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Karl Marx MANUSCRITOS ECONOMICOS Y FILOSOFICOS DE 1844 Escrito: Entre abril y agosto de 1844. Primera Edición: En Marx/Engels Gesamtausgabe,, Abt. 1, Bd. 3, 1932. Esta Edición: Preparada por Juan R. Fajardo para el MIA, enero de 2001. Fuente del texto digital: Biblioteca Virtual "Espartaco", enero de 2001.

Manuscritos Filosóficos y Económicos

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  • Karl Marx

    MANUSCRITOS ECONOMICOS

    Y FILOSOFICOS DE 1844

    Escrito: Entre abril y agosto de 1844. Primera Edicin: En Marx/Engels Gesamtausgabe,, Abt. 1, Bd. 3, 1932. Esta Edicin: Preparada por Juan R. Fajardo para el MIA, enero de 2001. Fuente del texto digital: Biblioteca Virtual "Espartaco", enero de 2001.

    mailto:[email protected]%22http://www.galeon.com/bvespartaco/principal.htm

  • Indice

    Nota sobre los Manuscritos

    Primer Manuscrito

    Salario Beneficio del capital Renta de la tierra [El trabajo enajenado]

    Segundo Manuscrito

    [Antitesis del capital y el trabajo. Propiedad privada y capital.]

    Tercer Manuscrito

    [Propiedad privada y trabajo. Economa poltica como producto del movimiento de la propiedad privada.]

    [Propiedad privada y comunismo] [Requisitos humanos y divisin del

    trabajo bajo el dominio de la propiedad privada]

    [El poder del dinero] [Crtica de la dialctica hegeliana y

    de la filosofa de Hegel en general]

    http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/index.htm#nota#notahttp://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/man1.htmhttp://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/man1.htm#1-1http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/man1.htm#1-2http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/man1.htm#1-3http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/man1.htm#1-4http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/man2.htmhttp://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/man2.htm#2-1http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/man2.htm#2-1http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/man3.htmhttp://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/man3.htm#3-1http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/man3.htm#3-1http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/man3.htm#3-1http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/man3.htm#3-1http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/man3.htm#3-2http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/man3.htm#3-3http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/man3.htm#3-3http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/man3.htm#3-3http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/man3.htm#3-4http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/man3.htm#3-5http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/man3.htm#3-5

  • Nota sobre los Manuscritos

    El Manuscrito n. 1 consta de nueve folios (l8 hojas, 36 pginas) que

    fueron unidos por Marx formando un cuaderno. Las pginas fueron

    divididas, antes de escribir en ellas, en tres columnas, por medio de dos

    rayas verticales. Cada una de las columnas lleva, de izquierda a derecha,

    el siguiente ttulo: Salario, Beneficio del Capital, Renta de la tierra.

    Aparentemente Marx pensaba desarrollar paralelamente estos tres temas

    con igual extensin. A partir de la pgina XXII Marx escribi sobre la

    totalidad de las pginas, sin respetar la divisin en columnas; esta parte

    es la que, de acuerdo con el contenido, se ha titulado: El trabajo

    enajenado. El Manuscrito se interrumpe en la pgina XXVII.

    El Manuscrito N 2 consta de un folio (2 hojas, 4 pginas, numeradas

    del XL al XLIII). Comienza a la mitad de una frase y constituye

    manifiestamente slo el fragmento final de un escrito ms amplio.

    El Manuscrito tercero est contenido en un cuaderno formado por 17

    folios (34 hojas, 68 pginas las ltimas 23 no escritas). La numeracin

    de Marx salta de la pg. XXI a la XXIII y de la XXIV a la XXVI.

    Comienza el Manuscrito con dos apndices a un texto perdido que han

    sido titulados, respectivamente, por V. Adoratsky Propiedad privada y

    trabajo, Propiedad privada y comunismo. Sigue la crtica de la Filosofa

    hegeliana y el Prlogo, que aqu se ha colocado al comienzo.

    Karl Marx

    Manuscritos Econmicos y filosficos de 1844

  • [Primer Manuscrito]

    Salario

    (I) El salario est determinado por la lucha abierta entre capitalista y

    obrero. Necesariamente triunfa el capitalista. El capitalista puede vivir

    ms tiempo sin el obrero que ste sin el capitalista. La unin entre los

    capitalistas es habitual y eficaz; la de los obreros est prohibida y tiene

    funestas consecuencias para ellos. Adems el terrateniente y el

    capitalista pueden agregar a sus rentas beneficios industriales, el obrero

    no puede agregar a su ingreso industrial ni rentas de las tierras ni

    intereses del capital. Por eso es tan grande la competencia entre los

    obreros. Luego slo para el obrero es la separacin entre capital, tierra y

    trabajo una separacin necesaria y nociva. El capital y la tierra no

    necesitan permanecer en esa abstraccin, pero s el trabajo del obrero.

    Para el obrero es, pues, mortal la separacin de capital, renta de la

    tierra y trabajo.

    El nivel mnimo de salario, y el nico necesario, es lo requerido para

    mantener al obrero durante el trabajo. y para que l pueda alimentar una

    familia y no se extinga la raza de los obreros. El salario habitual es,

    segn Smith, el mnimo compatible con la simple humanit, es decir, con

    una existencia animal.

    La demanda de hombres regula necesariamente la produccin de

    hombres, como ocurre con cualquier otra mercanca. Si la oferta es

    mucho mayor que la demanda, una parte de los obreros se hunde en la

    mendicidad o muere por inanicin. La existencia del obrero est

  • reducida, pues, a la condicin de existencia de cualquier otra mercanca.

    El obrero se ha convertido en una mercanca y para l es una suerte

    poder llegar hasta el comprador. La demanda de la que depende la vida

    del obrero, depende a su vez del humor de los ricos y capitalistas. Si la

    oferta supera a la demanda entonces una de las partes constitutivas del

    precio, beneficio, renta de la tierra o salario, es pagada por debajo del

    precio; una parte de estas prestaciones se sustrae, pues, a este empleo y

    el precio del mercado gravita hacia el precio natural como su centro.

    Pero, 1.) cuando existe una gran divisin del trabajo le es sumamente

    difcil al obrero dar al suyo otra direccin; 2) el perjuicio le afecta a l en

    primer lugar a causa de su relacin de subordinacin respecto del

    capitalista.

    Con la gravitacin del precio de mercado hacia el precio natural es

    as el obrero el que ms pierde y el que necesariamente pierde. Y

    justamente la capacidad del capitalista para dar a su capital otra dileccin

    es la que, o priva del pan al obrero, limitado a una rama determinada de

    trabajo, o le obliga a someterse a todas las exigencias de ese capitalista.

    (II) Las ocasionales y sbitas fluctuaciones del precio de mercado

    afectan menos a la renta de la tierra que a aquellas partes del precio que

    se resuelven en beneficios y salarios, pero afectan tambin memos al

    beneficio que al salario. Por cada salario que sube hay, por lo general,

    uno que se mantiene estacionario y uno que baja.

    El obrero no tiene necesariamente que ganar con la ganancia del

    capitalista, pero necesariamente pierde con l. As el obrero no gana

    cuando el capitalista mantiene el precio del mercado por encima del

    natural por obra de secretos industriales o comerciales, del monopolio o

    del favorable emplazamiento de su terreno.

    Adems: los precios del trabajo son mucho ms constantes que los

    precios de los vveres. Frecuentemente se encuentran en proporcin

    inversa. En un ao de caresta el salario disminuye a causa de la

    disminucin de la demanda y se eleva a causa del alza de los vveres.

  • Queda, pues, equilibrado. En todo caso, una parte de los obreros queda

    sin pan. En aos de abundancia, el salario se eleva merced al aumento de

    la demanda, disminuye merced a los precios de los vveres. Queda, pues,

    equilibrado.

    Otra desventaja del obrero:

    Los precios del trabajo de los distintos tipos de obreros difieren

    mucho ms que las ganancias en las distintas ramas en las que el capital

    se coloca. En el trabajo toda la diversidad natural, espiritual y social de

    la actividad individual se manifiesta y es inversamente retribuida, en

    tanto que el capital muerto va siempre al mismo paso y es indiferente a

    la real actividad individual. En general hay que observar que all en

    donde tanto el obrero como el capitalista sufren, el obrero sufren en su

    existencia y el capitalismo en la ganancia de su inerte Mammn.

    El obrero ha de luchar no slo por su subsistencia fsica, sino tambin

    por lograr trabajo, es decir, por la posibilidad, por lo medios, de poder

    realizar su actividad. Tomemos las tres situaciones bsicas en que puede

    encontrarse la sociedad y observemos la situacin del obrero en ellas.

    l) Si la riqueza de la sociedad est en descenso, el obrero sufre ms

    que nadie, pues aunque la clase obrera no puede ganar tanto como la de

    los propietarios en una situacin social prspera, aucune ne souffre aussi

    cruellement de son dclin que la classe des ouvriers. (Ninguna sufre

    tanto con su decadencia como la clase obrera, Smith, II, 162).

    III), 2) Tomemos ahora una sociedad en la que la riqueza aumenta.

    Esta situacin es la nica propicia para el obrero. Aqu aparece la

    competencia entre capitalistas la demanda de obreros excede a la oferta,

    pero:

    En primer lugar, el alza de los salarios conduce a un exceso de

    trabajo de los obreros. Cuanto ms quieren ganar, tanto ms de su

    tiempo deben sacrificar y, enajenndose de toda libertad, han de realizar,

    en aras de la codicia, un trabajo de esclavos. Con ello acortan su vida.

  • Este acortamiento en la duracin de su vida es una circunstancia

    favorable para la clase obrera en su conjunto, porque con l se hace

    necesaria una nueva oferta. Esta clase ha de sacrificar continuamente a

    una parte de si misma para no perecer por completo.

    Adems, cundo se encuentra una sociedad en vas de

    enriquecimiento progresivo? Con el aumento de los capitales y las rentas

    de un pas. Esto, sin embargo, slo es posible: a) porque se ha

    acumulado mucho trabajo, pues el capital es trabajo acumulado; es decir,

    porque se ha ido arrebatando al obrero una cantidad creciente de su

    producto, porque su propio trabajo se le enfrenta en medida creciente

    como propiedad ajena, y los medios de su existencia y de su actividad se

    concentran cada vez ms en mano del capitalista; b) la acumulacin del

    capital aumenta la divisin del trabajo y la divisin del trabajo el nmero

    de obreros; y viceversa, el nmero de obreros aumenta la divisin del

    trabajo, as como la divisin del trabajo aumenta la acumulacin de

    capitales. Con esta divisin del trabajo, de una parte, y con la

    acumulacin de capitales, de la otra, el obrero se hace cada vez ms

    dependiente exclusivamente del trabajo, y de un trabajo muy

    determinado, unilateral y maquinal. Y as, del mismo modo que se ve

    rebajado en lo espiritual y en lo corporal a la condicin de mquina, y de

    hombre queda reducido a una actividad abstracta y un vientre. Se va

    haciendo cada vez ms dependiente de todas las fluctuaciones del precio

    de mercado, del empleo de los capitales y del humor de los ricos.

