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www.migracionydesarrollo.org 1 MERCADOS DE TRABAJO Y DERECHOS HUMANOS EN LOS NUEVOS DESTINOS MIGRATORIOS DE LOS TRABAJADORES MEXICANOS EN LA PENÍNSULA DE DEL-MARVA, A PARTIR DE LOS AÑOS 90 Ana María Aragonés Timothy Dunn 1.- Introducción a migración internacional suele presentarse como un fenómeno caótico y desproporcionado. Sin embargo, si ponemos las cifras en perspectiva y analizamos la magnitud del número de migran- tes con la de la población mundial, aquel es reducido si lo comparamos con otros momentos históricos —por ejemplo las famosas “migraciones transoceánicas” del siglo XIX principios del XX que representaron una proporción mucho mayor que el 3% que se registra en el presente. (CE- PAL:2002:243). Y si tomamos en cuenta la población económicamente activa, veremos que las cifras aún son más indicativas de que no enfrentamos un fenómeno explosivo ya que ésta se sitúa entre 1.4 y 1.6 por ciento de la fuerza de trabajo mundial que es de 2.6 mil millones de personas (Roger Zegers de Beijl: 1997:1)) Pero lo que si podemos afirmar es que la migración de trabajadores se ve inmersa en uno de los momentos más contradictorios de su historia, ya que siendo un factor que históricamente ha per- mitido la interrelación entre los países, en los momentos actuales bajo el contexto de la globalización, paradójicamente, se obstaculizan sus desplazamientos mientras que hay una absoluta liberalización del capital y de las mercancías. De ahí la percepción de que es un fenómeno caótico, que por cierto tiene efectos muy perniciosos porque no sólo promueve la xenofobia y el racismo en los polos receptores sino que ha dado lugar al incremento de la migración indocumentada. Si bien no puede decirse que éste sea un fenómeno nuevo, llama la atención su volumen y expansión a prácticamente todos los países expulsores. Las restricciones a los flujos migratorios fueron estrategias en momentos históricos en los que se intentó salir de la crisis poniendo en marcha políticas proteccionistas y nacionalistas, como fue en la primera posguerra y después de la crisis del 29´. Estas estrategias lo que lograron fue profundizar la crisis, sólo superada cuando se instrumentaron las políticas keynesianas que las susti- tuyeron por la cooperación internacional. De cualquier forma, lo que si podemos decir es que estamos ante una nueva era migratoria debido a sus nuevas características y los distintos instrumentos que se están proponiendo para prote- gerla. Estados Unidos se ha distinguido por ser el más importante receptor de migrantes en el mun- do. Entre 1990-1998, 8.6 millones de inmigrantes indicaron que habían llegado entre 1990-1998, cifra que representa un crecimiento del 42% de los 20.4 millones desde 1990. En marzo de 1998 cerca del 15% de los niño con edades entre 5 y 17 años tenían una madre inmigrante, resultado de la alta proporción de mujeres migrantes en edad de tener hijos, y se espera que en los próximos años el 17.9% de los niños en edad escolar tenga madre migrantes. (CAMAROTA, Steven: 1999) De acuerdo con los resultados del Censo de los Estados Unidos se estimó que la población extranjera indocumen- L

NUEVOS DESTINOS MIGRATORIOS DE LOS TRABAJADORESmeme.phpwebhosting.com/~migracion/ponencias/14_3.pdf · 2003. 12. 19. · NUEVOS DESTINOS MIGRATORIOS DE LOS TRABAJADORES MEXICANOS

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    MERCADOS DE TRABAJO Y DERECHOS HUMANOS EN LOS NUEVOS DESTINOS MIGRATORIOS DE LOS TRABAJADORES MEXICANOS EN LA PENÍNSULA DE DEL-MARVA, A PARTIR DE LOS AÑOS 90

    Ana María Aragonés Timothy Dunn

    1.- Introducción

    a migración internacional suele presentarse como un fenómeno caótico y desproporcionado. Sin embargo, si ponemos las cifras en perspectiva y analizamos la magnitud del número de migran-tes con la de la población mundial, aquel es reducido si lo comparamos con otros momentos

    históricos —por ejemplo las famosas “migraciones transoceánicas” del siglo XIX principios del XX que representaron una proporción mucho mayor que el 3% que se registra en el presente. (CE-PAL:2002:243). Y si tomamos en cuenta la población económicamente activa, veremos que las cifras aún son más indicativas de que no enfrentamos un fenómeno explosivo ya que ésta se sitúa entre 1.4 y 1.6 por ciento de la fuerza de trabajo mundial que es de 2.6 mil millones de personas (Roger Zegers de Beijl: 1997:1))

    Pero lo que si podemos afirmar es que la migración de trabajadores se ve inmersa en uno de los momentos más contradictorios de su historia, ya que siendo un factor que históricamente ha per-mitido la interrelación entre los países, en los momentos actuales bajo el contexto de la globalización, paradójicamente, se obstaculizan sus desplazamientos mientras que hay una absoluta liberalización del capital y de las mercancías. De ahí la percepción de que es un fenómeno caótico, que por cierto tiene efectos muy perniciosos porque no sólo promueve la xenofobia y el racismo en los polos receptores sino que ha dado lugar al incremento de la migración indocumentada. Si bien no puede decirse que éste sea un fenómeno nuevo, llama la atención su volumen y expansión a prácticamente todos los países expulsores. Las restricciones a los flujos migratorios fueron estrategias en momentos históricos en los que se intentó salir de la crisis poniendo en marcha políticas proteccionistas y nacionalistas, como fue en la primera posguerra y después de la crisis del 29´. Estas estrategias lo que lograron fue profundizar la crisis, sólo superada cuando se instrumentaron las políticas keynesianas que las susti-tuyeron por la cooperación internacional.

    De cualquier forma, lo que si podemos decir es que estamos ante una nueva era migratoria debido a sus nuevas características y los distintos instrumentos que se están proponiendo para prote-gerla.

    Estados Unidos se ha distinguido por ser el más importante receptor de migrantes en el mun-do. Entre 1990-1998, 8.6 millones de inmigrantes indicaron que habían llegado entre 1990-1998, cifra que representa un crecimiento del 42% de los 20.4 millones desde 1990. En marzo de 1998 cerca del 15% de los niño con edades entre 5 y 17 años tenían una madre inmigrante, resultado de la alta proporción de mujeres migrantes en edad de tener hijos, y se espera que en los próximos años el 17.9% de los niños en edad escolar tenga madre migrantes. (CAMAROTA, Steven: 1999) De acuerdo con los resultados del Censo de los Estados Unidos se estimó que la población extranjera indocumen-

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    tada en 1990 fue de 3,765,906 pero para el año 2000 se había incrementado a 8,705,419. De esta población en 1990 el 26.8% provenía de México y para el año 2000 este porcentaje se había incre-mentado al 44.5 (1,008, 372 y 3, 871,912 respectivamente). (US Census Bureau, 2000).

    Tal parece que esta tendencia se sostendrá ya que se mantiene la demanda de los nuevos mercados laborales, lo que unido a la reducción de las tasas de natalidad hace decir a algunos autores que “a menos a que encontremos nuevas maneras para incrementar nuestra productividad vamos a tener que traer más gente simplemente para mantener las tasa de crecimiento y me estoy refiriendo a más trabajadores migrantes para ocupar puestos en todos los niveles”. (MILLER, John:1998)

    De este extraordinario crecimiento se destacan los trabajadores mexicanos y centroamericanos que están llegando a destinos diferentes de los que hasta ahora han sido tradicionales en Estados Uni-dos y uno de estos nuevos destinos se encuentra en la llamada península de DelMarVa, conformada por el estado de Delaware, parte del de Maryland y del de Virginia. Esta es la razón por la que en este trabajo se analiza el extraordinario crecimiento de inmigrantes latinos, de manera especial de traba-jadores mexicanos entre 1990-2000 en la aislada península de DelMarVa. Lo que ha llamado podero-samente la atención ya que en algunos condados ha sido de más del cien por ciento y en otros ha llegado a más del mil por ciento, que en números absolutos pasó de un pequeñísimo número a cien-tos y miles en esos mismos lugares. La porción mas importante de extranjeros Latinos/Hispanos son los mexicanos, seguidos inmediatamente después, por su importancia numérica, por los guatemalte-cos. La presencia de mexicanos y otros latinos asentados en la península de Delmarva es algo real-mente notable, pues se trata de una región relativamente aislada y cuya migración data de la época colonial y de los periodos de la esclavitud en Estados Unidos. En la medida en que ha tenido poquí-simo contacto comercial internacional, puede afirmarse que se trata de una región histórica y cultu-ralmente aislada. Se encuentra separada de la costa Este por la geografía, rodeada de agua por tres lugares y el puente que conecta la llamada Bahía de Chesapeake fue construido en 1952, es decir 300 años después del asentamiento europeo y africano. Aún ahora, sólo hay otros dos puentes, uno en el occidente y otro en el sur, además de una ruta terrestre hacia el norte. Habría que señalar que aún cuando esta región tiene algunas metrópolis con algunos cientos de miles de personas, en general se trata de una región rural, conservadora y culturalmente muy distante de estas metrópolis.

    La presente investigación se abocó a analizar, por qué y cuáles son las condiciones por las que esta región se ha convertido en un importante polo receptor de migrantes. En segundo término estu-diamos la característica de esta migración, encontrando que se trata de "nuevos migrantes", en el sen-tido de que en su mayoría no han tenido experiencias migratorias anteriores, y merece la pena señalar que en el caso de los mexicanos hay un peso relativo muy importante de población que proviene del estado mexicano de Veracruz.

    Detectamos una serie de características básicas que nos permitieron tener un panorama de los migrantes mexicanos en la región señalada, aunque hay que decir que al haber podido entrevistar sólo a 62 de ellos es pronto para saber hasta que punto estas características se encuentran difundidas, pero nuestros resultados nos permiten afirmar que amerita continuar con la investigación en esta misma línea. Nos concentramos en trabajadores y trabajadores pobres asentados en la región que hubieran estado mayor tiempo que los llamados temporales para la agricultura o para el trabajo relacionado con la industria del pescado.

