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7/26/2019 Musica y politica
1/7
38
AQUELLO OUE UNA PRESENCIA
- -
PUEDE OCULTAR
P
au
la Cannova
Paula Cannova Profesora de Armona, Morfologa y
Contrapun to, egresada de la Facul tad de Bellas Artes
de la Universidad Nacional de La Plata. Profesora
Adjunta de
la Ctedra H istoria
de
la Msica I y 11, y JTP
de
la Ctedra Apreciacin Musical
de
dicha Unidad
Acadmica.
Miembro
del equipo de investigacin
del Proyecto Lenguaje visual y musical: hacia una
reformulacin de propuesta pedaggica, dirigido por el
Lic. Daniel Belinche.
7/26/2019 Musica y politica
2/7
En numerosa bibliografa sobre historia de
la msica de los siglos
XX
y
XXI1
(ms especfi-
camente
en
estudios sobre msica acadmica,
sobre todo de Europa central pero tambin a
veces de Amrica Latina) es habitual encontrar
un pargrafo, o al menos un subttulo, referido a
la relacin en tre la msica y la ideologa,
en
al-
gunos casos denominada "msica y poltica".
2
Sin embargo, esta constante no es usual
en
los libros anteriores a
los
siglos mencionados, sin
por ello dejar de reconocer que
-en
reiteradas
oportunidades en el interior de los apartados
biogrficos de los compositores-
3
es posible
reconstruir, a l menos parcial e hipotticamente,
tal relacin.
Se descarta la suposicin de que el inters
por
una praxis musi
ca
l
en sinto
na
co
n el
con texto de su produccin, haya sido una
aparicin novedosa
en
el siglo XX, debido a
la enorme cantidad de casos testigo que fa lsan
esa hiptesis.
4
En consecuencia, lc ul es el
criterio para la inclusin de tales pargrafos
en
los libros de historia de la msica
en
la
contemporaneidad?
Antes de tratar de resolver este interro-
gante, proponemos un recorrido por l
os
rasgos
que estos apartados (relacin msica-poltica/
msica-ideologa) contienen, donde tal vez
localizar algunas variables que nos orie
nten
hacia esta bsqueda.
1
Como
muestra
de
ello, podemos citar los siguientes libros: U. Dibelius: La
msica
contempornea
a partir de
1945 Madri
d,
Akal, 2004; R. Morgan: La msica del
sig
lo XX, Madrid, Akal, 1994; D. Fisherman: La
ms
ica del siglo XX, Buenos Aires,
Paids, 1998;
J.
Molina- H. Bolcatto: La
s
ituacin
de
la
msica
al finalizar
el
siglo
,
Rev. Summarium, N 3,
Santa
Fe, 2000; R.
Sm
ith Brindle: La nueva Msica Buenos Aires, Ricordi, 1996; G. Vinay: Historia de la Msica vol. II. El siglo XX, Madrid,
Tumer,
1977; P. Griffich: Modern Music.
The avant-Garde
since
1945
Nueva Yo rk, Akal. 1981;
A.
William:
La msica
en el
siglo XX, Madrid, Taurus, 1985; E. Salzman: La ms
ica
del siglo XX, Buenos Aires, Vctor Ler, 1972.
2
La
msica popular y los estudios sobre ella pudieran compartir esta situacin; sin embargo,
tanto
la primera como los ltimos
presentan caractersticas que este trabajo no
est
considerando y
que
por lo
tanto
no resulta tico incorporarlos aqu. Sin duda
alguna los aportes realizados por los investigadores y musiclogos a travs de inst
it
uciones
co
mo la Asociacin
In t
ernacional
para el Estudio de la Msica Popular
estn
promoviendo un desarrollo
en
el campo de la historia de la msica popular. No
obstante,
ha
bitualmente estos trabajos suelen circunscribirse a un gnero
en
particul
ar
o a
una
problemtica
dentro
del
mismo. La bibliografa relativa a una posible h i
sto
ria
de
la msica popular
en tanto
corpus especfico es an escasa.
