Alejandro Lanusse a fines de marzo de 1971. El proceso de radicalización política32

vivido en el país implicaba la consolidación de nuevas fuerzas sociales en los ámbitos

estudiantiles, sindicales y territoriales que serían luego identificados dentro del campo

de la ‘nueva izquierda’.33 A partir del Cordobazo estas fuerzas se habían mostrado lo

suficientemente consolidadas y autónomas respecto de las tradicionales instituciones

políticas como para alarmar a los jefes de la Revolución Argentina. La popularidad

adquirida por las organizaciones armadas tuvo un papel central en la creación de esta

nueva correlación de fuerzas. Las operaciones se multiplicaban y, a partir del secuestro

31 Gillespie, Richard; Soldados de Perón. Historia crítica sobre los Montoneros. Buenos Aires, Sudamericana, 2011, pp. 216-217.32 Gordillo, Mónica, “Sindicalismo y radicalización en los setenta: las experiencias clasistas”, en Lida, Clara E., Crespo, Horacio y Yankelevich, Pablo, compliadores; Argentina, 1976. Estudios en torno al golpe de Estado. México, D.F.: El Colegio de México, Centro de Estudios Históricos, 2007. 33 Tortti, María Cristina, “Protesta social y “Nueva Izquierda” en la Argentina del GAN”, en Pucciarelli Alfredo (editor); La primacía de la política, Buenos Aires, Eudeba, 1999.

36

y asesinato de Aramburu, la notoriedad pública de estas crecía exponencialmente. No

podemos invisibilizar el papel de Perón en este punto. El explícito apoyo brindado a sus

“fuerzas especiales” formaba parte de un plan personal pero que condicionaba a todo el

aparato político argentino.

El viraje político intentado por Lanusse a partir de 1971 puede ser interpretado

como el reflejo institucional de esta nueva situación concreta de las distintas fuerzas

políticas en el país. El 1° de mayo desde la provincia de Córdoba el nuevo jefe del

Ejecutivo Nacional lanzó el Gran Acuerdo Nacional (GAN) prometiendo convocar en el

corto plazo a elecciones libres. Después de dieciséis años de proscripción del

justicialismo el sueño del ala más antiperonista de la Revolución Libertadora terminó de

derrumbarse. Lanusse entendió que no habría manera de mantener el orden burgués

intacto de manera estable sin la participación institucional de las grandes masas

movilizadas a través de la representación del peronismo. 34

La estrategia del GAN buscaba integrar al sistema político a los sectores de la

burocracia sindical y política del peronismo, neutralizando sus elementos

revolucionarios. La lógica misma de funcionamiento del Gran Acuerdo Nacional refleja

una lectura por parte de la Revolución Argentina de que existe una transformación hacia

dentro del peronismo, una aceleración del enfrentamiento interno. La idea de integrar a

algunos sectores del movimiento y reprimir a otros implica un adelanto de lo que será la

política argentina en el período 1973-1975: la condensación del conflicto social en

luchas internas entre las distintas fracciones del peronismo. Como dirá Torre, el

34 Para un análisis general ver Pucciarelli, Alfredo (editor), La primacía de la política, Eudeba, 1999. También el relato en primera persona de Alejandro Lanusse en Mi testimonio, Lasserre Editores, Buenos Aires, 1977.

37

peronismo será un sistema político en sí mismo, porque contendrá oficialismo y

oposición.35

Paralelamente, desde noviembre de 1970, Juan Domingo Perón impulsaba ‘La

Hora del Pueblo’, un espacio de convergencia de los partidos políticos más importantes

desde donde se demandaba una inmediata salida democrática a la evidente crisis

orgánica desatada como consecuencia de la Revolución Argentina. El moderno sistema

político argentino hacía prácticamente inviable la conducción de la sociedad en su

conjunto sin el esfuerzo por construir una hegemonía global. La Hora de los Pueblos

constituía una propuesta de salida legal a la crisis de la Revolución Argentina en la cual

confluían las más importantes organizaciones políticas que podían institucionalizar las

demandas de la sociedad argentina: el Partido Justicialista y la Unión Cívica Radical.

Este nuevo escenario planteaba nuevas preguntas a todas las organizaciones

políticas, y particularmente a las organizaciones armadas. Éstas habían nacido al calor

de una dictadura autoritaria y encontraban en la violación a las instituciones

democráticas la legitimidad de su método de lucha. Era clásica entre las organizaciones

armadas la fórmula que sostenía que ‘el método de lucha no lo deciden las

organizaciones populares, sino el régimen’.36 ¿Qué hacer ahora que el enemigo

proponía muy concretamente el retorno a elecciones libres, con la participación legal del

justicialismo?

Las transformaciones en el sistema político argentino impulsaban a Montoneros

a pasar a la que previamente había concebido como la segunda fase de una guerra

nacional, total y prolongada. El foco había prendido. Se podía pasar así a la etapa de la

35 Torre, Juan Carlos; El gigante invertebrado: los sindicatos en el gobierno, Argentina 1973-1976, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2004.36 En estos términos se expresaría Pedro Bonnet, militante del PRT-ERP, al ser entrevistado cuando se encontraba tomado el aeropuerto de Trelew en el momento en que la cinematográfica fuga del penal de Rawson fracasaba en sus objetivos más ambiciosos antes de desatarse la “Masacre de Trelew” en 1972.

38

guerra revolucionaria que requeriría de la construcción de canales de comunicación

orgánicos entre los combatientes y las grandes masas.37 La organización contaba con

una fuerte popularidad y el apoyo coyuntural pero explícito de Perón. La

reinstitucionalización de la política nacional implicaba la necesidad de adaptar las

estructuras de la organización de modo tal de poder practicar una política de masas. Es

en este sentido que en el documento citado aparecen por primera vez mencionadas las

Unidades Básicas Revolucionarias. Estas tendrían la tarea de funcionar como nexo entre

los cuadros político-militares y la militancia de base.

Analizado más profundamente se evidencian, en este punto, dos explicaciones

divergentes sobre el impulso a la organización en los ámbitos de masa. Por un lado, y a

partir del relato construido por Montoneros, las nuevas agrupaciones de base son la

consecuencia necesaria de haber avanzado a la segunda etapa de la lucha, una vez el

foco guerrillero había prendido. Desde otra perspectiva, dicho impulso puede ser leído

más bien como una respuesta menos planificada y más pragmática de la organización

ante la realización de elecciones libres. Con todo, estas explicaciones no son

necesariamente excluyentes o contradictorias.

Esquemáticamente la estructura de Montoneros y sus frentes de masas quedaba

establecida del siguiente modo: en la cima los cuadros dirigentes con capacidad de

realizar operativos armados y la tarea de establecer la línea política de toda la

organización. Las células encargadas de ejecutar los operativos militares se

denominaban Unidades Básicas de Combate.

Más abajo se encontraban los cuadros medios. Estos eran militantes ya

integrados a la organización, con tareas militares asignadas pero que, además, cumplían

la función particular de mediar entre los cuadros dirigentes y la militancia ‘de 37

‘Montoneros. Línea político militar. Documento Interno. 1971’ en Baschetti, Roberto: Documentos (1970-1973). De la guerrilla peronista al gobierno popular, Buenos Aires, de la Campana, 1995.

39

superficie’. Los cuadros medios serían responsables de las Unidades Básicas

Revolucionarias. Estas últimas, semiclandestinas, constituirían el espacio de

participación política de la militancia de los frentes de masas no integrados a la

estructura militar. Los responsables de las UBR foramrían parte de la organización

político-militar. Pero su clandestinidad sería abierta, en la medida en que

permanecerían insertos en la base de la cual provenían, conduciendo tácticamente la

movilización popular. Esta figura tiene particular importancia para nosotros, puesto que

los principales referentes que protagonizaron los sucesos que estudiamos representaban

esta específica participación en Montoneros y su frente de masas sindical. Como

combatientes de Montoneros, y miembros de una UBC, desarrollaban tareas

clandestinas. Como responsables de una agrupación de masas conducían una militancia

legal que disputaba espacios institucionales.

Las agrupaciones de base, que dependían de sus respectivos responsables,

comprendían concretamente el nivel de las masas. Los cuadros bajos no eran

necesariamente guerrilleros, combatientes, sino que se integrarían a la ‘Guerra

Revolucionaria’ con otro tipo de tareas no clandestinas. Citamos un fragmento del

documento donde explicita cuáles serían dichas tareas:

…el pueblo debe ser los ojos, los oídos y la boca de los combatientes. Es el

pueblo organizado en Unidades Básicas Revolucionarias el que realizará las

tareas de información, comunicación y propaganda para facilitar la tarea de las

Unidades Básicas de Combate. Son los activistas y militantes de base los que

darán la cara para encubrir a los combatientes clandestinos. De ellos deberá

provenir la red de depósitos y refugios necesarios para el desarrollo de las

tareas armadas. Serán ellos los que promoverán las movilizaciones populares

para desgastar al régimen y fortalecer la conciencia y la organización de las

40

bases. Por último aquellos más preparados y decididos tomarán las armas y se

incorporarán a las unidades de combate.38

Durante la segunda mitad de 1972 Héctor Cámpora, delegado de Perón en el

país, fue designado por mandato de éste para ser el candidato presidencial del

peronismo en las elecciones que se celebrarían el 11 de marzo del año siguiente. Una

cláusula legal impedía a Perón presentarse él mismo como candidato.

La Juventud Peronista Regionales, fracción de la vieja Juventud Peronista que

adhería a la conducción estratégica de Montoneros, lanzó la campaña electoral ‘Luche y

vuelve’. Entre este momento y el 20 de junio de 1973 ocurrirá el mayor crecimiento de

la Tendencia Revolucionaria. Retomando la máxima reivindicación de las clases

populares argentinas desde 1955 la JP Regionales, dirigida nacionalmente por Juan

Carlos Dante Gullo, se erigió en la mayor organización legal de Montoneros. Se

constituía así el primer frente de masas montonero, con un trabajo de inserción

territorial.

1972 y 1973 fue el período en que se concretaría la creación de los distintos

frentes. A la Juventud Peronista se sumarían la Juventud Trabajadora Peronista, la

Unión de Estudiantes Secundarios, la Juventud Universitaria Peronista, el Movimiento

Villero Peronista, el Movimiento de Inquilinos Peronista, la Agrupación Evita y la

Agrupación del Peronismo Auténtico. Estas organizaciones constituyeron el esqueleto

político del movimiento montonero. Ellas debían hacer posible una política de masas

permanente en donde se conjugaban los objetivos políticos estratégicos con las luchas

reivindicativas propias de cada espacio de militancia (ya sea territorial, sindical,

estudiantil, etc.). Las agrupaciones que constituían los frentes de masas funcionaban

dentro de las organizaciones populares existentes (sindicatos, centros de estudiantes,

38 ‘Montoneros. Línea político militar. Documento Interno. 1971’ en Baschetti, Roberto: Documentos (1970-1973)…pp. 372.

41

centros vecinales) e intentaban consolidar su propia conducción hacia dentro de estos

espacios. Es decir, no buscaban crear nuevos espacios, sino disputar los existentes. Esto

implicaba un trabajo doble de consolidación de la propia fuerza a la vez que se intentaba

desgastar en el mismo movimiento la del enemigo.39

En el breve e inestable período que duró el gobierno constitucional entre 1973 y

1976 los frentes de masas adquirirán un importante desarrollo. Sin embargo, el

progresivo desgaste del estado de derecho y la emergencia de un estado de excepción

cada vez más represivo se mostrarán como un obstáculo difícil de sortear para estas

organizaciones. A pesar de ello los frentes de masas en general, y la JTP en particular,

constituirán experiencias organizativas del pueblo argentino con una riqueza histórica

difícil de soslayar. En este estudio de caso intentaremos aportar a poner luz sobre este

proceso y algunas de sus principales características.

2. Nace la Juventud Trabajadora Peronista

Si bien los frentes de masas de Montoneros abarcaron diversos espacios de

militancia, nuestro trabajo se centra en el ámbito sindical. Dedicaremos por ello este

apartado a la reconstrucción del lanzamiento de la JTP.

El 8 de mayo de 1973 salía a la luz la primera edición de una revista de la

Tendencia Revolucionaria.40 El nuevo marco político hacía más factible y a la vez más

necesario el acceso a medios masivos de comunicación como herramientas de

construcción de una fuerza social con vocación hegemónica.

Una breve nota titulada ‘La Juventud Trabajadora Peronista en Marcha’ relata la

creación del quizás más ambicioso frente de masas que adheriría al proyecto estratégico

39 Revista Evita Montonera, Nº1, Diciembre de 1974.40 Revista El Descamisado, Nº1, Mayo de 1973.

42

de Montoneros. Tal como se reflejará en el discurso que Mario Firmenich pronunciará

en agosto de 1973 en el estadio de Atlanta, la disputa en el ámbito sindical era

fundamental para consolidar un nuevo bloque hegemónico dentro del peronismo. Esta

disputa se traducirá en una lucha feroz entre la Tendencia Revolucionaria por un lado y

los elementos tradicionales del sindicalismo burocrático justicialista y los sectores más

claramente reaccionarios ligados a Isabel Perón y José López Rega por otro. Debemos

tener en cuenta en este punto que la burocracia sindical constituyó una de las figuras

antagónicas centrales de la organización armada desde su nacimiento.

El 1º de mayo de ese mismo año, entonces, se había constituido en un acto en la

Federación de Box en Buenos Aires, con quince mil asistentes, la JTP. En este acto

participaron dos pequeños sindicatos nacionales, una seccional de la UOCRA y 34

agrupaciones de distintos gremios.41 Los lineamientos políticos de la nueva estructura

sindical evidenciaban desde su nacimiento la tensión que emanaba del entrecruzamiento

de un horizonte estratégico enunciado como ‘socialismo nacional’ y la identificación

con un movimiento policlasista como el peronismo.42 La creación de la JTP, a la vez

que levantaba las históricas banderas del peronismo, constituía un nuevo peligro para el

sindicalismo peronista ortodoxo que, desde el retorno de Perón, se vería completamente

relegitimado por el líder que volvía al país después de dieciocho años de exilio.

Las organizaciones armadas peronistas tuvieron en el evento una ubicación

central. Banderas y discursos en alusión a ellas dominaron el evento. ‘Perón, Evita, la

Patria Socialista’ era uno de los cánticos que más entonaban a los asistentes. La

presencia de estos cánticos no expresaba necesariamente una adhesión al socialismo por

parte de la militancia ‘de superficie’ de la organización. Sin embargo en una entrevista

realizada para este trabajo un militante de JTP y Montoneros sostenía que

41 Lobbe, Héctor; La guerrilla fabril. Clase obrera e izquierda en la Coordinadora de Zona Norte del Gran Buenos Aires (1975-1976), Buenos Aires, RyR, 2009, p. 39.42 Cuadernillo especial JTP, Lineamientos generales. Septiembre, 1973.

43

con los compañeros que adherían a la agrupación (empezabas) a charlar,

porque adherían a una política, y vos hablabas de socialismo. Esta cuestión de

la patria socialista, Perón, Evita, la Patria Socialista, era una consigan cantada

por todos. Ahora ¿qué significaba ese socialismo? Para el conjunto ese

socialismo significaba estar mejor, eso es, eso era.43

Desde esta perspectiva se puede cuestionar la idea de que el potencial rupturista

y revolucionario del ideario socialista sea monopolio exclusivo de programas máximos

y sistemáticamente radicales. Los militantes de superficie de la Juventud Trabajadora

Peronista, quienes en palabras de nuestro entrevistado son identificados como

‘adherentes’ a la agrupación, participaban entonces de una reivindicación planteada

desde los espacios más altos de la conducción montonera, aunque en este caso dándole

un contenido mucho más difuso. La figura del ‘adherente’ constituye uno de los

elementos centrales que estarán presentes a lo largo de la investigación y que

analizaremos con especial detenimiento en los últimos apartados del trabajo.

Según la revista El Descamisado, las principales banderas de la JTP incluían

‘aspectos políticos, económicos y gremiales: ley de amnistía, nacionalización de

empresas, bancos y comercio exterior, aumentos de salarios, control obrero de la

producción y dirección de las empresas.’44 Es necesario plantearse la pregunta de en qué

medida es posible o no escindir esas reivindicaciones concretas de un proyecto definido

como socialista. El análisis del grupo intelectuale Pasado y Presente, contemporáneo a

los sucesos que nosotros abordamos, sostenía la necesidad de una unidad entre

reivindicaciones antisistémicas y programas sistemáticos para la instauración de una

nueva sociedad:

43 Entrevista realizada a Juan Fernández, 2012.44 Cuadernillo especial JTP, Lineamientos generales…

44

Si la revolución socialista no se presenta hoy como la afirmación de una

realidad nueva gestada en el interior de la vieja sociedad, si únicamente es

concebible como un proceso de revolucionarización permanente de un universo

productivo en definitiva ambiguo y contradictorio, la formación de un bloque de

poder alternativo presupone la elaboración de un proyecto consciente, de una

alternativa programática fundada en la transformación global del sistema (…).

Y aunque la elaboración de esa alternativa plantea un conjunto de problemas

teóricos de difícil resolución es a las masas a quien corresponde en primer lugar

resolverlas. Son ellas las que deben crear en el seno mismo de la sociedad

capitalista un movimiento anticapitalista y unitario que agreda al sistema a nivel

de sus estructuras sociales: lla fábrica, la escuela, el barrio, la ciudad, las

profesiones.45

En el programa de la JTP una de las consignas más generalmente expresadas era

la ‘lucha contra la burocracia sindical traidora’. Si tenemos en cuenta el papel que

hemos asignado a la burocracia sindical en el conjunto de condiciones de posibilidad de

éxito del proyecto estratégico de Perón durante su última presidencia, ésta última

consigna no es meramente parte de una disputa a nivel interno del sindicalismo

peronista, sino que contiene implicancias que chocan irreconciliablemente con el

programa del Pacto Social. En esta misma línea el lúcido planteo del equipo de Pasado

y Presente afirmaba que

el crecimiento de la conciencia combativa de las masas no tiene un mero

carácter económico-profesional, ni la exigencia de direcciones sindicales no

burocráticas expresa únicamente el deseo de los trabajadores de perfeccionar

los mecanismos de delegación de poder. Lo que está subyacente en las luchas

contra la burocracia sindical, los desequilibrios, el autoritarismo patronal y del

Estado, la opresión económica, política y social de las masas populares, es una

45 ‘La larga marcha al socialismo en Argentina’ en Revista Pasado y Presente, Nº1, Abril-Junio de 1973, p. 10.

45

nueva voluntad política, una nueva conciencia de rechazo de la realidad

presente que reclama una reestructuración total de la sociedad argentina.46

El citado cuadernillo especial sobre la JTP, publicado en septiembre de 1973

junto con el número 17 de El Descamisado contenía los lineamientos políticos de la

nueva organización. El primer punto expresaba:

La J.T.P. nace como una corriente político gremial en el seno del Movimiento

Obrero Organizado, haciendo suyas las experiencias y las luchas de la clase

trabajadora argentina y fijándose como objetivos producir el trasvasamiento

sindical para el Socialismo Nacional.47

Se proponía entonces la disputa por la conducción de las seccionales, gremios y

de la central obrera. Había sido un tema de discusión si crear una nueva CGT que

respondiera a la Tendencia o competir contra la ‘burocracia sindical’ por la conducción

de la institución existente. Finalmente se decidió por esta última opción, como muestra

el primer artículo de sus lineamientos políticos, a la vez que se remarcaba, una vez más,

el objetivo estratégico del Socialismo Nacional.48 Esta estrategia política tendrá

implicancias prácticas en el desarrollo de los conflictos sobre los que enfocaremos los

próximos apartados de este trabajo, particularmente en cuanto a la actitud de las

agrupaciones sindicales de la Tendencia Revolucionaria respecto de las estructuras

sindicales reconocidas legalmente.

El documento con los lineamientos generales de la JTP que citamos previamente

inscribe a ésta en la tradición del sindicalismo combativo, apropiándose especialmente

de las experiencias posteriores a la Revolución Libertadora, desde la toma del

46 Ibídem., p. 11. 47 Cuadernillo especial JTP, Lineamientos generales…48 Entrevista realizada a Gonzalo Leónidas Chaves, 2012.

46

Frigorífico Lisandro de la Torre hasta el fenómeno de la CGT de los Argentinos y las

puebladas protagonizadas por la clase trabajadora argentina entre 1969 y 1971.

Los objetivos programáticos de la JTP aparecen claramente definidos en los

siguientes términos: lucha por la creación de nuevos puestos de trabajo y por impedir

nuevos despidos, garantizando estabilidad laboral; puesta en marcha de un plan de

vivienda, salud y educación; aumento de los salarios reales; nacionalización de los

recursos básicos de la economía; participación obrera en las decisiones de la

producción. Por otro lado se plantea la consolidación de un modelo sindical

democrático en abierta oposición al centralismo verticalista que, sin decirlo en el

cuadernillo, es propio del movimiento obrero organizado argentino desde que Perón

comenzó a tener una influencia decisiva desde la Secretaría de Trabajo y Previsión en

1944.

El muy bien documentado estudio de Héctor Lobbe sitúa a la JTP como la

organización sindical más importante en la Zona Norte del Gran Buenos Aires en

cuanto a la cantidad de militantes y establecimientos en los que tenía activistas propios.

Este desarrolló se verá plasmado también cuando, hacia 1975, se estructuren las

llamadas “Coordinadoras Interfabriles” (espacios de coordinación entre cuerpos de

delegados y comisiones internas sobre los que volveremos más adelante). En esa línea

Werner y Aguirre expresan que ‘la JTP logró gran influencia entre la vanguardia obrera

del Gran Buenos Aires y la Capital Federal alcanzando una supremacía hegemónica en

las coordinadoras interfabriles.’49

La rama sindical de Montoneros no sólo tuvo un rápido crecimiento a partir de la

convocatoria exitosa de trabajadores que buscaban un nuevo espacio de encuadramiento

49 Werner, Ruth y Aguirre, Facundo; Insurgencia obrera en la Argentina. 1969-1976. Clasismo, coordinadoras interfabriles y estrategias de la izquierda. Buenos Aires, Ediciones IPS, 2007, 291. Para un mejor panorama sobre el amplio desarrollo de la JTP en las Coordinadoras ver en el mismo trabajo los Cuadros que se encuentran en el Anexo, pp. 549-555.

47

político, sino que se caracterizó por ser un fuerte imán para experiencias organizativas

preexistentes. El contexto histórico específico, y las cualidades de la JTP facilitaron este

fenómeno:

el activismo gremial independiente o de vagas simpatías izquierdistas debería

replantearse su inserción dentro de una estructura política que le brinde no sólo

cobertura y respaldo organizativo y de infraestructura, sino también para

afrontar lo que se presiente como dura puja con la burocracia y el propio

gobierno. En este punto, la incorporación a una estructura sindical en

formación como la JTP, reportaba la posibilidad de disputar dentro del espacio

gremial peronista, contando además con la asistencia de abogados, legisladores

y funcionarios públicos, por lo menos en los primeros tiempos.50

En Octubre de 1973 la JTP editará el único número del periódico llamado

‘JOTATEPE’. El enfrentamiento contra las conducciones burocráticas y la oposición a

los puntos centrales del proyecto oficial de Reforma de La Ley de Asociaciones

Profesionales aparecen como los temas que articulan todo el número. Dos documentos

titulados “Ley de Asociaciones Profesionales”51 en los que se crítica de raíz el proyecto

en cuestión expresan la importancia que tenía para Montoneros la disputa por la

conducción de las estructuras sindicales argetninas, en las cuales la burocracia sindical

peronista tenía un peso de carácter decisivo.

Este es el escenario de constitución de la Juventud Trabajadora Peronista. En un

período que ‘encarna como pocos un punto de máxima condensación de tensiones y

contradicciones’52, potenciadas por encontrarse todas ellas integradas en un mismo

movimiento político, la JTP se convertirá en una de las organizaciones más relevantes

en la dinámica social del momento tanto por su inserción específicamente sindical como

50 Lobbe, Héctor, op. cit., pp. 70-71.51

Sobre la Ley de Asociaciones Profesionales, folleto de la JTP, s/f.52 Svampa, Maristella,; “El populismo imposible y sus actores, 1973-1976” en Nueva Historia Argentina Vol. 9, Buenos Aires, Sudamericana, 2003, p. 383.

48

por su relación orgánica con la dirección de la Tendencia Revolucionaria, concentrada

en la Conducción Nacional de la organización político-militar Montoneros.

Hacia 1976, en un contexto social y político diferente, Montoneros decidirá la

disolución de la JTP y la creación, a partir de sus viejas estructuras, del Bloque Sindical

del Peronismo Auténtico y, luego, de la CGT en la Resistencia. Explicaremos con

mayor detalle este proceso cuando avancemos en nuestra exposición.

Tercera parte: la Juventud Trabajadora Peronista en Propulsora Siderúrgica

1. Una lucha en tres frentes: la burocracia, la patronal y el gobierno

Si la crisis orgánica abierta a partir de 1955 en la relación entre Estado y

sociedad en Argentina se había agudizado a partir del ‘desempate hegemónico’ que

implicó la Revolución Argentina en favor de la fracción monopólica y trasnacional del

49

capital en detrimento de las otras fracciones de la burguesía local (industrial

mercadointernista y agraria)53 esta agudización tuvo, como sabemos, epicentro

inicialmente en las regiones de mayor desarrollo industrial del interior del país.

El golpe cívico-militar encabezado en 1966 por Onganía con el apoyo del

aparato sindical conducido por Augusto Vandor impulsó un avance sobre las posiciones

de poder del movimiento obrero que estaba fuera de los cálculos del jefe de las 62

Organizaciones Peronistas. Esta nueva coyuntura sentó las bases estructurales para el

debilitamiento de la sólida burocracia sindical que desde hacía poco menos de una

década controlaba una importante cuota del poder social recurriendo,

fundamentalmente, a una estrategia de presión.

Este retroceso del vandorismo tuvo su contrapartida en la explosión de

movimientos sindicales de base que, más allá de los diferentes matices ideológicos, se

articulaban en torno al impulso a un modelo de democracia sindical que se definía, en

gran medida, por oposición a la política impulsada desde las 62 Organizaciones: un

sindicalismo de presión, defensivo, centralizado y con una participación de las bases

limitada a una movilización controlada desde arriba se oponía a un sindicalismo

democrático, ofensivo, descentralizado, participativo y que hacía de la acción directa un

mecanismo central de lucha.54

Sin embargo no fue sino hasta 1973 que los conflictos que vieron luz en el

interior del país se propagaron hasta el mayor centro económico nacional en el Área

Metropolitana de Buenos Aires. La discusión clásica generada en torno a este contraste

tuvo una primera respuesta en el trabajo de Juan Carlos Torre sobre los sindicatos en el

período 1973-1976, en el que atribuye a una mayor centralidad de la fábrica en la ciudad

53 Portantiero, Juan Carlos; Clases dominantes y crisis política en la Argentina actual, en El capitalismo argentino en crisis, Buenos Aires, Siglo XXI Argentina Editores, 1973.54 Ver Gordillo, Mónica, “Sindicalismo y radicalización en los setenta: las experiencias clasistas”…

50

y a la mayor dificultad por parte de los aparatos sindicales nacionales de controlar a las

organizaciones gremiales locales en el interior las causas de una mayor propensión a

‘rebeliones antisindicales’.55

Este escenario se vio modificado a partir de 1973:

La forzada apertura decidida por el gobierno militar, la movilización electoral

de 1973, el retroceso político de las direcciones sindicales, sirvieron para

descomprimir la situación laboral en Buenos Aires. En este marco, una ola de

paros e insurrecciones anti-sindicales comenzó a hacer eco a la agitación que

venía conmoviendo las fábricas de Córdoba y del Litoral. Fue contra el telón de

fondo de esta generalización de los conflictos laborales que la central obrera

firmó el Pacto Social en junio de 1973, obligándose a asistir pasivamente a la

ofensiva obrera.56

La prácticamente inédita inestabilidad social vivida en los tres años de gobierno

constitucional entre la anteúltima y la última dictadura militar en el país se correspondía

con una constante movilidad de los actores sociales en el sistema político argentino. La

llegada de Perón al país en junio de 1973 implicó un cambio en las condiciones políticas

que habían enmarcado la generalización del conflicto gremial al que hiciéramos

mención previamente. Éste realizó un marcado viraje y se distanció de la política de

tolerancia oficial que caracterizó al gobierno de Cámpora respecto de los movimientos

radicalizados, particularmente de la Tendencia Revolucionaria. Por el contrario Perón

optó por reconstituir su alianza con los poderosos, aunque fuertemente cuestionados,

jerarcas sindicales, rompiendo definitivamente con los sectores radicalizados de la

juventud y acrecentando el control sobre la movilización obrera.57

55 Torre, Juan Carlos; El gigante invertebrado. Los sindicatos en el gobierno, Argentina 1973-1976. Buenos Aires, Siglo XXI de Argentina Editores, 2004, pp. 36-43.56 Op. cit., p. 43.57 Op. cit. p. 48.

51

Esta nueva situación de la que da cuenta Torre profundizó sustancialmente el

compromiso que unía a las direcciones sindicales nacionales con el proyecto político

que intentaba impulsar el viejo caudillo argentino. El éxito del Pacto Social dependía de

manera fundamental de la capacidad de las entidades corporativas firmantes, la

Confederación General del Trabajo y la Confederación General Económica, de

transmitir con éxito a sus organizaciones la necesidad de acatar el acta acuerdo firmada.

Los puntos fundamentales del Pacto se reducían a garantizar el congelamiento de los

precios y de los salarios. El primer punto debía garantizarlo la entidad patronal, el

segundo la CGT.

El hecho de que la UOM fuera una de las estructuras más importantes del

peronismo comprometía al sindicato metalúrgico aún más con el gobierno nacional. La

existencia de movimientos díscolos dentro del sindicato implicaba, en última instancia,

un peligro directo sobre el proyecto estratégico que encarnaban el Pacto Social y el Plan

Trienal presentado por el Ministro de Economía Jose Ber Gelbard.

