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----------- , C; C C C C C ( C C t[ C C C ( C C ( C C ( C C C C C C C C C C c ( C Rtr; ,;,,' '. 342 ESTATUTU DEL POVER EN EL DERECHO CONSTIT1JCIONAL ARGENTINO c) COMUN1CACIONES. EI art. 130 del reglamcmo del Senado indica que son dirigidas "8 contester, recomendar 0 pedir algo. 0 a expresar un deseo 0 aspiracion de la Camara". EI reglamento de Diputados no las trata explfcnamenre, amalgamandclas entonces con las declaraciones 0 resoluciones. d) DECRE:1'OS. El reglamento senatorial (art. 128) aclara que tienen por fin "originar una decisi6n especial de caracter adminis- trativo". EI reglamento de Diputados no los menciona. e) En el tramite del juicio politico, el Congreso cumple funclcnes jurisdiccionales. La Camara de Dipurados acu- sa (acnia como fiscal), segun el art. 59 de la Ccnst. nacional. y cl Senado dicta un fallo (art. 60), definitive (art. 12, regl. del Sena- do), consutuida en tribunal segun dicho reglamcmo (art. 2°). La sentencia puede resultar condenaloria (can destuucion, 0, en su caso, inhabiHta.ci6n, segun el art. 60) 0 absolutorta (art. 12, reg!. Senado). Tratamos el tema del juicio politico en el § 626 y si- gulentes. --_. __... CAPITULO XIII PODER EJECUTIVO. ESTRUCTURA E INTEGRACION. OPERATIVIDAD A) EL PRESlDENTE § 523. INTRODl'CCI6N. F,SONOH!,t. DEL EJ£Ct.lTWO AR- GENTINO. - En sus Bases. Alberdi puntualiza tres ideas-fucrza sobre el "Gobierno 0 Poder Ejecutivo": a) de su formacion "depende la suerte de los Estadcs Unidos de la America del Sur"; b) resulra necesarlo "un presldente constitucional que pueda asumir las fa- cultades de un rey en el instante que la anarqufa 10 desobedece como presidente republicano". y c) "dad al Poder Ejecutivo todo el poder postble, pero dadselo por medio de una Ccnstlrucion". Consecuente con esas direcrriees, la Constitucion nacional programc un "Poder Ejecunvo de III Naci6n" (art. 87) al que con- fi6 cuatro comandancias principales: a) jcfe supremo de la Naci6n (art. 99. inc. b) responsable politico de la administracicn gene- ral del pals (art. 99, inc. I); c) jefe del Gobiemo (art. 99. inc. 1). y d) comandante en jere de todas las fuerzas armadas de la Naci6n (art. 99, inc. 12). En la practica. recuerda Palazzo. asume Con frecuencla otra jefatura: la del partido politico oficialista. Con este esquema, la Consritucion adopto. en 1853-1860, un regimen nftidamente prestdenciaiista. es decir. de un vigoroso Po- der Ejccutivo separado del Poder Legislanvo. no designado ni re- mcvible per esre (salvo mediante el jutcio politico), con minis- tros-aecretarios nombrados y cesanteables tambten por su propia '.

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342 ESTATUTU DEL POVER EN EL DERECHO CONSTIT1JCIONAL ARGENTINO

c) COMUN1CACIONES. EI art. 130 del reglamcmo del Senado indica que son dirigidas "8 contester, recomendar 0 pedir algo. 0 a expresar un deseo 0 aspiracion de la Camara". EI reglamento de Diputados no las trata explfcnamenre, amalgamandclas entonces con las declaraciones 0 resoluciones.

d) DECRE:1'OS. El reglamento senatorial (art. 128) aclara que tienen por fin "originar una decisi6n especial de caracter adminis­trativo". EI reglamento de Diputados no los menciona.

e) SE!'lT~NClAS. En el tramite del juicio politico, el Congreso cumple funclcnes jurisdiccionales. La Camara de Dipurados acu­sa (acnia como fiscal), segun el art. 59 de la Ccnst. nacional. y cl Senado dicta un fallo (art. 60), definitive (art. 12, regl. del Sena­do), consutuida en tribunal segun dicho reglamcmo (art. 2°). La sentencia puede resultar condenaloria (can destuucion, 0, en su caso, inhabiHta.ci6n, segun el art. 60) 0 absolutorta (art. 12, reg!. Senado). Tratamos el tema del juicio politico en el § 626 y si­gulentes.

--_.__... ..~----

CAPITULO XIII

PODER EJECUTIVO. ESTRUCTURA E INTEGRACION. OPERATIVIDAD

A) EL PRESlDENTE

§ 523. INTRODl'CCI6N. F,SONOH!,t. DEL POD~R EJ£Ct.lTWO AR­

GENTINO. - En sus Bases. Alberdi puntualiza tres ideas-fucrza sobre el "Gobierno 0 Poder Ejecutivo": a) de su formacion "depende la suerte de los Estadcs Unidos de la America del Sur"; b) resulra necesarlo "un presldente constitucional que pueda asumir las fa­cultades de un rey en el instante que la anarqufa 10 desobedece como presidente republicano". y c) "dad al Poder Ejecutivo todo el poder postble, pero dadselo por medio de una Ccnstlrucion".

Consecuente con esas direcrriees, la Constitucion nacional programc un "Poder Ejecunvo de III Naci6n" (art. 87) al que con­fi6 cuatro comandancias principales: a) jcfe supremo de la Naci6n (art. 99. inc. 1)~ b) responsable politico de la administracicn gene­ral del pals (art. 99, inc. I); c) jefe del Gobiemo (art. 99. inc. 1). y d) comandante en jere de todas las fuerzas armadas de la Naci6n (art. 99, inc. 12). En la practica. recuerda Palazzo. asume Con frecuencla otra jefatura: la del partido politico oficialista.

Con este esquema, la Consritucion adopto. en 1853-1860, un regimen nftidamente prestdenciaiista. es decir. de un vigoroso Po­der Ejccutivo separado del Poder Legislanvo. no designado ni re­mcvible per esre (salvo mediante el jutcio politico), con minis­tros-aecretarios nombrados y cesanteables tambten por su propia

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344 ESTAruTO OEL PODER EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGEN"flNO

autoridad. Aquf, el presidente es a1 mismo tiempo "jere de Esta­do" y "jete de Gobiemo''. El sistema ha sido atenuado en Ja re­forma de 1994 (ver § 551).

La reforma de 1994 mtentd moderar el presidenciallsmo ar­gentino, aunque con poco exito rodavfa (§ 554).

§ 524. CRECI,\(IENTO DE LAS COMi>ETENCIA5 I'RE51DENCI4LE5. _

Launoamerica, en general, y la Argentina, en particular, han biper­rroflado al Poder Ejecutivo, a quien se 10 puede calificar como un Cesar republica no. Las rezones de ese desmesurado erecirniento son tanto normattvas (impurables a la Constituci6n) como socioto­gicas, derivadas de cosrumbres, rradieicnes y creencias.

§ 525. TITULO. - La Consthucldn llama a la cabeza del Po­der Ejecutivo "presidente de la Naci6n Argentina" (art. 87), aun­que el an. 75. inc. 21, 10 denomina "presidente... de la Republica". En la pracnca periodfstica a menudo se alude a el como "presidente de los argentinos'', catificacidn incorsecta. ya que no es presiden­te de personas individuales, ni de Ja comunidad argentina sino de la persona jundica Estado. donde hay nacionales y extranjeros.

Tambidn se 10 conoce como "primer magistrado". EI titulo no es desacenado en funci6n de ser rofulado por la Constitucidn como "jefe supremo de la Naci6n" (art. 99. inc. 1J.

~ 526. COMPOSJCJtJN. - La docmna discure si el Poder Ejecu­rive ergenuno es unipersonal (posicion mayoriraria, entre otros Bi­degain, Bidart Campos. Romero. Linares Qulnrana) 0 colegiado (Mauenzo. MarienhoH, Ekmekdjian), es decir, compuesto por el presidente )' sus ministros.

La interpretacion literal eonduce a la reels de la unipersonali­dad: el an. 87 de la Const. nacional indica que "el Poder Ejecutivo de la Nadon sera desempeilado por un ciudadano con el titulo de 'presidente de la Naci6n Argenlina·... Perc a su vez. el an. 100, precedido del IItulo "Del jefe de Gabinete y demas ministros del Poder Ejeculivo". puntualiza que ellos "Iendran a su cargo el des­pacho de los negocios de la Naci6n, y refrendaran y legalizan\n los aclos del presidente par medio de su firma, sin cuyo requisilo carecen de eficocjCJ··. De abi se desprende que, salvo excepcio­

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PODER EJECUTIVO. ESTRUcnJRA E lNTEGRACI6N. aPERAID'lDAD 345

nes, eI presidentc no pueda actuar sin, al menos, un minisrro; el Poder Ejecutivo resultarfa. eutonces, Inevitablemenre compwesro.

En resumen, si los aetas del Poder Ejecutivo demendan, nor­malmente. un insoslayable concurso de voluntades (la del presiden­te 'j Ia de un ministro. como minimo), dicho 6rgano del Estado deviene colegiado.

§ 527. CONDICIONES CONST1TUClONALES DE EUlJJBJUDAD. - EI art. 89 de la Canst. nacional dice: "Para ser elegido prestdcnte 0

vlcepresidente de Ia Nacicn, se requiere haber nacldo en el territo­rio argentino. 0 ser hijo de ciudadano nativo, habiendo nacido en pais extranjero: y las demas calidades exigidas para ser elegldo se­nador". Estas ultimas, segrln se recuerda. son treinta altos de edad, heber sido seis afios ciudadano de la Naci6n, rente de dos mil pesos fuertes enuales 0 entrada equivalente, 'j natural de la provincia que 10 elija 0 con dos ailos de resldencia inmediata en ella (an. 55. Const. nacional).

a) MOMEllTO EN QUE DEBEN REUNJRSE us CONDJCIONES. EI texto constitucional punruehza que estos recaudos se exlgen "para ser elegldo". Luego. tendrfan que conformarse el dra de la praclama­cion, por parte del Congreso, en [a sesion prevista poe el art. 122 del C6d. Electoral Naciunal, segcn ley 24.444.

Sin embargo, ef C6digo Electoral Nacional. despues de Ia re­forma dispuesta por la ley 24.444. dispone que para la elecciou de presidente 'j vlcepresldenre debe presentarse Ia f6rmula del caso ame el juez federal con competencia en la Capital Federal. quien debe cxpedirse dentro de cinco d(as sobre la calidad de los candi­datos.

En sfntesis, de acuerdo con esta leglslacion regtamenraria, los recaudos para ser presidenle 0 vlcepresidente tienen que ser cu­biertos en el mornenro de oficializarse la f6rmuJa por la [ustlcia electoral; vale decir, antes de la fecha de la elecci6n. a fin de per­mitir su control por tal judicatura. Ese sistema importa una raza­nable reglamentaci6n del mencionado art. 89.

b) REQWSJTOS. La Constituci6n suma a los recaudos para ser senador olros m~s severos. Demanda. en primer termino, haber nacido en lerritorio argentino. 0, si naci6 en el exterior, ser hijo de

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346 zstenrro DFl.. POOER EN EL OEROCHO CONSTTTUCIONAL ARGE:-rrINO PODER erecvrtvo. ESTRUCTURA E INTEGRACI6N. OPERAnVID...n 347C C ciudadano native (esta excepci6n tuvo historicameme por meta potesis de la convivencia de los "des presidentes" tel electo y el

pennitir aeceder a la presidencia a hijos de argentinas exiliados que continua en ejercicio) por un periodo mayor. no resulta aeon­C durante el gobiemo de Rosas; aunque mannene vigor aetualmente, sejable. De heche. importa una erosion poHtica para el presiden­( ante simllares situaciones de emigracion planteadas en las ulrimas te en vias de conduir su gestion.

decades por razones polltieas 0 econ6micas). En opini6n de Bi­dart Campos, el art. 89 permite as! elegit como presidente a al­ § 530. ETAPA PREELECTORAL. - Hemos visto que la eleccion

C guien no ciudadano: "es un extranjero a quien la Consritucion, sin de presidente y vicepresideme principia ante la justicia electoral, eonvertirlo en argentino, Ie confiere condici6n para ser presiden­ donde deben registrarse los candidates, que "podran figurar en las te". Pero nos parece que tal posibilidad no exlste, ya que el art. llsras con el nombre con el cual son conocidos, siempre que la va­55. referidc a los senadores, y, por tanto, tamblen al presidente, riaci6n del mismo no sea excesiva ni de lugar a confusi6n a crite­exige por 10 menos seis alios de ciudadania. Un no ciudadano. rio del juez" (art. 60, C6d. Electoral Nacional, segun ley 24.444). por ello, no debe ser eleetc presidente. E1 juez electoral de la Capital dictara reso1uci6n, apelable ante la

CC C C Camara Nacional Electoral. En caso de muerte 0 renuncia de

§ 528. EV/;NroAL AMPUACION (POR VIA DE LEr) DE LOS REQUI· cualquiera de los candidatos de la formula. los partidos polfticos 0C stros CONSTITUCIONALES. - i,Es faetible sumar ctros recaudos (exigir. alianzas electorales podran registrar a otros candldaros en su lugar.

C mediante ley, que el candidato deba tener educaci6n secundaria, 0 en el plazo de siete dias corridos (art. 61). no comar con condena por delitc doloso) a los previstos por la C Constituci6n? Una doctrina eaHficada (Bidegaln, Bidan Campos), § 531. ETAPA ELECTORAL ELECCJ6N EN UNA sou. VUELTAo.­

C avalada por jurisprudencia de la Corte-Suprema ("Sojo", Fallos, La reforma de 1994 propici6 la elecei6n popular y directa del pre­

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sidente y vicepresidente, reputando a rode el territorio nacional como distrito unico (art. 94). Cada ciudadano sufraga "por una f6rmula indivisible de candidatos a ambos cargos" (art. 148. C6d. Electoral Nacional).

Si una f6rmula obtiene en este primer comicio mas del 45% de los votos "afinnativos validamente emitidos", sus integrantes seran proclamados como presidente y vicepresidente de la Naci6n (art. 97). La idea de la elecci6n por el pueblo y sin intermedla­rios (colegios electorales) se debi6, segun el miembro informante del despaeho mayoritaric, a la necesidad de que el pueblo conocie­se de inmediato el resultado de las elecciones, y de eliminar "esos clubes de notables" que fueron, en su momento. los colegios de electores ("Diario de Sesiones", p. 2214, Obra de fa Convencion Nacional Consriruyenre J994, I. V, p. 4885).

32:125), responde negatlvamente: si la Consrltucion enunci6 cier­Las exigencias, basta cumplir con elias para acceder al eargo.

Como en el caso de los legisladores (ver § 450), pensamos 10 contrario en resguardo del principio constirucional de idoneidad (art. 16), es factible agregar requisites. siempre que sean de tipo general, razonables y de indole republieana, edemas de no violar los paetos vigentes (art. 23, inc. 2°, Convenci6n lnreramericana de Dereehos Humanos).

§ 529. MECANISMO DE ELECCION. TlEMPO. - La Ccnstuucion dedica el Cap. II, Sece. II, Parte 2-, "De 1a forma y tiempo de la elecci6n del presidente y vicepresldente de la Naci6n" al Lema en cuesti6n.

La refonna de 1994 simplific6 sensiblemente el procedimien­to anterior de eleeci6n de presidente y vicepresidente, que era por medio de colegios eleetorales. En cuanto al tiempo, dispuso que la elecci6n, ahora directa por el cuerpo electoral, se hare "denrro de los dos meses anteriores a Ia conelusi6n del mandate del pre­sldente en ejercicio" (art. 95). La lnnovacion es loable. De 10 contrario, de elegirse al presidente con mayor anticipacion. la hi­

Ahora bien, segun apunro, la formula de los candidates triun­fames debe lograr en la primera vue Ita electoral. para ser pro­clamada, el 45% de los sufragios afirmauvos y validos, con 10 que no se computan los emitidos en blanco 0 nulificados. Vale de­cir, que la f6nnula victoriosa no tiene necesariamente que obte­ner el 45% de los votos del total de los inscriptos en el padr6n

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348 ESTAnrTO DEL PODER EN El DEROCHO CONSTTT1JCIONALARGENTINO

electoral. Bastara con lograr el 45% de los voros validos y efir­mativos.

As(. per ejemplo, en 1995, la f6rmula Menem - RUCKau! logr6 el 49.9% de los sufragios aflrmativos y validcs, perc solamenre el 38.73% de los votes del total de los empadronados ("La Nacion", 16 y 21 de mayo de 1995).

EI art. 98 de la Canst. nacional permlte otra ahemativa para conctuir la eleccion presidencial en una sola vuelra: que la formula victoriosa consiga el 40%, por 10 menos, de los 'lotos afirmativos y validos. y edemas que exista una diferencia mayor del 10% res­pecro del total de los votes. rambien aflrmativos y validos, sabre la formula que le slgue en nrlmero de VOIOS.

En ambos supuestos, el proposito de cstas c1ausulas fue doter a la formula Iriunfante del peso politico y del rcspaldo suficiente de la ciudadanfa para gobemar, maxime previendo que en el futuro el pars rcnga que afrontar un sistema menos bipartidlsta (palabras del miembro informante. Garcia Lerna, por el despacho mayorita­rio. "Diario de Sesiones", p. 2215, Obia de fa Convencion Nacio­nat Constituvente 1994. t. V, p. 4885). Tal es el sislema de ba­llouage argentino, que obllga a una segunda vuelra si la formula mas votada no logra aquellos porcemejes.

§ 532. ETAPA POSTE.L£C70IUL. - Realizado el escrunruo den­nitivo de votes por la Junta Nacional Electoral. en un plaza no mayor de diez dias corridos despues de la elecci6n (art. 112. C6d. Electoral Nacional, segun ley 24.444). los resultados se comunican a) presldente del Senado de Ia Naci6n, quien debe convocar a la Asambtea Leglslariva. Ella debe hacer la sumatoria para determl­nar si una f6rmula ha logrado las mayorfas de los arts. 97 y 98 de la Consr. nacional proclemando en su caso a los electos (arts. 120 y 122. C6d. Elecloral Nacional).

§ 533. SEGUNDA l'UELT.t UECTORAL. - Si la f6rmula con mas sufragios no obtuvo los porcentajes citados en los arts. 97 y 98 de la Const nacional. 13 Asamblea Legislativa hara saber lal circuns. tancla al Poder Ejecutivo y a los apoderados de los partidos politi­cos que paniciparan en la segunda vuelta, prevista por el art. 94 de Ia Const. nacional. La misma teI:\dra- lugar dentro de los trein-

PODER EJECUTIVO. ESTRUcrURA E INTEGRACION. OPERATIVTDAD 349

ta dfas (an. J50. C6d. Electoral Nacional. segun ley 24.444). Esos treinta dfas corren desde la primera eleccion (art. 96 in fine. Const. nacional).

En la segunda vuelta intervienen solamente las dos formulas mas voradas en Ia primera (art. 96. Const. nacional, y art. 151, C6d. Electoral Nacional). Resulrara electa la que consiga mayor nrimero de votos afirmativos y validos. Se trata, pues, de una mayorfa simple.

La Constituci6n slempre apunrc a una confrontaci6n obligato­ria de f6rmulas (esto es, de binomios inescindibles, y sin poslbih­dad de que una de las dos f6nnulas mas voradas decline su inter­venci6n en la segunda vuelta; Dromi y Menem). No obstante. Ia ley 24.444, al reformar el C6digo Electoral Nacional, imrodujo al­gunas variaciones. por cierto practices, aunque no siernpre cobe­rentes con e) sistema de la reforma constitucional de 1994.

EI regimen actual, en resumen, es el siguiente: dentro de los cinco dias de anunciadas por la Asamblea Legislativa las dos f6r­mulas mas vctades, ambas debe ran ratificar por escrito ante la Junta Electoral de Ia Capital Federal su decision de presentarse a la segunda vuelta. Si una de elias no 10 hace, sera proclamada la otra (art. 152, C6d. Electoral Nacional; este no preve que ocurre sl ninguna realiza tal ratificaci6n).

De producirse la muerte de los dos candidates de cualquiera de las dos f6rmulas mas votadas en la primera eleccion, perc an­tes de realizarse la segunda, se convocara a una nueva elecclon. Ello significarfa como si la primers eleccion no hubiese acaecido. Si ocurre la muerte de uno solo de los candidates de aquellas dos Iormulas. el partido politico 0 aliaoza electoral del case debera cu­brir la vacancia en el termino de siete dfas corridos, a los efecros de concurrir a la segunda vuelta (art. 154. C6d. Electoral Nacio­nal). De este lexto se desprenderfa Que si no cumple con tal car­ga no podri. presentarse al segundo comido.

Si. tambjen confonne al C6digo Electoral Nacional, antes de la segunda elecci6n se presentare la renuncia de los dos candidatos de una de las dos f6nnulas mas votadas en la primera vuelta, se proclamara electa a la otra (art. 155). En Caso de renuncia de uno de los candidatos de alguna de las dos f6nnulas votadas en la primera vuclla. no podrd cubrirse esa vacante. . Si el renunciante

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350 EST"'WTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSnnICJONAL ARGE~TINOC C fuera el candidate a presidente, ocupara su lugar el candidate a vi­

cepresidenle (art. 155).e Concluyendo, puede apreciarse que. en ciertas hiporesis, una

C f6rmula podra declinar su intervencicn en 1a segunda vuelta. 0 participar con un nombre, y no con los dos. C

( § 534. SEGUNDA. ETA.PA roststsctotut: - Los arts. 152 y 155 e del C6d. Electoral Nacional (segrln la ley 24.444), aluden explfci­

tamente a la proctomacion de la formula triunfante, tanto para la

I II

hipotesis de no ratificar su presentacion a la segunda vueha. como c de renuncia de los des candidatos de una de las dos formulas vic­( toriosas en la primera. En ambos supuestos, se proclamara a la

otra. Cabe suponer que rambien habra proctamacion para el bi­( nomio triunfante en la segunda vuelta.

c i c Ello se confirma igualmente con los arts. 120 y 122 de dicho

C6digo, siempre a tenor deIa ley 24.444, ya que el primero esta­blece que la Asamblea Legislative comunicara los resultados defi­

(

c nirivos. tanto de la primera como de la segunda vuelta, dentro de los quince dfas posteriores a su realizaci6n; y el segundo, que ella

c proclamara a quienes resulten electos, "haclendoles entrega de los documentos que acrediten su caracter".

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§ 535. C...so DE "WER.rE DE; LOS seecrcs. - EI art. 153 del c

c C6d. Electoral Nacional (segun ley 24.444) dispone que si hubiese c muerte 0 renuncia de los elegidos como presidente y vicepresidcnte --esto es. una vez proclamados como tales-, pero (cabe suponer) antes de que asuman, se aplicara 10 dispuesto en el art. 8& de la c Canst. nacional. Ella signifiea que el vicepresidenre electo reem­

( plazara al presidente electo: y. en defectc de ambos, que se efectivi­

c zan la ley de acefalfa. ESLO puede provocar, segdn tal ley, que el Congreso elija mediante la Asarnblea Legislative a quien sea presi­

(. dente durante todo el periodo constitucional a iniciarse {ver § 548).

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c § 536. ASUNCION DEL CARGO. )UIlAMENTO, - EI art. 93 de la c Const. nacional estaluye: "AI tomar posesi6n de su cargo el pre­

sidente y vicepresidente prestaran juramento, en manos del presi­dente del Senado y anle el Congreso reunido en Asamblea, res­c petando sus creencias religiosas. de: 'desempeiiar con lealtad y

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PODER EJEClJTIVO ESTRUCTlJRA E INTEORACION. OPERAT1VJDAD 351

patnotismo el cargo de presiderue (0 viceprestdeme) de la Nocson y observer y hacer observer fie/mente /a Conuitucion de la Na­cion Argentina:",

EI nuevo rexto elimin6 del juramento presidencial Iii mencicn a "Dios Nuestro Senor y estos Santos Evangelios" que trafa el vie­jo art. 80, as! como la prevencion final, en el sentido que si no se cumplta el juramente, Dios y Ia patria demandarfan al perjuro. En lugar de ello, indic6 que los nuevos magistrados fonnularian su juramento de acuerdo con sus convicciones religiosas.

Con el texro reformado en 1994 se procure salvaguardar tanto el principio de libertad de cultos como el respeto por las creen­cias religiosas de los juramentados, en coincidencia con la invo­caci6n a Dios que subsiste en el Preambulo (fundamemos del miembro informante per Ia mayoria, Garcia Lema, "Diario de Se­slones", p. 2370, Obra de la Convencion Nacional Constituvenie 1994, L V, p. 4974).

Coincldlmos con Bidart Campos cuando apuma que el jura­menta aparece as! como una eondicicn de valldez para desempenar el cargo, y que un individuo no juramentado sena formal mente presidente de facio.

En la Argentina, el [uramento y la asuncion presidencial coin­ciden: el art. 93 de la Const. nacional dice, como se apumo, "al tamar posesion de su cargo el presidente... prestaran juramenta". Si no jura, en stntesis, no puede desempeftarse. En los Estados Unidos de America. can una clausula parecida, se han dado casas de presidcntes que s610 juraron despues de algun tiempo. como Washington.

-§ 537. INCOMPATfBIUDA.D£S. - Dispone la segunda parte del art. 92 de la Const. nactonal que el prestdente y el vicepresidente. durante el periodo al que corresponden sus nombrarruentos. "no podran ejercer otro empleo".

La doctrina (Sanchez Viamonte. Linares Quintana) inlerpreta la voz empleo en sentido amplisimo, abarcando incluso situaciones que no implican relaci6n de dependencia, como el ejercicio de profesiones liberales (p.ej., de abogado, e;tplicilamente incompati­ble para cI presidente segt1n el art. 16 de la ley 22.192). y ~D ..... desempe"'o de funciones honorarias (Bidart Campos). ~~\V'· '-,

UJ Il1CL1o n,c, ~ CEt"TRAL

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352 ESTAnJTO OEL POO£R EN £L DERECHO CONSlTIUCIONAL ARG£NTlNO

El objero de la prohibici6n del art. 92 de la Const. nactonal parece multiple: exigir dedicaci6n completa del presidente a sus fund ones constitucionales, y garantizar su Independencia de em­pleadcres 0 de intereses laborales, flnancieros, etc.. que surjan del oesempeao de otras tareas.

§ 538. Pf(f:RROGArIYAS. REMU.YEI1ACI()N. - EI presideme no puede ser desntuido sino por medio del juicio politico (art. 53, Consr. naclonal), circunstancia que -segdn el derecho consuetudi­nario local- Ie ha conferido una serie de prerrogatlvas relative­mente similares. respecto a su procesamiento y detencicn penal, a las de los legisladores. comenzandc por la de no ser arrestado sin previa destituci6n. Identlca situaclcn protege el vicepresi­dente y a los ministros, y a los jueces de la Corte Suprema (ver § 563).

La ley 25.320 determine rambien que todo funcionario (con­cepto que abarca al presidente y a los mimstrcs) 0 magistrado su­jew al juicio politico puede ser sometido a juicio penal, y que el llamado a indagnoria no se considera medida restrictive de la Ii­bertad: perc que, si el convocado no concurre. el juez tendra que requerir la/ juicio polftico. Del mismo modo. si dicho juez dispo­ne una medida que afecte Ia inrnunidad de arTeSIO, no sera efectiva sino hasta que .. por el juicio polftlco, el funcionario sea separado del cargo. Todo ello no es obstaculo para que el funcionano 0

magistrado a quien se Ie Impure Ia comislcn de un delito tenga de­recho. aunque no hubiere sido indagado. a presemarse al tribunal, aclarar los hechos y ofrecer pruebas. Si se denegare la remoci6n por medio del juicio politico, el expediente penal continua su tra­miracion en 10 posible. y se suspende el curso de la prescripci6n. Remitimos a) § 482 Y slgutenres.

EI art. 92 de la Constitucion punlualiza: "EI presidenLe y vi­cepresidente disrrutan de un sueldo pagado por el Tesoro de 1a Na­ci6n, que no podra ser alterado en el perfodo de sus nombramien­tos. Durante el mismo periodo no podran... recibir ningun otro emolumento de la Naci6n, ni de provincia alguna".

La nonna dispone, por un lado, que el sueldo que le fije el Congreso (ya que es l!:ste quien sanciona la ley de presupuesto, se· gun el alt. 75, inc. 8. Const. nacional), no podra ser alrerado. Con esto se ha querido evilar, en p'rimer termino. aumenros que . •

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POD£R EJECUTIVO. £STRUtTURA a INTEGRACI6N. OPF.RATIVIDAO 353

obsecuenremente. podrtan ororgarsele al presidente: pero tambien disminuciones que restrlngirran su independencia y dignidad. De haber inflaci6n, el espfritu de la norma requiere la lntangibilldad de la remuneracicn. por 10cual habrfa que ajustarla nominal mente, para tutelar el valor real de dicho sueldo. En la practica, el sue/­do presidenclal se desdibuja con la asignacicn, por presupuesto, de fondos reservados. de los cuales no debe rendir cuenta.

EI art. 92 afiade que tampoco podra el presldente percibir emolumenros de la Naci6n 0 de alguna provincia. Emolumento significa beneficio, utllldad, 0 lUCTO derivado de un cargo, empleo o destine. Cabe suponer que tam poco podra el presidente perci­bir tales ingresos de municipalidades 0 entidades privadas.

§ 539. DU/U.CJ()N DEL PEf(ll1DlI I'taSfDENC/AL, - EI art. 90 de la Const. nacional puntualiza: MEl presldente y vicepresidente duran en sus funciones el termino de cuatro ahos y podran ser reelegidos o sucederse recfprocemenre por un solo perfodo consecutive. Si han sido rcelectos 0 se han sucedido rectprocamente no pueden ser etegidos para ninguno de ambos cargos, sino con el intervale de un pertodo". E1 art. 91 afiade: "EI presldeute de Ia Nacion cesa en el poder el mismo dra en que expira su perfodo de cuatro a110s; sin que eventc alguno que 10 haya imerrumpido, pueda ser motive de que se le complete mas tarde".

La reducci6n del pertodo original de la Consrltucion (sels aftos) a cuarro. rue justificada par el convcncional Palxao, miem­bro coinformante del despacho mayorltario en la Convenci6n dc 1994, por varios mouvos, a saber: a) el modele estadounidense. que no se siguio en la Asamblea de 1853: b) la refonna de facto de 1972,acatada en este punto por las Iuerzas politicas de enton­ces (ver § 254): c) la existencla de "dificultades insalvables", para completar exitosamente el tramo de los seis ailos; d) las siLuacio­nes tensns en el ultimo tercio de la gesti6n de seis ailos, por me­diar una larga transici6n entre la presidencia que concluye y la que se inicia, y e) necesidad de dar al pueblo 1a posibilidad de Iali­ficar 0 de concluir, a los cuatro anos, una gesti6n presidencial, 10 que importa un mayor control de la ciudadania '''Diario de Sesio­nes", p. 2213 y 2214, Obm de la Comencion Naciortal Constituyen~

te 1994. I. V. p. 4884 Y 4885). La red.ucei6n, agreg6, empalrnaba de todos modos con la posibiHdad de una reelecci6n inmediata.

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354 ESfATUTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO er­e­ Hay que distinguir entre duracion del perfodo prestdenciat y

duraci6n de un presidente. Ambos pueden coincidir ('1 as, ocurree, nonnalmente).

c. Pew algunas veces tal colncicencia no existe. En un mismo tramo presidencial, por ejemplo el anterior de sets alios. pudo ha­eo

c ber varies presidentes. As!. en el sexenio que se inici6 el 12 de cctubre de 1886. que comenz.6 Juarez Celman. y que concluyo el 12 de octubre-de ] 892, cuando asumi6 Luis Saenz Pena, se desem­c peno, tambien, desde el 6 de agosto de 1890 hasta el 12 de octu­

c. bre de 1892. Pellegrini, quien asumi6 la presidencia a ratz de la reuuncia de Juarez Celman. c'

c Esra regIa del perfodo presidencial de seis attos fue quebrada en 1989. El presidente Alfonsin asumi6 el 10 de diciembre de

() 1983, y debfa durar el perfodo presfdencial, segun el anriguo art.

c 77, hesta el ]Q de diciembre de 1989. Sin embargo, al renunciar

c' en julio de 1989, tanto el presidente Alfonsin como el viceprest­dente Maninez, en luger de designar el Congreso un presidente que completase el Trame fakame del perfodo de sets anos. permi­c ti6 que asumlera como presideme normal (y por 10 Ian10, por sets

c. enos), Carlos S. Menem. En deflfutlva, pues. hubo un tramo pre­sideneial mas corte que el previsto por el anterior art. 77 de la c Canst. nacional (en lugar de seis alios, de cinco anos y casi siere

c meses).

c

c § 540.' REELECCI6H. - La duraci6n del perfodo se conecta con c la posibilided de reelecci6n. Si el perfodo es largo. es probable

que 1a Constltucirin impida toda reeleccion. como se regula en

c Chile; 0 que la permita, perc dejando un perfodo presidencial de c intervale (Peru de 1979. an. 205). Cuando el perfodo es corte. la reelecci6n es algunas veces permitida. ocasionalmente con Iimita­ciones (segun 1a Conslituci6n de los Estados Unidos de America. c enmienda xxn: "Nadie sera e1egido para el cargo de presiden­

( te mas de dos veces"). Pero hay constituciones que pennilieron indefinidamente la ree1ecci6n (como la argentina de 1949, an.(

c 78, y la deJ Paraguay de 1967, art. 173) y Olras que 1a prohi­bieron de modo tenninanle (Constituci6n de Honduras de 1982). ESla Consliluci6n dispone jneluso que el presidente que proponga c la reforma de esta prohibici6n. cesara de inmediato en el cargo

c (arl. 239).

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paDER EJECUTIVO. ESTRUCTURA E 1""TEGRACIl'>N. OPERATIVIDAD

La reforma consntuclonal de 1994 introdujo en esre terna una importante modificaci6n al sistema anterior, que pennitia la ree­Ieccion del presidente. perc dejando un "hueco" 0 intervale de un perfodc (antiguo art. 77). EI actual art. 90 establece. en efecto. que "el prestdente y vicepresidente duran en sus funciones el ter­mino de cuatro ados y pcdran set reelegidos a sucederse recfpro­camente por un solo periodo ccnsecutivo. Si han sido reelectos 0

se han sucedido recfprocamente no pueden ser elegtdcs para nin­guno de ambos cargos. sino con el intervale de un perfodo''.

