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Japón, país de maravillosos pai sajes, rica historia y una precio- sa herencia de cultura, vibra en estos momentos de febril activi dad ante la responsabilidad enor me que pesa sobre sus hombros con motivo de los próximos Jue gos Olímpicos que se disputarán en Tokio del 10 al 24 de octubre del año próximo. Junto al ritmo incesante que a los trabajoa de puesta a punto de las múltiples instalaciones, se vie nc realizando, desde Hokkaido al norte hasta Kyushu al sur, se es- tán edificando un número de ex- traordinario de nuevos hoteles y residencias del más puro estilo japonés ‘— equipados a la moder na a fin de aumentar los alo- jamientos de quienes visiten este país con ocasión del magno cer tamen deportivo. Otoño en Japón, la estación en que la naturaleza se abre en mil encantos en cada ladera o rincón de la tierra. La época del año en la que los crisantemos están en plena floración y en las colinas y cañadas los arcos se hallan cii todo su esplendor, cubriendo de follaje escarlata el paisaje. País de ensueño, que mantiene fielmente sus tradiciones, pero que ha sabido adaptarse al ritmo trepi dante de la vida moderna, para ofrecer al mundo entero un espec táculo sin igual con motivo de la primera Olimpiada que se dis putará en Asia, alto honor que los deportistas japoneses tienen muy a gala, como símbolo de una su- perioridad indiscutible en el Leja no Oriente. Y en el centro de la región de Honshu y frente a la Bahía de Tokio, la ciudad del mismo nom bre, capital del antiguo Imperio del Sol Naciente, llamada antigua- mente Edo, con una extensión de más de dos mil kilómetrd oua- drados y una población de más de diez millones de habitantes que no consigue igualar ninguna otra en el Mundo. Centro admunistra tivo, educacional y financiero del país, es metrópoli muy occidenta lizada pero que a la vez conserva mucho del encanto del mundo que ya pasó. Ciudad cuya caracterís tiiia más atractiva para el visitan- Japón cuenta en la actualidad con una muy poderosa organiza- ción de propaganda en la que la prensa y la televisión desempeñan una importantísima función. La prensa, como medio privile giado de información, es una de las mds poderosas del mundo, en cuanto a difusión, existiendo en la actualidad, nada menos que un total de 255 diarios, que si se cuen tan las ediciones matutinas y ves- pertinas de muchos de ellos, al- canzan una circulación diaria de más de treinta y ‘seis millones de ejemplares. Esto significa que en cada hogar japonés se lee, por promedio, dos diarios por día. La última estadística de las Na clones Unidas, revela que solamen te los Estados Unidos, supera a Japón, en difusión de prensa cori la circulación de 55 millones de ejemplares de diarios cada jorna da. Baste decir, para demostrar la importancia que en el lejano Ja- pón tiene la prensa que solamente tres diarios, el «Asahi», «Mainichi» y «Yomiuri)), tienen una circula- ción de más de tres millones de ejemplares cada uno de ellos di»- riamerite. cubierto de frondoso arbolado, donde manadas de gamos discu tren en la mayor libertad o la isla santuario de Miyajima, joya engastada en el Mar Interior, en cuya playa norte se levanta el mo- numental templo de Itsukushinia. Este es el Japón milenario, el que se precia de la generosa hos pitalidad con que recibe a sus vi- sitantes, el que admira y maravi lla y el que se dispone a dar la bienvenida a atletas del mundo entero. El Japón, que sin ánimo de emular glorias de pasados Juegos Olímpicos, trabaja con afán y te- són pocas veces superado, para ha- cer del certamen deportivo que hará en Tokio centro de atención mundial el próximo otoño, un acontecimiento que marque un hito en la historia del oilmpismO. Por vez’ primera la bandera de los cinco aros sobre fondo blanco será izada oficialmente en un país asiático. Por vez primera, asimismo, unos Juegos Olímpicos podrán ser segui dos en directo en las pantallas de la televisión, en el más apartado rincón del mundo. Por vez primera igualmente el Japón, recibirá a la flor y nata del deporte mundial. Y la responsabilidad que ello encierra, no escapa en modo algu no ni a los