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UNIVERSIDAD PRIVADA
TELESUP
CARRERA PROFESIONAL:“ADMINISTRACION DE NEGOCIOS GLOBALES”
MARIÁTEGUI Y LA EDUCACIÓN EN LOS “7 ENSAYOS…” Y “TEMAS DE EDUCACIÓN”
CURSO: FILOSOFIA
ALUMNO: CARPIO PEREIRA, SANDRO
CICLO : I
Lima, 01 de septiembre del 2013
DEDICATORIA
3
El trabajo de investigación monográfico lo dedico a mis padres; quienes les
debo todo lo que tengo en esta vida.
A Dios, ya que gracias a el tengo a esos padres maravillosos, los cuales me
apoyan en mi derrota y celebran mis triunfos.
A nuestros profesores quienes son nuestros guías en el aprendizaje, dándonos
los últimos conocimientos para nuestro buen desenvolvimiento en la sociedad.
AGRADECIMIENTOS
4
Primeramente, mi reconocimiento a la universidad por la oportunidad que
me ha dado para poder desarrollar este trabajo y así poder conocer un poco
más el pensamiento del Amauta José C. Mariátegui, pensador peruano por
quien tengo interés en conocer su pensamiento. Asimismo, el agradecimiento
también es hacia mi familia por el apoyo y el espacio que he recibido para así
poder sacar adelante esta tarea.
ÍNDICE
5
Pág.
INTRODUCCIÓN 06
CAPÍTULO I: PRINCIPIOS TEÓRICOS 08
1. La posición, ideología y método de Mariátegui. 08
2. Los ideales de la educación. 09
CAPÍTULO II: PROBLEMÁTICA EDUCATIVA 11
1. El maestro y el estudiante. 11
2. La universidad. 14
3. La formación de la mujer. 14
CAPÍTULO III: LA EDUCACIÓN Y LA ECONOMÍA 17
1. La base económica de la educación. 17
2. Hacia la escuela única y de trabajo. 18
CONCLUSIONES 22
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 23
INTRODUCCIÓN
6
Dentro de cualquier sistema social, la educación es asunto de primer
orden.
Pues formar hombres que defiendan, desarrollen o cambien una sociedad es
uno de las columnas en que se asienta todo grupo humano. De ahí que el tema
educativo siempre es parte de toda problemática social. No obstante, estos
asuntos pueden ser analizados desde una especulación, un puro análisis de
conceptos y fórmulas totalmente desligadas de la realidad, hasta una tendencia
que se oriente a un practicismo utilitarista.
Un camino diferente a ambos lo encontramos en los estudios
desarrollados por José Carlos Mariátegui, intelectual que, a partir de asumir la
concepción marxista, analiza el problema educativo de la sociedad peruana. De
ahí que consideramos importante la necesidad de compendiar, sistematizar y
analizar su pensamiento en función a temas educativos, que nosotros hemos
intentado, con las limitaciones que poseemos, principalmente a partir de los “7
ensayos…” y los “Temas de educación”.
Nuestro objetivo se centra, entonces, a presentar un panorama general sobre
las propuestas educativos que el Amauta presentó en dos de sus principales
escritos para así dar una primera comparación con la problemática educativa
actual.
En función al logro de tal objetivo, el primer capítulo presentamos
lineamientos generales de la ideología de Mariátegui de la que se extrae el
modelo de educación que el Amauta propone. En el siguiente capítulo
describiremos algunas importantes problemáticas educativas que este
intelectual peruano reseña: el desempeño docente, la condición de la
universidad y la situación social de la mujer. Finalmente, en la parte final
mostramos la relación que Mariátegui hace entre la situación de la educación
peruana con la estructura económica del país que, a decir de este intelectual,
es semicolonial y semifeudal, la conclusión que Mariátegui infiere de cómo
mejorar la educación y las discrepancias que el Amauta presenta frente a
propuestas de Alejandro Déustua y Manuel Vicente Villarán.