Aquella ctausula fue complementada por otras cos, transite­rlas. La disposici6n transitoria novena aclara que el mandate del presideme en ejercicio al memento de sancionarsc la reforma de­bert ser constderado como primer pertodo. A su tumo. la nume­ro diez establece que el mandato del presidente de la Nacion que asuma su .cargo el 8 de julio de 1995 se extinguira el 10 de di­ciembre de 1999.

La Convenci6n de 1994 puso de tal modo fin a un largo deba­te (el verdadero punto central de la reforma), como era la posibili­dad de reetegtr por un periodo inmedlato mas al presidente (des­pues tambien estara habilitado para ser reelecto, pero dejando el referido Intervale de un perfodc). EI fundamento dado par et can­vencional Garcia Lema, miembro ccinformante del despacho ma­yorltario. fue la adopci6n del modelo estadounidense: reduccion del pertodo presldencial a cuarrc alios, con la poslbilidad de una reelecci6n; en rotal. des mandatos. lndic6 que tal era la practice en los parses mas desarrolladcs ("Diano de Sesiones". p. 2213 Y 2214, Obra de fa Convencion Nodonat Constuuyente J994, L. V, p. 4884 Y 4885).

Para algunos la prohibic:i6n de un tercer periodo consecutivo violma, por ejemplo. el Pacto de San Jose de Cosla Rica, que im­pide discriminaciones electorales. salvo por razones de edad, na­cionalidad, residencia. idioma. instnJcci6n, condena penal 0 inca­pacidad civil 0 mental (art. 23. inc. 2").

Sobre este punto. la Corte Suprema de Justicia de la Nac:i6n, en el caso "Partido Justicialista de Sanla Fe" (LL, 1995-A-201), pumuali16 que ciallsulas constitucionales limitalOrias de la posibi­Iidad de postularse indefinidamenle a elecc:iones no violaban ni la COnstiluci6n naciona!, ni los derechos individuales. ni los tratados

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357 356 esrenrro DEL PODER EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO

o convenciones con rango consurucional a tenor del art. 75. inc. 22. de la Const. nacional. A su vez, el informe de la Comisi6n Jnteramericana de Derechos Humanos, en el caso "Rfos Morin" Icfr. el vote del juez Payt, en los autos cirados, consid. 20, da pie asimismo a admitir clausulas constitucionales regulatorias de las condiciones de elegibilidad de un presidente, en tanto tiendan a evirar el nepotismo, el ccnflicto de imereses, la efectividad de los derechos politicos y la autenticidad de las elecclones.

§ 541. EL 1'£R.10DO PRESIDENClIoL 1995.1999. - La clausula rransitoria decima estatuyo que un perlodo presidencial complero debra durer desde el 8 de julio de 1995 hesta el 10 de diciembre de 1999, vale declr, que conto con cerca de cuatro enos 'j medio. Fue una disposici6n especffica y practlca, destinada a hacer con­c1uir el mandate presidencial con el de los legisladores, que se encontraban desfasados a raiz de la renuncia del presidente AI­fonstn en julio de 1989. y la inmediata asuncion del presidente Menem, hecho que -segun puntuallzarncs, en el § 539- no coinci­dla con la Consntucicn de 1853-1860..

§ 542. LA. 1lu.;L£CCUJN CRUZ.4IM. - La segunda parte del arc 90 de la Const. nacional aclara que el presldente 0 el vicepresiden­re, si fueren reelectos 0 se hubieren sucedido recfprocamente, no pueden ser elegldos para ninguno de ambos cargos. sino con el in­tervalo de OIrO periodo.

Dicho de otro modo. quien fue presidente en un Iramo 'j vice­presldente en el siguiente, 0 viceversa, no puede postularse para un tercer perfodo consecutive, tanto para presidenre como para vi­cepresidente. Debera dejar un perfodo en blanco. EI miembro coinfcrmanre par el despacho mayoritario, Garcia Lema, expuso que as! se procure evltar 10 ocurrido en los Estados Unidos de America con Bush. quien fue des veces seguidas vicepresidente y en una tercera, tam bien consecutiva, presidente ("Diario de Sesio­nes". p. 2215. Obra de fa Convencion Nactonat Consrituyente J994. I. V. p. 4885).

§ 543. INTEIlRUPClONES EN EL EJERClCJO I'RESJDENCIAL. -EI art. 91 de la Consl. nacional indica que el perfodo de cualro ailos fene-­ce aUlomaticamenle. "sin que evcnto alguno que 10 ha'ja interrum­

PODE~ EJECUTIVO. ESTRUCTUJl.A E INTEGRACI6N. OPERAllVIDAD

pido, pueda ser motive de que se Ie complete mas tarde". Es una regia de segurldad juridica: las Iicencias, enfermedades, golpes de Bstado, etc., no prorrogan el termino presldencial.

B) EL VICEPAEStDENT£ Y LAS ACEFALfAS

§ 544. EL YICEPRESIDENTE. - La Constitucion de 1853-1860 estableclo el cargo de vicepresidente, con las mismas condiciones (art. 89) 'j metcdo de eleccion (arts. 94 a 98) que el presidenre. Dura en su funci6n igual que este (an. 90) 'j presta analogo jura­menta (art. 93).

Los roles del vicepresidente son, basicamente. dos: reempla­zar (trensiroria 0 definltivamente, segun los casas) al presidente. y presidir el Sen ado, sin voto salvo el case de empare (art. 57). Preside tambien la Asemblea Legislative, par 10 que era Ilamado, durante e1 perfodo de la Confederaci6n (1853-1860). "presidente nOlO del Congreso".

La Constituci6n argentina sigui6 aquf el esquema estadouni­dense: el desempefio del vicepresident:e en el Senado tiene por fin darle algunas tareas, y evitar que en Ia Camara alta una provincia pudiese perder un voto, si un senador de ella fuese electo presi­dente de tal cuerpo.

Bsre sistema provoca a menudo un conflicto de lealtades para el vicepresldente: i,es un hombre del Poder Bjecutivo, 0

uno del Congreso? i,Es un organo extra poder, segrin sugie­re Bidart Campos. 0 una magistratura hfbrida, como oportuue­mente sostenta Ekmekdjian?

La Constitucion 10 ubica en Ia seccidn correspondlente at Po­der Ejecutivo (art. 88 y siguientes). Esto es una clara indicaci6n del 6rgano del Estado al cual se adscribe, segun el mensaje consti­tuclonal.

§ 545. ACEFArJA PRESIDENCJAL. - EI desempeilo del Poder Eje­cutivo debe ser constante, 'j ello. mas que regia del derecbo consti­tucional. 10 es del derecho de necesidad. Esto cxplica que la Constituci6n haya detallado diferent:es situaciones, y previsLO la co­bertura del cargo. ­

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c c (" 358 ESTATUTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTTTUCIONAL ARGENTINO

c c Cabe distinguir, en ese orden de ideas, tres supuestos pnnci­

pales: a) acefalia presidencial; b) acefaHa vicepresldencial. y c) acefalfa doble. e El art. 88. parte I·, se refiere a la acefalfa del cargo de prcsi­

c dente, y dice: "En caso de enfermedad, ausencia de Ia Capital, rnuerte, renuncia 0 destirucion del presidenre, el Poder Ejecutivo

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sera ejercldo por el vicepresidente de la Naci6n". Son diversos, c pues. los motives expresos que explican Ia asunci6n del cargo pre­sidencial poT parte del vicepresidente. Pero cabe estudier tam­c bien ctra variable: la inhabilidad. c

a) ENFEJl.ME:DAD. Desde Iuego, se debe tratar de una enferme­c dad de gravedad tal que Impida el desempeno de las funciones r presidenciales. Esta alteraclon de la salud puede ser ftsica 0c

mental. dado que la Constitucion no difereneia al respecto. Com­r c prende, emonces, las hip6tesis de demencia. ( EI problema. aquf, es quien determina si el prestdente esta en­

Fenno y. ademas, la intensidad de su dolencia. Si el propio presi­

Ic dente 10 reconoce, asume el vlceptesidente, con la eonformidad de c aquel. AI contrario. .'Ii el presidente no admite estar enfermo. la

Constituci6n guarda silencio para resolver la euesti6n. La res­c puesta normative se puede hallar sensatameme en el art. 75. inc.

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32, donde se conflere competencias al Congreso para "haccr to­das las leyes y regtamentos que sean convementes para poner en

r ejercicic los poderes antecedentes. y todos los otros concedidosc por la presente Constituci6n al Gobiemo de la Naei6n Argenti­na". Precisamente, .'Ie lrata aquf de "poner en ejereiclo" al Poder

c Ejecutivo federal. y 10 nonnal serra efectivizar eso por medio de una ley.

c b) AU5f:NC1A DC. LA CAPITAL. Segun el actual art. 99, inc. 18. c debe leerse "ausencia del pais". Mientras .'Ie encuentrc en este,

por taniO, no asume el vicepresidente (salvo que el presidenle asf ( 10 requiriera).

( Si el presidente viaja al eJo:lerior, debe asumir el vicepresidenle. .'Ie haya realizado ese viaje con 0 sin autorizaci6n del Congreso. C

c) MUERTc.. ImpUca la cesaci6n de la vida. En medicina es L discutido cutindo exactamente .'Ie produce el momento de la muer­

C teo pero la definici6n de esta no .'Ie prolonga demasiado.

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PODER EJECunVO. ESTRUcrURA E INTEGRACI6N. OPERATIVIDAD 359

d) RI:NUNCIA. Asf Hamada por el art. 88 de la Consr. nacio­nal (el 75, inc. 21, habla de dimisioni. opera como factor de asun­ci6n del vicepresidente .'1610 si ha sido aceprada por el Congreso (y este puede desecharla. segun el art. 75. inc. 21, Ccnst. nacional). Aunque el tenor literal del incise pareee rcferirse nada mas que a la facultad del Congreso de acepter 0 desechar "los morivos" de la dimision. y no a esra, es evidente que el texto comprende tambien a la decision de renunciar, ya que el objeto del acto de control del Poder Legislative debe versar tanto sobre las causales alcgadas. como sobre el acto de diminr,

e) DC.ST1TUCf6N. Naturalmente, sc refiere al caso de declara­ci6n de culpabilidad mediante et juicio politico (art. 59. Consr. nacional). cuyo efecto primario es precisamente La destituci6n del acusado (art. 60).

f) !NHA8/UDAD. No esta comprendida en la primera parte del art. 88 de la Consr. nacional, pero sf en la segunda. cuando al ha­blar de Ia doble accfalfa -de presldente y vicepresidcnte- indica: "En case de destltucion, muerte. dimisi6n 0 inhabi/idad del prcsi­deme y vicepresidenre".

Correspondc. pues, incluir tambien en la acefalla presidencial ala hipctesis de inhabifidad. puesto que ella opera. sin dude algu­na, en cuantc a la doble acefalia.

La inhabilidad es un concepto mas extenso que el de enfcr­medad: comprende desde lucgo a esta, pero tambien. segun eJ die­cionario. a la incapacidad e ineprilud. i.Quiere csto significar que el presidente podria ser desplazado segun un procedimiemo por inhabilidad (art. 88) y segun otro mecanismo. por mal desem­peno (a tenor del juieio politico del art. 53)? Aparentemente .'Ii. ya que la misma norma -el art. 88- menciona los dos supuestos por separado: "En caso de destitucion, muene. dimisi6n 0 inhabili­dad". De admitirse esta conclusi6n. i.en Que sc diferencia la in­habilidad del mal desempeiio?

EI teuo constitucional no ha resuclto el problema. Desde eJ pUnto de vista seml1ntico. .'Ie es Inhabil para gobernar si el sujelo .'Ie desempefia mal. Para hallar alguna diferenciaci6n, eierta doc­trina emiende que la inhabiJidad es una causal ajena a la vOluntad del sujeto (p.ej .• enfermedad). miemras Que el mal desempeno in­volucrarfa .'1610 aCIOS intencionales.

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361 360 ESTATUTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTmJC10NAL ARGENTINO

g) OrR..4S CAUSUF.5, Hay algunos casas que no importan en­fermedad. dimisidn. destitueicn. inhabilidad 0 rnuerte. como por ejemplo. un secuestro 0 deteneion. y la remoci6n mediante un go 1­pe de Estado.

En sentido amplio, se pueden englobar estes hipotesis demro de la idea de inhabilidad para desempenarse (en cuanto a que, a rafz de elias. el presidente esta incapacitado para actuar). Es le­gfumo. pues, que el vicepresidente asuma los roles del Poder Ejecutivo en esas instancias. basta tanto se pueda reincorporar el presideme titular.

§ 546. AC£FAL1A.S PERMANEf,"TES Y TRAN5ITORIAS. - Se puede ndvernr que ciertos reemplazos del presidente son definitivos y DITOs son temporaries. Entre los primeros estan. incuesticnable­mente, la muerte, la renuncia aceptada y la desthucion constirucio­nal. Entre los segundos, las auseneias. inhabilidades y enfer­medades, pero, S1 \0 enfermedad es permanente, la asuncion del vicepresidente tambien 10 sera. Asiseismo, es factible que una cusencla 0 uno enfennedad concluyan en la destitucion mediante el juicio politico. can 10 cual el reemplazc sera definitivo.

§ 547. ACEF,ftlJIt VIC£PR£SrD£NClItL. - Esta situacicn se plan­tea cuando no ex'iste vicepresidente. EI art. 88 preve la vacanela vicepresidencial para los casos de "destirucion, rnuerte. dimision 0

inhabilidad". No se menciona la enfermedad, pero esta puede perfectamente incluirse en la inhabUidad. Tampoco se alude a [a ausencia. y esto es una laguna constitucional que hay que cubrir recurriendo, por vta de iruegraeicn (§ 57), a la analog fa: si provo­ca acefalfa lu auseneia del presidente del territorio naclonal. tam­bien debe provocarla para el vicepresidente.

Como apuma Bidarr Campos, hay otra hip6tesis de acefulfa vicepresidencial: que el vicepresidenre asuma [a presidencia, de modo definitive.

La inc6gnila eonstilucional es si se debe Hamar a elecei6n de nuevo vicepresidente. La Constituci6n nada dice al respecto. En favor de la convocatoria podr(a sosienerse que es bueno que !<lS mnglstraluras comailUcionales est'!n eomll/etas Y en ejerci­cio; en contra se afirma que promover una campana electoral a

E;7

PODER EJECUTIVO. ESTRUCTURA E INTEGRACI6N. OPERATIV[DAD

los fines de elegir al vicepresidente faltame, importa un costo politico y econ6mieo nada desdehable.

Teorfas aperte. en la experieneia juridiea ha prevalecido el uso del no llamado a elecci6n. Asf las vacaneias vicepresidenciales por muerte de Marcos Paz (1868) y Pelagic Luna (1919); de re­nuncia, de Alejandro G6mez (1958) y Eduardo Dubalde (1991); 0

por haber asumido la presidencia: Carlos Pellegrini (890), lose E. Uriburu (1895), los'! Figueroa Alcorta (1906), Victorino de la Pla­za (l9l4), Ramon Castillo (1942) y Maria Bstela Martinez de Peron (1974). En cambio, rigiendo la Constituclcn de 1949, por falleci­miento del vieepresidente Hortensio Quijano (1953), fue electo Al­berto Teisaire.

En stntesis. la costumbre eonsritueional avala la no eonvcce­toria a eleceiones; pero si se realiza, tampoco resultarfa inconstitu­eional.

§ 548. DOBLE ACEFALIA. - Ocurre cuando no hay presidente ni vicepresfdeme. Se la llama tambien vacancia simu.ltdnea, y esta eontemplada por la ultima parte del art. 88 de la Const. nacio­nal: prcducida la desritucion, muerte, dimlston 0 iuhabilidad del presideute 0 vleepresidente de la Naei6n, "el Congreso determine­rat que funcionario publico ha de desempefier la presidcneia, hasta que haya cesado la causa de Ia inhabilidad 0 un nuevo presidente sea electo".

A raiz de la muerte del vieepresidente Marcos Paz (2 de ene­ro de 1868), hallandose el presidente Mitre en el Paraguay y en receso el Congreso. el pais se encontrc en Ia Imposibilidad jurfdi­ca de atender la suceslcn presidencial. El gabinete resolvic asu­mirlo, hasta tanto volviese Mitre, mediante un decreto dietado en acuen:lo general de ministros. Pue, en rigor de verdad, un Poder Ejecutivo de facto y, ademes, colegiado.

Precisamcnte a rafz de esa situacicn, se dict6 Ia ley 252, en el mismo afio, Hamada de acefatta. La discuslcn constitucional que esta suscltc (y que se repite con la aetual ley 20.972. modificada por ley 25.716) es si. segun el texto del art. 88 de la Constituci6n, cuando diee (ante /a doble aeefalia) "e1 Congreso determinad. que funcionario publico ha de desempenar la presideneia", debe hacer~

10 eon arreglo a cada caso concreLO (Sanchez Viamonte, De Vedia)

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362 ESTATUTO DEL PODER ~ e, DERECHO CONSlTT1JCIONAL ARGENnNO

o puede prefijarlo poc media de una ley general (Gonzalez Calde­ron. Linares Quintana, Quiroga Levie).

La redacci6n de la Consmucion permire cualquiera de las dos variables (Bldan Campos). EI principia de funcionaJidad (ver § 17) aconseja preferir la a1temativa de la ley previa general. por­que st hay doble acefalfa y el Congreso esra en receso. i.quien 10 convoca para designer presidente, de no haberse ccrnemplado con anterioridad una solucion?

La ley vlgen te, 20.972. con su modiflcatoria, concilia ambas vias. Ante la falta de presldeme y vicepresidcnte, se Instrurnenra de inmediato un encargado del Poder Ejecutivo, siguiendo este or­den: presidente provisorio del Senado, presidente de la Camara de Diputados y presidente de la COrte Suprema de Jusricia. Quicn ejerza la presidencia del Senado debe convocar a la Asamblea Le­gtslauva, la que sc redne por imperio de la propia ley demro de las cuarenta y ocho horas siguienres al hecho que produjo Ia acefa­lfa, para elegit presidente de la Naci6n.

El qu6rum inicial de la asamblea es de dos teretes de los miembrcs de cada Camara del Ccngfeso; y de no obtenerse, se re­ane a las cuarema y ocho horas siguienres. con simple maycrta de miembros de cada Camara. La eleccicn se harli per rnayorfa ab­soluta de los presentes. Si no se logra, la segunda votaci6n se practicara cnt~ aqnellos dos candidates que hubiesen obtenido el mayor mlmero de sufragios. Si hay empate, se peeve una tercera votacicn y, de subsistir el empare, resuelve. cI presidente de la Asamblea, votendo por segunda vez. EI vote sera siempre nomi­nal. Todo debe quedar concluido en una sesion. EI dcsignado debera prestar juramento ante el Congreso y, en SU ausencia, anle la Corte Suprema.

Segl1n el art. 4° de la ley 20.972 s6lo son elegibles por el Congreso quienes re~nan las eualidades constitucionales dcl art. 89 de la Const. nadonal, y desempei'ie alguno de CSIOS cargos: se­nador 0 diputado nacional, 0 gobemador de provincia.

En pro de la ley puede observarse que atiende algo urgente -la actuad6n de un encargado del Poder Ejecutivo- y contempla despues la convocatoria a la Asamblea Legislativa, satisfaciendo asf el nombramienlo de un presidente. Como defectos. se apun· tan: limitar (inconstituciona)menle) la n6mina de eventuales candi­

PODER EJECUnvo. ESTRUCTURA E INTEGRACI<:l~. OPERATlVlDA,O 363

datos a la presidencia. a los Ieglsladores nacionales y gobernado­res de provincia, ya que el art. BB de la Const. nacional habla. al respecto, de funcionario publico, sin esas limitaciones (ademas, los ccngresales no son funcionarios en sentido estricto); y no pre­ve que ocurre si se produce un empate entre ires candida105 en la prtmera votaci6n de la Asamblea Legislarlva.

La ley 25.716 aiiadi6 que. si al tlempc de producirse la doble acefalfa existiere presidente y vicepresidente de la Naei6n electos, ellos asumiran los cargos vacames, y que, en tal case, el ttempo transcurridc desde la asuncion prevista por esra ley haste la imcia­ci6n del penodo por el que hayan sido electos, no se computara a los efectos de la prohibici6n previsra per el art. 90 de la Const. nacional (ver § 540). Vale decir que el presideme "completanre" del pertodo inconctuso por la acefalta no esra cumpliendo ningun tramo, a los fines de la prohibicicn de la triple reeleccion contem­plada par el citedo anfculo constitucional.

C) EL GABINETE

§ 549. Los MIN/STIIOS r Er, GAB1NETE NAClONAL. IYOMEIlO.

NOMBRA..'J1ENro. - EI cap. IV de la seccion que la Consrirucicn de­dica al Poder Ejecutivo. se denomina "Del jefe de Gabinete y dcrnas ministros del Poder Ejecutivo" (arts. JOO a 107). EI art. 100 comienza asf: "EI jefe de Gabinete de Ministros y los demas minisrros secretaries cuyo numero y competencia sera establecida por una ley especial, tendran a su cargo el dcspacho de los nego­eios de la Naei6n y refrendan1n y legalizacln los aClOs del presiden­te por medio de su firma. sin cuyo requisito carecen de eficacia".

EI gabinele nacianal esta aclUalmcnle formado por el jefe de Gabinete de Minisuos. los minisuos secret.arlos. los secretarios de la presidencia de la Naci6n. y los secretarios de la Iefatura de Gabi­nele de Ministros que designe dicho jefe (al1. 2°. deer. 977/95).

La Consl. de 1853 estableci6 cinco ministerios, mencion~ndo­los uno por uno. La refonna de 1898 ampli6 el numero a ocho. dejando su estrueturaci6n a la ley ordinaria. A su tumo, la refor­rna de 1994 dej6 la regulaci6n del numero de ministerios a 10 que disponga la ley respectiva (art. 100). soluci6n que es accrtada.

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364 ESTATVTO DEI.. roOER EN EL DERECHO CONSTrruCIONAL ARGENTINO

Los ministros ':f el jefe de Gabinere son nombrados y rernovi­des por el presidente. "por sf solo" (art. 99. inc. 7). Sin embargo. el an. 100 indica que los ministros "refrendaran y legahzaran los actos del prcsidente por media de su firma. sin cuyo requisite ca­reeen de eficacia". Para cierta doctrine. Ia designaci6n del minis­tro no requtere firma ministerial, en funci6n del primer enfculo ci­[ado (Bidan Campos). Sin embargo, el art, 100 es terminanre. y un nombramiento ministerial sin firma de ministro carecera de efi­cacra.

En la practice. tales nombramienros tienen refrendo ministe­rial, salvo la del minisrro designado en primer luger per el nue­vo presideme. Asi, el deer. 1189 design6 ministro del Interior a Eduardo Bauza y fue suscripto per el presidente Menem; el art. r del decreto disponfa que "sera refrendado por el senor escribano general de Gobierno de la Nacion", quten efectivamente asi 10 hizo. Es una soluci6n producto del derecho de necesidad, ya que antes de nombrar al primer funcionario de ese range el presiden­te aun no tlene ministros.

§ 550. DlJlUC10N r SlJPU1lC1AS EN EL CARGO DE WS MJN1STlWS.

Estos funcionarios no tienen mandata ni un plazo de actuaclon es­upulado en el esquema constitucional; podran desempeaarse inde­finidameme.

Las causas de conclusion de su gesti6n son las de muerte, re­mocion por el Poder Ejecutfvo (an. 99. inc. 7". Const. naclcnal), destirucion mediante el juicio politico (art. 60) 0 renuncia acepta­da por el presideme. Si ocurre esro ultimo, el ministro permane­ce en el cargo basta que Ie sea aceptada la dimisi6n, como en cualquier relacion de empleo publico.

Cabe preguntarse si la renuncia puede ser rechazada pot el presidente. Algunas veces ha ocurrido asf, y eso implica un gesto de confianza 0 confinnaci6n del titular del Poder Ejecutivo en su ministro. No obstante, si este inslstiera, la doctrina (Marienhoff) admire que el derecho a renunclar est! implfcltamente comprendi­do en el nombramiemo y que. por tanIo, no se Ie pOOr(a obligar a continuar indefmidameme en su gesti6n minisleriaL

En materia de suplencias. el art. 7" de la ley 22.520 eSlablece que por ausencia transitoria. por cualquier mOlivo. 0 vacancia. los

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PODER EJECUTIVO. ESTRUCTIJRA E INTEORACI6N. OPERATIVIDAD 365

ministros seran reemplazados en la forma que determine el Puder Ejccutivo.

§ 551. EL JEFE DE GAIIINETE DE MI1lISTRos.-Con el fin ex­plfcito de morigerar los poderes del presldente de la Nacion. la re­forma constitucional de 1994 instrumenrd aquel funcionario (arts. 100 Y 101). El convencional Paixao, miembro coinfonnante del despacho mayoritario, aclaro en la Convenci6n que la enmienda buscaba reducir el hiperpresidenciaJismo argentino, sustrayendo al presidente la jefatura administrative de Ia Republica. La idea fue. de tal modo. "dentro del regimen presidencialista", logear "una atenuacion de las facultades del presidente''. A este. en definiti­va, se Ie iba a "desagregar la jefatura administrative".

En concreto, el jefe de Gablnete de Minirtros fue peusado como titular de la "administracidn generica del pais", con poderes reglamentarios en tal area, a mas de ser el puente entre eL Congre­so y el Poder Ejecutivo, para 10 cual se programc la concurren­cia regular al Poder Legislativo ("Diano de Sesiones", p. 2211 a 2213, Obro de fa Convencion Nacianat Constit~yenre 1994. t. V. p. 4883 Y 4884). Dicho jefe de Gabinete cumplirla edemas un rol tecnico, como era. mereed a la divisi6n de las tareas, asumir mas dlnamicameme la administrecion activa del pais.

Respecto de sus cualidades, duraci6n y nombramlenro. no hay para este funcionario disposiciones que 10 distingan de cualquier minisrro. Como norma singular, el an. 100 tn fine puntualiza que no podra desempeftar simultaneamente otro mlnlsterio. La regla es an6mala, porque en el derecho comparado 10 comdn es que un primer ministro, 0 figura parecida. pueda tamblen asumir algun ministerio. EI miembro coinfonnante en la Convenci6n Ccnstitu­yente de 1994 advirti6 en cambio que se le dejaba exclusivamente la tarea de la administraci6n general de la Nacion.

§ 552. RESPQNSABIUIMDES YREMOCION DEL JEFE DE GABlNETE

DE MINISTROS. _ Bste funcionario esta sometido a una doble serie de responsabilidades. ante el presideme y el Congreso, propias del \lamado "parlamentarismo orleanista".

a) Asi', puede. aJ igual que cualquier ministro. ser destituido por el presidente de la Naci6n (art. 99, inc. 7). Esto quiere signi­

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EST....nrrc DEL i'ODfR. EN EL OEJUOCHO CONSTITUCION.... L .... RGENTINO(f! 366

C' ficar que ante la menor discrepancla con el titular del Poder Ejecu­ri ...a, este 10 remueve, de ser su intencion hacerlo; y puedc nom­C' brar otto jete de Gabinete sin necesidad de comar con acuerdo

([I alguno del Congreso. (:, b) Por otro ledo. es responsable ante el Congreso, de modo

particular segdn el art. 101 de Ia Const. nacional. AI efecto. pue­C de primero ser interpelado "a los efectos del tratamiento de una C mccion de censura", pur cualquier Camara, y siempre que la cen­

sura se decida con el vote de ta mayorfa absolute de la totahdad C de los mlembros de esa Cemara. En este caso, Ia mocion de cen­

( sura concluye en el acto mismo de reprobacion de esa sale, decl­si6n que importa un pronucclemiento polnico sin trascendencias C jurfdicas de nulificacion de actos 0 de conclusion de Ia gestion del c jefe de gabinete de ministros.

C Pero edemas, el Congreso es competente para remover al jefe de Gabineie, "per el veto de la mayoria absolute de los miem­(, bros. de cada una de las cameras" (art. 10 I, Const. nacional).

C Esta pane del anfculo tiene un problema, ya que el texto original, aprobado el l" de agosto per la Coiivend6n, decra "per el voto de C la mayorfa absolute de ta totalidad de los miembros de cada una

( de las camaras" ("Diario de Sesiones", p. 2703, Obra de la Con­w!J1cMn Nacional Constueyente 1994, t. V. p. 5167), en tanto queC el texto ordenado de la Constitueicn aprobado por la asamblea el

C 22 de agosro,"y publicedo en el Boletfn Oficial el 23 de ese mismo mes, no incluy6 las pa1abras "de 1a lotalidad" (Petracca y Borello). C La cdici6n ofidaL, dispuesta por la ley 24.430 (ver § 259), tampo­

C co 10 hizo.

( Apar1e de 10 dicbo, tambien el jefe de Gabinele es pasible del juicio politico (art. 53), pero en tal caso se requerin1n los dos ter­C dos de votos de los miembros presentes, en cada sala, para acusar

C y despues desrituir (arts. 53 y 59).

( § 553. ArR{BVCIONES DEL IEFE DE G",8J/iETE. - Siguicndo el

( plan exposili ....o de Barra, pueden detectarse Ires clases de compe­tencias de este funcionario.C

a) ADM/NJS71«7TYAS. La mas significativa, desde luego, es Wejer_( cer la administraci6n general del pais" (art. toO, inc. I, Const na­

( donal). Tambien Ie toca efectuar los nombramientos; de los em-

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PODER EJECUTI vO ESTll.UcrUR.... E INTEGR ....C1QN. 0Pf.&....TI v 1D.... D 367

pleados de la Administraci6n. excepto los que correspondan al presiderne (an. 100, inc. 3: entre los excepruados. cabe menclonar. p.ej., los de jueces, a tenor del an. 99, inc. 7. como rambien 105 de ministros y empleos militates. art. 99. inc. 13); hacer recaudar las renras de la Naci6n y ejecutar la ley de presupucstc (art. 100. inc. 7; bien que bajo la supervision del jefe de Estado. an. 99, inc. 10), y cvmptimenter las funciones y ambuciones que Ie delegue el presidente en materia edmmisrranva, 0 resolver sobre ellas en reu­ni6n de gabinere, por Indicacion del mismo presidente (art. 100, inc. 4). El jefe de Gabinete no puede subdelegar las competen­cias que Ie delegue e l presideme (an. 12, decr. 977/95).

b) MATERM./...MENrr UGISUT/VAS. En este Orden Ie correspondc expedir los actos y reglamemos que sean necesarios para ejereer las atribuciones que Ie otorga el an. 100 de la Const. nacional, edemas de las que Ie delegue el presidenee, con el refrendo del mi­nistro dcl ramo al cual el acto 0 regtamemo se refiera. EI deer. 977/95 ha aclarado que esos acres y reglamentos del jefe de Gabi­ncte se denominan "declslones administrauvas" (art. 7U ) .

'Iamblen puede expedir el jefe de Gabinelc "resoluciones'', concemientes a los asunros intemos de su jefatura, que no re­quieren refrendo 0 legalizaci6n de 105 ministrcs (an. 8u, decr. 977/95).

Todas estes competencias son distintas a la facuItad de regla­mentar las leyes que liene el presidenle (art. 99. inc. 2, Con st. na­cional), mediante los decrelos del caso, y que import an una aCli... i­dad materia/menle legisLati...a ( ...er § 569).

Una funci6n que es propia del jere de GabineLe es la de en­... jar al Congreso los proyeelOs de ley de minislerios y de preslJ­puesto, 'pre ... io tratamiento en acuerdo del gabinete y aprobaci6n del presidenLe (an. 100, inc. 6).

c) INSTITUCIONALES. Estas compelencias ataiien <11 conlro] del jefe de Gabinete de ciertos actos del presidente y a las rel<Jciones con los otros poderes.

Al efecto, Ie eorresponde refrendar (ver § 558) los decrelos reglamentarios de leyes que dicle el presidenle, como los que dis­pongan la pr6rroga de las sesiones ordinarias del Congreso, 0 la convocatoria a sesiones eXlraordinarias, y los mensajes del presi­

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368 ESTAT1JTO DEL POOER EN E1. OERECHO CONS1TTUCIONAL ARGENTINO

dente que prornuevan la iniciativa Iegislativa (art. 100, inc. 8). Tambien, los decretos presidenciales que concretan facultades le­gislativas conferidas por el Congreso. bejo el control de la Comi­si6n Bicameral Pennanente de este (art. 100. inc. 12).

. Algunas veces el jere de Gablnete tiene que refrendar ciertas decisiones del presidenre. pero juntamente con los dernas ministros ("acuerdo general de ministros"). Asf, los que promulguen par­cialmeme leyes 0 sean de decretos de necesidad y urgencia. que seran sometldos en diez dias a 1a referida Comisi6n Bicameral Permanente (an. 100, inc. 12).

Tiene igualmente que coordinar, preparar y convocar las reu­niones del gabinete de ministrcs , presldlendolas en ausencia del presidente (art. 100, inc. 5). EI art. 2° del deer. 977/95 dispu­so que esas reuniones pueden ser presididas por el vicepresiden­te de la Nacicn. si esta ejerciendo la presidencia y resuelve con­currir.

Con relacicn al Poder Legislative. cumple roles espectales. como eoneurrir a las sesiones del Congreso y participar en sus de­bates, pero no votar (art. 100, inc. 9), u obligatorios. como presen­tar junto con los ministros una memoria del esLado de los negocios en eada ministerio. una vez que se Iniclen las sesiones ordinarias del Congreso (an. 100. inc. 10): producir los informes y explica­ciones verbales oescritos que cada camera requiera al Poder Eje­cutivo (art. 100. inc. II). y concurrir al Congreso al menos una vez por mes. alternatlvarnente a cada una de sus salas, para infer­mar sobre la marcha del gobierno, y esistir a fines de ser interpe­lado 0, en su caso, censurado (an. 10 I; ver § 552).

§ 554. REUCIONES ENTRE EL PRESIDENTE DE U NACfON r EL

JEFE DE GABI,'IIET£. - En esta materia se ha producido una significa­tiva mutacicn consutucional.

