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163 “Macario”, un mundo posible a través de la inconscienciaEscritos, Revista del Centro de Ciencias del LenguajeNúmero 30, julio-diciembre de 2004, pp. 163-176

“Macario”, un mundo posiblea través de la inconsciencia

Luis Javier Hernández Carmona

”Macario”, de Juan Rulfo, cons-tituye la estructuración de unmundo posible a través de los“juegos de la inconsciencia”. Unnarrador-personaje que conoceel mundo y sus alrededores a tra-vés de los comentarios de su ma-drina y Felipa entroniza el hilodiscursivo desde el autismo, pararevelar una serie de “incausali-dades” originadas por el miedoa la condenación y el temor deno ver a sus padres en el “lugar”donde se han ido luego de lamuerte. Este “juego de lo absur-do” se hace verosímil a través dela articulación del sociolecto eidiolecto, que actúan a manerade legitimantes de ese mundo fic-cional y posibilitan la asunciónde una historia textual que des-borda los límites de la realidad realy presupone constantes relevos dediscursos que dramatizan el “des-tino actancial” del personaje.

En verdad este cuento es un dramaintenso en miniatura que desnuda ladesolación de toda una vida.

Donald Gordon

EL MUNDO POSIBLE EN MACARIO

“Macario”, de Juan Rulfo, constituye un mundo posible a través delmonólogo interior del sujeto-personaje, mientras espera la salida de

Juan Rulfo’s Macario constitutes aconstruction of a possible worldthrough “unconsciousness games”.A narrator-character that knowsthe world and its surroundingsfrom the comments of his godmo-ther and Felipa enthrones the dis-cursive thread from autism to re-veal a series of “incausalities” ori-ginating from fear of condemnationand the fear of not seeing his pa-rents in the “place” where theyhave gone after dying. This “gameof the absurd” becomes crediblethrough the articulation of the so-ciolect and the idiolect that act tolegitimate that fictional world andallow the assumption of a textualstory that goes beyond the limits ofreal reality and presupposes cons-tant relays of discourses that dra-matize the character’s “actancialdestiny.”

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las ranas que molestan y no dejan dormir a su madrina. A medidaque transcurre la espera, Macario hace una reflexión “ajena” so-bre sí mismo surgida de voces exteriores (la madrina y Felipa), quecrean el ambiente de “veracidad” y desdibuja el axis textual de lanotación actancial de “Macario”.

Su estado de inconsciencia lo lleva a hacerse una mirada inte-rior para percibir su mundo a través de terceros, de sustitutos encuanto a la elaboración del discurso en el texto. Estos relevos dediscursos, este conocimiento –reflexión– a través de sustitutos sonlos que estructuran el relato, mostrando un personaje-narrador quefocaliza una visión del mundo a través de terceros:

Dicen en la calle que estoy loco porque jamás se me acaba el hambre.Mi madrina ha oído que eso dicen. Yo no he oído1.

Voces alternas fundamentan un “holograma” en “Macario”, el cualse convertirá en el argumento textual y la posibilidad del actante enel procedimiento ficcional surgido de los “temores a la condena-ción”. La imposibilidad de ser “oidor” es limitante para acceder aldiscurso-conocimiento, la carencia de escucha prela la apariciónde una “voz” autónoma y consciente.

La sucesión –pliegues– de relevos de discursos permiten al per-sonaje ‘conocer’ su estado a través de lo oído por su madrina en lacalle o por lo que dice Felipa, en una transpolación del conocimien-to bajo la carga de credibilidad impregnada por la “concepción”articulada en forma de verdad irrefutable:

Felipa dice que los grillos hacen ruido siempre [...] para que no seoigan los gritos de las ánimas.

El escucha sigue persuadido por el discurso que llega a través de lamadrina y Felipa, sus fuentes de conocimiento, mientras él estásumido en la inconsciencia y limitado a la observación-conocimien-to del mundo que puedan tener estos dos personajes, articuladoresde la reducida visión del “ser” que cavila en espera de la salida delas ranas.