3 La historiografia musical pocas veces se ha planteado desligarse de la verificaci
n
de
los
cambios estilsticos mediante las figuras
que destaca, las cuales
han
sido principalmente compositores. Son stos los sujetos sobce los cuales se consoli
da
la periodizacin
propuesta,
una
vez aparecida en Occidente la autora. La sola incorporacin de los intrpretes implicara un cambio en las
segmentaciones o periodizaciones expuestas generalmente. Ms an, pudie
ra
n hacerlo variables como las
co
ndiciones o
la
s
relacion
es
de produccin.
4 A modo
de
ejemplo puede considerarse la situacin
de
Herinch Isaac
{]
450-1517) quien estando al servicio
de
la Kapelle
del emperador Maximiliano, obtuvo permiso para residir
en
Italia de forma perma
nente -como
atesti
gua
H. Raynor- gracias
a su vala como diplomtico o agente secreto de la corte imperial.
39
7/26/2019 Musica y politica
3/7
CUANDO
LO
IDEOLGICO ESTA
LA
IZQUIERDA
Bajo el ttulo "msica y poltica" es fre-
cuente encontrar una enumeracin de algunos
compositores que
en la
escena acadmica
han
declarado su conviccin ideolgica, su perte-
nencia partidaria o su militancia, de manera
e.._'Cplcita. La
propiedad sobresaliente de todos
d
10s es compartir una tendencia ideolgica de
~.rierca. en sus
diferenciaciones (no menores
;:e.ro a
nes
de este escriro, inclusivas)
en t
re
:::z...--::c:,..:;as..
leni:ni.sras,
cor:skistas,
maosras, anar-
~-ras,
50cialiscas.
actera. El
recorrido
de
los
do-racados
que aparecen
en
estos aparrados suele
componerse de algunos apellidos infaltab
les: H.
Eisler (1898-1962); L ono (1924-1990); H.
W Henze (1926); H. Pousser (1929); Ch. Wolf
(1934); N.A. Huber (1939), C. Cardew (1936-
1981). En menor lugar aparecen S. Revueltas
(1899-1940) y C. Nancarrow (1912-1997).
Existiendo entonces este recorte de lo ideo-
lgico en vinculacin directa con
las
tendencias
de izquierda, pareciera no ser posible ligar el
pensamiento poltico y el artstico a modos
ms relacionados con el conservadurismo.
En ningn caso podemos encontrar
en
estas
bibliografas a compositores cuyas acciones y/o
pensamientos polticos
se
enlacen con polticas
ms o menos totalitarias, ms o menos liberales,
ms o menos capitalistas, aun habindolo ma-
nifestado expresamente, o al men
os
existiendo
pruebas fehacientes de su ideologa.
La pregunta por los aspectos ideolgicos
no pretende aqu sumarse a la frecuente opo-
sicin entre izquierda y derecha polticas
en
las que muchos relatos histricos recaen. No
slo porque en reiteradas oportunidades
el
hbitus
5
constituye antes bien un entramado,
ms que lneas divorciadas que los recorren
en
paralelo, sino porque la consideracin de la
vida social como
un
espacio conformado por
compartimientos divididos se rechaza como
anlisis posible en este trabajo. Por consi-
S En el sentido elaborado por
P Bo
urdie
u.
guiente, se comprende a la vida social
en
tanto
unidad que -
en
el contexto de sus relaciones,
condiciones y modos de produccin- elabora,
construye, consolida y transforma
las
posibilida-
des y las imposibilidades de
mun
dos existentes,
tanto
en
el mbito material como simblico.
