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r r t i ;l ^ - Labradora gallega Co^ne^nzaremos con el ryaticevo aa-co una serie de ar- tículos sobre ^` F. nibelleci^mien- to de la vida ru- ral". Los medios de conte^ner la des- población del carnpo y aun de iniciar la vicelta a la tierra son au- rnentar los atr¢c- tivos y corregir los defectos de la Uida carnpesina. r1 eso tie^^nde,n los t^rabajos que se ^ublicarán en sucesivas "Hoj¢s ^ divatilgador¢s" ; trabajos basados en a^untes toni¢,dos del n¢tural por el ingeniero aqró no Leoj^oldo Flernández Ro- /s^^`^R^ ^^ ^^^i\ bredo. kC^ l,. ^^ ^ . ^.... .^ Estas «hojaa^ se remiten gratis a quien las pide al .Servicio de Publicaciones Agrícolas de la Dirección General de Agricultura ^ IYIINISTERIO DE AORICULTURA ^ DIRECCION GENERAL DE AGRICULTURA nnimun imi ^mu mmuuwinumuwuuminuui imui iwui imuia imu; ma ii ii ii w ii iwui ii iinnuuinuui innumninuunnminuuuini ii iinnninuumuinuuintminunununnnuuuwwwnnmuuv HOJAS DIVULCADORAS AÑO XXX .^. r _ ENERO 19i36 ^ ,.... w + + r + + f e Embelleeimiento de la vida rura por las labradoras Por L. H. RoBxEDO. Ingeniero Agrónomo

nnimun imi ^mu mmuuwinumuwuuminuui imui iwui imuia imu; …En el campo, la mujer tras del marido, va echando la semilla en el surco que él abre con el arado ; en el establo, solamente

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r rt i ;l ^ -

Labradora gallega

Co^ne^nzaremos

con el ryaticevo aa-co

una serie de ar-

tículos sobre

^` F. nibelleci^mien-

to de la vida ru-

ral".

Los medios de

conte^ner la des-

población del

carnpo y aun de

iniciar la vicelta a

la tierra son au-

rnentar los atr¢c-

tivos y corregir

los defectos de la

Uida carnpesina.

r1 eso tie^^nde,n

los t^rabajos que

se ^ublicarán en

sucesivas "Hoj¢s^ divatilgador¢s" ; trabajos basados en a^untes toni¢,dos del n¢tural

por el ingeniero aqró no Leoj^oldo Flernández Ro-/s^^`^R^^^ ^^^i\ bredo. kC^ l,. ^^^

. ^.... .^

Estas «hojaa^ se remiten gratis a quien las pide al .Servicio dePublicaciones Agrícolas de la Dirección General de Agricultura

^ IYIINISTERIO DE AORICULTURA^ DIRECCION GENERAL DE AGRICULTURA

nnimun imi ^mu mmuuwinumuwuuminuui imui iwui imuia imu; ma ii ii ii w ii iwui ii iinnuuinuui innumninuunnminuuuini ii iinnninuumuinuuintminunununnnuuuwwwnnmuuv

HOJAS DIVULCADORASAÑO XXX

.^. r _

ENERO 19i36

^ ,....

w + + r + + f e

Embelleeimiento de la vida rurapor las labradoras

Por L. H. RoBxEDO.Ingeniero Agrónomo

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A I_AS MAESTRAS NACIONALES

A vosodras, y especiala^^zente a las depueblos raorales, vani dediradas estas lí-neas de esperanzo en v^uestra la,bor, enapariencia nzo^desta, e'n realidad de enor-nre t"rascende^ncia.

No te^nezrzos d^erecho a acusar de i^n-culta a la clase agrícola, si no cumpli-rrros el deber de e^nseñarle a meiora^r szsvida.

I^zage^nieros, arquitectos, médicos, vete-rirzarios, deben realizarr ttnn rede^ztoracaznpaña, imsbruyendo a voso,tras, maes-tras españolas, que, reflejando estas en-señan^^zas co^nstavzte y direeta^m^e^nte sobrela anasa agrícoGa fe^naenina, seréis así lasescudtoras que hrnn de mo^delar la futuralabrad o^ra.

LABRADORASESPAÑOLAS

Siempre que se habla de mejoras agrícolas o pecuarias enfocamossolamente las enseñanzas sobre el labrador.

iVos olvidamos de que si en todas las clas.es sociales de las urbes lainfluencia de la mujer es grande, en el campo lo es mayor, por la vidainás familiar, por la unión más constante del padre y de los hijos con lamadre.

