28
2016 27 Número ARCELIA YAÑIZ

N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

201627Número

ARCELIA YAÑIZ

Page 2: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de
Page 3: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

Mtro. Alejandro Murat HinojosaGobernador Constitucional del Estado de Oaxaca

Mtra. Ana Vásquez Colmenares GuzmánSecretaria de las Culturas y Artes de Oaxaca

Lic. Guillermo García ManzanoDirector General de la Casa de la Cultura Oaxaqueña

Lic. María Concepción Villalobos LópezJefa del Departamento de Promoción y Difusión

Lic. Rodrigo Bazán AcevedoJefe del Departamento de Fomento Artístico

Ing. Cindy Korina Arnaud JiménezJefa del Departamento Administrativo

C.P. Rogelio Aguilar AguilarInvestigación y Recopilación

Page 4: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

Un personajeindeleble

2

UNAS LÍNEAS A DOÑA ARCELIA YAÑIZ

Hace dos semanas tuve la suerte de asistir al ho-menaje que se le rindió de parte del Departa-mento de Bellas Artes a doña Arcelia Yañiz en

reconocimiento a sus méritos artísticos en el recién restaurado teatro Macedonio Alcalá y después leí en las páginas de “El Imparcial”, que dicho homenaje le trajo a la memoria el día que recibió el primer pre-mio de su vida por un trabajo de índole literario, que

Page 5: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

3

resultó el segundo lugar en el certamen convocado por los organizadores de los Juegos Florales de 1933.

¡Cuánto ha llovido doña Arcelia! Pero lo más her-moso de todo esto es que usted, haciendo alarde de privilegiada memoria, recuerde aun lugares, fechas y nombres de los componentes de aquella generación de estudiantes que tomaron parte activa para cele-brar con inusitada alegría, aquellos acontecimientos que desgraciadamente se fueron para no volver, pero dejaron huella imborrable de su paso en el espíritu de aquella sociedad.

No me atrevo a comentar las actividades que de-sarrolló usted en los vericuetos del arte teatral por desconocer el terreno, sino en el periodismo local de aquella época en que esta profesión estaba en sus inicios, cuando pocas personas sabían leer, agregan-do a esto el dolor que causaba el desembolso de cin-co centavos que costaba el ejemplar de aquellos dia-rios que circulaban en nuestra ciudad capital de los comienzos de la tercera década del presente siglo, cuando de hecho nos convertimos en sobrevivientes del terremoto del 14 de enero de 1931. Años después vi subir y bajar a la entonces joven y bella periodista Arcelia Yañiz, quien en unión de otros colegas suyos fundó aquel periódico lleno de recuerdos: el Oaxaca Gráfico, casi en el mismo año que conocí y traté a mi paisano Benito García, al decano don Alfredo Feria y al popular amigo Roque Carrasco Parada, muerto recientemente en la más espantosa miseria, porque, como usted, sus plumas no se vendieron al mejor postor, de otro modo, doña Arcelia, viviera ahora que lo necesita, de sus rentas, sin tener que bregar para conseguir el diario sustento.

Las personas que conocieron sus agallas y sU fé-rrea voluntad para abrazar el periodismo femenil han comentado –como yo–, que los problemas de la vida le han hecho “lo que el aire a Juárez”, máxime cuan-do se dan cuenta que su pluma sigue sin secarse a pesar de las miles y miles de cuartillas que ha escrito durante más de medio siglo.

Agregaré a este comentario que muchos de noso-tros, sus amigos, hemos levantado una estatua ima-

Page 6: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

4

ginaria para doña Arcelia. Se trata de una dama que lleva colgada en el pecho una cámara fotográfica. En la mano izquierda su libreta de apuntes y en la dere-cha y en alto una pluma tamaño familiar, pues cada vez que alguien aprieta un botón que lleva en el an-tebrazo chorrea tinta, lo que quiere decir, que toda-vía hay mucha tela de donde cortar, pues tiene que proseguir con las semblanzas de connotados oaxa-queños que ya inició para beneplácito de todos los que nos seguimos deleitando con sus amenas cróni-cas. Por algo, el inspirado Enrique Mijangos Soriano le compuso el siguiente bello soneto:

Mujer enamorada de la alturacomo lo suelen ser pocas mujeres,vive en comunidad de amaneceresy el cielo circunscribe su postura.

A sus letras impregna galanuracon múltiples y tersos floreceres,según sus cotidianos menesteresque pasan bajo un arco de cultura.

Devota en elevar el pensamientoayuda a que en Oaxaca reverberecomo un pequeño sol, todo talento,que a la belleza artística se adhiere,y del Oaxaca culto en rendimientorecibe el beso que el laurel confiere.

Carlos Velasco PérezTercer Milenio, Pág. 233

Page 7: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

5

Carta devidaMAS QUE BIOGRAFÍA, AUTOBIOGRAFÍA

Mujer de amplios horizontes y múltiples inquie-tudes, transitó por la vida, llevando su espí-ritu emprendedor a la conquista de muchos

logros, no solo para ella, también para los que se acercaron a su entorno o se cruzaron por su cami-no. Camino de la vida que se bifurcó en diversas di-recciones que Arcelia recorrió con incansable paso. Periodista en una época en que esa profesión era solamente para masculinos, promotora cultural con sus propios recursos, amparo de artistas olvidados por los apoyos oficiales, maestra de teatro y decla-mación en la Escuela de Bellas Artes y , sobre todo, devota de Oaxaca, sus costumbres y tradiciones, sus ámbitos edificados y sus gentes amables y sensibles.

