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36 CUADERNOS DE PEDAGOGÍA. Nº352 MONOGRÁFICO } Nº IDENTIFICADOR: 352.007 Navegar con timón crítico En Internet está todo lo que es capaz de producir el ser humano, sin censura, límites ni fronteras: ésta es su grandeza pero también su flaqueza. El autor apunta algunos criterios para aprender a manejar datos en esta inmensa biblioteca electrónica y evaluar con criticidad el material encontrado. JAVIER OLIVARES DANIEL CASSANY Universitat Pompeu Fabra Correo-e: [email protected] C ada día menos chicos pisan una biblioteca de ladrillo y papel. To- do –o mucho de lo que les inte- resa– está en Internet y sin duda resulta más cómodo teclear una palabra y hacer clic en Google, Altavista o cualquier otro motor de búsqueda. Al instante conse- guimos decenas o centenares de supues- tas respuestas a lo que nos inquieta. María busca anorexia porque se ve gor- da ante el espejo y escuchó esta palabro- ta, que no entiende; Juan comparte los sábados con cabezas rapadas y busca raza; Vanesa, que ha probado algunos porros, teclea marihuana; Pedro, que se encierra en su habitación porque sus co- legas le acosan en la escuela y tiene ver- güenza de contarlo, busca suicidio.

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Navegar con timón críticoEn Internet está todo lo que es capaz de producir el ser humano, sin censura, límites ni fronteras: ésta es su

grandeza pero también su flaqueza. El autor apunta algunos criterios para aprender a manejar datos en esta

inmensa biblioteca electrónica y evaluar con criticidad el material encontrado.

JAVIER OLIVARES

DANIEL CASSANY

Universitat Pompeu Fabra

Correo-e: [email protected]

36 CUADERNOS DE PEDAGOGÍA. Nº352 MONOGRÁFICO } Nº

C ada día menos chicos pisan unabiblioteca de ladrillo y papel. To-do –o mucho de lo que les inte-

resa– está en Internet y sin duda resultamás cómodo teclear una palabra y hacerclic en Google, Altavista o cualquier otromotor de búsqueda. Al instante conse-guimos decenas o centenares de supues-tas respuestas a lo que nos inquieta.

IDENTIFICADOR: 352.007

María busca anorexia porque se ve gor-da ante el espejo y escuchó esta palabro-ta, que no entiende; Juan comparte lossábados con cabezas rapadas y buscaraza; Vanesa, que ha probado algunosporros, teclea marihuana; Pedro, que seencierra en su habitación porque sus co-legas le acosan en la escuela y tiene ver-güenza de contarlo, busca suicidio.

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monog r á f i c o

El problema

Pero... ¿es fiable? María, Juan, Vanesay Pedro, ¿encontrarán una respuesta ade-cuada a sus intereses en Internet? ¿Laencontrarían en una biblioteca tradicio-nal? Una biblioteca pública de ladrilloreúne sólo libros seleccionados por sucalidad: sus bibliotecarios los eligen en-tre la oferta inagotable de títulos, quetambién han superado varios controles:el editor, el corrector, el impresor y lasleyes de cada país, etc. En una bibliote-ca no hay documentos que inciten a losadolescentes a dejar de comer, ni forosracistas, ni instrucciones para prepararseun porro, ni reflexiones personales sobreel suicidio como opción... –ni publicidadde armamento, artículos que consideranal sida como un castigo divino, etc.–. EnInternet, sí. En Internet está todo lo quesomos capaces de producir los humanos,sin censura ni límites ni fronteras políti-cas: lo bueno y lo malo, las investigacio-nes de Science o Nature al lado de losdiscursos de charlatanes y datos dudo-sos u obsoletos y mentiras; webs hones-tas junto con panfletos políticos, forosingenuos junto con propaganda, porno-grafía o virus. En Internet, la basura yel fango esconden las perlas que todosbuscamos.

