Orsay Test - El Año Próximo Ya No Habrá Revista Orsai_1

  • Upload
    saloka

  • View
    116

  • Download
    0

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Conversión revista orsai

Citation preview

El ao prximo ya no habr revista Orsai. Le di muchas vueltas a lasprimeras palabras de este prrafo, pero supongo que es la mejor manera dedecirlo. Este nmero de Orsai, el quince, es el penltimo de una aventuraque cuando concluya, en noviembre de 2013 habr durado diecisisediciones nicas y, para nosotros, irrepetibles. Tomamos esta decisindurante mi ltimo viaje a Buenos Aires, mientras Chiri preparaba el mate en su cocinay, al revs de lo que pudiera parecer, no fue una charla meditada, ni mucho menosprevista. Fue un impulso parecido al que tuvimos hace tres aos, cuando soamospor primera vez empezar una revista sin publicidad, arbitraria y antojadiza. Entrelas muchas promesas internas que nos hicimos entonces, hubo una que siempre nosresult fundamental: en el exacto momento en que el juego se nos hiciera costumbre,tenamos que pegar un volantazo y correr hacia otra parte. No aburrirnos nosotros, sino queramos aburrir al lector. No convertir todo este juego en un trabajo sacrificado.Hubo una frase de Chiri, en medio de la charla, que me pareci una sntesis perfecta:Justo ahora, que habamos aprendido a hacerla, dijo. Nos remos entonces, y sonroahora mientras lo escribo. Es verdad: en estos ltimos meses casi aprendimos a hacerOrsai, a estabilizar los contenidos, a conseguir un producto homogneo. Y esa es,seguramente, una de las razones del cambio. Le tenemos pnico a la costumbre. Ylo peor que le puede pasar a una revista imposible es que, con el tiempo, se vuelvaposible, esperable o rutinaria. Nos dio un vuelco el corazn cuando nos descubrimoshablando del asunto, cuando vimos que estbamos tomando la decisin en serio,porque para nosotros estos tres aos no fueron nicamente la concepcin de unmedio grfico: fue una poca increble de nuestras vidas. Todos los nmeros deOrsai, incluido este en donde conseguimos entrevistar a Stephen Hawking, y sobretodo el prximo, que ser el eplogo, habrn tenido un porqu. Ninguno se parece alanterior, y en todos los casos sentimos que mejorbamos, que subamos la apuesta.Que conseguamos algo nuevo que nos emocionaba. Hoy, si nos vendan los ojos,todava podemos reconocer cada edicin por el olor; cada nmero tiene una historia,una ancdota y una magia que lo hace nico. Tenemos la sensacin de que eternizarese noviazgo lo convertira en un matrimonio. Sospechamos que si existiera una OrsaiN17, y despus una Orsai N28, dejaramos de reconocer cada una de forma individual.Llegara un da en que las confundiramos: no sabramos en qu mes publicamosqu. Y eso sera tan grave como confundir los nombres de nuestros propios hijos; enun punto esa desmemoria no sera muy diferente a fabricar chorizos. La decisin esimpulsiva pero tiene una raz de preservacin: queremos mantener intacto el objeto.Que Orsai no sea una revista interminable, sino una coleccin nica, surgida en untiempo nico. Lo repito, ms que nada para que yo mismo me lo crea: el ao prximoya no habr revista Orsai. Y en el exacto momento en que lo escribo miro el anaquelde mi derecha, donde estn las catorce ediciones pasadas (en breve estarn tambin lasdos ltimas) y s que todas juntas habrn contado una historia con inicio y con final.En general las revistas tienen dos destinos: si fracasan es por falta de auspicios y ellector se entera en el ltimo nmero. Si funcionan, son eternas. Inauguremos hoy unatercera frmula: las revistas que duran lo que sus autores quieren. Es un placer poderdecir, en la edicin penltima de Orsai, que la prxima ser la mejor, y que ser laltima porque tenemos ganas de hacer nuevas cosas imposibles.Hernn Casciarila penltimaEditorialSi vas a despertar a la bella durmiente... llevle un chicle, haceme caso. | 3Gente inspiradaHola Hernn! Qufuerte poder escribirte!No quiero robarte muchotiempo. Primero tedigo que tu trabajo, llmense escritos,libros, ensayos, cuentos, etctera,son inspiradores para m... Osea que lo que vos estuviste pregonandotodos estos ltimos aosmoviliz muchas cosas creativasdentro de m. Dudo que debassentirte orgulloso de eso, pero estbueno saberlo. Soy de la ciudadde Firmat, en Santa Fe, un pueblode hamacas que se mueven solas.Vivo en la ms absoluta tranquilidadde un pueblo en el que, si agarrsla bici, en cinco minutos estsdentro de un campo de soja. Soydiseador grfico y dibujante. Oal revs. Y tambin me gusta escribir.Hace un par de meses, enuna reunin de amigos porreros,surgi un putero fuerte sobre loscontenidos en internet, de que nohay nada que valga la pena, queFacebook es una mierda, que todoes chatura, etctera. Jvenes hablandocomo viejos. Y obviamentesali, para reivindicar nuestraraza, el tema de Orsai. Se resolvique el tema cultural debe ser unaconstruccin colectiva y que enla Argentina de hoy es necesariodar esa lucha. Durante aos nosprivatizaron la cultura y quisimosser cualquier cosa menos nosotrosmismos. Ahora la cosa est cambiandopara bien. Entonces quhicimos? Primero armar un colectivocultural de humanos, juntamosa doce tipos y tipas que pensamosparecido. Hicimos Humanario-Colectivo Cultural. Lo encontrsen facebook.com/humanario, endonde vamos subiendo cosas interesantes.Mientras, yo me pusea disear y programar el sitio mshermoso del mundo (a mi criterio,obvio) y sali humanario.com.ar.Nuestra idea es dejar el sitio abiertopara publicar sobre cine, diseo,fotografa, arte, diseo social,literatura, psicologa, sociologa yun largo etctera. Un repositoriode cosas interesantes. Nos dimoscuenta de que el sitio no debaser tan abierto, sino que tena quetener una ideologa de fondo, nopartidista ni poltica, sino una concepcinde la vida. Por lo que solose publicara lo que est dentrode esa lnea. Ac la cosa se acotbastante, mucha gente quera decirotras cosas, hacer catarsis, cagarodio, publicitarse, abstraersedemasiado, putear a los K y otrascosas. Los artculos que juntamoscomo buenos son pocos. Vamos aarrancar siendo tres los que hacemostodo. Y vamos a hablar hastaque no nos queden temas. Somosgente muy terca y muy porfiada. Mipropuesta es simple, si te interesala esttica y la propuesta quisieraque uses el sitio para lo que vosquieras. Quers promocionarOrsai? Quers publicar algo? Loque sea, posta. Nosotros ni queremosfigurar en ningn lado, soloqueremos que este proyecto salgaadelante y que podamos dormirtranquilos, que ac las cosas sehacen con buen gusto, a puro huevoy que la cultura no es el suplemento de Clarn. Demostrar quequedan sitios culturales que no seconvierten en sitios de tendenciasy te terminan vendiendo bandolerasde cuero. Que hay gente conbuen rollo dispuesta a dar la batallapor los cambios profundos queac hacen falta. Un abrazo!Leonardo CorreaRosario, ArgentinaSuscriptor N 08134Toronto,cuna del TorrontsY hete aqu, en Toronto,Canad, que meencuentro en un banquetede casamiento. Sentado allado de una pareja de veteranos,que son familiares del novio llegadospara el evento hace apenasdos semanas. Don Mariano,mendocino, me cuenta que es laprimera vez que salen de la Argentina;parece un contador o unbancario, nunca lo supe ya que deentrada se dedic a criticar todolo que vea. El otro da mi cuadome convid con un mate, yerbaargentina de la buena, eh! pero elazcar, por Dios, no es muy dulcepor ac, tuve que echarle ochocucharaditas. La seora semantena callada, como preocupada,pero cuando abra la boca,atajte. Esa antipasta o ese antipastoera una mezcolanza horrible.En la Argentina se la damosa los chanchos.... Don Marianosegua: la carne no tiene gusto,ustedes no conocen la soda?, aeste postre le hace falta dulce deleche.... Menos mal que terminamosde comer, porque me hicehumo de la mesa. Unos das mstarde mi amigo me pidi, por favor,que los llevara al aeropuertoya que no poda faltar al trabajo yall fui yo, bastante a regaadientes.Ya en el trayecto Don Marianoobserv en voz alta que los autosentrando a la rampa de subida a laautopista parecan manejados pormaricones, en orden, uno desdela izquierda otro desde la derechacomo en un ballet. Hombre, en laArgentina entra primero el vehculoms grande.... Sigui luegocriticando los vinos que prob.Sobre los vinos argentinos de lafiesta dijo que tenan un sabordiferente... debe ser que se ma-Cartas de lectoresLa Orsai 15 viene con pedidos artsticos y literarios que le metamosmsica, teatro, y que hablemos de Tagore; dudan de la existencia delChiri y de que Casciari viva en Sant Celoni; nos confiesan una mentiraetlica, se secan las penas con Montt, se identifican con el pibe que arruinabalas fotos y nos obligan a poner un vivero en el bar Orsai.4 | El alcohol en gel es como pedir perdn. Nos deja tranquilos pero no funciona.rean en la bodega de los barcos,apunt. Espero llegar pronto paradisfrutar de un buen malbec o deun torronts, autnticamente argentino,del que ahora salen unosbuensimos en el Valle de Uco. Ymientras saboreaba soando, medio un respiro para que abriera laboca. Momentito Don Mariano,que el torronts es un varietal canadiense. Se puso rojo y disparEs argentino, los mejores son losde Salta, qu joder!. EscchemeMariano, tranquilo, piense unpoquito: Se llama torronts porqueviene de Toronto, Toronto-Torronts,estamos? La linda carade amargura que puso me llende satisfaccin. Nunca hubieracredo que una mentira piadosaservira de dulce venganza a unvisitante irritante. Y as llegamosal aeropuerto, se fueron silbandobajito y yo volv a casa pensandocunto tiempo le durar la duda yla bronca...Amrico ScheftsikOntario, CanadSuscriptor N 20304Risa necesariaAh estaba yo, en laesquina de Santa Fe yCallao esperando, bajola amenaza de una tormentainminente. Saco del morralla Nmero 6, la primera Orsai de mipropiedad. Arranco por el prlogo,miro los detalles, la manejo comosi fuera un recin nacido de cincodas y me sumerjo en ella. Nohubo trnsito, bocinazo o puteadaportea de la calle que me despejela concentracin. Sigo mirando lahora, ya pasaron cuarenta minutosque estoy ah y decido que lleg elmomento de tomar algo. No s sihabr sido la cadena multinacionaly su caf saborizado con adornoso el ambiente pseudocool,que hicieron de esa primera notadel volumen 6 una experiencia noprogramada para un lunes queavisaba de fondo, que el da estabaempezando a terminar. Todoestaba como tena que estar, enuna intranquila calma, hasta quelleg ella. Se sent, se disculppor la tardanza, acomod su cafcon azcar negra como le gustaba.Culp al indefendible trnsito,se quej de lo caro que est viviren Buenos Aires y se dej llevarpor una civilizada conversacin, deesas que se notan forzadas peroque todos disimulan con comodidad;hasta que decidi, as de lanada, decir lo necesario. En ese luneslento, ella eligi ser cruel, y deciruna de las frases ms dolorosasque un hombre puede escuchar:yo te quiero como amigo. Si tansolo la televisin hubiera podidoalguna vez transmitir el dolor quetrae esa frase, para de esa maneraen el momento de ser alcanzadosuno supiera qu hacer o cmo cubrirse.Pero no. Y ah yo, sentado,con un caf en la mano. Despusde eso: el fin, el vaco mental, lamolestia en el pecho, la vergenzaen las orejas coloradas. Algn romnticohubiera rogado por amor,algn retobado la hubiera mandadoa cagar, algn orgulloso se hubieraido sin pagar. Yo, en cambio,la mire a los ojos, le