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.No o^atM, lio horMí, a* nleiktM, a* prsTuriiiaM. boñrat átm^pulrM, «a •ama, cannfla la ley di Olbt, amindolt 7 lirvUñdoI*.—ifoM». La fasnta de la vida M la eianela. ISa €áBo de dada, el Jnei npremo aa la ce»- aieiKlia.—jromt. ConMste & ti mismo.—MeralM. Trabaja'pa;a extirpar el n a l . XAÜ*. nkpe la tierra cubriéndola de TegaUltl j aBimalee útílei.—Zoroulr^. • Todos loe hombrea MD Irñalea. K^y otra diferencia entre eSoa qaa la( virtudes que po«eeii.~Mitta. Amaos los -óáxis & ló« oth>é.—Sed BiH>- liaetog como nuestare Padre que a m «a «M cielos.—Jtaii*. La piedad no eonalate «n leyaatar al Yostro hacia Levante 6 Poniente Pia> «logo es el que socorre i loa haérfaaos, 4 los Pobres, rescata los eantivoa, ob- áerva la oración, da limosna, es pacien- te en la a,dver8idad. El que es Joatd jr teme & Dios elemente y miswrieoidloao.' Mahoma. Las Dominicales Semanario Librepensador Órgano de la Federación internacional de Librepensadores en España, Portugal y América ibera. Bpaisaaoqae labra, la mtijer • « * arregla sa casa, el ma^lstrado'qtte de*- «npeBasus funcionas, el obrero qae trabaja, hacen una obra tan santa ceiae •1 monje que ora y ayuna.—l^ero. Desde la india hasta la Francia »l sol no ve m&s que una familia inmensa que debía regirse por las leyes del amor. Mortales, todos solí hermanos— VoUaire. Haz el bien por el bien. No emplees jamás la humanidad como un simple medio. Hsspétala como un fin.—Kani, "El hombre debe retórsr bajo Dios la arapaia de la Naturaleza ir el «B^ pirita en f jrma de voluntad racional y por at poro bien.—JTraiuM. ' Que la verdad ostente todos sus ea- plendorea en la tierra; que se desnio. men los templos y caigan hectws polvo los tronos, y se soterreo bajo el fangfo lea adoradores del vellocino de oro si •e interponen en su camino. ¡Paao, paso i la verdad divinal —£í Stpiritu <ta asa; AÉOIV PBECIOS.—Madrid: Tüimestre, 2 peaetRS. id. ProvinoiM: 2,60 id. Extnutjero: Año, 12 id. ultramar Año, 3 peaos oro. | Námaio Buelto oorriente, 10 céntimo* de peseta. ídem ídem i atrasado i26 Id.—A los vendedores, 6 reales la mano. j El pago se hará por trimes.rea ó años anticipados. I isa:.A.JD:RTiD YiePRsa 29 d« Julio d« 1904 Ofiánas,-^Ca31e de San Mateo, 18, 2.o Toda la oorre8i>ond6noia, sea de redacción, sea de admi- nistración, se dingirá en esta forma: Fernando Lozano«, Apartado 109r-Madrid. La Bédaooióh no deVaélve los maniuwitos, ai responde de los articnloB firmados. , . ÉíáiíiiÉci#i EnÉiwlsÉa con Furnemont SOBRE El Congreso áe Roma (tríiclucida de Zíl Ohroniqde de Bruselas). —«¿Oúiétí va allá?» —Juan Bar. —Entre. —íY tus perros? —No son malos. —jNi aun para un periodista burguésV —Ni aun para un periodista burgués. EstoCTaea Uale, á la 'puerta de la finca de Mr. Furnemont, delante del parque todo embalsamado por él perfume dé las rosas que caían en abalanchas sobre sus tallos vencidos. Entré. El secretario general de la Federación In- teraacíonal del librepensamiento, estaba ins- talado bajo un macizo dé follaje, delante de una mesa cargada de documentos y de pe- fióditíos. Escribía. No lejos dé allí,tinchiquillo, sii viva en- carnación, corría locamente alrededor de ma- cetas ^rtóaá y, de Ve* en cuando, con una gracia eic[uisita, venía á bacer rabiar á su perrito. —Éstóy métiáo hasta el cuello en mi Cbiigreso dé Ronía, mé dijo sonriendo Mon- sléUr íurnémoñt. f —Tanto ínéjor. —¿Porqué tanto mejor? —Pues porque yo venía prectsaméüte á conferenciar con el secretario general del li- brepensamiento, sobre este acontecimiento. ¿Será grandioso? —Se lo aseguro. Hace dos años que trabajo sin interrup- cióii en la organización de esta manifesta- éián, que no tiene precedentes en la historia del librepensamiento. —¿Las adhesiones son muy numerosas? -^Asombran. He recibido un númiefo verdaderamen- fé incalculable. íámás ningíiíi Congreso ha suscitado tan- to éiitusiásftio. Vamos decididamente viento en popa; marchamos solos. Sin enabargo, es conveniente que la pren- sa dirija una llamada al público para provo- car nuevas adhesiones. És preciso que Bélgica esté representada dignámíente en esta solemne y grandiosa afirmación, enfrente del Vaticano, de los de- rechos del librepensamiento. Vaticano, librepensamiento, Pió X, León ...XIV. Mr. Furnemont sonreía; prosiguió: —Ningiiu Congreso habrá tenido Jamás el carácter de éste, que se verificará en Rprna el 20 de Septiembre próximo. Cuando se transporta á la primera mani- festación de este género, que tuvo lugar ha- ce un cuarto de siglo, y cuando César de Paepe y el Dr. Goffín y Emilio Perón fueron los organizadores, sorprende extensión formidable, adquirida en el. mundo por el movimiento del librepensamiento. A la verdad, nosotros no hemos perdido nuestro tiempo y, en el espacio de veinti- cuatro años, justos, heñios tenido diez Con- gresos: Bruselas (1880), Londres (1882), Amster- dán (1883). Auveí» (1885), París (1889)', Ma- drid (1892)-, Bruselas (1895), París (I9€)(^, Ginebra (1902),. en fin, Roiaa (1904). Cada ano de estos Congresos ha marcado unte etíipa en la vía <íé la emancipación, y puedo decir que lá reunión de Roma consti- tuirá una verdadera apoteosis universal del librepenasmieoto. Caltíttle usted, es en Roni», en la morada de los papas donde nos reunii^émos; además', no se celebrarán como alguna vez en locales descubiertos penosamente, sino en el mara- villoso colegio romano, que el ministro de Instrucción pública de Italia, ha puesto amá- bleo^rite á nuestra diapoSicióü. Será colosal su resultado y su éxito. Yo lo esperaba. Bstaba seguro del éxito, por Italia parti- cularmente, después de la campaña de con- f\íi«ncia8, emprendida por mí en este país, ft%l3ajado poruti gérrnen profundo del libre- pensamiento. La voz de Mr. Furnemont, sin que él lo notara quizá, se animaba y se acaloraba. Era el tiibunofogóso<jijereap#Feeíádepron- to, y yo le veía, en la ilusión derpensamien- to, esforzándose en convertir á las masas, á 1B8'idéSs que cdástituyén todo el fin de »i vida. En Marzo último, aún emprendió como otro Pedro el Ermitaño del racionalismo, una cruzada triunfal; visitó á Milán, Padua, Venecia, Bolonia, Roma, Ñapóles, Floren- cia, Genova y Turín, por no hablar masque de la península, en cada una de estas ciuda- des, su palabra electrizante resonó como un bronce, despertando al pueblo á las ideas del librepensamiento. «Cómo, le pregunté: ¿ha sido concebida la orden del día del Congreso de Roma? —La hemos elaborado de modo que po- damos examinar todos los problemas de or- denfilosófico,que actualmente están some- tidos á la atención de los pueblos. Los más gloriosos representantes de la ciencia y de la filosofía moderna, expon- drán el estado actual de los conocimientos humanos, para deducir la condenación del dogma. Están inscritos para esta glorificación del librepensamiento: Ernesto Haeckel, profesor de la Universi- dad de Jens; Henig Maudsley, antiguo pro- fesor de la Universidad de Londres; Nicolás Salmerón, profesor de la Universidad de Ma- drid, presidente de la República española; Marcelino Berthelot, secretario perpetuo de la Academia de Ciencias, miembro de la Aca- demia francesa; Roberto Ardigó, profesor de la Universidad de Padua; César Lombroso, profesor de la Universidad de Turín; Jacques NoviCow, profesor de la Universidad de Odessa; Bjóiñstjéme-Bjóinson, Guiseppe Ser- gi, profesor de la Univsrsidad de Roma. La cuestión del dogma y de la ciencia es el primer objeto en la orden del día; después vienen el Estado y las iglesias, bajo el pun- to de vista de las relaciones diplomáticas, Gustavo Hubbard, (abogado en París y di- putado, es el ponente); el Concordato, la se- paración pública (el diputado españoljunojj; el laicismo en la enseñanza (ponente MOH- sieur Sergi, profesor de la Universidad de Roma); la obra de las misiones (poneif- te Mr. Heaford, publicista en Londres). Eufin,el Congreso tomará acuerdos para la organización de la propaganda interna- cional, y resolverá un plan de acción co- mún. Todos los países enviarán delegados. Citemos entre ios Belgas: Mme. Gatti de Gamond, M, M. Héctor Denis, Guillaume De Greef, Georges Lorand, Charles Mague- tte, Julesdes Essarts, Henri Crombez, Celes- tiu Denblon, etc. Entre los que se han adherido, es preciso contar el cuerpo profesoral, casi entero, de ki Universidad libre de Bruselas, y á la ca- beza á Goblet íl'Alviella, Vandeskindere, Rouseau, Anspách, Tarirel, Horta, etc.; la mayor parte de los diputados socialistas, los -250 grupos del librepensamiento; las logias masónicas, especialmente «Loéi amigos filan- trópicos», de Bruselas, y «La libertad», Gante, etc. La dei^acióa francesa será muy nume- rosa; recuerdo al azar los nombres de Mon- áieürs Ferdinánd 'BuiSsón, Gabriel Séáilles, Aul^rd, GeOrgés Renard, Saferre, ¡.Hubbard, Charbonell, Chauviére, etc. Italia está representada por sus más gran- des pensadores; en él comité del Congreso éncuáatrO á MM. Napoleónelüolajanni, pro- fesor de la universidad de Ñapóles, diputado del Parlamento; Andrea Costa, diputado del I^rlamento; Dr. M. Cristóforos, diputado del Parlamento; Enrico íerri, profesor de la universidad de Roma, diputado .del Parla- mento; Antonio Pellegrini, diputado de Ge- nova; Mario Rapizardi, profesor de la univer- sidad de Catauia (Sicilia). Habrá delegados de los Estados Unidos, de Inglaterra, de Alemania, de Rusia, de Ho- landa, de Suiza, de Hungría, etc. España fletará un vapor que saldrá de Barcelona y llevará varios centenaíres de de- legados. A bordo sé encontrarán los famosos Coros de Clavé, célebres en toda España, de los cuales se embarcarán 200 y darán audi- ciones en Roma. —¿Y las condiciones del viaje? —Serán extraordinariamente accesibles. Hemos llegado á obtener condiciones abso- lutamente inesperadas; jamás se habrá ofre- cido ocasión más propicia á los intelectuales para visitar á Roma. Los delegados, especialmente, tendrán derecho á una cartilla personal de viaje, con Qna reducción del 40 al 60 por 100, según las distancias kilométricas -«sobre todos los ferrocarriles italianos» desde el 10 de Sep- tiembre hasta el 9 de Noviembre inclusive. Por otra parte^ la «Navegación General Italiana» concede á los congresistas para to- das sus lineas, una reducción del 50 por 100, pudiendo aplicarse aun para los recorridos interiores entre los puertos y las islas del reino, y con una duración de tres meses. —¿Y en lo que concierne especialmente á Bélgica? —Nosotros nos encargamos de todo. Me- diante 250 francos solamente, el congresista estará alojado en los mejores hoteles y dis- pondrá de un billete de segunda para el fe- rrocarril; el viaje durará 9 días, de los cua- les cuatro enteros se pasarán en Roma. ¿No es ésto magnífico? Yo iba á cometer un imperdonable lap- sus, iba á decir; «los peregrinos...> Me detu- ve á tiempo. —¿En qué fecha—pregunté—los congre- sistas saldfáíi de Bélgica? —Saldremos de aquí en la noche del 17 de Septiembre, para reunimos |en París al grueso de la caravana y dirigirnos, al otro día, hacia Roma, en tren especial. Encontrarse en presencia de M. Foiirne- mont, someterle al escalpelo de la interwiew y no hablarle de política en el curso de la- pequéfia operación hubiera sido faltar á los más sagrados deberes de la profesión. Yo me arriesgué. —¿Qué se hace pues, el hombre político? —En este momento—respondió el ex-di putado por Charleroi-se dedica al librepen- samiento; así como después de cerrado el Congreso emprenderé una campaña de con- ferencias, esta vez al Mediodía de Italia; en Sicilia, en Túnez y en Argelia. El crepúsculo caía. Una dulce, tibia tem- peratura impregnada de los olores del par- que subía del suelo caldeado. Una gran cal- ma reinaba. El delicioso chiquillo de antes vino abatido, vencido álos brazos de su pa- dre, que acariciaba afectuosamente sus bu- cles rubios y me repetía la palabra con la cual caracterizaba su Congreso, el secretario general del Librepensamiento, al recibrme: «Será grandioso». Jt'AN BAR ilremosi Nos ha visitado una comisión del Direc- torio de la Juventud madrileña. —Iremos á Roma, nos han dicho los tres jóvenes que la componían. ¡Cómo! No lo sabemos, pero iremos. Tenemos voluntad, é iremos. Eso es. Asi obran los hombres que sien- ten fervor poi* las iddas. Ahora, los jóvenes republicanos de Saü- tander, al ver que se,Íes prohibía embarcar- se para asistir al mitin de Santoña, dijeron: Pues bien, iremos. Y recorrieúdo un trayecto de treinta y tantos kilómetros, bajo un sol que',vertía oleajes de fuego, fueron. Pero hacían más loa jóvenes italianos en los días heroicos cuando oiá en Italia el clarín de Gíaribaidi llamando ftl combate para hacer una patria, libre de Borbones y de papas; los jóvenes que asistían á las aulas y hasta á las escuelas decían: —Iremos. Y se escapan de las clases y huían de sus casas para ir á veces descalzos, á ofrecer al héroe de los ojos azules sus vidas para la obra de hacer patria. ¡Cuántos de ellos ca- yeron! Pero al fin llegaron. La patria que- dó hecha: Haced lo mismo, jóvenes españoles. De- cid como los jóvenes madrileños: —Iremos, é id allá á giierrar, como los estudiantes ita- lianos, contra el Vaticano que es el mayor enemigo de vuestra patria. Los jóvenes del Directorio republicano nos han anunciado que tomarán la iniciati- va para constituir 1% Comisión que se en- cargue en Madrid de organizar la expedición de los madrileños y castellanos nuevos á Roma. ' ¡Eso es trabajar por hacer patria! Barcelona librepensadora «Mañana &1BB diez de la misma, aeverifioari, el regÍBtr» del hijo de nuestro correligionario José Aren». La comitiva partirá, de la Fraternidad Repu- blicana del distrito noveno (Camp del Arpa) Montaña 111. Sé invita k todos los correligionarios k dicho acto. La Publiadai» Continúan activamente los trabajos de pra- í paraoióndel Congreso de Boma. Í La comisión de la Casa del Pueblo ka prestado personal nuevo para ayudar á U eoialsión del Congreso. Para vender los 1.000 ejemplares de sus obras, que ha regalado Demó/ilo con el ñn de ayudar á los gastos de la expedición, se celebrará una ve- lada en la Fraternidad, donde se subastarán los ejemplares. Quedan invitados á la velada todos los conce- jales presidentes de circuios de todas las agrupa- ciones populares barcelonesas que tienen el deber de ayudar á esta obra del honor eatalán. Sa organizará además un festival artístico de mucha importancia, porque en él tomarán parte las notabilidades artísticas de Barcelona. Festival monstruo á que concurrirán todos los coros de Clavé, Barcelona democrática corre- 4 participar en esta fiesta grandiosa para dar sus ofrendas á ios enérgicos luijhadoreB que tan bravamente se esfuerzan por honrar el nombre catalán. lift ~mm OElt "EOíDflWO^. La hoja semanal que publica el Journal de 0/iarlevoi dando cuenta del «Movimiento Internacional del Librepensamiento» admi- rablemente redactida, por cierto, por Mon- sieur Eiigéne Hins, después de traducir al- gunos párrafos del artículo que consagrába- mos á excitar á las respectivas regiones es- pañolas á fletar cada una su barco para ir á Roma, agrega de su cuenta: «Nosotros, gentes frías y razonadoras, po- demos sonreír ante ese entusiasmo meridio- nal, pero en el fondo esos llamamientos de tonos guerreros, que recuerdan los tiempos heroicos del Bommcero no son para degra- darnos. Y no encontramos razón, porque el ardor caballeresco de los compatriotas del Cid, tan mal empleado otras veces en romper cabe- zas y agujerear pechos, no se ha de emplear en más altos fines, en los cuales realizaría maravillas». Puede el distinguido colega, autor de esas líneas, dar por hecho que los compatrio- tas del Cid van á emplear sus ardores no agotadas en realizar esos altos fines. Las batallas de la fuerza van teniendo aquí pocos partidarios. El pueblo ha ido de pésima gana á Cuba y Filipinas lo cual ex- plica la fácil victoria de los yankis. Mien- tras estos resucitan el espíritu cesariata de los españoles del siglo xvi, el pueblo espa- ñol odia cada día más intensamente el cesa- rismo y cuanto represente imperio de unos hombres sobre otros, en cambio ama con creciente ardor la República, la emancipa- ción proletaria y la libertad de concien- cia. A no faltar tiempo material para organi- zar los viajes por mar á Rofüá, estén segu- ros nuestros amigos extranjeros de que no había región española que faltara pon su barco. ' ••• Personas entusiastas y capaces de reali- zar ese sacrificio sobran sin duda en cada región. ¿Pero cómo se ponen' de aCüérao? Cómo contratan buques? ¿Cómo recaudan fon- dos? No faltarán empero ocasiones en que se portentice ante todos los ojos que la demo- cracia española es hoy la que ama más in- Umstmerite Im mis altos ideales de la hu- manidad. Postales para el Congreso de Boma. La Comisión barcelonesa encargada de preparar el Congreso de Roma, va á celebrar una Exposición de tarjetas postales, vendién- dolas en pública subasta, para aplicar su producto al fondo de la expedición á Roma. Apenas ha dirigido las primeras cartas á personalidades ilustres del extranjero, ha recibido favorable contestación, de suerte que han llegado ya á Barcelona tarjetas de los personajes siguientes; Arcangelo Ghislerí, Catedrático, Berga- mo (Italia).—12 postales y fotografía. Roberto Ardigó, gran Filósofo, Padua (Italia).—Postales y fotografía. León Furnemont, Bruxeles (Bélgica).— Postales. Napoleón Colajanni, Diputado, Ñapóles (Italia).—Postales y fotografía. Enrico Ferri, Diputado, Rome (Italia).— Postales y fotografía. Héctor Denís, Diputado, Bruxeles (Bélgi- ca).—Postales. He ahí el primer testimonio de simpatía que los hombres más ilustres envían á Es- paña sin otro motivo que los trabajos prepa- ratorios que hemos comenzado á hacer para asistir al Congreso ¿Se aprecia biei>el resul- tado que obtendremos si acudimos á Roma en mayor número que las otras delegaciones extranjeras? Hay que imaginar bien el delirio con que aquel pueblo italiano, tan artista y tan amán- te,de su naciente nacionalidad, vería for- marse en la Puerta Pía ila puerta de su glo- ria nacioual! el día 20 de Septiembre, su ani- versario sagrado,un batallón de mil españolea que atravesara las principales vías cantando la Marsellesa. Los balcones se llenarían de gente. No se cabría en las calles. Gritos de ¡Viva España! atronarían los aires. ¿Cómo puede haber un español que, ante esa sola perspectiva no se disponga á sacri- ficarlo todo por contribuir á tan grande em- presa de reivindicación nacional? Rogamos á todas las personas de signifi- cación en la política, eu la ciencia y en laa letras, cuya firma pueda interesar al público que se apresuren, como lo han hecho esos ex- tranjeros, á enviar sus tarjetas postales k la comisión de Barcelona. Todos los diputados, todos los directores de periódicos republicanos, todos los catedrá- ticos, todos los presidentes de Junlas provin- ciales y municipales deben, aun sin recibir invitación especial, apresurarse á enviar sus tarjetas postales imittmdo á los grandes hombres extranjeros que han prestado con tanta voluntad y pwmura ese generoso ser- vicio á los luchadores de avanzada, honor de Cataluña y de España. Para la representación de Las en el Congreso de Homa Pesetas. Suma anterior 319,70 D. Adolfo Hernández, Motril .......... 15 D. Joaquín Caballero, Medina dó las To- rres , C^60 D. Manuel Sobrino, Areoibo (Puerto rico) . 11 D. Francisco Garcia Novo, Padrón 6 D. José Salaaar, Medina de PuMar ..... 2,S0 D. Mariano del Val, B u r g o s ........... 1 D. Casimiro del Val, idem 1 D. Santos del Val, Ídem i D. Genaro del Val, idem. ,. 1 D. Elias Chavarria, idem 1 Centro Obrero republicano, Villalba dé los Barros 6 B. Juan Gómez y Ortis, Minas da San Qaintia 1 D. Bernabé Simón Rios, ídem 1 D. Domingo MuliDa^idam 1 D. Francisco Gallardo Martin, idem... 1 D. Baldomeró Rodrigues Rodrignes, idem 1 D. Juan Tasiua, idem 0,50 B. Nicpláa Bamlroz Villar,idem. 0,50 D. Cándido MotaEsteve, idem ......... 1,50 D. Pablo Mafloü Moreno, i d e m . ........ 1 D. Bruno Buiz Dalgado, idem 1 D. Jacinto Moreno, idem: ; 0,60 D. Lope Palomo Laso, idem 0,76 D. Diego Gallardo Velasco, idem., 2 D. Trinidad Mota, id^m ,,•.,, 0,50 D. Mamerto Clemente Vallcjo, idem.,. 0,40 D. Antonio Benitez, idem 1 £(. Laureano Nogales, idem 1 Ds Juan José Sfídalgo Ortiz, niño de 11 años 0,26 D. José Palomo Laso 0,50 D. Manuel Lafart Herráis, libre 1 Doña Gregoria Láfart Seriaiz 0,B0 D. Juan Murillo Fernanda., .. .. -..>... -. JL - D. Sacramento Limón del Castillo 1 D. Pedro Fernándea Sanche.. í',.. .i.;. I Doña Jobita Muñoz 1 Doña Eulalia Guisado Eodriguez, Moh- tíio (Badajoz) 0,60 D. Juan José Bodriguez, idem 0,60 D. Vicente Prieto, idem 0,60 D. José Alvarez, idem ,,. 2 D. Julián Bermejo, Garrovilla, idem... 0,25 D. Antonio Bivero, Mérida, idem ...... 0,25 D. Carlos RastroUo, idem id ,. 2,60 D. Ángel Fernández, idem id 1 D. José María Ruiz, idom id 1 D. Juan Molano, idem id í ;^ D. José Rodríguez, idom id. 0,50 D, Máximo Gómez, (Badajoz) 1 D. Baanabé Rodríguez, Montijo 0,50 D. Manuel del Horcajo, (Badajoz) ........ I D. Julián Oarnerero, Puebla de la Cal- zada í. D. Manuel Martin, Badajos: 0,50 Lotes de libros. D. José Bueno, Almería ,.. 3 Sociedad de librepensadores RLUZ de la Verdad», Vigo 25 D. Blas Gabiérrez, Falencia 3 D. Diego Raiz, Mazarrón 3 ToTAii. 433,60 Mitin de la Juventud Zaragozana La Juventud zaragozana se prepara á realizar el domingo próximo un gran mitin anticlerical para protestar del repugnante convenio con el Vaticano. Para asistir á aquel mitin irá de Madrid una numerosa representación del Directorio de las Juventudes Republicanas españolas. Esperamos que la nota que dé Zaragoaa en ese mitin será enérgica y resuelta, como corresponda á BU carácter. La España liberal estinguió á los frailes hace más de medio siglo. Luogo, traidorament», los moderados loa introdnjoron por ol Concordato. Pero habían de ser tres órdenes, no más .que tres órdenes. Ahot&, Matifa, con un cinismo quo oábmBn ^nodáadne mis atrás que los moderados, volvita-