7
CAPÍTULO I
PRINCIPIOS TEÓRICOS
8
1. La posición, ideología y método de Mariátegui.
Si bien acerca de la obra de Mariátegui se puede encontrar variada
información, es importante definir el ámbito teórico del autor debido a la
diversidad de tendencias e interpretaciones surgidas a partir de las tesis de
este intelectual peruano. Es así que, queriendo comprender certeramente el
pensamiento del Amauta, tomamos atención hacia aspectos sobre la condición
de marxista de Mariátegui que ha señalado el profesor peruano Raimundo
Prado: a) La posición de clase proletaria; b) La adopción del materialismo
dialéctico como método y concepción del mundo; y c) La interpretación
económica de la sociedad1. Estas condiciones nos permiten indicar las tres
cuestiones fundamentales que debemos considerar para comprender
certeramente el pensamiento del Amauta y que se encuentran en todas sus
obras; de las cuales resaltamos las siguientes:
i. Su posición de clase: A favor de la clase obrera: “No soy un crítico
imparcial y objetivo. Mis juicios se nutren de mis ideales, de mis
sentimientos, de mis pasiones. Tengo una declarada y enérgica
ambición: la de concurrir a la creación del socialismo peruano”2. “No
aspiro al título de hombre imparcial; porque ufano por el contrario de mi
parcialidad, que coloca mi pensamiento mi opinión y mis sentimiento al
lado de los hombres que quieren construir, sobre los escombros de la
sociedad vieja, el armonioso edificio de la sociedad nueva”3.
ii. Su concepción del mundo: El marxismo – leninismo: “El marxismo,
donde se ha demostrado revolucionario –vale decir, donde ha sido
marxismo- no ha obedecido nunca a un determinismo pasivo y rígido”4.
“El capitalismo se encuentra en su estado imperialista. […] La praxis del
socialismo marxista en este período es la del marxismo – leninismo. El
marxismo – leninismo es el método revolucionario de la etapa del
imperialismo y de los monopolios. El Partido Socialista del Perú lo
adopta como su método de lucha”5.
9
iii. Su método: El materialismo dialéctico: “La concepción materialista de
Marx nace, dialécticamente, como antítesis de la concepción idealista de
Hegel”.
Así, podemos enfocar puntualmente los aspectos centrales sobre tu teoría
sobre la educación. Tesis que se pueden sintetizar en lo que él llama el “gran
vicio” que padece nuestra educación: “La incongruencia con las reales
necesidades nacionales y su olvido de la existencia del factor indígena”7.
2. Los ideales de la educación.
El Amauta pone en claro la tarea de los hombres que se proponen
transformar nuestra sociedad: deben “hundir la mirada en la realidad”8, es decir,
deben evitar toda ficción, toda utopía.”Nada importa en la historia el valor
abstracto de una idea. Lo que importa es su valor concreto”9. Por ello, en el
caso de la educación, Mariátegui puntualiza: “vano es todo esfuerzo mental por
concebir la escuela apolítica, la escuela neutral”.
Lo central en el pensamiento de Mariátegui es en la tarea política. Tarea
que parte del estudio de la realidad concreta en nuestro país. De ahí que el
Amauta en reiteradas oportunidades sostenga la “necesidad de absoluto”, de
“mito”, de “fe”, de “religiosidad”, que, si nos olvidamos –tal como lo señalamos
al inicio de esta exposición– de su posición de clase, ideología y método,
podemos llevar a lamentables desviaciones de su pensamiento. Asumir esos
tres factores nos permitirá comprender que Mariátegui nos habla simplemente
de que con “mito”, nos indica la necesidad que una ideología debe guiar a las
masas populares hacia la transformación social; logrando así que esa ideología
se convierta en “fe”, en algo en que se debe creer. Por eso señala que “no
creo en una cultura sin dogmas ni en un Estado agnóstico”.
