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LA NARRATIVA RENACENTISTA

Narrativa renacentista

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Estudio de la narrativa del siglo XVI

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LA NARRATIVA RENACENTISTA

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LA NARRATIVA RENACENTISTA

• En el siglo XVI, los relatos todavía suelen ser cortos y se incluyen dentro de otras obras, sin tener autonomía.

• No se puede hablar de novela en el sentido moderno.

• La palabra novela, de origen italiano, se utiliza para referirse a narraciones breves, como las Novelas Ejemplares de Cervantes.

• Los relatos más extensos se denominan de modo muy variado.

• Siguen editándose y siendo muy leídos durante todo el siglo XVI los libros de caballerías y las novelas sentimentales.

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LA NARRATIVA RENACENTISTA

NUEVOS GÉNEROS NARRATIVOS

NOVELAS PASTORILES NOVELAS MORISCAS NOVELAS PICARESCAS

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LOS LIBROS DE PASTORES o NOVELAS PASTORILES

• Relacionadas con el éxito de la literatura bucólica en otros géneros como la lírica (las Églogas de Garcilaso) o el teatro (églogas de Juan del Encina)

• Novelas pastoriles más destacadas:

Los siete libros de la Diana de Jorge de Montemayor

La Diana enamorada de Gaspar Gil Polo

La Galatea de Miguel de CervantesEpisodios del Quijote.

La Arcadia de Lope de Vega

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LAS NOVELAS MORISCAS

• En un ambiente exquisito, se produce en ellas la idealización del moro, de forma parecida a la idealización de los pastores en las narraciones pastoriles.

• El cercano mundo morisco, con costumbres diferentes, proporciona a los escritores material novelesco y poético, pero con un toque exótico muy apropiado al relato realista.

Historia del Abencerraje y de la hermosa Jarifa de autor desconocido

Las Guerras Civiles de Granada de Ginés Pérez de Hita

Relatos moriscos en obras mayores: Ozmín y Daraja de Mateo Alemán, incluido en el Guzmán de Alfarache.Historia del cautivo del Quijote cervantino.

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OTRAS NOVELAS

Muy interesantes son también:

La novela bizantina

• Novelas de amor y de aventuras, donde los enamorados, tras pasar por diversos lugares y peripecias, terminan felizmente su viaje

La novela celestinesca

• Narra historias amorosas que se desarrollan con ayuda de los criados del enamorado y de una alcahueta.

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NARRATIVA RENACENTISTA:

NOVELA PICARESCAEl Lazarillo de Tormes

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APARICIÓN Y TRIUNFO DEL LAZARILLO

1554

Aparición de tres ediciones simultáneas deVida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas

y adversidades

Éxito fulminante

Prohibición por la Inquisición

Sigue leyéndose en ediciones clandestinas hechas en el extranjero

Volvió a autorizarse su impresión, suprimiendo los tratados IV y V, y varias irreverencias de los demás.

1573

1834

Hasta esta fecha no volvió a autorizarse el texto completo.

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PROBLEMAS

Ediciones AutorLa primera edición está perdida.

No se conservan manuscritos

El texto se compuso en torno a 1550.

Se desconoce quién pudo ser el autor.

Se atribuido a varios escritores:

Diego Hurtado de MendozaSebastián de Orosco

Juan de OrtegaAlfonso de Valdés

No se sabe por qué el autor ocultó su nombre.

Se trata en todo caso de un escritor culto.

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Últimas teorías sobre el autor

La paleógrafa Mercedes Agulló documenta que su autor es Diego Hurtado de Mendoza

En su libro A vueltas con el autor del Lazarillo (Calambur, 2010) Mercedes Argulló documenta que Diego Hurtado de Mendoza es, con toda probabilidad, el autor del Lazarillo.

La investigadora encontró en una serie de serones y cajones el impresionante lote de documentos acumulados por don Diego Hurtado de Mendoza durante su larga vida. Ahí encontró, al lado de “Una copia hecha de Las guerras de Granada y otros papeles de la hacienda de Carmona”, dos líneas que dicen: “Un legajo de correcciones hechas para la impresión del Lazarillo y Propaladia”

La investigadora afirma que “desde luego, nada puede darse como absolutamente definitivo, pero el hecho de que el legajo con correcciones hechas para la impresión del Lazarillo se hallara entre los papeles de don Diego Hurtado de Mendoza, me ha permitido desarrollar una hipótesis sobre la autoría del Lazarillo, que fortalecida por otros hechos y circunstancias apunta sólidamente en la dirección de don Diego.”

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ORIGINALIDAD NOVELESCA DEL LAZARILLO

Por primera vez en la historia de la narrativa europea, hallamos en el Lazarillo el mundo de la realidad contemporánea convertido en materia de un relato.

El protagonista del relato es un personaje de condición humildísima que va construyendo su vida a golpes con la adversidad.

Nada más lejos de los héroes de los relatos anteriores llenos de aventuras ideales. Lázaro sufre hambre, engaños, burlas y explotación.

Es la historia del proceso “educativo” para la deshonra y la vileza, que Lázaro acepta al final y que se puede interpretar como la amarga queja del autor contra una sociedad que impedía salir de la miseria a los desheredados.

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EL LAZARILLO: LA PRIMERA NOVELA MODERNA

Novela moderna

La acción transcurre en tiempo y espacio concretos.

La vida de los personajes se va modificando según los azares de la vida.

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LA NOVELA PICARESCA

El Lazarillo inaugura un nuevo tipo de novela, la picaresca, que alcanzará sus rasgos definitorios con Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán (1559)

RASGOS DE LA NOVELA PICARESCA

Es el relato de una autobiografía ficticia, por tanto en primera persona, de un personaje de orígenes miserables.El protagonista abandona el medio familiar siendo un niño y trabaja al servicio de varios amos.El carácter picaresco del protagonista: astuto, versátil, prudente y receloso. Era un personaje listo, sin oficio, que urde tretas para robar o vivir a costa del prójimo, con escaso sentido moral y que suele ser víctima de sus propios ardides.El protagonista tiene afán de medro, es decir, aspira a ascender socialmente y a mejorar su situación económica y su puesto en la sociedad.Explicación de un estado final de deshonor, aceptado o superado, a partir del pasado del protagonista.

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Lázaro, un personaje de baja clase social, nacido en una aldea próxima a Salamanca, hijo de padres sin honra, cuenta su vida en primera persona, por medio de una carta a un noble y desconocido señor, a quien se dirige en el prólogo con el tratamiento de “vuestra merced” para explicarle los detalles del “caso”.

ARGUMENTO

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El “caso” es la explicación de los rumores sobre las posibles relaciones de la mujer de Lázaro con el Arcipreste de San Salvador.

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Para ello, Lázaro habla de su vida desde su nacimiento

Su madre se dedicó a la prostitución, hasta establecerse con un hombre negro, con el que tuvo un hijo.

“Pues sepa vuestra merced, ante todas cosas, que a mí llaman Lázaro de Tormes, hijo de Tomé González y de Antonia Pérez, naturales de Tejares, aldea de Salamanca. Mi nacimiento fue dentro del río Tormes, por la cual tomé el sobrenombre.”

“Siendo yo niño de ocho años, achacaron a mi padre ciertas sangrías mal hechas en los costales de los que allí a moler venían, por lo cual fue preso y confesó y no negó, y padeció persecución por justicia (...) En este tiempo, se hizo cierta armada contra moros, entre los cuales fue mi padre, que a la sazón estaba desterrado por el desastre ya dicho, con cargo de acemilero de un caballero que allá fue. Y con su señor, como leal criado, feneció su vida.”

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Como su madre no puede mantenerlo, Lázaro es entregado a un ciego para que se gane la vida guiándolo. Por eso a los perros que guían a los ciegos se les llama “perros lazarillo”.