Muerte de bernad a manos del cura 1904

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Page 1: Muerte de bernad a manos del cura 1904

.No o atM, lio horMí, a* nleiktM, a* prsTuriiiaM. boñrat átm^pulrM, «a •ama, cannfla la ley di Olbt, amindolt 7 lirvUñdoI*.—ifoM».

La fasnta de la vida M la eianela. ISa €áBo de dada, el Jnei npremo aa la ce»-aieiKlia.—jromt.

ConMste & ti mismo.—MeralM. Trabaja'pa;a extirpar el nal. XAÜ*.

nkpe la tierra cubriéndola de TegaUltl j aBimalee útílei.—Zoroulr^.

• Todos loe hombrea MD Irñalea. R» K y otra diferencia entre eSoa qaa la( virtudes que po«eeii.~Mitta.

Amaos los -óáxis & ló« oth>é.—Sed BiH>-liaetog como nuestare Padre que a m «a «M cielos.—Jtaii*.

La piedad no eonalate «n leyaatar al Yostro hacia Levante 6 Poniente Pia> «logo es el que socorre i loa haérfaaos, 4 los Pobres, rescata los eantivoa, ob-áerva la oración, da limosna, es pacien­te en la a,dver8idad. El que es Joatd jr teme & Dios elemente y miswrieoidloao.' —Mahoma.

Las Dominicales Semanario Librepensador

Órgano de la Federación internacional de Librepensadores en España, Portugal y América ibera.

Bpaisaaoqae labra, la mtijer •«* arregla sa casa, el ma^lstrado'qtte de*-«npeBasus funcionas, el obrero qae trabaja, hacen una obra tan santa ceiae •1 monje que ora y ayuna.—l^ero.

Desde la india hasta la Francia »l sol no ve m&s que una familia inmensa que debía regirse por las leyes del amor. Mortales, todos solí hermanos— VoUaire.

Haz el bien por el bien. No emplees jamás la humanidad como un simple medio. Hsspétala como un fin.—Kani,

"El hombre debe retórsr bajo Dios la arapaia de la Naturaleza ir el «B pirita en f jrma de voluntad racional y por at poro bien.—JTraiuM. '

Que la verdad ostente todos sus ea-plendorea en la tierra; que se desnio. men los templos y caigan hectws polvo los tronos, y se soterreo bajo el fangfo lea adoradores del vellocino de oro si •e interponen en su camino. ¡Paao, paso i la verdad divinal —£í Stpiritu <ta

asa;

AÉOIV PBECIOS.—Madrid: Tüimestre, 2 peaetRS. id. ProvinoiM:

2,60 id. Extnutjero: Año, 12 id. u l t ramar Año, 3 peaos oro. | Námaio Buelto oorriente, 10 céntimo* de peseta. ídem ídem i atrasado i26 Id.—A los vendedores, 6 reales la mano. j

E l pago se hará por trimes.rea ó años anticipados. I

isa:.A.JD:RTiD

YiePRsa 29 d« Julio d« 1904

Ofiánas,-^Ca31e de San Mateo, 18, 2.o Toda la oorre8i>ond6noia, sea de redacción, sea de admi­

nistración, se dingirá en esta forma: F e r n a n d o Lozano«, Apartado 109r-Madrid.

La Bédaooióh no deVaélve los maniuwitos, ai responde de los articnloB firmados. , .

ÉíáiíiiÉci#i

EnÉiwlsÉa con Furnemont SOBRE

El Congreso áe Roma (tríiclucida de Zíl Ohroniqde de Bruselas).

—«¿Oúiétí va allá?» —Juan Bar. —Entre. —íY tus perros? —No son malos. —jNi aun para un periodista burguésV —Ni aun para un periodista burgués. Esto CTa ea Uale, á la 'puerta de la finca

de Mr. Furnemont, delante del parque todo embalsamado por él perfume dé las rosas que caían en abalanchas sobre sus tallos vencidos.

Entré. El secretario general de la Federación In-

teraacíonal del librepensamiento, estaba ins­talado bajo un macizo dé follaje, delante de una mesa cargada de documentos y de pe-fióditíos.

Escribía. No lejos dé allí, tin chiquillo, sii viva en­

carnación, corría locamente alrededor de ma­cetas r tóaá y, de Ve* en cuando, con una gracia eic[uisita, venía á bacer rabiar á su perrito.

—Éstóy métiáo hasta el cuello en mi Cbiigreso dé Ronía, mé dijo sonriendo Mon-sléUr íurnémoñt. f

—Tanto ínéjor. —¿Porqué tanto mejor? —Pues porque yo venía prectsaméüte á

conferenciar con el secretario general del li­brepensamiento, sobre este acontecimiento.

¿Será grandioso? —Se lo aseguro. Hace dos años que trabajo sin interrup-

cióii en la organización de esta manifesta-éián, que no tiene precedentes en la historia del librepensamiento.

—¿Las adhesiones son muy numerosas? -^Asombran. He recibido un númiefo verdaderamen-

fé incalculable. íámás ningíiíi Congreso ha suscitado tan­

to éiitusiásftio. Vamos decididamente viento en popa; marchamos solos.

Sin enabargo, es conveniente que la pren­sa dirija una llamada al público para provo­car nuevas adhesiones.

És preciso que Bélgica esté representada dignámíente en esta solemne y grandiosa afirmación, enfrente del Vaticano, de los de­rechos del librepensamiento.

Vaticano, librepensamiento, Pió X, León ...XIV.

Mr. Furnemont sonreía; prosiguió: —Ningiiu Congreso habrá tenido Jamás

el carácter de éste, que se verificará en Rprna el 20 de Septiembre próximo.

Cuando se transporta á la primera mani­festación de este género, que tuvo lugar ha­ce un cuarto de siglo, y cuando César de Paepe y el Dr. Goffín y Emilio Perón fueron los organizadores, sorprende lá extensión formidable, adquirida en el. mundo por el movimiento del librepensamiento.

A la verdad, nosotros no hemos perdido nuestro tiempo y, en el espacio de veinti­cuatro años, justos, heñios tenido diez Con­gresos:

Bruselas (1880), Londres (1882), Amster-dán (1883). Auveí» (1885), París (1889)', Ma­drid (1892)-, Bruselas (1895), París (I9€)( , Ginebra (1902),. en fin, Roiaa (1904).

Cada ano de estos Congresos ha marcado unte etíipa en la vía <íé la emancipación, y puedo decir que lá reunión de Roma consti­tuirá una verdadera apoteosis universal del librepenasmieoto.

Caltíttle usted, es en Roni», en la morada de los papas donde nos reunii^émos; además', no se celebrarán como alguna vez en locales descubiertos penosamente, sino en el mara­villoso colegio romano, que el ministro de Instrucción pública de Italia, ha puesto amá-bleo^rite á nuestra diapoSicióü.

Será colosal su resultado y su éxito. Yo lo esperaba. Bstaba seguro del éxito, por Italia parti­

cularmente, después de la campaña de con-f\íi«ncia8, emprendida por mí en este país, ft%l3ajado poruti gérrnen profundo del libre­pensamiento.

La voz de Mr. Furnemont, sin que él lo notara quizá, se animaba y se acaloraba. Era el tiibunofogóso<jijereap#Feeíádepron­to, y yo le veía, en la ilusión derpensamien-to, esforzándose en convertir á las masas, á 1B8'idéSs que cdástituyén todo el fin de »i vida.

En Marzo último, aún emprendió como otro Pedro el Ermitaño del racionalismo, una cruzada triunfal; visitó á Milán, Padua, Venecia, Bolonia, Roma, Ñapóles, Floren­cia, Genova y Turín, por no hablar masque de la península, en cada una de estas ciuda­des, su palabra electrizante resonó como un bronce, despertando al pueblo á las ideas del librepensamiento.

«Cómo, le pregunté: ¿ha sido concebida la orden del día del Congreso de Roma?

—La hemos elaborado de modo que po­damos examinar todos los problemas de or­den filosófico, que actualmente están some­tidos á la atención de los pueblos.

Los más gloriosos representantes de la ciencia y de la filosofía moderna, expon­drán el estado actual de los conocimientos humanos, para deducir la condenación del dogma.

Están inscritos para esta glorificación del librepensamiento:

Ernesto Haeckel, profesor de la Universi­dad de Jens; Henig Maudsley, antiguo pro­fesor de la Universidad de Londres; Nicolás Salmerón, profesor de la Universidad de Ma­drid, presidente de la República española; Marcelino Berthelot, secretario perpetuo de la Academia de Ciencias, miembro de la Aca­demia francesa; Roberto Ardigó, profesor de la Universidad de Padua; César Lombroso, profesor de la Universidad de Turín; Jacques NoviCow, profesor de la Universidad de Odessa; Bjóiñstjéme-Bjóinson, Guiseppe Ser-gi, profesor de la Univsrsidad de Roma.

La cuestión del dogma y de la ciencia es el primer objeto en la orden del día; después vienen el Estado y las iglesias, bajo el pun­to de vista de las relaciones diplomáticas, Gustavo Hubbard, (abogado en París y di­putado, es el ponente); el Concordato, la se­paración pública (el diputado españoljunojj; el laicismo en la enseñanza (ponente MOH-sieur Sergi, profesor de la Universidad de Roma); la obra de las misiones (poneif-te Mr. Heaford, publicista en Londres).

Eu fin, el Congreso tomará acuerdos para la organización de la propaganda interna­cional, y resolverá un plan de acción co­mún.

Todos los países enviarán delegados. Citemos entre ios Belgas: Mme. Gatti de

Gamond, M, M. Héctor Denis, Guillaume De Greef, Georges Lorand, Charles Mague-tte, Julesdes Essarts, Henri Crombez, Celes-tiu Denblon, etc.

Entre los que se han adherido, es preciso contar el cuerpo profesoral, casi entero, de ki Universidad libre de Bruselas, y á la ca­beza á Goblet íl'Alviella, Vandeskindere, Rouseau, Anspách, Tarirel, Horta, etc.; la mayor parte de los diputados socialistas, los -250 grupos del librepensamiento; las logias masónicas, especialmente «Loéi amigos filan­trópicos», de Bruselas, y «La libertad», dé Gante, etc.

La dei^acióa francesa será muy nume­rosa; recuerdo al azar los nombres de Mon-áieürs Ferdinánd 'BuiSsón, Gabriel Séáilles, Aul^rd, GeOrgés Renard, Saferre, ¡.Hubbard, Charbonell, Chauviére, etc.

