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iglesiaquesufre.co MIRROR Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre “¿Por qué me persigues?” (Hechos 9, 1-20) 200 millones de cristianos en todo el mundo sufren persecución a causa de su fe. Hyderabad, Pakistán.

MIRROR Hyderabad, Pakistán

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MIRRORFundación Pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre

“¿Por qué me persigues?”(Hechos 9, 1-20)

200 millones de cristianos en todo el mundo sufren persecución a causa de su fe.

Hyde

rabad

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.

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En esta bella frase extraída del diario de Santa Faustina Kowals-ka, podemos intentar entender una de las más bellas característi-cas de la vida Cristiana: “Practicar la misericordia”. Hoy, más de 200 millones de cris-tianos viven donde la fe sufre algún nivel de persecución, en algunos casos hasta la intoleran-cia extrema que nos lleva a ver los

horrores sufridos por miles de cristianos en Irak y Siria en los últimos meses a manos del “Estado Islámico (ISIS)”.

El ayudar a estos cristianos es para nosotros una misión fun-damental, que al mismo tiempo nos sirve de camino para la práctica de la misericordia y es esta la invitación que hoy de-seo hacerle. Nuestra Fundación apoya la labor de la Iglesia en más de 140 países, muy especialmente en los lugares donde existe esta intolerancia religiosa. Nuestra familia de almas son los millo-nes de católicos que nos apoyan, sea con oraciones, difun-diendo nuestro mensaje, o materialmente para que podamos continuar con esta obra. Hoy quisiera invitarle a que se una a esta familia que apenas comienza a conformarse en Colombia y que tiene una gran misión por desarrollar, principalmente, la práctica de la mi-sericordia.

Diego Rodriguez LizcanoDirector para Colombia.

Ayuda a la Iglesia que Sufre (iglesiaquesufre.co), también conocida como Kirche in Not, fue fundada en 1947 por el padre Werenfried Van Straaten (1913 - 2003). Es una Fundación Pontificia que tiene como misión apoyar la labor pastoral de la Iglesia Católica en el mundo entero, especialmente en países donde ésta misma se encuentra en dificultades, sea por persecución religiosa, guerras, revoluciones o pobreza.

Desde hace varios años Ayuda a la Iglesia que Sufre da soporte constante a la Iglesia Católica en Colombia, en especial ayudando al sostenimiento de seminarios, vocaciones sacerdotales y comunidades religiosas masculinas y femeninas de todas las regiones del país.

DESDE 1947 AYUDAMOS A MILES DE CATÓLICOS EN EL MUNDO

2 I QUIÉNES SOMOS

“...PROCLAMA QUE LA MISERICORDIA ES EL ATRIBUTO

MÁS GRANDE DE DIOS...”

NUEVA OFICINA EN COLOMBIA

La apertura oficial de la oficina de la Fundación Pon-tificia “Ayuda a la Iglesia que Sufre” en Colombia se realizó el pasado Jueves 27 de Noviembre, en la Igle-sia de Cristo Rey en Bogotá. Se celebró una solem-ne eucaristia presidida por Monseñor Daniel Falla, secretario de la conferencia episcopal colombiana; en la eucaristía estuvo presente el barón Johannes Heereman, director ejecutivo internacional de la Fun-dación, el padre Martin Barta, asistente eclesiástico y más de 400 personas que acompañaron el evento.

Como parte de la ceremonia el padre Carlos Khalil, sacerdote de la diócesis de Amman (Jordania), quien estuvo de paso por Colombia invitado por la funda-ción, dió su testimonio sobre las difíciles circunstan-cias de los católicos que han sido perseguidos en los últimos meses en Irak y Siria.

El evento fue transmitido en vivo por Radio Maria.

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Cuba

Túnez

Grecia

Chipre

Emiratos Arabes Unidos

LibanoIsrael

República Centroafricana

Somalia

Maldivas

Malasia

Laos

Indonesia

Brunei Darussalam

Bangladesh

Sri Lanka

Comores

Mauritania

Algeria Libia

Turquía

SiriaIraq

Territorios Palestinos

IránKuwait

India

Vietnam

China

Corea del Norte

Federación Rusa

Birmania(Myanmar)

NepalPakistán

Afganistán

Tayikistán

KirguistánUzbekistán

Kazajistán

Bielorrusia

Azerbaiyán

Turkmenistán

Egipto

EritreaYemen

QatarBahrein

Arabia Saudita

Nigeria

Sudán

Tanzania

Kenia

Etiopia

Marruecos

Mali

Angola

75% de los perseguidos por causa de la fe son cristianos.