sonre, me disculppor sentirme triste y la saludcon un beso. Camin por Callaomirando para abajo, el volumen 6hizo sentir su real kilo de peso. Fueas que encontr un banco de plaza,me sent viendo cmo el da seestaba terminando, abr mi Orsai ysegu leyendo, saba que a pocaspginas se vena Montt, y las risasde esa vieta eran necesarias.Jos CarranzaCapital Federal, ArgentinaSuscriptor N 20220Clon finlandsSeor Director: Vivoen la nuca del mundo,sobre la costa sur deFinlandia, zona suecohablante.Estudio, escribo en elbao para no molestar a mi compaeray trabajo en un restaurante(hago muchas ms cosas, no sevaya ust a creer); Bossa Nova sellama, aunque la mayora de losque en l trabajan no saben queel nombre se refiere a un gneromusical, pero eso da igual paralo que vena a contarle. Es un sitiomuy bonito a orillas del mar,rodeado de verde y con islas debosques frondosos salpicando elhorizonte. Hace unas semanas lovi llegar por primera vez, a usteds: su cara, su misma barba, su tamao,su tabaco de liar... Le dije ala persona que vive conmigo, quetambin conoce la aventura Orsaiy su imagen, que se fijase bien. S,me dijo, se parece. Cmo que separece?, es l! le espet. Acertadamenteme respondi que habapocas probabilidades de que ustedhablara sueco de una maneratan fluida, tena razn, pero quizshabiendo vivido tantos aos aqu,en el destierro, despus de atropellara un familiar infante... Y tenerla desfachatez de contrnoslocomo ficcin en un cuento grficoen la mismsima Orsai, y ademshacernos creer a todos que viveen un pueblo buclico llamadoSant Celoni, las historias de la pizzeray todo eso, los matasellos enlos sobres. S, mi fantasa parecamuy compleja para ser verdad.Vaya con la verdad por delante,despus de caerme simptico porparecerse a usted, ahora lo tengocruzado y le puedo asegurar quees el nico cliente regular que mecae rematadamente mal. En elrestaurante servimos pizzas, envez de sentarse pacientementeen una mesa a que lo atendamos,viene a la barra y te espeta lo quedesea. El da que ms veneno semeti en el cuerpo fue cuando pidiuna de jamn, bacon, pepperoni,pollo, jalapeo, mozzarella,extra queso, dos extras de ajo ymucho tabasco, puaj! Es el nicoque se niega a hablar conmigoen ingls, todo lo que pide lo untaen ajo, as que imagnese el gustoque ha de dar atenderle. Pero loque le he contado hasta ahora, sibien convertido en desagradablepor mi aversin hacia su persona,no es censurable en s mismo. Elproblema viene cuando piensaque ests solamente para l y tegrita que quiere otra cerveza, sedesespera si no se la das al instante,te mira con mala cara, esdesagradable, paga la facturacon billetes, y no deja propina!Yo s s por qu le cuento esto.Sigo fantaseando a veces que [email protected] vos fuiste, yo fui y vine. A buscarte. | 5persona es usted, que a m nopuede ocultrmelo y me fascinala contraposicin de dos sentimientosque se dan en la mismapersona: el de admiracin y el deasco. El otro da me sorprendieste pensamiento como un golpeen la nariz: nadie ha dicho que,porque Casciari haga una revistaliteraria idealista, publique textossimpticos en su blog, nos hagarer, llorar y soar tenga que sersimptico. La verdad es que cadavez ms me lo imagino como untipo refunfun que come pizzasrebosantes de caloras, siendodesagradable con los camareros,tacao, y al mismo tiempo llegandoa casa y desatando el alter egoms simptico solamente por elmarketing que ese personaje lesupone a la Orsai. Todo ello hacindonoscreer la fantasa de queusted vive en un pueblo en lasmontaas de Catalua con unahija hermosa y una mujer que cuidade usted. Si no es usted esetipo desagradable, si es un tosimptico, haga una seal y mesuscribir a la del ao que viene(si la hace) y seguir dejndomela plata en un proyecto en el quecreo. Postdata: La seccin msllena de ficcin de toda la revistame parece la de cartas al director.Postdata dos: Menos esta carta,claro est, todo verdad verdadera,si a los pensamientos podemosatribuirles esta caracterstica.Postdata tres: Yo no he escrito niun solo comentario cagndomeen usted porque no me ha llegadouna cajita deluxe, ni porque hicierala suscripcin anual, ni por el lomode la revista, ni por el cambio deportadas, ni porque la nica revistaque tienen agotada es la nicaque prest y nunca me ha sido devuelta...siempre le he dejado hacerdepositando toda mi confianzaen usted sin poner una sola pega.Creo que nosotros, que no dejamoscomentarios denostando loscambios, tambin nos debemoshacer notar. Atentamente,Aarn BlancoUusimaa, FinlandiaSuscriptor N 01268Puro teatroSeor Director: El otroda me retaba un amigoa citar un dramaturgo,solo uno, de cualquiernacionalidad y cualquier lenguade creacin literaria, que estuvieravivo. Silencio. Rascadura desien. Mente en blanco. Tic tac, tictac. Sal de mi mutismo y pens:quin me tiene a m al tanto delo que pasa en el mundo literariohispano, en este desierto culturalen el que vivo? Respuesta: Orsai.Gracias a su revista, tengo unupdate literario cada dos meses.Leo Orsai de cabo a rabo y luegogoogleo a los autores e ilustradoresa ver si tienen algo que me distraigacuando, para evitar el caloro la lluvia, toca encerrarse encasa con un buen libro. De paso,me entero de qu se lee en otrospuntos del planeta. Pero no tengomanera de leer lo que all se cueceen esas salas llenas de polvo,sillones desvencijados y personajestales como los actores o lostramoyistas. As que me pregunto:cultiva usted el gnero periodsticoy el narrativo, en muchasvariantes; incluso nos ha ofrecidoun poco de poesa... pero digo yo,no le falta algo a su literaria revista?Atentamente,Cecilia Caruncho LlagunoPars, FranciaSuscriptora N 05876Se rifa una plantaEstimado Hernn:Hace algunas horaspas a conocer lanueva casa, club,editorial o garito de Orsai, junto ami mujer y el menor de mis hijos,con la excusa de retirar mi revistanmero 14. De ms est decir quefuimos amablemente atendidospor Silvia, Karina y Paola, quientuvo la gentileza de darnos untour por las instalaciones. La verdadque la casa es hermosa y elceibo en el medio del patio traseroes sorprendente. Me dijeron queesas paredes guardan muchashistorias y saber a qu se dedicabanlos dueos anteriores nohace ms que aumentar la msticade ese lugar. Ante la necesidadque todos tenemos de sentirnosparte de aquello que nos gusta ynos hace bien, le ped a mi madreque preparase una planta del jardnque comparte con mi abuela,para llevar de regalo a la nuevacasa. Adems, es bueno no llegarcon las manos vacas y cuandoun amigo se muda, siempre acostumbroa regalarle una planta.Debo confesarte que me sent unpoco pelotudo cuando junto a miesposa, a Silvia y a Paola, descubrimosque haba dos plantasiguales. Una en cada patio. Perocomo Silvia y Paola le restaronimportancia a tener la mismaplanta por triplicado, disimul mivergenza conversando con Silviasobre diferentes temas. En fin, laplanta qued all, en alguno de lospatios y junto a ella los mejoresdeseos de mi familia para que Orsai,nuestro Orsai, siga creciendo.Abrazo!Leo MenndezCapital Federal, ArgentinaSuscriptor N 17301Lectura silenciosaSeor Director: Buenastardes. Le escribocon el motivo dedenunciar discriminacinpor parte de su revista.Debo aclarar que me gusta mucho(usted no, zonzo, la revista).Conoc Orsai por un link que mepasaron de su presentacin enTED, luego de una charla quetuve acerca de la basura que eraefectivamente la publicidad (yoexestudiante de publicidad). Mepareci interesante el proyecto.Orsai, ya sabemos, es estar adelantadoen el ftbol, pero fuerade la cancha eso generalmentesuele ser una virtud. Compruna. Despus, la suscripcincompleta (regalando a un amigola que ya haba comprado, conla intencin de evangelizar digamos).Y le quiero agradecer porla revista. Encontrar algo genuinoen internet (con su lgica decensura por abundancia) o en losCartas de lectores6 | No me gustan los viajes largos porque siempre llego a las mismas [email protected] en general es bastantedifcil (la ltima vez que me pasfue con la desaparecida TXT). Yse lo agradezco. Con respecto altema principal del mail, el temitade la discriminacin. La cuestines que cuando me llega la revistano puedo hacer otra cosa queleerla lo ms rpido posible comoun angurriento, dejando de ladootras lecturas que son prioritariasen mi estudio (estudio msica). Yla sensacin al terminar de leeres que no me ha hecho escucharnada. En su revista hay ilustradores,periodistas, etctera, peronada con respecto a la msica.Bueno... en la ltima hubo uncuento sobre el tarareador, perono es suficiente. Y cuando lo invital Flaco... lo puso a ilustrar.Ya s que las revistas no tienenmsica, pero usted est en Orsai.Es un adelantado. Sorprenda.Por favor hgame sentir menosculpable la prxima vez, porpriorizar su revista a mis estudios.Por ltimo, una duda. Temopor su salud mental. Yo suelo verColumbo y soy de pensar que enrealidad l no tiene esposa. Quel vive para el trabajo, y que sucasa es un monoambiente sucio.Su esposa es la excusa, unaherramienta para desarrollar supersonaje distrado. Y tengo lamisma idea acerca de usted yChiri. No puede ser que tenga unamigo de la infancia que lo acompaetoda su vida, que trabajenjuntos, que sepa todo de usted yhagan esas sobremesas. Mi dudaes la siguiente: Existe realmenteChiri o usted tiene psicosis?Jos Luis RodrguezRamos Meja, ArgentinaSuscriptor N 25003Medios soberbiosHola. Soy un lectorde la revista, pero nosoy suscriptor en elsentido de los diariosy revistas de antes. Un miembrode la familia mi hermana esquien compra, y el resto de nosotrosnos vamos aprovechando desu bondad. Solo quera apuntarcmo la crnica Escupir el asado de la Orsai N14 confirma eltema de portada de la Orsai N13:que lo que llev a la decadenciaa la prensa es la soberbia. O sino, cmo se explica que todosestos medios, que dos semanasantes no saban ni que exista unmundial de asado, de repente, sedediquen a burlarse del equipo argentino?Atentamente,Alejo Ares AbaldeBarcelona, EspaaSuscriptor N 10193TraduccionesHola Hernn: me alegramucho que hayanvuelto a ti todoslos derechos sobre ellibro Ms respeto que soy tu madre.Recuerdo que cuando salitena ganas de comprarlo y quealgo que me pareci absurdo esque en Espaa lo hubieran modificadopara que pareciera local(algo que odio tambin de losdoblajes espaoles de pelculasnorteamericanas). Me parece excelenteque la actual edicin publicadapor tu editorial tenga losdoscientos episodios intactos,en su jerga original de Mercedes,provincia de Buenos Aires.Siempre sern mejores los libroso las pelculas en su versin original(habr excepciones, perosern sin duda muy pocas). Algunavez le, lastimosamente norecuerdo dnde por lo que nos si era una buena fuente, quea Rabindranath Tagore le dieronel Nobel de Literatura basndoseen sus traducciones al ingls,pero que l mismo afirmaba quesus versos eran mucho mejoresen su versin original en bengal.Debe ser una maravilla poder leera este poeta en su lengua original(y en la misma variante de lalengua bengal en la que efectivamenteescribi el autor), perotambin es clara la necesidad deque haya buenas traduccioneshacia otras lenguas (como ojaltambin las haya en el caso detus escritos). Hoy acabo de enterarmeen la Wikipedia de queTagore estuvo en Argentina, temasobre el cual ojal algn da larevista Orsai pueda ilustrarnos.Muchos saludos,Mauricio CarreraHesse, AlemaniaSuscriptor N 06990El pibeHernn, quera dartelas gracias por elmaravilloso disfruteque he pasado contu libro El pibe que arruinaba lasfotos. Deliciosa palabra pibe,que mi padre usaba muy a menudo,siendo andaluz y gaditano,no s de dnde le lleg. Aunqueno pude disfrutarlo a pleno gozoen la edicin en papel, queda a laespera de poder capturarlo enun futuro no lejano para regalaro regalrmelo, que a lo mejor melo merezco. Algn da te escribirrelatndote las sensaciones tancomplejas y variopintas que mesurgieron durante la lectura, porquetambin fui, y soy, un gorditocon tetas que siempre so conser escritor. Tal vez cuando mecoja prosaico o tal vez potico.Mi jodido cerebro solo se muestraespontneo y deliciosamenteliterario cuando recin me metoen la cama para intentar dormirunas pocas horas y claro en esemomento se vuelve activo y ni medeja escribir ni me deja dormir.Ser una cortocircuitada electrocerebral!Bueno, ya est. Mi mssincera veneracin y gratitud portu trabajo en favor de la literaturahispnica y por demostrar quecuando se quiere, aunque dueladurante el camino, se puede. Saludosy espero seguir disfrutandocon tus escritos durante muchotiempo, ahora mejor, de formalibre y espero que relajada. Ungaditanito que se encuentra orgullosoy dichoso de pertenecer alClub Orsai.Jos Antonio SnchezCdiz, EspaaSuscriptor N 00240Nos conocemos hace un montn de caracteres. | 7