La inrencicn explfclta del constituyente de 1994, al crear el cargo de jere de Gabinete de Ministros, rue conctuir can la hiper­trofia presidenciahsta, y "desagregar la jefatura adminlstrattva' del presldente. Desagregar. en espana I, signlfica "separar, desunir, disgregar. aparlar una cosa de otra", 10 que implicaba que fuese el jere de Gabinete. y no el presidente, a quien Ie correspon­de '"ejercer la adminislraei6n general del pais" (art. 100. inc. I,

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PODER FJECUTIVO. ESTRUCTURA E INlEGRACI6N. OPERAllVIDAD 369

Const. nacional; "Dierio de Seslcnes". p. 22 L2, Obra de La Con­vencion Nacionat Constisuyente 1994, t. V. p. 4884).

Sin embargo, una ealificada doctrine. en especial proveniente del derecho administrative, desmont6 aquel programa ccnsntucic­nal. Para ello se recurrio a la distincion entre "titularidad" y "ejercicio" de las tareas administrativas, subrayandose que al jere de Gabinere solo Ie correspondfa "ejercer" la aludida adrninisua­cion general. a tenor del mentado art. 100. inc. 1 (y no, como pro­punta la ley de ccnvocatorla 24.309, "tener a su cargo" dicha ad­ministraclcn, segun el punto A del Pacta de Olivos). En resumen, el titular continuarfu siendo el presidente.

Otro argumento pro presidenciallsta rue que segun el art. 99, inc. L, de la Canst. nacional. el presidente sigue como jere del go­bierno "y responsable politico de la administraci6n general del pais", todo 10 cualle da una primacfa jerarquica sabre e1 jere de Gablne­te, con derechc a reglamentar sus competencias, y aun de reasu­mlrlas (Cornadira. Canda), darle instrucclones (Cassagne). a avo­carse a su ejercicio (Barra).

Esta tendencia se ha reafirmado con el dictado del deer. 977/95, del presldente de la Naci6n. Este ha reglamenrado. par Sl mlsmo, las competencies del jere del Gabinere, quien ahara es asistente del presldente (art. 1<». Sus. decistones y resoluciones SDn recu­rrtbles. y el presidente puede avocarse a: la del punto debatidc (an. 15). En otro orden de ideas. las reunlones de gabinete, que el art. 100, inc. 5, deelara convocables per el jefe de Gabinete. 10 son tambien per el presldente, segun el art. 2<>. parr. 2°, del deer. 977/95. Ante cste panorama, se ha dicho que el jere de gabtnete es un "simple secretario del presidente" (Ekmekdjian).

§ 555. REUCIONES e.'IITRE EL JEFE DE G""BfNETE Y LOS M/JV!S·

TROS. - EI art. 100 de la Const. nacional no defini6 expresarnenre las conexicnes entre el jere de Gabinete y los ministros. salvo cuando deja a este la "adminisrracion general". sin que pueda ejer­dear por Sl mismo un ministerio en particular (art. 100 in fine).

EI art. 1° del deer. 977/95 mantuvo parte de esa ambiguedad, ya que dispone que los ministros asisten tanto al presidente de la Naci6n como al jere de Gabinete. Dicha asislencia secl individual o en su conjunlo, segun los asuntos que a1 erecto determine la Cons·

24. S'l!(i~,. /ofa~_'.

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370 E5TAlUTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTlTUCIONAL ARGENTINO e e utucion 0 la ley de minlsterios. De todos modos, es visible que je­

rarquicamente los minlstros se hall an emonces bajo el jefe de Gabi­c nete, perc cabe pregumarse que signifiea en concreto tal prlmacfa. c c

Sin embargo. y pese a sec el jefe de Gabinete responsable ante el Congreso de la Naci6n de. entre ctras cosas, la adrmnistra­

c c cion general del pars, no eSIl1 habilitado aetualmente para darle

insuucctones obligarorias a los ministrcs, ni para removerlos. con 10 que uende mas bien a ser un coordinador que un conductor de una gesti6n.c

c <: § 556. FUN(IONES DE WS MtNISTROS. DESPACHO DE WS ssco­

(lOS. - EI an. lOO de la Const. nacional aslgna a los ministros dos

c c tareas obligatortas. EI an. 104 agrega otra, tambien imperative.

EI art. 106 suma una cuarta. opcional. EI art. 71 agrega una quinta labor.

La primera funci6n es la de tener "a su cargo el despacho de(

c los negocios de la Nacion'' (art. 100). Por ello. el art. 104 los lla­c ma "minisrros del despacho". Esta expreslcn es engattosa. ya que hacerse cargo del despacho importarfa "resolver y concluir las

c causas y negoclos", y el an. 103 lmpone al respecto una valla: c 'Los ministros no pueden por S1 solos, en ningun case, tomar reso­luciones, a excepcion de 10 concemiente al regimen econ6mico y administrative de sus respectivos departamentos". c Asimismo, -Ia ley nacional de minlsterios 22.520 (t.o. deer. c 438/92) les asigna tareas grupoles y singulares. Las primeras, como integrantes del gobinete nacionat, son la de intervenir en la c determinacion de los objenvos politicos, en los programas y esrra­

( tegias nacionales, en la asignaci6n de prioridades y de preparacton del proyecto de presupuesro. y en todos aquellos asuntos que Ie ( encomiende el Poder EjecutiYo de la Nad6n. En el Ambito singu­c lar, en su ~rea especifica (an. 4°, inc. b, ley 22.520) cada ministro elabora y suscribe los mensajes y proyectos de leyes, as! como los ( de los decretos reglamentarios; y, adema.s, Ie loca "resolyer por sl c IOdo asunto concemiente al rtgimen administratiYo de su respecti­

( vo miniSlerio"; entender en la administraci6n de fondos especiales concemientes a las oireas de su compelencia; nombrar, remover y

( promover a1 personal de su jurisdicci6n en la medida en que 10 au­( roeice el rtgimen de delegaciones en Yigencia, etcttera.

( ( • c (

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PODER EJECUTIYO. ESTRUCTURA E INTEGRACIDN. OPERAl1VIDAD 371

MAs import ante todavfa. et art. 13 de la misma ley 22.520 in­dic6 que el presidente puede delegar en los ministros Iacultades relacionadas con las materias que les competen, segun 10 que de­tennine expresa y taxeuvamente el decrero respecuvo. Esto im­porta, sustancialrneme, una imputacion de funciones mas que una delegacion de atribvciones (ya que 1a delegacion se produce de un 6rgano a otro, y aqu! s610 es intraorgana. 0 sea, en el mismo Po­der Ejecunvo).

§ 557. REGLU/£NTACION DE u.s LEY£S I'OR I'A.J£ DE WS MtNIS­

TROS. - Uno de los puntos mas discutidos, en tome de las compe­tencias ministeriales. es la faculrad de los mlnisrros de reglamentar las leyes. En principio, esa atrtbucion es s610 del presiderne: el art. 99, inc. 2, dela Const. nacional se la confiere expresameme. Y asf 10 indic6 la jurisprudencia tradicional de la Corte Suprema ("Labat", Faltos, 174:299; "EYoli", Fallos, 181:255, y "Reveglia y Jaeggi", Fatlos, 184:660), compartida por la doctrina (Bidart Campos, Btelsa). Sin embargo. posteriormeme el derecho con­suetudinario constitucional ha autonzado esas reglamemaciones. salvo que fuesen contra la ley regtamemada ("Portillo". Fattos. 302:728).

Incluso ciertas leyes han conferido direcramente a los minis­tros la posibilidad de legislar marenalmerne, por via de deJega­cion, Hamada de segundo grado (no al Poder Ejecutivc, sino a un 6rgano de el}, como hizo la ley 22.229; y ello ha side convalidado por Ia Corte Suprema ("Cambios Telerur SA", LL, 1987-8-549. Y "Witcel SA", LL. 1988·A-431), con el visto bueno de importante doctrine (Bidegain, Linares, Cassagne; ver § 575).

§ 558. R£F.ENDO Y UGAUZAC/Orv. - EI segundo papel que en­comienda el art. 100 de la Const. nacional a los minislros es re­{rendar y legalizar los actos del presidenle por medio de su firma. sin cuyo requisito carecen de eficacia.

Segun ciertos diccionarios juridicos de la epoca en que se dict6 la Consliluci6n. Fefrendar y legali:.ar son la misma cosa (Escriche). Sin embargo, resultaria absurdo que el constituyente haya empleado dos vocablos sin6nimos. uno detras del otro. Cabe suponer, por tanio, que ha querido diferenciarlos.

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372 ESTAnTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTmJCIONAL ARGENTINO

Hay consenso en que legalil.ar importa probar la autentlcidad de una firma yel cargo de quien Is ha heche (Escriche). Por elto. el rninistro desernpefia primcro un rol de tipo notarial 0 fedatario: acrcdira que un decreto, por ejemplo, esl.§ suscripto por el presi­deme de Ia Nacicn, 0 por quien esta a cargo del Poder Ejecutivo. Desde esta perspective. 13 labor de minlsrrc es formal (Romero).

El concepto de refrendar es discutidc en el derecho consutu­clonal argentino. Quiroga Levie. por ejemplo. juzga que impona autortzar et acto presjdencial, por 10 que este es, obvtamente. un acto complejo, producro de dos voluntades (1a del presldente y la del rninistro refrendarue). Al contrario, Linares Quintana niega tal concurrencia de volunrades, ya que en todo caso priva la del presidente (quien puede remover al ministrc que no quiera, p.ej., autorirar un decreto). Una rercera postura ensei'ia que el acto es complejo (par el refrendo), pero desigual (por la primacta de la volumed presidencial -Bidart Campos-j.

Nos adherimos a la teorfa del jrcto complejo. Si no hay acuerdo de voluntades, el acto presidencial carecera de eficaete. a tenor del art. 100 de Ia Canst. nacional. Esto se puede interpreter de dos modos: que el acto del presideme es invalido (Quiroga La­vie) 0 inexistence. y que es valido, pero Inejecutable 0 incumpli­

,~ble. Estc (jltil}.lu ea 10 que se desprende de los antecedentes del art. lDO (cap. fl. secc. 14, art. 4°. Consr. de Francia de 1791, y an. 222, Const. espanola de 1812). De todos modes, lnvalldo, inexls­rente 0 irrealizable, el acto presidencial. sin refrendo del minisrro, carece de rrascendencla jurldica pracrica. Esto. como primera comprobacicn.

La segunda verificaci6n es que. segun el art. 102 de la Const. nacional, "cada minisrro es responsabJe de los acfos que legaliza". Eslo importa, para nuesrra doclrina, una responsabilidad jurfdica y politica. con proyecciones civiles y penales. todo ello Lraducible en el juicio polilico y en acciones jUdiciales posteriores. Por su· pueslo. ello solamenle liene semido si el minisLro haee algo mas que cenificar en el refrendo una flnna y un cargo.

Para la Corte Suprema. los minislros. en terminos instilUcio­nales. son mucho mas que meros agentes de la Administraci6n pd· bllca, 0 simples fedalarios de los actos del presidente, por su firma CCavallo", Faf{o!i, 327;4376).

PODER E.lfCUTIVO. ESTRUcnJRA E INTEGRACION. OPEAATIVIMO 373

§ 559. LA. "HeMOR1A Oli:TAUAnA". -El art. 104 de Ia Const. nacional dispone: "Luego que el Congreso abra sus seslones, debe­ran los minisrros del despacho presentarle una memoria detallada del estado de la Naci6n en 10 relative a los negocios de sus respec­tivos departamentos". EI texto constirucional no exige infonne oral, podrfa ser escrito.

Segun el derecho consuetudinario constitucional, esta regIa se cumplfa. aunque con sensibles retardos, hasta Ia mitad del si­glo xx. Posrericrmenre ha entrado en desuso.

§ 560. CONCURRENCIA A SESIONES OEL CONGRli:SO. - Aquf 1a Constituci6n preve las siguientes variables.

a) CONCUJlJiENCI.4 VOWNTARlA. Esti contemplada por el art. J06: "Pueden los ministros concurrir a las sesiones del Congreso y 10­mar parte en sus debates. perc no votar". EJ objeto de este norma es que los ministros, que son "los que llevan Ia voz del presiden­te" (Montes de Oca). arrimen al Poder Legislative el criterio del Poder Ejecutivo, y asf, por ejemplo, eviten cheques entre los dos 6rganos, 0 aporten ideas para luego tamar innecesarto el veto a un proyecto de ley.

b) CONCVRRE:HCfA 08UGATORIA. Esta contemplada en el art. 71 de la Ccnsi. nacional y se la llama vulgarmente taerpeiacion: se la hace a requerimiento de cualquiera de las cameras (sobre el punto, nos remitimos al § 493).

§ 561. Gli:STIdN GRUPAL. - Algunas veces un decreto ministe­rial puede estar refrendado y legaJizado por miis de un ministto (an. r. ley 22.520), en funci6n de las materias que ttala.

Adem~s. es raclible la actuaci6n conjunta del gabinete, a re­querirniento del presidente (art. 3°, ley 22.520), que puede set in­fomahva 0 deliberativa. con 0 sin eI prcsidcnte, 0 conduir tam­oil!n en uri decreto presidencial con refrendo ministerial multiple, dictado en acuerdo general de minisrros. obviamente con la inter­vcnci6n presidenciaJ. Esto ultimo importa un acto jurfdico com· plejo.

La reforma consrilucional de (994 determin6 que cienos ac· tos son necesariamente conjunlos entre los ministros. y eJ jere de

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374 ESTATt:'fO DEL PODfR EN EL DERECHO CONSTITVC10NAL ARGENTINO •c

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c Gabinete (dccretos de necesidad y urgencia y de promulgacidn (f parcial de Ieyes: arts. 100, inc. 13. y 99. inc. 3).

La ultima parte del art. 102 de h. Canst. nacional parecerfa prever un acto jurfdico grupal de los ministros. sin particlpacion

( del presidente de Ia Necion, ya que habla de los acres de un minls­tro "que acuerda con sus cclegas". La tinica hipotesis de facnbi­(

c lidad constituciona} de esu posibtlidad es que, en 10 rctauvc "alc regimen econ6mico y administrative de sus respecnvos departe­rnentos" (art. 103 in fine, Canst. naciona!), donde sf pueden actuar solos, pueden tambien des 0 mas rninistros coincidir voluntaria­( mente en una regulacion conjunta.

C c § 562. I.vCOMP!oTIBIUDAOES. - El art. 105 de la Const. nacio­

nal estatuye que los mlntstros "no pueden ser scnadcres ni dipu­c tados, sin hacer dlmision de sus empleos de ministros". EI objeto ( de Iii. prescripci6n es afianzar la separaci6n de los poderes Ejecuri­

c vo y Legislative, nota caractertsnca de los sistemas prestdenciatts­c tas (en los parlamentarios, en caml>~. los miembros del gabinete forman habitual mente parte del parlamenrol.

Bsta regIa ha tenido en el derecho consuetudinario consntu­( donal" una aplicacion curiosa. Si un mtnlstro va at Congresc como

c diputado 0 senador, se aplica literalmente, y debe renunciar co­mo minislro.. Perc st un diputedo 0 senador es deslgnado ministro. c ha sido frecuente que la Camara respective Ie otorgara licencia en c su funcian legislaliva (tal modalida..d se inici6- ya en 1854. con los senadores Zuvirfa y Galan; como caso mds reciente, en 1989 pue­c de citarse el del diputado Pugliese, entonces presidenle de la Ca­

( mara baja; ver § 463). Esta pclclica conlradicloria ha sido califi­( cada con acierto por Ekmekdjian como pueril y discriminalor;a.

Algunas leyes han extendido las incompatibilidades rninisu:­( riates. por ejemplo. para ejercer la profesi6n de abogado ell la ju­

( risdicci6n nacional (ley 22.192).

( § 563. INHlJNJDADES f PIlERllOGATlYA5,. Sl'EUJO. - La COnsli­

(

c tuci6n confiere a 105 miniSlros una significativa equiparaci6n con el presidente y d vicepresidente de [a Naci6n. en el sentido de que solamente son removibles mediante el juicio publico Uuido politi­

( co, en nuestro lenguaje corrienle); del art. 53, 10 que importa. se­( •( (

(

PODEll EJECunVO. ESTRUClVRA E lNTEGRACI6'1. OI'ERAn\'rD..w 375

gun las pracncas locales, es que no pueden scr enjuiciacos penal­mente (ni, obviameme, arreslados) sin la previa dcsurucion (arg. art .. 60. Const. necional). Nos remhimos en este lema al § 632.

£1 <In. 107 de la Consr. nacional dice: "Goza-an per sus servi­cios de un sueldo establecido por la ley, que no podra ser au men­tado ni disminuido en favor o perjuicio de los que se hallcn en ejercicio". Bs una nonna similar a la del art. 92, relauva al prest­dente y vicepresidcnte (derivamos al Iector a 10 visto en el § 538).

Parte de la doctrina (Bielsa, Bidan Campos) entlende que cuando los ministros concurrcn al Congreso, por inicialiva propia o por convocatoria del Poder Legislative, gozan tambten de las inmunidades y privilegios proplos de diputados y senadores (ver § 481 Y sigutentes). La Corte Suprema juzgc que la garantfa cons­tituclonal de la inmunidad de opinion de los legisladores amparaba tambien a los ministros cuando concuman al parlamemo para in­former bajo requertmlento de una Camara. 0 para participar en los debates sin veto. conforme a las altemauvas previstas por los arts. 71 y 106 de la Const. nacional (ver § 560). En otras palcbras. el alto tribunal, por analogta, extendio. en tales supuestos. a los mi­nistros la prcrroganva parlamenrana del art 68 ("Cavallo". JA. 2005-11-620).

§ 564. RESPONSA81lJlJADES. - El art. 102 de la Const. nacio­nal puntueliza: "Cada ministro es responsable de los acres que le­galiza; y solidariamenfe de los que acuerda Con sus colegas·'.

La norma preve dos hip6lesis de responsabiJidad: una. deriva­da del refrendo y legaliz:aci6n de los aclOs del presideme (art. 100. Const. naciona!; ver § 558). sea que en esc refrendo haya actuado un solo miniSlfo. 0 lodos (decrelos "en acuerdo general de minis­(res"). La olra altemativa es la responsabilidad emergcnte de ac­tos donde no interviene el presjdeme. sino conjumamente los mi­nistros (ver § 561).

Tarnbien debe ser responsable el minislro de aqucllo que deci­da por si mismo en 10 Concemienle al regimen administralivo de su propio minislerio, segun Ill. ley 22.520 (ver § 556).

La responsabilidad del caso puede ser polflica, segun cl jui­cio POlflico (arl. 53 'i cones.• Consl. nacional). penal y civil (vcr § 626).

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376 ESTATUTO OEl POOER EN EL DERECHO CONSlTTUCIONol,.L A.RGEl'ITINO

*565 SECU;T"'RI...s Y SUBSF.CRF.TARIAS DE ESTADO. - La ley de ministenos 22.520 (c.o. y reformado) instruments actualmente seis secretanas de la Presidencia de 101 Nacion (General. Legal y Tee­mea. de Imetigencia, de Turismo, de Cultura, de Programacicn para la Prevencion de la Drogadiccion y la Lucha contra cl Narcouafi­co). Sus mutares aslsten al Poder Ejeceuvo en forma directs (an. 9\ ley 22.520). Tambien lntegran el gabinete nacional. con fun­Clones similares 0 la de 105 rninistros (an. 10) y a ellos puede el presidente delegarles facultades suyas. per vfa de decreta (an. 13).

La creacion de tales secretanas ha side historicameme una respuesta del dereeho constituciona! consuetudinario al numero fijo de minisrros (echo) estebtecidc por el anterior an. 87 de la Const. nactcnel. y que resulraba insuficiente. De heche, operan como cuasiministerios. Habiendo derivado la reform a de 1994 el numero de rmnistertos a 10 que disponga la ley (an. 100), nan per­dido en buena mcdida su raz6n de ser insthucional.

D) AVMINISTR.,\CI6N PUBLICA Y FUERZAS ARMADAS

§ 566. ADl4lfNISTRACroN POBUCA, CF.NTRA,UUlM. Y DESCEtoiTRAU­

1-\DA. - Pam el come lido de sus roles instuucionales y la atenclon de los servicios prestados Q regutcdos por el poder Ejecutivo. se insertc en su orbua el grueso de la Admlnistracicn publica (aun­que ocasionalmeme el Poder Legislative pueda tambien cumplir algun pape l en tal sentido, y 10 haga el Poder Judicial en cuanlo eJ servicio de jostieia).

Denno del Poder Ejt::cuti\o, III reforma de 1994 ha recurrido a una f6rmula confusa, al punlLlalizar qLle la adminimaci6n general del pais esta ejercida por el jefe de Gabinele (art. 100. inc. I). in­c1uso con responsabilidad polilica ante el Congreso, pero que tam­bien el presidenle es "responsable politico de la administraci6n general del pals" (.:lrt. 99. inc_ I), stJpuestamente ante el mismo Congreso.

La Administraci6n publica se divide en cenrrali:.ada (ministe­rios. sec-reIarias de Estado. subsecretar(as, difecciones generales. depanamemos. divisiones. etc.) y 101 descenrralhada. a cargo de organo!> que poseen denos poderes dt iniciat;ya y decisi6n,

_ ------I .a_. _

POOER EJECtmvO. ESTRUCTURA E IHTEGRACION. OI-'ERAnvrnAD 377

La Adminlstracion descentraluada asume distlnros grades. Si se Ie concede personeria jurfdica, patrimonio propio )' fin pcbli­co al organo descentralizado, se denomina l.1wuirquico (p.ej., Ios bancos nacicnates y Ja Direccidn General de Aduanasj. Sl carece de personelidad jurfdica, el organo en cuestien tendra descentrali­zacion jerarquica 0 burocni!ica (Marienhoff). En nuestro pais. numerosas empresas del Bstado nan sido constituidae como entida­des autarquicas, aunque esto sea discutible.

Salvo que se irate de entes que la Constituci6n nactonal enco­mienda al Ccngreso, en principia corresponde que sea el Podcr Ejecutivo quien disponga si hay desceruratizecion, y de que tipo. en el cornetido de Iunciones 0 actividades de su orbita, esto es, "de la administraci6n general del pais". segun el cirado art. 100, inc. t, de la Const. nacional. Sin embargo. por via del derecho consuetudinario consritucicnal, el Congreso ha instrumcntado por ley multiples regtrnenes de autarqufa, basdndose en el art. 75. inc. 32, de la Consr. nacional (ver § 620).

Formatmente. el nombramiento y remocion de todos los em­pleados de la Administracion publica que no tengan afgun tipo es­pecial de deslgnacion (como los jueces de la Cone Suprema 0 em­bajadores, 0 clenos oficiBles de las fuerzas armadas; ver § 601, 689 y 713). corresponde "por sf solo" al presidente de Ia Republi­ca (art. 99. inc. 7. Const. nacional), aunque lOCK al Congreso "crear y suprimir ernpteos. fijar sus arribuciones" {art 75, inc. 20).

La reforma constirucional de 1994 veelve aqul a ser confuse, caando, no obstante expresar en el art. 99, inc. 7. que el presidente nombra y remueve por sf solo a "103 empleados cuyo nombra­mento no esta reglado de otra forma par esta Constituci6n". aftade en c1 art. 100. inc. 3. que al jefe de Gabinete Ie corresponde "efec­tuar los nombramienlOs de los empJeaoo.s de 1a Administracion. excepto los que correspondan al presidente".

§ 567. S'TUAC,(Jfi rNSTITUCJOfiAL DE us FUBRZAS i\RMA1>A.S.- El art. 99. inc. 12. de la Const. nacional indica que eJ presidente: "Es comandanle en jefe de lodas las fuerzas armadas de Ja Naci6n".

La doctrina adminiS[nl[jvjsla habla con frceuencia del orgatW caSJrnlSP. entendiendo a las fuerzas armadas como una insliLuci6n. aunque sin personalidad juridica (Marien hoff). Pero Bidart Cam-­

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378 ESTAnmJ OEL PaOER EN EL DERECHO CONSl1TUCIONAL ARGENTINO (

c pes cocsidera que se las puede ccnceptuar incluso como un 6rgano extrapoder.c Pormalmente. dada la fuerte dependencia lnstitucional que pro­

c' grama el mentado art. 99, inc. 12, las fuerzas armadas no son enti­dades autarquicas ni organo extrapoder. Tampoco lmportan un(

c organo en sentido preciso, si por tal se califica a un sujeto del c Estado encargado de emitir por st la voluntad de aquel e impurar esa vcluntad a Ia del Estado como persona jurfdica (Messineo,

c Zampetti). Nos remitimos per 10 demas, en cuanto a los roles de las fuerzas de seguridad, al § 710 Y siguientes.

c c E) PRODUCTOS DEL PODER EJECUTIVO

c ( § 568. D,ST,NTQS TIPOS DE: DECR£TOS. - La decision presiden­

cial se mamfiesta juridicamente por medic de deerelOS, no obstan­c te que la Constituci6n se refiere a instrucctones y reglamenros en c el art. 99. inc. 2. Sf aparece la voz decretos en el art. 21, con re­ferenda a los que dicte el Poder Bjecurivo para convocar a funcio­c nes mllitares. y despues de la reforma de 1994, para aludir a los c decretos de necesidad y urgencia (an. 99, inc. 3), a los rcglamen­tarios de leyes, prorroga de las sesiones del Congreso y convocato­c

c ria a extracrdinarias (art. 100, inc. 8), 0 a los que regulan legisla­c cion delegada (art. 100, inc. 12), 0 promulgan parcialrnente Ieyes (an. 100, inc. 13), etcetera.

c No necesariamente el Podcr Ejecutivo debe emplear decretos para expresar sus decislones. Por ejemplo. el art. 99, inc. 15, re­

( fiere a dectarar la guerra, y el inc. 16 a declarer el estadc de si­tic. Sin embargo. en los uses locales, el decreto 'es la via regular (

c de exteriorizacicn de las resoluciones presidenciales.

c En el derecho argentino se conocen cuatro clases principales de decreros del Poder Ejecutivo: a) de ejecucidn 0 reglamentarios: b) autonomos: c) delegados. y d) de necesidad y urgencia.

(

c § 569. DECRFTOS DE EJECUCldN a R£GU!IIE.NTARIOS. NATURA­

LEZA.. OPORnJNJo.w. - Son los que dan nombre al Poder Bjecutivo. ( es decir, al 6egano estatal encargado de inslrumentar y efectiviz.ar

( las leyes. AsI, el art. 99, ine. 2, de ia Canst. nacional, entre las

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paOER EJECUTIVO. ESTRUcnJRA E INTEORACI6N. OPERATIVTDAD 3'79

competencies del presidente. puntualiza que "expide las instruccic­nes y reglamentos que sean necesanos para la ejecuci6n de las le­yes de la Nacion. cuidando de no alterar su espfritu can excepcio­nes reglamentanas". Bsto es, derecho comotementaria de la ley.

Segun la jurisprudencia de la Corte Suprema, las disposicio­nes reglamentarias validas inLegran la ley ("Azura e hijos", Fa­lias. 255:264), tienen su misma fuer:z.a imperauva (uG6mez", Pallos. 303:1006), y resulLan decislvas para su interpretacion C'Prospero Puchulu". Fallos. 261:145). Materialmente, pues. los decretos de ejecuci6n importan una tarea de Indole legislative a cargo del pre­sidente. sumamente importante -casi siempre decisiva- para Ia efi­cacia de la norma aprobada por el Congreso. Sin reglamentacion, la ley queda habnualmente congelada y sin operauvldad.

EI momeruo en que se debe dieter el decreta reglamentario. poe supuesto posterior a la ley cn cuesuon. es asumo que surge de la prudencia politica del presidente (salvo que la ley disponga un termlno imperative para la regtamentacicn).

§ 570. SUBO/lDJNACJON DEL DECJlETO DE EJEClJCldN A LA. LEY.­

EI decrero reglamenrano est! jerarquicamente subordinado a Ia ley.

Segun la Corte Suprema, tal dependencia, mas que a la letra de la ley, 10 es con relaci6n al esptruu de ella C'Sociedad Maqui­nas Hoffman", Folios, 287:150}. Por eso, el texto legal puede see modificado per el decreto en cuanto a sus modalidades de expre­sion. siempre que no afecte SIJ sustancia (vl.opardo", Folios, 264:206, y -co. Arg. de Elecuicidad", Fallos, 269: (20). La sustancia de la ley, dice la Corte, alane a su esoiriiu y a sus Jines ("SRL Nar­den Argentina", Pallas. 280:18, y "Gravano", Folios. 283;98).

La colisi6n entre el decreto y la ley se da en estas hip6tesis.

a) DESNATURAUZACldN DE LA LE:Y. Scgdn la Corte. se presenta cuando el decreto excede el ambito de la interpretacion posible u opinable de la ley. optando poe una soluci6n fuera de esta ("L6­pez", Fallos. 300:116'7).

b) !NV,tSldN DE ANUS LE:G1SLA.TWAS. Para el criterio de la Corte, ello ocurre si el decreto. so prelexto de perfeccionar las normas exislentcs, legisla en asuntos de competencia del Congreso ("Cia. SWift'·, Fallos. 300:880). por ejemplo, si al reglarttentar una ley,

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PODER EJECUnVO, ESTRUcrURA E Irfi"EGRACION, OPERA11VIDAD 381380 ESTATl..'TO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTITUCtONAL ARGENTINO

estableee un sobreprecio sobre combustibles, eslli en verdad crean­do un lmpuesto ("SA Frigorifica Swift", Patios. 266:53, y "CIAE", Fattos, 273:9).

Un ease Hpico de invasion se produce si el decreto reglarnen­tario establece sanciones no programadas par la ley [r'Elisei", Fa­/los, 292:382).

Corresponde observer, escribe Marienhoff, que el Poder Eje­cutivo no esta habllirado para reglamemar ciertas leyes: aquellas que no debe efectlvizar por cuanto no se vlnculan con 1<1 Admims­tracion publica; por ejemplo. el C6digo Civil, cuya difucidacicn es materia del Poder Judicial.

§ 571. DECRF:TOS .4UrO:WMOS. - Tamblen lIamados indepen­

dientes, se fundaron en el antiguo art. 86, inc. I, y no en el inc. 2, eSIO es. en las competencies del presidente de la Naci6n como en­cargado de "Ia administracion general del pais".

Esra expticacion Ilene ahora menosjundamento, ya que, se­gun el art. lOa, inc. I, de la Const. naclonal, qulen ejerce "la ad­ministraclon general del pais" es (0 debiera ser) el jefe de Gabine­te de Mlnistros. A este, pues, le tocarta expedir -como regla- los decreros auicnomos. EI presidenre podria hacerlo s610 respecto de sus poderes explfcltos ajenos a los que competen al referido jefe de Gabinere (p.ej .. 'art. 99. incs. 3 y 14),0 a los poderes implfcitos que uene como jefe de Esrado.

Sin embargo, conforme con la reduccion lnstirucional que ha experimentado el jefe de Gabinete de Minlstros (ver § 554), el pre­sidente continua emitiendo sin dificultades decretos auronomos. con igual autoridad que antes. Incluso, mediante uno de ellos (977195), ha regulado la actuacion del jefe de Gabinele de Ministros.

Cuando el Poder Ejecutivo emile un decreto aut6nomo, no 10 hace reglamenlando una ley, sino ejerciendo compelencias consti­tucionales propias (Ia denominada, por Marienhoff, "reserva de la Administraci6n"), sean explicitas 0 implicitamenle conferidas por la Conslituci6n a1 presidenle.

§ 572. DECRETOS DELEG.4DOS. - Antes de la refonna de 1994 ex.islfa una regia de derecho consuetudinario constilucional que ha­bia adosado al anliguo art. 67 la atribuci6n del Congreso de dele­

gar en el presidente roles leglslativos. y al anterior art. 86, inc. 2, de la Const. nacional, la facultad presidencial de dieter deere­tos en materia de Ieglslacion. siempre que sean de asuntos de­terminados, no imponen ceslon 0 transferencia perpetua, e lnclu­yan cienas directrices acerca de c6mo debe legislar el presldente. La regla de derecho consuerudinario no era clara sobre los topes de la delegacion: varies sentenclas de la Corte Suprema habian conscnrido delegaciones en sentido amplio ("Radio Sui­pacha", Fallos. 300:272; "Laboratories Anodia", Faltos, 270:47, y LL, 127-1122, 15.538-5: "Naci6n Argentina c/Novello", Fallos, 218: 331; "Lares". Fallos, 243:276. y "'DOl clDe Angelis", Fatlos, 304:440).

A fines de 1993, en "Cocchia" (LL, 1994-B-633), la mayorfa dc Ia Corte Suprema.dlstinguld entre los reglamentos (decretos) de ejecuci6n "adjerlvos'', que emite el Poder Ejecutivo para poner en practlca las Ieyes, cuando es necesaria alguna actividad de la Administraci6n publica, y los reglamentos (decretos) de ejecucion "sustanrlvos", que, aunque no importarfan transferencia de cornpe­tencias del Congreso al presidente, dejan en manos de este "la de­termlnacion de aspectos relativos a ta aplicaci6n concreta de la ley, segun el juicio de oportunidad temporal 0 de conveniencia de contenido que reallzara el poder administrador", pero conforme at estandar de clara polnlca leglslativa que el Congreso fije, segdn su "16gica cxpltcira 0 implfcita, pero siempre discernible, que acnla como un mandate de irnperativo cumplimiento pot parte del Ejecu­tivo". Estes tambien tenfan cabida en el amiguo art. 86, inc. 2, de la Const. nacional.

La rnayorta de "Cocchia" produjo el ultimo intento de dar el­gun barniz de constitucionalidad formal a la practicamente consu­mada delegaci6n de alribueiones parlamentarias _en el presidente. Fue la refonna de J994 la que tuvo que rendirse ante la evidencia de los hechos, y proeurar un eneuadre de ese fen6meno,

§ 573. L. REFORM.4 CONSTIT{JCJON.4L DE 1994. - lista norm6 expliciLamence los deere lOS delegados, utilizando una f6rmula harto critieable, ya que por un lado (art. 76) los excluy6 y por Otro los permite en lerminos bastante amplios. En efecto, el preeepto dispone que se prohibe la delegaci6n legislativa en el Poder Ejeeutivo, "salvo en malerias determinadas de-administra-

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C; ESTATlJ1l) DEL I'ODER EN EL DERECHO CONSTTrUCIONAL ARGENTINO I C 382

! C ci6n 0 de cmergencia publica, con plazo fijado para su ejercicio y dentro de las bases de la delegaci6n que el Congreso esta­I c blezca".: c Las pautas regulatorias de estes decretos son las siguientes.