Del mismo modo la importancia política de la UOM se reflejaba en los cargos

públicos que sus propios cuadros lograron conquistar en esos años. El Ministerio de

Trabajo había quedado bajo control de Ricardo Otero, la CGT bajo el liderazgo de José

Ignacio Rucci, la gobernación de Buenos Aires a partir de la intervención contra el

afecto a la Tendencia Revolucionaria Oscar Bidegain bajo la responsabilidad de

Victorio Calabró.58 Estos líderes se verían obligados a enfrentarse al peligro real que

implicaba la política de ejecución selectiva de dirigentes sindicales impulsada por

Montoneros. La muerte de Rucci en 1973, atribuida a Montoneros aunque nunca

reconocida formalmente por la organización, será un ejemplo de esta política que tendrá

58 Ver Walsh, Rodolfo, ¿Quién mató a Rosendo?..., pp. 133-146.

52

profundas consecuencias políticas, siendo el dirigente metalúrgico un actor fundamental

para la implementación exitosa del Pacto Social.

La sanción durante la primera quincena de diciembre de 1973 de una reforma de

la Ley de Asociaciones Profesionales junto a una nueva modificación del Código Penal

a fines de enero de 1974 formaba parte de la respuesta del gobierno ante la posibilidad

de que las bases de las organizaciones nucleadas en la CGT no se dispusieran a cumplir

con los principios que sostenían al Pacto Social.

En el caso de la reforma al Código Penal el gobierno buscaba endurecer las

penas contra la ocupación de fábricas, una de las herramientas de lucha que

caracterizaba a la acción directa del sindicalismo combativo.

La sanción de una nueva Ley de Asociaciones Profesionales constituía, por su

parte, un avance sobre los niveles de democracia al interior de los sindicatos. Aquella

disponía mayores poderes a las conducciones nacionales por sobre las seccionales

provinciales y locales, ampliaba los plazos obligatorios para la convocatoria a

asambleas, centralizaba los aportes de los afiliados y ponía fin, de hecho, a las

federaciones. Aplicada la ley, los sindicatos adquirían estructuras de tipo unionista y

extensión nacional.59

En una remarcable interpretación del período 1973-1976 Marina Franco inscribe

este avance sobre las posiciones sindicales en una lucha más amplia por los espacios de

poder dentro del movimiento peronista, disputa que se fue proyectando sobre la

totalidad del sistema político argentino y que significó, en paralelo, una progresiva

expansión de un Estado de excepción que culminó con el alzamiento cívico-militar de

1976:

59 Para un análisis sobre la reforma de la Ley de Asociaciones Profesionales de 1973 véase el ya citado artículo de Pedro Aguirre en Revista Pasado y Presente, N°2-3, Julio-Diciembre de 1973.

53

Así, mientras la depuración partidaria y una violenta ofensiva contra todo

aquello considerado ‘comunista’ avanzaban dentro del peronismo, también se

articulaba muy visiblemente con las políticas estatales de control ideológico y

de seguridad, cuyo objetivo visible eran las organizaciones insurgentes de

izquierda. 60

Y continúa más adelante:

Como es evidente, los planos partidario y estatal, completamente imbricados,

llevaron al avasallamiento de la legalidad constitucional de manera sistemática

en todos los niveles del poder y de la administración. En ello, los conflictos

internos del peronismo, formulados en términos de pureza ideológica en torno

a la identidad peronista, encubrieron buena parte de una lucha por los espacios

de poder en el aparato estatal.61

Como consecuencia de esta misma línea de ofensiva gubernamental la

Tendencia Revolucionaria vio como menguaba su poder institucional en la medida en

que los diputados en el Congreso afines a su línea se veían forzados a elegir entre

renunciar a su autonomía o a su banca, mientras se avanzaba sobre los gobernadores

provinciales con los que Montoneros mantenía un diálogo más fluido.

Los intelectuales del grupo Pasado y Presente interpretaban la particular

coyuntura nacional posicionando al gran capital monopolista y al proletariado por él

explotado como los dos polos de la principal contradicción social en Argentina.62 En

este contexto las fábricas más dinámicas de la economía se convertían en el principal

basamento de cualquier proyecto antisistémico. El grupo Pasado y Presente insistía en

60 Franco, Marina; Un enemigo para la nación. Orden interno, violencia y ‘subversión’, 1973-1976. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2012, p. 66. 61 Íbidem., p. 86. Al respecto ver también Servetto, Alicia, 73-76. El gobierno peronista contra las provincias montoneras. Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 2010.62 Portantiero, Juan Carlos, op. cit., p. 80.

54

este punto, no sólo desde un punto de vista heurístico, sino como un punto central para

la intervención política:

‘Ir a la fábrica’, ‘poner a la gran fábrica capitalista como centro de la acción

política revolucionaria’, constituyen principios generales sobre los que P y P ha

insistido e insistirá, en tanto ellos, estratégicamente, marcan el punto en que en

la Argentina pueden fusionarse la lucha antiimperialista con la lucha socialista63

Como señalamos, el Grupo Techint era uno de los principales actores

económicos y políticos de la fracción monopólica del capital local. En este marco

político es que se sitúan los conflictos en Propulsora Siderúrgica, una fábrica que como

vemos comenzó a producir en el mismo momento en que la crisis de hegemonía abierta

en la ‘Revolución Libertadora’ volvía a emerger pero con mayores niveles de

conflictividad social a partir el Cordobazo y de la creciente desobediencia de las bases

que comenzaba a propagarse en el interior del país. Al jugar un papel central a lo largo

de los tres conflictivos momentos que analizaremos en esta parte de la investigación, la

JTP en Propulsora Siderúrgica constituye una experiencia organizativa que sin dudas

podrá aportar a la identificación del nexo entre los frentes de masas de la Tendencia

Revolucionaria y la organización obrera.

2. El caso de Propulsora Siderúrgica

En este bloque buscaremos condensar los resultados más relevantes de nuestra

investigación. Intentaremos reconstruir la dinámica interna de Propulsora Siderúrgica

durante sus primeros años de vida poniendo en un primer plano el desarrollo de la

Juventud Trabajadora Peronista. Un importante número de otras organizaciones que

63 Revista Pasado y Presente, Nº2-3, Julio-Diciembre de 1973, p. 198.

55

podemos denominar como combativas o antiburocráticas formaron parte de ese

desarrollo, por lo que ocuparán también un lugar central en el relato. Sin embargo

nuestro interés principal estará puesto sobre la JTP, que durante el período logrará una

fuerte adhesión entre los trabajadores metalúrgicos quienes, según relatos de algunos

protagonistas de los hechos analizados, llegarán a apoyar a la agrupación por centenares

durante los primeros años de la década del ‘70.

La Tendencia Revolucionaria, ese complejo y contradictorio espacio político que

nucleaba a los sectores más radicales del peronismo, contenía organizaciones con

diversas tácticas y estrategias políticas, distinto grado de desarrollo en el plano de la

sociedad civil así como en un plano estrictamente militar, y variado nivel de inserción

en el aparato institucional público de acuerdo a las relaciones políticas establecidas con

otros sectores del justicialismo. Si bien nuestro trabajo se enfoca específicamente en las

organizaciones con mayor peso político en la Tendencia Revolucionaria, Montoneros y

sus frentes de masas, el entramado de organizaciones que la constituían incluía a las

Fuerzas Armadas Revolucionarias, a las Fuerzas Armadas Peronistas y al Peronismo de

Base. Entendida como espacio político, sin una orgánica centralizada, sus límites no

deben ser entendidos de manera rígida y delimitada por organizaciones específicas,

aunque las fuerzas mencionadas tenían un peso tal dentro de éste espacio que es difícil

dejar de considerar.

Al igual que cualquier otra organización social, el brazo sindical de la Tendencia

Revolucionaria surge de un complejo proceso histórico. Por lo tanto dedicaremos en un

primer momento unas líneas al recorrido previo de los militantes que más tarde

conformarían parte de la agrupación metalúrgica Felipe Vallese, adherida a JTP, en

Propulsora. Esta reconstrucción incluirá también el desarrollo del Peronismo de Base en

la fábrica.

56

Como eje articulador que conforma los restantes apartados del bloque, con un

objetivo analítico pero con un sustento histórico concreto, organizaremos la exposición

en una secuencia a partir de tres conflictos puntuales acontecidos en la fábrica entre

1973 y 1975. Recurriendo al recorte histórico propuesto por Juan Carlos Torre en El

gigante invertebrado situamos un primer conflicto en pleno gobierno de Juan Domingo

Perón a fines del año 1973 El segundo momento de conflicto implicara un período de

cuatro meses entre mayo y septiembre de 1974, abarcando tanto la presidencia de Perón

y su fallecimiento como los primeros momentos del gobierno de María Estela Martínez

de Perón. El último conflicto analizado transcurrirá durante ‘la larga agonía’ del

gobierno constitucional dirigido por la viuda del histórico líder.

Reconstruiremos inicialmente el conflicto entre las tendencias sindicales

burocráticas y antiburocráticas en el seno de la fábrica que dará lugar al surgimiento de

la Lista Blanca durante 1973. Adelantando sintéticamente el argumento central de este

apartado intentaremos visualizar las complejidades conceptuales e históricas propias de

procesos organizativos en los cuales se yuxtaponen iniciativas en una dirección arriba-

abajo o descendiente e iniciativas propias de movimientos “de base”.

Luego pondremos el foco sobre el conflicto más importante desarrollado en la

fábrica desde su génesis hasta, por lo menos, la reestructuración económica impulsada

por el Partido Justicialista durante los años ’90.64

Cómo último punto conflictivo del período intentaremos rastrear el rol que

Propulsora en general, y la JTP en particular, desarrollaron durante las jornadas de junio

y julio de 1975, período de mayor auge de las Coordinadoras Interfabriles en el

conurbano bonaerense.

64 Al respecto ver Esponda, Alejandra; La carpeta negra de Mamá Propulsora. La reestructuración productiva desde la experiencia de los trabajadores, Tesis de Licenciatura. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Misiones, 2007.

57

Para cerrar esta tercera parte de la investigación dedicaremos un apartado a

abordar con mayor profundidad algunos elementos centrales del papel jugado por la

Juventud Trabajadora Peronista como parte de la Lista Blanca de Propulsora

Siderúrgica.

Una consideración especial merece el recurso a testimonios orales como fuente

académica. A lo largo de este apartado las entrevistas realizadas a protagonistas de los

sucesos abordados cobran centralidad explicativa, fundamentalmente a partir del

contraste de los testimonios entre sí y de estos respecto de las fuentes documentales

escritas. Es por tanto necesario considerar el condicionamiento de la perspectiva del

entrevistado que, como sostiene Beatriz Sarlo, habla del pasado sin suspender el

presente y muchas veces también implicando el futuro.65

2.1 “Llegan los muchachos”: La Agrupación Peronista de Propulsora

Pregunta: Contame sobre el desarrollo sindical que ustedes

tenían en La Plata antes de Montoneros.

Gonzalo Chaves: Bueno, eso es un poco la historia de la

Juventud Peronista de La Plata66

Así comenzaba una entrevista que realizamos en 2013 a uno de los máximos

referentes de la JTP y de Montoneros tanto durante los años previos al golpe de Estado

de 1976 como en el período inmediatamente posterior, una vez lanzado el Bloque

Sindical del Peronismo Auténtico y la CGT en la Resistencia. La intensa actividad

militante del movimiento peronista durante los años de proscripción que sucedieron a la

65 Sarlo, Beatriz; Tiempo Pasado. Cultura de la memoria y giro subjetivo. Una discusión. Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 2005.66 Entrevista a Gonzalo Chaves, Julio de 2013.

58

autodenominada ‘Revolución Libertadora’ constituyó en gran medida una experiencia

política que luego capitalizaría, no exclusivamente pero sí con un peso determinante, la

Tendencia Revolucionaria del peronismo.

En la ciudad de La Plata parte de esa militancia estaría representada por la

experiencia de la Juventud Peronista local. Lejos de circunscribir su ámbito de acción al

territorio, la JP platense de los años sesenta se desarrolló también en el ámbito sindical,

en el ámbito político e incluso en el ámbito electoral.67 En lo que respecta estrictamente

a la inserción sindical la JP había logrado desarrollar un trabajo de base en Swift, en

Astilleros Río Santiago, en Propulsora Siderúrgica, en OFA, en Batisti, en Kaiser

Aluminio, en la construcción, en la administración pública y en la educación.68

En un contexto de pleno empleo no era difícil para un obrero conseguir trabajo

en alguna de estas fábricas capital-intensivas, y este fenómeno estudiado por la

academia era perceptible a los ojos de los actores protagonistas de la época. Alejandro

Sandez, líder sindical en Propulsora Siderúrgica durante la década de 1990, fue

contratado por Techint para trabajar como albañil en la construcción de la siderúrgica y

pasaría automáticamente a desempeñarse en el sector Pool cuando la fábrica comenzara

a funcionar en 1969. Para esa época no tenía una militancia estable en ninguna

agrupación pero, como la gran mayoría de los trabajadores, se identificaba con la

experiencia peronista. En su relato hace mención a la facilidad para acceder a un trabajo

estable:

67 Para un acercamiento en profundidad a la experiencia de la JP en la ciudad de La Plata y su progresiva articulación con Montoneros ver la Tesis de Maestría de Horacio Robles, Radicalización política y sectores populares en la Argentina de los '70 : La juventud peronista y su articulación con Montoneros en los barrios periféricos de la ciudad de La Plata, FaHCE, UNLP, 2011.68 Entrevista a Gonzalo Chaves, Julio de 2013

59

Había trabajo para todos en ese período. Había gente que se iba de Techint a

Astilleros al otro día. Hacía los trámites y entraba a trabajar en Astilleros.

Había ocupación plena.69

Como señalamos previamente la fuerza de trabajo empleada en Propulsora era

predominantemente joven. El promedio de edad no superaba los veintidós o veintitrés

años. Desde la perspectiva de Alejandro Sandez esto tenía una repercusión directa en la

dinámica social de la fábrica:

la ventaja que tuvieron en Propulsora fue una corriente, una vanguardia en la

región (…) por la juventud que teníamos, todos jóvenes. No teníamos una

carga familiar encima, no éramos casados, con tres, cuatro hijos, como le pasa

a algunos ahora que tienen que comprometerse mucho con el trabajo en

función del peligro de perder el laburo. (…) Jóvenes y sin mucha carga de

familia. Y por eso avanzamos en la forma que avanzamos. Yo creo que el 60%

de Propulsora, en ese período que empezamos, no teníamos carga familiar.70

La joven militancia peronista empleada en estas fábricas daría a luz pocos años

después a los dirigentes más influyentes de la JTP en Propulsora. Tal es el caso de Omar

Jacinto Cherri, conocido por sus compañeros como El Turco.

Figura central en Propulsora Siderúrgica durante los conflictivos años que

precedieron al golpe militar de 1976, el Turco Cherri comenzó su trabajo sindical en

Swift para trasladarse luego a las instalaciones de la laminadora propiedad del Grupo

Techint en 1969, año en que la fábrica comenzó a producir. En un libro de reciente

edición que publica relatos breves sobre militantes desaparecidos en La Plata Alejandro

Sandez describe al Turco Cherri como una persona que, en los años en que trabajaba en

Swift,

69 Entrevista a Alejandro Sandez, Julio de 2013.70 Íbidem.

60

ya tenía cierta característica de caudillo, de unificar algún tipo de protesta en

los sectores de trabajo. (…) El Turco ya tenía una actividad ahí. (..:) [En

Propulsora] el Turco era Guinchero, manejaba la grúa 7 (…). Pero andaba poco

en la grúa, siempre encontraba alguno que lo relevara, se bajaba y seguía

militando. El Turco era un tipazo. (…) Simpático, entrador de la puta madre.71

Otro importante cuadro dirigente de la Juventud Trabajadora Peronista fue

Arturo Garín, El Gaucho. El Gaucho Garín, oriundo de Pringles, se trasladó junto con

su familia a la ciudad de La Plata cuando era aún menor. De formación religiosa y con

una educación de nivel universitario, llegó a ser oficial de Montoneros además de

responsable del frente de masas sindical de la organización armada:

(El Gaucho Garín) estaba en JP y después se vino con nosotros a la JTP. (…)

era un tipo callado pero cuando hablaba decía cosas interesantes, hoy hubiera

sido un gran dirigente, era muy inteligente. La gente quedaba boquiabierta

cuando lo escuchaba, tenía un defecto que parecía como que tartamudeaba,

pero cuando se subía al tambor a hablar no se le notaba; la gente esperaba que

nunca terminara de hablar, porque no era agresivo al hablar, decía la palabra

justa y era una persona agradable. Dentro de los que militábamos en la JTP él

era nuestro líder y era líder por su inteligencia, no era líder porque fuese bravo,

o porque estaba en la lucha armada, sino por su inteligencia, era un líder

natural. Lo mataron justamente por eso, porque era muy inteligente.72

Así lo describe Carmelo Cipolone, delegado de sección en Propulsora

Siderúrgica por la Juventud Trabajadora Peronista. La inteligencia de la que habla

Cipolone sería bien capitalizada poco tiempo después. Arturo Garín era ingeniero y

71 Fabián, Daniel Andrés; Relatos para después de la victoria: sobre obreros desaparecidos. De la Campana. La Plata, 2012, p. 97.72 Op. cit., p. 40.

61

ocupaba un lugar en la fábrica que le permitía tener acceso a los datos técnicos más

precisos de la producción:

Garín era empleado administrativo de Propulsora. Nosotros nos daba eso

mucha... esa experiencia de incorporar personal técnico y administrativo a la

agrupación, y hasta si podíamos ingenieros, nos daba otra dimensión del

trabajo porque era muy difícil que un trabajador que estaba en la línea de

producción pudiera acceder a información de los planes de la empresa (…),

planes de producción, planes de mejoras, de cambios que iban a hacer, de

inversiones…73

Como supervisor Garín sería afiliado a ASIMRA. En los próximos apartados

realizaremos algunas consideraciones en torno a este punto. Al igual que el Turco

Cherri, el Gaucho comenzó su militancia en la JP de La Plata y, del mismo modo, tuvo

una participación sindical en la corta experiencia de la Agrupación Peronista de

Propulsora.

La Agrupación Peronista de Propulsora fue una efímera pero históricamente

importante organización en la fábrica. Creada en el año 1970 y sin llegar a ser una

agrupación estructuralmente sólida y con objetivos estratégicos definidos, unificó a un

grupo de trabajadores de las más diversas tendencias del peronismo en torno a la

reivindicación más legítimamente peronista en el período: el retorno de Perón al país.74

Luis Pato Rave, proveniente de las Fuerzas Armadas Peronistas y militante de su

organización de ‘superficie’, Peronismo de Base, formó parte de esa heterogénea

experiencia que sería clave para entender el futuro desarrollo de la dinámica de la lucha

interna en Propulsora:

73 Entrevista a Gonzalo Chaves, Junio de 2013. Ver también el testimonio de un delegado de Propulsora sobre este punto en Palma, Laura; Propulsora Siderúrgica: Un conflicto sindical en los años setenta. Tesis de Grado de la Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Departamento de Historia. Dirección Alejandro Schneider, 2008, pp. 87-88.74 Palma, Laura; Propulsora Siderúrgica: Un conflicto sindical en los años setenta…, pp. 60-61.

62

En plena dictadura salíamos a pintar, con cal y brea, en Ensenada, en

Berisso. Me acuerdo que la última reunión antes de las elecciones éramos casi

cien personas. (…) La única condición era ser peronista. Había milicos,

había… era un cambalache. Pero ya había ganas de la militancia…75

Rave había comenzado a trabajar en Propulsora Siderúrgica en el sector

Decapado en el año 1970, un año antes de ser trasladado a Calidad. Poco tiempo

después integraría con cuatro obreros más la Comisión Interna Provisoria de la fábrica,

siendo la única figura que se mantendría en el cargo entre 1973 y 1975.76

Desde la puesta en marcha de Propulsora y hasta el año 1973 el cuerpo de

delegados y la comisión interna de Propulsora eran hegemonizados por la única lista

gremial que existía en la fábrica: la Lista Azul. Alineada con el oficialismo de la Unión

Obrera Metalúrgica, la Lista Azul respondía localmente a Rubén Diéguez.

Durante esos primeros años la comisión interna se mostró leal a las prácticas de

la ‘burocracia sindical’ a la que respondía, que desde el punto de vista de la acción

gremial implicaba una escisión entre los delegados, que asumían su tarea como si de un

cargo administrativo se tratase, y el resto de los trabajadores, que no tenían una

participación directa de las actividades de sus representantes. Este hecho es percibido en

el relato de Alejandro Sandez:

Pregunta: Antes de la elección del 1973 ¿ustedes tenían participación en la

Lista Azul?

75 Entrevista a Luis Rave, Agosto de 2013.76 Para una reconstrucción integral de la experiencia de las Fuerzas Armadas Peronistas y el Peronismo de Base ver Duhalde, Eduardo y Pérez, Eduardo; De Taco Ralo a la alternativa independiente. De la Campana, Buenos Aires, 2002.

63

Alejandro Sandez: No. No, nunca. No porque era una empresa nueva, era una

empresa nueva, viste. Ni sabía como se manejaba el sindicato, nada nosotros,

no sabíamos el estatuto, nada (…)

Pregunta: ¿Y qué visión tenían los obreros sobre la Lista Azul entre la

construcción de Propulsora y el ’73?

Alejandro Sandez: Hasta ese momento no teníamos ni idea de lo que eran,

viste. Cuando empiezan a llegar estos muchachos, estos muchachos más

despiertos que nosotros, más politizados que nosotros, ellos nos empiezan a

trabajar a nosotros.77

La percepción y el impacto que los militantes causaban en sus compañeros de

fábrica quedan plasmados en esta idea de “muchachos más despiertos”, “muchachos

más politizados”. Si la llegada de estos militantes a la fábrica era parte de una política

de proletarizaciones de la organización en la que se inscribían, esto no implicaba desde

el punto de vista de los demás trabajadores una relación de externalidad o de

distanciamiento. En las palabras de Sandez se percibe, incluso, una cierta sensación de

paternalismo en la relación de aquellos muchachos que “nos empiezan a trabajar a

nosotros”.

Entre esos muchachos se encontraban el Turco Cherri, el Gaucho Garín y

Roberto Lopresti, El Facha. Roberto Lopresti, militante de FAR y luego de

Montoneros, ingresó a Propulsora en 1970. Estudiante de Ingeniería con participación

en la creación de la Federación Universitaria para la Revolución Nacional, tenía ya una

experiencia como delegado sindical en las luchas contra la reestructuración ferroviaria

impulsada por Frondizi a través del Plan Larkin. Al igual que el Gaucho Garín, ocuparía

lugares de supervisor en la planta y, como tal, sería representado formalmente por

77 Entrevista a Alejandro Sandez, Julio de 2013

64

ASIMRA. El caso de Lopresti, como el de Garín, serán además ejemplos de la

intervención de intelectuales de origen universitario a nivel de la fábrica.78

En un principio la heterogénea composición de la Agrupación Peronista de

Propulsora los contenía a ellos y a otras expresiones de la izquierda peronista tanto

como a militantes de la Lista Azul.79

Poco tiempo después, durante los últimos meses de 1972, la APP se dividió en

dos tendencias, una más afín a concepciones de izquierda que en ese momento se

encontraban atravesadas fundamentalmente por reivindicaciones antiburocráticas, y otra

fiel al sector vandorista que en La Plata conducía Rubén Dieguez. De esa experiencia,

se nutriría en gran medida la Lista Blanca, espacio ideológicamente amplio pero con un

claro perfil combativo, que conduciría de hecho sindicalmente a los trabajadores de

Propulsora Siderúrgica durante gran parte del período constitucional que transcurre

entre la presidencia de Agustín Lanusse y la asunción de Jorge Rafael Videla. Además

de ser el espacio de consolidación de la futura Lista Blanca, la Agrupación Peronista de

Propulsora también sería un espacio de contención para los futuros militantes del frente

de masas sindical de la Tendencia Revolucionaria:

La mayoría de sus miembros conformaron, tiempo después, la agrupación

Felipe Vallese que respondía al frente gremial de la organización armada

Montoneros: Juventud Trabajadora Peronista (JTP). (…) La creación de la

agrupación Felipe Vallese y su incorporación a la organización armada

Montoneros ocurre casi simultáneamente, aunque muchos de los integrantes de

la agrupación habían ingresado previamente a las Fuerzas Armadas

Revolucionarias (FAR), antes de que ésta se fusionara con Montoneros.80

78 Para un estudio sobre la trayectoria de las Fuerzas Armadas Revolucionarias ver González Canosa, Mora; Las Fuerzas Armadas Revolucionarias: Orígenes y desarrollo de una particular conjunción entre marxismo, peronismo y lucha armada. Tesis de Doctorado, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, UNLP, 2012.79 Palma, Laura; Propulsora Siderúrgica. Un conflicto sindical en los años setenta…, p. 61.80 Palma, Laura; Propulsora Siderúrgica: Un conflicto sindical en los años setenta…, p. 62.

65

Como vemos, a pesar de un discurso que con frecuencia identificará

directamente a la militancia de JTP en Propulsora con Montoneros, el grupo originario

también se conformó con el aporte de componentes de las Fuerzas Armadas

Revolucionarias, que se integrarían a la estructura de Montoneros en Octubre de 1973.

En el caso de Roberto Lopresti, obrero fabril y estudiante universitario, observaremos

también un punto de contacto entre la intelectualidad universitaria y la conflictividad en

la fábrica. En la política de las FAR, sin embargo, la inserción de intelectuales en la

producción fabril cuestionaba las concepciones sobre la proletarización que asimilaban

clase social de pertenencia a ideología, como también la idea de conversión del

intelectual pequeño burgués en obrero. Como se expresa en el caso de Lopresti, quien

ocupará en Propulsora un cargo de supervisor,

para los sectores burgueses la lucha por los intereses de la clase obrera

habitualmente conducía a una modificación de sus pautas de conducta, a lo

sumo un desclasamiento, pero no implicaba necesariamente la conversión en

proletariado, es decir, ocupar un lugar en la producción radicalmente distinto

del de origen.81

Si bien este apartado no se ha centrado en la Juventud Trabajadora Peronista de

Propulsora como tal, hemos puesto nuestra mirada sobre aquellas trayectorias

individuales y colectivas que sentarían las bases para la constitución de una agrupación

orgánicamente unida a ella en la fábrica. La historia de las organizaciones está

compuesta también, en gran medida, por las historias de vida de las individualidades

que las componen. Sobre la creación de la agrupación Felipe Vallese volveremos más

adelante para poner luz sobre algunos elementos que, creemos, no han sido dilucidados

en los estudios previos realizados.

81 Ver González Canosa, Mora; Las Fuerzas Armadas Revolucionarias… pp. 177-179.

66

Particular mención merece en este punto la cuestión de las proletarizaciones en

la constitución de lo que más tarde será la Lista Blanca y la Comisión Interna Provisoria

de Propulsora Siderúrgica. Tanto Montoneros, a través de la JTP, como las FAP-PB,

desarrollarán estrategias de inserción en la clase obrera argentina. Lo mismo ocurrirá

con el PRT-ERP, organización que se hará presente en la fábrica posteriormente a través

de Daniel De Santis y que también formará parte, junto al resto de las fuerzas

combativas, de la experiencia de la Lista Blanca. Nos parece interesante contrastar aquí

las declaraciones de los protagonistas de los hechos con los documentos estratégicos de

las organizaciones a las que pertenecían. La elección de estas tres organizaciones se

realizó, en este punto, en base a las entrevistas realizadas de las que disponemos.

De quienes serían delegados de la Comisión Interna Provisoria de Propulsora

Siderúrgica entre 1974-1795 pudimos realizar entrevistas a miembros del PB y del

PRT-ERP. En ambos casos las organizaciones que integraban desarrollaron

estratégicamente la proletarización de sus militantes82. Curiosamente ambos

entrevistados enfatizan la decisión personal e independiente que representó para ellos

emplearse en Propulsora:

Pregunta: ¿Y vos como entraste a Propulsora?

Luis Rave: Mirá, yo en el ’70 terminé, cuando salí del servicio militar mi sueño

era, o yo quería entrar a trabajar en Peugot. Porque tenía amigos, más que nada

por eso (…) Bueno empezamos todo a hacer todos los papeles, estoy en esos

trámites, y enfrente de mi casa vivía un amigo, viste, un pibe que hoy está

desaparecido. Viene y me dice “che mirá, están tomando gente en Propulsora,

82 Acerca de las proletarizaciones impulsadas por el Peronismo de Base a partir de un estudio de caso ver Ávila, Gabriela y Viano, Cristina; ‘De la universidad a la fábrica: algunos elementos para pensar el mundo de la militancia en los primeros ’70 en el Gran Rosario. El Peronismo de Base’, en Revista Los Trabajos y los Días. Año 1, Nº 1. Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional de La Plata, Noviembre de 2009. Ver también Celentano, Adrián; ‘Linhart, Badiou y Rancière, a propósito de las fábricas y la política’, en Revista Sociohistórica, 23-24, 2008, 105-136. Sobre el PRT-ERP ver el documento interno escrito por Luis Ortolani con el pseudonimo de Julio Parra, ‘Moral y proletarización’, 1972, y Carnovale, Vera, Los combatientes: historia del PRT-ERP, Buenos Aires, Siglo XXI, 2011.

67

¿por qué no vamos a ver?”, que se yo. Bueno, fuimos. A mí me dejaron y a él

no, viste. Me presenté y me tomaron a mí.

Pregunta: ¿Vos cuando entrás ya eras militante o no?

Luis Rave: No, ya estaba militando.

Pregunta: ¿Dónde?

Luis Rave: En el Peronismo de Base (…)

Pregunta: Entonces no entrás proletarizado, entrás por tu amigo.

Luis Rave: Si por supuesto. Yo toda mi vida trabajé. Trabajaba desde el sexto

grado. Trabajaba en una carpintería. No estaba en una universidad, no trabajaba

en una universidad. A parte en esa época muchísimos sectores medios estaban

trabajando en fábricas, viste. Mejores sueldos por ahí que otros que se

denominan clase media o sectores medios. O sea, en ningún momento fui ahí a

trabajar con la intención de proletarizarme. Por supuesto militar, militar sí.83

Si Luis Rave por su parte niega el carácter de proletarización de su llegada a

Propulsora, Daniel De Santis reconstruye su acercamiento a la fábrica como una

proletarización decidida por cuenta propia:

Pregunta: ¿Cómo llegás a Propulsora?