1 Todas las citas sobre “Macario” fueron tomadas de: Juan Rulfo. El Llano enLlamas. Barcelona: Editorial Planeta, 1975.

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Esta estructuración del esquema narrativo de “Macario” lo pro-yecta a partir de la sustitución o relevo del discurso, posibilitandouna “relación de poder” en función a la percepción a través deterceros. Las miradas externas que asume como suyas constituyenlos “ideologemas” que regirán la conducta de Macario y su sumi-sión ante la realidad por la ‘veracidad’ y legitimación del discursoproveniente de su madrina y Felipa que, a su vez, son intérpretes deotras voces. Macario no tiene “voz propia” porque no es “escu-cha” directo de una realidad circundante, está imposibilitado a ha-cerse una mirada interior por sí solo, de evocar-reflexionar sobre símismo.

Esta mirada externa utilizada por Rulfo en “Macario” se conso-lida, a manera de recurso fundamental, en la elaboración del dis-curso dentro del texto, lo cual posibilita la aparición de sustitutos, derelevos de discursos que provocarán la representación de versio-nes de la realidad, tanto para Macario como para el lector. Conesta forma estructurante del discurso se logra impregnar de verosi-militud y credibilidad al texto y soportar la legitimación de ese mun-do posible literario construido a través de Macario. Es una legitima-ción provocada por los testimonios de la madrina y Felipa:

Yo no me acuerdo. Pero, a todo esto, es mi madrina la que dice lo queyo hago y ella nunca anda con mentiras.

Estos testimonios-argumentos de la madrina y Felipa, conocidos através del monólogo interior del narrador (Macario), son las clavesque organizan el modelo de mundo autentificado a través de recur-sos que constituyen la visión de realidad y enmascaran la ficción.En ellos radica la “textualidad ficcional” o los “procesos textualesde la ficción”, que establecerán la notación del mundo posible y elacceso a la realidad fundada en el relato “Macario”. En tal sentido,la perspectiva del narrador se basa en un recurso novedoso, incor-porar como actante-discursivo a un ser que no posee “voz propia”,sino es “escucha-obediente”. En la asunción del monólogo interior,el personaje reconstruye su mundo a partir de “voces otras” queson las voces de su historia, historia conocida por terceros y no porél mismo, lo que ocasiona un lazo de dependencia-dominación. Su


historia discurre a medida que espera la salida de las ranas y escu-cha en el recuerdo las voces que dan cuenta de su existencia.

La omnisciencia del narrador ha sido desplazada por otro tipode miradas que nos permiten intervenir en el proceso de recons-trucción del relato a través de los relevos discursivos. Ya el narra-dor deja de ser un pequeño Dios que conoce todo sobre los perso-najes y su entorno, abriéndose una multiplicidad de perspectivaspara penetrar en las múltiples facetas de los personajes y su “movi-lidad textual”, volcándose y constituyéndose los elementos de lanarración en un cuerpo orgánico de acción y relacióninterdependiente.

El monólogo interior y la inconsciencia misma de Macario per-miten los relevos de discursos, haciendo una narración intermitentey pluridimensional. A través de los “saltos” del monólogo interiorde Macario se puede visualizar su condición mental y su universo,el estado caótico y de enclaustramiento en el que vive el personajeencerrado en sí mismo y su propia palabra. El conocimiento llega através de fragmentos de discursos provenientes del exterior, lo cualhace más descarnado el drama que vive el personaje en medio desu condena. Configura el ejemplo sentido de la condición del “ser”sumido en un mundo de amenazas y acechos, demonios y santosque se conjuran en un solo temor.

“Macario” deja entrever en su estructura claves que permitencoordenadas de significación sobre el personaje y su mundo. Estose logra por medio de la mirada interpretativa del lector/participan-te en la reconstrucción del mundo literario planteado por Rulfo. Enun escenario estático revolotea la memoria fragmentada del perso-naje y constituye el “bordear” narrativo alrededor de un mismopunto temático, configurando el orden narrativo bajo cierta nociónde circularidad, al enlazarse el final con el inicio:

Estoy sentado junto a la alcantarilla aguardando a que salgan lasranas. […] Ahora estoy junto a la alcantarilla esperando a que sal-gan las ranas.

