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  M ot i v a c i ón y c o g n i c i ón : d e sa r r o llo s t e óri co s Francesc Palmero Amparo Carpi Consolación Gómez Cristina Guerrero Carolina Muñoz Universitat Jaume I Castelló de la Plana  

Motivación y Cognición

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Motivación y Cognición

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  • Motivacin y cognicin:

    desarrollos tericos

    Francesc Palmero

    Amparo Carpi

    Consolacin Gmez

    Cristina Guerrero

    Carolina Muoz

    Universitat Jaume I

    Castell de la Plana

  • INTRODUCCIN.

    La diversidad de factores que influyen en el desarrollo de la conducta humana ha

    contribuido a que su estudio sea abordado desde distintas perspectivas. As, una de las

    corrientes, desarrollada a mediados del siglo XX, y que mayores frutos ha dado en la

    comprensin y explicacin de la complejidad del comportamiento es el modelo

    cognitivista. Este modelo aborda el estudio de la conducta a partir de la consideracin de

    que sta est sustentada por un conjunto de procesos internos o cogniciones, a travs de los

    cuales la accin se organiza, de manera continua.

    Uno de los procesos que mayor inters presenta y ha presentado, tanto para la

    psicologa cognitiva como para otras corrientes anteriores, es el estudio de la motivacin.

    sta, como la mayor parte de los factores que contribuyen al desarrollo del

    comportamiento, es de carcter inobservable, infirindose su existencia a partir de la

    conducta manifiesta. En este sentido, la motivacin se considera un constructo hipottico,

    complejo y dinmico que contribuye a explicar el inicio, la direccin y el mantenimiento de

    la conducta.

    Con los inicios de la psicologa como ciencia, los primeros modelos empleados para

    conocer y explicar las causas de la conducta fueron desarrollados a partir del estudio de los

    procesos biolgicos. Posteriormente, la motivacin humana ha sido abordada a travs del

    estudio de los factores de aprendizaje: mediante modelos conductuales. Slo en las ltimas

    tres o cuatro dcadas, a partir, entre otras cosas, del fracaso de los modelos conductuales,

    comienza a tomar fuerza la corriente cognitivista. La motivacin humana como proceso

  • psquico se ve afectada, de modo interactivo, por el conjunto de los restantes procesos

    mentales tales como la percepcin, pensamiento, emocin, atencin y memoria.

    En el presente trabajo exponemos las caractersticas de la motivacin desde la perspectiva

    cognitivista. En primer lugar, haremos referencia a los trabajos precursores del modelo

    cognitivista en el estudio de la motivacin. En segundo lugar, expondremos las

    caractersticas generales de las primeras teoras cognitivistas que hacen referencia a

    factores individuales o personales para explicar la conducta motivada, as como los estudios

    que explican la motivacin en el seno del grupo, y como ste puede modular la decisin de

    ejecucin de la accin. Para finalizar, trataremos de establecer el estado actual del tema,

    proponiendo algunas orientaciones que parecen prometedoras para los prximos tiempos.

    EL MODELO COGNITIVO

    La psicologa cognitiva aborda el estudio de la conducta humana partiendo de la

    consideracin de que el ser humano es un agente activo. Es decir, es un ser capaz de

    seleccionar la informacin de su entorno, procesarla y transformarla de acuerdo a las

    necesidades que se presentan, realizando los comportamientos pertinentes en su proceso de

    adaptacin continua.

    En un sentido amplio, los distintos enfoques cognitivos comparten el hecho de

    considerar fundamentales los procesos perceptivos e intelectivos que tienen lugar en el

    momento en que un sujeto analiza e interpreta el medio ambiente en el que se desenvuelve,

    as como sus propios pensamientos y conductas. En lneas generales, la expresin

    procesamiento activo de la informacin resume muy bien este tipo de planteamientos.

  • Aportaciones previas

    Si tuvisemos que citar el inicio del desarrollo de este tipo de enfoques, adems de

    tener en mente la gran influencia de los clsicos griegos, lo localizaramos en los trabajos

    de Tolman (1932, 1948) y Lewin (1935, 1936, 1938).

    Tolman plante diversos tipos de motivos para explicar la conducta motivada:

    motivos primarios, secundarios y terciarios. Entre los motivos primarios (innatos) se

    encuentran la bsqueda de alimento, agua y sexo, la eliminacin de desperdicios, la

    evitacin de dolor, el reposo, la agresin, reducir la curiosidad y la necesidad de contacto.

    Entre los secundarios (innatos) se encuentran la afiliacin, la dominancia, la sumisin y la

    dependencia. Entre los terciarios (aprendidos) se encuentran aquellos que implican la

    consecucin de metas culturales.

    Tolman (1932) acentu la importancia de las metas en la conducta, as como la

    intencionalidad de la misma. A partir de sus trabajos en Psicologa de la Motivacin, se

    empiezan a manejar trminos como expectativa, propsito y mapa cognitivo. Sus

    aportaciones siguen siendo referencia obligada para entender la dinmica motivacional,

    tanto en individuos de especies inferiores como en el ser humano. Precisamente, la

    propuesta que hace Tolman[1]

    (1948) de la existencia de mapas cognitivos en animales

    inferiores representa un aperturismo cognitivista que dar lugar a mltiples aproximaciones

    de inters, que incluso llegan hasta la actualidad (Toates, 1995; Burghardt, 1997; Millikan,

    1997). La conducta motivada, segn Tolman, tiene caractersticas molares, est dirigida

    hacia unas metas, es persistente, y muestra una selectividad para alcanzar la meta.

  • La meta, el modo en que se lleva a cabo la conducta y las posibles rutas para

    alcanzarla son factores imprescindibles para conocer la conducta motivada. El sujeto no

    aprende simples asociaciones E-R, sino la relacin entre una conducta y una meta

    particular; para ello, necesita desarrollar un mapa cognitivo de su ambiente, con el fin de

    localizar en l cada una de las posibles metas. Son stos argumentos que, aunque en su

    momento fueron bastante criticados, hoy, con una visn ms distante de los hechos,

    podemos apreciar cun relevantes han llegado a ser para que distintas disciplinas, como la

    Etologa, defiendan en la actualidad la existencia de funciones cognitivas superiores en

    individuos de especies inferiores. Por supuesto que no todo el mrito ha sido de Tolman,

    tambin la propia evolucin de la Etologa, as como la de disciplinas relacionadas con ella,

    tales como la Sociobiologa, la Psicologa Animal, la Psicologa Comparada, han aportado

    un bagaje importante para entender la situacin actual.

    Aparte de las importantes aportaciones de Tolman al desarrollo de la Psicologa como

    disciplina cientfica, y de forma particular en el mbito de la Psicologa de la Motivacin,

    no hay que olvidar que Tolman es un autor formado en la escuela conductista, y desde ella

    plantea que las asociaciones E-R no son suficientes para entender la conducta de un

    individuo. Este tipo de afirmaciones le acarrearon crticas importantes en su momento. Sin

    embargo, aquellos pioneros intentos de Tolman para demostrar que los animales de

    especies inferiores tienen posibilidad de realizar una actividad cognitiva superior han ido

    progresivamente confirmndose. Distintas investigaciones aportan similar informacin

    sobre actividad cognitiva en especies inferiores.

    As, Holland y Straub (1979) demostraron la capacidad de inferencia de los sujetos

    experimentales -ratas- en el mbito de la motivacin para la conducta de comer. El objetivo

  • fue comprobar si los sujetos experimentales son capaces de integrar informacin

    procedente de dos situaciones distintas que comparten un estmulo. Mediante

    condicionamiento, los autores consiguieron, en una primera fase, que los animales

    asociaran un ruido con un determinado tipo de comida -un determinado ruido anticipaba la

    existencia de comida-, con lo cual los animales se acercaban al comedero. En una segunda

    fase de la investigacin, los autores trataron de condicionar la asociacin entre la comida y

    un cierto malestar -provocado ste mediante la inyeccin de litio-; esto es, a las ratas se les

    inyectaba dicha solucin inmediatamente despus de ingerir la comida, con lo cual, despus

    de conseguir la asociacin se pudo comprobar que, en presencia de comida, las ratas se

    acercaban con menor frecuencia al comedero.

    Lo interesante en esta investigacin era averiguar si los animales eran capaces de

    integrar la informacin procedente de distintas situaciones para inferir una suerte de

    propiedad transitiva: (a) si el ruido anticipa la comida; (b) si la comida anticipa el malestar;

    (c) el ruido anticipa el malestar. Los resultados ponen de relieve que, despus de llevar a

    cabo los dos procedimientos de condicionamiento, los animales se acercan con menor

    frecuencia al comedero cuando escuchan el ruido. Este hecho parece indicar que en los

    animales inferiores se produce tambin una forma ms o menos rudimentaria de

    procesamiento inferencial que les lleva a sintetizar de forma apropiada la informacin

    procedente de distintas situaciones.

    Recientemente, Toates (1995), en un trabajo que consideramos de mucha

    relevancia, ha planteado que es muy probable que en los animales de especies inferiores se

    produzca una integracin entre motivacin y cognicin, de tal suerte que las nociones de

    representacin, meta y expectativa son perfectamente vlidas para entender su conducta. Es

  • decir, estos individuos construyen perfectamente sus ambientes en los planos temporal y

    espacial, por lo que la conducta que llevan a cabo puede ser entendida como una conducta

    propositiva dirigida hacia metas particulares con movimientos conductuales que optimizan

    los resultados e incrementan la probabilidad de xito.

    Tambin en el plano espacial se ha intentado averiguar si las ratas son capaces de

    integrar la informacin procedente de dos situaciones distintas, aunque con un elemento

    comn a ambas. As, Snchez-Moreno, Rodrigo, Chamizo y Mackintosh (1999) sugieren

    que lo que aprende la rata no son simples asociaciones estmulo-respuesta, sino

    asociaciones complejas en las que participan variables espaciales referidas a la ubicacin de

    las distintas metas y los eventuales puntos de referencia en el ambiente de los animales.

    Todo ello queda debidamente organizado en el mapa cognitivo del individuo, aprecindose

    la actualizacin del mismo a partir de la distinta informacin que ste obtiene.

