Música colombiana una realidad desconocida

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    Recientemente fui invitado

    a participar en dos colo-

    quios en el II Mercado Cul-

    tural del Caribe celebrado

    en Cartagena de Indias; el primerosobre los programas docentes quesobre gestin cultural que se reali-zan en Espaa y el segundo sobreLos Festivales como Redes de Co-operacin y Circulacin, donde

    pude presentar los festivales LaMar de Msicas, Pirineos Sur y No-ches de Ramadn. El Mercado ha

    sido un empeo de la asociacin in-dependiente Corporacin CulturalCabildo de Bogot, con Rafael Ra-mos a la cabeza, contando con unapoyo muy importante de la Agen-cia Espaola de Cooperacin Inter-nacional para el Desarrollo (AE-CID) dependiente del Ministerio deAsuntos Exteriores y de Coopera-cin. Siempre he estado alejado detodo tipo de nacionalismo, patrio-

    terismos y patriotismo, pero al ob-servar el papel tan importante quela institucin espaola tiene en el

    pas y un marco de intervencin tanpreciso, he sentido un cierto orgullonacional.

    Colombia es uno de los lugaresdonde nuestra cooperacin tienems vigencia dadas las caractersti-cas propias del pas y los mltiplesconflictos en los que est envuelto.Defensa de los derechos de las vc-timas, gobernanza democrtica, de-rechos humanos, grupos tnicos,

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    RUBN CARAVACA

    http://rubencaravaca.blogspot.com

    Fotos: Paula Posada y Rubn Caravaca

    cultura

    Como tantos otrospases de

    latinoamrica,Colombia atesorauna cultura popularrica y variada, en laque la msica juegaun papelfundamental. Sinembargo, las

    imposiciones delmercado tienden aestereotipar esaproduccin, y esnecesario recuperarese gran tesoro

    Una realidadMsica colombiana

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    equidad de gnero, patrimonio co-mo generador de desarrollo y cultu-ra de paz, son ejes prioritarios de la

    accin espaola que pudimos vi-sualizar no slo por ser su magnfi-ca sede inaugurada por los presi-dentes lvaro Uribe y Jos MaraAznar el lugar central de las acti-vidades, sino tambin por el apoyode todo tipo prestado por la Agenciaa los organizadores. Era mi segundavisita al pas. Si en la primera hace

    poco ms de un mes, la sensacin producida poda reducirse al total

    desconocimiento y la escasa infor-macin que tenemos sobre el pascomo realidad-nacin, en esta que-d muy extraado por la ignorancia

    casi absoluta que tenemos sobre sucontexto cultural.

    El Mercado Cultural del Caribees un evento reciente, modesto, que

    puede y debe contribuir a corregirel dficit divulgativo-cultural que

    padecemos los no residentes en Co-lombia, y de paso tener un conoci-miento ms real del pas. Por ello es

    preciso felicitar a organizadores,colaboradores y patrocinadores.Como en eventos similares y dadala cantidad de artistas intervinien-tes, el resultado es diverso pero con

    buena nota en la mayora de las oca-

    siones. Si la programacin diversa, plural y representativa cuenta conuna presencia nacional e internacio-

    nal de gestores-promotores queayudemos a su difusin posterior, sies real el inters de crear y consoli-dar un tejido asociativo cultural in-dependiente, si se ponen las bases

    para un trabajo colectivo en red, de- bemos ser conscientes de que elemprendimiento iniciado debe serun punto esencial para abrir nuevas

    puertas para el conocimiento de larealidad colombiana a partir de su

    cultura, y que permita un trabajocomn a ambos lados del ocano,entre los dos continentes y por quno ampliarlo a frica. Espaa debe

    ser un punto de cohesin y cone-xin por las mltiples races comu-nes, por proximidad y, por la polti-ca cultural en los programas de co-operacin al desarrollado empren-didos en los ltimos aos, que la es-tn convirtiendo en una referencia

    pionera a nivel internacional.Pelculas de Sergio Cabrera,

    Vctor Gaviria, Barbet Schroeder oJoshua Marston las podemos vercon cierta regularidad en cines odvd. No hace falta presentar a Ga-

    briel Garca Mrquez, William Os-pina, lvaro Mutis o Laura Restre-

    po entre las grandes firmas litera-rias o poticas, ni tampoco a Jua-nes, Shakira y Carlos Vives, el tro

    de oro, como artistas reconocidosmundialmente. Pero a pesar de elloel conocimiento de la realidad cul-tural es ms que limitado en un pa-s donde la diversidad se percibe entodos los lugares.