El final de su larga vida llegó cuando desempeña-ba el encargo de Directora del Sistema Estatal de Bi-bliotecas y a propósito de su edad escribió: “Tercera edad, polvo de astros, regresas a tu origen, vuelves a ser chispa, guijarro, ola, canto, himno, corola, ala, estrella, cegadora luz. Tercera edad, tercera llamada en el sublime teatro del universo: te ves nuevamente en los ojos radiantes, en la piel tersa, en el paso ágil, en la risa fluida y hasta en las lágrimas de tus descen-dientes. Tercera edad, vuelves a ser niño, maduro y otra vez anciano. La espiral no acaba, asciende siem-pre. (Oaxaca de mis amores).

Nacida en agosto de 1918 en una casa del barrio de el Peñasco. Su padre, el médico Ernesto Rosas Carriedo, su madre la profesora Elvia Yañiz. Ella llevó con orgullo el apellido de su madre por su condición de haber nacido fuera de matrimonio. Muy pronto quedó huérfana de madre y su tía Rosaura se hace

Page 8: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

6

cargo de Arcelia, con el apoyo de otro pariente, el presbítero Nabor Feria. La señora Rosaura tenía un pequeño comercio ubicado en la esquina de M. Bra-vo y Crespo, del que Arcelia rememora: “Los tende-jones fueron una tradición en el Oaxaca del pasado. Tuve la suerte de vivir en uno desde niña. El tendejón nuestro era muy típico, como las misceláneas, úni-camente que en una versión folclórica y provinciana por los envases y elementos donde se expendían los artículos: chocolateras de hoja de lata y vidrio; ta-blas de madera y tapaderas de alambre para exhibir los quesos; petatitos pequeños para exhibir el pan a la hora de su venta; canastas de carrizo para poner la fruta de la estación; botellones con vestiduras de mimbre tejidos; papel de estraza para las envolturas; botellas de gaseosa, como se llamaba a los refrescos, estos envases tenían un juego de una canica del mis-mo material y los sabores eran: grosella, limón, na-ranja; los dulces eran elaborados profesionalmente por el gremio de dulceros y eran pepitorias, alegrías. gollorías, gendarmes, gomitas, charamuscas, bizna-gas, calabazate en conserva, bocadillos de garban-zo en la Cuaresma, higos, arroz con leche, lechecilla (ahora le llaman crema pastelera) dulces de leche, de pepita de calabaza ¿Qué decir de los chiles en vinagre? No podían faltar los pasillas y los verdes con verduras (zanahorias, papas), los piedrazos (triángu-los de pan tostado remojado en vinagre de chiles y con su copete de queso fresco).

Entre las cosas curiosas se vendían títeres, bolitas de hilo, agujas; garbanzo y frijol molido, chocolate en tablillas, café molido; en el cajón del mostrador que siempre era de madera, se guardaba la venta entre veintes de plata, centavos, tostones y pesos duros de balanza del cero siete veinte.

En este ambiente realizaba mis travesuras, y por ser hija única y muy consentida, cometía diabluras por las que no recibía castigo solo reprimendas que tenían el sabor de consentimiento. Pedía las gaseo-sas, le sumía la canica a una y a otra y no tomaba ninguna. Le pasaba la lengua a las hojaldritas que quedaban a mi alcance y cuando la clientela le de-cía a mi tía: “Chagüita, no ha llovido y sus hojaldras están revenidas”, mi sabia tía respondía al reclamo:

Page 9: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

7

“¡Ay, hija!, es por la humedad de la casa”. Mordía yo los membrillos, las peras de leche y los duraznos y los volteaba boca abajo, al descubrirlos la clientela decía: “Mire, ya lo mordieron los ratones”; “los rato-nes de cabeza güera, hija, es mi sobrinita, le voy a cortar el pedazo y te los doy baratitos”. Así perdía mi tía sus ganancias.

A la escuela llegué ya sabiendo leer, por haber-me enseñado mi madre, que era maestra y distingui-da alumna de la Normal para Señoritas, becada por el Gobernador Emilio Pimentel, del que decían era nuestro pariente y que le había ofrecido al terminar su carrera, en 1908, un lugar en donde ella quisiera. Escogió mi madre Tlaxiaco, porque era tierra de mi abuela Paula Feria y de toda su parentela, hermanas sobre todo, que eran más o menos como el número de los brazos del candelabro hebreo.

Recuerdo que una de esas noches hicieron un fu-silamiento de serranos frente a nuestro domicilio. Mi madre llevaba días de estar muy enferma y mi tía, sabiendo el acontecer fatídico habló con un militar para suplicarle que no hiciera ruido. El Teniente, muy respetuosamente le dijo que tratarían. Efectivamen-te. El tendejón se cerró temprano, pero mi tía, al fin mujer, por los visillos de nuestra recámara vio las maniobras que culminaron con la muerte de 3 o 4 serranos. Yo, encaramada en una silla, alcancé a ver esta dramática escena inexplicable para mis años. La historia se encargó de ponerme al corriente de la So-beranía. Sólo recuerdo unos sombreros negros que caían, junto con sus dueños, como unos muñecos de guiñol, contra el duro pavimento de la banqueta. Mi tía con manos trató de ponerme una venda en los ojos, ante mi necedad e imprudencia de registrar imágenes increíbles y trágicas.

