74

mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

montaje portada.indd 1montaje portada.indd 1 6/12/06 9:03:41 PM6/12/06 9:03:41 PM

Page 2: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

C O N T E N I D O

[ D O S S I E R ]

Revista semestral de la Escuela de Ciencias Ambientales

de la Universidad NacionalApdo. postal: 86-3000, Costa Rica

Tel.: 277-3688fax: 277-3289, [email protected]

www.ambientales.una.ac.cr

Director y editorEduardo Mora

AsistenteRebeca Bolaños

Comité editorialMarielos Alfaro

Gerardo BudowskiEnrique Lahmann

Enrique LeffOlman Segura

Rodrigo Zeledón

Diagramación e impresiónLitografía e Imprenta Segura Hermanos S.A.

(tel. 279-9759)

Reservados todos los derechos conforme a la ley de Derechos de Autor y

Derechos Conexos.Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra sin el consentimiento por

escrito de su director.

Ciencias Ambientales/Escuelade Ciencias Ambientales.--No. 30 (2005) - Heredia, C.R.:2005.

Semestral

1. Ecología -Publicaciones periódicas.I. Universidad NacionalEscuela de Ciencias Ambientales.

634.9C569C

Foto de portada: Alfredo Huerta

Número 30,diciembre de 2005

2

3

9

16

21

30

38

44

52

59

64

Editorial

Gobernabilidad en zonas marino-costeras transfronterizas. El golfo de Fonseca.Alexander López y Aurora Hernández

Problemática y ordenamiento marino-costero en Costa RicaCarmen González

Dinámica costera y ordenamientoterritorialLuis Guillermo Brenes

Legislación marino-costera en Costa Rica:recuento, limitaciones y fortalezasMaría Virginia Cajiao

Derecho del mar y manejo marino-costeroen Costa RicaCarlos Murillo

Desafíos de planificación para el desarrolloturístico costeroAlberto Sánchez

Pesca artesanal y participación en conservación de recursos marino-costerosMarvin Fonseca y Vivienne Solís

Estrategia marina del Area de ConservaciónGuanacasteGiselle Méndez

Manglares de la península de Nicoya, Costa RicaJuan Bravo

Actitud ante humedales en Nicoya,Costa RicaAlvaro Madrigal

Page 3: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

2

L a costa está delimitada por el interfase entre el océano y la tierra. El medio marino-costero -océanos, mares y zonas costeras adyacentes- constituye un todo integrado que es un componente esencial del sis-tema mundial de sustentación de la vida y un valioso recurso que ofrece posibilidades para un desarrollo

sostenible.Como lo demuestran los casos costarricense y centroamericano, la zona costera contiene hábitat diversos

y productivos importantes -con frecuencia imprescindibles- para los asentamientos humanos, el desarrollo y la subsistencia local. Más de la mitad de la población mundial vive a menos de 60 kilómetros de la costa, y esa proporción podría incrementarse en tres cuartas partes en 2020. En Costa Rica, la zona costera se ha convertido en un importante espacio de actividad económica; de hecho, el turismo, nuestra principal actividad económica, tiende a desarrollarse sobre todo en las zonas costeras.

En las costas centroamericanas, caracterizadas por una intensa actividad humana y una enorme riqueza bio-lógica, se emplaza un conjunto de actividades que no siempre son compatibles y que, a menudo, constituyen una problemática de choque de intereses entre usuarios, especialmente con el ascenso del turismo. Centroamérica posee más de 6.000 kilómetros de costa y cerca del 25 por ciento de la población se encuentra en interacción directa con ésta. La dinámica económica allí presente ha venido creciendo aceleradamente hasta el punto de que el turismo de sol y playa se ha convertido en la actividad más importante no solo para las personas que habitan esas áreas sino también para las naciones, dado que genera muchas divisas. La costa centroamericana se caracteriza por poseer importantes cuerpos de agua compartidos. Los golfos de Honduras y de Fonseca son compartidos por tres estados, y siete bahías son compartidas por dos. Igualmente, la región posee la segunda barrera coralina más importante del mundo, compartida por cuatro estados. Esto implica importantes desafíos para la gobernabilidad de tales espacios en la medida en que representan grandes retos para la gestión territorial de cada país, la soberanía y la seguridad nacionales.

Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas marino-costeras, se nutre -exceptuando uno de los artículos- de las ponencias presentadas en el seminario “Gobernabilidad de la zona marino-costera en Costa Rica”, realizado en el Centro Mesoamericano de Desarrollo Sostenible del Trópico Seco (Cemede), en el que se abordó, en cinco paneles, el tema de la gobernabilidad de manera integral, entendiéndolo como el diseño de mecanismos institucionales, formales o no, para la gestión de tales espacios. El primer panel presentó los más importantes desafíos que desde la perspectiva centroamericana enfrentan los espacios marino-costeros; el segundo presentó los principales mecanismos jurídicos de carácter nacional y mundial existentes que repercuten directamente en la gestión de las zonas costeras; el tercero fue lugar de una reflexión en torno a casos concretos de involucramiento y participación comunitaria en la gestión de las zonas costeras; el cuarto evaluó la situación de vulnerabilidad socio-ambiental de las zonas costeras y la posibilidad de ciertos ecosistemas marinos -como los manglares- de actuar como amortiguadores ante eventos extremos, y el quinto evaluó el aporte económico que de diversas formas realiza la zona costera, discurriendo así sobre la pesquería, el turismo y las marinas.

Los 10 artículos que presentamos recogen las preocupaciones sustanciales expuestas en el seminario y esbozan los derroteros para una política de gestión de los espacios marino-costeros: (1) Evaluación de las zonas costeras que permita conocer cuestiones críticas como procesos físicos, patrones de desarrollo y conflictos entre usuarios, con el objeto de diseñar nuevos mecanismos institucionales de gestión para aumentar allí la gobernabilidad. (2) Formulación y aplicación de políticas de uso de la tierra y el agua, debido a las fuertes inte-racciones entre las zonas marina y terrestre. (3) Evaluación y seguimiento de los grandes proyectos turísticos que permitan la adopción de decisiones económicas y ambientales correctas. (4) Diseño de nuevos esquemas de gobernabilidad regional de los cuerpos marinos compartidos que permitan nuevas formas de cooperación transfronteriza entre estados y comunidades. (5) Planificación a nivel de sistemas de alerta temprana frente a situaciones de emergencia a fin de atender los desastres antropogénicos y naturales y los efectos probables del cambio climático. (6) Desarrollo de una coordinación interinstitucional e intersectorial que permita generar políticas de conservación y de restablecimiento de los hábitat críticos alterados. (7) Generación de programas de educación, sensibilización e información.

Alexander López, director de Cemede – Universidad Nacional

E D I T O R I A L

Page 4: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

The purpose of this article is to give a thought to Middle American coasts as spaces of cross-border important interactions in the natural, economic and social aspect. In that sense, the big challenge for gov-ernability in marine-coastal areas with cross-border conditions is how to face the paradox produced by the existence of a political system highly fragment-ed coexisting with cross-border biophysical units. Hence, the article discusses that the implementation of mechanisms guaranteeing a good governability copes with obstacles, mainly political, as it is the case of spaces that were or are part in the bordering disputes, and of economic order, due to natural and environmental resources extraction, as a result of pollution received by coastlines in continental areas. The above is reflected in the Fonseca’s Gulf, where countries have many problems to work together. This caused by, among other things, the weakness of institutions or the absence of mechanisms to foster the cooperative action in the negotiation of cross-border resources.

GOBERNABILIDAD EN ZONAS MARINO-COSTERAS TRANSFRONTERIZAS.

EL GOLFO DE FONSECApor ALEXANDER LÓPEZ Y

AURORA HERNÁNDEZSe reflexiona sobre las costas mesoamericanas como espacios de importantes interacciones transfronterizas, de carácter natural, económico y social. En ese sentido, el gran reto para la gobernabilidad de las zonas marino-costeras de carácter transfronterizo lo constituye el cómo enfrentar la paradoja que genera la existencia de un sistema político altamente fragmentado conviviendo con unidades biofísicas transfron-terizas. Así, se argumenta que la implementación de mecanis-mos que garanticen una buena gobernabilidad se enfrenta a obstáculos que principalmente son políticos, como es el caso de los espacios que fueron o son parte de las disputas limítro-fes, pero también de orden económico debido a la extracción de recursos naturales y ambientales y por la contaminación que reciben los litorales de las áreas continentales. Lo anterior se refleja en el golfo de Fonseca, donde los estados tienen muchos problemas en actuar colectivamente, debido, entre otras cosas, a la debilidad de las instituciones y la ausencia de mecanismos que potencien la acción colectiva en la gestión de los recursos transfronterizos.

R E S U M E N

Alexander López, especialista en relaciones internaciona-les, es director del Centro Mesoamericano de Desarrollo Sostenible del Trópico Seco de la Universidad Nacional; Aurora Hernández, geógrafa, es académica en esa entidad.

M ás de la mitad de la población del mundo vive a menos de 60 kilómetros de la costa, y esa proporción podría elevarse en tres

cuartas partes en el año 2020. Centroamérica posee más de 6.000 kilómetros de costa, estando cerca del 25 por ciento de su población en interacción directa con ésta (Windevoxhel, Rodríguez y Laman s.f.). La actividad económica desarrollada allí ha crecido muy aceleradamente en el tiempo reciente, hasta el punto de que el turismo de sol y playa se ha convertido en un importante dinamizador de las economías centroamericanas. Estos espacios son usa-dos extensivamente para una serie de actividades que no siempre son compatibles y a menudo resultan en un conjunto de problemas por los diferentes intereses entre usuarios, especialmente con el ascenso de la actividad turística.

Las costas mesoamericanas se caracterizan por poseer importantes cuerpos de agua compartidos, como golfos y bahías. Dos importantes golfos, el de Honduras y el de Fonseca, son compartidos por tres estados; y siete bahías son compartidas por dos esta-dos. Igualmente, la región posee la segunda barrera coralina más importante del mundo, compartida por cuatro estados. Lo anterior, sin duda, implica impor-tantes desafíos para la gobernabilidad de estos espaci-os en la medida que representan retos para la gestión territorial, la soberanía y la seguridad nacionales.

Mesoamérica es una región de importantes inter-acciones costeras transfronterizas -o sea, de intercam-bios sociales, culturales, económicos y ambientales en las zonas de frontera, donde las interrelaciones entre comunidades y espacios naturales transcienden el límite y generan como resultado la conformación de dinámicas sociales propias de las regiones de frontera. La región centroamericana está integrada geográfica-mente de modo muy estrecho y sus atributos ambien-tales trascienden en muchos casos las fronteras polí-

Page 5: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

4

ticas entre los países. Asimismo, con los niveles de crecimiento económico y de población que se ha alcanzado, gran parte de las actividades productivas en cada país utilizan y comprometen recursos que eventualmente tienen un impacto regional: afectando la calidad y cantidad del agua en cuencas hidrográficas transfronterizas, la biodiversidad marina y terrestre en corredores geográficos naturales, la productividad de los suelos, la pesca marítima y el clima.

El principal desafío para el diseño de meca-nismos institucionales de carácter transfronteri-zo lo constituyen, sin duda alguna, los principios clásicos del estado-nación, en virtud de que como lo demuestra el caso del golfo de Fonseca (ver adelante), los estados son muy recelosos en el resguardo de la soberanía y seguridad naciona-les y, por lo tanto, a menudo bastante reluctantes ante cualquier mecanismo que implique una regulación de sus prácticas soberanas. Es por ello que las fronteras, además de alojar en sus espacios las interacciones ya descritas, también son el lugar donde se expresa con mayor claridad el peso de la soberanía nacional.

Fragmentación política, unidad biofísica, externalidades

El gran reto para la gobernabilidad de las zonas marino-costeras de carácter transfronteri-zo es cómo enfrentar la paradoja de un sistema político altamente fragmentado conviviendo con unidades biofísicas transfronterizas, lo cual en el caso mesoamericano se traduce en que hay que realizar la gestión de una serie de ecosistemas altamente complejos dentro de las limitaciones

políticas de un sistema político fragmentado en ocho estados, ejerciendo cada uno una autoridad soberana.

Los principales problemas de gestión de espa-cios costeros transfronterizos están basados, en primer lugar, en el hecho de que las fronteras políticas no coinciden con los “límites” de los ecosistemas, siendo los golfos de Fonseca y de Honduras y el arrecife coralino Mesoamericano buenos ejemplos de esto, y requiriéndose, para la adecuada gestión de ellos, de esquemas de coope-ración por encima de las fronteras nacionales y allende el interés nacional. En segundo lugar, muchos de los problemas ambientales son de carácter regional, por lo que su solución impone nuevos esquemas de cooperación, lo que implica la reconsideración de las formas tradicionales de cooperación que surgieron entre los estados como mecanismos mínimos de convivencia y al calor del reconocimiento mutuo de la soberanía y la integridad territorial.

La dicotomía expuesta anteriormente se manifiesta en el alto número de colindancias existentes. Así, por ejemplo, en tierra hay 10 colindancias, cuya longitud total de la línea limí-trofe terrestre alcanza los 3.939,71 kilómetros, lo que implica que por cada 132 kilómetros cua-drados hay un kilómetro de límite internacional en la región (UIFC-Funpadem 1999). En los territorios marítimos, donde el peso de la frag-mentación territorial es mucho mayor, es posible identificar el doble de las colindancias: hay 24 fronteras marítimas entre los estados, de las que 14 se encuentran en el Caribe y 10 en el Pacífico (ver cuadro).

País Colindancias en Pacífico Colindancias en Caribe Colindancias por país

HondurasEn golfo de Fonseca: El Salvador y Nicaragua.

En golfo de Honduras: Guatemala, Nicaragua, Reino Unido (Cayman Islands), Colombia, Cuba y Jamaica.

8

Costa RicaEcuador, Colombia, Panamá y Nicaragua.

Colombia, Panamá y Nicaragua. 7

NicaraguaCosta Rica, y en Golfo de Fonseca con Honduras.

Colombia, Costa Rica y Honduras. 5

Guatemala México y El Salvador. En golfo de Honduras: Belice y Honduras. 4

Panamá Colombia y Costa Rica. Colombia y Costa Rica. 4

Belice No tiene costa en el Pacífico.México, y en golfo de Honduras con Guatemala.

2

El SalvadorEn golfo de Fonseca: El Salvador y Nicaragua.

No tiene costa. 2

Colindancias marítimas en América Central

Fuente: UIFC-Funpadem 2001

Page 6: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

5

En algunos casos, como lo muestra el ejemplo del golfo de Fonseca, los estados tienen muchos problemas para actuar colectivamente, a pesar de que claramente ganarían mucho si lo hicie-ran. En muchas ocasiones, debido a la debilidad de las instituciones, la acción colectiva no se da y, en consecuencia, tales recursos transfronteri-zos continúan sin una gestión integral, como en el golfo de Fonseca.

Las acciones colectivas no son siempre fáci-les debido a la serie de intereses nacionales en juego, que a menu-do se encuentran en conflicto. Así, por ejemplo, de acuerdo a Hurrel (1993), el manejo de las unida-des biofísicas trans-fronterizas demanda la cooperación y coor-dinación de políticas sin precedentes debi-do a que las formas de cooperación que sur-gieron históricamen-te estaban relaciona-das, en gran medida, con la elaboración de reglas mínimas de coexistencia creadas alrededor del reco-nocimiento mutuo de la soberanía y, conse-cuentemente, con la norma de no inter-vención.

Igualmente, en espacios marino-costeros transfronterizos es muy importante prestar aten-ción al manejo de las externalidades negativas, que se refieren al cómo la acción de un país puede directamente afectar el bienestar de sus países vecinos. El problema radica en que, por definición, los estados no reciben los costos ni beneficios totales de las externalidades que producen. Con las externalidades, los costos y beneficios regionales son mayores que los nacio-nales; es esta situación de disminuir los costos y capturar los mayores beneficios lo que genera que los estados cooperen. Esto implica que el diseño de esquemas de gobernabilidad regional

sea un tema prioritario, dado que en ausencia de un acuerdo regional las externalidades nega-tivas tenderán a sobreproducirse por el hecho de que el estado que las produce no absorbe el costo total de tal producción. Asimismo, las externalidades positivas serán menores puesto que el estado equis debe pagar el costo total de producir esa externalidad pero no recibe el beneficio total de la misma, ya que la naturaleza de tales externalidades sigue el patrón de bienes públicos, de los que no se puede excluir a las

otras partes.Para el caso del

golfo de Fonseca las principales externali-dades son producidas por la extracción de recursos y la conta-minación ambiental, que están generando la degradación del sis-tema marino-costero, lo que conduce a la escasez de los recursos provenientes de estas áreas, a la sobreexplo-tación de éstos por las comunidades ribere-ñas y a la invasión de los pescadores en las zonas marítimas bajo la soberanía de los paí-ses vecinos.

En términos ge-nerales, la goberna-bilidad de los espacios

marino-costeros transfronterizos enfrenta desafíos sustanciales en las siguientes áreas: (a) la homogenización de los marcos regulatorios, (b) la facilitación de la cooperación horizontal entre los países, (c) la flexibilización de la noción de soberanía y seguridad nacional, (d) el fortalecimiento de los mecanismos institucionales de respuesta conjunta y (e) la potenciación de las capacidades de gestión a nivel de comunidades, poblaciones indígenas y gobiernos locales.

La mayoría de los problemas ambientales que encara la región están estrechamente ligados a las condiciones de pobreza generalizada, lo que es particularmente válido para las zonas

Costa de Tortuguero, Costa Rica. Paulo Valerio

Page 7: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

6

costeras, sobre todo en áreas de fronteras en que se localizan algunas de las poblaciones más pobres y vulnerables de la región. En este escenario, la gestión de las zonas marino-costeras transfronterizas no se puede limitar a proteger las especies, sino que ha de dar prioridad a la gente mejorando la salud básica, la productividad a largo plazo, la generación de ingresos, la reducción de la vulnerabilidad y el aumento de la calidad general de vida. Por lo tanto, los objetivos de crecimiento económico, desarrollo social y gestión ambiental sostenible tienen que ir de la mano.

Desafíos de gobernabilidad en el golfoTal como se plantea en el apartado anterior, los

procesos de gestión de territorios transfronterizos enfrentan desafíos importantes desde el punto de vista de la acción colectiva. Es claro que en varios espacios fronterizos de América Central la implementación de mecanismos que garanticen una buena gobernabilidad debe enfrentarse a escenarios territoriales que fueron o son parte de las disputas limítrofes. Uno de estos casos es el golfo de Fonseca, que desde hace más de cien años ha formado parte de los procesos de delimitación de Honduras, El Salvador y Nicaragua sin que estos países hayan logrado un acuerdo definitivo sobre el límite (Zaldívar 1995) (ver figura).

Ubicación de golfo de Fonseca

El golfo de Fonseca, que fisiográficamente es una zona de origen volcánico, está constituido por un espejo de agua de 2.210 kilómetros cua-

drados y está bordeado por 439,85 kilómetros de costas, de los que 253,4 pertenecen a Honduras, 71,55 a El Salvador y 114,9 a Nicaragua. Las tierras ribereñas se encuentran político-adminis-trativamente divididas en 14 municipios (DGEC 1988, Ineter 1996, DGEC 1995). La goberna-bilidad de un espacio territorial como ése enfren-ta fundamentalmente tres desafíos: el primero relacionado con emprender procesos de manejo territorial donde aún hay situaciones limítrofes sin resolver; el segundo consiste en promover una estrategia conjunta que permita la conser-vación y el uso sostenible de los recursos en un espacio compartido, y el tercero en abrir paso a las acciones locales coordinadas con la acción estatal. Tales condiciones de manejo trascienden los aspectos social y ambiental para constituirse en una situación política, debido a los niveles de coordinación requeridos y a las tensiones fronterizas que pueden causar las incursiones de los pescadores, la explotación de los recursos naturales y la contaminación en ese golfo.

La gobernabilidad en el golfo de Fonseca se ha visto influenciada por esos desafíos y en torno a ellos se podría reflexionar lo siguiente:

Límites

Los límites políticos son separadores de terri-torios y soberanías y la imposición o negociación de límites en el mar es en la actualidad una realidad, de lo cual el golfo de Fonseca es un claro ejemplo. Esta zona fue el primer lugar en Centroamérica en que se trazó un límite maríti-mo y se produjo el primer juicio que involucró la definición de soberanías en el mar.

El traslado de la autoridad del estado a los espacios ubicados más allá de los confines de las áreas emergidas introduce cambios en la forma en que comúnmente se entendía el concepto de territorialidad en el golfo y el resto de la región centroamericana. El territorio como escenario del ejercicio de la autoridad estatal estuvo en el pasado únicamente ligado a la tierra, dado que la mayoría de los centroamericanos, pese a habitar un istmo, desarrollaron desde la Colonia una vida más ligada a la tierra que al uso del mar y los recursos de éste (UIFC-Funpadem 2001).

En la actualidad, la codificación del derecho marino ha posibilitado que el mar, al igual que la tierra, se convierta en objeto del ejercicio de

Page 8: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

7

la territorialidad y los estados centroamericanos han emprendido la conquista de estos territorios. La forma en que se pueden apropiar estos espa-cios, a la luz de la experiencia de la delimitación en el golfo de Fonseca y el resto de la región, per-miten enunciar tres características de la territo-rialidad en el mar: (1) El golfo de Fonseca puede ser tratado como aguas interiores y, por lo tanto, es objeto de la soberanía de los estados, lo que posibilita el ejercicio total de la autoridad estatal y hace posible su delimitación (Martínez 1995). (2) El proceso de delimitación y con-flicto limítrofe en el golfo de Fonseca es un ejemplo de cómo hoy es posible indi-vidualizar secciones de los mares y océa-nos con respecto a las áreas adyacen-tes; también es posi-ble que los estados acuerden en el mar formas de manejo territorial conjunto, lo que podría elimi-nar la necesidad de establecer límites entre ellos y man-tenerlos solo con los vecinos de la zona compartida. (3) En el golfo de Fonseca los tres estados bus-can ampliar sus aspi-raciones territoriales al máximo, lo que genera choques de intereses y conflictos por territorios y por recursos.

Manejo conjunto

El ambiente del golfo de Fonseca es afectado por la degradación de la zona terrestre. Los usos inapropiados de los suelos, la deforestación, los residuos de agroquímicos, la sobreexplotación de los recursos y la contaminación de las aguas con sólidos y vertidos industriales y domésticos son algunos ejemplos de los factores que están afec-tando el ambiente en la zona (Progolfo 1998a, Progolfo 1998b). En este panorama se debe recordar que la responsabilidad no es compar-tida equitativamente por los estados ribereños.

Honduras, por ejemplo, tiene en la cuenca del golfo una población tres veces mayor que la de Nicaragua y cuatro veces mayor que la de El Salvador. De igual manera, es Honduras quien controla el 60 por ciento del territorio que drena hacia el golfo.

Los problemas ambientales que sufre el golfo pueden estar relacionados con la ausencia de una visión integral de él por parte de los estados (Progolfo 1998c), lo que se traduce en desequi-librios ambientales, sociales y económicos en

la zona. Esto, unido a la continua utili-zación del ambien-te y a las formas de aprovechamiento excesivo, ocasionan un incremento de la vulnerabilidad social de las comu-nidades ribereñas frente a eventos naturales -como el huracán Mitch- y unas mayores esca-sez, destrucción y contaminación de los recursos. La pro-blemática ambiental de esta zona lleva a pequeños producto-res, a comunidades y a otros agentes locales a deman-dar mayor atención a sus problemas de producción, calidad

de vida y acceso a los recursos. Al mismo tiem-po, crece el número de personas cuyas activida-des económicas están orientadas a la extracción de recursos en áreas de gran valor ecológico, como los manglares.

Poder y conflicto

Los conflictos o diferencias que surjan por el territorio o los recursos entre los estados tie-nen amplias consecuencias para los gobiernos y actores locales y especialmente para los que dependen de la explotación de los recursos natu-rales o se encuentran cerca de los límites. Esto debido a que tales diferencias se manifiestan en el territorio fronterizo mediante restricciones

Costa tica Gregory Basco

Page 9: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

8

en el aprovechamiento de los recursos y en los intercambios comerciales.

Los problemas ambientales en el golfo de Fonseca tienen intrínseco un potencial conflicti-vo entre los estados que comparten este espacio. Sin embargo, también son una oportunidad para iniciar el manejo territorial en ese golfo como un asunto trinacional y ampliar la perspectiva política, que se ha centrado en el establecimien-to de los límites, a un diálogo constructivo que permita incorporar el tema ambiental.

El Salvador, Honduras y Nicaragua pueden propiciar el fortalecimiento técnico, administra-tivo y financiero de las instituciones que tienen a cargo la tarea del manejo del territorio, para así afianzar parte de los instrumentos necesarios para la gobernabilidad de esta área. Además, estos estados deberían fomentar la apertura de los espacios para la cooperación y la coordina-ción interinstitucional con el propósito de unifi-car criterios y acciones de manejo de los recursos naturales.

Localmente, los países ribereños deben pro-mover el manejo territorial de los municipios en la cuenca del golfo, para lo que se hace impera-tivo dotar a estos gobiernos locales de recursos económicos, de un marco legal que se ajuste a su realidad territorial y desarrollar un proceso de descentralización a fin de lograr que tengan una mayor incidencia en el manejo territorial.

En el nivel regional, la ejecución de proyec-tos como el de Conservación de los Ecosistemas Costeros en el Golfo de Fonseca (Progolfo) formaron la plataforma para el establecimiento de procesos trinacionales de manejo territo-rial, ya que han propiciado la investigación, el diagnóstico y la concertación multisectorial. Indudablemente, el conocimiento de la zona que ha generado este proyecto, el apoyo a organiza-ciones locales y la búsqueda de la coordinación de las acciones de los ministerios de recursos naturales repercuten positivamente en el mejo-ramiento de la calidad de vida de la población y en la recuperación de los ecosistemas naturales.

Para concluir se puede señalar que una zona como el golfo de Fonseca requiere de la unión de los esfuerzos trinacionales de los gobiernos loca-les y nacionales para fortalecer la gobernabilidad y propiciar la apertura de espacios para la nego-ciación y dar lugar a una nueva forma de aproxi-marse al mar. En Centroamérica, las definiciones

limítrofes en el mar apenas están iniciándose y la ocurrencia de conflictos es potencialmente muy alta, ya que en espacios semicerrados como el golfo de Fonseca y el mar Caribe, donde hay varios estados ribereños, la configuración de los límites es muy complicada. Esto debería conducir a los estados centroamericanos a una reflexión sobre los intereses que guían actualmente la fragmentación territorial de las aguas marinas y oceánicas que los rodean. Un límite en el mar no garantiza el ejercicio real de la soberanía y de la jurisdicción sobre el territorio y sus recursos, ni el ejercicio de la gobernabilidad.

Referencias bibliográficas

Dirección General de Estadísticas y Censos. 1988. Departamento del Valle. Censos Nacionales - Dirección General de Estadísticas y Censos. Tegucigalpa.Dirección General de Estadísticas y Censos. 1995. La Unión. Tomo XIV. Censos Nacionales V de población y IV de vivienda 1992. Cartotécnica Centroamericana, S.A. San Salvador.Hurrell, Andrew. “La política internacional del ambiente”, en Guhl, Ernesto y Juan Tokatian (eds.). 1993. Medio ambiente y relaciones internacionales. Tercer Mundo. Bogotá.Ineter (Instituto de Estudios Territoriales). 1995. Atlas Escolar de Nicaragua. Ineter. Managua.Instituto Geográfico Nacional de Honduras. 1998. Mapa de América Central. Escala 1: 1500000. Instituto Geográfico Nacional de Honduras. Tegucigalpa.Martínez, Gerardo. 1995. Enfoque histórico y jurídico de la controversia limítrofe entre Honduras y El Salvador. Editorial Universitaria. Tegucigalpa.Proyecto Conservación de los Ecosistemas Costeros en el Golfo de Fonseca (Progolfo). 1998a. Diagnóstico del Estado de los recursos naturales, socioeconómicos e institucionales de la zona costera al golfo de Fonseca. Documento Amenazas. UICN. San José.Progolfo. 1998b. Diagnóstico del estado de los recursos natu-rales, socioeconómicos e institucionales de la zona costera al golfo de Fonseca. Documento Marino costero: pesca y acuicul-tura. UICN. San José.Progolfo. 1998c. Diagnóstico del estado de los recursos natu-rales, socioeconómicos e institucionales de la zona costera al golfo de Fonseca. Reseña de la mancomunidad de municipios costeros del golfo de Fonseca. UICN. San José.UIFC-Funpadem. 1999. Fronteras centroamericanas: espacio de encuentros y desencuentros. Cuaderno de estudio 1. Proyecto de Cooperación Transfronteriza en Centroamérica. Funpadem. San José.UIFC-Funpadem. 2001. El mar: la nueva frontera centroameri-cana. Funpadem. San José.Windevoxhel, Néstor, José Rodríguez y Enrique Lamann. s.f. Situación del manejo integrado de zonas costeras en Centroamérica; experiencias del Programa de Conservación Humedales y Zonas Costeras de UICN para la región. [www.iucn.org/places/orma/areas/humedales/enlinea.htm]Zaldívar, Raúl. 1995. Honduras y El Salvador: La controversia limítrofe. Cedoh. Tegucigalpa.

Page 10: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

Costa Rica has a wide marine-coastal area. This area has gained more importance due to the many activities that are carried out in it and to the great tourist development. In the marine-coastal area biophysical aspects together with human activities interact in different courses of action in time and geographical space, which have to be analyzed in an independent and careful manner. For this reason, it is necessary to develop national guidelines for a coastal regulation to be made, which must come up once basic studies to know the environment are made, and then execute the measures to develop this regulation and use it in a rational way.

PROBLEMÁTICA Y ORDENAMIENTOMARINO-COSTERO EN COSTA RICA

por CARMEN GONZÁLEZ

Costa Rica cuenta con una amplia zona marino–costera que ha venido adquiriendo mayor importancia debido a las múltiples actividades que allí se llevan a cabo y al gran desarrollo turístico. En ella los aspectos biofísicos y las actividades humanas se relacionan en diferentes ámbitos de actuación en el tiempo y el espacio geográfico que deben analizarse de forma independiente y de un modo cuidadoso, por lo que se necesita desarrollar directrices nacionales para que se haga un ordenamiento del litoral, el cual debe surgir una vez que se tengan los estudios básicos que permitan conocer el medio y posteriormente ejecutar las medidas para desarrollarlo utilizándolo de una forma racional.

R E S U M E N

Carmen González Gairaud, geógrafa especialista en ordena-miento territorial, es profesora e investigadora en Universidad de Costa Rica ([email protected]).

E l espacio marino-costero es un espacio com-plejo en el que concurren distintos tipos de intereses y problemas que, por su naturaleza

y condiciones específicas tan singulares, requiere unos parámetros de análisis y ordenación adecua-dos a su particularidad. En Costa Rica, los estudios de ese espacio, además de que no se han vinculado –o lo han hecho muy escasamente- con el desarrollo local o nacional, han sido dispersos y favorecedo-res de pequeños sectores –físicos y/o económicos. Surge entonces la necesidad de desarrollar directrices nacionales -de nivel gubernamental- de ordenación general y, posteriormente, de formular directrices específicas o regionales según las diferencias geográfi-cas y los ambientes particulares que se presentan.

Lo que se busca en el fondo es crear un ordena-miento del litoral con la finalidad de disminuir la presión urbana y el establecimiento de nueva infra-estructura sin ningún orden; igualmente procurar la regeneración, la recuperación y el acondicionamiento del espacio litoral para el uso y disfrute públicos, junto a la importancia estratégico-económica y social que tiene.

Costa Rica cuenta con dos zonas costeras: un litoral Pacífico de 1.254 km y un litoral Caribe de 212 km, a lo que debe agregarse todo el espacio insu-lar, el espacio marítimo patrimonial e islas, islotes y lagunas costeras continentales. Por ser un espacio tan variado, se hace necesario la colaboración multidisci-plinaria de expertos en ciencias de la tierra y conexas que enriquezca el panorama temático y permita surgir nuevas opciones de planeamiento, proyección, ges-tión y uso de los suelos.

El espacio marino costero es patrimonio de la humanidad: comenzando por los habitantes que viven y dependen de ese medio y llegando a los profe-sionales del urbanismo y del ordenamiento territorial,

Page 11: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

10

(empresas relacionadas con turismo, actividad portuaria, personal al servicio de administracio-nes y entidades públicas). Dentro de este marco analizaremos a continuación la situación actual de Costa Rica.

