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Movimiento obrero en Argentina (siglo XX) Autor: Christian Castillo El movimiento obrero de los orígenes El primer proceso comienza a fines del siglo XIX y principios del XX, a partir de la organización de los sindicatos por oficio en las industrias y servicios que nacían como auxiliares del país agroexportador. Abarca dos grandes ascensos. Una oleada de lucha obrera si inicia con la primera huelga general de 1902 y culmina con la derrota del “centenario” (1910). Es un ascenso muy combativo, con enfrentamientos violentos permanentes, y el llamado a siete huelgas generales, cuatro de las cuales se cumplen ampliamente. Luego de un período de reflujo, en 1916 comienza un nuevo ascenso. El triunfo de la revolución rusa en 1917 causa un fuerte impacto. Como parte de un ascenso que recorre vastas zonas del planeta, en Argentina la oleada de luchas tiene sus expresiones más avanzadas en la huelga general con características insurreccionales de enero de 1919, conocida como la Semana Trágica, en la ciudad de Buenos Aires que por entonces contaba con alta composición proletaria, y que culmina con centenares de muertos, detenciones y persecuciones, y desata luchas de apoyo en varios puntos del país; y las impresionantes luchas de los obreros rurales de la Patagonia (que Osvaldo Bayer inmortalizara en su libro “Los vengadores de la Patagonia Trágica”) y la huelga de los obreros de los

Movimiento Obrero en Argentina(Comienzos Del Siglo Xx)

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Movimiento obrero en Argentina (siglo XX)

Movimiento obrero en Argentina (siglo XX)

Autor: Christian Castillo

El movimiento obrero de los orgenes

El primer proceso comienza a fines del siglo XIX y principios del XX, a partir de la organizacin de los sindicatos por oficio en las industrias y servicios que nacan como auxiliares del pas agroexportador. Abarca dos grandes ascensos. Una oleada de lucha obrera si inicia con la primera huelga general de 1902 y culmina con la derrota del centenario (1910). Es un ascenso muy combativo, con enfrentamientos violentos permanentes, y el llamado a siete huelgas generales, cuatro de las cuales se cumplen ampliamente. Luego de un perodo de reflujo, en 1916 comienza un nuevo ascenso. El triunfo de la revolucin rusa en 1917 causa un fuerte impacto. Como parte de un ascenso que recorre vastas zonas del planeta, en Argentina la oleada de luchas tiene sus expresiones ms avanzadas en la huelga general con caractersticas insurreccionales de enero de 1919, conocida como la Semana Trgica, en la ciudad de Buenos Aires que por entonces contaba con alta composicin proletaria, y que culmina con centenares de muertos, detenciones y persecuciones, y desata luchas de apoyo en varios puntos del pas; y las impresionantes luchas de los obreros rurales de la Patagonia (que Osvaldo Bayer inmortalizara en su libro Los vengadores de la Patagonia Trgica) y la huelga de los obreros de los quebrachales La Forestal, ambas a comienzos de la dcada del 20.

Este ltimo ascenso se dio bajo el gobierno radical de Hiplito Yrigoyen, y un elemento que dio fortaleza al rgimen burgus fue que con el radicalismo la burguesa rural, las clases medias y sectores de la clase obrera entraron en un rgimen de conciliacin con la oligarqua a partir de la instauracin del sufragio universal (Ley Sanz Pea de 1912). El perodo de enfrentamiento de las clases medias al rgimen oligrquico, que va desde las revoluciones cvico-militares que expresa el radicalismo (1905 y otras) hasta los grades levantamientos agrarios (con el Grito de Alcorta como hito histrico en 1912), haba sido en cierta medida canalizado con el proceso de integracin del radicalismo que culmina con la asuncin de Hiplito Yrigoyen en la presidencia (1916). Hacia la clase obrera, Yrigoyen combinaba una poltica negociadora hacia determinados sectores, junto con una brutal represin a las franjas ms combativas (reprimi a sangre y fuego las grandes luchas que nombramos antes, y mantuvo las Leyes de Residencia y de Defensa Social, dictadas a principios de siglo, que permitan la deportacin de los dirigentes y activistas obreros o de izquierda, muchos de ellos inmigrantes, incluso por mera sospecha).

