Mar Pulser

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INTRODUCCIONFue don Juan Matus, un brujo maestro -un nagual, comose denomina a los brujos maestros cuando conducen un grupo deotros brujos- quien me introdujo en el mundo cognitivo de loschamanes que vivieron en Mxico en la antigedad. Don JuanMatus fue un indgena nacido en Yuma, Arizona. Su padre fueindio yaqui, nacido en el estado de Sonora, Mxico, y su madre,probablemente, una india yuma nacida tambin en Arizona. DonJuan vivi en su ciudad natal hasta los diez aos. Luego su padrelo llev a Sonora, donde se vieron envueltos en las endmicasguerras de los yaquis contra los mexicanos. Su padre muri y donJuan termin viviendo en el sur de Mxico, donde se cri confamiliares que se hicieron cargo de l, que por aquella pocacontaba diez aos de edad.Cuando cumpli los veinte, tom contacto con un brujomaestro, Julin Osorio, quien lo introdujo en un linaje de brujosdel que se deca que tena veinticinco generaciones deantigedad. Julin Osorio no era indio, sino hijo de inmigranteseuropeos que haban llegado a Mxico. Don Juan me cont queel nagual Julin haba sido actor y que era una personaextraordinaria e impactante: hbil narrador, mimo, adorado portodo aquel que lo conoca, con un fuerte poder de conviccin,impona su presencia en cuantos lo rodeaban. Durante una de susgiras teatrales por el interior del pas, el actor Julin Osorio caybajo la influencia de otro brujo maestro, el nagual Elas Ulloa,quien le transmiti la sabidura de los brujos.Siguiendo la tradicin de su linaje de chamanes, don JuanMatus nos ense algunos movimientos fsicos, a los que ldenominaba "pases mgicos", a sus cuatro discpulos: TaishaAbelar, Florinda Donner-Grau, Carol Tiggs y yo. Nos los ensecon el mismo espritu con que fueron enseados durantegeneraciones, con una diferencia notable: elimin los excesivosrituales que a lo largo del tiempo haban envuelto la enseanza yla realizacin de esos pases mgicos. Al respecto, don Juancoment que el ritual, en s, haba perdido su fuerza a medidaque las nuevas generaciones de practicantes se iban interesandoms por la eficiencia y la funcionalidad. Sin embargo, merecomend que por ningn concepto deba yo hablar de los pasesmgicos con sus discpulos o con el pblico en general.Fundament esa prohibicin en el hecho de que los pasesmgicos eran privativos de cada individuo y su efecto tanimpactante que era mejor practicarlos sin discutirlos.Don Juan Matus me ense todo lo que saba sobre losbrujos de su linaje. Me present, detall, reafirm y explichasta el ms mnimo detalle de su saber. Por lo tanto, todocuanto explico acerca de los pases mgicos es resultado directode sus enseanzas. Los pases mgicos no fueron inventados. Losdescubrieron los antiguos chamanes del linaje de don Juan quevivan en Mxico, mientras se encontraban en estadoschamansticos de conciencia acrecentada. El descubrimiento delos pases mgicos fue, en cierta forma accidental. Todo comenzcomo una simple investigacin sobre la naturaleza de unaincreble sensacin de bienestar que, al encontrarse en estados deconciencia acrecentada, experimentaban aquellos chamanescuando mantenan determinadas posiciones fsicas, o cuandomovan su cuerpo o sus miembros de una manera especfica. Esasensacin de bienestar era tan intensa, que el deseo de poderrepetir esos movimientos mientras se encontraban en un estadode conciencia normal se convirti en el centro de todos susesfuerzos.Esa bsqueda fue exitosa, por lo visto, y los chamanesllegaron a ser conocedores de una serie muy compleja demovimientos que, al ser ejecutados, permitan un importanteincremento de su destreza fsica y mental. Los resultados fuerontan trascendentales, que12recibieron el nombre de "pases mgicos". Durante muchasgeneraciones, slo eran transmitidos a los chamanes iniciados enforma personal, siguiendo rituales muy elaborados y ceremoniassecretas.Al ensear los pases mgicos, don Juan Matus se apartradicalmente de la tradicin. Esa desviacin lo oblig areformular el objetivo pragmtico de los mismos. Don Juan mepresent ese objetivo no como el incremento del equilibrio fsicoy mental, como era en el pasado, sino como una posibilidadprctica de redistribuir la energa. Explic que ese apartarse delas antigas tradiciones se deba a la influencia de los dosnaguales que lo haban precedido.Los brujos del linaje de don Juan estaban convencidos deque exista una cantidad de energa inherente a cada uno denosotros, cantidad que no puede ser aumentada o reducida porobra de ningn tipo de accin externa. Crean que esa cantidadde energa era suficiente para lograr lo que aquellos brujosconsideraban como la obsesin de cualquier ser humano de estemundo: romper los parmetros de la percepcin normal. DonJuan Matus estaba convencido de que nuestra incapacidad deromper con esos parmetros haba sido generada por nuestracultura y nuestro entorno social. Sostena que, en ese entorno, senos exiga encauzar toda nuestra energa inmanente hacia elcumplimiento de esquemas de comportamiento preestablecidos,lo cual no nos permita trasponer los lmites de la percepcinnormal.-Y porqu habra de desear yo o, para el caso, cualquierotra persona, romper esos parmetros? -le pregunt a don Juan encierta oportunidad.-Romper esos parmetros es un mandato ineludible de lacondicin humana -me contest-. Trasponerlos significa ingresaren mundos hasta este momento impensables, de un valorpragmtico que no difiere en modo alguno del valor de nuestromundo cotidiano. No importa que aceptemos o no esa premisa,estamos obsesionados por romper esos parmetros y fracasamoslamentablemente en el intento. De ah la profusin de drogas yestimulantes, rituales religiosos y ceremonias de todo tipo queobservamos en nuestros mundo moderno.1314-Y cul piensa usted que es la causa de que hayamosfracasado tan lamentablemente, don Juan? -le pregunt.