Medicina Náhuatl

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  • REFLEXIONES EPISTEMOLGICAS EN TORNO A

    LA MEDICINA NHUATL

    CARLOS VIESCA TREVIO

    La posibilidad de estudiar actualmente la medicina de los antiguos mexicanos ha surgido de las aclaraciones, que parciales an, se han podido hacer de un malentendido. Un malentendido de origen, como fue aquel derivado del pensamiento ingenuo de que, una vez descubiertos nuevos mundos, la ampliacin consecuente del conocimiento iba a hacerse simplemente y en trminos cuantitativos, de adicin. Un malentendido que al conformarse dio lugar a una ilusin y, al consolidarse, a un desconocimiento y una descalificacin. El sujeto de la ilusin, del desconocimiento y la descalificacin fue, por supuesto la medicina indgena prehispnica. El malentendido debemos referirlo a los rdenes de lo epistemolgico y antropolgico, rdenes ambos que no existan en el momento en que ste se dio, de manera que ha correspondido a los estudiosos de nuestra poca el detectarlo, reconocerlo, identificarlo y analizar sus componentes, su repercusin sobre el sujet%bjeto de estudio y las consecuencias de esta interaccin.

    El malentendido empez cuando, concluida la conquista y sumisin de Mxico-Tenochtitlan, los espaoles que se instalaron entonces sobre las ruipas de la capital mexica, emprendieron all mismo la reconstruccin de lo que habra de ser la capital de la Nueva Espaa se enfrentaron al problema de lo que era y lo que debera de ser la atencin mdica a organizar en la. ciudad primero, y despus en el resto de los territorios conquistados o an en proceso de conquista. Estaban all presentes dos grupos de profesionistas representativos de dos medicinas radicalmente diferentes: los mdicos indgenas, por una parte, y los cirujanos del ejrcito de Corts, por otra. Habia experiencias previas, directas; haba un buen nmero de espaoles que haban reciQido cuidado por parte de los mdicos indgenas, como sucedi por ejemplo en TIaxcala cuando fueron a refugiarse all despus de la azarosa retirada de Tenochtitlan. En esta experiencia como tal no haba an malentendido, simplemente los heridos y enfermOs haban sido atendidos con eficiencia, y eso era todo. Pero, cmo se haba.

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    dado dicha atencin? qu conocimientos fueron aplicados al hacerlo? qu saban, y qu saban hacer los mdicos nativos?

    Nada ms obvio. Estos mdicos saban medicina y saban poner en prctica diversos mtodos y tcnicas curativos. Saban medicina. De momento nadie lo dud, pues los resultados de sus acciones profesionales estaban all para atestiguarlo.

    Los testigos presenciales se limitaron a constatar la existencia de diversas manifestaciones de la medicina, sin hacer comentario alguno. Hernn Corts, describiendo el mercado de TIatelolco al emperador Carlos V, parcamente refera: "Hay calle de herbolarios, donde hay todas las races y hierbas medicinales que en la tierra se hallan", asimilando los trminos medicina y herbolaria, y aada "...hay casas como de boticarios donde se venden las medicinas hechas, as potables como ungentos y emplastos", 1 refiriendo al (in y al cabo la cuestin no al conocimiento mdico, sino al de los medicamentos. Bernal Daz del Castillo no fue ms explcito, limitndose a sealar la existencia de "muchos herbolarios". 2

    Lo que vieron Corts y Daz del Castillo fue una profusin de recursos curativos y un grupo de individuos que saban cmo utilizarlos. Por otra parte, el momento en que esto fue escrito la afirmacin no tena nada de discriminatorio. El mdico europeo descansaba grandemente en su conocimiento de plantas medicinales, tornndose plantas como genrico de remedios, ya que un porcentaje altsimo de estos era de origen vegetal. Simplemente se marcaba la existencia de un personaje homlogo, herbolario conocedor de las hierbas y sus virtudes. curativas, sin decir una palabra ms en relacin con sus caractersticas, sus semejanzas, sus diferencias.

    Valga recordar que para entonces el europeo, incluso los sabios y aquellos que ya haban pisado y conocido tierras americanas tenan solo .una remota idea de lo que haba en ellas, que la expresin de Coln, anotada con emocin en el diario de su primer viaje, cuando creyendo reconocer por su. aspecto y fragancia el rbol de liquidmbar, confesaba su ignorancia de la botnica, bien pudiera tener una validez general.