    Expertos musicales locales se-alan que en todos los municipiosdel pas se ha celebrado algn festi-val o fiesta con identidad. Muchosde ellos desarrollados en el marco

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    El Mercado Cultural del Caribe es un evento

    reciente, modesto, que puede y debe ayudar

    a corregir el dficit divulgativo-cultural que

    padecen los no residentes en Colombia

    desconocida

    DIANAJ

    UREGUI

    Expertos musicales locales

    sealan que en todos los

    municipios del pas se ha

    celebrado algn festival o fiestacon identidad, muchos de ellos

    desarrollados en el marco del

    programa Caravanas tursticas,

    considerado por algn escritor

    como surrealista.

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    del programa Caravanas tursti-cas, considerado por algn escritor

    como surrealista, ya que se trata-ba de viajes organizados en vehcu-los particulares por el interior del

    pas, protegidos por soldados y he-licpteros, con la pretensin demostrar la seguridad en los despla-zamientos por carretera, hasta en-tonces controlada por alguna de lasguerrillas, los paramilitares y gru-

    pos tnicos que intentaban alejar desus territorios a ambos.

    Mapas musicalesPara comprender, concretar y facili-

    tar mejor un panorama musical tandispar y complejo, se han elaboradodiversos mapas musicales tanto ge-ogrficos como de gneros y esti-los. Vallenato y cumbia son los msconocidos, pero se puede hablar dems de cincuenta estilos con identi-dad, incluidos calipso y reggae ha-

    bituales en las islas de San Andrs yProvidencia.

    Msicas tradicionales y actua-les, tnicas y contemporneas, elec-trnica y tribales parecen convivirde manera harmnica. Hace quinceaos se puso en marcha el festivalcon ms repercusin de AmricaLatina: Rock al Parque. La primeraedicin tuvo lugar del 26 al 29 demayo de 1995 y cont con los va-lencianos Seguridad Social comoinvitados. Como bien indica MaraClaudia Parias, ex colaboradora dela edicin colombiana de Cambio16 y directora general de la Orques-ta Filarmnica de Bogot orga-nismo responsable de la organiza-cin, es una apuesta poltica y

    cultural por el reconocimiento delas culturas urbanas y de los proce-sos de identidad de jvenes y artis-tas de Bogot. Eran tiempos dondela violencia era evidente en cada lu-gar del pas y en la capital. Guerri-llas, paramilitares y narcos son due-os de las ciudades y por lo tanto desus calles. La llegada a la alcaldade Antanas Mockus supone uncambio inusual, una nueva visin

    de la gestin institucional, de proxi-midad a la ciudadana, apostando

    para ello por una pedagoga nove-dosa, reduciendo en un cuarenta porciento los homicidios en la capital,desarrollando presupuestos partici-

    pativos, incrementando de manerasignificativa la inversin pblica ycon ello una mayor calidad en edu-cacin, salud e infraestructuras.Medidas como la hora zanahoria,franja horaria en la que se estable-cen las limitaciones para la venta dealcohol, la contratacin de mimos

    para que los conductores respetasenlas normas de circulacin, el fo-

    mento del ahorro voluntario de

    agua, o un impuesto voluntario des-tinado a fines sociales, fueron algu-

    nas de aquellas medidas didcti-cas que marcaron una gestin noexenta de polmica, pero que le per-miti volver a la alcalda aos mstarde (2001-2004). Actualmenteforma parte de Visionarios por Co-lombia un lugar que promueve una

    pedagoga distinta de la accin pol-tica intentando su transformacin.Muchos creen que se presentar alas elecciones presidenciales del

    prximo ao como cabeza de listade los Verdes. Apuesta poco viabledadas las circunstancias polticas de

    un pas donde la regeneracin y re-

    novacin institucional no parecenser prioritarias.