-No poder satisfacer nuestro deseo subliminal -mecontest- se debe a que lo encaramos en forma atropellada, sinorden ni concierto. Las herramientas que utilizamos sondemasiado toscas e ineficaces. Es como tratar de derrumbar unmuro golpendonos la cabeza contra l. El ser humano nuncaconsidera esa ruptura en trminos de energa. Para los brujos, elxito est determinado slo por la posibilidad de acceder o noacceder a la energa.-Dado que es imposible aumentar nuestra energainmanente -continu-, la nica va que les quedaba a los brujosdel antiguo Mxico era redistribuir esa enega. Para ellos, esteproceso de redistribucin comenzaba con los pases mgicos ycon la forma en que afectaban al cuerpo fsico.Al impartir su instruccin, don Juan recalcaba en todas lasformas imaginables el hecho de que el enorme nfasis que loschamanes de su linaje haban puesto en la destreza fsica y elbienestar mental haba perdurado hasta nuestros das. Pudecorroborar la verdad de esa afirmacin observandolo a l y a susquince colegas brujos. Un extraordinario equilibrio fsico ymental result ser la caracterstica ms llamativa en todos ellos.La respuesta que me dio don Juan cuando, en ciertaoportunidad, le pregunt directamente por qu los brujosconcedan tanta importancia al aspecto fsico del ser humano, medej pasmado, ya que siempre lo haba considerado un hombreprofundamente espiritual.-Los brujos no son en abosoluto espirituales -me dijo-. Porel contrario, son seres sumamente prcticos. Sin embargo, essabido que los chamanes son considerados en general como seresexcntricos y hasta locos. Quiz por eso pienses que sonespirituales. Parecen locos porque siempre estan tratando deexplicar cosas que no pueden ser explicadas. En su estril intentopor dar explicaciones completas que de ningn modo puedenserlo, pierden toda coherencia y dicen insensateces.Hace falta tener un cuerpo flexible y dctil si buscasdestreza y sensatez -sigui diciendo-. Estas son las doscaractersticas ms importantes en la vida de un chamn, porquegeneran sobriedad y15pragmatismo, o sea, los nicos requisitos indispensables paraingresar en otros mbitos de percepcin. Para navegar en formagenuina en lo desconocido se requiere de una actitud audaz, perono imprudente. A fin de establecer un equilibrio entre audacia eimprudencia, es preciso que un brujo sea sumamente mesurado,cauto, hbil, y que, adems, goce de un excelente estado fsico.-Y por qu un excelente estado fsico, don Juan? -quisesaber-. No bastan acaso el deseo o la voluntad de viajar hacia lodesconocido?-Decisivamente, no! -me respondi con cierto fastidio-.El solo hecho de hacerse a la idea de enfrentar un mbitodesconocido -y ni hablemos de ingresar en l- exige nervios deacero y un cuerpo capaz de contener esos nervios. De qu tevaldra ser audaz si no dispones de gran lucidez mental, destrezafsica y la musculatura adecuada?El excelente estado fsico -producto de la rigurosaejecucin de los pases mgicos- en el que don Juan haba hechohincapi desde el primer da de nuestro encuentro era, por lo quepude entender, el primer paso hacia la redistribucin de nuestraenerga inmanente. Esta redistribucin de la energa era, segnl, el tema crucial en la vida de los chamanes y, asimismo, en lavida de cualquier individuo. La redistribucin de la energa es unproceso que consiste en transportar, de un lugar a otro, la energaque ya existe en nuestro interior. Dicha energa ha sidodesplazada de los centros de vitalidad de nuestro cuerpo; peroestos centros de vitalidad necesitan de esa energa desplazada afin de generar un equilibrio entre la lucidez mental y la destrezafsica.Los chamanes del linaje de don Juan estabanprofundamente comprometidos con la redistribucin de suenerga inmanente. Ese compromiso no era un esfuerzointelectual, ni producto de una induccin o deduccin particular,o de conclusiones lgicas. Era el resultado de su capacidad depercibir el flujo de la energa como fluye en el universo.- Esos brujos llamaban ver a la capacidad de percibir esefluir de la energa por el universo -me explic don Juan-.Describan ese ver como un estado de conciencia acrecentada,en el cual el cuerpo16humano es capaz de percibir la energa en su fluir, como unacorriente, una vibracin similar a la del viento. La visin delflujo de energa a travs del universo es el producto de unadetencin momentnea del sistema de interpretacin propio delser humano.- Qu es un sistema de interpretacin, don Juan? -lepregunt.- Los brujos del antiguo Mxico descubrieron que cadaparte del cuerpo humano se encuentra involucrada, de unamanera u otra, en la conversin de ese flujo vibratorio, esacorriente de vibracin, en una forma de estmulo sensorial -mecontest-. La suma de este bombardeo de estmulos sensorialeses convertido, a travs del uso, en el sistema de interpretacinque hace que el ser humano sea capaz de percibir el mundo en laforma en que lo hace."Lograr que ese sistema de interpretacin se detuviera -continu- fue producto de una tremenda disciplina por parte delos brujos del antiguo Mxico, quienes denominaron esadetencin con la palabra ver, y la convirtieron en la piedraangular de su conocimiento. Llegar a ver la energa que fluye enel universo era, para ellos, la herramienta esencial que lespermita establecer sus esquemas de clasificacin. Gracias a