En los núcleos urbanos, a los obreros les aleja de la esposa la fábri-ca o el taller. A veces ella es también obrera de otro centro industrial.Apenas hay hogar.

En el campo, la mujer tras del marido, va echando la semilla en elsurco que él abre con el arado ; en el establo, solamente están separadospor el cuerpo de la vaca, que ella ordeña y él sujeta; en la huerta, el hom-bre corona ía cabeza de su mujer con espléndida cesta de hortalizas que

él cultivó. 'En el campo, en la casa y en la huerta apenas se separan. Hay

hogar.Y ya sea en Galicia, en noches de invierno, reflejándose en la cara

de la aldeana las llamas del "lar" ( rl, jtmto al que se abrigan "o pai yos nenos" ; ya sea en Valencia, al caer la tarde, cuando a la puerta desu barraca se sienta la huertana ante el sol, que también se sienta en elhorizonte, cansado de dar todo su calor a la vega, es siempre la mujerla que oye la consulta, que ]a termina el marido, en Galicia, preguntan-

do :"^ Oue che parece ?", y en Valencia :"Que et pareix ?"... Se pide a la

mujer "o consello" o "el consell".

(i) Hogar, cocina.

_ j _

Y sabiendo quc es siempre ella ]a consejera, creemos conveniente ver

cómo vive su vida e intentar mejorar la cultura de la mujer del campo.Este método para el progreso del labrador parece de rodeo... ; pero

es el más directo, el más seguro.

C(^MO ES Y COMO VIVE LA LAPP.ADORA GALLEGA

Tipo de raz¢.-En todo el litoral los medios de comunicación han de-terminado cruzamientos desde muy antiguo ; pero penetrando en el in-

terior, en las montañas, se encuentra el tipo de caracteres bien defini-

cíos. Mujer más semejante a la irlandesa o la bretona qtte a las del cen-

tro, levante o sur de España, es la mujer de esta zona de la región 1a

auténticamente gallega que aun revela su remoto origen.

Sus ojos son grises, azules o amarillentos ; es decir, de tintes medios.A su rostro ovalado sirven de marco cabellos rttbios o castaño claro. Sucutis es blanco y fino, pues el sol de la región no lo maltrata, y la hume-dad constante del clima mantiene su frescura, como hace con ]as flores

de este país.Los tobillos y muñecas, gruesos, dan lugar a piernas y brazos poco

l'OlllcOS. SU cuerpo, sin las ondulaciones del tipo de Levante, es recio,

aplomado y de osamenta sólida y cuadrada.

Su mirada apagada y andar lento revelan su constitución linfática.Es fecunda en la familia y resistente en los trabajos.

Fs^iyitst.--Observadora y reflexiva, aunque algo supersticiosa por

stt origen celta. El temor a la burla, al humoris^,IO rural, tan extendido,la hace tímida en el exterior; pero es tan suave en la forma que no se

ve la energía de su fondo.Sagaz y afable en su trato, se explica que haya dado vida a tantos

expertos políticos.

La frecuencia de las ]luvias, asegurando el cultivo, y la de manan-tiales de agua, f.acilitando la vida en todas partes, detel-minan la dis^e-minación de población e imprime el carácter individualista, tan natural,en todos ]os que viven aislados.

Tiene tan desarroílado el espíritu de ahorro como el de sacrificio.

Arte.-1?n Levante y Mediodía, el Sol, pletórico de luz, descubre el

contraste de colores. Crea pintores.En Galicia, velado el Sol por nubes o nieblas, suaviza los tonos duros

del paisaje. Su trabajo es la armonía y su producto la aptitud de los hi-

jos del país para la música y el canto.Por eso es tan frecuente oír al atardecer a cualquier "rapaza", con

^

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afinada voz, elcvar desde el fondo del valle al cielo un melancólico "Ala-lá". Los suaves tonos }- la dulce mcdulación de su leng^uaje os hacen

Figura 2.'-Paisaje gallego.

creer al oír a las aldcanas gallegas que cuando hablan... cantan.En "ioliadas" (r) y"ruadas" la musa populartiene diversas manifes-

taciones de ironía, como las siguientes:

Dices que non teñes crus

para rezal-o-rosario;

cásate, miña neniña,

y terás crus y... calvario.

O río cando vai cheo

leva carballos e follas.

Tamén debía ]evare

as lengoas marmt:radoras.

Si veiies aquí por verme,

queridiño, Dios ch'o pague.

Si veñes por outras cousas

rasgas zapatos... en balde.

Pero donde sé refleja el sentimiento gallego y el amor a su tierra

es en este verso popular, que con tanta ternura cantan las personas au-

sentes:

(r) Reunión de gente en el campo con motivo de alguna festividad.

