MEDINA 17ene2012 Politica y Democracia

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    POLTICA Y DEMOCRACIA:

    De la antigedad a la poca moderna Sobre el golpe de Estado en Honduras

    Ignacio Medina Nez

    Diciembre 2011

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    NDICE

    Introduccin

    CAPTULO I

    POLTICA Y DEMOCRACIA EN LA ANTIGEDAD

    - Poltica en la Grecia clsica - La res publica de los romanos

    CAPTULO II

    POLTICA Y DEMOCRACIA MODERNA

    - El Surgimiento de la modernidad - Concepciones de la poltica moderna en el siglo XVI - Teora poltica y democracia en el siglo XVII - Los grandes aportes de la Ilustracin

    CAPTULO III

    EL MUNDO POLTICO DE AMRICA LATINA

    - Elecciones y democracia en Amrica Latina - Transicin a la democracia a finales del siglo XX - Bipartidismo y golpe de Estado en Honduras

    o Transicin a la democracia en Honduras a fines del siglo XX o Gobierno de Zelaya y Golpe de Estado

    CAPTULO IV

    LOS HONDUREOS FRENTE AL GOLPE DE ESTADO DE 2009

    CONCLUSIONES

    BIBLIOGRAFA

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    Introduccin

    Chers concitoyens, notre propos est de dnoncer le cours pervers dune politique aveugle qui nous conduit aux dsastres. Il est dnoncer une voie

    politique de salut public. Il est dannoncer une nouvelle esprance (Hessel y Morin, 2011: 7)

    El diccionario del Espaol moderno (RAEM) ha aceptado ya la palabra democradura definindola como una Democracia no-libre basada en un sistema de gobierno en el que a pesar de la existencia de elecciones, los ciudadanos estn separados del poder real debido a la falta total, parcial o el recorte de libertades civiles.Puede estar debido a la ausencia de un marco legal robusto de libertades ciudadanas, o a constituciones dbiles que no limitan el poder gubernamental (RAEM.es). Y esto no solamente puede ser aplicado a regmenes polticos en el antiguamente llamado Tercer Mundo: existen situaciones en donde los gobiernos se alejan tanto de sus ciudadanos que deciden todo desde los intereses de la lite en el poder.

    En Alemania, durante el 2010, se dio el caso de la seleccin de lo que ellos llaman la frase del ao (Wort des Jahres 2010): un jurado institucionalmente establecido por la Gesellschaft fr deutsche Sprache (GfdS) desde 1971 elige aquellas palabras usadas durante un perodo anual que se han convertido en un smbolo para expresar un sentimiento compartido por la poblacin; para el ao 2010 fue seleccionada la frase la clera de los ciudadanos (Wutbrger), queriendo sealar la irritacin de la poblacin frente a las decisiones de los polticos de arriba (di da oben): Esta frase documenta la gran necesidad de los ciudadanos y ciudadanas de tener un derecho de opinar sobre las decisiones que se hacen sobre los proyectos sociales y polticos relevantes en la sociedad (DW, Top-Thema 21.12.2010). Pero, adems, en el siguiente ao 20111 se extendi en muchos pases del mundo el movimiento de los Indignados2, como una reaccin en contra especialmente de la especulacin de los grandes grupos financieros que son, en gran parte, los responsables de la crisis internacional de endeudamiento y recesin que ha llevado a uno de los ms altos niveles de desempleo y empobrecimiento de grandes sectores de poblacin en numerosos pases con protestas masivas en Grecia, Espaa, Inglaterra, Estados Unidos,... Adems, hay

    1Esto motiv a que la revista Time, a finales del 2011, sealara como figura del ao (person of the year) a the

    protester, referido al ciudadano que, indignado o enfurecido por la insatisfaccin relacionada a la forma de

    gobierno de su pas, ha ocupado, reunido en multidud, las calles para ejercer los derechos civiles de

    manifestarse pblicamente pero tambin para influir en la forma como los gobernantes estn realizando su

    labor: In 2011, protesters didnt just voice their complaints; they changed the world (Time, 2011). 2 Dos libros de Stphane Hessel, quien haba participado en 1948 en la elaboracin y redaccin de la

    Declaracin Universal de los Derechos Humanos, son claves para entender este movimiento: Indignez-vous!

    Y Engagez-vous , publicados ambos en estos aos de crisis de 2010 y 2011: cuando algo nos indigna, nos convertimos en militantes, nos sentimos comprometidos y entonces nuestra fuerza es irresistible (Hessel, en Le Monde Diplomatique, 2011).

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    que documentar tambin, por otro lado, la insurgencia de manifestantes en pases rabes en contra de gobiernos autoritarios como fue el caso de Tnez, Egipto (las llamadas Spring Revolutions), que luego se extendieron a Libia, Bahrain Siria

    Estamos llegando a lo que algunos autores (Lpez, Gonzlez y Llamas, 2011) estn llamando los derechos de participacin ciudadana de la tercera generacin: Se trata de instrumentos como el presupuesto participativo, las asambleas barriales, las asambleas zonales, la democracia electrnica, la clula de planificacin o el taller de futuro (Lpez, et al. 2011: 12), que superan las formas que se empezaron a realizar en el siglo XX como el referndum, el plebiscito, la iniciativa popular, la revocacin de mandato (segunda generacin) y que ya superaban ampliamente a la fundamental demanda de los ciudadanos frente al absolutismo del siglo XVII y XVIII: la emisin del voto, que llegara a ser universal, secreto y directo. Lo que ms destaca en las nuevas formas de participacin ciudadana sin llegar a los indignados y la insurgencia masiva de manifestantes que han logrado derrocar gobiernos- es que no se trata solamente de las diversas formas de eleccin que los ciudadanos han conquistado para designar a sus gobernantes y legisladores sino de las formas de vigilar a los gobernantes y participar de manera permanente en la manera de gobernar, sea quien sea el que se encuentra a la cabeza de las instituciones.

    Nuestro referente no es tanto la situacin de los pases rabes sino la relacin asimtrica en numerosas democracias modernas, de tal manera que en el llamado mundo occidental civilizado los ciudadanos todava no llegan a participar en las decisiones polticas fundamentales del pas. Hay una caracterstica muy decepcionante en las llamadas democracias modernas: la manera como la lite gobernante, surgida en procesos electorales legtimos y por tanto representante formal de la mayora de una poblacin que acudi a los comicios, realiza todas sus decisiones de poltica pblica muy alejada de la participacin de aquellos a los que supuestamente representa. Sin embargo, la situacin es peor en los pases subdesarrollados en donde, junto al alejamiento de los ciudadanos, crece tambin el problema de la pobreza y la desigualdad: El 56% de los habitantes del mundo en desarrollo y de las economas en transicin son pobres: 1.200 millones de personas subsisten con menos de 1 dlar al da y 2.800 millones viven con 2 dlares diarios (Narayan D., 2000: 265); y, en esta situacin, aunque los gobiernos hayan sido electos en las urnas, la percepcin es de que las polticas pblicas hacen muy poco por la poblacin de escasos recursos3: En materia de salud, educacin, finanzas, distribucin del agua, tierras y semillas, suministro de pensiones y beneficios por desempleo, y aun distribucin de socorro durante las emergencias, suele considerarse al Estado como corrupto, insensible e indiferente (Idem, 2000: 267).

    Por ello, ahora podemos hacer una referencia al trmino democradura y dictablanda utilizado por Juan Linz (1978) hace ms de 20 aos y que se refieren a lo que podramos llamar tambin una pseudo-democracia, es decir, un modelo autoritario que quiere presentarse a todos con una careta democrtica; se trata en

    3Se est haciendo aqu referencia al estudio del Banco Mundial (Narayan, 2000), que realiz alrededor de 50

    mil entrevistas a gente pobre de 40 pases en vas de desarrollo en diversas regiones del mundo.

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    realidad de la fachada democrtica de las nuevas oligarquas del capitalismo. Tambin Schmitter y ODonnell (1988) utilizaron estos conceptos para aplicarlos a los modelos hbridos a los que llamaron Democracias inciertas, que incluso seguan teniendo la amenaza de los golpes militares, mientras que Edelberto Torres-Rivas, refirindose especialmente a la situacin prevaleciente en la mayor parte de Centroamrica, habla de las malas democracias que se olvidan totalmente de mejorar las condiciones de vida de la poblacin.

    Estos trminos los aplicamos para el caso de Honduras desde su llamada transicin a la democracia en 1980 hasta el gobierno surgido del golpe de Estado que sufri el presidente Manuel Zelaya en Junio de 2009, indicando que se trata claramente de una pseudodemocracia, una fachada de formalidad democrtica que quiere ocultar la realidad de un regimen autoritario y dictatorial: los golpistas nombraron un gobierno interino que organiz y control el proceso electoral presidencial de noviembre de ese ao para poner como presidente a Porfirio Lobo, del Partido Nacional de Honduras (PNH). Este es el objeto final en que aterriza este libro, que quiere mostrar cmo aun los mismos causantes de la ruptura democrtica se quieren cobijar con la representatividad del pueblo y la legitimidad institucional para realizar sus acciones; lograron el objetivo de mantener a Zelaya fuera del poder y con ello realizar unas elecciones a su conveniencia que pudieran seguir manteniendo el status quo de las oligarquas dominantes.

    Se ofrece en primer lugar un acercamiento terico al tema de la poltica y la democracia a partir de las aportaciones hechas por pensadores griegos y romanos, para mostrar cmo los problemas de la sociedad moderna siguen teniendo una gran fuente de inspiracin para su inteleccin y discusin a partir de la vida poltica de Grecia y Roma.

    En el segundo captulo, se toca el tema del surgimiento de la poca moderna, que rompe con el modo de produccin feudal, produciendo nuevos planteamientos en las ciencias naturales, en la economa, en la poltica y en las artes a partir del nacimiento de una visin del mundo y del hombre. Se trata de hacer el vnculo con las concepciones de la democracia moderna desde el siglo XVII hasta el pensamiento de la Ilustracin en el contexto de la cada de numerosos estados absolutistas de Europa con el surgimiento de una fuerza ciudadana que se expres en procesos electoralespara elegir a los gobernantes. Dichos procesos electorales se han desarrollado en muchos casos sin organizacin e instituciones slidas, donde ha sido fcil caer en la manipulacin de lderes y en donde, sobre todo, muchos resultados de poltica pblica siguieron favoreciendo los intereses de las oligarquas.

    El tercer captulo se centra en el mundo de la poltica de Amrica Latina, en donde la mayora de los pases surgidos en el siglo XIX adoptaron el modelo republicano incluso con procesos electorales inspirados por la democracia pero en un contexto real de absolutismo y autoritarismo; se hace un referente especfico a los procesos de transicin a la democracia latinoamericana de finales del siglo XX, ofreciendo de manera especial una recapitulacin de los hechos polticos en Honduras desde la dcada de 1970 hasta el golpe de Estado acaecido en junio del 2009 y posteriormente la toma de posesin del nuevo presidente Porfirio Lobo en enero

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    del 2010 para mostrar cmo los ejecutores de la accin golpista quisieron legitimarse, insistiendo en vestir de legalidad sus acciones pretendiendo estar representando los intereses del pueblo.