Más claro, el autor muestra que debemos ser parcializados nuestra
política, tal como él lo fue. Por eso el absurdo de que tesis como “escuela
imparcial”, “agnóstica” “laica”, (que por una necesidad histórica, la de
enfrentarse al feudalismo aristocrático, fue la que enarboló la burguesía) sean
defendidos por sectores progresistas: “La ‘escuela laica’ –escuela burguesa- no
es el ideal de la juventud poseída de un potente afán de renovación. El
10
laicicismo como fin, es pobre cosa”12. De ahí que el Amauta precisa que “la
virtud renovadora y creadora de la escuela no reside en su carácter laico, sino
en el espíritu revolucionario. La revolución da a la escuela su mito, su emoción,
su misticismo, su religiosidad”13. Por lo tanto, la “libertad de la enseñanza es
una ficción”14, ya que:
“El Estado, cualquier que él sea, no puede renunciar a la dirección y al control
de la educación ¿Por qué? Por la razón notoria de que el Estado es el órgano
de la clase dominante. Tiene por ende, la función de conformar la enseñanza
con las necesidades de esta clase social”15.
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Cf. SOBREVILLA, David. El marxismo de Mariátegui y su aplicación a los 7 ensayos: 50.MARIÁTEGUI, José Carlos. 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana: 12.MARIÁTEGUI, José Carlos. Historia de la crisis mundial: 118.MARIÁTEGUI, José Carlos. Defensa del marxismo: 56.MARIÁTEGUI, José Carlos. Ideología y política: 160.MARIÁTEGUI, José Carlos. Defensa del marxismo: 40.MARIÁTEGUI, José Carlos. 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana: 116.Ibíd.: 37.Ibíd.: 29.Ibíd.: 37.Ibíd.: 79.Ibíd.: 27.Ibíd.: 28.Ibíd.: 37.Ibíd.
CAPÍTULO II
PROBLEMÁTICA EDUCATIVA
11
1. El maestro y el estudiante.
Mariátegui es claro en sostener la importancia de acercarse a las
mayorías para sentir mayor identificación con sus intereses. Por eso señala la
importancia de que los intelectuales “de vanguardia” deben dirigir su atención al
maestro de enseñanza primaria que, al sentirse más próximo al pueblo y
generalmente más dedicado a su profesión, aparece naturalmente destinado a
la adhesión de nuevas ideas.
Mientras se aumenta el nivel teórico en nuestra educación, se produce un
alejamiento de los intereses populares. Por ello, el Amauta nos dice que los
maestros de niveles superiores al primario aparecen más identificados con la
burguesía: “El profesor universitario es simultáneamente abogado,
parlamentario, latifundista. La cátedra constituye una mera estación de su vida
cotidiana”1.
Entonces, el Amauta nos platea la tarea de acercar al profesor de
escuela hacia los estudios superiores, pero “no para aburguesarse, sino para
revolucionarlos”2. Ya que “el oscuro maestro de hijo de obrero y del campesino
necesita comprender y sentir su responsabilidad en la creación de un orden
nuevo”3.
Pero sucede que muchos jóvenes con vocación docente se alejan de las
facultades de Educación, pero lo hacen porque principalmente sienten la
utilización que hacen de ellos el Estado:
“No es la remuneración miserable lo único que aleja de la enseñanza a los
jóvenes que se sienten inclinados al magisterio. Es, en general, la condición
miserable y humillante de preceptor del Estado, condenado casi siempre, para
conservar su puesto, a renunciar a su dignidad intelectual y espiritual”4.
Ahora bien, esa preparación superior debe ir de la mano con el trabajo
sindical: “Para que los educadores puedan reorganizar la enseñanza sobre
bases nuevas es necesario que sepan antes ser un sindicato y es necesario
12
que sepan entender la solidaridad histórica de su corporación con otras
corporaciones”5. Pero, el sindicato docente no puede andar solamente en
función a objetivos reivindicativos, que van a consentir una colaboración con el
gobierno en una labor de reforma, como lo vio el mismo Mariátegui en los
sucesos de la Asociación General de Profesores de Chile6. En ello no puede
caer un sindicato docente, pues aquél debe estar “ligado a una organización
sindical general y a un partido de clase”7.