Airirios, airiŭos, aires,

airiños cla miña terra,

airiños, airiños, aires,

airiños, levaime a ela.

Feczandida^d.-En Castilla, tan poco favorecida por el clima, la se-

milla no germina muchas veces por falta de humedad, o mueren las tier-

nas plantitas por rigores del mal tiempo.

En Galicia cae una semilla aunque sea en la grieta de una peña don-

de con los restos vegetales hay un poquito de humus, pero mucha hu-

medad y suave temperatura..., y la semilla germina.

Todo tiende a]a fecundidad en este ambiente, que actúa lo mismo

sobre la semilla que sobre la mujer; y por eso la mujer gallega, semilla

de densos pueblos, se ve empujada por la santa fuerza de la maternidad

y no por el egoísta impulso del sensualismo, como lo prueba el no ser

apasionada. Es muy humana, y por eso cuida sus hijos con inmensa ter-

nura, cumpliendo en grado sumo el sacrificio de ser madre.

Inteligencia.-Siendo frecuente el caso de estar alejado por la emi-

gración el marido, la labradora, agotado su esfuerzo corporal por lasfaenas del día en el campo, comienza, sentada junto al fuego del "lar"

en la noche, otro ejercicio: el de su inteligencia.La venta de 1'a vaca en la próxin^a feria; el pago de la contribución,

que apremia ; el pleito del vecino que la amenaza ; el orden de trabaj os

para el día siguiente... Todo ello examina y resuelve la que se ve con-vertida, con toda resporisabilidad, en jefe de familia.

^^ así, en esta gimnástica, crece y agudiza su inteligencia, y por esose explica que renovándose ^las ciudades con esta savia rural, con esta

masa femenina tan inteligente y modelada en sucesivas generaciones por

la cultura de ]as urbes, surjan de aquella savia rural, y alguna vez de

la aristócrata, eminencias como las de Concepción Arenal, Rosalía de

Castro, Emilia Pardo Bazán, Sofía Casanova, Filomena Dato, María

Luz Morales y otras muchas, que colocan a Galicia en tan talta repre-

sentación intelectual de la mujer española.

Indaa^nentaria.-Así como el pintor, al terminar su sesión, limpia la

paleta con el cuchillo, y al pasar sobre ésta el paño mezcla los distintos

y vivos colores, quedando en toda la paleta un tono igual y gris, asítambién el comercio hoy día, llevando sus viajantes a los últimos rinco-

nes de las apartadas aldeas, va borrando con sus telas de colores indeci-

sos y uniformes los vivos y distintos colores de los antiguos trajes de las

regiones en la paleta, antes brillante, de ]a indumentaria española.Hay que penetrar en el interior de la región gallega, en las comar-

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cas montuosas alejadas de fáciles comunicaciones para encontrar la mu-

jer con gruesas mecíias de lana ;"refaixo" de bayeta o paño que da vuel-

ta al cuerpo de cintura abajo; "mantelo", o sea delantal de paño más o

n:enos fino, que ceñido a]a cintura cae sobre el refajo, y cuando es de

lujo tiene ancha faja de terciopelo negro, y a uno y otro lado de éste

agremanes del mismo color ;"dengue", especie de esclavina, general-

mente grana, adornada de terciopelo negro y con puntas o alas que, cru-

Figura 3.'-Indumentaria gallega.

zándose sobre el perho, se atan o abrochan detrás, en la cintura, sobreel talle ;"mantellina", que usada más por casadas que por solteras, es deraso o paño negro, con anchas cenefas aterciopeladas, con adornos enlas lujosas, y que sirve para cuhrir caheza y espalda. Todo esto es loexcepcional y propio de viejas y acomodadas mujeres.

Lo general hoy, y de uso diario, es cubrir ]a cabeza con gran pañue-lo de color grana o naranja, festoneado de guirnaldas de flores y anu-

dado en largo lazo sobre la frente, y calzar las zuecas de madera.

-^-

Pero en las poblaciones rurales de importancia los pies no aparecen

defendiclos contra la humeclací del suelo por las prácticas zuecas, a las

que sustituyen fr^igiles zapatos de tacón alto; a las medias de lana, tan

ronfortables dado el clima, las tenues medias de seda artificial; al cutisi rescu, el empapado cle polvus, y a las trenzas rubias, yue recordabau la

Alar;;arita de Fa^esto... el pelo cortado a la ga,yçone.

G"ivi^u-^/a.-llebemos tencr valor para descubrir las peores casas ru-

ralcs ; las que, sin constituir la generalidad, existen en ^ran número ; las

c^ue demandan con urgencia y por humanidad medios económicos del

]?stacío y de los propietarios para ser mejoradas.