    Igualmente, el crecimiento de la clase de hombres que no tienen (IV)

    ms que su trabajo agudiza la competencia entre los obreros, por tanto,

    rebaja su precio. En el sistema fabril esta situacin de los obreros

    alcanza su punto culminante.

    c) En una sociedad cuya prosperidad crece, slo los ms ricos pueden

    an vivir del inters del dinero. Todos los dems estn obligados, o bien

    a emprender un negocio con su capital, o bien a lanzarlo al comercio.

    Con esto se hace tambin mayor la competencia entre los capitales. La

    concentracin de capitales se hace mayor, los capitalistas grandes

  • arruinan a los pequeos y una fraccin de los antiguos capitalistas se

    hunde en la clase de los obreros, que por obra de esta aportacin padece

    de nuevo la depresin del salario y cae en una dependencia an mayor de

    los pocos grandes capitalistas; al disminuir el nmero de capitalistas,

    desaparece casi su competencia respecto de los obreros, y como el

    nmero de stos se ha multiplicado, la competencia entre ellos se hace

    tanto mayor, ms antinatural y ms violenta. Una parte de la clase obrera

    cae con ello en la mendicidad o la inanicin tan necesariamente como

    una parte de los capitalistas medios cae en la clase obrera.

    As, pues, incluso en la situacin social ms favorable para el obrero

    la consecuencia necesaria para ste es exceso de trabajo y muerte

    prematura, degradacin a la condicin de mquina, de esclavo del capital

    que se acumula peligrosamente frente a l, renovada competencia,

    muerte por inanicin o mendicidad de una parte de los obreros.

    (V) El alza de salarios despierta en el obrero el ansia de

    enriquecimiento propia del capitalista que l, sin embargo, slo mediante

    el sacrificio de su cuerpo y de su espritu puede saciar. El alza de salarios

    presupone la acumulacin de capital y la acarrea; enfrenta, pues, el

    producto del trabajo y el obrero, hacindolos cada vez ms extraos el

    uno al otro. Del mismo modo, la divisin del trabajo hace al obrero cada

    vez ms unilateral y ms dependiente, pues acarrea consigo la

    competencia no slo de los hombres, sino tambin de las mquinas.

    Como el obrero ha sido degradado a la condicin de mquina, la

    mquina puede oponrsele como competidor. Finalmente, como la

    acumulacin de capitales aumenta la cantidad de industria, es decir, de

    obreros, mediante esta acumulacin la misma cantidad de industria trae

    consigo una mayor cantidad de obra hecha que se convierte en

    superproduccin y termina, o bien por dejar sin trabajo a una gran parte

    de los trabajadores, o bien por reducir su salario al ms lamentable

    mnimo. Estas son las consecuencias de una situacin social que es la

    ms favorable para el obrero, la de la riqueza creciente y progresiva.

  • Por ltimo, sin embargo, esta situacin ascendente ha de alcanzar

    alguna vez su punto culminante. Cul es entonces la situacin del

    obrero?

    3) Los salarios y los beneficios del capital sern probablemente muy

    bajos en un pas que haya alcanzado el ltimo grado posible de su

    riqueza. La competencia entre los obreros para conseguir ocupacin

    seria tan grande que los salarios quedaran reducidos a lo necesario para

    el mantenimiento del mismo nmero de obreros y si el pas estuviese ya

    suficientemente poblado este nmero no podr aumentarse. El exceso

    debera morir.

    Luego, en una situacin declinante de la sociedad, miseria progresiva;

    en una situacin floreciente, miseria complicada, y en una situacin en

    plenitud, miseria estacionaria.

    Y como quiera que, segn Smith, no es feliz una sociedad en donde la

    mayora sufre, que el ms prspero estado de la sociedad conduce a este

    sufrimiento de la mayora, y como la Economa Poltica (en general la

    Sociedad del inters privado) conduce a este estado de suma

    prosperidad, la finalidad de la Economa Poltica es, evidentemente, la

    infelicidad de la sociedad.

    En lo que respecta a la relacin entre obreros y capitalistas, hay que

    observar todava que el alza de salarios est ms que compensada para el

    capitalista por la disminucin en la cantidad del tiempo de trabajo, y que

    el alza de salarios y el alza en el inters del capital obran sobre el precio

    de la mercanca como el inters simple y el inters compuesto,

    respectivamente.

    Coloqumonos ahora totalmente en el punto de vista del, economista,

    y comparemos, de acuerdo con l, las pretensiones tericas y prcticas

    de los obreros.

    Nos dice que, originariamente y de acuerdo con su concepto mismo

    todo el producto del trabajo pertenece al obrero. Pero al mismo tiempo

  • nos dice que en realidad revierte al obrero la parte ms pequea e

    imprescindible del producto; slo aquella que es necesaria para que 1

    exista no como hombre, sino como obrero, para que perpete no la

    humanidad, sino la clase esclava de los obreros.

    El economista nos dice que todo se compra con trabajo y que el

    capital no es otra osa que trabajo acumulado, pero al mismo tiempo nos

    dice que el obrero, muy lejos de poder comprarlo todo, tiene que

    venderse a s mismo y a su humanidad.

    En tanto que las rentas del perezoso terrateniente ascienden por lo

    general a la tercera parte del producto de la tierra, y el beneficio del

    atareado capitalista llega incluso al doble del inters del dinero, lo que el

    obrero gana es, en el mejor de los casos, lo necesario para que, de cuatro

    hijos, dos se le mueran de desnutricin (VII). En tanto que, segn el

    economista, el trabajo es lo nico con lo que el hombre aumenta el valor

    de los productos naturales, su propiedad activa, segn la misma

    Economa Poltica, el terrateniente y el capitalista, que como

    terrateniente y capitalista son simplemente dioses privilegiados y

    ociosos, estn en todas partes por encima del obrero y le dictan leyes.

    En tanto que, segn el economista el trabajo es el nico precio

    invariable de las cosas, no hay nada ms azaroso que el precio del

    trabajo, nada est sometido a mayores fluctuaciones.

    En tanto que la divisin del trabajo eleva la fuerza productiva del

    trabajo, la riqueza y el refinamiento de la sociedad, empobrece al obrero

    hasta reducirlo a mquina. En tanto que el trabajo suscita la acumulacin

    de capitales y con ello el creciente bienestar de la sociedad, hace al

    obrero cada vez ms dependiente del capitalista, le lleva a una mayor

    competencia, lo empuja al ritmo desenfrenado de la superproduccin, a

    la que sigue un marasmo igualmente profundo.

  • En tanto que, segn los economistas, el inters del obrero no se opone

    nunca al inters de la sociedad, el inters de la sociedad est siempre y

    necesariamente en oposicin al inters del obrero.

    Segn los economistas, el inters del obrero no est nunca en

    oposicin al de la sociedad, 1) porque el alza del salario est ms que

    compensada por la disminucin en la cantidad del tiempo de trabajo,

    adems de las restantes consecuencias antes desarrolladas, y 2) porque,

    en relacin con la sociedad, el producto bruto total es producto neto y

    slo en relacin al particular tiene el neto significado

    Pero que el trabajo mismo no slo en las condiciones actuales, sino en

    general, en cuanto su finalidad, es simplemente el incremento de la

    riqueza; que el trabajo mismo, digo, es nocivo y funesto, es cosa que se

    deduce, sin que el economista lo sepa, de sus propias exposiciones.

    De acuerdo con su concepto, la renta de la tierra y el beneficio del

    capital son deducciones que el salario padece. En realidad, sin embargo,

    el salario es una deduccin que el capital y la tierra dejan llegar al

    obrero, una concesin del producto del trabajo de los trabajadores al

    trabajo.

    El obrero sufre ms que nunca en su estado de declinacin social.

    Tiene que agradecer la dureza especfica de su opresin a su situacin de

    obrero, pero la opresin en general a la situacin de la sociedad.

    Pero en el estado ascendente de la sociedad, la decadencia y el

    empobrecimiento del obrero son producto de su trabajo y de la riqueza

    por l producida. La miseria brota, pues, de la esencia del trabajo actual.

    El estado de mxima prosperidad social, un ideal, pero que puede ser

    alcanzado aproximadamente y que, en todo caso, constituye la finalidad,

    tanto de la Economa Poltica como de la sociedad civil, es, para el

    obrero, miseria estacionaria.

  • Se comprende fcilmente que en la Economa Poltica el proletario es

    decir, aquel que, desprovisto de capital y de rentas de la tierra, vive slo

    de su trabajo, de un trabajo unilateral y abstracto, es considerado

    nicamente como obrero. Por esto puede la Economa asentar la tesis de

    que aqul, como un caballo cualquiera, debe ganar lo suficiente para

    poder trabajar. No lo considera en sus momentos de descanso como

    hombre, sino que deja este cuidado a la justicia, a los mdicos, a la

    religin, a los cuadros estadsticos, a la polica y al alguacil de pobres.

    Elevmonos ahora sobre el nivel de la Economa Poltica y, a partir de

    la exposicin hasta ahora hecha, casi con las mismas palabras de la

    Economa Poltica, tratemos de responder a dos cuestiones.

    1) Qu sentido tiene, en el desarrollo de la humanidad, esta reduccin

    de la mayor parte de la humanidad al trabajo abstracto?

    2) Qu falta cometen los reformadores en dtail que, o bien

    pretenden elevar los salarios y mejorar con ello la situacin de la clase

    obrera, o bien (como Proudhon) consideran la igualdad de salarios como

    finalidad de la revolucin social?

    El trabajo se presenta en la Economa Poltica nicamente bajo el

    aspecto de actividad lucrativa.