De esa forma, el estado de crisis del magisterio trae como consecuencia
estudiantes que han caído en el conformismo, pues “profesores estériles tienen
que producir discípulos estériles”8. Esos profesores estériles, sin concepción
del mundo científica, son las que conllevan a que los estudiantes carezcan de
un paradigma, de un ejemplo a seguir, motivo por el cual éstos sienten
inclinados hacia la indisciplina. En cambio, “el verdadero maestro no se
preocupa casi de la disciplina. Los estudiantes lo respetan y lo escuchan”9. “Un
maestro en quien sus discípulos descubren una magra corteza en su cultura
profesional, y nada más, carece de autoridad y de aptitud para inculcarles y
enseñarles extensión ni hondura en el estudio”10. Enseñar con el ejemplo es
también un factor importante en la educación que nos enseña Mariátegui.
Y eso aunado a la situación crítica de la producción y del empleo, es
inevitable la aparición, en palabras de Mariátegui, cierto “nomadismo en una
parte de la población masculina: un forzoso ambulantismo”. Es decir, “las
raíces de la vagancia están en la economía, en la educación de un pueblo”11.
De ahí que “no se extirpa la vagancia reprimiéndola, sino previniéndola”12.
Mención importante es también el movimiento estudiantil que observa el
Amauta. Proceso que inicialmente se guía entusiastamente por fines
inmediatistas y no muy claros, centradas en su pequeño ámbito académico.
Ello a pesar que sus principales reclamos (la intervención del alumnado en el
gobierno universitario, las cátedras libres y la renovación de la pedagogía)13
son reales reivindicaciones pues han sido extraídas de las concretas
necesidades estudiantiles. Además, es justamente este entusiasmo llevado al
13
exceso uno de los factores de la crisis del movimiento estudiantil; ya que el
entusiasmo por sí solo conduce a la inconsistencia y al conciliamiento, tal como
ocurrió en tiempos de Mariátegui. Muchas ganas y poco o nada de teoría u
objetivos claros no llevan a ninguna parte. Es así que la teoría, incluida la
colaboración de los trabajadores y las luchas contra las clases dominantes,
podrá orientar de manera certera hacia objetivos más grandes, más
estructurales.
Asimismo, tal como lo señala el Amauta, sabemos que “el gusto es el
resultado de un largo proceso de educación”14. Por ello, como la clase
dominante orienta su valoración hacia aspectos de consumo trivial, de puro
adorno: “la clase burguesa ‘ilustrada’ aprecia bastante el automóvil, el cemento,
el asfalto, el ornamento, pero estima muy poco el arte”15, existe un descuido en
la enseñanza artística, que olvida –entre otros aspectos- a la raza indígena,
aquella que “se presenta sobresaliente dotada para la creación artística”16 pues
se encuentra en su práctica diaria, como por ejemplo, en la “asociación de la
música y la danza a su trabajo agrario”17; y también, la trivialidad burguesa
conlleva a un alejamiento hacia la lectura: “El público lee poco”, [carece]“del
hábito de la lectura seria”18.
Esta situación en que se encuentra la lectura, aquella que debería tener el
“primer lugar entre las factores de la educación pública”19, se acentúa con el
estado de la Biblioteca (la que llamamos “Nacional”), la que “no vive casi; no
existe para los hombres de estudio”20, y que basa su prestigio en obras
antiguas. Ante ello, Mariátegui se muestra claro una vez más: “Una biblioteca
no es un relicario, es un órgano vivo de estudio y de investigación”21. Es decir,
una biblioteca debe tener como norte la adquisición de nuevas obras, es estar
siempre actualizándose, para así ser un centro que apoye efectivamente al
desarrollo del conocimiento.
