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1 Enrique E. Mari Elementos de epistemología comparada (.\ W editores ··-- INTRODUCCION En este libro se agrupan dos contribuciones: !)Elementos de epistemología comparada, y 2) EL concepto de verdad en Karl Popper: Como apéndice. se añade el texto del artículo "La verdad en la filosofia a fi- nes de nuestro siglo". publicado por la Revista Acción CulturaL núm. 1, Buenos Aires, diciembre de 1988. Puesto que el eje central y común a estos textos es la idea de examinar la epistemología desde un punto de vis- ta comparado, se asigna al libro el nombre de la primera investigación: Elementos de epistemología comparada. El restante, aunque se refiere en particular a un pensador del área anglosajona, Karl Popper, lo hace siempre en contacto con otros filósofos del continente europeo. Sl hay algo que caracteriza el estado de la filosofia en nuestro siglo es el predominio de la epistemología, que asumió condición de discurso dominante, en función de un período histórico de gran desarrollo científico y tecno- lógico, especialmente. en el capitalismo de organización o tardío. En 1984 tuve ocasión de redaciar el "Prefacio" a la versión castellana del libro de Dominlque Lecourt L'or- dre et lesjeux. Le positivismo logique en queslión (Buenos Aires. Ediciones de la Flor) donde anticipé parte de los motivos por los que me pareció válida su sugerencia de fomentar estudios en los que filósofos de tendencia an- glosajona y otros del área continental eurd'pea fueran puestos en correlación y cotejo comparativo. La ausencia de una epistemología comparada es una notoria laguna en los estudios de historia y filosofia de la ciencia, lagu- na que se vincula básicamente con el hecho de que lo más esencial del panorama de la epistemología se haya recortado. sobre el análls.is.del mat.er.iaLabstraclo de las teorías de la ciencia y los procedimientos formales de la lógica y la metodología científica. 11 /./-

Mari - Elementos de Epistemologia Comparada-falta-cap-II

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    Enrique E. Mari

    Elementos de epistemologa comparada

    (.\ pun~osurr W editores ~~--- --

    ~'

    INTRODUCCION

    En este libro se agrupan dos contribuciones: !)Elementos de epistemologa comparada, y 2) EL

    concepto de verdad en Karl Popper: Como apndice. se aade el texto del artculo "La verdad en la filosofia a fi-nes de nuestro siglo". publicado por la Revista Accin CulturaL nm. 1, Buenos Aires, diciembre de 1988.

    Puesto que el eje central y comn a estos textos es la idea de examinar la epistemologa desde un punto de vis-ta comparado, se asigna al libro el nombre de la primera investigacin: Elementos de epistemologa comparada. El restante, aunque se refiere en particular a un pensador del rea anglosajona, Karl Popper, lo hace siempre en contacto con otros filsofos del continente europeo.

    Sl hay algo que caracteriza el estado de la filosofia en nuestro siglo es el predominio de la epistemologa, que asumi condicin de discurso dominante, en funcin de un perodo histrico de gran desarrollo cientfico y tecno-lgico, especialmente. en el capitalismo de organizacin o tardo.

    En 1984 tuve ocasin de redaciar el "Prefacio" a la versin castellana del libro de Dominlque Lecourt L'or-dre et lesjeux. Le positivismo logique en queslin (Buenos Aires. Ediciones de la Flor) donde anticip parte de los motivos por los que me pareci vlida su sugerencia de fomentar estudios en los que filsofos de tendencia an-glosajona y otros del rea continental eurd'pea fueran puestos en correlacin y cotejo comparativo. La ausencia de una epistemologa comparada es una notoria laguna en los estudios de historia y filosofia de la ciencia, lagu-na que se vincula bsicamente con el hecho de que lo ms esencial del panorama de la epistemologa se haya recortado. sobre el anlls.is.del mat.er.iaLabstraclo de las teoras de la ciencia y los procedimientos formales de la lgica y la metodologa cientfica.