    Recientemente, Manteiga y Chamizo (2001) han investigado si los animales aprenden la

    ubicacin de una meta, tomando como referencia dos conjuntos de dos seales cada uno (A

    y B, y B y C). La seal B es comn a ambos conjuntos. Los animales localizan con mayor

    frecuencia la meta siempre que B est presente, tanto sola, como combinada, con A, o con

    C. Las restantes posibilidades producen un rendimiento menor en la localizacin de la

    meta. Este hecho parece ir en contra de la integracin; pero, es probable que el tipo de

    configuracin (temporal o espacial) influya de forma importante en la localizacin de la

    meta. La controversia en este punto permite abrir vas alternativas orientadas a la

    constatacin de la existencia de esos mapas cognitivos en animales inferiores, mapas que,

    por lo dems, parecen necesarios para entender la dinmica motivacional conductual en los

    mismos.

  • Por su parte, Lewin (1936) propone que la motivacin en la conducta se explica

    desde planteamientos homeostticos. La conducta es el resultado del conjunto de fuerzas

    que actan sobre el sujeto. Lewin defiende la solucin activa de problemas y la existencia

    de necesidades psicolgicas -cuasi-necesidades. A grandes rasgos, el esquema de su

    planteamiento, genricamente denominado Teora de campo, asume que la conducta es

    una funcin del espacio vital, el cual consta de persona y ambiente psicolgico. Por lo

    que respecta a la persona, sta est influenciada por dos tipos de necesidades (fisiolgicas y

    psicolgicas), que producen un estado de tensin, o estado motivacional, en el sujeto. Por lo

    que respecta al ambiente psicolgico, contiene metas que influyen considerablemente

    sobre la conducta del sujeto. En definitiva, se puede resumir la teora de Lewin diciendo

    que la fuerza de la conducta (F), que tiene caractersticas de vector, es una funcin (f) del

    estado interno de tensin del sujeto y las metas del ambiente psicolgico (tG). A esta breve

    funcin hay que aadir la distancia psicolgica (e) que existe entre el sujeto y la meta que

    desea alcanzar, de tal suerte que a mayor distancia menor fuerza en la conducta. La

    siguiente frmula ilustra esquemticamente la idea de Lewin:

    La tensin es el constructo motivacional defendido por Lewin para explicar la

    motivacin interna del sujeto. La tensin ocurre cuando se producen necesidades en el

    organismo. Este hecho motiva al sujeto para reducir la tensin, con lo que la argumentacin

    homeosttica parece evidente. Por otra parte, para estudiar la conducta motivada en s, se

  • necesita el constructo de fuerza, que consta de magnitud y direccin. Como son varias

    las fuerzas que simultneamente actan sobre el sujeto, la conducta final es el resultado de

    todas las fuerzas implicadas.

    No obstante, creemos que la aportacin de Lewin no se limita a estas importantes

    reseas comentadas. Hay que sealar tambin la referencia de Lewin (Lewin, Dembo,

    Festinger y Sears, 1944) al nivel de aspiracin, que es lo que un individuo desea conseguir,

    y al nivel de expectativa, que es lo que un individuo estima que podr conseguir. En

    opinin de Lewin, los niveles de aspiracin y de expectativa representan la combinacin de

    la valencia y la probabilidad de logro de una meta concreta. El deseo referido al nivel de

    aspiracin posee una mayor valencia, pero una menor probabilidad de logro, que el que se

    refiere al nivel de expectativa. Ambos niveles, que reflejan la dimensin cognitiva de las

    conductas motivadas, se encuentran directamente relacionados con el rendimiento de un

    individuo cuando trata de conseguir la meta en cuestin[2]

    . Eso es lo que encuentra Dreikurs

    (2000), apreciando que los niveles de aspiracin y de expectativa se incrementan cuando la

    actuacin y el rendimiento de un individuo son buenos, y disminuyen cuando dichos

    parmetros de actuacin son deficientes.

    PRIMEROS DESARROLLOS TERICOS

    A mediados del siglo XX, la explicacin de la conducta a partir de causas

    fundamentalmente externas empez a decaer, retomndose la explicacin del

    comportamiento a partir de factores internos al individuo. La causalidad de la conducta es

    descrita a travs de la complejidad de diversos procesos mentales. Atendiendo al proceso

    que nos ocupa, la motivacin, se han realizado distintos trabajos para comprender los

  • factores que influyen en su desarrollo. En este apartado comentaremos las aportaciones ms

    destacadas.

    La expectativa-valor.

    Con los antecedentes claros de Tolman (1932) y de Lewin (1938), este tipo de

    planteamientos defiende que la conducta motivada resulta de la combinacin de las

    necesidades individuales con las metas que se encuentran en el ambiente. Adems, la

    probabilidad de que ocurra una conducta depende tambin de la expectativa que tiene el

    sujeto de obtener la meta. Es decir, existe una representacin cognitiva en la que el sujeto

    espera que ciertas conductas le lleven a ciertas metas. Esta expectativa que se genera en la

    persona tiene su fundamentacin en la experiencia del propio sujeto. Asimismo, el valor de

    la expectativa facilita la comprensin de cmo se desarrollan las conductas. As, los

    modelos de expectativa-valor explican que las consecuencias, positivas y/o negativas de las

    acciones realizadas, y la importancia que stas puedan tener para la persona, contribuyen a

    la eleccin y/o abandono de determinadas alternativas de acuerdo al valor y la utilidad

    subjetiva otorgada para alcanzar un resultado deseado (Edwards, 1954). Generalmente, con

    este constructo se intenta explicar distintos motivos psicolgicos, tales como el logro, la

    afiliacin, la dominancia y el poder.

    Un representante de este tipo de acercamientos es Rotter (1954), quien establece cuatro

    conceptos bsicos en la teora del valor y la expectativa: a) la eleccin de una meta concreta

    viene determinada por el valor de refuerzo de esa meta; b) el sujeto realiza estimaciones

    subjetivas sobre la probabilidad de alcanzar una meta; c) las expectativas del sujeto estn

    slidamente influenciadas por los factores situacionales; d) la reaccin del sujeto ante

  • nuevas situaciones se basar en una generalizacin de expectativas a partir de la

    experiencia acumulada. En definitiva, la conducta motivada de un sujeto depende de la

    multiplicacin del valor de la expectativa por el valor de la meta.

    Posteriormente, Rotter (1975) argument tambin la diferencia que existe entre los

    sujetos respecto a la expectativa que tienen del control del refuerzo. As, los sujetos

    internos (locus de control interno) perciben los refuerzos y los castigos como una funcin

    directa de sus propias conductas, mientras que los sujetos externos (locus de control

    externo) perciben tales refuerzos y castigos fuera del control de s mismos. Rotter est

    enfatizando la relevancia de las creencias acerca de la asociacin entre las propias

    conductas y los resultados de las mismas; ante la pregunta por qu ocurren las cosas

    buenas?, Rotter sugiere que existen personas que creen que esos buenos resultados se deben

    a la conducta propia, mientras que otras personas creen que su conducta nada tiene que ver.

    Hace unos aos, el propio Rotter (1990, 1992) se refera a la relacin existente entre la

    variable creencia del locus de control y otras variables como la auto-eficacia. Las

    personas con una creencia referida a su elevada auto-eficacia suelen caracterizarse por la

    creencia referida al locus interno de control del refuerzo. Algo parecido ocurre con respecto

    a la motivacin de logro: las personas con la creencia referida al locus interno de control

    del refuerzo se caracterizan por poseer una mayor motivacin de logro. No obstante,

    siguiendo a Dreikurs (2000), hay un matiz que no puede ser ignorado, y es el que se refiere

    a la especificidad funcional. La creencia del locus de control puede ser considerada como

    una disposicin adquirida por aprendizaje con caractersticas de amplio espectro; es decir,

    como la creencia generalizada que posee un individuo acerca de su capacidad para

    controlar las consecuencias de sus conductas. Por su parte, la auto-eficacia tiene un rango

  • mucho menor, pues se refiere especficamente a cada una de las posibles actividades que

    lleva a cabo un individuo. Dicho de otra forma: la auto-eficacia es una variable referida a

    una actividad concreta. Una persona puede percibir una gran auto-eficacia para un tipo de

    actividad, y muy baja o nula auto-eficacia para otro tipo de actividades (Bandura, 1977,

    1997). Aunque estas dos variables han sido definidas para explicar disposiciones estables o

    especficas en relacin a la ejecucin de una conducta, los resultados obtenidos en algunos

    trabajos indican una interrelacin entre ambos constructos para dar razn de la accin

    (Carter, 2004; Su-Chen, 2005), mientras que en otros se subraya la diferencia en relacin a

    la estabilidad o especificidad para explicar la conducta (Skaalvik y Slkaalvik (2004).

    En los ltimos aos, tambin se ha podido apreciar la relevancia de esta disposicin

    aprendida, denominada locus de control, o con cualquier otra expresin, pero referida a la

    auto-percepcin de la capacidad de control, para explicar el mayor o menor riesgo de

    enfermedad. Concretamente, en algunos estudios (Reynaert, Janne, Bosly, Staquet,

    Zdanowicz, Vause, Chatelain y Lejeune, 1995; Peters, Godaert, Ballieux y Heijnen, 2003),

    se ha podido establecer una interesante asociacin entre locus de control y actividad de las

    clulas asesinas naturales[3]

    (NK) en pacientes depresivos hospitalizados y en personas que

    deben afrontar situaciones habitualmente estresantes. Cuanto menor era la creencia de

    control sobre la situacin, menor era la actividad de este sistema celular de defensa

    inmunitaria. Es un mbito de inters, pues, entre otras cosas, pone de relieve cmo la

    dimensin cognitiva -la percepcin de control- es fundamental para entender el proceso

    motivacional, incluso el funcionamiento biolgico del organismo.

    Otra aproximacin importante en este tipo de enfoques se refiere a la que se ha

    centrado en la motivacin de logro. Los inicios se sitan en los clsicos trabajos de Murray

  • (1938), quien considera que el motivo de logro es universal. Una necesidad tiene un

    componente energtico, que activa la conducta, y un componente direccional, que incluye

    al objeto meta y que orienta la conducta del sujeto hacia esa meta. Las motivaciones del

    sujeto ocurren a partir de las necesidades, las cuales son adquiridas y se producen por

    estmulos ambientales. La medida de la motivacin de logro se asocia a Atkinson y a

    McClelland, quienes utilizaron el Test de Apercepcin Temtica (TAT) de Murray para

    llevar a cabo sus trabajos.