El ciego lo trata rudamente y, desde el principio, decide “espabilarlo” para que pueda salir adelante en la dura vida que le espera.

Lázaro llega el oído a ese toro y oirás gran ruido

dentro de él.

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Necio, aprende, que el mozo de ciego un punto ha de saber más que el diablo

Verdad dice que este, que me cumple avivar el genio y avisar, pues solo soy y pensar cómo

me sepa valer

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El ciego es un amo mezquino y miserable, que maltrata cruelmente a Lázaro, pero con quien aprende a ganarse la vida.

El episodio de la longaniza

El episodio del jarro de vino

El episodio de las uvas.

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Todas estas crueldades hacen que Lázaro odie cada vez más a su amo, hasta que llega un momento en que el discípulo supera al maestro y consigue vengarse de él antes de abandonarlo.

¡Sus! Saltá todo lo que podáis porque deis deste cabo del agua..

El aprendizaje de Lázaro comienza con un golpe que el ciego propina a Lázaro (en el toro) y concluye cuando Lázaro es capaz de engañar a su amo y devolvérselo.

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Tras abandonar al ciego, Lázaro pasa a servir a un clérigo en Maqueda:

El clérigo es un hombre mezquino que mata de hambre al pobre Lázaro.

Lázaro tiene que inventarse tretas para poder comer. Consigue una llave para abrir el arca donde el clérigo guarda el pan.

Lázaro guarda la llave dentro de la boca para que el clérigo no la descubra, pero al final, el clérigo se entera de todo y lo despide, no sin antes propinarle una paliza:

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Su siguiente amo es un escudero que aparenta ser rico y poderoso, pero en realidad es más pobre todavía que Lázaro.

Con él aprende la importancia de las apariencias, es decir, no importa lo que en realidad eres, sino lo que aparentas ser.

Pese a ser pobre, es el primer amo que no maltrata a Lázaro. Lázaro aprende a ser misericordioso con él.

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Lázaro es abandonado por su amo y tiene que buscar otro. Habrá varios más hasta llegar a la situación final desde la que escribe:

Un buldero

Un maestro de pintar panderos

Un alguacil…

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La novela termina cuando Lázaro, a los veintitantos años y en Toledo, se casa, de modo deshonroso, con la criada del Arcipreste de San Salvador. La gente murmura que la boda ha sido un “apaño” y que la mujer de Lázaro es la amante del Arcipreste. Aunque Lázaro lo niega todo, ciertas afirmaciones suyas no dejan lugar a dudas, y él justifica su vida actual porque en ese momento él se encontraba “en mi prosperidad y en la cumbre de toda buena fortuna”..

Mirá, si sois mi amigo, no me digáis cosa con que me pese, que no tengo por mi amigo al que me hace pesar; mayormente, si me quieren meter mal con mi mujer, que es la cosa del mundo que yo más quiero y la amo más que a mí; y me hace Dios con ella mil mercedes y más bien que yo merezco: que yo juraré sobre la hostia consagrada que es tan buena mujer como vive dentro de la puertas de Toledo. Quien otra cosa me dijere, yo me mataré con él.Desta manera no me dicen nada, y yo tengo paz en mi casa.

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ESTRUCTURA DEL LAZARILLO

Prólogo

Tratado I

Tratado II

Tratado III

Tratado IV

Tratado V

Tratado VI

Tratado VII

Ciego

Clérigo

Escudero

InfanciaLázaro en la adversidadCrueldad de los amos

Hambre

Fraile

Buldero - Maestro de pintar

Adolescencia

Capellán

Alguacil - Arcipreste

Juventud madurez

Mejora su nivel de vida

Se explica el “caso” a “vuestra merced”

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El autor no se limita a ensartar anécdotas sino que crea un relato compuesto por una serie de episodios perfectamente organizados gracias a dos recursos:

Muchos de los episodios que se le suceden a Lázaro son cuentecillos de origen folclórico, vinculadas a un autor narrador.

Rasgos folclóricos tradicionales

La autobiografía La epístola

Todos los elementos adquieren sentido porque forman parte de la historia de la vida de un personaje contada por él mismo (autobiografía) y siguiendo el modelo de una larga carta (epístola) dirigida a un desconocido “vuestra merced”.

Rasgos innovadores

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ESPACIO Y TIEMPO EN EL LAZARILLO

ESPACIO

La acción se sitúa en la ciudad, un espacio urbano real y próximo, que facilita la práctica de comportamientos irregulares.

TIEMPO

Se producen desfases entre el tiempo que duran los hechos narrados y el que dedica el narrador, Lázaro a narrarlos.

El narrador selecciona los acontecimientos relevantes para la explicación del “caso” y le da la importancia que considera.

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TEMAS DEL LAZARILLOHONRA

La honra dependía de la consideración social que tuviera una persona.

El Lazarillo comienza y concluye con un caso de “honra”.

El Tratado III tiene como tema principal la honra en la figura del escudero.

Lázaro habla de su situación final como “la cumbre de toda buena fortuna”, pero sólo ha conseguido una vida aparentemente honrada.

RELIGIÓN

Cinco de los amos de Lázaro pertenecen al estamento eclesiástico.

Todos se mueven por avaricia o lujuria, y todos explotan a Lázaro.

Las citas de los Evangelios o las alusiones a temas sagradas en contextos burlescos añaden al anticlericalismo de la obra ciertos detalles irreverentes.

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LA IRONÍA Y LA CRÍTICA SOCIAL DEL LAZARILLO

La ironía sólo se percibe atendiendo al contexto y depende de las intenciones del emisor y de la capacidad de interpretación del interlocutor.

Narrador, personajes y autor son irónicos en el Lazarillo.

“Yo por bien tengo que cosas tan señaladas y por ventura nunca oídas ni vistas…”

“Lo que te enfermó, te sana y te da salud…”

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“Si es por esa vida, nunca yo moriré, que siempre he guardado esa regla por fuerza, y aún espero,

en mi desdicha, tenerla toda mi vida.”

“Toma, come, triunfa, que para ti es el mundo”

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“Pues vente tras mí, que Dios te ha hecho merced en topar conmigo; alguna buena oración rezaste hoy”

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CRÍTICA SOCIAL EN EL LAZARILLO

CRÍTICA DEL COMPORTAMIENTO DE LOS PERSONAJES

CRÍTICA DEL SISTEMA SOCIALEXISTENTE

Dos mitos centrales de la España del XVI son el objeto central de la crítica:

LA HONRA LA RELIGIOSIDAD

El episodio del escudero muestra la falsedad del sentimiento de honor de la nobleza.

La mayor parte de los amos de Lázaro son clérigos y todos explotan, más o menos cruelmente al muchacho.

El ANTICLERICALISMO es evidente.

También se ataca la justicia y los militares.

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CRÍTICA SOCIAL EN EL LAZARILLO

En la novela no aparecen valores positivos como el amor o la amistad.

Predominan la ambición, la avaricia, el dinero, la búsqueda del provecho propio por encima de todo, la importancia de las apariencias, la astucia, el cinismo… el autor

pone así al descubierto la dura vida española de mediados del siglo XVI.

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CRÍTICA SOCIAL EN EL LAZARILLO

AMOR AMISTAD

AVARICIA

DINERO

PROVECHO PROPIO

APARIENCIAS

ASTUCIA

CINISMO

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LENGUAJE DEL LAZARILLO

El Lazarillo está escrito en un lenguaje llano, sin artificios, directo.

Los personajes se expresan de acuerdo a su condición social y se ajustan a lo que pide el momento: júbilo, tristeza, cólera…

El uso de refranes, modismos, el vocabulario… guardan relación con el estrato social del protagonista narrador.