Zona marítimo terrestre y ordenamientoSegún la legislación vigente en Costa Rica,

la zona marítimo-terrestre es una franja de 200 metros, medidos horizontalmente a partir de la línea de pleamar ordinaria, y terrenos y rocas que deja el mar descubiertos en la marea baja. Esa zona tiene dos secciones: la pública -franja de 50 m de la pleamar ordinaria y áreas descubiertas en marea baja- y la restringida -franja de 150 m restantes y demás terrenos en caso de islas.

Zona marítimo-terrestre de Costa Rica

Al trabajar la zona marítimo-terrestre las metas se ven ubicadas en tres diferentes áreas: (1) economía sostenible: producción de ganan-cias a corto y largo plazos, diversificación de la participación ciudadana, promoción de la estabilidad económica de la comunidad y satis-facción de necesidades básicas de la comunidad; (2) sociedad sostenible: autorregulación comu-nitaria, fomento de la participación ciudadana, igualdad social y estabilidad comunitaria, y (3) ecosistema sostenible: mantener funciones de ecosistema, preservar biodiversidad y extracción de recursos naturales a un nivel menor al cre-cimiento. Estos son conceptos que se trabajan desde hace algún tiempo dentro de la temática del ordenamiento territorial. Cada país tiene su propio arreglo institucional para manejar recur-

sos y ambientes costeros; Sorensen et al. (1992) proponen cinco componentes fundamentales de los arreglos institucionales de una sociedad: (1) autoridades legales y administrativas, (2) cos-tumbres y tradiciones, (3) arreglos gubernamen-tales, (4) organizaciones no gubernamentales y (5) estrategias de manejo.

Buscando el bienestar social y ambiental se ha formulado el concepto desarrollo sustentable, que viene a ser la resultante de un conjunto de decisiones y procesos que deben de llevar a cabo generaciones de seres humanos para su propio bienestar dentro de condiciones de vida siempre cambiantes. En función de ello, debe de conocerse las situaciones y tendencias de cambio de la base física. Por razones de sectorialización y especialización, las decisiones sobre este sis-tema complejo se reducen usualmente a tratar aspectos económicos, ambientales y sociales (Dourojeanni 1998). Pero uno de los problemas principales que se tiene es que estos tres aspectos tienen escalas de medición diferentes: en tiem-po, en espacio y en realidades para cada sitio, sociedad o país, y las variaciones que hay entre ellas no son medibles ni compatibilizables entre sí. Por ejemplo, el crecimiento económico se expresa en indicadores monetarios y bajo princi-pios de economía neoclásica, la sustentabilidad ambiental se expresa en indicadores ambien-tales y bajo principios ecológicos y la equidad se expresa sobre la base de indicadores sociales bajo principios de calidad de vida. Por tanto, de tales tres aspectos se puede deducir la compleji-dad ante la que se encuentra un grupo técnico, y el ente encargado de procurar un desarrollo sustentable, sobre todo cuando ni siquiera se tiene pleno conocimiento de la situación actual. Todavía hay que encontrar métodos que ayuden a evaluar el potencial natural de un área particu-lar, su evolución natural en caso de no alterarse y su evolución en caso de ser intervenida.

La medición de la equidad, a partir de princi-pios de calidad de vida, es muy diferente según cada sociedad, partiendo de que dentro de una misma sociedad se van suscitando cambios y no hay dos sociedades que sean iguales. Para traba-jar la parte ambiental se utilizan los estudios de impacto ambiental, mediante los que se define un ambiente antes de ser intervenido, luego se proyecta los efectos que tendría para el medio la actividad que se planea emprender y, finalmente,

Page 12: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

11

se establecen los lineamientos ambientales que deben seguirse para evitar o reducir los impactos negativos más severos que dicha actividad repre-sentará al medio.

En la actualidad, la mayoría de países carecen de conocimiento de su ambiente y se dispone de muy escasos fondos económicos para llevar a cabo estudios, además de que puede existir algo de desinterés gubernamental en empren-derlos, por lo que se está perdiendo recursos aún desconocidos o no utilizados. Las áreas costeras han venido aumentando en población y en acti-vidades humanas presentes, por lo que se hace necesario ejecutar en ellas un ordenamiento territorial que implica un gran esfuerzo econó-mico por parte del estado y un cambio de visión por parte de los pobladores y usuarios en general; la intervención que se haga sobre esos espacios debe entenderse como una inversión a plazo.

Convivir adecuadamente con los ecosistemas naturales de las zonas costeras es especialmente complicado por ser éstas receptoras involunta-rias del mal aprovechamiento de los recursos en las zonas continentales, y por ser normalmente el componente de salida de las cuencas hidro-gráficas aquejadas igualmente por procesos de deterioro en la mayor parte de ellas (González

2002). Las actividades humanas llevadas a cabo cerca de las áreas costeras, y las dadas en las partes altas y medias de las cuencas, provocan contaminación en las aguas marinas costeras, por lo que muchos ecosistemas, algunos únicos en el mundo, se encuentran en estado crítico: bosques de manglar, arrecifes coralinos, lagunas costeras y otros de interfase entre la tierra y el mar han sido alterados más allá de su capacidad natural de recuperarse.

Para trabajar en las áreas costeras, entre las primeras tareas que hay que acometer está la de clarificar las delimitaciones geográficas del espacio a intervenir, incluso dentro de un mismo país. Hoy se maneja diversos criterios para tales delimitaciones, que deberían estar hechas según las propuestas de trabajo que se vayan a plantear y la capacidad de manejo que se tenga sobre ellas. El criterio con que se recomienda trabajar es a nivel de cuenca hidrográfica con visión ecosistémica, pero muchas veces por cuestiones de tamaño y recursos no es posible; otros lo que toman son las zonas de manglar y posibles áreas de influencia; otros solamente hasta donde llega la influencia de la marea tierra adentro, y otros toman una medida general que abarca una cierta cantidad de metros desde la línea de costa.

Carrie Bow, Belice Oliver Chassot

Page 13: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

12

Problemática costera, economía y estadoEn el informe final sobre la zona marino-

costera del Informe del Estado de la Nación de 2005 se hace algunas menciones de problemas generados por la actividad humana, entre ellos el aumento de la infraestructura turística en playa Grande, que afecta la anidación de tortugas; el alga verde tóxica en bahía Culebra, que es dis-persada por los motores de los botes; la falta de control sobre empresas turísticas de buceo, tanto las que están cerca de corales como las de obser-vación de cetáceos; también hay preocupación sobre el aumento de sedimentos en el sector del manglar Sierpe-Térraba; asimismo hay presen-cia de metales traza, como hierro, zinc, cobre y plomo, en Golfito, donde resultan altos, y pre-sencia de plomo en Moín. Además, se menciona elementos naturales que afectan el medio, como El Niño, que deterioró un gran porcentaje de los arrecifes de coral y muchos aún no se recuperan, y la marea roja, que afecta la economía de las poblaciones pesqueras.

Pero también ha habido avances en cuanto a recuperación de espacios, como el aumento del espejo de agua en los humedales Palo Verde y Sierpe-Térraba. Y en las desembocaduras de Zacate y Guarumal se tienen actividades eco-nómicas artesanales de extracción de piangua y pesca que contribuyen a las economías locales. Hay otros proyectos de protección como el llamado “Salvemos el estero de Puntarenas”. También la adjudicación de la bandera azul a playas limpias.

Cuando el estado interviene se puede desa-rrollar algunas acciones importantes, como las siguientes, en las áreas marino-costeras:

(1) Establecimiento de impuestos a la con-taminación o a la actividad contaminante: La medida se orienta a prevenir la contaminación o a generar fondos para minimizarla. Por ejemplo, la construcción de una fábrica de fertilizantes nitrogenados, en la zona litoral de Puntarenas, en el Pacífico, es una actividad ligada al mercado de exportación y al consumo nacional. La actividad privada genera beneficios a la agricultura pero genera contaminación atmosférica y perjudica a la población cercana. El costo de mantener la industria operativa se ha internalizado mediante la inversión en un sistema de filtros y controles para la emisión de gases, lo cual ha sido acep-tado por los pobladores que han agregado otras demandas compensatorias.

(2) Establecimiento de estándares de conta-minación combinados con castigos por incum-plimiento: En este caso resulta ilustrativa la promulgación de un reglamento de vertidos para las actividades industriales y urbanas emitido por el Ministerio de Salud con fundamento en su ley constitutiva. Allí se determinan las pro-piedades químicas, físicas y bacteriológicas que debe tener el efluente antes de su disposición en los colectores naturales. El Ministerio del Ambiente ha organizado a la Secretaría Técnica Nacional Ambiental y al Tribunal Ambiental como responsables del control de las actividades productivas en materia de impactos ambientales y declaraciones de impacto ambiental, exigidas en el país para cualquier proyecto o inversión, trátese del sector público o privado.

(3) Permisos negociables de contaminación controlada que no supere el máximo permisible: Este derecho es negociable, de modo que un agente puede contaminar más si compra dese-chos a otro agente que estaría dejando de conta-minar. (Algo parecido sucede cuando empresas contaminantes de Europa y Estados Unidos compran tierras en los países tropicales para capturar carbono y liberar oxígeno deteniendo así la deforestación y facilitando la regeneración natural en los países tropicales.) Esta política es muy importante para el mantenimiento de las comunidades de mangle en los bordes litorales del Trópico.

A los recursos costeros ha tratado de dár-seles una valoración económica y social, y, de hecho (Knecht 1997), el desarrollo de las zonas costeras está guiado por las fuerzas del mercado. El significado económico de tales zonas puede ser medido por la variedad y tipos de demandas hechas en ese espacio y ante esos recursos. El valor económico de esas zonas se cifra, o reside, en: (1) productos de valor directo en el mercado, como pesca comercial y recreacional, minerales, aceite y gas, camarones y cultivo de peces, cul-tivo de algas, recreación y turismo; (2) activida-des dependientes de la costa, como transporte, buques, pasatiempos relacionados con la playa y puertos; (3) actividades ligadas a la costa, como procesamiento de pescado, equipos y aparejos marinos, y (4) servicios costeros que pueden ser por interés del propio estado, educación, investi-gación, negocios, industrias y otras profesiones.

Page 14: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

13

En cuanto al enfoque económico de valo-ración de recursos, hay tres principales e iden-tificables propósitos de valoración económica ambiental de bienes y servicios: (1) proveer un valor económico estimado o beneficios de un bien natural en la ausencia del mercado y una adecuada base para su efectivo ordenamiento; implícita en ese enfoque está la idea de protec-ción de los derechos de las generaciones presen-tes y futuras; (2) proveer, basado en el análisis de costo-beneficio, una justificación ambiental y económica de alternativas de uso de un recurso natural para soportar actividades de desarrollo (ejemplo: conversión de manglar para criadero de camarones), y (3) proveer opciones para remediar los impactos negativos de las acciones humanas en el ambiente y en el valor de esos recursos, no solamente para garantizar el bene-ficio a largo plazo de bienes y servicios ambien-tales, sino también para el proceso de toma de decisiones (ejemplo: polución y degradación de ecosistemas).

Los esfuerzos que se hagan no van a bene-ficiar por igual a todos los grupos sociales. Ha tenido que existir previamente un acuerdo (o una imposición implícita) sobre qué intereses son prioritarios, por qué y qué tipo de compen-saciones se contemplan para los perjudicados, y éstas no son cuestiones técnicas: en muchos casos son decisiones políticas que se desprenden (o deberían desprenderse) de esa decisión pre-via sobre los derechos relativos de los distintos miembros de la comunidad (Azqueta 1994)

Contaminación en áreas costerasLos sistemas naturales en la zona costera tie-

nen una compleja estructura: por un lado está la interacción entre variables abióticas (nutrientes,

temperatura, luz, corrientes, mareas y otros fac-tores físicos), y por otro lado hay variables bióti-cas -plantas y animales- que operan a diferente escala de tiempo, en rangos que van de pocas horas en el suelo y el medio acuático (bacterias y fitoplancton), a días y meses (pequeños anima-les, zooplancton, crustáceos, insectos), a años (pequeños árboles, pájaros, mamíferos), a cen-turias (árboles, arrecifes de coral) y a milenios (arrecifes de coral); y con escalas espaciales que van de milímetros a miles de kilómetros. Todos los diferentes ecosistemas tienden a acoplarse en escalas de tiempo y espacio y se encuentran afectados por las actividades humanas.

La contaminación marina se da por fuentes puntuales, como plantas industriales (meta-les pesados, compuestos orgánicos específicos, radionúclidos y propiedades físico-químicas específicas como pH, salinidad, demanda de oxígeno, dureza, etcétera), y por fuentes no pun-tuales como los sedimentos transportados por los ríos, estuarios, canales y otros cursos de agua, incluyendo las filtraciones al mar y provenientes de flujos superficiales y subterráneos, así como de los emisarios submarinos de aguas servidas (Gesamp 2001). La fuente difusa más evidente es la agricultura, por el uso de pesticidas, así como por el aporte de residuos de insumos agrí-colas y restos de vegetales y animales.

El manejo de las franjas costeras -junto con las cuencas que están “asociadas” a ellas (Gesamp 2001)- es una de las medidas más urgentes que se debe tomar ante la alteración del mar y sus costas por impacto terrestre. Cerca del 90 por ciento de la contaminación producida dentro de los países es transportada por los ríos al mar. En las cuencas, la intensificación del uso agrícola del suelo, la ampliación de las fronteras agrícola

Contaminantes y procesos Descripción – Fuente

Contaminantes orgánicos.Se descomponen en el agua y disminuyen el oxígeno disuelto, induciendo la eutrofización.

Nutrientes: principalmente fosfatos y nitratos, su incremen-to en el agua induce a una eutrofización. Se originan de desechos humanos y animales, detergentes y escorrentía de fertilizantes agrícolas.

Fuentes industriales, domésticas, asentamientos humanos.

Metales pesados.Se originan principalmente alrededor de centros industriales y mineros. También provienen de actividades militares o a través de lixiviados.

Contaminación microbiológica.Desechos domésticos no tratados, criaderos de animales (E. coli, protistos, amebas...).

Algunos contaminantes de aguas costeras

Fuente: Kraemer, Choudhury y Kampa 2001

Page 15: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

14

y urbana y la consiguiente deforestación produ-cen importantes cargas de nutrientes y sedimen-tos en las aguas costeras que, cuando exceden la capacidad de carga de los ecosistemas, se tra-ducen en verdaderos problemas ambientales. La contaminación de las aguas costeras, la erosión costera y la pérdida de hábitat y de recursos son, entre otros, algunos de los principales proble-mas que se crean por contaminación de origen terrestre. La alteración física, la destrucción de hábitat, el exceso de nutrientes, los desechos municipales y los cambios en el flujo de sedi-mentos han sido identificados, en la 1ª Reunión Intergubernamental de Revisión del Programa de Acción para la Protección del Medio Marino por la Contaminación Procedente de Actividades en Tierra (Montreal, 2001), como las principales fuentes contaminantes y, por lo tanto, las prime-ras a ser compartidas por los gobiernos.

El alto ingreso de sedimentos reduce el volu-men de los estuarios y lagunas costeras, afecta la navegación e incrementa la vulnerabilidad de las costas frente a las tormentas y las mareas. También la reducción de aquéllos puede llegar a afectar la estabilidad de las playas. Los metales pesados, los pesticidas y otros contaminantes que forman uniones químicas con las partículas de sedimento pasan de la columna de agua a los sedimentos de fondo para ser acumulados y posteriormente liberados, generalmente en for-mas más toxicas o viables de ser tomados, y con mayor rapidez, por los organismos marinos. Por otro lado, la descomposición de la materia orgá-

nica contenida en los sedimentos representa una demanda de oxígeno que, cuando es combinada con la estratificación física, lleva a crear fondos anóxicos. No se tiene estimaciones ni catastros regionales de descargas de contaminantes que drenan al mar.

Gesamp (2001) señala los siguientes instru-mentos de política económica utilizados para implementar medidas para reducir los efectos adversos de la contaminación de las aguas costeras por fuentes y actividades en tierra: (a) instrumentos directos: gravámenes o multas a efluentes, permisos negociables de vertimien-tos, incentivos compensatorios, permisos para descargas negociables o transferibles, mitigación compensada, seguros de riesgo; (b) instrumentos indirectos: impuestos, gravámenes a productos, impuestos diferenciados, sistemas de depósitos para fondos de reintegro, tarifas a usuarios, sub-sidios.

Aspectos metodológicos y prácticos para el ordenamiento

Entre los planificadores es normal la búsqueda de procedimientos metodológicos generalizados para abordar la solución de un problema de ordenamiento territorial. Se ha hecho ya muchos esfuerzos de ese tipo dirigidos a las áreas costeras, especialmente por parte de centros de investigaciones costeras como el de la Universidad de Rhode Island (Olsen 1983), o por parte de UICN (1992, 1994, 1995) o de gobiernos. Gracias a tales

Costa costarricense Reinaldo Valverde

Page 16: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

15

esfuerzos se ha desarrollado procedimientos que no hacen más que llamar la atención sobre ciertas características del medio costero: amplia diversidad de contextos geográficos, diferentes formas de asociación del hombre con el medio por diferencias culturales, diferencias estratégicas de las zonas costeras, expectativas diferentes sobre medios homólogos, diferentes instrumentos jurídicos que afectan el medio litoral, diferente significado económico intra y extraterritorial de las zonas costeras, consideraciones puntuales sobre los problemas costeros, ausencia de organizaciones gubernamentales ocupadas de la problemática de los litorales y poco conocimiento de la sensibilidad del medio costero ante las perturbaciones naturales y humanas.

La permanencia histórica del hombre en esta área de extracción de recursos obliga a conside-rar algunos procedimientos que, no obstante las dificultades enunciadas anteriormente, puedan guiar el ordenamiento y la sostenibilidad de las regiones costeras (Tricart y Kilian 1984). Para ello hay que seleccionar variables naturales y socioeconómicas. Este procedimiento metodo-lógico parte de un análisis de la situación actual que conducirá a un diagnóstico de la relación entre el medio natural y el espacio socioeco-nómico y permitirá conocer la tendencia del sistema.

Para alcanzar la realización de las situacio-nes, los planificadores, con la sociedad actora, elaboran las opciones de ordenación en función de objetivos de corto, mediano y largo plazos claramente especificados. Posteriormente, en presencia de los decisores locales y políticos regionales y nacionales, se selecciona las opcio-nes más viables y se establece las responsabilida-des jurisdiccionales de los entes de la sociedad y del estado participantes en la ejecución del plan de ordenamiento.

La zona marítimo terrestre requiere de aten-ción inmediata. Hay que partir de una delimi-tación clara en el espacio geográfico y haciendo uso de términos o vocablos comunes entre pobladores y las diversas instituciones. Pero la preocupación y la afectación del medio va más allá de esa delimitación: debe existir límites en cuanto a las intervenciones realizadas por ins-tituciones y lo que compete a cada una (minis-terios, municipalidades y otros). Existe una dis-persión institucional y muy escasos recursos para

estudios, planes y control de la contaminación; la información sobre diversas temáticas está sectorizada, fragmentada e incompleta y, por lo general, desactualizada y de limitada utilización para ser aplicada en el manejo.

Por ser el desarrollo turístico la principal acti-vidad que se está llevando a cabo en todas las zonas costeras, se requiere de estudios que pon-gan más atención al ambiente y a la situación social de los sitios, y menos a las ganancias eco-nómicas de los hoteles y de quienes reciben paga por hacer los estudios de impacto ambiental.

Referencias bibliográficas

Asamblea Legislativa. 1977. Ley sobre la Zona Marítimo Terrestre y su Reglamento.Azcueta, Diego. 1994. Valoración económica de la Calidad Ambiental. McGraw-Hill. Madrid.Barragán, J. 1997. Medio Ambiente y Desarrollo en las Áreas Litorales. Oikos-Tau. España.Cicin-Sain, B. et al. 1998. Education and Training in Integrated Coastal Management: Lessons from the International Arena. (disponible en: http://www.globaloceans.org/education/edu-cation.pdf)Dourojeanni, A. y A. Jouravlev. 2001. Water Management at the river basin level: Changes in Latin American. Cepal.Gesamp. 2001. Protecting the Oceans from Land-based Activities. Gesamp Reports and Studies.González, C. “El concepto de desarrollo sustentable y su aplicación al manejo costero integrado”, en Reflexiones 81 (2), 2002. Kimball, L. A. “The United Nations Convention on the Law of the Sea: A Framework for Marine Conservation (Part l)”, en 1995. The Law of the Sea: Priorities and Responsibilities in Implementing the Convention, A Marine Conservation and Development Report. IUCN. Gland.Knecht, R. “Ecology and Economics: Impactions for Integrated Coastal Zone Management”, en Haq, Bilal et al. (ed.). 1997. Coastal Zone Management Imperative for Maritime Developing Nations. Kluwer Academic Publishers. London.Kraemer, A, K. Choudhury y E. Kampa. “Protecting Water Resources: Pollution Prevention. Thematic Background Paper – International Conference on Freshwater. Bonn 2001”. Secretariat of the International Conference on Freshwater (ed.). 2001. Bonn (http//: www.water-2001.de)Olsen, S. y G. Seavey. 1983. The State of Rhode Island Coastal Resources Management Program. URI Publications Office. Rhode Island, EU.Sorensen, Jens et al. “Arreglos gubernamentales”, en 1992. Arreglos institucionales para manejar ambientes y recursos costeros. Universidad de Rhode Island - Centro de Estudios Costeros. EU.Tricart, J. y J. Filian. 1984. El Ordenamiento del medio natural y rural. Ed. Alambra. Barcelona.UICN. 2000. Vision for Water and Nature: A World Strategy for Conservation and Sustainable Management of Water Resources in the 21th Century. IUCN. Gland.UNEP. 2001. Urgent Action Need to Protect the Marine Environment. UNEP. (disponible en http//:www.gpa.unep.org).

Page 17: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

Coastal spaces are very dynamic forms, they include the area of direct marine action or intertidal zone, including the fossilized features that are conserved as testimony of the changes in the relative sea level, this by tectonic or climatic factors that have taken place during the Quaternary. In addition, this concept includes the set of activities that on some way depend on the sea or are related to it, like fisheries, salt mines, shipyards, fishermen’s residential areas, hotels and recreational sites associated to the use of the marine resources, extending that boundary to limits very difficult to show in the continental areas. It is important to know the dynamics of these spaces and the changes induced by the man in order to handle them suitably. Costa Rica has in the regulating plans an instrument for the management of those spaces, but it is necessary to incorporate the coastal variable to improve the use of those landscapes. The geographers have made progress in the knowledge and study of that significant strip and have contributed with their knowledge to the process of land management by means of techniques and procedures that reveal the most important characteristics of the coastal environment.

DINÁMICA COSTERA Y ORDENAMIENTO TERRITORIAL

por LUIS GUILLERMO BRENESLos espacios litorales son formas muy dinámicas que comprenden el área de acción marina directa o intermareal, incluidos los relieves fosilizados que se conservan como testimonio de los cambios del nivel relativo del mar, sea por factores tectónicos o climáticos que han tenido lugar durante el Cuaternario. Igualmente se incluye en ese concepto al conjunto de actividades que de algún modo dependen del mar o se relacionan con él, pesquerías, salinas, astilleros, áreas de residencias de pescadores, hoteles y sitios recreativos relacio-nados con el uso de los recursos del espacio marino, extendiendo esa delimitación hasta límites muy difíciles de precisar en las áreas continentales. Es necesario el conocimiento de la dinámica de estos espacios y de los cambios que el hombre induce para poder mane-jarlos adecuadamente. Costa Rica tiene en los planes reguladores un instrumento para la ordenación de esos espacios, pero es necesario incorporar la variable costera para mejorar el uso de esos paisajes. Los geógrafos han avanzado en el conocimiento y estudio de esa franja tan significativa y aportan sus conocimientos al proceso de ordenación mediante el uso de técnicas y procedimientos que revelan las características más importantes del medio litoral.

R E S U M E N

Luis Guillermo Brenes, geógrafo y geomorfólogo, es director de la Escuela de Geografía de la Universidad de Costa Rica

E n torno a los mares y alrededor de los grandes lagos se desarrolla un dominio geomorfológico que debe su originalidad a las intervenciones

más o menos importantes de una serie de factores nuevos en su modelado. Se trata de una orla marginal de amplitud variable cuyos límites con frecuencia son difíciles de determinar. Por el lado de las aguas, el límite corresponde al litoral, es decir al sector direc-tamente sometido a las acciones marinas o lacustres. En el caso de los mares sin mareas y de los lagos, es una franja muy estrecha. En el más frecuente caso de los mares con mareas, comprende el espacio barrido por las aguas marinas, denominado estero o zona intermareal. Su extensión depende de la amplitud vertical de la marea.

Pero la influencia del mar se hace sentir más allá de la línea costera de forma indirecta y más allá del área costera que delimita el litoral por el lado del con-tinente. Afecta a una franja de terreno de anchura variable, cuya evolución se encuentra notablemente afectada por las aguas marinas. Hacia el interior, el límite de esta zona prelitoral es generalmente poco claro. El límite o umbral entre las tierras emergidas, la zona intermareal y las aguas marinas es siempre difícil de precisar, dependiendo de las amplitudes de las mareas y de las herencias morfológicas del Cuaternario.

De extensión modesta en conjunto, el margen litoral ofrece el ejemplo de un relieve casi siempre muy móvil. En efecto, el mar es capaz de introducir en él, en un intervalo de solo unas décadas, modi-ficaciones apreciables e incluso espectaculares con los grandes temporales de equinoccio (Coque 1987: 311-312).

Dinámica costeraEl punto de arranque de la evolución de las costas

actuales se sitúa hace 5.000 o 6.000 años, época en que el nivel del mar, después de una rápida elevación de una centena de metros debida a la fusión de los

Page 18: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

17

estas zonas de alta energía, donde el oleaje es muy fuerte, existe una zona de aguas calmas que se evidencia en una laguna litoral o albufera, resguardada por una barrera de arrecife que produce que el oleaje rompa a una distancia considerable de la costa, como en la isla Uvita, y permite la regeneración del coral.

Desde hace 2.000 millones de años, en soli-tario o en compañía de muy diversos organismos (corales, esponjas, foraminíferos, briozoos, bival-vos), las algas marinas han construido enormes edificios rocosos de cientos de kilómetros cuadra-dos de extensión y centenares de metros de altu-

ra: los arrecifes. Como la precipitación de caliza es un subproducto de la actividad fotosintética y ésta requiere energía solar, la construcción del biohermio (de las palabras griegas que significan escollo vivo) solo es posible sobre fondos some-ros (profundidad menor de unos 60 metros) y aguas claras. Asimismo, por lo ya dicho, el agua debe ser cálida (más de 20 º C e idealmente más de 27 º C como media en los arrecifes actuales), todo lo cual confina la edificación de arrecifes a zonas someras de los mares intertropicales entre 30º N y 30º S .

Alteración del litoral

La degradación marina y costera es produc-to de la creciente presión ejercida sobre los recursos naturales terrestres y marinos y sobre

grandes glaciares que se habían formado sobre la Tierra durante el último periodo frío, se estabili-zó cerca de la posición que ocupa aún hoy. Desde entonces, las olas, las mareas, las corrientes y el viento han conjugado sus acciones de erosión, de transporte y de acumulación para modelar las riveras marinas, donde también han llegado grandes cantidades de aluviones aportados por los cursos fluviales (Paskoff 1998).

La costa se define como una zona de conjun-ción entre las interfases tierra-agua, agua-aire, aire-tierra. La integración de estas interfases provoca los fenómenos de las mareas, la erosión

y la sedimentación. La acción conjunta de estas interfases provoca la reacción entre las mareas y el material que conforma la costa. La interac-ción tierra-agua se demuestra por el desgaste de los acantilados. Los fenómenos de abrasión se muestran claramente en la acción de sierra y pulido del agua cargada con fragmentos de roca. El fenómeno se refleja en los fragmentos de rocas lisas que son arrastrados por la corriente de deri-va litoral. Los acantilados litorales se originan por la acción erosiva del oleaje contra la base del material rocoso. Los acantilados retroceden a medida que la erosión del agua provoca el socavamiento. Al producirse este fenómeno de retroceso se deja atrás una superficie relativa-mente plana en forma de banco denominada plataforma de abrasión. Y en contraposición a

Bahía Ballena, Costa Rica. Oliver Chassot

Page 19: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

18

el aprovechamiento de los océanos como depó-sito de desechos. El crecimiento demográfico y el incremento de la urbanización, la indus-trialización y el turismo en zonas costeras son causas fundamentales de esta presión que va en aumento. En 1994, aproximadamente el 37 por ciento de la población mundial vivía en un radio de 60 kilómetros de la costa -más habitantes que los que poblaban la Tierra en 1950 (Cohen et al. 1997). La pobreza y las pautas de consumo humano multiplican los efectos demográficos (Geo 3 Pnuma).

Los cambios inducidos por el ser humano en el flujo natural del sedi-mento han surgi-do como amenaza importante para los hábitat costeros. El desarrollo urbano e industrial impulsa la construcción de infraestructura resi-dencial e industrial que, dependiendo de su naturaleza, puede alterar el flujo del sedimen-to; y es sabido que la agricultura y la deforestación movilizan sedimen-tos. Los deltas de los ríos, los bosques de mangle, las pla-yas y otros hábitat costeros subsisten al suminis-tro de sedimentos, mientras que otros, como los arrecifes de coral y los lechos de zosteras y algas marinas pueden quedar enterrados o privados de la luz. La sedimentación es una de las principa-les amenazas para los arrecifes, en particular en el Caribe, el océano Índico y Asia Meridional y Sudoriental (Bryant et al. 1998, Wilkinson 2000).

Otro problema grave es la introducción de especies marinas en hábitat distantes donde pueden multiplicarse de manera incontrolable, a veces con efectos devastadores en la econo-mía y la diversidad biológica. Tales invasiones ocurren en todo el mundo cada vez con mayor frecuencia. El medio más común para la intro-

ducción de especies es el agua de lastre de las embarcaciones, en la que se transportan todos los días alrededor de 3.000 especies de animales y plantas (Gesamp 2001). Entre las iniciativas para controlar la introducción de especies en el lastre de los barcos está la de la Organización Marítima Internacional, que formuló un nuevo reglamento para el manejo de aguas de lastre.

Asimismo, la contaminación visual afecta y transforma negativamente la calidad del entorno y modifica el comportamiento de la vegetación y los procesos locales del clima.

Las costas del territorio costarri-cense pueden ser afectadas por la actividad tectónica y volcánica y, de hecho, ambas han sufrido los efectos de terremotos, y, de presentarse en el futuro, podrían des-encadenar tsunamis y marejadas. Estos fenómenos, de baja recurrencia pero de gran magnitud, han ocasionado ya la transformación a corto plazo de los litorales. El rápido calentamiento de la Tierra causado por cambios atmosféri-cos antropogénicos

podría tener efectos dramáticos en el océano (IPCC 2001) y representar una amenaza para los valiosos ecosistemas costeros y los sectores eco-nómicos que dependen de ellos. Otras probables consecuencias son complejas y poco compren-didas. Como muestra de este tipo de eventos se menciona aquí el caso de isla Damas.

El caso de isla Damas

Isla Damas, en cantón Aguirre, Puntarenas, es un importante rasgo sedimentológico produc-to de los aportes continentales de la cuenca del río Parrita y los humedales de los esteros Palo Seco y Damas; su conformación alargada y para-lela a la costa pacífica se debe al desplazamiento dominante de las corrientes de playa y de la deri-

Costa beliceña. Oliver Chassot

Page 20: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

19

va litoral de la región, cuyo vector dominante tiene una dominancia sureste.

En realidad, esta isla es una flecha de avance progresivo en el sentido de las corrientes litorales dominantes cuyo basamento es estrictamente arenoso. Su exposición actual está relacionada con la determinación del nivel actual del mar, que aproximadamente tiene unos 5.000 años. Sus cambios geomorfológicos han sido estudia-dos “en los últimos 50 años utilizando registros fotográficos disponibles desde 1947. La dinámica costera [de la isla] fue acelerada por el fenómeno El Niño ocurrido en 1997, el cual se presentó al mismo tiempo que la marea astronómica de agosto y septiembre, una de las más altas en su ciclo de 4-5 años. Adicional mente, olas de gran energía se presentaron du rante algunos períodos en esos meses. Estos procesos fueron suficiente para romper la isla en dos bloques e iniciar pro-cesos de erosión y transporte de sedimentos, que aun continúan. La frecuencia de las tormentas tropicales y la ener gía del oleaje irá en aumento en los próximos años incrementado procesos de inestabilidad en partes de la isla. Dos nivelacio-nes topográficas muestran que ésta no está en equilibrio y que, sumándole todos los compo-nentes mareográfi cos posibles, se generará mayor erosión. Los hábitat marinos alrededor de la isla cambiarán debido a que la cantidad de agua dulce y salada ha sido modificada, especialmen-te por la alte ración en las cuencas hidrológicas de los ríos Parrita y Paquita, y sus efectos sobre los sedi mentos de este sistema” (Lizano y Salas 2001: 176).