1^1 verdadero cariño a una persoua no se dcmuestra aconsejándole

Fi^;ura 4.°-Casa de labrador pobre.

que cubra sus ]la^as para que no se vean, siuo facilitándole medios para

llamar al tnédico y que se las cure.

Para conocer a fondo la vida de los más humildes en la aldea galle-

^a hemos vivido un día y una noche en casa de un labrador pobre.

En la planta baja, de poco más de tres metros de fachada por otros

tantos de fondo, está el "lar", o sea el hogar donde se ha ĉe la veqetaria-

^ra comida y donde se hace la obscura vida ; tan obscura que apenas nos

veíamos unos a ^tros. L'sto se debe no sólo a la pequeñez de un solo ven-

tanuro, precisamente en un país en que escasea el sol, sino al humo que

llena el local, pues el hogar no tiene chimenea y se fucrza a escapar con

difirultacl al humo por entre las desvencijadas tejas. Consecuencia de

esto es que las paredes interiores estén ennegrecidas, cubiertas de hollín.

Al ver en e] espesor de tmo de los muros una especie de nichos de

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poca profundidad, nos dicen que es ^ donde duermen los "nenos"! Y enuna cuadra pequeñísima, en comunicación con el hogar, una vaca con-viviendo con la familia.

LTna estrecha escalera de madera conduce al piso, que no llamamossuperior porque es de ]o más in.feyioY que hemos visto en nuestra largavida (fig. 4.a). En este piso alto, pero cuya altura no os permite estar

de pie cerca de la pared, porque tropezando en el techo con la cabeza os

exponéis a hacer bailar las tejas, está la cama donde duermen los pa-dres. Y hay casucas que ni piso alto tienen.

Estas miserables casas deben desaparecer.

La generalidad cle la casa labradora tiene mayores dimensiones y

mejores condiciones. Están sólidamente construídas, de piedra granito

en provincias como Pontevedra, o de pizarra en otras, como en Lugo.

En la planta baja está el "lar" ; pero con amplia chimenea, que evita

el ennegrido de las paredes. Esta habitación, que es donde hace su vida

la famiIia, está en comunicación con el establo de las vacas por espacio-

sos huecos, que sirven para racionar a éstas. Y ello está en parte justifi-

cado, pues resulta una calefacción de la casa en un país muy frío en

invierno, como es todo el interior de Galicia.

La escalera que comunica con el piso alto es generalmente d.e made-

ra, justificada también por el clima y lo económica que es en país que

tanto abunda en robles, castaños y pinos. Este piso alto es el destinado

a dormitorio de la familia.

Anejo a la casa se encuentra el llamado "alpendre", cobertizo tan

necesario para resguardar de las frecuentísimas lluvias el carro, los ins-

trumentos de labor, la leña, etc.

Lo que es poco frecuente el retrete, y si se existe es muy deficiente.

Además, los forrajes en los pasillos, la pocilga contigua y las hortalizas,patatas o frutos y otros productos en los pisos, son medios adecuados

para desarrollo de gérmenes de infección y para aumentar la humedad

que ya el clima imprime a la casa.

En pueblos del ]itoral y en algunos de la montaña o interior adonde

]lega el dinero del "americano" las casas son mejores, con paredes ca-

leadas, techos altos, ventilación y poca humedad.

C^iadyo de sus ciclti^os.-L a frecuencia de las lluvias, abundancia de

manantiales y configuración del terreno hacen que la propiedad esté di-

vidida y diseminada. Galicia es ]a región de Esgaña que arroja ma}•or

densidad de población.

Aunque varía mucho la extensión de la pr^piedad, ésta cs de dos

-^-

a cuatro hectáreas en cl litoral y de cuatro a ocho cu el interior de ;<:.

montaña.

Tanto cn una como en otra, cada familia cultiva un pcqucño tro-r.o

tle huerta, predominando la col forrajera o arbórca. llispone también en

^ran níin^cro de casos de un pcyueño prado de regadío. Ya en ma}ror

e^tensi^ín, cultivan maíz, patatas, nabos y trigo en el litoral o centeno

cn la montaña. Y el llamado "alcacer", mezcla dc ri-igo y cebacía, o sólo

centeno, que cortan verde durante el invierno para alimento dcl ganado.

Tra$caios efa cl carraho. T^estina poco tiempo al arreglo de la casa,por estar dedicada principalmente a las faenas del cainpo, debido a]asausencias del marido o hijos mayores, que suelen emigrar. Pero en unou otro trabajo einplea todas las horas del día y parte de las de la noche..