Italia está representada por sus más gran­des pensadores; en él comité del Congreso éncuáatrO á MM. Napoleónelüolajanni, pro­fesor de la universidad de Ñapóles, diputado del Parlamento; Andrea Costa, diputado del I^rlamento; Dr. M. Cristóforos, diputado del Parlamento; Enrico íerri, profesor de la universidad de Roma, diputado .del Parla­mento; Antonio Pellegrini, diputado de Ge­nova; Mario Rapizardi, profesor de la univer­sidad de Catauia (Sicilia).

Habrá delegados de los Estados Unidos, de Inglaterra, de Alemania, de Rusia, de Ho­landa, de Suiza, de Hungría, etc.

España fletará un vapor que saldrá de Barcelona y llevará varios centenaíres de de­legados. A bordo sé encontrarán los famosos Coros de Clavé, célebres en toda España, de los cuales se embarcarán 200 y darán audi­ciones en Roma.

—¿Y las condiciones del viaje? —Serán extraordinariamente accesibles.

Hemos llegado á obtener condiciones abso­lutamente inesperadas; jamás se habrá ofre­cido ocasión más propicia á los intelectuales para visitar á Roma.

Los delegados, especialmente, tendrán derecho á una cartilla personal de viaje, con Qna reducción del 40 al 60 por 100, según las distancias kilométricas -«sobre todos los ferrocarriles italianos» desde el 10 de Sep­tiembre hasta el 9 de Noviembre inclusive.

Por otra parte^ la «Navegación General Italiana» concede á los congresistas para to­

das sus lineas, una reducción del 50 por 100, pudiendo aplicarse aun para los recorridos interiores entre los puertos y las islas del reino, y con una duración de tres meses.

—¿Y en lo que concierne especialmente á Bélgica?

—Nosotros nos encargamos de todo. Me­diante 250 francos solamente, el congresista estará alojado en los mejores hoteles y dis­pondrá de un billete de segunda para el fe­rrocarril; el viaje durará 9 días, de los cua­les cuatro enteros se pasarán en Roma. ¿No es ésto magnífico?

Yo iba á cometer un imperdonable lap­sus, iba á decir; «los peregrinos...> Me detu­ve á tiempo.

—¿En qué fecha—pregunté—los congre­sistas saldfáíi de Bélgica?

—Saldremos de aquí en la noche del 17 de Septiembre, para reunimos |en París al grueso de la caravana y dirigirnos, al otro día, hacia Roma, en tren especial.

Encontrarse en presencia de M. Foiirne-mont, someterle al escalpelo de la interwiew y no hablarle de política en el curso de la-pequéfia operación hubiera sido faltar á los más sagrados deberes de la profesión. Yo me arriesgué.

—¿Qué se hace pues, el hombre político? —En este momento—respondió el ex-di

putado por Charleroi-se dedica al librepen­samiento; así como después de cerrado el Congreso emprenderé una campaña de con­ferencias, esta vez al Mediodía de Italia; en Sicilia, en Túnez y en Argelia.

El crepúsculo caía. Una dulce, tibia tem­peratura impregnada de los olores del par­que subía del suelo caldeado. Una gran cal­ma reinaba. El delicioso chiquillo de antes vino abatido, vencido álos brazos de su pa­dre, que acariciaba afectuosamente sus bu­cles rubios y me repetía la palabra con la cual caracterizaba su Congreso, el secretario general del Librepensamiento, al recibrme: «Será grandioso».

Jt'AN B A R

ilremosi Nos ha visitado una comisión del Direc­

torio de la Juventud madrileña. —Iremos á Roma, nos han dicho los tres

jóvenes que la componían. ¡Cómo! No lo sabemos, pero iremos.

Tenemos voluntad, é iremos. Eso es. Asi obran los hombres que sien­

ten fervor poi* las iddas. Ahora, los jóvenes republicanos de Saü-

tander, al ver que se,Íes prohibía embarcar­se para asistir al mitin de Santoña, dijeron: — Pues bien, iremos.

Y recorrieúdo un trayecto de treinta y tantos kilómetros, bajo un sol que',vertía oleajes de fuego, fueron.

Pero hacían más loa jóvenes italianos en los días heroicos cuando sé oiá en Italia el clarín de Gíaribaidi llamando ftl combate para hacer una patria, libre de Borbones y de papas; los jóvenes que asistían á las aulas y hasta á las escuelas decían:

—Iremos. Y se escapan de las clases y huían de sus

casas para ir á veces descalzos, á ofrecer al héroe de los ojos azules sus vidas para la obra de hacer patria. ¡Cuántos de ellos ca­yeron! Pero al fin llegaron. La patria que­dó hecha:

Haced lo mismo, jóvenes españoles. De­cid como los jóvenes madrileños: —Iremos, é id allá á giierrar, como los estudiantes ita­lianos, contra el Vaticano que es el mayor enemigo de vuestra patria.

Los jóvenes del Directorio republicano nos han anunciado que tomarán la iniciati­va para constituir 1% Comisión que se en­cargue en Madrid de organizar la expedición de los madrileños y castellanos nuevos á Roma. ' ¡Eso es trabajar por hacer patria!

Barcelona librepensadora «Mañana &1BB diez de la misma, aeverifioari,

el regÍBtr» del hijo de nuestro correligionario José Aren».

La comitiva partirá, de la Fraternidad Repu­blicana del distrito noveno (Camp del Arpa) Montaña 111.

Sé invita k todos los correligionarios k dicho acto.

La Publiadai»

Continúan activamente los trabajos de pra-í paraoióndel Congreso de Boma.

ÍLa comisión de la Casa del Pueblo ka prestado

personal nuevo para ayudar á U eoialsión del Congreso.

Para vender los 1.000 ejemplares de sus obras, que ha regalado Demó/ilo con el ñn de ayudar á los gastos de la expedición, se celebrará una ve­lada en la Fraternidad, donde se subastarán los ejemplares.

Quedan invitados á la velada todos los conce­jales presidentes de circuios de todas las agrupa­ciones populares barcelonesas que tienen el deber de ayudar á esta obra del honor eatalán.

Sa organizará además un festival artístico de mucha importancia, porque en él tomarán parte las notabilidades artísticas de Barcelona.

Festival monstruo á que concurrirán todos los coros de Clavé, Barcelona democrática corre­rá 4 participar en esta fiesta grandiosa para dar sus ofrendas á ios enérgicos luijhadoreB que tan bravamente se esfuerzan por honrar el nombre catalán.

lift ~mm OElt "EOíDflWO . La hoja semanal que publica el Journal

de 0/iarlevoi dando cuenta del «Movimiento Internacional del Librepensamiento» admi­rablemente redactida, por cierto, por Mon-sieur Eiigéne Hins, después de traducir al­gunos párrafos del artículo que consagrába­mos á excitar á las respectivas regiones es­pañolas á fletar cada una su barco para ir á Roma, agrega de su cuenta:

«Nosotros, gentes frías y razonadoras, po­demos sonreír ante ese entusiasmo meridio­nal, pero en el fondo esos llamamientos de tonos guerreros, que recuerdan los tiempos heroicos del Bommcero no son para degra­darnos.

Y no encontramos razón, porque el ardor caballeresco de los compatriotas del Cid, tan mal empleado otras veces en romper cabe­zas y agujerear pechos, no se ha de emplear en más altos fines, en los cuales realizaría maravillas».

Puede el distinguido colega, autor de esas líneas, dar por hecho que los compatrio­tas del Cid van á emplear sus ardores no agotadas en realizar esos altos fines.

Las batallas de la fuerza van teniendo aquí pocos partidarios. El pueblo ha ido de pésima gana á Cuba y Filipinas lo cual ex­plica la fácil victoria de los yankis. Mien­tras estos resucitan el espíritu cesariata de los españoles del siglo xvi, el pueblo espa­ñol odia cada día más intensamente el cesa-rismo y cuanto represente imperio de unos hombres sobre otros, en cambio ama con creciente ardor la República, la emancipa­ción proletaria y la libertad de concien­cia.

A no faltar tiempo material para organi­zar los viajes por mar á Rofüá, estén segu­ros nuestros amigos extranjeros de que no había región española que faltara pon su barco. ' •••

Personas entusiastas y capaces de reali­zar ese sacrificio sobran sin duda en cada región.

¿Pero cómo se ponen' de aCüérao? Cómo contratan buques? ¿Cómo recaudan fon­dos?

No faltarán empero ocasiones en que se portentice ante todos los ojos que la demo­cracia española es hoy la que ama más in-Umstmerite Im mis altos ideales de la hu­manidad.

Postales para el Congreso de Boma.

La Comisión barcelonesa encargada de preparar el Congreso de Roma, va á celebrar una Exposición de tarjetas postales, vendién­dolas en pública subasta, para aplicar su producto al fondo de la expedición á Roma.

Apenas ha dirigido las primeras cartas á personalidades ilustres del extranjero, ha recibido favorable contestación, de suerte que han llegado ya á Barcelona tarjetas de los personajes siguientes;

Arcangelo Ghislerí, Catedrático, Berga-mo (Italia).—12 postales y fotografía.

Roberto Ardigó, gran Filósofo, Padua (Italia).—Postales y fotografía.

León Furnemont, Bruxeles (Bélgica).— Postales.

Napoleón Colajanni, Diputado, Ñapóles (Italia).—Postales y fotografía.

Enrico Ferri, Diputado, Rome (Italia).— Postales y fotografía.

Héctor Denís, Diputado, Bruxeles (Bélgi­ca).—Postales.

He ahí el primer testimonio de simpatía que los hombres más ilustres envían á Es­paña sin otro motivo que los trabajos prepa­ratorios que hemos comenzado á hacer para asistir al Congreso ¿Se aprecia biei>el resul­tado que obtendremos si acudimos á Roma en mayor número que las otras delegaciones extranjeras?

Hay que imaginar bien el delirio con que aquel pueblo italiano, tan artista y tan amán-te,de su naciente nacionalidad, vería for­marse en la Puerta Pía ila puerta de su glo­ria nacioual! el día 20 de Septiembre, su ani­versario sagrado,un batallón de mil españolea que atravesara las principales vías cantando la Marsellesa. Los balcones se llenarían de gente. No se cabría en las calles. Gritos de ¡Viva España! atronarían los aires.

¿Cómo puede haber un español que, ante esa sola perspectiva no se disponga á sacri­ficarlo todo por contribuir á tan grande em­presa de reivindicación nacional?

Rogamos á todas las personas de signifi­cación en la política, eu la ciencia y en laa letras, cuya firma pueda interesar al público que se apresuren, como lo han hecho esos ex­tranjeros, á enviar sus tarjetas postales k la comisión de Barcelona.

Todos los diputados, todos los directores de periódicos republicanos, todos los catedrá­ticos, todos los presidentes de Junlas provin­ciales y municipales deben, aun sin recibir invitación especial, apresurarse á enviar sus tarjetas postales imittmdo á los grandes hombres extranjeros que han prestado con tanta voluntad y pwmura ese generoso ser­vicio á los luchadores de avanzada, honor de Cataluña y de España.

Para la representación de Las en el Congreso de Homa

Pesetas.

Suma anterior 319,70 D . Adolfo Hernández, M o t r i l . . . . . . . . . . 15 D . Joaquín Caballero, Medina dó las To­

rres , C 60 D . Manuel Sobrino, Areoibo (Puerto

rico) . 11 D . Francisco Garcia Novo, Padrón 6 D . José Salaaar, Medina de P u M a r . . . . . 2,S0 D . Mariano del Val, B u r g o s . . . . . . . . . . . 1 D . Casimiro del Val, idem 1 D . Santos del Val, Ídem i D . Genaro del Val, idem. , . 1 D . Elias Chavarria, idem 1 Centro Obrero republicano, Villalba dé

los Barros 6 B . Juan Gómez y Ortis, Minas da San

Qaintia 1 D . Bernabé Simón Rios, ídem 1 D . Domingo MuliDa^idam 1 D . Francisco Gallardo Martin, i d e m . . . 1 D . Baldomeró Rodrigues Rodrignes,

idem 1 D . Juan Tasiua, idem 0,50 B. Nicpláa Bamlroz Vil lar, idem. 0,50 D . Cándido MotaEsteve, i d e m . . . . . . . . . 1,50 D . Pablo Mafloü Moreno, i d e m . . . . . . . . . 1 D . Bruno Buiz Dalgado, idem 1 D . Jacinto Moreno, idem: ; 0,60 D . Lope Palomo Laso, idem 0,76 D . Diego Gallardo Velasco, idem., 2 D . Trinidad Mota, id^m ,,•.,, 0,50 D . Mamerto Clemente Vallcjo, i d e m . , . 0,40 D . Antonio Benitez, idem 1 £(. Laureano Nogales, idem 1 Ds Juan José Sfídalgo Ortiz, niño de 11

años 0,26 D . José Palomo Laso 0,50 D . Manuel Lafart Herráis, libre 1 Doña Gregoria Láfart Ser ia i z 0,B0 D . Juan Murillo F e r n a n d a . , . . . . - . .> . . . -. JL -D . Sacramento Limón del Castillo 1 D . Pedro Fernándea Sanche. . í',.. . i . ; . I Doña Jobita Muñoz 1 Doña Eulalia Guisado Eodriguez, Moh-

tíio (Badajoz) 0,60 D . Juan José Bodriguez, idem 0,60 D . Vicente Prieto, idem 0,60 D . José Alvarez, idem , , . 2 D . Julián Bermejo, Garrovilla, idem. . . 0,25 D . Antonio Bivero, Mérida, i d e m . . . . . . 0,25 D . Carlos RastroUo, idem id , . 2,60 D . Ángel Fernández, idem id 1 D . José María Ruiz, idom id 1 D . Juan Molano, idem id í ; D . José Rodríguez, idom id. 0,50 D , Máximo Gómez, (Badajoz) 1 D . Baanabé Rodríguez, Montijo 0,50 D . Manuel del Horcajo, (Badajoz) . . . . . . . . I D . Julián Oarnerero, Puebla de la Cal­

zada í. D . Manuel Martin, Badajos: 0,50

Lotes de libros. D . José Bueno, Almería , . . 3 Sociedad de librepensadores RLUZ de la

Verdad», Vigo 25 D . Blas Gabiérrez, Falencia 3 D . Diego Raiz, Mazarrón 3

ToTAii. 433,60

Mitin de la Juventud Zaragozana La Juventud zaragozana se prepara á realizar

el domingo próximo un gran mitin anticlerical para protestar del repugnante convenio con el Vaticano.

Para asistir á aquel mitin irá de Madrid una numerosa representación del Directorio de las Juventudes Republicanas españolas.

Esperamos que la nota que dé Zaragoaa en ese mitin será enérgica y resuelta, como corresponda á BU carácter.

La España liberal estinguió á los frailes hace más de medio s ig lo . Luogo, traidorament», los moderados loa introdnjoron por ol Concordato. Pero habían de ser tres órdenes, no más .que tres órdenes.

Ahot&, Matif a, con un cinismo quo oábmBn ^nodáadne m i s atrás que los moderados, vo lv i ta-

Page 2: Muerte de bernad a manos del cura 1904

K.ei« iVomini'tíariliiá •a^t.iewS-'l'-S'f-t»

do 4 la España tradieionalista, reconoee todas las órdenes.

Eso es un reto inseneafco á la España liberal; 680 es esonpir sobro las tumbas de tantos libera­les como dieran sus vidas por lograr la expulsión de los frailes.

Zaragoza que se destaca en nuestra España liberal es, entre todas las dom&s ciudades como el lucero de la mañana entre las estrellas; es pre-eiso q ue manifieste que no eati dispuesta á, con-sendr esa burla hecha i la ley m&a amada que promulgaron sus mayores y que tanta sangre les costara afirmar.

La Juventud, esperanza de una futura patria totalmente libre, tiene un deber especial en mos­trar su resolución invencible de no tolerar el con-Tenio da Maura.

Tributos para el Congreso. Quiere un querido lector de un pueblo mine­

ro de la sierra de Córdoba, que le enviemos una circular ardiente en la cnal se excite á contribuir i la suBoripción que tenemos abierta para el Con­greso de Roma 6, fin de repartirla entre sus con­vecinos & quienes ha consultado ya y ve dispues-tofl á asociar su nombre y su pequeña oirenda i, «M obra.

No hace falta. Basta que nuestro comunicante les excite de palabra con la sencilla elocuencia que rebosa en laa lineas que nos dirige & formar en la hueste sagrada que va & dar en Roma las m&s grande de las batallas que se han librado con­tra la Infame. Del Congreso de Roma van á salir muchas cosas ¡algunas inesperadas! Ya del Con­greso dé Ginebra salió aquel formidable movi­miento librepensador francés que ha contribuido en primer término k la batalla de la República francesa contra la Iglesia que cada dia se com­plica y aeent&a más.

Pues aún seri mayor el influjo del Congreso «lo Roma en el movimiento universal do la de-mo(»aoia contra el poder de las castas privile-giadaa que se le oponen al paso, siendo el obs­táculo principal que encuentran para su emanci­pación las masas proletarias. Asi, es una suerte de instinto el que mueve k los obreros de la alu­dida población minera k querer asociarse 4 ese grandieso movimiento emancipador.

Con las libranzas para la prensa que se ven­den en todos los estancos, habiéndolas hasta de 60 céntimos se facilita mucho el tributar para esta obra .«Todo obrero puede, al menos, comprar dos libritos como el de «Qi<é es el Librepensamien­to» y «Qui es el tocieilismo», que son de tanta uti­lidad para iniciarlas en los dos ideales de carác­ter internacional que agitan hoy mis los espíri­tus y contribuir asi, 4 la vez, al Congreso de Boma y 4 BU propia ilnstración.