Ésta es la grandeza y la flaqueza de lared. Con pocos recursos y tiempo, cons-truyes una web con tus ideas y la cuelgasen la red para los 800 millones de perso-nas de todo el mundo que están conec-tadas. Nunca antes tuvimos tanto poder:obtener tanta repercusión, llegar tan le-jos, influir en tantas personas, con tanpoco esfuerzo. Es extraordinario. ¡Viva lalibertad de expresión! ¡Viva la democra-cia! ¡Viva Internet! Pero... ¡ojo! Del mis-

mo modo que accedemos a 800 millo-nes de lectores, 800 millones de autorestienen el poder de dirigirse a nosotros,de hablarnos de sus cosas, de persua-dirnos de su verdad. Por la pantalla denuestros ordenadores se asoman así 800millones de voces y puntos de vista dis-puestos a convencernos. Y éste es elproblema.

¿Distinguirá María entre una web mé-dica sobre anorexia y otra de una pandi-lla de amigas?; ¿es consciente Juan deque está adoptando ideas racistas y dis-criminatorias?; ¿conseguirá Vanesa datosfiables sobre la ingestión de drogas?; ¿sedará cuenta Pedro de su problema visi-tando foros o blogs sobre suicidio? Pa-rece dudoso. No hacen faltan muchashoras de navegación para descubrir quees difícil distinguir el grano de la paja:identificar las webs engañosas, los forosfraudulentos o las identidades falsas;adivinar la ideología del autor o evaluarla fiabilidad de un dato. Pero, si no so-mos capaces de hacerlo, ¿cómo vamos apoder usar libremente y con madurez In-ternet? ¿Cómo vamos a poder sobrevivirsi somos manipulados por las webs, losforos y la publicidad que llegan a nues-tra pantalla? Y nuestros hijos y alumnos...¿cómo van a poder comprender y elegiren libertad? En la red todavía es más im-portante poder leer con sentido crítico.

Algunas investigaciones

Denominamos literacidad informativa(informational literacy) a esta capacidadde buscar, encontrar, evaluar y manejardatos en una biblioteca electrónica tandescomunal como Internet. Sin dudase trata de una de las habilidades más

transcendentales que requiere la nuevasociedad de la información, y equiposinterdisciplinarios de documentalistas,lingüistas, educadores y psicólogos hanempezado a investigar al respecto. Mecentraré sólo en la evaluación de docu-mentos.

Destacan en primer lugar los trabajosdirigidos por el psicólogo B.J. Fogg so-bre la credibilidad de las webs (www.webcredibility.org), que aspiran a descubrirlos criterios que utiliza el internauta paravisitar un sitio y no otro. Este autor asumeque la credibilidad consta de dos ele-mentos: la fiabilidad (si una web tienebuenas intenciones, si es cierta) y la com-petencia (si está bien documentada, siestá experimentada). En el año 2002,Fogg y otros autores preguntaron a 1.481internautas experimentados qué criteriostenían en cuenta para valorar si un sitioera creíble o no. Los resultados obteni-dos pueden consultarse en el cuadro 1.

En otra ambiciosa investigación, en el2003, Fogg con otro equipo pidió a 2.500participantes que visitaran varios paresde webs auténticas y que valoraran sucredibilidad. Los resultados mostraronque lo que llama primero la atención delinternauta es el diseño. Un 46% de losencuestados basó su juicio sobre la cre-dibilidad en aspectos como el formato,la tipografía, el tamaño de la letra, loscolores de la web, etc. Fogg concluyeque se deben “incrementar los esfuerzospara educar a los consumidores en línea,de modo que puedan evaluar las websque visitan con más cuidado. Así podrántomar decisiones más educadas, que noafecten negativamente a su bolsillo o asu salud”.

En el 2005, Deborah Fallows (http://www.pewinternet.org) entrevistó por te-

FFaavvoorreeccee llaa ccrreeddiibbiilliiddaadd DDiissmmiinnuuyyee llaa ccrreeddiibbiilliiddaadd

- No distinguir los anuncios del contenido o dejar que se abrannuevas ventanas con publicidad (pop up).