    As pues, Atkinson (1957/1983, 1964, 1974; Atkinson y Birch, 1978) defiende una

    teora basada en la expectativa de alcanzar una meta y en el valor de la misma, porque la

    tendencia a llevar a cabo una determinada accin est slidamente relacionada con la

    expectativa cognitiva de que una conducta particular llevar a una meta particular. En su

    argumentacin, son importantes el motivo para conseguir el xito, o esperanza de xito, y el

    motivo para evitar el fracaso, o miedo al fracaso.

    Por lo que respecta al motivo para conseguir el xito, es una variable que puede ser

    cuantificada. Para ello, es imprescindible conocer tres factores: a) el motivo de xito, que se

    refiere a una disposicin general de personalidad, y se obtiene mediante el TAT; b) la

    probabilidad subjetiva de xito, que se refiere a una combinacin de aspectos como la

    dificultad de la tarea y las habilidades del sujeto; cuando el xito es seguro, la probabilidad

    es 1, cuando el xito es imposible, la probabilidad es 0; entre ambos valores se ubica la

    probabilidad subjetiva en cada caso; c) el valor de incentivo, referido a la vala que para el

    sujeto tiene obtener el xito. Cuando la probabilidad subjetiva de xito es baja, porque la

    tarea es difcil o porque las habilidades del sujeto son limitadas, el valor de incentivo

    derivado de la obtencin de ese objetivo es bastante alto, mientras que, cuando la tarea es

  • muy fcil, o las habilidades del sujeto sobradas, el valor de incentivo derivado de la

    consecucin de ese objetivo es bajo, ya que la probabilidad de xito es muy alta.

    Los tres factores que nos permiten cuantificar el valor de la esperanza de xito

    interactan multiplicativamente, con lo que, cuando uno de ellos sea 0, el resultado

    tambin ser 0, o lo que es lo mismo, no se producir la esperanza de xito o la tendencia

    a conseguir el xito. La siguiente frmula ilustra la idea de Atkinson:

    donde TE hace referencia a la tendencia a conseguir el xito, o a la esperanza de xito, ME

    es el motivo para conseguir el xito, PE es la probabilidad subjetiva de xito, e InE es el

    valor de incentivo del xito.

    Por lo que respecta al motivo para evitar el fracaso, tambin puede ser expresado

    cuantitativamente. Al igual que ocurra con el motivo para conseguir el xito, es

    imprescindible conocer el valor de tres factores directamente implicados: a) el motivo para

    evitar el fracaso, que tambin es una disposicin general de personalidad, y se obtiene

    mediante el Test Anxiety Questionnaire; b) la probabilidad subjetiva de fracaso, que, al

    igual que en la esperanza de xito, se refiere a una combinacin de aspectos como la

    dificultad de la tarea y las habilidades del sujeto, y que se obtiene calculando la inversa de

    la probabilidad subjetiva de xito; cuando el xito es seguro, la probabilidad es 0, cuando

    el xito es imposible, la probabilidad es 1; c) el valor de incentivo negativo que tiene para

    el sujeto fracasar en la consecucin del objetivo. Tambin en este caso los tres factores

  • actan de forma multiplicativa, por lo que, de nuevo, cuando uno de esos factores es 0, el

    resultado final tambin es 0, con lo que no se producir la tendencia a evitar el fracaso.

    La siguiente frmula ilustra la idea:

    donde TEF hace referencia a la tendencia a evitar el fracaso o miedo al fracaso, MEF es el

    motivo para evitar el fracaso, PF es la probabilidad subjetiva de fracaso, que se calcula a

    partir de la probabilidad subjetiva de xito (PF = 1- PE), e -InF es el valor de incentivo

    negativo que tiene para el sujeto fracasar en la consecucin del objetivo.

    La consecucin del xito tiene consecuencias inmediatas, de orgullo y satisfaccin,

    y a medio y largo plazo, de aprendizaje y fortalecimiento de las respuestas apropiadas para

    el sujeto. Por su parte, la obtencin de un fracaso tambin conlleva consecuencias

    inmediatas, de vergenza y prdida de confianza, y a medio y largo plazo de modificacin

    de estrategias y conductas que no son las ms apropiadas, sustituyndolas por otras ms

    funcionales. La combinacin de ambos motivos permite entender la manifestacin

    conductual en cada caso. Como fracasar en un objetivo posee un valor de incentivo

    negativo, la motivacin resultante para llevar a cabo una conducta puede ser positiva

    (cuando la esperanza de xito es mayor que el miedo al fracaso), negativa (cuando el miedo

    al fracaso es mayor que la esperanza de xito) o igual a cero (cuando la esperanza de xito

    y el miedo al fracaso son iguales). Es decir, adems de conocer la esperanza de xito, o

    tendencia a obtener el xito, es imprescindible conocer tambin la tendencia a evitar el

  • fracaso, ya que de ese modo tenemos un perfil completo de la conducta resultante. El

    resultado aparece en la siguiente frmula:

    Como se puede apreciar, la elegante y sencilla formulacin de Atkinson recuerda bastante

    aquella otra de Hull. As, el concepto de impulso de Hull encuentra la contrapartida en la

    necesidad de logro o de xito; el concepto de fuerza del hbito de Hull encuentra su

    paralelismo en la probabilidad subjetiva de xito; el concepto de incentivo de Hull es

    tambin bastante parecido al valor de incentivo del xito, aunque Atkinson, adems,

    relaciona directamente el valor de incentivo con la expectativa o probabilidad subjetiva de

    xito.

    En la formulacin general de Atkinson se aprecian dos hechos de inters. Por una

    parte, el que se refiere a la especial relacin existente entre las variables o factores que dan

    lugar a las expectativas, o probabilidad subjetiva de xito y de fracaso. Por otra parte, el

    que se refiere al incentivo que produce en el individuo el xito o el fracaso. As, en cuanto a

    la probabilidad subjetiva de xito o de fracaso, sta depende de cun difcil o fcil perciba

    el individuo la tarea, actividad o desafo, para lo cual tiene que considerar el nivel y la

    cualidad de sus habilidades y recursos para enfrentarse a esa situacin. En cuanto al valor

    de incentivo de conseguir el xito, o de cosechar un fracaso, se encuentra inversamente

    relacionado con la expectativa del rendimiento; esto es: cuanto menos se espera un

    resultado, mayor es el valor del incentivo asociado al mismo. Con estos datos de inters

  • que enfatiza el propio Atkinson, se puede apreciar que el ser humano se siente

    especialmente motivado por aquellos objetivos o metas cuyo grado de dificultad se

    encuentra prximo, aunque ligeramente por encima, del grado o nivel de sus habilidades o

    recursos. Es una forma de estimular el crecimiento sostenido en la formacin, la

    adquisicin de nuevas habilidades, la preparacin, etc. Pero, adems, es una forma

    inteligente y adaptativa de combinar el esfuerzo con la gratificacin, ya que, al menos

    subjetivamente, para ese individuo el objetivo es susceptible de consecucin mediante su

    esfuerzo y su capacidad. Sin embargo, es muy probable que no se experimente la

    motivacin cuando existe una gran diferencia entre la dificultad y las habilidades, ya que, si

    dicha diferencia lo es a favor de aqulla, no merece la pena esforzarse para nada, mientras

    que, si la diferencia lo es a favor de stas, es tan fcil el objetivo que no satisface[4]

    .

    Ms recientemente, Mathew y Kunhikrishnan (1995) han llevado a cabo una

    interesante investigacin en la que utilizan distintos instrumentos para medir la necesidad o

    el motivo de logro, concluyendo que dicha motivacin hace referencia a una caracterstica

    estable de personalidad, que se puede detectar independientemente del instrumento que se

    elija para medirla. De hecho, estos trabajos han dado lugar a la confeccin de un importante

    inventario (el Motivational Trait Questionnaire -MTQ-), ideado por Heggestad (1998), con

    el que se pueden medir los dos motivos comentados: el motivo para conseguir el xito y el

    motivo para evitar el fracaso. El motivo para conseguir el xito se encuentra relacionado

    con el logro, con el trabajo duro y con la competitividad, mientras que el motivo para evitar

    el fracaso se encuentra relacionado con el miedo y la ansiedad. Tambin Elliot y Church

    (1997) han propuesto un modelo jerrquico de la motivacin de logro, en el que lo esencial

  • tiene que ver con la combinacin especfica entre el propio motivo de logro y el miedo al

    fracaso, que se produce cada vez que un individuo tiene que tratar de conseguir una meta.

    La relacin entre motivacin y variables afectivas ha sido estudiada recientemente

    por Wicker, Turner, Reed, McCann y Do (2004) en una muestra de estudiantes. En este

    estudio se analiz cmo las expectativas y los esfuerzos para conseguir la meta deseada se

    van ajustando a medida que transcurre el tiempo y est ms cercana la ejecucin de la tarea

    para conseguir el objetivo. De este modo, los procesos motivacionales se ven influenciados

    por el mayor o menor optimismo experimentado ante la proximidad de la ejecucin

    concreta. Mientras que para unos puede suponer una evaluacin negativa sobre los

    esfuerzos realizados, y, por tanto, desanimarse para continuar adelante con el objetivo, para

    otros puede suponer una reafirmacin de las expectativas, de los logros a conseguir y de los

    esfuerzos a realizar en la consecucin de dicho objetivo. No obstante, la ansiedad percibida

    ante la realizacin de una tarea que se tipifica como amenaza -la realizacin de un examen,

    por ejemplo- puede repercutir negativamente en la consecucin de la meta deseada. As,

    Skinner y Brewer (2002) muestran que, ante una determinada situacin, la baja valoracin

    de amenaza del evento y la emocin positiva desencadenada ante la realizacin facilitan la

    ejecucin y redundan en un mejor rendimiento.

    Para McClelland (1961), la motivacin de logro se encuentra ms inmersa en lo que

    l denomina cambio social. En este sentido, puso de relieve la relacin entre las

    necesidades de logro en los sujetos y las condiciones econmicas del pas en el que viven

    dichos sujetos. McClelland (1989) establece que una teora general de la conducta debe

    incluir factores motivacionales, factores cognitivos y factores relacionados con la destreza.

    La interrelacin entre ellos es tan compleja que, a menudo, se hace difcil su separacin.

  • As, McClelland y Winter (1971) defienden que la motivacin de logro puede ser

    perfectamente aprendida, pudindose apreciar cmo determinados estilos en la crianza de

    los hijos hacen que stos adquieran formas de conducta orientadas hacia el logro. Ms

    recientemente, McClelland (1995, 2004) ha llevado a cabo una investigacin en la que

    propone la posible conexin entre motivacin de logro y secrecin de arginina vasopresina.