Gomo se compra tabaco en los estancos se-pueden comprar libros de nuestra biblioteca. En­viando una libranza de 50 céntimos, con el nom­bre y dirección del que la remita (no hace falta certificar la carta) se mandarán los citados li-britos y se bai^ constar el tributo en el periódi­co. Poniéndose de acuerdo varios obreros pueden adquirir lotes de libros y repartírselos con lo que los resultaran 4 una extrema baratura.

Vea el buen obrero, cuya carta motiva eatag lineas que, 4 pesar de no haber podido ocuparnos hasta hoy de su carta (por la acumulación cre­ciente de cúrrespondenoia que llega á nuestra redacción) no hemos dejado de estimar su gene­rosa iniciativa que tanto le agradecemos.

ADHESIÓN B u e n o s o b r e r o * .

D. Fernando Lozano: Los que soBoriben, grupo librepensador, tie­

nen la alta honra de erigirlo á usted para que

•los represente en el Congreso internacional que se celebrará en Roma el 20, 21 y 22 de Septiembre próximo, dándole con sus firmas autorización en nuestro nombre, para que 4 esa polilla que se lla­ma clero, ruede confundida entre el polvo de su hipooiesia ante la luz de la ciencia y de la ver­dad.

Juan Gómez Ortiz, Bernabé Simón Rios, tJn niño de 11 años, Juan José Hidalgo Ortiz, Juui Murillo Fernández, Biégo Gallardo, Jcsé Palomo Laso, Sacramento Simón y Castillo, Manuel La-íor, CSidido Mata, Pablo Muñoz, Antonio Beni-lez García, Francisco Gallardo.

Minas de San Quintín y Julio 1901.

Contra el convenio vaticanista.

Adhesión al Congreso.

Ciudadano Director de LAS DOMINIOALBS.

Apreciable maestro: salud. Los que suscriben, lectores incansables del

digno semanario que dirige usted, y socios del Centro de Unión republicana de esta ciudad, pro­testan contra el convenio hecho por Maura con el Vaticano y se adhieren de todo corazón al Con­greso de Roma, nombrando de representantes á usted, querido maestro, y á nuestro jefe D. Ni­colás Salmerón.

Antonio García Ortiz; Manuel García Ortiz; José García Chamizo; José Panadero Jiménez; Francisco Polonio Castro; Francisco Cruz López; Joaquín Duque y Luque; Rafael Barbero Pana­dero; Francisco Ramírez Pérez, concejal; José Córdoba; Francisco Pino Marqués; Miguel Cór­doba Cilez; Manuel Ramírez Márquez; Manuel Rosal Luque; José López Serrano; Manuel Cabe­llo Hidalgo; Francisco Pérez Carmona; Federico Duque y Luque; Rafael Duque Herrador; Juan Casado; José Duque Herrador; Francisco García Márquez; Acisclo Herrador Sánchez; Antonio Polo García; Miguel Sánchez Jordano; Francisco Martínez Márquez.

Republicano cumplido. Nuestro muy querido correlig-ionario Don

Herineneg'ildo Ayuso, á quien tanto debe la brillante oraranización republicana dé la ba­rriada del Puente de Vallecas no.s dice en carta lo sig-uiente:

«Desde luego me hallo decidido á ser uno de los mil individuos necesarios en esta región para fletar un buque con objeto de que el viaje á la capital de Italia, se haga con relativa economía y aunque no tengo seguridad de asistir al l'on-greso, á pesar de ser este mi deseo, no tengo in­conveniente en ayudar 4 la comisión organizado­ra en sus trabajos, particularmente, pues, como individuo de la misma, no pueda hacer nada por mis muchaii ocupaciones.»

« « *

Eso es un republicano cumplido. No pue­de ir á Roma pero tiene su bolsillo dispuesto para contribuir al viaje. Realmente eso es lo equitativo: el que va hace más sncrificio que el que se queda, ya que este se ahorra las molestias del viaje y sijfue aprovechando su trabajo. Pero son pocos los espíritus ani­mados de ese profundo sentimiento de equi­dad y de justicia.

Sin embargo, con tiempo suficiente no tenemos duda que se hubiera encontrado en cada región un millar de republicanos capa­ces de realizar ese sacrificio cosa que hubiera sido base inconmovible del crédito de una nueva España amaday admirada del mundo.

CONGRESO INTERIÉACIONAL DE LIBREPENSADORES DE ROMA

2ú''2f-22 efe Septiembre de ÍS>04.

A D H E S I O N E S Y R E P R E S E N T A C I O N E S

OBüPO Ó INDIVIDUO EBl'BB8BNTADO

Familia Librepensadora Joaquín Ramos y Ramos Cándido Kapata y Valera Samplón

Bamirez Antonio y Rafael Dohón . .• Alfredo Galindo. Antonio Aceña Basilio González Bermúdez Antonio Pérez Bermúdez Grupo republicano Librepensador. La Logia, unión fraternal número

204 Juan Gómez Carrascal Ezequiel González Sánchez Julio Joieph y Robert. Francisco Joseph y Robert Salvador Josep y Robert Francisco Robert y Moiiner María Robert y Moiiner Junta Municipal Republicana Grupo Librepensador Sociedad Luz de la Verdad Ayuntamiento Bimbodi Casa del PneMo La Lucha £1 Autonomista Centro Republicano Eulalia Guisado , Juan José Rodríguez Vicente Prieto y José Alvarez Julián Bermejo y Antonio Rivero. Carlos Ratrelio y Ángel Fernández

Lujan José María Ruiz Juan Molano JosS Rodríguez Q^monoles Máximo Q^mez Hernández Bernabé Rodríguez Manuel del Horcajo Julián Carnerero Manufl Martin Grupo de republicanos librepensa-

doreg , Luis Zurdo Olivares (Concejal)...

P Ü H B L O

Velilla de Cinoa Almodóvar del

Juan Bautista. . Bisumbre

La Espina y Pe-

Puebla de la

Velez-Málaga. .

P E O V I K C I A

Castellón de la

Cuba

NOMBRE DTiL BBPRBSXNTANTB

Femando Lozano. ídem. Fernando Lozano y Nico­

lás Salmerón.

ídem. ídem. ídem. ídem. ídem.

ídem.

ídem. ídem. Fernando Lozano. ídem.

ídem.

ídem. ídem. ídem. Cristóbal Listrán. ídem. Fernando Lozano. ídem. ídem. ídem. ídem.

ídem.

ídem. ídem.

ídem.

ídem. ídem.

Ideiri . ídem. Luis Zurdo Olivare».

Discurso del Srm Saimeróm

en defensa de la proposición contra la clasificación de los partidos en legales é ilega­les

{Conclusión) Este, es pues, principio común, y á partir

de él, se ha de discutir. Yo voy á.«eñalar to­das las declaraciones, voy á apuntar alguna.';, aquellas que entrañan mayor transcendencia y pudieran, por lo mismo, ser objeto de con­tradicción; y bastará aplicar el proceso lógi­co para reconocer la legitimidad de ellas-después de sentado ese para toilos nosotros inconcuso principio.

Sale al paso á la determinación, en la se­rie, porque es gradual, de los principios que de esa cardinal se derivan, una disiinción que, meses ha, cuando ocupaban ese banco otras personas, se solía oponer á nuestra tra afirmación, sosteniendo la integridad y el valor de carácter absoluto de ese principio de lii legalidad de los partidos políticos. Me refiero h aquella distinción que se establece entre los partidos y los actos.

Y aun- cuando yo no pretendo ahora en este momento, después, claro está que cum­pliré mi deber y ejecutaré derecho segiin el debate se desenvuelva; aun cuando yo no pretendo ahora hacer de nada materia (le po­lémica, diré que hasta era difícil poder reco­nocer á tal distinción un valor de ingenio; valor de realidad objetiva absolutamente im­posible. Porque si se viniera á calificar los actos de ilegales en la función de los parti­dos políticos ¿qué valor tendrá la represen­tación de carácter categórico, absoluto de la legalidad de los partidos políticos? ¿Es que han de ser parte inerte¿ ¿No han de pensar, no han de obrar según piensen? Es que en el momento que traten de enunciar su pensa­miento, ya el pensamiento cae hnjo la san -Clon penal? ¿Es que cuaudo trate de encar­nar ese pensamiento en el acto, sin apelar á la violencia, es ese acto encarnación del pensamiento materia penable?

Sostengan tal afirmación reparando que en toda relación de la vida, señaladameute en aquella que concierne k la política, hay algo que ya no puede ser ciertamente male­tería de debate, porque el proceso de la his­toria, el reconocimiento de principios de ca­rácter científico, las exigencias y las comli-ciones mismas de las cuales hoy depende la complejidad de la vida social, y el haber de una manera definitiva desaparecido todo lo que pudiera poner en relación de carácter de pecado en el orden moral y de virtuoso en el orden jurídico del Estado, el pensamiento y la idea, no hay en la hora presente quien no tenga todo eso por absolutamente impe­cable, porque en la esfera en la cnal comien­za la moralidad para las acciones, y con la moralidad la determinación de la caUficación jurídica de los actos, es aquel a en ia cual las determinaciones de la razón en la elabo­ración (le las ideas llega k encarnarse eu la determinación de los actos, y como en aque­lla complejidad en la cual puedo la idea y el pensMmienlo llegar á tener el carácter sus­tantivo de un acto es cuando pudiera caer dentro del orden jurídico y como esto es no­toriamente incontrovertible, resulla que no cabe establecer, con el carácter de tesis, que i;i absoluta declaración de la legalidad de los partidos no haya necesariamente de aplicar­se á la legalidad general de todos los actos que no haya sido materia concreta de san­ción en la disposición penal, y á mi me bas­ta, al presente, con determinarlo en esa for­ma concreta.

Y bien, señores; si ha de ser ese nuestro criterio, el común, digo aquí nuestro, el de toda la vida legal del Estado en España; porque yo no pretendo, sobre todo ahora, ui en lo que he enunciado, ni en lo que de aqui en adelante, hasta terminar estas ob­servaciones, que deseo tetigan carácter de absoluta exención de prejuicio de partido, haya de decir, no intento, ni en el concepto, ni en la expresión, pensar ni formular cosa alguna que pueda establecer división de cri­terio entre ninguno de los firmantes de esa proposición, y atm de aquell* s que la han autorizado, en realidad, con decisión firmí­sima de su conciencia; y bien, repito, ¿no es una necesaria indeclinable consecuencia de ese principio, el de que es perfectamente lícito el ejercicio del derecho que tienda en relación al régimen imperante, á llegar den­tro, claro está, como que no se discute otra cosa; dentro de la órbita trazada por los pre­ceptos constitucionales y delimitada por la sanción penal, á estos tres, digámoslo así, términos que determinan la contienda en el proceso de la vida política entre los partidos que se contradicen para hacer de ellos órga­no á la conciencia pública, á fin de que ella decida?

Los términos son estos: primero, en rela­ción de todo orden, porque ya no hay cier­tamente nadie; aun aquellos que entienden que se ha encarnado y contrafundido en el nuevo régimen el principio tradicional del derecho divino; no hay ya nadie que pre­tenda establecer un título de carácter excep­cional respecto de ninguno de los princi­pios en la Constitución establecidos, porque todos ellos, sin excepción, por virtud de ese criterio que sustento, son estimados por igual como reformables por dictados inape­lables de la conciencia nacional, mediante el ejercicio de las libertades públicas, claro está que en eso se determina la contienda en las condiciones de legalidad; y para que pueda ser íntegramente reconocido en esa progresión el ejercicio del derecho, es fuer­za establecer que e?? lícito censurar, que es licito criticar, que es lícito combatir; tres términos que responden á tres momentos y procesos de la contienda de los partidos po­líticos. Porque ¿de qué serviría que se reco­no "iese á los que estamos fuera de la órbita gubernamental, pero no fuera de la órbita legal, que importa fijar bien la diferencia; de qué serviría que se nos reconociese la legalidad de nuestra existencia si no hubié­semos de tener e) derecho de expnner ante la conciencia del país aquellas razones, por virtud de las cuales estiraanios que es pre­ferible e! régimen republicano al monár­quico, que es preferible al imperio ejercido por la rama de una monarquía el ejercicio de ese imperio por otra? ¿No sería perfecta­mente irrisoria, no implicaría un sarcasmo el pretender que tenemos derecho para enun­ciar el pensamiento, pero nu para llegar h la posibilidad de que un estado de la con­ciencia del país determine una nueva base á la organización del Estado?

Y lio tifue. í-eñores diputados, importan­cia definirlo bietu no tiene mayor alcance, pero no le tiene tampoco menor, el término combatir que en la tercera de esas declara­ciones se emplea; y ese término combatir, por su carácter categórico, por su índole de absoluto, por afirmativo de que mediante el ejercicio de la libertad puede transformarse el estado de la conciencia pública para afir­mar nuevos principios que determinen la base de la organización del Estado, es el que todos los firmantes de esta proposición hemos querido afirmar, es lo que la parte de esta Cámara que no la ha autorizado con su firma, entiende también, sólo que en el caso parecía que deseaba se agregase un término que ni le quita ni le presta fuerza, pero que era ocasionado á confusiones, el de combatir dentro de las vías legales. ¡Ru­mores.)

Porque es claro, señores diputados, y sobre eso llamo vuestra atención, que cuan­do se afirma en esa declaración ei perfecto derecho de combatir la Monarquía, bien entendido para que la Monarquía pueda ser sustituida por otro régimen, se pone in­mediatamente un límite, límite en el cual, por lo mismo que aquí todos nos debemos en relación de una sinceridad perfecta, yo debo afirmar que no necesité que nadie me lo dictara, que yo mismo impuse por fórmu­la, hasta ver el límite de t.du pumo infran­queable en esa relación á que responden ¡as declaraciones de e.sa proposición, los res­petos constitucionales deijidos al Jefe del Estado.

Yo entiendo que eso es un límite que de­bía ser anunciado al á por la manera como cada cual piense, ¡si el pensamiento tiene una virtualidad de esencia divina precisa­mente en su valor individual! que debía cumo limite exclusivo, salvo alguien que estime que por la manera peculiar de conce­bir el ejercicio de ese derecho, debía, por el contrario, circuuscribirse á la órbita de lí­mite adentro, y yo uo tuve inconveniente alguno en que la frase por mí primeramente escrita fuese por esa (tra que ahora consta en la proposición sustituida. ¿Es así?

Y cuando están señalados todos esos lí­mites infranqueables para combatir á la Mo­narquía, y cuando toda la proposición tras­ciende al ejercicio de ese derecho, ¿qué po­día venir á significar la expresión de las vías legales? ¿lis que, por ventura, lo que nosotros ahí proponemos ó anunciamos, es algo que teuga, ni en el propósito ni eu la inteución miras al ejercicio de derechos que DO sean aquellos regulados y amparados por las leyet ?

Y si se viene á ampliar cuando se trata de combatir eso, ¿no se está viendo fácil­mente que podía por ahí introducirse esa ar­bitrariedad de autoridades gubernativas, y aún confrecuenoia, mediante (salvo respe­tos personales) la siniestra intervención del ministerio fiscal en los propios Tribunales, para que se cercenara la integridad y el ca­rácter abíoluto de ese derecho?

No queremos nada confuso; no queremos nada ambiguo; no hay otros límites en lo regulado por esas declaraciones, que aquello que la declaración misma contiene, y hemos procurado emplear palabras tan concretas, tau categóricas, que no se prestan á inter­pretaciones de ninguna clase. Si hay alguien que pretenda interpretarlas, es que ese no quiere aceptar sincera é ingenuamente esos derechos de carácter constitucional que pre­ceden (por lo mismo que son texativamente establecidas como base para el límite de las leyes) á toda posible acción de los poderes, desde el Poder Real hasta el del último dele­gado de la autoridad.

Otros dos puntos sólo requieren de mi parte algunas observaciones. Aquí, y cues­to uo me recomiendo, lo personal es lo de menos, recomiendo lo que digo á vuestro benévolo juicio; pur lo mismo que á todos importa que podamos vivir dentro de condi­ciones exentas de pasión, de violencia de partido y de atropellos de autoridades arbi­trarias, aqui no hay nada, abso.utamente nada que responda á determinado criterio del partido republicano, sino al criterio de-finitio, expresado, taxativamente formulado por la C mstitución, por las leyes y por la sanción penal. Y lleyamos en esto á lo que viene constituyendo entre nosotros un esta­do, señores diputados, que para aquel que ama el orden, podéis creerlo ó no creerlo, me importa poco, tengo el derecho de decir lo que pienso y lo que siento; para aquel que ama el orden, por exigencia consustan­cial de su naturaleza, como yo lo amo y co­mo he procurado demostrarlo en todas las relaciones de mi vida, no puede menos de ser altamente repugnante y odioso. A pesar de todas las desdichas porque hemos pasa­do, nada me amarga tauto, nada me hace sentir tanto como el que no convivamos en el espíritu de los pueblos cultos. Porque el orden material, que es el único que aquí nos preocupa, es el grosero, es el de la horda ó de la tribu; pero el orden moral es el consus­tancial en la vida de un pueblo culto.