- No actualizarse.

- Tener enlaces que no funcionan o que conducen a webs sincredibilidad.

- Ser de difícil navegación.

- Contener errores tipográficos.

- No estar disponible en alguna ocasión o requerir muchotiempo para bajarse.

- No corresponderse el nombre del dominio (dirección en la red)con el nombre del autor u organización de la web.

- Requerir una suscripción de pago.

- Ser la web de una organización conocida o recomendada porlos medios de comunicación.

- Responder con rapidez a las peticiones, ofrecer la dirección, elteléfono y el email de la institución.

- Actualizar con frecuencia los contenidos.

- Especificar a los autores de las citas y los contenidos.

- Tener enlace con una web conocida.

- Tener un diseño profesional, una estructura coherente einformación comprensiva.

- Aclarar la política de uso, confirmar las gestiones realizadas,permitir hacer búsquedas con palabras.

- Ofrecer vínculos a otras webs.

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léfono a 2.200 usuarios habituales de losmotores de búsqueda y halló que el 92%se siente “confiado” y el 52% “muy con-fiado” con sus habilidades de búsque-da. El 17% afirma conseguir todo lo quebusca y el 87%, la mayoría de las veces.Además, el 68% considera que estos bus-cadores son honestos y objetivos, contraun 19% que disiente. Pero las entrevistastambién muestran que los usuarios másexperimentados son los más escépticos:cuanta más experiencia se tiene, surgemás desconfianza sobre el sistema y losresultados de una búsqueda.

No obstante, los datos más sorpren-dentes corresponden a la distinción en-tre resultados patrocinados o no. Patro-cinados se refiere a las instituciones yempresas que pagan para que sus webspublicitarias aparezcan en las primerasposiciones de resultados de las búsque-das con determinadas palabras clave; enel caso de existir este tipo de arreglo co-mercial para un determinado ámbito (ypalabra clave), el motor de búsquedaofrece dos listas: una a la izquierda, quees “libre” o no patrocinada y que notiene título, y otra a la derecha, con losresultados patrocinados y con un títulomás o menos claro de “Resultados pa-trocinados”, “esponsorizados” o algo así.Pues bien, según la encuesta, sólo un38% de los entrevistados conoce la dife-rencia entre resultados patrocinados ono, y sólo un 18% reconoce que sabedistinguir siempre entre estos dos tiposde resultados, aunque un 45% sostieneque dejaría de usarlos si supiera que noofrecen resultados claros al respecto. ¡Me-nuda paradoja!

En definitiva, estos primeros datosmuestran que el lector electrónico des-conoce muchos aspectos relevantes dela práctica discursiva –y lectora– electró-nica (cómo funcionan los motores, cómose organiza un sitio, etc.), y que se dejaarrastrar por las impresiones superficia-les, como el diseño, la letra o los colores.Sin duda es necesaria más formación ymadurez para poder navegar con inde-pendencia y racionalidad.

Pistas para buscar con criterio

El documentalismo nos ofrece algunaspistas para navegar con más criterio porla red y para evaluar con criticidad elmaterial que encontramos. Prescindiré de

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las diferentes opciones de búsqueda (bá-sica o avanzada, con comillas, seleccio-nando formato, tamaño, actualidad, etc.)que aclaran todos los motores y me refe-riré sólo a la evaluación de documentoscon algunas sugerencias.

Analizar la dirección o el dominio dela red (URL)

La estructura de la dirección electróni-ca aporta datos relevantes sobre la ubi-cación de la web. La parte final indica elpaís donde se ubica. Por ejemplo .de co-rresponde a Alemania, .cr a Costa Rica,.ph a Filipinas, .mx a México o .uy a Uru-guay. También, .com identifica a las webscomerciales, .edu a las educativas, .org alas organizaciones sin ánimo de lucro y.gv a los gobiernos públicos. En www.alldomains.com se ofrece un índice com-pleto de dominios. Además, las otras ex-tensiones de la dirección informan tam-bién de la organización o del autor. Así,en mi web personal (www.upf.es/dtf/personal/danielcass/), upf corresponde a Uni-versitat Pompeu Fabra, dtf a Departa-ment de Traducció i Filologia, y personala webs de docentes. Pero también exis-ten programas que permiten ocultar unadirección o internautas que eligen ubicarsu sitio en dominios opacos o especialespara no dar pistas.