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  • Si damos a la lgica y a la metodologa de la ciencia la condicin de ncleo esencial de la epistemologa, y es es-to lo que ha ocurrido en el pensamiento contemporneo, tendremos una e.xplicacin clara de por qu hablar de epistemologa y de epistemologa anglosajona es
  • I. LA FILOSOFIA Y SUS FORMAS CAMBIANTES

    l. OBJETIVOS DEL TRABAJO

    En el presente trabajo voy a defender la tesis de que lo que aparentan ser formas, divisiones o ramas de la fosofia, segn distintos criterios clasificatorios, no expresan sino el juego

    ' .cambiante de las fuerzas sociales en una poca histrica dada. . : -'Que en la poca contempo1!'~~~_!~_!9.fifi~pl~..99t_!f~,~~~~!;l)~q.t;!e .J se manifiesta-ese-;uego-es!a ~plstemologa. En las partes II y III

    dd trabajo. me referir a dos importantes comentes de nuestro siglo, la filosofia de la ciencia angl~~~j~!1-~"YJ--~~.uela matei:ia-lista francesa. Defender, asimismo, la idea de promover una epTstettiOl:Ogf comparada.

    2: LA FILOSOFIA Y SUS FORMAS

    La filosofia es un tipo muy peculiar del disctirso social, En lti-mo trmino. su piiiitipi-f1fin-ha sido enunciar. a travs de distintas tesis y categonas:-esctectr

  • cualquier otro tipo de smbolo grfico) fue. en verdad, expresiva de una nueva definicin en las relaciones de poder transporta-das del .primero al segundo tnh.no-del piorganizacin mate-rial/discurso filosfico .. La complejidad de esta organizacin material. sus distintas instancias. la diversificacin de los me-canismos de transporte opacados por la circunstancia - que constituye el principal negocio del idealismo filosfico- de que para tematlzar la relacin hechos-lenguaje siempre tengamos que referirnos a los primeros mediante el segundo, incidieron, entre otras razones. para que el nivel acadmico se haya abs-trado de esta rotacin histrica en las formas exhibidas por la filosofia. Filsofos y pedagogos, en efecto, nunca dieron razones suficientemente convincentes sobre el predominio de alguna de esas formas o regiones en una sociedad y poca determinadas. Con lo que asimismo qued sin explicar el desplazamiento de las otras, su subsistencia secundaria y residual y las condicio-nes proVisorias del relevo histrico-temporal. A lo sumo, se consider el fenmeno como una cuestin de seleccin de pro-blemas, guiada quiz por una evolucin esttica en los gustos del filosofar. o por el empleo de opciones segn el tempe-ramento generacional. Tambin muchas veces la presentacin de la filosofia. en una de sus formas prioritarias. se fundamen-t en los te.-..::tos como un problema de clasi1kacin metodol-gica. siendo la forma dominante la raz, el cimiento. y las for-mas desplazadas simples sectores; as ocurra en Wolff para quien la ontologa constitua el ncleIl ~=su TTiodo_Erioritano. Pero aun con esta reserva~-e hilo conductor .:onguracorno-tlo esquema una afirmacin que tienta a fci-les contraejemplos polmicos: Por qu se desplaza a la moral

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    de ese esquema? Qu e.xplica la persistencia secular de la me-tafisica? Qu lugar ocupa la lgica? etctera.2

    A la tentacin polmica le resulta en cambio menos fcil e.-..::-plicar no slo el fundamento de cada clasificacin. lo que en de-finitiva se remitira a doblar las propias razones esgrimidas por los filsofos clasificadores. sino dos puntos capitales. A saber: por qu cada cuadro exhibe a una de las formas del discurso fi-losfico como la dominante bajo la designacin de ftlosofia pri-mera, cimiento, o raz y a las 'formas subordinadas como filoso-fias segundas, ramas o sectores secundarios y subordinados. En segundo lugar. por qu. "de hecho". la simple y aparente cla-sificacin metodolgica reflejaba plenamente el dominio efectivo de la forma identificada en el cuadro. Recordemos como un ejemplo relevante de esa correspondencia el relativo a la e.-..::plica-cin tradicional del origen de la palabra metafisica que, atribui-do a la denominacin especial en la clasificacin de las obras de Aristteles hechas en el siglo I por Andrnico de Rodas - ubica-cin de los libros que tratan de la filosofia delrs de los libros de la fisica- coincidi en la realidad con el hecho de ser, por parte de Aristteles. la forma dominante de la fosofia de su poca, la fllosofia primera o sea un significado ms profundo. conslilutivo de un saber que pretenda penetrar en lo que est situado ms all o detrs del ser fisico en cuanto tal. 3

    El hecho cierto es que el esquema propuesto seala un in-negable curso de secularizacin de la filosofia que desemboca en nuestro siglo con el predominio de la epistemologa o filoso-fia de la ciencia, a pesar de que puedan conspirar contra su aceptacin dos situaciones que. aparentemente ajenas al es-quema, en cuanto lo complican formalmente. integran la tesis que se defiende en la primera parte de este trabajo. Recorde-mos nuevamente esta tesis sin duda polmica y provocativa: aunqu dividida en partes. ramas o sectores, la pretendida uni-dad del saber del discurso filosfico se reivindic siempre con recurso al predominio de uno de los sectores o formas. Lo que se enmascara detrs de la clasificacin metodolgica que e.-..::pli-cita ese predominio es la demanda de la especificidad requerida al pensamiento filosfico para armonizarlo y compalibilizarlo con el conjunto de ideas de una sociedad segn su desarrollo.