Del otro pariente que la protegió, el presbítero Nabor, recuerda: “Mi afición por la lectura inicia des-de que era muy chica, cursaba la primaria y me tocó vivir entre libros, mis familiares me hospedaron en una casa, porque ellos tuvieron que salir de la ciudad y mi aposento fue una biblioteca, era de un eclesiás-tico y era una biblioteca con volúmenes de muy altos vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o

Page 10: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

8

nueve años y ahí había obras de Vargas Vila que yo ni entendía y así por el estilo. Desde muy chica co-nocí a los grandes autores, claro, sin entenderlos por mis años, pero sentía una gran inclinación por leer que afortunadamente ha crecido a través del tiem-po tanto como yo. Los libros que más me gustaron fueron desde luego El Quijote, La Divina Comedia; en la adolescencia, eran mis ídolos todas las muje-res que sobresalieron en las letras en América Lati-na. De los poetas, Rubén Darío. Desafortunadamente este venerable sacerdote falleció en el templo de San José Guelatovía, pueblo cercano a San Pablo Huixte-pec, en el año 1931, pues a consecuencia del fortísi-mo temblor de 14 de enero, la bóveda del templo se desplomó, mientras el sacerdote se encontraba en el interior.

En 1930, Arcelia fue elegida reina de los estudian-tes del Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca. Ella lo recuerda así: en una determinada época de los años 1930, la que escribe fue declarada por el estudianta-do del Instituto de Ciencias y Artes, reina. Con este motivo y la ceremonia principalísima, donde fui coro-nada por el entonces director de la máxima casa de estudios, licenciado Heliodoro Díaz Quintas, una niña pequeña, como de doce años, rubia, bella y graciosa, llevó en sus manitas la capa de terciopelo color rosa, que salía de mis hombros. Esa niña colmada de gra-cia era Gloria Larumbe. Fue el primer contacto que tuvimos ambas al estar yo en el foro y haber sido co-ronada, Gloria se acurrucó a mis pies, con la gracia que sólo los niños tienen, y ahí estuvo con sus her-mosos ojos, muy abiertos, para dar cuenta de todo cuanto pasaba, y de regreso al palco, que destinaban los estudiantes a la realeza, estuvo también ella sen-tada junto a mí, ahora en una silla y recibiendo en el combate de flores, claveles o rosas mutiladas que cru-zaban el aire y llovían en un ambiente floral y lozano.

En cuanto a la instrucción primaria, Arcelia Ya-ñiz estudió en el “Colegio de Niñas”, ubicado donde ahora es el Museo de los Pintores, en la Federal Tipo y en la Academia Oaxaqueña del contador Carlos Z. Vázquez, en donde cursó la carrera de taquígrafa mecanógrafa, que le permitió participar en el Primer Congreso Mexicano de Historia que inauguró el Pre-

Page 11: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

9

sidente de la República Abelardo l. Rodríguez, y que Arcelia narra así: “A mí me tocó estar en ese equi-po de taquigrafía, porque por motivo propio pedí ser admitida para el caso (acababa de presentar un examen profesional sobre esos signos en la Acade-mia Oaxaqueña.) Congreso que duró varios días, con grandes festejos encabezados por la Confederación de Partidos Socialistas del Estado, la Confederación de Ligas y la Confederación de Campesinos, que protagonizaron los festejos para conmemorar un ani-versario más de la Revolución Mexicana. En la parte cultural, se anota en el respectivo boletín de informa-ción, del día 21 de noviembre, a las tres de la tarde, cita en el teatro al aire libre en el Cerro del Fortín, la representación de la Guelaguetza, ofrecida al Presi-dente de la República. Al día siguiente, se realizó una comida en la población de Cuilapam, por invitación de la Dirección Federal en el Estado, y por la noche, con un solemne Sábado Rojo, se clausuró dicho Pri-mer Congreso Mexicano de Historia”.

El año 1933, fue decisivo y de mucha significa-ción para Arcelia, ya que ganó un segundo lugar en la sección de prosa de los Juegos Florales convoca-dos por alumnos del Instituto de Ciencias y Artes y un primer lugar por su prosa dedicada a la madre, en concurso organizado por la escuela Normal. Pero lo más significativo para ella, fue que decidió no estu-diar una carrera tradicional y entró como aprendiz a la redacción del periódico “El Oaxaqueño” que tenía como Director a Jorge Fernando Iturribarría y Jefe de Redacción a don Fernando Belmar. Aquí conoció a diversos personajes a quienes recuerda así: “Eve-rardo Ramírez, era el más brillante reportero, decía don Ángel Taracena y se distinguía por su caballero-sidad al saludar a las damas, quitándose el sombrero de paja, llamado de carrete y decirles en ritual frase: “A los pies de usted”. Ahí mismo transitaba en bici-cleta, sudoroso, también con sombrero, pero de esos que sirven para el frío y el calor, Eduardo Pimentel, que ya había ganado la noticia internacional del ha-llazgo de las joyas de Monte Albán. A ese conjunto se unía don Fernando Belmar, quien también usaba bi-cicleta, casi siempre vestido todo de blanco, y quien sostenía constantes peleas con todo mundo, pero más con el jefe de redacción, don Ángel Taracena.”