2. La universidad.
14
Empezamos este acápite con la sentencia: “el problema de la Universidad
no está fuera del problema general de la enseñanza”22. Y como un ejemplo de
la situación de atraso de la universidad el calificativo que hace el autor hacia
San Marcos: “la ciudadela de la reacción”23. A diferencia de “las universidades
europeas, que al mismo tiempo que se almaciga y se cultiva amorosamente la
ciencia clásica, se elabora la ciencia del porvenir”24, en San Marcos vemos que,
excepto en algunos años de la época de la independencia criolla (con
Rodríguez de Mendoza) y a mediados del siglo XIX (con Pedro Gálvez y
Sebastián Lorente), mantiene su carácter aristocrático feudal25; y con un
profesorado con el estigma de la mediocridad, sin grandes ideales, que solo
buscan una ganancia orientados hacia doctrinas de élite y encariñados con
reformas26, mostrando así que la crisis en la docencia universitaria no es
principalmente porque existen maestros malos, sino porque “faltan verdaderos
maestros. No hay un solo maestro de la juventud”27, es decir, un maestro que
tenga una concepción del mundo científica, como la que poseía Mariátegui. A
lo más, tenemos conocedores de curso.
3. La formación de la mujer.
“El estado comunista no distingue ni diferencia los sexos ni las nacionalidades:
divide la sociedad en dos clases: burguesas y proletarias”28.
Citando al alemán Friedrich Engels, el Amauta afirma que hay que buscar
en “el orden sexual la aplicación de una serie de fenómenos histórico y
sociales”29.
En lo concerniente a la situación del movimiento de reivindicaciones
femeninas, el Amauta descubre que, surgida en el seno del desarrollo burgués,
el feminismo no prosperó en el capitalismo, ya que la mujer, al sufrir un
refinamiento liberal, es degenerada a la condición de mamífero de lujo30. Ello
debido a que las revoluciones burguesas abrieron un sistema igualitarista en
política pero solo para los hombres. “Los derechos del hombre podrían haberse
llamado más bien derechos del varón”31.
15
No obstante, el avance del sistema capitalista crea condiciones para la
liberación femenina, tenía que resultar favorable a la emancipación de la mujer
ya que el trabajo la habilita para sus reivindicaciones32. Es así que el
feminismo toma fuerza como consecuencia de las nuevas formas de trabajo
intelectual y manual de la mujer. Las mujeres que tienen filiación feminista son
generalmente las que trabajan y estudian, es decir, al ser valorizadas como
factor económico.
Dentro del movimiento femenino, Mariátegui nos señala tres tendencias
fundamentales: burguesa, pequeño burgués y proletario. Las dos primeras,
como orientadas al final en torno a la burguesía, sostienen “la tesis absurda de
que la sola reforma que la sociedad necesita es la reforma feminista”33. Pero en
un sistema económico y social donde impera el varón, es incoherente una
posición feminista y a la vez burguesa; ya que “el conservatismo trabaja por
mantener la organización tradicional de la sociedad. Esa organización niega a
la mujer los derechos que la mujer quiere adquirir”34.
Sin embargo, debemos entender que “El feminismo, como idea pura, es
esencialmente revolucionario”35. Es decir, una mujer producto de un régimen
nuevo, se reencontrará con su dignidad de ser humano que fue perdiendo
paulatinamente con la aparición de la propiedad privada: “El tipo de mujer que
produzca una civilización nueva tiene que ser sustancialmente distinto del que
ha formado la civilización que actualmente declina”36. Así, “la humanidad
perderá algunos mamíferos de lujo, pero ganará muchas mujeres”37, lo que
significa que a medida que va emergiendo el régimen socialista, la elegancia y
el lujo femenino irá también cayendo. “Los trajes de la mujer del futuro serán
menos caros y suntuosos, pero la condición de la mujer será más digna”38.
“Una mujer, en suma, costará menos, pero valdrá más”39.
1
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MARIÁTEGUI, José Carlos. Temas de educación: 58.Ibíd.: 62.Ibíd.: 61.Ibíd.: 72.
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Ibíd.: 63.Cf. Ibíd.: 87 ss.Cf. Ibíd.: 92.Ibíd.: 118.Ibíd.: 115.Ibíd.: 117.Ibíd.: 180.Ibíd.Cf. MARIÁTEGUI, José Carlos. 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana: 136 ss.MARIÁTEGUI, José Carlos. Temas de educación: 147.Ibíd.: 151.Ibíd.: 152.Ibíd.Ibíd.: 134.Ibíd.: 128.Cf. Ibíd.: 122.Ibíd.: 123.Ibíd.: 111.Ibíd.: 37.Ibíd.: 105.Cf. MARIÁTEGUI, José Carlos. 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana: 134.Cf. MARIÁTEGUI, José Carlos. Temas de educación: 106 -107.Ibíd.: 105MARIÁTEGUI, José Carlos. Temas de educación: 160.Ibíd.: 173.Cf. Ibíd.: 163 ss.Ibíd.: 162.Cf. Ibíd.: 162.Ibíd.: 169.Ibíd.: 169.Ibíd.: 168.Ibíd.: 171.Ibíd.: 163.Ibíd.Ibíd.: 172.