    Recordemos que an no se haba publicado siquiera el Sumario de Historia Natural de las Indias de Fernndez de Oviedo, el que aparecera cinco aos despus de consumada la conquista de Tenoch

    :t Hernn Corts, Cartas de Relaci6n. Mxico, Editorial Poma, 1978, S~gunda carta-relaci6n, p. 63.

    3. Bernal Daz del Castillo.. Historia verdader .. de la conquista de la Nueva EsJxzia, 2 vol., Madrid, Instituto Gonzalo Fernndez de Oviedo, CISC, 1982, t. I, p.190.

  • EPISTEMOLOGA Y MEDiciNA NHUATL 215

    titlan,' yla cual sera la primera obra sistemticamente dirigida a la presentacin de una imagen integral de la naturaleza americana.8 POCO a poco fue como se empezaron a conocer en Etopa los productos medicinales procedentes del Nuevo Mundo; y fue precisamente como eso; como productos.

    ,Pero, cul era la medicina que practicaban estos "herbolarios"? en qu saberes basaban sus prescripciones? En esos instantes tempranos del conta.cto entre las culturas del Viejo y Nuevo Mundo nadie dijo nada al' respecto. Probablemente a. nadie se le ocurri que ese tiPo de preguntas pudieran constituirse verdaderamente en problemas. Estaban los hechos: para entonces iba aumentando da con da el nmero de espaoles que haban sido tratados por los mdicos indgenas y haban tomado o se haban aplicado alguno de ss medicamentos y algunos de estos remedios alcanzaban las costas europeas con las flotas que iban de regreso a Sevilla.

    Aunque referida a Santo Domingo y no precisamente a tierras mexicanas, el ancdota de cmo se comenz a emplear el guayacn (Guaiacum officinale) para el tratamiento del mal de bubas, ilustra muy bien los mecanismos que acercaron a los europeos a la medicina y a 108 medicamentos de los nativos del Nuevo Mundo. El doctor Nicols Monardes;' mdico sevillano que fue uno de los primeros en utilizar en sus pacientes medicamentos provenientes de las Indias Occidentales, y autor de una Historia Medicinal que fuera uno de los libros de su gnero ms ledos en Europa en el siglo XVI, nos narra como sucedi:

    Di6 noticia del un Indio a su amo, en esta manera. Como espaol padesciesse grandes dolores de Buvas, que una India se las avia pegado, el Indio que era de los Mdicos de quellas tierras, le di el agua del Guayacn, con que no solo se le quitron los dolores que padescia, pero san muy bien del mal: con lo qual otros muchos Espaoles, que estavan inficionados del mismo mal, fueron sanos...5

    Del comentario se desprende que el doctor Monardes estaba considerando, sin el menor titubeo de su parte, a ese indio como mdico;

    3 Gonzalo Fernndez de Oviedo, Sumario de la Historia Natural de las Indias, Toledo, Ramn de Petras, editor, 1526.

    , Nicols Monardes, Primera y Segunda y Tercera partes de la Historia' Medicinal de las cosas que se traen de nuestras Indias Occidentales que sirven en la Medicina. Sevilla, Alonso Escribano 1574. La primera parte, en la que se encuentran los textos que aqui se discuten, haba sido impresa por primera vez tambin en Sevilla en 1565 por Sebastin Trugillo. La edicin que he consultado es la de 1574 y a ella se refieren todas las citas subsecuentes.

    5 Ibid. fo. 12v. . 15

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    y adems, como mdico que saba su oficio" que conoca la enfermedad y el remedio. que le era propio . .l no duda .de esa capacidad ni de ~ saber ya que, para el momento de. escribir su libro, se haba con vencido de la.eficacia de esos remedios y a travs de intcrpsitas per sonas se haba hecho una buena impresin de los mdicos indios..

