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Mil ríos: lo que el mundo moderno ha olvidado acerca de los niños y el aprendizaje Febrero 19, 2015 / Carol Black / Source © Fiona Watson/Survival Traducción de Diana de Horna Este artículo fue publicado orginalmente en el blog del documental Schooling the World. El otro día me encontré con esta afirmación entre mis actualizaciones de Twitter: Pocos niños aprenden a leer de manera espontánea. Para la gran mayoría, los ejercicios de fonética son imprescindibles, y para todos son beneficiosos”.

Mil ríos

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Educación intercultural

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Mil ros: lo que el mundo moderno ha olvidado acerca de los nios y el aprendizajeFebrero 19, 2015/Carol Black/Source

Fiona Watson/SurvivalTraduccin deDiana de HornaEste artculo fue publicado orginalmente en elblogdel documentalSchooling the World.

El otro da me encontr con esta afirmacin entre mis actualizaciones de Twitter:Pocos nios aprenden a leer de manera espontnea. Para la gran mayora, los ejercicios de fontica son imprescindibles, y para todos son beneficiosos.Este edicto de 127caracteres al parecer proceda de una joven que es autora de un libro de prxima aparicin tituladoBrilliant: The New Science of Smart y periodista, consultora y conferenciante especializada en ayudar a la gente a entender cmo aprendemos y cmo podemos hacerlo mejor.Se me clav como una espinita. No slo porque yo misma haba demostrado en primero de primariaque se puede ser mala haciendo ejercicios de fontica aunque ya sepas leer. Era su tono, ese tono de absoluta seguridad que, como demostraron subsiguientes tweets, se deriva de investigaciones y de datos que corroboran su certeza.En los ltimos cien aos aproximadamente, la institucin educativa ha propagado muchas enunciaciones cientficas como sta. El hecho de que cada generacin descubra que las verdades probadas de la anterior son veleidades dainas nunca desalienta a la ltima hornada de expertos, deseosos de imponer sus certidumbres recin alumbradas sobre los nios. Su tono de displicente autoridad denota un mensaje claro:Sabemos cmo aprenden los nios. T no.As que nos lo explican.El consenso cientfico sobre los ejercicios de fontica, generado por un panel nombrado por la administracin Bush y utilizado para justificar billones de dlares de inversin gubernamental en contratos otorgados a simpatizantes de Bush vinculados a los sectores de los libros de texto y la evaluacin mediante tests, ha sido aceptado incuestionablemente en Estados Unidos durante los aos de las polticas de No Child Left Behind y Race to the Top,1as que, si la historia nos sirve de gua, con toda probabilidad sus das estn contados. En cualquier momento aparecer una nueva investigacin que demostrar que los ejercicios de fontica para los nios pequeos son perjudiciales, que les confunden y desalientan y les hacen odiar la lectura (todos sabemos que esto es cierto, por lo que ms vale que la ciencia lo descubra), y de nuevo habr que comprarle a los viejos amigos de Bush en la editorial McGraw-Hill millones de libros de texto, tests, y guas del profesor a expensas del erario pblico.Este proceso entraa muchos problemas, pero el que me gustara subrayar aqu es que los datos en que se basa no pueden considerarse la ciencia del aprendizaje. Son la ciencia de lo que le ocurre a las personas en el colegio.Fue en ese momento cuando se me ocurri: la gente hoy en da no sabe siquieracmo son los nios. Slo saben cmo son los niosen el colegio.La escuelatal como la conocemos existe desde hace poco tiempo, histricamente hablando: es en s misma un tremedo experimento social. Muchos datos son reveladores en este sentido: uno de cada cuatro estadounidenses no sabe que la Tierra gira alrededor del Sol.La mitad de los estadounidenses no sabe que los antibiticos no pueden curar una enfermedad causada por un virus. En Estados Unidos, el 45% de los jvenes que acaban la educacin secundaria no sabe que la Primera Enmienda de la Constitucin de su pas garantiza la libertad de la prensa. No son cosas difciles de conocer. Si la hiptesis de que la escolarizacin universal obligatoria constituye la mejor manera de crear una ciudadana informada y crtica, cualquiera que vea estas cifras de forma objetiva tendr que reconocer que, en el mejor de los casos, los resultados son ambiguos. En el peor, son catastrficos: unas pocas cepas de sperbacterias podran demostrrnoslo fehacientemente.Cmo aprendiste a usar un ordenador? Te ayud algn amigo? Leste el manual de instrucciones? Te sentaste y empezaste a juguetear con l? Hiciste un poco de todo esto? Te acuerdas acaso? Tan slo lo aprendiste, verdad?Por otro lado,prcticamente todoslos colonos blancos que llegaron a las colonias del noreste de Estados Unidos en tiempos de la revolucin saban leer, no por que hubieran ido todos a la escuela, y desde luego no por que hubieran hecho ejercicios de fontica, que no existan en aquel momento. De El sentido comn, un libro de Thomas Paine que no es precisamente una lectura ligera, se vendieron ms de 500.000 ejemplares en su primer ao de publicacin, lo que equivaldra a que un libro vendiera hoy en da sesenta millones de ejemplares. La gente aprenda a leer de muchas maneras diferentes, pero muchos aprendan de sus madres, de tutores, de maestros itinerantes, como aprendices, de familiares, de vecinos o de amigos. Saban leer porque, en una poblacin alfabetizada, realmente no es tan difcil transmitir la alfabetizacin de una persona a otra. Cuando la gente ansa aprender una habilidad, se vuelve viral. No podras impedirlo aunque lo intentaras.En otras palabras, saban leer por todas esas razones por las que ahora sabemos usar ordenadores. No sabemos usar ordenadores porque lo aprendiramos en el colegio, sino porque queramos aprender y tenamos la libertad de hacerlo en la forma que mejor nos resultase. Es una triste irona que muchas personas ahora ven la fluidez y eficacia de este proceso como una caracterstica propia de los ordenadores, en lugar de verlo como lo que realmente es: una caracterstica de los seres humanos.En el mundo moderno, a no ser que aprendas a leer antes de los 4 aos, ya no tienes libertad para aprender de esta manera: tu proceso de aprendizaje ser cientficamente planificado, controlado, monitorizado y cuantificado por expertos altamente cualificados que operan de acuerdo con las investigaciones ms relevantes. Si tu estilo de aprendizaje no encaja con la teora en boga este ao, te humillarn, corregirn, te sometern a escrutinio, te estigmatizarn, evaluarn, y por ltimo te diagnosticarn un defecto leve en el cerebro con el que te etiquetarn.Cmo aprendiste a usar un ordenador? Te ayud algn amigo? Leste el manual de instrucciones? Te sentaste y empezaste a juguetear con l? Hiciste un poco de todo esto? Te acuerdas acaso? Tan slo aprendiste, verdad?

