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GERENCIA ATENCIÓN PRIMARIA CIUDAD REAL GERENCIA ÚNICA DEL ÁREA SANITARIA PUERTOLLANO Manual de actuación en la prevención y tratamiento de las heridas 2º Edición. Año 2008

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GERENCIA ATENCIÓN PRIMARIA CIUDAD REALGERENCIA ÚNICA DEL ÁREA SANITARIA PUERTOLLANO

Manual deactuación en la

prevención ytratamiento de

las heridas

2º Edición. Año 2008

© Imagen Portada:

Puesta de Sol en Almansa;

Purificación Moreno Vázquez,

enfermera CS C. Real III.

2º Edición. Año 2008

ÍNDICE

1. Prólogo

2. Marco Conceptual

3. Objetivos del Manual

3.1 Generales

3.2 Específicos

4. Diagnósticos Enfermeros

4.1 Riesgo de Deterioro de la Integridad Cutánea:

4.2 Deterioro de la Integridad Cutánea.

4.3 Deterioro de la Integridad Tisular.

5. Valoración enfermera

5.1 Valoración del riesgo

5.2 Valoración del entorno de cuidados

5.3 Algoritmo de prevención

5.4 Valoración de la herida

6. Cuidado local de la herida

6.1 Protocolo de actuación

6.1 Algoritmo de tratamiento

7. Evaluación

7.1 Evaluación de procesos.

7.2 Evaluación de resultados.

8. Bibliografía

9. Autores

32

GERENCIA ATENCIÓN PRIMARIA CIUDAD REALGERENCIA ÚNICA DEL ÁREA SANITARIA PUERTOLLANO

Manual deactuación en laprevención ytratamiento delas heridas

Como enfermeras responsables del cuidado de nuestros

pacientes y de las heridas que éstos pueden presentar en

un momento dado, el cuidado óptimo exige todo el cono-

cimiento necesario para prestar dichos cuidados con el ni-

vel de calidad que hoy nos exige la población. Conocer y

prevenir las causas de las heridas, el proceso de cicatriza-

ción y todos los demás aspectos que puedan afectarle es

nuestro deber y nuestra responsabilidad.

Por todo lo anterior, es nuestro deseo que este manual dis-

minuya la variabilidad en la práctica clínica para la preven-

ción y tratamiento de las heridas crónicas y por presión y,

de esta forma, mejorar el trabajo enfermero.

Quiero dar las gracias a todos los profesionales que han co-

laborado en la revisión y actualización de este manual y a

todos los que, de una u otra forma, han contribuido a po-

der conseguirlo.

Personalmente, quiero agradecer a todas las enfermeras y

enfermeros que iniciaron este camino y que me han brin-

dado la oportunidad de poder colaborar con ellos para que

este trabajo haya sido posible.

Agustina García-Pliego González-Mohino

5

1. PRÓLOGO

Tras la implantación en 2005 del “Manual de actuación en la

Prevención y Tratamiento de las Heridas” en el Área Única

de Puertollano y en la Gerencia de Atención Primaria de

Ciudad Real, y en sólo tres años han aparecido nuevas tec-

nologías para mejorar la prevención y tratamiento de las

heridas.

Con el objetivo de que todos los profesionales que día a día

trabajan en el cuidado de las heridas dispongan de una he-

rramienta actualizada que recoja la mejor evidencia cientí-

fica disponible para la prevención y tratamiento de las heri-

das, es por lo que el grupo que realizó en 2005 dicho ma-

nual haya visto la necesidad de revisarlo y actualizarlo.

La magnitud del problema que las heridas crónicas supo-

nen hoy en día en nuestro país y por ende en nuestra Co-

munidad Autónoma, no ha cambiado de forma significativa.

A diario nuestras enfermeras se enfrentan al cuidado de las

heridas crónicas y al resto de problemas que de ellas se de-

rivan.

Creemos que normalizar y protocolizar las actuaciones de

los profesionales en el cuidado de las heridas, unificar cri-

terios que favorezcan la continuidad de cuidados entre ni-

veles y que todas las actuaciones enfermeras estén respal-

dadas por una normativa común, pudiendo ser registradas,

evaluadas e investigadas, y utilizando el lenguaje enferme-

ro es el mejor camino para la excelencia en la práctica en-

fermera.