    Igual . tono conseyadicho autor al dar noticia dec6mo se lleg6 al conocimiento de l~ virtudes de la raz de." Michoacn (hipomea purga) ,que habra de ser uno de los purgantes ms populares en los aos subsecuentes. Esta vez es en territorio novohispano donde se da el suceso, aunque no precisamente en territorio mexica, sino en Michoacn, como lo apunta el nombre de la miz. Nos dice Monardes que a poco tiempo de que se haba conquistado la regin, se instalaron en ella varios frailes franciscanos y fundaron un monasterio "y como en tierra nueva, y tan distante de su naturaleza,. enfermaron algunos". Entre los enfermos estaba el padre guardin, quien "tuvo. muy larga enfermedad" que le puso en grave aprieto, al extremo de que se' tema por su vida. Es ahora el seor de los tarascos, Calzonzin, quin, habiendo hecho previamente amistad con l y preocupado por su mal estado, le ofreci llevarle a "un indio suyo que era mdico, con quien l se curava..." . El resto de la historia se va en la narracin de las maravillas que hizo la raz con el fraile enfermo y del modo como su fama se extendi a la capital y otras partes de Nueva Espaa e inclusive hasta el Per.6

    Esta vez es el mdico del propio rey indgena quien aparece para poner en orden una. situaci6n desesperada y va de por medio la aceptacin del fraile para que dicho mdico lo revisase y dispusiese el tratamiento que habra de llevar. La razn por la que el religioso acept es obvia: "...el poco aparejo que de mdico y beneficios all tena..."1 Pero la situacin es clara: a falta de un mdico conocido y confiable se recurre a otro, desconocido pero bien recomendado, y este ltimo prescribe el tratamiento adecuado, que adems, no podra haber sido entonces conocido por ningn mdico europeo, si es que lo hubiera habido en la localidad. El problema de la confrontacin de. dos medicinas no es siquiera vislumbrado, y lo nico que se toma en cuenta es la eficacia del medicamento y, por ende, de los mdicos indgenaS, quienes as demostraban que s saban dicha medicina. De all a pensar que los mdicos indios posean grandes conocimientos de medicina, no haba ms que un' paso, y era obligado el que se diera. En vista de la gran cantidad de plantas y otros productos medicinales

    6 Ibid. ff. 29r-30r.

    '[ Ibid fo. 29v.

  • EPISTEMOLOGA y '~EDICINA NHUATL 217

    que fluan de la Nueva Espaa a Sevilla, se iba haciendo forzosa la necesidad de hacer un censo de recursos --que era lo que importaba en Espaa- y consecuentemente, un recuento y una confrontacin de saberes.

    Poniendo en alta estima el "supuesto" conocimiento detentado por los mdicos indgenas, el doctor Monardes, que por cierto nunca vio a ninguno de ellos,recriminaba acremente la dejadez de suscompatriotas al no preocuparse siquiera mnimamente en aprender un poco al respecto:

    y ciert en esto somos dignos de muy grande reprehensi6n, que visto que ay en Nueva Espaa, tantas yeIVas, y plantas, y otras cosas medicinales, que son de tanta importancia, que ni ay quien escriva dellas, ni sepa que virtudes, y fonnas tengan, para coter las con las nuestras, que si tuviessen nimo para investigar y experimentar tanto gnero de medicinas como los indios venden en sus mercados o tiangez, ser cosa de grande utilidad y provecha: ver y saber sus propiedades, y experimentar sus varios y grandes efectos, los quales los Indios publican, y manifiestan con grandes experiencias que entre si ellas tienen: y los nuestros sin mas c.onsideracin las desechan: y de las que ya tienen sabidos sus efectos, no quieren damos relaci6n, ni noticia que sean, ni escribir la efigie y manera que tienen.8

    El autor habla de medicinas, es cierto, pero reconoce que los. indios saben cules son sus propiedades y efectos y que, adems, transmiten su conocimiento con facilidad y hacen manifiestos los efectos obtenidos mediante el uso de sus remedios. El mdico mexicano, quedaba as definido, como mdico, y su prctica como medicina. Seguramente ni a Nicols Monardes, ni al padre guardin del convento de Tzintzuntzan se les ocurri pensar que pudiera haber mdicos que supieran alguna medicina -y conste que con el trmino:me estoy refiriendo al saber mdico y no los remedio&-, que pudiera ser. diferente de la que predicaban los sucesores de .Hipcrates y Galeno. Siendo la medicina y habindose corroborado que las prescripciones que los mdicos indgenas hacan surtan el efecto deseado, la consecuencia caa por su propio peso: esos mdicos indgenas saban medicina; y no slo eso, saban mucho, puesto'que conocan. mltiples remedios que no aparecan en ninguno de los repertorios clsicos, puesto que sabian curar las enfermedades que los mdicos europeos no saban como curar~

    La existencia de mdicos indgenas reconocidos y que practicaban pblicamente su profesin est perfectamente documentada a lo largo

    8 bid fo. 31.