Dentro de la concepción de espacio físico no existe movilidad porparte de Macario, el recuerdo asumido como la “voz” que viene de


fuera es quien permite la irrupción accional dentro del relato y hacedel monólogo una espiral sin fin, el último párrafo es una vuelta a lasituación inicial, provocando el giro de la memoria sobre la mismacadena de obsesiones. Es un “discurso tautológico” donde se repi-ten siempre los mismos contenidos, ello es propio del discurso autista.

Por una parte, la madrina representa la protección física deMacario, al ser la proveedora del alimento y del amparo ante lasamenazas del mundo exterior. También representa la condenaciónsi se molesta con sus acciones, recurre a la hilera de santos quetiene en su cuarto y manda a los diablos para que lo lleven a lacondenación eterna y no pueda ver a sus padres que están en elpurgatorio. Esto focaliza a la madrina como la detentadora del po-der frente a Macario, prefigurándola a manera de “dictaminadorade su destino”.

Mientras Felipa representa la protección, la sustituta maternal,quien comparte con Macario su alimento, le da a beber de sus pe-chos mientras satisface su erotismo en las noches de miedo y oscu-ridad. Además, es quien intercederá ante Dios por él para que nose condene por sus pecados y así pueda alcanzar el “objeto de sudeseo”: encontrarse con sus padres en el purgatorio, que no es másque la prolongación del sufrimiento de Macario en la “otra vida” yla negación de alcanzar el paraíso prometido por los preceptosdivinos.

En torno a estas situaciones, opuestas por demás, conocemos aMacario, percibimos su entorno y nos permite situarnos dentro delmundo posible que se plantea a través de la plática consigo mismo,para luego irradiar como vehículo de comunicación con el lector/receptor. Se transforman estos relevos de discursos en agentesideológicos, idiolectales y subjetivos que representan la forma ex-presiva de un mundo ficcional vestido de realidad, credibilidad yverosimilitud por medio de agentes legitimadores del relato.

PRESENCIA DEL IDIOLECTO

Indudablemente dentro de Macario subyace ese saber colectivo-socializado que fija pautas, normas e ideologías a los sujetos. Ennuestro caso concreto se vislumbrará a partir de la creencia mítico-


religiosa del castigo de los pecados en el infierno y la presencia delos demonios. La divinidad, a manera de ser excluyente y castigadora,se fundamenta en el temor y la sumisión a partir del deseo de en-contrarse en otra instancia con sus padres para superar la actualcondición de desamparo en que se encuentra.

Para abordar y explicar el “sociolecto” dentro del texto “Maca-rio”, he considerado pertinente apoyarme en la tesis sobre la ima-gen del mundo que sustenta Mircea Elíade, al considerarlo como unmicrocosmos formado por dos extremos: uno de lo conocido y elotro de lo desconocido:

Por una parte existe el espacio hecho cosmos, habitado y organiza-do, por otra parte, al exterior de este espacio familiar existe la regióndesconocida y temible de los demonios, de las larvas, de los muer-tos, de los extranjeros, en una palabra, caos, muerte, noche2.

Partiendo de esta premisa puedo hacer una traslación de lo plan-teado con base en la creencia mítico-religiosa de la siguiente for-ma: el mundo está constituido por dos extremos, el del bien y el delmal. En uno está Dios y la salvación, en el otro aguardan los demo-nios y la condenación. Esta misma apreciación la encontramos dentrode “Macario” resumida en las palabras del cura:

“El camino de las cosas buenas está lleno de luz. El camino de lascosas malas es oscuro.”

Aquí existe todo un planteamiento mítico-religioso sustentado pormedio de un sociolecto, que es el sustrato o base para representaruna visión de la realidad a partir del modelo constituido socialmen-te, establecido en el manejo de una creencia mítico-religiosa que hasobrevivido incluso en civilizaciones muy avanzadas, el cual repre-senta el axis de las religiones extendidas por el mundo, mantenien-do al hombre ante la posibilidad de reinserción en un estado amorfoy caótico, según sean sus acciones con respecto a las normas, pau-tas e ideologías impuestas por el colectivo.