CAPÍTULO III
LA EDUCACIÓN Y LA ECONOMÍA
17
1. La base económica de la educación.
El análisis de nuestro autor sobre nuestra educación tiene por principio el
análisis del carácter de la sociedad peruana. En ese sentido, es bien conocida
la tesis del Amauta sobre la semifeudalidad y semicolonialidad que padece el
Perú, que lo encontramos –entre otros lugares de su obra– en el punto tres del
programa de su partido:
"El capitalismo se desarrolla en un pueblo semifeudal como el nuestro, […] en
que, llegado a la etapa de los monopolios y del imperialismo, toda la ideología
liberal […] a cesado de ser válida. El imperialismo no consiente a ninguno de
estos pueblos semicoloniales, que explota como mercados de su capital y sus
mercancías y como depósitos de materias primas, un programa económico de
nacionalización e industrialismo”1.
Ese carácter de la sociedad del Perú se ve reflejado en la copia de
modelos extranjeros que, como es obvio, no atienden a la real concreción de
nuestra realidad. De esa forma, los rezagos de la colonia se muestran en
nuestra educación:
“En el proceso de la instrucción pública, como en otros aspectos de nuestra
vida, se constata la superposición de elementos extranjeros insuficientemente
combinados […]. No somos un pueblo que asimila las ideas y los hombres de
otras naciones, impregnándolas de su sentimiento y su ambiente, y que de esta
suerte enriquece, sin deformarlo, su espíritu nacional”2.
El Amauta señala con claridad la raíz económica y social de la educación.
Así, afirma con contundencia: “El problema de la enseñanza no puede ser bien
comprendido al no ser considerado como un problema económico y como un
problema social”3.
Ello indica que el análisis de Mariátegui encuentra un “íntimo engranaje
entre la economía y la enseñanza”4.
Por eso, nuestra educación tiene un carácter de clase, fiel reflejo de la
injusticia que rige el mundo de la economía5.
18
“El niño proletario, cualquiera que sea su capacidad, no tiene prácticamente
derecho, en la escuela burguesa, sino a una instrucción elemental. El niño
burgués, en cambio, también cualquiera que sea su capacidad, tiene acceso a
una instrucción secundaria y superior”6.
De esa forma vemos que Mariátegui denuncia el tipo de enseñanza que
se practica en nuestro país, donde los que tienen mayor ascenso social son los
que van a tener mayor oportunidad de desarrollo académico. Y todo ello porque
una igualdad que no existe en el plano de la economía y la política no puede
tampoco existir en el plano de la cultura7.
Esa diferencia se muestra con mayor notoriedad en países como el
“nuestro”: “En los países menos evolucionados ello ocurre más, donde el
espíritu de clase suele ser brutal, medievalmente de castas”8.
2. Hacia la escuela única y de trabajo.
Cuando en los 7 ensayos el Amauta nos habla de tres influencias en el
proceso educativo: española, francesa y norteamericana, y en la que éstas
últimas insertadas de manera mediocre en la primera, refiere que nuestra
educación es una pura copia de modelos extranjeros que se insertan en un
Perú con una estructura que -en lo sustancial- no ha abandonado el modelo
semicolonial, base socioeconómica que deja de lado los intereses de la gran
mayoría de la población y que es herencia de dos progenitores: los invasores
españoles que copiaron el sistema feudal de su país en estas tierras y los
criollos aristócratas que se disfrazan de burgueses con el advenimiento de la
república9.