  • 218 , CARLOS' 'v'sCA 'tREVI'"l '

    dClsiglo XVI inclusoel la: capital' del"ya 'para' -entOnces virreinato de la Nueva Espaa.Il :No'est de' ms rec'ordat 'que lSmdicos que tlfornuirbri' 'al'padre Sahagn acerca de los Conodmiehtos de: sus ante.;. pasados en lo referente a las enfermedades que conocan y susreinedis; eran todos:mdics V1t!joS i y q tie ' jerd:lIl' en 'el barrio' de TIatelolCo.10 Existla 'un prestigio y un: 'reCOtlochnlen:to que ,bacan l que, an ante la desesperacin de algunos 'de' lOs mdicoS espaoles, lbS curanderos indgenas tuvieran una numerosa clientela ya 'entrad.:> el siglo XVD, 'cuando el ticitl se haba convertido en curandero.ll ,,", ,Pe~Q~ antes ge "e:l{p0!1~r ,las tazon.~ ,.' y ,el cm,p ~,' dJ,o , ~ste, cambio, ctlya eXpliclcin epc~e:rra" erpor q\l, ,~e1" p'lalentendiclo: histrico al Q4c m~ vengq renrien~o, quiero ,insistir en esta: ,primera imagen que de la medicina .y los. mdicos nahuas,se fonnaron aLinicio los europeos que, por lino u"otro motivo, :s:eaproximaron'aellos. '"

    Es la, imagen de una 'prctica ,mdica que'era ef'caz,al menos en la misma'medida: en que lo erala 'que. se ejercaeritnce8 en Europa. Las enfermed'adesa las' que se' dirigan, los' trat.rriientos 'haban sido definidaS pOr los propios pac~efites o por los mdiCos espaoles, y es

    rri~cSter precisar q~,'riuncase!omrOnen ctihtalo~tfiterios mdicos indgenas para llegar a tal definicin. 'EstaQan all ls coincidencias del mal'estar percibido pOr el enferm yde los sntomas'y signos reco~ gidos por los mdicoS;, pero' tambin estaban all las ,interpretaciones que 'conducan a establecer ,los cuadros patolgicos y los marcos de referencia que los definan. Intel'pretaciones.y no' interpretaCin, pues estaban presentes ds culturas, y dos' maneras. diferentes de ver las cosas que, en el fondo, se ignoraban recprocamente a pesar de recono., cerse mutuamente como relativamerite efectivaS aher puestas en prctica;

    Sin embargo, Vindose 'la prctica indica. a travs slo del empleo de frmacos y encontrndose dichos frmacos utilizablesen', el contexto europeo, fue posible proyectar esa, imagen y convertirla en la medicina toda. Fue solamente muchos aos despus cuando los autores europeos entendieron, o mejor' dicho, malentendieron nuevamente esta superposicin de imgenes y eliminaron al conocimiento iy teoras mdicas como si estas no existieran; para limitar el saber, mdico de los antiguos

    ,9 Carlos Viesca, "Los mdicos' indigenas ante la, medicina europea", en Martnez Corts, F. Coordinador. Historia General de la Medicina en M~ico. vol. u. El sigla XVI. Mxico. UNAM, (en prensa). '. .

    10 Bernardino Sahagri, Historia General de laS cosas de la 'Nueva Espaa. 4 vals., Mxico, Editorial P,ma, , 1959, t. m, p. 326. , '. ' ,'i

    11 Diego Cisneros, Sitio, naturaleza :1 Propiedades de la Ciudad de Mxico. Mxico, 1618 fo. ' '

  • 219 EPISTE~Q:WGfA )" MEDICINA .NHUATL

    mexicanos al conocimiento de los. reme9ios ysuaplicacin. Solamente as puede entend~rse l .afirmacind,elcronista Antonio ,de Sls quien deca que en MxicQ "n.o aprendan los fsicoS -7'-0 sea bs Il).dic~ otra fa:cul~ad que la noticia Qe .10s nombres de las plantas y el. ;conocimiento. de sus virtudes" .'12 Evidentemente, siempre falt el preguntar qu pensaban los indgenas acerca de las enfermedades y sus. qmsas. ;.

