29 Junio 2007
Por fin, S.S. Benedicto XVI, aprobó
benignamente, en la persona del
Emmo. Cardenal Darío Castrillón Hoyos,
las Constituciones del Oasis de Jesús Sacerdote,
de vida contemplativa, pasando, desde ese día,
a pertenecer a la
Comisión Pontificia “Ecclesia Dei”.
...“ERIGE EL INSTITUTO
“OASIS DE JESÚS SACERDOTE”
COMO MONASTERIO SUI IURIS…..”
La aprobación del Oasis fue una gracia
extraordinaria y un día de gran alegría. Todos
los sacrificios, trabajos y penas quedaban
copiosamente compensados.
Alcanzar de Dios la santificación de los
Sacerdotes y almas consagradas, siguiendo
el espíritu de San Francisco de Sales,
nuestro Padre espiritual, el cual, sin dejar
las penitencias corporales, insistía más en
las virtudes interiores: humildad,
obediencia, alegría, silencio, caridad.
Se llama “Oasis” por dos razones:
1) para ser, en medio del mundo, un Oasis
de paz y descanso para Jesús y sus
Sacerdotes, 2) porque sus letras encierran
providencialmente el espíritu del Oasis:
Hna. María de los
Sagrarios
Abandonados
12.VI.1937 + 8.I.2014
Fue una de las 4 Hermanas Fundadoras del Oasis.
Se entregó totalmente al Oasis a la edad de 23 años.
Su amor a la Virgen crecía día a día y Dios se
complacía en ella y le concedió el don de la
contemplación. Su oración preferida era Getsemaní.
Allí aprendió el silencio, el abandono a la Voluntad
de Dios, el desapego de las criaturas, el espíritu de
sacrificio, la sencillez del amor, el perdón de las
faltas de los demás..., que la elevaron a gran
perfección.
Fin del Oasis
Oración, Amor, Sumisión,
Inmolación, Silencio
Su lema es el de Jesús:
“Pro eis sanctifico
meipsum” “Por ellos me santifico a mí mismo”.(Jn.17,19)
Hna. María Sherry de la
Madre de Dios
9.XI.1978 + 29.VII.1998
Después de sentir la llamada
de Dios ingresó en el OASIS a
los 18 años. Alma sencilla,
alegre y humilde, ofreció su
vida por los Sacerdotes y almas consagradas de todo el
mundo. Dios la aceptó.
Su amor: Jesús, sólo Jesús.
Su refugio: el Corazón Inmaculado de María.
Su anhelo: la santificación de los sacerdotes y almas
consagradas.
Su ansia: ir al cielo. Su alegría: el Oasis.
Su vida: edificante.
Su petición a Dios: morir en el Corazón de María y
que allí fuese Jesús para llevársela al Cielo.
Las dos Flores del Oasis
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