CUANDO LA FUENTE SLO VERIFICA LO
IDEOLGICO
Tambin
es
comn hallar bajo el antes men-
cionado pargrafo, pequeas citas de alguno
de los compositores incluidos, que dan cuenta
de
su
pensamiento ideolgico. No obstante,
en los dems captulos que organizan a estas
bibliografas, son escasas las referencias de los
compositores indicados que se encuentran en
relacin con los ejes o estticas en las que se los
enmarca. De manera tal que podramos pensar
la inscripcin en una determinada tendencia
artstica como suficientemente obvia a los
fines de no requerir de uno de l
os
recursos ms
empleados en los textos acadmicos, como es
la apelacin a
la
fuente
en tant
o validaci
n
. O
mejor an, al otro lado del cristal, podramos
inducir que circunscribir a un compositor a una
determinada esttica no es tan riesgoso para el
autor como hacerlo con relacin a un pensa-
miento ideolgico, por lo cual en
es
te ltimo
caso, la referencia de la cita
se
presenta como
imprescindible. Lamentablemente, la
hi
storia
vuelve a confirmar que
en
tiempos duros, la sola
sospecha de simpata hacia algunas tendencias
ideolgicas ha sido la excu
sa
que muchos dic-
tadores
han
utilizado sobre tales artist
as,
para
desplazarlos de los espacios
of
iciales, censurar
sus obras de forma explcita, menospreciar su
actividad artstica como panfletaria, o ms
brutalmente, hacerlos padecer detenimientos,
persecuciones o torturas.
6
6
El 31
de agosto de 1967 , el diario
El
Exp
r
eso de
Lim
a, calificaba de "poeta I taliano Rojo" a L. Nono en el anuncio del
arresto al que la Guardia Civil lo someti, a la vez que prohiba la continuacin de su ciclo de conferenci
as
sobre msica
electrnica, episodio que termin con la expulsin del compositor veneciano del pas.
7/26/2019 Musica y politica
4/7
AQUELLO QUE
UNA
PR
E
SENCIA
PUEDE OCULTAR
Paula canllOl8
CUANDO LO ESTTICO
SE
PRETENDE
DIVORCIADO DE LO IDEOLGICO
Gran parte de los compositores incluidos en
los apartados que conjugan msica y poltica
tambin estn indicados en otras secciones
de los
libros cuyos ejes temticos suponen agrupamientos
en
fu
ncin de caractersticas tcnicas y estticas
del lenguaje musical. Estas bib
liografas acostum-
bran a incluir pequeos desarrollos analticos de
las obras de los compositores mencionados o, al
menos, rasgos generales
de su produccin mu-
sical en trminos tcnicos. No obstante,
en
los
casos
de
los
compositores que se inclu
ye
n
en
los
apartados que nos convocan (los polticos) y que
tambin participan en algunas de las tendencias
que la bibliografa comenta, su insercin
en es
t
as
ltimas est despojada de todo anlisis referen-
cial a su obra. As, el desan-ollo de los aspectos
analticos sobre su tarea compositiva se reserva
a los espacios concretos donde slo se incluyen
los compositores politizados. Esta situacin (la
de su compromiso poltico) s
in duda
mediatiza
el anlisis orientndolo hacia las apreciaciones
ideolgicas, que se presentan como propias a
las actitudes
de es
tos artistas. Un caso ejemplar
es el de L. Nono. En la mayora de los libros de
historia de la msica del siglo
XX
encontramos su
nombre, su inscripcin
en
el serialismo integral
y
obviamente su inclusin ms desarrollada
en
el
apartado "msica y poltica", dada su militancia
en el Partido Comunista Italiano. Sin embargo, es
nicamente
en
esta seccin donde la referencia
analtica a su msica se hace expresa. El an
lisi
s
de alguna
de
sus
obras tiende, antes que nada, a
fundamentar su condicin de militante, por lo
cual
Se
reca,e
i::: ~ ai ".::::u:__
_ e
los tex-ros (f~'c 5e
ro.r.~
;;: c:::.:a.::1
Es
ta
ltima
;:a.-a,e:
::;::-
;..;;
en la medida
en
qu
e sedrcurucr..ta l~--;.ec .. .::e
vnculo poltico, la msica debe
dar
cue:::;:a de
ste de manera directa, reducindolo a lo desci-
frable slo a travs del lenguaje verbal. Por lo cual
tambin podramos suponer que este anlisis de
los compromisos polticos o ideolgicos es nica-
mente observab
le
en los aspectos tcnicos y no en
los modos de relacin que el compositor establece
con el material musical, los instrument istas, las
instituciones donde su msica pudiera presen-
tarse, las industrias
cult
urales que la difunden
o quienes detentan sus derechos. Asimismo,
es
este ltimo hecho el que conduce a pensar que es
mejor incluir aspectos analticos del compositor
en cuestin en
el
apartado "poltico" y no
en el
puramente esttico, dacio que habra una diferen-
cia entre el compositor politizado y el resto de
sus colegas que, a
un con
perspectivas estticas
comunes, no comparten su politizacin.