    Antes de que la. medicina -indgena quedara as ignorada sufri un ,proceso de confrontacin

  • 220 . CARLOS' VIESCA TREVIO'

    asimismo conocido que an dentro de esos lmites de tolerancia existen filtros que operan de una manera larvada 'y no siempre' manifiesta, pero que no por ello es menos efectiva,' definiendo qu ideas, conceptos, . desviaciones o heterodoxias son enteramente aceptables por cada .sociedad en ouestin, o cules no caben dentro de sus marcos de referencia y son por ello automticamente deshechados,13

    La medicina indgena mexicana qued en uno de esos campos en que loS cambios culturales que dieron fin al Renacimiento europeo convirtieron en vedados y fue automticamente filtrada y colocada fuera de las posibilidades compatibles con la nueva cultura imperante, corno quedaron tambin eliminados entre otros muchos otros grandes proyectos para la educacin de los indgenas o el mantenimiento de una monarqua mexica en TIateloIco.

    Cayendo en una contradiccin flagrante en los' lmites de unas cuantas pginas, Sahagn apuntaba en un prrafo los nombres de los mdicos indios que le proporcionaron la informacin referente a las enfermedades y a los mediamentos, dndoles crdito por ello, y se explayaba en los pormenores de estos, mientras que en otros se quejaba de la:; falta de mdicos dejando notar que se refera a los mdicos espaoles. Es menester sealar que Sahagn no era mdico y que sus conocimientos de medicina se limitaban' a aquellos que deba tener un fraile que debiera incluir el cuidado de los enfermos en su ejercicio de l caridad, aunados a los que le debiera proporcionar su cultura que, por lo que muestran su trayectoria y su obra, debi ser superior a la del promedio de sus contemporneos, y que esto le haca ms suceptible . a ceder ante los encantos de esa cultura mexicana a la que tanto aprendi a amar, pero tambin de caer en la amargura y en la desesperacin al ser testigo de tantas muertes como lasque provocaran las epidemias y las privaciones de todo gnero que fueron impuestas a los indgenas. Los textos en los que niega implcitamente toda calidad profesional a los mdicos indgenas datan de finales de '1576, es decir, cuando una de las ms terribles epidemias del siglo, la del mal llamado cocoliztle, es decir simplemente la enfermedad, causaba estragos principalmente entre la poblacin nativa, yes muy probable que estn teidos de sombras por el estado de nimo del franciscano tras muchosdas de departir con una muerte que se manifestaba inevitable y que dej finalmente un saldo alrededor de un milln de vctimas.

    En . tino de esos textos, el ms' irripactante a mi manera de ver, . . .,. . '.' .

    :t,lIIan Petrou, Coulianou. Eroset magiea la Retl6issancII. Paris, Editorial Flammarion, 1984. En la introducci6n ,especialmente.; p .. 15y .ss. hace interesantes consideraciones al respecto.

  • EPISTEMOLOGA Y MEDICINA NHUATL 221

    quejndose del poco apoyo que haba tenido el colegio para indios, el de Santa Cruz de TIatelolco, comentaba el benemrito fraile que de.haberse atendido a la formaciIl de los mUhachos que all vivan, como haba sido el plan original del 'arzobispo fray Juan de ZUl'nrraga, otro hubiera sido el' curso' de la historia;

    y si se hubiera tenido atenci6n y advertencia a que estos indios hubieran. sido instruidos en la Gramtica, L6gica y Filosofia Natural, y ~edicina, pudieran haber SQCOrrido a muchos de los que, han muer

    ~.~ .

    ,Vista aislada de su contexto la as:everacin anterior podia dejar la duda con respecto a cul era, esa medicina que no se haba enseado, pues existen documeIltos de la poca que afirman que en el Colegio hubo tiempos en que se ense a los muchachos indios su propia medicina y en ls que eran cuidados. por mdicos aborgenes como lo, fue, por ejemplo Martn de la Cruz, el autor del .texto original, en lengua mexicana del famoso Libellus de. mediJ;inalibus indorum herbis, mejor conocido bajo el apelativo de Cdice de la CruzBadiana.ll'> Sin embargo, Sahagn es bien claro, unas lneas antes. del prrafo que he citado deca refirindose a la disminucin..de la poblacin:

    ...en la prestilencia de ahora ha treinta aos por no: haber quien supiese sangrar ni administrar las medicinas como conviene, murieron Jos mas que murieron... y en esta pestilencia presente' acontece los mismo..., para volver a insistir poco despus: .. ~porque en esta ciudad de Mxico vemos por nuestros ojos, que aquellos que' acuden a sangrarlos y purgarlos como conviene, con tiempo sanan, y 'lOs dems mueren; y como los mdicos y sangradores espaoles, -y hay que subrayar espaoles- que lo saben hacer, son pocos, socorren a pocos...