4

dad disminuida en teji-

dos blandos sometidos a

compresión entre las

prominencias óseas del

propio paciente y una su-

perficie externa.

Las manifestaciones ex-

ternas de éstas alteracio-

nes comienzan con una

inflamación del tejido

subcutáneo y de la piel,

seguida de la aparición

de un eritema que no

desaparece cuando no

existe presión. Si el pro-

ceso continúa, se afecta

la dermis, apareciendo

flictenas o erosiones que

rompen la integridad de

la piel.

Al iniciarse el proceso is-

quémico, origina la apari-

ción de una necrosis o

escara con o sin exuda-

do. La situación puede

agravarse si se le asocia

un proceso séptico, pu-

diendo ser causa de

muerte del paciente.

7

2. MARCO CONCEPTUAL

Una herida se describe como una interrupción de la función

anatómica o fisiológica del tejido.

El cuidado de las heridas ha supuesto, y sigue suponiendo, un

reto para todos los profesionales de la salud, fundamental-

mente para las enfermeras, que todavía aún hoy no podemos

considerar resuelto en su totalidad.

A pesar de la gran cantidad de investigaciones y de la corres-

pondiente literatura sobre el tema, la cicatrización de heridas

continúa siendo una línea de malentendidos y conceptos erra-

dos, relacionado con el conocimiento de los procesos básicos.

Está comprobado que la práctica acumulada con los años, no

está validada científicamente ni llega al resto del colectivo, ba-

sándose en apreciaciones subjetivas.

Trabajar protocolizando los cuidados enfermeros de las heri-

das supone unificar criterios en todos los niveles asistenciales,

favorecer la Continuidad de Cuidados y el respaldo de nuestra

actividad por una normativa común, guiada por las últimas evi-

dencias científicas, y que además puede evaluarse e investi-

garse.

Claramente debemos optar por el uso de las Taxonomías En-

fermeras como elemento dinamizador del carácter científico

de nuestro trabajo, usando para ello:

• Diagnósticos enfermeros: Taxonomía NANDA

• Resultados de enfermería: Taxonomía NOC

• Intervenciones de enfermería: Taxonomía NIC

Las heridas por presión se definen como zonas localizadas de

necrosis que aparecen en pacientes encamados o con movili-

6

Actividades:

- Utilizar una herramienta de valoración de riesgo estable-

cida para vigilar los factores de riesgo del paciente (Ver

Norton).

- Enseñar a los miembros de la familia/cuidador a vigilar si

hay signos de ruptura de la piel, si procede.

- Evitar dar masajes en los puntos de presión enrojecida.

- Asegurar una nutrición adecuada, proteínas, vitaminas B y

C, hierro y calorías por medio de suplementos si es preci-

so.

- Mantener la ropa de la cama limpia, seca y sin arrugas.

• Manejo de presiones (3500)

Actividades:

- Girar al paciente inmovilizado al menos cada dos horas, de

acuerdo con el programa específico.

- Utilizar los dispositivos adecuados para mantener los ta-

lones y prominencias óseas libres de presiones continuas.

- Colocar al paciente sobre un colchón/cama terapéutica.

• Vigilancia de la piel (3590)

Actividades:

- Observar si hay excesiva sequedad o humedad en la piel.

- Observar si hay enrojecimiento y pérdida de integridad de

la piel.

- Instaurar medidas para evitar mayor deterioro, si es nece-

sario. (Aplicar ácidos grasos hiperoxigenados).

9

3. OBJETIVOS DEL MANUAL

1. Objetivos generales

1.1. Establecer criterios unificados de actuación entre los

diferentes niveles asistenciales, para la prevención y

tratamiento de las Heridas por Presión.

1.2 Implementar una herramienta consensuada, de fácil

manejo para los profesionales, en el cuidado de las He-

ridas por Presión.

1.3 Disminuir la Incidencia de las Heridas por Presión como

Indicador de Calidad de los Cuidados enfermeros.

2. Objetivos específicos

2.1 Identificar a la persona con Riesgo de desarrollar una

herida por presión.

2.2 Trabajar con Diagnósticos Enfermeros y los resultados e

Intervenciones que de ellos se deriven.