Figura ^."-Aldeanas escardanclo.

E] abonado, la siembra, la escarda, la recolección en los cultivos anua-

les y la siega en el prado las ejecutan las mujeres ayudadas por los niños.

I,a henificación, acarreo y formaci^'>n de almiares y la labranza las^

realizan ]os hombres.

Los trabajos en la finca son constantes, pues no sólo afectan al cu]-

tivo, sino tambi^n al ganado, que cuidan muy especialmente.

:ldemás, cotno disponen cíe poco terreno, para sacarle utilidad, el

cultivo es intensivo, y la mujer está recargada de trabajo todo el año,

cxceptuando el invierno. No tienen horas fijas de trabajo. Subordinan

éste a laS circunstancias cíel momento y sólo emplean horas determina-

das para dar la hicrba del prado o el heno del almiar al ganado.

En cualquier hora del día oiréis e] chirricío de un carro, cu^•a yunta

- IO -

^conduce una muchacha, y que sale de la espesura del monte, donde el

padre cortó descomunal carga de tojo (fig. 5.a) (r) ; veréis moverse en-tre l^,s hojas de los maizales los rojos pañuelos con que cubren su cabe-

za la madre y alguna de las hijas, que escardan la plantación; sorpren-

deréis al rapaz de siete u ocho años sujetando con ramales un par devacas que pastan en el ribazo; veréis a la hija mayor con una carga enor-

me de hierba sobre su cabeza, subiendo lentamente por el empinado sen-

dero, que desde el prado del fondo se encarama hasta la casa. De lachimenea de ésta se desprende azulada columna de humo. Es que den-

tro aun hay una nena que aviva el fuego del hogar... Todos trabajan.Trabajos en el .qc^nado.-Ordeñan el ganado vacuno por la mañana

y por la tarde, llevando la leche a los acaparadores en puntos convenidos

de fácil comunicación con las poblaciones o sirviéndola directamente por

medio de la muchacha mayor, que va a la "vila" (a la ciudad) a distri-1,uirla entre los consumidores.

El ordeño lo hacen al mismo tietnpo que mama el ternero. En la

montaña dedican la leche que la familia no consume a la elaboración deinanteca por procedimientos primitivos, y principalmente a la de que-

sos, que van después a vender a las ferias que se celebran en las cer-canías.

Tienen un número variable de gallinas, según la importancia de laĥnca; pero oscilan de 6 a 20. Dejan en libertad a las gallinas durante eldía en el campo.

La mayor parte de las familias labradoras suelen tener una cerda

de cría. Algunas se dedican a engordar cerdos ; pero sólo en número deuno o dos.

La alimentación en que más se fijan es en la del ganado vacuno. Danuna ración de verde; de prados de regadío en verano y de prados de

secano, o sea el llamado alcacer, de que ya hemos hablado, en invierno.

Esta ración la dan por la mañana y por la noche en el establo. Duranteel invierno le suministran también hierba seca o heno de los almiares o

"medas", que construyen en agosto y septiembre, y los típicos nabos,

sobre todo en la montaña.

Durante el año alimentan con tnaíz, siendo tal el consumo, no sólopara el ganado, sino tainbién para el pan de borona de la familia, quz

la generalidad de las casas labradoras se queda sin el grano de su cose-•cha en el mes de marzo, teniendo que recurrir durante otros seis meses,

o sea hasta la siguiente cosecha, al maíz importado de América.

(t) Legumiuosa espinosa para cama del ganado o para alimentación de éste,después de triturada.

- II -

Durante el día, cl ganado vacuno o est^i suelto pastando cn pastizales

cercanos ("chouzas"j o los lleva a la cuerda uno de los hijos pequeños

^^or los taludes o bordes de tincas y caminos.

L"na o dos veces al mes acuden a las irecuentes ferias que sc cele-

l;ran cn sitios y fechas fijos, llcvando cl ganado vacuno de venta, y du-

rante ciertas épocas productos de la finca.

Cuando está el marido, éste es el quc llcva cl ganacío. Unos u otros

Figura G.°-Atdeana en ia feria echando sus cuentas.

pierden mucho tiempo a] año, dado lo numeroso de las ferias, donde eiqtte va invierte el cíía.

Frnrreilia.-)3s frecuente el número de seis hijos. Pero teniendo en

cuenta ]a intensa emigración a Am ĉrica, casi siempre faltan uno o dos

hijos mayores, y en ocasiones el padre.

Por esto es muy general que quede sola la madre al frente de la ex-plotacic^n agrícola con tres, cuatro o cinco hijos. La hija casada suelequedar en casa con el marido, para ayudar a]a madre.