! c a) MATERlAS. No pueden abarcar toda la potestad del C·on­( greso en materia administrativa, sino selamente -determinados" as­

c: pectos de esta. Pero la ley de delegaci6n podrra cubrir muchos asuntos "determinados" de administraci6n. Dromi y Menem expli­

( can que la delegaclon en rubros administrativos s610 podrta referir­se a "la mercha normal y ordinaria de la Adminislraci6n", pero tal c salvedad no surge del an. 76 de la Const. nacional.

( Tambien es materia delegable 10 referente a asuntos "de emer­gencia publica", expresi6n rnuy amplla, que no refiere en realidadC a materies, sino a la indole (estado de emergencia) del problema. ( En resumen. el texto parecerfa permitir delegaciones legislativas

c en cualquler ambito, de haber emergencia publica. No obstante. se ha observado que si el presidenle no esta habitirado para emitirc decretos de necesidad y urgencia en-materia penal. mbutaria, elec­

c toral 0 de partidos politicos (an. 99, inc. 2. Const. nacional). por analcgfa tampoco deberta estarlo para dictar decretos detegadosc

c (Cassagne). Tal argumentaci6n, basada en el principio interpreta­

c tivo a fortiori, es convincente. En tal sentido, la Corte Suprema repute inconstitucional la

c delegaci6n legislativa realizada por el art, 59 de la ley 25.237, que autoriz6 a la Jefatura del Gabinete de Minlstros a fijar valores ° escalas para determiner el importe de unas tasas. sin puntualizar al C respecto Hmite 0 paula alguna ni una clara polftica legislative para

C el ejercicio de tal atribuci6n. El alto tribunal anadi6 que los as­C pectos sustanciales del derecho tributario no son delegables legis­

lativamente, segun el an. 76 dc la Const. nacional ("Selero SA".C Fallos. 326:4251),

C b) Puzo. EI Congreso debe fijar un termino para cl ejerci­

C cio de la legislaci6n delegada. Nacla impide que este sea prorro­( gada. De no hacerlo, se ha sugerido que rija el lapso de cinco

aiios, que una disposici6n transitoria de la Constituci6n (la Delava)C reserva para la legislaci6n delegada preexiSlente a la reforma. ( Por nuestra parte. concluimos que si el Congreso emile la delenni-

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--_...... . PODER EJECUTIVO, ESTRUcrURA E INTEGRACION OPERATIVIDAD 383

naci6n del plaza de la delegacion. incumple un requisite para su validez, y ella termina inconstitucional.

El art. 76 afiade que la eaducidad del plaza de duraci6n de Ia delcgaci6n "no importara revision de las relaciones jurfdicas naci­des al amparo de las normas dictadas en consecuencla de la dele­gaci6n legislative". Segun el convencional Garcia Lema. miem­bro coinformante del despacho rnayoruano. "el sentido de esta prevision es aclarar que los efecros de los actos del Poder Ejecuti­YO. cumplidos en ejercicio de atribuciones delegadas per leyes. no podran ser revisados en cuanto el uso de la delegaci6n legislative" (t'Diario de Seslones". p. 2218, Obro de fa Coswencion Naciana! constituyente 1994. t. V, p. 4887). Una aplicaci6n literal de esta directriz podria sugerir que la judicature no estarfa habilitada para revisar la constitucionalidad de tal delegaci6n 0 de su ejerclcio, extreme por cierto lnacepteble. La unica manera sensate de en­tender el texto es que el vencirniento del rermino de delegacion no quita -en principio-- validez a los actos consumados bajo el perfo­do de tal dclegacicn.

c) PAUTAS. La ley delegante debe "suministrar un patron 0

criterio clare para guiar al organismo administrative al cual se transfieren facuhadcs" (convencional Garcia Lema, "Diaric de Se­stones", p. 221 8. Obra de Ia Convencion Nacional cOflsliruyenre 1994, I. V, p. 4887). La ley 26.122 determine que el Poder Eje­cutivo no puede reglamentar las bases legales a las que debe suje­tarse tal poder delegado (an. 11).

d) FORltIAS. EI decreto delegado es del presidente de la Na­cion, rcfrendado por el jefe de Gabinete (art. 100, inc. 12, Consr. nacional). EI aludido miembro coinformante aclar6 en el recinto de la Convcnci6n de 1994, que no necesita el refrendo del teste de los ministros. A la Comisi6n Bicameral Pcrmanente del Cengre­so Ie toea, segun el mencionado art. 100. inc. 12, controlar el de­creto delegado.

La ley 26.122 eSlablece que a los diez dfas de cmilido un de­creLo de delegad6n legislativa, este debe someterse a la cons ide­raci6n dc la Comisi6n Bicameral Permanente. Por su parte. la Comisi6n debe expedirse sobre la validez 0 invalidez del decre­to. su procedencia formal y su adecuaci6n a la malena y bases de

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384 E..STAlUTO DEL POOER EN EL DERECHO CONSTIruCIONAL ARGENTINO

la ley de delegacion. Y OIl plazo fijado para su ejercicio (arts. 12 y 13).

AI nuevo art. 76 debe sumarse una disposici6n transitoria. la ocrava. que dispone un termino de caducidad de cinco ahos para 101 legislaci6n delegada preexistente a 101 reforma. Ella slgnifica un blanqueo 0 admision del constituyente de los decretos delega­des. bajo una condicion resolutcrie (el vencimiento de los cinco anos. desde la vigencia de 101 reforma). No obstante. de haber ra­tificacicn par el Congreso. el decreta seguira en vigor. por el ter­mine que el mismo Congreso Iije, y que tambien eventualmente es prorrogable. conforme indicamos.

Ante el vencimiento de aquel termino constltucional. la ley 25.418. primero. y despues la ley 25.645, de 2002. prorrogaron por Ires y dos anos. respectivamenre. la totalidad de la delegaci6n Iegtstativa sobre rnarerias determinadas de administraci6n 0 emer­gencia emhidas con anterioridad a la refonna constirucicnal de 1994 (entre la que se abarcaba toda "materia asignada per la Cons­titucion nacional que se relacione con Ia-administracicn del pais") y se aprobo. tambien. toda la legislaci6n delegada anterior a la aludida reforma constitucional (art. 4°, ley 25.418). En 2004 fuc prorrogado este sistema por la ley 25.918; y en 2006. por la ley 26.135. per tres afios a partir del 24 de agosto de 2006.

§ 574. SUBDELEGA.C1().V. - Se disc ute s i e! Poder Ejecuti vo. ejerciendo atribuciones legislatlvas delegadas por el Congreso. puede a su vez delegarlas en una repartici6n ublcada bejo su 6rbi­tao La respuesra de la doctrina es negative (defegata potestas non potest delegari). salvo que la ley permitiese tal endoso de fun­clones.

En "Bruno", la Corte Suprema determine que si la ley habra conferido al Poder Ejecunvo una atribucion de integrar leyes pena­les en blanco, no era valido su ejercicio por medio del Ministerio de Comercio (Patios. 238:589); perc, en "Ufito", convalid6 una re­gfamentecion hecha por la Secretana de Comercio e lndustria, aun· que sin entrar en el tema de la subdelegaci6n (Fallos. 304: 1900). No hay, pues, reglas c1aras de derecho consueludinario en eJ tema.

La sUbdelegaci6n va. en principio, contra la ley de delegaci6n y contra la directriz del arl. 100. inc. 12. que al requerir el refren­

PODEll. EJEClITl\lO. ESTIl.UCTURA E INTE0RACl6N. OPERATIVIDAD 385

do del jefe de Gabinete de Ministros de "los decretos que ejerccn facultades delegadas por el Congreso". solamente admiurta delega­crones legislativas instrumemadas por decretos del presidente y convalidados por el jefe de gabinete.

§ 575. DELEGAOO,Y DE SEGfJ,YDO GRADO. COMUNICA.DOS TELE­

FON1COS. - Ella ocurre cuando la ley de delegaci6n deposita la fa­culLad legisferante no en el presidente, sino en un ministro (p.ej., ley 22.229). en una dependencia subministerial a en enridades au­rarquicas (Inspeccion General de Jusricla. ley 22.315; Banco Cen­tral de la Republica Argentina, leyes 21.526 y 21.547; Comisi6n Nacional de valores.Tey 17.811; Secrerarfa de Comercio e Indus­tria, leyes 19.508 y 22.802. etcetera).

La postura negatoria indica que si s6]0 el Poder Ejecutivo puede reglamentar las teyes (art. 99. inc. 2, Consr. nacional), no pcdrtan las entidades interiores a ~I dictar leyes. Sin embargo. buena parte de la doctrine ha consentido la delegacion de segundo grade (Bidegain. Linares. Cassagnc, Bielsa) y 1a Corte Suprema tambien las permite (t'Delfino". Faltos. 148:430; "No... ich". Fallos. ]69:209; "Nacicn Argentina c/Novello". Fatlas. 218:331, y "Peral­ta". LL. 1991·C-518. entre otros).

Una curiosa manifestaci6n normativa son los comunicados te­lef6nicos, verdaderas normas emitidas por el Banco Central de la Republica Argentina (ley 21.526. decr.ley 4776/63, Ieyes 20.539 y 21.547). reguledas pOT la circular interne 225l/89, que deben ser confirmados par comunicaciones de dicha institucion, a publicar mas tarde en el "Bclertn Oficlal". Si las circunsrancias 10 requle­ren, tales comunicados telef6nicos tienen vlgen cia inmediata. antes de tal publicacldn.

Despues de Ia reforma de 1994, este tema persiste polemico. Por un lade. en el seno de la Convencion Constltuyeme. el miem­bra coinformante per la mayorta. Garda Lema, habl6 como posi­ble ente delegado por el Congreso. del "organismo administrative al cual se lransfieren facuhades" ("Diario de Sesiones". p. 2218. Obra de fa Convenci6n Nacional Constituyetlle 1994, l. V, p. 4887) con 10 que, aparentemente, puede haber delegaci6n legisJativa en un ministerio 0 inslituci6n gubemaliva. Pero. segun ad...erlimos (§ 574). el arl. 100. inc. 12. ex.ige que los actos emitidQs en virtud

a. S.I<1~,> Mdn",,1

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• 386 EST....rtrro DEL PODER ~ E1. DEREOIO CON5TITUCION ....L ARGl:NTINO PODEll EJECUnVO F_<;TRUCTlJRA E INTEGRACIDN. OP!::RATIVIDAD 387

c de una dclegacicn del Congreso provengan del presidente (mediante que se produzca un untamiento fiscal mas gravoso", y porque "se decreta) con refrendo del jefe de Gabinete de Ministros. ha considerado convenienn," (sic) incorporar a la ley de irnpuestoc de sellos una attcuou especial.

c e § 576. DEC/lETOS DE NECESJDAD Y URGENCI.... - Son dictados

pot cl Poder Ejecutivo sabre tcmas que la Constitueion reserva a I

c c Ccngreso (por esc se los llama rambien decretos leyes), sin previa

autorizacion 0 delegacicn de este. Su mlmero se he acrecenrado ultimamente, aunque ya los hubo desde mediados del slglo pasado. Hasta la presidencia de Alfonsfn, se cetcula que Iueron quince. c Otros tantos se dictaron durante la gesti6n de cste ultimo. Duran­e te la administraclon del presidente Menem se pronunciaron, basta agosto de 1994, mas de trescientos (Ferreira Rubio y Goretn).c' De la Rue pronuncio sesenta y tres. y en los trcs primeros anos de c la presidencia de Nestor Kirchner, fueron doscientos uno ("La Na­cion", 24/5/05 y 14/6/06).

c e La materia que ebordan es variada: el deer. 5765/62 trato el

lema de la mtervenclon de c6nsulcs extranjeros en las sueesiones intestadas. EI decreto del 4 de Junia de 1880 Iraslad6 la Capital

•Federal a Belgrano. El deer. 102.843141 dlsolvio el Concejo Deli­e

c berante de la ciudad de Buenos Aires. El deer. 1906/85 creo el aus­tral; el deer. 714/89 implanto el estado de sirio. etcetera.

c Antes de 1a rcforma de 1994, se discurfa en Ia Argenrlna si eran 0 no ccnstitucionales. c· En "Peralta" (fL. 1991-C-158), la Corte Suprema convalicc

c los decreros de necesidad y urgencia. reputandolos consutuciona­Ies. al rratar el deer. 36190. que permili6 que el ESlado se apropia· c se de 13 mayor cantidad de fondos depositados en bancos, en eeni­c fieados a plaza fijo, y rransformarlos en bonos del Esrado pagaderos a diez ailos, La Corte Suprema los eonsider6 constilucionalesc siempre que mediasen (res faerates: a) real situaci6n de grav{simo

c. riesgo social; b) necesidad de decidir la medida IOmada, y c) no adopci611 par parte del Congreso de mcdidas contrarias. c.

La inflaci6n de los decretos de esta clase ha generado una ,~c nueva modalidad, que Ilamamos "decrero de conveniencia", For­

(. mal mente, se tralll de uno que el Poder Ejecutivo emite como de -i neecsidad y urgencia, pero que notonamente no reviste tal car<1e·c

c ter, pronunci<1ndose s610 por motivos de mcra utilidad y conve­niencia. As!, por cjemplo. el deer. 2424/91, dictado "par.a eVilar

§ 577. NV£VAS JlEGU,S COf'lSTnVCIOf'lM.£S. - La Convcncion de 1994 reglamentc los decretos de necesidad y urgencia. para "impe­dir que existan pracucas paralelas al sistema consmucional", y con el prop6sito de ajustarlos a determinados requisites que significa­ban una profunda modificaci6n al statu quo previo (miernbro coin. rcrmemc del despacho rnayorirarlo, "Diane de Sesiones'', p. 2218, Obra de ia Convencion Nacionat Consntuyente 1994, 1. V, p. 4887). Bstas exigencies son las que siguen.

a) MATERJAS. No deben tratar temas penates. tributaries, elec­rorales 0 de regimen de panidcs politicos (art. 99, inc. 3. Const. nactonat). En "Levy" (lL, 1998-B-521), la Corte Suprema emen­di6 que un decrero de necesidad y urgencia que se referfa al desti­no y afectacion de un tribute. sin modfficar la relaei6n jurtdica exlsterue entre el mismo y los corunbuyentea, no era de naruraleza impositiva, sino estrlctamente presupuesteria.

En cambia. en "Zofracor" (Pattos, 325;2394) esrimc que los beneflcios otorgados per el decreto de necesidad y urgencia 285199 signiflcaban el ejercicio de faculrades rnburanas (acuaneras. Impo­strives 0 del regimen de seguridad social). que eran propias del Congreso y no del presidente, por 10 que aque! resultaba juridica­mente nulo.

b) SrrUAcloN DE H£CHo. EI inciso constituciona! demanda la concurrencia de varios presupues(Qs f<1cticos: razanes de l1ecesidad y urgel1cia que configuren "circun~tancias exccpcionales [que] hi· cieran imposible seguir los mimiles ordinarios previslos por esta Conslituci6n para la sanci6n de las leyes", En conseeucncia, no ~erian conslitueionales los decrelos que no alendieran un verdade­ro caso de eslado de necesidad, que a su vez demanden una solu­ci6n impostergable, y que no pudienm observarse los tramites co­mentes de produeci6n de leyes. Precisamenle. en "Video Club Dreams" (lA, 1996-1-258), la Corte Suprema descalifie6 un decre­to de aquelia (ndole por entender que no habia un estado d!,= cosas que genuinamente configurara una hip6tesis de neecsidad que jus­tifiease crear un impuesto sobre los videos. Debe mediar, pues.

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388 ESTATUTO DEL PODER EI'i EL OERECHO CONSTlTUCIONAL ARGE~'TI)',:O

una shuacion de "rigurosa excepcionalidad" (-zorraeor". Faflos, 325:2394). Ast. en "verroechi". el alto tribunal explica que, para emirir vdlidamente un decreto de necesidad y urgencia (DNU), debe configurarse alguna de estas circunsrancias: que sea imposi­ble dieter la ley mediante el tramire comun previsto por La Consu­tucicn. 0 que la situaeicn que requiere una soluci6n Iegislativa sea de tal urgencia que deba resolverse Inmediatamente, en un plaza incompatible con el propio de tramite normal de las leyes ("Ve­rrocchi", Faltos. 322: 1726). En eI case de los decrs. 770 y 771, de 1996, el tribunal emendio que tales hechos no se eonfiguraban, y que ellos eran invalidos.

En "Leguizamcn" (Fatlos. 327:559), la Cone ha sido mas se­vera al admitir los decretos de necesidad y urgencia "uniearneme en suuaciones de grave trastomo que amenacen la exlstencia. la seguridad 0 el orden publico 0 econ6mico, que deben ser conjure­das sin dilaciones ... (y que configuren) un estado de excepci6n y el impedimento a recurrir al sistema normal de fcrmacion y san­ci6n de las leyes ..:'. _.~

c) FORMA-S. EI an. 99, inc. 3. ha disciplinado la emision de estes decretos requiriendo la voluntad conjunta del presldente. del jere de Gabinete y de la totalidad de los ministros (se emiren "en acuerdo general" de estes). En una segunda etapa, el jere de Ga­binete. "personalmenre y dentro de los diez dfas". tiene que some­ter el decreto al estudio de la Comision Bicameral Permanente. cuya composicion debe resperar la proporcion de las represemacio­nes poltucas de cadu camara. La Comisi6n debe elevar su die­ramen en diez dras al plenario de cada sala. para su expreso trata­miemo, el que tendra que ser "de inrnediaro" considerado por las camaras. Coneluye el incise seiialando que una ley especial. san­cionada por la mayo ria absoluta de la totalidad de los miembros de cad a camara, regula el Irami/e y los a/cances de la intervencion del Poder Legislativo.

La regIa conslilucional esul bien inlencionada, aunque peca de poca eficacia. En definitiva, ha postergado para una ley especial determinar que ocurre si las salas del Congreso no !ratan 0 no aceplan el decrelo de necesidad y urgencia (p.ej_. por enlender que no hay necesidad urgente 0 que 10 dispueslo vulnera materialmen­te la ConstiLUci6nj. No especifica Sl el-decreto tiene un penodo •

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389PODER EJECUTlVO ESTRUCTURA E rNTEGRACI6w_ OPERA,TT\llDAD

de validez. y si el silencio del Congreso imporra que aquel rige mientras no sea dejado sin efecto por el Poder Legfslativo. Tarn­poco resolvlc el lema del veto presidencial a un proyecto de ley derogatorio de un decreto de necesidad y urgencia. En sfnte­sis, demasiadas incognitas para un lema hano importanre. No. obstante. el texto consritucional (art.. 99, inc. 3) permite ccncluir que si cada camera debe tratar de modo expreso y de inmedlato el despacho que les eleve la Comisicn Bicameral, eso significa que el inciso ha prevlstc un trarnite especffico para el anal isis por el Congreso de los refendos decretos.

En concreto. si el estudio debe ser "de Inmediato" y por las dos salas. ambas se encuentran en paridad de condiciones: ningu­na pod ria tener prioridad (p.ej., como carnara de origen) sabre la otra. Ademas, el tretamiento "de Inmediato" lleva a entender que basta una simple aprobaci6n por cada sala, para que el decretc de necesidad y urgencia quede convalidado, sin seguir el tramite re­gular de sanci6n de las leyes. A su vez, bastarfa que una camara 10 recbace. para que el decreto quede mueno. AI mismo tlempo, no cabrtan aprobaciones 0 rechazos tadlos 0 fictos, ya que cada cuerpo debe someterse a un tratamlento "expreso". Finalmente, ninguna decision de las camaras serfa vetable, ya que no se trata, cabe repetirlo, de un tramite de saneicn de ley.

La ley 26.122 ha dispuesto en su art.. 10 que la Comision Bica­meral Permaneme debe expedirse expresamenre sobre la adecua­ci6n del decreto a los requisitos formales y sustanclales estableci­dos constitucionalmente para su dicrado, y elevar su dictamen al plenario de cada camara para su expreso tratamiento (ver § 458).

Ademas, y con reg1as procedimentales comunes para los de­cretos de necesidad y urgencia, de delegaci6n legislativa y de pro­mulgaci6n parcial de leyes, dispone (art. 17 Y 55.), que tienen vi­gencia de conformidad a 10 dispuesto por el art. r del C6d. Civil (vale decir, desde su publicaci6n oficial y a panir de la fecha que determinen, si no 10 hacen, ocho dfas despu{;s de la rererida publi­eaci6n); que si el jere de Gabinete no los remite a la Comisi6n Bi­cameral, ella puede abocarse de oficio a su tratamiento, debiendo pronunciarse en diez dfas h3.biles; y que si la Comisi6n'no se expi­de en tal l{;nnino, las camaras podrnn hacerlo de oficio, de fonna expresa y de inmedialO.

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•• paDER EIECUnvo. ESTRUcrURA E lNTEGRACION. OPI:::KATIVII:J.AO J9l390 ESTATUTO DEL PODER EN e, DERECHO CONSTlnJClONAL ARGENTI/'<O•£ Conforme con 10'3 Consritucion, la mlsma ley estableee que las slmplemente no hay razon para que continue en rigor. a criterio

salas del Congreso tienen que expedirse de modo explrcito par elC rechazo 0 aprobacion, mediante resoluciones de cada una de elias C (art. 22). Perc exige el rechazo de las dos cameras para derogar

([ al decreta (art. 24), cuando en verdad basta el disenso de una sola de ellas para concluir que eI Congreso -que es bicameeal-. no 10e ecepta (el acuerdo parJamentario imports un acto complejo que c: exige emonces la conformidad de las dos sales).

e Segiln el esquema de la ley 26.122, mientras no sea derogado el decreta. continua en vtgen cia. Esto es una scluetcn discunbte.c

c perc no necesariamente inconstitucional, ya que el art. 99. inc. 3. c dej6 eI punta a criteria de Ia regulacion legislativa.

La dicho no Impide que. en los casos some Lidos a su decision.

e c el Pooer judicial repute lnconsrirucional un decreto de necesidao y

urgencia si viola las reglas sabre materias o presupuestos dc hecho exigidas por Ia Consutucicn. 0 si infringe los recaudos Iormafes epunrados.c Sin embargo. la doctrina de la Corte Suprema C'Rodriguez. c Jorge", LL. 1997-F-884) es. en oartcf otstmta: repute cuesricn po­lftlca no justiciable 10 que bace el anA.Jisis per parte del Congreso.c de 1a oportunidad y acierto de la emisi6n del decrero por el presi­c derne (quedan jusrtciables, no obstante 10 refereme a su pronuncia­rniemo formal y sabre e) fondo de 10 que disponga el decreto:c

c tambien el consid. 24 del vola mayoritario de esta sentencta deja c abierta 1a posibilidad de una revisi6n judicial amplia de la conslj­tucionalidad del decreto de neeesidad y urgencia. si es requerida por alguien arectado concretamente par el mismo). c

c Vale recordar que. en "MUller". la Corte Suprema conduy6c que. si el Congreso naMa derogado un decreto de necesidad y ur­

gencia. significa que 10 tu\iO par vAlido (Fallos. 326:1138). La tesis

c merece matizarse de este modo: si el Poder Legislativo 10 derogac porque entiende que no medi6 un verdadero es(ado de necesidad que hubiese jusliftcado el DNU. ella no implica que 10 haya teni­do por vl1lido. Tampoco si 10 elimina par considerar que invadi6 c competencias prohibidas para el presidence por el art. 99. inc. 3.

( de la Consl. nacional. Solamente puede conjemrarse que 10 tuvo por v~lido si 10 deroga afumando que el regimen juridico eSlable­( cido por el decreta merece ser sustiLUido pot oltO mejor. 0 que

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del Congreso.

Conviene tener presente. edemas. que en "Provincia de San Luis", In Corle Suprema advirtio que. si existfa una ley de delega­ci6n legislativa emitida segdn et art. 76 de Ia Const. nacional, cl Poder Bjecuuvo debra pronunciar decretos delegados en funcion de esa ley, y no decretos de necesidad y urgencta que se apcrtasen de las pautas de la delegacion legislativa. salvo que mediasen cir­cunstancias posteriores a esa ley que autonzasen excepcionalmen­re e1 DNU (Faltos. 326:4l7).

§ 578. D£CR£TOS DE/'t'DMllO.DOS "sscezms". - AI igual que las otras leyes secreras (ver § 521). exisren deerelOS no publicadcs en el Boleun Oficial. - Segun Risclia. par ejemplo. durante el pertodo de 1972-1973 cas! uno de cada cuatro decretos del Poder Ejecuuvo tenfa tal caractcrtstica. Incluso se han dispuesto an-estes (iY li­benadesi) por medic de esos cecretos.

Esta clase de decreto es inconstuucional en un regimen repu­blicano (art. I". Canst. nac/onal). No obstante. esran convalida­des (ilegttimamente) por el derecho consuetudinario local.

§ 579. PWDIIC7QS DC LA ACT/HOAD .'1IN/SUR/AL. - Las decisio­nes de los ministros se denominan habuuatmeme reSU/IlL'iuru:s. si­guiendo la terminologta del art. 103 de la Const. nacional. Tam­bien ellos )I sus funcionanos subaltemos expiden regJamenlos. circu(ares e insrrucdones. can eficacia en el fimbilo interno de cada departamento de Estado.

Debe recordarse tam bien que el deer. 977/95 habilita al jere de Gabinete a dietar "decisiones adminisrrativas" )I '-resoluciones" (arLs. 7'" )I 8"'; \ier § 553).

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CAPiTULO XIV

PODER JUDICIAL Y MINISTERIO PUBLICO

A) ESTRUCTURA, rNTIi:GRACION Y OPERATlVIDAD

DEL POPER JUDICIAL

§ 580. INTRODLICCION. - La Seec. HI, de la Parte 2", de 13 Const. nacional se thule: "Del Poder Judicial", y esta compuesta de dos capitulos: "De su naruraleza y duraci6n" y "Atrlbuclo­nes del Poder Judicial",

La Constltucion sigue aqui el modele estadounidense, y esto impcrtadesde eJ inicio una opcicn polnica importante: erigir un poder especffico, dentro de la estructura del Estado, para asumir Ia funci6n judicial.

E:..E~ concepcion, el pcder es politico, porqu~ p~p.e decla­rar la mconslilucionalidad de las leyes. actos y normas, y asf con­trolar a los otros dos poderes del Estado.

be todos modes. en los esquemas estadounidense y argentino es bien claro que el Poder Judicial es el polfticamente mas debil de los tres programados por la Consrituciea, Hamilton, en El Fe­deraiista. recuerda que no riene ni las annas ni el tescro: "No po­see fuerza ni voluntad, sino unicamenre discemimlento, y ha de apoyarse en definitiva en la ayuda del braze ejecutivo hasta para que tengan eficacia sus fallos".

EI peso polirico del Poder Judicial reside en el respero que Ie tengan los demas poderes del Estado y en el presrigio que encuen­•

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394 ESTA1UTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTITIXIONAL ARGE~Tl"O('

€ tre en una comunidad. Ese presngro es producto de Ia justicia. prudencla y. sabre todo. de la imparciutidad de sus declsiones. C

c § 581. Lss CORTES FEDERALES. - EI an. 34 de la Const. na­clcnal se refiere en terminos generales a las cortes federates. comoC los organos del Poder Judicial de la Naci6n. EI ail. 108 anade

C que ese Poder "sera ejercidc por una Corte Suprema de Jusucia. y par los dernas tribunales inferiores que el Congreso estableciere en C

c el territcrio de la Naclon". Por su parte. el art. 75. inc. 20, dejac en manes del Ccngresu "estebleeer tribunates iuferiores a la Corte Suprema de Justicia".

c En stntesls, la Constituci6n estsuctura dos cuerpos tribunali­

c cics: la Corte Suprema de Jusricia de la Naci6n y los demas tribu­c nates inferiores a ella. a detenninar por ley. La expresi6n cortes federales del art. 34 de la Const. nacional, cubre a cualquiera de tcdcs estos entes; pero en la practice, la expresion correr [edera­c Les, en plural. no se usa.

c § 582. CORTE SUPREM.... DE ]USTleJA DE L.4. NAC10N. Su SUPRE­c

c M.... a..... - La Constituci6n se refiere a este organismo en varios ar­

c tfculos: 75, inc. 20, 108, 1)0 a 113. 116 y 117. Bs. pues, un tribu­nal expresamente creado por la Consutucion necional.

Segun su propia [urisprudencia. la condici6n de suprema sig­c nifica que sus declslones son finales. 10 que impliea ser eJ tribunal c de ultima instancia en el pais, por 10 que ningdn otrc puede revo­carlas ("Hilanderfa Olmos", Folios. 307: 1709, y "Guarda", Faltos,c 307:1601). Es la interprete final de la Constitucion. y.fupremoc custodia de garannas constitucionates C'Perez de Smith". Fallos, 297:338). Tembien. por supueslo, es la interprele final de lodo c e1 derecho argentino. En definiliva, es la eabeza del Poder lu­

( dicial federal ("Venini", Fallo.f, 286:L7). (. No obstante 10 seiialado. el art. 66 de la Convenci6n America­

na sabre Derechos Humanos (Pacto de San lost! de Costa Rica).c

c vigente para la Argentina, segun la ley 23.054. que tiene rango c constitucional (art. 75, inc. 22, Const. nacjonal). erea la Corle Inleramericana de Derechos Humanos, con sede en San Jose de Costa Rica, cuya sentencia (que puede versar sobre asunlos con­c cemienles a los derechos mencionados por el Pacta. resueltas por

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PODER JUDICI.... L Y MIJ\1STERIO POSLICO

Ia Corte Suprema) sera "definiriva e inapelable". El fallo de la Corte Imeramencana. en resumen, puede dejar sin efecto una sen­reneia de nuestra Corte Suprema. con 10 cue! esta ha perdido, en la materia de la mencionada Convencion. caracter de suprema.

La condicion de interprete final de la Constirucion per 1a COile Suprema experimenta un fuene replanteo si el Congreso. al ejercitar el juicio politieo contra alguno de los jueces de aquella (ver § 626), 10 acusa. para remcverlo. de haber practieadc una in­rerpretacion de la ley suprema opuesta a la propia Constitucicn, ecnflgurativa. por ejemplo. de "mal desempeno" como factor de destituci6n. En tal hip6tesis, eI Senado. como juez del juicio polfueo, va a determiner si la imerpretaeicn realizada por el alto tribunal justifica 0 no Ia remoei6n de uno 0 mas de sus jueces, eon 10 que. indirectamerue, se perfila la Camara aha como verda­dera interprere suprema de Ia Constitucicn (edemas. 10 que re­suelva el Senado puede implicar un sugestivo aviso, en materia de interpretacion. para e1 nuevo juez que cubra la vecante del exone­rado).

Con el fin de mantener el principio de division de los poderes y. al mismo tiempo, el de responsabilidad de los gobernames, bue­no serta que no fuese el parlamento el "juez" del "[ulcio politico" contra jueces de la Corte Suprema. Se da asi la paradoja de que el organo eontrolado puede remover al 6rgano de control de cons­tirueionalidad. Hasra tanto ello cambie, el Sen ado solamente po­dria atacar la interpretacion de la Constitucion realizada par el alto tribunal, si reputera que esre 0 alguno de sus integrantes incurri6 alli en deli to. En cambio. si se sostiene que el Senado tambien puede desutuir a un juez de la Corte Suprema, por eonsiderar que la imerpretaci6n que este ha hecho de la Constiluci6n configura "mal desempeiio". a lodas luees es el Senado el intbprele final de la ley suprema. alternaliva nada sislemica y muy poco recomenda­bIe para el Estado de derecho. La semencia (por mayor fa) de la Corte Suprema en "MoHnt! O'Connor" (lA. 2004-Ul-496; ver § 630) se inclina. lamentablemente, a aceptar esa diseutible facul­lad senatorial.

Sobre la obligaci6n de los lribunales del pais (y de elta mis­rna) de seguir la jurisprudeneia de la Corte Suprema. remilimos al ! 300. h.

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397 PODER JUDICIAL Y MlNISTERID PUBLICO 396 EST....TUTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTfTUCIONAL ARGENTINO

§ 583. CONDICIOND DE £UGlBIUlMD. - EI an. )1) de la Canst. nacional determine: "Nmguno podra sec miembro de la Cone Su­prema de Justicia. sin ser abogado de la Naci6n con ocho alios de ejercicio, 'f tener las calidades requendas para ser senador".

Se trara de un recaudo de idoneidad el aqul demandado: la te­nencia del diploma de abogadc "de la Nacicn". Esra expresicn debe entenderse como egresado de alguna unlversldad habilitada por la Republica para expedir dicho titulo habilitante. 0 reconoci­do por la Naci6n para desempeftarse como tal en nuestro pais. no obstante provenir el diploma de un centro de estudios extranjero.

El acceso a la Corte Suprema exige ochc anos de ejercicio; no es suficieme. pues, estar inscripto en una matrfcula de aboga­des, 0 simplemente haber obtenido el diploma. EI texto requiere practica profesional (Bidegain). Ekmekdjian sehala que no se sa­tisfaria el precepto con el desempefto de tareas judiciales. pero tal exegesis parece ser harte restrictive. cuando no injusta y discrimi­natona.

Sobre los requisites senatoriales. -nQ rodos ellos son en reali­dad exigibles. EI recaudo economlco ha sldo derogado por el de­recho consuetudinario (ver § 442).

Parte de la doctrine (Bidart Campos. Bidegain). siguiendo juri sprudencia de la Corte Suprema ("Bianchi y Cia.", Fal/os, 248:398), explica' que por ley no se podrtan ailadir orros recaudos para acceder al maximo tribunal. apane de los contemplados por el citado art. Ill. Reiteramos aqui nuestra opinion en contrario, siempre que la reglamemaci6n sea rezonable y de espfritu republi­cane (p.ej .• no estar condenado per delito doloso. ni inhibido de disponer de sus bienes).

§ 584. NOMERO DE sus M1E"IBIlOS, - La Conslituci6n de 1853­1860 delermin6 el numero concrelo de miembros de la Corte: nue­ve jueces y dos fiscales. La reforma de 1860 borr6 tal disposi­ci6n y dej6 el numero en manos del Poder Legislativo. La ley 27 estableci6 cinco jueces y un procurador general. La ley 15.271 fij6 su cantidad en siete miembros. que fueron nuevamenle reduci­dos a cinco por la ley 16.895.