esacapacidad, por ejemplo, concibieron la totalidad del universoaccesible a la percepcin del ser humano como un ente tunicado-una cebolla- recubierto por miles de capas o estratos. Crean queel mundo cotidiano del ser humano no era otra cosa que una deesas capas. Por lo tanto, tambin crean que las otras capas noslo eran accesibles a la percepcin humana, sino que formabanparte de la herencia natural del hombre.Otro tema de enorme valor en el conocimiento de aquellosbrujos -un tema que surga como consecuencia de su capacidadde ver la energa como fluye en el universo- fue eldescubrimiento de la configuracin energtica del ser humano.Esa configuracin energtica del hombre era, para ellos, unconglomerado de campos energticos aglutinados por una fuerzavibratoria que los una en una luminosa bola de energa. Para losbrujos del linaje de don Juan, el ser humano tena una formaoblonga, como un huevo, o una forma esfrica, como una bola.De ah que los denominaban huevos luminoso o esferasluminosas.Esta esfera de luminosidad era considerada por ellos como17nuestro verdadero yo, verdadero en el sentido de que esirreductible en trminos de energa. Y es irreductible porque latotalidad de los recursos humanos esta involucrada en el acto depercibirlo directamente como energa.Aquellos chamanes descubrieron que en la parte posteriorde esa esfera luminosa haba un punto de brillo ms intenso an.A travs de procesos de observacin directa de la energa, sedieron cuenta de que se era el punto clave de la transformacinde la energa en datos sensoriales y en su posteriorinterpretacin. Por este motivo, lo denominaron punto de encaje,y consideraron que all la percepcin era conformada y reunida.Decan que el punto de encaje estaba ubicado detrs de losomplatos, a un brazo de distancia de ellos. Tambindescubrieron que el punto de encaje para todo el gnero humanoesta ubicado en ese mismo sitio, dando as a todo ser humano,individualmente, una visin similar del mundo.Un descubrimiento de enorme valor para estos chamanes -as como para los de las generaciones siguientes- fue que laubicacin del punto de encaje en ese lugar era el resultado deluso y la socializacin. Es por eso que consideraron que era unaposicin arbitraria, que solo nos da la ilusin de ser nicos eirrepetibles. Producto de esa ilusin es la conviccin,aparentemente inamovible, del ser humano de que el mundo enel que interactan a diario es el nico mundo que existe y que suinalterabilidad es innegable.-Creme -me dijo don Juan en cierta oportunidad-, esasensacin de irrevocabilidad no es sino una ilusin. Por el simplehecho de que nunca ha sido cuestionado, se lo tiene por el nicopunto de vista posible. Ver la energa como fluye en el universoes la herramienta que tenemos para desafiar ese concepto.Mediante el uso de esa herramienta, los brujos de mi linajellegaron a la conclusin de que, en realidad, exista unasorprendente cantidad de mundos accesibles a la percepcinhumana. Describan esos mundos como mbitos omni-incluyentes, mbitos en los cuales se puede actuar y luchar. Enotras palabras, son mundos en los que se puede vivir y morir, talcomo en este mundo de nuestra vida cotidiana.Durante los trece aos en que trabaj con l, don Juan me18ense los pasos bsicos para lograr la proeza de ver. He habladode esos pasos en todos mis escritos anteriores, pero nunca toquel punto clave del proceso: los pases mgicos, de los cuales lme ense una gran cantidad. Sin embargo, junto con el cmulode sus conocimientos, don Juan tambin me dej la certeza deque yo era el ltimo eslabn de su linaje. Aceptar esa realidadimplicaba automticamente que me caba la responsabilidad deencontrar nuevas formas de difundir el conocimiento de sulinaje, dado que la continuidad ya no era un tema en discusin.En este aspecto, tengo que clarificar un punto de sumaimportancia: don Juan Matus no tena inters en difundir susconocimientos; lo que s le interesaba era perpetuar su linaje. Susotras tres discpulas y yo -elegidos, como sola decir, por elespritu mismo, dado que l no haba tenido parte activa en esaeleccin- eramos el medio que asegurara esa perpetuacin. Porlo tanto, se aboc al titnico esfuerzo de ensearme todo lo quesaba sobre brujera, o chamanismo, y sobre el desarrollo de sulinaje.En el transcurso de mi formacin, don Juan advirti que miconfiguracin energtica era, segn l, tan inmensamente distintade la suya propia, que ello no poda significar otra cosa que el finde su lnea de descendencia. Le dije que me senta muy mal consu interpretacin, cualquiera fuese la diferencia invisible queexistiera entre nosotros. No me agradaba en absoluto cargar conel peso de ser el ltimo de su linaje, ni lograba comprender surazonamiento.-Los brujos del antiguo Mxico -me dijo en cierta oportunidad-crean que la capacidad de elegir, tal como la entiende el serhumano, es la condicin previa para lograr entender el universo,pero esto slo es una interpretacin benevolente de lo que enrealidad encuentra la conciencia cuando se aventura ms all delos lmites de nuestro mundo. El ser humano se halla tironeadopor diversas fuerzas, hacia variadas direcciones. El arte de losbrujos no consiste en elegir, sino en ser lo suficientementesutiles como para aceptar."Los brujos, an cuando parezca que no hacen otra cosa quedecidir, en realidad no toman decisin alguna -prosigui donJuan-. Yo no decid elegirte y no decid que t seras tal comoeres. Dado que no pude elegir a quin impartir mi conocimiento,tuve que19aceptar a quien el espritu me ofreciera. Y esa persona fuiste t:energticamente, t eres capaz solamente de