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Nº 356 septiembre-diciembre 2011

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  • N 356 SEPTIEMBRE-DICIEMBRE 2011

  • MINISTERIO DE EDUCACINSECRETARA DE ESTADO DE EDUCACIN Y FORMACIN PROFESIONAL

    Instituto de EvaluacinSan Fernando del Jarama, 1428002 MadridTelfono: +34 91 745 92 00 Fax: +34 91 745 92 [email protected]

    Edita: SECRETARA GENERAL TCNICASubdireccin General de Documentacin y Publicaciones

    Catlogo de publicaciones del Ministerio: educacion.es

    Suscripciones y venta: [email protected]

    Catlogo general de publicaciones oficiales: publicacionesoficiales.boe.es

    Edicin completa enwww.revistaeducacion.educacion.es

    Fecha de edicin: 2011NIPO papel: 820-11-005-0 NIPO en lnea: 820-11-004-5ISSN papel: 0034-8082ISSN en lnea: 0034-592-XDepsito Legal: M.57/1958

    Diseo de la portada: Dinarte S. L. Ilustracin: jsiemensMaqueta e imprime: Estilo Estugraf Impresores, S. LPol. Ind. Los Huertecillos, nave 13- 28350 CIEMPOZUELOS (Madrid)[email protected]

    N 356 septiembre-diciembre 2011 Revista cuatrimestralFecha de inicio: 1952

  • CONSEJO DE DIRECCIN/MANAGING BOARD

    PRESIDENTE/CHAIRMario Bedera Bravo

    Secretario de Estado de Educacin y Formacin Profesional

    VOCALES/MEMBERSRosa Pealver Prez

    Directora General de Evaluacin y Cooperacin Territorial

    Miguel Soler GraciaDirector General de Formacin Profesional

    Juan Jos Moreno NavarroDirector General de Poltica Universitaria

    Jos Canal MuozSecretario General Tcnico

    Sagrario Avezuela SnchezDirectora del Instituto de Evaluacin

    Amparo Barbolla GrandaSubdirectora General de Documentacin y Publicaciones

    Eduardo Coba ArangoDirector del Instituto de Formacin del Profesorado, Investigacin e

    Innovacin Educativa

    CONSEJO EDITORIAL/EDITORIAL BOARD

    DIRECTORA/CHAIRSagrario Avezuela Snchez

    EDITORA JEFE/EDITOR IN CHIEFConsuelo Vlaz de Medrano Ureta

    EDITORES ASOCIADOS/ASSOCIATED EDITORSJuan Manuel Escudero (Universidad de Murcia); Mariano Fernndez

    Enguita (Universidad Complutense de Madrid); Juan Manuel Moreno Olmedilla (Senior Education Specialist. Banco Mundial); Carlos Marcelo

    (Universidad de Sevilla); Sebastin Rodrguez Espinar (Universidad Autnoma de Barcelona); Juan Carlos Tedesco (UNESCO); Alejandro

    Tiana Ferrer (Universidad Nacional de Educacin a Distancia).

    REDACCIN/ASSISTANT EDITORS/MANUSCRIPTSJefe de Redaccin: M Jess Prez Zorrilla

    Equipo de RedaccinBeatriz Gonzlez Dorrego (Coordinadora Equipo de Redaccin)Mercedes Daz ArandaPaloma Gonzlez Chasco / Pgina webCristina Jimnez Noblejas / Pgina webSara Campos MirandaRosala Crespo EspnNuria Manzano Soto (apoyo al proceso editor)Gdula Pilar Garca Angulo (coordinadora del diseo de la portada)

    CONSEJO ASESOR/EDITORIAL ADVISORY BOARD Internacional

    Aaron Benavot (State University of New York (SUNY-Albany); Abdeljalil Akkari (Profesor de la Universidad de Ginebra, Suiza); Jorge Baxter (Organizacin de Estados Americanos); Mark Bray (Director, International Institute for Educational Planning. IIEP/UNESCO; Member of Advisory Board, Comparative Education Journal); Jos Joaqun Brunner (Universidad Diego Portales, Chile); Andy Hargreaves (Lynch School of Education. Boston College. Editor-in-Chief of the Journal of Educational Change); Seamus Hegarty (President, International Association for the Evaluation of Educational Achievement, IEA); Felipe Martnez Rizo (Director, Instituto Nacional para la Evaluacin de la Educacin, Mxico); Jaap Scheerens (University of Twente, Netherlands. INES Project, OCDE); Andreas Schleicher (Head of the Indicators and Analysis Division, Directory for Education, OCDE)

    Nacional

    Teresa Aguado (UNED); Margarita Bartolom (U. de Barcelona); Jess Beltrn Llera (U. Complutense); Antonio Bolvar (U. de Granada); Josefina Cambra (Colegios de Doctores y Licenciados); Anna Camps (U. Autnoma de Barcelona); Colectivo Io (Madrid); Csar Coll (U. de Barcelona); Agustn Dosil (U. de Santiago); Gerardo Echeita (U. Autnoma de Madrid); Jos Manuel Esteve (U. de Mlaga); Joaqun Gairn (U. Autnoma de Barcelona); M ngeles Galino (U. Complutense); J. L. Garca Garrido (UNED); Jos Luis Gaviria (U. Complutense); Daniel Gil (U. de Valencia); Jos Gimeno Sacristn (U. de Valencia); Fuensanta Hernndez Pina (U. de Murcia); Carmen Labrador (U. Complutense); Ramn L. Facal (IES Pontepedria, Santiago de Compostela. Revista Iber); Miguel Lpez Melero (U. de Mlaga); Elena Martn (U. Autnoma de Madrid); Miquel Martnez (U. de Barcelona); Rosario Martnez Arias (U. Complutense); Mario de Miguel (U. de Oviedo); Ins Miret (Neturity, Madrid); Gerardo Muoz (Inspeccin de Madrid); Gema Paniagua (E. Atencin Temprana, Legans); Emilio Pedrinaci (IES El Majuelo, Sevilla); Ramn Prez Juste (UNED); Gloria Prez Serrano (UNED); Ignacio Pozo (U. Autnoma de Madrid); M Dolores de Prada (Inspeccin); Joaquim Prats (U. de Barcelona); Manuel de Puelles (UNED); Toms Recio (U. de Cantabria); Luis Rico (U. de Granada); Enrique Roca Cobo (Ministerio de Educacin); Juana M Sancho (U. de Barcelona); Consuelo Uceda (Colegio La Navata, Madrid); Mercedes Vico (U. de Mlaga); Florencio Villarroya (IES Miguel Cataln, Zaragoza. Revista Suma); Antonio Viao (U. de Murcia)

  • 7

    La REVISTA DE EDUCACIN es una publicacin cientfica del Ministerio de Educacin

    espaol. Fundada en 1940, y con el ttulo de Revista de Educacin desde 1952, es un testigo

    privilegiado de la evolucin de la educacin en las ltimas dcadas, as como un reconocido

    medio de difusin de los avances en la investigacin y la innovacin educativas, tanto desde una

    perspectiva nacional como internacional. Actualmente est adscrita al Instituto de Evaluacin de

    la Direccin General de Evaluacin y Cooperacin Territorial y es editada por la Subdireccin

    General de Documentacin y Publicaciones.

    Cada ao se publican tres nmeros ordinarios y uno extraordinario dedicado a un tema de

    inters. Los nmeros ordinarios agrupan las colaboraciones en cuatro secciones: Monogrfica,

    Investigaciones y estudios, Informes y ensayos, y Experiencias educativas (innovacin),

    todas ellas sometidas a evaluacin externa. En el primer nmero del ao se incluyen, adems,

    un ndice bibliogrfico, un editorial que recoge las principales estadsticas del proceso de

    editor de ese perodo y los ndices de impacto, as como el listado de evaluadores externos.

    Desde 2006 la Revista se publica en doble formato, impreso y electrnico. La edicin impresa

    incluye los artculos de la seccin monogrfica en toda su extensin, los resmenes de los artculos

    del resto de las secciones en espaol e ingls y un ndice de los libros reseados y recibidos.

    Por su parte, la edicin electrnica incluye todos los artculos y recensiones completos, y es

    accesible a travs de la pgina web (www.revistaeducacion.educacion.es), en la que adems se

    incluye otra informacin de inters sobre la Revista. Los nmeros extraordinarios se publican

    ntegros en ambos formatos.

    Revista de Educacin evala, selecciona y publica trabajos enmarcados en lneas de investigacin

    consolidadas, principalmente sobre: metodologas de investigacin y evaluacin educativa;

    anlisis de sistemas educativos y polticas pblicas; evolucin e historia de los sistemas educativos

    contemporneos; reformas e innovaciones educativas; calidad y equidad en educacin; currculo;

    didctica; organizacin y direccin escolar; atencin a la diversidad y educacin inclusiva;

    orientacin educativa y tutora; seleccin, formacin y desarrollo profesional del profesorado;

    cooperacin internacional para el desarrollo de la educacin.