4. DIAGNÓSTICOS ENFERMEROS19

4.1. RIESGO DE DETERIORO DE

LA INTEGRIDAD CUTÁNEA (00047)

Definición: Riesgo de que la piel se vea negativamente afec-

tada.

RESULTADOS NOC22:

• Integridad tisular: piel y membranas mucosas (1101)

INTERVENCIONES NIC21:

• Prevención de las úlceras por presión (3540)

8

acuerdo con el programa específico.

- Utilizar los dispositivos adecuados para mantener los ta-

lones y prominencias óseas libres de presiones continuas.

- Colocar al paciente sobre un colchón/cama terapéutica.

• Vigilancia de la piel (3590)

Actividades:

- Observar si hay excesiva sequedad o humedad en la piel.

- Observar si hay enrojecimiento y pérdida de integridad de

la piel.

- Instaurar medidas para evitar mayor deterioro, si es nece-

sario. (Aplicar ácidos grasos hiperoxigenados).

4.3. DETERIORO DE LA INTEGRIDAD TISULAR (00044)

Definición: Lesión de las membranas mucosa o corneal, inte-

gumentaria o de los tejidos subcutáneos.

RESULTADOS NOC:

• Integridad tisular: piel y membranas mucosas (1101)

• Curación de la herida: por segunda intención (1103)

INTERVENCIONES NIC:

• Cuidados de las úlceras por presión (3520)

Actividades:

- Describir las características de la úlcera a intervalos regu-

lares, incluyendo tamaño (longitud, anchura y profundi-

dad), estadío, posición, exudación, granulación o tejido

11

4.2. DETERIORO DE LA INTEGRIDAD CUTÁNEA (00046)

Definición: Alteración de la epidermis, dermis o ambas.

RESULTADOS NOC:

• Integridad tisular: piel y membranas mucosas (1101)

• Curación de la herida: por segunda intención (1103)

INTERVENCIONES NIC:

• Cuidados de las úlceras por presión (3520)

Actividades:

- Describir las características de la úlcera a intervalos regu-

lares, incluyendo tamaño (longitud, anchura y profundi-

dad), estadío, posición, exudación, granulación o tejido

necrótico y epitelización. (Ver valoración de la herida por

presión).

- Controlar el color, temperatura, edema y apariencia de la

piel circundante.

- Asegurar una ingesta dietética adecuada.

- Administrar cuidados locles, si procede. (Ver Cuidado Lo-

cal de las Heridas).

- Observar si hay signos y síntomas de infección de la herida.

- Enseñar al paciente/miembro de la familia los procedi-

mientos del cuidado de la herida.

• Manejo de presiones (3500)

Actividades:

- Girar al paciente inmovilizado al menos cada dos horas, de

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5. Valoración enfermera

5.1 Valoración del riesgo

Es una herramienta metodológica que identifica a los pacien-

tes en riesgo de padecer una herida por presión, permitiendo

de forma unificada la toma de decisiones, objetivos y actua-

ciones, favoreciendo la no variabilidad en la práctica enferme-

ra ante este problema.

En Atención Primaria para la valoración del riesgo de deterio-

ro de la integridad cutánea optamos por la escala NORTON.

La Escala de Valoración de Norton, es una de las escalas más

utilizadas y validadas científicamente en el Sistema Nacional

de Salud, siendo la recomendada por el SESCAM en su Progra-

ma de Atención Domiciliaria.

En Atención Primaria, la valoración se realizará al incluir al pa-

ciente en el programa de atención domiciliaria: atención al al-

ta hospitalaria, atención de inmovilizados, atención de perso-

nas en situación terminal, atención de ancianos en riesgo y

atención a ancianos residentes en instituciones.

Se hará revisión semanalmente en los pacientes de alto riesgo.

En el resto de los pacientes se llevará a cabo en cada visita do-

miciliaria.

Se registrará el resultado de la valoración.

13

necrótico y epitelización. (Ver valoración de la herida por

presión)

- Controlar el color, temperatura, edema y apariencia de la

piel circundante.

- Asegurar una ingesta dietética adecuada.

- Administrar cuidados de la úlcera por presión, si procede.

(Ver Cuidado local de las Heridas).

- Observar si hay signos y síntomas de infección de la herida.