Sirve, entonces, este saber colectivo, este conocimiento sacrali-zado, como base para conformar un mundo posible literario de “Ma-

2 Mircea Elíade. Imágenes y símbolos. Madrid: Taurus, 1979, p. 41.


cario” y al cual debemos sumarle la existencia de “sociolecto regio-nal” que encuadra la sociedad mexicana, entorno del autor y su obra.

Notamos, en un primer momento la figura del padre. Esta figurapaterna no se perfila como imagen protectora que se ha presentadoa través de los tiempos, sino más bien encarna la agresión y eldesamparo, siendo esto un reflejo de la concepción viril mexicana:

El macho representa el polo masculino de la vida [...] no tiene ningúnsabor paternal ni se dice para proteger, resguardar o conducir3.

Esa visión paterna, esa fuerza masculina nos presenta al padre comoser omnipotente, portador de la vida, de la fuerza, del poder. Estaconcepción origina una situación de desamparo, de orfandad, de lanegación de la protección para los hijos que están condenados a lasoledad:

Estamos solos, la soledad, fondo de donde brota nuestra angustia,empezó el día en que nos desprendimos del ámbito materno y caímosen un mundo extraño y hostil4.

El padre es el detentador del poder y vehículo de reproducciónmeramente, descartándose por completo la paternidad como sinó-nimo de amparo y protección de los hijos. Lo cual conlleva a quedesde el mismo momento del nacimiento sean lanzados al mundoen medio de la soledad y tengan que vivir en eterna lucha paramantenerse.

Ubicando lo anterior en el texto de Octavio Paz, El Laberintode la Soledad, los nacidos bajo estas circunstancias serán hijos dela Malinche, han nacido bajo el dominio de la soledad en un mundohostil; el desamparo y el abandono serán para ellos asedios cons-tantes, estando condenados a un existir representado por el poderbrutal, signado por:

la incomunicación pura, la soledad que se devora a sí misma y devo-ra lo que toca.5

3 Octavio Paz. El Laberinto de la Soledad. México: Fondo de Cultura Econó-mica, 1982, p. 73.

4 Idem., p. 73.5 Idem., p. 74.


Todo produce un eterno deambular, una angustia constante enla realidad acechante que agrede y rechaza sin compasión. Estasoledad desencadena la eterna búsqueda del padre, de la tierra, deDios; es decir, la búsqueda de amparo, cobijo, protección, para hacerlefrente al miedo y salir de esa soledad a la que están condenados.

Esa búsqueda de la tierra, del lugar donde plantar sus raíces, yasí establecer el orden del amparo y la protección, se convierte enagonía obsesionante en la existencia del mexicano, quien siempreha sido despojado de lo suyo, de su identidad tanto en lo físico comoen lo religioso:

Toda la historia de México, desde la conquista hasta la revolución,puede verse como una búsqueda de nosotros mismos deformadoso enmascarados por instituciones extrañas de una forma que nosexprese6.

Todo se prefigura para que la soledad y la orfandad sigan a cuestasde los personajes, que son la antítesis de seres claros, independien-tes y libertarios, mostrándonos a los hijos de la Malinche en uneterno peregrinar por la vida y su constante lucha por la soledad yel abandono. Es la presencia del pecado original que persigue alpersonaje: “una mancha siempre fresca y viva”, que lo predestina avivir en un mundo incierto, y donde busca amparo y protección ensu caída eterna e irremediable hacia la condenación.

Otro de los aspectos inmerso e interactuante entre el sociolectoregional y la obra de Rulfo –específicamente en “Macario”– es lavisión sobre la muerte. La muerte es esa imagen acechante y obse-siva que merodea los contornos del hombre, es ese círculo vicioso aque se resume la existencia humana: nacer y morir o, mejor dicho,nacer para morir. Aquí vemos la concepción de la muerte fundada comoun estadio que prolonga la vida y no como un fin natural de ésta.

Para los personajes de Rulfo la muerte es eterna compañera,conviven junto a ella, encarnando así esa visión de la muerte enreflejo de la tradición mexicana, que establece con ella una especiede relación lúdica: “que mande los diablos por mí; para que melleven a rastras a la condenación eterna”.