La frase corta, pero vivamente expresiva y ágil, o extensa, según la función narrativa que realice.

Destaca la precisión en captar, con ironía o humor, lo esencial y revelador.

Dominio del lenguaje y el arte de narrar

Lenguaje llano

Decoro

Estilo adecuado a la función

Precisión

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SENTIDO DEL HUMOR

Éste me dio la vida y, siendo ciego, me alumbró y adentró en la carrera de vivir.

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SENTIDO DEL HUMOR

Fue tal el golpecillo que me tuvo fuera de mí por espacio de tres días

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EL LAZARILLOTextos

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Comienza el relato con un prólogo, que Lázaro, como pregonero de Toledo, dirige a un caballero (“vuestra merced”), diciéndole que, pues le ha pedido que le cuente su caso, va a complacerle narrándole su vida desde el principio. El prólogo advierte que el libro tiene dos lecturas:

“Yo por bien tengo que cosas tan señaladas, y por ventura nunca oídas ni vistas, vengan a noticia de muchos y no se entierren en la sepultura del olvido, pues podría ser que alguno que las lea halle algo que le agrade, y a los que ahondasen tanto los deleite.”

“Confesando yo no ser más santo que mis vecinos, de esta nonada, que en este grosero estilo escribo, no me pesara que hayan parte y se huelguen con ello todos los que en ella algún gusto hallasen, y vean que vive un hombre con tantas fortunas, peligros y adversidades (...) Y pues vuestra merced escribe se le escriba y relate el caso muy por extenso, parecióme no tomarle por el medio, sino del principio, porque se tenga entera noticia de mi persona; y también porque consideren los que heredaron nobles estados cuán poco se les debe, pues Fortuna fue con ellos parcial, y cuánto más hicieron los que, siéndoles contraria, con fuerza y maña remando, salieron a buen puerto.”

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Tratado I: Su familia y servicio con el ciego

“Pues sepa vuestra merced, ante todas cosas, que a mí llaman Lázaro de Tormes, hijo de Tomé González y de Antonia Pérez, naturales de Tejares, aldea de Salamanca. Mi nacimiento fue dentro del río Tormes, por la cual tomé el sobrenombre.”

“Siendo yo niño de ocho años, achacaron a mi padre ciertas sangrías mal hechas en los costales de los que allí a moler venían, por lo cual fue preso y confesó y no negó, y padeció persecución por justicia (...) En este tiempo, se hizo cierta armada contra moros, entre los cuales fue mi padre, que a la sazón estaba desterrado por el desastre ya dicho, con cargo de acemilero de un caballero que allá fue. Y con su señor, como leal criado, feneció su vida.”

Este es el párrafo inicial del Lazarillo. También Amadís de Gaula había nacido en un río. Se trata de un rasgo folklórico universal. Su vida comienza, pues, como la de un héroe; pero ¡qué distinto va a ser su destino! Enseguida va a faltar al cuarto mandamiento:

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Empieza la carrera de Lázaro como mozo de muchos amos, cuando su madre lo confía a un ciego mendigo para que sea su sirviente. El ciego es ruin y astuto. He aquí la primera enseñanza que le da:

Salimos de Salamanca y, llegando a la puente, está a la entrada de ella un animal de piedra que casi tiene forma de toro, y el ciego mandóme que llegase cerca del animal y, allí puesto, me dijo:—Lázaro, llega el oído a este toro y oirás gran ruido dentro de él.Yo simplemente llegué, creyendo ser así. Y como sintió que tenía la cabeza a par de la piedra, afirmó recio la mano, diome una gran calabazada en el diablo del toro, que más de tres días me duró el dolor de la cornada, y díjome:—Necio, aprende, que el mozo del ciego un punto ha de saber más que el diablo.Y rió mucho la burla.Parecióme que, en aquel instante, desperté de la simpleza en que, como niño dormido, estaba. Dije entre mí: “Verdad dice este, que me cumple avivar el ojo y avisar, pues solo soy, y pensar cómo me sepa valer.”

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“Usaba poner cabe sí un jarrillo de vino cuando comíamos, y yo, muy de presto le asía y daba un par de besos callados; y tornábale a su lugar. Mas durome poco, que en los tragos conocía la falta y, por reservar su vino a salvo, nunca después desamparaba el jarro, antes lo tenía por el asa asido. Mas no había piedra imán que así atrajese a sí como yo con una paja larga de centeno que para aquel menester tenía hecha, la cual, metiéndola en la boca del jarro, chupando el vino, lo dejaba a buenas noches. Mas, como fuese el traidor tan astuto, pienso que me sintió, y dende en adelante mudó propósito, y asentaba su jarro entre las piernas y tapábale con la mano, y así bebía seguro.Yo, que estaba hecho al vino, moría por él, y viendo que aquel remedio de la paja no me aprovechaba ni valía acordé en el suelo del jarro hacerle una fuentecilla y agujero sutil y, delicadamente, con una muy delgada tortilla de cera taparlo y al tiempo de comer, fingiendo haber frío, entrábame entre las piernas del triste ciego a calentarme en la pobrecilla lumbre que teníamos y, al calor de ella, luego derretida la cera, por ser muy poca, comenzaba la fuentecilla a destilarme en la boca, la cual yo de tal manera ponía, que maldita la gota se perdía. Cuando el pobreto iba a beber, no hallaba nada. Espantábase, maldecíase, daba al diablo el jarro y el vino, no sabiendo qué podía ser.—No diréis, tío, que os lo bebo yo —decía—, pues no le quitáis de la mano.Tantas vueltas y tientos dio al jarro, que halló la fuente y cayó en la burla, mas así lo disimuló como si no lo hubiera sentido.

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Y luego otro día, teniendo yo rezumando mi jarro como solía, no pensando el daño que me estaba aparejado ni que el mal ciego me sentía, sentéme como solía. Estando recibiendo aquellos dulces tragos, mi cara puesta hacia el cielo, un poco cerrados los ojos por mejor gustar el sabroso licor, sintió el desesperado ciego que ahora tenía tiempo de tomar de mí venganza y, con toda su fuerza, alzando con dos manos aquel dulce y amargo jarro, lo dejó caer sobre mi boca, ayudándose, como digo, con todo su poder, de manera que el pobre Lázaro, que de nada de esto se guardaba, antes, como otras veces, estaba descuidado y gozoso, verdaderamente me pareció que el cielo, con todo lo que en él hay, me había caído encima.Fue tal el golpecillo que me desatinó y sacó de sentido, y el jarrazo tan grande, que los pedazos de él se me metieron por la cara, rompiéndomela por muchas partes, y me quebró los dientes, sin los cuales hasta hoy me quedé.Desde aquella hora quise mal al mal ciego y, aunque me quería y regalaba y me curaba, bien vi que se había holgado del cruel castigo. Lavome con vino las roturas que con los pedazos del jarro me había hecho, y sonriéndome decía:—¿Qué te parece, Lázaro? Lo que te enfermó te sana y da salud.”

