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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD DIDSKALIA DE VENEZUELA MONAY ESTADO TRUJILLO Apología cristología un debate histórico debate histórico

Monografia Tesis NEIDA RUBIO

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tema interesante del campo de la apologetica, Cristologia reformada con recursos de la exegesis,

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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD DIDSKALIA DE VENEZUELAMONAY ESTADO TRUJILLO

Apologa cristologa un debate histrico debate histrico

Neida Rubio Alberto MontillaRamn InfanteAbel Linares.

Introduccin

La apologa debemos tener claro que es la defensa de la fe y es de vital importancia que cada Cristiano o Seguir de Jesucristo Tenga muy claro porque de lo contrario nos pasara como dice en Efesios 4:14 para que ya no seamos nios, sacudidos por las olas y llevados de aqu para all por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimaas engaosas del error. Pero al tener una identidad clara de quines somos y a donde vamos cimentados en la Palabra de Dios nuestro Fundamento estar sobre la Roca Firme que es Jess, conocemos a travs de las escrituras que la apologa Cristolgica se ha utilizado desde el gnesis y en todo los aspectos histricos y contextos culturas ha sido necesario utilizar dicha herramienta pero de una manera solida no dudando de lo que se Cree, podemos observar en el Antiguo Testamento como hombres ntegros defendieron su fe en Dios a travs de las Escrituras Isaas fue hombre que fue muy atacado por los entes Religiosos pero permaneci fundamentado en La Palabra y venci; En el Nuevo Testamento tambin nos encontramos que hombres como el Apstol Pablo tubo que tener una visin y un fundamento claro de quien era Jess y as defendi de una manera correcta y especifica ante hombres estudiosos, hombres con diferentes doctrinas y creencias, muchos de ellos por la correcta Defensa ellos creyeron a la Palabra y fueron Salvos A travs de Jess.

Es necesario no dejar de lado la correcta defensa de la fe por creer que no es necesario tener una correcta formacin tanto en lo intelectual como lo espiritual como muchos tienen por costumbre, es indispensable que cada seguidor de Cristo tenga fundamentos y argumentos bien cimentados para que asi ellos se conviertan a nosotros y no nosotros a ellos

Definicin de Apologtica viene del griego apologa, que tambin se transliter al castellano, y que significa defensa. Hacer apologa de algo es defender algo. Por ejemplo, en la constitucin de algunos pases dice que est prohibido hacer la apologa del crimen. En aquellos pasajes del Nuevo Testamento que encontramos la palabra defensa, los apstoles en el griego escribieron apologa. El estilo de la Teologa Apologtica es defensivo.

La Teologa Apologtica se ocupa de defender, que es diferente de proclamar. Proclamar es cuando se lleva una verdad y se sirve tal como es. El mundo tiene sus propias opiniones acerca de los asuntos de los que Dios ha hablado, y el diablo sus mentiras en forma de doctrina; y hay espritus de error y doctrinas de demonios, que tratan de confundir a las personas, incluso a la Iglesia, acerca de la verdad de Dios. El diablo trata de hacerles creer que las cosas no son como Dios dice, sino como l pretende decirlas, y surge error y argumento de error y argumento de incredulidad. A la Teologa Apologtica le corresponde combatir el error y la incredulidad derribando y refutando los argumentos que se levantan contra el conocimiento de Dios (2 Co. 10:5). En la Biblia encontramos algunos versculos donde la Palabra misma del Seor nos insta a estar preparados para la apologa, y es justamente la fundamentacin de la Teologa Este es uno de los versos claves en los que se fundamenta la existencia de la Teologa Apologtica. Haciendo una exgesis del verso digamos que a veces para nosotros es suficiente santificar al Seor en el corazn, y tener esperanza, y decimos: Seor, espero en Ti, y te santifico; quiero vivir una vida santa y tengo esperanza en Ti Llegamos a pensar que eso es Suficiente; pero por este verso nos damos cuenta que, aunque esto es bueno, es fundamental todo suficiente. A la santificacin del Seor hay que aadirle algo ms; y a las personas no basta con presentarle nuestra esperanza, sino tambin la razn de nuestra esperanza. En ese verso hay una parte devocional (santificad a Dios en vuestros corazones), la parte privada, la parte mstica, espiritual. Pero tambin dice y estad siempre preparados para presentar defensa. O sea, que el pueblo del Seor, adems de santificar al Seor, alabarlo, vivir conforme el Seor desea, con su ayuda, debe afrontar la defensa porque existe ataque. Esa defensa no debe ser solamente improvisada. Preparacin Integral para la Defensa S hay que depender siempre del Espritu, pero el Espritu tiene herramientas. No se contradice la preparacin con la Dependencia del Espritu porque es el mismo Espritu el que nos insta a estar preparados para la defensa. Existe algo que se Llama preparacin para la defensa, para la apologa. Esa preparacin primeramente es espiritual, pero debe ser integral, porque Satans nos va a atacar donde haya un punto flaco. La cadena es tan fuerte como su eslabn ms dbil. Todo el poder de la cadena radica en el eslabn ms dbil, no en el ms fuerte. No importa si hay eslabones fuertes, la cadena se rompe por el ms dbil. Y si nosotros descuidamos un eslabn, por all va a buscar el diablo una grieta para meterse y destruir la Iglesia. Por eso la Palabra habla de una preparacin y sta debe ser integral: Espiritual, intelectual, e incluso fsica, porque hay momentos en que se requiere estar bien fsicamente para el servicio del Seor. ...presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razn de la esperanza que hay en vosotros. Los de afuera pueden inquirirnos en qu basamos nuestra esperanza. En relacin con la apologtica, la palabra clave aqu es razn. La apologtica trata de las razones de nuestra fe; las razones de nuestra esperanza. No la esperanza misma, porque esto es muy subjetivo, muy personal, muy nuestro. Nosotros tenemos comunin con Dios, tenemos esperanza y santificamos a Dios, pero la Teologa Apologtica tiene que ver es con los ataques y argumentos de otros, con los problemas y confusiones de otros. Y no es suficiente que yo est contento. Yo tengo que estar preparado para presentar defensa con mansedumbre y reverencia, ante todos; y esa palabra s que me asusta, pero es de Dios. Nosotros diramos: Bueno, s, ante los que son como yo, Seor, ante los que saben poco o menos que yo; ante los ignorantes, ante los que no entienden nada. Pero no; es ante todo el que nos demande razn. La Iglesia no debe acobardarse ante ningn gigante; no debe sentirse disminuida, sino que tiene que estar preparada para con todos. A la Palabra de Dios no le queda grande nada. Ningn problema humano, ninguna situacin le queda grande a Dios y a su Palabra. De ah que el trabajo de la Teologa Apologtica es prepararnos para la defensa ante el que nos demande razones.

La Apologtica la defiende, porque tiene que demostrarle al error y a la incredulidad que sus argumentos son mentirosos; es algo ms que proclamar la verdad, porque adems de proclamarla y ensearla, es defenderla y confirmarla. En la epstola a los Filipenses 1:7, Pablo dice: ...como me es justo sentir esto de todos vosotros, por cuanto os tengo en el corazn; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmacin del evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia. Una cosa es anunciar el evangelio, y otra es defenderlo y confirmarlo. Es otro aspecto diferente. La proclamacin anuncia el evangelio, pero el evangelio es atacado con mentiras; hay que defender la verdad contra el error y la incredulidad. La gracia del Seor tambin nos capacita para la defensa y confirmacin. Kerigma es proclamacin, Didak es enseanza, pero Apologa es defensa. La defensa es para confirmar. Al anunciar la verdad, de pronto se levantan contradictores, a los cuales hay que derribarles sus argumentos. Ese derribamiento de argumentos, esa defensa y esa confirmacin, ese desnudamiento del error, de las razones de la incredulidad del agnosticismo, tienen que ser tratados por la Iglesia, y la gracia capacita tambin a la Iglesia, no slo para predicar sino tambin para defender.

Volviendo a Filipenses 1, leemos en los versos 15-17: 15Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad. 16Los unos anuncian a Cristo por contencin, no sinceramente, pensando aadir afliccin a mis prisiones; 17pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio. Cuando Pablo escribi esta carta ya estaba preso. Tambin leemos la apologa de Pablo en Hechos 22:1 cuando dice: Varones hermanos y padres, od ahora mi defensa ante vosotros. Pablo no solamente haba anunciado el evangelio, sino que por anunciarlo se levant persecucin contra l y contra el evangelio; ahora Pablo lo va a defender all en frente de los hermanos y padres en el judasmo. Esteban, tambin en el libro de los Hechos, hizo una apologa. Incluso cuando las iglesias queran acusar a Pablo, l dice: contra los que me acusan esta es mi apologa. Y empieza a ensear apologticamente, defendiendo ciertos derechos y verdades. La Teologa Apologtica derriba argumentos Leemos en 2 Corintios 10:1-5a: 1Yo Pablo os ruego por la mansedumbre (note cmo la mansedumbre vadefensa, igual a lo que dice Pedro: presentad defensa con mansedumbre y reverencia) y ternura de Cristo, yo que estando presente ciertamente soy humilde entre vosotros, mas ausente soy osado para con vosotros; 2ruego, pues, que cuando est presente, no tenga que usar de aquella osada con que estoy dispuesto a proceder resueltamente contra algunos que nos tienen como si anduvisemos segn la carne. 3Pues aunque andamos en la carne, no militamos segn la carne; 4porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destruccin de fortalezas (existen demonios que establecen fortalezas, pero el medio de derribar y destruir esas fortalezas es), 5refutando argumentos.... Esos principados crean un tipo de pensamiento, un tipo de interpretacin, producen una cosmovisin del mundo en las personas, y las personas ven las cosas a travs del color de ese tipo de pensamiento, de argumentacin. La mentira se tiene que derribar con la verdad; se tiene que desdecir la mentira y demostrar dnde est la falla, dnde est la inexactitud, dnde comenz la trampa; desmantelarla. Hasta que no veamos con claridad dnde est la trampa, podemos seguir siendo engaados; porque la mentira es un hablar de un demonio. A veces podemos echar un demonio, pero nos puede quedar el hablar, al cual tenemos que desdecir. Si el demonio dice una mentira, tenemos que demostrar por qu es una mentira, dnde comenz la primera apariencia; dnde estuvo el engao. En 2 Corintios 10:5 dice: ...refutando argumentos.... All el apstol usa la palabra argumentos, y la Palabra tambin nos exhorta a travs de Pablo y le dice a Timoteo entre otras cosas, redarguye.3 Por una parte le dice: Instruir, exhortar, pero por la otra le dice redargir. Redargir significa deshacer argumentos que se levantan contra el conocimiento del Seor y de la verdad. Hay que deshacer el ovillo del argumento, con el argumento de la verdad, que es la proclamacin de la verdad. Pero ese redargir, ese derribar el argumento, es una defensa del evangelio para confirmarlo. La Teologa Apologtica se utiliza como herramienta del Espritu en el derribar de argumentos.

La Palabra de Dios es un arma de la Apologtica Muchas veces hay personas que son posedas por el demonio, pero la manera como el demonio se abre paso es a travs de una argumentacin, a travs de una doctrina; es por eso que a esa doctrina o argumentacin, hay que deshacerla con la argumentacin del Espritu, con la espada del Espritu, que tambin es la Palabra. El instrumento que utiliza el demonio es una doctrina y el instrumento que utiliza el Espritu Santo es la Palabra.