- Enseñar al paciente/miembro de la familia los procedi-

mientos del cuidado de la herida.

• Manejo de presiones (3500)

Actividades:

- Girar al paciente inmovilizado al menos cada dos horas, de

acuerdo con el programa específico.

- Utilizar los dispositivos adecuados para mantener los ta-

lones y prominencias óseas libres de presiones continuas.

- Colocar al paciente sobre un colchón/cama terapéutica.

• Vigilancia de la piel (3590)

Actividades:

- Observar si hay excesiva sequedad o humedad en la piel.

- Observar si hay enrojecimiento y pérdida de integridad de

la piel.

- Instaurar medidas para evitar mayor deterioro, si es nece-

sario. (Aplicar ácidos grasos hiperoxigenados).

12

En esta escala se miden cinco parámetros: Estado físico gene-

ral, Estado Mental, Actividad, Movilidad y la Incontinencia.

Cada uno de los factores se valora con una puntuación que va

del 1 al 4, siendo el “1” el valor que corresponde a un mayor de-

terioro y el “4” el que corresponde a un menor deterioro.

La clasificación de riesgo sería:

Puntuación de 5 a 11:

Paciente de alto riesgo

Puntuación de 12 a 14:

Paciente de riesgo medio o evidente

Puntuación de más de 14:

Paciente de riesgo bajo o no riesgo

En Atención Especializada, la valoración se realizará al ingreso

del paciente en la unidad y se hará una revisión cada 7 días, o

en caso de cambios relevantes en su estado general. Se consi-

deran cambios relevantes:

1. Una intervención quirúrgica de duración superior a las

dos horas y media.

2. La aparición de isquemia por cualquier causa.

3. Los periodos de hipotensión.

4. Las pérdidas de sensibilidad de cualquier origen.

5. Las pérdidas de movilidad de cualquier origen.

6. Las pruebas diagnósticas invasivas que necesiten reposo

de 24 horas.

Se registrará el resultado de la valoración.

1514

BUEN

A

REG

ULA

R

Situ

ació

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ació

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N

17

5.4 Valoración de la Herida

Conocer y comprender el proceso de cicatrización de las heri-

das constituye el primer paso para el cuidado efectivo de pa-

cientes con heridas por presión.

El proceso de cicatriza-

ción de la herida comien-

za inmediatamente des-

pués de la lesión. Cuando

el tejido se rompe al le-

sionarse, los vasos su-

fren, las células se dañan

y las plaquetas y el colá-

geno reaccionan rápida-

mente. A partir de ese

momento, la herida se

“dedica” a la regenera-

ción celular y a la repara-

ción de los tejidos.

Fase Proliferetiva

Fase Epitelización

Fase Inflamatoria

16

5.2 Valoración del entorno de cuidados

• Identificar al cuidador principal y dejar registrado su capa-

cidad de manejo del problema

• Valorar si la persona o cuidador demuestra la capacidad

para manejar el problema o ejecutar la tarea:

a. La persona o el cuidador realiza los tratamientos y

procedimientos prescritos.

b. La tarea se realiza sin riesgo

c. Los métodos se realizan según lo prescrito y se de-

muestra correctamente.

• Identificar los puntos de apoyo social disponibles.

5.3 ALGORITMO DE PREVENCIÓN HPP

1918

1. Eliminar tejido necrótico.

2. Disminuir la carga bacteriana.

3. Mantener el nivel de humedad óptimo.

4. Aislar la herida.

1. Desbridamiento: Se define como el proceso de elimina-

ción del tejido desvitalizado o necrótico. Es una acción que de-

bemos realizar lo antes posible para facilitar la cicatrización y

reducir el riesgo de infección local o incluso sistémica del pa-

ciente. Es el primer paso para la preparación del lecho de la he-

rida, que irá encaminada a la limpieza de la misma.

• Desbridamiento autolítico:

La herramienta de elección, vendrá definida por el nivel de

exudado de esa lesión: Si presenta un bajo nivel de exudado,

nuestro objetivo sería la hidratación de la misma por lo que la

mejor opción sería la aplicación de un Hidrogel.