dirigentes deportivos ni políticos del Japón y por ello se trajaja sin cesar para respon der a la confianza que en Roma depositó en ellos el Comité Ohm- pico Internacional, LA TELEVISION JAPONESA Hace exadtamente diez años ini- ció sus primeras armas en el cam po de la televisión, contándose en la actualidad con un total de 220 estaciones televisoras. Este increíble auge de la tele- visión coincide con la no menor extraordinaria venta de aparatos de televisión, a precios muy ase- quibles para el japonés, como lo demuestra el hecho de que més del ochenta por ciento de familias japonesas, cuentan con un recep tor en sus hogares. Muchas son las industrias naci das en Japón, al amparo de este poderoso medio de difusión, que dan vida a numerosas familias, antes residentes en las zonas más apartadas de la isla dedicadas a la agricultura. En 1957, subvencionadas por el Gobierno comenzaron las expe riencias de la televisión en color, que se espera alcance su plenitud técnica no más allé de dentro de un par o tres de años. Como puede verse también en es- te aspecto, Japón anda a la zaga de los Estados Unidos, nación que indudablemente ve en la invasión de aparatos de televisión «Made in Japan)>, Ufl rival de gran peli gro en los mercados mundiales. LA RADIO EN EL .JAPON e8 enigm4tica mperia dee &oC Naciente e diapone a aørtr Coa 9raaa a Co deportista deC Mundo entera con motivo de C *: * * *: * * * * * * * * $r * *,* * . licado arte polícromo de las mi- niaturaS o escultuas talladas en nácar, porcelana y materiales si- nsilares. Japón presenta hoy al via2ero que llega a sus costas una faz nueva y sorprendente’;’ junto a las típicas viviendas de hoja cíe arroz se levantan las moles gra níticaS de corte americano, en los tejados las antenas cte tele- visión se entrelazan con chillo- nes colores colocados allí para ópartar los malos espíritus. Al mismo tiempo que un disco de jazz atruena la casa con sus vi- brantes melodías, la llama va- tiva arde perenne y mortecina en homenaje a los dioses farni liares protectores de la natalidad y paz hogareña. Una vista del Santuario Itsu kushima, enclavado en la isla de Nliyajima, joya engastada en el liar Interior del Japón, de 31 dlómetros de circunferencia, a Ja que puede llegarse en una iora en típicas embarcaciones orientales desde la mundialmen le famosa ciudad de Hiroshima. El «toril» del templo de Itsn kushima, ile 16 metros de altu ra, surge en medio de las aguas a unos 130 metros de la costa a y ( cli cada mi» de las tc’i Los teletipos de todo el mundo repiquetearon e 1945 con canto frenético doce sencillas palabras que encerraban un . mensaje al- tainente significativo : «EN EL DIA DE HOY JAPON HA DEJA- DQ DE SER UNA pOTENCiA». Y es que el espíritu oi-iental piosigue indeleble, mixtificado tal vez, pero persiste y persistirá de padres u hijos< con la más ti- pica tenadidad asiática, porque estamos seguros que tras los modos trajes occidentales siguen escondiéndose_mUltUu le--a’mu letos que en la intimidad serán sustituidos por kimonos de seda bordados en oro y plata. Esta es la historia reciente de TEXTO: Emilio López Jimeno un pueblo que el mundo consi de,ó típicamente gUerre?o, que . un día pescó orgullosamente sU - . : escuotlra por los mares de ¿os cinco continentes y que hoy iv- vade pacíficamente los mci-cadas con transistores y televisores «Nade iv Japan». i ‘1” ,.!rr las fuerzas de ocupación norte- americanas, propias de pginas entresacadas de una obra de Gui-- zio Malaparte, inclinaban a es- perar con marcado pesimismo lo que el porvenir iba a deparar a los moradores de aquella isla del Pacífico que durante tantos años había acaparado la atención del mundo entero por su pujanza li.ca y extraordinaria expansión !ccon ómica. Al punto. un rictus de angus tia y iemocdiniénto atenázó las mentes de las autoridades norte- americtinas. El infierno con sus más ele5trizantes .matices había ocupado el lugar en que poco ha se elevaban frágiles casas de. té y fragantes lotos. Silvestres, la sonrisa dulce y acogedora de las «gheisas» habíase tornado en una mueca de terror a la espera de horrores venideros, fácilmente pesumibles tíos las a citadas destrucciones- El