8
Vol-
viendo al caso del ejemplo, Nono aparece en los
apartados de l se rialismo integral ju
nto
a Boulez
(1925) y Stockhausen (1928), pero el anlisis
de
su msica se presenta habitualmente s lo en
los apartados que dan cuenta de su compromiso
ideolgico. lSer tal vez que la utilizacin de una
herramienta tcnica modifica la produccin si
es
utilizada por alguien que desarroll su conciencia
de clase? Este podra ser un interesante criterio
pa ra revisar los agrupamientos est
t
icos que
realiza la historiografa musical
9
pero lamenta-
blemente parece no ser an lo suficientemente
import
ante.'
Esta
si
tu
acin se
co
rr
espo
n
de
directamente con la idea que presenta a la rea-
7 Lej
os
de restar importancia a la msica vocal de
L.
Nono, la cual no slo es de una enorme trascendencia sino de un
grado de innovac in ineludible (como ejemplo vale citar el desarrollo que lleva adelante en la fragmentacin del text o y sus
implicancias
te
xtural
es
en o
br
as como Canciones para Silvia Il canto sospeso, entr e otras). sta es muestra de su compromiso
artstico y poltico, como tambin lo son su msica instrumental, elect roacstica y su
vi
da entera.
8
Aun no
compartiendo el marco ideolgico de su colega veneciano pero s su condicin de serialista, el compositor y dir
ec
tor
francs P.
Bo
ulez ha dejado se
nt
adas sus posiciones en relacin con la poltica cultura l francesa de Malraux en numerosos
artculos periodsticos. Sin embargo, esto no pareciera ser un dato relevante para incluirlo en la bibliografa.
9 Es tambin notorio que la mayora de las mencionadas bibliografas no incluyan a los composi tores de msica seria que
desarrollan su trabajo fundamentalmente en lo que se conoce como msica incidental,
ta
nto para cine, video,
te
levisin,
como para l
as
nuevas propuestas mul timediales,
el
net-art, el arte digital sonoro, etcter
a.
A
n
no
se exponen los trabajos
en este sentido que ha
cen los
compositor
es
que
s
se encue ntran mencionados slo por sus aportes a la msica
sinf
nica,
de
cmara, a la pera o al ballet (sobre todo si este responde a los patrones de la danza clsica) .
IOEn el contexto lat inoamericano es necesario destacar los substantivos aportes con relacin a estudios relativos a temt icas
especficas sobre msica, msicos y contexto realiza
do
s por Ornar Corrado, Grnciela Paraskevadis, Julio Estrada, Edgar
Molina, Corin Aharonin, entre otros.
7/26/2019 Musica y politica
5/7
-
=
,
.
.
lizacin artstica,
en
este caso musical, de forma
autnoma del plano poltico-ideolgico. Es decir,
el muy difundido pensamiento que sust
enta
a la esfera del arte como emancipada de las
condiciones de la realidad
en
donde ella se pro-
duce y se inserta, participando de la vida social.
Ahora
bien,
considerando
este ltimo
punto, el de la permanencia de la idea del arte
como autnomo de
la
realidad social, aparece
un halo sobre aquello que anteriormente no
se nombraba.
Es
decir, en rigor de verdad
la
bibliografa referida a la historia de la msica
acadmica actual ha generado por
un
lado,
un salto cualitativo al considerar el pargrafo
msica y poltica. Sin embargo, por otro, es la
misma inclusin apartada la que demuestra una
separacin entre una m( sica que discurre por los
mbitos sociales
don&
surge y sobre l
os
cuales
acta en el universo simblico, de otra que en
apariencia no lo reali
za.
El origen de estos apartados se remonta a la
consolidacin de las teoras sociales aplicadas al
estudio del arte, y
en
particular a algunas obras
expresamente referidas a la resistencia sobre
algunos hechos histricos.