Si, por el contrario, la herida presenta un nivel alto de exuda-

do, nuestro objetivo irá encaminado a gestionar ese exudado

y mantener un nivel ópti-

mo de humedad que fa-

vorezca la actividad de

macrófagos y enzimas au-

tolíticas. La herramienta

de elección sería el uso

de alginatos.

En la valoración de la herida, una vez que el paciente ha sido

evaluado, la basaremos en describir:

• Etiología de la herida

• Localización

• Tamaño( anchura, longitud y profundidad)

• Lecho de la herida:

1. Tipo de tejido: Necrótico, Granulación y Epitelial

2. Contaminación/ Colonización/ Infección

Los signos clínicos de infección son:

3. Exudado: Nulo, Bajo, Medio, Alto. Estableceremos la

calidad del exudado.

4. Piel perilesional: color (gris-azulado, blanco, eritema-

toso, etc), bordes de la herida.

Definimos estos parámetros como... El Lenguaje de las Heridas.

6. Cuidado local de la Herida

La principal premisa con la que partimos para cuidar una heri-

da es: “ninguna herida va a curar si no tratamos la causa que

la origina”.

La actividad enfermera estará encaminada a la preparación del

lecho de la herida mediante la consecución de estos 4 objeti-

vos:

• Induración

• Fiebre

• Eritema

• Edema

• Mal olor

• Exudado purulento

• Ausencia de evoluciónen la cicatrización

21

• Desbridamiento enzimático:

La técnica de aplicación variará, conforme a las características

del tejido desvitalizado, siendo muy apropiada su utilización

en placas necróticas secas, donde es recomendable realizar

cortes o escisiones (nos podemos ayudar con bisturí) para una

mejor absorción /acción de estos productos.

La colagenasa es un ejemplo de estos productos; son enzimas

proteolíticas capaces de romper el colágeno en su forma nat-

ural. Para su uso, es recomendable proteger la piel periulceral,

e incrementar el nivel de humedad de la herida, para potenciar

su acción, para ello es conveniente asociarle un hidrogel.

• Desbridamiento Cortante:

Es la técnica más rápida de

extraer el tejido desvitali-

zado, y por tanto de favo-

recer el proceso de cicatri-

zación, en cuanto que ace-

lera la fase de limpieza de

la herida, aunque también

el más agresivo.

Se realizará con técnica estéril, con pinzas, tijeras o bisturí y

nunca arrancado. Se tendrá especial precaución en pacientes

con alteraciones hematológicas y de la coagulación.

2. Disminución de la

carga bacteriana: Sabe-

mos por evidencia científi-

ca que todas las heridas

están contaminadas y que

con una carga bacteriana

superior a 100.000 micro-

20

organismos por gramo de tejido, el proceso de cicatrización se

detiene.

Para la disminución de la carga bacteriana utilizaremos los

apósitos bactericidas que, por la acción biocida de la plata,

son eficaces frente a gram+, gram-, anaerobios y levaduras.

3. Mantener el nivel óptimo de humedad:

Ante una herida con poco o nulo exudado, para que se lleve a

cabo las fases del proceso de cicatrización, es necesario hu-

mectar, para favorecer la migración de las células epiteliales. La

herramienta a utilizar será la aplicación de Hidrogel.

Ante una herida con un exceso de humedad, por un alto exu-

dado, nuestra acción irá encaminada a gestionar ese exudado,

y mantener el óptimo para que se lleve a cabo y correctamen-

te el proceso de cicatrización. La herramienta, para tal fin, se-

rá la aplicación de apósito de Alginato, cuya acción es realizar

una absorción vertical.

Debemos también prestar atención a la protección de la piel pe-

riulceral, mediante la aplicación de los dispositivos adecuados

para tal fin como películas de silicona o barreras protectoras.

4. Aislar la herida: Toda herida, para que el proceso de cica-

trización se desarrolle correctamente, ha de mantener un gra-

do de humedad adecuado, para ello aislaremos la herida, pa-

ra que granule y epitelice.

Las herramientas que utili-

zaremos, van a ser apósi-

tos semioclusivos no for-

madores de gel.

23

En la fase de epitelización de la herida, nuestro objetivo irá

encaminado a mantener las condiciones óptimas de la herida

para su cierre total.

Las herramientas que aplicaremos serán:

1. Apósitos bioactivos

con carga iónica

y/o apósitos de

ácido hialurónico.