    Presentacin

    Revista de Educacin, 356. Septiembre-diciembre 2011

  • 8

    La Revista de Educacin aparece en los siguientes medios de documentacin bibliogrfica:

    Bases de datos nacionales: beg (gencat), isoc, psedisoc, psicodoc, dialnet, cedus (Centro de

    Documentacin Universitaria), resh (Revistas Espaolas de Ciencias Humanas y Humanas)

    y redined (Red de Bases de Datos de Informacin Educativa).

    Bases de datos internacionales: Social Sciences Citation Index (ssci), Social Scisearch,

    Journal Citation Reports/Social Sciences Edition, scopus (Elsevier b.v.), European Reference

    Index for the Humanities (erih), Ulrichs Periodicals Directory, latindex (Iberoamericana),

    pio (Periodical Index Online, Reino Unido), ipsa (International Political Science Abstracts),

    iresie (Mxico), icist (Canad), hedbib (Unesco-Higher Education Bibliography), swetsnet

    (Holanda).

    Catlogos nacionales: Consejo Superior de Investigaciones Cientficas (csic-isoc), Red de

    Bibliotecas Universitarias (rebiun), Centro de Investigacin y Documentacin Educativa

    (cide), Catlogo Colectivo de Publicaciones Peridicas en Bibliotecas Espaolas (Ministerio

    de Educacin).

    Catlogos internacionales: Online Computer Library Center (usa), Library of Congress (lc),

    The British Library Current Serials Received, Kings College London, University of London-

    ulrls, Colectif National Franais, Centro de Recursos Documentales e Informticos de la

    Organizacin de Estados Iberoamericanos (oei).

    La Revista no comparte necesariamente las opiniones

    y juicios expuestos en los trabajos firmados.

    Revista de Educacin, 356. Septiembre-diciembre 2011

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    Presentation

    REVISTA DE EDUCACIN is a scientific journal published by the Spanish Ministry

    of Education. Founded in 1940, and since 1952 called Revista de Educacin, it has

    been a privileged witness of the development of education in the last decades, and an

    acknowledged means for the dissemination of education research and innovation, both

    from a national and international perspectives. It is currently assigned to the Instituto

    de Evaluacin within the Direccin General de Evaluacin y Cooperacin Territorial and

    it is published by the Subdireccin General de Documentacin y Publicaciones of the

    Ministerio de Educacin.

    Four issues are published each year, three regular ones and one focused on an especial

    topic. Regular issues include four sections: Monograph, Research and Studies, Reports

    and Essays and Education Experiences (innovation), all of them submitted to referees. In

    the first issue of the year there is also an index of bibliography, a report with statistic

    information about the journal process of this period and the impact factors, as well as a

    list of our external advisors.

    Since 2006, Revista de Educacin is published in a double format, paper and electronic.

    The paper edition includes all the articles in the especial section, the abstracts of articles

    pertaining to the rest of sections, and an index of reviewed and received books. The

    electronic edition contains all articles and reviews of each issue, and it is available through

    this web page (www.revistaeducacion.educacion.es), where it is possible to find more

    interesting information about the journal. The focused-topic issues are published full-

    length in both formats.

    Revista de Educacin assesses, selects and publishes studies framed in wellestablished

    lines of research, mainly: methodologies of education investigation and assessment; analysis

    of education systems and public policies; evolution and history of contemporary education

    systems; education reforms and innovations; quality and equity in education; curriculum;

    didactics; school organization and management; attention to diversity and inclusive

    education; educational guidance and tutorship; teacher selection, training and professional

    development; international cooperation for the development of education.

    Revista de Educacin, 356. Septiembre-diciembre 2011

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    Revista de Educacin is available through the following data bases:

    National databases: beg (gencat), isoc, psedisoc, psicodoc, dialnet, cedus (Centro

    de Documentacin Universitaria), resh (Revistas Espaolas de Ciencias Sociales y

    Humanas) y redined (Red de Bases de Datos de Informacin Educativa).

    International databases: Social Sciences Citation Index (ssci), Social Scisearch,

    Journal Citation Reports/Social Sciences Edition, scopus (Elsevier B. V.), European

    Reference Index for the Humanities (erih), Ulrichs Periodicals Directory, latindex

    (Iberoamericana); pio (Periodical Index Online, UK), ipsa (International Political

    Science Abstracts), iresie (Mexico); icist (Canada); hedbib (Unesco-Higher Education

    Bibliography); swetsnet (Netherlands).

    National catalogues: Consejo Superior de Investigaciones Cientficas (csic-isoc),

    Red de Bibliotecas Universitarias (rebiun), Centro de Investigacin y Documentacin

    Educativa (cide) y Catlogo Colectivo de Publicaciones Peridicas en Bibliotecas

    Espaolas (Ministerio de Educacin, Poltica).

    International catalogues: Online Computer Library Center (usa), Library of Congress

    (lc), The British Library Current Serials Received, Kings College London, University

    of London-ulrls, Colectif National Franais, Centro de Recursos Documentales e

    Informticos de la Organizacin de Estados Iberoamericanos (oei).

    Revista de Educacin does not necessarily agree with opinions and judgements maintained by authors.

    Revista de Educacin, 356. Septiembre-diciembre 2011

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    ndice

    Monogrfico

    Mejorar la escuela: perspectivas didcticas y organizativas / School Improvement: Educational and Organizational Perspectives

    Editor invitado: Fernando Marhuenda Fluix.

    Fernando Marhuenda. Presentacin. Dimensiones didcticas y organizativas que sustentan la dinmica escolar .......................................................................................................... 17

    Las reformas escolares y las dificultades para mejorar la educacin

    Jos luis san Fabin Maroto. El papel de la organizacin escolar en el cambio educativo: la inercia de lo establecido .............................................................................................. 41

    luis aguilar hernndez. El desarrollo de los estudios sobre organizacin escolar en el contexto espaol: integracin o apertura? ...................................................................... 61

    encarna rodrguez prez. Constructivism and Ideology: Lessons from the Spanish Curriculum Reform of the 1980s ..................................................................................... 83

    Algunas claves para comprender los procesos educativos

    Julin lpez Yez, Marita snchez Moreno Y Mariana altopiedi. Comunidades profesionales de prctica que logran sostener procesos de mejora institucional en las escuelas ........................................................................................................................... 109

    scar luis graizer Y alMudena navas saurin. El uso de la teora de Basil Bernstein como metodologa de investigacin en Didctica y Organizacin Escolar. ................................. 133

    Investigar con la comunidad escolar

    Jos ignacio rivas Flores, analia e. leite Mndez Y pablo corts gonzlez. Paradojas y conflictos entre las culturas del profesorado, las familias y los estudiantes en el contexto escolar. ............ 161

    Revista de Educacin, 356. Septiembre-diciembre 2011

  • pedro araMendi Juregui, aMando vega Fuente Y Karlos santiago etxeberria. Los programas de atencin a la diversidad en la Educacin Secundaria desde la perspectiva de los estudiantes: estudio comparado .............................................................................................. 185

    Mara cleMente linuesa, elena raMrez orellana, begoa orgaz baz Y Jorge Martn doMnguez. Recursos digitales y prcticas de clase: esquemas de accin del profesorado de Educacin Infantil ............................................................................................................... 211

    Mejorar la escuela para mejorar la sociedad

    Michael w. apple. The Tasks of the Critical Scholar/Activist in Education: the Contribution of Jos Gimeno Sacristn ................................................................................................. 235

    Investigaciones y estudios

    Jos ricardo garca prez, Juan Jos Mena Marcos Y eMilio snchez Miguel. Investigacin-reflexin-accin y asesoramiento: anlisis de las reflexiones de dos orientadoras en su contexto de trabajo .................................................................................................................. 253

    Juan ignacio lpez ruiz. Un giro copernicano en la enseanza universitaria: formacin por competencias .................................................................................................................... 279

    Francisco Miguel Martnez rodrguez. Percepcin del profesorado de las Escuelas Taller y Casas de Oficios en Andaluca acerca del nivel de competencias emprendedoras en su alumnado ..... 303

    Miguel Melendro esteFana. El trnsito a la vida adulta de los jvenes en dificultad social: la incidencia de la intervencin socioeducativa y la perspectiva de profesionales y empresarios .. 327

    ana beln doMnguez gutirrez, pilar rodrguez raMos Y pilar alonso baixeras. cmo facilitar el aprendizaje de la lectura de nios sordos. Importancia de las habilidades fonolgicas ........ 353

    carMen sanchidrin blanco, isabel grana gil Y Francisco Martn ziga. Anlisis y valoracin de los expedientes de depuracin del profesorado de Instituto de Segunda Enseanza en el franquismo (1936-1942). Resultados generales .......................................... 377

    gregorio rodrguez gMez, Mara soledad ibarra siz Y Miguel ngel gMez ruiz. e-Autoevaluacin en la universidad: un reto para profesores y estudiantes ......................... 401

    teresa gonzlez prez. Educacin y fronteras. Mara Snchez Arbs y su lucha por la renovacin pedaggica en Canarias (1920-1925) .................................................................. 431

    rosa pulido valero, geMa Martn seoane Y beatriz lucas Molina. La modalidad de agrupamiento educativo como variable relevante en el anlisis de la violencia escolar .... 457