Ciridados físicns a los ni^ios.-Cría la madre a los hijos con todo ca-

riño ; pero teniendo que compartir los cuidados de la lactancia con las

rudas faenas del campo.

T)csde muy pequeños andan solos por la finca, sin poder prodigarles

t^das las atenciones deseables. Desde los seis o siete años ya tienen cui-

dado de ]as vacas, mientras ĉstas pacen en los alredecíores de la finca o

Cal17mOS.

Salc^n fuertes los niños, más aún que por los cuidados, por la vida al

- I3 -

aire libre. La leche y el pan de borona (de maíz) son los alimentos deestos niños en sus pritneros años.

Educación moral, inte^lectual y religiosa.-Se reduce a mandar loshijos a la escuela mientras no sea época de trabajos, pues en algunos deéstos, como ]os de conducir la yunta de labranza, emplean a los niñosdesde los ocho o nueve años.

En cuanto pueden intervenir en todas las faenas agrícolas, ya dejan

de mandarles a la escuela. Hay casos dignos de elogio, como son los de

asistir asiduamente a ésta cuando se halla a gran distancia de la casa..9limentación de la fanaili.a.-I.a alimentación general es a base de

leche, pan de maíz (borona) y el llamado caldo gallego. Este se toma

a mediodía y por la noche y está constituído por hojas de nabo y de coles

(berzas), patatas y unto (manteca rancia de cerdo). El caldo gallego lo

hacen en un caldero, utilizando la leña del monte para la cocción. En

días de fiesta, las familias menos pobres comen pan de trigo, carne de

cerdo, gallinas, arroz con leche, vino y café. En los hombres se desarro-lla el uso de "caña" y otros alcoholes.

Co^nfecci6n y co^nservación de ropas. Arreglo de cuartos.-La con-

fección de las ropas las encomiendan a costureras del mismo pueblo, que,

provistas de su máquina de coser, acuden a las casas de los aldeanos.I.a conservación la realizan las mismas labradoras, que hacen durar

mucho tiempo la ropa y trajes de la familia a fuerza d.e parches y re-

miendos. Estos son numerosos, dado lo espinoso del trabajo y lo másespinoso del tojo, que tanto manipulan en el monte al cortarlo y aca-

rrearlo y en el establo al emplearlo como cama del ganado.

Los trajes y ropas buenas las usan solamente en los días de fiesta.

En el arreglo de cuartos o habitaciones no se esmeran mucho. Esto

se debe al exceso de trabajo que en el campo realiza la mujer por la

falta de hombres a causa de la emigración.

Gestión, administración y contabz<?idad.-Casi siempre es la madre

de familia la que lleva ]a gestión y hasta la iniciativa. Aunque no esté

ausente el marido, éste no resuelve nada en materia de intereses sin

consultar antes con su mujer.No llevan administración más que en el deseo de ahorrar todo lo

posible. Pero los ahorros casi siempre son exóticos, pues son los que

envía el marido o los hijos emigrados, y cuando tienen alguna impor-

tancia los dedica la mujer a comprar más terreno o ganado.

Contabilidad no llevan ninguna, fiando a la memoria (que por el

ejercicio para hacer cuentas es buena) lo poco que afecta a esta materia.Rezoninnes, re.?acio^nes sociales, cu.m^linaiento de deberes religiosos.-

- 13 -

Las reuniones púhlicas que más gente atraen son las de las romerías,

fiestas que se celebran generaltnente cerca de la iglesia, bajo la sombra

de "carballeiras" (robledales) o la de "fragas" (bosques) de castaños.

En carros o en el suelo, puestos fijos de bizcochos, rosquillas, dulces,

caramelos, empanadas. Botellas de "caña" y calderas de pulpo. Abun-

dancia de vino en panzudos toneles, que exgenden panzudos taberneros.

Vendedores ambulantes que os aturden. "Carteristas" que os atisban.Humo y ruido por todas partes.

Luego de la tnisa, sale la procesión, en la que la imagen de la santa

es seguida en algunos casos por devotas que van de rodillas cutnpliendouna promesa...

Después de comer suena la música, estailan los cohetes, ármase e]

corro del baile y los alegres compases de la "muiñeira" lo mueven todo :

tnueven las rapazas, los rapaces, los viejos y hasta algún puesto de ven-ta mal Ilamado "fijo".