La Palabra de Dios verdadera tiene que deshacer la doctrina del demonio. El argumento debe ser redargido, debe ser demostrado como falso. La Palabra nos dice que los santos, adems de santificar al Seor, y adems de tener esperanza, debemos estar preparados para la defensa y tambin para dar razn de la esperanza. Las razones de nuestra fe son las que constituyen el contenido de la Teologa Apologtica; las razones por las cuales confirmamos esto y no creemos esa mentira y la demostramos mentirosa. Su insensatez ser manifestada a todos. Para derribar argumentos, para presentar razones de la esperanza, para estar preparados para la defensa, es que se ha constituido, se ha formado la Teologa Apologtica. Ella rene toda aquella verdad con que el Seor ha defendido el evangelio a lo largo de la historia. Se han levantado mentiras para confundir, errores para mezclar y tambin incredulidad con argumentos que junto con la gente piensa tener para no creer. Por ejemplo, dicen: Por qu existe el mal? Si Dios existiera, por qu este nio naci con las orejas torcidas? Dicen que no creen en Dios, usando argumentos. Entonces hay que mostrar la insensatez de esos argumentos; resistir al demonio con la verdad; redarguyendo a la persona; derribando los argumentos, que son la doctrina del demonio, el instrumento que usa el demonio. La Teologa Apologtica y el arar Hay muchas tareas que realizan los siervos del Seor. Una de ellas es la tarea sacerdotal, devocional; otra es la de sembrar el evangelio, de regar donde ya se ha sembrado; de apacentar, de combatir, de edificar; a veces gobernar, a veces administrar, presidir, dirigir, servir, asistir; son muchas las tareas del pueblo de Dios. Algunos sobresalen en una, otros en otra, segn el don que Dios les d; pero hay una tarea a la que suele ponrsele muy poco cuidado, pero que tambin existe y tambin est en la Palabra, y se le denomina con un verbo, y en la cual, para ejercerla, se necesita la Apologtica. En Lucas 17 y 1 de Corintios 9 se menciona esa tarea. En 1 de Corintios 9:10 dice: ...o lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribi; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla con esperanza de recibir el fruto. All la Palabra menciona un verbo, arar. Tambin en Lucas 17:7 8: 7Quin de vosotros, teniendo un siervo que ara (una tarea) o apacienta ganado (otra tarea), al volver l del campo, luego le dice: pasa, sintate a la mesa? 8No le dice ms bien: preprame la cena (otra tarea), cete, y srveme (otra tarea) hasta que haya comido y bebido; y despus de esto, come y bebe t?. Notamos que en Corintios, adems de arar, menciona la tarea de trillar; y en Lucas menciona otras tres tareas. Cada una es una tarea amplia que tiene muchos bemoles. Y en Lucas aparece la tarea de prepararle la cena al Seor, que es la devocin privada, el ministerio privado. Alguien puede alegar, diciendo: Seor, yo ya estuve evangelizando, estuve apacentando las ovejas, as que voy a dormir... El Seor le dice: No, ahora no vas a dormir; quiero que ests conmigo. Has estado en la obra, pero ahora quiero que ests conmigo. Y ese es otro trabajo que hay que hacer, estar con el Seor a solas, en privado y ministrarle a El. Todo lo que El es y para El mismo. Ni siquiera para interceder por el mundo, ni por la familia, ni por el uno, ni por el otro, sino para adorarlo a l, servirle a l; que El coma; ministrarle a l; es algo privado. A Marta le pas algo igual. Marta, Marta, afanada y turbada ests con muchas cosas. Pero slo una cosa es necesaria; y Mara ha escogido la buena parte, la cual no le ser quitada4. Mara tuvo tiempo para El, para Su persona; no para cosas, no para servicios, sino para atender a Su persona. Ese es uno de los trabajos aqu; el de prepararle la cena. Est la tarea de apacentar el ganado, que es el ministerio pastoral, darle el alimento a las ovejas, a los hijos del Seor, sobrellevar sus cargas, atenderles, asistirles, pero ntese que hay un trabajo que se menciona primero y es el de arar. Arar no es todava

Toda persona se basa en una presuposicin. Hay algo que a priori la persona cree o acepta, o quiere, y en base a lo cual despus la persona edifica un mundo conceptual, una justificacin terica, de lo que escoge. Pero siempre existe una presuposicin bsica; y cuando estamos tratando el asunto de la apologtica, tenemos que analizar el punto de contacto con el cual se pueda compartir la verdad y defenderla, para con una persona que la est atacando, o por lo menos est creyendo las mentiras del enemigo. En 2 Corintios 4:3-4, leemos: 3Pero si nuestro evangelio est an encubierto, entre los que se pierden est encubierto; 4en los cuales el dios de este siglo ceg el entendimiento de los incrdulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. Estos versos nos dicen algo que tambin encontramos en otros versos de la Palabra, y es en primer lugar que en el mundo (este siglo) opera un prncipe. Efesios dice que el prncipe de la potestad del aire opera en los hijos de desobediencia y que la corriente del mundo es conforme al prncipe de la potestad del aire.6 Y aqu nos dice que este diablo ceg el entendimiento de los incrdulos. Esto nos dice que cuando se est testificando de la verdad, y cuando se est defendiendo, entrando en contacto con las personas, no debemos olvidar que existe una condicin cada en la raza humana y que nuestra confianza y esperanza no debe estar puesta directamente en nada natural, ni siquiera en nuestra propia argumentacin, aunque sea verdadera, porque la condicin de las personas que oyen es una condicin cada; estn cautivas a voluntad del diablo. La naturaleza humana ha sido vendida a Satans y el entendimiento de las personas est entenebrecido. Leemos en Efesios 4:17-18: 17Esto, pues, digo y requiero en el Seor: que ya no andis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, 18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazn. Aqu habla de la vanidad de la mente. Con la cada, el espritu del hombre muri, se separ de Dios; el alma del hombre, el ego, se agrand. El hombre trat de vivir por s mismo, pero su entendimiento fue entenebrecido, la voluntad fue debilitada, corrompida; ya no puede hacer el bien; queriendo hacer el bien hallo esta ley, que el mal est en m7. Y aun la carne, no slo que va a morir, sino que est sujeta a lo que se llama la ley del pecado y de la muerte que est en mis miembros. El ser humano, por nacimiento natural est en una condicin cada, en la que le es imposible por s solo entender las cosas de Dios. Dice en 1 Corintios 2:14 lo siguiente: Pero el hombre nat24 psquico, en el original griego) no percibe las cosas que son del Espritu de Dios, porque para l son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En romanos 8:7-8 tambin leemos lo siguiente: 7Por cuanto la mente carnal es enemistad contra Dios; porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede; 8y los que viven segn la carne no pueden agradar a Dios. La carne no puede sujetarse a Dios ni agradarle. El hombre natural no puede discernir. El entendimiento entenebrecido no puede ver si Dios no lo alumbra, y es por eso que la oracin de Pablo en Efesios 1 dice que l oraba al Padre de gloria, Padre de las luces, para que alumbre los ojos del entendimiento. Tenemos un ejemplo en Hechos de los Apstoles 16:14: Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de prpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Seor abri el corazn de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo deca. Debemos tener en cuenta que la condicin del hombre natural, del secular, del hombre meramente admico, del no regenerado, es una condicin cada, en que su mente est afectada, en que su capacidad no es suficiente para percibir las cosas de Dios, para agradar a Dios, para sujetarse a la ley de Dios, ni para entender las cosas de Dios. Por ms que nosotros defendamos la verdad con un argumento y con una verdad, se necesita la confianza y la intencin soberana del Espritu de Dios; que sea Dios el que le abra el entendimiento. El hombre natural no es buen entendedor, y necesita el soplo de Dios. Como dice en el libro de Job: Y el soplo del Omnipotente le hace que entienda8. El hombre natural tiene presuposiciones de un tipo, y el hombre espiritual, el renacido, el hijo de Dios, tiene presuposiciones de otro tipo. El hijo de Dios contabiliza las cosas de Dios, cuenta con ellas, como dice en Juan 3:31-33: 31El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos. 32Y lo que vio y oy, esto testifica; y nadie recibe su testimonio. 33El que recibe su testimonio, ste atestigua que Dios es veraz, y lo hace porque la gracia de Dios intervino, el soplo del Omnipotente le hizo que entienda. Dios le abri el corazn como a Lidia. Durante la conversacin de Jess con Nicodemo, en el mismo captulo de Juan 3:7-9, encontramos que Jess le dice: 7No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. 8El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabesDe dnde viene, ni a dnde va; as es todo aquel que es nacido del Espritu. 9Respondi Nicodemo y le dijo: Cmo puede hacerse esto? El hombre natural no entenda, porque Nicodemo se mova en un plano y Jess en otro plano. Nicodemo se mova en el plano de la vieja creacin y el Seor se mova en el plano de la nueva creacin. Los versos 10-11 dicen: 10Respondi Jess y le dijo: Eres t maestro de Israel, y no sabes esto? 11De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibs nuestro testimonio. Por eso deca San Pablo en 1 de Corintios 2 que el hombre natural no puede percibir las cosas que son del Espritu, porque se deben discernir espiritualmente. Esoural (el hombress, a la salvacin, significa que tiene que haber una intervencin soberana del Espritu de Dios, despertando el espritu del hombre, abrindole el corazn, alumbrando los ojos del entendimiento para que la persona entienda y eso hay que tenerlo en cuenta al considerar la Teologa Apologtica. La Teologa Apologtica defiende, confirma el evangelio, pero principalmente para con los mismos hermanos, pero a la vez puede ser un instrumento para ser utilizado para con las otras personas. Cuando se hace defensa, se debe tener en cuenta:1. Contender por lo esencial. No contender por opiniones de cosas de segunda o de tercera categora, dentro del marco de los mismos creyentes. No contendis por opiniones, contender abiertamente por la fe que una vez ha sido dada a los santos; por doctrinas de fondo como lo que contradice la existencia de Dios, la identidad de Cristo como Hijo de Dios, la encarnacin del Verbo, Su muerte y resurreccin, la regeneracin y justificacin por Su sangre, la ascensin, la segunda venida, la inspiracin de la Palabra. Pero sobre comidas, si ha de comerse de todo o slo legumbres; si hace caso de das o hace iguales todos los das y cosas semejantes a stas, no contendis. Recibid al dbil en la fe, pero no para contender sobre opiniones, porque cada uno quiere agradar a Dios de esta manera o de la otra, pero su intencin es una intencin de regenerado, de hijo. Quiere agradar a Dios abstenindose de comer, otro quiere agradar a Dios comiendo; otro quiere agradar a Dios haciendo caso de un da, el otro haciendo iguales todos los das; pero son cosas que no son de fondo, que no afectan la salvacin de la persona, sino que afectar tal vez su galardn en parte, y ser Dios quien se encargar de juzgarlos y por esoEl recalca que no nos juzguemos y menospreciemos los unos a los otros. En la Teologa Apologtica debemos tener en cuenta que no es para meternos en discusiones en las cuestiones de opinin dentro del mismo pueblo de los hijos de Dios, pero s contender ardientemente por la fe. 2. Pero a la vez, en esa contienda hay que tener en cuenta que no se puede entrar en contacto con el mundo natural si no hay una intencin soberana de Dios, porque el hombre cado por s solo no puede entender, debido a su entendimiento entenebrecido que no puede ver; si no nace del agua y del Espritu no puede ver el Reino. Dice que el que viene de arriba da el testimonio pero no lo reciben, pero el que lo recibe atestigua que es verdad lo que Dios dice, y eso es porque ya lo ha experimentado y vivido. Imagnate un ciego de nacimiento al que t le vas a explicar los colores de la bandera. Cmo explicarle la diferencia entre el azul y el rojo? Imposible; porque no hay puntos de contacto; los colores no tienen contacto en l porque el contacto es a travs del sentido de la vista y l es ciego de nacimiento. Si alguna vez hubiese visto, se acordara y hasta soara en colores. Pero un da, como a Bartimeo, viene el Seor y lo sana, y empieza a ver y puede contactar y dar testimonio de la veracidad de los colores de la bandera. La Teologa Apologtica defiende y lo hace para el interior; muchas veces para los mismo hermanos, para que no tambaleen; para que estn firmes, confirmados en la fe. Pero tambin testifica para los seres humanos; pero cuando lo hace tiene que esperar en la obra del Espritu de Dios. San Pablo se reuni a la orilla del ro con muchas personas, pero a quien Dios abri el corazn fue a Lidia. Todos estaban oyendo el mismo mensaje, pero no todos estaban entendiendo de la misma manera, porque Lidia captaba espiritualmente, debido a que Dios intervino abrindole el corazn.