    Su argumento se basa en las siguientes premisas: (1) la activacin fisiolgica producida en

    las situaciones de motivacin de logro produce un incremento en la secrecin de

    vasopresina, la cual, a su vez, produce un incremento en la capacidad de recuerdo de las

    personas implicadas; (2) cuanto mayor sea la motivacin de logro, tanto mayor ser la

    activacin fisiolgica, y tanto mayor la secrecin de vasopresina; (3) si el nivel de

    vasopresina se asocia con la capacidad de recuerdo, la mayor capacidad de recuerdo se

    encontrar asociada a uno de los efectos primarios de la vasopresina: el que tiene que ver

    con la disminucin del flujo de la orina. se es, precisamente, el resultado que obtiene

    McClelland, con lo que su sugerencia queda confirmada. No obstante, aunque la idea de

    McClelland parece prometedora, se precisan ms estudios en esta direccin.

    Los distintos trabajos centrados en la orientacin del valor y la expectativa, y

    particularmente en la motivacin de logro, estn siendo actualmente revisados por autores

    como Eyring (1995) o Wigfield y Eccles (2000, 2002), quienes, en general, vienen

    enfatizando la estrecha relacin existente entre procesos motivacionales y procesos

    cognitivos. De forma ms concreta, Eyring (1995) pone de relieve que las consecuencias de

    la actuacin de un individuo son determinantes para que dicho individuo estime si el

    resultado se aproxima o no a la expectativa que tena. En estos casos, lo importante es

    constatar la existencia o no de discrepancia entre expectativa y rendimiento. Si la

  • expectativa se cumpli, en una prxima ocasin es muy probable que la expectativa se

    incremente. Por el contrario, si la expectativa no se cumpli, es muy probable que, en el

    futuro, el individuo modifique dicha expectativa -disminuyendo la misma- o que modifique

    su esfuerzo -incrementndolo. Este mecanismo de feedback entre expectativa y rendimiento

    es el ncleo esencial de la Teora de control, mediante la cual se puede explicar cmo los

    individuos responden diferencialmente segn sean los resultados de su actuacin, esto es,

    segn sea el rendimiento conseguido con su conducta. Por su parte, Wigfield y Eccles

    (2000, 2002) consideran que no es posible entender la Motivacin sin apelar a la relevancia

    de ciertos factores, como las creencias subjetivas en cuanto a la propia habilidad, la

    expectativa de xito y las connotaciones subjetivas del valor de la tarea a realizar.

    Como fcilmente se desprende de los trabajos reseados, es imprescindible

    considerar la relacin entre Motivacin y Cognicin en cualquier conducta que est dirigida

    a la consecucin de una meta. Adems, la importancia de esta relacin entre procesos

    motivacionales y procesos cognitivos queda reflejada en la distincin que establece

    Cavalier (2000) entre la eleccin y la decisin. As, seala Cavalier, un individuo puede

    sentir una especial vinculacin hacia ciertas metas en general, aunque, tras los pertinentes

    procesos cognitivos relacionados con la valoracin de dichas metas, junto con el anlisis de

    las habilidades y recursos de los que dispone ese individuo, establece la pertinencia de

    dirigir sus esfuerzos hacia una de esas metas en particular, o hacia otra que, si bien en

    principio no se encontraba en ese espectro de metas atractivas, ahora, tras los pertinentes

    anlisis llevados a cabo, se revela como una meta atractiva, la ms atractiva de las posibles,

    o la menos desagradable de cuantas puede conseguir. Esto es, si bien la dimensin

    motivacional orienta y dirige el inters hacia ciertos objetivos, los subsiguientes procesos

  • implicados en la toma de decisiones pueden ajustar la dimensin motivacional hacia

    aquellas metas que se encuentran dentro del espectro de posibilidades probables segn el

    criterio subjetivo del individuo.

    Por ltimo, en el mbito de la motivacin de logro, cabe hablar de los distintos

    estilos de logro planteados por Lipman-Blumen, Handley-Isaksen y Leavitt (1983). Segn

    estos autores, existen tres estilos bsicos de logro: directo, instrumental y relacional. Los

    sujetos con un estilo directo de logro intentan conseguir el xito mediante sus propios

    medios y esfuerzos. Los sujetos con un estilo instrumental de logro intentan conseguir el

    xito mediante su manipulacin sobre otros sujetos. Y los que poseen un estilo relacional

    de logro intentan conseguir el xito a partir de su relacin con otro sujeto que ha

    conseguido el xito. Muy relacionada con este tipo de propuestas se encuentra la idea de

    Franken y Brown (1995), quienes defienden que uno de los aspectos que parece jugar un

    papel importante para entender el motivo de logro tiene que ver con la competitividad. Al

    respecto, los autores proponen la existencia de tres tipos de motivacin de logro basada en

    la competitividad y relacionada con necesidades concretas: satisfacer la necesidad de

    vencer, proporcionar la oportunidad de mejorar la ejecucin, motivar el mayor esfuerzo que

    incremente los buenos resultados.

    Adems de los factores motivacionales citados en los prrafos anteriores, existen otras

    variables que pueden contribuir en la modulacin de la conducta motivada. Estas otras

    variables hacen referencia al contexto social en el que se desenvuelve la persona. De este

    modo, en los siguientes apartados comentaremos la influencia que, la presencia de los otros

    puede ejercer en el proceso motivacional.

  • Motivacin social: la presencia de otros

    La presencia de otras personas influye de forma importante en la motivacin y en la

    ejecucin de la conducta motivada en una persona en particular. En este orden de cosas,

    cabe hablar de los trabajos centrados en los efectos de coaccin y audiencia, la difusin de

    la responsabilidad, la conformidad y la obediencia, la consistencia y la disonancia

    cognitivas.

    Efectos de coaccin y audiencia.

    Por lo que respecta a los efectos de coaccin y audiencia, stos se encuentran entre

    los ms estudiados en Psicologa de la Motivacin. Al respecto, son bastante conocidos los

    pioneros estudios de Triplett (1898), en los que se poda observar cmo los ciclistas

    pedaleaban con mayor fuerza cuando lo hacan en compaa de otros ciclistas que cuando

    lo hacan solos. Triplett argumentaba que la presencia de otros actuaba como un factor

    capaz de activar unos recursos energticos que no se movilizaban cuando el individuo

    realizaba esa tarea en soledad. A este fenmeno conductual se le denomina facilitacin

    social del rendimiento, y permite entender cmo la presencia de otros incrementa la

    motivacin en una persona. Cuando los incrementos en la motivacin y en el rendimiento

    de una persona son el resultado de la accin directa de otras personas que compiten con ella

    en la misma tarea, decimos que se ha producido un efecto de coaccin. Ahora bien, si la

    influencia de los otros se produce a travs de una situacin de pasividad, por ejemplo, la

    observacin, la evaluacin, etc., decimos que se ha producido un efecto de audiencia

    (Cottrell, 1972). En este ltimo caso, tambin se puede observar un incremento en la

    motivacin y en el rendimiento de la persona que est siendo observada o evaluada. En

  • ambos casos se produce un notable incremento en la motivacin de la persona en cuestin.

    No obstante, la presencia de otros tambin puede tener efectos negativos sobre la conducta

    de un sujeto.

    La respuesta a estos resultados aparentemente contradictorios tiene que ver con la

    destreza del sujeto, con la probabilidad de que ocurra la respuesta ms apropiada. As,

    cuando la probabilidad es alta, el rendimiento se incrementa, mientras que, cuando la

    probabilidad es baja, el rendimiento se suele deteriorar. La caracterstica comn se refiere a

    que, en ambos tipos de efectos, la presencia de otros produce un incremento en la

    activacin, lo cual lleva a que el sujeto, en esta situacin especial, ofrezca la respuesta que

    es ms probable o dominante.

    Uno de los mbitos en los que ms se ha podido constatar la influencia de los

    efectos de coaccin y de audiencia ha sido el deportivo. Recientemente, Gall (1998) ha

    demostrado que las destrezas de los atletas o los deportistas en una situacin de

    competicin son determinantes para que la importante activacin que se produce en tales

    situaciones sea canalizada de una forma productiva desde el punto de vista del rendimiento.

    As, la existencia de una gran destreza incrementa la probabilidad de que el rendimiento sea

    mayor cuando existen otras personas que, de forma activa o pasiva, participan en el evento.

    Mientras que, cuando la destreza no es muy cualificada, la presencia de otras personas

    incrementa la probabilidad de que el rendimiento sea ms bajo de lo que habitualmente

    puede ser. En otro de los trabajos consultados (Xiang, McBride y Bruene, 2003), en el que

    se examin la influencia de las creencias de los padres acerca de la motivacin y

    persistencia de sus hijos en participar en actividades de educacin fsica, se lleg a

    conclusiones similares: las creencias de la competencia de sus hijos en la ejecucin de la

  • actividad fsica y el valor que asignaban a dicha actividad fueron predictoras de la

    persistencia y el esfuerzo que los hijos manifestaron en dicha actividad.

    Uno de los autores que ms ha investigado las connotaciones de la facilitacin

    social ha sido Zajonc (1965, 1972). Este autor propone que la presencia de otros produce un

    estado de activacin o de impulso, de tal suerte que dicha activacin tiene un efecto

    multiplicativo con la fuerza del hbito o destreza de todas y cada una de las posibles

    respuestas que podran ocurrir en una situacin dada, con lo que aquella respuesta que sea

    la dominante por destreza y preparacin de una persona es la que resultar dominante en

    esa situacin, siendo relegadas todas las dems. Cuando las tareas son relativamente fciles,

    es muy probable que la respuesta dominante sea la correcta para esa situacin. Sin

    embargo, cuando la tarea es difcil, la probabilidad de coincidencia entre respuesta

    dominante y respuesta correcta disminuye. Por esa razn, es fcil concluir que la presencia

    de otros siempre produce un incremento en la activacin, aunque no necesariamente en el

    rendimiento y en la eficacia de la respuesta ofrecida. Si la persona domina la situacin,

    porque posee los recursos necesarios para ello, la presencia de otros, a travs del

    incremento en la activacin, produce un incremento en la motivacin y el rendimiento: se

    produce la facilitacin social.