    (VIII) Puede afirmarse que aquellas ocupaciones que requieren dotes

    especificas o una mayor preparacin se han hecho, en conjunto, ms

    lucrativas; en tanto que el salario medio para la actividad mecnica

    uniforme, en la que cualquiera puede ser fcil y rpidamente instruido, a

    causa de la creciente competencia ha descendido y tenia que descender,

    y precisamente este tipo de trabajo es, en el actual estado de

    organizacin de ste, el ms abundante con mucha diferencia. Por tanto,

    si un obrero de primera categora gana actualmente siete veces ms que

    hace cincuenta aos y otro de la segunda lo mismo, los dos ganan,

    ciertamente, por trmino medio, cuatro veces ms que antes. Slo que si

    en un pas la primera categora de trabajo ocupa nicamente 1.000

  • hombres y la segunda a un milln, 999.000 no estn mejor que hace

    cincuenta aos y estn peor si, al mismo tiempo, han subido los precios

    de los artculos de primera necesidad. Y con estos superficiales clculos

    de trmino medio se pretende engaar sobre la clase ms numerosa de la

    poblacin. Adems, la cuanta del salario es slo un factor en la

    apreciacin del ingreso del obrero, pues para mesurar este ltimo es

    tambin esencia tomar en consideracin la duracin asegurada del

    trabajo, de la que no puede hablarse en la anarqua de la llamada libre

    competencia, con sus siempre repetidas fluctuaciones e interrupciones.

    Por ltimo, hay que tomar en cuenta la jornada de trabajo habitual antes

    y ahora. Esta ha sido elevada para los obreros ingleses en la manufactura

    algodonera, desde hace veinticinco aos, esto es, exactamente desde el

    momento en que se introdujeron las mquinas para ahorrar trabajo, a

    doce o diecisis horas diarias por obra de la codicia empresarial (IX), y

    la elevacin en un pas y en una rama de la industria tuvo que extenderse

    ms o menos a otras partes, dado el derecho, an generalmente

    reconocido, a una explotacin incondicionada de los pobres por los ricos

    (Schulz, Bewegung del Produktion, pg.. 65).

    Pero incluso si fuera tan cierto, como realmente es falso, que se

    hubiese incrementado el ingreso medio de todas las clases de la

    sociedad, podran haberse hecho mayores las diferencias y los intervalos

    relativos entre los ingresos, y aparecer as ms agudamente los

    contrastes de riqueza y pobreza. Pues justamente porque la produccin

    total crece, y en la misma medida en que esto sucede, se aumentan

    tambin las necesidades, deseos y pretensiones, y la pobreza relativa

    puede crecer en tanto que se aminora la absoluta. El samoyedo, reducido

    a su aceite de pescado y a sus pescados rancios, no es pobre porque en su

    cerrada sociedad todos tienen las mismas necesidades. Pero en un estado

    que va hacia adelante que, por ejemplo en un decenio ha aumentado su

    produccin total en relacin a la sociedad en un tercio, el obrero que

    gana ahora lo mismo que hace diez aos no esta ni siquiera tan

    acomodado como antes, sino que se ha empobrecido en una tercera parte

    (ibid., pgs. 6566).

  • Pero la Economa Poltica slo conoce al obrero en cuanto animal de

    trabajo, como una bestia reducida a las ms estrictas necesidades vitales.

    Para cultivarse espiritualmente con mayor libertad, un pueblo necesita

    estar exento de la esclavitud de sus propias necesidades corporales, no

    ser ya siervo del cuerpo. Se necesita, pues, que ante todo le quede tiempo

    para poder crear y gozar espiritualmente. Los progresos en el organismo

    del trabajo ganan este tiempo. No ejecuta frecuentemente, en la

    actualidad, un solo obrero en las fbricas algodoneras, gracias a nuevas

    fuerzas motrices y a mquinas perfeccionadas, el trabajo de 250 a 350 de

    los antiguos obreros? Consecuencias semejantes en todas las ramas de la

    produccin, pues energas naturales exteriores son obligadas, cada vez

    en mayor medida, a participar (X) en el trabajo humano. Si antes para

    cubrir una determinada cantidad de necesidades materiales se requera

    gasto de tiempo y energa humana que ms tarde se ha reducido a la

    mitad, se ha ampliado en esta misma medida el mbito para la creacin y

    el goce espiritual sin ningn atentado contra el bienestar material. Pero

    incluso sobre el reparto del botn que ganamos al viejo Cronos en su

    propio terreno decide an el juego de dados del azar ciego e injusto. Se

    ha calculado en Francia que, dado el actual nivel de produccin, una

    jornada media de trabajo de cinco horas para todos los capaces de

    trabajar bastara a la satisfaccin de todos los intereses materiales de la

    sociedad... Sin tomar en cuenta los ahorros gracias a la perfeccin de la

    maquinaria, la duracin del trabajo esclavo en las fbricas no ha hecho

    sino aumentar para una numerosa poblacin (ibid., 6768).

    El trnsito del trabajo manual complejo al sistema fabril presupone

    una descomposicin del mismo en operaciones simples. Pero por ahora

    slo una parte de las operaciones uniformemente repetidas le

    corresponde de momento a las mquinas, otra parte le corresponde a los

    hombres. De acuerdo con la naturaleza de las cosas, y de acuerdo con

    experiencias concordantes, una tal actividad continuamente uniforme es

    tan perjudicial para el espritu como pata el cuerpo; y as, pues, en esta

    unin del maquinismo con la simple divisin del trabajo entre ms

  • numerosas manos humanas tenan tambin que hacerse patentes todos

    los inconvenientes de esta ltima. Estos inconvenientes se muestran,

    entre otras cosas, en la mayor mortalidad de los obreros (XI) fabriles...

    Esta gran diferencia de que los hombres trabajen mediante mquinas o

    como mquinas no ha sido... observada (ibid., Pg. 69).

    Para el futuro de la vida de los pueblos, las fuerzas naturales brutas

    que obran en las mquinas sern, sin embargo, nuestros siervos y

    esclavos (ibid., pg.. 74).

    En las hilaturas inglesas estn actualmente ocupados slo 158.818

    hombres y 196.818 mujeres. Por cada 100 obreros hay 103 obreras en las

    fbricas de algodn del condado de Lancaster y hasta 209 en Escocia. En

    las fbricas inglesas de lino, en Leeds, se contaban 147 obreras por cada

    100 obreros; en Druden y en la costa oriental de Escocia, hasta 280. En

    las fbricas inglesas de seda... muchas obreras; en las fbricas de lana,

    que exigen mayor fuerza de trabajo ms hombres... Tambin las fbricas

    de algodn norteamericanas ocupaban, en 1833, junto a 18.593 hombres,

    no menos de 38.927 mujeres. Mediante las transformaciones en el

    organismo del trabajo le ha correspondido, pues, al sexo femenino, un

    crculo ms amplio de actividad lucrativa..., las mujeres una posicin

    econmica ms independiente.,,, los dos sexos ms aproximados en sus

    relaciones sociales (ibid., pgs. 7172).

    En las hilaturas inglesas movidas por vapor y agua trabajaban en el

    ao 1835 20.558 nios entre ocho y doce aos, 35.867 entre doce y trece

    aos y, por ltimo, 108.208 entre trece y dieciocho aos... Ciertamente

    que los ulteriores progresos de la mecnica, al arrancar de manos de los

    hombres, cada vez en mayor medida, todas las ocupaciones uniformes,

    actan en el sentido de una paulatina eliminacin (XII) de la anomala.

    Slo que en el camino de este mismo rpido progreso est precisamente

    el detalle de que los capitalistas pueden apropiarse, del modo ms simple

    y barato, de las fuerzas de las clases inferiores, hasta en la infancia, para

    usar y abusar de ellas en lugar los medios auxiliares de la mecnica

    (Schulz: Bew. d. Podukt., pgs. 7071).

  • Llamamiento de lord Broughan a los obreros: Haceos capitalistas!

    ...esto... lo malo es que millones slo logran ganar su modesto vivir

    gracias a un fatigoso trabajo que los arruina corporalmente y los deforma

    mental y moralmente; que incluso tienen que considerar como una suerte

    la desgracia de haber encontrado tal trabajo (ibid., pg.. 60).

    Pour vivre donc, les nonpropitaires sont obligs de se mettre,

    directement ou indirectement, au service des propitaires, c'estdire

    sous leur dpendance. Pecqueur: Thorie nouvelle d'conomie sociale,

    etc. (pgina 409).

    Domestiquesgages, ouvvierssalaires; employstraitments ou

    moluments (ibid., pgs.. 409410).

    Louer son travail, prter son travail l'intrt, travailler la

    place d'autrui.

    Louer la matire du travail, prter la matire du travail

    l'intret, faire travailler autrui sa place (ibid., pgs. 41112).

    (XIII) Cette constitution conomique condamne les hommes des

    metiers tellement abjects, une dgradation tellement dsolante el

    amre, que la sauvagerie apparat, en comparaison, comme une royale

    condition (l. c., pg.., 41718). La prostitution de la classe non

    propritaire sous toutes les formes (pgs. 421 Y sig). Traperos.

    Ch. Loudon, en su trabajo Solution du problme de la population, etc.,

    Pars 1842, dice que en Inglaterra existen entre 60.000 y 70.000

    prostitutas. El nmero de femmes d'une vertu douteuse es del mismo

    (Pgina 228).

    La moyenne vie de ces infortunes cratures sur le pav, aprs

    qu'elles sont entres dans la carrire du vice, est d'environ ,six ou sept

    ans. De manire ,que pour mantenir le nombre de 60 a 70.000

  • prostitues,il doit y avoir, dalns les 3 royaumes, au moins 8 9.000

    femmes qui se vouent cet infame mtier chaque ann, ou environ

    vingtquatre nouvelles victimes par jour, ce qui est la moyenne d'une

    par heure; et consquemment, si la mme proportion a lieu sur toute la

    surface du globe, il doit y avoir constament un million et demi de ces

    malheureuses (ibid., pg.. 229).

    La population des misrables crot avec leur misre, el c'est la

    limite extrme du dneument que les tres humains se pressent en plus

    grand nombre pour se disputer le droit de souffrir... En 1821, la

    population de l'Irlande tait de 6.801.827. En 1831, elle s'tait leve

    7.764.010; c'est 14% d'augmentation en dix ans. Dans le Leinster,

    province o il y a le plus d'aisance, la population n'a augment que de

    8%, tandis que, dans le Connaught, province la plus misrable,

    l'augmentation s'est leve 21%. (Extrait des Enqutes publies en

    Angleterre sur l'Irlande. Vienne, 1840) Buret, De la misre, etc., t. I,

    pg.. [36]37.

    La Economa Poltica considera el trabajo abstractamente, como una

    cosa; le travail est une marchandise; si el precio es alto, es que la

    mercanca es muy demanda; si es bajo, es que es muy ofrecida; comme

    marchandise, le travail doit de plus en plus baisser de prix; en parte la

    competencia entre capitalista y obrero, en parte la competencia entre

    obreros, obligan a ello. La popullation ouvrire, marchande de travail,

    est forcment rduite la plus faible part du produit... la theorie du

    travail marchandise estelle aultre chose qu'une theorie de servitude

    dguise? (1. c., pg.. 43).