La Biblia dice que los argumentos humanos no son los que fundamentan a alguien en la fe, aunque son necesarios y sirven, sin embargo en la fe, el Espritu, el poder de Dios, es el que fundamenta la fe. Cuando el poder de Dios, el Espritu de Dios, toca entonces la persona, por el toque de Dios, por la intervencin del Espritu, es vivificada en su espritu; y a lo mejor, es alumbrada en su entendimiento y reanimada en su voluntad, porque entr vida nueva por la intervencin divina. En el captulo relacionado con las distintas reas claves de la revelacin divina, nos damos cuenta que en todas ellas hay ataques del diablo y en cada una de ellas tiene que haber defensa. Cuando el diablo ataca la existencia de Dios, existen los argumentos que validan la existencia de Dios, pero slo son efectivos cuando el Espritu toca. A algunas personas les convence un argumento, pero a otras no; y en cambio les convence otro. A Kant no le convenca el argumento ontolgico, en cambio a Hegel le convenci; pero a Kant lo convenci el argumento tico moral, en cambio a otros no.

Lacristologaes la parte de lateologacristianaque dedica su estudio al papel que desempeaJess de Nazaret(desde los puntos de vista tanto humanos como divinos, bajo el ttulo deCristooMesas). Sin embargo, los detalles menores de su vida no son tan importantes para la cristologa, y s lo son ms bien el quin era, laEncarnaciny los eventos ms importantes de su vida (su nacimiento, su muerte y suresurreccin)

Algunos puntos clave de la cristologa incluyen: Su naturaleza humana. Su naturaleza divina. La interrelacin entre estas dos naturalezas, cmo interactuaran y se afectaran entre s.La cristologa tambin abarca cuestiones concernientes a la naturaleza de Dios como laTrinidad, elunitarianismoo el binitarianismo, y sobre lo que Cristo habra logrado para el resto de la humanidad. Hay tantos puntos de vista cristolgicos como hay variantes del cristianismo. Los diferentes puntos de vista cristolgicos de las diversas sectas cristianas han llevado a acusaciones mutuas deherejay, menos frecuentemente, a subsecuentes persecuciones religiosas. En muchos casos, la cristologa particular de una secta es su caracterstica distintiva, en estos casos es comn que a la secta se le conozca bajo el nombre de su visin cristolgica. El resumen del pensamiento cristiano que hace que sea cristiano para la mayora de ellos: protestantes, evanglicos, ortodoxos, carismticos, conservadores, catlicos y los apostlicos y tambin romanos, de armenia, coptos, etc. etc: Jesucristo es Verdadero Dios; Jesucristo es Verdadero Hombre; Jesucristo es Uno y el Mismo.

LATEOLOGIACRISTOLOGICA.a)La cristologa en la escolstica.