    M. carMen ricoY lorenzo, M. luisa sevillano garca Y tiberio Feliz Murias. Competencias necesarias para la utilizacin de las principales herramientas de Internet en la educacin 483

    12 Revista de Educacin, 356. Septiembre-diciembre 2011

  • Revista de Educacin, 356. Septiembre-diciembre 2011 13

    Mara Jos garca ruiz. Impacto de la globalizacin en la universidad europea del siglo xxi ... 509

    laura garca raga Y raMn lpez Martn. Convivir en la escuela. Una propuesta para su aprendizaje por competencias ................................................................................................ 531

    Jos luis gallego ortega Y antonio rodrguez Fuentes. La planificacin de la composicin escrita por alumnado con discapacidad visual: un estudio de casos .................................... 557

    Jos luis Muoz Moreno Y Joaqun gairn salln. Corporaciones municipales y participacin en educacin ..................................................................................................... 583

    daniel anaYa nieto, Juan carlos prez-gonzlez Y Jos Manuel surez riveiro. Los contenidos de formacin de los profesionales de la orientacin educativa desde la perspectiva de los propios orientadores ................................................................................ 607

    vanessa anaYa Y Miquel llobera. La didctica del espaol como lengua extranjera (ele) en la educacin secundaria en Francia: creencias y percepciones de responsables de desarrollar los currculos oficiales .......................................................................................... 631

    roberto velzquez buenda, Juan luis hernndez lvarez, M eugenia Martnez gorroo Y vicente Martnez de haro. Educacin Fsica y conocimiento terico-conceptual: estudio trans-cultural en Argentina, Brasil y Espaa ............................................................................ 653

    david gonzlez-cutre coll, lvaro sicilia caMacho Y Juan antonio Moreno Murcia. Un estudio cuasi-experimental de los efectos del clima motivador tarea en las clases de Educacin Fsica ....................................................................................................................... 677

    Ensayos e informes

    pedro Martn Martn Y leslie bobb wolFF. La implantacin de los nuevos grados: propuestas de mejora............................................................................................................... 703

    Experiencias educativas (innovacin)

    MariF snchez garca, nuria Manzano soto, anglica rsquez lpez Y Magdalena surez ortega. Evaluacin de un modelo de orientacin tutorial y mentora en la Educacin Superior a distancia.................................................................................................................. 719

    Recensiones y libros recibidos ......................................................................................... 735

    Fe de erratas ......................................................................................................................... 751

  • Monogrfico

    Mejorar la escuela: perspectivas didcticas y organizativas

    School Improvement: Educational and Organizational Perspectives

  • Revista de Educacin, 356. Septiembre-diciembre 2011, pp. 17-37Fecha de entrada: 16-02-2011 Fecha de aceptacin: 06-05-2011

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    Presentacin

    Dimensiones didcticas y organizativas que sustentan la dinmica escolar

    Curricular and Organizational Coordinates Supporting School Dynamics

    Fernando MarhuendaUniversitat de Valncia. Valencia, Espaa.

    Resumen

    La institucin escolar es la mejor garanta del derecho a la educacin. El funcionamiento co-

    rrecto de la escuela de masas compete tanto a la comunidad escolar como a quienes tienen res-

    ponsabilidades polticas y de gestin sobre el sistema escolar. Tambin la academia tiene responsa-

    bilidad en la comprensin, explicacin y aportacin de criterios para contribuir a que la dinmica

    escolar cotidiana funcione de modo apropiado.

    El artculo justifica la importancia de centrar la mirada en el funcionamiento ordinario de la

    escuela, prestando especial atencin a la produccin de desigualdades que acompaa inevita-

    blemente a la cotidianeidad escolar. Asimismo se propone mostrar diferentes modos de aproxi-

    macin a la misma desde las aportaciones ms recientes de la pedagoga crtica, al amparo de

    una posicin poltica orientada hacia la defensa de la misin de la escuela, su apoyo y su mejora.

    Por ltimo, presentamos los artculos que componen esta monografa, que tratan estas

    cuestiones de forma sustancial y rigurosa. De forma sustancial, porque todos los textos abordan

    elementos de la estructura profunda de la escuela, esas claves que explican su buen funcio-

    namiento, permitiendo que la institucin escolar cumpla con acierto la misin que le ha sido

    encomendada. Por tratar esa estructura profunda, el lector no encontrar en este conjunto de

    trabajos demasiadas referencias a tpicos o fetiches que abundan en la literatura educativa

    actual, ni a esos lemas que, sin explicar demasiado, parecen decirlo todo. Estos artculos se

  • Marhuenda, F. Dimensiones DiDcticas y organizativas que sustentan la Dinmica escolar

    Revista de Educacin, 356. Septiembre-diciembre 2011, pp. 17-37Fecha de entrada: 16-02-2011 Fecha de aceptacin: 06-05-2011

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    ocupan de los mimbres didcticos y organizativos, de los fundamentos de los procesos de

    enseanza. Adems, los autores abordan el tema de forma rigurosa, realizando contribuciones

    bien fundamentadas: valiosos trabajos de revisin de la literatura relativa al tema, resultados

    de investigaciones relevantes, e incluso artculos en los que se muestran ambos componentes.

    Palabras clave: didctica, organizacin escolar, estudios del currculo, institucin escolar,

    pedagoga crtica, desigualdades, transformacin social.

    AbstractSchool is the best guarantee for the right to education. Mass schooling makes hard

    everyday practice which is responsibility of teachers, school communities, politicians and

    school administrators. Academics have also a responsibility upon understanding, explanation

    and proposal of criteria with which to contribuye to successful everyday practice.

    The paper argues on the relevante of focusing the attention upon ordinary school practice,

    paying special attention to the production of inequalities that accompanies, in an unavoidable

    way, daily life in schools. This focus provides arguments to approach such practice from the

    perspective of current advances in critical pedagogy, under the umbrella of a political Project

    in search of the defense, support and improvement of school mision from an enlightened view.

    Furthermore, it portrays the articles included in this volumen, which focus upon such

    issues in a substantial and rigorous way. Substantial cause all of these papers deal with the

    deep structure of school, providing keys to explain how it works and how it educates properly,

    hence allowing the school to accomplish its mission. Given it is a deep structure, the papers do

    not refer to topics that are in a way fetishes in current educational literature, neither to mottos

    that do not provide explanations yet they seem to speak without stop. The papers portrayed

    address the pedagogical and organizational ossiers, the very foundations of teaching processes,

    the imperative dimensions.

    In a rigorous way, given that these contributions are well grounded, they illustrate very

    good pieces of literature review, in some cases, of painstaking research in many others, and of

    a bright mix of both in some of them.

    Keywords: pedagogy, school organization, curriculum studies, critical pedagogy, inequalities

    in education, social change.

  • Marhuenda, F. Dimensiones DiDcticas y organizativas que sustentan la Dinmica escolar

    Revista de Educacin, 356. Septiembre-diciembre 2011, pp. 17-37Fecha de entrada: 16-02-2011 Fecha de aceptacin: 06-05-2011

    19

    La misin de la escuela y la mejora de la dinmica escolar

    La modernidad encomend a la institucin escolar la responsabilidad de garantizar

    a la ciudadana el derecho a la educacin (Pineau, 1998). La universalizacin de este

    derecho sigue estando hoy en da en manos de la escuela, tal vez uno de los pocos mo-

    nopolios que queda en el mundo globalizado. Al menos en el perodo de educacin

    obligatoria, la legislacin establece que la escuela es la nica institucin que puede

    asumir dicho encargo.

    Asimismo, en las tres ltimas dcadas hemos asistido a la expansin de la escola-

    ridad por ambos extremos del sistema educativo, tanto en el perodo preobligatorio

    como en el posobligatorio, aunque sea a tiempo parcial. La escuela se hace cargo y cre-

    ce sin competencia, sin que otras instituciones puedan entrar a discutirle su misin.

    Sin embargo, el grado de competencia con que lleva a cabo su encargo es objeto

    de duras crticas, ya sea por parte de evaluaciones internas o externas, nacionales o

    internacionales comparando pases y regiones; otras crticas provienen de distintos

    agentes: los partidos polticos, el mundo acadmico, o la comunidad escolar, entre

    otros. La desafeccin de una parte del alumnado (Vlaz de Medrano y De Paz, 2010) es

    tambin una forma de discutirle a la escuela cmo est llevando a cabo su misin.

    Son varios los actores con responsabilidad en el buen funcionamiento de la escue-

    la: los responsables polticos y tambin quienes asumen las responsabilidades admi-

    nistrativas derivadas de las decisiones polticas; los miembros de la academia, las uni-

    versidades o centros de estudio e investigacin sobre la educacin y su mejora; y por

    ltimo, el profesorado, que se encarga de activar cada da los procesos de enseanza

    organizados con la pretensin de incidir en el aprendizaje del alumnado, as como el

    resto de la comunidad escolar: padres, madres, alumnado y los profesionales del apoyo

    socioeducativo y psicopedaggico.