Page 12: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

10

De su juventud, en el año 1934, Arcelia evoca: “Ahora invoco esa presencia (de su prima Ofelia San-tibáñez, “Pipis”) que el reconocimiento de nuestro parentesco, que nos llevó a conocernos y posterior-mente tratarnos, en Murguía 104, actualmente hotel “Parador Plaza”; esto ocurrió en 1934, en la casa de la tía Nancy Canseco, personaje que fue la llave de ese rescate de parentesco, que abrió para mí ventanas por donde encontré juegos pirotécnicos, otros uni-versos nunca soñados, pero sí felicidad. Nancy fue un reducto, una isla, un refugio donde todo era bello, espiritual e inconfundible, para perseguir mariposas que ella ya había disecado en sus maravillosos álbu-mes, conocer a poetas de carne y hueso, predicando la poesía en el “Ateneo Adalberto Carriedo”, donde Alberto Vargas, recitaba sus poemas de amor: “Oh carne morena, olor de opoponax, como me seduces, como me enamoras…”. Conocer a personas como Jorge Fernando Iturribarría que hablaba de Beetho-ven y su música como si fuese su hermano. A otro hombre de letras como Guillermo Reimers Fenochio, el que disertaba sobre el siglo XVI con la naturalidad de la vida cotidiana y aludía a las virreinas y virreyes irreverentemente, pero con lógica de conocimiento profundo del tema.

En ese año me enseñaste Pipis, todo lo que no sa-bía sobre el maquillaje femenino y sus secretos. El rí-mel, la depilación, el color de las mejillas, el de los la-bios, los tacones altos, las medias y sus colores. Todo para que luciera a la moda y como verdadera Reina de los Estudiantes, que fueron mis primeros admira-dores y pusieron las candilejas del teatro a mis pies”.

Por los mismos años, conoció a Urbici Soler del que recuerda: “Nancy Canseco, dama de sociedad, promotora cultural nata, quien impidió con su sa-biduría que me casara con aquel bohemio escultor Urbici Soler, artista trashumante buscando tipos re-presentativos para el Museo de la Raza, en Madrid, treinta años más grande que yo, la que veía en él la posibilidad de conocer a los grandes literatos de la universidad de Salamanca, ése era el móvil, no el amor, y sus sabio consejo me libró de un rotundo fra-caso”. En otro párrafo menciona al respecto: “En la década de los treinta llegó a Oaxaca el escultor Urbi-

Page 13: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

11

ci Soler, un poco antes de que estallara la guerra. Era un hombre típicamente español, y traía el proyecto de hacer el Museo de la Raza en Madrid, por lo que estaba visitando América para encontrar los tipos que lo formarían. Ya había esculpido a Caupolicán y Fresia, héroes nacionales de países latinoamerica-nos, y en México a Cuauhtémoc. Yo no lo vi como un hombre, sino como un barco y me dije: “Este me lleva a España” y como me echaba los perros estuve a punto de casarme con él, y sólo por la intervención de mi tía Nancy Canseco, hice conciencia de que no debía ser así; si casarse por amor es una aventura, ¡Cómo lo será hacerlo sin amor! Yo pensaba en las le-tras y no en el sujeto, ya me veía investigando a Lope de Vega y al otro monstruo Quevedo”.

A raíz de este suceso, Arcelia decide emigrar en busca de horizontes más amplios, lo cual es compren-sible si consideramos que la profesión que había esco-gido, era muy limitada en nuestro medio y más para una mujer tan inquieta como ella. Así pues, a principios del año 1935, se dirige a la ciudad de Puebla con el pro-pósito de trabajar en algún diario de esa ciudad. Logró entrar al diario “La Opinión” después de entrevistar al General Lázaro Cárdenas, condición que le habían puesto para aceptarla como redactora en el periódico poblano. Tuvo oportunidad de tratar a los refugiados españoles que venían huyendo de su Guerra Civil y a los cuales Cárdenas concedió refugio y asilo.

“Precisamente en julio de 1936, año en que estalló la Guerra Civil Española, vivía en la ciudad de Pue-bla y había entrevistado al Presidente de México, el General Lázaro Cárdenas, prometiéndome éste una beca en la Universidad de Salamanca para estudiar letras, que era mi sueño más sobresaliente, que se frustró por dicha guerra. Conocí años después a es-pañoles llamados refugiados que, también gracias a Cárdenas, entraron a México para engrosar la cultu-ra nuestra, como el cultísimo don Benjamín Jarnés y otros igualmente notables, como don Antonio Robles, que después se hizo colaborador de “Excel-sior” y en sus escritos se reflejaba una inteligencia muy clara, además de una infinita ternura por los ni-ños. Incluso llegué a tener amistades de españoles, hombres y mujeres, que habían vivido ese doloroso

Page 14: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

12

episodio, el que hizo escribir a Federico García Lor-ca, uno de sus más bellos poemas “Romance de la guardia civil española” que le costó la vida, porque lo mandó fusilar el General Franco.

“Unos años después, viviendo ya casada en Coat-zacoalcos Veracruz, el gobierno de México, volvió a abrir sus puertas para los refugiados de la Guerra Ci-vil, que llegaron al puerto de León, en un barco lla-mado Santiago y que me contaban algunos de sus ocupantes que se echó a la mar en el momento en que los alemanes estaban entrando a París. Ahí formé parte, con un grupo de señoras, del Comité de Ayu-da a España, que apoyó económicamente a la causa, dentro de sus posibilidades financieras de cada quien, y cuando fue necesario, abrimos nuestros hogares para tener a dos personas españolas, mientras se les daba a éstas la fórmula 14 para poder viajar por todo el país y tener derecho al trabajo. Ésto ocurrió en 1941 y conservo el carnet que atestigua mi dicho.

“Entre los refugiados que llegaron, estaba una hermosa española que se hacía llamar “Alegría de Vi-vir Pensando”, que había sido anarquista. Las condi-ciones de los refugiados, ya se imaginan los lectores, eran bastante crueles, tenían muchos problemas de salud y los niños todos estaban desnutridos, y no era posible, como lo discutió el Comité al que yo per-tenecía, que se quedaran en corralón cerca del mar, que les iba a proporcionar el municipio, por eso se decidió que fueran a nuestras casas.”