De Santis: Si, yo, bueno estaba en el proceso de proletarización que era política

del PRT pero en particular yo me quería proletarizar de antes de incorporarme

al PRT quería ir a trabajar a una fábrica porque si la vanguardia del

proletariado era la clase obrera industrial había que trabajar ahí.

E: ¿Pero fue una decisión tuya o del partido que entraras a Propulsora?

D: Por eso te digo. No, no. A Propulsora… yo buscaba en cualquier fábrica.

Presenté en varios lugares. Mi ilusión era entrar en alguna fábrica textil, porque

ser metalúrgico era demasiado, era como tocar el cielo con las manos. Pero

bueno, entré no sólo a la metalúrgica sino a una fábrica siderúrgica y de las

más modernas que había en la Argentina. No. Fue una decisión, ya te digo, una

decisión mía pero que coincidía con la línea del Partido de proletarización.84

83 Entrevista a Luis Rave, Agosto de 2013.84 Entrevista a Daniel De Santis, Junio de 2013.

68

El origen universitario de dos de los máximos referentes de la JTP, Arturo Garín

y Roberto Lopresti, expresan también una política de proletarización e inserción en la

clase trabajadora como parte de una estrategia integral que no podía, si aspiraba a ser

hegemónica a nivel nacional, desconocer la centralidad política del movimiento obrero

organizado en la Argentina de la época.

Algunos relatos que recuperaremos en el siguiente apartado a partir del primer

conflicto en Propulsora que abordaremos en nuestro estudio, expresarán la perspectiva

de los obreros de la planta, quienes rápidamente podrán vislumbrar las intenciones

políticas con que los militantes proletarizados ingresaban a trabajar a la planta.

Seguramente la reconstrucción histórica que se materializa en el relato de los delegados

entrevistados buscara matizar o negar una relación de externalidad de los militantes

respecto de la clase obrera que podría deducirse del recurso a la estrategia de las

proletarizaciones. La legitimidad construida por estos referentes, sin embargo, nos lleva

a cuestionar para el caso de Propulsora en el período estudiado la idea de que, desde la

perspectiva de los trabajadores, los proletarizados podrían ser agentes externos o

desligados respecto de sus compañeros en la fábrica. En un sentido opuesto, creemos

haber reconstruido una historia en la cual dirigentes combativos y base obrera

mantienen fuertes relaciones de genuina identificación. Este punto será abordado de

manera trasversal en los apartados que siguen, tanto en los que analizan en una

secuencia histórica tres puntos conflictivos durante la etapa 1973-1975 como en el

último apartado, dedicado específicamente al análisis de las relaciones entre la JTP, la

Lista Blanca y el cuerpo de trabajadores empleados en Propulsora.

2.2 Los primeros pasos de la JTP en Propulsora: de la APP a la Lista Blanca (1973)

69

Las divergencias al interior de la Agrupación Peronista de Propulsora

expresaban un fenómeno de profundo arraigo en el conflicto social argentino de la

época y trascendía, con mucho, la situación en Propulsora Siderúrgica.

Como ya señalamos, el golpe cívico-militar liderado por Onganía había

conllevado un profundo cambio en la organización del movimiento obrero argentino.

Durante la ‘Revolución Argentina’ la máxima expresión de este fenómeno había sido el

Cordobazo en 1969. En una primera etapa esta oleada democratizadora en el seno del

movimiento obrero se concentró en los núcleos más dinámicos de la producción

económica del interior del país. El Área Metropolitana de Buenos Aires sería también

lugar de importantes luchas antiburocráticas pero debió transcurrir para ello tiempo

suficiente que permitiera un cambio en las causas estructurales que, en un principio,

mantuvieron al sindicalismo combativo centrado en el interior del país. Esta oleada

radicalizada excedía los marcos del ámbito sindical, emergiendo una conjunción entre

sectores obreros, estudiantiles, intelectuales y políticos que constituyeron el fenómeno

que puede interpretarse a partir del concepto de ‘nueva izquierda’ propuesto por María

Cristina Tortti.85

En este marco se inscribía la reorganización de la militancia al interior de

Propulsora Siderúrgica desde la última parte de 1972 y sería la base sobre la que

emergerían las tensiones al interior de la APP. El énfasis del sindicalismo combativo en

la democratización de las estructuras sindicales es central al momento de analizar la

dinámica del período. Esa centralidad se hace presente en el relato de los mismos

protagonistas de los hechos:

85 Ver Tortti, María Cristina, op. cit.

70

ellos (los militantes de la APP que no respondían a la línea de Rubén Dieguez

y Lorenzo Miguel) se acercaban, sufrían con vos, vivían con vos, te

comentaban lo que hacía el gremio, qué se podía hacer mejor, te comentaban

que la asamblea tendría que ser democrática, te comentaban que cuando había

un pedido de aumento tenía que haber una previa consulta y que no se

manejaran por cartelera. Porque la UOM se maneja por cartelera nada más. Te

anuncia que va a pedir el 30% y ni te consultó. Y va y discute con la empresa y

cuando sale el 25% te lo ponen por cartelera. Nosotros lo que queremos es

consulta permanente. Esa era la consigna nuestra. Que nos consulten,

viste. Y el gremio no consultaba. (…) esa era la pelea más grande era con

el gremio…86

El principio de democracia sindical que intentaran, a nuestro juicio con éxito,

enarbolar los referentes de la Lista Blanca en general, y de la JTP en particular,

aparecerá de la mano de una cercanía de carácter afectivo entre referentes y base que en

este relato se hace presente en la percepción de que los militantes ‘sufrían’ y ‘vivían’

con sus compañeros. Sobre este punto volveremos en las próximas páginas.

Hacia fines de 1973 debían realizarse en la planta elecciones internas para la

designación de un nuevo cuerpo de delegados. En ese momento Omar Cherri, Arturo

Garín y Roberto Lopresti eran ya responsables en la fábrica de la Juventud Trabajadora

Peronista. Lanzada a nivel nacional en mayo de ese mismo año, la regional La Plata,

Berisso y Ensenada no tenía sino unos pocos meses, como veremos a continuación.87

Similar al caso de Astarsa en Tigre88 y al de la Asociación Obrera Textil en

Moreno89, la Tendencia Revolucionaria se expandía en gran medida gracias a la

incorporación de experiencias organizativas preexistentes. Esto nos lleva a complejizar

la idea del desarrollo de los frentes de masas. A partir de las citadas experiencias y de

86 Entrevista a Alejandro Sandez, Julio de 2013.87 Periódico quincenal JOTATEPE, Nº 1, 1º quincena de Octubre de 1973.88 Lorenz, Federico; Los zapatos de Carlito: Una historia de los trabajadores navales de Tigre en la década del setenta, Grupo Editorial Norma, Buenos Aires, 2007.89 Salcedo, Javier; Los Montoneros del barrio. Buenos Aires, UNTREF, 2011.

71

nuestra propia investigación observamos como el crecimiento de las organizaciones de

superficie de Montoneros no respondió simplemente a una definición política desde la

Conducción Nacional de la organización armada, sino que esta definición empalmó con

una fuerte movilización de la sociedad argentina que buscaba caminos para canalizar su

propia energía. Los frentes de masas parecen haber sido un buen punto de encuentro

entre las aspiraciones tanto de Montoneros como de gran parte de la militancia

combativa en nuestro país.

Siguiendo con nuestro estudio, en la zona de La Plata la Juventud Peronista

venía desarrollando una militancia política y sindical con una orientación combativa

desde el año 1963. En 1964 sus militantes habían obtenido un triunfo en las elecciones

locales para autoridades en la Unión de Obreros de la Construcción de la República

Argentina (UOCRA). Además de ello tenían una participación en varias de las

empresas más dinámicas de la región.90 Este trabajo sindical fue la base de lo que luego

sería la JTP en la zona.

La Juventud Peronista de La Plata había decidido en el año 1972 la integración a

la estructura de Montoneros conteniendo esta decisión las actividades que venían

realizando los referentes en la siderúrgica del Grupo Techint en Ensenada.91 Esto quiere

decir que, al momento de las elecciones para renovación de autoridades gremiales en

Propulsora, algunos de los referentes de la Lista Blanca participaban ya de la estructura

militar de la organización armada desde hacía más de un año y, desde Septiembre de

1973, se organizaban en la Juventud Trabajadora Peronista.

En el volante que convocaba al acto de lanzamiento de la JTP en el Club Atenas

de La Plata se podía leer: “Para que el pacto social no se instrumente sobre las espaldas

90 Ver en este trabajo, p. 41.91 Robles, Horacio; Radicalización política y sectores populares en la Argentina de los '70… pp. 64-69.

72

de los trabajadores”.92 Las pocas palabras que condensan la consigna de la JTP en el

volante resultan elocuentes por sí mismas. El posicionamiento crítico del frente sindical

de Montoneros respecto del estratégico acuerdo económico ideado por el entorno más

íntimo del General Perón era explícito..

Ésta compleja relación entre el frente sindical de Montoneros y el gobierno

nacional atravesará el período que transcurre desde el lanzamiento del Pacto Social en

mayo de 1973 hasta, por lo menos, julio de 1974. Fallecido Perón y asumida Isabelita

como jefa del Poder Ejecutivo Nacional el distanciamiento de Montoneros respecto del

gobierno constitucional será explícito, decidiendo la organización el pase a la

clandestinidad en septiembre de 1974. Sin embargo nuestro interés en este trabajo se

centra en Propulsora Siderúrgica y, en todo caso, en como es asumida e interpretada esta

compleja relación por parte de los delegados de la JTP y por el resto de los obreros en la

fábrica.

La implementación del Pacto Social requería, como hemos mencionado, de la

existencia de un sindicalismo fuertemente centralizado y vertical, que funcionase más

como correa de transmisión de las políticas gubernamentales en la fábrica que como

representante de la clase obrera ante la patronal y el propio Estado. En este sentido, si la

consigna que citamos en el volante de la JTP implicaba un desafío a la iniciativa política

más estructural del gobierno del FREJULI, el impulso a una práctica sindical

democrática en las fábricas en general, y en Propulsora en particular, significaban un

obstáculo no sólo discursivo sino real y concreto a la instrumentación del Pacto Social.

Esta iniciativa combativa, que no fue obra exclusiva de la JTP sino que incluyó

tanto al resto militancia de ‘izquierda’ de la Agrupación Peronista de Propulsora como a

militantes que la excedían, comenzó a tomar forma en el diálogo permanente que los

92 Volante de convocatoria al lanzamiento de la Juventud Trabajadora Peronista de La Plata, Berisso y Ensenada, Septiembre de 1973.

73

referentes antiburocráticos mantenían con el conjunto de los trabajadores. Sobre este

trabajo de base previo se constituiría la Lista Blanca, que nacía ya con la legitimidad

que su identificación con una línea democrática y antiburocrática le otorgaba entre la

fuerza de trabajo empleada en la fábrica.

El día 20 de noviembre de 1973, habiendo ya renunciado Cámpora y asumido

Perón en su lugar, se llevaron a cabo los comicios para renovación de autoridades

gremiales en Propulsora. Era el tercer año consecutivo en que se realizaban pero por

primera vez existía una lista opositora y con posibilidades concretas de obtener la

victoria.

Como hemos mencionado, la Lista Blanca contenía un amplio abanico de

organizaciones que impulsaban una política sindical combativa, excediendo claramente

el espectro netamente peronista. Entre los delegados que venían desarrollando su

actividad sindical por fuera de la JP había militantes del Partido Comunista, del Partido

Socialista de los Trabajadores, del Partido Comunista Maoista y del Peronismo de Base.

El PRT-ERP tenía presencia en la fábrica desde Agosto de 1973 a través de Daniel De

Santis pero este iniciaría su participación protagónica como referente de Propulsora

hacia mayo de 1974.

Hasta el momento la lógica de funcionamiento y de articulación entre los

militantes (al menos de los nucleados en la APP) había respondido a los reclamos en

torno a la legalización del peronismo y el retorno de Perón al país. Ya entrado el año

1973 esta lógica se vio modificada:

A partir de la elección de 1973 hubo un cambio cualitativo en la dinámica

electoral de la fábrica dado por la presentación de dos listas que no respondían a

la antinomia peronismo-antiperonismo. Las listas Azul y la Blanca expresaban

74

modelos sindicales en disputa y contenían en sí, particularmente la Blanca, un

abanico de agrupaciones políticas.93

Ante la propuesta de la Lista Azul ‘Rosendo García’ de conformar una lista

única pero excluyendo de ella a Salvador Delaturri, militante comunista, los delegados

que no respondían orgánicamente a Dieguez armaron una lista propia integrada por

militantes de las orientaciones políticas más variadas. Luis Rave relata este suceso de la

siguiente manera:

antes de las elecciones nos llama Dieguez, nos llama a todos para negociar.

(…) O sea ‘¿para qué vamos a ir los dos con dos listas? Hagamos una sola, ta,

ta, ta’ – ‘Ta bien, no hay problema, ésta es la Lista nuestra. ¿A quién querés

agregar? – No, no, pero yo no puedo aceptar que vaya Delaturri, o que vaya…’.

Sobre todo el cuestionado era el Pampa Delaturri. Y bueno, ahí nosotros no

íbamos a… Dijimos ‘Bueno, macanudo, esto no va, confrontamos,

presentamos las dos listas y listo’.94

Si el retorno del peronismo al poder en 1973 había resultado un punto de

inflexión tal que había modificado los términos generales del conflicto social en la

fábrica, previo a ello, como mencionamos, la lógica peronismo-antiperonismo era

determinante. En ese marco algunos de los militantes que luego conformarían la JTP y

como parte de ella la Lista Blanca habían compartido espacios en la Lista Rosendo

García junto con los hombres de Rubén Diéguez. Tal es el caso del Turco Cherri:

la Lista Azul originalmente, la que no eligió nadie, la que nombró a dedo

Dieguez tenía gente muy piola adentro (…). Entre ellos estaba el Turco Cherri.

Cuando armamos la otra, cuando no llegamos a un acuerdo para hacer una sola

lista y armamos la Blanca, el Turco se vino con nosotros, viste. Yo me acuerdo,

93 Rodríguez, Florencia; Conciencia de clase y política… pp. 176-177.94 Entrevista a Luis Rave, Agosto de 2013.

75

no solamente el Turco, me acuerdo dos o tres compañeros, que yo me

referenciaba con ellos.95

Cuando aún no habían concluido los comicios, siendo evidente la victoria que

estaba obteniendo la Lista Blanca con un amplio apoyo de los trabajadores, la Lista

Azul recurrió al fraude para mantener sus cargos. Así relata este suceso un volante de la

Juventud Trabajadora Peronista emitido durante el conflicto desarrollado en 1974 que

abordaremos en el próximo apartado:

A fines del año pasado (1973) se realizaron elecciones de Delegados y Comisión

Interna. Se presentaron dos listas: una oficial respaldada por la UOM y la otra

integrada a partir de la propuesta de los compañeros de la fábrica. El acto

eleccionario se realizó en la misma fábrica y el escrutinio se realizaría en el local

de la UOM. La primera parte de este drama se desarrolló con absoluta

normalidad. Los trabajadores votaron democráticamente por la lista de su

preferencia. Terminado el acto electoral, las urnas fueron depositadas en el

automóvil que debía conducirlas hasta el local de la UOM para proceder a

escrutar los votos. Es en este momento en que antes de que ascienda al auto

ningún miembro de la lista opositora, el coche se aleja velozmente con rumbo

desconocido. Los fiscales y algunos integrantes de la lista se dirigieron

apresuradamente al local de la UOM temiendo una maniobra. El automóvil llegó

dos horas más tarde con las urnas repletas de votos para la lista oficial. Se

consumó así otro escandaloso fraude al que nos tiene acostumbrado la burocracia

sindical.96

El hecho de que este volante apareciera en el Ministerio de Obras Públicas en la

vecina ciudad de La Plata, mientras aquel conflicto se desarrollaba en Ensenada, habla

tanto de la importancia que tenía Propulsora Siderúrgica en la región, al proyectarse sus

conflictos más allá de la ciudad que la cobijaba, así como del funcionamiento de la JTP

95 Íbidem.96 ‘¿Por qué Propulsora’, s/f, firmado por Agrupación de Trabajadores Peronistas del Ministerio de Obras Públicas adherida a JTP.

76

como estructura que permitía la coordinación de luchas más allá de agrupaciones y

comisiones de base fabriles.

Es interesante por otro lado comparar este relato con la tarea de seguimiento

realizada por la inteligencia de la Policía bonaerense. Si bien puede no resultar

sorprendente la omisión del fraude denunciado por la Lista Blanca sí es curiosa la

mención al ‘desplazamiento’ ocurrido luego del acto eleccionario:

en las elecciones que ocurrieron el 23/11/73, quedaron consagrados delegados

dirigentes que respondían a la actual conducción de la U.O.M., desplazando de

esta manera a los integrantes de la comisión interna anterior, enrolados en la

Juventud Peronista. En esa emergencia la lista ganadora obtuvo 571 votos contra

357. Esta circunstancia hace suponer que las diferencias de orientación

constituyen la causa fundamental del problema97

Si bien el fragmento citado hace mención al conflicto que analizamos en el año

1973, el informe del que forma parte fue escrito por un agente de inteligencia para

explicar a sus superiores los orígenes históricos de los sucesos de la ‘huelga larga’ de

1974 sobre el que trabajaremos a continuación. Ahora bien, ¿por qué el agente de

inteligencia sostiene que la comisión interna electa (que responde a la conducción de la

UOM) desplazó a la conducción previa, constituida aparentemente por la Juventud

Peronista? Esta confusión, pues la Lista Azul era hegemónica en Propulsora desde su

puesta en funcionamiento, puede responder al hecho ya mencionado de que varios de

los dirigentes que luego impulsarían el desarrollo de la Lista Blanca eran ya miembros

del cuerpo de delegados como parte de la Lista Rosendo García.

Este suceso permite ver la importancia que tuvo, en el Área Metropolitana de

Buenos Aires, el viraje en la coyuntura política a partir de la salida electoral de 1973.

97 DIPPBA, Mesa B, Carpeta 39, Legajo 33. Localidad Ensenada, Tomo I.

77

Las contradicciones en el seno del movimiento obrero, más específicamente en el seno

del movimiento obrero peronista, comenzaban a nacionalizarse luego de años de

concentración en las zonas dinámicas de la economía en el interior del país.

La primera acción de protesta realizada por los militantes de la Lista Blanca ante

el fraude fue la recolección de firmas que acompañaban un petitorio para la conducción

regional de la UOM. Más de setecientas firmas acompañaron el documento que

denunciaba el hecho, representando casi la mitad de la totalidad de los empleados en la

fábrica y aún más que los votos obtenidos oficialmente por la Lista Azul. En un boletín

informativo editado por la Lista Blanca durante el conflicto que abordaremos en el

siguiente apartado se reconstruía de la siguiente manera esta etapa de la lucha en

Propulsora:

El conflicto que se encuentra declarado en Propulsora Siderúrgica tiene sus

raíces más cercanas en las elecciones de noviembre de 1973, donde la lista

Azul (Rosendo García) oficialista del gremio se impuso con fraude. Dicho

fraude fue denunciado y se impugnó el acto eleccionario con una nota y 743

firmas sobre 950 votantes, lo cual no fue oído ni satisfecho, pese a la promesa

de Diéguez de dar nuevas elecciones si juntábamos 500 firmas.98

Pocos días después el Diario Noticias, cuya redacción estaba compuesta por

ilustres nombres como los de Horacio Verbitsky, Rodolfo Walsh, Miguel Bonasso,

Francisco Urondo y Juan Gelman, y cuya línea editorial tenía un estrecho contacto con

la línea de la conducción de Montoneros, relataba este mismo suceso de manera más

detallada:

98 Boletín Informativo ‘Propulsora en lucha’ de la Secretaría de Prensa de la Comisión Interna, 11 de Junio de 1974.

78

[los delegados] señalaron que luego de las elecciones internas realizadas en

noviembre último (1973), solicitaron al secretario general de la UOM y de la

CGT platense nuevos comicios, calificando a los primeros de ‘fraudulentos’. El

dirigente prometió que ‘se haría si se presentaban un acta con 500 firmas. En

menos de 48 horas –dijeron los delegados- se elevó a la delegación de la UOM

el documento con 732 firmas, sin que se produjera el nuevo llamado a

elecciones’.99

El apoyo que demostraba el conjunto de los trabajadores de Propulsora sobre la

Lista Blanca, reafirmada durante la actividad de junta de firmas pero demostrada

durante las elecciones de noviembre de 1973, hablan de una legitimidad construida que

precedió al acto electoral mismo y se nutría, en gran medida, en la relación personal que

entablaban los referentes de las distintas agrupaciones combativas con sus compañeros.

Esa cercanía se establecía a través de un contacto directo alimentado cotidianamente:

El Turco Cherri era gruísta, de la grúa 7. Y yo trabajaba en la 4A de Tandem,

casi juntos. Había dieciséis grúas en Propulsora. El Turco venía con la 7, me

saludaba, me hacía seña a través del vidrio, entonces yo paraba la grúa allá,

cruzaba a la grúa de él y tomábamos mate, o él venía a la nuestra.100

Aunque la mayor presencia de la JTP en la fábrica se reflejaría posteriormente

en su mayor participación numérica en la Comisión Interna Provisoria, esta actitud de

permanente contacto con los obreros no era característica exclusiva de los referentes del

frente sindical montonero, sino del conjunto de dirigentes combativos en la fábrica. Al

referirse al militante del Partido Comunista Salvador Delaturri Sandez recordaba:

99 Diario Noticias, 1 de Junio de 1974. Para un estudio histórico sobre el Diario Noticias ver Esquivada, Gabriela; Noticias de los Montoneros. La historia del diario que no pudo anunciar la revolución. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2009.100 Entrevista a Alejandro Sandez, Julio de 2013.

79

…a mi me llamaba mucho la atención lo que hacía el Pampa Delaturri, viste. El

pecho a pecho permanente, el boca a boca permanente, y el estar

permanentemente con la gente, viste.

En la misma línea Sandez observaba el comportamiento de Daniel De

Santis:

Daniel De Santis entra un día, no me olvido más, yo estaba en la grúa.

Y se nota que era nuevo por casco nuevo, ropa nueva, viste. Y a los dos, tres

días yo veía que tenía un laburo el tipo. Cortaba lo suyo, cinco o seis bobinas

y le quedaban diez minutos de tiempo hasta que volvía otra bobina y la tenía

que cortar de nuevo. El tipo no se quedaba esperando la bobina que corriera, se

subía a una cabina y hablaba con el operador, se subía a la otra, se subía a otra,

o charlaba con el maquinista. Y vos te das cuenta que ese tipo viene

preparado ya.101

Como observamos páginas atrás, la militancia de quienes luego conformaron la

Lista Blanca era perceptible para los obreros de Propulsora desde el momento en que

ingresaban a la planta, incluso antes de ‘destaparse’ como integrantes de alguna

organización en particular. Aquellos muchachos ‘más despiertos’, ‘más politizados’, no

eran ingenuamente observados por sus compañeros. Aún así, esta falta de ingenuidad

no conllevaba, como señalamos, una sensación de extrañeza desde el punto de vista de

la base obrera que implicara un rechazo o distanciamiento hacia de los militantes. Como

hemos visto, y en la misma dirección continuará nuestro trabajo, más bien esta

percepción, esta idea de que ‘tenían un laburo’, que ‘venían preparados’, no alejaba sino

que incluso acercaba a los militantes a las bases metalúrgicas.

Esta legitimidad a la que hiciéramos mención no logró, sin embargo, traccionar

las decisiones de la seccional local de la UOM. Ante la denuncia de fraude la comisión

101 Entrevista a Alejandro Sandez, Julio de 2013.

80

directiva encabezada por Dieguez no dio respuestas satisfactorias para los referentes y

adherentes a la Lista Blanca. Es necesario remarcar que más allá del amplio apoyo

plasmado en el petitorio, un sector muy importante de la planta laboral de la fábrica no

había acompañado esta iniciativa. La Lista Azul no constituía meramente un

nucleamiento de delegados designados por Rubén Dieguez, sino que conformaba un

espacio político sindical que gozaba de un apoyo en algunos sectores de Propulsora,

principalmente Transporte y Almacenes.102 A pesar de este reducido apoyo a la Lista

Azul, enfatizamos la disposición del grueso de la planta a apoyar la conducción del

conflicto por parte de la Lista Blanca.

El petitorio presentado no tuvo ninguna recepción formal ni informal por parte

de la seccional de la UOM en La Plata, reconociéndose así el triunfo electoral de la

Lista Azul cuando finalizaba el año 1973. De este modo, hasta mayo del año siguiente

en que el comienzo de otro conflicto modificaría nuevamente el escenario en

Propulsora, la situación en la fábrica se caracterizó por la ausencia de un cuerpo de

delegados y una comisión interna claramente constituidos y legítimos. Más bien la

fábrica se caracterizó en ese breve período por alojar una conducción legal pero con una

legitimidad muy debilitada, producto tanto del fraude denunciado como del compromiso

que, como parte de la línea oficial de la UOM y de la CGT, mantenía con el Pacto

Social impulsado por Perón. Esta lealtad hacia el proyecto estratégico de Perón

implicaba fundamentalmente la renuncia a la posibilidad de recurrir a negociaciones

colectivas para pedir aumento salarial, en un contexto de fuerte inflación, viéndose así

minadas las bases de la legitimidad de los sindicalistas sobre sus bases. Esta situación

reeditaba lo sucedido durante las huelgas metalúrgicas de 1954.103

102 Entrevista a Luis Rave, Agosto de 2013.103 Schiavi, Marcos, op.cit., versión digital, pp. 8-11.

81

Frente a esta conducción legal con poca legitimidad existía un grupo de

militantes y activistas que gozaban de un fuerte reconocimiento por gran parte de la

fuerza obrera de la fábrica, si bien no contaban con el reconocimiento legal como

representantes de los trabajadores. Rave caracteriza de la siguiente manera su

desempeño durante ese momento:

Y, éramos delegados… éramos los que nos movíamos en la fábrica.

Oficiábamos, de hecho oficiábamos como delegados. Si bien no tenías licencia

gremial, no tenías acceso a las oficinas, a una oficina que tenía el sindicato,

pero nosotros éramos los delegados. Vos tenías un compañero que tenía un

problema, el venía te decía “che, mirá”, y vos veías cómo lo podías encarar.104

Esta situación contrastaba fuertemente con la experiencia de la Lista Marrón

encabezada por Alberto Piccinini en la UOM de Villa Constitución. Si por un lado esta

experiencia también estaba integrada por militantes de un arco ideológico combativo

amplio, con participación de organizaciones independientes de izquierda, clasistas y

peronistas revolucioanrias, en este caso el sindicalismo de base del sector metalúrgico sí

había logrado obtener la victoria en los comicios internos desarrollados en la empresa

Acindar.105 Sobre esta base la combativa lista logaría poco tiempo después arrancar a la

dirección nacional del sindicato la normalización de la seccional local, ganando las

104 Entrevista a Luis Rave, Agosto de 2013.105 Andrea Andujar sostiene que entre las tendencias y organizaciones políticas de izquierda que tenían presencia en la UOM-Villa Constitución se encontraban el Partido Revolucionario de los Trabajadores y Vanguardia comunista, con mayor peso, y en menor medida Organización Comunista Poder Obrero, Espartaco-Fracción Roja, Tendencia 29 de Mayo, Partido Socialista de los Trabajadores, Partido Comunista, Ejército Revolucionario del Pueblo-22 de Agosto. A ellas se sumaba la presencia de agrupaciones peronistas progresistas tales como las regionales de la Juventud Peronista y la Juventud Trabajadora Peronista. Ver Andujar, Andrea, “Las luchas obreras de Villa Constitución (1974-1975)”, en Andujar, Andrea y Santilla, Agustin; El Perón de la fábrica éramos nosotros: las luchas de Villa constitución 1970-1976, Buenos Aires, Desde el Subte, 2007, pp. 92-93.

82

elecciones y constituyéndose en la Comisión Directiva del gremio metalúrgico en una

seccional clave.106

Volviendo al caso de Propulsora Siderúrgica es necesario resaltar que durante

los cinco meses que transcurrieron entre el fraude electoral de 1973 y el inicio del

conflicto de 1974 con la ocupación de la planta no existió allí un cuerpo de delegados y

una comisión interna, ni de hecho ni de derecho, que contara con la legitimidad

suficiente sobre las bases metalúrgicas como para actuar efectivamente como

representante y conducción de una fuerza de trabajo organizada. De todos modos estas

primeras acciones dieron una visibilidad y una legitimidad a la Lista Blanca sin las

cuales es difícil explicar el amplio apoyo que sus activistas lograron obtener de las bases

durante los conflictos que se avecinaban.

Es importante entender estos hechos en Propulsora enmarcados en una nueva

significación de las lucha de clases en Argentina a partir de 1973. La obstinación de los

obreros de Propulsora en la recuperación de sus herramientas gremiales y la lucha por

las condiciones laborales entroncará con un conjunto de luchas sindicales en distintas

fábricas capital intensivas de la zona. Estas fueron interpretadas por el grupo Pasado y

Presente como luchas genuinamente políticas, verdaderas disputas por el poder en la

fábrica:

¿Qué implica la impugnación de las direcciones sindicales burocráticas y su

reemplazo por delegados elegidos por las bases sino la reapropiación del

control de la clase obrera sobre sí misma, es decir, sobre los órganos a través de

los que se expresa y organiza? ¿Qué implica el cuestionamiento de los ritmos

de producción, las calificaciones, la salubridad y la protección, el despotismo

de los jefes y capataces sino la reclamación de un control por parte de los

106 Sobre el ‘Villazo’ ver Andujar, Andrea, op. cit.

83

trabajadores de las condiciones bajo las que es erogada la fuerza de trabajo y

un freno a las facultades arbitrarias de la gerencia empresaria?107

A partir de este momento comienza a perfilarse ya el protagonismo que la

estructura sindical que respondía orgánicamente a Montoneros, la Juventud Trabajadora

Peronista, tendría a lo largo de los momentos más agudos de conflicto en la fábrica. La

significación política que observamos en la fraudulenta elección desarrollada en

Propulsora Siderúrgica se enmarcará, a su vez, en la cruenta disputa entre las distintas

corrientes hacia el interior del movimiento peronista que se proyectarán en la sociedad

argentina, configurándose el peronismo como ‘un sistema político en sí mismo’. Es

preciso señalar, de todos modos, que si bien esta contradicción al interior del peronismo

era la que marcaba más determinantemente la dinámica político-social de la época, lejos

estaba de ser la única presente. Tanto a nivel general como a nivel de la fábrica,

particularmente en Propulsora, existieron otras identidades políticas que formaron parte

de las experiencias combativas de base y que excedieron los marcos del peronismo. Sin

embargo, estas expresiones que no ocuparán un lugar central en nuestro trabajo se

vieron irremediablemente inmersas en la disputa interna peronista y sus efectos.

