Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571-1610)

Caravaggio se caracteriza por una obra solida y particular, en donde se afianzan los rasgos formales ya prefigurados en el Manierismo y se redobla la apuesta en varios sentidos.

-Plantea una ética de la realidad, que rompe con la unidad realidad-belleza, que entendía el idealismo renacentista, para ahora, plantear un binomio distinto: realidad-verdad.

El triunfo del amor

-Consolida el claroscuro, por tanto, el entendimiento de la luz como elemento fundamental en la construcción formal, tal como hoy lo entiende un fotógrafo.

-La preparación de sus modelos, son ya una puesta en escena cinematográfica o teatral, ya que se plantea un control de la luz, de los decorados, los personajes y la acción.

Siguiendo el camino de Miguel Ángel, Caravaggio siente y entiende el arte como un medio de expresión de la propia subjetividad del artista. Se gesta en ellos, una corriente que cruza todo el horizonte artístico hasta nuestros días y que comprende al arte como sinónimo de expresión y compromiso.

El martirio de San Mateo

Acá estamos ante una composición escenográfica que ordena los cuerpos en fuga, la fuerza del hecho criminal representado con una luz dura cálida y que cae en diagonal, repercute sobre el resto de los personajes que se escapan a los limites del cuadro como en una onda expansiva que refuerza la presencia de los protagonistas y del hecho de violencia. El cuadro pictórico deja de ser una representación de un mundo cerrado y cobra una significación claramente moderna: se entiende acá como un recorte de una totalidad mayor que el cuadro no alcanza a delimitar. Una totalidad desbordada que caracteriza la escena barroca, y en el caso particular del encuadre caravaggiesco, prefigura la conciencia del encuadre foto y cinematográfico.

Baco

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Judit y Holofernes

Judit y Holofernes (detalle)

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