En esa época, Arcelia estuvo muy de cerca de los movimientos obreristas mexicanos, por los reporta-jes que realizó sobre las huelgas en las fábricas de textiles de Puebla. Tanto se involucró en estos acon-tecimientos, que llegó a participar como suplente de una concejal en un ayuntamiento organizado por trabajadores. También aquí conoció a otro activista, oaxaqueño originario de la Sierra Juárez, don Manuel Ruperto Gutiérrez, con quien contrae nupcias en el año 1937. Su esposo logra un puesto de Pagador Fe-deral con funciones en la ciudad de Coatzacoalcos, en donde Arcelia se encuentra con los refugiados españoles, como ya lo mencionamos en párrafos an-teriores.

Page 15: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

13

En esa ciudad nacen sus hijos Donají y Xicoten-catl. Por las ocupaciones de su esposo, tiene que trasladarse a diversas ciudades de la república hasta que don Manuel se ve afectado en su salud y trata de regresar a su pueblo de origen; Natividad en la Sierra Juárez. Aquí nacen las otras hijas de Arcelia: Itandehui y Eréndira y fallece su esposo, víctima de una diabetes mortal, por lo que ella decide regresar a la ciudad de Oaxaca en busca de nuevos horizontes.

Con la experiencia periodística adquirida en años de práctica, es invitada a participar en el diario “Oa-xaca Gráfico” que inicia actividades en 1953, en don-de fue reportera, jefa de redacción y directora hasta el año 1973. De su primer año como periodista re-cuerda: “En 1953, conocí al Lic. Raúl Bolaños Cacho, despachaba en el Partido Revolucionario Institucio-nal como encargado de esta partido, sus oficinas quedaban en el edificio que fuera el arzobispado en las calles de Independencia y 20 de noviembre, local muy amplio, céntrico y edificado con mucha propie-dad. Dos años más tarde, cuando se le dio el voto a la mujer, él me pedía que representara al partido tricolor y ya hasta me había hecho una credencial de la que sólo faltaba la fotografía. Yo me resistí porque no pertenecía al partido, ya que los periodistas no debemos militar en alguno, para poder ser imparcia-les, al menos antes así se estilaba. Ante mi resistencia él dijo que fuera yo como periodista, y así sí, sólo iba a presentar mi credencial del Oaxaca Gráfico, obser-vando, tomando apuntes, de los cuales le hice co-mentarios al regresar, comentarios negativos ya que, según yo, él no había hecho como líder trabajo algu-no por las mujeres de Oaxaca y sugerí que, para re-cuperar el tiempo perdido, podría formar una escue-la para mujeres a las que asistirían las egresadas del sexto grado de primaria a las que se les impartirían carreras cortas como taquigrafía, mecanografía, in-glés, primeros auxilios y otras. Él estuvo de acuerdo, ambos le expusimos al gobernador Manuel Cabrera Carrasquedo y éste proporcionó la casa y el mobi-liario. La iniciativa tomó su curso, pero a los pocos meses murió el General Carrasquedo y el proyecto ya no tuvo el apoyo. El licenciado Raúl Bolaños para esas fechas ya estaba en la Cámara de Diputados en la ciudad de México.

Page 16: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

14

Otra persona que conoció por esos años, fue el pintor Rodolfo Morales de quien comenta: Rodolfo, desde esos lejanos años, me dio su amistad y este logro fue recíproco. En su taller del Distrito Federal, en varias ocasiones teniendo como fondo cultural la muy amena conversación del licenciado Gonzalo Hernández Zanabria, cenábamos típicos antojos. La promoción de su pintura la llevaba yo en la punta de la lengua, y era el personaje que me daba caché ante los medios periodísticos en los que me movía coti-dianamente. De esa propaganda resultó un afecto que parecía de toda la vida, sus padres, la maestra Rufina López y su papá don Ángel, conjuntamente con su hermano Javier y su Esposa Guille, los hijos de este matrimonio nos eran muy familiares, alter-nábamos con ellos aquí. En México, lo hacía Rodolfo con mis parientes, entre ellos Lucía, mi sobrina a la que regaló un bello cuadro titulado Mercado de ani-males.

Quiero referir lo que parece un incidente pero que fue revelador para mí, de la calidad humana de Rodolfo. Hace treinta y tres años, viví una dolorosa experiencia. En el Centro Médico estuvo internado mi esposo bajo los estragos de una diabetes mor-tal, Rodolfo nos llevó su radio “Telefunken”, para que mi esposo tuviera una distracción sabiendo que era músico y nos hacía visitas diarias. En una de ellas me comunicó que Argelia, maestra de artes plásticas de Honduras, era recomendada por su amigo y colega Dante Lazarote, para lo que pudiera ofrecérsele en el Hospital Infantil a su pequeña hija de cinco años víctima de cáncer. Compartimos esas dolorosas ex-periencias porque de antemano intuimos que el caso era grave, mortal. La madre confiaba en los médicos mexicanos y en la Virgen de Guadalupe, apreciación emotiva, muy respetable aunque discrepábamos de Argelia, claro, sin decírselo, porque eso no se cura ni con la intervención del coro de las once mil vírgenes, ni con la de médicos mexicanos.