    A la estela de Rock al Parquesurgieron Hip Hop al Parque, Co-lombia al Parque, Salsa al Parque,Jazz al Parque y pera al Parque,todos con el denominador comnde recuperar la ciudad como lugarde ciudadana y de encuentro, per-mitiendo que Bogot se conviertaen la capital musical del pas y qui-zs del hemisferio sur del continen-te. Nuevas bandas como DoctorKrpula proliferan continuando laestela de grupos como Pestilencia,Bastardos sin Nombre, Contra todoCorruptor surgidas en la capital o

    en Medelln en los aos ochenta.El pasado ao la Orquesta Fi-larmnica de Bogot consigui unGrammy Latino por el disco LaOFB es Colombia, que recoge gra-

    baciones de temas tradicionales enversin sinfnica realizados en suscuarenta aos de existencia. Duran-te la entrega del premio surge laidea de realizar una grabacin don-de participen msicos populares y

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    cultura

    Espaa debe ser un punto de conexin por

    las mltiples races comunes, por

    proximidad y, por la poltica cultural en los

    programas de cooperacin al desarrollado

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    de la Filarmnica. El resulta-do es Mestizajes. Una graba-

    cin singular, nica, con una produccin exquisita dondehan participado entre otros ar-tistas tan singulares como: An-drs Cepeda, Cholo Valderra-ma, Andrea Echeverry, Tot LaMomposina, Andrs Cabas,Puerto Candelaria, Choc QuibTown o Mnica Giraldo bajo la

    produccin de Ivn Benavides.Es uno de los buques insignia dela msica del pas desde que en1995 particip y produjo el disco

    La tierra del olvido de Carlos Vives,

    y por ser uno de los fundadores deSidestepper, posiblemente el grupocolombiano ms interesante de losltimos aos, del que form parteErika Muoz, una de las voces msatrayentes y con ms proyeccin del

    pas. Benavides es uno de los res-ponsables de que la msica colom-biana encontrase un hueco junto a

    los grandes nombres de la escenalatinoamericana, hasta entonces do-

    minada casi en exclusiva por msi-cos argentinos como Charly Garca,Fito Pez, Spinetta o Len Gieco.Es tambin el productor artsticodel Gran Concierto Nacional, unevento musical en el que participanms de mil municipios de todo el

    pas, desarrollando conciertos si-multneos para mostrar la diversi-

    dad musical colombiana.Significativa es la labor

    que se realiza desde la RedNacional de Festivales de M-sicas Tradicionales Colombia-

    nas. Se trata de un proyecto jo-ven impulsado desde la entidadcivil Corporacin LaboratorioCultural para intentar aglutinar,realizando un trabajo comn enred, a los cerca de quinientos fes-tivales dedicados a las msicastradicionales. Como comenta laantroploga Ana Mara Arango

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    cultura

    Con autonoma e indepen-

    dencia, los festivales de m-

    sicas tradicionales de Co-

    lombia, tan diversos y hete-

    rogneos como las expresio-

    nes musicales que represen-

    tan, se han esforzado en los

    ltimos tres aos por conso-

    lidar un mecanismo, espacio

    y estrategia para la articula-

    cin y fortalecimiento inte-

    gral del sector. Con el lide-

    razgo de la organizacin civil

    Corporacin Laboratorio Cul-

    tural, el apoyo de diversos

    organismos estatales, priva-

    dos y solidarios, y a pesarde las grandes dificultades

    que representan las realida-

    des polticas y las actuales

    condiciones tcnicas, eco-

    nmicas y de infraestructura

    existentes en el pas, se ha

    hecho realidad un sueo de

    muchos trabajando en pro

    de necesidades e intereses

    conjuntos: la RED Nacionalde Festivales de Msicas

    Tradicionales Colombianas.