finalizar algo, no decontinuarlo.Don Juan sostena que la terminacin de su linaje no tenanada que ver con l o con sus esfuerzos, o con su xito o sufracaso como brujo en la bsqueda de la libertad total. Lotomaba como algo que tena que ver con una eleccin ejercidams all del nivel humano, no por seres o entes, sino por lasfuerzas impersonales del universo.Finalmente, termin por aceptar lo que don Juan llamaba"mi destino". Aceptarlo me enfrent con otro tema, al cual l serefera como a cerrar la puerta cuando uno se va. Es decir, queyo asuma la responsabilidad de decidir exactamente qu hacercon todo lo que l me haba enseado y llevar mi decisin a laprctica en forma impecable. En primer lugar, me plante lapregunta de qu hacer con los pases mgicos, que constituan laparte ms pragmtica y funcional de todo el conocimiento queposea don Juan. Decid ensear los pases mgicos a todo aquelque deseara aprenderlos. Mi decisin de poner punto final alsecreto que los haba rodeado durante un tiempo indefinido fue,por supuesto, el corolario de mi total conviccin de que yo soy,en efecto, el ltimo eslabn del linaje de don Juan. Me resultabainconcebible pensar en guardar secretos que ni siquiera eranmos. Envolver los pases mgicos en un manto de ocultamientono haba sido decisin ma. Pero s lo era desvelarlos.A partir de ese momento, procur encontrar una forma msapropiada para cada uno de los pases mgicos, una forma que seadecuara a todos. La consecuencia fue la configuracin deformas ligeramente modificadas de cada uno de ellos. Eleg elnombre de "Tensegridad" para esa nueva configuracin demovimientos. El trmino pertenece al campo de la arquitectura,en cuyo contexto significa "la propiedad de estructurasesquelticas que emplean miembros de tensin continua ymiembros de compresin discontnua, en forma tal, que cadamiembro opera con un mximo de eficacia y economa deesfuerzo".A fin de explicar qu son los pases mgicos de los brujosque vivieron en Mxico en la antigedad, quisiera hacer unaaclaracin: "antigedad" significaba, para don Juan, una pocaque se remontabaa diez mil aos atrs o ms, un lapso que aparece comoincongruente si se lo analiza desde el punto de vista de losesquemas de clasificacin de los cientficos modernos. Cuandointerpel a don Juan respecto de la discrepancia entre suestimacin del tiempo y lo que yo consideraba una antigedadms realista, reiter su afirmacin. El tena la conviccin de quelos hombres que poblaban el Nuevo Mundo hace diez mil aosestaban profundamente preocupados y comprometidos con temasrelacionados con el universo y la percepcin, temas que elhombre moderno no ha comenzado siquiera a intuir.Independientemente de nuestras diferencias con respecto ala interpretacin cronolgica, la efectividad de los pases mgicosme resulta innegable y me siento obligado a presentar el temasiguiendo estrictamente la forma en que me fue mostrado. Elefecto directo que han tenido sobre m los pases mgicos influyprofundamente en la forma en que yo los manejo. Lo que hevolcado en este trabajo es un reflejo ntimo de esa influencia.20La primera vez que don Juan me habl de los pasesmgicos en forma detallada, fue en una oportunidad en la cualhizo un comentario despectivo sobre mi peso.-Ests un poco rechoncho -me dijo, inspeccionndome dela cabeza a los pies y meneando la cabeza en seal dedesaprobacin-. Un poco ms y sers directamente un gordo. Eldesgaste fsico pronto empezar a manifestarse en tu cuerpo.Como todos los de tu raza, ests desarrollando un bodoque degrasa en la nuca, como los que tienen los toros. Es hora de quetomes en serio uno de los hallazgos ms importantes de losbrujos: los pases mgicos.-De qu pases mgicos me habla, don Juan?- pregunt.Hasta ahora, nunca me los ha mencionado. O, si lo hizo, debe dehaber sido tan al pasar que no recuerdo nada al respecto.-No slo te habl mucho de los pases mgicos -replic-,sino que ya conoces muchos de ellos. Te los he venidoenseando desde que nos conocemos.Que yo supiera, no era cierto que me hubiese enseadopase mgico alguno. Le reiter mi ignorancia sobre el tema.-No te apasiones tanto en la defensa de tu maravilloso "yo" -medijo en tono de broma, haciendo un gracioso gesto de disculpacon las cejas-. Me refiero a que imitas todo lo que hago, y yo heaprovechado esa capacidad de imitacin. Te he estado enseandovarios pases mgicos, y siempre pensaste que me divertahaciendoPASES MAGICOS22sonar mis articulaciones. Me encanta esa interpretacin tuya.Hacer sonar mis articulaciones! Nos seguiremos refiriendo a lospases mgicos de esa manera."Te ense diez formas diferentes de hacer sonar lasarticulaciones -sigui diciendo-. Cada una de esas formasconstituye un pase mgico que se adecua a la perfeccin a micuerpo y al tuyo. Podra decirse que esos pases mgicos sontuyos y mos. Nos pertenecen en forma personal e individual, talcomo pertenecieron a los otros brujos que eran exactamentecomo nosotros dos durante las veinticinco generaciones que nospreceden.Los pases mgicos a los que se refera don Juan, tal comol mismo deca, eran las formas en las que yo consideraba quehaca sonar sus articulaciones. Sola mover los brazos, laspiernas, el torso y las caderas en forma determinada a fin delograr, a mi juicio, una elongacin mxima de sus msculos,huesos y ligamentos. Yo vea el resultado de esos movimientosde elongacin como una sucesin de ruiditos que siempre creque l produca para sorprenderme y divertirme. La verdad eraque, una y otra vez, me invitaba a imitar sus movimientos. Conuna actitud casi arrogante, me desafiaba a que recordara losmovimientos y los repitiera en casa hasta lograr que misarticulaciones sonaran como las suyas.Nunca logr reproducir esos sonidos y, sin embargo, nocabia duda de que, sin darme cuenta, haba aprendido todos losmovimientos. Ahora s que no poder hacer esos ruiditos era enrealidad una suerte, dado que los msculos y los tendones de losbrazos y de la espalda jams deben ser forzados hasta ese punto.Don Juan haba nacido con la facilidad de hacer sonar lasarticulaciones de brazos y espalda, as como algunas personaslogran hacerlo, sin dificultad alguna, con los nudillos.