    La economía de la región sin duda que está jugando un papel central que ha llevado a la pre-sencia de migrantes mexicanos y otros latinos a Delmarva. Está dominada por las industrias polleras, aunque no puede dejarse de lado la importancia de la industria turística costera, la industria del pes-cado, la industria maderera, la agricultura (frutas y vegetales así como los cultivos relacionados con la industria pollera) construcción, la industria de los cuidados de salud, una extensa actividades de servi-cios al menudeo, así como algunas pequeñas manufacturas no polleras. (BEACON 2002).

    Antes de iniciar nuestra investigación revisamos brevemente los datos censales, la economía de la región y comparamos con el caso de los guatemaltecos (ver los apéndices 1 y 2). Pudimos observar

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    que el porcentaje de Hispanos /Latinos ha crecido de una forma extraordinaria entre 1990 y 2000, si bien en números absolutos se mantiene relativamente pequeño. 1 En este trabajo presentamos algunos resultados de las entrevistas que realizamos entre los años 2000-2002 en la región de Delmarva con los inmigrantes mexicanos en temas como trabajo, servicios sociales, alojamiento, relaciones interétnicas, pudimos reseñar las dificultades que tienen para incor-porarse a los sindicatos además de las respuestas que han tenido una variedad de actores y organiza-ciones ante estos cambios. Con todo ello mostramos algunos de los impactos de la inmigración mexi-cana en la región, y de qué forma los derechos de los migrantes son afectados y a su vez construidos. Los derechos humanos son un tema de importancia fundamental en el mundo, y en muchas ocasiones pasados por alto cuando se trata de indocumentados. Mientras que los derechos de la gente se encuen-tran esbozados en tratados internacionales y en leyes nacionales, los derechos solo pueden hacerse reales a través de su práctica, situación que en los migrantes adquiere una particular dimensión. Con-cluimos con una breve interpretación de nuestros resultados contrastando la visión de los derechos de las gentes bajo los paradigmas de la ciudadanía y la de los derechos humanos. 2.- Consideraciones teóricas

    El tema de los derechos humanos se encuentra enraizado en un largo debate entre dos para-digmas competitivos sobre derechos, la teoría de la ciudadanía versus la perspectiva de los derechos humanos, con contradicciones entre las dos especialmente evidente en relación a la migración (Turner 2002). En general la teoría de la ciudadanía reconoce los derechos como siendo una condición del estado nación triunfante y de los individuos que siguen las normas y aceptan las obligaciones los que podrán gozar de sus beneficios (Marshall 1950; Barbalet 1988; van Gunsteren 1978, 1998; Turner 1990).2 La teoría de la ciudadanía domina la literatura en relación con la migración internacional, y en ella hay una tendencia a poner a los inmigrantes y a sus derechos como una amenaza al bienestar y a la soberanía del estado nación, del valor de la ciudadanía y en algunos casos aún la seguridad física del estado nación (Jopke 1998; Jacobson 1996; Weiner 1995; Soysal 1994; Sassen 1999; Brubaker 1989; Shuck 1998).

    En contraste, la más reciente perspectiva de los derechos humanos postula a los derechos co-mo incondicionales, es decir, la gente tiene derecho en tanto que seres humanos (Sjoberg 1996, Sjo-berg, et al., 2001; Turner 1993, 2001; Feagin and Vera 2001).

    Haciendo un esbozo de Sjoberg (1996:276-279) la teoría de la ciudadanía representa una forma de relativismo ético basado en el mantenimiento del sistema o de los compromisos del estado-nación y de la moralidad del estado nación en asuntos migratorios (Eschbach, et al. 2001). Turner señala (1993:178) que "El concepto de los derechos humanos es extragubernamental ", estos son usa-dos tradicionalmente para luchar en contra de las acciones represivas de los estados”. Sjoberg y sus colegas (2001:25) se concentran mas allá del estado definiendo los derechos humanos como "los re-clamos hechos por personas en diversos sistemas sociales y culturales "organizados bajo relaciones de poder con el objeto de defender la dignidad de los seres humanos, o más concretamente de igual respeto y preocupación por los seres humanos". El asunto de los derechos humanos ha empezado a ser trabajado por otros académicos estudiosos de la migración. 3

    1 Es importante hacer notar que los datos de la población hispana en la región están subrepresentados particu-larmente la porción que se refiere a los migrantes indocumentados quienes, como es obvio, tratan de evitar su detección por los representantes gubernamentales y parece que muchos trabajadores agrícolas temporales no se contabilizaron, especialmente en el condado de Somerset. 2 Las variadas dimensiones acerca de los derechos ha sido conceptualizado en un clásico trabajo de Marshall (1950) como civiles, políticos y sociales, estos últimos referidos a programas sociales y al estado de bienestar. Otros teóricos de la ciudadanía generalmente se han construido sobre esta visión.

    3 ( Hay una creciente literatura que está por lo menos implícitamente más preocupada por los dere-chos humanos y el bienestar de los inmigrantes que en el mantenimiento del poder de un estado nación por ejemplo Eschbach, et al. 2001, 1999; Herman:1995, Internacional Migration Review, 1991, Goodwin-Gil 1998, Baubock 1994, Social Justice 1996, Hernández-Truyol 1997 and Nickel 1983). De cualquier forma, está

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    Por nuestra parte nos basamos en ellas y proveemos un conjunto de datos cualitativos acerca de casos específicos y usamos el concepto presentado precedentemente de la visión de los derechos humanos.

    Por otro lado consideramos que se trata de un fenómeno novedoso en la medida en que no es consecuencia de un proceso acumulativo del fenómeno migratorio producto de las redes sociales, (Massey, Douglas S. 2000:5-51), ya que los polos de atracción incorporan mayoritariamente a mi-grantes nuevos que llegan a lugares también nuevos donde prácticamente no existen las redes socia-les. Esto es importante porque hay una tendencia a señalar a las redes sociales como las responsables de la permanencia y expansión del fenómeno migratorio. Por nuestra parte consideramos que las redes sociales, siendo un fenómeno de enorme importancia que ameritan toda la atención analítica que se les está otorgando, no son las que promueven el proceso migratorio ni actúan como una bolsa de trabajo sino que son las propias condiciones del mercado de trabajo las que expanden los flujos migra-torios y en su caso inician y son el origen de las redes sociales.

    Tampoco se trata un fenómeno por el cual pueda afirmarse que programas de legalización co-mo la Immigration Reform and Control Act (IRCA) que amnistió a cerca de 2 millones de trabajado-res mexicanos (Camarota, 2002; Camarota, 1999) no sirven. No hay duda de que esa pieza jurídica lo que buscaba era disminuir el número de indocumentados, objetivo que si se alcanzó. Sin embargo, la consecuencia de esta estrategia fue que estos trabajadores una vez favorecidos con la regularización administrativa tuvieron la oportunidad de moverse hacia trabajos menos precarios, produciéndose una gran cantidad de vacantes, que los patrones ocuparon nuevamente tanto con trabajadores legales, pero fundamentalmente con indocumentados, porque así conviene a sus intereses económicos, por lo que la amnistía no fue responsables de la afluencia creciente de nuevos migrantes, ni sería exacto el ar-gumento de que la amnistía después del IRCA demostró ser ineficaz para solucionar el problema del indocumentado. Si el flujo migratorio indocumentado se mantiene tiene que ver con la demanda espe-cífica de este tipo de trabajador por parte del polo receptor. Fenómeno que se articula con los pro-blemas económicos y políticos de los países origen, sin los cuales por supuesto no se darían los flujos migratorios. 3.- Marco metodológico Por un lado se realizó un trabajo de revisión bibliográfica y por el otro llevamos a cabo un trabajo de campo del año 2000 al 2002 en un amplio espectro pues pudimos llevar nuestras observaciones a las casas de los migrantes, directamente en el trabajo y en diferentes comunidades. De esta forma pudimos entrevistar: 62 migrantes, 60 de los cuales fueron mexicanos, además de provee-dores de servicios sociales y activistas trabajando con migrantes. Nos concentramos geográficamente en el la parte más meridional del estado Delaware en el Condado de Sussex así como en los Condados de Wicomico y Somerset en Maryland, un área rural con sólo una pequeña ciudad de cerca de 20,000 habitantes. Llevamos a cabo nuestras visitas, con observaciones y entrevistas entre trabajadores de una gran diversidad de ocupaciones y lugares así como con una variedad de actores locales que interactú-an.4 Nuestros datos ilustran un gran rango de temas en la idea de tener un panorama integral, aunque por supuesto preliminar de la migración mexicana en la región y de cuáles han sido las respuestas locales ante ello; sin duda que todavía queda mucho por hacer y nuestra idea es precisamente conti-nuar con esta investigación. 4.- Las procesadoras de pollo y pescado en Estados Unidos.

    Estados Unidos está jugando un importante papel en la globalización en el área de la alimen-tación y desde la década de los 90´ inició una etapa de auge expansivo bajo la nueva situación del

    mucho menos desarrollada conceptualmente que la teoría de la ciudadanía, Al igual que la literatura de la ciudadanía, está también mucho más preocupada con el estado). 4 Nuestra aproximación estuvo más focalizada a las características de los inmigrantes latinos en una industria específica y /o comunidad. Ver las selecciones en Stull, et al.1995; Borland, 2001)

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    mercado mundial, con un explosivo crecimiento de los sectores productivos como las industrias proce-sadoras de pollo, carne y pescado así como en los sectores agrícolas de trabajo-intensivo. La importan-cia de la producción alimentaria en los Estados Unidos tiene que ver con la lucha por la hegemonía entre los países desarrollados y tiene un papel estratégico puesto que el 60 por ciento de la población mundial vive en el campo (Blanca Rubio, La Jornada 9/18/2003

    Esto explicaría la situación que guarda el sector y la necesidad de trabajadores migrantes, ya que la producción no sólo se dirige al mercado interno sino que de manera muy importante se exporta y como la competencia a nivel mundial y en particular con la Unión Europea es descarnada, el costo de los productos deben ser lo suficientemente competitivos que le permitan seguir ganando mercados a nivel mundial.