Estoy en San Jos de Costa Rica yllueve. Acabo de pedir un caf yabro la porttil. De repente aparezcoetiquetado en una foto de Facebooky pienso que se trata de un error,porque a primera vista no me veo en la imagen.Es noms un segundo, menos incluso de un segundo,hasta que entiendo. Me quedo mirandola foto con los ojos abiertos y sin pestaear;pasa un rato, despus otro rato, y mi gesto siguecongelado. Me defiendo de la inminencia con lainmovilidad ridcula de las liebres, que se quedanquietas en el medio de la ruta cuando venvenir un camin de frente. El camarero del hoteldebe pensar que estoy viendo porno en tresdimensiones, un porno nuevo y genial, porqueni siquiera reacciono cuando llega con el caf.Hago un esfuerzo tremendo para que no se menote ninguna reaccin, porque estamos en unespacio pblico y no quiero que nadie me veaas. El asunto es que desde que muri, en juliode 2008, esta es la primera vez que miro unafoto de Roberto sin desenfocar los ojos. PutoFacebook y las etiquetas intrusivas. No hubotiempo para armar el gaussian blur; no me loesperaba.Un segundo golpe me subraya el desconcierto.Yo crea conocer todas mis fotos familiares,pero esta no estuvo nunca en los lbumesde la infancia, ni en los portarretratos de la casadonde crec. En la foto hay un cielo limpio deverano, con una nube inofensiva recortada porun edificio que recuerdo bien, frente a la playams famosa de Mar del Plata. Dnde habaestado esa foto todo el tiempo? La respuestaes simple: en ninguna parte. Ms tarde sabrque no es realmente una foto, sino una diapositiva.Mi abuelo Marcos haca diapositivasy las guardaba en cajones que nadie vio desdesu muerte. Mi ta Ingrid decidi, este mes,Gaussian blurescribe hernn casciari12 | Los das grises son para colorear.digitalizarlas a todas antes de que el tiempo lasvolviera inservibles. Cuando encontr esta fotose la mand por mail a mi mam, y mi mam lasubi a su Facebook por la maana de Argentina.Dos horas despus estoy en este bar, conla guardia baja, pensando en cunto nos gustaa los gordos el buffet libre de los hoteles, y entoncesla imagen me asalta sin que me puedadefender. Por eso estos prrafos, desordenadosy sin estructura, se arman en mi cabeza contratoda lgica, y por eso me acuerdo instantneamentede Fernando y de Len. Y de otra fotomarplatense. Pero eso ser despus, cuando elllanto haya arrasado. Ahora contengo las lgrimasy me dejo invadir por estas ideas inconexas.No las escribo, las veo pasar como vagones deun tren lechero. Son frases sin gramtica internaque se redactan solas y que pasar en limpioun poco ms tarde, en la habitacin 1010, cuandoya no sea necesario fingir serenidad. Peroahora estoy todava en el bar y la foto ocupa trescuartos del monitor, y la miro fijo. Y busco unmail que hace cinco aos me mand FernandoLuna. Busco ese mail como antdoto del llanto.Antes de eso tengo que explicar que noes exacto que nunca he visto una foto de mipap despus de su muerte. En realidad, cuandono hay ms remedio entreveo alguna en laentrada de la casa de mi hermana hay dos retratos,pero antes de pasar a la cocina preparomuy bien el Photoshop mental y desenfoco losojos a un sesenta y cinco por ciento. Si hay quemirar fotos de Roberto, me digo, por lo menosque sea con filtro. Ojo: no me da miedo verlo nies que tema ponerme a hacer puchero. Es msparecido a una supersticin. Una noche Dolinadijo algo en la radio que me qued grabado.Dijo que en las fotos donde aparecen muertosqueridos, los muertos saben que estn muertosy te miran, desde el papel, con un gesto cmplicey triste, como diciendo qu le vamos ahacer. No s si ser verdad en el fondo creoque s pero cuando andan dando vueltas fotosde Roberto las esquivo por las dudas. Es un artilugiocobarde, supongo, pero tambin es unaforma de preservacin. El mismo mecanismome impidi, durante todos estos aos, pisar lacasa de Mercedes donde nac y en la que l muri.Las muchas veces que fui a Argentina pasde largo por casa, porque quiero mantener en lamemoria otras imgenes de esas habitaciones,unas imgenes ms inofensivas y cotidianas enlas que nadie se muere en el silln del comedor.No sabra qu hacer en esa casa, si la recorrierahoy, del mismo modo que ahora no s qu hacercon esta foto de Facebook que se aparece sinpreaviso en Costa Rica, cuando estoy tan sinfiltro y todava no desayun. Busco en Gmail elcorreo de Fernando, con desesperacin, y no loencuentro. Pero como s qu da me lo envi, laasociacin de ideas me lleva a un recuerdo peor.Me acuerdo, esta vez s con pnico, deotra foto que s que existe y que no ver jams,ni que me pongan un revolver en la cabeza.Cuando se muri Roberto, en julio de 2008, yotena las valijas hechas para viajar a Buenos Airesa presentar mi segundo libro. Al conocer lanoticia intent adelantar el vuelo unos das perofue imposible, por lo que no llegu a tiempopara estar en el velorio, ni tampoco en el entierro.Es raro decir no llegu a tiempo cuandoel objetivo no es ver a tu padre vivo por ltimavez, sino verlo por primera vez muerto. Chirifue mi corresponsal de guerra. l estaba en elcementerio de Mercedes y me llam por telfonoa Barcelona. Me fue relatando todo, me dijoque haba muchsima gente, que mi mam semantena firme, y tambin me cont detalles delvelorio, que la vigilia haba durado una nocheentera, etctera. Fue una conversacin telefnicaextraa, porque hablamos como si furamosgrandes. Me acuerdo de eso y de casi nada ms.No tenamos planeado hablar as; nadie tieneplaneado hablar as. Por suerte a veces la distanciasirve para algo nunca vi por primeravez a mi padre muerto. Sin embargo una semanams tarde, cuando al final present mi libro,estaba mi to Toto en la platea del teatro. Alterminar la charla se acerc, ojeroso, porque lamuerte de su hermano mayor lo haba afectado,y me susurr en la oreja algo que me dej sinpalabras:Como no pudiste llegar al veloriome dijo, le saqu una foto en el cajn. Estabatranquilo, estaba en paz. No s si querstener la foto ahora, o si la quers despus. Yo latengo ac en el auto. Pedmela cuando te parezca,yo te la guardo.No se la ped, ni entonces ni despus.Pero desde aquel da el solo hecho de saber queexiste esa imagen, y que adems me est esperandoen alguna parte, me hace sentir una zozobraparecida al vrtigo. No hay gaussian blurque valga con esa imagen. Papelera de reciclajeurgente. Prefiero esta que acaba de asaltarmeen Facebook, donde hay un cielo y unas nubesy una Pepsi. Esta foto de cielo marplatense esnueva, adems. Mucho ms flamante que la fotoLos suegros son espoilers. | 13de mi padre muerto. Es nueva, quiero decir, enun sentido muy amplio, porque yo nunca habavisto, ni antes ni ahora, una imagen en la queestuviramos los dos tan cerca, tan al principiode nuestra historia. Puede ser enero o febrero de1973, supongo, no ms que eso, y mi pap metiene en sus brazos. En la foto yo estoy a puntode cumplir dos aos y nos estamos mirando. lde frente, yo un poco de reojo. Yo ya s que esmi padre?, me pregunto, mientras se enfra elcaf de Costa Rica. Supongo que s; a los dosaos uno ya intuye relaciones intensas. Y l yasabe que soy su hijo, quiero decir, en el sentidoms profundo y absoluto? Su sonrisa parecieraindicar que no. Todava no sabe que nunca serun buen tenista. No tiene la menor idea de queen el futuro se quedar muchas noches en vela,sin saber a dnde estoy ni a qu hora volver, sies que vuelvo. No sabe que un da me ir a vivirlejos y que no estar cerca cuando se muera. Esverano, es Mar del Plata, no tiene por qu sabernada de eso. Qu sabe de m, entonces? Ququiere de m esa tarde? Fantasea, en ese momento,en cmo sern nuestras charlas del futuro,como yo pienso en mis charlas futuras conNina? Entiende, o por lo menos se imagina,que mi mano derecha, regordeta y flexible, yaest en posicin dactilogrfica? Sabe ya queescribir a veces sobre l, cuando crezca, y quecuando se muera tardar cinco aos en llorarlode verdad, y que lo har en un hotel de CostaRica y no en su entierro, ni siquiera en nuestracasa, a la que no puedo volver?El tren lechero de las preguntas pasa velozpor encima de la mesa y hace que tiemblentodas las cucharas. No soy yo quien llora, todava,es un tren sin ventanillas y nocturno quese percibe ms de lo que se ve. Por eso nunca hequerido ver sus fotos ni entrar de nuevo al comedorde casa. Porque no me gustan las preguntasque aparecen cuando estoy con la guardiabaja. Qu pensar el camarero costarricense alver a un gordo que empieza a llorar en silenciomientras mira porno en tres dimensiones? Tratode calmarme, pero no puedo. Ahora piensoque voy a cumplir dos aos en la foto, pero mellama ms la atencin su edad que la ma. Robertoest a punto de cumplir veintinueve, tienecatorce menos que yo ahora. Es un chico jovencon su primer hijo en brazos. Conozco esa sensacin,la de tener a tu primer hijo en brazos ycreer en la eternidad. Tengo que llorar. Algunavez tena que hacerlo, pienso, lo jodido es quesea en Costa Rica, tan lejos de todo, y que hayauna pareja de holandeses viejos mirndome dereojo. Lo jodido es que se me haya cerrado elestmago justo en un buffet libre. Ojal sea verdadque Facebook quiebra en dos o tres aos.No era ac, ni ahora, donde haba que llorar.Haba que llorar la noche que llammi hermana para avisar que Roberto se habamuerto, pero no pude. Yo estaba jugando conNina y con Cristina en el estudio de casa. Lasventanas del verano estaban abiertas. Cuandosupe lo que estaba pasando mi primera reaccinfue hacerle seas a Cris para que se llevara aNina a otra parte. En ese momento tuve miedode quebrarme y que ella, con cuatro aos, seasustara. Ese llanto no resuelto me dur mediadcada. Tambin lo postergu una semana mstarde, la noche de la presentacin del libro, enBuenos Aires, cuando salimos con Chiri al escenarioy Roberto no estaba en la primera fila.Pas algo ms esa noche, un rato despus deque mi to Toto me ofreciera la fotografa quenunca acept. En un momento, antes de empezara firmar libros en el hall del teatro, FernandoLuna me llam aparte. Fernando es un viejoamigo de Mercedes que haba ido a ver la presentacindel libro. Pero tengo que contar algoantes, por eso digo que estos prrafos no tienenestructura ni lgica.Tengo que contar que hace muchos aos,en 1993, yo trabajaba en una revista de Mercedesy viaj a Mar del Plata a hacerle una entrevistaa Fernando Luna. l haca un programade televisin, muy visto en la ciudad, en dondeinterceptaba mercedinos en la playa y les hacanotas. Su esposa era la camargrafa, y sus hijoslos tiracables. Fernando tena dos hijos.El menor, Len, haba cumplido o estaba porcumplir diez aos. Esos das que estuve con lafamilia Luna en la costa pude ver de cerca larelacin de Fernando con su hijo: tenan unacomplicidad brutal, sobre todo en temas futbolsticos,y los dos me hicieron acordar a lama con Roberto. Una maana Fernando meestaba contando, para el reportaje que yo lehaca, que haba ido con Len a ver un Boca-Independiente por la copa de verano, y que seperdieron con el auto, se pasaron de la cancha yllegaron para el segundo tiempo, cuando Independienteya ganaba uno a cero. Despus huboun gol de Boca y lo anularon. No sabs qubronca, me deca Fernando, nos perdimos elprimer gol y el nico que s pudimos ver ni siquierafue gol... Haba un tipo que puteaba enla platea, que le tir una botella al rbitro, te14 | Luke, el que te jedi es tu padre.