    Pourquoi donc n'avoir vu dans le travail qu'une valeur d'change?

    (ibid., pg.. 44). Los grandes talleres compran :preferentemente ,el

    trabajo de mujeres y nios porque ste cuesta menos que el de los

    hombres (1. c.). Le travailleur n'est point vis vis de celui qui t'emploie

    dans la position d'un libre vendeur... le capitalisme est toujours libre

    d'employer le travail, el l'ouvrier est toujours forc de le vendre. La

    vateur du travail est compltement dtruite, s'il n'est pas vendu chaque

  • instant. Le travail n'est susceptibte, ni d'accumulation ni mme

    d'pargne, la diffrence des vritabtes [marchandises]. (XIV) Le

    travail cest la vie, et si la vie ne s'change pas chaque jour contre les

    aliments, elle souffre el prit bientt. Pour que la vie de l'homme soit

    une marchandise, il faut donc admettre l'esclavage (pginas 49, 50, 1.

    c.). Si el trabajo es, pues, una mercanca, es una mercanca con las ms

    tristes propiedades. Pero no lo es, incluso de acuerdo a los fundamentos

    de la Economa Poltica, porque no (es) le libre resultat d'un libre

    march. El rgimen econmico actual baja, a la vez el precio y la

    remuneracin del trabajo, il perfectionne I'ouvrier et dgrade l'homme

    (1. c., pgs. 523). L'industrie est devenue une guerre et le commerce

    un jeu (1. c., pg.. 62).

    Les machines travailler le coton (en Inglaterra) representan ellas

    solas 84.000.000 de artesanos. La industria se encontr hasta el presente

    en la situacin de la guerra de conquista elle a prodig la vie des

    hommes qui composaient son arme avec autant d'indifference que les

    grands conqurants. Son but tait la possesion de la richesse, el non le

    bonheur des hommes (Buret, 1. c., pg.. 20). Ces intrts (sc.

    conomiques), librement abandons euxmemmes... doivent

    ncessairement entrer en conficte; ils n'ont d'autre arbitre que la guerre

    el les dcisions de la guerre donnent aux una la dfaite el la mort, pour

    donner aux autres la victoire... cest dans le conflit des forces opposes

    que la science cherche l'ordre et l'qulibre: la guerre perptuelle est

    selon elle le seule moyen d'obtenir la paix, cette guerre s'appelle la

    concurrence (l. c., pg.. 23).

    "Para ser conducida con xito, la guerra industrial exige a ejrcitos

    numerosos que pueda acumular en un mismo punto y diezmar

    generosamente. Y ni por devocin ni por obligacin soportan los

    soldados de este ejrcito las fatigas que se les impone; slo por escapar a

    la dura necesidad del hambre. No tienen ni fidelidad ni gratitud para con

    sus jefes; stos no estn unidos con sus subordinados por ningn

    sentimiento de benevolencia; no los conocen como hombres, sino

  • instrumentos de la produccin que deben aportar lo ms posible y costar

    lo menos posible. Estas masas de obreros, cada vez ms apremiadas, ni

    siquiera tienen la tranquilidad de estar siempre empleadas; la industria

    que las ha convocado slo las hace vivir cuando las necesita, y tan

    pronto como puede pasarse sin ellas las abandona sin el menor

    remordimiento; y los trabajadores... estn obligados a ofrecer su persona

    y su fuerza por el precio que quiera concedrseles. Cuanto ms largo,

    penoso y desagradable sea el trabajo que se les asigna tanto menos se les

    paga; se ven algunos que con un trabajo de diecisis horas diarias de

    continua fatiga apenas pueden comprar el derecho de no morir." (l. c.,

    pgs. 66, 69).

    (XV) Nous avons la conviction... partage... par les commissaires

    chargs de l'enqute sur la condition des tisserands la main, que les

    grandes villes industrielles perdraient, en peu de temps, leur population

    de travailleurs, si elles ne recevaient, chaque instant, des campagnes

    voisine des recrues continuelles d'hommes sains, de sang nouveau (l.

    c., pg.. 362).

    Beneficio del capital

    1. El capital

    ||I, 2| En qu se apoya el capital, es decir, la propiedad privada sobre

    los productos del trabajo ajeno? Cuando el capital mismo no es

  • simplemente robo o malversacin, requiere an el concurso de la

    legislacin para santificar la herencia (Say, t. I, pg.. 136).

    Cmo se llega a ser propietario de fondos productivos? Cmo se

    llega a ser propietario de los productos creados mediante esos fondos?

    Mediante el derecho positivo (Say, t. II, Pg. 4).

    Qu se adquiere con el capital, con la herencia de un gran

    patrimonio, por ejemplo? Uno que, por ejemplo, hereda un gran

    patrimonio, no adquiere en verdad con ello inmediatamente poder

    poltico. La clase de poder que esta posesin le transfiere inmediata y

    directamente es el poder de comprar; ste es un poder de mando sobre

    todo el trabajo de otros o sobre todo producto de este trabajo que se

    encuentre de momento en el mercado (Smith, t. I, pg.. 61).

    El Capital es, pues, el poder de Gobierno sobre el trabajo y sus

    productos. El capitalista posee este poder no merced a sus propiedades

    personales o humanas, sino en tanto en cuanto es propietario del capital.

    El poder adquisitivo de su capital, que nada puede contradecir, es su

    poder.

    Veremos ms tarde, primero, cmo el capitalista por medio del capital

    ejerce su poder de gobierno sobre el trabajo, y despus el poder de

    gobierno del capital sobre el capitalista mismo.

    Qu es el capital?

    Une certaine quantit de travail amass et mis en rserve (Smith, t.

    II, pg.. 312).

    El capital es trabajo acumulado. 2) Fondo, stock, es toda acumulacin

    de productos de la tierra y de productos manufacturados. El stock slo se

    llama capital cuando reporta a su propietario una renta o ganancia

    (Smith, t, II pg.. 191).

  • 2. El beneficio del capital

    El beneficio o ganancia del capital es totalmente distinto del salario.

    Esta diversidad se muestra de un doble modo: en primer lugar, las

    ganancias del capital se regulan totalmente de acuerdo con el valor del

    capital empleado, aunque, el trabajo de direccin e inspeccin puede ser

    mismo para diferentes capitales. A esto se aade que todo este trabajo

    est confiado a un empleado principal, el salario del cual no guarda

    ninguna relacin con el capital (II) cuyo funcionamiento vigila. Aunque

    as el trabajo del propietario se reduce casi a nada, reclama, sin embargo,

    beneficios en relacin a su capital (Smith,: t. I, 9799). Por qu

    reclama el capitalista esta proporcin entre ganancia y capital?

    No tendra ningn inters en emplear a los obreros si no esperase de la

    venta de su obra ms de lo necesario para reponer los fondos adelantados

    como salario, y no tendra ningn inters en emplear ms bien una suma

    grande que una pequea si su beneficio no estuviese en relacin con la

    Cuanta del capital empleado (t. I, pginas 9697).

    El capitalista extrae, pues, una ganancia, primero de los salarios y

    despus de las materias primas adelantadas. Qu relacin tiene la

    ganancia con el capital?

    Si ya es difcil determinar la tasa media habitual de los salarios en un

    tiempo y lugar determinados, an ms difcil es determinar la ganancia

    de los capitales. Cambios en el precio de las mercancas con que el

    capital opera, buena o mala fortuna de sus rivales y clientes,

    traen un cambio de los beneficios de da en da y casi de hora en hora

    (Smith, t, I, pgs. 17980). Ahora bien, aunque sea imposible

    determinar con precisin las ganancias del capital, podemos

    representrnoslas de acuerdo con el inters del dinero. Si se pueden

    hacer muchas ganancias con el dinero, se da mucho por la posibilidad de

    servirse de l, si por medio de l se gana poco, se da poco (Smith, t. I,

    pg.. 181). La proporcin que ha de guardar la tasa habitual de inters

  • con la tasa de ganancia neta vara necesariamente con la elevacin o

    descenso

    de la ganancia. En la Gran Bretaa se calcula como el doble del

    inters lo que los comerciantes llaman un profit honnte, modr,

    raisonable, expresiones que no quieren decir otra cosa que un beneficio

    habitual y acostumbrado (Smith, t. 4, pg.. 198).

    Cul es la tasa ms baja de la ganancia? Cul la ms alta?

    La tasa ms baja de la ganancia habitual del capital debe ser siempre

    algo ms de lo que es necesario para compensar las eventuales perdidas

    a que est sujeto todo empleo del capital. Este exceso es propiamente la

    ganancia o le bnfice net. Lo mismo sucede con la tasa ms baja del

    inters (Smith, t. I, pg.. 196).

    (III) La tasa ms elevada a que pueden ascender las ganancias

    habituales es aquella que, en la mayor parte de las mercancas, absorbe

    la totalidad de las rentas de la tierra y reduce el salario de las

    mercancas suministradas al precio mnimo, a la simple subsistencia del

    obrero mientras dura el trabajo. De una u otra forma, el obrero ha de

    ser siempre alimentado en tanto que es empleado en una tarea; las rentas

    de la tierra pueden ser totalmente suprimidas. Ejemplo, las gentes de la

    Compaa de las Indias de Bengala (Smith, t. I, pg..198).

    Aparte de todas las ventajas de una competencia reducida, que el

    capitalista puede explotar en este caso, le es posible tambin mantener,

    de modo honesto, el precio de mercado por encima del precio natural.

    En primer lugar, mediante el secreto comercial, cuando el mercado

    est muy alejado de sus proveedores, es decir, manteniendo en secreto el

    cambio de precio, su alza por encima del nivel natural. Este secreto logra

    que otros capitalistas no arrojen igualmente su capital en

    esta rama.

  • En segundo lugar, mediante el secreto de fbrica, cuando el

    capitalista con menores costos de produccin suministra sus mercancas

    a un precio igual o incluso menor que el de sus competidores, pero con

    mayor beneficio. (No es inmoral el engao mediante el secreto?

    Comercio burstil.) Adems, cuando la produccin est ligada a una

    determinada localidad (por ej., vinos de calidad) y la demanda efectiva

    no puede ser nunca satisfecha. Finalmente, mediante el monopolio de

    individuos y compaas. El precio de monopolio es tan alto como sea

    posible (Smith t. I, pgs. 120124).

    Otras causas ocasionales que pueden elevar la ganancia del capital la

    adquisicin de nuevos territorios o de nuevas ramas comerciales

    multiplica frecuentemente, incluso en un pas rico, las ganancias del

    capital, pues sustraen a las antiguas ramas comerciales una parte de los

    capitales, aminoran la competencia, abastecen el mercado con menos

    mercancas, cuyo precio entonces se eleva; los comerciantes de estos

    ramos pueden entonces pagar el dinero prestado con un inters mayor

    (Smith, t. I, pgina 190).

