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OLA DE FRIO EN EL PERÚ ES ALARMANTE La ola de frio que soportan nuestros hermanos del sur ya es casi incontrolable. Ni siquiera la poca ayuda que se les brinda por parte de las campañas a favor de ellos les es suficiente, revestirse con dos o tres frazadas es lo mínimo que se puede hacer ellos para combatir el frio. Pero en cierta forma es un lujo, ya que muchas personas con las justas tienen una o ninguna. Las familias de sur son muy pobres, y eso empeora ya que muchas familias son numerosas, e intentar abrigar a todos es algo casi imposible. Ellos ruegan por más ayuda, ya que es escaso lo mucho o poco que llega desde la capital. Y por las noches, el frio es insoportable, la temperatura desciende hasta más de -30°C o -40°C. Es esta una de las principales razones de muerte, en especial de los más jóvenes o niños. Muchos de ellos van descalzos por las calles heladas; la pobreza es tal que no alcanza para comprar ni siquiera un par de zapatos. Claro cómo van a pensar en gastar dinero en eso, si con las justas les alcanza para comer. El día a día de ellos es un martirio, el agua que usaran amanece congelada, el ganado muere en todo momento, y para muchos, ya sobrevivir el día a día se les hace imposible. Nosotros, que tan cómodos estamos en nuestros hogares, quizás tomando una bebida caliente, no podemos levantarnos y ayudarles, al menos con una frazada, o ropa que realmente abrigue. Ellos la necesitan más que nosotros, sus rostros, quemados por el frio tan solo quieren más ayuda, quieren seguir viviendo y apelan a nuestro corazón para que se ablande un poco. No seamos necios, las campañas aun no se cierran, estamos a tiempo de poder abrigar una vida y devolver las esperanzas a nuestros hermanos del sur. Todos unidos sí podemos, no esperemos hasta que sea demasiado tarde. Williams A. García M.

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Ola de frio

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OLA DE FRIO EN EL

PERÚ ES ALARMANTE

La ola de frio que soportan nuestros hermanos del

sur ya es casi incontrolable. Ni siquiera la poca

ayuda que se les brinda por parte de las campañas a

favor de ellos les es suficiente, revestirse con dos o

tres frazadas es lo mínimo que se puede hacer ellos

para combatir el frio. Pero en cierta forma es un

lujo, ya que muchas personas con las justas tienen

una o ninguna. Las familias de sur son muy pobres,

y eso empeora ya que muchas familias son

numerosas, e intentar abrigar a todos es algo casi

imposible.

Ellos ruegan por más ayuda, ya que es escaso lo

mucho o poco que llega desde la capital. Y por las

noches, el frio es insoportable, la temperatura

desciende hasta más de -30°C o -40°C. Es esta una

de las principales razones de muerte, en especial de

los más jóvenes o niños. Muchos de ellos van

descalzos por las calles heladas; la pobreza es tal

que no alcanza para comprar ni siquiera un par de

zapatos. Claro cómo van a pensar en gastar dinero

en eso, si con las justas les alcanza para comer. El

día a día de ellos es un martirio, el agua que usaran

amanece congelada, el ganado muere en todo

momento, y para muchos, ya sobrevivir el día a día

se les hace imposible.

Nosotros, que tan cómodos estamos en nuestros

hogares, quizás tomando una bebida caliente, no

podemos levantarnos y ayudarles, al menos con

una frazada, o ropa que realmente abrigue. Ellos la

necesitan más que nosotros, sus rostros, quemados

por el frio tan solo quieren más ayuda, quieren

seguir viviendo y apelan a nuestro corazón para que

se ablande un poco. No seamos necios, las

campañas aun no se cierran, estamos a tiempo de

poder abrigar una vida y devolver las esperanzas a

nuestros hermanos del sur. Todos unidos sí

podemos, no esperemos hasta que sea demasiado

tarde.

Williams A. García M.