pueblo amen, cono implacable con sus eneini pos, pero generoso con sus ven cidos, se entregó arduamente o la labor ímproba y agotadora de ayudar a rehacer lo deshecho. Era eZ epílogo triste y conciso de’ una contienda mundial que había bañado en sangre, desde los doradas arenas del norte de Afri ca a las lujuriantes selvas bir ma-tas. El aguila fascistas la es- vóstica nazi y entonces el dra- gón nip5n rendían ms .armas an te la auténtica . avalancha de hombres y material vólcados por losaliados n multitud de fi-en- tes de combate. . Sqbre la cubierta de un cru. cero .anqui, el ministro de Asun tO Exterioies del Imperio del Sol Poniente borraba de un enér gico plumazo toda una historia del poderío bélico nipón. Prime- ro elincontenible avance de los «marines» en todos los atolones del Pacífico y después las ate- rradoras experiencias atómicas clp Hiroshima y Nagasaki sumie ron al pueblo japonés en un psi- quismO colectivo de terror y des- moralización que hacían por el futuro de un pueblo de cultura lo ile a acia. De un violento manotazo qae. C(bO O1 otra parte ¡asgado para .ccrnpre el velo misterioso y enQnuíticO que envolvía la faz impenetrable de varias décadas de sarnisión absoluta a una di- n.ostía que durante siglos se con- .sderó descendiente del resplan dcente Sol. Y así, con tesón inagotable. realizando Ufl esfuerzo realmen te titánico, Japón poco a poco, con paso lento, pero constante, ha ido reconstruyendo lo que an tes eran escombros y ruinas va- diactivas. Junto a ese resurgir, la influencia norteamericana que ha ido calando hondamente en el temperamento nipón, transfor mando las pequeñas cooperativas de i.a época imperial en grandes Las escenas de te?-!oc y mise- empresas, aisn cuando no logra- ,ia, mostradas unte los ojos de se destei-rar, ni de mucho. l de- He aquí la imagen en bronce de más de once me tros de altura del Gran Buda, existente en Kamakur» cuando esta ciudad era la sede del gobierno feudal 220 estaciones diseminadas por t do el país. Las principales emisoras de ra cLo, dedican grandes espacios al deporte, en todas sus ramas y muy especialmente a la retransmi-’ sión de los partidos de beisbol, de- porte que llena a rebosar los gran- des estadios. Asimismo se retranS miten con frecuencia festivales de natación, deporte éste en el que espera Ja.póíi conquistar no pocas medallas olímpicas en los Juegos del año próximo. La aparición de los transistores de pequeño tamaño y reducido precio, influyó notablemente en la afición existente en la actualidad en la radio, considerándose que existen en funcionamiento en el país mds de veinte millones de aparatos. EL CINE Y TEATRO La afición existente en el Japón al arte teatral no tiene compara- ción en ningún país occidental. Las representac:Ofles de teatro es- tán divididas en clásico y moder no, correspondiendo a la primera la subdivisión de las tres siguien tes: el Noh (çie danzas rituales Y religiosas), el Teatro de Títeres (cuyos protagonistas son muñecos cíe tamaño natural) y el Kabuki (en el que los únicos artistas son hombres sin intervención alguna de mujeres). En cuanto al cine, baste decir Las emisoras de radio comen- que existen en Japón más de siete zaron a funcionar en Japón, en mil salas de proyección y que la 1925 con la «nippon Hoso Kyodai», primera película japonesa de lar- única red subvencionada por el Es- go metraje fue producida hace tarJo y que opera con una red de más de cincuenta años. 4 te es su capacidad de amalgamar lo oriental y occidental, lo moder no y lo antiguo. Y no más allá de medio «ente- nar de kilómetros de la capital, la encantadora ciudad de Kamakura, ciudad donde se venera la monu mental estatua de once metros de altura, del Gran Buda, construida en bronce hace cerca de siete si- glos. Continuar escribiendo del Japón, es obligar a citar los nombres, por ejemplo de Nagoya, famosa por la pesca de la trucha en aguas del río Nagara, usando corvejones amaestrados, o el Parque de Nara, El castillo de Osaka, enia segunda an ciudad delJapÓn situado en la. desembocadura del río Yodo La ciudad olímpica de Tokio Aspecto parcial de la Impresionante tribuna del Estadio Olímpico de Tokio