Por ello, el problema de la educación de clase es un problema de raíz
estructural, que obliga a que veamos a la renovación de la enseñanza como
parte indesligable del proceso de transformación social: “la renovación radical
de la enseñanza no es una cuestión exclusivamente técnica, ajena a la suerte
de reconstrucción social y política”10. Por lo tanto, “la escuela nueva (única, no
clasista) vendrá con el orden nuevo”11.
19
Esto significa que la nueva educación surgirá no como producto de
reformas, parches o remiendos, es decir, no con reivindicaciones que poseen
una “concepción más liberal que socialista”12 y que propone la
socialdemocracia (aquí menciona a los compagnons de la Universidad Nueva
de Francia, movimiento que pretendían entenderse con el Estado burgués),
aquellos que “tienen la ingenuidad de creer que la burguesía puede, casi en
buen grado, renunciar a sus privilegios en la educación pública”13. “La
burguesía no se rendirá nunca a las elocuentes razones morales de los
educadores y pensadores de la democracia”14.
Es por eso que, al tener intereses y sentimientos conservadores, la
burguesía es por naturaleza inepta para cumplir una acción revolucionaria
aunque transitoriamente adopte, por estrategia demagógica, principios más o
menos avanzados15.
Ello le lleva al Amauta a concluir que solo con la transformación de la
estructura económica orientada hacia las mayorías traerá como consecuencia
una verdadera reforma educativa que debe ser realizada solamente sus
propios participantes: “no es posible democratizar la enseñanza de un país sin
democratizar su economía y sin democratizar, por ende, su superestructura
política”. […] “la reorganización de la enseñanza debe ser hecha por sus
propios hombres en la que los especialistas extranjeros sólo serán sus
colaboradores”16.
La posición del Amauta se manifiesta asimismo con la crítica a las
concepciones como las de Alejandro Déustua, quien propone una educación
que tenga por base la universitaria, ámbito encargado en la formación de la
élite dirigencial y que será formado moralmente17 más aún que va en contra de
la valoración de un aspecto fundamental del hombre: el trabajo18. Esta doctrina
es de gran arraigo en la actualidad, notándose desde la enseñanza inicial (la
llamada “formación de valores” como solución a los problemas sociales y el
desprecio al trabajo como castigo del hombre). Ante ello el Amauta responde:
“las élites no deben hacerse, surgirán solos en el cultivo igual de todos los
jóvenes espíritus”19.
20
Pero también las tesis de Mariátegui se muestran contrarias a del
positivista Manuel Vicente Villarán20, postura tendida hacia una practicidad que
genera una educación –tal como lo afirma el autor el autor- “que enseñe a
labrar la tierra, a criar el ganado, a explotar las selvas, a navegar, a comerciar,
a fabricar cosas útiles…”21. Cuánto de estas propuestas vemos actualmente,
desde los cursos de “formación para el trabajo” hasta las incontables carreras
“técnicas” que se ofrecen a los jóvenes, que muchas veces dejan de lado su
verdadera vocación para enrolarse en cuestiones prácticas. El utilitarismo
deforma los fines del trabajo, que es la búsqueda de la verdadera realización
del hombre como un ser creativo, transformador y por ende libre: “El destino del
hombre es la creación. Y el trabajo es creación, vale decir liberación. El hombre
se realiza con su trabajo”22.
Ante estas teorías, el Amauta propone una forma correcta de hacer
escuela: aquella que pone en “la misma categoría al trabajo manual y al trabajo
intelectual”23.
Todo sistema social, “creado por el trabajo y para el trabajo”24, necesita
desarrollar una escuela que coloque en la misma categoría al trabajo manual y
al intelectual, ya que nuestra sociedad exige una orientación práctica y realista
de la enseñanza25.Tal como lo sostiene Mariátegui, nuestro sistema reposa en
el trabajo y más aún, la sociedad apunta a convertirse en una “sociedad de
trabajadores”26. Es por ello que el trabajo debe ser exaltado, no visto
negativamente. Por ello es importante generar una verdadera Escuela de
Trabajo, es decir, una escuela que promueva el papel creador del hombre
dentro de la conjunción de la teoría con la práctica.