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Visto esto y las malas burlas que el ciego burlaba de mí, determiné de todo dejarle; y, como lo traía pensado y lo tenía en voluntad, con este postrer juego que me hizo afirmélo más. Y fue ansí que luego otro día salimos por la villa a pedir limosna, y había llovido mucho la noche antes; y porque el día también llovía, y andaba rezando debajo de unos portales que en aquel pueblo había, donde no nos mojábamos, mas cuando la noche se venía y el llover no cesaba, díjome el ciego:—Lázaro, esta agua es muy porfiada, y cuanto la noche más cierra, más recia: acojámonos a la posada con tiempo.Para ir allá habíamos de pasar un arroyo, que con la mucho agua iba grande. Yo le dije:— Tío, el arroyo va muy ancho; mas, si queréis, yo veo por donde travesemos más aína sin nos mojar, porque se estrecha allí mucho, y saltando pasaremos a pie enjuto.Parescióle buen consejo y dijo:— Discreto eres, por esto te quiero bien. Llévame a ese lugar donde el arroyo y se ensangosta, que agora es invierno y sabe mal el agua, y más llevar los pies mojados.Yo, que vi el aparejo a mi deseo, saquéle de bajo de los portales y llevélo derecho de un pilar o poste de piedra que en la plaza estaba, sobre el cual y sobe otros cargaban saledizos de aquellas casas, y dígole:

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— Tío, éste es el paso más angosto que en el arroyo hay.Como llovía recio y el triste se mojaba, y con la priesa que llevábamos de salir del agua, que encima de nosotros caía, y, lo más principal, porque Dios le cegó aquella hora el entendimiento (fue por darme de él venganza), creyóse de mí y dijo:— Ponme bien derecho y salta tú el arroyo.Yo le puse bien derecho enfrente del pilar, y doy un salto y póngome detrás del poste, como quien espera tope de toro y díjele:— ¡Sus! Saltá todo lo que podáis, porque deis deste cabo del agua.Aun apenas lo había acabado de decir, cuando se abalanza el pobre ciego como cabrón y de toda su fuerza arremete, tomando un paso atrás de la corrida para hacer mayor salto, y da con la cabeza en el poste, que sonó tan recio como si diera con una gran calabaza, y cayó luego para atrás medio muerto y hendida la cabeza.—¿Cómo, y oliste la longaniza y no el poste? ¡Olé, olé!— le dije yo.Y déjele en poder de mucha gente que lo había ido a socorrer, y tomé la puerta de la villa en los pies de un trote, y antes que la noche viniese di conmigo en Torrijos. No supe más lo que Dios dél hizo ni curé de lo saber.

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Tratado III: Al servicio del escudero

Estando así, díjome:--Tú, mozo, ¿has comido?--No, señor– dije yo--, que aún no eran dadas las ocho cuando con vuestra merced encontré.--Pues, aunque de mañana, yo había almorzado, y cuando así como algo, hágote saber que hasta la noche me estoy así. Por eso, pásate como pudieres, que después cenaremos.Vuestra merced crea, cuando esto le oí, que estuve en poco de caer de mi estado, no tanto de hambre como por conocer de todo en todo la fortuna serme adversa. Allí se me representaron de nuevo mis fatigas, y torné a llorar mis trabajos; allí se me vino a la memoria la consideración que hacía cuando me pensaba ir del clérigo, diciendo que, aunque aquel era desventurado y mísero, por ventura toparía con otro peor; finalmente, allí lloré mi trabajosa vida pasada y mi cercana muerte venidera. Y con todo, disimulando lo mejor que pude, dije:-- Señor, mozo soy que no me fatigo mucho por comer, bendito Dios. De eso me podré alabar entre todos mis iguales de mejor garganta, y así fui yo loada de ella hasta hoy día de los amos que yo he tenido.

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Tratado III: Al servicio del escudero

--Virtud es esa– dijo él--, y por eso te querré yo más; porque el hartar es de los puercos y el comer regladamente es de los hombres de bien.“¡Bien he entendido!”, dije yo entre mí. “¡Maldita tanta medicina y bondad como aquestos mis amos que yo hallo hallan en el hambre!”.Púseme a un cabo del portal y saqué unos pedazos de pan del seno, que había quedado de los de por Dios. Él, que vio esto, díjome:--Ven acá, mozo. ¿Qué comes?Yo llegueme a él y mostrele el pan. Tomome él un pedazo de tres que eran, el mejor y más grande, y dijome:--Por mi vida que parece éste buen pan.--¿Y cómo ahora– dije yo– señor, es bueno?-- Sí, a fe – dijo él-- ¿Adónde lo hubiste? ¿Si es amasado de manos limpias?--No sé yo eso– le dije--; mas a mí no me pone asco el sabor de ello.--Así plega a Dios– dijo el pobre de mi amo.--Y llevándolo a la boca, comenzó a dar en él tan fieros bocados como yo en lo otro:--Sabrosísimo pan está – dijo--, por Dios.

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Tratado III: Al servicio del escudero

Y como le sentí de qué pie cojeaba, dime prisa, porque le vi en disposición, si acababa antes que yo, se comediría a ayudarme a lo que me quedase. Y con esto acabamos casi a una. Y mi amo comenzó a sacudir con las manos unas pocas de migajas, y bien menudas, que en los pechos se le habían quedado. Y entró en una camareta que allí estaba, y sacó un jarro desbocado y no muy bueno, y desque hubo bebido, convídome con él. Yo, por hacer del continente, dije:--Señor, no bebo vino.--Agua es– me respondió--; bien puedes beber.Entonces tomé el jarro y bebí. No mucho, porque de sed no era mi congoja.

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Tratado III: Al servicio del escudero

“Y comienzo a cenar y morder en mis tripas y pan, y disimuladamente miraba al desventurado señor mío, que no partía sus ojos de mis faldas, que aquella sazón servían de plato. Tanta lástima haya Dios de mí, como yo había de él, porque sentí lo que sentía, y muchas veces había por ello pasado y pasaba cada día. Pensaba si sería bien comedirme a convidarle; mas por me haber dicho que había comido, temía no aceptaría el convite. Finalmente, yo deseaba que aquel pecador ayudase a su trabajo del mío, y se desayunase como el día antes hizo, pues había mejor aparejo, por ser mejor la vianda y menos mi hambre.Quiso Dios cumplir mi deseo, y aun pienso que el suyo; porque como comencé a comer, y él se andaba paseando, llegóse a mí y díjome:—Dígote, Lázaro, que tienes en comer la mejor gracia que en mi vida vi a hombre, y que nadie te lo verá hacer que no le pongas gana aunque no la tenga.“La muy buena que tú tienes —dije yo entre mí— te hace parecer la mía hermosa.”

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“Con todo, parecióme ayudarle, pues se ayudaba y me abría camino para ello y díjele:—Señor, el buen aparejo hace buen artífice. Este pan está sabrosísimo, y esta uña de vaca tan bien cocida y sazonada, que no habrá a quien no convide con su sabor.—¿Uña de vaca es?—Sí, señor.—Dígote que es el mejor bocado del mundo, y que no hay faisán que así me sepa.—Pues pruebe, señor, y verá qué tal está.Póngole en las uñas la otra, y tres o cuatro raciones de pan de lo más blanco. Y sentóse al lado y comienza a comer como aquel que lo había gana, royendo cada huesecillo de aquello mejor que un galgo lo hiciera.”

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Tratado VII

En este tiempo, viendo mi habilidad y buen vivir, teniendo noticia de mi persona el señor arcipreste de Sant Salvador; mi señor, y servidor y amigo de Vuestra Merced, porque le pregonaba sus vinos, procuró casarme con una criada suya. Y visto por mí que de tal persona no podía venir sino bien y favor, acordé de lo hacer. Y así, me casé con ella, y hasta agora no estoy arrepentido.Porque, allende de ser buena hija y diligente servicial, tengo en mi señor arcipreste todo favor y ayuda […]. Y hízonos alquilar una casilla par de la suya. Los domingos y fiestas casi todas las comíamos en su casa.Mas malas lenguas, que nunca faltaron ni faltarán, no nos dejan vivir, diciendo no sé qué y sí sé qué de que ven a mi mujer irle a hacer la cama y guisalle de comer. Y mejor les ayude Dios que ellos dicen la verdad. Porque, allende de no ser ella mujer que se pague destas burlas, mi señor me ha prometido lo que pienso que cumplirá. Que él me habló un día muy largo delante della y me dijo:—Lázaro de Tormes, quien ha de mirar a dichos de malas lenguas nunca medrará. Digo esto porque no me maravillaría alguno, viendo entrar en mi casa a tu mujer y salir della. Ella entra muy a tu honra y suya; y esto te lo prometo. Por tanto, no mires a lo que pueden decir, sino a lo que te toca: digo a tu provecho.