Descubrir los parámetros de la webResponder a las preguntas básicas

(¿quién?, ¿qué?, ¿por qué?, ¿dónde?,¿cuándo?, etc.) ofrece pistas para valo-rar el documento:

- Autoría: ¿quién elaboró la web?, ¿unindividuo?, ¿una institución? Incluso cabepreguntarse si una web o un foro dejanbien claro quién es su autor o propietarioo, al contrario, si lo esconden. Además,¿qué credibilidad tiene este autor o ins-titución?, ¿son conocidos?, ¿dónde estásu domicilio o sede?, ¿hay dirección, te-léfonos, email en la web o el foro? Estosdatos suelen aparecer en enlaces como“Créditos”, “Quiénes somos”, “Noso-tros”. En caso de que nos comunique-mos con el sitio, ¿responde a los emailscon rapidez?, ¿lo hace adecuadamente?

- Propósito y contenido: ¿qué parecepretender la web?; ¿hace alguna decla-ración explícita al respecto?; ¿qué datosaporta?, ¿son suficientes?, ¿son coheren-tes con el perfil del autor? Por ejemplo,una web de ecología tiene como autor auna ONG ecológica o a un biólogo; una

web sobre animales tiene como autor auna asociación, a una tienda de animaleso a un simple ciudadano. ¿Los datos quese aportan son fiables? Se especificanfuentes, ¿qué fiabilidad tienen?, ¿en quéformato se aportan?, ¿qué nivel de segu-ridad tienen?

- Destinatario: ¿a quién se dirige?, ¿seexplicita en la web?, ¿qué conocimientoso intereses se presuponen?

- Fecha: ¿cuándo se elaboró?, ¿se ac-tualiza frecuentemente?

- Navegación y usabilidad: ¿hay índice?,¿es manejable?, ¿son claros los enlaces?,¿la organización de los datos?, ¿cada pá-gina tiene título y sitúa al internauta?, ¿sepueden hacer búsquedas por palabras?,¿se descarga con facilidad?

En general, los materiales que aclaranquién los elaboró, cómo, para quién y conqué finalidad son más creíbles. Tambiéndespiertan más confianza y fiabilidad loscontenidos sólidos, fundamentados y ac-tualizados frecuentemente.

Rastrear el discursoLas palabras electrónicas pueden ser

analizadas como las analógicas de un li-bro o un papel: ¿qué pretende el autor?,¿qué podemos adivinar de él o ella a tra-vés de su voz?, ¿es sexista, ecologista,conservador?, ¿español, americano, euro-peo?, ¿qué edad tiene? ¿Qué voces citao incluye y qué otras voces calla u ocul-ta? ¿Qué representación de los hechosmuestra? Etcétera.

Analizar el contenido Los datos que aporta el documento

permiten valorar su fiabilidad, actualidado interés: ¿son de primera mano?, ¿se re-producen de otro medio? En este últimocaso, ¿de qué medio se trata: periódico,boletín, revista?, ¿qué credibilidad tiene?Además, podemos confrontar los datosaportados con otras fuentes: ¿qué dife-rencias presentan los datos?, ¿coincideno no?, ¿a qué se pueden deber las dife-rencias?, etc. Consideraciones de este ti-po permiten valorar mejor la tendencia ola orientación que adopta una web.