    Tenernos pues un esquema (sucesin temporal de las diver-sas formas de la ..filasa!al y una tesis (esta Slu-esIDn e:.q:nm--cl juego cambiante de fuerzas histricas que exceden el plano de la filosofia). La tesis sostiene por supuesto mucho mas que el esquema. tiene ms sontenido semntico, asevera ms cosas que ste .. La aceptacin del esquema no obliga a aceptar la te-

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  • ss. La prueba de sta excede los limites de un simple estudio sobre los cambios en las formas. es decir una invesllgacin es-trictamente ftlosfica o de historia de la ftlosofia para ubicarse en el marco de la teoria de la historia o sea de la ciencia del de-sarrollo de las estructuras sociales, identificando el lugar y me-canismos de las ideas en el seno de cada una de stas. Esta te-sis est muy expuesta. por cierto, a la rplica frontal de los fil-sofos de profesin que tienen a mano como contraejemplo a la Mftlosofia perennew. Y no hay mucho de qu extraarse. A dife-rencia de la literatura. como apuntara Marx con agudeza. la profesin Mno ha producido todava el Quijote que haya tenido que arrepentirse de creer en la compallbilldad de la caballera andante con todas las formas de la sociedad. Volcaremos, em-pero. nuestra opinin en funda."Ilentar por qu es la epistemo-loga la forma privilegiada de nuestro tiempo y. a partir de este reconocimiento. elaboraremos algunas notas sobre su enfrenta-miento global con las formas tradicionales precedentes y sobre sus controversias intestinas.

    Retengamos pues nuestra atencin en las anticipadas difi-cultades que obstaculizan la aceptacin del esquema, a fin de acercarnos a los anlisis centrales de la tesis. Las llamaremos a) y b) respectivamente. La dificultad a) concierne a la escisin entre la ciencia y la ftlosofia: la b} a la transformacin que, en este siglo y parte del precedente. se viene operando en una de esas formas, la teora del conocimiento. Llamamos a estos fen-menos dificultades que conspiran contra 1a aceptacin del es-quema porque ste alude al reemplazo de formas Mfilosficas~ en una sucesin aparentemente lineal, mientras que a) descri-be la separacin de la filosofia de un discurso, el cienlifico. de naturaleza distinta. Y b) no es la descripcin de una forma que sustituye a otra, sino que acaece en el marco de una misma forma. la teora del conocimiento. Aunque aparentemente ex-traos y distintos a) y b) son. como trataremos de justificar. dos fenmenos inherentes a la misma cuestin.

    Es sabido que la filosofia tradicional est inspirada en la conviccin de la Unraacfdeisabero-u_;i~da--d.el pensamiento humann-;-tesI~n:n cuyo fondo no es dificil rastrea:r10scorili= dCiSrelrgrosos-;y-que-.se-naviStopredsaaa. de-refrmulaciones-a mecud que-elaesarrollo y la complejidad de los medios de vida iban exigiendo la independencia y autonoma de tramos y fran-jas del saber secularizados como mecanismos de conocimien-tos. Histricamente. la aparicin de cada tramo consisti en re-voluciones cientificas que repercutieron en un movimiento pa-ralelo y doble: separacin gradual de la ciencia con relacin a la

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    filosofia: reestructura. con motivo de esta separacin, del cua-dro filosfico del mundo a travs de nuevas imgenes o concep-ciones receptadas en sistemas ligados a la apertura del nuevo tramo cognoscitivo. Alejandro Koyr tematiza as este fenme- __ no: ML.a influencia del pensamiento cientifico y de la visin del mundo que determina no est solamente presente en los siste-mas - tales como los de Descartes o de Leibniz- que abierta-mente se apoyan en la ciencia, sino tambin e.o.dactr.mas -co-mo las msticas- aparentemente extraas a toda preocupacin de este gnero. El pensamiento, cuando se formula en sistema, implica una imagen o, mejor, una concepcin del mundo y se sita por relacin a ella: la mstica de Boehms es rigurosamen-te incomprensible sin referencia a la nueva cosmologa creada por Coprnico". 4