    Se trata de sectores que presentan serias dificultades en sus mercados de trabajo para satisfa-cer con nativos la creciente demanda laboral, lo que ha dado lugar a la incorporación de fuerza de trabajo migrante documentada y de manera significativa de mano de obra indocumentada, que como decíamos provienen de la región latinoamericana y muy especialmente de México.

    De ahí que los países expulsores de fuerza de trabajo enfrenten un proceso por demás irónico, pues las empresas estadunidenses favorecen la contratación de trabajadores migrantes y en particular indocumentados para bajar costos e incrementar la competitividad a nivel mundial, al tiempo que exportan esos mismos productos a los países origen de los migrantes creando una competencia imposi-ble de enfrentar. Como resultado de esto, los trabajadores de esos sectores en México, y en otros países expulsores se ven en la necesidad de emigrar.

    Las industrias procesadoras de pollo, desde los 80´, llevaron a cabo un proceso de reestructu-ración de tipo vertical, fusionándose algunas de las grandes empresas y eliminando del mercado a to-das aquellas que no tenían capacidad competitiva. Además se reubicaron trasladándose de las áreas urbanas hacia las rurales, pues éstas ofrecen una gran cantidad de beneficios que van desde la exección de impuestos, normas ecológicas más flexibles, posibilidades de contratar fuerza de trabajo más rural, con salarios más bajos, entre los que se destacan los migrantes, de los cuales los indocumentados son una fuerza importante para los intereses de esas industrias. Por un lado porque pueden ejercer una gran explotación en su contra, precisamente como resultado de su extraordinaria debilidad administra-tiva. Otro factor nada desdeñable es la menor sindicalización que tienen estas regiones. Precisamente en relación con este tema, en el inciso correspondiente presentamos la situación que guarda el sindica-lismo en las polleras en Delmarva a través de un acontecimiento que muestra claramente las amena-zas que sufren aquellos migrantes que pretenden sindicalizarse y lo que es aún más interesante, como actúan los migrantes ante estos embates.

    El hecho de que las procesadoras de pollo se hayan incrementado de manera extraordinaria en los últimos veinte años, a diferencia de lo que ha sucedido con las empacadoras de carne, es reflejo de los cambios en la dieta de los estadunidenses. En 1975 el consumo per capita de pollo era de 26.4 libras por año. Para 1992, se incrementó a 47, y en contraste la relación con la carne declinó en 1992 de 83.0 a 62.8 libras. (Bjerklie, Steve, 1995:56). 4.1.- Las industrias procesadoras de pollo en Delmarva.

    Si bien nuestra investigación encontró mexicanos inmigrantes en prácticamente todos los sec-tores, el volumen más importante lo encontramos en las procesadoras de pollo. Delmarva es una de las regiones líderes en procesadoras de pollo en el país, con tres de los 20 condados más importantes del país en producción de pollo, con seis firmas operando 13 plantas procesadoras en la localidad, incluyendo cuatro firmas que son la sede de las casas matriz en la región, tres de las cuales son consi-deradas entre las diecisiete mas importante firmas procesadoras del pais. (Delmarva Poultry Industry web site, dpchicken.org).

    Hasta 1990 el grueso de la mano de obra era afroamericana; sin embargo, cada vez se resiste más a llevar a cabo ese trabajo. Los migrantes empezaron a aparecer en las áreas de las plantas proce-sadoras hasta 1987, de acuerdo a lo señalado por una representante del gobierno que ha frecuentado el área desde hace dos décadas por lo menos (notas de campo 7/21/01). A finales de 1990 aproxima-damente la mitad de la fuerza de trabajo en el área de las plantas procesadoras estaba conformada por migrantes, básicamente mexicanos y guatemaltecos (Horowitz and Miller 1999:5) Sin embargo esta

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    composición varia mucho, por ejemplo los latinos forman un 90% de los trabajadores de la planta Mountaire Corporation en Selbyville, De (Cacchiuoli 2001) pero únicamente 10% de la planta Perdue en Salisbury, Md (notas de campo 7/19/01), aunque son un 50% de los trabajadores en el total de la región en las plantas Perdue.

    Las trece procesadoras de la región emplean cerca de 21,000 personas (Horowitz and Miller 1999:4). Hay una necesidad crónica para cada vez mas cantidad de nuevos trabajadores para las pro-cesadoras, debido a la altísima rotación, por ejemplo en una sola planta hay datos de esta rotación en un 80% (notas del trabajo de campo 7/19/01) y cerca del 100% en otra (Horowitz and Miller 1999:5), todo esto explicado además por una cada vez mayor renuencia de los trabajadores nativos a trabajar por los bajos salarios que ofrecen las procesadoras ( $6/9/hora) y en muchas ocasiones bajo condicio-nes peligrosas de trabajo. Esto es precisamente lo que sucede entre la joven generación de afroameri-canos residentes, por lo que la escasez de trabajadores es reemplazada en su mayoría por los migrantes mexicanos y otros trabajadores latinos. A principios de 1990 la escasez de trabajadores fue tan impor-tante que al menos una de las compañías procesadoras de pollo ofreció bonos en dinero contante a cualquier trabajador que reclutara colegas (Borland 2001:7). Mientras tanto, el extraordinario creci-miento de productos de pollo en los años recientes ha llevado a incrementar la producción (Horowitz and Miller 1999:4-5) y la necesidad de trabajadores migrantes. 4.2.- Por qué se utiliza trabajo migrante en las industrias polleras.

    Habría que destacar que estas empresas no pueden ser más automatizadas y el trabajo ma-nual que realizan los obreros, por ejemplo en la actividad del deshuesado del pollo es muy importante ya que la ganancia por pieza es muy baja. Precisamente, al no poder incorporar más tecnología, la estrategia para incrementar la productividad laboral es darle más velocidad a la línea de producción. Esto ha tenido varias repercusiones, todas ellas por supuesto negativas para la fuerza de trabajo. De acuerdo con la Administración de Seguridad Ocupacional y Salud de los Estados Unidos, se considera que los trabajos en las procesadoras de carne, pollo y pescado se encuentran entre las más peligrosas en Estados Unidos. En 1990 la probabilidad de sufrir una lesión en las procesadoras de carne era tres veces mayor que en cualquier otra industria en su conjunto. Esto explica la enorme rotación que su-fren estas empresas, y el por qué se incorpora a migrantes indocumentados, ya que debido a su gran vulnerabilidad administrativa pueden permanecer más tiempo atados a estas industrias por temor a ser deportados aunque, como veremos más adelante, estos mismos trabajadores, en cuanto tienen la oportunidad y la confianza que les da el mayor tiempo de estancia en la región buscan nuevas opcio-nes laborales.

    En nuestra investigación pudimos también constatar la gran explotación de los trabajadores que han llegado bajo programas de visa temporal tanto a las industrias polleras como a las de pescado.5 Los trabajadores que vienen bajo este tipo de visa, que en su mayoría son mexicanos en esta área, cier-tamente hacen una contribución importante en la economía local. Muchos mexicanos se benefician por el hecho de llegar de manera legal a los Estados Unidos y son mejor pagados, ya que supuestamen-te el Departamento de trabajo vigila esta situación. Sin embargo, como estos trabajadores son traídos a una industria en especial, son también vulnerables a una alta explotación y muchos empleadores locales toman una gran ventaja debido a eso, de acuerdo a nuestros informantes particularmente en la industria de los mariscos. Un inmigrante mexicano nos reportaba el hecho de que se le pagó solo 100 dólares por semana por desmenuzar cangrejos (notas de campo, 1/15/01). Un funcionario del sindica-to reportó que se encontró a una joven mujer que había huido de una compañía debido al maltrato de los gerentes, una de estas compañías está localizada en una aislada península en la bahía de Chesapea-ke a la que le han llamado “isla de mujeres” porque en ese trabajo la mayoría de las personas que trabajan ahí son mujeres mexicana inmigrantes que llegaron a través del programa de visas temporales

    5 El programa de visas H2A permite a los empleados solicitar migrantes temporales específicamente para realizar trabajos agrícolas, cuando el empleador demuestra que internamente hay escasez en el país. El pro-grama de visas H2B permite a los empleadores trabajadores migratorios para realizar trabajos temporales o servicios de naturaleza no especificada, y otra vez, esto puede solicitarse cuando el empleador demuestra que no ha podido satisfacer su demanda con trabajadores dentro del país).

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    del servicio de inmigración y naturalización (INS). (Sobre todo una de estas plantas tiene muy mala reputación pues las mantienen como esclavas). Un problema similar se encontró en los restaurantes de mariscos que usan migrantes bajo el programa de visas temporales que importan docenas de mi-grantes mexicanos del estado de Durango y son sujetos a largas horas de trabajo y bajo un trato muy duro por los gerentes, de acuerdo con uno de los empleados que es nativo y que habla bastante bien el español y que se ha hecho amigo de algunos de ellos. Los gerentes los amenazan con correrlos y hasta deportarlos si se quejan o se rehúsan a hacer lo que ellos les piden, pues de manera continua les dicen “podemos remplazarlos con otro trabajador de Durango en menos de 24 horas” (notas 2/13/02).

    En segundo lugar, se han podido mantener un bajo nivel salarial. La media de ingreso de los migrantes es cerca del 75% de los nativos y para los recién llegados, el ingreso medio es únicamente la mitad de los que perciben los nativos (Camarota Steven: 1999). De los salarios establecidos por el gobierno federal como nivel de pobreza, los trabajadores de las empacadoras de carne presentan algu-nos cientos de dólares por debajo de este nivel. En las plantas procesadoras de pollo son aún más ba-jos, y en las plantas procesadoras de pescado generalmente caen a la mitad de lo establecido como nivel de pobreza. (Griffith, Daniel, 1995:4)

    En nuestras entrevistas, se nos señaló que muchos reciben menos del salario mínimo, y fue muy común escuchar que no se les pagan las horas extras a pesar de trabajar muchísimas horas más allá del horario acordado, situación que se hace muy evidente cuando se trata de trabajadores indo-cumentados. Sin embargo en nuestra entrevistas hemos escuchado muy poco en relación con estos temas ya que ellos desconocen las regulaciones y más bien miden su éxito en relación con la habilidad de poder ahorrar dinero y enviárselo a su familia en México, lo que prácticamente todos ellos hacen, si bien hay que reconocer que para ello trabajan muchísimo, muchas horas y viven muy austeramente. Aunque muchos se sienten estafados en relación con su salario.