El caso entristeció a todos, la niña murió después de la operación de riñón sumiéndonos en la tristeza, y a la madre en la desesperación. Los trámites para sacar el cuerpecito se complicaron porque Argelia sólo había pagado parte del trabajo quirúrgico. Pidió

Page 17: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

15

ella el dinero a su esposo, que era aviador de la aero-náutica de su país, pero pasaron días y el dinero no llegaba, fue entonces cuando Rodolfo sacó su che-que de sueldo y yo pedí crédito a mis familiares para cubrir la deuda. Argelia tuvo que abandonar México porque su boleto se vencía. Colocamos el cadáver de la pequeña en la agencia que la iba a trasladar días más tarde. Esto sucedía en el mes de julio. Para cu-brir el adeudo contraído, el dinero llegó a México en los primeros meses del año siguiente, porque había sido girado vía Nueva York.

Otra persona a la que trató bastante fue don Nestor Sánchez, periodista, editor, hombre valiente, combatiente en las filas republicanas españolas de quien apunta: “Lo conocí cuando ya había sido héroe de tal aventura y conocí varias facetas de su carác-ter cuando visitaba Oaxaca, con el interés de hacer una revista, a la que tituló Oaxaca en México. Vivía en la azotea de un inmueble del centro histórico en la capital del país, con su familia ya constituida; él y Mary, su esposa, me invitaron a comer y la primera impresión sobre su persona fue que era un periodista honesto, que le faltaba algo de suerte, la que tuvo en años posteriores. Coincidimos en varios sitios, como fue el camionazo de San Dionisio Ocotepec, ocasión en que ambos buscamos la noticia. Desde muy tem-prano, y más allá del mediodía nos azuzó el hambre. Sin poder comprar algo para mitigarla. En un zaguán entreabierto encontramos un improvisado tendejón, donde sólo había un pan y un refresco, por lo que compartimos ‘mita y mita’.”

Cuando su hermano Guillermo Rosas Solaegui organizó la escuela de música y declamación y más tarde la de Bellas Artes, Arcelia, mediante una rápida preparación, se incorporó a la planta de instructores en la rama de declamación y teatro. Ella lo recuerda así: “Para formar las clases de declamación no había un programa oficial y me pidió que en el Instituto Na-cional de Bellas Artes tomara yo esas asignaturas, en la escuela que se asentaba en el Auditorio Nacional. Me tocó la suerte de tener de maestros al eminentí-simo Salvador Novo, a Sotelo Inclán y al francés An-dré Moreau, que estuvo en México en 1948, invitado por el gobierno para poner en escena Sueño de una

Page 18: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

16

noche de verano, de W. Shakespeare. Pululaban por ahí los recuerdos, como si los viera hoy, Sergio Maga-ña, el gran dramaturgo mexicano y Emilio Carballido, que habían terminado sus estudios y empezaban a dar clases; otros distinguidos maestros, de quienes verdaderamente era un deleite escuchar la cátedra que daban. Al regresar a Oaxaca con esos conoci-mientos, se estructuró la sección de teatro y decla-mación, de la que yo fui titular. Pero no se inscribían alumnos ni alumnas y hubo que hacer el trabajo so-cial de ir a los domicilios de los oaxaqueños, para inscribir a los hijos e hijas en esa materia.

Muchos eran los tabúes para esta enseñanza ar-tística, estaban satanizadas las que se inclinaban a aprender teatro o danza clásica. No comprendí por-qué sus padres contestaban de forma absurda al ha-cerles la invitación de inscribir a sus hijas en estas asignaturas. Uno de ellos llegó a decirme: ¡Cómo voy a permitir que mi hija enseñe las piernas! Ahora me da risa repetir estos pensamientos, ya que entonces tenía yo un gran coraje por la mentalidad tan cerrada que mostraban los hogares oaxaqueños.”

Formó parte del “Patronato para el resguardo de los valores bibliográficos y documentales oaxaque-ños” integrado por la doctora Fidelina Silva, Oscar Mayorga, fraile dominico, María Luisa Acevedo Con-de y Luis Rodrigo Álvarez, que obtuvo la biblioteca del doctor Ramón Pardo para integrarla a la sala de asuntos oaxaqueños de la biblioteca pública. También figuró como fundadora de la Asociación Folklórica Oaxaqueña acompañada de Manuel Zárate Aquino, Javier Castro Mantecón, Clotilde Schondube, Juanita Gleesen, Enrique Audiffred, Miguel Ángel Schultz y otras personas. Impartió talleres de declamación en la Casa de la Asegurada, dependiente del Instituto Mexicano del Seguro Social y en la Casa de la Cultura Oaxaqueña. Este espacio es insuficiente para men-cionar a todos los artistas y grupos culturales que apoyó con sus limitados recursos o buscando apoyo para ellos en las instancias oficiales, hasta que llegó un momento en que, debido a la edad, comenzó a disminuir sus actividades. En entrevista con Clarisa Toledo, Arcelia lo cuenta a su peculiar manera:

Page 19: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

17

“Mi ciclo productivo terminó, me jubilé del Seguro Social donde daba clases de arte dramático y decla-mación y entonces me quedé un poco a la deriva, porque sin estar en el periódico que se había cerrado después de muchos años y sin el trabajo de la ense-ñanza, me preguntaba qué iba a hacer. Entonces ini-cié otras actividades, me puse a pintar, me acerqué a los periodistas y en el sindicato hicimos exposicio-nes de grandes fotógrafos, pusimos una exposición de los tiempos difíciles en Oaxaca en 1968, hicimos un periódico libre durante dos días. En fin, me moví mucho en ese ambiente y de ahí surgió la idea de un funcionario, del General Jiménez Ruíz quien me invitó a ser Directora de FONAPAS y entré con cierta reticencia, porque yo siempre critiqué mucho la ad-ministración pública y no creía mucho en la cultura de Estado, pero dicen que hay que estar dentro del Caballo de Troya para saber”.