    3. EL USO PRACTICO O IDEOLOGICO DE LA UNIDAD DEL SADER

    Resguardado en su origen divino el principio de la unidad del pensamiento, al transferirse del campo de la religin a la filoso-fia - un pasaje por otro lado sumamente velado, complejo y cruzado- no pudo beneficiarse ms de la univocidad de Munaw forma del discurso en donde se compactaban religin-ciencia-filosofia, forma unitaria demandada para los fines prcticos (Ideolgicos) de la sociedad antigua.s Al estudiar este fenmeno Philipp Frank 6 logra una completa captacin terica del carc-ter y naturaleza de las demandas ideolgicas que eran correlato de esa unidad discursiva. y formula un acertado inventario descriptivo en su Filosojia de la ciencia al tratar lo que llama EJ uso prctico de la 'verd;td filosficaw. Recuerda que las leyes antiguas diferan de las de nuestra poca. Las leyes del movi-miento de los cuerpos terrestres no servan para explicar el de los cuerpos celestes. Se supona que en los cuerpos terrestres privaba la tendencia a moverse hacia una determinada meta, las piedras hacia abajo. el aire y las llamas hacia arriba, siendo esta tendencia el rasgo caracterstico de todo el movimiento te-rrestre. En cambio. se pensaba que los cuerpos celestes se mo-van con movimiento circular pemanente. Esta diferencia entre unos y otros cuerpos dependia de su distinta sustancia. Se crea. en efecto, que el universo estaba compuesto por dos Upos de sustancia, la de los cuerpo:; terrestx:eavulga:...comn..:maierial; la de los celestes mas noble. sutil, inmaterial. La proyeccin ideolgica de este dualismo al mundo social reproducia dos cla- ses de seres, los superiores y los inferiores. oe tal manera, la

  • teora del movimiento tena una gran importancia en la ':1da ~el hombre; daba sostn a su creencia en la estructura jer~qmca de la sociedad. Estimulaba la conducta moral de los ciudada-nos. Aun en la antigedad existieron personas "malas" que no crean en esta diferencia entre las sustancias celestes y terres-tres, que minaban esta creencia que no deba perder la gente. En Las leyes de Platn, el filsofo dice que "esas personas de-beran estar en la crcel". La funcin de explotacin por la mo-soia de los resultados de la ciencia es, en el caso, fcilmente deducible. Tal funcin, en rigor. circula a lo largo de toda la historia del pensamiento siendo su nota caracterstica en el pe-riodo antiguo esta unidad del discurso que es producto ~e un trabajo terico: la puesta en marcha de n:ecanismos de J~rarquizacin del discurso ya sea por intermedm de la llamada mte-li
  • exacutud la rbita no era circular sino elplic.- como descu-briera Kepler, el peso de las creencias era tal _que no se presta-ba mucha atencin al hecho de que las posiciones di! los plane-tas deducidas del principio de circularidad no concordaran exactamente con las posiciones observadas.8 . .

    Ausente ms tarde la .garanta de la fe. escindida la Ciencia de la filosofia en el paso del pensamiento anUguo y med~eval al moderno, estalla la univocidad .del discurso y se van delineando con autonomia sus referentes. teolgicos, filosficos y clentifi-

    . cos. Este proceso realimenta un cambio de la form,a tradicional meta(isica-teologla mediante la ruptura de ambos trminos

    _ asumiendo- la plim.era ca,racteres;_de especUJcldad que; -...:an a .: pennltlr despus la constituci(l;-~n.suhorizonte..~~,un.nuevo ;, . .__, .. -. : relevo.-. El de la. leoria.det conocimientq,que; desdibujada l!n)a. ...

    gida de. la m~tafisica .. se va.c;lellneando poco a poco con: perfiles;_ .. . cada vez ms.netos.hasta lograr el papel de.nueva forma.dom!- .. : nante:: .. Es una comente lenta de sustilucin-y-.mutacin- en: el tipo de garantias que se exige ahora a la filosofia en el conte.-xlo .. del' mismo problema de base. la unidad~ Ya no se busca funda:-mentar la pen:nanenc!a de lo esencia! cara a lo aparente, o las garantlas del ser cara a la contingencia de los entes; Ahora lo que luce es el fundamento lUmo "del conoclmienlo", las garan-tias del origen y fundamento "del" conocimiento, relegndose el conocimiento cienlif:o a una cuestin secundaria y derivada dentro del problema general de ese conocimiento.