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—Señor— le dije—, yo determiné de arrimarme a los buenos. Verdad es que algunos de mis amigos me han dicho algo deso, y aun por más de tres veces me han certificado que antes que conmigo casase había parido tres veces, hablando con reverencia de Vuestra Merced, porque está ella delante.Entonces mi mujer echó juramentos sobre sí, que yo pensé que la casa se hundiera con nosotros; y después tomóse a llorar y a echar maldiciones sobre quien conmigo la había casado; en tal manera, que quisiera ser muerto antes que se me hubiera soltado aquella palabra de la boca. Más yo de un cabo y mi señor de otro tanto le dijimos y otorgamos, que cesó su llanto, con juramento que le hice de nunca más en mi vida mentarle nada de aquello, y que yo holgaba y había por bien de que ella entrase y saliese, de noche y de día, pues estaba bien seguro de su bondad. Y así quedamos todos tres bien conformes.Hasta el día de hoy nunca nadie nos oyó sobre el caso; antes, cuando alguno siento que quiere decir algo de ella, le atajo y le digo:— Mirá, si sois mi amigo, no me digáis cosa con que me pese, que no tengo por mi amigo al que me hace pesar; mayormente, si me quieren meter mal con mi mujer, que es la cosa del mundo que yo más quiero y la amo más que a mí; y me hace Dios con ella mil mercedes y más bien que yo merezco: que yo juraré sobre la hostia consagrada que es tan buena mujer como vive dentro de la puertas de Toledo. Quien otra cosa me dijere, yo me mataré con él.Desta manera no me dicen nada, y yo tengo paz en mi casa.Esto fue el mesmo año que nuestro victorioso Emperador en esta insigne ciudad de Toledo entró y tuvo en ella Cortes, y se hicieron grandes regocijos, como Vuestra Merced habrá oído. Pues en este tiempo estaba en mi prosperidad y en la cumbre de toda buena fortuna.

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MIGUEL DE CERVANTES (1547-1616)

Nació en Alcalá de Henares en 1547.

Estudió en Sevilla con los jesuitas y en Madrid.

En 1569 viajó a Italia y participó en campañas militares.

En la batalla de Lepanto (1571) fue herido en la mano izquierda.

En 1575 emprendió el regreso a España y cayó prisionero de los corsarios berberiscos; tras cinco años de cautiverio fue rescatado.

Instalado en Madrid, inició su vida de escritor.

Pasa un periodo de 1587 a 1604 del que se tienen pocos datos: se sabe que fue comisario de abastos y recaudador de impuestos, que fue encarcelado en Sevilla… reapareció en Valladolid en 1604 y en Madrid en 1607.

A partir de entonces, se inició su etapa más fructífera.

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OBRA POÉTICA

Ser poeta es “la gracia que no quiso darme el

cielo”

Gran parte de su obra se ha perdido, en especial los numerosos romances que escribió.

Su obra lírica es lo menos valorado de su producción.

En algunas de sus novelas y en sus obras teatrales se insertan textos líricos que lo acreditan como poeta de cualidades no vulgares.

Los primeros versos conocidos de Cervantes siguen la estética renacentista y tienen como modelo a Garcilaso. Usa el endecasílabo en todo tipo de combinaciones métricas.

Canto de Calíope, Epístola a Mateo Vázquez, Viaje del Parnaso

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OBRA DRAMÁTICA

PRIMERA ETAPA(1580-1587)

Poco éxito.Obras de acuerdo a los modelos renacentistas.Siguen la estética aristotélica: - Temas nobles - Verosímiles - Respeto a la regla de las tres unidades. - Dicción digna. - Versos largos

Los tratos de ArgelLa Numancia

SEGUNDA ETAPA(1615)

Ocho comedias y ocho entremeses, nunca representadosHizo imprimir sus obras porque, aunque se adaptaban al estilo de Lope de Vega, no despertaron interés.Comedias de varios temas (caballerescas, de capa y espada, de santos…)Entremeses: - Cómicos y humorísticos. - Protagonizados por personajes populares. - Tratan diversos temas: amor, matrimonio, sátira social. - Personajes inolvidables

Comedias:Los baños de ArgelEl rufián dichosoEl gallardo español

Entremeses:El juez de los divorciosEl retablo de las maravillasLa cueva de SalamancaLa elección de los alcaldes de Daganzo

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OBRA NARRATIVA DE MIGUEL DE CERVANTES

La Galatea (1585)

El Persiles (1617)

Novelas Ejemplares (1613)

El Quijote (1605-1615)

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OBRAS NARRATIVAS

Los seis libros de la Galatea

De tema pastoril.

El mérito de la obra es escaso.

Se limita a seguir al pie de la letra las características de las novelas pastoriles:•Idealización del paisaje •Desventuras sentimentales de los pastores/poetas.•Disquisiciones sobre el amor platónico…

Incluye, como es habitual en Cervantes, comentarios de crítica literaria, juicios teóricos, etc.

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OBRAS NARRATIVAS

Novelas Ejemplares

Reunidas en un volumen en 1613.

Su éxito fue notable.

Es una colección de doce relatos cortos.

Cervantes es el primero que compone estos relatos al modo italiano con argumentos originales.

El adjetivo ejemplares del título expresa su conexión con el género de los ejemplos medievales: se presenta una historia breve de la que se extrae una moraleja.

No todos los relatos tienen ejemplaridad moral, algunos son ejemplos de creación literaria.

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OBRAS NARRATIVAS

Novelas Ejemplares

NOVELAS “REALISTAS” NOVELAS “IDEALISTAS”Domina en ellas la observación realista:

Rinconete y CortadilloEl Coloquio de los perrosEl celoso extremeñoLa ilustre fregonaEl casamiento engañosoEl licenciado VidrieraLa gitanilla

Se percibe un mayor grado de imaginación e idealización:

La española inglesaEl amante liberalLas dos doncellasLa señora CorneliaLa fuerza de la sangre

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OBRAS NARRATIVAS

Los trabajos de Persiles y Sigismunda

Publicada póstumamente en 1617.

Se trata de una novela bizantina en la que los protagonistas, Persiles y Sigismunda, una pareja de jóvenes y nobles amantes, realizan un peregrinaje por el norte de Europa, Italia y España.

En el recorrido se enfrentan con numerosos peligros (tempestades, naufragios, cautiverios, piratería…) que son pruebas (“trabajos”) de las que salen airosos.

Así es posible su matrimonio final, que es la recompensa a su virtud.

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EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA

EDICIÓN DE LA OBRA

PRIMERA PARTE

Apareció en 1605, con el título de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Consta de un prólogo, poemas burlescos iniciales y finales y 52 capítulos agrupados en cuatro partes.

SEGUNDA PARTE

Se publicó en 1615, con un cambio en el título: El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha. Consta de un prólogo y 74 capítulos, sin división en partes.

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EL QUIJOTE DE AVELLANEDA

En 1614 apareció el Segundo tomo del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, firmado por Alonso Fernández de Avellaneda.

En el prólogo se insultaba a Cervantes. Cervantes respondió en el prólogo de su segunda parte e incluyó, dentro de la ficción, numerosas referencias a la falsedad de la novela de Avellaneda.