    Estos trabajadores también se encuentran pequeñas empresas, como son pequeñas granjas y en otras compañías como la misma Mcdonalds, en las que muchos mexicanos indocumentados son regularmente engañados con su salario pues en lugar de pagarles el sueldo completo hay ocasiones en que se les reduce de seis a ocho horas por periodo, y en otras ocasiones hasta dejan de pagarles por completo. Ellos sienten que son víctimas de esto debido a su estatus de indocumentados, porque cada vez que tratan de poner el tema a discusión, los gerentes los ignoran y les hacen sentir que saben de su estatus de indocumentados y que están trabajando con papeles falsos, y es clara la diferencia con los migrantes residentes legales o con los trabajadores nativos. (7/25/01, entrevista) 4.3.- Los migrantes mexicanos y el sindicato en las industrias polleras

    Como se dijo precedentemente, la industria del pollo es el principal empleador en Delmarva y requiere un creciente número de trabajadores migrantes. De las trece plantas procesadoras de pollo, cinco estas sindicalizadas por la United Food and Commercial Workers (7/23/01 entrevista con Maria Martínez UFCW vicepresidenta de la sección 27). Los inmigrantes latinos son ahora reconocidos como una fuerza clave en el sindicato, aunque con muchas dificultades al principio. Es interesante ver cómo una inmigrante mexicana logró alcanzar el puesto de vicepresidenta del sindicato local representando a los trabajadores en cinco plantas. Los inmigrantes, particularmente mexicanos, han sido claves en la revitalización del sindicato en las plan-tas procesadoras. La experiencia de una planta local sindicalizada es una muestra de ello en la planta Mountaire. El sindicato tenía un muy bajo perfil entre los trabajadores inmigrantes hasta que en 1996 se produjo una huelga de inmigrantes latinos, la mayoría de ellos mexicanos. En este tiempo, la vice-presidenta local del sindicato UFCW reportó que los trabajadores no tenían idea de la presencia del sindicato en la planta, aunque reconocían que les eran descontadas las cuotas de sus cheques. En rea-lidad había sólo una delegada en el piso, para una planta con 800 trabajadores, se trataba de una mu-jer de edad avanzada afroamericana, que no hablaba español ni hizo ningún esfuerzo para conseguir trabajadores latinos inmigrantes cuando había algunos cientos de ellos en la planta a mitad de los 90´. (Entrevista de Martínez 7/23/01). Lo que sacó a los inmigrantes latinos de su pasividad y tomó totalmente por sorpresa tanto a la gerencia como al sindicato fue el maltrato que recibió un joven trabajador inmigrante mexicano que en 1996 se cortó un dedo en la planta procesadora de Montaire, Selbyville. Los funcionarios del de-

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    partamento de recursos humanos fueron a verlo personalmente al hospital y le dijeron que estaba des-pedido porque supieron que era un inmigrante ilegal (Entrevista con Martínez 7/23/01). Esto habría permitido a la compañía dejar de pagar los gastos y otras compensaciones por el accidente. Esta injus-ticia se expandió rápidamente entre los trabajadores y días después los trabajadores latinos llevaron a cabo una huelga, empezando con 100 trabajadores para muy poco después incrementarse el número de huelguistas a 200. (Entrevista con el Ref. Jim Lewis, 7/12/01), pero ni uno solo de los trabajadores americanos, blanco o negro, se unió a ellos, ni todos los latinos debido el temor que les dio ser despe-didos por falta de documentos. (Martínez entrevista 7/23/01). Sin embargo, algunos cientos de inmigrantes latinos, incluyendo muchos indocumentados si salieron y se rehusaron a trabajar. La actual vicepresidenta local del sindicato, que en ese momento estaba trabajando en la planta, dijo “Muchos tenían miedo, pero la mayoría tuvieron más coraje que temor porque, dijeron “Hoy fue él; mañana puede ser cualquiera de nosotros a los que traten así”. (Martínez 7/23/01) Los funcionarios del departamento de personal en ese momento decidieron echar a todos los trabajadores en masa y fue entonces cuando el reverendo Jim Lewis de la Iglesia episcopal, cercano con los trabajadores ofreció la Iglesia como refugio a los huelguistas, y así muchos de ellos pudieron pasar la noche. La policía local estaba visible y los medios cubrieron la huelga. Los huelguistas estaban muy temerosos no sólo de perder su trabajo sino de ser deportados, dado que la mayoría eran indocumen-tados que usaban papeles falsos. El sindicato local al principio no apoyó la huelga y trató de que los trabajadores volvieran al trabajo. El Rev. Lewis intercedió con el sindicato contactando a las oficinas regionales de la UFCW en Pensilvania para explicar la situación de manera que pudo capitalizar el activismo que ya se había iniciado (Lewis, 7/23/01) Al día siguiente el sindicato de inmediato cambió y respaldó a los huelguistas haciendo posible que fueran todos reinstalados, y ofreciéndoles un aboga-do para que el joven que había estado hospitalizado por el accidente pudiera exigir la reparación cuyo mal trato había provocado la huelga. Esta huelga fue la base para que el sindicato en la planta se transformara y rejuveneciera a sus cuadros en la planta Mountaire, y fue el inicio también del activismo de una inmigrante, María Mar-tínez, que se convirtió en la vicepresidenta local por cuatro años. Ella fue extraordinaria pues pudo hablar con los medios durante la huelga, porque era una de las pocas huelguistas que sabía algo de inglés y era menos vulnerable ya que era una residente legal. Con la guía del reverendo Lewis, los fun-cionarios del sindicato regional la reclutaron para servir como delegada en la planta. De esta forma se convirtió en una importante y fuerte abogada para los trabajadores, compartiendo con otra delegada afroamericana en la planta, y buscando presentar un frente unido ante la gerencia en una serie de temas muy importantes. Esto permitió que los trabajadores fueran conscientes de sus derechos, y empezaran a exponer sus quejas y a buscar la forma de negociarlos. En la medida en que ella ha ido teniendo éxito en estas negociaciones, cada vez son más los trabajadores latinos que se están afiliando al sindicato. Después de algunos años fue electa como vicepresidenta del sindicato UFCW local 27, que representa a los trabajadores en cinco de las plantas sindicalizada en Delmarva. Más todavía, el sindicato se ha revitalizado en la planta, incrementándose a siete los delgados, tres afroamericanos y cuatro latinos, y para el 2001 se incrementó a 15, por cierto muy activos, 14 de los cuales son latinos, para un total de 980 trabajadores en la planta (7/23/1 entrevista con Martínez). Gracias en gran parte a los migrantes mexicanos, la UFCW es ahora muy activo en la planta que mencionamos y, tan es así que en 2001 se pudo cambiar la correlación de fuerzas en el sindicato con una votación final de 2 a 1 a favor de los mexicanos. La gerencia trató de intimidarlos para que no votaran y una vez más usó el estatus de la migración contra los trabajadores latinos con la misma amenaza de dar parte a las autoridades migratorias para que fuesen deportados. El sindicato ganó la votación por un margen de mas de 2.5 por uno (581 por 216) el 81% de los trabajadores de una plan-ta de 980 votaron a favor del sindicato. Además, toda esta campaña sirvió para unificar a los migran-tes latinos (hay que destacar que la mayoría de ellos son mexicanos) así como a los trabajadores afroamericanos, de acuerdo con las entrevistas con Martínez (7/23/01). Más allá del caso de la organización laboral en Selbyville, en el que los mexicanos han tenido una participación tan destacada, ha habido también otras formas de coalición dirigidas contra las in-dustrias polleras de muy distintos actores, incluyendo mexicanos y trabajadores centroamericanos

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    inmigrantes. La alianza llamada Justicia en Delmarva en las plantas polleras (DPJA por sus siglas en inglés) fue creada en 1996 y está formada por el sindicato y otros trabajadores de las industria pollera, los ambientalistas, activistas religiosos, y consumidores con la idea de buscar mayor justicia para los trabajadores en dichas compañías. (Lewis entrevista 7/12/01). Esta gran coalición tiene sus raíces entre los abogados de los inmigrantes que trabajan con los inmigrantes guatemaltecos en Georgetown, DE. Es en parte la forma en la que los abogados de los inmigrantes dirigen algunas de las quejas en relación con el trato que se le da a los trabajadores inmigrantes y es una manera de romper con su aislamiento creando puentes con los residentes locales para que se unan a su causa. DJPA ha generado una enor-me publicidad, incluyendo una reunión pública en marzo de 1999 con una delegación de congresistas en la que la mayoría de los que hablaron fueron latinos, y algunos inmigrantes mexicanos, aún a pesar del temor de represalias por hacer públicas sus quejas. Desde entonces DJPA también ha ganado la atención del New York Times y de la TV en el programa “60 minutos” además de otros medios, con-centrándose en los problemas de la industria, especialmente el trato y lesiones que sufren los trabaja-dores, ambos problemas que afectan tanto a los trabajadores nativos, principalmente afroamericanos así como a los trabajadores inmigrantes, fundamentalmente los trabajadores mexicanos. 4.4. – Situación demográfica de los migrantes mexicanos en la región.