Las causas oceanográficas del proceso han sido bien explicadas por los autores citados, sin embargo no fueron registradas algunas activi-dades de tipo pernicioso y coadyuvantes del proceso como las extracciones de arena en el río Parrita, las canalizaciones efectuadas en el área cercana a la isla y la actividad acumulativa de sedimentos. La costa comprendida entre las desembocaduras de los ríos Parrita y Paquita es sumamente dinámica. Si bien es cierto Lizano y Salas (2001) muestran la partición de la isla en dos sectores, este y oeste, y hacen evidente que isla Palo Seco incrementó su superficie retenien-do los sedimentos del Parrita en provecho de su propia configuración y que isla Damas disminuyó en superficie, también es cierto que se trata de depósitos en tránsito en la dirección predomi-

nante. En síntesis, algunos aspectos relevantes no fueron evaluados por tales autores: (1) tasas de sedimentación anuales de los ríos Paquita, Parrita y los esteros Palo Seco y Damas; (2) dis-tribución litoral de los sedimentos; (3) efectos de la dinámica fluvial en la conformación de las fle-chas o espigas insulares, cambios en la dirección del canal de desembocaduras; (4) tendencia en la búsqueda de perfiles de equilibrio dinámico de los bancos de sedimentos, y (5) determinación a largo plazo de la acumulación.

Un sistema litoral de cordones y lagunas are-nosas de naturaleza dinámica y absolutamente transitoria se debe al carácter divagante de los cursos fluviales y su relación con la dinámica litoral (en lo que interviene El Niño), y también a la tectónica regional: Quepos es un sector de actividad sísmica frecuente, lo que no implica necesariamente que el riesgo de terremotos sea más alto ahí que en otras partes del Pacífico. De conformidad con los rasgos continentales actua-les, la tectónica de levantamiento está presente en el área, consecuencia de lo cual son las líneas de acantilados vivos y muertos en los relieves continentales cercanos. Los riesgos inmediatos son de licuefacción por la estructura arenosa del subsuelo y oleaje alto producto de tormentas o deslizamientos submarinos. En conclusión, los frentes de erosión marina fueron afectados por un problema de erosión marina poligenético, por los muchos factores que confluyeron en tiempo y lugar y rompieron finalmente la espiga de la isla Damas. La tendencia general del relieve costero es a formar cordones litorales largos en función de la dirección dominante de la deriva litoral. No se prevé en tiempo cercano un cambio de esa modalidad, por lo que puede asegurarse que las acumulaciones seguirán ocurriendo a lo largo de esa costa en la forma, dirección y transporte dinámico de sedimentos que han conformado los sistemas lagunares, bajos, bancos e islas con-tinentales de esa parte de la costa del Pacífico. Problemas análogos en el futuro pueden suceder en la ciudad de Puntarenas debido a la extrac-ción de arenas y materiales de arrastre del río Barranca -en tajos autorizados por la Dirección de Geología y Minas- que afectan el régimen de sedimentación entre la desembocadura de ese río y las corrientes litorales que han formado la flecha arenosa de Puntarenas. Este proceso también carga con las herencias de la cons-

Page 21: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

20

trucción del sistema portuario en el área com-prendida entre los ríos Barranca y Jesús María y cuya incidencia se muestra en los procesos de azolvamiento de la laguna de Mata de Limón y los perfiles de erosión de playa Caldera. Las tormentas tropicales que se presentan alrededor del solsticio de otoño, en el hemisferio norte, movilizan la energía de los vientos y tormentas formando huracanes cuyos efectos devastadores no solo afectan los litorales sino que arremeten en el interior del istmo centroamericano.

Geomorfología y ordenamiento territorialLas regulaciones espaciales de la zona litoral

en Costa Rica están consideradas en la Ley de la zona marítimo terrestre, en la Ley de planificación urbana, en el Reglamento para la construcción de marinas, en la Ley orgánica del ambiente, en la Ley de biodiversidad, en la Ley forestal y en los convenios Ramsar y del Mar. La Ley de la zona marítimo terrestre establece el uso territorial en los 200 metros a partir de la pleamar ordinaria y su aplicación está a cargo de los gobiernos municipales, y los planes reguladores deben ser aprobados por la comunidad, el Instituto Costarricense de Turismo, el Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo y el Ministerio del Ambiente (Minae).

Como instrumentos de la ordenación territo-rial, los planes reguladores deben ser reformados para incluir un análisis más profundo de las variables que competen al medio litoral, a la fase marina y a la complejidad de las relacio-nes. Desgraciadamente, los planes reguladores costeros son violentados frecuentemente por nacionales, extranjeros y por las mismas auto-ridades municipales que no hacen cumplir la legislación o conceden permisos de construcción que afectan la normativa legal. Un caso evidente de irrespeto a la Ley de la zona marítimo terrestre está presente, y con suma frecuencia, en Punta Burica. Esta costa de erosión, señalada como res-tringida en el plan regulador, ha sido ocupada por construcciones autorizadas por la Municipalidad de Golfito. Sin embargo, éste no es un problema solo de Puntarenas; lo mismo se observa en las costas limonenses y guanacastecas, como en playa Buena Vista, en las cercanías de Sámara, donde existen desarrollos y construcciones den-tro de los 50 metros de la zona pública.

Como ha quedado expuesto, la naturaleza

de los procesos geomórficos y geográficos, así como las expectativas nacionales en torno a la ordenación de los espacios litorales, le dan a la geomorfología como un todo la posibilidad óptima para comprender estos fenómenos natu-rales, cotidianos y aleatorios en el contexto de la dinámica costera, pasada, actual y futura. Es el carácter espacial y el dominio de las dimen-siones temporales, astronómicas, geológicas y de escala humana, las que permiten al especialista en el campo, generar las herramientas de cono-cimiento y el manejo adecuado de los útiles de registro para producir la información apta para la toma de decisiones por parte de organismos estatales, empresas desarrollistas y autoridades responsables del buen manejo de los espacios marítimo-terrestres.

Los estudios de las características geomor-fológicas e hidrodinámicas del litoral no solo pueden ser ejecutados por una joven generación de especialistas costarricenses sino que, además, brindan la oportunidad de mejorar la calidad de los estudios ambientales que sirven de base a los planes reguladores. El aprendizaje del uso de nuevas herramientas electrónicas y el uso apropiado de sistemas de información geográfica y de teledetección han permitido la observación sistemática y la generación de datos confiables para la construcción de infraestructura costera y portuaria. La generación de mapas batimétri-cos y de modelos de fondo marino amplían el ámbito del espacio cartografiable habitualmente, una nueva frontera que abre el espacio terrestre usual a la frontera marina, tan poco estudiada en la región centroamericana.

Ampliar nuestro conocimiento de la franja litoral y aplicarlo a su ordenación es el paso siguiente para responder al cambio global. El uso de formas de expresión cartográfica novedosas que permitan trasladar el campo a formas de representación directa o virtual es otro de los retos que deben asumir las nuevas generaciones de geógrafos, que tienen ante sí un espacio ilimi-tado de investigación y de ejercicio profesional.

Referencias bibliográficas

Coque, R.1987. Geomorfología. Alianza Universidad. Madrid.Lizano, O. y D. Salas. “Condiciones geomorfológicas de la isla Damas”, en Biología Tropical 49, Supl. 2.Paskoff, R. 1998. Les litoraux. Impact des amenagements sur leur evolution. Arman Colin. Paris, Francia.

Page 22: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

Environmental law is the group of norms that regulate man´s behavior in society as well as the environment and the natural resources. The regulations concerning the coastal-marine norms are under International Legislation Agreements such as the United Nations treaty to the Sea Right, the Ramsar, Cites, and the Biological Diversity among others. Nationwide, the Political Constitution contains some laws and sets of rules that directly regulate aspects like the marine-terrestrial zone, the fishing, the wildlife, the turtles, and the cetaceans among others. However, these rules have some limitations and there also exists a lack of inter-institutional coordination. All this results in a poor ocean governability.

LEGISLACIÓN MARINO-COSTERA EN COSTA RICA: RECUENTO,

LIMITACIONES Y FORTALEZASpor MARIA VIRGINIA CAJIAO

Siendo el derecho ambiental el conjunto de normas que regulan las relaciones con el ambiente y los recursos natu-rales, en el tema marino-costero esas regulaciones están contempladas básicamente en legislación internacional como: Convenio de Naciones Unidas del derecho del mar, Convenio de Ramsar, Convenio Cites y Convenio de diversi-dad biológica -entre otros. Nacionalmente, la Constitución política tiene algunos artículos que hacen alusión directa al tema y contamos con algunas leyes y reglamentos que directamente regulan la zona marítimo-terrestre, la pesca, la vida silvestre, las tortugas, los cetáceos y otros. Sin embargo, esta normativa presenta limitaciones, lo que se suma a la falta de coordinación interinstitucional, provo-cándose una falta de gobernabilidad de los océanos.

R E S U M E N

María Virginia Cajiao, especialista en derecho ambiental, es profesora en la Universidad Nacional y directora legal de MarViva.

P or derecho ambiental entendemos el conjunto de normas y principios, nacionales y de dere-cho internacional, que regulan y orientan las

relaciones entre el ser humano y su entorno natural y urbano con el propósito de alcanzar un equilibrio que permita la satisfacción de las necesidades humanas a través de los procesos sociales, productivos y cultu-rales, resguardando la integridad y conservando los recursos naturales (Salazar et al. 1995). Por su propia naturaleza, el derecho ambiental es preventivo y lo que procura es tutelar el disfrute seguro (por derecho) de un ambiente sano y ecológicamente equilibrado mediante leyes, reglamentos técnicos, tratados y convenios internacionales y principios de derecho ambiental. Además, es un derecho multidisciplinario donde prevalecen los intereses colectivos. Sin embar-go es un derecho incipiente que mayoritariamente se ha nutrido del derecho internacional, y el tema de la regulación de los recursos marino-costeros no es la excepción.

La Constitución Política de Costa Rica establece el derecho a un ambiente sano y ecológicamente equi-librado: “Artículo 50: El Estado procurará el mayor bienestar a todos los habitantes del país, organizan-do y estimulando la producción y el más adecuado reparto de la riqueza. Toda persona tiene derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado. Por ello está legitimada para denunciar los actos que infrinjan ese derecho y para reclamar la reparación del daño causado. El Estado garantizará, defenderá y preservará ese derecho. La ley determinará las responsabilidades y las sanciones correspondientes” (reformado mediante ley No. 7.412 del 24 de mayo de 1994, publicada en La Gaceta No. 111 de 10 de junio de 1994). Otros artículos se relacionan con la protección al ambiente y la administración de los

Page 23: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

22

recursos naturales: (a) “Artículo 6: El Estado ejerce la soberanía completa y exclusiva en el espacio aéreo de su territorio, en sus aguas terri-toriales en una distancia de doce millas a partir de la línea de bajamar a lo largo de sus costas, en su plataforma continental y en su zócalo insular de acuerdo con los principios del derecho inter-nacional. Ejerce, además, una jurisdicción espe-cial sobre los mares adyacentes en su territorio en una extensión de doscientas millas a partir de la misma línea, a fin de proteger, conservar y explotar con exclusividad todos los recursos y riquezas naturales existentes en las aguas, el suelo y el subsuelo de esas zonas, de conformidad con aquellos principios”. (b) “Artículo 89: Entre los fines culturales de la República están: prote-ger las bellezas naturales, conservar y desarrollar el patrimonio histórico y artístico de la Nación, y apoyar la iniciativa privada para el progreso científico y artístico”.

Convenios internacionalesHay numerosos tratados internacionales refe-

rentes a la protección de los recursos marino-costeros; a continuación haremos un recuento de los principales.

1. Convención para la protección de la flora, la fauna y las bellezas escénicas naturales de los países de América: Firmada en Washington en 1940 y aprobada por Costa Rica mediante ley No. 3.763 el 19 de noviembre de 1966. Su objetivo es salvar de la extinción a todas las especies y géneros de la flora y la fauna nativas de América y preservar las formas geológicas espectaculares y los lugares de belleza extraordinaria o de valor estético, histórico o científico.

2. Convención internacional para la regulación de la pesca de las ballenas: Firmada en Washington el 2 de diciembre de 1946 y aprobada por Costa Rica mediante ley No. 6.591 el 24 de julio de 1981. Esta Convención acuerda establecer una Comisión Ballenera Internacional formada por un miembro de cada gobierno contratante.

3. Convención sobre humedales internacionales como hábitat de aves acuáticas: Conocido como Convenio Ramsar, firmado en Irán en 1971 y aprobado por Costa Rica mediante ley No. 7.224 el 9 de abril de 1991. Su objetivo es fomentar la conservación de las zonas húmedas y de las aves acuáticas creando reservas naturales en los humedales, estén o no inscritos en la lista, y atender de manera adecuada su manejo y su

Desembocadura de río, Costa Rica. Luis D. Marín S.

Page 24: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

23

cuidado. Los sitios Ramsar en Costa Rica son: Parque Nacional Palo Verde, Parque Nacional Isla del Coco, Refugio Nacional de Vida Silvestre Caño Negro, Humedal Nacional Térraba-Sierpe, Humedal del Caribe Noreste, Refugio Nacional de Vida Silvestre Gandoca-Manzanillo, Refugio Nacional de Vida Silvestre Tamarindo, Laguna Respingue, Manglar de Potrero Grande, Cuenca de Embalse Arenal y Turberas de Salamanca.

4. Convenio de protección patrimonial, cultural y natural: Firmado en Francia en 1972 y aproba-do mediante ley No. 5.980 del 16 de noviembre de 1976. Su objetivo es establecer un sistema eficaz de protección del patrimonio natural y cultural de valor excepcional organizado y reva-lorizar lo más activamente posible el patrimonio cultural y natural de una manera permanente y según métodos científicos y modernos. Bajo este Convenio Unesco declaró Patrimonio Mundial de la Humanidad el Área de Conservación Isla del Coco, en 1997, y el Área de Conservación Guanacaste, en 1999. El 11 de octubre de 2002, el Gobierno de Costa Rica declaró a Isla del Coco Patrimonio Histórico de Costa Rica.

5. Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de flora y fauna silvestres (Cites): Firmado en 1973 en Washington, apro-bado mediante ley No. 5.605 y ratificado el 22 de octubre de 1974. Su objetivo es proteger ciertas especies en peligro de extinción de la explota-ción excesiva mediante un sistema de importa-ción y exportación. Los compromisos adquiridos por Costa Rica al suscribir este convenio son: (1) adoptar las medidas apropiadas para velar el cumplimiento de sus disposiciones y prohibir el comercio de especimenes en violación de ellas; (2) sancionar el comercio o la posesión de tales especimenes, o ambos, y (3) prever la confis-cación o devolución al estado de exportación de dichos especimenes. Este Convenio regula no solamente el tráfico internacional de espe-cies sino también de sus partes (por ejemplo la concha de carey) y derivados o productos (por ejemplo los huevos de la tortuga) que de ellas pueda extraerse; y reconoce tres clases de espe-cies que están bajo amenaza, que involucran a su vez a todas las partes y derivados de ellas que sean fácilmente reconocibles (a los cuales se les llama especies, partes y derivados de cites). Su artículo 2 establece tres clasificaciones de espe-cies que remite a tres apéndices sometidos cada uno a regímenes distintos: Apéndice 1: especies

que están bajo un peligro de extinción mayor que son o pueden ser afectadas por el comercio -en este caso estas especies están sometidas a un régimen estricto a fin de no poner en peligro su supervivencia. Apéndice 2: se incluyen las espe-cies que si bien no están amenazadas a tal grado como las que pertenecen al 1, sí pueden llegar a estarlo si no se toman medidas que restrinjan y condicionen su comercio internacional; además se incluyen las especies similares, las que a pesar de no estar amenazadas por sus características físicas podrían confundirse con alguna que sí lo esté. Apéndice 3: especies que se encuentran bajo algún régimen especial (aprovechamiento controlado o prohibición absoluta) dentro de alguno de los países miembros de la Convención, pero que no se encuentran amenazadas global-mente. Algunas especies cites en Costa Rica son: (1) En poblaciones reducidas: Antozoa: Antipatharia -coral negro-, Scleractinia -coral duro-; Hydrozoa: Milleporidae -coral rojo-, Stylasteridae -coral blando-. (2) En poblacio-nes en peligro de extinción: reptiles: Caretta caretta -tortuga cabezona o caguama-, Chelonia agassizii -tortuga negra-, Chelonia mydas -tortuga verde-, Eretmochelys imbricata -tortuga de carey-, Lepidochelys olivacea -tortuga lora-, Dermochelys coriacea -tortuga baula-, Crocodylus acutus -cocodrilo, lagarto.

6. Convención de Naciones Unidas sobre el derecho del mar: Firmada en Jamaica en 1982, aprobada mediante ley No. 7.291 y ratificada el 3 de agosto de 1992. Su objetivo es establecer un orden jurídico para los mares y océanos que facilite la comunicación internacional y promueva los usos con fines pacíficos de ellos, la utilización equitativa y eficiente de los recursos, su estudio, la protección y preservación del medio marino y la conservación de los recursos vivos. Dentro de los compromisos con la firma de esta Convención se encuentra el desarrollar los principios de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Derechos del Mar, en especial la zona de los fondos marinos y oceánicos y su subsuelo fuera de los límites de la jurisdicción nacional, que son patrimonio común de la humanidad. Además, se debe adoptar medidas para la protección de ecosistemas marinos raros, críticos, amenazados o que alberguen especies amenazadas.

7. Convenio sobre la diversidad biológica y sus anexos 1 y 2: Firmado en Río de Janeiro en 1992 y aprobado mediante ley No. 7.416 el 30

Page 25: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

24

de junio de 1994. Su objetivo es conservar la diversidad biológica, procurar una utilización sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa en los beneficios que se deri-ven de la utilización de los recursos genéticos, mediante un acceso adecuado a los recursos y una transferencia apropiada de las tecnologías pertinentes. Los compromisos de Costa Rica con este Convenio son: (1) elaborar estrategias nacionales de diversidad biológica e integrar la conservación y la utilización sostenible de los recursos; (2) identificar los componentes de su biodiversidad para su conservación y utilización; (3) establecer un sistema de áreas protegidas para tomar medidas especiales para la conser-vación; (4) reglamentar el uso de los recursos biológicos dentro y fuera de las áreas protegidas; (5) respetar los conocimientos y prácticas de las comunidades indígenas y locales, y (6) adoptar medidas para la conservación in-situ y ex-situ.

8. Convención interamericana para la protección y conservación de las tortugas marinas: Firmada en Venezuela en 1996 y aprobada mediante ley No. 7.906 del 24 de septiembre de 1999, pero pen-diente de ratificar.

9. Acuerdo sobre el programa internacional para la conservación de los delfines entre la República de Costa Rica y Estados Unidos de América: Firmado en Washington el 21 de mayo de 1998 y aprobado por Costa Rica mediante ley No. 7.938 el 19 de octubre de 1999. Los objetivos de este Acuerdo son: (1) reducir progresivamente la mortalidad incidental de delfines en la pesquería de atún con red de cerco en el área del Acuerdo a niveles cercanos a cero, a través del establecimiento de límites anuales; (2) con el propósito de eliminar la mortalidad de delfines en esta pesquería, buscar métodos ambientalmente adecuados para capturar atunes aleta amarilla grandes no asociados con delfines, y (3) asegurar la sostenibilidad a largo plazo de las poblaciones de atún en el área del Acuerdo, así como la de los recursos marinos vivos relacionados con esta pesquería, tomando en cuenta la interrelación entre especies en el ecosistema, particularmente por lo que hace a, entre otros, evitar, reducir y minimizar la captura incidental y los descartes de atunes juveniles y especies no objetivo.

10. Código de conducta para la pesca responsa-ble: La aplicación de éste, firmado en 1995, es

Humedal Térraba-Sierpe M. Otoya

Page 26: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

25

oficial para Costa Rica a partir de su publicación en La Gaceta, por decreto ejecutivo No. 27.919-Mag del 14 de junio de 1999, que establece la aplicación oficial por parte del estado costarri-cense del Código de conducta para la pesca respon-sable, aprobado por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (Fao), en Roma, el 31 de octubre de 1995, como un instrumento de prácticas responsables con miras a asegurar la conservación, la gestión y el desarrollo eficaz de los recursos acuáticos vivos. Designa al Instituto Costarricense de Pesca y Acuacultura (Incopesca) como el encargado de velar por el seguimiento y la aplicación de las disposiciones contenidas en dicho Código en la actividad pesquera costarricense, debiendo proporcionar y facilitar su divulgación y conoci-miento a través de mecanismos idóneos al sector pesquero nacional, para lo cual las instituciones públicas del país deberán brindarle la colabora-ción debida dentro de sus respectivos campos de competencia. Dentro de los objetivos del Código están: (a) establecer principios, de conformi-dad con las normas del derecho internacional pertinentes, para que la pesca y las activida-des relacionadas con ésta se lleven a cabo de forma responsable, teniendo en cuenta todos los aspectos biológicos, tecnológicos, económicos, sociales, ambientales y comerciales pertinentes; (b) establecer principios y criterios para elaborar y aplicar políticas nacionales encaminadas a la conservación de los recursos pesqueros y a la ordenación y desarrollo de la pesca de forma responsable, y (c) promover la protección de los recursos acuáticos vivos, sus ambientes y las áreas costeras.

11. Acuerdo sobre la aplicación de las disposicio-nes de la Convención de Naciones Unidas sobre el derecho del mar del 10 de diciembre de 1982, rela-tivas a la conservación y ordenación de las poblacio-nes de peces transzonales y las poblaciones de peces altamente migratorios: Firmado en Nueva York el 4 de diciembre de 1995, aprobada su adhesión por Costa Rica mediante ley No. 8.059 el 12 de diciembre de 2000 y publicado en La Gaceta del 2 de febrero de 2001. Su objetivo es asegurar la conservación a largo plazo y el uso sostenible de las poblaciones de peces transzonales y las pobla-ciones de peces altamente migratorios mediante la aplicación efectiva de las disposiciones perti-nentes a la Convención.

Otros convenios relacionados con el tema son: (1) Convenio para la protección y desarrollo del medio marino y su protocolo para combatir derrames de hidrocarburos en la región del Gran Caribe: Firmado en Cartagena en 1983, apro-bado por Costa Rica mediante ley No. 7.227 el 22 de abril de 1991 y pendiente de ratificar. (2) Convenio internacional sobre responsabilidad civil nacida de daños debidos a contaminación por hidro-carburos y sus protocolos de 1976 y 1984: Firmado en 1969 en Bélgica y aprobado mediante ley No. 7.627 el 23 de octubre de 1996. (3) Convenio de protección de contaminación del mar por vertidos de desechos y otras materias: Firmado el 29 de diciembre de 1972 y aprobado mediante ley No. 5.566 el 26 de agosto de 1974. (4) Convenio sobre el control de movimiento transfronterizo de desechos peligrosos y su eliminación (Convenio de Basilea): Firmado el 22 de marzo de 1989 en Basilea y aprobado mediante ley No. 7.438 el 6 de octubre de 1994. (5) Convenio constitutivo de Oldpesca: Firmado el 29 de octubre de 1982 en México D.F. y aprobado mediante ley No. 7.614 el 27 de agosto de 1996.

Leyes nacionalesLas leyes costarricenses más relevantes en la

protección de los recursos marino-costeros son las siguientes:

Ley orgánica del ambiente (No. 7.554 del 4 de octubre de 1995): Procura dotar a los costarri-censes y al estado de los instrumentos necesarios para conseguir un ambiente sano y ecológica-mente equilibrado. Mediante su aplicación el estado defiende y preserva ese derecho en busca de un mayor bienestar para todos los habitantes de la nación. Se define como ambiente el sis-tema constituido por los diferentes elementos naturales que lo integren y sus interacciones con el ser humano. Como ley “marco” o “sombrilla” establece fundamentalmente lineamientos gene-rales en diferentes temas y bajo esos principios o lineamientos la materia ambiental se regula individualmente a través de leyes especiales y reglamentos. En su artículo 32 reagrupa las dis-tintas categorías de manejo con que puede ser creada un área protegida y que se encontraban dispersas en distintas leyes: parques nacionales, reservas biológicas, reservas forestales, zonas protectoras, refugios nacionales de vida silvestre, humedales y monumentos naturales. En la crea-

Page 27: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

26

ción de estas áreas, el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) “queda facultado para incluir, dentro de sus límites, las fincas o partes de fincas particulares necesarias para cumplir con los objetivos señalados en esa ley y para instru-mentarlos de acuerdo con el respectivo plan de manejo o crear las servidumbres legales para la protección ecológica y el cumplimiento de la presente ley” (artículo 37). Esta Ley reconoce con estos términos un instrumento importante para la conservación, especialmente en terrenos privados, que es la servidumbre ecológica.

Ley forestal (No. 7.575 del 5 de febrero de 1996): Establece que es función del estado velar por la conservación, protección y administración de los bosques naturales y por la producción, el aprovechamiento, la industrialización y el fomento de los recursos forestales del país des-tinados a ese fin, de acuerdo con el principio del uso adecuado y sostenible de los recursos renovables. En virtud del interés público, y salvo lo estipulado en el artículo 18 de ella, se prohíbe la corta o el aprovechamiento de los bosques en parques nacionales, reservas biológicas, mangla-res, zonas protectoras, refugios de vida silvestre y reservas forestales de propiedad estatal. Su artí-culo 18 se refiere a las labores de investigación, capacitación y ecoturismo.

Ley de zona marítimo-terrestre (No. 6.043 del 2 de marzo de 1977): Establece que la zona marí-timo-terrestre constituye parte del patrimonio nacional, pertenece al estado y es inalienable e imprescriptible. La vigilancia corresponde al Instituto Costarricense de Turismo. Su régimen de manejo es administrado y protegido por cada municipalidad. La zona marítimo-terrestre se compone de dos secciones: la zona pública, que es la faja de 50 metros de ancho a contar de la pleamar ordinaria y las áreas que quedan al des-cubierto durante la marea baja; y la zona restrin-gida, constituida por la franja de los 150 metros restantes y por los demás terrenos, en casos de islas. Los islotes, peñascos y demás áreas peque-ñas y formaciones naturales que sobresalgan del mar corresponden a la zona pública. Zona públi-ca es también, sea cual fuere su extensión, la ocupada por todos los manglares de los litorales continentales e insulares y esteros del territorio nacional. En la zona marítimo-terrestre es prohi-bido, sin la debida autorización legal, explotar la flora y la fauna existentes, deslindar con cercas,

carriles o de cualquier otra forma, levantar edi-ficaciones o instalaciones, cortar árboles, extraer productos o realizar cualquier otro tipo de desa-rrollo, actividad u ocupación.

Ley de conservación de vida silvestre (No. 7.317 del 30 de octubre de 1992): Regula lo concerniente a la vida silvestre, conformada por la fauna continental e insular que vive en condiciones naturales. El Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), a través de la Dirección General de Vida Silvestre, es el órgano competente en materia de planificación, desarrollo y control de la fauna y la flora silves-tres. El Incopesca regula todo lo relativo a aguas marinas. Dentro de las prohibiciones de esta Ley se encuentra la caza, la pesca y la extracción de fauna y flora continentales o insulares de especies en vías de extinción, con excepción de la reproducción efectuada “sosteniblemente” en criaderos y viveros que estén registrados en el Sinac. Establece un capítulo para la importación, exportación y tránsito de la flora y la fauna sil-vestres: de conformidad con el convenio Cites, el Sinac otorga permisos de exportación e importa-ción y los certificados de origen.

Ley de parques nacionales (No. 6.084 del 17 de agosto de 1977): Establece que el desarrollo y la administración de los parques nacionales para la conservación del patrimonio natural del país es función del Servicio de Parques Nacionales, hoy Sinac, así como también lo es el estudio de las áreas del territorio nacional aptas para la preser-vación de la flora y la fauna autóctonas para el establecimiento de parques nacionales, velar por la conservación de éstos y establecer programas para la difusión de los logros conseguidos con ellos. Dentro de las prohibiciones que establece a los visitantes de los parques están: talar árbo-les y extraer plantas o cualquier otro tipo de productos forestales; cazar y capturar animales silvestres y recolectar o extraer cualquiera de sus productos o despojos; cazar tortugas marinas de cualquier especie y recolectar o extraer cual-quiera de sus productos o despojos; rayar, marcar, manchar o provocar cualquier tipo de daño o deterioro a las plantas, los equipos y las insta-laciones; practicar pesca deportiva, artesanal o industrialmente; recolectar o extraer corales, conchas, rocas o cualquier otro producto o dese-cho del mar; recolectar o extraer rocas, minera-les o fósiles o cualquier otro producto geológico;

Page 28: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

27

portar armas de fuego, arpones y cualquier otro instrumento que pueda ser usado para cacería; introducir animales o plantas exóticos, y pasto-rear y abrevar ganado o criar abejas.

Ley de protección, conservación y recuperación de las poblaciones de tortugas marinas (No. 8.325 del 22 de octubre de 2006): Establece la obli-gación del uso de dispositivos excluidores de tortugas, en su artículo 2, de la siguiente forma: Para evitar la muerte accidental de tortugas marinas en actividades pesqueras las embarca-ciones camaroneras de arrastre, nacionales o extranjeras, que operen en el mar territorial o en la zona económica exclusiva, deberán usar dis-positivos excluidores de tortugas en las zonas o áreas establecidas por el Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura, sin perjuicio de lo con-tenido en los convenios internacionales. A nivel sancionatorio el artículo 6 establece que “quien mate, cace, capture, destace, trasiegue o comer-cie tortugas marinas, será penado con prisión de uno a tres años. La pena será de tres meses a dos años de prisión para quien retenga con fines comerciales tortugas marinas o comercie productos o subproductos de estas especies”. No será punible la recolección de huevos de tortuga lora en el Refugio de Vida Silvestre de Ostional, siempre que se realice con apego a las disposicio-nes reglamentarias que emita el Minae”.

Ley de pesca y acuicultura

Más recientemente -pero no por ello menos importante- se dictó la Ley de pesca y acuicultura (No. 8.436, publicada el 25 de abril del 2005), cuyo objetivo es fomentar y regular la actividad pesquera y acuícola en las diferentes etapas: captura, extracción, procesamiento, transporte, comercialización y aprovechamiento sostenible de las especies acuáticas. A la vez garantiza la conservación, protección y desarrollo sostenible de los recursos hidrobiológicos mediante méto-dos adecuados y aptos que aseguren su perma-nencia para el uso de las generaciones actuales y futuras y para las relaciones entre los diversos sujetos o agentes vinculados con la actividad. Dentro de sus definiciones establece claramente los diferentes tipos de pesca: (1) artesanal, rea-lizada en zonas costeras hasta un máximo de 5 millas; (2) comercial, que a su vez se clasifica en: (a) pequeña escala sea con o sin embarcación hasta una autonomía de 3 millas, (b) media-na escala con una embarcación de autonomía

para faenar hasta 40 millas, (c) avanzada con una embarcación de autonomía de más de 40 millas, (d) semiindustrial con embarcaciones dirigidas al camarón con red de arrastre, de la sardina y el atún con red de cerco e (e) indus-trial con embarcaciones capacitadas para efec-tuar a bordo labores de pesca, congelamiento, empaque e industrialización de sus capturas; (3) científica, con propósitos de investigación; (4) didáctica, realizada por instituciones educativas con métodos de enseñanza; (5) deportiva a nivel personal para la recreación, placer, turismo o pasatiempo, y (6) de fomento, para la investiga-ción, repoblación o conservación de los recursos acuáticos pesqueros y para la experimentación de equipos y métodos.