    En Espaa, la clase poltica se ha aplicado con cierta fruicin en las tres ltimas

    dcadas a la reforma del sistema escolar, de manera tal vez atropellada, y con frecuen-

    cia frgil, por la ausencia de acuerdos o consensos mnimos sobre la dinmica y el

    funcionamiento del sistema escolar.

    Las universidades o centros de estudio e investigacin se han esforzado por au-

    mentar el rigor de los estudios sobre la educacin, en un debate incmodo entre la

    democratizacin de la escuela y la profesionalizacin de los agentes que trabajan en

    ella, tratando de escapar de la losa ideolgica que supuso el pasado franquista, y

    en busca tal vez del impacto y del reconocimiento que la educacin tuvo en la II Rep-

    blica y que no ha parecido recobrar desde entonces.

  • Marhuenda, F. Dimensiones DiDcticas y organizativas que sustentan la Dinmica escolar

    Revista de Educacin, 356. Septiembre-diciembre 2011, pp. 17-37Fecha de entrada: 16-02-2011 Fecha de aceptacin: 06-05-2011

    20

    Esta monografa recoge aportaciones que abordan este tipo de cuestiones de forma sustancial y rigurosa. De forma sustancial, porque todos los textos abordan elementos de la estructura profunda de la escuela, esas claves que explican su buen funciona-miento, lo que permite que la institucin escolar cumpla con acierto la misin que le ha sido encomendada. Por tratar esa estructura profunda, el lector no encontrar en este conjunto de trabajos demasiadas referencias a tpicos o fetiches que abundan en la literatura educativa actual, ni tampoco a esos lemas que, sin explicar demasiado, parecen decirlo todo. Estos artculos se ocupan de los mimbres didcticos y organiza-tivos, de los fundamentos de los procesos de enseanza. Adems, los autores abordan el tema de forma rigurosa, realizando contribuciones bien fundamentadas: valiosos trabajos de revisin de la literatura relativa al tema, resultados de investigaciones rele-vantes, e incluso artculos en los que se muestran ambos componentes.

    El conjunto de aportaciones dan cuenta de la estructura profunda de la institucin escolar y de sus dimensiones curriculares bsicas. A nuestro juicio, de ellas se pueden derivar criterios razonados y razonables para la prctica educativa en los centros, para la organizacin, y para su consideracin por parte de polticas escolares que tengan la mirada puesta en el medio y largo plazo, recuperando as para la poca presente los elementos todava vlidos del proyecto que representa la escuela en las sociedades modernas.

    Escolaridad y produccin de desigualdades

    Pese a los ataques que viene sufriendo la educacin escolar y el debilitamiento a que se ve sometida en las ltimas dcadas, no hay mejor opcin educativa que permane-cer en la escuela, o retornar a ella si se abandon prematuramente, con la finalidad de obtener el graduado o cualquiera de los ttulos de formacin profesional o acad-mica posobligatoria; aun a sabiendas de que la compensacin de las desigualdades en educacin no compete solo a la escuela (Brown, 2006; Esping-Andersen, 2006; Willis, 2006).

    Actualmente se pueden apreciar (Young, 2010) distintas tendencias de poltica educativa que, de persistir, darn lugar a nuevas desigualdades. Las tres ms destaca-das son la introduccin de marcos de cualificaciones nacionales, el desplazamiento del inters por la enseanza a la medicin de los resultados de aprendizaje, y el des-

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    plazamiento o sustitucin de los contenidos especficos de las materias por otros

    genricos. Los contenidos escolares pasan de las asignaturas a las competencias, la

    responsabilidad pasa del docente al alumnado, que ahora ser responsable de decidir

    su propio itinerario curricular y de si este satisface sus necesidades e intereses.

    Cada una de esas tendencias se ha ido imponiendo sin encontrar demasiada resis-

    tencia, ya que se sustentan en el argumento de que cada una de ellas dar respuesta a

    los problemas que la escolaridad, tal y como est configurada, no es capaz de resolver.

    En palabras de Prez Gmez (2010, p. 18):

    [] el dispositivo escolar vigente, el curriculum escolar organizado en discipli-

    nas, la forma habitual de organizar el espacio y el tiempo, los modos de agrupar

    a los estudiantes, los mtodos de enseanza, los sistemas de evaluacin y califi-

    cacin del alumnado, y los sistemas, programas e instituciones de formacin de

    docentes son esencialmente los mismos que se establecieron ya en el siglo xix

    y que, con modificaciones cosmticas, se han mantenido y reproducido hasta

    nuestros das. Este dispositivo escolar que tanto ayud en otras pocas a la erra-

    dicacin de la ignorancia y a la consolidacin de una cierta igualdad de oportu-

    nidades, se muestra hoy incapaz para afrontar los nuevos desafos de la sociedad

    contempornea.

    Para Young (2010) hay dos supuestos que subyacen a esas tendencias: la anulacin de

    las diferencias entre las instituciones, el conocimiento, los lugares y los tipos de aprendi-

    zaje una estandarizacin que contrarresta el conocimiento, y la prdida de importancia

    del lenguaje especficamente educativo.

    Frente a la hegemona de la poltica financiera, hay que recuperar el objeto de las

    polticas educativas que persiguen el aumento de la capacidad intelectual de la po-

    blacin. Ya advirti Bernstein del efecto de la expansin de las pedagogas invisibles

    sobre las clases trabajadoras, puesto que el contenido se distribuye de forma desigual.

    No cabe duda, el mejor lugar para aprender y educarse sigue siendo la escuela.

    Quien en la dcada de los noventa contribuyera al impulso educativo del New

    Labour britnico y sustentara argumentos a favor de un currculo modular, reclama

    desde hace ya tiempo (Young, 2007) la recuperacin de un currculo centrado en

    los contenidos. Desde esta perspectiva, ofrece cuatro lneas argumentales con la

    pretensin de hacer frente y contrarrestar en lo posible las citadas tendencias. En

    primer lugar, si bien estas tendencias promueven el acceso, hay que garantizar que este

    acceso sea un conocimiento que valga la pena. En segundo lugar, la educacin es un proceso

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    institucional, no una acumulacin de resultados ni de saberes. El aprendizaje sucede

    en instituciones especializadas en educacin; no da lo mismo cul haya sido la forma

    de apropiarse de un conocimiento (Illeris, 2009). En tercer lugar, hay que recuperar

    el debate educativo y sustraerlo a las claves econmicas en que se est dando, puesto

    que los mercados, la eleccin o los resultados han venido a suplantar el contenido del

    discurso en la educacin. En fin, hay que aclarar y tomar posicin sobre el propsito

    autntico de la educacin. Young (2010, pp. 5-6) se atreve a dar su propia definicin:

    El propsito de la educacin (formal) es asegurar que tantas personas como

    sea posible de cada generacin o grupo de edad sean capaces de adquirir el co-

    nocimiento que les lleve a trascender su propia experiencia y que difcilmente

    podran obtener en su hogar, en el trabajo ni en la comunidad.

    Al igual que Corzo (2007), Young se muestra escptico sobre las propuestas edu-

    cativas que restan competencias a la escuela en favor de la comunidad, puesto que

    son frmulas que responden ms a pocas premodernas que a la actualidad. Sin em-

    bargo, actualmente hay defensores en Espaa de esta posicin (Flecha, 2009; Marina,

    2010, entre otros) cuyos esfuerzos en esa direccin son muy apreciados por quienes

    participan de sus propuestas, como refleja alguno de los artculos de este nmero.

    Apple ha denunciado reiteradamente la reconversin en la ltima dcada de una de

    las preguntas clave del currculo, que ha pasado de ser what knowledge is of most

    worth a esta otra: whose knowledge is of most worth. Por cierto, esta reconversin

    debe mucho a la tradicin reciente de la Sociologa de la Educacin. La propuesta con-

    siste, en primer lugar, en identificar criterios de juicio para los procesos de seleccin,

    secuencia y organizacin de los contenidos. En el pasado, la Educacin Secundaria

    mantena un vnculo claro con las universidades, pero la masificacin de una y otra ha

    roto este vnculo. En la era del aprender a aprender y al amparo de la expansin de la

    psicologa del aprendizaje, los contenidos han perdido terreno o se han desdibujado.

    En segundo lugar, hay que combinar la enseanza de conocimiento con tendencia a

    la especializacin (ciencias, en las que las decisiones curriculares relevantes afectan

    a secuencia, ritmo y jerarqua) con la enseanza de conocimiento con tendencia a la

    diversificacin (humanidades, en las que la eleccin es la pregunta curricular clave).

    En tercer lugar, hay que compatibilizar la promocin del desarrollo cognitivo con el

    desarrollo profesional: no se trata de escoger entre uno u otro, sino de abordar la pro-

    mocin de ambos tipos de desarrollo de forma apropiada.