    El género y la composición por edades fue en su gran mayoría jóvenes (por debajo de los 35 años) y hombres, aunque hubo una presencia importante de jóvenes mujeres y algunos niños así como familias completas. La más grande proporción de inmigrantes provenían de las regiones rurales del estado mexicano de Veracruz, muchos de los cuales vivían en la comunidad de Huachin y sus alrede-dores. 6 También encontramos gente de los estados de Tabasco, Hidalgo, Chiapas, Morelos, Nuevo León, Tamaulipas y la ciudad de México. La mayoría eran de las áreas rurales, quienes habían estado trabajando previamente en el sector agrícola o en otros trabajos en México, y cuya educación iba en-tre media y baja (niveles que iban de algunos años de primaria y otros completando la escuela secun-daria ( lo que correspondería a educación media en los Estados Unidos) aunque algunos tenían traba-jos calificados en México (por ejemplo electricistas) o poseían pequeños comercios, y también encon-tramos a algunos que tenían educación profesional en México (un abogado y un ingeniero agrónomo). Casi todos habían llegado a Estados Unidos entre 1995 y 1998 (muchos de ellos un año o dos antes), y para la gran mayoría la región de Delmarva había sido su primera residencia en Estados Unidos. Prácticamente todos señalaron que habían dejado México debido a la falta de trabajo y de oportuni-dades para desarrollarse, especialmente en las áreas rurales y particularmente después de la grave crisis de 1995 en México y de la aplicación de reformas neoliberales, incluyendo el TLC que había golpeado severamente el campo mexicano.

    Prácticamente todos eran indocumentados que usaban papeles falsos para obtener el trabajo y en su mayoría reportaron enormes dificultades para cruzar la frontera México-Estados Unidos, lo que era la explicación de que al ser muy difícil ir y venir a México, se sentían como atrapados en Estados Unidos. No hemos avanzado mucho en la discusión acerca de los reclutamientos por contratantes, tanto aquellos que ofrecen visas como los que no la ofrecen. Pudimos darnos cuenta de que hay una enorme progresión ocupacional de los migrantes mexicanos una vez fuera de las procesadoras de pollo, que les toma entre algunos meses a un año. La mayoría de los que inicialmente habían trabajado en las plantas procesadoras de pollo habían encon-trado ese trabajo altamente indeseable y lo usaban como un trampolín para pasar a trabajos que ofre-cieran mejores condiciones y de pago, como son trabajos de jardinería, construcción, hoteles y restau-rantes, lavandería, y hasta encontramos algunos que iniciaron su pequeño negocio. Por ejemplo encon-tramos un inmigrante mexicano de Veracruz quien llegó en 1995 y que dejó su trabajo inicial en la planta procesadora y puso su propio pequeño negocio de mosaicos para construcciones; el tiene ahora

    6 Esto es consistente con las conclusiones de otros investigadores mexicanos, en el sentido de que Veracruz se ha convertido desde mitad de los años 90´en un importante estado de expulsión por la primera vez, especial-mente hacia el sur y este de los Estados Unidos. Notas de campo en el panel de LASA en 9/8/01, Perez Mon-terosas 2001)

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    bastante trabajo y está empleando a una media docena de amigos inmigrantes también durante los veranos (entrevista 3/20/02) 5.-La agricultura trabajo-intensiva en Estados Unidos. Tal como se señaló anteriormente la región también está caracterizada por un fuerte sector agrícola y también la agricultura trabajo intensiva que se centra en el cultivo de: tabaco, vegetales, frutas, nueces, fresas, horticultura y bienes de invernadero ha vivido una profunda reestructuración, gracias a la cual la producción se ha triplicado en las últimas dos décadas, al tiempo que los granjeros han duplicado sus ingresos. Los importantes desarrollos tecnológicos en relación con transportación y almacenamiento vinculado con cambios en los gustos de los consumidores cuya preferencia favorece las frutas y los vegetales así como los nuevos hábitos alimenticios que privilegian tanto el pescado como el pollo, han facilitado esta expansión. Los patrones se están beneficiando del incremento en el acceso a los mercados globales experimentando extraordinarios niveles de productividad con ganancias nunca antes vistas, el trabajo no está compartiendo estos beneficios. Por el contrario, entre 1989-1998 el ingreso real de los trabajadores agrícolas cayó de 6.89 a 6.18 y perdieron el 10% de su capacidad de compra en la última década. (Nacional Agricultura Worker Survey:2000) Entre 1989 y 1998 se reporta que las condiciones de trabajo y de vida en las granjas de Estados Unidos han cambiado para peor. Sólo mejoraron en pocas áreas. Por ejemplo en 1997-1998 compa-rado con 1989-1990, hubo un modesto incremento en el número de trabajadores agrícolas que repor-taron tener acceso a baños en los campos, así como agua potable para beber y lavarse. Pero en general la mayoría de los trabajadores agrícolas estuvieron peor en 1998 que en 1988. Trabajaron menos semanas, ganaron menos por hora en términos reales, continuaron teniendo ingresos a niveles de pobreza y utilizaron menos los programas públicos de asistencia.

    Históricamente los trabajadores agrícolas han sido tratados de manera diferente en relación con un conjunto de leyes de protección al trabajo. El gobierno estadunidense ha permitido a los patrones ejercer un trato diferenciado respecto a los otros trabajadores de otras industrias. A los trabajadores agrícolas se les excluye de las leyes de protección al salario mínimo, a muchos se les niega el derecho del pago de horas extras así como el de organizarse para la negociación colectiva. Muchos granjeros están exentos de la obligación de proveer agua potable para beber, baños y facilidades para lavarse las manos.

    Nosotros tuvimos la oportunidad de visitar el campo de trabajadores agrícolas de Westover (MD) en el que viven cientos de cultivadores de jitomate, y que viven allí por periodos de seis semanas entre julio y agosto, aunque algunos trabajadores se quedan hasta la estación de octubre. La mayoría de los que habitan en esos campos son centroamericanos pero ahora cada vez más se encuentran mexi-canos, la mayoría son indocumentados, de acuerdo con las personas que trabajan con ellos, tanto reli-giosas como abogados. (7/16/01, 8/25/01). Este es uno de los más grandes campos de trabajo agrícola en la costa este de los Estados Unidos de acuerdo con los funcionarios de la red nacional de salud para migrantes (notas 10/15/01). Tiene una licencia del estado con capacidad para 750 personas, aunque los activistas religioso han hecho un censo informal durante los tiempos pico de la estación y han es-timado que viven allí hasta 1000 personas (notas 7/16/01).

    Lo que nos llamó la atención fueron las malas condiciones en las que se alojan estos trabaja-dores. El campo de Westover fue antiguamente un campo para prisioneros alemanes durante la segun-da guerra mundial y así luce por supuesto; localizado en un área de pantano construido en madera, cada uno subdividido por aproximadamente 15 o 20 pequeñas barracas de madera, muy cercanas unas de otras, cada una supuestamente tiene que alojar tres personas por 10 dólares por semana cada una (notas 7/16/01). El agua es el gran problema. No hay alcantarillado, existen letrinas, dos (una para cada sexo) cada dos construcciones (es decir por cada 100-120 personas). Cada letrina tiene sólo de 6 a 8 excu-sados. Hay agua corriente para las duchas y lavabos en las letrinas. La otra fuente de agua para los residentes es una pipa de agua que está al final de cada uno de los edificios (notas 7/16/01). Muchos se quejaban del mal sabor del agua por lo que preferían obtenerla de un manantial cercano que tenía mejor sabor. El personal de Seton Center había probado el agua y se dieron cuenta que era muy alta

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    en nitratos, se les advirtió a los habitantes de los campos, pero ellos no hicieron mucho caso ya que les sabía mejor, y siguen bebiéndola a pesar de todo. (notas 10/16/01)

    Precisamente estas condiciones han provocado que también los migrantes mexicanos docu-mentados que tradicionalmente se han incorporado laboralmente al sector agrícola de los Estados Unidos, a partir de la mitad de los años 80´, y después de la amnistía de IRCA, una parte importante buscara mejores condiciones. De tal suerte que se puede detectar un cierto cambio en el patrón migra-torio pues quienes ahora están llenando los lugares de los que abandonan el sector son los migrantes indocumentados. Se calcula que en 1986 menos del 10% de los trabajadores agrícolas eran indocu-mentados, pero en 1990 estos mismos cálculos mostraron un ascenso entre el 40 y 50%. (Runsten, David:1991)

    6.- Servicios Sociales En el pasado reciente uno de los servicios sociales que ofrecía el condado era la llamada estam-pillas para comida (food stamp program). Pudimos darnos cuenta de que había mucho interés por parte del condado local ya que emplea a personal bilingüe para ayudar a los trabajadores migrantes agrícolas. Habría que destacar que para inicios de 1980 este condado había reclutado a cerca de 1000 migrantes para el verano, pero después de los cambios de la ley federal en 1996 que establecía que sólo los migrantes legales, sin excepción, podían gozar de este servicio, se ha visto una reducción impresio-nante a sólo 100 migrantes o menos los que gozan de este beneficio, y se esperaba que para los vera-nos subsecuentes todavía se reduzcan más aquellos que pueden tener las estampillas para comida. Esto es atribuido, por parte de un funcionario que trabaja en los servicios sociales, a que cada vez hay más migrantes indocumentados y que por lo mismo no pueden participar de este programa. Además, la oficina del condado que otorga este servicio social está obligada a checar los papeles de cada inmi-grante a través de un nuevo sistema automatizado por computadora para detectar falsos documentos, necesario debido a la ley de 1996 (notas de 7/16/01). Dadas estas medidas no sorprende que pocos migrantes, mexicanos entre otros, puedan gozar de este programa, aún cuando los servicios sociales en este condado hayan hecho un enorme esfuerzo para trabajar con ellos. En contraste, en otro condado vecino, no hay ni una sola persona en los servicios sociales que hable español. Los proveedores de servicios de salud (medical care) han respondido al crecimiento de mexica-nos y otros migrantes latinos con una especie de indiferencia entre los actores principales. Una de las principales clínicas locales que recibe fondos federales para servir a clientes de bajos ingresos en algu-nos condados, incluyendo de manera específica a los trabajadores agrícolas migrantes, ha hecho muy poco para dar servicio a los mexicanos y otros latinos migrantes. Hasta muy recientemente, no se empleaba a ningún empleado que hablara español y los abogados que trabajan con ellos reportaban la absoluta falta de simpatía de esta burocracia con los migrantes. (Debe mencionarse que los programas que reciben fondos federales excluyen en general a los migrantes indocumentados de los cuidados que no sean urgentes). Debido a ello los abogados locales han llevado a esta gente a una pequeña clínica que se encuentra a 45 millas de allí donde el personal empleado es mucho más amable con estos mi-grantes. (notas de 8/15/01). También encontramos algunos datos con nuestros entrevistados (tanto de migrantes como algunos proveedores de estos servicios) que nos sugieren que tanto en el área de hos-pitales, como los servicios de ambulancia, como las clínicas médicas “regulares” de la región han hecho muy poco para ajustarse al crecimiento de la población latina en la región. Por ejemplo, no han incor-porado a nadie, o casi nadie que hable español, están solo para todos los trámites, y cuando es posi-ble hay sólo traductores voluntarios de la comunidad a los que se les llama sólo eventualmente. Sin embargo esta tendencia está cambiando gracias a la labor de diferentes grupos religiosos que están vinculados con los abogados de inmigrantes. Otro ajuste positivo que hemos encontrado es el caso de un niño ciudadano estadunidense, hijo de indocumentados mexicanos que ha sido diagnosticado de fibrosis cística, que nació en la localidad y al que se le ha proporcionado cuidados médicos y el trata-miento especializados que requiere debido al apoyo de los trabajadores sociales del condado (notas de campo 7/25/01). A pesar de las barreras, un número importante de organizaciones de abogados y en muchas ocasiones afiliados a grupos religiosos, han encontrado maneras creativas para asegurar por lo menos algunos cuidados médicos a los latinos inmigrantes, muchos de los cuales son mexicanos, incluyendo