2.3 Entre la legalidad y la legitimidad: la huelga larga de 1974108

Pocos días después de las fraudulentas elecciones internas en Propulsora

Siderúrgica el Congreso de la Nación sancionaba la reforma de la Ley de Asociaciones 107 Revista Pasado y Presente, Nº2-3, Julio-Diciembre, 1973, 273. Sobre el despotismo de los jefes y supervisores en el proceso de extracción de plusvaía ver Marx, Karl; ‘Capítulo 11: La cooperación’, en El Capital. Libro Primero. Fondo de Cultura Económica, México, 2010.108 Para una reconstrucción general del conflicto de 1974 en Propulsora Siderúrgica véase el trabajo de Daniel De Santis La lucha obrera en Propulsora Siderúrgica…, la Tesis de Laura Palma Propulsora Siderúrgica: Un conflicto sindical en los años setenta… y Anguita, Eduardo y Caparrós, Martín; La Voluntad. Tomo 3/1973-1974. Buenos Aires, Booket, 2007.

84

Profesionales que, como ya señalamos, constituía un punto de sustentación fundamental

para que el Poder Ejecutivo se asegurase el apoyo de las direcciones sindicales

tradicionales y, en la misma línea, para que ellas tuviesen mayores prerrogativas sobre

los sindicatos que garantizasen la implementación exitosa del Pacto Social en las

fábricas. Sobre 138 votos necesarios el oficialismo había logrado negociar el apoyo de

139 diputados nacionales. El diputado Rodolfo Ponde, representante del FREJULI en la

Cámara baja, argumentó a favor del proyecto destacando “la importancia que reviste la

creación del fuero sindical y la participación gremial en política.”109 Sin lugar a dudas la

reforma no ponía en cuestión la participación central en el juego político nacional del

movimiento obrero organizado, (participación que, de hecho, era ya insoslayable

durante la proscripción legal del peronismo). Pero ¿cómo se canalizaba el poder del

movimiento obrero a través de las instituciones sindicales? Ese era el nudo central del

problema, y la reforma impulsada por el justicialismo era claramente regresiva:

La ley tiende fundamentalmente a centralizar la estructura sindical en una CGT

‘fuerte’ con entero control sobre las federaciones gremiales. También fortalece

a los distintos gremios a través de la imposición de sindicatos únicos por rama

de la producción. (…) Al extender los mandatos de las comisiones directivas de

dos a cuatro años y fijar en dos años el plazo legal para realizar asambleas

generales, puede dar lugar a serios problemas de irrepresentatividad de las

conducciones gremiales.110

En este marco durante los meses de abril y mayo de 1974 los candidatos de la

Lista Blanca comenzaron a reactivar su espacio de reunión. Como ya hemos

mencionado, las organizaciones armadas más grandes del país, ERP, FAR, FAP y

Montoneros, tenían presencia entre esos referentes. Los militantes de la Juventud

109 Diario Noticias, nº10, 30 de Noviembre de 1973.110 Ibídem.

85

Trabajadora Peronista tenían el ‘privilegio’ de constituir el principal enemigo interno

del peronismo gobernante en Propulsora Siderúrgica.

Durante el mes de Mayo de 1974, cuando el quiebre entre la Tendencia

Revolucionaria y el General Perón había llegado a su punto más álgido luego del acto

del 1º de Mayo por el Día del Trabajador, los referentes de la Lista Blanca que habían

participado de los fraudulentos comicios en Noviembre del año anterior comenzaron a

reorganizar su fuerza:

Daniel De Santis:…entonces se decidió hacer una reunión de la Lista Blanca, la

que había perdido por el fraude. Yo ahí decidí ir, pero todavía no conocía a

nadie. (…) ahí los dirigentes eran los de la JTP. Estaba el Turco Cherri, estaba

Roberto Lopresti y el Gaucho Garín. Eran los dirigentes, y también estaba el

Pampa Delaturri del PC. (…) Creo que fue en un local de la JTP la reunión

esta.111

El PRT-ERP se sumaba así a la experiencia de la Lista Blanca que, hasta el

momento, se alimentaba fundamentalmente de la militancia combativa de la Agrupación

Peronista de Propulsora. De esa reunión surgió la decisión de convocar a una asamblea

en la fábrica para el 23 de Mayo de 1974, a casi un año de la asunción de Cámpora

como Presidente de la Nación.

Dos días antes los activistas de la Lista Blanca habían presentado a la comisión

interna surgida de las elecciones fraudulentas de Noviembre del año previo un petitorio

suscripto por 500 trabajadores en el que se solicitaba la convocatoria a una asamblea,

que fue aceptada y convocada para el 25 de Mayo.

En una jugada claramente estratégica, que buscaba tomar la iniciativa política y

capitalizarla a favor propio, la Lista Blanca optó por realizar una nueva convocatoria

111 Entrevista a Daniel De Santis, Junio de 2013.

86

dos días antes, en la fábrica misma y en horario de cambio de turno, garantizando una

mayor participación del activo obrero. La Dirección de Inteligencia de la Policía

bonaerense registraba así el hecho:

Asunto: Propulsora Siderúrgica S.A.C.I.F.I.A. – ENSENADA

Se ha tomado conocimiento de fuente que merece fe, que con

relación a la programada asamblea del personal del establecimiento de mención

en el epígrafe para el día 25 del actual en hora a determinarse y a llevarse a

cabo en el local de la Unión Obrera Metalúrgica Regional La Plata, con sede en

la calle 18 nº 1334 de dicha ciudad, la misma si bien ha sido convocada por el

Cuerpo de Delegados, no contaría con el beneplácito de los operarios, dado que

en la asamblea realizada en el día de ayer y organizada por los integrantes de la

Juventud Trabajadora Peronista (J.T.P.) y durante cuyo transcurso se acordó

bregar por la lucha contra la burocracia sindical. (…)

Se ampliará.-

DPTO. BÚSQUEDA, Mayo 24 de 1974” 112

Esta yuxtaposición a veces confusa entre la Lista Blanca y la JTP será una

constante en los documentos de la DIPPBA. Estos informes tienden a enfatizar el rol de

la agrupación montonera la cual aparece, en este informe, como única dirigente de los

sucesos ocurridos en la fábrica.

En el mismo sentido hacen hincapié en el carácter opositor de la JTP en relación

a la dirigencia de la UOM, hecho que creemos refleja una vez más la manera en que la

interna política del Movimiento Peronista se extendía y en gran medida se articulaba

con el conflicto social que se expresaba, entre otros ámbitos, en Propulsora Siderúrgica.

Podría argumentarse que la lente de los agentes de la Policía de Buenos Aires

estaba sesgada y priorizaba el seguimiento sobre las organizaciones peronistas. Aún así

a esto cabe contraponer dos argumentos. En primer lugar no puede pretenderse que el

112 DIPPBA, Mesa B, Carpeta 39, Legajo 33. Localidad Ensenada, Tomo I.

87

seguimiento realizado por la DIPPBA sea puramente arbitrario, desarticulado de una

estrategia política integral dirigida desde el gobierno central.

En segundo lugar el poder que tienen las fuerzas de seguridad como resultado de

la posición que ocupan en el aparato represivo estatal le da a su vez un carácter

constitutivo a la perspectiva que éstas adoptan. Es decir, al otorgar mayor centralidad a

la JTP como enemiga de la burocracia sindical no sólo reflejan una real preocupación de

los elementos más poderosos del sistema político, sino que en ese mismo acto

construyen o refuerzan el rol de la agrupación como enemiga de un orden establecido.

En esta misma línea podemos interpretar un fragmento del Diario El día sobre el

conflicto que empezaba a emerger. Allí podemos observar cómo, por momentos, el peso

que la disputa interna por el peronismo tenía en la dinámica social del período podía

opacar o dejar en un segundo plano la participación política en el conflicto de

organizaciones no peronistas, e incluso de organizaciones peronistas que no formaban

parte de la Juventud Trabajadora Peronista:

El delegado regional del Ministerio de Trabajo, Emilio Jorge Centeno Quiroga,

calificó ayer de ‘ilegal’ a la asamblea permanente que mantiene dentro de la

planta el personal de Propulsora Siderúrgica. ‘Un grupo de activistas,

probablemente de la Juventud Trabajadora Peronista, en forma inconsulta,

procedió a realizar una asamblea ilegal’. El funcionario designado por el

Ministerio de Trabajo que encabeza Ricardo Otero de la Unión Obrera

Metalúrgica, desconoció todo lo actuado por los representantes elegidos en

asamblea por la casi totalidad del personal de la planta.113

Volviendo al análisis de los documentos e informes policiales es necesario

remarcar que la importancia dada por la policía al frente sindical de Montoneros era

también otorgada a Propulsora Siderúrgica por su peso en el aparato productivo de la

113 Diario Noticias, 25 de Mayo de 1974.

88

zona. Esto se refleja en el detallado seguimiento que, durante todo el período, realizó la

DIPPBA sobre las actividades gremiales desarrolladas allí. El informe correspondiente

al día en que iniciaba el extenso conflicto expresaba:

Propulsora Siderúrgica – Ensenada –

En el día de la fecha fueron ocupadas las instalaciones de esta

planta por sus obreros y empleados que suman aproximadamente 1000

personas.

El conflicto tiene su origen en un pedido efectuado por un

grupo de operarios a los delegados sindicales de la Unión Obrera Metalúrgica

para llevar a cabo una asamblea con el fin de tratar una serie de problemas que

atañe a los obreros de la planta, tales como aumentos salariales y

disconformidad por las tareas de los delegados sindicales.

La Comisión Directiva comunicó a los delegados, los que

presentaron su renuncia, que la asamblea se realizaría el próximo sábado en

el local sindical sito en la calle 18 entre 59 y 60 de esta ciudad.

Por su parte, los obreros, instigados por grupos de elementos

activistas, realizaron a las 14,00 horas una asamblea en la misma planta

resolviéndose la toma de ésta hasta ver satisfechas sus pretensiones;

desconociéndose con esta medida a los directivos sindicales. (…)

Asimismo pudo saberse que si bien la medida de fuerza adoptada y que

se viene llevando a cabo obedece a un pedido en los aumentos salariales del

orden de los $100.000, no resulta menos cierto la posibilidad de que

también sea obra de los integrantes de la J.T.P., que tratan de ésta forma

de desprestigiar la labor del Cuerpo de Delegados del establecimiento y

por ende a las autoridades de la U.O.M. Regional La Plata.114

Si se tiene en cuenta el recuento oficial de votos de la elección de Noviembre de

1973, que mostraba una participación total en los comicios de poco más de novecientos

obreros, los apoyos sumados por ambas fuerzas no llegaban a superar el número de

participantes de esta asamblea. Si consideramos asimismo el hecho de que los delegados

114 DIPPBA, Mesa B, Carpeta 39, Legajo 33. Localidad Ensenada, Tomo I. (las cursivas son nuestras).

89

electos formalmente no participaron de esta asamblea al no haber sido convocada por

las vías legales estipuladas en la Ley de Asociaciones Profesionales y en el estatuto de

la UOM tenemos una visión panorámica general sobre el grado de apoyo que, tanto los

activistas de la Lista Blanca como los de la Azul, tenían en el seno de la fuerza de

trabajo ocupada en Propulsora. La misma realización de la asamblea implicaba un

desconocimiento por parte de las bases del cuerpo de delegados y de la comisión interna

surgida de las fraudulentas elecciones, desconocimiento que, como indica el informe,

llevó a los delegados electos pocos meses antes a que renunciasen a sus cargos. La

mención de ‘elementos activistas’ de la JTP, y el aparente interés político de aquellos

por desprestigiar a la dirigencia sindical alineada con Dieguez, refuerzan nuestra

afirmación de que las disputas superestructurales que atravesaban el sistema político

argentino tenían una fuerte incidencia sobre la lente con que la DIPPBA realizaba su

trabajo.

La convocatoria se había llevado a cabo con la propuesta de discutir una mejora

salarial y la solución de problemas internos o, según un diario local, buscando una

‘solución a problemas de sectores y generales del complejo siderúrgico’.115 En el marco

histórico en que hemos situado el conflicto la exigencia de aumento salarial y la

demostración de las bases metalúrgicas de una autonomía respecto de las autoridades

sindicales legales aparecían como un obstáculo peligroso para la implementación del

Pacto Social.

Durante la asamblea del 23 de Mayo, y con un enorme apoyo de la fuerza de

trabajo, fue designado un grupo de quince delegados, luego elevados a treinta y tres

como estipulaba el estatuto de la UOM, para llevar inmediatamente la solicitud de

aumento salarial a la empresa.

115 Nota periodística recopilada en los Archivos de la DIPPBA, Mesa B, Carpeta 39, Legajo 33. Localidad Ensenada, Tomo I.

90

Cada sección de la planta tenía sus propios representantes, garantizándose así la

mayor comunicación entre el nuevo cuerpo de delegados y la totalidad de los

empleados. Al no encuadrarse el pedido dentro de las vías legales correspondientes, esto

es a través de los representantes de los trabajadores reconocidos por la fábrica y el

sindicato, la comisión provisoria no fue recibida. En adelante la situación sindical en

Propulsora sería similar a la de Astarsa, reconstruida por Federico Lorenz en Los

zapatos de Carlito: una conducción interna legal pero ilegítima, y una comisión

opositora paralela ilegal pero legítima. 116

A partir de ese momento se decidió iniciar una toma en la fábrica con cese de

actividades y mantenimiento de puestos de guardia que garantizaran la permanencia de

la toma a la vez que se tomaran los resguardos necesarios para garantizar el buen estado

de la maquinaria.

Al día siguiente se presentó en la fábrica el juez Silva Pelosi, quien debía

dictaminar sobre la legalidad de la toma. Ante él la comisión provisoria presentó un

petitorio que constaba de cinco puntos:

1º) Pedido de aumento de sueldos por un monto de $100.000

2º) La integridad física de todos los obreros

3º) La garantía de continuar trabajando

4º) La destitución de los integrantes de la Lista Azul

5º) El reconocimiento de los integrantes de la Comisión Provisoria117

El primero y el último puntos, los verdaderos ejes del conflicto, eran justamente

los más resistidos por la patronal. El diario El Día señala:

116 Ver Lorenz, Federico; op. cit.117 DIPPBA, Mesa B, Carpeta 39, Legajo 33. Localidad Ensenada, Tomo I.

91

Asimismo, se pudo saber que los obreros plantearon ayer cinco puntos (…) Los

dos puntos más cuestionados estarían referidos al aumento salarial solicitado y

al problema gremial derivado del reconocimiento de la comisión interna, por

entenderse que esto último debe debatirse estrictamente en la esfera sindical,

con las autoridades de la Unión Obrera Metalúrgica.118

Se vislumbran así dos frentes de lucha y de disputa: por un lado contra el capital

por la tasa de ganancia, por otro con la burocracia sindical por la dirección de la masa

obrera. Ambos frentes se condicionan mutuamente, al significar el control sobre la

representación un primer paso necesario (aunque no suficiente) para avanzar sobre el

control de la producción.

A lo largo del conflicto la comisión provisoria surgida durante la toma de la

fábrica contó con un amplio respaldo de los trabajadores. Ella obtenía su legitimidad de

la experiencia de la Lista Blanca y su cercanía con las bases. En el relato de Alejandro

Sandez la cercanía política con la Lista Blanca y con la comisión provisoria se

yuxtapone con elementos de carácter afectivo, elemento que hemos mencionado

previamente119:

Un tipo que vive con vos, charla con vos, duerme con vos, sufre con vos, te

pregunta a la noche, una noche te da una charla y te dice -‘¿qué te parece si

hacemos esto, esto y esto mañana ante la empresa?’-, y te consulta, y vos te

sentís parte de esa consulta. Y al otro día va y plantea lo que discutió a la

noche. Eso es lo que lo hace al tipo caudillo, loco. La consulta con aquel, viste.

El que recrea una situación abajo y la impulsa para arriba. Esa es la, ese es el

espíritu que tiene que tener un dirigente.120

118 Diario El Día, 28 de Mayo de 1974.119 Cabe resaltar que una distinción entre un nivel aparentemente político y otro estrictamente ético o moral es, en realidad, totalmente arbitraria y ficticia. No hay política que pueda entenderse aisladamente de determinada práctica que refleja a su vez determinados principios éticos que la guían.120 Entrevista a Alejandro Sandez, Julio de 2013.

92

La política de la Lista Blanca, de la comisión provisoria y de las organizaciones

que las componían se sostenía sobre esta relación con la fuerza obrera de Propulsora.

Sin ella es difícil explicar el apoyo que sus referentes lograron mantener durante el

conflicto que estamos reseñando, en particular, y a lo largo de todo el período que

analizamos, en general.

Durante la mañana del 24 de Mayo de 1974 el nuevo cuerpo de delegados

conformado en las horas previas propuso en asamblea la designación de cinco personas

para la conformación de una comisión interna. La moción aprobada constituía a Omar

Turco Cherri, a Roberto Lopresti (JTP-Montoneros), a Pato Rave (FAP-Peronismo de

Base), a Salvador Pampa Delaturi (Partido Comunista) y a Daniel De Santis (PRT-ERP)

como los integrantes de esa instancia.121 Surgía así la Comisión Interna Provisoria de

Propulsora Siderúrgica. A lo largo de todo el conflicto la JTP mantendrá dos de los

cinco cargos en este órgano representativo.122

Enmarcada en el sindicalismo combativo propio del período de radicalización

política que se vivía en el país, la Comisión Interna Provisoria de Propulsora se

manejará durante la toma y el posterior conflicto convocando a asambleas en forma

permanente. Esta metodología de lucha era registrada por los agentes de la DIPPBA:

se resolvió formar una Comisión Provisoria para entrevistar a la Patronal para

solicitar lo ya programado. Ante estas circunstancias la patronal se niega a

recibirlos diciendo que solo tratarán cuando la U.O.M. los reconozca. Debido a

la negación se resuelve declarar una Asamblea Permanente123

121 De Santis, Daniel. La lucha obrera en Propulsora…, p. 3.122 Cuando Omar Cheri y Roberto Lopresti dejen la fábrica por la persecución de la Triple A Manuel Carrete y el Muerto Suárez serán incluidos en la Comisión Provisoria en su reemplazo. Ver De Santis, Daniel, La lucha obrera en Propulsora…, p. 14.123 DIPPBA, Mesa B, Carpeta 39, Legajo 33. Localidad Ensenada, Tomo I.

93

Esta práctica, invaluable desde el punto de vista de los referentes combativos en

cuanto era el elemento central que la identificaba como democrática por oposición a la

lista que respondía a Rubén Dieguez, permitía además una dinámica más eficiente para

una conducción combativa y radical en el conflicto. Al ser consultado por la dinámica

asamblearia durante el segundo conflicto del período 1973-1975 Alejandro Sandez

sostenía lo siguiente:

La asamblea era permanente. Incluso hubo un momento que hacíamos cada

cuatro horas viste. Todo para mantener vivo el conflicto. (…) Primero se hacía

por sector. Porque el gremio te tiraba cohetes, viste. Tirarte cohetes es cuando

te mete un rumor adentro a través de uno de los que tiene adentro: ‘Che loco

hubo un ofrecimiento adentro de la empresa y estos no le dieron bola porque

estos zurdos están con el quilombo y quieren seguir quilombo’ ¿Qué tenían que

hacer los chicos de la interna? Asamblea, tac: ‘Escuchamos un comentario en

tal lugar que han dicho que… ¡No hay ninguna propuesta! Esto va así, así, y

asa.’ Listo, nos manteníamos cuatro horas más, viste.124

Ante las nuevas leyes impulsadas desde el gobierno nacional los obreros se

encontraban en desventaja en plena toma. La ocupación de fábricas era sancionada con

mayor dureza luego de la reforma del Código Penal que comentamos previamente. En el

mismo sentido la Ley de Asociaciones Profesionales obstaculizaba todos los caminos

para que comisiones internas y cuerpos de delegados combativos se constituyeran en

representantes legalmente estatuidos. En este marco el recurso a asambleas permanentes

se erigía en un mecanismo indispensable para contrarrestar esa desventaja que se

expresaba, por otro lado, en el carácter provisorio con que la Comisión Interna y el

Cuerpo de Delegados se identificaban desde el 23 de Mayo de 1973.

124 Entrevista a Alejandro Sandez, Julio de 2013.

94

Esa ‘provisoriedad’ era interpretada con distintos anhelos por los actores

políticos presentes en Propulsora. Los referentes de la Lista Blanca y el importante

grupo de trabajadores en que se apoyaban esperaban ser reconocidos cuando terminase

el conflicto. De hecho poner fin a ese carácter ‘provisorio’ constituía una de las

principales demandas planteadas.

Del otro lado, gobierno, empresa y sindicato también esperaban terminar con la

Comisión Interna de Propulsora en su carácter de provisoria. Pero lejos de esperar

avanzar legalmente sobre una legitimidad ya construida, estos sectores esperaban

retrotraer la situación al momento en que la Lista Blanca no disputaba en un sentido

formal ni de hecho la representación de los trabajadores a la Lista Azul.

Las mociones aprobadas en las asambleas permanentes que mencionaba Sandez

solían ser resueltas por consenso en reuniones previas de la Comisión Interna Provisoria

y luego eran presentadas al conjunto de los trabajadores. Este diálogo permanente, pero

con una clara iniciativa política por parte de los delegados, permitió a los dirigentes,

entre ellos a Omar Cherri, Roberto Lopresti y Arturo Garín, ocupar posiciones

estratégicas en el desarrollo del conflicto en Propulsora.

Es preciso indicar que si por un lado los trabajadores desafiaban al capital y a la

dirigencia sindical con sus reivindicaciones, por otro las agrupaciones que se disputaban

la conducción del conflicto diferían entre ellas sobre la lectura y la estrategia

elaboradas. Si por un lado la JTP se caracterizaba por enfatizar el enfrentamiento que

mantenía con la burocracia sindical, organizaciones como el PRT, el PST y el PB

ponían en primer plano la disputa contra el capital. Dentro de esta última línea política

debe considerarse también la posición del Frente de Trabajadores Revolucionarios, la

Fracción Roja Bolchevique, el Partido Obrero Trotskista, el Partido Comunista Maoísta

y el Partido Comunista Revolucionario. La consigna sobre el control obrero de la

95

producción levantada por la izquierda clasista y sectores del peronismo revolucionario

consistía en impulsar la lucha de los obreros por tener el control de los tiempos de la

producción, el manejo de la maquinaria y la relación con los supervisores. Este planteo

adquiría un carácter central en la política sindical del Peronismo de Base:

Para construir Poder Obrero es necesario tener en cuenta algunas

cuestiones metodológicas que tienen una fundamentación política e ideológica

profunda:

1. El control obrero de la producción: es un elemento fundamental a

tener en cuenta para llevar adelante la lucha. No solo porque la experiencia

política de la Clase Obrera Peronista demuestra que golpear en la producción

hace retroceder a la patronal, sino también y fundamentalmente porque las

prácticas de control de la producción van desarrollando la conciencia

revolucionaria de la clase, van desalineando al conjunto que empieza a

comprender que su destino fatal no es ser una pieza en un engranaje, sino que

pueden llegar a manejar el proceso de producción y ponerlo a su servicio. Si la

clase caza estos elementos, la patronal no puede integrarla….125

En esta misma línea el delegado del Peronismo de Base en la Comisión Interna

Provisoria de Propulsora Siderúrgica, Luis Rave, comenta:

El planteo nuestro era el control de la producción. Ese era el planteo nuestro. Y

una de las luchas internas que tuvimos fue justamente contra los que desviaban

el eje planteando, que el verdadero enemigo era la burocracia sindical. Porque

un concepto ideológico de Monto… de la JTP era: ‘hay que mover a la gente

contra la burocracia’, viste. En su concepto de confrontar con, dentro del

peronismo quién tenía la manija, la juventud o la burocracia. Y nos costaba un

huevo cada asamblea plantear el control de la producción.126

125 ‘Punteo sobre el reordenamiento de nuestra práctica’, documento interno del Peronismo de Base, La Plata, 1975.126 Entrevista a Luis Rave, Agosto de 2013.

96

La burocracia sindical era identificada en el seno de la fuerza de trabajo de

Propulsora por su oposición al ejemplo de los dirigentes de la Comisión Interna

Provisoria. Sobre esto Rave sostiene:

Nosotros, que se yo, contábamos con el respaldo de la gente. Ellos no podían,

había sectores que no podían ni caminar. Les volaban bulones, caía de las grúas

de todo, viste. Un cago de risa. (…) Salvo en el sector que eran fuertes ellos

(…). No había… no podían entrar a la planta, no podían entrar a la planta.127

Esta disputa de la que habla Luis Rave parece contrariar la opinión de otro de los

protagonistas de nuestro relato. Daniel De Santis, como referente del PRT-ERP en la

fábrica, sostiene otra postura sobre los hechos:

Daniel De Santis: …la primera etapa, que todavía yo no había organizado a

nadie, me movía con los que más iban al frente. Por ejemplo, cuando de hecho

se perfiló una alianza entre la JTP y nosotros, y el PB y el PC quedó medio de

costado, entonces el Pampa Delaturri para serrucharnos el piso, ya después de

la toma, cuando estábamos afuera, para serrucharnos el piso organiza un cuerpo

de representantes, dice -‘los delegados están afuera’- y eligen un cuerpo de

representantes. Entonces con el Turco Cherri íbamos al cuerpo de

representantes, como dirigentes de la Comisión Interna íbamos ahí y bueno, le

neutralizábamos las maniobras. Como para dirigir la fábrica con el que yo más

me movía en toda esa etapa era con el Turco.

Pregunta: Entonces podemos decir que había una alianza de hecho, no había

una disputa…

Daniel De Santis: No, no, para nada. ¿Con JTP? Para nada, no había ninguna

disputa en el plano de la dirección de la huelga nada. Y con Cherri en particular

nos llevábamos… éramos como hermanos, no se cómo decirte”128

127 Entrevista a Luis Rave, Agosto de 2013.128 Entrevista a Daniel De Santis, Junio de 2013.

97

La Juventud Trabajadora Peronista, como parte de la Tendencia Revolucionaria,

tenía un capital social que utilizaba políticamente adentro de Propulsora.129 Durante los

primeros días de la toma los operarios de Propulsora recibieron el apoyo de sacerdotes

tercermundistas de la zona, de familiares, estudiantes y de trabajadores de otras fábricas,

entre ellas Petroquímica Sudamericana, Petroquímica General Mosconi, Swift y

Astilleros Río Santiago. Muchos de los contactos los proveía la estructura de la JTP,

que durante esos años fue la organización sindical con mayor presencia organizada en

las empresas del conurbano bonaerense. En este sentido Héctor Lobbe apunta que

el activismo gremial independiente o de vagas simpatías izquierdistas debería

replantearse su inserción dentro de una estructura política que le brinde no sólo

cobertura y respaldo organizativo y de infraestructura, sino también para

afrontar lo que se presiente como dura puja con la burocracia y el propio

gobierno. En este punto, la incorporación a una estructura sindical en

formación como la JTP, reportaba la posibilidad de disputar dentro del espacio

gremial peronista, contando además con la asistencia de abogados, legisladores

y funcionarios públicos, por lo menos en los primeros tiempos.130

La noche siguiente al comienzo de la toma se hicieron presentes en Propulsora

referentes de la Tendencia Revolucionaria con un importante peso en la estructura

estatal argentina. Escribía el Diario Noticias:

Una delegación integrada por el diputado nacional Jorge Zavala Rodríguez, el

delegado de la Regional VIII de JP, Horacio Taramasco, el miembro de la mesa

nacional de JTP, Enrique Juárez, y representantes de la Agrupación Evita, la

JUP y el Movimiento Villero Peronista, se hicieron presentes anoche en la

fábrica en conflicto.131

129 Ver Bourdieu, Pierre; ‘Las formas del capital’ en Poder, Derecho y Clases Sociales. Editorial Desclée de Brouwer, España, 2000. 130 Lobbe, Héctor; La guerrilla fabril…, pp. 70-71.131 Diario Noticias, 25 de Mayo de 1974.

98

El mismo suceso lo relata Alejando Sandez:

Había organizaciones ya dando una mano muy grande adentro, viste. Ahí

entraba Juárez. Yo a Juárez lo conocí dos o tres veces cuando… porque en ese

momento estaba el Diario Popular, había un diario popular que no se si era de

Crónica, de dónde mierda. Y había visto una foto viste, y una vez entra un auto

adentro, se sube arriba un tipo en la asamblea, - ‘¿Y este ¿quién carajo es?’-

decíamos, viste. Y habló el morocho. Entonces me dicen – ‘No, este es Juárez

de la JTP, Juventud Trabajadora Peronista.’ - ‘Ah, mirá que bien’, viste. Dice,

-‘sí, entro en un Renault 12 blanco en el baúl.’- En el Renault 12 viste. Y… yo

no hablé nunca con Juárez eh. Él venía y charlaba con la Interna. Yo no hablé.