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    Vivimos en un orden social profundamente injusto, poltica, econmica y cultural-mente. Para revertirlo, lo que sucede en las escuelas, el modelo de organizacin escolar, el currculo y la pedagoga, son muy relevantes; las prcticas de educacin crtica pueden desarrollar personas con capacidad crtica, pues a su vez la transformacin social colec-tiva requiere sujetos crticos capaces de reflexionar, teorizar y actuar, de implicarse en la praxis. Los textos que aparecen en esta monografa de Rivas, Leite y Corts (2011), Lpez Yez y Snchez Moreno (2011) y Navas y Graizer (2011) as lo ponen de manifiesto. Igualmente, Ladson-Billings (2009) plantea esta cuestin en las seis dimensiones que, a su juicio, estn imbricadas en los procesos educativos: currculo, enseanza, evaluacin, financiacin, agrupamiento y disciplina. El currculo, en tanto que objeto, se trata de una propiedad y, como tal, no todos tienen acceso a ella. Lo ms llamativo de sus argumentos, quiz, es que recurre a sentencias y casos judiciales para mostrar cmo se producen las formas de discriminacin que han encontrado respuesta por medios judiciales y no edu-cativos; un triunfo que sin embargo no parece la forma ms apropiada de acometer estas cuestiones. Tambin entre nosotros apreciamos una tendencia a la judicializacin de la vida escolar; as como a encontrar respuestas ajenas a las problemticas escolares que no hacen sino maquillar su funcionamiento sin alterarlo en lo sustancial. Corresponde en buena medida a la academia denunciar estas cuestiones y contribuir a su transformacin varios artculos incluidos en la monografa se orientan en esta direccin.

    En esta lnea de pensamiento se mueven tambin autores como Escudero (2008, 2007, 2005, 2002) y Bolvar (2009, 2008, 2001) cuyo trabajo cuestiona si a determina-dos estudiantes solo se les ofrece un currculo de peor calidad, o si adems la ense-anza que se les proporciona tambin es de inferior calidad. Este tipo de situaciones es lo que se denomina didctica de la pobreza, cuyo papel es ms de control que de transmisin cultural, ya que suele concretarse en tareas de baja exigencia cognitiva.

    La calidad de la educacin escolar no puede desligarse de su dimensin moral, y conviene insistir en ello, a la vista del contenido de la reciente produccin investiga-dora sobre educacin. No es el caso de los artculos que constituyen esta monogrfa, en los que el principio de justicia en la educacin forma parte del rigor metodolgico. Otro tanto puede decirse de la evaluacin, que ha perdido su antiguo protagonismo como tema de reflexin en la literatura, para convertirse en una actividad de rendicin de cuentas del alumnado a travs de las pruebas estandarizadas, que muchas veces poco o nada tienen que ver con los procesos de enseanza.

    En una lnea semejante se podran situar tambin los planteamientos de la educa-cin inclusiva, como han puesto recientemente de manifiesto Parrilla (2009) y Verdu-go y Parrilla (2009). Tal vez cierto idealismo y una mala comprensin de las posturas

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    crticas han podido alejarnos de la prctica educativa. Slee (2009) apunta cmo la

    conversin de la educacin inclusiva en un discurso mainstream puede estar dando

    lugar a efectos contrarios a los esperados: el aumento de las categoras con que se

    identifican las necesidades educativas especiales, as como el aumento de la exclusin

    escolar (aunque sea parcialmente) a cuenta de alguna de estas categoras. Tal vez ha

    contribuido a ello tambin la aceptacin por una parte de los investigadores solo de

    la etiqueta, sin apropiarse del discurso, en tanto que la prctica se mantena en una

    situacin similar a la anterior pero mucho ms tecnificada y sofisticada.

    Como seala Torres (2010, 2009), la cuestin, a la postre, es que las instituciones

    educativas difcilmente dan cuenta de la diversidad al separar radicalmente las vo-

    ces a las que da acceso de aquellas que estn ausentes, si bien tiene como misin

    atender a la educacin de todas las personas. Con todo, hoy en da solo la escuela es

    garanta de universalidad en el acceso a la educacin, como sostiene Connell (1997),

    lo que la pone en situacin de obrar justamente, y no con un carcter meramente

    compensador de las desigualdades o desventajas.

    Quiz la escuela tendra que recuperar las propuestas de Bernstein (1996) para

    propiciar una democracia efectiva en su accin educativa: derecho de promocin,

    derecho a medios de comprensin crtica, que es condicin para la confianza; derecho

    a la inclusin, a ser aceptado sin ser absorbido, condicin para la communitas; y el

    derecho a la participacin, para que los sujetos se comprometan en la construccin y

    transformacin del orden, condicin para una prctica cvica. Tal vez es en este senti-

    do en el que Gimeno (2010) propone reclamar un proyecto poltico para la educacin

    en el que la teorizacin tiene una funcin importante que cumplir, contrarrestando

    el efecto incapacitador que algunas prcticas educativas provocan sobre el alumnado,

    que resultan en formas de discriminacin que se dan cita en la escuela.

    Semejante tarea requiere procesos y mecanismos educativos que estimulen a la pobla-

    cin a participar en acciones y respuestas pblicas, saliendo del letargo al que la somete

    la globalizacin neoliberal; se tratara de procesos como los que sugiere Anyon (2009): la

    atribucin de oportunidades, la apropiacin de las organizaciones existentes, la construc-

    cin social de nuevas identidades mediante la participacin en polticas transgresoras, o la

    encarnacin en redes y organizaciones sociales. Tal y como expresa Tan (2009, p. 486), son

    cinco las condiciones de la pedagoga emancipatoria (las cinco E en su versin inglesa)1:

    (1) Engage, educate (enable), experience (through exposure), empower (through knowledge of self) and enact. These five concepts guide my teaching, curriculum design, and community building. Everything I do as a teacher, inside and outside of the classroom, naturally encompasses them (Tan, 2009, p. 486).

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    Comprometerse, educar (capacitar), experimentar (exponindose, arriesgn-

    dose), empoderar (mediante el conocimiento de uno mismo, el desarrollo de

    la agencia y la competencia) y encarnar. Estos cinco conceptos guan mi en-

    seanza, el diseo de mi curriculum y la construccin de la comunidad. Todo

    lo que hago como enseante, dentro y fuera del aula, atiende a estas cinco

    condiciones inevitablemente.

    Estas condiciones se pueden reconocer en los artculos que forman parte de este

    monogrfico.

    Una tarea semejante de mejora de la escuela requiere tambin mejorar las prcticas de

    narracin y etnografas que se han desarrollado en torno a los procesos de investigacin.

    En esta lnea apuntan Weis, Fine y Dimitriadis (2009), quienes reclaman el progreso de la

    etnografa dndole una dimensin ms significativa para impactar mejor en las prcticas y

    polticas, mediante el desarrollo de agendas de investigacin globales que permitan poner

    en relacin investigaciones realizadas en distintos lugares, su desterritorializacin para

    interconectar fenmenos que las etnografas desvelan y que otras formas habituales de in-

    vestigacin ignoran. En esta poca es importante adoptar una dimensin cosmopolita en

    la investigacin, indagando en las diferencias y semejanzas entre grupos. Otras propuestas,

    como la de Choi (2009) que emplea sistemas de informacin geogrfica, resultaran par-

    ticularmente tiles para reconocer mejor dimensiones inadvertidas de los fenmenos de

    pobreza y exclusin. As lo pone de manifiesto su trabajo sobre el absentismo escolar del

    profesorado y su impacto sobre los resultados escolares del alumnado. Ello pasa, como

    tambin propone Ferrare (2009), por superar los recelos que tienen las pedagogas crti-

    cas a realizar o utilizar resultados de la investigacin de corte positivista.

    Una aproximacin didctica y organizativa a la mejora de la escuela

    Las reas de conocimiento son una convencin de la universidad espaola, que se

    acord mediante el Real Decreto 1988/842, tras la aprobacin de la Ley de Reforma

    Universitaria, y que quedaban definidas como campos del saber caracterizados por

    (2) Real Decreto 1988/1984, sobre provisin de plazas de los cuerpos docentes universitarios.

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    la homogeneidad de su objeto de conocimiento, una comn tradicin histrica y la existencia de comunidades de investigadores nacionales e internacionales. Como tal convencin, hace ya algn tiempo que la existencia de las reas viene siendo cuestio-nada y, sin embargo, mantiene su vigencia a distintos efectos, desde la asignacin de asignaturas hasta el concurso a plazas docentes en la universidad, tanto para personal funcionario como contratado. Se ponen en duda por distintos motivos, desde algunos de ndole ms acadmica la importancia de la interdisciplinariedad en la generacin del conocimiento hoy en da, o la cercana a alguno de los elementos de las reas (co-munidad, historia u objeto) a otros de peso administrativo e incluso financiero, en aras de una mayor eficiencia de los recursos universitarios.