En el terreno de la organizacin, de los primeros sindicatos por oficio, peridicos y asociaciones obreras se pas a la fundacin de la FOA (Federacin Obrera Argentina) en 1901, que luego dar origen a la FORA (Federacin Obrera Regional Argentina) en 1904. Bajo la direccin de los anarquistas, en su V Congreso (1905) adopta los principios de la lucha de clases, la huelga general, el comunismo anrquico y el internacionalismo. Siendo el anarquismo de principios de siglo un fenmeno con muchos rasgos populistas que influenciaba no slo a los sindicatos sino a amplios medios intelectuales y de las capas pauperizadas de la sociedad, expresaba los sectores ms revolucionarios de la clase obrera fundamentalmente compuesta por inmigrantes que haban huido de sus pases europeos no slo por el hambre sino por sus actividades polticas. El ala ms conciliadora y minoritaria del movimiento obrero lo constituyen los socialistas que fundan la UGT (1903) que luego es copada por los sindicalistas. El Partido Socialista logra peso poltico en Buenos Aires pero en su direccin tienen amplio peso las tendencias ms reformistas de la II Internacional.

El movimiento obrero argentino surge como un movimiento obrero con predominio de las tendencias revolucionarias no integrado al rgimen. Sin embargo, en los acontecimientos decisivos como la Semana Trgica, la central obrera mayoritaria era ya la FORA IX Congreso (realizado en 1914), dirigida por los sindicalistas y socialistas, en oposicin a la FORA V Congreso de los anarquistas. Los primeros juegan un rol abiertamente conciliador con el gobierno, negociando levantar la huelga general ni bien esta comenzaba a radicalizarse. La poltica ms combativa y revolucionaria pero profundamente sectaria de la FORA V Congreso no fue una alternativa de conjunto.

En este proceso nace el Partido Comunista a partir del ala izquierda del Partido Socialista, que rompe con l en 1918 y forma el Partido Socialista Internacional, luego Partido Comunista. Pero ni en el PC ni entre los combativos anarquistas surgi una organizacin que sintetizara las mejores experiencias del proletariado argentino e internacional y que pudiera jugar en Argentina el papel de los bolcheviques en Rusia. El Partido Comunista nace como un partido centrista. Su adhesin a la III Internacional no significaba una superacin dialctica de lo ms avanzado que haba dado el anarquismo. Por ejemplo, frente a acontecimientos histricos como la Semana Trgica, no slo actu subordinado a la FORA IX Congreso que traicion la lucha, sino que luego su direccin no sac las lecciones revolucionarias a partir de un balance crtico de estos acontecimientos. El PC argentino seguir en los aos siguientes el curso de stalinizacin de la amplsima mayora de los Partidos Comunistas del mundo en la segunda mitad de los 20 y en los 30.

El movimiento obrero que culmina en el peronismo

El segundo proceso comienza a gestarse en la dcada del 30, al calor del proceso de pseudo-industrializacin (la llamada sustitucin de importaciones). En el marco de la gran depresin mundial, se acelera la decadencia de Inglaterra, metrpolis hegemnica en Argentina, y los Estados Unidos comienzan desde fines de los 30 a disputar susdominios. Luego del golpe del 30, el radicalismo es proscripto mediante el fraude electoral, y esto lleva a franjas de las clases medias a la oposicin, y sectores de las mismas se acercan a la clase obrera y a la conciencia del estado de dependencia en que se encuentra la nacin (como expresara el grupo FORJA).

En estos aos se desarrolla una nueva clase obrera en las grandes industrias y en la construccin, que mezclaba el viejo movimiento obrero con trabajadores que venan del campo, sin tradicin poltica. Surgen los sindicatos por industria centralizados nacionalmente, como los de la construccin y la carne, donde tiene fuerte peso el PC, aunque de conjunto es minoritario en el movimiento obrero dirigido por los sindicalistas (que dirigan los sindicatos ferroviarios, lo ms importantes) y socialistas. Los nuevos sindicatos surgen al calor de grandes luchas como la de la construccin, que comienza en octubre del 35 y se extiende hasta enero del 36, cuando estalla una huelga general con caractersticas insurreccionales en la ciudad de Buenos Aires. Pocos meses despus de esta huelga se reunifica la CGT con una plataforma que sostena la lucha de clases. Sin embargo, el Partido Comunista, al calor del giro stalinista dictado por la III Internacional burocratizada hacia la poltica de los frentes populares, se dirige hacia una poltica de seguidismo a los radicales.