| Gaussian bluracords, Len?. Y entonces Len lo mir y ledijo, muy serio: Eras vos, pap. Me acuerdode muchos pimpones verbales as entre los dos,como si los hubieran planeado de antemano. Yyo pensaba que si esos pasos de comedia eranespontneos estaba muy bien, pero que si loshaban preparado para hacerme rer, entoncesera todava mejor.Un tiempo despus, creo que un aoms tarde, Len muri de repente, a los onceaos, de una enfermedad fulminante. Yo vivaentonces en Buenos Aires y el que me avisde la desgracia fue mi pap, por telfono. Esamaana, cuando colgu, llor de una maneradescomunal, muy parecida a la de Costa Rica.Me dio un ataque de espasmos cortos, como hiposgigantes, y cre que no iba a poder pararnunca. El modo en que Roberto me dio la noticiapor telfono fue demoledora, creo que lacausa del llanto fue esa. No dijo nada especial,porque era muy tmido para las situacionesgraves, pero haba algo en su voz que intentabadecir: Estoy asustado, haba una inflexin enel telfono que deca: Nunca me hagas eso.Pas otro ao, y con Fernando Lunafundamos un peridico en Mercedes que sellam El Domingo. Charlamos mucho en esapoca, y un da me cont que la foto que est enla tumba de Len la haba sacado yo, aquellosdas en Mar del Plata. Y me pregunt si querair a verla. Le dije que no, aunque recordaba lafoto perfectamente. Es una donde Len est conuna cmara VHS, filmndome mientras yo lofotografo. Fernando tambin me dijo, esa tarde,que podan cicatrizar ciertas heridas menoresdespus de la muerte de un hijo, pero quenunca se poda volver a ser feliz.Haca muchos aos que no vea a Fernando,cuando lo vi aparecer en el hall delteatro esa noche de 2008, una semana despusde la muerte de Roberto. Me llam aparte. Sospechque me dara el psame, como ya habanhecho otros mercedinos durante esos das, perosolamente me salud y me dijo: Esta maanate mand un mail, lo leste?. Le dije que no,que haba estado todo el da de un lado para elotro. Y me dijo Lelo. Releer ese mail, que esuna especie de foto verbal, me servira muchotiempo despus, en una habitacin de CostaRica, para calmar el borbotn.La semana pasada me deca Fernandoen el correo, con fecha diecisis de juliode 2008, yo sala de lo de Magadn con unCD de Sabina y me cruc a la librera Chelnpara ver si ya haba llegado tu libro, y en elcordn de la vereda estaba tu viejo con tu libroen la mano. El tipo estaba mirando la vidriera,porque Andrecito Monferrand haba puesto unmontn de libros tuyos apilados, como si fueranbestseller. Un da Nina va a ser grande y vas aentender mejor esto que te cuento. Te lo escriboy se me pone la piel de gallina como si estuvieraen la Bombonera. Nos pusimos a hablar,con tu viejo, creo que me dijo que Chichita meestaba buscando para ver si yo quera venir a lapresentacin en la Combi, y en un momento sehizo un silencio. Ahora me doy cuenta de queyo quise decirle algo y no encontr las palabras.Yo quera decirle que siempre te vi como ungordito terrible. Yo quera decirle que siento unplacer enorme cuando en Boca aparece un jugadornuevo y en la tercera jugada vaticino: esteva a ser un crack, este en Boca la va a romper!.Me pas con Riquelme, con Bati y con Mrsico.Y hace unos aos con tu hijo. Eso le quise decir,pero no le dije nada. Igual l debe haber entendidoalgo, porque las personas tambin somosinstinto, por eso me mir a los ojos, como hacatu viejo, medio de costado, y me dijo: Bueno,nos encontramos all en el teatro y charlamos.Creme que nunca habl tanto con l de cosasimportantes. Esa noche y esto lo s ahora quecreo en Dios y que no tengo hijo que escriba libros,porque el mo se fue antes confirm quetu viejo era un gran tipo, y eso, gordo, es muchoms difcil que escribir libros. Cuando me fui lse qued ah, enfrente de la plaza, con tu libroen la mano y mirando la vidriera. Al otro dame dieron la noticia y no lo poda creer. Te lotena que contar porque es la verdad, no es unafrase... Lo hiciste feliz hasta el ltimo da desu vida, no sabs cmo estaba ese hombre ahparado, mirando tus libros.Ya est, era eso. Haba que llorar. Yllorar hace bien. En esta habitacin de CostaRica, cuando por fin llega la calma, cuando yano queda agua en la represa que ha estado contenidacinco aos, y cuando terminan de pasarpor fin los vagones del tren lechero a lavelocidad de la luz, entiendo que la foto entreRoberto y yo, la de Mar del Plata, es la primerade una historia que dur casi cuarenta aos. Laquiero elegir como la primera. Y elijo como laltima foto de esa historia la que me regal sinquerer Fernando en ese mail, la que me sirveahora para cerrar el duelo. Desde hoy, supongo,podr mirar a mi viejo otra vez de frente, sindesenfocar. xSincronicemos nuestra vejez. Seamos jvenes. | 15Hernn Casciari || SIN AFEITAR , por Gustavo Sala

Qu brbaro, cmo soltaste la noticia en eleditorial me dice Chiri. As de repente,como los dentistas de antes, que te arrancabanla muela sin avisar.Al contrario le digo. Lo que hice fueavisar con dos o tres meses de anticipacin, y noen el ltimo momento. Para que el lector lo vayamasticando... Yo tengo un trauma con las cosasque se acaban de repente y nadie te avisa antes.Vos tens varios traumas me dice Chiri.Pero a este que me decs no lo conoca. Qu tepas?Cuando empec a leer las Aventuras deTom Sawyer tena nueve o diez aos, y casi memuero de la alegra. Era el primer libro gordo quele, y me encant el ritmo.Fue de esos libros que te regal tu ta Ingrid?Claro. Lo le con voracidad. Y despus vique en la misma bolsa estaba el segundo libro dela saga, Huckleberry Finn, y yo dije buensimo,hay muchos libros con estos personajes.Error.Error gravsimo! Pero a los diez aos uno sepiensa que todo es fcil. As que cuando terminHuckleberry fui al librero y le dije deme otro deestos libros. Y el librero me dio Tom Sawyerdetective. Y me fui a mi casa y me lo com conmanteca. A la semana otra vez fui a la librera y ledije al librero deme otro. Y me dio Tom Sawyeren el extranjero. Y otra vez me fui a mi casa supertranquilo.Ni te imaginabas que era el ltimo.Ni idea! Ni siquiera saba que Mark Twainestaba muerto...Qu bajn. Y lo leste rpido?En dos patadas le digo a Chiri. El lunestemprano, antes de que abriera, yo ya estaba otravez en la librera.De dnde sacabas la plata?No s.Ibas solo a la librera, o te acompaabaalguien?Qu s yo! No me desconcentres que teestoy contando un trauma muy grave.Es que ya me lo contaste mil veces medice Chiri.Ya te lo cont?Ochenta millones de veces. Fuiste y ledijiste al librero deme otro y el librero te dijoque no haba ms. Y te pusiste a llorar como simark twain est muertose te hubiera muerto Totn. Y te qued el traumapara toda la vida.Y si lo sabas por qu me dejs que te locuente de nuevo? le digo.Porque pons cara de drama, y te quedagracioso. Adems de grande te pas de nuevolo mismo, con dos revistas. Y ah me pas a mtambin, te acords con cules?Con el ltimo nmero de El Pndulo ledigo, en 1987, que Marcial Souto la dej deeditar sin previo aviso. Y con el ltimo nmero de laPuro Cuento, en 1992, que Mempo Giardinelli avisque la revista no se haca ms en el ltimo editorial.Qu bajn! Yo me acuerdo de eso tambin.Ves? Por eso quise contar con tiempo quedejbamos de hacer Orsai. Para que al lectorasiduo no le resulte tan abrupto.Yo la verdad no s si es mejor decirloantes me dice Chiri, pero respeto tu decisinporque sos el director.Lo hubieras dicho en el nmero final?Creo que s. Es como cuando te tienenque operar. Es mejor que te operen ya, y noque te digan en dos meses tens que entrar alquirfano. Son meses de mucha angustia.No me vas a comparar una operacin condejar de hacer una revistita.Lo que quieras me dice. Pero no lavas a extraar un poco cuando terminemos, elnmero que viene?S, claro.Cuando pongas el ltimo punto en el ltimoprrafo del ltimo editorial de la diecisis medice, con tono melodramtico, no vas a sentirun cosquilleo?Vos me quers hacer llorar?Obvio. Como ests medio sensible desdeque volviste de Costa Rica, me gustara que lloresun poco ac en el Skype, as me ro.No te voy a dar el gusto.Llor, no te cuesta nada. Los gordos quelloran son muy graciosos...No pienso llorar para que te diviertas.Escuch: tu pap se muri, Mark Twaintambin, tens los ojos juntos, no hacemos msOrsai, Racing va ltimo. Tens mucha pena...mucha tristeza...Sal le digo, tapndome la cara con lasdos manos. Dejme solo. No me mires....Y sos lgrima fcil: todo mal. xsobremesa18 | Las despedidas y las lesbianas nunca son como en las pelculas.cinismo ilustrado, por Salles |el enigmade mara martaescribe FLORENCIA ETCHEVESfoto de apertura marcos lpezfotos interior enrique garca medinaLos dedos largos y finos tocaban lasteclas del piano de cola. La msica semezclaba con el ruido de la lluvia alotro lado del ventanal. Era domingoveintisiete de octubre de 2002 y todopareca suceder afuera: se jugaba el superclsicoRiver-Boca; muchos estaban en la cancha bajoun agua torrencial y otros se empezaban a acomodaren los sillones de distintas casas.Pero adentro, el hombre segua tocandoel piano posedo por una fuerza que sala quinsabe de dnde. Tena la espalda encorvada sobreel instrumento, un mechn de pelo entrecanocayendo sobre los ojos, ninguna partituraen el atril.Te acords qu estabas haciendo elda del crimen, a la hora del crimen? le preguntarayo tiempo despus con curiosidad casipotica.Y l, Diego Molina Pico, tal vez el fiscalms famoso de la Argentina, respondera conesta escena: estaba tocando el piano. Ni siquierasospechaba que mientras acunaba acordesclsicos, Mara Marta Garca Belsunce estabasiendo asesinada.Che, te enteraste? me preguntuna voz al otro lado del telfono.Se muri la hermana del periodista HoracioGarca Belsunce, parece que se patin en elbao de su casa.Levant los ojos de la computadora de laredaccin.No te puedo creer, pobre mina contest.Qu mala suerte.FLORENCIA ETCHEVESBuenos Aires, 1971Periodista especializada en lacrnica policial. Se desempeadesde hace veinte aos en Canal13 y Todo Noticias. Comenz sucarrera en la televisin formandoparte de los programas del yafallecido periodista EnriqueSdrech, quien tambin seencargaba de los temas policialesen los