-Cmo fue que los antiguos brujos inventaron esos pasesmgicos, don Juan? -le pregunt.-Nadie los invent -me respondi con gesto severo-.Pensar que fueron inventados implica de inmediato laintervencin de la mente, y ste no es el caso en lo que a esospases mgicos se refiere. En realidad fueron descubiertos por loschamanes de la antigedad. Me dijeron que todo comenz con laextraordinaria sensacin de23bienestar que ellos experimentaban cuando se encontraban en unestado chamanstico de conciencia acrecentada. Sentan un vigortan enorme y fascinante, que hicieron todo lo posible por recrearesa sensacin en el estado normal."Al principio -me explic don Juan-, aquellos chamanescrean que se trataba de un estado de bienestar general creado porla conciencia acrecentada. Sin embargo, pronto descubrieronque no todos los estados de conciencia acrecentada en queingresaban les produca el mismo bienestar. Un anlisis mscuidadoso les revel que, cada vez que se produca esasensacin, estaban realizando algn tipo especfico demovimiento fsico. Se dieron cuenta de que, mientras seencontraban en un estado de conciencia acrecentada, el cuerpose les mova involuntariamente en una forma determinada, y queesa forma determinada de movimiento era la causa de aquellasensacin inusual de plenitud fsica y mental.Don Juan dijo que siempre le haba parecido que losmovimientos ejecutados automticamente por aquellos chamanesen estado de conciencia acrecentada eran, en realidad, unaespecie de herencia oculta de la humanidad, un conocimientoque haba quedado almacenado en recnditas profundidades paraser revelado slo a aquellos que lo buscaban deliberadamente.Don Juan se refera a aquellos brujos como buzos de marprofundo que, sin saberlo, recuperaron ese conocimiento.Don Juan deca que esos brujos comenzaron a recomponerafanosamente, parte por parte, aquellos movimientos quelograban recordar. Sus esfuerzos dieron fruto, y consiguieronrecrear algunos de los que les haban parecido reaccionescorporales automticas en un estado de conciencia acrecentada.Alentados por su xito, reconstruyeron cientos de esosmovimientos, que llevaban a cabo sin intentar siquieraclasificarlos y ordenarlos en un esquema inteligible. Su idea eraque, en el estado de conciencia acrecentada, esos movimientos sehaban producido en forma espontnea, y que haba una fuerzaque guiaba sus efectos, sin intervencin de la voluntad.Don Juan comentaba que la naturaleza de esosdescubrimientos siempre lo indujo a creer que los brujos de laantigedad eran seres extraordinarios, ya que los movimientosque descubrieron nuncafueron revelados de la misma manera a los chamanes de lamodernidad cuando stos, a su vez, ingresaban en un estado deconciencia acrecentada. Quizs eso se deba a que los chamanesmodernos haban aprendido de antemano, de sus predecesores,esos movimientos. O, tal vez, los brujos de la antigedad habantenido una masa energtica mayor.-Qu quiere decir con eso don Juan? Qu significa"masa energtica mayor"? -le pregunt-. Acaso eran individuosms altos?-No creo que fsicamente fuesen ms grandes -repuso donJuan-, pero energticamente aparecan ante el ojo del videntecomo una forma oblonga. Se autodenominaban huevosluminosos. Yo nunca he visto un huevo luminoso en mi vida. Loque s he visto son esferas luminosas. Cabe suponer, por lo tanto,que el hombre, a travs de las generaciones, ha perdido una ciertacantidad de masa energtica.Don Juan me explic que, para un vidente, el universo estconformado por una cantidad infinita de campos energticos, queaparecen a sus ojos como filamentos luminosos que se dispersanen todas direcciones. Don Juan deca que esos filamentos seentrecruzan entre las esferas luminosas de los seres humanos yque es razonable suponer que, si el ser humano alguna vez fue deforma oblonga, como un huevo, haba sido mucho ms alto queuna esfera luminosa. Don Juan senta que eso representaba unaprdida de masa energtica que pareca haber sido crucial pararecuperar ese tesoro oculto que conformaban los pases mgicos.-Por qu esos pases de los chamanes de la antigedad sedenominan pases mgicos? -le pregunt a don Juan.-No solo se denominan pases mgicos -me dijo-. Lo son!Producen un efecto que no puede ser explicable de ninguna otramanera. Esos movimientos no son ejercicios fsicos ni simplesposturas del cuerpo. Son un intento real y profundo por alcanzarun estado ptimo de ser.La magia de los movimientos -sigui diciendo- es uncambio sutil que el practicante experimenta al ejecutarlos. Es unacualidad efmera que el movimiento aporta al estado fsico ymental, una especie de resplandor, una luz en los ojos. Esecambio sutil es un toque del espritu. Es como si los practicantes,a travs de los movimientos2425restablecieran un eslabn perdido con la fuerza vital que lossostiene.Adems, me explic que otra razn por la cual losmovimientos son denominados pases mgicos es que, alpracticarlos, el chamn es transportado, en trminos depercepcin, a otros estados de ser, en los cuales puede percibir elmundo de manera indescriptible.