    El dominio de la teoria del conocimiento no Implic, emper~ la eliminacin de la melafisica, forma dominante anterior.9 Sa- \

    ', bemos cmo la fllosofi.a critica que acuerda el m.'

  • IV. LAS DOS CORRIENTES CONTEMPORANEAS

    l. NECESIDAD DE UN MARCO TEORICO PARA UNA EPISTEMOLOG1A COMPARADA

    De las c;:o11cl~si911e;s. c1~Ja prjmera parte d~ este trabajo s~ 9~.prende la existencia, en nuestra poca, de un doble movimiento en"efdisciso"'hfos'fico. ''n su forma predominante, la episte-mofogica.canve'rgn"1as'dos corrientes citadas. Su concurrencia a travs de un mismo canal del discurso, el prioritario, seala en Un primer movimiento los punt_q_---~.Q!11Wles d~ esa c;gpy_e:r;-

    g~ncia. En un segundo movimiento, sus respectivas redefinicio-nes, aludidas en el punto 6) de las conclusipnes, designan gran parte de lo litigioso y QiYtrr.g~11te de. s~ _qif erericl;:t!? especlcqs.

    Un inventario de estas convergencias y divergncias pdria lograrse a nivel tent~tlvo y dessriptivo. La des9ripcin es conu'~ cin necesaria pero no suficiente para una teoria y una teoria debe dar cuenta acabada de lasganancias, paralizacin y/o re-trocesos del pensamie~to filosfico. Para la construccin de uria teora que 'enlace convergencias y divergencias con la far ma actual de la racionaliqad filosfica, es condicin previa la elaboracin de una epistemologa comparada. Pe.ro esta episte-mologa, a su vez, debe ser terica, es decir. no debe consistir en el catlogo de una simple puesta en correspondencia de lo que se dice por un lado y se acepta ci refuta por el otro. Es sta la labor de un inventario, no de una teora. Urui_~pi~!~lIJ.QJqgi comparada terica es la gran ausente del pensamiento contem-porneo. Incluso el inventario previo a la leoria est an por hacerse. Y esto no es por cierto producto del rizar, sino una consecuencia probable de la naturaleza de las proposiciones fi-losficas que -como fuera explicado por Althusser- 1?91} tesis que no dan lugar a demostracin ni a pruebas cientficas. en sentido estricto, sino a justificaciones racionales de, Un po particular, distinto. '.Tesis que, conforme a su origen ell1i:10lgl-co, son posiciones que actan por rechazo, posiciones-oposicio-nes en relacin a los pensamientos antagnicos y c;.i,_1ya, raciona-lidad deriva no de su verificacin sino de s~1 "jusJez.i" en cLg~n!g

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  • a la posibilki~d_, d_e _sus ~fectol:l t:r-:nsformadc;ires Jy no ex-clusivamente interpretativos) del mndo. ..

    En todo cas9_ es eV!.9.e.!1-te que._P~-~que la epis_temologa est en condiciones _ge pl~.m?I en lo, te~Ij~o lucros relativos a esta trari,sformacin,_ se h_;;i,!;~_.urgente irr1Q_pmir a las investig(ls;!ont;!!? una d!reccin_,_comp~tiva del do_ble movimie:QtQ_de avance monoplil:o-retroceso eje ambas corrientes y es ste el trabajo an por ejecutarse aunque existieron sntomas y seales de un,:_ reaccin.

    Dom1niqu~ Lecol!r.t26 llam la_at~ncin RQ.t.J~rim~ra vez s9-. bre la necesidad de -~mprender e~to estudi9_s,~_ Advierte qlJe en

    19~4. ao en que _cuestiones d_e tradicin cultural local, lengua, et.e.? Pretensin de autosulciencia en filosofi:i.? No lo creo. Intentamos ms arri-ba el sentido d~ una respuesta: l_1~1~-~~~EY no e.n e_ls~ntido ~~tafisico d.e Ju&_!J~;J_.,_,t:~rn. ~s.J.Q.ne> ... PeD'! TJade de la~-conveniencfa de la incom:unic