    Cuanto ms elaborada, ms manufacturada es una mercanca, tanto

    ms elevada es la parte del precio que se resuelve en salario y beneficio

    en proporcin a aquella otra parte que se resuelve en renta. En el

    progreso que el trabajo manual hace sobre esta otra mercanca, no slo

    se multiplica el nmero de las ganancias, sino que cada ganancia es

    mayor que las precedentes porque el capital de que brota (IV) es

    necesariamente mayor. El capital que hace trabajar el tejedor es siempre

    y necesariamente mayor que el que utiliza el hilandero, porque no slo

    repone este capital con sus beneficios, sino que adems paga los salarios

    de los tejedores y es necesario que las ganancias se hallen siempre en

    una cierta proporcin con el capital (t. I, pgs. 1023).

    El progreso que el trabajo humano hace sobre el producto natural,

    transformndolo en el producto natural elaborado, no multiplica por

    tanto el salario, sino, en parte, el nmero de capitales gananciosos, y en

    parte la proporcin de cada capital nuevo sobre los precedentes.

  • Sobre la ganancia que el capitalista extrae de la divisin del trabajo se

    hablar ms tarde.

    El gana doblemente, primero con la divisin del trabajo, en segundo

    lugar, y en general, con la modificacin que el trabajo humano hace del

    producto natural. Cuanto mayor es la participacin humana en una

    mercanca, tanto mayor la ganancia del capital muerto.

    En una y la misma sociedad est la tasa media de los beneficios del

    capital mucho ms cerca del mismo nivel y que el salario de los

    diferentes tipos de trabajo (t. I, pagina 228). En los diversos empleos del

    capital, la tasa de la ganancia vara de acuerdo con la mayor o menor

    certidumbre del reembolso del capital. La tasa de la ganancia se eleva

    con el riesgo, aunque no en proporcin exacta (ibid., pgs. 226227),

    Se comprende fcilmente que las ganancias del capital se elevan

    tambin mediante la facilidad o el menor costo de los medios de

    circulacin (por ejemplo, papel dinero).

    3. La dominacin del capital sobre el trabajo y los motivos del capitalista

    El nico motivo que determina al poseedor de un capital a utilizarlo,

    de preferencia en la agricultura, o en la manufactura o en un ramo

    especfico del comercio al por mayor o por menor es la consideracin de

    su propio beneficio. Jams se le viene a las mientes calcular cunto

    trabajo productivo pone en actividad cada uno de estos modos de

    empleo (V) qu valor aadir al producto anual de las tierras y del

    trabajo de su pas (Smith, t. II, pginas 400401).

  • Para el capitalista, el empleo ms til del capital es aquel que, con la

    misma seguridad, le rinde mayor ganancia. Este empleo no es siempre el

    ms til para la sociedad; el mas til es aquel que se emplea para sacar

    provecho de las fuerzas productivas de la naturaleza (Say, t. II, pg..

    131).

    Las operaciones ms importantes del trabajo estn reguladas y

    dirigidas de acuerdo con los planes y las especulaciones de aquellos que

    emplean los capitales; y la finalidad que stos se proponen en todos los

    planes y operaciones es el beneficio. As, pues, la tasa del beneficio no

    sube, como las rentas de la tierra y los salarios, con el bienestar de la

    sociedad, ni desciende como aquellos, con la baja de ste. Por el

    contrario, esta tasa es naturalmente, baja en los pases ricos y alta en los

    pases pobres; y nunca es tan alta como en aquellos pases que con la

    mayor celeridad se precipitan a su ruina. El inters de esta clase no est

    pues ligado, como el de las otras dos, con el inters general de la

    sociedad... El inters especial de quienes ejercen un determinado ramo

    del comercio o de la industria es siempre, en cierto sentido, distinto del

    inters del pblico y con frecuencia abiertamente opuesto a l. El inters

    del comerciante es siempre agrandar el mercado y limitar la competencia

    de los vendedores... Es esta una clase de gente cuyos intereses nunca

    sern exactamente los mismos que los de la sociedad, que en general

    tiene inters en engaar y estafar al pblico (Smith, t. II, pgs. 163

    1615).

    4. La acumulacin de capitales y la competencia entre capitalistas

  • El aumento de capitales, que eleva los salarios, tiende a disminuir la

    ganancia de los capitalistas en virtud de la competencia entre ellos

    (Smith, op. cit., t. I, pg. 78 [Garnier, t. I, p. 179].)

    Si, por ejemplo, el capital necesario al comercio de vveres de una

    ciudad se encuentra dividido entre dos tenderos distintos, la competencia

    har que cada uno de ellos venda ms barato que si el capital se

    encontrase en manos de uno solo; y si est dividido entre 20 (VI), la

    competencia ser tanto mas activa y tanto menor ser la posibilidad de

    que puedan entenderse entre s para elevar el precio de sus mercancas

    (Smith, op. cit., t. I, pg. 322 [Garnier, t. II, pginas 3723].)

    Como ya sabemos que los precios de monopolio son tan altos como

    sea posible y que el inters de los capitalistas, incluso desde el punto de

    vista de la Economa Poltica comn, se opone abiertamente al de la

    sociedad, puesto que el alza en los beneficios del capital obra como el

    inters compuesto sobre el precio de las mercancas (Smith, t. I, pgs.

    199201), la nica proteccin frente a los capitalistas es la

    competencia, la cual, segn la Economa Poltica, obra tan

    benficamente sobre la elevacin del salario como sobre el

    abaratamiento de las mercancas en favor del pblico consumidor.

    La competencia, sin embargo, slo es posible mediante la

    multiplicacin de capitales, y esto en muchas manos. El surgimiento de

    muchos capitalistas slo es posible mediante una acumulacin

    multilateral, pues el capital, en general, slo mediante la acumulacin

    surge, y la acumulacin multilateral se transforma necesariamente en

    acumulacin unilateral. La acumulacin, que bajo el dominio de la

    propiedad privada es concentracin del capital en pocas manos, es una

    consecuencia necesaria cuando se deja a los capitales seguir su curso

    natural, y mediante la competencia no hace sino abrirse libre camino esta

    determinacin natural del capital.

    Hemos odo que la ganancia del capital est en proporcin a su

    magnitud. Por de pronto, prescindiendo de la competencia intencionada,

  • un gran capital se acumula, pues; proporcionalmente a su magnitud, ms

    rpidamente que uno pequeo.

    ||VIII, 2| Segn esto, y prescindiendo totalmente de la competencia, la

    acumulacin del gran capital es mucho mas rpida que la del pequeo;.

    Pero sigamos adelante este proceso. Con la multiplicacin de los

    capitales disminuyen, por obra de la competencia, los beneficios del

    capital. Luego padece, en primer lugar, el pequeo capitalista.

    El aumento de los capitales y un gran nmero de capitales

    presuponen, adems, una progresiva riqueza del pas.

    En un pas que haya llegado a un alto grado de riqueza, la tasa

    habitual del beneficio es tan pequea que el inters que este beneficio

    permite pagar es tan bajo que slo los sumamente ricos pueden vivir de

    los rditos del dinero. Todas las personas de patrimonios medianos

    tienen, pues, que emplear su capital, emprender algn negocio o

    interesarse en algn ramo del comercio (Smith, op. cit, t. I, pg. 86

    [Garnier, tomo I, pgs. 196197].)

    Esta situacin es la preferida de la Economa Poltica.

    La relacin existente entre la suma de capitales y las rentas

    determina por todas partes la proporcin en que se encuentran la

    industria y la ociosidad; donde prevalecen los capitales, reina la

    industria; donde las rentas, la ociosidad (Smith, op. cit, t. I, pg.301

    [Garnier, tomo II, pgs. 325].)

    Qu hay del empleo de los capitales en esta incrementada

    competencia?

    Con el aumento de los capitales debe hacerse cada vez mayor la

    cantidad de los fonds prter intert; con el incremento de estos

    fondos se hace menor el inters, 1) porque baja el precio de mercado de

    todas las cosas cuanto ms aumenta su cantidad, 2) porque con el

    aumento de capitales en un pas se hace ms difcil colocar un nuevo

  • capital de manera ventajosa. Se suscita una competencia entre los

    distintos capitalistas, al hacer el poseedor de un capital todos los

    esfuerzos posibles para apoderarse del negocio que encuentra ocupado

    por otro capital. Pero la mayor parte de las veces no puede esperar

    arrojar de su puesto a este otro capital si no es mediante el ofrecimiento

    de mejores condiciones. No slo ha de vender la cosa a mejor precio,

    sino que tambin con frecuencia ha de comprar ms caro para tener

    ocasin de vender. Cuantos ms fondos se destinan a mantenimiento del

    trabajo productivo, tanto mayor es la demanda de trabajo: los obreros

    encuentran fcilmente ocupacin (IX), pero los capitalistas tienen

    dificultades para encontrar obreros. La competencia entre capitalistas

    hace subir los salarios y bajar los beneficios (Smith, op. cit, t. I, pg.

    316 [Garnier, tomo II, pgs. 358-59].).

    El pequeo capitalista tiene, pues, la opcin: 1) o de comerse su

    capital, puesto que l no puede vivir ya de rditos, y, por tanto, dejar de

    ser capitalista; o 2) emprender 1 mismo un negocio, vender sus

    mercancas ms baratas y comprar ms caro que los capitalistas ms

    ricos, pagar salarios elevados y, por tanto, como quiera que el precio de

    mercado, por obra de la fuerte competencia que presuponemos, est ya

    muy bajo, arruinarse. Si, por el contrario, el gran capitalista quiere

    desplazar al pequeo, tiene frente a l todas las ventajas que el capitalista

    en cuanto capitalista tiene frente al obrero. La mayor cantidad de su

    capital le compensa de los menores beneficios e incluso puede soportar

    perdidas momentneas hasta que el pequeo capitalista se arruina, y l se

    ve libre de esta competencia. As acumula los beneficios del pequeo

    capitalista.

    Adems, el gran capitalista compra siempre ms barato que el

    pequeo porque compra en masa. Por tanto puede sin dao vender mas

    barato.

    As, si bien la baja del inters transforma a los capitalistas medianos

    de rentistas en hombres de negocios, produce, por el contrario, el

  • aumento de los capitales de negocio y el menor beneficio que es su

    consecuencia, la baja del inters.

    Al disminuir el beneficio que puede extraerse del uso de un capital,

    disminuye necesariamente el precio que por su utilizacin puede

    pagarse (Adam Smith, loc. cit, t. I, pg. 316 [Garnier, tomo II, pg.

    359].)