Mientras las brechas en las clases dominantes respecto al alineamiento internacional y la ilegitimidad del rgimen de la dcada infame abran un momento convulsivo que poda ser aprovechado por el movimiento obrero para emerger en forma independiente, las direcciones de las centrales sindicales se dividen y se subordinan a las fracciones burguesas enfrentadas y el Partido Comunista se alinea desde 1941 con el ala pro-norteamericana. Se crearon as las condiciones, junto con la bonanza econmica que conoci el pas producto de su rol de exportador de alimentos durante la Segunda Guerra Mundial, que permitieron que el General Pern construyera su movimiento a partir de grandes concesiones al movimiento obrero y copando y abortando el fugaz intento de construir un partido poltico propio de los trabajadores (el Partido Laborista dirigido por Cipriano Reyes). Por la subordinacin de las organizaciones obreras a un sector burgus, el peronismo puede caracterizarse en forma anloga a como defini Len Trotsky al APRA peruano o al cardenismo mexicano: un frente popular en forma de partido. La traicin del PC en la huelga metalrgica del 42, la gran huelga de la carne del 43 y luego su participacin en la Unin Democrtica dirigida por el embajador norteamericano opuesta al peronismo, fueron ejemplos emblemticos de cmo la poltica del PC favoreci el ascenso del peronismo. Se truncaban as las tendencias a la maduracin de un movimiento obrero clasista. A partir del 17 de octubre del 45 y el triunfo de Pern en el 46, un nuevo movimiento obrero entra de lleno en la vida poltica nacional, alcanza niveles de sindicalizacin y conquistas enormes, pero sus organizaciones quedan completamente subordinadas al estado y al nacionalismo burgus. Los ncleos que en esta poca se consideraban trotskistas eran muy pequeos, fragmentados y con una poltica errtica, aunque combatieron el gorilismo del PC y comenzaron a tener relaciones con sectores de la clase obrera.

LA FORA: ORIGEN Y DESARROLLO

El 25 de mayo de 1901 se reunieron en Congreso Obrero 15 Sociedades de Resistencia de Capital Federal y 12 del interior para fundar la FOA (Federacin Obrera Argentina), primer Central del Movimiento Obrero Organizado en la Argentina. Por un momento, socialistas y anarquistas se unieron y conciliaron sus diferencias para confluir en una federacin obrera que unificara y coordinara las diversas y fragmentadas luchas que, desde 20 aos, se venan desarrollando contra la avanzada oligrquica patronal.

No fue fcil conciliar posiciones entre los anarquistas, partidarios de la accin directa y con una radical crtica al Capitalismo y sus instituciones; con los socialistas, que avalaban y participaban en la lucha electoral democrtico burguesa con un tono mucho ms moderado y reformista. Al convocarse el II Congreso de 1902 estall la crisis, y la fraccin socialista (minoritaria) se separa de la FOA y funda la UGT (Unin General de los Trabajadores), dando inicio a una larga historia de desencuentros de tendencias, restndole coordinacin y fortaleza al Movimiento Obrero.

De todas maneras la FOA (ya nicamente con componente libertario) logra hacer pi firme en la clase trabajadora, duplicando ao tras ao su masa de afiliados y su influencia en otros sectores de la clase no sindicalizada, sumando hacia 1910 (en su VIII Congreso) la suma de casi 100.000 afiliados, ms del 30% de los trabajadores en actividad. En el IV Congreso de 1904, haciendo ostensible el predominio anarquista, la FOA modifica sus siglas por el de FORA (Federacin Obrera Regional Argentina), dando una muestra de un claro internacionalismo proletario.