6 Idem., p. 178.


Sólo su deseo de beber la leche de los pechos de Felipa y elansia de comer lo mantienen en un mundo amenazado por el miedoy la condenación, donde los grillos son los que alejan o ahuyentancon sus cantos ese miedo y esa condenación, ya que al callar losgrillos se oirán los gritos de las ánimas:

El día que se acaben los grillos, el mundo se llenará de los gritos de lasánimas santas y todos echaremos a correr espantados por el susto.

Macario se encuentra alejado de toda fuerza protectora, sus pa-dres están en el purgatorio y él en la más completa orfandad, con-tando sólo con la ayuda de la madrina y Felipa. Este abandono, esaorfandad a la que está expuesto lo llevan al mundo de la soledad,originando una eterna búsqueda que puede relacionarse de diver-sas maneras o formas: Macario enfoca todas sus acciones en tornoa evitar la condenación para poder encontrarse con sus padres enel purgatorio, es la búsqueda del amparo y protección paternal anteel mundo hostil que lo rodea.

Podríamos también enfocarlo como la búsqueda de la tierra, dela identidad perdida o enmascarada a que se refiere Octavio Pazen el Laberinto de la Soledad. La búsqueda de ese espacio derealización, de la utopía del amparo y la protección, de recuperar loperdido, lo esparcido a través del tiempo y del espacio.

La soledad en la que vive Macario, además de desencadenaruna constante búsqueda proyecta una noción de culpa de un serdejado de la mano de Dios; lo cual podemos ubicar cuando habla deFelipa como agente mediador entre él y Dios para que le perdonelos pecados, porque su cuerpo está lleno de maldad y demonios:

que me perdone toda la mucha maldad que me llena el cuerpo dearriba abajo [...] yo estoy repleto por dentro de demonios [...]

Macario está sumido en la más completa orfandad tanto paternacomo divina, está completamente abandonado y asediado constan-temente por la condenación eterna. Orfandad y soledad se conju-gan en Macario como conciencia del pecado.

En “Macario” se encuentra latente la concepción azteca sobrela muerte, como el lugar no diferenciado con la vida sino más biensu prolongación. Recordemos que sólo después de morir Macario


tendrá la posibilidad de encontrarse con sus padres en el purgato-rio, siempre y cuando no sea arrastrado a la condenación eterna.Macario no le teme a la muerte, no la enfoca como fin absoluto dela vida, sino umbral que abre dos alternativas, encontrar a sus pa-dres en el purgatorio o la condenación eterna, siendo precisamenteésta la que le infunde miedo y desesperación:

[...] porque yo no me apuraba del frío ni de ningún miedo a condenar-me en el infierno si me moría yo solo allí, en alguna noche...

Al hablar, el personaje reitera su miedo a la condenación y no a lamuerte, ella está dentro de la vida como prolongación, su espacioestá en la primera alternativa que presenta la muerte, un morir paraseguir viviendo en el encuentro con sus padres.

En Macario encontramos una fugaz visión/ilusión de futuro, desalvación, una mirada utópica del personaje expresada a través deun cargado simbolismo, representado por el sonido del tambor queescucha al estar en la iglesia con la madrina y los sonidos reprodu-cidos por él al golpearse la cabeza:

Igual que el tambor que anda con la chirimía, cuando viene la chiri-mía a la función del Señor.

La concepción simbólica considera al tambor como el instrumentomás relacionado con las ideas míticas, vehículo de la palabra y lamagia, imagen del mundo por su forma circular. Y es precisamentea través del sonido del tambor que Macario rescata el vínculo conlo sagrado, la esperanza y la visión de futuro que el entorno le nie-ga. Se olvida de las manos amarradas, las condenaciones del señorcura y las piedras que le arrojan.

Pero esta es apertura fugaz en medio de esa peregrinación do-lorosa que significa la vida de Macario, con su cuerpo lleno depecados y demonios y el ambiente impregnado por los gritos de lasánimas, y acallados por el canto de los grillos.

Macario se ha replegado a la oscuridad de su cuarto, donde lascucarachas, las chinches, los alacranes y el canto de los grilloscomplementan el ambiente, permanece encerrado y a oscuras paraprotegerse de los demonios y del espacio exterior:

En seguida que me dan de comer me encierro en mi cuarto y atranco


bien la puerta para que no den conmigo los pecados mirando queaquello está a oscuras.