Pero lo respetamos132

Como expresara Lobbe este acompañamiento significaba, por un lado, una

ventaja en términos político-institucionales:

Zavala Rodríguez, señaló que presentará a la Cámara un pedido de informes al

ministro de Trabajo Ricardo Otero, acerca del no reconocimiento de los

delegados designados mayoritariamente por el personal reunido el jueves en

asamblea. ‘Aquí, donde yo estoy parado representando a la JTP – dijo Juárez al

dirigir la palabra a los obreros- tendría que estar Otero, porque un ministro

elegido por siete millones de votos peronistas tendría que ser un ministro de los

trabajadores’. Tras señalar que ‘en un año de gobierno se fueron desvirtuando

las medidas que votó el pueblo’, Juárez se solidarizó con el pedido de aumento

de salarios del personal en conflicto y fustigó al Pacto Social. ‘A ustedes se los

acusa de infiltrados y subversivos- manifestó más adelante- por sus justas

reivindicaciones, y lo mismo nos dicen a nosotros. En esta etapa parece que los

subversivos y los infiltrados somos los mejores representantes de los intereses

populares133

132 Entrevista a Alejandro Sandez, Julio de 2013.133 Diario Noticias, 26 de Mayo de 1974.

99

Pero el apoyo que la estructura de la Tendencia Revolucionaria en general, y la

JTP en particular, podían brindar al conflicto excedía el contacto con puestos de poder

en las instituciones públicas:

Centenares de militantes de la Juventud Trabajadora Peronista, Juventud

Peronista, Juventud Universitaria Peronista, Unión de Estudiantes Secundarios

y Agrupación Evita, colmaron la zona del puerto de Propulsora y el camino que

conduce a Ensenada. Allí funcionan las comisiones de apoyo al personal en

conflicto, donde realizan una intensa labor las esposas y familiares de los

trabajadores. Desde el interior de la planta, Noticias pudo comprobar que el

aprovisionamiento de víveres y abrigo se desarrollaba en forma permanente,

atravesando el cerco policial ubicado a 500 metros de la entrada principal.134

Una bandera de la comisión de familiares de los trabajadores, de la que

participaba activamente la Agrupación Evita, rezaba ‘Esposas y familiares de obreros

de Propulsora presentes. Aguante compañeros, por 100.000 de aumento’.

La referencia política a los frentes de masas de la Tendencia Revolucionaria en

este tipo de intervenciones públicas podía generar, sin embargo, diferencias entre los

mismos familiares de los obreros que, en muchos casos, preferían identificarse con la

pertenencia a la empresa antes que con una organización política. Este tipo de fenómeno

era públicamente registrado, en este caso por el histórico diario platense El Día:

La movilización realizada frente a uno de los puentes de acceso a la planta

estuvo compuesta por unas 400 personas, que entonaron diversos estribillos

alusivos a la situación que se vivía en el interior de Propulsora. Hubo algunas

escenas nerviosas cuando desde un sector arreciaron los cánticos relativos a

fracciones juveniles del peronismo y por otro respondieron los familiares de

los obreros con el único grito de ‘Propulsora, Propulsora’. Fue necesaria la

intervención de un familiar quien señaló que ‘no debemos marcar diferencias

134 Diario Noticias, 26 de Mayo de 1974.

100

entre nosotros. Agradecemos a quienes nos acompañan en esta lucha, pero este

momento no tiene ninguna connotación política’135

Este tipo de tensiones resulta típicamente presente en conflictos que son

interpretados, por algunos sectores obreros, como ‘meramente corporativos’,

quitándosele todo contenido político a una reivindicación que, en sí misma, implica una

ruptura con un sistema. En el caso puntual de Propulsora, y como hemos venido

desarrollando, la ocupación de la planta, el reclamo de aumento salarial y la solicitud de

reconocimiento de la Comisión Interna y del Cuerpo de Delegados provisorios

constituyen puntos de un petitorio que, en el contexto histórico presentado, cobraban un

significado sumamente disruptivo respecto del orden estatuido.136 Aún así el

compromiso de la base trabajadora con el conflicto no se traducía directamente en un

compromiso político público con las identidades ideológicas de las agrupaciones y

referentes que conducían el reclamo. Proseguimos el relato de la toma para profundizar

el análisis.

El sábado 25 de Mayo de 1974, en plena toma de la planta, se organizó un acto

en Ensenada organizado por la Comisión Interna Provisoria. Los dirigentes del conflicto

se distanciaban explícitamente de la burocracia sindical pero extendían sus diferencias

al gobierno nacional. Recordemos que, para esa fecha, Oscar Bidegain, cercano a la

Tendencia Revolucionaria, había sido ya desplazado de su cargo de gobernador de la

provincia de Buenos Aires y Victorio Calabró, dirigente metalúrgico, había ocupado su

lugar. El Diario Noticias reseñaba los sucesos:

En presencia de 1.500 personas que vivaban a los trabajadores, se leyeron las

adhesiones de diversos nucleamientos sindicales. Habló luego en

135 Diario El Día, 28 de Mayo de 1974.136 Ver el ya citado artículo ‘El significado de las luchas obreras actuales’, en Revista Pasado y Presente N°2-3, Julio-Diciembre, 1973, Córdoba.

101

representación de la Mesa local de la JTP Manuel Lojo, y en nombre de la

Agrupación Evita Marta Roldán. Los oradores formularon severas críticas al

gobernador Victorio Calabró, al ministro Ricardo Otero y al titula de la CGT

regional Rubén Diéguez, todos de la UOM. Tuvieron también duros términos

para los directivos de la empresa. Durante el acto se leyó una declaración dada

a conocer por la organización Montoneros, señalando que ‘mientras los

trabajadores perciben salarios de hambre, la patronal se llena los bolsillos

asociada con la burocracia sindical traidora’. (…) Finalmente expresa que

‘continuamos como siempre junto a ustedes, dispuestos a brindar todo nuestro

apoyo a los compañeros de Propulsora.137

Como vemos, la identificación entre la organización armada y las organizaciones

de base que mantenían relaciones orgánicas con ella era de público conocimiento, a

pesar de la tensión que podía generar ello. El vínculo que unía organización político-

militar y frentes de masa estaba lejos de ser o siquiera de pretender ser disimulado.

El importante apoyo con que contaba la dirección del conflicto referenciada en

la Lista Blanca no era, sin embargo, suficiente como para mantener una medida de

acción directa de la importancia política que significaba la ocupación de Propulsora.

Con los gobiernos provincial y nacional en contra y avanzando sobre las posiciones de

la Tendencia y las demás organizaciones revolucionarias, con un sindicalismo

burocrático cada vez más centralizado, en un contexto de creciente y progresiva

consolidación de un Estado de excepción, los obreros de Propulsora Siderúrgica se

vieron forzados a abandonar la toma pocos días después. El 28 de Mayo de 1974,

encontrándose la planta rodeada de policías y efectivos militares y ante la presión de un

inminente desalojo por la fuerza, los trabajadores decidieron desalojar la planta y

continuar las negociaciones por otros medios.

Al día siguiente los metalúrgicos se reunieron en asamblea en la sede de la

Asociación de Trabajadores de la Universidad de La Plata. Siendo un total de más de 137 Diario Noticias, 26 de Mayo de 1974.

102

tres mil, haciéndose evidente la participación de militantes y activistas no pertenecientes

a la empresa, votaron iniciar un paro de actividades por tiempo indeterminado. Durante

la concentración se hicieron presentes, entre banderas y volantes, las siguientes

organizaciones: ERP, JTP, PST, PRT Fracción Roja, Peronismo de Base, Partido

Obrero Trotskista, Partido Comunista Maoísta, Frente Antiimperialista por el

Socialismo, Fuerzas Argentinas de Liberación 22 de Agosto y Grupo Marxista

Revolucionario. Solidarizándose con el conflicto aparecían SIAP, ATULP, Astilleros,

Swift, Petroquímica Sudamericana y la Federación Universitaria de La Plata.

El 30 de Mayo la Comisión Interna Provisoria y el Cuerpo de Delegados de

Propulsora se reunieron para tratar un nuevo punto de conflicto: el reingreso de los

obreros a la fábrica. Luego de la toma no todos los trabajadores habían recibido los

telegramas correspondientes para retornar a sus respectivos lugares de trabajo. Al día

siguiente, reunidos en la sede local de la UOM, los trabajadores y delegados de

Propulsora y la Comisión Directiva de la seccional local acordaron una normalización

de tareas en la medida en que se recibieran los telegramas de reingreso. En la misma

reunión los representantes de Propulsora Siderúrgica forzaron un llamado a elecciones

para renovar legalmente el cuerpo de representantes de la fábrica. Asimismo

denunciaron las condiciones de trabajo insalubres a las que debían someterse los obreros

en la planta:

Los obreros de Propulsora Siderúrgica se concentraron ayer frente a la sede de

la UOM y lograron que el secretario general se comprometiera a garantizar

elecciones democráticas de delegados, tras lo cual resolvieron presentarse hoy

a trabajar. (…) Los trabajadores anunciaron su resolución de presentarse a

trabajar todos, hayan o no recibido telegramas de la empresa intimándolos a

reanudar las tareas. En caso de que no se permita ingresar a algún obrero

reanudarán las medidas de fuerza. (…) En relación con las condiciones de

trabajo señalaron ‘la falta de cabinas aislantes para trabajar en los sectores

103

donde hay ruidos perjudiciales para el sistema nervioso’. También explicaron

que en lugares donde se emplean ácidos se trabaja sábado y domingo y con

pago simple, y en horarios nocturnos sin percibir la diferencia que

corresponde.138

Si bien el conflicto de 1974 se centraba fundamentalmente en puntos salariales y

sindicales, las insalubres condiciones laborales estaban presentes en el reclamo. Este

tipo de reivindicación estaba particularmente presente en las protestas de la época, tales

como los ya mencionados casos de Acindar, en Villa Constitución, y Astarsa, en Tigre.

Además de la denuncia respecto de las condiciones laborales, la JTP impulsaba a

nivel nacional una política de denuncia a empresas que comprometían el éxito del Pacto

Social. En el número del día 21 de Junio de 1974 del Diario Noticias una nota titulada

“Grave denuncia contra una siderúrgica” hacía pública una acusación llevada adelante

por la agrupación Felipe Vallese, adherida a JTP, que llevaba a concluir que existían

“maniobras de la firma que harían peligrar el proyecto siderúrgico de Fabricaciones

Militares. El trabajo reitera denuncias sobre acaparamiento con el aumento inusual de

stocks de acero…”139 En paralelo al conflicto con su planta laboral, el directorio de

Propulsora mantenía una disputa con sectores del Ejército que tenían mayor capacidad

de incidencia en el gobierno. El sueño de Agostino Rocca de desarrollar en la planta el

proceso integral de producción de acero colisionaba con el interés de Fabricaciones

Militares de evitar un competidor privado fuerte ante la industria siderúrgica local bajo

control estatal. En ese contexto, el acaparamiento de stock de acero laminado en frío era

una manera de presionar al Estado, a la vez que permitía al Grupo Techint esperar que

el Pacto Social siguiera desgastándose y así poder vender los productos cuando el

congelamiento de precios se flexibilizara. Esta situación también dificultaba, según la

138 Diario Noticias, 1 de Junio de 1974.139 Diario Noticias, Nº 204, 21 de Junio de 1974.

104

denuncia, la solución del conflicto que mantenían los trabajadores: “Señalaron que la

aparente falta de interés de la empresa en solucionar el pleito obedecería a la intensión

de no seguir produciendo bajo las condiciones convenidas con Fabricaciones

Militares.”140

El mismo informe denunciaba la complicidad que existía entre la empresa y la

UOM y hacía pública evidencia concreta de que la financiera de Propulsora Siderúrgica

contribuía con dinero en efectivo al sindicato metalúrgico: “…el 3 de agosto de 1973, a

través de la Financiera Santa María, Propulsora pagó a la Unión Obrera Metalúrgica, en

carácter de ‘contribución’, la suma de 25 millones de pesos.”141

Un volante refrendado por la Agrupación Felipe Vallese publicado durante la

toma de Propulsora en mayo de 1974 expresaba esta misma línea:

A los compañeros trabajadores de La Plata, Berisso y Ensenada ante el

conflicto de Propulsora Siderúrgica

Desde hace un tiempo la Agrupación “Felipe Vallese” de trabajadores

metalúrgicos de La Plata, Berisso y Ensenada, viene denunciando las

maniobras de acaparamiento y desabastecimiento, que lleva adelante la

empresa Propulsora Siderúrgica, al retener 100.000 toneladas de chapas

laminadas en frío, que le reporta un beneficio económico de 6.000 millones de

pesos, lo que significa que la patronal rompe el Pacto Social.

Mientras esto ocurre, los trabajadores metalúrgicos vienen reclamando

aumentos salariales, a la par que la patronal ganando cifras astronómicas niega

las horas extras. Los aumentos pedidos para que se haga realidad la verdadera

Justicia Social, y poder así hacer frente dignamente, al constante aumento del

costo de la vida.

Todas estas reivindicaciones que piden los compañeros metalúrgicos

son frenadas por la patronal y la burocracia vandorista, con Diéguez a la

cabeza.142

140 Íbidem.141 Íbidem.142 Volante firmado por la Juventud Trabajadora Peronista, Mayo de 1974.

105

Esta decisión de la Agrupación Felipe Vallese de denunciar la acumulación de

stock por parte de la empresa se enmarcaba en una estrategia ideada por la conducción

nacional de JTP frente a un Pacto Social que significaba un claro retroceso desde el

punto de vista de las clases populares, y que se aplicaba en varios de los conflictos

donde la corriente que disputaba las 62 Organizaciones Peronistas se encontraba

presente:

…constituir en cada fábrica, empresa o lugar de trabajo, comisiones de control

integradas por los trabajadores. La tarea de estos organismos debe ser

fiscalizar, por un lado, el comportamiento empresario en lo que se refiere a

posibles maniobras especulativas, de acaparamiento o de aumento artificial de

los costos de producción, que redundan luego en el desabastecimiento de la

industria o el mercado consumidor, o en el encarecimiento de los productos.

Maniobras de este tipo ya fueron denunciadas por las agrupaciones de JTP en

el caso de Molinos Río de la Plata y más recientemente en Propulsora

Siderúrgica.143

Como vemos, el desarrollo de la estructura organizativa de la Tendencia

Revolucionaria otorgaba a sus dirigentes una capacidad de acción política nada

despreciable. En esta política impulsada desde los órganos de decisión de la Tendencia

Revolucionaria vemos también un juego doble en cuanto al Pacto Social. El costo

político de oponerse abiertamente a una iniciativa estratégica del gobierno de Perón

intentaba ser absorbido por dos vías: por un lado se criticaba al Pacto no en sí mismo,

sino en sus ‘desviaciones’ o errores; por otro, a través de las denuncias que impulsaba la

JTP, se intentaba demostrar que los representantes del capital también limitaban, de

hecho, cualquier implementación de una política conciliadora.

143 Al respecto ver la nota “El Pacto Social y las Jornadas del 20 de Junio” de Enrique Juárez, integrante de la Mesa Nacional de JTP, publicada en el Diario Noticias, Nº 202, 18 de Junio de 1974.

106

En Propulsora el conflicto irá adquiriendo mayor complejidad y se extenderá por

más de tres meses. Al reclamo por aumento salarial y reconocimiento de la Comisión

Provisoria se sumará el pedido de reincorporación de trabajadores cesantes y despedidos

en plena lucha. Esta secuencia no era exclusiva del caso abordado: “Lo más común en

los conflictos de este período era que las diversas demandas y reivindicaciones se fueran

desarrollando al mismo tiempo, determinadas en parte por las reacciones iniciales que

los primeros planteos ocasionaban”.144

Al 4 de junio unos 130 trabajadores no habían recibido aún su telegrama de

reincorporación, cifra que se reduciría a 80 24hs más tarde. La reincorporación de los

cesanteados sería un nuevo punto en la agenda de reivindicaciones del movimiento

obrero en Propulsora.

El día 5 de junio los delegados de la comisión interna electa fraudulentamente en

Noviembre de 1973, quienes se habían visto ya obligados a abandonar de hecho sus

cargos durante la asamblea del 23 de mayo, presentaron formalmente su renuncia ante

las autoridades locales de la Unión Obrera Metalúrgica. “¡Tregua!¡¡Sin Extras, ni

relevos!!” se titulaba un volante firmado por la ‘Comisión Provisoria’ durante los

primeros días del mes de junio. La particularidad, evidente por otro lado, residía en que

la totalidad de los miembros de la nueva Comisión Interna Provisoria, no reconocida

aún por la patronal ni por la UOM, se encontraba siempre entre aquellos aún no

reincorporados. Un boletín publicado por la Comisión Provisoria resume así estos

sucesos:

El lunes 10 de junio recién se presentan a declarar la Empresa y Diéguez ante

el Ministerio de Trabajo, Delegación La Plata. La empresa declara que

‘restructurará’ la planta y para eso MANTIENE LA TOTALIDAD DEL

144 Jelin, Elizabeth; “Conflictos laborales en la Argentina, 1973-1976, en Revista mexicana de sociología, Nº 2, 1978, p. 436.

107

CUERPO DE DELEGADOS Y COMISIÓN INTERNA, junto con algunos

compañeros que se encontraban enfermos en el momento del conflicto y el

resto de compañeros combativos y los defensores de los intereses del conjunto

de compañeros, excluidos. Es evidente la maniobra de la empresa, con la

excusa de la ‘reestructuraciòn’ intenta suprimir algunos puestos que

casualmente, en la actualidad, están ocupados por los delegados elegidos en

Asamblea y por el personal que no ‘se vende’. A los enfermos los irá llamando

para demostrar que no a todos los que no tienen telegramas se los dejará

afuera.145

Este nuevo foco de conflicto en torno a los trabajadores y militantes cesanteados

llevaría a los protagonistas de la lucha a implementar nuevas medidas de lucha así como

consignas que condensaban un nuevo momento político durante la ‘huelga larga’. El

volante, firmado por la Comisión Interna, levantaba una nueva consigna que pretendería

mantener viva la participación obrera hasta tanto la totalidad de los trabajadores fuesen

reincorporados: “Todos o ninguno”.146 De esta manera los referentes de la Comisión

Provisoria buscaban evitar un fuerte obstáculo en el desarrollo del conflicto: que el

desgaste en el tiempo y la presión ejercida por la empresa específicamente sobre los

delegados, llevara a quienes conservaban sus puestos de trabajo a abandonar la lucha. El

Boletín Informativo concluía con la siguiente reflexión:

Los compañeros de Propulsora tenemos perfectamente en claro que no

aceptaremos ni puestos ni aumentos ni dejaremos que se nos engañe con eso de

la ‘reestructuración’. La reestructuración de puestos y traslados las

consideraremos luego del ingreso de la TOTALIDAD DE LOS

COMPAÑEROS, INCLUSIVE DELEGADOS Y COMISIÓN INTENRA, de

lo contrario IREMOS INTENSIFICANDO LAS MEDIDAS DE FUERZA.

Todo lo anterior fue expuesto el día 10 de junio por la Comisión Interna ante el

145 Boletín Informativo ‘Propulsora en lucha’, refrendado por la Comisión Interna, 11 de Junio de 1974.146 Ver De Santis, Daniel; La lucha obrera en Propulsora Siderúrgica…p. 11.

108

mismo Ministro interino de Trabajo, Dr. Antonio Benítez, quien dijo que se

ocuparía personalmente del conflicto junto con el caso de ACINDAR.147

Así como los integrantes de la Comisión Provisoria intuían el riesgo que

implicaba la cesantía de sus propios puestos de trabajo para el desarrollo del conflicto,

el gobierno, y la UOM como parte de él, eran concientes del carácter estratégico que

tenía, desde su perspectiva, la lucha contra los movimientos sindicales democráticos que

encarnaban paradigmáticamente Propulsora y Acindar, entre otros.

A pesar de la decisión de la empresa de no reincorporar a los delegados electos

en la asamblea del 23 de mayo de 1974 el reclamo se mantenía con una fuerte

legitimidad y sumaba al sindicato de los supervisores, ASIMRA, a la lucha. El Diario

Noticias publicaba la siguiente nota:

En la asamblea realizada el miércoles a la tarde en el local del sindicato de no

docentes de la Universidad de La Plata, los mil trabajadores de Propulsora

Siderúrgica aprobaron por unanimidad la moción de proseguir las medidas de

fuerza. También resolvieron plegarse a la huelga los afiliados a la Asociación

de Supervisores y Técnicos Metalúrgicos (ASIMRA), que tienen a su cargo la

supervisión técnica de la planta y en su mayoría son jefes de turno.148

Tanto Roberto Lopresti, miembro de la Comisión Interna Provisoria, como

Arturo Garín eran ingenieros que ocupaban cargos de supervisores en la planta y

formaban parte, por ende, del mencionado sindicato. El Cuerpo de Delegados y la

Comisión Interna Provisoria no reconocida por la dirección local UOM intentaban

mantener la estructura organizativa de un delegado cada treinta obreros y una comisión

interna de cinco miembros, como marcaba la Ley de Asociaciones Profesionales. De

147 Bolante Informativo ‘Propulsora en lucha’, refrendado por la Comisión Interna, 11 de Junio de 1974.148 Diario Noticias, 31 de Mayo de 1974.

109

esta manera se buscaba identificar a la Comisión Provisoria con la forma de

representación legal que no le era reconocida.

Pero la amplia legitimidad y respaldo de los trabajadores que la Lista Blanca

tenía servía, por otro lado, como base de sustento para ampliar su representatividad,

excediendo los marcos legales estrictos de cada uno de los sindicatos. Esa

representación era, más bien, correspondiente a la fuerza de trabajo de Propulsora

Siderúrgica en su conjunto, sin importar los diferentes cargos y jerarquías existentes en

la fábrica:

nosotros dirigíamos todo adentro, dirigíamos los supervisores, a los policías,

todo, todo… nosotros dirigíamos todo. A la administración, todo. Todo el

mundo, la comisión interna llegó a ser dirigente… menos de los grandes jefes

digamos todos se referenciaban en nosotros.149

El carácter provisorio de la Comisión Interna y del Cuerpo de Delegados

constituía una realidad que permitía la emergencia del fenómeno que presentamos. La

movilización obrera en Propulsora Siderúrgica desde el mismo momento en que la

asamblea de fines de mayo de 1974 había desconocido la representación de la UOM y

había legitimado la dirección de la Lista Blanca, generaba las condiciones para una

dirección del conflicto que no estaba atada a los rígidos marcos legales que establecía la

Ley de Asociaciones Profesionales y los estatutos de los sindicatos reconocidos por el

Ministerio de Trabajo. Así, la representación sindical en Propulsora era, de hecho,

definida en función de la capacidad política de la Lista Blanca de disputar exitosamente

a la Lista Azul el reconocimiento de las bases. En este contexto el peso que tenía la

categoría a la que cada trabajador pertenecía en la planta perdía fuerza frente al

elemento determinante: el reconocimiento o no de las bases metalúrgicas respecto de los

149 Entrevista a Daniel De Santis, Junio de 2013.

110

referentes sindicales presentes en la fábrica. Interpretamos esto como un hecho que

emergió de la lucha concreta durante el conflicto de la ‘huelga larga’, más que un

resultado de una política activa conciente de los principales referentes de la Lista

Blanca.

Este contacto que se establecía entre trabajadores de distintas categorías y de

distintos sindicatos implicaba realizar, en algunas ocasiones, asambleas de manera

conjunta:

Durante el día de hoy dio comienzo una asamblea en el camino costero

Almirante Brown a la altura del acceso a la Planta, contándose con una

asistencia de aproximadamente 300 personas entre operarios (U.O.M.) y

personal de Supervisión y Técnicos (A.S.I.M.R.A.)150

Como vemos, al menos durante el período en que la Lista Blanca mantenía un

grado de legitimidad innegable sobre los trabajadores, el peso real de las estructuras

sindicales formalmente establecidas disminuía. Esto implicaba relativizar la existencia

de hecho de los dos sindicatos en Propulsora Siderúrgica que mencionáramos al iniciar

este trabajo. La dinámica real del proceso de lucha había llevado a una unificación de

hecho de los gremios.

A lo largo de los casi tres meses en que se extendería el conflicto, entre mayo y

septiembre de 1974, los métodos de presión utilizados fueron variando. Durante las

primeras semanas se mantuvo una huelga de brazos caídos. Para mediados de junio se

hacía más difícil mantener esa medida y se resolvió la realización de quites de

colaboración y trabajo a desgano, que implicaban la no realización de horas extras y la

negativa a cubrir tareas de los estratos inferiores y superiores de los trabajadores en caso

de requerirse su relevo.

150 DIPPBA, Mesa B, Carpeta 39, Legajo 33. Localidad Ensenada, Tomo II.

111

Además de nuevas formas de acción directa los activistas más importantes

debieron crear una estructura organizativa que les permitiese al Cuerpo de Delegados y

a la Comisión Interna Provisoria seguir funcionando, como lo habían hecho durante los

días que duró la toma. De Santis explica que

como base organizativa tomamos la misma organización implantada por la

patronal para la producción, la cual ya la hemos descrito en la formación de la

columna que abandonó la fábrica después de la toma: escuadra, integrada por

diez obreros, cuatro escuadras formaban una sección, un grupo de secciones

formaban un departamento y entre los cuatro departamentos: Producción,

Taller Mecánico y Mantenimiento, Control de Calidad y Administración;

estaban incluidos la totalidad de los trabajadores151

Durante Agosto de 1974 el conflicto, que superaba ya los dos meses de duración,

continuó. El día 5, mientras se llevaba adelante una medida de lucha recientemente

acordada que incluía una reducción de la producción al 30%, la no realización de horas

extras, y la cobertura de ausencia de mano de obra cuando el puesto a ocupar fuese de

sólo una categoría inferior o superior al del trabajador, la empresa optó por suspender

las actividades por 24hs, afectando a los 1000 trabajadores de planta nucleados en el

gremio metalúrgico. Se emitieron además doce telegramas de despido que

correspondían a integrantes de la Comisión Provisoria de Propulsora, entre ellos

militantes de la JTP, del PST y del PC. Según el Directorio dichos trabajadores “no

estaban comprendidos dentro de lo que exige la empresa para el desarrollo de tareas.”152

Ante esto la asamblea de Propulsora resolvió, a propuesta de la Comisión Interna

Provisoria, realizar trabajo a desgano durante las primeras seis horas de cada turno

151 De Santis, La lucha obrera en Propulsora…p. 8.152 DIPPBA, Mesa B, Carpeta 39, Legajo 33. Localidad Ensenada, Tomo I.

112

(producción al 30%) y un cese total de actividades durante las dos horas restantes,

utilizándose ese tiempo para discutir la situación por sectores.

La lista de los cesanteados aparece confeccionada en un informe de la DIPPBA

publicado posteriormente en relación al impactante secuestro del ejecutivo de la fábrica,

el Ingeniero Mascardi, por parte de Montoneros, suceso que reconstruiremos en breve.

Aunque no podemos acceder a los nombres que figuran allí, cada referente aparece

relacionado a alguna organización política:

Se encuentra vigente, como condición impuesta a la empresa para la

liberación de su funcionario secuestrado, la Comisión Interna Provisoria, que

no es reconocida por la UOM Seccional La Plata y que tendrá vigencia hasta

tanto se lleven elecciones internas en el establecimiento y sea elegido el nuevo

Cuerpo de Delegados. Esta Comisión Provisoria se entiende directamente con

la Patronal, temperamento que es aceptado por ésta por los motivos

mencionados.

Las citadas elecciones serán realizadas cuando la UOM lo disponga,

cosa que debe efectivizar dado que la intervención ha finalizado el día 10 del

corriente y la empresa ha retomado el ritmo normal de trabajo.

La Comisión Provisoria en cuestión fue elegida en la asamblea

realizada el día 23 de mayo de este año y esta integrada por los siguientes

personas, cuyos antecedentes registrados en este organismo ya han sido

ampliamente informados: XXXX (J.T.P.), XXXX (J.T.P.), XXXX (J.T.P.),

XXXX (J.T.P.), XXXX (J.T.P.), XXXX (P.S.T), XXXX (P.S.T), XXXX

(P.S.T), XXXX (no se le conoce tendencia), XXXX (P.S.T), XXXX (P.

Comunista Maoista)153

Esta lista no diferencia a miembros de la Comisión Interna de miembros del

Cuerpo de Delegados y está incompleta (hace referencia sólo a once militantes).

Recordemos que el Cuerpo de Delegados estaba integrado por treinta y tres miembros,

la Comisión Interna por cinco miembros, y los trabajadores despedidos habían sido

153 DIPPBA, Mesa B, Carpeta 39, Legajo 33. Localidad Ensenada, Tomo II.

113

doce. Posiblemente contenga también algunos errores en cuanto a la filiación de los

trabajadores despedidos durante la huelga. Como puede verse no figuran en la lista

miembros del PRT ni del PB, aunque sus referentes eran integrantes de la reducida

Comisión Interna Provisoria. Demuestra, sin embargo, la importante presencia de la JTP

entre los obreros perseguidos por la empresa. Asimismo permite resaltar el papel

desarrollado por el PST en la fábrica, muy minimizado en los demás informes

redactados por los agentes de inteligencia de la Policía de Buenos Aires.154

El trabajo a desgano se mantuvo y el 10 de agosto la empresa emitió un

comunicado donde sostenía que:

en caso de que no se reanuden las tareas normalmente, a partir de la fecha, la

empresa se reserva el derecho de no pagar jornales por horas, durante la

disminución voluntaria del tiempo de trabajo estipulado y comprobado,

obrándose en un todo, conforme con lo anticipado por el artículo 9º de la Ley

17.786, vinculada al llamado ‘trabajo a desgano’.155

Nuevamente, a propuesta de la Comisión Interna Provisoria, la asamblea de

Propulsora resolvió mantener el trabajo a desgano y exigir a la seccional local de la

UOM que declarase el conflicto colectivo. Durante la siguiente semana la situación no

se vería modificada. Al respecto Daniel De Santis comenta:

Llegado el mes de agosto los compañeros del Tandem, sección que era el

corazón de la fábrica, por lo tanto lo que ocurría allí tenía mucho peso en el

resto, decidieron incrementar el quite de colaboración con un paro de media

hora por turno.156

154 Sobre el recurso a los documentos de la DIPPBA y los problemas que presentan en la investigación histórica las representaciones de los agentes de inteligencia de dicho organismo ver Kahan, Emanuel; Unos cuantos peligros sensatos. Editorial de la Universidad Nacional de La Plata, La Plata, 2008.155 DIPPBA, Mesa B, Carpeta 39, Legajo 33. Localidad Ensenada, Tomo II.156 De Santis, Daniel, La lucha obrera en Propulsora Siderúrgica…p. 11.