Y es de todo punto incompatible la exis­tencia de esa orden, el espectáculo que á diario vemos de republicanos que gritan ¡viva la República! de delegados de la auto­ridad que persiguen á IQS que dicen jviva la República!, de fiscales que denuncian á los unos y de otros que no denuncian; de Tribunales que absuelven y de Tribunales que condenan. Ese espectáculo, señores di­putados, es indigno de un pueblo culto, y es menester que eso acabe de una vez para siempre. Los republicanos tenemos la firme la arraigad» convicción, cpu profesar reli­gioso culto á las condiciones y exigencias necesarias para la afirmación del orden ma: terial antes que á las del moral, de que el grito de ¡viva la República! es el cual debe de reconocerse la cantidad de las ideas que se elaborau en la intimidad de la conciencia Y esto lo piensan todos los que han firmado esta proposición, lo piensan también aque­llos que no lo han firmado. ¿Y cómo no lo ha­bían de pensar, si las razones de carácter ex tridamente legal, de derecho constituido, no de derecho constituyente, que se invoca son las palabras pronunciadas por el propio legislador del Código de 1870? Nada más, porque basta apuntar las razones. Y queda el último punto.

Ha sido en España, sigue siéndolo por desdicha un hecho frecuente el de que las autoridades se crean con facultades para di­solver por medio de sus delegados las reunio­nes públicas, constituyendo esto una incon, testable flagrante contadicción del principio que afirma el derecho de reunióu pública respeto del cual no tiene ni puede tener la autoridad gubernativa otra intervención que

la de velar por el orden y si algún delito se cometiese proceder respecto de ese delito, en aquella doble relación que no puede ningu­na autoridad desconocer porque si la autori­dad es ignorante, si la autoridad es inicua, es indigna descrío; que es la de que no se cometan delitos por los reuniones públicasi, sino en la relación taxativamente determi­nada per el art. 5." de esa propia ley, pero que nada de lo demás de cuanto en una reu­nión pública suceda puede ser materias de otra cosa quede una advertencia del delega­do al presidente de la reunión y de una co­municación para que procedan contra el de­lito que se haya cometido, el cual sólo den­tro de las condicones prescritas por la ley puede tener el carácter de delito colectivo. Seria, señores diputados, á las alturas en que vivimos y cua;ido ha pasado uu Savigny por el mundo, cometerla más torpe, lo más ignara de las tropelías, el pensar que delin­quen las colectividades, cuando eso sólo va inherente á la determinación de una volun­tad consciente y libre que va encarnada en la determinación individual y que sólo pue­de transcender á la vida colectiva cuando és­ta delibera y resuelve colectivamente.

Y nada más, señores diputados, porque lo último evoca tan triste recuerdo en toda alma bien sentida, que basta con señalarlo para poder abrigar iraa cierta esperanza de que no podrá volver á ¡reproducirse. Cuando está tan vivo el tristísimo recuerdo del IIos-picia y de los asesinatos de Salamanca, es de esperar que no vuelvan ias autoridades a co­meter el vil asesiuato, sin que se cumplan los precectos impuestos por el Código penal, de disparar el tnauser, que sólo puede venir sobre la base de una relación perfectamente autorizada en el orden moral primero en el orden legal después, haciendo que esa san­gre salpique á aquellos que autoricen y con­sientan atentados semejantes.

PARA LA OBRA DE «LAS DOMI}ÍICALES>

Inocencio Alcolea.—Campeche 2 pesetas. Daniel Méndez.—Los Santos 0'25 »¡

Xuz y Sombra A la consulta que nos hace un estimado

correligionario de Asturias avecindado en Ramón, concejo de Soto del Barco, contes­tamos:

Que en efecto lo que índica sobre cons­trucción de cementerios es exacto, pero es cuando se trata de cementerios católicos. Res­pecto á la construcción de cementerios civi­les lio hay que consultar para nada al cura y atenerse exclusivamente á la legislación que nosotros hemos dado á conocer estos días en nuestro periódico.

No es. obligatorio descubrirse ante una procesión. Lo que el Código pena es el escar­nio de las procesiones y demás actos del cul­to; pero probando que no se ha tenido inten­ción de escarnecer el acto católico, el juez cometerá un atropello condenando al acusa­do de esa falta. Así, el que va por la calle á un negocio y encontrando al paso una pro­cesión sigue su camino sin descubrirse con ademán sereno, como sino reparase en que se celebra semejante acto, no delinque.

El articulo 11 de la Constitución dice que «nadie será molestado en el territorio espa­ñol por sus opiniones religiosas» y es infligir la mayor de las molestias obligar á hacer reverencias k un hombre ante ceremonias de uu culto que detesta.

A las intimaciones de esos bárbaros, de esos cafres clérigos y beatos que se acercan á imponer con palabras soeces y con actos de violencia á los que no se descubren al paso del Viático y ias procesiones se debe contestar con dignidad:

—Voy por mi camino; no tengo intención alguna de molestar á ustedes; no me moles­ten ustedes atrepellando la Constitución y mi conciencia.

En España existe la tolerancia de cultos pero no la libertad.

Y como ni la tolerancia se respeta por autoridades sin conciencia, como educadas á los pechos de la Iglesia, y es indigno para un pueblo no gozar de libertad de cultos que hasta en Marruecos existe haciéndose proce­siones católicas en Tánger, mientras aqui no se puede poner un signo religioso en la por­tada de una capilla protestante, no tiene ho­nor ni vergüenza el español que no lucha por la República que establecerá al punto la libertad de cultos.

Comentando los escándalos habidos en el Municipio de Almería, dice nuestro querido colega El Radical de aquella ciudad.

«La vida municipal de Almería está de antiguo envilecida. De ella no se recuerda más gloria que la que alcanzara há muchos años con su austeridad el Ayuntamiento re ­publicano. A partir de la Restauración, la caja municipal no sirvió sino para enrique­cer á unos cuantos farsantes y alimentar los vicios de muchos parásitos sociales. No es mayor la corrupción presente que la pasada; lo que ahora ocurre es que está más visible porque la corrupción vino del brazo de la torpeza en esta ocasión, es más escanda­losa.»

Todo esto es público y notorio en Alme­ría. Allí se sabe que el Municipio es una ren-tina pero están absolutamente ciertos que no hay quien remedie el mal mientras haya monarquía.

Por eso en Almería, por vergüenza, por dignidad, hasta por buen olfato todos debían ser republicanos.

Telegrama de Barcelona: BARCELONA 15 (3,25 t.)—«En todos los

centros de reunión y , particularmente en los aristocrático, el tema de hoy ha sido un suceso sangriento, que se trata dejocultar i

Page 3: Muerte de bernad a manos del cura 1904

Lmm ilcnnlwloiil»*

lu publicidad. Un drama de familia, en el que se asegura han intervenido conao facto-rea importantes, un abogado neo y un sujeto de sotana que se cree pertenece á la Compa-üía de Jesús.

lii suceso se refiere del modo siguiente: la mujer de un aristócrata, después de dar á su marido ocho puñaladas, todas ellas de es­casa gravedad, se ha fugado del domicilio conyugal, llevándose consigo una importan­te cantidad en efectivo y valores en joyas y documentos, refugiándose en un convento.

Sigilosamente fué detenida por la justicia en el convento aludido y conducida á la cár­cel.

Omito transmitir ninguna versión, pues aún cuando la verosímil hace jugar al neo y al jesuíta el papel de instigadores del crimen ninguna se halla lo suficientemente compro­bada.»

No hay honor seguro para las familias, ni aún la vida de los esposos ertará asegu­rada mientras exista el confesionario.

Si los maridos, celosos de su dignidad, prohibieran á sus mujeres acercarse á un clérigo no ocurrirían actos como ese de Bar­celona.

Por ir h presenciar un espectáculo brutal, la lucha de dos fieras, en la plaza de San Se­bastián, ha habido varios heridos.

Entre ellos se cuentan ?quiéu? Dos obis­pos de levita! el marqués de Pidal y Urquijo, el candidato de los jesuítas en Bilbao,

Ahí tenéis lo que es el catolicismo en ac­ción: esos hombres de corazón duru como piedras van á regocijarse en los espectáculos sangrientos en medio de una muchedumbre furiosa, sedienta de sangre y de muerte.

Por la mañana á la misa, por la tarde á los toros, luego á la novena y á la procesión, después al banquete, al palco ó al baile,

4N0 han de dar gracias tales gentes á Dios que les consiente hacer una vida satu­rada de todos los gocer?

En cambio nosotros no hemos llevado á nuestras hijas sin bautizar, á una iglesia, pero tampoco las hemos lie vado jamás á una plaza de toros.

¡Imbéciles los que aún no veis que es la religión la que mantiene nuestro estado de embrutecimiento, de crueldad y de tiranía!

En la próxima elección de un diputado por el distrito de Torrente so presenta como candidato republicano nuestro querido ami­go Sr. San tillan, director de Bl Evange­lio.

El Sr. Santillán viene demostrando que es un luchador de mucho empuje y digno por tanto de representar al partido republi­cano en el Congreso. Esperamos por tanto que los electores republicanos de Torrente echarán el resto para elegirle diputado.

Dice El Progreso de Zaragoza:

«En la cárcel .

Esperábase que el cura matador del se-ftor Bernad reaccionaría pasadas algunas horas y que, horrorizado por la magnitud de 8U crimen, mostraría arrepentimiento, pintándose en su rostro, espejo del alma, la pesadumbre propia del amargor de la con­ciencia acusadora.

Pero no. Bl asesino presentóse ayer ante el Juzgado frío, sereno, imperturbable, igual que estaba cuando el pueblo le maldecía.

Poca mella le hizo la noche pasada en la lobreguez de un calabozo.

Por la mañana comió el rancho de los presos y nada advirtió á sus guardianes ni 4 las personas que le vieron al pasar ante el juez, de la opinión en contrario á ser un cri­minal cínico con el corazón bien templado para la perversidad.»

Puede nadie dudar que la comunión pone las almas dulces y blandas como mieles? He ahí ese clérigo que comulgaba todos los días con la carne y la sangre de un Dios cordero y se ha hecho fiero como un lobo.

No creer en la eficacia de la comunión después de esos ejemplos es verdaderamente un asombro.

EL MITIN üíi SANTONl

FE REPUBLICANA!

Leemos: cSB.OOO prófugos.

Así, en números redondos, son 56.000 los mozos que en los cinco años últim )S se han evadido del servicio militar ocultándose en el extranjero.»

He ahí 56.000 españoles muertos para España cuando están en el vigor de la vida.

Los bárbaros reyes expulsaron á judíos y moriscos.

La bárbara guerra expulsa á los propios españoles.

[Maldita sea la guerra! ¡Maldita sean los ejércitos permanen­

tes!

Ruego á las Cooperativas

La oooperativr de Beus nos ruega la poblioa-oi¿n de lo BÍgniente.

La C o o p e r a t i v a R e b u b l i c a n a Obrera

Suplica & todas las Cooperativas establecidas en España que tengan posibilibad de ofrecer ar­ticules de comer bebe y arder de produoion pm-pia de su comarca se sirviran enviar muestras y precios de ellos.

Guia & esta Cooperativa el hacer tal petici¿a el deseo de establecer lazos do amistad con las de más Sociedades análogas á la par ensayar el mu­tuo cambio de productos tavoreoiendo asi los Ín­teres de las clases productoras.

Estaremos k la reciproca. , BeuB, Julio. 1904. Por la Cooperativa Republicana Obrera.

PrtsidtnU:: José JORDANA .

Secreiario: CRISTÓBAL LISTRAN.

La Correspondencia á nombre de la Üooverativa 8inglis,9 Beu».

Acordaron los republicanos de Bilbao y de Santander ir á darse un abrazo fcateriial en Santoña donde celebrarían juntos un mitin.

Cuando los republicanos santanderinos que habían fletado un buque fueron á em­barcarse ocurrió este notable suceso referido en carta que publica Bl Pais--

«Cuando la gente se disponía á ocupar el barco contratado, que, para más señas, lle­vaba (y lleva) el nombre de Rosario, viene la Comisión y manifiesta que el comandante de Marina no encuentra en el barco las con­diciones debidas para realizar el viaje, por no llevar el número suficiente de salvaoidas; á lo que hubo quien respondió que tampoco los llevabun los correos de la Trasatlántica, sosteniendo algunas malas lenguas que á esto se respondió «que estaban fuera de la ley.» En Ün, que ge observaba un perfecto espíritu d(í abstención. Más, no queriendo los allí presentes que las autoridades se bañaran en agua de rosas, decidieron verificar la jira. ¿Cómo? üunos diez ó doce en el tren; el res­to ¡ápie!

Y aquí es donde empieza la odif^ea, señor director. Figúrese usted un pelotón inmen­so de gente, un número colosal de indivi­duos que inva le la carretera y se pone en marcha, reflejando en sus miradas la inten­ción firme de conseguir el (jl>jeto, denios-traudo en sus movimientos la fortfileza sufi­ciente para vencer la distancia y tmciendo palpable, ante los déspotas modernos, la consideración que siempre merece el estable­cimiento de un derecho.

Complete usted la imagen, teniendo pre­sente las condiciones verdaderamente fata­les en que tuvo que realizarse el paseo, ün sol ttl>rasador, que más que sol era una sába­na de lumbre que envolvía entre sus plie­gue.^ inff rúales á muchísimos cuerpo.-: una atmósfera densa, pesada, sin que un soplo de aire la moviera, presentándose en firma de un fluido, cuyas ondas azotaban el rostro y hacían imposible su respiración.

Con tales medios, nadie admirará que la «ed devorara las entrañas de los pobres ex­cursionistas y que hubiera momentos en que las fuerzas Saquearan, el cuerpo se extre-meciera entre intensas sacudidas y llegara el extremo de caer rendido bajo la techum­bre de aquellos agentes despiadados, que achicharraban sus seres. ¡A.h! pero gloria es afirmarlo. Con tanto padecimiento, con tan­to horror, la jornada alcanzó su término. ¡Un recorrido de veintiocho kilómetros de carretera y tres de arenal, suponiendo estos últimos cinco ó seis de los de carretera! Pero sea lo que quiera: siouipre resulta un reco­rrido de ¡treinta y tantos kilómetrosl Se ne­cesita heroísmo, abnegación, una borrache­ra de entusiasmo para realizar una peregri­nación de esta índole.

Y preciso es confesarlo. Producía lástima y honda admiración el ver entrar aquella verdadera precesión de individualidades conscientes, con los rostros un tanto desen­cajados, los trajes inundados de polvo, el paso lento; pero con ánimos, con energía su­ficiente para entrar cantando el himno de las libertades humanas: la Marsellesa.

Para terminar: Los republicanos de Bil­bao se sentían orgullecidos al estrechar en­tre sus brazos á los santanderinos; y hasta parecía que la admiración originaba en ellos una especie de pasmo, una cosa que los ano­nadaba.

Respecto á Santoña, todo elogio es pálido. Hasta las autoridades se portaron como no hay ejemplo en la historia. (Sin exagera­ción.) Fué un pueblo que en aras de su cul­tura y hospitalidad, recibió con himnos de alegría y expansiones de fraternidad á una línea larga, muy larga de hombres que res­plandecía en sus frentes la imagen de un ideal y en sus pechos el amor grande, sin límites á la hermosa matrdua, cuya espada algún día fulgurará en los destinos de la nación,»

Reciban esos valientes republicanos de Santander el testimonio de nuestra admira­ción .

Una nación que ofrece esos rasgos subli­mes de fé republicana no puede ser mucho tiempo monárquica.

El clericalismo en el Perú En los últimos años de la próxima pasada

centuria, aparece descrito de esta elocuentí­sima suerte, en una revista en extremo pres­tigiosa de Ibero-américa.

«No hay en mi desgraciada y querida pa­tria menos de doce mil crérigos de los dos estados.

«Casi todos son no solamente concubiua-rios, sino también infamemente libertinos.

En ciertos lugares no hay muchacha al­guna que pueda el día de su matrimonio ofrecer á su esposo las primicias de su vir­ginidad por muy joven que case, el cura ya la sedujo pnr la rutón ó la fuerm, como di­cen los chilenos.

«Muchos curas tienen dos, tres y hasta cuatro concubinas; estas viven todas juntas bajo un mismo techo, sin manifestar celos ni cosa parecida; están contentas con su suerte, y se consideran muy felices con per tenecer al Padrecüo.

Los frailes, sobre todo los agustinos y do­minicos, son tan corrompidos, que entre nos­otros se suele decir á manera de proverbio: «libertino como un dominico y perverso co­mo un agustino» los mercenarios tienen fa­ma universal de sodomitas.

Lu iglesia posee aquí bienes considera­bles.

El solo convento de Santo Domingo de Lima tiene una renta anual de 30.000 dures, fuera de las entradas eventuales de misas etc.

Los curas cobran enormes derechos por bautizos, matrimonios y entierros.

«Muchos pobres viven amancebados por faltarles los 17 duros que exige el cura para celebrar el matrimonio.

»E1 número de hijos naturales es incal­culable, ,8BÍ en las ciudades como en el campo.

«Niños recien nacidos son diariamente \ abanilonados en el atrio de los templos, sobre ' los bancos de los paseos públicos, tras de las puertas de las casas; un cincuenta por cien­to de estos infelices infantes son liijos de cu­ras y de frailes.

»Los misioneros que van cada año h pre­dicar la cuaresma en los pueblo.*, dejan á me­nudo en pos de si alguxias reliquias amoro­sas de su sacro ministerio, sea en jóvenes solteras, sea en mujeres casadas...

»Los conventos de monjas son lupanares para los obispos y clérigos de importancia..,

»Asi los seminarios como ios noviciados de frailes y monjas son escenarios de abomi­naciones estupendas que la pluma se niega á describir; en |)arangón con tales moradas, Sodoma y Gomorra serían escuelas de moral y virtud.