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    indocumentados. El personal de una oficina pequeña de la rama de la organización denominada Cat-holic Charities, Seton Center en la localidad de Princess Anne, MD, ha estado especialmente dedicada a proporcionar ciertos cuidados médicos a los mexicanos indocumentados y a otros clientes latinos que necesitan asistencia, muchas veces con gran éxito (notas 8/16/01).

    Sin duda de el más grande proveedor de servicios para migrantes latinos en la región es el cen-tro La Esperanza den Georgetown, DE, cuyo trabajo se ha dirigido principalmente a migrantes gua-temaltecos, y a mexicanos en un menor grado. Es una organización que se formó a finales de 1996 por algunas monjas españolas, un funcionario retirado del Banco Mundial nativo de Chile y un sacerdote Episcopal, todos ellos recién llegados al área por diferentes razones (notas 3/02/01, ver también Bor-land 2001). Estas personas reconocieron que la incipiente comunidad de inmigrantes guatemaltecos se encontraba con verdaderas necesidades de ayuda y tenían servicios deplorables, por lo tanto acorda-ron empezar a proporcionarles servicios legales (muchos de los antiguos residentes guatemaltecos apli-caban para asilo político) y otros servicios básicos. Ha desarrollado otros servicios para los migrantes latinos, incluyendo un centro latino cultural, guarderías para niños de migrantes, un programa contra la violencia doméstica, así como la clínica, que mencionamos arriba, Delmarva Poultry Justice Allian-ce, y a una trabajadora social del sindicato de las plantas polleras (bilingüe). También se han logrado otorgar otros servicios en Georgetown incluyendo una liga regional de fútbol soccer, una estación de radio en español y un periódico mensual. Una vez más, la mayoría está orientada o inspirada en la importante comunidad guatemalteca que se encuentra aquí, pero a los inmigrantes mexicanos en el área también se les ofrecen los servicios, y todavía se les otorgará más si en el futuro su presencia con-tinua siendo importante aquí. A inicios del 2001 Catholic Charities expandió su trabajo para los inmigrantes de la oficina de Georgetown a una oficina en Salisbury. Además, Bienvenidos a Delmarva creada en la primavera del 2001 por la Universidad de Salisbury tiene el objetivo de proporcionar diversos servicios sociales para tratar de ayudar a los latinos inmigrantes en Maryland, que es parte de la península de Delmarva (no-tas 4/18/01), particularmente con todo aquello relacionado con educación y literatura, inglés, cuidados médicos, transportación y asistencia legal (notas 8/16/01). Si bien este grupo está tomando como mo-delo el centro La Esperanza, trata además de enfatizar la importancia que tiene la coordinación entre las diferentes organizaciones que ya existen así como facilitar la provisión de servicios a esas mismas organizaciones (nota 2/12/02) Actualmente Bienvenidos está coordinando una serie de sesiones de asistencia en el área de proveedores de servicios a nivel de alojamiento en las granjas locales con una mayoría de residentes mexicanos, y desarrollando un plan para proveer mayor orientación cultural así como entrenamiento para las organizaciones locales trabajando tanto con mexicanos como otros lati-nos inmigrantes (notas, 5/16/02). De cualquier forma, dados los estrechos márgenes que permiten las leyes de inmigración en Estados Unidos, muchos de los servicios que pueden proveer son bastante frustrantes tal como se nos comentaba, pues pueden ofrecer un acceso muy limitado para aliviar la situación de los migrantes mexicanos y de los centroamericanos quienes han llegado en años recientes, particularmente guatemal-tecos y salvadoreños (notas 3/01/01; 3/02/01). Los centroamericanos que llegaron antes de mediados de 1990 tienen más posibilidades legales, por la situación comentada anteriormente en relación con la posibilidad de que pueden aplicar para el asilo político. Las restricciones presupuestales limitan la posibilidad de recursos legales para gentes de bajos recursos, como podría ser la Oficina de Ayuda Legal para los mexicanos y otros latinos inmigrantes. Esta organización recibe fondos federales y una vez más las directrices prohíben tomar como clientes a inmigrantes indocumentados. Una de las oficinas locales ha desarrollado un activo programa con un personal bilingüe designado para prestar asistencia a los migrantes agrícolas temporales. Aunque hacen visitas regulares durante la temporada a los campos de trabajo, reportan sentirse realmente frustrados por lo poco que pueden hacer para esa gran cantidad de trabajadores que en su mayoría son indocu-mentados (se estima en un 80%) muchos de los cuales son mexicanos, pero cada vez más se encuen-tran centroamericanos (notas 8/20/01). En general las organizaciones religiosas han respondido de manera muy importante a la presencia creciente de inmigrantes latinos en la región. El trabajo de La Esperanza y Catholic Charities

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    en el área, incluyendo el Seton Center, señalados precedentemente, todos basado en una fe o afiliados a alguna organización religiosa han dado invaluables servicios. Otro ejemplo muy interesante de educación para los hijos de inmigrantes es el Programa de Educación de Verano para hijos de inmigrantes en Princess Anne, MD. Es una escuela de nivel ele-mental para niños de trabajadores migratorios agrícolas temporales, que van desde niños pequeños hasta el inicio de jóvenes. Este programa tiene una duración de cuatro semanas durante julio, en la época alta del cultivo del jitomate, todos los años durante el verano y está abierto de las 7 a.m. a 6.00 p.m. para acomodarse al horario de los padres que trabajan en el campo. Se les proporciona transpor-te, y hay un personal formado principalmente por mujeres afroamericanas que cuidan y enseñan a los niños latinos inmigrantes. Las instalaciones se ven excelente y hasta ahora el programa tiene una muy buena reputación; durante el verano de 2001 cerca de 125 niños fueron reclutados (notas 7/16/01). Desafortunadamente, es por tiempos muy breves y está limitado a las familias de trabajadores agríco-las. Un pequeño pero positivo desarrollo de una biblioteca oficial reconoce la creciente presencia de inmigrantes al responder ampliando sus materiales de colecciones en lengua española y llevando a cabo algunas estrategias que les permitan servir mejor a las necesidades de los niños de acuerdo con los recursos de la biblioteca (notas, 1/15/02), 5/16/02). Finalmente, en relación con los servicios sociales, al reforzarse la ley los organismos policiales han respondido a la creciente presencia de mexicanos y latinos inmigrantes de manera muy negativa. Algunos informantes nos han señalado que han sido testigos de cómo la policía local tiene como blan-co a los migrantes latinos para pararlos en el trafico, que es muy escaso en la región y aplicarles gran-des multas por ciertas violaciones como es la falta de licencias de manejo y la falta de seguros, situa-ción que se debe a que como indocumentados no los pueden obtener (Martínez 7/23/01 notas 2/7/02). Pero hay que decir también que en el estado de Delaware la policía destinó un agente bilin-güe latino en Georgetown, DE, para trabajar específicamente con los migrantes latinos en el área y tiene muy buena reputación entre los abogados por su sensibilidad y compromiso constructivo con los migrantes (nota 11/15/00). En Wicomico County, MD, existen celdas donde se detiene a los migrantes mientras esperan su deportación. Además de que están hacinados pues hay veces que están 120 migrantes al mismo tiempo, el personal ha sido acusado de violar los derechos de los detenidos incluyendo el uso de fuerza excesiva (Montgomery 11/24/00); el grupo de detenidos por la INS es diverso, pero incluye latinos. También el INS tiene una oficina pequeña en Salisbury, pero en los últimos años la agencia ha man-tenido un bajo perfil, principalmente trabajando con las cárceles locales para transferir a los migrantes a través de ellos para custodia para deportación (notas 6/2/00 y 2/21/02) además de que a finales de los 90´ el INS condujo algunas redadas localmente.7 7.- Alojamiento La respuesta en relación con el alojamiento ante la creciente presencia de los mexicanos y otros latinos inmigrantes ha sido uno de los temas más problemáticos que hemos encontrado en nuestra investigación, entre los que destacamos la grave explotación, aunque también habría que señalar algu-nos desarrollos positivos. La falta de alojamiento decente, el deterioro de los que ya existen, insufi-ciencia de viviendas en el área es una de las más importantes preocupaciones de los migrantes, inclu-yendo para las industrias polleras, pues complica los esfuerzos de reclutamiento, de acuerdo con un funcionario de la industria (notas 6/20/02). Una notable respuesta digna de mención es el trabajo de Delmarva Rural Ministries, otra ins-tancia de grupos religiosos que han respondido activamente a la presencia de mexicanos y latinos migrantes. DRM tiene fondos federales y dispone de tres complejos de apartamento que están en muy buen estado especialmente para personas de bajos ingresos, que sean residentes permanentes con visas