&oC Naciente e diapone a aørtr Coa 9raaa a Co deportista ...hemeroteca-paginas.mundodeportivo.com/EMD01/HEM/1963/06/16/… · ha sabido adaptarse al ritmo trepi dante de la vida

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Japón, país de maravillosos paisajes, rica historia y una precio-sa herencia de cultura, vibra enestos momentos de febril actividad ante la responsabilidad enorme que pesa sobre sus hombroscon motivo de los próximos Juegos Olímpicos que se disputaránen Tokio del 10 al 24 de octubredel año próximo.

Junto al ritmo incesante que alos trabajoa de puesta a punto delas múltiples instalaciones, se vienc realizando, desde Hokkaido alnorte hasta Kyushu al sur, se es-tán edificando un número de ex-traordinario de nuevos hoteles yresidencias del más puro estilojaponés ‘— equipados a la moderna — a fin de aumentar los alo-jamientos de quienes visiten estepaís con ocasión del magno certamen deportivo.

Otoño en Japón, la estación enque la naturaleza se abre en milencantos en cada ladera o rincónde la tierra. La época del año enla que los crisantemos están enplena floración y en las colinas ycañadas los arcos se hallan ciitodo su esplendor, cubriendo defollaje escarlata el paisaje.

País de ensueño, que mantienefielmente sus tradiciones, pero queha sabido adaptarse al ritmo trepidante de la vida moderna, paraofrecer al mundo entero un espectáculo sin igual con motivo de laprimera Olimpiada que se disputará en Asia, alto honor que losdeportistas japoneses tienen muya gala, como símbolo de una su-perioridad indiscutible en el Lejano Oriente.

Y en el centro de la región deHonshu y frente a la Bahía deTokio, la ciudad del mismo nombre, capital del antiguo Imperiodel Sol Naciente, llamada antigua-mente Edo, con una extensión demás de dos mil kilómetrd oua-drados y una población de más dediez millones de habitantes queno consigue igualar ninguna otraen el Mundo. Centro admunistrativo, educacional y financiero delpaís, es metrópoli muy occidentalizada pero que a la vez conservamucho del encanto del mundo queya pasó. Ciudad cuya característiiia más atractiva para el visitan-

Japón cuenta en la actualidadcon una muy poderosa organiza-ción de propaganda en la que laprensa y la televisión desempeñanuna importantísima función.

La prensa, como medio privilegiado de información, es una delas mds poderosas del mundo, encuanto a difusión, existiendo enla actualidad, nada menos que untotal de 255 diarios, que si se cuentan las ediciones matutinas y ves-pertinas de muchos de ellos, al-canzan una circulación diaria demás de treinta y ‘seis millones deejemplares.

Esto significa que en cada hogarjaponés se lee, por promedio, dosdiarios por día.

La última estadística de las Naclones Unidas, revela que solamente los Estados Unidos, supera aJapón, en difusión de prensa corila circulación de 55 millones deejemplares de diarios cada jornada.

Baste decir, para demostrar laimportancia que en el lejano Ja-pón tiene la prensa que solamentetres diarios, el «Asahi», «Mainichi»y «Yomiuri)), tienen una circula-ción de más de tres millones deejemplares cada uno de ellos di»-riamerite.

cubierto de frondoso arbolado,donde manadas de gamos discutren en la mayor libertad o laisla santuario de Miyajima, joyaengastada en el Mar Interior, encuya playa norte se levanta el mo-numental templo de Itsukushinia.

Este es el Japón milenario, elque se precia de la generosa hospitalidad con que recibe a sus vi-sitantes, el que admira y maravilla y el que se dispone a dar labienvenida a atletas del mundoentero.

El Japón, que sin ánimo deemular glorias de pasados JuegosOlímpicos, trabaja con afán y te-són pocas veces superado, para ha-cer del certamen deportivo quehará en Tokio centro de atenciónmundial el próximo otoño, unacontecimiento que marque unhito en la historia del oilmpismO.

Por vez’ primera la bandera delos cinco aros sobre fondo blancoserá izada oficialmente en un paísasiático.

Por vez primera, asimismo, unosJuegos Olímpicos podrán ser seguidos en directo en las pantallas dela televisión, en el más apartadorincón del mundo.

Por vez primera igualmente elJapón, recibirá a la flor y natadel deporte mundial.