Pero esta oscuridad (forma de protección de Macario) es sinónimode sometimiento, es elemento revelador de la condición en que seencuentra el personaje frente al poder detentado por la madrina, elseñor cura y el espacio exterior, desterrándolo de la realidad haciaun mundo dislocado. Macario está sometido a los condicionamientosde su entorno, a la marginalidad frente al poder, las normas, pautasy conductas de los demás.

PRESENCIA DEL IDEOLECTO

“Macario” representa una versión de la realidad a través del len-guaje y a partir de un modelo constituido socialmente, es la visiónde la realidad sobredeterminada por creencias y anticipaciones cons-truidas bajo la influencia de modelos específicos de mundo.“Macario” ha sido construido a través del modelo de mundo queforma parte de un entorno, sociolecto regional, como lo es el mexi-cano, y en el cual se desenvolvió Rulfo.

“Macario” es síntesis de la realidad (aunque el autor incorporala realidad en sus textos, de igual forma pone en duda lo real delmundo, al difundirse un sentido de irrealidad, de pesadilla). Existeaquí una ideología intertextualizada donde subyace el fondo y con-tenido de todo el espectro discursivo, comportando una apreciaciónmoral: la condición humano-social en que vive Macario, en la máscompleta orfandad y soledad paterna, divina y social, que lo limita ylo condiciona ante el entorno en el cual se mueve.

Tanto los cuentos como las novelas de Rulfo mantienen unaintertextualidad, siendo un coro de voces y una multiplicidad depersonajes los que hilan el discurso narrativo. Es Macario quienejemplifica los seres rulfianos –que llevan la señal condenatoria dela expulsión y la orfandad eterna– y abre o inaugura la colección Elllano en llamas como umbral o prefiguración de la visión del hom-bre con una problemática común a cuestas: seres desheredados, elmundo como laberinto y sufrimiento, la muerte y el constante pere-grinar en busca de lo originalmente perdido (los padres, la tierra, lasalvación).


En sus textos, Rulfo plantea un elemento alterno de la realidad;la ficción, la creación de una realidad “otra”, distinta del mundo realque utiliza como referente. Por lo cual, la obra de Rulfo dista de serun “craso” testimonio de la realidad mexicana, de la llamada litera-tura folclorista, porque la realidad y sus personajes están fuera detodo tipo de esquematismos, el escritor supera los límites señaladospor los escritores de la tierra. Sólo es una referencialidad para cons-truir el nuevo espacio inundado por coordenadas de irradiación, porla pluralidad de sentidos.

Sintetiza mediante una visión de realidad el entorno individualsocializado, generando toda una gama de creencias determinadaspor el sociolecto, las cuales se encuentran inmersas en el discurso.Macario personaje-narrador, sujeto-objeto de la enunciación, evi-dencia ese patrón ideológico. Macario vive los temores de la iglesiauniendo la superstición con las ideas sobre la vida (después quemuera) tratando de evitar hasta lo imposible la condenación eterna,mostrándose con singular maestría el patético cuadro de la orfan-dad ligado a la concepción de la muerte como umbral de lacondenación.

Se estructura, de esta manera, una ideología basada en la reli-gión cristiana y las supersticiones populares, es la ideología de“Macario”, producto de un saber socializado. Y es precisamente através de esa apreciación particular como logramos la proyección,el abordaje al entorno, al sociolecto (del idiolecto al sociolecto), quees el gran impositor a través de las relaciones de poder.

MICROFÍSICAS DEL PODER

En el texto Macario se instituye el poder no por la fuerza, sinopartiendo de los deseos del sujeto-personaje. Macario desea no sercondenado para así encontrarse con sus padres en el purgatorio,estando todas sus acciones orientadas a un deber hacer ceñido alos patrones establecidos por la madrina, quien es el ente que orga-niza el sentido y evolución del entorno:

Y mi madrina dice que si en mi cuarto hay chinches y cucarachas yalacranes es porque me voy a ir a arder en el infierno si sigo con mismañas de pegarle al suelo con mi cabeza.