    Finalmente, una parte fundamental de esta investigacin da cuenta en el ltimo captulo sobre la visin de un grupo de profesionistas hondureos que ofrecen sus puntos de vista desde el interior de su pas sobre cmo entienden la democracia, sobre la forma como analizaron el proceso a partir de los postulados de la Carta Democrtica Interamericana y en el contexto de la condena internacional al golpe y, finalmente, cmo visualizan el presente y futuro de su pas.

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    CAPTULO I

    POLTICA Y DEMOCRACIA EN LA ANTIGEDAD

    Nuestra constitucin se llama democracia porque el poder est en manos, no de una minora, sino de todo el pueblo Y justo como nuestra vida poltica es libre y abierta, as es nuestra vida

    cotidiana en cuanto a las relaciones con los dems Aqu, cada individuo se interesa no slo por sus asuntos, sino tambin por

    los asuntos del estado (Percles, en Tucdides, 1998).

    En la antigedad del siglo IV a.C., Aristteles defini al ser humano como un ser poltico; este concepto muchos lo han traducido como un ser social, entendiendo que es algo innato a los ciudadanos la preocupacin por los asuntos pblicos de su comunidad. El pensamiento griego no distingui entre sociedad civil y sociedad poltico y, por ello, era totalmente inconcebible pensar en un ciudadano aislado o ensimismado solamente con sus intereses individuales. Sin embargo, en el mundo contemporneo, la poltica se ha convertido en asunto de unos pocos, sufriendo sobre todo la influencia de algunos consejos de Maquiavelo, quien lleg a concebir la poltica en el siglo XVI ms bien como la disputa por el poder entre los prncipes o las lites gobernantes.

    ste ha sido el sentido imperante de la poltica porque numerosos gobernantes y legisladores polticos profesionales- ms que estar dedicados a resolver los graves problemas de la poblacin, dedican ms su tiempo y energa a conservar su puesto y a aprovecharlo en su propio beneficio. Por ello es la sensacin de muchos ciudadanos de que la poltica ensucia. Pero cmo volver al sentido original de la poltica? cmo convertir la poltica en ciencia de millones de seres humanos deseosos de transformar la sociedad hacia mejores niveles de desarrollo?

    Los problemas econmicos tienen que empezar a resolverse desde una perspectiva poltica. Se puede formular con bastante fundamento una crtica constante hacia la manera salvaje de hacer poltica de numerosos gobiernos nacionales y lites locales. Sin embargo, en los ltimos aos podemos observar en el escenario latinoamericano la aparicin de diversas tendencias polticas, varias de ellas convertidas ya en gobiernos que a travs de los procesos electorales, que estn planteando y aplicando numerosas variantes en la forma tradicional de hacer poltica; y las opciones gubernamentales triunfantes han aparecido precisamente con la legitimidad que les otorga la poblacin con su voto. De esta manera, la forma de enfrentar los graves problemas econmicos en cada pas se est decidiendo tambin con la injerencia de la misma democracia

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    electoral, que es una de las maneras en que los ciudadanos manifiestan su injerencia en la poltica.

    En 2007, Le Monde Diplomatique en su revista Manire de voir (Monde Diplomatique, 2007) public el nmero 90 con el ttulo Amrique latine rebelle (Amrica Latina rebelde), sealando que despus de tantas esperanzas frustradas, los latinos estn levantando la cabeza. Esto hace referencia a la situacin de la primera dcada del siglo XXI en Amrica Latina en los que hemos visto el triunfo electoral de tendencias que antes eran opositoras: Lula da Silva en Brasil, Tabar Vzquez en Uruguay, Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador, Daniel Ortega en Nicaragua, etc. El mismo Le Monde ya haba sealado esta tendencia dos aos antes: En una Amrica Latina sumisa durante mucho tiempo al fundamentalismo liberal -225 millones de pobres (43.9% de la poblacin)-, los gobiernos estn sentados sobre un polvorn. A pesar de los perros de guardia deseosos de preservar el statu quo, el momento en que la poblacin pareca resignarse est cambiando. Por primera vez desde los aos de 1960, muchos gobiernos de izquierda Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela- escuchan que se est modificando el curso de estas Repblicas sin ciudadanos, marcadas por el desprecio social y la exclusin (Monde Diplomatique, 2005)

    La aspiracin por sistemas democrticos se ha extendido en la mayor parte de nuestros pases. En Amrica Latina, especialmente durante las dcadas de 1970 y 1980, se estaba transitando por la etapa crtica de las dictaduras militares, y en algunos pases se haba llegado a la situacin terrible de confrontacin blica entre gobiernos y movimientos insurgentes (Per, El Salvador, Nicaragua, Colombia,). Pero el contexto cambi de manera clara en la ltima dcada del siglo XX, para mostrarnos un continente en donde casi todos los gobiernos fueron presididos por civiles surgidos de procesos electorales. El mismo gobierno estadounidense, que en largos perodos haba llegado a apoyar abiertamente dictaduras militares como las de Somoza y Pinochet, se congratul de la llegada de la democracia a la regin, sealando nicamente la excepcin de Cuba, acusando al gobierno de la isla de rechazar la democracia e impidiendo que se le incluyera en los proyectos de las sucesivas cumbres de las Amricas.

    La discusin sobre la democracia como modelo y como forma de gobierno ha continuado en el debate de las ciencias sociales, aunque a final del siglo XX y hasta el momento presente en la regin latinoamericana se puede percibir un cierto desencantamiento de la poblacin, cuando el concepto se ha circunscrito solamente a la realizacin de procesos electorales sin llegar a mejorar las condiciones de vida: nos podemos preguntar sobre la eficacia del modelo cuando ha empeorado el nivel de vida de gran parte de la poblacin. La democracia como solucin a los problemas es un tema que est en el centro del debate sobre el rol que debe jugar y el significado que tiene. En el 1995, el 40% deca que la democracia no poda solucionar los problemas mientras el 50% deca que s poda solucionarlos. La situacin se ha mantenido casi intacta en una dcada porque, en el 2005, un 37% dice que la democracia no soluciona los problemas mientras un 53% dice que s los puede solucionar (Latinobarmetro 2005: 45). De cualquier manera, aunque el concepto pueda tener mltiples significados en los distintos

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    pases, la confianza en que es un sistema que puede resolver mejor que los autoritarismos los problemas de la poblacin se ha mantenido todava hasta 2010; el mismo Latinoabarmetro (2010) da cuenta de esta situacin teniendo en cuenta variantes importantes en donde, por ejemplo, en Guatemala solamente el 46% apoya la democracia (el nivel ms bajo en ese ao dentro de Amrica Latina) mientras que los niveles ms altos de apoyo se dan en Costa Rica (72%), Uruguay (75%) y Venezuela (84%) (Latinobarmetro, 2010: 26). En este sentido, hay que sumarse a esos porcentajes de latinoamericanos que manifiestan la posibilidad de incidir democrticamente en la solucin de los problemas sociales de la regin, aunque, en la prctica, ms de la mitad de la poblacin tiene la percepcin de que los gobernantes deciden a favor solamene de unos pocos; a la pregunta de si las decisiones del gobierno buscan privilegiar a algunos pocos, el 60% en promedio respondi afirmativamente (Latinobarmetro, 2010: 32).

    El hecho es que numerosos gobrernantes, aunque hayan sido electos en un legtimo proceso electoral, no gobiernan como representantes de la mayora de sus electores sino en contra de ellos motivados por intereses personales o de grupos olgigrquicos; de esta manera, se observa un alejamiento progresivo de muchos lderes y partidos polticos en relacin a los ciudadanos a los que dicen representar; se est cumpliendo la ley de hierro de la oligarqua que ya anunciaba Robert Michels (2008) a principios del siglo XX, aunque este pensador es profundamente pesimista al considerar esta ley como un imperativo natural: "Es imposible que un partido democrtico practique una doctrina democrtica La organizacin poltica conduce al poder. Pero el poder siempre es conservador" (Michels, 2008: 153).

    Existe, adems, otro agravante: la realidad de una Amrica Latina que est experimentando un agravamiento de los ndices de pobreza y de extrema pobreza (Kliksberg, 2003) y, en algunos casos especficos, ocurre un crecimiento del abstencionismo en los procesos electorales. Esta situacin nos lleva a replantear un concepto de democracia cuando ste solamente est ligado a los procesos formales de los comicios. La definicin terica que estamos empleando sobre la democracia va ms all de los procesos electorales e incluye necesariamente la participacin continua de los ciudadanos en las decisiones pblicas de tal manera que se pueda llegar a una mejor distribucin de la riqueza social que en el mundo contemporneo est concentrada en muy pocas manos.

    Ciertamente, uno de los retos latinoamericanos todava se encuentra en la consolidacin de unas reglas electorales que garanticen la legitimidad de las autoridades gubernamentales electas. Decimos esto porque, a pesar de los logros evidentes a partir de la poca de los militarismos, existen todava grandes irregularidades en el ejercicio de la simple votacin; sin embargo, el mayor de los retos de los sistemas democrticos se encuentra en su capacidad para favorecer el desarrollo. Es una gran pena decir, por ejemplo, que Brasil ya es un pas democrtico pero al mismo tiempo hay que mencionar tambin que es uno de los ms desiguales del mundo entero a pesar de sus avances contra la pobreza durante el gobierno de Lula da Silva (2002-2010); algo semejante ocurre cuando mencionamos la democracia en Honduras a travs de un sistema en donde

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    pacficamente (con excepcin del violento golpe de estado del 2009) se siguen repartiendo el poder las lites de los partidos nacional y liberal mientras que el pas sigue siendo considerado como uno de los ms pobres de Amrica Latina.

    Hasta ahora, nadie tiene soluciones claras ni para lograr una corresponsabilidad de los ciudadanos en las decisiones gubernamentales ni para solucionar el problema de la pobreza. Pero, para poder actuar y participar en todo el desarrollo de la poltica social, los ciudadanos necesitan, primero tener un mejor conocimiento y conciencia de sus derechos y, segundo, estar organizados para poder llevar a la prctica las posibilidades que puede ofrecer la solidaridad y la accin colectiva en el marco de cualquier sociedad democrtica. Actualmente, hay que fortalecer aquellas tendencias gubernamentales que estn experimentando nuevos modelos de poltica social, no como beneficencia sino como creacin de capacidades; por otro lado, es necesario enfocarse al mbito organizativo, sobre todo cuando el diagnstico sobre el tejido social en numerosas comunidades es altamente preocupante: mucha gente no sabe todava cules son sus derechos, se resiste a trabajar en equipo y a organizarse en su comunidad dejando todo en manos de dios o de la suerte o de las ayudas de familiares y conocidos. En este segundo aspecto, aparece con toda claridad de que ya no es posible dejar la poltica en manos de los llamados polticos; es necesario que los ciudadanos retomen el sentido originario de la poltica: organizacin propia para poder resolver desde abajo los asuntos pblicos.