114

Como mencionamos, a excepción de las secciones de Transporte y Almacenes,

en el resto de la fábrica (incluyendo las secciones de Decapado, Tandem, Temper,

Recocido, Línea de Corte, Inspección y Embalaje, así como a los equipos de

Mantenimiento y Pool) el reconocimiento de la Lista Blanca como legítima

representante de los trabajadores era mayor al de Lista Azul.

El 26 de Agosto, como respuesta al paro realizado el día anterior, la empresa

dispuso un cese de actividades, ‘lock-out patronal’, que afectaba nuevamente a la

totalidad de los trabajadores empleados, excluyendo a supervisores, técnicos y

administrativos. La medida dispuesta por la dirección de Propulsora, diseñada

originalmente para durar 72hs, fue levantada rápidamente ante la resolución de la

Comisión Interna Provisoria de coordinar esfuerzos con los obreros organizados en las

fábricas cercanas. Este hecho es reconstruido en un volante refrendado por la Comisión

Interna y el Cuerpo de Delegados:

¡¡Ganamos otra batalla!!

La patronal suspende a los compañeros durante tres días. Ante esto

nuestra rápida respuesta LOS HIZO RETROCEDER una vez más.

LA MOVILIZACIÓN COMBATIVA ante la UOM demuestra a los

traidores del sindicato nuestra decisión de no tranzar ante la patronal. Ante la

traición del VANDORISMO resolvimos usar estos tres días para recorrer

las grandes fábricas de la zona, SIPA, INDECO, KAISER, ASTILLEROS,

etc. para BUSCAR Y LLEVAR SOLIDARIDAD en la lucha de los

trabajadores.

Esta resolución HIZO TEMBLAR a la burocracia y a la

PATRONAL EXPLOTADORA, que acordaron retroceder, abriendo

nuevamente la fábrica y pagando el día perdido. Lo de hoy es una

BATALLA GANADA, como todas las que hemos ido ganando desde que

querían despedir a los 130 compañeros, nuestra lucha los hizo bajar a 56, luego

115

30, hoy 12 y mañana pueden realizar nuevas maniobras concediendo algunas de

las reivindicaciones que pedimos para DEJAR 4 o 5 compañeros afuera.

NUESTRA UNIDAD DE LUCHA NO SE ROMPERA AUNQUE

QUEDE SOLAMENTE 1 COMPAÑERO AFUERA y en nuestro bolsillo estén

los $100.000

Las reivindicaciones que exigimos los compañeros de PROPULSORA

se conseguirán pese a la oposición de la PATRONAL IMPERIALISTA y su

principal aliado EL VANDORISMO DE LA UOM

REINCORPORACIÓN DE TODOS LOS COMPAÑEROS

PAGO DE TODOS LOS DÍAS CAÍDOS

AUMENTO DE $100000

Elecciones democráticas

RENDIMIENTO 30%

COMISIÓN INTERNA

CUERPO DE DELEGADOS

Este volante de la Comisión Interna Provisoria y del Cuerpo de Delegados

designados por fuera de los estatutos sindicales durante la asamblea realizada el 23 de

mayo de 1974 reseñaba y condensaba lo ocurrido en el conflicto desde sus inicios. La

patronal y el sindicalismo burocrático aparecían como los principales enemigos y la

defensa de los referentes de la Lista Blanca aparecía como reivindicación de primordial

importancia, a la vez que se mantenía el reclamo por aumento salarial y la realización de

elecciones sindicales que pudieran reconocer la representación legal de la Lista Blanca.

Luego de esto el personal liderado por la Comisión Interna Provisoria resolvió

mantener el trabajo a desgano. Finalmente el 28 de Agosto el Ministerio de Trabajo

intervino y declaró ‘conflicto colectivo de trabajo’, lo que forzaba a la empresa a

116

retrotraer la situación al mes de Junio, reincorporando a los trabajadores despedidos

entre los que se encontraba la totalidad de la Comisión Interna Provisoria.157

El conflicto parecía llegar a su fin luego de tres meses de movilización obrera.

La gran fuerza desplegada por la organización de los trabajadores en la fábrica había

sido decisiva aunque, como veremos, no será esta la única fuerza presente en la

resolución del mismo. A pesar de la resolución del Ministerio de Trabajo y el

acatamiento por parte de Propulsora Siderúrgica, los trabajadores se mantuvieron

movilizados:

¡Triunfo Parcial!

A tres meses de iniciada nuestra lucha, se consigue Conflicto

Colectivo, que no es el que los trabajadores queremos, porque no se retrotraen

las medidas al 23 de mayo. Esto es una evidente maniobra Patronal y de la

UOM donde quedan 12 compañeros fuera de planta, no logramos que nos den

los $100.000 que exigimos y tampoco, a dos meses de la intervención de la

BUROCRACIA VANDORISTA de la UOM se ha fijado fecha de elecciones.

Ante este hecho, debemos MOVILIZARNOS dentro y fuera de la

planta. Adentro debemos realizar Asambleas diarias y por turno, para

discutir en el conjunto de los compañeros esta maniobra.

Debemos ORGANIZAR la lucha, manteniéndonos en estado de alerta.

No dejarnos engañar por el IMPERIALISMO y la BUROCRACIA

VANDORISTA, porque este CONFLICTO COLECTIVO no sirve solo a

nuestros intereses. El pacto patronal-UOM está buscando por un lado sacar

producción, hecho que posibilita a la patronal zafarse de nuestro apriete de 3

meses de unidad y lucha. Y por la UOM intentar negociar los despidos

definitivos de la Comisión Interna y 7 compañeros. Sin embargo, hemos

logrado que los 12 compañeros sean reincorporados a Propulsora, lo que

significa de todas maneras un TRIUNFO PARCIAL. Este TRIUNFO

PARCIAL se logra con tres meses de ardua lucha. Para que este triunfo sea un

TRIUNFO TOTAL seguramente serán necesarias nuevas luchas, pues ni la

UOM ni la PATRONAL mantienen a los compañeros en la puerta para

157 DIPPBA, Mesa B, Carpeta 39, Legajo 33. Localidad Ensenada, Tomo II.

117

regalarles el sueldo, sino que lo hacen para que nuestros compañeros NO

ACTÚEN como COMISIÓN INTERNA o DELEGADOS

REPRESENTATIVOS.

La experiencia del PUEBLO PERONISTA a lo largo de 18 años nos

enseña que solamente debemos confiar en NUESTRAS PROPIAS FUERZAS

PERON O MUERTE, VIVA LA PATRIA

HASTA LA VICTORIA MI GENERAL

AGRUPACIÓN METALÚRGICA ‘FELIPE VALLESE’, La Plata,

Berisso y Ensenada Adherida a JTP158

Los trabajadores habían sido reincorporados al personal de Propulsora pero

permanecían cesanteados y no podían ingresar a la fábrica. Desde la perspectiva de la

Agrupación Felipe Vallese la patronal buscaba mantener a los referentes de la Comisión

Provisoria desconectados de sus compañeros, aún a costa de mantener el pago de sus

salarios. El aumento solicitado no había sido concedido ni así tampoco el

reconocimiento a la Comisión Interna y el Cuerpo de Delegados provisorios. Los

principales puntos del reclamo se mantenían vigentes.

El citado volante concluía con las consignas “Perón o muerte, viva la Patria” y

“Hasta la victoria mi General”. Aún luego de las públicas recriminaciones de Perón a

Montoneros y de meses de denunciar la implementación del Pacto Social la Tendencia

Revolucionaria mantenía su identidad política peronista. Sumado a ello, en el momento

en que este volante era firmado la disputa entre las distintos sectores del movimiento

por la ‘verdadera’ identidad peronista no tenía ya un juez a quien perteneciese la última

palabra. El heredero de Perón era ‘el pueblo’, ¿pero a cuál de todas las tendencias

políticas de este pertenecía la conducción del movimiento?

La realización permanente de asambleas seguía siendo una medida que permitía

a la Lista Blanca un contacto constante con los trabajadores de Propulsora, a la vez que

158 Volante refrendado por la Agrupación Felipe Vallese, adherida a JTP, 31 de Agosto de 1974.

118

aparecía como bandera que la diferenciaba de la ‘burocracia vandorista’. El vocabulario

utilizado estaba en consonancia con medidas de acción directa. La idea de que la

patronal buscaba ‘zafarse del apriete’ expresa un alto nivel de presión que la Lista

Blanca era capaz de desarrollar durante el conflicto.

Esta presión llegará a su punto más alto con la intervención de Montoneros

pocos días más tarde. La doble militancia de los referentes de la JTP, en la Lista Blanca

y en la mencionada organización armada, permiten establecer una continuidad en el

juego de presiones establecido contra la UOM y Propulsora Siderúrgica desde la

Tendencia Revolucionaria.

Durante los primeros días de septiembre de 1974, cuando el conflicto estaba

llegando a su fin, la empresa accedía a la totalidad de los puntos planteados por los

trabajadores. El último hecho importante había sido la intervención de Montoneros. La

organización armada había decidido el secuestro del Ingeniero Mascardi, ejecutivo de

Propulsora Siderúrgica, como forma de presión en la dirección del aumento salarial, la

reincorporación de la totalidad de los trabajadores y el reconocimiento del nuevo

Cuerpo de Delegados y de la nueva Comisión Interna. El parte de guerra rezaba:

A los compañeros de Propulsora

A las 08.20 del día martes 3 de Setiembre de 1973 el comando Horacio Chávez

de nuestra organización, procedió a la detención del Ingeniero Mascardi,

miembro del directorio de Propulsora Siderúrgica.

Posteriormente se procedió a comunicarle a la empresa las condiciones que

debe cumplir para lograr su libertad. Las mismas son planteadas por el

conjunto de los trabajadores en conflicto, a saber:

1) Reincorporación de todos los trabajadores despedidos a partir del 23 de

Mayo de 1974, cualquiera hayan sido las causas del despido.

2) Aumento de $100-000 mensuales a todos los trabajadores en base a la

creación de nuevas categorías internas, con retroactividad al 23 de mayo de

119

1974. Este aumento deberá constar en el sobre de haberes y se deberá

efectuar su pago en la primera quincena de septiembre.

3) Pago de los días caídos a la totalidad del personal afectado al conflicto.

4) Retiro de todas las fuerzas represivas y de seguridad de la planta.

5) Retiro del juicio penal contra 11 trabajadores radicado en la secretaría del

Dr. Silva Pelossi.

6) Reconocimiento y movilidad dentro de la planta de la Comisión Interna

designada por los trabajadores, en lugar de los traidores de la UOM.

De no cumplir la empresa con estos requerimientos, el Ingeniero Mascardi será

pasado por las armas, siendo la empresa la única responsable de su suerte.

Ensenada, 5 de Septiembre de 1974.

Montoneros159

Como puede notarse el petitorio redactado por Montoneros representaba casi una

cita textual del petitorio redactado por la Comisión Interna Provisoria durante los

distintos momentos del conflicto.160 La organización guerrillera tenía un contacto

directo con la Lista Blanca y con la dirección del conflicto a través de los referentes de

la JTP que integraban las filas montoneras a la vez que ocupaban un lugar protagónico

en la conformación de la lista combativa.

Pocos días más tarde, durante la última asamblea del conflicto el día 10 de

Septiembre y con una concurrencia de 700 operarios, Omar Cherri leía un comunicado

firmado por el vicepresidente de la empresa en donde constaba que, en respuesta al

pedido de Montoneros, la empresa accedía a todos los puntos que habían motivado el

conflicto. Se comprometía además a reconocer al cuerpo de delegados y a la comisión

interna que surgieran del un nuevo llamado a elecciones por parte de la UOM.161 Luego

de meses de desgastante conflicto, la Lista Blanca, con un papel protagónico de la JTP,

mantenía una gran capacidad de movilización de la masa obrera.

159 Volante refrendado por Montoneros, 5 de Septiembre de 1974, Ensenada.160 Ver en este trabajo, p. 64.161 DIPPBA, Mesa B, Carpeta 39, Legajo 33. Localidad Ensenada, Tomo II.

120

Más allá de los diversos planteos que se han desarrollado en torno al secuestro

del Ingeniero Mascardi162 nos interesa remarcar la singular intervención de Omar Cherri

al momento en que anunciaba, en asamblea, el triunfo de la lucha y el reconocimiento

por parte de la empresa de los puntos planteados por los trabajadores. Según relata

Sandez:

El Turco llevó la voz cantante ahí. (…) el Turco subió a esa asamblea y dijo: -

‘Bueno, nos han ofrecido el 20%, y esto y aquello y lo otro…’- y dice –‘ahora

tenemos que votar si liberamos la paloma negra o no.’ Votamos liberar al tipo

nosotros. Votamos liberarlo si habíamos conseguido el objetivo.163

Omar Cherri, además de ser un dirigente sumamente respetado hacia dentro de la

fábrica, tanto por las bases como por sus compañeros en la Comisión Interna Provisoria,

era conocido por su militancia en Montoneros. Las diferencias que un obrero pudiera o

no tener con la lucha armada no menoscababan su legitimidad, aunque este momento en

que ambas realidades se entrecruzaron tan nítidamente podía llegar a generar

distanciamientos desde algunas interpretaciones. Tal es el caso de la lectura que realiza

el delegado del PB, Luis Rave:

el gran conflicto que se resuelve con el secuestro de Mascardi, que el Turco lee

en una asamblea el comunicado de los Montos, que si liberamos la paloma

negra, eso no cayó. Porque la gente decía –‘fuimos nosotros los que ganamos el

conflicto, fuimos nosotros los que ganamos el conflicto’- y –‘¿dónde estaban

los Montoneros?’- viste, qué se yo. Eso yo lo escuché bastante ahí.164

162 Véase Palma, Laura; Propulsora Siderúrgica…, 110-115, y De Santis, Daniel, La lucha obrera en Propulsora Siderúrgica…, p. 13.163 Entrevista a Alejandro Sandez, Agosto de 2013.164 Entrevista a Luis Rave, Julio de 2013.

121

Esta declaración no coincide con las entrevistas realizadas por Laura Palma ni

con las declaraciones de Alejandro Sandez en la entrevista que le realizáramos, que

otorgan un relativo consenso sobre el accionar de Montoneros entre los trabajadores de

Propulsora. Lo que nos interesa aquí es remarcar el conocimiento que había en la

fábrica sobre la relación orgánica entre la estructura de Montoneros y sus dirigentes

sindicales nucleados en la JTP. A contramano del planteo del Pato Rave, militante del

Peronismo de Base en Propulsora, la publicidad de la militancia guerrillera de los más

destacados referentes de la JTP parece demostrar, si no un consenso sobre el accionar de

la organización armada, una naturalización y aceptación del fenómeno por parte de los

trabajadores. El recurso a la violencia, en sí mismo, no era causa de inmediato rechazo

por parte de la planta laboral que adhería o simpatizaba con la JTP en particular y con la

Lista Blanca en general.165 Si Omar Cherri era uno de los más respetados referentes en

la fábrica y, a su vez, era públicamente reconocido como militante de la Tendencia

Revolucionaria, es difícil proponer un corte tajante en la perspectiva de los obreros

respecto del accionar de la JTP, por un lado, y de Montoneros, por otro.

Si la declaración que citamos de Luis Rave parece enfatizar el rechazo por parte

de los trabajadores hacia el accionar de la organización armada peronista, no queremos

nosotros aquí sostener una interpretación diametralmente opuesta según la cual la

guerrilla contaba con una activa aceptación de las bases obreras combativas. Sí

queremos destacar, con Laura Palma, que ‘es difícil encontrar una solución definitiva a

este interrogante, aunque los testimonios nos indican que no fue un hecho repudiado por

los trabajadores.’166 En el marco histórico y político planteado, el recurso a la violencia

de Montoneros y de sus militantes de la JTP en la resolución del conflicto no generó un

165 Sobre la naturalización de las armas de fuego entre los trabajadores del período ver Lorenz, Federico, Los zapatos de Carlito, pp. 172-181.166 Palma, Laura: Propulsora Siderúrgica…,115.

122

rechazo ni una sensación de exterioridad desde la perspectiva del activo de fábrica

movilizado.

Para concluir este apartado queremos detenernos brevemente sobre las ventajas

que la estructura de la JTP era capaz de brindar a sus referentes en Propulsora

Siderúrgica, así como también a los restantes militantes de la Lista Blanca. Durante los

meses que duró el conflicto hasta su solución en Septiembre de ese año en repetidas

ocasiones se realizaron reuniones de los trabajadores de Propulsora Siderúrgica en la

sede de la Asociación de Trabajadores de la Universidad de La Plata. Estas reuniones

quedaron registradas en decenas de legajos de la Dirección de Inteligencia de la Policía

Bonaerense. La Juventud Trabajadora Peronista tenía un desarrollo sindical en el gremio

de los no docentes de la Universidad de La Plata cuyo nombre era Agrupación Sabino

Navarro. El amplio desarrollo de la rama sindical de la Tendencia Revolucionaria del

peronismo en otros gremios facilitaba a los militantes de JTP el desarrollo de sus tareas.

Del mismo modo en varias ocasiones la JTP ponía a disposición de los

trabajadores los locales con los que contaba, uno en Ensenada y por lo menos uno más

en La Plata. Durante la mayor parte del conflicto los dirigentes de Propulsora se

encontraban en calidad de cesanteados, por lo que no podían ingresar a la fábrica. Y por

sus más que desgastadas relaciones con la conducción local y nacional de la UOM

tampoco podían hacer uso de las instalaciones del sindicato en la ciudad. La estructura

organizativa en la que se encontraban contenidos Cherri, Lopresti, Garín, etc., permitía

en cierta medida superar este obstáculo.

Al respecto de la denuncia realizada contra Propulsora Siderúrgica en pleno

desarrollo del conflicto de 1974 por el acaparamiento de stock, Omar Cherri comenta,

en una entrevista realizada por el periódico “La causa peronista”, que si bien “la nuestra

es una agrupación todavía nueva (…) pese a nuestra corta experiencia, en este conflicto

123

cumplimos un papel importante. Fuimos los que denunciamos las maniobras de

acaparamiento de la empresa, un elemento que un poco fue la chispa que ayudó a

desatar el conflicto”.167 Como vemos, la contención de la estructura de la JTP implicaba

también la ventaja de contar con medios de difusión propios, siendo La causa peronista

un instrumento dirigido directamente por Montoneros. Lo mismo ocurría con el Diario

Noticias, un medio con una relativa autonomía respecto de la conducción de la

organización armada pero orgánicamente unido a ella a través de sus principales

periodistas. En esta misma línea hemos constatado que la Tendencia Revolucionaria

controlaba también la radio de la Universidad Nacional de La Plata.168

Existe otro elemento importante que queremos destacar en torno a la dinámica

que adquirió el conflicto en Propulsora. El primer día de la toma la Comisión Provisoria

publicó una solicitada dirigida a la seccional local de la Unión Obrera Metalúrgica

intimándola a presentarse en la fábrica. Se reconocía así al gremio como la entidad

legítima que nucleaba a los trabajadores del sector, desconociéndose en todo caso a sus

autoridades pero no a la organización como tal. También solicitaron una reunión con el

gobernador de la provincia de Buenos Aires, cargo que por entonces ya era ocupado por

el dirigente metalúrgico Victorio Calabró. Si bien resulta evidente, es importante

remarcar que tanto del actor sindical al que le correspondía intervenir en el conflicto de

Propulsora, con Ruben Dieguez en la seccional platense y con Lorenzo Miguel a la

cabeza de la organización a nivel nacional, como al actor político, en este caso el

gobernador Calabró, formaban parte del movimiento peronista. ¿Por qué es importante

poner el foco en este punto? Porque, como señalamos antes, el conflicto en Propulsora

no se desarrolló de forma aislada del resto de la sociedad, y de las disputas que se daban

en su seno. Y esto implica que, más allá de las reivindicaciones puntuales que defendían

167 Diario “La causa peronista”, Nº 7, 20 de Agosto de 1974, pp. 30-31.168 De Santis, Daniel, La lucha obrera en Propulsora Siderúrgica…p. 11.

124

los obreros en la fábrica (aumento salarial, reconocimiento de los dirigentes de la Lista

Blanca, reincorporación de los despedidos y cesanteados), en todo momento el conflicto

estuvo también atravesado por una disputa que excedía a la particularidad de

Propulsora, y es la disputa entre la Tendencia Revolucionaria y los sectores más

conservadores por la dirección del movimiento peronista. Esto posicionaba a los

militantes peronistas en general, y a la JTP en particular, en un lugar que no podían

reclamar los dirigentes combativos de las fuerzas clasistas. Este proceso se puede

observar en el seguimiento realizado por la Policía de Buenos Aires y su aparato de

inteligencia. La lectura de la totalidad de los legajos de la DIPPBA que corresponden a

Propulsora nos ha permitido comprobar la centralidad asignada por el aparato estatal al

papel desempeñado por el frente sindical de Montoneros.

Resta destacar algunos puntos antes de avanzar sobre el tercer conflicto de la

etapa, ocurrido durante 1975. En lo que respecta a la participación de diferentes

organizaciones políticas durante los días de la ‘huelga larga’ los documentos de la

DIPPBA son los que más nos han aportado en la búsqueda de información. Podemos

decir con seguridad, en primer lugar, que la Juventud Trabajadora Peronista, el Partido

Comunista, el Partido Revolucionario de los Trabajadores, el Partido Socialista de los

Trabajadores y el Peronismo de Base tuvieron una participación directa en el conflicto

reseñado, en la medida en que de sus filas provenía la militancia que compuso la

Comisión Provisora electa a partir de la toma de la fábrica. Por otro lado, sin poder dar

mayores precisiones sobre el grado real de incidencia que tuvieron, pudimos rastrear la

participación a través de comunicados y en movilizaciones fuera de la fábrica de

Fracción Roja Bolchevique, Frente de Trabajadores, el Partido Comunista

Revolucionario, el Partido Obrero Trotskista, el Partido Comunista Maoista y el Frente

Antiimperialista por el Socialismo Revolucionarios (todas ellas compartían la línea de

125

total oposición frontal al Pacto Social). Sí podemos decir con seguridad que la

participación de estas organizaciones en el caso de Propulsora Siderúrgica no tuvo la

fuerza y la incidencia que tuvo en otros conflictos, entre ellos el citado caso de la Lista

Marrón en la UOM de Villa Constitución.

Entre todas ellas sobresalió el protagonismo de la Juventud Trabajadora

Peronista. El rol dirigente que tomaron sus militantes durante el conflicto hacia dentro

de la fábrica, los contactos que su estructura le brindaban hacia fuera de Propulsora y la

atención que obtuvo durante el período por parte de la prensa y la inteligencia estatal da

cuenta de ello. Entre mayo y septiembre de 1974 existen varios informes de carácter

diario formulados por agentes de la DIPPBA sobre Propulsora. Esto indica la

importancia estratégica que el Estado le asignaba a la fábrica y, consecuentemente, a la

JTP como una organización clave en el desarrollo de la dinámica política en el seno de

la planta.

En lo que respecta al apoyo brindado por organizaciones externas a Propulsora

existió un acompañamiento de trabajadores organizados de Petroquímica General

Mosconi, Petroquímica Sudamericana, Astilleros Río Santiago y de gremios locales

como la Federación Universitaria de La Plata, la Asociación de Trabajadores de la

Universidad de La Plata y ATE. La capacidad de articulación de las comisiones internas

antiburocráticas que se extendían por todo el país conectó asimismo a los obreros de

Propulsora con las metalúrgicas de Villa Constitución. A los pocos días de finalizada la

toma, durante el mes de junio, se realizaba un ‘Frente Común del Sector Metalúrgico’

con los delegados metalúrgicos de Acindar, Metcon, y Maratón, representados por la

combativa Lista Marrón encabezada por Piccinini. Recordemos que en este momento

hacía sólo dos meses había ocurrido el ‘Villazo’, del cual la Lista Marrón arrancaría la

promesa por parte de la UOM de una pronta normalización de la seccional local del

126

gremio metalúrgico.169 Una nota periodística publicada en un diario comunicaba sobre

esta coordinación sindical:

Frente Común de un Sector Metalúrgico. Delegados de las comisiones internas

de trabajadores de los establecimientos metalúrgicos de Villa Constitución

(Acindar, Metcon y Maratón) y de Propulsora Siderúrgica, de Ensenada, que se

encuentran en conflicto, informaron que el personal de esas plantas decidió

concretar un frente común de lucha. Con ello se proponen imponer sus

reivindicaciones laborales y lograr el reconocimiento sindical por parte de las

empresas y de la dirigencia nacional de la Unión Obrera Metalúrgica. Los

representantes obreros Alberto Piccinini y R. Delmasse de Villa Constitución y

Luis Rave, de Ensenada, realizan gestiones a nivel ministerial y parlamentario

tendientes a lograr un pronunciamiento en concreto sobre los reclamos que

tienen pendientes: reconocimiento sindical, normalización de la seccional de la

UOM de Villa Constitución e inmediata reincorporación de los operarios de

Propulsora Siderúrgica.170

En último lugar creemos necesario destacar que a lo largo de todo el conflicto en

ningún momento los activistas de la Comisión Interna Provisoria negaron la legitimidad

de la UOM como órgano de representación de los trabajadores. En más de una ocasión

asistieron a reuniones con la Secretaría local, en otras intentaron infructuosamente

organizar asambleas en el edificio del sindicato, incluso reconocieron la personería

gremial de la organización al presentar el petitorio a fines de 1973 a las autoridades

sindicales correspondientes solicitando la revisión de las elecciones fraudulentas en

Propulsora. Esto para nada implica negar la enemistad política que separaba a Dieguez y

a la Lista Azul de los militantes de la JTP, de la Lista Blanca y de los trabajadores que

adherían a ella en Propulsora, sino que permite vislumbrar una estrategia de lucha

tendiente a disputar los órganos legales de representación del trabajo, en lugar de

169 Andujar, Andre, op.cit., pp. 24-25.170 DIPPBA, Mesa B, Carpeta 39, Legajo 33. Localidad Ensenada, Tomo II, 6 de Junio de 1974.

127

desconocerlos como tales. Por otro lado permite ver una flexibilidad táctica por parte

del activismo antiburocrático que, si por un lado intentaba disputar ‘desde adentro’ la

conducción de los sindicatos, se permitía organizarse ‘informalmente’ a través de

coordinadoras interfabriles. En el contexto histórico que hemos presentado este nivel de

autonomía política por parte de los trabajadores de Propulsora y de la Comisión Interna

Provisoria comprueba una enorme fuerza obrera que fue capaz de desplegar acciones

que comprometían y obstaculizaban la implementación del Pacto Social. El papel de los

referentes de la JTP, presentes con fuerza en la Comisión Interna Provisoria y en el

Cuerpo de Delegados, pero respaldados también por la estructura nacional en la que se

insertaban, fue insoslayable a lo largo de este importante conflicto.

Asimismo la innegable preponderancia de la Lista Blanca sobre la ListaAzul no

debe llevar a negar la existencia de sectores de base que apoyaban la línea sindical que

adhería a Ruben Diéguez. Sin embargo estos sectores eran minoritarios y estaban

concentrados en unos pocos sectores de la planta, relativamente secundarios en cuanto a

su relación con el proceso productivo de Propulsora Siderúrgica.

2.4 La disputa eterna de la JTP y la Lista Blanca: el sindicato y las Coordinadoras

Interfabriles del Gran Buenos Aires (1975)

Culminado el agitado año de 1974, 1975 recibió al país en un contexto crítico.

Los problemas estructurales de la economía no se resolvían y crecían cada vez más las

tensiones al interior del gobierno de Isabel Perón. La Tendencia Revolucionaria había

comenzado a ser desplazada de todos los espacios de influencia que manejaba desde el

mismo momento en que Perón retornaba al país el 20 de Junio de 1973. Sin embargo

128

una vez fallecido éste, el bloque de gobierno continuó resquebrajándose. Con el

progresivo abandono del proyecto original del Pacto Social y el Plan Trienal el gobierno

de Isabel tendió a apoyarse cada vez más en un grupo de funcionarios que bregaban por

el desarrollo de un proyecto claramente favorable a las clases dominantes. Este nuevo

proyecto, que es necesario aclarar no podemos considerar como acabado, excluía a las

clases subalternas a la vez que impulsaba un profundo grado de redistribución regresiva

del ingreso que amenazaba también las bases del poder de las dirigencias sindicales.

Empezaron así a aflorar tensiones cada vez más fuertes entre la burocracia sindical y el

entorno más cercano a Isabel Martinez y José López Rega, los dos grandes sectores que

quedaron a la cabeza del gobierno nacional y del movimiento peronista una vez

expulsados de él los sectores más radicales nucleados en la Tendencia Revolucionaria,

que habían tenido su momento de mayor auge durante el gobierno de Héctor

Cámpora.171

Por otro lado comenzaron a volverse más habituales los atentados de fuerzas de

ultraderecha (Triple A, Comando de Organización, Concentración Nacional

Universitaria) mientras una progresiva militarización emergía en la política de las

organizaciones armadas revolucionarias.

Amenazados de muerte por la Alianza Anticomunista Argentina Omar Cherri y

Roberto Lopresti debieron abandonar Propulsora Siderúrgica y su tarea al frente de la

Comisión Interna. Lo mismo ocurriría poco tiempo después con el Pampa Delaturri,

miembro del Partido Comunista y también delegado de la Comisión Interna Provisoria.

Perseguido por la creciente ola represiva abandonaría Propulsora mientras renunciaba a

su partido y se alistaba en el Ejército Revolucionario del Pueblo. Alejandro Sandez,

171 Ver Torre, Juan Carlos; El gigante invertebrado…pp. 85-124.

129

cercano a Delaturri, comenta sobre la persecución que el delegado sufría desde su

propio partido:

Alejandro Sandez: El Pampa en mi grúa me dijo un día ‘Sapito, y me tengo que

ir del PC, porque el Partido me vendió, me entregó el presidente del PC de La

Plata, negoció con Rubén Diéguez, con la UOM’ y lo entregó. ‘El Partido me

vendió, o sea que me tengo que ir al sector de la lucha armada por una cuestión

de supervivencia’

Pregunta: ¿Sabés a qué organización?

Alejandro Sandez: Al ERP, al ERP.

En ese escenario el Gaucho Garín se convertía en la mayor referencia de la

Juventud Trabajadora Peronista en la fábrica. A pesar del importante golpe recibido que

implicaba la salida de la fábrica de los referentes Omar Cherri y Roberto Lopresti, la

JTP mantuvo una amplia presencia en la Comisión Interna Provisoria y dentro del

Cuerpo de Delegados.