Esta Ley establece que Incopesca es la unidad ejecutora de ella y del Plan de Desarrollo Pesquero y Acuícola (que es del mismo Incopesca); sin embargo, hace la excepción de que en aguas continentales y áreas protegidas el encargado de la protección de los recursos acuáticos es el Minae. Dentro de las generalidades de ella se declara de utilidad pública e interés social la actividad pesquera, y de interés nacional el fomento y desarrollo de esa actividad y de la industria afín (artículo 5). Establece el domi-nio y jurisdicción exclusivos sobre los recursos marinos y las riquezas naturales existentes en las aguas continentales, el mar territorial, la zona económica exclusiva (zee) y las áreas adyacen-tes a esta última por parte del estado costarri-cense (artículo 6). Y también establece que la actividad cerquera de atún dentro de la zze, pero fuera del mar territorial, está sujeta a los tratados internacionales; sin embargo, prohíbe cualquier otra actividad pesquera por parte de embarcaciones extranjeras que no sea cerquera de atún (artículo 7). Prohíbe la pesca comercial y pesca deportiva en parques nacionales, monu-mentos naturales y reservas biológicas. La pesca en la parte continental e insular, en las reservas forestales, zonas protectoras, refugios nacionales de vida silvestre y humedales se puede realizar solamente si así lo contempla el plan de manejo (artículo 9).

La Ley pauta la obligación del estado, a través del Poder Ejecutivo, de elaborar un plan pesquero que contemple entre otros aspectos: la protección efectiva de los intereses nacionales relacionados con la pesca, el aprovechamiento

Page 29: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

28

responsable de los recursos, el establecimiento de zonas de reserva para la pesca deportiva, la creación de la infraestructura pesquera necesaria para el desarrollo del sector, la protección de los intereses nacionales marinos en el área del océa-no Pacífico comprendida por el afloramiento marino denominado domo térmico, la protección de la biomasa pesquera, para determinar el uso, el aprovechamiento sostenible, la ordenación, el manejo y la protección de especies de flora y fauna y aguas marinas (artículo 3). También estipula que el acto de pescar deberá realizarse en forma responsable para asegurar la conservación y gestión efectiva de los recursos acuáticos vivos, con el fin de evitar la explotación excesiva y prevenir efectos dañinos sobre el entorno y el sis-tema ecológico (artículo 32).

Respecto de la captu-ra de tiburón establece que Incopesca ejercerá el control sobre las embar-caciones nacionales y extranjeras que se dedi-quen a su pesca y podrá coordinar con las auto-ridades competentes la realización de los opera-tivos. Solo se permitirá la pesca del tiburón cuando las especies se desem-barquen en los sitios de descarga con las respec-tivas aletas adheridas al vástago. El descargue in situ será supervisado por Incopesca. Podrán pre-sentarse en los sitios de descarga las autoridades del Ministerio de Seguridad Pública, del Servicio Nacional de Guardacostas y del Minae; y el ingreso a tales lugares se realizará atendiendo el principio jurídico de fondos públicos o bienes patrimoniales. Asimismo, Incopesca ejercerá el control en el mar territorial y en la zona econó-mica exclusiva sobre las embarcaciones nacio-

nales y extranjeras a efectos de determinar que los tiburones capturados conserven sus aletas. El Poder Ejecutivo, en coordinación con Incopesca, determinará, por medio del Reglamento de esta Ley, las especies de tiburón carentes de valor comercial y establecerá su aprovechamiento para otros fines de la actividad pesquera.

Dentro de las prohibiciones de la Ley se establece: (a) utilizar o llevar a bordo de una embarcación artes de pesca no autorizados por Incopesca; (b) usar explosivos de cualquier

naturaleza dirigidos a la actividad pesquera; (c) emplear equipos acústi-cos como artes de pesca y sustancias tóxicas en las embarcaciones; (d) impedir el desplaza-miento de los peces en sus migraciones natu-rales; (e) interceptar peces en los cursos de agua mediante instala-ciones, atajos y otros procedimientos que atenten contra la flora y la fauna acuáticas; (f) introducir especies vivas declaradas por el estado como perjudi-ciales para los recursos pesqueros; (g) arrojar a las aguas superfi-ciales, subterráneas y marítimas territoriales, directa o indirectamen-te, cualquier residuo o líquido; (h) capturar ejemplares de especies de talla inferior a la autorizada; (i) utilizar dimensiones y materia-les no autorizados para las mallas, los anzuelos,

las redes y las artes de pesca en general que, en función del tipo de barco, maniobra de pesca o especie, no sean los fijados para las capturas; (j) emplear redes agalleras y redes de arrastre pelágicas de altura; (k) realizar toda práctica que atente contra la sustentabilidad del recur-so pesquero, y (l) utilizar embarcaciones sin su

Tortuguero, Costa Rica Alfredo Huerta

Page 30: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

29

correspondiente licencia de pesca al día y que no estén debidamente identificadas con nombre, bandera y número de matrícula por ambos lados de la proa.

Dentro de los delitos que establece la Ley resumidamente podemos establecer que se san-cionan las siguientes actividades: (1) pesca en aguas interiores, mar territorial o zee sin licencia, permiso, concesión o autorización correspon-diente; (2) aleteo de tiburón: descarga de aletas de tiburón sin el respectivo cuerpo o vástago en los sitios donde se descargue dicho recurso con la finalidad de vender o comercializar dichas aletas; (3) muerte, captura, destace, trasiego o comercio, en el mar territorial, de quelonios, mamíferos marinos o especies acuáticas declara-das en peligro de extinción protegidas por con-venios internacionales aplicables a Costa Rica; (4) pesca en época y zona de veda, en aguas interiores, mar territorial o zee, con o sin permi-so, licencia o autorización de pesca; (5) utiliza-ción de artes prohibidos o ilegales para pescar en aguas interiores, continentales, mar territorial o zee con o sin permiso, licencia o autorización de pesca; (6) empleo de sustancias o materiales explosivos o venenosos, peligrosos para la vida humana o los recursos acuáticos pesqueros al realizar labores de pesca en aguas interiores, continentales, mar territorial o zee, y (7) manejo, desecho o introducción en aguas interiores, mar territorial o zee de especies o materiales para el control biológico o químico que pongan en peligro la conservación de los recursos acuáticos pesqueros. Además de las multas y penas priva-tivas de libertad correspondientes a cada delito se establece que todo hecho punible sancionado tendrá como consecuencia la pérdida, en favor de Incopesca, de los artes de pesca que se hayan utilizado para cometer el delito.

Deficiencias de Ley de pesca

Si bien la nueva Ley de pesca y acuicultura fue producto del consenso de muchas mociones y negociaciones políticas, no podemos dejar de mencionar las omisiones y deficiencias que pre-senta. En ninguna parte de ella se hace referen-cia, mención o remisión a los principios de pesca responsable del Código de conducta de Fao ni a principios generales que orienten la aplicación de la Ley. Se abre un “portillo” al permitir la comercialización del producto pesquero cuando

sea para fines científicos. Los permisos de pesca en el caso de pesca deportiva debieran ser tanto para el pescador como para la embarcación.

Además, el delito de piratería contemplado en el Código penal subsiste estableciendo en el artículo 258 pena de prisión de tres a quince años a “quien realizare en los ríos navegables, en el mar territorial o en la plataforma continental, la explotación no autorizada de las riquezas ictio-lógicas de la nación, o que practicare en dichos lugares algún acto de depredación o violencia contra un buque o contra personas o cosas que en él se encuentren, sin que el buque por medio del cual se ejecute el acto pertenezca a la marina de guerra de alguna potencia reconocida, o sin estar autorizado por alguna potencia beligerante o excediendo los límites de una autorización legítimamente concedida”.

Otras leyes y reglamentos regulan en forma directa o indirecta los recursos marino-costeros, como el Reglamento a la Ley de conservación de vida silvestre (decreto No. 32.633 del 20 de sep-tiembre de 2005), el Reglamento para la operación de actividades relacionadas con cetáceos en Costa Rica (decreto No. 32.495 del 28 de julio de 2005) que establece la prohibición del cautiverio de delfines, y una serie de acuerdos de la Junta Directiva de Incopesca -entre otros.

Sin embargo, a pesar de que contamos con una serie de convenios internacionales, leyes y acuerdos, la ausencia de coordinación interins-titucional prevalece sacrificando los esfuerzos de muchas iniciativas que buscan una mejor gober-nanza de nuestros recursos marino costeros.

Es urgentemente necesario que se reglamente esta Ley para que se dé su cumplimiento y aplica-ción. Por otro lado, Costa Rica todavía no cuenta con normas de tránsito marino, por lo que urge aprobar una ley de seguridad y navegabilidad marítima, reformar la Ley de conservación de vida silvestre o crear una nueva ley de conservación de recursos marino-costeros, tener controles en la navegabilidad marítima, controles en las áreas marinas protegidas y controles en toda la zee respecto del aprovechamiento pesquero y la conservación de los recursos naturales.

Referencias bibliográficas

Salazar, Roxana, Rodolfo Saborío y Jorge Cabrera. 1995. Manual sobre derechos humanos y ambiente. Fundación Ambio - Academia Costarricense de Derecho Ambiental. San José.

Page 31: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

The relationship between man and sea has existed throughout history and it has acquired a particular relevance in the last years due to environmental problems and the international and state regulations about the sea ad the coastal-marine space. These regulations increased greatly with the adoption of the 1982 Sea Right Agreement, which made the countries along the rivers acquire some compromise and responsibilities concerning marine resource protection. The first part of this article is a brief summary of the evolution of the sea right. Then it is followed by the Costa Rican participation and contribution to this topic. Later, the disposition of the coastal-marine relations—specially the Costa Rican one—as well as the obligations of the riverside states to apply norms that guarantee their area´s protection and conservation are analyzed. This way, it is possible to access the sustainable management of coastal areas in order to point out the important role of international cooperation and regional approach.

DERECHO DEL MAR Y MANEJO MARINO-COSTERO EN COSTA RICA

por CARLOS MURILLOLa relación entre el ser humano y el mar se ha dado a todo lo largo de la historia y en los últimos años ha adquirido una rele-vancia particular por los problemas ambientales y las regulacio-nes internacionales y nacionales sobre el mar y el espacio mari-no-costero. Estas regulaciones tuvieron un gran impulso con la adopción en 1982 de la Convención sobre el derecho del mar, que estableció una serie de compromisos y deberes para los estados ribereños en materia de protección del recurso marino. Este artí-culo reseña brevemente la evolución del derecho del mar, evalúa el aporte y la participación costarricenses en ese ámbito, analiza las disposiciones sobre la relación marino-costera –especialmen-te en Costa Rica- y las obligaciones de los estados ribereños en la implementación de normas que garanticen la protección y la conservación de los recursos en ese espacio a fin de acercarse a la administración ambientalmente sostenible de las zonas costeras, reconociendo el rol fundamental de la cooperación internacional y los enfoques regionales.

R E S U M E N

Carlos Murillo Zamora, especialista en relaciones interna-cionales con énfasis en derecho del mar, es profesor en las universidades Nacional y de Costa Rica y autor de Costa Rica y el derecho del mar (Euned, 1990).

L a interacción entre el ser humano y el hábitat marino va más allá de lo meramente geográfi-co; ello a pesar de la importancia de los vastos

océanos (que representan el 72 por ciento de la superficie planetaria) y su influencia sobre el clima (la cual apenas comienza a comprenderse). En realidad, a lo largo de la historia de la humanidad el mar ha constituido un factor vital en el desarrollo cultural, económico, político y específicamente jurídico, lo cual está relacionado con que la mayor parte de la población mundial viva a menos de 200 millas de las costas, que, por cierto, son las más vulnerables a los desastres naturales por ser territorios expuestos a la acción directa de los mares y océanos. Si se tiene en cuenta la compleja relación entre los seres humanos y los océanos, que se manifiesta –en primera instan-cia– en los espacios marino-costeros, se podrá com-prender la importancia de establecer regulaciones que garanticen la protección y la preservación de esa frágil franja en la que convergen el mar, la tierra y la atmósfera. En el ámbito internacional ha habido avances importantes desde mediados del siglo XX –aunque la evolución del derecho del mar y el derecho marítimo se remonta a la Antigüedad–; sin embargo, en el plano estatal la adopción de medidas y regula-ciones ha sido asimétrica. De ahí la urgente necesidad –en casos como el de Costa Rica– de implementar, a corto o mediano plazos, una normativa que contribu-ya a preservar y proteger el medio marino, su fauna y su flora, regulando esa compleja interacción en un espacio tan reducido y vulnerable.

La Convención de Naciones Unidas sobre el derecho del mar, suscrita en Jamaica en 1982, denominada la “Constitución de los océanos”, no se limitó a esta-blecer regulaciones para los espacios marítimos, sino que reconoció la existencia de un vínculo indisoluble

Page 32: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

31

entre el espacio continental e insular –particu-larmente la zona costera– y las zonas marinas y marítimas1. Ello porque estableció una serie de deberes y derechos de los estados ribereños en relación con la protección y preservación del medio marino y costero; además de las disposi-ciones que consideran al estado como una espe-cie de delegado de la comunidad internacional para proteger un área que en su mayor parte es “patrimonio común de la humanidad”. De igual forma, esa Convención dispuso la obligación de los estados de emitir leyes y reglamentos y adop-tar todas las medidas pertinentes para prevenir, reducir y controlar la contaminación procedente de fuentes terrestres, para lo que deben tener en cuenta las disposiciones y recomendaciones internacionales sobre esa materia 2. Sin embargo, no existe una convención o acuerdo internacio-nal específico sobre la prevención y el control de la contaminación de los mares resultante

de las actividades terrestres. Aunque en 1995, en el marco del Programa de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente (Pnuma), se adoptó el “Programa de acción mundial para la protección del medio marino frente a actividades reali-zadas en tierra” (adoptada por la Conferencia Intergubernamental para la Adopción de un Programa de Acción Mundial para la Protección del Medio Marino Frente a las Actividades Realizadas en Tierra, celebrada en Washington en 1995), con el propósito de proteger las zonas costeras y marítimas de la contaminación causa-da por actividades desarrolladas en tierra firme, tales como la industria, la minería, las activida-des agrícolas y las emisiones de los automóviles. De ahí que supone la obligación de los estados ribereños de establecer las regulaciones perti-nentes para evitar que las actividades costeras ocasionen un deterioro acelerado del espacio marino3.

1 Se entiende por espacios marinos los que existen independientes de la acción humana en cuanto ejecutada por actores sociales; mientras que los espacios marítimos son construidos por los seres humanos a partir de las esferas política, jurídica, económica y cultural.2 Sobre esta temática existen numerosas disposiciones internacionales, entre ellas el Convenio sobre la prevención de la contaminación del mar por vertimiento de desechos y otras materias, el Convenio de Basilea sobre el control de los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos y su eliminación, el Convenio sobre la diversidad biológica y la Convención marco de Naciones Unidas sobre el cambio climático, que incluyen normas y regulaciones sobre las actividades costeras y su impacto sobre el medio marino.3 El punto 1 de dicha declaración anota: “Estableciendo como meta común la adopción de medidas sostenidas y eficaces para hacer frente a todos los efectos en el medio marino de las actividades realizadas en tierra, especialmente los resultantes de las aguas residuales, los contaminantes orgánicos persistentes, las sustancias radiactivas, los metales pesados, los aceites (hidrocarburos), los nutrientes, la movilización de sedimentos,

Punta Uvita, Costa Rica Eric Gay

Page 33: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

32

A continuación, haré una breve referencia a la evolución del derecho del mar, para ubicar el problema marítimo-costero en la dimensión histórica; luego, analizaré las disposiciones de la Convención de derecho del mar haciendo mención del caso costarricense en materia de las costas y conservación, protección y preservación de los recursos en ese espacio de interacción; esto me permitirá, al final, destacar la importancia de una visión integral de los asuntos marino-maríti-mo-costeros (en realidad terrestres).

Evolución del derecho del marPretender resumir en unos pocos párrafos la

evolución del derecho del mar constituye una especie de odisea propia de las rapsodias griegas. Sin embargo, es necesario comprender que los intentos de regular la interacción terrestre con el mar no es algo nuevo, sino, por el contrario, un asunto que preocupó a los seres humanos desde la Antigüedad. Por ello han surgido múltiples regímenes jurídicos, tales como el mare nostrum romano y el mare britanicum, y los gobiernos talasocráticos como los de Tiro (antigua Fenicia) y Egina (Atenas). Ello llevó a Karl Haushofer (citado por Murillo 1990: 8) a afirmar que el mar es “un bien primitivo de todos los hombres, a la par de su perpetuo enemigo desde el comienzo de la historia de la humanidad; una fuerza peren-ne que educa y disciplina, sustenta y derriba, vivifica y destruye, y que, desde la aparición del hombre sobre el mundo favorece e impide, a la vez, la peregrinación de éste sobre la Tierra”.

En un intento por regular esa peregrinación e interacción humanas, en la Antigüedad apa-recieron los códigos de Hammurabi (2000 a.c.) y de Manú (600 a.c.) que, entre otras cosas, regu-laban el comercio y la navegación marítimas. A ellos se sumaron las disposiciones romanas de Justiniano y Teodosiano, que sistematizaron el derecho romano de navegación. Sin embargo, el gran salto se produjo tras el final de la Edad Media, pues las principales potencias europeas se preocuparon por controlar los mares y establecer regulaciones que intermediaran las actividades

humanas en los vastos espacios que estaban sien-do recorridos por los navegantes europeos.

Lo que quedó claro con los aportes de John Selden, Hugo Grocio, Andrés Bello y muchos otros destacados juristas internacionales, es que la relación entre la tierra y el mar se funda-mentaba en principios legales y en la necesidad de proteger los recursos para beneficio de los seres humanos. Como parte de esos esfuerzos, en la primera mitad del siglo XX se emitieron importantes disposiciones, sobre todo las con-tenidas en la Convención marítima de La Habana (1928), en la Declaración de Londres (1909) y en la Declaración general de estados americanos (1939), a las que se agregaron los debates de la Conferencia de La Haya de 1930. No obstante, fue con el establecimiento de la Organización de Naciones Unidas (Onu) y la iniciativa de la Comisión de Derecho Internacional que se dio el gran salto hacia la “Constitución de los océanos”.

La cuestión es que, como lo he señalado y lo repetiré a lo largo de este documento, los mares y océanos son clave para la humanidad, lo cual es reconocido por Onu cuando afirma que “los océanos son un recurso económico vital que proporciona sus medios de vida a millones de personas en todo el mundo. El grueso del comercio internacional -aproximadamente el 90 por ciento- se transporta por mar. Más del 29 por ciento de la producción mundial de petróleo viene de los océanos. El turismo de playa y los cruceros son una importante fuente de ingresos para muchos países, especialmente los pequeños estados insulares en desarrollo. Cada año se capturan en todo el mundo casi 90 millones de toneladas de pescado, con un valor aproximado de 50.000 millones de dólares, y el sector pes-quero y la acuicultura por sí solos dan trabajo a 36 millones de personas. Por último, cada vez son más los científicos que se interesan por el fondo de los océanos y buscan allí los descu-brimientos científicos y los recursos del futuro” (Onu 2002).

la basura y las alteraciones físicas y la destrucción de hábitat”. Además propone: “Tomando medidas para elaborar, de conformidad con las disposiciones del Programa de Acción Mundial, un instrumento mundial jurídicamente vinculante para la reducción y/o eliminación de emisiones y descargas de los contaminantes orgánicos persistentes enumerados en la decisión 18/32 del Consejo de Administración del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y, cuando proceda, la eliminación de su fabricación y uso. La naturaleza de las obligaciones contraídas debe estar en consonancia con las especiales circunstancias de los países que necesitan asistencia. Debe prestarse particular atención a la posible necesidad de seguir utilizando, a falta de alternativas, determinados contaminantes orgánicos persistentes para salvaguardar la salud humana, mantener la producción de alimentos y mitigar la pobreza, así como a la dificultad de adquirir productos sustitutivos y transferir tecnología para el desarrollo y/o la fabricación de esos productos”.

Page 34: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

33

Convención de derecho del mar y Costa Rica

La segunda mitad del siglo XX constituyó, como señalé, el clímax del desarrollo del dere-cho del mar, al mismo tiempo que el periodo de mayor auge en la interacción entre los espacios terrestre y marítimo y entre los seres humanos y los mares. Los esfuerzos realizados durante las tres conferencias internacionales (conferencias de Ginebra de 1958 y 1960, y III Conferencia de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, 1973-1982) dieron sus frutos en el extenso y complejo texto de la Convención de derecho del mar (320 artículos y 9 anexos) que regula la inte-racción entre los individuos, las colectividades y los espacios marítimos y marinos -incluidos sus recursos naturales4.

La adopción de la Convención de derecho del mar constituye un monumento a la cooperación internacional y una clara evidencia de la posi-bilidad de establecer acuerdos globales. En ese sentido se ha señalado que “el conjunto integral que representa la Convención queda demostrado en el concepto de que el goce de los derechos y beneficios entraña el compromiso de cumplir determinados deberes y obligaciones a fin de que se pueda establecer un orden global equitativo”. Por tanto, los estados deben respetar los derechos de los demás como un principio de convivencia pacífica; de ahí que “algunos deberes suponen la eventual ejecución de medidas más concretas; ejemplo de ello es la obligación de dar aviso debido a la existencia de un peligro” (Onu 1984: ix). En ese sentido, el artículo 300 indica que “los Estados-Partes cumplirán de buena fe las obligaciones contraídas de conformidad con esta Convención y ejercerán los derechos, competen-cias y libertades reconocidos en ella de manera que no constituya un abuso de derecho”.

La Convención de derecho del mar entró en vigor en noviembre de 1994; Costa Rica deposi-tó el instrumento de ratificación en septiembre

de 1992 (luego de aprobarse en julio de ese año mediante la ley No. 7.291) 5. Adicionalmente se adhirió al acuerdo relativo a las disposicio-nes de la Convención sobre la preservación y administración de especies de peces altamente migratorias en junio de 2001 y al acuerdo sobre la implementación de la parte XI (“La zona”)6 de la Convención en septiembre de ese mismo año. Por consiguiente, el país adquirió una serie de compromisos que deben plasmarse tanto en nor-mativa jurídica como en acciones concretas para garantizar la protección y la preservación del medio marino, tanto en sus áreas jurisdiccionales (mar territorial, zona contigua, zona económica exclusiva y plataforma continental) como en el ámbito marítimo-costero.

Con amparo en las regulaciones de esa Convención se ha establecido diversas institu-ciones que desarrollan programas tendientes a implementar los extensos y complejos principios y normas del citado texto. Al respecto cabe señalar que extraña la escasa participación de Costa Rica, pues si se considera que el país desde mediados del siglo XX fue un promotor del esta-blecimiento de la zona económica exclusiva, de la defensa de la plataforma continental y de un decidido aporte en las conferencias sobre el mar, resulta inexplicable que actualmente no desta-que en los foros internacionales sobre el derecho del mar y no haya establecido claras regulaciones en algunas áreas clave entre las que puede citar-se medidas concretas para cumplir con las obli-gaciones que impone la Convención de derecho del mar a los estados ribereños en la protección y conservación de los recursos marinos (sobre todo ictiológicos) en sus aguas jurisdiccionales.

Convención de derecho del mar y costasResulta interesante que la legislación aus-

traliana haya establecido un espacio marítimo adicional denominado “aguas costeras”, con

4 La Convención de derecho del mar contiene las siguientes partes: “Introducción”, “Mar territorial y zona contigua”, “Estrechos utilizados para la navegación internacional”, “Estados archipelágicos”, “Zona económica exclusiva”, “Plataforma continental”, “Alta mar”, “Régimen de las islas”, “Mares cerrados y semicerrados”, “Derecho de acceso al mar y desde el mar de los estados sin litoral y libertad de tránsito”, “La zona”, “Principios que rigen la zona”, “Protección y preservación del medio marino”, “Investigación científica marina”, “Desarrollo y transmisión de tecnología marina”, “Solución de controversias”, “Disposiciones generales” y “Disposiciones finales”.5 Costa Rica hizo una “declaración interpretativa” en el momento de la firma de la Convención de derecho del mar, según consta en el artículo 2 de la citada ley, en el sentido de que el cobro de licencias de pesca que el país impone a barcos extranjeros por pescar en la zona económica exclusiva se aplicará a buques dedicados a la pesca de especies altamente migratorias.6 Según el artículo 1 “la zona” se refiere a “los fondos marinos y oceánicos y su subsuelo fuera de los límites de la jurisdicción nacional” y es “patrimonio común de la humanidad” (artículo 136), por lo que “ningún estado podrá reivindicar o ejercer soberanía o derechos soberanos sobre parte alguna de la zona o sus recursos” (artículo 137).

Page 35: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

34

una extensión de tres millas náuticas, adu-ciendo que éstas son las áreas más afectadas por contaminación derivada de nutrientes y sedimentos arrastrados por los ríos, materiales químicos, hidrocarburos y patógenos producto del desarrollo urbano, agrícola e industrial -sin contrariar con eso el espíritu de la Convención de derecho del mar. El argumento base es que “la salud de los ecosistemas marinos y de estuarios está inextricablemente vinculada a las cuencas con las cuales interactúa. Consecuentemente, muchas de las actividades realizadas en tierra pueden tener un efecto significativo en nuestros ambientes costeros” (Australian Department of The Environment and Heritage 2002). Esto es acorde con las disposiciones de la Convención, sobre todo en relación con la prevención, la reducción y el control de la contaminación del medio marino: sección 5, parte XII, artículo 207 (1): “los estados dictarán leyes y reglamentos para prevenir, reducir y controlar la contamina-ción del medio marino procedente de fuentes terrestres, incluidos los ríos, estuarios, tuberías y estructuras de desagüe, teniendo en cuenta las reglas y estándares, así como las prácticas y procedimientos recomendados que se hayan convenido internacionalmente”; señalando el inciso 2 de ese mismo artículo que “los estados

tomarán otras medidas que puedan ser necesa-rias para prevenir, reducir y controlar esa con-taminación”. Es decir, desde el punto de vista del estado ribereño, el gobierno se compromete a dictar las disposiciones mínimas necesarias para proteger el medio marino de las actividades terrestres, con lo que se reconoce que la acción estatal no está limitada al espacio terrestre ni a los espacios marítimos bajo su jurisdicción, sino que se parte de una visión integral de la tierra y el mar que se expresa en su mayor magnitud en las áreas costeras (entendida, repito, como el área en la que convergen dos espacios naturales, geográficos y humanos).

La Convención de derecho del mar va más allá y en el artículo 208 (inciso 1) advierte que el esta-do ribereño es responsable de “prevenir, reducir y controlar la contaminación del medio marino resultante -directa o indirectamente- de las acti-vidades relativas a los fondos marinos sujetas a su jurisdicción y a las islas artificiales”; mientras que los artículos 210 y 211 disponen lo mismo en el caso de la “contaminación del medio marino por vertimiento” y de “contaminación causada por buques”, incluidos los que “enarbolen su pabellón o estén matriculados en su territorio”, respectivamente.

Como el espíritu de la Convención de derecho

Isla del Coco, Costa Rica Avi Klapfer

Page 36: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

35

del mar está dado en función no solo del estado ribereño sino también de las características de la región y de los mares y océanos, el mismo artículo 207 (3) advierte que “los estados pro-curarán armonizar sus políticas al respecto en el plano regional apropiado”, reiterando así la visión integral, pues la naturaleza no reconoce las divisiones políticas, particularmente los lími-tes que pretenden separar porciones de las zonas costeras. Esto se hace más evidente en costas como las del Caribe centroamericano, donde los ecosistemas mantienen un frágil equilibrio que requiere de la vinculación entre la tierra y el mar. En estos casos las regulaciones para su protección se tornan vitales.

Además de las leyes y reglamentos para pro-teger el medio marino de tal contaminación, el estado ribereño (artículo 213) debe velar por la ejecución de esas disposiciones y adoptar “otras medidas necesarias para poner en práctica las reglas y estándares internacionales aplicables establecidos por conducto de las organizaciones internacionales competentes o de una conferen-cia diplomática para prevenir, reducir y controlar la contaminación del medio marino procedente de fuentes terrestres”. Tales acciones compren-den regulaciones para vigilar que los buques que naveguen en aguas jurisdiccionales -incluidas las aguas interiores– del estado ribereño no provo-quen contaminación 7. De esta forma, la obliga-ción del estado no se extiende solo a las acciones generadas por sus nacionales, sino que además es responsable de controlar las actividades que realicen terceros en sus aguas jurisdiccionales. Por lo tanto, las autoridades estatales deben establecer mecanismos que garanticen que acto-res no nacionales provoquen contaminación. Esto se hace más complejo en las zonas costeras fronterizas y en mares cerrados, siendo un buen ejemplo de esto el golfo de Honduras, en cuyo reducido espacio convergen las jurisdicciones de Honduras, Guatemala, Belice y México; caso similar es el de las bahías Salinas y San Juan del Norte (Costa Rica-Nicaragua), cuyas aguas son comunes para algunos efectos.

Otra de las disposiciones de la Convención relativas a la relación marítimo-costera es la de las aguas interiores, entendidas como las “situa-das en el interior de la línea de base del mar territorial”, sobre las que el estado ejerce sobe-ranía. En éstas el estado debe aplicar las mismas disposiciones en materia de prevención de la contaminación y de protección de los recursos marinos. Sin embargo, tal jurisdicción del estado ribereño no interrumpe la unidad del cuerpo acuático que constituyen los mares y océanos. Las aguas interiores son importantes porque, aunque no están sujetas a las disposiciones del mar territorial u otros espacios marítimos, pues se consideran parte del territorio continental del estado ribereño, forman parte del cuerpo acuá-tico. En algunos países las líneas de base rectas han colocado bajo soberanía estatal importantes porciones de mar adyacente a las costas. En el caso de los estados archipelágicos (parte IV) existe una situación particular con este tipo de aguas, por los grandes espacios colocados bajo ese estatus. En el caso de Costa Rica, el decreto No. 18.581-RE de 1988 estableció las líneas de base rectas, entre las que destaca, por su longi-tud, la línea que une el cabo Blanco con la isla del Caño. Si bien esta disposición convirtió en aguas interiores una extensa porción marítima que antes era parte del mar territorial, no hubo ningún reclamo formal por una tercera parte que se considerara afectada. Por consiguiente, se estima que tal declaratoria ha sido reconocida y aceptada por la comunidad internacional.

En esta relación marino-marítimo-costera es necesario tener en cuenta las disposiciones sobre plataforma continental, la cual comprende -según el artículo 76- “el lecho y el subsuelo de las áreas submarinas que se extienden más allá de su mar territorial y a todo lo largo de la prolongación natural de su territorio hasta el borde exterior del margen continental” (énfasis agregado) 8. En la medida en que la plataforma es la porción sumergida de la masa terrestre de los estados, existe una continuidad espacial no solo en términos jurídicos y prácticos, sino

7 El artículo 218 (1) señala que “cuando un buque se encuentre voluntariamente en un puerto o en una instalación terminal costa afuera de un estado, ese estado podrá realizar investigaciones y, si las pruebas lo justifican, iniciar procedimientos respecto de cualquier descarga procedente de ese buque, realizada fuera de las aguas interiores, el mar territorial o la zona económica exclusiva de dicho estado, en violación de las reglas y estándares internacionales aplicables establecidos por conducto de la organización internacional competente o de una conferencia diplomática general”.8 El mismo artículo señala que el margen continental “comprende la prolongación sumergida de la masa continental del estado ribereño y está constituida por el lecho y el subsuelo de la plataforma, el talud y la emersión continental”.

Page 37: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

36

también en la interacción entre estos espacios (uno interactuando con la atmósfera y el otro con el agua). Por consiguiente, así como el esta-do ribereño tiene obligaciones en la protección y preservación de los recursos naturales de su masa continental, de igual manera la tiene en su masa sumergida. Esto ratifica la importancia de la relación marino-marítimo-costera como espacio de convergencia.

Como en la plataforma se acumula la mayor parte de los sedimentos y materiales arrastrados por los ríos desde fuentes terrestres, el estado ribereño no puede extender su mirada hasta las zonas costeras, sino más allá conforme su terri-torio se sumerge bajo las aguas. Esto se hace más urgente cuando recientes estudios han encontra-do especies marinas, cuyos hábitat están alejados de las costas, contaminadas por químicos que los ríos arrastran desde tierra adentro -sobre todo agroquímicos.