    De los 375 que constitu-

    yen su universo 99 los festi-

    vales pertenecen a esta

    gran RED de fomento y res-

    peto por la diversidad cultu-

    ral, el dilogo intercultural y

    la salvaguardia del patrimo-

    nio inmaterial. Con una grandiversidad por ser descubier-

    ta en el mundo, ms de un

    milln anual de asistentes,

    6.500 artistas participan-

    tes, ms de 200 expresio-

    nes musicales vigentes, y

    siete lneas transversales de

    trabajo, por solo mencionar

    algunas cifras, la RED

    apuesta de manera diferen-

    te, por el desarrollo en las

    regiones, construyendo teji-

    do social e identidad.

    Con el desarrollo de sus

    proyectos ms inmediatos

    de circulacin e informa-

    cin, la RED busca aliados

    que le permitan alcanzar sus

    objetivos estratgicos que

    incluyen entre otros, conti-

    nuar el anlisis del impacto

    socioeconmico real de los

    festivales que la conforman,

    demostrando con cifras lo

    que tcitamente se conoce:

    a travs de ellos se aportaal desarrollo integral de los

    pueblos y es pertinente, ne-

    cesario y productivo desde

    todas las miradas y secto-

    res posibles, invertir en

    ellos.

    Diana Juregui Presidenta

    Corporacin Laboratorio Cultural

    (Bogot Colombia)

    Festivales con identidad

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    Los festivales en Colombia son di-versos y heterogneos y todos ellos

    cumplen un rol fundamental comocohesionadores sociales. Es evi-dente que la msica tradicional vams all de la propia difusin, te-niendo ms trascendencia de lo quese visualiza a simple vista, reflejn-dose en buena parte de la misma unmestizaje fruto de la colonizacinespaola y de la fusin con las po-

    blaciones nativas. Aquel choqueprodujo una fractura en las socieda-des locales para posteriormenteconstruir un mundo cultural nico einherente, con identidad, que se re-

    fleja de manera especial en la msi-ca. Certeza que se manifest hacems de un ao en la movilizacinindgena que procedente del Caucaculmin en la capital, recibiendo lasolidaridad de bogotanos y el silen-cio mayoritario de los medios decomunicacin, tanto nacionales co-mo internacionales. En la marcha

    pacfica la msica tuvo una labor

    cardinal para su difusin. Significa-tiva es la labor realizada por las mu-

    jeres. Tot La Momposina abri lapuerta de la mano de Peter Gabriel para mostrarnos la riqueza de lamsica afrocolombiana. A pesar deque la Iglesia Catlica, al serviciode la conquista del continente, in-

    tent la desaparicin de cualquiertipo de identidad procedente del

    continente negro, es evidente quecon la msica no lo logr. En 1573se dict una orden por la que se im-

    peda que cualquier negro o negrase juntaran para cantar y bailar.Aquellos cantos y bailes hoy for-man parte del bullerengue, contan-do con un significativo nmero decantadoras como Etelvina Maldo-nado, Petrona Martnez, Dilia RosaCassiani, Eustiquia Amaranto, LaYaya, La Telvo algunas de ellasya desaparecidas. Canciones detransmisin oral que han pervivido

    a travs de generaciones y dinastaspor la labor ejemplar de estas muje-res y otras que por su juventud noson reconocidas.

    Violencia y narcotrfico son t- picos habitualmente asociados aColombia y evidentemente en sumsica tambin se refleja. En un

    pas donde los mexicanos Los Ti-gres del Norte, El Grupo Extermi-

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    cultura

    Cuando como colombianos

    escuchamos un canto de za-

    fra, propio de los campesinos

    de la regin caribe de nues-

    tro pas, en la voz del maes-

    tro Juancho Fernandez de la

    Gaiteros de San Jacinto, la

    piel nos trae una sensacin

    como de sol bajo la siembra.

    Sin embargo, cuando nos

    cuentan que esa misma za-

    fra, que se canta con el cora-

    zn, sin partituras, ni voces

    de academia, la puedes es-

    cuchar bajo el esquema mu-sical de una orquesta sinfni-

    ca, la imagen se dificulta en

    la cabeza Cmo suena?...

    la respuesta esta en el nue-

    vo disco de la Orquesta Filar-

    mnica de Bogot: Mestiza-

    jes.