La Comisión Interna, aún sin reconocimiento legal, continuaba siendo

provisoria. La legitimidad entre los trabajadores y el reconocimiento de hecho por parte

de la empresa la mantenían, a pesar de ello, al frente de la representación gremial en la

planta:

Pregunta: Cuando termina la huelga larga de 1974, ¿es finalmente reconocida

la Comisión Interna?

Daniel De Santis: No, legalmente con los fueros sindicales no, nunca fue

reconocida. De hecho nos reconoce la patronal porque la patronal nos invita,

nos recibe, nos propone reuniones, negocia todo el tiempo con nosotros.

El 12 de marzo de 1975 se desarrolló en la fábrica una asamblea de trabajadores

en el que se plantearon tres puntos para un nuevo plan de lucha: realización de

130

elecciones libres, aumento de salarios y participación en paritarias. En la misma línea

del conflicto de 1974, el petitorio apuntaba en dos direcciones: hacia la empresa, a quien

se exigía un aumento en las retribuciones al trabajo; hacia el sindicato y el Ministerio de

Trabajo, a quienes se exigía el reconocimiento de representantes legítimos de las bases

que, desde el fraude de fines de 1973, no lograban conquistar lugares formales/legales

para ejercer la representación. Los trabajadores de la Comisión Provisoria que aún

trabajaban en Propulsora habían sido expulsados del sindicato al ser despedidos en

medio de la ‘huelga larga’ y aún después de ser reincorporados al personal no habían

sido admitidos nuevamente en el sindicato que debía contenerlos. Esto expresa, una vez

más, como la disputa contra la burocracia sindical constituía un frente de lucha en sí

mismo.

De manera coordinada, la burocracia sindical y la empresa habían decidido una

nueva estrategia para enfrentar a los referentes de la Lista Blanca. Pocos días atrás la

dirección de Propulsora había convocado a los miembros de la Comisión Interna

Provisoria para anunciar un aumento en las retribuciones a las horas extras realizadas,

así como una bonificación al turno rotativo. Si de esta manera la empresa reconocía de

hecho a los militantes de la Lista Blanca como interlocutores legítimos, intentaba en el

mismo movimiento tomar la iniciativa y evitar posibles nuevos puntos de conflicto.

Como parte de la misma estrategia la Lista Azul tuvo una activa participación en la

asamblea del 12 de marzo, denunciando que la Comisión Interna Provisoria intentaba

‘hacerle el juego a la patronal (al proponer) disminuir la producción y provocar el

ausentismo’172. A pesar de ello la Lista Blanca logró un consenso y la asamblea aprobó

los tres puntos propuestos por la Comisión Provisoria, así como el llamado a una nueva

172 Periódico El Combatiente, N°163, abril de 1975.

131

asamblea a realizarse una semana más tarde en la cual se debería discutir la aceptación o

no por parte de la empresa de las nuevas demandas.

El 20 de marzo ocurría, paralelamente, la ocupación de Villa Constitución y la

intervención de la seccional local de la Unión Obrera Metalúrgica por parte de la fuerza

pública. En este contexto los trabajadores de Propulsora aceptaron, a propuesta de los

activistas de la Comisión Interna Provisoria y del Cuerpo de Delegados, pasar a integrar

las Coordinadoras Interfabriles de La Plata, Berisso y Ensenada. Junto con el resto de

las Coordinadoras del AMBA ésta tendrá un protagonismo central en las jornadas de

Junio y Julio de 1975, en que las movilizaciones obreras lograrán poner freno al Plan

Rodrigo y llevarán a la renuncia del Ministro de Economía Celestino Rodrigo y del

Ministro de Bienestar José López Rega. Este nuevo espacio de articulación sindical era

el fruto de la coordinación de las expresiones combativas que habían comenzado a

emerger a fines de los años ’60 y que cobraron fuerza y extensión nacional desde 1973.

Protagonistas de este fenómeno habían sido fuerzas de un arco ideológico amplio

(izquierda clasista, peronismo revolucionario, militancia independiente) pero que

coincidían en un marcado carácter antiburocrático. En general estas expresiones no

habían logrado conquistar las estructuras regionales ni nacionales de los gremios en los

que se inscribía su accionar, de ahí la necesidad de encontrar un espacio de

coordinación que excediera los estrechos marcos de las estructuras sindicales

nacionales. Las Coordinadoras Interfabriles permitieron a las Comisiones Internas

arrebatadas a la burocracia un accionar conjunto y organizado.173

Si bien la movilización obrera frenó momentáneamente la ofensiva de las clases

dominantes locales, de origen tanto nacional como extranjero, el Plan Rodrigo significó

un primer intento de implementación del modelo neoliberal en Argentina. La resistencia 173

Sobre las Coordinadoras Interfabriles véase Lobbe, Héctor, La guerrilla fabril… y Werner, Ruth y Aguirre, Facundo, Insurgencia obrera en la Argentina 1969- 1976. Clasismo, coordinadoras interfabriles y estrategias de la izquierda. 2009, Buenos Aires, Ediciones IPS.

132

popular frenaría temporalmente la iniciativa y forzaría a las clases dominantes a recurrir

al golpe de Estado de 1976 para avanzar exitosamente en ese sentido. Las

organizaciones paramilitares, paradigmáticamente encarnadas en la Triple A pero entre

las que se encontraban también el Comando de Organización y la Concentración

Nacional Universitaria, que habían comenzado a ensayar la represión el 20 de Junio de

1973 durante la Masacre de Ezeiza, funcionaban ya en 1975 amparadas por las

instituciones públicas.174 Ningún elemento de la tendencia más radical que integró el

peronismo en el período ocupaba ya ningún lugar decisivo en la estructura de poder del

gobierno. La implementación por la fuerza de un modelo de acumulación que por ser

esencialmente antipopular no podría ser desarrollado con el consenso de las clases

subalternas comenzó así a impulsarse varios meses antes de que las fuerzas armadas se

hicieran directamente con el poder en marzo de 1976.

La fuerte ofensiva conservadora impulsada en conjunto por los sectores

conservadores del peronismo y las clases dominantes locales encontraron una

resistencia en las emergentes Coordinadoras Interfabriles que agudizó el contexto de

polarización política en Argentina. Esta agudización alcanzó un despliegue de amplias

dimensiones, con la activa movilización de sectores obreros y sindicales combativos en

las regiones con mayor desarrollo industrial. Caso paradigmático de ello fue el

crecimiento en Villa Constitución de la línea sindical encabezada por Alberto Piccinini

y la Lista Marrón. La zona del Gran Buenos Aires no fue una excepción a ello.

En la ciudad de La Plata las Coordinadoras Interfabriles movilizaron

fuertemente el 3 de Julio. Al día siguiente el diario El Día titulaba en primera plana

‘Derivó en graves incidentes una movilización realizada por obreros en nuestra

174 Sobre la masacre de Ezeiza ocurrida el 20 de Junio de 1973 y la incipiente organización de elementos paralmilitares de ultraderecha ver Verbitsky, Horacio; Ezeiza. Editorial Contrapunto, Buenos Aires, 1985.

133

ciudad’.175 Por definición de la Coordinadora de La Plata, Berisso y Ensenada los

obreros de la zona movilizarían hasta la sede de la UOCRA en la capital provincial,

situada sobre la Avenida 44, entre la Estación de trenes y Plaza Italia. Un comunicado

que sería publicado más tarde ese mismo día explicaba que la manifestación se fundaba

en la necesidad de que renuncien los ministros de Bienestar Social, José López

Rega; de Economía, Ing. Celestino Rodrigo y el presidente de la Cámara de

Diputados, Raúl Alberto Lastiri; el cumplimiento integral de lo previsto en la

ley 14250; y en la exigencia a la Confederación General del Trabajo de la

realización de un paro activo de tareas en todo el ámbito nacional, en apoyo de

esos reclamos.

Firmaba el comunicado la Comisión Coordinadora de Sindicatos, Comisiones

Internas y Delegados en Lucha, que contaba con la participación de las comisiones

internas de Petroquímica General Mosconi, Petroquímica Sudamericana, OFA,

Corchoflex, IPAKO, SIAP, Judiciales, Propulsora Siderúrgica, la Lista blanca del

Hospital de Gonnet, el Hospital Gutiérrez, Astilleros Río Santiago, INDECO, ATUDI y

ATULP.176

En Propulsora la decisión de participar de la movilización conllevó un fuerte

debate hacia dentro del Cuerpo de Delegados en el que el ERP y la JTP impulsaron de

manera conjunta la participación. Así reconstruye esas jornadas El Combatiente,

periódico del PRT-ERP:

Antes de celebrarse la última asamblea (el 24 de marzo de 1975), se realizó una

reunión del cuerpo de delegados. (…) La gran mayoría de los delegados

opinaban que éste no era el momento de largar el conflicto, que estaba difícil la

mano y que si se pasaba a la acción, habría represión. También que era

175 Ver Diario El Día, 4 de Julio de 1975.176 Íbidem.

134

necesario organizarse mejor y esperar por lo menos otra semana (hubo dos

postergaciones para tomar medidas). 177

En la misma línea Daniel De Santis relata sobre los sucesos que:

La burocracia venía maniobrando para que no lo largáramos. Hicimos dos o

tres asambleas, postergamos y que se yo, pero ya llegó el momento en que no

podíamos postergar mas… hacemos una reunión del Cuerpo de Delegados, al

mediodía, a las 2 de la tarde teníamos asamblea, para cerrar la posición en el

Cuerpo de Delegados y justo el día anterior o dos días antes habían intervenido

la UOM de Villa Constitución. Entonces la gente estaba asustada, yo estaba

en minoría, estaba sólo no en minoría, estaba solo contra todo el Cuerpo

de Delegados. Entonces “¿qué hago, qué hago?”, me lo voy a buscar a Garín,

que Garín no era delegado de UOM, porque el era ASIMRA, era supervisor,

era compañero te quiero decir, pero no… no era UOM. Convenio ASIMRA. El

tomaba el tiempo entre otras cosas, nos tomaba el tiempo a favor nuestro, no,

no, un compañerazo, y después fue Secretario General de la CGT en la

Resistencia de Montoneros. Digo “Gaucho, mirá, la mano viene así, ¿vos cuál

es tu posición?” “No, mi posición es que tenemos que salir a la lucha” “Bueno

vamos, somos dos”. Entonces ya no es lo mismo sólo que de a dos. Entonces

ahí entramos a discutir, entramos a discutir, entramos a discutir, y

sacamos la posición de salir al conflicto. Y lo llevamos a la asamblea y la

asamblea bueno… el Cuerpo de Delegados presentó la propuesta y la asamblea

la aprobó.178

Nuevamente la legitimidad que aún mantenía la Lista Blanca ya entrado el año

1975 excedía los marcos de los sindicatos en la fábrica. De Santis, sindicalizado en la

UOM, y Garín, miembro de ASIMRA, participaban indistintamente de las asambleas y

podían, incluso, impulsar una misma línea política en el marco de un debate político.

Por otro lado se hacía evidente que la vieja Comisión Interna Provisoria no era

ya la misma que antes. Recordemos que para mediados de 1975 hacía varios meses que

177 Periódico El Combatiente, N°163, abril de 1975.178 Entrevista a Daniel De Santis, Junio de 2013.

135

algunos de los máximos referentes de las luchas de 1973-1974 como Omar Cherri y

Roberto Lopresti no se encontraban trabajando en la planta como consecuencia de las

amenazas recibidas por parte de la Triple A. Paralelamente, el contexto sociopolítico

marcaba una correlación de fuerzas menos favorable a las organizaciones de izquierda

(peronistas y no peronistas). Como resultado de ello la posición de la JTP y del PRT-

ERP, que según el relato de De Santis habían construido una importante alianza política,

se mostraba debilitada. La asamblea convocada para el 19 de marzo había tenido una

menor concurrencia y debió convocarse nuevamente a una asamblea para el 24 de

marzo, reunión que reconstruye De Santis en el último fragmento citado de la entrevista

que le realizamos.

Más allá de la permanencia de la JTP como organización en Propulsora, la

legitimidad y referencia personal que habían logrado construir Cherri y Lopresti como

integrantes de la Comisión Interna Provisoria era difícil de reemplazar. Asimismo la

progresiva emergencia de un Estado de excepción del que habla Marina Franco seguía

avanzando, problema que en Propulsora se materializaba en la obligada renuncia de

Cherri y Lopresti y en el avance contra el combativo sindicalismo metalúrgico de Villa

Constitución, con el que la Comisión Provisoria había tejido lazos de alianza.

Aún así con el impulso de Garín y de De Santis la moción para participar de las

movilizaciones convocadas por las Coordinadoras Interfabriles fue aprobada en el

Cuerpo de Delegados y luego refrendada en asamblea.

Durante las horas de la mañana del 3 de Julio los trabajadores de Propulsora

Siderúrgica, SIAP, Corchoflex, IPAKO, OFA y Astilleros Rio Santiago comenzaron

concentrarse en la Plaza Belgrano de Ensenada. Luego de un pequeño acto se produjo

una discusión entre los dirigentes sindicales que sugerían proseguir la marcha hasta La

Plata y quienes abogaban por retornar a las fábricas. Alejandro Sandez aporta un relato

136

del suceso desde una perspectiva externa a la dirigencia que conformaba la Lista

Blanca:

Una vez salimos todos de Propulsora planteando “14250 o paro nacional”, esa

era la consigna, viste. Así que arrancamos para nosotros, encolumnados fuimos

hasta la plaza Belgrano de Ensenada, ahí nos estaba esperando Astilleros. Y ahí

se dio una asamblea terrible, porque había un PC de Astilleros, Flamini, Oscar

Flamini, que planteó –‘No, el fuerte nuestro está adentro de la fábrica, no

afuera’-, y nosotros planteamos no, que el conflicto había que sacarlo afuera,

que la solución no estaba adentro de la fábrica, había que revolver el marco

político afuera, viste. Y esa fue la discusión, bueno la ganamos nosotros y nos

llevamos la mitad de los de Astilleros que estaban en la plaza, y Flamini se

metió a Astilleros con la mitad que lo siguió a él. Nosotros seguimos la

marcha, levantamos la Petroquímica, levantamos todo. Y terminamos en la

gran movilización que hubo en la UOCRA, en la vieja UOCRA, ahí en 4 y

44.179

El papel de la JTP, a través del Gaucho Garín, fue determinante, siendo él quien

tomó la palabra y debatió con el dirigente de Astilleros Río Santiago, logrando un fuerte

consenso sobre gran parte de la fuerza de trabajo de la fábrica de barcos.180 Empleado

del sector de supervisores, afiliado al gremio ASIMRA a diferencia de la mayoría de los

obreros enrolados en la UOM, el Gaucho Garín formaba parte de los legítimos

representantes de las bases de Propulsora Siderúrgica, sin importar su condición de

personal jerárquico.

La participación en las jornadas de junio y julio de 1975 constituye la última

intervención de la JTP como tal en Propulsora. Poco tiempo después la Conducción

Nacional de Montoneros decidiría su disolución y el lanzamiento del Bloque Sindical

del Peronismo Auténtico.

179 Entrevista a Alejandro Sandez, Julio de 2013.180 Ibídem.

137

2.5 La JTP en la Lista Blanca de Propulsora Siderúrgica

En este apartado intentaremos condensar algunas reflexiones en torno al modo

en que se desarrolló la experiencia de los militantes de la JTP en Propulsora Siderúrgica

contemplando su ‘doble posición’ como militantes de un frente de masas de la

Tendencia Revolucionaria por un lado, y como integrantes de una experiencia que

excedía los marcos del peronismo revolucionario y que entraba en contacto directo con

los trabajadores de Propulsora Siderúrgica a través de la Lista Blanca, por otro.

Varios de los puntos a abordar han sido mencionados durante la reconstrucción

del conflicto sindical en Propulsora en la secuencia histórica de tres etapas que

construimos para el período 1973-1975. Esperamos desarrollarlos con mayor

profundidad aquí.

El primer elemento que queremos tratar es el proceso por el cual transitan los

militantes de JTP en Propulsora Siderúrgica desde su ingreso a la planta hasta su

participación activa como dirigentes de los conflictos suscitados en los años

mencionados. Realizar un contrapunto con la experiencia de los navales de Astarsa nos

parece fructífero en este sentido. En Los zapatos de Carlito Federico Lorenz

reconstruye el proceso por el cual un grupo de jóvenes que ingresan a trabajar a los

Astilleros de Tigre constituyen la Agrupación José María Alessio, adherida a JTP, y

conducen una toma en la planta.

Al igual que en los casos del Turco Cherri, el Gaucho Garín y el Facha Lopresti,

los principales referentes de la Agrupación Alessio ingresaron a la fábrica con un

trabajo militante previamente desarrollado. Tales los casos de Juan Sosa, el Chango, y

138

Aldo Ramírez, el Gordo La Fabiana. Estos últimos, sin embargo, provenían de una

militancia que no tenía contacto directo con la Tendencia Revolucionaria. El Chango

Sosa militaba en un grupo marxista llamado Los Obreros y el Gordo La Fabiana había

participado junto al grupo liderado por Joe Baxter del intento de invasión a las Islas

Malvinas en 1966.181 A diferencia de ellos los referentes de la JTP en Propulsora

Siderúrgica provenían del desarrollo territorial y universitario de la Juventud Peronista

de La Plata. Esa misma JP pasaría en bloque a integrar la estructura de Montoneros en

el año 1972. Gonzalo Chaves explica este proceso:

Nosotros teníamos relación con las FAP. Acá en La Plata la idea que nosotros

teníamos era ser un comando de las FAP. Teníamos conversaciones pero no

nos pusimos de acuerdo. No me acuerdo, no se porque… Las conversaciones

se dilataron. Y las FAP en un momento entraron en un proceso interno… en la

discusión sobre la alternativa independiente que nosotros la verdad que no la

veíamos ni ahí. Y después nosotros tuvimos relaciones con Montoneros, y ahí

en un plenario que se hizo en el sindicato de ATE, en el viejo sindicato de ATE

que estaba en la calle 57 2 y 3, decidimos por unanimidad ingresar a

Montoneros en la asamblea, no fue una reunión secreta, nada, fue una

asamblea. Eso fue a fines del ’72. Ahí nosotros ingresamos a Montoneros.182

Como señalamos previamente, antes del ingreso a Montoneros el Turco Cherri,

Roberto Lopresti y el Gaucho Garín formaban parte ya de la Juventud Peronista en La

Plata y participaban de la Agrupación Peronista de Propulsora. Desde la ruptura de la

APP y la participación en las elecciones sindicales internas de noviembre de 1973 los

tres referentes se agruparon en torno a la Lista Blanca junto con el conjunto de la

militancia que se definía por un ideal de democracia sindical que la oponía a la

burocracia encarnada en la fábrica por la Lista Azul que respondía a Rubén Diéguez.

181 Ver Capítulo ‘Los muchachos’ en Lorenz, Federico, Los zapatos de Carlito…182 Entrevista a Gonzalo Chaves, Julio de 2013.

139

Este punto marca una diferencia respecto de la Agrupación Alessio que como tal se

incorporó a la estructura de la Juventud Trabajadora Peronista el mismo día en que

ocurría la toma de los Astilleros. Así, mientras en Astarsa la agrupación que

representaba un modelo de sindicalismo combativo y democrático se identificaba

expresamente con la Tendencia Revolucionaria, en Propulsora Siderúrgica la Lista

Blanca excedía esos marcos e incluía a referentes independientes, guevaristas,

trotskistas, comunistas, etc.. Esta situación también marca una distancia respecto de la

experiencia de la Lista Marrón en la UOM de Villa Constitución, donde una dirección

proveniente de la izquierda clasista había logrado, con el apoyo de una base metalúrgica

de identidad peronista, controlar la seccional local del sindicato dirigido nacionalmente

por Lorenzo Miguel.

La legitimidad en Propulsora era mantenida por el Cuerpo de Delegados y la

Comisión Interna Provisoria, identificadas con la Lista Blanca, más que por las

agrupaciones políticas. Así responde Sandez al preguntársele por el consenso de las

agrupaciones y de la lista antiburocrática entre los trabajadores de la fábrica:

Alejandro Sandez: …apoyaban a la Lista Blanca como una sola, como la que

representaba, no a un sector ni a una agrupación en particular. Todo sobre la

base de los reclamos que hacíamos, viste. De los reclamos y de la bronca con el

gobierno también, viste. Y de las formas del sindicato también. Queríamos

democratizar todo, éramos unos ilusos.183

Es interesante detenerse en esta última idea planteada por Sandez. Si

observamos el desarrollo del activismo sindical en Propulsora desde comienzos de 1973

no quedan dudas sobre los grandes niveles de democracia sindical que fueron

construidos e impulsados por la Lista Blanca en la planta siderúrgica. Esta construcción

183 Entrevista a Alejandro Sandez, Julio de 2013.

140

cobra mayor relevancia y valor si se considera el contexto político en que fue gestada.

La idea de que ‘éramos unos ilusos’ parece responder más bien a una visión nostálgica

del pasado, permeada por las grandes derrotas que posteriormente sufrirían las clases

populares en nuestro país que a un análisis contemporáneo al período estudiado.

Continuando con nuestras observaciones sobre la representatividad del Cuerpo

de Delegados y de la Comisión Interna Provisoria hemos podido constatar que los

referentes sindicales de Propulsora Siderúrgica solían ser identificados individualmente

por su participación en la experiencia de la Lista Blanca más que por su integración

orgánica a determinada agrupación política en la fábrica:

Pregunta: Vos me hablás mucho de referentes, ¿eso quiere decir que no veían

agrupaciones como tales?

Alejandro Sandez: No, primero vimos referentes. (…)

Pregunta: Entonces los trabajadores no los identificaban por ejemplo a

Lopresti, Cherri y Garin como militantes de una agrupación, sino como

personas.

Alejandro Sandez: No, como personas. Primero como personas, viste. Y

después los respetamos como lo que representaban ellos, no nos importaba si

eran comunistas, si eran socialistas, lo que carajo era, viste. (…)

Pregunta: ¿Te acordás cómo se llamaba la agrupación del Turco Cherri?

Alejandro Sandez: No, no tenía agrupación el Turco. El Turco se declaraba de

la orga. El Turco no tenía su agrupación eh.184

En la misma línea la afirmación de Luis Pato Rave, único miembro de la

Comisión Interna provisoria por parte del Peronismo de Base que se mantendría en el

cargo durante todo el período:

Luis Rave: …no había agrupaciones, había organizaciones. O sea nosotros

trabajábamos como Peronismo de Base. Los compañeros que estaban conmigo

184 Íbidem.

141

estaban… tenían un nivel de organización inferior o superior de acuerdo a su

nivel de compromiso con la organización, distinto al que teníamos nosotros,

que tenía yo por ejemplo. Yo era… y lo mismo con la JTP que no era una

agrupación. Era una organización, o el PRT que era PRT viste. Nosotros

funcionábamos como Peronismo de Base.185

Cuando ocurrió el fraude en las elecciones sindicales de 1973, hacía sólo unas

pocas semanas que se había lanzado la Juventud Trabajadora Peronista en La Plata. En

Propulsora los militantes de la JTP nunca se organizaron en una agrupación de planta,

sino que eran contenidos en la Agrupación Felipe Vallese de trabajadores metalúrgicos

de La Plata, Berisso y Ensenada. En otras ramas de la industria local la JTP sí

desarrollaría agrupaciones por fábrica, al estilo de la José María Alessio en Astarsa, de

la Agrupación Peronista de Petroquímica Sudamericana, o de la Agrupación de

Trabajadores Peronistas del Ministerio de Obras Públicas todas adheridas a JTP.

A partir del relato de Alejandro Sandez la JTP no aparece como la principal vía

de referencia de los militantes que la integraban en Propulsora. Sus integrantes eran

referenciados más bien con la Lista Blanca o, en todo caso, directamente con

Montoneros. La Agrupación Felipe Vallese, que contenía a la militancia del sector

metalúrgico, aparece así más como parte de la estructura orgánica interna de la Juventud

Trabajadora Peronista que como una agrupación sindical de base. El hecho de que la

Juventud Trabajadora Peronista como tal no tuviese una agrupación constituida en

Propulsora, sino referentes personales, se refleja nuevamente en el relato de Sández

quien no observaba en la planta una agrupación de JTP, sino referentes individuales con

un vínculo con la Juventud Peronista:

Pregunta: ¿Cuántos eran adentro de la fábrica como vos que eran de la JTP?

185 Entrevista a Luis Rave, Agosto de 2013.

142

Alejandro Sandez: De JP.

Pregunta: O de JP, ¿cómo le llamás vos, como le llamaban?

Alejandro Sandez: No, yo le llamo JP, viste. La JTP en sí no laburó mucho

adentro. Porque vos decís, era un sector del trabajo, pertenecían a Montoneros,

tendría que haber sido JTP. No, eran JP.

Esta particularidad no hacía diferir la línea política que la agrupación o los

militantes de la JTP impulsaban en la fábrica, y que coincidía con las resoluciones de la

conducción nacional del frente de masas montonero al que pertenecían.186 Lo que

intentamos poner en primer plano en este punto es el particular modo que tenían las

organizaciones políticas en Propulsora de ser identificadas por el común de los

trabajadores. De hecho, las agrupaciones existían. El Turco Cherri, el Gaucho Garín, el

Facha Lopresti, por centrarnos sólo en la JTP, formaban parte de una estructura nacional

de la Tendencia Revolucionaria. Como tal impulsaban una línea política elaborada en

espacios organizativos que excedían a cada fábrica puntual. Como militantes de JTP en

una determinada rama de la producción eran encuadrados en una agrupación, la Felipe

Vallese, que contenía a todos los militantes metalúrgicos de la JTP en la regional La

Plata, Berisso y Ensenada. A su vez, a nivel de fábrica, los militantes construían una

referencia política cuyo mayor anclaje se encontraba en la referencia personal del

militante, más que en la agrupación o estructura organizativa de la que formaba parte.

La representatividad que estos militantes construían se basaba en su recorrido personal,

en la identificación de la base obrera para con ellos. Esto podía generar una idea de que

‘no había agrupaciones’, aunque entendemos que estas sí actuaron, como hemos

intentado demostrar.

Como ya hemos señalado los referentes de JTP en Propulsora manejaban una

línea política que elaboraba el frente de masas, y no ellos de manera aislada. Esta línea 186 Ver la nota de opinión ya citada de Enrique Juárez, “El Pacto Social y las Jornadas del 20 de Junio”, en Diario Noticias, 18 de Junio de 1974.

143

se sintetizaba en un rechazo a la burocracia sindical y a sus dirigentes, que ocupaban

todos los puestos jerárquicos en los sindicatos, federaciones, en la Confederación

General del Trabajo, y en el Estado (gobernaciones, ministerios, etc.); una denuncia

hacia el capital extranjero que producía en el país; una oposición a veces encriptada,

pero siempre real, a la instrumentación del Pacto Social.

Entre todas las consignas y expresiones elaboradas por la Juventud Trabajadora

Peronista, una de ellas condensa toda la política de la Tendencia Revolucionaria y sus

elementos más radicales y antisistémicos. La idea de que ‘sin justicia social, no hay

Pacto Social’ la posicionaba, quizás en una forma pretendida aunque no exitosamente

discreta, entre los enemigos estratégicos de los principales factores de poder

conservadores de la sociedad argentina. El particular contexto social, político y

económico en que se encontraba el país ofrecía dos posibles salidas a la inestable

situación histórica que caracterizó al período 1973-1976: bien las clases dominantes

avanzaban sobre las clases populares, sus ingresos y sus organizaciones autónomas, o

bien las clases populares conquistaban posiciones impulsando proyectos necesariamente

nacionalistas y radicales. En cualquier caso un pacto social era impracticable.187 La

consigna citada demostraba cuál de los dos caminos elegía transitar la Tendencia

Revolucionaria, camino que activamente impulsaba, desde un rol intelectual, el grupo

Pasado y Presente:

Sobre los grupos revolucionarios del peronismo recae hoy una gran

responsabilidad política por cuanto constituyen el núcleo originario de

constitución de una dirección del proceso revolucionario en Argentina. En la

perspectiva de la construcción de una organización de masas con objetivos

socialistas, la discusión de la que son protagonistas fundamentales representa

el hecho político más importante de la actualidad. Sin utilizar a ella como

187 Ver Svampa, Maristella; op. cit.

144

referente principal, organizativo e ideológico, no hay ninguna posibilidad de

construir algo que vaya más allá del monólogo de sectas de izquierda.188

Este juego constante por el cual la JTP buscaba deslindarse de la dirigencia

sindical en la que se apoyaba Juan Domingo Perón hasta su fallecimiento, o mediante el

cual buscaba mantener una posición de ruptura no directa con el Pacto Social a la vez

que se le oponía de hecho, no significaba para el frente de masas ni para sus referentes

en Propulsora una merma en su legitimidad. Al ser consultado por la adhesión que

tenían las agrupaciones sindicales en la fábrica Sandez recuerda:

Sandez: Montoneros… Montoneros fue el que más adherentes consiguió.

Pregunta: ¿Vos te considerabas adherente de Montoneros?

Sandez: Y yo era admirador montonero.

Pregunta: Pero también eras admirador del Pampa Delaturri.

Sandez: Y del Pampa. Porque estaba todo metido entre… la diferencia fue que

te llegaba un volante o un diarito, una revista del ERP y te hablaba también de

la guerra de Indochina, de quilombo en Malasia, y los de Montoneros era más

local, era mas nacional. Te hablaba más del país, del país. Y lo del ERP era

más, más para afuera viste. Era una diferencia muy marcada, viste. Por eso el

ERP nunca entró, nunca se pudo insertar en toda la clase trabajadora, viste.

(…)

Pregunta: ¿De JP cuántos eran?

Alejandro Sandez: Y de JP serían… cuatrocientos. JP o JTP, como vos

quieras.189

Si bien debemos considerar estas expresiones como parte de la lectura del

pasado de un militante peronista, enfatiza una situación real. El movimiento peronista

tenía un amplio consenso sobre la clase trabajadora argentina, y Propulsora Siderúrgica

no era la excepción. Sin embargo, el punto sobre el que más queremos hacer foco es la

188 Ver Revista Pasado y Presente, N°2-3, Córdoba, Julio-Diciembre de 1973, p. 188.189 Entrevista a Alejandro Sandez, Julio de 2013.