    Ciertamente, durante grandes etapas de la historia se olvid por muchos siglos la perspectiva de participacin ciudadana en el modelo democrtico, particularmente durante todo el perodo del feudalismo en Europa, caracterizado por una visin vertical y autocrtica. Adems, en el siglo XVI, apareci la visin de Maquiavelo sobre la poltica y el Estado en donde una cosa son los prncipes o gobernantes y otra cosa son el pueblo y los gobernados. La concepcin de la poltica estaba lejos de la idea griega sobre el inters colectivo de la comunidad y se convirti en una lucha por el poder, en donde todo se decida por la astucia o la fuerza del prncipe.

    Si bien, a partir de la etapa de la ilustracin europea y la derrota del absolutismo se ha ido creando un gran consenso alrededor de la democracia, en muchas ocasiones se la pretende concebir solamente como reducida a los momentos electorales. El gran reto del momento presente es la profundizacin de la democracia al estilo de los griegos antiguos: dejando de lado sus grandes limitaciones histricas al haber dejado fuera a esclavos y mujeres, su gran legado es la identificacin del ciudadano con la poltica. Participaron ciertamente en procesos electorales, pero el gran significado de la democracia estaba en la responsabilidad colectiva de cada ciudadano para influir en las decisiones de sus comunidades.

    A partir de la experiencia de los griegos y romanos en la poca antigua aunque en ambos mundos hay variados casos de concepciones de la poltica y la democracia-, a partir de la teora poltica antigua, proponemos que el modelo democrtico debe tener algunos adjetivos fundamentales como propuesta para la poca moderna: significa tener elecciones legtimas de los gobernantes por una comunidad de ciudadanos; significa tambin que hay que buscar formas de

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    participacin de los mismos ciudadanos en las decisiones importantes del Estado que afectan el destino de la poblacin; significa, en tercer lugar, tambin una atencin prioritaria del Estado para que los ciudadanos se puedan ir educando adquiriendo una mejor cultura poltica de participacin en los asuntos pblicos; significa, sobre todo, una democracia social en donde se aminoren significativamente las desigualdades de la poblacin en cuanto distribucin de la riqueza social, combatiendo eficazmente la pobreza.

    En este captulo, vamos a sintetizar algunas aportaciones de los pensadores clsicos de Grecia y Roma a partir de las experiencias histricas que tuvieron sus sociedades.

    1.1 Poltica y democracia en la Grecia antigua

    En Grecia apareci por primera vez la palabra democracia diferencindola de otras formas de gobierno en las ciudades estado como monarqua y aristocracia, para hacer una relacin directa entre los ciudadanos de una polis y la forma de hacer las decisiones que interesaban a todos. Cuando los griegos acuaron demokrata la palabra aparece por primera vez con Herodoto- el demos en cuestin estaba constituido por ciudadanos de la polis, de la pequea ciudad que en verdad era una comunidad, una Gemeinschaft El pueblo toma cuerpo y consistencia en el mbito de la ciudad-comunidad (Sartori, 1993: 18). Este sentido de la comunidad es el que favoreci en muchos casos la creacin de una determinada forma de gobierno con participacin de los ciudadanos.

    Despus del perodo de la civilizacin micnica de los aqueos, a partir del siglo VIII a.C. poca en que escribi Homero sus libros recordando la guerra de Troya ocurrida unos 300 aos antes-, con el decaimiento de la dominacin aristocrtica y de la nobleza terrateniente, los griegos empezaron a formar sociedades

    comunitarias autnomas a las que llamaron (polis), que la mayora de los traductores presentan con el nombre polmico de ciudades-estado4. La palabra polis significa una comunidad que incluye gobernantes y gobernados, en donde, a diferencia de otras civilizaciones que estuvieron centradas en el palacio real y en el templo (los judos, los persas, los egipcios, etc.), el punto principal de reunin y gobierno era el gora, el mercado, la plaza pblica. Los habitantes de todas estas ciudades-estado (Atenas, Esparta, Tebas, Eubea, Tarento, Mileto, Rodas) hablaban griego y, por ello, se puede mencionar el concepto de la civilizacin griega en toda esa amplia regin; dichas ciudades tenan autonoma, autarqua, pero su confluencia y convergencia general nicamente se lleg a dar en ocasiones especiales como en los juegos olmpicos, surgidos en el ao 776 a.C. en el territorio de la ciudad de Olimpia y despus, en la defensa unificada frente a la invasin de los persas en el siglo V a.C. y, posteriormente, en la Liga

    4La definicin de polis como ciudad-estado es ciertamente polmica, porque ni se quiere referir a nuestras

    ciudades modernas (opuestas al campo) ni tampoco al concepto de estado que naci a partir del siglo XVI. Se

    trata del lugar donde vive una comunidad de seres humanos que se gobiernan a s mismos bajo diferentes

    formas de una manera autrquica. Castoriadis define la polis como la autoconstitucin de un cuerpo de ciudadanos que se consideran autnomos y responsables, y se autogobiernan legislando (Castoriadis, 2006: 44). No es la familia ni un conjunto de familias; no es la tribu ni un conjunto de tribus; es la comunidad

    poltica con gobierno propio.

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    Anfictinica alrededor del templo de Delfos. Fuera de esas ocasiones especiales, las ciudades griegas fueron autnomas y no llegaron a fundar un estado unificado o una federacin o un imperio; ms bien existieron grandes rivalidades que llevaron a grandes desastres como el ms terrible de todos que fue la guerra del Peloponeso a finales del siglo V a.C.

    De cualquier manera, dentro de estas comunidades humanas especficas formadas a raz de la invasin drica del norte hacia el sur de la pennsula, ya en la edad de hierro, la polis fue la matriz que posibilit el perodo griego propiamente creador (Poratti, en Born, 2000: 38). La ciudad se origina (es decir, se deduce) slo de la incapacidad del individuo para bastarse a s mismo. Cada necesidad lleva a un hombre a unirse con el que puede satisfacerla, y la variedad de necesidades da lugar a una multiplicidad de hombres esto es, de funciones- reunidos en un lugar para ayudarse entre s. Y este intercambio se supone llevado a cabo en inters propio (Idem, 2000: 51). Pero la poltica se vivi bajo diferentes formas de gobierno que fueron clasificadas, por ejemplo, como monarqua, aristocracia y democracia, con sus contrapartes tirana, oligarqua y demagogia. En Grecia se invent el concepto de democracia5 pero se vivi la experiencia en diversos perodos tanto como una forma de gobierno en donde participaban todos los ciudadanos en las decisiones del Estado pero tambin como una forma que poda manipularse desde intereses individuales o grupales.

    En todo este contexto, no hay que confundir el concepto con una descripcin del ncleo urbano de la comunidad; se refiere ms bien al conjunto de habitantes y sus formas de gobierno a partir de discusiones y decisiones de los ciudadanos sobre el bien comn. Aun entre nosotros se conservan vivas las palabras poltica y poltico, derivadas de la polis, que nos recuerdan que con la polis griega surgi por primera vez lo que nosotros denominamos estado aun cuando la palabra griega pueda traducirse lo mismo por Estado que por ciudad La polis es el centro dominante a partir del cual se organiza histricamente el perodo ms importante de la evolucin griega (Jaeger, 2000: 84).

    El surgimiento de la llamada Civilizacin se simboliza con la aparicin de las primeras regulaciones jurdicas dentro de la comunidad junto con la participacin ciudadana. En Homero, la palabra plis designa la ciudadela, que luego ser llamada acrpolis. En las ciudades micnicas, se sola ser el lugar del Palacio. Desaparecido el rey micnico, el lugar -el Centro- queda simblica y muchas veces fsicamente vaco. Y no va a surgir ningn poder que vuelva a llenarlo. Los poderosos van configurando una cultura aristocrtica tejida por las relaciones, muchas veces internacionales, de amistad y de competencia a la vez (agn). El conflicto aparecer cuando el crecimiento de la poblacin y las nuevas perspectivas econmicas pongan en crisis a la sociedad agrcola tradicional y los campesinos se enfrenten a los terratenientes nobles. Esto llevar a sacar a luz aquello que los seores detentan en funcin de un cierto carcter sacro: el conocimiento del derecho tradicional que los habilita para tomar decisiones

    5Este origen y prctica de la democracia griega y su relacin con la democracia moderna puede consultarse en

    mltiples fuentes, pero aqu retomamos a Hansen (1991), Castoriadis (1994), Grondona (2000), Medina N.

    (2005), Castoriadis (2006) y Gil Fernndez (2009).

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    judiciales (thmistai, dkai), y la titularidad de los cultos, como cultos del clan o familia, gnos. Ahora las frmulas jurdicas tradicionales se pondrn por escrito, y la ley as establecida valdr por s misma como ley de la Ciudad con independencia de cualquier autoridad personal o familiar (Poratti, en Born A., 2000). Sociedad jurdica y sociedad poltica estarn ntimamente vinculadas.

    La conformacin de las comunidades o polis tuvieron que enfrentar el tema del orden general para todos los ciudadanos, ante la ausencia de un orden divino impuesto desde arriba, porque ya Prometeo les haba arrebatado el fuego a los dioses. Ante este gran reto, los ciudadanos de cada localidad tuvieron que adoptar sus propias formas de gobierno; a ellos les corresponde no slo hacer la ley sino tambin responder a la pregunta: qu es una ley justa, una ley buena? Y esto, sin abrir ningn libro sagrado ni escuchar a ningn profeta esta primera captacin imaginaria del mundo como a-sensato y esta ausencia de la ley o de la norma es lo que libera a los griegos y les permite crear instituciones en las cuales, precisamente, los hombres se proporcionan sus normas (Castoriadis, 2006: 67-8).

    En Grecia, para evitar el ejercicio de la violencia del ms fuerte, se tuvieron que crear instituciones en las diversas ciudades que garantizaran el derecho de todos los ciudadanos; en muchas de ellas hubo grandes diferencias sociales y por tanto inconformidades e insurrecciones y golpes de fuerza. La inconformidad con numerosas oligarquas en diversas ciudades-estado hizo surgir en diversos momentos la poca de los tiranos, que es el contexto en que surgieron los filsofos presocrticos y cuando comenz la etapa de la tragedia griega, entre el ao 650 y 510 a.C.; los tiranos fueron gobernantes que se impusieron sin consultar a la monarqua, a los nobles o rebelndose contra ellos, pero que en muchos casos llevaron paz y prosperidad a las ciudades. "Estos autcratas rompieron el dominio de las aristocracias ancestrales sobre las ciudades; representaban a los nuevos terratenientes y a una riqueza ms reciente, acumulada durante el crecimiento econmico de la poca precedente y basaban su poder, en una medida mucho mayor, en las concesiones hechas a la masa no privilegiada de los habitantes de la ciudad" (Anderson, 1999: 24).