-A causa de esa cualidad, de esa magia -me dijo don Juan-,los pases no deben ser practicados como ejercicios sino comouna forma de accin para atraer poder.-Pero, pueden ser tomados como movimientos fsicos,an cuando nunca fueron considerados como tales? -pregunt.-Los puedes practicar como quieras -me contest donJuan-. Los pases mgicos incrementan la conciencia, no importacmo los consideres. Lo ms inteligente sera tomarlos como loque son: pases mgicos que, al ser practicados, inducen alpracticante a dejar caer la mscara de la socializacin.-Qu es la mscara de la socializacin? -le pregunt.-La apariencia superficial y falaz que todos defendemos aultranza -contest-. La apariencia superficial que adquirimos enel mundo. La que nos impide alcanzar nuestro mximo potencial.La que nos hace creer que somos inmortales. El intento de milesde brujos impregna a estos movimientos. Ejecutarlos, aunque seaen forma casual, hace que la mente se detenga.-Qu quiere decir con eso de que hacen que la mente sedetenga?-Todo cuanto hacemos en este mundo -me explic-, loreconocemos e identificamos convirtiendolo en lneas desimilitud, en lneas de cosas que estn unidas entre s por unpropsito. Por ejemplo, si yo digo tenedor, de inmediatoasocias ese concepto con los de cuchara, cuchillo, mantel,servilleta, plato, taza, copa de vino, carne, banquete, cumpleaos,fiesta. Sin duda podras seguir enumerando al infinito cosasrelacionadas por un mismo propsito. Todo lo que hacemos estenhebrado de esa manera. Lo extrao de los brujos es que ellosven que todas esas cadenas de afinidad, todas esas lneas decosas enhebradas por un mismo propsito, se encuentranasociadas con la idea humana de que las cosas son inmutables y26eternas, como la palabra de Dios.-Don Juan, no entiendo por qu introduce la palabra deDios en esta conversacin. Qu tiene que ver la palabra de Dioscon todo lo que usted est tratando de explicarme?-Absolutamente todo! -Replic el-. Parecera que, ennuestra mente, todo el universo es como la palabra de Dios:absoluta e inmutable. As nos comportamos. En lo ms profundode nuestra mente detenernos a analizar el hecho de que lapalabra de Dios, tal como la aceptamos y consideramos,pertenece a un mundo muerto. Por el contrario, un mundo vivoest en un constante fluir. Se mueve. Cambia. Revierte su curso.La razn ms abstracta por la cual esos pases de losbrujos de mi linaje son mgicos -continu don Juan- es que, alrealizarlos, el cuerpo del practicante comprende que todo, enlugar de ser una cadena ininterrumpida de objetos afines entre s,es una corriente, un flujo constante. Y que si todo en el universoes un flujo, una corriente, esa corriente se puede detener. Se lepuede oponer un dique y, de esa manera, el flujo se puedecontener o desviar.En cierta ocasin, don Juan me explic el efecto generalque tenan los pase mgicos sobre los brujos de su linaje, yrelacion ese efecto con lo que le pasara a un practicante ennuestros tiempos.-Los brujos de mi linaje -me dijo- sufrieron un violentoimpacto cuando se percataron de que la prctica de los pasesmgicos produca la detencin del fluir de las cosas, que, de otramanera, se produce de modo ininterrumpido. Elaboraron unaserie de metforas para describir esa detencin y, en su esfuerzopor explicarla o reconsiderarla, la desnaturalizaron. Creyeronque, si determinadas ceremonias y rituales se concentraban en unaspecto definido de sus pases mgicos, estos mismos atraeran unresultado especfico. Bien pronto, la cantidad y complejidad desus ritos y ceremonias fueron una carga mayor que la cantidad delos pases mgicos en s mismos.Es muy importante -prosigui- focalizar la atencin delpracticante en algn aspecto definido de los pases mgicos. Pero27debera ser una focalizacin leve, divertida y carente demorbidez e inflexible severidad. Los pases deberan llevarse acabo por el placer de realizarlos, sin esperar recompensasespecficas.Cit el ejemplo de uno de sus colegas, un brujo llamadoSilvio Manuel, cuyo mayor placer consista en adaptar los pasesmgicos de los brujos de la antigedad a los pasos de las danzasmodernas. Don Juan describi a Silvio Manuel como unexcelente acrbata y bailarn que, concretamente, bailaba lospases mgicos.-El nagual Elas Ulloa -sigui diciendo don Juan- fue elms eminente innovador de su linaje. Fue l quien tir todos losrituales por la ventana y practic los pases mgicosexclusivamente con la finalidad con que fueran utilizados en elpasado remoto: la redistribucin de la energa.El nagual Julin Osorio, que lo sucedi, fue quien dio elgolpe de gracia al ritual. Como l era un excelente actorprofesional que, en su momento, se haba ganado la vidahaciendo teatro, puso enorme nfasis en lo que los brujosllamaban el teatro chamnico. El lo denomin el teatro delinfinito y, a travs del mismo, canaliz todos los pases mgicos alos que tena acceso. Cada movimiento de sus personajes estabaimbuido al mximo de sus pases mgicos. No slo hizo eso, sinoque logr que el teatro fuera un nuevo canal para la enseanza delos mismos. Entre el nagual Julin, el actor del infinito, y SilvioManuel, el bailarn del infinito, dieron un vuelco a los pasesmgicos. Con ellos, una nueva era asom en el horizonte: la erade la redistribucin de energa pura.La explicacin que el trmino redistribucin daba donJuan era que, lo que el ser humano perciba como conglomeradosde campos energticos, eran unidades energticas selladas conlmites definidos, que no permitan la entrada ni la salida deenerga. Por lo tanto, la energa existente dentro de eseconglomerado de campos energticos era lo nico con lo que elindividuo poda contar.