    Por contra, cuando no se domina la situacin, porque no existen los recursos para

    ello, la presencia de otros, aunque tambin produce un incremento en la activacin de la

    persona, puede ocasionar un descenso en la motivacin y el rendimiento de sta: ocurre una

    inhibicin social. Por supuesto que ambas posibilidades se encuentran moduladas -no

    sabemos en qu medida determinadas- por la percepcin que la persona en cuestin tiene de

    la situacin a la que se enfrenta y de los recursos con los que cuenta para el caso.

  • En la Figura 1 se muestran las vas de influencia de la presencia de otros,

    dependiendo de si poseen recursos o no.

    Figura, 1.- Consecuencias de la presencia de otros sobre la conducta

    Hay que introducir algn matiz a este mecanismo de funcionamiento para entender la

    facilitacin y la inhibicin sociales. Uno de los aspectos a considerar se refiere a que la

    mera presencia de otros no tiene por qu producir un efecto importante en la motivacin y

    en el rendimiento de la persona implicada. Ms bien, hay que considerar la eventual

    atencin que prestan los otros a la persona que acta, as como la relevancia de los otros

  • para quien est siendo observado o juzgado. De este modo, se puede entender la aparicin

    de una cierta forma de ansiedad o aprensin ante la evaluacin en la persona observada. En

    cuanto a la eventual atencin que prestan los otros, como ya sealaran Cottrell, Wack,

    Skerak y Rittle (1968), si los otros no se percatan de lo que una persona est realizando,

    sta no tiene por qu mostrar ningn tipo de activacin aadida por su mera presencia. Es

    ms, tampoco tiene por qu producirse ningn tipo de facilitacin social ni de incremento

    en el rendimiento. En cuanto a la relevancia de los otros para la persona que est actuando,

    asumiendo la existencia de atencin por parte de los observadores o jueces, se ha podido

    constatar reiteradamente (Henchy y Glass, 1968; Seta, Crisson, Seta y Wang, 1989;

    Wagner, 1999; Xiang, McBride y Bruene, 2003) que el estatus de los jueces correlaciona

    positivamente con el grado de activacin.

    Relacionada con la atencin, aunque en este caso con la atencin de la persona que

    acta, se encuentra la propuesta de Manstead y Semin (1980). Para estos autores, existe una

    clara relacin entre el grado de activacin que experimenta una persona y el esfuerzo

    atencional que tiene que llevar a cabo mientras ejecuta la accin particular. Es evidente que,

    cuando la tarea deviene algo rutinaria porque la persona domina su dificultad, el nivel de

    activacin es moderado. Pero, si se produce la presencia de otros mientras la persona acta,

    sta tiene que hacer un mayor esfuerzo atencional, pues ahora tiene que prestar atencin

    tambin a las eventuales reacciones de los jueces u observadores. De nuevo, se podr

    comprobar que, dependiendo de cun rutinaria sea la tarea para la persona que acta, as

    ser su nivel de activacin, el grado de facilitacin o inhibicin sociales, y el rendimiento

    observado. Si la tarea resulta rutinaria, la presencia de los otros no copar prcticamente

    casi ninguna fraccin de la capacidad atencional; esto es, la atencin de la persona que

  • acta no estar dividida o focalizada en dos estmulos, hecho que podr reflejarse, incluso,

    en un incremento del rendimiento si los jueces u observadores tienen un alto estatus segn

    el criterio de la persona que acta.

    Difusin de responsabilidad.

    Por lo que respecta al efecto de difusin de responsabilidad, hace referencia a una

    suerte de prdida de motivacin, tanto en una persona, como en un grupo, en ambos casos

    producida por la presencia de otras personas. Cuanto mayor es el nmero de personas

    presentes, tanto menor es la presin en un individuo para llevar a cabo una determinada

    conducta. Hay trabajos ya clsicos (Latan y Darley, 1970; Latan, Williams y Harkins,

    1979) en los que se puede apreciar cmo el incremento progresivo del nmero de personas

    que potencialmente pueden llevar a cabo una conducta va reduciendo la motivacin y la

    probabilidad de que una de esas personas lleve a cabo dicha conducta. Incluso, se puede

    llegar a la situacin crtica de que ninguna de dichas personas ejecute la conducta en

    cuestin. Paradjicamente, es fcil observar cmo, cuando el nmero de personas que

    pueden llevar a cabo la conducta de ayuda va disminuyendo, se incrementa tambin la

    probabilidad de que alguna de esas personas lleve a cabo la conducta de ayuda.

    Considerando exclusivamente la variable nmero de personas presentes, la mayor

    probabilidad de prestar ayuda se produce cuando slo hay una persona presente. As,

    adems de la ya citada difusin de responsabilidad, Latan y Darley (1970) tratan de

    explicar esta conducta tan compleja aludiendo a diversas posibilidades. Una de ellas se

    refiere al miedo a la evaluacin. Si existen otras personas presentes, puede que un

    individuo tarde ms en iniciar la conducta de ayuda -incluso, puede que no lleve a cabo

    ninguna conducta- por el temor a la evaluacin que harn los dems de su propia conducta.

  • Este hecho ha sido enfatizado recientemente por Hogan (2001), quien defiende que, al final,

    un individuo controla su conducta a partir de cmo ese individuo piensa que los dems

    evaluarn su propia conducta. Otra explicacin se refiere a la influencia social. Observamos

    lo que hacen los dems presentes, y si detectamos que alguien muestra frialdad e

    indiferencia es porque, probablemente, la situacin no es tan grave. Por lo tanto, nos

    quedamos sin hacer nada. Posteriormente, Latan (1981) se ha referido al efecto de difusin

    de responsabilidad en trminos de pereza social, argumentando que, cuando la tarea a

    realizar es compartida, una persona trabaja menos que si tiene que realizar ella sola dicha

    tarea. Sin embargo, hay algunos trabajos recientes (Hertel, Kerr y Messe, 1999, 2000; Kim,

    2000; Smith, 2002) en los que se encuentran resultados que, al menos aparentemente, van

    en contra de dicha afirmacin. En tales trabajos parece ponerse de relieve que el trabajo en

    equipo favorece el rendimiento. De hecho, cuando las habilidades de los distintos

    componentes de un grupo son diversificadas, se incrementa la capacidad de respuesta y de

    rendimiento de ese grupo. Este hecho, denominado efecto Khler, se refiere

    esencialmente a los incrementos en la motivacin de un individuo cuando trabaja en el seno

    de un grupo; el nivel de motivacin en estos casos es considerablemente mayor que cuando

    ese mismo individuo tiene que realizar la tarea en solitario.

    En el mbito de la difusin de la responsabilidad, Geen (1995a) indica que, adems

    de las propuestas clsicas, ha habido diversas explicaciones que intentan justificar esta

    conducta, en muchas ocasiones y circunstancias, bastante paradjica. Una de las propuestas

    ms interesantes es la de Kerr (1983), quien habla de un efecto denominado free riding,

    que podra ser denominado accin individual, ya que se refiere al hecho de que cada

    miembro de un grupo percibe o piensa que alguien de dicho grupo, mediante una accin

  • individual ms o menos brillante, podr solucionar el problema o la demanda, con la

    circunstancia aadida de que los eventuales xitos obtenidos mediante esta accin

    individual recaern sobre todos y cada uno de los miembros del grupo. Cada persona llega a

    concluir que su propia conducta es perfectamente prescindible en ese momento. La

    probabilidad de que se produzca la inhibicin de la conducta en una persona se incrementa

    a medida que se incrementa el nmero de personas que conforman el grupo, pues, segn la

    percepcin de una persona concreta, tambin se incrementa la probabilidad de que alguien

    solucione el problema o la situacin con alguna accin. No obstante, hay autores (Isen,

    1970, 1987, 1999) que enfatizan la necesidad de tener en cuenta el efecto de otras variables,

    tales como el humor (positivo o negativo) de una persona, a la hora de entender cmo se

    producen estos efectos conductuales en las personas de un grupo.

    Otro de los campos en los que se ha podido constatar la relevancia de este tipo de

    efecto es el laboral. As, las clsicas aportaciones de Latan y Darley han dado lugar a la

    aparicin de un modelo reciente, el Modelo de Esfuerzo Colectivo, propuesto por Karau y

    Williams (2001), que est basado en la idea de pereza social, y permite entender el

    funcionamiento deficiente en los grupos laborales a partir de una suerte de ley del mnimo

    esfuerzo.

    En suma, tanto en los efectos de coaccin y audiencia, como en el de difusin de la

    responsabilidad, se aprecia la existencia de una aprensin por la evaluacin. ste es un

    hecho relevante y con claras connotaciones motivacionales, ya que cada persona trata de

    manifestarse con las caractersticas que tipifican el funcionamiento de su grupo de

    referencia. Esto es, trata de integrarse y de evitar el rechazo. Hay una motivacin clara para

    pertenecer e identificarse con el grupo, mientras que, al mismo tiempo, hay una motivacin

  • evidente para evitar la exclusin social. Probablemente, en esta dimensin motivacional se

    encuentra implcita una variable afectiva que puede explicar muchos porqus conductuales.

    Nos referimos a la ansiedad social, que, siguiendo la propuesta de Schlenker y Leary

    (1982), podra ser definida como un estado que motiva a la persona a causar una cierta

    impresin en los dems, aunque dudando de la posibilidad de conseguirlo. Dicho estado

    motiva a la persona para llevar a cabo determinadas estrategias y conductas, con las que es

    muy probable que obtenga objetivos particulares: en primer lugar, causar la impresin ms

    apropiada para ella en los miembros del grupo; en segundo lugar, mantener o incrementar

    su propia autoestima; y, en tercer lugar, pero no menos importante, suprimir el estado

    aversivo que produce la ansiedad social.

    Conformidad y obediencia.

    Por lo que respecta a la conformidad y la obediencia, aunque algn autor (Geen,

    1995b) plantea que no tienen connotaciones motivacionales, por regla general s que se

    admite la relevancia de estos factores para entender por qu en un momento dado una

    persona se siente motivada para tomar una decisin y ejecutar una conducta.

    En cuanto a la conformidad, Sherif y Cantril (1947) y Asch (1952) ponen de relieve

    cmo las respuestas de otros, aunque equivocadas, pueden modificar la conducta de un

    sujeto aunque ste est convencido de otra respuesta. Este cambio en la respuesta puede

    producirse de una de las tres siguientes formas: por distorsin perceptiva, por distorsin de

    juicio o por distorsin de accin. No obstante, en algunos trabajos actuales se introduce

    algn matiz relevante para el mbito de la motivacin. Concretamente, algunos autores

    (Darke, Chaiken, Bohner, Einwiller, Erb y Hazlewood, 1998) encuentran que estos efectos

  • tendentes a la conformidad y a la respuesta consistente con la de la mayora son muy

    frecuentes cuando el nivel de motivacin relacionada con el rendimiento es bajo, ya que,

    cuando dicho nivel motivacional es moderado o alto, el efecto de la conformidad no suele

    producirse.