Entonces me fui a FONAPAS, donde precisamen-te se protegía a los artistas, se les promovía, se les daban horizontes, se les daba camino, se les daba dinero, había medios en la bonanza petrolera y los predios de esa famosa institución que se llamó el Fondo Nacional para las Actividades Sociales, pre-sidida nada menos que por la esposa del señor Pre-sidente, pero eso nada más era el blof, lo que era efectivo era la estructura que había hecho un grupo muy selecto de intelectuales para darle forma a ese fondo, fue entonces cuando tuve mi primer contacto con la administración pública y no fue desagradable porque era precisamente a los artistas a los que se protegía y se les brindaba cosas que nunca tuvieron antes. FONAPAS nos mandaba dos espectáculos al mes para el teatro Alcalá, había exposiciones cada quince días; fue una época muy bonita.

Se terminó eso y me volvieron a invitar para dirigir cultura en la cosa gubernamental. Estando en cultu-ra sufrí una angina de pecho, entonces mientras me pude reponer que afortunadamente fue muy rápido, me mandaron aquí, a la biblioteca. Para mí fue una novedad, de la Biblioteca Pública Central dependen 372 bibliotecas y pensaba que voy a hacer ahí, pero afortunadamente toda la política de las bibliotecas cambió rotundamente porque no es un lugar para

Page 20: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

18

guardar libros, es un foro donde todas las expresio-nes artísticas y culturales tienen cabida. Se innovó todo aquello de las estanterías cerradas, ahora están al alcance de los usuarios, se democratizó el sistema bibliotecario, ahora van directamente a la estantería abierta, van a los catálogos, tienen computadoras para los niños, hay cursos para que se fomente la lectura, ya no como era antes y me sentí como pez en el agua.

Y no es orgullo, tengo la satisfacción de que aquí vine como alumna, no estoy titulada de maestra y ni pienso, pero aquí he aprendido mucho y esto me da ciertas alas. Ahora las bibliotecas ya no son para mí los templos sino son los lugares activos y dinámicos que hacen una labor social en la comunidad, este pa-trimonio evita que los padres gasten dinero. Se hacen cursos para que los niños conozcan el mundo con di-ferentes temas. Las nuevas tecnologías han entrado a la biblioteca de una manera natural, nosotros de-pendemos de la Dirección General de Bibliotecas y ellos nos mandan las computadoras y capacitadores y así la tecnología entra con una elegancia que yo diría que no es cambio es normal, ahí tienen internet, los chicos vienen a consultar, el servicio es gratuito.

Con el cambio de administración estatal, Arcelia fue nombrada directora del Sistema General de Bi-bliotecas del Estado, cargo que desempeñó con su acostumbrado entusiasmo hasta el último día de su vida, el 26 de octubre de 2014.

ANECDOTARIO

CARÍSIMO TESORODe repente me vi con un enorme huevo de aves-

truz en las manos, esgrafiado genialmente por Fran-cisco Toledo, glorioso pintor y defensor del patri-monio cultural oaxaqueño. ¿Cómo vino este tesoro a mis manos? Lo sacaron de la caja fuerte del Mu-seo de Arte Contemporáneo, la tarde de un sábado equis, y el objeto era filmarlo. Yo se lo mostraba a un niño quien con esa mirada escrutadora de la infancia relajaría a su rostro, para las cámaras, el asombro que

Page 21: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

19

es tesoro innato de esa edad. “¡Nada de palabras!” Nos dijo autoritariamente el director del documental, otro genio de estos medios comunicantes, que era nada menos aquel europeo, no recuerdo si austria-co, que filmó “Los centinelas del silencio” referente a todos los testimonios prehispánicos (ruinas) del te-rritorio nacional.

No se en que momento resulté involucrada en el proyecto de buscar un documento sobre el patrimo-nio cultural de Oaxaca, y como soy una mujer fácil en eso de ser participativa, solidaria cuando se trata de nuestra tierra, pues dije que sí y dediqué todo el día a esa proeza de sonreír ante las cámaras, vestida con un huipil de algodón coyuche y al cuello una cruz de Yalalag, forjada a mano, con adornos de plata, cuentas de vidrio llamadas de “cambio”, por el cam-balache infame en que cayeron nuestros ancestros haciendo el trueque de las pepitas de oro con los ru-bios barbados. En fin, casi disfrazada y sin anteojos, maquillada como coche de carreras para que las can-dilejas no me dieran color de flor de cempasúchil, así tomé el famoso huevo de Toledo en mis manos y lo hice girar suavemente.

Pero antes de la maniobra final tuve que salir a la calle a buscar al niño protagonista de la historia en la que debe suponerse es mi nieto. Teniendo doce pro-pios me dieron a buscar uno postizo y en la calle de Macedonio Alcalá, porque el que estaba contratado se aburrió de esperar desde las diez de la mañana hasta las cuatro de la tarde, y todo por culpa de que el famoso huevo estaba bien custodiado por la en-tonces administradora del MACO, en la caja fuerte, y ella ya había cumplido su horario burocrático.