Se caracteriza por una profundizacin de la doctrina tradicional, principalmente mediante el recurso a las categoras aristotlicas. Advirtindose tambin una vuelta a la teologa de los misterios de la vida de Jess.Aqu nos limitaremos a esbozar las orientaciones cristolgicas de la escolstica, con un especial referencia a la doctrina de la redencin de S. Anselmo de Canterbury y a una significativa atencin acerca del misterio de Cristo de la Pars Tertia de la Summa Theologiae de Santo Toms.I/ Orientaciones cristolgicas de la Escolstica.Mientras en la alta Edad Media la teologa consista predominantemente en la lectura de la Biblia (lectio divina) y en el estudio de los documentos conciliares y los escritos de los Padres (auctoritates), ahora se procede a la profundizacin filosfica de la enseanza del pasado.Debiendo a su vez, distinguirse entre Oriente y Occidente en la perspectiva de enfoque de la materia objeto de estudio, de tal manera que en Oriente la cristologa y la soteriologa quedaban slidamente unidas entre s, no siguiendo una evolucin paralela a la de la escolstica, sino ms bien cierto estancamiento que durar hasta el s.XIV. En tanto que en Occidente, la cristologa de la escolstica profundiz la doctrina de la redencin, la del conocimiento humano de Jess y el motivo de la encarnacin, si bien la doctrina sobre la identidad de Cristo no experiment un desarrollo sustancial. Siendo exponentes relevantes de la esta teologa escolstica S. Anselmo y Sto. Toms.Ii/ La redencin en S. Anselmo.La idea clave de la soteriologa anselmiana es la de la redencin entendida como una satisfaccin vicaria, segn la cual Cristo ha salvado a la humanidad expiando el pecado en su lugar. El punto de partida de su tesis es la del pecado, entendido como ofensa contra Dios, porque priva del amor que le es debido. Como tal exige una reparacin que comprende o la satisfaccin de la ofensa o el castigo. En concreto, siendo el hombre incapaz por su finitud de reparar la ofensa inferida a Dios, debera padecer la pena. Si bien, segn S. Anselmo, esto no est de acuerdo con el plan salvfico de Dios, pues no es razonable que Dios deje que se pierda el hombre. De ah la misin redentora de Jess, el hombre Dios, que en virtud de su naturaleza humana puede reparar en lugar del hombre, y en virtud de su naturaleza divina puede ofrecer una reparacin de valor infinito. De hecho, Cristo ha llevado a cabo esta reparacin. Esta es la verdadera razn por la que Dios se ha hecho hombre.As pues podemos evidenciar, la estrecha relacin entre cristologa y soteriologa para su autor.Iii/ La cristologa de la Summa Teologica.El tratado de Toms del misterio de Cristo es, segn L.Bouyer, "un conjunto cristolgico, que hasta entonces no haba tenido nada equivalente, ni por la riqueza y la inteligencia de su indagacin de las fuentes tradicionales, ni por la exactitud y la coherencia racional de su estructura y de su exposicin, como tampoco por la profundidad visible y casi palpable de su arraigo en una vida de fe contemplativa".El plan de esta cristologa, que forma un cuerpo nico con la soteriologa, es, a grandes rasgos, el siguiente:- Ante todo centra la atencin en la figura del Salvador; en la unin hiposttica, en la persona del Verbo y, especialmente en los principales rasgos de la naturaleza humana.- Se estudian las consecuencias de esta unin misteriosa, primeramente las referentes al mismo Cristo, a su ser, a su querer y obrar.- Su relacin con el Padre.- Las consecuencias para nuestra salvacin, o sea todos los misterios de la vida de Cristo, desde el nacimiento a la pasin y muerte, desde la resurreccin a la parusa.Expuesto el esquema del plan de su cristologa, hemos de resear las novedades doctrinales que el anglico aport sobre el particular: La enseanza sobre la gracia propia de Cristo. La doctrina sobre el conocimiento humano experimental de Cristo. La doctrina de la causalidad instrumental, en la que presenta la humanidad de Cristo actuando como instrumento unido a la divinidad. La doctrina sobre la actividad meritoria de Cristo. Cuestiones relativas a los misterios de la vida de Jess.El punto central de la cristologa de Sto. Toms es el relativo a la pasin de Jess, que para este autor es el momento salvfico por excelencia, en el que Cristo, por amor al Padre y a nosotros, nos redime. Considera la redencin como actividad meritoria, como satisfaccin, como sacrificio, y finalmente como rescate. Si bien excluye la idea de que Cristo deba necesariamente padecer para librar a la humanidad del pecado, y ello por dos razones:- Porque a Dios le hubiera sido posible escoger otro modo de salvacin.- Porque es absolutamente inconcebible que el hombre Jess no afrontara la pasin libremente.Concluyendo que el Padre ofreci al Hijo por amor a los hombres, y Cristo se sacrific por amor al Padre con un amor que superaba con creces las exigencias de justicia, revelaba la profundidad del amor de Dios e incitaba al hombre a corresponderle.b)La cristologa en la poca moderna.En este periodo se advierte una peligrosa involucin doctrinal, que terminar siendo una amenaza hasta nuestros das para el dogma cristolgico. Por lo cual fijaremos nuestra atencin en la enseanza de Lutero acerca de la obra y la persona de Cristo, en el enfoque de los tratados cristolgicos postridentinos y, por ltimo, en la evolucin doctrinal ocurrida en el campo protestante y catlico.I/ Mirada a la cristologa de Lutero.Marca la transicin del pensamiento antiguo al moderno. Lutero aparece as proyectado hacia la mentalidad del hombre moderno, que pone en el principio de todo conocimiento la experiencia personal y la exigencia de dar una interpretacin de la existencia propia. As Cristo es visto como el que, ofreciendo su vida, expa el pecado en lugar del hombre y lo salva.Los elementos caractersticos de la cristologa de Lutero son en cambio los nuevos subrayados que encontramos. Ante todo el inters se desplaza del plano ontolgico al funcional, ms en consonancia con la sensibilidad del autor; del de la objetividad al de la subjetividad. En otros trminos, la atencin se desplaza del Verbo que se encarna al resultado de la unin hiposttica, o sea a la persona concreta de Jess que me salva, al que encuentro en la fe y en el que encuentro a Dios. Del in se de Cristo, el acento pasa, pus, al pro nobis. ("Cristo tiene dos naturalezas. Qu importancia tiene esto para m?. Si su nombre es Cristo, que es magnfico y consolador, es a causa del ministerio y de la misin que ha asumido; esto es lo que explica su nombre...").Lutero confiesa sin titubeos la divinidad de Jess. Cristo le manifiesta al hombre la misericordia de Dios a travs de su clera, que en la pasin l soport y alej. La salvacin se realiza, pues, en un marco personalista e histrico, en el que el Hijo parece separarse del Padre para hacerse solidario de los pecadores, por los cuales es a la vez vctima de la clera de Dios y signo de su amor.Finalmente, cabra advertir, que el horizonte cultural en que se coloca Lutero es el del nominalismo y su consiguiente acentuacin del valor de la subjetividad. Su cristologa quiz habra que verla, no como antagnica a la clsica, sino como complementaria.Ii/ La cristologa desde el tridentino al siglo XX.El periodo que abarca este apartado fue aproximadamente de cuatro siglos, por lo que nos limitaremos a sealar algunos rasgos de la evolucin cristolgica ocurrida en la teologa de la edad barroca y del periodo de la Ilustracin, para llegar al de la renovacin de la escolstica.- El Concilio de Trento no trat el misterio de Cristo ms que de un modo totalmente indirecto y ocasional, en el contexto de la justificacin y recordando la doctrina comn sobre la redencin. Como la doctrina de la redencin objetiva realizada por Cristo no entraba para nada en la discusin, no hubo necesidad de intervenciones particulares del magisterio. Y prcticamente desde el siglo XVI hasta el XIX, se mantuvo en el surco de la enseanza de la escolstica, tanto respecto a la cristologa como a la soteriologa.- Surez.- intentar una conciliacin entre la doctrina tomista, segn la cual el fin de la encarnacin es la redencin, y la escotista, para la cual el fin es en cambio la manifestacin de la gloria de Cristo. Para lo cual hace suyas ambas posiciones.- La Ilustracin.- al colocar la razn como nico instrumento vlido de investigacin, introdujo una profunda crisis de fe. Considerando a Cristo como puro hombre, no como Dios.Iii/ El influjo de la investigacin histrica en cristologa.Desde finales del S.XVIII hasta principios del S.XX, en el mbito protestante y tambin en el catlico, la evolucin de la cristologa, se caracteriza generalmente por la aplicacin cada vez ms masiva del mtodo histrico en el estudio de los textos bblicos. A menudo influenciado por las concepciones filosficas de la poca, especialmente por el racionalismo. Intentandose dar una explicacin racional de la vida de Jess narrada por los evangelios.A finales del siglo pasado comienza en el campo protestante la introduccin del mtodo crtico en teologa, pudiendo citarse la escuela liberal y la escuela escatolgica. Doctrinas que creen poder llegar al Jess de la historia nicamente partiendo de los testimonios de los sinpticos, concluyendo con una figura de Jess en discontinuidadcon lo anunciado por la predicacin apostlica.Iv.- La crisis modernista.El modernismo suscit en el campo catlico una profunda crisis (1902-1910), que a su vez provoc amplias reacciones que ejercieron un influjo por lo general negativo en la evolucin de la investigacin exegtica.En efecto, la causa inmediata de esa crisis fue la adopcin exclusiva del mtodo histrico en los estudios bclicos, propugnado por A. Loisy, abrindose entonces un abismo insuperable entre dato histrico y dato de fe. Por su parte otros autores como Le Roy, con su tesis de una nueva nocin de dogma en armona con el pensamiento moderno, o como G. Tyrrell, con su planteamiento de renovar la nocin de revelacin, o M. Blondel, con su planteamiento de dilatar la humanidad de Jess, no hacen sino ahondar una crisis que provocarn una reaccin del Magisterio con la promulgacin del decreto Lamentabili (1907) y la publicacin de la encclica Pascendi (1907), que condenarn definitivamente los errores modernistas.c)La cristologa contempornea.El cuadro de la cristologa contempornea es vastsimo. Muy probablementede nuestro siglo se dir que ha sido no slo el momento culminante de la eclesiologa, sino tambin de la profundizacin teolgica sobre Cristo.I/ La nueva evolucin de la investigacin en torno a Jess.- Ambito protestante, podemos citar especialmente a K. Barth y a R. Bultmann, mantenindose por ste ltimo la imposibilidad de conocer al Jess histrico y la irrelevancia de tal conocimiento para la fe, si bien sus discpulos, basndose en una investigacin ms amplia, admitenla posibilidad de llegar, ms all de las afirmaciones de la fe del Nuevo Testamento, al Jess histrico, estableciendo as una continuidad entre l y el Cristo de la fe anunciado en la predicacin (Kasemann, Ebeling, Bornkamm, Cullmann, Pannenberg, etc). Junto con el anterior planteamiento tambin se da en el mbito protestante una "cristologa secularizada" (Van Buren, Slle, Robinson, etc).- En el catolicismo, la cristologa se sigue tratando segn el planteamiento de los manuales neoescolsticos, plantendose en los aos cuarenta, la cuestin de la psicologa humana de Jess, dndose sobre el particular dos posiciones irreductibles (Galtier y Parente). A partir de esa fecha, se inicia una nueva etapa de la cristologa que llega hasta nuestros das.Ii/ La crisis de la cristologa.En los aos sesenta y setenta, la evolucin de los estudios bblicos y la bsqueda de formulaciones doctrinales ms en consonancia con la mentalidad contempornea llevaron a la teologa catlica a una amplia reconsideracin de la cristologa. La renovacin fue tan amplia y profunda que no pocos se preguntaron alarmados si no se estaba ante un nuevo intento de encerrar la cristologa dentro de los lmites de la razn pura. Hoy nos damos cuenta que fue una gran crisis de desarrollo, que en su conjunto condujo a un enriquecimiento teolgico.En la lnea de lo apuntado, podemos citar la importante aportacin de K. Rahner que esboz un nuevo proyecto cristolgico que el mismo denomin "cristologa trascendental" que ve en la muerte y resurreccin de Jess su confirmacin histrica, y constituye a su vez el horizonte para comprender los testimonios de fe acerca de la muerte y la misma resurreccin. A su vez, tambin aport otro proyecto cristolgico que denomin "cristologa ascendente", que parte desde abajo, del hombre Jess, de su pretensin mesinica y de su muerte, que a travs de la ratificacin de la resurreccin, lleva a afirmar su divinidad.Otros autores dignos de mencin en este punto son: Schoonenberg ( con su "cristologa de la presencia de Dios"), J. Galot, y H. Kng (con su "cristologa ascendente").Iii/ Hacia una nueva sistematizacin cristolgica.Desde los aos setenta hasta nuestros das se observa una nueva orientacin cristolgica, que utiliza los resultados de la investigacin crtica y tiene en cuenta las nuevas instancias del hombre contemporneo para redactar tratados orgnicos. Plantea la integracin del procedimiento ascendente y descendente, manteniendo en pie de igualdad la cristologa de los sinpticos con la paulina y la juanista. Consolidndose la idea de que es imposible una interpretacin del Nuevo Testamento, y por tanto de la cristologa neotestamentaria, prescindiendo de la tradicin de la Iglesia en la que ha nacido.A su vez, el camino de la cristologa hacia una integracin de la enseanza bblica y hacia una legtima adaptacin a la mentalidad del hombre contemporneo puede considerarse ya sustancialmente acabado, partiendo de la fe en Cristo tal como fue y es vivida en la Iglesia. Se ha pasado ya la situacin de bsqueda, se observa una integracin de gran equilibrio de la enseanza bblica y teolgica.CRISTOLOGIASISTEMATICA.4.1.- CRISTOLOGAFUNDAMENTAL.a)Cmo proyectar una cristologa hoy?.El agrupamiento sistemtico de los datos surgidos en la investigacin se puede establecer en tres etapas sucesivas: en primer lugar los criterios fundamentales de la sistematizacin cristolgica; seguidamente, sus caractersticas generales; y finalmente, trazaremos sus puntos cntricos.I/ Criterios generales.- Cristo cntrico.- establece que la cristologa debe colocar como centro suyo y punto de partida a Jesucristo en su realidad concreta, o sea en su historia, los misterios de su vida. Dicho criterio impone tomar en serio que Jesucristo es la definitiva palabra salvfica de Dios a los hombres, y que lo es en su realidad concreta.- Soteriolgico.- segn el cual se establece que el discurso sobre la persona de Cristo no puede desvincularse de su actividad salvfica.- Contemporaneidad.- que supone la atencin a la mentalidad contempornea, a nuestra sensibilidad religiosa, pues tambin nosotros somos hijos de nuestro tiempo.Ii/.- Caractersticas de la sistematizacin.Aqu tenemos que aclarar qu tipo de cristologa intentamos desarrollar, hoy se habla de una cristologa trascendente, ascendente, y descendente. Por qu criterio optar?. Estimamos que los tres procedimientos son vlidos. Si bien, hay que recordar la necesidad de situar el discurso sobre Cristo en el marco de la historia de salvacin.Iii/.- Redaccin del proyecto.En la exposicin recorremos tres etapas:- Aproximacin a la realidad misteriosa de Jess: Quin es Jess?. Qu ha hecho Jess?. Cules son los ttulos de Jess?.-Profundizacin teolgica, pasando a reflexionar sobre: La obra salvfica de Jess. La encarnacin del Hijo de Dios. La psicologa humana de Cristo: el conocimiento, la conciencia, la voluntad, la santidad. La unin hiposttica.- La importancia de la investigacin teolgica sobre Cristo.b)Elementos de una cristologa fundamental.Se trata de una especie de introduccin a la cristologa, que en cierta medida acredita la exposicin dogmtica sobre Cristo y pretende subrayar su importancia, y que al mostrar lo razonable de la fe en Jesucristo, le brinda a la misma fe un slido fundamento. A veces se le llama tambin "cristologa antropolgica" porque descubre el fundamento en la existencia del hombre; o tambin cristologa trascendental, porque se apoya en la necesidad de que el hombre, para resolver el problema del sentido de su vida, se trascienda a s mismo y la realidad, es decir, postule una respuesta a sus interrogantes fundamentales que est ms all de sus legtimas expectativas.Esta cristologa denominada fundamental, ve al hombre como el ser abierto al Absoluto; como quien desde la situacin concreta en que vive se siente impulsado a trascenderse, a buscar la solucin a sus problemas vitales ms all de s mismo, en una autocomunicacin de Dios en la historia humana, autocomunicacin realizada mediante un salvador definitivo. Las experiencias que le dan al hombre la conciencia de esta apertura suya a Dios son, segn Rahner, tres:- La experiencia del amor al prjimo.- La de la muerte.- La esperanza de una plena realizacin de s mismo.I/ Lneas bsicas.En la lnea de enseanza de Rahner, podemos situar el punto de partida de esta cristologa fundamental en la apertura del hombre a los valores cristianos, o sea de la correspondencia que el hombre encuentra entre sus expectativas ms profundas y los valores que el cristianismo propone.As recurrimos al concepto existencial, con referencia al pensamiento de M. Heidegger, para referir desde el punto de vista teolgico que este modo de comprender la realidad humana parece conforme con la enseanza de la fe acerca de la superioridad del hombre respecto a las cosas y que por ello puede ser legtimamente usado para expresar el misterio de la persona humana. Seguidamente basndonos en la revelacin, se da una orientacin al fin sobrenatural al que Dios destina a todo hombre. Esta bsqueda de sentido est secretamente guiada y estimulada por la gracia, bajo cuya influencia se encuentra todo hombre por don absolutamente gratuito de Dios. La apertura del hombre a Dios y la solicitacin de la gracia constituyen justamente el existencial sobrenatural.Tres son las experiencias humanas fundamentales, que ms que ninguna otra muestran la trgica finitud de la existencia humana:- La incapacidad de amar.- Lo precario del compromiso por el bien.- Lo incompleto de todo proyecto humano.Precisamente profundizando estas experiencias, todo hombre que reflexiona se siente inducido a abrigar la temeraria esperanza de que esta tendencia hacia lo trascendente, esta apertura al infinito, pueda verse finalmente satisfecha por una auto comunicacin del Trascendente y del Infinito.Evolucin doctrinal del siglo II al IV.En este periodo se afirm la perfecta divinidad y humanidad de Cristo, deduciendo de ello consecuencias de capital importancia; la escolstica, en la que principalmente se atendi a la sistematizacin de la cristologa y finalmente, el periodo contemporneo, caracterizado por un retorno ms asduo a las fuentes bblicas, patrsticas y litrgicas, y por una estimulante confrontacin con la cultura moderna.En el periodo de tiempo del que ahora nos ocupamos hemos de sealar fundamentalmente por su importancia, la enseanza cristolgica de los Padres de la antigedad, de la controversia arriana, que condujo al concilio de Nicea, y de los primeros intentos de explicacin del misterio de la unin de la humanidad y de la divinidad de Cristo.I/ Evolucin doctrinal antes de Nicea.La evolucin cristolgica del periodo preniceno est orientada toda ella a afirmar la doble naturaleza: humana y divina de Jess, es decir, a sostener que es verdaderamente hombre y verdaderamente Dios. De hecho en el siglo II se observa la aparicin de errores doctrinales que negaban , bien la divinidad de Cristo, bien la realidad de su humanidad. Pudindose citar en tal sentido:- Ebionismo.-hereja que presenta a Cristo como mero hombre, aunque ve en l un gran profeta, rechazando la trascendencia de su persona.- Adopcionismo.- Ve en Jess un hombre moralmente unido a Dios, o sea un hombre divinizado; se habra convertido en hijo adoptivo de Dios.- Docetismo.- que niega la verdadera humanidad de Cristo (en la encarnacin el Hijo habra asumido un cuerpo aparente) ya que para esta hereja era absolutamente inconcebible que Dios pudiese nacer, padecer y morir.Los principales defensores de la fe de la Iglesia frente a estas herejas fueron Ignacio de Antioqua e Ireneo de Lyn, defendiendo principalmente la necesidad de que el Salvador fuese Dios, ya que el hombre no puede aproximarse a Dios si Dios no se acerca a l; pero tambin que fuese hombre, para ejercer su misin de mediador, para la salvacin de los creyentes.En el siglo III comienzan a difundirse otros errores como el subordinacionismo y el modalismo, que aunque son herejas trinitarias, tienen notables repercusiones cristolgicas, pues terminan negando respectivamente la perfecta divinidad de Cristo y la encarnacin del Verbo. Enfrentndose a dichos errores, principalmente Tertuliano y OrgenesIi/ La cristologa arriana y la defensa del dogma.La doctrina de Arrio (s. IV) se examina en el contexto trinitario, porque al sostener que el Hijo no es Dios sino una criatura, niega de hecho la realidad de un Dios en tres personas. Sin embargo, la hereja arriana tiene tambien aspectos cristolgicos importantes.Segn Arrio, el Hijo es una criatura; no es engendrado desde la eternidad por el Padre y no es de la misma sustancia que el Padre. Segn esta cristologa, el Verbo -que no es Dios, sino un demiurgo- se encarn en un hombre, Jesucristo, el cual, sin embargo, es una "carne sin alma", o a lo sumo, posee un alma humana no racional. Luego en Cristo falta el alma intelectiva humana, que es suplida por el Verbo. Por tanto este, "en su estado de encarnacin, es en sentido estricto sujeto de la condicin humana, de las pasiones y de las debilidades del espritu humano. Se encontraba reducido al rango de un alma humana y desempeaba propiamente su funcin en Cristo".Habiendo asumido el Verbo slo una carne o un cuerpo humano, se puede hablar de una especie de monofisismo ante litteram. En realidad, en esta perspectiva el Verbo encarnado no asumi una naturaleza humana, y en l slo est presente la naturaleza creada que le es propia (que no es la divina). Por eso, la negacin de un alma humana en Cristo por los arrianos es la raz profunda de la que brotar tanto la hereja de Apolinar como la de Eutiques.En el Concilio de Nicea (325) se conden la doctrina trinitaria de Arrio, limitndose Nicea a ensear que, por nuestra salvacin, el Verbp "se encarn y se hizo hombre".Defensores de la fe de la Iglesia contra la hereja arriana fueron Eustaquio de Antioqua y S. Atanasio.-La doctrina de Apolinar.Apolinar, obispo de Laodicea, recoge sustancialmente las afirmaciones arrianas, pero intentando a la vez salvaguardar la consustancialidad proclamada en Nicea. El resultado de su investigacin es una especie de monofisismo, que ser puntualmente condenado. Si bien hay que reconocerle el mrito de haber planteado con claridad el problema de la unin de lo divino y de lo humano en Cristo, allanando el camino a las profundizaciones del siglo siguiente.El punto central de la cristologa apolinarista es la negacin de un alma humana racional en Cristo. Siguiendo una concepcin antropolgica tricotomista, hay que afirmar en l tres componentes: un cuerpo y una psique humanos, y un alma racional, que es el Verbo mismo.Las expresiones de Apolinar: una sola naturaleza, una sola hipstasis, una sola persona, una sola sustancia, un solo sujeto, se convertirn en patrimonio comn y servirn de gran ayuda para la formulacin del dogma.Ms por desgracia, en la cristologa apolinarista estn ya presentes en ciernes tambin los errores que afligirn a la Iglesia durante los siglos siguientes, concretamente el monofisismo, el monotelismo y el monergetismo.