    7 Por ejemplo, hubo redadas en la región contra las plantas procesadoras en 1997, cuyo resultado fue la deten-ción y deportación de 125 personas (Horowitz y Millar 1999:10) y hubo ora en 1998 a los restaurantes de mexicanos )notas de campo 6/2/00) Desde 1998 el INS tiene en sus listas un número de compañías procesado-ras de pollo quienes voluntariamente se han unido para ser elegibles en un proyecto piloto para verificar a la legalidad de los migrantes, y de esa forma evitan redadas sorpresivas. (Horowitz y Millar 1999: 6-7)

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    legales o ciudadanos estadunidenses que estén trabajando en la agricultura (notas 3/2/00, entrevista con la gerente del complejo de DRM, 10/4/01). Están localizados en Salisbury, MD, Brudgeville, De y Eastville, Va, en la página web: www.drm.com). El complejo de Salisbury es el más viejo con 11 años de antigüedad con 66 apartamentos de dos recámaras, con una capacidad de 330 personas (4-6 perso-nas por apartamento), la mayoría de los cuales son migrantes mexicanos (DRM gerente entrevistada el 10/4/01). La renta es razonable, especialmente dada la calidad y las condiciones (de $310 a $570 por mes). El complejo parece estar en extraordinarias condiciones y los pisos y los edificios con un muy bien mantenimiento, algo en lo que los residentes participan activamente. Ha sido citado en los me-dios locales como un ejemplo de “buen vecindario” en Salisbury, y el papel de los migrantes ha sido destacado (7/12/01). La gerente del complejo de Salisbury sirve como puente para todo tipo de infor-mación y como mediadora para evitar conflictos entre los residentes. Este recurso ejemplar en relación con el alojamiento tiene dos restricciones significativas. La primera es que una vez más los fondos federales se dirigen únicamente a los migrantes son el estatus de legal o ciudadanos que son los que pueden vivir allí; la gerente tiene que comprobar los papeles de todos los residentes, tanto de los adultos como el de los niños que no trabajan (DRM gerente entrevis-ta 10/4/01). La segunda restricción es que por lo menos uno de los miembros de la familia tiene que estar trabajando en la agricultura, que va desde trabajo temporal en el jitomate y otros cultivos frutales hasta el trabajo en los invernaderos, jardinería, o la industria del pollo, pero sólo aquellos que trabajan con pollos vivos. Debido a los criterios de status migratorio (por ejemplo se excluye a las plantas pro-cesadoras de pollo puesto que los pollos están muertos) se imponen condiciones para los fondos gu-bernamentales por lo que la mayoría de los mexicanos y latinos inmigrantes no son elegibles para vivir en los departamentos de DRM. Sin embargo, es sin duda un ejemplo positivo para alojar a miembros de bajos ingresos en esta región. Los migrantes indocumentados, latinos y los que no están dedicados a la agricultura se dejan a su suerte, y son por supuesto sujetos a grandes explotaciones por parte de los dueños de casas. Encon-tramos a muchos de nuestros informantes viviendo en casas sobrepobladas, apartamentos subdividi-dos, casa viejas, traileres que no tienen ningún mantenimiento y son extraordinariamente caros (700 dólares por mes para vivir en un trailer). Uno de los casos más dramáticos es una zona de departamen-tos habitada en su mayoría por migrantes mexicanos en un complejo de tres edificios con cerca de 500 habitantes, llamado ahora “little México” en un área rural fuera de Sussex, County, DE. Una de las plantas procesadoras de pollo se encuentra en las inmediaciones y este complejo de departamentos está a sólo unas cuantas millas de una de las más lujosas playas. Nuestros entrevistados nos dijeron que la mayoría de los migrantes son indocumentados y que provenían de un área alrededor de Hua-chín, Veracruz. Las condiciones en las que viven es de verdadero hacinamiento pues en un departa-mento con dos recámaras encontramos en promedio entre cuatro y 16 personas por departamento, incluyendo niños, adolescentes, y adultos jóvenes. Los residentes trabajaban por turnos, y de esa forma se rotaban los horarios para dormir (notas 7/25/01). La presión más grande que tienen los habitantes de estos departamentos es la falta de agua potable. Hay que destacar que no sólo esta crisis del agua afecta a los departamentos de este complejo habitacional sino que se extiende hacia otras áreas ya que sus habitantes trabajan en restaurantes y en la industria de comida (incluyendo preparación de comida) en la cercana zona turística de la playa, así como en las procesadoras de pollo. (El agua de este complejo habitacional proviene de un pozo, no tiene servicios municipales de agua). Muchos de los residentes nos dijeron que no sólo el agua es im-posible de beber, pero hasta es imposible lavarse con ella pues les da enfermedades de la piel (notas 7725/01). Aparentemente esta situación se ha mantenido por muchos años, como nos comentaba un antiguo residente que había vivido allí (entrevista con Miguel 3/26/02). De allí que los residentes esta-ban forzados a conseguir su propia agua para beber y bañarse teniendo que comprarla en lugares como lavanderías y en muchas ocasiones teniendo que cargarla tres pisos. Cuando les preguntamos acerca de si habían hecho intentos para resolver el asunto, una de las residentes nos señaló que se lo había comentado al dueño, pero este se rehusó a tomar cartas en el asunto, y ella supuso que eso se debía a que este hombre sabía que eran indocumentados y que por lo tanto no podían reportarlo a ninguna autoridad pues tenían miedo de que los pudieran deportar. (entrevista 7/25/01)(12) Hay que señalar

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    que los residentes pagan aproximadamente entre 530-600 dólares por mes) y el aire acondicionado no les sirve además de que las ventanas no tienen mosquiteros. (7/25/01). Si bien es cierto que la respuesta de los proveedores de servicios como es el alojamiento ante la creciente llegada de migrantes mexicanos y latinos presenta una gran cantidad de problemas, tam-bién es cierto que muchos de estos migrantes han hecho grandes progresos en el área. En nuestra in-vestigación encontramos ya que algunos indocumentados mexicanos han logrado moverse de estas pobres condiciones de vivienda hacia mejores formas de alojamiento. Algunos hasta se han convertido en propietarios de sus propias casas. En realidad no podemos decir qué tan extendido es este progreso ni queremos tampoco sugerir que el problema del alojamiento está siendo solventado, pero es realmen-te muy indicativo el comprobar cómo los migrantes mexicanos hacen enormes esfuerzos a pesar de los grandes obstáculos que tienen que enfrentar para buscar soluciones. Conclusiones

    Los migrantes mexicanos así como otros migrantes latinos han tenido un variable pero signifi-cativo impacto local y han hecho grandes avances en los temas de trabajo, así como en relación con la actividad sindical, servicios sociales, vivienda y relaciones interétnicas, vinculados con otras organiza-ciones y otros actores que han respondido de manera constructiva a su creciente presencia. Esto es muy destacado, sobre todo si tomamos en cuenta la gran cantidad de migrantes indocumentados que residen en el área en una región considerablemente conservadora. Los indocumentados tienen una severa limitación para ejercer sus derechos formales, ya que la visión que ha sido reforzada es la de que los derechos son condicionales a su estatus legal. A pesar de esta tremenda barrera opuesta por la falta de estatus legal y en marcado contraste con la política nacional, ha habido importante logros en relación con los derechos humanos de los mexicanos indocumentados y otros migrantes latinos a nivel local en la Península de Delmarva. Como la presencia de estos grupos ha ido creciendo en los años recientes, muchos actores locales se han vuel-to conscientes tanto de sus contribuciones a nivel de la comunidad como de sus necesidades básicas humanas, y muchos han encontrado la manera de proporcionarles cierto tipo de asistencia o por lo menos de reconocerlos como miembros de la comunidad, sin importar su estatus legal. Por lo tanto el acceso y el derecho de los migrantes se han ido expandiendo en las áreas de trabajo, educación, asis-tencia legal, y otras, en parte debido al reconocimiento informal de la mutua humanidad a nivel local. Este reconocimiento y asistencia viene de diversos tipos de actores, especialmente basados en alguna fe religiosa, ONG´s y funcionarios sindicales, pero también agentes políticos, educadores de todo tipo, proveedores de salud y otros más tipo ONG’y hasta en algunos empleadores. Esto se ha debido en gran parte a la actividad de los propios migrantes mexicanos y los migrantes latinos en general traba-jando junto con un innovador y tenaz grupo. El tamaño relativamente pequeño de las áreas de la co-munidad hace mucho más directo el contacto personal entre sus abogados y al conjunto de actores sociales. En el futuro nosotros esperamos una mayor presencia de migrantes mexicanos como residen-tes asentados en Delmarva, aunque esta predicción está sujeta a políticas nacionales y binacionales y a los cambios económicos. El censo del 2000 mostró que los mexicanos son el grupo mayoritario entre los latinos migrantes del área, y nuestra investigación sugiere que su presencia aquí ha ido creciendo desde entonces. También creemos que los mexicanos irán llenando otro tipo de trabajos que son nece-sarios en la región, especialmente construcción y servicios, aunque la industria pollera seguramente se mantendrá como el primer punto de los nuevos llegados. Dados estos factores, anticipamos que el interés en reconocer y asistir a los migrantes mexicanos crecerá tanto entre los proveedores de servicios como entre los actores políticos. De cualquier manera los problemas de vivienda continuarán proba-blemente, como ya es una plaga típica tanto de la clase trabajadora como de los residentes pobres de todo tipo. Aunque habría que señalar que la posibilidad de activismo ha sido disminuido con la deci-sión de la Suprema Corte, negando los derechos a organizarse de los trabajadores migrantes indocu-mentado (see Lane, 3/28/02).

    El futuro de las relaciones interétnicas está abierto. Por un lado, si las cosas se llevan a una competencia suma-cero entre los grupos subordinados, entonces es probable que se incremente la hos-tilidad, especialmente entre los afroamericanos y los latinos. Esta tendencia ha estado presente, pero

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    no es dominante, por lo tanto puede ser evitada si se proporciona mejores oportunidades a los grupos subordinados del área, una tarea de gran alcance sin duda. Por un lado los intereses crecientes entre actores locales y los intercambios interculturales con los mexicanos y latinos migrantes deben ayudar a mejorar las relaciones interétnicas. También esperamos un mayor activismo político y social de los migrantes mexicanos y otros latinos pues esto es solo el inicio, que podrá incrementarse cuando lleven más tiempo establecidos. Esto debería contribuir constructivamente a las relaciones interétnicas y también dar más peso a los derechos de los migrante así como a la expansión de su vida civil y de una democracia participativa (no formalmente electoral).