En vísperas de elecciones hay reunión política o mitin, al que nodejan de asistir mujeres. Hay orador que, halagándoles, suele hablar-les más de sus derechos que de sus deberes. Y aunque procura demos-

trar el desinterés de su propaganda, algún viejo dice al oído del que

está a su lado: "Cando o fai, a súa conta lle ten" (r). Y esta afirmaciónes más general entre las mujeres, que, calladas, dicen lo mismo conlos ojos.

Se reúnen también con motivo de conferencias agrícolas o pecuarias

dadas por técnicos. A éstas acuden, tanto o más que los hombres, las

mujeres, aunque previamente desconfíen del conocimiento práctico delse^2orito que va a hablar.

Pero estas conferencias por el personal del Ministerio de Agricul-

tura llegaron a despertar interés entre aldeanos y aldeanas cuando se

daban con proyecciones cinematográficas de astmtos pertinentes ; se lesdejaban muestras de abonos, semillas y folletos de divulgación, y veían

fimcionar máquinas adecuadas. Esto es, cuando se les convencía más porel hecho que por la palabra. Prueba de ello es que al finalizar se acer-

cahan pidiendo datos o haciendo consultas con sincera atención.

Hay reuniones particulares, caseras, con motivo de hilar la lana.

Son las llamadas "fiadas". Se reúnen las mujeres en una casa con el fin

de hilar para la dueña de la misma. Recompensándoles solamente con

la cena, están contentas, y la alegría y el número de muchachas aumenta,no porque venga la gaita, sino porque tras de ésta acuden mozos para

"paliquear" y bailar concluída la tarea.

(t) Cuando lo hace, su cuenta le tiene.

- i4 -

Y aunque apenas se cultiva ya el lino, se reúnen también las mozas

en una casa para "tascar" el lino, o sea macerar éste para quitarle lasaristas y hacer después las "estrigas", o sean los envoltorios de linoque luego se ponen en la rueca.

Relaciones sociales sólo las tienen con los vecinos; pero con fre-

cuencia no son ainistosas, debido a originarse pleitos por aguas, des-líndes, servidumbres, retractos, rentas, etc., determinando rencillas y

callados odios (i). Los hombres pasan algún rato en tabernas o tiendasde abastos próximas.

El cumplimiento de deberes religiosos se limita a ir a misa los do-

mingos y algunas fiestas que se celebran en el año. Las mujeres suelen

ir a confesar, especialmente cuando hay misiones religiosa ŝ en las al-deas. I,os hombres no acostumbran a hacer estas prácticas.

I,ecturas ^^ recreos.-No dedican tiempo a leer por las muchas ocu-paciones que tienen. Son contadas las personas que leen algún periódico.

Las mujeres jóvenes acuden a los bailes que se celebran en algunas

casas o en salones públicos y, sobre todo, a las romerías, de las que yahemos hablado.

Eza qué [^uede hacer la madre economías.-Eeonomías de tiempo,casi ninguna, por los muchos trabajos que pesan sobre la madre de fa-

milia por las razones que ya antes hemos expuesto.

Economías de dinero, en muy excepcionales casos, por la venta de

ganado vacuno o de cerda. Cuando la consigue de alguna importanciaes cuando recibe los giros que, envueltos en carta llena de cari"no y de

recuerdos, envía el hijo o el marido desde América.

®

EL ABONADO DE LA HUERTAA fin de otoño y durante el invierno es cuando con.viene aplicar a los

cultivos hortícolas la inayor parte de los eleinentos que contribuyen a

mantener su fertilidad.

Juzgamos, pues, oportuno decir algunas palabras sobre ello y abordar,

sobre todo, una cuestión de carácter general. Para el abonado de la huer-ta, z conviene emplear exclusivamente el estiércol, o exclusivamente tam-

bién los abonos químicos ?Estiércol o abonos químicos.-Como siempre, podemos contestar co-

locándonos en un j usto medio. El estiércol es, sin duda alguna, más abso-

(i) Tienen más propensión c^ue en otras regiones a entablar pleitos.

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h^tamente indispensable en el cultivo hortícola que en el gran cultivo. Esr

en efecto, e] principal swninistrador de humus, de esa materia negra sirr

la cual no godrían obtenerse buenas legumbres.? Pero es necesario que este estiércol sea exclusivo' Indudablemente,

no. En ]os tiempos actuales, en los que el estiércol escasea. resulta de gran

interés complementarlo con una aplicación prudencial de abonos del co-

mercio. Los horticultores no se decidieron durante mucho tiempo a em-^

plear los abonos químicos, pero ahora se dan cuenta que los fracasos tan-

tas veces comprobacíos provenían, no cíe los mismos abonos, sino de su

mal empleo, de un abonacío mal equilibrado. Así, son muchísimos hoy

]os que emplean de manera amplia los abonos con excelentes resultados.