    Cuanto ms se acrecienta la riqueza, la industria, la poblacin, tanto

    ms disminuye el inters del dinero, es decir, el beneficio de los

    capitalistas; pero los capitales mismos no dejan de aumentar y an ms

    rpidamente que antes, pese a la disminucin de los beneficios... Un gran

    capital, aunque sea con pequeos beneficios, se acrecienta en general

    mucho ms rpidamente que un capital pequeo con grandes beneficios.

    El dinero hace dinero, dice el refrn (op. cit, t. I, pg. 83 [Garnier, tomo

    I, pg. 189].)

    Por tanto, si a este gran capital se enfrentan nicamente pequeos

    capitales con pequeos beneficios, como sucede en la situacin, que

    presuponemos, de fuerte competencia, los aplasta por completo.

    La consecuencia necesaria de esta competencia es entonces el

    empeoramiento general de las mercancas, la falsificacin, la

    adulteracin, el envenenamiento general, tal como se muestra en las

    grandes ciudades.

    ||X, 2| Una circunstancia importante en la competencia entre capitales

    grandes y pequeos es, adems, la relacin entre capital fixe y capital

    circulant.

    Capital circulant es un capital empleado en la produccin de vveres,

    en la manufactura, o el comercio. El capital as empleado no rinde a su

    dueo beneficio ni ingreso mientras permanezca en su poder o se

    mantenga en la misma forma. Continuamente, sale de sus manos en una

    forma para retornar en otra, y slo mediante esta transformacin o

    circulacin y cambio continuo rinde beneficios. Capital fixe es el capital

  • empleado en la mejora de la tierra, en la adquisicin de mquinas,

    instrumentos, tiles de trabajo y cosas semejantes (Adam Smith, op. cit,

    t. I, pg. 243-44 [Garnier, tomo II, pg. 197-98].).

    Todo ahorro en el mantenimiento del capital fijo es un incremento de

    la ganancia neta. El capital total de cualquier empresario de trabajo se

    divide necesariamente en capital fijo y capital circulante. Dada la

    igualdad de la suma, ser una parte tanto menor cuanto mayor sea la

    otra. El capital circulante le proporciona la materia y los salarios del

    trabajo y pone en movimiento la industria. As, toda economa en el

    capital fijo que no disminuya la fuerza productiva del trabajo aumenta el

    fondo (Adam Smith, op. cit, t. I, pg. 257 [Garnier, tomo II, pg. 226].)

    Se ve, desde el comienzo, que la relacin entre capital fijo y capital

    circulante es mucho ms favorable para el gran capitalista que para el

    pequeo. Un banquero muy fuerte slo necesita una insignificante

    cantidad de capital fijo ms que uno muy pequeo. Su capital fijo se

    reduce a su oficina. Los instrumentos de un gran terrateniente no

    aumentan en proporcin a la magnitud de su latifundio. Igualmente, el

    crdito que posee el gran capitalista y no el pequeo es un ahorro tanto

    mayor en el capital fijo, es decir, en el dinero que habr de tener siempre

    dispuesto. Se comprende, por ltimo, que all en donde el trabajo

    industrial ha alcanzado un alto grado de desarrollo y casi todo el trabajo

    a mano se ha convertido en trabajo fabril, todo su capital no le alcanza al

    pequeo capitalista para poseer ni siquiera el capital fijo necesario. On

    sait que les travaux de la grande culture n'occupent habituellement

    qu'un petit nombre de bras.

    En general, en la acumulacin de grandes capitales se produce

    tambin una concentracin y una simplificacin relativas del capital fijo

    en relacin a los capitalistas ms pequeos. El gran capitalista introduce

    para s una especie (XI) de organizacin de los instrumentos de trabajo.

    Igualmente, en el terreno de la industria, es ya cada manufactura y

    cada fbrica una amplia unin de un gran patrimonio material con

  • numerosas y diversas capacidades intelectuales y habilidades tcnicas

    para un fin comn de produccin... All en donde la legislacin mantiene

    la propiedad de la tierra en grandes masas, el exceso de una poblacin

    creciente se precipita hacia las industrias y, como sucede en la Gran

    Bretaa, es as en el campo de la industria en donde se amontona

    principalmente la gran masa de proletarios. All, sin embargo, en donde

    la legislacin permite la progresiva divisin del suelo, se acrecienta,

    como en Francia, el nmero de propietarios pequeos y endeudados que

    mediante el progresivo fraccionamiento de la tierra son arrojados a la

    clase de los menesterosos y descontentos. Si, por ltimo, se lleva este

    fraccionamiento a un alto grado, la gran propiedad devora nuevamente a

    la pequea, as como la gran industria aniquila a la pequea; y como a

    partir de este momento se constituyen nuevamente grandes fincas, la

    masa de los trabajadores desposedos, que ya no es necesaria para el

    cultivo del suelo, es de nuevo impulsada hacia la industria (Schulz,

    Bewegung del Produktion, pginas 58, 59).

    La calidad de mercancas de un mismo tipo cambia mediante las

    transformaciones en el modo de produccin y especialmente mediante el

    empleo de maquinaria. Slo mediante la exclusin de la fuerza humana

    se ha hecho posible hilar, a partir de una libra de algodn, que vale 3

    chelines y 8 peniques, 350 madejas con una longitud total de 167 millas

    inglesas (36 millas alemanas) y de un valor comercial de 25 guineas

    (op cit., pg. 62).

    Por trmino medio, los precios de los artculos de algodn han

    disminuido en Inglaterra desde hace 45 aos en 11/12 y, segn los

    clculos de Marshall, la cantidad de producto fabricado por la que

    todava en el ao 1814 se pagaban 16 chelines es suministrada hoy por

    un cheln y 10 peniques. La mayor baratura de la produccin industrial

    aument el consumo tanto en el interior como en el mercado exterior; ya

    esto est conectado el hecho de que, tras la introduccin de las

    mquinas, el nmero de obreros en el algodn no slo no ha disminuido

    en Gran Bretaa, sino que ha subido de 40.000 a 1'5 millones. ||XII, 2|

  • Por lo que toca a la ganancia de los empresarios y obreros industriales, a

    causa de la creciente competencia entre los fabricantes sus ganancias han

    disminuido forzosamente en relacin con la cantidad de mercancas

    suministradas. De los aos 1820 a 1833, la ganancia bruta de los

    fabricantes de Manchester por una pieza de percal baj de 4 chelines con

    1 1/3 peniques a 1 cheln 9 peniques. Pero para compensar esta prdida,

    el conjunto de la produccin ha sido ampliado. La consecuencia de esto

    es que en algunas ramas de la industria aparece en parte una

    superproduccin; que surgen frecuentes quiebras, con lo cual se produce

    dentro de la clase de los capitalistas y dueos de trabajo un inquietante

    bambolearse y agitarse de la propiedad, que arroja al proletariado a una

    parte de los econmicamente arruinados; que con frecuencia y

    sbitamente se hacen necesarias una detencin o una disminucin del

    trabajo, cuyos inconvenientes siempre percibe amargamente la clase de

    los obreros asalariados (ibid., pg.. 63).

    Louer son travail, c'est commencer son esclavage; louer la matire

    du travail, c'est constituer sa libert... Le travail c'est l'homme, la

    matire au contrare n'est rien de l'homme (Pecqueur, Thorie sociale,

    etc., pginas 411412).

    L'lment matire, qui ne peut rien pour la cration de la richesse

    sans l'autre lment travail, reoit la vertu magique d'etre fcond pour

    eux comme s'ils y avaient mis de leur propre fait, cet indispensable

    lment (ibid., 1. c.). En supposant que le travail quotidien d'un

    ouvrier lui apporte en moyenne 400 fr. par an, el que cette somme suffise

    chaque adulte pour vivre d'une vie grossire, tout propritaire de

    2.000 fr. de rente, de fermage, de loyer, etc., force donc indirectement 5

    hommes travailler pour lui 100.000 fr. de rente reprsente le travail de

    250 hommes, et 1.000.000 le travail de 2.500 individus (luego, 300

    millones [Louis Philippe] el trabajo de 750.000 obreros) (ibid., pgs.

    412413).

    Les propritaires ont reu de la loi des hommes le droit d'user et

    d'abuser, c'estdire de faire ce qu'ils veulent de la matire de tout

  • travail... ils sont nullement oblgs par la loi de fournir propos et

    toujours du travail aux non proprietaires, ni de leur payer un salaire

    toujours suffisant, etc. (pg. 413, 1. c.). Libert entitre quant la

    nature, la quantit, la qualit, l'opportunit de la production

    l'usage, la consommation des richesses, la disposition de la matire

    de tout travail. Chacun est libre d'changer sa chose comme il entend,

    sans autre considration que son propre intret d'individu (p. 413, 1.

    c.).

    La concurrence n'exprime pas autre chose que l'change facultatif,

    qui luimme est la consquence prochaine et logique du droit

    individuel d'user el d'abuser des instruments de toute production, Ces

    trois moments conomiques, lesquels n'en font qu'un: le droit d'user et

    d'abuser, la libert d'changes et la concurrence arbitraire, entranent

    les consquences suivantes: chacun produit ce qu'il veut, comme il veut,

    quand il veut, o il veut, produit bien ou produit mal, trop ou pas assez,

    trop tt ou trop tard, trop cher ou trop bas prix; chacun ignore s'il

    vendra, quand il vendra, comment il vendra, o il vendra, qui il

    vendra: et il en est de mme quant aux achats. (XIII, 2) Le producteur

    ignore les besoins et les ressources, les demandes et les offres. Il vend

    quand il veut, quand il peut, o il veut, qui il veut, au prix qu'il veut. Et

    il achte de mme. En tout cela, Il est toujour le jouet du hasard,

    l'esclave de la loi du plus fort, du moins press du pluls riche... Tandis

    que sur un point il y a disette d'une richesse, sur l'autre il y a trop plein

    et gaspillage. Tandis qu'un producteur vend beaucoup ou trs cher, et

    bnfice norme, l'autre ne vend rien ou vend perte... L'offre ignore la

    demande, et la demande ignore l'offre. Vous produisez sur la foi d'un

    got d'une mode qui se manifeste dans te public des consommateurs;

    mais dj, lorsque vous tes prts livrer votre marchandise, la

    fantaisie a pass et s'est fixe sur un autre genre de produit...

    consquences infaillibles, la permanence et l'universalisation des

    banqueroutes; les mcomptes, les ruines subites el les fortunes

    improvises; les crises commerciales, les chmages, les encombrements

    ou les disettes priodiques; l'instabilit et I'avilissement des salaires et

  • des profits; la dperdition ou le gaspillage norme de richesses, de

    temps et d'efforts dans l'arne d'une concurrence acharne (pginas

    414416, 1. c.).

