(M) 2. Efectos de la formaciÃ³n policial · 2008-09-15 · PALABRAS CLAVE: Victimización, Violación, Agresión sexual, Formación policial, Cambio actitudinal. ABSTRACT The article

EFECTOS DE LA FORMACIÓN POLICIAL EN ELCAMBIO ACTITUDINAL HACIA LA AGRESIÓNSEXUAL*

POLICE TRAINING EFFECTS ON ATTITUDINALCHANGES TO SEXUAL AGGRESSION

Miguel Ángel Soria Verde1

Inma Armadans Tremolosa2

RESUMEN

El artículo analiza los cambios actitudinales provocados por la formación policialhacia las mujeres agredidas sexualmente. Se administró un cuestionario de 10 ítems demitos/realidades sobre las agresiones sexuales a un total de 393 aspirantes a policíaslocales y autonómicos de la Escuela de Policía de Cataluña. Se realizó un pre y post-testtras una formación específica en victimización de 20 horas.

Los resultados mostraron un cambio actitudinal significativo, con una mejora en lapercepción social de la agresión sexual. Al mismo tiempo se plantearon efectos nodeseados en la formación y diferencias no esperadas por sexo, nivel educacional y tipode policía. Dichos resultados permiten confirmar la relevancia de la formación policialen los cambios actitudinales, la diferencia entre información y formación como proce-sos de cambio y al mismo tiempo la necesidad de establecer procesos cualitativos deselección en las unidades especializadas de atención a mujeres victimizadas más allá dela variable sexo.

Anuario de Psicología Jurídica, 2006 25

Anuario de Psicología Jurídica, Volumen 16, año 2006. Págs. 25-39. ISSN: 1133-0740

ESTUDIOS

* El presente artículo se basa en los resultados obtenidos en la investigación cofinanciada por l’Escolade Policia de Catalunya, l’Institut Català de la Dona y la Universitat de Barcelona.

1 Profesor de Psicología Jurídica. Facultad de Psicología y de Criminología. Profesor de MediaciónMatrimonial. Facultad de Derecho. Universidad de Barcelona.

2 Profesora de Psicología Social. Universidad de Barcelona.

Fecha de Recepción: 20-10-2006 Fecha de Aceptación: 02-03-2007

PALABRAS CLAVE: Victimización, Violación, Agresión sexual, Formación policial,Cambio actitudinal.

ABSTRACT

The article analyzes the attitudinal change in the police academy about women sex-ual victimization by effect of specific training. A questionnaire of 10 items composedby myths and facts of sexual aggression in women was administred to 393 local andautonomous police students in the Cataluña Police Academy. We used a pre, post-testevaluation after 20 hours of specific training in victimization.

The results showed an attitudinal change, with a better social perception of the sex-ual aggression. But at the same time we found mom wanted training effects and dif-ferences not expected in sex, educational level and typology of police organization.Results can confirm the relevancy of police training in attitudinal change, the relevancyof information and formation in attitudinal change and the necessity to develop quali-tative systems for officer’s selection that work in specialized units of women victimsattention more than a variable sex qualification.

KEY WORDS: Victimization, Rape, Sexual aggression, Police training, Attitudinalchange.

Efectos de la formación policial en el cambio actitudinal hacia la agresión sexual

26 Anuario de Psicología Jurídica, 2006

INTRODUCCIÓN

La preocupación científica por el rolde la víctima en la génesis y el desarrollodel delito se inicia en 1948 cuando VonHeting realiza un estudio epidemiológi-co forense sobre la relación agresor-vícti-ma en delitos de homicidio. La investi-gación abrió las puertas a la teoría de la“victim-precipitation” o delito precipita-do (provocado) por la víctima. Según suconcepción, la víctima provocaría el deli-to mediante su comportamiento directoo indirecto. Pero su aplicación se realizóde forma casi exclusiva en delitos sexua-les (Soria y Hernández, 1995).