En el V Congreso se votar una resolucin polmica que abrira aguas en el movimiento sindical nacional e internacional. El punto deca...se aprueba y recomienda a todos sus adherentes la propaganda ms amplia en el sentido de inculcar a los obreros los principios econmicos filosficos del Comunismo Anrquico.... Esta resolucin revolucionaria y finalista pero poco constructiva y sectaria en relacin a la unidad y autonoma de la clase obrera, ensanch las discrepancias con la UGT e, incluso, con algunos sectores anarquistas disidentes, fracasando uno a uno los intentos de fusin en los diversos congresos de unidad que por esos aos se desarrollaron. As quedaron dos FORA: la del V Congreso y la del IX Congreso. La primera de tendencia anarcosindicalista, pero con grandes tintes policlasistas, (quedar etiquetada como la revolucionaria por su radicalizacin), pregonar la ideologizacin del sindicalismo, mientras que la segunda sin tantas apetencias ideolgicas, y un poco ms clasista, tender ms a la unidad del conjunto de la clase obrera. Es evidente que las diferencias al interior de la FORA eran tcticas e ideolgicas. Lo que s vamos a decir, la inexistencia de una organizacin poltica anarquista dificult an ms el desenvolvimiento poltico de los procesos sociales por la cual, las distintas federaciones no supieron dar respuestas.

De todas formas hay que destacar que la FORA anarquista hegemonizar completamente al movimiento obrero hasta finales de la dcada de 1910, cuando irrumpe una tercera corriente, el sindicalismo revolucionario, que comparta la mayora de las tcticas polticas y filosficas de la FORA (accin directa, antiparlamentarismo, anticapitalismo), pero que sostena por encima de partidismos la unidad y autonoma de la clase obrera, sin definiciones finalistas, que excluyeran a sectores independientes o de distinto signo ideolgico.

De todas maneras la FORA seguir protagonizando en las dcadas siguientes grandes y picas luchas con una gran influencia popular; caracterizndose por su consecuencia revolucionaria y clasista, tanto en los conflictos reivindicativos econmicos como en los reclamos polticos.

La constitucin de una Federacin unitaria potenci notablemente la capacidad y el espritu de lucha de los distintos sindicatos existentes. Un smbolo de esto es que en Agosto de 1901 (apenas tres meses despus de la fundacin de la Central) se declara el primer boicot y sabotaje contra una empresa en conflicto, y en 1902 se llama a la primera huelga general organizada. Los conflictos y disputas gremiales se duplican en lnea ascendente, cada vez con mayor radicalidad y violencia.

En 1902 el Gobierno responder sancionando la Ley de Residencia, por la cual podran ser deportados a su pas de origen, los extranjeros que perturbaran el orden social. Fue un duro golpe contra los sectores ms dinmicos de la militancia obrera, ya que los principales cuadros eran avezados inmigrantes (principalmente espaoles e italianos) con una amplia experiencia en los movimientos obreros europeos. Esto posibilit, sin embargo, un recambio natural en la composicin de la militancia obrera, incorporndose amplios sectores de trabajadores criollos.

Durante los aos posteriores se libraran grandes y masivas luchas. El reclamo por las 8 hs de trabajo, la huelga de los inquilinos (en 1907), las jornadas durante los 1 de Mayo, convertidas en furiosos das de protesta y agitacin, que desencadenaron salvajes represiones policiales (como en la Semana Roja de 1909). Luego se sucedieron las luchas durante el Centenario de 1910 y contra la represiva Ley de Defensa Social, la Semana Trgica de 1919, las campaas por la libertad de los cientos de deportados y presos gremiales y polticos, las luchas por el descanso dominical y por mejores condiciones de salario, seguridad e higiene, y de los establecimientos fabriles.

En los aos 20 se sucedern cuatro hechos que movilizarn a cientos de miles: la Huelga General de 1921 (una de las ms activas y violentas de nuestra historia); la huelga y posterior represin en los quebracheros misioneros de los menses de La Forestal; las jornadas de agitacin por la libertad en EE.UU. de los anarquistas italianos Sacco y Vanzetti y por Simn Radowitzky ( preso durante 20 aos por ajusticiar en 1909 al Coronel Ramn L. Falcn, jefe de la Polica Federal y responsable de cientos de muertos obreros); y, por ltimo, los sucesos de la Patagonia, donde una huelga de los peones rurales fue convertida en la peor carnicera masiva hasta ese momento, quedando asesinados 1500 trabajadores en el fro patagnico.

Durante los aos 30, con el golpe fascista del General Jos Flix Uriburu, se intensifica la represin contra el movimiento forista y libertario, clausurando peridicos, locales y bibliotecas obreras; procesando, deportando y fusilando cientos de activistas sociales y sindicales.