    Mestizajes, como bien

    sugiere el nombre, es una

    apuesta completamente no-

    vedosa de la Filarmnica, en

    el que la voz y los temas de

    reconocidos artistas de la

    tradicin popular de diferen-

    tes regiones de Colombia, se

    mezclan con los sonidos cl-

    sicos de la Orquesta. Segn

    Ivn Benavides, productor

    general del disco Escuchar

    este trabajo es como hacer

    un recorrido por la geografa

    de nuestro pas, porque cada

    tema sugiere un paisaje dife-

    rente. Es as, como aque-

    llos melmanos amantes de

    las nuevas sonoridades, pue-

    den encontrar en Mestizajes

    grandes arreglos orquestales

    de los clsicos del presente

    de la msica popular colom-

    biana.

    Segn Mara Claudia Pa-

    rias, directora de la Orquesta

    Filarmnica de Bogot, la

    idea de hacer un disco con

    estas caractersticas, surgi

    en el mismo momento en

    que la delegacin que recibi

    el Grammy en el 2008 por el

    disco Orquesta Filarmnica

    de Bogot es Colombia, cele-

    braba al lado de los colom-

    bianos nominados ese ao,

    un afortunado encuentro que

    les dio la idea de hacer algo

    juntos. All empez a tomarforma este trabajo que final-

    mente sali al pblico la pri-

    mera semana de diciembre

    del presente ao y con el

    que Porqu no? La apuesta

    es traer un nuevo Grammy a

    Bogot.

    Lorena Salamanca Zuluaga.

    Periodista (Bogot Colombia)

    Mestizajes, nuevo disco de la Orquesta Filarmnica de Bogot

    Violencia y narcotrfico son tpicos asociados

    a Colombia que tambin refleja su msica.

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    nador o Tucanes de Tijuana son au-tnticas celebridades, no es de ex-

    traar que el fenmeno de los nar-cocorridos tenga su propia versinlocal. El responsable musical delmovimiento es Alirio Castillo, quelleva dcada y media recopilandolos temas de los ms genuinos re-

    presentantes del gnero. Cancionesque trascienden al narcotrfico paraarremeter y comentar actuacionesde gobiernos, guerrillas, militares,

    paramilitares, congresistas, jueces ylegisladores. Como sus homnimosmexicanos cualquier noticia decierta trascendencia puede conver-

    tirse en cancin para acabar en him-

    no cuando una buena parte de la po-blacin la hace suya. Para autores eintrpretes no existe ningn aconte-

    cimiento que no pueda ser interpre-tado, aunque algunos de ellos hayanrecibido amenazas y acusaciones deformar parte de algunas de las tra-mas existentes en el pas.El raspa-chn es una de las canciones msconocidas, algunos la consideran elhimno de los cultivadores de la ho-

    ja de coca, y forma parte de la ban-da sonora del documental La plata

    blanca, cuando la coca es algo ms

    que una droga de Jos L. SnchezHachero. Muchas de estas cancio-

    nes pueden considerarse de ida yvuelta. Entonadas primeramentepor agricultores y campesinos antesde popularizarse a travs de graba-ciones, para volver plastificadas oradiadas a su lugar originario.

    Todos los das a las 18.00 horasse escucha el himno nacional en to-das las emisoras del pas. Es lo queocurre exactamente en el taxi quehemos tomado para acercarnos aLas Boquillas en los suburbios deCartagena de Indias, nos dirigimosa un pic dominical. Se trata de en-

    cuentros musicales nicos que se

    caracterizan por el elevado sonidocon el que se amplifica la msicaelaborada. El taxista parece un tan-

    to perplejo ante nuestra peticin derecorrido, no es normal la presenciade europeos, y blancos, es este tipode fiestas. El barrio parece carecerde cualquier servicio bsico, pero lamsica se siente y escucha en todossus rincones. Control policial paraacceder al recinto, tras el pago de7.000 pesos un poco ms de doseuros y un mega equipo para es-cuchar a todo volumen. Calculo

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    cultura

    Es necesario conocer la rica variedad de la msica colombiana para entender su cultura.