noticieros de El Trece.Fue productora del programaTelenoche Investiga y columnistade policiales del noticiero del13, Telenoche y Radio Mitre.Coautora de dos libros en lamateria No somos ngeles(editorial Marea), Ma o de latumba fra (editorial Long Seller).En noviembre de 2012 publicsu primera novela La virgen entus ojos (editorial Planeta). Esconductora del espacio de 9 a12 de la seal de noticias TodoNoticias. En 2011 y en 2012 ganel premio Martn Fierro en el rubroLabor periodstica femenina.Te van a recordar por las buenas o por las malas. | 21De accidente domstico a cinco disparos en la cabeza.Uno de los hechos policiales argentinos ms enigmticoscontado por la mejor alumna del maestro Enrique Sdrech.Tremendo, laburaba en Missing Childrencon Susan Murray. Se llamaba MaraMarta, un bajn.De inmediato mi cabeza empez a recorrerrostros, voces y casos de la ONG que sededicaba a buscar chicos perdidos. A Susan laconoca bien, ella era la que tena un contactofluido con los medios. Pero no recordaba a ningunaMara Marta. Hasta que das despus visu foto en los diarios y ah se me aceler el corazn.Los periodistas de policiales conocemosa los protagonistas de nuestras historias demasiadotarde. Pero con la imagen impresa supeque a diferencia de todas las otras veces yohaba conocido a Mara Marta viva.Tal vez fue eso lo primero que me impresiondel caso. Haba visto a Mara Marta enMissing Children. Era una mujer de aspectosimple, pero elegante. Bastante parca, pero muyeducada. Tengo otras imgenes de ella, pero noconfo tanto en mi memoria. En los diez aosque dur la investigacin incorpor una cantidadapabullante de datos. Habl con amigos ydetractores. Pude armarme una Mara Marta ala medida de todos y cada uno de los relatos.Tal vez por eso, dudo si Mara Marta es la quetengo en mis recuerdos o la que me contaron.Aunque s lo que pas con su caso.Fue nico.Ese verano de 2003 empez una montaarusa emocional para la crnica policial. Larazn: a poco ms de un mes de la noticia dela muerte de Mara Marta, supimos que ese nohaba sido un accidente. La primera denuncia lahaba hecho un mdico que haba visto el cuerpode Mara Marta, y luego una autopsia confirmarael testimonio. Cinco balas en la cabezade la mujer les cerrara la boca a los familiaresque sostenan la teora de un traspi domstico.Con ese dato, varios periodistas seramosrelegados de nuestras tareas cotidianas para dedicarnosexclusivamente al caso Belsunce,como ya se lo conoca. Nos meteramos en unatrama oscura, rebuscada, llena de mentiras yde verdades a medias. Tendramos que espiarpor la cerradura de la vida de los ricos y encontrarnoscon las fichas del tablero de ajedrezcambiadas: los familiares de la vctima confiaranen Carlos Carrascosa, el marido de MaraMarta, sospechoso de haberla matado. Mientrasque en un hecho casi indito, se defenderan entreellos y negaran haber ocultado el crimen.Durante todo ese tiempo no habra enquin confiar. No tendramos un ltimo reducto.Solo sabramos que la verdad haba sido borradacon un trapito verde, un balde, un lampazo,una rejilla y lavandina: as de mundanos fueronlos elementos que se llevaron las huellas de losasesinos de Mara Marta. Con esos artculosde limpieza, una masajista y dos mucamas habandejado impecable la escena del crimen conel beneplcito de los patrones que lloraban o,como dijeron muchos, fingan llorar esa muerteinquietante.Pero hubo un comienzo para todo esecaos. Y ese inicio sucedi a un mes y pocos dasdel crimen, cuando un diario zonal de Pilar tirla bomba: No habra sido accidente la muertede la hermana de Garca Belsunce. El artculoperiodstico citaba a un mdico, el primero quehaba llegado a la casa. El hombre deca que lacabeza de Mara Marta tena agujeros y que nocrea en el famoso golpe en la baera.Cuando le ese testimonio qued pasmada.El mdico se llamaba Santiago Biassi y viva enLa Plata; fui a verlo. Aunque no fui sola: el granPortarretrato. Mara Marta Garca Belsunce. Minuto a minuto. El caso, en todos los televisores del pas.22 | Todas las sonrisas duermen boca abajo.| El enigma de Mara MartaEnrique Sdrech encabez la caravana por la autopistaBuenos Aires-La Plata. El Turco, concincuenta aos de periodismo policial sobre susespaldas, estaba entusiasmado como un nene.Supe que el caso Belsunce se iba a convertiren el ms paradigmtico de la crnica policialargentina. Cmo lo supe? Mirando al Turco.Le brillaban los ojos. Se haba negado a leerel archivo del caso que con esmero yo le habapreparado.No nos contaminemos con informacinajena me dijo, en un rato vamos a tener altipo clave, nena.Llegamos de noche a una casa en las afuerasde La Plata. Un lugar sencillo en un barriocomn, casi desangelado. Antes de que pudiramostocar el timbre, un hombre alto y fornidoabri la puerta.Cmo le va, Sdrech salud extendiendola mano. Soy el doctor Biassi.Entramos a una sala amplia y limpia.Unos sillones rodeaban una mesita ratona. Nossentamos, nos ofrecieron caf. El doctor no parabade hablar, se lo notaba ansioso por contarlo que haba callado durante demasiado tiempo.Yo la vi llena de sangre, Sdrech. Tenaagujeros en la cabeza, pude meter los dedos enlos huecos. Eso no fue un accidente. A esa mujerla mataron.Mir las manos de Santiago Biassi. Eranenormes. Los agujeros deben haber sido grandes, pens.Y usted qu supone que pudo haberprovocado esas heridas, doctor? pregunt.El viejo Sdrech me mir con su clsicamedia sonrisa.Balas sentenci.El Turco, como tantas otras veces, estabaen lo cierto.El fiscal Diego Molina Pico, el hombre delpiano, en esos das escuchaba testigos en lafiscala de Pilar. Lo que haba declarado el mdicohaba fortalecido sus sospechas. Aquellamaana del veintiocho de octubre en el velatoriode Mara Marta, l ya haba sentido queno le haban contado todo lo que haba pasadounas horas antes. Y con el testimonio del doctorBiassi tuvo lo que necesitaba para avanzaren el caso. Cit a Horacio Garca Belsunce, elhermano periodista de la mujer muerta, para hacerleuna advertencia.Me engaaron, no me contaron todo,pero pienso seguir adelante le dijo.Diego, te juro que nadie te minti. Nos qu ests buscando.La verdad. Quiero saber lo que no mecontaron.Qu buscs? Horacio empez a llorar.Es mi hermana la que est muerta, tengomucho dolor.Entiendo el dolor le dijo, pero achay otra cosa.El fiscal Molina Pico quera el certificadode defuncin, necesitaba incorporarlo a la causa.La respuesta de Horacio Garca Belsunce lodescoloc.Qu certificado te voy a traer. El quetenemos es trucho.Molina Pico se qued helado. En ese papelestaba la primera mentira escrita, que siempretiene ms valor probatorio que las mentirasdichas. El certificado deca que Mara Martahaba muerto en Capital Federal de un parocardiorrespiratorio no traumtico. Un delirio.Todos saban que haba sucedido en su casa delcountry Carmel de Pilar, provincia de BuenosAires. Y saban, tambin, que en ese bao habahabido una sangra indecible.El Turco. Enrique Sdrech, un prcer del policial. Fiscal. Molina Pico, el hombre del piano.Todos somos lindos cuando queremos. | 23Florencia Etcheves |Ins Ongay. Amiga de la infancia de Mara Marta. Investigacin ardua. Todos los cuerpos del expediente.En una caja llena de papeles, en el fondode un placard, tengo una copia de ese certificadotrucho. Muchas veces haciendo limpiezapens en tirarlo, pero no pude. Los periodistassolemos ser abducidos por ciertas historias quenos toca contar, y a veces esos fantasmas note largan. El caso Belsunce nunca me larg, osoy yo la que lo retiene. No lo s. Mara Martasiempre est ah, rondando.En ese sentido, una tarde de primavera meocurri algo que en su momento no supe leer.An no me queda claro cmo hacerlo.Ins Ongay era la amiga de la infancia deMara Marta, la mujer que haba sido testigo delinicio de la historia de amor con Carrascosa.Ins vive en Bariloche y ella insiste en quecuando la llamaron para contarle que su amigahaba tenido un accidente supo que la habanmatado.Cmo lo supiste? le pregunt mientrasalmorzbamos en la terraza de un bar de laRecoleta.No s me dijo, mientras sus ojos tremendamenteclaros miraban la nada, lo sent.No te lo puedo explicar.Ins jams me habl mal de CarlosCarrascosa; simplemente no le crea. Inclusocuando en el juicio oral declarara como testigoy los jueces le preguntaran si ella crea queCarrascosa haba matado a su amiga, contest:La justicia me tiene que decir a mquin mat a Mara Marta. Lo que yo piensode Carrascosa es muy ntimo. Me lo guardopara m.En Recoleta, el sol nos entibiaba mientrasIns hablaba de su amiga. Record ancdotasdeliciosas de Mara Marta. Me ayud a humanizarla.Habamos pedido unas botellas de agua yen algn momento el mozo nos acerc el men.No lo abr. De repente sent unas ganas tremendasde comer un plato en especial.Qu vas a pedir, Ins? le preguntmientras le alcanzaba el men. Yo tengo antojode comer revuelto gramajo.Ins levant la cabeza y me clav la mirada.Ests bien? pregunt. Los ojos deIns tenan lgrimas, pero sonri de inmediato.S, estoy bien contest, el revueltogramajo era la comida favorita de Mara Marta.Hace mucho que no lo como.Ese da, Ins y yo comimos la comida preferidade Mara Marta. Fue, para m, un pequeohomenaje a esa persona que estara merodendonosdurante todo el almuerzo. A esa presenciasutil que an hoy, despus de casi onceaos, viene a recordarme su existencia en cadanueva mujer asesinada.Mi encuentro con Ins ocurri mucho tiempodespus de que Enrique Sdrech decidieraescribir un libro sobre el caso. Seguramentel habra entendido el mensaje el de ese almuerzomejor que yo. Pero no lleg a enterarsede mi reunin; el trabajo del Turco tenatiempos ms cortos. Su libro que se llamaraSeis balas para Mara Marta deba cerrarsea velocidad rcord. Aunque no era su primertrabajo rpido o de largo aliento, el Turco destilabaadrenalina y ansiedad. El motivo: estabaenfermo. Escriba a contra reloj. Saba que lostiempos no los pona la editorial ni la escritura.Encaprichado tipiaba, posedo por la historia. Aveces se olvidaba de guardar el archivo en lamquina y perda horas de trabajo. Entonces seenojaba, gritaba, maldeca; hasta que se sentabay volva a domesticar las teclas que de a pocoiban armando ese, su ltimo texto.24 | Si no entend la juventud cuando la tuve, cmo la voy a entender ahora?