Doctrina y metodologas

Ms all de las grandes luchas que protagoniz y las represiones que soport a lo largo de su trayectoria, lo primordial de la experiencia de la FORA fueron su concepcin del sindicalismo como herramienta de acumulacin y como vehculo de liberacin integral, sus propuestas de construccin revolucionaria y su metodologa de lucha basista, basada en la accin directa, la solidaridad y conciencia de clase y una esforzada tarea de propaganda y formacin hacia la clase trabajadora.

La FORA planteaba a la actividad sindical como un crisol de experiencias acumulativas, una gimnasia revolucionaria que preparara y formara a las masas oprimidas en la lucha diaria y reivindicativa, hacia horizontes ms vastos y ambiciosos, hacia la libertad y el socialismo, construyendo desde el hoy el Hombre Nuevo y la organizacin necesaria para el cambio revolucionario. Su organizacin horizontal y federalista, con un alto grado de autonoma de cada gremio y localidad, fomentando la participacin de todos y cada uno de sus componentes, sin puestos rentados ni privilegios para sus dirigentes, quitndole horas al sueo para participar en cada asamblea o reunin puede ser visto hoy como algo casi extico e imposible en las actuales dirigencias sindicales.

Sus herramientas de lucha (la huelga, el boicot y el sabotaje) aplicados contra la patronal sin ninguna mediacin, sus violentos enfrentamientos contra las fuerzas represivas y de seguridad, las luchas puntuales contra la discriminacin de la mujer, su antimilitarismo y antiparlamentarismo nos dan cuenta de objetivos que iban ms all del hecho economicista y reformista puntual..

La edicin de cada gremio de su boletn de agitacin y propaganda, sin hablar de su entonces rgano periodstico oficioso, La Protesta Humana que durante aos se edit como diario, llegando en un momento (hacia 1910) a sumarle un diario vespertino, La Batalla, casos inditos en la historia de las Centrales Obreras; la proliferacin de bibliotecas, escuelas y ateneos obreros, nos hablan a las claras de su obsesin de dotar a la clase trabajadora de una conciencia y desarrollo autnomo y revolucionario.

No esquivamos, sin embargo, buscar errores y respuestas en su progresivo decaimiento desde los aos 30, y posterior desaparicin como alternativa obrera revolucionaria. La experiencia nos sirve nicamente si la analizamos de manera global y total. Podemos hablar de la feroz represin que soport sobre sus espaldas durante 30 aos, con miles de presos, deportados y asesinados. Podramos argumentar con razn, sobre lo difcil de empezar desde la nada y hacer casi todo, convirtiendo al anarquismo en el primer movimiento de masas moderno que conoci nuestro pas. Podemos esgrimir su falta de comprensin ante hechos histricos concretos que necesitaron un mejor anlisis y posteriores respuestas, como su pasividad ante el golpe militar y fascista de Uriburu y la falta de replanteamiento de tcticas acordes a los cambios en la organizacin del trabajo, dejando atrs los trabajos artesanales para insertarse en los tibios pero reales progresos industriales que vivi el pas en los aos 30 y 40.

Podemos esgrimir, sobre todo, la errnea prctica simbitica de confundir a la organizacin de masas (el sindicato) con la organizacin poltica (especficamente anarquista), que llev a incubar un alto grado de sectarismo y contribuy a las constantes divisiones en el movimiento obrero de esos aos, incluso fustigando a otros sectores del anarquismo proclives a organizarse en tanto libertarios, en estructuras por fuera de los organismos de masas.

La semana Trgica:

Contexto histrico

Durante la segunda mitad del siglo XIX acceden al poder minoras cultivadas y tenaces, decididas a modernizar las estructuras econmicas y sociales. Conscientes de las riquezas naturales de la regin y deslumbradas por las perspectivas de enriquecimiento rpido que el mercado internacional parece ofrecer por aquellos aos, las capas dominantes se consagran a la realizacin de un ambicioso proyecto. El modelo de desarrollo consiste en la integracin de las economas al mercado capitalista mundial, para ello es necesario llevar a cabo un proceso de "modernizacin". Para lograrlo es necesario expandir la economa, fomentando la ocupacin de nuevas tierras para generar trabajo. Para lograr esto se adopto una poltica inmigratoria, con grandes propagandas y obras de infraestructura.