-La tendencia natural del ser humano -afirmaba don Juan-es desplazar la energa de los centros de vitalidad, ubicados en ellado derecho del cuerpo en el borde de la caja torcica, en lazona del hgado y de la vescula, en el lado izquierdo del cuerpo,tambin en el borde de la caja torcica, en el rea del pncreas ydel bazo; en la parte28dorsal, detrs de los otros centros, alrededor de los riones einmediatamente por encima de stos, en el rea de las glndulassuprarrenales; en la base del cuello, en la V formada por elesternn y la clavcula; y en la zona del tero y de los ovarios enla mujer.-De qu manera desplaza el hombre la energa de loscentros de vitalidad? -Pregunt.-A travs de las preocupaciones -me contest-.Sucumbiendo al estrs de la vida cotidiana. La compulsin deldiario devenir exige al cuerpo un alto precio.-Y qu ocurre con esa energa desplazada? -quise saber.-Se acumula en la periferia de la esfera luminosa -meexplic don Juan-; a veces, en tal grado, que llega a formar undepsito grueso como una corteza. Los pases mgicos serelacionan con la totalidad del ser humano como cuerpo fsico ycomo un conglomerado de campos de energa. Remueven laenerga que se ha acumulado en la esfera luminosa y ladevuelven al cuerpo fsico. Los pases mgicos activan tanto elcuerpo mismo como entidad fsica que sufre la dispersin deenerga, como el cuerpo como entidad energtica capaz deredistribuir la energa dispersa.La energa ubicada en la periferia de la esfera luminosa -sigui diciendo-, es decir, la energa que no es redistribuida, estan intil como si uno no la tuviera. En realidad, es una situacindifcil de sobrellevar el tener un exceso de energa almacenada enun lugar inaccesible para cualquier fin prctico. Es como estar enel desierto, murindose de deshidratacin y llevar a cuestas untanque de agua que no se puede abrir por carecer de lasherramientas necesarias. En ese desierto, ni siquiera puedesencontrar una roca con la cual romper la tapa de ese tanque.La verdadera magia de los pases mgicos radica en elhecho de que hacen que la energa desplazada hacia la periferiavuelva a los centros de vitalidad, logrando la sensacin debienestar y autodominio que experimenta el practicante. Losbrujos del linaje de don Juan, antes de ingresar en el exceso deritual y las sobrecargadas ceremonias, haban formulado la basepara esa redistribucin. La denominaban saturacin, queriendoindicar con ello que inundaban sus cuerpos con una profusin depases mgicos a fin de permitir29que la fuerza que nos aglutina guiara esos pases mgicos paraque generaran una mxima redistribucin de energa.-Pero, don Juan, quiere decir que cada vez que usted hacesonar sus articulaciones o cada vez que yo intento imitarle, lo queestamos haciendo es, realmente redistribuir energa? -Lepregunt sin la menor intencin de parecer sarcstico.-Cada vez que ejecutamos un pase mgico -me contest,muy serio-, estamos, en efecto, alterando la estructura bsica denuestro ser. La energa, que normalmente est apelmazada, selibera y comienza a ingresar en los vrtices de vitalidad delcuerpo. Slo a travs de esa energa recuperada podemos levantarun dique, una barrera para contener el flujo, que de otra formasera incontenible y siempre deletro.Le ped a don Juan que me diera un ejemplo de poner unabarrera a lo que l denominaba flujo deletreo. Le dije que queravisualizarlo mentalmente.-Te dar un ejemplo -me dijo-. A mi edad, yo debera sufrirde hipertensin. Si consultara a un mdico, ste, al verme,supondra que soy un viejo indio lleno de incertidumbres,frustraciones, y mal alimentado, todo lo cual contribuye a lahipertensin: algo lgico y esperable a mi edad.Yo no tengo ni el mnimo problema de hipertensin -prosigui-, no porque sea ms fuerte que el hombre promedio demi edad, o por mi contextura gentica, sino porque mis pasesmgicos han permitido que mi cuerpo rompiera con cualquieresquema de conducta que pudiera conducir a la hipertensin.Puedo decir, sin faltar a la verdad, que cada vez que hago sonarmis articulaciones al realizar un pase mgico, estoy bloqueandoel flujo de las expectativas y del comportamiento que,normalmente, a mi edad, tendra por consecuencia el aumento dela presin sangunea.Otro ejemplo que puedo darte es la agilidad de misrodillas -continu. No has notado cunto ms gil que t, soyyo? En lo que a mover mis rodillas se refiere, soy un joven! Conmis pases mgicos, he puesto un dique a la corriente de conductay fisicalidad que hace que las rodillas de la gente, tanto delhombre como de mujeres, se entumezcan con la edad.30Una de las sensaciones ms irritantes que experiment enmi vida fue causada por el hecho de que don Juan Matus, a pesarde que habra podido ser mi abuelo, era infinitamente ms jovenque yo. En comparacin con l, yo estaba entumecido, era tercoy reiterativo. En una palabra, estaba senil. El, por el contrario,era fresco, creativo, gil, y estaba lleno de recursos. En sntesis,posea algo que yo, a pesar de ser joven, no tena: juventud. Sedeleitaba repitindome que tener pocos aos no significaba tenerjuventud, y que ser joven no exclua que uno estuviera senil.Seal que, si yo observaba cuidadosa y desapasionadamente amis congneres, podra corroborar que, cuando llegaban a losveinte aos, ya estaban seniles, repitindose neciamente.-Cmo es posible, don Juan -le dije-, que usted sea msjoven que yo?