Con los ánimos caídos entré a esa ingrata tarea en la que había el peligro que me confundieran con una roba chicos, ahora que buscan a los niños para despedazarlos y vender sus órganos en el vecino país. Se dio el caso de un matrimonio istmeño, re-cién desempacadito, procedente de Mixtequilla, ve-nía a una boda y merodeaban por la calle de Allen-de, cercana a Santo Domingo, hablé con ellos, se enteraron del caso y accedieron. La casualidad me hizo abuela de un nieto que ya olvidé su nombre,

Page 22: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

20

aún cuando sus facciones son inconfundibles: Viva-ces ojos negros, tez “amasada con aceituna y jaz-mín”, pelo rizado y toda la algarabía de la risa tropi-cal en dos hoyuelos en sus mejillas.

Esta excelente aventura de tener una obra de arte del genial Toledo, confiada a mi pericia y depen-diendo de mi eficacia, es un recuerdo grato y hasta alegre. Los de la cámara gritaban “¡Qué tan valiosos son los huevos de Toledo, que los tienen en una caja fuerte…! Vaya si no son valiosos, miles de dólares, no recuerdo exactamente, y con la devaluación aún más caro, carísimo.

Page 23: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

21

Una muestra de su talentoPARÉNTESISHe aquí un libro de versos.

Son de mujer, de hembra emocional que lleva en sí, en su sangre y en su espíritu, la roja floración del sentimiento.

Son versos plenos de luz, de suavidad, de encan-tamiento. Versos que esconden dolor: el dolor de una tragedia. Versos cuajados de miel empapados de amargura. Versos que son manantiales: claros, límpidos, mansos, arulladores... Versos, en fin rebo-santes de sonrisas juveniles, de promesas acarician-tes, de ansias insatisfechas.

Todo esto encierra, en nuestro sentir, los versos sin moldes, sin rebuscamientos académicos, de Ar-celia Yañiz, la poetisa amada terruño.

Un devoto de su talento; uno que que compartió con ella sus entusiasmos y sus idealidades, ha junta-do estas florecillas emocionantes y, en un haz satu-rado de fragancias , lo ofrece a la gentil poeta con el ansia infinita de su corazón

Ángel Taracena (AGNI) Oaxaca, Oax., Agosto 1935

TÓCAME EL CORAZÓN

Tócame el corazón con tu mirada que todo dice cuando todo callas. Dibujado en los labios tengo preso, porque a tocar tu rostro no se atreve, el tierno beso que en mi boca breve por la ley del amor te pertenece.

Page 24: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

22

Tócame el corazón con tu mirada, tu mirada que al verla desfallezco y vivo, al mismo tiempo que la miro, porque al no verla siento que se muere, traducido en dolor, eso que callas.

TESORO

Para mi arcilla blanca tengo la savia virgen de tu pecho moreno; tengo el aceite rojo de tu boca encantada que purifica y quema; tengo las llamas negras de tus ojos que cantan; tus manos milagreras, toda tu vida, rica, sonora, fuerte, joven, junto a la boca hambrienta de mi vida mendiga.

SI NO FUERA MUJER

Si no fuera locura negar que te he querido, si no fuera mentira decir que te he olvidado, de esperar tanto tiempo me hubiera arrepentido buscando en otros hombres la dicha que he soñado.

Si no fuera despecho decir que no me importa que digas que me quieres como lo hacías ayer, florecería de nuevo mi pobre vida rota ¡Si no fuera cobarde, si no fuera mujer!

VENGANZA

Yo me vengué como mujer: no con el golpe de la piedra ni con el filo que florece en sangre. Para vengarme fui regando rosas, fui esparciendo trinos, fui dejando aromas.

Page 25: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

23

Y con tal fuerza me arraigué en tu vida –como la yedra que escalona el muro– que, al desprenderme, rodarás conmigo.

AGUA

De manantial oculto fluye esta dicha nueva que poco, poco a poco, va tornándose blanca.

Es más fecunda el agua que corre por mis venas; es más fresca y más clara la que nace en mis ojos y rumora más hondo la que ondula en mis labios.

¿Quieres beberme, amado? Soy una niña blanca, soy un brote de agua que obedeció el mandatomágico de tu vara.

DÉJAME BESARTE LAS PUPILAS

Déjame besarte las pupilas. Que el fuego de mi boca enamorada diluya todo el negro de tus ojos hasta sentir que corre por mis venas y envenena mi sangre con locura.

Amado: quiero beberme tus miradas. Toda la luz del mundo bajará por mis labios a desnudarme el alma.

EN EL CERRO

Una tarde de este mes de julio, como dos rapaces que jalan la escuela,

Page 26: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

24

¡Vámonos al cerro! No importa que digan que eres novio mío. Vámonos felices y despreocupados a despeinar la testa de la sierra; y al sentir el desgajo de las piedras, resbalar entre burlas y entre risas.

Cortaremos fragantes azucenas mientras el viento esponja la muselina de mi falda blanca, y el sol pone manchones de cobre sobre nuestras espaldas y melenas.

De regreso, descansaremos en la rotonda del Fortín, un rato, y del bolsillo sacarás el peligro donde escribiste tus primeros versos.

Plácidamente cerraré los ojos, y después de escuchar ninguna frase romperá el silencio, y persiguiendo el mismo pensamiento, buscaremos los dos un punto blanco en la ciudad tendida, en la visión del río, en la esmeralda de las arboledas.

Y, sin quererlo, tus pupilas negras y las mías claras, se encontrarán para decirse mucho.

Page 27: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de
Page 28: N mero 27 - casadelacultura.oaxaca.gob.mx · de los brazos del candelabro hebreo. ... vuelos, aparte de muchos religiosos. Yo tenía ocho o . 8 nueve años y ahí había obras de

www.casadelacultura.oaxaca.gob.mx