La preocupación por la interacción entre la tierra y el mar la resume la Onu en los siguientes términos: “Hace solo 50 años el mar era todavía en gran parte un espacio natural virgen. Hoy día, sin embargo, la contaminación, que en pro-porción más o menos del 80 por ciento procede de actividades terrestres, es una amenaza para la salud de los océanos, en particular las zonas costeras, que son las más productivas del medio marino. Los científicos temen que la capacidad de regeneración de los océanos acabe por verse superada por los niveles de contaminación que produce el hombre. Es fácil ver los signos de deterioro, especialmente a lo largo de las costas muy pobladas y en los mares cerrados y semi-cerrados” (Onu 2002). Uno de los intentos por crear conciencia entre gobiernos, científicos y seres humanos en general acerca de la impor-tancia de observar de cerca y adoptar medidas en torno a la situación de las zonas costeras es el denominado Atlas de los océanos (http://www.oceansatlas.org/) elaborado por Naciones Unidas.

Lo que queda claro de las disposiciones de la Convención de derecho del mar y en acciones de los órganos especializados de la Onu y de entida-des privadas, es que la verdadera responsabilidad en la protección de los medios marino y costero es del estado ribereño; quien en nombre de la humanidad debe adoptar las regulaciones nece-sarias para que se conserve los recursos natura-

les. Sin embargo, nada se logra si en una región solo un estado ribereño adopta medidas. Es un asunto regional y una “gestión oceánica integra-da”, como lo reconoce la Unión Europea cuando afirma que “los esfuerzos deben centrarse en establecer un proceso regular de coordinación interinstitucional y una gestión sostenible de las zonas costeras y los recursos marinos en todos los niveles” (UE 2000).

Mientras tanto, y además de los esfuerzos nacionales, en América el Banco Interamericano de Desarrollo a través de su División de Medio Ambiente ha propuesto “el establecimiento de programas de manejo integrado de zonas cos-teras adaptados al orden de prelación de los objetivos sociales y económicos de los estados ribereños”, establecimiento que procura “identi-ficar actividades de manejo de zonas costeras e inversiones que respalden la política económica nacional y la integración regional; marcos ins-titucionales de programas sostenibles, aspecto que comprendería mecanismos de generación de ingresos para la prestación de servicios tales como los de prevención de la erosión costera y el mantenimiento de zonas marinas protegidas; incentivos para la conservación de recursos pes-queros y el afianzamiento de los vínculos entre el manejo de las zonas costeras y otros aspectos de la gestión de los recursos naturales” (véase: http://www.iadb.org/sds/ENV/site_46_s.htm ).

Administración de zonas costeras

Una cuestión que requiere de amplio desarro-llo pero a la que aquí me referiré muy brevemente es la relación entre la división político-adminis-trativa de los estados y las zonas costeras. Ariel Hernández, José Lucero y Mariano Gutiérrez se preguntan si la biodiversidad es un recurso nacional o provincial y quién regula el acceso a los recursos naturales (véase: http://www.bio-tech.bioetica.org/i3.htm). En el caso de Costa Rica este cuestionamiento resulta interesante porque en algunos aspectos convergen las accio-nes del gobierno central y las de los gobiernos locales. Incluso algunos regidores municipales de cantones costeros han planteado, en distintas oportunidades, que la jurisdicción del cantón se extiende más allá de la costa. Esta cuestión es fundamental para la protección y conserva-ción de las zonas costeras y sus recursos, pues comprende, según el citado Atlas de los océanos,

Page 38: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

37

temas como: variabilidad y cambio climático, emergencias, seguridad alimentaria, goberna-bilidad, salud, contaminación y degradación, seguridad y desarrollo sostenible. La convergen-cia de dos ámbitos puede generar áreas grises adicionales a las que ya existen en cuanto a la administración de este espacio.

ConclusiónEn definitiva, existe una estrecha vinculación

entre la zona costera y las aguas adyacentes a las costas, razón por la que la Convención de derecho del mar estableció una serie de medidas para garantizar la protección y preservación del medio marino y los ecosistemas que conforman ese espacio que une la tierra, el mar y la atmósfera. Ello es fundamental pues, como indican los con-siderandos de esa Convención, los estados-parte están “conscientes de que los problemas de los espacios marinos están estrechamente relaciona-dos entre sí y han de considerarse en su conjun-to”. De igual manera, la costa -como punto de confluencia entre los espacios terrestres y mari-nos- es parte del conjunto del ecosistema global. La importancia de este espacio marítimo costero se aprecia en la existencia del programa “Train-Sea-Coast”, bajo supervisión del Secretariado de la Convención de derecho del mar, que consiste en una red de entrenamiento cooperativo interesta-tal, con centros de capacitación y educación en países en desarrollo, con el propósito de fortale-cer las capacidades de instituciones e individuos que tengan responsabilidades en los campos de la administración costera y oceánica (véase: http://www.un.org/Depts/los/tsc_new/TSCprog.htm). A lo que se unen las regulaciones de la Organización Marítima Internacional, y de otras entidades internacionales y regionales, para con-formar un extenso marco institucional y jurídico que incide en el manejo y la administración de las áreas marítimo-costeras.

Así como la visión establecida por la Convención de derecho del mar y, en general, por las disposiciones del derecho del mar tiene un carácter integral, entiendo que existe una vinculación natural entre la tierra y el mar que se expresa -en toda su magnitud- en los espacios marino-marítimo-costeros; la acción

y compromiso de las comunidades y estados ribereños debe ser igualmente integral -como lo ha comprendido la Unión Europea. Este espacio de convergencia no puede ser mirado de manera separada de uno u otro lado; como tampoco de manera contigua (estados ribereños limítrofes). Los estados ribereños no pueden adoptar ninguna normativa que se oponga a las regulaciones vigentes en el ámbito internacio-nal; pero tampoco en este escenario se podrán emitir disposiciones que impidan la acción y gestión estatal ambientalmente sostenible. Costa Rica no es la excepción. Por el contrario, por las características de las zonas costeras y de la ubica-ción y dinámica (especies altamente migratorias, domo térmico, corrientes marinas) de las áreas marítimas bajo su jurisdicción se trata de una región que demanda una visión integral. Esto fue comprendido por los negociadores de los trata-dos de delimitación marítima entre el país y sus vecinos (Panamá, Colombia y Ecuador), por lo que introdujeron disposiciones para “desarrollar la más amplia cooperación entre los dos países [firmantes] para la protección de los recursos renovables y no renovables que se encuentren dentro de las áreas marinas y submarinas” y “pro-piciar la más amplia cooperación internacional para coordinar las medidas de conservación que cada estado aplique en las zonas de mar some-tidas a su soberanía o jurisdicción”9. Por ello, lo que está pendiente es una acción más decidida a favor de la protección y la conservación de los espacios marítimos y sus recursos que convergen en la zona costera.

Referencias bibliográficas

Australian Department of The Environment and Heritage. 2002. The Framework for Marine and Estuarine Water Quality Protection [disponible: http://www.deh.gov.au/coasts/pollu-tion/cci/ framework/ part1.html]Murillo, Carlos. 1990. Costa Rica y el derecho del mar. Euned. San José.Onu. 1984. El derecho del mar. Convención de las Naciones Unidas sobre el derecho del mar. Onu. New York P. ix.Onu. 2002. Los océanos, fuente de vida. Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Vigésimo aniver-sario (1982-2002) [disponible en: http://www.un.org/spanish/Depts/los/.]UE. 2000. Estrategia sobre la gestión integrada de zonas coste-ras [http://europa-eu-un.org/articles/es/article_1342_es.htm]

9 Si bien la disposición está contenida en los artículos III y IV del tratado de límites entre Costa Rica y Colombia de 1977, hay disposiciones similares en los tratados sucritos con Panamá en 1980 y con Ecuador en 1985.

Page 39: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

The article describes the current challenges related to the planning in the coastal areas emphasizing the chaos and anarchy existing nowadays in those areas where the 6.043 law on marine-coastal zone applies. The strategy of national regulation with requirements of quality and sustainability as well as the relationships at regional and local levels is structured. In the national planning, it focuses on the importance of the effects of binding guidelines among different levels in the fulfillment of the National Plan of Sustainable Tourism 2002-2012, making special emphasis on the arguments that justify the process of carrying out integral regulation plans in each of the development centers inside the tourism units. Finally, it mentions the functionality of the coastal forest to guarantee tourist landscapes for the future and the current problematic in determining those borders by the Government.

DESAFÍOS DE PLANIFICACIÓN PARA EL DESARROLLO TURÍSTICO COSTERO

por ALBERTO SÁNCHEZSe describe los desafíos actuales de la planificación en la zona costera haciendo énfasis en el caos y la anarquía exis-tentes en los litorales a pesar de la existencia de la ley 6.043 sobre la zona marítimo-terrestre. Además, se estructura la estrategia de ordenamiento nacional con requerimientos de calidad y sostenibilidad tanto como sus relaciones con el nivel regional y local. En la planeación nacional se llama la atención sobre la importancia de la consecuencia de lineamientos vinculantes entre niveles para el cumplimien-to del Plan Nacional de Turismo Sostenible 2002-2012 pun-tualizando en los argumentos que justifican la elaboración de planes reguladores integrales por centros de desarrollo. Finalmente, se menciona la funcionalidad del bosque coste-ro del estado para garantizar paisajes turísticos del futuro y la problemática actual de determinación de esos límites por la autoridad de los recursos naturales.

R E S U M E N

Alberto Sánchez Sáenz, biólogo y administrador de empresas, es funcionario del Instituto Costarricense de Turismo.

L as estrategias y acciones de los gobiernos nacionales y locales, y de las organizaciones locales, para sacar adelante el desarrollo turís-

tico costero parten del principio de que éste es el medio por excelencia que el país tiene para utilizar efi-cientemente su acervo natural y cultural con el obje-tivo de generar riqueza que se traduzca en beneficios reales para toda la sociedad costarricense. El objetivo de las siguientes líneas es contribuir a formar opinión sobre los principales desafíos que hoy enfrentamos y las posibles alternativas de solución propuestas para ordenar la dinámica turística en nuestras playas.

Antecedentes históricosLa norma de la milla marítima, cuyo sentido es

reservar al estado terrenos de hasta una milla de ancho destinados al uso público en ambos litorales, existe desde la Colonia, y su sentido es recuperado por Ley de zona marítimo terrestre, promulgada en 1977. Hasta los años ochenta, poca o ninguna impor-tancia revestía el desarrollo turístico en las costas; e incluso en la década de los noventas la planificación reguladora se realizó sin una guía oficial1, con crite-rios parciales y en forma desordenada respondiendo a intereses particulares de obtención de terrenos en la playa más que a intereses de resguardo del patrimonio nacional para todos los costarricenses. El tiempo ha demostrado que la Ley de zona marítimo terrestre es una de las más visionarias de su época, ya que permite la democratización del espacio y garantiza el libre acceso de los costarricenses a las playas del país. Además,

1 No existían ni los planes de uso de la tierra y desarrollo turístico ni los planes nacionales que se mencionan en el artículo 26 de la Ley de zona marítimo terrestre.

Page 40: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

39

los sitios declarados de aptitud turística2 dan facilidades para la recreación de turistas domésticos y extranjeros.

Ante “situaciones de anarquía”3 y desorden en litorales, el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) en su papel de superior y general vigi-lancia4 ha aprendido la lección del tiempo y, junto a los administrado-res de gobiernos municipales5, ha evolucionado su nivel de interven-ción y de administración de la zona costera ejecutando mecanismos de control del desarrollo a través de la planificación que discutiremos en el siguiente punto.

Jerarquía del planeamiento costero En 2001 se publicó e inició la ejecución del

Plan de desarrollo turístico sostenible 2002-2012, dejando claro que el modelo de turismo que que-remos para todos los espacios geográficos, tanto litorales como continentales, debe de guardar las siguientes condiciones básicas: (1) Ser sosteni-ble: el modelo de turismo que se desarrolla debe ser lucrativo, proteger el ambiente y respetar la cultura y valores de nuestro pueblo;6 el creci-miento debe estar basado en la diferenciación y diversificación de productos utilizando la imagen natural del país. (2) Ser de alta calidad: la cali-dad debe ser el fundamento de la diferenciación del producto y un instrumento de competitivi-dad entre destinos nacionales, para ello los ofe-rentes de servicios turísticos deben potenciar las capacidades de su recurso humano para que las experiencias de sitio se traduzcan siempre en la mejor promoción de nuestro país. Sostenibilidad y calidad son dos ejes transversales sobre los cua-les se debe articular todo el concepto de compe-titividad del país como destino turístico, por lo que se consideran siempre parte integral de cada una de estas cuatro dimensiones7: ordenación,

consolidación, diversificación y promoción (ver figura 1).

La estrategia de adopción de un sistema de planificación lógico es el primer paso dado den-tro del espacio turístico con el fin de ordenar éste. La zona costera hoy cuenta con lineamien-tos claramente establecidos por el Plan de uso de la tierra y desarrollo turístico de la unidad turística8 y éste a su vez recibe directrices y políticas claras del Plan nacional de desarrollo turístico 2002-2012 (figura 2).

Figura 2. Organigrama para el desarrollo turístico de zonas costeras9

Figura 1. Jerarquía del planeamiento costero y continental

2 Se realizan los procesos de declaración para todo el país bajo el fundamente de que todos los espacios costeros son de aptitud turística.3 Así descrito por el Estudio para el Plan de Uso de la Tierra en las zonas costeras de las unidades de planeamiento turístico en la República de Costa Rica. JICA-ICT. Enero 2001.4 Artículo 2 de Ley de zona marítimo terrestre.5 Artículos 3 y 35 de Ley de zona marítimo terrestre.6 Capítulo 4 de la Actualización del Plan de Desarrollo Turístico Sostenible 2002-2012. Marzo de 2006.7 Capítulo 5 de la Actualización del Plan de Desarrollo Turístico Sostenible 2002-2012. Marzo de 20068 Según artículo 26 de Ley y 17 del Reglamento de la Ley de zona marítimo terrestre, en “Normas que regulan las actividades turísticas” (pág. 170-188). 9 Tomado del Capítulo 5. Plan Nacional de Desarrollo Turístico 2002-2012 modificado por el autor. Pág. 84. 2006.

Page 41: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

40

preciso indicar que no todos los segmentos de la unidad tienen la condición de ser centro de desarrollo, puesto que para delimitarlos se valora los inventarios de patrimonio turístico recientes y la potencialidad del mercado acorde a lo pro-yectado por el Plan nacional.

Los centros de turismo son también los espa-cios sobre los que existe un esfuerzo de atracción de inversiones de capital y hacia donde una nueva generación de incentivos debe estar diri-gida si se quiere desarrollar adecuadamente y en forma concentrada. En la figura 3 se observa los tres centros turísticos delimitados dentro de la unidad turística Guanacaste Sur: Sámara-Carrillo, Nosara-Garza y San Miguel-Coyote.

En resumen, las ventajas de los centros turís-ticos dentro de una unidad son que: se identifica las áreas que se puede usar y las que deben ser patrimonio natural del estado11; se usan para la administración ambiental del sector; se concen-tra territorialmente impulsando el desarrollo y participación local; se identifica prioridades de inversión pública; se orienta la inversión privada acorde con el modelo de desarrollo deseado por los locales y nacionales, y sirven de base para los programas de mercadeo y competitividad al asociarse a una imagen de destino.

Planes reguladores integrales El exceso de documentos “planes regulado-

res” no integrales sin aprobar de pequeños seg-

Bajo el nivel jerárquico del Plan nacional, los planes de uso de la tierra son instrumentos para dirigir el desarrollo de productos, inversión en planta física y manejo ambiental y social en el nivel de la unidad turística regional. La técnica consiste en identificar la zonificación correspondiente a centros de turismo y, dentro de estos nodos, elaborar planes reguladores que deben ser de carácter integral.

Como se observa, los planes de desa-rrollo urbano local son también parte de las unidades turísticas adyacentes a los 200 metros de la zona costera; por lo tanto, los planes reguladores urbanos son parte fundamental del cumplimien-to de la planificación local, regional y nacional. Aun más, la Ley de planificación urba-na 10 le da potestad a las municipalidades para elaborar planes reguladores urbanos. Otra nor-mativa también establece que los planes dentro de parques nacionales -llamados de manejo- son requeridos para los objetivos de este sector.

La lógica del esquema de la figura 2 solamen-te tiene sentido si se observa un ordenamiento incluyente, donde las áreas protegidas son los atractivos motivadores, los centros urbanos la esencia del intercambio cultural y la playa el sector donde el visitante tiene el espacio para disfrutar con servicios básicos de alta calidad. Por lo tanto, todos los componentes están inte-rrelacionados conformando un sentido de soste-nibilidad desde el punto de vista del desarrollo turístico.

Centros turísticosLos espacios geográficos delimitados por cen-

tros de turismo tienen la función de identifi-car los sitios donde potencialmente se puede desarrollar productos turísticos comercialmente exitosos hacia donde se deben dirigir inversiones públicas como carreteras, aeropuertos, acue-ductos rurales, puentes, telecomunicaciones, tendido eléctrico, etcétera. También permiten seleccionar sitios de interés para la comunidad y áreas de protección absoluta de la naturaleza para el mejoramiento del paisaje natural. Es

Figura 3. Centros turísticos de la unidad Guanacaste Sur

10 Ley de planificación urbana.11 El Plan de uso de la tierra de Guanacaste Sur determinó que un frente costero de 108 kilómetros de costa son área natural protegida para el turismo. ICT-Municipalidad. JICA-ICT. 2001.

Page 42: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

41

mentos de litoral ha contribuido a la situación de caos costero actual. Ello se refleja en los múl-tiples segmentos de costa con planes reguladores parciales cuyos interesados presionan por la obtención de concesiones del sector amojonado y planificado con recursos privados.

Siendo la planificación del territorio un asunto de potestad y función pública, debería recuperarse la competencia y autoridad de los gobiernos municipales para planificar y contro-lar el desarrollo urbano dentro de los límites de su territorio jurisdiccional 12. A nivel nacional, siguiendo el esquema de planificación nacional de la figura 1, se realiza la confección de nuevos planes reguladores integrales que permiten: (1) asegurar tierras para atraer la inversión privada en hoteles, especialmente de tamaño mediano y de calidad alta; (2) preparar centros de atrac-ciones en áreas turísticas para promocionar el desarrollo de áreas turísticas atractivas; (3) des-tinar tierras para las comunidades y gente local existente de tal manera que puedan permanecer en las áreas, y (4) acomodar gente reubicada de las áreas para hoteles y centros de atracciones.

Es preciso recalcar que todo centro turístico

en el litoral debe estar cubierto por un plan regu-lador integral que fusione planes reguladores segmentarios y establezca una sola visión para el destino en sí mismo. La tarea ya la inició el ICT con la elaboración de siete de estos ordenamien-tos en el Caribe, Guanacaste Sur y Corcovado, pero quedan pendientes los sectores costeros del Pacífico Central y de Guanacaste Norte, que son zonas de alta demanda turística.

Bienes raíces en el litoralA nivel nacional, cerca del 60 por ciento de

la zona marítimo terrestre (zmt) ya ha sido abar-cada por planes reguladores costeros, y está a la espera de la inversión turística o compradores de tierras. Las instalaciones turísticas han sido desarrolladas no solamente en la zona restrin-gida sino también detrás de la zmt, la que no está sujeta al control de la Ley de zona maritimo terrestre sobre el uso de la tierra. Este panora-ma presiona la permanencia de las poblaciones locales en términos de mercado; y algunos de los residentes dueños de tierra toman la decisión de vender sus terrenos privados fuera de la zmt, y otros que no cuentan con los medios para

12 OJ-096-2005. Procuraduría General de la República.

Costa costarricense Gregory Basco

Page 43: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

42

pagar una planificación costera13, amojonamien-to y trámites legales ceden ante inversionistas de bienes raíces su derecho de posesión 14. El aspecto anotado tiene impactos negativos en la sostenibilidad del producto al tratarse de despla-zamientos “hormiga” de pueblos completos que son sustituidos por planta turística que excluye el elemento humano del destino, convirtiéndose en destinos turísticos sin gente.

El impacto de la sustitución de pueblos por planta turística hace también que a corto plazo el turismo doméstico pueda ser excluido de los principales destinos turísticos si consideramos que las presiones del mercado tienden a disparar los precios por encima del presupuesto nacional que se dedica a la recreación por parte de la mayoría de los hogares costarricenses 15. Por ello es fundamental que la delimitación de centros turísticos descubra y/o consolide sitios de espe-cialización en turismo interno para que luego se puedan enfocar esfuerzos en la promoción de destinos a la medida del mercado nacional.

Existe un mercado clandestino de oferta y demanda internacional que eleva los precios de terrenos en sectores que aún no cuentan con derechos de concesión, lo que indica que en materia de compra y venta de esos derechos la seguridad jurídica no esta garantizada a los potenciales inversionistas.

Patrimonio natural del estado El bosque costero como patrimonio natural

del estado tiene la función de garantizar los paisajes en accidentes geográficos y/o manglares, rías y marismas que mejoran el producto turís-tico a futuro dentro de su sistema de manejo planificado mostrado en la figura 2. La inter-pretación de actividades de ecoturismo que se puede realizar en las zonas costeras según la Procuraduría General de la República16 reza que “los bosques y terrenos forestales ubicados en la zona marítimo terrestre, dentro de áreas inalienables, de titularidad estatal, constituyen bienes integrantes del patrimonio natural del

estado, en virtud de la afectación inmediata, sin concurrencia de la Administración, que hace la Ley forestal (artículo 13 y 14). Por consiguiente, están bajo administración del Ministerio del Ambiente y Energía”17.

El pronunciamiento de la Procuraduría marca un hito junto a la aplicación del modelo de pla-neamiento nacional y obliga al Ministerio del Ambiente a certificar los sectores dentro de la zona costera que cuentan con bosque y/o apti-tud forestal en los terrenos comprendidos en la zona restringida de la zmt. Tales certificaciones de bosque que conforman el patrimonio natural del estado excluyen estas áreas del desarrollo de facilidades para atención del turista y modifican significativamente los usos de todos los planes reguladores integrales. Ello no debería ser pro-blema si se hacen las determinaciones en forma eficiente en razón del tiempo. Sin embargo, lo ocurrido es que no existe una respuesta rápida de definiciones de bosque18 y lo que prevalece al momento de escribir este artículo es la incer-tidumbre sobre la aprobación de concesiones en zona costera acordes con la planificación nacio-nal trazada por el ente nacional de turismo.

El incremento habitacional en la costa mode-lado al año 2012 bajo el escenario de turismo

Figura 4. Proyección de oferta de hospedaje en la zona costera nacional

2002 2012

No. hab. No. hab. Incremento

Guanacaste Norte 5.445 8.473 3.028

Guanacaste Sur 1.089 2.492 1.403

Puntarenas e Islas 3.267 4.486 1.219

Pacífico Central 4.356 5.981 1.625

Pacífico sur 2.178 3.489 1.311

Caribe sur 1.452 2.492 1.040

Caribe Norte 2.178 2.492 314

Total Costa 19 965 27 413 7 448

Total Nacional 36299 49 842 13543

Fuente: Elaboración propia a partir del Plan Nacional de Desarrollo 2002-2012

13 El ICT, el Invu y las municipalidades no deben aprobar o adoptar, según el caso, planes reguladores costeros cuya elaboración ha sido gestionada, contratada y financiada por sujetos de derecho privado. OJ-096- 2005. Procuraduría General de la República.14 Según artículo 70 de la Ley de zona marítimo terrestre, en “Normas que regulan las actividades turísticas” (Pg. 178).15 Estudios realizados por el Banco Central de Costa Rica estiman el turismo doméstico en 1.351.000 personas con periodos de vacación que coinciden en tiempo y espacio con el turismo internacional. 16 C-297-2004. Procuraduría General de la República de Costa Rica.17 C-297-2004. Octubre de 2004. Procuraduría General de la República. 18 Existen al menos 145 planes reguladores detenidos en su aprobación debido a la prueba metodológica que realiza el Minae para definir bosques.

Page 44: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

43

sostenible exige un incremento de 7.448 habita-ciones en las diferentes unidades (figura 4).

Es claro que la unidad Guanacaste Norte tiene mayor demanda que otras del país por la dinámica turística reciente incentivada por el incremento de líneas aéreas con vuelos directos e itinerados al destino.

Es aquí donde se observa el sentido de la pla-nificación nacional con identificación de centros turísticos que permitan concentrar el desarrollo de las unidades turísticas y liberar de presión las áreas patrimonio natural del estado. Valga anotar que bastarían 53 hectáreas de terreno en centros turísticos ubicados en la zona marítimo terrestre de las siete diferentes unidades costeras para cumplir con la meta de desarrollo turístico sostenible del año 2012 a un promedio de 20 habitaciones por hectárea. Ello representa el 1,1 por ciento de la totalidad de las 35.000 hectáreas disponibles19 en la zona costera.

Conclusiones· El medio por excelencia que tiene el país y

las zonas costeras para generar riqueza que se traduzca en beneficios para los destinos es el turismo sostenible litoral.

· Las situaciones de anarquía en relación con la espontaneidad del crecimiento costero y la poca atención a la correcta aplicación de la zona marítimo-terreste es tema pasado y se ha desarrollado planeamiento desde el nivel nacional hasta el local de forma vinculante

que ordena en forma consecuente el desarro-llo turístico.

· Los diferentes grados de planificación per-miten ajustar la sostenibilidad y alta calidad hasta el nivel de la identificación de centros turísticos que requieren planes reguladores de carácter integral que sustituyen a los multisegmentarios. La razón de ello es que se encuentran en él claramente establecidos los espacios de atracción de inversión, de apoyo a la población local y de protección ambiental.

· La planificación costera, la urbana y la de manejo de áreas protegidas debe ser vincu-lada decididamente para apoyar la política nacional de turismo bajo el factor común de la sostenibilidad.

· El encarecimiento de la tierra es un fenóme-no que tiene que ver con la alta demanda y la presión de inversión consecuente en unida-des turísticas tales como Guanacaste Norte.

· La determinación del patrimonio natural del estado marca un hito en la administración local y nacional del sector y ratifica la necesi-dad de mantener un sistema de centros turís-ticos que recibe proyecciones claras a nivel nacional de cuanto se debe crecer.

· La meta de incremento de 7.448 habitaciones en el año 2012 se cumple con la concreción de centros de desarrollo en el 1,1 por ciento del territorio disponible.

19 Se debe restar las declaradas bosques y/o de vocación forestal según C-297-2004.

San Juan del Sur, Nicaragua Alfredo Huerta

Page 45: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

This article goes through the main agreements and discussions emerged from the global and regional encounters on coastal-marine conservation efforts. Lessons learnt and reached through Coopesolidar´s R. L. and Coope tárcoles´s R. L. associativity are shared. Among the main thoughts are: the lack of clarity, from a political and technical point of view, about the existent differences in the fishing sector and the need to precise what is understood as artisanal fishing. The importance of coping and regulating the marine environmental impact of fishing arts such as dragging and a the coastal-marine development model that deepens the differences in equity and distribution of benefits from conservation are finally highlighted.

PESCA ARTESANAL Y PARTICIPACIÓN EN CONSERVACIÓN DE RECURSOS

MARINO-COSTEROSpor MARVIN FONSECA Y

VIVIENNE SOLÍSEl presente artículo hace una revisión de los principales acuerdos y discusiones surgidas de los encuentros globales y regionales sobre los esfuerzos de conservación marino costero. Además se comparte lecciones aprendidas que, desde Coopesolidar R. L. y Coopetárcoles R. L., se han alcanzado en el marco de su relación de asociatividad. Entre las principales reflexiones destacan: la falta de cla-ridad -desde lo político y lo técnico- sobre las diferencias existentes en el sector pesquero y la necesidad de precisar qué se entiende por pesca artesanal. Finalmente, se resalta la importancia de hacer frente y regular el impacto ambien-tal marino que provocan las artes de pesca de arrastre y los impactos de un modelo de desarrollo marino costero que profundiza las diferencias de equidad y distribución de beneficios derivados de la conservación.

R E S U M E N

Marvin Fonseca, geógrafo, y Vivienne Solís, bióloga, funciona-rios de Coopesolidar R. L., elaboraron este artículo en repre-sentación de esta entidad.

E n los últimos años, la comunidad científica y los diferentes estados del mundo han prestado particular atención a la situación que experi-

mentan los océanos, los mares y las zonas marino-cos-teras. La sobrepesca, la investigación, la creación de áreas protegidas marinas, la seguridad alimentaria, las relaciones entre los usuarios de los recursos y el mar y la gobernanza de recursos naturales son algunos de los asuntos que se han discutido en los principales foros globales. En medio del debate parece diluirse uno de los temas centrales en la conservación de los recur-sos marino-costeros: los pescadores artesanales y su forma de vida. El presente artículo tiene por objetivo compartir algunas de las principales recomendaciones surgidas de las discusiones globales y, también, com-partir algunas lecciones aprendidas por Coopesolidar R. L. y Coopetárcoles R. L.1 en su compartida búsque-da de alternativas de promoción de la pesca artesanal como forma de vida digna y como actividad que hay que preservar en la lucha por la conservación de los recursos marino-costeros incorporando los aspectos sociales y la participación.

Qué se dice en foros mundialesEs en los últimos años que se han celebrado los

1 A principios de 2003, Coopesolidar y Coopetárcoles iniciaron una relación de fortalecimiento mutuo como parte de un proyecto de liderazgo de la Fundación Avina, lo que permitió poner en práctica algunas de las recomendaciones del X Congreso Nacional del Movimiento Cooperativo Costarricense en materia de ambiente y desarrollo sostenible. La alianza tiene como objetivo general incidir en la incorporación de la temática ambiental y de desarrollo sostenible dentro del marco de las actividades de pesca artesanal de Coopetárcoles a través de una relación de asociatividad y colaboración novedosa, una alianza estratégica cooperativa empresarial fundamentada en la responsabilidad social y ambiental. Se espera que la iniciativa permita el uso sostenible del recurso pesca, la conservación de los recursos marino-costeros y formas de desarrollo local justo y equitativo derivado de los beneficios del uso de los recursos marino-costeros.

Page 46: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

45

principales foros globales relacionados con los temas de conservación y aprovechamiento de los recursos naturales, a saber: Congreso Mundial de Parques, en Durban en 2003; Congreso Mundial de la Naturaleza, en Bangkok en 2004; Congreso Mundial de Áreas Protegidas Marinas, en Australia en 2005. Paralelo a esto se han realizado diversas reuniones de las partes sig-natarias de los principales convenios interna-cionales: Convención de Diversidad Biológica, Ramsar y Cambio Climático y Foro Mundial de Pescadores, en Lisboa en 2004.

En el ámbito regional centroamericano tam-bién se ha abierto una discusión sobre los temas marino-costeros. Destaca la Reunión de Pescadores de Pequeña Escala, en Guatemala en 2005; el Taller sobre Conservación Marina del Congreso de la Sociedad Mesoamericana de Biología y Conservación, en Ceiba en 2005, y el próximo Encuentro de Áreas Protegidas, en Panamá en 2006. Además, es fundamental destacar la iniciativa del Corredor Marino de Conservación del Pacífico Este Tropical (apoya-do por Unesco, Pnud, Principado de Mónaco y oenegés como Conservación Internacional y Mar Viva) que busca interconectar las islas continen-tales de Gorgona (Colombia) y Coiba (Panamá) con las islas oceánicas de Malpelo (Colombia) y Coco (Costa Rica) y con el archipiélago de Galápagos (Ecuador). Estos eventos marcan la agenda global y regional de trabajo relacionado con el tema de conservación marina y zonas costeras, y en particular con las recomendacio-nes y compromisos emanados de la Convención de Diversidad Biológica (CDB) y plasmados en el plan de trabajo definido por los países signatarios de ésa en el tema de áreas protegidas. De las dis-cusiones relacionadas con participación, equidad y gobernanza, llevadas a cabo en esos eventos, se desprenden cuatro grandes temas a trabajar por los estados parte de la CDB y por la comu-nidad científica internacional: (a) agotamiento acelerado de los recursos marino-costeros, (b) reconocimiento e implementación de diversas formas de gobernanza de recursos naturales y áreas silvestres protegidas, (c) reconocimiento de la historia, la cultura y la seguridad alimen-taria y (d) aplicación de instrumentos para la conservación de los recursos marino-costeros.