    En cuanto a la obediencia, son clsicos los trabajos llevados a cabo por Milgram

    (1963, 1965), en los que demostr que muchas personas ejecutan acciones agresivas

    dolorosas como actos de obediencia a alguien que posee el poder o la autoridad, y les

    ordena que acten as. Las personas participantes ejercan el papel de profesores, y el

    alumno, que en realidad era un aliado experimental del investigador, recibira una

    descarga elctrica cada vez que se equivocara en la sesin. El administrador de la

    descarga era el profesor, y quien ordenaba que se administrara la descarga era el

    investigador. Por supuesto que los profesores no saban la condicin experimental del

    alumno, ni saban que en realidad no se produca ninguna descarga elctrica. Lo esencial de

    la investigacin era constatar hasta dnde estaban dispuestos a llegar los profesores

    administrando descargas elctricas; esto es: qu intensidad estaban dispuestos a llegar a

    administrar a una persona a quien no conocan, slo como consecuencia de la obediencia a

    quien en ese momento ostentaba el poder. Pues bien, los resultados pusieron de relieve que

    el 65% de los profesores llegaron a administrar la mxima intensidad de voltaje

    obedeciendo las instrucciones del investigador. Ms recientemente, (Miller, Collins y Brief,

    1995; Lttke, 2004; Miller, 2004) ponen de relieve que el poder de la situacin, tal como la

    proximidad o no de la vctima, la procedencia de la persona que ejerce el poder, etc., llevan

    a la obediencia ciega de esos momentos. No obstante, hay algunas variables que permiten

    suavizar la intensidad de la descarga elctrica administrada, tal es el caso de la

  • visualizacin directa de la persona que recibe la descarga. En los experimentos de Milgram

    predominaba la situacin experimental de desconexin visual; esto es, el profesor no

    poda ver al alumno, tan slo escuchaba sus respuestas. Sin embargo, cuando la situacin

    permita que ambos participantes, profesor y alumno, estuviesen ubicados en la misma

    habitacin, hecho que posibilitaba el contacto visual, nunca se produjo una descarga

    elctrica con la mxima potencia (Elms, 1995).

    En este orden de cosas, algunos autores (Zimbardo, 1969; Milgram, 1975) acentan

    que la obediencia puede ser considerada como una forma de conformidad, en la medida en

    la que el sujeto que debe obedecer piensa que la mayora lleva a cabo la conducta que a l

    le exigen. Adems, tambin es de destacar la desindividualizacin que se provoca en los

    individuos para que obedezcan. En cualquiera de los casos, existen algunas diferencias

    entre la conformidad y la obediencia. En primer lugar, en la conformidad se produce una

    influencia implcita, mientras que en la obediencia la influencia es explcita. En segundo

    lugar, la fuente de la conformidad es la presin del grupo, mientras que la fuente de la

    obediencia es un solo sujeto. En tercer lugar, en la conformidad, el estatus de los sujetos

    que influyen en la respuesta de otro sujeto es parecido al de ste, mientras que en la

    obediencia el estatus del sujeto que ordena suele ser superior. Se puede plantear que existe

    una relacin de poder entre ambos sujetos.

    La consistencia y la disonancia.

    A partir de los planteamientos derivados de la cognicin social se derivan otros

    desarrollos de la teora motivacional que contribuyen a explicar el cambio cognitivo a partir

    de la tensin producida entre diferentes creencias y pensamientos. De este modo, es

  • conveniente considerar las aportaciones de los trabajos de Heider (1946) y Festinger (1957)

    sobre la consistencia y disonancia cognitivas.

    En cuanto a la consistencia cognitiva, se plantea que la relacin entre

    pensamientos, creencias, actitudes y conducta puede producir motivacin. Esta motivacin

    puede ser considerada como un estado de tensin, con caractersticas aversivas, y con

    capacidad para activar la conducta de un sujeto, a fin de reducir la tensin. Heider (1946,

    1958) formula su Teora del balance, segn la cual las relaciones que se establecen entre

    un sujeto y otros sujetos u objetos pueden ser balanceadas o no balanceadas. En la medida

    en que las relaciones sean no balanceadas se produce en el sujeto un estado motivacional

    que desaparecer cuando las relaciones vuelvan a ser balanceadas. Heider dice que las

    relaciones (tridicas en su argumentacin) pueden ser positivas o negativas; cuando el

    producto de las tres relaciones es positivo, existe balance; por el contrario, cuando el

    resultado es negativo, no existe balance.

  • En cuanto a la disonancia cognitiva, considerando que debe existir la reseada

    consistencia entre creencias, actitudes y pensamientos con la conducta manifiesta, las

    relaciones resultantes pueden ser: consonantes, irrelevantes y disonantes. Slo cuando

    existe disonancia se produce la motivacin, que tiene como finalidad solucionar la

    disonancia. Al igual que en la teora de Heider (1946), Festinger (1957) postula una teora,

    Teora de la disonancia cognitiva, segn la cual se argumenta que el estado motivacional

    se origina en la existencia de una disonancia, que posee caractersticas aversivas. El estado

    motivacional tiene como objetivo reducir la disonancia. La disonancia puede ocurrir por

    varias razones: a) cuando no se cumple una expectativa, b) cuando existe conflicto entre los

    pensamientos y las normas socio-culturales, y c) cuando existe conflicto entre las actitudes

    y la conducta. Es decir, se produce disonancia cuando existe conflicto entre dos

  • cogniciones del sujeto. Algunas reformulaciones relacionadas con este tema sern llevadas

    a cabo por Bem (1967) y por Wicklund y Brehm (1976).

    A finales de la ltima dcada, algunos autores, como Cooper (1999) y Harmon-

    Jones, (1999), entre otros, han abierto un atractivo debate centrado en aspectos tericos

    relacionados con la disonancia cognitiva. De forma concreta, estos autores cuestionan si la

    disonancia cognitiva, tal como fue propuesta por Festinger, permite explicar o no los

    efectos motivacionales encaminados a la reduccin de dicha disonancia, inconsistencia o

    incongruencia, as como a la reduccin de las consecuencias aversivas implcitas en la

    propia disonancia. En este marco de referencia, es bueno recordar que, a las preguntas

    clsicas referidas a por qu la disonancia motiva a las personas hacia la difcil tarea del

    cambio cognitivo?, o qu hace que una persona experimente activacin y afecto negativo

    cuando se encuentra en una situacin de disonancia?, la respuesta que se ofrece desde la

    clsica formulacin de Festinger (1957) consiste en la simple presencia de inconsistencia.

    sa es, tambin, la propuesta que recientemente plantean Harmon-Jones (1999) y Moore

    (2004), quienes sealan que la existencia de una disonancia o incompatibilidad cognitiva

    genera un incremento en la activacin que posee connotaciones negativas. La disonancia se

    puede producir entre dos cogniciones o entre una cognicin y una conducta. En cualquiera

    de las dos posibilidades, la persona experimenta un importante estado motivacional que le

    lleva a tratar de solventar esa discrepancia o incongruencia, modificando una de las

    variables y aproximndola a la otra; es decir, reduciendo o haciendo desaparecer la

    diferencia, la discrepancia, la disonancia. De ese modo, es lgico encontrar como

    consecuencia que se produzca una importante disminucin, incluso la completa

    desaparicin, de la activacin con connotaciones aversivas.

  • Sin embargo, tambin en nuestros das, Cooper (1999) propone que la

    inconsistencia o discrepancia no es necesaria ni suficiente para producir la motivacin que

    lleva al cambio de las actitudes y/o de la conducta. Desde esta perspectiva, Cooper plantea

    que el simple hecho de sentirse responsable de la produccin de consecuencias aversivas es

    una variable necesaria y suficiente para producir los efectos de cambio. Es decir, ms que

    en la inconsistencia en s misma, hecho ste que podra entenderse como una focalizacin

    exclusiva en el propio individuo, cabra la posibilidad de centrarse en las consecuencias

    conductuales. Esto es, la motivacin para reducir la disonancia cognitiva procede de la

    percepcin de las consecuencias aversivas que posee la propia disonancia; por esa razn,

    los cambios en las actitudes, que generalmente ocurren como consecuencia de esa

    disonancia, tienen como objetivo conseguir que las consecuencias lleguen a ser no

    aversivas.

    En ltima instancia, ambas perspectivas tienen en comn el hecho de localizar en la

    base de la motivacin para el cambio una diferencia, discrepancia o disonancia entre dos

    variables. Ambas perspectivas coinciden al considerar que la disonancia cognitiva puede

    ser entendida como una versin ms sofisticada de los clsicos modelos homeostticos,

    que, recordmoslo, tienen como objetivo la bsqueda de un equilibrio dinmico. Como

    quiera que el equilibrio definitivo no se alcanza nunca -al menos mientras el organismo se

    encuentra vivo-, en cada una de las diferencias existentes entre el equilibrio ptimo y el

    punto o nivel actual en el que se encuentra esa variable del organismo se localiza el

    estmulo desencadenante de una nueva accin tendente a conseguir ese -digmoslo as-

    utpico punto ptimo estable de equilibrio. Es decir, en cada momento de desequilibrio se

    encuentra el desencadenante motivacional de la bsqueda del equilibrio.

  • La atribucin

    Otro de los aspectos importantes de las conductas socialmente motivadas tiene que

    ver con la atribucin de causas particulares a las distintas conductas. Estas causas pueden

    ser factores consistentes de personalidad, o disposiciones, y factores ambientales, o

    situacionales.

    Las teoras basadas en la atribucin combinan las caractersticas personales y

    ambientales para explicar la conducta de un sujeto. Las premisas sobre las que se

    argumentan las teoras de la atribucin son las siguientes: a) un sujeto intenta averiguar las

    causas de su conducta y las de la conducta de los dems; b) la asignacin de causas a una

    conducta no es aleatoria, sino que sigue unas reglas; c) las causas atribuidas a una conducta

    pueden desencadenar otras conductas. En definitiva, como sealan Pittman y Pittman

    (1980), la motivacin que impulsa a un sujeto a hacer este tipo de atribuciones tiene que ver

    con la necesidad de controlar el ambiente.