    Frente a las oligarquas tradicionales de los grupos que controlaban el gobierno de las ciudades surgieron estos lderes que encabezaron la inconformidad. "Los tiranos eran normalmente unos arribistas de considerable riqueza, cuyo poder personal simbolizaba el acceso del grupo social del que procedan a los honores y las posiciones elevadas dentro de la ciudad. Su victoria, sin embargo, fue posible generalmente slo por la utilizacin que hicieron de las reivindicaciones radicales de los pobres, y sus realizaciones ms duraderas fueron las reformas econmicas a favor de las clases populares que tuvieron que conceder o tolerar para asegurar su poder" (Anderson, 1999: 25). De hecho, entre los 7 sabios ms importantes de Grecia en el siglo VI a.C. varios fueron tiranos y sobresalieron por sus acciones a favor de los ciudadanos y por su sabidura.

    Aunque la democracia se cre en Atenas, Herodoto present la primera discusin sobre esta forma de gobierno en un debate que l ubica en el imperio persa, despus de la muerte de Cambises, quien gobern el imperio durante siete aos (528 a 521 a.C.) como sucesor de Ciro. Un personaje llamado tanes comenta lo

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    siguiente: Soy partidario de que un solo hombre no llegue a contar en lo sucesivo con un poder absoluto sobre nosotros, pues ello no es ni grato ni correcto. Habis visto, en efecto, a qu extremo lleg el desenfreno de Cambises Cmo podra ser acertada la monarqua, cuando, sin tener que rendir cuentas, le est permitido hacer lo que quiere? Es ms, si accediera a ese poder, hasta lograra desviar de sus habituales principios al mejor hombre del mundo, ya que, debido a la prosperidad de que goza, en su corazn cobra aliento la soberbia; y la envidia es connatural al hombre desde su origen En cambio, el gobierno del pueblo tiene, de entrada, el nombre ms hermoso del mundo: isonoma; y, por otra parte, no incurre en ninguno de los desafueros que comete el monarca Soy de la opinin de que, por nuestra parte, renunciemos a la monarqua exaltando al pueblo al poder, pues en la colectividad reside todo (Herodoto, Libro III, en Fernndez Q., 2009: 53). En esa ocasin, perdi la propuesta de tanes porque, con artilugios y engaos, prevaleci la opcin por la monarqua.

    Con el antecedente de la propuesta de esta discusin, conocemos luego los hechos presentados por Herdoto en los gobiernos de Soln, Clstenes y Pericles y el enraizamiento de la tradicin democrtica en Atenas, sobre todo como alternativa frente a los gobiernos tirnicos. Herodoto ubicaba el desarrollo de Atenas como consecuencia de la abolicin de la tirana: la igualdad de derechos polticos es un preciado bien, si tenemos en cuenta que los atenienses, mientras estuvieron regidos por una tirana, no aventajaban a ninguno de sus vecinos en el terreno militar y, en cambio, al desembarazarse de sus tiranos, alcanzaron una clara superioridad (Herodoto, Libro V, en Fernndez Q., 2009: 47); sin embargo, la realidad emprica est muy lejos de la democracia ideal que el primer historiador defiende porque las pugnas polticas y enfrentamientos siempre fueron acontecimientos cotidianos, incluso en la edad de oro: La Atenas democrtica de Pericles es, a pesar del esplendor y de su humanismo, una ciudad polticamente convulsa. Se acusar a los democratas de ser muy condescendientes con los partidarios de la tirana. stos prosiguen, aun en la oposicin, o en el ostracismo (su propio lder Cimn), su labor de desgaste. Lograrn que Anaxgoras sea juzgado supuestamente por impiedad, o que Fidias sea investigado por malversacin de fondos. Incluso el propio Pericles lleg a ser investigado. En este orden convulso Herodoto pudo haber hallado refugio pues en una democracia ideal (Fernndez Q., 2009: 55).

    En 594 a.C., Soln fue elegido gobernante de Atenas: era noble, rico, talentoso y poeta. Con l se simboliza el inicio de la poca de oro de Grecia. Empez aboliendo todas las deudas; liber a quienes haban sido esclavizados por ellas; aboli la mayora de las penas de muerte establecidas por Dracn; cre tribunales populares; reorganiz el gobierno ateniense creando una asamblea para elaborar las leyes con participacin de miembros de todos los ciudadanos: era el camino hacia el gobierno del pueblo, hacia la democracia. Soln haba demostrado que haba una alternativa a la oligarqua diferente de la tirana. Atenas ofreci la democracia como alternativa (Asimov, 1998: 81).

    En lo econmico, Soln impidi el crecimiento de las fincas nobiliarias para establecer el modelo de las pequeas y medianas propiedades; esto fue

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    acompaado de una nueva administracin poltica: Soln priv a la nobleza de su monopolio de los cargos al dividir a la poblacin de Atenas en cuatro clases de rentas: a las dos clases superiores les concedi el derecho a las supremas magistraturas; a la tercera, el acceso a los cargos administrativos inferiores, y a la cuarta y ltima, un voto en la asamblea de ciudadanos, que a partir de entonces se convirti en una institucin regular de la ciudad (Anderson, 1999: 26). Sin embargo, fue un poltico moderado y no un reformador radical porque nunca quit a la nobleza sus grandes privilegios ni realiz una reforma agraria; sin embargo, su poca fue el smbolo del comienzo de la transicin al pensamiento ciudadano.

    Dcadas despus lleg Clstenes como gobernante de Atenas, quien, despus del gobierno de varios tiranos, volvi a renovar el sistema poltico de la democracia. Mogens Herman Hansen seala que fue Clstenes quien introdujo la democracia directa en Atenas, en el ao 507 a.C, al derrocar al tirano Pisstrato y al integrar un consejo de gobierno de 500 miembros, con lo cual estableci la primera forma de participacin directa, unificando la conciencia nacional en torno al Estado griego. Fue una autntica forma de democracia directa, que alivi algunas de las tensiones sociales y permiti realizaciones benficas en todos los rdenes de la vida (UNAM, 1990: 76).

    Aos despus, los atenienses pudieron derrotar a los persas en la batalla de Maratn del 490 a.C. comenzando una hegemona sobre todo el mar Egeo. Despus de Maratn, Atenas dio nuevos pasos hacia la plena realizacin de la democracia (Asimov, 1998: 109); el ms importante fue una votacin directa en la plaza donde los ciudadanos utilizaban pedazos de cermica (ostrakos), donde escriban el nombre de algn ciudadano no deseable; los votos se colocaban en una urna y luego se contaban; la mayora decida que determinado individuo fuera exiliado de la ciudad: el voto de destierro es llamado ostracismo. La primera vez que se us el ostracismo fue en el 487 a.C. (contra un miembro de la familia de Pisstrato), pero la votacin ms importante se dio cuando en 482 a.C. se utiliz para decidir entre Temstocles y Arstides el Justo, sobre la manera de cmo hacer frente a la nueva amenaza de los persas.

    Sin embargo, la democracia directa, en muchas ocasiones, no resultaba en un proceso simplemente espontneo, debido a la influencia de los nobles o de diversos funcionarios del gobierno, que queran hacer pesar su voz entre los votos de los ciudadanos. La prctica popular directa de la constitucin ateniense se dilua en la prctica por el predominio informal sobre la asamblea de los polticos profesionales, procedentes de las familias de la ciudad tradicionalmente ricas y de alta cuna; junto con la democracia tambin haba surgido la demagogia ( la misma raz de pueblo, y el verbo : llevar, dirigir), el arte de manipular a las multitudes.

    La fragilidad de las votaciones de ostracismo como forma de democracia directa se lleg a mostrar cuando algunos personajes fueron aclamados y tomados como hroes para posteriormente, en otro momento, ser declarados traidores, segn los vaivenes de la opinin general de la masa de ciudadanos. Un ejemplo fue el de Temstocles, quien, despus de su gran victoria, fue perdiendo popularidad y, en una votacin de ostracismo frente a un nuevo lder, Cimn, perdi y fue expulsado

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    de Atenas; despus, la misma ciudad de Atenas lo declar traidor y tuvo que abandonar Grecia; actualmente, sin embargo, se encuentra una estatua suya en el Pireo. Semejante mala suerte corrieron otros hroes griegos de esta poca: Pausanias, rey de Esparta, quien haba derrotado a Mardonio y los persas en Platea, cay en desgracia y fue perseguido hasta su muerte por los propios espartanos; Leotquidas, otro hroe espartano en la batalla de Micala, fue encontrado culpable de sobornos y desterrado; Milcades, el gran hroe de Maratn, tambin cay en desgracia entre los atenienses despus de la victoria sobre los persas. Tambin otro lder, Cimn, de Atenas, fue posteriormente desterrado con otra votacin de ostracismo en el 461 a.C. frente a Efialtes, quien subi al poder. Las preferencias del pueblo, entonces, podan ser momentneas para convertirse, luego, en decepcin y aborrecimiento.

    Desde el punto de vista social, hay que resaltar la contradiccin entre, por un lado, la constitucin del nuevo imperio griego con la hegemona ateniense en toda la zona y, por otro, la persistencia del modelo democrtico en numerosas ciudades-estado. El imperio ateniense que surgi a raz de las guerras persas fue un sistema esencialmente martimo, destinado a subyugar coercitivamente a las ciudades-Estado griegas del Egeo... El auge del podero de Atenas en el Egeo cre un orden poltico cuya verdadera funcin consisti en coordinar y explotar las costas e islas ya urbanizadas por medio de un sistema de tributos monetarios... En el momento de su esplendor, durante la dcada de 440, el sistema imperial ateniense abarcaba a unas 150 ciudades, principalmente jnicas, que pagaban una suma anual en dinero al tesoro central de Atenas y no podan mantener flotas propias (Anderson, 1999: 36). Imperio y democracia pudieron coexistir en esa poca. El sistema imperial gozaba tambin de las simpatas de las clases ms pobres de las ciudades aliadas, porque la tutela ateniense significaba por lo general la instalacin local de regmenes democrticos, acordes con los de la propia ciudad imperial, y la carga financiera de los tributos recaa sobre las clases altas (Anderson, 1999: 37).