11
Sin embargo, a dife-
rencia de algunos importantes enfoques prove-
nientes de la historia social,
12
como puede serlo
el de H. Raynor en materia de historia musical,
lo habitual es el estudio particularizado sobre
un
caso (composi
tor,
gnero musical, tendencia
esttica, etc.) pero no as un relato abarcativo
de la o las historia/s de la msica actual.
La
inclusin de estos subttulos en apariencia
abre camino hacia la construccin de un relato
histrico sobre la praxis musical en el marco
de sus relaciones sociales y de produccin. No
obstante, puede culminar en la adopcin de la
autonoma del arte al circunscribirse a casos
ms o menos unvocos.
Esto es lo que una presencia puede ocultar.
La presencia de
un
espacio que se limita a expo-
ner
-ax:~
l"'Pl"'Tl5JU Dl:*"ll'""',I"' .;;u:tf :oc.-.-
tiruyen e.
;-~.i::11
de
algunos
cc= . . ; ;~1
izquierda, y
por~
.::......
m:m::sr:.ic
~r-e
el compromiso y la
res; ~
a.: 'Ot':.er
establecerse slo con . e.at
_ _ ~ 2 . n
una sociedad ms solidaria v~ra r::.::""':
resulta evidente que el acuerdo con c. es::a..:t de
cosas imperante (el cual se distancia de.-'.> ames
mencionado) tambin existe en el ni,el de la
cultura, de
las
culturas y de la CULTURA oficial.
Pareciera ser entonces ste el criterio
principal que orienta la inclusin del subt tulo
"msica y poltica",
es
decir
el
desarrollo
en
tomo
de la manifestacin esttica solamente
de los compositores de izquierda.
Es
cierto que muchas veces no resulta fcil
incorporar entre los subttulos de un libro a
alguno de los compositores relacionados
con
el
nazismo como Hans Pfitzner (1869- 1949), o
declarar que Carl Orff (1895-1962) es el autor
de la marcha oficial para las Olimpadas en
la
Berln de 1936, o que
en
noviembre de 1933
Joseph Goebbels (1897-1945) asumi como
titular de la Cmara de Cultura del Te rcer
Reich, y Richard
St r
auss (1864- 1949) lo hi
zo
en
la Cmara de la Msica. Ser tal vez que
la participacin de los artistas en el rgimen
nazi no es lo suficientemente importante como
para incluirse en la construccin de un relato
histrico referido a
la
msica? Slo
escos
casos,
demasiado obvios, bastan para preguntarse por
esta ausencia ocultada.
Congruentemente con lo antes mencionado,
tal
vez
sea posible reconsiderar
no
slo la parti-
cipacin o adhesin poltica a un determinado
partido, sino tambin una lectura ideolgica
13
de las obras de l
os
composicores que
se
incluyen
en los libros de h istoria de la msica.
Una
propuesta en tal sentido debiera con-
templar las obras musicales en el marco de las
11 A partir de la guerra que
EE
.UU. lleva adelante en Vietnam, las luchas de independencia argelina y la de diferentes pases
africanos,
las
dictaduras en Amrica Latina, entre otras, son varios los compositores que dedican
su
obra a las causas, incluyen
en
ella materiales referenciales, o simplemente aclaran su posicin
en
relacin
con
los temas vin
cu
lantes. Una muestra de
ello podra incluir obras como O King de
L.
Berio, en memoria al asesinato de Martin Luther King, y iDnde ests hermano?
de
L.
Nono, en reconocimiento a los desaparecidos de la ltima dictadura cvico-militar en Argentina.
12
Se hace referencia a la tendencia historiogrfica originada en torno a la revista
Past
and presenta partir de 1952.