v/ Reacciones contra el apolinarismo.- El Snodo de Alejandra (362).- se declara que "el Salvador no tuvo un cuerpo sin alma, sin sentidos, sin espritu; y ello porque no es el cuerpo solamente, sino tambin el alma la que en el Verbo ha sido salvada".- Concilio de Roma (377).-conden el apolinarismo, recogiendo el argumento soteriolgico, afirmando que el hombre entero ha sido asumido por el Verbo. Condena que se reiter en el Concilio Constantinopolitano I (381) y en el Tomus Damasi (382).Tambin acometieron la defensa de la fe contra el apolinarismo, autores como Gregorio Nacianceno y Gregorio de Nisa, Teodoro de Mopsuestia, y S. Agustn.En conclusin, a finales del S.IV la cristologa se encuentra en punto muerto, ya que el problema del modo de unin de las dos naturalezas de Cristo est claramente planteado, pero la solucin apolinarista, que niega la realidad del alma humana en Cristo, es rechazada en nombre del principio soteriolgico; la solucin que habla de dos naturalezas mezcladas entre s resulta insuficiente; sin embargo, tampoco el intento de solucin que afirma en Cristo la presencia de dos naturalezas unidas en una sola persona, parece por ahora ir ms all de la pura formulacin verbal.b)El dogma cristolgico: Efeso y Calcedonia.El S. V se caracteriza por el enfrentamiento y el choque entre dos orientaciones cristolgicas opuestas: la antioquena y la alejandrina, y por el intento de conseguir un acuerdo en una doctrina tan importante para la unidad de la Iglesia como la de la unin de la realidad humana y de la divina en Jesucristo.El devenir de los primeros decenios del siglo hizo que estas orientaciones se radicalizaran hasta el punto de que el debate teolgico termin en un choque entre Nestorio, obispo de Constantinopla, y Cirilo, patriarca de Alejandra, alineados en frentes opuestos, fueron sus principales protagonistas. El desenlace de la controversia deba venir por una solucin capaz de conjugar los aspectos positivos de la cristologa alejandrina y de la antioquena. Ello se realizar por fin, no sin ciertas consecuencias, en el Concilio de Calcedonia.Ambas posiciones podemos referirlas segn el siguiente esquema:- La del Logos-sarx, al concentrar su atencin en el Verbo como sujeto del hombre Dios, descuida la importancia del alma humana de Jess y, en general, de su humanidad.- La del Logos-anthropos, en cambio, ilustra la plena realidad de la humanidad de Cristo, pero muestra algunos titubeos al afirmar el puesto central del Verbo como sujeto de la actividad divina.Por su parte, abordada la cuestin en el Concilio de Efeso (431), lamentablemente no se dio en este una definicin dogmtica sobre la unin de las naturalezas de Cristo, de lo que se seguirn diversos equvocos, que harn necesarias las definiciones del Concilio de CalcedoniaEn el Concilio de Calcedonia (451), despus de una larga elaboracin, lleg a una formulacin dogmtica que termin estableciendo un acuerdo cristolgico en la Iglesia. Se articula en tres partes:- Proemio.- se enumeran los errores condenados por el concilio (nestoriano, apolinarista, y el de Eutiques).- Definicin.- en la cual se profesa la fe "en un solo y mismo Hijo, nuestro Seor Jesucristo". En l estn presentes las dos naturalezas, la divina y la humana; exponindose seguidamente la misma enseanza completada de Nicea: "Cristo es consustancial al Padre segn la divinidad y consustancial a nosotros segn la humanidad". Presentando el misterio del Verbo encarnado. Ensea que Cristo existe "en dos naturalezas que confluyen en una sola persona y en una sola hipstasis".- Sancin.- de condena para el que sostenga doctrinas diversas de la conciliar.En conclusin, el alcance de la definicin calcedonense puede expresarse en los siguientes trminos: "Cristo es una hypsthasis, un prsopon, en dos naturalezas", significa segn el sentido, que "Jesucristo, el Hijo del Padre hecho hombre, es una existencia concreta, un sujeto concreto, en la indivisa e inconfusa realidad de dos naturalezas perfectas". Con esta definicin conciliar, la Iglesia posea finalmente una formulacin unvoca de la dualidad de Cristo, Dios y hombre, y de la unidad perfecta de su persona.