A mediados de los años 70 y dentrodel ámbito anglosajón se empieza a cri-ticar esta visión enfatizándose en la vic-timización como un problema social.Esta situación es fruto de la conjunciónde tres procesos diferentes: la apariciónde nuevos sistemas de evaluación de lacriminalidad que demostraron la existen-cia de una tasa de victimización muysuperior a la aparecida en las estadísti-cas tradicionales. En segundo lugar lacrítica del funcionamiento de las institu-ciones judiciales y policiales en la aten-ción a las víctimas, especialmente endelitos característicos de las mujeres.Finalmente el movimiento feministaremarcó el aspecto anterior al mismotiempo que critica el papel de las institu-ciones públicas y sus representantes alreflejar una determinada distribución delpoder social , y en consecuencia trans-miten determinadas formas culturalesde dominio y opresión hacia la mujer.

La psicología de la victimización pos-tula algo diferente al considerar que la

estigmatización social de las víctimas esun hecho ligado a fenómenos persona-les (creencias y valores) y sociales (proce-so de socialización, experiencia, proce-sos formativos, etc.). Coincidiendo conel movimiento feminista esta rama de lapsicología jurídica destaca como dichofenómeno institucional, denominado“segunda victimización” por la victimo-logía se muestra especialmente acusadoen los delitos contra la mujer, especial-mente aquellos sexuales y de violenciadoméstica (Soria, 1992; Albertín, 2006).

Los estudios sobre la estigmatizaciónpolicial de la mujer victimizada apareceen la literatura científica a mediados delos años 70 definiéndose la segunda vic-timización como el proceso mediante elcual el contacto de la víctima con lasinstancias de control social formal deldelito (policía y justicia) puede resultarmás traumática que el propio delito ensi mismo. Ello aparece claramente refle-jado en las encuestas de victimizacióndonde los delitos contra las personas sedenuncian, al menos, la mitad queaquellos contra la propiedad (Van Dijk ycols. 1990).

Entre los motivos esgrimidos paraexplicar esta baja tasa de denuncia des-tacan, en primer lugar la mayoría deagresiones sexuales poseen una “conno-tación privada” desde la perspectivapolicial. Así los hechos descritos sebasan exclusivamente en la declaraciónverbal de la víctima sin otras pruebasadicionales. Pero además la policía y lajusticia no tienden a considerar el testi-monio de la mujer como fiable y válidocomo en el resto de delitos con caracte-rísticas similares (Centre d’Estudis Jurí-

M. A. Soria, I. Armadans


dics, 1989) sino subjetivo y partidista.Pero estudios como los de Bell (1985)destacan como la policía tampoco tien-de a iniciar acciones judiciales a pesar dela observación de determinados hechossi la mujer no decide denunciarlos.

Un segundo elemento significativoson los elementos procesales penales.Tradicionalmente la mujer victimizadaobserva como la objetividad exigida porla policía y la justicia se transforman y setiende a poner en duda el comporta-miento de la víctima durante el delito,así como toda su vida social anterior(vida íntima, relaciones afectivas, sexua-lidad, etc). En trabajos recientes (Fernán-dez,2004; Doménech e Iñiguez, 2002)se enfatiza que es necesario comprenderla victimización criminal como un proce-so complejo donde deben incluirse atodos los elementos básicos que la inte-gran: víctimas, agresores y contexto dela violencia si se desea analizar la per-cepción sostenida sobre uno de suscomponentes.

Un tercer factor importante a teneren cuenta es el elevado desconocimien-to que las víctimas poseen del sistemapolicial y judicial español. Este aleja-miento se debe a un pasado histórico-cultural, pero también de coste econó-mico efectivo y de una legislación penalno excesivamente protectora de las vícti-mas (Soria, 1992). En resumen, la inter-posición de una denuncia abre las puer-tas a un subsistema social con reglas ycontenidos desconocidos para la víctima(Block, 1989).

La psicología policial ha señalado otrofactor muy relevante para comprender

la actitud de la policía hacia la mujer vic-timizada, la “subcultura policial” con-ceptualiza el rol social de la mujer deforma tradicional, y en gran medidadependiente del hombre con una visiónmuy limitada de la agresión sexual y suscaracterísticas definitorias. Por ejemploSmith, Visher y Davidson (1984) obser-van como las mujeres de raza blancaeran mejor tratadas que aquellas deraza negra delante de un mismo delito.