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LA ESTRUCTURA DE LA NOVELA

PRIMERA SALIDA: 6 capítulos (5 + escrutinio)

Preparación Salida Venta y aventura(arrieros)

Vuelta con dos aventuras(labrador)

(mercaderes)

Vuelve triunfante, armado caballero

SEGUNDA SALIDA: 46 CAPÍTULOS

DON QUIJOTE SALE CON SANCHO

SALIDA

Aventuras:-Molinos-Frailes

-Vizcaíno

Episodios:“Marcela y

Gristóstomo

VENTA

Aventuras:-Rebaños- Cuerpo muerto.

Episodios:“Cardenio y Luscinda”“Dorotea”

VENTA

Aventuras:- Cueros de vino.

-Cuadrilleros-Disciplinantes

Episodios:“Curioso impertinente”“Historia del cautivo”

“Dª Clara”

VUELTA

Vuelve enjaulado y maltrecho

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LA ESTRUCTURA DE LA NOVELA

TERCERA SALIDA: 74 CAPÍTULOS

PREPARACIÓN

SALIDA

Aventuras:-Leones-Rebuznadores-Barco encantado

Encuentros y pláticas:-Caballero del bosque-Caballero del verde gabán.-Bodas de Camacho

Castillo de los Duques.-Desencantamiento de Dulcinea-Aventura de Clavileño.-Consejos a Sancho-La Ínsula Barataria-Episodio de la dueña Dolorida

Viaje a Barcelona y aventuras:- La cabeza encantada- Caballero de la Blanca Luna.-Aventuras de los cerdos.

VUELTA

MUERTE

Don Quijote vuelve a casa para morir

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ARGUMENTO DE LA NOVELA

PRIMERA PARTE

El caballero manchego don Alonso Quijano, llamado por sus convecinos el Bueno, enloquece leyendo libros de caballerías. Concibe la idea de lanzarse al mundo, con el nombre de don Quijote de la Mancha, guiado por los nobles ideales de Amadís o de Palmerín: deshacer entuertos, proteger a los débiles, destruir el mal, merecer a Dulcinea… Con armas absurdas y un viejo caballo, Rocinante, sale por La Mancha y se hace armar caballero en una venta que imagina ser un castillo, entre las burlas del ventero y de las mozas del mesón. Libera a un muchacho a quien su amo está golpeando por perderle las ovejas (pero apenas se marcha, prosigue la paliza). Unos mercaderes lo golpean brutalmente; un conocido lo recoge y lo devuelve a su aldea. Ya repuesto, convence a un rudo labrador, Sancho Panza, ofreciéndole riquezas y poder, para que lo acompañe en sus aventuras. Y siempre sale mal parado: lucha contra unos gigantes que no son otra cosa que molinos de viento; es apaleado por unos arrieros; da libertad a unos criminales, que luego lo apedrean, etc. Sus amigos, el Canónigo y el Barbero, salen en su busca y lo traen engañado a su pueblo, metido en una jaula.

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ARGUMENTO DE LA NOVELA

SEGUNDA PARTE

Don Quijote, obstinado en su locura, sale otra vez acompañado de Sancho Panza, de quien ha de sufrir la bellaquería de querer hacerle creer que una rústica que viene montada en un asno es Dulcinea. En sus correrías por tierras de Aragón, llegan a los dominios de unos Duques, que se burlan despiadadamente de la locura del señor y la ambición del criado. Mandan a este como gobernador a uno de sus estados; Sancho da pruebas de un excelente sentido, pero cansado de la vida palaciega, organizada en son de burla por los Duques, se vuelve a buscar a don Quijote. Tras constantes aventuras, marchan a Barcelona, y allí es vencido por el Caballero de la Blanca Luna, que es su amigo Sansón Carrasco disfrazado así para intentar que don Quijote recobre su cordura. Sansón Carrasco, vencedor, le impone la obligación de regresar a su pueblo. El caballero, física y moralmente derrotado, vuelve al lugar y allí muere cristianamente después de haberse curado de su locura.

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EL ESPACIO EN LA NOVELA

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EL ESPACIO EN LA NOVELA

Los protagonistas se desplazan por los caminos y pasan por distintas localidades pero, aunque se citan algunos lugares, no se da una información geográfica detallada. Las descripciones físicas son imprecisas y se limitan a lo más importante.

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EL ESPACIO EN LA NOVELA

En la primera parte, los protagonistas recorren La Mancha hasta Sierra Morena; cuando se detienen, la venta se convierte en el núcleo espacial, lugar de paso donde se mezcla gente de diversos grupos sociales

LA VENTA

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EL ESPACIO EN LA NOVELA

En la segunda parte, los protagonistas se desplazan por Aragón y Cataluña y son menos “andantes”, pasan más tiempo detenidos. El espacio más importante es el palacio de los duques, donde se relacionan con la alta nobleza que ha leído la primera parte de la obra y quieren divertirse a su costa. Don Quijote es tratado como un caballero. Amo y criado se separan.

EL PALACIO

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EL TIEMPO EN LA NOVELA

La narración es cronológica y lineal

El caballero sale un día de julio de un cierto verano y en ese verano (por licencia poética demasiado largo) ocurren las tres salidas y la muerte.

Las alusiones temporales a lo largo de la obra son escasa e incoherentes.

Las incoherencias cronológicas no son percibidas como tales por el lector que asiste a una secuencia lógica que va desde la locura del protagonista hasta su muerte.

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LOS PERSONAJES DE LA NOVELA

Los numerosos personajes que pueblan las páginas del Quijote pertenecen a todas las categorías sociales, desde las más altas a las más humildes: venteros, pastores, cabreros, arrieros, labradores ricos, clérigos, hidalgos, caballeros, nobles, y también grupos marginados, como los moriscos exiliados.

Page 73: Narrativa renacentista

LOS PERSONAJES DE LA NOVELA

DON QUIJOTE SANCHO PANZA

Dos figuras distintas y complementarias

AMISTAD

DIÁLOGO

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LOS PERSONAJES DE LA NOVELA

DON QUIJOTE El personaje es descrito como alto y delgado, viejo, colérico, culto y gran lector, soltero, solitario, valiente e impulsivo. Hidalgo rural y pobre, su locura lo lleva a convertirse en caballero.

El tema de la locura es central en la obra, ya que constituye la base del conflicto permanente entre el héroe y la realidad que se le presenta. Quiere y cree ser caballero andante, pero sabe que finge. La locura de don Quijote está limitada al mundo de lo caballeresco; en los momentos en que no aparece este tema, el protagonista es admirablemente cuerdo, generoso, culto, tolerante y mesurado, como reconocen muchos de los que le tratan.

Yo sé quién soy.

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LOS PERSONAJES DE LA NOVELA

SANCHO PANZA Representa al hombre llano, con una enorme sabiduría popular, práctico y materialista. Es lo opuesto a su amo: bajo y barrigudo, prudente, analfabeto, casado y pacífico. Acepta servir a don Quijote por su simpleza y por la recompensa prometida de una ínsula.

El personaje, síntesis del tonto de la tradición folclórica, del bobo del teatro y parodia del escudero de las narraciones caballerescas, se transforma durante la narración en un ser complejo, independiente, que duda y cree, miente y es engañado, ríe y llora, se muestra discreto y tonto; pero es siempre bueno y compasivo

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LA NARRACIÓN Y LOS NARRADORES DEL QUIJOTENARRADOR PRINCIPAL AUTORES FICTICIOS NARRADORES

PERSONAJESCuenta desde un nivel superior y externo a la historia, es omnisciente y, en ocasiones, usa la primera persona para designarse a sí mismo como responsable directo de lo narrado

“En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…”.

En los primeros ocho capítulos, el narrador alude a diversas fuentes de información: los distintos “autores que de este caso escriben” y unos supuestos “anales de La Mancha”. En el capítulo IX se introduce como personaje para contar cómo encontró y editó el manuscrito de don Quijote.