| El enigma de Mara MartaJohn Hurtig. El medio hermano de Mara Marta. El pituto. El plomo calibre 32 que fue hallado por los peritos.Nosotros, sus productores, le acercbamosdatos, partes de la causa, testimonios. Sinlevantar los ojos del monitor porque el Turcono miraba el teclado, sus dedos corran mgicamentesobre las letras nos peda sensaciones,informacin que hablara de los sentimientos delos protagonistas de la historia. Yo trabajaba teniendoeso en cuenta.El caso Belsunce te hizo llorar algunavez? le pregunt entonces al hombre delpiano.Molina Pico, habituado a responder con elexpediente en la mano, me mir sorprendido.Respir hondo.S, un poco s dijo.El fiscal saba mucho. Antes de pedir laexhumacin del cuerpo de Mara Marta ydespus de la declaracin del doctor Biassiun desfile de familiares haba circulado por sudespacho. El fiscal se haba ido enterando dedetalles que no le haban sido revelados en sumomento. Y, de todos ellos, hubo uno imposiblede pasar por alto. John Hurtig, el mediohermano de Mara Marta, haba declarado enla fiscala que haba encontrado un elementometlico bajo el cadver de Mara Marta y que,suponiendo que era un pituto una piezapara sostener estanteras lo haba arrojado alinodoro por decisin familiar. La aparicin delpituto, que en realidad se sabra despusera una bala, haba sido suficiente para tomar lasiguiente decisin.Molina Pico firm un papel que quemaba.En l peda la exhumacin del cuerpo,una autopsia y peritajes a la casa del hasta esemomento accidente. As fue como el muroque protege a los ricos de miradas ajenas ypara ellos vulgares empez a quebrarse. UnMolina Pico, un doble apellido como ellos, seanimaba a romper con la cofrada de la lite deSan Isidro. Y a pagar el precio alto de la traicinde clase.En cuestin de das, Molina Pico pasarade ser Dieguito a ser el Doctor Molina,a secas. Y ese no sera el nico cambio. Unosaos despus lo mandaran a una oficina oscuraen el subsuelo de los tribunales de zona Norte;un espacio pequeo que en otros tiempos habasido el depsito en el que se metan los artculosde limpieza. En ese lugar, el fiscal recibiradenuncias relacionadas con excesos policialesy presos que aseguraban haber sufrido torturaspor parte de los guardiacrceles.En los inicios del caso Garca Belsunce,sin embargo, Molina Pico an conservaba sudespacho de siempre. Desde all dio la ordenpara que la polica cientfica avanzara sobre lacasa de Mara Marta. No qued lugar que nofuera tocado por el Luminol, un reactivo qumicoque acta sobre las enzimas de la sangrey que, en caso positivo, emite una fluorescenciade color azul. La grifera del bao, los azulejosque se ubican al costado del inodoro, la alfombradel dormitorio, un sector de la chimenea yuna parte de la pared de una antesala se tieron,entonces, de azul. La escena era dantesca.No era la nica que derribaba la hiptesisdel accidente. El castillo de arena construidoa base de mentiras se termin de caer el dos dediciembre de 2002, poco ms de un mes despusde la muerte. Ese da, en la morgue judicial,se le empez a practicar la autopsia tardaal cadver de Mara Marta Garca Belsunce. Losforenses tenan indicaciones precisas: con el resultadode los peritajes de la casa en la mano,Molina Pico haba llamado a los miembros delcuerpo mdico forense y les haba pedido quebuscaran alguna herida compatible con un ati-No te sientas feo. Vas a tener que salir con vos todos los das. | 25Florencia Etcheves |26 | Las mujeres son de quienes las imaginan.| El enigma de Mara Martazador. La sangre encontrada en ese elemento dehierro y un agujero en una puerta de madera lehaban llamado la atencin.Los mdicos le obedecieron, pero se hicieronesperar con la respuesta. Molina Pico nose movi de su despacho. Repas declaracionespara calmar los nervios, se sent, se pusode pie, recorri incontables veces los pasillosde la fiscala y se dedic a mirar el telfono conansiedad.Hasta que lleg el llamado.Doctor, lo molesto de la morgue.S, lo escucho tiene algo para adelantarme?pregunt con un hilo de voz.Encontramos cinco plomos en la cabezade la vctima. Son proyectiles. No hay dudas,esto fue un homicidio.Molina Pico no lleg a despedirse del forense.Cort la comunicacin con un golpe. Sele sec la garganta. Se sac los anteojos y seagarr la cabeza. Ese da, me contara despus,el hombre del piano llor.Con la noticia en la tapa de todos los diariosla cobertura se volvi imparable. La historiatena todos los ingredientes de la crnica policial:un homicidio enmascarado como accidente,un marido en la mira, un derrotero de familiasde clase alta clamando inocencia ante las cmarasde televisin, y una certeza popular: Sien lugar de los Garca Belsunce de Pilar fueranlos Garca de Lans ya estaran todos presos.Pero, a pesar de las especulaciones, nohubo impunidad en el mundo de los GarcaBelsunce. Tres meses despus del crimen,varias personas del entorno de Mara MartaCarrascosa incluido fueron imputadas porencubrimiento agravado, y siete meses despusCarrascosa fue procesado y detenido porel asesinato de su mujer, aun cuando a los pocosdas sera excarcelado y esperara el juicio oralen libertad. Por qu solo Carrascosa? El fiscaly tambin el juez creyeron que haba montadola escena del accidente. El viudo haba declaradoque en el momento en el que mataban aMara Marta l estaba viendo un partido de ftbolen la casa de sus cuados. Pero la empleadadomstica de esa casa lo desminti y los empleadosdel club house del Carmel aseguraronque le haban servido un caf y un limoncelloesa misma tarde, por lo que Carrascosa estabadentro del country. Para la justicia, Carrascosahaba intentado montar una coartada fallida.Haba mentido y ese principio de mendacidadlo llev tras las rejas.Lo inslito fue que buena parte del entornode Mara Marta lo defenda. Para los periodistasde policiales aquella situacin era indita: losfamiliares de la mujer asesinada muchos deellos, imputados por encubrimiento respaldabanal supuesto asesino. Padres, padrastros,hermanos, hermanastros, cuados, cuadas, vecinosy amigos clamaban por la inocencia deCarrascosa. Y entendan a la perfeccin que debanhacerlo no solo en los tribunales: los medioseran el lugar a conquistar.As fue que algunos periodistas fueroninvitados por mail a reunirse con familiares deMara Marta. Queran dar su versin ante laprensa, aunque a m no me llamaron: mi coberturacrtica en la pantalla de Canal 13 hacia lafamilia Garca Belsunce me haba dejado afuerade esa cadena de mails.Un periodista no va adonde lo invitan, unperiodista va adonde quiere, record que siempredeca el gran Sdrech. As que le hice caso yle mand un mail a John Hurtig, hermanastroEl viudo. Carlos Carrascosa. Carmel. El country de Mara Marta.Parpadear es viajar al futuro. | 27Florencia Etcheves |de Mara Marta, imputado por encubrimiento yuno de los familiares que haban convocado ala prensa. Le ped reunirme con ellos a pesarde no haber sido invitada. Me respondi casi alinstante: dio una direccin, un da y un horario.El da lleg, compr un cuaderno nuevopara tomar notas y con las fotocopias del expedientefui hasta la oficina en la que me habancitado. Era un edificio antiguo y bello del centro.Un encargado me abri el portn de hierroy sub por un ascensor impecable. Cuando llegu,Irene Hurtig, la hermana de Mara Marta,me esperaba con la puerta abierta. Estaba ansiosa.Yo tambin.La habitacin convertida en oficinaera chica. Un escritorio grande y algunas sillaseran el nico mobiliario. Me llam la atencinuna pared llena de fotos familiares: un reguerode momentos felices. Todos los personajes queconocamos por televisin estaban all. Intent,con disimulo, encontrar a Mara Marta en esasfotos. No lo consegu.John Hurtig, el hermanastro, estaba sentadodetrs del escritorio. De pie, a un costado,estaba Guillermo Brtoli, el cuado tambinimputado en la causa. Irene me ofreci sentarmefrente a John. Acept. Ella se ubic a mi lado.En ese momento la vi. Entre los papeles ylas carpetas del escritorio haba un portarretratoscon una nica foto: Mara Marta sonrea enel medio de todos nosotros. Durante la charla,que dur horas, me cost sacarle los ojos de encima.Si mi plpito era correcto, yo estaba solaen un departamento tomando caf con los asesinosde esa mujer. As que lo mejor era dudar.Tal vez la equivocada era yo. A lo largo de laentrevista los tres intentaron explicarme quemis crticas hacia sus conductas eran infundadas,y lo hicieron de manera amable. Tuvieronrespuesta para todas mis preguntas. Me mostraronlas partes del expediente que los beneficiabay yo les mostr las otras. Los not enojados,dolidos, expuestos. Pero la foto de Mara Martame recordaba que la nica vctima era ella.Puedo pasar al bao? pregunt finalmenteantes de irme, y despus de horas ylitros de caf.Por supuesto contest Irene sealandouna puerta a nuestras espaldas.Mientras me levantaba de la silla, no pudeevitar un comentario.Espero que el bao no tenga baera.Ellos se rieron del mal chiste. Yo, avergonzada,tambin.El tiempo fue pasando pero el inters porel crimen de Mara Marta no ceda. En lacalle, en los bares y en las reuniones socialestodos pedan ms. Y el caso segua dando ms.Cuando pareca que todas las cartas estabanechadas con la familia de Mara Martaimputada y Carrascosa detenido apareci unpersonaje que, a la manera de las puestas teatrales,pareci llegar para devolverle el dinamismoal caso. Poco despus de que Carrascosa fuera ala crcel, sus abogados defensores consiguieronla excarcelacin sumando un nuevo sospechoso.El flamante personaje calzaba perfecto conla necesidad de dar con un homicida por afueradel crculo familiar. No fue difcil encontrar aquin apuntar: el objetivo era Nicols Pachelo,la oveja negra del Carmel.Pachelo viva en el country. Nadie all loquera demasiado y por lo bajo murmurabanque andaba en algo raro.Vieja concheta de mierda dejme dejoder sola gritarle a cualquier mujer que leIrene Hurtig. La hermana de Mara Marta. El cuado. Guillermo Brtoli, otro de los imputados.28 | Soy las calles que le faltan a mi viejo.| El enigma de Mara Martapidiera, por favor, que le pusiera un bozal a superro rottweiler. Y eso haba tenido consecuenciaspor llamarlas de algn modo judiciales. A Pachelo lo haban sancionado dentrodel country. Y es que en un lugar donde la seguridades privada, la vida social es privada yhasta las diversiones son privadas, por qu lajusticia debera ser pblica? La mayora de loscountries tiene un comit de disciplina formadopor abogados socios del club que hacelas veces de fiscala: all reciben la denuncia,buscan testigos y, con las pruebas en la mano,sancionan al vecino dscolo. Algunos mesessin poder usar las instalaciones comunes o laprohibicin de usar las canchas de golf suelenser las medidas ms dramticas; una especie depena de muerte social que deja al condenado enel limbo de las callecitas arboladas del country,con la ata contra el vidrio del club house.Algo de esto le haba pasado a NicolsPachelo mucho antes del crimen de su vecinaMara Marta. La desaparicin de unos palos degolf lo haba puesto en el banquillo de la JusticiaCarmelita as la denominaban los miembrosdel Carmel y sus inconductas, insultos y gritosno haban ayudado demasiado. El reo habasido condenado a una desopilante guardia estiloGran Hermano. Un vigilante privado tena latarea de controlar sus movimientos y, con unajerga inventada para la ocasin, modulaba porsu handy: ROMEO sali de su casa y se dirigehacia el golf.Lo cierto es que este castigo ridculo finalmentele servira de mucho a Pachelo. Cuandoen el primer juicio oral contra Carrascosa enel ao 2007 la defensa del viudo sealaracomo culpable al vecino dscolo, los abogadosde Pachelo argumentaran que el da del crimende Mara Marta, Pachelo estaba siendo custodiadopor un guardia del club que, de haber notadoalgo raro ni hablar de un asesinato,habra dado la voz de alerta.A pesar de esto que quedara asentadoen el juicio pero haba sido expuesto muchoantes, la familia de Mara Marta repeta lahiptesis sobre Pachelo a quien quisiera escuchar.Para terminar de construir al enemigo,los Garca Belsunce sacaron a la luz el suicidiode su padre, dejando entrever que Pachelo podrahaberlo asesinado; hablaron de sus travesurasen el colegio secundario y hasta le achacaronun pasado pirmano: sostenan que dechico, por celos, haba incendiado la cuna desu hermanito menor.Es mi asesino favorito, deca ante losmedios uno de los abogados de los GarcaBelsunce. Pero el prontuario privado de Pachelono tendra incidencia en la justicia, que es pblica.El primer cachetazo estaba por venir.El Turco