    A mediados del siglo V a.C., haba llegado Pericles al poder en Atenas; era un espritu apasionado por el modelo de la democracia. Pericles haba nacido en el 490 a.C., el ao de la victoria en Maratn; su padre haba luchado en Micala y era de la familia de los Alcmenidas; uno de sus maestros fue Zenn de Elea. Pericles dur 30 aos en el poder; durante su gobierno, Atenas lleg a la cspide de su civilizacin y conoci la edad de oro (Asimov, 1998: 135). Construy los Largos muros entre Atenas y el Pireo, en el 458 a.C.; fortaleci Atenas y la embelleci. Encarg al escultor Fidias la construccin de un templo en la Acrpolis, dedicado a la diosa Atenea, guardiana de la ciudad: el templo fue llamado el Partenn, que se inici en el 447 a.C. y se termin en el 432 a.C. Dentro de la Acrpolis, tambin Fidias hizo una gran estatua de madera de Atenea, cubierta de marfil como piel y oro en los vestidos; hizo otra estatua para Zeus, que se convirti en una de las siete maravillas del mundo, frente a la cual se realizaron algunas ceremonias de los juegos olmpicos. La edad de oro se expres de esta manera en el siglo V a.C., teniendo sobre todo como centro propulsor la ciudad-estado ateniense. Atenas se convirti en el centro cultural del mundo griego. Y tambin la filosofa tom un nuevo rumbo... En Atenas, el inters comenz a centrarse en el ser humano y en

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    el lugar de ste en la sociedad. En Atenas se iba desarrollando una democracia con asamblea popular y tribunales de justicia (Gaarder, 1999: 74)

    Sin embargo, la civilizacin griega comenz su decaimiento con la terrible guerra del Peloponeso en donde se enfrentaron Atenas y Esparta; despus de cerca de 40 aos de Guerra, Atenas sucumbi y continu guerras entre las diversas sociedades griegas. De manera simblica, la muerte de Scrates en el 399 a.C. coincide con el comienzo de otro siglo y con el surgimiento de un nuevo perodo. La guerra del Peloponeso (del 431 al 404 a.C.), de manera particular, fue relatada por Tucdides, un general ateniense que fue exilado en el 423 a.C. Atenas traslad el tesoro de la Confederacin de Delos a la misma ciudad de Atenas; de hecho era la poca del imperio ateniense, sobre todo porque Pericles extendi su poder en los mares. Pero Esparta se recuperaba y junto con sus aliados enfrent a los atenienses, a partir de que los foros, en 431 a.C. le declararon la guerra a Atenas. Las ciudades ms oligrquicas de la Grecia interior fueron encabezadas por Esparta para enfrentar el dominio ateniense.

    A un ao de la guerra, en un funeral pblico por los muertos en la guerra, Pericles pronunci una oracin fnebre, que es el gran himno a la democracia y la libertad, como lo relata Tucdides: ... considerada en conjunto, nuestra ciudad es la maestra de Grecia. Nuestras instituciones no imitan las leyes de otros. No copiamos a nuestros vecinos sino, ms bien, somos un ejemplo para ellos. Nuestro sistema es llamado democracia porque respeta a la mayora y no a unos pocos; pero aunque la ley asegura la igualdad a todos en las disputas particulares, el reclamo de la excelencia tambin es reconocido; y cuando un ciudadano se distingue de alguna manera, l es generalmente preferido para el servicio pblico, no por rotacin, sino por su mrito (Tucdides, citado por Brophy, 1998: 138).

    Sin embargo, dentro de los largos muros de su ciudad, los atenienses fueron golpeados por la peste en el 430 a.C.: muri el 20% de la poblacin incluyendo el mismo Pericles. Esparta fue favorecida en la guerra; su poder avanz hasta la pennsula Calcdica y lleg hasta Anfpolis, ciudad que era defendida por Tucdides. Este no se encontraba all en ese momento y fue culpado de la rendicin de la ciudad, su pena fue el exilio y con ello tuvo la oportunidad de escribir la historia sobre la guerra. Fue una poca de sangre y sufrimiento para toda Grecia, hasta que se firm en el 421 a.C. la paz de Nicias, el nombre del principal negociador ateniense. Pero el tratado de paz tuvo poca repercusin porque se reanudaron pronto las hostilidades en el 418 a.C.: Nicias encabez a los atenienses para enfrentar a Agis II de Esparta. La futura derrota de Atenas se fue elaborando a partir de que Nicias eligi como general de sus fuerzas a Alcibades, de la familia de los Alcmenidas, quien con sus erradas estrategias y sus continuas traiciones, fue hundiendo la fortaleza militar de los atenienses. Las derrotas de Atenas provocaron que se agitara el descontento contra Nicias. Alcibades, entonces, convoc a la ltima votacin democrtica de ostracismo, pero para su sorpresa, l mismo la perdi.

    La batalla decisiva entre las flotas de Esparta y Atenas se libr en Egosptamos, en Tracia, a favor de Esparta, en el 405 a.C. Esparta se apoder entonces de toda la regin del norte del Egeo y lleg al Pireo, en 404 a.C.: fue destruida la ciudad de

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    Atenas, a la que se le permiti sobrevivir pero bajo la dominacin espartana y con la adopcin de una forma oligrquica de gobierno.

    Scrates (469-399 a.C.) vivi en todo el perodo de la guerra del Peoloponeso contemplando la experiencia de diversos momentos de restauracin de la democracia. En medio de todo el desastre de la guerra, discuti sobre el significado de la virtud y la justicia, buscando dnde se encontraba la verdadera sabidura. Reuna jvenes, pero en vez de explicar, interrogaba (a travs de la maiutica) llevando la discusin para que los jvenes descubrieran ellos mismos la verdad. El orculo de Delfos haba dicho que Scrates era el ms sabio de los hombres. Sin embargo, Aristfanes, el satrico conservador (en su obra Las Nubes, en 423 a.C.), acusaba a Scrates de poner en tela de juicio la vieja religin, de ser impo y corromper la juventud. De hecho, sas fueron las razones que llevaron a Scrates a juicio en el 399 a.C., donde fue condenado a muerte, en forma democrtica, por el tribunal de Atenas. Un filsofo romano Cicern dira unos siglos ms tarde, que Scrates hizo que la filosofa bajara del cielo a la tierra, y la dej morar en las ciudades y la introdujo en las casas, obligando a los seres humanos a pensar en la vida, en las costumbres, en el bien y en el mal (Gaarder, 1999: 81). Por ello mismo, lleg a ser enjuiciado y condenado.

    La decadencia se haba engendrado ya en el tiempo de la guerra y con la destruccin de Atenas, pero tambin se prolong por los posteriores conflictos internos. Ello fue el contexto para el surgimiento del poder macedonio venido primero con Filipo II, y posteriormente con Alejandro el Grande. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que en esa poca precisamente surgieron tambin las grandes filosofas de Platn, discpulo de Scrates, y luego de Aristteles (muerto en el 322 a.C.).

    Es notable que con la aparicin de los grandes filsofos Scrates, Platn y Aristteles no se encuentra una justificacin racional del modelo democrtico sino ms bien una desconfianza, sobre todo cuando se la compara con los otros dos predominantes en las constituciones de la poca: la monarqua y la aristocracia. Para Platn, la sociedad ideal es una repblica gobernada por filsofos, que son los mejores, los que han descubierto el mundo de las ideas y que pueden guiar a los dems grupos sociales los guerreros y los artesanos al bienestar comn. Aristteles en su texto sobre Poltica no da un juicio determinante en relacin a las tres formas de gobierno pero da a entender que tanto la monarqua como la aristocracia pueden funcionar perfectamente en una sociedad, en tanto que ese uno o varios gobernantes sean precisamente los mejores entre los hombres.

    Sobre la opinin de estos filsofos y su desconfianza sobre la democracia influy necesariamente no una ancdota mitolgica sino un hecho concreto: la muerte de Scrates en el ao 399 a.C., sentenciado a beber un veneno mortal, a partir de la decisin por parte del tribunal de Atenas: de un total de 556 votos, tuvo 281 en contra y 275 a favor, segn se apunta en el libro de la Apologa, escrito por Platn. Scrates fue acusado de corromper a la juventud y condenado segn las reglas de la democracia ateniense.

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    Platn tiene tres textos fundamentales para el anlisis social de su poca: El Poltico, La Repblica y Sobre las leyes. En su texto sobre la Repblica, Platn propone los lineamientos de la ciudad-estado ideal para la convivencia en comunidad, donde los hombres y las mujeres son iguales por naturaleza, pero donde solamente unos pocos, los filsofos, pueden ser los gobernantes. Aunque en sus obras existen rasgos importantes de una concepcin ideal de la sociedad, los postulados para la vida prctica de las polis se puden encontrar sobre todo en El Poltico, a partir de una propuesta fundamental: la vida de los ciudadanos y los gobernantes conforme a las leyes.

    Posteriormente, en vida de Aristteles durante la ltima parte del siglo IV a.C. se extendi el poder de Macedonia sobre toda Grecia, especialmente con Alejandro, quien form el ms grande imperio de la antigedad, extendiendo la influencia griega hasta el Oriente. Muchos filsofos de esa poca y en siglos posteriores dejaron la poltica y se dedicaron al anlisis de la vida personal de los individuos: Antstines, Digenes, Zenon de Citio, Aristipo de Cirene, Epicuro, Aristfanes, etc.

    Aristteles muri un ao despus que Alejandro: haba nacido en el 384 a.C. en la ciudad de Estagira, en la Calcdica; haba estudiado con Platn y estuvo en la Academia del 367 al 347 a.C.; la dej despus de la muerte de Platn. Cuando Alejandro subi al trono, Aristteles se fue a vivir en Atenas y fund una escuela llamada lukeoin, en honor a un templo dedicado a Apolo, el matador de lobos: el Liceo. Se dedic a la ciencia natural pero tambin a la tica, la crtica literaria, la poltica, la lgica; sus mejores escritos son los relativos a la biologa.La Poltica de Aristteles junto con tica para Nicmaco es el mejor texto para el anlisis de las diversas constituciones que existan en las diversas ciudades griegas. A partir de su profesin de bilogo, le dio gran importancia a la observacin y al trabajo emprico, de tal manera que, de ah, poda inducir diversas generalizaciones. Las formas de gobierno en Grecia las simplific en tres grandes modelos: la monarqua, la aristocracia y la democracia. Desde su concepcin, la naturaleza del hombre se encuentra el su ser de poltico y por ello todos los ciudadanos deban participar alternativamente en el gobierno de la ciudad; todo ciudadano tena derecho a formar parte en la Asamblea para decidir los asuntos colectivos; con ello, Aristteles muestra en algunos momentos una inclinacin terica hacia la democracia: Si la libertad y la igualdad son, como se asegura, las dos bases fundamentales de la democracia, cuanto ms completa sea esta igualdad en los derechos polticos, tanto ms se mantendr la democracia en toda su pureza (Aristteles, 1993: 166).

    Sin embargo, la democracia implica la participacin de todos, incluso hasta de los ciudadanos ms pobres e ignorantes, los cuales no estn al tanto de las tareas de un Estado. Es por ello que Aristteles termin inclinndose por los gobiernos aristocrticos, entendidos como los gobiernos de los mejores ciudadanos, que podrn con mejor sabidura dar la conduccin adecuada a la polis: Este hermoso nombre de aristocracia slo se aplica verdaderamente con toda exactitud al Estado compuesto de ciudadanos que son virtuosos en toda la extensin de la palabra, y que no se limitan a tener slo alguna virtud en particular. Este Estado es el nico en que el hombre de bien y el buen ciudadano se confunden en una

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    identidad absoluta (Idem: 170).