JESUS, VERDADERO HOMBRE Y VERDADERO DIOS.a)Jess, uno de nosotros.En nuestros das surge un renovado inters por la figura de Jess. Hoy la continuidad entre el Jess del Kerigma y el de la historia es un dato comunmente admitido y se observa una notable floracin de investigaciones sobre el judasmo intertestamentario que ofrecen el marco histrico en el que se ubica la figura de Jess(ambiente social, aspecto fsico, carcter, cualidades morales, actitud humana, emotividad, la obediencia al Padre, su condicin de judo, sus relaciones con las facciones del judasmo de su tiempo - los esenios, fariseos y saduceos- etc). Con todo, Jess se presenta como alguien que concibe su vida como servicio a Dios y a los hermanos, o ms exactamente como servicio a los hermanos por amor a Dios. Vi en el amor a los hermanos la "regla de oro" de su vida y de la vida de sus discpulos. Ama al prjimo como a ti mismo (Mt. 22, 39), no hagas a los dems lo que no quieras que te hagan (Mt. 7,12).Jess se acerc a los hombres amndolos hasta el fin (Jn. 13,1) y ensendoles a hacer lo mismo. Su religiosidad le posibilita una profunda disponibilidad al sacrificio. Su relacin con Dios es asdua, la oracin ocupa realmente el puesto central de su vida. Jess pasa a menudo las noches en oracin, se retira aparte a orar. La oracin era su actitud habitual (Mc. 1, 35; Lc. 5,16).b)Jess, el salvador.Jess se presenta como el mesas prometido y esperado por Israel; pero purifica la concepcin mesinica entonces corriente de las superestructuras introducidas por las vicisitudes histrico-polticas de la poca, dando preferencia al mesianismo del siervo paciente de los cantos de Isaas.Jess era consciente del valor salvfico de su muerte, que expresa durante la ltima cena (Lc. 22, 25-27). As pus Jess ofreci libremente su vida por la salvacin de los hombres muriendo en la cruz. Lo hizo depositando toda su esperanza en el Padre, el cual acept su sacrificio y lo resucit. La resurreccin, previamente anunciada por Jess y predicada desde el principio por sus discpulos, es la coronacin de la obra salvfica y la culminacin del plan de Dios.El Resucitado se convierte en principio de salvacin para todos los hombres, ejerce su dominio sobre toda la realidad, sobre las potencias anglicas, sobre los hombres y sobre el cosmos. En particular, cuantos creen en l estn envueltos en su muerte y en su resurreccin, en el sentido de que deben eliminar el pecado de su vida y seguir a Jess (Rom. 6, 2-11).Igualmente Jess resucitado le da a su Iglesia el Espritu Santo, el Defensor, el que puede conducir a la plena posesin de la verdad enseada por Jess, el que ensea a orar, el que comunica los mismos sentimientos de Cristo, y que habitando en el corazn de los creyentes, los santifica e introduce en la comunin de vida con Dios.Tambin sobre la identidad de Jess, sacamos de los evangelios otra enseanza desconcertante: es el Hijo de Dios!.En efecto, el mensaje central de que es portador es el de una especial paternidad de Dios respecto a l. Jess se dirige a l llamndole "Abba" (pap), designacin que denota suma familiaridad y confianza.La dignidad divina de Jess aparece con evidencia cuando se atribuye de modo explcito el ttulo de Hijo (Mt. 11, 25-27 - el llamado "himno de jbilo"-).

c)Los misterios de la vida de Jess.El intento de hacer una exposicin cristolgica ms fiel a la revelacin lleva directamente a considerar los misterios de la vida de Jess, sus momentos centrales.De tal manera que cuando se abordan los misterios de la vida de Jess, se hace un recorrido desde la encarnacin, la vida oculta y las etapas centrales de su misterio: bautismo, tentacin, milagros, trasfiguracin, y finalmente, el misterio pascual -muerte, resurreccin y ascensin- aludiendo a pentecosts.Jess en persona es misterio por excelencia, constituye su vida en conjunto un gran misterio.I/ El misterio de la encarnacin.El primer acontecimiento de la historia de Jess, el hacerse hombre el Verbo, se sita a la vez en la eternidad y en el tiempo. Y hay que verlo tambin desde la perspectiva intratrinitaria, que constituida como relacin de amor entre el Padre, el Hijo y el Espritu, tambin la encarnacin ha de entenderse como una dilatacin del amor divino.El Nuevo Testamento ensea que el motivo del rebajamiento de Dios al encarnarse en la humanidad del Hijo, es triple:- El Verbo se hizo carne por un amor al Padre que rebasa toda comprensin humana y que se revela en una actitud de total obediencia.- Tambinse encarn por amor a los hombres, se despoj de su riqueza hacindose pobre para enriquecer a los hombres convertidos en hermanos suyos.- Se hizo hombre para revelar del modo ms concreto el amor que el Padre profesa a la humanidad pecadora.Si el Verbo se hubiese manifestado con la gloria divina, el hombre, que es finito, no hubiera podido entender su testimonio; si el Verbo no se hubiese manifestado en el rebajamiento de la cruz, el hombre, que es pecador, no hubiera entendido nunca la ternura del amor que Dios le profesa.Ii/ Los misterios de la infancia de Jess.Jess aparece profundamente insertado en la historia del pueblo hebreo (es el heredero y el realizador de las promesas hechas a Abraham y su descendencia). Y en l se recapitula tambin la historia de la humanidad entera. El evangelio dice que Dios quiso hacerse hombre escogiendo a Mara, una virgen que, permaneciendo tal, fuese la madre de Jess, y advierte con suma discrecin que ello ocurri por obra del Espritu Santo (Mt. 1, 20).Ha de contarse entre los misterios de su infancia, tambin, con el misterio de su nacimiento que llama la atencin sobre la pobreza y el ocultamiento del Salvador, lo mismo que sobre la fe y el amor de los humildes que le acogieron; la adoracin de los magos, muestra en cambio la universalidad de la salvacin y su rechazo por parte de los poderosos; finalmente, la circuncisin y la imposicin del nombre subrayan fuertemente la sumisin de Jess a la ley; el misterio de la presentacin de Jess en el templo, su significado; el misterioso hallazgo de Jess a los doce aos en el templo de Jerusalen, que presenta el primer testimonio de la conciencia de Jess sobre su filiacin divina.Iii/ Bautismo y tentaciones, milagros y trasfiguracin.El bautismo de Jess tiene un primer valor de vocacin proftica (su vida no le pertenece, est totalmente al servicio del mensaje de salvacin que anuncia), por tanto supone una consagracin especial de Jess, una uncin del Espritu Santo, que le capacita para el ministerio de la palabra y para el sacrificio de s mismo a que est destinado (supone un segundo nacimiento de Cristo), suponiendo un envo que da paso al comienzo de la revelacin al mundo del Hijo de Dios.En cuanto a las tentaciones de Jess presenta un misterio muy rico tambin en significados, que en definitiva hace referencia a una experiencia que Jess vivi, y la describe usando un lenguaje figurado, capaz de impresionar al que le escuchaba. Presentndose Jess como el centro del designio salvfico, y que la salvacin se realiza nicamente a travs del servicio de Dios y de la lucha contra cuanto se le opone.Por lo que respecta a los milagros de Jess, segn el Nuevo Testamento tienen dos significados:- Son signos de credibilidad.- Son signos de salvacin que atestiguan la presencia del reino de Dios.Finalmente en cuanto a la trasfiguracin de Jess, slidamente atestiguado este episodio. Siendo la intencin teolgica de los relatos, la de manifestar la identidad de Jess. La gloria de Dios, que est oculta en el hombre de Nazaret, en el maestro que ensea a las multitudes, se manifiesta en el Tabor, revelando que Jess es el Hijo nico de Dios, el Hijo predilecto, o sea el Hijo nico. Pero adems, es el profeta definitivo, al que es preciso escuchar porque la aceptacin de su palabra es discriminante (Mt. 17, 5).d)El misterio pascual.El misterio pascual engloba diversos acontecimientos de la vida de Jess, concretamente, la pasin y la muerte en cruz, el descendimiento a los infiernos, y finalmente la resurreccin, con la que se relaciona la ascensin. Pero para completar plenamente el misterio, habra de aludirse tambin a pentecosts, que en cierto sentido es igualmente un misterio de la vida de Jess.I/ Pasin y muerte de Jess.Cristo entendi su misin como la del siervo paciente de que habla Isaas, y numerosos episodios de su vida, como las controversias sobre el sbado, las acusaciones de estar endemoniado, el abandono por parte de las multitudes y de los discpulos, le prepararon ciertamente al choque final con las autoridades poltico-religiosas.As la cruz de Cristo le revela al que sabe contemplarla: la ruina del pecado y la gravedad de la rebelda contra Dios. Pero adems de esta enseanza saludable, aunque siempre dura, habla tambin de la riqueza de la misericordia divina para con el hombre; Dios, que es dives in misericordia (Ef. 2,4), nos sale al encuentro precisamente en el crucificado y nos salva. Estos dos temas - de la justicia y de la misericordia - se comprenden, en la medida que nos es dado hacerlo, el uno a la luz del otro. En el fondo no somos capaces de apreciar la inmensidad de la misericordia si no comprendemos el odio que siente Dios por el pecado, y no comprendemos plenamente el pecado si no entendemos su amor.Con la entrada en el reino de los muertos, Jess quiso asociar a s a la humanidad que se encontraba en una soledad dolorosa y sin esperanza; le concedi participar de su resurreccin gloriosa inmediatamente en cuanto al espritu, y al final de los tiempos en cuanto al cuerpo. Precisar las modalidades del acontecimiento ms all de estas indicaciones generales exige una profundizacin de la cristologay de la antropologa teolgica que est por hacer.Ii/ La resurreccin de Cristo.Laresurrecinde Cristono solo es un hecho absolutamente cierto para la f esino tambien un acontecimiento solidamente atestiguado en la historia.. La resurreccionde Jesus de la muerteno apunta en modo alguno a una vagasuperviviencia espiritual sino a la vuelta a la vida de la humanidad entera de Cristo, de su alma y de su cuerpo ; se presenta como la conclusionperfecta de la muerte en cruz, que descubre su recondito significado y muestra la muerte como ofrenda sacrificial, inspirada por amor , que el Padre acepta y ratifica justamente resucitando a Jesus. Desiervo que sufre, Jesusexaltado ahora y proclamado Mesas glorioso y Seor. La resurreccin de Jess es la clave interpretativa de su muerte, y adems ilumina toda su vida.Con la resurreccin, Jesucristo se convierte en cabeza de la Iglesia, que es fundada en pascua.Iii/Ascensin y Pentecosts.La Ascensin es un ocultarse Cristo Resucitado sustrayndose a la mirada, o un sustraerse a la mirada ocultndose en la dimensin de Dios, que se abre a Eldescendiendo.La dimensin de Dios es el Cielo que por lo mismo constituye la meta hacia lo alto del Resucitado. La ascensin es la vuelta definitiva a la dimensin escatolgica, en la que ya ha entrado con la resurreccin gloriosa, se trata de la vuelta del resucitado a si mismo, a su verdadera dimensin y peculiaridad.Este misterio remite a la Iglesia como criatura del espritu y a su dimensin misionera.Pentecosts manifiestaclaramente la eficacia de la efusin del espritu santo otorgando el don del espritu mas plenamente a la Iglesia entera que es poder santificador elespritu se manifiesta como alma de la Iglesia, como el corazn de aquel cuerpo misterioso formado por todos los creyentes del que Cristo es la cabeza. El es el que suscita los carismas.Finalmente, Pentecosts revela de forma concreta todo el alcance de la misinque Jessha confiado a los suyos el dade la Ascensin, con Pentecosts se inaugura adems aquel reino de Diosdel que Jess haba hablado veladamente en elmomento en que estaba para ascender al Cielo. La Iglesia se presenta como las primicias del reino como el camino ordinario querido por Cristo para introducir a los hombres en la comunion con Dios.e)Los nombres de Jess.Durante su vida terrena Jess se atribuy o dej que le atribuyeran algunos ttulos, que en general explicaban su funcin a la luz del Antiguo Testamento, y que ya analizamos en otro epgrafe del presente trabajo. Por cuyo motivo vamos a referir una relacin de los mismos:- Jess, el maestro.- Jess, sacerdote de la nueva alianza.- Jess, rey.- Jess, el hijo de Dios (Hijo del hombre, Seor, Hijo de Dios, Dios)Los ttulos de Jess atestiguan claramente que las primeras generaciones creyentes entendieron de modo cada vez ms profundo el misterio de su persona. Pero detrs de esos numerosos testimonios hemos de ver, la fe de gente que, sostenida por el Espritu, lleg a proclamar a Jess como salvador e Hijo de Dios, jugndose la vida por l.