Agotamiento de recursos marino-costerosSegún fue evidenciado en Durban en 2003

y ratificado en los demás foros internacionales antes mencionados, pese a que se ha logrado un aumento en el establecimiento de áreas de conservación a nivel global, alcanzando alrede-dor del 11 por ciento del planeta, menos de un 1 por ciento está conservando mares y costas del mundo. Esta situación evidencia la gran vul-nerabilidad de los recursos pesqueros y de otras valiosas reservas de biodiversidad ante la explo-tación excesiva de ellos (World Parks Congress 2003). Aunado a este punto es preciso resaltar el hecho de que la mayor parte de las grandes aglomeraciones urbanas del mundo se concen-tran cerca de las zonas costeras, lo que exige el desarrollo de formas de gestión de ellas que ase-guren su sostenibilidad en el largo plazo. A la luz de esta situación se recomienda a los estados y a la comunidad científica internacional promover la creación de una red de áreas de conservación marina -entre otros- a partir de tres elementos: (1) involucrar a las comunidades indígenas y locales y a los interesados directos (comunidades locales, tradicionales, pueblos móviles, indíge-nas) que sean pertinentes en la planificación participativa y en la gobernanza recordando los principios del enfoque por ecosistemas (Ibid.); (2) reconocer la importancia socioeconómica de los recursos marinos para la población mundial y en particular para las poblaciones costeras (Ibid.), y (3) reconocer y respetar las leyes y las estructuras tradicionales asociadas a los recursos marino-costeros (Impac1 2005).

Diversas formas de gobernanza

Gobernanza de recursos naturales y áreas sil-vestres protegidas refiere a un abordaje integral y profundo en la gestión de éstas. Está asociado con las interacciones entre las estructuras, los procesos y las tradiciones que determinan cómo se ejercita el poder, cómo se toman las decisiones sobre asuntos que preocupan a la gente y cómo los ciudadanos y otros interesados directos pue-den expresarse.

En Durban quedó clara -al menos en el tema de conservación de recursos naturales y áreas silvestres protegidas- la importancia de reconocer cuatro formas de gobernanza: guber-namental, privada, comanejo y comunitaria. Posteriormente, en la reunión de las partes del CDB se hizo un llamado a los estados a que

Page 47: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

46

hagan esfuerzos por desarrollar procesos que creen espacios protegidos a la luz de las diferen-tes formas de gobernanza, según sea el caso par-ticular. Este tema se retoma en el programa de trabajo de áreas protegidas de la CDB definido en la COP VII, Kuala Lumpur, en 2005.

En el Impac1 (Ibid.) se avanza más en la discusión y se hace un llamado al desarrollo e implementación de áreas de conservación marina bajo formas de gobernanza comunitaria y comanejo. Se reconoce la necesidad de que los involucrados directos con los recursos marinos participen en el diagnóstico, alternativas de soluciones, toma de decisiones y distribución de beneficios derivados de la conservación de los recursos marinos costeros.

Historia, cultura y seguridad alimentaria

Una de las principales luchas del Foro Mundial de pescadores y trabajadores/as de la pesca ha sido la búsqueda de un reconocimiento por parte de la comunidad internacional de la importancia de la pesca artesanal como actividad económica relevante para la creación de empleo, la seguri-dad alimentaria y la erradicación de la pobreza de las poblaciones costeras.

Muy vinculados al reconocimiento de las diversas formas de gobernanza, en particular las asociadas a la conservación comunitaria, se resaltan los vínculos entre las personas y el mar. En relación con el tema de la pesca artesanal y las relaciones existentes entre las comunidades pesqueras y el mar, en el Impac 1 se reconoció la relación económica y alimentaria existente entre dichas comunidades y los recursos marinos, en lo que se entremezclan valores espirituales y religiosos; así como la interdependencia cultu-ral y ecológica entre las comunidades y el mar. Además de ello, se señala la importancia de respetar los derechos, las culturas, los valores, el conocimiento y las instituciones asociadas a los recursos marino-costeros. Además, con-sensuadamente en los diferentes encuentros internacionales, se reconoce la importancia de tomar medidas para disminuir la sobrepesca y las artes perjudiciales a los recursos marino-cos-teros. En este sentido, en Durban se envió una recomendación al CDB que fue retomada en la Séptima Reunión de las Partes en Kuala Lumpur (ver recuadro).

Decisiones de la Séptima Conferencia de las Partes en el CDB

Las áreas protegidas marinas y costeras en las que se permite usos extractivos contendrían áreas sujetas a controles específicos de cada sitio que tengan un objetivo explícito de diversidad biológica o un efecto reconocido de diversidad biológica. Esos controles pueden tener también otros objetivos (por ejemplo, económicos o sociales). En muchos países pueden abarcar la mayoría de áreas dentro de las redes de áreas protegidas marinas y costeras y ofrecer la mayor parte de los beneficios de biodiversidad. Como ejemplo cabe citar los controles sobre métodos de pesca (por ejemplo, restricción de arrastre de fondo), controles sobre la extracción de ciertas especies (por ejemplo, especies que configuran hábitat), cierres rotativos y controles de conta-minación y sedimentación.

Las prácticas de gestión sostenible del ambiente marino y costero a escala más amplia podrían implicar restricciones generales que se aplicarían a toda la zona (por ejemplo, prohibi-ción de ciertos métodos de pesca destructivos), y restricciones en determinados sitios impuestas con fines ajenos a la diversidad biológica (por ejemplo, a la pesca de arrastre para proteger cables, restricciones con fines de defensa). Esas prácticas pueden contribuir a proteger la diver-sidad biológica de diversos modos, entre los que están los beneficios directos para la diversidad biológica (por ejemplo, las restricciones contra la pesca de arrastre para protección de los cables, también pueden proteger especies de diversidad biológica sensible como los corales y las espon-jas) (CDB 2004).

Instrumentos y herramientas para conservación

Otro elemento integrador de discusiones fue el reconocimiento, por parte de la comuni-dad científica internacional, de la necesidad de promover el uso de instrumentos que permitan un aprovechamiento sostenible de los recursos marino-costeros, así como la necesidad de refor-zar las áreas de conservación marinas existentes en el planeta. En este sentido se recomienda la implementación de dos instrumentos para la conservación de los recursos marino-costeros: (1) creación de una red de áreas de conservación marinas bajo diferentes formas de gobernanza

Page 48: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

47

-no obstante queda claro en las discusiones que las áreas de conservación marinas deben res-ponder a dos objetivos fundamentales: proteger el hábitat y la biodiversidad marina y mantener la pesca como actividad viable y sostenible en el largo plazo-; y (2) adopción de instrumentos de pesca responsables y voluntarios: el Código de pesca responsable2 promovido por Fao basa su funcionamiento en nueve principios, entre los que vale destacar: (a) el derecho a pescar lleva la obligación de hacerlo de forma responsable; (b) el gobierno debe evitar la sobreexplotación de los recursos marinos, o sea, la pesca excesiva y desmedida y promover la pesca responsable; (c) las decisiones sobre conservación y ordena-ción deben tener fundamentos y, por esto, deben basarse en datos científicos serios y también tomar en cuenta los conocimientos tradicionales de los pescadores, y (d) el gobierno debe recono-cer la contribución que hace la pesca artesanal y en pequeña escala al empleo, a los ingresos y a la seguridad alimentaria.

Desde la perspectiva de la conservación del mar, la integración de herramientas de conservación in situ y ex situ son esenciales. Particularmente en este caso, la participación social de los sectores de pesca artesanal en los ejercicios de zonificación marina y protección se hace urgente y fundamental para alcanzar niveles de protección y manejo sostenible de estos recursos que no los lleven a un nivel de destrucción irreversible. Si bien se ha avanzado en el marco conceptual orientado a la definición de políticas internacionales, herramientas de protección y control, es claro que aún estamos lejos de garantizar con una visión a largo plazo la utilización de los recursos del mar.

Pesca y conservación marina en Costa Rica

En el ámbito nacional también se han hecho diferentes esfuerzos por analizar el tema de pesca y recursos marino-costeros desde diversas ópticas, por parte de distintos actores (científi-cos, instituciones estatales, grupos no guberna-

mentales). La recientemente aprobada Ley de pesca y acuicultura, la propuesta de decreto de protección de los ecosistemas coralinos dentro y fuera de áreas protegidas y las campañas contra el aleteo de tiburones son algunos ejemplos a resaltar.

En abril de 2005 se aprobó en la Asamblea Legislativa y se publicó en el periódico oficial La Gaceta esa Ley, que reforma las regulaciones jurídicas que datan de 1948. El objetivo de ella es fomentar y regular la actividad pesquera y acuícola en sus diferentes etapas, correspon-dientes a la captura, extracción, procesamiento, transporte, comercialización y aprovechamiento sostenible de las especies acuáticas3.

La promulgación de tal Ley es muy positiva y ella es muy necesaria para el país, pero no es sufi-cientemente clara respecto de las regulaciones ante el arte de pesca de mediana y gran escalas. Tampoco hace una adecuada diferenciación entre los diversos tipos de pesca, principalmente en cuanto a los impactos negativos para la pre-servación de los recursos marino-costeros: tal es el caso de las artes de arrastre, siendo éste el principal problema para garantizar la conserva-ción de los recursos. Por otra parte, se mantiene el reto generalizado de informar a los sectores interesados más marginados (pescadores arte-sanales y de subsistencia) de los contenidos de esta Ley. La falta de información está situando en posición de total vulnerabilidad a los sectores con menos oportunidades, lo que hace suponer que los costos de la conservación de los recursos marino-costeros empezarán a recaer en peque-ños pescadores del país.

En esta discusión es importante resaltar, ade-más, un problema vinculado con las institucio-nes gubernamentales que cuentan con autoridad y responsabilidad ante los recursos naturales marino-costeros y los sectores sociales asociados: Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca), Ministerio de Ambiente y Energía, Servicio Nacional de Guardacostas, Secretaría Técnica Nacional Ambiental, Servicio Nacional de Riego y Avenamiento, Instituto Nacional de

2 El Código de Pesca Responsable ha sido impulsado por el Departamento de Pesca de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura (Fao) desde 1995. Su aplicación de carácter global y su adopción es voluntaria. Busca ordenar y garantizar el bienestar de la actividad pesquera nacional e internacionalmente, así como defender los intereses de todos los que se relacionan con el sector pesquero.3 Se estima que nacionalmente hay cerca de 15.000 pescadores, y que la flota industrial de gran escala es de 60 barcos, con 40 embarcaciones activas que utilizan artes de pesca de arrastre –no obstante que el CDB hizo las recomendaciones del caso a los estados-parte para regular estas artes de pesca.

Page 49: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

48

Aprendizaje, Instituto Costarricense de Turismo, Ministerio de Salud, Caja Costarricense de Seguro Social, Poder Ejecutivo, Ministerio de Hacienda, Sistema Bancario Nacional, Ministerio de Relaciones Exteriores, Ministerio de Comercio Exterior, Contraloría General de la República e Instituto Mixto de Ayuda Social. Ante este panorama institucional queda claro que uno de los retos a fin de garantizar una buena gobernanza de los recursos marino-cos-teros es garantizar una coordinación eficiente y eficaz de tantas instituciones. Además de ello, es importante resaltar que en el centro de este “mar institucional” se ubica el pescador artesanal, en

la mayoría de los casos sin las oportunidades de acceder a dichas instancias (Solís, Madrigal y Robles 2005).

Desde hace dos años se han acelerado las negociaciones políticas para crear el Corredor Marino de Conservación del Pacífico Este Tropical; en 2004 se realizó una reunión con los cuatro gobiernos involucrados de la región, se firmó la Declaración de San José y se definie-ron los principios y objetivos de esa iniciativa. Recientemente, la Secretaría Ejecutiva ha sido nombrada por dos años más, hasta 2007. Pese a que en la planificación estratégica de esta ini-ciativa no está claramente plasmado, se espera y es necesario que una vez finalizada la etapa de discusión y consenso político, se empiece con acciones orientadas a la promoción e incorpora-

ción del sector de pesca artesanal en el proceso de su consolidación.

Coopetárcoles: pesca artesanal y cooperativismo

Coopetárcoles, una de las pocas cooperativas de pesca artesanal en Costa Rica, tiene su sede en la comunidad de Tárcoles (cantón Garabito, golfo de Nicoya, costa pacífica). Fue creada en 1980 con el fin de comercializar directamente el producto, financiar equipo de pesca y capacitar a los pescadores. Tiene 20 años de trabajo per-manente y servicio a la comunidad. Cuenta con 31 socios activos: 26 hombres y 5 mujeres. Sus

principales actividades son: recibir el pescado y buscar mejores precios, guardar el equipo, facili-tar y distribuir la gasolina exonerada, financiar equipo y realizar reparaciones, proveer el hielo y apoyar en la gestión de las licencias de pesca. Su flota pesquera está compuesta de lanchas de poca independencia de navegación, sin sistema de ubicación geográfica y, mayoritariamente, con motores de propulsión de bajo caballaje (entre 15 y 45 HP). El 50 por ciento de ellas tiene hieleras (Mar Abierto 2005). En cuanto a artes de pesca, la cooperativa cuenta con tres grupos: los que pescan exclusivamente con trasmallos (30 por ciento), los que pescan solo con líneas (20 por ciento) y los que pescan con ambos (50 por ciento).

Isla del Coco, Costa Rica Luis D. Marín S.

Page 50: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

49

En el marco de la relación de asociación desa-rrollada por Coopesolidar y Coopetárcoles se ha venido dando pasos que permitan potenciar la pesca artesanal como forma de trabajo digno y asegurar los recursos marino-costeros. La imple-mentación del Código de Pesca Responsable, el rescate y fortalecimiento de la pesca artesanal como forma de vida y el acercamiento del cono-cimiento tradicional al conocimiento científico son tres procesos que detallamos a continua-ción:

Código de pesca responsableCoopetárcoles ha incluido en los estatutos

cooperativos como uno de sus objetivos la bús-queda de formas de gestión sostenible de los recursos naturales y culturales. Se ha promovido el desarrollo de un proceso de identificación de los valores y actividades que pueden desarrollar a partir del Código de pesca responsable de Fao que ha conducido a la adopción voluntaria de un código de pesca responsable propio.

La experiencia de Coopetárcoles es la prime-ra de este tipo en el país, valiéndole el reconoci-miento en el ámbito regional. Los asociados que no cumplen con las regulaciones establecidas son sancionados según lo define el Consejo de Administración de Coopetárcoles (ver Anexo 1).

Rescate y fortalecimiento de la pesca artesanal como forma de vida

En esta línea se puede indicar tres elementos: hacer las gestiones necesarias para asegurar que las voces de los pescadores artesanales sean escu-chadas en diferentes foros; divulgar una clara diferenciación conceptual -respecto de lo ecoló-gico- entre los impactos de la pesca artesanal y los de la pesca industrial camaronera, y brindar el acompañamiento técnico que permita avanzar hacia formas productivas que contribuyan a la reducción de la pobreza en la comunidad.

Merece la pena mencionar que el 8 de agosto de 2005 el Consejo de Administración de Coopetárcoles envió una nota a la Junta Directiva de Incopesca solicitando mayor con-trol sobre la flota camaronera, ante lo que funcionarios de esa entidad, por primera vez, coordinaron con funcionarios del Servicio de Guardacostas y, por lo menos una vez, realizaron acciones de control en esa área. Dado que el problema no se ha logrado solucionar, en enero de 2006 se invitó a Tárcoles a la defensora de

los Habitantes, y ella en su visita prometió que brindaría especial atención a la situación men-cionada. Se espera, en el corto plazo, proteger las áreas de aprovechamiento de los pescadores de Tárcoles de los impactos de la pesca de arrastre practicada por la flota industrial.

Conocimiento tradicional y conocimiento cien-tífico

En los últimos años se ha logrado establecer canales de divulgación y de encuentro entre el conocimiento científico y el sector pesquero. Se ha elaborado una serie de publicaciones y materiales con el objetivo de que la información permita mejorar la toma de decisiones. Uno de los pasos dados es el hecho de que los pesca-dores artesanales estén desarrollando una base de datos con información sobre la pesca y los sitios de pesca, lo que les ha de permitir tomar las decisiones de uso y manejo de los recursos pesqueros y desarrollar nuevos emprendimientos en su región. Además de ello se ha facilitado el establecimiento de relaciones y alianzas entre los pescadores artesanales de Coopetárcoles, organizaciones no gubernamentales orientadas a la investigación científica y universidades con el fin de promover el intercambio de conocimiento y compartir información valiosa sobre la riqueza natural del golfo de Nicoya.

Lecciones aprendidas Sobre el tema organizativo se debe resaltar

que las cooperativas siguen siendo estructuras que permiten una mayor equidad en la dis-tribución de beneficios -si bien es cierto que se requiere fortalecimiento y capacitación que potencien la forma en que se aplican práctica-mente los valores cooperativos. La cooperativa es una forma apropiada para la reducción de la pobreza y la responsabilidad social de la empresa con la comunidad.

Como país y región estamos en una coyun-tura propicia para abordar el tema marino con responsabilidad social. Costa Rica se ha com-prometido a establecer áreas protegidas marinas hasta un 25 por ciento; pese a ello, son claras las brechas de información, la diversidad de lógicas y de intereses políticos y económicos alrededor del tema. Ni técnica ni políticamente hay clari-dad en el país acerca de qué es pesca artesanal, y es urgente abrir los espacios para lograr esclare-cer eso. Se debe descubrir los vínculos existentes

Page 51: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

50

entre pesca artesanal, preservación cultural y conservación marina.

En las discusiones técnicas y políticas en el país son frecuentes las referencias al sector pesquero como un sector homogéneo integrado por camaroneros, artesanales, de subsistencia, atuneros, sardineros, etcétera. Pero cada uno de éstos representa voces con requerimientos, opor-tunidades para el desarrollo e intereses muy disí-miles entre sí. Frente al reto de lograr propuestas integrales, es necesario reconocer las diferencias existentes en este sector. Además, desde una perspectiva orientada hacia la promoción de la equidad es necesario integrar a los grupos más marginados (en este caso los pescadores artesa-nales) en las mesas de planificación y toma de decisiones de conservación y desarrollo del mar.

Existe una lucha pendiente frente al impacto ambiental marino de los barcos camaroneros y las artes de pesca de arrastre. La Ley de pesca lamentablemente no aborda con la seriedad y urgencia requeridas ese tema, y es fundamental hacerlo.

El desarrollo y el establecimiento de herra-mientas, la elaboración de códigos voluntarios de pesca y la recolección de datos de pesca desde lo local, tal y como se ha venido haciendo a partir de la relación de asociatividad entre Coopetárcoles y Coopesolidar, son pasos hacia

la preservación de los recursos marinos y el mejoramiento de la calidad de vida de las miles de personas que viven de la pesca artesanal en el país.

Referencias bibliográficas

CDB. 2004. Anexo de decisiones adoptadas por la Conferencia de las Partes en el CDB en su Séptima Reunión.Impac 1. 2005. Congress Program and Absracts. Geelong Australia.Mar abierto [boletín], 1, 2005.Solís, V., P. Madrigal y S. Robles. 2005. La Ley de pesca y acui-cultura: Hacia un diálogo sobre la pesca, la ética y el mar. San José.World Parks Congress. 2003. Benefits Beyond Boundaries. Proceeding of the Vth IUCN Word Parks Congress. Durban, Sudáfrica., 8 al 17 de septiembre de 2003, Recomendaciones, WPC Rec. 5.17.

Anexo 1. Nuestro Código de Pesca Responsable

Los asociados de la Cooperativa de Pescadores de Tárcoles, Coopetárcoles R.L., entendemos nuestra responsabilidad social y ambiental como cooperativa de pesca artesanal, y en cumpli-miento de uno de nuestros objetivos establecido en los Estatutos: “Promover la búsqueda de for-mas de gestión sostenible de los recursos natura-les y culturales”, adoptamos voluntariamente el siguiente Código de Pesca Responsable.

Isla del Coco, Costa Rica Avi Klapfer

Page 52: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

51

Estamos conscientes de que:• El recurso pesquero del golfo de Nicoya ha

sido seriamente deteriorado por la sobreex-plotación y la contaminación.

• El camarón y la langosta son especies de gran valor para nosotros, pero son especies en peli-gro de extinción.

• Todavía los pescadores artesanales hacemos usos de algunas artes de pesca que dañan el recurso a largo plazo: trasmallos en la desembocadura de los ríos, pesca en la des-embocadura de los ríos, mallas menores a tres pulgadas, pesca con rastras artesanales y captura de especies amenazadas o en tallas muy pequeñas.Este Código de Pesca puede permitirnos mejo-

res relaciones de apoyo y de negocio: Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura, Ministerio del Ambiente, Instituto de Fomento Cooperativo (Infocoop) y sector privado de la zona.

Es fundamental para el desarrollo y bienestar de nuestras familias permitir la recuperación de la pesca y tomar medidas de salud e higiene en nuestra comunidad.

La Isla del Caño es un área de reserva para la langosta.

Reconociendo que mucho podemos hacer desde nuestra actividad diaria de la pesca arte-sanal nos proponemos desarrollar un proceso paulatino para:• Informar a todos nuestros asociados sobre la

problemática del golfo de Nicoya, su situa-ción ambiental y el impacto en nuestra vida, y compartir en la medida de lo posible estas información y preocupación con los demás compañeros pescadores artesanales.

• Definir entre todos los asociados principios de gestión ambiental que nos permitan mejo-rar y contribuir con la conservación, tratando de involucrar a la comunidad de Tárcoles.

• Nos proponemos cuidar y limpiar nuestra playa a través de: la formación de brigadas de limpieza, traer el pescado limpio a la playa, manipular el pescado adecuadamente, no desviscerar el pescado en la playa, lavar la panga y dejarla boca abajo, cambiar el aceite adecuadamente y reciclarlo, mejorar el espa-cio para la manipulación del pescado y aseo de la pileta.

• Saber más sobre las leyes vigentes, nacionales e internacionales, cumplirlas y procurar que otros las cumplan.

• Fortalecer y capacitar permanentemente al Comité de Vigilancia para actuar en denun-cias efectivas contra las artes de pesca des-tructivas u otros métodos dañinos al ecosis-tema marino.Para garantizar el cumplimiento de estos

acuerdos, el Comité de Educación y Bienestar Social desarrollará un proceso de educación sobre: (a) artes de pesca legales en el país y el impacto ambiental que tienen otros artes de pesca; (b) especies en vías de extinción: carac-terísticas de la especies, por qué están amena-zadas, ciclos de vida, etcétera, y (c) conocer la legislación ambiental y la forma en que podemos ayudar para hacerla cumplir.

Cuando un asociado incumpla las dispo-siciones establecidas en este Código de Pesca Responsable se le aplicará, según el artículo 19 de los Estatutos, una corrección disciplinaria por parte del Consejo de Administración. La prime-ra vez que incumpla recibirá una advertencia por escrito. La segunda vez que incumpla será suspendido de sus derechos como asociado.

Cuando exista una voluntad manifiesta para no cumplir lo establecido en este Código de Pesca Responsable, se tratará según lo estable-cido en el artículo 18 de los Estatutos como una causa que puede hacer perder la calidad de asociado. En este caso se debe seguir el procedi-miento establecido en el artículo 20, el Comité de Vigilancia o el Consejo de Administración deberán elaborar un informe, que será de cono-cimiento del Consejo de Administración, el cual informará al asociado sobre los cargos y pruebas en su contra. Se le brindará la oportu-nidad de presentar su defensa. El Consejo de Administración tomará la decisión, si se trata de una expulsión se deberá incluir como punto de agenda en una Asamblea General.

Le solicitamos a las instituciones de gobier-no competentes: Incopesca, Servicio de Guardacostas, Infocoop, Instituto Costarricense de Turismo, Instituto Nacional de Aprendizaje y al sector privado su apoyo y colaboración para que podamos cumplir con lo que voluntariamen-te aquí nos hemos comprometido.

[Firmado en Tárcoles el 20 de noviem-bre de 2004. Adoptado en Asamblea General Ordinaria y presentado a las autoridades compe-tentes en actividad pública el 8 de abril de 2005. Acompañamiento técnico de Coopesolidar].

Page 53: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

The sustainability of the coastal-marine resources requieres integral work, from governmental policies to local actions. The main participants are undoubtley the locals who must be directly involved and who in conjuction have to analyze the troublesome situations and search for alternatives. The article summarizes the work of the Area de Conservación Guanacaste (ACG) (Guanacaste Conservation Area), which is the responsible entity that manages the environment in the norteast of Guanacaste. The ACG has tried to search for a marine strategy that increases the development of the coastal-marine protected area. Among the first challenges of the ACG are: the environmental education, the identification of productive activities, the complete analysis of the social, political, and environmental problems as well as the interinstitutional coordination. These challenges have been worked along with the community in pursue of an effective management of the marine resources of this protected wild reserve.

ESTRATEGIA MARINA DEL ÁREA DE CONSERVACIÓN GUANACASTE

por GISELLE MÉNDEZLa sostenibilidad del recurso marino-costero requiere de un trabajo integral que, partiendo de políticas gubernamentales, se concretice con acciones locales. Los actores fundamentales deben ser los involucrados locales directos que, en conjunto, deben analizar la problemática y buscar alternativas. El articulo resume las acciones que el Área de Conservación Guanacaste (ACG), en el marco de su responsabilidad en cuanto a gestión ambiental en el noroeste de Guanacaste, ha desarrollado en busca de la implementación de una estrategia marina que permita desarrollar su zona marino-costera protegida. La educación ambiental, la identificación de las actividades pro-ductivas, el análisis integral de la problemática social, política y ambiental, y la coordinación interinstitucional, han sido los primeros retos que ACG ha decidido enfrentar en conjunto con la comunidad procurando un efectivo manejo integral de los recursos marinos de su área silvestre protegida.

R E S U M E N

Gisselle Méndez, administradora empresarial y especialista en turismo y mercadeo, es directora del Área de Conservación Guanacaste.

C osta Rica es reconocida nacional e interna-cionalmente por las acciones realizadas para la protección, la conservación y el manejo

de los diferentes ecosistemas ubicados en el territorio nacional, proceso que se inició a finales de la década de los sesenta y fue dirigido por el entonces Servicio de Parques Nacionales, que creó los mecanismos necesa-rios para que el país desarrollara leyes, organizaciones y acciones concretas en beneficio de la protección de ambientes naturales y culturales de relevancia para el desarrollo humano. A partir de aquellos primeros actos los costarricenses empezaron a familiarizarse con términos como “parque nacional”, “refugio de vida silvestre” y “reserva biológica” -entre otros-, correspondientes a diferentes categorías de manejo de las áreas silvestres protegidas que hoy representan el 25 por ciento de la superficie del territorio nacional y en las que se encuentra el cuatro por ciento de la biodiversidad mundial.

La protección y conservación del recurso marino-costero no fue la excepción. Desde la década de los setenta hay evidencias del interés del país en la con-servación de este ecosistema: la creación, en 1971, de la zona marina protegida del Parque Nacional Santa Rosa; el cierre de la parte interna del golfo de Nicoya para la pesca de arrastre, en 1975, y la declaración del Parque Nacional Marino Isla del Coco, en 1978. Durante los años ochenta y noventa también se desarrollaron varias acciones, pero es evidente que el tema de la necesidad de conservación de los recursos marinos se convirtió en un tema de interés nacional a partir del nuevo siglo.

El siglo XXI presenta nuevos y urgentes retos de cara a lo marino-costero. Se debe consolidar las áreas marinas protegidas ya existentes, promover procesos de participación integral con los diferentes actores comunales y atender de manera sostenible las nuevas demandas y amenazas sobre los recursos marinos. Sobre este último punto, el XI Informe del Estado de la Nación nos da una guía de cuáles son esas amenazas:

Page 54: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

53

los recursos mari-no-costeros son vulnerables a diversas amenazas, principalmente la contaminación, la sobreexplotación y el uso inadecuado de la biodiversidad (Programa Estado de la Nación 2004: 34). Dentro de los casos que mencio-na ese Informe están la sedimentación, la pérdida de reco-nocimientos por limpieza de playas -como lo es el pro-grama de Bandera Azul Ecológica- y la sobreextracción de biodiversidad mari-na para consumo humano. Y a lo indicado en tal Informe se puede agregar datos como el dado por Fao en 2002: el 75 por ciento de las poblaciones de peces de interés comercial en el mundo ya están sobrepes-cadas o en su límite biológico. Tampoco se debe olvidar el crecimiento de la infraestructura turís-tica en la zona marino-costera de Costa Rica: se proyecta que el 75 por ciento de la zona costera de Guanacaste sea desarrollada por la industria turística.

De acuerdo con todo lo anterior, la sostenibi-lidad del recurso marino-costero representa un gran reto, ante lo que es necesaria una política gubernamental clara e integral, pero sobre todo se requiere de acciones locales. Es precisa-mente en su rol de actor local que el Área de Conservación Guanacaste, durante 2004, defi-nió una estrategia de desarrollo del área marina protegida. Los retos y resultados obtenidos hasta la fecha se describen a continuación.

Área de Conservación GuanacasteLa institución costarricense rectora en la

administración de los recursos naturales es el Ministerio del Ambiente y Energía, que tiene en uno de sus ejes de acción al Sistema Nacional de Áreas de Conservación, al que, integrado por una unidad técnica y 11 áreas de conservación,

le compete lo referente a la materia forestal, la vida silvestre y las áreas protegidas.

Un área de conservación es una unidad terri-torialmente delimitada donde se relacionan actividades privadas y estatales y se procura soluciones conjuntas orientadas por estrategias de conservación y de desarrollo sostenible de los recursos naturales. Una de ellas es el Área de Conservación Guanacaste (ACG), ubicada en el noroeste de la provincia de Guanacaste, con una extensión total de 347.847 hectáreas. El área silvestre protegida (asp) del ACG representa el 47 por ciento de la totalidad de su territorio y está constituida por 120.000 ha en la zona terrestre y 43.000 en la zona marina. Tal asp está integrada por los parques nacionales Santa Rosa, Guanacaste y Rincón de la Vieja, por la Estación Experimental Forestal Horizontes, por el Refugio de Vida Silvestre Bahía Junquillal, por el Corredor Biológico Rincón–Cacao y por la sección noroeste del Corredor Fronterizo Costa Rica–Nicaragua. El área marina se ubica en los alrededores de la península Santa Elena y el golfo de Papagayo (ver figura). El asp cons-tituye una congregación de gran diversidad de ecosistemas entre los que se encuentran repre-sentados, desde el bosque húmedo del Caribe, hasta las zonas más secas del Pacífico de Costa

Page 55: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

54

Rica, pasando por el bosque nuboso, el seco, el manglar y los pastizales de jaragua. Se estima que en el ACG está representado el 65 por ciento de la biodiversidad costarricense.

Por las características de biodiversidad y su experiencia de manejo, definiendo un modelo participativo y adaptado a la realidad de la zona, en 1999 el asp del ACG fue declarado por Unesco sitio patrimonio mundial de la humanidad. Alrededor de esta asp se ubican las comunidades que integran los cantones de La Cruz y Liberia, así como los distritos de Aguas Claras y Dos Ríos de Upala, y Mogote de Bagaces. En esta zona denominada agropaisaje el ACG tiene su influencia en cuanto a materia forestal y vida silvestre.

La gestión técnica, administrativa y operativa del ACG siempre ha priorizado la búsqueda de la consolidación biológica, económica y social de sus áreas silvestres protegidas, en un esque-ma de manejo integrado y de desarrollo con las comunidades vecinas. En ese sentido el esfuerzo se refleja en los programas y departamentos del ACG, pero especialmente en las actividades desarrolladas y en las áreas de restauración y

de protección y conservación de sus asp y en su relación con el accionar de las comunidades aledañas. El objetivo general del ACG es la consolidación en el manejo, en la conservación, en la protección y en la restauración de la bio-diversidad y de los rasgos culturales caracterís-ticos de la ACG, promoviendo la integración y participación ciudadanas, su posicionamiento regional, la potenciación del recurso humano y la sostenibilidad financiera.

Estrategia marina de ACGLa zona costero-marina protegida del ACG

abarca 43.000 ha y cuenta con 110 km de línea de costa (equivalente al 10,8 por ciento de todo el litoral pacífico). Se inicia en bahía Tomás -cantón La Cruz- y termina en los cerros Carbonal -cantón Liberia-, incluyendo en su zona costera alrededor de 15 islas entre las que destacan las islas Murciélago, que es el archipiélago costarricense de mayor tamaño, además de las islas Los Cabos, Negritos y Bolaños, ubicada ésta en Bahía Salinas y de reconocida importancia para la anidación de aves marinas, así como las islas Muñecos y Loros en bahía Junquillal

Isla del Coco, Costa Rica Avi Klapfer

Page 56: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

55

Es a partir de 1971, con la creación del Parque Nacional Santa Rosa, que se iniciaron las gestiones dirigidas a la protección de la zona marina. Se ha construido estaciones biológi-cas que permiten promover y desarrollar estu-dios científicos, como los realizados en relación con las tortugas lora en la Estación Biológica Nancite, y de corales y otras especies marinas en la Estación de Isla San José.