    En el mbito de la Educacin, se podra discutir si alguna de las reas corresponde mejor a las disciplinas de humanidades o a las de ciencias sociales (Jarvis, 2009). Sin duda, tambin por motivos relativos tanto a las comunidades de investigacin como a la tradicin histrica, no es difcil comprobar cunto hay de convencin en su delimi-tacin, que no es solo una cuestin nacional, sino que afecta, cuanto menos, al con-junto de las llamadas Ciencias de la Educacin. Queda claro pues que ni la tradicin ni la historia, como tampoco la referencia internacional, son elementos suficientemente diferenciales para este conjunto de reas como en otros casos. No debera extraar-nos, dado el carcter horizontal de estos saberes, y menos an en el actual panorama en el que los saberes y las fronteras disciplinares se tambalean. Encontramos ejemplos apropiados sobre esto en el estudio de la historia del currculo (Goodson, 2003, 1995; Romero y Luis, 2006; Hlebowitsh, 2010). En el campo de los estudios del currculo, este ltimo lo pone as de manifiesto: cuando en los aos setenta se comenz a aban-donar la tradicin sobre el diseo y desarrollo del currculo, otras reas aprovecharon la circunstancia para comenzar a intervenir en la definicin de estndares de aprendi-zaje y de evaluacin, como fue el caso de la psicologa de la educacin por una parte y de la administracin educativa (de determinadas ramas de la misma) por otra. Esto, planteado en un contexto neoliberal, tiene consecuencias importantes sobre la defini-cin de las prcticas escolares y sobre su comprensin.

    Podramos pensar quiz que el objeto se encuentra en la escuela y en todo cuanto la rodea, comenzando por la propia institucin y su forma de organizarse, y por el carcter estructurante de todo ello que adquiere el currculo. Algo as, en definitiva, vendra a encontrar reflejo en los textos que forman parte de este monogrfico, en respuesta a la convocatoria que se hizo en su da. Pero en ese caso el objeto tendran que constituirlo las organizaciones educativas y las prcticas de enseanza organiza-das, no la escuela en s. Porque, al fin y al cabo, la escuela es ms un contexto que un

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    objeto, y son varias las disciplinas dispuestas a acercarse a la escuela con el nimo de encontrar en ella caldo de cultivo para sus investigaciones.

    Si atendemos, por otra parte, a lo que ocupa a la comunidad investigadora, en-contramos tambin fronteras borrosas. Las comunidades no son estables, las inter-locuciones son, cada vez ms, necesariamente interdisciplinares de hecho, algunos mbitos de estudio son reclamados por reas distintas, sobre todo para el desarrollo de una investigacin capaz de dar cuenta de las situaciones y problemas educativos en su complejidad y no con la simplicidad y relativa inutilidad con que se planteara en el pasado. Con todo, solo podemos contribuir al avance acadmico apoyndonos en el esfuerzo de los dems.

    Como pone de manifiesto este monogrfico, desde una perspectiva didctica y or-ganizativa se apuesta por la riqueza en las aproximaciones metodolgicas, y se mues-tra la voluntad de considerarlas en cuanto tales, instrumentales; en esa lnea apunta tambin el reciente manual sobre pedagoga crtica de Apple, Au y Gandin (2009).

    Los estudios sobre la mejora de la escuela y, en general, sobre Educacin, estn tal vez necesitados, como planteaba en una reunin en 2009 Miguel Zabalza, de mayor visibilidad interna y externa, algo de competitividad, y cierta presencia en las institu-ciones sociales; al tiempo que reclamaba la necesidad de recuperar un tronco comn. En esa misma reunin, Jos Gimeno argumentaba sobre la poca solidez de la base del conocimiento en Ciencias de la Educacin. Apelaba Gimeno a la conveniencia de la co-legialidad y al valor moral de la academia en la recuperacin de una mirada y un objeto abandonado, ms que perdido; bajo la condicin de no renunciar a la libertad de pensa-miento, a la pluralidad metodolgica ni al intercambio con otras disciplinas.

    La situacin es tal que ni siquiera resulta ms fcil, contra lo que pudiera pensarse, identificar personas en lugar de intereses: salvo algunas excepciones, es habitual el cambio de temticas de estudio y, por lo tanto, la discontinuidad en el pensamiento y la produccin del conocimiento del personal docente e investigador.

    Parece que no podemos avanzar sin cuestionarnos el conocimiento ya construido, por lo que nuestra investigacin no nos permite avanzar rpido. Menos an si, como denuncian algunos, nos dedicamos a investigar conforme a modas o a lneas de finan-ciacin, cayendo de este modo en un trabajo cortoplacista que no se corresponde con el trabajo de investigacin que le compete a la universidad.

    La debilidad nos pone, no obstante, en un proceso que puede resultar beneficioso para contribuir a identificar, definir y resolver mejor las problemticas que hoy afectan a las prcticas educativas organizadas, de las cuales la escuela sigue ostentando la primaca pero a la que se han ido sumando mltiples agentes y organizaciones. Reconocer esta

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    debilidad es tambin muestra de cierta honestidad acadmica, cuando quienes forma-

    mos parte de esta comunidad nos sabemos y queremos referidos no a nosotros mismos,

    sino a los problemas que la educacin presenta fuera de la universidad.

    Es nuestra responsabilidad y en cierto modo tambin nuestra voluntad, fruto de

    esa honestidad acadmica, el que no haya un nico canon establecido; el que predomi-

    ne la diversidad y la divergencia. Lo cual puede contribuir tambin a cierta debilidad

    del conocimiento que en ella producimos y tambin de su tradicin, aunque quiz

    esto es menos importante.

    Es frecuente aludir a la poltica educativa para referirse en exclusiva a la polti-

    ca escolar. A ello han contribuido varios intelectuales destacados, cuyo pensamiento

    comprometido con la realidad les ha llevado a poner la misma al servicio de un pro-

    yecto poltico que es el de una educacin bajo los parmetros de la modernidad para

    esta poca, tal y como recoge Gimeno (2010) en su discurso de doctorado honoris

    causa en la Universidad de Mlaga. Tal vez convendra buscar, pues, un proyecto capaz

    de aunar, quiz, un proyecto poltico.

    La investigacin tendra que vincularse tambin a ese proyecto. Gimeno advierte que:

    Como la obtencin de proyectos genera mritos en la determinacin de la

    vala para acceder a otros proyectos, se est produciendo una escisin de los

    acadmicos y de la profesionalidad docente en general, con el riesgo de que la

    elaboracin terica se vea como menos relevante. El conocimiento con ms

    probabilidad de ser financiado no siempre es el conocimiento necesario para

    abordar los temas candentes, siempre complejos, de la educacin, para lo cual

    se requiere un aparato conceptual terico que es difcil de construir con las

    aportaciones de los proyectos. Es preciso tratar con temas que contienen una

    importante carga ideolgica, con programas que plantean alternativas en lo

    que se hace, lo cual reclama un aparato crtico que los fundamente. Por ello he-

    mos de afrontar el peligro de perder de vista el objeto y el objetivo de nuestras

    responsabilidades en la educacin con una investigacin que se corresponda

    con visiones ticas y democrticas de la misma (Gimeno, 2010, pp. 13-14).

    No compartimos necesariamente esta visin, puesto que los proyectos evidencian

    que los temas y problemas abordados son variados y que la orientacin no la deter-

    mina el proyecto, ni siquiera la fuente de financiacin. Son varios los artculos del mo-

    nogrfico que presentan un aparato conceptual terico potente que se ha generado y

    aplicado en el seno de proyectos de investigacin financiados. Sin embargo, se advier-

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    te tambin una gran dispersin temtica y una falta de continuidad en la construccin del conocimiento, solo salvada por algunos, en tanto que otros al igual que en otras reas de las Ciencias de la Educacin ven ms oportunidades en las modas temticas que traen consigo los proyectos.

    Es importante participar en proyectos, contar con financiacin para investigar y disponer la metodologa al servicio de lo que se quiere investigar, que no tiene que ser sino parte de una agenda colectiva que pueda, as, contribuir al avance del cono-cimiento. La direccin de tesis doctorales es otra forma de contribuir a la investiga-cin que permite poner de manifiesto las lneas que se trabajan en el campo, darles continuidad y, quiz con menos frecuencia, compartir el trabajo con otros. Algunos artculos que vienen a continuacin son buena muestra de ello.

    Los proyectos tendran que estar al servicio del conocimiento y, de manera sub-sidiaria y secundaria, al servicio de los investigadores, pero nunca en exclusiva al servicio de quienes los lideran. Solo es posible obtener rendimiento acadmico de los proyectos si estos forman parte de una agenda de investigacin a largo plazo, como bien sabemos quienes nos dedicamos a estudiar los procesos educativos y de genera-cin de conocimiento. Por eso, trasladar esa agenda a las posibilidades de financiacin actuales permite realizar una investigacin emprica sin la cual nuestro trabajo sera meramente especulativo, y ya padeci este mal la pedagoga en tiempos todava no lejanos, de los que todava hay rmoras en el presente.

    Como afirma Gimeno (2010, p. 14):

    No hay razn para no estar al da. El aprovechamiento de las oportunidades lo li-mita en buena medida cada uno, condicionado, sin duda, por sus capitales cultural, social y econmico [...] Qu podemos hacer? Qu debemos hacer? Creo que el reto debera responderse con estrategias que incluyan, al menos, los siguientes as-pectos: hemos de tener un proyecto que vertebre esfuerzos, tener claras las priori-dades, desarrollar polticas estables, hacer una poltica del profesorado seria, poner la atencin prioritaria en los sujetos que aprenden, revisar la cultura que se impar-te y someter lo que hacemos a la crtica abierta y a la investigacin evaluativa.