Fiona Watson/SurvivalLos lobostienen camadas de cachorros de la misma edad que la madre deja a cargo de otro adulto mientras sale a cazar; los alcesparen cras que pueden mantenerse en pie y seguir a la manada en cuestin de minutos. Los primates, entre ellos el ser humano, tienen una cra por parto que la madre acarrea mientras busca alimento o mientras trabaja, y cuyo cuidado a menudo comparte con un rico entramado de familiares y amigos.Todos los mamferos sociales han desarrollado estructuras sociales y conductas especficas para su especie en relacin con la transmisin de las habilidades que necesitan para sobrevivir como adultos. Nuestra propia especie evolucion a lo largo de cientos de miles de aos, adoptando un estilo de vida en pequeas comunidades donde personas de todas las edades convivan; los nios eran partcipes de las actividades adultas, y vivan rodeados de otros nios de mayor y menor edad, y de sus abuelos, inmersos en la naturaleza, con libertad para moverse y jugar y ejercitar sus cuerpos, y pudiendo observar, imitar y luego participar en el trabajo de los adultos a medida que su desarrollo madurativo se lo permita. En las sociedades que an viven de acuerdo con este modelo se han desarrollado, a lo largo de milenios, finas pedagogas indgenas que estn tan en sintona con el desarrollo natural de los nios que ciertas habilidades complejas y sutiles se adquieren casi sin esfuerzo aparente.Cualquier madregikuyu, en Kenia, sabe que para asignarle una tarea a un nio has de esperar hasta que ves que est preparado para ello. Cualquier padrebaiga, de los bosques tropicales de la India, sabe que si un nio intenta hacer algo y luego recula, hay que dejarle tranquilo, porque volver a intentarlo de nuevo ms tarde. Cualquier ancianoyupiksabe que los nios aprenden mejor de los cuentos que de los sermones, de la experiencia directa que de la instruccin. Cualquier madre o padrefore, de Papa Nueva Guinea, sabe que los nios a veces aprenden mejor imitando a otros nios, no bajo la tutela de los adultos.Por todo el mundo hay gente que sabe estas cosas acerca de los nios y del aprendizaje, y lo ms interesante es que se podran aplicar por igual a disear software, a hacer un experimento cientfico, o a escribir un ensayo elegante, que a cazar caribes o a identificar plantas medicinales en la selva.Pero nosotros ya no las sabemos.Recoger datos sobre el aprendizaje humano basados en el comportamiento de los nios en la escuela es como recoger datos sobre ballenas asesinas basados en su comportamiento en Sea World.Cualquier bilogo que estudie la vida de los animales en la naturaleza sabe que un animal en cautiverio no se desarrolla de forma normal si el entorno es incompatible con las necesidades sociales que ha desarrollado su especie. Pero esto es algo que hemos olvidado en relacin con nosotros mismos. Hemos alterado radicalmente el comportamiento que nuestra especie haba desarrollado en su evolucin: separamos a los nios artificialmente en grupos de edad en vez de permitirles vivir en comunidades mixtas, les forzamos a quedarse en casa y a adoptar una vida sedentaria la mayor parte del tiempo, les pedimos que aprendan de materiales textuales en lugar de mediante actividades contextualizadas en el mundo real, les marcamos horarios arbitrarios de aprendizaje en lugar de seguir su propio ritmo de maduracin y desarrollo. El sentido comn debera decirnos que todo esto tendr resultados complejos e impredecibles. De hecho, los tiene. Mientras que algunos nios parecen funcionar bien en este entorno completamente artificial, un nmero significativamente alto de ellos no lo consigue. Por todo el mundo, cada da, a millones y millones y millones de nios inteligentes, sanos y normales se les etiqueta, por diversos medios, de fracasados, lo que les causa un dao permanente para el resto de su vida. Cada vez ms, a aquellos que no pueden adaptarse al entorno artificial de la escuela se les diagnostica un trastorno mental y se les medica.Es en este contexto en el