    El pasaje, breve, es sin embargo significativo, ya que deja sentada la absolutasupremacia de las tcnicas curativas de los "mdicos y sangradores espaoles" frente a la de los titie;, quienes -ya atmenos lanegaci6n nos orienta a saber qu cosas no hacan- no sangraban, ni' adIninStraban las purgas' de la misma manera que' sus" colegas de ultramar. Esta ausencia del uso de flebotomias, fue por cierto uno de los principales motivos para que Francisco Hernndez, Jl. poco antes . deSahagn escribiera I. Relacin en que viene el' texto aqu1

    16 Sahagn,'o/l cit.; t.m, p. '168i

    13 Carlos Viesea, El mldico indfgllnaantt 14' f1UIdiciniJ europea.

  • 222 .CAR~os VIESCATREVIO

    (;omentado, negara a SlJ vez a los mdicos indgenas todo conocimiento.16

    . Por otra parte cabe preguntarse, qu. tan objetivo .er

  • EPISTEMOLOGA Y MEDICINA, NHUATL 223

    mdica de los titiei, o, mejor dicho, contra su carencia de teora mdica:

    ni estudian la naturaleza de las enfermedades y sus difrencias, ni conocida la raz6n de las enfermedades, de la causa o del accidente, acostumbraban recetar medicamentos, ni siguen ningn mtodo en las enfermedades que han de curar... son meros empricos y solo usan para cualquiera enfermedad aquellaS yerbas, minerales o partes animales que, como pasados de mano en mano, han recibido por algn derecho hereditario de sus mayores, y eso ensean a los que siguen."s

    De estos dos prrafos se desprende que, simple y sencillamente, no exista una medicina indgena, entendindose por el trmino un conocmientosistematizado. Pero ser esto cierto? o sera una interpretacin de Hernndez hecha a la luz de lo que saba y tomaba por cierto? A mi modo de ver, el filtro cultural con el que operaba Hemndez, no le permita adoptar otra cosa que los recursos medicinales de que se dispona en Nueva Espaa y negar todo conocimiento en su manera de utilizacin que no fuera idntico al' suyo. La diferencia con la actitud tomada por Monardes slo diez aos antes, es radical: 'mientras este s610 peda que se fuera a los mercados de Nueva Espaa y se preguntara a los mdicos indios para saber acerca de las maravillosas medicinas y de su uso, planteando una continuidad absoluta entre el conocimiento mdico de l y de los titiei, Hemndez no opona ambos gneros de conocimientos, sino negaba este ltimo, identificndolo con ignorancia e ineptitud, lo que haca indispensable si se quera emplear la materia mdica novohispana reinterpretarla y reclasificarla dentro de los marcos del sistema galnico. Para Hemndez haba que incorporar remedios en una medicina, la Medicina, que hasta entonces era ajena. De tal modo, era posible incorporar la nueva a la vieja naturaleza, pero a costa de olvidar la existencia 'del mundo'de lo humano.

    Yendo un poco ms all, en el texto bemardino en cuestin podramos preguntamos cul era la naturaleza de las enfermedades que no estudiaban los mdicos indgenas? Era, obviamente, la que respond;:t a la teora galnico-hipocrtica, la nica vlida para Hemndez. Esto se hace evidente unos prrafos despus:

    no. examinar inmediatamente a los que padecen enfermedad, n principalmente antes de hacerlos tomar medicinas que digieran el humor

    19 bid, p. 100.

  • 224 CARLOS VIESCA TREVIO

    o hagan idneo para la evacuacin ... _ni . entienden el adaptar los varios gneros de remedios a los varios humores que. haya que eva~ cuar. .. ni hacen mencin alguna de la crisis ni de los das judicat~

    20nos...

    La medicina indgena evidentemente que no tomaba en . cuenta ni los humores, ni ninguna de las teoras de la medicina clsica que deca cmo movilizarlos o evacuarlos, aumentarlOs o disminuirlos y los mdicos' indgenas, es claro que no saban nada de ese tipo de medicina.