La riqueza biológica en las áreas marinas del noroeste y golfo de Papagayo se debe al fenómeno de afloramiento o surgencia costera que provoca un enfriamiento de las aguas marinas en la época seca (noviembre a marzo), que pueden llegar a temperaturas de hasta 10 grados centígrados, a profundidades de ocho metros. El afloramiento en esta parte de Costa Rica es posible debido a que los vientos alisios llegan directo hasta la costa, lo que tiene relación con el domotermo costarricense. A zonas del área marina del ACG los pescadores las han denominado santuarios.

Entre los diferentes ambientes costeros que se puede encontrar en esta zona hay bosques de manglar, islotes y rocas que son refugio de aves marinas, bajos rocosos que dan protección a una gran diversidad de especies de peces, arrecifes de coral y comunidades coralinas únicas en Costa Rica. En la declaración de sitio patrimonio de la humanidad, Unesco cita “la existencia de una importante manifestación de surgencia y colo-nias de coral y arrecifes desarrollados en regiones donde por largo tiempo se consideró no exis-tían”. En esta zona destaca playa Nancite, única totalmente protegida en Costa Rica, donde se recibe arribadas de la tortuga lora; así como los humedales de Potrero Grande y Respingue, des-tacados como sitios Ramsar.

El área marino costero del ACG representa el 23 por ciento de la totalidad de área silvestre protegida y es una de las zonas que recibe mayor presión de las comunidades pesqueras vecinas, por, entre otras razones, la creciente industria turística de la zona. La consolidación, el manejo, la protección y la restauración de esta zona requiere de un esfuerzo que debe ser desarrollado por un equipo interdisciplinario y que necesita un gran respaldo económico, político y social.

Concientes de la importancia biológica y social de la zona marina protegida, el ACG define estratégicamente que debe enfocar parte de su accionar en “conservar a perpetuidad el Parque Nacional Marino del ACG, su biodiver-

sidad marina y costera, así como los ecosistemas asociados, promoviendo su biodesarrollo y uso sostenible. Para lograr este fin se requiere de acciones que propicien cambios en las actuales actividades productivas que impactan negativa-mente el recurso y que conlleven en el plazo de cinco años la protección y conservación integral y absoluta del Parque Marino ACG” (ACG 2004). Las líneas de acción general de la estra-tegia son: (1) biológicas: fomentar los estudios necesarios para contar con un mayor respaldo técnico-científico de los recursos biológicos exis-tentes en la zona marina; (2) sociales: integrar a la comunidad, autoridades locales y empresa pri-vada en el proceso estableciendo mecanismos de comunicación y coordinación; (3) protección: cumplir con el deber de protección de la zona marina protegida a través de patrullajes y mayor presencia institucional; (4) educación: educar -dentro del ACG y en las comunidades- sobre la necesidad de conservar los recursos marino-costeros y su relación con las actividades sociales y económicas que se realizan, y (5) económica: formulación de propuestas de financiamiento para la ejecución y desarrollo de las acciones identificadas y priorizadas. Definir y plantear la estrategia fue, sin duda, un gran esfuerzo, pero pasar del documento a la práctica ha sido un proceso lento, aunque constante, del cual en poco tiempo se han contabilizado una serie de experiencias de las que a continuación se reseña cuatro.

Importancia del área marina

El primer gran reto dentro de la Estrategia marina derivó del darnos cuenta de que, en su mayoría, era poco lo que el personal del ACG, y las comunidades vecinas, conocían en relación con los recursos marinos y su importancia. Y como nadie puede conservar lo que no conoce, ha sido indispensable educarnos e incluir dentro de nuestro vocabulario los conceptos referentes a lo marino. El punto de partida de este trabajo fue dentro del mismo aparato del ACG, desarrollando talleres y encuentros con el personal sobre el tema marino, además de incluirlo dentro de la agenda de las reuniones de su personal. La capacitación ha estado dirigida especialmente a quienes en su accionar les compete directamente el recurso marino-costero, pero sin olvidar a los que apoyan la gestión administrativa y legalmente. Paralelamente,

Page 57: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

56

en las comunidades locales se está dirigiendo esfuerzos a la atención de diferentes grupos de interés -como pescadores, niños, líderes y funcionarios de instituciones públicas y privadas- en el marco de una propuesta presentada por el ACG a Unesco.

La clave en este proceso de interiorización ha sido el uso de técnicas que permiten la vivencia del tema: por ejemplo talleres, visitas al mar, intercambio de experiencias con pescadores, concursos de pintura sobre temas marinos y cursos de buceo. A la fecha se puede detallar dos resultados concretos de esta actividad: el personal del ACG, responsable de las acciones de protección, manejo y conservación, tiene ya el fundamento técnico para desarrollar eficien-temente su trabajo, y, en segundo lugar, existe ya una interacción más viva con las personas de la comunidad -quienes en su mayoría dependen de la pesca- tendiente a que se interiorice la impor-tancia, para su bienestar social y económico, de proteger y conservar los recursos marino-coste-ros.

Actividades en área marinaEl área marina protegida del ACG se encuen-

tra en la zona de influencia de comunidades tradicionalmente dependientes de actividades marinas -especialmente de la pesca artesanal-: Cuajinicuil, El Jobo, Soley y Playas del Coco. A pesar de que el ACG no ha cuantificado datos, se conoce y atiende actividades ilegales dentro de la zona marina protegida: pesca artesanal, pesca de camarón y buceo –actividad ésta en la que se extrae peces de colores, cambute, pulpo, ostiones y langosta. Además de las actividades de pesca, el área marina protegida del ACG es el centro de un desarrollo turístico que está buscando actividades marinas para ofrecer a sus turistas. De acuerdo con la “Investigación sobre el uso turístico en el área de influencia del sector marino del Área de Conservación”, desarrolla-do por la carrera de turismo de la Universidad Nacional, destacan cuatro actividades: pesca deportiva, buceo, surf y viajes de recreación. El informe respectivo dice que se recibe más de 400 visitas de turistas al área marina, proviniendo la mayoría de los visitantes de la zona hotelera de Playas del Coco, Ocotal, Hermosa, Flamingo y, recientemente, del Polo Turístico Papagayo. Aquí también se debe agregar el interés que ha generado la zona costera de El Jobo y Cuajiniquil para la construcción de hoteles.

Finalmente, otra de las acciones generadas en esta zona es la visita constante de embarcaciones extranjeras venidas, aparente y mayoritariamen-te, de Nicaragua, con las cuales los pescadores locales se encuentran molestos, arguyendo que se sienten inseguros y perciben que han perdido gran parte de su territorio, especialmente en bahía Salinas e isla Bolaños. Estos visitantes desarrollan actividades principalmente pesque-ras pero, de acuerdo con algunas declaraciones de los pescadores ticos, es posible que también se transporte inmigrantes.

Como se puede evidenciar, además de las labores propias de investigación, protección y educación que el ACG desarrolla dentro de su área marina protegida, existe una serie de actividades desacordes con los principios de conservación que requiere un área protegida, especialmente un parque nacional. Para enfren-tar esta problemática hay dos vías que han de seguirse conjuntamente: ejercer las acciones de control exigidas dentro del marco legal vigente, que obligan a eliminar acciones ilegales como algunas referidas, y, en segundo lugar, realizar un análisis integral que permita saber por qué se desarrollan esas actividades dentro de la zona marino-costera para entonces definir, con ayuda de la comunidad y otros actores, alternativas de solución.

Como parte de la implementación de la Estrategia marina se ha obtenido cuatro resulta-dos: (1) una visión clara de todas las acciones desarrolladas dentro del área marina, (2) el res-paldo político y económico que permita mayor vigilancia, (3) un diagnóstico del uso turístico de la zona marina y (4) asociarnos con la comu-nidad en la búsqueda de una solución integral a la aparente inclusión de pescadores extranjeros en la zona.

Problemática de actividades económicas

Otro de los retos que el ACG ha enfrentado en la implementación de la Estrategia marina ha sido analizar el impacto social, económico y ambiental de las actividades desarrolladas en la zona marina. Por condiciones propias de la realidad actual se ha dado especial atención a aspectos sociales y económicos de la vida de las comunidades vecinas del área marina, y en esa línea de trabajo se ha recibido una fuerte presión de los pescadores de la zona, quienes

Page 58: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

57

han manifestado reiterada y públicamente que la causa de su situación económica es que no se les permite pescar en “el parque” (como llaman ellos a la zona marina protegida). Ante esto, el ACG, considerando que un problema social y económico como el que aqueja a los pescadores de la zona presumiblemente no puede tener una sola causa sino muchas (poca existencia de la organización comunitaria, el papel de las entida-des gubernamentales sociales, los costos asocia-dos a la actividad pesquera, los intermediarios, la disminución de la pesca a nivel mundial…), y considerando también que la zona marina no ha estado totalmente cerrada a la pesca (aunque debiera estarlo), se abocó a determinar las verda-deras causas de la problemática socioeconómica de los pescadores artesanales de las comunida-des Cuajiniquil, El Jobo, Puerto Soley y Playas del Coco con la colaboración de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Costa Rica. De acuerdo con el estudio realizado por esta entidad en 2005 -estudio que es uno de los logros obtenidos en el desarrollo de la Estrategia marina-, (1) la mayoría de las familias que habi-tan esa zona son oriundas de Guanacaste; (2) los pescadores han enfrentado cierto nivel de

dificultad para conformar organizaciones de beneficio mutuo; (3) la pesca que realizan es entregada a recibidores de la zona con quienes establecen una relación de dependencia; (4) como sus ingresos monetarios no son altos les es difícil satisfacer sus necesidades básicas; (5) la causa de la mala situación socioeconómica no es la existencia o no de sitios donde pescar (los pescadores dicen: “el mar no da para vivir … el intermediario paga muy poco por nuestro trabajo … los que menos podemos no tenemos beneficios como licencias y exoneraciones … carecemos de ambulancia y doctor … el puente para vehículos y peatonal está en mal estado ... no contamos con equipo propio para pesca... hay problemas con nicaragüenses que son muy agre-sivos ... hay problemas con cierre de Papagayo … todo está caro: gasolina, anzuelos, artículos de pesca, y la pesca es baja...” [Ibid.: 32]); (6) la comunidad tiene clara la necesidad de proteger el ambiente marino, pero también que debe bus-cársele soluciones a su necesidad económica.

Coordinación interinstitucional

El desarrollo sostenible implica la coordina-ción efectiva de los sectores social, económico

Ometepec, Nicaragua Alfredo Huerta

Page 59: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

58

y ambiental, y este caso no es la excepción. Es claro que el ACG es el responsable directo de la administración del recurso marino costero pro-tegido, pero también que en su zona de agropai-saje existen actores gubernamentales y privados con los que se debe trabajar conjuntamente, de manera que las decisiones tengan una visión regional. El ACG ha iniciado esa coordinación creando y trabajando con una comisión en la que intervienen la Cámara de Pescadores del Pacífico Norte, la Dirección Regional en Guanacaste del Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura, los pescadores y algunos empresarios privados. Paralelamente, a nivel comunal, ha formado gru-pos de apoyo como el Grupo de Mejoramiento Comunal, en Cuajiniquil, integrado por niños y jóvenes, y el Comité Pro–Bandera Azul, con líderes comunales y municipales. Se cuenta, además, con una coordinación efectiva con el Ministerio de Educación Pública y las escuelas de la zona para el desarrollo del proceso de edu-cación biológica. También se ha conseguido el apoyo de las universidades Nacional y de Costa Rica, de la empresa privada, especialmente la turística, y de entidades internacionales como el Programa de Pequeñas Donaciones -del Pnud- y de la Oficina Marina de Unesco.

ConclusiónDurante el primer año de la implementación

de la Estrategia marina, el ACG ha enfrentado con gran esfuerzo y entusiasmo el reto de la conservación en su zona marina protegida. Si bien es cierto el reto es grande, los resultados obtenidos durante ese primer año dicen que sí se puede lograr el objetivo planteado y que la visión integral de protección y desarrollo social y económico es la correcta. La interiorización de la importancia del área marina del ACG por parte de los y las funcionarias de éste ha permitido realizar las acciones de protección y extensión mediante un proceso de convencimiento propio y no simplemente por obligación, generándose una mayor sinergia dentro del ACG y en las comunidades.

De antemano, el ACG conoce que la pro-blemática socioeconómica de la región está en ascenso, por lo que la estrategia implica medidas y acciones con las que se pueda contribuir a res-tar un poco ese impacto y a ofrecer soluciones que, sin violar la legislación vigente, coadyuven

a una mejor calidad de vida. No obstante, en la parte biológica es evidente que cada vez el tama-ño de los individuos capturados es más pequeño y el esfuerzo para cazarlos en horas/hombre y artes de pesca es más grande. Al ir disminuyendo la pesca -por agotamiento de las pesquerías- cerca de las comunidades pesqueras de El Coco, Cuajiniquil, Puerto Soley y El Jobo, los pescadores locales han incrementado sus ingresos ilegales al sector marino protegido, porque fuera de éste las poblaciones cosechables están muy disminuidas o agotadas. Otro factor importante en detrimento de los recursos marinos es la actividad de pesca deportiva, que también ha entrado ilegalmente al sector marino protegido. Por parte de la población local se necesita mucha sensibilización y concien-ciación respecto de la importancia de los recursos marinos y un fuerte compromiso para conocer y entender verdaderamente las causas y efectos de la problemática de reducción de la pesca local, nacional y mundial.

La situación reseñada ocasiona que se empie-ce a gestar conflictos entre los intereses de los pescadores locales y los funcionarios del ACG que deben velar por la protección de los recursos marinos. Se hace necesario mejorar la comuni-cación a todo nivel, por lo que se ha iniciado un proceso de educación ambiental que permita un acercamiento e interacción con los recursos mari-nos de la zona. En el ACG creemos que esto es un proceso por el cual se debe pasar para garantizar la apropiación y protección de la zona con fines conservacionistas, dado que, como dijo Cousteau, si los océanos mueren, esto sería la señal del fin, no solo para la vida marina, sino para todos los otros animales y plantas de la Tierra, incluido el hombre; el ser humano no será capaz de sobrevi-vir, si no se protege y maneja adecuadamente los recursos marinos, lo cual constituye una herra-mienta vital para nuestra vida.

Referencias bibliográficas

Área de Conservación Guanacaste. 2004. Estrategia marina. Versión preliminar. Costa Rica.Arguedas, Luis y Juan C. Carrillo. 2006. Investigación sobre el uso turístico en el área de influencia del sector marino del Área de Conservación Guanacaste. Costa Rica.Méndez, Norma Y Juan C. Vargas. 2005. Situación socio-eco-nómica de las y los pescadores artesanales en las comunidades Cuajiniquil, El Jobo, Puerto Soley y Playas del Coco. San José.Programa Estado de la Nación en Desarrollo Humano Sostenible. 2004. Resumen del Undécimo informe del estado de la nación en desarrollo humano sostenible. San José.

Page 60: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

Mangrove swamp ecosystems are spread along the Costa Rican Pacific Coast from Puerto Soley until the estuary of Coto Colorado River. In the Nicoya Peninsula, the most important area is formed by the mangrove swamps in the Tempisque River estuary system and a sector in the Nicoya Gulf. They extend over a big surface along the riverbanks in the aforementioned estuary, from Bolsón River until the Cabo Blanco estuary, in the border of the inner sector in the gulf. It includes a large portion ranging in width, from a few meters up to six kilometers, like the mangrove swamps in the Letras estuary. The direct and indirect impacts on such waterlogged areas affect in a negative way on this estuarial ecosystem, pollution by agrichemical products is a very important shocking effect presented in a short term. Likewise, the transformation in the land use in inner areas has influence by adding sediments and chemical residues. In addition, the development in the growing tourist activity in the open coastland area in the peninsula, based in a disorderly use in the marine coastal zone, has made some damage too. It must be added to these impacts, the effect in the climatic changes over these areas.

MANGLARES DE LA PENÍNSULA DE NICOYA, COSTA RICA

por JUAN BRAVOEn Costa Rica los ecosistemas de manglar se distribuyen a lo largo de la costa pacífica desde Puerto Soley hasta la desembocadura del río Coto Colorado. En la península de Nicoya, el sector más importante lo constituyen los bosques de mangle del sistema estuarino del rio Tempisque y parte del golfo de Nicoya, abarcando una gran superficie que se extiende a lo largo de las márgenes de tal sistema estuarino: desde el río Bolsón hasta el estero Cabo Blanco, en el límite del sector interno del golfo, incluyendo una vasta franja que varía en anchura, desde pocos metros hasta cerca de seis kilómetros, como los manglares de estero Letras. Los impactos directos e indirectos sobre tales bosques anegados los lesiona: contaminación por agroquímicos, la transformación del uso del suelo en las zonas interiores aporta sedimentos y residuos químicos, y también es negativa la creciente actividad turística en la zona de litoral abierto de la península, basada en un desorde-nado uso de la zona marítimo-terrestre. A todo ello debe sumarse el efecto del cambio climático.

R E S U M E N

Juan Bravo, geógrafo especialista en humedales, es investiga-dor en la Universidad Nacional.

L os manglares son ecosistemas propios de los litorales marinos tropicales y subtropicales. Se localizan en áreas protegidas del oleaje y de

las corrientes marinas, como bahías o ensenadas, des-embocaduras de ríos, lagunas costeras y sistemas del-taicos, con presencia de suelos lodosos regularmente inundados (Pizarro et al. 2004). Ellos son formaciones de árboles que han desarrollado adaptaciones como: tolerancia a altos niveles de salinidad, raíces aéreas que estabilizan el árbol en terrenos blandos, semillas flotantes (plántulas) y estructuras especializadas para permitir la entrada de oxígeno y la salida de bióxido de carbono. El manglar está formado por mezclas de árboles representados por tres especies de Rhizophora: R. Mangle, R. Racemosa, R. Harrisonil, dos especies de Avicennia: A. Germinans y A. bicolor, así como individuos de Lagunculara racemosa y Cono-carpus erecta. Los manglares constituyen un tipo de humedal tipificado como sistema estuarino, definido como “hábitat de aguas profundas y tierras adyacentes con influencia de mareas, a menudo semiencerradas por tierra, parcialmente obstruidas por tierra o esporádi-camente expuestas a la fachada oceánica... [en ellos] …el agua del océano es diluida por agua dulce que corre de tierras interiores” (Cowardin 1979). Su sali-nidad puede presentar gradientes debido a factores de evaporación, distancia de la línea costera u oscilación de caudales. Las condiciones hidroclimáticas y el material parental del suelo, entre otros factores, con-dicionan la biodiversidad en ese tipo de ecosistema, considerado como uno de los más productivos del mundo (Windevoxhel e Imbach 1999).

Muchas áreas de manglar se han convertido en santuarios naturales debido a la biodiversidad presente, convergiendo allí grupos faunísticos terrestres y marinos, constituyendo importantes espacios para el mantenimiento de algunas especies amenazadas de extinción, como aves (por ejemplo el ibis escarlata), mamíferos (como el manatí), reptiles

Page 61: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

60

(como lagartos y tortugas) e invertebrados marinos (como esponjas, moluscos, crustáceos y algas). Importante es también el papel de los manglares en la protección del entorno físico ante el efecto de tormentas, huracanes y erosión costera.

Los recursos que ofrecen los ecosistemas de manglar tienen valores que repercuten en las economías nacionales, condición responsable de la presión a la que se les ha sometido a nivel mundial, reduciendo notablemente su cober-tura. Se estima que en el mundo (Lacerda et al. 1993) quedan 14.197.635 ha de bosques de mangle; en ambas costas de América Central quedan 633.498 ha (Mendelssohn y Mckee 2000), y solo en la pacífica hay 320.000 ha (Jiménez 1999); en Costa Rica se estima que subsisten 42.314 ha (Madrigal 2000). La conver-sión de extensas superficies de bosques anegados en espacios para la infraestructura camaronera ha provocado la desaparición en el mundo de más de un millón de hectáreas de manglar con su biodiversidad asociada, ya que, además de la remoción del suelo, dicha actividad utiliza gran-des cantidades de productos químicos (alimen-to, fertilizantes, plaguicidas, antibióticos…) que dan lugar a un complejo tóxico contaminante que repercute en las condiciones hídricas cir-cundantes, produciéndose eutrofización e hiper-nitrificación. Consonantemente, en varios países de Latinoamérica la intensiva cría del camarón o langostino que en la actualidad se desarrolla representa el mayor peligro de desaparición de tales ecosistemas.

Manglares en Costa RicaEn la costa pacífica costarricense los man-

glares se distribuyen desde Puerto Soley, en la frontera con Nicaragua, hasta la desembocadura del río Coto Colorado, en el sur (Pizarro et al. 1994), estando las principales formaciones en Puerto Soley, Tamarindo, golfo de Nicoya, este-ro Damas, Térraba-Sierpe, Rincón y río Coto Colorado. En la vertiente caribeña, la superficie de los bosques de manglar es relativamente pequeña; según Cortés et al. (2000), el más grande, ubicado en el Refugio Nacional de Vida Silvestre Gandoca-Manzanillo, alcanza solo 12,5 ha, aunque aún se encuentran reductos altera-dos en Westfalia, Moín y Tortuguero.

Las condiciones hidroclimáticas de vida de los manglares del norte de Costa Rica están carac-

terizadas por la alternancia de un período seco prolongado y una precipitación de entre 1.400 y 2.000 mm, dando como resultado árboles de poco diámetro, con alturas que alcanzan hasta los 20 metros. Para el otro grupo de manglares, al sur de la península de Nicoya, las condiciones se caracterizan por un período seco reducido y una precipitación anual que alcanza los 2.000 mm; aquí los árboles de mangle llegan medir más de 35 metros de altura y a tener diámetros mayores a 60 cm.

Distribución de manglares en Costa Rica

Legislación para manglaresExiste una vasta y diversa legislación aplicable

al manejo y conservación de los ecosistemas de manglar. El artículo 40 de la Ley orgánica del ambiente, que declara de interés público los humedales y su conservación estén o no protegidos por las leyes que rijan esta materia -lo cual es respaldado por la Ley de aguas- da la siguiente definición de humedales: “Ecosistemas con dependencia de regímenes acuáticos, naturales o artifícales, permanentes o temporales, lénticos o lóticos, dulces, salobres o salados, incluyendo las extensiones marinas hasta el límite posterior de fanerógamas marinas o arrecifes de coral o, en su ausencia, hasta seis metros de profundidad en marea baja”. En su artículo 42, esa Ley confiere al Ministerio del Ambiente (Minae) -en coordinación con otras instituciones competentes- la posibilidad de delimitar zonas de protección de humedales, las cuales se sujetarán a planes de ordenamiento y manejo

Page 62: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

61

a fin de prevenir y combatir la contaminación o la degradación de esos ecosistemas. Por su parte, el Reglamento de la Ley de la zona marítimo terrestre menciona que los manglares están bajo la categoría de reserva forestal, aunque por ser un tipo de humedal son tutelados por el Minae. La Ley forestal menciona que en virtud del interés público, se prohíbe la corta o el aprovechamiento de los bosques en parques nacionales, reservas biológicas, humedales incluyendo manglares, zonas protectoras, refugios de vida silvestre y reservas forestales propiedad del estado. A la vez estipula que el estado podrá realizar allí labores de investigación, educación ambiental y ecoturismo.

En la Ley orgánica del ambiente se establece sanciones a quienes contaminen el ambiente y le ocasionen daños y, dentro de eso, a quienes realicen actividades orientadas a interrumpir los ciclos naturales de los ecosistemas de humedal, como la construcción de diques, drenajes, dese-camientos, rellenos o cualquier otra alteración que provoque el deterioro y la eliminación de tales ecosistemas (artículo 45). El manejo y uso de los recursos en los manglares se define con la aplicación de algunos lineamientos; en hume-dales dentro de áreas protegidas se aplica los mismos lineamientos de conservación que en las diversas categorías de áreas protegidas (parques nacionales y refugios de vida silvestre). La Ley de biodiversidad prohíbe arrojar aguas servidas, aguas negras, desechos o cualquier sustancia contaminante en manantiales, ríos, quebradas, arroyos, lagos, marismas y embalses naturales o artificiales, esteros, turberas, pantanos, aguas dulces, salobres o saladas (artículo 132). La últi-ma herramienta legal para regular el deterioro de los manglares fue emitida en un decreto de 2001 en el que la construcción de diques, canales o rellenos que provoquen su desecamiento están terminantemente prohibidos.

Manglares en península de NicoyaEl litoral de la península de Nicoya presenta

una gama de ambientes morfolitorales cons-tituida por diversos sedimentos producto del desgaste del material parental. Tales sedimentos son producto de los basamentos rocosos más antiguos del país (rocas de la península de Santa Elena), en el extremo norte, y de formaciones sedimentarias recientes constituidas por el aca-

rreo y depósito de aluviones anuales formados por arenas, limos, arcillas y materia orgánica. El desarrollo areal de ecosistemas de manglar se debe a factores como: el material constitutivo, las condiciones climáticas, la morfología de la línea costera, direcciones de las corrientes mari-nas, condiciones intermareales, dirección de los vientos, etcétera. De ahí que se pueda segmentar el litoral de la península en varios sectores.

El sector 1, comprendido desde el límite con Nicaragua hasta el cabo Velas, presenta una costa sinuosa, con dos grandes golfos, Santa Elena y Papagayo, dentro de los que se ubican varias bahías que varían en longitud, en algunas de las cuales se han desarrollado importantes formaciones de manglar: Junquillal, Cuajiniquil, Santa Elena y Potrero Grande.

En el sector 2, desde cabo Velas hasta punta Gigante en el extremo sur de la península, el desarrollo de los manglares se ha dado bajo la protección natural de formaciones de cordones litorales, manteniendo comunicación con el océano a través de canales o bocas, ejemplo de lo cual es el sistema estuarino de Tamarindo, declarado sitio Ramsar.

Algunos manglares influenciados por un bajo oleaje y un rango intermareal amplio, como el golfo de Nicoya, y algunas bahías y ensenadas de la costa externa de la península, como Potrero Grande y Tamarindo, y también esteros como San Francisco y Congo donde el efecto del oleaje ha sido considerablemente reducido, se desa-rrollan en sustratos incosolidados finos (lodos y limos). Al sur del manglar de Tamarindo se ubica el estero de San Francisco, una antigua bahía colmatada por sedimentos que ha dado lugar a la formación de un ecosistema de manglar.

Al suroeste de este sector 2 se ubica una pla-nicie fluviomarina de unos 10,5 km2 de superfi-cie formada por el aporte de sedimentos fluviales acarreados por una serie de abanicos fluviales coalescentes, formados por los drenajes de las filas costeras cercanas, siendo los principales los ríos Bongo y Ario. Los sedimentos han formado un cordón litoral de 7 km de longitud donde se ubican las playas San Miguel y Coyote, dividi-das por la desembocadura del río Ciego y otros drenajes y que han formado los esteros Jabilla y Coyote.

Dividida por la fila El Roble, que se adentra en la plataforma marina, se ubica una pequeña

Page 63: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

62

planicie -al igual que la anterior- de origen flu-viomarina, de unos 20,5 km2, influenciada por el aporte de sedimentos provenientes de los ríos Bongo y Ario, en cuya desembocadura se han formado los esteros Liborio y Boca Brava. El acarreo de sedimentos ha formado un extenso cordón litoral de unos 8 km de longitud cono-cido como estero Liborio-Boca Brava, que aún presenta cobertura de bosque de mangle.

Es de destacar que los bosques de manglar de los esteros Bejuco, Jabilla, Coyote y Boca Brava han disminuido su cobertura debido a la presión de las actividades agrícolas y ganaderas perifé-

ricas y el desarrollo de infraestructura turística. La eliminación de tal barrera boscosa natural aumenta el riego sobre los asentamientos en las playas, ya que están expuestas a la fachada oceánica de mar abierto, aumentando los poten-ciales riesgos producto del cambio climático, como inundaciones, tormentas y ventiscas. Este patrón muestra la escasa prevención sobre la línea costera y sus posibles efectos, modelo que se repite en toda la zona marítimo-costera de la península.

El sector 3, constituido por los manglares del golfo, abarca una superficie de 7.277 ha extendi-das desde la desembocadura del río Bolsón hasta el estero Cabo Blanco. Esta vasta cobertura de manglares varía en anchura: desde pocos metros, hasta cerca de 6 km -como los manglares del estero Letras. Las formaciones de manglares frontales están dominadas por Rhizophora mangle que, según Jiménez (1999), tienen un escaso

desarrollo estructural. Hacia la sección interior, influenciada por las aguas de los drenajes y la reducción de la salinidad, hay mayor desarrollo y más diversidad del bosque. Los bosques de man-gle del golfo están representados en su mayor parte por especies de Rhizophora spp y Avicennia spp, y en ciertas áreas por especies de los géneros Laguncularia spp y Pelliciera.

Amenazas a manglaresLos impactos sobre los ambientes de manglar

pueden ser directos, relacionados con la cercanía de las acciones antrópicas, e indirectos, cuando

ocurren en terrenos interiores. Tales efectos generalmente repercuten en forma negativa sobre un determinado ecosistema y en especial sobre los sistemas estuarinos.

Según Madrigal (2000), la contaminación por agroquímicos es un efecto impactante muy fuerte que se presenta a corto plazo; asimismo, la transformación del uso del suelo en las zonas interiores repercute con los aportes de sedimen-tos y residuos químicos. Tal es el caso de las plantaciones de caña de azúcar en la cuenca baja del río Tempisque, cuya actividad está asociada a la desecación de los suelos a través de canales y transformación o eliminación de drenajes natu-rales, lo que modifica el escenario ambiental. El desarrollo de la creciente actividad turística, en especial en la zona de litoral abierto de la península, ha impactado muy fuertemente. Las salineras artesanales, que utilizaban el manglar como combustible, han afectado numerosos

Tamarindo, Costa Rica Manuel Reyes

Page 64: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

63

manglares, como los de los esteros Icaca y de Lepanto y Jicaral. Efectos negativos a largo plazo, según Madrigal (Ibid.), provienen de la acuicultura, aunque hoy constituyan una activi-dad incipiente.

La línea costera y sectores interiores están siendo afectados por la erosión marina producto del aumento del nivel base del mar por efecto del cambio climático: en costas abiertas con fuerte energía de oleaje, como las de Barrigona y Barco Quebrado, hay un aumento en los niveles de inundación que, sobre todo en humedales estuarinos, redunda en intrusión de agua salada en las fuentes de agua dulce.

Conclusiones Los ecosistemas de manglar han sido fuente

de recursos vitales para los pobladores estua-rinos: alimentos varios, pesca comercializable, madera, leña y refugio, pero este aprovecha-miento ha sido alterado por la sobreexplotación de esos bosques. Las regulaciones han tenido una repercusión positiva en algunos manglares, sobre todo los ubicados en la sección interior del golfo de Nicoya, donde se nota una recu-peración del bosque; sin embargo, el creciente desarrollo de infraestructura turística a lo largo de la línea costera de la península afecta fuerte-mente los ciclos naturales de tales ecosistemas, debido en gran medida a la falta de políticas de ordenamiento territorial a nivel nacional, regional y local, al escaso control ambiental de los entes gubernamentales y a la baja educación ciudadana respecto de la naturaleza. La pobreza imperante en las zonas costeras repercute en usos inadecuados de los manglares.

Ante la ausencia de bosques como los man-glares, las áreas costeras son más vulnerables a los eventos naturales como huracanes, fuertes oleajes y sismos, especialmente en los sectores con fachadas oceánicas abiertas cuyos territorios quedan expuestos.

Es probable que la distribución geográfica de los manglares de la península de Nicoya se vea alterada debido a los cambios de tempe-ratura y de montos de las precipitaciones, con consecuencias aún no previsibles en la gama de los ecosistemas costero-marinos. Algunos de éstos (marismas, manglares, arrecifes, estuarios de ríos, etcétera) están fuertemente amenaza-dos por el cambio climático y otras presiones como el desmedido y no planificado desarrollo

urbano-costero, lo que tendrá efectos negativos sobre la disponibilidad de agua dulce, la pesca, la diversidad biológica y la actividad turística. A pesar de que aún no se han presentado eventos catastróficos en las costas de la península, no es descartable que ocurran fenómenos naturales con consecuencias nefastas para las comunida-des humanas.

La ordenación de los manglares debe ser un componente de la ordenación de la zona costera y estuarina del país, en la que han de intervenir todas las entidades regionales del estado y orga-nismos no gubernamentales, usuarios, poblado-res vecinos y entes técnico-científicos. Se debe fomentar más la conciencia pública referente a los valores de los manglares y sus beneficios futuros. El estado debe procurar desarrollar y mantener una base de datos de los sistemas estuarinos y fomentar investigaciones con base en compromisos políticos y administrativos, a fin de detectar rápidamente y con más exactitud los cambios climáticos.