2. Apósitos semioclu-

sivos no formado-

res de gel.

22

CURA EN AMBIENTE HÚMEDO

Así el protocolo de actuación definitivo que utilizariamos pa-

ra el tratamiento de heridas, basado en objetivos y acciones

cuidadoras, en función de los objetivos establecidos, y fases

de cicatrización de las heridas, queda resumida en:

PROTOCOLO DE ACTUACIÓN DEFINITIVO EN LAFASE PREVENTIVA

2524

6.1

PR

OTO

CO

LO D

E A

CTU

AC

IÓN

DE

FIN

ITIV

O E

N L

A F

ASE

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CIC

ATR

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CIÓ

N

6.2

ALG

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ITM

O D

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RA

TAM

IEN

TO

27

7. EVALUACIÓN

7.1 Evaluación del Proceso:

Los requisitos establecidos para la evaluación de los cuidados

ofrecidos serán:

• Se ha aplicado la Escala de Valoración de Riesgo, (Nor-

ton).

• Se ha aplicado la EVR Norton al menos a los 7 días de la

última valoración de riesgo.

• Se ha aplicado la EVR Norton ante la ocurrencia de

“cambio relevante”

• Se ha registrado la valoración del entorno

• Están registrados los cambios posturales

• Está anotada la ingesta de alimentos en las 24 horas.

• Se ha registrado la valoración de la Herida al ingreso

• Se ha registrado el resultado de la valoración de la he-

rida al menos a los 7 días de la última valoración.

Todos los aspectos anteriormente serán evaluados mediante

la revisión de los registros adaptados a Prevención y Trata-

miento de las heridas.

7.2 Evaluación de los Resultados

Se plantea el estudio de la Prevalencia puntual y de la Inciden-

cia de periodo como indicadores de resultados.

1. Prevalencia puntual:

Número de pacientes con Heridas por presión

Población estudiada en la fecha en la que se hace el estudio.

26

Se establecerá con los Coordinadores de Calidad cronograma

de recogida de datos, tomando como indicadores de resulta-

do:

• Número de pacientes con heridas por presión / Nú-

mero de pacientes estudiados.

• Número de heridas por presión / Número de pacien-

tes con Heridas por presión.

2. Incidencia de periodo:

Número de pacientes( libres de heridas por presión

al inicio del periodo de tiempo que se estudia)

en los que aparecen heridas por presión

durante el periodo de tiempo que se estudia.

Número de pacientes en riesgo

durante el periodo de estudio

Se recogerán datos tomando así mismo como indicador de re-

sultados:

• Número de pacientes con heridas por presión / Núme-

ro de pacientes estudiados.

• Número de pacientes identificados de riesgo bajo con

heridas por presión / Número de pacientes estudiados.

• Número de pacientes identificados de riesgo medio

con heridas por presión / Número de pacientes estu-

diados.

• Número de pacientes identificados de riesgo alto con

heridas por presión / Número de pacientes estudiados.

por Presión y Heridas Crónicas (GNEAUPP). Directrices ge-

nerales sobre prevención de las Úlceras por Presión. Logro-

ño; 2003. Disponible en:

http://www.gneaupp.org/webgneaupp/index.php

12. Fortes Álvarez JL, Pulido de la Torre MD, et al. Las úlceras

por presión desde la atención primaria: un reto para todos.

Ate Primaria 1997; 19:51-56.

13. directrices para el tratamiento de úlceras pospresión de la

UPUA (grupo europeo de úlceras por presión). 1999 Dispo-

nible en http://www.genaupp.org

14. Torra i Bou 1997. Manual de sugerencias sobre cicatrización

y cura en ambiente húmedo.

15. Protocolo de UPP. Hospital de la Fe

16. Protocolo de UPP. Subdivisión de atención primaria. Barce-

lona.

17. Protocolo de cuidados en úlceras por presión. Hospital Rei-

na Sofía de Córdoba.

18. Luis M.T. Los Diagnósticos enfermeros. Revisión crítica y

guía práctica. Barcelona: Masson 2ª edición; 2002.

19. Nanda. Diagnósticos Enfermeros: Definiciones y Clasifica-

ción 2005-2006.