La literatura feminista añade otro fac-tor importante, “el etiquetaje social”,según el cual una mujer violada no tien-de a rotular de esta forma la situaciónocurrida al no responder a un estereoti-po cultural creado, por ejemplo existeuna tendencia a considera tan sólo lapenetración vaginal como violación real(Orcutt, 1988).

Los estudios que relacionan la forma-ción policial y la atención a las mujeresvictimizadas son escasos, además lamayoría de ellos se centran en la violen-cia doméstica. Respecto a las agresionessexuales destaca el trabajo de Herrero yGarrido (1993) que sin hacer un especí-fico estudio de la formación, analiza lasactitudes policiales hacia la víctima deviolación en cinco grupos: poblacióngeneral, estudiantes de psicología, dere-cho, trabajo social y academia de policíanacional. En sus conclusiones destacaque las actitudes más desfavorables seproduce en función de cuatro paráme-tros: visión tradicional de la mujer en lasociedad, conservadurismo sexual, acep-tación de la violencia interpersonal y cre-encias sexuales adversas. Si observamosespecíficamente el grupo de estudiantesde policías, este muestra las actitudes



más desfavorables hacia la víctima-mujer de una violación al mantener lavisión más conservadora sobre el rol dela mujer en la sociedad, la aceptación engran medida de creencias sexualesadversas y de violencia interpersonalque el resto de grupos de estudiantes.

En el mismo estudio destaca queaquellos sujetos más jóvenes y con unamayor formación muestran unas actitu-des más favorables hacia las víctimas, asícomo el hecho de conocer alguna mujerviolada.

Un estudio desarrollado por VanMaanen (1973) añade a la investigaciónotro factor previamente destacado. Elautor destaca que los aspectos subcultu-rales de la academia juega un papel enla interpretación del mundo que lesrodea. El hecho de llevar un uniformeles enseña una fuerte cohesión grupalque afecta al conjunto de aspectos for-mativos-académicos, además la expe-riencia allí desarrollada actúa como unafuente de identificación profesional. Ensíntesis la academia aporta a la personauna expectativa de rol o comportamien-to delante de las mujeres victimizadasde forma compartida con el conjunto dela institución policial.

Finalmente en 1991 Sgarzi estudia enBoston los efectos de la formación sobrela policía y su efecto sobre el cambio deactitudes hacia la mujer victimizada. Susresultados son muy claros, la formaciónno logra cambiar de forma significativala subcultura policial, aunque sí apare-cen modificaciones importantes, no sig-nificativas estadisticamente, en la formade percibir la violencia contra las muje-

res y las formas de intervención policialdelante de ellas.

METODOLOGÍA

Objetivos

El objetivo de la presente investiga-ción es conocer si la formación básicaimpartida a los aspirantes a policía auto-nómica y local induce cambios actitudi-nales hacia los delitos de agresiónsexual.

Descripción de la muestra

La población del estudio fue el con-junto de aspirantes a policía autonómicade Cataluña y Policías Locales de laEscuela de Policía de Cataluña, un totalde 417 sujetos. La mortalidad estadísticafue del 6% (24 personas) debido a tresmotivos: la no finalización del procesoformativo, la imposibilidad de aplicaciónde la fase post-test del estudio y ausen-cia de una o más respuesta en los cues-tionarios. Así, la muestra definitiva fuecompuesta por un total de 393 sujetos.

Método

El estudio constó de dos administra-ciones consecutivas del mismo cuestio-nario sobre mitos sociales de agresiónsexual (variable independiente). La pri-mera administración tuvo lugar antesdel inicio del proceso formativo y lasegunda dos o más meses más tarde.Como variables dependientes se analiza-ron el sexo de los futuros agentes, el



nivel de estudios y el tipo de policía depertenencia.

Entre ambas administraciones losfuturos agentes recibieron la formacióngeneral de la academia, donde parcial-mente se abordaba la temática en algu-nas asignaturas, cursillos, seminarios oconferencias, pero además y de formaespecífica se les facilitaba una formaciónconcreta sobre la materia en una asigna-tura del programa de formación. Estadocencia abordó la temática de lasmujeres victimizadas durante 20 horas eincluyó, entre otros temas: fundamentosde la intervención policial asistencial,intervención policial en crisis, proceso devictimización criminal, víctimas de agre-siones sexuales y violencia doméstica ysus secuelas psicológicas.