1 de cada 10 cristianos vive en un ambiente político, social o religiosoque por el simple hecho de ser cristiano es causa de dicriminación.

200

millones de cristianos en todo el mundo son perseguidos a causa de su fe.

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¿Qué es la libertad religiosa?

“Bienaventurados los perseguidos por Mi nombre...” (Mt. 5,11)

La libertad religiosa es el derecho a tener, mantener o cambiar de creencia espiritual, pudiendo ser ésta expresada libremente tanto en privado como en público, individual o colectivamente, sin forzar la conciencia de la persona y sin que le suponga discriminación de ningún tipo. (Artículo 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos)

El cristianismo es la religión más perseguida del planeta. En el siglo XX hay más mártires que en diecinueve siglos anteiores juntos. La libertad religiosa es un derecho fundamental de todo ser humano, sin embargo no se respeta.

3 de cada 4 perseguidos en el mundo son cristianos

6.900 millones de población mundial

50 millones de discriminados

2.600 millones de cristianos

200 millones de perseguidos

Países que sufren persecución religiosa “alta” y “media”Morado: Persecución altaRojo: Persecución media

SOS: LA IGLESIA EN LÍBANO Y JORDANIA DESBORDADA

LIBERTAD RELIGIOSA I 3

El pasado mes de marzo, una delegación internacio-nal de Ayuda a la Iglesia que Sufre, entre los que nos encontrábamos dos españoles, visitó Líbano, Jorda-nia, Israel y los territorios palestinos. Pudimos cono-cer de primera mano la situación de los refugiados en Oriente Medio: la mayor tragedia humanitaria de las dos últimas décadas.

Blanca Tortosa y Raquel MartínUna familia espera a registrarse para ser atendida en un centro

de la Iglesia en Zahle.

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REFUGIADOS SIRIOS E IRAQUÍES EN ORIENTE MEDIO 2013, UN AÑO ANTES DEL CONFLICTO CON EL ESTADO ISLÁMICO DE IRAK

LÍBANOSirios: 1.117.095Iraquíes: 4.506

EGIPTOSirios: 138.151Iraquíes: 5.506

JORDANIASirios: 604.868Iraquíes: 55.509

TURQUÍASirios: 789.678Iraquíes: 13.467

SIRIAIraquíes: 146.200

IRÁNIraquíes: 43.268

IRAKSirios: 225.475

Para nosotros los occidentales es-muy difícil saber cómo se puede vivir cuando has tenido que despertar a tu mujer e hijos a media noche, co-ger lo primero que tenías a mano y salir huyendo con tu coche porque las bombas en Homs (Siria) han caí-do en la misma calle donde vives. Dejar tu casa entre lágrimas sin sabercuándo volverás y si, en caso de que puedas regresar, seguirá todavía en pie. Meterse en la piel de este padre de familia, como tantos que hemos tenido la ocasión de conocer en el Líbano, y empezar una nueva vida literalmente sin nada.

Hemos compartido llantos de mu-jeres cuyos maridos han sido se-cuestrados en Irak o Siria porque re-gentaban un pequeño comercio de bebidas que los nuevos yihadistas radicales no están dispuestos a per-mitir. Ahora estos terroristas islamis-tas no toleran la libertad ni nada que recuerde a Occidente.

Hemos visitado pisos en Zahle, valle del Bekaa (Líbano) donde en un es-pacio de no más de 20 metros cua-drados viven hacinadas dos y tres familias cristianas procedentes de Alepo (Siria) que sólo tienen colcho-nes en el suelo, un horno para calen-tarse y una pequeña cocina. Huyeron cuando los terroristas iban calle por calle exigiendo ver el carné de iden-tidad, donde figura si eres cristiano. Una vez identificado, tu muerte pue-de ser inminente.

Hemos visto niños que no hablan, a consecuencia del efecto de los bom-bardeos; mujeres violadas; hombres desesperados buscando algún tra-bajo para dar de comer a su familia… mucho dolor acumulado durante ya casi cuatro años para los sirios y cer-ca de una década para los iraquíes.

La guerra de Siria ha batido todos los récords en 60 años: 9 millones

de vidas truncadas entre despla-zados internos y refugiados. Y en Irak, ante el inexplicable silencio de la comunidad internacional, el grupo yihadista radical islámico ISIS sigue tomando el control de las principa-les ciudades como Mosul dejando un reguero de matanzas a su paso. Los cristianos han dejado de existir en muchas localidades históricas, cuya presencia era muy anterior a la llegada del Islam a esta tierra.