Sdrech siempre sospech deCarrascosa. Mucho antes, incluso, de quelo hiciera el fiscal. Su mirada de sabueso lesaportaba una simpleza a veces pasmosa a lospoliciales.Si en una casa matan a una mujer y elmarido no puede probar que estuvo en ningnotro lugar, estaba all con ella. Todo lo dems espara la gilada sola decir, y remataba su conceptorecordndonos sus orgenes libaneses:Asalam aleikum.La paz sea contigo, en rabe.El Turco pudo terminar y publicar su libro.La historia de Mara Marta estaba, paral, dentro de la misma lnea que el misterio deCecilia Enriqueta Giubileo o el crimen de OrielBriant, dos casos que lo haban obsesionado enNicols Pachelo. El vecino dscolo. Rodeado. Carrascosa abandona los Tribunales.Vos tan campos de algodn, yo tan principios del blues. | 29Florencia Etcheves |la juventud. Cuando pensaba en ellas, el Turcohablaba con cario de sus chicas. MaraMarta fue la ltima de las tres.El da que muri el Turco se arm un inmensovaco. No solo en su familia y en nosotros,sus compaeros, sino en una infinidad degente que necesit decir algo. En esos das micelular no par de sonar: policas duros con lavoz quebrada, familiares de vctimas que querandespedirlo, presos que usaban su crditode los telfonos pblicos de los penales paramandar su saludo, fiscales, jueces, abogados,mdicos forenses. Todos, o casi todos, decanlo mismo: El Turquito ya debe estar con MaraMarta. Ya debe tener toda la historia.Sdrech, qu personaje. Qu mal me lahizo pasar recordara tiempo despus el fiscalMolina Pico. Desde la pantalla del televisorme retaba, me deca que tena que meter presoa Carrascosa. Lo ms increble es que mi madreme llamaba y me deca que Sdrech tena razn.En esos tiempos de retos y llamados,poco despus de la muerte de Mara Marta, elhombre del piano an no tena indicios para pedirel procesamiento del viudo. Pero el Turcoya tena sus certezas, que tiempo despus confirmarala justicia.El veinte de febrero de 2007 el da de iniciodel juicio oral contra Carlos Carrascosaamaneci caluroso y soleado. Pero en los tribunalesde San Isidro, en la calle Ituzaing altrescientos, se viva un microclima: los rbolesque cubran la calle impedan que llegara el sol.Haba un aire fresco.Llegu a los tribunales sumida en un estadoraro. La noche anterior no haba podidodormir. La ansiedad me haba tenido inquieta.Todos los protagonistas de la historia iban a estarah, interactuando, mostrando todo. O casi.La justicia de San Isidro haba dispuesto lasala ms grande del edificio. Ms de cien periodistasestbamos acreditados para cubrir el juiciodel ao. Los abogados defensores no lo tenanfcil. El fiscal del caso, Diego Molina Pico, tenauna imagen impecable. Cada cosa que haca eraavalada por una sociedad que presenta una verdad:Carrascosa era el asesino de su mujer, y elresto de la familia lo haba encubierto.Los primeros das del juicio que duraracinco meses fueron tediosos. Las horas delectura de pruebas recolectadas durante aos semezclaban con el sopor de las tardes de verano.Hasta que dos semanas despus de haber empezadotodo, el taciturno Carrascosa abri la boca.Perdn, seores jueces, quiero declarar.Por supuesto, seor Carrascosa, es suderecho respondi la presidenta del tribunaloral, la doctora Mara Anglica Etcheverry.Carrascosa se levant y, con una tranquilidadnotable, dedic veinte minutos a desmentirtodo lo que publicaban los medios.Carrascosa, para usted qu fue lo que lepas a su mujer pregunt otro de los juecesdel tribunal.Para m fue un robo contest el viudo.Y sospecha de alguien?En la sala hubo un silencio expectante.No s, puede ser el vecino.Qu vecino?Pachelo contest sin dudar.A partir de ese momento todo cambi.Aunque ya se haba hablado de eso ante la prensa,era la primera vez que, desde el banquillode los acusados, Carrascosa le pona nombre yapellido al asesino de su mujer.Pachelo, dijo, era malvado. Pachelo le ha-Sala. El escenario del juicio contra Carrascosa. Mara Anglica Etcheverry. Presidenta del tribunal oral.30 | Si no vas a ser una mujer centrada, justificte.| El enigma de Mara Martaba robado un perro a Mara Marta. Pachelo eraodiado en el country. Pachelo era ladrn.Pachelo, el actor secundario que habanposicionado los Garca Belsunce, estaba empezandoa convertirse en el protagonista de lahistoria. Y, de un modo inesperado, le dio alfiscal Molina Pico una doble tarea: demostrarque Pachelo era inocente, bsicamente para argumentarque Carrascosa era culpable.Para eso Molina Pico plane una jugadabrillante: cit a declarar como testigo de lafiscala al ya famoso Nicols Pachelo. De esaforma se garantizaba ser l quien le preguntaraprimero al testigo, agotando as todas las preguntasque los defensores del viudo tuvieranpreparadas.La capacidad de convocatoria de NicolsPachelo fue descomunal. En los cinco mesesque dur el juicio ningn testigo tuvo tantopblico. Estudiantes de derecho y de periodismo,vecinos de San Isidro y hasta los mozosde un bar del barrio hicieron fila para acreditarse.Todos queran conocer al chico malo deCarmel.Y el chico apareci dos meses despus deiniciado el juicio, puntual, sin hacer declaraciones,con la barba a medio crecer y vestido conuna camisa blanca y un impecable traje a rayas.Pachelo pareca un galn de telenovela.As y todo, no me detuve tanto en l.Sentada en la punta de la primera fila destinadaa los periodistas, muy cerca de donde estabaCarrascosa, cuando Pachelo entr a la sala solotuve ojos para el viudo. Pude sentir su tensincorporal. Durante las dos horas que dur la declaracindel vecino, el viudo no le sac la miradade encima.Buenos das, seor Pachelo saludla presidenta del Tribunal, nos podra decirqu hizo el veintisiete de octubre de 2002, daen el que fue asesinada la seora Mara Marta?En primer lugar les quiero decir que yono me levant con un cronmetro en la mano.Para m ese fue un domingo cualquiera.Los periodistas nos miramos de reojo.Con ese arranque supimos que el vecino no ibaa ser un hueso fcil de roer. Durante un rato largocont lo que, segn su recuerdo, haba hechoel da del crimen. Carrascosa lo miraba casi sinpestaear.Pachelo intervino Molina Pico, ustedsabe que el seor Carrascosa dice que ustedmat a Mara Marta.Estoy harto de todo esto, me saqusangre de manera voluntaria para acallar rumores,no fue suficiente; yo entiendo que el seorCarrascosa haga cualquier cosa para zafar perotodo tiene un lmite empez a gritar. Estagente me tiene hinchadas las pelotas.Mientras el fiscal tranquilizaba a unPachelo desatado, Carrascosa asista a la escenacon la mirada clavada en su asesino favorito.La salida de Nicols Pachelo de los tribunalesfue tumultuosa. Todos los periodistasqueramos hacerle una nota, pero el chico rebeldedel Carmel, como lo llambamos entre nosotros,no quera saber nada con los micrfonos.La camioneta de su abogado, el doctor RobertoRibas, lo esperaba en el estacionamiento deledificio y lo ayud a salir por la puerta destinadaa los camiones de traslado del ServicioPenitenciario.De esa partida, las cmaras de televisin ylos fotgrafos de medios grficos pudieron obteneruna nica imagen bizarra: para evitar losflashes, Nicols Pachelo se haba tapado la caracon un enorme calendario de San Lorenzo deAlmagro, el club del que su abogado era fanti-Mirada. El viudo, atento a las declaraciones. Flashes. Pachelo y el calendario de San Lorenzo.No importa cmo cae la lluvia si a todos nos pega diferente. | 31Florencia Etcheves |co. De la manera ms inslita, el Cicln se habaganado la tapa de los diarios del da siguiente.Luego de este episodio siguieron las horas,los das y los meses. Arrancamos el juicioen verano y terminamos en invierno. Ms dedoscientos testigos desfilaron por los tribunalesde San Isidro. Algunos dijeron la verdad; otrosmintieron y se not. Muchos demostraron unahabilidad increble: llorar sin lgrimas. Y todosconstruyeron, de un modo coral, un relato social:los testigos de dos o ms apellidos llegabanen camionetas ltimo modelo; y las mucamas,los jardineros, los mozos y las cocineraslo hacan en colectivo. Pero esa vez fueron loshumildes quienes pusieron en jaque a los poderosos.El personal de servicio se sent a declararsin miedo, defendiendo el nico capital quetena: la verdad.El once de julio de 2007 amaneci helado.Dos das antes haba nevado en la CapitalFederal y en el conurbano. Todos seguan hablandofascinados de ese hecho tan inditocomo feliz. Pero la atencin periodstica no estabapuesta en la nieve. Ese da bamos a saber,finalmente, si para la justicia Carrascosa habamatado o no a Mara Marta.La lectura del veredicto y la sentencia estabapautada para las tres de la tarde, pero seretras hasta las seis. Esas tres horas de esperafueron demenciales. Solo, el fiscal Molina Picotomaba caf en un bar que sola usar como refugioa la vuelta de los tribunales. La gente sele acercaba y le deseaba suerte. Para muchos sehaba convertido en un cruzado contra la injusticia.Mientras tanto, los familiares de MaraMarta y del viudo se reunan alrededor de lamesa de otro bar. Los periodistas bamos de unbar a otro intentando una declaracin que nollegaba.A la hora sealada nos fuimos acomodandoen las sillas de la sala. La lectura delfallo empez, y fue eterna. Pasadas las diez dela noche supimos que dos de los jueces del tribunalhaban decidido condenar a Carrascosa,y que el tercero lo haba considerado inocente.En cualquier caso, ninguno de los tres habavisto en Carrascosa al asesino de Mara Marta.Molina Pico. Para muchos, un paladn de la justicia. En el bar. Familiares de Mara Marta y del viudo.32 | La diferencia entre irona y sarcasmo est en las cejas.| El enigma de Mara MartaPasadas las diez dela noche supimosque dos de los juecesdel tribunal habandecidido condenara Carrascosa, yque el tercero lohaba consideradoinocente.Hay que tener cuidado con los signos de pregunta. Se te pueden dar vuelta. | 33Florencia Etcheves |Bveda familiar. Los restos de Mara Marta descansan en el cementerio de la Recoleta.Amor y lgrimas. El pedido de justicia por el asesinato de Mara Marta sigue vigente.El hombre fue absuelto por el homicidio perocondenado a cinco aos y medio de prisinpor el encubrimiento del crimen, y fue sealadocomo el primero de una lista familiar queinvolucraba al clan Garca Belsunce. Loselementos de prueba colectados demuestranque los rastros del delito principal fueron literalmenteborrados por Carlos Carrascosa ysu squito de acompaantes circunstanciales yhabituales. Algunos por conveniencia y otrospor ignorancia, deca un tramo del fallo.Esa parte fue un baldazo de agua fra parala familia: todos estaban adentro; los GarcaBelsunce eran los siguientes en la fila.Terminada la lectura del fallo, CarlosCarrascosa no se inmut. Enfrent la condenacon una dignidad admirable, mientras los sollozosahogados de los familiares y amigos inundabanla sala. Este tribunal ordena la inmediatadetencin de Carlos Carrascosa, se ley.Sentada en la primera fila fui testigo privilegiadade lo que estaba sucediendo. Los juecesdel tribunal se levantaron y se fueron de lasala. El fiscal Molina Pico los sigui. CarlosCarrascosa le clav la mirada al polica que sepreparaba para detenerlo. Esa noche helada de2007 sera recordada en los tribunales de SanIsidro como la noche en la que el viudo se fuecon dos esposas.Tanto el fiscal que insista con queCarrascosa era el asesino como los abogadosdefensores que queran al viudo librede culpa y cargo apelaron