Instrumento de medida

Se elaboró un cuestionario sobre losmitos y creencias sobre las agresionessexuales compuesto por 10 afirmacio-nes. Para la valoración de las mismas sehan tomado como referencia diversosestudios nacionales e internacionales(Soria y Hernández, 1995). Estas son:

1. La agresión sexual está motivadapor el deseo sexual (falsa).

2. Las propias víctimas invitan a laagresión al ir vestidas de formaseductora o provocativa (falsa).

3. Muchos violadores actúan unasola vez (falsa).

4. Sólo las mujeres de edades másjóvenes son agredidas sexualmen-te (falsa).

5. La mayoría de víctimas se resisten

a la agresión aunque no exista unarma (falsa).

6. La violación se produce al perderel hombre su autocontrol por laprovocación de la mujer (falsa).

7. Las mujeres no suelen acostum-brarse a inventar historias de vio-lación para volver a verse con suamigo (cierta).

8. La mayoría de agresiones sexualesse producen por personas conoci-das y próximas a la víctima (cier-ta).

9. Todas las víctimas de violación son“personas de buena reputaciónsocial” (falsa).

10. La mayoría de agresiones sexualesno se producen en la calle y enlugares muy solitarios (cierta).

La respuesta al listado de mitos/reali-dades fue de tipo dicotómica, verdaderoo falso. Al ser aplicado grupalmente, seles ofreció un tiempo relativamentebreve para la cumplimentación y se evitóespecialmente el intercambio de opinio-nes sobre el mismo.

RESULTADOS

Del análisis descriptivo puede desta-carse que un 91’58% de la muestraeran hombres y un 8’42% mujeres. Un60’05% eran policías autonómicos y un39’95% policías locales. El nivel de estu-dios era fundamentalmente de BUP, FP oCOU 65’1% y tan sólo un 3’6% conestudios superiores.

Respecto al cuestionario de mitossobre la agresión sexual podemos desta-car como la formación produce una



visión más realista de estos delitos. Enconjunto los aspirantes a policías ya tení-an una visión bastante aproximada a larealidad pues tan sólo tres mitos sondefendidos erróneamente con una tasainferior al 50%, al considerar que lamayoría de agresiones se producen porpersonas desconocidas a la mujer victi-mizada (39’5%), tienden a resistirse aúncon la presencia de un arma (24’5%) ysuelen producirse en la calle y lugarespoco concurridos (22%). La segundaadministración mostró una mejor per-cepción social de dicha realidad. Es más,el cambio fue aún más significativo en

los tres mitos anteriormente citados. Esde destacar que el mito relativo al“deseo sexual” sufrió un cambio signifi-cativo tras la formación. Tan sólo la cre-encia cierta de que los violadores actúanuna “sola vez” disminuyó en su intensi-dad inicial contrariamente a lo esperado.

Si establecemos el volumen de suje-tos que aciertan las realidades socialessobre la agresión sexual, observamoscomo la media de aciertos es de 7 ítemssobre un total de 10 ítems (36’13%),pero este número sube hasta los nueveítems tras la formación (34’88%).



Tabla 1.Nivel de acerto por ítems (%)

Si analizamos los efectos de la forma-ción según el sexo de los agentes,observamos como los policías hombresadoptan una visión más realista que laspolicías mujeres. El mayor incrementoaparece al creer que la agresión sexualse produce entre personas conocidas(54’5% hombre y 45’5% mujeres) asícomo al considerar que la agresión sueleproducirse en lugares conocidos por la

víctima (44’5% hombres y 33’3% muje-res).

También puede observarse efectos nodeseado de la formación, así un –8’6%de los hombres y un –3% de las mujeresincrementaron el mito erróneo de laactuación única de los violadores. Asi-mismo los hombres tienden a arraigaraún más el mito de la “mala reputación



Tabla 2.Volumen de aciertos sobre el total de ítems (%)

social de la víctima” (–1,39%) y lasmujeres sobre la provocación/seducciónde la víctima (–6,06%).