Y la responsabilidad que elloencierra, no escapa en modo alguno ni a los dirigentes deportivosni políticos del Japón y por ellose trajaja sin cesar para responder a la confianza que en Romadepositó en ellos el Comité Ohm-pico Internacional,

LA TELEVISION JAPONESAHace exadtamente diez años ini-

ció sus primeras armas en el campo de la televisión, contándose enla actualidad con un total de 220estaciones televisoras.

Este increíble auge de la tele-visión coincide con la no menorextraordinaria venta de aparatosde televisión, a precios muy ase-quibles para el japonés, como lodemuestra el hecho de que mésdel ochenta por ciento de familiasjaponesas, cuentan con un receptor en sus hogares.

Muchas son las industrias nacidas en Japón, al amparo de estepoderoso medio de difusión, quedan vida a numerosas familias,antes residentes en las zonas másapartadas de la isla dedicadas ala agricultura.

En 1957, subvencionadas por elGobierno comenzaron las experiencias de la televisión en color,que se espera alcance su plenitudtécnica no más allé de dentro deun par o tres de años.

Como puede verse también en es-te aspecto, Japón anda a la zagade los Estados Unidos, nación queindudablemente ve en la invasiónde aparatos de televisión «Madein Japan)>, Ufl rival de gran peligro en los mercados mundiales.

LA RADIO EN EL .JAPON

e8 enigm4tica mperia dee

&oC Naciente e diapone a aørtr Coa

9raaa a Co deportista deC Mundoentera con motivo de C

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licado arte polícromo de las mi-niaturaS o escultuas talladas ennácar, porcelana y materiales si-nsilares.

Japón presenta hoy al via2eroque llega a sus costas una faznueva y sorprendente’;’ junto alas típicas viviendas de hoja cíearroz se levantan las moles graníticaS de corte americano, enlos tejados las antenas cte tele-visión se entrelazan con chillo-nes colores colocados allí paraópartar los malos espíritus. Almismo tiempo que un disco dejazz atruena la casa con sus vi-brantes melodías, la llama va-tiva arde perenne y mortecinaen homenaje a los dioses farniliares protectores de la natalidady paz hogareña.

Una vista del Santuario Itsukushima, enclavado en la isla deNliyajima, joya engastada en elliar Interior del Japón, de 31dlómetros de circunferencia, aJa que puede llegarse en unaiora en típicas embarcacionesorientales desde la mundialmenle famosa ciudad de Hiroshima.El «toril» del templo de Itsnkushima, ile 16 metros de altura, surge en medio de las aguasa unos 130 metros de la costa

a y (cli cada mi» de las tc’i

Los teletipos de todo el mundorepiquetearon e 1945 con cantofrenético doce sencillas palabrasque encerraban un . mensaje al-tainente significativo : «EN ELDIA DE HOY JAPON HA DEJA-DQ DE SER UNA pOTENCiA».

Y es que el espíritu oi-ientalpiosigue indeleble, mixtificadotal vez, pero persiste y persistiráde padres u hijos< con la más ti-pica tenadidad asiática, porqueestamos seguros que tras los cómodos trajes occidentales siguenescondiéndose_mUltUu le--a’muletos que en la intimidad seránsustituidos por kimonos de sedabordados en oro y plata.

Esta es la historia reciente de

TEXTO:EmilioLópezJimeno

un pueblo que el mundo conside,ó típicamente gUerre?o, que . ‘ ‘

un día pescó orgullosamente s “ U - . ‘ ‘ ‘ : escuotlra por los mares de ¿oscinco continentes y que hoy iv-vade pacíficamente los mci-cadascon transistores y televisores«Nade iv Japan».

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las fuerzas de ocupación norte-americanas, propias de pginasentresacadas de una obra de Gui--zio Malaparte, inclinaban a es-perar con marcado pesimismo loque el porvenir iba a deparar alos moradores de aquella isla delPacífico que durante tantos añoshabía acaparado la atención delmundo entero por su pujanza béli.ca y extraordinaria expansión!ccon ómica.

Al punto. un rictus de angustia y iemocdiniénto atenázó lasmentes de las autoridades norte-americtinas. El infierno con susmás ele5trizantes . matices habíaocupado ‘ el lugar en que poco ha

se elevaban frágiles casas de. téy fragantes lotos. Silvestres, lasonrisa dulce y acogedora de las«gheisas» habíase tornado en unamueca de terror a la espera dehorrores venideros, fácilmentepesumibles tíos las a citadasdestrucciones- El pueblo amen,cono implacable con sus eneinipos, pero generoso con sus vencidos, se entregó arduamente ola labor ímproba y agotadora deayudar a rehacer lo deshecho.