También hemos entrado en las pau-pérrimas tiendas de campaña de Zaatari, donde se refugian los musul-manes que han huido del horror. He-mos visto cómo una generación de niños que ha nacido entre el fuego cruzado y la violencia, no sabe lo que es una escuela ni la educación. En Siria se habla ya de una generación perdida por la guerra. Estos niños juegan entre la basura y el barro en los campos de refugiados sin ningún tipo de futuro.

Y frente a este dolor despropor-cionado, hemos visto a muchos hombres y mujeres de Iglesia sos-

tener a estas familias refugiadas en Líbano y Jordania. El trabajo se ha multiplicado por cien en el dis-pensario de las Hermanas del Buen Pastor en Beirut o en el Arzobispado de Zahle donde reparten sin cesar cajas de alimento de primera nece-sidad para iraquíes y sirios. La Igle-sia está allí dando la mano a los que han huido del infierno de sus países y ahora no tienen nada. No les deja solos. Siempre que han llamado a la puerta de las parroquias, los refu-giados han sido acogidos. La Iglesia maronita, greco-melquita del Líbano y Siria o la caldea se está entregando sin límites a los millones de refugia-dos. En las próximas páginas de este boletín veréis ejemplos de cómo han abierto sus casas y corazones a los refugiados. En estas tierras de Orien-te Medio, Jesús tiene el rostro de un refugiado… ¡¿Cómo no ayudarles?!

4 I LIBERTAD RELIGIOSA

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En el norte de Jordania, a sólo 9 kilómetros de la frontera con Si-ria, está el campo de refugiados de Zaatari. En pocos años se ha convertido ya en la cuarta ciudad más grande de Jordania. Es el ter-cer mayor campo de refugiados de todo el mundo.

En Zaatari han llegado a vivir 180.000 personas. Todas sirias o iraquíes que salieron en estampida de sus países huyendo del horror de la guerra o del terrorismo islámico. Adentrarse en las calles de esta ciudad artificial es peligroso si no se va acompaña-do por algún responsable local o al-guien de confianza, como es el Padre Khalil.Aquí está encarnada la mayor tra-gedia humanitaria de las últimas dos décadas. Bajo un interminable manto de tiendas de campaña viven como pueden los refugiados. Los niños constituyen el 40% de la población: toda una generación que ha crecido entre bombardeos o entre los plásticos de las más de 3.000 tiendas y casas prefabri-cadas. Amanece en Zaatari y cada mañana se necesitan 20 toneladas de pan y 4 millones de litros de agua para no dejar en la indigencia a esta población. El ruido es ensordecedor. Hay mucha violencia y delincuencia.

Como una hormiga en este desierto de necesidad, el Padre Khalil visita a las familias.

“Les acompaño, les doy esperanza y les hago saber que no están so-los”, dice.

El Padre Khalil no dudó en desplazar-se a Irak en cuanto comenzó la gue-rra y pagó duro por ello. Fue secues-trado en el aeropuerto de Bagdad, y pasó varios días en cautiverio injus-

tificadamente. Ahora trabaja sin des-canso en Zaatari y en su parroquia en Amán entregando su vida a estos refugiados sirios. Ayuda a la Iglesia que Sufre sostiene la labor del Padre Khalil en Jordania. Durante nuestra visita a Zaatari, nos comentaba: “De parte de todas estas personas re-fugiadas me gustaría agradecer a la Iglesia que Sufre que siempre está con nosotros. Animáis a estas personas a que vean que estáis con ellos y los amáis”.

EN EL TERCER MAYOR CAMPO DE

REFUGIADOS DEL MUNDO

1. Vista aérea del Campo de Refugiados de Zaatari, al norte de Jordania.

2. Una familia pasea entre las tiendas en Zaatari.

3. El Padre Khalil con dos periodistas de Ayuda a la Iglesia que Sufre en su

visita a los refugiados.

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ZAATARI, JORDANIA I 5

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AFRICA - KENYACompra de vehículo para trabajo pastoral en Kenya. Grupo de jóvenes de la parróquia “Cristo Rey” situada en el interior de Pokit, Rift Valle - Kenya. En este lugar las comunicaciones son muy malas, puede tardar hasta seis horas en carro para ir a las parroquias más alejadas de la diócesis (Padre Bertrand Kundu).

CUBALa congregación de las Hermanas Sociales reciben desde hace 25 años con regularidad el apoyo de Ayuda a la Iglesia que Su-fre. Estas Hermanas pertenecen a la comunidad Sisters of Social Service, fundada en 1923 en Hungría en el espíritu de la tradi-ción benedictina. La congregación se ha extendido a Eslova-quia, Rumanía, Estados Unidos, Cuba y Canadá. Actualmente sus 20 religiosas en Cuba son todas vocaciones nativas.