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  • Esta frmula "decidir sobrf! la PI9.9.~ft!'.1~9..~9. . .9~J~.~e~i.s:_y sobre. s~ opjro:Jeri.der~Ii:li ,_p_u..ede casar perpl~J!c!~.-~r.L~! rea ~gl9~::;i.jqnaJ1abttm1dCJ,. ~ rec:q:r;tci~~~jiJ~m91q:-~~a~ ~pii):f.9~~-s_p~9~n.9.if~rk.i....me.s slo es posible una discusin razonable de estas cuestiones en-

    tr~~~S.fi~~JJenen C%rl flalmaa ccillfif""at;!lVfsCPo(s~ pu~s,t0:g\l~_rn. :el.Gi:;jgl) el.e, J;:iJ-ilfJda_d. U:~fiLqi.!~~~r. .. ~~~mi inst;;mi;;!,-QPJ~t9 .. c:!.~ .. ll:A~ .. 9~c;~.~~

  • y predileccin, cuestiqnes extra-metodqlgi~c.s y. 12or ~nde n9 plausibles para_argumentos racionales, cuando tii':ne que d9-l' cuenta inmediata de ese criterio selectivo de las metas de la ciencia lo ubia en un puente con la teoria del (;~nocimiento y acude en apoyo de argumentaciones justamente racionales. "Las metas de la ciencia a las que me refiero son otras. No trato de justificarlas, sin embargo, presentndolas como el blanco verdadero o esencial de la ciencia, lo cual servirla nicamente para p~rturhar la cuestin y significarla una recada en el dog-matismo positivista. No alcanzo a ver ms que una sola va pa-ra argumentar racionalmente en apoyo de mis propuestas: 1a de analizar sus consecuencias lgicas y sealar su fertilidad, o sea su poder de elucidar los problemas de la teora del conoci-miento".

    Idoneidad, fertilidad n,q son trminos equivalent~s a pro~u,ctividad, justeza, empleados en la corriente fra,fl._cesa, pero en

    cuanto exceden los lmites de lo lgico-metodolgico suponan una posible puerta de convergencia epistemolgica.

    En realidad, P9pper no aclar en qu consiste este criterio de fertilidad ni especific un objetivo que fuera ms all de ls reglas que contiene el propio juego cienti.flco, en la frma en que Popp~ entiende a este juego o a esta prctica. No debe ex-traarnos entonces que Lakatos, uno de sus discpulos, sosten-ga que Popper nunca haya ofrecido' una teoria de critica racio-nal de las conve~cfones.La tesis de que,el objetivo de la tiencia E?Ja ver.Qap, aade Lakatos, apare.ce eri sus escritos slo desde 1957 y todo lo que dice. en Logik der Forschung es que l_a b1?-queda de..l_y_(!r9c:l P,Uede ser un motivo psicolgico deTos"'den-tificos. _Aadimos por nuestra.parte que con esto Popper guarda coherencia con su defensa de la teora objetiva de la verdad en la que recin se puede afirmar a partir de los trabajos de Tarski (La concepcin semntica de la verdad}, con su notorio antipsi-cologismo y con Sl,l_. ulte_rior ubicacin de lo psicolgico en el Mundo dos (de las c;reencias o subjetividad).29

    De hecho las dificultades para fundamentar una teora de la racionalidad cientfica no son exclusivas de Popper, y estn li-gadas, en el campo. anglosajn, p. la manera particular de defi-nir la racionalidad y al mantenimiento de su dependencia con la teora. del conocimiento.

    Ya vimos en Popper la ecuacin entre lgico-metodolgico y racional. En Kuhn, y en el mismo Lakatos, los problemas teri-cos reaparecen ahora vinculados con la divisin entre historia interna y externa de la ciencia. Las leyes dt;! Newton, la ecua-cin de Schrdinger y los experimentos de Lavoisier son inter-

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    nos para Lakatos, y la religin, la economla y la educaciri ;.._~~ ternos. En cambio para Kuhn se violenta el uso general d~ los historiadores al excluirse de lo interno la idiosincrasia personal que condujo al cientfico en la eleccin de una teoria, el acto c:eador que la produjo, o la forma del producto resultante. Asi-mismo, el fracaso'del hombre que crea una teoria nueva y de su generacin entera en ver consecuencias de esa tema, a descu-brir por la generacin posterior. Para profundizar este debate y someter a examen critico las propuestas de demarcacin entre la }1isto1"!a interna y externa de la ciencia es til tratar este pun-to especfico, que separa centralmente a ambas tendencias de la fosofia de la ciencia de nuestros das, en captulo separado.

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