La inmigracin europea era fundamental dentro del proyecto oligrquico para cumplir con la modernizacin y el desarrollo. En Argentina el crecimiento demogrfico es notable, entre 1880 y 1914 se cuentan ms de 3 millones de inmigrantes, quienes se repartieron mayoritariamente en la agricultura, en los puertos y ferrocarriles, en la construccin y en rubros industriales variados. Los que acudieron en mayor nmero fueron los espaoles y los italianos, que constituirn la base del proletariado urbano. Muchos de esos extranjeros traen de sus pases de origen una experiencia en luchas obreras y han participado en los grandes movimientos sociales europeos; tienen ideas claras sobre los derechos del trabajador y en muchos casos poseen una orientacin revolucionaria.

Los gobiernos no tardan en comprender que la "modernizacin" iba a traer ms de un dolor de cabeza, las tensiones entre las clases trabajadoras y las clases dirigentes se agudizan y sus enfrentamientos son cada vez ms frecuentes. La oligarqua argentina va a adecuar el aparato represivo destinado a mantener el orden social. En el plano jurdico se dictan la Ley de Residencia (1902) y la Ley de Defensa Social, destinadas a luchar contra el movimiento anarquista; ambas reprimen la accin libertaria y sindical y autorizan la deportacin de los extranjeros considerados peligrosos para la seguridad nacional; adems se hace repetido el uso de la declaracin de estado de sitio. Aos ms tarde se formo la Liga Patritica, rgano paramilitar ultra-nacionalista que participaba en las redadas y los enfrentamientos que generalmente se producan con los obreros. La Liga estaba conformada por "brigadas" que eran formadas por los patrones, los empleados, los "obreros buenos", los policas retirados, etc. Actuaban en nombre de Dios, la patria y la familia y vean como una gran amenaza a la Nacin al movimiento anarquista al que persiguieron sin cuartel. Su accionar es totalmente libre: usan armas de ltimo modelo, expulsan obreros, allanan sindicatos, reprimen, disuelven manifestaciones, etc. La Liga Patritica tuvo una activa participacin en los conflictos Patagnicos. En el plano militar el ejrcito se estructura y se profesionaliza; aumenta considerablemente su podero en armamento y en hombres, se hace obligatorio el servicio militar. Tambin Chile, gran vencedor de la Guerra del Pacifico y dispuesto a una guerra con Argentina, refuerza su podero naval y militar. Es importante aclarar que ambos ejrcitos en reiteradas ocasiones efectuaron operaciones conjuntas; contra los caudillos del interior, contra los indios, contra los chacareros y peones en zona rural, contra huelguistas y manifestantes en zona urbana, etc.

La Argentina de 1919. Sindicatos y lucha de clases

Hacia 1919 la Argentina an conservaba una estructura socioeconmica eminentemente dependiente de las grandes potencias, especialmente Gran Bretaa, sobre una base oligrquica y agrcola-ganadera, exportadora de materias primas. No obstante, durante la Primera Gran Guerra de 1914, se produjo un inters de los inversores extranjeros en el pas, lo que trajo la instalacin de industrias livianas, la mayora de ellas pequeos talleres con pocos empleados.

Hacia 1917-18, ya bajo el primer gobierno radical de Hiplito Yrigoyen (a la postre, ganando las primeras elecciones realizadas sin fraude) las condiciones de vida de la clase trabajadora sufrieron una fuerte cada, con una baja de salarios de entre el 16% y el 21 %, una fuerte suba de los alquileres populares y del consumo bsico. Todo esto, fogoneado por una experiencia de casi 50 aos de activismo sindical, con organizaciones obreras poderosas y radicalizadas, dio como sumatoria un cctel de tensin y enfrentamiento clasista nunca visto. De esa manera aumentaron notablemente los conflictos gremiales ya que (segn censos oficiales) si en 1916 se produjeron 80 huelgas con la participacin de 24.321 huelguistas, hacia 1918 se produjeron 223 conflictos con la participacin de 180.675 huelguistas.

Al comenzar 1919 encontramos a un movimiento obrero dividido en dos grandes centrales e infinidad de sindicatos autnomos. La ltima fraccin se haba producido en abril de 1915 en el IX Congreso de la FORA (Federacin Obrera Regional Argentina), tras la discusin sobre la conveniencia de que la federacin, recomiende y defienda una finalidad ideolgica, sobre la estrategia de accin directa y la lucha poltico-parlamentaria.