IRAK - JUGUETES PARA NAVIDADRegalos de Navidad para 15.000 niños, incluida ropa de invier-no (abrigos y medias), libros para colorear, artículos devociona-les y Biblias del Niño de Ayuda a la Iglesia que Sufre.

IRAK - WERENFRIED VILLAGEConstrucción de la Werenfried Village, más de 150 casas pre-fa-bricadas en Ankawa para alojamiento durante el invierno.

JORDANIA - REFUGIADOSLa Fundación Ayuda a la Iglesia que Sufre da soporte al trabajo humanitario desarrollado por el padre Carlos Khalil en la parro-quia de “Maria, Madre de la Iglesia” en Amman (Jordania) donde más de 200 familias desplazadas de Irak son sostenidas gracias a la ayuda recibida.

COLOMBIA - POPAYANAyuda asistencial para el monasterio de Santa Clara en Popayán. Actualmente su manutención proviene de la venta de dulces, vestimentas litúrgicas y la fabricación de cirios. Con frecuencia los ingresos que provienen de estas actividades no son suficientes.

6 I ALGUNOS DE NUESTROS PROYECTOS

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“LA VIDA ES POSIBLE INCLUSO ENTRETANTO SUFRIMIENTO”

Hermana Hanna

En uno de los barrios más pobres de Beirut se encuentra el dispensario de San Antonio, donde se atiende cada día, a centenares de personas de todas las edades. Niños, ancianos, hombres o emba-razadas hacen cola cada mañana para recibir asistencia médica, psicológica, administrativa o para

recoger una caja de comida.

La Hermana Hanna pertenece a la Congregación de las Hermanas del Buen Pastor de Líbano. Lleva tiempo dedicada a atender a los refugiados que llegan desde Irak y, en los últimos años también, desde Siria.

Impresiona la mano izquierda de estas dos monjas que asisten el dispensario: detrás de su físico aparentemente frá-gil se esconde una personalidad recia que sabe hacer frente al sufrimiento que comparten cada día con los refu-giados. Tratan a cada persona con el cariño y la firmeza de una madre, que sólo busca lo mejor para cada uno de sus hijos.

Líbano se ha convertido en el país con mayor concentración de refugiados per cápita del mundo: 1 de cada 3 habitantes. El país vive una situación de tremenda inestabilidad por la falta de recursos y el enorme impacto que supone la acogida de tantos miles de personas en una situación tan preca-ria. Además de cubrir las necesidades básicas de los refugiados que llegan, las hermanas del Buen Pastor son un ejemplo de cómo la Iglesia de los países de acogida juega un pa-pel esencial en el futuro y la espe-ranza de estas personas. “A veces la gente me pregunta por qué ayudo a musulmanes y yo les digo que no soy musulmana: soy cristiana. Mi Señor es Cristo. Él está para todos los seres

humanos, no solo para los cristianos. Cristo es mi vida. Tenemos que amar como Él. Yo doy mi vida sin distinciones”.

Llama la atención cómo, pese a todaslas adversidades y el sufrimiento, la Iglesia local que acoge a los refugia-dos mantiene viva la esperanza “No nos sentimos olvidados. Dios está con nosotros y mantenemos nues-tra fe; seguimos en nuestro país gra-cias a nuestra fe. Nunca en mi vida he experimentado la paz. No sé lo que es. Siempre inseguridad, guerras, pro-blemas… ¿Qué es la paz? Solamente tenemos la paz en Dios”, afirma la re-ligiosa.“Pueden ayudar, por supuesto. De manera material también. Necesita-mos mucha ayuda.

La idea de que alguien se preocupe por nosotros, gente de otros países, nos da esperanza. A mí me da fuerzas que alguien de España, Francia, Ale-mania… se preocupe por los cristia-nos de Tierra Santa, Líbano, Siria, Jor-dania… No estamos solos”. Cuando le preguntamos sobre cómo piensan seguir haciendo frente al dolor provo-cado por la guerra, afirma con rotun-didad: “La oración es la mayor arma contra la guerra”.

HERMANAS DEL BUEN PASTOR, BEIRUT (LÍBANO) I 7

1. La Hermana Hanna, a la derecha, junto a la hermana Georgette.2. El dispensario de San Antonio se encuentra en uno de los barrios más necesitados de Beirut.

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[email protected]/iglesiaquesufre

iglesiaquesufre.co

Unidos podemos darles esperanza a aquellos que lo

han perdido todo, menos su fe.

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ayudanos.iglesiaquesufre.co

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