    Entonces, invirtiendo los trminos de la pregunta de cul tipo de medicina saban?, qu explicaciones ofrecan para dilucidar los problemas planteados por la presencia de la enfermedad?, o es que eran verdaderamente tan ingenuos e ignorantes nuestros antepasados como para no poder pensar jams en sus enfermedades, las causas de ellas y el por qu de la efectividad de los remedios? Asintiendo a esta ltima pregunta, es decir, negando toda capacidad a los mdicos indgenas, el doctor Hernndez nos proporcion una pista de indudable valor al afirmar que su ignorancia era tan supina que, al interpretarlos en relacin con el uso de medicamentos de naturaleza caliente. a fin de curar enfermedades asimismo calientes, le respondan para su asom~ bro, "que el calor se vence con el calor", lo que para la alopata galnica que privaba en la mente del protomdico era una mayscula estupidez si es que no hereja. No tom en cuenta el que se hablara de enfermedades "calientes", por exceso de calor, y las dio simplemente por confusin de elementos de la teora humoral; sencillamente no pudo captar que poda haber una estructura ntegra, un sistema mdico, _atrs de tal concepto, que no necesariamente era error.

    Hemndez llev a un punto culminante la descalificacin de la medicina indgena como entidad existente; en lo sucesivo habra de quedar como tal, inexistente, y as la vera -y la siguen viendo-- la mayora de los mdicos que la tildan de no estudiar la naturaleza de las enfermedades y de empirismo, y continan repitiendo con el p~ tomdico como "desempean toda la medicina... de manera tan inepta y carente de arte y con gran peligro de toda la gente". 21. De tal manera, la medicina de los antiguos mexicanos no fue un saber, fue una ignorancia y como tal fue estudiada. No es este el lugar ni de tratar de rehabilitar a la medicina indgena ni de e~plicar o menos an justificar a Hemndez y su punto de vista, sino el de rescatar nuestro objeto de estudio al explicar el cmo y el por qu de su disolucin.

    20 bid, p. 101.

    :n bid, p. 100.

  • 225 EPISTEMOLOOA y MEDICINA NHUATL

    Las sucesivas depuraciones de los textos de Sahagn muestran la eliminacin sistemtica de las "creencias" indgenas acerca de la enfermedad, y ms. an si stas tenan implicaciones religiosas que se tornaron en diablicas al. ser sustituida por el cristianismo la antigua religin;> quedaron listas de enfermedades y remedios para ellas, ordenados en >un sentido compatible con los herbarios y enciclopedias biomedievales. Tras la. negadn > de una teona mdica estructurada, quedaban para Hemndez multitud de "yerbas salubrrimas" que haba que aprender y ensear a los indgenas a usarlas propiamente y > aprovechar la verdadera utilidad; quedaban tambin, en la mente de tan concienzudo investigador, abierta una duda: cmo era posible que. 101): titid curaran con los mismos medicamentos las excrecencias de los ojos, el mal glico y la imposibilidad de movimiento debida a "falta de humor en las articulaciones", y esto, en palabras del mismo protomdico, "no sin buen resultado" ."22

    Volvamos, pues, a nuestro. punto de partida. El malentendido epistemolgico tiene que ver con la unidad de la verdad, hecho absoluto de difcil aplicacin en las cosas del mundo donde, en un sentido providencial, es p,-:opio de humanos el errar, pero, donde tambin, en un sentido humano, es indispensable crear verdades y producir conocimientos que en ningn momento pretenden al absoluto divino, sino se saben con!ICientes> de su propia limitacin espacial y temporal. Perecederos como. el hombre, sus verdades y conocimientos son relativos y vlidos para el hombre que los cre y para aquel cuyos filtros culturales le permitan apropiarse de ellos y asumir su significado.

    Los conquistadores y primeros pobladores europeos de la Nueva Espaa ni imaginaron siquiera que pudiera existir otra medicina diferente de la que se ejerca en Europa e incluso para mdicos con una muy amplia cultura, como lo. fue Nicols Monardes, las mximas diferencias concebibles eran las de opinin, como las presentadas entre los > autores' rabes y griegos en relacin con problemas concretos y bien ubicados dentro de la teona galeno-hipocrtica. Para ellos obtener xitos terapb;tticos era, como lo expres en >pginas anteriores, muestra evidente de saber medicina. Para ellos exista una medicina indgena en la medida en que haba mdicos indios que curaban, es decir, que saban niedi~ina. Cmo era esa medicina?, cules sus bases tericas? Dos preguntas que a nadie pas por la mente hacerse.

    En carribio, para los autores del segundo grupo aqu presentado estas' dos preguntas. fueron esenciales y las contestaron negativamente. E~ medicina era emprica y sus bases tericas nulas. Por qu? Porque .. u 'nid, p. 101.