    Dentro de las grandes desigualdades prcticas que hay entre los ciudadanos de las diversas ciudades, Aristteles se inclina por la teora de las clases medias, cuya consolidacin es el mejor mtodo para dar la estabilidad a cualquier estado: La asociacin poltica sobre todo es la mejor cuando la forman ciudadanos de regular fortuna. Los estados bien administrados son aquellos en que la clase media es ms numerosa y ms poderosa que las otras dos reunidas... Si quieren que haya un poder que represente el inters general, slo podrn encontrarlo en la clase media (Idem: 178-9).

    Platn y Aristteles no consideraron la democracia como una forma ideal de gobierno puesto que manifestaron su preferencia hacia el gobierno de los mejores, fueran stos expresados en una forma monrquica o aristocrtica. Pero si tomamos en cuenta el gran nmero de constituciones que Aristteles analiz en el siglo IV a.C., buen nmero de ellas estaban caracterizadas como democrticas, simbolizando una unin ideal entre pueblo y gobierno pero que en la prctica haba resultado como una manera instrumental, un mtodo para resolver pacficamente las diferencias entre los mismos ciudadanos y una manera de que la poblacin incidiera en las acciones del gobierno, aceptando la regla matemtica de la prioridad de un nmero mayor sobre otro menor de votos; se tena tambin en consideracin que una mayora de ciudadanos poda llevar a los gobernantes a poner atencin sobre ciertas necesidades que ellos desconocan. En este sentido, lo que empez a funcionar entre los griegos, en el trnsito del siglo VI al V a.C. antes de Platn y Aristteles, fue un mtodo para resolver grandes diferencias entre los ciudadanos sobre los asuntos pblicos que, de otra manera, hubieran llevado a una gran divisin y ruptura dentro de la ciudad; los resultados posteriores de varias experiencias fueron ambiguos y variados, sobre todo cuando contempla uno la derrota de Atenas en la guerra del Peloponeso.

    Si la palabra demos expresaba el conjunto de personas que viven en comunidad ligados por intereses colectivos que se expresaban en instituciones aceptadas por todos, entonces cuando se inventa la palabra compuesta demos (pueblo) y kratos (fuerza, poder) a travs de la expresin democracia, lo que tenemos es el deseo de una forma de gobierno de una comunidad en donde la participacin de los ciudadanos es la clave fundamental del funcionamiento de la polis (el espacio donde vive la comunidad). Este ltimo concepto tambin significa una comunidad de ciudadanos unidos por una constitucin, una serie de ordenamientos que es la organizacin de las instituciones que rigen la vida de la misma comunidad. Con la palabra democracia, en Grecia se ligaba necesariamente el concepto de ciudadano y su derecho a participar en las decisiones colectivas; en conjunto, democracia y ciudadana existan a travs de la poltica, que era la vida colectiva donde gobierno y ciudadanos coincidan a travs de las decisiones de la Asamblea del Pueblo. Entonces no exista, como en nuestras sociedades modernas, una divisin radical entre sociedad civil y sociedad poltica; dividirlas, para los griegos, no tena ningn sentido porque en su esencia la ciudad era la polis.

    Sin embargo, se puede notar que, en la poca de Aristteles, empezaron a

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    aparecer formas de representacin a travs de una democracia indirecta: Aristteles menciona en la Poltica, en el anlisis de 158 constituciones griegas, algunos casos en que la Asamblea escoga a los magistrados, pero luego ellos tomaban todas las decisiones polticas para el gobierno de la ciudad.

    Si ahora nos preguntamos qu elementos fundamentales lleg a incluir la prctica de la democracia griega, podemos sealar actividades como las siguientes:

    1) Un proceso de eleccin dentro de las tribus para que la voz de los demos estuviera representada en las discusiones y decisiones del Consejo del Pueblo.

    2) Un proceso de eleccin directa como voz de todos los ciudadanos para poder defi nir si un lder deba irse o no al ostracismo en caso de que no gozara con la simpata de la colectividad.

    3) Participacin continua de los ciudadanos en los asuntos pblicos a travs de mecanismos institucionales aceptados por toda la comunidad. La prctica principal era el debate pblico con argumentos para poder llegar a persuadir a los otros.

    4) Las principales decisiones se tomaban por simple mayora en asambleas que eran conformadas por varios cientos o por varios miles de ciudadanos.

    5) La participacin ciudadana poda ser de una manera pasiva (escuchar y votar) o de una manera activa (propuestas habladas con discursos argumentados) y, por eso, tal vez, en tiempos de Pericles se lleg a aceptar que en diversos casos los ciudadanos fueran pagados por su actividad poltica.

    6) En varios perodos de la historia del siglo V, las rivalidades de los lderes fueron decididas no por eleccin sino por la suerte. Esto se daba en el caso de las magistraturas, responsabilidades en la conduccin de la corte del Pueblo, en donde se armaba una lista final, de la cual el designado sala simplemente por decisin de la fortuna.

    El nivel de participacin de los ciudadanos de Atenas en las decisiones de la polis no tienen paralelo en la historia humana; el nivel de actividad poltica, por esencia, le perteneca a todo ciudadano. El aporte filosfico de la democracia de Atenas est expuesto en el discurso de Pericles referido por Tucdides en donde el gobierno no est en manos de unos pocos sino en los de la mayora. Pero Aristteles enfatizaba otro aspecto de la constitucin democrtica: la libertad. Solamente en un sistema de este tipo pueden los seres humanos vivir verdaderamente libres: no se est sujeto a la decisin de un tirano porque se trata de un gobierno elegido por el pueblo; y si hay cosas o instituciones que se quieran cambiar, todo ciudadano tiene la plena libertad de hablar y convencer para lograr los cambios adecuados.

    Sin embargo, los postulados filosficos del siglo IV a.C. en materia social realizaron fuertes crticas a los gobiernos democrticos, particularmente sobre la base del reclamo de los tebanos al rey Teseo: Cmo puede una ignorante multitud dirigir sabiamente el rumbo de una nacin? (Hamilton, 1969: 266). Si, adems, para el caso especfico de Platn, el smbolo de la democracia fue la ejecucin de su maestro Scrates, condenado por mayora de votos a beber la cicuta, su ideal de gobierno no poda ser la democracia sino la monarqua o la

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    aristocracia ilustrada, suponiendo que los gobernantes hubieran avanzado en la filosofa al mundo de las ideas. El mismo Aristteles, analizando las tres formas principales de gobierno (monarqua, aristocracia y democracia) parece preferir el gobierno de unos pocos, suponiendo que pueden ser los mejores ciudadanos y no la generalidad de un pueblo que no tiene alta educacin.

    Otro problema emprico fue la realizacin misma de la democracia a travs de una serie de manipulaciones posibles por aquellos que empezaban a profesionalizarse en la poltica. La prctica popular directa de la constitucin ateniense se dilua en la prctica por el predominio informal sobre la asamblea de los polticos profesionales, procedentes de las familias de la ciudad tradicionalmente ricas y de alta cuna...

    El concepto de la paideia o educacin social es muy importante para la participacin ciudadana de tal manera que pueblo no pueda llegar a significar una ignorante multitud. Con el empleo del significado de la poltica entre los griegos, podemos rescatar la reposabilidad de los individuos miembros de una comunidad en la participacin de las decisiones pblicas, pero si hablamos de ciudadanos sin paideia, entonces la democracia se convierte en demogagia. Para qu puede servir una democracia en donde los ciudadanos mantienen una ignorancia sobre la situacin social de la colectividad? Una democracia sin paideia se convierte fcilmente en manipulacin de lderes que aprovechan tanto los procesos electorales como la hbil influencia en las decisiones pblicas para llevar el rumbo de la polis a favor de intereses particulares. Ciertamente los griegos nos proporcionana la tendencia de un modelo ideal, como lo refiere Tucdides, poniendo en boca de Pericles, en el siglo V a.C. lo siguiente: todos cuidan de igual modo de las cosas de la repblica que tocan al bien comn, como de las suyas propias; y ocupados en sus negocios particulares, procuran estar enterados de los del comn (Tucdides, 1998: 85). Se puede ver con mucha claridad que muy mal va a funcionar una democracia con ciudadanos no educados en la paideia; en otras palabras, ciudadanos sin educacin y conciencia colectiva muy poco podrn garantizar un modelo democrtico.

    Desde la perspectiva del mundo contemporneo, hay que reconocer las grandes deficiencias de las ciudades estado griegas en sus resultados como forma de gobierno: se aplic la democracia pero no para todos al mantener vigente la esclavitud (a la que consideraban como natural), cuyos miembros estuvieron sujetos a un tratamiento brutal en las minas, por ejemplo; haba tambin un sistema represivo de los hombres y los esposos sobre las mujeres; la sujecin que ejercieron ciertas ciudades como Esparta y Atenas sobre las comunidades vecinas expres la existencia real de un imperio. El mismo caso de la muerte de Scrates por la decisin de un juicio formalmente democrtico puede considerarse como un signo de intolerancia ante alguien que expresaba y comparta sus ideas con los jvenes atenienses. En muchos casos dramticos, podramos aplicar la versin de Tocqueville sobre la dictadura de las mayoras en donde tanto la falta de educacin social como la manipulacin de lderes hizo vestir de democracia decisiones que beneficiaron a intereses particulares.

    En el siglo V, durante el apogeo de la polis clsica, Atenas, Corinto, Egina y

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    prcticamente todas las ciudades de alguna importancia tenan una numerosa poblacin esclava que con frecuencia superaba a la de ciudadanos libres... la esclavitud no era, por supuesto, una mera necesidad econmica, sino que era vital para el conjunto de la vida social y poltica de los ciudadanos. La polis clsica estaba basada en el nuevo descubrimiento conceptual de la libertad, posibilitado por la institucin sistemtica de la esclavitud; frente a los trabajadores esclavos, el ciudadano libre apareca ahora en todo su esplendor. Las primeras instituciones democrticas de la Grecia clsica aparecieron en Quos a mediados del siglo VI; la tradicin afirma tambin que Quos fue la primera ciudad griega que import en gran escala esclavos procedentes del brbaro Oriente (Anderson, 1999: 31). En el siglo V quiz hubiera en Atenas de 80,000 a 100,000 esclavos por unos 30,000 o 40,0000 ciudadanos (cfr. Anderson, 1999: 33).

    Hay que ponerlo de manera explcita: fueron los griegos los que inventaron la palabra democracia, que hoy en da se ha convertido en un modelo deseable para numerosas naciones, pero el concepto todava tiene multiples significados y su prctica puede ser manipulada en favor de individuos o grupos oligrquicos. Ese tipo de manipulacin en la vida prctica y la experiencia de la continua corrupcin en la forma de gobernar fue la que tambin motiv en la misma Grecia una posicin de alejamiento de la poltica en general. Si bien tenemos el origen de este planteamiento en la etapa de los presocrticos con los sofistas, con una posicin de escpeticismo en cuanto al conocimiento de las leyes y los misterios del universe, podemos enumerar con detalle a los pensadores que no queran dejarse envolver por los asuntos de la polis.

