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María Mazzarello Maín, nació el 9 de mayo de 1837 en Mornese, Italia en el seno de una familia sencilla, pero llena de amor. Era alegre, amable, trabajadora y fuerte a la vez, desde muy pequeña siempre amó al Señor con todo su corazón, todo lo hacía por él y para él. A más de ayudar a su madre en la casa y cuidar con amor a sus hermanos, ella trabajaba con su padre en la viña, y a parte de todas estas labores, Maín siempre se daba tiempo para orar e ir a la Iglesia. Cuando tenía 15 años, en Mornese se desata una epidemia de tifus, viendo todo lo que pasaba Maín decide generosamente atender a los enfermos, pero ella también contrae esta enfermedad, lo que la debilita y le obliga a dejar las labores en el campo. Desde ese momento ella decide con su hermana y su amiga, aprender costura y sastrería, y posteriormente abrir un taller de costura para las niñas, desde allí empezó todo, después de un tiempo fundó una escuela de catecismo para las niñas. Ella y sus amigas aparte de enseñarles algunas artes caseras y costura, les guiaban por el camino del Señor, les ayudaban a mejorar su comportamiento y a aprender más sobre el Señor. Al ver todo esto el Padre Pestarino las reunió y les propuso formar una asociación, la cual se llamó "De María Inmaculada". El mismo las confesaba, y les daba instrucción religiosa, pero en el transcurso de un viaje, el Padre Pestarino se encontró con San Juan Bosco, y le contó todo lo que Maín hacía, también lo invitó a conocerla personalmente. Así fue como el 7 de octubre de 1864, San Juan Bosco fue por primera vez a Mornese, y al ver todo lo que esas muchachas hacían decidió formar con ellas la Comunidad de Hijas de María Auxiliadora. María Mazzarello, por decisión de todos fue la superiora general, y gracias a su amor y entrega logró grandes resultados en la comunidad salesiana. Pero a partir de 1880 comienza a decaer en su salud, decide viajar para despedirse de Don Bosco definitivamente, el santo le cuenta una historia en la

María mazzarello

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Page 1: María mazzarello

María Mazzarello

Maín, nació el 9 de mayo de 1837 en Mornese, Italia en el seno de una familia sencilla, pero llena de amor. Era alegre, amable, trabajadora y fuerte a la vez, desde muy pequeña siempre amó al Señor con todo su corazón, todo lo hacía por él y para él.

A más de ayudar a su madre en la casa y cuidar con amor a sus hermanos, ella trabajaba con su padre en la viña, y a parte de todas estas labores, Maín siempre se daba tiempo para orar e ir

a la Iglesia.

Cuando tenía 15 años, en Mornese se desata una epidemia de tifus, viendo todo lo que pasaba Maín decide generosamente atender a los enfermos, pero ella también contrae esta enfermedad, lo que la debilita y le obliga a dejar las labores en el campo.

Desde ese momento ella decide con su hermana y su amiga, aprender costura y sastrería, y posteriormente abrir un taller de costura para las niñas, desde allí empezó todo, después de un tiempo fundó una escuela de catecismo para las niñas. Ella y sus amigas aparte de enseñarles algunas artes caseras y costura, les guiaban por el camino del Señor, les ayudaban a mejorar su comportamiento y a aprender más sobre el

Señor.

Al ver todo esto el Padre Pestarino las reunió y les propuso formar una asociación, la cual se llamó "De María Inmaculada". El mismo las confesaba, y les daba instrucción religiosa, pero en el transcurso de un viaje, el Padre Pestarino se encontró con San Juan Bosco, y le contó todo lo que Maín hacía, también lo invitó a conocerla personalmente. Así fue como el 7 de octubre de 1864, San Juan Bosco fue por primera vez a Mornese, y al ver todo lo que esas muchachas hacían decidió formar con ellas la Comunidad de Hijas de María Auxiliadora.

María Mazzarello, por decisión de todos fue la superiora general, y gracias a su amor y entrega logró grandes resultados en la comunidad salesiana. Pero a partir de 1880 

comienza a decaer en su salud, decide viajar para despedirse de Don Bosco definitivamente, el santo le cuenta una historia en la que la Muerte entra a un convento y al no encontrar a nadie a quien llevarse, le dice a la Madre Superiora que la siga y el  14 de mayo 1881, a los 44 años, Maín muere, al ofrecer su vida a Dios por la salvación de una muchacha.

Maín, es un claro ejemplo de fe, entrega y amor incondicional hacia Dios, su entrega a él fue única al igual que el amor por sus niñas, debemos tratar de seguir su ejemplo, porque no importa lo

difícil y duro que sea, los triste y fuerte que parezca, debemos darnos cuenta de que cada acción que hagamos debe ser un acto de amor para el Señor.