    Desde esta perspectiva, es importante mantener una pulsin utpica para imagi-nar la educacin y para poner en accin la voluntad de hacerla realidad (Gimeno, 2010, p. 15).

    Para ello, sin duda, es imprescindible abordar, afrontar y discutir las prcticas, trminos y discursos que dominan la escena educativa hoy en da, no ignorarlos ni

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    desestimarlos como si se tratasen de modas pasajeras, sino tomarlos seriamente en cuenta para combatir los efectos perversos que pueden tener. El proceso es largo, el afn ha de ser duradero e inquebrantable, y la colaboracin es necesaria.

    En esta lnea se presenta este monogrfico. En esta lnea se mueve tambin nuestra aportacin, que va encaminada a trabajar en el aprendizaje del trabajo, especialmente del trabajo escasamente cualificado, tan abundante hoy en da. Nuestra perspectiva es deliberativa (Marhuenda, 2000). Nuestra aproximacin, multidisciplinar. Nuestra conviccin, que la universidad es un bien pblico y como tal no puede estar solo al servicio del progreso individual, ya sea de estudiantes, profesores o administradores, sino del conocimiento, su aprendizaje, produccin, generacin y transferencia, siem-pre al servicio de la sociedad a la que debe servir. Y todo ello desde una atalaya, la de los estudios de didctica y organizacin escolar sobre las prcticas de enseanza, su organizacin y su mejora para la transformacin social no solo para el progreso individual. Y desde una conviccin, la de que el trabajo entre varias disciplinas solo es posible desde cada una de ellas y no en un terreno de nadie al que cada cual con-tribuye de cualquier manera.

    Estructura de la seccin monogrfica

    La primera seccin de la monografa agrupa tres artculos que abordan sendas cuestio-nes cruciales para comprender las dificultades que ha tenido la educacin en Espaa en la democracia para transformarse, al centrar la atencin en dos de los ejes de las reformas polticas y apuntar, adems, al papel que la academia ha desempeado en argumentar, apoyar y divulgar dichas reformas. Los dos primeros artculos adoptan la perspectiva de los estudios sobre la organizacin escolar y de qu manera han sido objeto de atencin suficiente o ms bien insuficiente por parte de los legisladores, lastrando as las posibilidades de democratizacin del sistema escolar y de la gestin de cada uno de sus centros. Se analizan tambin con detalle los avances y los obstcu-los que han encontrado los estudios sobre organizacin escolar; en ellos se encuentra una de las bases del (buen) funcionamiento ordinario, cotidiano, de la escuela, y en ellos radica, por lo tanto, mucho del potencial de mejora que pudiera haber.

    El artculo de Jos Luis San Fabin plantea los avances y estancamientos en los estudios sobre organizacin escolar, las servidumbres respecto a la poltica escolar y

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    los usos y costumbres por parte de los responsables polticos de la gestin escolar a la hora de interpretar el papel de lo organizativo en la transformacin escolar.

    Luis Aguilar, por su parte, centra su anlisis en los debates acadmicos, la aparente progresin de la disciplina y, a pesar de todo, la cesin del papel que podra desem-pear en la contribucin a la comprensin, explicacin y articulacin de la escuela en nuestros das. Son dos artculos complementarios, cuyas visiones tienen puntos de friccin entre s y que muestran, asimismo, la relevancia y utilidad de la discusin acadmica en la organizacin escolar.

    El artculo de Encarna Rodrguez toma como referencia las reformas curriculares (que tuvieron mucha mayor resonancia que las reformas organizativas) en la dcada de los ochenta, el largo proceso de deriva que tuvieron aquellas reformas y el impacto de la aportacin constructivista a la discusin sobre el currculo, su estructuracin y su papel en la renovacin de las prcticas escolares. Ella apunta hacia formas alternativas de plan-tear e introducir esas reformas, desde una lectura foucaultiana de lo acontecido en aquella poca. Pone de manifiesto tambin las disputas acadmicas que hubo entonces entre m-bitos prximos pero diferenciados como son el de la Psicologa de la Educacin y el de la Didctica y la Organizacin Escolar, as como las relaciones entre esos mbitos y la poltica escolar desarrollada desde el gobierno del Estado.

    En conjunto, los tres artculos de la primera seccin analizan la evolucin de los estudios sobre la escuela en una poca de grandes expectativas de cambio y trans-formacin escolar, tambin una poca de luchas de poder entre espacios polticos y acadmicos, al interior de cada uno de ellos y entre s, y cuyo saldo se vio reflejado en los avances de la escuela en esa poca y en las posibilidades de mejora que pudieran darse en el futuro.

    En la segunda seccin del monogrfico, hay tres artculos que presentan sendas investigaciones sobre prcticas escolares desde una perspectiva didctica y organi-zativa. En el caso de los dos primeros artculos, se ponen de manifiesto de forma ejemplar las relaciones entre los procesos didcticos y los elementos organizativos e institucionales de varios centros escolares. La forma de presentar las investigaciones es diferente, pero en ambos casos podemos apreciar la importancia de la descripcin y, en particular en el artculo de Almudena Navas y Oscar Graizer, de un lenguaje de descripcin. Las imbricaciones entre lo institucional y la prctica estn muy bien trabadas en ambos casos, como tambin lo est el anclaje terico y la contribucin a la teorizacin sobre la escuela y las escuelas en los dos textos. Tambin aqu, no obstante, volvemos a encontrar diferencias. Por su parte, Julin Lpez Yez, Marita Snchez Moreno y Mariana Altopiedi tienen numerosas referencias y construyen su

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    aparataje terico a partir de contribuciones mltiples, lo que les permite realizar una descripcin bien informada de los centros que analizan. Su trabajo, adems, puede leerse en relacin con los de Jos Luis San Fabin y Luis Aguilar, en la medida en que las referencias que aquellos hacen a la organizacin encuentran aqu manifestaciones empricas. Almudena Navas y Oscar Graizer, por la suya, se sustentan sobre el trabajo de uno de los grandes referentes de la educacin en el siglo xx, Basil Bernstein, dando muestra de la vigencia e importancia de su trabajo, que sigue dando juego para ofrecer descripciones tan precisas y detalladas como son las de los cdigos de los centros que se presentan en este artculo, y demostrando as el valor y el potencial de una buena teora.

    La tercera seccin del volumen recoge tres aportaciones de investigacin que tie-nen como referencia a la comunidad escolar desde distintas perspectivas. Los trabajos que aqu se presentan son diferentes con respecto a la estrategia y la metodologa de investigacin que utilizan; todas ellas con rigor dentro de sus tradiciones, y todas ellas atentas a varios de los agentes de la comunidad escolar.

    El primero de ellos, de Ignacio Rivas, Anala Leite y Pablo Corts, es una muestra de una estrategia de investigacin de las ms atrevidas en la actualidad, concienzuda y puntillosa tanto en la recogida como en el anlisis de la informacin, sumamente escrupulosa con los sujetos que participan en la investigacin, y que sita a quienes investigan en un plano diferente y, en cierto modo, de servicio, haciendo de la inves-tigacin una pieza importante en el proceso de formacin de las personas. No ha sido fcil introducir estas perspectivas de investigacin entre nosotros y, sin embargo, tienen mucho que aportar en esta poca a la comprensin y la transformacin de los procesos educativos.

    En el segundo artculo de esta seccin, de Pedro Aramendi, Amando Vega y Karlos Etxeberra, se trata la investigacin sobre prcticas escolares con el nimo de iden-tificar regularidades que permitan explicar las claves del funcionamiento ordinario de unas formas de escolarizacin extraordinarias, la garanta social o la cualificacin profesional inicial, unas prcticas que, como las que tambin se estudian en el resto de artculos, ponen de manifiesto las dificultades y las ilusiones de las escuelas y las comunidades escolares para tratar de satisfacer el derecho a la educacin de todo el alumnado al que atienden. Toman como principal fuente de informacin al alumnado, y centran la investigacin en claves didcticas como son el contenido y las estrategias de enseanza, tratando de dar cuenta del funcionamiento de la clase.

    Algo as, con una estrategia de investigacin diferente, es lo que hace el tercer artculo de esta seccin, de Mara Clemente, Elena Ramrez, Begoa Orgaz y Jorge

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    Martn, que enfocan adems su estudio hacia las prcticas de Educacin Infantil (casi todos los otros artculos del monogrfico tienen en la Educacin Secundaria el centro de su mirada). En este caso, es el profesorado y su prctica el objeto de atencin del ar-tculo. Su contribucin al conocimiento de los esquemas de accin del profesorado se centra, como en el caso de Aramendi, Vega y Etxeberra, en la tradicin de los estudios sobre didctica y muestra su vigencia en la actualidad, por su potencial explicativo y por centrar la atencin sobre las claves de las prcticas escolares y no sobre elemen-tos accesorios a las mismas.