Podemos, pues, a ĥ rmar que en las condiciones actuales el abonado-

norma] de la huerta debe ser mixto, es cíecir, dejando un lugar impor-tante tanto al estiérrol como a los abonos químicos.

Plc^n ^de cultivo.-El abonaclo variará evidentemente según las plan-^

tas que se quieran cultivar. Ahora bien : como la mayor parte de los abo-

nos han de ser aplicados a lines cíe otoño o en invierno, sería lógico hacer

previamente un plan de cultivo y abonar de un modo diferente los dis-

tintos cuadrados, según las plantas que en ellos hayan cíe cultivarse.Pero esto no es siempre posible, pues el cultivo hortícola está some-

tido a las condiciones de] momento y no puede saberse en otoño lo que

será más ventajoso cultivar en primavera.

Sin embargo, puede cíividirse la huerta en parcelas, destinando una.

al cultivo de las legumbres foliáceas, otra a las legumbres raíccs o tu-

bérculos y la tercera a las legumbres f rutos y a las leguminosas.

Así dividida en grandes categorías, es muy fácil aplicar a cada ca-

tegoría el mejor abonado.El abrnnado.--Como para las legumbres foliáceas ]os mejores abo-

nos son los frescos, se reservará para su parcela ]a mayor parte del es-

tiércol' de que se disponga. Para la parcela destinada a raíces y tubércu-

los se empleará un poco de estiércol bien descompuesto, o mejor toda-

vía mantillo, residuos cribados, etc.

Además, se completará el abonado con cuatro a cinco kilogramos de

superfosfatos o de escorias, dos de cloruro de potasio, dos cíe sulfato

de amoníaco o de cianamida por área.

En cuanto a]a parcela destinada a las legumbres frutos bastará em-plear en ella los abonos químicos (en las dosis anteriormente indicadas).

Las leguminosas (guisantes, habichuelas, etc.), como tienen la propiedad

de fijar el nitrógeno del aire, bastará para ellas reducir a]a mitad las

dosis de los abonos nitrogenados.

Fecha de arlicación a'e los abo^^ros.-Para su máximum de efecto, los

abonos deberán aplicarse con bastante anticipación. El estiércol, los abo-

nos orgánicos, el sulfato de amoníaco, la cianamida, los abonos potá-

sicos y los fosfatados se enterrarán en otoño o durante el invierno. Se

reservarán los abonos nítricos y los amonitratos para la primavera.

Hagamos notar lo ventajoso en los cultivos hortícolas del empleo de

los abonos mixtos como la nitropotasa y de los amonitratos, que aportan

dos formas de nitrógeno. Por último, la cianamida, además de su apor-

tación de cal, ejerce también una acción herbicida y desinfectante muyútil. Su papel ha sido f recuentemente puesto en evidencia en la lucha

contra la hernia de la col.Co^nclassión.-Cultivar con método, con orden y saber prever y abo-

nar debidamente es en el cultivo 'rlortícola, como en el gran cultivo, elsecreto de las hermosas ĉosechas, de ]a baja de los precios de coste y

de los mejores beneficios.

DEFENDER LOS FRUTALESEl melocotonero, por dar uua de las frutas más exquisitas, es cl

f.rtttal con más violencia atacado por plagas distintas. Una de las máspeligrosas invasiones es el pulgón, negro y verde. Se combaten eficaz-

mente rociando los árboles con ]as fórlnulas preparadas con extracto

Yie tabaco al r,5- y 2 por ioo. 2 por ioo d^e jabón, por roo litros deagua.

En vez de extracto de jabón puede emplearse el de leña de cuasia.La distribución de .estos insecticidas se efectúa con los aparatos de sul-fatar, debiendo repetirse varias veces los tratamientos, procurando que-

den tnuy Inojadas las hojas y brotes cubiertos de pulgones.

Tan pronto éstos aparezcan deben empezarse los tratamientos, puesde la premura en ejecutarlos depende en gran parte la eficacia de los

mismos.Las infusiones de leña de cuasia se preparan como sigue:

Se toman tres 1<ilos de cuasia, reduciéndala a pequeños fragmentoshaciéndolos macerar durante cuarenta y ocho horas en ioo litros de

agua, o bien, para ganar tiempo, se hacen h.ervir durante dos horas en50 litros de agua. Luego se añade ésta hasta completar los roo litros.

Los tratatnientos conviene repetirlos cada siéte u ocho días, hasta

que hayan desaparecido los pulgones.

GRÁPICAS LIGUINA.-MELENDEZ VALDÉS, ], 1\ZADRID