Referencias bibliográficas

Cortés J., A. C. Fonseca y M. Coll. 2000. Descripción del manglar del Refugio Nacional de Vida Silvestre Gandoca-Manzanillo. Limón [impresión doméstica]Costa Rica: leyes, decretos. 1992. [compilación, selección y actualización de Ricardo Zeledón]. Porvenir. San José.Cowardin, L. M. et al. 1979. Classification of Wetlands of Deepwater and Habitats of the United States Fish and Wildlife Service. Washington, D.C.Jiménez, J. A. 1994. Los manglares del Pacífico centroamerica-no. Efuna. Costa Rica.Jiménez, J. A. “Ambiente, distribución y características estruc-turales de los manglares del Pacífico de Centroamérica: contrastes climáticos”, en Yánez, A. y A. L. Lara (eds.). 1999. Ecosistemas de manglar en América Tropical. Instituto de Ecología de México, UICN/Orma. Costa Rica.Lacerda, L. D. et al. “Mangrove Ecosystems of Latin America and the Carbbean: A summary”, en L. D. Lacerda (coord.). 1993. Conservation and Sustainable Utilization of Mangove Forest in Latin America and Africa. Mangrove Ecosystems. Internatinal Society for Mangrove Ecosystems.Madrigal, M. 2000. Amenazas, perturbaciones y beneficios de los manglares de la costa pacífica de Costa Rica. Tesis de Maestría, Universidad Nacional. Costa Rica.Mendelssohn, I. A. y K. L. Mckee. “Salt marshes and Mangroves”, en M. G. Barbour y W. D. Billings (eds.). 2000. North American Vegetation. Cambridge University Press. New York.Pizarro, F. y S. Angulo. 1994. Diagnóstico de los manglares de la costa pacífica de Costa Rica. Una-Catie-UICN. Costa Rica.Pizarro, F. et al. 2004. Manual de procedimientos para el mane-jo de los manglares. Efuna. Costa Rica .Windevoxhel, N. y A. Imbach. 1999. “Uso sostenible de man-glares en América Central”, en Amur, Tania et al. (eds.). 1999. Manejo productivo de manglares en América Central. Catie. Costa Rica.

Page 65: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

It was identified believes, attitudes and values towards wetlands of people from the districts of San Antonio, Quebrada Honda and Mansión of Nicoya, Guanacaste. 210 people were interviewed at random. The most of the people knows the main causes the deteriorate these ecosystems: deforestation, litter and agrochemicals; and they point out: lumbers, farmers, and mainly, human beens with no education, nor consciousness as the major responsibles of this damage. They also coincide that the main consecuences of these changes are: less water availability, less amount of animals and more heat and dust. Despite Nicoya inhabitants have a possitive valuation towards wetlands, as they are able of identifying their principal benefits, and that they agree in the need of conserving them, it is concluded that there is no real consciousness in this people, translated in a responsible behaviour before the environment, as the deterioration process continues. Therefore, it is recommended to promote in these Nicoya communities processes of strategic planning, which allow them to execute actions aiming to improve the quality of these wetlands, benefiting as well the people living nearby.

ACTITUD ANTE HUMEDALES EN NICOYA, COSTA RICA

por ÁLVARO MADRIGAL

Se identificaron las creencias, actitudes y valores que tienen ante los humedales los pobladores de los distritos San Antonio, Quebrada Honda y Mansión, del cantón de Nicoya, Guanacaste. Se entrevistó a 210 personas muestreadas al azar. La mayoría de los pobladores tienen conocimiento de las principales causas del deterioro que sufren esos ecosistemas: defo-restación, basura y agroquímicos, y señalan a los madereros, a los agricul-tores y, principalmente, al ser humano sin educación ni conciencia como los mayores responsables de tal deterioro. También coinciden en que las principales consecuencias de esos cambios son la menor disponibilidad de agua, la menor cantidad de animales y los mayores calor y polvo. A pesar de que los vecinos de Nicoya también tienen una valoración posi-tiva de los humedales, ya que son capaces de identificar los principales beneficios que proveen, y de que coinciden en la necesidad de conservar-los, se concluye que realmente no existe entre ellos una conciencia que se traduzca en una conducta responsable ante el ambiente, dado que el proceso de deterioro continúa. Se recomienda, entonces, promover en las comunidades de Nicoya procesos de planeamiento estratégico que les permita ejecutar acciones tendientes a mejorar la calidad de los hume-dales, lo que, a la vez, favorecería a los vecinos.

R E S U M E N

Álvaro Madrigal, biólogo y museólogo, es investigador y pro-fesor en la Universidad Nacional.

S i bien es cierto que en las conferencias internacionales sobre el tema ambiental, como por ejemplo Estocolmo 1972 y Río 92, se subraya

la responsabilidad de los estados frente a la crisis que enfrentamos, también se señala la responsabilidad de cada individuo en lograr el cambio necesario para salvar nuestro planeta: la idea propuesta es que se debe de pensar globalmente y actuar localmente. Se ha hecho evidente, entonces, la necesidad de lograr un cambio en nuestro pensamiento, un cambio en nuestros valores, un cambio en nuestras normas, un cambio en nuestro comportamiento, en nuestros hábitos. Y la mejor herramienta para promover éste es la educación, una educación que promueva la formación de personas con una nueva perspectiva frente al ambiente, cuyo accionar esté regido por la más estricta ética ambiental, personas con conocimientos, valores y actitudes acordes con la protección ambiental, personas ambientalmente responsables.

Los humedales se encuentran entre los ecosistemas más frágiles y productivos de la naturaleza. Ríos, lagos, pantanos y manglares sostienen una gran variedad de formas de vida. Aves, mamíferos, peces y plantas, entre otros, son seres que forman parte y a la vez dependen de estos sistemas, pero no solo ellos. Por siglos, el ser humano ha hecho uso de estos ecosistemas de muy variadas formas, sea directamente a través de la extracción de recursos, o en forma indirecta respirando el aire que producen o tomando de su agua. Los humedales no son sistemas aislados, son un componente más de la naturaleza, piezas esenciales para sostener la vida en nuestro planeta. Y hoy también son uno de los ecosistemas más amenazados de nuestro mundo. La deforestación, la contaminación, la extracción de recursos los socava a un ritmo vertiginoso.

A partir de los resultados obtenidos por el proyecto de investigación Valores sobre los humedales,

Page 66: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

65

realizado en los cantones Cañas, Bagaces y Santa Cruz, en la provincia de Guanacaste, se reveló la importancia de extender ese tipo de estudio a tres distritos del cantón de Nicoya geográficamente cercanos a Palo Verde cuyas actividades de una u otra forma podrían tener incidencia en la salud de este ecosistema. El objetivo fue determinar las creencias, actitudes y valores de los vecinos de Nicoya respecto de los humedales que se encuentran en su zona para proponer criterios que permitieran elaborar una estrategia de uso sostenible de estos ecosistemas.

Materiales y métodosEste estudio se llevó a cabo en los distritos

Mansión, San Antonio y Quebrada Honda del cantón Nicoya, provincia de Guanacaste, en el año 2002. Es una investigación de tipo cualitativo. La información requerida fue obtenida de los pobladores mayores de 15 años, de ambos sexos, de los tres distritos mencionados, para lo que se seleccionó una muestra aleatoria al azar por medio de la fórmula:

Donde: n = tamaño de muestraN = número de estratos muestrales en la poblaciónNi = número de unidades muestrales en el estratopi qi = proporción poblacional del estrato iB = límite dado de errorD = varianza

El tamaño de la muestra fue de 257 personas. Para su selección se utilizó una tabla de números al azar y los mapas actualizados del Instituto Nacional de Estadística y Censo correspondientes a los tres distritos en cuestión. Cada casa fue numerada en forma continua y de las casas seleccionadas para la muestra se eligió también al azar el sexo de la persona a entrevistar. La herramienta usada fue el cuestionario elaborado por el proyecto Valores sobre humedales para medir los conocimientos, actitudes y valores de las comunidades de Cañas, Bagaces y Santa

Cruz sobre los humedales. Este instrumento al haber sido validado resultó óptimo para su utilización en este estudio. Su aplicación fue a través de entrevista personal, para lo que se coordinó con la sede de la Universidad Nacional en Nicoya, para obtener la colaboración de los estudiantes de la carrera de Estudios Sociales en la realización de las encuestas.

Resultados y discusiónDel total de 257 entrevistas previstas en la

muestra se recuperaron 210 (82 por ciento). De las personas entrevistadas un 51 por ciento fueron mujeres y un 49 por ciento hombres. La mayoría mayores de 40 años (62 por ciento); un 16 por ciento eran jóvenes de entre 15 y 25 años y un 20 por ciento adultos entre los 25 y los 40 años. La mayor parte de las personas incluidas en la muestra son nativas de Nicoya (80 por ciento), otro 10 por ciento nacieron en alguna región de la provincia de Guanacaste y solo el 10 por ciento restante es de fuera de la región (úni-camente se entrevistó a una persona extranjera). El 80 por ciento de las mujeres entrevistadas se dedicaban a los oficios domésticos; el grupo restante era mayormente compuesto por maes-tras y estudiantes. Casi la mitad de los hombres (47 por ciento) se dedicaban a trabajar en el campo; el resto se dedicaba a diversas labores como estudio, pesca, construcción y enseñanza, y algunos eran pensionados. El nivel de estudios en general fue bajo: solo un 11 por ciento de los entrevistados poseía algún nivel de estudios uni-versitarios; un 31 por ciento poseía secundaria completa o incompleta; el 42 por ciento cursó la primaria completa; un 13 por ciento poseía pri-maria incompleta, y únicamente un 3 por ciento manifestó no tener ningún estudio.

Ante la pregunta sobre los principales benefi-cios de los humedales, los entrevistados abruma-doramente identificaron éstos como fuentes de vida (94 por ciento), también como sitios para la conservación (94 por ciento) y como proveedo-res de recursos alimenticios (90 por ciento), para la recreación (90 por ciento) y para la pesca (94 por ciento) (figura 1). De lo que resulta evidente que las personas pueden ubicar en los humedales tanto beneficios tangibles como no tangibles, por lo que, en general, se puede afirmar que saben que son importantes para el ser humano.

Page 67: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

66

Figura 1. Principales beneficios de los humedales mencionados por los vecinos de Nicoya.

Es de resaltar que dos de los beneficios más importantes que proveen los humedales no pudieron ser identificados por una gran canti-dad de personas: que en los humedales se da la recarga y purificación del agua (29 por ciento), y que estos protegen contra las inundaciones (28 por ciento), no son beneficios asociados por una buena cantidad de vecinos a los humedales. Este resultado concuerda con el obtenido por Charpentier et al. (2002) en las comunidades de Cañas y Bagaces, donde en ambos casos cerca de un 25 por ciento de los encuestados tampoco pudo reconocer ambos beneficios; situación que los autores consideran acorde con el plantea-miento de Motta (1994), que propone que las principales creencias, conocimientos y valores de los grupos sociales determinan la cultura. Se puede esperar, entonces, que en grupos cul-turalmente semejantes se encuentren similares creencias, conocimientos y valores.

Figura 2. Principales motivos por los que la gente cree que han cambiado los humedales.

Las personas creen que las razones por las que los humedales han cambiado son de origen antropogénico (figura 2). Charpentier

et al. (2002) reportan que en Cañas y Bagaces alrededor de un 90 por ciento identificó la deforestación y la basura presente en los ríos como dos de las principales causas de los cambios en los humedales, lo cual coincide con los resultados de nuestra investigación (ver figura 2), según la que un 92 por ciento y un 97 por ciento, respectivamente, identificaron también ambas causas como las mayores responsables de los cambios en los humedales. Un estudio realizado por Madrigal (2002) reporta también que los miembros de las municipalidades de San Rafael y Barva, en Heredia, responsabilizan de los principales cambios que se han dado en el paisaje de estos pueblos a la basura en los ríos y a la deforestación. Esto indica que diversos ecosistemas pueden estar siendo igualmente afectados por las mismas causas y que, además, la gente realmente conoce que estas actividades inciden negativamente sobre el ambiente. Sin embargo, parecen ser prácticas generalizadas en todo el país.

Además, cerca de un 90 por ciento de la gente identifica el uso de los agroquímicos en la agricultura como uno de las principales responsables de la transformación de los humedales, ya que a pesar de que esta zona es eminentemente agrícola no hay desconocimiento de que esta práctica afecta los humedales. Estos conocimientos son importantes para ser usados en programas de educación ambiental en que se trate de fomentar en las comunidades prácticas agrícolas amigables con el ambiente -como la agricultura orgánica- y de detener la deforestación alrededor de los humedales, así como de promover una correcta disposición de los desechos.

Casi un 80 por ciento de los entrevistados cree que el desconocimiento de la gente sobre cómo proteger los humedales es otro de los motivos de los cambios en éstos (figura 2). Esta respuesta llama la atención dado que en nuestro país desde hace varios años se han intensificado las campañas para instruir a las personas sobre como proteger nuestros recursos naturales, por lo que se podría poner en entredicho la efectivi-dad de dichas campañas, siendo que tal vez éstas no han sido dirigidas a los grupos correctos o la metodología seguida podría no haber sido la más efectiva. Como lo propone Mendoza (citado por Quesada 1990), la educación ambiental debe

Page 68: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

67

buscar que los seres humanos no solo conozcan sino que además tomen conciencia de que tam-bién son parte del ambiente. De esta forma, al sentirse el ser humano parte de algo será más fácil que conozca cómo protegerlo, ya que esto a su vez implicará el protegerse a sí mismo. Charpentier et al. (2001, citando a Kuhlemeier) plantean que el hecho de tener conocimiento y una actitud positiva hacia el ambiente no siem-pre significa una disposición para actuar respon-sablemente ante el ambiente.

Casi un 90% de las personas a la hora de identificar a los culpables de la destrucción de los humedales señalan al ser humano como res-ponsable directo (figura 3), lo que es una forma de aceptar que todos somos culpables. A pesar de que hay otros grupos, instituciones y empresas ubicados también como responsables, la gente en general piensa que es primeramente cada perso-na en forma individual el principal responsable.

Esto concuerda con lo reportado por Charpentier et al. (2002): un 94 por ciento de los encuesta-dos señala como responsable al ser humano que deforesta y quema, y un 84 por ciento señala al ser humano sin educación ni conciencia; tales son los dos principales responsables del deterio-ro de los humedales. Estos resultados muestran que la gente asocia el contaminar o destruir con la falta de educación y la falta de conciencia. O sea, una persona educada es una persona conciente y una persona conciente protege a los humedales. De acuerdo con estos resultados, los planes de educación ambiental deben empezar con el individuo, ya que es más fácil llegar a éste y lograr primeramente allí un cambio para

luego buscar el cambio en la colectividad. Estos planes, según Unesco (1985), deben buscar dar a las personas un grupo de creencias, actitudes y valores ambientales positivos que constituyan la base que les permita lograr un adecuado manejo y protección de los recursos naturales.

Otro grupo señaló como uno de los principa-les responsables de estos cambios a los madereros (90 por ciento), lo que es concordante con el anterior señalamiento (figura 2) de que una de las principales causas que han afectado a los humedales es la deforestación (92 por ciento). En este caso, los seres humanos que deforestan y queman (90 por ciento), y los madereros, son grupos cuya acción es la misma: la deforestación. Esto contrasta con lo reportado por Charpentier et al. (2002), ya que en Cañas y Bagaces apenas un 60 por ciento de los entrevistados culpó a los madereros de la destrucción de los humedales, mientras que en Nicoya fue casi un 90 por cien-

to. Anteriormente, un 70 por ciento de las personas seña-ló la irresponsabilidad de las

instituciones encargadas de proteger los humedales como uno de los motivos por los que éstos han cambiado. Con porcentajes similares se ubica también a las municipalidades (71 por ciento) como respon-sables de los cambios que han degradado los humedales.

Curiosamente, la gente en cantidad significativa afirmó que una de las razones por las que los humedales han cam-

biado es la presencia de basura en los ríos (figura 2); sin embargo, también consideró que la basura presente en los humedales, y que los afea, es más bien una consecuencia de los cambios en las humedales y no una causa (figura 4).

Las personas también identifican como con-secuencias de los cambios en los humedales una menor disponibilidad de agua (92 por ciento) y una mayor longitud de los veranos, con más polvo y más calor (90 por ciento) (figura 4). En un estudio similar, Schelhas et al. (2000) encontraron que un 97 por ciento de las per-sonas consideraban que sin bosques la comu-nidad no tendría suficiente agua, y un 100 por ciento creía que los bosques ayudan a mantener

Figura 3. Principales responsables de los cambios que han degradado los humedales.

Page 69: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

68

el clima fresco. Estas respuestas se relacionan directamente con los elementos que la gente cree les afectan negativamente de dichos cam-bios. Nuestros entrevistas determinaron que el ser humano interviene negativamente en los humedales, ahora señalan cuáles son las conse-cuencias generadas para ellos mismos con esas intervenciones. Estos elementos son importantes ya que, como lo plantea Zaragoza (citado por Charpentier et al. 2002), para formar una cultura ambiental se debe considerar el nuevo paradigma ambiental, donde el ser humano, al ser parte de la naturaleza, debe regirse por las mismas leyes. Esto implica que si la gente es capaz de reco-nocer que lo que afecta al humedal también la afecta a ella directamente, deberá reformar su conducta ambiental ya que de ella depende su propio bienestar.

Entre las principales creencias de la gente sobre las áreas de humedales destaca la de que éstas benefician el aire (92 por ciento), a la comunidad y al ambiente en general (92 por ciento) (figura 5). E, inclusive, consideran que es necesario restaurar las áreas de humedales (92 por ciento), elementos que, como lo plantea UICN et al. (1992: 30), son indispensables para conservar la vitalidad y diversidad de la Tierra con el fin de poder construir una sociedad sostenible. La gente identifica, además, la presencia de los humedales

con la preservación de la naturaleza (91 por ciento), por lo que parece ser que la naturaleza es un elemento bastante apreciado en una región donde la mayor parte de las tierras han sido transformadas en áreas agrícolas y ganaderas. Todas estas creencias sobre los humedales son importantes, ya que como lo plantea Caduto (1985), las creencias predisponen a una acción o comportamiento, además de que determinan las actitudes. Por lo tanto, se debe trabajar sobre estas creencias positivas que las personas tienen sobre los humedales para guiarlos en la construcción de actitudes, valores

y comportamientos congruentes. Entonces, es importante definir qué constituye una creencia y qué un conocimiento para poder desarrollar acciones basadas en éstos a fin de permitir que las personas puedan desarrollar las destrezas y capacidades que les permitan ejecutar una acción ambiental positiva (Charpentier et al. 2002).

Destaca el hecho de que las personas asocian la existencia de los humedales con la preservación de la capa de ozono (91 por ciento), no solo porque se demuestra que ésta es ya parte de las preocupaciones de la gente, sino también porque, probablemente, esto también nos dice que las personas saben que un humedal no es solo un cuerpo de agua sino también el bosque asociado a él; y, por lo tanto, la producción de oxígeno y la fijación de dióxido de carbono. Sin embargo, al no haber una relación directa entre la presencia de los humedales y la capa de ozono, es probable que las personas confundan

Figura 4. Principales consecuencias de los cambios ocurridos en los humedales.

Figura 5. Principales creencias sobre las áreas de humedales.

Page 70: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

69

el problema del deterioro de la capa de ozono con el efecto invernadero.

En general, la gente de Nicoya parece tener conocimiento de la necesidad de los humedales y de la necesidad de pro-tegerlos y conservarlos. Pero, a la vez, creen que las personas contaminan los humedales mayormente por ignorancia (25 por ciento) y porque no tienen edu-cación ambiental (25 por ciento) (figura 6). Solamente un seis por ciento indica que realmente quien contamina lo hace adrede, probablemente como parte de sus valores. Sin embargo, siempre pare-ce poco congruente el hecho de que la mayor parte de personas sepa identificar la problemática de los humedales y ubi-que al ser humano como principal res-ponsable, pero, a la vez, crean que quien contamina no lo hace a propósito pues si supiera como no contaminar o destruir no lo haría. Al responder, probablemente las personas piensen que quienes contaminan son otras y no ellas, porque ellas sí tienen conocimiento de lo que se debe hacer.

Figura 6. Razones por las que algunas personas contaminan los humedales.

La figura 7 muestra cómo la gente valora los humedales principalmente por los beneficios que obtienen de ellos. Las respuestas coinciden con la identificación de los principales beneficios que hicieron los entrevistados en la primera parte de este estudio: conservar la biodiversidad (95 por ciento), proveer agua (95 por ciento) y ser fuen-te de vida (97 por ciento) son tres de los princi-pales beneficios provenientes de los humedales identificados inicialmente. Es obvio, entonces, que a la hora de valorar los humedales la gente lo hace en gran parte identificando un beneficio

directo que puedan obtener. Parece que muchas veces existe la tendencia a valorar las cosas por el beneficio que se obtiene de ellas.

Los programas de educación ambiental deben ser elocuentes a la hora de resaltar los beneficios directos e indirectos que los humedales brindan no solo a las comunidades vecinas, sino al mundo en general. Además de valorar los humedales por los beneficios directos que se obtienen, las personas también lo hacen porque creen que los humedales son parte de la naturaleza (99 por ciento), hay que recordar que la figura 5 muestra que un 91 por ciento de las personas cree que los humedales son importantes para la naturaleza, por lo que es evidente que la palabra naturaleza y su significado tienen un fuerte arraigo entre las creencias de la gente. Además, un 94 por ciento de la gente dice que los humedales son impor-tantes porque son parte de la creación de Dios.

Destaca el hecho de que más de un 20 por ciento no ubique que una de las principales razones por las cuales se valora los humedales es por la dependencia directa que tiene la agri-cultura de éstos, especialmente en esta región con períodos frecuentes de sequía (figura 11). Los programas de educación ambiental deben fortalecer también la comprensión por parte de los habitantes de Nicoya de que su principal acti-vidad productiva depende directamente de la existencia de humedales saludables en la región. También se observa una vez más que la función de los humedales de reducir el impacto de las inundaciones (59 por ciento), es una de las razo-nes por la que menos se les valoran.

Figura 7. Principales razones por las que son importantes los humedales.

Page 71: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

70

A la hora de ubicar a los responsables de cui-dar a los humedales (Figura 8), la gente identifi-ca que esta es una responsabilidad de todos, de la comunidad (99 por ciento) y de uno mismo (98 por ciento). Importante esta posición, ya que como lo manifiesta Charpentier et al. (2002), la educación ambiental debe plantear un criterio de responsabilidad individual y no solamente colectiva. La gente parece cuidar más lo que la beneficia, lo que siente que es de ellos, o a lo que sienten que pertenecen. En este sentido es importante desarrollar nuevas estrategias que logren un cambio de valores y comportamientos en las personas, para que éstas integren más los diferentes procesos naturales y a la vez se logre un respeto hacia ellos. Si la comunidad no se identifica con el medio que la rodea, nadie más lo va a hacer. La gente se sabe parte del pro-blema, pero más importante aun es que se saben también parte de la solución. Esto se resalta con el hecho de que solamente una persona respon-dió que no era responsabilidad de uno mismo, de la comunidad o de las comunidades el tener que cuidar los humedales.

Cuando se le consultó a la gente acerca de cuál área (humedales o áreas agrícolas) con-sidera más hermosa (Figura 9), las respuestas estuvieron algo divididas. Más del 43 por ciento manifestó que ambos por igual, casi un 34 por ciento dijo que de los humedales y casi un 20 por ciento que las áreas sembradas. Esto quiere decir que más de la mitad de la gente valora las áreas sembradas no solo por el beneficio alimen-ticio o económico que éstas le reportan, sino también porque a la vez disfrutan de ellas.

Al ubicar cuál de estas áreas es más impor-tante para la comunidad, la mayoría vuelve a

decidirse por ambas (59 por ciento) (Figura 10). Tan importantes son para la gente de Nicoya los humedales como las áreas dedicadas a la siem-bra, y es que obviamente de ambos depende la subsistencia de la comunidad. Los humedales dan recursos alimenticios pero muy limitados para mantener a una comunidad. Sus beneficios son más bien: agua, aire, salud, mientras que las áreas sembradas proporcionan los alimentos que día a día ellos consumen.

Llama la atención que en segundo lugar la gente piensa que son más importantes las áreas sembradas que los humedales, lo que podría indicar que la gente analiza la importancia del

área según sea más obvio o más tangi-ble su beneficio. Es más perceptible la cosecha de arroz que el oxígeno, o eco-nómicamente es más redituable. Sin embargo, es importante recordar que la gente no logró valorar en un buen porcentaje el hecho de que la agri-cultura depende directamente de los humedales, por lo que parece podrían pensar que la agricultura puede existir sin humedales.

La mayoría de gente coincidió en la respuesta a la pregunta sobre qué le produciría mayor satisfacción personal (figura 11). Aquí la gente dice que

reforestar las áreas alrededor de los humedales le llenaría más que secar un humedal para sembrar-lo. Solamente, menos de un tres por ciento dijo

Figura 8. Responsables de cuidar los humedales según los vecinos de Nicoya.

Figura 9. Áreas que la gente de Nicoya considera más hermosas.

Figura 10. Áreas que la gente de Nicoya identifica como más importante para la comunidad.

Page 72: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

71

que le produciría mayor satisfacción personal el secar un humedal. Sin embargo, en esta pre-gunta llama la atención el hecho de que más de un 12 por ciento dijo no sentir satisfacción por realizar ninguna de las dos acciones o no pudo identificar cuál le resultaría más gratificante. Se hubiera esperado que si alguien no se definía por alguna de las dos dijera que las dos igual, ya que esto sería más consecuente con lo observado anteriormente.

Figura 11. Acción que la gente de Nicoya consi-dera le produciría mayor satisfacción personal.

En la figura 10 vemos que casi un 60 por ciento de la gente considera que son igualmente importantes para la comunidad los humedales y las áreas sembradas; sin embargo, la figura 12 muestra como un 25 por ciento menos considera que más áreas de humedales y para sembrar serían igualmente importantes para sus hijos. En esta pregunta, más de un 31 por ciento dice que es mejor herencia para sus hijos las áreas de humedales y solo un 16,67 por ciento dice que más áreas para sembrar. Esta última cifra es consecuente con el porcentaje que consideró más importante para la comunidad a las áreas sembradas.

Figura 12. Situaciones consideradas por la gente de Nicoya como mejor herencia para sus hijos.

Esto parece indicar que aunque en el día a día se visualiza los beneficios directos que da

la agricultura, a futuro se visualiza mejor la importancia de los beneficios que brindan los humedales, pues estos preservan la vida misma. Recuperar un humedal toma mucho más tiempo que volver a sembrar un terreno. También es importante destacar que solo una pequeña fracción dice que ninguna situación es una mejor herencia para sus hijos, por lo que parece haber mayor conciencia de la importancia de que ambos existan aunque yo siembre árboles o cultivos.

Se hubiese esperado que la gente identificara el secar los humedales para sembrarlos como la acción que mayores beneficios económicos le reportaría. Sin embargo, esto no fue así, la gente considera como más redituable el mantener y proteger los humedales (figura 13). Solo poco más del seis por ciento se inclinó por lo anterior y poco más del 21 por ciento dijo que ambas acciones le reportarían iguales beneficios económicos. Esta respuesta muestra como de parte de la personas hay una mayor identificación de la importancia de conservar los humedales ya que en él se sustentan numerosos procesos que aunque en el corto plazo parece dejar mayores ganancias, a largo plazo su tendencia es a desaparecer porque no tendrían sustento una vez que los humedales desaparezcan. Es importante recordar que en la figura 13, una pequeña mayoría consideró que eran más importantes para la comunidad las áreas sembradas que los humedales, por lo que puede pensarse que si bien la gente sabe de la importancia de la agricultura, ésta no debe existir en detrimento de las áreas de humedales.

Figura 13. Acciones que la gente de Nicoya considera le traería mayores beneficios

económicos.

Un 43 por ciento de las personas dice que son igualmente hermosos los humedales y las áreas sembradas (Figura 9), pero solo casi un 35 por ciento dice que disfruta igualmente de ambos (Figura 14). Mientras un 34 por ciento dice que

Page 73: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

72

es más hermoso un humedal, un 47 por ciento dice disfrutar de los humedales. Y mientras un 20 por ciento dice que son más hermosos los cultivos, solo un 12 por ciento dice que disfruta más de estos mismos.

Figura 14. Ecosistemas de los que disfruta más la gente de Nicoya.

Lo anterior es importante a la hora de considerar que una de las mayores fuentes de ingresos de la zona es el turismo y que éste se siente mayormente atraído por ecosistemas naturales como los humedales, pues obviamente van a disfrutar más de estos. Una de las razones por los que la gente debe comprender que es importante conservar los humedales es porque son los que van a atraer al turismo y no los cultivos. Al igual que ellos disfrutan más de los humedales, así lo hacen los turistas.

Conclusiones y recomendacionesEn general, la mayoría de personas es capaz de

identificar los beneficios tangibles y no tangibles que proporcionan los humedales, destacándose el hecho de que los humedales son considerados como fuentes de vida, sitios para la conservación y proveedores de recursos alimenticios. Por su parte, la deforestación y la basura son señalados como los dos problemas principales que afectan a estos ecosistemas. Asimismo, la gente piensa que existe una responsabilidad individual por su deterioro y, por lo tanto, un deber de aceptar dicha responsabilidad y de asumir un rol en la protección de los humedales.

A pesar de todo el deterioro que las personas aceptan haber causado sobre los humedales, sus creencias y actitudes y valores hacia ellos son bastante positivos, ya que se les valora desde una perspectiva estética, económica y hasta ética. Sin embargo, a pesar de lo anterior no parece haber una clara conciencia ambiental en estas personas, ya que su accionar no está acorde con su pensamiento y sentimientos.

Se recomienda, entonces, diseñar y ejecutar programas de educación ambiental que enfaticen la necesidad de que las personas asuman su res-ponsabilidad por el deterioro de los humedales y cambien sus patrones de conducta eliminando o transformando aquellos comportamientos que inciden negativamente sobre estos ecosistemas. Es urgente, además, el desarrollo de una estra-tegia de uso sostenible de los humedales de la región, que le permita a los pobladores benefi-ciarse de los mismos minimizando el impacto sobre ellos, evitando así su destrucción total y buscando más bien su recuperación.

Referencias bibliográficas

Caduto, M. 1985. Guía para la enseñanza de valores ambien-tales. UNESCO-Uneo-Programa Internacional de Educación Ambiental. París.Charpentier, C. et al.. 2003. “Valores que los pobladores dan a los humedales aledaños al Parque Nacional Palo Verde”, en Ecosistemas Forestales de Bosque Seco Tropical. Investigaciones y resultados en Mesoamérica. Inisefor - Una. Costa Rica.Garita, N. 1999. Conocimientos sobre el ambiente: estudio de caso de los estudiantes de octavo año de los Colegios de Barva y San Rafael de Heredia, Costa Rica. Trabajo de graduación para optar por el grado de Licenciatura en Manejo de los Recursos Naturales. Una. Costa Rica.Madrigal, M. 2002. Opiniones de los miembros de las muni-cipalidades de Barva y San Rafael acerca de los problemas ambientales de su cantón. Trabajo de graduación para optar por el grado de Licenciatura en Manejo de los Recursos Naturales. Universidad Nacional. Costa Rica.Motta, C. 1994. La formación y la vivencia de los valores en las escuelas costarricenses. Ministerio de Educación Pública. San José.Quesada, C. 1990. Estrategia de Conservación para el Desarrollo Sostenible de Costa Rica. Mírenme. San José.Schelhas, J. 2000. Resultados de la Encuesta: Ocho Comunidades Vecinos de Pila. Una-OTS-Cornell.UICN-Pnuma-WWF. 1991. Cuidar la Tierra: Estrategia para el futuro de la vida. Gland. Suiza.Unesco-Pnuma-Programa Internacional de Educación Ambiental. 1985. Hacia una pedagogía de solución de proble-mas en la educación ambiental. Unesco. Santiago.

Page 74: mmontaje portada.indd 1ontaje portada.indd 1 66/12/06 … · Esta edición, dedicada al análisis de los principales desafíos y oportunidades que presenta la gestión de las áreas

montaje portada.indd 1montaje portada.indd 1 6/12/06 9:03:41 PM6/12/06 9:03:41 PM