El narrador interrumpe el relato en un momento clave de un episodio (en plena pelea con un vizcaíno) y dice que aquí se acaba el documento que le servía de base.

Entonces, el narrador principal explica que, casualmente, ha encontrado el texto original en árabe, de un tal Cide Hamete Benengeli, y se lo hace traducir por un morisco aljamiado y así continúa.

Parodia de los pseudoautores y traductores que aparecían en las novelas de caballerías.

Cervantes puede hacer comentarios a la “traducción”: distanciamiento irónico.

El narrador principal cede la palabra a los personajes que cuentan relatos.

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LENGUAJE Y ESTILO

El lenguaje del Quijote es un acabado resumen de la variedad de estilos típica del Renacimiento.

Estilo elevado

Dichosa edad y siglos dichosos aquéllos a quienes los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces, los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío.

Parodia burlesca

[…] y de todos, ningunos le parecían tan bien como los que compuso el famosos Feliciano de Silva, porque la claridad de su prosa y aquellas entrincadas razones suyas le parecían de perlas, y más cuando llegaba a leer aquellos requiebros y cartas de desafíos, donde en muchas partes donde en muchas partes hallaba escrito: La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura. Y también cuando leía: …los altos cielos que de vuestra divinidad divinamente con las estrellas os fortifican, y os hacen merecedora del merecimiento que merece la vuestra grandeza.

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LENGUAJE Y ESTILO

Habla culta

–Así es verdad– replicó don Quijote– por lo cual los no de principios nobles deben acompañar la gravedad del cargo que ejercitan con una blanda suavidad que, guiada por la prudencia, los libre de la murmuración maliciosa, de quien no hay estado que se escape. Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores; porque viendo que no te corres, ninguno se pondrá a correrte; y préciate más de ser humilde virtuoso que labrador soberbio. Innumerables son aquellos que, de baja estirpe nacidos, han subido a la suma dignidad pontificia e imperatoria; y desta verdad te pudiera traer tantos ejemplos, que te cansaran

Habla popular

—Eso Dios lo puede remediar— respondió Sancho—, porque sé más refranes que un libro, y viénenseme tantos juntos a la boca cuando hablo, que riñen, por salir, unos con otros; pero la lengua va arrojando los primeros que encuentra, aunque no vengan a pelo. Mas yo tendré cuenta de aquí delante de decir los que convengan a la gravedad de mi cargo; que en casa llena, presto se guisa la cena; y quien destaja no baraja; y a buen salvo está el que repica; y el dar y el tener, seso ha de menester.

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LENGUAJE Y ESTILO

RECURSOS DE LA TRADICIÓN ORAL

Dualidad de narradoresAmbivalencia del léxico

Sonoridades y ritmosUso de deíctivos

Recurso al apóstrofeProyección del gesto y la imagen

Dramatización del retratoJuegos equívocos de la primera persona

Atención a las inflexiones de la vozTécnicas de puesta en escena

Incisos del narrador…

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LENGUAJE Y ESTILO

Cervantes contribuye con todo ello a gestar un nuevo lector entendido y cómplice, a quien dirige prólogos y preliminares que reclaman su connivencia, que se deja llevar, pero no engañar, por tantos embaucadores cervantinos maestros en el arte de hablar —Cide Hamete Benengeli, el ficticio y burlón narrador arábigo que, supuestamente, escribe casi toda la novela—.

Estamos ya ante la creación del lector moderno: un lector escéptico que erigirá la duda en sistema.

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PROPÓSITO DE LA NOVELA

Existía un anónimo Entremés de los romances, en el que un ignorante labrador perdía la razón leyendo el Romancero, e imitaba las hazañas de sus heroicos personajes.

Cervantes lo leyó, probablemente, y pensó escribir una novela corta en la que el protagonista enloqueciera leyendo libros de caballerías, pues en un principio su objetivo era precisamente censurar estas novelas.

“No ha sido otro mi deseo que poner en aborrecimiento de los hombres las fingidas y disparatadas historias de los libros de caballerías”.

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PROPÓSITO DE LA NOVELA

Cervantes, como muchos moralistas de la época, consideraba que estas novelas estaban mal escritas, narraban hechos inverosímiles y eran obscenas.

Los libros de caballerías tuvieron un enorme auge tanto entre los lectores cultos (Carlos V, Lope de Vega, San Ignacio de Loyola, Santa Teresa… eran ávidos lectores de este tipo de obras) como entre el pueblo iletrado. Se dieron casos, incluso, de personas que enloquecieron leyendo el Amadís y otras novelas de caballerías.

Por estas razones, Cervantes se propuso acabar con este tipo de novelas y lo consiguió. Tras la publicación del Quijote, ya no se publicarán más. Sin embargo, el propósito del autor quedó rebasado por su obra, porque ésta es mucho más que una sátira de estos libros.

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TRASCENDENCIA DEL QUIJOTE

En su época El Quijote tuvo un éxito fulminante. Se leyó como un libro cómico, cuya trascendencia quedaba tal vez limitada a ser una parodia regocijante de las novelas de caballerías, tan conocidas y tan actuales.

Siglo XVIII Los lectores y los críticos lo consideran ya como una obra clásica y un modelo de lenguaje. Los españoles se sienten orgullosos de la novela, que numerosos críticos extranjeros sitúan ya entre las máximas creaciones del ingenio humano.

Siglo XIX Con el advenimiento del Romanticismo, el Quijote empieza a ser valorado en profundidad. En aquella época, idealista, el caballero manchego se convierte en un símbolo del hombre que lucha sólo por el triunfo del espíritu sin que le arredren los obstáculos: trágica lucha del hombre que, impulsado por sus ideales generosos, choca con la realidad y fracasa con sus nobles ansias.

Siglo XX Desde el Romanticismo, las interpretaciones del Quijote se ha sucedido y se suceden: filósofos, historiadores de las ideas, críticos y políticos vuelven una y otra vez a él para desentrañar sus complejos mensajes. Y es que el hidalgo y el escudero encarnan, respectivamente, el impulso ideal y el tosco sentido común, que coexisten en el corazón del hombre

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TEXTOS DEL QUIJOTE

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En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas, con sus pantuflos de lo mesmo, y los días de entresemana se honraba con su vellorí de lo más fino. Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta y una sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza, que así ensillaba el rocín como tomaba la podadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años; era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza. Quieren decir que tenía el sobrenombre de Quijada, o Quesada, que en esto hay alguna diferencia en los autores que deste caso escriben; aunque por conjeturas verosímiles se deja entender que se llamaba Quejana. Pero esto importa poco a nuestro cuento; basta que en la narración dél no se salga un punto de la verdad.

CAPÍTULO 1

Page 86: Narrativa renacentista

Es, pues, de saber, que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso —que eran los más del año— se daba a leer libros de caballerías con tanta afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza, y aun la administración de su hacienda; y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió muchas hanegas de tierra de sembradura para comprar libros de caballerías en que leer, y así, llevó a su casa todos cuantos pudo haber dellos; y de todos, ningunos le parecían tan bien como los que compuso el famosos Feliciano de Silva, porque la claridad de su prosa y aquellas entrincadas razones suyas le parecían de perlas, y más cuando llegaba a leer aquellos requiebros y cartas de desafíos, donde en muchas partes donde en muchas partes hallaba escrito: La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura. Y también cuando leía: …los altos cielos que de vuestra divinidad divinamente con las estrellas os fortifican, y os hacen merecedora de/ merecimiento que merece /a vuestra grandeza.