la decisin delTribunal Oral N6 de San Isidro. As fue quedos aos despus, en el 2009, el Tribunal deCasacin dio como vencedor a Molina Pico yCarrascosa fue sentenciado a prisin perpetuapor el crimen de su mujer, condena que siguecumpliendo en el penal de Campana.Pero la historia no termin ah. En mayode 2011 empez el juicio por encubrimientocalificado del crimen de Mara Marta. En esecaso haba mucha ms gente en el banquillo delos acusados, y lo curioso entre tantas cosasque llamaban la atencin era que todoslucan distinto. Algunos familiares estabanms flacos, otros ms gordos, casi todos tenanms canas, algunos haban muerto, otrossimplemente haban crecido. Los sobrinos deMara Marta, que en el momento del crimenera nenes, ahora asistan al juicio como universitarios.En esa segunda etapa mi relacin con losGarca Belsunce fue amable. Yo, a fuerza dehoras y horas de aire, haba aprendido a escucharms y cuestionar menos. Ellos, a fuerzade golpes judiciales, haban aprendido a tolerarlas crticas y haban eliminado esa soberbiade clase que ostentaban en los comienzos detodo. Horacio Garca Belsunce, hermano deMara Marta, mostraba con su historia la parbolafamiliar: haba pasado de ser el periodistay abogado que se quejaba por televisinde que la justicia no le permita salir del paspara ir a Punta de Este, a ser un hombre queofreca a los cronistas su nuevo servicio: el deremisero.As las cosas, la nica que haba evolucionadode un modo positivo dentro del clanGarca Belsunce era Irene Hurtig, la hermanastrade Mara Marta. Irene no estaba en elbanquillo aun cuando el fiscal Molina Picola haba sealado como parte fundamental en elhomicidio de su hermana, la justicia no avanzPerpetua. Carrascosa cumple su condena en Campana. Defensa propia. Irene Hurtig ahora es abogada.34 | La mano en el mentn es para sostener las ideas.| El enigma de Mara Martademasiado en esa hiptesis y haba usado losaos de juicio para recibirse de abogada. Irenebajita, menuda se haba transformado enuna mujer arrolladora y con fuerza suficientepara convertirse en la mejor vocera del clanBelsunce. Ella conoca la causa como nadie;entenda que su marido, sus hermanos y su padrepodan terminar presos, y haba desarrolladouna capacidad descomunal para medirse conlos pocos que, al igual que ella, nos sabamos lacausa de memoria.El da que se ley el fallo, Irene no quisoestar en la sala colmada sino que eligiquedarse con los periodistas. Estbamos todosen un pasillo de los tribunales de San Isidro,en torno a un televisor enorme, cuando escuchamosla sentencia. Ese cuatro de noviembrede 2011, los familiares directos y amigos deMara Marta fueron condenados por encubrirel crimen. Ante la noticia, Irene Hurtig grit.Se agarr la cabeza con las manos, clav lamirada en la pantalla: as recuerdo a Irene enel momento exacto en el que su familia estabasiendo esposada.Quince das despus seran todos excarceladosy ahora esperan un fallo en segundainstancia que confirme o revoque la pena. LosBelsunce saben que pueden volver a la crcelen cualquier momento, y as viven: libres, perocon la espada de Damocles en la cabeza.Entre la muerte de Mara Marta y el momentoen el que escribo pasaron once aos ymuchos crmenes. Sin embargo s que ningncaso se qued conmigo tanto como este. Lo empecde la mano del maestro Enrique Sdrech ylo tuve que terminar sola. Sin estar preparada,probablemente, para tomar semejante posta.Hice bien mi trabajo? Es algo que me preguntoa menudo.Lo raro es que mis dudas que a vecestambin son angustias fueron aclaradas porla persona menos pensada.En el ao 2011 gan mi primer MartnFierro por labor periodstica femenina.Durante veinticuatro horas no par de recibirllamados amorosos de amigos, familiares ycolegas. De todos esos contactos, sin embargo,hubo uno que no estaba en mis planes. Dosdas despus, en el contestador automtico demi celular, una voz gruesa y reconocible medej un mensaje:Florencia, me alegr mucho por tu premio.Lo tens ms que merecido. Soy CarlosCarrascosa.Me sorprend. Durante los aos que habadurado la cobertura yo no haba tenido relacincon Carrascosa. Jams me haba dadouna nota y nunca haba respondido mis llamados.Pero ahora, desde el penal de Campana yusando su crdito permitido del telfono pblicoal que tienen acceso los presos, el viudome felicitaba.Guard el mensaje y sonre en paz. Ese dasent que haba cumplido con el maestro Sdrechy le dije mentalmente como escribo ahorasalam aleikum, Turco. xEl rbol genealgico es nuestra lista de ingredientes. | 35Florencia Etcheves |SOBRE LAS IMGENES.La foto de apertura es de Marcos Lpez (ms informacin en pgina 146).La mayora de fotos de interior pertenecen a Enrique Garca Medina que sigui el caso Belsunce desdesus inicios.Entre la muerte deMara Marta y elmomento en el queescribo pasarononce aos y muchoscrmenes. Sin embargos que ningn caso sequed conmigo tantocomo este.Vos penss le pregunto a Chiri que lasmujeres asesinadas son ms interesantesque los hombres asesinados?Para los medios?No le digo, para vos.No... Yo no hago diferencias entre el femicidioy el homicidio.Mentira! Este ao pediste cinco crnicaspoliciales y ya van seis mujeres muertas. La gemelade Pico Truncado, las cuatro asesinadas deLa Plata y esta chica Mara Marta del country leenumero.Es verdad, sos un gordito matemtico muydetallista... Pero no las ped yo solo a esas crnicas.Las pedimos entre los dos. Vos sos el directorde esta afamada publicacin internacional.En todo caso yo te dije siempre que s, queno es lo mismo. A m me chupa un huevo si elmuerto es un hombre, un perro o una vieja. Vossos el jefe de redaccin, y a los policiales los propusistesiempre vos, con tu amiguita nueva.Ests celoso de Josefina?En absoluto. Pods hacer lo que quieras, estu vida.Y qu te pareci la eleccin de FlorenciaEtcheves?Me sorprendi un montn, me gusta cmoescribe esa chica le digo. Fue una gran eleccin,te felicito mucho.La sugiri Josefina.Bueno, tan tan bien no escribe matizo,pero para ser una chica que trabaja en la televisin,estuvo muy bien.Qu hombre imbcil que sos, dira tu seorpadre.Y al final, encontraron el pituto famoso?S.Dnde estaba?En el pozo ciego de la casa del country, teacords que un familiar lo vio y lo tir por el inodoro?La polica y los peritos lo buscaron durantedos das con un detector de metales. Los tipostuvieron que vaciar el pozo, y despus tuvieronque pasar el barro y los excrementos a distintosbaldes. Al final volcaron todo sobre sbanas y comenzarona buscar, con el detector de metalespero tambin con las manos. Hasta que son lachicharra y apareci el pituto.Y por qu me conts eso tan espantoso?Porque lo le el otro da y me qued muyimpresionado.decisiones policialesY el marido, Carrascosa? Dnde estabacuando mataron a su mujer?Esa es la pregunta del milln me diceChiri. Segn l, entre las seis y las siete dela tarde estuvo en la casa de su cuado viendoftbol. Pero siempre quedaron dudas sobre esacoartada.Una de las mejores coartadas de un esposoque asesina a su mujer la invent Abelardo Castillo,te acords de ese cuento?Claro! La cuestin de la dama en la MaxLange. Qu buen cuento, hijo de puta, qu ganasme dieron de leerlo otra vez.En medio de un torneo de ajedrez digo,con voz de trailer de Cinemax, cuando sabeque su contrincante va a pensar su jugada muchotiempo, el ajedrecista finge ir al bao, llega a sucasa y mata a la esposa.Despus vuelve hacindose el boludo ysigue jugando concluye Chiri. En ese mundodonde lo nico que cuenta es el tablero y elmovimiento de las piezas, nadie se da cuenta deque falta un jugador. Para todos los testigos deltorneo, el asesino nunca abandona su lugar. Unacoartada perfecta.Y muy literaria. Si Enrique Sdrech hubieraestado de espectador en ese torneo, el detalle nose le habra escapado...Ves? Una cosa que me alegra es haberlehecho un homenaje al Turco Sdrech antes del finde la revista. La crnica fue casi una excusa parahablar de l.Hay una historia famosa de Sdrech cuandomuri Yabrn le digo. La conocs?No.Haban encontrado el cuerpo de Yabrnjusto ese da. Todos los canales estaban diciendoque haba sido suicidio. El Turco, en vivo por latele, le haca una entrevista a un comisario queacababa de ver el cadver. Comisario, Yabrnestaba descalzo...?, le pregunt. No, dijo elcomisario, por qu?. Porque es imposibleque pueda haberse suicidado ponindosela en laboca la escopeta que usted dice que us parasuicidarse... Porque con el brazo no llega al gatillo. Qu maestro, Sdrech.Si estuviera vivo me dice Chiri, lo habramosinvitado a escribir en la revista, no?No s le digo, a m a las reuniones sobrelos policiales nunca me llamaste. Preguntlea Josefina. xsobremesa36 | Las posesivas, a los hombres, les dicen sujetos.carta abierta, por Liniers |(*) Esta carta es para Thomas Alan Waits (California, 1949), ms conocido como Tom Waits.

dos horas conescribe jos edelsteinfotos de jaime traveznstephenhawkingStephen Hawking es una de las personalidades ms grandesdel siglo veinte. El fsico terico argentino Jos Edelstein fueenviado por Orsai para que dialogue con l cara a cara.El nuevo Papa argentino y el conflicto entre Israel y Palestinason algunos de los temas de este perfil imposible.| Dos horas con Stephen Hawking40 | El ltimo invento de Dios fue la vergenza ajena.Los pasillos de las modernas pagodasque conforman el Centro paralas Ciencias Matemticas de laUniversidad de Cambridge convocanal desconcierto. Una indescifrableestructura de anillos enlazados, convarias puertas exteriores en la planta baja,contribuyen a incrementar la desorientacindel visitante. En el primer piso, una puertasobresale de la confusa coreografa representadapor el sinfn de oficinas idnticas. Es lanica que carece de picaporte. Se abre conun cdigo numrico y an se aprecian en ellacuatro pequeos agujeros en los que, hastahace poco, otros tantos tornillos sostenan unadiscreta placa dorada con diecisiete caracteresnegros grabados en tipografa clsica, enletras maysculas, que decan LUCASIANPROFESSOR. La chapa tuvo un corto recorrido,a lo largo del pasillo, hasta ir a parar ala puerta de Michael Green, uno de los padresde la Teora de Cuerdas. El mismo rtulo habasido atornillado en 1669 en la puerta deldespacho de un joven profesor, de tan soloveintisis aos, que responda al nombre deIsaac Newton. Desde entonces, ser el titularde la Ctedra Lucasiana se ha convertido enuna distincin superlativa, legendaria, quehan compartido gigantes de la historia de laciencia como George Stokes, Paul Dirac yquien me espera al otro lado de la puerta dela oficina B1.07, Stephen William Hawking.jos edelsteinBuenos Aires, 1968Fsico terico. Licenciado en el InstitutoBalseiro y Doctorado en la UniversidadNacional de La Plata, realiz posdoctoradosen la Universidad deSantiago de Compostela (en la queactualmente es profesor), HarvardUniversity y el Instituto Superior Tcnicode Lisboa. Fue investigador Ramny Cajal en Espaa y es investigadorasociado del Centro de EstudiosCientficos de Chile. Su campo es lafsica terica de altas energas, en el queha publicado ms de medio centenarde artculos cientficos y ha impartidoconferencias en una veintena de pases.Como escritor, es autor de veinticincotextos publicados en diarios y revistasde Argentina, Chile y Espaa. Porellos obtuvo el premio de divulgacincientfica del CPAN en 2010 y 2011, elPremio de Comunicacin Cientfica dela Fundacin Espaola para la Cienciay la Te