La madrina se impone como el orden establecido a través del podery la fuerza, trata de reprimir la conducta de Macario, utilizandocomo elemento de coacción el deseo de éste a no condenarse en elinfierno.

Macario espera a las ranas para aplastarlas porque no dejandormir a su madrina, es la prueba de ese orden establecido por ellacomo sustentadora del poder, poder que está íntimamente relacio-nado con el deseo de Macario, ya que si su madrina se molestarecurrirá a la hilera de santos de su cuarto y les pedirá que mandelos diablos y lo lleven a la condenación eterna.

De igual manera, Felipa logra su satisfacción erótica con Macarioimponiendo un poder a través del deseo de no ir al infierno y conde-narse, ya que ella será el agente mediador entre él y Dios para elperdón de sus pecados, evitando que caiga en la condenación eterna:

Felipa dice, cuando tiene ganas de estar conmigo, que ella le contaráal Señor todos mis pecados. [...] y platicará con Él pidiéndole que meperdone [...]

Los santos y los diablos constituyen el grupo archi-destinador,mientras que la madrina y Felipa son los destinadores, quienesharán posible la búsqueda del objeto de deseo por parte de Macario,quien será el destinatario, el beneficiario, con la obtención del de-seo. Si la madrina no acude a sus santos para la condenación deMacario y Felipa intercede por él para el perdón de sus pecados,posibilitarán, entonces, el no ser condenado y el encuentro con suspadres en el purgatorio.

Lo cual sería una ayuda en sentido del deseo, convirtiéndose ensus ayudantes, mientras que, por otra parte, Macario tendrá susoponentes, quienes crearán obstáculos y se opondrán a la realiza-ción del deseo. El señor cura y sus condenaciones, el espacio exte-rior donde Macario es maltratado y apedreado, lo cual limita suapertura y mayor desenvolvimiento en ese espacio, sus contactos,con esa realidad se resumen a las salidas a misa con la madrina ycuando barre a oscuras la calle.

En “Macario” el discurso es virtual y depende del sujeto, quienenuncia a través del querer (la no condenación, encuentro con suspadres). Este querer de Macario está sujeto al poder, el poder aquí


representado comporta un saber que a su vez instituye un creer oideología que regula el hacer o conducta. El creer o ideología deMacario depende del saber de su madrina y Felipa, lo cual controlasu hacer o conducta.

A pesar de los relevos de discursos, de la inconsciencia deMacario y la visión del mundo a través de terceros, a éste se leotorga la competencia como sujeto enunciador, estando controladopor las modalidades de coacción alética, referida a lo absoluto, esquien se refiere al deber ser, fijando los modelos, las pautas y lasnormas para el mundo, la sociedad y el sujeto. Esta concepciónalética la encontramos en el entorno de Macario, son todos aque-llos valores sociales, religiosos, patrones de comportamientopreestablecidos en el espacio donde se mueve el sujeto-personaje:el sociolecto.

Por otra parte está la deóntica, enmarcada dentro del deberhacer, enfoca directamente el comportamiento del sujeto (Macario),que indudablemente depende del deber ser, una conducta limitada,un deber hacer en correspondencia con los valores, juicios y códi-gos establecidos por el entorno con base en el poder.

BIBLIOGRAFÍA

Elíade, Mircea. Imágenes y símbolos. Madrid: Taurus, 1979.Gordon, Donald. El arte narrativo en tres cuentos de Rulfo. La

Habana: Casa de las Américas, 1974.Greimas, A. J. Semiótica Estructural. Madrid: Gredos, 1980.Paz, Octavio. El Laberinto de la Soledad. México: Fondo de

Cultura Económica, 1982.Rulfo, Juan. El Llano en llamas. Barcelona: Planeta, 1975.

PALABRAS CLAVE DEL ARTÍCULO Y DATOS DEL AUTOR

juegos de la inconsciencia - “Macario” de Rulfo - construcción de mundoLuis Javier Hernández CarmonaUniversidad de los AndesAvenida Isaías Medina AngaritaSector Carmona Edificio NURR cuarto pisoCILL “Mario Briceño Iragorry”Trujillo, Estado Trujillo, Venezuela CP 3150e mail: [email protected] / [email protected]






















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