-He vencido a mi mente -respondi, abriendo mucho losojos como para denotar su perplejidad-. No tengo una mente queme diga que es hora de ser viejo. No cumplo con acuerdos queyo nunca he suscrito. Recuerda una cosa: esto de no cumpliracuerdos en cuya confeccin no se ha participado no es uneslogan que slo vale para brujos. Padecer de vejez es uno deestos acuerdos.Permanecimos largo tiempo en silencio. Don Juan parecaesperar el efecto que sus palabras me haban causado. Lo que yoconsideraba que era mi unidad psicolgica se vio desgarrada msan por una respuesta claramente ambivalente de mi parte. Encierto nivel, repudiaba con todas mis fuerzas las tonteras quedon Juan estaba expresando; en otro, sin embargo, no poda dejarde darme cuenta de lo ciertas que eran sus observaciones. DonJuan era viejo y sin embargo, no era viejo en absoluto. Era siglosms joven que yo. Estaba libre de pensamientos y de hbitos queconstituyeran una traba para l. Vagaba a travs de mundosincrebles. Era libre mientras que yo estaba aprisionado porrgidos hbitos y formas de pensar, por consideracionesmezquinas y vanas sobre m mismo; en aquel momento, sent porprimera vez que tales consideraciones ni siquiera eran mas.En cierta oportunidad, interrogu a don Juan acerca dealgo que desde haca tiempo me vena preocupando. El habaafirmado que los brujos del antiguo Mxico descubrieron lospases mgicos, que30constituan una especie de tesoro oculto en las profundidades deltiempo para que el hombre lo pudiera descubrir. Quera saberquin ocultaba algo as para que el ser humano lo encontrara. Lanica idea que me poda formar al respecto provena delcatolicismo. Pens que ese alguien poda ser Dios, o un ngelde la guarda, o el Espritu Santo.-No es el Espritu Santo -me dijo don Juan-, que slo essanto para ti porque secretamente eres catlico. Y por cierto queno es Dios el padre benvolo que t imaginas cuando utilizas eltrmino Dios. Tampoco es una diosa, una madre que nutre alhombre y lo cuida, como muchos creen. Es ms bien una fuerzaimpersonal que dispone de infinitas posibilidades para ofrecer aquienes se atreven a buscarlas. Es una fuerza en el universo,como la luz o la gravedad. Es un factor aglutinante, una fuerzavibratoria que rene el conglomerado de campos energticos queson los seres humanos en una sola unidad, concisa y coherente.Esa fuerza vibratoria es el factor que impide la entrada o salidade energa de la esfera luminosa.Los brujos del antiguo Mxico -prosigui- crean que laejecucin de sus pases mgicos era el nico factor que preparabay conduca el cuerpo hacia la corroboracin trascendental de laexistencia de dicha fuerza aglutinadora.A partir de las explicaciones de don Juan llegu a laconclusin de que la fuerza vibratoria de que hablaba, esa fuerzaque aglutina nuestros campos de energa, es aparentementesimilar a lo que los astrnomos de la modernidad creen quesucede en el ncleo de todas las galaxias que existen en elcosmos. La teora es que, en el ncleo o centro de esas galaxias,una fuerza de incalculable potencia mantiene en su sitio lasestrellas que conforman cada galaxia. Esa fuerza, denominadaagujero negro, es una interpretacin terica que pareceraofrecer la explicacin ms razonable de por qu las estrellas nose dispersan, impulsadas por su propia velocidad de rotacin.Don Juan deca que los antiguos brujos saban que losseres humanos, considerados como conglomerados de camposenergticos, deben su cohesin no a una envoltura o a ligamentosenergticos, sino a una vibracin que mantiene, a un tiempo, alunin y la vida. Don Juan explicaba que esos brujos, gracias asus prcticas y su disciplina, se31volvan capaces de manejar esa fuerza vibratoria, una vez quetomaban plena conciencia de ella. La pericia en ese manejo sevolvi tan extraordinaria, que sus acciones se transformaron enleyendas, en hechos mitolgicos que slo existan como fbulas.Por ejemplo, una de las historias que don Juan contaba sobre losbrujos de la antigedad deca que eran capaces de disolver sumasa fsica con slo poner el total de su conciencia y de suintento en esa fuerza.Don Juan afirmaba que, a pesar de que eran capaces depasar por el ojo de una aguja si lo consideraban necesario, nuncallegaron a sentirse del todo satisfechos con los resultados de esamaniobra de disolucin de su masa. El motivo de su descontentoera que, una vez que la masa haba sido disuelta, su capacidad deactuar desapareca. Slo les quedaba la alternativa de ser testigosde hechos en los que les resultaba imposible participar. Laconsiguiente frustracin, consecuencia de quedar incapacitadospara la accin, se convirti, segn don Juan, en la falla que loscondenara: su obsesin por descubrir la naturaleza de esa fuerzavibratoria, una obsesin nacida a partir de ser concretos, hacaque desearan poder retener y controlar esa fuerza. Su deseoferviente era lograr ese control a partir de una condicinfantasmagrica, caervgfehisgesuirvgrente de masa fsica. Algo que, segn donJuan, era imposible de lograr.Los practicantes de nuestros das, herederos culturales deaquellos brujos de la antigedad, optaron, una vez descubierta laimposibilidad de manejar la fuerza vibrrdfveoireosiurvesurigeatoria a partir de unaposicin concreta y utilitaria, por la nica alternativa racional:tomar conciencia de esa fuerza sin buscar otro propsito que laelegancia y bienestar que brinda el conocimiento.-El nico momento en que a los brujos de la modernidadles es permitido utilizar el poder de la fuerza vibratoriaaglutinante -me dijo en cierta oportunidad- es cuando ardendesde adentro, cuando les llega el momento de dejar el mundo.Para un brujo es sumamente fcil ubicar su total y absolutaconciencia en esa fuerza aglutinante, con el intento de arder; yas parten, como un soplo.32Tensegridad jihwioeufnhiwsdfv