La variable nivel de estudios tuvoinfluencia relativamente escasa en elcambio actitudinal hacia la agresiónsexual. Así la formación genéricamenteincrementa unas creencias más realistasal margen del nivel cultural propio de lapersona. También debemos destacarque dos mitos fuertemente arraigadosen el grupo de estudios superiores,como son el considerar que las agresio-nes se producen por personas descono-

cidas y en lugares solitarios y alejadosdel domicilio experimentan un cambioradical, el primero pasa del 14’28% al

92’85% de aciertos y el segundo del21’42% al 100%.

El mito de la pérdida de autocontrol delagresor como causa de agresión se man-tiene en el grupo de estudios superiores(100%), baja en el intermedio y vuelve asubir ligeramente en los niveles de estudiosmás bajos, adoptando una forma de “U”.

El mito de las víctimas como “perso-



Tabla 3.Incremento de aciertos entre la 1.ª y la 2.ª administración por sexos (%)

nas de buena reputación social” se veafectado por el nivel de estudios, así enel grupo intermedio y el superior pode-mos observar como la formación refuer-za ligeramente el mito, objetivo no dese-ado. Por contra en el grupo de estudiosmás bajos la formación si favoreció laadopción de una visión más realista.

Si analizamos los resultados según lapoblación de destino del Policía Localdetectamos como el mito de la violacióncausada por la “pérdida del autocontrol”del hombre ante la provocación de lamujer está más arraigado a medidaascendemos en el tamaño del municipioen la primera administración, pero tras laformación los tres tipos tienden a igualar-se en los resultados. Si dividimos la mues-

tra por tipología de cuerpo policial, des-taca un mayor porcentaje de cambio enlas policías locales que en la autonómica(7% frente al 2%) haciendo que amboscolectivos se igualen en el post-test.

Respecto al mito de “invención dehistorias de violación” por parte de lasmujeres para volver a verse con suamigo destaca un mayor impacto de laformación sobre la Policía Local, perocontrariamente a lo esperado se arraigamás en la Policía Autonómica (–0,4%).

Finalmente destaca que los aspirantesa las policías locales de municipios infe-riores a 10.000 habitantes tienen comomito arraigado la “provocación de la víc-tima”. La influencia de la formación



Tabla 4.Formación, nivel de estudios y aciertos (%)



Tabla 5.Cuerpo policial y mito de «pérdida de autocontrol» (%)

Tabla 6.Cuerpo policial y mito de «invento de historia de violación» (%)

resulta evidente en las policías locales demunicipios menores a 10.000 habitantesdonde pasa del 82’7% al 98’1% con unincremento del +6’6%. Contrariamentea lo esperado aquellos aspirantes a poli-cías en municipios intermedios (10-15.000 habitantes) se produjeron unmayor arraigo de la actitud (-1,8%).Entre los dos cuerpos policiales el impac-to de la formación fue superior en lapolicía local (+5,8%) a la autonómica(+3,4%) pero al mismo tiempo esta últi-ma tenía una percepción más ajustada ala realidad.

CONCLUSIONES

La formación de los aspirantes a poli-cía influye en la adopción de una visión

más realista de la mujer como víctima dedelitos de agresiones sexuales. Si bientodos los mitos analizados mostraron unretroceso significativo, es decir unamejor actitud hacia la mujer victimizada,también aparecieron tendencias contra-rias a lo esperable inicialmente.

En segundo lugar, el incremento en lapercepción real sobre la agresión sexualo cambio de actitud se observó conmayor intensidad justamente en aque-llos mitos erróneos más arraigados ini-cialmente, siendo por orden de intensi-dad: lugares solitarios de comisión deldelito, resistencia de la víctima, aún enpresencia de un arma y autores desco-nocidos para la víctima.