    En la ltima seccin se recoge un artculo de Michael W. Apple que supone una invitacin a asumir el papel que, de formas distintas, desempean cada uno de los au-tores y autoras de los artculos de este monogrfico: la importancia de que el trabajo acadmico y la investigacin educativa se vinculen a las cuestiones cruciales de los procesos educativos y del funcionamiento de la escuela, para contribuir adems a su mejora y transformacin con una orientacin claramente delimitada por la garanta del derecho a la educacin. Con esta intencin, Apple reconoce el trabajo realizado por Jos Gimeno en la Pedagoga espaola en el ltimo cuarto del siglo xx y durante el arranque del presente. Desde la poca de la que se ocupan los tres primeros artculos hasta la actualidad, ha constituido, junto a otras personas de su generacin, una figura crucial desde su papel en la academia, en especial al saber leer y apuntar hacia los elementos fundamentales y los problemas cruciales de la educacin en nuestros das, trascendiendo la realidad local sin dejar de prestarle atencin.

    En conjunto, el monogrfico supone una contribucin valiosa a asuntos con fre-cuencia desatendidos por la comunidad acadmica porque forman parte de lo coti-diano y no de lo extraordinario ni de lo novedoso y, sin embargo, es en estos asuntos donde se dirimen las posibilidades de hacer la escuela diferente y, sobre todo, mejor. Las relaciones entre las comunidades, los profesionales, el mbito acadmico y el espa-cio poltico son siempre complejas y conflictivas, y cada uno de los artculos de este monogrfico da cuenta de su importancia y ejemplifica formas valientes y comprome-tidas de abordarlas.

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    Direccin de contacto: Fernando Marhuenda. Departamento de Didctica y Organizacin Es-colar. Facultad de Filosofa y CC. de la Educacin. Universitat de Valncia. Av. Blasco Ibez,

    30. 46010, Valencia. E-mail: [email protected]

  • Las reformas escolares y las dificultades para mejorar la educacin

    School Reform and Problems in Educational Improvement

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    El papel de la organizacin escolar en el cambio educativo: la inercia de lo establecido

    The Role of School Organization in Educational Change: the Inertia of the Status Quo

    Jos Luis San Fabin MarotoUniversidad de Oviedo. Departamento de Ciencias de la Educacin. Oviedo, Espaa.

    Resumen

    Este artculo analiza el papel desempeado por la Organizacin Escolar en los procesos de

    cambio educativo, con referencia a las reformas educativas de Espaa durante los ltimos aos.

    Trata de responder a la siguiente pregunta: cul ha sido la contribucin de la Organizacin Es-

    colar a la transformacin de las polticas y las prcticas educativas en Espaa? Su elaboracin se

    basa en un proyecto docente-investigador recientemente presentado, resultado de numerosos

    aos de experiencia en el campo.

    Para tratar de responder a la pregunta formulada, se tienen en cuenta algunos de los prin-

    cipales factores que han contribuido a hacer de la Organizacin Escolar en nuestro pas un

    agente destacado en la continuidad e inercia de la educacin, como son: la orientacin de las

    polticas de cambio educativo, el olvido del contexto organizacional de la enseanza en el

    anlisis y en las propuestas de cambio o la tradicin investigadora dominante en Organizacin

    Escolar. En particular, se hace un recorrido por la concepcin y los procesos de las reformas

    educativas basadas en leyes, el descuido de la dimensin organizativa de la enseanza, las rela-

    ciones (o mejor su ausencia) entre Didctica y Organizacin y los sistemas de organizacin del

    trabajo docente imperantes, con especial referencia a los denominados ciclos de aprendizaje y

    de reconocimiento profesional.

    Finalmente, se hace una revisin crtica de la tradicin investigadora en el campo de la

    Organizacin Escolar, de la que se sealan algunos de los principales condicionantes: la depen-

    dencia de las organizaciones no escolares, la excesiva atencin a las estructuras formales, los

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    enfoques positivistas, el extraamiento docente respecto a lo organizativo, la tradicin centra-

    lizada y uniforme del sistema educativo, etc. En conjunto, el artculo describe, de una forma

    sinttica y panormica, el proceso que ha llevado a omitir esta dimensin fundamental de la

    educacin: la organizacin de los centros escolares.

    Palabras clave: Organizacin Escolar, cambio educativo, investigacin en Organizacin Es-

    colar, reforma educativa, cambio organizativo.

    AbstractThis article aims to analyse the role played by the School Organization in the processes of

    educational change, referred to the Educational Reforms of Spain in recent years. The article

    seeks to answer the question: What has been the contribution of the School Organization to

    the transformation of educational policies and practices in Spain? Its realization is based on a

    Teacher-Researcher Project recently developed, as a result of many years of experience in the

    field.

    To try to answer this question, we take into account some major factors that have made

    School Organization in Spain an important agent in the continuity and inertia of education,

    including: the policy orientation of educational change, the neglect in the organizational

    context of education in the analysis and proposals for change, and the dominant research

    tradition in School Organization. Specifically, it deals with the conception and processes of

    educational reform based on laws, the neglect of the organizational dimension of education,

    the relationship, or rather its absence, between Teaching and Organization, the prevailing

    management of teaching work, with special reference to the learning cycle and professional

    recognition.

    Finally, we carry out a critical review of the research tradition in the field of School

    Organization, indicating its main weaknesses: dependence of non-school organizations,

    excessive attention to formal structures, the positivist approaches, the estrangement of teachers

    in relation to the organizational reality, the centralized and uniform tradition of the educational

    system, etc. Overall, the article describes, in a synthetic and panoramic form, the neglect of this

    basic dimension of the educational system which is the organization of schools.

    Key words: school organization, educational change, school management research,

    educational reform, organizational change.

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    Introduccin

    La escuela es la comunidad organizada bsica de educacin y es a este nivel

    donde hay que tratar los problemas y las posibilidades de la innovacin del

    currculum (Stenhouse, 1984, p. 222).

    En los aos setenta, la Pedagoga institucional francesa (Lobrot, Lapassade) entenda el

    desarrollo de las organizaciones educativas como resultado de una tensin entre dos

    fuerzas, la de lo instituido y la de lo instituyente. Sin embargo, en la actualidad, lo or-

    ganizativo parece identificarse casi exclusivamente con el mbito de lo instituido. A

    qu se debe? En este artculo analizamos algunos de los factores que han contribuido

    a hacer de la Organizacin Escolar en nuestro pas una importante aliada de la conti-

    nuidad y la inercia en la educacin. Concretamente, nos referimos a la concepcin de

    las reformas educativas, al olvido de la dimensin organizativa de la enseanza y a la

    tradicin investigadora en este campo.

    Las reformas educativas centradas en grandes leyes

    Las polticas educativas desarrolladas en nuestro pas durante los ltimos 30 aos bien

    podran ser agrupadas bajo este epgrafe. Desde los aos ochenta se ha creado un dis-

    curso sobre la crisis permanente de la educacin, que, junto con el concepto talismn

    de calidad educativa, ha hecho que las reformas legislativas se sucedan una tras otra.

    Esta secuencia de reformas educativas ha venido marcada por las leyes orgnicas que,

    peridicamente desde 1980, ms o menos cada cinco aos, se han ido publicando: loece

    (1980), lode (1985), logse (1990), lopeg (1995), loce (2002) y loe (2006). De todas

    ellas, la ms consistente en cuanto a la permanencia y al impacto en la organizacin

    de los centros escolares ha sido sin duda la lode (1985), mientras que la que mayores

    expectativas y tambin frustraciones ha generado ha sido la logse (1990).

    Esta sucesin de leyes puede entenderse en parte por los cambios que ha expe-

    rimentado la sociedad y en parte por razones de oportunidad poltica: cada vez que

  • San Fabin Maroto, J. L. el papel De la organizacin escolar en el cambio eDucativo: la inercia De lo estableciDo

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    hay un cambio de signo poltico, no necesariamente de partido1, se elabora una nueva ley orgnica. La educacin es un campo de lucha y de competencia entre grupos y sectores, en el que el debate intelectual se mezcla con el poder y las emociones. El cambio educativo siempre es el resultado de pactos entre mltiples grupos (Martn Criado, 2010). As, en el campo de lo escolar encontramos tres categoras de actores que representan fuerzas permanentemente enfrentadas: los actores polticos, los que trabajan en el terreno y los que investigan (Perisset, 2010).

    Para Gimeno (2006), esta proliferacin de leyes es en parte consecuencia de la falta de un consenso entre las fuerzas polticas sobre las funciones esenciales del siste-ma educativo, sobre los fines de la educacin, sobre lo que debe contener la escolari-dad mnima comn para todos y sobre las grandes lneas de organizacin del sistema (regulacin pblica-privada, gobierno de los centros, participacin). Autores como Puelles Bentez sugieren que dicha proliferacin de leyes solo podra evitarse median-te un consenso entre las fuerzas polticas, un consenso de estado sobre la educacin. Sin embargo, otro historiador, Viao Frago, ya predijo en 2006 que el pacto en educa-cin entre los dos grandes partidos, pp y psoe, no sera posible por el hecho religioso, por el denominado subsistema educativo de la Iglesia Catlica (Viao, 2004 y 2005).

    Martn