4.3.- LASALVACION, OBRA DE CRISTO.a)La salvacin en el Nuevo Testamento y en la vida de la Iglesia.Comenzamos el estudio de la soteriologa partiendo de lo que Jess hizo por nuestra salvacin. Partimos, pues, del pro nobis para ir hacia el in se de Jesucristo.La salvacin que Cristo le ha concedido al hombre es una realidad compleja, que slo puede conocerse por aproximaciones sucesivas y complementarias. Este es el procedimiento que encontramos ya en el Nuevo Testamento, y del que no es posible alejarse.I/ La salvacin en el Nuevo Testamento.El estudio en el Nuevo Testamento de la salvacin ofrecida por Jess requiere considerar su desarrollo comenzando por los testimonios ms antiguos hasta los ms evolucionados de Pablo, de la Carta a los Hebreos y de Juan.El anuncio de la salvacin contenido en los testimonios ms primitivos es en verdad bastante simple, se refiere directamente a la resurreccin de Jess(Lc. 24, 34; y Mc. 16,6). Pero este anuncio remite claramente al de la muerte de Jess (respuesta de Dios a la obediencia amorosa y paciente de Cristo). La cruz pues, ha abierto el camino a la gloria de la resurreccin (He. 2, 24-32); en virtud de la muerte, Jess resucitado derrama el Espritu Santo, trae a los hombres la bendicin de Dios y la salvacin, la gracia de la conversin y el perdn de los pecados.As desde el principio los discpulos predicaron la muerte y resurreccin de Jess y su valor salvfico.Por su parte, la enseanza de Pablo con la nocin de "redencin" que significa la liberacin del hombre del pecado y su vuelta a Dios, merecidas por Cristo a travs de su muerte y resurreccin.La sangre de Cristo no es un precio que ha de ser pagado al demonio para librar a la humanidad de la esclavitud, ni una reparacin de la justicia divina lesionada por el pecado, sino expresin del amor de Dios al hombre pecador.Jesucristo es instrumento de expiacin, slo en cuanto que en l tiene lugar la reconciliacin de Dios con el hombre; y es Dios mismo el que, en virtud de la sangre de Cristo, perdona gratuitamente los pecados de la humanidad y establece con ella una nueva alianza que la introduce en la comunin de vida con l. En este marco se puede hablar tambin de sacrificio de Cristo, pues est claro que l derram su sangre por amor, por obediencia al Padre y solidaridad con los hombres.En la Carta a los Hebreos se recogen muchas partes de la enseanza paulina, pero introduce tambin desarrollos caractersticos relevantes. Se encuentra en ella referencias a la doctrina de la expiacin (Heb. 2,17) y de la redencin (Heb. 9,12); pero tiene tambin matices particulares, derivados de la frecuente confrontacin con los ritos sacrificiales de la antigua alianza, as como el carcter espiritual del sacrificio ofrecido por Cristo.As El es mediador (Heb. 8, 6) de una nueva alianza, que ha sido ratificada con su sangre, "porque sin derramamiento de sangre no hay perdn". Luego por la resurreccin se ha sentado a la derecha de Dios, donde sigue intercediendo a favor nuestro. Por lo que como conclusin, la nueva alianza ha eclipsado la antigua con sus ritos, porque el sacrificio de Cristo tiene valor definitivo, trae una salvacin eterna e inaugura la escatologa. (Heb. 9, 23-28).Finalmente en los escritos jonicos la doctrina de la obra salvfica de Cristo ocupa un puesto central; sin embargo ofrece algunos aspectos particulares que recordamos someramente. As el tema de la salvacin, y el de la redencin son ms bien raros. Alguna vez se advierte tambin la doctrina de la adquisicin (1Jn. 2,12; 4,10), que es entendida como reconciliacin entre Dios y el hombre, realizada por Dios mismo mediante la muerte de Cristo, o sea por medio de un acto de amor a los hombres.Reserva mucho espacio a la obediencia de Cristo al Padre, contemplada como el elemento inspirador de toda su actividad salvfica. Adquiriendo la muerte en la cruz una funcin central (es la hora para la cual ha venido Jess - Jn. 12, 27). Por ello, si la muerte de Jess es el momento supremo de la salvacin de los hombres, es a la vez el de su glorificacin. As la misma cruz se trasfigura, de instrumento de muerte se convierte en signo de su exaltacin a la gloria.Ii/ Evolucin de la soteriologa.La soteriologa del Nuevo Testamento, que tiene como polos la encarnacin, la vida terrena, la muerte y la resurreccin de Jess, y como motivaciones profundas el sacrificio de s y el amor, es fielmente recogida por los Padres, quienes la desarrollan ofreciendo de ella un cuadro sumamente rico y sugestivo. La enseanza patrstica fue acogida ms tarde por la escolstica, aunque tambin, lamentablemente algo empobrecida. Finalmente en nuestros das la teologa ha vuelto a recoger a manos llenas la enseanza escriturstica, observndose una cierta profundizacin doctrinal.- La patrstica.- La enseanza soteriolgica de los Padres es bblica, y resulta considerablemente profundizada. Los temas desarrollados son principalmente cuatro: la salvacin como iluminacin del hombre, como victoria sobre el poder de Satans, como divinizacin y como redencin. Observando en dicho periodo diversas orientaciones interpretativas de la actividad salvfica de Cristo, que lejos de excluirse, se completan entre s. Presentndose como una reinterpretacin de las afirmaciones escritursticas, formuladas en categoras conformes con la cultura de la poca.- El periodo medieval.- se concede especial relevancia a al aspecto sacrificial de la redencin (concebida como satisfaccin de una deuda contrada por el hombre con Dios por el pecado, satisfaccin a la que se est obligado en estricta justicia), doctrina que fue ajustada por Sto. Toms, como hemos tratado en otro punto del presente trabajo.- El periodo moderno.- En este periodo junto con la soteriologa de Lutero (que manifiesta que en la cruz se revela a la vez la clera y la misericordia de Dios) aparece una soteriologa de otros autores en los siglos XVI al XIX, de ndole repetitiva a las explicaciones de S. Anselmo, Sto. Toms y Scoto.- Vaticano II.-entre las enseanzas del mismo en lo referente a la salvacin hemos de destacar el carcter central del misterio pascual en el plan salvfico de Dios. As como su posicin que parece insistir en el aspecto moral de la reparacin ofrecida por Cristo que est animada por el amor al Padre y a los hermanos.- Magisterio actual.- se mueve en la misma direccin marcada por el Vaticano II, destacando por su importancia los numerosos discursos de Pablo VI sobre la redencin, y las encclicas de Juan Pablo II, Redemptor hominis (1979) y Dives in misericordia (1.980).b)Visin sistemtica de la salvacin.I/ Nocin cristiana de salvacin.Santo Tomas describe la redencin como la resultante de cuatro elementos: el merito de Jess, la satisfaccin , el sacrificio, y el rescate.La salvacin nos viene de lahumanidad de Jess en cuanto instrumento del Verbo, ntimamente unido a El.La encarnacin es el momento fundamental de la salvacin, la fuente de la que brota el valor salvfico de la vida entera de Jess a su vez la pasin y la muerte unidas a la resurreccin son su momento culminante. La encarnacin es la raz de lasolidaridad de Cristo con los pecadores mientras que la cruz es su realizacin mas completa, aunque solo resulta evidente mediante la ratificacin de la resurreccin.Cristo nos ha traido pues una salvacion total , que comprende el componente corporeo y el espiritual del hombre y le empea a solidarizarse eficazmente con el mismo Cristo con la humanidad y con la creacion.Endefinitiva esta nocin de salvacin abarca todos los principales aspectos de la soteriologianeotestamentaria; concretamente el don total de si que hizo Jesusobedeciendo a la voluntad del Padre, su oferta a favor nuestro,la liberacion delpecado,y la reconciliacion con Dios, la llamada de todos los hombres a aceptar y completar solidariamente su obra salvifica.Ii/ El sufrimiento de Dios.Hasta el final de la edad media, el problema del sufrimiento de Dios se reducia generalmente al del sufrimiento de Cristo. Los puntos eran dos:- Dios no puede de ningun modo padecer por que es perfectisimo.- El verbo encarnado puede padecer solo en cuanto hombre pero en cuanto Dios es impasible.En consecuencia,el sufrimiento de Jesus era visto como un caso de la communicatioi diomatum, a saber de la comunicacin de la propiedad humana a la unica persona del verbo encarnado.Lutero afirma que en la pasion de Cristo porpiamente padece tambien Dios mismo,hasta el punto de que se dice queDios combate contraDios, que el Dios que debe entregar al pecador a la muerte lucha con el Dios que ama alpecador.Para J. Maritainlogra por ultimo aclarar algoel misterio de la cruz ya que sostiene que el sufrimiento del Dios es una perfeccion anonima de Dios.Iii/ Redencion y emancipacion humana.Sin entrar a fondo en la problemtica de la teologia de la liberacion analizando su referencia a la tematica de la salvacion cristiana podemos afirmar que en el termino de redencion o rescate susyace precisamente la idea de la liberacion del hombre. Por tanto la teologia de la liberacion no es discutida por esta eleccion terminoligica sino por su contenido.He aqu sobre esto algunos principios fundamentales .- La nocion cristiana de salvacion abarca todala vida del hombre.- No se da verdadera comunion con Dios sin la comunion con los hombres, y es inconcevible una autentica conversion personal que no lleve a em.prender una transformacion de lasociedad humana y del mundo de acuerdo con el designio de Dios.- Sin Dios, la liberacion del hombres es mera utopia; y viceversa, donde comienza a instaurarse una sociedad mas justa, alli obra ya secretamente Dios.Iv/ Esquemas interpretativos de la salvacion.En la actualidad se admite comunmente que los esquemas interpretativos de la salvacion en la medida en que se distancian de los esquemas revelados tienen un valor contingente.Con todo y a modo de conclusion de laexposicion de laobra salvifica, parece conveniente recordar tres consas:- Ante todo la continuidad fundamental entre enseanza biblica y teologica .- Se ha de ver en la muerte de Jesus en cruz, el centro de la redencion.- La redencion de Cristo no excluye en absoluto,sino que laexige la participacion solidaria del hombre,entendido como individuo y como iglesia..- LA ENCARNACIN DEL HIJO DE DIOS.a)El misterio de Dios que se hace hombre.Jesucristo es hombre como nosotros y es Dios como elPadre,tal afirmacion la profeso elConcilio de Calcedonia. Introduciendo asi la centralidad misma del misterio de la identidad de Cristo:- Jesussarx.- el hijo de Dios se ha hecho hombre como nosotros (se ha hecho concretamente sarx en el sentido biblico) o sea carne como nosotros, con todas sus limitaciones excepto el pecado. Ser verdadero hombre significa para Cristo estar sujeto a la debilidad humana,al desaliento, al miedo, a la oscuridad, a las incertidumbres del conocimiento humano, a soportar las tensiones de la vida, ya conocer el drama de la amenaza de una muerte que al finaltronca toda esperanza. San Pablo ofrece una clave de acceso a estemisterio cuando para explicar el ocultamiento de la divinidad en Jess, habla de vaciamiento, no ya de la divinidad misma, sino de la manifestacin de la dignidad divina, de la gloria divina. En virtud de la Kenosis de ese rebajamiento, Jesucristo habitualmente obra y conoce como un simple mortal, normalmente su relacin con el mundo circundante esta regulada as- Jess-Dios.- Jess es tambin Dios como el Padre, perfecto en la divinidad. Podemos atribuir a Jess lo que la revelacin ensea respecto al Padre. Y as Jess en cuanto Dios es Santo, fiel, misericordioso, justo, omnisciente, omnipotente.b) Por qu un Dios hombre?.San Anselmo responda a esta pregunta con la tesis de que Dios se encarno para salvarnos. De dicha afirmacin discrepa Santo Tomas y las respuestas solo podan partir de la revelacin, que como adems directamente no da respuesta exhaustiva, es algo que queda en el misterio mismo.El Verbo se encarno para que toda la creacin especialmente el hombre pueda existir orientada a Dios, a ejercer unafuncin propiaen el plan salvfico que Dios mismo ha dispuesto desde el principio.El hombre es librado del pecado e introducido en una intimidad de vida con Dios humanamente inconcebible e irrealizable y ello gracias a Cristo el Verbo encarnado. En Cristo Dios salva al hombre no aniquilndolo,sino valorizndolo, considerndolo digno de colaborar a la salvacin. A la luz de la encarnacin del Verbo se ilumina el misterio de la salvacin del hombre y del mundo Cristo es el punto omega al que todo tiende para ser recapitulado y sometidoa Dios. La conveniencia de la salvacin supone necesariamente que sea Dios mismo elque salve, una auto liberacin por parte del hombres es absolutamente inconcebible. Enefecto, el salvador debe restablecer la relacin originaria de amistad entre Dios y el hombredestruida por elpecado, y hacerlo de manera sobreabundante, lo que nicamente es posible por iniciativa divina. Adems la salvacin es descrita como una nueva salvacin, lo que suponeabsolutamente una nueva intervencin de Dios.c)Como expresar el misterio de Jesus.En el Nuevo Testamento fijamos la atencin en el llamado esquematradico, que es la expresin mas explicita de la fe cristolgica primitiva. Este esquema lee la existencia de Jesucristo siguiendo este movimiento:desde la preexistencia delVerbo al rebajamiento de la encarnacin y de la muerte en cruz y a la exaltacin de la resurreccin.La enseanza de la preexistencia supone la afirmacin de fe de que el Verbo, o el Hijo de Dios existe desde la eternidad junto al Padre, y que tiene una existencia personal desde la eternidad, independientemente de la encarnacin. Por eso la preexistencia es el eslabnque une cristologay doctrina trinitaria, y el pasoobligado para plantear el discurso sobre el Dios cristiano.En cuanto a la enseanza calcedonense(una nica persona, dos naturalezas)es obligado evitar las dificultades que hoy podra suscitar y es indispensable completarla valindose de la enseanza bblica.La humanidad permanece siempre tal, aunque libremente se deja plasmar por el Verbo que la ha asumido, de formaque responda cada vez masperfectamente a sus impulsos transmitidosmediante el Espritu Santo. Asi se explica fundamentalmente el crecimiento en sabidura , en gracia, en obediencia, que la revelacin atribuye a Jesucristo.5.2.- EL CONOCIMIENTO HUMANO CRISTO.Aqu abordaremos el conocimiento humano de Cristo, interrogndonos sobre su amplitud y sus relaciones con el conocimiento divino de Jess, as como de la presencia de la ignorancia y el error en Cristo.a)Los testimonios del Nuevo Testamento.Ante todo, en el Nuevo Testamento falta por completo el inters por la psicologa de Jess, nicamente se encuentran diseminadas anotaciones que dan a entender que la psicologa humana de Jess era muy compleja. Con todo pueden analizarse los siguientes aspectos:- Conocimiento experimental.-Jess estaba dotado de un conocimiento de este tipo, limitado y progresivo. Se encontraba arraigado en su tiempo, adopta decisiones y en sus actos se refiere continuamente a las personas que encuentra y a la realidad que le rodea.- Conocimiento progresivo.- como conocimiento humano de origen experimental que se desarrolla paulatinamente, resulta tambin reconocible en los textos escritursticos (Lc. 2, 46; 2,52; Heb. 5,8).- Conocimiento extraordinario.- los evangelios ensean adems la presencia en Cristo de un tipo de conocimiento extraordinario, humanamente inexplicable. (Mt.9,4; Mc. 11,2).- Conocimiento superior.- su conocimiento religioso aparece decididamente superior al de sus contemporneos. (Mt. 5, 21.27.31.33.38.43; Mt. 7,28; 22,33).- La misin.- Jess saba que era el mesas, el salvador, era consciente de esta funcin. De tal manera que el evangelio de Marcos est todo el construido sobre esta conviccin.- Fin salvfico.-el momento central de su misin es la pasin, la cruz, y la resurreccin, que Jess anuncia en diversas ocasiones, atribuyendo a su muerte un valor salvfico a favor de todos los hombres (Mc. 10, 42-45).- Filiacin.- los textos evanglicos ensean con claridad que Jess era consciente de ser el Hijo de Dios en sentido propio. (Mt. 11, 27; Mac.13,32).b)Evolucin doctrinal ulterior.El tema de la psicologa humana de Jess ha sido profundizado reiteradamente en el curso de los siglos. No pudiendo realizar aqu un estudio exhaustivo del tema, haremos algunas referencias a las aportaciones ms significativas:- La patrstica.- hasta la crisis nestoriana, generalmente se admita sin dificultad el carcter limitado del conocimiento humano de Jess. Posteriormente se fue abriendo paso la tendencia a atribuir a Cristo un conocimiento humano perfecto, como reaccin al "agnoetismo".- La teologa medieval.- insistir en la plenitud del conocimiento humano de Cristo. En esta lnea, Sto. Toms llega a hablar de una ciencia triple en Jess: ciencia beatfica, ciencia infusa, y ciencia adquirida. Situacin que se mantuvo hasta principios de nuestro siglo.- Siglo XX.-se habla de la presencia en Jess de una ciencia adquirida slo relativamente perfecta (condicionada a su momento histrico), y la atribucin a la ciencia beatfica de la funcin de manifestarle a Cristo su personalidad divina, y en cuanto a la ciencia infusa, no se la ve ya como un conocimiento enciclopdico, sino que se la considera limitada, en conformidad con el rebajamiento al que Cristo quiso someterse en la encarnacin.c)Puntualizaciones teolgicas.Parece oportuno tratar aqu algunos puntos hoy particularmente discutidos, tal es el caso de la toma en consideracin de la ignorancia y el error como lmites del conocimiento experimental de Jess.Respecto a la ignorancia, est claramente atestiguada en los evangelios, de los cuales se desprende que Jess aprenda, ignoraba ciertos acontecimientos y peda explicaciones. Indudablemente forma parte de la condicin histrica del hombre, en el que el Hijo de Dios quiso aparecer, y no constituye un problema desde este punto de vista. Y de forma anloga se refiere al error, desterrando no obstante, cualquier error que suponga en l la mnima imperfeccin moral. Hablndose de la existencia de una especie de pantalla entre el conocimiento divino y el humano, que impeda que el primero se reflejara en el segundo, salvo cuando lo requiriera su misin salvfica.Con lo cual, parece garantizarse a la vez la perfeccin y la historicidad del conocimiento de Cristo sobre la doctrina que ensea y sobre el designio salvfico que debe realizar. En esta perspectiva, se consigue tambin entender la ignorancia de Jess acerca del da y la hora de la parusa; no posea ese conocimiento porque no era necesario para el cumplimiento de su misin.5.3.- LA VOLUNTAD HUMANA Y EL SUFRIMIENTO DE CRISTO.a)Jess, hombre libre.Los evangelios presentan a Jess como un hombre libre, capaz de lcidas decisiones en las ms variadas situaciones, particularmente con la misin salvfica de que est investido. Extremo que cuestionado por los defensores del monotelismo, esta doctrina fue condenada como hereja en el Concilio Constantinopolitano III (681).La base de la afirmacin de una perfecta voluntad humana en Jess, es el llamado principio soteriolgico, segn el cual slo es salvado lo que es asumido por el Verbo; si Cristo no hubiese posedo una voluntad humana, no hubiera podido redimir la nuestra.Por otra parte, es tambin una verdad de fe que en Jess la voluntad humana est sometida a su voluntad divina, como se establecin en el concilio referido.Posteriormente la escolstica lleg a distinguir tres modos de ejercicio de la libertad humana:- Libertas exercitii.- por la que la voluntad puede decidir hacer algo o no hacerlo.- Libertas specificationis.- que lleva a escoger hacer una cosa u otra.- Libertas contrarietatis.- que es la posibilidad de escoger el mal o el bien.Partiendo de esta distincin, la cuestin de la libertad de Jess resultaba ms fcil, quedando claro que se le podan atribuir las dos primeras, pero no la tercera, que deba quedar absolutamente excluido en l, ya que es en todo semejante a nosotros menos en el pecado.Adems completa la anterior afirmacin, la conclusin de que slo se da verdadera libertad cuando hay una determinacin por el bien; por eso el hecho de que Jess no pudiese escoger el mal no significa en absoluto la falta de libertad (escoger el mal supone ejercitar una libertad deficiente).