20. Cuestionarios, test e índices para la valoración del pacien-

te. Servicio Andaluz de Salud. Consejería de Salud, Noviem-

bre 2002.

21. McCloskey J, Bulecheck G. Clasificación de Intervenciones

de Enfermería (NIC), 4ª edición, St. Louis: MOSBY; 2005.

22. Johnson M, Maas M, Moorthead S. Clasificación de Resulta-

dos de Enfermería (NOC); 3ª edición, St. Louis: MOSBY; 2005.

23. Programa Atención Domiciliaria SESCAM, Toledo 2003.

24. Romo Sanz, MI; Tratamiento Progresivo de las Heridas en

Medio Ambiente Húmedo; Librería Cervantes, Salamanca,

1999.

29

8. BIBLIOGRAFÍA

Este manual está basado en la GUÍA DE ACTUCIÓN EN LA PREVEN-

CIÓN Y TRATAMIENTO DE LAS HERIDAS, elaborado por el HHUU Vir-

gen del Rocío, HHUU Virgen Macarena, HU Valme, H Osuna, H San

Juan de Dios (Bormujos) y Distrito Sevilla Sur, editada por el Servi-

cio Andaluz de Salud en 2004.

Como Bibliografía adicional hemos utilizado la siguiente relación:

1. Guía de Cuidados enfermeros del INSALUD. (Madrid 1996).

2. Clinical Practice Gudeline. AHCPR ( USA 1994).

3. Clasificación de las upp. Estadiaje. GNEAUPP. Gerokomos

1997.

4. J. Soldevilla. Guía práctica en la atención de las úlceras de

piel. 1994.

5. Guía práctica para la elaboración de un Protocolo de úlce-

ras por presión. Convatec. Grupo Bristol-Myers. Barcelona;

1998.

6. Fernández Narváez P, Valles Fernández M.J. Úlceras por pre-

sión. Evaluación de un Protocolo. Revista Rol de Enferme-

ría, Mayo 1997. n 225: 73 –74.

7. Grupo Nacional para el estudio y Asesoramiento en UPP.Di-

rectrices generales sobre el Tratamiento de las úlceras por

presión. Julio 1997- Enero 1998.

8. Recomendaciones sobre la prevención de escaras. Grupo

consultivo europeo. 1998

9. García Ruiz-Rozas,J. et al; Guía Clínica de Úlceras por pre-

sión; Fisterra.com Guías Clínicas 2004.

Disponible en http://www.fisterra.com

10. Estrategias activas en la prevención de las úlceras por pre-

sión. Rev. Rol Enferm 2000;23 (4): 314-319.

11. Grupo Nacional para el Estudio y Asesoramiento en Úlceras

28

31

9. AUTORES

EN LA ELABORACIÓN DE ESTE MANUAL HAN INTERVENIDO:

• AGUSTINA GARCÍA-PLIEGO GONZÁLEZ-MOHINO

DIRECTORA DE ENFERMERÍA

GERENCIA ATENCIÓN PRIMARIA CIUDAD REAL

• JOSÉ MARÍA FLORES LÓPEZ-IBARRA

RESPONSABLE DE ENFERMERÍA DE EAP’S

GERENCIA ATENCIÓN PRIMARIA CIUDAD REAL

• FRANCISCO JOSÉ GARCÍA SÁNCHEZ

ENFERMERO CS PUERTOLLANO 3

GERENCIA AREA PUERTOLLANO

• FRANCISCO LÓPEZ SALAZAR

ENFERMERO CS ALMODOVAR DEL CAMPO

GERENCIA AREA PUERTOLLANO

• PILAR ROMERO VALVERDE

COORDINADORA ENFERMERA CS VALDEPEÑAS 1

• ELENA GONZÁLEZ URRACA

COORDINADORA ENFERMERA CS ALMODÓVAR DEL CAMPO

• M. CARMEN MARTÍNEZ GARCÍA

ENFERMERA CS LA SOLANA

• ALICIA MARTÍNEZ REBÉ

SUPERVISORA ÁREA

GERENCIA ÁREA PUERTOLLANO

• M. CARMEN RAMÍREZ FERNÁNDEZ

ENFERMERA CS ARGAMASILLA DE CALATRAVA

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