El sistema de creencias sobre la agre-



Tabla 7.Cuerpo policial y mito de «provocación de la víctima» (%)

sión sexual es adecuado a la realidadsocial, así los aspirantes a policías parti-cipantes en el estudio mostraron unamedia inicial de 7 aciertos sobre el totalde los 10 mitos/realidades planteados yse elevó a 9 tras la formación, represen-tando un cambio del +20% sobe los pri-meros resultados. No obstante, debe-mos puntualizar que tan sólo un13’48% de los aspirantes fueron capa-ces de acertar todas las realidades plan-teadas al final del estudio.

Un elemento contradictorio y a la vezun efecto no deseado de la formaciónfue un descenso global del 8’1% en larealidad de que “muchos violadoresactúan una sola vez”, siendo el incre-mento aún mayor en los hombres. Asi-mismo las mujeres reafirmaron muchomás el mito de la “provocación/ seduc-ción de las víctimas y los hombres de su“mala reputación social”.

Contrariamente a lo esperable noexistían diferencias significativas en laadministración inicial en la visión de laagresión por sexo, pero si al final dondelos hombres tuvieron una visión másrealista. Ello contradice la tendenciaorganizativa de los cuerpos de seguri-dad de crear unidades de atención amujeres compuestas exclusivamente porpersonas del mismo sexo y nos hacepensar en la necesidad de desarrollaruna selección individualizada centradaen los recursos personales y unas actitu-des más acordes con el cambio de unarealidad social y no centrada exclusiva-mente en la variable sexo. La ausenciade diferencias iniciales y la resistencia alcambio en mujeres pueden deberse a laexistencia de dos creencias, la de invul-

nerabilidad y control, así las mujeres-policía intentarían distanciarse de laidentificación con la víctima y compor-tarse de forma que muestren capacidadde control sobre la situación frente uncolectivo mayoritariamente masculino(subcultura policial).

Los aspirantes a policía con un nivelde estudios superiores tenían una visiónmás precisa y ajustada de la victimiza-ción, que los otros grupos tendían aigualar por efecto de la formación. Ade-más aquellos ítems más distorsionadosen el grupo superior mostraron unmayor cambio, es decir hubo un mayorimpacto de la formación. Destacar comoel mito de “pérdida de autocontrol”adopta una relación de “U” con el nivelde estudios en la primera administra-ción.

No se hallaron diferencias entre losdistintos colectivos de policías localesrespecto a su percepción de las agresio-nes sexuales. No obstante si mostrarondiferencias específicas en tres mitos. Asíen aquellos aspirantes de municipiospequeños (menos de 10.000 habitantes)el mito de la “provocación de la vícti-ma” se encontraba inicialmente másarraigado, en municipios intermedios(10-50.000 habitantes) el mito de lainvención de “historias de violación” yen mayores de 50.000 habitantes la“pérdida del autocontrol”.

Respecto a las diferencias entre losdos cuerpos policiales estudiados, loca-les o autonómicos, tampoco se encon-traron diferencias entre ellos, pero sialgo más alta la presencia de tres mitosen el último colectivo: “pérdida de



autocontrol”, “provocación de la vícti-ma” e “historia de violación”. La for-mación tuvo un mayor impacto en losaspirantes a policías locales que produ-jo una nivelación de resultados en lasegunda administración. Debe desta-carse también que en aspirantes a poli-cías locales de municipios entre 10-50.000 habitantes se produjo de formainesperada, un efecto de potenciacióndel mito de “provocación de la vícti-ma” tras la formación. Este efectoindeseado se observó también en lapolicía autonómica en el mito de “his-toria de violación”.

Los resultados obtenidos muestran lanecesidad e importancia de un procesoformativo para inducir cambios actitudi-

nales, pero al mismo tiempo los efectosno deseados en algunos ítems puededeberse a tres posibilidades, las posiblesinterferencias con otros ámbitos forma-tivos pudiendo generar en el aspiranteuna distorsión en su percepción real(variable no controlada en el estudio), lanecesidad de una mayor precisión en elproceso formativo o bien, como pensa-mos la necesidad de diferenciar entreinformación y formación, así la transmi-sión de la primera no implica un cambioactitudinal en la dirección deseada.

En segundo lugar también nos señalala necesidad de diseñar una formaciónespecializada por grupos policiales ade-cuándola a su ámbito de intervenciónposterior.





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