La ley 23.774 elev6 el nl1mero a nueve (igual que los de la Cone Suprema esladounidense). y el procwador general de la Na­

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cion no forma pane de ella. Esa ampliacion, explicable en princi­pia si la Corte se dividia en salas para decidir la enorme cantidad de causes que atendfa (mas de seis mil por afio). se he deslegui­mado en el grueso de la sociedad argentina, segun las encuestas usuates. donde se insimla que tal aumento LUVO fines partidistas y perjudico la imparcialidad del tribunal (ver "La Naci6n", 1513/92). Finalmente. por ley 26.183 el mlrnero volvio a ser de cinco. nece­sltandose tres votes coincidentes para emulr una sentencia. La misma norma contempla un regimen transicional de reducclcn gradual de los siete jueces que esraban en funciones al sanclonar­se, y del quorum para decidir. EI ndmerc de los magistrados del tribunal depende del tipo y cuntidad de tareas que se Ie aslgnen (ver § 588).

A estes se los denomina usualmente ministros. La Constltu­ci6n los l1ama "miembros de la Corte Suprema" (an. 53). "magis­trados de la Cone Suprema" (art. 99, inc. 4) 0 "jueces de la Corte Suprema" (art. lID). EI an. 21 de ta ley organica del Poder Judi­cial de la Naci6n (deer. ley 1285/58 Y sus modificatorias) dice que "Ia Cone Suprema de Justicla de Ia Naci6n esta compuesta por nueve jueces".

§ 585. Co,'.;;lIECES. - Para los casos de recusacion, excusacicn. vacancia 0 Iicencia de los jueces de la Cone Suprema. el tribunal se integra mediante sorteo entre los presldentes de las camaras ne­cionales de apelaci6n en 10 federal de la ciudad de Buenos Aires. y los de las cameras federales del resto del pars. Si no se integra­re de tal modo. se practlcara sorteo entre una lista de conjueces. Estes, que son diez, resultan designados per el Poder Ejecutivo con acuerdc del Senado. Deben reunir las condiciones constitu­cionales para acceder a la Cone, y su nombramiento tiene una duraci6n de Ires alios; pero si estan actuando en una causa. se pro­rroga hasta que ella se resuelva (art. 22, ley organica del Poder Ju­dicial de la Naci6n).

§ 586. JURA.MENTa, - EI arL. 112 de la Consl. nacional esta dedicado a este acto: "En la primera instalaci6n de ia Corle Supre­ma.. los individuos nombrados prestaran juramenLO en manos del presidente de la Nadon. de desempefiar sus obligaciones. adminis­trando justicia bien y legalmente. y en confonnidad a -10 que pres­

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398 ESTATUTO DEL PODER ['.N ra, DERECHO CONSnTIJCIONAL ARGENTINO

cribe la Consdruclon. En 10 sucesivo 10 prestaran arne el presi­dente de la misma Corte".

§ 587. PUSIDENCfA r VICEPRESroENCU.S DE lA. CORTE SVPRt:MA,

EI derecho consrituclonel formal habla del cargo de presidente de la Corte Suprema (p.ej., an. 112 in fine), pero no aelara quien 10 nombra.

EI derecho constitucional consuetudinario determine que has­18 1930 fuese destgnado por eel presidente de Ia Nacion. En ese ano, el presidente de facto (Uriburuj juzg6 que tal nominacion era competencla de la propia Corte, y esta acepto tal criteria. Dos aries despues. el presidente Justo pens6 que era atribucion del Po­der Ejecutivo, y por decreto nombre a Roberto Repetto. quien ya era presidente de la Corte, pero por voluntad de esra. En 1947. la Corte Suprema resolvid que su presidencia rotaria entre los jueces. cada ues aeos. segun orden de antigtledad,

Segun el reglamemo para Ia justicia nacional (acord. del 171lU52 y sus modificatorias): "EI presidente y los vicepresiden­tes prirneros y segundcs seran elegiQas per mayorta absoluta de los ministros del tribunal y duraran tres enos en el ejercieio de sus funciones" .

La designacion del presidenre por la propia Corte es algo na­tural a todo cuerpo autonomo, como las cameras del Congreso eli­gen a sus eutoridades. Es apropiado. entonces, que se haya regu­lado par el reglamento que la Cone dicto segdn el an. 113 de la Const. nacional (Gallo).

§ 588. D,VISJ(jN DE lA. CORTE SUPREMA EN MU.S. - EI an, 23 de 13 ley organica de la juslicia nacional (decr. ley 1285/58. segun ley 15.271), dispuso facultar a la Corte Suprema de Justlcia di.vi­dirse en salas, segun el reglamento que al efeeto dicle. pero alert6 que ")a Corte actuara en tribunal pleno en los asuntos en que tiene competencia originaria y para resolver las cuestiones de inconsti· lucionalidad" ,

Por acord. 44/89. la Corte reput6 que su divisi6n en salas es inconstitucional. siguiendo a buena parte de h. doctrina (Bidart Campos, Linares Quintana). Nunca puso en ejercicio. par 10 de-­mas, la facultad que Ie 010rg6 la ley 15.271.

PODER JUDICIAL Y MINISTERIO POBLlCO

El lema da lugar a distintos enfoques. La division en salas se justifica por razones de especiulizacion. y slempre que el cumu­10 de tareas de la Corte sea muy gravoso. Ella permitirfa. en principia, mayor eafidad y expeditividad en los fallos. La posibi­Hood de senteacias comradictonas entre las salas puede resolverse mediante adecuedas convocmorias a tribunal plena. Todo ello haec que la aJudida division no pnve de jerarqufa aJ tribunal. sino todo 10 contrario. Prestigiosos tribunales supremos europeos y ameri, canos operan de este modo, con exlto y reputacion.

AI contrarto. si el alto tribunal tuviese trabajo reducido (mer­ced al wru of certiorari, 0 arribucicn de no atender asuntos ceren­res de lrascendencia), la division en salas pierde nccesidad.

Normativamente, la Constiluci6n no prohibe nj promueve la division en sales. - E5 cierto que el art. 108 habla de "una Cone Suprema", pero la asignacicn de causas en varias salas no afecta la unidad del cuerpo. que podrfa aC1.¥r en su eonjunto I'ten pleno") cuando Jo decldiese. y de modo obligarcrio sobre mconsn­nrcionalidad de normas.

§ 589. APAIlATt! ADMINISTllAnvO DE u. CORTE SIJPIIEfofA. EL "AMlCUS CURIE". - Aetuan en ella secreterios (en numero que de­Lermina la Corte) que, segdn el regtamento para la justicia naclo­nal, dcben reunir las cualidades para ser juez de las cameras de apelaciones y tienen su jerarqufa, remuneracion. condici6n )' trato (art 88). Existen secretartas iudtciates (arts. 99 y 100, reglamen­to) ocupadas en el tramite de esos expedientes y secrerarras de su­perintendeecia (acords. 8/84 y 25/84).

Acnla igualmenre la Corte con secrerarios lelrados (conoci­dos tambien como secrelarios relDlores) y prosecrelarios lelrodos, qUienes a,los efeclos remuneratorios. previsionales y de trato son equiparados a los jueces de primera instancia. al igual que el pm.. secretario de la Cone Suprema (art. 102 bis. rcglamento). CansO. tituyen dc hecho Ia junior court, que prepara el grueso de los pro­yectos de sentencias de 13 Corte.

Por fuera de su personal. la acord. 28/04 de la Corte Suprema acept6 la acluaci6n del amicus curire ("amigo del lribunal'·). per. SOna flsica 0 juridica de reconocida competencia que ..'olunlaria y desin(eresadamenle puede expresar sus opiniones en asunlos que

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400 F.5TATUTO DEl.. PODER EN EL DERECHO CONSTlTUC10NAL ARGENTINO

revistan interes general 0 trascendencia colectiva. Su opini6n no obliga a la COne.

§ 590. TR1BUNAUS lNFEItJOI1£S A U CO/tTE SUPItEMA. CAlM· /fA5 DE APE:UCIO"~ES Y JUZGADOS DE PRlME:1fA INSTAl'ICIA. - AI memento de entrar en funciones la Corte Suprema (1863) no existfan bajo ella (en el orden nacional) otros tribunales que los juzgados fede­rates de primera lnstancia. £1 aumenlO del numerc de expedien­tes justified la creaci6n de entes mtenhedi~ entre esos jllrgalTOs y la.....Corfe.-·--Ue·atii la creaclon, despues de Ie'fey 1893 Iafio 1886). de camaras aeaperaclOnes- en el ambito del Poder Judicial de la Naci6n. _ --. -- _. --­- En 1a Capital Federal se crearon juzgados nacionates de pri­mera instancia en 10 comenciosoadmlnistrativo federal; civil y co­mercial Iederat; criminal y correccional federal: civil: comercial: criminal de instrucciori; crimtnal de semencia, correccional: de mencres: de trabejo; penal economico, 'i en 10 penal de rogatcnas (art. 32. ley organica). --~

En las pcoVjnci~os jueceuederales de "pr~"m1fmcia

(art. 49). llamados tradicicnalmente de seccion, nenen muchas ve­ees c.~mpe~~ncia. ~~iv~-,~~_e~ Ii> federal, pero en otros casos (p.eJ.. Rosano). algunos conocen en lOpenn-y otrcs. tambien federates, en 10 rename.

Paralelamenre, el ultimo C6digo Procesal Penal de la Naci6n (ley 23.984). que instrument6 el juicio oral en el ambito federal y nacionaf , ha creado (ley 24.050) nuevos organos trlbunallcios, como una Camara Nacional de Casacion Penal, que juzga en los recurs cs de inconstirucionalidad, casacldn 'i revision. 'i en el re­curso del art, 445 bis del C6d. de Juslicia Mililar (art. 23); jueces de eJecud6n en 10 penal; rribunales orales de menores y trihuna­les orales en 10 criminal (estos ultimos son colegiados y juzgan. en principio. en Iinica instancia). todo ella a mas de los jueces fe­derales y ell.maras de apelaciones (an. 24 y siguienles).

§ 591. SITU"Clj)N JURIDIC" DE LOS JUEC£S DE U C"PITAL FWE~

RAL. - Puede advenirse que en la Ciudad de Buenos Aires hay ma­gislrados federates. que atienden las causas de competencia federal (art. 116. Const. nacional). y otros nadona/es, que se ocupan de

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PODER JUOICIAL. V MIMSTERIO ecauco 401

las propias de la justicia ordinaria (esto es, propias de las provin­cias). Peru algunos fueros (p.ej .• en 10 penal econ6mico) operan en los dos ambitus.

Esa distincicn ha sido criticada por autorizada doctrtna. la que sostiene Que la raz6n para que existan dos jusuctas tiene ex­plicaci6n en el terrttorio de las provincias. pero no en el de la Ca­pital Federal. Conceptualmente, sin embargo. no es impropio di­ferenciar arnbas shuaciones en la Capital de la Naci6n, partlendo del supuesto. esc sf, de tratarse (en todos los cases) de jueces que forman pane del Poder JUdicial de la Nadon. y que gozan de la misma estabilidad 'i prerrogatlvas. Asi 10 dispone. por 10- dernas, la ley organica de 111, justicia nacional (arts, 1° 'i 3°),

Actuatmenre se programa la transferencla de la justicia ordi­naria nacional de la ciudad de Buenos Aires a la orbita de esta Ciudad Autonoma. hipotesis viable segun el art. 129 de la Const. nacional. Sin embargo. un juez nacional de ese fuero ordinario no podrta ser compelido a aceptar desempenarse como juez de la Ciudad autonoma (an. 110, Canst. nacional).

§ 592. TRIBUNAUS 'NTEGRADOS POR JURADoS. - Tres veces se reflere la Consmucicn a juzgados constituidos pOT jurados. EI art. 24 indica: "EI Congreso promovera la reforma de la actual le­gislaci6n en todos sus ramos, 'i el establecimiento del juicio por jurados''. EI art. 75. inc. 12. obliga al Congresc a dictar "leyes generales para toda la Naci6n ... y las que requiera el estableci­mienro del juicic por jurados". Por ultimo. el an. 118 explica: "Todos los juicios criminates ordinaries, que no se deriven del oc­recho de acusaclcn concedido a la Camara de Diputados se termi­naran per jurados, Iuego que se esrablezca en la Republica esta instiluci6n. La actuaci6n de estos juicios se hani en la misma provincia donde se hubiere comelido eJ delilo",

De estas prescripciones se desprende. primero. que la Consti­tuci6n propici6 !tibunales compueslos por jurados. aunque no indi~

c6 su grado de actuaci6n 0 sus modalidades. que pueden variar sensiblemente. En segundo lugar. que el Poder Legislativo debfa diclar una ley con vigencia en todo el pais, al eSliJo. por ejemplo. de la ley de ciudadania 0 de concursos, para juzgar por"jurndos las causas penales. EI an. 75. inc, L2. parece. incluso. programar una

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402 ssrcrvro DEL PaDER EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO ~

ley federal, con rribunales eventualmeme tambien federales. sobre( dichos jurados. En tercer termino, que el juzgamiento del case sec: debla. en principio. realizar en el tcrritono provincial donde se hu­

( biese cometido el deli to. No obstante el largo tiempo transcurrido desde la sanci6n de c

c la Consntucicn nacional, el Congreso no dictc la ley reglamentaria c de los jurados. La Corte Suprema, por su parte. indic6 que las directrices consutucionales no imponfan al Congreso un termino perentorio, con 10 que su insnumentacion conclula discrecional c para este r-Lovetra", Fallos. 115:92; "Tribuna Dem6crata", Folios.

c: 208:21, y "Tiffemberg", Fatlos, 208:225), A nuestro entender, el mandate consthucional es claro y conrninanre. pero la renuencia c del legislador a cump/irlo ha side evidente, 10 que provoca una

c derogaci6n por vfa de derecho consuetudinario (desuetude) de aquellas regJas. En resumen. los tribunales por jurados, si se im­c plementan, no son lnconstitucionales -por tratarse de un tema pro­

( cesal reservado a la discrecionalidad del legislador-; perc ya no serfa factible una ley general sobre jurados en materia criminal (0c de otra Indole), con vigencia en rolflJ. la Republica. c Por 10 demas, las bondades del juicio por jurados SOn discuti­

c bles si el propcsito es obtener pronunciamlentos sensatos, juridica­mente fundados e lmperciales. c

Al mismo tiempo, si resulLan arbitrarias las semencias sin c c

debldo fundamento y motivaclcn (§ 329). lque podra decirse de las que dicte un [urado, que no explica ni da razones de su vere­dicto condenatono 0 ebsolutorio. emiuendo su pronunciamiento, c quienes 10 integran. exclusivamente sobre la base de sus intimas

c convicciones? Al respecto. el unico fallo emirido por un jurado que resultaria compatible con la Constituci6n (segun el desarrollo c

c dado en el derecbo argentino a la exigencia de fundamentaci6n c para que haya sentencia conslitucionalmente v~lida, respetuosa del debido proceso), exigirfa que aquel resuhase motivado y ajus­tado a derecho. c Alguna provincia ha incotporado el regimen de los "escabi­

c nos" ((egos que se suman a la integraci6n del tribunal de iure for­mado por letrados), Ello no vulnera la Constituci6n (yes un re­c gimen hlbrido entre jueces togados y jueces populare~), siemprec que los referidos escabinos fundamenlen sus conclusiones, a se ad­

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PaDER JUDICIAL Y MINIS1'ERIO euauco

hieran a los votes de los jueccs abogados que conrengan la debida fundamemactcn (ver § 127).

§ 593. ;,VNW.tD DE: JURISDJCC/~N? - EI art. 109 de la Const. nacional proclama: "En ningdn ceso el presideme de la Nad6n puede ejercer funciones judiciales, arrogarse el conocimiento de causes pendientes 0 restablecer las fenecldas". En consonancia con esre, el art. 23 indica que durante el estado de snio "no podret el presideme de Ja Republica condenar por si ni aplicar penas''.

El objeuvo de esas normas es claro: afianzar la independencia de los poderes y reservar las tareas judiciales a1 Poder Judicial. La Constirucion enfatiza tales directives: "En ningun case" cabe que el titular del Poder Ejecuuvo (y desde luego. algun 6rgano de ~I) asuma esas funciones.

§ 594. PROBUM),TIC.t CONSTITUCfONAL DE: LOS 1TtIBUNA.US ItDMI­

.WSTIU.TIYOS. - A numerosos 6rganos de la Administraci6n publica varies leyes les han otorgado atribuciones de upo judicial, configu­randose as! la lIamada jurisdiccion administrative, Casos como el Tribunal Fiscal de la Nacicn. el Tribunal Municipal de Paltas. la Direcci6n Nacional de Migraciones y el Banco Central de la Repu­blica Argentina. por char s610 algunos, han exhibido tal caracter: al aplicar sanciones, interpreter y efectivizar normas. etcetera.

En el leading case "Fernandez Arias clPoggio" (Fatlos, 247: 646), la Corte Suprema admiti6 estos tribunales "dcstinados a ha­cer mas efectiva y expedite la tutela de los intereses priblicos, habida cucnta de la creciente complejidad de las funciones asigna­das a la Administraci6n". En resumen, los justifico en "el pre­mioso rec1amo de los hechcs", y para lograr ''una Administraci6n tigil, eficaz y dotada de competencia amplia". ESIO signific6 una interpretaci6n mutativa mixta: la Corte bom la prohibici6n del art. 109 de la Const. nacional, e inser16 en su lugar una norma que perrnite la actuaci6n de los tribunales administrativos. sujeta ados condiciones basicas: que en elias el justiciable lenga derecho a in­terponer un recurso ante un tribunal judicial ("Molinos Rio de la Plata", Fallos. 247:676~ '·Banco de Rio Negro y Neuqu~n". Folios, 303:1776; "Moyano", Folios, 296:65. etc.), y que en el proceso ad­minislralivo se respell:: el principio de defensa cn juicio ("Fiocchi", Folios, 297:456),

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404 ESTATUTO DEL POOER EN EL DEIlECHO CONSTITUCIONAl ARGENTINO

En el ano 2005. en un slgnificativo pronunciamienro. la Corle Suprema adopt6 una interpretacion restrict iva respecto de los LIi­bunales administrarivos. ya que ellos vulneran los arts. 18 (dere­cho de defense en juicio) y 109 (desempenc de Iunciones judicia­les por el Poder Ejecurivo) de la Coast. nacional ("Angel Estrada y Cia .", LL. 2005-D-439). Aletta. tambien. que no cualquier con­troversia puede ser derivada vahdamente a esos organismos, y pre­viene que quien debe tener siempre la ultima palabra en los con­fllctos decididos por elias son los jueces ordinarios.

§ 595. c'lsa DE LOS TRIBUNA.LES MIUT,tR£S. - La iusticia mili­

tar se ocupa tame de la iurisdiccion penal rnilitar. eomo de la ju­risdiccion disciplinaria milirar.

La jurisprudencia de la Corte Suprema estableclo que los tri­bunales castrenses ....eran constitucionales cuando fueren creados por el Congreso, en virtud de su auibucien de dictar las normas para [a organizaci6n y gobierno de las fuerzas armadas (art. 75. inc. 27. Const. nacional); y que sus jueces no ~an parte del Poder Judi­cial federal. aunque sean jueces de La Naci6n ("A. de Hernandez". Faltos, 149:175; ··P. A. Quiroga". Faltos, 101:359; "Gonzalez Vic­tortca''. Fattos, 241 :342, etcetera).

Por haber materia federal en juego (esto es. 10 concemleme a la seguridad de loa Nacion). los procesos castrenses son de compe­tencla federal al versar sobre puntos regidos por las leyes de la Na­ci6n (art. 116. Consr. nacional). EI Congreso pudo asignar su co­nocimiemo a la judicature federal (Bldan Campos). 0 a trlbunales militares. a tenor del art. 75. inc. 27, en donde debfan regir los principios de derecho consrhuclonal procesal enunciados. por ejem­pic. en el art. 18 de la Const. nacional. Por 10 demas. regfa para estes tribunales Ia jurisprudencia convalidaroria senrada respecto de los administrauvos. en cuanto al control judicial suficiente (ver § 594)_

No obstante 10 expuesro. en el case "Ram6n L6pez", resueho e1 6 de marzo de 2007. la Cone Suprema produjo un cambio co­pemicano en esla materia. al sostener por el vola mayoritario que. al carecer los jueees militares que lienen a SU cargo la jurisdieci6n penal militar. de genuina independeneia respecto del Poder Ejecu­tivo. no son "jurisdieci6n" en sentido preciso. perfilandose en cam­bio como entes meramente administralivos y. por ende. resul!an in••

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405PODER JUDICIAL Y MINISTERIO rl1BUCO

consutucionales en raz6n de la prohibici6n contenida en el an. 109 de Ia Const. nacional (que prohfbe al presidente arrogarse fun­ciones judiciales). A ello se afiadic que los inculpedos carecen del derecho a una defense profesional llbrernente escogida.

Este importante fallo, de notorias consecuencias en la estruc­IUra milirar. importa una imerpretacion mutetiva de la Constitu­cion. en el sentido que abandona una exegesis tradicional de la ley suprema. y se incline por un ccncepto esrricto del juez imparcial e lndependiente que dernanda el art. go del Paeto de San lose. de Costa Rica. lmporte. en verdad, una recreaci6n de Ie Constltu­cion a la luz de nuevas valoraciones garantistas. La sentencia no excluye una jurisdicci6n especlalizada para 10 militar, siempre que sea independiente e imparclal.

B) CONSEJO DE LA MAGISTRATURA y JURADO

DE ENJVlCIAMIENTO

§ 596. EL CONSE/O DE LA MAGJSTRATUJU.. RAZON£S DE sv

CRE.ACJ()N CONSTITUCJON.4L. - La reforma de 1994 instroment6 dos organlsmos muy signiflcativos. como son el Consejo de la Magis­tratura y el Jurado de Enjuiciamieruo (arts. Il4 y 115).

EI miembro cclnformame del despaeho mayoritario. Paixao. legitim6 ambos institutes a partir de Ia constatacion de una pro­funda y triple crisis del Poder Judicial federal: tecnicu. institu­donal (por la amiguedad de 5U disefio) y polrdca, originada en la perdida de la confienza publica en las magistratures mas importan­tes. En concreto. expuso que la sociedad argentina reclama mayor transparencia en el regimen de nominaci6n de jueces. mayor efi­cacia en los mecanlsmos de control y remocion de ellos, y mayor confiabilidad en su gestion. que ademas debla certirse a sus objeti­vns primaries: resolver Jos casos scmetldos a su conoctrniento.

Con referencia al Conse]o de la Magistratura, la asamblea luvo dos miras principales. Una, revertir la tendencia que habfa concenlrado en la Corte Suprema la totalidad de los poderes de adminiSIraci6n de la judicatura. incluyendo los reglamentarios. dis­eiplinarios y de gesli6n, allerando asf la genu ina funci6n. como tribunal de justicia. La olra fue Sanear el regimen dedesignacio­nes. medianle concursos publicos de los aspirantes a jueces infe­

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407

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C G:

406 ESTATIJrO DEL PODER EN EL OERECHO CONSTlruCIONAL ARGENTINO C ricres a la Corte. En cuanto a esta, se mannene el procedimlento C tradicional, pero se eleva eI numero de senadores necesano para

C aprcbar la propuesta del Podcr Ejecutlvo, con el objcro de 10­C grar un consenso mas pluralista y exigente C'Diario de Sesiones".

p. 2219 Y 2220. Ohm de fa Convencton Nacional Constituyeme C 1994. t. V. p. 4888). C

§ 597. COMPOSfCldN. - Ante la falta de acuerdo de las dos ( principales fuerzas politicas (justicialismo y radicalismo) que sus­

C cribieron el Pacro de Olivos (preludio del proccso reformtsta de 1994), la Convencicn Constituyeme no especific6 en detalle la in­( tegraci6n del Consejo de 10 Magistrature. Paixao dio solamente

( directrices generales. acJarando que este debia tener una conforma­ci6n equilibrada, con Injerencia de los poderes democreticos y dec los estamenros vinculados con la activldad forense, entre los que c se encuentran los jueces, pero sin que se lIegue a un organismo

( autogestionario (es dccir, que 105 magistrados judiciales no debfan, por sf solos. administrar el Consejo). c La Constituci6n dispuso que '~Consejo sera integrado perio­

c dicamente de modo que se procure e1 cquilibrio entre la represen­taci6n de los organos politicos resultames dc la eleccion popular.c de los jueces de todas las Instancias y de los abogados de la matrf­c cula federal. Sera lnregrado. asimlsmo. por otras personas del ambito academico y cientfflco. en el mlmero y la forma que indi­c

c que la ley" (art. 114. parr. 2°). Esta ley especial. de acucrdo con c el mismo art. 114. debe ser sancionada "por la mayoria absoiuta de la totalidad de los miembros de cada Camara".

EI tema de la integraci6n del Consejo dio lugar a un largo de­c bate politico y juridico, ya que el "equilibrio" requerido por el arlo c 114 da lugar a varias interpretacioncs. Queda claro, eso si, que

no debe significar predominio absoluto de jueces en el Consejo. ya c que ello conduciria a la aUIogesli6n judicial, cosa que el cons!itu­( yenle quiso evitar. Pero lampoco puedc significar el manejo indio

recto del Consejo por los partidos politicos. por ejempJo, con unac fuel1e presencia de consejeros nominados por los poderes Ejeculi­c '10 y Legislativo, puesto que eso implicaria un retorno disimulado al sistema anlerior. que precisamente la asamblea conslituyenle ( quiso Lambien abandonar. en aras de San ear el mecanismo de re­

( clutamiento de magiscrados.

c •c c c

PODER JUDICIAL V MINISTERIO PUBLICO

Este asumo. per cierto el mas confllctivo. se resolvio primero por la ley reglamemana 24.937 y su "correcuva" 24.939 y des­pues, por la ley 26.080. estableciendo que eSI~ compuesro per tre­ce personas. Elias son: a) Ires [ueces del Poder Judicial de la Na­ctcn, elegidos per el sistema proporcional D'Hom. tendra que haber igualdad entre jueces de pnmera instancia y de camera. y asegurarse la reprcsentaclon de jueces del interior del pais; b) Ires diputados y rres senadores, des por la mayona y uno per la prime­ra minorfa de cada camara: c) dos represent antes de los abogados de la marrfcula federal. designados por el vote directo de ellos: d) un representame del Poder Ejecutivo, y e) un represemante del ambito academico y clentffico, profesor titular de catcdra de dere­chc de facultades nacionales con reconocida irayectoria y presti­glo, elccto por el Conscjo Interuniversitario Nacional (art. 2~. se­gun ley 26.080).

Esta imegraci6n es muy crltlcable. No satisface el requlsito del equilibria en la represemacion de los distintos grupos (jueces. crganos polfticos de elecci6n popular, abogados. academicos y cien­tificos) que componen el Consejo. segun la exigencia del art. 114. dado que existe un nolo rio predominio de los mlembros de parti­dos politicos (seis legisladores mas un represent ante del Poder Ejecutivo: siete vocales sobre trece). y una muy reductda presencia de jueces (Ires), todo ello en un Consejo "de" la Magistratura, en­cargado del gobiemo del Poder Judicial y progrumado per el cons­tltuyeme. parad6jicamente, para afianzar la independencia y legiti­midad de este poder (ver § 596).

§ 598. ArRIBUClDNH DEL CONSEJD. - En cl derccho ccmpare­do hay multiples versiones del Consejo de Ia Magistratura. En algunoscasos opera como 6rgano de prese[ecci6n 0 de designa­ci6n de jueces; en Olros. igualmeme los remueve (caso de Rio Ne­gro. en la Argentina). Pero tambien ticne facultade.s de gobiemo y administraci6n del Poder Judicial (Espatia). Ocasionalmcnte. a.<iU­

me compelencias malerialmente legislalivas. diclando reglamcDlos concemienles al funcionamiento de la judicatura (Colombia).

La reforma argentina de 1994 cre6 en verdad un "superconse­jo", COn enormes competencias.

a) Preselecci6n de poslulanles a magislraturas inferiores a la Corte Suprema (art. 114, inc. 1). mediante concursos que deben

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409 408 ESTATUTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGE.NTINQ

ser publicus. Aqui opera como jurado del concurso, y de resulras de este tiene que elaborar una tema de candidates. que es vincu­tante para el Poder Ejecutivo (art. 114, inc. 2). Por tanto, explico el miembro coinformame del despacho mayoriterio. Paixao. el pre­sideme debe obligatoriamente elegir un candidate de eS3 lerna ("Diana de Sesiones", p. 2220. Obra de la Convencion Nacional Constituvente J994, I. V. p. 4888). Despues el Senado dad. 0 no eI acuerdo respecuvo alai nominaclcn.

b) Administracion del Pcder Judicial (art. 114. parr. I). Admi­nistra los recursos y ejecuta el presupuesto que la ley asigne a la edministracion de justlcia (art. 114, inc. 3).

c) Poderes de gobiemo. a1 ejercer (aparre de 10 dicho) facul­tades disciplinadas sobre magistrados y decidir la apertura del procedimiento de rernocion de estes. en su caso ordenar Ia suspen­sicn y formular la acusacidn correspondienre (art. 114, incs. 4 y 5). ante el Jurado de enjuiciamiento.

d) Poderes Iegislativos, ya que el Consejo dicta "los regl a­mentos relacionados can la organizacicrijudicial y todos aquellos que sean necesarios para asegurar la independencia de los jueces y la eficuz prestacion de los serviclos de justicia" (art. 114. inc. 6,. La Ccnstitucicn no aclara que ocurre si uno de estes regtamentos colisiona con una ley (hlpotesis en la que, en el case de Ja Consti­tuci6n de Colombia. prevalece la ley). De acuerdo con el an. 31 de la Ccnst. nacional debera darse prioridad a la ley.

La ley reglamentaria ha previsto des modes de actuacion del Camejo: por comisiones y por pleno.

a) COMISIONES. Se preven cuarro. La primera es la de Se­lecci6n de Magistrados y Escuela Judicial.

EI mecanisme de preseleccicn de los aspirantes opera con un examen escrito tornado por un jurado, quien despues remite su dic­tamen a la Comisi6n de Selecci6n, la que calificara los anteceden­tes de los concursanles. ESla carre vista a los postulantes. para formulae impugnaciones. COn ella, y demiis antecedentes de los aspiranles, la Cornisi6n enlrevisla a los interesados y elabora el proyeelo de lerna. con un informe. EI plenatio del Consejo puede revisar las calificaciones de los examenes escritos y de los antece­dentes.

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PODER JUDIOAL Y MINISTERJO p(JBueo

EI plenario expide su decisi6n por mayorfa de dos rercios de los miembros presentes. la que es irrecurrible (an. 13). El trami­te no debe durar mas de noventa dlas hfibiles desde la prueba de oposicion.

EI regimen descriptc nada dice en cuantc a si no se Iogran los dos tercios de votes para definir la situaclon de uno 0 varios de los postulantes. Tampoco ac1ara la ley un tema discutido ante­riormente en la doctrlna. acerca de si el Poder Ejecutivo podrfa rechazar la terna remitida por el Consejo de la Magistratura, hipo­tesis que entendemos inadmisible, por ser dicha terna vmculame para el segun el art. I J4 de la Canst. nacional. Pero sf contempla la ley la hipotesis de que el Senado no preste acuerdo aJ candida­to propuesto. 10 .que importa el Hamada a un nuevo concurso (art. 13).

La decisi6n del Consejo, al resultar segun la ley "irrecurri­ble", no debe ria ser cuestionable par via de ampere 0 por otra ruta procesal. judicial 0 administrative. Sin embargo, cierta jurispru­dencia admire el amparo contra declslones del plena del Conse­jo de la Magistratura, en materia de concursos (CNConlAdmFed. Sale IV. lA, 2002-n~680).

EI art. 13 de la ley 24.937, segun la ley 26.080. establece que esta Comisi6n esta, asimismo. a cargo de la Escuela Judicial, en­cargada de atender a la formacion y perfecclonamienrc de los fun­cionarios y los aspirantes a la magistrature.

La segunda Comisi6n del Consejo es le de Discipline y Acu­sacion. Debe conformarse con un representante de los abogados, dos senadores, dos diputados, dos jueces, el vocal academico y el represemante del Poder Ejecutivo (art. 12). Las saaciones disci­plinarias a los magistrados (cuya apLicaci6n propane la Comisi6n y resuelve el Consejo en pleno) son las de advertencia, apercibl­miento y mull a hasla el 30% de sus haberes. La ley detalla las causales de sanci6n. Tales sanciones son apelables ante Ja Corte Suprema, que debe expedirse en ciento veinte dfas.

Un primer conflicto en la Corte Suprema y el Consejo de la Magisrrnlura se produjo cuando aquella por Ia aeord. 52/98 consi­dero que tiene facuhades concurrentes con el Consejo. para impo­ner sanciones disciplinarias a los magistrados. £1 Cotlsejo. por res. 13/98, rechaz6 tal criterio y se consider6 como el unico 6r­

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411

•�Ii 410 ESTATVTO DEl.. PODEll: EN a, DERECHO CONSnnJCIONAL ARGENTINOC

Il:� gano competenre para tales sanciones, a partir del 17 de noviem­bre de 1998, fecha de su consritucicn. sin perjuicio de las fa­tl cuhades de la Corte como organo de apeJaci6n en la materia (art.

C 14, ley 24.~37).

Segun el subprincipio de correccion [uncional (§ 17. a. 2). si C la Constituci6n asigna una tarea a un crgano del Estado. es el, y

C no otro, quien debe asumirlo. EI art. 114, inc. 4". encomienda a1 e Consejo la aplicacicn de las sanciones a los magfstrados y, par

tanto. a esc debe estarse.c

c Esta ccmision tambien dictamina ante el plene del Consejo de c la Magistratnra sobre la apertura del proceso de remocien de rna­

glstrados (arts. 7" y l4, segun ley 26.0S0). EI pleno decide con una mayorta de los des tercios de los miembros presentes. c La Comisi6n de Administraci6n y Financiera esta imegradac por des diputados, un scnador, des jueces , un abogado y el repre­senraete del Poder Bjecutivo (art. 12. segdn ley 26.080), y flscaliza c la Ofieina de Administracicn y Pinanciera. encabezada per un ad­c ministrador general del Poder Judicial. Tal Oficina tiene. entre otras. la vital funci6n de elaborar el anteproyecto de presupuestoc del Poder judicial y despues ejecutarlo.