Era eZ epílogo triste y concisode’ una contienda mundial quehabía bañado en sangre, desde losdoradas arenas del norte de Africa a las lujuriantes selvas birma-tas. El aguila fascistas la es-vóstica nazi y entonces el dra-gón nip5n rendían • ms . armas ante la auténtica . avalancha dehombres y material vólcados porlosaliados n multitud de fi-en-tes de combate. .

Sqbre la cubierta de un cru.cero .anqui, el ministro de AsuntO Exterioies del Imperio delSol Poniente borraba de un enérgico plumazo toda una historiadel poderío bélico nipón. Prime-ro elincontenible avance de los«marines» en todos los atolonesdel Pacífico y después las ate-rradoras experiencias atómicasclp Hiroshima y Nagasaki sumieron al pueblo japonés en un psi-quismO colectivo de terror y des-moralización que hacían por elfuturo de un pueblo de culturalo ile a a cia.

De un violento manotazo qae.C(bO O1 otra parte ¡asgado para.ccrnpre el velo misterioso yenQnuíticO que envolvía la fazimpenetrable de varias décadasde sarnisión absoluta a una di-n.ostía que durante siglos se con-.sderó descendiente del resplandcente Sol.

Y así, con tesón inagotable.realizando Ufl esfuerzo realmente titánico, Japón poco a poco,con paso lento, pero constante,ha ido reconstruyendo lo que antes eran escombros y ruinas va-diactivas. Junto a ese resurgir,la influencia norteamericana queha ido calando hondamente en eltemperamento nipón, transformando las pequeñas cooperativasde i.a época imperial en grandes

Las escenas de te?-! oc y mise- empresas, aisn cuando no logra-,ia, mostradas unte los ojos de se destei-rar, ni de mucho. l de-

He aquí la imagen en bronce de más de once me tros de altura del Gran Buda, existente en Kamakur»cuando esta ciudad era la sede del gobierno feudal

220 estaciones diseminadas por tdo el país.

Las principales emisoras de racLo, dedican grandes espacios aldeporte, en todas sus ramas ymuy especialmente a la retransmi-’sión de los partidos de beisbol, de-porte que llena a rebosar los gran-des estadios. Asimismo se retranSmiten con frecuencia festivales denatación, deporte éste en el queespera Ja.póíi conquistar no pocasmedallas olímpicas en los Juegosdel año próximo.

La aparición de los transistoresde pequeño tamaño y reducidoprecio, influyó notablemente en laafición existente en la actualidaden la radio, considerándose queexisten en funcionamiento en elpaís mds de veinte millones deaparatos.

EL CINE Y TEATROLa afición existente en el Japón

al arte teatral no tiene compara-ción en ningún país occidental.Las representac:Ofles de teatro es-tán divididas en clásico y moderno, correspondiendo a la primerala subdivisión de las tres siguientes: el Noh (çie danzas rituales Yreligiosas), el Teatro de Títeres(cuyos protagonistas son muñecoscíe tamaño natural) y el Kabuki(en el que los únicos artistas sonhombres sin intervención algunade mujeres).

En cuanto al cine, baste decirLas emisoras de radio comen- que existen en Japón más de siete

zaron a funcionar en Japón, en mil salas de proyección y que la1925 con la «nippon Hoso Kyodai», primera película japonesa de lar-única red subvencionada por el Es- go metraje fue producida hacetarJo • y que opera con una red de más de cincuenta años.

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te es su capacidad de amalgamarlo oriental y occidental, lo moderno y lo antiguo.

Y no más allá de medio «ente-nar de kilómetros de la capital, laencantadora ciudad de Kamakura,ciudad donde se venera la monumental estatua de once metros dealtura, del Gran Buda, construidaen bronce hace cerca de siete si-glos.

Continuar escribiendo del Japón,es obligar a citar los nombres, porejemplo de Nagoya, famosa porla pesca de la trucha en aguas delrío Nagara, usando corvejonesamaestrados, o el Parque de Nara,

El castillo de Osaka, enia segunda an ciudad delJapÓn situado enla. desembocadura del río Yodo

La ciudad olímpica de Tokio

Aspecto parcial de la Impresionante tribuna del Estadio Olímpicode Tokio