    Entre los enfoques ms relevantes de estos planteamientos figuran los de Heider

    (1958), Kelly (1962), Jones y Davis (1965), Kelley (1973), Weiner (1972, 1980) y Green,

    Miller, Crowson, Duke y Akey (2004). En cuanto a la formulacin de Heider (1958),

    plantea que las conductas se pueden atribuir a causas internas al sujeto (disposiciones) o a

    causas externas (factores situacionales). Las disposiciones incluyen habilidades y

    motivaciones, y estas ltimas, adems, pueden referirse a intenciones y a

    ejecuciones. Los factores situacionales incluyen dificultad de la tarea y suerte. As,

    dice Heider, aunque existe un sesgo importante hacia las atribuciones en torno a factores

    personales, una atribucin debe considerar, por una parte, la habilidad, la intencin y la

  • ejecucin del sujeto, y, por otra parte, la dificultad de la tarea y la suerte. En cuanto a las

    ideas de Kelly (1962), como ha indicado recientemente Weiner (1992), merecen ser

    consideradas ntimamente relacionadas con los planteamientos de atribucin. Bsicamente,

    Kelly (1955) cuestiona la idea de Motivacin, ya que, piensa, los individuos estn

    constantemente activos, por lo que el constructo Motivacin puede resultar redundante. A

    pesar de ello, algunas caractersticas de su teora merecen ser destacadas. Particularmente,

    su postulado bsico establece que los procesos de una persona son psicolgicamente

    canalizados por el modo en que el sujeto anticipa los eventos. Adems, algunos corolarios

    de su argumentacin son tambin importantes, tal es el caso de la unicidad, referido al

    hecho de que cada sujeto difiere de los dems en el modo en que construye su sistema a

    partir de los eventos del mundo; la dicotoma, referido al hecho de que la construccin que

    un sujeto se hace del mundo se conjuga segn criterios bipolares o dicotmicos; el rango,

    referido al hecho de que un constructo es conveniente para la anticipacin de un

    determinado rango de eventos, y no para todos; la experiencia, referido al hecho de que la

    construccin de un sistema por parte de un sujeto vara a medida que dicho sujeto confirma

    o no ese sistema con su propia experiencia.

    Por lo que respecta a la formulacin de Jones y Davis (1965), se centra en la

    correspondencia. Es decir, si la correspondencia entre una conducta observada y una

    conducta previa es alta, se formulan atribuciones disposicionales, mientras que si la

    correspondencia es baja las atribuciones son situacionales. En el proceso de atribucin

    influyen diversos factores, desde la deseabilidad social (mnima atribucin disposicional),

    hasta la conducta no-normativa (mxima atribucin disposicional).

  • La teora de Kelley (1973), basa la motivacin en la idea de necesidad de controlar

    el medio ambiente. As, las atribuciones causales son el resultado de la interaccin entre

    varios factores, de los cuales se elige el ms lgico. Uno de los aspectos ms slidos para

    hacer atribuciones causales parece ser la covariacin a travs del tiempo. Para ello, un

    sujeto desarrolla esquemas causales, que estn basados en la experiencia de otras

    atribuciones realizadas con anterioridad. Para Kelley, las dimensiones bsicas para entender

    la conducta de un sujeto son: consenso, referida a la comparacin entre distintos individuos

    en la misma situacin; consistencia, referida a la congruencia de una conducta a travs del

    tiempo en situaciones recurrentes; y distincin, referida a la diferencia de conducta a travs

    de distintas situaciones. En general, la teora de Kelley, al igual que las de Heider, Kelly, y

    Jones y Davis, se fundamenta en la idea del procesamiento activo de la informacin, en

    virtud del cual, y de una forma progresiva, el individuo va acumulando informacin

    relacionada con las causas de las distintas conductas.

    En cuanto a la teora de Weiner (1972, 1980), se centra en la atribucin realizada en

    situaciones de logro. De forma particular, la argumentacin de Weiner se basa en dos

    dimensiones: interna-externa y estable-inestable. En cuanto a la dimensin interna-

    externa, Weiner establece que existen cuatro elementos bsicos en la interpretacin que

    realizamos en una situacin de logro: por una parte, habilidad y esfuerzo (factores internos

    o personales), y, por otra parte, dificultad de la tarea y suerte (factores ambientales o

    situacionales). Adems, en cuanto a la dimensin estabilidad-inestabilidad, Weiner

    plantea que, respecto a los cuatro factores reseados, la habilidad y la dificultad de la tarea

    podran ser considerados aspectos relativamente estables, mientras que el esfuerzo y la

    suerte seran considerados factores relativamente inestables[5]

    . Podemos atribuir nuestro

  • xito o fracaso a uno de estos cuatro elementos, o a la combinacin de varios de ellos. En

    este sentido, Frieze (1976) descubre que, adems de los cuatro factores esgrimidos por

    Weiner, existiran otros que tambin pueden ser importantes en el proceso de atribucin

    causal: el humor, la presencia de otros y el incentivo por hacer bien las cosas. Este hecho

    lleva a Weiner (Weiner, Russell y Lerman, 1978) a aadir una tercera dimensin en su

    modelo: la intencionalidad. Ms tarde (Weiner, 1985, 1986, 1991), establecer el modelo

    definitivo, segn el cual habra tres grandes dimensiones: locus, estabilidad y

    controlabilidad. La argumentacin de Weiner, entendida en el seno de una interaccin

    social, exige de un individuo el anlisis de la causalidad. Los procesos atribucionales son

    indispensables para que una persona dilucide si una conducta determinada es apropiada

    para conseguir un objetivo. Nadie mejor que el propio individuo puede realizar la

    atribucin de causas a una conducta y al rendimiento que consigue con esa conducta. Pero,

    adems, como recientemente ha sealado el propio Weiner (1998), tambin es posible -

    incluso necesario en ocasiones- justificar la ocurrencia de otras conductas sociales

    motivadas mediante procesos atribucionales. Concretamente, la conducta de ayuda o la

    conducta de agresin son el resultado, entre otros factores, de los procesos de atribucin de

    causas, o atribucin de responsabilidad, a la persona o grupo de personas que se convierten

    en el objetivo de quien realiza dicho proceso de atribucin de causas.

    Entre las conductas motivadas que ms atencin han recibido por parte de los

    investigadores se encuentran la agresin (Graham, 1998) y la conducta de ayuda (Palmero y

    Tejero, 1997; Weiner, 1998). En cuanto a esta ltima, en el proceso de atribucin causal

    que lleva a cabo la persona que eventualmente dispensar la conducta de ayuda intervienen

    dos variables de relevancia manifiesta: por una parte, la cognitiva, en forma de

  • estimaciones, anlisis y valoraciones acerca de la responsabilidad de la persona o grupo que

    necesita o que pide ayuda; y, por otra parte, la afectiva, en forma de las consecuencias

    afectivas que la persona o grupo que necesita o pide ayuda produce en la persona que puede

    llevar a cabo la conducta de ayuda. Como hemos sealado en un trabajo previo (Palmero y

    Tejero, 1997), la responsabilidad atribuida a la persona o grupo que necesita ayuda puede

    ser alta o baja, mientras que el afecto que esa persona o grupo puede provocar en la persona

    dispensadora de ayuda puede tener connotaciones negativas o positivas. Por regla general,

    suele producirse una correlacin positiva entre atribucin de alta responsabilidad y afecto

    negativo, al igual que entre atribucin de baja responsabilidad y afecto positivo.

    En ltima instancia, lo que est proponiendo Weiner es que los procesos

    atribucionales son imprescindibles para que un individuo establezca una relacin entre la

    conducta que realiza y los objetivos que consigue, haciendo que en sucesivas ocasiones el

    nivel de motivacin se ajuste a un objetivo susceptible de ser logrado; pero, adems, tales

    procesos atribucionales son importantes tambin para que una persona se sienta motivada o

    no para llevar a cabo una conducta prosocial, ya que, en este caso, la atribucin de causas

    se realiza sobre el estado o la situacin en la que se encuentra la persona o grupo que puede

    salir beneficiada/o con la ejecucin de la conducta motivada con connotaciones prosociales.

    Esto es, cabra la posibilidad de proponer dos teoras atribucionales complementarias: una

    intrapersonal y otra interpersonal. La teora atribucional intrapersonal estara relacionada

    con la asociacin entre la expectativa de xito y el rendimiento; la teora atribucional

    interpersonal estara relacionada con la asociacin entre responsabilidad atribuida a la

    persona o grupo y afecto que dicha persona o grupo producen en el individuo que prestar

    la ayuda y conducta motivada (Weiner, 2000).

  • La competencia y el control

    El denominador comn en este tipo de planteamientos tiene que ver con el logro del

    desarrollo completo del sujeto, con la auto-actualizacin y con el crecimiento individual.

    Como seala White (1959), en cada sujeto existe un motivo de competencia, un motivo

    para superarse continuamente.

    Entre las teoras ms destacadas en este tipo de planteamientos figuran las de

    Rogers (1961) y Maslow (1971), aunque tambin podra ser incluida aqu la ya comentada

    de Kelly (1955, 1962). Respecto a la argumentacin de Rogers (1961), acenta la idea de

    que el sujeto se encuentra inmerso en una constante tendencia a la actualizacin. Existe un

    nico motivo: el motivo de crecimiento, aunque puede ser desglosado en intentos del sujeto

    para mantenerse, crecer y reproducirse. En este motivo de crecimiento influye

    considerablemente el ambiente, as como las relaciones que el sujeto establece con otros

    sujetos. A partir de esta interaccin, el sujeto puede recibir un respeto o consideracin

    positiva incondicional, as como un respeto o consideracin positiva condicionada a su

    conducta. El completo funcionamiento del sujeto, segn Rogers, viene definido por cinco

    caractersticas: a) apertura a la experiencia, b) vivir el momento, c) el predominio de los

    sentimientos sobre el intelecto, d) el sentimiento de libertad, y e) la creatividad.