»El clero hace en el Perú cuanto le place, y si le pía :e cometer crímenes los comete.

»Kl año pasado el cura rector Bambamar-ca, en la diócesis de Chachapoyas, por ven­garse de una joven de veinte aoos que se re­sistió á entrej,'-arse á él la ÜCUSÓ de brujería y muieiicio v IM quemo viva en la plaza pú­blica del pueblo frente á la iglesia, obligan­do á Ui madre y iil novio de la iufeliz á {en­cender la hoguera. Y el alcalde, el goberna­dor y el juez de paz asistieron oficialmente fil auto de fe.v

Después de leer lo transcrito, ¿cómo no atribuir á meiüo tan vil el cerebral trastorno que hubo de acometer no ha mucho á la tan sublime como formidable librepensadora Mercedes Cabello de Cíirbonera. que ha sido para el que e¡íto escribe uno de 103 duelos más protuiidus de su ya larga existencia? ¿Qué uo frHgufirÍMU en la sombra esos nion.s-tiuos de la vaiicaidsta iglesia contra esa mu­jer que eleva tanto á su sexo y t^sadaiuaque es el honor de su raza? Y aunque para mi, que la profesaba y la profeso el nifts respe­tuoso y entusiasta de los cariñus, ya ha lle­gado la incomparable ventura de su re.sta-blecimiento, este ñola consentirá nunca, se­gún la facuUiva opinión, vulver k innuudar de luz los clericales abismos.

Ocurre este comentario, y lo que da lu­gar á él, á mi tan modesta pluma, apropósi-to de los muy fervieutes votos que acab i de hacer un peruano distinguido, por la laiidi-datura de mi honorable amigo Madueño para ocupar la vacante del católico y opulenta­mente responseado Candarno, para aplicarle á su patria que es también forzosamente la mía, aquello ahora tan oportuno: «No se hizo la miel etc.» y para referir esto á él que en­caja como de" molde: «soñaba el ciego que veía... t

VHRITAS , ( J . 011 LA HBRMIDA.)

Crimen do un Clérigo

No; no tienen corazón de hombres, tienen co­razón de hienas.

Lo daoiamoa hace pocos dias refiriéndonos 4 un clérigo asturiano: dañar morder, arrojar ve­neno; 680 el placer del cura.

Eduoadoa largos años aa ¡seminario, con na-turaliaados con los vicios mis inmundos conven­cidos de que es una mentira la religión, se va ha­ciendo en su espíritu dia tras dia, mes tras mes. año tras año, un sedimento de mentira, de inmo­ralidad, de fealdad que llega á petrificarse forman do una sustancia dura como de hollin, de donde no pueden salir sino cosas negras.

Satanás as un símbolo; es el mal personifica­do que no puede ver sin odio reconcentrado el Bien. Bl cura es Satanás. Habla un hombre bue­no en Pastriz, el clérigo le odiaba contodo su co­razón y tenia que odiarle. Le acechó lo disparó con saña todos los tiros que llevava en el revol­ver, le asesinó; eso es todo.

Oid ahora el relato del suceso, tomado de El Progreso do Zaragoaa.

Un cura asesino.—€i pueb/o contra el cura

En el pacifico pueblo de Pastriz se ha dnsarro liado una tragedia horrible, más horrible todavía por los personajes qoeea ella intervinieron. No ha sido una de esas pobres bestias humaaas que buscan en el alcohoUenitivo contra el dolor y la miseria quien cebó su garra implacable en el tirano quo lo expoliaba; fué un hombro que de-bia ser culto por contar muchos años de estudio, que debía sor manso, como ministro del Dios de la bondad, quien disparó con saña increíble cin­co tiros de revolver contra un caballero cristiano instituido en providencia do un pueblo y de una comarca.

Escándalos k granel vienen provocando esos curitaH, quo visten sotana, buscando los privile­gios qne da, sin aceptar \m sacrificios que impo­ne; amorí(j8,rapto8, üaqnezas .humanas, qae juz­gamos benévolamente, los que no reconooumos en loa humanos ministros de Dios esa naturaleiía semidivina que para pesar más en la sociedad se atribuyen. Paro la hskaaña salvaje de ese maten de sotana, do BU crimen, no despierta nuestra in­dulgencia, sólo nos merece execración.

No es la demencia, como sa dice, quien ha per­petrado el crimen inicuo, cuyas consecuencias, llora ana familia respetable y un pueblo agracia­do. Fué la envidia rastrera <lel que no puede hacer prevalecer supalilla, de guapo contra las excelencias de un hombre caritativo y ganeroso. La adtitud del vecindario de Pastriz dice más que nada.

No lo echen en olvido esos mantenedores de que la voz del pueblo es la voz mismas de Dios.

A PatPiz Dada la importancia del suceso y el natural

aían del páblioo, ganoso de conocerlo hasta en •US menores detalles á Pastriz marchó nuestro redactor, Sr. Hartón, en las primaras horas déla tarde de ayer, y de los informes allí mismo reco­gidos, será fiel reflejo nuestro relato del cri­men.

El pueblo amotinado . Llegábamos á las puertas de Pastriz k las cua

tro en punto de la tarde. Un sol rigoroso caldea­ba el ambiente. Del lejano grupo de gente amotinada percibíase griterío infernal. Todavía no pedia distinguirse bien lo que pasaba á cien metros de nosotros, porque una polvareda densi-Bímaera el telón que ocultaba la escena. Se acer­có el carruaje y loa rumores, con la nube polvo­rienta, venían hacia nosotros. Entonces, acorta­das las distancias, pudimos observar en toda su magnitud lo que ocurría. Era el pueblo venga­dor que pretendía hacer justicia por su mano. Era una sección montada de la guardia civil que andando f ormava un cerco para defender la vida del cura asesino. ^ _

Eran las autoridades y personas de pireatigio en el país que marchaban junto al oriminsl, protegiéndole ooatra laa iras de la opinión.

Los eaballoa casi pieotfiban á hoiübres mu­jeres y niños, que rabiosamente se mordían las manos y tiraban de les caballos en ol colmo do la indignación y por no poder satisiacer sus an­helos de terrible ejemplaridad.

— ¡A. cogerlo, aunque nos maten! —¡Ladrón!... —¡Granuja! —¡A.seEÍno! —¡Qué pago nos has dau, canalla! —¡Matarnos á nuestro padre!. . . —¡Nos has áejaojsin pan! —¡A arrastrarlo! ¡¡Ahora!! T la ola humana estrellase en el dique do la

fuerza pública. Y seguía el vocerío espantoso, cnsordocodo;

atronando el espacio. El cura iba eu medie del alcalde, juez muni­

cipal, secretario y concejales y de los señorea Miret, Pascual de Quinto, Benedicto, Usony Ga­yan, amigos Íntimos de la victima y que gozan de gran prestigio en Pastriz. A loa lados dejeste grupo forman el tenientede la benemérita don Miguel Muñoz y el sargento del puesto de Pas­triz D. Hipólito Almarza. Ocho guardias á caba lio bacian el circulo protector y otro civil mar­chaba á pie llevando del diestro la cabalga­dura.

El matador vestía do paisano traje de lanilla gris, botas negras y sombrero «Fregoli» plomizo Llevaba las manos atadas con una cuerda.

El pueblo le siguió hasta unes 600 metros, y de este punto hasta un kilómetro más allá los malicieatos eran solo da 20 á 30

El jueí del Pilar, Sr Marianas, dispuso el traslado á Zaragoza del asesino, en cuanto pudo disponer de í'ue.-zas para ello. Él vecindario moa trabase alarmante y se temía que al atardecer una vez en el pueblo los trabajadores del campo y gente de l<s pueblos limítrofes era posible un asalto á la cárcel pública—cuartucho con frágil puerta á la plasa en la Casa Consistorial—^y el lynchamienco del párroco. Asi estaban los auimoa de excitados.

Eran Us siete en punto de la mañana. PsKtriz estaba bien ajeno á los instintos de

fi<?ra que abrigaba el cura. A esa hora había poca gente en ol lugar, puesto quo la mayoría trabftiaba «n el campo y en las erns.

También el párroco trabajaba en la criminal labor de preparar el asesinato. Y desde la la igle­sia fuese en busca de su victima.

El s u c e s o Don Francisco Barnad, agricultor teórico y

práctico, activo y laboriebo, hacia la vida del la­brador militante, cuidando con osoropulosídad de la buena administración de sus fincas.

Salió de casa & las seis y media de la mañana y dirigióse á ver unos olivos do su propiedad, si­tos junto á la mpjana déla orilla del rio.

A poco inició el regreso y marchaba atrave­sando rastrojeras para tomar una senda y volver al punto de partida. En la era de su casa funcio­naba una trilla movida á vapor y al Sr. Bernard la gustaba mucho presenciar esa faena.

El cura corrió al encuentro de D. Paco. Y ambos se detuvieron antes do llegar á la senda.

No hubo testigos de lo que allí pasó. La vic­tima nada sospechaba. Iba desarmado y solo el Sr. Bernad. Y allí quedó su cuerpo acribillado por cuatro ó cinco balazos disparados á quema repa, consumándose uno de los crímenes máa re­pugnantes ^ue registra la crónica negra, por las circunstancias de premeditación, alevosía y en­sañamiento que le comprenden.

Fué teatro de la inicua tragedia un campo dé rastrojo, como antes decimos, llamado de los «Arracianea» partida «La Cubera» á 40 metros en linea recta del camino de la mejana y 20 de la senda referida.

Del sitio del suceso al pueblo hay unos 300 metros.

Solamente el muerto y su matador, por rara coincidencia, encontrábanse en aquella conside­rable extensión de terreno, limitada por el cami­no y al Boto y dos largas lineas convergentes que se pierden á lo largo de rastrojeras y Sembrados de verdes. Bl cíele fué el único testigo de la ha­zaña del párroco.

Pero en nuestros afanes de conseguir detalla-Hada información tuvimos la suerte de dar con Antonio Terraza y Garoia, jornalero.

Este vecino de Pastriz trabajaba en la meja­na en el momento de la ejecucióa del asesinato.

Nos dijo Terraza que oyó cuatro disparos. Tres tiros seguidos, y después de un corto inter­valo el cuarto, sin poner en duda su manifesta­ción.

El Sr. Bernad presentaba cinco heridas; una en el ojo derecho, dos en el costado izquierdo, una en la mano derecha—atravesada—y otra situada detrás de la oreja izquierda.

El revólver se recogió vacio completamente, limpio de cápsulas disparadas, lo cual da á en­tender que el criminal quitó loa oasqnillos y lo mismo pudo hacer con el que tuviera el plomo todavía.

No está, pues, comprobado que fueran cinco loa disparos.

Con cuatro tiros tienen explicación las cinco heridas, siendo una la que atraviesa la mano, en atención á que el mismo proyectil pudo alojarse en el costado, produciendo dos lesiones, supo­niendo que la victima, apercibida de la agresión intentara desviar el arma.

D. Francisco Bernad debió morir casi instan táneamente.

A juicio del forense, Sr. Moré, la lesión dol ojo es mortal de necesidad, y también lo es un» de las del costado.

La primera herida debió ser ésta, es decir la duplicada, y las restantes, probablemente, las re­cibió el agredido estando en el suelo.

y aquí nos asalta una duda y ofrecemos á la consideración de los lectores esta suposición que la motiva.

El rura hizo un pequeño alto entre el tercero y cuarto di-'paro, se^ún declara Antonio Terraza, ¿Creyó el asesino consumada su obra con el ter-tiro y viendo que el Sr. Barnad aún vivía repitió ron ol último disparo, acercando ni cañón del arma á la oreja del desgraciado D. Francisd:? Tanto creemoa en la serenidad l i i ica, inconcebi­ble del matón de sotana, que no extrañamos tu­viera valor para tamaño ensañamiento.

D e s p u é s de l oi*imen El cura volvió al pueblo inmediatamente. En­

tró en la tienda de Tomás Gracia, hijo de la pa-trona del aaosino y allí se lavó las manos, debien­do anotarse que las llevaba limpias, asi comp el traje talar. Doapnéa entró en su casa, tomó cho­colate tranquilamente y á continuación se ence­rró en su gabinete.

Salió al poco rato, furioso, sembrando el te­rror en la dueña de la casa por su actitud y en las personas que le vieron en la calle. El míbmo cura dijo, cuando se le trasladaba á Zaragoza, que sentía sed de saogre, que hubiera matado á loB que tenia «entre ceja y ceja...»

Marchó, sin que nadie estuviese aún sabedor del crimen, al estanco; pidió un librito de papel «con vistas de mujeresi», llevóse lo mejor quo había y entrando en el domicilio del maestro pi­dió la bicicleta que no ha mucho vendió al señor Muñoz. Como éste se enconrrara en Zaragoza no

fiudo valerse del ciclismo, para venir, sin duda á a capital y seguir, tal vez, la odisea del ignorado

Sánchez, cura como él y asesino de su amante. Emprendió el camino de Zaragoza saliendo

fuera del pueblo, más, debió arrepentirse de la fuga, y dejándando el camino entró en la casa cuartel de la guardia civil.

En la cuadra estaba el sargento limpiando el caballo. El Sr. Almarza hacia una hora que ha­bla regresado de recorrer la demarcación.

—¿Qué caro de ver es ustud, dijo el cura? —¿Se trabaja mucho, mosén, observó ©1 sar­

gento? —¿Convida usted k una copa? —Con mucho gusto. Y entonces el aaeñno manifestó al comandan*

te del puosio de Pastriz que tenia que hablarle k solas á ña de hacer su presentación Como reo de un grave delito.

—¿Qué ha hecho V?. observó el guardia rién­dose.

—Acabo de tumbar á D. Paco, en los «Arra­clanes». Lo he matado.

(Estupefacción del sargento). —¡De qué buen humor ha salido V. hoy de

Q s a . —Le digo á V. que allí ha dejado muerto k

D. Paco. —Pero ¿de veras? —Eu ol rastiojo está el cadáver. En mi cómo­

da está el revólver. El sargento, asombrado cada vez más, fué al

onmpo V se ooroioró de que el cura no mentía; registra )a cómoda, y en un cajón encontró el re­vólver vacio, marca «Orbea y del calibre 12. Acto continuo dio parte del suceso á laa autori­dades locales y á sus superiores, enviando nn guardia á comunicar la noticia por el teléfono de la torre del Hospital.

Un propio avisó al Juzgado de Instrucción. i n d i g n a c i ó n g e n e r a l .

El crimen se divulgó on Pastriz con rapidws inusitada.

Bien pronto el pueblo mostró «u índígnacióu, pidiendo á grito unánime la cabeza del mata­dor.

La situaeión era c ímpromatidisima para la benemérita.

De cinco individuos que constituyen el pues­to, dos custodiaban el cadáver y otros dos habla en L>1 cuartel guardando el preso.

El vecindario, amotinado, quería que le die­ran el roo ó tomarlo por la fuerza para arras­trarlo.

La actitud faé crecendo hasta la salida del cura, narrada al comienzo de este relato.

D i l i g e n c i a s . Practicó las primeras ol J uzgado municipal,

oonstitullo por D. Podro Martin, juez y D, Je­sús de Torres, secretario. Da forense actuó el mé­dico de la Puebla do .Ai.lfiadén, D. Mariano Lan-costona y Duran.

El cadá/or, á pijtioión del pueblo, se trasla­dó á una habitacióa de la oas-i solariega de los Sanclomerat's, moi-aia de la familia del 8eñr)r Bernad y asilo benéfico do los pabres de Pas­triz.

El acto resultó imponente manifestación de duelo. Li)8 hombres segiSan al "difunto apesa-dambradüs. Las mujeres llorab.in dí»olaias, di­ciendo á sua hijos:

—¡Eso muerto era nuestro padre! ¡El quf! nos daba el pan cuando na lo toniais

para llevarlo á la boca! ¡Y-lo ha matado un cxira!

La escena iHjéfonnos que hauia conmover k laa almos menos sensibles.

El aaesiuo declaró ante el jnez. No negó el crimen, pero tuvo la avilantez de

decir que «se hablan desafiado y que D. Paco echó mano al bolsillo para sacar nn arma, 7 en­tonces él se defendió con el revólver. »

Quedó encerrado en la cárcel hasta la llegada del juez del Pilar.

A ésta nos parece que hizo idénticas manifea» taoíoues.

Hoy continuará el 8r. Marinas la instrucción del sumario, y de madrugada practicará el foren­se la autopsia del cadáver.

Verificado ayer tarde un registro en la habi­tación del cura, se recogió un baúl viejo de ropa, una banasta con libros de moral, un breviario, la Biblia, útiles de barbaria, una escopeta de dos cañones y ejemplares de Él Noticiero, con otros objetos sm valor.

La victima . D. Francisco Bernard residía en Zaragoza,

calle de San Miguel, 52 y 54, y tenia casa puesta en Pastriz.

Era persona queridísima por sus excelentes prendas personales, hasta el punto de granjearse la amistad y las simpatías do cuantas personas tenían ocasión de tratarle.

Agricultor, según queda dicho, de reconocida competencia, fué siempre una autoridad expli­cando cultivos y escribiendo en periódicos de la materia.

Actualmente se encontraba en Pastris, con motivo de las faenas de la recolección. Anteano­che llegó al pueblo.

Se apellidaba «el padre de los pobres», y lo fné abriendo su mano pródiga k toda necesidad y apuro do la gente necesitada de la comarca.

Prestaba dinero y especies sin hacer la más ligera apuntación, rehuyendo que nadie se ente­rara de sus obras de caridad; m su familia ni su administrador.