que nos ponemos a investigar cmo aprenden los seres humanos. Pero recoger datos sobre el aprendizaje humano basados en el comportamiento de los nios en la escuela es como recoger datos sobre ballenas asesinas basados en su comportamiento en Sea World2.En 2010tres investigadores de la Universidad de British Columbia publicaron unainvestigacinque encontr un gran eco en la comunidad de cientficos sociales. Joseph Henrich, Steven J. Heine, y Ara Norenzayan, los autores de la investigacin, cuestionaron la forma en que las ciencias sociales haban hecho generalizaciones sobre la naturaleza y el comportamiento humanos basndose en investigaciones centradas en un reducido subgrupo cultural de la humanidad, lo que ellos denominaron las sociedades WEIRD3. Tras revisar una base de datos comparativa de todo el espectro de ciencias sociales, Henrich et al. hallaron que estas sociedades no slo no eran representativas de la humanidad en su conjunto, sino que en muchas puntuaciones se encontraban en el extremo de la curva que representa la variabilidad humana; en otras palabras, los integrantes de las sociedades WEIRD, entre ellos los nios, se encuentran entre las poblaciones menos representativas a la hora de hacer generalizaciones sobre los seres humanos. En muchas puntuaciones, los estadounidenses se acercaban ms al extremo de la curva que los europeos; es decir, eran casos an ms atpicos en una poblacin ya de por s formada por casos anormales.En muchas puntuaciones, los estadounidenses se acercaban ms al extremo de la curva que los europeos; es decir, eran casos an ms atpicos en una poblacin ya de por s formada por casos anormales.Muchos de estos rasgos atpicos obedecen al tipo de educacin que consideramos normal en Estados Unidos. Resulta que los estadounidenses estn en el extremo de la curva en su preferencia por la competitividad frente a la cooperacin; por promocionarse a s mismos en lugar de ser humildes; por un pensamiento analtico en lugar de holstico; por el xito individual en lugar de colectivo; por la comunicacin indirecta en lugar de directa; por concepciones de estatus jerrquicas en lugar de igualitarias. As que en el colegio alentamos a nuestros hijos a esforzarse por ser mejores que sus amistades y les elogiamos pblicamente si lo logran, cuando muchas otras sociedades consideraran esto un gesto de muy mala educacin. Nos centramos en nuestros hijos y les decimos exactamente lo que queremos que sepan, cuando en muchas otras sociedades se espera que los nios observen a los adultos atentamente y sigan su ejemplo de manera voluntaria. Controlamos y dirigimos y medimos el aprendizaje de nuestros hijos en todo lujo de detalles, cuando muchas otras sociedades asumen que los nios aprenden a su propio ritmo y no ven necesario ni adecuado controlar sus actividades cotidianas y sus elecciones. En otras palabras, lo que asumimos como un entorno de aprendizaje normal no es en absoluto normal para millones de personas de todo el mundo.Si los estadounidenses son casos atpicos en una poblacin atpica, entonces la subcultura que constituye esa institucin basada en la escolarizacin obligatoria en Estados Unidos, que somete a los nios desde muy pequeos a exigencias cada vez ms rgidas y suprime cada vez ms su energa y sus inclinaciones naturales, es un caso atpico en esta sociedad. Rasgos que, en su conjunto, la sociedad estadounidense valora la energa, la creatividad, la independencia te traern problemas en clase, y tristemente resulta que algunos de nuestros hijos e hijas simpemente no pueden seguirnos tan lejos en la curva de Gauss. La especie humana es extremadamente maleable y variable, pero no hasta el infinito, y lo que vemos en algunos nios a nivel individual, a medida que nuestra cultura se hace cada vez ms extremada, es que la naturaleza latente de la especie vuelve a emerger, a veces de forma disruptiva. Al igual que esas personas que intentan criar lobos como mascotas, vemos que algunos de nuestros hijos comienzan a mordisquear sus correas.