    Antstines, por ejemplo, lleg a postular que haba que alejarse de la vida pblica a travs de un retraimiento a la vida interior; Digenes de Snope y la corriente de los Cnicos seal que el placer y la virtud se encuentran fuera de las multitudes, incluso en el dolor y el hambre; Zenn de Citio, quien inici la corriente del Estoicismo, coincida con el pensamiento de Digenes sobre la necesidad de retirarse de la sociedad para buscar la felicidad en el equilibrio interior; Arstipo de Cirene se orient a la bsqueda del placer personal; Epicuro postul tambin la bsqueda del placer como necesidad constante en la vida diaria, pero no el placer personal y corporal, sino el que es producto de una vida ordenada y virtuosa, en donde, para ello, no deba uno intervenir en la poltica. Finalmente, las obras de Aristfanes nos refieren a la vida poltica como una situacin constante de guerra, corrupcion, malas costumbres, robos, irreligiosidad, frente a la cual, los individuos deben mantenerse al margen de la poltica.

    Con toda esta variedad de posiciones, se puede concluir, como lo hace Castoriadis, que la poltica en Grecia y en especial su vida democrtica en la vida real tiene ms errores que aciertos. Sin embargo, ello no obsta para seguir postulando la necesidad de un modelo de concepcin poltica con participacin ciudadana que pueda inspirar soluciones a los problemas sociales contemporneos.

    Lo positivo de la experiencia de Grecia nos puede dejar como herencia los siguientes postulados:

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    - Es preciso pensar la poltica no a partir de los que se aprovechan de ella para intereses personales sino para recobrar su sentido etimolgico: servir a los intereses comunes.

    - La poltica no solamente es para una clase poltica profesional sino para todos los ciudadanos miembros de la polis, hombres y mujeres.

    - La poltica implica ciertamente elecciones frecuentes, con la participacin directa del ciudadano en la designacin de los gobernantes pero tambin en las decisiones de gobierno sobre los asuntos pblicos; en el mundo contemporneo hay que aadir tambin el problema de la representacin, cuando los que han sido electos por los ciudadanos se alejan de los intereses de los propios representados. Para ello, habra que recordar la experiencia del ostracismo, que equivale hoy a la posible revocacin de mandato.

    - La poltica necesita estar imbuida de un sentido tico que pueda llegar a expresarse en leyes. Y ms all del marco de las mismas leyes, cuando stas dan pie para la existencia de tantas irregularidades, es necesario un cdigo de tica en los polticos que continuamente los llame a la misin de servir para la que han sido llamados.

    - Es necesario seguir ejerciendo el debate pblico en el mundo de los ciudadanos, con planteamientos desde abajo para que los de arriba escuchen y atiendan las necesidades comunes en su forma de gobernar.

    1.2 La res publica de los romanos

    Existen por lo menos tres grandes aportaciones de los romanos a la civilizacin occidental: primero, la forma como nos trasmitieron la , el concepto griego de la educacin; segundo, la experiencia histrica de la constitucin de la repblica (del siglo VI al I a.C.) con sus leyes institucionales y el desarrollo de los comicios para representar a todas las comunidades, y, tercero, la propia herencia cvico-cultural romana a travs de personajes como Virgilio, Horacio, Cicern, Tito Livio, Sneca, etc. donde se manifiestan excelsas expresiones literarias, ligadas muchas de ellas, a la concepcin de una societas vinculada estructuralmente a la comunidad de hombres y mujeres regidos por las leyes para el bien comn. Particularmente este tema de las leyes como institucin que marca el orden de una ciudad se convertir en la civilizacin occidental en el punto nodal de la poltica como comportamiento pblico de cualquier comunidad basada en la razn como lo dice Cicern: La ley es la razn soberana, grabada en nuestra naturaleza, que prescribe lo que debe hacerse y prohibe lo que es preciso evitar. La misma razn slidamente establecida y realizada en la mente del hombres es la ley (Cicern, 1992: 151).

    En general, nadie podr negar lo mucho que le debe la civilizacin occidental a la herencia de Roma: La civilizacin romana ejerci una gran influencia sobre las culturas posteriores. La forma de la arquitectura romana fue preservada en la arquitectura eclesistica de la Edad Media...La ley de los grandes juristas lleg a ser una parte importante del cdigo Justiniano y se pas luego a la Edad Media y los tiempos modernos... Los sistemas legales de casi todos los pases del

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    continente europeo han incorporado mucho de la ley romana. Este tipo de ley fue uno de los ms grandes logros de los romanos, reflejando su genio para gobernar un extenso y diverso imperio... La organizacin de la Iglesia Catlica se adapt a la estructura del estado romano... Pero una de las ms importantes contribuciones de Roma para el futuro fue la trasmisin de la civilizacin griega a Europa Occidental... Roma trajo las ciudades griegas y las ideas griegas, y sobre todo las concepciones de la libertad humana de la autonoma individual que se desarrollaron acorde con el desarrollo de la vida urbana, altamente diferenciada... La historia de Roma es el comienzo real de la historia occidental (Lerner et al., 1998:185-6).

    Habra que decir algo semejante a lo afirmado sobre los griegos; la admiracin por la grandeza de la cultura romana no significa una aceptacin unilateral de muchos puntos negros de su historia. El mismo Cicern (Cfr. De re publica; De legibus) lamentaba en el siglo I a.C. la terrible transicin de la repblica a la centralizacin de poderes en Julio Csar (y posteriormente en Octaviano Augusto, al transformarse oficialmente la repblica en imperio) como una forma autoritaria de poder sobre la sociedad, que deba ser rechazada; la prctica romana de la conquista, explotacin y opresin sobre los pueblos conquistados tampoco puede ser alabada en los tiempos modernos, aunque muchos analistas sigan estudiando y sacando provecho de su arte de la guerra; la esclavitud tambin fue un sistema jams cuestionado que continu a partir de la vida misma de los griegos, y que fue severamente reprimido cuando existieron escasos intentos de flexibilizacin, a partir, por ejemplo, de la rebelin de Espartaco.

    En la historia de Occidente, los romanos, sobre todo en la etapa de la Repblica (510 29 a.C.), rescataron el modelo del gobierno del pueblo con la institucionalizacin del senado, despus que abolieron la figura de los reyes. Todos los ciudadanos incluyendo la plebis podan participar en la designacin de los gobernantes y en la elaboracin de las leyes a travs de los comicios. Del siglo IV al siglo I a. C., Roma vivi una etapa gloriosa en la formulacin del modelo republicano pero que fue siendo desterrado, a pesar de las advertencias de Cicern, a travs de la dictadura de Julio Csar y, de manera oficial, por Octaviano Augusto en el ao 29 a.C. para transitar a la etapa del Imperio. Sin embargo, el texto de Cicern De re publica, que nos ha llegado inconcluso6, se ha convertido en un modelo ideal donde el pueblo puede aspirar a ejercer el poder a travs de sus gobernantes.Esta es la parte positiva de le herencia romana, y partiendo del mismo texto mencionado de Cicern, podramos decir, en relacin al anlisis de las sociedades contemporneas, que hay un legado antiguo que todava est por construir: la repblica no es solamente un ideal platnico sino una experiencia histrica; en ese sentido, encontramos vlida la actual lucha por la autonoma de poderes en los estados modernos y el deseo de que la sociedad se rija de manera efectiva por las leyes surgidas de la comunidad. Si esta premisa la vinculamos con

    6Esta obra de Cicern, De re publica, estuvo perdida durante ms de 7 siglos hasta que en 1820 fue

    descubierto un ejemplar con gran parte del texto en la Biblioteca Vaticana. En ambas obras, el autor trata de

    bosquejar el mejor orden poltico para los hombres que viven en sociedad junto con su marco jurdico

    institucional. Otro texto de Cicern, De Legibus, tambin nos ha llegado incompleto.

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    otro aspecto de la herencia de los griegos, la concepcin de la democracia, tenemos el complemento adecuado tambin para la repblica moderna del siglo XXI: la participacin constante de la hoy llamada sociedad civil aunque para los griegos no exista divisin entre sociedad civil y sociedad poltica- en las polticas del Estado contemporneo, en donde la democracia no se reduce a los momentos de las elecciones sino que abarca la vida permanente de los gobernados en relacin a la elaboracin y aplicacin de las polticas pblicas.

    El modelo histrico de la repblica7 con la participacin de los ciudadanos con sus leyes institucionales son la mejor herencia que dejaron los romanos a la civilizacin occidental, aunque no siempre fueron el marco real de su poltica. Para entender mejor las luces y sombras de su herencia cultural, conviene tener presentes las grandes etapas de su desarrollo histrico: monarqua, repblica e imperio.

    La primera poca de Roma desde su nacimiento adopt la forma tradicional de las civilizaciones de su tiempo: la monarqua. La Eneida ubica la fundacin de Roma a partir de los troyanos derrotados por los griegos quienes, conducidos por Eneas, formaron las primeras murallas. La etapa de la monarqua dur del 754 al 510 a.C. en donde la figura principal de gobierno era la del rey acompaado por sus consejeros: posean un gobierno basado en leyes y denominaban rey al que lo ejerca; hombres escogidos, dbiles de cuerpo a causa de los aos, pero de inteligencia vigorosa y experimentada, formaban el consejo de la repblica y reciban el nombre de padres (Salustio, 1991: 5). Los patricios eran los ciudadanos con derechos mientras que los plebeyos y esclavos no tenan participacin alguna en las decisiones de gobierno.

    Sin embargo, en Roma sucedi el comienzo de una revolucin con las propuestas de reformas de Servio Tulio, quien gobern del 578 al 535 a.C.: para promover una mayor participacin introdujo la realizacin de elecciones, comicios por centurias. Propuso algunos principios bsicos de mayor igualdad entre patricios y plebeyos (los esclavos siguieron sin participacin alguna): el ejrcito romano podra ser conformado con el reclutamiento general proveniente de ambos grupos, los cuales tambin tendran que colaborar con el estado mediante el pago de sus respectivos impuestos. La clave de las reformas se encontraba en dar menos importancia a la ascendencia de raza y ms a la aristocracia de la posesin de fortunas. Sin embargo, estas reformas moderadas llegaron a levantamientos populares que terminaron con la monarqua en el ao 510 a.C., cuando el rey fue sustituido por magistrados; fue el comienzo del nuevo modelo de gobernar a travs de la repblica.

    La etapa de la Re publica en Roma corre paralela al decaimiento de Grecia como dominacin extranjera. De manera especfica, cuando se desmembr el imperio

    7En el 510 a.C., el ltimo rey, Tarquinio el Soberbio, fue expulsado. La monarqua desapareci cuando se

    expidi luego la Lex Valeria de provocatione (tambin llamada Valeria Horatia), que conceda el derecho a

    todos los ciudadanos a apelar frente a cualquier sentencia, a travs de la provocatio ad populum. De esta

    manera, los consejos populares (concilia plebis) fueron adquiriendo un carcter institucional en la regulacin

    de la vida pblica de los romanos. As, la etapa histrica de la repblica romana ocurri en el perodo del

    siglo V al siglo I a.C.