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    unos 30.000 vatios de sonido, paraun recinto donde no pueden acce-

    der simultneamente ms de 500personas. La msica grave sin ape-nas agudos hipnotiza haciendo im-

    posible el no bailar. Cervezas y to-do tipo de alcoholes fluyen, igualque el olor a marihuana. La presen-cia de bailadores y bailadoras im-

    ponentes, tanto por su fsico comopor su habilidad para bailar, impi-den una mayor actividad por nues-tra parte ante unas limitaciones, lasnuestras, ms que evidentes.

    Fusin

    En el escenario se encuentra Rey deRocha uno de los grandes exponen-tes de la cultura picotera. Un buennmero de asistented nos saludanya que hemos acudido al lugar de lamano de Charles King, otra de lasreferencias obligadas del movi-miento. Escuchamos champeta deformas diversas. Una msica que seorigina en la dcada de los setentacon la llegada a Colombia de las

    primeras grabaciones de msicaafricana de baile. Sonidos de amboscontinentes se fusionan dando lugara un nuevo estilo musical incorpo-rado al universo musical caribeo.

    La fiesta contina hasta la me-dianoche pero tenemos que volverantes a una plaza del centro histri-co de Cartagena para escuchar aPernett, uno de los artistas ms no-vedosos en la combinacin de m-sicas tradicionales con electrnicas.Forma parte de esa nueva hornadaartstica que reivindican la tradicinmostrndola desde una perspectivacontempornea. La Mojarra Elc-

    trica, Bomba Estreo, Systema So-lar, Puerto Candelaria, La SeveraMatacera, La Mquina del Cari-

    be son algunos de los nombresque poco a poco darn su salto almercado europeo.

    Lo anterior slo es una pequeaintroduccin a la diversidad de lasmsicas colombianas. Diversas cir-cunstancias han impedido que lasmismas tengan la misma difusin

    entre nosotros que las procedentesde Brasil, Cuba, Mxico o Argenti-

    na, por citar algunos pases prxi-mos cuyas propuestas musicalesson igualmente diversas y plurales.Para analizar realmente los motivosde esta realidad sera preciso un en-cuentro abierto, plural y sincero en-tre todos aquellos que tengan laconviccin de que apoyar el conoci-miento y la expansin de las mis-mas sera la mejor manera de trans-mitir la vitalidad de un pas que ha

    padecido, y sufre, un conflicto in-terminable, poniendo de manifiesto

    que a pesar de todo, y de todos, Co-lombia es un pas dinmico que tie-ne bases para el mejor futuro. A pe-

    sar de que muchos intenten truncarlos deseos de la mayora de vivir enpaz, con honestidad y respeto mu-tuo, sus ciudadanos y ciudadanascon un ejemplo tenaz. Lucha y per-severancia convertirn al pas enuno de los lugares donde merezcala pena vivir. Ellos y ellas son losnicos responsables de que poda-mos ver al pas de manera positiva a

    pesar de guerras, guerrillas, milita-

    res, paramilitares, narcotraficantes,gobernantes que en la mayora de

    las ocasiones han privilegiado susintereses individuales a los colecti-vos, como ocurre en casi todos los

    pases, con la diferencia de que enColombia esa realidad se amplificaal citarse intereses muy concretos,no presentes en otras realidades.

    Seguramente el desprecio por lasociedad, como colectivo, haya da-do lugar a importantes desigualda-des sociales originando que no to-dos tengan las mismas oportunida-des, fomentando un individualismo

    que impide un trabajo colectivo co-mn. Para enmendar la situacin

    primero debe existir una paz real y

    efectiva. Desde el exterior con laslimitaciones que ello acarrea se in-tuye que en su bsqueda parece queslo haya buenas palabras. Intereseseconmicos y el temor por conocerrealmente lo acaecido en tantosaos, hacen entrever que los mis-mos prevalecern frente a la volun-tad de la mayora de la sociedad devivir en paz construyendo el mejorde los mundos posibles.

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    cultura

    La msica adquiere categora de relacin social, de comunicacin de la clase humilde.

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