El Sr. Bernard era sobrino del general carlis­ta Marco de Bello, y siempre se distinguió por su religiosidad, rayana en el fanatismo.

Exgerente de la Azucarera de Aragón en di­cho cargo probó su suficiencia como buen admi­nistrador de los intereses ajenos.

Y excusamos alargar esta biografía por lo co­nocido que era el finado.

Se explica que su trágica muerte haya con­movido tanto al pueblo que tenia en él nn Ídolo y & la capital donde sus amigos y relaciones eran incontables.

La familia del Sr. Bernard ha recibido un golpe cruento, asestado precisamente por un cri­minal que, á falta de otras consideraciones, debió tener por modelo de virtudes al esposo y padre amante y cariñoso, al hombre de tan noble y ge­neroso corazón y al cristiano que seguia los ejem­plos de amor y caridad, del mártir del Gól-gota.

El m a t a d o p . Lorenzo Ortiz Domínguez, tiene 31 años, y

llevaba en el curato de Pastriz catorce meses. Es de carácter impetuoso; tiene un orgullo

que le domina; es envidioso y poseído de que sabo —fué estudiante Bdbredaliente en el Seminario P.)ti>ificio se le ha metido en ia cabeza la sabi­duría y cree que todo ol mundo es su em-migo y que está postergado "a pueblo, cuando podS» ser obispo, debido á la» asochanzsa do eolfufaB y per­sonas que pueden ejarcer presión en la autoridad eclesiástica.

No pottii tolerar á D. Pr.snoiaoo BeTisard, por­que este señor inñuia mucho moralntente eik el vecindario, por las razones antes expuestas.

El tal ministro del Señor era mujeriego y juerguista, y trataba de imponerse 4 todos con la fuerza del revólver que siempre llevaba ct)n-sigo.

Está probado que celebraba con el arma en­cima.

Hará unos cuatro meses que en un bautizo por cuestión baladi, sacó á relucir el revólver, amenazando á los que asistían k la oeremo-nia.

No hace mucho que sus feligreses le oyeron entonar el tango de los lunares para Abalen-tarse» la garganta antes de cantar en nn en­tierro.

No se ha percatado de decir qne lo hecho— el crimen—bien hecho estaba. Que en palacio «lo saben todo.» Qne tenia que matar k don Paeo.

Y que desde su estancia en Caminreal se le persigue, y tiene relegado k pueblos de mala muerte.

El reverendo padre era amigo intimo del fi­nado. Para los dos habla traído el primero, de Francia, una trilladora, primer premio de la Ex­posición de París. La máquina, después de tra­bajar en el convento, fué llevada k las eras del Sr. Bernad.

Le preguntamos por las cansas del asesinato. El fraile, sin asegurar nada, las atribuye k lo

siguiente: El pueblo quería el traslado del p&rcooo «n

atención k su conducta irregular. Es posible queD. Paco fnera requerido por

Page 4: Muerte de bernad a manos del cura 1904

L m OomlRloail»»

«1 arzobispo á ña da qae diera sa opinión respec­to del cnra.

Aun í»yoveoi¿ndule macho, como indudable-ueuta lo hizo, no podía mentir dal todo con arre-

Slo ¿ su reota conciencia. Se enteró el asesino e esto y . . . ¡quién sabe!. . . exclamó el prior.—

Solo DiuB puede llegar hasta el corazón de loa hombres.

La premeditación. El que suponen loco obraba cuerdamente. Tres días consecutivos acechó á su victima

hasta encontrarla libre y sola. La noche del miércoles esperaba el cara el

paso del Sr. Bernad junto á la Torre de Castillo, en el camino de Pastriz.

El mismo día, por la mañana, volvían de la mejana el muerto y el P. Esteban, & las once en punto, hora poco & propósito para pl paseo. Cer­ca del sitio del suceso encontraron al párroco y emzÓBe ooik los ¿os amigos sin cambiar el sa­ludo .

Al fraile le chocó en extremo la desconside­ración, más no malició, ni pensó que aquello fue-M odio coneentrftdo^ espúmige-

La gente del pueblo cree en la premedita­ción.

—Lo llevaba cavilado hace tiempo—dicen. Un f i t e g o .

£1 corresponsal do Lo« Sucesos, Sr. Lagunas, nos ha rogado hagamos constar que los curas de La Puebla y de A.líajarin le arrebataron con for­mas destempladas un retrato del matador, que le concedieroh él alcalde, juez municipal y el sa-erist&n de la parroquia.

No quisieron esos sacerdotes que se publica­ra, como si fiiittt la de un criminal, la fotografía de su oompaiiero.

,Á la eáreel . Hasta la tienda A L » Unión do Moverá», fué k

pie el asesino. AUi pasó con su escolta, bebió un refresco, ést'ttVa mriy desahogado, y como llega­ra en nn carruaje D. M&timo Pascual, de Quin­to, en 61 subió con el teniente de la guardia ci­vil, siguiendo el carruaje una pareja' & caballo.

En la tienda entró sin ligaduras en las ma­nos.

R e c l u s i ó n d e l « « e s i n o . Ocupa la celda núm. 16, que es una de las

destinadas á los presos de cuidado. Está en-eompleta incomunicación. 8e muestrtKiiuy tranquilo y su aspecto es el

de ciaieo enminal. Hoy prestará nueva declaración ante el juez. Su entrada en la cárcel ha producido entre

los reclusos verdadera espéotación. Llegó á la cárcel á las siete y media de la

tarde. D u e l o .

Anoche no se sabia en Pastriz si serian sus­pendidas las fiestas de Santiago y Santa Ana ya dispuestas con vaquillas, autorizadas por el Go­bierno civil.

Decíase ijue, probablemente y en señal de due­lo por la muerte del protector de los pobres, ó no habría regocijos ó serian trasladados á otra fecha.

BELLA ríESTA EN CHIVA Sr. Director de LAS DOMINICAI-BS:

Los repnblioaBOB de Mte pueblo, siguiendo la costumbre «atabloeida h^aoa ya doce años, cele­braron el jüíeves liitimó una velada en honor de los valientes milicianos de esta villa qae expu­lieron sus vidas y derramaron su sangre en de­fensa de la causa de la libertad durante la pri­mera guerra ervil.

Dicho acto empezó á la» diex de la noche, es­tando el amplio salón del «Centro Bepmblicano» totalmentalieao de hermosas mujeres y enta-aiastas correligionarios. -

D. V!<(t»ite'Gáifcla AJarcSn, jefe de los iepu-blicanoB d« Chiva, habló, en primer lugar, para explicar el objeto de la velada.

Dio etreatét de las adhesiones recibidas de Requena, Éniíol, Cheste, Taris, Gordelletay-Mon-Mirat, Montrof y-Beal, eadieado la psesiáencia al Sr. BermelL

Elf t í . Ibpwaíai, súseriptor de LAS DOMINÍ-0ALB8, hizo uso de la palabra en nombra de la juventud,:,..

El popular director de El Forvenir y muestro taieo de Cheste D. Eduardo 0uillar, pronunció ttit fogoso discurso.

Los nifios Ricardo Jordán, lul io Andrés y Francisco Cahreto, de Chiva, («ataron poesías. Todos fueron muy aplaudidos.

El Sr. ^iSseguoi', proél^iite del casino Bepu-blioaao de Montsey y cs«M3^al de aqusl Ayunta­miento; D^ Tkaota Biay, Concejal de Chiva; don CSraz Laguna, de BequeÉa; f D . Faustino Va­lentín hicieroa historia de las luChás habidas •ntre liberales y reaccionarios en el pasado si­glo.

D. Vicente GarcSa leyó una poesia. Terminó el mitin dándose vivas á la libertad

j al partido de Unión Republicana á los acordes áel Himno de Riego y La Marsellesa.

ToMls PHKIS. Chiva, 23 Junio 1904.

CSGARNiO DE LA COttCIENGiA LUCHADOR DIGNO Y HONRADO

El dia 9 del pasado Junio, ó sea la octava del Corpas, al salir la procesión ó manifestación católica de la iglesia de este pueblo me encon­traba casualmente hablando con unos amigos á varios pasos de distancia, por donde habia de pasar la procesión, cuando sin apercibirme se paró de repente el cura y con palabras descorte­sas conforme ellos acostumbran se encaró con­migo y me dijo en estos ó parecidos .términos:

—Descúbrase Vd. indecente, poca educación, sinvergüenza, etc.

Como usteíi comprenderáj al oir semejantes insultos que hacia nxi se dirigían, le contesté %ne estaba en mi derecho y que por lo tanto no me daba la gana; en esto salió el que fué alcalde que llevaba el palio y quería á viva fuerza que me descubriera y gracias á mi prudencia no pasó la cosa á mayores, evitando un día de luto á la población, teniendo testigos como que iban ar­mados hasta los dientes.

Ahora le pregunto, Sr. Director; ¿Es de esa la forma que Cristo predicaba á la humildad? creo que no, porque aquél según el Evangelio, todo era pasi y misericordia y_ sus representantes todo es odio y venganza hacia aquellos que piensan de diferente manera.

A&n queda más; como es natural, se me citó á juicio de faltas por ofensas á los sentimientos religiosos y desobediencia á la autoridad (seria eelesiástica, porque lo que es la otra no la habia) y por más que yo llevé mis testigos, que desmin­tieron cnanK> se me imputaba, tuvieron á bien el condenarme á 4 dias de arresto y 35 pesetas de multa y gastos que se ocurrieron en el juicio; advirtiéndole que el Sr. Juez y el Sr. Fiscal son correligionarius mios ó por lo menos son socios del <<Centro Republicano».

No oonformiudome con dicha seittencia ape­lé al Juzgado de 1.» Instancia ó sea el de Segor-be , 7 TaliiadoM de ambuatea j en»d«e tales coma «soribir l$a declaraciones de mis teatigoa á

su gusto (por ser dicho Jaez capitán de los car­listas en la última guerra civil) sali también condenado aunque mo rebajaron algo de conde­na y por más que mis deseos eran recurrir al Tribunal Supremo, no pude por transcurrir el plazo ó sean 24 horas de tiempo que tenia, y aqai me tiene usted sufcieado los 3 dias de arresto que me impusieron estando nuestros enemigos contentisimos y satisfechos de su victoria.

Sin embargo, de todo esto, estamos dispuestos á que no se nos atropello de osta forma, llegando hasta donde sea necesario.

Solo con la República acabaremos con esa raza de zánganos que comen del sudor del pró­jimo.

Salud, República y Librepensamiento, ENRIQUE PÉRBJ;.

Navaja», 17 Junio 1904.

EN VINAROZ

Poder de la F6d_eraci(3n Obrera

Un se&alado triunfo acaban de conquistar las Sociedades obreras de Vinaroz.

Habiendo querido atcopellarlas la Cámara de Comercio de aquella rica población, las socieda­des que están federadas, han sabido defenderse con tanta inteligencia y energía que los comer­ciantes se han visto obligados á suscribir un con­venio en que se reconocen todas las reivindica­ciones reclamadas por los proletarios.

Cuando el conflicto era más agudo, los obre­ros tuvieron el buen acuerdo de solicitar la inter­vención del diputado Anglés, el cual, con su bon­dadoso espirita de concordia, ha contribuido á allanar todas las dificultades y lograr una ave­nencia .

Todo se debe, empero, á la admirable organi­zación que alli se han sabido dar los trabajado­res, los cuales están agrupados por oficios, for­mando 11 sociedades, y éstas se unen, formando una federación Local, que ejerce una autoridad por todos amada y respetada.

A favor de esa Federación, los obreros dispo­nen del Municipio, que es republicano, lo cual contribuye á mantener el despecho de que se ha­llan poseídos los burgueses, motivo, en gran par­te, del conflicto económico que tan torpe ó imjus-tificadamente suscitó la Cámara de Comercio.

No se avienen los burgueses de Vinaroz á sa . frir la ley, de los humildes trabajadoras, y la so­berbia les ciega.

¡Que hacer! No iban los obreros á estar eter­namente debajo. Va llegando la hora de que es­tén encima. La revolución ha dicho: «Todos los hombres son iguales».

Y eso será. ¿El camino? El que siguen los excelentes obre­

ros de Vinaroz: la asociación, la federación. ¡Aprended, obreros de las demás pueblos que por vuestras divisiones miserables, por vuestra in­constancia, por andar divididos en socialistas re­publicanos y anarquistas os veis á los pies de los burgueses.

Ta tienen él poder lea obreros da Vinaroz. Les falta ahora la inieligencia. Cuando se igualen á los burgueses en inteligencia ya han hecho su revo­lución. Ahora, por lo tanto, mucha escuela laica, mucha lectura de periódicos y libros. A llevar buenos oradores que levanten los corazones.

Agradecemos mucho al ciudadano B . Redó, presidente ds la Sociedad Cooperativa de Mari­neros que nos haya dado cuenta de esta huelga porque ello nos ha permitido ofrecer tan bella enseñanza á los trabajadores de toda España.

Meeting en la Fraternidad Republicana del noveno distrito

CAMP DEL ARPA

Se celebró, con asistencia de loa oradores re­publicanos D. José Ulled y D. Federico Brú.

El espacioso salón del café estaba rebosante de numeroso público, en su mayoría señoras, te» niendo que quedarse muchos faera del local por falta de espacio.

A las diez en punto el presidente Sr. Val abre la sesión, cediendo la presidencia, entre grandes aplausos, al ex^diputado D. Federico Brú, quien k continuación cede la palabra EÚ ciudadano se-Bisafia.

Pronuntía luego ülled an discurso que es nn bello himno al progreso.

Termina el acto con un elocueatisimo y rasjo-nado discurso del Sr. Brú.

Luchadores incomparables

La admirable Comisión Librepensadora bar­celonesa, que se ocupa en organizar la expedición de delegados á Boma, ha publicado la siguiente circular:

|A ROMAI Compañeros: en el próximo mes de Septiem­

bre se celebrará en Boma un Congreso Librepen­sador, en el que tomarán parte las figuras más eminentes de todas las naciones civilizadas.

Es de suma transcendencia para los españoles que deseen el progreso y engrandecimiento de nuestra patria, mandar á dicho acto el mayor número de representantes posible, para demos­trar á la faz del mundo entero, que España no es pais muerto, sino que es digno de figurar entre las naciones adelantadas; que lo único caduca son los gobiernos de la Restauración que, confa­bulados con jesuítas y clericales, han sido la causa de cuantos males afligen á nuestra querida patria, y que este pueblo, ávido de librarse para siempre del yugo que le oprime, agrupado bajo los pliegaes de la bandera librepensadora, sabrá arrojar lejos de si cuanto se oponga á la marcha avasalladora de la regeneración y del progreso.

Con objeto de que pueda resultar el viaje muy económico para, de este modo, poder ser mayor el número de delegados, la Comisión organiza­dora, nombrada para dicho objeto, se propone:

Celebrar meetmgs, festivales, concurso de tar­jetas postales, á cuyo fin cuenta con la coopera­ción de importantes personalidades del extran­jero; una tómbola, ^ara la cual se admitirán do­nativos en Fraternidad Bepublicana, para, con los fondos que se recauden, fletar, si es posible, un vapor que conduzca á los expedicionarios, los cuales serán elegidos por cuantos contribuyan á dicho fin.

Se practican trabajos encaminados á que en la expedición figure una gran masa coral y banda para que el acto resulte más imponente.

_ Los que quieran contribuir con donativos, lo mismo en metálico que en objetos para la tóm­bola, ó tengan alguna idea practicable para el mejor éxito de los fines indicados, pueden diri­girse á la Comisión organizadora en Fraternidad Bepublicana, Cortes, &)8.

¡Viva el Librepensamiento! La Cemiíián.

Barcelona, Joaio 1904.

En Liza.

A la edad de 13 años, ol hereu de Odón deBaen manifiesta ya su vocación escribiendo con sus compañeros, do bachillerato, un periódiquito ma­nuscrito de que se tiran meoánioamonte algunos ejemplares.

Voan, vean nuestros lectores los sontimiantos de ese niño no bautizado, reflejados en dos artí­culos que publica en dicho periódiquito, uno de los cuales es éste:

«No podemos menos, al parecer, de dirigir un afectuoso saludo á nuestros favorecedores.

¡Saludemos! Brindemos por la prosperidad del mundo. Brindemos porque el inmenso sol del progre­

so alambre los grandes abismos de la mentira. Pongamos nuestras fuerzas para limar las

horribles cadenas que aún sujetan la hermosa diosa de la Libertad.

Y pugnemos porque la balanza de la justicia se sostenga igual para todos los hombres.

L A REDACCIÓN.

(Demófilo de Buen).?

Justa irritación popular D. Fernando Lozano:

El dia 24 vinieron á esta á protestar del es-trarradio 200 hombres colonos á la administra­ción de censamos sobre este maldito impuesto, por el mucho recargo que les hacen en los con­ciertos.

Hay algunos que pagaban 20 pesetas y hoy les obligan á pagar doble.

Los buenos demócratas de aqui prepararon una manifestación para salir á recibir á dichos valientes colonos, pero dada la gravedad que re­vestía este asunto, y para que nadie diga que alentamos desórdenes, nuestro querido jefe don Juan María García Zapata, nos suplicó que so­focáramos nuestra justa indignación para evitar un dia de luto á este pueblo, lo qae regularmen­te hubiera sucedido, porque los ánimos están muy excitados contra los avaros arrendatarios de consumos que hacen pagar al pueblo unos de­rechos formidables, y hasta á las pobres espiga­doras, si no pagan una moneda de cinco cénti­mos, no las dejan entrar con lo que traen.