(

c La Comisi6n de Reglamentaci6n analiza y elabora los proyec­

LOS de reglamentos a que alude el art. 114, Y emite dictamenes so­

c bre su Interpretacion, en case de conflicto (an. 15,segun ley 26.080). c La forman des jueces, un diputado, un senador y el representame academico-clencflco.

c b) PUNARlO DE:l. CONSEJO. Entre oLras comelidos tiene que dic· tar Sll reglamento general, y las funciones referidas por eI art. 114,( inc. 6". de la Const. nacional; fonnular observaciones al proyecto

c de presupuesto judicial, designar su presidenfe 'i vicepresidenle y los miembros Cle las comisiones, asf como el numero de, vocales; c decidir la apeltura del proceso de remoci6n de magistrados, for·

c mular la acusaci6n pertinente ante el Jurado de Enjuiciamiento. y aun suspenderlo, siempre con el vOlo de los dos lercios de los pre­c sentes; aplicar las sanciones a los magisuados y, con igual mayo­

c ria que en el caso anterior. organizar el funcionamiento de la es­cuela judicial (art. 7°, ley 24.937, modificado por ley 26.080 -LO.( por decr. 816/99-). Tambien dicta los reglamentos generales de

( superintendencia del Poder Judicial. POt ley 25.876.

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faDER JUDICIAL Y MIN1STERlO PUBLICO

§ ~99. S,TVAI:lON INrrlruC"lQI'JAL. - La ubicaci6n del Consejo de la Magistrature dentro de la seccion de la Constuucion dedica­da al Poder JUdicial. y el hecho de ester ejercido este poder por la Corle Suprema de Justicia y los demas rribunales inferiores (art. 108), ha llevado a eoncluir a algunos que el Consejo de la Magis­tratura es un 6rgano del Poder Judicial e incluso una oficina auxi­liar de la Corte Suprema, Dcsdc esta perspective, las decisiones del Consejo deberian ser recurribtes, de modo flexible. ante la Corle (que aSI comrolaria al Consejo). En pro de tal dependencia podria aiiadirse que II. Constnucidn declara irrecurribles los fallos del Jurado de Enjuiciamienro (art. 115), pero no las resoluciones del Consejo de la Magistratura.

Sin embargo, fue evtderue que el constituyente de 1994 guiso lntroducir una intense reforrna en la judicatura federal. suurayen­do a la Corte Suprema la administracicn de ese Poder JUdicial (ver § ~~6).

Paraletamerue, debido a su integracion plural (abogados. jue­ces, academlcos, cientfflcos y miembros design ados por los po­deres de efeccion popular), el Consejo de la MagislratUra bien puede ser entendido como un organo eXIra poder, esto es, fuera de la orbua del Poder Judicial. EI neche de figurar en la seccion consntucional destinada al Poder Judicial no implica necesaria­mente que pertenezca al mismo. Tal es por ejemplo. y para algu­nos, el case de Espana (Garda Morillo y Fernandez. Segado).

En detiniliva. la ley 24.937 declare. en su an. JO, al Consejo

de 1a MagislraLura "6rgano permanenle del Poder Judicial",

§ 600. El. ]VIUDO DE EI'J/VICUMIENTO. - Para la remoci6n de los jueces inferiores a la Corte Suprema, eJ art. 115 de la Canst. nacional programa un Jurado de EnjuiciamienLo "integrado por Ie­gisladores. magislrados y abogados de la matricula federal". Su regulaci6n sera en la misma ley especial contemplada en el art. 114 para el Consejo de la MagistralUra.

Segun el eonvencional Paixao. miembro coinformante del des­pacho mayoritario, 1a idea de erigir el Jurado de Enjuiciamiento foe la de lograr mayor eficiencia en los mecanismos de control de 1a actividad judieial. atendiendo los "excelentes resulLados" que el jurado ha hrindado en el derecho publico provincial ("Diario de

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412 ESTATIJTO DEL PODER EN EL OERECHO CONSTITIJCIONAL ARGENTlNO

Sesiones". p. 2219 a 2221. Ohm de fa Convenci6n Nacional COIIS.­

tltuveme /994. t. V. p. 4888 Y 4889).

Al reyes del Consejo de In Magistrarura (declarado. segun vi­mos. "6rgano permanente del Poder Judicial"). la ley nada dice 50­

bre la siruacion institucional del Jurado de Enjuiciarruenro. ocupa­do "de los jueces de los tribunales inferiores de la Naci6n" (an. 21). Dado que sus decisiones son en principia irrecurribles (art, 115, Canst. naeional). pues proeede nada mas que el pedido de actara­toria (art. 27. ley 24.937), este organlsmo tiende a perfilarse mas como un 6rgano extra poder. Que eJ fallo del Jurado sea hlpoten­camenre impugnable por recurso extraordinario, como final mente 10 permiti6 la Cone Suprema ("Brussa", Fatlos. 326:4816), no im­pide que el Jurado tenga perfil ajeno al Poder Judicial (como el Senado euando remueve a un ministro, aunque su semencia sea tambien discuuble por el recursc exrraordinario).

,

Segun el nuevo esquema (ley 26.080) 10 imegran siete miem­bros: l) dos jueces de camera (uno__debe pertenecer al fuero fede­ral de la Capital; el otro. del mismo fuero del interior de la Repu­

, blica. para 10 cual se elaboraran Hstas): 2) cuatrc legisladores, des por el Senado y dos par Diputados. uno por la mayorta y orrc por la primera minorta de cada sal a, confeccionandose a\ efecto sen­das Hsras, y 3), un abogado de la matncula federal, inscripto en el Colegio Pdbtieo de la Capital 0 en una camara federal del pals. y con las eondiciones para ser juez de la Cone Suprema de Jusncia "

l' de la Naci6n.

La ley 26.080 ha previsto una elecci6n por sorteo publico. a pracricarse cada seis meses de las lis las de referenda. Par cada miembro titular se elegira lambien un supleme. Entre sus miem­bros eligen a su presidente. Duran en sus cargos (vencidos los seis meses) mienrras se encuenrran en tramite los [uzgamientos de los magistrados que les hayan side encomendados. pero unicemen­te para tales procedimiemos. Los miembros son removibles par el propio jurado. con el vote de las Ires cuanas panes de la totali­dad de sus inregranres (an. 25, ley 24.937, segun ley 26.080).

Habra que ver el resullado que produciran estes jurados de enjuiciamiemo transitorios y contingenles, seleccionados -ademas­por soneo. metoda que puede lIevar a integradones impredecibles. Por de promo, la fuerte presencia \mayorilaria) de miembros de

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PODER JUDICIAL Y MINTSTERTO roDUCO

los esramentos politicos no condice con las lntenciones del consti­tuyente de 1994, que procur6 despolitizar y profesionalizar el sis­tema de selecci6n y de remoci6n de magisrredos [udiciates.

C) GARANT(AS DE ACTUACION

§ 601. DE.5lGftlACIOfti De WS MAGISTMDOS JVDIC1ALES. - Cabe aquf diferenciar tres situaciones, segun los nlveles y circunsrencias de los nombramientos.

a) JUECES TITULARES DE U. C01ITE SUPREMA.. Segun el art. 99. inc. 4. de la Coast. nacional. el presidenre: "Nombra los magis­trades de la Cone Suprema con acuerdo del Senado por dos ter­cios de sus miembros presenres, en sesi6n publica, convocada al efecto" .

En los Estados Unidos de America, el sistema ha provocado una judicatura federal con un aceptable poreentaje de caIidad de independencla. En la Argentina. el resultado no es por cierto e1 mismo. quiza porque aqui prevalecen las lealtades personales so­bre las insritucionales, y porque los criterios de selecci6n de los magistrados no son siempre los mejores. Existe, pues, una pro­funda crisis de legulmldad en el regimen actual (ver § 61).

Para los jueces de la Corte Suprema. la Convencion de 1994 opt6 par mantener el esquema original de Ia Constltueicn de 1853-1860. perc introdujo mas exigencies al determiner que el acuerdo senatcnal debra involucrar a los dos tercios de los mlem­bros presenres de la sala, que debe reunirse, edemas, en sesion pu­blica para tratar especfficamente el tema. EI miembro coinfor­manteo Paixao. aclar6 que puesto que la designad6n de un juez de la Cone importaba de hecho la modificaci6n del tribunal y. por ello tambien. la posibilidad de una reforme indirecra de la Consti­tuci6n (ya que la Corte es la interprere final de esra), debra de­rnandarse una mayoria similar a Ia necesaria para impulsar la re­forma de la carte magna ("Diario de Sesiones", p. 2220, Ohru de la Convenci6n Nacional Conrliluyente J994, 1. V, p. 48&8).

Con el prop6sito de mayor transparencia y control democrati­co en el sislema de nominaci6n de jueces de la Corte Suprema. el

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414 ESTAnrTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTIrUCloNAL ARGENTINO PODEll JUDICIAL Y IdfNISTERIO PUBLICO C C deer. 222103 esrablecic que era meta del Poder Ejecutivo reflejar Por ultimo, cabe inqulrir si el Poder Ejecurivo esra Iacultado

en el alto tribunal "las diversidades de genera. especialidad y pro­ para designer a un juez que ya nene acuerdo senaronat. para otro ( cedencle regional en el marco del ideal de representacicn de un cargo similar. El criteria de Ia Cone Suprema de Jusncia ("Grau",

C pals federal" (an. ]0). Determine que. producida una vacancia. el Folios, 288:386, y "Del Castillo". Folios, 313:330) es que tal acuer­Poder Ejecutivo publicara en los trelnta dras posteriores en el Bo­ do permite designar 0 trasladar al intercsado a otro cargo de igual C letm Oficial y en por 10 menos dos diaries de circulacion nacionat, jerarqufa, siempre que mcdie su consenumienro.

C el nombre y los antecedentes curriculares de la 0 las personas que c) JUECfs "EN COJ,fJSI(JN". La expresion juez "en comlsion"

se encuentren en su consideracion para cubrir la vacancia. Ellas riene des comisi6n" de acepciones. Una refiere a Ia "puesra entendran que presentar una declaraclon jurada con la nomina de los jueces provinciales a rafz de una inrervencicn federal, 0 de jueccsC bienes prcpios y los de su c6nyuge 0 conviviente, los de la socie­ federales 0 provlnciales por decision de un gobierno de facto. En estes casos significa que los rnagistrados pierden su estabilidad.

dad conyugal e hijos menores. Tamblen deberan indicar la nomi­C na de las asociaciones civiles 0 comerciales que integren 0 hayan La Constitucion nacional no admite tales "puestas en comisi6n",( integrado en los ultimos ocho aaos, los estudios de abogados en pero son un procucto (ilegnimo) del derecho consuetudinario ar­gentino.los que han actuado y la nomina de clientes 0 conrratisras. porC

igual rermino (arts. 4° 0 5°).C El segundo significado alude a1 nombramiento (constuucio­

Estes innovaciones son, en muchos aspectos, posiuvas, en nal) de jueces lnterincs, segun el an. 99, inc. 19, de Ia ley supre­ma; el presidente tendre Iaculted para "llenar las vacantes de los ( aras de conocer y evaluar a los candidates del caso, en particular

par la ciudadania. En su pasivo puede edvertlrse: 1) que el Poder C empleos. que requieran el acuerdo del Senado. y que ocurran du­Ejecutlvo. en cuanro la Corte Suprema, no ha respetedo el princi­ rante su receso. por medio de nombramientos en comisi6n que ex­

piraran al fin de la proxima tegislatura". Estes designaciones.C pio de legitimidad geografica que invoca cn el decreto ni los pla­zas establecidos para cubrir las vacantes. algunas de elias can mu­( bajo una condici6n suspensive (el acuerdo del Senado), no son chos meses sin entender: 2) el sistema ha motivado un verdadero aconsejables, ya que los jueces de) caso, at no ser definitivos. es­

tan expuestos a preslones e influencias que pueden ccmprometer C campeonato, en muchos casos, para reclutar adheslones, 10 que irn­plica a menudo organizar una cempafia cuaslelectoral de apoyos:C su imparcialidad.

Despues de la reforma constifucional de J994. los nombra­3) la divulgaci6n de los bienes puede signlflcar. en un pals con se­C rios defieit de seguridad, un manual para asaltanres y secuestrado­ mientos de jueces en comisi6n son viables en cuanto a los de la res, y 4) no slempre el Poder Ejecutivc ha asumido las crfticasC Corte Suprema. perc para los demes debe advenirse que necesaria­

mente lendr.1n que haber sido antes preseleccionados por el Conse­concemientes a los antecedentes 0 a 1a situaci6n impositiv8 de quien C fuere candidnto. En sfntesis, e1 sistema instaurado debe perfec­

jo de la Magislratura, mediante concurso. y haber sido incluidos cionarse y cumplirse lealmente. C por f!stei:n una tema remilida al Poder Ejeculivo (arg. arts. 99. C b) JUECES TmJURfS INFER/ORES II 1.4 CORTe SUPReJ,fA. La refor·

rna de 1994 eSlabJeci6 que los nombra el presidenle de la Naci6n C "en base a una propuesta vinculante en Lerna del Consejo de

C Ja Magistratura, con acuerdo del Sen ado, en sesi6n publica,_ en la que se tendd en cuenta la idoneidad de los candidatos" (art. 99, C inc. 4, p<trr. 2°).C

Sabre el Consejo de la Magislratura federal argentino, nos reo C mitimos al § 598.

C ,C C C

(f--- ­

inc. 4, y 114. incs, 1 y 2. Const. nacional).

d) )UECES SUBROGANTES Y TRANsnORlOS. Estos magistrados, que suplen a 105 jueces lilulares en casos de Iicencias. suspensi6n 0 va· cancia definitiva, no estan mencionados por 1a Constituci6n nacio­nal. En principio correspande que sea 1a ley ordinaria la que re­gule su actuaci6n, confonne al an. 75, inc. 32.

No obstante, 1a ley 25.876 confiri6 al Consejo de la Magjslra­lura, bajo cier1as condiciones. el nombramiento de tales jueces. de-

I.

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416 ESTATlJTO DEL I'ODER EN EL DEJl.ECHO CONSTlruaoNAl ARGE-'.:llNO

cisicn convalidada en pane por 13 Cone Suprema con la acord. 7/05. Despuescla ley 26.080 no incluy6 esa alribuci6n deetro del cuadro de Iacultades del Consejo. Este. sin embargo. entiende es­tar habilitado a tenor del nuevo art. 7D

, inc. 2D, de la ley 24.937.

texto segdn ia ley 26.080, que le perrnne dictar regia men Los para ejercer sus facultades constitucionales y lograr una eficaz admi­nislrllci6n de justicia, coincidiendo eon Ja direcrriz del art. 114, inc. 60

, de 13 Const. nacional. Tal crireno resuelve con practici­dad el lema, aunque si una ley dispusiera 10 contrerio habrfa que estar a 10 que ella establezca. por 1a prfmecfa de la ley sabre el re­glarnento.

§ 602. RE..l,iV"·E.RAC/{)N. [N1A."·GIBJIJD.4D. CASO DE JVE.CE.S JV­

BU.,WOS, - £1 art. J 10 de la Const. naclonat contiene una clausu­la similar a la establecida en la Constitucion estadounidense: "Los jueces de la Corte Suprema y de los tribunales inferiores de la Na­cion... recibiran por sus servicios una compensaci6n que determi­nara la ley, y que no podra ser drsminuida en manera alguna, mientras permaneciesen en sus Iunclones". Es la denominada cldusula de /a compensacion.

La nonna tuvo una doble razon hlstorica: primero, impedir la domes/jeadon de la justicia per quienes elaboran el presupuesto (poderes Legislative y Ejecutivo), ya que "un poder sobre la sub­sistencia de un hombre equivale a un poder sobre su volumed". y segundo. proteger a los jueces de "las Iluctuaciones del valor de la moneda", problema ya vigenre en aquella epoca (Hamilton, El Fe­derattsta. cap. LXXIX).

En 1985, la Cone Suprema, en la causa "Bonorino Perc", sen­lola siguiente interprelaci6n de la cltiusula de la eomp~nsaci6n:

a) es una garantfa de la independencia del Poder Judicial; b) pro­lege tanto al organo inSlirucion como al nrgann individllO (el juez como lal); c) si se produce el envilecimiemo del signa moneta rio, el na disminllir obliga a indexar las remuneraciones judiciales, y Q) eSla garanHa es e~igibJe lambi~n en las provincias, ya que es un principia conslirucional federal que elias deben respetar, a tenor del art. 5° de la Canst. nacional (Fallos. 307:2174).

Posterionnente, en "Bruno", la Corte advirti6 que los meca­nismos de ajuste par dcpreciacion pueden variar, segun 13 provin­cia deJ casc, siempre que se salva:gu3(de la esencia del mecanismo

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PODER JUDICIAL Y MI:-llSTERIO eueucc

de correccion. y que el resulrado sea razonable (Fattos. 311:460). En resumen, Ia provincia no puede negar la intangibilidad, aunque el regimen no riene que ser necesariamente igual al que lmpera para la justicia federal ("Vasquez'·, Fallos, 323;643). En "Coole", mas tarde, afiadio que los topes que estableciese una provincia a las remuneraciones judiciales (con referencia. por ejemplc, a los suetdos del gobernador) eran tambien inconstitucicnales si impe­dian la vigencla del an. 96 de la Const. nacional (lA, 1990-UI-Ill).

Una impcnente jurisprudencia correctora, que, partiendo de "Vilela" (Faitos, 314:295), se expresa en "Jauregui" (CSJN. Fa­lias, 315:2386), explicita que la garamfa conslitucional de intangi­bilidad de las remuncraciones judiciales no implica desllgar a los magisuadcs del deber solidario de sufrir los embares de la infla­cion, slempre que Ia erosion snlarial no sea tan slgnificauva como para impedir el Iogro de la finalidad perseguida por Ia refenda clausula. En resumen, la Corte ordenc ectualizar, por vie de am­paro, perc deduciendo un 8% sobre cada diferencia mensual, acu­mularivamente. aunquc esa quite no debia superar el 30% del re­sultado final que arrojara la Iiquidaci6n total.

Tal directriz jurisprudencia! es evidentemente discrecicnal de la Corte, y por cierto creanva, ya que no se sustenra en ley atguna. sino en un crnerio de equidad comunitaria. La idea que la anima se presents como justa. visualizada en un contexte de enado de necesidad, y se lcg itima mas par razones supraconsutucionales propias de este que por otros motives.

Es del caso recorder que en otros pronunciamienros, Ia Corte Suprema dijo que la intangibilidad comprende la no reducci6n de las remuneraciones por impuestos que las graven, aunque sean ge­nerales. como por ejemplo reditos (actualmente ganancias) ("Fisco c/R. Medina", Fallos, 176:73; "Povifia", FaHos, 187:687, y "Jaure­gui", Fallos, 191:65)_ ldentico criterio comprenderfa elilamado "ahOITO forzoso". EI te~lo constitucional argentino. mas enfalico que e] estadounidense, prohibe disminuir las compensaciooes judi­ciules "en munera alguna" (art. 180).

En cambio, y con poco acierto. Ja Corte Suprema ha dicho que si bien la demora en el pago de los sueldos judiciales 0 su realizaci6n en algo que no sea moneda de curso legal (p.ej., en bo­nos del ESlado) no es en principio valido, sf resultarfa posible en

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.. I..418 ESTATUTO DEL PODER EN EL OERECHO CONSnrUClO,. ...t, ....RGJ;N1l;'lo'()• f periodos de penuria naclonal. y cuando ello rija para lodos los sec­... I .. tores de 1a Administraci6n ("Arias", Fallos, 254:286). .. La Cone Suprema. despees de recordar que el principio de in­tangibilidad de las rernuneraciones [udiciales, sin condicionamien­los, no impona un privilegio 0 discrimlnacion. aclara que ha side esrablecide no por raz6n de la persona de los magfstrados, sino en mira a la institucion independiente del Poder Judicial C'Gaibisso". .. rouo», 324: 1177). En el mismo fallo, alerto que protege a los jueces jubilados que, durante su desempcnc anterior. debieron ad­.. mitir un regimen severo de incompatibilidades profesicnales, por 10 que deben gozar de un nivel decoroso de vida durante su ges­

..•€

tion activa y esperar un nivet razonablememe proporcionado en laC vejez.

c

§ 603. AmIJ.YlSTIlACI()N r AUTARQUJA JUDICIAL. Ln 23.853.­Diversas constituciones han ascgurado al Poder Judicial un cupo.. presupuestario minimo (Costa Rica. Honduras. Peru. etcetera). La de Costa Riea, 10 fija en un 6% del presupuesto general y ana­de que el anteproyecto del Poder Judicial es elaborado por la Cor­

&: te Suprema (W1. I76). En los proyecros sobre organizacion 0 fun­

C cionemiento de la justicia se debe consulter a la Corte, y para apartarse de su criteno. la Asamblea Legislative debera haec rIo

C con e1 vote de las dos terceres partes de sus miembros (an. 167).

C En la Argentina. mlentras que a comienzos de siglo el cupo presupuestario para el Poder Judicial llegaba al 4%. a fines de C 1980 rondaba el 1%. Despues es algn superior, alcanzando el 1.7%

C para eI prcyecto de presupuesto 2007 ("La Nacion", 1/10/06. Sec. cconomia).C

Para paliar parte de estos problemas, la ley 23.853, Hamada C "de autarqu{a judicial", previ6 sostener los ga.stos del Poder Judi­

C cial de la Naci6n con las partidas que provienen de rentas genera­les y con recursos espedficos propios, derivados de tasas de aclua­C ci6n judicial, ciertos porcentajes de las tasas que denvan de los

( depOsitos jUdiciaJes, entre alros (arl. 3"). Faculta tl la Corfe Su­prema para establecer aranceles y fijar sus monlos (art. gO) y de­C l:trminar las remuneraciones de los magistrados y funcionarios C (art. 7"). Tambien dispone la Corte Suprema de su palrimonio y

C de1ennina el regimen de percepci6n, administr3ci6n y control de

C C C ~

..-.

419PODER, remer ....L Y MINISTERIO PUBLICO

sus recursos y su ejecuci6r:z. debiendo remirir a la Conladl.lria Ge­neral de la Nacion el movimienro contable registrado (art. 8"). Curiosamente, la ley se reglamema, tanto por 1,1 Corte como par el POOer Ejecutivo, conjentamente, segcn 10 dispone su art. 10.

Debe tenerse presente que el nuevo art, 114, inc. 3. oe la Ccnst. nacional deja 1,1 administracion de los recursos y 1,1 ejecu­ci6n del presupuesro judicia rio aJ Consejo de 1,1 Magistrature. ra­ron por la que cabe ajustar las disposiciones de 1,1 ley 23.583 a este organismo.

§ 604. ESTA81UDAD. - EI art. 110 de la Const. nacional de­clara que los jueces de la Corte Suprema y de los tribunales infe­rlores "conservaran sus empleos mientras dure su buena conduc­ta". Se trata del principio de 1,1 estabilidad 0 inamovilidad.

Las rezones de la clausula estan tambien expuestas por Ha­milton en Ef Pederatista. De alii surge que si el perfodo de de­signaci6n de un juez Iuese transirorio. no habrta justicia imparcial. ya que tratarfa de congraciarse con los poderes que 10 designan {Ejecutivo y Congreso) 0, si es elegido per el pueblo, no haria otra cosa que conseguir popularidad en lugar de cumplir con 1,1 Cons­ntucion. A esa raz6n se suma otra: si se desea Jlevar los aboga­dos de mas prestigio ,11 POOer Judicial. obviamente, habrta que ofrecer1es un cargo estable que justifique abandoner una profesion lucrativa. Finalmente, la justicla requiere expenencta en et ma­nejo de los asuntos a decidir, y ello fomenta la continuidad en 1,1 funci6n.

En 1,1 Argentina. los nombramientos -en algunas provincias­con eSlabilidad lransitoria prOOujeron efeclOs desastrosos en cuan­to 1,1 dignidad e imparcialidad de la judicalura. Actualmente subsisten en muy pocas provincias. y s610 para los casos de la Corte Suprema (p.ej., en SaILa, segun el art. 156 de su ley supre­ma. duran seis ailos; si se renueva la designaci6n, es con canlc­ter viLalicio).

Tambi~n en cienas provincias 1,1 inamovilidad cesa en el mo­mento en que el magistrado pueda obtener su jUbilaci6n. La de Salla (art. 156) dispone que si el Poder Ejeculivo realiza, en lal hi­p6tesis. un nuevo nombrnmiento. con acuerdo del Senado. el juez es nombrado por un per{odo de cinco aiios, designaci6n que podra

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420 EST,\ThTO DEL PODER EN El DERECHO CONSTITUCIONAl ARGENTINO

repetlrse por el mismo trarnue. En "Iribarren", la Corte Supre­mu rcputo mconstitucional el an. 88 de la Consr. de Santa Fe. que bucta tamaien cesar tul inamovilidad para los magistrados judi­ciales rnayores de sesenta y cinco ados que estuvieran en con­diciones de jubilarse, pero sometido ello al criterlo discrecional del Podcr Ejecutivo de disponer 0 no la remoci6n del juez C'Iriba­rren", Falios, 322:1253). Con aciertc, el tribunal emendio que rat norma viclaba el principio republicano de division de los pede­res. Sobre el tope de edad en el ambito nacional, nos remltimos al *607.

La Corle Suprema sostuvo que el derecho a la estabilidad comprende eI derecbo de permanencia en la sede (es decir. a no ser trastadcdo: "Acord. s/traslado de jueces federates". Fattos, 20 I :245, y "Acord. s/remocion de jueces federalcs". Faltos. 203:5) y rambien a no set ascendido sin volunrad del interesado.

§ 605. Rsseoaos. ]UlCfO POlh!CO }' ]VRAOO DE ENJliICfAMIE..V.

TO, - Las causales de destituci6n de los jueces federales son mal desempeiio, comision de delitos comunes. 0 espec ificos de la funci6n (ens. 53 y lIS, Const. naclonat). Pero dcspues de la tc­forma de 1994 exisre un doble mecanisme de destitucion para los magistrados judiclales.

Por un lado, para los [ueces de la Corle Suprema, pcrslste el "juicio politico" (ver § 626). Es del caso aclarar que la cantidad de jueces (de distinro grade) cesanteados por este mecanismo desde la sancion de la Constuuclcn de 1853-1860 no super6 Ia treintena. y que el caso mas resoname rue el de varies miembros de III Corle Suprema, en 1947, juicio muy polemico enmarcado en un contexte de partidismo y politicidad.

Para los rcstantes jueces, y con el fin de agilizar el trdmire. la reforma creo el lurado de Enjuiciamiemo (ver § 600). con las si­guienles paulas.

a) Anles de ser sometido el caso a dicho jurado. el Consejo de la Magistratura debe haber decidido la apenuro del procedi­mienlo de remoci6n del juez inferior a la Corte {art. 114. inc. 5). AI hacerlo, el Consejo puede suspenderlo en el cargo.

b) Ante el Jurado de Enjuiciamiento. el Consejo de la Ma· gistralUra debe acusar al juez (art. ,:1 14. inc. 5. Const. nadonal).

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PODER JUDICIAL Y MINISTERIO PUBLICO 421

c) La Constituci6n no irae reglas especfficas de procedimien­lO ante el Jurado de Enjuiclamiemo. motive por el cual habra de esrarse a la ley especial que dict6 el Congreso con la mayorta ab­soluta de la Iota lidad de los miembros de cada camara (arts. J 14 Y 115 in fine). Pero 501 establece un plazo de caducidad: correspon­de archivar las acmaciones y, en su caso, reponer a1 juez que bu­biese sido suspendido "si transcurrieren ciento ochenta dfas conta­des desde la decisi6n de abrir eI procedimiento de remocion. sin que se haya dictado el fallo" (art. 115). Esta apertura, como se dijo, la resuelve el Consejo de la Magistratura. E1 plazo de caou­cidad. que comprende dfes corridos, tiende a apurar un pronuncia­miento final sabre el tema del enjuiciamiento. con relaci6n a un cargo publico de juez, obviamente relevante institucional y social­mente hablando.

Segun la ley 24.937, refonnada par la ley 26.080. el procedl­miento de desutucicn es oral y publico (art. 25). Se inlcia con Ia acusaci6n forrnulada por el plenario del Consejo de la Magistratu­ra, de la que 50e corre traslado por diez dfas al magistrado acusado. Despues se abre la causa a prueba por treinta dfas, cventualmente prorrogable por quince mas, decisi6n de la maycna del Jurado. Este podra desechar las pruebas lnconducentes 0 dilatorias. Las audiencias seran orates y publicas. Concluida la producci6n de prucbas 0 vencido el perfodo, las partes producen. en un plazo no mayor de treinta dfus. un informe oral, y el Jurado resolvera den­tro de los veinte dras siguientes. Supletoriamente se aplica el Co. digo Procesal Penal de la Naci6n (art. 26).

d) Hasta tanto no fuera removido por el Jurado de Enjuicia­miento, el juez acusado no pod ria -segrin nuestro derecho consue­tudinario constitucional- ser penalmeme enjuiciado. Pero esro ha variado despues de la ley 25.320 (ver § 632).

~) EI fallo del jurado. condenatorio (este requiere los dos ter­cio5o de los miembros del jurado -art. 25. ley 24.937, 1.0. pDr deer. 816/99-) 0 absolutorio. e50 irrecurrible, y tiene como fin unieo (si se demuestra la responsabilidad del juez) "destituir al acusado" (art. 115). Ello permite inferir que 50i el magistrado renuncia du­rante el Lramile, eI proceso destitulOriD debe concluir. Tal ha sido una practica reiterada, aunque algunas veces el Poder Ejecutivo no acept6 la renuncia y el juicio de remoci6n ha continuado, en el

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422 £STATUTO DI'J.. PODER EN EI.. DERECHO CONSTlTOCIONAL ARGENTINO

ceso de un juez acusado ante el Jurado de Bnjuiciarniento. Para la Corte Suprema, el Poder Ejecutivo no debe demorar mjustifica­damente .!IU pronunciamiento sobre tal renuncia (vl.ona". Faltos, 327:46). La Constiruclon afiade que, de haber condena. el remo­vide quedara no obstante sujeto a acusacicn. juicio y castlgo con­

.,. forme a las leyes ante los tribunales ordinaries.

Aunque la Constitucicn dispone en su art. 115 que el Iallo de! Jurado de Enjulciamiento es Irrecurrible. no es absurdo pensar que pueda impugnarse mediante el recurso extraordlnario federal, de haberse vulnerado las garannas constitucionales del debido proce­so durante la tramitecion de la causa, al igual que ocurre con la sentencia del Senado en el juicio polftico (ver § 301). La analo­gia entre uno y orro instituto susctta Ia misma conclusion. La Corte Suprema ha aceptado tal resis ("Brussa", Folios. 326:4816), aunque aclarando que queda irrecurrible el veredicto del Jurado en cuento a1 fondo del asunto. esro es, si la conducta de un magtstra­do justificaba 0 no su remoci6n (vl.ona", Fallos, 327:46j.

§ 606. SANe/oNEs DISCJI'UNARIASJ. - Sin perjurcro de 10 indi­cado, el art. 1]4. inc. 4, de 1a Const." eacional Iaculta al Consejo de Ia Magtstratura a apllcar medidas dlsciplinarias a los magis­trados judiciales (entendemos que inferiores a la Corte Suprema; ver § 598). Ello lmporta una significative atribucion de gobiemo destinada a reprimir lnconductas judiciales que, sin embargo, no merecen la destitucicn (para esro ultimo el Consejo debera abrir el procedimiento detallado en el panigrafo anterior). Las sanciones del Consejo son apelables ante la Corle Suprema (art. 14. ley 24.937, reformada por ley 26.080).

Hasta anora, la Corte Suprema continua efectivizando ciertas sanciones rnenores a los jueces. como Ilamados de atencicn (p.ej., "Luconi", DJ, 1996~]~1284). Pero el tema permanece polemico (ver § 498).

§ 607. Tol'£ DE. WAD. - En el art. 99. inc. 4. de la Consl. na­cional, refendo It las competencias y atribuciones del Poder Ejecu­tivo, la Convenci6n ConsLituyente de ]994 insert6 un precepto que dice asi: "Un nuevo nombramiento, precedido de igual Itcuerdo [del Senado], serc1 necesario para mantener en el cargo a cua1quie­ra de esos magislrados [de la Corte 0 inferiores a ella], una vez

PODER JUDICIAL Y "'INlsTERro PUBLICO

zs. Todos los nombra­que cumplan la edad de serenta y cinco a~j1dicada 0 mayor sc ha­miemos de magistrados cuya edad sea la I mdefinidamente. par el r~n por cinco anos, y podran ser rcpeudos

mismo trdmite". . sorpresivamente en la Esta discutidn norma. inLroducida ca~lstilUyenlc Alfonsm. en

Convencicn, se fund6 en palabras del. CO~ones de algunos parses similares reglas exisrenres en las consllW'lIegar al juicio politico larinoamencanos. y "a fin de no tener que.jOnes de decadencia". cuando se producen determinadas si(ug~ia Catolica. que indica Algo parecido. apuntc. ocurre en la I~IC' de setenta y cinco anos para los obispos una edad regular de reurO Convencion Nocionat /t1("Diario de Sesiones". p. 4653. Obra de

Constituyeme 1994. t. VI. p. 6189). inc. 4. de la Consutu-Debe observarse que el actual art. Ifi(que garamiza la estabi­

cion no guarda coherencia con el art. 110 la buena conducta del lidad judicial permanenre. mientras durc.6n Consutuyente estaba juez). Tambien se discute sl la .Conven'Je edad. dado que '.a ley habilitada para esrablecer el referido tope,6 al ternarlo retauvo a de convocatoria 24.309, cuando se refif'110 incluy6 tal pumo. la designaci6n de jueces (art. 2°, letra I), r6 inconsritucional. per

Precisamenre. la Corte Suprema decl~iialada ("Fay I". Fo//os, este motive. a la norma constitucional ~

322:1616; ver § 417).