    Por lo que respecta a la argumentacin de Maslow (1943, 1955, 1971), se basa en el

    intento de cada sujeto por lograr su completo potencial, o auto-actualizacin. Ahora bien,

    antes de llegar a este tipo de motivos, el individuo debe satisfacer otros previos. Las

    necesidades humanas, dice Maslow, se estructuran jerrquicamente: fisiolgicas, de

    seguridad, de amor y pertenencia, de auto-estima y de auto-actualizacin. Las cuatro

  • primeras tienen que ver con la motivacin por deprivacin, mientras que la ltima se

    corresponde con la motivacin de crecimiento. En este mismo sentido se manifiestan

    Stevens y Fiske (1995), proponiendo que el contexto social de nuestro pasado evolucionista

    ha llevado a que nuestra especie desarrolle motivos con un peso social muy importante. Las

    autoras proponen la existencia de cinco motivos, que pueden ser considerados como el

    resultado de las cinco necesidades a las que se asocian: pertenencia,

    eficiencia/competencia, conocimiento, relacin y auto-estima. Como quiera que el ser

    humano incrementa la probabilidad de sobrevivir en la medida en la que es parte integrante

    de un grupo, los cinco motivos reseados facilitan al ser humano la vida en el grupo.

    La teora de Maslow ha representado un hito insoslayable, ya que su argumentacin,

    aunque sencilla, es difcil de rebatir. De hecho, como veremos a continuacin, algunas

    propuestas ms recientes, como la teora de la auto-determinacin (Deci y Ryan, 1985), que

    ha sido reanalizada recientemente por Sheldon, Elliot, Kim y Kasser (2001), no deja de ser

    una reformulacin -incompleta, pues deja fuera una de las principales necesidades, cual es

    la de auto-estima- de la propia teora de los motivos jerrquicos de Maslow.

    Parece pertinente destacar que el concepto de funcionamiento completo de Rogers

    y el de auto-actualizacin de Maslow ponen de relieve que, cuando un sujeto se

    encuentra en tales situaciones, puede controlar las influencias que est recibiendo. Este

    sentido del control, o competencia, denominado motivacin de competencia o

    motivacin de efectividad por White (1959), tiene como misin incrementar el

    conocimiento del sujeto en cuanto a las variables que conforman su medio ambiente, con el

    fin de incrementar su adaptacin. Es importante observar cmo en este tipo de argumentos

    se enfatiza la relevancia de las necesidades fisiolgicas y de las necesidades psicolgicas.

  • Dentro de este ltimo tipo de necesidades, aunque ha habido diversas propuestas, tal como

    acabamos de resear, hace unos aos, Emmons (1989) propona una trada que actualmente

    es aceptada en Psicologa de la Motivacin: necesidades relacionadas con la seguridad,

    necesidades relacionadas con la aprobacin social, la intimidad y la pertenencia, y

    necesidades relacionadas con la autoestima y la competencia.

    Otros enfoques interesantes en este punto se refieren a la causacin personal,

    propuesta por DeCharms (1968), para quien el principal motivo del ser humano tiene que

    ver con la efectividad para producir cambios en su medio ambiente, y a la distincin entre

    motivacin intrnseca y motivacin extrnseca, formulada por Hunt (1965), para

    referirse a las situaciones en las que, en ausencia de necesidades internas del sujeto

    (motivacin intrnseca), ste todava tiene capacidad para sentirse motivado por factores

    externos (motivacin extrnseca). Es una distincin terica importante en nuestra disciplina.

    La dicotoma entre motivacin intrnseca y motivacin extrnseca hace referencia a las

    distintas fuentes o causas de la conducta. La conducta intrnsecamente motivada -esto es, la

    conducta que ocurre en ausencia de controles externos- representa la causalidad interna,

    mientras que la conducta extrnsecamente motivada -la que se produce como consecuencia

    de la imposicin o atraccin exterior- representa la causalidad externa. Al respecto, ms

    recientemente se ha podido apreciar cmo tales formulaciones tericas permiten entender la

    motivacin en diversos mbitos aplicados, como el del deporte (Thill y Brunel, 1995;

    Simons, Dewittee y Lens, 2003; Rochholz, 2004; Tauer y Harackiewicz, 2004), y el militar,

    particularmente en aspectos relacionados con el movimiento, el control y la direccin de

    grandes grupos humanos (O'Neil y Drillings, 1994; Goleman, 2005), o el educativo, en lo

  • referido a la consecucin de metas (Boggiano y Pittman, 1992; Elliot y Thrash, 2001; Self-

    Brown y Mathews, 2003; Greene, Miller Crowson, Duke y Akey, 2004).

    En este marco de referencia, Deci (1975) propone un modelo de motivacin

    intrnseca muy relacionado con la idea de competencia y control. Para Deci, el sujeto

    necesita controlar el ambiente y sentirse competente en l. El sujeto lleva a cabo sus

    conductas para obtener la recompensa de una meta, recompensa que puede ser intrnseca

    (sentimiento de competencia), extrnseca (objeto externo) y afectiva (experiencia emocional

    positiva). Como han perfilado en la actualidad Ryan y Deci (2000), se puede establecer una

    clara relacin entre motivacin intrnseca y motivacin extrnseca. Sugieren los autores que

    el ser humano posee necesidades innatas relacionadas con la competencia y el control; tales

    necesidades se encuentran asociadas con la motivacin intrnseca. Por su parte, la

    motivacin extrnseca tiene que ser estudiada considerando la significacin que posee un

    determinado evento para lograr la satisfaccin de dichas necesidades innatas, y no slo

    desde la perspectiva del anlisis del propio evento en s mismo. Es ste un tema de

    relevancia, ya que resulta muy difcil determinar cul es la relacin existente entre

    motivacin intrnseca y motivacin extrnseca en una persona que lleva a cabo una

    actividad dirigida a obtener un objetivo. Por una parte, hay que considerar la relevancia

    personal y social de ese objetivo, pero, por otra parte, es necesario considerar tambin la

    recompensa que puede obtener ese individuo con la ejecucin de la actividad. En los

    ltimos aos, este aspecto ha sido tratado en algunos trabajos, como los llevados a cabo por

    Deci, Koestner y Ryan (1999), Eisenberger, Pierce y Cameron (1999), Lepper, Henderlong

    y Gingras (1999), Cameron, Banko y Pierce (2001), Baard, Deci y Ryan (2004), Wilson

    (2004). En ellos se propone que, al menos intuitivamente, es posible defender la existencia

  • de alguna suerte de relacin entre ambas formas de motivacin. No obstante, si se llevan a

    cabo anlisis especficos destinados a medir los niveles de motivacin intrnseca y

    motivacin extrnseca, se pone de relieve que, cuando la recompensa extrnseca se asocia a

    una tarea que posee poca o nula significacin para la persona que tiene que llevar a cabo la

    tarea, no se produce ninguna repercusin sobre la motivacin intrnseca, y, en el caso de

    que dicha repercusin se produzca, tiene connotaciones negativas. Ahora bien, si la tarea en

    cuestin s que posee significacin para el individuo, se aprecia que la recompensa

    extrnseca repercute positivamente sobre la motivacin intrnseca (Harackiewicz y Sansone,

    2000).

    La conexin entre motivacin intrnseca, percepcin de competencia y orientacin

    al logro tambin fue defendida por Andreani (1995). De hecho, la autora llega a proponer

    que las races de la motivacin intrnseca se pueden localizar en la necesidad de conocer y

    en la necesidad de conseguir. En un trabajo ms reciente, Durik y Harackiewicz (2003)

    encontraron que las personas con mayor motivacin intrnseca presentan, a su vez, mayor

    motivo de logro.

    Otra resea importante en el mbito de la distincin entre motivacin intrnseca y

    motivacin extrnseca ha sido propuesta por Hayamizu (1997), quien defiende que ambos

    tipos de motivacin forman parte de un mismo continuo. Esto es, ms que aspectos

    antagnicos, la motivacin intrnseca y la motivacin extrnseca forman parte de un mismo

    proceso de interiorizacin de las necesidades. As, cabe hablar de cuatro formas de

    motivacin: externa, interiorizada, identificada e intrnseca, siendo los dos extremos de ese

    continuo o proceso la motivacin extrnseca y la motivacin intrnseca.

  • desarrollos actuales

    Hemos visto cmo los distintos planteamientos cognitivistas que venimos abordando llegan

    hasta la actualidad con resultados de inters. Sin embargo, creemos que existen algunas

    aportaciones recientes que representan importantes apuestas para el futuro ms inmediato

    en el campo de la Psicologa de la Motivacin. Entre ellas, hemos seleccionado algunas de

    las que, a nuestro juicio, mejor perfilan la situacin actual. As, nos centramos en la

    motivacin para el logro de metas, en la jerarqua de necesidades, y en la motivacin para

    el ocio. Todos estos trabajos, con una fundamentacin cognitivista, ponen de relieve cmo

    los estudios pioneros abordados siguen una trayectoria definida; en unos casos, se aprecian

    modificaciones que mejoran la explicacin, mientras que, en otros casos, la propuesta

    inicial sigue siendo la mejor explicacin de la conducta motivada.

    La teora motivacional del logro de metas

    Una de las aproximaciones cognitivas actuales tiene que ver con la evolucin que se

    ha producido en el anlisis de la motivacin de logro. As, desde las clsicas formulaciones

    basadas en la reduccin del impulso, hasta la moderna consideracin de las metas como

    motivos en s mismos, se puede apreciar cmo el motivo de logro, tan frecuente en nuestra

    sociedad, puede ser mejor entendido desde una perspectiva totalmente funcional y

    adaptativa. No obstante, las dos aproximaciones coexisten en nuestros das, pudiendo

    establecer que la ms reciente, esto es, la que considera las metas como motivos, representa

    una evolucin natural de la perspectiva basada en el logro desde la reduccin del impulso.

    Desde la primera de las aproximaciones, la clsica, se defiende que la motivacin es un

    impulso, esto es, un estado interno, una necesidad o condicin que empuja al individuo

  • hacia la accin. Desde esta perspectiva, se considera que las necesidades se encuentran

    localizadas en el interior del individuo[6]

    . Los representantes por excelencia de este tipo de

    propuestas fueron, como ya hemos revisado, Atkinson (1957/1983, 1964) y McClelland

    (1961), estableciendo que la conducta orientada al logro es el resultado de un conflicto

    entre el motivo de xito y el miedo al fracaso. Desde esta aproximacin clsica de la

    consideracin de la motivacin como un impulso, en la que cobra una relevancia especial la

    significacin de los incentivos, se propone que los individuos encuentran su nivel

    motivacional ptimo sabiendo que el nmero de recompensas es menor que el nmero de

    participantes para conseguir tales recompensas, con lo cual se estimula la creciente

    competitividad entre los individuos. Adems, Covington (2000) encuentra que esta forma

    de entender la motivacin de logro suele tener repercusiones negativas en los procesos de

    aprendizaje, pue