Hoy que estamos “en la edad que ahora declina”27, mostramos que ciertas
tesis educativas del Amauta poseen vigencia. Ya que Mariátegui parte de una
posición que descubre “el íntimo engranaje que hay entre la economía y la
enseñanza”28 y que sólo con esa premisa debe ser analizada. Pues aquellos
que “han pretendido modificar ésta sin conocer las leyes de aquélla”29 siempre
han ofrecido recetas que no han podido corregir la problemática educativa. 1
2
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MARIÁTEGUI, José Carlos. Ideología y política: 160.MARIÁTEGUI, José Carlos. 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana: 105.MARIÁTEGUI, José Carlos. Temas de educación: 39.Ibíd.:39.
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Cf. Ibíd.Ibíd.: 48.Cf. Ibíd.Ibíd.: 55.Cf. MARIÁTEGUI, José Carlos. 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana: 115.MARIÁTEGUI, José Carlos. Temas de educación: 101.Ibíd.: 57.Ibíd.: 78.Ibíd.: 53.Ibíd.: 54.Cf. Ibíd.: 101.Cf. MARIÁTEGUI, José Carlos. 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana: 119.http://dhanerieducacion.blogspot.com/2008/11/propuesta-pedagogica-de-alejandro.htmlCf. MARIÁTEGUI, José Carlos. 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana: 151 ss.MARIÁTEGUI, José Carlos. Temas de educación: 77.Cf. MARIÁTEGUI, José Carlos. 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana: 156 ss.http://www.generaccion.com/noticia/185815/pensamiento-pedagogico-manuel-vicente-villaranMARIÁTEGUI, José Carlos. 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana: 154.Ibíd.: 158.MARIÁTEGUI, José Carlos. Temas de educación: 46.Cf. Ibíd.MARIÁTEGUI, José Carlos. 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana: 154.MARIÁTEGUI, José Carlos. 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana: 157.Ibíd.Ibíd.
CONCLUSIONES
22
1. José Carlos Mariátegui fue un marxista que aplicó el método materialista
dialéctico a la realidad peruana. Así, consideró que la educación no es un
proceso neutral sino que representa intereses de clases sociales.
2. Mariátegui concibe al docente como un modelo de hombre preparado
científicamente e identificado con los intereses de las mayorías populares.
3. El autor de los 7 ensayos percibe a la universidad (San Marcos) como un
centro que, pese a ciertos momentos históricos muy puntuales, no
promueve el progreso del conocimiento debido a su condición aristocrática y
feudal; situación opuesta a la de las universidades europeas.
4. Mariátegui reconoce la problemática femenina como un asunto de interés
educativo. Presenta a las luchas reivindicativas de la mujer como parte de
las luchas que hay entre las clases sociales.
5. José Carlos Mariátegui reconoce que la estructura económica semicolonial
y semifeudal es la causa principal de la condición de atraso que existe en la
educación peruana. De ese modo, propone que una verdadera
transformación educativa se dará únicamente si hay un cambio en la base
económica del Perú.
6. Así, este intelectual peruano vislumbra que la llegada de una educación sin
diferencias de clases sociales será posible solo en una nueva sociedad,
rechazando así propuestas que representan intereses opuestos como la de
Alejandro Déustua y Manuel Vicente Villarán.
7. Las problemáticas existentes actualmente en la educación peruana es una
prueba de la actualidad de las tesis educativas de Mariátegui.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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KEHUARUCHO, D.
(2008) Propuesta pedagógica de Alejandro Déustua. Consultado el 29
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http://dhanerieducacion.blogspot.com/2008/11/propuesta-pedagogica-de-
alejandro.html
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empresa editora Amauta, 68º edición.
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edición.
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edición.
(1979) Ideología y política. Lima, empresa editora Amauta, 10º edición.
(2001) Temas de educación. Lima, empresa editora Amauta, 15º edición.
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Consulado el 29 de agosto del 2013 en
http://www.generaccion.com/noticia/185815/pensamiento-pedagogico-manuel-
vicente-villaran