Los anarquistas ortodoxos forman entonces la FORA del V Congreso (ya que en este evento se haba decidido incluir en la carta orgnica la necesidad de la finalidad del comunismo anrquico). El resto, que inclua a socialistas, sindicalistas puros y ncleos de anarquistas disidentes e influenciados por la reciente revolucin rusa, como Bandera Roja, planteaban la neutralidad sindical y conforman la FORA del IX Congreso.

La huelga general decretada por las organizaciones obreras -la ms importante que conociera el pas hasta aquel entonces-, el rol destacado de la prensa y militantes anarquistas en el movimiento, la reciente Revolucin Rusa de 1917, la organizacin de un movimiento contrarrevolucionario como la Liga Patritica, la an prxima derrota del conservadurismo en las elecciones presidenciales de 1916, los efectos recesivos provocados por la Guerra Mundial que acababa de terminar, todos estos factores contribuyeron para transformar a la Capital Federal en el impensado escenario de una guerra social, que dejara por muchos tiempo su huella en el imaginario colectivo de la moderna Buenos Aires.

Semana del 7 al 13 de Enero. Los hechos

Desde haca un mes, los 2000 obreros de los Talleres Metalrgicos Pedro Vasena (de capital argentino-britnico) se encontraban en una dura huelga contra la patronal. Sus reivindicaciones y peticiones eran: aumentos de salarios, reduccin de la jornada de 11 a 8 horas, descanso dominical y la reincorporacin de los delegados despedidos desde el comienzo del conflicto.

El 7enero por la tarde se dirigan varias chatas con materia prima a la planta de Vasena, ubicada en Pepir y Santo Domingo en el populoso barrio de Pompeya, conducidas por carneros contratados por el sindicalismo amarillo y catlico de la Asociacin del Trabajo y rodeados por un cordn policial que les serva de escudo. Al llegar a las calles Pepir y Alcorta son detenidos pacficamente por un piquete a de huelguistas.

Al no detenerse, los obreros, que estaban acompaados por mujeres y nios, comenzaron a tirarles piedras. En ese momento la polica que hacia de custodia cargo contra los manifestantes, librndose un combate desigual por casi dos horas. Cuando termin el choque se pudo observar la tragedia; sobre el pavimento estaban los cuerpos de cuatro obreros muertos y ms de treinta heridos, algunos de los cuales fallecieron horas despus.

Fue la gota que rebals un vaso demasiado cargado de humillaciones y represin. El mismo da 7 la Sociedad de Resistencia Metalrgica y los obreros martimos fueron a la huelga total. El da 8, en la reunin de su Consejo Federal, la FORA anarquista declar para el otro da la huelga general activa con actos relmpagos y piquetes de trabajadores para asegurar el total acatamiento de la medida y acompaar los fretros de los compaeros asesinados por la polica. La FORA del IX, tras algunas dudas tambin llam al paro pero sin actividades agitativas. El da 9 la ciudad amaneci paralizada y, sobre todo los barrios populares del sur, virtualmente tomada por los grupos de huelguistas organizados en torno a sus sindicatos, a los que se les sumaban espontneamente cientos de hombres mujeres y nios

En las puertas de la fbrica Vasena y en las calles adyacentes los obreros bloquearon la entrada y salida, y levantaron decenas de barricadas. En el interior de la empresa permanecieron encerrados varios miembros del directorio, del sindicato amarillo y delegados de la FORA IX que estaban negociando algn tipo de acuerdo con la patronal. A las 15 parti desde el barrio de Pompeya el cortejo fnebre de los obreros asesinados el da 7, compuesto por ms de 15.000 personas. A la cabeza marchaba un grupo de militantes que actuaran como autodefensa.

Tres horas ms tarde el cortejo lleg al cementerio de Chacarita. Detrs de los muros se encontraban agazapados policas y bomberos fuertemente armados que comenzaron a disparar contra la multitud. La estampida fue tremenda y la desesperacin se apoder de los manifestantes. Slo el grupo de autodefensa, ms algn otro obrero que haba llevado su revlver, se plantaron rodilla al piso, intentando defender a sus compaeros. La provocacin fascista de la polica termin en tragedia. Los diarios burgueses hablaron de 12 muertos. Los sindicatos y la prensa obrera calcularon que fueron alrededor de 50 los asesinados.