Observar el número de vínculos conotras webs

El número de enlaces que conducen auna web es uno de los indicadores queutiliza el documentalismo para evaluarrecursos. Basta con investigar el númerode resultados que obtiene la web en

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cuestión con un buscador cualquiera, an-teponiendo la palabra link: a la propia di-rección (por ejemplo buscando link: www.upf.edu para explorar los enlaces queconducen a la web de mi universidad).Los técnicos sugieren que la web conmás enlaces suele tener más interés quela que tienen menos –aunque podamosaducir excepciones y dudas razonables.

Acceder al contador de visitasLa web que permite acceder a su con-

tador de visitas no sólo nos informa decuántos y quiénes (por la extensión finalde su dirección) consultan el sitio, sinoque muestra una voluntad de transpa-rencia relevante. Los lectores de un escri-to –o los visitadores de una web– ofre-cen datos sobre la recepción y el usoque tiene la misma.

Indagar sobre las redes a las quepertenece un sitio

Algunas webs están asociadas entre síy forman redes y gremios: una red de

JAVIER OLIVARES

profesores de lengua extranjera, una aso-ciación de coleccionistas de sellos, deafectados por el HIV, etc. El hecho deque un documento pertenezca a una redconocida ofrece garantías de fiabilidad:si conocemos la red u otros miembrosde la misma –y tenemos una buena opi-nión– es una garantía; si no la conoce-mos, las conexiones con muchos otrossitios nos ofrecen mucho material paraevaluar y, en consecuencia, más datospara poder valorar con más fundamentoel sitio que nos interesa.

Valorar los posibles premios o distinciones

Algunas webs incluyen información so-bre los reconocimientos, distinciones opremios recibidos. Por ejemplo, una webde ayuda al estudiante puede haber reci-bido algún reconocimiento de asociacio-nes universitarias; una web de divulgacióncientífica puede haber ganado algún pre-mio de periodismo. Es un indicador de ca-lidad... pero debe prestarse atención al

tipo de premio, a la institución que lo con-cede y a los criterios con que se otorga.

Algunas reflexiones

Para varios autores la confianza innatay acrítica que muchos lectores tienen enInternet es una herencia de la época dela imprenta. Transferimos a las webs, losblogs y los foros la credibilidad que otor-gábamos al libro, al artículo de una revis-ta o a la noticia de un periódico, sin per-catarnos de que en la red no hay controlde ningún tipo. Pero esta opinión presu-pone que los libros, los artículos y losperiódicos y los otros discursos en papelcarecen de ideología: que nunca estánsesgados, que siempre son empíricos,objetivos, ubicuos, representantes de to-das las realidades, comunidades, perso-nas, etc., lo cual es falso e ingenuo. Cual-quier discurso está situado en un contextogeográfico e histórico y adopta forzosa-mente un punto de vista. De manera queresulta imprescindible leer siempre conperspectiva crítica. Lo que hace Internetes incrementar esta necesidad, al multi-plicar la posibilidad que tenemos de ac-ceder a más discursos de diferentes yocultos contextos. Quizá en la red exis-tan más discursos con menos rigor o com-promiso que en una biblioteca de ladri-llo, pero tanto los textos impresos comolos virtuales están situados y tienen auto-res de carne y hueso que pretenden con-vencernos de cualquier cosa.

Otra consecuencia de la migración dela lectura hacia la red es que leer ya noconsiste sólo en comprender un discur-so. Puesto que tantos millones de docu-mentos concurren en nuestra pantalla ypuesto que los buscadores ofrecen tan-tos resultados –patrocionados o no–, leertambién requiere poder encontrar el dis-curso que nos interesa en el océano en-fangado de Internet: poder descubrir laperla oculta entre la basura... Leer en lared es más complicado que en una bi-blioteca de ladrillo, donde bastaba conconocer el sistema de clasificación –ocon preguntar al encargado–. Ahora nohay encargado... Tienes que meterte túen la red, navegar sin naufragar, buscar,encontrar y ser capaz de evaluar... ¡No esnada fácil! Como dice un colega docu-mentalista, para encontrar una perla ¡tie-nes que ser tú una perla! Pues vayamosa formar perlas en el centro escolar.

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