Survival InternationalUn da vi a un chiquillo de nueve aos que lideraba a un grupo de nios; estaban intentando trepar por las Vasquez Rocks, una formacin caliza con mucha pendiente que se encuentra en el desierto de California. Era uno de esos chicos magnticos, elctricos, radiantes; amable con los ms pequeos, fuerte, rpido, curioso, vivaz como una ardilla, con ojos que lanzaban destellos al aire. Era un gozo slo contemplarlo, y se lo dije a la amiga que me acompaaba. Ella me respondi que al nio le acababan de diagnosticar un TDAH.Los nios que no aprenden bien en el colegio a menudo poseen caractersticas que seran valoradas y admiradas si vivieran en una de las muchas sociedades tradicionales repartidas por todo el mundo. Son enrgicos, independientes, sociables, graciosos. Les gusta hacer cosas con las manos. Estn ansiosos por jugar de verdad, jugar con entusiasmo, poniendo a prueba su fuerza, su habilidad, su atrevimiento, su resistencia; ansan trabajar en algo real, algo importante, concreto, que haga una aportacin valiosa. Les disgusta lo abstracto; les disgusta el sedentarismo; les disgusta el control autoritario. Les gusta concentrarse en las cosas que les interesan, que despiertan su curiosidad, que les llevan a trastear y a explorar.Los expertos de nuestra sociedad WEIRD nos dicen que estos nios tienen dificultades de aprendizaje; que tienen poco control de sus impulsos; que carecen de habilidades de organizacin; que tienen un trastorno negativista desafiante. Uno de cada veinte, uno de cada diez, uno de cada siete de nuestros maravillosos hijos de ojos brillantes, nos dicen, tiene algn tipo de defecto cerebral innato que le incapacita para aprender.Pero cualquier padremaorsabe que tienes que observar a un nio pacientemente, en silencio, sin interferir, para aprender si tiene en su interior la naturaleza del guerrero o del sacerdote. Nuestros hijos vienen a nosotros como seres que buscan, nos dicen los maestros maores, seres atravesados por dos ros: el ceslestial y el fsico, el que sabe y el que an no sabe. Su lucha es integrar ambos. Nuestro papel como adultos consiste en apoyar este proceso, no en moldearlo. No nos corresponde a nosotros controlarlo.Los arcoirises como si se marchitaran como las flores. Eso es lo que dijo mi hija una tarde de lluvia y sol mientras, desde la cima de una montaa, contemplaba cmo los colores se disolvan en el aire. Tena dos aos y medio.Por eso siempre supe que esta nia tena un don para las palabras. Le encantaba que le leyeran, se inventaba historias y canciones y poemas y obras de teatro; se inventaba sus propias mitologas, compona interminables cartas para su querida abuela.