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    de Alejandro despus de su muerte en el 323 a.C. empieza a aumentar el podero militar romano especialmente cuando los romanos enfrentaron y derrotaron a Cartago en las guerras pnicas.

    Roma pudo haber sido destruda al enfrentarse a Cartago. La Magna Grecia de Italia lleg a aceptar la hegemona de Roma e hizo alianza con ella. Los cartagineses que consideraban a Sicilia de su propiedad consideraron un acto hostil la llegada de las tropas romanas y as empez la Primera Guerra Pnica (los romanos llamaban punici a los fenicios). Esta guerra dur 20 aos con grandes prdidas para ambas partes. Roma construy una flota y combati a Cartago en el mar y logr vencer en el 241 a.C. Ms tarde, Cartago quiso venganza, y en el 218 envi sus tropas a Espaa e Italia, al mando del general Anbal, quien les hizo derrotas aplastantes; fue la segunda Guerra Pnica, en donde los romanos guiados por Publio Cornelio Escipin decidieron llevar la guerra a Cartago en el 202 a.C., con lo que Anbal tuvo que volver a su tierra. En Zama, al sudoeste de Cartago, Escipin enfrent y derrot a Anbal, aunque Cartago segui con autonoma por varias dcadas ms. En el 149 a.C. comenz la tercera guerra Pnica; Cartago resisti pocos aos hasta su destruccin final en el 146 a.C.

    En Roma, Polibio, nacido en el 201 a.C. en Megpolis, trab amistad con Escipin el joven, nieto del Escipin que haba derrotado a Anbal y se convirti en el historiador de las guerras pnicas. "Polibio fue el ms grande de los historiadores griegos de la poca helenstica y escribi una historia de la Segunda Guerra Pnica en la que relat cuidadosa y favorablemente las hazaas del viejo Escipin" (Asimov, 1998:259).

    El podero de Roma tambin lleg al Asia Menor, Macedonia y Grecia en tiempos de la Repblica. Vencieron a los macedonios en el 168 a.C. para apoderarse totalmente de Macedonia convirtindola en provincia romana en el 148 a.C. Los romanos se extendieron luego hacia el sur y saquearon Corinto en el 146 a.C; la liga Aquea se disolvi; el resto del sur de Grecia fue dominada totalmente por los romanos aunque todava con una pujante produccin cultural; slo hasta el 27 a.C. Grecia se convirti oficialmente en provincia romana.

    En el 133 a.C. Roma convirti tambin el reino de Prgamo en la Provincia de Asia. El ltimo conflicto de los romanos en Asia menor fue con el reino del Ponto y su ciudad Trapezonte. El rey del Ponto, Mitrdates IV, quien gobern del 120 al 63 a.C., fue el ltimo en enfrentarse a los romanos en esta regin: atraves el mar Egeo y lleg a Grecia, pero los romanos, al frente de Lucio Cornelio Sila (quien gobernara Roma de manera dictatorial del 82 al 79 a.C.), retomaron Atenas y derrotaron a Mitrdates en Queronea en el 86 a.C.; posteriormente este lder tambin fue derrotado en la ltima batalla en el 65 a.C. por Gnaeus Pompeius Magnus (Pompeyo); Mitrdates se suicid en el 63 a.C.

    El imperio selucida sigui decayendo en el siglo II a.C.; Pompeyo derrot a los selucidas de Antioqua y posteriormente, en el 64 a.C., convirti esa regin en provincia romana, lo mismo que hara con Judea en el 63 a.C.

    El ms exitoso de los reinos helensticos fue el de Egipto con el general Alejandro Tolomeo, cuyo nombre tambin adoptaron sus sucesores. La historia de su

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    conversin en provincia romana corre paralelo a la dictadura de Julio Csar en Roma y, despus de su asesinato en el 44 a.C., a la guerra entablada entre Octavio y Marco Antonio aliado ste con Cleopatra de Egipto- en donde ste ltimo fue derrotado.

    La palabra Repblica, que posteriormente sera detallada por Cicern en su forma ideal despus de cuatro siglos de una existencia histrica, significaba etimolgicamente el tratamiento de los asuntos pblicos y comunes de los ciudadanos: de re publica. Esta etapa histrica en Roma iba a durar formalmente del 510 hasta el ao 29 a.C. cuando Octaviano Augusto se declar emperador. La herencia poltica de la repblica como representacin popular, semejante a lo ocurrido en Atenas en el siglo V a.C., se sustenta en esos siglos en que Roma triunfa militarmente sobre todas las regiones del entorno de Italia para acabar convirtindose formalmente en un imperio a finales del siglo I a.C.

    A diferencia del sistema monrquico, en el siglo V a.C. comenz en Roma una verdadera transformacin social. Los plebeyos (plebis: la plebe, los comunes, el pueblo) lograron llegar a las magistraturas a travs de los concilia plebis, tribuni plebis y el plebiscito. Se trataba de rganos pblicos donde se discutan y se tomaban las decisiones sobre los intereses comunes, de los tribunales como poder judicial y de los momentos en que se poda consultar a todos sobre una disyuntiva clara de gobierno. Las elecciones, en vez de centurias, se transformaron en comicios por tribus para poder dar mayor representatividad.

    En el ao 449 a.C. se lleg a expedir la ley de las XII Tablas, en cuyo contenido puede apreciarse la inspiracin de la experiencia griega de Soln, con el objeto de institucionalizar la mayor participacin de los plebeyos. Algunos de los efectos de este nuevo contexto fue, por ejemplo, la ley Canuleia, que permita por primera vez el legtimo matrimonio entre patricios y plebeyos; por otro lado, los plebeyos tambin tuvieron posibilidad de llegar a ser cnsules y miembros del Senado.

    Montesquieu (2003) atribuye la grandeza de los romanos, primero, desde el tiempo de la monarqua, a la visin que tuvieron de empezar a construir edificios slidos y de arte en los centros urbanos y, posteriormente, a todas estas instituciones legales de la poca de la repblica que permitieron la participacin ciudadana. No olvida tampoco el Barn francs mencionar la gran capacidad que tuvieron para la guerra pero bajo la direccin de la poltica, dedicndole a este aspecto todo el captulo II de su obra escrita en 1721 (Montesquieu, 2003: 11): los bienes y tierras obtenidas mediante la guerra eran repartidos entre los ciudadanos y el gobierno porque el botn era puesto en comn y se distribua a los soldados. Nada se perda porque antes de partir, cada uno deba jurar que no se apoderara de nada para su provecho personal. Los romanos eran el pueblo ms religioso del mundo y por ello este juramento poda formar una clave de la disciplina militar Adems, los ciudadanos que permanecan en la ciudad disfrutaban tambin de los frutos de la victoria. Se confiscaba una parte de las tierras del pueblo derrotado para hacer dos partes: una se venda para sacar recursos pblicos; la otra se distribua a ciudadanos pobres por el pago de una renta en beneficio de la Repblica Los fundadores de las antiguas repblicas haban repartido igualmente las tierras. Este elemento bastaba para hacer poderoso a un pueblo,

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    es decir, a una sociedad bien reglamentada. Esto tambin produca un buen ejrcito donde cada uno tena un igual y grande inters de defender a su patria (Montesquieu, 2003: 11 y 17).

    Para el ao 50 a.C., Roma se haba apoderado de todo el mundo helenstico: todo el Mediterrneo con las tres guerras pnicas contra Cartago y llegando desde Espaa hasta Macedonia, Egipto, Asia Menor y el imperio Selucida. En el siglo I a.C.; sin embargo, estaba llegando a su fin la Repblica romana, porque se haban acentuado tambin, junto con las conquistas, las guerras civiles entre los principales generales romanos. No eran conflictos entre patricios y plebeyos, cuya contradiccin haba ido despareciendo con la Repblica, sino divisiones entre la misma clase privilegiada, entre conservadores ricos, aristcratas y representantes de grupos agrarios como los Gracos. Sila fue uno de los primeros que concentraron el poder a principios del siglo I a.C. Con su muerte en el 78 a.C., la oligarqua senatorial fue concentrando el poder y se estableci un primer triunvirato en el 60 a.C. con Pompeyo, Csar y Craso. Se desat luego una cruenta guerra civil protagonizada por Csar y Pompeyo.

    Con Julio Csar se haba consolidado en la prctica la figura central del gobernante sin que se le llamara rey o emperador; se conservaba la figura del senado como representante popular, pero el gobernante fue concentrando poco a poco todos los poderes de justicia y leyes. El asesinato de Julio Csar, tal como lo describe Shakespeare en su obra de teatro basada sobre todo en los textos de Plutarco, es fruto ciertamente de una conspiracin de parte de sus ntimos amigos8, en un contexto en donde la figura de Csar aparece como dictador pero con gran simpata por parte de sus gobernados; los conspiradores lograron su cometido pero finalmente fueron derrotados por Marco Antonio y Octavio, de los cuales, en pugna posterior, resultaron las atribuciones que convirtieron a Octaviano Augusto en el primer Emperador en el ao 30 a.C.En el mismo ao, Egipto fue anexado a Roma. Aunque Octavio quera guardar las apariencias de una repblica, se proclam "imperator", reuniendo en su persona todos los poderes y desdeando la figura del Senado; en ese momento, el modelo de la Repblica romana se desvaneci y surgi la ltima etapa de Roma: el imperio.

    Salustio describe la transicin de una poca a otra: en la Repblica "florecan en paz y en guerra las virtudes; la unin entre los ciudadanos era perfecta, y nula la avaricia; lo bueno y lo honesto se observaba entre ellos... Cuidaban de s mismos y del Estado poniendo por obra dos cualidades, a saber: audacia en los combates y equidad en tiempos de paz... Pero una vez que merced a su actividad laboriosa y a la justicia, la repblica engrandecida venci en la guerra a poderosos reyes, subyug por la fuerza a feroces pueblos... comenz la fortuna a mostrarse hostil y a trastornarlo todo... Creci primero, en consecuencia la ambicin del dinero y

    8La obra de W. Shakespeare Julius Caesar resea con detalle la gran expresin de sorpresa de Csar cuando

    su amigo ms querido lo ataca a pualadas: Et tu Brute!. As est referido en esta obra de teatro, en la escena

    1 del acto tercero. Queda as en cuestin la estrategia de los gobernantes que, para controlar a los enemigos,

    buscaban tenerlos cerca: algunos la atribuyen al General chino Sun-tzu, autor del Arte de la Guerra en el 400

    a.C.; en el siglo XX fue citada esta manera de pensar en la pelcula The Godfather con estas palabras: Keep

    your friends close, and your enemies cl