    Sin embargo, el creciente interés que hemos visto en algunas organizaciones tratando de com-prender la cultura de los latinos y mexicanos puede llevar a intercambios interculturales que mejorara sin duda las relaciones interétnicas. Los cambios políticos federales y binacionales puede facilitar de manera importante esto. De otra forma, estaríamos enfrentando la perspectiva de un crecimiento (ya podemos decir que es la más grande minoría en algunas comunidades) de una población inmigrante sin derechos, cuya exclusión de las oportunidades para ejercer influencia política es una tremenda contradicción para una sociedad democrática. En relación con los derechos humanos nosotros nos pronunciamos en contra de la visión de la ciudadanía y a favor de la de los derechos humanos, que señala que por lo menos los derechos básicos son incondicionales y trascienden las fronteras nacionales o al estado, porque si bien la nación es fi-nalmente el árbitro político real en última instancia de los derechos, bajo nuestro marco conceptual puede hacerse más que aceptar de manera acrítica y por lo tanto reforzar el status-quo y con ello eli-minar la responsabilidad del estado y otras organizaciones cuando se inhiben la dignidad humana y el bienestar, especialmente cuando sus acciones dañinas caen entre las leyes de una nación. De acuerdo con los resultados de nuestra investigación, es claro que la visión de la teoría de la ciudadanía que condiciona los derechos es en la práctica lo que está afectando a los migrantes mexi-canos, especialmente los indocumentados. Estos últimos de manera especial se enfrentan a prácticas de explotación y de negación de la dignidad en muchos aspectos. La falta de reconocimiento por parte del estado del estatus legal migratorio como miembro legítimo o por lo menos como huésped de la sociedad, cobra relevancia en los intentos de los gerentes para intimidar a los trabajadores migratorios de la industrias polleras ya sea echándolos abruptamente, como el caso que describimos de un trabaja-dor migrante indocumentado que se lesionó, o amenazándolos de manera velada con la deportación para tratar de evitar que votaran en una elección sindical. La misma falta de estatus legal permite a los empleadores una mayor explotación de los mexicanos migrantes indocumentados y los enfrenta con los trabajadores afroamericanos como una fuerza de trabajo más flexible. Simplemente, la falta de un status temporal legal permite a los propietarios negarles agua potable a cientos de migrantes mexicanos por años poniendo en riesgo hasta la salud de la población de la región. Esto se hace evidente en las terribles condiciones en las que viven en los campos de labor, en el antiguo campo alemán. Es más se les niega el acceso hasta a los servicios sociales que otorga el gobierno como son las estampillas de comida, los cuidados médicos fuera de los de urgencia, o el alojamiento adecuado para los trabajadores agrícolas. Por el contrario el reconocimiento del estatus de migrante legal permite el acceso a muchos servicios y da una mayor posibilidad para enfrentar las prácticas abusivas, como fue el caso de la ex trabajadora de línea en la planta procesadora ahora vicepresidenta local del sindicato. A pesar de estas barreras, se ha avanzado de manera significativa en relación con los derechos humanos a nivel local. Es notable el hecho de que los funcionarios sindicales (aunque a regañadientes) finalmente lucharon por los derechos de los trabajadores migrantes mexicanos que se fueron a la huel-ga, muchos de ellos indocumentados y se concentraron en ellos para revitalizar el sindicato y pudie-ron, gracias a su activismo, avanzar en sus derechos (aunque ahora la Suprema Corte negó el derecho de sindicalización a los trabajadores indocumentados lo que hará muchos más difícil victorias en este sentido (ver Lane 3/28/02). Los mexicanos migrantes buscan incrementar su bienestar y su dignidad tratando de cambiar-se de aquellos trabajos en los que sufren gran explotación como es en las industrias procesadoras de pollo y la agricultura hacia mejores tipos de trabajo, y cuando es financieramente posible buscan tener mejores condiciones de alojamiento. También hay, aunque ciertamente en pequeña escala organiza-ciones y residentes locales, la mayoría afiliadas a las iglesias aunque también algunas ONG´s y otras

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    con fondos gubernamentales que por lo menos de manera implícita adoptan la visión de los derechos humanos buscando asistir a los mexicanos y a otros latinos inmigrantes, sin importar su estatus legal. Estos actores locales, todavía se presentan en pequeña escala, pero sin duda están creciendo, como sucede con los abogados que trabajan para ayudarlos a tener acceso a cuidados de salud y educación, así como asistencia legal. Lo que resulta interesante es el hecho de que empieza a darse un reconocimiento de los miem-bros de la comunidad en relación con la invaluable contribución de los migrantes. Los migrantes mexi-canos así como los otros migrantes latinos han hecho muy importantes progresos en relación con sus derechos humanos a través de acciones a nivel local, aunque aún estamos en un proceso inicial y sin duda se necesita hacer muchos más progresos en este sentido. Lo que si parece realmente destacado es lo mucho que se ha logrado dados los pocos años que lleva la migración en esta región, tanto en lo que se refiere a las comunidades receptoras de Delmarva así como para los recién llegados inmigrantes mexicanos provenientes de un área que hasta ahora no ha sido tradicionalmente expulsora, como es Veracruz. Queremos concluir reiterando la tendencia progresiva que hemos encontrado en casi todos nuestros entrevistados que la de responder no victimizándose sino, los migrantes mexicanos no acep-tan de manera pasiva su situación, como se piensa generalmente.

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    Apéndice 1 CLASIFICACION HISPANICOS Y SUB-GRUPOS DE PO-PLACION

    3 CONDADOS EN DELMARVA *

    Sussex Country, Delaware 1990 2000 % Cambio Total Hispánicos 1,476 6,915 369% Orígen Mexicano 708 3,108 339%

    Otros Hispanos (incluyendo Centro América) 330 2,687 714% Centro America** ND 1,610 ND

    Guatemala ND 1,426 ND Puerto Rico 399 1,029 158% Origen Cubano 39 91

    Hispanicos % población del condado 1.30% 4.40%

    Wicomico Country, Maryland 1990 2000 % Cambio Total Hispanicos 610 1,842 202% Mexicanos Origen 155 664 328%

    Otros Hispanos (incluyendo Centro America) 255 595 133% Centro America** ND 99 ND

    Guatemala ND 30 ND Puerto Rico 177 519 193% Cubanos origin 23 64

    Hispanos % de la población condado 0.80% 2.20%

    Accomack Country, Virginia 1990 2000 % Cambio Total Hispanos 452 2,062 356% Mexicanos Origen 246 1,364 455%

    Otros Hispanos (incluye Centro America) 149 620 316% Centro America** ND 420 ND

    Guatemala ND 388 ND Puerto Rico 52 72 Cubanos origin 5 6

    Hispanos % de población condado 1.40% 5.40% *Estos tres condados tienen volumen de población hispánica en Delmarva que nos interesa para nuestro estudio (desede Sussex County hacia abajo). Los otros tres condados en nuestra región de interés tenían entre 596-334 residentes hispanos en 2000 y aún menos en 1990.

    **Los datos de Centroamérica como una categoría , incluyendo un número específico de condados estaban disponibles para el censo de 2000 pero no para el censo de 1990. Después Centroamérica fue colocada en la categoría de “otros hispánicos”.

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    Apéndice 2

    Tabla 2. Hispanos por Sub-Grupo Población in algunas ciudades en Sussex Co.,Del.

    Georgetown, Sussex Co., Del. 1990 2000 % Cambio

    Total Hispanos 75 1,473 1864% Mexicanos Origen 32 191 497%

    Otros Hispanos (incluyendo Centro América) 30 1,238 4027% Centro America ND 1,018 ND Guatemala 1,003

    Puerto Rico 13 42 Cubanos origin 0 2

    Hispanos % población condado Selbyville, Sussex Co., Del. 1990 2000 % Change

    Total Hispanos 25 347 1288% Mexicanos Origen 20 267 1235%

    Otros Hispanos (incluye Centro América) 3 702 233% Centro America ND 34 ND Guatemala

    Puerto Rico 2 10 Cubanos origin 0 0

    Hispanos % población condado Frankford, Sussex Co., Del. 1990 2000 % Change

    Total Hispanos 1 148 14700% Mexicanos Origen 0 134

    Otros Hispanos (incluye Centro America) 0 14 Centro América ND 9 ND Guatemala

    Puerto Rico 1 0 Cubanos origin 0 0

    Hispanos % población condado Bridgeville, Sussex Co., Del. 1990 2000 % Change

    Total Hispanos 63 239 279% Mexicanos Origen 39 173 344%

    Otros Hispanos (incluye Centro America) 12 26 117% Centro America ND 5 ND Guatemala ND ND

    Puerto Rico 12 39 225% Cubanos origen 0 1

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    Hispanos % población condado

    Milford, Sussex Co., Del. 1990 2000 % Change Total Hispanos 225 594 164% Mexicanos Origen 120 280 133%

    Otros Hispanos (incluye Centro America) 32 138 331% Centro America ND 74 ND

    Guatemala ND 50 ND Puerto Rico 73 168 130% Cubanos origen 0 8

    Hispanos % población condado

    Seaford, Sussex Co., Del. 1990 2000 % Change

    Total Hispanos 74 285 285% Mexicanos Origen 18 171 850%

    Otros Hispanos (incluye Centro America) 27 52 93% Centro America ND 8 ND Guatemala

    Puerto Rico 28 55 96% Cubanos origen 1 7

    Hispanos % población condado Salisbury, Wicomico, Co. MD 1990 2000 % Change

    Total Hispanos 252 806 220% Mexicanos Origen 60 251 318%

    Otros Hispanos (incluye Central America) 124 305 146% Centro America ND 47 Guatemala

    Puerto Rico 54 222 311% Cubanos origen 14 28 100%

    Hispanos % población condado Fuente: US Census 1990, 2000.

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