145

legitimidad que la Tendencia Revolucionaria mantenía en la fábrica a pesar de las

tensiones que se venían profundizando con el gobierno nacional (recordemos que al

momento del conflicto de 1974 ya se había desarrollado el famoso acto del 1° de Mayo

en que la Tendencia decidió retirarse de la Plaza de Mayo ante el repudio de que fuera

objeto por parte del mismo Perón). Consultado explícitamente por las diferencias entre

Montoneros y el viejo líder, Alejandro Sandez que se consideraba simpatizante de la

JTP pero no militante orgánico a ella sostiene una mirada que permite confirmar una

relación no lineal ni mecánica entre las relaciones de Montoneros con Perón y la de

éstos con los trabajadores en la fábrica. Al preguntársele por las consecuencias que el

distanciamiento respecto de Perón tenía para la JTP en la fábrica señala lo siguiente:

Sandez: Bueno, sigo insistiendo con que en la convivencia con los compañeros

referentes que teníamos no nos hacía ninguna mella. Porque si no después de la

pelea que tuvo Perón en la plaza y que se desplazó Montoneros nosotros

teníamos que haber dicho ‘que se vayan todos a la concha de la madre’, ‘no

estos están locos, lo putearon a Perón’, viste. No, no paso nada, viste. Esa es la

confianza que te da el referente. La forma de actuar, todo. Que vos le

bancas todo viste.

Pregunta: Aún en el desacuerdo con Perón.

Sandez: Aún en el desacuerdo, viste. Incluso los peronchos peronchos, viste.

Porque incluso algunos peronchos verticalistas, ortodoxos, al pasar lo que pasó

en la plaza, ¿qué tenía que hacer? “Estos zurdos hijos de puta, loco”. No, no

pasó nada. Siguió manejando Propulsora, lo siguió manejando Montoneros,

viste.

La política sindical impulsada por la JTP aparece como más relevante, desde el

punto de vista de muchos de los trabajadores, que las disputas ‘superestructurales’ en

que se veían envueltos la Tendencia y el gobierno nacional. Debemos remarcar, sin

embargo, que la supremacía en Propulsora de la Lista Blanca, en general, y de la JTP,

en particular, no era total, como parecería desprenderse de las declaraciones de

146

Alejandro Sandez. El amplio apoyo que el sindicalismo combativo tenía en la planta no

significaba la desaparición total de sectores obreros que mantenían una postura de

respaldo a las listas sindicales tradicionales (en este caso a la Lista Azul). Esta situación

es válida tanto para el caso que estudiamos como para las experiencias de la UOM en

Villa Constitución y del SOIN en Astarsa a las que hemos hecho mención.

Otro punto sobre el que queremos detenernos es en la idea del “adherente” y

“activista” de fábrica. Este elemento ha sido descuidado en general por la investigación

académica de estos años, y merece aún ser conceptualizada. Sin profundizar mucho en

esta cuestión, de las entrevistas que hemos realizado parece desprenderse este particular

fenómeno, que implicaba un compromiso con la organización por parte de algunos

trabajadores, sin que esto significase una participación directa u orgánica en una

agrupación, comisión interna o cuerpo de delegados. Así describe Sandez la situación a

la que nos referimos:

Pregunta: ¿A qué le llamás adherente?

Alejandro Sandez: Y que no íbamos a las reuniones oficiales digamos de la JP

afuera. Porque habían unos que eran activistas activistas. Tenían reuniones

afuera y después entraban adentro y explicaban qué habían discutido afuera. La

mayoría de nosotros iba de vez en cuando a una reunión en Ensenada. (…) A

veces íbamos a una reunión ahí pero de vez en cuando, no éramos activos

políticos digamos. Incluso algunos volantes que llegaban a la fábrica

nosotros ni los habíamos visto, los leíamos ahí nada más, viste.

Pregunta: ¿Estas cuatrocientas personas le llamaban JP, JTP, les daba lo

mismo?

Alejandro Sandez: No, les daba lo mismo, les daba lo mismo. No había un

sello digamos que tuviera preminencia. Lo que tenía preminencia era la

acción de Montoneros.

Pregunta: ¿Y se sentían una agrupación?

147

Alejandro Sandez: No, no. No una agrupación es algo bien conformado, con

estructura, todo, viste. 190

Como vemos, el ‘activista’ o ‘adherente’ tenía una identificación con una

organización sindical pero no se consideraba un militante activo de ella, no eran

‘activistas activistas’. Este particular lazo político, en este caso con la JTP, implicaba

asimismo un manejo más limitado de la información y una participación reducida en la

discusión de la línea política de la organización. Esto puede observarse cuando Sandez

explica que algunos volantes de la JTP que circulaban en la fábrica ‘ni los habían visto’,

‘nada más los leían ahí’. En el mismo sentido podemos interpretar como equivocada la

idea de Sandez respecto de la inicial participación del Turco Cherri en la experiencia de

la Lista Azul previo el conflicto en Propulsora del año 1973. Si bien Cherri había

formado parte originalmente de la Lista Azul, no fue Sandez sino Rave quien pudo

precisarnos esta información.191

Daniel De Santis hace mención a este grupo de trabajadores con importante

nivel de compromiso pero que no militaban orgánicamente en una agrupación:

E: ¿Y estos compañeros a los que te referís eran militantes o trabajadores?

D: No, no, eran trabajadores, pero eran… Lo que yo le llamaba después el

activo de fábrica. Era gente activa dentro de la fábrica. Era… fue muy

numeroso el activo de fábrica, en esa fábrica y en general en esa época. Y había

como, trescientos obreros se podría decir que eran el activo de fábrica, a parte

de los militantes.192

Del mismo modo en que sostenemos que las diferencias de Montoneros con

Perón no menoscababan la legitimidad de las agrupaciones y militantes de la JTP en las

190 Íbidem.191 Ver las declaraciones de Luis Rave, delegado de la Comisión Interna Provisoria, y de Alejandro Sandez, ‘activista’ de JTP, respectivamente en este trabajo, pp. 44, 53.192 Entrevista a Daniel De Santis, Junio de 2013.

148

fábricas, la no identificación con el peronismo tampoco conllevaban necesariamente una

perdida de representatividad para los referentes que mantenían posiciones democráticas

y combativas. Como dijimos, la representatividad de los trabajadores en Propulsora

estaba situada en la Lista Blanca, y en sus referentes que se constituyeron en Cuerpo de

Delegados y Comisión Interna Provisoria en una asamblea que, en sí misma, significaba

un desconocimiento por parte de la planta laboral de los representantes oficiales de la

Unión Obrera Metalúrgica en la fábrica. De todos modos, la legitimidad que un

referente podía tener por su desempeño cotidiano en la fábrica más allá de su identidad

política, no implicaba que el conjunto de los trabajadores no tuviesen ellos mismos una

identidad política propia claramente definida, identidad que creemos se reflejan en el

mayor nivel de adherencia que en Propulsora tuvieron los militantes de la Juventud

Trabajadora Peronista y no así las organizaciones no peronistas. Este fenómeno fue

analizado por Daniel James al analizar el caso de los dirigentes combativos como

Agustín Tosco y René Salamanca en Córdoba:

…corresponde subrayar que esto sólo fue una brecha parcial en el monopolio

peronista. Los trabajadores de esos sindicatos se mantuvieron, en una mayoría

abrumadora, leales al peronismo, y si bien ese peronismo de los obreros se

abrió a una diversidad de ideas y contradiscursos de corte nuevo, en el sentido

político más inmediato su apoyo a los nuevos dirigentes no se basó en la

identificación política.193

Concluyendo este apartado de la investigación debemos hacer mención a los

últimos pasos de la Juventud Trabajadora Peronista como frente de masas de

Montoneros. Contemplando las masivas movilizaciones de las jornadas de Junio y Julio

de 1975 donde, a través de las Coordinadoras Interfabriles, la JTP condujo con un alto

193 James, Daniel; Resistencia e integración… pp. 310.

149

grado de protagonismo a la destitución de Jose Lopez Rega y Celestino Rodrigo,

podemos considerar que esta apuesta que la organización político-militar quiso impulsar

‘desde arriba’, pero que contó con insoslayables niveles de iniciativa y organización

política ‘por abajo’, contó con un importante grado de apoyo y legitimidad en la clase

obrera argentina, en general, y en la zona del Área Metropolitana de Buenos Aires, en

particular.

Poco tiempo después la JTP era disuelta mientas se lanzaba el Bloque Sindical

del Peronismo Auténtico. La nota mas esclarecedora sobre esta nueva herramienta se

encuentra en el número 9 de la Revista Evita Montonera. Allí la conducción de

Montoneros explica su decisión como una adecuación táctica a la nueva coyuntura

surgida durante los meses que siguieron a Junio-Julio de 1975. Ante un nuevo impulso

represivo desde el gobierno nacional se definió la imposibilidad de seguir disputando

los organismos del Movimiento Peronista y se decidió el lanzamiento del Movimiento

Peronista Auténtico. Esto trajo aparejados cambios en el plano de la intervención

política a nivel fabril:

Cuando llega a su fin la lucha interna en el Movimiento y se lanza el

Movimiento Peronista Auténtico, queda atrás el cuestionamiento interno a la

burocracia y la disputa por las 62. Ahora lo fundamental es –al mismo tiempo

que vamos minando el poder de la burocracia- construir una nueva

organización para el conjunto de los trabajadores. Las viejas estructuras

sindicales del justicialismo ya no sirven, son parte ya del sistema; por eso no

nos planteamos ahora ganar las 62 mediante la lucha interna, sino recuperar los

sindicatos y la CGT a través de los cientos de combates que lleva adelante la

clase obrera peronista194

194 Periódico Evita Montonera, Nº 9, Noviembre de 1975, 14

150

Desde su surgimiento las Coordinadoras Interfabriles se convertirán en un

órgano de articulación sindical paralelo a la CGT. A partir de octubre de 1975 el BSPA,

enmarcado en la nueva línea política de Montoneros, no se propondrá ya la conquista de

espacios de conducción en las 62 Organizaciones Peronistas. En lugar de ello será

concebida como brazo sindical del Movimiento Peronista Auténtico. Asimismo,

desestimando de hecho la lucha por espacios de conducción en los sindicatos tomará

como espacio central de participación a las Comisiones Internas y, a través de ellas, las

Coordinadoras Interfabriles.

Poco tiempo después el BSPA se enfrentará al triunfo del golpe de estado del 24

de Marzo de 1976 y se convertirá en la plataforma sindical que utilizará Montoneros

para lanzar la Confederación General del Trabajo en la Resistencia. Luego de la rica

experiencia organizativa del período 1973-1976, la estructura sindical de la

organización armada peronista de mayor envergadura nunca llegará a consolidar una

legitimidad y un poder de movilización siquiera comparables con su experiencia

inmediatamente anterior. La estrecha relación entre las Fuerzas Armadas y el capital

local daría impulso a una política represiva antiobrera que se desató con una ferocidad y

una crueldad nunca antes vista en nuestro país. Muchos de los militantes que

protagonizaron los sucesos que intentamos reconstruir en este trabajo pagaron su

compromiso político con su vida.

151

Conclusión

El desarrollo de la Juventud Trabajadora Peronista en Propulsora Siderúrgica de

Ensenada tuvo lugar durante el breve e inestable período constitucional que tuvo lugar

en Argentina entre los años 1973-1976.

Durante esta etapa el primer gobierno justicialista luego de dieciocho años de

proscripción ininterrumpida intentó impulsar un proyecto político-económico de

conciliación de clases y arbitraje estatal que presuponía, para su éxito o fracaso, de una

fuerte centralización y canalización de demandas sectoriales a través de organismos

institucionales apoyados y fortalecidos desde el Estado.

152

El particular contexto económico y político surgido de las entrañas del proceso

encabezado por los militares de la ‘Revolución Argentina’ y apoyado por las fracciones

monopólicas y trasnacionales del capital local constituyó un obstáculo que hizo

imposible la construcción de un nuevo modelo populista.

Como parte de un proceso general de radicalización política plasmado en el

surgimiento de organizaciones de la Nueva Izquierda, algunos sectores de la juventud

argentina intentaron disputar la conducción del Movimiento Peronista e imprimirle a

este un carácter revolucionario y objetivos socialistas. Uno de los proyectos más

ambiciosos en esta dirección soñaba con arrebatar a las 62 Organizaciones Peronistas la

conducción del movimiento obrero argentino. La JTP y otras organizaciones sindicales

que integraron la Tendencia Revolucionaria desarrollaron una estrategia política que

buscaba disputar las herramientas gremiales existentes en lugar de construir espacios

paralelos a ellas.

Esta iniciativa chocaba directamente con el proyecto plasmado

paradigmáticamente en el Pacto Social y en el Plan Trienal del gobierno nacional. En

Propulsora Siderúrgica esta situación conllevó un fuerte conflicto desatado entre un

sindicalismo combativo y democrático por un lado, uno de cuyos pilares más fuertes fue

la JTP, y un sindicalismo burocrático, respaldado por el capital y por el gobierno por

otro.

En este trabajo nos propusimos analizar el proceso de constitución del frente de

masas sindical de Montoneros en Propulsora Siderúrgica, su relación política con la

demás agrupaciones y sindicatos de la planta, la identificación y valoración que tenían

los obreros metalúrgicos respecto de aquel, y su participación concreta en los conflictos

desarrollados en la fábrica durante el corto pero intenso período en que la Juventud

Trabajadora Peronista incidió en el esquema político argentino.

153

En cuanto al surgimiento de la JTP pudimos observar el proceso de la

Agrupación Peronista de Propulsora, la participación en ella de referentes clave que

luego impulsarían el frente de masas montonero en la fábrica, su contacto previo con

referentes de lo que luego sería la burocracia sindical de la Lista Azul, y el trabajo de

acumulación y articulación que el espacio de la APP permitió construir entre los

distintos espacios del peronismo revolucionario.

Al analizar los tres conflictivos momentos desatados en el período 1973-1975

observamos como la JTP articuló su trabajo con otras organizaciones que se

identificaban fundamentalmente con concepciones sindicales antiburocráticas, muchas

de las cuales no integraban el universo político peronista.

Asimismo reconstruimos el proceso de constitución de la Lista Blanca como

espacio que nucleaba a todas las organizaciones que impulsaban una política

antiburocrática en la fábrica, excediendo los marcos del frente de masas montonero. En

esta experiencia estaban incluidos sectores de la militancia de izquierda clasista, como

el Partido Revolucionario de los Trabajadores y el Partido Socialista de los

Trabajadores, así como también otros sectores del peronismo revolucionario, como es el

caso del Peronismo de Base. Por otro lado hicimos referencia a la consolidación de una

legitimidad propia que llevó a la Lista Blanca a un triunfo no reconocido durante las

elecciones gremiales de noviembre de 1973.

Poco tiempo después la Lista Blanca, entre cuyos referentes los miembros de la

JTP tuvieron un papel protagónico, encabezó el importante conflicto de 1974. La inicial

demanda salarial, que chocaba con los presupuestos del Pacto Social, fue articulada con

una demanda de reconocimiento legal de la Lista Blanca como representante de las

bases metalúrgicas de Propulsora Siderúrgica.

154

Durante los últimos momentos de la ‘huelga larga’ de 1974 Montoneros tuvo

una intervención directa en el conflicto que resultó útil para problematizar la relación

entre el frente de masas y la organización guerrillera. Ante posibles lecturas que pueden

enfatizar un rechazo de los trabajadores al accionar guerrillero por su carácter violento

y/o externo al conflicto sindical, nosotros creemos haber encontrado elementos que

relativizan estas visiones. El contexto histórico de creciente polarización y

radicalización política (que por cierto no surgía espontáneamente sino como fruto de los

conflictos precedentes y potenciados desde el Cordobazo) generaba en una cierta

naturalización del recurso a la violencia en el activo de fábrica movilizado en

Propulsora. En la misma línea el carácter público y reconocido de la relación orgánica

entre los referentes de JTP en la fábrica con Montoneros dificulta la caracterización de

la intervención de la organización guerrillera como ‘externa’ a los trabajadores

combativos, e incluso a una franja de las bases obreras de Propulsora.

Siguiendo esta línea pudimos observar algunos elementos en relación a la

interpretación de los obreros de la planta sobre la ruptura entre Montoneros-JTP y el

propio Perón. A pesar del carácter incuestionable de Perón como máximo referente del

movimiento peronista, estas disputas políticas poca mella hicieron en la legitimidad

construida a partir del trabajo cotidiano que la JTP y las otras agrupaciones de la Lista

Blanca y de la Comisión Provisoria realizaron durante mucho tiempo.

Para 1975 la JTP había sufrido fuertes perdidas en la fábrica. Omar Cherri y

Roberto Lopresti se habían visto forzados a renunciar como consecuencia de la

persecución de las organizaciones paramilitares que crecían y presagiaban los

sangrientos años de la última dictadura militar. En ese contexto la JTP intervino en

Propulsora Siderúrgica impulsando la participación de los obreros en la movilización de

las Coordinadoras Interfabriles durante las jornadas de Junio-Julio de 1975, que

155

truncaron momentáneamente el proyecto neoliberal que buscaban impulsar las clases

dominantes locales.

El análisis de tres momentos conflictivos en Propulsora nos permitió, por otro

lado, desarrollar algunos elementos que hacen a los modos en que los trabajadores se

identificaban con la experiencia combativa que expresaba la JTP y la Lista Blanca.

Pudimos, a partir de la investigación realizada, reconstruir el rol central de la Comisión

Interna Provisoria y las bases sobre las que ésta asentaba su representatividad. Esto fue

un punto desde el cual pudimos también considerar la manera en que la JTP, como parte

del conjunto de organizaciones que integraban la Comisión Provisoria, era percibida por

la fuerza de trabajo empleada en la planta.

Por otro lado pudimos observar la participación de obreros ‘activistas’ o

‘adherentes’ de la JTP en particular y de la Lista Blanca en general. Este fenómeno

aparece como un tipo de vínculo específico que puede desarrollarse entre

organizaciones político-sindicales constituidas y las bases a las que representa. Hemos

podido visualizar la emergencia de una movilización de la base obrera en la fábrica que,

sin pertenecer orgánicamente a ninguna organización política, demostró un gran

compromiso e identificación política con la Lista Blanca, vinculo que la JTP pudo

aprovechar especialmente por su política sindical combativa y por la tradición política

en la que se inscribía. Esta base social es la que permite entender la gran capacidad de

movilización que el frente de masas montonero demostró tener en el período estudiado.

Como otro elemento al que aporta el trabajo aparece la capacidad de una sólida

legitimidad política para sobreponerse a los marcos legales-institucionales. El

reconocimiento que supo construir la Comisión Provisoria sobre la mayor parte de la

clase obrera en Propulsora, legitimidad construida por fuera de los estrictos marcos

legales que imponía la Ley de Asociaciones Profesionales, fue un elemento que

156

permitió en cierta medida ‘diluir’ la categorización de los empleados de Propulsora que

conllevaba la representación en gremios escindidos, como era el caso de la UOM y

ASIMRA en la empresa del Grupo Techint. La Comisión Provisoria, surgida

democráticamente del activo obrero pero sin un marco legal, supo construir un consenso

sobre los distintos sectores ocupados en la fábrica que la erigió en referente sindical de

metalúrgicos, supervisores, administrativos, pudiendo así asumir de hecho la

representación que estatutariamente correspondía a más de una estructura gremial.

Estos son los principales aportes que, creemos, hemos podido realizar a partir de

este estudio de caso de una experiencia mucho más amplía como lo fue la de la

Juventud Trabajadora Peronista. Sin dudas otras investigaciones que pongan foco en

experiencias concretas en las que haya tenido participación este frente de masas de la

organización Montoneros podrán ser nuevos puntos de partida para otros análisis.

Esperamos en un futuro poder contribuir en ese sentido.

Bibliografía

Académica

Andujar, Andrea y Santilla, Agustin; El Perón de la fábrica éramos nosotros: las luchas

de Villa constitución 1970-1976, Buenos Aires, Desde el Subte, 2007.

Anguita, Eduardo y Caparrós, Martín; La Voluntad. Tomo 3/1973-1974. Buenos Aires,

Booket, 2007.

Ávila, Gabriela y Viano, Cristina; ‘De la universidad a la fábrica: algunos elementos

para pensar el mundo de la militancia en los primeros ’70 en el Gran Rosario. El

Peronismo de Base’, en Revista Los Trabajos y los Días. Año 1, Nº 1. Facultad de

Trabajo Social de la Universidad Nacional de La Plata, Noviembre de 2009.

157

Baschetti, Roberto: Documentos (1970-1973). De la guerrilla peronista al gobierno

popular, Buenos Aires, de la Campana, 1995.

Bitrán, Rafael; El Congreso de la Productividad. La reconversión económica durante el

segundo gobierno peronista. Buenos Aires, El bloque editorial, 1994.

Bourdieu, Pierre; ‘Las formas del capital’ en Poder, Derecho y Clases Sociales.

Editorial Desclée de Brouwer, España, 2000.

Camarero, Hernán, A la conquista de la clase obrera. Los comunistas y el mundo del

trabajo en la Argentina, 1920-1935. Siglo XXI, Buenos Aires, 2007.

Carnovale, Vera, Los combatientes: historia del PRT-ERP, Buenos Aires, Siglo XXI,

2011.

Castro, Claudio; Paradigma tecnológico, empresa y transformaciones cualitativas.

Techint y el desarrollo energético en la Argentina de posguerra. Trabajo presentado en

el V Coloquio Anual de Historia de Empresas, Universidad de San Andrés, 2006.

Castro, Claudio; “Política industrial y empresa. El fracaso de Propulsora como polo

siderúrgico integrado, 1961-1976”, Revista del Instituto de Estudios Históricos Prof.

Carlos Segretti, Córdoba, 2005.

Celentano, Adrián; ‘Linhart, Badiou y Rancière, a propósito de las fábricas y la

política’, en Revista Sociohistórica, 23-24, 2008.

De Santis, Daniel; Testimonio y memoria: La lucha obrera en Propulsora Siderúrgica y

las jornadas de junio y julio de 1975, La Plata, 1990

Del Campo, H., Sindicalismo y peronismo, CLACSO, Buenos Aires, 1983

Duhalde, Eduardo y Pérez, Eduardo; De Taco Ralo a la alternativa independiente. De la

Campana, Buenos Aires, 2002.

158

Esponda, Alejandra; La carpeta negra de Mamá Propulsora. La reestructuración

productiva desde la experiencia de los trabajadores, Tesis de Licenciatura. Facultad de

Humanidades y Ciencias Sociales. Departamento de Antropología Social, Universidad

Nacional de Misiones, 2007

Esquivada, Gabriela; Noticias de los Montoneros. La historia del diario que no pudo

anunciar la revolución. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2009.

Fabián, Daniel Andrés; Relatos para después de la victoria: sobre obreros

desaparecidos. De la Campana. La Plata, 2012

Franco, Marina; Un enemigo para la nación. Orden interno, violencia y ‘subversión’,

1973-1976. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2012

Fernandez, Fabián; La huelga metalúrgica de 1954. Cuaderno de Trabajo Nº51. Centro

Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, Buenos Aires, 2005.

González Canosa, Mora; Las Fuerzas Armadas Revolucionarias: Orígenes y desarrollo

de una particular conjunción entre marxismo, peronismo y lucha armada. Tesis de

Doctorado, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, UNLP, 2012.

Gordillo, Mónica, “Sindicalismo y radicalización en los setenta: las experiencias

clasistas”, en Lida, Clara E., Crespo, Horacio y Yankelevich, Pablo, compliadores;

Argentina, 1976. Estudios en torno al golpe de Estado. México, D.F.: El Colegio de

México, Centro de Estudios Históricos, 2007.

James, Daniel; Resistencia e Integración, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2010.

Jelin, Elizabeth; “Conflictos laborales en la Argentina, 1973-1976, en Revista mexicana de sociología, Nº 2, 1978

Kahan, Emanuel; Unos cuantos peligros sensatos. Editorial de la Universidad Nacional de La Plata, La Plata, 2008.

Lanusse, Alejandro; Mi testimonio, Lasserre Editores, Buenos Aires, 1977

159

Lanusse, Lucas; Montoneros: El mito de sus 12 fundadores. Buenos Aires, Ediciones B, 2005

Lobbe, Héctor; La guerrilla fabril. Clase obrera e izquierda en la Coordinadora de Zona Norte del Gran Buenos Aires (1975-1976), Buenos Aires, RyR, 2009.

Lorenz, Federico; Los zapatos de Carlito: Una historia de los trabajadores navales de Tigre en la década del setenta, Grupo Editorial Norma, Buenos Aires, 2007.

Marx, Karl; ‘Capítulo 11: La cooperación’, en El Capital. Libro Primero. Fondo de

Cultura Económica, México, 2010.

Ortolani, Luis; ‘Moral y proletarización’, documento interno del PRT-ERP, 1972.

Palma, Laura; Propulsora Siderúrgica. Un conflicto sindical en los años setenta, Tesis

de Grado de la Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias

de la Educación. Departamento de Historia. Dirección Alejandro Schneider, 2008.

Peralta Ramos, Mónica; La economía política argentina: poder y clases sociales

(1930-2006). Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2007.

Portantiero, Juan Carlos; Clases dominantes y crisis política en la Argentina actual, en

El capitalismo argentino en crisis, Buenos Aires, Siglo XXI Argentina Editores, 1973.

Pucciarelli Alfredo (editor); La primacía de la política, Buenos Aires, Eudeba, 1999.

Robles, Horacio; Radicalización política y sectores populares en la Argentina de los

'70: La juventud peronista y su articulación con Montoneros en los barrios periféricos

de la ciudad de La Plata, FaHCE, UNLP, 2011.

Rodríguez, Florencia; Conflicto obrero en AMBA entre 1969 y 1976. Estudio del caso

de Propulsora Siderúrgica, en Memoria de XII Jornadas Interescuelas y departamentos

de Historia CD ROM, San Carlos de Bariloche, 2009

160

Rodríguez, Florencia; “Conciencia de clase y política. El caso de los obreros de

Propulsora Siderúrgica. 1973-1975” en PIMSA, Documentos y Comunicaciones 2010,

2010.

Rofman, Alejandro y Romero, Luis; Sistema socioeconómico y estructura regional en

la Argentina. Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1973

Salcedo, Javier; Los Montoneros del barrio. Buenos Aires, UNTREF, 2011.

Sarlo, Beatriz; Tiempo Pasado. Cultura de la memoria y giro subjetivo. Una discusión.

Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 2005.

Schiavi, Marcos; ‘Clase obrera y gobierno peronista: el caso de la huelga metalúrgica de

1954’, en Schneider, Alejandro (Comp.); Trabajadores. Un análisis sobre el accionar

de la clase obrera Argentina en la segunda mitad del siglo XX, Herramienta, Buenos

Aires, 2009.

Servetto, Alicia, 73-76. El gobierno peronista contra las provincias montoneras. Siglo

XXI Editores, Buenos Aires, 2010.

Soul, M Julia; Transformaciones de las estrategias sindicales en contextos de

Reconversión Productiva. Un estudio de caso en la Industria Siderúrgica. Informe final

del concurso: Transformaciones en el mundo del trabajo: efectos socio-económicos y

culturales en América Latina y el Caribe. Programa Regional de Becas CLACSO. 2006

Svampa, Maristella,; “El populismo imposible y sus actores, 1973-1976” en Nueva

Historia Argentina Vol. 9, Buenos Aires, Sudamericana, 2003.

Torre, Juan Carlos; El gigante invertebrado. Los sindicatos en el gobierno, Argentina

1973-1976. Buenos Aires, Siglo XXI de Argentina Editores, 2004

Torre, Juan Carlos; “El lugar de la UOM en la trayectoria del sindicalismo”, en Ensayos

sobre el movimiento obrero y peronismo, Siglo Veintiuno Editores, Buenos Aires, 2012.

161

Tortti, María Cristina (1998), “Protesta social y “Nueva Izquierda” en la Argentina del

GAN”, en Pucciarelli Alfredo (editor); La primacía de la política, Buenos Aires,

Eudeba, 1999.

Verbitsky, Horacio; Ezeiza. Editorial Contrapunto, Buenos Aires, 1985.

Walsh, Rodolfo; Quién mato a Rosendo, Ediciones de la Flor, Buenos Aires, 1994.

Werner, Ruth y Aguirre, Facundo, Insurgencia obrera en la Argentina 1969- 1976.

Clasismo, coordinadoras interfabriles y estrategias de la izquierda. 2009, Buenos

Aires, Ediciones IPS.

Diarios y revistas

Diario Noticias, años 1973 y 1975

Diario El Día, años 1973 y 1975

Revista Evita Montonera, números 1-4

Revista El Descamisado, números 0-27

Revista Fichas de Investigación Económica y Social, 1964-1966

Revista Pasado y Presente

Periódico El Combatiente, número 163

Documentos

Sobre la Ley de Asociaciones Profesionales, folleto de la JTP, s/f.

Sobre la Ley de Asociaciones Profesionales, Cuadernillo Especial de la JTP, s/f.

“Vea, vea, que lindo cachetazo, los obreros le ganaron al borracho Matarazo”, folleto de

la JTP, Julio de 1974.

“Lineamientos generales”, cuadernillo especial de la JTP publicado con el número 17 de

El Descamisado, 11 de Septiembre de 1973.

162

JOTATEPE, publicación quincenal de la Juventud de Trabajadores Peronistas, número

1, Octubre de 1973.

Entrevistas realizadas

Chaves, Gonzalo Leónidas (2012 y 2013). Militante de la JP y de la JTP de La Plata,

integrante de Montoneros.

-------------------------------- (2003). Realizada por Lucas Lanusse.

De Santis, Daniel (2013). Militante del PRT-ERP, trabajador de Propulsora Siderúrgica.

Fernández, Juan (2012). Militante de la JTP, integrante de FAR y Montoneros.

Sandez, Alejandro (2013). Trabajador de Propulsora Siderúrgica, simpatizante de la

Juventud Trabajadora Peronista y de la Lista Blanca

Rave, Luis (2013). Militante del Peronismo de Base, integrante de las Fuerzas Armadas

Peronistas. Trabajador de Propulsora Siderúrgica.