. ,ca- incompatibilidad que § 6?8.. J,V~O.".l'A.TIB/UDADE~.- La unl,1l prevista por el art .. 34:

la Constitucion indica para los jueces, es (an serlo al mtsmo uem­"Los jueces de las cortes Iederales no pod

po de los tribunales de provincia". constitucional de 1860, Introducida esta norma en la reform~ciosa seguida durante el

tuvo por objeto conduir con la practica ,,'lies se desempenaron si. perfodo 1853-1860, cuando juece5. f~ded" Entre Rfos. muJlaneamente en la Corte de Justlcla de6nica del Poder Judicial

A su tumo. el art. 9~ de la. ley orf.ara incOlT~pal~b~e la ma­(decr. ley 1285/58 y modlficatonas) deC'tica", cI eJerclclo del co­gisuamra judicial c?n "toda activi~ad PO~~idad proresional (salvo mercio. la realizacl6n de cualquler actJ (eS e hijos). el desempe­para la derensa del juez. su c6nyuge, pad --argos de rector, decano no de empleos public05 0 privados. los ".

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425 424 ESTATUTO DEL I'ODER EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO

o secretuno de fucuhud 0 universldad. En cambio. la norma per­mite el cjcretcio de 1'-1 docencta unlversltana. con autorizacion pre­via de la autondad del case.

D) OPERATlVlDAD. Los PROOUCTOS

DEL PODER JUPICIAL

§ 609. S£.vT~"ClA.- EI producto natural mas imponame del Poder Judicial es la senlencia. que contiene (general mente) una rwrma individual destinada a resolver un coso.

Para Kelsen. In sentcncia importa siempre un aero de apfica­cion de derecho preexistente. y de creaci6n de un derecho nuevo (de modo parecido, aunque en menor medida, a cornu una ley es­pecffica es a la Constltucicn). Para Bidan Campos. en cambio, el juez extras In norma impress en la semencia, del derecho preexis­rente (ley, decreta. reglamento, etc.j. de tal modo que no hay crea­ci6n de derecho nuevo. En rigor de verdad, la semencia algunas veces 5610 efecnvlza para el caso el i1erecho preexisreme, perc en otros genera derecho propio: por ejempto. en los casos de lagunes normativas. donde integra la norma falrame: cuando opte entre las varies atternanvas Interprerauvas que posibilita una norma ambl­gua. imponiendo la que repute mas adecuada; 0 cuando establece una solucicn contra legem y ella queda flrme.

En el derecho procesat consmucicnal actual exlsten dlsrimos tipos de senrencias "interprerauvas'' (0 "manipulativas") que, per ejemplo. interpreran a Una ley de un modo concreto. para tomarla compatible con Ia Constuucion. y desechan como inconstituciona­les otras iruerpretaciones distlntas del mismo precepto: 0 las de upo "adiuvo" (cuando Ie anaden algo a una norma, para armoni­zaria con la consliluci6n y evitar su declaraci6n de inconstitucio­nalidad). Las senrencias "exhortativas" encomiendan al legisJador In sanci6n de una nueva nonna, en vez de Ia aCJual, que se eSlima poco compatible con la Constituci6n.

~ 610. S£.VTE:NCrA Ln·, ALT£RNAT1VAS. - En deltos supues­los. la scmencia trasciende en sus efectos al e"pediente concreto y se proyecla COmo norma general. Lo hace por divcrsos conduc~

los.

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PODE:R JUOICIAL )' MINISTERIO euauco

aJ Cuando la Consnmcion habilita a un tribunal a derogar una ley repvrada. por este, inconsutuclonal. Tal sistema rige en el derecho comparado, per ejemplo, en Ia Constituci6n de Espana respectc de los pronunciamientos del Tribunal Constitucional (art. 164). No figura en la Constitucion argentina.

b) Si la ley habilita a un tribunal que normalmente opera en sa/as, a dieter fallos plmos 0 plenarlos, con todos sus miembros, semando una doctrine judicial Interpretatlva de una norma jurfdica preexisteme, tame para unificar jurisprudencta contradictoria, como para prevenir conflictos interpretativos.

Cuando se rrata de una causa judicial concreta a resolver, la convocaroria a un tribunal plena puede suscitar una discusi6n constlrucional (ya que indirectamente lmporta confiarle atribuclo­nes legisferantes, al concederle la facultad de dieter una norma general interpretative de otra anterior y ambigua). No obstante, es un paso destinado a resolver un [uicio, y results avalada esa convocatoria per el derecho consuetudlnario constituclonal, que Ia ha admitido desde decadas atras, per ejemplo. en el orden nacio­nal, merced al recurso de inaplicabilidod, incluso es arbitrario se­gun la Corte, epanarse sin fundamentos de la doctrina sentada en un plenario ("Gaspar", ED. 140-810). La Corle Suprema tam­bien ha dicho que es constitucional convocar a un plenario, stern­pre que se 10 prcmoviera para decidir un caso, porque 10 contra­rio Importarfa ejercer facuhades legislativas ("Solazzi". Faltos, 249:22).

Orro lope que fija la jurisprudencia de la Corte Suprema en los acuercos plenarios, es que no se pueden pronunciar sobre te­mas de constitucionalldad, porque ello importaria "una interprets­ci6n general obligatoria de orden constitucional'' ("G6mez", Fa­lios, 302:980).

c) Una tercera variante emerge cuando una ley (no /a Consti­luci6n) impone que la jurisprudencia de un detenninado tribunal (genera/mente, la Cone Suprema. 0 una sala de ella) es -apalte del caso decidido- vinculante erga omnes, de tal maners. que cuando aquel repule constilucional 0 inconstitucional una norma. tal crile­rio es obligalorio para el reslO de los 6rganos judiciarios. Ad ocurre, por ejemplo, en Costa Rica. con relaci6n a los fallos de S\l

Corte Suprema (art. 13. ley 7l35).

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·",,,,;;;/,, ,------- -_ ..) or,", (I 426 ESTATUlO DEL POOER EN EL OERECHO OONSTITuaONAl. ARGENTINO

C Esta operon importa delegar en el organo del caso funciones legislativas. En principio. esc parece chocar conla Consutucion(' formal y el prineipio de correccion jwncwnal (ver § 17). aunque

C rezones de seguridad y de igualded bregan en su favor.

c d) Por ultimo. es posible que una corte suprema se arrogue le atribueion de dicrar sentencias con efectos vlnculames genera­E les para los tribunales inferiores. Es 10 que ha ocurrido en Ill.

( Argentina, donee Ill. Cone ha dicbc que sus pronueciamiemos lie­nen el deber moral de ser seguidos por los demas jueces C'Pasto­(: rlno", Fatlos. 25:368). y, mas aun. que sus sentencias cue man

C con aiaaridad institucional C'Municipalidad de Ill. Ciudad de Bue­nos Aires", Fattos, 219:59. y "Cia. Swift". Fa/los. 212:60; verC § 300, h).

c (

§ 61 L C05A. JUZGADA.. - EI vigor de las scnrencias sc refuer­za, en ciertos casos, con el principio de coso juzgada (material).

( en cuya virtud 10 decidido results irrevocable. posee elecutoriedad y no puede modificarse por otrc organo judiciaric ni de crro pcderC

c del Estado. La Corte Suprema ha -puntualizado que el respeto a c la con juzgada es uno de los pilares fundamentales sobre los que se asienta el regimen consthucional: que tiene jerarqufa consutu­cional y no se 10 puede alrerar ni slquiere per normas de orden pu­

C blico, y que todo ello se relaciona de modo inmediaro con el pnn­cipio de division de los poderes, "pues se afectarta tal principio si C el poder encargado de dicrar Ill. ley apareciese, median Ie una inter­

C vendon posterior, alterando las decisiones del poder que Ill. aplica" ("Ferrari Hardoy". Fallos, 307:1289, y "Pasquini". Fallos, 321:172). C Por 10 deml1s. es un presupues((l ineludible para la seguridad juri­

C diea ("Sonnenberg". FaCios, 235;5L2).

C No obstante 10 expuesto. la Corte Suprema ha indicado que no hay cosa juzgada si ha mediado estata procesal ("Kasswalder". C Fallos, 278:85, y "SRL Atlantida", Fallos. 283:66), 0 ante \a au­

C sencia de un real proceso conlradictorio. donde el vencido haya Le· nido adecuada y sustancial opol'tunidad de audiencia 'j pruebaC ("Villarreal de Rodriguez", Fallos. 238:18. y "Schmerkin", Fallos.

C 258:220). De no haber esta, puede exiSlir cosa juzgada {nita. impugnable mediante accion declarativa aUlonoma de invalidezC ("Prov. de San Luis", FolIos. 323:1222). Tambien ha seiialado el

( tribunal. mediando, por cjemplo. estafa procesal. que las resolucio-

C •C (

C

PODER JUDICIAl. Y MINISTERIO PUBLICO

nes que formatmeme se apartan de 10 dispuesto en una semencia firme "lejos de menoscabar Ill. euroridad de Ill. cosa juzgada la sal­vaguardan. porque salvaguardan su jusucia. sin la cual e) mas imi· mo sentido de dicha auroridad. que es su sentido moral. no es con­ccbiblc'' ("CBmusso vda. de Marino". Pattos, 294:434. y "Lopez". Failos, 310: 1817). Asimismo. ha puntuatizado que el principio de cosa juzgada 5610 cubre "verdaderas decisiones jurisdicciona­Jes'', y si un juez. al pronunciar un falJo, actuc sin jwisdiccion (p.ej .• porque la procesada poseia fueros que impedran juzgarla), tal pronunciamiento no constituye una sentencla ("Manfnez de Pe­ron", Faitos. 298:736). En resumen. Ill. COSa juzgada supone un autendcc y verdadero proceso judicial. un juicio regular donde se haya garamizado e1 contradictorio y falJado Iibremente por los juc­ces ("Borda", Fallos. 327:49L6).

La revision judicial de Ill. cosa juzgeda, en tales hiporesis. re­quiere un proceso judicial regular. con pulcra sarisfaccion de Los principles de defense en juicio (Hitters).

§ 612. R£l'ISlON 0 SUSPENSION EJECUTWA. 0 LECtSLtTll'A DF. LA.

COM JVV;A.EM.. - Algunas veces. por ley, se ha quitado el caracter de cosa juzgada a pronunciamiemos juciciales firmes. Asi, Ill. ley 23.062 (denominada de reporacton hislorica). que declare careme de validez juridica a las normas y actos admtmstranvos emana­dos de las auroridades de faCIO surgidas de un acto de rebelion. asf como a los procesos judiciales y sus sentencias. que luvieron por objeto el juzgamienlo 0 Sanciones a [os inregrantes de poderes constitucionales de iure, depuestos revolucionariamenle. A su lurno, la ley 23.040 rest6 igualmeme valor de cosa juzgada a. las senlencias fumes que efectivizilfon Ill. ley 22.924. Hamada de paci­ficadon y,tambien de auJoamnist(a. sancionada por un regimen de fac!(l.

ESle control legislativo de actos jurisdiccionales es inconslitu· donal, por alentar contra. el principia de divisi6n de 105 poderes. fnsilo al esquema republicano de gobiemo (an. 1°, Const. nacio­nal). La revision de una situaci6n de cosa jUlgada fraudulema 0 la calificaci6n de inexislencia de una senlencia compele al propio Poder JUdicial.

Qua l'fa de interferencia legislativa en ef principio judicial de la cosa juzgada son las leyes que suspenden Ill. efectivizaci6n de

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428 ESTATUTO DEl. PODER EN EL DERECHO CONSTITUCIDNAL ARGENTlr-;O

las senrencias (p.ej.. an. 50. ley 23.696. de reforma del Bstado). Tambten estas normas son inconstitucionales. aunque la Corte Su­prema las ha admitido en casas de necesidad y urgencia, y siempre que esa suspension resulte transiroria y razonable ("'Russo", Fa­tlos, 243:467).

§ 613. ACORDALMS. - Tambien son producto del sistema judi­ciario. expedidas par tribunates coJegiados de grado (camaras, Cone Suprema de Jusricia). general mente en materias de Indole admlnistrativa. es decir, en actuaciones admlnistrativas de superin­tendencia.

Sin embargo. han existido acordadas importantisimas, en asun­lOS nnidamente polfticos. como 1a del 10 de sepriembre de 1930 ("Acord. s/reconocimlento del Gobierno provincial/provisional de la Nacion", Fallos, 158:290). que acus6 recibo de la comunicacion por Ia cuaJ el Poder Ejecurivo provisional emergente del golpe de Estedo de ese mes y ano Ie infonnaba haber asumido el gobiemo nacional (la Cone. en esa acordada. ccacluyo per reconocerlo en tal caracter). En otras, la Cone se opuso a la remoci6n de jueces per un gobiemo de facto ("Acord. slremoci6n de jueces federalex", Fallas, 203:5), 0 a su traslado ("Acord. s/traslado de jueces federa­les". Faltos, 201:245).

Las declsiones de la Cone Suprema emitidas por acordadas de superintendencia Importan pronunciamienLos que se pueden equiparar a sus sentencias. Ella ha dicho que no son revisables por jueces inferiores, aunque 1a acordada nate sobre materia adrni­nistrativa ("Guardia", Pallas, 307:1601). Buena pane de la doc­rrina. sin embargo, entiende que en este ultimo ambito son Lan jus­ticiables como cualquier norma (Loiacono. Bianchi), e impugnables por inconstitucionales. si padeciesen de este vicio. Como regia, entendemos que al ser decisiones del mas alto tribunal del pars. no deberian ser cuestionables ante jueces inferiores. No obstante. la Cone ha admitido, en deflnitiva, tales impugnaciones ("Rodriguez Varda", FallO.f, 315:2990).

§ 614. REGUMENTO. - Es otm producto normativo emanado del Poder Judicial. EI art. 1 t 3 de la Const. nacional prev~: "La Cone Suprema dictara su reglamento interior y nombrara a sus

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empleados".

PODfJI. JUDICIAL Y MIMSTERIO PUBLICO 429

Los primeros reglamentos fueron dispuestos por la Corte Su­prema en 1863. El actual data del 17 de diciembre de 1952, aun­que esta modificado por numerosas acordadas posteriores.

EI art. 114, inc. 6. de Ia Const. nacional atribuye al Consejo de la Magistrature. segun se apunt6 (ver ~ 598). la potested de die­tar reglamentos relacionados con la organizacion judicial y los ne­cesarios para afianzar la independencia del Poder Judicial y la prestacion de los servicios de [ustlcia.

E) MINISTERIO PUBLICO

§ 615. 1",,:rROOllCCI6N.-Previamenle consignemos que el Mi­nisterio Publico comprendc al fiscal y al tutelar. Las tereas habi­males del Ministerio Publico Fiscal consisten en la defensa del or­den publico (en particular, del orden publico constirucional), velar par una recta admini.straci6n de [ustlcia y ser ponador de la acci6n penal, cuando correspondiere ejerccrla. En otros parses, los fisca­les cumplen tambien el papel de ombudsman. 0 ccntroledor de la actlvidad administrative del Poder Ejecurivo, asumen la defense de los derechos consutucionales y custodian los intereses difusos.

Su misi6n, por tanto, no es siempre acusar ni Jograr el maxi­mo posib1e de condenas. sino obtener sentencias jusras. defender la legalidad constirucional y corregir los vicios en ei servicio de justi­cia. Sustancialmenre, son representantes de 1a sociedad 0 del pueblo. En algunos palses representan tambien al Poder Ejecutivo.

El Ministerio Publico Tutelar (personificado por defensores. algunas veces estructurado fuera del Ministerio Publico) tiene par objeto la arencion judicial de menores, pobres, ausentes e incapa­ces en general.

§ 616. DUENO COIYSTITUCIO!~AL EN U ARGENTIIYA. REf'ORMA

OE 1994. -La ley 24.309, de convocatoria a Ia reforma constltucio­nal, puso en manos de la Convenci6n Constituyente la posibilidad de erigir al Minislerio Publico como 6rgano exlra poder (art. 3").

A su turno, la Convenci6n sancion6 el scluaJ an. 120, con eJ r61ulo de "MinisLerio Publico", Secci6n Cuana del titulo constiru­donal relativo al "Gobierno federal". Vale decir que, desde el pun­

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431

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·>C' 430 ESTAnrT'O DEL PODER EN EL OERECHO CONSnnJCIONAL ARGENTINOc

(' to de vista exterior, cl Ministeric Publico aparece como una suerte de cuarto poder, despues del Legislative, el Bjecutivo y el Judi­€

c c cial, y asf 10 juzga parte de 13 doctrine (Obarrio. Bianchi).

Sin embargo, el miembro informanre del despacho mayorita­rio. Masnarta, Iue claro al presenter en la Convencion al Ministerio PUblico como drgano exfrn poder, "desvinculado de los pooeres

( Ejecutivo y Judicial". a fin de terminer con su "servidumbre de ( dos mundos". Concluy6 que el Minjsterio Publico srrve mejor a

la administracicn de justicia fuera, que dentro de ella ("Diario de e Sesiones", p. 4672 Y 4673. Obra de la Convencion Nacionat Cons­c tiruyente 1994. t. Vl, p. 6200 Y 6201), y que debfa ser indepen­

diente del Poder Bjecutivo.c En concreto, el art. 120 de la Const. argentina define at Mi­r nisterio Publico como "un 6rgano independicnte con autonomfa

( funcional y autarqula flnanciera". y rue su tndependencta "el primero de 105 doles que se ha querido asignar a este institute"

( (t'Diaric de Sesiones", p. 4672. Obra de la Convencion Nactonat Canstituyente 1994, LVI, p. 620 I).c

c Par su indepenencia. el Minisi;rio Publico no debe obedecer c Insrrucciones de una camara de apeleclones para ecusar 0 eJevar a

juicio penal ("Quiroga", Fallos, 321:5863).

c § 6 t7. .G....RANT/AS DE su INDEPE!iDE,..Cl ..... - EI art. 120 de la Const. nacional, si bien breve, previ6 algunos mecanismos especf­c flees prorecrores de 1a condicicn del MiniSlerio Publico como or­c gano extra poder; y que apunLan a lograr la imparcialidad de sus

c cuadros.

c a) INMUN/DAD FUNC/ON....L, Determina esa norma que los inLe­grantes del Ministerio Publico "go1;3n de inmunidades funciona­c les". EI miembro informanle por el despacho mayorltario. Mas­

(, nath" indic6 que elias debian ser semejanLes a las conferidas al defensor del pueblo ("Diario de Sesiones", p. 4613, Obra de la c C071vencion Nacional Constituyente 1994, t. VI, p, 6201). Yeste c tiene las inmunidades y privilegios de los legisladores (art. 86).

c b) lNTANGIBIUDAD DE u.s RE:IlfUNERAC/ONE:S. Ello esU expHcita­mente senalado pDr la parte final del art. 120, y retiere sin duda" ( al principio sentado para los magistrados judiciales por el an. 110

( de la ConsL nacional.

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?CDER JUDICI ..... L Y Mlr<ISTERIO PUBLICO

cr AUTARQUfA FfNANCJ£1U. Tambiea se menciona este disposin­vo en el an. 120. Involucra, par 10 menos. autoadmtmstraclon economica del Ministerio Publico (ver § 603), Es sugesuvo que la Constitucion haya establecido este mecanisme para el Ministe­rio Publico y no, en su texto, para el Poder judicial: aunQue deja ta administracion de cste en el Consejo de la Magistrature (art. 114, inc. 3).

§ 618. FUNCfONES. - EI texto del art. 120 de la Const. nacio­nal es aquf poco feliz, ya Que enuncia solamente algunos de los roles habituales del Mlnisterio Publico Fiscal, pero no todos 105 principalcs; y es muy poco explrcito con relaci6n a los del Mi. rusrerio PUblico Tutelar.

En concreto, dispone que el Ministerlo Publico tiene par fun­cion promover la actuacion de 10 jus/idu Iexpresion Que 10 perfila como magistrature requirouei, con estes objetivos: defensa de la legalidad y defensa de los inteteses generales de la sociedad.

EI tcxto omire mencicnar expllciramente la prcmocion y sus­rente de la acclcn penal. velar par una recta administracion de jus­ticla y custodier el orden publico, papeles cornenzes del Mmisterto PUblico Fiscal y la tutela de los menores, ausentes. pobres e inca­paces, tareas rradicionales del Ministerin PUblico Tutelar. En sen­Lido amp rio. no obstante. todos estes ccmeudos pueden englobarse oentrc de la miston de defender la lcgalidad y los intereses genera­les de la comunidad. en cuanto la ley regtamentaria asf 10 dispon­gao EI miembru inrormame del despachc mayoritario. Mesnane, indico de todos modos que el ataque a las manifestaciones delicli­vas era un lrabajo comprendido en la custodia de la legalidad y el intcrts general ("Diario de Sesiones". p, 4613, Obra de la COnVf71­

cion Nal:ionai Consrilllyente 1994, t Vl, p. 6201). La expresi6n del art. 120. en el sentido de que la defensa dc

los inLereses generales de la 50ciedad es misi6n del Minislerio Pu­blico, puede superponerse a papeles parecidos del defensor del pueblO.

Segun la ley regJamemaria 24,946, al Ministerio Publico Ie toea promover la acLuaci6n de 1a justicia en defensa de la legaIi. dad y los intereses generales de la sociedad. representar el inreres publico, promover y ejercer la acci6n penal. y la civil en los casas que la Icy 10 exija; intervenir en los procesos de nulidad de malri.

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432 ESTATUTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTITUCIOlliAL ARGENTINO

monic, divorcio. filiaci6n. estado civil y nombre de las personas. venias supletorias y decleratorias de pobreza. casas de privaci6n de justicia. Le compete velar por el cumplimiento de la Consutu­ci6n y las leyes, y del debido proceso legal, actuar en tutela de la persona y bienes de los menores, incapaces e inhabilitados: defen­der la jurisdicci6n y competencia de los rribunales. ejercer la de­Iensa de la persona en las causas penales y en crros fueros para los ausenres y pobres, velar por la defense de los derechos huma­nos en los esrablecimlentos de detenci6n 0 imemacion, intervenir en las causas de ciudadanfa, entre otras (art. 25). Pero no asurni­d. la representaci6n del Estado 0 del fisco (art. 27). que corre a cargo del Cuerpo de Abogados del Estado (art. 66).

§ 619. ESTRUCTURA. S'TUACfdN J.vSTlTVC10NAL. - EI art. 120 indica que eJ Ministerio Publico "esta lntegrado por un procurador general de la Naci6n y un defensor general de la Naci6n y los de­mas miembros que la ley establezca".

Tradicionalmente la maxima euteridad del Mlnisterio Publico era el procurador general de la Naci6n. Segun Bidart Campos, incluso despues de la reforma consutucional. debe conunuar slen­dolo, dependiendo de el el defensor general de la Naci6n.

Sin embargo, el constiruyente de 1994 ha indicado des autori­dades maxtmas, en pie de igualdad (ver informe del convencional Masnana, por la rnayorfa, en "Diario de Sesiones", p. 4673. Obra de la Convencion Nacional Constuuyenie 1994, t. Yl, p. 6201).

Frutc de una larga concertacldn polftica, la ley 24.946 disena en principio aceprablemente al Ministerio Publico nacional, aun­que sera la realidad quien dira 1a ultima palabra sobre su acierto. En cuanto a la autonomia de sus magistrados maximos (el procura­dor general y el defensor general), ejes cemrales del cuerpo ex­trapoder, opta por un esquema parecido al de ncmbramiento y contralor politico instrumemados por la Constitucion para la Corre Suprema. La experiencia ha demostrado en la Argentina. respec­to de tal mecanisme. que si un mismo partido prevalece en la Pre­sidencia de la Naci6n y en el Senado, eso no es promisorio para la gesuon independiente del 6rgano nombrado por elIos.

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CAP(ruw XV

RELACIONES Y CONTROLES ENTRE LOS PODERES DEL GOBIERNO FEDERAL

§ 620. FACULTADES EX/,UCITAS ~ IMPUCITAS DE CADA. PODER.­

La Constitucicn nacional enuncia una serie de atribuciones para cada poder que ella estructura. Tales competencies son las exptt­citas 0 expresas. En tal semido, se pueden consulrar, por ejem­plo, los arts. 75 y 99. referidos a los poderes Legislative y Ejecuti­'1'0., respectivamenre, y el art. 116. concemlente al Poder Judicial.

El ejercicio de esas competencias se analizara en oportunldad de estudlarse cada una de las areas asignadas al Gobiemo federal (ver § 688 y slguienres).

Pero los podercs del Estado tienen rambien Iacultades impttci­tOJ (tambien Jtamadas "incidentales" 0 "insrrumentales gcnericas"). tal como 10 veremos seguidamente.

Como pautas generales de la doctrina de los poderes "implfcl­lOS" e "lnherentes" 0 "esenciales" a los 6rganos del Estado. nues­tra Corte Suprema ha dicho que son los necesarios para el ejerci­cio de los expresamente conferidos por la Constirucion ("Lino de la Torre". Fallos. 19:231); que varian con el tlempo, en funci6n del contexte de vida; que mediante ellos, un poder no puede vali­damenre arrogarse competencias de otro 0 lesionar derechos de los particulates: que los poderes implfcitos son auxillares y subordi­nados a los expresos: y que deben comparibillzarse con el disefio dogmatico y organico de la Constirucicn ("Pelaez". ED, 166-91). Tambien puede reputerse poder implfcito de un 6rgano del Gcbier­

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4J4 ESTAnJro DEL PaDER EN EL DERECHO CONSmUCIONAL ARGENTINO('I (::\ no nacional. admiLir que se encuemra autorizado a elegir los me­

dios que a su juicio fuesen los mas conducentes para el mejor de­c­ sempenc de los poderes expresos, siemprc que esos medias no o fuesen incompatibles con aIguna dc las limitaciones impuesras por

la misma Constituci6n ("Molinas", Fallos, 314:1091). C' ('" a) PaDER Lectsisnvo. EI art. 75, inc. 32, de la Const. nacio­

nal establece (despues de enumerar las ccmpetcncias del Congre­C' so) que le corresponde: "Hacer todas las leyes y reglamentos que c: sean conveniemes para poner en ejercicio los poderes anteceden­

tes, y todos los orros concedidos por la prescnte Constitucion aJ (

c Gobiemo de la Naci6n Argentina".

r En concreto, este incise hablllta al Congreso para programar los medics e instrumentos convenieutes (no solo los Indispensa­bles) PiU"3 efectivizar las atribuciones enumeradas en los treima y c un incises anreriores del art. 75. La Corte Suprema ha advertido

( que esa actlvktad debe ejercerse resperandc las demas ctdusulas de la Consritucion C'Jefarura de Policfa de Concordia". Folios, 139:259,

C y "P. C. del Sud'·, Fallas. 183:190). y que. en deflntuva. no "crea" atribuciones de fondo, sino operatives: la de elegir las vias y me­C dies para cumptir con aquellas rsuarez''. Fallos, 121:205).

( b) PaDER EJECUTIVO. Tambien se entiende que el presideme C cuenta con los rnedios e insrrumentos para ejercer sus competen­

C. eras consntucionales, y las emergemes de la Icy. La Corte Supre­rna ha dichc que en la pracrica de esos poderes, necesarlos para C que el Poder Ejecurivo cumpla con Sus cometidos, no hay usurpa­

C cion de autoridad ("Roca", Fallas, 277;380, y "Samoro", Falfos, 272:231). En "Bianchi" (Fallos, 248:398), habl6 de "facullades ( implicitas que son inherentes a rodo poder estalal"; y en "Orfila",

C que "para poner en ejercicio un poder conferido par la COnstitu4 ( ci6n a cualquiera de los 6rganos de Gobierno nacional, es indis­

pensable admitir que ~ste se encuentra autorizado a elegir los me· C dios que, a su juicio, fuesen los mas conducentes para el mejor

desempeno de aquellos. siempre que no fuesen incompatibles con C alguna de las Iimitaciones impueslas por la misma Constituci6n" c (Fallos. 154:200).

C c) PODI:."/l JUDICIAL. La Corte Suprema ha manifestado que ( como 6rgano superior y cabeza de uno de los poderes del Estado,

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RELACIONES Y CONTROLES ENTRE lOS PaDERES DEL GOIHEiU'lO FEDERAL 435

tiene facuhades implfclras, connarerales e irrenunciables para sal­vaguardar el Iibre ejcrcicio y la eflciencia de la functcn especfflca que deben desempefiar los jueces: por ejemplo. para obligar al Po­der Bjecurivo a respetar 10 indicado por un magistrado sobre el luger de dcrencion de un preso (t'Berrueta", Fatios. 301:205), 0

conferir operatividad a la garanua de la lntangibilidad de las remu­neraciones judiciales ("Bonorino Perc". Fattos. 307:2174).0 para haccr ejecutar sus decisiones r-Sosa". Fatlos, 325:2723).

d) PODER CONSTIWYENTE. Hemos visto lambien que la asam­blea 0 Convencion Constituyente uene poderes inheremes a su eon­dici6n de cuerpo del Estado, bien que ellos estan recortados por las preseripciones de la ley de convocarorta (§ 406 Y slguientes).

§ 621. bU'ORTANClA Y StJBFUNClONE;S I>EL SHTEMA. I>E /tElACla­

NE'S r CONTROUS. POUTICA DE EQUIUBRIO. - Como direetriz gene­ral puede puntualizarse. at decir de la Corte Suprema. que dentro del sistema republicano patrocinado per la Consntucion. el accio­nar de los poceres del Estadc debe ser arm6nico y coordinado. y que, aun cuandc ellos tengan atribuciones exetusivas. deben asis­tirse. complememarse y conrrolarse entre sf. Case eomrano. se descompensarra el sistema constuucional ("Lona", Fattos, 327:46).

EI sistema de relaciones y controles puede ser intraorgano. cuando se plantea en el interior de un 6rgano del Estado. 0 ex­lraorgano (Loewenstein), cuando un crgano vigila a otro.

Asimismo, dicbo sistema cngina subfuncianes que se presen­tan deruro de un regimen de control extraorgano. tales como las si­guientes:

a) SUBFl.iNC/6N ELECT/VA. Cuando un 6rgano inlerviene en 1a inLegraci6n de otro.

b) SUBFUNc/(n. COGNOSC/TlVA E INSI'Ecr/VA. Tiene lugar si un or­gano averigua y fiscaliza la gesti6n de otro.

c) SUBFUNCI6N IN'TEGRATIVA. Cuando 1<.1 voluntad de un 6rgano es necesaria, junto con Ja de olro, para adoplar una decision (aeto complejo).

d) SUBFUNC16N REGUUDORA. Se lIeva a cabo si un 6rgano in­fluye en las resoluciones que olro debe IOmar.

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I 436 ESTATlrTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTlTCCIONAL ARGENTINO

e) SUBFUNCION SANC/ONADORA. Prevista para el caso de que un 6rgano pueda casugar a otro. ante la comisi6n de cjertas infrac­crones.

En definiuva. la Constitucicn nacional programa una politica de "equilibrio de poderes" r-perez'', Fatlos. 310:1090. y "Peynl". Fal1os, 310:1402. y sus citas).

§ 622. REUCIONES Y CONTROLES DEL PODER CON5TITUYENTE.­

Este poder esui. autocomrolado por el reglamenro que el mismo se dicte, miemras que el control extraorganico estri principalmente a cargo del Congreso. cuando ejereita el poder prcconsthuyente me­diarue la ley de convocatoria (ver § 413). El Poder Judicial puede igualmente conrrolarlo cuando declara la mconstitucionalidad de una reforma constitucional (CSJN, "FayI"'. Fallos, 322:1616).

A su turno, el poder constuuyente puede controlar a los oUOS poderes del Estado. verbigracia, reduciendo el mandate del presi­deme 0 el de los legisladores. en __tanto Ia ley de convocatoria 10 hay a habiJitado.

§ 623. REUCIO",'E5 r CONTROLES DEL PODER ELECTORAL• . Se encuemra controlado por el Congreso, por ejemplo. cuando dicta el Codigo -Nacional Electoral y establece los regfmenes de repre­sentacion: por el presidenre, mediante los decretos de convocatoria a eleciones. y por el Poder Judicial. mediante la apeobaci6n de bo­teras y candidatures.

Par su parte, el poder electoral influye en el Congreso y en el prestdente con papeles mtegratlvos. a] cubrir en los comicjos las vacames respectivas.

§ 624. REUCIONES Y CONTROLES DEL COf'IGRESO. - Se prescn­Ian estes shuaciones.

a) Cm.w su/f.To CON7ll0LADO. EI control inlraorgdnico verbi· gracia. cuando una salOl del Congreso revisa los proyectos aproba­dos por la otra. 0 cuando una camara casliga a uno de sus miem­bros (ans. 66 y 70, Consl. nacional). El eXfraorgdnico se presenta. por ejemplo. si el presidente convoca al Congreso a sesiones ex­lraordinarias 0 de pr6rroga. 0 si el Poder Judicial declara inconsti­

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tucional a una fey. •

._.1 1---RElAOONES Y CONTROLES ENill.E LOS PODERES DEL G081ERNO FEDERAL 437

b) COMO SUJETO CONTROUlXJR. Teoricamente el Poder Legisla­tivo deberfa ser el "gran controlador". Asf. discipline aJ poder constituyenre mediante su poder de convocaroria (ver § 422 Y 46S), Y al poder electoral, segun apuntamos ya, mediante la san­ci6n del codigc respective y la legislacion reguladora de la repre­sentacion polltica. edemas de ser juez de las elecciones. derecbos y titulos de los legtsladores (art. 64, Const. nacional).

S610 el Poder Ejecutivo esta babilitado para ejercer subfuncio­nes etectivas. por ejemplo, cuando proclama a los candidates elec­ros (ver § 533 y ss.), 0 determina quien se hace cargo de la Prest­dencia cuando hay doble acefalia (art. 88). Tambien asume las subfunciones cognoscitivos y de inspeccidn a] fonnular, verbigra­cia, interpelaciones a los ministros (art. 101),0 nombrar comislo­nes investigadoras Iver § 494). Vigila igualmente a la administra­cion a cargo del presidenre mediante la Auditorfa General de Ia Nacion (art. 85), 0 el defensor del pueblo (art. 86). La subfun­cion integrativa del Congreso aparece -emre otros casos-. al dar "autorizaciones" OIl Poder Ejecutivo para declarar Ja guerra (art. 75, inc. 25), 0 aprobar tratados intemacionales (art. 75. inc. 22). La subfunci6n reguladara, tambien a titulo de muestra, al determl­nar por ley el numero de mlnlsterios (art. 100) 0 fijar el sueldo del presidente (art. 92).