Salad y librepensamiento. Los TRBS.

Muía, 26 de Junio 1904.

El cielo de los clérigos es para los ricos

D. Fernando Lozano: Apreciable correligionario; Es en alto grado escandaloso lo que sucede

en esta con el clero dominante. Se muere un pobre, su familia está en la mi­

seria, no tienen para pagar an entierro de terce­ra, y entonces los curas caritativos, los curas hu­mildes y los curas desinteresados optan por no asistir al entierro, como aquí se han dado infini­dad de casos; pero al dia siguiente se muere un rico, cuya familia tiene para costear un entierro de !."• y dejar machas misas á la iglesia, y en este caso los curas bailan de contento viéndoseles la alegría en el rostro, y los curas que el dia ante­rior no asistieron al entierro del pobre vuelven la oración por pasiva, asisten con toda puntuali­dad al entierro del rico y hasta lo meten en la Iglesia el cadáver para cantarle las peteneras místicas en contra de la higiene, de la ley que lo prohibe y en desprecio al pubre.

Para terminar por hoy, y no sabiendo el latin que los cucarachas pronuncian en los entierros, les diré mi latinajo que creo yo que dicen y es:

Se muere un pobre: «Alibiarle, alibiarle, que •ste no tiene nada que quitarle.»

Se muere un rico: «Entretenerle, entretenerle, que este tiene mucho que cogerle.»

Al ver á los caranfibios en los entierros de los polares ir muy de prisa y en los entierros de los ricos ir muy despacio, no se me ha ocurrido otro latin ó petenera mística que la ya expresada.

Salud y Bepúbliea. JUAN JOSÉ MBOINÁ.

Sabio te, 27 Junio 1904.

HUELGAS, CAPITALISMO, CLERICALISMO

La respetable sociedad madrileña de obreros albañiles titulada «El Trabajo» ha publicado una hoja impresa denunciando hechos que sólo pue. den ofrecerse en una nación como la española gobernada por Maura.

Oid algo de ese escrito: «Una nueva é incalificable serie de atropellos

y arbitrariedades patronales, ha obligado á esta Sociedad á ponerse á la defensiva y salir al en­cuentro de un patrono tan déspota como sober­bio, que, favorecido por toda clase de influencias, envaleútohadu por el amparo del elemento cleri­cal, y amparado en todos sus reprobables actos por la más escandalosa impunidad, se erige en fiel mantenedor ds la tiránica escuela que prac­ticaron Felipe II , Torquemada, e t c . . .

Provocando á diario conflictos como el pre­sente, en el Seminario en construcción, site en las Vistillas.

En esta obra se empleaban gran número de de niños de 12 á 16 años á los que remuneraba con 5 á 6 reales, haciéndoles que se compitiese en el trabajo halagándoles con cigarrillos, resul-tándole más cantidad de trabajo que el hecho por hombres, hechos que demuestran los católicos sentimientos del patrono.

En sus obras hace trabajar á ciertos ayudan­tes como oficiales sin remunerarles como a tales; ha tenido peones de mano como ayudantes, pa­gándoles con un jornal irrisorio, y exige que btien número de peones sueltos hagan las veces de peo­nes de mano, sin aumentarles el salario, de lo cual se han hecho repetidas denuncias y le han visitado distintas ~vecés' ComisionoB varias, re­clamando en nombre de esta Sociedad la limita­ción de semejantes abtisos.

A una de estas Comisiones, en presencia del Inspector Sr. Marfn, la insultó y arrojó violenta­mente de la obra, no obstante la presencia de la autoridad, y haber asistido la Comisión, á peti­ción del Sr. Gobernador con el fin de revisar las listas de pago, en lo que se vio claramente ol aba­so que se denunciaba.

En esa misma obra, se han nombrado distin­tas veces delegados, representantes de esta So­ciedad, en virtud de un acuerdo general que pre­ceptúa se nombre en todas las obras, y este b^n' dadoso señor, ha despedido á cuantos se han nom" brado con la amenaza constantede despedirigual-mente á cuantos se nombrasen, empleando para ello palabras que el público decoro impida re­petir.

Este patrono nudel» después de negar ana pe­

tición justísima á los carpinteros de armar, para burlarse de éstos, impuso despótioam.ente á sus obreros el que éstos realizasen el trabajo de car­pinteros, á lo que habo bastantes negativas que originaron despidos arbitrarios.

En este curso los acontecimientos, y conti­nuando hasta há poco la huelga de los carpinte­ros de armar, el patrono continuaba obligando á los albañiles á hacer los trabajos de aprestaje, de lo cual protestaban; pero puestos en la disyunti­va de hacerlo ó ser despodiJos, algunos ceHioron, y los trabajos de carpintero spguian haciéndose no obstinte ocultarlos á esta Sociedad; pero sa­bedor un compañero que en esa obra trabajaba, de estos abasos, denunció ante la directiva á los que tal cosa hacían, y aclarado el asunto, vióse claramente que durante mucho tiempo se les es­taba obligando á hacer los aprestados, con la im­posición y araenasa de que al no hacerlo serian despedidos. Tan pronto como el patrono sapo quien habia hecho la denuncia, le despidió acto seguido, y conocedora la directiva de este nuevo atropello, gestionó con el patrono la manera de arreglarlo en la mejor armonía, cosa que no logró, consiguiendo tan sólo ser insultada por él grose­ramente la comisión, á la que amenazó (¡desgra­ciado. ..!) con arrojarla por el balcón...

Ya á esta altara los acontecimientos y no atendiendo este señor á las gestiones conciliato­rias, la Junta directiva acordó declararle H huel­ga como último recurso, y en efecto, el dia 6 del actual se retiró el personal de la obra, el Semi­nario de las Vistillas, y de otra que el mismo pa­trono construye en la calle de Valencia, En los dias que llevamos de huelga, se han registrado casos nunca vistos, pues á más de estar ocupadas ambas obras y sus inmediaciones militarmente, el patrono es el comandante de esas fuerzas, á las que dirige revólver en mano, poniéndose á la ca­beza de los guardias y ordenándoles que corran y persigan (y hasta hagan uso de las armas), á la Comisión y á los huelgistas, empleando tanto el jefe-patrono como los agentes, modales y accio­nes impropias, indignas y nunca vistas en indi­viduos que se dicen civilizados.

Ante esta actitud cínica escandalosa y grose­ra del patrono, ante la parcialidad innegable de todas las autoridades, altas y bajas, qae realizan infinidad de arbitrariedades y atropellos, sin du­da por complacencias con el elemento clerical, dueño de esa obra, la Junta Directiva en nombre de 6.300 Albañiles, organizados protesta enérgica­mente y expone lo ocurrido lisa y llanamente al juicio de la opinión en general para que los cali­fique .

L A JUNTA DIRBCTIVA.

Madrid 10 de Julio de lí>04.» Todo eso es sumamente grave. Si esas denuncias son ciertas, clase proletaria,

leyes del trabajo, Código penal, todo se encuen­tra atropellado por el capitalismo ayudado del poder público, lo cual constituye un reto insen­sato á la clase trabajadora toda entera y al gene­roso pueblo madrileño. Mientras la policía cachea á los obreros para quitarles las más insignifican­tes armas, se agrupa en torno de un capitalista armado como pudiera hacerlo en torne de una autoridad ó de un capitán da la guardia civil. Esa identificación descarada de la autoridad con el capitalismo, constituye el más monstruoso de los espectácalos en nus t ro s tiempos, en que se ve por todas las naciones civilizadas á los Gobier­nos extremar su neutralidad en las luchas del trabajo y su protección á los trabajadores.

No hay que esperar que esta situación cam­bie, mientras el régimen actual siga en pie. Las tradiciones del absolutismo las lleva metidas en los huesos la monarquía católica, y cuantas leyes de protección obrera se escriban y cuantas pro­testas hagan los políticos monárquicos en los parlamentos, serán letra muerta ante el absolutis­mo vivo de nuestras autoridades que llegan á transmitir á un patrón todas las infalas de un Felipe I I y un Torquemada, según el caso que denuncian á la opinión los respetables obreros albañiles de la sociedad «El Trabajo.»

Mientras aqui no haya un cambio de régimen político y gobiernen los representantes de los trabajadores, no sólo no adelantará un paso la resolución del problema social, sino que no habrá dignidad asegurada para los trabajadores, y asi no son los burgueses republicanos, que al fia se ven respetados, los que tienen mayor interés en el cambio de régimen, son los proletarios, son los trabajadores.

¡Qaé lujo de consideraciones no va derrochan­do ya la Bepúbliea francesa con los proletarios! Mientras persigue implacablemente al clérigo, tirano del obrero, pone en las nubes al maestro laico, que no es sino un proletario y prodiga á los niños, palacios escolares, material de enseñan­za, libros, pensiones, hasta les comienza á dar de comer en cantinas escolares, y los lleva ahora por cientos de miles á bañarse en las playas. Los ancianos tendrán pronto sos pensiones do retiro-. Se prepara al impuesto progresivo para arrancar un riñon á los ricos y aplicarlo á mejorar la con­dición de los pobres...

Y aqui no hemos comenzado aún si quiera obra tan difícil, porque hay quien predica á los obreros que es lo mismo monarquía que Bepú­bliea.

¡Pobres obreros!

DEFINICIONES DEL JESUÍTA Lemaa Sepulcros Manqueado»ir

1.* El jesuíta es la fotografía del demonio in­ventado por el catolicismo ó la misma religión católica, gobernada por la secta más enemiga de Cristo.

2 . ' ^ el resumen da los 7 pecados capi­tales, disfrazado siempre con el ropaje de las 7 virtudes opuestas.

3.* el ateísmo, sin moral ni ciencia; el dolor, sin consuelos; el hambre, sin pan; la sed, sin agua; el frío, sin abrigo; él ultraje, sin defen­sa; la deshonra, sin compasiones; la noche obs­curísima, que sorprende al viajero extraviado, entre precipicios y ahuUadOras fieras; la calum­nia viviente.

4.* el cobarde asesino que odiando á BU víctima, por envidia, le inspira confianza y hasta le dispensa favores, que obliguen á gratitud ó amor; y allá, cuando la desdichada persona se lo figura menos, el infame jesuíta, la hiero en sus más caras afecciones, le arranca una por uiiá las fibras más delicadas, la convierte en un ser ab­yecto y por último, aniquila sa degradado cuer­po, después de haberla deshecho el alma léóita-mente.

5 . " la hiena social que celebra sus banquetes á costa del pueblo, cuyo rendimiento ha preparado con bayonetas, tribunales y men> tiras.

6.* el traidor parlamentario que iza bandera blanca para emboscar al enemigo y allí le mata.

7•* el profesor más hábil en sodomía é infanticidios.

8.* el ruin lascivo, lleno de saña con­tra la doncslla que no pudo seducir; pero, des-Eues, logra que otro cofrade suyo, la catequice y

aga monja; entra de confesor en el convento adonde va á parar la infeliz, y enoerrándolía' en •u celda, abusa da ella, y ya que la deshonra, ha­

ce que la empareden, viva, en el in pace, horrible sitio donde los revolucionarios (Convicto Piopus de París- La Commune, 1871) suelen hallar las osamentas de las monjas violadas y de sus fetos.

9. * el epíteto que en España y en todo el orbe civilizado, expresa el mayor insulto que pueda dirigirse á un hombre.

10.^ el muladar de la conciencia hu­mana, oculto con manteos perfamados.

11.* el constante laboratorio de crí­menes impunes.

12.* el matador del cristianismo y de la sana moral.

13. ^ el Proteo de todas las religiones y políticas; el camaleón de todas las doctrinas, á fln de acaparar las riquezas de la tierra.

14.* el mancillador de la pureza y candor infantiles; pues C(m sus catecismos y pre­guntas en el confesonario, arranca el cendal de la inocencia convirtiendo á los mancebos en Fia-minios y á las doncellas en Mesalinas.

15.* el inventor del Purgatorio y del Infierno, con cuyos falsos terrores, estafa á los moribundos do conciencia sacia, los enormes ca­pitales que van á la Compañía.

16.* para los reyes y poderosos, la adu­lación; para los proletarios, el dogal.

17. * aquel aire sutil, de 30 grados bajo cero, que no apaga im fósforo y mata á un Hér­cules.

18.* la peste bubónica con figura hu­mana.

19.* el parricida que prolongando cuanto pudo la horrorosa agonía de los que le dieron el ser, llora y reza en público al pie de sa tumba, y en secreto cena con apetito suculento manjar.

20.* el ignorante pareciendo sabio, el traidor fingiendo lealtad, el cobarde echándolas de valiente, el vil pasando por noble; el más pillo y vicioso de los hombres, certificando virtud, en una palabra, la hipocresía.

21 .* la sama de todas las bestialida­des, y el cero de toda humanidad.

22.* el corruptor de las costumbros, agente de las guerras y parásito de las familias, pueblos ó naciones donde se introduce.

_ 23. * _ el instigador de los crímenes y al mismo tiempo, bárbaro castigo de cuantos en él ñan .

24.* la serpiente bíblica fascinando á Eva para perderla, el cocodrilo llorando á su victima: la víbora yerta de frió mordiendo al que la da calor; el tigre jugando con su presa; la boa constrictor atrayendo con su aliento magnético al desdichado que devorará y teniéndole cerca, lo enlaza y tritura con sus férreos anillos, lo enve­nena con su fétida baba y después se lo engulle plácidamente.

26.* el honor del Papa Clemente XIV y del Bey de España Carlos I I I , extinguiendo aquél la Compañía de Jesús, por ser la sociedad más inicua de la tierra, y prohibiendo el último bajo pena de muerte, que en sus dominios exis­tiera un jesuíta.

26.* el inglés de todos los boers y el Monjuich de todos los obreros.

Barcelona, 15 de Junio de 1904. Ll .

Por los obreros presos Hemos recibido la siguiente circular que nos

apresuramos á reproducir adhírendouos al acto á que se refiere:

«El comité Internacional de'MadridJde acuerdo do con lo propuesto por el de Barcelona, se pro­pone celebrar un gran mitin para recabar la li­bertad de los presos por cuestiones sociales cuyo acto ha de verificarse el 7 de Agosto próximo en el Frontón Central ó en los Jardines del Buen Betiro.

La Comisión encargada derealizar las gestio­nes conducentes al objeto propuesto, espera que se adhiera á tan humanitario acto, contribu­yendo morar y materialmente á que revista la importancia que debe tener por los fines altruis­tas perseguidos.

Madrid 18 de Julio de 1904. La Comisión Organizadora.

MOTA La adhesión se remitirá antes del I . " de

Agosto al Centro de Dependientes de Comercio, Cruz, 16 entresuelo, enviando Jla cantidad con que se suscriba para los gastos del mitin, ó bien indicando dónde hay que recogerla»

LlBBEPElSlMIEITaElilCClOl Acto ciwii.

El día 16, él las ocho de la mañana , se^eri!-ficó el entierro civil del cadiver de Pedro G&-rrea Casquero, de 65 años de edad. Obtenido

I permiso del alcalde republicano.D, Ricardo de I Prado para que concurriera al acto la músi -I ca municipal , ésta no asistió porque á la hora

en que se avisaron á ios ruú.sicos estaban la msyor ía de ellos en sus trabajos habi tuales . A pesar de esta circunstancia, el acompaña­miento fué solemne como siempre, haciendo recalcar el e^^pi^itu librepensador del pueblo.

Una nota discordante hubo en este acto: al pedir una persona interesada en el j u z g a ­do municipal la liceficllb de enterramiento y hacer constar que el entierro era civil, por­que era la familia pobre y además había pe­dido con antelación el entierro en dicha for­ma , el señor secretario, abogado, entregó par t icu larmenteá la interesada unfi nota fath el cura párroco que á la letra dicer así.-

«Querido D. Feliciano: So pretexto de no tener para el entierro, quieren al inscrito enterrarlo por Lo civil.

Suyo afectísimo q. b . s. m.—(Firma y rú­brica). »

Al recoger del juzgado la nota, eli l uga r de ent regar la al cura , me la entregaron ¿ m í , y con esta nota me personé en el j u s t a d o para recr iminar la conducta de unfune iona-rio que desde su elevado puesto ejercía tales coacciones aunque las hiciera en el terreno part icular .

Lástima es que un pundonoroso abogado con tan himrable t í tulo lo ponga á los pies de un cura egoís ta excitándole á realizar a c ­tos condenado» pOT el détíxjho éándüíéíR llaíe prohibe terminantemente jentenar en sagra ­do (como ellos dicen), á aquellos que no ha ­yan demostrado duran te su Vida la fe ca tó ­lica por el culto, los que nohayaiS s idoébñ-fesados en articulo mortis ó por lo menos re.-cíbido lo# M i i i í o S ' éS'pirifíijaíeS , íáMá (fílfe en el honrado muerto ' n o coTicuTrían-,r pues teniendo por consejero único su» eosei^tok», optó por el entierro civil a u n q u e tenia» l l e ­nes para sufragar el entierro católico tocfe vez que lega á su esposa media caSá qué poseía.

Gomo se ve , aquí las introníísioüéS ilega­les se llevan á cabo con toda desfechatez, procurando salvar un alma se iban & atro-p ^ l a r los derechos más legítimos;^ pero si se condena el alma del honorable Pedro Coftea, nosotros condenamos éiqui en vida á IdS^^im-postores.

, ., ,,L. S. San Vicente 18 de Jul io de 1904.

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Imp. de J. Sastre y C.*—Alamedif, Ni, Htm^