    Ricardo en su libro (renta de la tierra): Las naciones son slo talleres

    de produccin, el hombre es una mquina de consumir y producir la vida

    humana un capital; las leyes econmicas rigen ciegamente al mundo.

    Para Ricardo los hombres no son nada, el producto todo. En el ttulo 26

    de la traduccin francesa se dice (65): Il serait toutfait indiffrent

    pour une persone qui sur un capital de 20.000 ferait 2.900 par an de

    profit, que son capital employt cent hommes ou mille... L'intret reel

    d'une nation n'estil pas le mme? Pourvu que son revenu net et rel, et

    que ser fermages et profits soient les mmes, qu'importe qu'elle se

    compose de dix ou de douze millions d'individus? (t. II, pgs. 194

    195). En vrit, dit M. de Sismondi (t. II, pg.. 331), il ne reste plus

    qu' dsirer que le roi, demeur tout seul dans l'le, en tournant

    constamment une manivelle, fasse accomplir, par des automates, tout

    l'ouvrage de l'Angleterre

    Le matre qui achte le travail de l'ouvrier, un prix si bas qu'il

    suffit peine aux besoins les plus pressants, n'est responsable ni de

    l'insuffisance des salaires, ni de la trop longue dure du travail: il subit

    luimme la loi qu'il impose... ce n'est pas tant des hommes que vient la

    misre, que de la puissance des choses (Buret, 1. c., 82).

    En Inglaterra hay muchos lugares cuyos habitantes carecen de

    capitales parca un cultivo completo de la tierra. La lana de las provincias

    orientales, de Escocia, en gran parte, ha de hacer un largo camino por

    tierra, por malos caminos, para ser elaborada en el condado de York,

    porque en el lugar de su produccin faltan capitales para la manufactura.

    Hay en Inglaterra muchas ciudades industriales pequeas, a cuyos

    habitantes les falta capital suficiente para el transporte de su produccin

    industrial a mercados alejados en donde sta encuentra consumidores y

    demanda. Los comerciantes all son (XIV) slo agentes de otros

    comerciantes ms ricos que viven el algunas ciudades comerciales

  • (Adam Smith,La riqueza de las naciones, t. I, pg.326-27 [Garnier, tomo

    II, pg. 382].)

    Pour augmenter la valeur du produit annuel de la terre et du travail,

    il n'y a pas d'autres moyens que d'augmenter, quant au nombre, les

    ouvriers productifs, ou d'augmenter, quant la puirsance, la facult

    productive des ouvriers prcdemment employs. Dans l'un et dans

    l'autre cas il faut presque toujours un surcrot de capital (Adam Smith,

    op. cit., t. I, pg.306-07 [Garnier, tomo II, pg. 338].)

    As como la acumulacin del capital, segn el orden natural de las

    cosas, debe preceder a la divisin del trabajo, de la misma manera la

    subdivisin de ste slo puede progresar en la medida en que el capital

    baya ido acumulndose previamente. La cantidad de materiales que el

    mismo nmero de personas se encuentra en condiciones de manufacturar

    aumenta en la misma medida en que el trabajo se subdivide cada vez

    ms, y como la tarea de cada tejedor va hacindose gradualmente ms

    sencilla, se inventa un conjunto de nuevas mquinas para facilitar y

    abreviar aquellas operaciones. As, cuanto ms adelanta la divisin del

    trabajo, para proporcionar un empleo constante al mismo nmero de

    operarios ha de acumularse previamente igual provisin de vveres y una

    cantidad de materiales, instrumentos y herramientas mucho mayor del

    que era menester en una situacin memos avanzada. El nmero de

    obreros en cada una de las ramas del trabajo aumenta generalmente con

    la divisin del trabajo en ese sector, o ms bien, es ese aumento de

    nmero el que la pone en situacin de clasificar a los obreros de esta

    forma (Adam Smith, op. cit, t. I, pg. 241-42 [Garnier, tomo II, pg.

    193-94].)

    As como el trabajo no puede alcanzar esta gran extensin de las

    fuerzas productivas sin una previa acumulacin de capitales, de igual

    suerte dicha acumulacin trae consigo tales adelantos. El capitalista

    desea naturalmente colocarlo de tal modo que ste produzca la mayor

    cantidad de obra posible. Procura, por tanto, que la distribucin de

    operaciones entre sus obreros sea la mas conveniente, y les provee, al

  • mismo tiempo, de las mejores mquinas que pueda inventar o le sea

    posible adquirir. Sus medios para triunfar en ambos campos (XV)

    guardan proporcin con la magnitud de su capital o con el nmero de

    personas a quienes pueden dar trabajo. Por consiguiente, no slo

    aumenta el volumen de actividad en los pases con el crecimiento del

    capital que en ella se emplea, sino que, como consecuencia de este

    aumento, un mismo volumen industrial produce mucha mayor cantidad

    de obra (Adam Smith, op. cit, t. I, pg. 242 [Garnier, tomo II, pg. 194-

    95].)

    As, la sobre-produccin.

    Combinaciones ms amplias de las fuerzas productivas... en la

    industria y el comercio mediante la unificacin de fuerzas humanas y

    naturales ms abundantes y diversas para empresas en mayor escala.

    Tambin aqu y all unin ms estrecha de las principales ramas de la

    produccin entre s. As, grandes fabricantes tratarn de conseguir

    grandes fincas para no tener que adquirir de terceras manos al menos una

    parte de las materias primas necesarias a su industria; o unirn con sus

    empresas industriales un comercio no slo para ocuparse de sus propias

    manufacturas sino tambin para la compra de productos de otro tipo y

    para su venta a sus obreros. En Inglaterra, en donde dueos individuales

    de fbricas estn a veces a la cabeza de 10 6 12.000 obreros... no son ya

    raras tales uniones de distintas ramas de la produccin bajo una

    inteligencia directora, de tales pequeos Estados o provincias en un

    Estado. As, en poca reciente; los propietarios de minas de Birmingham

    asumen todo el proceso de fabricacin del hierro que antes estaba

    dividido entre diferentes empresarios y propietarios. Vase El distrito

    minero de Birmingham' (DeutscheViertejahrsschift, 3, 1838). Por ltimo,

    vemos en las grandes empresas por acciones, que tan abundantes se han

    hecho amplias combinaciones del poder monetario de muchos

    participantes con los conocimientos y habilidades cientficas y tcnicas

    de otros, a los que est confiaba la ejecucin del trabajo. De esta forma

    les es posible a los capitalistas emplear sus ahorros de forma ms

  • diversificada e incluso emplearlos simultneamente en la produccin

    agrcola, industrial y comercial, con lo cual su inters se hace al mismo

    tiempo ms variado (XVI, 2 ), se suavizan y se amalgaman las

    oposiciones entre los intereses de la agricultura, la industria y el

    comercio. Pero incluso, esta ms fcil posibilidad de hacer provechosos

    el capital de las ms diversas formas ha de aumentar la oposicin entre

    las clases pudientes y no pudientes (Schulz, 1 cl. pgs. 4041).

    Increble beneficio que obtienen los arrendadores de viviendas de la

    miseria. El alquiler est en proporcin inversa de la miseria industrial.

    Igualmente, ganancias extradas de los vicios de los proletarios

    arruinados (prostitucin, embriaguez, prteur sur gages). La

    acumulacin de capitales crece y la competencia entre ellos disminuye al

    reunirse en una sola mano el capital y la propiedad de la tierra,

    igualmente al hacerse el capital, por su magnitud, capaz de combinar

    distintas ramas de la produccin.

    La diferencia frente a los hombres. Los 20 billetes de Lotera de

    Smith. Revenu net et brut de Say. |XVI||

    Renta de la tierra

    (I) El derecho de los terratenientes tiene su origen en el robo (Say t. I,

    pg.. 136, nota). Los terratenientes, como todos los hombres, gustan de

    cosechar donde no han sembrado y piden una renta incluso por el

    producto natural de la tierra (Smith, t. I, pg.. 99).

  • Podra imaginarse que la renta de la tierra no es otra cosa sino el

    beneficio del capital que el propietario emple en mejorar el suelo. Hay

    casos en que la renta de la tierra puede, en parte, ser esto... pero el

    propietario exige 1) una renta aun por la tierra que no ha experimentado

    mejoras, lo que puede considerarse como inters o beneficio de los

    costos de mejora es, por lo general, slo una adicin a esta renta

    originaria. 2) Por otra parte esas mejoras no siempre se hacen con el

    capital del dueo, sino que, en ocasiones, proceden del capital de colono,

    pese a lo cual, cuando se trata de renovar el arrendamiento, el propietario

    pide ordinariamente un aumento de la renta, como si todas estas mejoras

    se hubieran hecho por su cuenta. 3) A veces tambin exige una renta por

    terrenos que no son susceptibles de mejorar por la mano del hombre

    (Smith, t. I, pgs. 300301).

    Smith cita como ejemplo del ltimo caso el salicor, un tipo de alga

    que, al quemarse, da una sal alcalina con la que puede hacerse jabn,

    cristal, etc. Crece en la Gran Bretaa, especialmente en Escocia, en

    distintos lugares, pero slo en rocas que estn situadas bajo la marea alta

    y son cubiertas dos veces al da por las olas, y cuyo producto, por tanto,

    no ha sido jams aumentado por la industria humana. Sin embargo, el

    propietario de los terrenos en donde crece este tipo de plantas exige una

    renta igual que si fuesen tierras cultivables. En las proximidades de la

    isla de Shetland es el mar extraordinariamente rico. Una gran parte de

    sus habitantes vive (II) de la pesca. Pero para extraer un beneficio de los

    productos del mar hay que tener una vivienda en la tierra vecina.

    La renta de la tierra est en proporcin no de lo que el arrendatario

    puede hacer con la tierra, sino de lo que puede hacer juntamente con la

    tierra y el mar (Smith, Lomo I, pgs. 301302).

    La renta de la tierra puede considerarse como producto de la fuerza

    natural cuyo aprovechamiento arrienda el propietario al arrendatario.

    Este producto es mayor o menor segn sea mayor o menor el volumen

    de esta fuerza, o en otros trminos, segn el volumen de la fertilidad

    natural o artificial de la tierra. Es la obra de la naturaleza la que resta

  • despus de haber deducido o compensado todo cuanto puede

    considerarse como obra del hombre (Smith, t. II, pgs. 377378).

    En consecuencia, la renta de la tierra, considerada como un precio

    que se paga por su uso, es naturalmente un precio de monopolio. No

    guarda proporcin con las mejoras que el propietario pudiera haber

    hecho en ella o con aquello que ha de tomar para no perder, sino ms

    bien con lo que el arrendatario puede, de alguna forma, dar sin perder

    (Smith, t. I, pg.. 302).