En cuanto el Poder Judicial, el Congreso influye en el, verbi­gracia, al prestar e1 Senado acuerdo para la designacion de rodos los jueces federales (art. 99, inc. 4) (subfunci6n electives, y deter­mlnar el numero de jueces de la Corte Suprema y de los tribunales inferiores, y su presupuesto (subfunci6n reguladora).

En las acruaciones "Soria" (U. ]997~D-264), la Corte Supre­ma recibi6 una nota de la Comisi6n Bicameral especial de segui­mienro de los atcntados a la Embajada de Israel y al edlflcio de Ia AMIA, conociendo en Ia primera de esas causas la Corte en virtud de su compctencia onginaria y exelusiva (art. 117. Const, nadonaI). EI alto tribunal emendi6 que la Comisi6n Bicameral solamente po­dia aCluar en el expediente judicial a titulo de aportadora de prue· bas. tesis que proyeclada a otras causas tribunalicias impide a los cuerpos legislativos intervenir en los procesos judiciales penales, salvo para el referido aporte de pruebas. pues de 10 contrario inter­(eriria en el ambilo del Poder Judicial.

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438 esrevro DEL roDER EN EL DERECHO CONSllnJCIONAL ARGENTINO(

En cuanto la actuaci6n del Congreso sabre el Ministeno PU­C blico, nos remltimos al § 637.c:

C § 625. CRISIS DEL CONTROl. PARUMl1NTARfO. - Con particular referenda al Poder Ejecunvo, la Argentina -como orros pafses-. re­C gisrra una grave crisis de control legtslativo.

(; i,Cuales SOn sus razones? Por un lade. hay materias (v.gr., (l) fondos reservados. seguridad, planes de alia complejidad) en las

cuales ese control es casi imposible, desde el momento en que el c Congreso no dispone del personal ni de los medias tecnicos con C que cuenta el POOee Ejecutivo para operar. Ciertas areas son,

pues. de hecho impenetrobtes. Pero tambien el Congreso ha abdi­C cado de sus competencias Iiscalizadoras: en parte por facilismo (es ( mas c6modo no conrrolar que hacerlo), en parte por la fuerte dosis

de Iiderazgo presidencial. que amedrema a no pocos legtsladores; C en pane tambien por las costumbres y estilos politicos. ya que los

C partidos son a menudo renuenres a investigar el comportamieruo de sus hombres en el desempeiio de las funciones priblicas. Loe­C wenstein desraca ademas que machas veces el jefe de Bstado

C maneja las precandidaturas de legisladores de su partido y eso pro­voca que ciertos congresales, para ser reelectos. prefieran no in­C vestigar demasiado a aquel.C

( § 626'- ]urCIO POl1TICO. - EI instrumento mas significauvo de control del Congreso sobre los podercs Ejecutivo y Judicial es el C [uicia publico. vulgarmente llamado juicio politico. instrumentado

C por los arts. 53, 59 Y 60 de la Ccnst. nacional.

C Las reglas constltucionales disponen al respecto: "5610 ella (Ia Camara de Diputadcsl ejerce el derecho de acusar ante el Sc­( nado at presidente, vicepresidente, a1 jefe de Gabinere de Minis­

C tros, a los minlstros y a los miembros de la Cone Suprema. en las causas de responsebilidad que se intenten contra ellos, por mal de­C sempeiio 0 por delito en el ejercicio de sus funciones; 0 por cnme­

C nes comunes. despues de haber conocido de ellos y declarado ha· ( ber Iugar a la fonnaci6n de causa por Ia mayoda de dos lerceras

partes de sus miembros presemes" (art. 53). C "AI Sen ado corresponde juzgar en juicio publico a los acusa­( dos por 1a Camara de Dipulados. dcbiendo sus miembros prestar

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RELACIONES '{ CONlll.OLE.S ENlll.E LOS PODERES DEL GOBIER:-lO FEDERAL 439

juramento para este aCIO. Cuando et acusado sea el presidente de la Nacicn. el Senado sera presidido per el presidente de la Curle Suprema. Ninguno sera declaradc culpable sino a mayorfa de los dos tercios de los miembros presentes" (art. 59).

"Su fallo no tendra mas efecto que dcstuuir al acusado. y aun declararle incapaz de ocupar ningun empleo de honor. de confian­za 0 a sueldo en la Naci6n. Pero la pane condenada quedara. no obstante, sujeta a acusacion. juicio y castigo conforme a las leyes ante los tribunales ordinaries" (art. 60).

Aparte de esras prescripciones. el juicio politico esta cornem­plado en los reglamentos de ambas camaras. Nada impediria. a tenor del art. 75. inc. 32. de la Canst. nacional, que se dicre una ley rcglamentaria sobre el particular,

§ 627. NATUVoLEZA. - Se discute si el [uicio politico tiene ca­racter de proceso jurisdiccianat 0 excluslvameme politico. En principio. es un mecanisme de saneamieruo institucional. desrina­do a desplazar a magistrados y funcionarios no id6neos para de­sempenar un cargo, de ahf su matiz politico (Tocqueville. Brossard y Tucker). Perc rambien puede conllevar sanciones de caracter pe­nal, como la inhabilitacion para ocupar aquel cargo en el futuro. Par eso. su naturalcza es mixta: patttico-judictat (Lessa. Gulma­raes y Natal. citado por Brossard).

Prueba de esa doble condici6n es que los miembros del Se­nado, cuando actuan en el juicio politico, deben prestar juramen­ta de "administrar jusucia can imparcialidad y rectitud. con forme a la Constitucion y leyes de la Naclon". y dicrart fallo "ccnstuuido en tribunal", segun el reglamento respective (arts, ID

• 2D Y l~).

§ 628. SVJ£TOS COMPR£!'o'DIDOS. - Segun el texto constitucio­nal, los sujetos afectados por el juicio politico son el presidente de la Republica, el vice preside me. el jefe de Gabinete de Ministros. y 105 ministros y los magistrados de la Cone Suprema.

La redacci6n original de la Consliluci6n de 1853 comprendill. tambitn a los gobernadores de provincia y a los senadores y dipu­tados nacionales.

La refonna constilUcional de 1994 incluy6 eOlre los sujetos enjuiciables al jefe de Gabinete de Ministros. pero .excluy6 a los

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440 E.'iTATlJTQDEl f'ODER Eo"l EL DERECHO coxsrrruciorcc, ARGE:ITINO

jueccs inferiores a la Cone Suprema. para los cuales creo un Jura­do de Enjuiciamienro (art. 115; 'o'er § 600). medida reccmendable. ya que procura erigir un organismo m:1s operanvo e imparcial para tales magistrados.

Se discute si por (eyes posible incorporar a1 numero de suje­tos comprendidos por el juicio politico. 3. otros no mencionados en la Constitucicn. Esto ha ocurrido en vinud de cienas Ieyes, y de heche importa para tales suietos una prerrogativa especial: Ja de no poder ser enjuiciados penal mente haste tanto sean removidos tver § 632; argo art. 60, Const. nacional). En "Molinas", la Corte Su­prema ha repuraoo inconsutucional la extension a que hacemos re­ferenda (LL, 1992-A-J37). posicion que compartimos con Bidart Campos. No obstante. la ley 24.946 declare comprendidos en el juicio politico aJ procerador general y ai defensor general de [a Nacicn (art 18).

Tambien es polemico dererminar si puede ser someridc al jui­cio politico quien ha cesado en sus junciones. Pueden presentar­se Ires anemarives al respecto: a) peficion de juicio politico a quien ya dej6 el cargo; b) contlnuacion del tramire del juicio po­litico a quien ceso en su puesto despues de 13 presentacion del peritorio. pero antes de Ia acusacion de la Camara de Diputados, y (:) prosecucidn del procedimiemo si el cese se opere despues de la acusacton de los dipurcdcs, pem antes de la senrenc!a del Senado.

La jurisprudencia partamentana estadounidense es contradic­toria (p.ej .• en los casos "Belknap" y "Nixon"). En la Argentina, los anfecedemes son (ambien contrapueslos. Actualmente, la Ci­mara de Diputados de la NadOn no acusa Sl cl denunciado ha Cf­sado en su cargo (como en los casos "Zito Soria" y "Gonzalez Moreno").

Aunque eI punto es harto discutible, cabe conduir que si el prop6silO primario del juicio politico es la remoci6n del i1cusa­do. habiendo cesado ~sle en sus funciones, queda salisfecho tal objetivo.

§ 629. CA.L'S.4.US. - La Constitucion enuncia en su an. 45 !reJ motivos de remoci6n. Por via de ley 0 de jurisprudencia no seria v;1lido aiiadir olms (Tribunal de EnJuiciamienlo de Milgistrnd6s, na 8, "Favier", LL. 133-938). ,.

R.ELACIONES y CO"fTR.OLE-~ F.:-mLE LOS POOERES DEL G01!IEkNO FF.DEkAL 441

a) MAL DESE,lAPEHO. Es un concepto elastico, eqcivalente a un tipo penal atneno. Comprende actos dolosos 0 cujpcsos, e inclu­so hechos no imputables al enjuiciamiento (como su mala salad), que evidencien incapacidad para ejercer el cargo. £1 mal desem­peiio puede aludir a impericia tecnica 0 a faha de cualidades etlcas para ocopar Ia magtsrretura en ceesuen.

EI art. 110 de la Const. nacional, con reterencta a los jueces, indica que "conservaran sus empleos mientras dure su buena con­ducta". La no buena conducta es un case de mal de.{empeno. a los fines del an. 53 de (a Const. nacionaL.

En "Nicosia" (ED. 158·237), la Corte Suprema, con tino, ob­servo que la figura del "mal desempefio" no requiere que los he­chcs del caso implicuen delito.

b) Dtcnos EN EL fJERCICIO DE sus FUNCIONES. Eo tal hiporesis. la Camara de Diputados acusa (y el Senado juzga) que el inculpa­do ha comerido un delito espectfico a raiz de su desempeno en el cargo (incumplimiento en los deberes de funcionario publico, pri­vaci6n ilegftima de la libcrtad, abuse de autoridad, etcetera). 5i con posterioridad a su destltucicn, mediante el juicio politico, el funcionario 0 magtstrado removldc es sobresefdo 0 absueko en sede penal. esa decision judicial no provoca su reasuncion .11 cargo (CFed BB);:mca, "C.~s(ilIo, R. C", u; 7-666).

c) CR/MEriES C(»fUNES. AI memento de dlctarse 1.1 Coastlru­cion, Ia doctrlna penal distinguia entre crimenes y aetuos, reputan­do a los primeros como una especie particular de Jos seglJRdos (es decir, los mas graves). Por tantD, basla haber comelido un deliro en cI ejercicio de la funci6n. para viabilizar el juicio policico; pera si se lrata de un ilfcito cornun, ajeno .11 cargo, deben1 lratarse de un crimen.

§ 630. TRAM/TE. - Comprende dos etapas. una en 18 C<'i.mara de DipULUdos. y otrn en el $enado.

a) DIPUTADOS. EI pedido de juicio pol(tico, segun la expe­riencia Ivcal. puedt: plantearlo cualquier dudadano.

La solicitud se gira a una comisi6n de juicio politico -segtin es(ablece eJ reglamenlo de Ia C<'i.mara-, la que habitualmente eSCQ­cha .11 denunciado. La decision de la sala de promover el juicio

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c 442 ESTArtTrO DfJ.. roGER EN EL DEJl.f..CHO CONSTITCCIONAL ARGE:-rrINO «

e polltico se adopta, cualquiera que sea el motive, por los dos ter­

c c cios de los miembros presentes en cl memento de 1a votacion.

De aprobarse as! la acusaci6n, se designa una comisi6n que la lle­vera al Senado. comportandose ante este como fiscal.

c b) SENIIDO. Segiin se apunto, la Constituci6n dispone que sea

c presidido por el presidente de la Corte Suprema, cuando el acusa­do es el presidente de la Naci6n (se obvia la abstencion del vice­

C presidenre de la Republica. al mismo tiempo presidente del Sena­do; porque serfa este quien sucederia a1 presidente en la primera It magistrature). En cualquier hiporesis, los senadores deben prestar

fl juramenta (que segun el art. 1') del reglamento especial de la sala, 10 es para "administrar justicia con imparclalidad y rectitud. con­<r forme a Ia Consutucicn y a las Ieyes de la Nacicn"). La declara­

e cion de culpabilidad demanda los des rercios dc los votos de los senadores presentes. c

EI reglamemo del Senado preve una comlsion de juicio pollri­( co que, entre otras tareas. debe dictaminar sobre las causas de res­

ponsabilldad de los acusados (art. 99). En "Nicosia" (ED, 158-237), laCorte Suprema explicit6 que c " el principio del debido procesc rige tambien en el juicio politico, e

c incluye el derecho, para el sujetc involucrado. de hacer valcr sus medics de defensa y producir prueba. Se trata de un proceso.C agrego. donde tambien hay acusacion. elegatos y esta orientedc a

C administrar justicia. EI reglamento senatorial especial para el juicio politico preve C

los siguientes pasos: I) acusacion. 2) defense. 3) prueba, y 4) sen·C tencia. ( En "Moline O'Connor" (y despues, en "Boggiano". scntencia

de 18/8/06), Ia Corte Suprema, integrada por conjueces. ratifico la C. judiciabilidad de la sentencla destitutoria del Scnado en orden al C respeto del derecho de defensa en juicio, argumentando, ade­

mas, que ello tenia fundamento en el Pacto de San Jose de Cosla C Rica (art. 25), cuando preve un recurso ante 6rganos judiciales { para tutelar los derechos enunciados en esa Convenci6n ("Moline

O'Connor", lA, 2004-111-499).C Sin embargo, el alto tribunal aclaT6 que, por no tratarse el jui­C cio politico de un proceso penal, el rigor de las formas procesales

C no puede exigirse eD el primero COn igual intensidad quc en el se-

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REUt.CIONES Y CO~~l.ES ENTRE LOS PODEJlES DEL G081ERNO FEOERAL 443

gundo. Aiiadi6 que la Comisi6n de Iuicio Politico de la Camara de Dlputadcs no este obligada a aceptar coda la prueba que ofrezca la defense, sino solamenre la que esrime adecuada. y que. si el removido sc queja per la no realizaci6n de alguna probanza, debe demostrar que incidencta esa prueba faltante rendrfa en la suerte de 10 decidido. Tambien entendi6 que las recusaciones contra los legisladores dcben ser restrictivas, ya que no hay mecanismos de subrogancia 0 reemplazo de los diputados y senadores recusados. y que las materias reservadas al parlamento en materia de juicio politico no son revisables par los jueces.

En el mismo orden de ideas, el veredicto advinio que un juez no podia ser desutuido por el contenido de sus sentencias. perc que la configuraci6n de la causal del mal desempeno detectada por el Senado en un fallo era irrevisible judicialmeme. Concluy6 que si la acusacion y la destituci6n se produjcron con las mayortas ca­liflcadas exigidas par /a Constitucicn, desconocer esa volumad im­plicaria ignorar la voluntad popular expresada por sus representan­tes, con menoscabo para las instituciones dernocrancas.

La sentencia, de singular imponancia, incurre en una aprecla­cion sociologica que no emana del texto constitucional (en el sen­tide de que 10 resuelto por el Congreso importa la expresion de la voluntad popular) y en una categorizacion conceptual: que la eva­Iuacion de las razones politicas asumidas par el Poder Legislative. para tipificar el "mal desempeno", importa entrar a un recintc no justiciable. Pensamos que este ultimo aspecto es justiciable, en terminos de meritaci6n de razcnabilidad, como tope de 10 consutu­donal, del mismo modo, por ejemplo, que los arrestos dispuestcs par el Poder Bjecutivc durante el Estado de sitio (§ 727) 0 la razo­nabilidad. en terminos generales, de las leyes (§ 1183). Por 10 demas. el presume date sociologico que idemiflca voluntad de las camaras Icgislativas con voluntad popular, no significa que esa misma volunlad este cxenla de control de conslitucionalidad, como la de cualquier 6rgano del Estado. Como bien dijo la Cone Supre­ma de Iowa, en "Hunter v. Colfax", la Conslituci6n prolege al pueblo de los eAcesos del gobierno. pero tambien de los excesos del pro­pia pueblo (cilado par Schwartzman. ws poderes del gobierno).

§ 631. SlJS/'EI',SI"tv DEL A-ClJS.4DO. - La Constituci6n no habla dc la evenlual suspensi6n del sujeto pasivo del juicio politico, du­

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444 ESTATtJTO DEL PaCER EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGE).,'TINO

rame el tramite de este. La practice es diversa: hay muchos ca­50S en que el Senado asi 10 ha heche, respecto de jueces. Enten­demos que la Constitucion no permite Ian importante decision. pero si se la emiende vigeme como regia de derecho consuetudi­nario eonsurucional, permitirfa tam bien suspender, por ejemplo. al presidente de la Nacion, si fuese involucrado en un proceso si­milar.

EI reglamento especial del Senado establece que finalizado el tramite del lraslado de la acusacion y de su contestaclon. la Cama­ra podra suspender preventlvameme al acusado. sin pago de sus tc­tribuciones (an. 4° in fine).

En "Moline O'Connor". la Corte Suprema convalid6 la arribu­ci6n senatorial de suspender a los acusados. de modo discrecional, fundandose en los antecedentes habldos en el tema, las facultades reglamemarias del cuerpo y en el desempefio por aquella Camara de poderes implicitos (ver § 620). habiendose adoptado la suspen­si6n por los des teretes de votos (J~!~004·1lI·548).

§ 632. EL £NIVlClIt.M/ENTO PENH DE WS SVIETOS AMPARADOS

roR EL IVICIf} rOUT/CO. - EI art. 60 in fine de la Const. nacional prescribe que la parte condenada. mediante el juicio polftico. "que­dara, no obstante, sujera a acusacion. juicio y castigo conforme a las leyes ante los rribunales ordinaries".

Actualmente. la ley 25.320 (an. 1°) adopt6 para los sujetos 50­

metidos al juicio politico un regimen de inmunidad en materia de sometimiento a proceso penal similar al establecido para los legis­ladores, en el sentido de que se pueden iniciar tales actuaciones y ser Ilamados a dec1araci6n indagaroria, pero que, si el convocado se niega a hacerlo, eJ juez en 10 criminal debera solicitar previa­mente su juicio polnlco. Tampcco puede arrestarlo sin que sea ameriormente separado de su cargo, por iguaI tramite. EI afecta­do esu autorizado a presemarse al tribunal a fin de aclarar los he­enos y ofrecer pruebas. Salvo aquellas restricclones. el proceso penal debe seguir en todo 10 posible (ver § 485).

§ 633. OrERATlvIDAD. - En la pracrica nacional, nunca un presidente. vicepresideme 0 ministro fue siquiera acusado por la Camara de Diputados mediante el jUfio polilico.

RFJ...AOONES Y CmrIROLES ENl'RE LOS f'OCERES DEL GOBIERNO FEDERAL 445

Con respectc a los jueces. entre 1862 y 1976 se produjeron cuarenta y ocho casos de juicio politico: en trelnra y slete. la Ca­mara de Dlputados no hizo lugar a Ia acusacion; dos quedaron sin prcnunciamienro del Senado: dos concluyeron con absoluci6n y hubo slete condenas por la Camara alia. EI caso mas celebre fue en 1947. cuando resultaron desrituidos tres miembros de la Corte Suprema y el procurador general, por una condena senatorial, du­rameme crnicada por alia dosls de panidismo.

Es evidente la inoperatividad y, en general, dudosa legitimi­dad de este mecanisme que, por 10 comun. ha side mas juicio par­tidista que politico,

§ 634. Et: "OWRVDSMAN". - Una pieza modema y sigruficatl­va en cuanto a las relaciones de control entre los poderes es la fi­gura del ombudsman, situada por el art. 86 de la Const. naclonal en el Congreso (§ 474 Y ss., y 624) ..

§ 635. REUClONfS r CONTROLES DEL PODfR ElfCUT/VO, - Ana­llcemos la cuesti6n en sus dos aspectos: como controlado y como controlador.

a) CO/tIO SUJITO CONTitOUDO. En el ambito del Ejecurivn exis­ten diversas reparticiones que reallzan un relative control intraor­ganico, no previstos per la Ccnstitucion. pero surgidas de la legis­laci6n infraconstitucional.

1) S/ND1CATURA GENERAL DE U NAcrON. La ley 24.156 regul6 este organismo, con personerfa juridica propia y autarquia admi­nistrariva y flnanciera. dependiente del presideme de fa Nacidn (art. 97). con tareas de control inferno del Poder Ejecutivo (art. 96). EI control exlerrlo opera, basicamente, por Ia Auditorfa Ge­neral de la Nacion, dependiente del Congreso (ver § 472), Y por el defensor del pueblo (§ 473).

2) PROCURAC/dN GENERAL DEI. TESORO DE U NACfON. EI procu­rador general del Tesoro es director del Cuerpo de Abogados del Bstadc (ley 12.954). Pero ademds de representar jurtdicamente y asesorar al Poder Ejecutivo, desempefia tareas de control de legali­dad sobre la actuacicn de la Adminislraci6n publica, a fin de cus­todiar la rectilUd en los procedimiemos administrativos.

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446 ESTAnITO DEL PODER EN a. DERECl-IO CONSnTUCIONAL ARGENTINO c .<!..

C 3) JUST/CIA ADMlf01STRATIVA. No obstante la prohlbicion del art. .' 109 de 1a Const. nacional, existen en la Argentina clertos 6rganos C del POOee Ejecutivo que cumplen tareas jurisdiccionetes. que en

C diversos casas implican actos de control sobre la propia adrninis­tracion, segrin hemos desarrollado en el § 594.c.

b) COMO S{JJCro CONTROUiOOR. En cuanto a1 Poder Judicial. eJc

c Ejecutivo cumple subfunciones electives de control. desde el mo­c menta en que nombra a todos los magistrados del Poder Judicial de la Naci6n (art. 99, inc. 4. Const. nacional), con acuerdo del Se­

c nado. Bsto provoca -por el sistema de lealtades personales exis­c tenres en el pars- seguimientos e influencias que perjudican (con mayor 0 menor grade, segrin las epocas y los tribunales) la auto­nomia e imparcialidad de la judlcatura (ver § 601).c Tambien interviene el Poder Ejecutivo en la designaci6n del

( procurador general y del defensor general de la Naci6n (vcr § 619). r~

c

( Continuando con el Poder Judicial, el Ejecutivo debe cumplir una subfuncion reguladora mediante los indultos 0 las conmutacio­c nes de penas que puede dieter (al1:.99. inc. 5, Const. nacional). uno de cuyos objetlvos es reparar los dai'ios causados por condenas

c c judiciales severas, lnicuas. imprudemes 0 contranas a Ia paz social.

Con relaci6n al Poder Legislasivo, Loewenstein destaca que en la practice politica muchos presidentes -al mismo tiempo lfde­res de los partidos politicos meyoritarios- influyen en la integra­c ci6n de las listas de candidates a legisladores. con 10 cual. de

c hecho, acnian en funciones preetectivas de -estes. A la ver. la Constitucicn nacional encomienda al Poder Ejecutivo subfunciones c

c de integracion y de reglA/acidn con y sobre el Congreso. como, por

( ejemplo, al inaugurer anualmente sus sesiones (art. 99. inc. 8); pro­rrogar 0 convocer a sesiones extraordinarlas (art. 99. inc. 9); permitirle introducir proyectos de ley (al1. 77); concurrir, por me­c dio de los ministros. a las sesiones y tomar parte en sus debates (art. 106); aprobar los proyectos de ley (al1. 80), 0 vetarlos (art. [ 83); promulgar las leyes y publicarlas (art. 99, inc. 3); y. finalmen­

( teo reglamenlarlas (art. 99. inc. 2); todo 10 cual involucra una im­portandsima coacluaci6n del presideme en la tarea legisferame. C

C § 636. RI!LACIONI!S DEL PODI!R JUDICIAL. - Tambien aqui sur­( gen las varianles de poder controlado y controlador. ,.(

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RELACIONES Y CO~OLES ENTRE LOS PODERES DEL GOBIERNO FEDERAL 447

a) COMO SI.JJETO CONTROLADO. EI Poder Judicial es comrotado por el Poder Ejecutivo y el Podcr Legislative (es decir, el Senado), en la funci6n elective de sus miembros, que compete al presidente y a la Camara alta. Esto ha significado tambien un cierto control regulador posterior en el comportamlento dc la judicarura, ya que. como bien decfa Alberdi, "quien hace a1 juez hace a la justicia". En este punto nos remitimos al § 60 I.

Mediante la creaci6n de los cargos judiciales, del dictado de las normas de procedimicnto y dc organizaci6n de tribunales y, finalmente. en virtud del juicio politico (subfunci6n sancionado­ra). el Congreso viglla, asimismo, at Poder judicial. En cuamo al ombudsman, ver § 476 Y 624.

EI Ministerio Publico fiscaliza tambien la gestion de los tri­bunales, principal mente para velar por la supremacfa consmu, cional, los derechos humanos y el debido proceso (art. 25. ley 24.946).

Ademas. existen mecanlsmos internes de control, dentro del propio Poder Judicial. tanto por las inspecciones que realizan los organos superiores sobre los inferiores, como mereed a los recur­sos (de apelacicn, nulidad. ineptlcabilidad de ley. revision. erc.), y en particular por medic del recurso extraordinario federal (ver § 327), previsto sustancialmente para afianzar la vigencia de la Constituclcn.

b) COMO SWETO CONTROLADOR. La via clasica de control judi­cial sobre los poderes Ejecutivo y Legislative es la declaraclcn de inconstitucionalidad de normas. en cualquier proceso. dado el regi­men difuso 0 desconcentrado de control de consutucionalidad que reina en la Argentina {vet § 300). pero en particular mediante procesos s recursos constitucionales como la acci6n declarative de incunstitucionalidad, el amparo y habeas corpus. y el recurso extraor­dinario federal (ver § 305 Y siguientes). Esto tipifica el Poder Ju­dicial argentino como un verdadero poder moderlJdor (Vanossi).

§ 637. RELACIONES DEL MINISTERID POBUCO. - Esle 6rgano ex­Ira poder cuenta con un doble genero de v(nculos en materia de conlrol.

a) COMO SWf:1'O CON'fROLADO. TaniO el procurador general de la Naci6n como cI defensor general de la Naci6n ~on designados

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448 £STATUTO DEL PODER EN .EL DERECHO CONSTIrUCIONAl. ARGENTINO

por el Pcder Ejecutivo con acuerdo del Senadc, poe dos tercios de sus mlembros presentes (art. Y. ley 24.946), circunstancia que evidencia desde el inicio de sus funciones una suerte de control preventive por parte de Ja Presidencia y de Ia Camara alta. Tam­bien su remocicn. mediante e1 tramite del juicio politico (an. 18), exhibe una revision de desempeno per parte del Congreso, al que deben infcrmar anualmente de su gesti6n (art. 32. ley 24.946).

Igualmente ejerce inspeccion e1 Poder Legislative sabre el Mi­nisrerio Publico en el control de la administracicn y ejecuci6n de su presupuesto. a traves de la Auditcrfa General de la Naci6n y de la Comisicn Bicameral ad hoc del Congreso (art. 24).

En el interior del Ministerio Publico, el poder disciplinario correspcnde en sus respectlvos ambitos al procurador general y al defensor general. aunque sus sanciones son apelables en sede judi­cial (art. 16. ley 24.946). Para los casos graves, el procedimiento de remocion se con ria a un tribunal de enjuiciamienro. segun ya vimos (§ 618), donde entre ones haY_--:lres miembros deslgnados respectivamente por el Poder Ejecutivo,' por el Senado y per Ja Corte Suprema (art. 19. ley 24.946).

EI Poder Judicial puede aplicar correcciones disciplinarias a los miembrcs del Ministerio Publico (incluso al procurador gene­ral y al defensor general), en los procesos donde actuen (art. t7, ley 24.946).

b) COMO SUJETO CO"'fIl.OUlOOR. El Ministerio Publico es un or­gano de comrol por excelencia. En particular. le tcca velar en las causas donde se desempefie per una recta adminisrraci6n de justi­cia. en 10 que hace al debido proceso legal. la tutela de los derechos humanos en los cesos penales y en los establecimlentcs de deten­cion. 0 plantear reclamos en tutela de la observancia de la Consri­tuci6n. de la defensa de la legalidad y de los intereses generales de la sociedad (art. 25. incs. a. b, f. 8, j. k Y I. ley 24.946).

La misma ley 24.946 depasit6 en el area del procurador gene­ral de Ja Naci6n a la Fiscalia Nacional de Investigaciones Admi­nislralivas, olrorn siluada en 1a esfera del Pader Ejeculivo. A ella Ie corresponde "promover la invesligaci6n de la condueta adminis­Iraliva dc los agentes inlegrames de la Administraci6n nacional cenrralizada y descentralizada. y de las empresas. sociedades y lodo OlrO ente en que e1 Estado tenga panicipaci6n" (art. 45. inc. a).

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RELACIONES " CONTROLES Em'RE LOS PODERE5 DFL GOBIERNO FEDERAL 449

Debe denunciar ante la justicia los deli los que descubra en aouet quehacer. y puede asumir en elias el ejercicio directo de la ac­ci6n publica (art. 45, inc. c). Por 10 demas. para las irregulari­dades administrarivas. pasa las acmaciones a la Procuracion del Tesoro de la Naci6n 0 al funcionario jerarquico que correspon­da. para la Instruccion del sumario correspcndiente (art. 49, ley 29.496).

Todo esto importa un significative trabajo de control de la gesrion presidencial y del jefe de Gabinere, aunque en los hechos dicha funcion ha suscirado en 105 ultimos afios graves crtticas por su falta de ahinco y de efecuvidad.

§ 638. CONFUCTO D£ PODERES. - i,Que"ocurre si un poder in­vade las competencias de crro? l.Y que si, al reatizar actos de control sobre la gesti6n de los restantes, uno de los poderes incu­rre en abusos 0 excescs inconsritucionales, 0 se niega a cumpli­mentar 10 dispuesto par un par suyo?

La Constituci6n nacional no aclara qulen dirime tales conuo­versias. Muchas de elias tlenen soluci6n por medic de las accio­nes. procesos y recursos inccnstitucionales. donde es validc que el Poder Judicial descalifique leyes, decretos y hasta senrencias del Senado actuando en el juicio politico (vcr § 328).

Sin embargo. ctenas cuestiones no siempre son encausebles en virtud de los mecanismos procesales indlcados. AI respecto. nuestro derecho consuetudinario constituclonal ha arbitrado una respuesta en el art. 24, inc. 7°, del deer. ley 1285/58 (ley organica del Poder Judicial de la Naei6n). Esta norma deja en rnanos de la Corle Suprema la soluci6n de problemas de competencia entre ma­gistrados que no tienen un superior comun; pero dicho tribunal ha extendido la aplicacicn de tal precepto a otros problemas, "ya que de otro modo no podrian tener soluci6n adecuada" ("Moreno", Fa­lIor, 246:237, y "Ainza", Fallos, 247:436). EI mismo inciso ha servido tambien para alender casos de desobediencia de autorida­des militares a 6rdenes judiciales ("Moreno". Fallos. 246:237), 0 de negaliva de un ministro nacional a ejccular una orden tambien ju­dicial ("Vallejo", Fallos. 292:542).

En "Uni6n Obrera Metalurgiea" (OJ. 1996-1·] 108), 1a Corte Suprema ralific6 su competencia para conoccr originariamente en

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450 E5TATUTO DEL roOER EN EL OER.E.CHO COSSTlTIJCIONAL ARGENTINO

"13 invasion que un poder del Estado puede bacer de la zona. reser­vada de acruecicn de otro'', aunque ello no implique. en senudc estricto, "un confllcro de competencia jurisdiccional 0 un conflicto de poderes''. En este caso, el alto tribunal seiial6 que dirimia el conflicto ejerciendo atribuciones "a modo de una facultad adminis­trativa 0 de superinrendencia".

Posteriormente, en "Rodriguez, Jorge" (LL, 1997·F·884). la Corle Suprema (por mayorfa) punlualiz6 que "130 invasion que un poder del Estado pudiera becer respecto de la zona de reserva de actuaci6n de otro importa siempre, por sf mlsma, Una cuesticn lnsti­tuclcnal de suma gravedad, que independientemenre de que trasun­te un conflicto jurisdiccicnal 0 un conflicto de poderes en sentido estricto, debe ser resuelta por esta Corte, pues es clare que proble­mas de tal naruraleza no puedan quedar sin sclucion", y 10 hizo in­vocando Iacultades implfcitas e inberentes como 6rgano supremo de la organizaci6n judicial e interprete final de la Constitucion, en el cesc para impedir la acruecicn de magistrados en cuestiones no justiciables, sefialando que ella no implicaba el ejercicio de la ju­risdiccion originaria de la Corte,".

A pesar de esta ultima atlrmacicn. de hecho el alto tribunal ha afiadidc una via de eonocimientc originario a su cupo de com­petencias, ya que al resolver los conflictos de poderes 10 esta ha­ciendo algunas veces en primers instancia, sin requerir mayores recaudos en cuanro el monte de conoeer en esas controversias. Se trara de una laguna constitucional en .el art. 117 de la Const. nacional. cubiena por el derecho consuetudinario y al estilo del derecho comparado. donde para decidir esas cuesuones se recurre. con frecuencie, al maximo tribunal constitucional del pais (dada la intrfnseca gravedad de un confllcto de poderes. y la necesidad de dar una respuesta-muy pronta y definitive, por un tribunal muy ca­lificado).

Naturalmente, la docrrina de los conflictcs de poderes en la Argentina que hemos epuntado, puede desnaruralizar el control di­fuso de ccnstituclonalidad si cada vez que el Poder Ejecutivo in­voca que un juez esta penetrando en sus comperencias privarivas. ocurre a 1a Cone Suprema, Con esre criteria, miles de causas po­drian transponarse apenas inlcladas a la Cone. ante la mera ale­gaci6n de dicho conflicto. En definitiva, Ia doctrina resefiada exi­

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RELACIONES Y COJ\'T1l.0LES svraa LOS PODERES DEL GOBIERNO FEDERAL 45 I

ge una aplieaci6n excepcional y restrictive. circunscripta a cases donde sea notona la invasion de un podcr del Estado a 10,; terre­nos instimcionales de otto, y no hay a remedies judiciales ide­neos para resolve ria eficazmente en otras instancias previas a la Corte Suprema.

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