  • 226 CARLOS VIESCA TREVIO

    no tena correspondencia con la medicina clsica europea; porque era diferente. En este caso la diferencia anula al no concebirse siquie4j. su posibilidad, o, si se quiere, al concebirse su posibilidad .SQlamente como error, tal vez pudiera decirse como anticonocimiento. .:'

    En estas condiciones era imposible estudiar a la medicina mexicana prehispnia, .como no era posible tampoco estudiar ninguna' otra medicina que se hallara en circunstanci~ histricas simil;u-es.. Hacla falta el relativismo antropolgico moderno para permitir el que se forjara el filtro mental de aceptacin para las diferencias, inexstent.e hasta bien entrado nuestro siglo, para poder consideraren su valor propio a los productos de culturas ajenas a la nuestra.

    Hasta hace muy pocos aos se haba creido estudiado la medicina nhuatl prehispnica, cuando en realidad se estaba consolidando una imagen que no era la de ella, sino la que se habra forjado en la mente de quienes la estudiaban. Para el protomdico Hemndez esa imagen era la de los maravillosos recursos medicinales de que se dispona, en tanto que para Sahagn lo que importaba era el .nmero de enfermedades que poda nombrar y reconocer, y el repertorio de medicamentos aplicables, aun cuando no hubiera alguien que supiera bien cmo y cundo sangrar y purgar, -a la galnica, claro est-, era como si no hubiera nadie. Para los sabios positivistas,la' imagen idealizada era la de precursora de la etapa positiva de la ciencia, cuyos aspectos mdicos eran prefigurados por ejemplos prehispnicos cuidadosamente seleccionados y excluidos de su contexto. Para otros investigadores la imagen, especular e invertida en relaCin con la an:ror, es la de lo brbaro, lo sanguinario, lo extico. Imgenes de imgenes que al fin y al cabo parten todas ellas de un sujeto perdido; desvirtuado por la negacin original de que fue objeto. .

    Para acabar con ese malentendido 1 que me vengo refiriendo y poner --:-O tratar al menos- de poner las cosas en su lugar,iesulta indispensable compenetrarse de que la propia cultura ni ha dicho todo lo que tiene que decirse en el mundo, ni la suya es la nica manera de hacerlo; de que, tratndose de medicina, ni la teorl' de los humores, ni la mod.ema medicina cosmopolita, tenan en el Siglo XVI ni tienen ahora las respuestas a muchos de los problemas que la cultura nhuatl prehispnica exiga en su momento que fueran resue1tos;que se aventuraran respuestas. Se debe, pues, partir de la necesidad de eliminar aquella primera imagen de identifiCacin ideal' para buscar las diferencias y, con ellas, la ideritidad real de ese conoclmient, de ese saber interpretados como ignorancia. Epistemolgicalllente debe partirse de la certeza limitada que tiene el conocimiento de la verdad

  • EPISTEMOLOGA Y MEDICINA- NHUATL 227

    en el curso de los siglos, en el transcurrir de la historia. Antropol6gicamente, de la constataci6n de la existencia del otro; de otros hombres, de otras culturas, cuya identidad radica esencialmente en la estructuracin de un discurso propio cuya certeza y cuya verdad -relativas si se ven en el contexto extenso de la historia de la humanidad- se desprenden de las formas de mirar, interrogar y entender el mundo que esos hombres, esas culturas han sido capaces de crear.

    A quinientos aos de ese primer encuentro que abri la posibilidad de hacer dos mundos uno, nos vemos obligados a recorrer en sentido inverso la narrativa de esas vicisitudes, a desandar el camino andado, y, si realmente queremos saber cmo fue la medicina de los antiguos mexicanos, ir ms all de los viejos cronistas y preguntar en tianguis documentales y en sus correlatos etnolgicos no slo qu remedios conodan y cmo se usaban, sino el por qu de su uso y el sentido de su preparaci6n, los rituales con los que estos se acompaaban y los dioses Y - espritus, ocultados celosamente, que en ello tenan que ver; ir ms all de los sabios coloniales y preguntar cul era la naturaleza de su universo, sin pensar que ste se tuviera que parecer a la fISis helnica, y cules eran la naturaleza y las diferencias de sus enfermedades y sus remedios, el por qu de sus clasificaciones, para finalmente poder entender por qu podan denominarlos suyos, porque existan como era esto ltimo en la medida en lo que lo permiten los fragmentos que han sobrevivido y llegado a nuestros das esa su medicina.