)Impecabilidad.El anterior razonamiento lleva lgicamente al de la impecabilidad de Jess, quien no tena absolutamente la posibilidad de pecar (Heb. 4,15). La impecabilidad hunde sus races en la persona misma de Jess, que es divina. Por lo que su libertad ha de entenderse como la capacidad de decidirse sin vacilacin alguna por lo que es bueno.La presente cuestin, afirmado lo anterior, nos plantea la cuestin de las tentaciones en Jess, donde debemos distinguir entre la tentacin en Cristo y la nuestra. Cuando somos tentados experimentamos a menudo una fuerte atraccin hacia el mal, una especie de complacencia antes incluso de cualquier eleccin; complacencia que segn el Concilio de Trento, "se deriva del pecado y a l orienta". Pues bien, este desequilibrio, relacionado fundamentalmente con el pecado, estaba del todo ausente en Cristo incluso en el momento ms fuerte de la tentacin, como sucedi en Getseman; l no experiment nunca esa atraccin, aunque sea indeliberada, hacia el mal moral.Actualmente, se piensa en cambio, que tuvo verdaderas tentaciones interiores, que tuvieron una cierta resonancia en el nimo de Jess, pero sin suscitar en l complacencia alguna en el mal que contemplaban.c)El amor humano de Cristo.Esta cuestin nos plantea la comprensin de las pasiones, los sentimientos y la afectividad de Jess. Al igual que la de todo hombre, su vida psquica presenta estos aspectos, en los que se expresa la sensibilidad. Todo eso hay que admitirlo en Jess, pero teniendo presente que su personalidad psicolgica no experimentaba