13
Jorge Edgar Molina ilumina en este sentido al "Reconocer la influencia de estos postulados ideolgicos, como la de
otros que provienen de diversas cosmovisiones, no pretende cargar de semanticidad a los rasgos especfic
os
de la msica, ni
7/26/2019 Musica y politica
6/7
AQUELLO QUE UNA PRESENCIA PUEDE OCULTAR
Paula
cannova
condiciones de produccin imperantes en un
momento determinado y la toma de decisio-
nes
que
los msicos realizan. Las opciones
esttico-musicales de los ltimos aos
no se
ven afectadas por la proliferacin del tipo de
produccin descentralizada del neoliberalismo
con
pretensiones globalizadoras? l u inters
reviste para
un
a empresa multinacional ajena
a la esfera artstica patrocinar
un
festival de
msica contempornea?
La compresin digital sonora -como los
formatos de tipo mp3- ha facilitado el acceso a
diferentes pblicos
de
mucha msica mediante
l
as
redes informticas como Internet . Sin em-
bargo, esos diferentes pblicos deben al menos
cumplir una condicin: poder acceder a los
dispositivos requeridos (conectividad a la red,
conocimientos mnimos para la bsqueda, entre
otros). Pe ro tambin la msica comprimida
en estos formatos cambia, gana posibilidades
de destinatarios en la medida en que pierde
rango de diferencias relativas a la intensidad,
por ejemplo. Todas estas variables, lno estn
afectando, condicionando, cambiando
al
me-
nos,
la
produccin de la msica actual?
l
u
mecanismos utilizan los compositores para la
defensa actual de sus derechos intelectuales en
el marco de las legislaciones vigentes?
La continuidad existente
en
el dodecafonis-
mo y el serialismo integral en relacin con un
pensamiento compositivo que pretende controlar
el
material musical, es una realidad
hi
stricamen-
te validada.
14
Tambin lo
es
la diferencia sonora
que ambas estticas s
up
onen. Adems de ampliar
la serializacin a otros parmetros sonoros como
la duracin,
la
intensidad y la articulacin, la
denominada corrie
nt
e
se
rial
se
desarroll en
la
Europa de posguerra, dentro de la poltica del
Estado de Bienestar, que promovi la existencia
de radios nacionales difusoras de esas msicas,
de centros especializados para la formacin de
compositores e instrumentistas y de conciertos
pblicos cuya programacin estaba compuesta
fundamentalmente por obras de jvenes com-
positores 15 Sin embargo, el dodecafonismo
lleg a ser tildado de arte degenerado por
el
nazismo y prohibir
se
efectivamente su difusin
a consecuencia de su no correspondencia con las
ticas y estticas del nacional socialismo. Pero
adems es necesario mencionar que su principal
referente, el compositor austriaco A. Schonberg
(1874-1951) fund en 1918 y fue presidente
a perpetuidad de la Verein fr musikalische
Privatauffhrungen,
una
sociedad privada
de
audiciones musicales dedicada a la ejecucin de
msica nueva proveniente de diferentes rincones
de Europa. La Asociacin posea
un
estatuto
redactado por A. Berg (1885-1935),
en
donde
no slo se prohiban los aplausos, el anuncio an-
ticipado del contenido del programa, el informe
pblico de los lugares en los que se realizaban las
reuniones, sino que adems se vedaba el acceso a
quienes no eran socios y a los crticos musicales.
16
lCu
l es entonces la continuidad del pensa-
miento compositivo que supone estar presente
en
el dodecafonismo y el
se
rialismo inte
gral?
lEl
ordenamiento de algn elemento del mismo tipo
como la altura, el ritmo, o antes bien, la asuncin
de la existencia de una sintaxis musical cuyos
componentes se consileran como individuali-
dades aisladas? lEl denominado pensamiento
compositivo es independiente del tipo de relacin
existente entre los compositores y la circulacin
de su msica? Son s lo algunas de l
as
cues tiones
que pudieran ser abordadas
en
este se
ntid
o.
Desde hace ya ms
de
dos dcadas, C.
Prudencia (La Paz, Bolivia, 1955) ha logrado
una propuesta esttica con el uso de Los ins-
trumentos andinos que no pretende controlar
o asemejarlos a las sonoridades tpicas de los
sosten
er
que deremnada obra pueda adscribirse a tal o cual ideologa, pues todo ello significara acota r el tr abajo artstico y
despojarlo de su especificid
ad
. Pero siendo la Msica, como todos las Artes, port adora de todos los aspectos de la personalidad
de sus creadores, no puede estar ausente en ella la visin
de
l mundo que
caracter
iza a cada uno, en la que la ideologa es su
ejercicio
co t
idiano",
en Revista Sum marium 4. Estticas del
fin
del siglo 2,
2005
.1
14 R. Margan: a msica del
sig
lo XX, 1994.