    De las tres clases productivas la de los terratenientes es la nica a la

    que su renta no cuesta trabajo ni desvelos, sino que la percibe de una

    manera por as decir espontnea, independientemente de cualquier plan o

    proyecto al respecto (Smith, t. II, pg.. 161).

    Se nos ha dicho ya que la cuanta de la renta de la tierra depende de la

    fertilidad proporcional del suelo.

    Otro factor de su determinacin es la situacin.

    La renta vara de acuerdo con la fertilidad de la tierra, cualquiera que

    sea su producto, y de acuerdo con la localizacin, sea cualquiera la

    fertilidad (Smith, t, I, pgina 306).

    Cuando las tierras, minas y pesqueras son de igual fertilidad, su

    producto ser proporcional al montante de los capitales en ellas

    empleados y a la forma (III) ms o menos habilidosa de este empleo.

    Cuando los capitales son iguales e igualmente bien aplicados, el

    producto es proporcionado a la fecundidad natural de las tierras y

    pesqueras (t. II, pg.. 210).

    Estas frases de Smith son importantes porque, dados iguales costos de

    produccin e igual volumen, reducen las rentas de la tierra a la mayor o

    menor fertilidad de la misma. Luego prueban claramente la equivocacin

    de los conceptos en la Economa Poltica, que transforma la fertilidad de

    la tierra en una propiedad del terrateniente.

  • Pero observemos ahora la renta de la tierra, tal como se configura en

    el trfico real.

    La renta de la tierra es establecida mediante la lucha entre

    arrendatario y terrateniente. En la Economa Poltica constantemente

    nos encontramos como fundamento de la organizacin social la hostil

    oposicin de intereses; la lucha, la guerra. Veamos ahora como se sitan,

    el uno respecto al otro, terrateniente y arrendatario.

    Al estipularse las clusulas del arrendamiento, el propietario trata de

    no dejar al colono sino aquello que es necesario para mantener el capital

    que proporciona la simiente, paga el trabajo, compra y mantiene el

    ganado, conjuntamente con los otros instrumentos de labor, y adems,

    los beneficios ordinarios del capital destinado a la labranza en la regin.

    Manifiestamente esto es lo menos con lo que puede contentarse un

    colono para no perder; el propietario, por su parte, raras veces piensa en

    entregarle algo ms. Todo lo que resta del producto o de su precio, por

    encima de esa porcin, cualquiera que sea su naturaleza, procura

    reservrselo el propietario como renta de su tierra, y es evidentemente la

    renta ms elevada que el colono se halla en condiciones de pagar, habida

    cuenta de las condiciones de la tierra (IV). Ese remanente es lo que se

    puede considerar siempre como renta natural de la tierra, o la renta a que

    naturalmente se suelen arrendar la mayor parte de las tierras (Smith,

    tomo I, pgs. 299300).

    Los terratenientes dice Say ejercen una especie de monopolio

    frente a los colonos. La demanda de su mercanca, la tierra y el Suelo,

    puede extenderse incesantemente; pero la cantidad de su mercanca slo

    se extiende hasta un cierto punto... El trato que se concluye entre

    terratenientes y colonos es siempre lo ms ventajoso posible para los

    primeros... adems de la ventaja que saca de la naturaleza de las cosas,

    consigue otra de su posicin, su mayor patrimonio, crdito,

    consideracin; ya slo el primero lo capacita para ser el nico en

    beneficiarse de las circunstancias de la tierra y el suelo. La apertura de

    un canal, de un camino, el progreso de la poblacin y del bienestar de un

  • distrito, elevan siempre el precio de los arrendamientos. Es cierto que el

    colono mismo puede mejorar el terreno a sus expensas, pero l slo se

    aprovecha de este capital durante la duracin de su arrendamiento, a

    cuya conclusin pasa al propietario; a partir de ese momento es ste

    quien obtiene los intereses, sin haber hecho los adelantos, pues la renta

    se eleva entonces proporcionalmente (Say, t. II, pginas 142143).

    La renta, considerada como el precio que se paga por el uso de la

    tierra, es, naturalmente, el precio ms elevado que el colono se halla en

    condiciones de pagar en las circunstancias en que la tierra se encuentra

    (Smith, t. I, pg.. 299).

    La renta de un predio situado en la superficie monta generalmente a

    un tercio del producto total, y es, por lo comn, una renta fija e

    independiente de las variaciones (V) accidentales de la cosecha (Smith,

    t. 1, pg. 351). Rara vez es menor esta renta a la cuarta parte del

    producto total (ibid., t. II, pg. 378).

    No por todas las mercancas puede pagarse venta. Por ejemplo, en

    ciertas regiones no se paga por las piedras renta alguna.

    En trminos generales, nicamente se pueden llevar al mercado

    aquellas partes del producto de la tierra cuyo precio corriente alcanza

    para reponer el capital necesario para el transporte de los bienes,

    juntamente con sus beneficios ordinarios. Si el precio corriente

    sobrepasa ese nivel, el excedente ir a parar naturalmente a la tierra. Si

    no ocurre as, aun cuando el produce pueda ser llevado al mercado, no

    rendir una renta al propietario. Depende de la demanda que el precio

    alcance o no (Smith, t. I, pgs. 302303).

    La renta entra, pues, en la composicin del precio de las mercancas

    de una manera totalmente diferente a la de los salarios o los beneficios.

    Los salarios o beneficios altos o bajos son la causa de los precios

    elevados o mdicos; la renta alta o baja es la consecuencia del precio

    (Smith, t. I, pg.. 303).

  • Entre los productos que siempre proporcionan una renta estn los

    alimentos.

    Como el hombre, a semejanza de todas las dems especies animales,

    se multiplica en proporcin a los medios de subsistencia, siempre existe

    demanda, mayor o menor, de productos alimenticios. En toda

    circunstancia los alimentos pueden comprar o disponer de una cantidad

    mayor o menor de trabajo (VI) y nunca faltarn personas dispuestas a

    hacer lo necesario para conseguirlos. La cantidad de trabajo que se

    puede comprar con los alimentos no es siempre igual a la cantidad de

    trabajadores que con ellos podran subsistir si se distribuyesen de la

    manera ms econmica; esta desigualdad deriva de los salarios elevados

    que a veces es preciso pagar a los trabajadores. En todo caso, pueden

    siempre comprar tanta cantidad de trabajo como puedan sostener, segn

    la tasa que comnmente perciba esta especie de trabajo en la comarca.

    La tierra, en casi todas las circunstancias, produce la mayor cantidad de

    alimentos de la necesaria para mantener el trabajo que se requiere para

    poner dichos alimentos en el mercado. El sobrante es siempre ms de lo

    que sera necesario para reponer el capital que emplea este trabajo,

    adems de sus beneficios. De tal suerte, queda siempre algo en concepto

    de renta para el propietario (Smith, t. I, pgs. 305306). No

    solamente es el alimento el origen primero de la renta, sino que si otra

    porcin del producto de la tierra viniera, en lo sucesivo a producir una

    renta, este incremento de valor de la renta derivara del acrecentamiento

    de capacidad para producir alimentos que ha alcanzado el trabajo

    mediante el cultivo y las mejoras hechas en las tierras (Smith, t. I, pg.

    345). El alimento de los hombres alcanza siempre para el pago de la

    renta (t. I, pg. 337). Los pases se pueblan no de una manera

    proporcional al nmero de habitantes que pueden vestir y alojar con sus

    producciones, sino en proporcin al nmero de los que puedan

    alimentar (Smith, t, I, pg.. 342).

  • Despus del alimento, las dos (sic) mayores necesidades del hombre

    son el vestido, la vivienda y la calefaccin. Producen casi siempre una

    renta, pero no necesariamente (ibid., t. I, pg.. 338).

    (VIII) Veamos ahora cmo explota el terrateniente todas las ventajas

    de la sociedad.

    1) La renta se incrementa con la poblacin (Smith, tomo I, 335).

    2) Hemos escuchado ya de Say cmo se eleva la renta con los

    ferrocarriles, etc., con la mejora, seguridad y multiplicacin de las

    comunicaciones.

    3) Toda mejora en el estado de la sociedad tiende, de una manera

    directa e indirecta, a elevar la renta de la tierra, a incrementar la riqueza

    real del propietario o, lo que es lo mismo, su capacidad para comprar el

    trabajo de otra persona o el producto de su esfuerzo... La extensin del

    cultivo y las mejoras ejecutadas contribuyen a ese aumento de una

    manera directa, puesto que la participacin del terrateniente en el

    producto aumenta necesariamente cuando ste crece... El alza en el

    precio real de aquellas especies de productos primarios, por ejemplo el

    alza en el precio del ganado, tiende tambin directamente a aumentar la

    renta de la tierra y en una proporcin todava ms alta. Con el valor real

    del producto no slo aumenta innecesariamente el valor real de la parte

    correspondiente al propietario, es decir, el poder real que esta parte le

    confiere sobre el trabajo ajeno, sino que con dicho valor aumenta

    tambin la proporcin de esta parte en relacin al producto total. Este

    producto, despus de haber aumentado al precio real, no requiere para su

    obtencin mayor trabajo que antes. Y tampoco ser necesario un mayor

    trabajo para reponer el capital empleado en ese trabajo conjuntamente

    con los beneficios ordinarios del mismo. Por consiguiente, en relacin al

    producto total ha de ser ahora mucho mayor que antes la proporcin que

    le corresponder al dueo de la tierra (Smith, tomo II, pgs. 157159).

  • (IX) La mayor demanda de materias primas y, con ella, el alza del

    valor, puede proceder parcialmente del incremento de la poblacin y del

    incremento de sus necesidades. Pero cada nuevo incremento, cada nueva

    aplicacin que la manufactura hace de la materia prima hasta entonces

    poco o nada utilizada, aumenta la renta. As, por ejemplo, la renta de las

    mines de carbn se ha elevado enormemente con los ferrocarriles,

    buques de vapor, etctera.

    Adems de esta ventaja que el terrateniente extrae de la manufactura,

    de los descubrimientos, del trabajo, vamos ha ver en seguida otra.

    4) Todos cuantos adelantos se registran en la fuerza productiva del

    trabajo, que tienden directamente a reducir el precio real de la

    manufactura, tienden a elevar de modo indirecto la renta real de la tierra.

    El propietario cambia la parte del producto primario que sobrepasa su

    propio consumo o, lo que es lo mismo, el precio correspondiente a esa

    parte por el producto ya manufacturado pero todo lo que reduzca el

    precio real de ste eleva el de aqul. Una cantidad igual del primero