Cuando se difundi la noticia se desat la furia popular. Varios grupos de trabajadores comenzaron a disparar a trenes, grandes comercios, comisaras y a asaltar armeras. Esa noche el presidente Yrigoyen dio una orden histrica y despiadada: por primera vez el Ejrcito, a las rdenes del Gral. Dellepiane, sera el que reprimira al pueblo.

Durante la noche se produjeron decenas de enfrentamientos contra la polica. Ya no como respuesta a la represin sino con un alto espritu ofensivo, llegando incluso a atacar diversas comisaras: recuperar armas cortas y largas y liberar detenidos.

La huelga general, con la FORA V y los grupos anarquistas como vanguardia, haba evolucionado en claras situaciones insurreccionales, aunque se notaba la falta de un plan integral y una estrategia clara y que posibilite la incorporacin de un nmero mayor de trabajadores al enfrentamiento. Durante el da 10 la huelga se mantuvo total y continuaron los enfrentamientos y la generalizacin de barricadas. Pero dos elementos se incorporan a la dinmica de la lucha. Por un lado, el Gobierno convoc y comenz a negociar en secreto con la FORA IX (reformista) el levantamiento de la huelga y presion asimismo a Pedro Vasena para que acepte algunas de las reivindicaciones obreras. Por otro lado, se focaliz e intensific la represin militar contra la FORA anarquista. Quebrando la unidad y la moral del pueblo.

En esos momentos es que hizo su aparicin la Liga Patritica. En efecto, un grupo de "ciudadanos defensores del orden", formado por militares, empresarios y "nios bien" (de la burguesa nacional) de Recoleta, con la bendicin de la Iglesia, la vista gorda del gobierno y conducidos por el poltico conservador Manuel Carls y el almirante Domeq, se reunieron en el Centro Naval y se armaron (facilitado por la polica) para restablecer "la paz". Este grupo terrorista y fascista se lanz contra cuanto "judo y maximalista" encontraban, golpearon, asesinaron o entregaron a la polica a cientos de militantes y obreros, quemaron locales y peridicos sindicales, saquearon e incendiaron bibliotecas e imprentas.

En medio de la represin militar y derechista, la FORA IX declar el levantamiento de la huelga, quebrando la unidad de accin prctica y callejera que se haba formado entre las dos centrales. El da 11, de todas maneras, la mayora de la base de la FORA IX no acat la consigna y no concurri a trabajar. Hasta el da 13 la FORA V mantuvo la huelga bajo condiciones sumamente angustiantes y en medio de la feroz represin militar y fascista. Con el Consejo Federal, casi todo el Comit de Huelga hubo ms de 20.000 personas detenidas durante los das 10, 11 y 12, la moral combativa y unitaria seriamente daadas sucumba con los ms de 500 luchadores asesinados. Ser una derrota tctica significativa, pero con grandes enseanzas estratgicas de experiencia y acumulacin popular.

LOS REBELDES DELA PATAGONIA

El Drama Patagnico

Desde 1917, con grandes huelgas como la de los obreros ferroviarios, de la carne, azucareros tucumanos, etc., un nuevo perodo de auge sacude a la Argentina. Esta oleada de luchas obreras alcanza su pico ms alto en la segunda semana de enero de 1919. La lucha por salario, condiciones y tiempo de trabajo de los 800 obreros de los Talleres Vasena es reprimida violentamente por la polica, dejando un saldo de 4 muertos y 30 heridos. Esta represin pone en pie a los trabajadores y el pueblo de Buenos Aires y Avellaneda.

El gobierno de Yrigoyen reprime sangrientamente la sublevacin popular. El ejrcito entra en la ciudad; se arman grupos civiles de la oligarqua que asaltan locales e imprentas obreras y realizan verdaderas "razzias" en los barrios obreros con un saldo de entre 800 y 1.500 muertos -segn las fuentes diplomticas de la poca- y ms de 4.000 heridos, incluyendo mujeres, ancianos y nios. Genocidio slo comparable a los de Rosas y Roca contra los indios, que pasar a la historia oficial con el nombre de Semana Trgica.