15 Los cu
rs
os i
nt
ernacionales de Dannstadt existen desde 1946 y fueron organizados por W. Steinecke, apoyados por el alcalde
Ludw
in
g Merzger y
po
r el oficial norteamer icano responsable de la administrac in de reatros y salas
de
conciertos
de
l gobierno
militar de Wiesbaden. En 1950 se iniciaron las Jornadas Musicales de Msica Contempornea de
Don
aueschingen a cargo
de H. Strobel; las mismas suponen ser la
cont
inuidad de l Festival
de
Msica de Cmara que se realizaba desde 1920.
16 M.
de
Arcos,
Experimentalismo
en la
msica
cinematogrfica 2006, p. 101.
7/26/2019 Musica y politica
7/7
\
~-
- \ . J ,
1-
"&
,
instrumentos de viento de la orquesta tradicio-
nal centroeuropea.
17
Esta decisin consciente
de
permanecer
en
el
modo
de
produccin
sonora
que es propia de la cultura aymar-la cual otor-
ga
una prcticaespecfica a ese grupo organol-
gico-
constituye
no
slo una bsqueda tmbrica,
sino
la renuncia
a considerar defectuoso
un
modo de sonoridad propio. Y es a su vez, una
negacin a
la
imposicin esttica habitual
de
la
cultura dominante. Asimismo, esta utilizacin
del instrumental mencionado
en
algunas de las
obras
del
compositor boliviano, se concreta en
ejecuciones posibles mediante la agrupacin
musical
que
l fund, la
Orquesta
Experimen-
tal de Instrumentos Nativos (OEIN).
De
esta
manera, una opcin
esttica
tambin incluye la
posibilidad
de
concrecin, en
un
marco
donde
la ejecucin musical de las obras actuales
no
es habitual, ni a bajo costo, esencialmente en
contextos de pobreza como los que circundan a
Amrica Latina. El trabajo
con
los msicos inte-
grantes
de
la
OEIN forma parte de un proyecto
ms amplio que
supone
tambin la posibilidad
de
incorporar otros msicos,
fundamentalmente
otros compositores, quienes mediante el contac-
to
con
la cultura y los modos de
produccin
de
la orquesta
realizan obras para esta formacin.
En
otro contexto y marco ideolgico, pero
preocupado por las condiciones
de
produccin
de la msica actual, el ya mencionado compositor
y director
P
Boulez particip
en
1976 junto
con
M.
Guy
de la formacin del Ensamble lnterCon-
tempora in (EIC). Este Ensamble
no
es la primera
agrupacin
instrumental con
la
que Boulez
inici su trabajo como intrprete o director; los
anteriores grupos sin
duda
alguna
han
aportado
a la vigencia que el EIC posee, al menos en tr-
minos de experiencia. No obstante,
un
estudio
de los objetivos que poseen estas iniciativas, las
condiciones de produccin que las permiten y las
polticas culturales que las pudieran sustentar a
escala gubernamental, no aparecen en los libros
de historia de la msica.
Es difcil -argumentar que este tipo de
prcticas musicales
no
produzcan cambios o
consolidaciones
de
tcnicas y estticas
en
la
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los relatos
hist
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Relatos que adems de informar
SOC..
principalmente
permitan consmrir
1e.."'~.1en-
tas
con
las cuales significar
y
comprender el
presente, ampliando el universo de perspecrfras
que intervienen en la toma
de
desiciones. Ya que
en definitiva, aquello que est oculto no deja
de
estar
presente.~
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lo XX
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17
Esta actitud est consolidada fundamentalme
nte
al evitar la incorporacin del vibrato cons tante en la produccin sonora
de los instrumentos de soplo
y
la utilizacin forzada del sistema de afinacin temperado.