CAPÍTULO 1

Page 87: Narrativa renacentista

En resolución, él se enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho leer se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamientos como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles; y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas sonadas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo. […]

CAPÍTULO 1

Page 88: Narrativa renacentista

En efecto, rematado ya su juicio, vino a dar en el más extraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo, y fue que le pareció convenible y necesario, así para el aumento de su honra como para el servicio de su república, hacerse caballero andante, e irse por todo el mundo con sus armas y caballo a buscar las aventuras y a ejercitarse en todo aquello que él había leído que los caballeros andantes se ejercitaban, deshaciendo todo género de agravio, y poniéndose en ocasiones y peligros donde, acabándolos, cobrase eterno nombre y fama. Imaginábase el pobre ya coronado por el valor de su brazo, por lo menos, del imperio de Trapisonda; y así, con estos tan agradables pensamientos, llevado del extraño gusto que en ellos sentía, se dio priesa a poner en efecto lo que deseaba. Y lo primero que hizo fue limpiar unas armas que habían sido de sus bisabuelos, que, tomadas de orín y llenas de moho, luengos siglos había que estaban puestas y olvidadas en un rincón. Limpiólas y aderezólas lo mejor que pudo; pero vio que tenían una gran falta, y era que no tenían celada de encaje, sino morrión simple; mas a esto suplió su industria, porque de cartones hizo un modo de media celada que, encajada con el morrión, hacían una apariencia de celada entera. Es verdad que para probar si era fuerte y podía estar al riesgo de una cuchillada, sacó su espada y le dio dos golpes, y con el primero y en un punto deshizo lo que había hecho en una semana; y no dejó de parecerle mal la facilidad con que la había hecho pedazos, y, por asegurarse deste peligro, la tornó a hacer de nuevo, poniéndole unas barras de hierro por de dentro, de tal manera, que él quedó satisfecho de su fortaleza, y sin querer hacer nueva experiencia della, la diputó y tuvo por celada finísima de encaje.

CAPÍTULO 1

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Fue luego a ver su rocín, y aunque tenía más cuartos que un real y más tachas que el caballo de Gonela, que tantum pellis et ossa fuit, le pareció que ni el Bucéfalo de Alejandro ni Babieca el del Cid con él se igualaban. Cuatro días se le pasaron en imaginar qué nombre le pondría, porque —según se decía él a sí mesmo— no era razón que caballo de caballero tan famoso, y tan bueno él por sí, estuviese sin nombre conocido; y ansí, procuraba acomadársele de manera, que declarase quién había sido antes que fuese de caballero andante, y lo que era entonces; pues estaba muy puesto en razón que, mudando su señor estado, mudase él también el nombre, y le cobrase famoso y de estruendo, como convenía a la nueva orden y al nuevo ejercicio que ya profesaba; y así después de muchos nombres que formó, borró y quitó, añadió, deshizo y tornó a hacer en su memoria e imaginación, al fin le vino a llamar Rocinante, nombre , a su parecer, alto, sonoro y significativo de lo que había sido cuando fue rocín, antes de lo qu ahora era, que era antes y primero de todos los rocines del mundo.

CAPÍTULO 1

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Puesto nombre, y tan a su gusto, a su caballo, quiso ponérsele a sí mismo, y en este pensamiento duró otros ocho días, y al cabo se vino a llamar don Quijote; de donde, como queda dicho, tomaron ocasión los autores desta tan verdadera historia que, sin duda, se debía llamar Quijada, y no Quesada, como otros quisieron decir. Pero, acordándose que el valeroso Amadís no sólo se había contentado con llamarse Amadís a secas, sino que añadió el nombre de su reino y patria, por hacerla famosa, y se llamó Amadís de Gaula, así quiso, como buen caballero, añadir al suyo el nombre de la suya y llamarse don Quijote de la Mancha, con que, a su parecer, declaraba muy al vivo su linaje y patria, y la honraba con tomar el sobrenombre della.

CAPÍTULO 1

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Limpias, pues, sus armas, hecho del morrión celada, puesto nombre a su rocín y confirmándose a sí mismo, se dio a entender que no le faltaba otra cosa sino buscar una dama de quien enamorarse; porque el caballero andante sin amores era árbol sin hojas y sin fruto y cuerpo sin alma. Decíase él a sí:— Si yo, por malos de mis pecados, o por mi buena suerte, me encuentro por ahí con algún gigante, como de ordinario les acontece a los caballeros andantes, y le derribo de un encuentro, o le parto por mitad del cuerpo, o finalmente, le venzo y le rindo, ¿no será bien tener a quien enviarle presentado y que entre y se hinque de rodillas ante mi dulce señora, y diga con voz humilde y rendido: “Yo, señora, soy el gigante Caraculiambro, señor de la ínsula Malindrania, a quien venció en singular batalla el jamás como se debe alabado caballero don Quijote de la Mancha, el cual me mandó que me presentase ante vuestra merced, para que la vuestra grandeza disponga de mí a su talante”?¡Oh, cómo se holgó nuestro buen caballero cuando hubo hecho este discurso, y más cuando halló a quien dar nombre de su dama! Y fue, a lo que se cree, que en un lugar cerca del suyo había una moza labradora de muy buen parecer, de quien él un tiempo anduvo enamorado, aunque, según se entiende, ella jamás lo supo, ni le dio cata dello. Llamábase Aldonza Lorenzo, y a ésta le pareció ser bien darle título de señora de sus pensamientos, y buscándole nombre que no desdijere mucho del suyo y que tirase y se encaminase al de princesa y gran señora, vino a llamarla Dulcinea del Toboso, porque era natural del Toboso; nombre, a su parecer, músico y peregrino y significativo, como todos los demás que a él y a sus cosas había puesto.

CAPÍTULO 1

Page 92: Narrativa renacentista

En esto, oyeron un gran ruido en el aposento, y que don Quijote decía a voces:—¡Tente, ladrón, malandrín, follón; que aquí te tengo, y no te ha de valer tu cimitarra!Y parecía que daba grandes cuchilladas por las paredes. Y dijo Sancho:—No tienen que pararse a escuchar, sino entren a despartir la pelea, o a ayudar a mi amo; aunque ya no será menester, porque, sin duda alguna, el gigante ya está muerto, y dando cuenta a Dios de su pasada y mala vida; que yo vi correr la sangre por el suelo, y la cabeza cortada y caída a un lado, que es tamaña como un gran cuero de vino.—Que me maten— dijo a esta sazón el ventero— si dijo don Quijote, o don diablo, no ha dado alguna cuchillada en alguno de los cueros de vino tinto que a su cabecera estaban llenos, y el vino derramado debe de ser lo que parece sangre a este buen hombre.Y con esto, entró en el aposento, y todos tras él, y hallaron a don Quijote en el más extraño traje del mundo. Estaba en camisa, a cual no era nada cumplida, que por delante le acabase de cubrir los muslos, y por detrás tenía seis dedos menos; las piernas eran muy largas y flacas, llenas de vello y no nada limpias; tenía en la cabeza un bonetillo colorado, grasiento, que era del ventero. En el brazo izquierdo tenía revuelta la manta de la cama, con quien tenía ojeriza Sancho, y él se sabía bien el porqué, y en la derecha, desenvainada la espada, con la cual daba cuchilladas a todas partes, diciendo palabras como si verdaderamente estuviera peleando con algún gigante. Y es lo bueno que no tenía los ojos abiertos, porque estaba durmiendo y soñando que estaba en batalla con el gigante; que fue tan intensa la imaginación de la aventura que iba a fenecer, que le hizo soñar que ya había llegado al reino de Micomicón, y que ya estaba en la pelea con su enemigo. Y había dado tantas cuchilladas en los cueros, creyendo que las daba en el gigante, que todo el aposento estaba lleno de vino.

CAPÍTULO 35